La Leyenda de Estefani

CAPITULO XXXVIII: SIN ALTERNATIVA




Reviviendo el dolor de su pasado pero con una posibilidad de volver a creer en los demás.


Michelle estaba bajando lentamente hacia el precipicio en donde Gerardo había caído arrastrado por Morgana.


—Princesa por favor, debería reconsiderar esto, podría resbalarse y caer. — Fellow tembloroso y sujetándose como podía de la chica, le pedía que se volviera marcha atrás con su plan de rescate.


—No puedo creer que digas eso Fellow, Gerardo es nuestro compañero y no podemos abandonarlo. Además, tú que eres un animal sensorial, ya debes haberte dado cuenta de que él continúa con vida.


—Lo se señorita Michelle, es por eso que creo que sería mejor esperara a que llegue algunos de sus amigos y luego intentar rescatarlo.


—No podemos esperar tanto Fellow, aparte que los demás deben tener sus propios problemas como para venir a ayudarnos ahora. Definitivamente hare esto por mi cuenta, voy a salvar a Gerardo a como dé lugar.


— ¿De verdad lo quiere no, princesa Michelle? — Pregunto pícaramente la mascota, poniéndola nerviosa a la morena.


—Eso no viene al caso Fellow, pero yo…daría lo que fuera por él, inclusive mi propia vida.


Habiendo derrotado a Fuldac, la princesa Estefani se reunía con la misteriosa chica que la había ayudado.


— ¿Con que te llamas Demetria?


—Así es, soy la discípula de la gran Nasha. — Respondió orgullosa.


—Nasha…estoy seguro que he escuchado ese nombre antes. — Pensaba Jack tratando de hacer memoria.


—Por supuesto que debes haber escuchado su nombre. La señora Nasha era uno de los guardias especiales que estaban al cuidado de la reina Alejandra, al igual que Randall. Fue mi maestra quien me envió a que los ayudara en sus combates.


— ¿Así que tu maestra y Randall ya se conocen?, pero dime algo, ¿Cómo supiste que nosotros no éramos los Silarus?, ya sabes que casi todos ellos tiene apariencia humana.


—Bueno, en este caso eso no fue tan difícil. Me puse a pensar, entre un hombre con piel de reptil, y una niñita rubia con cara de tonta, evidentemente el hombre seria mi enemigo y no tú.


El comentario de Demetria no paso por alto para Estefani que estaba bastante enojada con ella.


— ¿Dijiste…niñita rubia con cara de tonta? — Estaba realmente encabronada la princesa con la soberbia chica guerrera.


Viéndola casi al borde de estallar, Jack se metió en la charla para intentar apaciguar las aguas.


—Ya, ya chicas, no es para que se peleen. Seguramente Demetria lo dijo solo de broma, ¿no es verdad?, jajaja.


— ¡Claro que no!, yo lo decía en serio.


— ¿Qué tu qué? — Ya a estas alturas Estefani parecía un volcán en erupción.


—Mmm, vaya nueva compañera que ha llegado, aaah…que tortura va a ser esto. — Jack podía prevenir que la conflictiva Demetria iba a ser tanto bien como mal en lo que quedaba de esta misión.


Mientras tanto, encerrados entre miles de rocas que les obstruía el paso, Morgana y Gerardo seguían buscando la forma de salir de allí. Ambos estaban malheridos y debilitados, aunque ninguno de los dos parecía desconfiar tanto del otro como antes.


—Diablos, estas rocas parecen muy sólidas, en mi condición actual me costara mucho trabajo romperlas.


—Que tonto eres, yo ya había pensado en esa opción, pero también me puse a meditar que si no tenía cuidado, podrían caérsenos encima todas las piedras sobre nosotros.


—Entonces, ¿cuál es tu brillante idea para escapar Morgana?


—No tengo ninguna, aparte no sé cuál es el apuro que tienes por escapar. Tanto aquí encerrado como afuera tu destino será el mismo, la muerte.


— ¿Con que la muerte eh?, pues déjame decirte que no pienso morir. No hasta que no haya cumplido mi promesa con Estefani.


—Otra vez esos estúpidos sentimientos humanos. Te tengo una noticia chico, esa niña que tanto defiendes… ¿Acaso sabes lo que siente esa princesa?, ¿Crees que ella te va a corresponder?, para que sepas, esa chica esta…


— ¡Basta! — La callo él de un grito. — No quiero saberlo, aunque puedo imaginarme lo que ibas a decir, no quiero oírlo.


— ¿Así que ya lo sabes?, que esa muchacha está enamorada de ese tal Jack.


Gerardo no pudo evitar sentir un gran dolor en su pecho, sabía bien que Morgana podía leer a la perfección el corazón de los seres humanos, él mismo había tenido ese presentimiento sobre Estefani desde que Jack apareció en sus vidas.


—Eso…no importa, de todas formas la protegeré. — Exclamo con decisión.


—No logro entenderte, aun sabiendo lo que siente esa chica, ¿De todas formas piensas en defenderla?, ¿Es que acaso no tienes orgullo?


—El orgullo no tiene nada que ver en esto. Aunque quisiera hacerlo…yo no puedo dejar de tener este sentimiento hacia Estefani, es algo más poderoso que cualquier otra cosa que exista en el mundo.


—He, tu sentimentalismo me da asco. — Dijo Morgana tratando de no darle nada de importancia a las palabras del joven.


