La luz al final de tunel

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por sessxrin, 29 Agosto 2009.

  1.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    La luz al final de tunel
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    La luz al final de tunel

    Corría todo lo que sus delgadas y débiles piernas le pudieran dar, el miedo que desde hace tiempo había influido en su ser, ahora estaba mas que notorio, solo quería escapar. Las voces que oía desde hace tiempo y se habían convertido en sus compañeros fieles, le advertían que debía escapar, que algo muy fuerte y oscuro iba detrás de ella.
    Y otra vez ese sentimiento de miedo y horror cubría su rostro, no le gustaba esa sensación, pero era lo único que nunca la abandonaba.

    Dio la vuelta en la esquina y siguió corriendo, pero antes de que pudiera dar un paso mas, una gran pared obstruía su camino, un callejón sin salida, eso era el lugar donde había parado después de su larga e intensa escapatoria.
    Con miedo callo sentada y escondió su rostro dentro de sus piernas, esperando a que la atraparan, abandonando lo que le quedaba de esperanza.
    Calidez, eso era lo que sentía, no era la sensación que creía debía sentir; debía sentir frio no calor, sorprendida, saco su rostro y observo lo que estaba aferrada a ella, un joven, alguien la estaba abrazando, su rostro permanecía oculto entre los cabellos sucios y rojizos de ella.
    Trato de separase, pero aquel hombre no la dejo, -tranquila, no te hare daño- fue lo único que escucho del joven, un susurro suave y aterciopelado.
    Se sentía extraña, se suponía que debía sentir miedo y temor, en vez de eso sentía seguridad, y unas ganas de no separarse de él, aun en contra de sus instintos.

    El joven se paro y la ayudo a levantarse. Ella sintió como una suave brisa fría llena de miedo recorrió su espalda, esa era la sensación de estar lejos de él, con sus manos se aferro al pecho del joven, mientras pequeñas lagrimas salían de sus ojos y recorrían sus blancas mejillas –no me dejes- susurraba entre sollozos, no sabia porque le decía eso, era un desconocido, pero se sentía tan bien cerca de él, se sentía segura. Levanto su rostro para soltar otro susurro –no me dejes sola- libero el susurro lleno de tristeza.
    -nunca- dijo el joven mientras la abrazaba.
    Sus oídos escucharon aquellas hermosas y profundas palabras, cargadas de esperanza y seguridad. Sus parpados se fueron volviendo pesados cada vez mas, había utilizado toda su energía corriendo y desde hace días no había dormido, sentía como en cualquier momento iba a caer dormida, se aferro mas, y callo en los brazos de aquel ángel que la había iluminado su abismo de miedos y oscuridad.


    notas: holazzz!!!bueno, este es un long-fic que estoy haciendo, ojala les agrade y les guste, y pzzz no se aburran. ah y esto podria ser como una especie de prologo ¿o es?
    plisss criticas constructivas quiero mejorar y bueno lo que quieran uds.
     
  2.  
    Anderlei

    Anderlei Entusiasta

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    Re: La luz al final de tunel

    Si tiene unos aires a prologo, aunque la situacion es muy confusa, se nos presenta a una joven que casi se podria suponer que padece de esquizofrenia, por algun motivo un joven que ella no habia visto va y la abraza (en una posicion algo incomoda ya que la chica esta sentada en el suelo). Pero en ese momento ella no escucha las voces, ¿entonces que paso con lo que le perseguia?.

    Algo que si iria bien que comentaras es el contexto historico, es decir esta basada en epoca medieval, presente, futurista... y algo que tambien le daria algo mas de profundidad es saber el momento horario, ya que en su huida parece que no se encuentra con nadie, ademas deberia ser de noche para no fijarse que se adentraba en un callejon sin salida.

    Aun asi como ya e dicho en otras ocasiones es pronto para poder hacerme una idea de si el fic me gustara o no, por ahora solo hay un pequeño inicio rodeado de incognitas.
     
  3.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    Re: La luz al final de tunel

    I capitulo "Mi ángel de ojos oscuros"

    Abrió sus parpados lentamente, el sueño todavía no se había ido completamente, se sentía aturdida, se levanto un poco y abrió los ojos desmesuradamente. Recuerdos de la noche pasada llegaban a su mente, escenas, una por una, el miedo, las voces, el joven, los susurros, todo.
    De pronto otra gran preocupación invadió su mente, ¿Dónde se encontraba?
    Veo que ya despertaste –la voz era serena pero profunda de aquel joven, se oía no muy lejos de ahí. Busco con la mirada hasta encontrarlo sirviendo la mesa.
    ¿Quién...eres? –pregunto un poco nerviosa
    El joven suspiro y se levanto de la mesa hasta sentarse cerca de ella
    Miguel
    Ella lo observo detenidamente, su cabello era de un color castaño claro y sus ojos profundos de un color café oscuro y dos rulos caían sobre su frente. Sus facciones delicadas pero varoniles, daban la impresión de un joven muy apuesto. Sus ojos oscuros y profundos, hacían que le diera ese toque misterioso.

    Después, miro el lugar donde se encontraba, era espacioso pero con pocos muebles, las paredes de un color oscuro hacían contraste con el color blanco de los pocos sillones, entre los que se encontraba sentada, y grandes ventanales se encontraban atrás.
    Se notaba que el apartamento pertenecía a un hombre.

    El joven se acerco un poco más, pero ella estaba confundida, esa noche estaba que moría del miedo, pero ahora no, en esa noche no usaba la razón, ahora si, tenía todos sus cincos sentidos, y todavía se preguntaba ¿Qué hacia con ese joven extraño en su departamento?

