La leyenda de las cenizas - La última esperanza

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Bryan D Patico, 18 Agosto 2010.

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    Bryan D Patico

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    La leyenda de las cenizas - La última esperanza

    Aunque la movilidad y actividad en este foro volvió a decaer... igual espero que lean y comenten este nuevo long fic ya que me estoy esmerando en su realización, de igual forma espero que lo disfruten. Cabe mencionar que esta primera parte es básicamente un one-shot que publiqué hace tiempo, sin embargo a sufrido ciertas variaciones importantes y tomando en cuenta su desenlace se presta de forma esplendida para un long-fic. Bye y suerte.
    ________________________________________---
    Prólogo


    La calma de las montañas en el norte de China era como siempre, algo digno de admirar; pequeñas bandadas de pájaros alegres y los ligeros crujidos del bambú al ser devorados por los pocos osos panda que quedaban en la zona eran lo único que quebraba de a pocos el eterno silencio reinante en l frío de las cinco de la mañana, sin embargo, a los pies de una las montaña, un grupo de sabios monjes se preparaban felices por lo que hoy pasaría; este no iba a ser un día normal, el gran Dalai lama lo había predicho en su lecho de muerte hace exactamente seis meses, hoy nacería el elegido, solo debían esperar.

    El cielo era despejado en su totalidad y la leve brisa causaba en los monjes más jóvenes y de menor rango la sensación de que el Dalai lama solo se había equivocado, era imposible que algo tan increíble, como lo que el gran señor había predicho, sucediera en esta calmada mañana. Li-seng, un joven monje quien siempre había admirado al Dalai lama, entró al monasterio en el último año de vigencia del señor de las montañas, antes de su muerte y aún así esta profecía le parecía por completo imposible. El paisaje, pensó cuando la había escuchado por primera vez, debería de haber sido obscuro y lluvioso; el ambiente perfecto para una tormenta dificultando de sobre manera la tan importante misión, pero definitivamente eso no era lo que tenia ante sus ojos.

    La hora se encontraba a punto de llegar, el sol se elevaba por en cima de la montaña superior justo en la punto del pico más alto, no había señales de lluvia ni siquiera una sola nube ni negra ni blanca, no había nada; el cielo por completo despejado y la brisa un poco más cálida no daba esperanzas en lo mínimo para el joven Li. En el preciso instante en el que el sol se alineó por completo con el pico de la montaña la expectación llenó los rostros de los sabios. 1minuto… 2mitunos…3minutos, después del cuarto minuto el sol comenzó a descender, nada había sucedido. Los ancianos se llenaron de tristeza y decepción, giraron hacia el monasterio y comenzaron su descenso.

    A los pocos minutos de haber caminado el joven monje volteó la mirada a la cumbre empinada de la montaña aún con un pobre rayo de esperanza que algo sucediera, de que el gran señor se hubiese equivocado por unos minutos y al parecer y para su sorpresa, había acertado. Del bajante sol se elevó hacia la montaña un fuerte rayo del mismo… la luz divina comenzó a derretir la nieve formada en el pico y ante el asombro de todos un niño parecía descender por el rayo como un O.V.N.I dejando su último conejillo de indias humano. La impresión en el grupo fue inimaginable, su Dalai lama no se había equivocado, a excepción de unos pocos minutos, claro; sin embargo ese pequeño detalle fue olvidado por completo, el joven Li comenzó ansioso la carrera hasta la cumbre de la montaña seguido del resto de muchos monjes jóvenes y ancianos que aún cansados avanzaban con la misma ansiedad del joven para conocer a su futuro líder; al niño que los llevará a la salvación del mundo entero.

