La Leyenda de Estefani

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Ruriel, 3 Julio 2011.

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    Mitsuko-chan

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    ¡Hola! Que buen capítulo ¡De veras! :D me pregunto que es lo que pasara ahora mmm esto se pone interesante jajajjaja que lindos Johnny y Yaina estan juntos *-* jijj super tiernos :3 Que Morgana regrese *-* aunque no me gusta mucho la idea de que ella este con Gerardo hmm pero, bueno si asi lo llegaras a decidir esta bien igual ;) jeje Que pretende ahora Veris, ojala ya la venzan, esta empezando a caer realmente mal :mad: aunque eso de los Ozars suena interesante demás que tienen poderes inimaginables jejje
    Sin mas que decir (hasta el próximo capítulo) me despido jeje y espero con muchas ansias la continuación *-*
    ¡Sayonara y cuídate!
     
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    Ruriel

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    La Leyenda de Estefani
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    CAPITULO LXXXIX: PLAN FALLIDO



    Veris en una curiosa conversación con las enormes estatuas que representaban a los dioses Ozars, creadores de toda la vida.


    — ¡Explícate hechicera, ¿por qué dices que los humanos destruirán el mundo?!


    — ¡¿Bajo qué hechos concretos te sustentas para tal afirmación mujer?!


    —Es fácil de explicar Ozars, mírenlo con sus propios ojos. — Veris utilizó su esfera para enseñarles a esas enormes estatuas vivientes, todas las acciones humanas a lo largo de los años, claro está que en su mayoría sólo enseñaban el lado oscuro de la humanidad y todos los pecados que cometieron durante siglos y siglos.


    Cuando ya se hartaron de ver tantas escenas de destrucción y muerte, los monumentos vivientes representativos de los dioses dieron su punto de vista.


    —Hechicera, todo esto que nos acabas de mostrar lo hemos estado viendo desde hace ya varios miles de años, no creas que nos sorprendes.


    —Además no has hecho más que mostrarnos todas las atrocidades originadas por el ser humano, no nos has mostrado nada de sus buenas acciones.


    —No intentes engañarnos hechicera.


    —Ja, ¿engañarlos…dicen?, creo que en verdad los antiguos dioses no están viendo bien la realidad que existe en este mundo.


    — ¡Ten cuidado de las palabras que utilizas ante nuestra presencia mujer!


    —Yo no soy tan tonta como para desafiar a los doce dioses guardianes, ¨Ozars¨, pero parece ser que ustedes mismos están siendo ingenuos en creer tanto en la raza humana.


    — ¿Por qué lo dices?


    —Sé muy bien que ustedes tratan de justificar a los humanos por el simple motivo de decir que son seres imperfectos que viven de los errores, pero… ¿hasta donde podrá aguantar el mundo las imperfecciones de la humanidad?


    — ¿Dinos algo hechicera?, ¿piensas que criaturas como tú y Gualon eran la solución a este desequilibrio en el mundo?, recuerda que ustedes dos son también seres humanos que se volvieron en contra de su propia raza.


    —Nosotros sólo fuimos un instrumento para que pudieran verlo por su cuenta, pero la realidad es que en el fondo, tanto Gualon como yo deseábamos lo mismo…la liberación del mundo.


    — ¡¿Pensaban darle esa libertad esclavizándolos ustedes mismos?, eso es totalmente incoherente!


    —Dioses Ozars, la incoherencia en este caso sería darle más oportunidades a una raza que desvaloriza el valor de la vida, yo misma me someteré al castigo obviamente, pero deben abrir los ojos y tomar cartas en el asunto antes que sea muy tarde.


    Las palabras de Veris tenían poco valor para estos dioses, sin embrago ellos reconocían la validez de las acusaciones de la hechicera contra la raza humana, y el daño que ellos le están generando al mundo.


    — ¡Veris, no sabemos los verdaderos fines que tendrás para hacer esto, pero debemos reconocer que mucho de lo que has dicho es verdad!, así que hemos tomado una decisión.


    La malévola hechicera estaba expectante.


    —Tendremos una visión más amplia de la intervención del hombre en el destino del planeta tierra.


    — ¡Evaluaremos el desempeño de los habitantes de la tierra!


    —Observaremos más a fondo el comportamiento entre ellos mismos.


    —Y de esa forma…


    —Decidiremos…si la raza humana seguirá existiendo.


    Veris lo había conseguido, su plan parecía que funcionaria incluso ante los antiguos dioses.


    —Entonces voy a encargarme de juntarles toda la información de ahora en más para ustedes. — Decía Veris tratando de cerrar su plan, pero…


    — ¡Un momento hechicera!


    — ¿Qué sucede ahora?


    —Parece que no entendiste lo que te acabamos de decir.


    — ¡¿Qué?!


    —Te dijimos claramente que nosotros seguiríamos de cerca el comportamiento humano.


    — ¿Qué pasa con ello?, les estoy ofreciendo voluntariamente mi ayuda para seguirles los movimientos de todos, créanme que les traeré pruebas suficientes para que se convenzan de esto.


    —No logras entenderlo mujer.


    — ¿Eh? — Veris sospechaba que algo estaba saliendo mal y los nervios empezaban a jugarle en contra.


    — ¡Tú y Gualon cometieron muchas barbaridades en este mundo!


    — ¡Y no eres una persona confiable para que seas nuestros ojos!


    —Gualon ya pagó con su vida de maldad, y ahora…


    — ¡Sólo quedas tú! — Dijeron las doce estatuas de los dioses al mismo tiempo. De inmediato, los ojos de todos ellos brillaron en un color rojizo muy intenso, y prácticamente en simultáneo, dispararon rayos de poder que fulminaron en cuestión de segundo a Veris.


    La última estratagema de Veris no resulto como ella lo había planeado, su ambiciosa y despiadada venganza contra Estefani y sus hermanas había resultado ser un total desastre, con el resultado final de la propia muerte de la hechicera.


    Luego de haber hecho desaparecer completamente a Veris, las doce estatuas parecían deliberar la acción a tomar de ahora en más.

    —Ya terminamos con esta malvada mujer, ¿cuál es la siguiente tarea a cumplir?


    —Creo que está más que claro que lo que tenemos que hacer es infiltrarnos nosotros con algunos de esos humanos


    — ¿Y quienes harán tal misión?


    —Ya que preguntaste, podrías ser tú uno de los que vaya.


    — ¡¿Por qué debo ir yo?, no me parece justo!


    — ¿Tienes miedo de no cumplir con la misión?


    — ¡Claro que no!, es totalmente lo contrario, no entiendo porque yo deba ser la que haga una tarea tan baja como esa. Sería lo mismo si mandáramos algunos de nuestros sirvientes al lugar, es una tontería que nosotros hagamos esto.


    —Si hiciéramos eso, estaríamos cometiendo el mismo descuido que tuvo esta hechicera y sus cómplices, subestimar la raza humana.


    —Nosotros somos dioses, es una estupidez vigilar a quienes se suponen son nuestros débiles siervos.


    — ¿En verdad crees que son débiles?


    Entre el medio de los monumentos de piedra, se dejo visible imágenes de varios combates, cuyas escenas eran transmitidas desde un charco de agua de extraño poder mágico. Se trataban de las peleas que habían tenido Estefani y sus amigos contra los Silarus y Gualon. Cada una de las luchas de nuestros amigos era observado con detenimiento por estos dioses.


    — ¿Sigues creyendo que esta raza es tan débil?


    Las fabulosas técnicas empleadas por los humanos contra los demonios Silarus, habían dejado sorprendidos a estos seres que no conocían de sus habilidades.


    —Pese a haber peleado contra demonios con poderes sobrenaturales, lo humanos fueron capaces de derrotarlos y recuperar su mundo.


    — ¡Nunca te dejes llevar por la confianza, es el principio del fracaso!


    El espíritu de este dios guerrero no estaba tan maravillado con las técnicas de los humanos, pero al ser el único reticente a hacer la tarea, prefirió no llevarles la contra a sus compañeros.


    —De acuerdo. — Dijo con desgano. — Se hará como dicen, ¿pero yo solamente observaré?


    —No, yo iré contigo, después de todo…tengo mucha curiosidad por conocer a los humanos desde cerca.


    De repente, dos de las estatuas parecían que habían perdido sus poderes, ya que una extraña luz emergió de ellas y luego de eso, ambas se desmoronaron completamente.


    Ya fuera de aquellos enormes monumentos, las dos auras de energía comenzaron a tomar forma, hasta que se fueron convirtiendo en seres de carne y hueso, como cualquier otro ser humano.


    —Hacía mucho tiempo que no estábamos en el exterior. — Decía un joven hombre de largo cabello azul que llegaba hasta su cintura y ojos grises.


    —Es verdad, pero lo que más me sorprende son estos cuerpos, parecen ser tan frágiles. — Comentaba la muchacha adolescente de cabello color granate que le pasaba su cintura y ojos blancos.


    —De cualquier manera va a ser divertido, ¿no lo crees….Kallisto?


    —Déjate de bromas Riakoth, no hay nada más aburrido…que observar gusanos. — Contestó la mujer con su habitual frialdad.


    ¿Acaso el mundo no podrá descansar en paz?, nuevos seres amenazan la existencia humana.




    PROXIMO CAPITULO: RECIBIMIENTO A LOS HÉROES
     
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    Ruriel

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    CAPITULO XC: RECIBIMIENTO A LOS HÉROES




    Estefani había llegado con sus amigos a su pueblo natal, allí un puñado de gente, entre ellos su buena amiga Sara, los estaban esperando.


    — ¡Estefani!


    — ¡Sara! — Dijo con sorpresa la rubia al ver a su buena amiga y el resto de la gente esperándolos.


    — ¡Que alegría volver a verte amiga! — Se le tiro encima para abrazarla.


    —Y-Yo también me alegro de verte, pero no me aprietes tanto. — Tratando de recuperar un poco el aire.


    —L-Lo siento, creo que me entusiasme demasiado, jajaja.


    —Descuida, pero… ¿Qué hace toda esta gente aquí?


    — ¿Y todavía lo preguntas?, toda esta gente viene a recibir a sus héroes.


    —Eh, ¿a sus…héroes? — No era de extrañarse que Estefani se sorprendiera con tal recepción, tampoco sus compañeros de aventura podían creerlo.


    La gente comenzaba a gritar por sus salvadores ni bien los vieron.


    — ¡Son ellos!


    — ¡Nuestras princesas han vuelto!


    — ¡Es el joven de la tierra! — Refiriéndose a Gerardo.


    — ¡Y el bandido! — Gritaban por Jack un grupo de chicas un tanto eufóricas.


    — ¡El marido de la princesa Yaina! — Diciéndolo por Johnny.


    — ¿Qué?, ¿marido?


    —Jajaja, creo que ya nos casaron Johnny. — Decía tentada de la risa la pelirroja.


    — ¡Y la guerrera temperamental! — Bueno, eso claramente hacía referencia a Demetria.


    — ¿Temperamental?, ¡¿a quién le dices temperamental viejo gordo?, ven aquí y te daré una paliza! — Contestándole a su regordete recepcionista.


    El pobre hombre que agasajaba a Demetria se sentía algo asustado.


    — ¿Por qué se enojo?, la estaba elogiando.


    Demetria seguía con su rabieta y afilando la punta de su lanza.


    —Ya me la pagará ese gordo calvo.


    —Calma Demetria, debes ser amable con tu público. — Le trataba de calmar su maestra con suma tranquilidad.


    —Por eso odio a los calvos.


    —Es el famoso maestro Randall. — El agasajo para el maestro en combates lo hizo elevarse por las nubes pero… — Y viene con su novia Nasha. — Ya de inmediato el ánimo de Randall bajo estrepitosamente.


    —Vaya, como le dieron en el clavo, ¿no lo crees Randy? — A Nasha en cambio no parecía molestarle los dichos de la gente.


    — ¡Déjate de bromas Nasha, y no me digas Randy, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?!


    —Ya, ya, que novio más agresivo eres.


    — ¡Que no soy tu novio!


    Dejando de lado a la parejita de maestros, la princesa Estefani seguía sin creer lo que estaba viendo y Sara notaba la incredulidad que parecía tener su amiga.


    — ¿Sigues pensando que este recibimiento no lo mereces Estefani?


    —Es que Sara, esto es…demasiado, además…no pensé que sabias sobre nuestras identidades.


    —Hace poco lo supe, y en verdad me sorprendió quien me lo dijo también.


    — ¿Quién te lo dijo?


    — En realidad debería decir que cosa fue quien me lo dijo. — Sara miraba a un burro azulado que se acercaba a ella.


    —Esa no es forma de referirse a la mascota sensorial de la gran Nasha. — Se quejo el burro molesto por el poco respeto hacia su presencia.


    — ¡Gaspar, que alegría volver a verte! — Dijo con felicidad Nasha acercándose a su mascota.


    —Maestra, por fin vuelvo a verla, creí que nunca volvería. — Se había largado a llorar como una Magdalena.


    —No seas tonto burrito cobarde, ¿Cómo creíste que no volvería por ti?


    Al ver a la mascota tan simpática de Nasha, Estefani recordó a cierto conejo que venía con ellos.


    —A propósito, ¿dónde está Fellow?


    —Aquí estoy. — Dijo el conejo pervertido que venía colgando de la cabellera de Michelle.


    — ¿Hasta cuando planeas seguir colgándote de mi cabello?


    —Perdóneme señorita Michelle, pero su cabello huele tan bien.


    —Jajaja, hasta los animales se enamoran de ti Mich. — Le decía Sara alegremente pero Michelle pese a todo el buen clima que podía vivirse, no parecía estar nada feliz, y el motivo de su decaída era más que evidente.


    —Solo los animales Sara. — Respondió molesta y con muy poco humor. — Si me disculpan, tengo cosas que hacer, con su permiso.


    Mientras se dirigía hacia su casa y tratando de alejarse del público que estaba presente, Michelle se alejaba del resto, no sin antes pasar al lado de Estefani y Gerardo, a este ultimo dirigiéndole una mirada muy intensa que demostraba el verdadero sentir de la morena.


    —¨Michelle…debe estar enojada conmigo, tengo que hablar con ella cuanto antes.¨ — Pensaba por dentro Estefani y decidida a aclarar las cosas con su hermana.


    — ¡Espera Michelle! — La llamo de un grito Gerardo y ella de inmediato se detuvo. — Necesito hablar contigo a solas.


    Estefani se sorprendió con que Gerardo tomada la iniciativa y quisiera hablar con su hermana, aunque no podía ocultar su preocupación sobre esa charla en privado que tendrían.


    —No te preocupes Estefani, quizás esta charla que ellos tengan sea lo mejor que les pueda pasar para que aclaren su situación. — Trataba de darle ánimos Yaina a su hermana menor.


    — ¿Por qué dices que estoy preocupada Yaina?


    —Porque amas a Gerardo, ¿no es así?


    — ¿Qué?


    —Ya no necesitas ocultarlo más Estefani, todos nosotros ya lo sabemos.


    Al mirar a su alrededor, los rostros de todos sus compañeros daban a entender que los sentimientos que ella tenía por Gerardo eran más que evidentes, inclusive Jack expresa lo mismo en su mirar.


    Estefani al ver a Jack sentía algo de culpa, sabiendo que su corazón en algún momento estuvo dividido entre el ladrón y el joven del la tierra.


    —Jack, yo quería decirte…


    —Está bien Estefani, no debes explicarme nada, tú solamente elegiste en base a lo que sentías, así que todo está bien.


    —Aun así…


    Jack puso sus brazos en los hombros de ella y comenzó a hablarle.


    —Estefani, no sientas culpa ni remordimiento. Yo me enamoré de ti y lo admito, pero en cambio elegiste a Gerardo, y si lo hiciste es porque lo amas de verdad, así que Estefani, deja la culpa, deja de pensar en los demás y comienza a pensar…en tu felicidad.


    Encerrados en el cuarto de Michelle, la princesa y Gerardo se encontraban cara a cara para decirse todo lo que tuvieran dentro.


    —Dijiste que querías hablar conmigo Gerardo, te escucho.


    —Sí, necesito decir…mejor dicho, necesito…confesarte la verdad.


    La verdad de Gerardo está a punto de ser escuchada por una abatida Michelle.