Gerardo en ese momento comenzó a sentir muchos mareos, al parecer su estado físico no estaba aguantando el encierro ni tampoco las heridas que había sufrido en la caída.


—Oye, ¿Qué te pasa?, ¿Te sientes bien? — Morgana se dio cuenta que el chico no se sentía bien al verlo tambalearse.


Cuando su cuerpo ya le dijo basta, Gerardo cayó desplomado al suelo muy debilitado y adolorido.


—Hey, ¿Qué te ocurre? — Con mucha prisa Morgana fue a ver que le estaba pasando al chico. Fácilmente pudo darse cuenta que Gerardo volaba en fiebre y que su cuerpo estaba más dañado que el de ella, sobre todo la espalda del joven. — ¨ Que extraño, por más que sea un humano, él debería tener las mismas heridas que yo, si ambos caímos al mismo tiempo, a no ser que…¨ — Allí Morgana recordó que en el momento de caer, Gerardo alcanzo a tomarla a ella y cubrir el cuerpo de la chica con el suyo propio, de esa forma pudo amortiguarle la caída a la Silarus. — ¨ Ahora lo recuerdo, fue él…él me protegió en el momento en que caímos, pero… ¿Por qué?, ¿Por qué haría tal cosa?, no lo entiendo.¨


La mente de Morgana y más aún, su corazón, estaban más confundidos que nunca, no lograba encontrarle sentido alguno a las acciones de Gerardo, sobre todo siendo ella la que había sido encomendara para destruirlo.


En el planeta tierra, el temible Reim había encontrado a la persona que buscaba, no sin antes asesinar a varios seres humanos en el camino.


— ¿Acaso alguien así puede ser tan importante para Gualon? — El líder de los Silarus venia cargando a una persona en su espalda y ya se disponía a regresar al reino oscuro.


— ¡Hermano Reim! — Una voz llamaba al poderoso líder.


—Esa voz… ¿Eres tu Lloref?


—Así es hermano, tengo novedades sobre la batalla contra los humanos.


— ¿Qué ha pasado?


—He perdido el rastro de Morgana, su energía no logro sentirla por ningún lado.


—No es posible, acaso ella también…ha muerto.


—Es muy rápido para que saquemos conclusiones hermano Reim, de todas formas es necesario que usted vuelva cuanto antes.


—Iré de inmediato, después de todo ya cumplí con mi tarea en este planeta. — Un chico adolescente de cabello rubio era llevado en andas por Reim, ¿Quién será esta persona?


El joven herido volvía a despertarse luego de caer desmayado.


— ¿Qué…Que ha pasado? — Pregunto mientras abría lentamente sus ojos.


—Sí que eres débil, te caes desplomado así como así. Igualmente parece que ya estas mejor. — Morgana se comportaba con la misma ironía que de costumbre, aunque Gerardo notaba algo distinto en ella.


— ¿Me caí?, seguramente este muy débil aun. — Cuando se iba a reincorporar se fijó que llevaba puesto unos vendajes en las heridas que tenía. — ¿Quién hizo esto?


—Lo hice yo, que pregunta más tonta haces, ¿Acaso hay alguien más aquí?


—Lo hiciste tú, pero… ¿no entiendo?


—No hay nada que entender, mientras estemos aquí debemos trabajar juntos para escapar. Una vez que estemos afuera todo volverá a ser como antes, ¿Esta claro?


—Sí, lo que digas… — Gerardo estaba muy confundido, no sabía si debía creer o no en el cambio de Morgana. Pero algo era claro, deberían trabajar juntos si querían salir de ese lugar, y eso él mismo lo tenía muy claro.




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CAPITULO XXXIX: EL DESPERTAR DE UN SENTIMIENTO




Una jovencita muy atareada con las tareas que le encomendaron.


La extrovertida amiga de Estefani, Sara, estaba en la casa de las hermanas Brown. Ella había quedado a cargo del hogar de las chicas durante la ausencia de las mismas y también estaba con la obligación de cuidar de Rufus, el obeso perro de su amiga.


—Rufus, Rufus, ven perrito, ¿Dónde estás?, ya es hora de comer. No se ve por ninguna parte, ¿Dónde se habrá metido ese tonto perro?, no importa, iré a comer algo primero y luego lo seguiré buscando.


Sara bastante agotada y hambrienta se decidió por alimentarse antes de seguir con la búsqueda del animal. Aunque al momento de ingresar a la cocina, la tarea que había pospuesto para más tarde pudo ver que estaba resuelta, ya que se encontró con el perro comiéndose la comida que se había preparado para ella.


— ¡Oye tu perro pulgoso, ¿Qué crees que estás haciendo?, esa es mi comida!


—¡¡Guau!! — Solo atino a contestar Rufus, aunque ¿qué otra cosa podría decir no?


—Eso que tienes en el hocico…Hey, ese es mi pollo, devuélvemelo. — Sara solo tenía una palabra en su mente, ¨Hambre¨, así que no tuvo más opción que intentar recuperar su comida cueste lo que le cueste. Fue de esa forma que la amiga de Estefani salió disparada a correrlo por toda la casa al gordo pero veloz perro.


Después de un rato largo de ejercicio, intentado alcanzar al canino con la pata de pollo, Sara se detuvo por un momento para descansar, además que el perro ya había ingerido el alimento de la chica, ya era totalmente en vano seguir corriéndolo por toda la casa.


