La Leyenda de Estefani

CAPITULO XXI: ESFUERZO Y RECOMPENSA

Conseguir superar sus propios límites, afrontar sus debilidades. Gerardo va en búsqueda de algo que jamás pudo tener, el respeto por sí mismo.

El maestro Randall había llevado a Estefani y sus amigos hasta su casa, en donde otros visitantes los esperaban con ansias. Luego del conmovedor reencuentro de las hermanas, el instructor decide descansar ese día para reponer energía, luego del viaje largo que tuvieron que hacer. Ya llegado un nuevo día, a temprana hora, los muchachos, en especial Gerardo, se preparaban para el inicio de su entrenamiento.

—Bien Gerardo, según lo que me informo Estefani, tú no tienes experiencia en los combates. Así que tendrás que empezar de cero, ¿estamos de acuerdo? – Peguntó el maestro.

—Por supuesto señor Randall, hare todo lo que me pida. – Contestó el moreno.

—Muy bien, entonces comenzaremos con la concentración de tu Neuma o mejor dicho energía vital.

— ¿Energía vital?, ¿y eso que es? – Desconocía completamente de lo que hablaba el instructor.

—Déjame que te explique Gerardo. – Le dice la rubia a su amigo. – La energía vital, es por decirlo de alguna manera, el poder más grande que tenemos, resumiendo, es nuestra fuente de poder oculta, aquella que solo si unimos nuestro poder físico y mental sale a flote. Cada ser que tenga vida se mantiene más tiempo gracias a su energía vital.

—Muy precisa princesa, agregando a lo que ella dijo, hay tres clases de energía vital que se conoce. Clase B, Que es en general la que tiene todos los seres humanos, los animales y las plantas. La clase A, que son los demonios inferiores y medios, y los guerreros con un nivel de combate medio y alto. Y por último se encuentra la clase S, estos son muy escasos de por sí, yo solamente conozco dos personas que tenían este tipo de energía. – El maestro seguía informándole a Gerardo

—Maestro Randall, usted… ¿a qué clase de energía pertenece? – Curioso le pregunta Gerardo.

—Mi energía es clase A, o sea la de los que tienen un poder medio a alto de energía vital.

—Entonces… ¿Gualon seria clase S? – Ahora la interrogante del muchacho iba por otro lado.

—No Gerardo, Gualon al igual que yo es de clase A. Solo que entre los de clase A, hay diferentes niveles de poder.

—Pues, ¿quiénes son eso dos que tenían la energía clase S entonces?

—Los únicos que yo se que tenían ese poder eran los fundadores de Sefiro, me refiero a Endinium y Lyra.

— ¿Endinium y Lyra?, ¿y qué clase de personas eran ellos? – Gerardo seguía con sus interrogantes.

—Diablos, no sabes nada de nada, eres un tonto. Ellos eran seres humanos, pero lograron un desarrollo superior al de cualquier otro ser, y su energía vital llego a unos extremos que nadie jamás se imagino. – Respondía Jack.

—Si… el poder de ellos dos se hizo infinito, en pocas palabras, eran invencibles. No existía nada ni nadie que pudiera hacerles frente. – Prosiguió Randall. – He sabido que en unas de sus batallas, Endinium Y Lyra encerraron en el inframundo a unos monstruos que estaban destruyendo la tierra, eso demonios se los conocía como Los Silarus. Ellos eran muy fuertes, cada uno tenía poderes únicos que los hacían seres formidables, pero para suerte de la humanidad, Endinium y Lyra eran muy superiores.

—Vaya, debió ser formidable verlos pelear. Seguramente personas como ellos solo pudieron haber muerto debido a causas naturales, ¿no es cierto?

—No Gerardo. Si bien Endinium y Lyra eran invencibles, había algo que podía hacer que ellos murieran.

— ¿Y de qué forma murieron? – Gerardo estaba expectante por la respuesta.

—Pelearon entre ellos mismos. – Contesta Randall.

—Entre ellos, pero maestro, tengo entendido que eran un matrimonio muy feliz. Según la leyenda de ellos, era una pareja que se amaba mucho. ¿Cómo pudieron matarse entre ellos? – Estefani sabía algo acerca de esa historia, pero desconocía la forma en que dejaron el mundo estas dos personas.

—No estoy seguro, pero por lo que se dice de los antiguos, Endinium fue llevado a la oscuridad, creo que fue corrompido por el odio y el dolor que se había adueñado de su corazón, me imagino que eso fue lo que lo llevo hacia la maldad. Lyra por más que lo amaba tuvo que detenerlo, ella no podía hacer vista a otro lado y negar lo que pasaba, así que se vio obligada a enfrentarlo.

— ¿Y qué fue lo que paso después? – El moreno se había entusiasmado sobre el relato de esas dos personas y deseaba saber que había ocurrido.

—La reina Lyra se sacrifico para detener a su esposo, de ese sacrificio surgió eso que llevas contigo Estefani. – En ese momento Randall hacía referencia al medallón de la chica.

— ¿Se refiere al medallón de Lyra? – Le pregunta ella mostrándoselo al maestro.

—Así es, el medallón de Lyra es ni más ni menos que el resultado de esa batalla. Ese objeto contiene un poder increíble, cualquiera que sea capaz de controlarlo por completo, obtendrá un arma muy poderosa. Pero también se puede correr el riesgo que el medallón se adueñe de tu propia voluntad.

—No imaginaba que fuera tan poderosa. – Le dice la muchacha incrédula ante semejante poder, pero por un instante recordó el momento en que ella perdió la cordura cuando a Gerardo lo habían herido de gravedad delante de ella. En esa ocasión ella no supo que había pasado, lo único que recordaba era que vio a Gerardo casi muerto y después no sabía nada de lo que había acontecido.

—Maestro Randall. – Le interrumpe la conversación Jack. – No cree que deberían seguir con el entrenamiento, creo que se han desviado un poco del asunto.

—JaJaJa, tienes razón muchacho, es que me gusta conversar mucho. – Se disculpaba Randall. – Bien Gerardo, lo primero que debes aprender es como usar tu energía vital para un combate y para ello debes concentrarte lo suficiente para poder sacar toda esa fuerza a la luz.

Randall le seguía explicando las cosas básicas a Gerardo, aunque a este ultimo parecía costarle entender, la mayoría de las veces perdía la concentración y no lograba sacar esa energía que necesitaba, era algo muy complicado para un novato como Gerardo. Por otro lado Jack estaba aprovechando para entrenar por su cuenta y este a diferencia del moreno demostraba una facilidad para sacar su energía vital que Gerardo estallaba de envidia ante los halagos que recibía el ladrón por parte de sus compañeros.

— ¡Eres increíble Jack!, tus movimientos son perfectos. – Comentaba Johnny. – Debes tener mucha experiencia en los combates.

—Si es impresionante, jamás vi a alguien con esa habilidad, creo que solo el maestro Randall está a tu nivel. – Seguía con la tanda de elogios Yaina.

—Sí, mi hermano me enseño a pelear de niño, desde entonces he estado practicando para ir mejorando mis técnicas. – Jack tenía una larga experiencia en las peleas, al tener que arreglárselas solos tanto él como su hermano, no había tenido otra opción que aprender a sobrevivir por su cuenta.

En tanto Gerardo que intentaba sacar su energía vital, miraba como el resto agasajaba todo el tiempo a Jack, era tanta su bronca que le era imposible poder pulir la técnica que le estaba enseñando Randall.

— ¡Tonto!, te dije que te concentradas, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? – Al maestro le molestaba mucho la falta de concentración del moreno.

—L-Lo lamento, déjeme intentarlo de nuevo.