    Si bien todos los monjes conocían la montaña como sus propios rostros, esta no dejaba de ser implacablemente dura, el camino era largo y costoso, sin contar el poderoso frío que de repente comenzó a azotar la zona; sin embargo la emoción era tan fuerte en los novatos que, sin importar el largo y peligroso viaje en frente, reunieron todas sus energías para avanzar.
    Al sol, habiendo cumplido su propósito de hoy, se escondió presuroso bajo nubes grises que salieron de la nada y comenzaron a ascender con fuerza cubriendo el cielo sobre los monjes. Una nueva lluvia torrencial amenazó con accidentar el viaje de los hijos de los monasterios quienes incansables continuaban su travesía. Como deseando impedirles su misión, el agua acrecentó de sobre manera la fuerza con la que se sometía sobre el suelo, las gotas furiosas movían la tierra al caer formando pequeños hoyos en la misma. Un grupo de tres religiosos, liderado por Li-seng avanzó con mayor velocidad preocupado por los daños que el agua y el frío podría causar en el infante, después de todo, no era más que un bebé.

    El agua continuaba cayendo feroz en las orillas de la cumbre empinada, la nieve que la cubría, ahora húmeda, resultaba resbalosa y por ende mucho más peligrosa que la tierra que habían dejado metros atrás. En su carrera a la cima, uno de los acompañantes del joven Li pareció tropezarse en el camino resbalando hacia uno de los costados. El otro monje que los acompañaba se lanzó entre la nieve tomando a penas por el tobillo a su compañero de monasterio.

    -¿Están bien? –Preguntó el líder del trió, quien se encontraba unos pasos adelante del resto.

    -¡Claro! –Contestó el monje que se había encargado de salvar a su amigo-, No pensarás que caeríamos en estas montañas, son como nuestra casa Li –sonriendo.

    La sonrisa de su compañero fue suficiente para relajar al joven Li. En cuanto se dispuso a seguir caminando, con el primer paso que dio, un nuevo ruido, suave pero crujiente a la vez, levantó de nuevo su preocupación. Volteó preocupado por sus compañeros para observar con horror como la lluvia que golpeó la nieve, ayudad por el peso de los dos monjes, causara el moverse un poco de esta agua color blanca. La gravedad ansiosa atrajo hacia su centro la nieve la cual, quizá por error o con deseo de venganza hacia la raza, con ella también se trajo a los dos hombres vestidos con telas naranja y amarillas. La muerte de los monjes fue inminente.

    “No importan las caídas, sopésenlas y hónrelos como héroes, la prioridad es el redentor” Estas fueron las últimas palabras del Dalai antes de dejar este mundo, el joven Li no podía hacer ya nada por sus amigos, su única misión ahora era llegar lo antes posible con el niño.

    Fueron dos horas las que el joven Li tardó en llegar a la cima, estaba seguro que sus compañeros rezagados le alcanzarían pronto mas no le importaba, la imagen de aquel niño bañado en una cortina de luz doraba era inaudita <<Ya sé lo que sintieron los pastores al ver a Jesús>> pensó el monje mientras se acercaba cauteloso al niño que no paraba de llorar.

    -Somos todos cenizas, de estas nacemos y a estas todos volvemos, sin embargo, hijo del sol, tu destino es ser ceniza por siempre.

    Las túnicas y mantos de color naranja con amarillo del joven comenzaron a agitarse con rabia en el momento que tomó al bebé en sus manos <<El viento del milagro, quizá>> se excusó el monje sabiendo que ni las poderosas ventiscas de la cumbre podían azotarle con tal fuerza.

    -Lindo niño, ¿no monje? –con vos seria y profunda.

    Sobre la cabeza rapada del monje se alzaba un gigantesco dragón verde con inscripciones amarillas que simulaba ser más una serpiente que un dragón; en la cabeza de la bestia se alzaba imponente un hombre de cabello rojo y gran traje negro con gris. Atemorizado el joven monje tomó al niño, lo envolvió en un trozo de su manto naranja y esperó que los demás llegaran en su auxilio.

    -Te propongo algo monje amigo mío, dame al niño y nadie sale lastimado –sonriendo- sé que esta es la propuesta común de todos los “villanos de la historia” pero es la verdad –sin dejar de lado su escalofriante sonrisa.

    -Nunca, este es nuestro salvador –desafiante- nuestro credo y el legado del último gran señor hasta el momento.

    -Bien si eso quieres –virando la vista hacia los mojes que escalaban la montaña- Ray ilumina a esos amables monjes por favor.