—Ah, Ah, ese animal…nunca creí que fuera tan rápido. — Dijo tratando de tomar algo de aire. — No debí aceptar cuidar de este perro, yo no sé cómo debo cuidarlo, además tengo muy poca paciencia. Esa Michelle, siempre logra convencerme.


Unos cuantos días atrás, antes de que se marcharan del hogar Yaina y Michelle…


¨ —Sara, por favor necesitamos que cuides de nuestra casa por un tiempo hasta que nosotras regresemos de un viaje.


—Claro Yaina, no hay problema.


—También tendrás que cuidar de Rufus, recuerda alimentarlo dos o tres veces por día. — Agrego Michelle.


— ¿Dos o tres veces por día?, este animal come más que yo, ¿Cómo es que se las arreglan para alimentarlo?, ¿ustedes no tienen tanto dinero o sí?


—Jajaja, eso es cierto, pero tratamos de arreglárnoslas, sino Estefani se molestaría mucho si no lo alimentamos bien. — Comentó Yaina.


—Supongo que tienes razón, Estefani es muy protectora de sus seres queridos.¨


Volviendo al presente…


—Es extraño que al poco tiempo de irse Estefani con su novio, Yaina y Michelle también se fueran. Ahora que lo pienso… ¿Qué les habrán querido decir en aquella oportunidad?


Regresando en el tiempo, Sara recuerda el día que se fue su amiga junto a Gerardo en un supuesto viaje de vacaciones.


¨ —Cuídense chicos, por favor vuelvan sanos y salvo. – Yaina con lágrimas en los ojos les pedía su regreso con bien a los jóvenes aventureros.

—Si Estefani cuídate mucho, tú también Gerardo, aunque apenas te conozco… creo que lograrás salvar al mundo junto con mi hermana. – Michelle le continuaba, dando especial importancia a que le respondería el chico. ¨


Nuevamente en la actualidad.


— ¿Qué les habrán querido decir con eso de que salvaran al mundo?, ¿acaso me ocultaron algo?


Entre las rocas que los mantenían prisioneros, Gerardo y Morgana parecían que habían recuperado mucho sus fuerzas y se disponían a irse de ese lugar. Ellos sabían bien que tenían que tener cuidado de usar sus técnicas allí, ya que ese sitio podía desplomarse al más mínimo movimiento en falso.


—Bien, esto será lo que haremos. Mientras tú haces un orificio lo suficientemente largo como para llegar hasta la superficie, yo en tanto usare mis poderes para mantener estable todo el lugar. De esa manera evitaremos que las piedras se nos caigan encima.


— ¿De verdad crees que puede funcionar este plan?


—Es esto o no es nada. Tendrás que confiar en mi idea, no existe otra manera de hacerlo.


—De acuerdo, hare lo que me pides Morgana.


Estando ya decididos a llevar a cabo su plan, tanto la Silarus como el humano se pusieron manos a la obra. El primero en actuar fue Gerardo que usando el ¨Joensuu¨ intentaría destruir las piedras que les bloqueaban el paso.


— ¡Espera un segundo! — Lo detuvo Morgana sujetando su brazo. — Estas por usar una técnica bastante poderosa por lo que veo.


—Así es, es la técnica que me enseño el maestro Randall. Es el único golpe que podría usar para crear un orificio.


—Entiendo, pero tienes que asegurarte de la fuerza que le des a la técnica, recuerda que al más mínimo descuido podríamos provocar que todo se nos venga a pique.


Más allá de las advertencias de Morgana, Gerardo aun no sabía controlar a la perfección su poder aprendido recientemente, pero el poco orgullo que tenía no le permitía decírselo a la Silarus.


El muchacho uso la fuerza del Joensuu para perforar las miles de rocas que les impedían el paso, pero tal y como se lo había advertido Morgana, la energía utilizada en la técnica fue demasiada y provoco que todo se le cayera encima.


— ¡Demonios!, te dije que controlaras tu fuerza, vamos a morir.


—No lo permitiré, ¨ Barrera de luz ¨ — Gerardo usando su propia energía, pudo crear un campo protector que cubrió tanto su cuerpo como el de la chica.


—¨ Esa técnica…es la misma que usaba el rey Endinium. ¨


— ¿Te encuentras bien Morgana?


— ¿Eh?, s-sí, estoy bien. — La bella Silarus estaba muy confundida, dos eran sus principales motivos. El primero era el raro comportamiento de Gerardo con ella, que por momentos era más el de un compañero que el de un enemigo. El otro motivo era lo que sucedió hacia unos minutos, donde el joven mostro una técnica que solía ser usada por el antiguo fundador de Sefiro.


De todas formas los dos chicos se complicaron peor que antes, ya que con el último derrumbe que hubo, la salida quedó todavía más bloqueada que desde el inicio.


—Lo siento, creo que te eché a perder el plan.


— ¿Por qué no mediste la fuerza de tu ataque?, Te había advertido que esto podía suceder. — Le dijo reprochándole su proceder.


—Es que en realidad yo no sé usar de manera adecuada el Joensuu, perdóname.


— ¿Y por qué no me lo dijiste con anterioridad?, pudimos haber evitado este desastre.


Gerardo estaba muy apenado por su aptitud, sentía que no había madurado nada y que solo causaba problemas a los demás. La expresión que tenía el chico no pasó desapercibida para Morgana.