    Tranquila no te hare daño, Isabel
    Ahora si que la sorprendió ¿Cómo sabia su nombre?
    ¿Cómo…sabes…
    Pero antes de terminar de formular su pregunta el joven la interrumpió
    Shhh –dijo mientras la agarraba de los brazos, la colocaba sobre su pecho y ponía su mano en la cabeza de ella- es un gran alivio haberte encontrado tan rápido, por favor no arruines el momento con tus preguntas

    Era la primera vez que lo oía hablar más de tres palabras. Aunque estaba muy confundida, otra vez esa sensación de calidez y seguridad, desprendía de aquel joven, le devolvía la esperanza que hacia mucho tiempo había perdido…

    Te estábamos buscando desde hace mucho tiempo Isabel, desde que te escapaste de ese orfanato, nos tenias con los pelos de punta tratando de buscarte…-dio un suspiro y continuo- nos toco contratar un montón de investigadores para encontrarte, hasta que caminando observe a una linda jovencita de cabellos rojos que intuí que eras tú
    Sintió como se le erizaba la piel de solo recordar el miedo que esa noche sentía.
    Se separo un poco del joven para mirarle el rostro
    Lo...lo lamento…pero no recuerdo haberte conocido…
    Miguel mostro una gran sonrisa
    Pero yo si –después su sonrisa se convirtió en un rostro serio- perdiste la memoria desde los cinco años Isabel, es lógico que no me recuerdes ni a mí, ni a ningún otro familiar tuyo.
    Se alejo bruscamente de Gabriel, había mencionado “Familia” eso no existía para ella, no nada de eso, la habían abandonado, era lo único que recordaba, lo que decían todos los días en ese infierno, en ese sucio orfanato.
    Y otra vez oía las voces que desde hace tiempo le hacían la vida un infierno. Te van a coger, van a meterte otra vez en ese oscuro orfanato, te van a condenar otra vez al olvido, van detrás de ti Isabel…
    Se cubrió los oídos con sus manos, recogió sus rodillas y comenzó a tambalearse de atrás para adelante
    No mas…por favor… -sollozaba Isabel, no podía aguantarse a escuchar a esas diferentes y macabras voces
    Gabriel la toco, tratándola de abrazar, pero ella con el puro tacto de sus manos, se alejo violentamente mientras se paraba de ahí e iba a salir por la puerta.
    El joven reacciono de una vez al ver como Isabel trataba de abrir la puerta, en un instante se paro, la alcanzo y la abrazo.
    Aunque Isabel se movía bruscamente, gritando y chillando, él no la dejaba, la abrazaba y le susurraba –tranquila, solo estamos tú y yo Isabel- poco a poco la joven comenzó a tranquilizarse y callo dormida en los brazos de Miguel.

    Miguel la cargo en sus brazos, para después dejarla de nuevo en el blanco sofá.
    Mientras la peli-roja dormía, él se dirigió para una de las ventanas, observo el paisaje y suspiro. Metió la mano derecha en el bolsillo derecho y saco su móvil, oprimió el botón de marcado rápido y espero a que le contestaran. Al segundo timbrazo contestaron.
    ¿la encontraste? –contesto hombre con una voz igual de profunda que la de Miguel, y ahorrándose los saludos.
    Si, pero creo que necesito ayuda
    ¿Te quedo grande? –hablo sarcásticamente
    Miguel entorno los ojos
    Necesito que la envíes –dijo ignorando lo ultimo
    Listo. Hoy mismo ira
    Dicho esto, colgó.

    El joven dejo su móvil donde estaba y se dirigió a tapar la comida que hace rato había servido. Ya hecho esto, se dirigió donde la albina y se arrodillo al frente del sofá donde se encontraba ella.
    La miraba fascinado, Isabel era muy hermosa.
    Sus rojos rizos caían sobre su rostro, hacían juego con su piel albina. Con cuidado de no despertarla paso su mano por su cabello y quito los rizos para así poder observar mejor. Tenía la piel un poco rosada en sus mejillas y sus labios rosados eran muy hermosos, suaves, delicados y su nariz recta, delicada y bonita. Trato de imaginarse viendo otra vez esos hermosos ojos verdes esmeralda que hacia juego con su cabello rojo y su piel albina. Pero que en ese momento estaban cubiertos por sus delicados parpados.
    Aunque su piel estaba sucio y su cabello también, no podían opacar su belleza angelical.

    Abrió con pereza sus ojos, una fastidiosa luz estaba pegando en su rostro, uno de los rayos de luz que pasaban por los grandes ventanales alcanzaban a pegarle en su vista. Se levanto perezosamente y trato de aspirar tanto aire como le fuera posible, quería tratar de recomponerse otra vez

    A este paso me van a internar en un hospital si sigo haciéndole caso a esa malditas voces –pensaba con rabia y miedo la peli-roja
    Ya estas mejor, bonita –saludo con su voz profunda y amable mientras se sentaba al lado de ella
    Si…gracias –respondió tímida por el cumplido y por que él se preocupara por ella

    Toc, toc.
    Dos golpes suaves se oyeron en el espacioso apartamento, venían de la puerta, con paso lento Miguel se paro del sofá para abrirla.
    Sostuvo la mirada un buen tiempo con la visitante, esta después le dedico una gran sonrisa y entro como si fuera su casa.
    ¡Hola Isabel! –saludo dulce y alegremente la mujer mientras se sentaba al lado de la peli-roja
    ¿Quién eres? –pregunto curiosa Isabel.
    Ana
    La joven mujer desde que entro, lo primero que se veía era su esbelto y bonito cuerpo, tenia forma de reloj de arena. Su rostro era en forma de corazón y sus rulos cabellos café oscuros caían por encima de sus hombros hasta un poco debajo de ellos, que, mirándola de cerca, en su cabello brillante, se alcanzaban a ver unos cabellos claros, pero muy pocos, dándole ese brillo bonito, sin opacar su melena café oscura. Sus ojos eran oscuros, que en la luz, se tornaban claros. Al igual que Miguel y ella misma, también era albina.

    Pero, aparte de su belleza, todavía seguía confundida, parecía que todos la conocían, pero ella ni podía ni reconocerlos.
    A la expresión de confusión que se demostraba en el rostro de la oji-verde, la joven oji-café se adelanto.

