Ciencia ficción La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 9 Julio 2023.

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  1. Threadmarks: El avance del tiempo
     
    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    6150
    Saludos. Llegó la hora de publicar el capítulo 21 de esta séptima parte. Nos encontramos ya en la recta final de la historia, por lo que irán viendo varios saltos temporales a medida que avancemos. Como esta semana tengo un examen, posiblemente actualice la cronología en otro momento. Igualmente, los saltos se irán explicando bien a lo largo de los capítulos.

    Quiero agradecer a mi gran amigo Manuvalk por su presencia siempre constante en esta historia. Es un placer para mí leer sus comentarios cada semana, y no puedo esperar para ver su reacción tanto a este como a futuros capítulos que están por venir. Espero este fin de semana podamos disfrutar de una buena jornada de leídas en simultáneo.

    Sin más para decir, les dejaré el capítulo.



















    El avance del tiempo:

    El ruido de un llanto sacó a Ace de su sueño durante la madrugada. El hombre sabía que su hijo, en otra habitación de la casa, necesitaba de su presencia. Creyó que lo había hecho dormir plácidamente cuando lo acostó antes de él hacer lo propio, y que no lo escucharía hasta que llegara la mañana siguiente. Sin embargo, al parecer, Arick no tenía ese plan.

    El comandante tenía pensado levantarse de la cama para ir a buscarlo y verificar si tenía hambre o si necesitaría de algún cambio de pañal. Pero en el momento en que intentó hacerlo, una mano se posó sobre su hombro, deteniéndolo en el acto.

    — Espera, mejor déjame a mí — susurró Natasha con una voz baja, pero aun así se podía percibir en ella un tono alegre — Después de todo, ahora el pequeño Arick también es mi responsabilidad.

    — No tienes por qué hacerlo — Ace le sonreía, algo apenado por el hecho de que su hijo la hubiera despertado.

    — Pero quiero, y me corresponde — Natasha se sentó sobre su cama para luego darle un beso en la mejilla a Ace — Lo haré quieras o no, no intentes detenerme, amor mío.

    — Está bien, pero si necesitas ayuda, avísame — Ace cedió ante el deseo de Natasha.

    Mirándolo con una sonrisa de amabilidad, Natasha extendió su brazo para encender una luz blanca situada en la mesita de luz que estaba a su costado de la cama. Ace miró como ella se levantaba y abandonaba la habitación para ir hacia dónde estaba Arick. El hombre, feliz por saber que su pareja amaba a su hijo de la misma forma en que lo amaba a él, se sentó sobre la cama a esperar pacientemente por el regreso de ella. Aunque no se quedaría allí quieto mucho tiempo.

    No pasaron más de diez minutos cuando Natasha regresó con Arick en brazos. El niño ya no lloraba puesto a que estaba tomando leche en polvo desde un biberón. Ace vio con ternura como ella se sentaba al lado suyo con el niño en brazos, por lo que pasó uno de sus brazos por su hombro para rodearla con los suyos. En aquel momento, Natasha apoyó la cabeza sobre el hombro de su pareja, al tiempo que sonreía al pequeño mientras este se alimentaba.

    — Es el niño más lindo del mundo — Natasha alabó la belleza del pequeño — Está claro que él es tu hijo.

    — Creo que salió más parecido a Agustina que a mí — Ace acarició los cabellos del pequeño — Aunque creo que su cabello sí se parece mucho al mío, al menos en su grosor y forma.

    — Ya pronto va a empezar a hablar — Natasha lo veía muy feliz — ¿Cuál crees que será su primera palabra?

    — No tengo idea, solo sé que quiero estar aquí cuando eso suceda — Ace tenía claro que quería acompañarlo durante su crecimiento — No siento deseos de perdérmelo.

    Dado el cansancio de haberse despertado en medio de la noche, la pareja no se dijo nada más. Simplemente quedaron en silencio viendo como el niño se tomaba todo lo que le habían dado. Una vez había terminado con eso, Natasha le dio un beso en la frente y dejó que Ace hiciera lo mismo. Así fue cómo ella se levantó y volvió a la habitación del niño para colocarlo suavemente en su pequeña cuna y luego taparlo bajo su sábana.

    Habiéndolo visto quedarse dormido, ella estuvo tranquila, por lo que volvió a su cuarto para volver a tomar su lugar al lado de su pareja. Ace, por su parte, seguía sentado sobre su cama, y Natasha no quiso apagar la luz porque vio que tenía una expresión algo extraña en su cara, como si algo lo estuviera afligiendo.

    — Ace — la chica se preocupó — ¿Está todo bien?

    — Claro que lo está — Ace tomó a su pareja de las manos — Es solo que, ahora que lo veo bien, jamás me he disculpado contigo.

    — ¿Disculparte? — se confundió al oírlo hablar así — ¿Por qué?

    — Por haber estado tanto tiempo con la cabeza puesta en el pasado — Ace realmente parecía sonar apenado — Yo sé que tú me amabas, y que estabas dispuesta a darlo todo por mí y por Arick. Y yo estuve sumergido en el duelo por casi un año. Y tú tuviste la paciencia de soportarme así, viéndome sufrir por alguien que ya no estaba hacía tiempo. Quiero disculparme por eso. Se supone que, en esta vida, más allá del dolor, uno tiene que avanzar. Y yo no lo hice.

    — No te tienes que disculpar por algo así — Natasha lo veía innecesario — Yo sé que tú la amabas con todo tu corazón. Ella era una chica especial, y esa clase de pérdidas no se superan con facilidad. No te juzgo por estar triste por lo que sucedió. Después de todo, ella era una chica fantástica.

    — Tú también lo eres, y habría querido verlo antes — Ace pronto rectificó — No me arrepiento de tenerla presente conmigo. Me arrepiento de haber permitido que el dolor me superara y no me dejara ver que tú me amabas a mí y a Arick.

    — Eso no importa para mí — Natasha no quería escucharlo sufrir así — Aquí estamos. Tú y yo. Te has tomado el tiempo que necesitabas. Una situación así no se arregla muy rápido o muy lento. Se arregla cuando se tiene que arreglar. Y puedes estar segura de que yo te amo a ti, así como también a Arick. No tienes que disculparte de nada conmigo, Ace. Tal y como lo dije antes, tú eres el hombre más maravilloso que conocí. Y te habría esperado toda la vida si eso hubiera sido necesario.

    Ace se sorprendía por la forma tan intensa en que Natasha lo amaba. El soldado siempre fue consciente de sus sentimientos por él, pero lo cierto era que las cosas que Natasha mostraba y que él, en su tiempo, podía ver eran solamente la punta del iceberg. Durante el primer año desde aquel día que murió Agustina, él y Arick se quedaron junto a ella puesto a que la comandante los hizo sentir que pertenecían a ese lugar. No tenían motivos para irse si estaban felices allí, y eso fue lo que Natasha le dio a Ace. El comandante, libre de su cargo como autoridad suprema del ejército, pasó buenos momentos junto a ella. Tras ver la forma en que ella se llevaba tanto con él como con su hijo, los primeros sentimientos del hombre hacia quien fue la primera persona que realmente le fue honesta, volvieron a florecer.

    La muerte de Agustina, tal y como Ace lo había dicho, pesó en él por numerosos meses, y eso fue lo que le dificultó a Ace el notar que Natasha estaba totalmente comprometida a apoyarlo tanto a él como a su hijo. Cuando él sintió que era correcto amar nuevamente, dio la oportunidad a su corazón para abrirse y dejarla entrar. Fue entonces como en esa noche ambos cumplían tres meses juntos como una pareja oficial, pese a que la atracción entre ellos había surgido hacía tiempo.

    Aliviado por lo que había escuchado de su parte, Ace se acercó a su esposa para darle un beso. Ella cerró los ojos y disfrutó aquel momento. No hizo nada más que dejar que fuera él quien mostrara todo el afecto que tenía, cosa que la dejó muy contenta de poder estar junto a él. Una vez tuvieron ese gesto, Natasha apagó la luz que había encendido y se acomodó en su cama para estar cerca de su pareja. Este, con uno de sus brazos se encargó de acercarla hacia él, cosa que a la chica le gustó mucho, y ciertamente, le trajo recuerdos.

    — ¿En qué piensas? — Ace la conocía lo suficiente cómo para saber que había algo en su mente.

    — En la primera vez que tú y yo estuvimos juntos en una cama — Natasha comentó.

    — Solo fue hace tres meses — Ace le recordó lo poco que llevaban siendo pareja.

    — De hecho, yo me refería a la primer primera vez — Natasha esperaba que él lo recordara.

    Ace quitó las sábanas y luego se recostó. Natasha esperó a que él terminara de acomodarse, y luego se metió en su cama, poniéndose justo a su lado. Ace sabía que Natasha lo quería, aunque no lo dejara ver, por lo que la tomó con los brazos, la colocó encima de su cuerpo y luego la abrazó. Esto provocó que ella se sonrojara un poco. Ella realmente quería hacer eso, pero no sabría cuál sería la reacción de Ace. Natasha recostó su cabeza sobre el pecho de su compañero. Sintió mucha tranquilidad en ese momento, dado a que se sentía protegida al estar muy cerca de él. Ace disfrutaba de tener a Natasha a su lado. Sabía que su misión era lo más importante, pero por unos breves minutos se olvidó de eso.

    Espero que esta sea la primera de muchas noches — le dijo en voz baja.

    Yo también — respondió la chica.

    El comandante ciertamente logró hacer memoria y recordar aquel momento al que ella se refería. No estaba hablando sobre la vez en que finalmente se atrevió a abrir su corazón tras la tragedia, sino a la primera y única ocasión en donde ellos estuvieron juntos en el planeta Tierra.

    — Fue un bonito recuerdo — Ace pensó en voz alta — Tú y yo estuvimos juntos sin preocuparnos por nada. Ni Shun, ni el comandante Morris, ni siquiera en Zenith cuando todavía eran nuestros enemigos.

    — Fue uno de los recuerdos más bonitos que formé contigo — Natasha no quiso ahondar en lo que vendría después — Por eso fue por lo que me decidí a que te encontraría cuando nos dieron la misión de perseguirlos. Aunque… no resultó como esperaba.

    — Tal vez no fue así, pero me alegra que nos hayamos reunido aquel día — Ace se sentía feliz de recordar ese momento — Siempre tuve curiosidad por saber qué habría pasado con ustedes. Michael me confirmó que estabas viva cuando él habló conmigo días posteriores al ataque de la base. Y luego en el futuro, él me volvió a hablar de ti.

    — Esta vez todo es diferente — Natasha sonreía al pensar en eso — Esta vez no tenemos que esperar a que algo termine. Ahora somos tú y yo. Y ahora que estamos juntos, créeme que no te pienso soltar.

    — Yo tampoco pienso hacerlo — Ace habló con honestidad — Fuiste tú la que me sacó de ese pozo oscuro en el que caí. No voy a separarme de ti. Nunca.

    — Puedes estar tranquilo, ahora somos más fuertes que antes — Natasha se sentía aliviada respecto a eso — Nada romperá lo que tenemos tú y yo. Tendrán que matarme si quieren alejarme de ti, pero no lo permitiré.

    — Será mejor que vayamos a dormir — Ace admiraba esa forma de ser de la chica — Si nada malo ocurre, mañana será el día en el que finalmente regresará Alicia de su misión.

    — Tienes razón, se merece una cálida bienvenida de nuestra parte — Natasha recordó aquella conversación que tuvieron con ella — Duerme bien, amor de mi vida.

    — Siempre dormiré bien en tanto tú estés conmigo — Ace se despedía de su pareja — Buenas noches.

    Tras darse un último beso, la pareja de comandantes cerró los ojos para permitir que el sueño se adueñara nuevamente de ambos, para así quedar profundamente dormidos hasta que llegara el momento de levantarse al día siguiente.

    […]

    — ¡Aquí vienen! — Gwyn miró su dispositivo móvil — ¡Estarán aquí en menos de dos minutos!

    Desde una distancia prudente, Gwyn Fairin, la mujer que tenía el rol de comandante supremo estaba esperando por el regresar de la nave espacial con la que su compañera Alicia se marchó hacía casi un año en una misión importante de exploración. Thomas estaba al lado de ella, junto con la pequeña Sky en sus brazos. La niña, al igual que Arick, tenía dos años y un par de meses de edad. El pequeño Lakor estaba en brazos de su padre mientras que Natasha estaba cerca de él. Noak y Gina también acudieron al recibimiento, con el joven Cade durmiendo en un carrito de bebé.

    Los seis adultos estaban esperando el regreso de su amiga mientras que sus tres niños estaban junto a ellos dada la negativa de los padres a dejarlos nuevamente en una guardería tras los incidentes ocurridos con los seres que habían robado una de las naves.

    — Misión exitosa — dijo Thomas en voz alta mientras veía cómo la nave se adentraba a la atmósfera del planeta Edagr.

    Otras personas, quienes se habían reunido allí para recibir a los que habían acudido al espacio en una misión importante, empezaron a clamar de felicidad tras ver cómo la enorme estructura que permitía viajar de planeta en planeta se acercaba cada vez más al hangar para aterrizar con mucho cuidado en su sitio correspondiente. Habiendo terminado el aterrizaje, una enorme multitud salió corriendo en dirección al hangar para poder recibir de primera mano a los tripulantes de la misión. Ace, Natasha, Thomas, Gwyn, Gina y Noak se quedaron allí dado a que no veían prudente acelerarse de esa forma con los niños.

    La enorme cantidad de gente les impedía ver bien, pero lograron distinguir a Alicia saliendo de allí. Ella, sabiendo que sus amigos no se abarrotarían tanto teniendo a sus hijos con ellos, avanzó a través de la gente levantando la mano en señal de aprecio por el cariño para con ella por haber formado parte de la expedición.

    Había varios hombres, mujeres y niños que estrechaban sus manos con el puño para saludar respetuosamente a la mujer, cosa que ella no se estaba esperando. Sabía que tenía una mejor imagen por acceder a formar parte de dicha misión, pero no esperaba que fuera para tanto.

    — Veo que la gente está feliz por ti — Faron mencionó a la exploradora.

    Desde atrás, Alicia vio como el soldado que accedió a ir al espacio con el objetivo de ganar experiencia en misiones de verdad se ponía a su misma altura para caminar juntos.

    — No sé si sea para tanto lo que yo hice — Alicia comentaba con algo de vergüenza por el momento — Pero me alegra que me reciban así.

    — Creo que, tras todo lo que te han hecho, te lo mereces — Faron quería que se sintiera bien consigo misma.

    — ¡Faron! — ambos oyeron un grito entre la multitud.

    La exploradora y el soldado miraron en la dirección de la cuál provino esa voz, y al hacerlo, pudieron ver como una chica con el pelo de color rojo les estaba saludando, aunque el saludo era solo para el soldado. Faron estuvo un rato mirándola sin poder reconocerla hasta que ella le guiñó el ojo.

    — ¿La conoces? — preguntó Alicia, algo intrigada.

    — Es una amiga mía, no la había visto hace tiempo — Faron quedó sorprendido al verla.

    — Parece que le gustas — Alicia sonrió pícaramente al soldado — No cualquiera te guiñaría el ojo así.

    — No soy alguien muy popular entre las mujeres, pero iré a saludarla, ya que vino todo el camino hasta aquí — el soldado se empezó a alejar de su compañera — Si no me ven dile que me encontré con viejos conocidos y que los veré mañana.

    — Así será, suerte — Alicia se sentía feliz por él.

    Tras ver como su compañero se alejaba de ella para ir a saludar a quien, según él, era una amiga suya, la exploradora siguió su camino. Atravesó a una gran cantidad de gente para finalmente poder apartarse de todo ese caos, en el buen sentido. Cuando estuvo libre para poder observar cómodamente a sus alrededores, empezó a buscar a sus grandes amigos, y fue cuando los divisó que finalmente echó a correr hacia ellos.

    Viendo que Gwyn estaba libre y era quien se encontraba más cerca de ella, fue la primera persona a la que decidió abrazar.

    — ¡Gwyn! — Alicia casi empezó a llorar de alegría.

    — Bienvenida a casa, hermana — la comandante realmente sentía mucha felicidad de verla de nuevo — Te hemos extrañado mucho. Hablar contigo por video no es lo mismo que tenerte en persona.

    — Gracias por la bienvenida — Alicia sonreía, al tiempo que pasó a ver a Thomas — Increíble, la niña que ya era bonita cuando yo me fui ahora es todavía más preciosa. Me alegra verla, y a ti también, Thomas, te extrañé mucho en el espacio.

    — Bienvenida a tu hogar, Alicia — Thomas le sonreía al mismo tiempo que le dejó cargar a la pequeña Sky — Sé que ella extrañaba estar en tus brazos.

    — Está tan grande, increíble, menos mal que hemos vuelto ahora — Alicia sintió que pasó menos tiempo en el espacio de lo que en realidad pasó — Si me llego a quedar allí más tiempo quizá ella ya sería una niña grande.

    Luego de haber saludado a la pareja, Alicia le devolvió a Thomas la responsabilidad de cargar a su hija. Los siguientes a los que Alicia fue a saludar eran Noak y Gina, quienes estaban mirándola muy felices desde su posición. Alicia, quien tuvo una feliz convivencia con ellos en el tiempo en el que los tres compartieron equipo bajo el mando de Michael, los abrazó a ambos a la vez. Aunque entendía que no sería cómodo para ellos abrazarla mientras tuviera su armadura puesta.

    — Ha sido un año largo, Alicia — Gina se sorprendía por todo — Bienvenida de regreso a tu hogar.

    — Esperamos que te quedes mucho tiempo con nosotros — Noak sonreía junto con Gina — Te hemos extrañado durante algunas reuniones.

    — No creo que me vaya tan pronto, y si lo hago, no será por un largo tiempo — Alicia apreció el cariño de ambos para con ella — Yo también los extrañé. Y al pequeño Cade también.

    Alicia quería levantarlo, pero viendo que él dormía plácidamente, pese al alboroto que estaba ocasionando toda la gente que celebraba el reencuentro con otros exploradores y soldados, decidió dejarlo dormir en paz. Las últimas personas a las que saludó fueron Ace y Natasha, pero no por ser menos importantes, sino porque a ambos les apreciaba más.

    — Naty — Alicia la llamó por ese apodo al abrazarla — Al fin estoy contigo una vez más.

    — Me alegra mucho verte, amiga mía — Natasha contestó con felicidad por reunirse de nuevo con ella — Espero que estés cómoda al regresar a casa, Ali.

    — Lo estaré, aunque me gustaría mucho ver cómo quedó.

    — La hemos preparado especialmente para tu regreso — Ace se acercó con Arick en brazos para saludarla — ¿Qué tal has estado?

    — Ha sido una experiencia que me ayudó mucho a desconectar la mente, Ace — Alicia lo miró con una sonrisa — Y te lo agradezco. Te debo esto a ti. La idea fue tuya. Me he podido alejar un poco de las cosas malas de este mundo. Me alegra al menos haberme mantenido en contacto con ustedes con las videollamadas.

    — Me da gusto de que haya sido un buen año para ti — Ace lo dijo con felicidad.

    — ¿Y tú que tal has estado? — Alicia preguntó, de forma respetuosa.

    — Natasha es una mujer maravillosa — Ace no perdió la oportunidad para halagarla — Junto a ella, no puedo estar de otra forma que no sea bien.

    — ¿Y qué tal está el pequeño más guapo de los Lakor? — Alicia miró al pequeño Arick, notando que él estaba despierto.

    — Está creciendo bien y sano, y ya casi nunca llora — Natasha habló, mostrando lo unida que estaba a Ace y al pequeño.

    — Alicia, ¿dónde está Faron? — Ace se sorprendió al no verlo — ¿Vendrá a la fiesta?

    — No lo creo, se encontró con una amiga que lo fue a recibir — Alicia comentó sobre él — Pero creo que seguramente vino para algo más que solo recibirlo.

    — Bien, él ya tiene nuestros números por si quiere venir — Gwyn tomó el liderazgo de ese grupo — Ven, Alicia. Te llevaremos a tu casa. La hemos preparado especialmente para ti.

    — No tenían que molestarse — contestó con gran felicidad.

    — No es una molestia hacer algo para una gran amiga — Natasha abrazó a la chica — Lo hemos hecho con gusto para ti. Solo queremos que lo disfrutes.

    […]

    Alicia no pudo evitar soltar lágrimas de felicidad cuando abrió la puerta de su casa y vio un cartel de bienvenida hecho a mano por parte de sus compañeros de equipo. “Bienvenida a la exploradora con el corazón más amable del mundo. Nuestra querida amiga, Alicia”. Solo tuvo que leer eso para llorar descontroladamente, al tiempo que recibía abrazos de todos sus compañeros.

    Gwyn y Natasha llevaron a la chica a la mesa principal del comedor, donde la sentaron en el asiento que estaba en el medio. Ace, Gina, Noak y Thomas fueron a dejar a los niños en un cuarto de la casa para que durmieran tranquilos, y una vez que los dejaron acostados allí, los cuatro fueron a la cocina para empezar a llevar comidas y bebidas alcohólicas a la mesa.

    Una vez que fue suficiente para todos, incluso sobraba dada la ausencia de Faron, empezaron a comer y a beber a gusto, pero con moderación puesto a que tenía que ser un festejo tranquilo y luego todos tendrían que volver a sus casas. Alicia disfrutó aquel rato junto a sus amigos más cercanos, en aquella fiesta que le habían preparado por su regreso tras la misión que Ace le encargó junto con Gwyn y Natasha. Una vez que todos estuvieron satisfechos y no querían beber más, acomodaron las sillas para formar un círculo en el que hablarían de la misión que había atravesado la chica.

    — Cuéntanos, Alicia, la verdad — Thomas lo quería saber todo — ¿Hicieron sufrir a esos bastardos?

    — Sí, lo vi con mis propios ojos — Alicia contestó — No pudieron hacer mucho para defenderse, y algunos intentaron escapar. Pero no tardaron demasiado en reunirlos a todos. Luego de eso, uno de ellos, que creo que se hacía llamar Din o Dis, se aproximó y nos pidió que nos lleváramos la nave y todos los suministros que tenían a cambio de perdonarles la vida.

    — ¿Fue todo tal y como los soldados que trajeron la nave de vuelta dijeron? — Ace tenía mucha curiosidad por eso — No tengo motivos para no creerles, pero si sale de ti será más creíble.

    — No sé que te habrán dicho, pero cada uno de ellos sufrió hasta la muerte por lo que hicieron en contra de nosotros — Alicia contó cómo fueron las cosas — Uno de ellos llegó a decir que lo que nos hicieron fue un acto de venganza por habernos metido con su ecosistema. A ese pedí que lo dejaran con vida y que lo torturaran hasta la muerte.

    — Sé que eso no traerá a Agustina de vuelta — Ace pensaba con tristeza en su difunta esposa — Pero me alegra saber que cada uno de esos malnacidos sufrió en sus últimos momentos de vida. Y que ya no queda nadie de su especie para perpetrar esos recuerdos. Eso quiere decir que ella puede finalmente descansar en paz.

    El silencio se adueñó de la sala por unos instantes, puesto a que nadie quería decir una palabra tan pronto. La misión a la que Alicia fue enviada consistía en rastrear y recuperar la nave espacial que los Dimaoren habían robado de la posesión de los humanos, al mismo tiempo que los exterminaban para castigarlos por todas las muertes que causaron directamente o que provocaron al llevar a los niños hacia una trampa que tenían con la humanidad.

    Consideraron que era lo más justo para su amiga que sus asesinos no pudieran gozar de la libertad por la que habían peleado, dado a que para conseguirla ocasionaron daños innecesarios puesto a que Ace llegó a ofrecer un trato para sacarlos de allí.

    Noak, quien quería romper la tensión en el ambiente, eligió ser el siguiente en hablar. Y eligió el objetivo secundario de la misión como tema de conversación.

    — Dime, Alicia… — Noak se preparaba para preguntarlo — ¿Qué tanto es lo que han visto del planeta Tierra? ¿Cómo se ve desde el espacio?

    — Es… horrible — Alicia comentó, algo apenada por tener que narrar esas cosas — Cuando yo despegué y salí del planeta por primera vez junto a mi familia lo vi desde afuera. Tenía un color azul hermoso. Ahora es gris y negro. Solo se ven nubarrones en la superficie, no se puede ver una sola porción de tierra ni tampoco los mares. Solamente hay nubes, y probablemente ceniza.

    — ¿Qué fue lo que captó la sonda que enviaron? — Thomas quería saber más al respecto — Nick no nos mostró más que algunas fotos donde todo se veía gris.

    — Es que no hay más que mostrar — Alicia contó la verdad, sobre todo — No puede verse nada más que las cortinas de ceniza y humo que están flotando en la atmósfera… No ha quedado nada. El daño que Arion ocasionó probablemente no se pueda revertir. No creo que haya esperanzas para que la humanidad regrese allí, al menos en milenios.

    Las cosas que decía Alicia no dejaban otra cosa más que una sensación desagradable en la conversación. Pronto todos empezaron a pensar que quizá habían cometido un error al traer esos temas a la mesa en la que se suponía que tenía que ser una noche para festejar por el regreso de su amiga al planeta Edagr. Fue por eso mismo que Natasha eligió preguntar una última cosa.

    — Dinos algo — la chica se ganó la atención de todos — Dijiste que tenías un motivo para no regresar luego de haber visto el planeta Tierra. Algo que querías hacer. Pero lo mantuviste en secreto de nosotros. ¿Qué es lo que querías lograr?

    — Se me ocurrió algo que estuvimos pasando por alto por varios meses — Alicia contestó de forma enigmática — Al menos, no recuerdo que lo hubieran hablado frente a mí.

    — ¿Y qué es exactamente? — Gina sentía mucha curiosidad.

    — Nos costó mucho buscar y buscar, pero finalmente encontramos el planeta en el que Hark tenía guardados los meteoritos radioactivos que tenía pensado usar en la última fase de su plan.

    Las palabras dichas por la exploradora dejaron enmudecidos a varios de ellos. Y todo era tal y cómo lo decía ella. En los archivos que obtuvieron de los edagrianos nunca se encontró esa información, posiblemente porque Hark quería que estuviera a salvo de cualquier intruso que pudiera acceder a su sistema. Quizá esa información solo la conocieran sus hijos o sus hombres de mayor confianza, y por eso no le era necesario registrarla. Cierto era que todos lo habían olvidado con el paso del tiempo, pero según lo narrado por Kenegar cuando lo encontraron, se tenía planeada una tercera fase de la Gran Catástrofe. Los meteoritos serían lanzados a un tercer conjunto de planetas para ser arrasados tal y como sucedió en sitios como la Tierra, Xarom, Garak, y Emiv.

    Al haberle puesto fin tanto a su vida como a su raza, esos meteoritos quedaron allí, a la espera de que alguien los pusiera en rumbo hacia un sitio en específico para ocasionar muerte y destrucción. Eso era algo que tomó por sorpresa a todos sus compañeros.

    — No es algo que me entusiasme demasiado saber — Ace se veía aterrado por la idea — Seguro que en este planeta hay tecnología preparada para lanzarlos en una dirección y que cumplan con su objetivo.

    — Es un secreto que no podemos permitir que nadie en este planeta sepa — Alicia quería aprovechar para dar su opinión — No es un secreto el hecho de que la humanidad, a lo largo de su historia, ha buscado obtener poder. Si en el futuro aparece alguien con una ambición de conquista mayor a la de Allecreod y se entera de que los meteoritos siguen allí…

    — Podría llegar a ocasionar un gran daño en el universo — pensó Noak, aplicando algo de lógica — Peor aún. Si nosotros fuimos capaces de llegar hasta aquí, es probable que otras especies también lo consigan.

    — Y si llegan a este mundo, querrán a los culpables de todo — Gina no estaba tranquila con eso.

    — Y los culpables serían los humanos — Ace lo miró de la forma más lúgubre posible — Este planeta quizá volvería a ser testigo de una guerra entre especies. No es el futuro que quiero para la humanidad.

    — Pero no hay forma de que podamos destruir los meteoritos — Natasha lo pensó con pesimismo — Tarde o temprano, alguien los encontrará.

    — Entonces, hay que tomar todas las medidas posibles para asegurarnos de que no ocurra — Gwyn, en su posición de poder, pensó que era algo posible — Alguna idea nos tiene que llegar. Por el momento, solo nosotros y los soldados que viajaron contigo lo saben. Confío en que guardarán el secreto.

    — Justamente, hablé con ellos sobre lo importante que era la confidencialidad en este caso — Alicia tranquilizó a todos los presentes — Nadie hablará de más sobre este tema. Sé que puedo confiar en ellos.

    — Es algo impactante, ciertamente, no lo esperaba — Ace pronto se levantó de su lugar — Quiero felicitarte, Alicia. Te hemos dado dos objetivos, y no solo los cumpliste, sino que te asignaste a ti misma la tarea de cumplir un tercero. Eres una gran exploradora.

    — Basta, me halagan demasiado, no fue gran cosa — contestó la chica algo apenada — Cualquiera podría haberlo hecho.

    — Hecho sí. Pero quizá no pensarlo — Natasha se levantó junto a Ace — Y por eso mismo, es que ahora tenemos más motivos para darte esto…

    — ¿Qué cosa?

    Alicia no podía evitar emocionarse como una niña cuando le dijeron una cosa así. Luego de la fiesta con comida y bebida, de la cual ya estaba enterada, no esperaba que tuviera una sorpresa nueva en esa noche. Se sorprendió mucho por el cartel de bienvenida que le dieron, y creyó que esa sería la última ocasión en la noche, pero cuando vio que Ace y Natasha se marchaban, creyó que tendría un regalo nuevo en sus manos.

    Sus pensamientos eran correctos, puesto a que la pareja de soldados regresó de una de las habitaciones con un paquete envuelto en papel de regalo. La chica sonreía mientras veía los rostros felices de las parejas al lado suyo. Juntó las manos en señal de agradecimiento por todo el cariño que tenía aguardándola de parte de sus amigos.

    Ace y Natasha colocaron la caja sobre la mesa y le pidieron a Alicia que se acercara para abrir su regalo. Todos se acercaron a la mesa, dejando a su amiga en el centro y lista para abrirla, pero antes de que pudiera hacer algo, Gwyn y Thomas la detuvieron.

    — Antes de que lo abras, te tenemos una noticia sorpresa — Gwyn le comentó a la chica — ¿Thomas?

    — Con la ayuda de Allecreod, Xorxaik y más personas, hemos podido atrapar y encerrar a todos los detractores — Thomas confesó, causando que ella sintiera un enorme peso siendo retirado de encima — Cada uno de ellos está preso y pagando por los crímenes de vandalismo que cometieron contigo. Ya nunca los volverás a ver en tu casa.

    — Oh, es una gran noticia — Alicia no sabía cómo reaccionar ante eso.

    — Ahora sí puedes abrir tu regalo — Gwyn le dio el permiso de que lo hiciera.

    Alicia quitó el papel de regalo para poder ver una caja de color gris que no tenía ningún estampado encima. Ella pronto le sacó la tapa y pudo ver que en el interior había un libro de gran tamaño en su interior. Una edición física. Ella lo tomó en sus manos y se emocionó al leer el título. “La verdadera historia de Alicia Noble y Michael Umcali”.

    La chica lloró cuando lo tuvo en sus manos. Tal y como se lo habían prometido, se sacaría una respuesta para el ataque de los detractores. Ella comprobó el libro y vio que Nick y otras personas más eran los autores de ese libro. Algo que se encargaría de reivindicar la imagen tanto de ella como de su fallecido novio, la cual fue ensuciada por los esfuerzos de los detractores.

    — Oh, dios, gracias — Alicia no cabía dentro de sí misma por lo que vivía — Gracias, de verdad. Esta es la mejor noche en mucho tiempo. Y se las debo a ustedes. Son los mejores amigos que pude tener.

    Envuelta en las lágrimas, Alicia abrazó cariñosamente a cada uno de sus amigos allí presentes. Pronto se dio cuenta de que no podía pedir nada más de parte de ellos. Su casa fue reparada tras la infiltración de los detractores, estos fueron arrestados y luego de eso empezó una campaña para poder enmendar todo el daño que causaron. Aunque la fiesta no era una sorpresa, el regalo del libro y la cálida bienvenida sí que eran cosas que ella no esperaba recibir. Ella tenía en claro que, después de los trágicos días en los que sufrió por haber quedado sola tras el dolor que llegó a su vida cuando Michael murió, tenía amigos que siempre estarían allí para ella.

    — Ellos son todo lo que yo podía pedir — pensó mientras los abrazaba — Y los he conocido gracias a ti… Michael.

    La chica era consciente de que, de no haber sido por el ofrecimiento de Michael para que ella formara parte del Zenith en su momento, quizá nunca habría llegado a conocer a toda esa gente que para ella eran una maravilla en su vida.

    — Me has dejado el mejor regalo, amor — Alicia lo recordó, con felicidad y no con tristeza en aquel momento — Gracias por todo lo que hiciste por mí.

    […]

    — Alicia se veía muy feliz — Ace se empezó a recostar en su cama.

    Habiendo acabado el festejo, ambos comandantes regresaron junto con Arick a su hogar. Tras dejar al pequeño niño en su habitación, ellos se estaban preparando para dormir.

    — ¿Solo feliz? — Natasha lo comentó con cierta ironía — Me abrazó cinco veces al despedirnos. Es una mujer encantadora.

    — Me alegra que hayamos podido hacer algo por ella — contestó su pareja con una sonrisa — Me hace sentir bien al respecto. La epidemia terminó, el problema del agua ya fue resuelto. Y los detractores están todos arrestados. Creo que finalmente podremos festejar por la paz que tanto buscábamos.

    — Tú lo has dicho — la mujer le guiñó un ojo a su pareja al mismo tiempo que empezó a caminar hacia una cómoda que estaba algo apartada de su cama.

    Natasha empezó a moverse para captar la atención de Ace, y cuando supo que él la estaba viendo, se quitó la camisa que cubría su torso, dejando al descubierto un sujetador rojo y ajustado a su pecho. Ace estuvo mirándola por un rato, y cuando Natasha lo vio prudente, empezó a mover la cintura al mismo tiempo que se desabrochaba el pantalón para luego quitárselo.

    Ace quedó casi inmóvil cuando pudo ver la figura semidesnuda de Natasha, quien sonreía mientras se acercaba a la cama para estar junto a él, asegurándose de que tuviera la mirada fija en su cuerpo.

    — ¿Te gusta el color rojo? — decía Ace mientras miraba como la ropa interior de su pareja era toda de un solo color.

    — Si no te gusta, puedo cambiármelo — Natasha se subió a la cama y se acercó a él — Tengo uno color rosa y otro color violeta.

    — Déjalo, el rojo te queda muy bien — Ace, tras ver las intenciones de Natasha para con él en esa noche, empezó a quitarse la camisa de dormir que llevaba puesta — Estás realmente hermosa, Naty. Para mí, el cuerpo que tienes es increíble.

    — Tú mismo lo has dicho — comentó la chica mientras le acarició el rostro — Para ti, y solo para ti.

    Una vez que Ace se había quitado la ropa, Natasha se abalanzó a sus brazos, momento en el que los dos empezaron a besarse apasionadamente hasta que Ace terminó estando justo por encima de ella. Natasha disfrutó de aquel momento en el que finalmente pudo tener intimidad junto a Ace. Nunca quiso apresurar las cosas con él porque sabía que él tenía que tomarse su tiempo. Para ella, la espera de tres meses hasta que ambos eligieron entregarse pasionalmente el uno al otro, valió totalmente la pena.

    Juntos como pareja, no pensaban en otra cosa más que en lo felices que estaban en compañía mutua, y eso lo dejaron reflejado en esa misma noche. Él estaba enamorado de ella, y ella nunca había sido tan feliz en toda su vida por poder compartir esa noche junto a él.

    Su único deseo para el futuro era poder vivirlo juntos. Para ellos no hacía falta nada más.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo mío, me alegra haber estado un finde más por aquí, haciendo nuestras leídas en simultáneo y disfrutando de ellas. Este capítulo se siente como el comienzo de algo nuevo, pues en el hemos visto que varios cabos sueltos han sido cerrados "off screen" y todo parece haber vuelto a una normalidad pacífica. Pasaré entonces a comentar lo más llamativo de buen capítulo de hoy.

    El comienzo de este capítulo era algo que yo llevaba años esperando (tú lo sabes XD). Y es que Ace, quién ha estado lidiando con el duelo por la muerte de su esposa Agustina, ha seguido hacia adelante y ha encontrado de nuevo el amor, y de nuevo en Natasha. Para mi, ambos debieron haberse quedado juntos desde el principio, pero no fue así y el deseo por verlos juntos estuvo presente hasta que puedo decir que ha llegado el momento. Me ha alegrado muchísimo ver a dos de mis personajes favoritos formalizando una relación que apenas está dando sus primeros pasos, pero que promete ser hermosa. Además, con Arick de por medio (y ojalá otro niño pronto) forman una familia muy bella. Natasha cuida de Arick como si fuese su propio hijo y Ace le agradece a la mujer por haber sido paciente con él, debido a sus malos momentos tras los últimos sucesos. Natasha le demostró desde entonces que estaría para los Lakor siempre y eso ha despertado en Ace ese amor que ambos se han tenido desde siempre. :nice:

    Después pasamos a ver la llegada de Alicia, quién ha estado todo un año fuera en misión de exploración espacial. Su llegada es aclamada por mucha gente al margen de sus amigos, he incluso vemos a Faron reencontrarse con una vieja amiga suya (la cual parece interesada en ser más que una amiga XD). Alicia se reúne entonces con Gwyn, Thomas, su pequeña Sky, Noak, Gina, el pequeño Cade, Natasha, Ace y el pequeño Arick. Los saluda a todos cariñosamente y estos deciden llevarla a la que será su nueva casa, en la cual pretenden hacerle una fiesta de bienvenida. Alicia se emociona al ver todo el aprecio que sus amigos le han demostrado haciendo diversas cosas por ella y no es para menos. Ojalá tener yo un grupo de amigos así, aunque diría que es el sueño de todos. :minku:

    Es aquí donde descubrimos por boca de Alicia que los Dis, Dozern y Daeron (aka 'los sirenitos') fueron encontrados y exterminados como las ratas que eran, por haber secuestrado niños, a mi Ace y por haber matado a Agustina. Se lo merecían y aunque pueda ser un desperdicio de recursos, yo lo apruebo. Además, conocemos que la Tierra está en un estado deplorable y que no tiene pinta de ser habitable en muchísimo tiempo. También, Alicia descubre gracias a sus amigos que los famosos detractores que tantas tonterías hacían y daños provocaban, han sido todos encarcelados. Joder, este capítulo es una auténtica fiesta figurada y literalmente. No me pongo a bailar porque estoy sentado. Aunque me preocupa lo de los meteoritos que Hark escondía en un planeta para una tercera catástrofe. Pero no pienso darle vueltas a eso. Hoy es día de disfrute. :shark:

    Finalmente, la última escena nos muestra a Ace y Natasha nuevamente, abriendo y cerrando el capítulo. La pareja (la mejor pareja y la más deseada de todos los tiempos) se alegra de haber hecho sentir tan bien a Alicia y de que las cosas, tras un tiempo difícil, estén mejorando para todos. La alegría del momento lleva a Natasha a insinuarse y a Ace a dejarse llevar por sus instintos. Ojo, porque aquí veo que se está gestando otro bebé Lakor... Yo solo digo. Ojalá así sea, porque Natasha se merece un hijo y de quién mejor que el propio Ace. :eye:

    En fin, ha sido un gran capítulo, amigo mío. Me ha encantado. Eso si, me intriga cual será la trama que esté por venir y el peligro que se aproxime. Me temo que eso de los meteoritos tendrá mucho que ver con lo que venga... :angrycat: Sea como sea, estaré expectante y ansioso por ver que nos depara el futuro. Hasta el próximo finde, amigo mío.
     
