Ciencia ficción La Gran Catástrofe VIII Humanidad en Conflicto

Tema en 'Novelas' iniciado por Agus estresado, 24 Agosto 2024.

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    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe VIII Humanidad en Conflicto
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    43
     
    Palabras:
    7032
    Saludos. Aprovecho un rato libre del domingo antes de irme a estudiar para publicar el capítulo 40 de esta historia.

    Ya vamos dejando el clímax atrás y nos estamos adentrando en la recta final de esta parte. Si ven el blog sabrán que estamos a nada de concluir esta parte de la historia (la segunda más larga de todas, y la última que superará la barrera de los 30 capítulos).

    Quiero agradecer a mi amigo Manuvalk por su presencia en la historia a través de las leídas por discord y los comentarios. Leer en compañía de él ha sido una gran experiencia para relajar la mente tras una semana larga de estudio y trabajo. Espero la recta final también sea de su agrado.

    También aviso que actualicé la guía de personajes y la cronología al capítulo de hoy.












    Reunidos entre los muertos:

    Lo primero que hizo Sky al ver a Kite fue ir a abrazarlo. Ambos hermanos, pese a que sus lazos no eran de sangre, estaban muy felices de volver a verse, y lo demostraron en ese gesto fraternal que habían tenido. Azel reaccionó de la misma manera cuando su madre Natasha y su hermano mayor Arick aparecieron ante su vista. Siendo observado por Gwyn, Winter, Artem, Jessica, Iker y muchos otros extraños más en el refugio en el que se encontraban, el reencuentro tuvo lugar unos dos días después de haber finalizado la lucha en contra de la Sociedad Galáctica.

    La felicidad invadía a todos aquellos que habían estado separados durante varios días, pero ese no era el único sentimiento que florecía en el reencuentro. Kite, una vez que estuvo abrazado junto con su hermana, se quebró en un llanto leve, comparado con el que tuvo cuando se enteró de la triste noticia de la muerte de Cade.

    — Hermano… — Sky sentía mucha pena por lo que tenía que vivir — Sé que Cade era especial para ti porque mamá me lo dijo… Pero no puedo imaginar el dolor que sientes. Lo siento mucho. Era un chico bueno. Y no merecía irse de tu lado, ni del lado de su familia. Estaré contigo siempre que me necesites.

    — Puedes contar con nosotros — Arick se separó del abrazo de su madre con Azel para abrazarse con él — Eres un gran chico sufriendo una injusticia. Haremos lo posible para sostenerte hoy y siempre.

    Al decir esas palabras, Arick apoyó su mano sobre el hombro de su amigo, sintiéndose afligido por el sentimiento que las lágrimas del chico dejaban salir. Él se sintió horrible el día que secuestraron a Sky, y sabía que era muy afortunado al no haberla perdido, destino que su pobre amigo Cade no fue capaz de compartir con todos ellos. Una vez que los abrazos se disolvieron, Kite estaba empezando a cesar en su llanto. Todavía le quedaban lágrimas por su amigo, pero la mayoría las había soltado en los primeros días de su luto.

    Azel, tras ver que detrás de sus madres había cuatro chicos jóvenes, siendo tres de ellos de la misma edad que Arick y Sky, por lo menos en apariencia, se vio muy curioso con su presencia.

    — Mamá, ¿Quiénes son ellos? — preguntó el chico en voz baja hacia su madre.

    — Es una historia muy larga, hijo — Natasha tomó a su hijo de los hombros — Resulta que la Sociedad Galáctica no solo apareció en nuestro mundo, y que este planeta no es el único en dónde otros humanos corrieron a refugiarse tras la Caída de la Tierra. Siempre creímos que éramos los únicos sobrevivientes, pero estábamos equivocados. Más humanos se salvaron y se refugiaron en un planeta llamado Tralio, planeta que también fue visitado por la Sociedad Galáctica.

    — Ellos cuatro fueron secuestrados tal y como me pasó a mí — Sky le respondió la duda al menor de los Lakor — Los fui conociendo, y tras contarle la historia a tu papá, él decidió que iría a Tralio no solo a salvar a los humanos que no estaban con nosotros, sino también a los que estaban allí.

    — ¿Son amigos suyos? — Kite preguntó fingiendo más interés del que realmente tenía.

    — Exactamente — Arick respondió a la pregunta de su amigo — Y uno de ellos tiene una sorpresa para ustedes.

    Natasha les hizo una seña con las manos a los cuatro chicos para que se acercaran. Finalizada la reunión familiar que había tenido lugar, ellos ya tenían vía libre para presentarse ante los dos chicos que serían sus compañeros desde ese día en adelante. Uno por uno, los cuatro empezaron su presentación, dejando al menor en edad de todos ellos para que lo hiciera al final.

    — Mi nombre es Artem Hedrum — saludó el mayor, algo incómodo al ver que ninguno de los chicos era mayor de edad como él — Es un placer, chicos.

    — Yo soy Iker Evanson — el chico habló con cierta timidez — Es posible que puedan pensar mal de mí cuando conozcan ciertos detalles de mi historia, pero les juro que estoy haciendo un esfuerzo por cambiar.

    — Yo me llamo Jessica Delta — la chica sonrió con amabilidad, puesto a que se sentía cómoda al ver que Kite era de una edad similar y que ella no tenía nada que ocultar — Quiero que sepas que estoy muy agradecida con todo lo que tus padres hicieron por nosotros, Azel. Tu padre está ahora mismo en una misión para salvar a mi familia. Lo respeto mucho por eso.

    — Y yo… — Winter no tenía idea de cómo decirlo — Yo soy Winter Lakor.

    — ¿Lakor? — Azel creía haber escuchado mal — Ese es nuestro apellido — dijo eso mirando a su madre y a su hermano.

    — Mi padre se llama Vitali Lakor, y es tío de tu padre — Winter resumió la relación familiar en pocas palabras — Eso nos convierte en familia.

    Kite y Azel quedaron impresionados con esa revelación, siendo Azel el que más asombrado estaba de los dos, aunque a Kite el dolor le impedía sentir mucha emoción por conocer a otro pariente vivo de la familia Lakor. El niño de trece años abrió involuntariamente su boca para demostrar su asombro al hecho de que tuviera un primo lejano con vida, junto con un tío abuelo y mucha más familia posiblemente en el planeta Tralio. A Winter le hizo un poco de gracia la expresión del chico, pero se contuvo por lo serio de la conversación previa.

    — Puedes apostar a que mi cara cuando supe que tenía más familia en otro mundo fue la misma — el chico se acercó lentamente a él — Y estoy seguro de que mi papá, mi mamá y mi hermana estarán igual cuando conozcan a tu padre.

    — ¿Tienes una hermana? — Azel se ilusionó, puesto a que él había querido tener una hermana tal y como Cade y Kite, pero sus padres no eligieron tener más hijos.

    — Así es, ella es de la misma edad que Artem — Winter se veía feliz al compartir una presentación nueva con alguien más en la familia — Es la mayor de nosotros cuatro. Pero hasta que no llegue, el mayor de los Lakor seré yo.

    Azel, feliz por tener a alguien más en la familia, se acercó a Winter y le dio un abrazo para hacerlo sentir feliz y bienvenido. Exceptuando a Kite, que mantuvo una expresión neutra en su rostro en todo momento, no por antipatía sino por la tristeza presente en él, todos miraban esa escena con ternura. Winter correspondió al gesto de su primo, y devolvió el abrazo que le dio el chico, quedando ambos así durante un tiempo.

    — Bienvenido a casa, primo Winter — Azel miró con una sonrisa a quien era su familiar — ¿Somos primos? ¿Verdad?

    — Técnicamente, mi hermana Valiana y yo somos primos de tu padre — Winter contestó, revelando así el nombre de su hermana ante los dos chicos — Tú y Arick son sobrinos segundos, si no entiendo mal. Pero me gusta pensar más en ustedes como mis primos.

    — Entonces eso seremos — Azel se sentía muy emocionado por poder conocer al resto de los Lakor que quedaban por llegar.

    Antes de que alguien pudiera decir otras palabras, Gwyn, aprovechando la ocasión, eligió cambiar de tema y dar una propuesta a sus dos hijos.

    — Sky, Kite, su padre va a recibir el alta médica el día de hoy — fue lo dicho a ambos por la comandante — ¿Les gustaría que fuéramos a buscarlo?

    — Me gustaría, quiero verlo desde que regresé — Sky sentía esa necesidad de hacerle saber que estaba bien, aunque posiblemente su madre ya se lo hubiera dicho.

    — Yo también lo quiero ver, sería agradable verlo en pie otra vez — Kite sintió mucho miedo cuando le dijeron que estaba hospitalizado, y sentía que verlo de nuevo haría que se esfumara.

    — Yo tengo que ir a continuar con el trabajo — la comandante Natasha cubriría a Gwyn en su ausencia — Chicos, sé que no ha sido muy agradable hacerlos esperar en la nave, y quizá tenerlos en este refugio no sea lo mejor, pero todavía no hemos terminado los preparativos — dijo eso en relación al estado de los cuatro recién llegados — Tenemos que seguir con la limpieza de las calles, y también pensar en dónde es que vamos a reubicar a los recién llegados cuando aterricen aquí. Si se sienten incómodos en el refugio…

    — Estaremos bien aquí — Artem habló por todos, algo de lo que se dio cuenta más tarde — Será bueno poder compartir con más gente, y echar un vistazo al mundo en el que nos tocará vivir ahora.

    — Nosotros nos quedamos para hacerles compañía — Arick se lo dijo a Azel, revelándole lo que habían acordado, y que no irían a casa por lo pronto.

    — Eso es genial, me gustaría poder hablar con ellos sobre lo que han vivido — al más joven de los Lakor no le causó desagrado el tener que quedarse unos días más allí, ya que tendría la oportunidad de hablar más con los nuevos chicos, sobre todo con Winter.

    Teniendo acordado como iban a proceder, Natasha se marchó del refugio junto con Gwyn, Sky y Kite, aunque la sub comandante de ER iría a un destino diferente al que se marchaba la comandante de DCT junto a sus dos hijos. En el momento en el que se retiraban, Arick miró a Sky con tristeza. Tenía ganas de ofrecerse a ir con ella para poder hablar con su padre y hacerle compañía, pero siendo que Kite estaba golpeado por la muerte de Cade, creyó que sería apropiado que ese encuentro fuera exclusivo de la familia Delleo.

    Todos los chicos se sentaron formando una especie de ronda, quedando Arick solo en pie, cosa que fue notada por los cinco que habían tomado asiento en el suelo. Azel, que se sentó intencionalmente al lado de Winter, se fijó en la cara que ponía su hermano al ver a Sky marcharse. En otro contexto más alegre, habría hecho algún chiste para burlarse de él, pero siendo no demasiado apropiado en el momento, optó solamente por susurrarle algo al oído de Winter.

    — Dime, Winter — el chico no fue escuchado por nadie más — ¿Tienes novia?

    — Yo… — el chico se avergonzó un poco al hablar en voz baja sobre eso — No. Aunque en casa hay una chica que me gusta mucho.

    — ¿Le pedirás que salga contigo cuando llegue? — Azel se sentía genuinamente feliz por él.

    — No creo que sea tan sencillo como esperar a que llegue y preguntárselo, pero… me gustaría pedírselo en algún momento — Winter todavía tenía presente esa conversación que tuvo con ella en un momento posterior a su captura por parte de los traliod.

    […]

    Thomas se encontraba esperando en uno de los asientos de la sala de espera del hospital. Tenía en sus manos un documento firmado por los doctores, el cuál dictaba que tenía ya el alta médica y que podría regresar a su trabajo, siempre y cuando respetara su recuperación y no realizara trabajos físicos o que requirieran cargar demasiado peso. Habiendo finalizado ya el conflicto en casa contra la Sociedad Galáctica, no sería muy difícil integrarse de nuevo en sus actividades, puesto a que sabía que solo deberían dar las ordenes a los soldados para que colaboraran en las tareas de mantenimiento de la ciudad tras la batalla.

    El soldado tenía la confirmación de Gwyn de que ella iría a verlo, pero cuando la vio entrar al hospital junto con sus dos hijos, el soldado sonrió todavía más de lo que tenía decidido hacer. Envuelto en un aire familiar, el sub comandante de DCT se aproximó a los dos y los envolvió con los brazos al mismo tiempo que una sonrisa se formaba en su rostro.

    — ¡Papá! — Sky y Kite gritaron casi al unísono.

    — Mis angelitos — Thomas se sentía aliviado de verlos de nuevo — Mi pequeña Sky… — tras decir eso, el hombre le dio un beso en la frente a su hija — Me alegra tanto tenerte de nuevo aquí. Esperar para volver a reunirme contigo fue un infierno. No quiero tener que volver a pasar por eso.

    — Yo tampoco, papá, los extrañé muchísimo — la hija mayor estaba muy feliz por el reencuentro — Me sentí muy mal cuando mamá me dijo que habías terminado en el hospital.

    — Pero ahora estoy bien… — Thomas pensó en las cosas que había podido conversar antes con su esposa — Kite… — el soldado miró a su hijo — Lo lamento mucho. No fui capaz de proteger a Cade, y eso terminó haciendo que lo mataran. Lo único que puedo hacer ahora es pedirte perdón por mi debilidad.

    — No fue culpa tuya, papá — Kite estaba triste, pero no lo encontraba culpable de su muerte — Fueron esos bastardos que nos invadieron. Ellos me quitaron a Cade.

    — Y nos quitaron a Alicia — Thomas era consciente de ello — Sé que es imposible salir de una crisis sin enfrentar consecuencias, pero creo que no hicimos lo suficiente para evitarlo. Por eso mismo… les prometo a los dos que su madre y yo trabajaremos para cambiar las cosas. Nadie volverá a llevárselos lejos de mi lado… Nunca más. Es una promesa.

    Gwyn observó en silencio como su esposo dijo esas palabras para luego darle un beso en la frente a sus dos hijos. Estaba aliviada por ver que él ya no se adjudicaba injustamente la responsabilidad completa por su derrota, y de que centrara sus pensamientos en buscar mejoras que en echarse a sí mismo la culpa.

    — Es bueno saber que ahora podré dormir contigo cerca de mí — Gwyn se acercó a su esposo, para darle un abrazo con delicadeza — Te extrañé, amor mío.

    — Créeme que no eres la única que se siente nostálgica — Thomas le sonrió, aceptando el abrazo de su esposa — Prometo que lo que me pasó ya nunca sucederá otra vez. Tengo cosas en mente para que ya no ocurra nunca más.

    — Arick está en el refugio junto a Azel y los otros chicos — Gwyn quería irse de aquel lugar, y que su esposo pensara lo menos posible en aquello — ¿Qué te parece si dejamos a Sky y a Kite con ellos para que les hagan compañía mientras ayudamos a Natasha con las gestiones?

    — Es una gran idea — Thomas aceptó, puesto a que lo veía como lo correcto — Tengo entendido que entre los chicos está este chico llamado Winter.

    — Así es, él vino con nosotros — Sky habló de él para su padre — Va a encantarte cuando lo conozcas. Es un chico muy educado. Ha sido criado bien, al igual que Arick.

    Felices de que se marcharían del hospital, la familia de cuatro integrantes cruzó por la puerta de entrada, teniendo el vehículo militar que usaban para trasladarse esperando por ellos en la calle, muy próximo a las puertas.

    — Al fin se marchó ese inútil — los cuatro lograron escuchar esas palabras antes de que la puerta se cerrara detrás de ellos.

    Ese comentario, claramente dirigido al sub comandante de DCT, no fue bien recibido por nadie. Gwyn se mostraba muy enfadada con la persona que lo había dicho, aunque al encontrarse fuera del edificio, no lo habían podido identificar. Sky, Kite y el propio Thomas se pusieron muy tristes tras ver que las personas que trabajaban en el hospital, asumiendo que esas palabras hirientes provinieran de uno de los empleados del sitio, tuvieran en tan poca consideración a quien era uno de los héroes que estuvo en el equipo que encontró las respuestas a la Gran Catástrofe, y que libró una guerra contra los edagrianos en su momento.

    Sin ninguna clase de felicidad por esas palabras, la familia Fairin Delleo se subió a bordo del auto, siendo Gwyn quien estaría detrás del volante, y pusieron rumbo hacia el refugio donde los hijos de Ace estarían esperando, dejando atrás el sitio en el que Thomas pasó sus días internado y peleando por su vida en los primeros instantes.

    […]

    — Nada me da más gusto que poder escuchar de nuevo tu voz — Natasha dijo tan pronto como recibió la confirmación de que hablaba con Ace — Me alegra saber que estás a salvo, y que regresarás conmigo y con los chicos.

    — Desearía que esta charla pudiera ser más feliz para nosotros, Natasha — Ace no sonaba demasiado animado — Pero créeme que a mí también me da gusto saber que estás bien. Y que nuestros hijos están bien. Ellos son una luz para mí. No podría soportar perderlos.

    Por primera vez desde que se hablaron mutuamente antes de que tuvieran lugar las llegadas a los planetas donde tuvieron que luchar, esposo y esposa pudieron compartir una charla personal entre los dos. Natasha y Ace supieron sobre los desenlaces de las batallas tan pronto como Allecreod y los soldados de Edagr dieron la confirmación de que habían vencido al enemigo, pero esa era la primera oportunidad que tenían para poder hablarse.

    — Sé que Allecreod te habrá dicho lo de Alicia y Cade… — Natasha estaba muy adolorida por pensar en eso — ¿Cómo se lo tomaron Noak, Gina y Hana?

    — Noak y Hana no se lo tomaron nada bien… pero fue mucho peor de lo que te puedes imaginar — el comandante Lakor omitió a una persona de las que estaba en la pregunta — Porque Gina murió en Tralio.

    Natasha quedó en silencio producto del impacto que le generó saber el destino de quien fue una gran amiga para ella tan pronto como tuvieron la oportunidad de conocerse en Black Meteor. Sin lanzar gritos de dolor, ella simplemente se cubrió la boca con sus manos mientras sus ojos empezaban a derramar lágrimas por el hecho de que no podría ver a su amiga nunca más.

    — Ella era una mujer tan honesta, siempre dispuesta a ayudar — Ace notó el silencio de su esposa — Cuando la conocí, ella me recordaba a ti en los primeros días que estábamos en nuestra primera misión. Era una madre dedicada a sus hijos… toda una guerrera que siempre habría querido tener de nuestro lado. Me destroza el corazón el saber que no he podido salvarla. Lo lamento, Natasha. Sé que ella era una gran amiga tuya.

    — Gina… — la sub comandante todavía no lo podía creer — Ella y yo… no… La última vez que hablamos fue cuando ella me dijo que iría a casa para ir a buscar a Hana. Ese día… ese día hablé con ella por última vez sin tener idea de que pasaría.

    — La Sociedad Galáctica y los traliod nos han arrancado a mucha gente buena, y este dolor nunca se irá — Ace sabía que tendrían que vivir con todo eso — Por eso quería ser yo quien te lo dijera. Y quien te pidiera un favor.

    — ¿Qué clase de favor? — las lágrimas se habían detenido, pero Natasha no se las sacaba del rostro.

    — Te enviaré una lista de todos los humanos que han fallecido en ese planeta sombrío, y que no regresarán con nosotros — Ace contestó con pocos ánimos, reflejando el cansancio detrás de la tarea — Quiero que tú la hagas conocida. Llegaremos en pocos días, y la gente tiene derecho a saber si las personas a las que están esperando no van a regresar con ellos. Pero antes de eso, quisiera que le dieras la noticia a Winter…

    — ¿Qué fue lo que sucedió? — Natasha conocía bien a Ace como para saber que esa elección de palabras y el tono en el que lo dijo no significaba nada bueno.

    — Solo su hermana se reunirá con él… — Ace estaba muy apenado — Su madre murió asesinada por el patriarca Hufan antes de que nosotros llegáramos al planeta. Y su padre fue asesinado por otro hombre que lo quería muerto.

    — ¿Por qué los humanos se siguen matando entre sí cuando ya hay bastantes monstruos en el universo que quieren destruirnos? — Natasha podía creer esas palabras, pero no quitaba que estuviera decepcionada de los hechos.

    — Los detalles de sus muertes están en un archivo que te estoy enviando junto con la lista de los fallecidos — Ace no se sentía lo bastante fuerte para narrarlo por su cuenta — La gente merece saber toda la verdad… No sé qué tanto habrá hecho Allecreod, dado a que tuvimos que trabajar demasiado para elaborar este archivo y no pudimos ponernos al corriente. Pero Faron y Xorxaik tampoco van a regresar. Los hemos perdido a ambos.

    Natasha sabía que esas dos pérdidas eran muy grandes y significativas para su esposo. Y tenía presente también que él de seguro estaba golpeado por el hecho de que los padres de Winter, tíos suyos por lazos familiares, no podrían regresar junto a ellos. Ella conoció y compartió momentos junto a Faron y Xorxaik, siendo el joven uno de los soldados que más empeño puso en rescatar a Ace en el planeta Hael Arunyn, y que Xorxaik fue una clave en el hallazgo de los humanos raptados de su mundo. No solamente eran seres con los que tenía una relación laboral, sino que también los estimaba demasiado, y ella no los podría volver a ver.

    Fue eso mismo lo que llevó a que se hiciera una pregunta cuando otro nombre llegó a su mente.

    — ¿Qué pasó con Abel? — Natasha necesitaba saberlo.

    — Murió en batalla — Ace reveló el destino de quien otrora fue líder de ambos — No estuve allí para verlo con mis propios ojos, pero Allecreod aseguró que su muerte fue honorable. Después de haber desertado y abandonarnos en la guerra contra los edagrianos, pagó el precio de sus acciones al dar la vida en el campo de batalla, por el bien de la humanidad. Él no regresará con nosotros.

    — Mejor así… — la sub comandante tenía una cierta furia en su interior contra él — No podría soportar la idea de que todos mis compañeros estuvieran muertos y él siguiera respirando. No me importa que haya muerto por la humanidad. Él merecía ese destino.

    — No te enojes con alguien como él, aun después de todo lo que hizo en sus últimos momentos, es alguien a quien no vale la pena odiar — Ace no quería que su esposa estuviera envenenada con un sentimiento negativo — Ya no está con nosotros. Las páginas de la historia son ahora su lugar.

    Las palabras dichas sobre la persona que manejó el país en el que los dos soldados se formaron y se conocieron eran duras, pero era una manera de dejar el tema cerrado de forma definitiva. Con Abel ausente de sus vidas, su destino era una preocupación menos, ya que no tendrían que encargarse de él ni de su paradero al no estar entre los humanos que iban a regresar.