    Soy la prima de Miguel, así que vendría siendo tú mmm –la joven se tocaba la barbilla con su dedo índice, mientras miraba hacia arriba, tratando de demostrar que estaría pensando
    Nada tuyo –intervino Miguel, que desde hace un momento se encontraba recostado en la puerta
    Esperen –dijo Isabel mientras trataba de comprender lo que acababa de escuchar – ¿yo soy algo tuyo?
    Si bonita, soy tu primo
    Ahora estaba muy confundida y a la vez clara. Ahora sabia porque la había acogido (lo que le había parecido muy raro), pero ¿Cómo que es su primo? Ni se parecían en nada.
    Además, ¿desde cuando había tenido familiares? No, eso no podía ser posible, porque a ella la habían abandonado y la habían dejado al olvido, eso no podía ser cierto, no había nadie para ella, y la única persona que la había acogido en ese mundo de corrupción y maldad, la había abandonado.
    Los ojos de Isabel comenzaron aguarse, y sus manos comenzaron a temblar, en algún momento iba a colapsar.
    Miguel la abrazo por detrás y le susurro, –tranquila…nadie te hará daño, siempre estaré junto a ti…bonita– susurraba mientras escondía su cabeza en sus rizos y con sus brazos le daba calidez. Como la primera vez que se encontraron.
    Y como si ese abrazo y esas palabras fueran su cura, Isabel comenzó a tranquilizarse, las lagrimas saladas que hace momento amenazaban con salir, ya no lo hacían y sus manos dejaron de temblar.
    Miguel se separo de ella y se hizo al frente de ella, dándole por un momento la espalda a Ana, la miro directamente a los ojos, y con el puro contacto de sus miradas Isabel sabia que lo que le había dicho era cierto.
    Después de un rato Miguel volvió a su lugar inicial e Isabel se dedico a encontrar algún parecido con él.
    Ella lo miraba de arriba abajo y luego trataba de encontrar un parecido con lo que recordaba del físico de ella, no encontraba nada, excepto la piel pálida albina, y de pronto los rulos, pero nada más.
    Soy hijo del hermano de tú ya fallecido padre –respondió tranquilamente Miguel mientras la miraba directamente a los ojos
    Pero…-trataba de todavía salirse de esas dudas y preguntas que rondaban en su cabeza.
    Cuando tú padre murió, yo todavía iba a tu casa a visitarte y jugar, claro, en esos momentos éramos unos niños –suspiro y rompió la mirada– pero tú no te acuerdas porque perdiste la memoria
    Ya no tenia ganas de formular preguntas, no quería seguir recordando su pasado, aunque esté estuviera muy presente, no quería escarbar mas en lo sensible y en ese momento no quería llorar de impotencia por no acordarse de nada.
    Bueno –rompió el silencio Ana- en tal caso yo si te conozco, también te visitaba y pues eres como mi prima, de sangre o no –dirigió la vista hacia uno de los grandes ventanales, mientras los rayos de la luz del brillante sol, iluminaban sus ojos cafés- pero yo vine para que tuvieras una compañía femenina y de paso arreglarte, porque estas hecha un caos –dijo mientras le cogía sus rulos rojos

    La peli-café cogió de uno de los brazos de Isabel y -literalmente- la arrastro hasta el fondo del oscuro cuarto, pasando por la pequeña cocina, un cuarto mas adelante, hasta llegar al fondo, a una puerta. La abrió y la cerro de una vez con llave.
    La habitación era pequeña. Al frente de la puerta –donde se encontraban recostadas– había una tina blanca, que abarcaba toda la pared (entonces, sabrían el tamaño de la habitación, era pequeña), en la pared Izquierda había una gran ventana que dejaba entrar luminosidad al oscuro cuarto, a la derecha de la tina, en la otra pared, había un lavamanos y un espejo. El color de las paredes era de un color azul pálido.
    Y ese era la habitación, que era el baño.

    La mujer de cuerpo de reloj, coloco a Isabel en la tina y comenzó a quitarle la ropa

    ¿Qué haces? –pregunto nerviosa Isabel por el atrevimiento de la chica
    ¿Qué crees? –respondió con otra pregunta la oji-café
    Pero…para que –trataba de hablar mientras intentaba taparse con los brazos
    No seas tonta Isabel –dijo Ana mientras se ponía derecha y cruzaba los brazos- estoy tratando de quitarte la ropa para poder bañarte- respondió ignorando y aclarando la suposición falsa de la oji-verde
    Yo puedo sola –decía mientras se quitaba la camisa sucia
    Pues parecías ida. Trate de ahorrarme tiempo
    Yo puedo bañarme sola –decía Isabel avergonzada, mientras tiraba esos harapos sucios al piso
    Yo se que puedes –dijo mientras se arrodillo al lado de la tina- ¿tú crees que me hubiera metido al baño para verte bañar? Obvio que no –respondió a su misma pregunta mientras se paraba y cogía la manguera de baño y empezar a mojar el cabello rojo de la muchacha –quiero tratar de limpiarte el cabello y sacar toda suciedad que encuentre
    Perdón –se disculpaba avergonzada Isabel por haber sido “grosera”
    No te disculpes –dijo mientras dejaba la manguera en el borde de la tina para que esta se llenara, mientras ella se arrodillaba al lado de la tina para poder hablar mejor con la peli-roja- yo hubiera reaccionado igual –paso una mano por el rostro de la muchacha- además, ¡quiero recuperar tiempo con mi amiga de infancia! Con Isabel –finalizo mientras abría el casillero que se encontraba detrás del espejo y sacaba jabón liquido para bañar y shampoo

    Mientras Ana masajeaba el cabello rojo de Isabel, esta se encontraba jugando con burbujas de jabón, disfrutando del momento.
    Pensaba que estas dos personas –Miguel y Ana- no sabían con quien estaban tratando. Aunque fuera verdad que eran familiares de ella, esos últimos años sin verlos y sin recordar nada, era como si estuviera sola en un abismo negro y lleno de oscuridad, no la conocían, y no sabían lo que le pasaba a ella y del gran miedo del que estaba escapando.
    Aunque les agradecía demasiado por tratarla de esa forma tan cariñosa y protectora, por haberla acogido sin preguntar ni refunfuñar nada, por haberse preocupado por ella, por haberla estado buscando todo este tiempo. Y, por sobre todo por no haberla olvidado.
    Sobre todo ese ángel de cabellos castaños, que había iluminado su abismo de miedos y oscuridad, que le había dado una salida a ese túnel sin escape. Lo único que quedaba era no perderse en el camino.

