La locura de soñar.

Segunda temporada.​

Lágrimas de sacrificio. ​

I​

Todos los habitantes de todos los mundos sintieron como sus corazones se encogían al escuchar un extraño aullido de dolor procedente, aunque muchos no lo sabían, de Yggdrasil; con un crujido estremecedor, una de las raíces se había quebrado, desequilibrando el tronco del fresno, que se había escorado peligrosamente.

— ¡Por favor, que esto acabe de una vez!__ sollozó Isabel abrazándose a Alex cuando un gran temblor sacudió la ciudad de Nueva York con una violencia nunca antes vista.
Nervioso por la cercanía de su amiga, Alex le dirigió una mirada interrogadora a Brian, que trataba de leer los datos de su ordenador a pesar del temblor.
__ ¡El terremoto no tiene su epicentro en la ciudad ni en los alrededores!__ exclamó el geólogo con expresión perpleja.__ ¡Según los datos que me acaban de enviar, el epicentro se encuentra en el corazón de África!
__ ¡Eso es imposible!__ gritó Natalia tras salvarse por los pelos de la lámpara que cayó sobre su cabeza.__ ¡No puede haber un terremoto tan fuerte como para que sus efectos se perciban de este modo a través del mundo!
El cercano estruendo del hundimiento de grandes edificios impidió que la antigua pareja empezase a discutir nuevamente.
__ Eso ha sonado muy cerca.__ susurró Alex tratando de mantener la calma.
Darío se asomó a la ventana con cuidado de no apoyarse en la ya debilitada estructura y comprobó con horror que, efectivamente, varios rascacielos se habían derrumbado ante la furia del desastre.
“Realmente es el fin del mundo.” pensó mientras escuchaba los gritos de agonía de las personas que habían sobrevivido a la tragedia y que no podrían ser rescatadas debido a la poderosa ventisca que continuaba azotando la ciudad.

El mundo humano no era el único que se estaba viendo afectado por el daño que Yggdrasil había sufrido. Tanto los Aesir como los Vanir observaban con rostros sombríos resquebrajarse sus tierras en grandes bloques como si de puzzles gigantes se trataran.
“¿Durante cuánto tiempo más podrás sostener nuestras vidas sobre tus hombros, Yggdrasil?” se preguntaron Odín y Njord, respectivos líderes de los dos grupos de dioses que llevaban disputándose el título de los más poderosos desde hacía siglos.

Sin embargo, la catástrofe alcanzó proporciones desmesuradas en Svartálfaheim, el mundo de los elfos oscuros, cuya población se había visto notablemente reducida tras la guerra contra Midgard llevada a cabo por Eleazar bajo las amenazas de Yasha y cuyo gobierno se hallaba en crisis con la muerte del príncipe que debería haber heredado el trono.
Antes incluso de que las familias de los soldados que jamás regresarían hubiesen podido preparar las ceremonias en su honor, un extrañó fenómeno extendió el pánico. Como si se tratase de cristal en vez de agua líquida, el océano comenzó a desaparecer rompiéndose en miles de fragmento dejando un extraño hueco negro en el lugar que antes ocupaba la gran masa de agua; se trataba del vacío, cuya naturaleza le impulsaba a devorar cualquier cosa que encontrase a su paso.
Pero aquello no era más que el principio, pues la tierra firme pronto se vio desgajada por enormes grietas en las que sólo había oscuridad. Poco a poco, todo Svartálfaheim se desvaneció sin dejar ningún rastro de su existencia; ni siquiera quedaba nada que evidenciara que los elfos oscuros habían sido seres reales.