    La imponente bestia giró un poco su cabeza y en su boca comenzó a tragar luz formando una esfera luminiscente dirigiéndola hacia los aterrados monjes que no pudieron hacer nada para evitar su destino. Ni un solo sobreviviente quedaría ese día.

    -Creo que ya no te queda más que tu vida… si la aprecias, ¡dame al niño!

    El monje hiso lo único que su instinto le dictaba en ese momento, escapar. Corrió montaña abajo con todas sus fuerzas sin embargo su intento fue en vano; una gigantesca masa de escamas verde con amarillo cayó en frente del monje levantando fuertes cantidades de nieve y estallando el llanto del niño una vez más.

    -Es inútil. No puedes escapar de una criatura que es padre de las leyendas del viento –apareciendo en cima de la cabeza de la criatura que ahora se acercaba más al monje.

    -<<¿Leyenda del viento>> Quieres decir… -perplejo- ¿Quieres decir que esa bestia es Rayquaza? –Tirado en el piso sin poder creer aún lo que escuchaba.

    -Dios… ¿Pero es que ustedes los monjes están sordos? –Llevándose una mano a la frente en señal de decepción- Dije que era el padre de la leyenda de los vientos no que era la misma leyenda, Rayquaza como cualquier otro ser tiene padre y madre y este es el primero, el padre.

    -No puede ser… estás mintiendo. Una deidad como él nunca se prestaría para hacer tus maldades.

    -Y ¿Cómo sabes que el que está mal soy yo y no tú? –Mientras la cola de la bestia comenzaba a enrollarse alrededor del monje pero sin tocarlo- La verdad, mi querido monje –haciendo una pausa-, la verdad es algo de lo que ni tú ni yo podemos estar seguros.

    La bestia voladora tensó su cuerpo enrollado sobre el monje quebrándole todos los huesos de los pectorales hacia abajo. El estridente grito de dolor del monje quedó ahogado por el aullar de los vientos cabáticos* de la montaña; el moribundo cuerpo del religioso no podría soportar jamás a la muerte que esperaba el momento a su lado, sin embargo, de alguna manera tenía que salvar al joven redentor. Una pequeña luz de esperanza le volvió a embargar la mente deseando que la bestia no fuera tan rápida como para impedirlo.

    -¡A…la…kazam! –soltó más como un fúnebre quejido que como habla.

    Cómo rayas negras a velocidades increíbles se hiso presente la figura de algo similar a un zorro amarillado de largos bigotes, erguido sobre dos patas, con sectores cubiertos por una especie de armadura morada y sosteniendo una cuchara en cada mano.

    -Toma al niño y llévalo a Japón –susurrando lleno de dolor- rápido kazam… yo ya no tengo tiempo.

    Obediente el pokemon elevó al niño hasta tomarlo en sus débiles brazos y como un rayo desapareció de la vista nublada del monje dejando al monstruo verde sin oportunidad de impedírselo.

    -¿A dónde llevaste al niño maldito monje? –claramente enfurecido.

    -Jaja –Levantando su mano y elevando el dedo del centro hacia el tipo en la bestia- comete esto… “amigo”.


    **Japón unos instantes después**


    -Delia por favor, este niño ha sido salvado de una muerte segura y traido acá por este Alakazam –decía un hombre de unos aproximados cuarenta años y vestido por una bata blanca- Cuídelo, se lo suplico. Adóptelo como hijo, le prometo que yo le ayudaré en todo.

    -Kasam- gruñio el pokemon como recordando algo importante.

    -A si, muy importante también Delia. Este niño tendrá el nombre de lo que todos somos, llevará el nombre de las cenizas.





















    *Cabáticos: Nombre que se le da a los potentes vientos que corren montaña abajo en el helado polo norte, debido a su fuerza este viento posee una denominación distinta; el autor hace una comparación de estos vientos con los de las montañas chinas aunque sean distintos.
    ______________________________ _____---
    Espero que les haya gustado, traeré el próximo capitulo lo más pronto posible ya que estoy en exámenes y se me dificulta un poco.

    Gracias por leer, comentarios así como criticas son bien resividas.