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  3. Threadmarks: Primeros pasos
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    27
     
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    5775
    Saludos a los lectores de la historia. Seguimos avanzando en la recta hacia el final de una parte. Con el clímax ya finalizado, se vienen un par más de saltos en el tiempo para llevar la trama hacia una cronología adecuada y conveniente, pero eso no evitará que me detenga en algunos años en el medio para mostrar como van progresando las vidas de algunos personajes.

    Quiero agradecer a mi gran amigo Manuvalk por estar cada semana en la historia, dando sus opiniones y sus comentarios que valoro mucho. Realmente, ver que está disfrutando mucho de la lectura de esta historia es algo que me agrada bastante, ya que dan motivos para seguir avanzando en este universo. Y me da mucho gusto que algunos de sus sueños se estén cumpliendo, y ojalá se cumplan todos los que quedan, algo que él juzgará cuando esta parte esté finalizada ;)

    Aviso que ya he podido actualizar tanto cronología como guía de personajes. Por si fuera a ser necesario consultar alguno. Sin más para decir, les dejo la lectura.
















    Primeros pasos:

    — Está bien, tómate el tiempo que necesites — le decía Ace a su pequeño, quien se escondía detrás de sus piernas.

    El joven niño se encontraba detrás de su padre, quien vestía ropa informal y tenía puesta una mochila pequeña. Con bastante timidez, este no se atrevía a salir de su escondite, como si tuviera vergüenza por mostrar su cara. En frente de ambos estaba Gwyn, acompañando a su hija Sky, a quien la tenía sujetada de la mano. La reunión de ellos se estaba dando en la residencia de Gwyn y de Thomas, este último ausente por motivos de trabajo en ese momento.

    Las familias de ambos niños todavía no los habían presentado a ambos oficialmente, y fue por eso por lo que lo estaban haciendo en aquel momento, puesto a que había motivos importantes para ello. Arick y Sky habían cumplido ya cinco años. Las leyes dictaban que todos los niños podían ser educados en casa hasta los cinco años, recibiendo enseñanzas de padres, tutores o profesores particulares autorizados. En tanto se aprobasen ciertos exámenes que validaran que la educación, que no era muy avanzada ni compleja para los de su edad, se realizara de forma correcta, los niños podían estar en casa aprendiendo.

    Una vez cumplidos los cinco años, los niños, independientemente del tipo de educación recibida, tenían que atender obligatoriamente a un preescolar, con el fin de que aprendieran a compartir y convivir con otros niños. Ambos pequeños fueron criados en casa por decisión personal de sus padres, pero tras haber cumplido los cinco años, eso se había acabado.

    Por esa misma razón las familias Lakor y Delleo querían que Arick y Sky se conocieran en aquel momento para ver si podían entablar una amistad antes de que ingresaran al preescolar. Sin embargo, dada la reacción de Arick, el cuál había salido muy poco de su casa durante casi toda su vida y nunca había hablado con alguien de su edad antes, las cosas se complicaban un poco.

    Sky tenía mucha curiosidad por la visita que habían recibido, dado a que la reunión era en su propia casa. Fue por eso por lo que le hizo una pregunta a su madre.

    — Mamá, ¿quién es él? — con una voz dulce ella levantó la vista y preguntó.

    Cuando escuchó hablar a la niña, Arick se asomó tímidamente para mirarla, dado a que le había gustado el tono de su voz. Gwyn le respondió la pregunta a su hija.

    — Es un niño que tiene tu misma edad — su madre le dijo suavemente — Creímos que podrían ser buenos amigos.

    — ¿Y cómo se llama? — la niña preguntó otra vez.

    — Dejemos que sea él quien se presente — contestó Gwyn con una sonrisa para calmar ese ánimo — Pero no lo apresuremos.

    Arick se quedó mirando a Sky en las dos oportunidades que la escuchó hablar. No solo su voz, sino también el estilo de cabello que ella tenía, atado con una cola de caballo, le parecían muy bonitos. El pequeño tenía ganas de salir, pero todavía estaba un poco inseguro. Fue ahí que su padre colocó su mano sobre la cabeza para darle una caricia.

    — Está bien, no tienes que apresurarte si no quieres — Ace no quería que las cosas salieran mal en su primer encuentro — Te puedes tomar el tiempo que necesites.

    Arick decidió que no quería sentirse como si se estuviera escondiendo por más tiempo, por lo que salió de su posición y se paró delante de su padre, frente a Gwyn y a Sky. La niña tenía ganas de saber su nombre, por lo que esperó que él hablara. Arick, por más que tenía deseos de hablar, no sabía qué podría decir.

    — Papá… — el niño decidió recurrir a él.

    — Salúdala — su padre le dio una pequeña guía — Y dile tu nombre. Seguro ella quiere saberlo.

    Arick miró al frente y su mirada chocó con la de Sky. Con una voz vergonzosa fue que él la saludó.

    — Hola — sonaba como si estuviera asustado — Me llamo Arick.

    Sky sonrió porque estaba feliz de ver que el niño se había atrevido a hablarle. Por un momento llegó a pensar que algo de ella no le había caído bien, pero eso la llevó a darse cuenta que no era así. Ella miró a su madre, y entonces ella le explicó cómo contestar.

    — Ahora te toca a ti saludarlo y presentarte — Gwyn supo que sería lo mejor.

    — Hola, Arick — la niña levantó su mano, a diferencia del niño, que no hizo gesto alguno — Yo soy Sky.

    — Sky… me gusta tu nombre — contestó el niño al saludo.

    — Gracias, el tuyo no está nada mal tampoco — fue su respuesta.

    Ace y Gwyn se sintieron aliviados por ver que sus hijos, pese a que tomó un poco de tiempo, se habían presentado. Pero luego notaron que no estaban diciendo nada más, simplemente estaban allí mirándose. No querían que su primer encuentro fuera algo muy incómodo, por lo que Ace decidió ser rápido. Se descolgó la mochila que traía en su espalda y se la entregó a su hijo. Arick la recibió con algo de dudas.

    — ¿Recuerdas que te dije que trajeras algo especial para ti? — preguntó de forma tranquila y nada intimidante — ¿Qué te parece si vas con Sky y le cuentas por qué lo trajiste?

    — ¿A dónde iremos? — el niño no sabía a dónde debían ir.

    — Pueden ir a la sala de estar — Gwyn se agachó para tomar a Sky de sus hombros — Tú podrías mostrarle a Arick tus juguetes favoritos. ¿Te gusta la idea?

    — Está bien — la niña aceptó la idea de su madre — Ven, Arick. Vamos a la sala.

    — Papá… — el niño miró a su padre para pedirle permiso, cosa que él adivinó antes de incluso recibir esa pregunta.

    — Está bien, Arick, puedes ir — le hizo un gesto con la cabeza — Pórtate bien. Si necesitan algo, estaremos aquí.

    Sabiendo que podía tomar esa libertad para irse a jugar con la niña que acababa de conocer, Arick eligió seguirla. Ella lo llevó a la sala de estar, y él fue con la mochila en sus manos.

    — ¡Dejen la puerta abierta! — Gwyn quería escuchar todo lo que llegaran a decir.

    — ¡Está bien, mamá! — Sky contestó sin rechistar.

    Una vez los dos niños llegaron, Sky abrió la puerta para que ingresaran, dejando la puerta abierta tras ellos. Arick entró y miró todo a su alrededor. Logró ver una televisión de gran tamaño apoyada sobre una de las paredes, un sillón grande para cinco personas, pese a que en la casa solamente vivían la niña junto a sus dos padres, y un par de alfombras situadas en el suelo. En una de las esquinas se divisaba un calefactor que también podía usarse como aire acondicionado.

    Había también un armario enorme cerca de una de las paredes, el cuál ocupaba casi tres quintos de esta. Sky llevó a Arick para que se sentara sobre una de las alfombras más gruesas y blandas del sitio, la cuál tenía forma circular y era de un color rojo brillante con manchas blancas, azules y amarillas.

    Ambos se quitaron los zapatos y se sentaron allí. Arick se avergonzó un poco cuando vio que Sky lo estaba mirando con una sonrisa. Era el primer contacto que tenía Arick con alguien de su edad. La niña, por su parte, fue llevada a plazas de la ciudad donde llegó a hablar con algunas niñas que estaban con ella en la fila para comprar caramelos cuando tenían ganas de comer. Pero pese a eso, no tenía amistades oficiales, puesto a que sus salidas a la plaza eran escasas.

    Viendo que él era bastante tímido, Sky fue quien eligió preguntar.

    — Arick, ¿qué trajiste en esa mochila? — ella se acercó un poco para ver si podía descubrirlo.

    — Mi papá y mi mamá me pidieron que trajera algo especial para mí — el niño contestó sin vergüenza en esa ocasión — Traje mi peluche favorito. El que siempre uso para dormir.

    — ¿Puedo verlo? — a Sky también le gustaban los peluches — Yo tengo bastantes en mi cama, si quieres puedo mostrarte mi favorito.

    — Está bien — Arick contestó tímidamente.

    La niña se levantó y se fue caminando tras ponerse los zapatos hacia su habitación. Arick abrió el cierre de su mochila, y eligió quedarse esperando a que ella regresara para poder sacar su peluche de allí. Sky no tardó mucho en regresar, y cuando volvió, lo hizo con un peluche con forma de conejo, con unas orejas muy largas, de color blanco y con una nariz color rosa. Al pequeño niño le agradaba mucho, y se lo quedó viendo por un tiempo.

    — ¿Te gusta? — Sky se lo dio en la mano al niño con total confianza.

    — Es muy bonito — Arick lo tomó, y vio que era muy suave — Me gustan sus orejas.

    — A mí también, por eso los conejos son mis animales favoritos — Sky contestó, ganándose la atención de Arick — Mi papá y mi mamá me llevaron una vez a un paseo por un bosque, y he visto animales que son muy parecidos. Solo que son más grandes.

    — Yo no he ido a pasear por los bosques, pero mi mamá y mi papá me llevan hacia un lugar que tiene un arrollo — Arick empezó a abrirse más con la chica — Hemos caminado por un pequeño conjun… conjunto de árboles. Pero mi papá dice que no es un bosque porque es muy pequeño.

    — ¿Has visto animales allí? — la chica también contestaba con más rapidez las preguntas que le hacía.

    — Solo pájaros e insectos — Arick respondió, para luego dejar el peluche a su lado — Pero no he podido ver un animal que se parezca a mi peluche favorito.

    — ¿Puedes mostrármelo? — ella tenía curiosidad por ver cuál sería.

    — Claro, ahora lo sacaré — el niño metió las manos en su mochila.

    Ante la atenta vista de la chica, el pequeño Lakor tomó el peluche y lo retiró. La niña vio cómo él tenía en sus manos a un pequeño oso de color marrón, ojos negros y orejas muy pequeñas de color semi amarillento. Dado a que ella le había entregado el conejo en sus manos, Arick decidió hacer lo mismo, y con una sonrisa se lo alcanzó.

    — ¡Un osito! — Sky lo tomó y lo empezó a abrazar — ¡Y es muy suave!

    Arick se asustó un poco por la forma en la que Sky reaccionó cuando tomó el peluche que le pertenecía, pero pronto esa sensación desapareció. El niño se la quedó viendo. En su rostro se podía ver una sonrisa que a él le gustó mucho, además de que le daba un poco de ternura la manera en la que Sky cerraba los ojos al abrazar el peluche. El pequeño Lakor no se dio cuenta en ese momento, pero empezó a sonreír por la felicidad y tranquilidad que sentía en ese lugar.

    Sky estuvo por un minuto completo abrazándolo con los ojos cerrados, puesto a que no tenía un peluche como ese. Al abrir sus ojos vio que Arick no le quitaba la vista de encima, eso le hizo preguntarse algo.

    — Lo siento, ¿quieres que te lo devuelva? — la chica creyó que sería lo correcto.

    — Sostenlo un poco más — Arick no tenía idea de por qué había dicho eso — Yo quisiera abrazar un poco más al conejito que trajiste.

    De esa manera, ambos se dieron cuenta de que su amistad podría empezar con buen pie. En los pocos minutos que habían convivido, se estaban llevando bien, se comportaban adecuadamente y también parecían compartir el gusto por los peluches, algo común para niños de su edad. Al cabo de unos minutos, los niños decidieron devolverse los peluches que se habían prestado por un momento. Arick guardó a su osito en la mochila, mientras que Sky llevó a su conejito hacia su cuarto. Cuando ella regresó, una pregunta empezó a cruzarse por su mente.

    — Arick, ¿tu mamá y tu papá te hablaron sobre algo? Algo llamado escuela — preguntó con curiosidad.

    — Sí, me dijeron eso — el niño recordó algunas conversaciones con ellos — Papá y mamá me dijeron que aprendería muchas cosas más que las que aprendo en casa, y que también es posible que hiciera amigos.

    — Eso mismo me dijeron mis papás — Sky le contestó — ¿Crees que iremos a la misma escuela?

    — Mi papá me dijo mientras venía aquí que conocería a alguien que iría conmigo — Arick le explicó lo que sabía — Dijo que sería bueno que tuviera una amistad antes de empezar.

    — Mamá dijo lo mismo — Sky recordó esa charla con su madre a la mañana — Entonces, tú y yo vamos a estar juntos en la escuela.

    — Eso me alegra mucho — Arick sonreía cuando lo pensó.

    — ¿Por qué? — fue la pregunta de la niña.

    — Una vez yo le pedí a mi papá que me contara una historia de cuando fue un héroe — Arick escuchó muchas veces a la gente saludarlo y llamarlo de esa forma cuando iban caminando por la calle — Mi papá dijo que tenía que crecer más para que yo pudiera entender y disfrutar esas historias, pero me dijo que recordara algo importante.

    — ¿Qué es lo que te dijo? — Sky quería ver si sus padres en algún momento se lo habían dicho.

    — Dijo que las cosas a veces pueden parecer malas — contó el niño — Pero siempre resolvió sus problemas siendo ayudado por sus amigos. Me dijo que, si tenía buenos amigos, nada malo pasaría. Por eso estoy feliz de que iremos juntos a la escuela. Porque somos amigos. ¿Verdad?

    Sky quedó pasmada con las cosas que el niño le había dicho. Ciertamente nunca había escuchado una frase así por parte de su padre, y le parecía que las cosas que decía el niño frente a ella tenían mucho sentido. Luego de pensar en lo bien que se llevaban, y que a él no le molestó que ella tomara uno de sus peluches, justamente el que fuera su favorito, le hicieron pensar a Sky que, tal y como él decía, eran amigos.

    — Sí — la chica contestó — Somos amigos. En ese caso, si las cosas están feas o malas, te pediré ayuda. Y tú también puedes pedírmelo.

    — Sí, lo haré — Arick cerró los ojos y le sonrió tras haber conseguido esa respuesta — Eres mi primera amiga.

    Sky se lo quedó viendo por un momento, empezando a sentirse sonrojada por la manera tan afectiva en que Arick estaba hablando con ella. Al mirarlo bien, ella notó que su nuevo amigo tenía una sonrisa que a ella le gustaba mucho. Siendo una niña pequeña, a ella siempre le gustaba ver a la gente sonreír, puesto a que recibía la sensación de que las cosas a su alrededor marchaban bien y sin ningún problema.

    Pero la sonrisa de Arick tenía un efecto diferente en ella. Era como si su sonrisa, además de transmitirle buenas emociones, le hiciera sentir otra cosa. Pero Sky no podía descubrir qué era.

    Una vez que terminaron de hablar de su escuela, la niña eligió acercarse a él para hacerle una pregunta.

    — Dime, Arick, ¿a ti te gustan los ositos? — ella lo decía debido a que creyó que su peluche favorito debía serlo por un motivo.

    — Me gusta mi peluche, aunque mi papá dice que no hay osos en donde vivimos — su amigo le contestó, recordando lo dicho por él.

    — Es cierto, pero mi mamá y mi papá me mostraron un video con imágenes de varios animales — Sky empezó a contarle — Dicen que los ositos vivían en un planeta muy lejano al nuestro, llamado Tierra.

    — ¿Un planeta? — Arick no sabía lo que significaba eso.

    — Sí, ¿te gustaría ver a los ositos conmigo? — Sky quería invitarlo a compartir una actividad con ella — También hay otros animales.

    — Me gustaría — Arick se sintió muy bien al recibir esa invitación.

    — ¡Ven, voy a pedírselo a mi mamá!

    Los dos niños se pusieron los zapatos y se fueron al comedor, en donde Ace y Gwyn, quienes tenían vigilados a sus dos pequeños, estaban compartiendo una merienda hecha con café y trozos de budín. Al ver cómo los niños se les acercaban, supusieron que les iban a pedir algo. Por lo que dejaron lo que estaban haciendo para prestarles atención.

    — Mamá, ¿podemos ver el video de los animales? — Sky preguntó con dulzura — Arick y yo queremos ver a los ositos.

    — ¿Qué son esos videos? — Ace se extrañó ante esa pregunta.

    — Ah, son archivos que fueron rescatados de documentales sobre los animales — Gwyn no fue muy directa con su respuesta — Hay gente que vende paquetes de contenido para que sean vistos en televisión. Thomas y yo compramos uno para educar un poco a Sky.

    — Vaya, no sabía que existían de esos — Ace dijo en frente de Arick — Voy a ver si Natasha y yo compramos eso. Nos vendría muy bien ahora.

    — Mamá, ¿podemos? — Sky se sintió mal porque no contestaron directamente a su pregunta.

    — Sí, cariño, ya voy — Gwyn se puso de pie — Mírenlo y luego vengan a comer algo.

    Arick y Sky festejaron en el momento en el que su madre les dijera que sí a la petición de la niña. Ace se levantó también para ir a ver a qué se refería la niña cuando le pidió el favor a su madre. Desde la puerta, el comandante se quedó mirando y vio que Gwyn encendió su televisor apoyando la palma de su mano en un sensor que se camuflaba en la pared, justo por encima del aparato. Tras unos segundos, el artefacto encendió, y Gwyn utilizó sus dedos para moverse a través de la pantalla táctil de la tele para buscar el documental de animales que tanto le gustaba a su hija.

    — Es seguro, no tiene escenas violentas — Gwyn quiso que Ace supiera lo que iban a ver.

    — Descuida, yo confío en que ustedes serían cuidadosos al respecto — fue la respuesta del padre de Arick — Si tú lo apruebas, entonces yo también.

    Teniendo la autorización del padre de su invitado, Gwyn colocó el documental para que Sky y Arick, quienes ya se habían sentado en el sillón, algo distanciados el uno del otro, pudieran verlo. La comandante, sabiendo que había unos pocos minutos de introducción, adelantó el video para que fuera directamente a la parte donde se empezaban a ver a los animales.

    — Arick, si me olvido de comprar esto, recuérdamelo — le dijo su padre con una sonrisa.

    — Lo haré, papá — su hijo contestó entusiasmado — ¿Quieres verlo con nosotros?

    — Creo que sería mejor que lo viera por primera vez en casa, en familia — Ace respondió a su hijo — Tú puedes hacerlo porque Sky te invitó.

    — Está bien — la respuesta de su padre dejó tranquilo al pequeño.

    Una vez que todo estaba puesto, Gwyn y Ace les sonrieron a los pequeños y se fueron al comedor a continuar con su merienda, dejando a ambos a solas para que miraran el documental.

    Arick y Sky miraron cómo el video mostraba imágenes de varios animales allí. Empezó primero por unas jirafas, las cuales Arick conocía porque las había visto en un libro para colorear. Diez minutos después, mostró a unos elefantes, animales que él desconocía, y que a Sky no le agradaban demasiado dado a que les daban miedo los colmillos, las trompas y las orejas.

    El tercer animal era el que ambos niños estaban esperando, y Sky le avisó antes de que aparecieran.

    — ¡Mira, Arick, son los ositos! — la chica le tocó el hombro al mismo tiempo que señaló la pantalla.

    — Los veo — Arick se avergonzó un poco al ser tocado de esa forma, pero cuando ella lo soltó, se tranquilizó bastante.

    Fue allí como ambos empezaron a ver como en la imagen aparecía una mamá oso con tres de sus cachorros caminando por un bosque. A la niña le gustaban mucho esa clase de animales, mientras que Arick, quien los estaba conociendo por primera vez se quedó maravillado al verlos.

    — Son muy parecidos a mi peluche — el niño pensó — Solo las orejas son diferentes.

    — Sí, mira — la niña saludó — Ese pequeño que está ahí va a intentar trepar el árbol.

    Dicho y hecho, Arick y Sky vieron como uno de los ositos quiso subirse a uno de los árboles, para terminar cayéndose a los pocos metros. Dado a que no fue una caída grave para el animal, y vieron que se recuperó pronto de esta, los dos niños empezaron a reír dado a que les pareció tierno y gracioso al mismo tiempo.

    Desde afuera de la sala, Gwyn y Ace escuchaban con una sonrisa como sus dos pequeños estaban riendo alegres. Eso era la señal de que su amistad había empezado bien, tal y como ellos querían, puesto a que les haría bien tenerse como amigos antes de que empezaran el preescolar.

    — Bueno, resultó como esperábamos — Ace dio un sorbo a su café — Tenía miedo de que Arick no quisiera decir nada y que tuviéramos que repetir lo de hoy en mi casa.

    — Es un buen niño, pero le falta desenvolverse más — Gwyn dio su opinión — Aunque creo que Sky no es demasiado abierta tampoco.

    — Dijiste que hablaba con otras niñas al ir a comprar golosinas — el comandante recordó ese detalle.

    — Sí, pero no es ella la que empieza las conversaciones — su madre siempre lo tenía en mente — Me alegra saber que ellos se llevarán bien. Todavía falta un mes para que empiecen sus clases en el preescolar.

    — Pensar que en tan solo un mes los estaremos dejando en la puerta de ese lugar para su primer día — Ace se sentía algo nostálgico — Siento que fue ayer cuando lo tuve en mis brazos por primera vez. Todavía lo recuerdo.

    […]

    Es un poco llorón, pero es un buen niño — Agustina entregó al pequeño Arick, que tenía unos pocos minutos de haber nacido, a los brazos de su esposo.

    Hola, pequeñín — Ace lo sujetó con cuidado — Arick… Arick Lakor. ¿Te gusta ese nombre pequeño angelito?

    Espero que le guste, ya que tú se lo pusiste — ella le recordó que él fue quien eligió el nombre.

    ¿Agustina lo tuvo nueve meses y fuiste tú quien le puso nombre? — Gwyn, quien estaba presente allí, y en ese momento embarazada, preguntó en broma.

    Estoy con ella, Ace — Thomas apoyó a su esposa — No me parece justo.

    Fue Agustina quien lo aprobó. Dijo que era un nombre apropiado para este pequeño — respondió Ace.

    Dado a que, en la caída de la Tierra casi todos perdieron a sus familiares, Agustina pidió a los doctores un permiso para dejar entrar a Alicia, Thomas, Gwyn y Natasha para acompañarla a ella y a Ace a ver al pequeño. Ellos eran las personas con quienes tenía una relación más cercana, y fue por eso por lo que los doctores lo permitieron.

    Alicia y Natasha se sentían muy felices por la pareja, no solo porque habían concretado el sueño de formar una familia, algo que sabían que deseaban con demasía. Sino también por el hecho de que el pequeño niño nació sano, cosa que les preocupaba dado a que ese era uno de los primeros embarazos y nacimientos en el planeta Edagr, y temían que las condiciones del planeta pudieran llegar a afectar en algo al bebé. El saber que no fue así las llenó de alivio a ambas.

    Gwyn y Thomas miraban con ternura al pequeño. Ellos ya tenían confirmado que estaban esperando a una niña, y les hacía mucha ilusión la idea de que, al crecer, su hija, a la cuál tenían pensado llamar Sky en honor a la ciudad en la que vivían, se pudiera llevar bien con el pequeño Arick. Pero ya tendrían tiempo para ver si las cosas se daban así en el futuro.

    Ace, sin poder resistirlo más, acercó al pequeño hacia él y le dio un beso en la frente para poder mostrar lo encantado que estaba al tener en brazos a un niño que llevara su sangre. Para él, ese niño los llevaba tanto a él como a su esposa.

    […]

    El haber recordado ese primer momento hizo que una pequeña lágrima se cayera por su rostro. A pesar del paso de los años, y de ser feliz junto a Natasha, Ace jamás olvidó a Agustina, y mucho menos los momentos felices que pasó junto a ella. Estaba feliz por tener a Arick, ya que él era lo más especial que él y su primera esposa hicieron juntos.

    — ¿Le dijiste sobre su madre? — Gwyn quería preguntar, pero con precaución — Si no quieres decírmelo…

    — Está bien — Ace supo que tenía que afrontar la realidad — No se lo he dicho. Pero él vio las fotos en las que Agustina lo está cargando. Es un chico listo y no lo podemos engañar, además de que no lo merece. Él sabe que ella no es Natasha.

    — ¿Y cómo lo llevas? — la comandante tenía mucha curiosidad.

    — Pregunta, pero siempre le digo que todavía no es momento de que lo sepa — Ace aclaró las cosas por las que Gwyn preguntaba — Le he dicho que, cuando crezca, le diré todo lo que quiera saber. Pero cuando yo lo considere necesario.

    — Eso será lo mejor — Gwyn sabía que eso era algo que debía manejarlo su compañero — ¿Y qué hay de Natasha?

    — Natasha lo ama como si fuera su hijo, lo ha demostrado desde el momento que nos mudamos a su casa. Eso la convierte en su madre — Ace contestó sobre ese otro asunto — Si te lo pones a pensar, no es una mentira. Ella siempre ha cuidado de él, sobre todo en los días en donde yo me estaba derrumbando por dentro.

    — Lo sé, eso hace que Natasha tenga bien ganado el título de madre — Gwyn le respondió a Ace sobre eso — En ese caso, hablaré con Thomas cuando llegue. Así nos cuidaremos de no mencionarla cuando estemos charlando. Eso es asunto tuyo y de Natasha.

    — Gracias, Gwyn, lo aprecio — el comandante sonrió por eso — Y créeme, no es demasiado sencillo. Tuve que pensar por varios meses las cosas que le iba a decir. No puedo decirle todo, porque no espero que lo comprenda siendo tan pequeño. Eso va a llevar tiempo.

    En aquel momento, el dispositivo móvil de Ace sonó. Este lo vio y pudo ver que tenía un mensaje de Natasha. Al leerlo, vio que ella necesitaba de su presencia en su hogar. Eso llevó a que Ace se sintiera un poco mal, puesto a que la idea era que los niños compartieran un rato más entre ellos y merendaran juntos.

    — Que pena, tendremos que cortar ahí mismo — Ace decía mientras se levantaba de su asiento — Pero parece que se divierten.

    — Si quieres, podemos alcanzarlo a tu casa — Gwyn le propuso eso — Le enviaré un mensaje a Thomas para que traiga un vehículo para que luego vayamos y lo dejemos allí.

    — No quiero ser una molestia — Ace veía que las cosas tenían su complicación.

    — Y no lo serás — Gwyn le respondió para que se tranquilizaran — Recuerda que planeamos este encuentro por una semana. Es su primer día para que formen su amistad, dejemos que lo terminen bien. En el futuro sí podrás llevártelo.

    — Está bien, creo que es mejor tanto para ella como para él — Ace accedió al plan de Gwyn para con los niños — Pausa el documental, tengo que preguntarle si le parece bien.

    Ambos fueron hacia la sala de estar, y cuando los pequeños los vieron entrar, se quedaron mirándolos un segundo. Gwyn se acercó hacia el televisor y puso pausa el documental. Ninguno de los dos cuestionó eso, ya que suponían que algo malo estaba pasando.

    — Arick, te tengo que decir algo — Ace se le acercó a su hijo — Mamá me llamó y dijo que necesita que esté en casa. Pero si quieres seguir pasando tiempo con Sky, puedes quedarte.

    — ¿De verdad me dejarás quedar aquí? — preguntó el niño pequeño, para luego mirar que Sky estaba algo triste.

    — Si quieres quedarte, puedes hacerlo, luego el padre de Sky te traerá a casa — contestó su padre — Pero si quieres venir ahora, volveremos mañana.

    Arick estaba algo confundido. Realmente no quería quedarse demasiado tiempo solo sin su padre y sin su madre, pero cierto era que lo estaba pasando muy bien en ese momento con su nueva y primera amiga. El niño conocía a los padres de Sky antes de conocerla a ella, dado a que todo fue parte del plan para que pudieran entrar en confianza. Pero eso no quería decir que le gustara mucho la idea de quedarse solo en una casa que no era suya.

    El niño entonces decidió volver a mirar a Sky. Ella estaba triste desde que su padre le dijo eso. Arick logró percibirlo. Ambos lo estaban pasando bien en aquel momento, además de que tenían entendido que tendrían la oportunidad de merendar juntos. Dado a que era el primer día de ambos como amigos, no querían que terminara tan pronto viendo que lo estaban pasando bien. Eso fue lo que llevó a Arick a tomar su decisión.

    — Me quedaré con Sky más tiempo — Arick contestó a su padre — ¿Puedo?

    — Claro que puedes, te veré cuando regreses a casa — Ace le dio un beso en la frente a su hijo — Nos vemos, Sky. Sigan divirtiéndose.

    — Adiós — Sky, con una sonrisa por el hecho de que su amigo se quedaría más tiempo, saludó al padre de este.

    Fue así como Gwyn les dio la oportunidad a ambos de seguir mirando aquel documental, para luego ir a acompañar a Ace a la puerta de su casa para despedirlo. Al momento en el que abandonó la habitación logró ver bien como Sky sonreía como pocas veces en su vida había hecho. Todo eso mientras tenía su fija vista en el documental, aunque a veces, cada cierto tiempo, cambiaba su cabeza de posición para mirar a Arick.

    Gwyn no lo pasó por alto, y fue por eso por lo que eligió ser ella quien alcanzara al pequeño a su casa.

    […]

    A pocos minutos de iniciado el atardecer, luego de que Thomas llegó a casa, Gwyn tomó el vehículo militar y se ofreció a ser ella quien llevara al pequeño a su casa, dado a que ella quien los estuvo cuidando toda la tarde, y supuso que sus padres querrían preguntarle varias cosas del primer encuentro en el que ambos se reunieron para conocerse y ver si podían desarrollar una amistad antes de acudir al preescolar.

    Gwyn miró a Arick, sentado en los asientos de atrás, por medio del espejo retrovisor central. Y podía ver que el niño tenía una expresión de felicidad. Casi la misma que había visto en su hija cuando recibió la noticia de que se podría quedar para terminar con el documental y luego para la merienda.

    — Es un pequeño tan tímido — la mujer lo miró con ternura — Me recuerda un poco a su padre en los primeros días que estuvo en Zenith.

    Luego de un trayecto breve, Gwyn detuvo su auto en la puerta de la casa de Natasha, en la cuál ella y Ace eligieron quedarse a vivir luego de que los detractores ocasionaran una revuelta en la casa de quien en ese tiempo era comandante supremo. Ella envió mensaje a sus compañeros, y no fue hasta que la puerta de la casa fue abierta por Natasha que ella optó por abrir la puerta del vehículo y permitirle a Arick salir.

    — Gracias por traerlo, Gwyn — Natasha tomó a Arick en brazos, cosa que al niño le gustó — Bienvenido a casa, mi ángel.

    — Hola, mamá — Arick le dio un beso en la mejilla para luego darle un abrazo — Me divertí mucho con Sky.

    — Me alegro mucho por eso, imagino que no causaste problemas — la mujer miró a su colega.

    — Ninguno, ambos se portaron bien — Gwyn contestó acariciando un poco al niño — Creo que él y Sky realmente se van a llevar bien en la escuela.

    — Mamá, ¿mañana puede venir Sky a casa? — preguntó el niño, con algo de ilusión — Quiero mostrarle todos mis otros peluches.

    — Por el momento no puede ser posible, Arick — Natasha le contestó con una sonrisa para no afligirlo — Tu papá mañana tiene que trabajar, y no puedo quedarme sola con ustedes en casa por el momento. Tu padre y yo buscaremos un día en el calendario en el que ambos podamos estar y ella pueda venir.

    — Mientras tanto, seguirán reuniéndose en casa — Gwyn quiso alegrar al pequeño — Puedes traer más peluches para mostrárselos si así deseas.

    — Está bien, gracias — Arick respondió con una sonrisa.

    — Lo han criado muy bien, es un buen niño — Gwyn felicitó a Natasha por eso — Me gustaría seguir hablando, pero tengo que volver a casa y seguro tú tienes mucho que hacer ahora.

    — Como no te imaginas, pero mañana llevaré yo a Arick para que visite a Sky — la comandante debía despedirse — Nos vemos mañana, Gwyn.

    — Hasta mañana, Naty — contestó la chica, llamándola por el apodo que Alicia y Ace le habían puesto — Hasta mañana, Arick.

    — Adiós — el niño, aún en brazos de quien ejercía el rol de su madre, levantó la mano para poder despedirse.

    Con una sonrisa, Arick vio como la madre de Sky se subía al vehículo para poco después marcharse de regreso a su casa. El niño había disfrutado mucho ese primer día con la chica con quien estableció su primera amistad previa a su primer día en el preescolar. Y lo que más deseaba era volver al día siguiente y seguir pasando tiempo con ella.

    Natasha lo bajó al suelo, y ambos ingresaron a su hogar tomados de la mano. La mujer, una vez entró a su casa, cerró la puerta tras la entrada de ambos.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo mío. Siempre es un placer estar aquí un finde más y espero que podamos hallar un modo de que en los próximos nos podamos juntar. Confío en que se intentará por parte de ambos. Dicho esto, hablaré del capítulo de hoy, el cual fue tranquilo y ameno e incluso se me hizo algo corto de leer (no por duración, que está perfecto, sino porque estaba a gusto leyéndolo XD). Vayamos directos al grano.

    El capítulo comienza con Ace y Arick en la casa de Gwyn y Sky. Con Thomas ausente por motivos laborales, vemos que tanto la mujer adulta como el hombre quieren presentar a sus pequeños entre sí, pues al parecer no han interactuado mucho durante su crecimiento (ya tienen cinco años de edad). Arick se muestra muy tímido mientras que Sky se muestra algo más sociable, pero con el paso de los minutos y la confianza que le da Ace a su hijo, éste decide presentarse. La intención de sus padres es de que empiecen una bonita amistad, ya que pronto empezarán en la escuela y siempre es mejor que los niños tengan algún amigo en quien apoyarse. El recordatorio que le da Ace a su hijo es TOP. :nice:

    Gwyn y Ace se quedan charlando en una parte de la casa mientras Sky decide enseñarle a Arick su peluche favorito, que resulta ser un conejo. Arick, por su parte, muestra a un osito. Nuevamente se ve que la niña es algo más extrovertida que el niño, que en algunos momentos se muestra hasta asustadizo. Sin embargo, parece que ambos se quedan prendados de la buena vibra que irradian entre ellos, fijándose incluso en sus sonrisas. :eyebrow:

    Tras esto, la pequeña Delleo propone enseñarle un documental de algunos animales de la vieja Tierra, algo a lo que Arick accede con el permiso de su padre. La actual comandante suprema pone dicho documental educativo y ambos niños se ponen a verlo con mucha atención, mientras ella y el propio Ace siguen hablando. El hombre recuerda el momento en el que sostuvo al pequeño Lakor en brazos por primera vez, recordando inevitablemente a Agustina. Esto lleva al tema, por parte de Gwyn, de preguntar a su buen amigo si el niño sabe quién es su verdadera madre, pero Ace le confirma que no solo no lo sabe, sino que para él, Natasha es su madre. Y tiene sentido, pues ella ha estado ahí desde prácticamente siempre. :anicry:

    De pronto, el comandante a secas recibe un mensaje de su mujer, quien le dice que debe regresar a casa para hablar sobre algo. Esto me genera cierta intriga y me da la sensación de que podría tratarse de que está embarazada, pero supongo que tocará esperar al próximo capítulo. Ace se dispone a irse pero decide preguntarle a Arick si quiere quedarse más tiempo con Sky, a lo que el pequeño accede, al estar disfrutando.

    Finalmente, es la propia Gwyn la que se encarga de llevar a Arick a su casa, acompañado por Sky. Natasha les recibe en la entrada y queda con la comandante suprema y con los niños para que puedan verse el día siguiente en el mismo lugar, acabando aquí el capítulo.

    Como dije, se me hizo corto de lo cómodo que estaba leyendo. Perfectamente este capítulo podría haberse tratado de una escena entera sobre los pequeños Delleo y Lakor y no habría sido problema. Sus personalidades parecen algo marcadas, aunque siendo niños de cinco años, tienen mucho margen de cambio. Habrá que ver que ocurre con su crecimiento, aunque yo ahora estoy más expectante por saber que ocurre con Natasha. Me tocará esperar al próximo finde si todo va bien, o sino, a cuando se pueda. :angrycat:

    Buen capítulo, amigo. Sea como sea, nos veremos pronto para lo que sigue. Un fuerte abrazo, cuídate.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    27
     
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    6530
    Saludos. Llegó el momento para publicar el capítulo 23 de esta parte VII. Estamos muy cerca del final, quedando con este capítulo incluido, un total de 5 capítulos más. Espero la parte les esté gustando, y si esta clase de momentos tranquilos que estamos viendo no son de su preferencia, y prefieren ver cómo avanza la trama, yo prometo que se verá algo interesante muy pronto.

    Voy a dejar cronología y guía de personajes sin actualizar, puesto a que los saltos temporales por venir no serán muy complicados de seguir por el momento. Quizá para el ante último o el capítulo final sí que haga alguna actualización. Por el momento, queda así.

    Quiero agradecer de manera especial a mi gran amigo Manuvalk por su presencia en cada uno de los capítulos de la historia. Las leídas en simultáneo que llevamos por Discord son únicas, y espero que podamos leer en conjunto los capítulos correspondientes a esta tanda. Estoy seguro de que los dos capítulos anteriores le han gustado, y estoy seguro de que este le gustará todavía más, pero eso seguro me lo dirá él mismo en persona XD.

    Sin más para decir, les dejo el capítulo.


















    Mi razón de vivir:

    Natasha detuvo uno de los vehículos militares, los cuales solo aquellos que compartieran su oficio podían utilizar, a unas dos calles de distancia del edificio donde los niños iban al preescolar. Si bien, el tráfico era nulo debido a que solo militares podían tener acceso a los vehículos, ella se mantuvo alejada para así evitar que el amontonamiento de los padres y las madres que fueran a buscar a los pequeños le estorbara al conducir.

    Al acercarse al lugar, ella se paró junto a una multitud de hombres y mujeres que esperaban por la salida de los pequeños. Cuando se realizó dicho momento, el caos empezó. Pese a que las autoridades del colegio tenían preparados métodos para evitar que los niños se desperdigaran por ahí, estos no podían ser detenidos tan fácilmente, puesto a que lo único que querían era llegar con sus familiares.

    A medida que se retiraban los adultos y los niños, Natasha podía ver mejor, y así fue como encontró con la vista a Arick y a Sky, quienes salieron del preescolar llevando puesto un guardapolvo de color azul por encima de su ropa, y sus mochilas en las espaldas. La comandante les hizo un gesto con la mano y ambos se acercaron a ella. Arick, al verla, corrió hacia ella y la abrazó con ternura ante la vista de Sky.

    — Hola, mamá — saludó el pequeño ante ella, con ternura — Te extrañé mucho.

    — Yo también te extrañé, mi corazón — Natasha le devolvió el saludo para luego darle un beso en la frente — Sky — llamó a la pequeña.

    — Buenos días — la niña saludó con timidez a la mujer.

    — Escucha, tu mamá y tu papá me llamaron y dijeron que tienen mucho trabajo importante que no pueden dejar ahora mismo — la mujer le comunicó la noticia a la chica — Así que, ¿te gustaría venir a casa a comer con nosotros?

    Sky se sintió un poco triste al saber que su mamá y su papá no la irían a buscar. Ella, en cada uno de los días que salió del preescolar, siempre fue recogida por uno o por ambos. Era la primera vez que no los vería, y eso le dejaba un poco desanimada. Arick, sin embargo, le tomó la mano y le sonrió. Ella, al verlo, recuperó un poco el buen ánimo, y eligió aceptar la invitación de la madre de su amigo.