Por su parte, Estefani también practicaba el uso del medallón, ella entendía que debía tener un mayor poder de concentración para poder usar mejor su energía. Aunque la rubia se desconcentraba observando cómo Gerardo fallaba una y otra vez en sus intentos, lo que hacía preocuparla en demasía.

—¨Le cuesta mucho concentrarse, espero que logre pronto algún avance, sino…¨ – Si había algo que Estefani hacia desde que conoció a Gerardo, era preocuparse. Por alguna rara razón ella no podía evitar ese sentimiento de protección por el muchacho, como una necesidad constante de protegerlo hasta de sus propios prejuicios. Ella sabía claramente que el moreno era una persona que se bajaba mucho la autoestima a sí mismo.

— ¿Estas preocupada verdad? – Pregunta repentinamente una persona que se acerco a ella.

—Michelle, ¿qué haces aquí?

—Solamente venia a traerle algo que tomar a los muchachos, es que está haciendo mucho calor. A propósito, ¿cómo le va a Gerardo?, ¿está mejorando?

—Hmm, le está costando mucho la concentración, parece que tuviera su mente en otra parte.

—Es lógico, está pendiente en todo lo que hace Jack. – Afirmo Michelle, era raro pero parecía que ella conocía mucho a Gerardo y apenas se habían visto un par de veces.

—No lo creo Michelle, Gerardo no soporta a Jack y viceversa, Jack tampoco aguanta a Gerardo, ellos nunca se estarían observando, son demasiado orgullosos como para fijarse uno del otro. – Estefani era testigo de las constantes peleas de esos dos muchachos. – Y ahora que lo pienso, no logro entender porque se pelean tanto esos dos.

—¨ Que despistada es, no puedo creer que no se dé cuenta que es por ella.¨ – La morena se daba cuenta que Gerardo estaba muerto por la rubia, y también notaba un extraño cariño del bandido por su hermana menor.

—Me parece que a tú amigo lo que le hace falta es sentirse importante. Tengo la sensación que lo que más le está afectando en su concentración es que Jack haga todo perfecto y que siempre reciba elogios por parte de todos. En cambio él cada vez que quiere aprender algo, simplemente parece que fracasara antes de intentarlo.

—Estas siendo muy injusta con Gerardo, Michelle. Apenas está entrenando para aprender a usar su energía vital, debemos darle tiempo, no es algo que se pueda hacer de un día para el otro. – Estefani parecía ser la única que confiaba en Gerardo.

—Lejos de mi esta él no valorizar a Gerardo. Aunque no lo conozca bien, me puedo dar cuenta a simple vista que es un chico especial, yo nunca lo subestimaría, aparte que a mí me… – Se detiene en lo que quería decir la morena.

— ¿Qué a ti qué? – Le pregunta la princesa de cabello rubio a su hermana.

—No nada, que yo no subestimo para nada a Gerardo. – Michelle trató de disimular los verdaderos sentimientos que tenia tratando de no seguir con la conversación, ella quería evitar cualquier tipo de confusión de Estefani, así que la morena decide alejarse de ella. Michelle aprovechó en ese momento para acercarse a Gerardo, que había detenido su entrenamiento para descansar.

—Hola Gerardo, ¿cómo estás? – Pregunta mientras se sienta cerca del chico.

—Eh, Hola…Michelle. – Gerardo siempre sentía nervios cuando hablaba con alguna chica, el sexo opuesto era como un mundo desconocido para él, ya que en su planeta no tenía relación con las chicas, era demasiado tímido para acercársele.

—Te traje algo que beber, te servirá para combatir la sed, la temperatura está muy alta hoy. – La chica le ofrece agua fresca que traía de un jarrón, y se lo sirve en un vaso, a lo que él acepta con gusto.

—Gracias señorita Michelle. – Le dice él tímidamente.

—Llámame solamente Michelle, me haces sentir como una extraña con eso de señorita.

—E-Esta bien, Michelle.

—Así es mejor. – Contesta alegremente. – Por lo visto es muy difícil el entrenamiento.

—Sí lo es, y apenas estoy intentando acumular energía vital. Me va a llevar más tiempo del que creí. – Se le notaba mucha desilusión por su escasos avances, Michelle logro intuir que su mirada de tristeza se debía a ello.

—No te lo tomes tan mal, a todo el mundo le cuesta aprender cosas nuevas, es lo más normal. – Michelle al igual que Estefani tenían una sonrisa encantadora, y la morena con el objetivo de reanimarlo le ofrece su hermosa sonrisa como muestra de apoyo. – Sabes…Estefani tiene mucha confianza en ti, y ella rara vez se equivoca, es una niña con mucha intuición.

— ¿Tú lo crees? – Al muchacho le gustaba cuando recibía ánimos de Estefani, pero de alguna manera Michelle lograba el mismo efecto en Gerardo. Este mismo no entendía porque su corazón lantía tan rápido delante de una chica que apenas conocía.

—Por supuesto Gerardo, siendo franca contigo, yo también creo que lo vas a lograr. Nos conocemos muy poco, pero estoy segura que eres un hombre muy fuerte.

—JaJa, de nuevo gracias, me hacía falta recibir algo de ánimos Michelle. – Con una sonrisa nerviosa le agradecía su apoyo.

—Espero tus avances Gerardo, mucha suerte. – Michelle se levanto para dejarlo que siga entrenando, pero antes de irse sentía la necesidad de decirle algo más. – Gerardo…

—Eh, si dime.

La morena se da vuelta para verlo a los ojos y preguntarle eso que la intranquilizaba tanto.

—A ti…te gusta Estefani, ¿verdad?

— ¿Qué?, ¿P-Por qué me preguntas eso Michelle? – Sus ojos se abrieron de par en par ante la pregunta, es que no entendía el porqué le preguntaba algo semejante.

—Yo…olvídalo. – Ella prefirió no insistir con su pregunta al verlo tan descolocado a él, es más ni ella misma sabia porque le había preguntado eso tan intimo para el chico, así que dejando todo de lado se da media vuelta para marcharse, al pobre muchacho lo dejo con cara de no entender nada de lo que pasaba.

—Michelle… – Gerardo suspiró su nombre mientras la muchacha se marchaba lentamente.

Estaba oscureciendo y los chicos continuaban con sus respectivos entrenamientos. Por un lado Jack lograba un dominio total de sus técnicas y parecía que había conseguido una velocidad muy superior a la que tenía anteriormente. Estefani mientras, proseguía con su dominio del medallón, ella quería aprender lo más posible con respecto a esa joya que ocultaba poderes grandiosos, de todas formas también se entrenaba ella misma en lo físico y en técnicas de combates. Y en tanto el moreno seguía con lo básico, el sacar a la luz su energía vital, esto requería de mucha concentración ya que consiste en unir su poder mental y físico a la vez, de esa forma se podía usar la energía vital para tener mayor fuerza.
Cuando ya todos, inclusive Gerardo, perdía la esperanza de lograr sacar a flote su poder oculto, finalmente el milagro llegó. Una enorme aura de color azulado se hace visible ante los ojos de todos, al fin el moreno había logrado reunir su energía vital, finalmente el esfuerzo de Gerardo tenía su recompensa.

—Wow, ¿Qué es eso? – Pregunta asombrado Johnny al ver un manto de energía rodear el cuerpo de Gerardo.

—Por fin lo ha conseguido. ­– Pronuncia Randall. – Esa…Esa es la fuerza oculta de Gerardo.

—Es increíble, no imagine que fuera algo tan poderoso, esa energía es muy grande. – Ante tremendo poder Jack mostraba su asombro.