    PROXIMO CAPITULO: REGRESANDO A SU VIDA PASADA
     
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    Ghea Kurai

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    Oh! que cosa... ya me estaba gustando la pareja que hacian Gerardo y Michelle, especialmente por la forma en que ella le demostraba la fe que tenia en él, pero bueno, esto esta muy interesante y ya quiero ver que pasa con los dioses :)
     
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    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    no me digas que le dira que se ira, y que se la quiere llevar con el?!!
    no... eso imposible, porque en ese caso seria Estefani... verdad?
    verdad??!!!
    me da pena Jack... y Estefani, que debe andar que se muere de la intriga y los nervios por saber que ondas con ese par...
    espero la conti, gracias por invitar
     
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    Mitsuko-chan

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    ¡Hola! Wow así que Veris ya esta muerta eh, me parece bien, aunque que los Dioses vallan a vigilarlos uff ya veo que los humanos metan la pata por así decirlo jeje Pobre Michelle, me da pena por ella, pero sinceramente me gusta mas la pareja de Estefani con Gerardo y bueno tambien me da pena por lo de Jack, aunque lo que dijo fue muy conmovedor y por lo menos Estefani ya no se debe sentir culpable, Jack fue muy comprensivo con ella, solo espero que Michelle sea igual, pero estoy segura que lo sera ella es muy buena :) Por otro lado que risa los maestros, "Randy" seria un buen novio jajaja
    Espero con muchas ansias el próximo capítulo *-*
    ¡Sayonara y cuídate! ^^
     
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    Sheccid

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    Ay, ya me pusiste a sudar, Ruriel.
    Ah,pero antes debo aclarar que sólo de solamente, últimos y aún van con acento.
    Ya, ahora sí:
    Ay, ¿Gerardo le pedirá a Estefani que se vaya con él a la tierra? Uh, si, me imagino a la mamá de Gerardo muy feliz, je,je, lol.
    ¿Y jack encontrará una chica pronto?
    ¿Y la pobre Michelle?¿Para cuando se casa Yaina con Jhonny? ¿Y Randall con Nasha? je, bromeo.
    Wow, aparte quedan los Dioses...oh, que no exterminen a la raza humana, se pone interesante de nuevo esto.
    Y ójala Gerardo no se acobarde y Michelle no sufra mucho.
    XD
     
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    Ruriel

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    CAPITULO XCI: REGRESANDO A SU VIDA PASADA









    Ya encerrados en soledad en la habitación de Michelle, la princesa y Gerardo hablaban sobre sus futuros, tal vez con la expectativa (Por parte de Michelle) de que fuera juntos de la mano en un mismo sendero.





    —Vienes a confesarte, ¿conmigo?





    —A-Así es Michelle, eso dije.





    —Ja… ¿esto es una broma?





    —No lo es, estoy hablando en serio, quiero contarte todo tal cual es Michelle.





    Ella miraba directamente a los ojos color café del muchacho, tratando de adivinar o siquiera acercarse a esa verdad que él estaba a punto de confesar, pero no lograba imaginárselo de ninguna manera, así que sólo le quedaba escucharlo de su propia boca.





    —Aaah, está bien, te escucho.





    —Bueno, como empiezo… — Trataba nervioso de encontrar las palabras indicadas para hablar con ella, pero eso para Gerardo no era una tarea nada fácil.





    —Tú querías hablar conmigo y ahora no sabes que decir.





    —Es que no es tan sencillo Michelle.





    Michelle se le acercó lentamente y eso en lugar de tranquilizar a Gerardo, logro totalmente el cometido contrario.





    —Vamos Gerardo, no tengo tanto tiempo, habla de una vez. — Repitió ya algo más molesta con la situación.





    —¨ Vaya, que linda es Michelle, ¿pero que estoy diciendo?, vengo a aclarar mi situación y pienso en algo así.¨





    —Estas sudando Gerardo, ¿te sientes bien?





    —S-Si, nada más intentaba meditar un poco lo que diré, jejeje.





    —Gerardo… — Michelle de repente mostro cierta tristeza en su mirada, cosa que preocupo a Gerardo.





    —Sí, ¿Qué pasa?





    —Si vienes a reafirmarme tus sentimientos por Estefani…preferiría que no me dijeras nada, sería menos doloroso…para mí.





    Gerardo entendía que no podía andarse con más vueltas, tenía que aclarar la situación por sobre todas las cosas, ya que ella no merecía estar pasando por esto.





    —Michelle, ¿puedo hacerte una pregunta?





    —Claro… ¿qué quieres saber?





    —Es que por más que lo pienso, aún sigo sin entender por qué… ¿Por qué te fijaste en mi Michelle?, yo soy una persona complicada que por lo general causa más problemas que soluciones y suelo ser egoísta y muy poco comunicativo con los demás, entonces no entiendo por qué…





    —Es eso, sabes…el amor resulta inexplicable, aún para las personas que viven esa situación, pero si tú quieres saber porque me fije en ti desde un principio, es algo muy fácil de explicar. El motivo que me hizo interesarme en ti cuando te vi fue tu rostro y el gran parecido que tenías con la persona que cautivo mi corazón…por primera vez.





    —Michelle, yo no sabía de eso, ¿tú te habías enamorado de alguien?





    — ¿Te resulta sorpresivo?, ¿no me digas que la primera persona en la que te fijaste fue mi hermana?





    —Eh…no, claro que no, pero…





    —Se llamaba Cristian Whelan. — Siguió ella contando con algo de tristeza.





    — ¿Se llamaba?





    —Él murió hace ya unos años.





    —Lo lamento mucho. — Dijo Gerardo con algo de culpa por hacerle recordar algo tan triste para ella.





    —Cristian era…un chico muy reservado, lo conocí en la academia. Recuerdo que cuando apenas lo vi me pareció alguien muy simple, en realidad…no me llamaba la atención para nada, ya que si por aspecto se refiere, había muchos chicos que eran más guapos que él.





    —Ya veo…





    —Se podría decir que lo mismo me pasa contigo.





    —¨ ¿Qué me quiso decir con eso?, ¿que no tengo ningún atractivo físico? ¨





    —Sin embargo…. — Michelle continuaba su relato pese a la rabieta interna que tenía Gerardo. — Eso no fue un impedimento a la hora en que me enamoré profundamente de Cristian. Se dice que el amor no tiene explicación, y este podría ser uno de esos casos.





    Mientras Michelle hablaba sobre Cristian entre tristeza y alegría, Gerardo notaba que era la morena la que inconscientemente se estaba confesando con él.





    Estefani quien no estaba nada tranquila con lo que estarían charlando su hermana con Gerardo, se acercó a la habitación de Michelle para intentar oír lo que estaban diciendo.





    —Gerardo, ¿sabes porque te estoy contando todo esto?





    —N-No lo sé, ¿Por qué?





    —Te estoy contando sobre Cristian, porque ahora no quiero cometer el mismo error que aquella vez.





    — ¿A qué te refieres Michelle?





    —En mi vida pasada y tal vez con la torpeza obvia de toda una chica que apenas empezaba a conocer sobre la vida, tuve muchas dudas y miedos cuando me di cuenta que amaba a Cristian y por culpa de esos miedos, yo nunca fui lo suficientemente valiente para decirle todo lo que lo quería y murió sin saberlo. Por esa razón…y sin importar que decidas tú, solo quiero decirte, que más allá de todo eso, siempre…voy amarte. Sé que elegiste a Estefani, lo sé a la perfección, pero…pero yo… ¡sólo quiero estar a tú lado!





    —Michelle…¨ No puedo creerlo, aquí estoy delante de ella, iba a decirle que Estefani era la mujer de mi vida, estaba decidido a hacerlo, pero esto…no me lo esperaba, ¿por qué dudo tanto de hacerlo?, ¿será culpa?, o tal vez…se trate de otra cosa. ¨





    —Gerardo… — Michelle no le quitaba los ojos de encima al joven, en eso la mano derecha de la princesa sujetó la de su compañero. — Por favor, déjame estar a tú lado, no quiero comprometerte a nada, no quiero obligarte a nada, tan sólo quiero…estar cerca de ti, por favor, te lo suplico.





    —¨ ¿Qué hago?, ¿Qué puedo decirle?, todo lo que a hecho Michelle por mi hasta ahora y yo en cambio…solo la he hecho sufrir. ¨





    Michelle no era la única ansiosa por escuchar la respuesta de Gerardo, detrás de la puerta del cuarto, Estefani aguardaba por la respuesta del chico.





    ¨ Gerardo… ¿Por qué no le respondes a Michelle?, ¿Qué vas a decirle? ¨





    Gerardo poso sus brazos en los hombros de Michelle para hablarle con sensatez y decisión.





    —Está bien Michelle, si eso es lo que quieres, entonces está bien, me quedaré a tú lado.





    Ella lo abrazo con fuerza con la felicidad dibujada en su rostro, esta escena ocurría sin tener la menor idea que Estefani, detrás de la puerta del cuarto, había escuchado todo lo que ellos habían estado hablado.





    —¨ ¿Por qué Gerardo?, ¿por qué haces esto?, no te entiendo. ¨





    Mientras Estefani se preguntaba esto por dentro, Gerardo y Michelle seguían abrazándose sin importarles nada de lo que ocurriera fuera de ese cuarto.





    xXx



    Riakoth y su compañera Kallisto recorrían un pequeño pueblo de no muchos habitantes, todo en cumplimiento de su tarea, el ser observadores.





    —Este lugar es una pocilga. — Se quejaba Kallisto, aunque durante todo el viaje lo venía haciendo, cosa que molestaba a Riakoth.





    —Quieres cerrar la boca Kallisto, no has dejado de quejarte desde que emprendimos nuestro viaje.





    — ¡¿Cómo quieres que no me queje Riakoth?! Yo nunca estuve de acuerdo con hacer esta tarea tan absurda.





    — ¿Y por qué no les dijiste a los demás sobre esto?





    — ¡¿Acaso no lo hice?, ¿O es que no lo escuchaste?!





    —Es verdad, ahora que recuerdo ya antes de salir del templo tuviste algunos berrinches con nuestros camaradas. — Dijo Riakoth con ironía, haciendo molestar aún más a Kallisto.





    — ¡Cállate Riakoth, que puedes decir tú que acatas las sugerencias de los otros sin ninguna queja!





    — ¿Por qué tendría que quejarme?, generalmente ellos no se equivocan, recuerda que somos dioses y no tenemos defectos.





    —Eso también te lo podría discutir Riakoth. — Contestó molesta cruzada de brazos.





    —De todas maneras…terminemos con nuestra tarea, así ya no tendrás de que quejarte. — Sugirió el calmado Riakoth que ya estaba cansado de su compañera.





    —De acuerdo, será como tú digas sabelotodo. — Kallisto se adelantó a Riakoth, no sin antes seguir quejándose por el trabajo que le habían encomendado.





    —¨ Esta mujer…sí que es una verdadera tortura.¨ — Pensaba el agotado Riakoth.









    PROXIMO CAPITULO: ANTES DE LA PARTIDA
     
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    Ghea Kurai

    Ghea Kurai Entusiasta

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    Por fin el nuevo capitulo y quiero mas... jejeje, y es que despues e tantos ya quiero saber si gerardo vuelve con su mama xD la vida amorosa puede esperar
     
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    yanin

    yanin Usuario común

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    Hola aquí otra vez, ya tenía meses que no entraba , pero con eso de la universidad no me había dado tiempo de continuar leyendo tu grandiosa historia ya tenía días poniéndome al corriente de los capítulos pero al fin lo termine y para ser sincera estuvieron demasiado interesantes e intrigantes a la vez. Hubo momentos emotivos, de tristeza y romance
    Cada capítulo que leí era más emocionante me adentre a la historia me alegra que los chicos al fin destruyeron a Gualon y sus secuaces.
    Estefani al fin liberó todo su poder además quien se iba a imaginar lo que había pasado realmente en la vida pasada de de ella y Gerardo que él era Endinium..

    Ahora que ir a hacer Gerardo con Michelle y Estefani al parecer esto se le ha complicado a este chico, pero esperemos que tome la decisión correcta, pues esperare los siguientes capítulos ya al parecer se avecina otra batalla.

    salu2:p
     
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    Ruriel

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    La Leyenda de Estefani
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    CAPITULO XCII: ANTES DE LA PARTIDA




    Gerardo estaba preparándose para partir de nuevo a su mundo, en tanto Estefani quien había escuchado la charla de él con su hermana, fue a verlo ya que necesitaba hablarle.


    —Estefani, no esperaba verte tan temprano. — Dijo Gerardo al abrirle la puerta del cuarto y encontrarse con ella. — Adelante, pasa.


    —Gracias Gerardo. Veo que te estas preparando para irte. — Notando las pocas ropas que había traído con él, tiradas en la cama.


    —Sí, aunque traje pocas cosas de mi hogar, recuerda que llegamos de manera improvisara a Sefiro, no tuve tiempo de traer mucho.


    —Tienes razón, recuerdo el primer día que te vi. — Dijo Estefani con nostalgia. — Aquella vez parecías tan nervioso, se notaba que no estabas acostumbrado a hablar con las chicas.


    —Bueno, en cierta forma eso es verdad, siempre tuve problemas de comunicación, quizás por eso estaba tan solo.


    —Pero eso cambio mucho cuando llegaste aquí. Maduraste mucho y eso lo hemos visto todos, en verdad…lo hiciste muy bien.


    —Jejeje, creo que estas exagerando Estefani. — Dijo apenado.


    —Michelle…debe pensar lo mismo.


    La sonrisa de Gerardo había desaparecido y una sensación de culpa lo invadió.


    —Si…quizás… — Respondía Gerardo cabizbajo.


    —Fue larga la charla que tuvieron, ¿no?


    —Estefani, sabes…preferiría no hablar de eso ahora.


    — ¿Tan grave fue lo que hablaron?


    Pese a la insistencia de Estefani, el joven se negaba a responder, ni siquiera podía mantener su mirada en alto.


    —Lo siento Gerardo, no quiero insistir con el asunto, es que la verdad…


    Gerardo antes de dejarla terminar de hablar, estiraba su mano entregándole una vez más la pulsera de la reina Alejandra, madre de Estefani y el único recuerdo que tenia de ella. Ya que anteriormente ella había negado aceptarla, alegando que deseaba que el objeto le trajera suerte.


    —Creí haberte dicho en su momento…que lo conservaras contigo.


    — Se lo que dijiste aquella vez Estefani, pero es que siento que esto definitivamente no me pertenece y además…


    — ¿Eh?


    —Ya la suerte ha estado de mi lado, desde el día que te cruzaste en mi camino.


    —Gerardo…


    Estefani recibía con alegría el gesto del muchacho y acepto recibir de vuelta esa valiosa joya de su madre.


    —Veo que en eso no has cambiado, siempre logras robarme una sonrisa.


    Al día siguiente, Gerardo se estaba a punto de ir de vuelta a su mundo y como en aquella ocasión que llego a Sefiro, nuevamente utilizaría el medallón de Lyra para transportarse. Estefani y el resto de sus amigos estaban junto a él para despedirlo.


    —Así que… ¿Cómo uso este medallón maestro Randall?


    —Ahh, creí habértelo explicado Gerardo. — Dijo Randall suspirando.


    —Sí, es verdad pero…ya se me olvido.


    —¨ Caramba que es lento este muchacho. ¨ — Pensaba el agotado maestro, que no tenía muchos deseos de volverle a explicar lo mismo.


    —No te preocupes por eso Gerardo. — Interviniendo en la conversación decía Estefani. — Suponía que sería algo difícil de entender el mecanismo del medallón, así que le pedí al maestro que me dejara acompañarte.


    — ¡¿En verdad Estefani?!


    —Sí, así que no te preocupes.


    —Gracias Estefani, de verdad te lo agradezco.


    —Y de paso te ayudara a no perderte en el camino, inútil. — Agregando su molesto comentario decía Jack.


    Pero cierta personita no dejaría que ese par se fueran así como si nada.


    — ¡Y yo también iré con ustedes! — Decía Michelle que se había cambiado de ropa y lucía un lindo vestido de color amarillo cuyo largo apenas le llegaba a las rodillas.


    —Wow, te ves… genial Michelle. — Dijo Gerardo impactado con la presencia de la morena y haciendo molestar a Estefani, quien le atinó un codazo en su estómago. — ¿P-Por qué…me pegas Estefani? — Le pregunto retorciéndose del dolor.


    —Aprende a guardarte tus comentarios. Y tú Michelle…no entiendo porque quieres venir con nosotros, creo que tres ya somos multitud.


    —Entonces deberías quedarte hermanita, al fin de cuentas yo también se usar el medallón.


    —Sí, pero da la casualidad que el medallón es mío.


    — ¿Ah sí?


    — ¡Si! — Contestó Estefani con autoridad y estando cara a cara con Michelle, ambas se cruzaron sus miradas, sacándose chispas de los ojos.


    —Vaya, que rivalidad amorosa tienen esas dos. — Comentaba Demetria.