    — Si no quieres, puedo llevarte a tu casa y prepararte algo de comer — Natasha quería que ella no se sintiera como alguien sin alternativas.

    — Me gustaría comer con ustedes — la niña dijo con timidez, puesto a que era la primera vez que debería comer en otra casa — Por favor.

    — De acuerdo — Natasha aceptó con felicidad, ya que eso le ahorraría viajes — Vengan, pequeños, vamos al auto.

    Fue así como Natasha tomó a cada uno de ellos de la mano para caminar a través de toda la gente en los alrededores que todavía seguía allí. Sujetándolos con firmeza para no perderlos de vista, la mujer los llevó hacia el vehículo, sentó a los dos pequeños en el asiento de atrás y luego de que se pusieran los cinturones, Natasha arrancó en dirección hacia su casa.

    […]

    — Recuerden dejar las mochilas y los guardapolvos antes de lavarse las manos — les decía la mujer mientras abría la puerta de la casa.

    Los dos niños entraron felices al hogar, para luego dejar en un rincón las mochilas y los guardapolvos de la escuela. Natasha se aseguró de que fueran a lavarse las manos tras haber entrado a su casa. Ambos pequeños fueron al baño, y tras turnarse, se higienizaron las manos y también la cara, cosa que sorprendió mucho a la comandante, dado a que ella pocas veces veía a Arick hacer algo así. Una vez que los niños terminaron, fue ella quien se lavó las manos.

    — Papá está haciendo el almuerzo — Natasha se agachó para estar a la misma altura de los niños — Estará listo en unos diez o quince minutos. ¿Hay algo que me quieran contar?

    — Pasaron tres semanas y todavía no hemos hecho nuevos amigos allí — Arick confesó la situación a su madre — Todos los demás niños formaron grupos, pero nunca nos invitan a jugar con ellos. Sky y yo siempre estamos solos.

    — Es verdad, siempre esperamos que nos hablen, pero nunca lo hacen — Sky compartía la inquietud de su amigo.

    — Bueno, quizá sean ustedes quienes tengan que dar el primer paso — la mujer les dio un consejo a ambos — Esta es la última semana en la que solo irán cuatro días. A partir de la siguiente serán cinco, eso les dará más tiempo para que hagan amigos. Quizá eso les de mejores resultados.

    — ¿Crees que nos responderán si hablamos nosotros? — Arick tenía esa pregunta en su mente — Ellos nunca nos han hablado antes.

    — No lo sabremos hasta que lo intenten — Natasha se puso de pie tras decirles eso — Tengo que preparar la mesa, ¿les gustaría ir a jugar en silencio a tu habitación, Arick?

    — Está bien — el pequeño aceptó, para luego mirar a su amiga — ¿Te gustaría venir, Sky?

    — Claro — la niña accedió a eso.

    Natasha vio como los dos niños se marchaban hacia el cuarto, con una sonrisa en su rostro viendo lo bien que se llevaban. El haberlos presentado antes de que dieran inicio sus clases en el preescolar fue una buena idea, y estaba dando sus frutos, dado a que, por lo que contaban Arick y Sky, los otros niños en el lugar no les daban acogida en sus grupos.

    La comandante pronto eligió irse a poner la mesa para que pudieran comer cinco personas en la casa.

    Arick y Sky fueron en silencio hasta el cuarto del niño, el cuál abrió la puerta lentamente y entró caminando, dando pasos ligeros para no hacer ruidos fuertes. Sky tenía curiosidad por algo que su amigo le había comentado cuando algunas veces, y esa era su oportunidad de verlo con sus propios ojos.

    — ¿Dónde está? — Sky tenía que susurrar.

    — Allí — Arick señaló al frente y caminó delante de ella para guiarla.

    Ambos niños avanzaron en silencio hasta una pequeña cuna que tenía muy poca altura. Dentro de ese sitio había un niño pequeño de casi dos años. Con ojos marrones como Ace y un corto cabello rubio como el de Natasha. Tenía puesta ropa para bebé de color blanco, y se encontraba despierto y moviendo las manos adentro de la cuna.

    — Es él — Arick presentó a su hermanito menor — Tenemos suerte de que está despierto, pero los ruidos fuertes lo asustan y se ponen a llorar.

    — Es muy pequeño — la niña sentía ternura por el bebé — Y su cabello es diferente al tuyo.

    — Papá dice que él salió parecido a mamá, mientras que yo salí parecido a él — Arick le comentó a su amiga — Veamos si nos responde… Azel. Soy yo, Arick.

    El pequeño de tan solo dos años escuchó la voz de su hermano mayor, y al verlo, empezó a reír mientras movía los brazos alegremente con la intención de empezar a jugar. Se dio la vuelta conforme pudo y se acercó a gatas hacia la barandilla de la cuna, y allí se quedó quieto. Pasó sus manos entre los barrotes de madera y quiso tocar a Arick tras haberlo reconocido. El mayor de los Lakor se dejó acariciar un poco, para luego apartarse de allí puesto a que su hermanito muchas veces le tocaba los ojos y le causaba molestias.

    — Azel, mira — el niño quería atraer su atención — Ella es Sky. Es mi gran amiga.

    — Hola, pequeño — la niña saludó con alegría.

    Sin embargo, el más joven de los Lakor no rio al ver a la niña puesto a que todavía tenía la vista fija en su hermano mayor. Seguía con intenciones de tocarle el cabello y la cara, tanto que empezó a emitir algunos quejidos al no lograr alcanzar a su hermano.

    — Ah, veo que están jugando con Azel — los dos niños se dieron la vuelta cuando escucharon la voz de Ace.

    — Hola, papá — Arick saludó a su padre yendo hacia él y dándole un abrazo — Sky vino a comer con nosotros.

    — Natasha me lo dijo — contestó el excomandante supremo — Hola, Sky, es bueno verte.

    — Hola — la niña saludó levantando la mano.

    — La comida está casi lista, mi presencia en la cocina no es necesaria — Ace decía mientras se acercaba a la cuna y tomaba al pequeño Azel en sus brazos — ¿Y qué tal está mi pequeño angelito?

    Arick y Sky vieron como Ace levantó al bebé y lo tomó en sus brazos para luego darle besos en los cachetes. Azel, ante esa clase de gestos, no podía dejar de reír puesto a que sentía mucha felicidad al estar en los brazos de su padre. Los dos niños sonreían mientras escuchaban la risa del pequeño, casi como si se les contagiara la alegría. Arick sonreía porque sabía que luego de que Azel fuera mimado, sería su turno, dado a que así acostumbraba a hacer su padre con los dos. Sky miró la escena y pronto empezó a sentir más curiosidad porque no sabía lo que era tener un hermano.

    Una vez Ace dejó de mimar al pequeño, lo tomó con más firmeza en sus brazos.

    — Arick, volveré en un minuto, voy a llevar a Azel al comedor — decía Ace para hacerle saber que no se olvidó de él — Espérenme aquí.

    — Está bien, papá — el pequeño contestó ansioso, puesto a que siempre le tocaba recibir cariño después de su hermano menor.

    Tan pronto como padre e hijo abandonaran la habitación, la pequeña hija de Thomas y Gwyn le realizó una pregunta a Arick acerca de la vida siendo un hermano mayor.

    — Dime, Arick, ¿cómo se siente ser el más grande? — Sky preguntó con inocencia.

    — Se siente bien, solo que a veces Azel llora mucho y cuesta un poco dormir — Arick le respondió la pregunta a su amiga — Mi papá me dice que, en el futuro quizá nos mudemos a otra casa donde haya más habitaciones. Y así tanto Azel como yo tengamos una para cada uno.

    — ¿Te gustaría? — Sky quería saber eso.

    — Sí, Azel llora muy fuerte — Arick respondió con sinceridad — Aunque mi papá dice que yo lloraba más fuerte que él, aunque no lo recuerdo.

    — Bueno, espero que no te vayas muy lejos si se mudan — Sky expresó ese deseo — Si se van muy lejos, quizá te lleven a otra escuela. Y no me gustaría que te fueras.

    Arick no pudo evitar sonrojarse cuando escuchó esas palabras dichas por su gran amiga. El pequeño no tenía idea de lo que estaba sintiendo en ese momento, pero sí supo que debía tratarse de algo bueno para él. No tenía idea de cómo funcionaban las mudanzas del todo, y solo sabía que era cambiarse de casa, pero luego de que Sky dijera eso, empezó a pensar en esa posibilidad de que lo alejaran de ella.

    — Si me van a enviar a otro sitio, entonces no quiero — Arick lo decía con toda honestidad — Tú eres mi única amiga. Y no quiero que nos separemos.

    Luego de esas palabras, fue el turno de Sky de verse un poco sonrojada. Ella recibió la confirmación de su amigo de que él no deseaba separarse de ella tampoco, lo cual la dejó con algo de felicidad por eso. Ambos disfrutaban de la compañía mutua, tanto en las reuniones que tenían para jugar como en el preescolar, donde no tuvieron la suerte de hacer amigos en sus primeras semanas.

    Ninguno de ellos quería separarse, ni siquiera pensar en la idea. Para no pensar en cosas como esa, eligieron cambiar de tema. Arick, sabiendo que a Sky le gustaba, fue a su cama y tomó su osito de peluche para dárselo a ella. La niña abrazó con fuerza al animal de peluche, tal y como la primera vez en el que su amigo se lo prestó. Cerró los ojos y sonrió, puesto a que le gustaba mucho tener al peluche en sus manos.

    Luego de unos tres minutos, la niña sentía que tenía que devolverlo, así que abrió los ojos y le entregó el osito a Arick, para que este lo guardara en su lugar. En el momento en el que Arick se fue a llevarlo a su sitio, Sky apartó la vista y vio unas fotos en la pared. Se acercó para verlas mejor, y cuando llegó vio las imágenes de la familia de Arick. Había un total de cuatro fotos, y en tres de ellas se podía ver a Ace junto a Natasha. En dos de las tres fotos, Azel estaba en brazos de Natasha, mientras que en la tercera se encontraba aupado por Ace. Arick estaba de pie y tomando las manos de ambos de sus padres. Exceptuando a Azel, que salía con un chupete en las fotos, la familia completa sonreía.

    Sky cambió su vista a la cuarta foto, y notó algo que llamó su atención. La cuarta era diferente a las otras tres, puesto a que Ace estaba en ella, pero era acompañado por una mujer y un bebé. La mujer no era Natasha, y eso era algo que Sky, pese a su edad se dio cuenta. El bebé no se veía para nada parecido a Azel, aunque Sky pensó que quizá eso solo era por el año en que fue tomada la foto. Sin embargo, el no haber visto a Arick en la foto le llamó la atención. Lo cierto era que la pequeña Sky no notó que el bebé que salía en los brazos de aquella mujer era su amigo.

    Arick se le acercó y le preguntó sobre eso.

    — ¿Sky? — quería saber si todo estaba bien.

    — Arick, ¿quién es esa mujer? — Sky señaló a la de la foto — ¿Y ese niño es Azel? No luce como él.

    — Mi papá me dijo que ese niño soy yo, de bebé — Arick contestó con lo que sabía.

    — ¿Eres tú? — la niña estaba algo incrédula — Es verdad, te pareces a él. Pero… ¿quién es esa mujer?

    — Mi mamá y mi papá me dijeron que todavía soy muy pequeño para saberlo — Arick no mintió en eso — Dijeron que cuando creciera me contarían todo sobre ella. Solo sé que se llama Agustina.

    — ¿Agustina? Es un nombre precioso — Sky pensó en lo bello que parecía.

    — Solo le pregunté dos veces por ella, y las dos veces dijeron lo que te dije recién — Arick le respondió a su amiga — Ven, vamos a sentarnos a esperar a que regrese mi papá.

    Pero no fue necesario hacer eso, puesto a que Ace apareció tan solo diez segundos después de que Arick dijera esas palabras. Siguiendo la tradición que tenía con sus hijos, Ace cargó a Arick en brazos y le dio la misma cantidad de besos que le dio previamente al pequeño Azel. Su primogénito disfrutó de eso, dado a que le gustaba mucho recibir esa clase de trato de su papá, y no se avergonzaba de que fuera frente a Sky.

    Una vez Ace dejó al pequeño en el suelo, este se sentó.

    — Arick, Sky… — el comandante sonó muy serio al hablar — Quiero que me contesten una cosa. ¿Todas sus maestras los están tratando bien? ¿Son amables y no hacen nada malo con ustedes en el horario escolar?

    — No, ellas nos cuidan muy bien — Arick comentó a lo que decía su padre.

    — Es cierto, siempre juegan y nos tratan con cuidado — Sky secundó lo que decía su amigo.

    — Qué alivio — Ace nunca había preguntado por eso hasta el momento — Escuchen, si en algún momento eso cambia, me lo tienen que decir a mí. Ustedes merecen que los traten bien. Si una de las maestras llega a gritarles o a hacerles algo peor, díganmelo y trataré de resolverlo. Pueden confiar en mí para esto.

    Ambos niños se sentían seguros ante la forma en la que el comandante expresó esas palabras. Ace había tenido cuidado de crear una relación basada en la confianza con su hijo, y lo mostró el día en que llevó a Arick a conocer a Sky. El pequeño sentía admiración por él por esa forma de ser, y a Sky también le transmitía esa misma seguridad puesto a que era muy similar a la forma en que su padre la trataba.

    Una vez la comida estuvo lista, Ace y los dos niños fueron a la mesa en el comedor. Ace y Natasha se sentaron dejando a Azel, quien todavía usaba una sillita para ser alimentado, en el medio. Arick y Sky estaban algo apartados para poder comer tranquilos sin correr el peligro de ser manchados por Azel, quien a veces era algo inquieto para comer.

    La mesa estuvo en silencio, hasta que a Arick se le ocurrió una idea para pasar la tarde.

    — Papá, mamá — el niño se dirigió a ambos — ¿Podemos ir a pasar al arroyo dónde fuimos la semana pasada? Creo que Sky no ha estado en ese lugar, y es muy bonito.

    — Bueno, primero tendríamos que avisarles a los padres de Sky — Natasha comentó al respecto — Pero mañana no tienen clases, así que, ¿por qué no?

    — Sky, ¿a ti te gustaría ir? — Ace quería consultarlo con ella, antes que nada.

    — ¿Hay conejitos allí? — la niña no pudo evitar preguntar por su animal favorito.

    — La semana pasada me pareció haber visto uno, pero son algo tímidos — Natasha quería motivarla a salir, puesto a que no quería negarle algo a Arick — Quizá si caminamos en silencio podamos ver alguno.

    — Entonces sí — Sky contestó con una sonrisa en su rostro — Ojalá mis papás me dejen ir.

    Arick se ponía muy feliz por el hecho de que podrían salir, siempre y cuando los padres de su amiga estuvieran de acuerdo. Cada paseo que hacía se sentía monótono para él puesto a que siempre era junto a su familia. Si bien, no odiaba realizarlos, a veces quería intentar algo nuevo. Y siendo que Sky estaba junto a ellos en esa ocasión, era la oportunidad para que lo hicieran.

    Al acabar la comida, Natasha fue a lavar los platos siendo ayudada por Arick, a quien le inculcaban desde pequeño que tenía que colaborar siempre en la casa donde estuviera. Sky se ofreció para ayudar, dado a que sus padres le daban un trato así, pero Natasha no se lo permitió diciendo que era una invitada.

    Ace fue a acostar a Azel otra vez luego de hacer que se durmiera en sus brazos, y luego de eso, tomó su dispositivo móvil para poder informarle a Thomas y a Gwyn sobre la salida que realizarían junto con los niños, dado a que necesitaban del permiso de ambos para poder irse de paseo con los tres.

    Pasó media hora desde que envió el mensaje hasta que le contestaron, cosa que a Ace le llamó la atención, puesto a que casi nunca le tardaban tanto en responder. Primero el mensaje de Gwyn que les pedía que por favor retiraran a Sky por ella puesto a que tenían mucho trabajo, y luego eso. El comandante supuso que algo malo estaba pasando, o al menos algo serio, pero no quería ofrecer ayuda debido a que ese era uno de los pocos días donde tanto él como su esposa tenían libre al mismo tiempo. Y ya había dicho a los niños que los llevaría de paseo.

    Una vez que todos los platos estuvieron listos, Ace vio cómo Natasha y ambos niños regresaban al comedor.

    — Podemos irnos de paseo, así que esperaremos hasta que Azel despierte — Ace comentó a todos — Quiero que duerma bien antes de salir.

    — ¿Cuánto suele dormir? — Sky hizo esa pregunta a su amigo.

    — Casi siempre dos horas en la tarde — Arick le respondió — ¿Podemos ver la tele hasta la hora de salida?

    — Claro que pueden, cariño — Natasha respondió con una sonrisa — Vengan, veamos una película. Deberíamos tener tiempo para terminarla antes de que Azel despierte.

    […]

    Tres horas después, el vehículo militar conducido por el comandante Ace se detuvo en un mirador. Por debajo del mismo había unas escaleras de madera que llevaban hacia una zona del arroyo por el cuál iban a explorar durante el día. Dichas escaleras fueron construidas junto con el mirador por obreros humanos, puesto a que, bajo el orden de los edagrianos, el sitio era un santuario de la naturaleza que no debía ser pisado.

    A los humanos les gustaba mucho explorar a través de una naturaleza pura tal y como los edagrianos la habían dejado, por eso fue por lo que tuvieron cuidado de no estropearla con construcciones de metal o asfalto, tratando de dejar el paisaje lo más inmaculado posible.

    Ace bajó del vehículo desde el asiento del conductor, mientras que Natasha, quien iba con un Azel despierto en brazos, bajó desde atrás junto con Arick y Sky. Los niños estaban ansiosos por explorar por aquel sitio, sobre todo Sky, que no había ido nunca a pasear allí.

    El comandante tomó una pequeña mochila donde había llevado unas galletitas y una botella de agua para que pudieran hacer un pequeño picnic en el aire libre, y fue así como los cinco bajaron por la escalera hacia la zona del paseo.

    Sky, al llegar, quedó maravillada. Nada más en la entrada había unos árboles muy altos que daban una sombra que protegía bastante del sol que alumbraba aquel mundo. En las ramas de estos árboles había pájaros de tamaño pequeño que cantaban y silbaban, hasta que vieron llegar a los humanos al lugar. Al hacerlo, algunos emprendieron vuelo a otro lugar mientras que otros quedaron en silencio total a la espera de que pasaran. Apartados un poco los humanos, los pequeños pájaros retomaron su canto y volvieron a inundar el lugar con el sonido que emitían. La caminata que tuvieron Ace, Natasha y los tres pequeños tenía a los pájaros haciendo el ruido de fondo.

    — El bosque no es muy largo — Ace susurraba para no espantar a las aves — Así que, si hay un conejo cerca, es probable que lo veamos aquí.

    Atenta a sus alrededores para ver si podía encontrar alguno, Sky empezó a mirar por el suelo con la esperanza de poder ver algún conejo, dado a que esos animales le encantaban y tenía muchas ganas de avistarlos siempre. Arick, sabiendo que a su amiga le gustaban un montón esa clase de animales, le ayudó en la búsqueda. Con cuidado de no alejarse demasiado, se separaban unos pocos metros de los adultos para investigar, pero no encontraban más que hojas e insectos en el suelo, además de ramas o raíces de los árboles.

    Tras una caminata algo lenta, el grupo abandonó el bosque y llegó hasta la zona del arroyo, justo cuando las nubes cubrieron el sol y los dejaron con un cielo gris. La pareja buscó un sitio desde el cuál pudieran ver bien el arroyo al mismo tiempo que podrían vigilar a los niños en caso de que quisieran acercarse, pese a que no había peligro en esa zona, razón por la cual se hizo un mirador allí en primer lugar.

    Ace acomodó un mantel en el suelo, y tanto él como Natasha, aún con Azel en brazos, tomaron asiento para descansar un poco. Arick y Sky se pusieron de rodillas frente a ellos, y antes de que pudieran decir algo, vieron cómo Natasha levantó la vista para mirar en dirección al agua en movimiento.

    — Miren allá — con un gesto, apuntó a un costado — Veo un conejo negro tomando agua.

    Los dos niños se dieron vuelta con rapidez y miraron en dicha dirección, solo para ver que la mujer tenía razón. En el arrollo había un conejo negro de gran tamaño tomando agua, alejado del bosque en dónde se supone que solían habitar.

    — Vamos, Sky — Arick se puso de pie — Acerquémonos en silencio y veámoslo antes de que se vaya. Pero no lo asustemos.

    — Te sigo — la niña estaba feliz de que podría ver al animal que más le gustaba.

    En puntas de pie y teniendo cuidado de no pisar alguna hoja que pudiera haber sobre el pasto que rodeaba el prado cercano al lugar, los dos niños fueron lo más rápido que pudieron hacia la orilla para ver si lograban alcanzar a tener una mejor vista del animal antes de que eligiera retirarse.

    Natasha pasó a Azel a los brazos de su padre, para luego centrar su vista en los dos pequeños. Ace tomó al niño y luego miró a su esposa. La sonrisa que se formó en su rostro lo contagió a él también, y quiso preguntarle algo privado.

    — ¿En qué piensas? — Ace se sentía iluminado al verla sonreír.

    — Son dos pequeños hermosos — Natasha era feliz viéndolos alejarse — Van a ser muy felices cuando sean grandes.

    — ¿Van a ser? — Ace preguntó dejando salir una pequeña risa — Yo creo que ellos dos ya son felices. Míralos.

    — No me refiero a felices como amigos, sino de otra manera — Natasha pronto se acercó a su esposo y le dio un beso en la mejilla — ¿Tú que crees?

    — Bueno, para eso tenemos que esperar — el comandante le devolvió el beso — Todavía son pequeños para eso. Pero, viendo lo felices que son ahora, quizá serían felices de la forma en la que lo dices tú.

    Luego de su pequeña charla, la pareja dejó acurrucado al pequeño Azel en el suelo del prado. Gracias al mantel que pusieron en el suelo, no se rasparía con el césped, mucho menos se ensuciaría con tierra o sería picado por un insecto. Tan pronto como quedó en el suelo, el niño empezó a reírse de felicidad, al tiempo que su madre y su padre le hacían caricias en los brazos y en el cuerpo.

    — ¿Sabes? Así es como yo había imaginado a nuestro hijo el día en que tú me propusiste que me casara contigo — Natasha le dijo con ternura a su esposo — Tienes los ojos más bellos del mundo. Me alegra que él los haya heredado.

    — Bueno, a mí me gusta mucho tu pelo rubio, me vuelve loco — Ace miró a los ojos a su esposa — Creo que a él le queda muy bien ese color.

    — Estoy tan confundida — Natasha sentía emociones mezcladas — Quiero que crezca y ver el adulto en el que se convertirá. Pero a la vez quiero que permanezca así, como mi bebé.

    — Yo me sentí igual en el momento en el que Arick dijo su primera palabra — Ace le comentó — Pero ellos deben crecer. Hay que aprovecharlos mientras son pequeños. Y más importante, hay que educarlos para que cuiden este mundo que ganamos para ellos.

    Tras decirse esas palabras, la pareja de comandantes miró a lo lejos para asegurarse de que Arick y Sky no estuvieran metiéndose en líos y de que no molestaran demasiado a los animales. Pero se tranquilizaron mucho cuando los vieron cerca de aquel conejo, pero manteniendo una distancia prudente. Los dos pequeños estaban casi quietos, mirando al animal, y sin haberse dado cuenta, se tomaron de las manos para mirarlo.

    Natasha y Ace no pudieron evitar sonreír viendo lo bien que se llevaban los pequeños, y supieron que estarían bien, y que su vigilancia no era del todo necesaria, puesto a que ambos tenían un gran respeto por la naturaleza.

    […]

    Con la comida y la bebida que llevaron al día de picnic, Ace y Natasha esperaron a unos momentos antes de que se ocultara el sol para emprender el regreso a casa. No estaban a mucha distancia y en solo una hora ya estaban de regreso.

    Ace conducía nuevamente el vehículo en dirección a la casa de Gwyn, mientras que Natasha viajó esta vez en el asiento del copiloto con Azel dormido en sus brazos. Al ver hacia atrás, notó que Arick y Sky estaban durmiendo apoyados cada uno en una de las puertas del vehículo. Una pequeña risa escapó de ella, la cual no fue escuchada por el comandante, que simplemente siguió conduciendo hasta el hogar en el que vivían la niña junto a sus padres.

    Al llegar al sitio, Gwyn les estaba esperando en la puerta de la casa con una sonrisa, y Thomas se encontraba a bordo de uno de los vehículos militares que tomó para el trabajo. Era una obligación de cada soldado regresar los transportes hacia su estacionamiento, y era una ley que incluso los comandantes estaban obligados a cumplir. Thomas bajó del vehículo para poder saludar a Ace y a Natasha, quienes hicieron lo propio para poder hablar con ambos.

    — Lo siento, ¿llegamos muy tarde? — Ace preguntó, esperando no estar en malos términos con sus amigos.

    — Para nada — contestó Gwyn — Nosotros acabamos de llegar. A Sky seguro le gustó el paseo.

    — Me alegra haber llegado ahora, entonces — Natasha sintió alivio tras escucharla expresarse de esa manera.

    — Miren al pequeño Azel — Thomas se acercó para mirar al bebé — Duerme como un bebé. No lo he escuchado llorar casi nunca.

    — Tienes suerte, en casa llora tanto como Arick hacía — Ace dejó salir una pequeña risa al tiempo que acarició la cabeza del menor de los Lakor — Thomas, ¿me estabas esperando para ir a guardar los vehículos?

    — Así es, y en el camino quiero hablarte de algo importante — el soldado contestó con seriedad — Puede que mañana necesitemos de tu ayuda, Ace.

    — ¿Qué ocurre? — el comandante estaba algo intrigado.

    — Te lo explicaré por el camino, ahora despertemos a los niños — Thomas quería encargarse de eso antes.

    Fue así como Arick y Sky fueron despertados por sus padres. Thomas dejó a Sky con su madre y Ace hizo eso mismo con Arick. Cuando los vehículos estuvieron desocupados, ambos subieron y emprendieron la marcha hacia el estacionamiento donde era obligatorio dejar los coches. Una vez quedaron a solas, Gwyn y Natasha vieron que los niños seguían cansados, y por eso mismo decidieron que lo mejor era emprender el camino de regreso a casa, aunque Gwyn se encontraba justo a fuera.

    — ¿Te divertiste, Sky? — la madre preguntó con curiosidad.

    — Sí, mamá — con cansancio, la chica le contestó — Muchísimo.

    — Bueno, es una alegría para mí — acarició su cabeza con suavidad — Es hora de que te despidas de Arick. Quizá mañana lo veas de nuevo.

    — Está bien — Sky se acercó a su amigo — Hasta mañana, Arick.

    — Adiós, Sky, hasta mañana — Arick también estaba cansado al contestarle a ella — Espero que duermas bien.

    — Tú también, dulces sueños — Sky se acercó todavía más hacia él.

    Ante la vista de ambas madres, Sky le dio un beso breve a Arick en la mejilla. Tras solo dos segundos, ella se alejó de él y tomó la mano de Gwyn. Las dos mujeres comandantes se sorprendieron ante este gesto, pero debido a que no duró casi nada de tiempo, optaron por no decir nada. Sky sonrió antes de darle ese pequeño beso, y su sonrisa se volvió más grande luego de habérselo dado. Arick, por su parte, tenía mucha vergüenza por eso. Si bien, le gustó recibirlo puesto a que siempre recibía esa clase de afecto de parte de sus padres, que fuera Sky quien lo besara en público lo hizo sentir con ganas de ocultarse. Arick se escondió tras las piernas de su madre, quien sonreía al ver la timidez con la que afrontó ese gesto.

    Gwyn miró con seriedad a Sky, pero viendo que Natasha tendría que caminar a casa con ambos pequeños en lo que Ace y Thomas regresasen, eligió no decir nada y simplemente se despidieron amistosamente.

    […]

    — Que cansancio, pero al fin estoy en casa — Thomas entró por la puerta, y al acceder a su vivienda notó que la luz de la sala estaba prendida.

    Con curiosidad, el soldado avanzó hacia allí, y pudo ver que Gwyn y Sky estaban sentadas una al lado de la otra y con el televisor apagado. Suponiendo que quizá hubiera pasado algo malo, el soldado tomó asiento junto con su pareja y su hija.

    — ¿Qué pasó? — no tenía ganas de recibir malas noticias.

    — Nada, te estaba esperando porque quería que ambos habláramos con Sky — Gwyn le tocó los cabellos a su hija — Dile a papá, Sky.

    — Yo besé a Arick — Sky tenía algo de miedo, pese a que su madre había dejado la seriedad de lado — ¿Hice algo malo?

    — ¿Tú lo besaste? — Thomas no estaba molesto, solo intrigado al respecto — ¿Cómo?

    — Le di un beso en la mejilla — Sky temía que la castigaran por eso — ¿Estuvo mal?

    — Primero tienes que contestarme algo — Thomas no quería que se estresara — ¿Por qué se lo diste? ¿Acaso te obligó?

    — No, Arick no me obligó — Sky no le quería causar problemas a su amigo, aunque no por eso mentía — Yo quise dárselo.

    — ¿Por qué? — Gwyn quería hablar de ese tema.

    — Es solo que… — Sky no sabía cómo decirlo — Cuando tú vas a trabajar y papá se queda en casa, le das un beso antes de irte. Y cuando papá se va a trabajar, es él quien te da un beso. Yo los veo besarse antes de despedirse, y se ven mucho muy felices después de hacerlo. Por eso quería besar a Arick. Quería que él se fuera feliz a su casa. Porque es mi amigo, y lo quiero.

    La pareja no podía evitar conmoverse por el relato inocente de su hija que justificaba su acción para con su amigo. No estaban de acuerdo en que ella hiciera algo así, pero no estaban enojados tampoco. Y era muy importante que eligieran las palabras adecuadas para hacerle saber a su hija que no debía de hacer esa clase de cosas, dado a que no eran apropiadas para su edad, pero sin hacerla pasar un momento amargo por haber expresado sus sentimientos.

    — ¿Está mal que yo besara a Arick? — Sky quería asegurarse de que no estaba en problemas.

    — Mira, hija, no está mal que lo besaras — Thomas quería ser cuidadoso al hablar — Pero que no esté mal no significa que esté bien. Quizá no lo entiendas porque solo tienes cinco años, pero lo que hiciste no es algo que se pueda definir como algo que esté bien o mal.

    — Lo que tu padre quiere decir es que no es algo del todo malo que besaras a Arick — Gwyn supo dónde retomar — Pero no debiste hacerlo de esa manera.

    — ¿Qué tenía que hacer para besar a Arick? — Sky preguntó, y Thomas también tenía curiosidad.

    — Bueno, si tú quieres besar a Arick, en primer lugar, tienes que querer hacerlo — Gwyn empezó a explicar — Pero no basta solo con eso. Tienes que pedirnos permiso a nosotros, tienes que pedirles permiso a sus papás, y por último le tienes que pedir permiso a él. No es algo que se haga a la ligera.

    — Pero tú y papá no se piden permiso, no lo sabía — Sky contestó basada en lo que vio.

    — Es diferente, mamá y yo estamos casados — si bien, Thomas y Gwyn no se habían casado oficialmente, siempre se hablaban como si así lo fuera — Por eso no necesitamos permiso.

    — Entonces, ¿si quiero besar a Arick sin tener que pedir permiso tengo que casarme con él? — Sky nuevamente preguntó desde su inocencia — ¿Cómo podría casarme con él?

    — Ay, hija — Gwyn decidió detener la conversación allí mismo — Para poder tomar esa decisión, primero tienen que ser mayores de edad. No basta solo con que te quieras casar con él. Todavía tienes que entender muchas cosas.

    — ¿Cómo cuáles? — Sky tenía ganas de saberlo.

    — Al crecer te irás dando cuenta por ti misma — Thomas le acarició su cabeza — Si mamá y yo te lo contamos, no sería tan mágico. Por ahora, lo mejor será que vayas a dormir.

    — Está bien — la niña se sentía mejor por saber que no había sido castigada — Buenas noches.

    Tras haberle dado un beso en la mejilla a su padre y a su madre, la pequeña Sky acudió por sí sola a si habitación para ir a acostarse y así prepararse para el día siguiente, aunque no tendrían escuela debido a que esa semana todavía les tocaba asistir cuatro días en lugar de cinco.

    Thomas y Gwyn quedaron a solas en el sillón de la sala, y decidieron esperar un poco de tiempo para asegurarse de que Sky se dormiría y no los escucharía hablar.

    — Tiene solo cinco años — Thomas expresaba lo que sentía — ¿Será que este planeta tiene algo en el aire que acelera la mentalidad de los niños? Yo no pensé en chicas hasta que tenía catorce años.

    — Quien sabe, este mundo tiene muchas diferencias con la Tierra — contestó Gwyn con nostalgia, para pronto cambiar el tema — Nunca me contaste esa experiencia tuya a los catorce.

    — Fue mi cumpleaños, y pasó a la salida de la academia. Dos amigos y dos amigas me invitaron a un parque para pagarme un pequeño almuerzo — Thomas relató ese suceso de su adolescencia — Luego de comer, nos despedimos y yo fui con una de las chicas en la misma dirección ya que nuestras casas quedaban cerca. Ella, antes de despedirse de mí cuando llegué a casa, me abrazó y me dijo “feliz cumpleaños, Thomas” para luego darme un beso. Desde entonces estuve pensando en ella.

    — ¿Era linda? — Gwyn tenía curiosidad para sabe más al respecto.

    — Desde que entré a la academia conocí a muchas mujeres, y ella fue la segunda más linda de todas — Thomas le respondió la duda.

    — ¿La segunda? — Gwyn se le acercó — ¿Y quién es la más linda?

    — Es una gran mujer — Thomas acarició el rostro de su pareja tras esas palabras — Es la comandante suprema del ejército, y la madre de mi hija.

    Tras ese cumplido que le dio a su pareja, ambos se besaron por unos segundos para luego levantarse del sillón de la sala y así poder irse a dormir a sus camas, sabiendo que quizá un día largo les esperaría mañana.

    — ¿Hablaste con Ace? — Gwyn quería saber si contarían con él.

    — Sí, él accedió a prestarnos una mano — Thomas le respondió — Él y Natasha vendrán. Dijo que sería mejor si estuvieran los tres comandantes juntos. Allecreod y Xorxaik nos prestarán una mano.

    — Me alegra mucho saberlo — contestó Gwyn, respirando aliviada — Porque esta será la primera vez que hacemos algo así. Y sé que podemos conseguirlo, pero me sentiría más segura si tuviéramos todo el apoyo posible.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, amigo mío, me alegra que tras no haber podido juntarnos el finde anterior, hayamos podido hacerlo en este. El año se va acabando y esta parte de LGC también, así que me alegra terminarlo haciendo nuestras queridas juntadas. Hablando del capítulo, ha estado muy bien y sigue en la línea del anterior: ternura absoluta. Con pequeños saltos temporales, vemos como los pequeños angelitos van creciendo poco a poco. :dancecat:

    El comienzo trae consigo a Arick y Sky encontrándose con Natasha a la salida del colegio. Al parecer, Thomas y Gwyn tienen mucho trabajo y Natasha se ha ofrecido a recoger a la pequeña Delleo, aprovechando que iba a por su ahijado. Ya desde el principio y siguiendo la tónica del capítulo anterior, vemos que los dos niños de cinco años tienen mucha afinidad entre sí, pese a su corta edad. Sky accede a quedarse a comer en casa de su amigo, ya que sus padres seguirán más tiempo ocupados.

    Una vez en la vivienda de los Lakor, mientras Natasha prepara la comida los niños visitan al pequeño Azel, de dos años, quién se muestra risueño y juguetón con su hermano. Pronto aparece Ace y le da una ronda de mimos a su segundo hijo, sin olvidarse del primero. Entre medias, Sky se percata de que en una serie de fotos familiares, aparece Ace con un bebé y una mujer que ella no reconoce. El bebé es Ace, pero la presencia de Agustina es una incógnita para ella y para el propio Arick, que ya ha sido advertido por sus padres que sabrá sobre esa mujer en su debido momento. Sin embargo, parece que el joven no le da mucha atención al asunto.

    Tras esto llega la hora de comer y posteriormente, tras una larga siesta de Azel, la familia Lakor y su pequeña invitada se van a un mirador, concretamente, a un lugar que los edagrianos consideraban un santuario de la naturaleza. Hay insectos, pájaros e incluso conejos (asumo que no serán exactamente eso sino animales similares a los conocidos de la Tierra), siendo estos últimos los que llaman la atención de Sky, pues nunca ha visto unos. Arick la invita a aproximarse a un conejo negro que avista Natasha y mientras los pequeños lo hacen, los dos adultos hablan sobre el vínculo que están estableciendo Arick y Sky, quiénes parecen estar predestinados para estar juntos (y así será, ambos lo sabemos... :minku:). Habiendo pasado un buen rato en el lugar, se deciden a regresar a casa.

    Ace y Natasha llevan a Sky a su casa, encontrándose con Gwyn y Thomas. Tanto Ace como Thomas deben dejar los vehículos militares en su correspondiente lugar y Thomas le hace saber a Ace que necesitarán su ayuda con algo próximamente. Natasha y Gwyn se despiden con Arick y Sky delante, siendo ésta la protagonista de esa escena, pues le da un tierno beso en la mejilla a su amigo. Arick se pone tímido, Sky sonrie, Natasha no lo ve mal pero Gwyn se muestra algo seria. Yo, sinceramente, no lo veo como algo malo pero parece que la actual comandante suprema no está contenta con ese gesto de su hija. Una vez Thomas regresa, los padres tienen una charla con la niña sobre que no ha hecho algo malo, pero es algo pronto para dar semejantes muestras de cariño a sus amigos. Lo comprendo, sinceramente, pero creo que exageran un poco. :ewww:

    Finalmente, Sky se va a dormir y sus padres aprovechan para hablar, conversando sobre una anécdota de Thomas en las que tuvo su primer "beso". Una anécdota muy interesante que termina con un cumplido hermoso hacia su mujer, haciendo que ambos se unan amorosamente. No obstante, parece que ese tema del que necesitan ayuda en su trabajo es importante y el misterio se queda para el siguiente capítulo.

    En fin, buen capítulo y muy disfrutable, tierno y hermoso. Estaré expectante de ver que se viene en el próximo. Hasta el próximo finde, espero. Ojalá acabemos el año con una gran quedada como las de siempre. Por si acaso, ¡felices fiestas! :kuku:
     
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  7. Threadmarks: Lágrimas de inocencia
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    6826
    Buenaas :D Ya estamos en víspera de fiestas. Aprovechando unos ratos antes de irme a hacer mis cosas antes de la cena navideña, optaré por publicar el capítulo de esta semana.

    Agradezco como cada oportunidad que puedo a mi gran amigo Manuvalk quien lleva mucho tiempo leyendo esta historia. Las lecturas en simultáneo que llevamos por Discord son de lo mejor, y espero que podamos disfrutar la que está por venir siendo que puede ser la última del año y por un tiempo :) . Me da mucho gusto que esté disfrutando los capítulos tiernos que están aconteciendo en la historia, y espero que este también le guste.

    Aviso que la guía de personajes ya ha sido actualizada en mi blog. Sin más para decir, les dejo con la lectura. Un abrazo y felices fiestas para todos.
















    Lágrimas de inocencia:

    Ace y Natasha se encontraban en la puerta de entrada, esperando la llegada de una persona. Arick estaba a una distancia corta de ambos, con mucha curiosidad, puesto a que ambos parecían estar alterados por algo. El niño jamás había visto a sus padres de esa manera, y al hacerlo por primera vez, creyó que algo malo estaba pasando. Por eso estaba cerca pero distanciado, ya que no los quería perder de vista, pero si algo malo llegase a suceder, querría tener tiempo para correr.

