Ciencia ficción La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 7 Mayo 2022.

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  1. Threadmarks: La caída de un soldado
     
    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    47
     
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    Saludos. Nuevamente, debido a un cambio totalmente imprevisto que apareció en mi agenda, me encuentro publicando un capítulo de LGC fuera de tiempo. Pero bueno, quiero aprovechar a publicar ahora dado a que no sé si este finde estaré disponible para hacerlo.

    Quiero agradecer a Manuvalk por sus comentarios en la historia, y por ver que está disfrutando mucho de los últimos capítulos publicados. Luego de haber pasado el miniclímax que se vio en los capítulos 9 y 10, es tiempo de hacer una pausa y aminorar un poco la marcha y el nivel de intensidad que venimos teniendo en esta historia. Pero el capítulo 11 para nada es malo, o al menos, no considero que sea así al revisarlo mientras lo leía.

    Espero guste a todos los lectores.

    Sin más qué decir, publicaré el capítulo.








    La caída de un soldado:

    Natasha se encontraba sentada sobre un banco de piedra situado en un mirador elevado por el cual se podía mirar hacia las Islas Lofoten. Luego de la Catástrofe, esas islas fueron totalmente arrasadas, y dado a lo aisladas que estaban del resto de su país que no había sufrido demasiados daños producto de las caídas de meteoritos, el lugar fue dejado ser como un santuario para la naturaleza. Los trozos de piedras espaciales fueron retirados, quedando algunos cráteres en las pequeñas islas cubiertas por un manto blanco de nieve, común de la estación invernal en el país nórdico.

    La soldado de Black Meteor no tenía ningún tipo de ropa que la distinguiera como alguien de su profesión. Lo único que llevaba puesto era un pantalón grueso y un abrigo largo color de rosa, con una capucha que en su interior tenía piel de cordero. El día estaba despejado, y el sol brillaba sobre el rastro de la nieve que cubría la totalidad del paisaje que podía verse desde las alturas.

    ¿Cuándo llegará? — pensaba la chica, moviendo ambos pies como una niña a la espera de que alguien hiciera acto de presencia.

    Pronto, sus plegarias fueron respondidas, puesto que una voz se pudo escuchar desde atrás de ella, sorprendiéndola de forma positiva.

    Hola — la chica se dio la vuelta para observar — Sí que ha pasado mucho tiempo.

    La soldado se puso de pie sobresaltada de emoción cuando escuchó a Ace dirigirse a ella. Al verlo, no pudo evitar salir disparada involuntariamente hacia él para poder abrazarlo con cariño. El soldado correspondió aquel gesto y también abrazó a la chica. Ambos permanecieron así por un minuto completo, hasta que se separaron para mirarse a los ojos continuamente.

    Me alegra que hayas elegido venir — Natasha sentía deseos de derramar lágrimas de alegría — Te extrañé mucho.

    Yo también te extrañé, Natasha — Ace fue honesto con ella — Y este lugar es una preciosidad. Nunca estuve en un lugar así antes.

    Mis padres solían traerme aquí cuando yo era niña — le relató la soldado a su excompañero — Era uno de mis sitios favoritos. Por eso elegí que nuestro reencuentro tenía que ser aquí.

    Elegiste muy bien — Ace la tomó de la mano, cosa que puso nerviosa a su compañera — Vamos a sentarnos, y entonces podrás decirme lo que me querías decir.

    Natasha se sentía muy feliz de ver que Ace la había tomado de la mano con ese cariño, y que, además, tomara ese gesto de querer hablar con ella, tal y como pactaron cuando hablaron de su reencuentro. Ambos pasaron un largo tiempo que comprendía más de dos años sin haber podido ver al otro directamente, tiempo que se volvió una eternidad para Natasha. La chica, pese a todo lo que tenía para decir, se dejó guiar por el chico hacia el banco en el que estaba sentada antes de su llegada, en el cual se volvió a sentar, pero acompañada en lugar de sola.

    Ella solo encontró ojos para mirarlo a él, y notó que Ace miró con mucho encanto el paisaje inferior, para luego centrar la vista en ella, haciendo que se sonrojara un poco. Natasha lo había contactado para discutir un par de cosas, y eso era exactamente lo que iba a hacer. No se iba a andar con rodeos en un momento así.

    Si no recuerdo mal, dijiste que eran tres cosas de las que querías hablar — Ace la miró a los ojos, con una tranquilidad abrumadora.

    Así es, aunque dos de ellas son una disculpa de mi parte — Natasha comenzó — Primero que nada, me quiero disculpar por no haberme ido contigo cuando me lo pediste. Sé lo que sentías por mí, y seguro querías que te hiciera compañía para no dejarte solo. Pero no te hice caso, y elegí quedarme en Black Meteor. Debí haberme ido contigo ese día, Ace. No tendría que haber dejado solo al chico más maravilloso que existe. Perdóname.

    No te disculpes por algo así, tuviste motivos para quedarte aquí — Ace la miró con calma al escuchar esa respuesta — Toda tu vida fue significativa en este lugar, y tenías a tu familia. No te guardo rencor por no elegir venir contigo. No podía obligarte a que vinieras conmigo. Mucho menos podía arrastrarte. Lo que importa es que aquí estamos los dos. ¿Cuál es la segunda disculpa que me quieres pedir?

    Esta vez sí es mi culpa, digas lo que digas — Natasha le comentó con algo de tristeza — Te pido perdón porque no te pude encontrar. Te busqué y te busqué por el universo. Tenía una herramienta que me permitiría dar contigo y alcanzarte por fin. Pero no dio resultado, y no pude alcanzarte. Se supone que yo te amo, pero no fui capaz de localizarte. Eso me hace sentir que no estoy a tu altura.

    ¿Por qué estás tan centrada en disculparte por cosas que no son culpa tuya? — Ace contestó acariciándole el rostro, algo que ella apreciaba y él lo sabía — Natasha… El universo es un lugar muy grande, y muy peligroso. Sería difícil encontrar a alguien, incluso aunque te brindaran las herramientas para hacerlo. La única manera para poder encontrar a alguien en un lugar así es saber exactamente a qué dirección hay que ir a buscar. No había forma en que tú pudieras alcanzarme de forma tan simple. No es tu culpa, y no tienes que pedir perdón por eso. No te aflijas por esta clase de cosas. Alguien como tú no debería hacerlo.

    Esta es la razón por la que me enamoré de ti… — Natasha se sentía casi al borde de las lágrimas — Eres el mejor… A lo largo de mi vida he conocido a mucha gente diferente, pero nadie se parece en lo más mínimo a ti. Aunque tú y yo no compartimos mucho tiempo juntos, lo que compartimos es especial, y no lo he vivido con nadie más.

    Bueno, ahora tendremos mucho tiempo para compartir — Ace la miró fijamente otra vez — Pero antes te queda por decirme otra cosa. Y esta no es una disculpa.

    Es la más importante de las cosas que tenía para decir — Natasha le devolvió la mirada.

    Ace puso atención a lo que ella le iba a decir, apartando su mano del rostro de la soldado. Pero tan pronto como hizo eso, Natasha estiró sus manos hasta poder acariciarle el rostro con ambas. Pronto, sus manos descendieron y sus brazos envolvieron el cuello de Ace, quien no opuso ninguna clase de resistencia ante este gesto. Natasha acercó su rostro a su compañero, con una sonrisa de felicidad que superaba a las que había tenido en todo el día, y probablemente en toda su vida.

    Nunca me olvidé de ti — Natasha susurró, casi hipnotizada por los ojos de Ace — Siempre estuve viviendo con el deseo de volver a verte, y eres tan hermoso como yo te recordaba. No es solo tu cara tan preciosa, es tu forma de ser. Una persona totalmente pura. Eres un ángel que vino a hacer de un mundo en conflicto un lugar en el que una persona pueda sentirse amada. Y es así como me siento contigo, Ace. Tú y yo… no sé si el destino existe, y si existe, no sé si estábamos destinados a conocernos. Pero me alegra haberlo hecho. Quiero pedirte que esta vez no nos separemos. Quédate conmigo… Aquí. Para siempre. Prometo que nuestra vida será diferente a como ha sido hasta ahora. Será mucho mejor. Solo quédate…

    Acepto tu pedido, Natasha — Ace contestó, provocando que el corazón de la chica acelerara sus latidos — Dame un beso, y juro que me quedaré siempre a tu lado. Esta vez no dejaré que nada me aparte de ti. Y si llegara un momento en el que tuviera que huir, te llevaré conmigo.

    Agradecida con él por haber aceptado su pedido, Natasha cerró los ojos y acercó sus labios a los de Ace, dispuesta a darle un beso que cerrara la promesa entre ambos para siempre. La chica no sentía apuro en llegar hasta él, pero de pronto, algo extraño sucedió. Sus labios nunca hacían contacto con los de su compañero, y también sintió como su tacto se perdía. Asustada, Natasha abrió los ojos y pudo ver que él ya no estaba allí con ella. Sin saber qué pensar cuando el chico que estaba en sus brazos se esfumó de repente de ese lugar, la chica se puso de pie y miró en cada dirección en su búsqueda.

    ¡Ace! — gritó, esperando que él se encontrara bien.

    Pero su llamada no tuvo ninguna respuesta. Pasase lo que pasase, ella lo tenía todo claro. No lo volvería a perder, no luego de haberse reencontrado con él. Pronto, sus piernas empezaron a moverse a gran velocidad por todo el escenario, buscándolo con desesperación. Sin embargo, diez segundos después desde que empezó a moverse, notó que sus piernas quedaron paralizadas, y que ya no se movían. Con horror, la chica miró a su alrededor buscándolo con la mirada, solo para darse cuenta de que Ace no estaba en ningún lado.

    No… — lágrimas empezaban a caer por su rostro — ¿Por qué nos hemos vuelto a separar?

    […]

    De golpe, Natasha despertó lanzando un grito al aire algo leve, dándose cuenta en el instante de que todo aquello que había experimentado no era nada más que una mera pesadilla, pese a haber iniciado como un sueño muy esperanzador para la chica. Al prestar atención a sus alrededores, la líder de Black Meteor notó que estaba apoyada sobre su cama, y su habitación estaba a oscuras por completo. Eso cambió cuando las luces que alumbraban el interior fueron encendidas.

    Por la molestia, Natasha se cubrió los ojos con una mano, y allí fue que se dio cuenta de que tenía un vendaje puesto en la frente. No tardó tiempo en ver a Xander al lado suyo, quien aparentemente, la había estado cuidando.

    — Me asustaste con ese grito — el soldado se arrodilló cerca de su cama — ¿Estás bien?

    — Xander… — la chica intentaba darse cuenta de cuál era la realidad en la que se encontraba — Ya lo recuerdo todo. Estábamos peleando contra ese sujeto extraño. ¿Qué sucedió?

    — Te dejó totalmente inconsciente, pero nos dejó escapar — Xander le contestó, recordando con horror aquel momento — Ahora mismo estamos en la nave, volviendo hacia la Tierra.

    — ¿Él en persona nos dejó escapar? — Natasha creyó haber oído algo similar de su boca, pero lo ponía en duda por su despertar tan repentino.

    — Sí, y dijo algo muy aterrador — el soldado recordó esas palabras — Dijo que nos perseguiría hasta la Tierra, y que nos preparáramos para enfrentarlo otra vez.

    Natasha ya no podía diferenciar la realidad de la ficción entre tantas cosas que sucedían. Su sueño parecía muy real, pero pronto se volvió totalmente irreal cuando Ace desapareció de su cercanía. Y las cosas que Xander acababa de decirle no le cerraban por ningún lado.

    — Si tenía la pelea dominada, ¿por qué nos dejó ir? — esa era una de las preguntas de la chica — ¿Y por qué mencionó nuestro planeta? ¿Alguien cometió el error de revelar su nombre en la batalla?

    — No, nadie dijo una palabra al respecto — el soldado contestó, sumando cosas a la confusión de la chica — No tengo ni la menor idea de por qué él sabe sobre eso, pero acaba de decir que nos va a hacer una visita. Hay que ir allá y prepararnos para defendernos. Aún no le hemos dicho nada a Abel, de hecho, creía que eso debías manejarlo tú por ser la líder. Sé que dijiste que si no encontrábamos a Zenith en aquel planeta volveríamos a la Tierra, así que la misión se cancela. Luego de que quedaste fuera de combate, perdimos a Isac.

    — ¿Él también murió? — Natasha se sintió muy mal por esa noticia.

    — Lo capturó, y nos dijo que nos marcháramos sin él — Xander no omitió la verdad a su líder — No nos dejó otra opción más que dejarlo a su merced. Él seguro fue asesinado a estas alturas, si es que no le han hecho algo peor.

    — Otro compañero que se queda atrás…

    A la chica le vinieron a su mente los recuerdos de todos aquellos a los que habían perdido en situaciones así. Geoff, Brandon, Grace, Zaid y Claire compartían una muerte similar a la que su compañero, si es que él realmente había sido asesinado por el ser misterioso que los atacó, había sufrido. Para Natasha, las cosas no parecían cambiar en ningún momento, y eso la llenó de preocupación. Sin embargo, lo cierto era que ella era la líder, y como tal, tenía la responsabilidad de hablar con Abel y aclarar las cosas.

    — ¿Cuánto tiempo has estado conmigo? — la chica quiso saber si su compañero estaba exhausto.

    — Desde que te trajimos aquí, y me quedaré más tiempo si es necesario — Xander no parecía querer dar marcha atrás con su decisión — Ya sabes lo que yo siento por ti, Natasha. Aunque no sientas lo mismo por mí, tu bienestar es lo que me importa.

    — Xander, esto no te hace ningún bien — la chica se sentía mal por la forma en la que su compañero la trataba — No te mantengas tan apegado a mí, y no sientas que debes protegerme. Sé que sucedieron cosas que te hacen pensar que me debes la vida, pero no es así. Cuida de ti mismo, o podrías ser el siguiente en morir.

    — Si es por protegerte a ti, que así sea — Xander contestó, sin miedo del juicio de Natasha sobre él.

    — Ve a descansar, ya hiciste suficiente por mí — su compañera no encontró otra forma de apartarlo de su lado — Y duerme bien, porque te necesitaré conmigo cuando sea el momento de hablar con Abel sobre todo lo que pasó. Los cinco que estamos vivos hablaremos de eso.

    Sin agradarle mucho la forma en que recibió la orden, Xander asintió con la cabeza igualmente para retirarse a descansar a su cuarto. Natasha supo que tenía que ir a hablar con los demás miembros de su equipo que todavía seguían con vida. Recordando que, en la pelea, antes de que ella quedara inconsciente, Paul fue quien murió en primer lugar, la líder de Black Meteor optó por ir a ver a Casey primero que a nadie más.

    De su habitación a la suya solamente se tardó unos treinta segundos en llegar. Sin miedo a ser juzgada por sus modales, Natasha abrió la puerta y se encontró con su compañera recostada en su cama, con la mirada puesta en el techo. Ella había estado llorando por varios minutos antes, y se podía notar por lo húmeda que estaba su cara y lo rojos que estaban sus ojos. Al verla, Casey se sentó sobre su cama, para solamente lanzarle una mirada triste a su compañera. Natasha, sintiéndose dolida por la muerte de Paul y por el duelo que debía estar pasando Casey, amplificado por el hecho de que ella fue su compañera desde el principio, fue directo a ella para abrazarla. Casey no tardó en romper en llanto sobre su hombro, a lo que Natasha solamente pudo contestar con un abrazo de amiga.

    — ¡Me lo quitaron, Natasha! — Casey tenía la voz muy destrozada al hablar — ¡Era una buena persona, y ya no lo volveré a ver! ¡Ni siquiera tengo un cuerpo que poder enterrar! ¡Murió igual que nuestros otros compañeros!

    — Lo siento, Casey, y lamento mucho más no tener nada más que decir — Natasha no supo cómo levantarle el ánimo — Él era una buena persona. Entre todos los compañeros que he tenido, él sin dudas era de los mejores. Siempre dispuesto a ayudar a los demás, a pelear siguiendo órdenes para beneficiar al equipo en vez de cuestionarlas para generar discordia. Él era un soldado único. Siento mucho que él haya tenido que morir así.

    — ¿Qué es lo que voy a hacer ahora, Natasha? — Casey se sentía destrozada por su pérdida — Conviví mucho tiempo con él… Esta maldita misión te acostumbra a permanecer cerca de las mismas personas todos los días. No sé qué hacer ahora que la más importante en mi vida ya no está.

    — No puedo decirte que es lo que tienes que hacer, Casey, porque yo no lo sé — le contestó con tristeza — Eso es algo que será mejor que descubras por tu cuenta. Pero quiero asegurarte de que hagas lo que hagas, yo estaré siempre contigo. Eres mi mejor amiga, y te apoyaré siempre que pueda y que lo necesites.

    Casey quiso agradecerle por el cuidado, pero su llanto volvió totalmente a ella, haciendo que ya no pudiera decir una palabra más. Natasha, compartiendo el dolor de su pérdida, la abrazó con fuerza, derramando un par de lágrimas también por su fallecido compañero Paul. Ambos convivieron por más de dos años en misiones, y lo que decía Casey era algo real. El viaje en nave espacial te hacía acostumbrar a permanecer siempre junto a las mismas personas. El asumir que alguien que estaba en tu vida cada día ya no lo estaría no era sencillo para Natasha. Ello llevó a pensar a su compañera de que para Casey debía ser igual o peor.

    Luego de hablar con ella y ver que no se encontraba en su mejor estado, Natasha fue hacia la sala de comandos, asumiendo que sus dos compañeros con vida deberían estar allí. Al poner un pie en dicho lugar se dio cuenta de que sus pensamientos eran exactos, encontrando a Noak y a Gina juntos frente a las máquinas que guiaban la nave en el camino de vuelta a la Tierra. Al escuchar abrirse la puerta, los dos soldados le dirigieron la mirada a Natasha, mostrando un dolor significativo en sus ojos sin lágrimas.

    — Despertaste — Gina fue a abrazar a Natasha — Isac también fue…

    — Lo sé, Xander me lo contó — Natasha notó que en Gina no había mucha tristeza por haber perdido a su compañero, al punto de que lo dijo como si fuera algo normal — ¿Están bien?

    — No, no lo estamos — Noak contestó de forma cortante — Fue una experiencia desagradable. Perdimos a Paul, a Isac, y también fallamos la misión por completo. Cuatro compañeros han muerto desde que partimos de la Tierra, y no hemos podido estar cerca de Zenith ni una sola vez.

    — No te sientas afligido por eso, Noak, no es culpa tuya — Natasha quiso tranquilizarlo — Todos nosotros fuimos derrotados, y es por eso por lo que nuestros compañeros perdieron la vida. Somos un equipo. Cuando alguien gana, todos ganamos. Y cuando alguien pierde… Creo que se entiende bien a donde quiero llegar.

    — ¿Qué es lo que le vamos a decir a Abel? — Gina parecía estar más estremecida que Noak — ¿Viniste para llamarlo?

    — No, todavía no — Natasha le informó a su compañera que eso tomaría más tiempo — Tenemos que pensar bien lo que vamos a contarle, además, quiero que estemos los cinco para eso. Casey no está en condiciones ahora, así que esperaremos hasta que esté recuperada de su pérdida. Pero lo que le vamos a decir es algo que veníamos pensando con tiempo. Tenemos que unirnos a Zenith. Ya no podemos seguir peleando solos. Casi nos eliminan a todos en un combate. Casi nos elimina una sola persona. No podemos seguir peleando así. Los necesitamos, con urgencia. Además, si ese ser dijo que vendría a la Tierra, entonces, vamos a tener que unirnos sí o sí.

    — Natasha, creo que tu idea no es mala, pero tampoco acertada — Noak comentó a la chica — Piensa en esto. Ninguno de nosotros ni nuestras armas le hizo un mínimo daño a ese sujeto. Estar con los soldados de Zenith no habría cambiado nada, suponiendo que ellos tengan las mismas armas que nosotros. Si ese es el caso, aunque hubiéramos formado equipo con los nueve soldados que partieron al espacio, el resultado no habría cambiado.

    — ¿Y a dónde quieres llegar con esto? — Natasha cuestionó a su soldado.

    — Que abandones esa idea de que unirnos a ellos nos salvará — Noak fue directo al grano con su pensamiento — No lo hará. Estaremos en peligro constante, unidos a ellos o no. Pero tú eres quien decide, así que, supongo que tú te harás cargo. Yo solamente te ofrezco mi punto de vista de las cosas.

    Tan pronto como terminó de hablar, Noak eligió marcharse de la sala de comandos, dejando a Gina y a Natasha totalmente a solas en aquel lugar. La líder del equipo supo a donde quería apuntar su compañero con esas palabras. Pese a que ellos habían llegado previamente a un acuerdo, en la mente del soldado todavía había dudas respecto a formar una alianza con soldados pertenecientes a un país que se dedicó a saquear al suyo en tiempos de guerra.

    Sin embargo, para Natasha, no había ninguna otra solución posible que no involucrara una alianza con los soldados de Zenith. Habiendo perdido a tantos soldados desde que la misión de exploración de recursos dio inicio, para Natasha la alianza no solamente era para poder encontrar las respuestas, sino también para asegurar su supervivencia ante encuentros con seres tan fuertes como el que acababan de encontrar.

    […]

    La nave de Zenith recorría el espacio exterior, con un rumbo fijo hacia el planeta Ryfier. En la sala médica de dicha nave había dos soldados en una camilla cada uno. Wagner ocupaba una camilla y Ace otra. El hijo del fallecido comandante Stones tenía unas vendas puestas alrededor de su brazo, las cuales se encargarían de evitar que se perdiera más sangre de su brazo cortado. Ace, el comandante actual de Zenith, tenía el torso descubierto. La herida que Kenegar le hizo en el costado del abdomen había sido cocida y recibió varias puntadas, por lo que había trozos de algodón cubriendo dicha zona hasta que se recuperara. Ambos estaban conectados a máquinas que se encargarían de darles una transfusión sanguínea con sangre previamente extraída para casos de emergencia como esos, además de que cada uno tenía sus signos vitales siendo controlados por otra máquina distinta.

    En una silla, la cual apuntaba a la camilla de Ace, Agustina estaba sentada. Las lágrimas caían por su rostro mientras veía totalmente asustada como los vitales de Ace, desde que la máquina los indicó, no parecían aumentar, e incluso, en ciertos momentos, descendían solamente para estabilizarse al poco tiempo. La soldado se puso de pie y se acercó a su pareja, para colocar su mano cerca de la zona de su pecho, sintiendo los latidos de su corazón como hacía cada día al despertar junto a él. Su ritmo cardíaco era muy diferente al de siempre, siendo cada vez más lento, lo que llevó a temer a la chica de que Ace, por las heridas sufridas, tuviera un nuevo infarto pronto.

    El ponerse a pensar en eso la hizo romper en llanto, y agitó bastante a la chica.

    — ¡Ace… despierta! — la chica no estaba enojada, más bien triste — ¡No me dejes sola! ¡No ahora, por favor! ¡Despierta! ¡¿Por qué esto siempre acaba así?! ¡Siempre termino de pie frente a ti en una camilla mientras tú peleas por tu vida! — pese a que solamente había pasado en tres ocasiones, y solo en esas dos, contando la actual, Ace peleaba por su vida, el poco tiempo entre una y otra la llevó a pensar en eso — ¡¿Por qué tuvo que pasarte esto?! ¡Eres la mejor persona que existe en el universo! ¡Eres todo lo que me queda en esta misión, Ace! ¡¿Por qué todos intentan asesinarte y separarte de mi lado?! ¡¿Hasta cuándo voy a tener que soportar esta pesadilla?! ¡Solo quiero que esto se termine de una vez! ¡Quiero vivir mi vida junto a ti… solo pido eso! ¡¿Por qué tengo que sufrir de esta manera en esta misión?! ¡Despierta! ¡Por favor! ¡Por favor, quédate conmigo!

    La chica no pudo continuar su reclamo porque rompió en llanto al mismo tiempo que cayó sentada sobre su silla. Sus ojos fueron cubiertos por ambas manos, dejándola muy afligida mientras veía como su prometido estaba en peligro de perder la vida frente a ella. Sus gritos de desesperación atrajeron a Gwyn, quien no dudó en entrar para ver cómo estaba todo. Al ver que el estado de sus dos compañeros no parecía cambiar, ella supo que era eso mismo lo que preocupaba a su amiga.

    — Agustina… — Gwyn la tomó por los hombros — Ve a descansar. Yo lo cuidaré.

    — No quiero moverme de aquí — Agustina contestó sin mirarla — Si él muere, o si necesita de mi ayuda…

    — Descuida, Agustina — Gwyn se paró frente a ella para hacerse ver — Ace es un hermano para mí. Lo sabes. Si algo le llega a pasar, yo lo cuidaré. Y haré que alguien te llame para que estés aquí con él. Quedarte no te hará ningún bien. Ve a descansar. Y hablo en serio.

    — Prométeme que pase lo que pase, me vas a venir a buscar — Agustina quería esa condición antes de acceder.

    — Si no soy yo, te buscará alguien más — Gwyn le dijo para tranquilizarla — Pero serás la primera en enterarse si algo malo le pasa.

    — Gracias por todo, Gwyn — Agustina se puso de pie y le dio un abrazo a su amiga — Él es el hombre más importante en mi vida. No puedo perderlo así… no ahora.

    — Él es fuerte — la chica quería encontrar una forma de tranquilizarla — No va a morir así. Él no te dejará. Peleará con uñas y dientes para poder quedarse siempre contigo.

    Luego de tener la promesa de Gwyn, Agustina salió de la sala médica para dirigirse a la habitación que compartía con su pareja. Tener a Ace en ese estado fue un golpe muy duro para la chica, quien pronto empezó a pensar en la posibilidad de perderlo, poco después de que otro familiar suyo hubiera fallecido previamente. Al recostarse en la cama que compartía cada noche con Ace, el llanto la invadió nuevamente, obligándola a cubrir su rostro con la almohada que tenía a mano. En ella solamente había un pedido.

    — No mueras… no me dejes — Agustina recordó el momento en el que pensó eso por primera vez, tras su primer descenso al planeta Fientlig — Ya tenemos la respuesta. Estamos tan cerca de poder tener nuestra vida feliz juntos… De casarnos y formar nuestra familia… No puedes irte y dejarme sola… Ya perdí a Rayko el día de hoy. No te puedo perder a ti también.

    […]

    Agustina no era la única en la nave que se encontraba en un estado de tristeza. Michael se encontraba en una de las habitaciones donde Wida y Aurio solían dormir. Frente a él, la xaromitante guerrera, siendo la única de su especie con vida en la nave tras la muerte de su pareja, se encontraba tumbada mientras las lágrimas por haber perdido a su compañero de vida no dejaban de fluir. El soldado humano tuvo que tranquilizarla, pero no estaba teniendo éxito en sus intentos.

    — Wida, yo sé que su muerte es difícil para ti — Michael no quería acercarse por lo incómodo que se sentiría, por lo que se limitaba a hablarle a la distancia — Pero tú sigues con vida… La mejor forma de honrar su memoria es seguir el deseo de Aurio. Y su deseo habría sido que todos nosotros lucháramos hasta el final. No puedes derrumbarte ahora. Te necesitamos en nuestro equipo. Tanto como lo necesitábamos a él.

    — Aurio no habría deseado morir en ese maldito planeta y que su cuerpo fuera devorado por los aklot — Wida contó, recordando la escena tan horrible que presenciaron cuando fueron a buscar a Rayko y Aurio — Sé que tu intención es buena, Michael. Pero Aurio significaba mucho para mí. Cuando Gan murió, él estuvo siempre conmigo, ayudándome a seguir adelante. Incluso pudo vengar su muerte, tú lo viste con tus propios ojos. Y sé que tú también has perdido a gente importante en tu vida. Recuerdo todas esas historias que nos contábamos… Pero Aurio era alguien especial. Y necesito estar acompañada por los míos. No quiero menospreciar tu esfuerzo, pero necesito el apoyo de mi propia gente para salir adelante. He perdido a un compañero que juró protegerme siempre, y a quien yo amaba con gran intensidad. No tienes que preocuparte por mí. Cuando sea el momento de pelear, pelearé… Pero ahora déjame sola. Lo necesito.

    — Lo siento por tu pérdida, Wida — Michael vio que era inútil esforzarse en consolarla cuando ella realmente estaba muy frágil — Sé que yo me sentiría igual si esto le hubiera pasado a Alicia. Comprendo que debe ser un momento difícil para ti.

    El soldado se retiró de la habitación que los xaromitantes solían compartir. Wida, tras haber quedado sola, se levantó y puso el cierre para asegurarse de que nadie más iría a verla. Ella no sentía deseos de recibir ánimos de humanos. Ella estaba muy afligida por perder a su pareja, y dudaba que ellos la pudieran entender. No odiaba sus buenas intenciones, pero no quería hablar con ellos en aquel momento.

    Alicia, por su parte, atravesaba una situación similar. Melody estaba en su habitación, recostada en su cama llorando profundamente presionando su almohada con fuerza. Alicia no tenía otra cosa que pudiera hacer más que sentarse en su cama y apoyar su mano sobre su hombro para mostrarle su apoyo. La soldado que originalmente perteneció a Coast Trident se sintió identificada con ella en aquel momento, y eso la motivó a querer ayudarla.

    — Lo siento, Melody… Sé lo que estás pasando. Si Ace y Agustina te hablaron sobre mí, entonces sabes a que me refiero — Alicia no se sentía feliz por rememorar esas escenas.

    — Lo sé, Alicia — Melody apreciaba que su compañera estuviera allí para ella — Tú has perdido a tu familia, y eso es algo que supera lo que me acaba de pasar… Es solo que, esto no es lo que yo imaginé.

    — ¿Qué era lo que te imaginaste? — Alicia supo que ella necesitaría hablar.

    — Cuando la misión empezó y las primeras naves partieron al espacio, yo todavía estaba en la academia, en mi anteúltimo año — Melody empezó a explicar — Dana y yo hablamos de lo genial que sería poder viajar al espacio y encontrar las respuestas a la Catástrofe. El bien que le traeríamos a la humanidad por todo lo que esto significaba. Ella y yo teníamos buenas notas, pero no íbamos a la cabeza de la clase. Eso cambió en nuestro último año. Entrenamos como locas durante las vacaciones para tomar los primeros lugares de la clase, y de los mejores promedios en general… Queríamos viajar al espacio juntas y ser consideradas como heroínas para la humanidad. Cuando nos aceptaron, formé parte de un equipo de seis soldados. Rayko, Kai, el general xaromitante Orikrof y el comandante Stones. Dana y yo nos sentíamos muy entusiasmadas por formar parte de esta misión. Pero mira lo que pasó… Todos ellos están muertos. Mis primeros compañeros, mi comandante y mi mejor amiga han sido asesinados. Uno por uno los fui perdiendo todos, y ahora yo soy la única que queda… ¿Y todo para qué? Apenas pudimos encontrar las respuestas, y ahora nos toca hacer algo al respecto… Pero tengo miedo. Gente más fuerte que yo ha perdido la vida. Uno de los últimos xaromitantes guerreros, el comandante más fuerte, el soldado número uno de mi promoción, mi mejor amiga… Creí que Rayko y yo estaríamos más tiempo juntos, pero él perdió la vida en una sola noche… Yo soy la última que queda, y si gente más fuerte no logró sobrevivir, yo tampoco lo lograré. No quería esto. Quería ser una heroína recordada por siempre y disfrutar de viajar por el universo. En su lugar, estoy aquí llorando y muriéndome de miedo… Mi sueño se volvió una pesadilla en menos de tres meses… No quiero seguir así. Ya no sé si quiero seguir siendo soldado. Tengo a mi familia con vida, y quiero regresar para estar con ellos.

    — Melody, te comprendo — Alicia se sentía muy mal al escuchar ese relato, porque sentía que era un reflejo de lo que ella había tenido que vivir — Es muy difícil seguir adelante. El día que recordé que toda mi familia había muerto luego de tener recuerdos borrosos, yo… me quebré. No quería seguir viviendo sin ellos. Fueron los momentos más difíciles de mi vida. Pero no estuve sola. Alguien estuvo ahí para mí. Eso es lo que necesitas, y eso es lo que yo te daré. Michael, yo, y cualquier otro soldado más. Sabemos lo importante que es el apoyo emocional en situaciones como esta. Y no estarás sola. No abandones esta lucha. Ambas hemos perdido seres queridos y tenemos que seguir peleando para honrarlos. Retirarnos sería dejar en el olvido todo lo que hicieron. Ellos murieron por la misión… Nos corresponde a nosotras seguir adelante para terminarla.

    — Gracias, Alicia — Melody se dio la vuelta para poder mirarla a los ojos, agradecida por sus cuidados — Pero tú tenías a Michael… Él te amaba, y te sigue amando. La historia que escuché… Las cosas que Michael hizo por ti son cosas que solo hace alguien que de verdad te ama. En esta nave, nadie me ama. No busco un amor del tipo romántico, pero sé que aquí solamente soy una compañera para todos ustedes. No voy a abandonar la misión ahora, pero en lo que tardamos en regresar a la Tierra… Me tomaré un tiempo. Mi decisión llegará antes de regresar a nuestro mundo. Y serás la primera en saberlo.

    — Hagas lo que hagas, serás respetada — Alicia tranquilizó a su compañera — No temas. Nadie está aquí para juzgarte.

    — Gracias por haber estado conmigo — Melody pronto se dio la vuelta para poder irse a dormir un poco — Lo necesitaba.

    Sabiendo que no podría hacer nada más por ella, Alicia agachó la mirada con algo de tristeza y se retiró del lugar. Estaba feliz de haber escuchado que Melody se tomaría un tiempo para procesar todo lo ocurrido, pero ella tenía razón en sus palabras. Alicia recibió el apoyo de alguien que la amaba, mientras que, en la nave, no parecía que hubiera alguien que compartiera el sentimiento de Michael para con ella con Melody. Eso le hizo saber que sus situaciones podrían resultar siendo muy diferentes.

    Luego de dejar a su compañera a solas, Alicia llegó al pasillo donde se encontró con su pareja. Ambos, con tan solo mirarse, entendieron la gravedad del asunto, y se consolaron mutuamente con un abrazo tierno. Acto seguido, los dos marcharon hacia la sala médica de la nave, en donde Ace y Wagner continuaban su reposo, bajo el cuidado de Gwyn. La chica fue quien les había pedido hablar con Wida y Melody, por lo que quiso saber sus avances.

    — ¿Qué pueden decirme sobre ellas? — Gwyn preguntó, siendo la máxima autoridad en la nave debido al estado de Ace.

    — Wida me dijo que quiere estar con su gente, y que aprecia mi apoyo, pero que no es lo que necesita. Al menos, eso es lo que me dijeron sus palabras — Michael puso en situación a Gwyn — Creo que ella podría bajar en Ryfier para quedarse con Lankir. O bien, quizá elija regresar a Garak con los suyos.