Mientras el castillo de Midgard se veía sacudido por el terremoto, Kenshi y Sigyn recorrieron los pasillos esquivando los escombros que caían del techo. El warg llevaba entre sus garras una nota con información importante.
__ ¿Se puede saber qué ocurre?__ les preguntó Loki, quien mostraba evidentes síntomas de estar recuperándose de una borrachera, cuando llamaron a la puerta de su habitación.
Sin darle la más mínima explicación, Kenshi le entregó la carta. Cualquier rastro de la jaqueca que padecía el Ás desapareció al llegarle las palabras de la nota.
__ ¡Maldita Hela!__ exclamó prendiéndole fuego.__ ¡¿Qué querrá esa mocosa de Sara?!
__ Lo que yo me preguntó es cómo es posible que conozcas personalmente a la diosa que gobierna el Helheim, la tierra de los muertos.__ replicó Sigyn.
__ ¡No hay tiempo para explicaciones! ¡Debemos apresurarnos y entrar en el inframundo para rescatar a esa niña tonta!
__ No puedes estar hablando en serio, compañero.__ dijo Kenshi.__ Ningún ser vivo puede entrar en ese lugar con la excepción de la propia Hela y de su guardián, Garmr; no si pretende regresar al mundo de los vivos.
Loki les mostró una misteriosa sonrisa que les dio a entender que él sí que conocía una forma para lograr lo imposible.
__ El problema es que no podemos perder mucho tiempo.__ declaró el pelirrojo al escuchar el rugido de la tierra.__ Mientras yo voy a rescatar a Sara, vosotros debéis continuar la búsqueda de los tesoros de los elementos. Si lo demoramos demasiado, Yggdrasil y toda la creación caerán.
__ Yo iré contigo, hermano de camada.__ se ofreció Kenshi.
__ Será peligroso así que espero que no salgas huyendo con el rabo entre las patas.__ se burló Loki.
__ ¿Quién dice que huiré?__le preguntó el warg mostrando sus colmillos.
__ En ese caso, Klarth y yo buscaremos los demás tesoros.__ les interrumpió Sigyn.__ Tendremos que llevarnos a Mímir con nosotros para tratar de averiguar su localización.

Una vez todos estuvieron preparados y se hubieron deseado suerte, Sigyn y Klarth montaron a lomos de Steelwing y se alejaron del castillo llevándose con ellos al oráculo, que no dejaba de gritar para quejarse del mal trato que estaba recibiendo.
__ ¿Y cómo vamos a llegar al inframundo?__ le preguntó Kenshi a su amigo.
__ Hemos recibido la invitación.__ respondió Loki con una sonrisa.__ ¡Hela, si deseas que acuda y acepte tu desafío, levanta tu trasero de tu trono y abre el portal!
Cuando el eco de los gritos del Ás se hubo apagado, una inmensa puerta de piedra esculpida en forma de una gran multitud de calaveras sonrientes. Chirriando como si tuviera bisagras oxidadas, el portal se abrió mostrando un estrecho camino que se internaba en la más absoluta oscuridad.
__ Escalofriante.__ susurró el warg, cuyo pelaje se erizó al percibir el tenebroso ambiente que procedía del Helheim.
Sin embargo, ignoró las malas vibraciones que recorrían su cuerpo y siguió a su amigo a través de la puerta a la tierra de los muertos.

Al escuchar el desgarrador grito de Yggdrasil, Sara se despertó, encontrándose encadenada a un sillón. Frente a ella había una gran mesa llena de una gran variedad de comida, cuyo delicioso olor hizo que el estómago de la joven gruñera.
__ ¿No quieres comer, jovencita?__ le preguntó una voz de mujer proveniente del sillón instalado en el otro extremo de la mesa, el cual se hallaba de espaldas y mantenía oculta a su dueña.
__ ¡¿Quién eres tú?!__ le preguntó una furiosa Sara, que hacía todo lo posible por resistirse al aroma del banquete que maravillaba a sus ojos.__ ¡¿Dónde estoy?!
__ Si tienes hambre, deberías comer antes de contestarte.__ replicó la voz con un tono socarrón a la que la joven.__ Una vez hayas visto mi rostro, no serás capaz de tragar ningún tipo de alimento.
__ ¡¿Quién eres tú?!__ insistió Sara.
La desconocida suspiró y giró el sillón para mostrarle su rostro a la prisionera, que no pudo llevarse las manos a la boca para ahogar el agudo grito que soltó.
Ante la joven Asynja estaba la criatura más extraña que había visto en toda su vida. La mitad del cuerpo de su secuestradora presentaba el aspecto de una hermosa mujer de piel pálida que resaltaba el color escarlata de sus cabellos y de su ojo. Por lo menos, ese era el aspecto de la parte derecha de su cuerpo, pues su mitad izquierda era un cadáver putrefacto cuya carne desprendía un desagradable olor a descomposición que se mezclaba con el atrayente aroma a flores de la otra mitad. Sara podía asegurar que había bichos corriendo y colándose entre los jirones de carne podrida.
__ Mi nombre es Hela, reina de los muertos, y te encuentras en mi morada.__ se presentó la deidad riéndose de la cara que se le había quedado a su “invitada”.