    Ambos adultos, comandantes de la milicia, miraron a su pequeño. Notando que estaba preocupado, le dieron una sonrisa cálida para tranquilizarlo. Al ver eso, Arick se calmó un poco de los nervios que tenía y se acercó a ellos.

    — ¿A dónde van? — el niño quería saber.

    — Papá y mamá tienen que hacer algo importante — Natasha se arrodilló para estar a su altura — Volveremos un poco tarde. Pero dejaremos a alguien para que los cuide a ti y a Azel.

    — ¿Quién es? — Arick se sentía invadido por la curiosidad.

    — Es la señorita Alicia — Ace había acordado con él llamarla de esa manera — ¿Recuerdas lo que dije sobre las preguntas que no tenías que hacerle?

    — Lo recuerdo, papá — Arick le respondió, tranquilizando al adulto — No le diré nada.

    Ace sonrió tras escuchar esa respuesta de su hijo. Dado a que Alicia era una amistad muy cercana para ambos, ella convivía mucho con su familia. Lo que menos quería Ace era que Arick pudiera ponerla incómoda haciéndole preguntas sobre lo que le había sucedido en su ojo. Entendía que Arick era un niño y como tal tenía curiosidad para preguntar, y que nunca haría algo por malicia. Pero eso no justificaba que hiciera esa clase de preguntas. Esa fue la razón que llevó a Ace a tener una charla con él para que tuviera cuidado al tratar con ella.

    Cuando Natasha vio a Alicia a través de las cámaras mediante su dispositivo móvil, las cuales fueron instaladas luego de que supieron de la presencia de los detractores, la comandante abrió la puerta a su amiga. Alicia ingresó al hogar llevando a Sky de una mano.

    — Hola, Ace — saludó la exploradora — Hola, Naty.

    — Hola, Alicia — Natasha le sonrió a su compañera — Sé que sabes cómo manejarlos, pero si llegas a tener problemas, lo mejor sería que llames a Noak y a Gina. No sabemos cuánto nos va a llevar esto.

    — Lo comprendo, haré lo más posible para cuidar bien de ellos — Alicia les hizo saber que estaría para lo que necesitaran — Vayan tranquilos.

    — Lo haremos, no correremos riesgos aquí — Ace le contestó a la mujer — Vamos, Natasha. Adiós, Arick. Pórtate bien con Sky, Alicia y Azel.

    — Adiós, papá. Adiós, mamá.

    La pareja de comandantes del ejército salió de la casa para poder irse a su misión. Una vez se habían ido, Alicia cerró la puerta y accionó tanto un cierre electrónico como una cerradura manual para evitar que los pequeños intentaran escaparse del lugar.

    Viendo que los adultos se habían ido, Sky quiso saludar a su amigo.

    — Hola, Arick — con una sonrisa, y tras soltar a Alicia, la niña levantó su mano.

    Pero Arick no respondió. Con gran timidez, y un sonrojo notable en su cara, el niño corrió a esconderse detrás de Alicia. La mujer estaba muy sorprendida haber visto eso, ya que creía que ambos eran buenos amigos con base en lo que escuchó de sus padres. Pero la sorpresa mayor se la llevó Sky, que supo rápidamente que la reacción de Arick se debía al beso que ella le había dado ayer. No tenía idea de qué esa sería la reacción que iba a tener su amigo, y fue así como la sonrisa de su rostro se fue y se quedó algo triste.

    Alicia no quería que esa situación permaneciera, así que quiso comprender un poco más.

    — Arick, Sky te ha saludado — Alicia se dio vuelta, pero sin apartar al niño de su escondite — Es de buena educación devolverle el saludo.

    — Hola… Sky — Arick contestó tímidamente y luego salió corriendo del lugar.

    Alicia y Sky se mostraron preocupadas por lo que había hecho el niño. La mujer, que no tenía idea de que su primer conflicto sería en menos de diez minutos, quiso averiguar más sobre el asunto.

    — Sky, ¿qué ocurre? — Alicia quería saberlo todo — Dime todo lo que sepas.

    — Es que… — a la niña le daba algo de vergüenza confesarlo — Yo ayer besé a Arick. Y mi mamá y mi papá me dijeron que no tenía que hacerlo sin permiso. Quizá él esté enojado conmigo.

    — Oh, mira eso — Alicia no esperaba esa clase de cosas de la niña — Escucha, estoy segura de que Arick no está enojado. Pero aun así deberías disculparte por hacerlo sin permiso. Eso hará que él se sienta mejor.

    — ¿Me acompañarías? — la niña no quería ir sola.

    — Seguro, además, tengo que buscar a Azel — contestó la mujer, mostrándole apoyo a la pequeña.

    Alicia y Sky avanzaron hacia la habitación que ambos niños Lakor compartían. Al entrar vieron a Azel riendo en su cuna, mientras que Arick estaba tapado totalmente bajo las sábanas de su cama, como si estuviera asustado. La mujer se acercó al más pequeño de los niños y lo tomó en brazos. Al ser levantado, el pequeño de la casa seguía riendo, pero no decía palabra alguna.

    — Que risa tan bonita — Alicia apreció al bebé — Arick, Sky necesita decirte algo. Por favor, sal de ahí. No es necesario que te acerques si no quieres.

    Tras escuchar esa última frase, el niño destapó su cuerpo de debajo de las sábanas y se puso de pie cerca de su cama, sin querer acercarse demasiado a su amiga. Ella se acercó un poco más, pero no demasiado para no incomodarlo.

    — Arick, te quiero pedir perdón por haberte besado ayer — la niña se veía algo triste — No quería hacerte sentir mal, y tampoco incomodarte. Mi mamá y mi papá me dijeron que tenía que disculparme.

    — Oh, está bien — sin entender demasiado de la complejidad de esos temas, Arick quería aceptar esa disculpa — Es solo que… me asusté un poco. Solo mi mamá y mi papá me habían besado antes. No estaba preparado para algo así.

    — Lo sé, por eso me dijeron que tengo que pedir permiso si quiero hacer algo así — Sky quería confesar su verdad — Es solo que yo veo a mi papá y a mi mamá saludarse así cuando se marchan a trabajar. Y lo hacen para estar felices. Por eso te saludé así. Quería que te fueras feliz a tu casa.

    — ¿De verdad? — el niño volvía a tener un sonrojo en su cara.

    — Así es, eres un buen amigo — Sky agachó un poco la vista — Por eso, perdón.

    — Está bien — Arick empezó a sonreír tras haberla escuchado — No creo que me siga sintiendo mal por eso. Gracias por decir que soy un buen amigo.

    — Gracias a ti por ser un buen amigo — Sky lanzó un cumplido al pequeño.

    Alicia sonreía al ver que las cosas entre ambos niños ya se habían aclarado. Ciertamente, era un tema para el cual ella no estaba muy preparada, puesto a que no tenía hijos propios tras una decisión personal de no ponerse en pareja nuevamente. Pero nunca creyó que los niños tendrían esa clase de emociones para su edad. Arreglado el asunto, la mujer fue con ambos niños hacia la mesa. Sentó a Azel en su sillita, y los otros dos pequeños se sentaron cerca de ella para mirar al bebé.

    — Nunca lo escuché hablar — Alicia visitaba con frecuencia la casa de Natasha — Pero tus papás dicen que él habla.

    — Sí, pero solo cuando papá y mamá están solos con él — Arick contestó — Yo una vez lo escuché hablar dormido. Tiene una voz muy suave.

    — Oh, vaya — Alicia quería ver si podía escucharlo — ¿No te gustaría compartir tu voz conmigo?

    El niño dejó salir una risa tras las palabras de Alicia, pero ninguna palabra salió de su boca. Fue entonces que la mujer entendió que no podría hacer que hablara, y que tenía que dejarlo ser.

    — Bueno, cuando aprendas a hablar tendremos tiempo para escucharte — Alicia le respondió, acariciando sus cabellos — ¿Qué hay de ustedes dos?

    — Yo quiero saber a dónde fueron mamá y papá — Sky fue la primera en hablar de eso — No me dijeron nada a mí. Solo que ellos saldrían y que me quedaría aquí.

    — A mí me dijeron que tenían que salir por algo importante — Arick también quería saber más — ¿A dónde fueron?

    — No me lo dijeron — Alicia mentía, puesto a que lo sabía todo — Sabían que ustedes dos me lo iban a preguntar y no me iban a dejar tranquila. Así que, no sé nada. Al igual que ustedes. Quizá fueron a ver una película, o quizá tienen una misión.

    — ¿Una misión? — Arick se intrigó con esa expresión — Papá y mamá son parte del ejército, pero nunca escuché que tuvieran que hacer una misión — Alicia se sorprendió al escucharlo hablar de eso, ya que no creía que sus padres tenían ese nivel de confianza con él.

    — Es mejor así, pequeño — Alicia quería cortar ese tema — Si ellos tienen una misión, quiere decir que algo está sucediendo.

    — ¿Algo cómo qué? — Sky era la más curiosa en el momento.

    — No lo sé, pero sí sé que es algo malo — Alicia quería ver si asustándolos los hacía detenerse.

    — ¿Tú haces misiones? — Arick preguntó.

    — Sí, tengo mis misiones, pero no son como las que podrían tener sus padres — Alicia veía bueno ese tema, ya que siendo exploradora podría contarles más sobre el universo — Yo viajo por el espacio exterior. Me encargo de explorar el universo y ver si encuentro cosas fantásticas que nos puedan ayudar.

    — ¿Cuándo fue tu último viaje? — Alicia sonrió cuando escuchó a Sky preguntarle eso, ya que sabía que cumplió con su propósito.

    — Fue hace varios años, cuando ustedes dos eran bebés — Alicia recordó ese momento — Y el pequeño Azel todavía no había nacido.

    Arick y Sky, maravillados con la idea de que alguien pudiera salir del planeta y ver otros escenarios diferentes a los que ellos veían a diario, los cuales eran muy poco variados debido a que sus padres, lógicamente, no los llevaban muy lejos por ser niños, preguntaron más cosas a la mujer acerca de su tarea como exploradora. Alicia, pese a que ella no participó en la batalla que tuvieron contra los seres que habitaron el planeta de Hael Arunyn, viajó en la expedición, por lo cual omitió esa parte de la historia en el relato.

    Los dos pequeños estaban muy contentos con la historia, ya que sus padres no les hablaban demasiado de sus travesías por el universo. Gracias a las cosas que escuchaban de la gente que encontraban en la calle, sabían que sus padres eran gente importante, pero desconocían del todo esos motivos que llevaban a tales situaciones.

    — ¿Cómo podríamos viajar al espacio? — Sky estaba emocionada por la idea.

    — Bueno, para eso tienen que entrar en la academia militar o hacer una carrera de astronomía, ciencias y exploración espacial — Alicia respondió la pregunta de la pequeña, dejándola muy confundida.

    — Si vamos a la academia militar, ¿podremos ser como nuestros padres? — Arick quería saber si ese era el camino.

    — Solo si les va bien — Alicia creía que lo mejor sería cambiar de tema — Pero para que puedan empezar en la academia militar deben tener trece años. Todavía tienen cinco.

    — Es solo que… me gustaría ser como mi papá y mi mamá — Arick habló de ese deseo — La gente los saluda en la calle muy felices, incluso algunos los llaman “héroes”. Yo también quiero ser un héroe.

    — Bueno, no hará falta ser parte del ejército si quieren ser héroes — Alicia no podía encontrar una forma de cambiar de tema — Cuando crezcan verán un mundo más grande y sabrán mejor a qué me refiero.

    — Yo siento que quiero ser como mi mamá y mi papá — Sky se ilusionaba al pensarlo — Ellos son geniales. Arick, si voy a la academia militar, ¿quisieras venir conmigo?

    La pregunta de Sky llamó mucho la atención del niño, pero este tenía una única respuesta posible para esa cuestión.

    — Claro que me gustaría ir contigo — Arick sonreía a su amiga, quien devolvió el gesto — Seguro será divertido.

    — Bueno, recuerden eso para cuando tengan trece años — la exploradora tuvo que cortar de raíz el tema — ¿Quieren hablar de algo más?

    — Sí, yo tengo una pregunta — Arick vio la oportunidad perfecta para quitarse una duda — Mi mamá y mi papá dijeron que me hablarían de Agustina, la mujer que sale conmigo y mi papá en una foto. Yo sé que ellos te han dicho que no preguntara, pero ¿ella es una buena persona?

    Alicia se vio en un callejón sin salida al recibir esa pregunta. Al haber fallecido hace tiempo, Alicia no podía decirle directamente que sí, o de lo contrario, podría darle la idea de que ella estaba con vida. Pero tampoco le podía decir que no, porque eso quizá condicionaría la reacción de Arick en el momento en el que Ace y Natasha eligieran contarle toda la verdad.

    Arick se preocupó cuando vio que su pregunta, la cual para él era muy simple, no estaba siendo contestada. Sky también quería saber más sobre esa mujer, dado a que era muy curioso que el padre de su amigo se tomara una foto con él y con otra persona que no fuera Natasha.

    Tras un rato de pensar, Alicia eligió responder.

    — No creas que estoy mintiendo porque tardé un poco en responderte — Alicia miró fijamente a Arick al decir eso — Es solo que tengo que pensar bien para no decir algo que quizá tu mamá y tu papá no quisieran que yo dijera… Pero, Agustina te ama. Esté donde esté, puedes estar seguro de que ella te amó y siempre te amará.

    — ¿Y por qué no está aquí? — el niño no tenía idea de casi nada sobre ella — Si me ama, ¿a dónde fue?

    — Eso no lo puedo decir, pero cuando crezcas lo comprenderás — Alicia pensó que no tenía más nada que decir — Y entonces, tú también la amarás a ella.

    Los dos niños se veían muy intrigados por la manera en la que la mujer presentó la respuesta ante la duda de Arick. Entre las preguntas sobre sus padres, el asunto del beso y la curiosidad del pequeño por saber sobre Agustina, Alicia tuvo unos primeros minutos difíciles al cuidado de ambos. Ella supo que, si Michael hubiera estado presente, las cosas no habrían salido tanto de control en cuanto a los niños. Aunque, luego creyó que, de seguir Michael con vida, nunca habría dejado la milicia y no estaría allí cuidando de esos pequeños.

    El resto del día para la exploradora, los dos pequeños y el bebé de Ace y Natasha transcurrió con mucha tranquilidad, cosa que ayudó a Alicia a relajarse un poco, ya que se suponía que no sería una tarea muy difícil.

    […]

    — Ríndete, Zig — la voz de un hombre sonó desde detrás suyo.

    Zig, un hombre flaco, pero bastante alto al medir un metro con noventa y siete centímetros, se encontraba con una pistola en la mano apuntando al frente.

    En un pequeño almacén escondido entre edificios abandonados, tenía lugar un tenso encuentro. Un grupo conformado por diez hombres y cinco mujeres se veía rodeado totalmente por la milicia de la humanidad. El almacén tenía varios muebles de madera pintada de color negro, y mesas amplias en su interior. Sobre cada una de las mesas había muchas cajas grandes y en algunas se podían observar billetes desparramados de forma irregular en el sitio. El techo estaba muy elevado, y desde el mismo se desprendían varias luces blancas que iluminaban cada rincón, dejando cero posibilidades de existir a las sombras en aquel sitio, exceptuando debajo de las mesas.

    La puerta de entrada era muy angosta y pequeña, pero eso ya no era así debido a que Xorxaik, quien se encontraba dentro de ese almacén y del lado de la humanidad, la había tirado abajo con una embestida potente, dejando al descubierto el sitio donde ese grupo de tan solo quince personas habitaban.

    Gwyn, Natasha y Ace, en compañía de Thomas, Allecreod y Xorxaik se adentraron en el lugar junto a varios soldados que respondían a las órdenes de los tres comandantes. Eran un total de cincuenta militares en contra de solo esas quince personas que residían en el almacén. Zig, tal y como uno de ellos lo había llamado, era el único que apuntaba sus armas contra los militares que irrumpieron en su lugar, todos portando armadura y casco para cubrir cada parte de su cuerpo.

    Por su parte, la milicia, Allecreod y el robot que él mismo construyó tenían sus armas en contra de cada uno de ellos.

    — Zig, basta — el hombre que habló al principio se acercó a su compañero — Se acabó. No puedes ganar.

    — ¿Y qué, ahora vamos a rendirnos? — Zig no parecía estar de acuerdo con eso — Peleamos muy duro para poder establecernos, Arker. Y ahora estos putos milicos nos quieren arruinar.

    — Solo lo harás peor para todos nosotros — Arker quería tranquilizarlo — Baja tu arma y ríndete como los demás. O empieza un conflicto que acabará con nosotros.

    Zig miró a Arker con gran frustración. Pese a que Arker era mucho más bajo en estatura y de la misma complexión física que él, no tenía miedo a lo que este pudiera hacer. A regañadientes, Zig eligió hacerle caso a él, puesto a que era quien llevaba la dirección del grupo. El hombre cedió y bajó el arma. De esa forma, la comandante suprema decidió hablar nuevamente.

    — No pedimos que bajaran las armas, pedimos que las tiraran — Gwyn no sonaba muy contenta con ellos — Tienen cinco segundos. Caso contrario, usaremos la fuerza.

    Todos los hombres y las mujeres del lugar echaron una mirada a Arker, quien supo que lo más sensato era evitar un enfrentamiento. Ellos tenían puesta ropa casual, sin ningún tipo de blindaje. Solo pantalones, buzos y chalecos. Luchar contra la milicia, estando el robot tan temible al frente era una mala idea se mirase por el lado que fuera.

    El líder tiró su arma, y pronto todos hicieron lo mismo. A las órdenes de la comandante suprema, un grupo de veinte soldados se acercó a esas quince personas, y utilizando esposas y ataduras, restringieron sus movimientos al atar sus dos manos a la espalda.

    Gwyn, Ace y Natasha, siendo la máxima autoridad de la milicia se acercaron a quien veían como el líder de todo ese grupo de gente, sin tener ni la más mínima idea de quienes eran. Pero era algo que iban a descubrir pronto.

    — Tú mandas aquí, todos te miran y te siguen — Gwyn le dijo a aquel hombre — Arker… ¿Qué se supone que es esto? El tipo al que llamaste Zig es un asesino. Mató a un hombre y a una mujer y secuestró a un niño pequeño antes de ayer.

    — Tardaron su tiempo en atrapar a los detractores, pero a nosotros nos encontraron en menos de tres días — Arker hablaba con sarcasmo ante la situación.

    — Gracias a los detractores, mejoramos los sistemas de vigilancia y monitoreo en cada ciudad — Ace habló, aclarándoles la inquietud — Ahora, ya nada ocurre en este planeta sin que nosotros lo sepamos. Y menos mal. Porque uno de los tuyos es un asesino.

    — Vas a tener que explicar mucho — Natasha fue la siguiente en hablar — ¿Por qué mataron a esa familia? ¿Qué hicieron con el niño? ¿Y de dónde sacaron estas pistolas? No son reglamentarias del ejército, así que no las pudieron robar de ninguna armería.

    — Las fabricamos nosotros, junto con las balas — Zig respondió en lugar de Arker — Para llevar un negocio como el nuestro, hay que contar con armas.

    — ¿Qué tipo de negocio se supone que llevan? — Thomas quería saber más al respecto.

    — Somos prestamistas — Arker habló en nombre de todos — Los bancos muchas veces rechazan los pedidos de la gente para los préstamos. Ahí es donde entramos nosotros. Alguien nos pide dinero, y nosotros lo entregamos esperando un cierto nivel de intereses a cambio. Prestamos dinero a una pareja de gente que tenía el sueño loco de establecer un asentamiento en los campos y ser los primeros con una mega producción de frutas, verduras, harinas, y en el futuro carne de animales de este mundo… Pero ese sueño no les dio frutos. No pudieron prosperar, así que regresaron a la ciudad abatidos y sin dinero. Para poder alimentarse ellos y a su hijo, nos pidieron el dinero a nosotros. Estuve enviando a gente para cobrar esa deuda, pero ellos siempre los agredían. Por eso mismo mandé a Zig a que se encargara de ellos. Les hicimos un favor, y luego ellos nos trataron como basura para descargar su frustración por no haber logrado cumplir sus sueños. En mi opinión, se lo tenían merecido. Sus muertes están justificadas.

    — Que enfermizo — Allecreod, quien acompañaba al grupo portando su lanza, no pudo evitar sentirse asqueado al escuchar algo así — ¿Se aprovecharon de la gente necesitada solo para beneficiarse ustedes mismos? ¿De su propia gente? Podría llegar a entenderlo si se tratara de otra especie, pero… ¿así tratan los humanos a otros humanos?

    — ¿Ahora el ryfier viene a juzgarnos? — Zig no se tomó para nada bien las palabras de Allecreod — Nosotros hicimos lo que debíamos. Proteger nuestro patrimonio. No queríamos llegar a este extremo. Ellos usaron la violencia con nosotros. Si lo dejamos pasar sin un castigo apropiado, cualquier otra persona empezará a pensar que nos puede pasar por arriba. Tienen que saber que su lugar no es ese.

    — Ya escuché suficiente — Gwyn se repugnó por todo lo que oyó — Dígannos donde está el niño, y luego serán llevados a las celdas. Avisaremos de esto a los jueces y todos serán condenados por haber hecho esto.

    — El niño está donde lo dejamos — Arker no quería colaborar — Sírvanse de eso, no tendrán otra cosa de nosotros.

    — Llévenlos a la cárcel, ya no quiero verlos más — Gwyn no podía seguir soportando eso.

    Zig, quien era el más violento en todo el grupo, escupió contra la comandante suprema. No llegó hasta ella gracias a que el casco y el visor la cubrían, pero eso no evitó que sintiera enojo por dicha acción. Supo que responder sería caer en la provocación de alguien vulgar, por lo que eligió simplemente quitarse la mancha de saliva de su casco.

    Bajo sus órdenes, solo Ace, Thomas, Natasha, Allecreod y Xorxaik quedaron en el lugar. Gwyn, aliviada por haber resuelto el problema sin tener que empezar un enfrentamiento, sabiendo cómo estallarían las noticias si la milicia asesinara a seres humanos, por más que fueran criminales, se quitó el casco. Sus otros compañeros la siguieron, y al hacerlo, pudieron observar en ella una expresión de dolor.

    — ¿Cuánto tiempo pasó? — Gwyn confundió con esa pregunta — Seis años. Este planeta era una oportunidad para la humanidad de empezar de nuevo. Y ya se está empezando a contaminar. Los detractores cometían actos de vandalismo. Ellos se asemejan a una maldita mafia… ¿Qué es lo siguiente que vendrá?

    — No te aflijas por eso, Gwyn — Thomas quería que se tranquilizara — Tenemos que buscar al pequeño que secuestraron.

    — ¿Cómo se llama? — Ace quería saber más al respecto.

    — Xorxaik tiene los datos — Thomas le indicó al robot que era tiempo de que informara — Yo, entre tantas tensiones, lo olvidé.

    — Tiene un nombre curioso — el robot emitía un juicio de valor, todo debido a sus aprendizajes que tuvo desde que empezó a convivir con los humanos — Su nombre es Kite Michael.

    Para los cuatro humanos, y también para el propio ryfier, era algo llamativo sin duda. Desde hacía mucho tiempo que los segundos nombres se hicieron muy poco comunes entre las personas. Siempre había un pequeño porcentaje de gente que los utilizaba, pero era minúsculo a comparación con quienes únicamente tenían un solo nombre. El que tuviera dos, y que justo el segundo coincidiera con el de uno de sus amigos que había fallecido, era algo que estuvo en la mente de todos ellos por un tiempo.

    — Vamos a tener que investigar si fabrican sus armas y balas aquí o si tienen otro sitio para eso — Gwyn pensó a futuro — Pero eso lo puede hacer cualquier investigador del poder presidencial. Por hoy me basta solo con rescatar al niño.

    — ¿A dónde se supone que lo vamos a llevar? — Ace pensó seriamente en ese asunto.

    — No hay orfanatos operativos ni en construcción, eso fue debido al hecho de que no quedaron niños huérfanos entre las familias que escaparon de la Tierra — Natasha comprendía el por qué de la preocupación de Ace.

    — Ya habrá tiempo para eso, primero hay que encontrarlo — Thomas sabía que ese era el asunto más urgente — Debe estar asustado, quizá hambriento.

    Sabiendo que su compañero era quien tenía razón, y de que el niño, del cual supieron que tenía casi la misma edad de Sky, siendo tan solo dos meses menor que ella y cinco meses menor que Arick, todos empezaron la búsqueda. No sabían en qué condiciones podrían haberlo dejado en ese sitio, ni tampoco qué tipo de planes tendrían para un menor de edad.

    Todos, a excepción de Allecreod, pensaron que a lo mejor el grupo de prestamistas, con una causa de asesinato, eligieron dejarlo con vida para poder evitarse condenas más severas en el caso de terminar siendo descubiertos.

    El almacén era un sitio muy pequeño, por lo que la búsqueda no les llevó mucho tiempo. No había un solo rastro del niño en el lugar. Y eso llevó a que Gwyn eligiera buscar en los edificios abandonados que estaban en los alrededores. Debido a que no todos los edificios se habían ocupado por la humanidad, varios de ellos fueron dejados sin ninguna especie de tratamiento. Supusieron que el grupo de criminales se aprovecharía de esa situación y haría uso de estos libremente.

    Sin éxito en la búsqueda del niño en el almacén, Gwyn repartió los edificios aledaños para que su pareja, Ace, Natasha, Allecreod y Xorxaik buscaran uno cada uno. Así fue cómo se dividieron las tareas.

    Thomas tuvo el turno de explorar un frigorífico. Estaba abandonado, pero aún en funcionamiento. No tenía una temperatura lo suficientemente baja como para poder matar a una persona, pero sí que se podía sentir el frío en aquel sitio. Thomas llevaba puesta su armadura sin su casco. Por lo tanto, su cabeza era la parte de su cuerpo más expuesta a esas temperaturas bajas. No molestó demasiado al soldado debido al sistema de refrigeración inteligente que usaban los miembros del ejército.

    A diferencia del almacén, el frigorífico era enorme y tenía almacenado en él varios cortes de carne de los animales que habitaban en el mundo, los cuales no requerían de un frío extremo para poder conservarse en buen estado. Thomas atravesó una sala repleta de cadáveres de tamaño medio colgados de ganchos de carnicero, posiblemente perteneciente a los criminales, ya que no creía que los edagrianos comieran carne de esa manera, puesto a que no había residencias rurales y solo predominaban los puertos.

    En medio de su caminata, el soldado escuchó un ruido que parecía ser un llanto. Sabía que nadie se metería a un sitio tan siniestro y frío por decisión propia, por lo que supo que tenía que ser el pequeño huérfano, cuyos padres fueron asesinados por Zig bajo órdenes de Arker.

    Thomas logró llegar hasta una puerta corrediza, la cual pudo abrir con facilidad, y allí pudo ver a un niño de tan solo unos cinco años llorando y cubierto únicamente con una manta, además de la ropa que llevaba puesta. Cuando el pequeño se dio cuenta de que había alguien allí, creyó que se trataba de la gente que había matado a sus padres, así que, entre lágrimas se alejó llorando lo más que pudo del soldado.

    — Hey, tranquilo — Thomas extendió sus manos para hacerle ver que no llevaba nada que le pudiera hacer daño.

    — ¡Por favor, no me vuelvan a golpear! — por lo que decía Kite, el soldado entendió que alguien había maltratado al pequeño — ¡Déjenme salir! ¡Me portaré bien!

    — Descuida, Kite, no estoy con ellos — el soldado se veía en un aprieto — Yo he venido a salvarme.

    — ¿Cómo sabes mi nombre? — Kite nunca lo había dicho directamente a quienes mataron a sus padres — Yo jamás lo he dicho.

    — Sé que te llamas Kite Michael — Thomas se acercó un poco más, para luego arrodillarse ante él — Porque yo he venido a rescatarte. Soy del ejército de la humanidad. Me llamo Thomas.

    — ¿Thomas? — el niño tenía un presentimiento — ¿Thomas Delleo? ¿El héroe?

    La pregunta que le hizo el niño le hizo saber a Thomas que sus padres probablemente eran personas que admiraban al grupo de soldados que viajó hacia Edagr a pelear la guerra por el futuro de la humanidad. El que llevara el nombre de Michael y que se refiriera a su persona como héroe era un indicador de la educación que le habían dado sus padres.

    — Sí, soy Thomas Delleo — el soldado no se quiso autodenominar como héroe, ya que sentía que no le correspondía eso — Tú segundo nombre es en honor a Michael Umcali, un gran amigo mío. Es un gusto conocerte.

    El pequeño había escuchado historias sobre la expedición de Zenith que viajó en numerosas misiones para buscar las respuestas a la Gran Catástrofe. Sabía quienes eran los más importantes, y cuando supo que tenía delante a uno de los héroes de los que tanto oyó hablar, se sintió seguro por primera vez desde que sus padres murieron.

    — ¡Gracias! — decía mientras se levantaba corriendo a abrazarlo — ¡Gracias por venir a rescatarme!

    Thomas, gracias al frío que había en el lugar, pudo sentir como las lágrimas del niño estaban cayendo sobre su rostro. Tenía que sacarlo de allí y llevarlo hacia el calor y la luz natural del planeta. Con el pequeño en brazos, se puso de pie y avanzó hacia la salida. Kite lo miró con alegría, pero también tristeza por el hecho de que sus padres ya no estaban con él.

    — ¡¿A dónde me van a llevar?! — Kite sonaba destruido — Yo ya no tengo más a mi mamá ni a mi papá. ¿Dónde me voy a quedar, héroe Thomas?

    Ver el pobre estado del niño, quien probablemente pasó varias horas o incluso puede que un día completo encerrado allí, conmovieron a Thomas. Ver que él encontraba refugio en él lo hizo sentirse conmovido. Fue allí donde Thomas recordó algo que Natasha había dicho. No había orfanatos en Edagr debido a que todos los niños sobrevivientes viajaron junto a sus familias o bien, nacieron en el planeta.

    — ¡Por favor, no quiero quedarme solo! — Kite suplicaba por ayuda — ¡Tuve mucho miedo aquí!

    — No sería justo que un pequeño indefenso como tú se quede solo — Thomas pensó en algo — Tengo una idea, pero no puedo asegurarte nada todavía.

    Luego de tomar su dispositivo móvil, Thomas pidió a todos que salieran a encontrarse con él dado a que él ya había rescatado al niño. El soldado, sabiendo que su armadura quedó fría debido a su tiempo en el frigorífico, eligió dejar al niño en el suelo por un momento y luego de eso entregarle su chaqueta de militar. Pese a eso, Delleo pudo notar que Kite temblaba mucho más allí afuera que dentro de aquella estructura. Quizá el cambio de ambiente le hubiera hecho mal.

    Cuando Natasha, Ace, Gwyn, Allecreod y Xorxaik salieron a su encuentro, el niño se sintió un poco más aliviado. Exceptuando al ryfier y al robot, había oído hablar de todos ellos. En el momento en el que se presentaron ante él, los reconoció como héroes de la humanidad, y supo que lo dejarían en un lugar seguro.

    — ¿Qué vamos a hacer con él? — Ace sabía lo que se sentía perder a sus padres — Este niño necesita apoyo. Pero no hay un sitio en el que podamos dejárselo para que lo reciba.

    — Gwyn, perdóname por siquiera pedirte esto sin haberlo hablado con tiempo… — Thomas sorprendió tomando la palabra — Pero creo que nosotros deberíamos quedarnos con él. No tiene un lugar a dónde ir. Lo hemos liberado, pero todavía no lo hemos salvado. Sería muy duro para él que lo dejemos solo luego de perder a su familia.

    — Thomas… — la comandante quedó pasmada con esa propuesta.

    — No estoy pidiendo que lo adoptemos o lo tengamos nosotros de forma permanente — Ace y Natasha se asombraron con la rapidez en que Thomas pensó en una alternativa — Solo que lo cuidemos hasta que aparezca alguien que pueda adoptarlo si es que nosotros no podemos.

    — ¿Tú querrías adoptarlo? — Gwyn quería saber la opinión completa de su pareja.

    — Si dependiera solo de mí, sí. Este niño no tiene a nadie — Thomas fue sincero en su respuesta — Pero tú y yo somos pareja, y esta decisión la debemos tomar ambos. Por eso te propongo que lo cuidemos temporalmente.

    — Oh, Thomas — la comandante se acercó a él y lo abrazó — Recuerdo bien el momento en el que tú y yo empezamos nuestra relación… Tú nunca me dejaste sola. Tenías un buen corazón, y yo tardé mucho tiempo en verlo. Eres un hombre maravilloso y lo has demostrado cuidando de tus amigos, de mí y de nuestra hija. Entiendo tus razones por las cuales quieres adoptar a este pequeño. Alguien como tú no puede permitirse dejarlo solo. ¿Quién soy yo para negarme a eso? Este pequeño necesita de una familia… Y creo que tú y yo podríamos dársela.

    — ¿Estás segura de eso? — Thomas no sabía que su esposa podría reaccionar así.

    — Más que segura — luego de contestarle, Gwyn besó a su esposo en la mejilla y se agachó para hablar con el pequeño — Hola, Kite.

    El niño no entendía demasiado sobre la conversación que los adultos estaban teniendo, por lo que simplemente se limitó a asentir con la cabeza, dado a que seguía temblando por el frío que le causó el haberse quedado tanto tiempo dentro de aquel frigorífico.

    — Yo me llamo Gwyn Fairin — la comandante saludó.

    — Eres parte de los héroes — Kite sonreía al interactuar con ella.

    — Veo que nos conoces — Gwyn le contestó al pequeño huérfano — Escucha, sé que has pasado por mucho. Y es por eso por lo que Thomas y yo hemos decidido que puedes venir a nuestra casa. Te daremos un nuevo hogar, y una nueva familia. Porque eso es lo que necesitas. No estarás solo mientras estemos contigo.

    Ace y Natasha vieron la escena bastante conmovidos, siendo el comandante el que más, dado al sentimiento de nostalgia que lo invadía por el hecho de que él, pese a no recordarlo dado al cambio que tuvo en su mente, había pasado por una situación así en su infancia. Ver como sus dos amigos eligieron hacer un esfuerzo para darle un hogar a un niño desamparado les hizo sentir una gran alegría en el interior.

    Xorxaik, por ser un robot, pese a todo el aprendizaje que tuvo en su convivencia con los humanos, no era capaz de sentir algo por el niño. Allecreod, por su parte, sintió orgullo por lo que Thomas y Gwyn hicieron. Hacerles frente a los seres de su misma especie que lastimaban a inocentes y darle un hogar a quien fue una de sus víctimas. Era una actitud que pocos tomarían, y el ryfier respetó eso. Su opinión de la pareja era más positiva que nunca.

    Kite, quien vio en persona cómo sus padres fueron asesinados por Zig, rompió en llanto cuando Gwyn le hizo la promesa de que estaría acompañado. El dolor por la tragedia, el frío y el miedo que tuvo que pasar finalmente podían contrastar con algo de felicidad. Extrañaba mucho a sus padres, pero tenía la certeza de que no lo iban a dejar solo. Esto hizo que el pequeño, luego del infierno que el grupo de Arker le hizo vivir, pudiera llorar de alegría.

    — Esto sirve como llamada de atención — Ace quería dejar en claro varias cosas — Necesitamos duplicar el número de soldados patrullando por las calles y protegiendo a las personas.

    — Me has dado una idea, Ace — Gwyn, en su rol como comandante supremo, ya sabía lo que se debía hacer — Pero es algo que tenemos que discutir después. Ahora tenemos que llevar a Kite a casa. Hay que buscar una cama para él, y tenemos que asegurarnos de que él y Sky puedan conocerse.

    […]

    Luego de un día bastante agitado y mucho movimiento, Kite finalmente fue llevado a casa. Él y Thomas, quien eligió convertirse en su padre adoptivo para que no quedara desamparado a una edad tan temprana, entraron en su nuevo hogar.

    El pequeño todavía procesaba las cosas malas que sufrió por cortesía del grupo de Arker, por lo que entró con mucho miedo a su nueva casa. Al cruzar por la puerta, vio a Gwyn, su nueva madre, esperarlo con un termo de bebida caliente en sus manos, y al lado de ella se encontraba una niña pequeña, la cual era muy parecida a su madre. Kite se asombró al verla, ya que pensó que él sería el único niño en la casa. No estaba esperando que Thomas y Gwyn tuvieran una hija, la cuál sería su hermana debido a su reciente adopción. Él no tenía como saberlo puesto a que sus padres, ignorantes sobre ese tema, no lo habían advertido.

    Sky tenía en la mano un peluche con forma de conejo, el cuál era de color rojo. Claramente un regalo de sus padres, y querían que fuera ella quien lo entregara. Gwyn se tomó un par de horas para hablar acerca de la situación de Kite, y aunque la niña no lo podía comprender del todo, se alegró mucho de que, tal y como Arick tenía a Azel, ella podría tener un hermano.

    — Salúdalo, Sky — Gwyn la invitó a acercarse a él — Cuando gustes.

    El pequeño, nuevo integrante de la familia Delleo Fairin, vio como la niña se acercaba y como ella le hacía entrega del peluche que tenía en las manos. Sin miedo, dado a que el ambiente tan familiar de la casa le había hecho sentirse más seguro, el joven lo tomó en sus manos y lo abrazó con fuerza. Sky se alegró de que él también fuera alguien que tuviera preferencia por los peluches, y le sonrió gentilmente a quien sería su hermanito.

    — Hola, Kite — Sky saludó al niño — Lo siento, no recuerdo cuál era tu segundo nombre. Pero me gusta como suena Kite. Bienvenido a casa.

    — Hola… ¿Sky? — el joven escuchó a su madre adoptiva llamarla con ese nombre — Gracias por recibirme. Y el peluche es un regalo muy bonito.

    — Vamos a estar juntos por mucho tiempo — la niña sonreía de alegría — Y no solo estaremos tú y yo. Dentro de tres días iremos a la escuela y conocerás a mi amigo, Arick.

    — ¿Crees que Arick me aceptará como su amigo? — la desconfianza seguía un poco presente en él.

    — Claro que lo hará, él es un buen chico — Sky no podía esperar a que se conocieran — Y seguro que también serás amigo de su hermanito cuando crezca.

    — Entonces, estoy esperando conocerlo — Kite sonreía al pensar en esa idea.

    — Kite, ¿te gustaría tomar una pequeña taza de leche con chocolate? — Gwyn quería que se sintiera cómodo — Luego de eso, Thomas podrá darte un baño y podrás irte a dormir a tu nuevo dormitorio.

    — Es… está bien — el niño se sentía algo tímido, pero a la vez feliz por el trato que le daba su nueva familia.

    Para Kite, la vida no fue amable en su niñez. Debido a un problema que él no podía entender, el niño terminó contemplando como un hombre asesinaba a su papá y a su mamá. Pero pronto pudo encontrar una esperanza para que su vida, pese a todo el dolor que sufrió en tan poco tiempo, pudiera seguir siendo feliz.

    Gwyn y Thomas, pese a que no tenían planes para tener otro niño en casa, eligieron afrontar esa decisión por el bien de aquel pequeño que, ya fuera o no por enseñanza de sus padres, los apreciaba bastante por considerarlos héroes para la humanidad.
     
    Última edición: 24 Diciembre 2023
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    Manuvalk

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    Hola amigo mío, ya he finalizado con la que será la última leída en simultáneo del año y debo decir que me ha encantado haber tenido todas las quedadas que hemos tenido este año, disfrutando de nuestras historias de forma simultánea. Respecto al capítulo de hoy, ha mantenido la línea de los últimos pero me ha gustado más porque hemos visto algo diferente, cosa que destacaré en breve. Por el momento, empezaré por el principio.