    —Parece que las chicas de hoy en día no piensan en otra cosa, claro a excepción de ti Demetria. — Le respondió su maestra Nasha.


    —Por supuesto, yo no estoy para esas tonterías.


    —Además no eres tan bonita como para que tengas chicos detrás de ti.


    —Oiga maestra, tampoco…no es tan así, yo si quisiera tendría a quien quisiera, pero no me interesa ahora mismo tenerlo.


    —Ahhh…es por eso, me imagino… — Dijo dudando mucho de la afirmación de su discípula.


    Por otra parte, también se debía pensar en lo que se vendría para las princesas de Sefiro y eso era el hacerse cargo del nuevo reino, quien venía de ser casi devastado por lord Gualon.


    —Oye Yaina, ¿está bien que tus hermanas se vayan en un momento como este? — Le preguntaba Johnny a su prometida.


    —Entiendo a lo que te refieres Johnny, pero este viaje es casi fugaz y ahora mismo ellas se merecen un mínimo descanso, ¿y qué mejor que al lado del chico que les gusta? — Le dijo sonriéndole.


    —Bueno, pero…un momento, ¡¿estás diciendo que ambas están…?!


    —Oye, no grites, ¿Qué no me digas que no lo sabias?


    —Bueno, de Michelle sabía algo, pero desconocía que Estefani también lo estuviera. Vaya, ese chico resulto ser un ganador con las mujeres.


    Yaina reía recordando que Johnny había estado gran parte de tiempo inconsciente y desconocía sobre los sentimientos de Estefani, pero de repente, ella dibujo una cara bastante seria, mostrándose pensativa.


    —Me pregunto…


    — ¿Qué pasa Yaina?


    —Estaba pensando…Estefani logro controlar a voluntad el poder de la reina Lyra, sin embargo…Gerardo por su parte aún tiene en su interior el espíritu de Endinium y no sé si pueda controlarlo, en caso de que vuelva a despertar.


    —Creo que en ese sentido es mejor que Estefani lo acompañe.


    —Sí, pero… — Poniendo una cara de preocupación nuevamente. — Seguramente tenga que enfrentarse al carácter de Michelle que puede ser peor que el mismo Endinium.


    —Yaina, que buena imagen tienes de tus hermanas.


    — Ni que lo digas, ellas aún se siguen comportando como niñas.


    Pese a la poca confianza que le brindaban sus hermanas a Yaina, la rubia y la morocha partieron hacia la tierra haciéndole de escolta a su novio…digo su amigo Gerardo. Mientras lejos de allí, un visitante inesperado espía a escondidas los movimientos de ellos.




    PROXIMO CAPITULO: VIAJE ALBOROTADO
     
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    Ruriel

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    CAPITULO XCIII: VIAJE ALBOROTADO




    Estefani y Michelle escoltaban a Gerardo en su retorno hacia la tierra, haciendo uso del medallón de Lyra y su puerta dimensional. Pero no solamente ellos tres venían en viaje, otra persona, más concretamente un chico de cabello rubio, venia junto a ellos.


    — En verdad no se porque lo trajiste con nosotros Gerardo, él se merecía un castigo. — Se preguntaba Michelle en modo de queja.


    — Puedes que tengas razón Michelle, pero...mas allá de todo el sigue siendo un ser humano, igual que nosotros.


    — Es cierto Michelle, nosotros como seres humanos que somos no podemos hacerle esto, pese a que sea un verdadero canalla. — Acotaba Estefani.


    David quien era la persona que venia con ellos, estaba amarrado de sus manos y con un pañuelo con el que taparon su boca, por su comportamiento violento por momentos en contra de Gerardo.


    — No es por alarmarte Gerardo, pero creo que él aun quiere matarte. — Michelle parecía que aún no la convencía del todo la presencia del ex compañero de clases de Gerardo.


    — Sí, creo que el odio que uno siente no puede borrarse tan fácilmente.


    — ¿No creen que deberíamos quitarle por lo menos el pañuelo de su boca?, quizás ahora este mas calmado. — Sugería Estefani.


    — Bueno...si tú lo crees, pero me parece que aun quiere decirme algunas que otras groserías.


    — No te preocupes por ello, si pasa eso enseguida lo amordazaré de nuevo.


    —Esta bien Estefani, lo dejo en tus manos.


    Estefani al parecer se había acostumbrado a viajar dimensionalmente y podía caminar con total libertad en ese túnel espacial, de esa forma ella se acercó lentamente a David y le quito la mordaza de su boca.


    — ¡Ahora si estas en problemas Tarrent, voy a acabar contigo! — Gritó de inmediato ni bien pudo hablar.


    — Si te comportas así no te soltaré, ¿acaso quieres eso? — Le advirtió algo enfadada Estefani notando que su aptitud no cambiaba.


    ¨ Que hermosa es, ¿como puede ser que este imbécil venga con dos chicas tan sexys como ellas? ¨ — Perdido el esa imagen tan majestuosa que le brindaban la presencia de las princesas, David no escuchaba lo que la bella Estefani le estaba diciendo.


    — Oye...oye, ¿me estas escuchando?


    — ¿Eh?, ¿que me decías?


    ¨ Este chico si que te exaspera ¨ , te estaba comentando que si no te comportas bien volveré a ponerte la mordaza y mucho menos te desataría hasta que lleguemos, así que tranquilízate.


    David le dio el visto bueno moviendo su cabeza y dejo de gritar ante el pedido de la muchacha.


    — Esta bien, lo haré solo por que usted me lo pide linda.


    — Te lo agradezco. — Le respondió con una sonrisa. — Y mi nombre es Estefani, encantada de conocerte.


    — ¨ Wow, esa dulzura que tiene la hace ver aun mas linda. ¨


    — Ese idiota de David, espero que no se pase de listo con Estefani. Además no entiendo esa costumbre de ella de ser tan amable con las personas. — Le comentaba Gerardo a Michelle al verlos charlar como si se conocieran de tiempo.


    — ¿No me digas que estas celoso Gerardo? — Le preguntaba la morena.


    — No, no quise decir eso, solo que me fastidia su lado gentil tan elocuente.


    — Estefani siempre fue así Gerardo, y no creo que ella vaya a cambiar ahora, por lo menos no a corto plazo, así que vete acostumbrando.


    — Imagino...que tienes razón. Veo que en eso tú eres diferente.


    — ¿Que me quieres decir?


    — Que a ti te cuesta más brindarte hacia los demás.


    — No puedo creer que me digas eso después de confesarte mis sentimientos.


    — Otra vez vas a empezar con eso Michelle


    — Ah claro, esperabas que lo olvidara, ¿no es cierto?, eso te facilitaría mas las cosas con mi hermana.


    — ¡Ya te dije que estoy confundido, no seas cabeza dura por favor!


    — ¡¿Yo soy cabeza dura?!, ¡¿tu no eres el testarudo que insiste con Estefani?!


    La discusión de los dos obviamente llegaban a los oídos de David y Estefani que los miraban sorprendidos.


    — Esos dos discuten como pareja. — Decía David al verlos en esa intensa charla.


    — ¿Eh?, ¿dijiste...como pareja?


    — Si como... — El joven quedó viéndola con algo de preocupación, notando el gesto de tristeza que tenia la princesa. — ¨ Sera que esta chica....gusta de Tarrent? ¨


    El viaje estaba a punto de culminar, notando que la intensidad de la velocidad de las ondas de tiempo que les permitían trasladarse iban disminuyendo notoriamente.


    — Parece que ya casi llegamos. — Estefani parecía percatarse de su casi llegada a la tierra.


    — Eso espero, cuando me desate te daré una buenos golpes Tarrent. — David parecía no olvidarse esa rencilla con Gerardo.


    — Óyeme tu, otra vez diciendo esas cosas, ¿sabes que gracias a Gerardo sigues con vida verdad? — Totalmente harta le reprochó Michelle.


    — ¿Gracias a él?, ¿de que hablas? — Preguntó confundido el joven.


    — Quizás no lo recuerdes David, pero cuando fuiste traído por Gualon a nuestro mundo, fuiste utilizado para hacer despertar la fuerza oculta de Gerardo. — Le explicó Estefani.


    — Sigo sin entender.


    — Te lo explicaré de manera sencilla, tú hiciste despertar el poder oculto de Gerardo y ya fuera de control tu ex compañero te asesinó. — Afirmó Michelle, queriendo hacer corta la explicación.


    — ¿Que él me asesino?, ¿es una broma?


    — No David, te voy a contar lo que paso. — Estefani de manera tranquila comenzaba a contarle los sucesos al joven rubio.


    Flashback:


    Gerardo encontrándose en total desventaja en su batalla contra David, quien había adquirido poderes especiales que le otorgó Veris, pudo salir triunfante de su combate luego de desperar de manera repentina la fuerza oculta que había en su interior, mas exactamente la energía del príncipe Endinium, antiguo soberano de Sefiro y cuya alma estaba encerrada dentro del joven terrícola.


    Pero luego de derrotar a David y acabar con su vida, Gerardo retornó a la normalidad y vio lo que su ser oculto había hecho, lo cual lo dejo perplejo y conseguía que su alma comenzara a desmoronarse.


    — ¿Yo...hice esto?, he matado...a un humano. — Decía un atónito Gerardo arrodillado frente al cadáver de David.


    Michelle permanecía en silencio no sabiendo como consolarlo, hasta que se decidió por decir unas breves palabras.


    —Gerardo, no te culpes por esto, quien mato a este chico no fuiste tú en realidad.


    —A lo mejor no fui yo conscientemente Michelle, pero... — Él miraba sus manos que estaban cubiertas por la sangre de David. — Pero fueron estas manos quienes les quitaron su vida, fueron...mis manos...Michelle. — Las lagrimas caían del rostro del joven que no encontraba consuelo.


    Fin del Flashback:


    — Michelle me lo dijo claramente, ella vio en los ojos de Gerardo un enorme dolor, tal vez pienses que fuera la culpa, pero yo creo que se trataba...de su noble corazón.


    ¨ Esa manera de hablar sobre él, no me cabe la menor duda, esta chica Estefani...ella esta...¨


    — Termina de contarle todo de una vez Estefani, será menos fastidioso que intentar de explicarle detalladamente. — Le recomendaba Michelle a su hermana.


    — Esta bien, trataré de ser mas breve. Escucha bien David, después de que Gerardo junto con nosotros pudimos detener las ambiciones de Gualon, él tomo una decisión que a mas de uno le
    había sorprendido.


    Estefani siguió contándole los hechos tal cual habían sucedido.


    Flashback:


    Gerardo antes de partir de Sefiro junto con los demás y ya habiendo derrotado a Gualon, se acercó a una persona que hasta hacia pocas horas era un enemigo suyo.


    — Escuche bien lo que dijiste o mis sentidos comienzan a fallarme. — Se preguntaba Lloref después de oír la petición de Gerardo.


    — Has escuchado bien Lloref, te ruego...que revivas a esta persona, por favor te lo suplico.


    — Ja, este humano debe estar totalmente chiflado, ¿o es que acaso te habrás confundido por nuestra intervención en esta batalla? — Decía Vaduan de manera burlona.


    — Imagino que no te has olvidado con quien has estado luchando hasta hace poco, ¿o si chico? — Le preguntó Reim, el líder de los Silarus un tanto serio por la petición del joven terrícola.


    — Claro que no lo he olvidado Reim, pero es que solo Lloref tiene la habilidad de hacer tal cosa, se los ruego, será lo único que les pida para mi.


    — ¡Pues claro que no, te has vuelto completamente loco si piensas que te vamos a hacer favores! — Elevando la voz le contestó Angul.


    — En verdad eres un verdadero inepto si pensaste que nosotros cambiaríamos de la noche a la mañana. — Sentenció Mistelis.


    Ante la negativa de los Silarus, Gerardo desesperadamente se arrodillo ante ellos y llorando les volvió a suplicar por la vida que el mismo le había quitado a ese ser humano.


    — Por favor...tengan compasión de esta persona, es una persona joven que tiene una larga vida en la tierra que lo esta esperando, les ruego... que lo salven.


    El comportamiento de Gerardo era observado por el resto de sus compañeros que no entendían sus verdaderas razones.


    — Ese idiota, ¿por que humillarse de esa manera ante sus antiguos oponentes?, no logro entenderlo. — Decía Jack molesto por el accionar de Gerardo.


    — Tengo entendido por Michelle que esa persona le hizo siempre la vida imposible a Gerardo, ¿por qué querría ayudarlo ahora? — Se preguntaba de igual forma Demetria.


    —No es fácil para un ser humano cargar en su consciencia con la vida de alguien Demetria, tú mas allá de ser una guerrera tendría que entenderlo. — Le explicaba su maestra Nasha.


    — Aunque en este caso especifico... — Estefani observaba detenidamente a su amigo y pensaba. — Gerardo no creo que solo lo pide por calmar su consciencia, mas bien...lo hace porque jamas le deseo ningún mal, aún siendo este sujeto alguien merecedor de su odio.


    Mientras tanto Gerardo seguía con su cabeza baja y pidiéndole ayuda a los Silarus.


    — Jovencito... — Le habló Reim. — Ya deja de hacer esto, nosotros claramente les advertimos que solo intervendríamos en la batalla con Gualon y que después volveríamos a ser como antes, así que mejor agradece que aún sigues con vida y vete a tu casa.


    No era la respuesta que Gerardo esperaba pero ya no podía hacer nada mas, era su ultima respuesta, pero...


    — ¡Espera...hermano!


    Reim y el resto de los Silarus que estaban por retirarse, se voltearon a ver a la persona que los llamaba.


    — ¿Eres tú...Morgana?


    Gerardo levantó su vista y miro a la Silarus desertora que estaba cara a cara con el resto de su ex camaradas.


    — Mor...gana.


    — Perdedor, ja...que raro verte arrodillado, o mejor dicho...esto es típico de ti, ¿no es cierto?


    — Que haces aquí Morgana, pensé que te habías ido.


    — Si voy a irme perdedor, pero como tú ya sabes, aún sigo estando en deuda contigo.


    — ¿Insistes con eso?, tú no tienes ninguna deuda conmigo Morgana, ademas...


    — Ademas...me gustaría que de una vez por todas me llamaras por mi verdadero nombre que es Justine.


    Gerardo notaba que algo en Morgana había cambiado y por un momento comenzó a creer que en verdad ella había cambiado.


    — Con que...Justine. — Dijo Gerardo con una pequeña sonrisa en su rostro.


    Reim no estaba demasiado contento con la aparición de quien para él era una traidora que los había dejado de lado.


    — Te atreves a venir aquí ante nosotros Morgana.


    — ¿Tanto te molesta volver a verme hermano?


    — ¿Me dices hermano, cuando acabas de pedirle a este chico que te llame por tu nombre de humana?


    — Sólo estoy tratando de volver a mi antigua vida Reim, pero eso no quita que yo aún los considere a ustedes como mi familia.


    — ¿Tú familia?


    — Si, ustedes...para mi son mi familia.


    Los Silarus se miraban entre ellos y todos mostraban satisfacción en su rostro por escucharla decir eso, en tanto Reim imaginaba que ella pretendía decir algo más.


    — Imagino que no viniste sólo a decirnos eso.


    — Se ve que me conoces hermano, es cierto, necesito que lo ayudes. — Dijo al mirarlo a Gerardo.


    — ¿Por qué?, ¿Por qué quieres que lo ayude?


    Morgana viendo a Gerardo le respondió de inmediato.


    — Porque...él salvo mi vida.


    — Morgana...¨ Al verla me doy cuenta que su parte mas humana esta reflotando, Morgana...quiero decir...Justine, es...una persona totalmente distinta a la que conocí, pero...que es esta sensación...¿por qué...no puedo dejar de verla? ¨


    Reim veía la forma tan convincente con la que hablaba su hermana Silarus Morgana, y tomó una decisión finalmente.


    — Huh, no se que clase de poder uso este chico en ti Morgana, pero...es la primera vez que siento...que has vuelta a ser una humana, Lloref...


    — Si hermano.


    — Revive a ese chico, hazle este último favor...a nuestra hermana.


    Lloref uso su técnica y volvió a la vida a David, quien estaba totalmente confundido no sabiendo nada de lo que había pasado.


    Fin del Flashback:


    — Y eso fue lo que paso David, Gerardo y Morgana, quiero decir Justine, te devolvieron a la vida.


    — No lo entiendo...¿por qué Tarrent?


    —Porque David, ja que pregunta, si no estuvieras...¿quién mas me molestaría?