    — Melody está en una situación similar — Alicia contó que no había diferencias entre ambas — Ella tiene miedo de seguir en la misión. Si no le damos un motivo para quedarse, optará por retirarse como soldado. No quiero sonar egoísta, pero para detener a los edagrianos de que vuelvan a causar otra Catástrofe sobre la Tierra, tendremos que unir fuerzas con toda la humanidad, y usar a cada soldado que podamos.

    — Lo mejor será darles algo de tiempo por ahora — Gwyn creyó que sería lo mejor — Pensemos mejor en lo que les vamos a decir, y dejemos que procesen el duelo. Yo no llegué a hacer equipo con Aurio casi nunca, y la muerte de Rayko no me ha tocado muy de cerca. Pero a ellas debe haberlas afectado.

    — Tenemos tiempo de sobra — Michael pensó, sabiendo que encontrarían una forma de remediarlo — ¿Qué es lo que sigue ahora, Gwyn? Ace te eligió para que seas la líder. Es hora de que respondas a su confianza.

    Gwyn sentía un gran peso encima por esas palabras. Lo que su compañero decía era la pura verdad, y ellos necesitarían de sus órdenes. La chica pronto tomó una decisión rápida para los tres.

    — Alicia, quiero que te quedes aquí vigilando a Wagner y a Ace — ordenó su compañera — Necesito que Michael nos dé una mano a mí y a Thomas en la sala de comandos. Luego lo enviaré para que esté aquí contigo.

    — Si algo sucede, te lo haré saber — Alicia aceptó la orden de su líder — Será mejor que vayan rápido. Cuanto antes empiecen, antes terminarán.

    Sabiendo que ella tenía la razón, los dos soldados abandonaron la sala, siendo Alicia quien tomó el asiento frente a las camillas de sus compañeros para revisar sus estados. La soldado miró a Ace con mucha tristeza. El recordar el momento en el que lo encontraron herido y cerca de la muerte, con una herida que no dejaba de perder sangre, no fue nada agradable para ella. Mucho menos lo sería para Agustina. Por parte de Wagner, Alicia solamente lo miraba con seriedad. Teniendo en cuenta el pasado reciente entre ambos, no le guardaba simpatía, pero eso no quería decir que le deseara la muerte a su compañero.

    — Lo siento por Sharyn… — Alicia recordó haber notado un cambio en el rostro de Wagner cuando estaba junto a ella — Nunca te deseé algo como esto, sobre todo porque ella era una buena chica, pero ahora seguro comprenderás la gravedad de lo que me quisiste hacer a mí.

    En el exterior de la sala médica, Gwyn y Michael estaban empezando a caminar hacia la sala de comandos. La chica le pidió algo a su compañero, y este se vio algo confundido, pero no se negó a ayudarla.

    — Michael, esto es algo que creo que me supera — Gwyn decía la verdad a su compañero — Ace está en peligro, y hasta que no se recupere, yo estaré sola. No me siento preparada para esto. Y tú dijiste que me ayudarías si lo pedía.

    — Sí, lo recuerdo bien — Michael supo que ella lo necesitaría — Estuve en este cargo por un tiempo. Pero no creo tener experiencia suficiente como para hacer una gran diferencia.

    — Me basta con que me des consejos para tomar decisiones — la chica expresó su preocupación al respecto — Incluso si Ace despertara ahora, no creo que pueda ejercer su rol. Y no quiero decidir por todo el grupo. Thomas, Alicia, tú y yo somos los únicos que estamos al cien por ciento. Agustina, Wida y Melody están muy golpeadas por todo esto. Ahora mismo, el equipo está formado por cuatro soldados que están en su máxima capacidad, tres soldados heridos emocionalmente y dos soldados heridos físicamente… Si cometo un error, podría causar una tragedia. No quiero hacerlo sola.

    — Descuida, Gwyn — Michael supo que era una situación delicada — Si quieres que sea un colíder para ti, lo seré. Decidiremos juntos si eso te preocupa.

    — Gracias, Michael — Gwyn se sintió muy contenta de que la respuesta fuera positiva.

    La soldado abrazó a su compañero, quien contestó devolviendo el gesto. Michael, pese a su pasado con Gwyn, se llevaba muy bien con ella, y valoraba la forma en la que ella lo trataba. Pese a que su relación no terminó de la mejor manera, entre los dos no existía el rencor, e incluso su sentimiento de compañerismo no fue afectado. De forma sorpresiva, Gwyn apoyó su cabeza sobre el pecho de Michael, como si disfrutara de estar en sus brazos de esa manera. Michael se sintió sorprendido por eso, pero antes de poder decirle algo, la chica lo soltó.

    — Vamos, Thomas necesita nuestra ayuda — Gwyn caminó al frente suyo.

    El soldado estaba algo confundido por esa actitud tan repentina de la chica, al punto de que no supo cómo reaccionar. No sabía de qué manera interpretar ese gesto. Al ver a Gwyn frente a él, el soldado se vio en la tentación de mirarla atentamente, notando que ella había logrado mantener una figura muy atractiva con todo el entrenamiento ocurrido. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que la chica estaba entrando a sus pensamientos de una forma indebida, el soldado apartó la mirada y empezó a caminar al frente. Se dijo a sí mismo que debía dejar esos pensamientos atrás, como había hecho antes.

    Cierto era que Gwyn demostró un cambio muy grande en su actitud cuando estaban juntos, y que eso la hizo más agradable a los ojos de Michael, pero él no podía darse el lujo de sentirse tentado por algo así. Para no pensar más en eso, el soldado avanzó hasta ponerse al lado suyo, y luego, ambos soldados continuaron su caminata hasta la sala de comandos.

    Al entrar a ese lugar, notaron que Thomas se encontraba allí. El soldado de Zenith recibió la orden directa de Gwyn de retirar todas las máquinas cuya estructura física estuviera rota y dejar anotado aquellas cuyo software ya no funcionara. Cuando los vio llegar, se sintió aliviado y muy feliz, mientras sostenía un papel en su mano. Este gesto fue notado por Michael y la líder del grupo.

    — ¿Qué es ese papel? — Michael tenía curiosidad por saberlo.

    — Esto es algo que Ace debió haber hecho imprimir — Thomas lo entregó a Gwyn — Son coordenadas. Cuando Kenegar entró a la nave, debió haberlas introducido para poder ser llevado a su planeta. Seguro él creyó que nos dejaría atrás, así que dudo que sean falsas. Esas deben ser las coordenadas de Edagr.

    — Eso quiere decir que si vamos hacia este punto del universo… — Gwyn reflexionó sobre el futuro — Nos encontraremos con esos malnacidos que intentaron exterminarnos.

    — Ya sabemos qué fue lo que causó la Catástrofe, ya sabemos cómo detenerlo y ya sabemos a dónde ir — Thomas estaba muy feliz en el contexto de la misión — Tan pronto como podamos entregar este video a Magnus, la gente de la Tierra se unirá a nosotros. Viajaremos con gran parte de la humanidad a pelear en contra de ellos, y asegurarnos de que nunca nos puedan volver a molestar.

    — ¿A qué te refieres con que tenemos que esperar a entregar el video a Magnus? — Michael pensó que eso auguraba malas noticias.

    — El sistema de mensajería y comunicación está dañado — Thomas les dio una noticia mala — No es el único. Los sistemas de refrigeración de la nave aparentemente siguen funcionando, pero el de monitoreo no sirve. Y el escáner ya no funciona. Ya no marca ningún rastro.

    — Maldita sea, ese tipo se las arregló para causar mucho daño — Gwyn se quejaba de las cosas que les tocó vivir — Tenemos la respuesta que el mundo necesita, y no podemos enviarla. Y la nave humana del comandante Zion fue llevada a la Tierra por uno de los garak. Ninguna de sus naves permite el envío de archivos con formato de video. Así que no hay manera de hacerles llegar esto por comunicación. Tendremos que esperar a volver a la Tierra y entregarlo en mano.

    — Pero es un gran avance — Thomas mantenía la esperanza — Logramos encontrar lo que estábamos buscando, y ya sabemos todo lo que necesitamos saber. Creo que varios de nosotros creíamos que tendríamos que conectar pistas una por una para poder descifrar todo lo que había detrás de la Catástrofe. Pero gracias a Kenegar, ya tenemos todo lo que nos hace falta. El último paso para salvar a la Tierra es exterminar a los edagrianos. Atacaremos junto al resto del mundo, a los garak, y a los ryfier probablemente. Sin mencionar que también llevaremos a las bestias de Fientlig con nosotros.

    — Todos vamos a pelear unidos contra ellos — Michael miraba al futuro con esperanza — Y por fin habremos acabado con la amenaza de la muerte sobre la humanidad.

    — Viviremos una vida tranquila una vez que esto termine — Gwyn se contagió de los pensamientos de Michael, al punto en que tomó las manos de Thomas con cariño — Ya puedo vernos juntos en una vida sin conflictos… Tal y como debieron ser las cosas.

    […]

    Agustina se encontraba recostada sobre su cama en el momento en el que Alicia abrió la puerta de forma brusca. La chica se encontraba despierta, y supo que, si su compañera estaba tan apresurada para ir a buscarla, era porque algo había sucedido con Ace. Ella lo presentía en su interior. Se puso de pie muy rápido para poder ver a su compañera.

    — ¿Qué sucedió? — Agustina se sentía muy angustiada, pese a que Alicia no mostraba miedo en su rostro.

    — Agustina, Ace despertó — la chica le dijo, tranquilizando el corazón de su compañera — Ve a verlo. Él pidió poder hablar contigo. Yo iré a informarle a Gwyn sobre esto.

    — Muchas gracias, Alicia — Agustina abrazó con cariño a su compañera, sintiéndose afortunada de recibir la buena noticia de que su pareja estaba a salvo — Iré de inmediato.

    Sin perder ni un solo segundo, Agustina avanzó por la nave corriendo hasta que entró a la sala médica. Al abrir la puerta, logró ver a Ace sentado sobre la camilla, apoyando su espalda contra su almohada. Invadida por el alivio de ver que su pareja había despertado y estaba fuera de peligro, Agustina se acercó a él. No queriendo causarle daño, reprimió sus deseos de darle un abrazo, y en su lugar, besó su frente con cariño y con cuidado.

    Acto seguido, la chica le dirigió la mirada y pudo ver que Ace mantenía la mirada perdida en la pared de la sala, como si estuviera mirando en búsqueda de algo. Esto le llamó la atención, y causó algo de miedo sobre la chica, pensando que podría haber perdido alguno de sus sentidos por el desmayo.

    — ¿Ace? — Agustina tenía mucho miedo de que algo grave le hubiera sucedido — Soy yo. Estoy aquí… ¿Qué te sucede?

    — Agustina… — Ace hablaba en un tono muy bajo, mirándola fijamente a los ojos — ¿Quién más perdió la vida?

    La chica se sentía muy asustada al ver que lo primero que Ace le preguntó hubiera sido eso. Al ver que Wagner estaba a su lado, seguramente creyó que él se habría preocupado por el resto del equipo al haberse despertado en la sala médica sin tener conocimiento de nada.

    — Sharyn fue asesinada por las bestias de esa cueva — Agustina le dijo la verdad sin ninguna clase de rodeos — Wagner fue herido. Un ondair le arrancó la mitad de su brazo, y ahora está peleando por su vida. Todos los demás estamos bien.

    — Perdóname, Agustina — Ace le decía con la voz algo débil — Rayko fue…

    — Lo sé — Agustina le tomó las manos.

    — ¡Cuidado! — Ace se quejó por el contacto — Mi brazo izquierdo está roto.

    — ¡Oh, no lo sabía, lo siento! — Agustina lo soltó al instante — No tenemos materiales para hacerte un yeso, pero seguro tenemos un sostén ortopédico para tu brazo. Te lo buscaré enseguida.

    — Quiero pedirte perdón — Ace pareció restarle importancia a lo que dijo ella respecto de su brazo — Yo… No pude llegar a tiempo para salvarlo. Cuando llegué hasta él, Kenegar ya lo había matado a junto con Aurio. ¿Pudieron recuperar sus cuerpos?

    — No… — Agustina se sintió muy afligida por eso — Cuando llegamos a buscarlos, vimos a varios aklot comiendo los cadáveres que estaban ahí. Eran una manada numerosa y ya habían devorado bastante de su carne, no valía la pena enfrentarlos. Tuvimos que dejarlos allí.

    — Perdóname por no haber podido salvar a tu primo — Ace volvió a disculparse con ella — Él era un buen chico. Tú familia. Era alguien a quien yo quería también. Y mi decisión fue la que terminó con su vida… Yo elegí permitir que Kenegar nos guiara hacia las montañas. Aurio, Rayko, Sharyn… Los tres murieron por mi culpa. Wagner está herido, y si no muere, cuando descubra que Sharyn murió, si es que aún no lo sabe, se derrumbará. Me imagino que Wida y Melody se sienten afligidas.

    — Lo están, pero no fue tu culpa — Agustina, quien logró encontrar un sostén ortopédico para Ace, se acercó a él para colocárselo — Teníamos que correr el riesgo. Y aunque perdimos muchas vidas, lo conseguimos. Tenemos la información sobre la Catástrofe, y tenemos la evidencia que respalda nuestra historia. Hiciste lo que pudiste para derrotarlo y para recuperar la nave.

    — La nave que yo le permití robar… — Ace no encontraba a otro culpable más que él — No pude salvar a Rayko ni a Aurio, no pude acabar con él cuando tuve la oportunidad, y él destruyó varias máquinas… Casi me mata en nuestra pelea, y por culpa de eso no pude ayudarlos a salir de la cueva. Si los hubiera alcanzado a tiempo, quizá hubiéramos podido rescatar a Sharyn y a Wagner… Y no hubiéramos tenido que lamentar tantas muertes más.

    — Ace. Detente, por favor.

    — Yo soy el responsable por las muertes que han sucedido aquí… Tendré que mirar a los ojos a sus familias y decirles que mi error los mató… Lo lamento, mucho, Agustina. Kenegar casi me mata — al hablar, las lágrimas empezaron a caer por su rostro — Realmente creí que me iba a matar, y que ya no podría regresar contigo para ayudarte. Estaba aquí yo solo. La presión de tener que derrotarlo para evitar que ustedes quedaran allí atrapados me jugó en contra y no pude pelear bien… Casi me muero… Casi te dejo sola cuando prometí que tú y yo pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos… Perdóname, perdóname por haber dejado que esto pasara. Perdóname por todo, Agustina… Necesito que me perdones. Porque creo que nadie más lo hará cuando yo tenga que contarles toda la verdad. Necesito que tú sí me perdones. Por favor.

    Estando cerca de ella, Ace ya no pudo soportar más con la carga que tuvo que sentir por tener el puesto de comandante, por lo que abrazó a su novia y rompió en llanto sobre su hombro. La chica reflexionó acerca de todas las cosas que él había dicho, y se dio cuenta de que Ace cargaba con demasiadas cosas encima. Haber caído en la trampa, no haber podido alcanzar a Rayko y a Aurio antes de que fuera muy tarde, tener el miedo de fracasar y dejarlos atrapados en el planeta, lo que terminaría condenando también a la humanidad. Casi perder su pelea, quedar inconsciente e incapacitado de regresar a ayudar a los demás a escapar de la cueva y recuperar sus cuerpos. Todas esas cosas forzaron a Ace a actuar asustado en su enfrentamiento contra Kenegar, y el haber despertado tras estar al borde de la muerte solo para darse cuenta de que más compañeros suyos perdieron la vida fue demasiado para él.

    Agustina sentía como las lágrimas la invadían a ella también. Pese a su victoria en la pelea y al éxito en la misión de obtener las respuestas, las cosas con las que Ace tuvo que lidiar, habiendo pasado apenas nueve días desde que se convirtió en comandante de Zenith tras la partida de Zion, terminaron por quebrar su mente y su espíritu de soldado. Por primera vez en su vida, Ace quebró en un llanto profundo invadido por un sentimiento de culpa.

    Su prometida no tardó en llorar junto con él, puesto que la felicidad por ver despertar a su amado fue removida cuando lo vio quebrarse frente a ella por la enorme responsabilidad y el sentimiento de culpa que tenía en sus espaldas y en su conciencia. Ella supo que su novio ya no volvería a ser el mismo después de aquel día, y que necesitaría de su apoyo emocional para poder recuperarse de todo lo que había vivido.

    — Descuida, Ace, yo estoy aquí contigo — esas palabras fueron las únicas que la chica encontró para decir — Y siempre lo estaré. Cuando tengas que afrontar las consecuencias de tus acciones, yo estaré junto a ti para hacerte compañía. Es una promesa. Sé que me necesitas, y yo voy a estar aquí para ti, tal y como tú lo estuviste para mí en el peor momento de mi vida. Eres mi prometido, y yo soy tu prometida. Te juro que, desde hoy en adelante, ya nunca me apartaré de tu lado. Cada batalla que tengas que librar, empezando por la que estás atravesando ahora, la vas a luchar junto a mí. Así será… Desde hoy y para siempre. Es una promesa.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, finalmente ya estoy aquí para comentar el capítulo, el cuál fue más relajado que los anteriores, pero necesario.

    El sueño de Natasha (porque inicialmente pensé que era un flash-forward, pero luego comprendí que no XD) es realmente maravilloso. Logra transportarte al lugar que se describe y además de eso, como tú bien sabes, ansío ese reencuentro por mucho tiempo y aunque haya sido verlo así, me ha encantado. No sé si signifique una premonición (espero que no) o simplemente el subconsciente de la líder del grupo de Black Meteor le está recordando lo mucho que desea a Ace sin tenerle, pero sea lo que sea, espero ver el reencuentro de verdad muy pronto.

    Luego vemos que Natasha despierta y Xander, que había estado pendiente de ella, le recuerda todo lo acontecido. Debo decir que el pobre Xander está un poco pegaloso con Natasha y ella ha hecho bien en decirle que esa situación no le favorece. Debía decirlo XD. Tras esto, Natasha visita a una Casey completamente rota (y con motivo) y ambas sufren la pérdida de una persona muy conocida como lo era Paul, con quién compartieron espacio desde el inicio de la historia prácticamente. Finalmente, la actual líder de BM se encuentra con Noak y Gina en el puente de mando, viéndose que Gina no parece muy afectada por las muertes ocurridas (aunque no conoció mucho a Paul e Isac solo la incordiaba, así que se comprensible) y que Noak se muestra realmente serio por lo sucedido. El soldado no cree que unirse a Zenith hubiese marcado la diferencia y ahí debo darle la razón, puesto que ser más en número no habría cambiado que hubiesen muerto varios contra Arion. Ahora ese dilema recae de nuevo en Natasha mientras el grupo se dirige de regreso a la Tierra.

    Acto seguido regresamos al Zenith, donde vemos que Ace y Wagner comparten habitación, cada uno con una camilla diferentes y diversas máquinas médicas que se aseguran que todo ande bien. Agustina se encuentra allí, sufriendo realmente lo que le ha sucedido a su prometido y eso me ha hecho pensar algo. Primero, vimos a Natasha, y ahora vemos a otra como es Agustina, decir prácticamente lo mismo: que es el mejor chico que han conocido. No sé que suceda en ese (aún no se puede considerar así, pero va camino) triángulo amoroso, pero la cosa queda pendiente y es interesante ver que ocurrirá. Quiero añadir que Agustina parece mucho más afectada por lo mal que está su pareja que por la muerte de su familiar Rayko, algo un poco extraño, pero bueno. Cuestión de prioridades para ella XD.

    Damos el salto a Michael y Alicia, quiénes consuelan a Wida y Melody respectivamente. Ambas, la chica y la xaromitante se sienten realmente mal por las muertes de Aurio y Rayko, poniendo incluso en duda su continuación en la misión. Es totalmente lógico en ambos casos, viendo lo que expresaron para decirlo. Viendo que ambas necesitan estar a solas con sus pensamientos, la pareja se dirige a la sala médica para reunirse con Gwyn, la líder temporal del equipo, y contarle sus sensaciones sobre sus compañeras. Tras esto, Alicia se queda cuidando de Ace y Wagner mientras Michael y Gwyn se dirigen al puente de mando donde está Thomas. Ocurre algo muy extraño entre Gwyn y Michael, me imagino que lo que tuvieron no se olvida y no sé que pensar con lo sucedido entre ambos. Fue algo incómodo, pero a la vez se sentía como si quisiesen agarrarse ahí mismo y besarse XD. Miedo me das como me hagas ahora un cuarteto amoroso entre parejas ya consolidadas de hace tiempo :v. Lo bueno es que ya tenemos las coordenadas de Edagr, lo que significa que saben donde ir para atacar una vez se pongan las cartas sobre la mesa.

    Finalmente, se descubre que Ace ha despertado y ha solicitado hablar con su prometida. Agustina acude a su encuentro y el comandante le revela lo que siente tras lo sucedido, incidiendo en que todo fue su culpa. Debo decir que como líder, debe asumir la responsabilidad y que se ha equivocado en la mayoría de decisiones que ha tomado en un breve espacio de tiempo, pero las necesidades apremiaban y no creo que se le pueda juzgar, de igual manera que tampoco deberían con Wagner por lo sucedido con Allecreod. No hay líder perfecto. Y aunque sé que el resto saben eso, estoy seguro que muchas de las familias afectadas tendrán rencor hacia Ace, algo que me da lástima. Hacia tiempo que no veía a mi personaje favorito tan afectado... es realmente duro verlo así. Solo espero que todos recuperen la compostura y decidan enfocarse en lo que está por venir.

    En fin amigo, buen capítulo. Nos vemos pronto :)
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Ciencia Ficción
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    47
     
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    Saludos a todos los lectores de la historia. Finalmente, tras un tiempo publicando capítulos fuera de fecha, llegó la hora de publicar uno en el tiempo correcto.

    Quiero agradecer como siempre hago a Manuvalk por sus comentarios en esta historia, semana a semana. Para mí significa mucho su presencia en los comentarios de la historia, y su participación en este universo ficticio :)

    No creo tener un anuncio muy importante sobre este capítulo. Solo que la longitud es considerablemente más pequeña que la de los anteriores, regresando al promedio de las 5k palabras aproximadas.

    Sin más que decir, los dejo con la lectura.







    No confío en ti:

    — ¿Qué fue lo que pasó? — Allecreod preguntó con cierto nivel de agresión — ¿Por qué los dejó escapar?

    — No lo sé, pero lo voy a averiguar pronto — Hark compartía la furia de Allecreod para con su hijo.

    Los líderes de ambas especies, pese a que Allecreod no se encontraba en una posición de poder en su planeta como para ser considerado un líder, habían contemplado el duelo que el hijo de Hark tuvo con los soldados de Black Meteor. A ninguno de los dos le agradó el ver como el soldado edagriano les permitió escapar luego de haber matado a dos de ellos, quedando cinco con vida, sobre todo porque la pelea la tenía absolutamente ganada. Las armas y ataques de los humanos fueron totalmente ineficaces en contra de Arion, quien pareció no haberse tomado en serio su orden de eliminar a los humanos.

    A Allecreod le molestaba ese hecho porque él sabía que esos humanos que aparecieron en el planeta debían ser los mismos que se presentaron en Triyr y ocasionaron una destrucción considerable y difícil de reparar en el futuro, para cuando las cosas estuvieran bajo control otra vez. Pese a que sabía que eliminar a un puñado de humanos no serviría para enmendar las cosas, él realmente deseaba que murieran por el daño causado en uno de sus planetas, como una especie de venganza en su contra.

    Hark, por su parte, temía mucho por lo que iba a acontecer con dejarlos huir. Los humanos, tal y como él consideró, sabían luego de la visita reciente la ubicación de su planeta y podrían pasar al ataque en el futuro, algo que todavía no era seguro pues el líder edagriano no conocía los motivos por lo que una raza como esa se había presentado en su planeta. Eso era algo que él mismo había dicho a Arion, para hacerle entender la importancia de no dejarlos ir. Pero viendo que las cosas no salieron como esperaba, no le quedaría otra opción más que intervenir en esos planetas.

    — Me has proporcionado mucha información valiosa, Allecreod — Hark hablaba con cortesía y respeto ante su invitado — Y la llegada de estos humanos demostró que has dicho la verdad. Ahora quiero saber si tienes algo más que compartir. Me encargaré de los humanos, garaks y xaromitantes… No solo de los que atacaron tu planeta, sino de toda su población repartida por el universo. Por eso quiero que me digas todo lo que tengas que dar.

    Allecreod vio en eso una oportunidad para recuperar su planeta, y, por consiguiente, su dominio sin tener que seguir el plan de Cadain, el cual dependía bastante de la actitud de sus invasores para con él. Con su ayuda, si todos en el ejército eran tan poderosos como Arion acababa de demostrar, bastaría solo con que estuvieran dispuestos a matar, y eso serviría para que sus atacantes murieran. Sin embargo, había muchas cosas que le sugerían que no podía confiar en alguien como él.

    Nunca reveló los motivos por los que él conocía el nombre de su raza y el de su planeta de origen, que resultaba ser el mismo, pero ante sus ojos, Hark no tenía cómo saberlo. Más que nada, tampoco le explicó a qué se refería cuando habló sobre lo imposible que era que humanos, garaks y xaromitantes estuvieran con vida. Él tenía información que no debería estar a su alcance, y eso era lo que tanto asustaba a Allecreod.

    Por supuesto, el ryfier también se guardaba un par de secretos. Como el hecho de que los planetas Tierra y Xarom, dicho por los humanos, hubieran sido arrasados. Sin embargo, el hecho de que le ocultaran información provocó que él dudara de la veracidad de dichas declaraciones hechas por el líder que tenía en frente.

    Allecreod optó por no revelar esos detalles. Si era mentira, los humanos de la Tierra y los xaromitantes de Xarom encontrarían la muerte. Y si era verdad, a lo sumo, Hark solamente perdería tiempo valioso.

    — Yo no tengo nada más que compartir — el líder ryfier decidió pasar a ser él quien hiciera las preguntas — ¿Cómo es que sabes que yo y los míos somos del planeta Ryfier? Creo que me merezco una explicación.

    Hark no deseaba revelar a Allecreod el motivo detrás del conocimiento que tenía. Después de todo, su plan involucraba al planeta de su invitado, por lo que decir la verdad lo dejaría con un planeta menos en el universo si su especie decidía dejarlo inhabitable para él. O peor aún, podría desencadenar en una guerra absurda por un solo planeta que él había elegido para que sea un destino para los de su especie.

    Sabiendo que el ryfier iba a querer una respuesta pronto, Hark optó por decir lo primero que se le ocurrió, dado a que no tenía tiempo para pensar en una excusa.

    — He enviado naves en el pasado para mantener vigilancia sobre ciertos planetas — Hark no mentía con ese detalle — En el pasado, una raza de conquistadores quiso imponerse sobre mi gente. Mis antepasados los pudieron expulsar, pero no lograron acabar con todos ellos. Para asegurar el bienestar de mi gente, observé y observé planetas en busca de seres que compartieran similitudes con aquellos que intentaron conquistar Edagr. No los he podido localizar en varios años de esfuerzo.

    — ¿Y a qué te referías cuando decías que un hecho improbable no se podía repetir tres veces? — Allecreod recordó esas palabras dichas por el edagriano.

    — Cuando observé los planetas, me di cuenta de que había especies que se dirigían hacia la autodestrucción — Hark logró encontrar una pronta respuesta para esa pregunta — Los humanos, los garak y los xaromitantes son ese tipo de especie. Hay muchas otras en el universo, pero ellos son de quienes estamos hablando ahora. Vi que tenían guerras entre ellos, y calculé que pronto llegarían a la extinción por mano propia. Me sorprendió mucho que me dijeras que esas tres razas hayan podido alcanzar tu planeta. Por eso dije que era un hecho improbable.

    Allecreod no creyó ninguna palabra salida de la boca de Hark. Parecía tratarse de una mentira muy elaborada con excesivos detalles para que pareciera creíble. Eso fue lo que sentenció la confianza puesta en él a una muerte segura. El líder ryfier sabía que debía encargarse de eliminar a las amenazas que tenía en su dominio, y que el plan de Cadain era mucho más riesgoso que simplemente aceptar ayuda de alguien que parecía no querer a los humanos, seres que él catalogó como autodestructivos, en su planeta. Pese a la desconfianza, Allecreod estaba dispuesto a colaborar con él. Luego de la caída de Xorxaik, su ejército se quedó sin poder para repeler invasores. Necesitaría ayuda para expulsarlos, y mucho más si los humanos que recientemente fueron derrotados llegaban a pedir la ayuda de otros.

    — ¿Cuál es tu plan para lograr lo que deseas? — Allecreod quiso saber su respuesta, y luego analizaría si la creía o no.

    — Tengo a tres hijos para encargarme de tres especies en tres planetas — Hark informó a Allecreod algo que él no sabía — Yo iré contigo y una parte de mi ejército hacia tu planeta y pelearemos ahí. A los demás los distribuiré para que lidien con los planetas Tierra, Garak y Xarom.

    — ¿Cuándo vamos a partir? — Allecreod supo que podría aprovecharse de eso.

    — Cuando esté todo listo — Hark fue enigmático al responder — Y no preguntes cuando estará, porque ni yo mismo lo sé. Eres libre de irte con los tuyos. Te presentaré a mi familia cuando estén todos reunidos.

    — Quiero preguntarle a tu hijo en qué pensaba cuando dejó a los humanos escapar — Allecreod supo que en su ausencia podrían derramar información que a él le sería útil, y no quiso dejar que lo apartaran a un lado.

    — Lo preguntarás después, Allecreod — Hark fue muy severo en esa ocasión — Eres libre de irte con los tuyos o recibir un castigo. Aquí yo soy el que manda.

    Sin deseos de presentar un desafío en su contra, el cual podría llegar a traducirse como más desconfianza para el futuro, Allecreod optó por dejar la sala con el líder de su especie. Uno de los soldados, el que lo escoltó, lo llevó con su gente al piso inferior.

    Una vez regresó, varios niños corrieron a abrazar a Allecreod, en señal de que estaban aliviados de que él se encontrara bien. El líder apreció ese gesto, y sonreía al ver que todavía era querido por los suyos, pese a haber cometido un error precipitado, cosa de la que se dio cuenta cuando vio la llegada de soldados humanos al planeta en el que se encontraba. Cuando los niños volvieron con sus familias, el escolta edagriano se retiró de la sala cerrando la puerta, y en ese momento, hombres y mujeres, soldados y civiles se le acercaron a su líder para preguntarle un par de cosas.

    — Allecreod, ¿qué está sucediendo en este lugar? — preguntó una de las mujeres, con su hijo en brazos.

    El líder ryfier levantó la cabeza en todas las direcciones buscando algo que pudiera ser una cámara. Tal y como él las tenía instaladas en su resguardo, no dudaba de que en esa habitación debía haber algo que pudiera filmar sus movimientos o guardar registros de las cosas que decían. No encontró ninguna a simple vista, pero luego de escuchar lo que escuchó de Hark, no tenía dudas de que serían escuchados en todo momento. Hasta se preocupó por las cosas que los suyos podrían haber dicho y que podrían haber llegado hacia los oídos del dueño del planeta.

    — Recuperaremos nuestro lugar con la ayuda de los edagrianos. Su líder, Hark, me lo ha prometido — Allecreod informó, sabiendo que no podría alertar a su gente hasta no estar en la privacidad de su nave.

    Esas palabras causaron un júbilo enorme en los suyos, quienes saltaban y gritaban de alegría al ver que su líder consiguió ayuda para que ellos pudieran recuperar su lugar que les fue arrebatado por una alianza de intrusos. Allecreod los miraba con una mezcla de tristeza y felicidad. Felicidad por el hecho de que ellos realmente querían estar de vuelta en casa, y tristeza porque probablemente algo malo podría llegar a suceder por confiarle el destino de su especie a los edagrianos. Lo peor en ese último punto para el líder era que no podía decir ni una sola palabra. Y si Hark ordenaba que su nave llevara algunos soldados edagrianos, le sería imposible hacerlo allí también.

    Otro de los hombres se acercó a él para hacerle una pregunta.

    — ¿Qué sucederá con el plan que teníamos para los demás? — preguntó, queriendo saber si lo llevarían a cabo como plan de emergencia o si quedaba completamente descartado.

    — Es arriesgado, esta opción es mejor — Allecreod quiso sonar complaciente frente a las cámaras que él no veía, pero sabía, o suponía, que existían — El plan anterior consiste en que todos abandonen el planeta y dejemos todo a merced de los invasores. Con este plan, podremos recuperar nuestro hogar sin tener que correr ese riesgo. Hark y sus soldados parecen ser fuertes, nos ayudarán a recuperar lo robado.

    — ¿Y cuándo vamos a partir? — uno de los niños preguntó, con ansiedad por querer regresar a casa.

    — No lo sé, pero tan pronto como Hark me lo diga, se los haré saber — Allecreod bostezó tras esas palabras, dándose cuenta de que estaba demasiado cansado para seguir de pie — Él tiene que organizar un par de cosas más. Y cuando termine es que me llamará.

    — ¿Vas a dormir? — el ryfier que escoltó a Lankir y a Irig, el cuál fue clave en la salvación de Allecreod cuando estaba por ser asesinado, quiso saber si su líder estaba bien.

    — No puedo seguir despierto más tiempo — Allecreod se acercó a un rincón de la sala — Si Hark llega a mandarme a llamar, me despiertan.

    Pese a que estaba cansado, no era tanto como para no poder estar despierto. Con un simple descanso sentado o recostado sería suficiente para reponer fuerzas. Pero el líder supo que entre más tiempo estuviera despierto, más preguntas le haría su gente, y más se expondría ante las cámaras que pudieran estarlo grabando.

    Sin tener un colchón o una almohada para poder dormir, el líder ryfier se acercó a una esquina de la sala y se recostó conforme pudo para buscar el sueño.

    Era bastante perspicaz, puesto a que él tenía razón en sus pensamientos. En la sala donde se encontraban todos los miembros de su especie que se arriesgaron a escapar con él, había cámaras con micrófonos ocultos, los cuales transmitían la imagen y los audios que se producían en esa sala directamente al líder edagriano, quien estuvo observando en todo momento la conversación que su líder tuvo con los suyos desde el momento en el que abrió la puerta y entró a su interior.

    Notando como poco a poco varios de los ryfier elegían seguir los pasos de Allecreod e irse a dormir también, Hark cerró el holograma y dejó a las cámaras y micrófonos grabando todo lo que pudieran decir después, dado a que tenía asuntos que tratar con su hijo.

    Pese a que no estaba demasiado lejos del lugar en el que se dio la pelea entre Arion y los humanos, el hijo del líder edagriano se tardó mucho tiempo en llegar hasta el lugar, demorando cuarenta minutos en tiempo humano. Tan pronto como apareció, lo primero que hizo fue subir a la sala principal, en donde su padre lo estaba esperando. Arion, pese a haber desobedecido la orden dada por su padre y líder, mantuvo una sonrisa en la cara desde que entró al edificio, incluso cuando finalmente llegó a estar frente a frente a su padre.