    El capítulo comienza con Alicia haciendo de niñera para Arick, Azel y Sky, pues sus padres se encuentran en una misión de la cual poco supimos en el capítulo anterior. Vemos que los niños se muestran respetuosos con la mujer pero a su vez despliegan su curiosidad, haciéndole preguntas sobre su profesión de exploradora, la academia militar e incluso sobre Agustina. Cuidadosamente para no decir algo que no deba, Noble contesta a todas las preguntas con delicadeza pero convicción. Antes de eso, Arick se muestra tímido ante Sky por el beso en la mejilla que la niña le dio en el capítulo anterior, pero tras unas disculpas de la pequeña, su amistad recupera la normalidad. :minku:

    Acto seguido pasamos a la misión en la que se encuentran Gwyn, Thomas, Ace, Natasha, Allecreod y Xorxaik entre otros. Al parecer, han hallado el escondite de un grupo de delincuentes que se hacen llamar prestamistas, destacando dos nuevos personajes llamados Zig (que parece un tanto irascible e impulsivo) y Arker (el líder según parece). Se da a entender que gracias a lo que hicieron los detractores en su momento (y también los malditos sirenitos), se pusieron muchas más medidas de seguridad en las calles, lo que ha hecho que pillar a este grupo criminal haya sido rápido. Esta especie de mafia se rinde y es detenida mientras se revela que mataron a una pareja por no haberles devuelto el préstamo que les hicieron, lo que ha dejado a un niño huérfano bajo el nombre curioso de Kite Michael. :nice:

    El grupo de protagonistas se pone a buscarlo por el lugar, que parece una especie de nave industrial abandonada, siendo Thomas quién encuentra al pequeño. Por lo que se ve y como habla Kite, en su familia eran grandes admiradores de los famosos soldados, de ahí su segundo nombre. El grupo se reúne nuevamente una vez el niño ha sido rescatado pero sin un lugar al que llevarlo, Thomas propone adoptarlo y Gwyn finalmente accede. Yo pensé que podría quedárselo Alicia, pero que forme parte de la familia Delleo Fairin no me desagrada en absoluto. Kite se emociona porque tras haber vivido lo que ha vivido, no se quedará solo en el mundo. :anicry:

    Finalmente, Kite llega a su nuevo hogar junto a su padre adoptivo y así es como conoce a la que será su hermana, Sky. La niña le recibe con cariño y un peluche como regalo que Kite acepta con entusiasmo, pese al miedo inicial al verse en un ambiente totalmente nuevo. Un nuevo angelito se suma al grupo. :shark:

    Ha sido un muy buen capítulo, como te dije, me ha gustado un poco más que los anteriores por esta pequeña subtrama de los prestamistas y Kite Michael. Estaré expectante por lo que queda de la parte, que de seguro su cierre traerá algún problema tras unos capítulos de lo más tranquilos...:yagami:

    Bueno, amigo, te deseo un excelente final de año y un comienzo aún mejor, pero sobre todo, te deseo un gran año. Espero que esté lleno de nuestras juntadas por Discord como hoy y los últimos findes, porque verdaderamente las aprecio mucho y espero que tú también. Hasta el año que viene será, pues. :kuku:
     
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  9. Threadmarks: La responsabilidad que cada uno elige
     
    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
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    Ciencia Ficción
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    Saludos. Es el último día del año, y por tanto, este será el último capítulo del año a publicar para esta historia. Por tan solo dos capítulos, no logré a colocar esta historia por completo en el 2023, ya que quedan solamente dos capítulos después de este publicado hoy.

    Pero bueno, es hora de pasar a lo importante, que es agradecer a mi gran amigo Manuvalk por su presencia en este universo ficticio y por sus comentarios que me motivan a continuar escribiendo (y expandiendo) este universo. Para cuando lea este capítulo ya seguro será 2024, así que espero sea el mejor inicio de año para él.
    A quien también deseo lo mejor es a Elliot, quien de seguro se habrá adentrado en esta séptima parte durante el transcurso del 2024. Espero que, sin importar cuando lo haya comenzado, le haya parecido una buena experiencia.

    No tengo novedades por el momento, por lo que los dejo con la lectura. Buen fin de año 2023 y buen comienzo del 2024 :)










    La responsabilidad que cada uno elige:

    Ace y Natasha se turnaban para tener al pequeño Azel en brazos, mientras que Arick estaba junto a ellos de pie frente a la puerta de entrada de la casa. Por pedido de Thomas y de Gwyn, Arick conocería en persona a Kite antes de que llegara el momento de ir a la escuela en el siguiente inicio de una semana escolar. Kite originalmente iba a otro colegio, pero Thomas y Gwyn, tras una charla muy larga con los directores del establecimiento al que enviaban a Sky, pudieron acordar el cambio de Kite.

    Eso les ahorraría tiempo, puesto que así no tendrían que realizar un viaje para cada niño, además de que lo consultaron previamente con el niño, y este les dio el visto bueno para ello.

    Ace estaba algo nervioso, puesto a que el destino de la madre de su primer hijo era el mismo que compartían los padres del nuevo integrante de la familia Delleo. Temía que, su hijo pudiera preguntar algo de forma inocente, o que el otro niño lo revelara de forma natural. Si Arick llegara a sospechar de lo que había ocurrido con su madre, Ace tenía que decirle la verdad.

    — Papá, ¿cuándo van a llegar? — el pequeño mayor de los Lakor se estaba impacientando.

    — Pronto será, hijo — Ace supo que para Arick quizá sería especial, tal y como fue su primer encuentro con Sky.

    — No hay por qué apresurarlos, Arick — Natasha quería que sus ánimos se tranquilizaran — Estarán en cuanto estén listos.

    El pequeño, que había tenido una experiencia similar cuando conoció a Sky hacía ya unos meses atrás, ya no estaba nervioso por esa clase de encuentros. Todo lo contrario, para él era una oportunidad de hacer un amigo nuevo. Sobre todo, por el hecho de que él y Sky no parecían tenerlo sencillo para hacer amistades nuevas en el preescolar.

    Pese a que tenían dispositivos con los que comunicarse, Natasha pidió a Gwyn y Thomas que tocaran el timbre de la casa cuando estuvieran allí, de manera que Arick podría utilizar eso como una práctica para aprender lo que significaba tener paciencia.

    Cuando el timbre sonó, el niño se emocionó bastante, y más cuando Ace fue a abrir la puerta. Una vez hecho eso, Gwyn entró llevando a Sky de la mano. Thomas fue el último en entrar, mientras que Kite estaba de la mano con él. Arick se puso muy feliz de verlo, y quería acercarse a saludarlo, pero luego recordó que, siendo Kite el visitante, le correspondería a él hacer los honores.

    — Buenos días, Natasha, Ace — Thomas saludó a sus amigos — Veo que el pequeño Azel duerme tranquilo.

    — Buenos días — la comandante Natasha devolvió el saludo — ¿Cómo están los pequeños?

    — Sky… — Gwyn quería que ella respondiera.

    — Hola — saludó con entusiasmo — Me encuentro muy bien. Feliz por tener un hermanito, aunque solo sea unos meses menor que yo.

    — Vaya, que entusiasmo tan refrescante — Ace apreciaba la forma de ser de la niña — ¿Y qué hay del pequeño Kite?

    El niño no era realmente tímido como parte de su personalidad, pero el hecho de estar ante Ace y Natasha nuevamente le hacía emocionar. Sus padres consideraban a los soldados que partieron al espacio y arriesgaron la vida por la humanidad como héroes de la historia, y fue por eso por lo que él sabía mucho sobre ellos. No creyó que los volvería a ver, e incluso su lado más optimista no imaginaba que sucediera tan pronto. Había sido adoptado por dos de ellos, y sería el amigo del hijo de otros dos. Pese al dolor que todavía guardaba en su interior por la tragedia que vivió por culpa del grupo de Arker, él estaba feliz de estar en dónde se encontraba.

    — Buenos días, grandes héroes — decía con gran respeto — Yo me encuentro muy bien. Estoy emocionado porque dijeron que conocería a un nuevo amigo.

    — Así es, pequeño — Ace miró a Arick, haciéndole una señal — Arick, te toca.

    Kite y Sky se acercaron al niño, y este hizo lo propio. Cuando los tres estuvieron cara a cara, el pequeño hijo de Ace y la fallecida Agustina eligió saludar.

    — Hola, ¿te llamabas Kite? — Arick le preguntó sonriente.

    — Así es — contestó el niño — Kite Michael.

    — ¿Tienes dos nombres? — Arick no había conocido a nadie que tuviera dos — ¿Eso se puede?

    — Claro que se puede, amor — Natasha le contestó al niño — Eso fue decisión de sus padres.

    — Eso es genial — Arick se asombraba por eso — Me parece genial. Tener dos nombres suena bien.

    — ¿Verdad que sí? — Sky decía con una sonrisa — Oye, no le dijiste tu nombre.

    — Es verdad, lo siento — Arick se dio cuenta de que había cometido esa falta — Soy Arick. Solo tengo un nombre.

    — Es un nombre muy bueno — Kite realmente no creía que hubiera nombres buenos o malos, pero quería ser amigo de él, por lo que decidió decir esas palabras — Arick, ¿tú y Sky se conocen desde hace mucho?

    — Hace unos meses, antes de que empezaran nuestras clases — Arick sonreía al contestar — Ella y yo somos buenos amigos. Seguro que los tres tendremos una buena amistad.

    — Bueno, mi papá y mi mamá me dijeron que ella sería una hermana conmigo — Kite contestó algo pensativo — Pero eso significa que podemos ser amigos también, ¿verdad?

    — Claro, cariño — Gwyn fue quien contestó esa vez — Los tres se llevarán muy bien. Estoy segura de eso.

    — ¿Qué podemos jugar? — Sky contestó con algo de atrevimiento — Quiero que hagamos algo divertido.

    — Niños, ¿les parecería ir al cuarto de Arick y estar allí? — Ace les dio esa propuesta — Seguro que con los peluches y juguetes de Arick podrán divertirse.

    — Está bien — al niño le parecía una buena idea — ¿Podemos usar los juguetes de Azel?

    — No, Arick — Natasha contestó severamente, pero sin intimidar — Usa tus propios juguetes. No creo que quieras que Azel le prestara los tuyos a sus amigos.

    — De acuerdo, mamá — no le molestó en absoluto una orden así.

    — ¡Vamos! — Sky saltaba de la emoción porque quería que los tres jugaran juntos por primera vez.

    — Yo he traído un par de juguetes de ustedes — Thomas les recordó eso a sus hijos — Así no tiene que ser Arick el único al que le toca compartir.

    Thomas fue al vehículo que habían usado para acudir a la residencia de Natasha y Ace, y de allí sacó una mochila en la cuál había traído los juguetes con los que Sky y Kite podrían jugar junto con el pequeño Lakor. Una vez los entregó, los tres niños fueron al cuarto de este último para ver a qué podían jugar usando los juguetes. Eso dejó a los adultos a solas, exceptuando a Azel que seguía dormido en los brazos de su madre. Sentándose en una de las sillas de la sala, los cuatro se acomodaron en una mesa, quedando la pareja Delleo Fairin de un lado y la pareja Lakor Zafiro del otro. Según lo dicho por Gwyn, tenían algo importante que discutir, y aprovecharían esa oportunidad para que Kite, Sky y Arick se conocieran al mismo tiempo que ellos hablaban de un asunto serio. Una forma de matar dos pájaros de un tiro.

    — Te escuchamos, Gwyn — el comandante Lakor la invitó a hablar — Tú fuiste la de la idea. Empieza tú.

    — Gracias, Ace — la mujer contestó a su amigo — ¿Recuerdan que habíamos hablado sobre lo importante que era asegurarse de que no volviera a suceder lo que pasó a los padres de Kite? Es decir, evitar la formación de grupos pseudo mafiosos y la muerte de civiles.

    — Sí, fue una idea que surgió en la charla — Natasha le respondió.

    — Thomas y yo lo discutimos, y hemos llegado a que esta solución que tenemos es la mejor — Gwyn dejó un poco de misterio en sus palabras — Tenemos que dividir al ejército en dos partes. No necesariamente iguales, pero debe hacerse.

    — ¿Dividirlo? — Ace quería asegurarse de estar escuchando correctamente — ¿De qué manera?

    — Tenemos pensado que el ejército tendría dos ramas — Thomas empezó a explicar el plan de su pareja — La primera rama sería una rama de Defensa Civil y Territorial. La cual bautizamos como DCT. Esta rama se encargaría de patrullar las ciudades y cada extensión de territorio ocupado por la humanidad en este mundo. Además, en el caso de que ocurriese una invasión, sería la encargada de proteger a los civiles y evacuarlos de los focos de ataque.

    — ¿Creen que podamos sufrir una invasión? — Natasha se sintió sorprendida por esa idea — Hemos estado tranquilos por un largo tiempo.

    — Nunca se sabe — Thomas lo veía como una posibilidad — Mientras haya vida en el universo, la posibilidad está. De todas formas, es una asignación de responsabilidad.

    — ¿La siguiente rama cuál sería? — Ace tenía curiosidad para ver cómo seguía todo — Lo de la DCT tiene mucho sentido. Hace honor a su nombre.

    — La siguiente la hemos llamado Exploración y Rescate — Gwyn fue la que explicó su función — Serían los únicos autorizados a tomar las naves en el momento en el que fuera preciso para luego partir al espacio si fuera necesario. Todos los miembros del ejército podrán usar las naves, pero los de la DCT tienen que pedir permiso a los de la ER para poder hacerlo. Es decir, la ER tendría el control de dicho recurso.

    — ¿Exploración y rescate? — Natasha empezaba a entenderlo — Es decir, si ocurriera otra crisis como la que obligó a acudir a Hael Arunyn, ya sea para buscar agua como para rescatar a los soldados que quedaron allí, ¿esa sería la función de esa rama?

    — Exactamente, sabía que lo entenderían pronto — Gwyn sonreía al ver que su idea fue bien explicada — Y como parte del rescate, en caso de que ocurriera una invasión, a los de la ER les tocaría estar en las líneas del frente. Claro que, si la invasión fuera a gran escala, todos los miembros del ejército contribuirán de la misma manera. Pero, en resumen, eso es todo lo que tengo para decir en cuanto a la información. Sin embargo, todavía no he terminado.

    Ace y Natasha se miraron con sorpresa. Les parecía muy buena la idea que había tenido la comandante máxima del ejército, ya que no por algo se había ganado su puesto. Pero no tenían idea de qué podría estar faltando. Para cada uno de ellos, la división del ejército en dos ramas diferentes tenía mucho sentido. Y las responsabilidades de las que se tendría que ocupar cada una estaban claras y bien definidas de modo que no quedaba duda alguna de lo que le correspondía hacer a cada uno.

    No tenían idea de cuál podría ser el siguiente aviso dicho por Gwyn, y fue justo por eso por lo que quisieron escucharla.

    — Thomas y yo hemos decidido que nos haremos cargo de la rama DCT — Gwyn les reveló esa parte de su plan — Y tenemos pensado ofrecerles a ustedes dos el mando de la rama ER. Claro que no es obligatorio que lo acepten. Sin embargo, Thomas y yo no vamos a ceder nuestra posición como la autoridad máxima de la DCT. Ustedes tienen solo tres opciones.

    — Pueden ser los líderes de la ER — Thomas complementó por lo dicho por su esposa — Y si no desean tener ese nivel de responsabilidad, son libres de unirse tanto a la DCT y seguirnos a nosotros, o unirse a la ER y seguir las órdenes de quienes tomen el mando.

    — ¿Qué otros candidatos hay? — Natasha quería saber en quienes habían pensado.

    — Noak y Gina serían los primeros a los que les ofrecería el puesto si ustedes rechazan la propuesta — Gwyn fue quien habló de su procedimiento — En caso de que todos digan que no, he elegido a seis candidatos más entre los soldados que obedecían a mis órdenes durante la guerra contra los edagrianos.

    — ¿Cuánto tiempo se puede pensar esto? — Ace no quería elegir en ese momento — Ustedes tuvieron tiempo para pensar en esto muy bien. Creo que Natasha y yo merecemos un poco de margen para pensarlo bien.

    — Por supuesto que lo merecen — Thomas estaba de acuerdo — Gwyn y yo lo planeamos todo durante dos días. Tienen hasta pasado mañana para darnos una respuesta. De no responder, lo tomaremos como un no.

    — Lo vamos a pensar, y tendrán respuesta — Natasha quería tiempo para discutirlo — Es solo que tenemos que hacerlo en paz y con meditación.

    — Claro, no vamos a obligar a nadie a unirse — Gwyn no quería que la tomaran por esa clase de persona — Pero ahora que lo saben, ya están en condiciones de discutirlo.

    La visita de la pareja a su casa trajo para todos los residentes de la casa una noticia que podía significar un cambio en su vida, no solo para el pequeño Arick. Gwyn y Thomas tenían un plan para poder dividir el ejército en dos, de manera que no todos los soldados estuvieran enfocándose en el primer asunto que les llegara a las manos, sino que tendrían asignaciones basadas en las decisiones que tomara cada uno.

    Eso, al punto de vista de Ace y Natasha, era lo mejor para todos. Siendo así, los soldados podrían elegir la rama a la que quisieran pertenecer, y las actividades que les gustaría tomar. Solo le restaba a la pareja discutir si querían adentrarse en la rama de defensa o en la rama de exploración. Ambas igual de importantes, pero solo había una en donde podrían tener autoridad.

    Luego de tantos años al mando de soldados, Ace y Natasha se habían acostumbrado a tener poder de decisión sobre los demás. No solo eso, sino que los soldados se habían acostumbrado a seguirlos. Ace era junto con Thomas y Gwyn, de los soldados en actividad que más tiempo había pasado en el espacio exterior. Dado a que Alicia se retiró, y a que Noak y Gina eran de otra promoción, nadie tenía más experiencia que ellos. Decir que no a ser la autoridad de la ER implicaría tener que obedecer órdenes, ya sea de Thomas y de Gwyn o de quienes tomaran el mando de esa rama. Sin embargo, eso no era un momento para que lo discutieran, ya que estaban en medio de una visita de sus amigos, en uno de los días libres que tenían los cuatro, y tratarían de aprovecharlo al máximo.

    Mientras tanto, en la habitación de Arick y Azel, el mayor de los Lakor estaba jugando con Kite y Sky utilizando cada uno sus propios juguetes. Con unas pequeñas pelotas de plástico, ellos jugaban a derribar los juguetes. En total eran unos diez muñecos puestos de manera similar a los pinos de un boliche. Cada niño tenía dos pelotas, y tenía que lanzar de espaldas y tratar de tirar la mayor cantidad de muñecos posible.

    Una vez que se aburrieron, Kite y Sky guardaron sus juguetes en la mochila que Thomas les había dado, y luego de eso, Arick fue ayudado a guardar los suyos, dado a que era el que más desorden había hecho para tomarlos. Mientras estaban haciendo eso, Kite vio lo mismo que Sky en la primera ocasión que estuvo allí. El joven se sintió atraído por las fotos que había en la pared del lado del cuarto de Arick, y más que nada cuando vio una foto donde salía Agustina.

    — Arick — Kite le llamó — ¿Quién es ella?

    — Ah, Sky también preguntó lo mismo — el niño respondió — Solo sé su nombre. Se llamaba Agustina.

    — ¿Agustina Young? — el pequeño sabía que solo había alguien entre los héroes que llevaba ese nombre — ¿Así se llama?

    — No sé si su apellido es Young — Arick nunca había oído hablar de ese apellido — ¿Por qué preguntas? ¿Tú sabes quién es?

    — Sí, pero ahora que recuerdo… — Kite hizo memoria — Mi papá y mi mamá dijeron que no debía contarlo.

    — ¿Cómo sabes quién es ella? — Sky no estaba despierta en el momento en el que Kite tuvo esa conversación.

    — No puedo contarlo, me lo prohibieron — Kite agachó un poco la mirada — No debo decir nada.

    — Oye, ¿podrías ir a preguntar si te dejan contármelo? — Arick vio la oportunidad de saberlo — Quizá esa tal Agustina Young sea la misma que está en la foto conmigo y mi papá.

    — Está bien, iré a preguntar — Kite aceptó, puesto a que se llevaba bien con su amigo — Pero si me regañan, tienes que ir y decirles que tú querías saberlo.

    — Lo haré — Arick decidió tomar la culpa — Ve. Pregúntales también a mis papás.

    Sky vio como su hermano adoptivo se marchaba, para luego tener el presentimiento de que esa pregunta les traería algunos problemas a los tres, incluso aunque ella no tuviera nada que ver. Curiosa por todo, ella se acercó para ver por qué tenía ese interés.

    — ¿Arick? ¿Por qué quieres saber quién es ella ahora? — la chica recordó su charla — Te dijeron que te lo dirían.

    — No lo sé, hay algo dentro de mí que quiere saberlo — Arick le contestó — Oye… Sky — el niño habló con algo de timidez — ¿Puedo hacerte una pregunta?

    — Claro que puedes.

    Sky sonreía ante su amigo, para luego ver que este se estaba poniendo levemente rojo. Creyendo que algo estaba mal, pero sin intenciones de apresurarlo, la niña esperó pacientemente la pregunta que le llegaría de parte de Arick.

    — Dime, ¿le has dado un beso a Kite? — Arick tenía un poco de miedo al preguntarlo.

    — No, no le he dado un beso — Sky contestó con normalidad — Es mi hermanito, no veo por qué hacer algo así. ¿Por qué preguntas? ¿Estás celoso? — esa pregunta la hizo en un tono risueño.

    — No, yo… — Arick no sabía qué contestar.

    — O tal vez quieres que te de otro besito — Sky quería comprobar las intenciones de Arick.

    — ¿Tú quieres? — Arick preguntó con algo de vergüenza.

    — Si quieres, tenemos que pedir permiso — la niña recordó la orden de sus padres — Pero no tengo problemas.

    — Es que… — Arick no sabía qué decir.

    Sin embargo, la conversación entre los niños no pudo continuar, debido a que los cuatro adultos entraron en la habitación. Todos tenían una expresión seria en sus rostros. Kite estaba detrás de todos, escondido cómo si hubiera hecho algo malo, aunque realmente no era así.

    Arick y Sky se quedaron quietos un momento, creyeron que estaban en problemas por esa charla que estaban teniendo en aquel momento, pero nada estaba más lejos de la realidad. Natasha miró a los niños mientras iba a dejar a Azel en la cuna, y luego de eso, tomó nuevamente su lugar junto a los cuatro adultos.

    — Arick, ya hemos hablado de esto — Ace estaba un poco desilusionado — Te dije que te hablaría de Agustina cuando crecieras. No tenías que mandar a Kite para que pidiera permiso para decírtelo.

    — Lo sé, papá — Arick agachó la cabeza con bastante pena por dentro — Lo siento.

    — No hace falta que te disculpes conmigo — Ace fue tajante con él — La disculpa es con Kite. Parece que quisieras usarlo para conocer algo que yo dije que te contaría a su debido tiempo.

    Arick no se había dado cuenta de la gravedad del asunto. Si bien, Ace y Natasha no estaban molestos porque quisiera saber sobre Agustina. Ambos entendían que era un niño muy pequeño y que la curiosidad podía mucho con él, después de todo, era una característica propia de la humanidad. Lo que los dejaba molestos a los dos era que Arick quisiese aprovecharse de Kite, algo que ambos desaprobaban, y era la conducta que no querían que tuviera.

    — Perdóname, Kite — Arick agachó la cabeza con algo de vergüenza — No debí decirte que fueras a preguntar.

    — Está bien, Arick, no pasa nada — Kite no veía nada malo en lo que estaba ocurriendo — No sucedió nada malo. Todo está bien.

    — Sky, es hora de irnos a casa — Thomas le dijo a su hija que debían irse — Azel tiene que dormir tranquilo, y ustedes tienen que prepararse para la escuela el día de mañana.

    — Está bien — Sky veía que la hora de jugar se había terminado — Mamá, papá. ¿Puedo despedirme de Arick con un beso? Él dijo que no le molestaba. Luego le pediré permiso a sus papás.

    Los cuatro adultos y el propio Kite estaban sorprendidos por la pregunta de la niña. Ninguno de ellos esperaba que se le ocurriera preguntar algo así cuando ya era la hora de despedirse. Creían que ese tema no volvería a salir un tema así en por lo menos bastantes años más, cuando los dos llegaran a la adolescencia. Pero las cosas no eran como lo esperaban.

    Thomas y Gwyn por su lado, sabían que Arick era un buen chico. No parecía tener ninguna clase de mala intención, después de todo, era un simple saludo. Pero la decisión no les correspondía a ellos. Primero debían esperar la respuesta de Ace y de Natasha. Cuando la pareja de soldados vio que todo recaía en ellos, la mujer se acercó al oído del hombre para poder darle su veredicto en forma de un susurro que nadie más que ellos escuchó.

    — Esta clase de cosas las deberías decidir solo tú — Natasha, pese a haber adoptado a Arick como su hijo, creyó que lo mejor era que Ace lo decidiera.

    Arick, quien nunca había dado el visto bueno a la chica para eso, realmente no tenía ninguna clase de problema en despedirse de ella de esa forma. Sin embargo, él era muy obediente con sus padres, y por eso no quería decir nada hasta que tuviera su permiso.

    — Hoy no será, Arick — Ace dijo con seriedad — No creo que deba darte un castigo por lo que pasó con Kite. Pero tienes que aprender que esa clase de cosas no se hacen. Tendrán que esperar a la siguiente ocasión.

    Sky y Arick acataron las palabras dichas por el comandante Lakor, y supieron que esa clase despedida no se les sería posible el día de hoy. Por el lado de los adultos, ninguno de ellos estaba en contra de lo dicho por el adulto. De esa manera, Sky y Kite se despidieron de Arick con simples palabras, para luego de eso marcharse de nuevo a su casa.

    Arick, luego de que la familia Delleo Fairin se hubiera marchado, recibió una orden de su papá para que se acercara a él.

    — ¿Papá? — el niño estaba algo asustado — ¿Hice algo muy malo?

    — No del todo, pero no es de eso de lo que quiero hablar — Ace tenía en mente otra cosa — Arick, tú tienes solo cinco años. Vas al preescolar. Tienes mucho que aprender sobre muchas cosas en la vida. Y por eso quiero decirte esto. Cuando hayas cumplido los diecisiete años, te revelaré todo lo que quieras saber sobre Agustina. Y si no pudiera hacerlo yo, lo hará tu madre. Hasta entonces, no quiero que vuelvas a hacer preguntas sobre ella a nadie más. Es un tema que un niño no debería manejar. ¿He sido claro?

    — ¿Será en doce años más? — Arick sacó rápido la cuenta.

    — Así es, en doce años tú lo sabrás todo sobre ella — Ace contestó con una sonrisa.

    Al pequeño niño le parecía una franja de tiempo correcta, pero eso era debido a que no tenía una noción muy amplia del tiempo. Una vez que supo que no estaba en graves problemas debido a la pregunta que le hizo a Kite, suspiró aliviado. Ace, para tranquilizarlo viendo que estaba algo estresado, acarició la cabeza del pequeño, ante una sonrisa de Natasha, quien miraba la escena al margen.

    — Pórtate bien en la escuela con Sky y con Kite, ¿sí? — preguntó su padre, más cómo una pequeña orden que como un favor.

    — Lo haré, papá — Arick respondió con una sonrisa al pedido de su padre.

    […]

    Llegado el día siguiente, Gwyn y Thomas se reunieron en la estación de trabajo junto con Alicia, Faron, Ace, Natasha, Noak, Gina, Allecreod y Xorxaik. Todos aquellos en quienes más confiaban estaban allí, incluida Alicia pese a que ella llevaba años alejada del ejército dados ciertos acontecimientos en su vida.

    Ace y Natasha habían estado discutiendo acerca de la propuesta que la pareja les dio la noche anterior, y por privado, antes de la reunión, llamaron a Gwyn y a Thomas para decirles a ambos que habían aceptado. De esta manera, Gwyn, quien era la suprema comandante del ejército, reunió a las personas de más confianza para ella para poder explicar ante ellos todo el asunto de la división del ejército en dos ramas diferentes.

    Por un lado, la DCT en dónde ella y Thomas serían la máxima autoridad. Quedando Gwyn como la comandante y Thomas como el subcomandante. Y del otro lado se encontraba la ER, la cuál tendría a Ace como el comandante y a Natasha como subcomandante. Finalizadas las explicaciones, Gwyn miró a sus compañeros para hacerles saber lo que se les venía encima.

    — Alicia, dado a que tú eres una exploradora, formarás parte de la ER — le comentó la comandante a su amiga — A no ser que tengas alguna objeción.

    — Ninguna, me parece genial que podré estar bajo el mando de ambos — Alicia contestó con entusiasmo — Aunque tampoco me hubiera molestado estar con ustedes. En tanto esto no haga que nuestros caminos se separen, está bien por mí.

    — Descuida, eres una gran amiga, y luego de todo lo que pasamos, no nos separaremos ahora — Gwyn la quería tranquilizar — Noak, Gina, Faron. Les toca decidirse. Todavía no lo haremos oficial. Será en el momento en el que cada soldado haya elegido su camino.

    — ¿Qué sucederá conmigo y Xorxaik? — Allecreod estaba curioso al respecto, ya que no fue mencionado en esos asuntos — Sé que no soy parte de la milicia humana, pero soy un colaborador.

    — Exactamente, y dado a que eres un colaborador, estarás a disposición de ambos — Gwyn se lo dejó claro al ex líder de los ryfier — Si Ace te necesita, ayudarás a Ace. Si yo te necesito, me ayudas a mí. Lo mismo va para Xorxaik.

    El ser que era de otro mundo se sentía conforme con esa respuesta. Lo cierto era que, si le preguntaban que era lo que prefería, la posibilidad de explorar el universo e ir en misiones hacia otros mundos le era mucho más interesante que quedarse a defender civiles, los cuales, pese al paso del tiempo, todavía seguían teniendo su cierto nivel de desconfianza para con él debido al pasado del ryfier con la humanidad. Pero también estaba el hecho de que con Thomas y Gwyn tenía construida una relación de confianza mayor que con cualquier otro, debido al hecho de que fue Thomas quien le hizo la proposición de colaborar con ellos. Era mejor tener esa libertad que tener que decidir, o peor aún, que decidieran por él, a dónde debía ir.

    — Prometo que seré de utilidad para ambos — Allecreod sabía que ellos contaban con él — Solo pidan lo que les haga falta. Allí voy a estar.

    — Bien, les toca entonces a ustedes decidir — Gwyn miró a todos los demás.

    — Yo iré a la ER — Faron habló con gran rapidez, sin meditarlo mucho tiempo — Creo que ese tipo de trabajos me sienta mejor. La exploración espacial es algo a lo que no quiero renunciar. Estaré bajo el mando de Ace y Natasha.

    — Comprendemos tu deseo, Faron — Gwyn lo aceptó, sabiendo que quizá podría ser un pretexto del joven para seguir a Ace a dónde él fuera.

    — Bienvenido a la ER, Faron — Ace lo saludó con respeto, sabiendo que el soldado lo apreciaría.

    Con una sonrisa, el soldado aceptó su nueva asignación, feliz de ser bien recibido por una de las personas a las que él admiraba, puesto a que Ace le había hecho un gran favor en la guerra contra los edagrianos.

    Ya solo quedaba la respuesta de Noak y de Gina. Ambos, viéndose obligados a tener que decidir en aquel momento, pidieron un momento de privacidad. Gwyn se los concedió, y fue entonces que salieron a la calle donde nadie los podría escuchar mientras lo decidían.

    — ¿Tú qué opinas? — preguntó Gina, deseando ver si su esposo tenía alguna preferencia.

    — Nunca me he olvidado del momento en el que Ace nos convocó para ir a salvar a los niños — Noak lo tenía presente — Yo ya había regresado de Hael Arunyn, y no tardó en pedirme que los volviera a dejar atrás. Incluso eso fue un pedido para ti también.

    — Esperaba que dijeras eso — Gina dijo, con algo de alivio — Lo cierto es que no les guardo rencor por eso, pero no me gustaría que nos propusieran eso de nuevo. Si elegimos formar parte de la DCT…

    — Nuestra obligación será quedarnos aquí y defender a los civiles — Noak entendía y compartía los pensamientos de su esposa — Podremos estar en familia en una crisis. Si ocurre otro secuestro de niños, tenemos una excusa para quedarnos. Incluso, con nuestro trabajo, podríamos asegurarnos de que no ocurra nunca otro secuestro de niños.

    — Supongo entonces que será la DCT — Gina sonreía al pensar en eso junto a Noak.

    — Así será, tú y yo iremos juntos a la DCT — Noak confirmó lo que ella pensaba — Vamos a darle nuestra respuesta a Gwyn.

    La pareja de soldados volvió nuevamente a la estación, donde todos esperaban pacientemente su respuesta. En el momento en el que lo dijeron, Ace llegó a sospechar de cuales podrían ser sus motivos para optar por irse a la DCT en lugar de la ER. Sin embargo, no los culparía. Él mismo reconoció que quizá estuvo mal el haber pedido a uno de ellos dos que colaboraran en el rescate de los niños. Y dado a que ese acontecimiento terminó con la muerte de Agustina, nunca sabrían qué habría ocurrido si Noak o Gina hubieran elegido viajar allí también.

    Gwyn ya tenía todas las distribuciones listas entre los que más confianza suya tenían.

    — En ese caso, Thomas, Gina y Noak vienen conmigo para formar la DCT — la comandante suprema lo decía como forma de invitar a alguien a que informara sobre un posible cambio de opinión — Ace, Natasha, Alicia y Faron pasarán a formar parte de la ER.

    — Es correcto — Faron reafirmó su deseo de elegir lo que eligió.

    — Está decidido — Gwyn sentenció — Mis días en el puesto de comandante supremo están por llegar a su fin. Tan pronto como cada soldado haya tomado su decisión, lo haremos oficial a través de un acto formal.

    — ¿Qué pasará con quienes no se puedan decidir? — Alicia tenía esa duda presente.

    — Primero veremos cómo quedan los números — Gwyn le respondió — Los que no se hayan decidido serán enviados hacia el grupo que tenga menos integrantes en caso de que sea una cifra muy dispareja. Si no lo es, será una elección aleatoria. Xorxaik los asignará con facilidad en su puesto correspondiente.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo mío, el capítulo de esta semana ha estado muy bien, revelador y lleno de curiosidades muy interesantes. Sabiendo que está por acabarse la parte, me intriga que será lo próximo por verse aunque por el momento me toca ser paciente. Hoy toca comentar dicho capítulo, así que iré directo al grano.

    Empezamos con la familia Lakor Zafiro, quiénes están a la espera de recibir a la familia Delleo Fairin. Con la reciente adopción de Kite Michael por parte de los últimos mencionados, es importante introducirlo al círculo de amistades cercano y que todos los niños se lleven bien. Con la amistad establecida de Arick y Sky, ahora es turno de Kite. Los pequeños inician con buen pie esa primera toma de contacto y tras el éxito en ello, se dirigen a jugar a la habitación de los jóvenes Lakor. :nice:

    Mientras esto ocurre, los cuatro adultos deciden tratar un tema importante entre ellos. Así, la actual comandante suprema y su pareja les explican a sus amigos que pretenden dividir el ejército en dos grupos: la DCT (Defensa Civil y Territorial) para patrullar las ciudades, mantener el orden en la ciudad y la ER (Exploración y Rescate) para misiones en el espacio exterior. Una división lógica y que abre la posibilidad para que Ace y Natasha, si es que acceden y por petición de sus amigos, lideren la franja de exploración exterior.

    Ace y Natasha deciden tomarse un par de días para pensárselo mientras a su vez, en la habitación de Arick y Azel, los niños juegan cuando de pronto Kite reconoce a la heroína Agustina Young en una de las fotos, lo que despierta nuevamente la curiosidad de Arick por esa misteriosa mujer de la que aún no puede saber nada. Kite ya recibió la orden de sus padres adoptivos de que no hablase de la fallecida soldado, por lo que se niega a compartir información pero accede, por petición del joven Lakor, a preguntar a sus padres por si puede revelarla. Durante la breve ausencia de Kite en la habitación, Arick demuestra estar algo celoso de Kite y revela además que tendría interés en otro beso por parte de Sky, quién reacciona favorablemente siempre y cuando les concedan el permiso (que tiernos son :aniblush:).

    Sin embargo, a la habitación no solo regresa Kite sino que le acompañan los cuatro adultos, serios tras la petición del niño. Ace le recalca a su hijo que aún no puede saber nada sobre Agustina y que además debería no aprovecharse de su nuevo amigo, por lo que le exige una disculpa para Kite y éste la acepta sin reparos. Para sorpresa de los adultos, Sky propone darle un beso a Arick pidiendo permiso pero es denegado por parte de Ace, no por nada, sino para darle un toque de atención a su hijo y hacerle saber que no ha actuado correctamente. Los niños se despiden sin más y la quedada llega a su fin, con Ace dándole a entender a su hijo que sabrá todo lo que quiera a la edad de 17 años (tiene que esperar mucho :whistle:).

    Finalmente y al día siguiente, los protagonistas se reúnen con el resto de sus amigos/compañeros. Ace, Natasha, Gwyn, Thomas, Alicia, Faron, Noak, Gina, Allecreod y Xorxaik reciben la noticia sobre la división del ejército en dos ámbitos con distintos roles pero complementarios. Y se establece que Ace y Natasha liderarán el ER y tendrán a su disposición a Alicia y Faron, mientras que la DCT liderada por Thomas y Gwyn tendrá consigo a Noak y Gina. Allecreod y Xorxaik estarán disponibles para ambos bandos en función de las necesidades.

    Un cierre interesante y una noticia (la de la división del ejército) que me parece muy curiosa. Sin duda me agrada y ya quiero ver como se pone todo eso en práctica, pues parece como si la DCT fuese la policía y la ER fuese la milicia. Sea como sea, me gusta y estaré expectante sobre lo que venga en el próximo capítulo. :angrycat:

    Te mando un fuerte abrazo y un feliz comienzo de año, mi estimado amigo. Hasta pronto. :kuku:
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
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    Ciencia Ficción
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    Saludos. Es momento de publicar el siguiente capítulo a la historia. Ya estamos en el tramo final, y es hora de empezar a cerrar la parte. Este vendría siendo como tal el último capítulo "tranquilo" de esta parte. El final no solo será largo sino que plantará las bases para que vayamos avanzando hacia la parte VIII y al resto de lo que está por venir.

    Dado a que no me estoy encontrando muy bien, pasaré directo al grano y agradeceré como cada semana hago a mi gran amigo Manuvalk a quien espero le estén gustando estos capítulos tranquilos que llegaron en el final de la historia. La guía de personajes y la cronología serán actualizados para el capítulo final sin excepción. Espero todos estén teniendo un buen inicio de año 2024 :)

    Sin más para decir, los dejo con la lectura.


















    Un día tranquilo:

    — Bueno, tal parece que somos los primeros en llegar — Ace decía mientras miraba cómo la luz de la estrella que alumbraba el mundo en el que vivía se empezaba a hacer visible en el horizonte.

    El comandante había estado conduciendo un vehículo militar por la madrugada hasta el destino que habían fijado. El sitio al que habían llegado era una nueva reserva natural, la cuál tenía un camino muy marcado que seguir a pie, el cuál tendrían que atravesar para llegar hasta un pequeño claro en un bosque. Cerca del sitio había montañas de tamaño pequeño, casi pareciendo mesetas.

    Al lado de él, ocupando el asiento de copiloto, Natasha estaba viendo el bonito escenario con una sonrisa. Inmediatamente después se volteó para observar a los niños, que iban en el asiento trasero del vehículo.

    — Están dormidos, cariño — comentó la subcomandante de ER — No te han oído.

    — Bueno, es hora de que despierten, porque hay trabajo por hacer — Ace abrió la puerta para bajar de su lado.

    Ambos soldados se acercaron a los asientos de atrás para despertar a quienes estaban durmiendo plácidamente allí mismo.

    — Arick, Azel… arriba — Ace sacudía al mayor mientras que su esposa despertaba al pequeño.

    — ¿Ya llegamos? — preguntó Arick, un niño que acababa de cumplir los diez años hacía menos de una semana.