    PD: Los demás serán más cortos, este fue largo porque era más que todo explicativo.
     
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    Nami Roronoa

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    Re: La leyenda de las cenizas - La última esperanza

    wow, me gusta mucho tu fic :D
    supongo que ese niño era Ash xD me hiciste acordar la pelicula 2 de pokemon, donde decian que Ash significaba cenizas xD
    que te puedo decir? no encontré errores, capaz era porq estaba muy metida en leer, pero tu narración es muy buena
    lo unico que te puedo decir es lo que me dijeron a mi, que use el guion largo, que le da mas profesionalismo al fic, aunq si prefieres dejalo asi porque yo lo pude leer sin problemas ;)
    sip es una lastima que haya decaido la actividad de este foro :llorar:
    espero la conti pronto, quiero ver lo que pasa!!!
    cuidate :)
    rocio
     
  3.  
    Bryan D Patico

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    Re: La leyenda de las cenizas - La última esperanza

    Gracias por leer y con respecto a lo del guion largo, le da más "formalidad" al texto y, iriginalmente deberia ir con guion largo pero, simplemente no me gusta y nunca he hecho un trabajo así, igual muchas gracias^^
    __________________________________________---
    Capitulo 1



    -¡Ash! –Se escuchó a lo lejos de la verde pradera-, Ash por favor, te lo suplico ¡Detente!

    La agotada figura de una joven castaña, vestida con un “short” rosa con blanco además blusa y pañoleta en su pelo de los mismos colores, se asomaba subiendo la pequeña colinita cubierta por verde pasto. El viento que corría feliz por el lugar agitaba un poco su pelo al tiempo que le ponía una carga extra a sus piernas para avanzar. Junto a la chica, tan solo unos tres o cuatro pasos atrás, un joven de cabello azul, acompañado por un ralts, y un joven mayor de tez morena avanzaban con un tanto menos de cansancio que la coordinadora.


    -Por dios May, pensé que en dos años habrías cambiado por lo menos en ese aspecto –volteando para ver al cansado trío que se acercaba poco a poco-, es mi primer gimnasio después de tanto tiempo fuera del conseguir medallas.


    -Ash…-bajando la mirada y con una vena sobresaliendo en su cabeza., no te atrevas, nunca más, a decirme –levantando lentamente el rostro mostrando los ojos ardiendo en llamas- ¡Que no he cambiado en nada!

    -Yo –asombrado y con miedo-, nunca dije… eso May, no sé de qué hables –con una sonrisa temerosa.

    -Mucho mejor Ash –sonriendo en completo contraste con su anterior cara-, ahora nos sentaremos aquí y comeremos un poco para descansar antes de seguir.

    -Pero May, mi gimnas…

    -¡Nada! –Interrumpiendo al joven, aquí nos sentaremos y aquí descansaremos. Después iremos por tu gimnasio.


    ***


    -Esto tiene que estar mal –viendo en una pantalla la triste “pelea” del morocho y la coordinadora; después de tanto tiempo, tantos años. Esto simple y sencillamente debe ser un simple error.

    (En la pantalla)

    -Ash, ¿ya pensaste que no puedes retar a un líder con tan solo un pokémon? Recuerda que aún no capturas nada –concluyó el joven mayor del grupo quien apenas alcanzaba a Ash y May.

    (Fuera de la pantalla)

    -Drogonite –acercando el cuello de su elegante saco blanco a la boca- Suficiente, ya sé donde están.



    ***


    -Muero… de… hambre –arrastrándose por debajo de la fuerte tormenta de arena que azotaba el desierto.

    -So…mos… dos –arrastrándose junto a la chica de cabello.

    -Súmale uno más –agregó el gato parlante que al igual que sus amigos pasaba como una serpiente bajo la tormenta antes de que una voz gruesa interrumpiera en el oído de los tres.

    -¡Inútiles! Les tengo una nueva misión.

    -¡El jefe! -Dijeron los tres al unísono.

    -Vigilen al chico del Pikachu por unos días y no permitan que dejen la ciudad Vertich en esta semana, es todo –finalizando la trasmisión de audio.