    El dolor de las noticias de las muertes de Alicia, Cade, Faron, Xorxaik y Gina era algo a lo que ninguno de los dos se acostumbraba. Natasha acababa de descubrir el triste desenlace de los últimos tres, mientras que Ace tenía a sus tíos en la lista de gente a la que había perdido, y sentía las pérdidas de familiares, pese a no haberlos conocido. La sub comandante de ER estaba decidida a que iría con Winter para poder decirle la verdad sobre lo que aconteció, dado a que merecía saber que sus padres no regresarían.

    — Estaremos esperando tu regreso — Natasha batalló para no dejar salir más lágrimas — Te amo, y te extraño demasiado.

    — Yo también quiero volver a verte a ti, a Arick y a mi pequeño Azel — Ace sentía muchos deseos de estar con su familia otra vez — Cuando llegue a casa, no quiero soltarlos nunca más.

    — Y no debemos hacerlo — Natasha aprovechó ese momento para hablar de algo que se le había ocurrido — No me gustó la idea de dejar atrás a Azel solo, en lo que refiere a sus padres. A partir de ahora, uno de nosotros se quedará siempre con él. Y si eso no es posible, vendrá con nosotros dos.

    — Me parece una buena idea — Ace no se sentía preocupado por prejuicios externos — Cualquiera que nos critique por eso deberá entender que nosotros podremos ser los comandantes de Exploración y Rescate, y que pueden considerarnos como héroes o incluso leyendas… Pero también somos padres, y merecemos la oportunidad de tener a nuestros hijos con nosotros.

    Habiendo acordado lo que la mujer haría, y tras la despedida que tuvieron los dos, la llamada realizada se cortó, dejando el sitio en silencio por completo, dado a que Zafiro se encontraba a solas en la sala central de la sede principal de la milicia.

    […]

    — ¡Mamá! — Azel gritó entusiasmado al verla.

    Azel, Arick, Winter, Artem, Jessica, Iker, Sky y Kite, quienes habían regresado hacía pocos minutos al refugio, se sorprendieron en gran medida en el momento en el que vieron a la mujer llegar al sitio. El más joven del grupo se levantó de la ronda que habían formado, y fue directo a abrazarla, gesto que fue más que bien recibido por la madre del chico.

    Arick, Winter, Jessica y también Iker estaban feliz de verla, puesto a que creían que estaría por dar buenas noticias para todos ellos. Artem, Kite y Sky no pensaron lo mismo que ellos. El mayor de los jóvenes reunidos allí, junto con los hijos de los comandantes de DCT, tenían en mente que algo malo debía estar pasando si es que la mujer no se comunicó con Thomas y con Gwyn para que ellos dieran la noticia, siendo que habían estado hace poco en el lugar.

    — Algo malo pasó — Kite dijo en voz alta — Lo sé. No sé si quiera escucharlo.

    El chico dejó preocupados a todos los que vieron el abrazo entre madre e hijo con ternura, puesto a que lo dijo de una manera tal que les hizo pensar que algo muy grave había sucedido, o peor, que estaba sucediendo.

    — ¿Por qué lo crees? — Jessica sabía que Kite conocía mejor a los comandantes, y que veía un panorama más amplio que ella — Ella todavía no ha dicho nada.

    — Porque ahora las comunicaciones de Edagr están en línea — Sky también se sentía igual — Pudo haber llamado a mis padres para que ellos nos dijeran lo que está sucediendo. En vez de eso, eligió venir por su cuenta para decirlo.

    — No… — Arick pensó con un poco de miedo en las posibilidades — ¿Y si mi papá…? ¿Y si viene a decir que él no regresará?

    — Espero que las noticias que ella traiga sean mejores — Winter apoyó sus manos en el hombro del chico — Pero sabes que, sin importar lo que haya sucedido, yo estaré contigo.

    Las miradas serias no desaparecían mientras veían como Natasha se acercó al grupo siendo acompañada de Azel, quien no había recibido ningún adelanto de lo que se avecinaba por parte de su madre. Una vez que ella estuvo cerca de ellos, todos se pusieron de pie, dispuestos a no perderse nada de lo que se diría, aunque había algunos entre ellos que preferirían no enterarse de las noticias.

    Natasha notó que Arick tenía la mirada que más miedo expresaba entre todos ellos, y quiso saber cuál era el origen de su preocupación, por lo que eligió ser directa y pasar a la información que les interesaba a los jóvenes.

    — Hace poco he podido hablar con su padre, chicos — Natasha no sonreía ni se mostraba entusiasmada en sus palabras — La misión en Tralio terminó hace un par de días, y no pasará más de una semana hasta que esté en casa.

    — Papá lo logró — Arick respiró aliviado al saber que lo volvería a ver — No puedo esperar a que regrese a casa.

    — Disculpe la pregunta, sub comandante — Artem habló con respeto hacia ella — Pero no se ve muy feliz al revelarnos esto. ¿Hay algo que nosotros tengamos que saber?

    — Es para eso que vine aquí… — Natasha apreció la educación del mayor de ellos — La misión en Tralio terminó, pero hay personas queridas para nosotros que no van a regresar… Faron y Gina están entre ellas.

    — ¿Hana? — Azel no podía evitar sentirse triste cuando escuchó ese nombre — ¿Ella perdió a su mamá?

    — Así es, cariño — Natasha apoyó su mano sobre la mejilla de su hijo menor — Sé que estarás feliz de verla, porque es tu mejor amiga. Pero tienes que entender que ella ha perdido demasiado. Es posible que no sea la misma persona que era antes de irse. Tal vez no sonría tanto como antes.

    — Ella tiene una sonrisa bonita… — Azel pensó en las veces que compartía momentos con ella — No es justo para ella. La han lastimado… Ella es una chica muy buena, y le quitaron a su hermano y a su mamá.

    — Yo también estoy triste por lo que pasó — Natasha se sinceró con todos ellos — Yo era mucho mayor que Artem cuando recibí la noticia de que perdí a mis padres, y no fue nada sencillo. Hana es una niña pequeña, a punto de cumplir tu edad, Azel… Es importante que le demos nuestro apoyo a ella y a su padre cuando regresen.

    — Y así lo haremos, mamá — Azel estaba decidido a ser amable con ella — La quiero. Ella nos necesita.

    — Y no es la única — la mujer agachó la mirada, dejando salir una pequeña exhalación de aire — Winter… Yo… Lo siento mucho.

    — No… — el chico lo comprendió todo, pero eso no lo detuvo para preguntar — ¿Quién? — empezó a llorar ante la posibilidad de haberse quedado solo — ¿Quiénes? ¿Todos? ¿Toda mi familia?

    — Tu hermana está a salvo, y vendrá aquí para estar contigo — Natasha le confirmó que no los perdió a todos — Pero tus padres no lo lograron. Siento tener que decírtelo así, aquí y ahora, pero no podíamos ocultártelo.

    — ¡Papá…mamá! — el chico se agarró la cabeza mientras caía al suelo de rodillas.

    No encontró nada más que pudiera decir, y se vio envuelto en un llanto amargo al mismo tiempo que ponía su cabeza en el suelo para empapar el piso del refugio con sus lágrimas. El chico pronto se vio invadido por un recuerdo mientras la tristeza no había hecho nada más que comenzar.

    — ¡Ese día que nos separaron los traliod! — Winter nunca lo podría olvidar — ¡Esa fue la última vez que nos vimos! ¡Y ahora… jamás les podré volver a hablar! ¡Ya no podré verlos ni escucharlos! ¡Me moría de ganas para que pudiéramos tener una vida juntos aquí… a salvo y junto a nuestra familia! ¡Y me los han arrebatado! ¡No es justo! ¡Ellos no le hicieron mal a nadie! ¡¿Por qué tuve que perderlos?! ¡¿Por qué tuvo que pasarnos todo esto?!

    Natasha no sabía qué podría decirle para hacerlo sentir mejor, por lo que ella se quedó de pie mirando con tristeza como el chico sufría por haber recibido la noticia que nadie querría tener que escuchar. Sky y Arick, quienes estaban cerca de él, fueron de los primeros en ayudar a que el chico se pudiera levantar del suelo, para luego de eso cubrirlo en sus brazos, y darle la contención que él necesitaba. Winter ya no podía hacer otra cosa que no fuera dejar salir su tristeza por medio de las lágrimas.

    — Me dijiste que ibas a estar conmigo… — Arick no quería que se sintiera solo — Puedes estar seguro de que no te vamos a dejar solo nunca, Winter. Eres de nuestra familia.

    — Eres un chico maravilloso, solo dos buenas personas podrían educar así a alguien como tú — Sky se sentía muy triste por tener que verlo así — No merecían ese destino tan cruel, y un buen chico como tú no merecía perderlos. Sabes que, para lo que sea que me necesites, voy a estar aquí. Arick y yo te acompañaremos en lo que necesites.

    Poco a poco, Artem, Jessica e Iker se integraron a ese abrazo en el cual le ofrecían a su amigo todo el apoyo que podían darle en un momento como ese. Azel fue el último en mostrarle su afecto, y esperó a que sus amigos tuvieran el tiempo que necesitasen para poder abrazar a quien era su primo. Apenas lo había conocido hace algunas horas, pero eso no quitaba el hecho de que fueran una familia, y fue esa misma razón la que llevó a Azel a compartir su necesidad de hacerle saber al chico que él tendría gente con quien compartir el dolor de la pérdida.

    — Winter, esto fue algo que Ace me pidió — Natasha esperó a que los abrazos terminaran para poder hablar — Me dijo que merecías saber cómo murieron tus padres. Estoy de acuerdo con él, pero solo tú puedes elegir que momento es el correcto.

    — Quiero saberlo ahora — entre sollozos, el chico suplicó a la sub comandante — Necesito saber si sufrieron antes de morir… No puedo quedarme con esa duda en la cabeza.

    — Tu madre fue asesinada por Hufan — Natasha fue directa con él, y no mentiría en sus declaraciones — El plan de la Sociedad Galáctica consistía en causar una avería en la nave para que los traliod los capturaran, y así evitar que pudieran escapar. Luego de haberlos atrapado a todos, Hufan asesinó a una comandante llamada Lara por su traición. Tu padre fue elegido como representante, según tengo entendido. Para forzar su lealtad, le hicieron elegir entre Valiana y tu madre. Una moriría, y la otra sería encerrada para tenerlo amenazado…

    — ¡Mi mamá murió en manos de esos seres repugnantes! — Winter apretó los puños con mucha ira al solo pensar en eso — ¡Obligaron a mi papá a elegir algo terrible, después de haber dejado huérfanos a Airin y a Vyon!

    Las cosas que explicó la comandante Natasha sirvieron mucho para explicar a los chicos de Tralio el motivo por el cual las comunicaciones cayeron de un instante al otro. Aunque sospecharon que se trató de la intervención de la Sociedad Galáctica desde el momento en el que estos se presentaron, nunca pudieron sacarse de encima las dudas sobre el objetivo de ellos al hacerlo. No solo lo habían conocido por fin, sino que también aprendieron que la representante de la humanidad y madre de dos de sus compañeros, había sido asesinada por los traliod.

    — ¿Cómo murió mi papá? — Winter se esperaba una revelación horrible.

    — Él fue asesinado por alguien que quizá ustedes cuatro conozcan, su nombre era Dmitri Koslov — Natasha les comentó a los cuatro.

    — ¡¿Dmitri?! — Jessica preguntó, algo incrédula al respecto.

    — ¡¿Por qué él mataría a tu padre?! — Iker no lo podía entender — ¡¿Por qué mataría a un humano en primer lugar?!

    — ¿Lo sabe? — Winter preguntó desanimado al ver que fue una de las voces con las que había crecido el asesino.

    — Él quería matar a tu padre, a tu hermana, y muy posiblemente a mi esposo también — Natasha estaba horrorizada de pensar en eso — Murió al intentar matar a tu padre, quien fue su primer objetivo. Pero llegó a causarle heridas que le provocaron muerte por pérdida de sangre. Yo hice mi propio juicio, y para mí, Dmitri Koslov es un asesino.

    — ¡¿Por qué quería matarlos a ellos?! — Artem estaba muy alterado, ya que él creyó que su ex líder era una buena persona.

    — Según lo que Ace pudo entender, Dmitri sospechaba que Vitali estaba planeando sacrificar gente por el bien de él y de su hija, después de la muerte de un comandante de apellido Yukimura — Natasha relató eso ignorando el significado de aquella persona a alguien como Winter — No tengo mucha más información para darles. Tendrán que hacer esa pregunta a ella o a Valiana cuando regresen… Aunque entiendo que sería un momento delicado.

    — Muchas gracias, comandante — Winter la llamó por el rango equivocado — Me alegra saber la verdad. Sé quiénes son los culpables que me quitaron a mi mamá y a mi papá, y también a Renji… Y me consuela saber que están muertos y ojalá se pudran en el peor de los infiernos.

    Natasha se acercó al chico para darle un abrazo y tranquilizarlo, puesto a que estaba alterado, e incluso había asumido cosas. Ella mencionó que Dmitri había muerto puesto a que era una de las personas que no estaría acudiendo al planeta Edagr, pero jamás dejó salir una palabra que pudiera sugerir que Hufan, el asesino de la madre del chico, hubiera sido asesinado. No tenía esa confirmación en el archivo, pero no diría una única palabra al respecto.

    El dolor afligía a Winter Lakor en gran medida, pero su mente estaba mucho más tranquila desde el momento en el que pudo conocer los destinos de sus padres, y ya no tendría que vivir con la eterna duda de jamás saber si sufrieron o no al partir.

    […]

    Los días habían transcurrido, y la tripulación liderada por el comandante de ER, Ace Lakor, había regresado al planeta Edagr. Junto a él se encontraban los soldados sobrevivientes que lo acompañaron en la misión, algunos de los sesenta secuestrados de Edagr que fueron llevados al planeta Tralio, y miles de los humanos que tuvieron la mala fortuna de haber terminado en aquel planeta. En el momento en el que todos pusieron un pie en el suelo de la superficie del planeta rocoso anteriormente habitado por los edagrianos, una sensación de libertad apareció ante ellos, aunque no terminó siendo de la forma esperada.

    Valiana se reunió con su hermano Winter, en un abrazo de afecto que se vio acompañado por un centenar de lágrimas que mezclaban la felicidad de encontrarse nuevamente en un mundo donde ya no serían esclavos, pero adornada con la tristeza de que no tendrían a sus padres ni a Renji con ellos. Artem estaba feliz de verla de nuevo, y él también le mostró su afecto y compañía en un momento tan desolador como era ese, para luego irse brevemente a buscar a su familia.

    Airin y Rosary vivieron lo mismo cuando Winter, Iker y Jessica se reunieron con ellas dos. Los tres jóvenes que habían llegado a Edagr antes que ellas supieron lo ocurrido con Lara, con Katia y también con Vyon. Su compañera Airin había quedado sola, y fue por eso por lo que los tres le mostraron sus condolencias junto con un gran apoyo sentimental en aquel momento tan doloroso para la última chica que formaba parte de la familia de Gavril Utkin y Lara Furlan. El momento duró lo suficiente antes de que Iker y Jessica se apartaran para ir en búsqueda de sus padres.

    Natasha, Arick y Azel estuvieron juntos en todo momento para recibir a Ace con un abrazo que dejaba salir de su interior toda la felicidad que sentían por volverlo a ver sano y salvo, sin ninguna clase de herida sobre su cuerpo, aunque el simple hecho de que lo tendrían de regreso en casa y serían una familia unida de nuevo era más que suficiente para los tres. Una vez el reencuentro de la familia Lakor tuvo lugar, los cuatro integrantes se aproximaron a Noak y a Hana, acompañados también por Gwyn, Thomas, Sky y Kite.

    Noak y su hija vieron como se les acercaban para mostrarles afecto y consuelo tras las pérdidas de Gina y de Cade. Una familia de cuatro integrantes quedó destruida y partida por la mitad, quedando solamente el padre y la hija menor. Hana lloraba al momento en el que recibía los abrazos de Arick, Sky y Kite; y lloró mucho más fuerte cuando Azel se acercó a ella. Ella tenía cierta atracción por él, y significaba mucho para ella que el chico pudiera estar allí para darle su apoyo, cosa que hizo que lo apreciara todavía más de lo que ya lo hacía.

    Noak, por su parte, no mostró expresión alguna mientras los chicos le ofrecían consuelo a su manera. Y nadie fue capaz de notar como su rostro reflejó un gran odio y resentimiento cuando Ace, Natasha, Gwyn y Thomas le pusieron las manos encima. Se sentía asqueado al ser tocado por todos ellos, puesto a que él odiaba ser compadecido por los líderes que no mantuvieron con vida a su familia.

    — Te diste el lujo de sacrificar a Gina — pensó Noak en referencia al comandante Lakor — Y ustedes tres no protegieron a mi pequeño Cade — esa ira cayó sobre Gwyn, Thomas y Natasha — Se atreven a venir a darme las condolencias y a derramar lágrimas falsas mientras sus familias están enteras y la mía está destrozada.

    No realizó una objeción alguna, puesto a que estaba en público, siendo observado, aunque fuera inconscientemente por cientos de ojos de personas que se reencontraban con sus amistades o bien por aquellos que estaban mirando por primera vez el planeta en el que tendrían el derecho de vivir desde ese día en adelante.

    Allecreod miraba desde la distancia. El ex líder de los ryfier se llevaba bien con algunos de los humanos que estaban celebrando una reunión, aunque no fuera en el mejor de los momentos. Deseaba acercarse a Thomas y a Gwyn para poder saludarlos, puesto a que estaba feliz de verlos a ambos de pie y aún con vida, sobre todo a Thomas, quien fue el que le dio la oportunidad de ser libre de aquella celda, puesto a que la idea de integrarlo a la milicia como consejero fue suya.

    — Entiendo que este es un día especial y muy delicado para la humanidad — Allecreod pensaba mientras los miraba a todos — Ya tendremos tiempo de hablar cuando las cosas se hayan tranquilizado. Muchas de estas personas están viviendo un cambio permanente que será una mejora en sus vidas. Creo que es apropiado que se centren en los suyos. Después de todo, yo he hecho lo mismo cuando me ha tocado reencontrarme con los míos en el pasado.
     
    Última edición: 8 Junio 2025
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, amigo. Me alegra estar aquí un día más haciendo una leída en simultáneo, las cuáles ya sabes que disfruto muchísimo. Y ahora que ha concluido el clímax aquí, debo decir que me está gustando lo que viene siendo este tipo de capítulos, más calmados dentro de lo cabe, asentando las consecuencias de la guerra contra los traliod y la Sociedad Galáctica. En definitiva, gran capítulo el de hoy que paso a comentar desde ya.

    Al inicio vemos el tan esperado encuentro entre varios jovencitos, principalmente por los Lakor. Kite y Sky se consuelan viendo que el chico está realmente dolido por haber perdido a Cade y su hermana está dispuesta a apoyarle, al igual que Arick y los demás. Se presentan a su vez los jóvenes venidos de Tralio. Artem (que es adulto y debe sentirse como el tipo al que sientan con los niños en las fiestas de cumpleaños :angrycat:), Iker (que pensé que sería rompebolas y parece que se quedó tranquilo :whistle:) y Jessica (a la cual se la ve buena tipa, pero sin más :vibing:). Winter se presenta ante Azel, que recibe la sorpresa de que son familia y despierta la curiosidad en él. Natasha se va con Gwyn, Sky y Kite, aunque la familia Delleo se va a ver al padre que va a recibir el alta médica. Mención especial a la inesperada pregunta de Azel a su primito Winter sobre si tiene novia. La personalidad del pequeño me encanta, es inocente y pícara al mismo tiempo. :clap:

    Acto seguido pasamos a ver como la familia Delleo se reúne. Thomas se ve feliz de reencontrarse con sus dos hijos, en especial con Sky, a quién hacia más tiempo que no veía. La familia celebra que están sanos y salvos y tanto Thomas como Gwyn se comprometen a reforzar la seguridad en su mundo para que algo así no pueda suceder de nuevo. Aquí todo bien, pero al final de la escena, un extra random al que no pueden identificar, llama literalmente "inútil" al subcomandante de DT, cuando él y todos los soldados heridos que han sobrevivido deberían ser considerados héroes por haber repelido una invasión alienígena. De verdad, creo que deberían estudiar la calidad del oxígeno en Edagr porque creo que hay humanos que están perdiendo neuronas progresivamente. :blue::ewww:

    Después pasamos a ver una conversación (a distancia) entre Ace y Natasha, ya que el comandante Lakor se encuentra en dirección de regreso a Edagr. El propio Ace es quien se encarga de darle las terribles noticias a su mujer con las muertes de Faron, Xorxaik, Gina, Abel (aunque éste último no importa :yagami:) y el propio Vitali, aunque esta muerte es más personal para Ace que para Natasha. Sea como sea, el comandante le pide a la subcomandante que informe de esa pérdida a su primo Winter, quien no sabe que ha perdido a sus padres en Tralio. Joder, otra persona que va a recibir un duro golpe emocional... :anicry:

    Esta escena se da. Natasha se dirige al refugio donde están los angelitos para informarles de las personas que han perdido la vida y no regresarán, pero la situación se centra en Winter, ya que él va a descubrir que ha perdido a sus dos padres. Un golpe muy duro que lo deja desolado. A su vez, tras el apoyo de todos los presentes al joven Lakor, éste quiere saber cómo murieron sus padres. Me alivia ver que todos escucharon que Dmitri es tremendo asesino, porque es lo que es. Lamentablemente, muchos de los angelitos van a tener secuelas de lo sucedido y eso me hace preguntarme como se desarrollarán sus personalidades cuando sean más adultos. Interesante de ver. :think:

    Finalmente, habiendo pasado cerca de una semana, la nave que partió de Tralio tras el rescate, ya está de regreso en Edagr. Ahora sí, se dan todos los reencuentros que quedaban, habiendo momentos emotivos y otros más serios como los de Noak. En serio, amigo, entiendo el dolor de este tipo, pero lo está enfocando de muy mala manera. No siempre puedes culpar a otros de lo sucedido, no hace autocrítica sobre sus decisiones en el campo de batalla, en vez de expresar lo que piensa y siente respecto a lo vivido se lo guarda para sí mismo generándose más odio y rencor... Nah, duerman al tipo. Repelente Jensen va a ser un problema en potencia a este paso. Que se centre en cuidar de su hija y se deje de culpar a todos por sus pérdidas. :aniscream:

    Bueno, amigo, gran capítulo como ya he dicho. Las cosas se van asentando, algunas para bien y otras para no tan bien. Sea como sea, estoy deseoso de ver como se desarrollan los capítulos que quedan de esta parte, así que nos vemos pronto. Un fuerte abrazo.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VIII Humanidad en Conflicto
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    43
     
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    Saludos. Aprovecho el fin del domingo para publicar el que será el capítulo 41 de esta parte. Ya es momento de comenzar con el cierre a la parte VIII y preparar las cosillas para lo que serán las partes finales de este universo. La historia se acerca a su fin, y esperemos que el foro siga en pie para verlo.