—Ya no hay nada que hacer, lamentarse no sirve de nada ahora. Igual no todo lo que hiciste estuvo tan mal. Si no fuera que me protegiste con ese campo de protección, yo estaría muerta en estos momentos. Supongo…que debo darte las gracias.


Ante esas palabras Gerardo no estaba muy seguro que responderle, así que lo único que pudo decir fue….


—De nada, aunque déjame decirte que lo volvería a hacer.


— ¿Qué lo volverías hacer?, ¿acaso quieres traicionar a tus amigos?


—No, nada de eso, pero por alguna razón creo que tú no mereces morir. En realidad estoy comenzando a creer que no eres tan malvada como aparentas.


Algo estaba muy claro para ambos, y es que ya no existía ese rencor entre ambos como lo había desde el principio. Su relación estaba mejorando, más allá de que aún seguían estando en bandos opuestos.


En los dominios de Gualon, el líder del reino oscuro recibía al recién llegado Reim, que había vuelto de su viaje al mundo de Gerardo.


— ¿Con que ya has vuelto Reim?, dime… ¿me trajiste lo que te pedí?


—Yo siempre cumplo con mis tareas Gualon, deberías saberlo. — Reim bajaba de su espalda al joven adolescente de cabello rubio que seguía inconsciente. — ¿Este es el chico que buscabas no?


—Sí, es él, has hecho un buen trabajo Reim. Ya puedes retirarte, probablemente tengas que combatir dentro de poco tiempo.


—Eso no es necesario que me lo digas, estoy al tanto de lo que ha sucedido. — De inmediato el líder Silarus abandono el cuarto de Gualon, dejándolo solo con el joven humano secuestrado.


—Kukuku, ¿me pregunto si Gerardo se pondrá feliz de volver a verte?, ¿Tú qué opinas…David?


Uno de los tantos jóvenes que le habían complicado la existencia a Gerardo estaba ante Gualon, ¿Que oscuro plan tendrá en mente?




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CAPITULO XL: LA DECISION DE MORGANA




¿Buscando un nuevo horizonte?


La Silarus y el humano continuaban prisioneros entre las rocas. Durante ese lapso de tiempo ellos pudieron conocerse un poco más, al punto de comenzar a dudar si en verdad eran enemigos o no.


—De acuerdo Gerardo, esta va a ser nuestra última oportunidad de escapar, así que espero que hagas tu técnica tal y como te dije.


—Lo intentaré.


—No, no digas que lo intentaras, ¡Hazlo!


—Está bien, estoy seguro que esta vez lo conseguiré.


Morgana estuvo enseñándole a Gerardo un posible método de disminuir el potencial del Joensuu, de esa forma podría evitar que sucediera lo ocurrido hacía apenas unos momentos cuando se produjo el derrumbe.


—¨ No volveré a fallar, esta vez va a ser diferente¨, ¡Aquí voy! , ¨Joensuu¨ — Las rocas comenzaron a quedar hechas polvos, aunque en esta ocasión parecía que el joven podía equilibrar el potencial de su ataque.


—Ahora es mi turno. ¨ Entrada de espiral¨ — Gracias a la técnica que usaba Morgana, la misma consiste en mantener separados cualquier elemento a su alrededor, creándose así un camino donde ellos pudieran subir hasta la superficie y encontrar la salida.


El trabajo en equipo de ambos había salido a la perfección, habían logrado mantener la zona despejada para poder salir de ese lugar.


— ¡Lo hicimos! — El chico muy eufórico se puso a saltar de alegría, sin darse cuenta que estaba abrazando a Morgana.


— ¿Se puede saber que estás haciendo? — Le pregunto ella muy molesta.


—Jajaja — Reía nervioso. — Lo siento, creo que me emocione demasiado.


—Intenta evitar contacto entre nosotros y te lo volveré a repetir, una vez que nosotros salgamos de aquí volveremos a ser enemigos, espero que no lo olvides.


—No lo he olvidado, solo que pensé que cambiarias de opinión con respecto a ser nuestra enemiga, creí que podrías dejar eso de lado.


— ¡Eso jamás!, si yo hiciera eso sería como negar mi propio ser. Soy uno de los Silarus, nuestro objetivo en esta vida es eliminar a la humanidad, jamás podría entenderme con ustedes.


Él por más que quisiera no lo entendía, no podía comprender el motivo que tenía Morgana para sentir tanto rencor por los humanos, siendo que ella era más humana que demonio en apariencia.


—Veo que no podré convencerte a cambiar de opinión, ¿verdad?


—Así es Gerardo, tu eres un humano y yo un demonio, así son las cosas y hay que aceptarlas como son.


—E-Entiendo…


—Ya debemos irnos, no puedo mantener esta técnica por mucho tiempo.


La princesa de Rilan y el muchacho proveniente de la tierra comenzaron a escalar por la entrada que se crearon ellos mismos. El recorrido iba a ser bastante largo por la cantidad de metros que tenían que subir hasta llegar a la superficie y si a eso le sumábamos que ninguno de los dos había escalado nunca nada, claramente la tarea no sería tan sencilla.


Desde la superficie, Michelle intentaba bajar en búsqueda de su compañero que había caído, pero luego de ir bajando por largo tiempo, la morena se encontró con la pared de piedra que le obstruía el paso.


—Esto no puede ser posible, no se puede avanzar más.