—Impresionante… ¡Eres impresionante Gerardo! – Grita emocionada Michelle al ver que había conseguido superar la primera prueba, aunque una hermosa rubia que estaba al lado de ella miro con un gesto de preocupación la reacción de su hermana.

— ¿Te pasa algo Estefani? – Pregunta intrigada Yaina al verla con esa seriedad en su rostro.

— ¿Por qué preguntas Yaina?

—Es que pareces muy seria, no te ofendas, pero tú no sueles estarlo.

—Vaya, no sé si tomarlo como un cumplido o no, pero estas en un error Yaina, yo estoy como siempre. – Haciéndose la distraída en cuanto el asunto en cuestión, Estefani siguió con su entrenamiento dejando con sus inquietudes a Yaina.

Yaina sabía que no sacaría la verdadera razón de esa cara de seriedad de la rubia, por eso antes de hablar con ella, la pelirroja había observado a que dirección se dirigía la mirada de Estefani, y era nada menos que Gerardo y Michelle que hablaban de manera muy amena. La hermana mayor sentía que no debía fijarse en cosas como esas, que no eran de importancia, de todas formas creía que debía despejarse algunas dudas, y esas dudas podría aclararlas cuando hablara con Michelle.
El maestro Randall se sentía aliviado de que Gerardo superada el primer obstáculo, no obstante era solamente el principio, lo más difícil estaba por venir. El siguiente paso requeriría de la ayuda de Jack.

—Jack, ven aquí un momento. – El maestro llamó al peliverde, al parecer el seria parte del nuevo entrenamiento de Gerardo.

—Pero… ¿está seguro de esto maestro? – Asombrado por lo que le había dicho Randall.

—Es necesario que lo hagas Jack, le servirá mucho en su entrenamiento.

—De acuerdo, si usted lo dice.

Tomada la decisión del siguiente paso, Randall y Jack se preparaban para lo que proseguía. Mientras, en otra parte del lugar del entrenamiento, Francis caminaba de manera solitaria por un terreno abandonado, detiene su caminar al sentir cierta presencia.

—No pensé que vendrías personalmente. – Parecía que Francis conversaba con alguien, aunque no se divisaba a quién. – ¿Acaso crees que mi plan no va a funcionar?

—JaJaJa, claro que no, confió en ti, solo quiero conversar contigo. – Una figura aparece en frente de Francis. – Estas haciendo un buen trabajo.

—Se lo agradezco, lord Gualon. – El pequeño se inclina ante la presencia de Gualon.

—Tenias razón, ese chico Gerardo, tiene muchos conflictos internamente. – Le dice Gualon a Francis.

—Era justo como me lo había imaginado señor Gualon, la falta de confianza en sí mismo de este chico le hace ser una persona muy vulnerable a cualquier conflicto, sobre todo sentimentalmente.

—Así que el chico se ha enamorado de Estefani, los humanos son tan patéticos, su forma de vivir la vida en base de sentimientos tan estúpidos como la amistad y el amor, es realmente ridículo.

—Maestro, el ladrón es básicamente su verdadero rival, él es muy fuerte al contrario de Gerardo, creo que tendríamos que preocuparnos más por ese muchacho.

—No debes preocuparte del ladronzuelo, por más fuerte que sea, no podrá con los Silarus él solo. Ahora lo que quiero es que me muestres tu verdadera figura.

—Estoy a sus órdenes señor Gualon. – Una luz intensa comienza a cubrir el cuerpo de Francis, convirtiéndolo en otra persona totalmente distinta, hasta que la forma física de una hermosa joven de largo cabello plateado se hace presente.

—Ya extrañaba ese lindo rostro tuyo…Veris.

—Ja, mi trabajo como falso oráculo y este de espía que me has dado hace que mi cuerpo se agote.

—Eso no quita que mantengas igual esa hermosa figura. – Al decirle esto, Gualon toma de la cintura a Veris y levantando un poco la capucha que le cubría su rostro, él la besa de forma apasionada. Las verdaderas intensiones de Gualon están a punto de saberse, ¿podrán darse cuenta a tiempo Estefani y sus amigos?

Yaina había ido al pueblo que estaba más cerca de la casa de Randall a comprar provisiones. Pero ella noto algo muy peculiar, en el bar que era el lugar más concurrido de allí, no se escuchaba ni el más mínimo sonido.

—Qué extraño, en ese bar generalmente se escucha mucho bullicio de sus clientes, ¿acaso estará cerrado? – La pelirroja decide acercarse a ver qué pasaba, y encuentra algo inesperado.

— ¿Qué?, esto…es imposible… ¿Quién hizo esto? – Yaina se siente horrorizada al ver lo que había dentro del bar.

Randall ya se preparaba para enseñarle a Gerardo lo nuevo que tenía que aprender.

—Gerardo, vamos a seguir con el siguiente paso de tu entrenamiento. Es hora de que tengas una pelea en serio.

— ¡Genial!, ya tenía ganas de aprender a luchar. Entonces… ¿peleare con usted?

—No…tu oponente será otro Gerardo. – Dijo Randall.

—Y, ¿con quién peleare entonces?

—Jack ven aquí. – El maestro llamó al peliverde.

—No me diga que… – Ya el moreno intuía lo que se estaba por venir.

—Así es Gerardo, tú pelearas con Jack, él te ayudara mucho a aprender a combatir cuerpo a cuerpo.

— ¡¿Qué?! – Gerardo no podía creer lo que había escuchado, ahora su entrenamiento venía acompañado de Jack, la persona a la que menos quería recurrir.

—Al menos que tengas mucho miedo para pelear conmigo. – Le dice Jack de manera burlona.

— ¿Cómo te atreves?, eres un presumido.

—Realmente hará que peleen los dos, tengo un mal presentimiento de esto. – A Estefani no le gustaba mucho la idea de que sus amigos pelearan, si bien era solo un entrenamiento, ella sabia la desconexión evidente entre ambos muchachos.

Un nuevo paso en el entrenamiento de Gerardo, ahora la pelea de él con Jack mostrara que tanto ha mejorado, ¿podrá hacerle frente al hábil bandido?

PROXIMO CAPITULO: GERARDO VS JACK

 

CAPITULO XXII: GERARDO VS JACK

El virtuoso contra el joven que busca crecer, ¿Qué resultado habrá de este choque?

El ambiente se mostraba tenso, Gerardo y Jack iban a combatir como parte del entrenamiento del moreno. Había algo de ansiedad de todos por ver que sucedía, aunque Estefani no se mostraba como los demás, ella simplemente deseaba que esto no tuviera que pasar, la rubia se acerca con el maestro Randall para consultarle algo acerca de esa pelea.

—Maestro…Randall, tengo una pregunta que hacerle. – Habla dudosa. – ¿No piensa que sería mejor que Gerardo practique más tiempo antes de pelear?, digo…me parece que es algo pronto.

—Entiendo lo que tratas de decirme Estefani, pero créeme que esta es la mejor manera que conozco, debe tener una pelea en serio para crecer realmente como combatiente.

—Sí, pero… – Ella seguía sin estar convencida por el asunto.

—No te preocupes, Gerardo estará bien.

—Eh, pero, ¿Por qué me dice eso?

—Es evidente que quien te preocupa es él, no creo que un peleador experimentado como Jack sea el motivo de tu preocupación.

—Bueno, yo… – Ella no sabía que decir. – No quiero que nadie resulte lastimado, es solo eso.

—Con que solo eso eh…bien, si no existe un motivo más importante, entonces daré comienzo a la pelea. – No dándole mucha importancia al los apreciaciones de la rubia, Randall da inicio al entrenamiento.

—Genial, es mi oportunidad de darte tu merecido charlatán. – Gerardo se mostraba feliz, lo veía como una gran chance de demostrar lo que valía, sobre todo ante su rival Jack.