    Quiero agradecer a mi gran amigo Manuvalk por su presencia en la historia a través de sus comentarios y por los ratos divertidos que pasamos en Discord leyendo en simultáneo. Por eso he colocado aquí, en medio del capítulo, un pequeño homenaje a una de sus historias, el cual espero también disfrute.

    También un agradecimiento a todos aquellos que (más tarde o más temprano) hayan llegado hasta aquí.

    Sin más para decir, dejo el capítulo.










    Horizontes más claros:

    En una de las plazas centrales de la ciudad Skymning, accesible a todos los seres humanos en el planeta gracias a su cercanía con una de las terminales de trenes solares que conectaban la ciudad junto con Himmel y Galaxy, se encontraba reunida una gran multitud. Un acto tendría lugar en ese sitio, y la gente que se encontraba presente esperaba impacientemente por el anuncio. Tan solo habían pasado unas diez horas desde que se dio la llegada de la nave comandada por Ace Lakor, trayendo al planeta a una gran cantidad de humanos quienes tendrían la dicha de vivir, o empezar a vivir, una nueva vida lejos de la esclavitud de los traliod.

    La plaza estaba rodeada por una hilera de árboles en los extremos, tan altos que ofrecían sombra de la luz del sol alrededor del cual rotaba el planeta Edagr. Postes de luz se encargarían de iluminar el lugar cuando la noche llegase al planeta, evento que no tardaría mucho en llegar.

    Un estrado con un escenario fue armado en el centro de la plaza, y frente a este, dos hileras de bancos que dejaban un pasillo en el medio. En la parte frontal del escenario se encontraban de pie algunos soldados, y arriba del mismo también, pero en una menor cantidad. Detrás del escenario se podía ver una manta de color negro cubriendo por completo un objeto con forma rectangular de altura mediana.

    Las personas que estaban sentadas en los bancos eran civiles o familiares de los soldados que iban a realizar un discurso. En una fila de bancos, Arick, Azel, Winter y Valiana ocupaban junto a Sky y Kite un espacio cada uno. En otras ubicaciones, Jessica e Iker estaban sentados junto a sus familas, mismo caso para Artem, y la joven Airin permaneció cerca de Rosary y la familia de su amiga, con quienes había convivido algunos días.

    En las filas de más atrás, Noak ocupaba un espacio junto con su hija pequeña, Hana. Otros cuatro desconocidos para el soldado estaban junto a él, y el soldado no les sacaba la vista de encima, dado a que no se sentía cómodo con ellos presentes. Parados en los laterales, sin encontrarse tomando asiento en ningún lugar, se encontraban camarógrafos y periodistas, quienes se encargarían de transmitir el discurso por televisión e internet, de modo que pudiera ser visto por todo el mundo. Solo humanos que fueron rescatados de Tralio y los familiares del personal militar allí presente recibieron invitación y un asiento en el lugar. Periodistas y otros civiles de Edagr, quienes empezaban a llegar poco a poco al sitio, algunos con bolsas y mochilas y otros sin nada encima, tenían que quedarse de pie.

    La espera se hizo muy larga, pero ante todos los presentes aparecieron Gwyn Fairin, Thomas Delleo, Ace Lakor, Natasha Zafiro y el ryfier Allecreod. Fue la comandante de Defensa Civil y Territorial quien se acercó al micrófono para ser la primera en hablar ante la multitud. Tomó aire y dio un saludo antes de su comienzo.

    — Buenos días a todos los presentes, ya sean invitados o no — Gwyn dijo con cortesía — El día de hoy hemos decidido oficializar un acto para dar anuncios importantes a todos los habitantes del planeta Edagr. Asuntos que consideramos que no pueden ignorar, y decidimos ser nosotros en persona quienes viniéramos a pronunciarnos.

    Los murmullos empezaron, e incluso la comandante los podía escuchar. Le incomodaba demasiado el no poder distinguir una sola palabra de lo que estuvieran diciendo, pero eso no le impediría seguir adelante.

    — Ya todo el mundo está al tanto de lo que nos ha tenido en vela desde hace días — la comandante Fairin asumió ese hecho — A estas alturas, todo ser humano en nuestro mundo sabe quiénes fueron aquellos a los que conocimos como “Sociedad Galáctica”, junto con todo lo que han hecho. Quien todavía no los conozca se ha tardado demasiado, puesto a que hemos divulgado esa información en sitios oficiales. Aunque, considerando el conflicto que causaron en nuestro mundo, diría sin miedo a equivocarme que toda aquel que no sepa de qué estoy hablando es un mentiroso… La Sociedad Galáctica ha secuestrado a humanos de nuestro mundo. Nosotros hemos sufrido la desaparición de amigos, hermanos, padres e incluso hijos. Fue por eso que cumplimos nuestra función en el ejército. Como comandante de Defensa Civil y Territorial, yo permanecí en el planeta Edagr junto a mi esposo y subcomandante Thomas Delleo para asegurarme de que no se llevaran a nadie más. Y como comandante de Exploración y Rescate, el comandante Ace Lakor partió junto a la subcomandante Natasha Delleo en una misión para recuperar a los humanos desaparecidos… Me duele en el alma y me carcome por dentro el saber que no hemos podido defenderlos a todos, ni rescatarlos a todos. Las vidas de soldados y civiles se han perdido, tanto aquí como fuera de este mundo. Es por eso que no podemos catalogar esta misión como un éxito. No lo vamos a hacer. A las víctimas de la Sociedad Galáctica se les debe respeto, y no podemos adjudicarles el rol de sacrificios, porque ellos no lo eligieron. Admito que mi plan no ha sido perfecto, ya que, de haberlo sido, no habríamos perdido a tantos militares ni civiles. Pero nos hemos hecho cargo de la amenaza. Hemos expulsado a la Sociedad Galáctica de nuestro planeta, y nos aseguraremos de estar preparados por si algún día intentan regresar. A continuación, le cedo la palabra a mi amigo… el comandante Ace Lakor.

    La mujer no esperaba ningún tipo de reacción de la gente ante sus palabras, pero entre la multitud se podían tanto aplausos y silbidos como abucheos contra ella. Estaba realmente disgustada, y hubiera preferido no tener que recibir nada de aquellos que estuvieran allí presentes. Pero no podía hacer mucho. Abandonó el estrado y vio como Ace se paró dispuesto a hablar, esperando a que se terminaran los ruidos de la gente. No fue hasta que el sitio quedó en completo silencio que este decidió comenzar.

    — Tal y como mi compañera ha dicho, la tarea a la que yo me he dedicado ha sido la del rescate — el comandante optó no dar un saludo a la gente — Pero resulta que no eran solo nuestros amigos quienes esperaban ser rescatados. Muchas personas ya lo saben, puesto a que sus amigos y familiares los han puesto al tanto, pero de igual manera lo haremos oficial. Hemos descubierto que no hemos sido los únicos que pudimos escapar de la Tierra en el día en que esta fue destruida… — tras revelar esa información, se tomó una pausa al empezar a oír los murmullos de la gente — Los habitantes de la nación rusa siguieron nuestro mismo camino, pero en un planeta diferente. Un planeta llamado Tralio, donde no encontraron un destino tan afortunado como el nuestro. Fue debido a que la Sociedad Galáctica también hizo su aparición en ese mundo que supimos sobre ellos, y en ese mismo momento, optamos por rescatar a todos los humanos en peligro. Humanos de Zenith, de Black Meteor, de Rusia, que hubieran vivido en el planeta Edagr o en el planeta Tralio… todos son iguales para mí. Todos estaban en peligro, y fue por eso que tomé la decisión de ayudarlos a todos… Hemos perdido muchas vidas en el proceso, y le hemos dicho adiós a personas que nunca volveremos a ver, y cuyas partidas nos acompañarán por el resto de nuestros días… Pero al final, también hemos cumplido con nuestro propósito. Los humanos de Edagr y de Tralio que sobrevivieron están aquí y ahora, con nosotros. Aquellos que ya vivían junto a nosotros están otra vez en casa. Y aquellos que han venido desde un planeta lejano, tienen ahora la misma oportunidad que nosotros hemos tenido hace casi diecisiete años atrás. Todos conviviremos juntos, y será un inicio nuevo tanto para ustedes que han habitado este mundo como para quienes recién están llegando al mismo. Verán nuevas caras en las calles, en las plazas, en los trenes, en las tiendas y en sus vidas… Queremos invitarlos a ser cordiales con aquellos que han sufrido mucho, y que solo buscan una vida mejor y más tranquila.

    Los aplausos llegaron desde los civiles que provenían del planeta Tralio. Escuchar al comandante Ace Lakor, una persona infame en los relatos del difunto Dmitri Koslov, hablar en su defensa, presentándolos e invitando a los habitantes del planeta Edagr a que sean amables con ellos era algo que les formaba una sonrisa en el rostro. Tal y como lo plasmó en sus palabras, era una oportunidad para un nuevo comienzo junto a nuevas personas en un nuevo mundo. Por supuesto, al igual que como ocurrió con la comandante Fairin, los abucheos también estuvieron presentes en el momento en el que este terminó de hablar, pero los habitantes de Tralio presentes allí eran mayoría, y tapaban todo ese ruido.

    Tan pronto las cosas se calmaron, Ace prosiguió con su discurso.

    — Esta hazaña no ha venido sin un costo, tal y como lo hemos mencionado — Ace se notaba más apagado al hablar — Si algo tenemos todos en común es que la Sociedad Galáctica nos ha robado a personas de nuestras vidas. Gente maravillosa que ya no se encuentra junto a nosotros. Es por eso mismo que este día, pese a ser el día en que dos humanidades se unieron, no pasará a la historia como un día para festejar, sino como un día para recordar.

    Dichas esas palabras, Natasha y Thomas retiraron el manto negro que cubría el objeto tapado, dejando a todos los presentes ver que se trataba de una gran lápida que contenía los nombres de todos aquellos humanos, tanto de Edagr como de Tralio, que habían perdido la vida desde la llegada de la Sociedad Galáctica a su mundo. Ace esperó a que estuviera descubierta por completo para poder volver a hablar.

    — Tristemente, los cuerpos de aquellos que perdieron la vida fuera de este mundo no han sido recuperados, y esto es todo lo que podemos dar — el comandante Ace cerró los ojos por un momento — Queremos invitar a todos los que han perdido a algún familiar o algún amigo a venir aquí y dejar sus fotos. Los nombres de los fallecidos se encuentran en la parte de adelante. La parte de tras de la lápida será un lugar donde cada persona puede venir a dejar fotos… Desde el día de hoy, y por el resto de los días venideros, esta plaza recibirá el nombre de “Plaza de la Unión” simbolizando el sitio en donde humanos de países diferentes y de mundos diferentes se unen para recordar a sus fallecidos… Vuelvo a ceder la palabra a mi compañera, la comandante Fairin, para el anuncio final.

    Dado a que ese anuncio era en honor de todas las víctimas que no habían vivido para ver ese día, no hubo abucheos en esa ocasión, y por respeto a los caídos, tampoco había aplausos. Los presentes valoraban el esfuerzo para mantener la memoria viva de todos aquellos quienes ya no estaban, pero la gravedad del asunto les impedía lanzar una ovación.

    Gwyn Fairin volvió a ocupar el estado, lista para la palabra que realizaría el cierre de aquel pequeño acto donde se hizo el anuncio del fin del conflicto y de sus consecuencias. La comandante notaba como sus manos temblaban al momento de acercarse, puesto a que presentía que dicho anuncio no caería muy bien entre la gente.

    — No hemos encontrado esta noticia en portales de información, por lo que no sabemos quienes estén o no al tanto de lo que voy a decir — comenzó a hablar la comandante — Pero lo cierto es que en los últimos días hemos estado recibiendo invitaciones de parte del gobierno. No todos lo saben, sobre todo los que están empezando a llegar a este planeta, pero tras haber ganado la guerra contra los Edagrianos, el poder militar se independizó de las decisiones de los gobernantes. Eso nos permite actuar bajo nuestro propio criterio ante las crisis que afrontamos, sin tener que esperar a una autorización de parte de presidentes o funcionarios… Y es algo por lo que se nos ha criticado bastante, en una medida que nos ha parecido y nos parece injusta. Todos aquellos quienes han perdido a familiares o amigos a causa de la Sociedad Galáctica están disconformes con nosotros. Y eso es algo que los buitres del gobierno han querido aprovechar. No me tiembla la voz al llamarlos de esa manera, porque eso es lo que son. Siempre han estado resentidos por no poder controlar a los soldados. Desde que hemos independizado la fuerza militar de su poder, estamos a disposición del pueblo, y no de ellos, y eso es algo que no pueden soportar. Por eso han mancillado a las víctimas de esta tragedia, y han usado sus muertes para forzarnos a ceder nuestro poder. Aseguran que, si ellos hubieran estado a cargo, nada de esto hubiera pasado, y hay personas afectadas por la pérdida de sus seres queridos que han caído en la manipulación de esos buitres. Yo sé que nuestro plan no ha sido perfecto, y que no hemos podido salvar a todos, pero hemos actuado según nuestro juicio cuando el tiempo apremiaba. Tal y como hemos dicho al comenzar, no podemos despreciar la vida de las víctimas y considerar que nuestros esfuerzos han terminado en victoria… Pero tampoco ha terminado en fracaso. La Sociedad Galáctica fue expulsada de este mundo sin que pudieran llevarse con vida a ningún humano de Edagr. Y ningún ser humano vivo ha sido dejado atrás en el planeta Tralio. Quienes debíamos defender, defendimos. Y quienes debían rescatar, rescataron. Es por esta misma razón que anunciamos a todos los presentes que no planeamos aceptar ninguna propuesta de unificación de poderes por parte del ejército, y que ninguno de nosotros dimitirá del poder. Los cuatro humanos a cargo de las dos divisiones del ejército permaneceremos en el poder, y eso es algo que no se negocia. Habiendo anunciado eso, doy el cierre a este acto en memoria de nuestros fallecidos.

    Los civiles que estaban apartados de los bancos ocupados por habitantes rescatados del planeta Tralio y familiares de los soldados allí presentes no hicieron esperar ni un solo segundo sus quejas. Todos aquellos que acudieron sin invitación habían perdido como mínimo a una persona importante en sus vidas, y tras enterarse del acto, acudieron para festejar ya sea el anuncio de la unificación del ejército al gobierno o bien, la dimisión de las figuras de autoridad en el mismo. Al ver que no se les fue concedido ninguno de sus deseos, estos tomaron piedras o verduras podridas que tenían en sus bolsas y mochilas y empezaron a agredir a los soldados en el escenario. La precaución debida fue tomada previamente, y los soldados usaron los escudos para defenderse tanto a ellos como a sus autoridades, sin dedicarse a devolver los golpes de los ataques.

    Los soldados formaron una cadena para proteger a todo aquel que no tenía un arma, y con sus escudos lograron evitar que un proyectil de cualquier tipo, lograra impactar contra una persona que estuviera allí para presenciar el acto en paz. Los manifestantes que estaban en contra de la milicia independiente del gobierno tuvieron que retirarse tras quedarse sin cosas qué lanzar, pero no se fueron en silencio, puesto a que los insultos salieron de sus bocas al marcharse.

    — ¡Lo van a pagar, si no es hoy, será algún día! — gritó un hombre muy furioso.

    — ¡Unos hijos de puta descarados, eso es lo que son! — una mujer se unía a los insultos en retirada.

    — ¡Los buitres son ustedes, comandantes de mierda! — otro hombre hizo referencia a unas palabras dichas por la comandante de DCT — ¡Y las marionetas no somos nosotros, son sus putos escuderos!

    Arick, Azel, Sky y Kite miraron y escucharon eso con un gran disgusto en sus rostros. No fue una escena agradable para nadie, pero para ellos que eran hijos de las figuras de autoridad, todo fue peor. No pudieron hacer otra cosa más allá de estar sentados mientras una multitud agredía e insultaba a sus padres, quienes arriesgaron sus vidas por salvar a la mayor cantidad de humanos posible.

    Noak, desde las últimas filas, miró con cierto interés a toda la gente que se marchaba, pero se percató de algo que nadie más notó. Entre los soldados que habían sido llamados para ser escuderos, hubo algunos que no tomaron acción para defender a la gente de las agresiones de los civiles, y estos simplemente se marchaban por su cuenta sin pensar siquiera en realizar el trabajo al que habían sido llamados a realizar.

    — ¿Papá? — la voz de Hana lo sacó de sus pensamientos — ¿Qué es lo que piensas?

    — Que es hora de irnos a casa, amor — el soldado tomó a su hija de la mano y se puso de pie — Ha sido un mal día para mí. No me gusta ver esto, y mucho menos me gusta que tú lo veas.

    — Esa gente está muy molesta con Ace, Natasha, Gwyn y Thomas — la chica temía por él — ¿Crees que tú también seas un objetivo para ellos?

    — No lo creo, yo no soy una figura de autoridad en el ejército — Noak quería tranquilizarla contándole un hecho.

    Esperaba que su hija se tranquilizara tras haber mencionado eso, pero lo cierto era que su propia frase lo había dejado reflexionando a él mismo sobre lo que había dicho. Con su hija menor y único familiar de sangre con vida en aquel momento, Jensen se retiró del sitio no sin antes mirar a sus cuatro compañeros en el escenario, ignorando las presencias de Allecreod y de los demás soldados que hacían de escudo para protegerlos.

    — Por supuesto que yo no soy una figura de autoridad — el soldado pensó en lo que había dicho, pero de forma más específica — Es por eso que yo estoy sufriendo por lo que ha ocurrido con esta maldita misión.

    A medida que los manifestantes que buscaban agredirlos se retiraban, los comandantes de las dos divisiones del ejército daban a los soldados la autorización para marcharse a sus hogares junto a sus familias, terminando así con ese trabajo que les habían pedido. No empezaron a hablar hasta que no quedaron solamente ellos cuatro junto con Allecreod arriba del escenario, notando que la gente se estaba marchando a sus casas, entre ellos los humanos rescatados de Tralio, quienes ya tenían un lugar en el que pudieran pasar la noche asignado para ellos.

    — Ver esto solo me hace estar agradecido de que hayamos arrestado a los detractores — Ace hizo referencia a dicho suceso — Ellos estarían regocijándose en una situación así, y llevarían el acoso contra nosotros a otro nivel.

    — Dudo que esta situación sea una repetición de lo mismo que ha pasado antes — Thomas rememoró esos problemas que tuvieron en el pasado a mano de humanos disconformes — Esta gente tiene que entender que nosotros no hemos sacrificado a nadie, a diferencia de lo que hicimos en la Tierra. Las muertes que hemos vivido no están en nuestras manos en esta ocasión.

    — No, solamente espero que algún día lo comprendan, y que no se dejen manipular tan fácilmente por el gobierno — Natasha pensó seriamente en unas palabras dichas por un manifestante — Una persona fácilmente manipulable es un peligro a largo plazo. Espero que ellos vean y entiendan nuestras pérdidas.

    — Sea como sea, por hoy ha terminado todo — Gwyn miró al ryfier directamente — ¿Dijiste que te harías cargo del trabajo nocturno de esta noche?

    — No será problema para mí, siempre y cuando se me conceda lo que he pedido — Allecreod hizo referencia a una charla que tuvo con el comandante Lakor — Sé que todo lo que involucra a la Sociedad Galáctica está repleto de engaños, pero estoy seguro de que la amenaza de Casseirem es real. Salvo que esté muerto y nadie lo sepa, es un peligro latente para nuestro mundo, y también para mi gente.

    — Dame una semana para hacer unos arreglos, y prometo que formaré un escuadrón para que viaje contigo a buscar a Cadain para decirles todo lo que sepamos, incluso puede que algunos de nosotros te acompañemos — Ace estaba dispuesto a cumplir esa promesa.

    — ¿Y los garak? — Thomas preguntó más por curiosidad que por solidaridad.

    — No merecen nada de nosotros — Ace seguía firme en esa convicción — Por eso mismo, no tendrán nada. Si Casseirem está vivo, ojalá aterrice en ese planeta, y que se destruyan mutuamente.

    Acordada la división de tareas, junto también con una agenda que tendrían que llevar a cabo en los próximos días, los comandantes se despidieron de Allecreod en ese mismo momento. Ellos cuatro se encargarían de ir a sus casas junto a sus familias, sin dedicar una hora extra al trabajo, considerando que se merecían un tiempo con sus seres queridos después de todo el estrés y el dolor que vivieron en la misión. El ryfier, por su parte, se puso en marcha para acudir a las oficinas en donde otros soldados del ejército lo estarían esperando para el turno nocturno de vigilancia, una precaución obligatoria tras el conflicto que tuvieron con la Sociedad Galáctica.

    Iker, Jessica, Artem y Rosary tenían a sus familias para hacerles compañía. Finalizado el acto, ellos se reunieron con Winter y Valiana para poder despedirse, puesto a que sus familiares no querían esperar a que se hiciera de noche para poder marchar a la que sería su casa asignada en la que podrían vivir, y quedarse por su cuenta no era una opción posible, dado a que, de hacerlo, deberían importunar a los soldados o los habitantes del planeta Edagr.

    Artem y Valiana se despidieron con un abrazo y un beso. Iker, Jessica, Rosary y Airin, esta última marchándose junto a su compañera por pedido de la joven, se despidieron cada uno de su amigo Winter con un abrazo en el que mostraban su afecto. Arick, Azel, Sky y Kite se quedaron junto a los hijos de Vitali Lakor, y notaron la tristeza en los rostros de ambos, puesto a que anhelaban tener una familia que los acompañara en la oportunidad que representaba estar en un planeta nuevo para empezar una vida nueva.

    Exceptuando a un par de personas que iban a la plaza para pasar el rato, ya no quedaba nadie allí, únicamente los seis chicos y los cuatro comandantes. Estos se reunieron, formando un grupo de diez personas que no tardaría demasiado tiempo en disolverse, partiendo en direcciones diferentes.

    — Sky, Kite, es tiempo de que regresemos a casa — fue lo dicho por el padre de la familia — Mañana podrán ponerse en contacto con Winter y Valiana, pero por ahora, nos tenemos que ir.