— ¡Princesa Michelle, mire todas esas rocas!, ¿No será acaso que el joven Gerardo ha…?


—No digas tontería Fellow, Gerardo esta con vida, además deberías ser capaz de sentir su energía vital. Él está bien.


—Tiene razón señorita, aun puedo sentir su energía.


—De todas formas no estoy tan tranquila. Antes que nada debemos buscar alguna forma de quitar de allí esas piedras que obstruyen el paso, y también… me preocupa el hecho de que Morgana se encuentre con Gerardo. Mientras ella siga estando con él, su vida seguirá corriendo peligro.


—Es cierto, me había olvidado de que estaba con Morgana.


—Supongo que tendré que usar el ¨Tornado de fuego.¨


— ¡Espere señorita!, creo que sería mejor idear otro plan. Si usted usa su poder, el joven Gerardo podría resultar herido.


— ¿Crees que no se los riesgos Fellow?, pero no hay otra alternativa. Haré lo que sea necesario para rescatarlo.


En otro lugar, Estefani, Jack y la nueva compañera, Demetria, seguían su rumbo hasta el castillo de Gualon. Ese recorrido lo venían haciendo a las corridas, con tal de llegar cuanto antes al reino oscuro.


—Chicos…chicos, por favor…denme un respiro. — Demetria no daba más, ya iban corriendo varios kilómetros sin parar.


— ¿Pero qué dices?, no podemos desperdiciar el tiempo valioso que nos queda, ¿además no dices que eres toda una guerrera?, no creo que un poco de ejercicio te haga mal.


—Comprendo Jack, pero…si tomamos un pequeño descanso no creo que cambie mucho el asunto.


—Ni hablar, esa no es una opción. — Dijo algo molesta Estefani.


— ¿Y a ti quien te pregunto?, yo le hablaba a Jack.


— ¿Ah sí?, pues déjame decirte que yo llevo viajando todo el camino desde el comienzo con él, aparte debo recordarte que soy una de las princesas de Sefiro, tenme más respeto — Mencionó Estefani algo vanidosa.


— ¿Respeto a ti?, por favor, tú no eres más que una chiquilla consentida. — Comento burlándose de la rubia, la cual estaba ya furiosa por la soberbia guerrera.


— ¡¿Qué has dicho?! Atrévete a repetirlo.


—Ya basta chicas, dejen de pelear, esto no nos llevará a ninguna parte. — El ladrón intentaba por todos los medios calmar las aguas, la tolerancia entre ambas no era demasiada pero si querían salir victoriosos de esta batalla deberían trabajar en conjunto.


Mientras tanto, Gerardo y Morgana ya estaban a punto de salir de aquella prisión de rocas a la que habían caído. Ya las últimas capas de piedras estaban siendo destruidas por el joven, gracias a utilizar su poderosa técnica, el Joensuu.


—Ya estamos cerca de lograrlo Morgana, pronto saldremos de aquí.


—Debo reconocer que me sorprendiste Gerardo, no estaba muy segura de que fueras a lograrlo, veo que te has hecho muy fuerte.


—Hehe, no digas eso, me da pena.


—¨ ¿Qué estoy haciendo?, ¿Por qué lo estaré animando?, no estoy segura de lo que me está pasando, pero algo es muy claro, y es que este chico me hace dudar si en realidad debo pelear contra él, realmente eres…alguien especial.¨


Desde el otro extremo se encontraba Michelle a punto de usar su Tornado de Fuego para perforar las rocas, aunque ella desconocía que su amigo ya se estaba a punto de salir de aquel lugar.


—Bien, aquí voy Fellow. Tornado de…


— ¡Joensuu! — Antes de que Michelle pudiera usar su poder, una poderosa energía destruía la inmensa capa de rocas que ella quería eliminar. Luego de eso un muchacho salía de entre las piedras, al cual con rapidez la morena lo reconoció al instante.


— ¿Gerardo eres tú? — Pregunto ella algo incrédula todavía.


— ¡Michelle!, que alegría me da volver a verte.


La expresión de felicidad de la princesa por ver a su compañero sano y salvo cambio abruptamente cuando vio salir también a Morgana.


— ¿Con que tú también estas con vida?, está bien, esta vez voy a derrotarte Morgana. — Michelle no quería dejar escapar a la Silarus, por lo que ya se preparaba a combatir con ella y vencerla de una vez por todas. Curiosamente la otra chica no se había puesto en posición de combate, sino que por el contrario se le veía algo dispersa en sus pensamientos.


Al ver la lógica reacción de Michelle, Gerardo iba a interceder por última vez, intentando evitar combatir contra Morgana. Él seguía sintiendo que ella no era un ser tan malvado como aparentaba y no deseaba pelear contra esa joven. Pero su intromisión no fue necesaria gracias a las palabras que dijo la Silarus en ese momento.


— ¡No quiero pelear! — Pronuncio con firmeza Morgana.


— ¿C-Como dijiste?, creo que no te escuche bien. — Dudosa le pregunto Michelle.


—Lo que acabo de decirte linda, yo ya no quiero pelear contra ustedes.


Un inesperado cambio de actitud y muchas dudas alrededor de la misma, ¿Cuál será la respuesta que le den Gerardo y Michelle a la Silarus?




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CAPITULO XLI: COMBATIENDO CONTRA EL INMORTAL




Ya llegando a la culminación de los combates, los rivales más fuertes se hacen presentes.