    Miguel se encontraba nervioso, aunque en su rostro solo había serenidad, en realidad no lo había. Confiaba plenamente en Ana, pero nadie sabia lo que a esa mujer le pasaba por la mente y él no quería arriesgarse a que ella le hiciera algo a Isabel o dejarla traumatizada. Y es que los nervios también surgían porque hace como tres horas que estaban en ese bendito baño y nada que salían.
    Pero como si hubiera estado rezándole a Dios, la joven mujer de cabellos cafés se encontraba caminando para llegar al frente de él, una gran sonrisa adornaba el rostro de la oji-café
    ¿Qué le hiciste?
    Ya lo veras –respondió sin quitar la sonrisa de su rostro
    Isabel caminaba despacio, tímida, camino hasta llegar hasta estar frente a miguel
    Estas…preciosa…mi bonita –Miguel estaba embobado y fascinado, Ana había hecho un gran trabajo.
    Isabel llevaba puesto un vestido azul oscuro sin mangas y cuello redondo. En el torso el vestido le quedaba al cuerpo, resaltando sus atributos, y la parte de abajo del vestido era holgada, caia libremente hasta por encima de sus rodillas.
    Sus zapatos eran unas sandalias negras.
    Ese hermoso vestido azul oscuro resaltaba mucho su piel albina y su cabello rojo. Ahora, su cabello era limpio y brillaba, y sin la suciedad, ahora se podía apreciar más la belleza de ella.
    No…es para tanto…Miguel –dijo mientras esquivaba su mirada y se ruborizaba un poco. Él siempre con sus elogios
    Yo le dije que utilizara zapatos con tacón, ¡pero no quiso! –rompió el silencio incomodo la oji-café, mientras se cruzaba de brazos
    Es que no me gustan los tacones
    No importa, como tú quieras –dijo tranquilamente Miguel- y además, al lugar a donde vamos a ir, no serán necesario los tacones
    ¿A dónde vamos? –pregunto incrédula Isabel
    Ya lo veras –dijo Miguel mientras la cogía del brazo y la llevaba afuera del apartamento- ¿vienes Ana? –pregunto Miguel mientras preguntaba a la nombrada que caminaba hacia la puerta
    No gracias, tengo unos asuntos pendientes, tal vez después –respondió mientras salía y cerraba la puerta- estabas nervioso –afirmo Ana, burlándose de su primo, mientras le pegaba un codazo en las costillas
    No se de que estas hablando –respondió fríamente
    Jajaja- se rio bajito la oji-café
    Mientras bajaban las escaleras, Isabel se agarraba más y más de Miguel, no lo quería soltar, era como si cuando pasaran por esa puerta, todos sus miedos volvieran otra vez.
    Tranquila, yo estoy aquí –le susurro Miguel
    Cuando llegaron a la puerta, Isabel tomo aire y confió en su primo, la abrieron y salieron normalmente. Ana tomo otro camino, mientras que Miguel pidió un taxi. En todo el camino Isabel miraba a todos lados celosamente, como si estuviera tratando de encontrar a alguien, se tocaba las manos, movía los pies y la cabeza demasiado
    Confías en mí ¿cierto? Le pregunto Miguel, mientras la miraba a los ojos
    S-si –tartamudeaba, no estaba segura de lo que sentía, lo único de lo que estaba segura era que ese joven de cabellos castaños no la iba a dejar.

    El taxi paro y los dejo en un parque, ellos bajaron, e Isabel se aferro fuertemente al brazo izquierdo de él, este le dio una mirada tierna y llena de seguridad.
    Estaba completamente segura, su ángel de ojos oscuros no la iba a soltar.


    notas: ufff, este es el primer capi, espero os guste y no aburra.
    Anderlei: gracias por tu post, tomare en cuenta tu critica. y si, la joven es esquizofrenica (era obvio xD) y tratare de mejorar y agradar a los que lean el fic. mas adelante aclarare porque se fueron las voces, o mejor dicho, en este capi, se dan los indicios de porque se van las voces.
     
  4.  
    Anderlei

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    Re: La luz al final de tunel

    Interesante, si sobre las voces, seguramente se imaginaba que le perseguian algunos detectives privados..., aunque eres demasiado propensa a dar abrazos y algunos me parecen dificiles.


    Los ojos de Isabel comenzaron aguarse, y sus manos comenzaron a temblar, en algún momento iba a colapsar.
    Miguel la abrazo por detrás y le susurro, –tranquila…nadie te hará daño, siempre estaré junto a ti…bonita– susurraba mientras escondía su cabeza en sus rizos y con sus brazos le daba calidez. Como la primera vez que se encontraron.

    Tomando ese momento como ejemplo, se supone que Miguel esaba en la puerta, no puede aparecer en cuestion de segundo al lado de la chica a abrazarla, ademas esta esta sentada en el sofa, y el abrazo si es por detras estando sentada es mas dificil...

    Se que en la historia queda tierno hacer ese tipo de cosas pero es preferible ajustar esos actos al contexto que estas creando. Ademas que con tanto abrazo la pobre empezara a confundir sentimientos >///<.

    Aun asi esta muy interesanet tu historia. Espero la puedas continuar pronto

    PD: que facil es criticar lo ajeno...
    PD2: Si puedes dile a algun moderador del foro que te borre el doble post que a salido (ultimamente se da con mucha frecuencia que la pagina no carge bien las cosas y por impaciencia le damos de nuevo al boton y lo subimos dos veces xD)
     
  5.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    La luz al final de tunel
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    Re: La luz al final de tunel

    II Capitulo “EL DÍA DE LO NUEVO”

    Había una gran entrada en forma de arco, la pasaron y después había dos caminos que se unían al final, el parque tenía forma de círculo, había varias secciones llenas de árboles y otras secciones para andar de camping. Varias personas se encontraban sentadas, comiendo, otras andaban en bicicleta, y otras se encontraban sentadas en un banco debajo de los frondosos árboles.
    Y no sabia porque, pero a Isabel se le hacia muy conocido ese lugar

    Miguel jalo un poco del brazo de la peli-roja para que esta bajara de su “nube” y comenzaran a caminar. El joven de ojos oscuros la llevo bien arriba, en una zona donde no había nadie, en una zona solo para ellos.
    El joven la sentó debajo de unos de los frondosos árboles y este se hizo a su lado.
    Bonita –la llamo Miguel- recuerdas a tu madre –dijo afirmando el joven
    N-no, no la recuerdo –dijo mientras volteaba a la mirada- no recuerdo su rostro, pero se que ella estuvo conmigo, aunque no la recuerde físicamente- dijo mientras lagrimas saladas pasaban por su rostro
    Miguel con delicadeza tomo su barbilla y la obligo a verlo a la cara
    Si no quieres recordarla, no lo hagas –dijo con su voz suave y armoniosa
    ¡pero es que yo quiero recordarla! –dijo mientras lloraba y pegaba el suelo con sus manos
    Miguel la cogió y la recostó en su pecho, mientras pasaba una mano por los rizos rojos de ella.
    Tranquila, yo te ayudare a recordarla –dijo mientras seguía consolándola– descansa un poco
    La joven de ojos verdes esmeralda, trato de hacer caso, respiro hondo, y todo su cuerpo comenzó a relajarse.
    Era tan relajante estar ahí, debajo de ese frondoso y gigante árbol, observando y sintiendo como algunos rayos de luz pasaban por las hojas, el canto de los pajaritos…
    El latir del corazón…
    Iba cerrando los ojos, cuando sintió una brisa, algo fresco callo en su vista, una delicada y bonita flor blanca se encontraba en ella.
    Se levanto y observo como afuera de la sombra del árbol, había una lluvia de flores blancas, era hermoso, fascinante, la brisa había ayudado a que las delicadas flores cayeran de sus árboles.
    Salió, extendió sus brazos y dejo que la suave y relajante brisa, recorrieran todo su ser, mientras que las flores hacían una danza de belleza y olores, el cielo estaba adornado por esas hermosas bailarinas, que danzaban sin preocupaciones, llevándolas a su rumbo sin fin.
    Ese momento especial y de felicidad, Isabel olvido por un instante sus miedos.