—Me dices charlatán a mí, me parece que el charlatán aquí eres tú…torpe.

— ¿Que dijiste?, repítelo.

—Claro que lo repito, eres un ¡TORPE! – Le grita fuerte Jack.

—No de nuevo, esos dos son como perro y gato – Johnny se rascaba la cabeza viendo a los dos peleando como niños.

—Es increíble lo tontos que son ambos. – Responde Yaina resignada.

—Oigan, deben pelear con los puños no con la boca. – Randall se mostraba enojado por la actitud tan chiquilina de los muchachos.

—Está bien. – Responden los dos al mismo tiempo, sin quitarse los ojos furiosos de encima.

La pelea daba comienzo, al principio las grandes habilidades de Jack eran más que evidentes, su supremacía sobre Gerardo era indiscutible. Cada intento que hacia Gerardo por golpear al ladrón, era fácilmente esquivado por Jack, logrando que el moreno se sintiera frustrado ante la diferencia de habilidades.

—Huh, era de esperarse, Gerardo todavía no está a la altura de Jack. La diferencia de sus poderes es abismal y eso que Jack no está usando toda su fuerza. – El maestro ya se imaginaba cual iba a ser el resultado de la pelea.

—Pobre Gerardo, no puede ni siquiera tocarlo, no pensé que sería tan fuerte Jack, es como enfrentarse a una pared. – Michelle, veía imposible que Gerardo fuera capaz de golpear a Jack.

En tanto Estefani solo miraba el combate, ella simplemente se dedicaba a observar sin siquiera pronunciar una sola palabra.

—Gerardo…vamos Gerardo… ¡VAMOS GERARDO TU PUEDES! – Finalmente Estefani rompe el silencia y grita con fuerza su apoyo hacia el chico.

—Estefani, gracias Estefani, tengo que lograrlo, no puedo defraudarla.

—Estoy esperando Gerardo, ¿no me digas que eso es todo lo que tienes?

—Espera y ya lo veras Jack, voy a cerrarte tu bocaza. ¨ Aunque me gustaría saber cómo hacerlo. Estoy agotado y no le he podido dar ni un solo golpe, encima él solo me esquiva, no atina a golpearme en ningún momento. Tiene una gran velocidad, ¿Cómo puedo acercarme a él sin que se dé cuenta? ¨ – Gerardo pensaba en qué manera podía golpear a Jack, que parecía algo casi imposible, hasta que… – Ya lo tengo, a lo mejor…

—Y bien, estoy esperando. – El peliverde ya estaba perdiendo la paciencia al ver que Gerardo no se decidía a atacar.

—Bien, tú lo pediste, allá voy. – El moreno sale corriendo en dirección a Jack, tal parecía que quería pelear de nuevo cuerpo a cuerpo.

—¨ Me ataca de frente, veo que no se da cuenta que es inútil atacarme de esa manera.¨ – El ladrón no entendía el proceder del muchacho de querer hacer lo mismo una y otra vez.

Jack no era el único que pensaba que era una tontería pelear de esa forma.

—Otra vez lo ataca de esa forma, ¿es que no se da cuenta que el resultado será el mismo? – Johnny veía que Gerardo se equivocaba en atacar a lo tonto.

—Quizás la falta de experiencia en los combates le hace cometer eso errores. – La pelirroja le agrego al comentario de Johnny.

Ante la situación Estefani y Michelle permanecían calladas con sus caras de preocupación.

Gerardo parecía que iba a lanzar su golpe de frente como las veces anteriores, y Jack de nuevo se disponía a esquivarlo, pero de repente Gerardo se pone de espalda en plena carrera y da un gran salto, llegando a pasar por encima de Jack.

— ¿Pero que está haciendo? – Jack se vio asombrado por el movimiento del moreno.

—Hmm, muy listo. – Dice Randall.

— ¿Que quiere decir maestro? – Le pregunta Yaina por su comentario.

—Gerardo ha hecho lo único que podía hacer ante esta situación. Él se dio cuenta que Jack es demasiado rápido y le sería imposible tocarlo, así que lo que hace es tratar de golpearlo por sorpresa, haciendo un golpe con gran fuerza por la espalda de su rival, es la mejor forma de vencer a un oponente como Jack, y con ese movimiento extravagante intenta lograrlo.

Gerardo logra ponerse detrás de Jack, estaba en la posición ideal para lanzar un fuerte golpe que fuera capaz de derrotar al bandido. Con una patada llena de fuerza bruta el moreno impacta en el cuerpo de Jack, pero…

—Al fin lo conseguí, ¿Qué?

—Es muy pronto para ponerse contento Gerardo. – Jack detuvo la patada de Gerardo con su mano, parecía que hubiera detenido un golpe muy débil, cuando en realidad llevaba toda su fuerza.

—Es…imposible. – Por más que el plan era perfecto, el resultado que obtuvo el moreno no era el esperado, la desesperación lo carcomía.

—No lo puedo creer, estaba segura que ese golpe llevaba mucha fuerza. – Michelle no entendía como no le había hecho nada esa patada.

—En realidad era un buen golpe, pero la resistencia de Jack es asombrosa, creo que esta pelea está por terminar. – Randall creía que el combate estaba cerca de culminar.

—Es hora de terminar con esto Gerardo. – Jack inicia su contraataque, lanza golpe tras golpe al cuerpo de Gerardo sin darle oportunidad alguna de defenderse, el moreno se encontraba a merced del bandido. – Este es el final. – Golpeándolo fuertemente con su puño, Jack arroja a Gerardo al suelo, dejándolo totalmente inconsciente.

—Oh, dios mío. – Michelle horrorizada no quiere mirar el desenlace del combate.

— ¡GERARDO! – Estefani sale asustada corriendo para socorrer a su amigo.

—Fue un resultado previsible, aunque…Gerardo lo ha hecho bastante bien. – De igual manera Randall se sentía satisfecho con el avance de Gerardo, veía que estaba mejorando.

—Gerardo, Gerardo, ¿estás bien? – La rubia toma entre sus brazos al moreno, pero no recibía respuesta del muchacho por estar inconsciente.

—Él va a estar bien, ha perdido el conocimiento pero no corre ningún peligro. – Jack quería aliviarla pero recibe por parte de la muchacha una mirada de odio tremenda.

—No era necesario golpearlo de esa manera, casi lo matas. – La bronca de la chica era mucha de verdad.

Un poco asombrado por la reacción de Estefani, el bandido los deja sin decir nada, creía que cualquier cosa que dijera sería tomada de mala manera por la princesa.

Estefani y los demás llevaron a Gerardo a una de las habitaciones de la enorme casa de Randall, bueno todos excepto Jack que se mantuvo alejado, si bien él sabía que Gerardo estaba fuera de peligro, la reacción de Estefani le hizo pensar que no iba a ser bueno estar cerca de ella. En tanto la rubia después de unas horas quedo sola cuidando de su compañero.

—¨ No debí permitir que se hiciera esta pelea, era demasiado pronto. Ahora no puedo entender como Jack lo ataco de esa forma, si le hubiera pasado algo grave yo…¨ – Ella se reprochaba el no haber detenido el combate, ya sabía de antemano que era muy apresurado hacerlo combatir con alguien como Jack.

Los pensamientos de la chica eran interrumpidos por la llamada a la puerta del cuarto.

—Sí, adelante.

De inmediato una morena ingresa al cuarto, intentando no hacer mucho ruido.

—Permiso, ¿estás ocupada?

—Eres tú Michelle.

—Quisiera hablar contigo un momento Estefani, no te quitare mucho tiempo.