    Como él lo esperaba, Hark no estaba nada feliz al verlo, cosa lógica para lo que había hecho.

    — ¿En qué pensabas? — dijo con un tono bajo — ¡¿En qué mierda pensabas?! — su tranquilidad no duró nada — ¡Sabes que los humanos son una de las razas más destructivas que existe en el universo! ¡Pocos llegan hasta ese nivel de agresividad para con sus semejantes y con su planeta! ¡Y ahora ellos saben en dónde estamos porque se te ocurrió dejarlos marchar teniendo la batalla ganada! ¡¿Por qué?!

    — Tranquilízate, papá — Arion supo que esa respuesta tendría el efecto inverso — Son muy débiles como para representar una amenaza para nosotros. ¿No has visto lo que sus armas me hicieron? Ni un solo rasguño en mi traje, y poco más de un par de rayones en mi casco.

    — ¿Cuál es tu punto con eso? — Hark lo increpó al respecto — Sabes que pueden fabricar armas y bombas mucho más dañinas que lo que tú experimentaste.

    — Podían, pero tal vez el Exterminio haya mermado a su población — Arion se refería al plan original de su padre — Tal vez no se hayan extinguido, pero quedaron algo golpeados de seguro. Probablemente no puedan volver a fabricar esas armas fuertes como antes. Tu preocupación es exagerada.

    — No, no lo es — Hark se sentía decepcionado por su hijo — Por esa misma razón fue que ellos debían ser de los primeros en ser exterminados. Son una de las especies más amenazantes, y tú los dejaste ir. No tengo idea de por qué hayan elegido explorar el universo, si cuando extraje información de sus planetas no parecían tener naves espaciales… pero ellos dieron con nosotros, y probablemente lancen un ataque sobre nuestro planeta.

    — Bueno, en ese caso, lo único que queda por hacer es lanzar el ataque nosotros primero — Arion supo que la conversación se dirigía hacia donde él quería.

    — Maldito infeliz… eso era lo que querías, ¿verdad? — Hark detectó las intenciones de su hijo en poco tiempo — ¿Por eso los dejaste ir?

    — Me atrapaste, papi — Arion le contestó con un tono burlón — Ya me aburrí de siempre enfrentarme a los mismos idiotas. Quiero participar en una batalla de vida o muerte. Creí que los humanos serían divertidos, y mi plan era disfrutar esa pelea con cada fibra de mi ser. Pero luego de ver lo débiles que son, elegí dejarlos marchar. Sabía que eso llevaría a tener que ir a su planeta y tener una batalla con ellos. Solo que ahora la pelea será más brutal, porque atacaremos su hogar.

    — ¿Entonces dejaste que ejemplares de las especies más peligrosas del planeta escaparan solo para poder forzar una invasión hacia sus hogares? — Hark ya sabía la respuesta, pero quería ver si Arion tenía el valor para admitirlo.

    Viendo que su padre se percató de todo eso, el edagriano solamente se limitó a asentir con la cabeza, dándole así la razón a su progenitor. Era todo tal y como lo describía, y su padre no era ningún tonto fácil de engañar. Hark enfureció al oír eso. Supo que una pelea contra los humanos luego de las noticias que recibió de parte de Allecreod sería necesaria, pero no sentía deseos de dejarlos marchar con la información como la ubicación de su planeta.

    — Te das cuenta de que si lanzamos un ataque a su planeta y ellos escapan vendrán a este planeta a devolver el golpe, ¿verdad? — Hark quiso saber si su hijo era tonto o desinteresado.

    — No me importa este planeta, después de todo, en seis ciclos solares me iré lejos — Arion lo retó con su respuesta — Esas son tus órdenes.

    — Ah, ¿ahora te interesan mis órdenes? — Hark se sentía insultado — ¿Qué fue lo que yo te hice? Cuando tu madre murió tras el parto de tu hermano, te cuidé solo, pero con todo lo que tenía para ofrecerte. Te di amor, protección, instrucción… hasta te dejé nominado como uno de los líderes cuando sea el tiempo de abandonar este planeta para varios de los nuestros. Serías un líder en uno de los mejores planetas que haya en el universo. Hasta eso te di, ¿y esto es lo que recibo? ¿Desobediencia?

    — Sabes perfectamente lo que me hiciste — Arion parecía molestarse cada vez más — Varlim y yo queremos estar juntos, y tu plan exige que nos separemos. Nos diste todo lo que podías dar, pero al final de todo, rechazas nuestro deseo.

    — Porque tú y Varlim son excepcionales — Hark comentó, esperando que él lo entendiera — Los excepcionales tienen que ser líderes. No puedo mandar a dos edagrianos tan hábiles como ustedes juntos, y luego dejar a otro grupo sin una cabeza inteligente al frente. Y tampoco puedo juntar sus grupos para que estén juntos. Es un sacrificio que debe hacerse. Varlim no es la única mujer, Arion. Tú y tu hermana tienen la forma de encontrar y conseguir a quienes quieran para formar una familia. Que los demás no estén a sus niveles actuales no quiere decir que sean inútiles inservibles. Tu madre no era considerada excepcional, pero aun así ella y yo nos enamoramos. Tú y Varlim pueden experimentar lo mismo, si es que aprenden a no mirar a los demás con esa forma tan despectiva.

    — Si tú lo dices, supongo que lo entiendo — Arion mentía, lo único real en él en aquel momento eran sus deseos de acabar allí — En ese caso, iré con ella para pasar tiempo juntos. Si me voy a despedir de ella, que sea bien.

    — No irás a ningún lado — Hark quiso detenerlo antes de verlo marchar — Tú te quedas aquí. Varlim fue a buscar a tu otro hermano. Tenemos una charla importante. Muy importante.

    — ¿Tiene que ver con esa investigación relacionada a los humanos? — Arion tenía curiosidad.

    — Así es, y hasta que no estemos los cuatro juntos, no recibirás ningún detalle ni te irás a ningún lado.

    — Quiero comer algo.

    — Pide lo que quieras y te lo haré traer.

    Arion realmente no tenía hambre, simplemente no tenía deseos de estar con su padre en lo que tardaban en llegar sus hermanos. La respuesta de Hark lo obligaba a pensar en algo para comer que no le causara un malestar estomacal. Pese a lo molesto que era compartir el momento con alguien que le negaba a él su deseo de estar con quien él quería, no le quedaba otra opción. Hasta que su hermana y su hermano no aparecieran para discutir lo que su padre quería charlar, no podría irse de allí.

    […]

    Varlim entró en un enorme complejo de edificios y zonas de césped al aire libre. En el interior podía ver a hombres y a mujeres jóvenes recibiendo instrucciones y entrenamiento de otros edagrianos mayores en edad a ellos. Su hermano menor se encontraba allí en algún lado, y por órdenes de su padre, tenía que ir a buscarlo para comentarle en privado las cosas que estaban sucediendo en aquel momento.

    La mujer se dio un paseo por todo el complejo observando como varios guerreros luchaban unos contra otros, en lo que parecía ser un torneo para decidir al más fuerte. Buscó a su hermano allí, creyendo que él participaría para mostrar su fuerza, pero no logró verlo cerca. En su lugar, vio a dos soldados que compartían su misma edad luchando entre ellos. Entre los presentes reconoció a una mujer que era la maestra de su hermano, por lo que se acercó para hablarle sobre él.

    — Disculpe — Varlim saludó con educación — Estoy buscando a Ixorum.

    — Él se encuentra en una enfermería — contestó la maestra de los guerreros luchando — Algo le cayó mal durante el almuerzo.

    — Muchas gracias — Varlim iba a retirarse.

    Sin saber en dónde estaba la enfermería, pero siguiendo las señales holográficas que estaban colocadas en todo el complejo, Varlim empezó a caminar hacia dicho lugar para poder encontrarse con su hermano. Mientras avanzaba, disfrutaba su paseo mirando a los alrededores y admirando la forma en la que los edificios construidos y la naturaleza de la zona se mezclaban sin interferir el uno con el otro. Una característica común en todo el planeta, dado a que su raza era muy respetuosa con la naturaleza.

    Mientras caminaba, divisó otro combate entre otros soldados que parecían ser tres ciclos solares mayores que ella, representando tres ciclos a un año en tiempo terrestre. Como las indicaciones para llegar a la enfermería la conducirían por aquel lugar, Varlim tuvo que pasar por allí. Al momento de llegar, uno de los soldados se impuso sobre su rival, logrando derrotar a su oponente. Su maestro, que estaba allí cerca, le otorgó un pequeño sobre, y luego el grupo se disolvió, quedando el ganador, quien abrió el sobre para mirar su contenido.

    Sin embargo, tan pronto como vio pasar a Varlim, centró su vista en la mujer edagriana, ignorando así el contenido del sobre, que solo tenía una carta de felicitación por haber ganado un mini torneo de peleas cuerpo a cuerpo.

    — Hey, primor — saludó, haciéndose notar — ¿Has visto mi pelea?

    — La he visto — Varlim lo pasó de largo, sin tener interés en él.

    — Entonces me habrás visto darle una paliza — aquel soldado no quería dejarla ir tan fácil — ¿Te gustaría salir con un ganador como yo? Eres hermosa, y creo que tú y yo podríamos ser compatibles.

    — No me interesas, tu victoria no fue nada impresionante — Varlim se lo quiso sacar de encima.

    — Le di una paliza, tú lo viste — aquel soldado se sintió herido en su orgullo.

    — Porque tu oponente era débil, no estás ni cerca de ser tan fuerte como te crees — Varlim lo empujó para quitárselo de en medio.

    — Si dices que mi oponente era débil, entonces elígeme a uno más fuerte y le haré lo mismo — aquel soldado estaba dispuesto a conseguir lo que quería.

    — ¿Qué te parece mi novio? Arion, el hijo de Hark.

    — ¿Arion? — escuchar ese nombre causó que el soldado se asustara — Olvídate de lo que dije. Si él te pregunta, te confundí con alguien más.

    — Cobarde — Varlim lo miró huir asustado.

    Habiéndose quitado de encima a alguien molesto, la hija del líder de su especie avanzó hacia la enfermería. Cuando estuvo a diez pasos de entrar, pudo ver que su hermano menor salió del interior. Al verlo, él se dirigió hacia ella para saludarla, sabiendo que querría pedirle algo.

    — ¿Te sientes mejor, Ixorum? — preguntó Varlim a su hermano menor, preocupada por su estado de salud.

    — No me sentía tan mal, solo me dolía un poco el estómago — su hermano, que se veía apenas más joven y menor en tamaño que ella, contestó — Exageré para poder venir a ver a mi enfermera favorita.

    — ¿Sigues con esa tonta fantasía tuya? — Varlim se sintió en la tentación de reírse de él.

    — Déjame en paz, tú y Arion estaban enamorados cuando eran niños, y hasta donde sé, aún lo están — Ixorum contestó ante la acusación de su hermana — ¿A qué viniste?

    — Papá me mandó a llamarte — Varlim le habló en voz baja — Me pidió que viniera para cuidar en persona que no dijeras esto a nadie más. Pero hubo un error en sus cálculos cuando ejecutó su plan del Exterminio. Una especie sobrevivió.

    — ¿Qué especie? — Ixorum no quiso levantar la voz, porque supo que su hermana podría castigarlo por eso.

    — No hables más sobre este tema hasta que lleguemos con él y Arion — Varlim explicó, mientras empezaba a guiarlo a la salida del complejo.

    — Esto es excelente, es una oportunidad para…

    — ¡No! — su grito lo dejó muy confundido — No sé qué es lo que quiera papá con nosotros, pero te aseguro que no te hará caso. No intentes intentar imponer tu idea sobre la suya. No querrás que te castigue como la primera vez.

    Ixorum agachó la cabeza, demostrando cierta inconformidad ante la respuesta de su hermana. Varlim era consciente de que Ixorum aún mantenía sus ideales en mente, y lo pudo comprobar con escuchar la forma en la que reaccionó ante la noticia de que había una especie que se pudo salvar del Exterminio.

    […]

    ¡Papá, por favor, escúchame! — Ixorum quiso detenerlo — ¡Esto no es correcto! ¡Vas a ocasionar las muertes de varios inocentes! ¡¿Por qué no establecemos leyes para controlar la natalidad?! ¡Si nuestro planeta aún da abasto para todos nosotros! ¡Si ponemos control, jamás llegará el día en que la población exceda este lugar!

    ¡Ya te he dicho que no funcionará, Ixorum! — Hark le gritó por su atrevimiento — ¡La gente no aceptará esa clase de leyes impuestas sobre ellos! ¡Además, no quiero tener que limitarlos a ustedes a tener una cierta cantidad de descendientes basándonos en el número de población en ese momento! ¡Esos seres que habitan en otros planetas han destruido su naturaleza a lo largo de su historia, y los van a llevar a la ruina si se les da tiempo suficiente! ¡¿Crees que ellos tienen esas leyes que tú propones?! ¡No, no las tienen, y eso es porque no les importa su planeta! ¡Si no lo aprecian, no lo merecen! ¡Y es por eso por lo que he decidido que esos planetas serán para nosotros! ¡Les daremos el uso que estaban destinados a tener! ¡Más importante, protegeremos a todo el universo de su malicia!

    ¡No te dejaré matar a seres inocentes! — Ixorum quiso plantarse ante su padre.

    ¡No son inocentes! — Hark le gritó con furia.

    ¡Según tus leyes, no las de ellos! — Ixorum se acercó a él para enfrentarlo.

    ¡Violaron mis leyes, y por eso recibirán mi justicia! — Hark afrontó a su tercer hijo con gran furia — ¡Y mi justicia es el Exterminio! ¡Arion, detén a tu hermano!

    Papá, yo… — el soldado se veía dubitativo al detener a su hermano menor.

    ¡Kenegar, hazlo tú! — Hark ordenó a uno de sus soldados.

    ¡A sus órdenes! — el soldado se aproximó hacia el lugar.

    Fiel a su líder, el edagriano capturó a Ixorum, quien forcejeaba en un intento de escapar para detener a su padre. El tercer hijo del líder de su pueblo estaba intentando evitar que llegara hacia un cañón que dispararía un destello al cielo nocturno del planeta Edagr, lo cual daría la señal que marcaría el inicio de lo que su padre denominó el Exterminio. Arion y Varlim miraban con tristeza como su hermano era reducido hasta el suelo por uno de los soldados en el ejército de su padre, causando que llorara por la impotencia de no poder defender sus ideales.

    La pareja de hermanos compartía el deseo de su padre de que aquellos que no respetaran la naturaleza fueran exterminados, pero no por eso despreciaban las opiniones ideológicas de su hermano menor, quien parecía tener una postura diferente. Ixorum gritó y pataleó para liberarse de su captor, pero al no tener tanta experiencia de combate, le fue imposible soltarse.

    Hark llegó hasta el cañón que estaba en el centro de una ciudad en el planeta, y accionó el cañón, haciendo que este disparara un proyectil que explotó en el cielo, fuera de la atmósfera del planeta Edagr, no causando ningún efecto dañino sobre la esfera. Al estallar en el aire, un destello se pudo ver, lo que marcaba la señal de que el Exterminio empezaría.

    Hark, Kenegar, Varlim, Arion, Ixorum y varios otros soldados que estaban presentes vieron como las naves de su planeta despegaban, cargando en ellas máquinas de gran tamaño, las cuales se encargarían de re direccionar y lanzar disparados un gran número de meteoritos que se encontraban cercanos a la atmósfera del planeta Edagr, marcando lo que sería el inicio del plan de Hark para poder deshacerse de seres del universo que no tuvieran respeto por la naturaleza ante sus ojos.

    […]

    — Ya llegaron — Hark escuchaba pasos del exterior.

    Arion miró a la puerta y pudo ver como su hermana e interés amoroso entraba en la sala en compañía de su hermano menor, a quien llevaba tiempo sin ver. El mayor de los hijos, contento de ver a Ixorum nuevamente, se le acercó y le dio un abrazo para mostrarle su cariño. Ixorum compartía la felicidad por verlo, pero no estaba tan entusiasmado, sabiendo que, en todos esos años, Arion y Varlim seguían pensando que el Exterminio que su padre propuso era la mejor opción para asegurar el futuro de su especie.

    — ¿Te encuentras bien? — Arion le preguntó a su hermano menor.

    — Me encuentro tranquilo conmigo mismo — Ixorum habló desafiante ante los tres — Eso es lo que importa.

    — Que atrevido eres — Hark le contestó con seriedad — Tenemos algo serio que discutir.

    — Varlim me lo dijo todo — Ixorum quería saber qué era lo que quería su padre — Me habló de esa especie que sobrevivió al Exterminio. Los humanos.

    — No son los únicos que se las arreglaron para sobrevivir — Hark sorprendió con esas palabras — Estaba esperando a que estuvieran los tres juntos para revelarlo.

    Así fue como sus tres hijos quedaron en shock tras haber recibido esa noticia. Arion y Varlim estaban impresionados al ver que el plan de su padre, el cual parecía no tener defectos en el momento en el que fue concebido y ejecutado, demostraba ser más ineficiente con el correr del tiempo. Ixorum, por su parte, ocultó su felicidad al ver que más de una especie sobrevivió a la muerte que su padre les entregó. Muerte con la que él no estaba de acuerdo. Una sonrisa estuvo por formarse en su cara, pero él se las arregló para ocultarla.

    — ¿Cuántos y quiénes son? — Arion sabía que eso les concernía.

    — Cuatro en total — Hark respondió de forma cortante — Puede que hayan sobrevivido más, pero esas son las especies inteligentes que están confirmadas que sobrevivieron. Ryfiers de Ryfier. Xaromitantes de Xarom. Garaks de Garak. Y humanos de la Tierra. Esas son las especies que han sobrevivido al Exterminio.

    — Un grupo de humanos apareció aquí, Varlim me contó eso — Ixorum daba a su padre información que tenía — ¿Cómo sabes que las otras tres especies sobrevivieron?

    — Porque una nave con ryfiers entró a nuestro mundo, y ahora hay refugiados de esa especie en este edificio — Hark puso en contexto a los demás — Él fue quien me informó de las otras especies. Su planeta fue invadido por garaks, humanos y xaromitantes. Aparentemente formaron una alianza y los atacaron. Su líder los trajo hasta aquí en un intento de escapar de ellos y salvar a su gente. El tema es que su existencia nos deja muy complicados. Desconozco cuantas otras especies hayan podido salvarse del Exterminio, pero que cuatro lo hayan hecho es algo preocupante para nosotros y nuestro futuro.

    — ¿Qué es lo que quieres hacer al respecto? — Varlim quiso saber las intenciones de su padre.

    — Nos encargaremos de ellos a su debido tiempo, pero antes tenemos que engañar a Allecreod — Hark pronunció un nombre desconocido para sus hijos.

    — Él es el líder de los ryfier, ¿o no? — Arion preguntó para estar seguro, puesto a que su padre no le adelantó nada de información.

    — Así es, y vamos a aprovecharnos de él y de su gente para eliminar a los humanos, garaks y xaromitantes que se encuentren en su planeta — Hark tenía planes para sacarle provecho a su visitante — De esa forma, será mucho más fácil lidiar con los demás en sus planetas. Ya tengo decidido cuál será nuestro verdadero plan. Pero antes, sin que ustedes sepan cual es, tengo que contarle a Allecreod nuestro plan falso.

    — ¿Por qué me trajiste aquí si sabes que estoy en contra de este plan desde el principio? — Ixorum quiso saber por qué su padre corrió ese riesgo.

    — Porque la gente no me ha dejado de pedir tu expulsión por oponerte a mí, aunque seas mi hijo — Hark fue sincero con él — Todos en este planeta acatan mis órdenes. Tú eres el único que me ha desobedecido de esa forma en público, y eso a la gente no le gustó. Si algo malo llegara a pasarme, es posible que tu estancia aquí corra peligro. Probablemente la única razón por la que nadie intentó exiliarte es porque yo soy tu padre y saben que no perdonaré algo así. Pero yo quiero que tú lideres un grupo de gente cuando sea el momento de que ustedes deban abandonar este planeta. Y no quiero que te vayas llevándote gente que podría volverse en tu contra. Así que vas a participar en este plan y vas a seguir mis órdenes. Salvo que quieras arriesgarte al exilio, o peor a futuro, morir en un linchamiento. Quiero hacerte saber que pase lo que pase, las cuatro especies que conocemos que sobrevivieron al Exterminio van a terminar extintas. Si quieres irte con ellos también… bueno, ya lo he dicho. Todo depende de ti. Esta es una nueva oportunidad para ti, Ixorum. Así que no la vayas a desperdiciar. Créeme cuando te digo que los edagrianos no olvidamos nunca. Esa fue la razón por la que le puse a Kenegar un castigo ejemplar desterrándolo a un planeta totalmente carente de seres que puedan hablar en nuestro idioma. Puedes estar seguro de que nadie lo olvidó, ni lo olvidarán jamás.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, como siempre y nuevamente por aquí para disfrutar de un capítulo más de LGC. Pasaré a comentarlo.

    Volvemos a ver a Hark y Allecreod tras un par de capítulos ausentes. Y debo decir que me alegra muchísimo ver que se tienen cierta desconfianza y recelo, ya que eso significa que su alianza será frágil y cualquier cosa puede tornarla en su contra. Algo que es bueno para nuestros protagonistas.
    Comprendo totalmente el enfado de los dos líderes, principalmente el del edagriano, por ver que su hijo Arion deja marchar al grupo de Black Meteor. Ahora estos conocen la ubicación del planeta y por muy débiles que sean ante los edagrianos, pueden causar daño de cualquier tipo. Arion juega con fuego y se puede quemar.
    El líder ryfier regresó con los suyos y fue astuto al no dar detalles, suponiendo que pueden estar vigilados. Hizo bien.

    Luego pasamos a ver a Varlim, la hija de Hark y hermana/pareja de Arion. La edagriana se dirige a encontrar a su hermano, llamado Ixorum, para así reunirse todos con su padre. Aquí no ocurre nada fuera de lo común, más allá de que se aprecia la belleza arquitectónica del lugar y se deja en claro que son una especie muy respetuosa con el medio ambiente (I like it). Sin embargo, el momento random es cuando un soldado gana una pelea a otro y ve a Varlim tras ello, dirigiéndose hacia ella a modo de cortejo y ofreciéndose. La respuesta del tipo cuando ella el propone enfrentar a Arion es simplemente brillante XD. Luego se encuentra con su hermano y se dirigen a la reunión familiar.

    Acto seguido pasamos a un flashback de lo más interesante. Vemos que Hark e Ixorum no comparten ideales a diferencia de sus otros dos hermanos y además, descubrimos que Kenegar era un soldado afín al líder edagriano, algo que no me esperaba en absoluto. Debo decir que la forma de pensar de Ixorum me hace creer que éste podría tratar de evitar la guerra que planea sobre humanos, xaromitantes y garaks. Quizá llegue a ser el rebelde de la familia que intente poner trabas al plan de Hark.

    Finalmente, la reunión familiar ocurre y descubrimos que Hark ha puesto en el saco de "especies no extintas y que nos ponen en peligro" a los ryfier. Esto me da a entender que también planea ocuparse de ellos, aunque antes les usará para acabar con el resto de especies. Es un movimiento inteligente pero estoy seguro que eventualmente Allecreod se puede dar cuenta, planteándome esto una seria posibilidad: ¿podrían Allecreod y los ryfier aliarse con humanos, garaks y xaromitantes en un futuro?

    Yo creo que todo es posible, y estaré expectante para ver que sucede pronto. Hasta la próxima, amigo. Buen capítulo.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Ciencia Ficción
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    47
     
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    Saludos. Es un poco raro que me haya decidido a publicar el capítulo de LGC un día jueves, pero este finde es posible que el tiempo me esté apretando un poco. Es por esa razón que elegí hacerlo ahora, que estoy dentro de todo, menos apretado con el tiempo del trabajo y demás tareas o pendientes de la casa.

    Quiero agradecer una vez más y como siempre a Manuvalk por sus comentarios en cada capítulo de la historia. Él ya sabe que yo disfruto tanto con sus comentarios de la misma forma en la que él disfruta leyendo esta historia. Es por eso mismo que nunca quiero dejar pasar la oportunidad de agradecerle.

    En estos días estaré editando la cronología de la historia, y cuando el próximo capítulo sea publicado (intentaré que sea en fin de semana) intentaré actualizarla ese mismo día. Por el momento, queda un poquitín desactualizada hasta que encuentre una franja para poder sentarme y hacerlo :)

    Luego del capítulo anterior, el cuál fue el primero en la historia principal protagonizado exclusivamente por aliens (excluyendo a historias secundarias) es el turno de que vuelvan a aparecer humanos bajo los reflectores. Espero disfruten mucho del capítulo. Sin más que decir, los dejo con la lectura.











    Mensaje de advertencia:

    — Han pasado ya tres días — decía Ace mientras tenía la vista fija en su compañero — No da señales de despertar todavía.

    — Sus vitales han mejorado, pero su rostro se ve más pálido que ayer — su novia estaba a su lado — ¿Crees que pasará mucho tiempo hasta que despierte?

    — No lo sé. Pero espero que lo haga y pronto.

    Ace se encontraba de pie frente a la camilla en la que Wagner se encontraba inconsciente luego de que le hubieran arrancado el brazo en la pelea de la cueva en el planeta donde Kenegar les había tendido una trampa. En su brazo todavía tenía el sostén ortopédico, señal de que la rotura todavía no se había solucionado, pese a las nuevas habilidades que su cuerpo obtuvo. El soldado, mientras estaba en pie, se tocaba de vez en cuando el costado en donde había recibido la puñalada de la daga por parte del edagriano. Agustina, al verlo, empezó a temer por él.

    — ¿Aún te duele como el primer día? — Agustina le preguntó con algo de miedo — Si es así, ve a recostarte. Yo puedo cuidar de él.

    — No me duele, solo siento una ligera punzada — Ace se sujetó por unos segundos para luego soltarse — Lamento mucho haberte asustado. Sé que debes estar harta de verme salir lastimado.

    — No es agradable para nada — Agustina fue sincera con él — Ya es la tercera vez que te veo en una camilla. Y pensando en otra cosa, ¿Cuántas veces ya estás quedando inconsciente en peleas?

    — La primera vez fue cuando tú y yo éramos enemigos — Ace rememoró aquel momento — Tú y tu grupo me atacaron para capturarme, dejándome totalmente fuera de combate en el proceso.

    — Lo siento. Todavía me duele pensar en ese día.

    — No te disculpes, eso no fue culpa tuya. Era un enfrentamiento y me necesitaban para recuperar a Julie. Fue algo normal.

    — ¿La segunda vez fue cuando Thomas te encontró en las afueras de nuestra base cuando explotó? — Agustina recordó ese relato de su compañero — ¿O acaso pasó una vez más antes de eso?

    — No, esa fue la segunda — Ace pensó en el comandante Grant, a quien asesinó antes de caer sin fuerzas fuera de la base — La tercera vez fue la primera vez en la que quedé en una camilla frente a ti. Tras mi infarto después de gastar mucha energía contra las bestias de Fientlig, sin contar mi desmayo en esa cueva, aunque fue breve.

    — La cuarta vez fue un año después, o tal vez más tiempo, cuando los garak nos atacaron — Agustina pensó en lo dura que fue esa batalla para ellos — Likar, Plamo y Domir… y pensar que ahora ellos tres están muertos.

    — La quinta vez fue tras pelear contra ti y Wagner en Emiv — Ace le recordó aquel momento a la chica — Luego de eso, me dejaron inconsciente para que el efecto de esa planta sobre mí pasara su tiempo. Y hace unos días ha llegado la sexta vez.

    — Ace, me preocupa demasiado tu estado — Agustina sin dudas pensó que tantos daños no le saldrían gratis — Deberías hacerte un examen médico cuando regresemos a la Tierra. No quiero descubrir en el medio de una misión que tus capacidades han reducido. Mucho menos cuando estamos tan cerca de terminar con todo esto y de cumplir nuestro sueño.

    — Descuida, luego de entregarle la prueba de la verdad a Magnus en persona, eso será lo primero que haré — Ace tranquilizó a su chica — Y puedes estar segura de que una vez que terminemos con esta misión y logremos exterminar a todos los edagrianos, tú y yo cumpliremos nuestro sueño juntos. No tengo miedo a esa pelea. El mundo entero nos ayudará luego de que vean que sus vidas están en peligro.

    Tras escucharlo decir esas palabras, Agustina se lanzó hacia Ace con mucho cuidado y lo abrazó de forma tierna. El soldado solamente pudo tomarla con su brazo derecho, dado a que su otro brazo seguía recuperándose del daño que sufrió tras su batalla contra Kenegar. La chica, con un gran alivio de tener a su novio con vida y en un estado normal, al menos en la superficie, apoyó su cabeza sobre su hombro en señal de alivio. Tras ese abrazo, la soldado le dio un beso en la boca, el cual Ace correspondió, sintiéndose muy afortunado de poder estar con alguien así.

    Ambos se quedaron mirando luego de ese momento romántico entre ambos.

    — Una vez que mi brazo mejore, tomaré mi lugar como líder otra vez — le comunicó Ace a su novia — Gwyn fue muy amable al tomar mi puesto hasta que me recupere por completo.

    — Para eso la elegiste, no te preocupes — Agustina apoyó sus manos sobre sus hombros — Tus brazos sanarán cuando el tiempo suficiente pase. No lo fuerces.

    — No lo haré…

    La conversación entre ambos fue cortada cuando Wida, la única xaromitante guerrera tanto en la nave como en toda su especie, esto tras la muerte de Aurio, entró en la sala. Era su turno de cuidar de Wagner mientras estaba inconsciente. Debido al bajón en su estado de ánimo tras la muerte de quien era su pareja, la mujer de otra especie aceptó cuidar a su compañero herido, alegando que eso era lo único que podría hacer en su condición. Ace y Agustina la miraron con algo de lástima, dado a que su expresión lo decía todo. La chica todavía no se había recuperado de la muerte de Aurio. Lo peor de todo para la xaromitante fue que nunca tuvo la oportunidad de despedirse de él.

    — Lo cuidaré yo — Wida lo dijo con una voz muy apagada — Te haré saber si necesita algo.

    — Gracias, Wida — Ace tuvo que reconfortarla por todo lo que ella hacía — ¿Ya has decidido qué es lo que harás? No quiero presionarte, solo saber qué tal lo estás llevando.

    — Me quedaré con Lankir hasta que él elija que es el momento de volver con los demás de nuestra raza — la chica fue directa con el comandante — Él necesitará apoyo para cuando escuche la noticia. A pesar de las cosas que sucedieron, pudimos arreglar nuestras diferencias. No le caerá nada bien la noticia.

    — Lo entendemos, Wida. No debes preocuparte por eso — Agustina quiso hacerle saber que no tenían nada contra la mujer — Es tú decisión y todos la respetaremos.

    — Nos volveremos a ver cuándo sea el momento de la batalla contra los edagrianos — Wida les hizo saber que ella participaría en ese combate — Vengaré todas las muertes de xaromitantes que sucedieron antes y después de la Catástrofe. Sobre todo, las de Gan, Orikrof y Aurio. Ellos me las van a pagar.

    — A todos nosotros — Ace compartía su sentimiento de venganza — Nosotros también perdimos amigos por culpa de ellos, y de la misión que tuvimos que realizar. Por cada uno de ellos, lo van a lamentar.

    La pareja de soldados se despidió de Wida, quien solamente asintió ante la frase dicha por su comandante. Ella sabía que no era la única que sufría por la pérdida de seres queridos. Ni en toda su especie y mucho menos en aquella nave. Sus compañeros sufrieron muchas pérdidas, y eso le hacía sentir que tenía un vínculo que la unía profundamente con todos, pese a no ser de su misma especie. Ace y Agustina cerraron la puerta, y Wida se sentó en una silla para poder observar al soldado humano. Desde su lugar pudo ver que Wagner se veía algo más liviano, y suponía que podría deberse a la pérdida de gran parte de su brazo. La imagen, a los ojos de la xaromitante era grotesca. El muñón en el extremo medio del brazo le causaba una gran impresión.

    — Me pregunto cómo va a reaccionar cuando se vea — Wida sentía lástima por Wagner — Y también cuando se dé cuenta de que Sharyn… No me gusta decir esto, pero creo que lo mejor para él sería no despertar. Estaría mejor sin soportar todo el dolor que le espera.

    […]

    — ¿Necesitas otra cosa? — Michael le preguntó a Melody.

    El soldado de Zenith y su pareja se encontraban en la habitación de la chica. La última integrante de la unidad de Zion y Orikrof, ambos fallecidos a esas alturas, se encontraba sentada en su cama, con la espalda apoyada en la pared, mientras que Alicia se sentaba a los pies de la cama, observándola comer. Michael la miraba de pie, a la distancia, para no incomodar a la soldado quien seguía comiendo la comida que ambos le trajeron. En una bandeja había un sándwich de queso y carne a medio comer, junto con un vaso de jugo de naranja y una taza de café para que tuviera de postre.

    Melody sonrió al ver como sus compañeros cuidaban de ella, sintiéndose casi como una niña mimada. Ella, pese a que disfrutaba de la atención recibida, supo los motivos que había detrás.

    — No tienen que preocuparse por mí — Melody quiso confrontar de forma tranquila a sus compañeros — No me retiraré del ejército. Sé que ustedes hacen esto para que me quede en el equipo y así asegurarse de que pelearé con ustedes cuando llegue el momento de la pelea.

    — Hacemos esto porque eres nuestra compañera, y porque Michael y yo entendemos lo que estás pasando — Alicia quiso hacerle saber que sus pensamientos no eran verdad — Ambos hemos perdido personas importantes. Igual que tú. Por eso queríamos ayudarte a recuperarte.

    — No hacemos esto para garantizar que te quedes — el soldado apoyó la idea de su novia — Hacerlo sería un acto cruel de nuestra parte. Melody, eres libre de elegir quedarte con nosotros o irte si eso deseas. Si no quieres pelear en la guerra que tendremos contra ellos, estoy seguro de que Ace y Magnus lo entenderán.

    — Si ustedes lo dicen, entonces les creeré — Melody sabía que en el fondo tenía la razón — Pero no teman. Participaré en esa guerra yo también. Perdí a todos mis compañeros en el primer equipo del que formé parte. Por ellos, tengo que asegurarme de ir y acabar con todos los que pueda. Solo quiero que me den un tiempo para ir con mi familia.

    — Lo tendrás, estoy seguro — Michael pensaba con tristeza en sus dos padres, asesinados por alguien con su cuerpo — Tú tienes una familia con la cual regresar. Nosotros no.