    Un fuerte zumbido apareció, un dolor agudo pasaba por todo su cerebro, haciéndola sentir que su cabeza en algún momento iba a estallar. Poso sus manos en ella, tratando de apaciguarlo.
    Miguel que desde hace un momento la estaba observando, se levanto rápidamente y la alcanzo, le quito las manos de la cabeza, y la abrazo.
    Ella metió su cabeza en su pecho, tratando de que el dolor se fuera, mientras pasaba eso, varias imágenes pasaban velozmente por su mente, flash backs, imágenes borrosas, hasta que…una escena quedo en su mente…, ella se encontraba dando vueltas cogida de las manos de otra mujer, ambas sonreían, lastimosamente, a la otra mujer solo se le veía, desde un poco mas arriba de su sonrisa hasta abajo, nada mas.

    Isabel dejo de hacer presión en el pecho de Miguel, él la alejo un poco para poder mirarla. Ella se encontraba con los ojos abiertos, observando al vacio, después, volvió a pestañear, sus ojos comenzaron a humedecerse, y lagrimas saladas pasaban por sus mejillas.
    No llores –hablo Miguel con su voz consoladora
    M-mi…madre y…yo –sollozaba entrecortadamente, por culpa del llanto- estuvimos aquí…
    Tuviste un recuerdo –afirmo Miguel
    Creo que fue eso
    No llores, tú querías recordar a tu madre, ahí lo tuviste
    ¡Ese es el problema! –dijo mientras se soltaba de él y le daba la espalda. Aun así las lagrimas seguían su curso- no la vi
    Bonita…-susurro
    No la vi, pero sabia que era ella, lo sentí –dio la vuelta y lo miro- aquí –dijo mientras colocaba su mano en su pecho
    Él no desperdicio el tiempo, y como siempre que lo hace, la agarra y la abraza. La oji-verde comienza a acostumbrar a sus abrazos, aunque el lo hace sin pedirle permiso, a ella no le importa, porque esos abrazos, siempre la tranquilizan, esos abrazos que desprenden muchos sentimientos, afecto, calidez, seguridad, confianza, y una increíble ternura.
    Aunque la peli-roja no se da cuenta, ella ha comenzado a adorar esos abrazos.
    Gracias –susurro Isabel
    ¿Porque? –pregunto el joven. Aunque él ya sabia a que se refería, quería oírlo de la boca de ella
    P-por…por-la joven peli-roja tartamudeaba, y sabia la razón, estaba agradecida con él, pero no encontraba las palabras adecuadas para decirlas- por estar conmigo –si, por fin lo dijo, y aunque hubiera sonado muy cursi, se sintió bien haberlo dicho, porque esa era una de las cosas que sentía
    Siempre –le prometió Miguel, el nunca la dejaría, la estuvo buscando por mucho tiempo y nunca mas la iba abandonar, y menos con esos fuertes sentimientos que sentía hacia a ella
    Deberíamos irnos ya –susurro Isabel, era muy hermoso el lugar, pero la privacidad se estaba acabando
    Como tu quieras –dijo mientras le pasaba un brazo por encima de ella, y se dirigían a la salida del parque
    Cuando salieron, una brisa fría paso por todo la columna de Isabel, como si eso le advirtiera que sus miedos iban a cobrar vida. Ella se agarro fuertemente del brazo de él, y confió. Mientras caminaban, (o mejor dicho trotaban) Isabel iba con mucho miedo, miraba a todas partes, a todo el que pasaba por su lado, mientras mas pensaba que la estaban observando, persiguiendo, aumentaba la velocidad, hasta llego el punto en que a Miguel tuvo que frenarla.
    Isabel sentía, observaba y oía como todas las personas murmuraban, la veían, a ella, como si todos los que estaban ahí, fueran sus miedos revividos, como sus voces macabras recobraban vida en todas las personas y la vieran con esa maldad y crueldad. Todo lo que murmuraban, así lo hicieran lo mas pacito posible, ella lo oía, un coladero de voces y murmullos estaban en sus oídos, y todo lo que oía era todo lo que sus fieles acompañantes siempre le hablaban…
    Sus voces habían cobrado vida…