    — Despídanse de los dos, estoy segura de que significaría mucho para ellos — Gwyn quiso alentar a los niños a que se llevaran bien con los chicos, aunque era algo a lo que ya se habían adaptado.

    — Será hasta el día de mañana, Winter — Sky le dijo, dándole un abrazo al chico — Estoy ansiosa de que podamos compartir tiempo ahora que están aquí. Muero de ganas por conocerte, Valiana.

    — Muchas gracias, Sky — la mayor de los Lakor apreció lo dicho por la chica — Winter me dijo un par de cosas buenas sobre ti, pero estoy ansiosa de poder conocerte por mi cuenta.

    — Aprecio que quieran venir a vernos — Winter sonreía a la joven Delleo — Espero que esta noche podamos dormir bien en este mundo.

    — Lamento mucho todo por lo que han pasado — Kite no se atrevía a darles un abrazo a ninguno de los dos — Sé lo que es perder a tus padres, y es una injusticia por la que nadie debería pasar. Arick, Sky y Azel fueron muy buenos amigos para mí en todo momento. Me aseguraré de ser lo mismo para ustedes dos.

    — Me alegra saber que tienes un gran corazón, Kite — comentó la mayor de los Lakor, en un tono amable — Será entretenido poder conocerte tanto a ti como a tu hermana. Después de todo, no parto con la ventaja de Winter.

    — Sé que tendremos la oportunidad — su hermano menor sonreía ante lo dicho por su hermana — Será hasta mañana. Ojalá el clima en el planeta Edagr sea muy agradable, porque me gustaría que pudiéramos dar paseos por aquí.

    Una vez realizada la despedida, la familia Delleo Fairin se retiró del lugar. Ace, Natasha y sus dos hijos se despidieron de sus amistades y los veían marcharse por su lado. Para no desperdiciar mucho tiempo de pie en ese lugar, los comandantes de ER se encargaron de guiar a los cuatro jóvenes Lakor hacia el sitio en el que habían hecho que unos soldados estacionasen un vehículo militar. Ace se subió en el asiento del piloto, dejando a Natasha en el asiento del acompañante. Arick, Azel, Winter y Valiana se sentaron detrás, en el amplio espacio del asiento trasero. Para los hijos de los fallecidos Vitali y Fenya, fue toda una experiencia cuando el vehículo se puso en movimiento.

    — Me contaron sobre estos — Winter decía mientras miraba los edificios pasar por la ventanilla — Esto es un auto. Nunca pude subirme a uno.

    — Estoy seguro de que te gustará dar este paseo, pero no deberías acostumbrarte — Arick mencionó dando una advertencia a su pariente — Estos vehículos son escasos, y solo los militares pueden usarlos.

    — ¿Qué hay de ti, Valiana? — Natasha quiso conocer el punto de vista de la chica — ¿Tuviste la ocasión de viajar en un auto antes?

    — Así es, mi papá y mi mamá compraron uno muy grande — Valiana recordó un momento de su infancia — Me encantaba dar paseos con ellos y recorrer el país. Era tan hermoso viajar y ver los paisajes cuando nos íbamos de vacaciones… La última vez que me subí y viajé en auto fue cuando estábamos evacuando para escapar de la Tierra. Esta es la primera vez en muchos años que me subo a un vehículo.

    — No será la última — Azel quería levantarle el ánimo — Cuando mi papá y mi mamá se toman vacaciones, usamos unos vehículos para irnos a ver paisajes en zonas lejanas. Tú y Winter podrían venir con nosotros si eso quieren.

    — ¿Nos dejarían hacer eso? — Winter estaba un poco conmovido con esa propuesta.

    — Para nosotros sería un placer que nos acompañaran — Ace dijo con total honestidad — Y siendo que el período de clases ya ha finalizado, no pasará mucho tiempo hasta que tomemos nuestras vacaciones.

    — No queremos ser una molestia — con timidez, puesto a que apenas llevaba horas de conocerlos, Valiana expresó ante la propuesta de la familia.

    — No lo serán, ustedes son buenos chicos, y merecen viajar por este mundo a ver esos paisajes maravillosos — Natasha habló buscando subirles el ánimo a los dos — Edagr es un planeta muy hermoso, y ofrece paisajes similares a los de la Tierra. Estoy segura de que a ustedes les encantará verlos.

    Pese a que el tiempo que habían pasado junto a ellos no representaba una franja muy larga, Winter y Valiana apreciaban bastante esas palabras dichas tanto por los adultos como por los chicos. La tristeza de no tener con ellos a sus padres para hacerles compañía en su nuevo hogar estaba muy presente en ambos, pero sus otros familiares lograron contagiarles una sensación de acompañamiento y cariño, siendo que apenas estaban empezando con sus relaciones.

    La familia Lakor recorrió las calles de la ciudad, teniendo a Winter y a Valiana admirando los edificios y el cielo despejado y libre de nubes del planeta Edagr, siendo un contraste muy grande con el mundo repleto de nubes negras que era Tralio.

    — Los atardeceres en este mundo son hermosos — Winter le decía a su hermana mayor — El cielo se pone rojo, e incluso cuando está nublado se puede apreciar.

    — Sería una escena muy bonita — Valiana notaba que pronto iba a oscurecer — Un día tendríamos que salir a ver el atardecer en los paisajes que dicen que existen aquí.

    — Podrías invitar a Artem — Azel mencionó, sabiendo que él y la chica eran pareja, buscando aligerar el ambiente — Arick podría invitar a Sky, y Winter podría invitar a su amiguita Airin.

    — ¿Qué… por qué dices eso? — preguntó el mayor de los jóvenes Lakor.

    — Te he visto cuando la mirabas, no tengas vergüenza, es una chica linda — Azel se divertía con esos comentarios.

    — Así es Azel, cuando tiene la oportunidad para molestarte, la aprovecha — Arick advirtió a los dos chicos.

    — Bueno, me recuerda mucho a mí… — Valiana recordó años previos a la captura por parte de los traliod — A mí también me gustaba molestar a Winter con su amiga Airin.

    — Entonces nos lo vamos a pasar bien molestando a nuestros hermanos — comentó el más pequeño de la familia — Después de todo, es divertido ver las caras que ponen cuando decimos eso.

    Pese a que se notaba que las risas de Winter y Valiana eran un poco forzadas, genuinamente estaban disfrutando del momento y de las buenas intenciones del menor de los Lakor para que se sintieran cómodos e incluidos en la familia. Ace y Natasha, desde los espejos del auto, veían la escena entre los cuatro con una sonrisa en sus rostros. Todo parecía indicar que estaban cumpliendo bien con el trabajo para hacerlos sentir bienvenidos.

    El auto se detuvo frente a un edificio de altura media, y los dos chicos nuevos en el planeta Edagr pudieron apreciar que se trataba de una casa. Winter y Valiana supusieron que sería la casa de la familia Lakor, y sus sospechas fueron confirmadas segundos después.

    — Aquí es donde nosotros vivimos — Ace les explicó a los dos jóvenes — Ahora los llevaremos hacia la casa que he asignado para ustedes dos.

    — ¿Una casa entera solo para nosotros? — preguntó Valiana, recordando que Ace había comentado algo así, pero sin creer que ya la tuviera a disposición.

    — Es correcto, es lo que te había prometido, Valiana — Ace le hizo saber que era leal a su palabra — No conseguí una casa desocupada, por lo que hice que Natasha usara mi dinero para comprársela a sus dueños que la usaban como depósito. Ellos tenían pensado mudarse a otra ciudad, por lo que no fue difícil tenerlo todo listo y no salió muy costosa.

    — ¿Vamos a vivir allí? — Winter quería saber si estaba preparada para que los dos hermanos pudieran usarla — Es decir, ¿ya tendremos lo que hace falta para pasar la noche de hoy?

    — Me aseguré de que así fuera, corazón — Natasha le dijo con ternura al joven Lakor — Tienen todo lo que necesitan ya preparado. Pero eso no quiere decir que tengan que quedarse allí a dormir el día de hoy.

    — Dejamos guardado en una caja fuerte un documento con las escrituras de la vivienda y el terreno — Ace les comentó a los dos jóvenes — Ustedes dos tienen que firmarlo para que la casa sea legalmente suya. Para que puedan enlistarse en academias de cualquier tipo y así poder completar sus estudios, tienen que tener una residencia declarada. Es por eso que los llevaremos ahora a la casa, así ustedes sabrán donde les tocará vivir, y podrán firmar el documento. Pero si desean quedarse durmiendo en casa con nosotros, serán más que bienvenidos.

    Para Winter y Valiana todo aquello era una sorpresa por completo. La chica, por su parte, pudo compartir ciertas charlas con su primo, en las cuales este le aseguró que le conseguiría un sitio en donde vivir. Winter, por su lado, no tuvo la oportunidad de hablar eso con Sky, Arick o con el resto de sus amigos, pero asumió que al tratarse de una compra de un lugar donde vivir, ninguno de los dos podría saberlo u orientarlo al respecto. Los dos jóvenes tenían una sonrisa muy amplia en sus rostros, puesto a que apreciaban el gesto y los cuidados que sus familias tenían con ellos dos. Ambos se miraron fijamente, y fue así que se comprendieron lo suficiente como para acordar algo respecto a su noche.

    — Dormiremos allí hoy — Valiana no quería ser una molestia, pero sabía que, si admitía eso en palabras, le dirían que no era así — Nos gusta la idea de tener una casa para nosotros. Además, sabremos en dónde viven si es que necesitamos algo.

    — Siéntanse libres de venir y tocar a nuestra puerta — Ace se comprometió con los dos — Tal vez no tengamos disponibilidad completa, pero siempre habrá alguien dispuesto a recibirlos en casa.

    — También les hemos asignado un dispositivo móvil a cada uno — Natasha les comentó algo que se le pasó por algo — Ya he agendado nuestros números y otros importantes para que puedan llamar si hace falta.

    — Se han tomado muchas molestias por nosotros — Winter se sentía mimado por la pareja.

    — No es una molestia cuando se hace por cariño — Ace corrigió a su primo — Y ustedes dos se lo han ganado. Son una familia que nunca esperábamos tener, pero que estamos agradecidos por haber recibido.

    Dichas todas las palabras pendientes, Ace Lakor volvió a poner en marcha su vehículo. Por la misma calle en línea recta y sin haberse desviado en ninguna lateral, solo tuvo que avanzar unas dos cuadras algo largas para así ponerse frente a la entrada de una casa que era algo pequeña, pero que a los dos jóvenes les llegaría a resultar muy cómoda.

    Los seis integrantes de la familia se bajaron del vehículo, se acercaron a la puerta principal la cual fue abierta por una llave en posesión de la sub comandante Zafiro, quien se la entregó a Valiana para que ella fuera quien la usase en el futuro. Cuando los dos jóvenes entraron a la vivienda, notaron lo pequeña y acogedora que era. La sala de entrada actuaba como un comedor y cocina, en una puerta situada en el fondo se iba hacia un pasillo. En el lado izquierdo había un baño, y del lado derecho unas dos habitaciones, aunque la mujer preparó dos camas individuales en la misma habitación creyendo que preferirían dormir acompañados. En cada habitación había muebles para poder guardar lo que les hiciera falta. En uno de los muebles interiores de la sala de entrada se encontraba una caja fuerte. Ace la apoyó sobre una mesa rectangular y les indicó a sus dos primos el código para abrirla. En su interior había una pieza de papel con una lapicera de tinta negra, y cuatro espacios en donde debían ir las firmas de los dueños de la casa. Solo se usarían dos de esos cuatro espacios, y fue allí donde Winter y Valiana pusieron sus nombres y apellidos, adquiriendo la casa para ellos dos de manera legal.

    Dado a que habían acordado quedarse a pasar la noche allí, se despidieron de la familia de Ace con abrazos y besos en la frente. Los comandantes de ER se marcharon de la vivienda junto a sus dos hijos, y tras eso, Valiana cerró con llave la casa, estando ella a solas con su hermano.

    Pese a lo pequeño del sitio, ambos miraban en todas las direcciones con cierto asombro e impresión. Optaron por hacer un recorrido por su cuenta, yendo a parar primero al baño, y luego entrando en las habitaciones, dejando la que tenía las dos camas para el final. Una nueva sorpresa llegó a los dos, en el momento en que vieron como había varias prendas de ropa tanto ligera como abrigada sobre las camas. Valiana y Winter las encontraron allí, dándose cuenta de que la ropa estaba totalmente nueva al contar con etiquetas y la dirección del sitio en el que fueron compradas, en caso de que necesitaran ir a cambiarlas.

    — ¡Lo pensaron en todo por nosotros! — Winter sentía como las lágrimas empezaban a llegarle a su rostro por la emoción que sentía tras recibir esos regalos — Quiero que ya sea mañana para ir a agradecerles.

    — ¡Mira nuestra mesita de luz!

    No fue hasta que su hermana se lo resaltó que el joven Lakor se dio cuenta de que cada cama tenía al costado una mesa de luz para guardar las cosas. Sobre cada una había un velador conectado a una toma corriente de la pared, junto con una caja que en su imagen mostraba un dispositivo móvil con el que podrían llamar a los números que estuvieran puestos allí.

    — Tenemos que impedir que nos mimen de esa manera, esto es un exceso — Valiana estaba agradecida con ellos, y su comentario en broma hizo reír a su hermano menor.

    — Mañana nos probaremos la ropa y luego de eso, usaremos los móviles para llamarlos y darles las gracias — Winter tomó todo lo que le habían regalado y se dirigió a un armario.

    El joven Lakor estaba dispuesto a guardarlo todo para probárselo el día siguiente, pero al momento de abrir la puerta del guardarropa, notó una caja negra en el piso con un papel pequeño pegado a la misma. Tras acomodar su ropa en los estantes, el joven se agachó para tomar la caja, acercándola a la mesita de luz para que él y su hermana la pudieran ver mejor.

    — ¿Qué es eso, Winter? — preguntó la chica, algo curiosa.

    — No lo sé, pero este papel es una nota y dice “para Winter” — el chico se sorprendía de tener un regalo extra — Veámoslo…

    Con suma delicadeza, el chico abrió la caja lentamente para no dañar el contenido de lo que sería su regalo. Una vez abierta, metió la mano y sacó una funda con cierre. El objeto que estaba allí dentro era tan grande que debía sostenerlo con ambas manos. Abrió el cierre y tras hacerlo, logró ver un par de prismáticos de color negro en el interior de aquella funda.

    El chico quedó asombrado y atónito al haber recibido un regalo como ese. En su último cumpleaños días antes de ser capturados por los traliod, su padre le regaló un par casi idénticos a ese objeto, y debido a su traslado, ese regalo se había perdido en el territorio de los humanos.

    — No es… no lo puedo creer — Winter empezó a llorar sin contenerse — ¿Cómo lo supieron? ¿Cómo sabían que yo quería esto mucho antes de que yo lo recordara?

    — Yo se lo pedí a Ace — Valiana estaba asombrada igual que él — Mientras hablábamos en el camino hacia aquí, le dije que tú apreciarías un regalo como este. Pero no creí que te lo harían tan pronto.

    — Lo recordó… — Winter no daba crédito a ese detalle — Lo ha recordado porque nuestro primo nos ama y nos considera parte de su familia… — sabía que debía dar las gracias por ese regalo, y decidió empezar en ese instante — Gracias, Val. Fue un detalle muy bonito. Te lo agradezco por haber pensado en mí.

    Tras guardar el regalo de vuelta en su funda y a su vez la funda de regreso a la caja, los dos hijos de Vitali y Fenya se abrazaron, provocando que ambos empezaran a llorar de la alegría que les ocasionaba tener una familia como la que acababan de obtener. Cualquier resquicio de duda de que podrían estar solos en aquel planeta se esfumó por completo tras ver que su primo y liberador tuvo en cuenta todo detalle posible para que su estancia en Edagr empezase de la mejor manera.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo mío. Me alegra que hayamos podido aprovechar otro finde para hacer la leída que solemos hacer y la cual sabes que siempre disfruto muchísimo. Esta vez no iba a ser distinto. Respecto al capítulo, habiendo terminado definitivamente todo el conflicto con los traliod y la Sociedad Galáctica, las cosas se van asentando (pese a que las consecuencias de lo sucedido perdurarán :sadexo:). Ha sido un buen capítulo, "tranquilo" a excepción de algunos momentos de mínima tensión, pero ya me entiendes. Sin más dilación, paso a comentar a profundidad.

    Es precioso el detalle que han tenido en Edagr de dar nombre a una plaza en honor a los caídos en la guerra contra traliod y SG. Llamada "Plaza de la Unión" (también valoro mucho esa pequeña referencia a Los Viajeros, amigo, se agradece mucho :nice:), tendrá una gran lápida con nombres y fotos de aquellos que han perdido la vida en dicho conflicto, una especie de recordatorio de mucho valor. Los actuales líderes del ejército (Ace, Natasha, Gwyn y Thomas) revelan ante el pueblo y los recién llegados de Tralio que el gobierno pretende absorberles, en cierto modo, para que el poder militar deje de ser independiente del del mismo gobierno, negándose rotundamente a ello. Evidentemente, esto hace que algunos civiles en contra se dediquen a abuchear e incluso lanzar piedras o verdura podrida a los soldados. Ya me veo Detractores 2.0... :ewww: en serio, algo debe pasar con el aire en Edagr porque la humanidad allí pierde facultades mentales.

    Sea como sea, tras esto, vemos que las familias se despiden entre sí una vez que la plaza se ha vaciado de gente. Evidentemente, la familia Lakor Zafiro ahora cuenta con Winter y Valiana, que están pasando momentos muy difíciles. Airin se va con la familia de Rosary, Artem tiene la suya propia (intuyo que Jessica e Iker también) y también vemos brevemente a Noak y Hana, siendo ella la más preocupada por el conflicto entre civiles y comandantes, pese a que a su padre se la pela. Y bueno, no me sorprende del repelente Jensen. angrysnake

    Ace, Natasha, Azel y Arick se llevan consigo a Valiana y Winter para llevarles hasta la que será su nueva casa, pero antes conversan acerca de pasar vacaciones juntos. Pese a los momentos difíciles que están viviendo los dos hermanos, es obvio que se alegran por recibir semejantes muestras de cariño, especialmente las que están por llegar. Ace les ha comprado una pequeña casita, también les han comprado ropa y dispositivos móviles... sin duda, les están regalando un nuevo comienzo. Se nota que son familia. Los hermanos Lakor se emocionan mientras el pequeño de ellos termina descubriendo que tiene un regalo extra: unos prismáticos como aquellos que le regalaron en Tralio, durante el comienzo de la odisea que les tocaría vivir. Sin duda, un gran detalle (ojalá lo use para ver desde lejos como Airin hace topless en la playa :yagami:).

    En fin, amigo, un capítulo muy disfrutable y emotivo de leer. Estoy deseando ver como termina esta parte y solo espero que los civiles inútiles no se dediquen ahora a joder, que ya hemos sufrido todos bastante. :humm:

    Hasta pronto, cuídate mucho. :\*u*/:
     
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  5. Threadmarks: El deseo que pedí
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VIII Humanidad en Conflicto
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    43
     
    Palabras:
    8272
    Saludos. Toca publicar el capítulo 42 de esta octava parte de la historia. Ya estamos muy cerca del final, y estoy seguro de que se siente la vibra en el aire por eso.

    Quiero agradecer como hago cada semana a Manuvalk por su presencia en la historia a través de sus comentarios y las leídas en simultáneo por el discord, aunque la que tuvimos el día de hoy fue un poquito accidentada debido a causas externas relacionadas con la fecha XD. Pero pese a todo, estoy feliz de que tengamos la chance de seguir compartiendo leídas los fines de semana, ya que son una gran forma de divertirse y relajarse de la semana :muffin:

    Sin muchas más noticias, además de que intentaré actualizar la guía de personajes para el próximo capítulo, dejo el capítulo.









    El deseo que pedí:

    Winter y Valiana estaban sentados a solas en la mesa, terminándose el desayuno que se habían preparado tras despertar de su primera noche en el planeta Edagr, con casa propia en el caso del varón, quien ya había estado en el planeta haciendo compañía a los nuevos chicos que había conocido. Una vez que ambos habían acabado sus comidas, ambos encendieron sus dispositivos móviles y empezaron a explorar a través de todas sus funciones, con el fin de conocerlos y ver qué tanto provecho se les podía sacar.

    — ¡He podido contactar con Artem! — Valiana gritó con cierto entusiasmo al ver que podría hablar con su pareja — ¡Lo invitaré a dar un paseo por la ciudad en la tarde! ¡¿No te gustaría venir con nosotros?!

    — No lo sé, hermana — Winter tenía sus ciertas dudas — Quisiera… quisiera poder escribirle a Airin para ver qué es lo que quiere hacer ella. Hay tantas cosas de las que me gustaría hablarle.

    — En ese caso, fíjate si puedes contactarla, quizá quiera venir de paseo con nosotros — Valiana no quería dejar a la chica fuera de la cuestión — Quizá ella se sienta bien si tú la invitas.

    — Estoy tratando de encontrarla, pero me está costando hacerlo — Winter no entendía por qué le costaba tanto — Tal vez ella no haya activado todavía su dispositivo móvil.

    — ¿Y qué tal si intentas contactar a Rosary? — la chica le comentó lo que recordaba — Ellas dos viven en la misma casa según entiendo.

    — Tal vez tenga algo de suerte con ella — el chico empezó a ampliar su búsqueda.

    Navegando a través de la aplicación de contactos del teléfono, Winter activó la función para buscar por nombre para editar la búsqueda inicial. Ya no buscaría únicamente a su amiga, sino también que trataría de localizar a Rosary, de esa forma, quizá podría alcanzar a su amiga Airin para poder invitarla.

    — ¡Ella está! — Winter logró dar con su amiga — ¡Le escribiré!

    Valiana miró con mucha felicidad viendo como a su hermano menor se le formó una sonrisa en el rostro al momento de haber podido localizar a su amiga y compañera de clases. Se sentía bien al saber que su hermano tenía a alguien en mente con quién quizá pudiera llegar a disfrutar de su estancia en ese planeta, además de ella, su pareja y el resto de la familia Lakor. Se preocupó un poco en cuanto llegó a ver como su sonrisa fue reemplazada por una expresión mucho más seria, como si algo no le hubiera gustado.

    — ¿Qué ocurre? — Valiana se sentía algo preocupada.

    — Rosary dijo que Airin no tiene muchas ganas de usar su móvil por el momento — Winter no estaba muy animado al hablar — Ellas dos quieren ir a caminar y a dar un paseo para comer algo conmigo, con Iker y también con Jessica.