Habiendo llegado a las llanuras del Helheim, Loki y Kenshi se unieron a la muchedumbre de condenados que caminaban hacia el gran castillo que se alzaba en el horizonte.
__ No entiendo que puedas mantener la calma estando rodeado de almas en pena.__ le comentó el warg a su hermano de camada mientras se apartaba todo lo que podía de los muertos debido al frío y a la desesperación que sus espíritus transmitían.
Loki no respondió y continuó caminando a pesar de que la multitud de condenados se arremolinaba a su alrededor para tocarle.
__ ¿Por qué parecen estar tan interesados en nosotros?__ le preguntó Kenshi apartando de un manotazo al fantasma de uno de los muchos soldados de Midgard que habían perdido la vida en la batalla.
__ Porque nosotros estamos vivos y ellos están muertos.__ respondió el pelirrojo.__ Les atrae nuestra energía, nuestro calor. En medio de la oscuridad del mundo de los muertos, nosotros somos como puntos llameantes que les atrae como la luz a las polillas.
De pronto, la tierra se sacudió de nuevo y las almas de los difuntos se dispersaron. La causa era un inmenso perro de tres cabezas que se acercaba corriendo hacia los dos intrusos.
__ Hola, Garmr, guardián del inframundo.__ le saludó Loki sin inmutarse por el hecho de que la bestia fuese mucho más grande que ellos.
__ Mirad quién ha vuelto.__ les dijo la cabeza central del perro a las otras dos.__ Hela estará satisfecha de saber que has aceptado su invitación.
__ Sin embargo, estoy seguro de que querrá ponerle fin a mi visita lo más rápidamente posible.__ replicó el Ás, bravucón como era su costumbre.
__ Eso siempre, Loki.__ corroboró Garmr sonriendo con sus tres cabezas.__ Seguidme.
__ Oye, Loki, ¿qué tipo de relación tienes con la diosa del inframundo?__ le preguntó Kenshi a su amigo mientras seguían al guardián hacia el castillo.__ ¿No irás a decirme que tuviste un lío con ella.
__ ¡¿Por quién me tomas?!__ exclamó Loki.__ ¡¿De verdad crees que tendría relaciones con mi propia hija?!
__ No…yo no quise decir…un momento… ¡¿hija?! ¡¿Hela, la reina de los muertos es tu hija?!

Hela sonrió y se incorporó del sillón donde se encontraba sentada.
__ Loki ha sido tan insensato como para adentrarse en mis dominios y yo me encargaré de que no pueda regresar al mundo de los vivos.__ declaró mientras su único ojo sano llameaba de ira.
__ ¿De qué conoces a Loki?__ le preguntó Sara.__ ¿Por qué le odias tanto?
__ ¡Porque los Aesir me condenaron a permanecer en este mundo por toda la eternidad debido al asesinato de Baldr a manos de Loki!__ gritó Hela.__ ¡Todos consideraron que yo era una amenaza por el simple hecho de que compartimos la misma sangre!
Varios huesos salieron de su mitad putrefacta y se retorcieron hasta formar una guadaña de aspecto mortal.
“¿La misma sangre?” pensó Sara, perpleja. “No es posible.”
__ ¡Ven aquí para que te arrastre a lo más profundo de estas tinieblas, padre!__ gritó la diosa infernal.