La princesa Michelle había quedado muy sorprendida ante la medida tomada por Morgana de negarse a seguir luchando contra ellos. Sin duda era una decisión inesperada, aunque aún generaba algo de dudas en los chicos ese cambio tan drástico, en especial en la hermana de Estefani.


— ¿Dices que no quieres pelear contra nosotros?


—Eso dije princesa Michelle, ¿Acaso no oyes bien?


— ¿Qué clase de broma es esta?


—No es ninguna broma, solo que he cambiado de parecer con respecto a ustedes.


Gerardo pese a que deseaba oír esas palabras en boca de Morgana, también se encontraba algo confuso, temiendo a que se tratara solamente de algún truco de la Silarus y no a un deseo genuino de ella de estar en paz con los humanos.


—Dime algo Morgana, ¿en verdad ya no deseas pelear más?


—Yo no he dicho eso, mi naturaleza solamente conoce los combates, no conozco nada más que llene mi existencia. Pero en vez de luchar contra ustedes, esta vez mi enemigo será otro. Estoy segura que ese sujeto nos ha estado utilizando a su antojo, si no hubiese sido que nuestro líder acepto colaborar con él.


— ¿Y qué vas a hacer ahora?


—No lo sé, por el momento solo voy a estar vagando sin rumbo fijo, después de todo gran parte de mi vida ha sido de esta forma, vacía y sin propósito.


— ¿Por qué no vienes con nosotros entonces?, una persona tan hábil en las batallas como tú nos seria de mucha ayuda.


— ¿Qué dices Gerardo?, ¿Te has vuelto loco?, ¿De verdad crees que ella estará de nuestro lado? —Escandalizada dijo Michelle. — Además, ¿planeas dejarla ir así como así?


—Supongo que tienes algo de razón en desconfiar de ella Michelle, por eso… — El joven se acercó lentamente a Morgana, ya cuando se encontraba solo a un par de pasos de distancia, él saco un cuchillo y se lo entregó a la Silarus.


— ¿Por qué me das esto? — Le pregunto Morgana sin saber que se tramaba el chico.


—Sólo quiero saber si hago lo correcto, usa esa cuchilla y acaba con mi vida.


— ¡¿Qué?! — La sorpresa no solo fue de Morgana, sino que también Michelle no podía creer lo que su compañero estaba haciendo.


— ¡Gerardo, deja de hacer locuras, aléjate de ella o te matara!, ¿Has perdido la razón?, ¿Qué es lo que te pasa?


—Michelle, si acaso me estoy equivocando con respecto a ella, entonces quiero asumir la responsabilidad de mi decisión, así que por favor no intervengas en esto.


La Silarus seguía observando al joven y podía darse cuenta que él hablaba muy en serio, su mirada era muy decidida y sin miedo alguno. Aquel muchacho algo depresivo y dudoso de sí mismo parecía que había tenido un acelerado proceso de madurez mientras estuvieron atrapados entre las rocas.


— ¿Te das cuentas de lo que haces?, estas dejando tu vida en mis manos, ¿juegas conmigo o qué?


—Morgana, como le he dicho a Michelle, si el creer en ti es un error, quiero ser yo el que reciba el castigo por equivocarme, así que está en ti decidir qué es lo que vas a hacer.


Asustada por lo que podría llegar a suceder, Michelle enseguida intento detener a Gerardo.


— ¡Ya basta!, ¡no voy a permitir que cometas una locura así!


— ¡Espera Michelle!, aunque sea por esta vez confía en mí.


En ese instante de distracción, Morgana aprovecho para mover con violencia el cuchillo que Gerardo le había dado.


— ¡Dejen de ponerme a prueba, estúpidos humanos! — Ante la cara de miedo de ambos jóvenes, la Silarus toma su decisión finalmente.


En tanto, Estefani y su pequeño grupo seguía su camino, hasta que llegando a determinado punto, un nuevo oponente se le apareció en medio del recorrido, posiblemente uno de los últimos rivales que tendrían.


—Jejeje, verdaderamente debo felicitarlos, ustedes después de Endinium, son de las pocas personas que pueden alardear de haber vencido a los Silarus, o por lo menos a gran parte de ellos.


— ¡Dinos ¿quién eres tú?!


—Mi nombre es Lloref, maestro sagrado de Marquia.


—Es imposible, en verdad este sujeto existe.


— ¿Qué sucede Jack?, ¿Acaso tú lo conoces? — Ignorando de quien tenía en frente pregunto Estefani.


—Ja, sí que eres ignorante muchachita. — Exclamó burlonamente Demetria ante el desconocimiento de la rubia. — Ese tipo que tienes en frente tuyo, es nada más y nada menos que el famoso guerrero inmortal perteneciente al grupo de los Silarus.


— ¿Dijiste…inmortal?


—Así es Estefani, tal y como te lo dijo Demetria, este tipo es Lloref de Marquia, mejor conocido como el guerrero inmortal.


—Un momento Jack, si este hombre es inmortal como tú acabas de decir, ¿cómo supones que lo derrotaremos?


Algo impaciente por tanta charla de los jóvenes oponentes, Lloref tomo la palabra.


—Jajaja, ¿Qué es lo que pasa con ustedes?, ¿A qué viene tanta palabrería?, ¿No pensaran en escaparse ahora que saben quién soy verdad?


—No creas que somos tan cobardes como para hacer algo así, en realidad me siento más emocionado que nunca de poder enfrentarme a un adversario como tu Lloref.