    -¿Vertich? –Se interrogó el joven de cabello entre azul y morado- Pero si acabamos de pasar esa ciudad, ahora nos toca devolvernos todo el desierto –llorando.

    -¡Inútiles! –La voz interrumpió de nuevo- Cuando lleguen a la ciudad vayan al centro pokémon y me llaman, les enviaré ciertos pokémon de la agencia central para que se ayuden, espero que no lo arruinen.

    -¡Claro, señor! –Respondieron los tres.

    -Una última cosa, no lastimen, bajo ninguna condición al muchacho, él es la prioridad.

    -¿La prioridad? Pero señor… -un suave sonido cortó la conversación de Jessie haciéndole entender que el jefe ya había cortado la trasmisión.



    ***


    El sol seguía en lo alto del cielo dándole un agradable calor a los jóvenes, Brock se encontraba cocinando algo en una especie de cantero que, como siempre, nadie sabe de dónde salió, por su parte May descansaba a la sombra de un solitario árbol al lado de su Skitty, Max parecía estar conversando algo con su Ralts mientras que, como ya era costumbre, Ash practicaba con su Pikachu.
    Una nube negra cubrió casi por completo el sol de manera tan exacta que pareció intencional, después otra serie de nubes acompañaron a la otra; el cielo se tornó oscuro por completo y el agradable y tibio aire dejó su calmo recorrido por fuertes ventiscas frías causando que, asustados, el grupo se reunirá al lado de Brock.

    -Esto no es nada normal –asustada-, estoy segura que no lo es.

    -Tranquila May –a su lado- no debe ser nada.

    -No Ash, ella tiene razón –abrazando a su ralts- el clima no puede cambian tan drásticamente en ese cortísimo periodo.

    Un furioso rayo prendió en fuego el árbol en el que tan solo instantes antes May y su gatita habían descansado. El miedo se apoderó aún más de la joven y comenzó a hacer su camino dentro del resto del grupo también. En primera instancia todos pensaron que las llamas consumirían el pasto circundante, sin embargo, el fuego permanecía solo sobre el árbol despreciando al verde alimento que tenía en frente, como si algo le impidiera devorar tan suculento manjar.


    ***


    -¡Idiotas! –La ya familiar voz interrumpió al trío del equipo rocket en el preciso instante que ingresaban al centro pokémon de ciudad Vertich- El grupo de Ash aún no llega a la ciudad, su posición exacta se encuentra es kilometro y medio hacia el este del centro de Vertich, ¿donde se encuentran?

    -Señor –respondió Meowth- justamente estamos en el centro pokémon.

    -Vayan a la máquina inmediatamente, les enviaré dos pokémon a cada uno, Jessie y James, además de un Luxray, usen este último para llegar lo antes posible al lugar, parece que necesitan ayuda.

    -¿Ayuda? –Interrumpió Jessie-, pensé que…

    -No me importa lo que hayan pensando, defiendan a su grupo y convénzalos de que no deben abandonar la ciudad, si al final no quieren cooperar impídanle la salida por la fuerza, aclaro, esto último solo como última opción, ahora ¡Muévanse!
     
  4.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Re: La leyenda de las cenizas - La última esperanza

    wow, esto ya esta tomando un buen camino :D
    solo espero que no se vuelva advanceshipping :(
    ese Giovanni, que estara planeando??
    solo una mínima corrección:

    Es Dragonite ;)
    Bueno, dejo de molestarte
    bye!!
     
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    Verdana

    Verdana Ñip

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    Re: La leyenda de las cenizas - La última esperanza

    Vaya ya leí :D me gustó mucho y casi nada de errores, el primero creo que si lo había leido anteriormente :D muy bueno en verdad, cuidate y espero que lo sigas y como siempre ¬¬ Giovanni D: espero que tenga una muerte no digna! :mad: (?) [no me hagas caso xDU]

    y La Pobre de May se asustó ._. me parece lógico eso a mi también quisá me aterraría :D en fin, me despido sigue con tu fic y espero que te comenten mas está bueno :P Bye!
     
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