    Miguel que la había observado desde que la joven comenzó a hacer muecas de miedo, desde cuando comenzó a caminar muy rápido, desde cuando comenzó a sentir que trataba de soltarse para taparse los oídos…
    El joven la metió a un local, una cafetería y la sentó en unos de los puestos, le cogió las manos y a mirarla a los ojos.
    Después llego la empleada, ofreciendo los servicios de la cafetería, el solo pidió un vaso de agua.
    No deberías hacerle caso a esas voces –dijo directamente el joven
    Isabel estaba tan encimada en sus miedos, que no se dio cuenta de lo que le dijo él, hasta cuando el le toco la mano por segunda vez. Cuando proceso la información, sus ojos se abrieron y su rostro mostro sorpresa. Él sabía sobre sus voces
    Se que eres esquizofrénica
    No sabes lo que dices –mascullo
    Vas a colapsar si le haces caso
    Isabel rio sin ninguna felicidad
    Son las únicas que nunca me abandonan –dijo mientras se soltaba del agarre de la mano de él– yo se que no son verdaderas, no soy estúpida –dijo mientras lo miraba fríamente
    Te estas haciendo daño –dijo serenamente mientras la seguía mirando a los ojos
    Tu no sabes nada –dijo apáticamente
    Te conozco
    ¡Tú no me conoces! –grito mientras se paraba
    Tranquilízate Isabel –dijo mientras la cogía otra vez de las manos y la sentaba.
    Isabel había cambiado mucho desde que él toco el tema
    Odio esas malditas voces –dijo mientras quitaba la vista y la dirigía a la ventana que estaba al lado de ellos –son tan macabras y malditas, pero…-dijo mientras volvía a mirarlo a los ojos- todo lo que dicen es verdad, me traen a la realidad…aunque me produzca mucho miedo –dijo mientras volteaba la vista, y lagrimas saladas pasaban por su mejillas
    ¿Le tienes miedo a tus voces? –pregunto Miguel mientras la agarraba otra vez de las manos
    ¡maldita sea! –mascullo mientras soltaba su mano derecha del agarre y golpeaba la mesa- porque no puedes dejar ese tema –sollozo mientras agachaba la cabeza
    Porque quiero que me digas tus miedos –dijo mientras le cogía la barbilla- para poderte proteger
    Isabel rio sin ganas
    No lo niego, esas malditas voces producen mucho miedo cuando las escucho…son tan macabras…pero eso no es a lo que le temo –dijo mientras rompía la vista y la dirigía a la ventana- le tengo miedo a lo que murmuran –dijo mientras las lagrimas seguían su curso y no parecieran que pararan- tengo miedo a que se cumpla lo que dicen –dijo mientras ella misma se quitaba sus lagrimas y miraba a Miguel- por eso no me puedes proteger de eso, nadie lo puede hacer, porque…eso esta marcado en mi destino, algo que siempre va a permanecer, pero…que tengo la esperanza de evitar
    ¿Y que es lo que dicen? –pregunto curioso Miguel, aunque no lo admitiera, estaba muy preocupado por ella
    ¡Maldición Miguel! –era la primera vez que ella lo llamaba por su nombre- no ves que no me gusta hablar sobre el tema, además si lo hago, vuelven otra vez
    Si no me quieres decir, esta bien –dijo mientras la tomaba de las manos y las apretaba fuertemente, pero sin llegar a lastimarla- yo solo quiero que estés bien
    Perdón –dijo mientras agachaba la cabeza
    ¿porque?
    Por ser así
    Bonita…se que este es un tema delicado, así que no te disculpes –dijo y levanto la cabeza de ella - yo siempre estaré junto a ti –dijo y le beso la punta de la nariz– vámonos ya
    Si
    Se levantaron, Miguel pago el vaso de agua y salieron a la calle, Miguel paro a un taxi y se subieron ahí.
    En todo el camino, Isabel iba pensando en todo lo que acaban de hablar, aunque claro todos sabían que ella era esquizofrénica, solo muy pocos sabían el producto de su miedo, aunque él no supiera todo, al menos sabia la gran parte, se daba cuenta de lo que acaba de decir no había sido lo mejor, pero es que no tenia la culpa de que ese joven de cabellos castaños desprendiera tanta confianza y comprensión que no pudo evitar contarle. Sentía un enorme alivio ya que él la había aceptado y le había creído y no la halla tratado como una loca –aunque naturalmente para todos lo era- estaba agradecida con él.
    Ahora había algo que la ataba más a él.

    Llegaron al apartamento y subieron por las escaleras, cada uno pensando en lo suyo.
    Tan pronto entraron, la peli-roja la embriago el sueño y el cansancio, se recostó en el cómodo y blanco sofá, y callo en un largo y profundo sueño.