Tanto Klarth como Sigyn refunfuñaron al escuchar las palabras del oráculo mientras sobrevolaban el inmenso océano.
__ ¿No podrías ser un poco más explícito?__ le preguntó la Asynja a Mímir de mala forma.
__ No, no puedo ser más explícito.__ replicó el oráculo imitando su voz para burlarse de ella.__ El espíritu de Aqua, sangre de la tierra que sostiene a todos los seres vivos, se encuentra en el lugar en el que sus tres esencias se dan la mano.
__ ¿Qué querrá decir con eso de “las tres esencias”?
__ Supongo que se refiere a la niebla, el océano y el hielo.__ opinó Klarth mientras dirigía a Steelwing.__ Los tres estados de agregación del agua.
__ ¿Así que hay que buscar un lugar donde haya agua en sus tres estados?__ le preguntó la malhumorada Sigyn.__ ¡Pues sí que lo tenemos fácil!
Klarth permaneció en silencio mientras recordaba las historias que su madre solía contarle de pequeño. Una de esas historias trataba de una isla hecha de hielo que permanecía oculta a la vista tras una cortina de niebla permanente y a la que era imposible acceder por mar a causa de los torbellinos que se formaban en sus abruptos acantilados.
__ ¿Qué ocurre?__ le preguntó Sigyn al ver que el príncipe estaba sonriendo.
__ Creo que conozco el lugar en el que se encuentra Aqua.__ respondió el joven obligando al grifo a cambiar la dirección hacia el noroeste.

 

II​

__ ¿Padre? ¿Me estás diciendo que Loki es tu padre?__ le preguntó la asombrada Sara a Hela mientras ésta la obligaba a caminar por la inhóspita llanura.__ No sabía que Loki…tuviese una hija.
__ Ese estúpido tiene tres hijos, entre los que me cuento yo.__ replicó la diosa del inframundo con furia.__ Sin embargo, no se puede decir que estemos muy unidos. Loki nunca ha sentido interés por nosotros y el único interés que nosotros sentimos por él consiste en vengarnos porque su acción nos condenó a todos.
Sara se estremeció al percibir todo el odio que las palabras de Hela destilaban. No sabía de lo que podía ser capaz de hacer su secuestradora si se encontraba con el Ás; era una suerte que Loki no estuviese allí.
__ Sabía que no se resistiría a un buen desafío.__ susurró Hela con una fría sonrisa.
Siguiendo la dirección de su mirada, la prisionera pudo ver a Loki y a su compañero warg siendo guiados por un inmenso can de tres cabezas. Al ver al pelirrojo, los recuerdos de lo que estuvo a punto de pasar entre ellos regresaron y se vio obligada a apartar la mirada, avergonzada.
__ Ha pasado mucho tiempo, padre.__ dijo Hela cuando los dos amigos se encontraron lo bastante cerca como para poder escucharla.__ Desde que nací hace varios siglos.
__ No estarás molesta por no haber estado a tu lado, ¿verdad?__ se mofó Loki, quien se sentía extrañado al notar que Sara esquivaba su mirada.
__ Nunca te he necesitado en ese sentido, padre.__ replicó la diosa con furia.__ Lo único que quiero de ti es tu condena porque tú eres el responsable de mi reclusión en este mundo de eterna oscuridad.
__ Que yo sepa, tú siempre has estado destinada a regir el mundo de los muertos.
__ ¡Pero no estaba obligada a pasar en él en todo momento, sino que podía moverme entre las dimensiones!__ gritó Hela mientras le arrojaba al Ás la guadaña.__ ¡Después de que matases a Baldr, Odín condenó a todos los que llevaran tu sangre a permanecer encerrados para toda la eternidad!
Loki se agachó a tiempo de esquivar la afilada hoja del arma, que regresó mágicamente a la mano de su propietaria. El pelirrojo le hizo un gesto a Kenshi para que mantuviera la calma y no se precipitase y se volvió hacia su hija.
__ Yo no tengo la culpa de la severidad de Odín, Hela. Además, si estás realmente atrapada en tu reino, ¿cómo has podido ir a Midgard para secuestrar a Sara?
__ Eso no lo sé.__ respondió la mujer con sinceridad.__ Últimamente he sentido que las barreras que separan los mundos se están debilitando; los límites entre el mundo de los muertos y de los vivos se están desvaneciendo aunque desconozco la razón. Pero eso no tiene importancia en este momento; pienso encerrarte para siempre en el infierno. Y sé quien será el que tenga ese privilegio.
Hela sacó una esfera nebulosa de sus ropas y la estrelló contra el suelo, haciendo aparecer una gran nube de humo que adoptó la forma de un hermoso Ás de cabellos dorados.
“¿Quién será?” se preguntaron Sara y Kenshi al unísono.
__ Baldr…__ susurró Loki, horrorizado ante la aparición de su sobrino.
__ Hola, tío.__ le saludó el hijo predilecto de Odín con una sonrisa siniestra mientras todo su cuerpo se rodeaba por un aura de energía luminosa.