    — Así es, amores míos — Natasha contestó, viendo que Azel ya había despertado — Ahora tenemos que caminar con las cosas.

    — Buenos días, mamá — Azel, que tenía ya siete años, saludó con una sonrisa, pero sin abrir los ojos a su madre — Despiértenme cuando lleguemos.

    — Ya llegamos — Arick empujó suavemente a su hermanito — Hay que levantarse.

    — Qué rápido, no te creo — comentó el niño abriendo los ojos para ver el paisaje — Wow, llegamos.

    Después de ver ese sitio, el más pequeño de los Lakor parecía haberse recargado de energía, y salió casi disparado del asiento trasero del auto. Arick, quien estaba más cansado que él, fue algo más lento para salir. Una vez que toda la familia estuvo fuera del vehículo, Ace activó una aplicación de su dispositivo móvil, la cuál trabó las puertas mediante la lectura de una huella digital en su pantalla. Al mismo tiempo, el baúl del vehículo se abrió y les dio acceso a lo que había allí dentro. El comandante de ER tomó una bolsa que contenía una tienda para camping, al mismo tiempo que sacó unas cuatro mochilas, cada una con un saco de dormir. Los niños deberían llevar la tienda y las bolsas, mientras que Natasha llevaría una conservadora pequeña que funcionaba con paneles solares, y el padre de la familia tomó una pequeña parrilla a leña que podía armarse y desarmarse, junto con los materiales necesarios para limpiarla.

    Arick, tras tomar todas sus cosas, miró alrededor y vio que el suyo era el único vehículo en el sitio.

    — No han llegado los demás todavía — comentó con seriedad.

    — ¿Tienes miedo de que tu novia no venga? — Azel comentó en un tono burlón.

    — Sky no es mi novia — Arick le respondió algo molesto por eso.

    — Claro, eres muy feo para ella — el menor se volvía a reír de él.

    — Mamá, Azel me molesta — Arick tenía ganas de darle un empujón por eso, pero sabiendo que eso lo metería en problemas, eligió simplemente acusarlo.

    — Azel, eso no es divertido — Natasha regañó al pequeño — Vinimos a pasar un día en paz. Traten de no pelear entre ustedes.

    — Sí, mamá — Azel agachó la vista — Llorón — en voz baja, susurró ese pequeño insulto dirigido a su hermano mayor.

    — Bueno, dejen de pelear, y vamos a caminar así no cargaremos tanto peso — Ace los invitó a moverse hacia adelante.

    Con la ubicación de destino a la cual debían dirigirse, la familia empezó a recorrer el camino fijo con todas las cosas que habían elegido para el acampe. Pocos días tenían una oportunidad para librarse del trabajo, sobre todo luego de aquel momento en el que eligieron convertirse en los líderes de una de la rama del ejército. Lo mismo aplicaba para el resto. Era por eso por lo que habían estado planeando por semanas esa reunión entre familias para que sus hijos tuvieran, aunque sea una experiencia disfrutable pasando todo un fin de semana al aire libre.

    […]

    Tras una caminata muy extensa, puesto a que los vehículos estaban prohibidos más allá de la entrada a la reserva, los cuatro integrantes de la familia habían llegado a su destino. Frente a ellos se formaba un paisaje que los cuatro admiraron boquiabiertos. Era la primera vez de ellos cuatro en el sitio, y haberlo visto en fotografías no era un equivalente a poder hacerlo en persona. El camino los llevó hacia una zona montañosa que estaba rodeada por un río de agua cristalina, y un pasto verde con flores alrededor.

    Pese a que las cosas no eran demasiado pesadas, el haber caminado tanto los había dejado muy cansados a todos, por lo cual optaron por tomarse unos minutos de descanso tumbándose sobre el césped blando de aquel mundo.

    — Oh, es suavecito — Azel decía, mientras movía los brazos y las piernas.

    — Bueno, luego tenemos mucho por armar, así que no se vayan a dormir — Ace decía a los dos pequeños.

    Tras un descanso breve, la familia se puso las manos a la obra. Ace tomó la parrilla que podía armarse y desarmarse con facilidad, mientras que Natasha optó por armar la tienda en la cuál iban a dormir junto con los dos pequeños. Una vez que habían terminado con todo, cada uno metió los sacos de dormir allí dentro.

    El sol de aquel planeta brillaba con moderación, y ellos empezaron a disfrutar de sus rayos mientras descansaban tras todo lo que habían hecho hasta el momento. Casi como en un acto reflejo, Natasha miró por el sitio del cuál habían venido y pudo divisar a más gente acercándose.

    — Miren, ya llegaron Thomas y Gwyn — la mujer hizo que todos miraran en su dirección.

    Desde la lejanía podía verse a la pareja junto a los dos niños que ellos traían. Sky y Kite se veían casi de la misma altura de Arick, teniendo ambos nueve años momentáneamente. Sería la niña quien cumpliría años en primer lugar, y luego llegaría el turno del niño que fue adoptado por la pareja. Azel se paró junto a su hermano, y tras verlo a la cara, notó que estaba sonriendo muy feliz mientras pasaban.

    — Allí viene tu novia — Azel dejó salir una pequeña risa tras esas palabras.

    — Azel… — Arick estaba cansándose de él.

    — Pero parece que no es tu novia — el menor de ellos pronto empezó a correr, sabiendo que Arick iba a salir detrás de él para atraparlo.

    — ¡Deja de correr! — Arick estaba más que molesto.

    — ¡Deja de perseguirme! — Azel disfrutaba de molestar a su hermano mayor.

    — Allí van de nuevo — Ace empezó a ir tras ellos — No me sorprende que Azel sea de los que mejor se portan en el colegio, todas las bromas se las tiene reservadas a Arick.

    — Así es nuestro bebé — Natasha le decía con una sonrisa — Tráelo. Tenemos que hablar para que le de un respiro a Arick por el día de hoy.

    […]

    Al cabo de una hora, las dos familias ya se encontraban reunidas. Thomas y Gwyn ya habían armado su tienda para dormir, y habían colocado una alfombra de gran tamaño en la cuál podrían entrar veinte personas. Allí colocarían todos los platos, vasos y demás cosas para comer.

    En el momento en el que los cuatro niños se saludaron, fueron a ver el agua del río moverse a lo lejos, mientras que los padres se sentaron en el suelo.

    — ¿Alicia vendrá con Noak y Gina? — preguntaba Natasha, algo extrañada al no verla.

    — Dijo que no vendría esta vez — respondió Thomas, revelando los planes de su compañera — Nos llamó ayer a la noche y dijo que no pudo cancelar su cita con la oculista.

    — Qué pena — Ace se veía algo entristecido de no poder verla — Le guardaremos un poco de comida y le llevaremos algo mañana.

    — Seguro que lo apreciará — Gwyn pensó en la ausencia de su amiga en el día de hoy — Pero tratemos de poner una cara feliz. Por ellos.

    Los cuatro adultos cambiaron la vista de inmediato hacia el lugar en el que estaban los niños. Todos sonreían cuando veían la manera en la que ellos apreciaban estar en la naturaleza, en lugar de quedarse en casa haciendo tareas para la escuela o mirando películas. Si bien, el período de paz que atravesaba la humanidad les daba tiempo para poder llevar bien la crianza de sus hijos, pocas veces podían llevarlos a dar esa clase de paseos.

    En un momento, una pregunta cruzó por la cabeza de la que era comandante de la división DCT del ejército.

    — ¿Qué van a hacer con Arick? — Gwyn no tuvo que explicar mucho — Nosotros enviaremos a Sky y a Kite a la academia militar si ellos aceptan hacerlo.

    — Para que se puedan inscribir a la academia militar deben tener trece o catorce años — comentó Ace, recordando esa ley que él mismo estableció junto con Gwyn y Natasha hacía varios años atrás — Él acaba de cumplir los diez. Cuando tenga doce le explicaremos todo lo que tiene que saber. Y al cumplir los trece, será él quien decida.

    — No es que nos interese mucho la idea de que ellos sean como nosotros — Thomas explicó el por qué de la decisión — Solo lo hacemos porque es la mejor forma que tienen para defenderse. El universo está lleno de peligros, y me sentiría mucho más tranquilo sabiendo que saben defenderse.

    — Si nuestros hijos no son soldados, entonces serán otros soldados quienes los protejan — Natasha comentó desde su punto de vista — De hecho, el ejército tiene esa función.

    — Así es, lo sabemos, pero estaríamos más seguros sabiendo que no tienen que depender de otros — Gwyn profundizó más allá de lo que había dicho Thomas — No es que quiera juzgarlos o nada. Si eligen no mandar a Arick a una academia militar, él se tendrá que separar de Kite y Sky en los estudios. Y creo que sería mejor que pueda saberlo antes si es que no tienen planes de enviarlo.

    — Todo lo que tengamos que hablar, será a su debido tiempo — Ace recordó entonces a su primera esposa — Todo. Sobre todo, con Arick. Tengo muchas cosas que explicarle a ese niño. Solo espero que, cuando llegue el momento en el que descubra toda la verdad, pueda entenderme y perdonarme.

    Tras haber escuchado esas palabras, Ace fue abrazado por su esposa. Natasha sabía el miedo que tenía su esposo de la reacción que podría tener Arick en el momento en el que le comentara la historia de su verdadera madre y de la muerte que tuvo cuando habían ido a rescatar a los niños que eran bebés al momento del secuestro.

    — Él es un niño bueno — Natasha veía con buenos ojos a Arick — Él lo comprenderá. Y no te odiará por nada.

    — Gracias, amor — Ace apreciaba la compañía de la mujer — Me alegra mucho tenerte a mi lado en esta clase de momentos.

    […]

    Una media hora más transcurrió hasta que se dio la llegada de Noak y Gina, la última pareja que tendría que acudir a la reunión que tendrían ellos como amigos cercanos. Alicia y Faron también habían sido invitados. Sin embargo, la mujer que pertenecía a los exploradores no podría concurrir debido a su cita con una oculista. El otro soldado, por su parte, no tenía inconvenientes en acudir a una reunión allí, pero alegó que se sentiría muy incómodo teniendo que estar en una reunión siendo el único sin pareja e hijos. Por eso mismo rechazó la invitación.

    Cuando llegó la familia Jensen Hauk, el único niño que se encontraba con los adultos era Azel, quien estaba jugando a un juego de carreras en una tableta electrónica. Arick, Sky y Kite se encontraban buscando pájaros, conejos y otros animales cerca del río. En el momento de la llegada, Azel levantó la vista al frente y vio como una niña de su misma edad se acercaba a dónde estaba él.

    — Hola, Azel — la niña de cabello color blanco como su padre le saludó con una sonrisa — ¿Qué estás haciendo?

    — Hola, Hana — Azel devolvió la sonrisa a su amiga, con quien compartía clases en el colegio — ¿Quieres jugar conmigo a este juego?

    — Claro, me gustan las carreras — Hana se apresuró para acomodarse junto a él.

    — Vaya, veo que se llevan bien — Gina miró lo rápido que su hija se fue con el pequeño Azel — Buenos días.

    — Buenos días, Gina — contestó Thomas — Noak, buenos días a ti también.

    — Es un lindo día, saludos — Noak respondió al saludo — Cade, los otros niños están cerca del río. Saluda y luego puedes irte con ellos.

    — Hola — Cade era algo tímido con los adultos — Buenos días.

    — Buenos días, pequeño — Natasha levantó la mano para saludar al niño.

    Habiendo saludado a cada uno de los adultos, Cade se alejó del grupo para poder jugar con sus amigos. Ni él ni su hermana Hana, segunda hija del matrimonio que habían formado Noak y Gina, ayudarían en el armado de la tienda, debido a que Noak y Gina recibirían la colaboración de todos los adultos, permitiendo así que los niños pudieran irse a jugar tranquilos sin tener que estar perdiendo tiempo en algo que podía ser más rápido si lo trabajaban los mayores.

    Siendo un total de seis personas, la tienda de camping se armó con gran rapidez, y todo, exceptuando la comida que tendrían que comer al mediodía y al anochecer ya estaba listo. Hana y Azel estaban muy entretenidos con su juego de video, y fue allí cuando las madres de ambos niños se acercaron para hablarles.

    — Amor — Natasha le habló a su hijo — ¿Recuerdas lo que hablamos? La tableta era solo para el viaje de ida y de regreso. Hoy es un día para disfrutar en la naturaleza.

    — Sí, mamá — Azel apagó el dispositivo y lo entregó a su madre — Perdón.

    — No te disculpes — Natasha siempre reaccionaba con una sonrisa a la forma tan tierna de hablar de su hijo.

    — Oigan, ¿les gustaría que diéramos un paseo? — Gina quería explorar un poco los alrededores, y lo vio como la oportunidad para llevarse a los pequeños.

    — Está bien — Hana se puso de pie rápidamente — Vamos, Azel.

    — De acuerdo — el pequeño imitó la acción de su amiga.

    — Nos vamos a caminar, ¿vienes, Gwyn? — la mujer quería invitar a su amiga.

    — Claro, sería lindo poder ir a dar un paseo — la comandante de DCT creyó que sería una buena experiencia, siendo la primera vez que estaban allí — ¿Será necesaria mi presencia?

    — No, podemos cocinar y limpiar sin problemas — Ace quería que fueran en tranquilidad — Luego iremos nosotros de paseo.

    — Diviértanse — les deseo Noak a las tres, y a los niños también.

    Ante la vista de los tres hombres, las madres se fueron llevándose consigo a Azel y a Hana. Natasha y Gina tomaron a sus pequeños de la mano, mientras que Gwyn caminó en libertad y avanzando al frente de las dos, quienes la seguían desde atrás. Les tocaba a los padres de familia encender el fuego y cocinar la carne que iban a comer para el almuerzo durante su estadía en aquel sitio.

    […]

    Mientras sus amigos estaban disfrutando de su día libre en una reserva natural, Alicia se encontraba dentro del consultorio de una oculista. Si bien, había querido acompañarlos para pasar un lindo día en grupo, ella había sacado un turno para un estudio hacía meses, y no se podía cancelar.

    La mujer se encontraba sentada detrás de un escritorio de acero anclado al muro de la sala. Miraba atentamente como la doctora estaba revisando unas radiografías de su cabeza, junto con otra clase de estudios que le realizó durante el día que estuvo allí. Esperaba una respuesta rápida, pero entendía que esas cosas llevaban su tiempo.

    Tras haber estado en silencio por un largo tiempo, la doctora finalmente le tenía el veredicto de la situación.

    — Alicia Noble, lamento decirle que no será posible — la mujer la miró con cara de tristeza — Con la tecnología que tenemos ahora mismo, los ojos biónicos son una realidad. Pero el problema no está en el ojo que perdió, sino en la manera. Un gran trozo de carne fue arrancado por ese brutal ataque que recibió. Se perdió parte de su sistema nervioso, y no será posible realizar una conexión con el cerebro. Al menos, no una que sea segura.

    — Oh, lo comprendo — Alicia se había hecho ilusiones cuando le mencionaron esa posibilidad, pero luego se vinieron abajo — ¿Cree que en algún momento será posible que sea una realidad?

    — Quizá en unos cinco o diez años — la doctora era sincera con ella — Los ojos biónicos que existen ahora mismo, creados a partir de tecnología edagriana son un noventa y nueve por ciento seguros, y solo hubo un caso que falló. Fue el primero de todos, para ser exactos. Así que no creo que este tipo de tecnología se desarrolle con rapidez. Pero desde que la humanidad empezó a vivir un período prolongado de paz, la tecnología no ha retrocedido. Por lo que, siempre hay esperanza. Lamento que tenga que marcharse hoy con esta noticia.

    — Descuide, pasé ya casi once años de mi vida teniendo solo un ojo — Alicia eligió ser fuerte en ese momento — Ya estoy acostumbrada a esto. No es que ha sido algo reciente. Por eso no me molesta demasiado.

    — Que tenga un buen día — la doctora la despidió de su consultorio.

    Alicia se había realizado esos estudios hacía unas semanas atrás, reservando la fecha de la realización junto con la cita con la oculista que le revelaría los resultados. Cuando se le dijo que no podía cancelar esa reserva, creyó que era por el hecho de que le darían una buena noticia, y que sacarían cita para realizarle el implante de un ojo biónico, dándole la oportunidad de ver con dos ojos nuevamente, tras haber pasado por un largo período en su vida manejándose con la visión reducida.

    Si bien, no era mentira el hecho de que estaba acostumbrada a esa clase de vida, hubiera esperado que no le hicieran perderse la salida con sus compañeros y amigos cercanos solo para hacerla recibir esa clase de noticia. Salió de la clínica médica con una mueca de tristeza y la cabeza inclinada hacia el suelo, mostrando poco optimismo tras esa noticia.

    Por haber salido de esa forma, no notó que Allecreod estaba esperándola en la salida. El ryfier la vio marcharse hacia su casa con la mirada baja, y supo que estaba de más preguntar por los resultados. Sin embargo, eso no quería decir que no tuviera algo que decirle.

    — Imagino que no han sido buenas noticias — Allecreod se ganó la atención de la mujer — Lo lamento. Sé que ya lo he dicho varias veces. Pero eso es porque esa sensación horrible que tengo no desaparece.

    — Y espero que no desaparezca jamás — Alicia lo miró de forma despectiva tras darse cuenta de que estaba allí.

    — No estoy feliz por lo que te está pasando — el ex líder de los ryfier fue sincero con ella — Tampoco fui feliz cuando hice lo que hice. Solo estaba cegado por la ira. Y sabes que tenía mis motivos.

    — La única razón por la que no quería morir en ese momento fue porque Michael y todos mis amigos seguían vivos — Alicia sorprendió con esa respuesta — Todavía recuerdo el horrible dolor físico que me hiciste pasar, y el miedo que sentí cuando me arrojaste a esa arena a ver como Michael y Wagner peleaban a muerte entre sí. De no ser porque todos mis amigos siguen con vida ahora, me habría rendido después de todo lo que pasé. Vete, Allecreod. Y deja de pedirme perdón. Si estás arrepentido por lo que hiciste, trata de usar tus conocimientos en tratar de hacer que la tecnología óptica avance para que el implante sea posible. Todo lo demás que venga de ti no me sirve de nada.

    El ryfier que vivía junto a los humanos se quedó en silencio viendo como ella marchaba, probablemente a su hogar, dado a que no la veía con ánimos suficientes para irse de paseo junto a sus amigos, los cuales probablemente debían de estar divirtiéndose en aquel momento.

    Allecreod sabía que tenía conocimientos científicos que quizá serían útiles para la humanidad, pero hacer un ojo biónico implicaba saber al menos algo básico de óptica y del sistema nervioso de los seres humanos. Con el paso del tiempo, el ser de otro mundo llegó a olvidar los pocos conocimientos en esos temas referidos a su propia especie. Le sería imposible ayudar a Alicia de la forma en la que ella quería y necesitaba.

    — Sigo sintiéndome miserable, después de todo — Allecreod pensó en aquel momento en el que eligió seguir un camino liderado por la violencia — ¿Cuántas vidas arruiné al dejarme llevar por la ira en vez de analizar las cosas con calma?

    […]

    El atardecer estaba notándose en el cielo del planeta Edagr, al menos en ese lado del hemisferio donde estaba alojada con vida la humanidad. Las tres familias ya habían comido muy bien la carne que fue cocinada en la parrilla portátil que habían llevado, y los restos y residuos habían sido retirados y guardados para ser tirados en un contenedor de basura, evitando así que algo indebido cayera en aquel paisaje.

    Los seis adultos que concurrieron al viaje estaban sentados sobre la alfombra, compartiendo experiencias vividas en las academias militares de Zenith y de Black Meteor, cuando ambos países todavía existían. Cada una de ellas era entretenida, pese a no ser demasiado emocionante, y serviría para que Gwyn y Ace pudieran transportarla hacia los instructores que se encargarían de crear una nueva generación de soldados cuando fuera el momento.

    En aquella época, los maestros de academia simplemente daban lecciones a todos aquellos que habían iniciado el curso y no pudieron completarlo debido a la intromisión de Arion en la Tierra, para causar su posterior destrucción con su nave. De vez en cuando, miraban de reojo en la dirección en dónde jugaban los niños. Tanto para cuidar que no estuvieran jugando a algo peligroso como para asegurarse de que no arrancaran flores o se metieran al agua, cosas que la reserva natural impedía, junto con tirar basura. Si se descubría que alguna de las reglas respecto a la naturaleza habían sido infringidas, se podía penalizar con grandes multas como también con la prohibición de la entrada a otras reservas.

    Sin embargo, no había nada de lo que debieran preocuparse. Azel y Hana se encontraban sentados cerca de la orilla mirando las pequeñas nubes que se formaban en el cielo junto con los pájaros que pasaban volando por aquel sitio. Mientras que Arick, Sky, Kite y Cade estaban jugando carreras de corta duración en donde había que partir de un punto y luego de recorrer unos pocos metros, retroceder. Habían hecho un total de siete carreras, y estaban en la octava. Arick había ganado las primeras tres. Sky ganó la cuarta, Kite la quinta y la sexta. Su hermana volvió a ganar en la séptima, y fue nuevamente el hijo de Ace quien logró conseguir la victoria de la octava.

    — ¡Gané otra vez! — el pequeño saltaba de felicidad por su cuarta victoria — ¡No pueden alcanzarme!

    — ¡No es justo! — Cade, quien no había ganado ninguna de las ocho competencias, estaba muy furioso — ¡Ustedes son un más grandes que yo! ¡Es trampa! ¡No puedo ganar!

    — Solo Arick es más grande que tú por un año — Kite quería hacerle ver a Cade que se equivocaba — Tú y yo tenemos casi la misma edad.

    — ¡No es cierto, tú vas con ellos dos al mismo salón con los niños que son más grandes! — Cade concurría a la misma escuela que ellos, pero iba en un año menos por su edad — ¡Los veo casi todos los días! ¡Tienes su misma edad!

    — Pero no hacemos trampa por ser más grandes — Arick le contestó a su amigo — Kite es más pequeño que Sky y que mí, pero ha ganado dos carreras.

    — Es cierto, Cade, no nos llames tramposos — Sky era quien más molesta estaba — No estamos haciendo trampa. Que seamos mayores no es trampa.

    — ¡Pero no he podido ganar ninguna carrera! — Cade no estaba por ponerse a llorar, pese a que su voz parecía querer indicar que sí — ¿Podemos jugar a otra cosa?

    — ¿Tienes una idea? — Sky quería saber qué tenía en mente.

    — Mi papá y mi mamá trajeron un disco y una pelota pequeña — Cade recordó lo que su familia había llevado al paseo — Podemos jugar para ver quien lanza más lejos.

    — Pero son tus juguetes, tú ya sabes cómo lanzar la pelota y el disco — Arick veía que estarían en desventaja si jugaban a eso.

    — Si no es trampa que sean mayores que yo, entonces no es trampa que yo sepa lanzar — Cade aplicó su lógica con sus amigos — Pero pueden practicar un poco antes de que hagamos la competencia.

    — Está bien — Kite aceptó la petición de su amigo — Si el juego lo eliges tú, entonces no podrás decir que hacemos trampa.

    — Es verdad — Arick no había pensado en eso — Además, ya estoy cansado de correr. Juguemos a otra cosa.

    — ¡Vamos a pedirle los juguetes a mi mamá y mi papá! — Cade estaba entusiasmado, al punto que su enojo se había pasado.

    Azel, sentado al lado de Hana, había escuchado toda la conversación que su hermano había tenido con los otros niños de su edad. Mientras la niña tenía la vista fija en el cielo para ver como se movían las nubes en lo más alto, el más joven de los Lakor vio como los otros cuatro salían corriendo en la dirección en que estaban sus papás. Se dio la vuelta para no perderse ni un detalle, y cuando llegaron, notó que los adultos tenían la vista puesta en los otros niños y que no estaban mirando en su dirección.

    — Hana, ¿nadie está mirando hacia dónde estamos? — Azel quería asegurarse de no equivocarse.

    — A ver… — Hana se dio la vuelta para mirar en la misma dirección — No. Están viendo a Cade, a tu hermano y a los otros niños. No nos ven a nosotros. ¿Por qué?

    — Por esto — Azel lo dijo con rapidez.

    El niño se acercó a su amiga para poder darle un beso en la mejilla. Hana se quedó sorprendida en el momento en el que recibió aquel beso, y no pudo reaccionar. Azel había querido hacer eso muchas veces, puesto a que un par de veces vio como Sky y Arick pedían permiso a los adultos para poder hacerlo. Sin embargo, él no quería ir a pedir permiso porque creyó que los padres de Hana no accederían. Por esa misma razón él decidió tomar el atrevimiento y darle un beso sin permiso de nadie, aprovechando que era una de las pocas veces que nadie miraba. Con algo de miedo a que lo descubrieran, el pequeño se separó de Hana después de cuatro segundos. No podía hacer otra cosa que no fuera sonreír, puesto a que le había gustado mucho ese momento, y lo había estado esperando desde que conoció a su amiga.

    — Azel… — Hana lo miró mientras estaba roja por lo ocurrido — Me besaste.

    — Claro que lo hice — Azel sonreía a su amiga — Tu piel es muy suavecita. ¿Te gustó?

    — …Sí — la niña no lo veía como algo malo — Me gustó mucho. Una vez vi a mi mamá y a mi papá besándose, y quería dar un beso y poder recibir uno. ¿Puedo besarte a ti?

    — Creo que ahora nos están mirando — Azel notó que su madre le miraba — Pero ¿podrías pedir permiso a tu mamá y tu papá? No creo que nos vuelvan a quitar la vista de encima.

    — Está bien, vamos, quizá digan que sí — Hana esperaba que ese fuera el caso.

    — Pero no vayas a decir a nadie que te besé, dejemos que sea un secreto — Azel no quería que se metieran en problemas — Así será más divertido.

    — De acuerdo — Hana no veía el problema en la petición de su amigo.

    Mientras los otros niños se iban a jugar con el disco y con la pelota, tal y como su hermano mayor lo había pedido, Hana y Azel se acercaron al grupo de adultos con timidez, puesto a que sabían que iban a pedir algo que quizá ellos podrían llegar a ver como incorrecto si lo hacían siendo niños.

    Cuando se acercaron, Gina notó algo en su hija, y decidió preguntar para ver de qué se trataba.

    — Hana, estás como un tomate — Gina se acercó para verla, mientras los demás miraban — ¿Qué pasó?

    — Azel… — el niño pensó que ella iba a revelar lo ocurrido, y se asustó por un momento — Él me dijo que soy hermosa. Un niño lindo como él dijo que soy hermosa.

    — ¿Un niño lindo? — Azel quedó sorprendido con aquel comentario, ya que no esperaba que Hana lo considerara como tal.

    — Vaya, veo que mi bebé ya no es un bebé — Natasha quedó sorprendida con la respuesta de Hana — Azel, ¿no le habrás mentido? Sabes que no está bien mentirles a las personas, y más si se trata de una amiga.

    — No — Azel negó mentir diciendo, justamente, una mentira — Hana es hermosa. Y por eso se lo dije.

    — Mamá, papá, ¿puedo darle un beso a Azel? — Hana preguntó entusiasmada — Quiero agradecerle por haber dicho eso. Además, es un chico muy lindo.

    — No, hija — Noak no quería que su pequeña se metiera en esa clase de cosas — Ya hemos hablado esto con Cade cuando cumplió nueve años. Contigo se ve que lo hablaremos un poco antes.

    — Papá y yo no vamos a dejar que hagan eso hasta que no cumplan al menos trece años — Gina contestó con seriedad, revelando lo acordado con su pareja — Lo siento. Pero es lo que creemos correcto.

    — Mamá, papá… — Azel miró a sus padres tras haber escuchado esa respuesta.

    — Lo siento, hijo, pero si eso es lo que ellos quieren para Hana, no podemos hacer nada — Ace no quería meterse en la crianza de otros niños — Tendrás que esperar hasta que ambos cumplan trece años. Luego podrán pedir permiso de nuevo.

    — Así como Hana no puede darte un beso, tú tampoco puedes — Natasha sonó algo seria al hablar — Tienes que respetar lo que sus padres quieren para ella.

    — No estamos haciendo nada malo al prohibirles esto — Noak se puso todavía más serio — Así que esperamos que lo entiendan.

    — Sí, papá — Hana estaba algo triste.

    — Está bien, no preguntaremos más por esto — Azel también se veía entristecido.

    Fue allí donde se dio cuenta de que quizá eligió un buen momento para poder mostrar afecto a su amiga aprovechando el tiempo en que los adultos no estaban mirando, puesto a que, a diferencia de lo que pasaba con Sky y Arick de vez en cuando, ellos no podrían tener permitido esa clase de trato, por más de que fueran amigos.

    Una vez que se terminó el asunto, Azel y Hana estuvieron junto a sus padres, estando quietos por un momento para que el tema pasara de largo de sus mentes, y así no sospecharan lo que había sucedido hace unos minutos. Veían como los otros niños jugaban con la pelota y el disco, y pronto quisieron ir a jugar también, pues el aburrimiento que tenían estando en silencio con los adultos les estaba empezando a ganar.

    Los seis adultos allí presentes no pudieron evitar sonreír en el momento en el que vieron como los seis niños estaban divirtiéndose juntos. Cuando los más pequeños llegaron hacia donde se encontraban los demás, estos accedieron a dejarlos jugar. Dejaron la pelota de lado y formaron un hexágono poniéndose cada uno en una esquina diferente, alejados a distancias disparejas unos de otros. Uno recibía el disco y luego se encargaba de lanzarlo hacia otro de los compañeros, con suavidad para que no se fuera muy lejos.

    — Bueno, hemos podido hacer lo que queríamos — decía Ace, en voz alta para que los demás compartieran su alegría — Les regalamos a nuestros hijos un día tranquilo en un sitio hermoso.

    — Espero que por la noche podamos dormir todos bien — Gina estaba de acuerdo con lo que Ace decía — Ellos merecen tener una buena noche.

    — Bueno, por los insectos no hay que preocuparse, traemos lámparas para matarlos — Thomas ya tenía eso cubierto — Así que, todo dependerá de qué tan cansados terminen.

    — Mírenlos jugar y divertirse así — Natasha no podía evitar pensar en lo lindos que se veían — Ojalá el tiempo ya no avanzara más. Quisiera quedarme en este instante para siempre.

    — Créeme, no eres la única — Gwyn también deseaba lo mismo — Va a ser un golpe duro cuando crezcan y vayan a vivir sus vidas.

    — Pero bueno, para eso fue que luchamos tanto, ¿no? — preguntó Noak, de forma retórica a los demás — No ha sido solo para proteger a los humanos que quedaron con vida y para vengar a quienes la perdieron… Fue también para darle un futuro a los que vendrían después. Nuestra lucha también fue para ellos

    — Y ese futuro ya está aquí — Ace casi dejó escapar una lágrima de su ojo — Esos niños que hoy sonríen, el día de mañana serán adultos que estarán agradecidos por todo lo que hicimos. Pero disfrutémoslos mientras todavía sean niños. Yo tengo mucho amor que darle a mis pequeños antes de que crezcan y elijan tomar sus propios caminos.
     
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    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Cap El dolor de seguir respirando

    Luego de unas más agotadoras que reparadoras vacaciones, ya vuelvo a estar en casita. Es un buen momento para retomar la lectura de esta historia (y ahora que me fijo, esta parte parece estar a un capítulo de terminar, ni me voy a tener que preocupar por esperar a nuevos capítulos si me adelanto demasiado jaja).

    Pasadas las presentaciones: Tenemos un buen inicio con el sueño de Natasha. Una pequeña vuelta a los ya lejanísimos inicios de esta historia, que ahora va por la segunda mitad. Vemos ese aún existente arrepentimiento de Natasha, que con el paso del tiempo ha de haber crecido más y más viendo como no solo no tenía nada que perder aceptando la oferta de Ace, sino que eventualmente el mismo mundo y su orden que la hicieron dudar para empezar dejó de existir de todos modos. Pobre, aunque hay que reconocerle que aún con eso no ha tratado de hacer avances inapropiados con Ace (a menos por ahora). Y que está siendo una amiga muy suportiva con aquellas compañeras que lo necesitan. Como con Alicia, quien con su lamento nos recuerda la pérdida tan impactante de Michael.

    Vemos como la reconstrucción y reasentamiento de la civilización humana está siendo laboriosa, pero llevándose a cabo sin mayores problemas aún así.
    No tiene que ver con la historia en si, pero esa descripción del mundo cuidado de Edgr, y que su especie dominante anterior no traía botes, hizo que me entretuviera imaginando escenarios de estos habitantes humanos en su nueva sociedad zarpando a explorar este nuevo mundo. (Aunque me incomoda el equivalente histórico a eso, todo sea dicho).

    Ya veremos qué nos depara este arco.

    PD: Lástima que me sueno profético no profetizó nada de este inicio. Hubiera sido hilarante xpp
     
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  13.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, aprovecho ahora que he encontrado un espacio de relajación en mi día tras estar estudiando para comentar el capítulo de esta semana, ya leído, obviamente XD. No quiero irme por las ramas mucho, así que me dedicaré directamente a comentar lo más interesante de la lectura de hoy.

    He amado el comienzo, especialmente la interacción entre los hermanos Lakor, ahora más mayores (lo que confirma otro salto temporal de unos años). Es hermoso ver que ahora tienen más conciencia y personalidad, lo que me fascina de cara a ver como crecen y desarrollan, en especial viniendo de dos padres y héroes como los que tienen. También adoro que como hermanos que son, se chinchen entre ellos. Sin duda, ha quedado demostrado que Azel es un bromista mientras que Arick parece algo más serio. Ace y Natasha les indican a sus hijos que se preparen para acampar en el lugar, al cual han llegado primeros. La llegada posterior de la familia Delleo Fairin trae una broma más de Azel, la cual hace que Arick le persiga. Amigo, es oficial: amo a los hermanos Lakor :nice: así que más te vale no quitármelos nunca :ewww:.

    Mientras los niños se van a hacer cosas de niños, los adultos conversan. La ausencia de Alicia por tener cita con el oculista les apena (y a mí :anicry:) pero pronto cambian de tema y ahí llega uno que es muy interesante. Thomas y Gwyn confirman que cuando sea el momento, planean enviar a Kite y Sky a la academia militar, con la intención no de que sean soldados como ellos, sino para aprender a defenderse, pues en el universo de LGC nadie está a salvo y sin duda saber que sus hijos no dependerían de otros es un punto muy a favor. Ace deja en claro que llegado el momento se lo propondrá a Arick y él irá siempre y cuando acceda, pero no solo eso, sino que también tendrá que contarle lo de su madre biológica, Agustina. Y sin duda eso es un tema delicado que podría afectar la relación entre padre e hijo. Muero por ver ese momento por el salseo que puede traer, pero espero que Arick lo entienda todo.

    Acto seguido llegan Noak y Gina con su hijo Cade y con una sorpresa más, pues también hay una niña llamada Hana y parece de la edad de Azel, a quién tiene como amigo. No me esperaba que estos dos tuviesen otro bebé, aunque sinceramente me encanta. Y además, en mi cabeza ya shipeo a una adulta Hana con un adulto Azel (cada Lakor mío se merece una princesa :kuku:). Natasha, Gwyn y Gina van con ambos pequeños a pasear, mientras los hombres se quedan preparando la comida. De ahí pasamos a ver a Alicia en su cita con el médico, quién le informa de que pese a que la tecnología ha avanzado (¿ojos biónicos? damn, que bueno XD), con el ataque de recibió antaño de Allecreod ha perdido parte del tejido y conectarle el ojo al cerebro sería muy difícil. La exploradora se pone triste pero no tanto, pues lleva muchos años viviendo con un solo ojo. A la salida, sorprende ver al ex líder ryfier, quién fue el culpable de que la humana tenga un ojo menos. La conversación es breve pero clara por parte de Alicia, aunque el arrepentimiento de Allecreod es evidente.

    Regresando al parque natural, vemos que Arick, Sky, Kite y Cade han estado jugando a hacer carreras y el mayor de los Lakor es el que más ha ganado, pero Cade no ha ganado ninguna y se muestra molesto (que tiernos son XD), por lo que propone jugar con juguetes que él ha traído y los demás acceden. Azel y Hana están a solas y el pequeño Lakor aprovecha que los padres no les están mirando para darle un beso a la niña, la cual se sonroja y afirma que le ha gustado. Me parece entre tierno y raro que unos niños de 7 años se den besitos, pero admito que me he reído con Azel y su desparpajo. Ese niño va a ser un rebelde encubierto y me encanta :clap:. Como a Hana le ha gustado el beso, proponen ir a sus padres y pedir permiso para ello, pero por parte de Noak y Gina hay una clara negativa que deben aceptar.

    Finalmente, todos los niños se van a jugar juntos mientras los adultos les observan, felices de ver como su esfuerzo y sacrificio de años atrás, ha dado frutos tan bonitos. El futuro es ahora y no podría ser más hermoso :/*-*\:.

    Un capítulo calmado y precioso, amigo. Previo al final, intuyo que las cosas no van a ser de color rosa mucho más tiempo, pero se agradece y se disfruta mucho leer capítulos así.

    Nos vemos en el próximo, un fuerte abrazo y cuídate mucho.
     
    Última edición: 12 Enero 2024
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  14.  
    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Cap Ayudado por el enemigo

    No esperaba un regreso así de Allecreod a un rol más principal, pero encaja muy bien. Y también se justificó y planteó de forma satisfactoria: "Estamos reconstruyendo una civiliación entera. Los únicos líderes humanos con experiencia que teníamos para guiarnos están muertos o en fuga. Nos toca usar lo mejor que queda". Pero además fue como idea arriesgada de Thomas que los otros no pensaron inicialmente, y todo el proceso de reclutar a Allecreod fue con la cautela razonable por todos sus antecedentes, sin confiar ciegamente en él ni siquiera ahora.
    Hype por el camino que pueda tomar su desarrollo ahora. Ya sea redención, o nuevo intento de traición.
     
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  15. Threadmarks: El comienzo del futuro
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe VII Un Mundo Diferente
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
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    27
     
    Palabras:
    12023
    Saludos a todos los lectores de la historia (los que permanecen activos en el foro al momento de la publicación de este capítulo están aquí XD). Ha llegado la hora de publicar lo que es el capítulo final de esta séptima parte de la historia. Luego de una intensa, extensa, reveladora y muy conflictiva parte VI, entiendo que habrán encontrado a la parte VII como más tranquila. Espero que, pese a todo eso, haya sido del agrado de ustedes.

    Tratándose del final, y de un capítulo bastante largo para plantear las bases a lo que está por venir, no quiero extenderme mucho. Por eso mismo, me limitaré a dejarle las entradas de la cronología y la guía de personajes. Actualizadas al capítulo de hoy.

    Quiero agradecer a mi gran amigo Manuvalk por su constante presencia en este universo. Ha sido bonito leer que ha disfrutado de aquellos capítulos tranquilos que han estado aconteciendo, y espero que le guste lo que puede estar por venir. También doy las gracias a Elliot, quien está a unos 25 capítulos de distancia y nada más para llegar a este sitio. Es como dice él, en un futuro no hará falta que omita las etiquetas y podré saludarlo directamente sin miedo a spoilearlo XD.

    Sin más para decir, dejo el capítulo, con unas preguntas que siempre suelo hacer al final de cada parte.















    El comienzo del futuro:

    — Lamento mucho haberlos hecho esperar, y que no sea una gran ceremonia — decía un hombre adulto sosteniendo una bandeja con tres estuches — Pero la norma es que este reconocimiento sea en privado.

    Aquel hombre, calvo y con una barba prominente, utilizando un uniforme de color totalmente negro con botones azules que le cubría todo el torso, colocó la bandeja sobre un escritorio, que solamente tenía un velador y una notebook. El resto del mueble, junto a su pequeña oficina, estaba listo.

    En esa bandeja había tres estuches rojos con una estrella en la tapa. El hombre, que era militar, tomó los objetos uno a uno y los entregó a sus respectivos dueños.

    — Arick Lakor — decía mientras estiraba su mano hacia él — Sky Delleo. Y, por último, Kite Delleo.