    — Suena como un buen plan, y tendrás una oportunidad para hablar con Airin y de hacerla sentir un poco mejor — fueron las palabras de su hermana.

    — Me da gusto saber qué podré hacerlo, pero también me gustaría dar una caminata por el lugar — Winter pronto pensó en algo — Voy a preguntarle si puedo invitar a Arick, Sky y Kite. Ellos tres quizá podrían enseñarnos la ciudad.

    — Me parece una gran idea, hermano, después de todo, creo que a todos nos vendría bien conocer mejor a nuestros compañeros — Valiana estaba aliviada nuevamente.

    Aunque le hubiera gustado que su pareja y su hermano pudieran hacerle compañía en un paseo para recorrer el sitio, no tenía problema alguno en permitir que su hermano saliera junto con sus amigos y que pudiera hacer un poco de exploración por su cuenta. Después de todo, ella y él compartirían casa, y eso quería decir que podría arreglar para que los dos salieran juntos en días posteriores.

    Con un plan para cada uno, los dos chicos se prepararon para ir a visitar a su primo y al resto de su familia. Después de haber recibido tanta atención manifestada a través del regalo de una casa, ropa e incluso los dispositivos móviles, ninguno de los dos tenía deseos de quedarse sin ir a saludar y a darle las gracias. No solo por todos los regalos, sino también por la compañía y por las promesas.

    — Bien, Rosary dijo que podría invitar a los chicos — Winter sonreía mientras miraba su teléfono — Hablaré con Arick ahora, y veré qué es lo que quiere hacer.

    […]

    Noak caminaba lentamente hacia la lápida que fue puesta en la recientemente rebautizada como Plaza de la Unión. En solitario, pues su niña pequeña se había quedado en casa, el soldado se notaba bastante triste al acercarse a dicho objeto colocado en memoria de todos los fallecidos, ya fuesen humanos del planeta Edagr como aquellos que no pudieron ser rescatados del planeta Tralio.

    Con el permiso de Ace para no tener que trabajar, el soldado iba vestido como un civil, con una camisa simple de color gris sin ninguna clase de estampado, y con unos pantalones claros y nada formales. Llevaba consigo una bolsa en donde tenía fotos impresas de sus familiares fallecidos, pero antes de colgarlas en la parte de atrás, se paró frente a dicho objeto y buscó los nombres de su esposa y su hijo. Empezó a leer desde la esquina superior derecha, y no le agradó demasiado el primero de los nombres.

    — Vitali Lakor… — decía a regañadientes, encontrándose con el nombre del tío de Ace — ¿Es en serio? Ese es el primer nombre que colocaron en esta lápida, increíble.

    Con la esperanza de que sus familiares estuvieran al menos entre los primeros diez nombres, el soldado siguió leyendo para continuar su búsqueda.

    — Fenya Aldan, Gavril Utkin, Lara Furlan, Vyon Utkin, Renji Yukimura, Katia Minami… — uno por uno fue recitando esos nombres, sin poder encontrar aquellos a los que le interesaban en verdad — ¿Por qué pusieron los nombres de todas esas personas antes que los míos? Mi familia no es prioridad para ellos, ni siquiera en la muerte.

    El no reconocer a esos nombres le hizo creer al soldado que su familia había sido olvidada, algo injusto para él, puesto a que consideraba que sus muertes se dieron a raíz de las malas decisiones e incompetencia de sus líderes, quienes eran amigos suyos. Tras haber pasado por la primera fila de los nombres puestos allí, el soldado pudo encontrar lo que buscaba. El nombre de su esposa y el de su hijo estaba en la segunda fila, estando en el cuarto y el quinto puesto desde el inicio respectivamente, por detrás de Alicia Noble, Faron Zark y el robot Xorxaik. La furia invadió a Noak por completo, puesto a que tomó esas acciones como una falta de respeto a las vidas de sus familiares que habían muerto. Respiró profundo un par de veces y luego de eso se dio la vuelta para poder pararse en la parte de atrás de la lápida, sitio donde se permitiría colgar fotos de los fallecidos.

    Se dio cuenta de que otros ya lo habían hecho, puesto a que la parte superior estaba casi completa con fotos de todos los tamaños. Sin disponerse a faltar el respeto a la memoria de esos fallecidos, el soldado colocó las dos fotos que traía consigo en el medio, y las pegó a la piedra para que se mantuvieran allí. Desde atrás, la lápida contaba con un borde superior sobresaliente, el cual se aseguraría de que esas imágenes no serían destruidas por la lluvia que pudiera llegar a caer en el planeta.

    Cumplido su propósito para el día, se disponía a marcharse hasta que escuchó un sonido desde el otro lado.

    — ¡Mamá, papá! — el soldado reconoció esa voz como la de un adolescente varón — ¡¿Por qué ustedes no pudieron regresar?! ¡Nadie me ha dado explicaciones!

    Con curiosidad, el soldado se dio la vuelta, y frente a la lápida encontró a un chico de aproximadamente unos dieciséis años, llorando en el suelo desconsolado y dejando caer sus lágrimas en la tierra seca de la plaza. A Noak se le hacía conocido, pero al no poder ver bien su rostro, optó llamarlo por su nombre, al mismo tiempo que le tendía una mano para ayudarlo.

    — Niño, ¿tienes alguien que pueda cuidarte? — fue la primera pregunta hecha por el soldado.

    — ¡No, no tengo a nadie! — al levantar su rostro, el soldado lo pudo reconocer.

    — ¿Ulrik? — Noak notó que se trataba del hijo del ingeniero Nick Mardh, un amigo suyo de Black Meteor — Lo lamento mucho, pequeño. Había personas cuyos nombres están aquí que merecían morir, pero tus padres no eran esa clase de personas. La vida fue muy injusta con los dos, por lo que parece.

    — ¿Quién es usted? — el chico no podía recordar su nombre — ¿Cómo sabe quién soy y quienes son mis padres?

    — Soy un amigo no muy cercano de tu padre, en ocasiones he ido a visitarte cuando eras un niño — Noak reconocía que no era muy frecuente — Me llamo Noak Jensen.

    — ¿Noak? — Ulrik recordó ese nombre en los libros que leyó — Tú eres uno de los héroes que lucharon en la guerra contra los edagrianos. Usted es un soldado. ¿Fue a la misión de rescate en donde murieron mis padres?

    — Desafortunadamente, hijo — el soldado quería mostrarse comprensivo — Fui a esa misión a salvar a mi esposa y a mi hija. Solo a mi pequeña pude rescatar. Mi esposa murió en ese planeta de nubes negras, junto con tus padres… Y mi hijo murió por haberse quedado aquí.

    — Tengo un amigo que también murió en el ataque que se hizo aquí — el chico todavía lo tenía presente.

    — ¿Cómo murió? — eso le dio curiosidad al soldado.

    — El ejército no llegaba a defendernos, así que él tomó un arma y quiso pelear por nosotros — Ulrik se mostró muy triste al recordarlo — La comandante Gwyn Fairin llegó tarde. Mataron a los enemigos, pero ya los civiles estaban muertos. Mi amigo entre ellos…

    — A pesar de no haber sido capaces de proteger a los civiles, ni Gwyn ni Thomas presentaron su renuncia a sus cargos — Noak recordó el acto del día de ayer — Ellos siguen sonriendo porque sus familias viven. Mientras tanto, los demás como tú y como yo solo perdemos a nuestros seres queridos.

    — Usted dijo que fue a la misión de rescate — Ulrik lo vio como una oportunidad — ¿Cómo murieron mis padres? ¿Lo sabe?

    — No los vi morir, de hecho, con tantos humanos corriendo para intentar salvarse, los perdí de vista muy pronto… — de repente, al soldado se le ocurrió algo — Pero la razón por la que murieron es la misma por la que también lo hizo mi esposa.

    — ¿Y qué razón es esa? — el chico le preguntó, desde su ignorancia al no haber estado allí.

    Noak consideró que la idea que se había formado en su mente era perfecta para poder hacer algo al respecto con todo lo que había pasado. Sin embargo, fue capaz de reconocer que era tan ocurrente como malvada. Sabía que sería algo de lo que no podría regresar si elegía contarle a ese chico su verdad, por eso mismo estuvo dudando durante un minuto completo. Cuando miró a Ulrik a la cara, se convenció de no echarse atrás. En sus ojos pudo ver una expresión que reflejaba su total incertidumbre, junto con su dolor y una ira potencial que podría ser aprovechada.

    Fue entonces que el soldado supo exactamente qué palabras usar con el chico.

    — El comandante Ace Lakor comandó la misión de rescate — Noak lo puso como el responsable de las muertes — Dime, Ulrik, ¿tú te enteraste del sacrificio que hizo el comandante en los últimos momentos antes de escapar de la Tierra?

    — Mi padre me dijo que él dio la orden de dejar a cientos de familias atrás, sin la posibilidad de subirse a la nave de evacuación — el chico no entendía a qué venía esa pregunta — Hombres, mujeres y niños murieron con la Tierra.

    — Exactamente, y eso es algo que dejó traumado al comandante Lakor — Noak juzgó de esa forma a su amigo — Él no podía sacarse ese pensamiento de la cabeza… Y vio en los humanos que estaban presos en Tralio una oportunidad. Consideró que su trauma se iría para siempre si era capaz de salvarlos a todos ellos, y eso fue lo que lo llevó a priorizar las vidas de esos desconocidos que llegaron a nuestro mundo el día de ayer. Tus padres y mi esposa eran gente a la que él conocía, y a la que tendría que haberse dedicado a salvar. Pero él eligió hacerlos a un lado, todo para poder rescatar a los humanos de Tralio. Tenía familia entre ellos, y eso lo llevó a tomar las decisiones que terminaron desencadenando esa tragedia. Él salvó a su prima, y no le molestó el dejar morir a mi esposa ni a tus padres.

    — ¿El comandante es capaz de hacer eso? — Ulrik no podía terminar de creerlo — ¿Les dio la espalda a los suyos por gente que él no conocía?

    — Es justo lo que hizo, pequeño — Noak percibió un gran enfado en su tono de voz — Y no me parece justo… En absoluto. Pero ya has visto que ni él, ni la comandante de DCT van a renunciar. En tanto ellos dos estén en el poder, nosotros seguiremos sufriendo por sus acciones, y podríamos terminar siendo los siguientes en ser sacrificados. Si el día de mañana, alguien llega y le dice a Ace que tiene un hermano perdido, él saldrá a buscarlo listo para sacrificarte a ti, a mí, y tal vez incluso a mi pequeña hija. Todo esto, claro, si se lo permitimos.

    — ¡Entonces no se lo permita! — Ulrik se puso de pie, y dejó salir un grito de enojo desde su interior — ¡Usted es un soldado, y es su amigo, o al menos, ellos lo consideran su amigo! ¡Invítelos a un lugar alejado y mátelos a todos por la espalda, como ellos se merecen! ¡Nadie se dará cuenta de que fue usted!

    — No, pero eventualmente, se sabrá lo que ha ocurrido, y no quiero ser considerado un monstruo por eliminar a los comandantes.

    — ¡Sería justicia!

    — No lo niego, y muchas personas de seguro estarían de acuerdo con eso. Pero otras no compartirían nuestra visión, y siendo que Ace se ha ganado la simpatía de los humanos de Tralio, quizá no sea conveniente ir por él para matarlo.

    — Pero algo tiene que hacerse — Ulrik se desanimó al pensar como lo mostró el soldado — Usted mismo lo dijo.

    — Y algo voy a hacer, descuida, niño — Noak sonreía al joven Mardh — Ya tengo decidido algo que podría serme de mucha ayuda, pero primero, voy a necesitar gente para poder llevarlo a cabo.

    — Cuenta conmigo, si sirve para que esos hijos de puta que me han quitado a mi familia ya no existan, estaré encantado de ayudarte — Ulrik se ofreció a dar su apoyo al soldado.

    — Luego me pondré en contacto para decirte cuál será el plan, y cual será tu parte — Noak sonreía tras verlo tan entusiasmado — Pero primero, pongamos las fotos de tus padres. Ellos merecen ser recordados, aunque sea de esta forma tan horrenda que han pensado los comandantes.

    Sonriente porque sus palabras pudieron calar hondo en la mente y el corazón del joven, Noak le dio una mano para que pudiera colocar una foto en la que él salía junto a sus padres en la parte de atrás de esa lápida que fue utilizada como un monumento para recordar a los caídos. El soldado, quien había estado pensando con mucho enojo en algo que pudiera hacer al respecto para poder sacar del poder a los comandantes y subcomandantes del ejército, a quien en el pasado consideró amigos, estaba feliz por haberse ganado a su primer compañero, aunque este fuera tan solo un joven que era menor de edad.

    — De a poco se avanza — Noak supo que no debía ser inmediato — Pronto veremos qué otra clase de gente puedo sumar.

    […]

    Winter y Arick se encontraban en la puerta de la casa de la familia de Sky y Kite. El mayor de los dos Lakor tuvo éxito al convencer a su amiga Rosary para que admitiera a los tres jóvenes de quien se había hecho amigo durante el viaje de camino al planeta Edagr, abogando que Iker y Jessica también los consideraban como sus amigos, aunque no de una forma tan cercana como él lo hacía. Para el hijo de Vitali y Fenya, sería una gran oportunidad, puesto a que recordaba que Kite todavía seguía algo desanimado por la muerte de su amigo, y creyó que un paseo sería una buena oportunidad para subirle el ánimo, tanto a él como a su amiga Airin, sin mencionar que también podrían conocer esa ciudad.

    Con el permiso de sus padres, Sky y Kite salieron de la casa, y a los dos jóvenes Lakor solo les bastó verlos para notar el estado de ánimo de los dos. Sky salió con una expresión de felicidad por verlos allí, y llevaba una camisa de color rojo y manga larga, bastante intensa y fácilmente identificable. Kite, por su parte, llevaba una camiseta deportiva de color negro, con manga corta, y su pantalón era del mismo color, mientras que el de su hermana era de un celeste con blanco muy claro. A los dos chicos les pareció buena idea esa salida, y fue por eso que la aceptaron, aunque Kite no mostraba el mismo entusiasmo que su hermana.

    — Buenos días — saludó levantando su mano, notándose un poco tímido y entristecido — Es bueno verlos a ambos — su educación era infaltable para él.

    — Buen día, Winter — Sky se aproximó al chico y le dio un beso en la mejilla como saludo.

    El mayor de los Lakor, pese a haber aclarado con la chica que su relación no podía ser de más que una amistad, no logró evitar sonrojarse tras la muestra de cariño dada por la chica, aunque entendía que ella simplemente estaba siendo amistosa. Arick, todavía un poco incómodo con ver escenas de Sky saludando de esa manera a Winter, estuvo un poco serio hasta que su novia se acercó para saludarle a él.

    — Buenos días, mi chico dulce y valiente — sin temor a ser vista por los otros dos, Sky le dio un beso en la boca a su pareja.

    — Buenos días a ti, chica de mis sueños — Arick apreció el gesto de ella, olvidándose de lo que acababa de ver hace unos minutos.

    — ¿Están seguros de que pueden pagarnos el boleto del tren a todos? — Winter ya lo había discutido por teléfono, pero quería estar seguro — Seremos ocho personas. ¿No les saldrá muy caro?

    — Descuida, Winter, nosotros tres asistimos a una academia militar — Kite quería que no se preocupara — Tenemos descuento en viajes de tren y pagamos la mitad del valor del boleto.

    — En lugar de pagar dieciséis boletos, pagaremos solo ocho en total — Sky complementó a lo dicho por su hermano — No tienes que preocuparte. No es nada que no podamos costear. Ustedes solo preocúpense por comprarse algo que les guste cuando nos juntemos a comer.

    Con una preocupación menos en su mente, Winter empezó el camino junto con sus tres compañeros a la que sería la terminal de trenes en donde se debían reunir con todos los demás amigos que tenía y que irían de paseo para empezar a conocer un poco mejor la ciudad en dónde los recién llegados tenían la fortuna de vivir. El camino no se hizo muy largo para ninguno de los cuatro, puesto a que con sus conversaciones se les fue pasando muy rápido el tiempo que tenían.

    Una vez que arribaron a la estación terminal, Winter se quedó maravillado con esa tecnología. Si bien, los trenes eran algo muy común en el planeta Tierra, él no llegó siquiera a nacer allí. Tralio era el único mundo que conocía, y en esos mundos no tenían trenes, y a duras penas tenían casas. Sus tres amistades sonreían al ver su cara de impresión al ver como él miraba asombrado como los trenes solares partían desde esa, la cual era la primera estación del recorrido.

    Los siguientes en llegar al encuentro fueron Iker y Jessica, quienes se encontraron en el camino y fueron juntos al sitio. Los dos jóvenes saludaron a los cuatro que ya estaban allí, con cierto tono amistoso, pese a que como tal no tenían demasiada interacción. Las últimas en aparecer fueron Rosary y Airin, siendo la primera quien iba al frente, mientras que la joven Utkin caminaba con cierta timidez y algo escondida detrás de su amiga. Una vez que llegaron, empezaron los saludos.

    — Es bueno verlas otra vez — Winter quiso asegurarse de saludarlas primero — Rosary, Airin… Estoy encantado de que estemos reunidos una vez más. Sé que ayer nos vimos, pero estar entre tanta gente me tenía algo incómodo.

    — Yo también me siento alegre de poder verte de nuevo — Rosary lo dijo, abrazando al chico — Gracias por invitar a tus amigos. Muero de ganas por conocerlos.

    — Quienes tenemos muchas ganas somos nosotros — Sky se adelantó a su novio y a su hermano — Ayer no pudimos hablar. Me llamo Sky Delleo. Soy hija de la comandante y el sub comandante de DCT.

    — Buenos días, chicas — Arick saludó con entusiasmo — Me llamo Arick Lakor. Algo similar a lo que contó Sky pasa conmigo. Mis padres son los comandantes de ER.

    — Hola — Kite dijo con un poco más de timidez — Yo soy Kite, soy el hermano adoptivo de Sky.

    — ¿Adoptivo? — Airin preguntó casi sin haber saludado — Entonces, tú también… Oh, perdónenme. Me llamo Airin Utkin. Es un placer conocerlos.

    — Airin, lamento lo que pasó con tus padres y tu hermano — Sky aprovechó el momento para mostrar sus condolencias con la chica — No puedo hablar muy a la ligera porque yo no lo he vivido, pero sé cómo eso puede afectarte. Así como ayudé a mi hermano Kite, también te podremos ayudar a ti.

    — Gracias por las palabras, Sky — Airin le mostró una sonrisa a quien creía sería su nueva amiga — Eres una chica encantadora. Ya veo por qué Winter quería invitarlos a los tres. Creo que me alegrará conocerlos.

    — Yo también, el ver que Iker y Jessica también están felices solo me dice cosas buenas de ellos tres — Rosary estaba un poco entusiasmada — Díganme, ¿cómo se siente ser los hijos de los comandantes? ¿No son muy estrictos con ustedes tres?

    — Ellos nos han enviado a una academia militar, pero no nos obligaron — Arick comentó, metiéndose a la conversación — Fuimos nosotros quienes elegimos hacerlo. Lo hicimos porque respetamos y admiramos a nuestros padres. Y queremos seguir su ejemplo.

    — Eso es tan agradable, a comparación con nosotros — Iker recordó sus vivencias en las clases — A nosotros también nos estaban dando formación militar. Aunque no fue de la mejor. Nos presionaban demasiado.

    — ¿Quién? — Kite tenía curiosidad por saberlo.

    — Mi padre, cuando estaba vivo — Airin lo recordó con cierta nostalgia — Él quería que estuviéramos preparados para defendernos, y siempre nos exigía al máximo. Mi hermano Vyon era el que mejor respondía al entrenamiento. Por eso mi padre lo prefería por encima de todos nosotros. Y por eso él terminó…

    — No tienes por qué hablar de eso aún — Jessica se acercó a su amiga y le tendió la mano — Hazlo cuando estés lista.

    — En otra ocasión… — Airin quería hablar sobre su familia, pero algo la hizo detenerse — Tal vez en unas semanas más. Creí que ya lo había superado, pero ahora que hemos llegado aquí… Pensar que mi hermano y nuestra amiga Katia se perdieron de todo esto, me deja muy triste. Ellos no merecían morir tan jóvenes.

    — Nadie lo merece, pero a los seres del universo que no nos conocen no les importa en absoluto — Kite comentó respecto a la pérdida de su amigo Cade — Por eso estoy más que decidido a seguir los pasos de mis padres adoptivos. No quiero que sigan haciéndole daño a las personas que quiero. Seré un soldado que los pueda proteger.

    A los siete les conmovió bastante escuchar esas palabras de la boca de Kite. El chico, tras haber afrontado la muerte de su amigo de quien estaba enamorado, se juró que jamás permitiría que eso volviera a suceder en tanto él estuviera allí para hacer todo lo que estuviera a su alcance para evitar que se repitieran esos fatídicos destinos. En todos estaba presente esa flama de hacerse fuertes en una academia militar, incluyendo a los chicos y chicas que provenían del planeta Tralio, pues eso era a lo que estaban entrenando para dedicarse en un futuro antes de terminar siendo visitados por el horror que terminó por cambiar sus vidas por completo. Aunque Rosary, tras haber visto los horrores del enfrentamiento entre los humanos contra los traliod y la Sociedad Galáctica, junto con la reacción de Noak cuando fueron a darle condolencias por su pérdida, creyó que quizá no sería una gran idea irse por ese mismo camino.

    Los chicos continuaron hablando sobre lo que representaba para ellos convertirse en soldados y aprender sobre el manejo de armas junto con técnicas de pelea cuerpo a cuerpo. No fue hasta que uno de los trenes arribó a la estación. Dado a que era una terminal de salida, el tren pronto volvería a partir hacia su destino. Cuando se abrieron los vagones, los ocho chicos entraron después de que otras personas que estaban desde antes que ellos en la terminal se subieran. Solamente habían quedado asientos para compartir entre dos personas, repartidos en una única fila.

    — Arick, viajemos juntos — Sky tomó a su novio de las manos, invitándolo a estar junto a ella.

    — Me gustaría — el menor de los Lakor allí presentes no pudo evitar sonreír tras ese ofrecimiento — Sentémonos en el medio.

    Winter, notando rápidamente que Sky no dudó un solo segundo en pedirle a su novio que viajara junto a ella, se vio impulsado a tomar una decisión similar para con la persona por la que él sentía algo. Eligió apresurarse antes de que alguien más se lo pudiera proponer, tanto a ella como a él mismo.

    — Airin — el chico fue el primero en hablarle tras entrar en el vagón — ¿Te gustaría que nos sentáramos juntos en el viaje?