    Sintió pesado los parpados, quería abrirlos pero le era imposible, solo alcanzaba a ver una luz, pero que no fastidiaba. Mientras trataba de abrirlos y sacar toda clase de sueño, alcanzaba a oír dos clases de voces parecidas y a la vez distintas.
    Una era suave y tranquila, y la otra delicada y clara. Las dos eran serenas y bonitas. Pero parecían ¿discutiendo?
    Con curiosidad, se levanto y en su último intento, elimino toda sobra de sueño, abriendo por fin sus dos grandes esmeraldas verdes que tenia por ojos.
    Las voces pertenecían a Miguel y Ana.
    El primer nombrado se encontraba recostado en la puerta, con el rostro tranquilo –como su voz- pero con una muestra de molestia, mientras que la otra se encontraba sentada en uno de los sofás blancos. Esta se encontraba con un rostro expectativo, esperando una respuesta.
    ¡Isabel despertaste! –exclamo con felicidad Ana, mientras se paraba y se sentaba al lado de ella
    No veo cual es el motivo de tú felicidad –dijo con indiferencia Miguel
    ¡que bueno que por fin despertaste! Me ayudaras mucho –dijo la oji-café mientras ignoraba a su primo y le hablaba a la recién despertada
    Miguel rodo los ojos.
    Isabel se levanto y se dirigió al baño. Ella no iba hablar recién despertada. Tenia que asearse. Llego al baño, abrió el lavamanos, y enjuago su rostro y cepillo su boca. Ahora si estaba mejor y mas despierta.
    Salió y se dirigió a la sala.
    Mmm… hola Ana –saludo la joven mientras se sentaba de nuevo en el sofá.
    ¡Perdón! Pero no quería perder tiempo en saludos –dijo mientras mostraba y ensanchaba mas su blanca sonrisa- es que necesito que me ayudes
    ¿En que? –pregunta ingenua la oji-verde
    Veras, necesito que me ayudes a convencer al terco que tengo como primo, a que me deje hacer unas…-decía mientras se colocaba el dedo índice en la barbilla y observaba arriba. Dramatizando- cositas aquí.
    No. No y no –repito Miguel, mientras se colocaba al frente de Ana- Ana María, no es N-o –dijo desesperado, convirtiendo la ultima palabra en dos silabas.
    Durante un buen tiempo, hubo una pelea de miradas, ninguna parecía retroceder, Miguel con su “No” y Ana con su “Si”
    ¿Y que clase de cositas hablas? –dijo Isabel interrumpiendo la guerra de miradas frías
    Isabel levanto un poco su brazo derecho y observo el reloj –aun sin cambiar su mirada seria-, pensó un momento, luego se dirigió a Isabel y mostro de nuevo su grande y bonita sonrisa
    Isabel –nombro a la peli-roja- podrías salir y bajar, creo que ya deberían de estar aquí
    ¿quienes? –pregunto curiosa y miedosa
    No son personas, son cosas, por favor, ¿puedes bajar y subirlas? –pedio María muy amablemente
    C-claro –respondió mientras caminaba hacia la puerta, la abría y bajaba las escaleras. Para su alivio, no eran personas desconocidas (todavía no se le había pasado lo de la tarde) para su desgracia, eran un montón de cajas afiladas, desde la mas grande, hasta la mas pequeña en la punta. Tendría que subirlas sola.
    Bajo normal las escaleras, cogió la de abajo, las de arriba se tambalearon un poco, pero no se cayeron -para suerte de Isabel- y comenzó con su trabajo.
    Subía lentamente cada escalón, con cuidado de no caerse, de vez en cuando miraba arriba, para asegurarse de que la caja más pequeña no se halla caído. La pobre de Isabel estaba cansada, y no de porque pesaran mucho las cajas, sino de estar tratando de hacer equilibrio y no caerse. Cuando llego al ultimo escalón, la joven se enredo con sus pies y casi se cae, de no ser porque hiso maniobras y no se callo, excepto la caja en la punta que no se salvo.
    Para su sorpresa y alivio, la cajita callo en manos de otra persona.
    Isabel sintió un grandísimo alivio, con cuidado bajo las cajas y las dejo a un lado, pensaba que el que salo la cajita hubiera sido Miguel –ya que siempre aparece en los momentos mas inoportunos-, pero para su sorpresa, no era él, sino una joven mujer, y no, no era Ana, era una nueva conocida.
    ¡Gracias por salvarme la preciada cajita! –exclamo con felicidad la peli-roja
    No hay de que –su voz era de bajo volumen, pero propia de una mujer- ¿eres nueva? –hablo sin rodeos y directamente
    ¿Por qué preguntas?
    No te había visto por aquí
    S-si, yo vivo aquí –dijo mientras señalo la puerta del apartamento donde vivían
    Eres novia del vecino –pregunto curiosa
    ¡N-no! –exclamo sorprendida por la directa de la pregunta- s-soy su prima
    Ni ella misma se creía eso
    La joven conocida se sorprendió al principio, para luego mostrar que no se había creído nada
    Tranquila, solo era simple curiosidad –dijo seria- ya que siempre veo que esta solo, pero no es de me incumbencia
    Isabel analizaba lo decía la joven mujer
    No importa, mmm –dijo la peli-roja mientras hacia señas de preguntar el nombre- ehhmm
    ¡Perdón que tonta soy! No me he presentado –dijo mientras sonreía- soy Crystal –dijo mientras ensanchaba mas su sonrisa y ofrecía su mano
    La joven conocida tenía un liso cabello negro recogido por una coleta alta, su piel era albina y su rostro en forma rectangular. Tenía los ojos azules agua marina, y labios bonitos. Crystal tenía una belleza notable
    Isabel estrecho la mano gustosamente
    Y yo Isabel –dijo mientras sonreía
    ¡Isabel ocurre algo! –escucho un pequeño grito de Ana
    ¡Nada! –grito del mismo modo- mmm ya me tengo que ir –dijo mientras soltaba el apretón de manos- fue un gusto conocerte
    Que lastima, me hubiera gustado conocerte mas –dijo mientras en su mirada pasaba un poco de tristeza- y tener a una amiga aquí
    Isabel se sintió culpable, esa soledad que mostraba los ojos azules marinos de Crystal le hacia recordar a ella misma
    ¡Podemos intentar ser amigas! –dijo mientras sonreía- si quieres ahora mas tarde paso a tu apartamento y hablamos –aunque no sabia a ciencia cierta si debía hacer eso, ese reflejo de ella misma seguía ahí
    El rostro de la peli-negra se ilumino
    ¡Claro! Mi apartamento es ese de ahí –dijo mientras señalaba a atrás suyo
    Mas tarde paso Crystal –se despedía mientras colocaba la cajita que hace un rato tenia en sus manos, y la colocaba encima de la pila de cajas
    ¡Gracias Isabel! –dijo agradecida y feliz, mientras se dirigía a su apartamento
    De nada…-murmuro al aire la peli-roja
    Isabel levanto las cajas e hizo y trato de buscar de nuevo el equilibrio, cuando por fin estaba de segura, camino menos de medio metro hasta atravesar la puerta de donde vivía.
    ¡Ahí están mis preciadas cajas! –decía Ana felizmente mientras se paraba del sillón para ayudarle a Isabel a bajarlas
    Ya te dije que no –dijo el peli-castaño fríamente mientras seguía con la batalla de miradas con Ana
    ¿Quieres saber que hay en estas cajas? –le pregunto la oji-café a Isabel, mientras ella las abría
    Y otra vez su prima lo ignoraba. Era detestable
    Si –dijo mientras se agachaba para mirar que habían dentro de las cajas. Y valla sorpresa la que se llevo.
    En las cajas mas grandes habían cuadros de fotografías en blanco y negro, muy bonitas, en las pequeñas habían adornos, fotografías pequeñitas, y estatuillas muy hermosas. Y en las mas pequeña, la de la punta había una fotografía muy pequeña de dos niños gemelos, hermosos, sonrientes, muy lindos, todo a blanco y negro.
    Son muy hermosos los cuadros –expreso maravillada la oji-verde
    ¡Sabia que te gustaría! –dijo Ana mientras sacaba un cuadro y miraba en que parte del espacioso apartamento quedaría mejor colgado
    ¿Cuál es el problema? –le pregunto Isabel a el oji-oscuro, que desde hace un momento estaba que asesinaba -literalmente- con los ojos a Ana
    Que no me gusta –dijo mientras se acercaba mas a Isabel
    ¿Y porque no?, son muy hermosos –dijo mientras se agachaba y le pasaba un cuadro a él
    Porque este es mi apartamento y me gusta tal y como esta –dijo mientras le devolvía el cuadro
    ¡oh vamos! Este apartamento necesita vida –interrumpió la charla Ana, mientras se paraba al lado de ella
    Ana María, si quieres colgar cuadros, hazlo en tu apartamento –dijo fríamente, mientras se pasaba una mano por su cabello Castaño claro
    Sabes perfectamente que no tengo casa, ando de apartamento en apartamento, de primo en primo –dijo mientras se acercaba un mas a él, hasta llegar a estar frente a frente.
    Isabel dio unos pasos atrás y se recostó en la pared. No quería interrumpir una “discusión” familiar. Aunque no lo pareciera, porque ninguno de los dos había levantado la voz.
    Deberías haberte quedado con tu otro primo –dijo mientras esquivaba la mirada y agachaba la cabeza
    María se tiro a los brazos de él, y lo abrazo fuertemente, escondiendo su cabeza en el hueco del hombro y el cuello
    Isabel estaba sorprendida, no sabía que hicieran esas demostraciones de cariño, ya que parecen tan distantes.
    Sabes que eres mi primo favorito, no quiero que te enojes conmigo –susurraba Ana en el oído de su primo- por favor no me saques de aquí, me gusta vivir contigo, por eso eres mi preferido –dijo mientras lo abrazaba mas
    Tranquila María, no te voy a sacar de aquí, nunca lo haría –dijo mientras la separaba para mirarla- ¿cual es la necesidad de colgar tus dichosos cuadros? –dijo mientras iniciaba otra vez a la conversación de las fotografías
    Ana sonrió, mientras rompían el abrazo
    Es que estos cuadros significan mucho para mi y las estatuillas eran de mi abuela –dijo revelando lo mucho que representaban para ella, demostrando un gran amor y añoranza.
    Miguel la miro directamente en los ojos cambiantes de ella. Decía la verdad, esta vez no era un capricho.
    Puedes colgarlos –dijo mientras soltaba un largo suspiro y rompía la mirada.
    ¡Gracias Miguel! –dijo mientras se abalanzaba de nuevo a él, abrazando fuertemente. Este le devolvió igual el abrazo- y yo se que para ti, también significan mucho- le susurro sonriente la albina al oído de él.
    Te encanta molestarme –dijo mientras soltaba un gran suspiro, fue lo único que se atuvo a pronunciar, parecía estar cansado. Rompió el abrazo y se dirigió al sillón a recostarse
    Isabel aun seguía como espectadora
    Ana se devolvió donde Isabel, con una sonrisa triunfante que no desaparecía. La agarro del brazo y la llevo hasta llegar enfrente de las cajas
    Isabel estaba pensativa
    ¿Te pasa algo? –pregunto preocupada la oji-café
    ¿Cómo lo convenciste? Parecía tan terco en desistir –parecía una niña tratando de encontrar como funcionaba tal cosa. ¿Como hizo para que desistiera?
    Tengo mis trucos –sonreía mientras se agachaba y sacaba una fotografía que se encontraba en unas de las cajas grandes- lo conozco perfectamente y se como hacerlo decaer –susurro muy sonriente la joven.
    Pareces que hubieras ganado una batalla –reía Isabel, la mirada y la sonrisa de Ana parecía sacada de pelea ganada
    Convencerlo es un gran reto –susurro complacida de haber ganado la batalla de miradas.
    Isabel sacaba cuadro por cuadro, para luego entregárselos a Ana y esta los colgaba. Los observaba, eran muy hermosos. La mayoría de las fotografías eran de niños sonriendo, eso le fascinaba, se veían tan felices e inocentes.