Steelwing realizaba violentas piruetas para esquivar los numerosos tornados de agua que se retorcían alrededor de la isla de hielo donde se encontraba el tesoro de Aqua.
__ ¡Creo que voy a vomitar!__ gritó Mímir cuando el grifo dio un brusco giro.
__ ¡Si tú no tienes estómago!__ señaló Sigyn.
__ ¡Aún así…!
Debido a la violencia de la ventisca, Klarth acabó perdiendo el control de la bestia y los compañeros se precipitaron contra la montaña que se alzaba en el centro de la isla, atravesando el duro hielo sin sufrir daños severos gracias a la protección mágica que la Asynja levantó rápidamente.
__ ¿Eso es…?__ empezó a preguntar Sigyn al ver un extraño zafiro sobre un pedestal situado en el centro de un pequeño lago.
Klarth iba a responder cuando el rubí de Ignis, que llevaba guardado en la bolsa, reaccionó ante la presencia del zafiro y comenzó a tirar de él como si de un imán se tratara.
__ No hay ninguna duda.__ respondió el príncipe mirando el zafiro, que también brillaba intensamente a causa de la cercanía del rubí.__ En ese zafiro se encuentra el espíritu de Aqua.
__ Entonces esto será fácil.
Sigyn recorrió con decisión el estrecho camino de hielo que conectaba el pedestal con la orilla del lago y extendió las manos para tomar el zafiro.
__ Ten cuidado.__ le advirtió Klarth, quien recordaba el incidente del volcán donde Sara y él habían encontrado el tesoro de Ignis.__ Podría haber una…
No logró acabar la frase antes de que su compañera quitase el zafiro de su lugar sagrado y toda la isla temblara al perder la fuente de energía que la sostenía.
__ ¡Buena la has hecho, jovencita!__ gritó Mímir.
Los pilares que sostenían la cueva de hielo se derrumbaron y miles de grietas se formaron en las paredes y el suelo, por las que empezó a filtrarse el agua del mar.
__ ¡Tenemos que irnos de aquí!__ gritó Klarth comprendiendo que la isla estaba a punto de hundirse en las profundidades del océano.
Sigyn se reunió con él antes de que el camino de hielo se destruyera y los dos compañeros se subieron a lomos de Steelwing a tiempo de escapar volando del gran torrente de agua salada que inundó la cueva en el momento en que se hundió el suelo.
Cuando el grupo se halló a una altura segura de la destrucción, observaron con asombro como la isla era engullida por el océano para no ser vista nunca más.
__ ¿Es lo mismo que ocurrió en el volcán?__ le preguntó Sigyn a Klarth mientras las aguas se tranquilizaban.
__ Así es.__ respondió el príncipe guardando la joya de Aqua junto a la de Ignis.__ Ya sólo quedan dos tesoros.
En ese momento, todo el mundo de Midgard se estremeció y un gran aullido atravesó el aire para aterrorizar a todos sus habitantes.