—Está bien Michelle, Gerardo aun sigue inconsciente, charlemos fuera del cuarto.

Las dos chicas se dirigen al balcón que estaba en el mismo cuarto y comienzan a charlar.

—Dime Michelle, ¿Qué necesitabas?

—Después de lo que paso esta tarde, estuve pensando sobre un asunto.

— ¿De qué se trata?

La morena queda unos segundos en silencio hasta que decide decir lo que pensaba.

—Creo que deberías enfrentar a Gualon junto a Jack, pero….Gerardo debería quedarse.

— ¿Qué estás diciendo?

Las princesas quedan mirándose una a la otra, se reflejaba que Michelle hablaba muy en serio y Estefani entendía que era así.

Afuera de la casa de Randall, Jack estaba apoyado contra un árbol pensando en la batalla que tuvo en la tarde con Gerardo, pero sus pensamientos se desvían en las palabras que tuvo Estefani con él.

Flashback:

— ¨No era necesario golpearlo de esa manera, casi lo matas.¨

—Con que…te preocupas por él, Estefani. – Al recordar esas palabras de la rubia, Jack mostro en su rostro un gesto de tristeza.

Dentro de la casa, Francis se encontraba descansando, el niño había vuelto tarde y se disculpo por su ausencia diciendo que él no le gustaba ver combates, en especial con personas que conocía. Los otros chicos eligieron creerle, después de todo era un niño y podía ser lógico que no le gustaran las agresiones.

—Ese chico tiende a desaparecer seguido, Jack me había comentado que es bastante rara su forma de comportarse. – Randall le comentaba lo que sabía acerca del pequeño chico, sus receptores Yaina y Johnny escuchaban atentamente.

—Ahora que lo menciona, desde que apareció siento una extraña sensación a su alrededor, quizás sea mi imaginación, pero me genera un cierto rechazo. – La pelirroja también tenía esa extraña sensación.

— ¿Usted piensa que es alguien sospechoso? – Le pregunta Johnny al maestro.

—No estoy seguro, pero tendremos que estar cerca de él, por las dudas.

Mientras tanto Estefani aun no caía de su asombro por el pedido de su hermana.

—Me estás diciendo que deje a Gerardo aquí, que vaya solamente con Jack.

—Exacto, eso mismo es lo que digo.

—Pero, quien te crees que eres para pedirme algo así.

—Empezando que soy tu hermana mayor, y también, si te estoy pidiendo esto es por el bien de Gerardo.

—Por su bien, pero…

—Piénsalo bien, Jack solo estuvo entrenando y casi lo mata, o mejor dicho lo golpeo tratando de no hacerlo, si Gerardo hubiera estado en una pelea verdadera, él estaría muerto ahora.

—Pero fue su primer práctica, si tienes razón a Jack se le fue la mano, pero creo que Gerardo va a ir mejorando día a día, estoy segura. Además, a ti porque te interesa tanto su bienestar si apenas lo conoces, yo lo conozco de antes que tú y a mí me preocupa.

—Te preocupas, pues no lo parece y si a mí me importa es porque Gerardo me gusta.

—Eh, ¿q-que dijiste?, que te gusta…

—No lo ocultaré mas Estefani, yo estoy enamorada de él, y no quiero verlo otra vez en ese estado.

—Estas…enamorada de Gerardo, no…puede ser. – Estefani quedo incrédula por lo escuchado, su hermana, una de las personas que más ama en el mudo, enamorada de su amigo. La situación se volvió difícil, se sumaba al resto de problemáticas que conllevaba esta misión tan peligrosa, dependerá de Estefani decidir qué hacer, si escuchar a su hermana y apartar de la batalla a Gerardo, o escuchar a su intuición y seguir con lo planeado, aunque había algo más que la preocupaba todavía más, escuchar que su hermana estaba enamorada de Gerardo, sin darse cuenta esas palabras le habían provocado un profundo dolor en su pecho, un dolor inexplicable que debería resolver en algún momento.

A lo lejos, a unos cuantos metros de distancia de la casa de Randall, una persona miraba su objetivo que estaba muy cerca.

—Esa debe ser la casa, justamente es como me describieron, una casa enorme encima de las colinas. Finalmente te encontré Estefani. – Morgana reía feliz por haber encontrado el hogar del maestro, la presa de la Silarus está a merced de ella, la encantadora de los hombres.

Después de que todos fueran a dormir Yaina y Randall se quedan conversando en secreto, la pelirroja le había pedido al maestro charlar sobre algo que vio en el pueblo, pero justo en ese momento iban a entrenar Jack y Gerardo, por eso eligieron esperar a que terminara el combate.

—Querías decirme algo hoy temprano Yaina, así que te escucho, debe ser un tema serio para que no quieras charlarlo ni siquiera delante de Johnny.

—No es que Johnny no se tome en serio las cosas, pero le cuesta mantener en secreto algunos asuntos, aparte que creo que debo hablar esto con usted antes que lo sepan los demás.

—Está bien Yaina, ¿dime que paso en el pueblo?

—Como ya sabe fui al pueblo a buscar provisiones, pero me detuve frente al bar, es que no escuchaba ningún sonido y me pareció raro, es que las veces que vinimos al lugar, ese bar siempre estaba lleno de gente. Cuando entre al sitio no podía creer lo que vi.

— ¿Qué fue lo que viste Yaina?

—Los hombres…todos los hombres estaban paralizados. Si bien ellos estaban con vida, sus cuerpos se mantenían completamente inmóviles, no solo fueron los hombres del bar los que terminaron así, sino que también me fije que el resto de los hombres del pueblo estaban exactamente iguales.

— ¿Paralizados?, es algo extraño, solamente conozco a alguien capaz de hacer una técnica así.

—Y eso no fue lo más raro, me resulto todavía más extraño que las mujeres, excepto que se encontraban conmocionadas por lo ocurrido, estaban perfectamente bien.

—Esto es grave, si es verdad todo lo que me dices, la única respuesta que te puedo dar es que han liberado a Los Silarus.

—Los Silarus, usted ya había hablado antes sobre ellos, ¿pero cómo están libres en estos tiempos?

—Esto es sin duda obra de Gualon, seguramente él piensa utilizar la fuerza de los Silarus en nuestra contra.

—Maestro, esto complica mucho más las cosas para Estefani. – La pelirroja queda pensativa un momento, en verdad estaba muy preocupada por el bienestar de su hermana, sólo pudo pensar en una cosa para ayudar a la rubia. – Tengo que pedirle un gran favor maestro Randall.

— ¿Un favor?, de que se trata Yaina?

Una triste Estefani se encontraba en silencio cuidando de su amigo que estaba inconsciente, la discusión que tuvo con Michelle la había dolido mucho.

—Nunca imagine que sintieras algo así Michelle. – Estefani lloraba por la tristeza, ella nunca había discutido con sus hermanas, siempre habían sido muy unidas, aunque ella sabía perfectamente que no era el único motivo de su dolor, los sentimientos que tenía la morena con Gerardo le generaron un dolor tan grande en su interior que ella misma desconocía el motivo del mismo. La rubia sale de su trance cuando ve a su acompañante que está reaccionando.

—Eh, ¿q-que…me paso?

—Gerardo, finalmente despiertas, que alegría.

—Estefani, ¿qué fue lo que paso?, si no recuerdo mal, yo estaba peleando con Jack y…. – El muchacho frena su charla cuando ve un gesto raro de la princesa. – Estefani, estas llorando.

— ¿Qué? – La rubia queda sorpresivamente descubierta por el moreno, ella no quería que se enterara que esas lágrimas eran debido a la confesión de su hermana, es más, no sabía si debería decirle al muchacho lo que había pasado. – No Gerardo, estoy llorando de felicidad, me pone feliz que estés bien. – Eso era lo único que se le ocurrió decirle en ese momento.