    — Lo siento, en verdad — Melody se sentía mal por lo que había escuchado — Nadie merece perder a sus familiares. No volveré a mencionar algo así de esta forma.

    — No te preocupes, fue algo que yo traje a discusión — Michael la tranquilizó — Alicia y yo te dejaremos sola si es que no deseas nada más.

    — Estoy muy bien. Gracias por todo.

    Sabiendo que la chica no requería de nada más de su parte, y de que también estaba en un estado en el que podría conseguir lo que le hiciera falta por su cuenta, la pareja de soldados se retiró de la habitación de Lang para poder ir con sus dos compañeros a la sala de comandos. Thomas y Gwyn se encontraban allí. Fairin, por petición del comandante Lakor, se hizo cargo de monitorear la nave en todo el trayecto que tendrían que recorrer hasta llegar a Ryfier. Incapaces de comunicarse debido a que el sistema de la misma nave sufrió daños, la única manera de informarles de la verdad sería mostrándoles la evidencia obtenida.

    — ¿Todo está bien? — Gwyn se veía algo estresada.

    — Descuida, Gwyn — Alicia la tranquilizó — Melody parece estar mejor. Solamente necesitará un tiempo con su familia.

    — Te ves muy cansada, Gwyn — Michael apreció eso de su compañera.

    La soldado reflejaba en su rostro lo que Michael había dicho. Se veían ojeras debajo de los ojos, y no parecía haber dormido bien en esos últimos días. La chica agachó la cabeza, incapaz de negar las palabras de su compañero.

    — No he podido dormir muy bien — Gwyn fue sincera con él — Como Ace aún no está en condiciones de monitorear la nave, me ha tocado a mí hasta que él esté recuperado. Y no es muy placentero saber que la nave que tienes a tu cargo es una nave xaromitante, donde solamente viaja una de esa especie a bordo. Para peor, varios sistemas de la nave recibieron daños. Si algo llega a averiarse en el espacio, si Wida no es capaz de repararlo o decirnos a nosotros como hacerlo, podríamos perder la vida.

    — Te he dicho que evitaras pensar en eso — Thomas quiso tranquilizar a su novia — Gwyn, Ace no está en condiciones de liderar, pero eso no lo vuelve un inválido. Si se lo pedimos, él podría cuidar de la nave acompañado de Agustina. Yo también podría hacerlo, y si Melody ya está mejor, entonces puede sumarse.

    — Lo sé, es solo que, mientras Ace siga recuperándose, la que está a cargo soy yo — Gwyn se llevó las manos a la cabeza — Todo lo que pase, es mi responsabilidad. Independientemente de la ayuda o trabajo que puedan hacer los demás.

    — ¿Quieres que Alicia te acompañe a descansar? — Michael ofreció a Gwyn la oportunidad de irse a dormir, algo que él veía que necesitaba — Thomas y yo podemos cuidar bien de este lugar. Recuerda que yo te dije que te ayudaría en lo que necesitaras.

    — Gracias, Michael — Gwyn le sonrió a su compañero por ofrecerse a eso — Eres muy dulce.

    — Alicia, ve con Gwyn a su habitación, y asegúrate de que duerma bien — Michael lo dijo como si fuera una orden.

    — Con gusto — Alicia miró con seriedad a su compañera tras las palabras dichas a su pareja — Ven. Te acompañaré.

    Ambas chicas se retiraron de la sala, dejando a Michael y Thomas allí. Tras haber visto a sus dos compañeras marcharse, Michael se sentó en una silla y se puso a monitorear las máquinas que se encontraban en la sala. El soldado supo que lo que Gwyn dijo era mucho más serio cuando se estaba en primera persona observando. Con la muerte de Aurio, Wida era la única xaromitante a la que se podría pedir ayuda si una de las máquinas llegara a fallar, lo que quería decir que tendrían que prestar atención extra a todo lo que pasara en el lugar.

    Umcali se sorprendió mucho cuando su compañero se paró al lado suyo con los brazos cruzados. Sabiendo que lo estaba mirando, Michael levantó la vista y pudo notar una expresión seria en su cara. Sin saber a qué se debía, no le quedó otra opción más que preguntar.

    — ¿Ocurre algo? — Michael quiso saber si había cometido un error involuntario con la máquina, cosa que no creía porque no la había tocado.

    — Michael, quiero saber una cosa — Thomas no se mostraba molesto — ¿Acaso está pasando algo entre tú y Gwyn? Desde que ella acordó contigo que la ayudaras a manejar la situación, la noto más distante de mí. Y la forma en que te agradeció recién fue con más afecto que con el que me habla a mí.

    — Thomas, tú sabes que lo que Gwyn y yo tuvimos es agua pasada — el soldado fue honesto con él — Yo he notado a Gwyn más cercana a mí, pero creo que es porque ella quiere que yo la ayude considerando que yo fui el líder del equipo durante un tiempo. Pero descuida, yo no siento ni sentiré nada por ella. Mi corazón está con Alicia. A quien yo amo es a ella — tras decir esas palabras, Michael se arremangó para mostrarle a Thomas la placa que tenía en el brazo — Esto que tengo, lo tengo porque cometí una locura por ella. Mis ojos no pueden ver a nadie como veo a Alicia. Así que no tienes que preocuparte. Gwyn está buscando a alguien que la ayude con esto. Y creo que ella me busca a mí para no tener que compartir su responsabilidad contigo porque no desea estresarte, no porque no te quiera. Tan pronto como Ace esté recuperado, ella regresará a estar contigo de la misma manera en que fue antes. Esto es solo temporal.

    — Bueno, escucharlo de ti es un alivio — Thomas se relajó un poco tras lo dicho por su compañero — Pero estoy algo decepcionado por lo que me cuentas. Decepcionado de mí mismo. Si Gwyn realmente quiere tu ayuda para no compartir su responsabilidad conmigo es porque se ve que no soy lo suficientemente confiable. Y la verdad, es que, en retrospectiva, le doy la razón. No he hecho casi nunca un aporte significativo al equipo. Cuando teníamos problemas con Black Meteor, tu plan nos salvó la vida. Cuando estábamos acorralados por las bestias, fue Ace quien tomó al equipo en sus hombros. Ni hablar en la misión de Emiv. Tú, Gwyn, Wagner, Plamo, Agustina, Aurio, y el comandante Stones han sido piezas clave de la victoria. Yo no soy tan confiable como lo puedes ser tú o incluso Ace. Es una lástima. Siempre pensé en mí mismo como un soldado destacable. Pero solo soy un soldado de apoyo.

    — Hey, no te sientas tan mal — Michael quiso consolar a su compañero — Te olvidas de una cosa importante. Has demostrado dominar bien el cañón de Lankir en batalla. Eliminaste a Xorxaik, y estuviste a muy poco de matar a Allecreod. Sin mencionar que pudiste sepultar bajo los escombros a varios de los ondair que nos atacaban. Date algo más de mérito, Thomas. Llegaste muy lejos en la misión, y no mereces sentirte así.

    Las palabras de aliento, proviniendo de Michael, hicieron que Thomas se sintiera mejor consigo mismo. Lo cierto era que él se olvidó del buen desempeño que tuvo con el arma xaromitante creada por el más inteligente de su especie. Si bien, no era difícil de usar, lo cierto era que Thomas demostró que era habilidoso con el mismo. Llegó a pensar que, de no haberlo podido manejar bien, otro de sus compañeros se lo habría pedido. Eso lo alegró tras haber pensado que no estaba en el nivel de todos los demás que iban con él.

    — Gracias por esto, Michael — Thomas le dio una palmada en el hombro — Me alegra poder considerarte mi hermano. Y también me alegra que tú me consideres como tal.

    — Te lo ganaste, eres una buena persona, y un grandioso compañero — Michael sonreía a su amigo — Thomas…

    Un grito de horror detuvo a Michael, evitando que él pudiera decirle lo que pensaba. Pese a estar muy lejos, ellos dos lograron escucharlo sin problemas, aunque algo débil para la posición en la que estaban. Una vez el grito se detuvo, volvió a empezar, y fue allí donde ellos se dieron cuenta de que quien estaba gritando incontrolablemente era nada menos que Wagner.

    — Debe haber despertado y estará muy confundido — Michael supuso que Wagner podría estarlo pasando mal — Ve a ver que tiene. Yo me quedaré aquí.

    — Enseguida voy — Thomas salió rápidamente de la sala de comandos para poder ir a la sala médica.

    El soldado corrió a través de los pasillos de la nave para poder llegar a su destino. Cuando estuvo frente a la puerta que daba acceso a su destino, la abrió, y pudo ver a Wagner tirado en el suelo, junto con su almohada y varias sábanas de su camilla. Wida estaba agachada para mirarlo, y viendo que su compañero seguía gritando, Thomas no tuvo otra idea más que acercarse a comprobar su estado. Agustina y Ace, quienes no se habían dormido aún, oyeron los gritos de su compañero y entraron a la sala.

    Wagner intentó levantarse y arrastrarse por el suelo con ambas manos, fallando, dado a que él todavía no caía en la cuenta de que tenía solo un brazo disponible para usar. Estuvo moviéndose aleatoriamente con todo su cuerpo hasta que finalmente logró apoyar su espalda contra la pared de la sala. Una vez recargó su cuerpo en esa zona para soporte, Wagner se miró el brazo izquierdo y empezó a gritar como loco.

    — ¡Mi brazo! ¡¿En dónde está mi brazo?! — el soldado sonaba muy asustado.

    — Wagner, escúchame — Wida trató de tranquilizarlo.

    — ¡No, necesito mis dos brazos para rescatar a Sharyn! ¡¿Por qué me falta medio brazo?! — el soldado no parecía recordar casi nada.

    — Wagner, escúchanos a todos — Thomas se le acercó para estar a su altura — Te arrancaron el brazo en la pelea y quedaste inconsciente. Tuvimos que traerte aquí para salvarte.

    — No… una de esas bestias se llevó a Sharyn… — el soldado empezó a recordar ese momento — Por favor, díganme que la salvaron. ¡Sharyn! ¡Sharyn, dime que estás bien!

    — Wagner… lo lamento mucho — Agustina se apartó de Ace para acercarse a Thomas y a Wida — No logré llegar a tiempo. Solo pude salvarte a ti. Lo siento.

    — ¡No! — Wagner se asustó al oír eso — ¡Thomas, Wida, díganme que eso no es verdad! ¡Díganme que mi novia sigue viva!

    Ambos bajaron la cabeza en una señal de tristeza. Wagner entonces aceptó lo que él no quería. Su novia, a quien apenas le había dado una oportunidad para estar con él, había perdido la vida en aquella cueva. No fue capaz de salvarla, perdiendo a la persona más importante en el equipo para él. Todo eso ocasionó que Wagner empezara a llorar descontroladamente mientras gritaba y golpeaba el suelo con su único puño disponible.

    — ¡No! ¡No, no, no! ¡Sharyn! — el soldado gritó incontrolablemente — ¡Me la quitaron! ¡No puedo creer que me la hayan quitado!

    — Perdóname, Wagner — Ace dio un paso al frente para que su compañero lo viera — Kenegar nos engañó, pero fue responsabilidad mía.

    — Ace… ¿qué te pasó en el brazo? — Wagner se sorprendió al ver herido a su comandante.

    — Aunque pude derrotar a Kenegar, estuve a punto de perder la vida yo también — luego de decir eso, el comandante Lakor se levantó su chaqueta, mostrándole a Wagner una herida que tenía cocida en el torso — Sharyn no fue la única en morir. Rayko y Aurio también fallecieron en la misión.

    — Oh, no… — el soldado miró a la xaromitante, notando que su cara mostraba un dolor como el suyo — Wida…

    — Te comprendo, Wagner… — la xaromitante dejó salir un par de lágrimas — Sentimos el mismo dolor.

    — Eso parece… — luego de conocer la verdad, Wagner se cubrió el rostro con la mano que tenía disponible — Una persona especial para mí… Y por culpa de ese desgraciado, la perdí.

    — Todos comprendemos lo que debes estar sufriendo, Wagner — Agustina le tocó el hombro, con algo de miedo de una reacción violenta de parte de su compañero — No estás solo. Aquí estamos para ti.

    — Gracias, pero ahora… ahora… solo quiero un tiempo para estar en paz — el soldado se puso de pie con las piernas y su único brazo, y amagó para salir de la sala médica.

    — Wagner, espera… — Thomas quiso detenerlo, pero Wagner solo lo esquivó.

    — Estoy bien, no es necesario que me quede aquí más tiempo — Wagner contestó sin dejar de caminar — Necesito llorar en paz su muerte. Solo les pido eso. Déjenme tranquilo.

    — Si eso es lo que quieres, entonces eso tendrás — Ace se compadeció de él.

    Wagner abandonó la sala médica caminando casi sin dificultad, dado que a veces tenía que apoyarse sobre una pared o inclinar su cuerpo un poco para que la diferencia de peso por tener un solo brazo no causara que perdiera el equilibrio de forma que cayera al suelo por completo. Pese a la pérdida de sangre, la transfusión que se le hizo lo dejó en condiciones de caminar, pero eso no quería decir que el soldado estuviera completo.

    Cuando llegó a su habitación, se desplomó directamente sobre su cama, y los pensamientos trágicos al pensar en sus seres queridos lo invadieron por completo.

    — Dustin, papá, Sharyn… — Wagner no dejaba de pensar en las personas que lo habían dejado — No es justo… Ustedes no se merecían esto… No tenían que haber muerto.

    Debido a la poca fuerza que tenía, el soldado no tardó mucho en quedarse dormido en la misma posición en la que había caído sobre la cama. Wagner se encontraba muy decaído tras aquel golpe, y recuperarse no iba a ser sencillo para él.

    […]

    ¡Wagner! — Sharyn gritó mientras era arrastrada por uno de los ondair.

    ¡Ya voy, Sharyn! — gritó Wagner, corriendo tras ella.

    El soldado movió las piernas lo más rápido posible, persiguiendo a la bestia que le había arrebatado a su novia. Sin nadie más siguiéndolo, el soldado pudo apuntar con su rifle y disparar en contra del monstruo que tenía retenida a su pareja de la pierna con la mandíbula. Cuatro disparos precisos en el cuerpo lograron acabar con la vida del ondair, causando que este detuviera en seco su huida y soltara a Sharyn, dejándola caer sobre el suelo de la cueva.

    Wagner se acercó corriendo hacia ella para comprobar su estado. Al llegar hasta ella, pudo ver que no dejaba de sujetarse las piernas en la zona donde el monstruo le había clavado los dientes.

    ¿Te encuentras bien? — Wagner preguntó, apoyando las manos sobre las heridas de su chica.

    Lo estoy… todo gracias a ti — pese al dolor, Sharyn le mostró una sonrisa a su pareja — Me salvaste la vida.

    Eres la persona más importante para mí — Wagner le tendió la mano para ayudarla a levantarse — No dejaré que nada te aparte de mí.

    Eres el chico más dulce del planeta — Sharyn aceptó su mano y se puso de pie — No puedo creer que seas mío.

    Pues empieza a creerlo, amor mío — Wagner, sabiendo que ella podría estar herida, la cargó en sus brazos y la chica se aferró a su espalda — Yo tampoco puedo creer que siempre tuve a una chica tan hermosa enamorada de mí y nunca lo noté. Me alegra que me lo hayas hecho ver. La felicidad que trajiste a mi vida no me la ha dado nadie más.

    Basta, eres demasiado dulce — la chica lo abrazó mientras se sujetaba con fuerza de sus hombros.

    Te llevaré hasta la nave para que puedan atenderte — el soldado empezó a caminar buscando la salida de la cueva — Tus heridas van a sanar. Te lo prometo.

    Si eres tú quien me cuida, es obvio que lo harán — Sharyn cerró los ojos para disfrutar del paseo que Wagner le daba, pese al peligro en el que estaban.

    El hijo del fallecido comandante Stones caminó con rapidez a través de la cueva, sorprendiéndose y alegrándose de no ser interceptado por ninguna criatura en el proceso, logrando llegar hasta la salida de la cueva. Al salir de aquel lugar, Wagner pudo notar que la nave xaromitante estaba despegando para marcharse del planeta. Su expresión de su cara cambió de alegría por encontrar la salida a una de terror, viendo como sus compañeros se marchaban del planeta sin él y sin su pareja.

    ¡Hey! — Wagner levantó la voz para gritarles — ¡¿A dónde creen que van?! ¡Sharyn y yo estamos aquí!

    No, Wagner… tú estás solo — las palabras de Sharyn sorprendieron al soldado.

    ¿Sharyn? — Wagner sintió como ella se bajaba de arriba suyo — ¿A dónde vas?

    El soldado la vio huir hacia el interior de la cueva, notando como ella, pese a estar herida en la pierna, corría con una velocidad que él no había visto antes. Wagner quiso seguirla para no quedarse solo, empezando a mover las piernas para alcanzarla. Pero antes de poder entrar en la cueva, una piedra cayó desde las alturas. El sonido del viento siendo cortado por el objeto en caída libre alertó al soldado, y este logró dar un salto hacia el costado, pudiendo apartarse de la zona de impacto, y salvando su vida al instante. Cuando se dio cuenta, todos sus compañeros lo habían abandonado.

    No… — Wagner no lo comprendía — Dustin, papá, Sharyn… ¿por qué me dejaron? Los necesito conmigo. ¿Por qué me dejaron solo? Vuelvan. ¡Vuelvan!

    […]

    Dando un grito, Wagner despertó tras haber tenido una pesadilla horrible. El soldado pronto se dio cuenta de que estaba sobre su cama, aliviándose de que lo que acababa de sufrir no se tratara de la realidad. Aún asustado por esa experiencia onírica que acabó de vivir, el soldado encendió una lámpara colocada en una mesa de luz al lado suyo. Al hacerlo, vio la silueta de alguien abriendo la puerta y metiéndose a su cuarto. Al principio se tranquilizó, pero pronto descubrió que se trataba de Michael.

    — ¿Qué sucede? — el soldado preguntó a su compañero.

    — Llegaremos a Ryfier en unos cinco minutos — Michael le informó de la situación — He venido aquí para comprobar que estuvieras dormido, pero ya que estás despierto, te doy la opción de bajar al planeta junto a nosotros. Si lo deseas, puedes quedarte.

    — No me voy a quedar solo en esta nave — Wagner le contestó con seriedad — Comeré y beberé algo y luego descenderé con ustedes.

    — Como desees — Michael, sin mostrar más sensibilidad con su compañero, dio media vuelta y se marchó.

    — Michael, tengo una pregunta para ti…

    El soldado detuvo su andar cuando escuchó al soldado, para luego empezar a mirarlo. Tenía curiosidad por la pregunta que le iba a hacer, y mucho más al ver que Wagner parecía estar devastado con su mirada que solamente mostraba una seriedad enorme.

    — ¿Estás disfrutando verme así? — la pregunta sorprendió al soldado — ¿O hubieras preferido que yo también hubiera muerto?

    — No me tomes como alguien de tu clase, Wagner — Michael contestó con frialdad — Te odio por lo que pasó en Ryfier, pero no te deseo la muerte, ni lo que le pasó a Sharyn. Ni siquiera deseaba que te quedaras con medio brazo cortado. El que tú te alegraras si a mí o a Alicia nos hubiera pasado algo no quiere decir que ella y yo vayamos a hacer lo mismo. Pero esa actitud que muestras es una prueba de que realmente merecías todo lo que está pasándote. Quien no lo merecía era Sharyn. Por eso no quería que ni tú ni ella murieran. De cualquier forma, ella sufriría. Y quien merece sufrir eres tú, y no ella. No me vuelvas a comparar contigo, Wagner. Porque hay un universo de diferencia entre los dos.

    Tras decir esas palabras, Michael se retiró de la habitación, dejando solo al soldado. Este, viendo que Michael le contestó de una forma en que expuso sus deseos, se sintió avergonzado de sí mismo. Él, en caso de que algo similar le hubiera pasado a Michael, habría deseado que él muriera, y no quería negar esa verdad. Cuando se dio cuenta de que esa clase de actitud lo hacía merecedor del daño que estaba recibiendo, rompió en llanto nuevamente.

    — Por eso los he perdido — Wagner se castigaba por lo sucedido — Porque soy una mierda de persona y no los merezco. No los merezco, ni tampoco pude hacer nada para protegerlos. Y así quería ser el comandante… Si hubiera sido yo, probablemente todos estarían muertos…

    Mientras la nave continuaba su trayecto hacia el planeta conquistado en una batalla sucedida hacía ya unos dieciséis días, Wagner permaneció en solitario en su habitación torturándose y culpándose por las muertes de sus seres más queridos en aquella misión. Esa actitud solamente contribuyó a empeorar su estado mental, que empezaba a decaer por tantos pensamientos negativos y recuerdos dolorosos.

    […]

    Asmir se encontraba junto a Cadain, Kila, Lankir, y varios miembros de los ejércitos de garak y ryfier en una sala que se situaba en el Resguardo. La sala era bastante grande, y tenía una mesa grande y larga donde los ryfier, quienes eran los conquistados, se encontraban de un lado y el ejército garak, con un xaromitante entre sus filas, se encontraba del otro.

    Cerca de la mesa, sobre una plataforma con ruedas, se encontraba tumbado el robot Xorxaik. Luego de dieciséis días de la batalla en la que el ser robótico quedó destrozado por los disparos del cañón de Lankir, este ya se encontraba reparado de los daños superficiales que tenía. Cadain pudo notar en Asmir una cara de molestia, y pudo suponer a qué se debía todo eso.

    — ¿Y bien? — el líder garak fue el primero en hablar, rompiendo el silencio en la sala — Ya han pasado más de dos semanas desde que huyó. ¿Cuándo se supone que vamos a tener noticias de Allecreod? ¿No se suponía que debía llamarte tan pronto como encontrara un planeta?

    — Ese era el plan — Cadain supo que ellos le reclamaban por lo que él había dicho — Mi plan. Y que Allecreod no haya dicho nada puede significar muchas cosas.

    — ¿Crees que sigan explorando el espacio o que hayan muerto? — Kila fue muy directa con su pregunta — Porque si hubieran encontrado un planeta en condiciones, ya deberían haberte mandado una indicación.

    — Dudo mucho que Allecreod vaya a caer tan fácil — Cadain contestó con molestia — Me gustaría que pudiera ser así, pero no lo veo como una probabilidad. Ustedes saben que yo les hablé sobre un planeta de las abominaciones encontrado por uno de sus antepasados. Probablemente la paranoia lo invadió por completo y está dando vueltas y haciendo cálculos para evitar caer allí.

    — Más vale que Allecreod hable pronto, o de lo contrario, empezaré a dudar de tu buena fe — Asmir le hizo saber a Cadain que su paciencia tenía límites — Y créeme, Cadain. Realmente tengo ganas de dejarte a ti a cargo, porque en estas semanas has demostrado ser alguien razonable y comprensivo. Lidiar contigo es agradable. Odiaría matarte por creer que estás intentando engañarme.

    — Créeme, no lo hago — el líder de los ryfier, colocado en su puesto por él mismo, sabía que se veía muy sospechoso el hecho de que Allecreod no se comunicara con ellos — Yo también deseo ver a Allecreod muerto. Sus acciones precipitadas nos llevaron a esto. Muchos de nuestros compañeros han perdido la vida, y nos han puesto en riesgo. Alguien como él no tiene que llegar al poder nunca más. Por más que me duela por todos los buenos tiempos que pasé junto a él, es algo que tengo que aceptar.

    — Será mejor que él se comunique con nosotros pronto, o de lo contrario, todo este lugar será destruido — Asmir amenazó al líder de la otra especie — Y entonces, lo que él haga ya no me importará.

    — Si en un mes no tenemos noticias de él, será correcto asumir que ha muerto — uno de los ryfier se puso firme en ese tema — No tenían provisiones suficientes para sobrevivir tanto tiempo sin recolectar nada más. Por lo tanto, en el transcurso de un mes recibiremos noticias suyas o lo daremos por muerto

    — Supongo que eso está por verse.

    Tan pronto como el líder de los garak terminó su frase, uno de los suyos que se encontraba fuera de la sala, entró al lugar para avisarles de algo importante. Todas las miradas se centraron en él, y este, al verlo, habló rápidamente.

    — Asmir, Cadain… la nave xaromitante está de regreso.

    Esa noticia estremeció a todos los presentes allí. Ninguno de ellos creía que la nave del escuadrón de Zenith que exploraría el universo en busca de las respuestas siguiendo la pista obtenida gracias al rastro de la radiación hubiera regresado tan pronto del espacio. Cadain ciertamente esperaba tener noticias de Allecreod antes de contemplar el regreso de dicha nave.

    Lankir sospechó que algo grave habría pasado si habían tenido que regresar tan pronto de su viaje. Kila miró a Asmir, notando que este puso una cara de frustración sin igual, suponiendo que ellos le iban a solicitar ayuda. El líder garak se adelantó a la llegada de sus aliados.

    — Si piensan que voy a prestarles soldados, se equivocan — Asmir recordó las muertes que tuvo que contemplar en primera persona — Si necesitan refuerzos, los van a tener que pedir a su planeta.

    — Tenemos a los triyr para eso — Kila sugirió una idea para que no se perdiera tiempo en eso — Aunque no tengan soldados, los pueden usar como carnada. Que sirvan para algo.

    — No deberías ser tan dura con ellos, lo han perdido todo — Lankir habló en defensa de esa raza, recordando una promesa hecha con su fallecida líder — Y lo más probable es que los causantes de su desgracia fueran los humanos de Black Meteor — esa teoría era la más posible ante los ojos del xaromitante.

    — Son esclavos que no están haciendo ningún aporte a nosotros — Kila contestó con fiereza a su compañero de otra especie — Mejor darles un uso a que sigan aquí desperdiciando suministros. No podemos llevarlos a su planeta porque todavía tenemos pendiente la pelea contra Allecreod.

    — Tu compañera tiene razón, los triyr nos están trayendo más costos que beneficios — Cadain quiso sonar complaciente con los garak, siendo ellos la mayoría con fuerza en el lugar — Pero antes de sacar conclusiones apresuradas, veamos que nos tienen sus amigos.

    — No son amigos, solo son aprovechados — Asmir sentenció con seriedad.

    Esas palabras acerca de todos ellos no le agradaron nada a Lankir. El joven xaromitante miró a Xorxaik, y se dio cuenta de que, teniendo a ese robot y una tarea pendiente con él, tenía la excusa perfecta para marcharse al planeta Garak junto a su padre, y de esa manera alejarse de aquellos garak con quienes convivía. Cada día que pasaba en ese lugar, Lankir descubría cada vez más el desprecio que Asmir sentía hacia los humanos. Pese a entenderlo, para él estaba fuera de lugar, y Asmir no hizo muchos esfuerzos en esconderlo de él como al principio.

    Todos en la sala esperaron pacientemente a que la nave descendiera. Transcurrieron unos minutos hasta que unos garak que se encontraban haciendo de guardias del dominio, escoltaron al equipo hasta el lugar de la reunión. Todos se sorprendieron al verlos entrar. La sorpresa se debió al hecho de que eran muchos menos que los que se habían ido, cosa que alarmó a Asmir, creyendo que le iban a pedir refuerzos. Aurio, Rayko y Sharyn no se encontraban entre los presentes, y Lankir fue el primero de todos en notar que a Wagner le faltaba un brazo y que Ace se encontraba herido en el suyo.

    — ¡¿Qué fue lo que les pasó?! — Lankir preguntó, queriendo saber quién pudo haberles hecho algo así.

    — ¿Dónde están los tres que faltan? — Asmir esperaba que se encontraran heridos y no muertos, para no tener que discutir por negarse a ceder apoyo.

    — Sharyn, Aurio y Rayko han muerto… lo lamento, Lankir — el comandante Lakor tomó la palabra por sus compañeros — Wagner y yo hemos sido heridos, pero pudimos sobrevivir.

    — Aurio ha muerto… No… ¿esto es real? — Lankir miró a Wida, para que esta le confirmara que eso era verdad.

    Cuando su expareja le dijo con la vista que todo era la pura verdad, Lankir no pudo evitar sentirse devastado por dentro. Aurio fue un gran amigo suyo, y pese a que en el pasado tuvieron un problema que afectó un poco su amistad, él logró hacer las paces con Wida y con quien fue su mejor amigo por mucho tiempo. La noticia de su muerte lo afectó, al punto de que el xaromitante tuvo que cubrirse la cara para llorar por su muerte. Con Aurio, Gan y Orikrof muertos, Wida era la única persona junto a su padre con quien el xaromitante se llevaba bien entre los suyos. Kila y Cadain miraron con tristeza como Lankir asumía la muerte de uno de sus amigos, sabiendo que eso era un proceso difícil.

    — ¿Lograron llegar hasta el sector marcado por el escáner? — Asmir quería saber si al menos tenían una pista más.

    — Así es, y también pudimos encontrar las respuestas — el comandante de Zenith dijo, haciendo que todos los presentes se sobresaltaran.

    — ¡¿Y por qué no dijeron nada?! — Kila les reclamó a los soldados — ¡¿Por qué llegaron sin avisar?! ¡¿Creen que todo esto que estamos haciendo aquí nos tiene relajados como para verlos llegar y pensar que algo serio les ocurrió?!

    — No pudimos enviarles ningún mensaje porque nuestra nave fue atacada y varios de sus sistemas fueron destruidos por dentro — Gwyn tomó un dispositivo, dirigiéndose a la mesa para mostrarles la evidencia.

    — ¿Destruida por dentro por quienes? — Lankir se sorprendió al escuchar esas palabras.

    — Por un tipo llamado Kenegar — Michael habló, contestando la pregunta del xaromitante — Una sola persona fue la que causó todo el daño que sufrimos. Lo verán ustedes mismos.

    — Tenemos las respuestas grabadas aquí, y también tenemos algo más de información para compartirles — Gwyn les informó, mientras seleccionaba el video grabado para reproducirlo — Pero primero tienen que ver esto.

    Tan pronto como la imagen se hizo presente, todos en esa sala centraron sus vistas en el video grabado por los soldados de Zenith. Viéndolo fue que lograron enterarse de todo. Quien era Kenegar, sus motivos para estar allí, el origen de la radiación, el nombre de Hark, el plan del Exterminio, y también, la emboscada que sufrieron por parte de los ondair en aquella cueva. El haber visto todo eso dejó con una sensación de terror a todos allí, más que a nadie a Asmir, quien nunca imaginó la oscura verdad que se escondía detrás de las causas que llevaron a los berrod a atacar su planeta y provocar una guerra. Cadain, quien en ese momento ejercía un rol de líder, no encontró como responder a lo que sus ojos le acababan de mostrar. Todos ellos, tal y como los soldados humanos y Wida esperaban, se encontraban atónitos ante la noticia.

    — ¿Eso quiere decir que todo lo que hemos sufrido fue parte del plan de una sola persona? — Lankir no lo podía terminar de creer — Es imposible. Debe tener una inteligencia superior para poder llevar a cabo un plan así.

    — Es la verdad, Lankir — Wida le contestó a su amigo — Este tipo fue el causante de la destrucción de nuestro planeta.

    — Esto es serio — Kila lo veía con un mal presentimiento — Realmente, nos encontramos ante el tipo más inteligente del universo. ¿Cómo es posible que haya podido lanzar un ataque contra varios planetas?

    — Lo que más me asusta es una de las partes finales del video — Cadain empezó a hablar — Si no me equivoco, pronto lanzarán meteoritos por tercera vez. Dado a que cuando sucedió la Devastación, fue la primera vez. Y hace poco más de unos meses, fuimos testigos de cómo la segunda pasó cerca de nuestro planeta.

    — Y tras lanzar esa tercera oleada de meteoritos… — Ace lo decía con miedo de solo pensarlo — Varios de los seres de esa raza acudirán a los planetas donde sus habitantes debieron de haber muerto. La Tierra, Garak y Ryfier serán de los primeros.

    — Significa que, si no hacemos algo para detenerlos, todos nuestros planetas, incluidos también Triyr y Nokadro serán invadidos — Cadain se puso muy nervioso de lo que escuchó — Y ellos no van a estar felices cuando se den cuenta de que en los planetas donde se suponía que no debía haber seres vivos estamos nosotros. Podrían iniciar una masacre en nuestra contra.

    — Exactamente, es por eso por lo que tenemos que atacarlos nosotros — Agustina comunicó la idea principal a los presentes — Tal y como Kenegar dijo al final, él intentó robar la nave y tuvo éxito. Ace logró detenerlo, y al hacerlo, descubrió que el edagriano había introducido unas coordenadas en el sistema de navegación.

    — Esas coordenadas deben llevar hacia su planeta, lo que quiere decir que nuestro próximo objetivo está allí — el comandante Lakor tomó la palabra — Dado a que no podemos enviar este video dado a que los sistemas de comunicación de la nave fueron destruidos por Kenegar, tenemos que llevarlo a Magnus en persona, y esperar a que él lo haga público.

    — Tan pronto como lo haga, los humanos de otros países en la Tierra nos prestarán soldados, armas y vehículos de combate — Gwyn apoyaba el plan de Ace de entregar ese video en persona — Uniremos fuerzas con todos los países de nuestro planeta. Reclutaremos a varias bestias del planeta Fientlig. Y esperamos que tanto los garak como los ryfier presten ayuda en esta guerra.

    — Ya mismo estamos partiendo para allá para informarles de todo — Asmir tomó una decisión inmediata — ¿Tienen copias de este video?

    — Así es, pueden quedársela, tenemos otras dos más — el comandante Lakor contestó a la pregunta del líder garak.

    — Perfecto — Asmir mostró conformidad debido a eso — Necesitaré esta evidencia para que todo mi ejército se una a nosotros.

    — Espere, Asmir — Kila quiso saber si había escuchado mal — ¿Ha dicho todo el ejército? ¿No vamos a dejar a nadie aquí para cuando Allecreod regrese?

    — Kila, después de lo que acabamos de ver, Allecreod ahora mismo es el menor de nuestros problemas — Asmir sorprendió a todos al decir esas palabras — Lidiaremos con él luego de que los edagrianos estén muertos. Sobre todo, el sádico de Hark. Comparado con él, Allecreod parecería un niño inofensivo.

    — Yo me aseguraré de preparar al ejército de los ryfier para este ataque — Cadain se comprometió con la pelea también — Hemos luchado mucho para poder mantenernos con vida en este planeta. No dejaremos que nadie nos lo venga a arruinar. Y esta vez, parece que estamos frente a una amenaza muy seria.

    — Así es, pero si unimos todas las fuerzas que tenemos, podremos asesinarlos — Ace se tenía fe al ver a todos unidos contra un enemigo en común — Los edagrianos son fuertes. Lo comprobé al enfrentarme a Kenegar. Es por eso por lo que vamos a tener que unir fuerzas si queremos tener una oportunidad de ganar. Pero estoy seguro de que la humanidad se unirá a nosotros una vez que observe este video.