    — Yo… sí, claro que viajaré junto a ti — la chica estaba feliz por esa invitación.

    — Rosary, ¿te sentarías conmigo? Me gustaría poder conversar un poco tras el tiempo que pasó — Iker propuso eso a su otra amiga.

    — ¿Podríamos hacerlo al regresar? — Rosary no estaba muy segura de querer hacerlo — Me gustaría charlar un poco con Jessica. En el viaje de vuelta, me sentaré junto a ti.

    — Me parece bien, siempre que lo prometas — Iker no quería dejar pasar esa oportunidad.

    — Lo haré, Iker, puedes confiar en mí — fueron las palabras de la chica, quien se sintió algo presionada.

    Esa escena fue vista por todos los chicos. Arick y Sky se sentaron en la segunda fila de la única hilera disponible en el vagón. Airin y Winter tomaron asiento justo delante de los dos, algo que causó que Sky sonriera con gusto, puesto a que estaba feliz por su amigo. Kite e Iker se colocaron justo detrás de Arick y de la hermana adoptiva de Delleo. Rosary y Jessica debieron tomar asiento en la cuarta y última fila, pero no tenían problema con eso, dado a que las dos tenían muchos deseos de hablar entre ellas tras todo el tiempo que estuvieron separadas, y las pocas oportunidades que se les habían presentado para hacerlo en el día de ayer dado al alboroto de la llegada y del acto en honor a los caídos.

    Cuando el tren se puso en marcha, todos los jóvenes de Tralio, todavía maravillados con esa tecnología de transporte que todavía no habían tenido el lujo de utilizar, miraron por las ventanillas para sentir lo que era por primera vez en sus vidas estar a bordo de un vehículo terrestre de esas características, aunque Winter ya había experimentado un paseo en auto el día anterior.

    Airin disfrutaba de la vista, pero algo le llamó su atención en cuanto puso sus ojos encima. Notó un cartel en el que se podía leer la inscripción “Terminal Primera de Skymning”. Eso la hizo pensar rápidamente en algo y quería sacarse esa duda pronto de su mente.

    — Sky — la hija de Lara y Gavril se volteó para hablar con la chica — Tu nombre y el nombre de la ciudad se parecen mucho.

    — Todos dicen eso cuando les digo mi nombre — la chica contestó con una pequeña risa — A mis padres les gustaba tanto el nombre de nuestra ciudad que eligieron ponerme uno que fuera parecido. Por eso me llamaron Sky.

    — Es un nombre muy bonito… — Airin lanzó una alabanza a la chica.

    — El tuyo también lo es — Sky estaba feliz de ver que ella empezaba a soltarse un poco más en la conversación — Dime, Airin, no sé si alguien te lo habrá dicho, pero cuando la Sociedad Galáctica nos raptó, ellos eligieron poner a un humano de Tralio con un humano de Edagr. Y a mí me tocó estar junto a Winter.

    — ¿Eso es cierto? — la chica tenía esa curiosidad, puesto a que desconocía ese detalle, dado a que Gina no lo reveló.

    — Es verdad, pero todo fue elegido por la Sociedad Galáctica — Winter fue honesto con su amiga.

    — Y hay algo que deberías de saber — Sky se ganó la atención de los tres con esas palabras — Winter me habló de ti, mientras estábamos encerrados allí. Cuando le pregunté si tenía a alguien especial en mente, él pensó en su familia… y también pensó en ti.

    — Oh, Winter… no creí que me tuvieras tan presente — Airin lo miró, y se alegró al verlo algo sonrojado — Vaya, ya veo por qué me invitaste para que estuviera sentada a tu lado.

    — Yo he conocido a Winter después que Sky — Arick supo a dónde quería ir su pareja, y decidió acompañarla — Pero también me dijo a mí lo especial que eras para él.

    — ¿En serio? — Airin mostró una sonrisa pícara a su amigo — ¿Le dijiste a tu primo eso?

    — Yo… — el chico estaba un poco superado por los dichos de Sky y de Arick — Sí, lo hice. Cuando me preguntaron si además de mi familia había alguien en mi vida que fuera especial, pensé en ti, y por eso lo dije. Como te lo dije en una de nuestras charlas, el día que aparecieron los traliod, yo tenía muchos deseos de invitarte para que salieras conmigo.

    — Bueno, parece que tu deseo se cumplirá ahora que estamos aquí — Airin se acercó a él y le habló en un tono un poco bajo — ¿Qué dices si uno de estos días, tras conocer un poco mejor la ciudad en donde vivimos, salimos tú y yo juntos?

    — Lo aceptaré sin pensarlo dos veces… Airin — el chico se había perdido un poco en los ojos de la chica.

    — Winter — su compañera le contestó llamándolo por su nombre.

    Sky y Arick sonreían desde su asiento, mirando con alegría al ver que Winter y la chica sobre la que había estado hablando parecían llevarse bien. Al no haberla conocido muy bien hasta antes de ese día, no tenían forma de saber si lo que sentía su amigo y familiar era correspondido por la otra parte. Tras el intento exitoso de la hija mayor de Thomas y Gwyn de que ambos pudieran hablarse y aunque sea confesar de cierta manera sus sentimientos, ella no pudo evitar acomodarse y apoyar su cabeza sobre el pecho de Arick, quien entendía que cualquier inseguridad que pudiera sentir respecto a la relación de amistad formada entre Sky y Winter era infundada, y que su pareja solamente buscaba que el nuevo chico de la familia estuviera feliz, algo que parecía estar consiguiendo, puesto a que él y Airin parecían que podrían llevarse muy bien.

    — ¿Esta es la academia a la que asisten? — Jessica preguntó, sacando de sus pensamientos a los cuatro jóvenes en los asientos delanteros.

    Los ocho voltearon a su costado y pudieron ver un complejo de gran tamaño, compuesto por unos tres edificios, o quizá más, dado a que solamente se veían esos tres desde el frente, junto con un cartel que decía que dicho complejo estaba destinado a la formación de soldados. Kite, quien estaba más cerca de la chica, optó por responderle esa pregunta.

    — No, en realidad — todos se sorprendieron por lo dicho por el chico — Vamos a una academia que queda más cerca de nuestra casa. Esta es simplemente una de las muchas que hay.

    — No voy a mentir, la realidad es que se ve muy bien — comentó Iker viendo como los edificios se iban de su vista — Me gustaría asistir a ese lugar y completar mi formación.

    — A mí también me gustaría — Jessica compartía lo dicho por su amigo — Pero ahora sin la presión de ser solo unos pocos. Si asistimos a esa academia, tendremos compañeros con quien compartir clases. Será un gran cambio después de tener nuestras clases en la intemperie del planeta Tralio solo nosotros.

    — ¿Qué me dicen ustedes tres? — Iker quería conocer la opinión de sus amigos — ¿Vendrían a la academia con nosotros?

    — Yo… — Winter tenía ciertas dudas, pero no por eso mentiría a su amigo — Todavía no decidí si voy a querer seguir o no una formación militar. Pero si lo hago, me gustaría ir a la misma academia a la que asiste Arick. Más que nada si queda cerca de nuestra casa.

    — ¿Airin? Por favor, dime que tú si vendrás — Iker no quería que la respuesta de la chica fuera como la de Winter.

    — Mi padre y mi madre querían que yo fuera una gran soldado — Airin recordaba sus charlas con ellos dos — Tal vez asistir a la academia y completar mi formación sea una buena forma de honrarlos y cumplirles ese deseo. Pero si tú y Jessica van a asistir a clases en ese lugar, y Winter decide ir a la que queda más cerca de su casa, entonces yo iré con Winter. No quiero dejarlo solo.

    — Bueno, no soy quién para decirles a dónde o no ir — Jessica no veía con problemas esas palabras de Airin, e incluso le daba cierta ternura — Ustedes pueden elegirlo por su cuenta. ¿Qué hay de ti, Rosary? Somos dos y dos. ¿Tienes pensado seguir la formación militar?

    — Si es así, tienes un empate por romper… — mencionó Iker, quien luego pensó en otra opción — Salvo que quieras asistir a otra academia.

    — La verdad es que… no quiero seguir este camino.

    Rosary fue totalmente honesta sin dar ninguna clase de rodeo para lo que ella quería, pero lo cierto era que su respuesta dejó a todos un poco sorprendidos, con la excepción de Airin. Ella había estado a su lado cuando Katia murió, las dos estuvieron juntas para llorar por la muerte de Vyon, sin mencionar que también vieron con sus propios ojos el caos que se formó cuando llegó el momento de ser rescatadas de los traliod, y la explosión de furia del soldado Noak cuando el comandante Lakor intentaba rescatarlo de su tristeza. La hija de la fallecida pareja de comandantes rusos no podía culpar a su amiga por querer apartarse de una profesión como esa.

    — ¿A qué se debe ese miedo? — Arick preguntó, dándose cuenta de que no lo hizo de la mejor manera — No lo pregunto queriendo burlarme o faltarte el respeto. Es solo que, creo que, si asistes a una academia militar, aprenderás a cómo defenderte a ti misma. Y como dijo Kite, también puedes proteger a los que quieres. ¿Hay algo que te asuste en todo eso?

    — Sí, en todo el tiempo que estuvimos en Tralio, me he percatado de algo que me ha dejado pensando seriamente sobre esto — la chica contestó, ganándose la mirada de sus amigos — Por más que entrenes incansablemente y te conviertas en un soldado excepcional, eso no te libra de la posibilidad de sufrir un terrible destino… Los tres mejores comandantes que tenía nuestra humanidad murieron mucho antes de que nos enteráramos de que iban a venir a rescatarnos. Y cuando llegó el rescate, he visto a muchos soldados armados hasta los dientes caer en batalla en contra de los enemigos. Yo, siendo una civil en compañía de mis padres, me salvé porque estaba siendo protegida; mientras que otros soldados dieron la vida para protegernos… No quiero que mi destino sea ese. Quiero encontrar una profesión que no me obligue a poner mi vida en riesgo. Y con esto no les quiero faltar el respeto a ustedes ni a sus familiares que se han formado como soldados. Es solo que, si lo pienso de forma tranquila, no es algo para lo que yo crea estar hecha para lograr. Lamento decirles esto, pero creo que seré la única de este grupo que no asistirá a una academia militar.

    […]

    Noak llegó a su casa tras su salida a colgar las fotos de su familia en el monumento para los caídos. No se sentía para nada mejor tras haberlo hecho, y esa fue la única razón por la que salió en primer lugar. Tomó las fotos de Gina y de Cade que tenía duplicadas y las llevó al sitio para colgarlas allí y que de esa manera pudieran ser vistas por cualquiera que quisiera pasarse por el sitio a investigar sobre lo sucedido.

    — ¡Hana, ya regresé! — el soldado gritó para anunciar su llegada tras cerrar la puerta — ¡¿Hana?!

    El soldado se sorprendió cuando notó que su hija no estaba respondiendo. El miedo de que algo malo pudiera haberle pasado a la única familia de sangre que le quedaba se apoderó por completo de él. Sentía como su respiración empezaba a agitarse, puesto a que creía estar a punto de vivir una nueva pesadilla.

    — ¡No, no otra vez! — Noak entró en pánico de pensar en la anterior ocasión en que sucedió — ¡La Sociedad Galáctica ya no está! ¡No pudieron llevarse a mi hija una vez más! ¡Hana!

    Sin pensar las cosas de forma clara, el soldado fue corriendo hasta el cuarto de su hija, solo para encontrárselo vacío, cosa que le confirmaba que ella no estaría más en la casa. Aquello solo hizo que su miedo se viera en aumento, y creyendo que podría ser todo un acto de venganza por parte de la Sociedad Galáctica, el soldado corrió hacia la mesa en la cual había dejado su dispositivo móvil. Al no desear ser interrumpido mientras estuviera en un sitio donde se guardaba respeto a las víctimas de la última misión realizada, el soldado no se llevó su aparato consigo. Al tomarlo, notó que tenía dos mensajes, uno de ellos era un mensaje de video dejado por Hana. Quiso abrirlo, pero por lo tenso que estaba, terminó dándole sin querer a la notificación del segundo mensaje.

    — “Noak Jensen, lo invitamos a una charla de terapia grupal de soldados del ejército” — el soldado leyó rápido pero igualmente prestándole atención por si tenía información importante que debiese considerar — “Los familiares y amigos de los soldados que han caído en esta misión de rescate compartimos el mismo dolor. Creímos que sería apropiado compartir también la sanación. No será juzgado si elige no venir, solamente sepa que nosotros lo estaremos esperando”.

    El soldado no podía evitar que un recuerdo se le viniera a la mente tras leer esas palabras, un recuerdo de uno de sus compañeros que ya no tenía la fortuna de estar con ellos y compartir experiencias.

    — Xander dijo que trabajaría para conseguir un programa de apoyo psicológico para los soldados — Jensen pensó en su anterior sub comandante, una víctima en la guerra contra los edagrianos — Sí que han sido unos completos bastardos contigo, Xander. Tomaron tu idea y la hicieron pedazos. Ese es el apoyo psicológico que los incompetentes e hijos de puta de Ace, Gwyn, Thomas y Natasha están dispuestos a darnos… Una charla para que el apoyo psicológico seamos nosotros mismos. Sé que estarías hirviendo de rabia si vieras eso.

    Con su enojo incrementado dado a que ese mensaje lo veía más como una ofensa, Noak cerró rápido la notificación, aunque no descartaba ir a ese encuentro de soldados que compartían el dolor por la pérdida de sus familiares y compañeros, dado a que ellos solo eran víctimas al igual que él. Con su concentración puesta en el único mensaje emergente que veía, Noak puso a su dispositivo a reproducir el contenido que su hija había dejado grabado para él.

    — Hola, papá, sé que verás esto cuando regreses — Hana parecía estar feliz, y segura, pero el soldado notó que el mensaje fue grabado en su casa — Azel me invitó para irme a pasear. Su prima Valiana y su novio Artem van a salir de pasear para conocer la ciudad. Ellos dos lo invitaron y él me invitó a mí, estaremos en casa antes del anochecer. No tienes que preocuparte por mí, Artem y Valiana son mayores de edad, y se asegurarán de que estemos bien. Si quieres llamarme cuando llegues, puedes hacerlo. Pero quiero que sepas que yo estoy bien.

    El mensaje terminó y el reproductor de video y audio se cerró. Noak se tranquilizó por un solo segundo cuando se percató de que su hija estaba segura, pero ese pensamiento no tardó nada en difuminarse cuando pensó mejor en la situación.

    — Azel y Valiana… — Noak pensaba en ellos dos — Estás rodeada de dos miembros de la familia de Ace… Si ocurre una emergencia, Ace irá a rescatar a su hijo y a su prima y te dejará morir… Estás equivocada hija, tú no estás bien, porque no estás segura cerca de ellos.

    […]

    — ¿Cómo te sientes, Hana? — preguntó Azel a la chica.

    — Un poco mejor… — Hana respondió a la pregunta de su amigo — Me alegra que hayamos podido salir a pasear.

    El hijo menor de Ace y Natasha y la hija menor de Noak se encontraban sentados en uno de los bancos en la parte exterior de una heladería. Los dos menores de edad, que estaban bajo el cuidado de Artem y Valiana pese a que ellos les estaban mostrando algunos lugares de la ciudad, compartían entre los dos un pote de helado de un cuarto de kilo, con sabores de chocolate y crema de cerezas. Estaban a muy poco de terminar el helado, y desde lo lejos eran observados por Valiana y Artem, quienes ya habían terminado de comer e iban a tirar a un contenedor de reciclaje el plástico del pote donde habían bebido.

    Tras haberse deshecho de los restos, Valiana miró hacia donde se encontraban sentados ambos preadolescentes y no pudo evitar lanzar al aire una pequeña risa, que disimuló tapándose la boca, aunque Artem no fue engañado por eso.

    — ¿De qué te ríes? — el joven quería compartir el momento con ella, y le preguntó mientras se limpiaba las manos.

    — Sé que aquí la vida es claramente diferente a Tralio, y que ellos habrán crecido en circunstancias diferentes a nosotros… — comentó Valiana, mirándolos a los dos — Pero creo que son demasiado jóvenes para ser novio y novia.

    — Bueno, es tal y como tú lo dijiste, ellos llevaron una vida distinta a la nuestra — Artem contestó sin juzgar a los chicos — Imagino que piensas eso porque ves a Azel como tu nuevo hermano menor.

    — Tal vez, pero es un buen chico — Valiana apreciaba lo lindos que se veían juntos.

    Cuando los vieron levantarse del banco en el que se encontraban, los dos se dieron cuenta de que Azel y Hana habían terminado su helado, y se dirigían a tirar los restos tal y como habían hecho ellos dos previamente. Una vez que ya no tenían nada más encima suyo, los cuatro chicos, dos de ellos mayores de edad y otros dos que no cumplían con ese requisito, se movieron de nuevo hacia una de las calles peatonales más transitadas del planeta. La gente iba y venía, y ellos tuvieron que pararse en la esquina de un cruce para evitar ser un estorbo para todos aquellos que pasaban ya sea para ir de compras o al trabajo.

    — Bueno, esa heladería es increíble, aunque también es cierto que llevamos años sin comer helado — Artem sonreía con un poco de nostalgia — ¿Hay algún sitio a dónde podamos ir ahora?

    — A dos calles de aquí hay un cine, aunque las entradas son un poco caras — Azel recordó las veces en las que había ido — Además, siendo que apenas ayer fue la llegada de la nave que llegó desde Tralio, no sé si estará abierto hoy. Pero al lado hay una galería de arte e historia en imágenes.

    — ¿Qué tal es ese lugar? — Valiana no tenía idea de lo que significaba eso, puesto a que nunca había visto una.

    — Es un sitio en donde hay varias pantallas planas que cuentan la historia de la humanidad mostrando imágenes reales de cosas que han sucedido, con un narrador que cuenta todo lo que ha ocurrido en los eventos que muestran — Hana tenía recuerdos de aquel lugar — Es un lugar entretenido, y casi nunca hay gente. Aunque eso es porque las imágenes y las palabras para contar la historia nunca cambian. Pero tal vez a ustedes dos les gustaría ir.

    — Nos gustaría, pero si ustedes ya fueron allí, mejor llévennos a otro sitio e indíquennos como llegar para ir otro día — Artem quería verse un poco más amistoso con los dos jóvenes — Que la idea es que nos divirtamos todos.

    — En ese caso, creo que hay una feria donde hacen juegos pasando no muy lejos de esa galería — Azel pensó que quizá así podrían pasar un buen rato entre los cuatro — Podríamos ir y…

    Antes de que el más joven de los Lakor pudiera completar esa última frase que quería decir, el dispositivo móvil de la chica empezó a sonar. El niño y los dos jóvenes adultos estuvieron presentes en el momento en el que la chica grabó el mensaje para su padre, y todos creían que se trataba de él, puesto a que no veían a la chica recibiendo alguna otra clase de llamadas. La mirada de Hana lo decía todo, y cuando vieron que miró la pantalla con algo de miedo, supieron que solo podría ser Noak. La chica les hizo una señal para contestarle, dado a que no quería preocuparlo, pero igualmente colocó el altavoz para que sus compañeros la escucharan.

    — Hola, papá, lamento haberme ido sin pedirte permiso — Hana sonaba un poco desanimada — ¿Estoy en problemas?

    — Hola, cariño… — el soldado hizo una pausa al hablar con ella — No, no lo estás. Pero ya va siendo hora de que regreses a casa.

    — Todavía es temprano, quedan unas cuatro horas más de sol — Hana sabía que su padre buscaba protegerla, pero quería convencerlo de quedarse — ¿No puedo ir a casa más tarde?

    — Lo siento, Hana, pero tienes que venir — Noak parecía no estar dispuesto a negociar eso — Me han invitado a una charla grupal para soldados que han perdido a seres queridos tras esta misión… Y voy a ir. Por eso quiero que vengas, necesito que estés en casa antes de que yo salga.

    — Está bien, papá… — la chica se sentía un poco mal por tener que seguir esa orden — Iremos enseguida.

    — No tardaremos, señor — Valiana habló en defensa de su amiga — La tendrá en casa muy pronto.

    Con una mirada muy triste debido a que estaba pasándolo bien en su caminata junto a Azel, Valiana y Artem, algo que le estaba ayudando a sobrellevar las pérdidas de su madre y de su hermano, pese a que había dispuesto de todo el viaje de regreso a Edagr para lidiar con ello junto a su padre, la chica se dirigió a los tres sintiéndose algo mal dado a que por el pedido de su padre, ese paseo de tarde se vería interrumpido, y quizá incluso podría llegar a terminar, dado a que la chica imaginaba que Azel no querría seguir sin ella.

    — Lo siento, lo siento mucho — la chica se disculpó por ser responsable por ello.

    — No pasa nada, Hana, no es tu culpa — Azel la tomó de manera afectiva de la mano.

    — Eres apenas una niña, y tu padre ha pasado por mucho — Artem lo decía con respeto desde su punto de vista — Entendemos que quiera que estés a salvo. Debes entenderlo también a él.

    — Ven, Hana, te llevaremos a casa — decía Azel, que se ganó la mirada atenta de Valiana — Tal vez esta noche podría pedirle a mi mamá y a mi papá que los lleven a esa galería.

    — ¿No vendrás con nosotros? — Valiana se sorprendió al escucharlo hablar de esa manera.

    — No estoy de humor para eso ahora, pero sé que ustedes quizá lo pasen bien — el chico respondió, decidido a no acudir a ese lugar si su a su mejor amiga no les era posible acompañarlos.

    — Tienes un corazón gentil, Azel — la mayor de los Lakor se veía conmovida por su forma de ser — Nunca dejes que nadie te robe eso. Vale demasiado en las personas como para dejarlo ir.
     
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  6.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, amigo mío. Que bueno que al final hemos podido juntarnos este finde y hacer leída, ya que por un momento pensé que no llegaría del pequeño viaje que he tenido estos días. Por suerte, estamos aquí y he podido disfrutar de este capítulo, el cual me ha gustado mucho en líneas generales, aunque por culpa de cierto personaje repelente no puedo decir que haya sido un capítulo totalmente hermoso angrysnake. Pero bueno, ha sido un muy buen capítulo y paso a comentarlo.