— ¿Emocionado…dices?, cuida tus palabras muchacho, pueden ser las ultimas que digas.


—Hazme callar entonces.


—Jack. — Le llamo Estefani. — Espera, no lo hagas.


— ¿Y ahora que pasa Estefani?, ¿no me digas que estas preocupada por mí?


— ¡Idiota, claro que me preocupo por ti! — Le respondió algo asustada.


Jack se sentía avergonzado por comportarse de esa forma con ella, pero pese a ello, algo de lo ocurrido lo puso muy feliz, ya que pudo darse cuenta que se había ganado un lugar muy importante en el corazón de Estefani.


—Tonta, voy a estar bien, te doy mi palabra. — Dijo él con una sonrisa en su rostro. — Demetria, hazme un favor, ve adelantándote junto a Estefani, luego las alcanzaré.


—Bien, como digas. Vamos rubia, sígueme. — Las dos se fueron alejando, pero antes de eso Estefani se dio vuelta para verlo una vez más, esperando a que él cumpliera con lo que dijo.


Finalmente Lloref y Jack quedaron cara a cara, solos sin que hubiera nadie que pudiera interferir en su combate.


—Dime una cosa jovencito, esa chica que dejaste ir, ¿Qué significa ella para ti?


—Ja, ¿desde cuándo un demonio como tú se interesa en esas cosas?, obviamente no tengo porque responderte.


—No es que me interese tanto ladronzuelo, solo sentí algo de curiosidad, eso es todo. Debo reconocer que para tratarse de una humana, es en verdad atractiva.


— ¡Ya me cansaste de tus estupideces, si vas a pelear hazlo de una vez! — Le contestó muy molesto Jack.


—Si tanto deseos tienes de morir, que así sea. — Lloref comenzó a actuar, lo primero que hizo luego de juntar una poderosa energía maligna, fue invocar a varios espíritus de antiguos guerreros, todos ellos había sido oponentes del inmortal en varios años de estar combatiendo, y ahora no eran más que meros ciervos al servicio de su amo.


— ¿Qué es esto?, ¿Quiénes son todos estos sujetos?, parecen muertos vivientes.


—Jajaja, así es Jack Bedenton. Todos estos guerreros fueron en algún momento mis rivales, en pocas palabras, ellos son los trofeos de guerra que voy obteniendo en cada victoria. Siéntete agasajado joven ladrón, he decidido que te conviertas en mi nueva adquisición, al igual que ellos, tú serás mi nuevo premio de batalla.


—Eso lo veremos miserable, ¨Milares Aindum¨ (Discos de Energía)


El joven bandido afronta a un oponente más que temible, el inicio de un nuevo combate y la pregunta que todos se hacen, ¿Lograra Estefani salvar a Sefiro?




PROXIMO CAPITULO: ALMAS PERDIDAS

 

CAPITULO XLII: ALMAS PERDIDAS




El pequeño ejército de muertos vivos rodea a Jack.


Lloref de Marquia, más conocido como el inmortal, había invocado a un grupo de guerreros que provenían del inframundo. Cada uno de estos peleadores habían sido rivales en alguna ocasión el temido Silarus, sus almas ya no eran más que meros trofeos por cada victoria conseguida.


—No me esperaba que hicieras algo así Lloref, invocar a los guerreros que venciste para que luchen por ti, ¿No será que eres un cobarde no?


—Jajaja, eres muy hablador, demasiado para alguien que le queda muy poco tiempo de vida, a propósito… ¿No habrás creído que ya venciste a mis sirvientes con esa técnica?


— ¿Eh?, ¿Qué quieres decir?


En ese momento Jack se percató que los guerreros que había derrotado con su poder, volvían a ponerse de pie.


—Es increíble, pensé que ya me había encargado de ellos, creo que esto se está poniendo muy difícil, ja es mucho mejor así, es justo lo que andaba buscando.


Un tanto más lejos de allí y gracias a que el ladrón se quedó para detener a Lloref, la princesa Estefani junto a Demetria seguían su camino hacia el castillo de Gualon, lugar que estaba muy cerca de ellas. De todas forma y a medida que iban avanzando, la heroína de cabellos dorados seguía preocupada por haber dejado solo a Jack.


—Rubia, rubia, ¿me estas escuchando?


—Eh, ¿Q-Que pasa? — Pregunto distraída.


—No pasa nada, pero había notado que estas algo dispersa, ¿Es por Jack no?, ¿te preocupa?


—Claro que me preocupa, igual que el resto de mis amigos.


—Puedes decir eso rubia, pero está muy claro que Jack es algo más que un amigo para ti.


Todavía preocupada y con pocos deseos de seguir con la charla, Estefani decidió terminar la conversación.


—Creo que estamos perdiendo tiempo valioso, será mejor que sigamos nuestro camino.


—Lo sé, lo sé, por lo que veo te gusta evadir las cosas cuando te conviene, ¿No es así?


—Qué tontería, no es que quiera evadir o escaparme de tu pregunta, es solo que…no sé qué responderte.


Las chicas siguieron con su rumbo después de esa pequeña charla que tuvieron.


En los límites del castillo, uno de nuestros jóvenes héroes se encontraba a pocos metros del interior del oscuro hogar de Gualon.