    David estaba arrepentido y veía la verdadera esencia de Gerardo, y eso daba indicio a que algo nuevo comenzaba para ellos dos. Pero había algo más por festejar...


    — ¡Chicos!


    — ¿Que pasa Estefani?


    — ¡Hemos...llegado a la tierra!


    Al fin Estefani y los demás vuelven al planeta tierra, y Gerardo esta a un paso del reencuentro con su pasado.




    PROXIMO CAPITULO: EL CALOR DE MI HOGAR.
     
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    Ghea Kurai

    Ghea Kurai Entusiasta

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    oh! que bueno que revivieron a ese muchacho, porque parece ser un personaje que cobraraimportancia en este relato. Gracias por los capitulo y como siempre, te pido sigas subiendo mas, ya que el final aun no ha llegado.
     
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  14.  
    Uzuqui

    Uzuqui Entusiasta

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    hace tiempo que no te leia, pero lo ame!!!
    es unica la forma en que lebas las escenas, amo tu historia , ya lo sabes...espero continuacion n_n
     
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  15.  
    Ruriel

    Ruriel Usuario común

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    La Leyenda de Estefani
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    CAPITULO XCIV: EL CALOR DE MI HOGAR




    Después de un viaje dimensional bastante alborotado por los berrinches de David contra Gerardo y habiendo conseguido hacer las pases ambos luego del que el joven de cabello rubio supo la verdad sobre lo que ocurrió en Sefiro, finalmente la tierra se veía en sus horizontes y los nervios por un inminente reencuentro de Gerardo con su familia se sentía en la atmósfera.


    Estefani, Gerardo y Michelle acompañaron a David hasta su casa antes que nada y de paso debían prevenirlo sobre el hablar de lo pasado en Sefiro.


    — ¿Entiendes la situación David? — Le preguntaba Gerardo


    — Si Tarrent, lo sé, no diré nada de lo que paso, lo tengo bien claro.


    — Gracias David.


    — No te molestes en agradecérmelo Tarrent, de todas formas nadie me creería una historia como esta.


    — Igualmente te agradecemos tu cooperación David. — Le dijo Estefani haciendo sonrojar al joven.


    — No tienes que agradecérmelo linda, así soy yo.


    — Oye no te pases de listo David. — Le reprochó Gerardo un tanto celoso.


    — No seas guardabosque Tarrent, ¿ o es que las quieres a todas para ti ?


    — N-No, yo no quise decir eso.


    — Además...deberías preocuparte por lo que le dirás a tu madre.


    — ¿Eh?


    — He oído comentarios que ella esta muy deprimida desde tu ausencia, y es lógico es tu madre, aparte también...


    — ¿También...?


    — También sabes que esa persona ha estado muy triste desde que te fuiste.


    — ¿Esa persona?, ¿de quien habla Gerardo? — Le preguntaba Michelle desconociendo a quien se refería David, Gerardo luego de unos segundo se imagino quien era esa persona.


    — Entiendo David, pensaré en algo. — Contestó Gerardo.


    — Ah, y algo mas... — Mencionó David recordando otro asunto. — ¿Acaso tienes pensado que estas chicas se vayan con esa fachada a tu casa?


    — ¿Esa fachada? — Le preguntaba Gerardo observándolas y notó a que se refería David. — Es cierto...


    — ¿Que pasa Gerardo? — Preguntó Estefani algo inquieta.


    — Sí, ¿que tiene de malo nuestra fachada? — Sumándose a las dudas le preguntó Michelle.


    — Chicas...es que sus ropas...


    — ¿Que pasa con nuestras ropas?, las limpiamos bien antes de venir.


    — No es eso Estefani, es que sus prendas...son de la época antigua, si mi madre las ve vestidas así pensara que son unas locas.


    — Tienes razón, quizás por eso las personas que nos miraban en la calle no quitaban sus vistas de nosotras. — Michelle recordaba su recorrido hasta la casa de David y los ojos de la gente que no se les quitaban de encima ni a ella ni a Estefani.


    —Probablemente Michelle, aparte tu escote... — Gerardo miraba que particularmente el vestido que llevaba Michelle apretaba bastante los exuberantes pechos de la morena.


    — Oye Gerardo, ya deja de mirarle los pechos a mi hermana. — Le recriminó Estefani tirándole de la oreja.


    — ¿En verdad mirabas mis pechos Gerardo?, pues no te avergüences, a mi no me molesta que me los mires.


    — ¡Michelle! — Gritó Estefani ahora enfadada con su hermana.


    — Ya, no exageres, era una broma, de todos modos ya tendrá tiempo de verlos y tocarlos cuando él guste.


    —¿C-Cómo dices hermana?


    David miraba la escena de las dos princesas y reía por dentro por la situación.


    — Hey Tarrent. — Lo llamó a Gerardo en voz baja para que ellas no lo escucharan.


    — ¿Que pasa David?


    — Esas chicas si que están locas contigo, ¿dime que método usaste para conquistarlas?


    — ¡¿Que?!, yo no use ningún método, solo me he dedicado a hablar con ellas desde que las conocí.


    — ¿Eso es todo?


    — ¡Claro que si!, no te imagine cosas que no son David.


    — Que bien, es bueno saberlo. — Decía David con una mirada picara y observando a Estefani de pies a cabeza.


    — Tampoco te hagas ilusiones David. Pero cambiando de tema, ¿puedes prestarle algo de ropa?, prometo que te las devolveré cuanto antes.


    — ¡¿Que?!, ¿y de donde quieres que consiga ropa de mujer?


    —No lo sé, solo tienes que encontrarle algo para ponerse que no llame tanto la atención como esto que llevan puesto.


    —Tsck, esta bien, déjame ver que encuentro, aguarden un segundo.


    Pasados algunos minutos, unos cuantos mejor dicho, David logró encontrar algo acorde para las chicas, bueno, mas o menos. Luego de vestirse, ambas escondidas en unos arbustos, las dos acompañaron a Gerardo hasta su casa, claro el muchacho por momentos se distraía observándolas.


    — Gerardo...¿por qué siento que me estas observando? — Le preguntó Estefani notando esa sensación.


    — ¿Eh?, bueno Estefani, es que...es la primera vez que te veo con ropas como esas. — La bella princesa llevaba un uniforme de estudiante, que pertenecía a la hermana de David, el cual parecía quedarle perfectamente bien a Estefani.


    — Ah, era por eso, la verdad no entiendo como las chicas de tu época llevan estas ropas tan extrañas.


    —No te quejes Estefani. — Le dijo Michelle que también vestía otro de los uniformes escolares de la hermana de David, aunque este atuendo le apretaba un tanto más a la morena debido a su enorme delantera.


    Gerardo viendo a Michelle se le caían las babas y por esa tontería recibía un buen golpe por parte de Estefani.


    En tanto en la casa de David...


    — ¡Hermano, ¿no has visto mis uniformes de la escuela?, no los encuentro! — Le Preguntaba Alina, la hermana de David.


    —Eh, ¡no!, no las he visto hermanita.¨ Espero que cuando Tarrent me las devuelva no las lave, así puedo olfatear el delicioso aroma de Estefani. ¨ — David recordaba como última imagen lo bien que le quedaba el uniforme de la escuela de su hermana, en el cuerpo de la princesa. — No salgo de un lio que me meto en otro enseguida, encima la escusa que les invente por mi ausencia...


    Flashback:


    —Óyeme David, ¿adonde te habías metido?, ya se que eres un adolescente pero al menos dime en que lugar te encuentras. — Le regañaba Lucía, la joven y bella madre de David. — Y bien, estoy esperando explicaciones.


    — Hay mamá, no molestes, me había quedado a dormir en la casa de un amigo.


    — No me mientas David, llamé a la casa de tus supuestos buenos amigos y ninguno sabia en donde estabas.


    — ¡Esta bien mamá!, entonces te diré la verdad.


    — Bien, así quería agarrarte, ¿dime donde estabas?


    — Pues yo estaba, estaba...


    — Si, soy toda oídos hijo.


    — Estaba...¡estaba con mi novia!


    — Tu novia, ¿me hablas en serio?, ¿y desde cuando tienes novia?


    — ¡Desde hace poco, y punto no tengo porque darte mas explicaciones!


    — Mmm, esta bien, voy a hacer de cuenta que te creo, y dime...¿como se llama?


    — ¿Cómo se llama quien?


    — ¿Cómo quien?, tu novia claro esta.


    — Eh...mi novia, bueno..ella se llama... — David estaba algo nervioso al ver que su madre comenzaba a sospechar de que él no estaba diciendo la verdad.


    — ¿Acaso no recuerdas el nombre de tu novia?


    — ¡Claro que lo recuerdo!, ella se llama, ella se llama...¡Estefani! — Soltó sin pensarlo.


    — ¿Estefani?, mmm, ¿es de tú misma escuela?


    — S-Sí, pero vamos a distintas clases.


    — Con que Estefani eh..., bien, voy a creerte, pero tendrás que traérmela a casa.


    — ¡¿Traerla a casa?!


    — Por supuesto, quiero conocer a la chica con la que esta saliendo mi hijo.


    — P-Pero...


    —Ningún pero, tendrás que traérmela para que la conozca, o sino inventa una historia mejor que me pueda creer, buenas noches hijito.


    La mentira de David para tratar de evitar el hablar sobre lo sucedido en Sefiro no había resultado como él lo esperaba, sino al contrario le trajo aún más problemas.


    Fin del Flashback:


    —Ahh, debí decirle algo mejor a mi madre, ¿ahora como salgo de esta? — Se lamentaba David por lo ocurrido y trataba de pensar en algo que lo sacara de este aprieto.


    xXx


    Habían llegado, una humilde pero no por eso linda casa estaba frente a ellos y Gerardo comenzaba a sentir esos nervios por volver a ver a su madre.


    — Ya Gerardo, cálmate, ¿no te echaras para atrás ahora que estamos aquí? — Intentando animarlo le dijo Estefani.


    — Es verdad, sabias que este momento llegaría, ahora debes ser fuerte y enfrentarlo. — También lo animaba Michelle.


    — Lo entiendo chicas, es cierto, no puedo echarme para atrás ahora.


    — ¿Entonces te decidiste por decirle la verdad?


    — Si Estefani, creo que será lo mejor, mi madre que me conoce bien se daría cuenta de inmediato si le inventara una historia.


    — Aunque decirle que fuiste a un mundo diferente para salvar a su reino no es muy creíble que digamos.


    — Eso también lo sé Michelle, ya algo se me ocurrirá, bien...no perdamos mas tiempo, ¡andando!


    Gerardo dando pequeños pasos se acercó a la puerta de su casa y estando ya en ella golpeo para encontrase con su antigua vida nuevamente.


    — ¡Ya voy! — Se oyó decir desde dentro de la casa, pero Gerardo sabia bien que esa voz no pertenecía a su madre, cuando se abrió la puerta pudo confirmar su sospecha.


    — Tú eres... — Gerardo había abierto mucho sus ojos al ver a la persona que lo recibió al igual que lo hizo su receptora.


    — No...puede ser... — Decía asombrada la joven que parecía ser de la misma edad de Gerardo, cuya figura era delgada y su cabello era anaranjado y largo hasta su cintura.


    — Dime Gerardo, ¿conoces a esta chica? — Le preguntó Michelle un tanto curiosa como de costumbre.


    Pero pasado unos segundos de verse a los ojos sin siquiera parpadear, la chica se arrojo a los brazos de Gerardo llorando de la emoción.


    — ¡Gerardo, no puedo creer que seas tú! — Ella lo abrazaba con tanta fuerza que sus pechos ( que tranquilamente podrían competir con los de Michelle), parecían dos enormes almohadones que apretaban al muchacho.


    — Veo...que si se conocen. — Dijo Michelle viendo el recibimiento de la chica.


    Por su lado Estefani no estaba demasiada alegre por la situación, ella sentía que esa joven era alguien importante para Gerardo.


    — ¿Quien es ella Gerardo? — Le preguntaba la rubia interrumpiendo el momento de emoción.


    — Ah, lo siento Estefani, no pude presentarte, ella es Milagros, es mi amiga de la infancia. Milagros, ella es Estefani mi...mi amiga también.


    — Mucho gusto Estefani. — Milagros le estrechaba su mano pero Estefani no sabia como responder a su gesto. — Parece que tu nueva amiga no sabe saludar Gerardo.


    — Oh, lo siento Milagros, es que ella no esta habituada a nuestras costumbres.


    — ¿Que?, ¿es extranjera?


    — S-Sí, ella es...de Inglaterra, al igual que su hermana, te la presento también, su nombre es Michelle. — La morena saluda de manera respetuosa a Milagros, pero algo en la chica amiga de Gerardo parecía no gustarle de todo.


    —Ahh, ya veo, encantada de conocerlas, igualmente lo importante es verte después de tanto tiempo, no sabes lo feliz que me hace. — Al prestarle únicamente su atención sobre el chico, Estefani y Michelle sentían cierta molestia por ser olvidadas en cierta forma, pero sabían bien que para esta chica de cabello anaranjado, la vuelta de Gerardo era lo mas importante.


    — A mi me da mucho gusto volver a verte Mily.


    — ¡Mily! — Dijeron las dos princesas algo enojadas por la confianza en la que se refería a ella.


    — Si, yo le decía de esa forma cuando íbamos al colegio.


    — Así es, Gera siempre ha sido muy gentil conmigo.


    — ¡Gera!, Estefani voy a matar a esta chica cabeza de zanahoria.


    — Tranquilízate Michelle y por favor no grites al lado de mi oreja.


    — Pero Estefani...


    — Déjalos, tú sabes lo que Gerardo tuvo que pasar en Sefiro, así que él mas que nadie...merece este momento de distensión...con sus seres queridos.


    Gerardo quien se encontraba al margen de lo que sentían Estefani y Michelle, seguía charlando de manera alegre con su vieja amiga de la infancia, todo estaba de viento en popa hasta que el tema de su madre salio a flote.


    — Milagros me da gusto de verte bien, y dime...¿como esta mamá?


    — Ella, bueno ella esta bien tanto como puede, pero como te imaginaras, tu desaparición fue un golpe muy duro para tu madre Gerardo.


    — Lo sé...Mily, necesito verla, ¿esta en su cuarto?


    — Si, esta allí, se encuentra dormida, déjame que la despierte ya era la hora de su desayuno, cuando yo te llame entras, debemos hacerlo con cautela, el impacto emocional puede ser demasiado fuerte para ella.


    — Me imagino, de acuerdo, será como tu sugieres Mily.


    Siguiendo el consejo de Milagros, Gerardo , Estefani y Michelle aguardaron en el corredor de la casa hasta que Mily les diera la señal para entrar al cuarto. En tanto la chica cabeza de zanahoria ( como le decían por su color de cabello) entro al cuarto de la madre de Gerardo y la despertaba para darle el desayuno y de paso prepararla para la gran sorpresa.


    — Aquí le traigo el desayuno señora Tarrent.


    — Mily...sigues aquí, te había dicho que te fueras a descansar a tu casa querida, no tendrías que tomarte tantas molestias.


    — No se preocupe señora, no es ninguna molestia, es todo un gusto venir a acompañarla.


    — Eres un encanto, como me gustaría que mi hijito tuviera una novia como tú.


    — ¿En verdad lo cree señora?


    — Claro, siempre supuse que tú y él un día llegarían a concretar algo más que esa gran amistad que tienen los dos.


    — Piensa mucho en Gera, ¿no señora Tarrent?


    — Todo el tiempo, siempre me hago la cabeza pensando en donde podrá esta mi hijito querido. — Decía con sus ojos llenos de lagrimas.


    Esa notoria escena de dolor era vista desde la puerta de la casa por Gerardo y las princesas.


    —Tienes una gran madre Gerardo, ella te ama con todo el corazón.


    —Ya lo se Estefani, por eso estoy tan mal por haberle hecho pasar por este momento.


    — Quédate tranquilo Gerardo, cuando ella te vuelva a ver todo volverá a ser como antes.


    — Estefani tiene razón, ya verás que todo se solucionada. — Aludía a los dichos de su hermana Michelle.


    — Eso espero, gracias por ayudarme, Estefani...Michelle.


    Mientras Milagros había encontrado el momento oportuno para permitirle la entrada a Gerardo.


    — Señora Tarrent...¿usted confía en mi verdad?


    — ¿Qué si confió en ti Mily?, que pregunta, ¡por supuesto que confió en ti!


    — Me da gusto saberlo, entonces déjeme decirle que hay alguien que ha venido a visitarla para animarla un poco.


    — Espera Milagros, ¿no habrás traído a uno de esos psicólogos que tratan de llenarte de palabras bonitas y...?