Sentimientos en medio de una batalla latente, las complicaciones están a la vuelta de la esquina para la rubia y sus compañeros, decisiones difíciles y por sobre toda las cosas, el momento de actuar en una pelea real están por llegar.

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CAPITULO XXIII: CONOCIENDO AL ENEMIGO

Seguir buscando la fortaleza dentro de su corazón, el camino para ser un gran combatiente está en curso.

El joven Gerardo se encontraba solo en su cuarto, si bien ya estaba recuperado, Randall le recomendó que descansara un día más. De todas formas el moreno no podía conciliar el sueño, el recordar a Estefani llorando lo había dejado preocupado, no le creía del todo que ella le dijera que lloraba de felicidad por verlo bien, no porque no le creyera, pero le parecía que había algo mas en sus lagrimas.

—Estefani…me gustaría que confiadas mas en mí, yo…quisiera ayudarte. – Los ojos del chico denotaban tristeza.

—Permiso, ¿Puedo pasar? – Alguien entra al cuarto.

—Michelle, claro que puedes pasar, adelante.

—Gracias, y dime, ¿ya estas mejor? – Le pregunta luego de sentarse al lado de su cama.

—Sí, ya estoy mucho mejor, gracias por preguntar. – Por más que tratara de mostrar tranquilidad, Gerardo seguía pensativo por lo que pasaba con Estefani.

— ¿De verdad que estas bien?, pareces algo triste. – La morena notaba la cara de preocupación del muchacho.

Gerardo quedo callado por unos segundo, él tenía muchas ganas de saber si algo pasaba con Estefani y quizás su hermana sabía algo al respecto.

—Oye… Michelle, tú de casualidad, ¿no sabes si le pasó algo a Estefani?

—A Estefani, la verdad…no. – Ocultando lo ocurrido con su hermana. – Pero, ¿por qué preguntas eso?

—Es que ayer cuando desperté, vi que ella estaba llorando, me dijo que era de alegría por verme a salvo, aunque yo creo que algo más le pasaba.

—Ella estaba llorando. – La morena se sentía culpable, sabía que la discusión que habían tenido, sumándole que Michelle le confesara sus sentimientos por Gerardo, era la causante del dolor de Estefani.

—Sí, muchas veces quiero ayudarla, pero no logro hacer nada por ella. – El muchacho demostraba mucha impotencia por su incapacidad en serle de ayuda a la rubia.

—¨ Como la quieres Gerardo¨ – La morena percataba la preocupación del chico por su hermana menor.

—No debes preocuparte Gerardo, ella tiene estos altibajos, ya se le pasara, bueno te dejaré descansar, has tenido una dura batalla.

—Gracias. – Soltó de su boca Gerardo repentinamente, haciendo que la muchacha detuviera su marcha.

—Pero, ¿Por qué me agradeces?

—Es que creo que eres muy amable en visitarme, no hemos tenido mucho dialogo entre nosotros, y es lógico que no tengas ninguna obligación en venir a verme.

Michelle lo observo un momento y algo paso por su mente.

—¨ Si que te pareces a Cristian…Gerardo. ¨

—Michelle, Michelle, me estas escuchando Michelle. – Gerardo al ver que ella no decía nada la quita de sus pensamientos.

—Eh, ¿qué pasa?

—Te quedaste muda por un momento, ¿Te pasa algo?

—No, nada, somos raras nosotras, no nos hagas caso o enloquecerás y no me agradezcas, eres un buen muchacho y si te visito lo hago con gusto, nos vemos luego Gerardo, adiós.

La morena se va de la habitación, pero dejándole al pobre chico más confusión de la que ya tenía antes.

Jack se encontraba caminando por los bosques más cercanos, pero su mente estaba totalmente distraída, se preguntaba si realmente no se le había ido la mano con el entrenamiento que había tenido con Gerardo.

—No debía castigarlo de esa manera, casi lo mato. – Algo más pasa por su cabeza entonces. – Ella…nunca me había visto con esos ojos llenos de odio. – El peliverde recordaba la expresión en el rostro de Estefani, claramente denotaba en su mirada la bronca que sentía ella por lo que hizo él.

El ladrón seguía su marcha bastante distraído, hasta que ve a una joven muchacha de largos cabellos negros caminando sola por el bosque, parecía que estaba perdida.

—Ey, muchacha, ¿estás perdida?

—Algo así.

— ¿No sabes a donde tienes que ir?

— La verdad no, estaba buscando la casa de un amigo de mi padre, pero me he perdido en estos territorios tan extensos.

—Debes tener más cuidado muchacha, no es sitio para estar recorriendo sola. Creo que no tengo otra opción que llevarte donde estoy yo, cuando lleguemos ahí podemos intentar ubicar a esa persona que buscas, vamos sígueme, te guiare hasta allí.

La chica permanecía quieta, o no había escuchado lo que le dijo Jack o simplemente no confiaba demasiado en él, después de todo era un forastero.

— ¿Por qué no te mueves? – Preguntaba el bandido, pero al ver el rostro que mostraba la muchacha lleno de dudas y temor, rápidamente él se dio cuenta que esa chica no confiaba mucho en su persona. – Jovencita, sé que soy un total desconocido para ti, pero créeme, no te hare daño, es peligroso que estés vagando tú sola por aquí.

Ella siguió dudando, aunque al ver el rostro de Jack, a la chica le parecía que el joven hablaba con la verdad, ella simplemente descreyó que ese chico fuera peligroso, por lo cual decide seguirlo confiando plenamente en él.

—Justine. – Soltó de repente la muchacha.

— ¿Cómo dijiste? – Le pregunto Jack al no oírla bien.

—Yo…me llamo Justine. – Tímidamente le dice la dulce chica.

—Me alegro que ya confíes un poco más en mí. Yo soy Jack, un gusto en conocerte Justine. – Dice el peliverde mostrándole una pequeña sonrisa, que hace que la chica se sonroje al verlo tan gentil. – Vamos Justine, apurémonos antes de que anochezca.

Jack acompaño a Justine hacia el hogar de Randall, el ladrón pensaba que el maestro al conocer mucho más la zona podría ayudarla a encontrar a la persona que buscaba. Ya habiendo llegado a la inmensa casa del maestro, Jack presenta delante del resto de los chicos a Justine, a todos parecía agradarle la introvertida jovencita, solamente Estefani miro algo extraña a la chica, agregando que parecía no gustarle mucho la forma protectora que tenía el bandido para tratar a la adorable muchacha. Después de la presentación, Jack le comento la situación de Justine delante de Randall, tal parecía que ella buscaba a un señor mayor llamado Adolph. El maestro Randall creía haber escuchado ese nombre anteriormente, de todas formas al ser un poco tarde para iniciar una búsqueda en el pueblo, lo pospone para el otro día. Randall llevo a Justine hacia uno de los cuartos desocupados de la inmensa casa. Luego de dejarla durmiendo en ese cuarto, el maestro comienza a platicar sobre el asunto con el resto.

— ¿Que opinan sobre esta chica?, a mi me parece que tendríamos que llevarla mañana al pueblo, quizás alguien la reconozca al verla.

—Es cierto maestro, no podemos dejarla así, ella está sola ahora, si no encuentra a ese tal Adolph, no tendrá un lugar a donde ir. – Preocupado menciona Jack, curiosamente al oírlo hablar con tanta preocupación Estefani lo miro con algo de disgusto.

—Oye Estefani, no lo mires así o se dará cuenta de que estas celosa. – Pícaramente le dice al oído Yaina.