    — Vamos a necesitar un arma poderosa, como Xorxaik — Lankir habló mientras miraba al robot tumbado sobre la plataforma.

    Los humanos y la xaromitante que acababan de llegar ignoraron por completo al arma viviente que Allecreod tenía entre sus filas para el combate, la cual logró asesinar a las bestias de Fientlig y a varios miembros del equipo como si no fueran nada. Melody y Wagner se vieron algo intimidados, pero pronto empezaron a mirar a la máquina con desprecio, sabiendo que fue esa arma andante la que causó las muertes de seres queridos para ellos.

    — Lo vamos a necesitar — Alicia supo que les podría venir bien alguien que pudo eliminar a las bestias sin problemas — ¿Ya está listo para ser utilizado?

    — Necesito hacerle un nuevo software porque hemos tenido que borrar el anterior — Lankir explicó la situación a los humanos — No pudimos reprogramarlo para que siguiera nuestras órdenes. El robot estaba esperando localizar a Allecreod. No nos quedó otra opción que hacer un respaldo de sus datos y eliminar todo rastro de software que tuviera antes. Me tomará tiempo, pero sé que en Garak lo podré reparar.

    — Yo iré a Garak contigo, Lankir — Wida le hizo saber a su compañero — Necesitamos ver a Terrior y a los demás y contarles la verdad.

    — Todos en el universo deberían saber la verdad — Lankir seguía sorprendido por lo que acababa de ver — Hark es un monstruo. De eso no hay ninguna duda.

    — Pronto solo será un cadáver más — Asmir se prometía a sí mismo acabar con su vida — Por habernos metido en una guerra contra Reinor y en un conflicto armado con Allecreod, me aseguraré de que no quede ni un solo rastro de él en el universo. Ni un solo átomo.

    — Será mejor que vayamos pronto a nuestros planetas — Ace quiso cerrar rápido aquella reunión — No tenemos idea de cuando llevarán a cabo la tercera Gran Catástrofe. Pero si lo hacen antes de que estemos listos para el conflicto, puede que no tengamos tiempo a responder cuando los edagrianos acudan a nuestros planetas.

    — Asmir, queremos pedirte que no envíes ningún mensaje a Magnus al respecto — Michael habló de algo importante para él — Es información muy sensible. Si la gente de la Tierra se entera de que descubrimos las respuestas y no las compartimos, se armaría un caos. Y luego podrían no creernos cuando les presentemos la evidencia verdadera.

    — Descuida, humano, los asuntos de la Tierra no son importantes para mí — esa respuesta del líder garak, aunque bastante agresiva, dejó con tranquilidad a todo el escuadró de Zenith.

    De esa manera, los grupos se redistribuyeron para partir de regreso a su planeta. Asmir, Kila y todo el ejército garak se marcharía de vuelta a su mundo, llevándose con ellos a los dos xaromitantes Lankir y Wida, junto con el robot Xorxaik para que Lankir pudiera seguir trabajando con él en las comodidades de los laboratorios del planeta Garak.

    Los humanos de Zenith, por su parte, regresarían a la Tierra para hacer entrega de la evidencia recolectada a su líder, para que luego este expusiera la verdad detrás de las causas de la Gran Catástrofe ante todo el mundo, con la esperanza de que eso fuera suficiente para que los países con mayor poder militar prestaran su fuerza en lo que sería una batalla para evitar una Gran Catástrofe, o en palabras de Kenegar, un Exterminio.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, ya estoy aquí tras haber leído el capítulo y voy a comentarlo, as always.

    Iniciamos con Ace y Agustina rememorando las veces que el actual comandante se ha desmayado y ni siquiera me acordaba de que habían sido tantas. Como dijo la chica, estaría bien que Ace se hiciese un examen médico una vez regresen a la Tierra. Tras ello, llega Wida para cuidar de Wagner, el cuál aún no ha despertado. Sin lugar a dudas, no creo que no haya nadie en ese grupo que no esté afectado por lo sucedido.

    Luego pasamos a ver a Melody, quién es cuidada por Michael y Alicia. La chica, pese a lo sucedido, parece haber decidido formar parte de la guerra que se avecina. Thomas y Gwyn están en la sala de control, monitoreando la nave, mientras reciben la visita de la pareja anteriormente mencionada. Y en plena conversación, Gwyn le habla a Michael de una forma que a mi modo de ver, genera confusión. Entiendo el porqué luego Thomas le pregunta a Michael al respecto. Ya van dos capítulos que Gwyn tiene esa actitud hacia Michael y aunque solo sea para tener su apoyo, hay formas y formas. No sé, es algo que no me está agradando de ella. Acto seguido, descubrimos que Wagner ha despertado y está completamente confundido. Toma un tiempo hacerle entrar en razón y explicarle lo sucedido, lo cuál debe ser mucha información difícil de procesar. Stones logra tranquilizarse, pero sin duda debe estar traumatizado. Es una lástima, no está teniendo nada de suerte últimamente.

    Tras eso, vemos que Wagner tiene un sueño que se termina convirtiendo en pesadilla y lo termina mostrando solo, sin apoyos. Al despertar, el soldado recibe la visita de Michael para avisarle de la llegada de Ryfier, y sorprendentemente le pregunta a éste si disfruta viéndole así. La respuesta de Umcali es demoledora y evidencia que esos dos nunca serán amigos. Además, Wagner lo piensa y es consciente de que él en su lugar si le desearía la muerte, lo que le convierte en una peor persona. Sin duda, la situación del joven Stones es crítica en todos los sentidos y creo que es totalmente impredecible el como pueda acabar el tipo.

    Y finalmente, el grupo del Zenith llega a Ryfier en plena reunión de Asmir, Cadain, Lankir y demás. Parece que el no tener noticias de Allecreod les incomoda, pero no más que la noticia que les da el grupo sobre Hark y los edagrianos. Tienen las respuestas a la catástrofe y no son nada buenas. Parece que las especies se van a aliar para protegerse del enemigo y planean una ofensiva a su mundo, ya que tienen sus coordenadas, aunque deberá ser antes de la tercera catástrofe.

    Sea como sea, deben regresar a Garak y la Tierra para reportar lo sucedido, unir a todos y preparar una guerra. Estoy muy hypeado por lo que está por venir. Hasta pronto, amigo.
     
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  7. Threadmarks: La persona equivocada
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Saludos. Habiendo llegado el fin de semana, es momento de publicar el capítulo 14 de esta sexta parte. Cada vez nos estamos acercando más a un evento que espero poder publicar. No solo porque es de mi agrado, sino porque siento que es un buen gatillo para lo que vendrá después.

    Pero bueno, mejor no perder demasiado tiempo hablando y paso a la publicación del capítulo. Quiero agradecer una vez más y como cada semana a mi amigo Manuvalk por estar siempre ahí para leer y comentar la historia. Estoy seguro de que este capítulo le gustará bastante, y no puedo esperar para que lo lea para conocer su opinión.

    Quiero agradecer también a cualquier otro lector o lectora que, ya sea tarde o temprano, llegue hasta aquí. El hecho de que un universo tan extenso los mantenga enganchados en cierta forma resulta agradable para mí.

    Sin más que decir, les dejo el capítulo.










    La persona equivocada:

    Natasha se encontraba reunida junto a todos sus compañeros en la sala de comandos de su nave. Durante catorce días, el vehículo espacial de Black Meteor se convirtió en un lugar muy silencioso. Originalmente había un total de nueve soldados entusiasmados por la misión en el mismo, pero con cuatro muertes en el equipo, el número se redujo considerablemente, así como también los ánimos de los tripulantes. En los pasillos casi no hubo un solo eco en la mayoría de los días, siendo muy pocos en los que había algo de ruido.

    La líder del equipo, la cual tenía ese puesto porque Xander eligió dejarla a cargo en su lugar, los miraba a todos fijamente. En sus rostros se podía ver miradas serias y frías. El hecho de regresar a casa sin habérselo comunicado a su líder, cosa que estaban por hacer en ese momento, los tenía algo preocupados. No tenían idea de cómo iba a reaccionar cuando tuvieran que decirle las cosas que habían ocurrido en todo el plazo de tiempo desde su última actualización. Era por eso por lo que Natasha quería asegurarse de ser respaldada por sus compañeros en su totalidad. Esa fue la razón por la que eligió esperar unas dos semanas tras el último descenso, en el cual terminaron por morir sus dos compañeros Isac y Paul. Necesitaba al grupo recuperado, y solamente un plazo de tiempo como ese sería suficiente para hacer algo así.

    — ¿Tienes el audio que recolectamos en aquel planeta misterioso? — preguntó Natasha a Casey, quien fue la que obtuvo dicha evidencia.

    — Allí está, tal cual lo extrajimos de aquella nave destrozada — Casey señaló a una de las máquinas.

    — ¿Alguno recolectó fotografías de los planetas Triyr o del último en el que peleamos? — preguntó Natasha a los otros tres compañeros.

    — Yo tengo un par de fotos que tomé en el planeta Triyr a escondidas — Xander le comunicó — Pero solo tomé una a sus habitantes y otras tres al interior de la ciudad. No creo que ayuden demasiado.

    — Servirán, créeme — Natasha apreciaba que su compañero tuviera esas fotos — Y sobre el último planeta…

    — Creo que nadie llegó siquiera a pensar en obtener fotografías — Noak contestó con la verdad — La única evidencia de que estuvimos allí es el sistema de navegación de la nave, el cual tiene registros de sus coordenadas.

    — Qué lástima, era el planeta al que claramente íbamos a tener que regresar — Natasha pensó en lo que Xander le había dicho — Sobre todo si lo que Xander me dijo era verdad.

    — Lo fue, Natasha — Gina le habló, haciéndole saber que todo era cierto — Realmente mencionó nuestro planeta. Y dijo que vendría a buscarnos.

    — Entonces no necesito más evidencia que esa — la chica estuvo decidida a iniciar todo — Espero que a Abel le sea suficiente.

    Fue así como Natasha realizó una llamada de comunicación directa por medio de videoconferencia hacia la Tierra, más específicamente a su líder. El grupo estuvo a la espera durante unos veinte minutos, dado a que no se trataba del envío de un mensaje simple, sino que dos máquinas muy lejanas en el universo necesitaban comunicarse, y para eso se requería de un gran tiempo de espera. Pero toda espera valió la pena, porque al final de esos veinte minutos, Abel apareció en pantalla. Los soldados vieron que su líder se encontraba en una oficina, totalmente solo, lo cual los dejaría a ellos cinco para enfrentarlo a él únicamente. Para todos ellos era un alivio ese detalle.

    La cara que Abel puso al verlos fue de felicidad, dado a que pasó mucho tiempo desde que ellos enviaron un reporte de actualización de la misión. El recibir esa llamada confirmaba que su equipo se encontraba con vida, y eso le gustó. Por el contrario, lo que no le agradó fue ver que solamente eran cinco soldados, y que todos tenían una expresión muy seria en sus rostros. Eso lo llevó a pensar que la misión no estaba yendo para nada bien, y lo primero que asumió fue que los otros cuatro soldados estarían heridos.

    — Buenos días — Abel saludó con amabilidad para iniciar esa llamada — ¿A qué debo este placer?

    — Tenemos cosas muy importantes que comunicarle — Xander tomó la palabra — En primer lugar, yo no soy el líder del equipo por el momento. Tuvimos un pequeño contratiempo, y luego de que Natasha lo resolviera, yo opté por dejarle el puesto a ella.

    — ¿Qué clase de contratiempo? — preguntó su líder, bastante alarmado por escuchar esa noticia.

    — Lo sabrá a su debido tiempo — como líder, Natasha fue la que continuó la conversación — Primero le estoy informando que nosotros cinco somos los únicos soldados que quedan con vida. Y actualmente estamos regresando al planeta Tierra. Nuestra llegada se dará en una semana, aproximadamente.

    — ¿Realmente solo quedan ustedes cinco? — Abel se sorprendió al ver que no había heridos, sino que todos estaban muertos — ¿Cómo fue posible que sucediera esto? ¿Acaso el Zenith lo hizo?

    — No… — Natasha lo dijo con algo de miedo a lo que vendría después — De hecho, nunca llegamos a encontrarnos con el equipo de Zenith. Nuestra misión fue un completo fracaso.

    La cara de enojo que puso Abel al oír esas palabras no tuvo igual. El líder del país apretó los dientes y los puños con rabia al escuchar de sus propios soldados que la misión que les encomendó había resultado ser un fracaso, con lo importante que era para lograr unificar su país con el país que en el pasado fuera su enemigo. Tenía mucha fe puesta en ellos, dado a que eligió a los mejores y les dio todo lo que creyó que podría serles de utilidad para que lograran sobrepasar al enemigo. Pero la noticia que acabó de escuchar le confirmó que no fue suficiente. No solo eso, sino que ni siquiera estuvieron cerca.

    — Díganme que mierda pasó allí afuera — Abel quiso oír la historia completa antes de empezar a soltar su lengua contra ellos — ¿Qué tan peligroso es el universo?

    — Perdimos el rastro de Zenith en un momento — Natasha le informó a Abel ese detalle importante — Su nave estaba en nuestro radar, y luego, de un momento a otro, desapareció. No sabemos qué fue lo que les pasó, pero eso pasó. Le enviaremos el registro del radar de aquel día para que usted lo pueda confirmar.

    — Luego de eso, otra nave apareció en nuestro radar — Xander habló para no dejar a Natasha afrontando esa charla totalmente sola — Creíamos que era la de Zenith, pero no lo era. Es más, la nave de Zenith jamás ha vuelto a aparecer en el radar. De eso estoy seguro. En fin, continuaré… Seguimos esa nave hasta un planeta donde lo único que había era una ciudad amurallada, y alrededor, un bosque de bestias salvajes.

    — Allí fue donde perdimos a Zaid — Gina fue la que comentó la muerte de su hermano gemelo — Tan pronto como llegamos, quisimos seguir el rastro de dicha nave. Mientras nos acercamos a pie hasta el lugar donde aterrizó, la vimos despegar. Y entonces dimos la vuelta para no dejar que escape. Allí fue donde terminamos emboscados por esos animales salvajes. Zaid no pudo sobrevivir a ese ataque.

    — Estábamos muy cerca de enfrentar una tragedia, pero fuimos salvados por los nativos de ese sitio — Noak también optó por hablar — Eran seres con armas muy primitivas, pero efectivas. Al salvarnos, nos acogieron y nos llevaron hacia su ciudad amurallada. Allí descubrimos que el nombre de su especie y de su planeta era Triyr. Permanecimos un par de noches en su planeta, y cuando quisimos recuperar nuestra nave, ellos nos atacaron por sorpresa para quitárnosla.

    — En ese ataque murió Claire — Xander narró nuevamente la historia — Resulta que la nave espacial que vimos aterrizar en ese planeta estaba detrás de todo. No sabemos quienes iban a bordo de esta, pero supimos que se trataba de seres terribles, porque ellos lucharon con desesperación para robarnos la nave y dejarnos atrapados en ese planeta. Incluso trataron de dejarnos con vida para que afrontáramos esa amenaza nosotros mismos. Pero gracias a Natasha, logramos obtener la victoria y regresamos al espacio exterior.

    — Desde ese momento, yo tomé el mando del equipo y la misión continuó — Natasha retomó la historia por su cuenta — Pasamos tiempo en el espacio sin encontrar nada, hasta que otra nave entró a nuestro radar. Seguimos la pista hacia un planeta casi desolado, y lo que encontramos allí fueron los restos de una nave que había sido destruida. La nave, aparentemente, seguía emitiendo señal y enviando un mensaje.

    — Dicho mensaje estaba dirigido hacia un ser conocido como Casseirem — Casey, quien fue la que registró ese archivo de audio, habló por primera vez con Abel sobre eso — Los tripulantes de la nave le estaban pidiendo ayuda. Probablemente fuera una nave de exploración como la nuestra. El asunto es que estaba destruida para cuando la encontramos.

    — Luego de abandonar ese planeta sabiendo que no era lo que necesitábamos encontrar, subimos otra vez al espacio exterior — Natasha pasó al final de su viaje — Encontramos otra nave en el radar. La seguimos y esta aterrizó en un planeta desconocido. Frente a una ciudad. No se parecía mucho al planeta Triyr, por lo que creemos que, en esa ciudad, todos los seres son inteligentes.

    — De allí salió un enemigo a enfrentarnos… — Noak recordó aquel enfrentamiento — Tenía un traje a prueba de balas, y una fuerza tremenda. Era invencible. Él fue quien asesinó a Paul y a Isac.

    — No fue solo eso, nos dijo algo que nos dejó aterrados — Xander recordó haberlo escuchado — Nosotros no tuvimos la oportunidad de hablar con él, pero él tenía mucha información relacionada con nosotros — Xander pronto empezó a citar sus palabras — “Huyan ahora, humanos bastardos. Huyan y prepárense porque voy a ir a hacerles una visita a su planeta. Avisen a todos en la Tierra para que se preparen para mi llegada. Y más les vale que cuando yo aparezca para matarlos, ustedes salgan a enfrentarme”. Jamás olvidaré esas palabras.

    — En ese planeta extraño hay seres que saben de nuestra existencia y nuestra ubicación — Natasha le comentaba a su líder la gravedad del asunto — Y que claramente van a venir a pelear en contra de nosotros. Es por eso por lo que decidimos regresar. Necesitamos unir fuerzas con Zenith para poder hacerle frente a esta amenaza. Y para después poder encontrar las respuestas a la Catástrofe. ¿Qué opina?

    Todos vieron como Abel agachó su cabeza al tiempo que cerraba los ojos, en una clara señal de inconformidad. Levantó ambas manos para juntarlas y presionar con fuerza en señal de controlar su ira. El líder del país pronto levantó la vista y los miró muy enojado con todos ellos. Sentía que sus soldados le habían fallado en todos los sentidos, y estaba por comunicárselos de una forma muy brusca.

    — ¡¿Por qué mierda siempre pasa lo mismo?! — sus gritos intimidaban bastante — ¡¿Por qué todas las misiones que involucran a Zenith terminan siendo un fracaso?! ¡Infiltrarse a un país por recursos, atacar su país, perseguir a su escuadrón…! ¡Siempre termina igual! ¡Siempre terminamos perdiendo! ¡¿Pueden explicarme por qué demonios son tan incompetentes?! ¡Les hice construir una nave con un radar para que pudieran seguirlos?! ¡Ustedes son de los mejores soldados de las academias y los hice pasar tiempo con comandantes como Morris Grant y Frans Badir para que aprendieran de ellos! ¡Infiltré a un espía en Zenith para recolectar información suya y así saber qué movimientos iban a realizar! ¡Armas y provisiones que debían ser suficientes para su viaje! ¡Todo, lo pensé todo para que ustedes triunfaran la misión, y ahora resulta que vienen de regreso sin haberse encontrado con Zenith ni una sola vez!

    Los gritos de Abel se detuvieron. El líder de Black Meteor hizo una pausa para beber un vaso de agua y así poder aclarar su garganta, sin embargo, el enojo y el descargo con sus soldados no se iba a terminar allí. Los cinco sobrevivientes lo sabían, y se prepararon para volver a ser agredidos verbalmente por él.

    — ¡Más les vale que tengan evidencias de todo esto! — Abel quiso asegurarse de que no era una broma — ¡Porque para mí todo esto es una mentira! ¡No puedo creer que no hayan podido encontrarlos nunca! ¡Díganme que tienen evidencia que respalde lo que me han dicho!

    — Tenemos evidencia sobre el planeta Triyr, y sobre el mensaje dirigido a Casseirem — Natasha hablaba con miedo ante su superior — Pero no tenemos nada sobre el último planeta al que acudimos.

    — ¡Entonces es mentira! — Abel les cuestionó la historia contada — ¡Les creo que hayan perdido a Paul y a Isac, pero no ese puto cuento de que el ser que los atacó les haya dicho que vendría a la Tierra!

    — ¡Señor, le juro que es la verdad! — Xander quiso que su líder le creyera.

    — ¡Tu palabra no es una evidencia, Xander! — Abel fue muy severo con él — Creo que ustedes pensaron en eso para engañarme — finalmente se tranquilizó y dejó de gritar — Estoy seguro de que luego de perder a cuatro soldados, ya no se ven capaces de continuar la misión. Y se inventaron esa maldita historia para poder regresar a la Tierra. Bueno, eso no va a funcionar. Den la vuelta de inmediato y continúen con la misión. Quiero que rastreen a los soldados de Zenith y los capturen como estaba planeado.

    — No será posible, ellos son nueve, y nosotros ahora somos cinco — Casey quiso que entendiera que era una locura — No hay forma en que podamos derrotarlos en una pelea. Necesitamos buscar una alianza de forma pacífica.

    — Eso es algo que no va a pasar — Abel habló muy furioso con ellos, pero no volvió a levantar la voz — Magnus no tiene pensado negociar luego del ataque que realizamos a su país.

    — Lo realizamos bajo sus órdenes — Xander lo increpó por eso.

    — Mis órdenes consistían en que el ataque fuera una victoria para nosotros, y no una derrota — Abel le contestó con enojo — Por eso tuve que mandarlos a esta misión. No pudieron superarlos en la Tierra, así que se suponía que los iban a superar en el espacio. Pero veo que tampoco pueden así.

    — Con todo respeto, señor, pero nosotros cinco no podremos con ellos — Natasha le hizo saber que no regresarían al espacio — Y considerando que la nave de Zenith desapareció del radar y ya nunca más volvió a aparecer, porque dudo que la última nave que seguimos fuera la de ellos, perderemos el tiempo. No los vamos a poder encontrar.

    — Tienes razón, son demasiado incompetentes hasta para eso — Abel se llevó ambas manos a la cabeza para arrancarse el cabello con los dedos — Tendremos que hacer un cambio de planes, entonces. Haré que Lathan me siga trayendo información importante de Zenith, y luego, cuando ustedes regresen y el ejército esté preparado, todos vamos a invadir el país enemigo.

    — ¿Una invasión? — preguntó Gina muy preocupada por lo que escuchaba — Eso es algo peor que el ataque terrorista que hicieron en el pasado.

    — Es la única forma, Magnus no negociará por las buenas, y yo realmente no quería tener que llegar a este extremo. Sobre todo, porque nuestro país quedaría desprotegido si todo el ejército participa. Piensen en esto como una consecuencia directa de su fracaso. En especial ustedes tres… Hexed, Zafiro y Lobo. Ustedes fallaron el plan del ataque, lo que derivó en el plan de la emboscada en el espacio. Y al haber fallado en ese último plan, ahora tendremos que invadir. Esto es consecuencia de sus fracasos.

    — Señor, eso es algo muy temerario — Natasha no quería participar en un plan así — Los demás países lo verán como una declaración de guerra, y razones no les van a faltar. Nuestro ataque terrorista causó que nos pusieran un plazo límite para encontrar las respuestas. Si hacemos algo tan horrible como eso, podrían tomar la decisión de expulsarnos de inmediato. Estaríamos siendo los primeros en el mundo en declarar una guerra luego del período de casi veinte años de paz posterior a la Catástrofe.

    — Eso es algo que siempre será recordado — Casey quería que él entendiera la gravedad del asunto — Nadie en el mundo lo olvidará. Black Meteor quedará manchado por siempre.

    — Entonces, esa mancha va a pesar sobre ustedes por el resto de sus vidas — Abel sonó muy severo con ellos — Porque fueron dos fracasos seguidos de ustedes tres los que llevaron a esto. Zenith no hará la paz con nosotros mientras esté bajo el mando de Magnus. Y como nadie más se atreve a tomar su lugar, no nos quedará otra opción. Los estaré esperando para el ataque. No será inmediatamente una vez que regresen, pero no tardará demasiado. Así que aprovechen para descansar bien. Son los mejores soldados, aunque lo único que hagan sea fracasar. Y por eso estarán en la línea del frente.

    Luego de haberles dicho esas palabras, la comunicación fue cortada directamente por parte del líder de su país. Natasha, Xander y Casey se quedaron con una sensación amarga tras haber escuchado todo lo que él les contó. Sin duda alguna, las misiones que ellos tres realizaron, contando la que estaba en progreso, fueron un fracaso. Eso no lo negaban. Pero una cosa era admitir el fracaso y otra muy diferente era que les adjudicaran la responsabilidad de toda una invasión a ellos por haber fracasado.

    Casey no se encontraba en su mejor momento. Había perdido a cuatro compañeros, y uno de ellos era una pareja que había mantenido durante mucho tiempo. Lo que acababa de escuchar de Abel, y la forma tan hostil en que lo dijo, la dejaron muy afectada, al punto de que rompió en llanto. Todos sus compañeros la miraron con tristeza, sabiendo que no era justo que tuviera que cargar con algo así. Gina se le acercó para abrazarla, y Natasha también hizo lo mismo.

    Xander se tomó la cabeza mientras se veía afectado por ser él el mejor soldado del grupo, al menos en promedio de academia, y no haber podido hacer una diferencia en la misión. El peso de las palabras de Abel era mucho, y no creía que pudiera soportarlo.

    Noak, por su parte, supo que Abel hablaba desde su posición como líder. Entendió que Magnus nunca haría las paces con él, y estaba consciente de los motivos por los cuales eso no iba a suceder. Sin embargo, él no juzgó a ninguno de los dos líderes. Noak se veía a sí mismo como un simple soldado, y estaba seguro de que los líderes de un país lidiaban con cosas muy diferentes a las que él estaba acostumbrado. El soldado, a diferencia de sus compañeros, reconoció el fracaso en la misión y accedió a formar parte de ese ataque, si eso significaba que ambos países se unirían, sabiendo que eso era lo que Abel quería lograr.

    — Estuvimos siguiendo a la persona equivocada — Casey decía mientras sus lágrimas se detenían — Abel fue el que nos envió a morir a todos a estas misiones. Él tuvo la oportunidad de hacer un tratado de paz con Magnus en varias ocasiones en el pasado. Pero no quiso hacerlo. Fue por eso por lo que nosotros fuimos enviados al campo de batalla para arriesgar nuestras vidas. Por su estúpido orgullo. Magnus era una persona con la que se podía razonar, pero Abel lo estropeó por completo cuando ordenó nuestro primer ataque.

    — Tienes la razón en eso, Casey — Natasha le reconoció esa verdad — Abel no es la persona ideal para seguir.

    — ¿Qué se supone que vamos a hacer ahora, Natasha? — Gina le preguntó con curiosidad — ¿Vamos a regresar a la Tierra y participar en esta invasión, o crees que puedes pensar en una solución para evitarlo? No quiero participar de un plan así.

    — Yo tampoco, la última vez que fuimos a Zenith perdimos a varios compañeros — Xander habló recordando aquel evento del pasado — Y cuando Frans se infiltró, lo terminaron asesinando. Fue por eso por lo que estuve loco por mi venganza contra ellos. No quiero tener que volver a entrar a su país para un conflicto como el que Abel propone.

    — ¿Qué otra opción hay? — Noak no se sentía muy bien siendo el único que aceptaba que la idea de Abel debía seguirse — Natasha, ¿a ti se te ocurre algo?

    Las miradas de los cuatro soldados se centraron en su líder, quien agachó la cabeza bastante pensativa mientras intentaba que surgiera en ella un plan o una idea simple que les permitiera evitar un conflicto de tal magnitud que podría ser interpretado por los otros países como un acto de guerra. La soldado simplemente quería unir fuerzas con los soldados de Zenith, todo por el bien de la misión de explorar el espacio exterior para descubrir las respuestas a la Catástrofe, teniendo en cuenta la amenaza que representó el ser que para ellos resultó ser invencible.

    La líder del equipo pensó por varios minutos, frente a la vista de todos, pero no logró encontrar un plan que no involucrara a ellos ingresando en Zenith. Fue entonces que obtuvo la respuesta que estaba buscando, y decidió comunicarla con todos.

    — ¿Ya sabes qué es lo que tenemos que hacer? — Gina tenía curiosidad por saber lo que iba a decir.

    — No realmente — Natasha contestó de forma enigmática — Sé qué es lo que yo voy a hacer. Y ustedes son libres de seguirme si así lo desean. Pero esto es algo a lo que no los puedo obligar.

    — Dilo, si puede evitar una guerra, lo queremos saber — Casey no quería participar en un plan como el de Abel.

    — Voy a cruzar la frontera hacia Zenith, y voy a dejarme capturar para pedir hablar en persona con su líder — la soldado sorprendió a todos con sus palabras — Abel nos ha enviado a morir por su estúpido orgullo. Ahora quiere que todos volvamos a hacerlo. Nos quiere meter en una guerra contra otro país, luego de que el mundo hubiera pasado años sin conflictos de ese estilo. Y no solo eso, nos ha dicho que nos pondrá en primera fila. No se lo voy a permitir. Ni tampoco voy a permitir que él me siga utilizando para explorar el espacio exterior poniendo en peligro mi vida. Voy a unirme al ejército de Zenith, y a partir de ahora, voy a continuar la misión junto a ellos. Bajo el mando de un líder diferente. Uno que es razonable. Uno en el que podemos confiar en que no antepone su orgullo por encima de nuestro bienestar.

    — ¿Realmente consideras que eso es lo mejor? — Noak preguntó algo asombrado por esas palabras de su compañera.

    — Así es, Noak — Natasha le contestó con mucha tranquilidad — A mis ojos, esto es lo mejor. No quiero que mi país participe en una guerra, así que cuando entre a Zenith voy a advertirles de todo para detener a Abel antes de que ocasione un conflicto del que vamos a terminar arrepentidos. Siempre estuvimos haciendo lo que él creía mejor. Así que ahora voy a hacer lo que yo creo mejor. Después de todo, creo que tengo el derecho de hacerlo. Considerando que sus planes han fallado. Pero no los puedo obligar a que vengan conmigo. Lo que estoy sugiriendo es un cambio de bando, y entiendo que esto es algo que no puede hacerse tan fácil. Por eso, que cada uno decida. Yo iré. Y no se sientan obligados a no dejarme sola. Sé del caso de alguien que se ha cambiado de bando en el pasado, y por lo que obtuvimos de Lathan hace tiempo, no le ha ido mal.

    Los cuatro soldados supieron a quien se refería exactamente Natasha cuando dijo esas palabras, y también lo que ella les quiso decir con eso. Ciertamente, todos los veían como un movimiento muy arriesgado por parte de la soldado, dado a que eso que iban a hacer sería considerado traición por parte de su nación. Tras haberse formado como militares y haber crecido en Black Meteor, hacer un cambio hacia otro país, el cual era considerado un enemigo por la historia que transcurrió en el pasado, estaba claro que no iban a ser recordados con buenos ojos por los habitantes de su país.

    Sin embargo, Casey se despreocupó de aquello tan pronto como entró en razón. Ella y Paul llegaron a la conclusión de que Magnus era un mejor líder que Abel, y por lo que Natasha había decidido, ella también se había dado cuenta. Si bien, la chica no tenía forma de saberlo con precisión, sentía en su interior que de haber realizado esa acción hace mucho tiempo atrás, Paul seguiría con vida. Lo que sí supo era que Paul seguramente elegiría cambiarse de bando junto con Natasha, y eso fue suficiente para que ella tomara su decisión.

    — Yo iré contigo, Natasha — su compañera, con la cual llevaba más tiempo conviviendo, fue la primera en hacer pública su decisión — No estarás sola cuando vayas a Zenith.

    — Te lo agradezco, Casey — Natasha tomó las manos de su compañera — Esto es lo mejor para nosotras.

    Xander supo que el plan de Natasha era la única forma de detener una guerra entre ambos países. No le gustaba del todo la idea de cambiarse de bando, y no lo veía como algo permanente. Él fue de los mejores soldados de Black Meteor, y tener que traicionar a su nación sería muy mal visto. Era algo que a él no le gustaba, pero tampoco quería ser enviado al frente en una guerra contra sus enemigos. Tal y como Natasha dijo, Abel siempre los envió a morir, y eso era algo que él aceptó como la verdad. Para él, lo más importante era evitar una guerra, y más que nada, conseguir las respuestas a la Catástrofe por las cuales había perdido a varios compañeros a lo largo de su vida.

    — Yo iré con ustedes dos — el ex subcomandante habló con firmeza — Pero quiero dejarles algo muy en claro. No pienso abandonar a mi país. Me rehúso a participar en una guerra, y a seguir en la misión de exploración espacial bajo el mando de Abel. Pero tan pronto como hayamos encontrado las respuestas a la Gran Catástrofe, esperaré a que Abel sea obligado a renunciar a su cargo de líder. Y luego, regresaré a Black Meteor. No me importa que me consideren un traidor.

    — Respetaré tu decisión, Xander — Natasha fue muy clara con él — Yo me quedaré en Zenith. Después de todo, creo que tengo una buena razón para hacerlo.

    — ¿Gina? ¿Noak? — Casey los miró para saber su elección — ¿Necesitan más tiempo?

    — No — la chica contestó decidida — Yo también me iré a Zenith con ustedes. Por seguir las órdenes de Abel fue que mi hermano terminó muerto. Si él hubiera aceptado los tratados de paz de Magnus, las cosas podrían haber sido diferentes. No sé si mi hermano estaría vivo hoy, pero no es necesario. Mi hermano ya no está, y fue por responsabilidad de Abel. Así que, no tengo motivos para seguirlo por más tiempo.

    Noak se sentía muy presionado para hablar. Todos sus otros compañeros habían optado que la mejor decisión era dejar atrás el país en el que se habían formado como militares, por el cual él sentía un gran orgullo al pertenecer. Incluso Xander, que, a sus ojos, era el más razonable de todos en sus motivos, consideró que abandonar a Abel era algo necesario. Noak no quería dejarlo atrás. Cierto era que Abel les entregó todo para que ellos pudieran participar en la misión, y que incluso luego de que Natasha eligiera cambiar el curso de esta, ellos habían fracasado. No veía correcto abandonarlo cuando se suponía que eso era un error, y ciertamente, no lo iba a hacer.

    — No… — el soldado se rehusó — No puedo hacer esto. Abel puede haberse equivocado en sus decisiones, y puede que varios de nuestros compañeros hayan muerto. Pero en el pasado, Zenith causó un daño enorme a nuestro país. ¿Acaso creen que saquear nuestros recursos es algo que se pueda olvidar? Si elijo irme con ustedes, estaría ignorando las vidas de aquellos compañeros que vivieron el pasado y que murieron para defender nuestra nación del saqueo. Abel puede haberse equivocado, pero él defiende el orgullo de nuestro país. No lo dejaré atrás.

    — Noak, ¿realmente estás considerando esto? — Gina se acercó a él algo decepcionada — Eres alguien inteligente. ¿No te das cuenta de que Abel utiliza el orgullo a nuestro país para enviarnos a morir en estas misiones? ¿Qué vale más para ti? ¿El orgullo por tu nación o tu vida? Porque yo valoro más mi propia vida. Y créeme que, si mi hermano estuviera vivo, pensaría igual.