    — No, no, nada de eso señora, la persona que esta aquí en verdad va a cambiarle el animo.


    —La verdad...es que no creo que exista tal persona, pero si tú dices que me alegrará algo, entonces te creo Mily.


    — Esa persona esta aquí señora.


    — ¿Esta aquí?


    — Si, ¿puedo hacerla pasar?


    — Bueno querida, si tú me lo pides entonces dile que entre.


    — ¡Ya puedes entrar! — Dijo en voz alta Milagros, haciendo que lentamente Gerardo fuera abriendo la puerta en donde lo aguardaba su querida madre.


    Ya están por volver a verse las caras después de largo tiempo, ¿que reacción tendrá la madre del joven desaparecido?




    PROXIMO CAPITULO: LA RAZON DE LA HUMANIDAD
     
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    La Leyenda de Estefani
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    Para todas las edades
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    Fantasía
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    2206
    CAPITULO XCV: LA RAZON DE LA HUMANIDAD




    Gerardo lentamente abría la puerta del cuarto de su madre y después de muchos días, interminables para ambos, ellos volvían a verse.


    — N-No, dime que no estoy soñando Mily... — Los ojos bien abiertos de la señora Tarrent denotaban su sorpresa y su evidente emoción que la albergaba.


    — No es...un sueño...mamá. — Le respondió Gerardo con su voz entrecortada.


    Gerardo de inmediato se arrimo apresuradamente a la cama de su madre y el abrazo que se dieron parecía que seria interminable. Las chicas, Estefani, Michelle y la mismísima Milagros, observaban con gran felicidad la vuelta a casa del hijo y el cambio de animo rotundo que se expresaban en los rostros de él y su madre.


    — Yo sabia...yo sabia que volverías hijo.


    — Lo sé mamá, lamento haberte hecho preocupar tanto.


    — Pero, ¿estas bien?, ¿no te ha pasado nada?


    — Si mamá, estoy bien, perfectamente bien, he podido cuidarme, y he encontrado amigos que me ayudaron todo este tiempo.


    — ¿Amigos?


    La señora Tarrent quien por la emoción de la vuelta de su hijo no lo percató antes, notó la presencia de las princesas quienes acompañaban a su muchacho.


    — ¿Quienes son ellas Gerardo?


    — Bueno mamá, ellas justamente son dos de mis nuevas grandes amigas, déjame que te las presente.


    Y Gerardo señalándolas les dijo el nombre de cada una de ellas, las cuales las saludaron con cordialidad, sorprendiendo a la señora que no estaba acostumbrada a tanta formalidad de parte de chicas adolescentes.


    — Pero hijo, hay algo que quisiera saber, ¿te habían secuestrado?, ¿dime que fue lo que te paso?, ¿donde estuviste?


    — Imagino que tienes muchas preguntas madre, y aunque la realidad te va a resultar una total incoherencia, créeme que te digo la verdad.


    — Por supuesto que voy a creerte hijo, así que dime lo que tengas que decirme.


    Gerardo estaba listo para contarle todo lo sucedido y sobre todo, intentar convencerla de que le hablaba con la verdad.


    Xxx


    Una ciudad que fue destruida por una feroz batalla, comenzaba a resurgir desde sus cimientos con la ayuda de toda la valiosa gente de Sefiro.


    — Levanten con cuidado esas paredes, cada una de esas piedras pesan mas que cien hombres juntos. — Un señor de barba rojiza guiaba a varios caballeros de gran fuerza para ir lentamente poniendo en pie el gran castillo que una vez fue emblema de esta ciudad.


    — ¡Si señor! — Respondían todos esos trabajadores que pese a su gran esfuerzo sentían un gran entusiasmo en su tarea.


    — Vaya, todos están con muchas energías, parece ser que todo va por buen camino. — Mencionaba Johnny observando el desempeño de los trabajadores.


    — Es cierto Johnny, pero...¿tú por que no ayudas también?


    — Eh, bueno Yaina, lo que pasa es que acabo de cambiarme de ropa y...


    — ¡Ve a trabajar! — Le ordenaba su prometida no permitiéndole decir ninguna de sus tontas justificaciones.


    — Si...mi amor.


    Demetria y su maestra Nasha, quienes si estaban trabajando en las tareas de reconstrucción, se acercaron a la pelirroja para saber si había pasado algo con su novio.


    — ¿Hubo algún problema Yaina?


    — Eh, ah maestra Nasha, no, no pasa nada, solo estoy dándole algún que otro grito a un novio vago.


    — Jejeje, veo que los enamorados se llevan cada vez mejor.


    — Bueno Demetria, viniendo de ti que no se cuales son tus gustos, se puede decir que si estamos bien.


    — ¡¿Que me quisiste decir Yaina?!, ahora entiendo porque eres la hermana de esas dos.


    — Cálmate Demetria, Yaina sólo estaba bromeando, ¿no es cierto?


    — Si...era broma, ¨ ¿Que mas le puedo decir? ¨


    — Cambiando de tema, me pregunto como estarán Estefani y Michelle en la tierra. — Se preguntaba Nasha.


    — Yo también quisiera saberlo, pero estando junto a Gerardo imagino que las dos se encontraran bien.


    — Ay, ese trío amoroso me parece tan adorable. — Decía Nasha con una emoción que le sorprendía incluso a su alumna Demetria.


    — Si, trío, menos mal que no estaba Justine con ellos... — Comentó Yaina sin darse cuenta que la maestra y su alumna la habían escuchado.


    — ¿Dijiste algo Yaina?


    —Eh, no nada Nasha, decía que será mejor continuar con las tareas, aún queda mucho trabajo por hacer.


    Yaina continuo con todo lo que faltaba para hacer en su nueva ciudad que se estaba construyendo, pero antes de seguir con los mismos, una extraña sensación intranquilizó a la hermana mayor de Estefani Michelle. y observó hacia su alrededor algo pensativa.


    — ¿Que pasa Yaina?, ¿ocurre algo? — Le preguntó Nasha notando su intranquilidad.


    — No es nada maestra Nasha, sólo...fue un extraño presentimiento, no es nada importante. — Respondió y siguió con sus tareas.


    Una oscura figura que se escondía entre los enormes arboles cercanos al reino, observaban los movimientos de todos con sus intensos ojos azules.


    Entre tanto, en otra parte del mundo mágico al que pertenecían Estefani y los demás, Kallisto quien ya temía la realidad de las acciones de los seres humanos, miraba con tristeza el resultado de esa lamentable forma de vivir de esta raza.


    Un ladrón quien le saco lo único que tenia para comer a una pobre anciana enferma, un grupo de abusadores golpeando a un débil y solitario joven que trabajaba para ayudar a su padre, chicas inocentes y de corta edad abusadas física como mentalmente por hombres retorcidos sin ninguna pizca de cordura, eran algunas de las tantas aberraciones que los Ozars enviados al mundo humano se encontraron en su viaje.


    — Esto...es demasiado Riakoth, te lo dije...te había dicho que esto iba a pasar.


    — Kallisto, odio decirlo, pero creo que esta vez...tenias razón.


    Kallisto era soberbia y arrogante pero pese a ello, ella seguía siendo una de los Ozars, las cuales habían creado al mundo con el fin de lograr una convivencia adecuada entre las especies, en especial con la raza humana quien fue elegida para mantenerla bajo ese control de paz y armonía. Tal realidad era demasiada fuerte de digerir para esta diosa que pese a sus sospechas, esto iba mas allá de su tolerancia.


    — No lo soporto mas Riakoth, voy a enseñarles... — Kallisto había tomado una postura de ataque lo que hizo prevenir a Riakoth.


    — ¡Espera Kallisto, ¿que tienes pensado hacer?!


    — ¿Observa bien Riakoth, esto sólo sera una muestra...¡de lo que pasará con todos ellos! — La enfadada Ozar levantó su brazo y izquierdo y dijo las siguientes palabras... — ¨ Twist of the Nineteen Snakes ¨ ( Giro de las diecinueve serpientes ) — La arrasadora técnica tuvo tal impacto que prácticamente toda esa ciudad fue envuelta en una especie de remolino gigante que despedazó todo lo que encontraba en su camino


    La barrida desenfrenada provocada por la tecnica de Kallisto, luego de varios minutos comenzó a posibilitar la visibilidad de Riakoth, quien se impresiono por el desastre causado por su colega.


    — ¿Que has hecho...Kallisto?


    — No tienes que preocuparte Riakoth, sólo era un simple pueblo o ciudad, no importa.


    — Pero...¿ por qué los asesinaste a todos?, eso no estaba en nuestros planes.


    — Quizás en un principio nuestra misión era la de observar solamente, pero hay que ser realistas Riakoth, ya no hay mucho mas que discutir, la decisión...esta tomada.


    — Te has vuelto loca Kallisto.


    — Puede que lo este, pero...es muy justa mi locura.


    Tal destrucción fue inmediatamente percatada en gran parte de los alrededores y ese ruido enorme de los gritos de miles de personas sufriendo en agonía, fue claramente escuchado, especialmente en Sefiro.


    — ¿Que ha sido ese ruido Yaina? — Le preguntaba Johnny a su prometida quien había detenido sus tareas como el resto de los hombres dedicados a la reconstrucción del reino.


    — Eso quisiera saber Johnny. Lo que es seguro, es que esos gritos claramente eran de personas sufriendo.


    — ¿Crees que se trate de algún nuevo enemigo?


    — Es posible Johnny, no hay otra opción... debemos ir allí y averiguarlo nosotros mismos.


    — Estoy de acuerdo, ¡vamos!


    Los dos jóvenes guiándose por la dirección de donde había provenido esos gritos de dolor, de inmediato se dirigieron hacia esos rumbos desconocidos con el fin de saber lo que produjo tal alboroto.


    Otro que se percato obviamente fue Jack, quien estaba lejos de Sefiro. Él se dirigía hacia el lugar en donde yacían los restos de su hermano Julio, hasta que escucho todo ese ruido desgarrador que hizo que detuviera su recorrido.


    — No cabe dudas que eso ha sido la clara muestra de que nada ha cambiado en este mundo, aún sigue habiendo enemigos por todas partes.


    — ¡Estas totalmente en lo cierto... Joven Bedenton! — Le dijo una voz misteriosa que se escuchó detrás de él.


    — Es difícil responderle a un desconocido que me habla por la espalda sin presentarse como corresponde.


    — Disculpe joven Bedenton, no creí que fuera tan susceptible.


    Jack se dio la media vuelta para esta cara a cara con esa persona quien le hablaba.


    — Dime...¿quien eres tú?


    — Imagino que seré cortés como me pides, mi nombre es Fledken, octavo Ozar en categoría, es un gusto conocer a tan famoso bandido. — El hombre de corto cabello color verde y ojos púrpura se presentaba ante Jack ocultando su malévola risa que parecía ocultar sus verdaderas intensiones.


    — ¿Ozar...?


    — Tal parece que no estas muy al tanto de quienes somos joven Bedenton.


    — No lo estoy, quieres explicarme...hombre desconocido.


    — No tengo problema en hacerlo, pero desearía que no me llame hombre desconocido, yo ya le dije mi nombre.


    — Tú nombre no es suficiente para saber quien eres, pero sólo déjame aclararte una cosa.


    — ¿Huh?, ¿que cosa me vas a aclarar?


    — Quiero advertirte que si descubro que tienes algo que ver con esos gritos de dolor que acabo de oír, sera mejor que estés preparado...para lo peor.


    — Debo tomar tus palabras como una amenaza más que como una advertencia


    — Bueno, al parecer no eres tan tonto como creía, si es una amenaza, y si fuera tú me iría ya mismo, estoy convencido que estas detrás de estos incidentes.


    — Eres demasiado soberbio chico, esto podría significar una caída muy dolorosa...para ti.


    — ¡Je, puedes intentarlo!


    Jack que se mostraba desafiante ante este desconocido individuo, quien se hacia llamar así mismo como Fledken, octavo Ozar. Lo que el bandido no sabia, era la dimensión del poder de este sujeto misterioso.


    Estos extraños sucesos fueron sucediendo en mas de un lugar, al parecer los Ozars no solo enviaron a Kallisto y Riakoth en su misión de observadores. El maestro Randall quien había regresado a su hogar en Ideya ( De paso evitaba el tener que reconstruir el reino de Sefiro , una decisión que dejo muy encabronada por cierto a su amiga Nasha.)


    — Ahh, no hay nada como un buen descanso en mi casa. — Decía Randall recostado en su cama, con la grata presencia al lado suyo de Fellow, quien dormía en el mismo cuarto.


    — Maestro Randall, no cree que hubiera sido bueno ayuda el la reconstrucción, digo para variar.— Le aconsejaba con cierta picardía el pequeño conejo, sabiendo que a su dueño Randall le molestaba hacer trabajos como esos.


    — No molestes Fellow, tú sabes que yo no sirvo para esos trabajos, prefiero estar en una batalla que tener que construir algo.


    — ¿Y como la maestra Nasha si puede hacerlo?


    — Ella es ella y yo soy yo, no nos compares Fellow.


    — Claro que no los puedo comparar, la maestra Nasha es alegre y bella y usted es...


    — ¿Yo qué?


    — Bueno, nada, no piense en ello maestro Randall.


    — Di lo que quieras Fellow, pero para tu información las mujeres me encuentran muy atractivo.


    —Ya me lo imagino, bueno, puedo notar que Nasha si esta interesada en usted.


    — Eso...es diferente Fellow, Nasha es sólo una antigua compañera de combate, nada mas.


    — Mmm, si usted lo dice.


    — ¡No lo digas con desconfianza Fellow, es así!


    Fellow había logrado sacarlo de su relax a Randall, así que de ahí en adelante no pudo cerrar sus ojos para nada en lo que quedaba de la tarde, pero había algo mas que lo incomodaba al maestro en combates, era mas bien una presencia, el aura de una energía muy familiar para él.


    — ¿Que sucede maestro Randall?


    — Silencio Fellow, ¿no sientes algo extraño en al ambiente?


    — ¿Algo extraño?, probablemente sea su ropa que esta muy sucia, debería lavarla mas seguido maestro.


    — ¡Que no es eso Fellow!, esto mas bien es... — Algo atemorizado por sus sospechas sobre esa extraña aura, él se fue hacia afuera de la casa para observar con detenimiento los alrededores.


    Parado ya en la entrada del hogar, Randall miraba y miraba cada árbol, cada piedra de gran tamaño en donde alguien pudiera esconderse, él estaba seguro que esa presencia no era la de un ser humano común y corriente


    — Maestro, sigo sin entender por que salio corriendo hacia el patio.


    — Espera Fellow, guarda silencio, él...esta aquí.


    — ¿Él?, ¿a quien se refiere maestro Randall?


    Un hombre de edad algo avanzada con una barba alborotada color gris y cabello despeinado del mismo color y cuyos ojos dorados notaban que ese sujeto que se presentó delante de Randall como si hubiera salido de la nada, emitía esa aura que tanto intranquilizaba al maestro de Estefani y los otros chicos.


    — Me da algo de nostalgia volver a verte...mi joven discípulo. — Dijo este extraño hombre a Randall dejándolo sorprendido.


    — ¿Es usted...maestro Grirag?


    Randall vuelve a ver al hombre quien le enseño todo en la vida.




    PROXIMO CAPITULO: LOS MISMOS ESCENARIOS
     
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    CAPITULO XCVI: LOS MISMOS ESCENARIOS





    Inesperados sucesos han estado ocurriendo en Sefiro y sus alrededores, todo estos hechos fueron sucediendo mientras Estefani, Michelle y Gerardo se encontraban en la tierra. Entre varios movimientos de estos sujetos desconocidos, los dioses Ozars, fueron encontrándose cara a cara con cada unos de nuestros amigos, justamente el maestro Randall se veía en esta situación al verse con un antiguo conocido suyo.



    — No pareces contento por verme de nuevo Randall.



    — Es que no lo entiendo, usted...debería haber muerto...maestro Grirag.



    El hombre de barba grisasea era nada mas y nada menos que el maestro de Randall, el reconocido Grirag, quien fuera famoso en su tiempo como el campeón de los guerreros, titulo ganado por su abrumadora fuerza.



    El maestro de Randall notó la presencia de Fellow, mascota sensorial que el mismo le había regalado a su discípulo en sus tiempos de entrenamientos.



    — Vaya, tú también has crecido en cierta forma Fellow.



    — Señor...Grirag, no esperaba verlo de nuevo.



    — No lo entiendo, maestro...como puede estar usted aquí, yo mismo...yo mismo lo sostuve en mis brazos, el día que murió. — Tiempo atrás Randall, Nasha y su maestro Grirag, participaron en una feroz batalla en contra de unos poderosos adversarios, en tal combate Grirag resulto gravemente herido y murió delante de sus dos mejores discípulos.