—Pero que dices Yaina yo no…

—Estefani estamos hablando de un tema serio, al menos podrías prestar atención. – Le recrimina Jack, eso la deja desanimada a la rubia, jamás él se había dirigido de esa forma con ella.

—Cuando se comportara como una persona adulta, ya tiene que dejar de portarse como niña. – Decía enojada Michelle por la aptitud de su hermanita, claro está que todavía seguía con bronca por su última conversación con ella.

Gerardo que se había recuperado, observaba la tristeza con la que quedo Estefani después de que Jack la hiciera callar, por más que no le gustara, sabía que a la rubia le había afectado mucho el reto del ladrón. Después que la charla terminara, todos estuvieron de acuerdo en ayudar a Justine en buscar a ese tal Adolph. El moreno quedo preocupado por su amiga de cabello rubio y la acompaño hasta su habitación, para de paso averiguar cómo estaba ella.

—Espero que esa chica encuentre a esa persona, siempre se nos agrega algo más. – Gerardo trataba de darle charla, pero no recibía respuesta de la muchacha que seguía con su mirada baja reflejando su tristeza. El se puso mal por eso, se daba cuenta que ella estaba pensando en Jack. – No debes preocuparte Estefani, estoy seguro de que Jack no quiso hablarte así, seguramente este algo tenso por todas las cosas que vienen pasando, pero ya se tranquilizara. Es un presumido, pero en el fondo no es tan mal tipo. – Gerardo mostrándole una sonrisa, que en lo profundo lo entristecía al tratar de ayudar a su rival con la chica de los sueños del moreno.

Estefani miraba su gesto de tranquilidad y comprensión, generalmente era ella quien lo animaba, peo ahora era él quien la animaba y trataba de apaciguar su dolor, de alguna manera su amigo había logrado cambiarle el ánimo.

—Te lo agradezco. – Soltó ella. – Pero yo estoy bien, no te preocupes. – La princesa mostraba satisfacción por la madurez que le mostraba su compañero al intentar ayudarla. – Mejor preocúpate por ti Gerardo, recuerda que vas a seguir con el entrenamiento y trata de no terminar como la última vez quieres. – Antes de entrar en su habitación, Estefani le dice algo más al muchacho. – Y de nuevo…gracias por preocuparte por mí. – Estefani le dedicaba una dulce sonrisa a su amigo que a él le encantaba ver.

Los chicos fueron a sus respectivas habitaciones, pero en el interior de ambos sentían que algo estaba cambiando en ellos y que la relación de los dos estaba tomando un curso distinto, y esto se noto cuando quedaron solos cada uno en su cuarto.

—Que día agitado. – Estefani ya muy cansada por la larga jornada que tuvo se deja caer desplomada en su cama. En ese instante recuerda la reciente charla con Gerardo y se le dibuja una sonrisa en su rostro. – Él siempre será así conmigo. – Finalmente la chica se rinde a sus sueños y se queda dormida, pero siempre manteniendo ese gesto de felicidad en su cara.

Mientras Gerardo en su habitación pensaba en las palabras que le dijo Estefani.

—¨Te lo agradezco. – Soltó ella. – Pero yo estoy bien, no te preocupes.¨ – Te pusiste triste por Jack, ¿Qué sentirá ella por él? – El moreno queda dormido con ese pensamiento en su mente.

La nueva huésped de la casa, Justine, ya hacía rato que estaba durmiendo, de repente se siente el ruido de la puerta del cuarto que se abre, aunque ella no escucho nada. Se trataba del pequeño Francis que cuidadosamente se mete en la habitación.

—Je, duermes tan tranquilamente, tienes un aspecto tan angelical, pero es hora que muestres tu verdadero ser. – Francis se transforma en Veris y luego de hacerlo comienza a hacer unos movimientos con sus manos para realizar alguna técnica. – Vuelve a tu forma original Justine, liberación del alma impura, ¡Ablimara! – El cuerpo de Justine se levanta bruscamente y de sus ojos se podía ver un brillo rojizo de gran intensidad. – Ahora Morgana, es hora que les muestres el poder de los Silarus a tus enemigos.

—Ha, Ha, claro que lo hare, y la primera será esa tonta princesa. – De inmediato Justine que era realmente Morgana, se dirige al cuarto de Estefani.

— ¡Aaaah! – Un fuerte grito se escucha proveniente del cuarto de la rubia, a lo que los demás habitantes de la casa acuden rápidamente.

— ¿Estefani qué está pasando? – Pregunta desesperado Gerardo al entrar y queda sorprendido al ver que ella está siendo sujetada del cuello por Justine.

—Justine, suéltala de inmediato. – Grita enojado el peliverde, pero ella no lo escuchaba. – Maldición, te dije que la sueltes. – Jack iba a detenerla, pero él es rechazado por un movimiento que hizo ella con su mano, esto provoco que el muchacho retrocediera. – Pero… ¿Qué fue eso?

—No debería involucrarse joven Jack. – Francis apareció como de la nada en el cuarto y le habla al ladrón. – Justine volvió a su verdadero ser, ella es Morgana.

—Morgana. – Responde Randall.

—Maldita sea suéltala ya. – Gerardo sale furioso contra Morgana, pero con el mismo resultado que Jack, sale despedido con fuerza debido a la energía de la Silarus. – No me detendrás con eso, voy a rescatarla sea como sea. – De nuevo el moreno insiste con su ataque frontal contra Morgana, pero desaparece ante los ojos de todos.

— ¿Dónde está?, ha desaparecido. – La Silarus quedo desconcertada al no poder ver al chico, para su sorpresa él aparece delante de ella como por sorpresa. – ¿Cómo?

—Te dije que la soltaras. – Gerardo le quita la mano del cuello de Estefani y aleja a Morgana con una patada. – Estefani, Estefani, ¿estás bien?

—Ge-Gerardo…sí, estoy bien. – Apenas abriendo sus ojos, la rubia le responde al moreno, se notaba que estaba perdiendo el aire por culpa de Morgana, si no hubiera intervenido Gerardo, ella podría haber corrido grave peligro.

—Michelle, Yaina, por favor cuiden de ella.

—Sí. – Responden las dos al mismo tiempo. – ¿Tú que harás Gerardo? – Intrigada pregunta Michelle.

—Voy a ocuparme de esta mujer, debía imaginarme que era alguien sospechosa.

—Espera Gerardo. – El maestro detiene al moreno. – Si es cierto que ella es Morgana, eso quiere decir que es una de los Silarus, debe tener un poder increíble, y también, ¿imagino que tu tampoco eres un inocente niño?, verdad…Francis.

—Huh, así que te diste cuenta Randall, de verdad que eres alguien admirable. – Francis cambia de forma convirtiéndose en Veris.

—Tú eres…Veris, el oráculo, pero como… – Michelle no entendía nada, el niño que estaba con ellos era en realidad aquella sabia que les habías predicho de la travesía de Estefani y Gerardo, pero la pregunta era, ¿Qué es lo que tiene entre manos?

—Hasta recién me descubren princesas, todo lo que he hecho hasta ahora tenía sus motivos. Principalmente mi meta como la de mi señor Gualon era investigarlos a ustedes día a día, pero creo que ya no es necesario seguir haciéndolo, ya aprendí bastante sobre ustedes.

—Con que eres sirviente de Gualon, realmente debe haberte convencido con algún engaño, porque no logro entender que alguien como tú lo ayude Veris. – El maestro Randall buscaba alguna explicación de los verdaderos motivos que tenía el oráculo para serle leal a Gualon.