    Pero una le atrajo la verdadera atención desde que la había visto desde el principio, era la imagen de los gemelos niños.
    Se quedo un momento observando la pequeña fotografía, al igual que las otras era blanco y negro, solo que en esta foto, los niños no sonreían, estaba cada uno con los brazos encima del hombro del otro, pareciese que estuvieran sonriendo pero por la mirada. Sus boquitas estaban sin ningún indicio de sonreír, pero sus ojos estaban llenos de felicidad y ternura.
    ¿te gusto? –pregunto Ana sacando a Isabel de su concentración
    S-si, es…extraña, bella y profunda. Esos niños son muy hermosos –dijo mientras le daba la imagen pequeña a Ana
    Ana cogió el pequeño retrato y lo coloco encima de la mesa de la sala
    Son lindos- dijo restándoles importancia

    Cuando terminaron de colocar todos los cuadros en su posición, y las estatuillas, se sentaron en uno de los blancos sofás y suspiraron.
    Habían hecho un gran trabajo, los cuadros combinaban muy bien con las paredes oscuras del apartamento.
    Isabel se recostó y cerró los ojos por un momento, inhalo air lo más que pudo y lo soltó, abrió los ojos y se encontró observando la blanca y redonda luna que se mostraba por los grandes ventanales del apartamento.
    ¡Ya era de noche!- pensaba la oji-verde mientras se paraba del sillón y buscaba un reloj por todas partes
    ¿Qué buscas? –pregunto Ana
    Un reloj
    Son las ocho de la noche
    ¡Tan tarde! –dijo asustada la joven peli-roja
    Es temprano –dijo María tranquilamente, mientras cruzaba la pierna
    ¿A dónde vas? –pregunto Miguel al ver a Isabel como se dirigía a la puerta. Este desde hace un momento se había acabado de despertar
    Isabel dio media vuelta en las puntas de sus pies y sonrió nerviosamente
    E-es que…conocí a una nueva vecina, y quiere que valla…a conocerla –dijo mientras descansaba sobre la puerta
    ¿Cómo se llama? –pregunto curioso el oji-oscuro, mientras se sentaba en el sillón
    Crystal
    Todavía esta temprano –dijo mientras se recostaba otra vez en el blanco y suave sillón
    Gracias…-susurro Isabel. Ella sabia como él era de protector desde cuando lo conoció
    La peli-roja abrió la puerta y salió de ahí. Camino unos cuantos metros hasta llegar a la puerta del apartamento que le indico la nueva conocida.
    Golpeo dos veces.
    Y espero…
    Hoy iba a conocer a una nueva amiga...

    notas: perdon por la tardanza!!!! pero es que he tenido tantas cosas que hacer que no habia podido adelantar.

    anderlei: gracias por seguir leyendo mi historia, y muchas gracias por tus consejos, lo tomare muy en cuenta.
     
  6.  
    Anderlei

    Anderlei Entusiasta

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    Re: La luz al final de tunel

    Esta interesante tu historia, aunque tanto amor entre familiares es desmoralizante. Casi mantienen mas una relacion de pareja que de primos O_O. Veo que le das mucha importancia a cierto cuadro/foto. ¿quienes seran esos gemelos? Ademas la aparicion de Crystal puede llegar a ser interesante. ¿Porque sera una persona solitaria?

    Aunque aveces te comes letras. tienes varias palabras inacabadas. Y aparte de joven, puedes usar palabras como chico, mozo... ya que terminas abusando de esa palabra (yo ago lo mismo xD)
     

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