    — Si, es cierto, en aquel entonces mi vida terrenal junto a ustedes había acabado, pero...luego de eso...



    Grirag comenzó a contarle lo sucedido en aquel entonces, luego de que Randall y Nasha despidieran los restos de su apreciado maestro.



    Flashback:



    — Ma...estro. — Nasha abatida no paraba de llorar por su maestro y casi segundo padre, ya que de joven ella fue adoptada por él para criarla y enseñarle a defenderse y a valorar las cosas valiosas de la vida, ellos habían conocido el afecto en ese venerable hombre.



    — No...llores Nasha, tu bello rostro se desfigura si lo haces. — Grirag en su momento de agonía intentaba tranquilizar a su alumna, mientras que su otro discípulo lo observaba con tristeza como pasaban sus últimos momentos con ellos. — Randall, tú tienes que ser fuerte...de ahora en mas...serás...quien enseñe a la futura generación.



    — Maestro Grirag, por qué...¡por que tuvo que protegernos en ese ataque!, por culpa de eso usted...



    — Ustedes son los que tomaran las riendas en este mundo corrupto Randall, es natural que alguien viejo como yo...proteja esa esperanza, yo aún conservo la fe...en la raza humana.



    Ellos siguieron reunidos unos minutos mas hasta que Grirag finalmente dio su último suspiro. Randall y Nasha enterraron los restos de su difunto maestro en el mismo lugar, dejando varias flores silvestres que ellos mismos recolectaron. Ese mismo día, ya en horas de la noche, un extraño acontecimiento hizo que todo cambiara.



    Desde los cielos, una brillante luz cayó hacia la tierra justamente en el mismo lugar en donde estaba enterrado Grirag, de repente una mano salio de la tumba, y lentamente el dueño de la misma salio a la superficie, el maestro de Randall, quien se pensaba había muerto, nuevamente se ponía en pie.



    — ¿Qué...ha pasado?, ¿por que estoy de vuelta aquí?, yo...había muerto. — Grirag no entendía el porque, pero no cabía dudas que él seguía con vida, ante su confusión, una misteriosa aparición se le presento luego de un fugaz brillo color blanco, de allí una mujer joven de piel blanca, ojos verdes y cabello corto azulado y cuya vestimenta parecía la de una princesa o mas bien, una diosa griega., seria la encargada de aclararle la situación.



    — Pareces confuso Grirag.



    — Tú...¿quien eres?, ¿como sabes mi nombre?



    — Ya aclararé tus dudas Grirag, pero yo se mucho sobre ti, te he estado observando desde hace mucho tiempo, desde mi hogar.



    — ¿Tú...hogar?



    — Sí, lo tienes justo encima de nosotros. — Le respondía esa amable y bella mujer señalandole los cielos. — Pero déjame presentarme, me llamo Ozia, reina madre de los dioses.



    — Reina...de los dioses... — La mente de Grirag, no sólo tenia la confusión por su misteriosa resurrección, también tenia muchísimas dudas por el origen de esta chica y sus verdaderas intensiones.



    — Pareces confundido.



    — Es que...yo para empezar no debería estar aquí, ya me había despedido de esta vida, y ahora una chica desconocida que se apareció de repente se me presenta como la reina de los dioses.



    — Despejare tus dudas Grirag, pero antes de eso, quiero enseñarte mi querido hogar, creo que será una buena forma de comenzar a disuadir tus dudas.



    Grirag fue transportado hacia los cielos de la mano de la joven reina de los dioses. Ya encontrándose en los cielos, Grirag visualizo ese inmenso lugar brillante y que emanaba una paz y tranquilidad que jamas había experimentado en el mundo mágico, no cabía dudas que era el lugar perfecto de descanso para los seres que dejaban el mundo terrenal, también era sin duda el hogar de los creadores de la existencia misma, los dioses Ozars.



    — Ahora crees un poco mas en mi, maestro Grirag. — Le preguntaba la bella Ozia, notando aún algo de incredulidad en ese noble guerrero.



    — Esto...me resulta difícil de creer, aun viéndolo con mis propios ojos.



    — No te culpo, imagino que cualquier ser humano que llega hasta aquí tendría tu misma reacción.



    — Así que...¿de verdad eres reina de este lugar? — le preguntó Grirag luego de aceptar esta realidad que se le estaba presentando.



    — Si lo soy, y también debes preguntarte por que vine por ti.



    — Bueno, eso tal vez lo puedo adivinar, todas las personas que mueren vienen al cielo, por lo menos si fueron buenos en la tierra.



    — Tienes una visión un tanto infantil Grirag, esa explicación la hubiera esperado de un niño pero no de un hombre con experiencia como tú. — Reía Ozia por escuchar lo dicho por Grirag.



    — No se ria de mi señorita.



    — Lo siento Grirag, pero...me recordaste a uno de mis queridos arcángeles, a veces son tan inocentes que a mi misma me sorprenden. En algunas cosas tienes razón, la gente que deja el mundo llega hasta aquí o en caso contrario llegan al inframundo, dependiendo de las acciones que tengas en la tierra. También es cierto que eres una persona muy valiosa y es por eso que estas en el cielo. En lo único que no acertaste fue en el hecho de que yo haya venido por ti, generalmente los ángeles vienen a la tierra para escoltar a las almas que dejan el mundo, pero salvo unas pocas excepciones, la reina de los cielos se presenta ante una de estas almas para escoltarlas, y tú mi querido Grirag...eres uno de esos pocos casos.



    —Yo, pero...¿por que?, ¿que tengo de especial para que hayas venido a buscarme tú misma?



    — Recuerdas que te dije que te había estado siguiendo de hace tiempo, por eso fui que te elegí.



    — ¿Me eligió?, disculpe...sigo sin entender.



    — Te he elegido... como nuevo dios Ozar.



    — ¿Nuevo dios?



    — Los dioses Ozars son los protectores y creadores de la vida misma, y yo como su reina madre he sido la que personalmente los escogí para cumplir con su misión de mantener el orden y la coexistencia entre los seres vivos.



    — ¿Me esta diciendo que he sido elegido para esto?, pero...¿por que yo?, hay miles de personas buenas en el mundo que podrían cumplir esa misión mejor que yo.



    — Te equivocas, hay gente buena, eso es verdad, pero...no son miles como tu dices. Lamentablemente...ese numero de gente buena ha estado disminuyendo notoriamente en los últimos tiempos. Justamente es esa la razón que mas me ha estado preocupando.



    — ¿Que quiere decir?



    La cara de Ozia se había puesta muy seria y comenzó a explicarle.



    — Cuando la especie humana comenzó a existir, también se inició en ese tiempo los conflictos de la especie, en especial el mas problemático que tienen.



    — ¿Y cuál es ese conflicto?



    —¡Su yo interno!



    Ozia seguía explicándole, según su propias palabras, la raza había comenzado desde los principios con el principal factor de su desequilibrio, su propia maldad interior. Ese ser que todos poseemos y que en ocasiones frecuentes o no tanto, nos dice o nos trata de convencer de hacer cosas que no se deben y que interfieren con la convivencia y el entender mutuo de los seres.



    Mientras le hablaba sobre el asunto, Grirag podía entender que Ozia no estaba muy desacertada de la verdad, es mas, estaba totalmente convencido que ella tenia toda la razón, como no la tendría si ella al ser la madre de los dioses sabia bien el funcionamiento de la vida cotidiana de cada unos de nosotros en la tierra.



    — ¿Que te pasa Grirag?, estas muy serio. — Notando la reacción que tuvo el maestro al escucharla.



    — Es que mientras la escuchaba...



    — ¿Sentiste cierta coincidencias con cosas ocurridas en tu propia vida?



    — S-Sí...justamente, eso pensé al oírla.



    — Entonces entenderás el por que necesito de gente como tú Grirag, hay algo que esta haciendo que los seres humanos se estén descarriando cada vez más.



    — Y sabe...¿que puede ser?



    — Hay muchos factores que corrompen a los humanos, pero en este caso creo que hay algo mas influyente que esta haciendo que la balanza se incline hacia la oscuridad de sus corazones.



    — ¿Y que es?



    — Lo único que se me ocurre, es que este por darse la llegada...del origen del mal.



    — Se refiere...



    — Ustedes lo llaman por su nombre vulgar, me refiero a Eruvara, mas conocido en la tierra...como Lucifer.



    Grirag mas allá de su sorpresa tenia un fuerte sentimiento, que pese a su muerte no podía quitarse, ese sentimiento era miedo.



    — Créeme que si mis deducciones son exactas, ese miedo que tú sientes ahora será el mismo que sufrirá la humanidad...antes del final.



    — ¿El final?



    — Me refiero al día en que la vida termine para siempre.



    — No puede ser...



    — Pero no te preocupes, si colaboras con nosotros tengo seguridad que esto puede evitarse.



    — ¿En verdad cree que yo puedo ser útil a su causa?



    — Estoy convencida, que dices Grirag, ¿aceptas mi proposición?



    — Yo...no se que decirle.



    — Dime que si, ¿aceptas?



    — Esta bien, aceptare lo que me propone. Pero sólo tengo una duda mas.



    — ¿Cuál es esa duda?



    — Yo...¿en verdad estoy con vida?, me había despedido de mis discípulos y ahora...



    — Entiendo lo que me dices, en cierta forma tu cuerpo es tan vivo como el de cualquier ser humano, con la sola excepción que tú posees desde ahora la inmortalidad y obviamente un poder superior que va mas allá a la imaginación de cualquier mortal.



    — Es increíble, no puedo esperar a hablar con Randall y Nasha y contarles sobre esto.



    — Me temo que eso no sera posible Grirag.



    — ¿Que?, ¿por qué no puede ser posible?



    — Desde el momento en que te conviertes en un dios Ozar, ya el contacto con cualquier mortal es totalmente imposible, para ellos tú ya estas muerto Grirag, y seguirá siendo así.



    — Entiendo...que lastima. — Decía con desilusión, aunque podía entender los motivos de esa condición. Para cualquier ser humano, el lograr algún tipo de contacto con un dios seria demasiado fuerte, he de ahí el hecho de su restricción.



    — Bueno, si ya lo entendiste, entonces es el momento de que conozcas a los otros dioses.



    Grirag acompaño a la hermosa reina de los dioses Ozia al lugar donde estaban reunidos todos los restantes Ozars. En aquel enorme cuarto de altas paredes y sentados alrededor de una mesa ancha de larga dimensiones, Ozia luego de presentar a Grirag con el resto, comenzó a hablarles sobre sus expectativas y por lo que vendría a futuro.



    Fin del Flashback:



    — Randall, yo quise comunicarme con ustedes en aquella oportunidad pero no pude hacerlo. Pero no es por eso que estoy aquí, necesito decirte la verdad.



    — ¿La verdad?



    — Dentro de poco los Ozars nos volveremos a reunir, todos nos hemos dispersado a lo largo del mundo con la misión de observar el comportamiento de los humanos y la verdad es que el resultado no fue el mejor. Al principio habíamos enviados solo a dos de nosotros para esta misión, pero luego creímos que seria mas apropiado que la mayoría de nosotros observemos con nuestros propios ojos lo que estaba pasando.



    — ¿Que quiere decir maestro?



    — Probablemente la especie humana...vaya a desaparecer completamente.



    — ¿Cómo dice?



    — Randall, desde el día que abandone este mundo, nada de lo negativo de esta raza a cambiado, peor aún creo que fue desmejorando sus aptitudes.



    — ¡Pero maestro, eso no es motivo para aniquilar con toda una raza, seria una total aberración de los dioses si lo hicieran!



    — Hmm, veo que sigues siendo tan pasional como siempre Randall, incluso levantándole la voz a tu maestro.



    — Cualquiera reaccionaria como yo si le dijera tal cosa.



    — Tal vez...me pregunto como habrán reaccionado los otros. — Decía Grirag pensante.



    — ¿Los otros?



    —Así es, ya te había dicho que los demás dioses estaban recorriendo este mundo y casualmente algunos de tus amigos se han encontrado con ellos, debes estar orgullosos, ustedes...son especiales. Da curiosidad que en otras partes se vea el mismo escenario.



    — Maestro...¿que están tramando?



    Grirag se quedo en silencio, poniendo aún mas nervioso a Randall, mientras tanto en otras parte, Jack estaba tendido en el suelo totalmente ensangrentado y fuera de combate.



    — Eres demasiado hablador chico, eso es bueno cuando eres superior a los demás y no cuando...sólo eres un insecto. — Fledken se burlaba ante el cuerpo todo dañado de Jack, y que al estar inconsciente no podía responderle.



    Las intensiones de los Ozars esta a punto de ser reveladas, pero por otro lado, en el mundo de Gerardo esta a por iniciar un conflicto entre él y su entorno familiar, a causa de su versión de lo sucedido y por la presencia de las princesas que no le caían demasiado bien a Milagros.





    PROXIMO CAPITULO: SOLEDAD
     
  18.  
    Ruriel

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    Hola al foro, queria aprovechar para comunicarles que este fanfic, ¨ La Leyenda de Estefani ¨ , esta entrando en sus últimos 4 capitulos y espero que quienes vinieron siguiendo esta historia la acompañen en sus momentos decisivos, ¡ Gracias todos por haberme acompañado !
     
  19.  
    libeika

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    waw la historia es hermosa muy interesante y por lo visto se pondra una mas, felicidades eres buen escritor.;)
     
  20.  
    Ruriel

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    Título:
    La Leyenda de Estefani
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    100
     
    Palabras:
    2442
    CAPITULO XCVII: SOLEDAD





    Gerardo recién terminaba de contarle sus vivencias en Sefiro a su madre y como era esperado, la señora Tarrent descreyó de todo lo dicho por su hijo. En su parecer él solo le estaba ocultando lo que en verdad paso detrás de toda esta farsa.



    — Hijo, que tonterías esta diciéndome.



    — No es ninguna tontería mamá, te estoy diciendo la verdad.



    — Es cierto señora Tarrent, Gerardo no le esta mintiendo. — Michelle salia en defensa de Gerardo, tratando de convencer a la madre del joven.



    — Tú niña, eres una desconocida y me dices esto.



    — Pero señora...



    Milagros quien estaba callada, pero se notaba cierto enojo en ella, intervino en la conversación con obvias dudas claro esta.



    — ¡Gerardo!, tu mamá tiene razón, como puedes decirle esta estupidez después del tiempo que desapareciste, por favor dinos la verdad.



    — Es que Milagros yo...les estoy diciendo la verdad.



    Esa respuesta había hecho enojar mas a Mily, y ella se lo hizo saber.



    — Es...increíble que salgas con esto Gerardo, ¿nos tomas por tontas o algo así?



    Estefani vio que la situación era muy compleja para Gerardo, todo lo que él les había dicho no era del todo creíble para su familia, ella quería hacer algo para demostrarles que el chico les decía la pura verdad.



    — Discúlpenme que me entrometa, pero yo puedo demostrarles que Gerardo les dice la verdad.



    — Vaya, así que la otra desconocida también se mete. — Comentó enojada Milagros.



    — Lamento que te moleste, pero necesito que nos den la oportunidad de demostrarle la verdad.



    — ¿Por que tendríamos que hacerle favores a una extraña? — Le preguntó Mily con más enfado que antes.



    — No me hagan un favor a mi, escuchen a Gerardo, él es tu amigo según tengo entendido. — Estefani miró a la madre del joven. — Es su hijo señora Tarrent, denle...esa posibilidad.



    Si bien a la madre de Gerardo no le importaba demasiado si su hijo decía o no la realidad de las cosas, ella dejo que Estefani le demostrara esa verdad que tanto pedían y que para la señora era difícil de creer.



    — Esta bien...al fin de cuentas lo único que me importa es que mi querido hijo este de vuelta en casa.



    — ¡Pero señora Tarrent!



    — No hay problema Mily, deja que esta chica nos demuestre su verdad.



    Con la decisión ya tomada por Maria Tarrent, Milagros tenia poco por decir, no le quedaba mas remedio que quedarse callada y observar lo que haría Estefani, pese a que la princesa desde un principio no le agradaba demasiado a la amiga de la infancia de Gerardo, mas que nada por notar esa confianza que tenia la rubia con su ex compañero de clase.



    — Bueno, ya que todos estamos de acuerdo...señora, ¿hay algún lugar espacioso en esta casa?, lo necesito para hacerle la demostración.



    — Puedes usar el patio trasero de la casa querida.



    — Gracias, bien, ¡acompáñenme!