    Los tres jóvenes, quienes tenían dieciséis años en aquel momento, recibieron con una sonrisa el obsequio dado por el director de la academia militar a la que concurrían. Cuando llegaron a los trece años, se les dio la opción de elegir tener una formación militar similar a la de sus padres, o bien, dedicar sus vidas a otra cosa. Kite, quien sentía gran admiración por sus padres adoptivos y el resto de los héroes, no lo dudó ni un solo segundo para tomar su decisión. Fueron Sky y Arick quienes tardaron más en decidir, pero los tres terminaron por alistarse. El cuarto de los seis años de formación obligatoria para ser soldado había acabado, y el director de la academia fue quien les entregó los premios.

    Los tres adolescentes abrieron los estuches y vieron que había una pequeña medalla en ellos. Arick, sin verse muy atraído por el objeto, cerró el estuche, pero Sky y Kite optaron por tomarla y colocarla en sus uniformes, conformados por una chaqueta y un pantalón, ambos negros en su totalidad y sin ningún tipo de detalle. El más joven de los tres tenía dudas respecto a esa condecoración.

    — ¿Por qué se nos ha entregado una medalla ahora y no en años anteriores? — preguntó con curiosidad.

    — La medalla es para ustedes tres por dos motivos — el director se mostraba serio con ellos — En primer lugar, han logrado mantener el promedio académico más alto de la academia durante todo en año. En todos los años anteriores, los promedios de otros han estado ocasionalmente más elevados que los suyos. Pero este año ha hecho la diferencia. Este año, desde el primer examen hasta el último, ustedes tres se las han arreglado para mantener la cima.

    — ¿Y el siguiente motivo? — Sky se vio contagiada por la curiosidad de su hermano.

    — El otro motivo es que ustedes tres se encuentran dentro de los diez mejores promedios académicos actualmente — el director los sorprendió con sus palabras — Y me refiero a los de todas las academias. Todo el cuerpo de instrucción, en donde yo mismo me incluyo, está satisfecho con su rendimiento. No solo es satisfacción, es orgullo. La academia militar Zion Stones es la única que puede presumir que tres de sus alumnos se encuentran entre los diez mejores. El resto de las academias aporta un solo alumno, con excepción de la academia Frans Badir, que aporta dos. Es por eso por lo que hemos decidido darles este pequeño honor. Esperamos que el orgullo que todos sentimos sea transmitido a ustedes. Y también esperamos que se mantengan así en el próximo año, el penúltimo de los años de formación que les quedan por vivir.

    — Muchas gracias por el honor que nos han dado — Arick realizó una reverencia hacia su director — Hemos trabajado muy duro por esto. Ha sido agradable ver que ha sido recompensado.

    — No tienen por qué agradecerme a mí — el instructor se sentía feliz por la actitud de los tres jóvenes — Solo recuerden que no deben bajar los brazos ahora. Sky y Kite son libres de irse. Con usted quiero hablar un poco más, Arick Lakor.

    — ¿Hice algo malo? — Arick quedó a cuadros cuando le dijeron eso.

    — Es un tema que no discutiré frente a sus dos compañeros — el instructor se negó a responder inmediatamente — Les doy el tiempo que necesiten para despedirse, pero usted no se vaya todavía.

    — Entendido, regresaré enseguida — Arick respondió.

    Con algo de confusión, los tres cadetes militares salieron de la oficina del director de la academia Zion Stones, la única academia militar que se había establecido en la ciudad de Skymning, y la cuál había recibido el nombre en honor a quien fue considerado por Gwyn, Thomas y Ace como el mejor de los comandantes que les había tocado seguir durante su misión.

    La puerta de salida dio a un patio extenso, alrededor del cuál había muchas otras puertas que daban la entrada a salones donde se veían materias teóricas. Una de las puertas que se veía era muy grande en tamaño, y era la entrada y salida del establecimiento. Por orden del director, Arick debía quedarse, y sus dos amigos debían salir por allí para regresar a sus casas.

    — Bueno, espero que no sea nada malo — Kite miró a Arick y lo notó algo nervioso — No has hecho algo que merezca ser penalizado.

    — Luego nos contarás todo con detalle si quieres — Sky le sonreía a su amigo — Nos veremos esta noche para celebrar, Arick.

    — Espera, Sky — Arick no quería despedirse aún — Yo… Yo…

    — ¿Tú? — Sky quería que se apresurara.

    — Tengo… vaya, es más difícil de lo que pensé — Arick no creyó que le costaría tanto — Quiero decirte algo. Hoy por la tarde.

    — ¿No puedes decírmelo ahora? — Sky se sintió feliz, puesto a que tuvo un presentimiento — ¿Qué tanto tiempo llevará?

    — Preferiría hablarlo contigo en un sitio alejado, y a solas — Arick fue directo con ella — ¿Te parecería que nos reuniéramos en la entrada al Bosque del Ciervo?

    — ¡Eso queda a una hora caminando desde la última estación del tren solar! — Kite se asombró por lo dicho por su amigo — ¿Realmente tienes que ir tan lejos para hablar con mi hermana a solas?

    — Sí, lo necesito — Arick se sentía apenado por la pregunta de Kite — Si es que ella quiere. Si no, puedo buscar otro sitio. Pero quisiera que fuera lejos de todo el caos de la ciudad.

    — Está bien, Arick, no tengo ningún problema — Sky estaba feliz por lo que decía su amigo — Después de todo, me gusta mucho el Bosque del Ciervo. Es uno de mis lugares favoritos.

    — Lo sé — el joven se sintió contento al ver que su invitación fue aceptada — Nos veremos allí por la tarde. Tres horas antes de que se ponga el sol.

    — Allí estaré — la chica le guiñó el ojo, algo que hizo que apartara un poco la vista — Suerte con el director.

    — Suerte, Arick — Kite no evitó poner una cara que denotaba sospecha — Nos vemos esta noche para festejar por el fin del año escolar.

    Arick saludó a sus dos amigos y se quedó allí viendo como se marchaban. Dos de los profesores de la academia aparecieron y se acercaron a la puerta que daba salida al complejo militar. Tan pronto como los dos hijos de Thomas y Gwyn salieron del recinto, cerraron la puerta. El hijo de Ace estaba muy feliz al recibir un sí de Sky para una reunión en aquel sitio hallado en la naturaleza y lejos de la ciudad. No quería que su charla con el director resultara en algo malo y que pudiera eclipsar su alegría, pero sabía que para saber si eso ocurriría, tendría que entrar para charlar con él.

    Tan pronto como entró en la oficina, el director le pidió que tomara asiento. La silla del director era la única en el lugar, así que el joven cadete se sentó con timidez allí. Una vez tomó su lugar, miró fijamente a la máxima autoridad de la academia. No notaba en él una expresión de seriedad o enfado, cosa que le ayudó a relajarse.

    — ¿Qué es lo que sucede? — Arick quería saberlo — ¿Por qué solo me lo dirá a mí?

    — Arick, acabo de entregarle tanto a tus amigos como a ti medallas para condecorarlos por haberse situado entre los diez mejores de las academias — el director dio introducción al tema — Pero a ti es a quien le corresponde el mayor honor. Tú, Arick Lakor, eres el promedio más alto de esos diez. Y por una diferencia de 0.37 puntos en contra del segundo.

    — ¿El primero soy yo? — Arick estaba asombrado con la noticia — ¿El primero de los cientos de cadetes?

    — Tus oídos funcionan bien, no debes preocuparte — el director comentó con un ligero toque sarcástico — Como sabes, esta es la única academia que aporta tres soldados a los diez mejores de la promoción. Y eso ya es un gran honor. Pero todos los que trabajamos tan duro en su formación nos sentiríamos muy orgullosos si el primer lugar definitivo lo ocupara alguien entre nuestros alumnos. Ustedes no serán los primeros en graduarse de la academia en el planeta Edagr, pero los que se graduaron antes de ustedes eran soldados que tenían su formación iniciada en la Tierra, cuando esta todavía existía.

    Arick mantuvo un semblante serio en el momento en que aquella figura de autoridad mencionó el planeta que antaño era el hogar de la humanidad. Él no vivió en ese mundo, ni siquiera había nacido allí. Pero muchas personas, entre ellas el director, sí lo habían hecho. Las clases de historia que narraron lo que representaba el planeta Tierra para la humanidad eran impartidas con tal seriedad que cada cadete militar tenía que aprender a respetar el nombre de ese planeta. Y así fue como lo hizo el hijo de Ace.

    — Ustedes forman parte de la primera promoción y generación de soldados que se graduarán tras una formación total en Edagr — el director continuaba con su explicación — Tan solo dos años los separan de ese momento. Y como ya te he comentado, queremos que sea uno de nuestros alumnos quien tenga ese máximo honor. Todos ven en ti un potencial inmenso, y es por eso por lo que llegamos a la conclusión de que tú eres quien más probabilidades tiene para obtener ese logro. Así que, esto que te quiero decir es un simple adelanto de lo que te espera. El año próximo, las pruebas de la academia militar van a ser diferentes. Cada mes formaremos equipos y los haremos competir unos con otros. Las pruebas de teoría serán las únicas pruebas individuales. Toda la práctica será en equipo, salvo las rondas de combates. Y para evaluar, tendremos en cuenta el desempeño de cada soldado en los diferentes equipos que se lleguen a formar. Es decir, deberás tener notas altas en cada equipo en el que te toque participar si quieres mantener las notas que tienes ahora. Esto es algo que se les dirá a todos cuando llegue el momento, pero a ti te lo digo ahora, para que aproveches los tres meses libres para ir practicando actitudes que un líder debe tener. Eres el hijo de Ace y Natasha. Estoy seguro de que, si se los pides, podrás aprender mucho de ellos. Así podrás estar preparado para lo que te espera, y no recibirás sorpresas repentinas que podrían perjudicarte.

    — Yo… no sé qué decir — Arick quedó pasmado con eso.

    — No tienes por qué decir nada — el director lo decía en cada sentido — Y con eso me refiero a que nadie debe saberlo. Puedes decirles a tus padres si así lo deseas, pero ni una sola palabra a nadie más. Amigos, hermanos, primos, o lo que sea… Es un asunto privado. Claro que no serás sancionado si se lo dices a otros, pero si esto llega a oídos de los otros directores, todos los alumnos que compiten por el primer lugar lo sabrán. Y será decir adiós a una ventaja valiosa. Ya no te quitaré más tiempo. Puedes irte a casa.

    Arick se sintió aliviado por ver que esa reunión había terminado. El cadete no estaba realmente feliz por saber eso. No quiso cuestionar al director puesto a que temía que la charla se alargara más de lo que él querría, pero le parecía deshonesto que algo como eso se le dijera. Él tendría tiempo para prepararse apropiadamente para las clases que iniciarían el año siguiente. Claro estaba que todo cadete podía entrenar durante ese tiempo, pero él sería el único que tenía la ventaja de conocer el modo de evaluación que primaría en las prácticas del año próximo.

    Sin embargo, algo sí era cierto. Él deseaba tener ese lugar como uno de los mejores. En las clases de historia él aprendió cosas de su padre y de su madre que incluso ellos mismos omitían decirle. Supo sobre cómo fue la formación de su padre, y era tanta su admiración que él quería ser capaz de alcanzar o incluso superar su hazaña. Estaba claro que su padre lo tomaría como un orgullo, y que su madre también estaría feliz con eso.

    Otro pensamiento que surcaba la mente de Arick a medida que caminaba hacia la salida era que su cumpleaños número diecisiete estaba a tan solo unos meses de distancia. Nunca había olvidado esa charla en la que le prometieron que sabría todo sobre Agustina a su debido tiempo. Con el correr de los años al crecer, Arick llegó a sospechar que ella podría ser su madre. Pero descartó esa teoría porque su padre casi nunca la mencionaba, además de que, de ser ella su madre, habría tenido noticias de ella.

    Habiendo ya salido, quiso contactar a Kite y Sky para ver si podía descubrir en dónde se encontraban para caminar juntos hacia sus hogares. Pero cuando tomó su dispositivo móvil, notó que no tenía señal.

    — Veo que este problema todavía sigue — suspiró al tiempo que guardó el dispositivo en su bolsillo.

    Sin otro modo de poder contactar con ellos, el soldado simplemente emprendió su camino hacia su casa. Sabría que hablaría con Sky cuando ella y él se reunieran en el Bosque del Ciervo, y con Kite se podría reunir en la noche, cuando se juntaran a celebrar por el final de un nuevo año en la academia, una tradición para sus familias.

    […]

    — Mierda, es una gran manifestación a nuestras puertas — Gwyn miró con preocupación a toda la gente que estaba reunida fuera del cuartel general del ejército.

    La mujer, que portaba un uniforme militar de color rojo con las siglas DCT en el costado izquierdo, miró por la ventana de su oficina situada en el primer piso. Con el paso de los años, la milicia abandonó aquella pequeña estación de trabajo y se situó en una posición diferente para dirigir sus operaciones.

    Thomas, portando el mismo uniforme que ella, con la diferencia de que el rojo en la ropa de su pareja era más oscuro, se acercó a la ventana para ver mejor.

    Allí estaba una gran cantidad de gente, llegando a calcular unos quinientos como mínimo a simple vista. Estos tenían carteles que decían frases tales como: “Encuentren a los desaparecidos”. “Los militares son unos inútiles”. Otros, en cambio, contaban con frases más agresivas tales como “El cáncer de la humanidad” o “La milicia es la culpable”.

    Gwyn y Thomas se hallaban en aquel edificio junto con Allecreod y Xorxaik. Ambos ignoraban la concentración de gente, y simplemente estaban trabajando para poder establecer algún tipo de comunicación con las bases que se encontraban desperdigadas por las ciudades del planeta Edagr que eran ocupadas por la humanidad.

    Natasha, quien por ser parte de la división ER, portaba un uniforme de color azul oscuro, también se encontraba allí. No quería voltear a ver a toda esa gente furiosa, por lo que simplemente estaba tratando de contactar con alguien más por medio de las máquinas que allí tenían.

    — ¿Ustedes pudieron llegar a buen puerto? — Natasha vio sus esfuerzos inútiles ante la situación.

    — No, no hay manera de hacerlo — Allecreod se sentía un poco desganado — Xorxaik, ¿qué has podido detectar?

    — No tengo una respuesta clara, pero tengo una pequeña teoría — el robot se ganó la atención de todos — Estoy dándome cuenta de que todos los paquetes que son enviados por estas máquinas están saliendo a su destino, pero que no llegan. Hay algo que está causando interferencia. Y ese algo proviene desde afuera de este mundo.

    Las palabras dichas por el robot causaron un poco de miedo en todos los allí presentes. No era algo para tomar a la ligera, ya que podría llegar a significar que podrían estar a punto de empezar a sufrir una invasión, si es que esta no había empezado sin que lo supieran.

    — ¿Cómo puedes justificar eso? — Thomas quería más claridad.

    — Estoy intentando lanzar paquetes intrusivos en la red, para así poder detectar su origen, pero no tengo alcance — el robot comentó algo, dicho con palabras que los militares pudieran entender — Deben estar usando tecnología muy avanzada. Pueden causar interferencias en nuestro sistema, lo que significa que pueden alcanzarnos, pero yo no puedo alcanzarlos a ellos.

    — ¿Alguna solución? — preguntó Gwyn, sabiendo que tenían qué hacer algo — La gente quiere saber qué está pasando con las personas que han desaparecido, pero no podremos hacer nada si estamos incomunicados.

    — Desde aquí no puedo llegar hasta la fuente de la señal — el robot decía, dando algo de pesimismo a los humanos — Pero creo que las probabilidades de llegar hasta allí serán mayores si tomamos una nave y partimos al espacio exterior. El origen de la perturbación debe estar cerca.

    — Cuando la gente nos vea salir de aquí, harán preguntas — Natasha no lo veía como la mejor idea — Se tomarán muy mal si les decimos que debemos salir del planeta, pero se lo podrían tomar peor si les decimos otra cosa y luego vieran las naves despegando.

    — La dificultad está en hacerles entender que la interferencia en la señal la causa algo externo — Gwyn no sabía cómo lo podrían explicar — Dudo que ellos entiendan lo que tú nos has dicho. Están cerrados a la idea de que otro grupo mafioso como el de Arker está desapareciendo gente, y algunos incluso sospechan de nosotros. ¿No hay algo que nos permita probarles que la interferencia viene desde afuera?

    — Ni siquiera yo he podido probarlo — Xorxaik le respondió a la comandante de DCT, dándole una respuesta no muy optimista — Solo es una sospecha, dado a que veo poco probable que una tecnología capaz de interferir de forma tan eficaz nuestras comunicaciones haya sido fabricada en secreto en este mundo.

    — ¿Por qué está sucediendo esto? — Thomas se llevó las manos a la cabeza — Recuerdo lo que sucedió hace varios años, cuando esos malditos que se infiltraron en nuestra nave pusieron en marcha su jugada. Destrozaron un negocio, asesinaron a varias personas, secuestraron a nuestros hijos y tomaron una nave para tendernos una trampa. La desaparición de todas esas personas ha dado inicio casi al mismo tiempo que las interferencias, no puede ser coincidencia. Y si lo fuera, eso me daría más miedo.

    Los pensamientos de todos los presentes allí fueron interrumpidos en el momento en el que un ladrillo impactó contra el cristal de la ventana de la base. El vidrio era a prueba de munición pesada, por lo que el ladrillo no pudo causar ninguna fractura y simplemente acabó rebotando contra el cristal. Sin embargo, otros no tardaron en seguir su camino. Un total de seis ladrillos fueron arrojados contra el personal militar, por parte de la gente que estaba disconforme con su accionar.

    No fueron solo agresiones con los objetos contundentes, sino que pronto empezaron los gritos de parte de esa multitud.

    — ¡Mi esposa desapareció y nadie la está buscando! — el primero de ellos se hizo notar.

    — ¡Busquen a mi hermano, militares inútiles! — otra voz se sumó al caos.

    — ¡Alguien secuestró a mis dos hijos! ¡Ustedes reaccionaron rápido cuando secuestraron a los suyos, hagan lo mismo ahora!

    — ¡Son ellos! ¡Ellos han secuestrado a todos nuestros seres queridos!

    — ¡Nos quieren hacer creer que los necesitamos, pero no les va a funcionar!

    — ¡Hagan algo, ¿por qué todavía no están movilizándose en busca de nuestros amigos?!

    — ¡Mi mejor amigo no regresó a su casa hace dos días, quiero saber en dónde está!

    Estaba claro que en esa multitud no había nadie que estuviera allí para mostrar apoyo a los militares en aquel momento. Todos tenían o bien una amistad o un familiar desaparecido y sin tener idea de a dónde se fue. Gwyn, Thomas y Natasha estaban desilusionados porque no sabían qué decirles. No había forma de ayudar, dado a que no podían siquiera establecer ninguna especie de contacto con colegas en otros lados del mundo.

    Xorxaik no se veía molesto por esas cosas. Siendo un ser de metal y con inteligencia artificial que había aprendido muchas cosas sobre la humanidad en todos esos años, veía una reacción normal en los humanos que se manifestaban exigiendo respuestas. Pero no estaban interfiriendo con ninguno de sus procesos, por lo que no tenía una opinión más allá de la total neutralidad.

    Allecreod era el más molesto entre todos ellos, y no tardó en hacérselo notar.

    — ¿Cómo esperan que trabajemos bien si no dejan de gritarnos e insultar? — el ryfier tenía ganas de bajar para decírselo a todos, pero sabía que se pondría en peligro, y no daría una buena imagen si llegaba a lastimar a los humanos, incluso en defensa propia.

    — No están aquí para vernos trabajar, quieren respuestas — Thomas llegaba a empatizar un poco con ellos — Yo también estaría molesto si Gwyn, Sky o Kite desaparecieran, y los responsables de la seguridad no hicieran nada. Pero ellos incluso creen que esto del bloqueo de las comunicaciones también es cosa nuestra.

    — No hay mucho qué hacer o que decir — Gwyn no sabía en dónde meterse — No tengo ninguna pista. Nuestra única esperanza es esperar a que Ace obtenga algo del interrogatorio con Arker. O que Alicia nos traiga algo útil que haya podido observar.

    — Hablando de ella — Natasha miró la hora en su dispositivo móvil — No ha llegado aquí todavía. Ella casi nunca llega tarde cuando le toca trabajar, y las únicas veces que lo hizo, avisó que algo malo le había pasado. Pero con las comunicaciones cortadas… si algo malo le sucedió, no tiene cómo avisarlo.

    — El problema es que no podemos ir a buscarla — Gwyn miró como la concentración de gente tenía cercado todo el cuartel — Cuando alguien salga de aquí, los protestantes lo increparán. Y no quiero que eso pase. Pero es cierto que ya ha pasado mucho tiempo desde el mediodía. Quizá algo malo le haya ocurrido.

    — ¿Y qué tal si…? — Allecreod de pronto tuvo un presentimiento — ¿Qué tal si ella también está desaparecida?

    Lo cierto era que nadie entre Gwyn, Thomas y Natasha quería siquiera pensar en aquella posibilidad, pero era algo que no podían descartar. Sin las comunicaciones, no tenían cómo poder preguntar a Alicia si todo estaba bien. En caso de que algo le hubiera pasado a su amiga, ellos tampoco tendrían forma de saberlo.

    La angustia poco a poco se adueñaba cada vez más de los soldados, quienes veían como más ladrillos, piedras e incluso botellas de vidrio eran arrojadas en su contra, solo para terminar impactando en el cristal sin poder hacer mucho.

    Sin embargo, toda esa agresión era una señal de que no debían abandonar el edificio. Dada la nula comunicación, Gwyn y Ace enviaron a varios escuadrones de soldados a realizar investigaciones en las calles de la ciudad, todo para tratar de averiguar algo más y tener pistas que pudieran aclarar las cosas. El haber quedado aislados unos con otros, algo que ni siquiera Xorxaik podía solucionar, los dejaba en grandes aprietos. Esa era la primera vez que la milicia era tan repudiada por una cantidad significativa de gente.

    […]

    — Nadie ha venido a visitarlos nunca, ni siquiera en los últimos días — decía un guardia de seguridad de la prisión abriendo la puerta de entrada a las celdas en donde los criminales eran retenidos — Creí que les gustaría saberlo.

    — Muchas gracias por la información — Ace contestó con amabilidad — No tardaremos mucho.

    El comandante de la división ER del ejército entró a las celdas siendo acompañado por Faron, un soldado que, a través de los años, demostró una y otra vez que se podía confiar en él, llegando a convertirse en un amigo cercano del comandante. Ambos portaban el uniforme de ER, siendo el de Faron de un azul mucho más claro que el del propio comandante Lakor.

    Al entrar a las celdas, se escucharon gritos por parte de los prisioneros. Pese a la oportunidad de iniciar de nuevo en un mundo diferente a la Tierra, muchas personas llegaron a cometer delitos que los llevaron a terminar encerrados allí. Algunos eran arrestados por robos, asesinatos, falsificación o incluso fraude. Pero esos no eran los criminales del interés de Ace.

    Ambos soldados avanzaron hasta una de las celdas donde habitaban los más peligrosos en la cárcel. Arker y Zig, quien ejercía como su mano derecha, ambos miembros de un grupo muy similar a una mafia, encerrados por delitos tales como extorsión y asesinato, se asombraron al verlos llegar.

    — Mira, Zig, es el excomandante supremo y su perro faldero — Arker quería ofender a Faron, y este hizo una mueca de molestia.

    — ¿Qué hay de nuevo, comandante? ¿Ya pudo encontrar al pescado que se comió a su esposa? — Zig supo sobre el incidente, y quería provocar a Ace con una burla.

    Los dos soldados sabían que no podían esperar ni un mínimo de decencia humana por parte de dos delincuentes como ellos, mucho más tras haberlos encerrado luego de haberlos descubierto en sus crímenes.

    — Buenos días, escorias — Ace saludó con molestia, pero también con educación — ¿Qué tal es la vida en esta celda? ¿Qué se siente saber que todavía les quedan varios años antes de ser libres?

    — No me quejo, tengo comida gratis e incluso se me permite estudiar leyes o economía para poder reinsertarme en la sociedad — Arker contestó con una mueca al comandante — El sistema es maravilloso, sin duda. Pero yo sé que no ha venido a preguntarme por esto, comandante. Vaya al grano.

    — Iré al grano, entonces — Ace lo tomó como una invitación — Están habiendo muchos problemas últimamente afuera.

    — Sí, hay gente que está desapareciendo, escuchamos las charlas de los guardias — Zig le respondió al comandante — ¿Qué es lo que quiere de nosotros? No podemos planear nada estando aquí encerrados. No sabemos nada sobre nada.

    — He venido aquí para hacerles una pregunta — Ace quería aprovecharse de ellos — ¿Ustedes tenían algún grupo rival? ¿Algunos competidores?

    — ¿Qué pasa, no pueden encontrarlos por su cuenta? — Arker quería tomarlo como una oportunidad para humillarlos — Creí que el ejército tenía todo controlado. ¿Por qué deberíamos prestarles ayuda?

    — Porque creí que, siendo una pequeña organización criminal, tendrían deseos de ayudarnos a eliminar a sus competidores — Ace fue honesto con él — No debe ser una sensación agradable estar encerrados mientras sus rivales están causando estragos de forma exitosa.

    — Nunca en mi puta vida había escuchado algo tan estúpido como eso — Zig tuvo que esforzarse para contener su risa — ¿Cómo se supone que sabríamos si esto es obra de algún rival nuestro? Además, si tuviéramos rivales, hubiéramos tratado de pactar un trato que redujera nuestra condena a cambio de información. Quizá sea un buen comandante y un buen peleador, pero para llevar a cabo investigaciones eres un inútil que no tiene una idea de nada. Por eso acabaste cautivo en ese planeta lejano. Por eso se infiltraron en nuestro mundo, secuestraron a tu hijo y mataron a tu esposa. Porque tu cabeza no tiene ni un solo gramo de materia gris para estas cosas. Se nota que la investigación que atrapó a los detractores y la que nos encontró a nosotros no la llevaste a cabo tú. Si tú eres quien se encarga de este asunto que está ocurriendo, te tengo malas noticias… vas a fracasar. Quizá deberías tener cuidado. Puede que alguien esté secuestrando a tu esposa o a tus hijos ahora mismo.

    — No vales para nada, Ace — Arker decidió interrumpir a Zig allí mismo — Nunca entendí qué tanto de especial ven los otros en ti. Si la gente pudiera ver que estás perdiendo tiempo con personas que han estado encerradas durante más de diez años en vez de poner las manos en el problema real, la máscara de santo que tienes se te caería del rostro. Pero pronto llegará ese día. Nada dura para siempre, y espero estar vivo para cuando la gente se de cuenta de que eres un completo fracasado.

    — Vámonos, Faron — Ace supo que no podría sacar nada de allí — No estamos haciendo otra cosa que perder el tiempo.

    Fue así como, tras una decepcionante charla que no llevó a ningún lado, Ace se retiró junto con Faron, quien debió contenerse para no responder a las provocaciones que Arker y Zig lanzaban constantemente en contra de quien era alguien a quien admiraba demasiado.

    — ¡Faldero! — gritó Zig, claramente refiriéndose a Faron — ¡Mejor te buscas a un nuevo ídolo! ¡El comandante Lakor no traerá nada bueno para ti! ¡Solo es un consejo!

    Tan pronto como ellos dos abandonaron el complejo de celdas, el guardia de seguridad cerró la puerta detrás de ellos, restringiendo nuevamente el acceso al pabellón de los prisioneros. Sin tener nada nuevo que pudiera serles de utilidad, el comandante de ER se retiró junto con su ayudante hacia la salida, para subirse a un vehículo militar, conducido por el más joven de todos ellos, mientras que Ace recostaría su cabeza sobre su asiento.

    — Sabía que no nos iban a decir nada — Faron empezó a conducir de regreso al cuartel general — No debimos haber venido. Quizá debimos mandar a otras personas.

    — La idea fue mía, sentía que era mi deber — Ace fue sincero con él — Pero quizá tenga razón. Tal vez yo no sirva para estas cosas. Se va a terminar el día, y seguiremos sin pistas sobre lo que pasó.

    — ¿Por qué demonios está desapareciendo toda esa gente? — Faron no podía quitarse esa pregunta de la cabeza — Son gente que no está relacionada entre sí, ni en parentesco ni tampoco en profesiones. No hay patrones, solo son desapariciones aleatorias.

    — No lo sé, y eso es lo que más me asusta — Ace no podía evitar recordar la última vez que había sufrido algo así — Tengo miedo de que todo esto sea una simple distracción, y que haya alguien allí esperando dar un golpe mayor.

    — ¿Pero quién? — preguntó el soldado, sin tener una idea — Los garak y los ryfier no tienen motivos para meterse con nosotros. Los berrod no existen más, junto con los edagrianos y los seres de Hael Arunyn, de eso último me encargué yo. ¿Acaso la humanidad tiene algún pleito que desconozcamos?

    — No lo creo, solo Zenith y Black Meteor exploraban el universo, y todo fue antes de la caída de la Tierra — Ace estaba abrumado por todo eso — Tal vez el momento que temíamos llegó. Posiblemente una especie nueva haya detectado que la Gran Catástrofe provino desde aquí, y crean que somos los responsables y quieran eliminarnos.

    — ¿Ahora? — para Faron no era algo posible — Han transcurrido más de treinta años.

    — Recuerda que también estuvo la Réplica Catastrófica, y de esa nada más pasaron diecisiete años — Ace pensó en esa alternativa — Casi el mismo tiempo que nos costó a nosotros alcanzar el planeta Edagr tras toda la destrucción causada.

    — Bueno, si vamos a tener que pelear, estamos preparados — Faron estaba algo tranquilo respecto a eso.

    — Salvo por el hecho de que estamos incomunicados los unos con los otros — Ace se quejaba de la situación que atravesaban — Ni siquiera puedo ponerme en contacto con Natasha o Gwyn para informarles de esto.

    […]

    — Dime, Sky — Kite estaba llevando los platos hacia el lavavajillas de su casa — ¿Qué crees que sea lo que Arick tiene para decirte?

    Ambos hermanos ya habían almorzado tras haber regresado a casa. Debido a que sus padres no estaban presentes, debieron encargarse ellos de cocinar sus propios platos, dado a que no podían comunicarse con ellos o con cualquier otra persona, lo que anulaba las posibilidades de encargar algo para comer a una casa de comidas.

    Kite evitó hablar del tema hasta después del almuerzo, y Sky le contestó mientras iba a su habitación.

    — Estoy segura de que hoy él finalmente me pedirá que yo sea su novia — Sky sonreía de tan solo pensar en algo así.

    — ¿Tú crees? — Kite tenía un poco de dudas — ¿Por qué estás tan segura?

    — Porque él es un gran amigo mío, y sabe que puede decirme lo que sea cuando sea y donde sea — Sky explicaba sus motivos para creer en eso — Pero eligió un sitio aislado de toda la gente, y quiere hablar solo conmigo. Estoy segura de que se trata de algo así.

    — ¿Por qué quiere que sea en privado? — Kite no podía descifrar eso — ¿Y tan lejos de la ciudad, además? Él sabe que tú lo quieres, le has demostrado afecto varias veces.

    — Quizá él quiera que sea en un lugar en medio de la naturaleza para que sea especial — Sky lo veía como el único motivo para que fuera allí — Y tanto a él como a mí nos gusta mucho es Bosque del Ciervo. Seguro que es por eso.

    — Vaya, no esperaba que Arick fuera alguien que pensara en eso — el joven se sorprendía cuando escuchó esa respuesta — Dime, ¿por qué nunca se lo pediste tú? Sé que lo quieres como más que un amigo. Le has dado abrazos e incluso lo has besado. ¿Por qué no fuiste tú la que se atrevió a proponerlo?

    — Porque… — la chica tardó algo en responder — Tenía miedo de que me rechazara. No estaba segura de si yo realmente le gustaba a Arick.

    — Pero has visto que él siempre reacciona bien a tus muestras de afecto — Kite no entendía por qué pensaría en algo así — ¿Eso no te dice nada?

    — Eso solo me dice que a Arick le gusta ser abrazado y besado por mí, no que precisamente le guste yo — Sky sorprendió a su hermano con esa respuesta — Por eso quería que fuera él quien tomara la decisión. Además, él casi nunca me ha dado una muestra de cariño sin que yo le diera una primero. Quería ver si él siente realmente algo por mí.

    — ¿Era todo parte de una prueba? — Kite no comprendía el motivo de su hermana — Tú lo quieres. Debiste decírselo en cada oportunidad que tuviste.

    — Solo quería asegurarme — la chica respondió algo apenada — Pero puedes estar seguro de que, si algún chico se acercara a mí o si alguna chica se hubiera acercado a Arick, se lo habría dicho. No me iba a quedar callada por siempre.

    — A veces no te entiendo hermana, ni a ti ni al resto de chicas — Kite lo dijo para luego dejar escapar una pequeña risa.

    — Ay, Kite, créeme que para mí tú, Arick y los demás chicos son a veces un misterio — su hermana respondió con otra risa — Pero Arick me gusta. Y estoy muy feliz de ver que yo también le gusto a él.

    — En ese caso, espero que te vaya bien en el bosque — el niño le deseó la mejor de las suertes a su hermana — Cuando regresen aquí, puede que regresen como pareja.

    La chica apreció las palabras de su hermano, con quien se llevaba muy bien tras todos los años en los que habían convivido. El vínculo de hermandad que llevaban, pese a no tener ningún lazo de sangre, se volvía más fuerte con cada día que transcurría. No eran ajenos a discusiones de vez en cuando, pero más allá de las rencillas familiares que pudieran tener, aprendieron a llevarse bien.

    Kite fue a asegurarse que la tecnología encargada de limpiar los platos estuviera funcionando, mientras que Sky se encargó de vestirse para verse bonita, pero sin llevar algo que le dificultara la caminata, puesto a que tenía que irse a la estación de tren y posteriormente dar una caminata de una hora para llegar al bosque donde Arick la había citado.

    Una vez que estuvo arreglada, ella iba a despedirse de su hermano.

    — Vaya, te ves muy bien — Kite apreciaba la apariencia de su hermana — Si Arick llega a ir con dudas a tu reunión con él, se irán enseguida.

    — Gracias por el cumplido, Kite — Sky se sentía feliz por esas palabras — Dime, hace unos momentos traté de avisar a mamá y papá, pero sigo sin poder comunicarme. ¿Les podrías decir a dónde fui?

    — Claro, descuida, yo me encargaré de eso — contestó su hermano menor — Espero que regreses más feliz de lo que sales el día de hoy.

    Tras el saludo despedida entre ambos hermanos, Sky cruzó la puerta de su casa para tomar su camino hasta la estación de tren que la dejaría más cerca del bosque en el cuál tenía una reunión con su gran amigo. En su mente solo rondaban los escenarios que podía imaginarse sobre las palabras que su amigo le diría, tratando de adivinar qué clase de declaración saldría de su boca.

    […]

    Arick estuvo esperando durante un rato largo a que alguno de sus padres regresara del trabajo o al menos se comunicaran con él, puesto a que no tenían nada que pudieran cocinar. Al no estar solo en su casa, puesto a que Azel y Hana estaban allí, el cadete se vio obligado a tomar algo de dinero e irse a comprar algo que a él le fuera rápido y sencillo de cocinar.

    Tan pronto como terminó, los tres empezaron a comer, y en medio del almuerzo, dio inicio una plática interesante.

    — Te vez muy ansioso, Arick — Azel le preguntó a su hermano mayor — A algún lado vas a ir. ¿A dónde será?

    — Vaya, me conoces muy bien — Arick se vio asombrado con él — Hoy por la tarde voy a reunirme con Sky en el Bosque del Ciervo. Allí le voy a pedir que sea mi novia.

    — ¡Al fin! — Hana no pudo evitar soltar ese comentario cuando lo escuchó — ¡Creí que ese día nunca llegaría!

    — Est… ¿de qué hablas? — Arick se mostró muy confundido.

    — Vamos, hermano, no nos mientas — Azel lo increpó — Te hemos estado viendo muchas veces. Cada vez que estás con Sky, nunca le sacas la vista de encima. Está bastante claro que ella te vuelve loco. Hana y yo llevamos más de un año esperando escuchar a alguno de ustedes decir lo que has dicho.

    — Arick, tú y Sky se han tardado mucho tiempo para aclarar lo que sienten — la niña, tres años menor que él, contando con apenas trece años, parecía estar dándole una lección — Si hasta Azel y yo nos hemos dado más besos que tú y Sky.

    — Además, sabemos el motivo por el cuál te uniste a la academia militar — Azel recordó el día en que su hermano lo hizo público — Estabas tan indeciso, pero Sky dijo que se uniría y tú solo necesitaste dos días para decidir que eso era lo que más querías. Ya era tiempo que te pusieras de acuerdo con lo que sentías por ella.

    — Ustedes no saben de qué hablan — Arick les quería contrarrestar ese argumento — He recibido una medalla por tener un promedio alto. Si me hubiera anotado en la academia solo por Sky, no habría sacado notas altas.

    — Sí, claro, Arick — Hana lo decía casi riéndose de él — Tú eres fuerte y no niego que hayas obtenido esas notas tan altas. Pero eso es porque quieres protegerla. Pero que no te de vergüenza admitirlo, para mí es bastante romántico.

    — Oye, para mí también — su hermano menor opinaba igual — Cuando Sky está contigo, tú eres feliz. Y eso me hace feliz a mí también, hermano. Por eso Hana y yo nos estábamos desesperando tanto cuando veíamos que ninguno daba el paso hacia adelante.

    — Increíble, estoy a dos años de graduarme como uno de los mejores soldados y tengo que recibir lecciones de mi hermanito y su novia — Arick se veía casi abrumado por todo — ¿Podemos cambiar de tema? ¿Qué tal está la comida?

    — Pasa bastante, para ser algo que hiciste con prisa — Azel criticó blandamente a su hermano — Pero no te atrevas a cocinarle esto a Sky, al menos no la primera vez que cocines para ella.

    — Dios, no toda mi vida gira alrededor de Sky, no sé si lo sabían — Arick estaba algo molesto por ver que su primer intento fracasó — ¿Qué hay de ustedes dos en la escuela?

    — Estamos bien, por el momento — Hana comentó cómo era su avance — Tenemos un trabajo en equipo pendiente por entregar, por eso mi mamá me dejó aquí. Toda la semana siguiente habrá receso previo a los trabajos y exámenes de fin de año.

    — Hana y yo estudiaremos juntos cada día — Azel comentó el plan que tenían — Mamá intentó convencer a los padres de Hana que ella se quede aquí, o que yo me quede en su casa durante la semana. Pero se negaron a ambas posibilidades.

    — Bueno, les deseo suerte en sus trabajos y exámenes.

    A diferencia de lo ocurrido con él, Sky y Kite; Noak y Gina no eran tan permisivos con sus hijos. Ambos soldados recordaron que su vínculo empezó a formarse en el planeta Triyr, posterior a la muerte de Zaid tan pronto como aterrizaron en aquel planeta y lucharon contra las bestias que vivían en este. Si bien, estar juntos era algo que a ambos les hacía muy felices, no deseaban que sus hijos tuvieran que pasar por una experiencia similar. Esa misma razón llevó a la pareja Jensen Hauk a mandar a Cade y Hana a una escuela regular, donde recibirían educación básica y avanzada. Y por el lado de Azel, él tuvo la libertad de elegir a dónde quería ir, y al hacerlo, optó por no seguir el camino militar. Por dos motivos, el primero era el no querer separarse de Hana. Y el segundo, era que no quería ir a una academia militar sabiendo que su hermano mayor iría también. Sus dos padres eran comandantes que en el pasado fueron claves para la raza humana, cosa que todos los niños aprenden en la escuela. Si Arick acudía a la academia, para él solo sería una responsabilidad tener éxito si es que a su hermano le iba bien. No podía darse el lujo de flaquear teniendo a dos padres de renombre y si su hermano también dejaba la vara alta. Lo sentía más como una competencia con su familia que una oportunidad de aprender algo valioso para él. Por eso mismo, el joven se vio decidido a negarse a ir a una academia. Ambos padres del niño respetaron su decisión, y lo inscribieron junto con Hana en una escuela con orientación a la historia y las ciencias sociales, una característica que tanto a él como a su amiga le gustaba mucho.