    — Escuchen, tal vez a ustedes no les importe, pero a mí sí — Noak confrontó a todos sus compañeros — Así fue como me educaron. El país es lo más importante. Y Abel lo sabe. A mí tampoco me gusta la idea de participar en una guerra, pero no hay otra opción. Pónganse en el punto de vista de él. Terminó así por intentar salvar nuestro orgullo. No me molestaría cooperar con Zenith… pero cambiar de bando y darle la espalda a quien levantó un país golpeado por la guerra y la Catástrofe es algo que no me podré perdonar nunca.

    — ¿Qué es lo que piensas hacer ahora? — Natasha quiso saber cuáles serían los siguientes pasos de su compañero — He dicho que no estaban obligados a seguirme, pero quiero saber qué es lo que harás.

    — No pienso delatarlos, si eso es lo que te preocupa — Noak decía la verdad en ese aspecto — Yo tengo mi punto de vista, y ustedes tienen el suyo. Así que, son libres de hacer lo que ustedes crean correcto. Confío en que Abel hará lo que deba.

    — Noak, si nos delatas, Abel aún te enviará en primera fila a una guerra contra Zenith — Xander habló con él cara a cara.

    — Lo sé, y acabo de decirte que no los pienso delatar — Noak le contestó, aceptando el reto de su compañero.

    — Noak, ¿realmente no hay forma de hacerte cambiar de opinión? — Gina no quería dejar las cosas así.

    — No, Gina, lo lamento — Noak sabía el motivo de sus palabras — Pero yo tomé mi decisión, y tú tomaste la tuya.

    — Entonces, supongo que en siete días nos vamos a despedir — su compañera se mostraba triste por tener que separarse de Noak, luego de todo lo que había vivido junto a él.

    — Así parece — Noak no se mostraba arrepentido de nada — Les deseo la mejor de las suertes en Zenith. Ojalá sepan lo que hacen.

    Habiendo todos decidido lo que iban a hacer, con cuatro soldados que iban a infiltrarse en el país enemigo para solicitar un cambio de bando, y uno de ellos que eligió que lo mejor era quedarse en casa, todos supieron que el fin del viaje marcaría el comienzo de una nueva etapa en sus vidas.

    Pronto, Noak, Xander, Gina y Casey marcharon a sus dormitorios para poder descansar tras la conversación con Abel, dejando a Natasha sola en la sala de comandos. La soldado no tenía problemas en estar a solas en ese momento, ya que supo que sería bueno para poder aclarar sus pensamientos. Estos no tardaron en volverse hacia alguien de su pasado.

    — Debí haberme marchado contigo hace mucho tiempo — Natasha recordó a su primer líder y también pensó en el sueño que tuvo hace algunos días — Pero pronto tomaré el mismo camino que tú… Sé que estás con vida, explorando el espacio… y eso significa que debes estar arriesgando tu vida también. Solo te pido que sobrevivas, y que no tardes mucho en volver a la Tierra. Quiero verte.

    El silencio no tardó nada en volver a reinar en el interior de la nave de Black Meteor, tal y como era una costumbre en todos esos días durante las últimas dos semanas. Tras haber aclarado su mente, la soldado puso toda su atención en las máquinas que tenía al frente. Estaba muy cerca de la Tierra como para permitir que un desperfecto accidental terminara ocasionando una tragedia para ella y sus compañeros.

    […]

    Era de noche, y en las afueras de una pequeña universidad de Zenith, se estaba festejando el recibimiento como profesionales de varios alumnos de esta. Médicos, abogados, ingenieros, técnicos y hasta profesores celebraban que sus estudios habían terminado. La universidad lo festejaba a lo grande con una fiesta con música electrónica y bailes entre todos los graduados. La entrada a la fiesta era libre y gratuita, pero las bebidas no lo eran.

    Entre la multitud de jóvenes, algunos que se graduaban y otros que solamente hacían compañía para felicitar a sus familiares o amigos, se encontraba el infiltrado Lathan. El joven espía de Black Meteor, en una de sus migraciones hacia una nueva base militar para obtener información, se topó con la fiesta y decidió entrar por un momento para poder despejar un poco su mente.

    Sin embargo, ese momento fue cortado cuando su dispositivo otorgado por Abel comenzó a vibrar. Lathan supo que todos los jóvenes debían estar tan concentrados en las bebidas y en el baile que no le darían el más mínimo de atención, por lo que se alejó del lugar para poder tomarlo y establecer una comunicación con quien lo estuviera llamando.

    Al contestar, se dio cuenta de que se trataba de Nick Mardh, el jefe de ingenieros electrónicos de Abel, quien colaboraba con él frecuentemente en su misión de espionaje. Lathan lo conoció, pero hacía mucho tiempo que no hablaba con él. Pero eso no impidió que contestara el llamado.

    — Hola, Nick — el espía lo saludó con amabilidad — ¿Qué tal ha ido todo?

    — Por suerte, bien — Nick le contestó a su compañero — Abel me ha pedido que te pase un encargo, dado a que él está ocupado revisando archivos sobre el ejército.

    — ¿De qué se trata? — Lathan se sorprendió de que Abel se encontrara con ese trabajo.

    — Cuatro de los soldados que partieron al espacio han muerto, y por eso, optaron por regresar — Nick lo puso al día — La misión del subcomandante Xander para capturar a los soldados de Zenith y forzar una negociación ha fracasado. Abel tiene en mente una invasión total de su ejército al país en el que tú te encuentras. Me ha pedido que te de tu nueva misión. Deberás buscar una forma de meterte discretamente a la sala de máquinas de una base militar y obtener códigos de acceso para descubrir las ubicaciones más vulnerables de todo el país, junto con la distribución geográfica de bases militares y la mayor información posible del país.

    — ¿Qué se supone que haga con eso? — Lathan estaba algo confundido.

    — Solo tienes que recolectar esa información — Nick le explicaba con cuidado — Luego de eso, deberás marcar en una aplicación que te voy a pasar, la ubicación de dichas bases y puntos vulnerables, junto con el número de soldados. Al final de todo, vas a tener que marcar un sector en el que te vas a ocultar, y tan pronto como empiece el ataque, un grupo de soldados te sacará de allí. En resumen, pasarnos información sobre el estado del ejército de Zenith, y luego elegir un lugar donde te extraerán. La aplicación que voy a instalar en tu dispositivo incluirá un tutorial que podrás mirar cuantas veces quieras. Tu tarea, por el momento, es buscar una base militar y ver cómo te las arreglas para acceder a la sala de servidores. Estoy trabajando en una aplicación de registro de teclas. Cuando al tenga lista, conectarás tu dispositivo a dicha computadora, y el programa infectará esa máquina. Recibirás todas las teclas que sean presionadas en dicha computadora, y eso ayudará a deducir su contraseña. Con la contraseña, entrarás y descargarás toda la información.

    — No te estoy entendiendo nada — Lathan quiso frenar a su compañero allí mismo.

    — Al conectar tu dispositivo a la máquina, esta se verá invadida por un programa “inofensivo”, el cual registrará cada vez que alguien presione una tecla. Luego, te enviará por correo la lista de teclas presionadas. Tú deberás deducir la contraseña de esa máquina y entrar para robar toda su información.

    — ¿Cuánto tiempo tengo para esto? — Lathan se vio preocupado, dado a que esa era la misión más difícil, al menos para su entendimiento, desde que fue convertido en un espía de Black Meteor.

    — Fácilmente, tendrás un mes para esto. Así que descuida. Tú no te preocupes por nada y deja que mi equipo y yo nos encarguemos de la parte informática. Tu trabajo es dedicarte a robar todo lo que puedas y anotarlo para Abel.

    — Entendido, Nick — Lathan supo que debía confiar en él — ¿Algo más?

    — Abel me pidió que te preguntara si tenías algo de información nueva que pudieras haber anotado o que quieras decir en voz alta en caso de no poder hacerlo — Nick investigó un poco más sobre la misión del chico.

    Lathan supo que lo único relevante que había ocurrido en esas semanas en las que él estuvo infiltrado fue la revelación de que Ace, alguien a quien acababa de recordar hacía muy poco tiempo, se había convertido en comandante del Zenith. Sin embargo, considerando que el grupo de Xander pronto regresaría a la Tierra y que su misión fracasó, eso quería decir que esa información no resultaría en nada útil para Black Meteor en ese momento. Al no ver beneficios ni tampoco querer compartirla, Lathan optó por dejarlo todo como estaba.

    — Nada importante, Nick — el soldado siguió con su secreto.

    — Entonces me despido de ti ahora, niño — el ingeniero lo saludó con respeto pese a llamarlo de esa forma — Cuídate mucho. Y trata de elegir un punto seguro para cuando el ejército tenga que sacarte de ahí.

    — Lo haré, descuida — Lathan supo que en el momento de que lo rescataran, sería el final de su misión como espía de Black Meteor — Dime, ¿qué tal si luego de que me lleven a casa me enseñas tus habilidades? Si Black Meteor invade, supongo que ya no me necesitará como infiltrado.

    — Mis habilidades no son algo que yo te pueda enseñar así nada más, necesitarás formación, niño — en esa ocasión Nick sonó algo arrogante con su compañero — Después de todo, dos títulos de ingeniería no se obtienen de la noche a la mañana.

    — ¿Cómo consigo uno? — Lathan no tenía idea de qué estaba hablando Nick.

    — Cuando nos veamos en persona te lo diré, y te llevaré con gente que te pueda enseñar — el ingeniero sabía la condición académica del joven espía — Te prepararán bien.

    — Está bien, es un acuerdo — Lathan supo que tenía que regresar a trabajar — Nos vemos, Nick.

    Tras haber cortado la llamada, el infiltrado de Black Meteor volvió a la fiesta para disfrutar un poco más de la música y el baile. Tal y como él llegó a pensar, nadie sospechó o siquiera notó su ausencia. Eligió que pasaría un tiempo más en la fiesta para divertirse y luego se pondría a buscar una base en la que podría obtener información sobre Zenith.

    Al entrar en la pista, Lathan pensó en toda la gente que disfrutaba el momento con risas y sus seres queridos, recordando su charla con Nick, y teniendo presente lo que vendría después.

    — Si el ejército invade, toda esta gente saldrá lastimada — pensaba Lathan mirando los rostros de los chicos y chicas jóvenes — No tengo idea de por qué Abel necesita tanto atacar. Quisiera poder entender mejor este mundo tan complicado…
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, tras leer este magnífico capítulo, el cuál me ha gustado muchísimo, pasaré a comentarlo as always XD.

    Parece que, definitivamente, Black Meteor hace aguas en todos los sentidos. Su grupo de élite enviado al espacio ha quedado muy mermado, su líder está empeñado en elegir el camino difícil y lo que se avecina para la Tierra no es nada alentador. Me parece increíble que Abel no crea a sus soldados sobre Arion y su amenaza. Entiendo su enfado sobre el fracaso de la misión, tristemente para ellos, BM siempre queda atrás del Zenith y para personas orgullosas como lo es su líder, es jodido de asimilar. Pero una alianza sería lo mejor y es posible, si olvidan el pasado. Aunque viendo la situación, si uno no quiere, dos no se pelean y justo es todo lo contrario. Abel atacará Zenith y el grupo estará en el frente. Y ahora diré que entiendo al equipo, la decisión que han tomado. Incluso entiendo a Noak, que por su personalidad y carácter, ha tomado la decisión que esperaba. El resto van a cruzar la frontera y unirse al Zenith, un hito que solo el propio Ace fue capaz de hacer. Ha sido muy bueno ver ese paralelismo entre él y Natasha, quién decide ante la sorpresa de todos, de huir hacia su país rival. Casey, Gina y Xander la acompañarán, por lo que se va a poner muy interesante el regreso a la Tierra.

    Finalmente, vemos al espía de Black Meteor disfrutando de una fiesta random entre jóvenes universitarios (no sabía que ser espía era tan divertido XD). De pronto, le contacta el ingeniero Nick para darle su siguiente misión ante la ausencia de su líder Abel, ocupado en miles de cosas imagino. Lathan deberá entrar en una base militar y obtener toda la información posible sobre puntos vulnerables de entrada al país, todo con el objetivo de que la invasión por parte de BM sea más sencilla. Lathan no parece verlo del todo claro y es que nadie en su sano juicio lo haría, pero bueno, parece que salvo milagro, BM va a invadir a Zenith...

    En fin amigo, ha sido un muy buen capítulo, la verdad. No puedo esperar a ver que ocurre próximamente. ¡Hasta pronto!
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    8217
    Saludos. Dado a que mi fin de semana puede que sea un poco ocupado, he decidido publicar el capítulo pendiente de LGC VI ahora mismo, de modo tal que no me quede sin la oportunidad de hacerlo durante el finde.

    Quiero agradecer una vez más y como siempre a mi amigo Manuvalk por estar semana a semana leyendo la historia con la misma pasión que en el primer día. Un largo tiempo ha transcurrido (ya más de 5 años :) ) desde que empezamos en este recorrido, y él sigue estando ahí para leer, comentar y brindar su apoyo a la historia. Lo digo muchas veces, pero es porque realmente significa mucho para mí.

    Dado a que este capítulo es algo largo, no me queda más por decir. Los dejaré leer tranquilos. Hasta la siguiente.










    Cruzando la frontera:

    Varias naves garak descendían en el planeta donde dicha especie compartía su vida junto a los últimos miembros de la especie de los xaromitantes. Mientras las naves se encargaban de aterrizar en una plataforma de gran tamaño, varios miembros de la especie garak llegaban al lugar para recibir nuevamente a sus compañeros que se habían marchado, siendo algunos de estos familiares de los recién llegados.

    El único representante del pueblo xaromitante entre toda esa multitud de garaks era nada más y nada menos que su líder, Terrior. El resto de los suyos se encontraban realizando tareas. Al saber que los únicos que iban a regresar serían Wida y Lankir, optaron por mantenerse en sus tareas y no ir a recibirlos, pese a que se trataba de miembros de su misma especie, con los cuales habían compartido un momento muy difícil de su vida. Su ausencia causó molestias en Terrior, quien pronto entendió que para esa gente hacer su trabajo era más importante que recibirlos. Sin embargo, él no se sentía en una posición para poder juzgarlos, y por eso, no lo hizo.

    De una de las naves descendieron varios miembros del ejército garak, comandados por su líder Asmir y por la hermana del fallecido Likar, Kila. Ambos iban al frente, pero distanciados demasiado el uno del otro, guiando a un pequeño escuadrón de soldados. Cuando vieron al líder de los xaromitantes, se detuvieron para hablar con él, mientras que los soldados siguieron su trayecto hacia el interior de un edificio que estaba en las cercanías.

    — Tiempo sin vernos en persona — comentó el líder de los xaromitantes — La última vez que nos vimos fue cuando partiste a enfrentarte a Allecreod.

    — Hemos estado hablando periódicamente — Asmir le recordó la rutina de los últimos días — ¿No ha sido suficiente para ti?

    — Debes estar muy estresado — Terrior no tomó para bien esa contestación, pero comprendió que debió ser un viaje y una misión difícil — Yo aún sigo sorprendido por todo lo que escuché. Y más desde que vi ese video que me enviaste.

    — ¿Vas a participar en el enfrentamiento contra los edagrianos? — Kila supo que Terrior estaba al tanto de la verdad tras la Catástrofe.

    — Es el responsable directo por la pérdida de mi planeta — Terrior le contestó indirectamente — Sería un cobarde si no participara.

    — Bien, porque necesitaremos a todos los que puedan portar un arma en esta batalla — Asmir le aclaró la importancia de la guerra que iba a venir — Si pudieron enviar una catástrofe a nuestros planetas, seguro deben contar con un arsenal súper poderoso.

    Terminada la conversación, Asmir y Kila se unieron a los soldados que se marcharon al interior de la plataforma, dejando a Terrior a la espera de poder ver a su hijo y a Wida. Estos no tardaron en bajar de la nave, junto a tres garaks que arrastraban una plataforma con ruedas sobre la que estaba colocado Xorxaik. Lankir y Wida iban detrás de ellos. El líder xaromitante centró la vista en el robot, impresionado por su tamaño. Había escuchado los reportes sobre el combate, pero verlo en primera persona fue impresionante para él.

    Sin embargo, su atención giró hacia su hijo y a la guerrera de su especie. Al verlos, notó una cara de tristeza en ambos, por lo que él, como líder, sintió que era responsabilidad suya darles un abrazo a los dos. Estos lo correspondieron, apoyando cada uno su cabeza en uno de los hombros de su líder. El silencio entre los tres se cortaba de vez en cuando por las voces de los garak que seguían bajando de la nave, hablando entre ellos mientras acudían al edificio.

    — Bienvenidos de regreso — Terrior se sintió aliviado de verlos — Y lo lamento mucho…

    — Yo lo siento por ti, papá — Lankir pronto miró a su progenitor a los ojos — Sé que tú y el general eran buenos amigos.

    — Lo fuimos… — un aire de nostalgia invadió a su líder — Pero ahora él ya no está.

    — Al menos su cuerpo sí pudo ser recuperado — Wida recordó las charlas que oyó en la nave mientras iban hacia su destino — Aurio fue asesinado por Kenegar, y su cuerpo quedó tirado para que unas bestias de mierda lo devoraran. No lo podremos enterrar. Igual que sucedió con mi hermano.

    — Lo lamento mucho, Wida — Terrior quiso consolar a su soldado — Nadie merece esto que estás pasando. Sé que él y tú eran pareja, y yo estuve devastado al perder a la mía.

    — Necesito descansar — la mujer pronto se apartó de ambos — Aún no he tenido tiempo para llorar en silencio y en tranquilidad. Es imposible tener eso en una nave. Luego me pasaré por la tumba de Orikrof.

    Lankir miró con tristeza como su expareja se marchaba con la cabeza agachada hacia el interior de aquel edificio donde los soldados garak se habían dirigido. Luego de haber pasado un largo tiempo alejado de su padre, en el cual hubo ocasiones donde llegó a creer que no podría volver a verlo, el joven xaromitante quiso aprovechar para hablar con él sobre ciertos temas.

    — ¿Lo has visto? — Lankir hizo referencia al video que los humanos obtuvieron.

    — Claro que lo vi, y no pude creerlo — Terrior le contestó — Tú no estuviste allí. Creo que fue para bien. Hiciste lo correcto al quedarte a ayudar a cambiar el bando de esa máquina asesina a nuestro lado.

    — Lo vamos a necesitar más que nunca — Lankir recordó lo que vio cuando era un prisionero — No sé si tú habrás tenido la oportunidad de ver a las bestias de Fientlig, pero este robot las despachó a todas con facilidad.

    — Son cosas impresionantes, me alegra que encuentres una forma de aportar que no sea en el campo de batalla — Terrior se sintió tranquilo por un momento — Eso valdrá varios puntos para cuando toque partir a la guerra. Quizá no te manden al frente.

    — Será una guerra difícil — Lankir recordó los eventos del pasado — No participé en ninguna guerra en todo mi tiempo de vida, así que mi primera vez es una situación que me puede quedar grande. Es más, casi no tuve participación en Emiv, y ni hablar en Ryfier.

    — Lo haremos bien, el futuro de nuestra raza depende de ello — Terrior se veía preocupado por aquello — Y hablando de eso… Wida ahora es nuestra única guerrera al cien por ciento en su naturaleza. Eso quiere decir que ahora, ya sea que muera o no, deberán pasar muchos hasarbs hasta que vuelva a nacer alguien con una naturaleza similar.

    — Supongo que tendremos que enseñarles a los otros el arte de luchar con armas, y fabricar armas de gran poder destructivo, como mi cañón — el hijo habló desde su punto de vista.

    — Y lo necesitaremos pronto — Terrior coincidió con él — No quiero quedarme en este planeta para siempre, y estoy seguro de que los garak tampoco lo quieren. Llegará un momento en donde una de las dos especies decidirá que este planeta solo le pertenece a los garak, y si lo llegan a decidir ellos…

    — Podría ser un enfrentamiento peligroso — Lankir sintió la preocupación de su padre.

    — Exactamente, pero eso es un problema que atender para cuando hayamos eliminado a los edagrianos — Terrior supo que los ojos los debían tener puestos en el presente — Si no lo logramos, ellos acabarán con nosotros y este planeta les pertenecerá a ellos.

    Habiendo terminado esa conversación, Terrior tomó a su hijo de forma amistosa, sujetando su hombro con su mano y ambos empezaron a caminar juntos hacia el interior del edificio. El xaromitante hijo del líder notó que su padre no le hizo ninguna pregunta por la nave, la cual, en ese momento se encontraba en posesión de los humanos de Zenith. No creyó que él se olvidara de ello, pero no le cerraba del todo que no hiciera preguntas al respecto.

    — ¿Los humanos van a pelear? — Terrior hizo una nueva pregunta a su hijo — Y no me refiero a los de Zenith. Me refiero a todos los demás.

    — Eso es lo que nos han prometido — Lankir supo que todo dependería de la forma en que los humanos manejaran la situación — Esperemos que sí. Nos hará falta.

    […]

    La nave de Black Meteor, tras un largo viaje lleno de sucesos desagradables para sus integrantes, finalmente consiguió entrar en la atmósfera del planeta Tierra. En tan solo dos minutos, la nave aterrizó en una plataforma de aterrizaje para posteriormente, ser llevada a un hangar. Una vez dentro, los cinco soldados sobrevivientes del equipo de originalmente nueve tripulantes que partió hacia una misión para emboscar a los soldados de Zenith terminaron por descender. Abel se encontraba allí mismo, esperándolos junto a otros profesionales del país.

    Natasha iba al frente del equipo, seguida de Xander, Casey, Gina y Noak, este último más al fondo del grupo. Tan pronto como aparecieron, todos los que estaban acompañando a Abel entraron al hangar dado a que iban a realizar una inspección en la nave, para verificar su estado. El líder estuvo a solas con los soldados del grupo, y su cara no difería en nada de la que tuvo en la llamada con ellos hacía días atrás.

    — Sean bienvenidos — pese a su expresión, habló con amabilidad — Los últimos soldados que viajaron al espacio antes de la unificación de países.

    — ¿Ya está decidido el plan de ataque? — Natasha se mostró muy seria con esa pregunta.

    — Ni un “gracias”, entonces, así es como va a ser — Abel se mostró disconforme con ese comentario de la soldado — Seré honesto con ustedes, Lathan aún no ha encontrado la forma de acceder a una sala de máquinas en la base en la que se encuentra infiltrado. El plan es que entre, conecte su dispositivo ahí, y de esa manera pueda obtener acceso.

    — ¿Lo tienen muy vigilado? — Xander quiso saber si el joven espía a quien ellos casi asesinaban se encontraba bien.

    — No fueron esas sus palabras — Abel le contestó — Hay mucha vigilancia puesta sobre la sala. Él necesita más tiempo para descubrir los horarios en la rutina de los soldados. Una vez lo haga, podrá acceder a la sala y ese será el primer paso para el robo de información.

    — En otras palabras, el ataque hacia Zenith va a esperar un tiempo — Noak supo reconocer la situación con poco contexto.

    — Por más que me disguste, así es — Abel les contestó — Así que será mejor que aprovechen este tiempo para descansar. Tenía pensado ponerlos a entrenar con todos los soldados que iban a marchar a la invasión, pero como todavía no hemos podido recolectar nada, no es necesario apresurarnos. Disfruten estos momentos, porque luego ustedes van a tener que compensar varias cosas cuando demos comienzo.

    — ¿Podemos irnos a nuestra base? — preguntó Gina, algo curiosa para ver qué era lo que les contestaba su líder.

    — Pueden si eso quieren — Abel no dijo nada más — Tomen un vehículo y vayan a ese lugar. Pasarán dos noches reflexionando sobre su fracaso por su cuenta. Luego, empezaré a enviar soldados hacia su ubicación.

    Esas palabras les confirmaron a los soldados que tenían pensado cambiar de bando el tiempo que tenían disponible para realizar dicha acción. La primera noche sería pronto, dado a que su descenso en la Tierra fue hecho a unas cuatro horas después del mediodía. Por lo tanto, tenían menos de dos días para poder poner en marcha su plan.

    Todos vieron como Abel se unía a los profesionales de su país que realizarían la inspección correspondiente a la nave, por lo cual, optaron por marcharse en silencio, y seguir discutiendo su próximo movimiento en la tranquilidad de la base. Xander fue quien tomó el asiento de conductor en un vehículo militar con capacidad para seis pasajeros. Natasha, Gina y Casey se sentaron en el asiento de atrás, y Noak, por un momento, dudó sobre si le convenía subir o no. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que, si dejaba marchar a sus compañeros, no tendría la posibilidad de despedirse, así que finalmente se subió.

    Una vez todos estuvieron a bordo, Xander condujo el auto en silencio hacia la base en donde ellos habían conocido a Lathan, la cual funcionó como un hogar para todos ellos en los últimos meses, sobre todo para Natasha, Xander y Casey, mientras que Gina y Noak no pasaron demasiado tiempo allí. Sabiendo que no era lo más seguro hablar a bordo del vehículo en el caso de que tuvieran un micrófono oculto activo, ellos se mantuvieron en silencio hasta que el trayecto llegó a su fin.

    Al llegar a la puerta de la base, Xander apagó el vehículo y bajó primero. Los otros cuatro lo siguieron y de esa manera, todos entraron en la base. Con ganas de sentarse y relajarse, los soldados fueron al comedor. En dicha sala, pudieron ver que todavía quedaban provisiones no perecederas con las cuales podrían prepararse algo para comer. No había nada nuevo en el lugar, lo cual confirmaba que nadie había entrado desde que ellos se ausentaron. Eso les aseguraba que su siguiente conversación no podría ser escuchada, por lo que dio inicio.

    — No hay mucho tiempo para discutir — Natasha comentó a todos sus compañeros — Pasado mañana podríamos tener algunos invitados aquí. Lo mejor será que partamos hoy a la noche.

    — ¿Qué es lo que deberíamos hacer? — Gina quería saber cómo iban a proceder — ¿Llevamos algún arma para protegernos?

    — No, nada de armas — Natasha no quiso verse amenazante — Armaduras tampoco. Cada uno de nosotros llevará un bolso con provisiones, ropa y artículos de higiene para poder convivir allí. Iremos con nuestros uniformes de Black Meteor, para que ellos sepan que somos de aquí tan pronto nos vean, y así no se llevarán ninguna sorpresa cuando empecemos a hablar con ellos.

    — Supongo que es algo posible de hacer esta noche — Xander habló, de acuerdo con la idea de Natasha — Pero para eso necesitaremos partir ahora para buscar bolsos con cosas en nuestras casas. Si tardamos mucho tiempo, terminaremos saliendo a la madrugada.

    — ¿Creen que sea buena idea que cada uno vaya por separado en el transporte público y luego nos reunamos aquí? — Casey pronto tomó la palabra — ¿O creen que deberíamos llevarnos el vehículo para ir casa por casa buscando cosas?

    — Ese vehículo que tomamos funciona con combustible, y no con energía solar o eléctrica — Xander lo miró bien al momento de estar arriba del mismo — No sé bien en donde viven todos, pero puede que tengamos que hacer una parada para recargar combustible si intentamos ir de casa en casa. Eso llamaría la atención.

    — Tardaremos más, pero yendo cada uno en el transporte hacia su respectiva casa, nadie sospecharía de nosotros — Natasha lo vio como la mejor opción — Después de todo, mucha gente todavía no sabe quiénes somos.

    — Entonces supongo que cada uno de nosotros ya tiene claro a donde debe ir — Casey se puso de pie tras terminar de comer lo que se preparó — ¿Una hora en particular para partir?

    — Cuando todos estemos listos partiremos — Natasha lo dejó muy claro — Pero eso no quiere decir que tendremos tiempo de sobra. Así que, si alguien se tarda demasiado, lo esperaremos hasta la una de la mañana. Es imposible que ir y venir, incluso en transporte público, nos tome tanto tiempo. Si para esa hora alguien no llegó a este lugar, entonces quiere decir que no siente deseos de irse.

    — Bueno, ya sabemos lo que hay que hacer — Gina también terminó su pequeño refrigerio — Noak, todavía estás a tiempo de reconsiderar tu decisión. Si deseas venir con nosotros, puedes hacerlo.

    — Yo tomé mi decisión, Gina — el soldado habló por primera vez desde que regresaron a la base — Respétenla, como yo he respetado la suya.

    Viendo que su compañero no compartía la idea de marcharse al país enemigo para unirse a su ejército y así poder frenar el conflicto que Abel estaba centrado en provocar, además de ser una opción para evitar tener que partir al espacio nuevamente en soledad a poner sus vidas en riesgo, todos los demás soldados en la base se pusieron manos a la obra.

    Noak los miró a todos abandonar el lugar para dirigirse cada uno a sus respectivas casas para así tomar sus pertenencias y así poder partir hacia lo que sería su nuevo destino. Una vez que todos se ausentaron, el soldado quedó totalmente solo en la base. Aburrido y sin nada que hacer, puesto a que no tenía televisor, ni equipos de música ni computadoras, Noak empezó a recorrer el lugar de arriba abajo para aclarar sus pensamientos. Llegó un momento en el que tuvo dudas sobre si quedarse totalmente solo sería la mejor opción. No quería abandonar su país, ni a su líder, dado a que él respetaba las decisiones que el hombre que los envió al espacio tuvo que tomar. Sin embargo, el quedarse significaría que tendría que inventarse una buena excusa para cuando llegaran más soldados y lo encontraran a él en solitario.

    Para el soldado era evidente que el día de mañana tenía que reportar las ausencias de sus compañeros, pero no quería que eso los perjudicara de alguna forma. A pesar de que no compartía su deseo para abandonar el país, no deseaba que les pasara nada, dado a que ellos tenían una opinión que era totalmente válida y debía ser respetada.

    […]

    Las diez de la noche habían llegado, y todos los soldados que iban a partir se encontraban en las afueras de la base, cargando los bolsos en el vehículo militar. El plan que habían trazado era acercarse a la frontera, y luego, abandonar el vehículo allí, para poder cruzarla a pie. Noak los veía a todos con algo de tristeza, puesto a que sabía que, si ambos países no iban a unirse, quizá ya no podría volver a verlos.

    Gina sentía lo mismo por Noak, y también sentía otra clase de emoción por él, por lo que se le acercó para intentar convencerlo de que se fuera con ella.

    — Noak, ¿realmente esto es lo que quieres? — Gina repitió su pregunta — Sé que ya te lo pregunté, pero necesito que seas honesto. ¿Te quedas por convicción propia o porque le temes a algo o a alguien?

    — Me quedo porque yo he decidido que eso es lo que quiero, Gina — Noak fue firme con su decisión — Créeme, si yo realmente quisiera irme de aquí, habría sido el primero en proponer la idea.

    — Entonces, supongo que esto es un adiós — Gina no se sentía tan bien al despedirse de él — A diferencia de Xander, yo no volveré si Abel deja de ser nuestro líder. Me quedaré allí junto a Natasha y Casey. Así que…

    — Es tu decisión, Gina — Noak la tomó de las manos — No puedo detenerte.

    — Si te arrepientes, puede que ya no puedas venir… — la chica hizo una pausa para mirarlo a los ojos, ayudándose con la luz del exterior de la base — En cualquier caso, si ya no te vuelvo a ver, quiero que sepas que agradezco lo que hiciste por mí. Y que realmente te extrañaré.

    — Yo también te extrañaré, Gina, pero no estaba listo para dar un paso más en mi relación contigo, ni tampoco tengo el deseo de marcharme de aquí — Noak recordó lo agradable que fue cuando ella cambió de habitación para estar con él — A ti también te agradezco por lo que hiciste por mí esa noche. No me di cuenta de lo mucho que lo necesitaba hasta que lo hiciste.

    Sin ganas de decir una palabra más, ambos cerraron sus ojos y se acercaron para poder darse lo que era para ambos un beso de despedida. La soldado lo sintió con mucha pasión y tristeza, mientras que para Noak, la pasión fue inexistente, y ese beso solo tenía un único significado. Para no alargar más lo que sería el primer gesto de amor, y probablemente el último, que iban a mostrarse, ambos se separaron tras unos quince segundos. Ninguno de los dos tenía lágrimas en los ojos, pero era innegable que la tristeza estaba presente en ambos.

    Xander miró la escena con indiferencia, para luego volver la vista a Natasha. Cuando su compañera se percató de que él la estaba mirando, se dio la vuelta y alejó sus ojos lo más que pudo de su compañero. Casey lo notó, pero no sabía la razón por la cual ellos se comportaban así. Sin embargo, eso no era algo que le importara demasiado. El haber contemplado el beso entre sus compañeros que se despedían, le hizo pensar que en el último beso que ella y Paul se dieron, sin saber que ese iba a ser el último.

    — Al menos ellos dos saben que este es el final… — Casey los consideraba afortunados.

    Una vez que todo ese asunto terminó, Noak se despidió de todos los demás. Deseándoles suerte y estrechando sus manos, el soldado se aseguró de que todos estuvieran convencidos de que eso era lo correcto para ellos. Habiendo finalizado eso, Xander tomó el volante del auto nuevamente. Casey subió al asiento del copiloto y Gina junto a Natasha se sentaron en los de atrás.

    Noak se quedó mirando como el auto, tras haber arrancado, desaparecía cada vez más de su vista, hasta que, al cabo de unos segundos, ya no pudo seguir viendo su rastro. Había quedado completamente solo, y los demás tomaron su rumbo hacia un país enemigo, pero lo único que le importaba al soldado era que todo eso fue por el resultado de su libre albedrío.

    — Espero que pase lo que pase, no tenga que enfrentarme a ustedes en el futuro — ese era el deseo del mejor soldado de su promoción.

    Sin nada más que hacer en la oscuridad de la noche, el soldado entró a la base para descansar. Aún no había decidido de qué forma iba a reportar las ausencias de sus compañeros ante Abel para que no pareciera que él sabía sobre el asunto. Por lo tanto, tendría el resto de la noche para planteárselo.

    […]

    Magnus se encontraba frente a su monitor. Llevaba varios días seguidos sin recibir noticia alguna tanto de su propio escuadrón como de alguien desde el planeta Garak. Con tanto tiempo de silencio, el líder no tenía forma de saber si los suyos se encontraban en buen estado, o si simplemente, tanto ellos como los garak se encontraban ante una situación adversa. El hecho de que hubiera recibido la noticia de que ellos tuvieron que enfrentar a un conquistador de planetas, hizo que esa preocupación creciera. Nunca creyó que algo como eso llegase a ser posible, pero así fue, y luego de descubrirlo, ese miedo se sumó a la lista de cosas por las que habría que preocuparse.

    — ¿Habrán tenido problemas con ese conquistador? — preguntaba en su mente — ¿Habrán encontrado a otro? Si tienen problemas, ¿cómo es que los garak ni siquiera me avisaron? ¿Acaso los asesinaron a todos y no hay forma de saber en dónde están? Esto es lo malo de no contar con un telescopio tan potente, ni con otro equipo de soldados que puedan viajar al espacio.