    Comenzamos con Winter y Valiana, quiénes están probando sus dispositivos móviles y aprovechando para contactar con sus amigos. La hermana mayor va a pasear con su novio Artem y le propone a su hermano unirse a ellos, pudiendo invitar a Airin o alguien más. Sin embargo, Winter prefiere más una juntada con los chicos/as de su edad o al menos a solas con Airin, aunque termina contactando a Rosary ya que no encuentra el contacto de la chica que le gusta. Al final, Valiana y Artem tienen su plan y Winter se irá con la gran mayoría de angelitos. Me alegra que hayan juntadas de angelitos, la he disfrutado mucho. :nice:

    La siguiente escena nos muestra al Repelente Jensen, eficaz contra la buena vibra, visitando la Plaza de la Unión y concretamente ese mural de los caídos. Se queja cual persona tóxica de que los nombres de sus familiares no están los primeros en la fila y maldice a sus amigos comandantes porque al parecer no consideran a su familia prioridad absoluta en una lápida donde hay nombres de fallecidos para conmemorarlos. En fin. Para su sorpresa, se encuentra con un joven que resulta ser Ulrik, el hijo del ingeniero Nick que murió en Tralio. El joven también está en modo repelente y como no, se juntaron dos repelentes para formar el Repelente Jensen Pro Ulrik, #EficazContraLaBuenaVibra pero multiplicado x3 :shani::ewww:. Ambos empiezan a hablar de sus pérdidas y Noak, como tremendo adulto manipulador, le cuenta su versión de los hechos al joven para que éste esté de acuerdo con su pensar y para que le sea útil de cara a lo que planea hacer, que queda como algo misterioso sin saber de qué se trata exactamente.

    Acto seguido pasamos a ver la juntada que tienen Arick, Sky, Winter, Airin, Rosary, Jessica, Kite e Iker. El grupo va a dar un paseo en tren para conocer diferentes sitios de la ciudad. En esta escena podemos apreciar que 1- Arick y Sky son una hermosa pareja :nice:. 2- Winter recibe dos asistencias por parte de su primo y la novia de éste y termina con todas las papeletas para ponérsela pronto a Airin :eye:. 3- Iker quiere ponérsela a Rosary pero tiene menos idea de ligar que yo de piloto de avión :yagami:. Durante la juntada, todos conversan acerca de si seguir o no sus carreras militares en la academia, algo que la mayoría tiene pensado hacer (cosa que me alegra, en especial por Winter y Airin) a excepción de Rosary, que tras haber vivido todo lo que ha vivido, entiende que ese mundo no es para ella y que se buscará otra profesión con la que ayudar a los demás. Me parece bien y espero que encuentre su vocación.

    Después volvemos al Repelente Jensen (#EficazContraLaBuenaVibra :blue:) en su regreso a su casa, preocupándose mucho al no escuchar que Hana está ahí solo para terminar recibiendo dos mensajes en su dispositivo: uno para que acuda a terapia grupal de soldados y otro mensaje de su hija, que le dice que fue a pasear con Azel, Valiana y Artem. Evidentemente, el nuevo Noak odia a los Lakor y teme que si ocurre algo, su hija vaya a ser descartada. En fin, pura paranoia de este tipo. Ahora solo se la pasa jodiendo y estropeando capítulos que deberían ser hermosos... :angrycat:

    Finalmente, vemos la juntada que están teniendo Azel, Hana, Valiana y Artem. La chica Lakor ve que los dos jovencitos parecen ser pareja y no puede evitar reírse tiernamente por ello. Los cuatro han tomado un buen helado y se preguntan cual será el siguiente paso de su plan, pero Repelente Jensen vuelve a la carga para joder la diversión de su hija y la indica que regrese a casa. La juntada se va a acabar ahí, pero viendo la consideración y bondad del joven Azel, Valiana (que lo ve como un hermano pequeño y eso es muy tierno :/*-*\:) le dice que nunca pierda ese corazón tan bueno que tiene (quizá no en estas palabras, pero ya me entiendes). Y me está gustando la relación que pueden llegar a tener Azel y Valiana, ojalá se explore más. Esta claro que ellos se han juntado algo más mientras que Arick y Winter han hecho lo propio. Sea como sea, me alegra ver que los Lakor hacen piña. :dancecat:

    En definitiva, un buen capítulo, amigo. Quitando a Noak y sus gilipolleces, me ha agradado mucho ver a los angelitos y personajes poco recurrentes tomando el rol protagonista aquí. Ojalá se repita pronto un capítulo así, quitando a ya sabes quien. :ewww:

    Un fuerte abrazo y hasta pronto.
     
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  7. Threadmarks: Viejos enemigos y nuevos amigos
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VIII Humanidad en Conflicto
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    Saludos. Final de domingo se acerca y con eso ya va siendo tiempo de publicar el capítulo 43. Cada vez más cerca del final, estamos ya en la última zona.

    Esta vez, actualicé la guía de personajes nuevamente, y espero tener más tiempo disponible para poder hacerlo a futuro.

    Quiero mandar un gran saludo a mi gran amigo Manuvalk con quien tengo la suerte de compartir leídas en simultáneo por Discord, donde podemos disfrutar de ratos de risa y discusión entretenidas sobre nuestras historias. Espero estos capítulos finales también sean de su agrado y ojalá podamos disfrutarlos en Discord de igual manera como hemos venido haciendo en estos días.

    Una última cosilla. Habrá ciertos diálogos donde se verá lenguaje algo "subido de tono" en este capítulo. Por reglas del foro lo tengo que avisar. No cambio el prefijo a "explícito" porque la historia como tal no gira alrededor de esos diálogos, simplemente forman parte del capítulo y ya.

    Ahora sí, sin más que decir, dejo el capítulo.















    Viejos enemigos y nuevos amigos:

    Había pasado una semana desde que se había producido el arribo de la nave proveniente desde el planeta Tralio y la llegada de todos los humanos que habían estado prisioneros en aquel planeta. La noche era tranquila, y casi todos se encontraban dormidos en sus casas.

    Natasha fue despertada tan pronto como sintió sonar tanto su teléfono móvil como el de su esposo, quien tardó poco más de unos segundos que ella en despertarse de su sueño tan profundo. Ambos se miraron algo extrañados, para luego tomar sus dispositivos y ver a qué se debía tal interrupción en sus sueños.

    — Es un mail de Noak — Natasha, algo cansada y entre cerrando los ojos, fue la primera en observarlo — Dice que quiere vernos mañana temprano en un lugar un poco alejado de la ciudad. Ha marcado las coordenadas y quiere que llevemos a nuestra familia. Necesita discutir algo.

    — El correo no tiene la opción para responderlo y preguntar qué es — Ace fue hasta el final para poder enviar un comentario a su compañero — Bueno, mañana lo averiguaremos.

    — Es tan solo unos minutos después de que salga el sol — mencionó la sub comandante de ER — Es extraño que él pida eso siendo que podemos reunirnos en cualquier sitio.

    — Por si acaso, voy a darle aviso a Allecreod — Ace se mostró un poco desconfiado — Espero que no le moleste su presencia. En cuyo caso, él lo dirá.

    Habiendo enviado un aviso a quien ejercía como un consejero para el ejército, ambos comandantes de ER bloquearon sus dispositivos para ahorrar batería, y luego de eso se recostaron juntos nuevamente para regresar a dormir, con ciertas dudas sobre lo que su compañero querría decirles en la mañana del día siguiente.

    […]

    Se había hecho la hora pactada, y la familia Lakor Zafiro se encontraba totalmente reunida en el sitio en el que Noak les había pedido acudir. Ace, Natasha, Arick, Azel y también Valiana y Winter estaban allí, vestidos con ropa de hacer ejercicio y para nada informal. Junto a ellos, un poco apartado de los seis integrantes de la familia se encontraba el ryfier Allecreod, que miraba de reojo en todas las direcciones. El ser de un mundo diferente a los humanos había acudido a aquel sitio por pedido expreso de Ace, quien le aseguró que irían a su planeta al día siguiente de llevar a cabo esa reunión con Noak.

    Tras haber vigilado el terreno por todos lados, el cual era una llanura casi en su completitud, con vista a montañas lejanas y con los edificios más altos de Skymning siendo visibles a lo lejos, Allecreod se acercó a la familia para darles la información que tenía.

    — No veo acercarse a nadie, al menos por el momento — el ryfier contó a todos los integrantes de la familia — ¿Realmente crees que Noak planearía algo en contra de ti y de tu familia?

    — Noak dijo que vendría a decirnos algo, y quiero asegurarme de que solamente vendrá él — contestó el comandante de ER — Me alegra saber que, por el momento, no se acerca nadie más.

    — Si algo malo sucede, pueden correr al vehículo y escapar — el ryfier les dio su punto de vista — Pero Noak es su amigo. Tú lo has conocido antes incluso de reunirte con Ace.

    — Así es, Noak es una buena persona, pero entiendo que está pasando por un mal momento — Natasha comentó lo que pensaba — Aun así, no creo que él esté planeando nada malo en contra de nosotros.

    — ¿Qué ese ese ruido? — Valiana, quien estaba algo más despierta que el resto, empezó a escuchar algo — ¿Un vehículo?

    La pregunta de la chica hizo que todos prestaran atención al mismo tiempo que guardaron el mayor silencio que podían. Tal y como lo dijo la mayor de los jóvenes Lakor, un vehículo se estaba acercando hacia su posición. Los siete en el lugar se pusieron en alerta, pero se relajaron en el momento en el que vieron que a bordo del vehículo se encontraban Thomas, Gwyn, Sky y Kite. Con Gwyn manejando el vehículo, detuvieron el auto cerca de donde la familia Lakor había dejado el suyo, y tras haberlo hecho, se bajaron y se acercaron a sus amigos, sorprendidos de verlos allí.

    — Buenos días — Thomas saludó con educación — ¿Noak también les pidió venir a ustedes?

    — Parece que sí, ¿les dijo algo a ustedes sobre lo que quería discutir? — Natasha respondió a la pregunta de su compañero — Buenos días.

    — Nada — Gwyn se mostraba un poco confundida — ¿Allecreod también fue invitado por Noak?

    — No, el comandante Lakor me pidió venir aquí, para que haya una presencia más — el ryfier explicó su motivo para estar allí — Así que los estaré acompañando.

    — Ya casi debe ser la hora — Thomas miró su dispositivo móvil para consultar eso — Quedan unos cinco minutos. Seguro que no tardará en llegar.

    Aprovechando el momento de la reunión, Sky y Kite fueron a saludar a los jóvenes, quienes habían sido invitados también junto con sus padres para estar presentes en el momento en el que este pudiera discutir algo con ellos. Winter, Arick, Azel y Valiana estaban felices de verlos, aunque hubieran preferido saber el motivo de por qué sus padres habrían sido invitados allí, y no quedarse con la duda.

    Los cinco minutos indicados por Thomas transcurrieron, y el ruido de un vehículo se estaba escuchando en las cercanías, indicando que su compañero y amigo debía estar a nada de llegar. Ante la vista de todos, el vehículo apareció, y de aquel se bajaron tanto Noak como su hija Hana. Azel no sabía que su amiga asistiría a ese lugar, y se puso muy feliz al verla, pero tan pronto como vio la expresión triste que portaba en su rostro, empezó a preocuparse. Todos notaron eso, pero lo que más preocupaba era la mirada fría que mostraba Noak, siendo incapaces de entender eso. Padre e hija se acercaron a ellos hasta quedar parados en frente, manteniendo la distancia, pero no tanto para no poder escucharse.

    — No invité a Allecreod — Noak ni siquiera saludó al decir su primera frase, además de no hacer gestos con la mano — ¿Por qué vino a este lugar?

    — Yo le pedí que lo hiciera — Ace se sintió levemente intimidado por el sonido de su voz — Espero que no te moleste.

    — Para nada, no le tengo miedo — Noak presumía con cierto orgullo — Valiana y Winter también…

    — ¿No dijiste que traigamos a nuestras familias? — Ace le preguntó de forma retórica — Ellos dos son mis primos. Por eso han venido.

    — Me refería a familia directa, pero bueno, es mejor así — el soldado le restó importancia a su presencia — No hará daño que ellos escuchen lo que tengo para decirles.

    — Nos pediste que viniéramos para discutir algo — Gwyn, siendo comandante de DCT y la superior de Noak, era quien más curiosidad tenía — ¿Qué es? No especificaste nada en el correo.

    — Creo que, al ser de noche, no me expresé correctamente — el soldado comenzó — La verdad es que con ustedes no quiero discutir nada. Solo busco expresar mi enfado para con ustedes.

    — ¿Enfado? — Natasha no lo comprendía — ¿A qué se debe eso?

    — No puedes hacerte la tonta con esto, Natasha — Noak se veía molesto al hablar — Muchas familias han quedado destruidas a causa de ustedes, pero sería hipócrita de mi parte hablar en nombre de otros, así que lo haré por mi propia familia.

    — ¿Tu familia la destruimos nosotros? — Ace estaba bastante confundido respecto a eso — ¿Nos estás echando la culpa por una tragedia que nos ha sacudido a nosotros también?

    — No les estoy echando la culpa, ustedes mismos lo han hecho — Noak todavía mantenía la calma — Les estoy recordando que esa sangre está en sus manos.

    — ¡¿Cómo te atreves?! — Natasha se vio asqueada por esas palabras — ¡Gina era mi amiga! ¡Su muerte me dolió mucho!

    — Noak, yo comprendo tu enfado por la muerte de Cade — Gwyn no quería gritarle más por su propio bien que por el de su compañero — Pero Thomas fue herido seriamente mientras lo llevaba al hospital. Casi lo matan por eso. No puedo creer que vengas aquí a decirme que mi esposo tiene la culpa por la muerte de tu hijo, siendo que ese día estuve a punto de perderlo.

    — Pero no lo hiciste, Gwyn — Noak no le habló como su ella fuera su superior — Ninguno de ustedes ha perdido a sus familias. Yo no puedo decir lo mismo.

    — Gina era mi amiga — Natasha le volvió a recriminar eso.

    — ¡Gina era mi esposa, no la tuya! — Noak estalló repentinamente — ¡Y Cade era mi hijo, no el de ustedes! ¡Mi familia fue destruida porque ustedes lo permitieron! ¡Yo entiendo que ustedes también están lastimados por esto, sé que son sus amigos! ¡Pero no son su familia! ¡No! ¡Sus familias están completas! ¡Ustedes olvidarán este dolor algún día y volverán a sonreír! ¡Yo estaré completamente destrozado, porque cada día que mire a mi hija, recordaré que ella es la única que me queda porque Gina y Cade ya no están!

    La manera en la que gritó el soldado de DCT había alertado a los jóvenes, al punto en que los hizo retroceder un par de pasos, siendo ligeramente intimidados por la reacción tan explosiva del soldado. Winter y Valiana, al ser quienes menos conocían a Noak en persona y a profundidad, eran quienes más nerviosos estaban entre los presentes, mucho más Valiana, quien ya lo había visto de forma similar. Los comandantes del ejército, por su parte, no se habían movido de donde estaban, e incluso avanzaron un par de pasos para cubrir con sus cuerpos a sus familiares. Allecreod se apartó de donde estaba y se paró para mirar a Noak y al resto de humanos de perfil, y no de frente, como si quisiera no tomar bando alguno en ese tema.

    — Noak, entiendo tus motivos para estar furioso conmigo — Ace se sentía en parte responsable por eso — Pero Alicia era mi hermana. Tal vez no de sangre, pero yo la quería como si lo fuera. Faron era un gran amigo y compañero. Xorxaik era una máquina, pero en una de mis últimas charlas con él, vi que estaba aprendiendo a comportarse como un humano. Y Gina… ella siempre fue una gran amiga y una gran persona. Siempre la recordaré por eso.

    — Claro que la vas a recordar, bastardo, porque fue la orden que le diste la que la llevó a la muerte — Noak lo confrontó por eso — Ella no tenía armadura ni escudo, ni nada que la pudiera proteger. Los traliod que estaban en ese castillo maldito abrieron fuego y dispararon contra ella para matarla. Tú viviste, y ella no. De la misma forma en que Thomas vivió, y Cade no.

    — ¿A dónde quieres llegar con esto, Noak? — Thomas quería ver si podría sacar algo de allí — Yo estuve a punto de morir el mismo día que tu hijo. Desde entonces, he estado pensando en alterativas para evitar que se vuelva a repetir. ¿Qué es lo que quieres de mí ahora que sabes todo esto?

    — Yo de ti no quiero nada, de ninguno de ustedes quiero nada — Noak parecía estar tranquilo de nuevo — Aunque lo quisiera, tampoco podría esperar nada de ustedes. Lo único que quiero es que se graben en la cabeza esto. Ya no volveré a ser tan ciego. Tras escuchar las palabras que dijeron en el acto de hace una semana, lo comprendí todo.

    — ¿Qué es exactamente lo que comprendiste? — Gwyn, la soldado que más había hablado aquel día, lo confrontó.

    — Alicia, Xorxaik, Faron, Gina, Cade… incluso el desertor de Abel — Noak enumeró a todos los que habían perdido la vida a lo largo de la misión — Ellos han muerto. Y sé que eran queridos por ustedes, algunos más y algunos menos. Pero ellos no son parte de su familia. No importa cuánto quieran a una persona como hermano o como amigo, la muerte de alguien así nunca podrá igualar el dolor que representa la pérdida de una esposa o de un hijo.

    — ¿Eso es lo que querías? — Natasha, quien había conocido antes a Noak, se sentía asqueada al escucharlo hablar así — ¿Declararte el ganador de una competencia para ver quién más ha sufrido por las muertes que nos dejó la Sociedad Galáctica?

    — No, lo que yo quiero es que ustedes sepan que ya no podrán engañarme más, y como ya no me pueden engañar, tampoco van a utilizarme — Noak lo decía muy convencido.

    — ¿Cuál es el engaño? — Ace buscaba comprenderlo.

    — La gente muere, y familias como la mía quedan destruidas — fueron las palabras que mencionó en voz baja — Pero las de ustedes están intactas. Recuerdo lo que pasó hace años, cuando la tragedia los golpeó de cerca — los cuatro adultos comprendieron a qué hecho se refería — Sé lo que se siente, y tras ver que ustedes no tenían pensado renunciar a sus posiciones de poder, finalmente lo comprendí. La razón por la que ustedes cuatro son los comandantes del ejército es para que puedan asegurarse de que a sus familias no les pase nada. No pueden evitar que haya muertes, pero ese no es su objetivo, su objetivo es asegurarse de que su familia está intacta, no importa a cuantos soldados o civiles tengan que sacrificar, ni cuantas familias tengan que destruir. El hecho de que no hayan renunciado a pesar de todas las muertes que han ocurrido, solo me lo ha confirmado. Es por eso por lo que yo ya no seré parte de esto. Voy a renunciar a mi cargo como soldado en el ejército, y no pienso regresar hasta que ustedes cuatro se aparten de los cargos de comandante y sub comandante.

    — Estás totalmente equivocado y cegado por tu enfado, Noak — Gwyn sentía mucho desprecio hacia él — Todo lo que has dicho es una estupidez. Tu conspiración se cae a pedazos por el hecho de que mi esposo estuvo a punto de morir. Si no lo hubieran salvado, mi familia también habría quedado destruida.

    — Si tu esposo no fuera el sub comandante de Defensa Civil y Territorial, hubiera muerto — Noak lo expuso desde su punto de vista — Es justamente por eso que se salvó. Dime, Gwyn, ¿no vas a tomar como válida mi renuncia?

    — Para nada, Noak — la mujer lo dijo de mala gana — Después de que nos hicieras venir aquí a soltarnos todo esto, lo que menos quiero es tenerte entre mis soldados.

    — Veo que compartimos algo, yo tampoco te quiero como líder — Jensen lo dijo con un sarcasmo hiriente.

    — ¿Qué plan tienes? — Natasha le cuestionó, más por curiosidad que por otra cosa.

    — Me voy a trabajar en una compañía de seguridad privada en la ciudad de Himmel — Noak confesó su destino — Mi formación militar me deja más que calificado para ese puesto. Luego veré qué es lo que hago con mi vida. Siento que puedo ofrecerle mucho al ejército, pero no lo pienso hacer mientras ustedes estén al mando.

    — Señor, ¿eso significa que usted va a mudarse? — Valiana habló, siendo la primera de los que no eran soldados en tomar la palabra.

    Noak y Hana la miraron atentamente, puesto a que creían que los chicos estaban muy aterrados sobre la discusión entre los cuatro líderes y un único soldado como para hablar. La pregunta de la chica causó mucha tristeza en Hana, que agachó la cabeza y no podía hacer contacto visual con nadie, dado a que no se sentía para nada bien. Azel, atento a su amiga, se percató de esto, y sin que Noak dijera nada, lo interpretó como una confirmación absoluta.

    — ¿Hana? — Azel le preguntó, queriendo ser visto por ella — ¿Es cierto eso? ¿Te vas a mudar?

    — Exactamente, lo que menos quiero es que mi hija viva en la misma ciudad que ustedes — Noak le puso mucho asco a su tono de voz — Ella y yo nos mudamos a Himmel hoy mismo. Dejará de asistir al colegio contigo.

    — ¿También estás culpando a mi hijo? — Natasha preguntó, sintiéndose molesta al ver cómo él también era involucrado.

    — Por supuesto que no, Azel está más cerca de la edad de Hana que de la de ustedes — Noak habló, algo más calmado esa vez — Te pasaré la dirección de mi casa para que puedas venir a visitar a Hana. Pero ella jamás va a poner un pie en esta ciudad otra vez. Serás tú quien deba hacer el viaje para venir a verla. Y vendrás solo. No te acompañarán ni tus padres, ni tus hermanos, ni tus primos, ni nadie más. Si llego a ver que alguien más está contigo, no te abriré la puerta de mi casa, y tendrás que regresar. Y solamente vendrás a ver a Hana cuando yo esté en casa. Me aseguraré de que no le toques un solo pelo a mi hija, porque si lo haces, te arrastraré afuera de mi casa y todo el camino de regreso a esta ciudad. Y esa será la última vez que verás a mi niña. La razón por la que les dije que trajeran a sus hijos es para que Hana pueda decir adiós. Y el adiós se dice con palabras. Nada de abrazos, nada de besos, nada de apretones de manos. Díganle adiós a Hana desde donde están, y así todos podremos irnos de aquí.

    Las cosas que decía Noak no hicieron más que poner en tensión a todos los presentes, incluso Allecreod consideró que las promesas del humano se iban demasiado al extremo. Ace y Natasha sintieron asco por la forma en la que escucharon como un amigo a quien conocían desde mucho antes de habitar en el planeta Edagr habló de su hijo y de las cosas que le haría si Azel se atrevía a ponerle una mano encima a Hana. Incluso aunque el enojo para con ellos fuera en cierta medida comprensible, lo que Noak decía era una locura para ellos dos.