    Todos siguieron a Estefani hacia el patio trasero de la casa, aún dudando de la demostración que tendría en mente la rubia.



    — Oye Estefani. — Le hablaba Gerardo en voz baja.



    — ¿Que pasa Gerardo?



    — ¿Que planeas hacer para demostrarle que les estoy diciendo la verdad?



    — Bueno, es mejor que lo veas por ti mismo.



    — Oh vamos, ¿no puedes adelantarme nada?



    — ¡No!



    — ¡Vamos, no seas así !



    — ¡Dije que no!



    La actitud de ambos le llamaba la atención a María, ya que su hijo nunca tuvo tanto trato con ninguna chica, claro a excepción de Mily, su mejor amiga.



    — Parece que mi hijo y esa chica rubia se tratan con mucha confianza, ¿acaso pasa algo entre ellos? — Le preguntaba María a Michelle quien tenia cerca.



    — Eh, bueno...si son buenos amigos, pero nada mas, déjeme decirle señora que a su hijo le gusto mas yo que ella.



    — ¿Que él gusta de ti?, mmm... — La señora pensaba mientras miraba a Michelle, en especial sus ojos apuntaban a una parte del cuerpo de la morena. — Bueno, eres muy hermosa tu también niña, ademas...pareces estar muy bien desarrollada para tu edad. — Diciéndolo claramente por los voluptuosos pechos de la chica.



    — Ay, gracias señora, es muy amable. ¨ Creo que de a poco le agrado a mi futura madre. ¨



    ¨ ¿Y esta otra que se estará tramando? ¨ — Milagros que aún seguía enojada con Estefani con su acercamiento tan evidente a Gerardo, también comenzaba a sentir molestia con Michelle, que al parecer tenia una clara atracción por el joven.



    Delante de ellos, Estefani escuchó lo que dijo su hermana y le comentaba lo ocurrido a su acompañante.



    — Parece ser que Michelle le quiere caer bien a tu madre. — Le comentaba al oído de Gerardo.



    — ¿Tú lo crees?



    — Ahh, estoy segura.



    Dejando de lado la infantil actitud de Michelle, Estefani estaba lista para la demostración y para eso ella iba a usar...



    — ¡El medallón de Lyra! — Dijo Gerardo.



    — Si, cuando veníamos para aquí supuse que iba ser muy difícil que te creyeran tu historia, ¿que mejor que mostrarles el poder del medallón?



    — Puede ser, pero...



    — No seas pesimista Gerardo, ¡arriba ese animo! — Le dijo dándole una palmada en su espalda.



    Milagros en su interior pensaba que Estefani era demasiado confianzuda con Gerardo, también creía que era una loca de remate al igual que Michelle, pero lo que mas le molestaba a la chica de cabello anaranjado era esa sonrisa que veía en su amigo estando al lado de la princesa.



    ¨ Gerardo...parece muy feliz. ¨ — Esa alegría que jamas había notado en él era una muestra de lo importante que podría a llegar a ser esa chica para Gerardo.



    — Bueno señora Tarrent, necesito que se alejen un poco de mi, voy a utilizar este objeto para la demostración y al momento de usarlo provocara una fuerte abertura de energía, así que tengan cuidado.



    — Ja, que tontería. — Milagros seguía creyendo que las palabras de Estefani eran puras patrañas.



    Luego de reunir algo de poder, Estefani abrió un pequeño hueco dimensional, pero en este caso lo hizo mas pequeño que de costumbre para evitar algún inconveniente con la atracción que provocaba ese hueco. Pero pese a ello, las ondas de energía estaban atrayendo lentamente a María y Milagros.



    — ¿Q-Qué es...esto? — Se preguntaba Milagros al ver que su cuerpo iba siendo atraído por ese agujero dimensional, pero antes que nada ocurriera, Gerardo la tomo de su cintura para evitar que esa energía la arrastrada.



    — No te preocupes Mily, no dejaré que esa energía te lleve.



    — Gracias...Gerardo, pero esto es...



    — Si Mily, esto es de lo que les estamos hablando, es una pequeña demostración...de lo que viví en Sefiro.



    — Es...asombroso.



    La madre de Gerardo también tenia el mismo inconveniente con la atracción de esa energía, y su protectora en ese caso fue Michelle que la detuvo por detrás.



    — La tengo señora.



    — G-Gracias querida.



    ¨ Un punto mas para mi con mi futura madre, te estoy ganando Estefani. ¨



    — ¡ Estefani, creo que ya es suficiente de la demostración !



    — ¡ Esta bien Gerardo !



    La demostración había terminado, y era mas que suficiente para revalidar los fundamentos dados por Gerardo.



    — Lamento si los asuste con esta técnica, pero es lo único que se ocurrió. — Aclaraba Estefani a los demás.



    — No hay problema Esefani. — Le respondía Gerardo. — ¡Mamá, ¿te encuentras bien?!



    — Si hijito, esta adorable chica me protegió.



    — ¡Gracias Michelle por proteger a mi madre!



    — ¡De nada lindo!



    — L – lindo... — Dijo Gerardo sorprendido.



    — ¨ Esa Michelle se esta pasando de la raya, la voy a matar. ¨ — Estallaba de la bronca Estefani contra su confianzuda hermana.



    La arriesgada pero necesaria demostración de Estefani fue suficiente para que María y Milagros creyeran en las palabras de Gerardo.



    — ¿Ahora ya puedes creernos Mily? — Gerardo le preguntaba a su compañera de escuela.



    — Lamento haber desconfiado de ti hijo. — Se adelantó a decir María a su hijo algo apenada por haber dudado de su palabra.



    — ¡Tú también deberías disculparte cabeza de zanahoria! — Le gritaba Michelle a Mily, echándole en cara su necedad en creerle a su amigo.



    — Jajaja, esa Michelle no sabe callarse, pero siempre es así, ¿ahora ya no dudas de mi verdad?, viste que yo te decía la verdad, viste, viste. — Le repetía Gerardo infantilmente, en cierta manera logrando molestar a Milagros.



    — ¿Eso es todo lo que me dirás...? — Le preguntaba Mily a su amigo, con clara molestia en su rostro.



    — ¿Eh?



    — ¿Eso es todo lo que me quieres decir...después de tanto tiempo?



    — ¿De que me hablas Mily?



    — Lo único que me dirás después de este tiempo...¡son tus estúpidos reproches! — Le grito notándose sus ojos con lagrimas, fue ahí donde Gerardo se daba cuenta de lo mal que la había pasado su amiga de la infancia.



    — Mi...lagros...



    — Tú no sabes...lo que pasamos tú madre, Miguel y yo durante tu ausencia. Estuvimos noches enteras sin dormir, esperando tener alguna novedad de tu paradero, pero nada nuevo salia y solo nos manteníamos de nuestras esperanzas de verte sano y salvo.



    — Yo...lo siento Mily, no me imagine que tú estabas...



    — ¡No te imaginaste?, te dices llamar mi amigo y aún así...pensaste que no me dolería pensar que no te volvería a ver nunca mas. Gerardo...en verdad...¡Eres de lo peor!



    Milagros se fue corriendo de la casa de Gerardo sin darles tiempo a nada. Mas allá de los gritos de María para que se detenga, nada dio resultado, la joven adolorida por dentro se marchó por entender que a su compañero de la infancia desconocía sus sentimientos y que al parecer poco le importaban.



    — Pero...¿por que se puso así? — Se preguntaba Gerardo no entendiendo la situación.



    — Creo entenderlo... — Le respondió Estefani ante la intriga del muchacho.



    — Lo importante es encontrarla hijo, ya es muy tarde y salir sola a la calle es peligroso. — Le aconsejaba María a su hijo preocupada por el bienestar de Mily.



    — Lo sé mamá, iré ya mismo a buscarla.



    — Voy contigo Gerardo.



    — Esta bien Estefani, ¡vamos!



    — Yo me quedaré con tu madre Gerardo. — Dijo Michelle, tratando de ganarse de paso algunas fichas mas con su futura mamá...digo con María.



    — Te lo agradezco Michelle, cuídala bien, te la encargo, enseguida volveremos.



    — Por favor hijo, encuentra a Mily, ella ha estado muy triste desde que te fuiste.



    — Sí mamá, la encontraré...sin importar lo que me cueste.



    Gerardo y Estefani fueron en búsqueda de Milagros. Ya en la calle decidieron separarse para encontrarla con más facilidad, de esa manera seria mas sencillo localizarla. Esa estrategia funcionó ya que en media hora mas o menos, Estefani se encontró con ella en una plaza bastante abandonara que se encontraba a pocos metros de la casa de Gerardo.



    — Con que aquí estas. — Estefani vio a la peli anaranjada sentada en una hamaca solitariamente y con clara tristeza



    — ¿Por que estas aquí rubia?



    — Eh, bueno...¨ Creo que en verdad le caigo mal.¨ , yo vine por ti Milagros.



    — ¿Por mi?, ¿acaso Gerardo te envió?



    — No Milagros, Gerardo también salió a buscarte conmigo, solo que nos separamos para poder encontrarte.



    — Querrá fingir...que yo le preocupo.



    — No seas injusta, estoy segura que Gerardo...



    — ¡¿Segura?!, ¿y tu que puedes saber de nosotros?, apenas lo conociste hace poco.



    — Es verdad... — Estefani se acerco a Milagros y se sentó al lado de ella en la otra hamaca vacía. — Tienes razón, hace poco tiempo que conozco a Gerardo, por eso desconozco la amistad que hayan tenido. Lo que si puedo decirte es que de lo poco que lo conozco, me doy cuenta de el corazón que él tiene, es por eso...que estoy segura que el se sintió extremadamente feliz cuando vio a su madre y a ti nuevamente.



    — No tengo dudas que lo lleno de felicidad el ver de nuevo a su madre, pero en cambio...no estoy segura si se sintió igual de feliz por volverme a ver.



    — ¿Como puedes decir eso?, Gerardo es tu amigo, deberías entender como se siente.



    — Él también debería saber como nos sentimos nosotros cuando se fue.



    — ¿Piensas que él no lo sabe?, sabes...cuando ambos fuimos envueltos en esta peligrosa tarea de salvar Sefiro, los dos teníamos mucho miedo. Obviamente temíamos que nos pasará lo peor pero también lo que mas nos acongojaba era el hecho de pensar en como se sentirían nuestros seres amados, en caso de que muriéramos. Milagros ten la seguridad...de que él te extraño mucho.



    — Es curioso, el escucharte hablar de esa manera...me recuerdas un poco a mi.



    —¿Eh?, ¿a ti?



    —Yo solía hablarle de esa manera a Gerardo...cuando eramos pequeños. Él siempre estaba muy solo, tratando de comunicarse con los otros chicos, pero siempre...siempre fallaba. Yo no podía explicarme el motivo de sus fracasos, se trataba de una buena persona que anhelaba tener amigos, pero aún así no los conseguía. Me dolía verlo, me generaba compasión y tristeza verlo...con sus ojos llenos de tristeza, llenos...de soledad.



    — Soledad...dices...¨ Es verdad, es lo mismo que noté en sus ojos cuando lo vi la primera vez.¨



    — Pero hay algo diferente en él ahora. — Continuo diciendo Milagros sacándola de su momentáneo trance a Estefani. — En estos precisos momentos veo algo muy diferente en Gerardo, es un brillo extraño en su mirada, es algo esperanzador...totalmente diferente de aquel pequeño que yo conocí. Supongo...que tú tuviste algo que ver con ese cambio, ¿me equivoco...Estefani?



    — Jajaja, creo que estas exagerando.



    — Je, igual estoy muy feliz que haya vuelto y también de que sea una persona con mas esperanzas.



    — Gerardo estará muy contento de oírte decir eso.



    — Lo que si no voy a perdonar a esa morocha de enormes pechos que me ofendió. — Diciéndolo claramente por Michelle quien la había llamado cabeza de zanahoria.



    — Bueno, es que mi hermana suele ser algo efusiva con los demás, mas aún cuando defiende a las personas que quiere. Veras...ella gusta de Gerardo.



    Milagros se levantó de esa hamaca y le dio la mano a Estefani.



    — Por lo que veo...ella no es la única que lo esta. — Diciéndole con una gran sonrisa, dándose cuenta que Estefani también sentía algo por Gerardo.



    — Eh, bueno yo...



    — Volvamos Estefani, nuestro amigo nos esta esperando.



    Estefani sonrió ante el gesto amistoso de Mily y se dirigió de nuevo hacia la casa de Gerardo junto a ella. Ambas habían hecho las pases mas que nada por la felicidad de su amigo en común y por el cariño enorme que las dos le tenían.



    La vida de tranquilidad en la tierra llenaba de felicidad a las princesas y a Gerardo, pero ese ambiente positivo como era de esperarse no duraría demasiado, y la oscuridad que otra vez estaba por teñir los cielos de Sefiro, también estaban cerca del mundo del adolescente. Una capa negra...que traería la aniquilación total.





    PROXIMO CAPITULO: EL NUEVO MUNDO
     
  21.  
    Sheccid

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    uff, por fin llegue hasta acá....
    ¿Hay un ozard en el mundo humano? Je, si que insistes en que Michelle tiene mucha pechonalidad n.n
    La verdad uando a una nos gusta un chico siempre nos cachan por más que queramos evitarlo, je, y en este caso Gerardo se esta haciendo de la vista gorda, porque ahora no tendra que elegir entre dos ¡sino entre tres!
    A ver que pasa tanto en Sefiro como en la Tierra, lol, me estoy mordiendo las uñas.
    excelente capi, no olvides invitarmeal siguiente, soy tardada pero segura
     
  22.  
    Ruriel

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    La Leyenda de Estefani
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    Fantasía
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    100
     
    Palabras:
    3003
    CAPITULO XCVIII: EL NUEVO MUNDO





    Luego de casi dos semanas de estaría en la tierra, había llegado la hora de la despedida para Estefani y Michelle. Era un día domingo, el último en el que la rubia princesa y su hermana permanecerían allí, y por esa misma razón Gerardo trataría de disfrutar el tiempo restante al lado de ellas.



    — Oye Gerardo, ¿estás seguro que puedo ponerme este vestido?, tengo miedo de estropearlo y que tu amiga se enoje conmigo. — Estefani estaba dentro del cuarto del joven bajo llave probándose un hermoso vestido color miel que le había prestado Mily para pasar su último día en la tierra, o por lo menos esa era la versión que la princesa recibió por parte de Gerardo.



    — Si Estefani, no te preocupes, a Mily le fascino la idea de prestarte su vestido nuevo. — Si bien ambas muchachas habían hecho las paces luego del último exabrupto entre ellas, era muy poco creíble que de un día para el otro la cabeza de zanahoria, ejem...quiero decir Mily, le entregada con tanta facilidad la prenda más costosa y nueva que había adquirido. — ¨ Si Estefani supiera como lo conseguí no lo aceptaría ni loca…¨



    Flashback:



    Gerardo acompaño hasta su casa a Milagros después de que ella se fuera corriendo del hogar del joven, dolorida por sentirse olvidada por él. Pero la situación se calmó al fin luego de una necesaria charla, las cosas parecían que volvían a estar como antes entre estos dos amigos de la infancia.



    — No debiste molestarte Gerardo, yo podía venir sólita hasta mi casa, además esta solo a dos cuadras de la tuya.



    — ¿Qué cosas dices?, si hiciera algo así qué clase de caballero seria. Es normal que un hombre acompañe a una chica en estas horas de la noche.



    — ¿Un hombre?, ¿Y dónde está?



    — ¡Óyeme!, ¿encima que te acompaño me dices esas cosas?



    — Jajaja, perdón, solo bromeaba, por lo que veo te sigues tomado las cosas muy apecho.



    — Ahh, tú y tus bromas, nunca me gusto tu sentido del humor.




    — Por lo menos trato de romper el hielo, recuerda que cuando éramos niños apenas me decías hola y nada más. Nunca conocí a un chico con tan pocas palabras como tú.



    — Eso es parte del pasado, ahora soy diferente. — Decía muy orgulloso.



    — ¿Ah sí?, no pensaras que porque esas dos mujeres están interesadas en ti ya has cambiado, ¿o sí?



    — Yo no estoy hablando de eso Mily



    — ¿Entonces?



    — Recuerdo que siempre que tenía un problema tú hacías lo posible para ayudarme, pero cuando me tocaba a mí darte una mano en algo…el miedo y mi poca confianza no me dejaba hacer nada por ti. Yo…no quiero que eso vuelva a pasar jamás. — Mencionaba Gerardo con firmeza y con toda la atención de su amiga. — Así que la próxima vez que tengas una dificultad Mily, yo voy hacer lo imposible por ayudarte, te doy mi palabra.