    Pronto, en su monitor sonó una alerta. Alguien lo estaba llamando. Al ver su pantalla, el líder se dio cuenta de que se trataba de una llamada directa desde una de las bases de su país, la cual estaba muy cerca de una cárcel, la cual no tenía mucho tiempo de uso por el largo tiempo que transcurrió desde que algún nuevo prisionero apareciera, dado a que el crimen se redujo mucho tras la Gran Catástrofe. Curioso por saber cuál era la emergencia por la que lo habían llamado, Magnus optó por contestar.

    — ¿Buenas noches? — el líder pregunto, dado a que no tenía idea de si serían buenas o malas para quien estuviera llamando.

    — Saludos, Magnus — un militar a cargo de la base le habló directamente, y sin formalidades — Hay una noticia para usted. Una noticia algo rara.

    — ¿Qué ha sucedido? — preguntó el que era líder de Zenith.

    — La guardia fronteriza descubrió y atrapó a cuatro soldados del ejército de Black Meteor en la frontera — dicha respuesta provocó que Magnus abriera los ojos como dos platos al enterarse de eso — Todos ellos fueron arrestados y se encuentran en la cárcel.

    — ¿Cruzaron la frontera solamente cuatro soldados? ¿O han cruzado más y solamente pudieron atrapar a unos cuatro? — luego de recordar lo sucedido la última vez que un soldado de Black Meteor entró a su país, Magnus se preocupó.

    — La vigilancia reveló que solamente cuatro de ellos cruzaron — el militar contestó — No hemos recibido reportes nuevos desde aquel momento. Igualmente, mandé a reforzar los números en la frontera.

    — Hiciste bien, ¿qué era lo que intentaban hacer estos soldados al cruzar? — Magnus quiso saber a qué se enfrentaba — Deberíamos prepararnos para otro ataque, ¿es lo que me quieres decir?

    — En realidad, ellos dijeron que querían unirse a nosotros — el militar tampoco lo creía — No traían armas ni armaduras. Solamente portaban un bolso. Claro está que estamos analizándolo ahora mismo para ver qué han traído. Ya han sido inspeccionados y no traen ni bombas ni micrófonos ocultos en su ropa. Una vez termine el análisis de los bolsos, sabremos si sus intenciones son verdaderas. Por el momento, todos ellos están en la cárcel cercana a nuestra base.

    — ¿Unirse a nosotros? — no lo creyó al oírlo.

    — No le miento, señor, eso es lo que dijeron — el militar también se sorprendía — Si no me lo hubieran dicho, no les creería. Igualmente, eso no quiere decir que les crea. Le informaré tan pronto esto termine.

    — Iré para allá — el líder decidió que saldría de su base — Ya sea que sea verdad o mentira, quiero verlos con mis propios ojos. En persona de ser posible.

    — De acuerdo, lo estaremos esperando — el militar cortó la comunicación después de esas palabras.

    En medio de la preocupación por no recibir noticias de su grupo de exploradores, el cual estaba bastante reducido gracias a los conflictos recientes, el anuncio de la llegada de cuatro soldados que provenían de Black Meteor para ingresar a su país causaron un enorme interés en el líder de Zenith. Viéndolo como algo que tenía que ver con sus propios ojos, este salió de su oficina, le pidió a su secretaria que registrara toda la información que pudiera provenir del grupo del comandante Lakor o de los garak si alguien enviaba un mensaje en su ausencia, y luego de eso, fue directamente hacia la zona donde los helicópteros para descender a tierra firme se encontraban. Primero, la base de Zenith tendría que perder su altura para que así el vehículo aéreo pudiera funcionar.

    […]

    En una cárcel en el país de Zenith, los soldados de Black Meteor se encontraban aprisionados mientras varios soldados se encargaban de inspeccionar sus cosas. Cuando ellos optaron por cruzar la frontera, los militares del país enemigo no escatimaron en precauciones, y arrestaron de inmediato a los intrusos, llevándolos acto seguido a la cárcel, en donde solo ellos se encontrarían, dado a que no había criminales conocidos en aquel lugar.

    Xander se encontraba tras los barrotes de una celda mientras veía como un soldado echaba una mirada atenta en sus cosas, mientras que otro, armado con una ametralladora, se encontraba en el medio de ambos. El ex subcomandante de Black Meteor lo tenía claro. Si uno de ellos encontraba algo sospechoso, el guardia armado lo ejecutaría al instante. Por suerte y tranquilidad para él, no tenía nada más que ropa y artículos de higiene.

    — Oye, ¿cometiste un error al comprarte estos calzones? — le preguntó el inspector con una sonrisa al soldado — ¿O es que realmente tienes el culo tan pequeño?

    Su compañero echó una carcajada mientras dejaba su ametralladora en el suelo. El comentario de su amigo le hizo mucha gracia, pero a Xander le incomodó bastante.

    — No te burles de mí, aprovechado — el soldado de Black Meteor no se quería dejar tratar así — Quizá estés acostumbrados a los calzones anchos por tener un culo tan gordo. Mejor has algo de ejercicio, y no te pongas a bromear. Que no estoy de humor.

    — Oye, tranquilo, solo sorprende que alguien que se la pasa en el gimnasio, tenga glúteos tan pequeños — a diferencia de Xander, el soldado de Zenith tomó su ofensa con gracia — O tal vez no haces ejercicios con frecuencia.

    Xander, viendo que si le seguía la corriente volvería a ser molestado, optó por darse la vuelta para que no pudieran verlo al rostro.

    En otra celda, la cual se encontraba en un pabellón diferente, eran cuatro soldados de sexo femenino las que se encargaban de inspeccionar las cosas de Casey, Gina y Natasha, quienes se encontraban cada una en una celda diferente. Tres se encargaban de revisar los bolsos y la otra portaba un rifle semi automático. El procedimiento sería el mismo. Si se encontraban con algo sospechoso, podrían optar por disparar a las soldados. Sin embargo, ese no parecía ser el caso.

    — Oye, rubia, ¿esta tanga es tuya? — le preguntó una de las soldados a Natasha — Se ve increíble, y seguro te queda fenomenal. Si algún chico te ve con esto puesto, se derretirá por ti.

    — Cierra la boca, estúpida — a Natasha no le gustó ese comentario — Creí que tú entenderías más acerca de mi privacidad.

    — Bueno, supongo que ya sabemos quién es la que tiene más carácter — la mujer armada se asombró por la respuesta de Natasha — Apuesto a que tú eres la líder de este grupo. Mis amigos creen que el líder es ese chico que vino con ustedes. Pero tú tienes más pinta de mandar que él.

    — Bueno, mande quien mande, ella no trae nada raro — la mujer que inspeccionó las cosas de Natasha cerró el bolso.

    — Ni ella — la mujer que inspeccionaba las cosas de Casey también había terminado.

    — Ella también está libre de sospechas — la última se encargó de las cosas de Gina — Vamos — se aproximó a la celda para abrirla — Pongámoslos a todos reunidos. Y esperemos a que Magnus decida qué hacer con ellos.

    Fue así como las soldados de Zenith hicieron entrega de los bolsos a Natasha, Casey y Gina. Un minuto después, Xander fue llevado al mismo pabellón de celdas que sus compañeras, trayendo su bolso junto con él mientras era escoltado por los soldados que realizaron la inspección. El soldado fue colocado en una celda aparte, dejando así a todos los desertores de Black Meteor ocupando celdas distintas.

    — ¿Quieren hablar de algo? — el soldado armado les preguntó a los prisioneros — Magnus acaba de llamar y dijo que él vendría en persona a ver lo que tienen para decir. Pero pueden ir soltando la lengua.

    — Ya dijimos cuando fuimos arrestados que lo que teníamos para decir se lo diríamos a él — Natasha recordó el momento de su arresto.

    — Muy bien, en ese caso, disfruten de su momento a oscuras en este lugar — una de las soldados apagó la luz.

    Luego de dejarlos casi sin poder ver nada, puesto a que la poca luz que quedaba se filtraba por un pequeño tragaluz que se situaba en el techo, los cuatro miembros del equipo de Black Meteor se quedaron aislados pero juntos en las celdas. Cada una tenía una banca clavada a la pared, en la cual podrían sentarse, y así lo hicieron todos. Dando inicio una charla entre ellos.

    — Me pregunto si Ace tuvo que pasar por eso cuando cambió de bando — Natasha pensó en su compañero nuevamente.

    — Él formaba parte del equipo de Zenith cuando nos lo encontramos — Casey le recordó ese detalle — Está claro que a él no le pasó algo así.

    — Bueno, él los ayudó durante una misión de mucha importancia — Xander rememoró los relatos que Frans le dijo sobre ese suceso — Nosotros hemos aparecido de la nada, y por lo que se ve, su escuadrón continúa explorando el espacio exterior.

    — Si todo sale bien, nos uniremos a ellos — Gina recordaba las cosas que Lathan había dicho en una ocasión al dar un reporte — Ellos eran nueve según el informe que recibimos. Suponiendo que nadie haya muerto, si regresan, podríamos ser mínimo trece soldados. Tal vez más si eligen seguir sumando gente al ejército que explora el universo.

    — No nos adelantemos — Casey le contestó a su compañera — Primero hay que hablar con Magnus y convencerlo de que no queremos hacerle daño ni a él ni a su país.

    — Cierto, eso te queda a ti, Natasha — Gina depositó su fe en su compañera — Estoy segura de que has estado ensayando varias respuestas posibles ante un interrogatorio. Dado a que este plan es tuyo.

    — Trataré de que todo salga bien — su compañera asumió la responsabilidad — Después de todo, ustedes eligieron seguirme. Ahora no los puedo defraudar.

    Solo se necesitó una hora con diez minutos hasta que Magnus apareció ante ellos, pero para los soldados de Black Meteor que se encontraban en esa cárcel, se les hizo una eternidad. Las luces se encendieron de golpe, dejando ciegos momentáneamente a todos ellos, quienes pronto se pusieron de pie para pararse frente a las celdas.

    No tardó en aparecer la máxima autoridad de Zenith. El líder militar supremo en persona. Magnus, quien era un enemigo de Abel, al menos así lo consideraba este. Los soldados de Black Meteor optaron por empezar a hablar.

    — Usted tiene que ser Magnus — Natasha fue la que tomó la palabra inicial — No recuerdo su apellido, pero sé que se trata de usted. Abel nos ha contado mucho como para poder reconocerlo.

    — Supongo que no ha contado cosas buenas, pero sí, me llamo Magnus Hotfire — el líder se presentó oficialmente — ¿Con quién me encuentro hablando en este momento? O quienes, debería decir.

    — Natasha Zafiro.

    — Casey Lobo.

    — Xander Hexed.

    — Gina Hauk.

    — ¿Por qué eligieron venir hasta este lugar? — Magnus había escuchado lo que sus soldados le contaron — Desarmados, sin apoyo a la vista ni métodos para pedirlo, y sin nada que los pueda ayudar a escapar por si algo sale mal. ¿Qué planean?

    — Nuestro plan es unirnos a usted — Natasha le contestó — Sé que usted no tendrá motivos para creernos, pero hace poco, estuvimos explorando el universo. El plan de Abel era que capturáramos al grupo de nueve soldados que usted envió hace unos meses atrás.

    — ¿Sabían de eso? — Magnus se sorprendió por esa declaración — Quiero decir, es lógico pensar que siempre tengo a alguien en el espacio. Pero no entiendo cómo supieron que eran nueve soldados.

    — Eso es algo que le diré pronto, para que usted pueda confirmarlo, y se dé cuenta de que nuestras intenciones al querer unirnos son sinceras — Natasha continuó, guardándose ese detalle para más adelante.

    — Bueno, dudo que sus intenciones sean sinceras si me acabas de decir que el plan era capturar a los soldados de mi equipo — Magnus se mostró algo reacio a creerles.

    — El plan real era capturarlos y luego, Abel se comunicaría con usted. La idea era extorsionarlo para forzar la paz y la unificación de Zenith con Black Meteor. Él supo que no pondría en riesgo la vida de su equipo del cual depende su estancia en la Tierra — Natasha prosiguió, mientras sus compañeros observaban en silencio.

    — Claro que Abel pensaría en extorsionarme así, eso te lo puedo creer — Magnus no iba a necesitar pruebas que lo confirmaran, ya que la experiencia lo decía todo — Entonces, ¿por qué han venido aquí? ¿Fallaron en su misión?

    — Cuando intentamos la primera vez, terminamos envueltos en un conflicto donde dos de nuestros compañeros fueron asesinados — Natasha continuó su relato — Desde ese momento, yo tomé el mando del equipo, y opté por abandonar el plan de Abel. Planeaba acercarme al equipo de Zenith y entablar un acuerdo pacífico. Dado a que los motivos egoístas de Abel fueron los que nos obligaron a seguir un plan de hostilidad, el cual derivó en sus muertes… Pero no logramos encontrar a su equipo en el espacio. En su lugar, nos encontramos con una amenaza muy peligrosa.

    — Es un enemigo que fue invencible para nosotros — Xander ya no quiso quedarse callado más tiempo — Uno solo nos enfrentó a los siete que quedábamos. No pudimos hacerle nada, mientras que él acabó con dos de ellos. Luego de eso, nos dijo algo aterrador.

    — Lo que él dijo fue que iba a hacernos una visita aquí, en la Tierra — Gina quiso formar parte de la charla también — Y luego de eso, nos dejó ir. Cuando se lo dijimos a Abel, no nos creyó. Pensó que era una excusa por haber fracasado en la misión. Por eso nos queremos unir a usted. Usted es alguien razonable, o al menos, así es como nosotros lo percibimos.

    — Si Abel no les creyó, ¿por qué yo tendría que hacerlo? — Magnus cruzó los brazos esperando un buen argumento — No tienen pruebas, de seguro.

    — Solo tenemos nuestra palabra, y le juramos que es verdad — Casey, viendo que los demás habían hablado, optó por hacerlo también — Esa especie que hemos encontrado en aquel planeta podría atacar la Tierra. Y si lo hacen, vamos a tener que estar unidos para hacerle frente.

    Magnus empezó a deambular por el interior del pabellón, dando vueltas mientras se llevaba las manos a la cabeza. Su grupo no había informado noticias desde hacía un buen rato, y luego de eso, cuatro soldados se infiltraron en su país, haciéndose arrestar, para contarle una historia que parecía inverosímil ante sus ojos. Para el líder de Zenith eso fue demasiado, pero no quiso descartar ninguna posibilidad, al menos, no tan pronto.

    — Algo no me cierra — Magnus recordó detalles — Dijeron que ustedes eran nueve. Pero solo han muerto cuatro de ustedes, según su historia.

    — El quinto integrante de nuestro equipo que sobrevivió optó por quedarse en Black Meteor — Xander habló en nombre de Noak — No se sentía con ganas de traicionar su ideal por el país.

    — Eso me lo creo — Magnus pronto pasó a otra cuestión — Ahora… ¿Por qué no intentaron comunicarse conmigo por otros métodos? Dudo mucho que creyeran que no los arrestaríamos, y tampoco creo que les guste estar aquí. ¿Por qué se hicieron arrestar?

    — Para hablar cara a cara con usted, y así poder demostrar que lo que queremos es luchar por un objetivo común — Natasha retomó la charla — Abel nos ha mandado a morir por su orgullo, y no hemos encontrado las respuestas a la Catástrofe. No tiene sentido que más de nuestros compañeros sigan muriendo por seguirlo a él. Nos interesa descubrir las respuestas a este maldito misterio, y si seguimos con Black Meteor, mientras esté al mando de Abel, solo terminaremos involucrados en planes que no llevarán a ningún lado. Hemos optado por dejar a nuestro país de lado por el bien de la misión y de nuestra integridad… Además, tenemos una advertencia para usted.

    — Debiste empezar por ahí — el líder de Zenith puso más interés en las palabras de los soldados desertores — ¿Cuál es esa amenaza de la que tengo que ser advertido?

    — Luego de nuestro fracaso, Abel se hartó de que siga pasando el tiempo y no podamos unir fuerzas — Natasha relató con tristeza — Él sabe que no puede encontrar las respuestas sin usted y la ayuda de Zenith, pero también sabe que usted no negociará la paz.

    — Y es por su culpa.

    — Lo sabemos, y él también. Por eso quiere hacer algo drástico — Natasha miró a los ojos al líder de Zenith — Él planea invadir su país. Todo el ejército se volcará en un ataque para hacerlo acordar un tratado de paz por las buenas o por las malas.

    — ¡¿Qué demonios me acabas de decir?! — Magnus no lo creyó al comienzo, pero luego se lo cuestionó un poco — ¡Eso sería lo mismo a declarar una guerra! ¡Abel va a convertirse en el primer líder en hacer algo así tras la Catástrofe! ¡Si eso es verdad…

    — Lo es — Xander apoyó a Natasha con esa parte de la historia — Ya tiene a alguien trabajando para dar comienzo a sus planes.

    — ¿De quién están hablando? — Magnus estaba muy tenso tras oír lo que dijo el soldado.

    — Usted quería saber cómo es que nos enteramos de que mandó un escuadrón de nueve soldados al espacio — Natasha se sentía muy mal por lo que estaba por decir, tanto que en su voz se notaba el deseo de no querer hacerlo — Seguro usted recordará que el comandante Frans se infiltró aquí hace un tiempo, para intentar sabotear un proyecto que estaban llevando a cabo. Bueno, la razón por la que Frans se infiltró fue porque Abel se enteró de ese proyecto y de las jaulas gigantes que construían en ese tiempo.

    — ¿Cómo se enteró de todo eso? — el líder de Zenith lo veía como un enigma que no podía resolver.

    — Porque hay un espía en su país — Natasha sintió un escalofrío en su cuerpo al delatar a Lathan ante el líder enemigo — Desde hace unos meses, Abel envió aquí a un chico llamado Lathan Gunner. Él ha estado robando información desde aquel tiempo. Ahora, él está ubicado en una de las bases de su país, tratando de acceder a una sala de computadoras, para poder robar información y dársela a Abel. Tan pronto como él la tenga, dará inicio la invasión. Además de querer cooperar con usted para hallar las respuestas a la Catástrofe a salvo, también quisimos evitar una guerra. Espero que esta información sea suficiente para eso.

    Magnus no cabía dentro de sí mismo tras todo lo que le habían contado. Pero tras empezar a unir los datos que ellos le habían revelado, las cosas empezaron a tener mucho sentido. Desde siempre, la aparición del comandante Frans en uno de los laboratorios de investigación fue un misterio para él. No solo porque él se enteró del proyecto, sino también por el hecho de que supo precisamente que Troy Emerald, el sujeto al que le robó la identidad al infiltrarse, participaría en el mismo. La presencia de Lathan, según Natasha lo había llamado, era algo de lo que él nunca tuvo la menor idea, y lo mismo aplicó para otros soldados en las bases militares y centros de investigación, quienes probablemente estuvieran confiando en él todo ese tiempo.

    Sin poder encontrar un hueco en la historia de los soldados que le pareciera sospechoso, el líder de Zenith empezó a pensar que los soldados que tenía prisioneros tenían un interés genuino en unirse a él. No encontraba una explicación posible a la intrusión de Frans en aquel proyecto, y ellos acababan de revelarla ante él en persona.

    Viendo eso, Magnus se decidió a aceptarlos a los cuatro como miembros de su ejército tan pronto como pudieran capturar al espía conocido como Lathan Gunner y así atar todo cabo que estaba suelto en su cabeza.

    — Muy bien, si puedo confirmar que eso último es verdad, ustedes serán aceptados como miembros del ejército — Magnus se acercó más a las celdas, como gesto de confianza — Un soldado traerá una lista de imágenes de los trabajadores voluntarios en el proyecto de las jaulas gigantes. Van a señalar a ese tal Lathan cuando lo vean. Más les vale que señalen a alguien, y más les vale que cuando lo arrestemos, se trate de él. De lo contrario, los cuatro serán ejecutados.

    — Así será, señor, lo prometo — Natasha le habló algo preocupada — Tengo una petición para usted… Por favor, no lo asesine. Es un chico huérfano que creció en las calles sin nada ni nadie que estuviera ahí para ayudarlo. Abel se aprovechó de él y lo infiltró aquí. No se trata de alguien malo, al menos, no para mí. Así que, perdónele la vida si está deseando matarlo ahora mismo.

    — Eso es algo que no puedo prometer — Magnus sonó muy severo al hablarles — Lo decidiré más tarde. ¿Quieren alguna otra cosa más? Creo que han sido sinceros conmigo, y si lo que me dicen resulta ser verdad, habrán salvado a Zenith de una guerra. Por eso, si quieren pedirme algo, háganlo, y yo se los concederé llegado el momento adecuado.

    — En ese caso, tengo una petición más… — Natasha sorprendió a sus compañeros con esa frase, dado a que no sabían de qué podría tratarse — Cuando el soldado Ace Lakor llegue a la Tierra, quiero formar parte de su mismo equipo.

    — Me temo que tampoco puedo prometerte eso — Magnus lo dijo con un aire de preocupación — Llevamos tiempo sin recibir noticias de su grupo. A este punto, no hay forma de saber si está vivo o no.

    Esas palabras cayeron muy pesadas en Natasha. Una de las cosas que más ilusionaban a la chica era que finalmente tendría la oportunidad de reencontrarse con quien fue la persona más importante para ella desde que había dado inicio su carrera como soldado. Él significaba mucho para ella, y el recibir esa noticia provocó que una sensación amarga empezara a invadir a la chica. Ella, sin saber cómo tomarse esa noticia, se sentó sobre su banco, con una mirada de preocupación al tan solo pensar que Ace podría haber sufrido de algo grave. Mucho más luego del sueño que tuvo hace un par de noches.

    Casey compartía la sensación que tenía Natasha. Ella no estaba enamorada de Ace, pero no podía negar que volverlo a ver, siendo él un antiguo compañero sería algo agradable. Además de eso, podría saber finalmente los motivos por los que él optó por traicionarlos y unirse a Zenith. Claro estaba que la chica, que acababa de hacer lo mismo, ya no lo juzgaría sin importar cuales fueran. Gina, por su parte, no llegó a conocer al soldado, por lo que no se conmovió por la noticia. Pero se sentía muy mal por Natasha, quien le había hablado con gran entusiasmo sobre aquel soldado. El perderse la oportunidad de conocerlo, si bien no le causaría un daño emocional, era un desperdicio para ella.

    Xander, por su parte, se sentía furioso. Él sentía una gran atracción por Natasha, y estaba consciente de que ella no tenía ese mismo sentimiento para con él. Incluso sabía que Ace era alguien a quien ella tendría ganas de ver tras las conversaciones innumerables en las que él fue nombrado mientras estaban en la nave. Pero eso no hizo que para él fuera agradable escuchar como la chica que a él le gustaba mencionaba el nombre de alguien más. Sentía una gran envidia hacia alguien que no conocía, y que, según su propio criterio, era inferior a él.

    Magnus notó que todos ellos se quedaron callados, por lo que quiso preguntar por última vez antes de retirarse.

    — ¿Alguien tiene una petición para hacerme? — Magnus quiso mostrar un gesto de buena fe con los que acababan de acudir a su país.

    — Yo, señor, tengo una petición de algo que necesito — Xander pronto pensó en algo que llevaba días sin que se cruzara por su mente — ¿Es posible que pueda tener una charla con el comandante Zion Stones? Hay algo importante que quiero decirle.

    — Tristemente, eso no va a poder suceder — Magnus supuso que ellos lo conocían gracias al espía, por lo que tomó esa petición como una confirmación extra — El comandante Zion Stones perdió la vida en combate durante una misión reciente. Ustedes no son los únicos que enfrentan a la muerte de sus compañeros. Nosotros también nos vemos expuestos a esas cosas.

    — Lo entiendo… es una lástima.

    Xander sintió que esa pudo ser una buena oportunidad para disculparse con dicho comandante. Tras enterarse de que Frans había sido asesinado por él, estuvo sumergido en un deseo de venganza que lo estuvo consumiendo por muchos días. Luego de abandonar el planeta Triyr, Xander cayó en cuenta de las cosas que tenía pensado hacerle a él, llegando a soñar con la idea de lastimar y asesinar a su hijo, todo con tal de perjudicarlo. Pese a que el comandante de Zenith jamás lo descubrió, el ex subcomandante de Black Meteor consideró que su conciencia no estaba limpia, y tenía que expiar esa culpa confesándolo todo ante el hombre a quien quiso perjudicar. Pero la noticia que acababa de dar Magnus le reveló que el comandante que buscaba conocer había fallecido.

    Luego de contemplar un silencio en todos ellos, Magnus lo tomó como que nadie más entre los soldados deseaba algo en particular. Por lo que este les repitió lo que iba a suceder cuando un soldado se acercara a mostrarles las fotos de todos los que trabajaron en el proyecto que involucraba las bestias de Fientlig. Entre esos sujetos, debía encontrarse el espía Lathan Gunner, a quien Magnus podría atrapar de una vez.

    Sin nada más que discutir, el líder de Zenith se despidió de ellos, sin expresar agradecimiento directo con palabras, para luego abandonar el pabellón de celdas, dejando a los soldados de Black Meteor a la espera de ver que podría ocurrir en el futuro.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, ya estoy aquí para leer y comentar un nuevo capítulo de esta magnífica historia.

    El capítulo comienza con una de las naves que regresa a Garak desde Ryfier. Asmir, Kila, Wida y Lankir llegan al planeta tras las noticias recibidas y parecen asumir que se avecina una gran guerra. Asmir es un poco borde, pero se puede entender su estado. Me ha gustado mucho la conversación entre los xaromitantes, especialmente entre padre e hijo. No lo digo por algo en específico en la charla sino en general, me ha gustado los diversos temas que han tratado brevemente. En esta guerra, los xaromitantes parecen los más débiles y es bueno verlos reconociendo sus debilidades, pero sobre todo, queriendo y sabiendo cómo reforzarlas.

    Los soldados de Black Meteor regresan a la Tierra y a su país, y tras reunirse brevemente con su líder Abel, se dirigen a descansar en una base. Natasha, Xander, Casey y Gina preparan el plan de huida mientras que Noak mantiene su decisión. Este suceso será bastante relevante para la historia o eso creo. Sea como sea, espero que Abel no los considere como traidores. Tras esto, el grupo se despide (no puedo creer que Gina y Noak no se vayan a ver más, se merecen estar juntos :( ) y se dirige a la frontera con Zenith. Magnus es contactado por parte de su guardia fronteriza, ubicados en una cárcel en la zona, que ha retenido a los cuatro desertores de BM. El líder de Zenith decide ir allí en persona, algo que me esperaba.

    Debo decir que los soldados fronterizos de Zenith, o en su defecto, de la cárcel fronteriza, son un poco raros. Digo, hicieron unos comentarios curiosos sobre los glúteos de Xander y un tanga de Natasha XD. No me esperaba para nada unas conversaciones así, y pese a que ha sido raro, también ha sido bastante gracioso. Lo admito, me he reído :v Finalmente, Magnus habla con los cuatro soldados desertores de BM y tras oírles sus explicaciones, parece creerles. El hecho de que Natasha delate a Lathan no me lo esperaba pero tiene sentido, aunque espero que no lo maten. Lo que más me intriga es lo que dirá Abel como vea a sus antiguos soldados en el otro bando, o en función de lo que le cuente Noak, cuando descubra que se han ido.

    Sea como sea, ha sido un capítulo muy interesante y estaré ansioso por ver como continua esto. Hasta pronto.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Saludos. Todavía no es fin de semana, pero aun así, voy a publicar el capítulo 16 de LGC.

    Quiero agradecer a mi amigo Manuvalk por estar leyendo la historia desde sus inicios por allá en 2017. Lo digo casi siempre, pero eso no quiere decir que deje de ser verdad. Realmente aprecio mucho su presencia y el aporte que hacen sus comentarios en este pequeño gran universo ficticio. Y él sabe que eso tendrá una cierta recompensa, ya que este capítulo está dedicado a él. En realidad, todos los capítulos que yo hago son dedicados a todos los lectores; pero este estoy seguro de que tiene cierto extra que de seguro a él le va a encantar. Y es por eso mismo que quiero dedicárselo.

    Siendo que este es un capítulo largo, me despido diciendo que le hice un pequeño ajuste a la cronología de la historia. Sin más que decir, les dejo el capítulo.









    He deseado verte:

    En la madrugada, Lathan se encontraba husmeando en uno de los edificios centrales situados en un complejo militar. Dentro de ese edificio se encontraba una sala de máquinas en donde él tenía la obligación de entrar y obtener los datos de acceso para Nick, y así, en el futuro, poder entrar una vez más y robar toda la información posible de la milicia de Zenith para posteriormente entregársela a Abel. El joven espía veía como los soldados iban y venían por el pasillo que daba acceso a dicha sala, lo que le complicaba bastante la tarea. El espía creyó que no valdría mucho la pena quedarse allí si siempre que quería entrar a esa sala solamente se encontraba con un montón de gente, por lo que decidió que esa noche y la siguiente serían las últimas en las que él estaría allí.

    Viendo que no podría entrar a su lugar objetivo, el soldado se fue directamente al salón comedor, un lugar donde no había casi nadie. Solo unos tres soldados sentados a una mesa y hablando entre sí. Para ver si podía rescatar algo de valor en sus palabras, el enviado de Abel se acercó a una mesa cerca y se sentó en solitario allí, a la espera de escuchar lo que sea que saliera de sus bocas. Pero tan pronto como él tomó asiento, los otros tres soldados que estaban allí se pusieron de pie.

    Para Lathan eso era una complicación, dado a que creyó que no querían verlo cerca, y que se irían a otro lado. Si él llegaba a levantarse y los seguía, terminaría realizando una acción sospechosa, pero él quería poder llevarse algo de información si tenía que dejar la base sin poder obtener nada. Cuando creyó que los soldados se irían, el infiltrado los miró para intentar deducir hacia donde se podrían dirigir, pero grande fue su sorpresa cuando uno de ellos se acercó a él por la espalda y lo tomó de los brazos, levantándolo abruptamente de la mesa.

    — ¡¿Qué haces?! — gritó Lathan bastante confundido.

    De pronto, otro de los soldados se acercó a él y le pegó un rodillazo en la costilla, el cual le dolió bastante al joven de Black Meteor. Por último, el soldado restante le propinó un golpe de puño muy fuerte en la mejilla, tanto que le hizo salir algo de sangre de las encías.

    — Al fin te tenemos, rata escurridiza — le decía el soldado que lo sujetaba, para luego darle un rodillazo desde su posición privilegiada.

    Lathan gritó de dolor mientras más hombres y mujeres del ejército se acercaban al lugar. Uno de los soldados tenía una caja con las cosas que él guardaba, y se la arrojó a sus pies. Una de las mujeres se le acercó y lo aprisionó colocándole unas cadenas y grilletes en sus manos y pies para que no pudiera escapar. Una expresión de miedo se formó en el rostro del infiltrado, quien no tenía una forma de escapar, y creyó que, al ser descubierto, recibiría un castigo mortal.

    No se equivocó bastante, dado a que varios de los hombres y mujeres allí presentes se dieron el gusto de otorgarle una golpiza fuerte con manos y piernas. El espía recibió ataques constantes hasta que cayó de rodillas al suelo, y fue allí cuando los demás optaron por detenerse.

    El comandante de dicha base apareció en compañía de oficiales de policía de Zenith. Estos, con un asco enorme en su rostro, tomaron a Lathan y lo sacaron a rastrones de la base en la que se encontraba, mientras los soldados festejaban el haber podido atrapar al espía que fue identificado hacía muy pocas horas por los desertores de Black Meteor. Lathan miraba la escena con tristeza. Él sabía el riesgo que corría al haberse infiltrado, pero estaba seguro de que no había cometido errores en su misión. Sin embargo, para esas alturas, eso no tenía importancia. Sería aprisionado y posiblemente ejecutado, cosa que lo llenó de miedo de tan solo pensarlo.

    […]

    Magnus se encontraba frente al monitor de su máquina. Esta se encontraba realizando una llamada con el fin de comunicarse con una persona en particular. Mientras veía como el programa de conferencias se encontraba realizando la misma, el líder de Zenith miraba un par de fotos en las cuales se podía ver a un Lathan golpeado y aprisionado. Los barrotes tras los cuales se encontraba eran visibles, y también las heridas que le habían hecho allí. También tenía fotos de los equipos que le habían proporcionado para la infiltración, los cuales dejaron sorprendido al líder, dado a que se camuflaban como un simple teléfono celular común y corriente, con la diferencia de que este era un poco más grande.

    Finalmente, la persona a la que Magnus llamaba atendió y así ambos se encontraron.

    — ¿A qué debo el disgusto de volver a hablar contigo? — Abel ni siquiera saludó formalmente a Magnus.

    — Te llamé para notificarte algo — el líder de Zenith lo miró con desprecio mientras seleccionaba la opción de compartir su pantalla en el programa de videoconferencia — Hemos capturado a Lathan Gunner.

    — ¡¿Qué?! — Abel estaba incrédulo al oír eso.

    No fue hasta que las imágenes no se mostraron frente a él que Abel pudo darse cuenta de que su enemigo no mentía. Su espía efectivamente se encontraba tras las rejas en una cárcel del país. Con él capturado, todos sus esfuerzos para sobreponerse ante Zenith y lograr una alianza se habían ido al olvido.

    — También tengo acceso a toda su información, y a tus planes — Magnus lo presionó con sus palabras — Pensabas lanzar un ataque total contra mi país. Sabes que eso será visto como un acto de guerra cuando sea expuesto ante el mundo entero, ¿verdad?

    — Mierda… — Abel agachó la cabeza mostrando su preocupación, pero sabiendo que tenía una oportunidad de evitarse ese disgusto — ¿Qué quieres? Si me llamaste en lugar de mandar esta evidencia a todos los demás líderes, es porque quieres negociar.

    — Quiero que dimitas de tu cargo — Magnus fue muy rápido con sus intenciones — Estaré más seguro mientras más rápido te apartes del mando del país. Y no quiero a ningún militar para que actúe como líder de tu país. Vas a organizar unas elecciones democráticas, y serán mis agentes los que se encarguen de controlar la votación. Será hecha totalmente a mano, nada de tecnología implicada en todo esto.

    — ¿Qué ganas tú al hacerme abandonar mi cargo? — Abel entendía lo que Magnus quería, pero no entendía el para qué.

    — Quiero negociar una paz entre nuestros países, de una buena vez… Pero sé que contigo no se puede negociar. Y aunque se pudiera, no lo haría. Por eso quiero volver a intentarlo. Que Black Meteor ya no tenga más militares al mando.

    — Esto es extorsión — Abel quiso intimidar un poco a Magnus para que desistiera — Yo podría fácilmente exponerte por esto.