    Arick, Winter, Valiana, Sky y Kite saludaron a Hana simplemente levantando la mano. Tras ver lo enojado que estaba su padre, temían decir algo que pudiera empeorar las cosas, aunque no encontraban algo que indicase que eso pudiera ser posible en algún aspecto. Azel, quien tuvo una gran amistad con la chica, no quería despedirse de ella para solamente verla ocasionalmente y bajo la tutela de su padre. Pero creyó que su familia no le permitiría ir a visitarla, y fue por eso por lo que quiso asegurarse de que se iban a dar ese adiós.

    — Te voy a extrañar mucho, Hana — Azel levantó la mano al hablar — Te quiero…

    — Yo también te extrañaré, Azel — Hana parecía haber aceptado que sus caminos se separaban ese mismo día — Por favor, ven a visitarme.

    — No sé si podré hacerlo — con miedo y timidez, el chico miró al padre de su amiga — Pero lo intentaré.

    — Te estaré esperando, por favor, ven — Hana estaba demasiado triste, y pudo notar como las lágrimas se desprendían de sus ojos.

    — Nos vamos — ver a su hija llorar no ayudó a que su humor mejorara.

    — Noak, espera — Ace se empezó a acercar a él.

    — Tú te vas al auto, Hana, ya has terminado aquí — el soldado ni siquiera le dio la oportunidad.

    Ante la vista de todos los presentes, Noak se dio la vuelta para ver como Ace se acercaba a él lentamente, con las manos en alto mostrándose tranquilo pese a haberlo escuchado desahogarse con ellos de una manera que podía considerar un poco injusta. Mientras tanto, la hija de Jensen y única familia de sangre, no se detuvo ni un segundo. Abrió la puerta trasera del vehículo en el que había llegado, se sentó y se recostó sobre el asiento tapándose los oídos. No fue hasta que el soldado no escuchó cerrarse la puerta del vehículo que se dispuso a hablar con el comandante Lakor.

    — ¿Qué es lo que me vas a decir? — más que invitarlo, Noak lo desafió.

    — Me he tomado unos segundos para reflexionar en tus palabras — Ace sorprendió al decir eso — Y creo que te equivocas en muchas cosas, pero hay algo en donde tienes toda la razón.

    — Tengo la razón en todo — Noak no se mostraba abierto a opiniones — Pero se ve que ese “algo” es lo único que puedes aceptar. Quiero ver como lo admites. De igualmente me voy a ir de aquí con una sensación de amargura, haz que sea menor.

    — Natasha estaba a bordo de esta nave tanto cuando mataron a Cade como cuando Gina murió — Ace empezó a hablar defendiendo a su esposa — Gwyn estuvo peleando incansablemente contra los invasores, incluso las fuerzas policiales que nos odian lo han reconocido. Y Thomas estuvo a punto de morir en un intento de salvar a tu hijo… Pero yo… Yo sí soy responsable directo de la muerte de Gina. Es todo tal y como lo dices. Yo di la orden de que se quedara contigo, desprotegida para que los traliod la mataran. Tienes todo el derecho del mundo al estar enojado conmigo. Estás dejando que una gran furia en tu interior salga y caiga sobre todos nosotros y nuestros hijos, cuando yo soy el único que debería recibirla. Pero quiero que sepas que me arrepiento mucho por haber dado esa orden. Cometí un error.

    Todos los presentes quedaron en completo silencio al escuchar a Ace hacerse cargo de eso, puesto a que era algo que nadie esperaba. Allecreod, que estuvo con ambos en el planeta Tralio, no estuvo presente en el momento en el que se dio esa orden. Nadie era capaz de saber si las cosas que Noak dijo en referencia a la muerte de Gina eran verídicas o simplemente un producto de la exageración por el dolor que sentía. Pero no había ninguna duda en que Ace tenía cierta responsabilidad.

    Noak, quien tampoco esperaba eso, lo pensó por un minuto con la mirada perdida en las montañas que se pronunciaban en el horizonte, pero no tardó ni un solo segundo en devolver una expresión de enfado sobre su compañero.

    — Admites que fue un error — Ace se veía venir un reproche de Noak — Pero estoy seguro de que lo volverías a hacer. Si te diera la oportunidad, volverías a ordenarle a Gina que se quedara en ese castillo a esperar la muerte, incluso aunque supieras el final.

    — No… no del todo — el comandante Lakor se veía un poco entristecido — Volvería a darle la orden de que se quedara, pero de saber que iba a morir, le hubiera dado mi armadura, mi casco y mi escudo. Y aceptaría una muerte que me correspondería a mí.

    — Eso es mentira… — Noak no se tragó esas palabras — ¡Mentiroso!

    De forma repentina, Noak acumuló calor en su puño derecho y le lanzó a Ace un puñetazo directo a la cabeza, al mismo tiempo que liberó la energía que salió desde su mano al momento de realizar el impacto. Por la violencia y lo repentino del ataque, Ace retrocedió unos cuatro pasos tambaleándose hasta que se cayó al suelo. Ver como una escena de reclamo se convirtió en una escena de ataque, alarmó a todos los presentes.

    — ¡Papá! — Arick gritó con horror al ver a su padre caer al piso.

    — ¡Basta, por favor! — Azel se alteró todavía más que su hermano.

    — ¡Noak, detente! — Thomas se lo suplicaba, puesto a que no estaba en condiciones de pelear.

    En completo silencio y sin alborotarse demasiado, Natasha y Allecreod se movieron hacia él, poniéndose en medio de entre el soldado y el comandante. Noak empezó a respirar de forma agitada, por furia y sin mostrar una sola seña de cansancio. Todos los que miraban no entendían lo que la sub comandante de ER o el ryfier tenían en mente.

    — Noak, la única razón por la que no te he atacado es porque respeto nuestra antigua amistad y porque Hana está presente — Natasha estaba lista para amenazarlo — Pero no me voy a quedar parada viendo como atacas a mi esposo. Gina era una gran amiga mía, y tú lo sabes. Puedes argumentar que su muerte te duele más a ti que a mí, pero no dejaré que hagas a menos lo que yo siento. Ace también está afectado por eso, y cuando admitió su error, tú te desquitaste con él. Ya he expuesto mis razones para no haberte atacado por esto, pero si veo que lo vuelves a intentar, no lo dudaré.

    — A diferencia de la sub comandante, yo no seré tan gentil, Noak — Allecreod se puso frente a él — Ace es un comandante del ejército, y tú ya has dejado en claro que no perteneces más a la milicia. Podría detenerte por el simple hecho de haberlo agredido, pero te lo dejaré pasar porque solamente ha sido un golpe. Pero eso es todo lo que voy a permitir. Si le pones otra mano encima, te garantizo que no pasarás la noche en tu nuevo hogar. Retírate en paz, te lo suplico.

    Noak les clavó la vista a ambos, y sin alterarse todavía más, asintió con la cabeza, reconociendo que tal vez se había excedido en sus acciones. Sin lanzar palabra de arrepentimiento, el soldado que había comunicado su renuncia, se dio la vuelta y empezó a marcharse hacia el vehículo. Tan pronto como puso su mano en la puerta para abrirlo, volteó la cabeza y los miró a todos.

    — Mi carta de baja temporal estará llegándoles entre esta noche o el día de mañana — Noak abrió la puerta y entró al interior del auto después de eso.

    Ace, quien no le sacó la vista de encima desde el momento de la agresión, se puso de pie sin dificultad. No quería levantarse en presencia del soldado, dado a que temía que él lo viera como una provocación que pudiera empezar una pelea en la que no tendría otra opción más que defenderse. Al ponerse de pie, Natasha, Arick y Azel se acercaron a él para abrazarlo, temiendo que hubiera salido lastimado de aquella agresión.

    Noak miraba con furia esa escena desde los espejos, y escuchaba algo afligido los llantos de Hana, quien estaba muy asustada por todo lo que había tenido que escuchar, y triste por lo que le tocó vivir. Sin deseos de pasar más tiempo en ese sitio, el soldado aceleró tras arrancar el auto, y no tardó nada en alejarse para salir de esa llanura y ponerse en camino a la ciudad. Durante todo el trayecto, Noak no le habló a Hana, y simplemente la miraba de reojo a través de los espejos del vehículo, notando que ella no había dejado de llorar en ningún momento. Tras haber ingresado hacia una de las calles de la ciudad de Skymning, sitio del cual se mudaría en ese día, Noak detuvo su auto y marcó un número en su teléfono móvil para poder comunicarse con alguien de forma cómoda y segura.

    — Louryth, soy Noak — mencionó el ex soldado — Estoy en Skymning. Ya me he reunido con los superiores, y les he dicho que he renunciado. Voy a asegurarme que los de la mudanza no me están robando nada, y luego iré a Himmel. Me reuniré contigo esta noche.

    — Excelente, Noak — la voz de una mujer sonó a través del teléfono — Me aseguraré de que todos estemos allí para tu llegada.

    Era la primera vez que Hana escuchaba la voz de esa mujer, y no sabía si ella era alguien que sería la nueva jefa de su padre en el trabajo que acababa de conseguir o si tenía alguna otra especie de relación con él. No parecía ser algo importante, por lo que no le dio demasiada atención más allá de eso. Pero aprovechó el momento en el que Noak colgó esa llamada para poder preguntarle algo.

    — Papá, ¿te peleaste con el padre de Azel? — la chica no lo había visto, pero lo escuchó gritar.

    — No se cumplieron las condiciones necesarias para que se pueda considerar una pelea — Noak encontró una forma de ocultarle la verdad a su hija — Pero sí tuvimos una discusión fuerte.

    — ¿De verdad tenemos que mudarnos? — la niña quería ver si había una forma de hacerlo retractarse de su decisión.

    — Lamento que tuvieras que enterarte esta mañana, pero sí, ya pagué al servicio de mudanza — Noak no estaba demasiado contento al hablar así con su hija — Encontraremos una nueva vida en Himmel.

    — Recuerdo… — Hana secó sus lágrimas — Que una vez le dijiste a Cade que cuando fuera mayor de edad, podría hacer lo que quisiera. ¿Podré hacer lo mismo? Cuando sea mayor de edad, ¿podré volver a juntarme con Azel?

    — Cuando seas mayor de edad podrás hacer lo que quieras, incluyendo juntarte con él — Noak lo dijo muy a la ligera — Todo dependerá de si todavía tienes ganas de hacerlo cuando seas mayor de edad.

    […]

    Mi nombre es Louryth Grayhill — fueron las palabras de una mujer.

    En un edificio que pertenecía al ejército, una reunión de casi cien soldados estaba teniendo lugar. Alrededor de unas noventa y tres personas estaban sentadas en sillas, formando una ronda para verse las caras entre todos, y así poder ventilar sus sentimientos a los otros soldados. Noak Jensen estaba allí. Era la primera noche en la que se reunía con todos aquellos compañeros militares que habían sufrido la pérdida de un ser querido en la misión de Exploración y Rescate en Tralio como de Defensa Civil y Territorial en Edagr. La mujer de piel morena y cabello largo y de color castaño sería la penúltima en hablar, teniendo que ser Jensen quien diera el cierre a las charlas.

    Mi mejor amiga luchó en Tralio, y según lo que leí en los reportes, murió en una explosión provocada por un cañón — Louryth continuaba hablando — Ella tenía que rescatar a su madre, fue a esa misión justo por eso. Y resulta que sus esfuerzos fueron en vano, porque ella fue una de las civiles que no logró escapar. Me siento tan mal pensar que murió en vano… Yo luché aquí pensando que la vería regresar, pero no fue así. Me da mucho miedo pensar que podría haber sido yo, si hubiera elegido tener familia antes de que todo esto pasara. Y ahora… no me siento segura como para tomar esa decisión.

    ¿Cómo te sientes al imaginar tu futuro? — preguntó un soldado, tras haberla escuchado hablar.

    Confundida… yo, realmente creí que esto sería diferente — Louryth no fue clara en sus palabras — Me gradué de la academia en este planeta, y aunque nunca tuve la oportunidad de interactuar con el comandante Ace Lakor dado a que yo elegí ser parte de DCT, he escuchado hablar algunas ocasiones a Gwyn Fairin y Thomas Delleo. Creí que lucharía junto a ellos dos aquí, pero no fue así. Sé que al sub comandante lo hirieron en batalla, pero yo esperaba que la comandante se presentara a nosotros para tratar de darnos alguna clase de apoyo. En vez de eso, me sentí abandonada. Y cuando mi amiga me dijo que se marcharía en una misión con el comandante Ace Lakor, creí que regresaría a salvo con una gran experiencia en batalla. Y en vez de eso, ella no volvió. No sé qué pensar. Siempre me sentí a salvo cuando me despertaba cada día y recordaba que nuestro futuro estaba en manos de los héroes de la guerra contra los edagrianos. Pero ahora no lo veo tan claro. Lo siento, sé que te quité algo de tiempo para hablar.

    Esas últimas palabras eran dirigidas al soldado Jensen. Su compañera, por el hecho de pertenecer a la misma división del ejército que él, no fue capaz de reconocerlo como compañero ni tampoco como héroe de la guerra contra los edagrianos. Eso le hizo pensar algo a Noak, y decidió utilizar su turno para poder hacer un par de preguntas a la multitud, y para quitarse un par de dudas también.

    Mi nombre es Noak Jensen — hizo una pequeña pausa tras haberlo pronunciado.

    ¿Tú eres Jensen? — Louryth se sentía algo avergonzada por no darse cuenta — Es decir que tú luchaste en la guerra contra los edagrianos. Fuiste uno de los soldados elegidos por Abel Hartka para representar a Black Meteor cuando todavía existía.

    Ciertamente, Louryth — Noak le dio la confirmación que buscaba — Veo que poca gente aquí me ha reconocido. Soy parte de Defensa Civil y Territorial igual que Louryth e igual que muchos de ustedes. Pero al parecer, todos tienen presentes a los comandantes del ejército.

    Es lógico pensar en eso, ellos son la cara visible de nuestro poder — respondió otra mujer entre los soldados.

    Una cara visible que no aparece — Louryth se expresó con cierta repulsión sobre Gwyn y Thomas.

    Y que no se hacen cargo de los errores — Jensen sorprendió al tomar la palabra — Mi esposa y mi hija fueron secuestradas, y se encontraban en Tralio mientras mi hijo estaba aquí, al cuidado de Gwyn y Thomas. Ellos antes de ser mis líderes, eran mis amigos. Y a pesar de todo, lo dejaron morir.

    ¿Tu esposa y tu hija también murieron? — otro soldado preguntó curioso.

    Mi hija tuvo la fortuna de que llegué a salvarla, pero mi esposa murió en ese planeta horrible — Noak relató mientras apretaba sus piernas con los dedos de las manos — Yo ya la había alcanzado. Ella iba a salvarse, pero Ace le dio la orden de que se quedara conmigo para pelear por los humanos. Ella era una soldado, de las mejores, pero en ese momento no tenía armadura para protegerse. Fue la orden de Ace la causa de su muerte. Ella tendría que haberse ido a refugiar con los civiles, no ponerse de pie junto a nosotros. Le correspondía ser rescatada, no rescatar. Pero Ace eligió lo contrario. Todo porque estaba demasiado concentrado en querer salvar a los humanos de Tralio. Si recuerdan a los detractores, entonces sabrán que Ace fue juzgado por haber dejado abandonados a muchos humanos en la Tierra el día que Arion provocó la caída… Ace vio a los rusos que ahora viven con nosotros como la oportunidad de redimirse por eso. Y no la desperdició. Ahora él duerme tranquilo al lado de su esposa, mientras yo ya no tengo a la mía. Puede abrazar sin preocupaciones a sus dos hijos, mientras que yo tuve que enterrar al mío. Confié el destino de mi familia a mis dos líderes y amigos, y lo pagué muy caro. Y veo que no soy el único.

    Las palabras dichas por el soldado fueron bastante reveladoras para todos los presentes. La mayoría de los que estaban allí eran soldados que no habían recibido una invitación o pedido para participar en la misión que se encargaría de rescatar a los secuestrados, pero Noak tuvo el privilegio de estar junto a Ace y Natasha en todo momento, y ser testigo de todas sus decisiones, entre ellas, la decisión que tomó Ace para poner en riesgo la vida de su esposa. El soldado tenía sentimientos encontrados no solo con él, sino también con Gwyn y Thomas por haber fallado al proteger la vida de Cade, y las palabras dichas por todos quienes estaban exponiendo su situación personal, fue muy esclarecedora para él a cambio de todo.

    Eso no es justo — Louryth decía, bastante afligida por escuchar como un comandante y supuesto héroe dio una orden como esa — Tiene la autoridad para dar las órdenes, pero eso no le confiere el derecho a hacerlo.

    Es verdad, pero todo parece indicar que tendremos que jodernos — un soldado tampoco estaba contento con eso — Porque, al fin y al cabo, ellos son los líderes.

    No tienen por qué serlo — Noak vio la oportunidad de cambiar las cosas — Y nosotros no tenemos por qué agachar nuestras cabezas y permitirlo. Debemos hacer algo.

    ¿Algo como qué? — preguntó Louryth — ¿Qué es lo que tienes en mente?

    […]

    En una comisaría con acceso a un calabozo de celdas donde la gran mayoría de estas estaban ocupadas, solamente había un total de tres oficiales de policía presentes en plena noche. Dos hombres y una mujer estaban sentados en una mesa de plástico redonda, compartiendo entre los tres una única pizza con nada más que salsa y queso por encima de la masa. Desde sus asientos, los tres se dieron cuenta de que algo estaba ocurriendo, puesto a que escucharon como varios vehículos de uso exclusivo de militares pasaban cerca de sus puertas, pero lo que les llamó la atención fue cuando unos seis soldados que tenían puestas las armaduras y los cascos se metieron al interior del edificio abriendo bruscamente la puerta.

    — ¿Sucede algo? — uno de los policías preguntó, sin levantarse del asiento.

    Uno de los soldados levantó la mano para hacerles una señal de que todo estaba bien, y de que debían mantener la calma, para acto seguido, dar la vuelta hasta ponerse detrás de uno de los escritorios sobre los que tenían computadoras en las cuales se guardaba diversa clase de información. Ver a los soldados tomar ese atrevimiento los hizo enojar, y los tres policías dejaron la comida en la mesa y se pusieron de pie.

    Como si esa acción hubiera sido una invitación para que los otros cinco soldados que estaban allí se movieran, estos se abalanzaron sobre los oficiales antes de que pudieran desenfundar las armas o incluso adoptar una postura defensiva. Dos soldados sobre cada uno de los hombres y otro más sobre la mujer policía, eso fue lo que bastó para tenerlos retenidos en el suelo. Los tres atacados forcejeaban intentando liberarse o pedir ayuda, pero les era imposible puesto a que los soldados estaban en pleno intento de asfixiarlos. Algunos de vez en cuando arrojaban golpes a la cabeza, dados con guantes de metal que cubrían sus manos, causando mucho daño y provocando que la asfixia fuera mucho más sencilla. Sin poder lanzar gritos para defenderse, los tres policías atacados acabaron por perder la vida.

    Todo eso fue visto por parte del sexto soldado, quien no dejaba de operar en ningún momento las computadoras sobre el escritorio.

    — Información borrada, y cámaras de seguridad desactivadas — dijo la voz de Louryth, sabiendo que no habría micrófonos para reconocer su voz — Vamos por los objetivos.

    Por la puerta de entrada de la comisaría aparecieron un total de treinta soldados más, quienes acompañaban a la mujer que estaba a cargo de aquel grupo. Los otros cinco soldados que entraron primero al sitio se encargaban de sacar a rastras los cuerpos de los policías asesinados.

    Louryth se paró frente a la puerta que daba acceso al calabozo, y con las llaves en su poder, no fue un reto abrirla y acceder al sitio. Un policía que estaba haciendo guardia en la sección de celdas se sorprendió bastante al ver entrar de forma tan repentina a tantos soldados, por lo que temía que algo estuviera ocurriendo.

    — ¡¿Qué está pasando ahí fuera?! — el policía se acercó hacia la mujer que lideraba el grupo, sin saber que estaba cometiendo un error.

    Con tan solo un derechazo certero, potente y sin aviso previo, Louryth fue capaz de dejar noqueado en el suelo al guardia que se encargaba de custodiar las celdas, causando un alboroto por parte de los presos que veían la escena con miedo, puesto a que no creían que la presencia militar fuera algo bueno para ellos.

    — ¡¿Qué hacen?! — Arker, aterrado al ver la fuerza del soldado, temía lo peor — ¡¿Por qué vienen de esa forma?!

    — ¡Van a ejecutarnos! — una mujer en las celdas se temía ese destino.

    — ¡Oye, ¿por qué nos vienen a lastimar?! — fue la pregunta de Zig, quien quería saberlo antes de que algo grave ocurriera.

    — Arnold Kerdion— la voz de la mujer que había noqueado al policía pronunció su nombre completo — Zigfried Badhunt. Ellos dos son los objetivos prioritarios. Los sacaremos a todos, pero ellos serán los primeros.

    Con una tranquilidad casi siniestra, Louryth abrió las celdas de ambos prisioneros, integrantes de una banda criminal que fue descubierta y arrestada por las labores de Gwyn, Thomas, Ace y Natasha antes de que tomaran la decisión de dividir al ejército en dos ramas diferentes. Tan pronto como las celdas se abrieron, tres soldados ingresaron a cada una, y retuvieron a los dos criminales, cuyo primer instinto fue intentar escapar de los militares al verse bajo amenaza.

    — ¡Déjenme ir, no pueden hacerme esto! — Arker forcejeaba intentando escapar.

    — ¡No tienen autorización para esto, milicos paridos por una concha podrida! — Zig los agredió verbalmente al verse incapacitado de hacerlo físicamente — ¡No me van a ejecutar!

    — ¡Silencio! — gritó uno de los soldados — ¡Esto es algo por lo que nos tienen que agradecer! ¡Empiecen a tratarnos con algo más de respeto!

    Sin poder ofrecer mucha más resistencia, los dos miembros de aquel grupo criminal fueron retenidos y esposados con las manos tras la espalda, para posteriormente terminar amordazados al completo. Estando en ese estado, la resistencia se les hizo muy complicada, pero creían que no perdían nada por intentar.

    — Van a estar bien, todos ustedes — Louryth habló con todos los presos, sin realizar excepciones — Tienen mi palabra de que van a vivir, siempre que colaboren con nosotros. Si intentan escaparse, esa promesa ya no significará nada. Quédense quietos y no hagan escándalo si tienen deseos de seguir viviendo. Todo aquel que intente o consiga escapar está pidiendo a gritos una muerte violenta. Y estamos dispuestos a entregárselas.
     
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