    Esa convicción la hizo replantearse sobre lo que él dijo que había cambiado, ahora Milagros creía mucho más en esa afirmación y sonreía por la felicidad que le causaba.



    — Tal vez sea cierto Gerardo...



    — ¿Huh?



    — A lo mejor si has cambiado...aunque sea un poco.



    Sin darse cuenta, ellos llegaron a la casa de Milagros. Una vez allí, Gerardo se estaba preparando para marcharse luego de acompañar a su amiga, pero esta tenia otros planes y luego de tanto tiempo sin verlo, no dejaría esta vez que se desaprovechara ni un segundo de sus vidas, para Mily este era un nuevo comienzo al lado de uno de sus más grandes seres queridos.



    — Gerardo, ¿no te gustaría pasar un rato?, mi mamá ya debe estar durmiendo y papá está en un viaje de negocios por lo que no volverá hoy.



    — ¿Eh?, ¿pasar?, pero…no sé, tal vez tu madre se despierte y piense cosas raras.



    — Jajaja, no digas idioteces Gerardo, ya te olvidaste que solías jugar mucho en mi casa.



    — S-Si lo recuerdo, pero en aquellos tiempos sólo teníamos siete años, ahora es diferente.



    — ¿Qué es diferente?



    — Bueno... — Gerardo algo apenado observaba a su amiga de pies a cabeza. Ella se había vuelto muy hermosa en este tiempo y si bien no era tanto el que pasó durante la ausencia del joven, ahora la ex compañera de clase de Gerardo era una adolescente que ante los ojos de muchos chicos de su colegio era una de las más lindas.



    — ¿No me digas que te pones nervioso conmigo?, eso sí sería algo nuevo.



    — ¡No, claro que no!



    — ¿Entonces qué esperas?, pasa...



    Algo con dudas y sobre todo nervioso, Gerardo entro a la casa de Milagros con una tensión que jamás había sentido estando en la misma en los tiempos que iban a la primaria.



    — Subamos a mi cuarto, tengo la calefacción prendida.



    — ¿A...tú cuarto?



    — Si, a mi cuarto, ¿y ahora que pasa?



    — Es qué...



    — ¡Es que nada, vamos sube, deja de comportarte como un niño! — Mily lo tomo a Gerardo de la mano, casi arrastrándolo hacia el cuarto de ella ya que su amigo entre tantas duras tardaría años en decidirse en hacer algo.



    Estando en el cuarto de Mily, ella casi de golpe lo sentó sobre la cama para tratar de quitarle la timidez de una buena vez.



    — Lamento si fui un tanto agresiva, pero en ocasiones me exasperas Gerardo.



    — E-Está bien, no pasa nada.



    — ¿Quieres algo para tomar?



    — ¿Eh?, un jugo de manzana.



    — ¿Jugo de manzana?, ¿de verdad quieres eso?



    — Sí, de verdad.



    — Ok, ya vuelvo, ponte cómodo mientras, no me tardo.



    — ¡Está bien Mily, aquí te espero!, aquí…te espero. ¨ Vaya, este lugar huele tan bien como de costumbre, siempre me pregunté si ese hermoso aroma pertenecía a Mily, ella seguramente huele muy bien también pero creo que se trata de toda la casa, este lugar es tan acogedor. ¨— Por un breve momento Gerardo se acordó de las miles de veces que él venía a la casa de Milagros a visitarla y que siempre que venía esa delicada fragancia se hacía presente.



    Ese momento el recuerdo fue interrumpido al notar en esa misma cama donde estaba recostado, un hermoso vestido color miel y al lado un retrato del colegio, en donde salía Gerardo obviamente y a su lado Mily.



    — ¨Je, no me acordaba de esta foto, ahora que hago memoria, siempre los otros niños intentaban apartarse de mi lado, para todos ellos era una vergüenza estar cerca de un perdedor como yo, sin embargo tú...¨ — Esos días de Gerardo no eran de los más felices, su niñez había estado teñida por la tristeza de sentirse menos que todos y de no encontrar con quien compartir esa pena. Sólo el día que conoció a Miguel su mejor amigo y a Milagros otra persona que cobro gran importancia en su vida, todo pareció encontrar un rumbo un tanto más alentador. — ¿Qué hubiera sido de mi de no haberte conocido Mily? — Se preguntó así mismo, sin darse cuenta que ella quien se arrimó a él lo había escuchado.



    — Eso no sabría decírtelo Gera. — Respondía ella con un vaso con jugo de manzana que le traía para su amigo.



    — ¡¿Eh?! M-Mily, me asustaste.



    — Jejeje, lo siento, es que me sorprendió lo que dijiste Gera.



    — Tú... ¿me escuchaste?



    — Si...te escuché, y a tu pregunta…creo que lo mismo me he preguntado yo muchas veces, ¿Qué hubiera sido de mi de no haberte conocido?



    — No sé si sea tan así Mily, yo no he hecho demasiadas cosas por ti como tú si las hiciste por mí.



    — ¡Te equivocas! — Exclamó con enfado. — Yo siempre me he sentido agradecida por conocerte, deja de tirarte abajo tú mismo.



    Gerardo escuchaba con atención las palabras de Mily, y no dejaba de sorprenderle el aprecio que ella tenía sobre él, pese a todos sus defectos.



    — Sabes Gera, cuando yo era pequeña siempre tuve la suerte de estar rodeada de mucha gente que quería ser mi amiga y yo me sentía feliz por eso.



    — Si lo recuerdo, ahora que lo pienso, todas las chicas querían ser parte de tus amistades e inclusive los chicos de esa edad sentían la necesidad de tenerte como amiga.



    — Me sentía especial por ver que tanta gente se sentía feliz con mi compañía, era algo muy…agasajador. Era algo muy grato, pero…fue tiempo después que descubrí que todo era ficticio.



    — ¿Como que ficticio?



    — Aun puedo recordarlo con claridad... — Milagros seguía con su relato y le contaba a Gerardo que en uno de esos tantos día ella había escuchado de casualidad pasando por los pasillos de la escuela, a una de esas tantas chicas que se había convertido en sus amigas. En esa charla que tenía ese pequeño grupito de niñas, ellas hablaban de lo conveniente que había sido acercarse a Milagros por la simple razón de ser una chica muy bella e inteligente y por pertenecer a una familia medianamente acomodada que era muy respetada en la zona. Cuando en realidad ningún de ellas la respetaba ni menos la sentían como una verdadera amiga.



    Esa fue una imagen que nunca pudo olvidarse Mily, la de esas tres niñas riéndose a sus espaldas fingiendo ante ella una relación inexistente.



    — Me sentía una verdadera tonta y lo que es peor, me sentía una total basura que carecía de cariño



    — Yo...nunca supe eso Mily.



    — Fue también en ese entonces que me encontré con cierto niño especial. — Ahora esa mirada triste que había tenido durante el anterior relato se había trasformado en una bella sonrisa dibujada en el rostro de Milagros. — Me acuerdo que te sentabas en el fondo, solito con la cabeza baja todo el tiempo, como queriendo esconder tus ojos de los demás, sintiéndote apenado de estar con ellos. Te diré…que me pareciste alguien totalmente ordinario la primera vez que te vi, para serte sincera.



    — Mily, que feo que me digas eso… — Decía el chico con ojos de perro desahuciado.



    — Jajaja, no pongas esa cara. En ese tiempo era sólo una niña y todavía no era muy perspicaz para darme cuenta de lo que vale una persona...como tú. — Ese comentario sólo había logrado sonrojarlo a más no poder. — Cuando me decidí a acercarme a ti fu por curiosidad, quería saber porque estabas tan solo, pero...cuando me di cuenta que yo también estaba sola, fue cuando pude entenderte un poco más. Al tiempo de ir conociéndote más, fue que me di cuenta que finalmente podía ver lo que era…un verdadero amigo



    — Ya veo...te agradezco que me digas esas cosas Mily.



    — Y como amigos que somos, no debe haber secretos entre nosotros, ¿verdad?



    — S-Si, es verdad, no debe haber secretos.



    — Entonces... — Mily se le acercó peligrosamente al rostro de Gerardo para míralo fijamente. — Me dirás cuál de esas chicas es la que te gusta.



    — ¡¿Qué?!



    — ¡Oh vamos Gera!, no me dirás que con dos chicas tan lindas como ellas no te has interesado en ninguna de las dos, ¿eh?



    — Es que...yo en realidad...— Milagros había conseguido avergonzar a Gerardo que estaba más rojo que un tomate y sin saber que contestarle.



    — Vamos dímelo, ¿cuál es la que te gusta más?, la rubia o tal vez…esa morocha voluptuosa y de carácter insoportable.



    Él trataba de decir algo pero solo tartamudeaba.



    — Vamos...dilo.



    — Yo...Yo...Yo...



    — ¡Deja de tartamudear y dímelo de una buena vez! — Ya la gentileza de Milagros se había ido por la borda en ese momento totalmente exasperada.



    — ¡No lo sé!



    — ¿Eh?, ¿no lo sabes?



    — Es que yo…quiero mucho a las dos, ambas fueron muy importantes durante mi estaría en Sefiro, yo no podría decir si alguna me gusta más que la otra.



    — Ahhh, se nota que no tienes experiencia en estas cosas. Igual, creo imaginarme cual de ella es un poco más especial para ti. — Le decía con una sonrisa y recordando cuando lo vio al lado de Estefani y la felicidad que expresaba Gerardo estando al lado de ella. Eso claramente le marcaba una pauta de lo que era la princesa de largo cabello rubio para su amigo. De todas maneras tienes que ser más decidido Gera, sabes, a una chica no le gusta que jueguen con sus sentimientos.



    — Lo sé, yo no deseo lastimar a ninguna de ellas, quisiera hacer las cosas bien una vez en mi vida.



    — ¿Ellas no se van a quedar mucho tiempo verdad?



    — No, deben regresar a Sefiro, ahora mismo el reino está en plena reconstrucción y las necesita.



    — Entiendo, entonces deberías despedirlas de la manera más adecuada, probablemente no las vayas a ver con frecuencia de ahora en más, deberías aprovechar más el tiempo a solas que tengas con esas princesas.



    — ¿Tú lo crees?



    — ¡Por supuesto!, note que estabas mirando mi vestido nuevo.



    — ¿Eh?, es que pensaba que tal vez…



    —Se verían bien en ellas, ¿no?



    — S-Sí.



    Mily se levantó de la cama y tomo el vestido y luego de guardarlo prolijamente en una vistosa bolsa color rosada, ella se lo dejo en manos de Gerardo.



    — ¿Q-Que haces Mily?



    — Puedes prestarle ese vestido a ellas para tu última salida con estas chicas, ¿no querrás que vistan con esa ropa tan rara en la ciudad?



    — No, sería mejor que vistieran con ropa normal, pero… ¿Por qué se los prestas?, creí que no las querías a ninguna de las dos.



    — Bueno, no son de mi total agrado, pero sabes algo…



    — ¿Eh?, ¿Qué cosa?



    — Si tú las quieres tanto a ellas, algo bueno deben tener, ¿no?



    — Jajaja, es verdad.



    — Pero a cambio…



    — ¿A cambio?



    — Sí, un favor se paga con otro Gera, a cambio tú…tendrás una cita con tu amiga, o sea yo.



    — Aaah, imagino que no tengo más opciones, ¿verada?



    — No, no las tienes, así que ve, diviértete con esas princesas y luego tendremos una deliciosa velada nosotros dos solos, bye, bye.



    Una vez más Milagros había logrado sonrojar a su compañero con sus aptitudes. Después de que el joven tomara el vestido para que usaran las princesas en sus respectivas salidas, Mily se despidió de Gerardo y por unos segundos se quedó recostada sobre la puerta cerrada de su casa, muy pensativa y algo nostálgica también.



    — Eres un tonto Gerardo, siempre eres tan indeciso e inseguro de ti mismo…si tan solo hubieras cambiado esa forma de ser cuando éramos pequeños, a lo mejor tú y yo ahora… — Mily suspiraba olvidándose de esa posibilidad que se había cruzado por su mente. — No tiene sentido pensar en eso ahora, solo espero…que seas muy feliz…Gera.



    Los deseos sinceros para su amigo eran legítimos, eran genuinos y Milagros pese a cualquier circunstancia iba a acompañar a Gerardo en todo lo que hiciera en su vida y eso ella ya lo tenía decidido.



    Fin del Flashback:



    En tanto Gerardo arreglo sus citas con Estefani y Michelle y por insistencia de la morena, la primera cita fue con ella ya que si de obstinadas se trata, Michelle era la numero uno en ese rubro. El vestido le quedaba un tanto ajustado a la bella princesa que tomada del brazo de Gerardo, recorría felizmente las calles de la ciudad. Pasando por un parque en donde se veían muchas parejas jóvenes tomadas de la mano, lo que hacía que la bella chica se sintiera como la prometida de Gerardo al estar caminando junto a él. Luego de largas horas de recorrida por distintos lugares de entretenimiento con la morena, finalmente llegaba la hora de salir con Estefani.



    Estefani a diferencia de Michelle, tenía un cuerpo menos exuberante en cuanto a curvas y al verla, Gerardo notó que el vestido de Mily quedaba perfectamente en ella. Su salida también se diferenció con el que tuvo con la hermana mayor, ya que decidieron ir a un restaurant, no muy costoso pero si coqueto a la vista del público. Ahí ambos pidieron sus platos, pero como Gerardo sabía que Estefani desconocía sobre algunos alimentos de la actualidad, él eligió por ella su comida.



    Terminada la cena casi romántica (solo faltaba que se besaran), los dos llegaron hasta un puente, el único que haba en esa pequeña ciudad, en donde se alcanzaba a ver el amplio horizonte y también el resto del pequeño pero acogedor lugar.



    — He pasado un maravilloso día Gerardo, de verdad gracias.



    — Me alegra saberlo Estefani, esa era la idea que la pasaras bien.



    — Este lugar…tú ciudad, es un sitio tan hermoso y reconfortante, quisiera poder estar más tiempo aquí.



    — A mí también me gustaría que estuvieras más tiempo. — Dijo sin pensarlo y Estefani obviamente lo escuchó.



    — Gerardo, tú de verdad...



    — Lo siento Estefani, hable sin pensar, es que la verdad voy a echarte mucho de menos.



    — Sabes que yo también vos a extrañarte mucho Gerardo, pero sabes...yo voy… ¡yo voy a hacer todo lo posible para volver a verte lo más pronto posible!, así que…quisiera pedirte...quisiera pedirte… ¡Qué me esperes Gerardo!



    — Estefani…sí, yo también voy a espérate Estefani, así que mucha suerte allá en Sefiro. — Gerardo estiraba su mano queriéndola saludar con formalidad, peo Estefani sentía que ese no era momento para formas y se arrojó a sus brazos y entre lágrimas lo beso suavemente, casi jurándose así misma que volverían a reencontrarse.



    Ambos se dirigieron a la casa de Gerardo, y al siguiente día ellos se despidieron terminando esa breve pero arriesgada aventura que tuvieron en Sefiro y que también logró unirlos en esta relación que sobrepasaba la amistad.



    Estando ya solo en su cuarto, Gerardo iba a recostarse para descansar después de largo tiempo, pero unos extraños ruidos se escucharon en la ventana de su habitación, e hizo que se levantara de nuevo para ver qué pasaba.



    — ¿Qué habrá sido eso?



    Gerardo abrió la ventana y entre la oscuridad de la noche oyó una sonrisa aterradora, era una risa muy familiar que le pronosticaba que algo malo estaba por suceder.



    — ¿Quién está allí?, sal de una vez.



    —Jejeje, es raro verte tan solo…joven Gerardo.



    — ¿Eh?, No puede ser…tú… ¡ahhhh! — Un fuerte grito se escuchó en toda la casa, ¿Qué habrá pasado con el joven adolescente?





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    Última edición: 13 Enero 2014
  23.  
    Sheccid

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    Ay, que cosas,aunque según mi forma de ver...no, mejor no me adelanto a sacar conclusiones.
    ¿y como que es el penúltimo capi?
    ojala hagas el último largo, porque creo qe faltan muchas cosas por pasar.

    Gracias por invitarme,sin embargo de nuevo me dejas mordiendome las uñas, ¿qué le habrá pasad a Gerardo?
    Y en cuanto a Milly, que buena negociante, y que bueno que se dió cuenta de esas falsas amigas.
    Awww,me encantó este capítulo, aunque Gerardo se debe decidir ¡pero ya!
    No te olvides de invitarme al siguiente, que nervios T.T
     
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