    — Tan pronto como tu mamá venga a buscarte, me iré al bosque para reunirme con Sky — Arick habló tras terminar su comida — No puedo comunicarme con mamá y papá, y no quiero dejarlos solos.

    — Gracias, hermano — Azel se veía muy feliz por esas palabras dichas por él — Aprecio que te quedes a cuidarnos.

    — No hay duda de que Sky quedará muy contenta contigo — Hana sonreía, para mostrarle al chico que ella aprobaba esa relación que ambos tendrían.

    […]

    — Por aquí está abarrotado de gente — Nick hablaba mientras conducía su vehículo.

    Con el paso del tiempo, los vehículos en el planeta Edagr fueron aumentando su cantidad. Sin embargo, eso no daba permiso a cualquier persona para tener alguno. Dado a que la fabricación estaba supervisada por los soldados, estos realizaban evaluaciones a las solicitudes enviadas por las personas que pedían permisos para utilizarlos. Nick Mardh, siendo un ingeniero de los mejores en su rama, tuvo el privilegio de ser uno de los pocos no militares que tenían ese permiso para poder trasladarse.

    No iba solo, puesto a que en el asiento del conductor se encontraba su esposa, quien tenía una tecnicatura en informática. Ambos se habían conocido en el proyecto para reconstruir al robot Xorxaik, prestando ayuda al xaromitante Lankir, quien tenía dificultades para ponerlo a funcionar. Debido a que las comunicaciones estaban fallando, la pareja fue a revisar una de las centrales, y tras ver que todo estaba en perfecto estado, tuvieron que conducir hacia la siguiente.

    No podían comunicarse con sus compañeros de trabajo, lo que les obligaba a tener que movilizarse de un lado a otro si deseaban llegar al fondo del gran misterio. Sin embargo, tal y como lo decía el ingeniero al volante, la gente se estaba reuniendo y llenando las calles con banderas e incluso parlantes con música de protesta.

    — Es increíble lo rápido que se pusieron de acuerdo para marchar en protesta contra la milicia — la esposa de Nick se asombró de como una comunicación de boca en boca podía ser tan efectiva — Sal de la ciudad. Si las calles se siguen llenando de gente, podríamos quedar encerrados o peor, atropellar a alguien.

    — Cuando tienes razón, tienes razón — Nick sonreía a su esposa tras esa sugerencia — Ir por las afueras es más seguro para todos.

    Fue así cómo el ingeniero avanzó desde el interior de la ciudad hasta el propio exterior. Doblando por las calles que se veían menos transitadas, no tardaron más que solo veinte minutos en llegar a las afueras. No había luces encendidas en ninguno de los edificios que se encontraban en esa frontera, lo que quería decir que no tenían a nadie viviendo o trabajando en ellos.

    — Pensar que Skymning fue hace unos años la ciudad más poblada de las tres principales — comentó la técnica — Y que solo bastaron tres años para que todos se movilizaran más hacia Himmel.

    — Es mejor así, la tranquilidad es la mejor amiga de la estabilidad mental — contestó Nick, quien no lamentaba el hecho de que Skymning tuviera menos población entre las tres.

    El camino por las fronteras de la ciudad era tranquilo, las vistas teniendo del lado izquierdo a los altos edificios que limitaban del lado derecho con un frondoso bosque donde los árboles florecían era un contraste que ambos apreciaban mucho. Dar ese paseo en auto sería una experiencia relajante para ambos si no fuera por el hecho de que la situación actual les producía mucho estrés.

    Sin embargo, el silencio del paseo pronto se vio reducido a la nada total cuando un disparo resonó en el lugar. La pareja lo escuchó, y pudieron sentir como una de las ruedas del auto quedó completamente inutilizable tras recibir el impacto de una bala. Dado a que no iban a alta velocidad, el auto se detuvo despacio y sin haberse dado la vuelta.

    — ¡Mierda, alguien nos atacó! — Nick miraba en todos lados — ¡Allí!

    Ambos miraron en la dirección en que apuntó el ingeniero, solo para ver cómo unos cinco seres salían del interior del bosque para interceptarlos a ellos. Todos portaban un arma, exceptuando al que iba en el centro del grupo. Notaron que no eran del ejército, puesto a que no portaban armadura, sino un traje rojo que cubría todo el cuerpo desde la cabeza hasta los pies, contando solo con un visor oscuro que evitaba que vieran las facciones del rostro.

    — ¡No podemos pedir ayuda por radio! — la esposa de Nick se bajó del vehículo — ¡Hay que escapar a la ciudad!

    — ¡Pidamos al ejército que nos escolten y que enfrenten a esta amenaza! — Nick imitó las acciones de su mujer — ¡Ellos seguro son responsables de lo que está pasando!

    Ágilmente, los dos abandonaron el vehículo y empezaron a correr en dirección a la ciudad al tiempo que gritaban por ayuda con la fuerza máxima que les permitían sus gargantas y pulmones. De vez en cuando se volteaban para ver a sus atacantes, viendo que estos corrían con gran rapidez.

    — Oh, no, mira al frente — la mujer se vio muy preocupada.

    Cuando Nick volteó la vista hacia el frente, notó que un grupo de tres seres, los cuales también iban armados, salieron de una de las calles de la frontera de la ciudad. Lo que los diferenciaba de los primeros era el color del traje, que era de un color azul zafiro muy intenso. Viéndose totalmente rodeados, Nick eligió que debían rendirse.

    — No puede ser… Ulrik — los pensamientos del ingeniero llevaron a recordar a su hijo — Le dijimos que regresaríamos antes del anochecer.

    — ¿Qué es lo que nos van a hacer cuando nos secuestren a nosotros también? — su mujer temía que oponer resistencia los llevara a un desenlace trágico, pero si terminaba siendo secuestrada, sería alejada a la fuerza de su hijo.

    — No lo sé, amor, pero si esto resulta ser una amenaza seria, buscaré la forma de ayudarte a regresar con Ulrik — Nick se juró que buscaría la oportunidad para eso, todo mientras veía como esos seres se les acercaban cada vez más por ambos lados.

    […]

    — Queda tan solo dos horas para que se ponga el sol — Arick tenía la puerta de su casa abierta — Acordé con Sky que teníamos que estar allí tres horas antes, para no volver a oscuras. Pero no puedo irme si tus padres no aparecen.

    Azel y Hana veían como el mayor de los Lakor era un manojo de nervios por todo lo que estaba sucediendo. La comunicación seguía sin funcionar, veían y escuchaban como gente pasaba por las calles cercanas anunciando que el número de gente desaparecida iba en aumento.

    El mayor de los hermanos Lakor sabía que no podía irse y dejar a Azel y Hana desprotegidos, puesto a que temía que alguien quisiera entrar a su casa y que ellos no pudieran defenderse. Pero también temía que Sky pudiera llegar a odiarlo por no presentarse a la hora pactada.

    — Sky, perdóname — el cadete cerró la puerta de su hogar para volver a dirigirse hacia los menores — Me quedaré con ustedes todo el tiempo que haga falta. Pero a cambio quiero que le expliquen esto a Sky.

    — Lo haremos, Arick, no temas — Hana se puso triste al ver la reacción tan pesimista del hermano mayor.

    — Sky seguro lo entenderá, ella te quiere de verdad — Azel quería tranquilizarlo — No te odiará solo por eso.

    — Es solo que… se supone que finalmente le pediría que fuera mi novia — Arick se sentía impotente estando en ese sitio — Me ha costado mucho encontrar el valor para poder hablarle y decirle esto. Y ahora mismo mis opciones son llegar tarde o no poder ir a verla.

    — Tranquilo, Arick, todo estará bien.

    Azel se acercó a su hermano para poder abrazarlo. En otro contexto, Azel estaría disfrutando de jugarle una pequeña broma a su hermano respecto a su atracción por Sky, pero viendo lo mal que lo estaba pasando en aquel momento, no sentía deseos de hacerlos. Lo cierto era que él y Hana, al tener tan solo trece años y no poder ir a una academia militar, no tenían nada que los pudiera defender en el caso de que algo malo ocurriera.

    Una solución sería utilizar la palma de su mano para activar el sistema de cerrado eléctrico de la casa. Pero solamente él, Ace y Natasha podían abrirlo. Si lo dejaba cerrado, Noak y Gina no podrían sacar a Hana de la casa si no eran acompañados por alguno de sus padres. Y al no haber comunicaciones, no podían dar aviso de eso.

    Arick, envuelto cada vez más en sus nervios, tomó su dispositivo móvil y quiso llamar a sus padres. No quería ausentarse de su compromiso con Sky, mucho menos luego de todo el tiempo que estuvo pensando en lo que le iba a decir.

    — ¿Alguna noticia? — preguntó Hana al mayor.

    — No, nada — Arick dejó el aparato en la mesa — ¡Mierda!

    Casi inmediatamente después de que Arick gritara de esa forma, se escuchó como el timbre del hogar en que vivían ambos hermanos junto a sus padres sonó. Una voz se hizo oír al instante.

    — ¡¿Hana?! — era Gina, madre de la niña — ¡He venido a buscarte!

    — ¡Voy! — Hana se sentía feliz por eso.

    Arick sentía un gran alivio por lo que había ocurrido, puesto a que podría salir de la casa junto a la mujer y a la niña, dejando a Azel a salvo en el sitio dado a que sus padres podrían desbloquear la entrada por medio de la cerradura electrónica.

    Antes de que la niña se fuera, ella y Azel querían despedirse, aunque el día siguiente se tendrían que juntar nuevamente para estudiar para los exámenes finales que se aproximaban cada vez más. Ambos niños se pararon cerca de la puerta, y sabiendo que no tenían que dejar que Gina los viera, se dieron un beso rápido en la boca. Arick quedó muy asombrado con la forma tan natural en que su hermano y su amiga se besaban. Pensó que cuando la niña le había dicho que ellos habían compartido más besos que él y Sky, únicamente lo estaban molestando. Pero pronto se dio cuenta de que no era así.

    Luego de la despedida, Hana tomó su mochila y los tres se pararon en la puerta cuando Arick la abrió.

    — Buenas tardes, niños — Gina saludó amablemente a los dos jóvenes — Hana, ¿han podido trabajar bien?

    — Sí, mamá — la niña respondió con una sonrisa — Mañana…

    — Mañana no podrá ser — Gina detuvo allí a la pequeña — No es que quiera meterles miedo, solo diré la verdad. El día de hoy el número de desaparecidos aumentó y casi llegan a los cien. Las clases serán suspendidas, y estamos considerando la idea de un toque de queda.

    — ¿Toque de queda? — el pequeño Azel nunca había oído de eso.

    — Es una prohibición para estar afuera de las casas — su hermano mayor explicó el asunto — Pero… ¿ya van a establecerlo?

    — Gwyn, Thomas y tus padres lo están considerando — la mujer militar contestó la duda del chico — Están pensando en qué tan viable es, y en cómo lo anunciarán a la población si las comunicaciones no regresan.

    — ¿Cuándo nos juntaremos para seguir estudiando? — para Azel eso solo era un pretexto, puesto a que lo que quería era reunirse con Hana.

    — Cuando tengamos comunicación nuevamente — fue la respuesta de Gina — Ahora iremos a casa. Tú y Cade se quedarán allí.

    — Muy bien, en ese caso, cerraré la puerta para que nadie pueda entrar — Arick informó a Azel su idea — Espera a que regrese alguno de nosotros.

    — ¿Tienes que salir ahora? — la militar no podía comunicárselo a los padres del chico, por eso prefería que no se diera el caso.

    — Tengo que ir a ver a Sky — Arick recordó ese compromiso con su amiga — Me está esperando en un sitio fuera de la ciudad.

    — Entiendo, pero búscala y luego vayan a sus casas — Gina tenía prisa para irse con Hana — Y tengan mucho cuidado. Griten si llegan a ver algo sospechoso.

    — Lo haremos, gracias — Arick apreció el consejo dado por la militar.

    Ambos hermanos saludaron a Gina, quien se retiró para dirigirse a su casa junto con su hija menor. Una vez que ese peso ya estaba retirado de sus hombros, Arick se aseguró de que Azel tenía todo lo que pudiera necesitar para estar solo mientras que sus padres seguirían en sus trabajos en el cuartel general.

    — Ten mucho cuidado, Arick — Azel quería que nada malo pasara — Espero que tú y Sky terminen el día estando a salvo en casa.

    — Gracias por el apoyo, Azel — su hermano mayor apreciaba su preocupación — Nos veremos esta noche seguro.

    — Adiós.

    Cuando el mayor de los hijos de Ace estuvo fuera de casa y cerró la puerta, utilizó su dispositivo móvil para accionar el cierre eléctrico. Fijo el mecanismo de seguridad, solamente él y sus padres podrían acceder a la casa, lo que quería decir que su hermano menor estaría a salvo de lo que sea que estuviera ocurriendo en aquel día.

    Pensando en que las dos posibilidades eran que Sky pudiera estar enojada con él por presentarse tardo o en peligro ante una amenaza potencial, Arick apresuró su paso y empezó a correr tratando de llegar lo más pronto posible a la estación de tren.

    — Una hora y cuarenta minutos antes de la puesta del sol — el hijo de Ace pensó en el tiempo que tenía — Tengo que llegar allá y encontrarla.

    […]

    Sky se encontraba bastante aburrida. La reunión debía ser en la entrada al Bosque del Ciervo, pero debido a que había pasado la hora de la reunión y Arick no aparecía, la chica abandonó el sitio y se adentró hacia las profundidades de aquel conjunto de árboles. Varias veces había intentado comunicarse con sus padres, con los padres de Arick, con Kite e incluso con el propio Arick para ver si había una explicación para su ausencia. Pero tal y como había estado pasando a lo largo de todo ese día, su dispositivo no lograba comunicarse con nadie. Sin duda se trataba de un problema serio, y era la primera vez que ella lo presenciaba.

    La hija de Thomas y Gwyn retrocedió hacia la entrada del bosque, y no podía encontrar rastro alguno de Arick o de ninguna otra persona.

    — Ay, Arick, ¿dónde estás? — la chica revisó su dispositivo móvil y se dio cuenta de que faltaba nada más que una hora y media para la puesta del sol.

    Ella estaba confiada en que su amigo llegaría a su encuentro. En todas las vivencias que tuvieron tanto en sus casas como en la escuela, Arick siempre se mostró como alguien protector con ella. Si se encontraba triste, él se esforzaba en hacerla sentir mejor. Y si en la escuela algún chico o chica la molestaba, el joven Lakor hacía aparición.

    Sky regresó al interior del bosque, y tras encontrar un claro desde el cuál se podía ver el cielo despejado, eligió acostarse a reposar su espalda contra uno de los árboles más grandes que había en aquel sitio. Durante unos minutos, el sitio estuvo en un completo silencio, en los que Sky no escuchaba otra cosa que no fuera el canto de los pájaros en las cercanías. Si bien, el sitio llevaba el nombre de Bosque del Ciervo, eso era debido a que se encontraron varios restos de animales que tenían una cornamenta parecida. En realidad, ningún ser humano había visto un ciervo real en aquel sitio, pero no negaban que pudiera haber alguno viviendo allí.

    Sky se concentró tanto que pudo escuchar a la lejanía el ruido de unas pisadas. La emoción se adueñó de su cuerpo y se puso de pie para ir a encontrarse con quien creía que era su amigo.

    — Arick… — Sky se aproximó hacia el origen de las pisadas.

    Atravesó los árboles del bosque siguiendo el ruido, pero lo que encontró fue a un ser que portaba un traje azul oscuro acercándose a ella. Un grito de horror al ver a alguien así acercarse a su posición resonó en los alrededores, y Sky empezó a correr tratando de buscar una vía de escape. Al darse la vuelta, notó que aquel ser la estaba siguiendo.

    Ella había estado pocas veces en el lugar, pero podía manejarse para escapar a través de un bosque. Sin embargo, cuando se encontraba corriendo a gran velocidad hacia la salida, alguien saltó para colocarse sobre ella. Era otro ser que no se dejaba ver el rostro ni parte alguna de su cuerpo, puesto a que usaba un traje de color rojo que le cubría el cuerpo.

    Sky trató de forcejear con quien se le había abalanzado encima, pero desde el suelo poco pudo hacer. Quien portaba el traje rojo tomó rápidamente unas ataduras de metal y se las colocó con dificultad en las manos a la cadete, reteniendo así sus movimientos. Lo próximo que Sky experimentó fue ser levantada con violencia del suelo por quien la había capturado, y luego, su cabeza fue estampada contra el tronco de un árbol por cortesía de aquel individuo. Ese golpe no lastimó mucho a la chica, pero sí fue capaz de aturdirla un poco.

    — Buen trabajo, Siban — quien portaba el traje azul dijo, con una voz que Sky identificó como masculina.

    — Con esta ya tenemos a noventa y seis, ¿verdad? — preguntó Siban, con una voz femenina.

    — Cien, en realidad — quien habló primero informó la situación — Capturaron a dos mujeres, un hombre y una niña en las proximidades de la ciudad.

    — Perfecto, el objetivo está cumplido — Siban sonaba muy satisfecha con los esfuerzos realizados — Es hora de abandonar este mundo y llevarnos a los cautivos.

    Sky tenía tanto miedo que no podía hablar. Además, consideró que, si hubiera alguien dispuesta a ayudarla, habrían escuchado sus primeros gritos. De cualquier manera, sus oportunidades para pedir ayuda se terminaron en el momento en que quien tenía el traje azul le colocó una mordaza en su boca. Ya no tenía sentido gritar, y cuando cada uno de los captores la tomó de un brazo, supo que resistirse era inútil también y que quizá solo llevaría a consecuencias graves para ella.

    Su reacción instintiva fue empezar un llanto silencioso, mientras las lágrimas empezaban a caer de su rostro. El día había empezado con ella recibiendo una medalla por su desempeño en la academia militar, y con Arick citándola para decirle algo en el bosque. Pero había terminado de esa manera. Ella sería alejada de su familia y amigos por parte de estos seres a los que no conocía.

    — No fue tan fácil de capturar, ¿eh? — preguntó el ser que tenía voz masculina.

    — No, fue muy sencillo — Siban contestó, hablando sobre su experiencia al lidiar con Sky — Solo el hombre del bosque resultó ser un reto. El resto de los humanos fueron presa fácil.

    — Justo esa es la razón por la cuál elegimos acercarnos de ellos — su compañero recordó un momento en el pasado — Nos nutriremos en su conocimiento, y no en su fuerza.

    […]

    Tras un camino muy largo, y a tan solo la falta de veinte minutos para que se pusiera el sol, Arick llegó corriendo y muy agitado a la entrada del Bosque del Ciervo, solo para ver que su amiga no se encontraba ni cerca del lugar en el que habían acordado reunirse.

    — ¡Sky! — la primera reacción de Lakor fue gritar para tratar de comunicarse con ella — ¡Sky, grita si me puedes oír!

    El joven cadete se adentró en el bosque, tratando de ver si Sky se encontraba cerca. Quizá por aburrimiento o por verse amenazada, lo cierto era que podría tener razones de sobra para encontrarse allí mismo. El chico caminó entre los árboles buscando algún rastro de su amiga, pero lo único que encontró era un vacío y un silencio profundo.

    Lo siguiente que hizo fue tomar su dispositivo de comunicación, y tratar de ver si podía comunicarse con ella. Cuando marcó el número para llamarla, no obtuvo más que silencio. Creyó que el problema seguía presente, pero ese pensamiento se disipó cuando su dispositivo finalmente pudo recibir una llamada.

    Mirando atentamente, Arick notó que ese era el teléfono de su casa, y que quizá se tratase de una llamada de su hermano. Al contestar, escuchó la voz de su hermano menor, y se dio cuenta de que estaba en lo cierto.

    — ¡Arick! — Azel se encontraba muy agitado, pero se podía notar un alivio en su voz al comunicarse con él.

    — Azel, ¿qué pasó? — preguntó el cadete, algo feliz de ver que las comunicaciones habían vuelto.

    — ¿Pudiste encontrar a Sky? — Azel quería saber al respecto.

    — No, la he llamado justo antes que tú me llamaras, pero no he podido comunicarme — Arick se sentía triste, puesto a que pensó que quizá algo malo sucedió con Sky — ¿Por qué preguntas?

    — Han pasado cosas horribles — su hermano menor lo empezó a preocupar con esas palabras — Mamá y papá llamaron. Dicen que Nick, Alicia, Gina y Hana no están en sus casas, y nadie puede comunicarse con ellos. Probablemente estén desaparecidos junto a toda la gente que no está por ningún lado.

    — No puede ser… — un pensamiento pesimista recorrió la cabeza del chico — Si Sky no está aquí, pero tampoco me puedo comunicar con ella…

    — Lo siento mucho, Arick — Azel se mostraba compasivo con él — Mejor regresa a casa antes de que algo malo te pase a ti también. Cortaré la llamada y le avisaré a mamá y papá que estás a salvo.

    Fue allí donde la comunicación con su hermano acabó. Lágrimas empezaron a recorrer el rostro de Arick. Probablemente lo último que sintió su amiga antes de que algo malo le pasara fue miedo por haber estado sola ante lo que sea que se hubiera aparecido allí mismo.

    Con una pequeña esperanza, Arick trató de ponerse en contacto con Sky, pero su dispositivo no pudo comunicarse con ella.

    — No… — el cadete empezó a caminar hacia el lugar por el que había entrado — ¡No! Sky… Lo siento. Lo siento.

    […]

    Poco tiempo después de haber sido capturada, a Sky la llevaron frente a otros dos seres que tenían puesto un traje rojo, tal y como el que llevaba quien respondía al nombre de Siban. Lo siguiente que hicieron con ella fue ponerle una bolsa en la cabeza. Ella no podía moverse, gritar o ver hacia dónde la estaban llevando.

    Pero sí podía oír. Escuchó como los seres caminaban en silencio, como si no quisieran revelar absolutamente ningún tipo de información frente a ella. Tras una caminata corta, Sky escuchó el ruido de una compuerta abrirse, y luego de haber sido introducida al interior de una estructura, sintió una turbulencia pequeña bajo sus pies. En silencio, cualquiera que fuera el lugar al que la habían hecho entrar, despegó en dirección al cielo.

    Pronto se daría cuenta de que no era el cielo su destino, sino el espacio exterior, puesto a que el frío se empezaba a sentir en su piel. Dado a que se había arreglado para un encuentro con Arick, no portaba ropa apropiada para estar en el espacio, y eso causó que su cuerpo empezase a temblar por el frío de un ambiente tan hostil.

    La sensación tan amarga de padecer el frío junto con el miedo de no saber a dónde iba terminaría pronto, puesto a que cuando la estructura en la que ascendió a los cielos se detuvo, el calor empezó a reinar a su alrededor. Ella supuso que primero había entrado a una cápsula o lanzadera, y que la misma, tras haber acudido al espacio exterior, terminó ingresando a una nave espacial. No tenía forma de saber si lo que sospechaba era cierto o no, puesto a que seguía con la cara totalmente tapada, viendo nada más que oscuridad frente a ella.

    El siguiente ruido que escuchó fue el de una compuerta abriéndose, y a varios pasos entrando y saliendo del sitio donde ella se encontraba. Ella seguía retenida por dos seres, que se mantenían inmóviles y callados todo el tiempo. Fue apenas veinte minutos después que empezaron a hacerla avanzar por aquella estructura. Tenía miedo de golpearse contra algo, y en lo único en que podía confiar era en que sus captores evitarían algo así. Sin embargo, no tenía forma de saber hacia donde iba. Bien podría ir a una celda, a otra cápsula o lanzadera, o peor aún, a una futura muerte.

    Cuando los dos seres que la transportaban se detuvieron, lo primero que escuchó fue el sonido de un metal moviéndose, casi como si una puerta se desbloqueara. Le retiraron la bolsa de la cabeza, la mordaza de la boca y luego de que le retiraron las ataduras de las manos, Siban abrió una puerta rojiza de metal que se encontraba frente a ella, para posteriormente arrojarla allí dentro y cerrar la puerta.

    Sky estaba casi traumada con el secuestro, por lo que poco se fijó en el interior del cuarto en el que fue arrojada. El piso y el techo eran de un metal gris muy opaco, las paredes estaban pintadas de anaranjado con algunas líneas de color rojo en vertical. En una de las esquinas del cuarto había una cama de madera con un colchón de una plaza y media que tenía puesta encima una manta, pero no había rastro de ninguna almohada cerca.

    El sitio era iluminado por tres luces blancas y alargadas que se situaban en el techo, permitiendo ver en ese sitio.

    La cadete se dio vuelta y empezó a empujar la puerta en un intento de salir de su cautiverio, pero cada intento era inútil.

    — Está cerrada, no podrás salir de esa forma — la voz de una persona asustó a Sky.

    La chica se dio la vuelta para encontrarse con un chico que aparentaba tener su misma edad. Tenía el pelo negro, era unos centímetros más altos que ella y portaba un uniforme muy extraño de un color verde oscuro mezclando detalles bordó, blanco y rojo, cubierto de un polvo notorio. No era el uniforme de cadete que ella y sus compañeros en la academia usaban, por lo que asumió que aquel chico que estaba frente a ella debía de pertenecer a alguna de las otras academias distribuidas en el planeta.

    — ¿Sabes dónde estamos? — Sky preguntó, esperando una respuesta afirmativa.

    — Solo sé que esta es una nave espacial — su compañero de encierro le contestó — Pero podríamos estar en cualquier rincón del universo ahora.

    — Tal parece que nos han dado la libertad de hablar entre nosotros — Sky se sentía asombrada ante el hecho de que ella y el chico no estaban amordazados — ¿Crees que traigan a alguien más para que esté junto a nosotros?

    — Es difícil saberlo, yo he estado aquí dentro en solitario durante dos días — esa respuesta le hizo pensar a la chica que aquel chico fue uno de los primeros en ser secuestrados — Creí que estaría solo por mucho tiempo, pero no ha sido así.

    — Si vamos a estar encerrados aquí, creo que lo que deberíamos hacer al menos es conocernos — la chica extendió su mano como forma de saludo amistoso — Me llamo Sky.

    El chico se acercó a quien sería su compañera de encierro por ordenes de los seres de aquella especie y estrechó su mano, aceptando el saludo amistoso que le fue ofrecido.

    — Mi nombre es Winter — dijo, al tiempo que empezó a sonreírle, en un intento de empezar esa convivencia con buen pie, aunque no supieran cuanto podría durar.

    Un Mundo Diferente ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…




    Preguntas de la parte VII:

    1. ¿Qué te ha parecido la parte?
    2. ¿Cuál fue tu capítulo favorito? ¿Por qué?
    3. ¿Cuál fue tu capítulo menos favorito? ¿Por qué?
    4. ¿Cómo ha quedado tu top de personajes tras finalizar la parte?
    5. ¿Cambiarías a algún personaje vivo actualmente para traer de vuelta a un personaje fallecido? ¿Qué cambios harías?
    6. ¿Tienes algún/os personaje/s que te gustaría que muriera/n pronto?
    7. ¿Tienes algún/os personaje/s que te gustaría que no muriera/n?

    Con eso me despido por ahora. La siguiente entrada en este universo estará llegando (si nada malo sucede) en marzo de 2024. Nos vemos.
     
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  16.  
    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Cap Mi familia

    Time skip con hijos de los personajes anteriores :,o . Ahora si ya oficialmente empezó a segunda mitad de la saga jaja xp
    Entre eso, y el cómo todos son básicamente tíos de los niños que no son suyos, también su cumplió completamente lo que esperaba sobre los grupos de soldados protagonistas volviéndose una familia.
    Pero no todo es alegría. Parece que hemos visto nacer el primer gran conflicto político de esta joven civilización. ¿Le habrá salido el tiro por la culata a Ace con su plan de crear un chivo expiatorio que lo exima de las consecuencias de posibles malas decisiones como líder? De ser así, creo que es la primera vez que veo algo así (En historias del estilo, se suelen centrar 100% en el líder de facto siendo titiritero con control total sobre el líder figura, curioso giro). ¿Será esto la semilla de lo que acabe madurando en lo que sea que dio título a esa futura parte "Humanidad en Conflicto"? Tocará ver cómo se desarrollan las cosas.
     
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  17.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Bueno amigo, sé que te dije que leería el final de esta parte una vez terminase la semana de exámenes en la que me encuentro, pero no he podido resistirme :dancecat: y he aprovechado que tenía unos asuntos que hacer en el ordenador para posteriormente lanzarme a la lectura. Así que por ello, comentaré lo que más me ha llamado la atención de este final.

    El comienzo ya de por sí nos revela un nuevo salto temporal de varios años, pues aparecen los pequeños Arick, Sky y Kite ahora con dieciséis años. Una edad que, personalmente, me gusta. No por nada, sino simplemente porque son adolescentes y los adolescentes ya operan con algo de inteligencia (algo, no toda XD). Sé que ahora las conversaciones que mantengan serán mucho más interesantes que ataño, con cinco o nueve años de edad. Estos tres jóvenes están recibiendo una medalla por sus altas calificaciones en la academia (bonito que hayan llamado 'Zion Stones' a la academia, aunque, ¿'Francis Brans' a otra? :yagami: Meh). Con este premio que es motivo de orgullo, los jóvenes se disponen a marcharse pero el superior quiere hablar con Arick a solas. Antes, el mayor de los Lakor se despide de sus amigos y le dice a Sky que quiere decirle algo a solas... ajam. Bueno, tras despedirse de ella y de Kite, Arick tiene una charla con su superior, en la que es informado de que actualmente y básicamente, es el mejor soldado de la promoción por el momento. ¡BOOM, BITCHES! :dontstap: ¡SANGRE LAKOR IN DA HOOD! Estoooooo, bueno, que no se note que me alegra XD.

    Acto seguido pasamos a un cuartel en el que se encuentran Thomas, Gwyn, Natasha, Allecreod y Xorxaik. Al parecer, algo está interfiriendo las comunicaciones y para colmo, está desapareciendo gente (¿en serio? De no tener problemas a tener dos en uno :v). El robot de gran utilidad que tienen nuestros protas afirma que esa interferencia en las comunicaciones podría provenir del exterior, siendo una suposición razonable. Fuera del cuartel, la gente está protestando por lo que está sucediendo (que poca paciencia tienen los humanos en esta historia, cuando en la vida real aún existen dictaduras e injusticias y nadie mueve un dedo :ewww:) y salir es peligroso, por lo que toca esperar acontecimientos. Alicia debería llegar pero su tardanza preocupa mientras Ace debe sacar información de un interrogatorio a Arker.

    Después vemos, precisamente, ese interrogatorio de Ace con Arker y su secuaz Zig. Faron también se encuentra ahí, como apoyo del ex comandante supremo. Los dos criminales pronto inician una sarta de ofensas hacia el dúo autoritario, que demuestra contenerse. Sin embargo, parece evidente que esas dos escorias :aniscream: saben poco o nada de lo que está sucediendo fuera de la cárcel, por lo que ese interrogatorio es tan breve como fracasado, tristemente. El misterio de qué interfiere en las comunicaciones y de las desapariciones, continúa en punto muerto.

    La siguiente escena nos trae de nuevo a Sky y Kite en su casa, habiendo acabado de comer. Sky parece saber que Arick va a declarársele y Kite le pregunta que porqué ella no se lo pidió antes, motivos que su hermana le ofrece y que son lógicos (aunque en la teoría, en la práctica entender a las mujeres no es fácil :whistle:). Ella se prepara para reunirse con Arick y Kite le desea la mejor de las suertes. Paralelamente, vemos a Arick en su casa junto a su hermano pequeño Azel y Hana, quién para mi sorpresa, ya es novia de Azel (no perdieron el tiempo, mis dieces). Los más jóvenes pronto le muestran a Arick que todo el mundo sabía de su amor por Sky, incomodando un poco al más mayor de los presentes. También sabemos que tanto Azel como Hana no se han ido a formarse a la academia militar por distintos motivos: Azel para no sentirse eclipsado por su hermano y Hana porque sus padres se muestran reacios a que sus hijos sigan el mismo camino que ellos. Aunque bueno, me imagino que una vez se hagan adultos, todos ellos decidirán que rumbo tomar.

    Luego pasamos a ver a Nick, quién tiene una esposa (me alegro por él) y un hijo llamado Ulrik (noticia bomba, otro angelito). La pareja, experta en tecnicismos, se encuentra conduciendo cuando son atacados por unos seres desconocidos (o humanos disfrazados, es que no tengo ni idea XD). Sean lo que sean, aparecieron al final de la parte justo para joder. También vemos que Gina finalmente aparece para recoger a Hana de la casa de los Lakor, momento en el que Arick decide encerrar a Azel en el hogar por su seguridad y verse con Sky, pese a llegar tarde. Por su parte, Sky lleva rato esperando a su querido amigo pero es repentinamente secuestrada :blue: por quiénes sea, que pretenden llevarse a los cautivos fuera del planeta. Su mención a que fue difícil capturar al "hombre del bosque" me hizo pensar automáticamente en Abel. ¿Acaso podría estar de vuelta? Ojalá, sería épico verlo después de tantos años. Sea como sea, Arick no encuentra a Sky y recibe una comunicación de Azel: Gina, Hana y otros han desaparecido. ¿Quién mierda son estos tipos y que pretenden con la humanidad? Finalmente, descubrimos que Sky es llevada al espacio exterior (asumiendo que junto a todos los secuestrados) y encerrada con un joven, que se llama Winter (me gusta el nombre, la verdad, eso sí; Winter, Sky ya tiene novio, maldito :angrycat:).

    Ha sido un gran capítulo para cerrar esta parte tan tranquila y que hacía contraste con la anterior, viniendo de una auténtica guerra de pura acción. Parece que la tranquilidad ha terminado y ahora hay problemas repentinos y yo estoy con muchas preguntas sobre qué ocurrirá próximamente. Ya estoy deseando ver lo que viene, amigo mío. Aprovecho para contestar tus preguntas:

    1. ¿Qué te ha parecido la parte?
    - Sinceramente, me ha gustado mucho. Creo que a la historia le tocaba tener una parte tranquila, especialmente viniendo de una parte previa en la que la trama era un conflicto a escala interplanetaria.

    2. ¿Cuál fue tu capítulo favorito? ¿Por qué?

    - Honestamente, te diría que mi capítulo favorito ha sido este último. Un final inesperado y que genera muchas preguntas de cara a la octava parte, pero sobre todo me ha encantado por ver a los hijos de los protagonistas más crecidos. Se ha sentido como un aire fresco para la historia y ya dan ganas de ese cambio generacional.

    3. ¿Cuál fue tu capítulo menos favorito? ¿Por qué?

    - No tengo uno en específico, quizá te diría alguno de los primeros porque la parte recién está comenzando y más allá del nacimiento de algunos personajes, no había nada especialmente relevante, al margen del dolor con el que convivían los protagonistas tras la guerra.

    4. ¿Cómo ha quedado tu top de personajes tras finalizar la parte?

    - Como siempre, te haré entrega de él por privado. Además, debo recordar cual fue el último que hice.

    5. ¿Cambiarías a algún personaje vivo actualmente para traer de vuelta a un personaje fallecido? ¿Qué cambios harías?

    - No cambiaría a ninguno como tal, aunque si que hubiera estado genial ver a Michael o Wagner en una parte así de calmada.

    6. ¿Tienes algún/os personaje/s que te gustaría que muriera/n pronto?

    - Realmente no, más allá de Arkor o Zig que son escoria humana. Quizá los secuestradores malparidos, esos sí que deben morir. Suerte que los detractores dejaron de joder.

    7. ¿Tienes algún/os personaje/s que te gustaría que no muriera/n?

    - Obviamente, Ace Lakor es mi favorito y no quiero que muera. Ni Natasha, ni Arick, ni Azel, ni Sky, ni Thomas, ni Gwyn, ni... te podría decir que no quiero que muera ninguno. Pero en definitiva, mis favoritos. Aunque sé que no todos sobrevivirán, así que al menos deseo que Ace y sus angelitos sobrevivan a los acontecimientos de esta historia.


    Un saludo, amigo mío. Estaré expectante por lo que se avecina próximamente. Te mando un gran abrazo.
     
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    Elliot

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    Cap "Lo hemos perdido"

    Perdí la cuenta de cuántas red flags hubieron en los capítulos pasados sobre que algo malo iba a pasarle a Ace jaja. Personalmente hubiera preferido que esta parte se centrara en drama humano en vez de volver tan pronto a la acostumbrada aventura bélica alienígena (aunque de lo anterior igual hay bastante aún, eh), pero he de decir que estas criaturas pintan interesante igual. Voy a asumir que su base de operaciones está en la luna rara esa y por eso nadie detectó nada antes (al centrarse en el planeta).
    Ahora veamos como continúa la cosa. A ver cómo reaccionan los detractores al respecto con una situación así.
     
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    Elliot

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    Cap "No me quedaré"

    Qué tiempos jaja. Y de paso ahora estás de vuelta con una pfp de Omni-Man pero chill xp

    Este mini arco está avanzando más rápido de lo que esperaba, con los refuerzos ya llegando y salvando a los capturados. Aunque igual dijiste que esto sería "un tercio" de una parte ya de por sí más corta que otras. Pero igual queda ver qué tienen planeado los aliens acuáticos, con esa estrategia arriesgada que mencionaron antes, y ese final tan tenso de este capítulo. Sin mencionar lo de la luna rara de su planeta, que fijísimo tendrá algún rol importante siendo algo que llama tanto la atención.

    También es interesante estar viendo el lado doméstico de estos eventos, con los antiguos soldados sufriendo por la tensión de lo que puede ocurrir con sus compañeros ahora lejos en combate, llorando junto a sus nuevas familias, y ver a la presidente continuando con sus maquinaciones políticas.

    Ah, y cómo no mencioné aún a Allecreod y Xorxaik, anteriormente maestro y creación enemigos de la humanidad, ahora compañeros iguales aliados con estos, y teniendo cada uno su desarrollo por la influencia de sus nuevos compañeros, uno volviéndose servil y colaborador, y el otro adoptando costumbres humanas a pesar de ser una máquina.

    Aunque lo que me da más curiosidad es ver si la humanidad está condenada a continuar este camino violento contra otras especies, o si al final lograrán hacer las paces con estos alienígenas pese a las hostilidades iniciales, como ha pasado antes. Tocará ver qué tal.
     
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    Elliot

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    Cap "En mis brazos"

    Esa escena final es probablemente de las más shockeantes de la saga. Obvio, como evento en si, la destrucción de la superficie de la Tierra y exterminio de casi la totalidad de la humanidad es infinitamente peor, pero está también a una escala tan grande que uno difícilmente puede realmente "sentirse allí" por así decirlo. Mientras que unos matones asaltando una guardería, asesinando a las cuidadoras, y secuestrando a los niños es algo mucho más terrenal (por más que aquí el planeta y los matones sean alienígenas para nosotros). Es algo que uno puede imaginar ver en las noticias de países peligrosos, y eso lo hace mucho más aterrador a mi parecer.
    Es por todo esto que esos soldados Dimaorion se me están haciendo los antagonistas más despreciables hasta ahora, a pesar de ser objetivamente de los menos destructivos (al menos de momento). De paso, eso de estar en una misión de infiltración en territorio enemigo es muy reminiscente al primerísimo arco de la historia, solo que ahora los humanos se encuentran en el lado opuesto, siendo ellos los que tienen que lidiar con enemigos infiltrados en vez de ser ellos los sigilosos. No sé si habrá sido consciente ese paralelismo o no, pero aún así, por ambas cosas (lo despreciable de estos enemigos y su paralelismo con el rol inicial de los protagonistas) están siendo también de mis favoritos hasta ahora, y eso que no esperaba gran cosa de ellos.
     
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