—No tengo porque explicarte nada Randall, ustedes deben preocuparse en lo que van a hacer. Mi señor Gualon ha liberado a Los Silarus del inframundo, ahora mismo los hermanos de Morgana están creando caos y destrucción en distintas partes de este mundo.

—Es imposible, ¿cómo pudo Gualon liberarlos?, es imposible. – Pregunta Johnny.

—No es imposible, mi señor tiene en su poder la llave dragón, con eso en sus manos era muy fácil conseguirlo.

—¨La llave Dragón, ¨ tenía entendido que esa llave era custodiada por la familia real, o sea, los padres de ustedes chicas. – Decía Randall haciendo referencia a Estefani, Michelle y Yaina.

—Es verdad maestro, no entiendo como la obtuvo. – Aludió Yaina.

—Como sea, tenemos que acabar con ambos, vamos Jack, Gerardo, ataquémoslo los tres. – Johnny incita al moreno y al ladrón a atacar los tres juntos, para terminar con esa amenaza.

—No se molesten chicos, nosotros nos retiramos, los estaremos esperando así que apresúrense en llegar al castillo de Gualon.

—Estas equivocada Veris si piensas que te dejaremos ir. – El bandido sale enfurecido a atacarlo con su técnica especial.

—¨ Pasurei¨ – Morgana haciendo una rara técnica detiene el cuerpo de Jack, dejándolo inmóvil.

—Q-¿Qué has hecho con mi cuerpo?

—Jack, no debiste traer una desconocida al lugar donde se encontraban tus amigos, debido a eso esa chica casi muere, fuiste un ingenuo. – Dice Morgana haciéndolo sentir culpable al ladrón.

—Vámonos Morgana, aun no pelearas con este chico, pero falta poco para que te diviertas con él. – Luego de decir esto Veris, ella y Morgana desaparecen del lugar, pasado poco tiempo de que ellas se fueran, la técnica que había paralizado a Jack desapareció también.

Al día siguiente de lo ocurrido, Estefani logro recuperarse, Gerardo había cuidado de ella todo el tiempo. Michelle por su parte quiso pedirle perdón por la discusión que ellas tuvieron, a lo que la rubia feliz acepto, ambas se quitaban un gran peso de encima, volvieron a ser hermanas unidas, cosa que nunca quisieron que cambiara. Esa no fue la única buena noticia que tuvo Estefani, se había sumado la novedad que Yaina, Michelle y Johnny iban a acompañarlos a combatir contra Gualon y sus secuaces, al parecer la morena había estado entrenando con ayuda de Randall desde que llegaron al lugar, mientras que Yaina luego de ver lo que había pasado en el bar del pueblo, se dio cuenta que los enemigos a los que se enfrentaría su hermana eran verdaderamente peligrosos, así que también le pidió al maestro Randall que la entrenara en secreto. Por su parte Johnny un tiempo atrás fue un gran combatiente debido a que su padre fue uno de los caballeros fieles a Haggar. Pero todas no fueron buenas noticias, al parecer una cosa no había resultado como pensó Randall.

—Bueno chicos, ahora que llego la hora de su partida, hay algo que debo decirles. – Decía el maestro mientras se cruzaba de brazos.

—Si maestro, lo escuchamos. – Responde Estefani.

—Se trata de Gerardo.

— ¿De mi maestro? , ¿Qué pasa conmigo? – Pregunta incrédulo el moreno.

—Los demás ya están listos para ir a combatir, en cambio tú…tienes que quedarte.

— ¿Qué? – Preguntan el resto al mismo tiempo.

—Lo que han oído, lamentablemente al nivel actual que esta Gerardo no le es posible que pueda tener un combate de verdad.

—Pero…no puede ser…él. – Estefani no caía de su asombro, ella no podía entender esa decisión.

—Maestro, creo que es una decisión apresurada, Gerardo se ha vuelto más fuerte, además si va con nosotros puede seguir mejorando, por favor déjelo que vaya con nosotros. – Otra persona que mostraba su desilusión era Michelle, la morena no quería aceptar la idea de dejar a Gerardo.

—Entiendo lo que tratan de decirme chicas, reconozco que Gerardo ha tenido un gran avance, pero…ese progreso no es suficiente para que luche contra los Silarus. Necesito entrenarlo un tiempo más, les prometo que hare lo imposible para que vaya cuanto antes con ustedes.

Era una decisión muy difícil para todos, nadie esperaba semejante noticia, pero ante tal desconsuelo por parte de los presentes, hubo alguien que quiso cambiar esa atmosfera.

—Está bien… – Dijo Gerardo con firmeza y un rostro de mucha seriedad. – Me quedare a entrenar con usted maestro.

—Espera Gerardo tú no puedes…

—No…Estefani, el maestro tiene razón, aún no estoy listo, no soy lo suficientemente fuerte.

—Es que…prometimos que iríamos juntos Gerardo. – La rubia estaba muy desilusionada, especialmente porque el joven no parecía estar tan afectado como ella por no ir a su lado.

Todos los presentes se miraban entre ellos, y al mismo tiempo dirigían sus miradas a Gerardo y se asombraban por la actitud que estaba tomando. El moreno viendo que los demás lo veían algo extraño, como sospechando que él estaba tranquilo por no ir a combatir, inmediatamente les demuestra que lo malinterpretaban.

—Estefani quiero que entiendas una cosa, igual que todos los demás, yo no estoy echándome para atrás en esta pelea, todo lo contrario, les prometo que voy a hacer mi mayor esfuerzo para ir con ustedes cuanto antes, necesito que crean en mi.

Estefani junto con el resto de los que estaban cambiaron rápidamente de expresión, por un instante muchos, por no decir todos creyeron que Gerardo quería sacarse un peso de encima al no ir a pelear, pero él no le dejo ninguna duda sobre sus verdaderas intenciones, haciendo la promesa de ir pronto con ellos al campo de batalla. Estefani muy feliz con lo decidido que se veía su amigo, da un paso delante de él y comienza a quitarse una pulsera que llevaba en su mano izquierda, dejándoselo puesta al muchacho.

—Gerardo, esta pulsera es un regalo que me dio mi madre cuando yo era pequeña, según tengo entendido es de la buena suerte, quiero que lo cuides bien, vas a ver cómo te dará la fuerza para seguir siempre adelante.

—Pero Estefani, esto debe ser muy valioso para ti, yo no puedo aceptarlo.

—Si es muy importante para mí, pero si quieres que lo vuelva a tener yo de nuevo, tendrá que dármelo personalmente, así que por favor…date prisa en el entrenamiento y alcánzanos. – La chica con su hermosa sonrisa le daba fuerza a su amigo, todos los chicos veían con alegría esa escena, aunque para Michelle y Jack en sus corazones sentían un dolor profundo, que mas allá de que se trataran de dos personas que ellos querían mucho, los sentimientos que tenían Jack por Estefani y Michelle por Gerardo hacían ver su dolor por verlos tan unidos.

Todos los chicos partieron para combatir contra los Silarus, mientras que Gerardo los observaba irse con algo de melancolía, el maestro Randall le dice unas palabras.

—Gerardo, ¿quieres ser más fuerte que Jack?

El muchacho veía al maestro con sorpresa, y de inmediato responde.

—Sí, claro que quiero ser más fuerte que él.

—Entonces no perdamos el tiempo y pongámonos a trabajar chico, no tenemos que desaprovechar ni un segundo.

Randall y Gerardo decididos a comenzar cuanto antes dan inicio nuevamente al exhaustivo entrenamiento, con el objetivo de que el moreno fuera cuanto antes a ayudar a sus amigos.

—¨Por favor chicos, espérenme, pronto estaré con ustedes.¨

PROXIMO CAPITULO: CAMPO DE BATALLA