__ ¡Ciclón arco iris!__ gritó Baldr.
Siete rayos de luz de diferentes colores surgieron de las manos del Ás y se retorcieron hasta formar una espiral multicolor que se dirigió hacia Loki con toda su fuerza destructiva. Como el pelirrojo ya conocía de antemano ese ataque, pudo esquivarlo sin problemas pero no por ello dejó de asombrarse por la gran explosión que el ataque de su sobrino provocó. El poder destructivo de la luz de Baldr se encontraba a un nivel muy cercano al de su padre, cuya energía era capaz de destruir todo un continente si se lo proponía, y rivalizaba con los poderes combinados de los demás Aesir; incluso el fuego azul, el fuego más poderoso que existía, había encontrado un poderoso adversario en la luz del dios.
__ ¡Flechas arco iris!
Otros siete rayos de colores salieron disparados en línea recta desde las manos de Baldr, provocando inmensas explosiones luminosas al chocar contra la planicie tras haber sido esquivadas por Loki.

__ Hermoso espectáculo, ¿no creéis?__ les preguntó Hela a Sara y Kenshi, que observaban con horror las grandes dificultades a las que se estaba enfrentando su compañero.__ No se podía esperar otra cosa de uno de los hijos de Odín.
Kenshi trató de acercarse para ayudar a su amigo pero la diosa extendió su mano putrefacta al rostro de Sara para asegurarse de que no lo hiciera pues la mitad izquierda de su cuerpo tenía la capacidad de apagar cualquier vida con un simple roce directo.

Loki apenas podía mantenerse en pie; ya había olvidado lo duro que era combatir contra Baldr, que manejaba la luz a su voluntad como si ésta formara parte de su cuerpo y de su mente.
__ No puedo creerme que alguien tan débil como tú me matase.__ comentó Baldr, mofándose del aspecto agotado de su tío.
__ No sabes… lo mucho que lamento lo ocurrido aquel día.__ susurró el jadeante Loki.__ Si pudiera retroceder en el tiempo,…
__ Eso ya lo sé, estúpido.__ le interrumpió Baldr, cuya energía se calmó repentinamente.
El Ás de la luz se acercó al Ás de fuego y le tendió una mano para ayudarle a incorporarse. Loki le miró sin comprender y luego miró a su hija, que apartó su letal mano del rostro de Sara y declaró:
__ Aunque me gustaría condenar tu alma por toda la eternidad, me temo que el destino todavía te tiene reservado un papel de gran importancia.
__ ¿De qué estás…?
La sacudida que sufrió el Niflheim interrumpió la pregunta del pelirrojo al resquebrajar una gran parte de la extensa llanura de aquel frío mundo. Mientras la tierra se hundía y se llevaba consigo a los espíritus que allí se encontraban, un gran aullido estremeció el aire con un inmenso odio.
__ ¡¿Qué ha sido eso?!__ gritó Sara, aterrorizada por aquel sonido.
__ Fenrir.__ susurraron Loki y Hela al mismo tiempo.

Las constantes sacudidas que estaba sufriendo Midgard acabaron por hacer pedazos la isla Lyngvi, despertando a la enorme bestia a la que Tyr había encerrado tras el crimen de Loki. Ante la mirada horrorizada de los pescadores, un inmenso lobo de pelaje negro y ojos carmesíes se elevó resquebrajando la tierra al arrancar con su inmensa fuerza las gruesas cadenas de hierro que lo habían mantenido prisionero durante cientos de años.
__ ¡Loki, ¿dónde estás?!__ gritó el lobo con una voz increíblemente grave para el agudo aullido que poseía.__ ¡Cuando te encuentre, te devoraré!
Dio un fuerte golpe a la tierra con una de sus patas delanteras, cuyo tamaño movió el aire de una forma tan violenta que levantó olas de varios metros de alturas que derribaron los barcos pesqueros.
__ ¡¿Dónde estás, padre?!__ volvió a gritar la bestia.
Dos columnas de humo surgieron de sus narinas al mismo tiempo que una potente llamarada salía despedida de sus fauces incendiando el cielo con su calor.