—Este humano…es muy fuerte. — El último demonio que vigilaba la entrada al castillo era derrotado por Johnny, quien se decidió por avanzar solo sin esperar a que llegara algunos de sus compañeros.


—Ah,ah, estoy muy cansado, ah, había muchos de estos demonios cubriendo la entrada, ah, por suerte parece que no quedo ninguno en pie.


El pelirrojo se encontraba ya en el interior del castillo. El lugar era tal cual se lo había imaginado, una estructura gigantesca de piedra muy oscura y sombría. Dentro del susodicho lugar, Johnny observaba por cada uno de los rincones, por lo menos hasta donde su vista se lo permitía debido a la carencia de luz que había.


—Es muy complicado ver algo aquí. Si no tengo cuidado podrían atacarme por sorpresa.


—Jejeje, ¿asustado muchacho? — Pronuncio una voz.


— ¿Quién anda ahí?


—Tenía el presentimiento que pronto me encontraría con uno de ustedes, me sorprende un poco que se trate de ti Johnny. — El dueño de esa voz se apareció detrás de las sombras, casi como un fantasma.


—Gualon, con que…al fin das la cara.


—Que descortesía dirigirte a mí de esa forma, más aun teniendo en cuenta todo lo que hice por ti John.


— ¿John?, un momento, el único que me llamaba así era…


Lentamente Gualon comenzó a levantar su capucha, fue así que Johnny diviso el rostro oculto de su enemigo, un rostro muy familiar para él.


—Es imposible, tú eres…


En la enorme casa, un par de antiguos amigos se dedicaban a pasar el rato, esperando la llegara de sus discípulos.


— ¡Jaque mate!


— ¡No, otra vez ganaste!, me estás haciendo trampa Nasha.


—Claro que no Randall, solo que yo soy más lista que tú, es muy fácil ganarte.


—Eso no es cierto, estoy seguro que me estás haciendo trampa, se nota en tu cara. — Decía encabronado.


—Y yo te digo que no digas tonterías. Además no se puede hacer trampa en el ajedrez, esto no es como las cartas.


—Estas admitiendo que en las cartas si me hiciste trampa.


— ¡No dices más que idioteces Randall, reconoce que te gane y págame la apuesta que hicimos!


Entre tantos gritos el burro Gaspar despertó algo malhumorado.


—Por favor señorita Nasha, maestro Randall, hay gente que trata de dormir, no hagan tanto ruido por favor.


— ¡Cállate, tú eres un burro! — Le respondieron a los gritos los dos.


—Viven discutiendo, pero cuando se trata de herir los sentimientos de los demás sí que van acorde los dos. — Comento con resignación Gaspar.


Volviendo a la pelea del bandido de cabello verde…


Jack pese a su desventaja numérica, intentaba eliminar de uno en uno a sus rivales, no obstante el malvado Lloref no parecía preocuparle demasiado la estrategia que fuera a emplear el ladrón.


—Pese a ser solamente cadáveres vivientes, ellos aún conservan sus habilidades de combate. — Jack evadía los ataques enemigos, al mismo tiempo que con golpes de puños y patadas iba dejando fuera de combate a sus oponentes. — ¨ Que extraño, ¿Por qué Lloref se queda mirando sin hacer nada?, ¿acaso estará planeando algún otro movimiento? ¨


Las especulaciones del peliverde no eran del todo desacertadas, a la vez que Jack iba derrotando a los guerreros invocados por Lloref, este se pasaba el tiempo recolectando información en base al estilo de pelea del bandido.


—¨Ese humano no lo hace nada mal, en verdad es muy fuerte¨. — Pensaba para sí mismo Lloref.


Una vez más el ladrón vencía a sus enemigos, pero al igual que en la otra ocasión, estos se volvían a poner de pie.


— ¨ No puede ser, por más que los derribo una y otra vez ellos se vuelven a levantar, tengo que pensar en algo. Lo peor de todo es que comienzo a sentirme cansado.¨


Extrañamente y teniendo en cuenta la ventaja que empezaba a tener, Lloref hizo que volvieran al inframundo.


— ¿Qué haces?, ¿Por qué detienes tu técnica? — Pregunto Jack sin entender que se proponía su rival.


—Muchachito, no te sientas tan aliviado, si detuve mi técnica es por un muy buen motivo.


— ¿Un buen motivo?, ¿A qué te refieres?


—En primer lugar, si seguía utilizando mi técnica de resurrección, mi energía se hubiera desgastado demasiado, inclusive alguien con mi poder no se puede dar ese lujo. Y en segundo lugar…creo que ya no estás en condiciones de pelear conmigo.


— ¿Que ya no estoy en condiciones?, no me subestimes, aun me queda mucha energía para vencerte.


—Jeje, eso está por verse.


Lentamente el cuerpo de Lloref comenzó a sufrir una increíble metamorfosis, convirtiendo su ser en una criatura abominable, un hombre con apariencia infernal de cuerpo enorme de color rojizo y saliéndole unos enormes cuernos de su cabeza e inmensa alas de su espalda.


— ¿Qué…es esto?, ¿Qué es lo que eres en realidad? — Decía atemorizado el bandido.


—Jajaja, es tarde para que te arrepientas joven Bedenton. Tienes el honor de ver mi verdadera apariencia, ha llegado tu fin.


Lloref muestra toda su fuerza ante Jack, quien se encuentra en serios problemas.




PROXIMO CAPITULO: EL NUEVO PODER DE JACK