    — ¿Crees que le darán importancia a esto cuando les muestre las pruebas de que has intentado empezar un conflicto nuevo contra mi país? — Magnus supo que él tenía la ventaja en esa negociación — Nadie le dará importancia si les muestro estas pruebas. Tienes una semana para anunciar tu retiro y convocar elecciones democráticas, Abel. Y no intentes volver a hackear mis máquinas para eliminar la evidencia. Ya envié todas las pruebas con un respaldo a varios agentes externos en otros países. Ellos ya han realizado copias digitales e impresas de todo lo que le quitamos a Lathan. Incluso hackear todas las máquinas del mundo te será inútil. No pierdas tiempo y esfuerzo en otra cosa que no sea tu partida de Black Meteor. Te quiero ver fuera en siete días. Disfruta tus últimas noches al frente.

    Magnus cortó la llamada tras haber dado el ultimátum. El líder de Zenith no se mostró soberbio en su expresión, solamente en sus palabras. Abel no pudo hacer otra cosa que no fuera golpear su escritorio en señal de frustración. Las fotos eran verdaderas, y Magnus también sabía que Nick se había infiltrado en sus máquinas para poder realizar movimientos que facilitaran la vida para Lathan en aquel país. Todos sus intentos por unificarse con Zenith habían quedado en el olvido tras lo que acababa de escuchar de su peor enemigo. Sin Lathan, le sería imposible robar información para poder organizar una invasión en su contra. Y lo peor de todo era que él había sido descubierto.

    Abel se levantó de la silla sobre la que estaba sentado y luego empezó a dirigirse hacia la pared para apoyar su espalda allí, dejando caer su cuerpo al suelo, mientras se llevaba las manos a la cabeza en señal de frustración. Si Magnus revelaba toda esa evidencia ante los líderes del mundo, él estaría acabado. Sabía de los riesgos de realizar un ataque sobre ellos, pero quería aprovecharse de la ventaja para poder doblegar a Zenith para contar con su apoyo cuando el mundo lo descubriera. Sin ninguna carta bajo la manga, solo le quedaba proceder tal y como Magnus le había indicado.

    — Supongo que este es el final para mí… — Abel hizo retrospectiva de todas sus acciones — Yo fui quien levantó este país luego de la mayor crisis de la historia. Y ahora, el enemigo que tanto nos jodió en el pasado, me hace a un lado. Sin mí a la cabeza, Black Meteor se vendrá abajo… ¡Mierda! ¡Esto no se va a quedar así, Magnus! ¡Juro que te voy a matar, aunque eso me cueste la puta vida! ¡Si Black Meteor pierde a su líder, Zenith también lo hará! ¡No nos arruinarás otra vez!

    […]

    Dos días habían transcurrido desde aquel momento en el que cuatro soldados de Black Meteor optaron por cruzar la frontera hacia el país enemigo, aventurándose en una misión muy riesgosa. En esos días, la estadía allí fue muy incómoda. No contaban con televisor, celulares, ni nada de tecnología que pudieran usar para distraerse. No les dejaban irse a dar una ducha, por lo que sus olores corporales eran insoportables para ellos mismos. Incluso en las naves espaciales ellos podían gozar de una buena ducha, pero allí, se lo habían negado. Tenían derecho a únicamente dos comidas al día, lo cual era muy mezquino para la opinión de ellos. En su mente, Xander llegó a dudar sobre si había hecho lo correcto o no.

    — Traicioné a mi país solo para venir aquí a ser un puto prisionero y morirme de hambre — pensó, muy molesto por las cosas que le estaban sucediendo — Quisiera…

    Pero sus pensamientos fueron cortados cuando un guardia entró al pabellón de celdas haciendo ruido con las llaves que daban apertura a las mismas. Todos se abalanzaron sobre los barrotes para ver si eso significaba lo que creían. Solamente veían gente cuando les entregaban la comida, y luego de eso, no había contacto con nadie más del país en el que estaban.

    — ¿Qué sucede? — preguntó Natasha, curiosa por saber lo que les deparaba.

    — Comprobamos que lo que dijeron era verdad — el soldado dijo mientras empezó a abrir las celdas una a una — Lathan fue detenido, y una guerra fue evitada. Por eso, Magnus eligió liberarlos y asignarlos a un equipo. Vayan a darse un baño y luego coman algo. Tienen media hora para eso. Al terminar, los llevaremos hacia una base donde esperarán al resto de su equipo.

    — ¿Puedes decirnos sus nombres? — Casey quiso conocer a sus compañeros nuevos.

    — No, eso queda para después — el guardia terminó de abrir las celdas — Dan asco con ese olor a culo y meado que traen encima. Vayan a darse un buen baño.

    — Eres una basura, ¿lo sabías? — Xander no quiso ponerse más violento con él, dado a que no quería ser arrestado por indisciplinado.

    El guardia se cubrió la nariz mientras veía como los cuatro soldados de Black Meteor abandonaban el pabellón de celdas para caminar hacia la zona donde los esperaría una ducha para poder quitarse el olor del cuerpo.

    […]

    La nave de Zenith se encontraba muy cerca del planeta Tierra, llegando al punto de que su aterrizaje se daría muy pronto. Sabiendo que en tan solo unas horas estarían con los pies en tierra firme otra vez, los soldados aprovecharon sus últimas horas a bordo de la nave xaromitante. Tenían una tarea que consistía en entregarle a Magnus las pruebas que revelaban lo que había detrás de la Gran Catástrofe, las cuales serían presentadas ante el mundo para que todos se dieran cuenta de que, aunque no lo pareciera, se encontraban en un gran peligro.

    En la sala de entrenamiento se encontraba el comandante Lakor, quien había vuelto a su función de comandante hacía nada más que dos días, luego de que su brazo se sanara por completo. Acompañándolo se encontraba su pareja. Ace necesitaba practicar con su brazo para que este recuperara ritmo tras haber estado un tiempo inactivo tras sufrir una fractura en su batalla contra Kenegar. Ace realizaba golpes hacia Agustina, quien se encargaba de bloquearlos. El objetivo no era otro más que ayudar a Ace a comprobar si su brazo soportaba dar golpes en batalla, por lo que Agustina no atacaba en ningún momento.

    Tras una larga sesión de media hora, Ace se detuvo, y su novia imitó su acción.

    — Creo que estoy bien definitivamente — el comandante se miró el brazo — No he sentido dolor en ninguno de los ataques.

    — Me alegra que te encuentres bien — Agustina le sonrió mientras se acercaba para abrazarlo — Seguro pasará algo de tiempo antes de partir a pelear. Aprovecharemos para que practiques tu estilo de combate. De paso veremos si ha ocurrido algo más en tu cuerpo.

    — Sé que no tengo nada, de ser así, ya habría mostrado alguna secuela de mi pelea contra ese edagriano — Ace se mostraba seguro de su bienestar — Vamos a darnos una ducha. Tendré que ser yo quien haga entrega de toda la evidencia a Magnus.

    — ¿Quieres que nos duchemos juntos o solo me estabas hablando de que tenemos que ir a la ducha? — su novia le preguntó con un tono pícaro.

    — Dejemos eso primero para cuando estemos solos. Sería un desastre si alguien entrara y nos encontrara allí — Ace quiso no arriesgarse a ser descubierto haciendo algo indebido por sus compañeros.

    — Como desee, comandante — Agustina empezó a caminar hacia la salida.

    Ace, quien tenía ganas de probar si su brazo seguía manteniendo su fuerza, se acercó por detrás a su pareja y la tomó en sus brazos, sosteniéndola como si la fuera a cargar a través de un umbral. Agustina se sorprendió al principio, pero luego de ver a Ace sonriéndole, no pudo evitar sentirse apreciada por ese gesto.

    — Parece que mis brazos aún pueden cargarte — Ace hablaba en voz baja.

    — Si no me bajas ahora me voy a terminar acostumbrando — Agustina recostó su cabeza en el hombro de su pareja — Vamos a las duchas, luego tendremos tiempo para nosotros.

    Fue así como el comandante la bajó, para luego empezar a caminar detrás de ella en dirección hacia su destino. Tan pronto como la soltó, Ace sintió un pinchazo algo leve en la zona renal, justo en donde había sido apuñalado por Kenegar. Le dolió, no lo suficiente como para emitir un quejido, pero eso no evitó que apoyara su mano e hiciera una mueca de disgusto. El comandante supo que su cuerpo todavía no se había recuperado del todo, y esa fue la señal que le indicaba que no debía hacer esfuerzos como el reciente.

    […]

    — ¡Wagner! — Gwyn lo llamó golpeando su puerta — ¡Llevas dos días encerrado!

    — ¿Estás segura de que son dos días? — Thomas, quien estaba a su lado, quería estar seguro.

    — No me equivoco — Gwyn lo miró seriamente — ¡Wagner!

    De pronto, la puerta de la habitación del soldado se abrió, dejando ver a quien se encontraba en su interior. Thomas y Gwyn pusieron una expresión de repulsión cuando vieron a su compañero. Su cabello estaba grasiento, y sus ojos estaban repletos de lagañas. Una barba y un bigote muy desalineados habían crecido bastante, y el olor que desprendía era casi inaguantable.

    — ¿Qué te sucedió? — Thomas no podía creer su estado.

    — No me he bañado desde que perdí mi brazo — Wagner habló con una voz muy apagada — Quise intentarlo, pero supe que sería un desastre.

    — ¿Por qué no pediste ayuda? — Gwyn le reprochó por aquello.

    — No quise ser una molestia — el soldado sonó muy apenado sin tener culpa de nada — Ustedes tienen sus problemas.

    — Déjame ver tu habitación — Thomas tuvo un mal presentimiento al verlo así.

    La pareja de soldados entró solo para encontrarse con un espectáculo desagradable. Había varios restos de comida en el suelo y sobre la cama del soldado, lo que formaba un cuarto antihigiénico. De no ser porque no había insectos a bordo de la nave, Wagner probablemente estaría rodeado de los mismos.

    — ¿Has estado comiendo aquí? — Thomas lo preguntó más como regaño que para intentar confirmar lo que era obvio.

    — Cada vez que iba al comedor me encontraba con Michael y Alicia, y no quiero tener que verlos cerca de mí. Por eso estuve trayendo comida hacia mi cuarto.

    — ¿Y por qué no esperabas a que ellos se fueran? — Gwyn no quería meterse en una posible disputa entre sus compañeros, siendo consciente de lo sucedido en Ryfier entre los tres.

    — Porque solo tengo apetito a una hora específica, luego de que pasa, lo pierdo — Wagner fue honesto con ellos.

    — Sea como sea, no puedes estar como si fueras un cerdo — Thomas lo tomó del brazo — Ven, te voy a llevar al baño y te ayudaré con lo que necesites.

    — Me verás desnudo, y no quiero incomodarte — Wagner se sentía incómodo al pensar en eso.

    — Me he visto desnudo a mí mismo toda la vida, y tú eres un hombre igual que yo — Thomas lo empezó a arrastrar — No tienes nada que pueda darme vergüenza.

    — Yo limpiaré este lugar, no puedes dormir en un sitio así — Gwyn se ofreció a realizar dicha tarea.

    — Cuando Wagner esté limpio, vendré para ayudarte — Thomas le dijo mientras se lo llevaba a rastras.

    Gwyn los vio marcharse y luego empezó a acercarse a los restos de comida para limpiarlos de su lugar. La chica sentía el piso bastante pegajoso al caminar, lo que le hizo darse cuenta de que su compañero había estado encerrado sin realizar ningún tipo de acto higiénico en esos días. No tardó mucho en darse cuenta de que el Wagner con el que había hablado no se parecía en casi nada al soldado que era en el pasado. Su voz sonaba muy diferente, y esa actitud tan descuidada con su persona nunca la hubiera imaginado en alguien como el Wagner que conoció hacía ya varios meses atrás. La chica se dio cuenta de que la muerte de las personas que eran cercanas para él lo habían dejado muy afectado, al punto de que parecía haberse convertido en otra persona.

    […]

    Michael, Alicia y Melody se encontraban en la sala de comandos llevando a cabo las labores de cuidado de la nave. Faltaba muy poco tiempo para que finalmente llegaran a la Tierra, y no iban a permitirse tener un desperfecto en ese tiempo, por lo que los tres, quienes habían estado pasando mucho tiempo juntos debido al cuidado que Michael y Alicia ofrecieron a su compañera, optaron por encargarse de todo.

    Tal y como aconteció en días anteriores, todas las máquinas y equipos se encontraban en perfecto estado, pero no podían darse el lujo de descuidar nada. Con el paso del tiempo, la amistad entre los tres había aumentado a cierto nivel, cosa que hizo que Melody se sintiera querida por sus compañeros.

    — ¿Ustedes van a hacer algo apenas lleguemos a la Tierra? — preguntó Melody, algo curiosa.

    — Bueno, Alicia y yo no tenemos a nadie a quien visitar — Michael contestó con algo de pesimismo — Así que lo más probable es que estemos acompañando a nuestros compañeros si estos eligen ir a ver a sus familias y desean invitarnos.

    — Si quieren venir conmigo, serán bienvenidos — Melody les dio la invitación a sus compañeros — Cuando le hable a mi familia de ustedes dos, estoy segura de que estarán contentos. Siempre tendrán la puerta de casa abierta.

    — Te lo agradecemos, Mel — Alicia le dio un apodo tierno a su amiga — Pero lo mejor será dejar pasar un tiempo. Tu familia no nos conoce, y dudo que nos acepten solo por tus comentarios a favor de nosotros. Avísanos cuando todo esté bien.

    — Lo haré, no se preocupen — Melody le contestó con una sonrisa a su compañera.

    Con un aire de gran tranquilidad, la nave continuó su trayecto hasta que finalmente llegó su momento para descender en el planeta Tierra.

    […]

    Una enorme multitud se movía de un lado al otro luego de haber visto como la nave xaromitante aterrizó en una plataforma situada en un complejo de salida para misiones espaciales. La llegada del escuadrón de Zenith fue imprevista por todos ellos, y sabiendo que Magnus querría verlos, la desesperación los invadió mientras todos lo llamaban para que él acudiera a ellos.

    El grupo de ocho soldados fue llevado hacia el interior de una sala situada dentro del complejo, la cual era muy pequeña, pero tenía asientos para todos. Magnus no tardó demasiado en llegar, dado a que recibió la noticia tan pronto como la nave fue avistada, pese a que varios de los suyos se encargaron de replicarla en reiteradas ocasiones. Al abrir la puerta, el líder de Zenith sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo cuando vio las condiciones de su equipo. Eran solamente ocho soldados de los diez que quedaban, y Wagner tenía un brazo faltante. Era algo con lo que no se esperaba encontrar, y no fue nada agradable al verlo.

    — ¡¿Por qué no enviaron ningún mensaje?! — su líder los regañó por el silencio radial que habían mantenido.

    — Ha sido imposible, Magnus, lo lamento — el comandante Lakor habló en nombre de su grupo — Pero los sistemas de comunicación de la nave xaromitante sufrieron daños en una misión.

    — ¿Por qué regresaron aquí en lugar de acudir a Garak para que fuera reparada? — Magnus quiso saber los motivos por esa acción — No hay xaromitantes aquí que puedan hacer algo al respecto.

    — Porque hay algo urgente que tenemos que comunicarle — Ace se puso de pie, al mismo tiempo que de sus bolsillos del traje sacaba su dispositivo móvil y un cuaderno — Hemos encontrado las respuestas a la Gran Catástrofe. Nuestra misión ya está muy cerca de finalizar. Ya tenemos la causa. Ahora solo falta discutir cómo lo vamos a evitar, y para eso, tendré que hablar con usted.

    Magnus tuvo que sostenerse en una pared para no golpearse por el shock de la noticia. Sus soldados estuvieron sin reportar noticias por un largo tiempo, y nada más regresar, le confirmaron que tenían las respuestas que tanto deseaba la humanidad. El líder casi no lo podía creer, y de no ser porque su comandante le hizo entrega de elementos que sustentaban sus palabras, él se habría vuelto loco.

    El líder de Zenith supo que tendría que ver lo que estuviera dentro de ambos objetos, y que luego tendría que comunicarle todo al resto del mundo. Fue por eso por lo que quiso poner manos a la obra.

    — Quiero que el comandante Lakor se quede aquí — fueron las órdenes de su líder — Mientras inspecciono esto, hablaré con él sobre los últimos días de la misión y las cosas que quizá quisieron comunicar y no pudieron.

    — Me quedaré con él para hacerle compañía — Agustina no quiso separarse de él.

    — El resto puede irse a una base militar que he preparado — Magnus les dio una orden a los soldados — He elegido a nuevos soldados para que se integren al equipo. Y sería bueno que fueran a conocerlos.

    — Señor, yo quiero pedir permiso para ir con mi familia — Melody habló con respeto ante él — Todo mi escuadrón ha sido asesinado, y soy la única que queda. Me vendría bien un tiempo de descanso.

    — Te lo concedo, si eso es lo que necesitas, pero no durará por siempre — Magnus le dio a su soldado lo que quería, para luego mirar al hijo del comandante Stones — Wagner… una cosa antes de que te vayas.

    — ¿Sí? — el soldado preguntó curioso — ¿De qué se trata?

    — Lamento mucho lo que te ha sucedido — el líder se disculpó humildemente — Tu brazo, y la muerte de tu padre. Si realmente han descubierto las respuestas a la Gran Catástrofe, él nos va a hacer falta en el proceso para evitar una nueva.

    — Él ya me hace falta, señor — Wagner le habló con algo de tristeza — Y sobre mi brazo… le quiero pedir que me construyan una prótesis.

    — ¿Vas a seguir en el ejército, o quieres cambiar de profesión? — Magnus quiso estar seguro de que Wagner no se sintiera presionado a continuar — Tendrás la prótesis por el gran servicio que prestaste al país en esta misión. Pero si no deseas seguir peleando por tu herida, eres libre de renunciar.

    — Por eso mismo quiero la prótesis, para poder seguir luchando — Wagner tuvo en mente a todos sus compañeros caídos, en especial a los últimos — Dustin, Sharyn, mi padre… Todos ellos pelearon hasta dar la vida. Sería un cobarde si me alejara del conflicto ahora. Mi objetivo ahora está claro. Tengo que luchar por la humanidad.

    — Lo preguntaré solo una vez más. ¿Seguro que esto es lo que quieres?

    — Ellos murieron por la Tierra, así que me aseguraré de que la Tierra viva por ellos — fue una promesa muy convincente de parte del soldado — Hasta el día que me muera, seguiré siendo parte del ejército de Zenith.

    — Entonces, así será — Magnus contestó, sabiendo que tendría que ocuparse de él — Hablaré con Lakor y Young sobre lo que han encontrado. El resto de ustedes puede ir a la base militar a encontrarse con sus nuevos compañeros. Hay dos vehículos con las coordenadas preparados. Tómenlos y acudan a ese lugar.

    Así fue como Ace y Agustina vieron como sus seis compañeros abandonaban la sala donde ellos se encontraban. Mientras Melody recibió el permiso para irse con su familia, los demás acudirían a dicha base para conocer a quienes serían sus nuevos compañeros. Ambos estaban ansiosos por conocerlos también, pero primero tenían que hablar con su líder acerca de lo que habían encontrado. Pero no sería solamente hablar y nada más. Debían de ponerlo en contexto de todo lo que había sucedido como para justificar la falta de comunicación que habían tenido para con su líder, junto con las ausencias de Rayko y Sharyn en su equipo. Una vez todos marcharon, Magnus se aseguró de que nadie más que ellos tres estuvieran en las cercanías. Para esa discusión iba a querer privacidad, y supuso que sus soldados también.

    […]

    Michael fue quien condujo uno de los vehículos militares hacia la base que indicaba el GPS de su vehículo. Al detenerse, pudo ver que era un edificio bastante aislado de casi todos los demás. Había un cerco que lo aislaba de una pequeña aglomeración de edificios, dejando en su interior una estructura pequeña de tan solo dos pisos de altura. Los cinco soldados que acudieron al lugar bajaron del vehículo para poder entrar y encontrarse con quienes serían sus nuevos compañeros.

    — ¿Serán amigables? — fue la pregunta de Gwyn, mientras caminaban para acceder al interior.

    — No lo sé, pero lo que sí es seguro es que son buenos — Michael contestó — Si Magnus los eligió para que se unieran a nuestro equipo ahora, debe ser porque tienen una habilidad de combate sobresaliente.

    — Veamos que tan buenos resultan siendo — Thomas fue quien abrió la puerta del complejo.

    Tras él, Gwyn fue la segunda en entrar. Michael y Alicia los siguieron, y Wagner esperó a que ellos se alejaran un rato, dado a que no quería estar cerca de ellos. Él recordó cada charla que tuvo con ellos desde que abandonaron Ryfier, y no se sentía en plena confianza con ellos, por lo que no quería siquiera tenerlos a la vista. Cuando supo que se habían alejado un poco, Wagner entró para luego cerrar la puerta de la base.

    Los cinco soldados de Zenith caminaron siguiendo los pasillos hasta una sala de entrenamiento, que era el lugar donde supusieron que los estarían esperando. Su pensamiento fue bastante acertado, dado a que allí estaban los nuevos compañeros, siendo cuatro en total.

    — ¿Esto es real? — preguntó Michael al ver a quienes estaban allí.

    — ¿Ustedes? — Thomas se sorprendió igual que Michael.

    — Las recuerdo… — Gwyn reaccionó justo como sus dos compañeros.

    Frente a ellos había un total de cuatro soldados. Tres mujeres y un hombre. Dos de las mujeres fueron reconocidas por Thomas y Gwyn, siendo estas dos Natasha y Casey. Al verlos, las dos chicas recordaron su misión inicial como parte del ejército de Black Meteor, y no esperaban que el escuadrón al que se unirían se trataría del mismo al que habían enfrentado en el pasado.

    — Están de vuelta — Natasha recordó que Magnus había dicho que no se sabía nada de ellos — Pero ¿Dónde está…

    — Nos volvemos a ver — Michael se acercó a ellas dos y también a Xander.

    Pronto, los nueve soldados no dejaron de intercambiar miradas. En una línea recta, los de Zenith, y en otra completamente enfrentada, los desertores de Black Meteor. Gina, Xander, Wagner y Alicia no tenían idea de la razón por la que había un entorno tan hostil entre los demás, pero no tardaron en recordar los hechos y darse cuenta de que debieron haberse conocido en la misión de saqueo de recursos.

    — ¿Qué están haciendo aquí? — Gwyn se puso algo nerviosa a ver a dos viejas enemigas de vuelta.

    — ¿Por qué Magnus nos trajo a este lugar con ustedes? — Thomas lo preguntó en voz alta en lugar de para sus adentros.

    — Sé que reencuentro no es el más agradable — Natasha comenzó a hablar con la pareja — Pero todo tiene explicación. Déjenme contarles nuestra historia.

    Lo que hacía más increíble la escena para los tres miembros del equipo del fallecido comandante Richard era la apariencia de los cuatro soldados. Pese a provenir de Black Meteor, ellos estaban portando uniformes militares de Zenith, con los cuales era difícil imaginarlos. Sin embargo, el equipo detuvo su asombro para oír la historia que Natasha tenía para contar. Ella lo relató todo, desde el momento en el que Lathan se infiltró en Zenith tras ser capturado, hasta el día actual, en donde viejos enemigos volvían a reunirse, pero bajo la misma nación en esa ocasión.

    Michael, Gwyn y Thomas encontraron la historia de ellos muy impactante, al punto de que era casi irreal. Pero luego de que lo pensaran mejor, las cosas que ellos les habían narrado tenían demasiado sentido. Lo último que oyeron de Natasha fue el hecho de que el espía que había estado filtrando información de su país había sido detenido, y que eso le dio a Magnus los motivos suficientes como para confiar en ellos. Viendo que su líder optó por adoptarlos como miembros del ejército, a ellos no les quedaría otra opción más que aceptarlo.

    — Supongo que esto significa que, a partir de ahora, la enemistad está en el pasado — Michael fue el primero en hablar — No sé si alguien lo habrá hecho ya, pero en ese caso, les doy la bienvenida a Zenith… Natasha, Casey — luego de saludar a las chicas, Michael miró a Xander — A ti te recuerdo de aquella vez en la que ataqué la base que ustedes invadieron, pero no sé tu nombre — y finalmente, su vista se centró en Gina — Tú eres una cara nueva para mí.

    — Soy Xander — el soldado recordó el evento al que Michael hizo referencia.

    — Mi nombre es Gina Hauk — la soldado se presentó con su nombre completo, a diferencia de su compañero.

    — Sería de buena educación presentarnos nosotras dos también para quienes no nos conocen — Natasha le habló a Casey — Yo soy Natasha.

    — Y yo soy Casey.

    — Mi nombre es Michael, para ustedes dos — el soldado de Zenith se presentó con quienes no lo conocían en persona.

    — Me llamo Alicia — la soldado lo siguió.

    — Gwyn.

    — Thomas.

    — Wagner — luego de decir ese nombre, Xander se quedó mirándolo fijamente, sabiendo que debía tratarse del hijo del comandante Stones, quien fue un objetivo en él para su misión.

    — Han tenido una misión muy complicada — Natasha apreciaba el estado de dos de los soldados — Alicia y Wagner… Perdón, no quise sonar grosera. De seguro fue una experiencia traumática.

    — Lo fue — Alicia contestó mientras tocaba el parche que cubría su ojo — Es muy extraño ver solo con uno de mis ojos. Y tengo miedo de que en el futuro podría llegar a perder el único que me queda.

    — Lo mío no se compara — a diferencia de tiempos anteriores en los que Wagner habría defendido a Alicia, en esa ocasión, minimizó su herida — Yo me sentía como un total extraño cuando desperté y vi que me faltaba medio brazo. Aún podía sentirlo. Terminé cayéndome de la camilla al darme cuenta.

    A ninguno de los presentes les agradó demasiado el hecho de que Wagner saltara con la idea de que su herida era más grave que la de Alicia. Principalmente a la chica y a su pareja. Sentían que Wagner estaba restándole importancia a algo muy serio, y no cayó bien en ninguno de los dos. Viendo que un silencio incómodo se formó, Xander quiso romper el hielo entre ambos equipos y al mismo tiempo, quitarse una duda de su mente.

    — Michael, te recuerdo de cuando viniste a atacarnos en el momento en el que realizamos un ataque a una de sus bases — Xander rememoró aquel evento — ¿Qué demonios fue lo que pasó? El Michael que acabo de conocer no se parece en nada al que me atacó hace meses atrás.

    El soldado de Zenith supo que ellos iban a querer una explicación lógica para su accionar tan raro en aquella noche que de seguro fue de total terror para ellos. Viendo que era una oportunidad para darse a conocer ante sus nuevos compañeros, Michael optó por revelar toda la verdad.

    Umcali arremangó la manga de su brazo izquierdo, dejando así a la vista una placa metálica clavada en su brazo, la cual sorprendió mucho a los cuatro presentes. Gina, que no había estado en la noche del ataque, pero oyó la historia, también tuvo curiosidad por conocer toda la verdad detrás de aquel acontecimiento.

    — Es una historia muy larga — Michael quiso hacerles saber que no sería muy detallada — Pero todo se debió a un malentendido. En una exploración, encontramos a Alicia prisionera en un planeta de seres que ahora son nuestros aliados. Ella no era de Zenith, sino de Coast Trident.

    — ¿El primer país que envió una nave al espacio exterior? — preguntó Gina, recordando haber leído sobre eso.

    — Exactamente — Alicia contestó, recordando ese hecho con tristeza — La tripulación era mi familia. Cuando nos acercamos a un planeta, los seres de aquel planeta nos confundieron con una nave enemiga y dispararon. Nadie más sobrevivió, solo yo… Ellos me capturaron y me retuvieron en una cápsula.

    — No fue hasta que no llegamos a su planeta que la encontramos — Michael continuó relatando la historia — Nos la llevamos de allí, y cuando ella nos contó su historia, optamos por no confiar en los garak, quienes en ese momento estaban en guerra contra una raza hostil, los berrod. La trajimos a la Tierra, pero ellos no estaban dispuestos a dejarla ir. Nos siguieron y nos derrotaron para llevársela. Yo era su pareja, y estaba desesperado en aquel momento por recuperarla, porque su secuestro me recordó a cuando su comandante asesinó a mi prima, Julie.

    Natasha y Casey recordaron tanto a Morris Grant como a Julie Umcali luego de que Michael mencionara esa frase. Supusieron que el dolor de la muerte de un familiar cercano fue el detonante para una acción de Michael en dicho relato, dado a que no encontraban motivo para mencionarla en un momento así.

    — Como quería rescatarla pronto, me fui solo, y me llevé una nave que era defectuosa sin que yo lo supiera — Michael se miró esa placa con asco, recordando lo que hizo — Caí en un planeta de los garak, donde me encontré con un berrod prisionero. Él estaba atrapado en una máquina. Mejor dicho, era su conciencia lo que estaba atrapado allí. No tenía idea de cómo salir de allí, pero él me propuso un trato. Unir nuestras mentes. Me dijo que yo tendría acceso a sus recuerdos, y que con los mismos podría asesinar a los garak y recuperar a Alicia. Y yo, como un tonto, lo escuché. Su plan era tomar mi cuerpo, controlarlo y escapar para ir con los suyos. No le resultó, y terminó siendo atrapado en mi cuerpo. No podía tomar el control de forma voluntaria, tenía que pedírmelo a mí. Yo le di el control para rescatar a Alicia, pero luego lo recuperé. La segunda vez que le di el control fue cuando los fui a enfrentar a ustedes. Orz, el berrod con quien hice ese pacto maldito, fue el que los atacó esa noche. No fui yo. Él me tentó a dejarlo libre diciendo que sería de ayuda, pero lo que quería era tener el control de mi cuerpo para así aprender a controlarlo.

    — Y lo hizo, por eso tienes esa placa — Casey empezó a sacar conclusiones — ¿Verdad?

    — Así es, tras controlar mi cuerpo, ocasionó un caos que llevó a muchas muertes y asesinatos de su parte — Michael agachó la mirada con tristeza — Mi madre, mi padre, la novia de mi hermano, mi comandante… y luego, mi hermano. Él no murió asesinado por él, pero perder a toda nuestra familia lo volvió imprudente y muy frío. No logró sobrevivir a la misión que vino después. Por eso, los garak, que ahora son aliados nuestros, me colocaron esta placa. Lo mantiene controlado, y mientras no se rompa, Orz nunca será libre. Es decir que nunca tendremos que pasar por una pesadilla como esa otra vez. Ahora él es el último de su especie, y si queda libre… No quiero imaginarlo.

    — Será mejor que no lo dejes ser libre, Michael — Wagner le reprochó con rencor — Porque si me llego a enterar que Orz está libre, no tendré intenciones de capturarte con vida.

    — Descuida, no lo soltaré — Michael no quiso seguirle el juego a su compañero — Y preocúpate por tus asuntos.

    Los desertores que acababan de unirse a Zenith notaron rápidamente la hostilidad que había entre ellos dos. No tenían la menor idea de por qué se llevaban de esa manera, pero ciertamente, no era algo agradable de presenciar. No queriendo que todo eso terminara en un asunto conflictivo, Xander decidió hacer pública una disculpa que él sentía que tenía pendiente, con Wagner nada menos.

    — Wagner, necesito decirte algo — Xander lo miró algo apenado.

    — Si tienes boca, puedes decirlo — Wagner no parecía estar de buen humor tras lo acontecido.

    — Yo… te pido perdón — el soldado confundió a todos los soldados de Zenith — Cuando recibimos la noticia de que nuestro comandante Frans había sido asesinado por Zion, tu padre, yo quise pensar en una venganza que lo afectara gravemente. Quería asesinarte. Te convertí en un objetivo en mi escuadrón, porque pensé que así podría causarle un daño emocional muy fuerte a tu padre. No fue hasta que Natasha me convenció de que yo estaba mal que me di cuenta de lo irresponsable e insensible que fui en ese momento. Y cuando vine aquí, me quise disculpar con tu padre. Pero dado a que escuchamos la noticia de su muerte, elegí que tenía que disculparme contigo.

    — ¡Pedazo de hijo de puta! — Wagner no podía creer lo que acababa de escuchar — ¡¿Estás hablando en serio?! ¡¿No dijiste nada de eso en el relato?! — al hacer esa pregunta, Wagner miró a Natasha.

    — No lo vi necesario, dado a que Xander eligió dejarlo atrás — Natasha se defendía de la acusación.

    — ¡Increíble, como si no tuviera nada con dos pedazos de mierda odiándome! — Wagner enfadó a Michael y Alicia con esas palabras — ¡Ahora resulta que quien debe ser mi nuevo compañero quiso asesinarme, y una de mis compañeras me lo oculta! ¡¿Por qué demonios tengo que recibir esa clase de trato?! ¡¿Por qué las personas más amables que he conocido han terminado perdiendo la vida, pero los que me quieren arruinar la existencia siguen respirando?! ¡Eres un puto pedazo de mierda, Xander! ¡Tu puto comandante Frans se buscó la muerte solo al venir aquí! ¡Se murió por un ser un completo hijo de puta, y tú me querías asesinar para vengarte de mi padre que hizo lo que tenía que hacer! ¡No entiendo con qué cara vienes a decirme eso ahora!

    — Creí que era una obligación mía decírtelo — Xander pronto se dio cuenta de que cometió un error al revelar eso — Sentía que debía haber honestidad desde el principio.

    — No necesitaba escuchar esa mierda, así como tampoco necesito quedarme aquí — Wagner se sintió muy mal por todo lo que había transcurrido — Lo único que necesito ahora mismo es alejarme de ustedes. Todos mis putos compañeros son escoria. Los viejos y los nuevos también.

    — Wagner, espera, yo… — Thomas quiso recordarle que él y Gwyn le hicieron un favor en el pasado.

    — ¡Cierra tu puta boca! — Wagner le gritó con agresividad — ¡Solo se preocuparon por mí porque vieron que me encerré en mi habitación! ¡Si no me hubieran visto, no habrían venido a hablar conmigo! ¡No me ayudaste porque me veías como un compañero, lo hiciste porque sentían culpa por dejarme solo, que es lo que han hecho desde que desperté! ¡Cada puto día desde que desperté en esa puta camilla me han dejado abandonado! ¡Y ahora llego aquí y solo recibo mierda y mentiras! ¡Yo solo cometí un error… no necesitaba pagar un precio tan alto por eso!

    Tras ese descargo, el soldado abandonó la base. Los ex miembros de Black Meteor no sabían a qué se refería con esa última expresión, pero los de Zenith sí lo sabían. Estaba claro que Wagner tenía muy presente el error que él cometió en el momento en el que decidió acercarse a Allecreod, y que, al parecer, sentía que todo lo malo que le estaba pasando era una forma de pagar por aquello. Sin embargo, que todos lo entendieran no quería decir que se sintieran apenados por él. Michael y Alicia lo seguían odiando por las circunstancias ocurridas en el planeta Ryfier. Mientras que Thomas y Gwyn empezaron a sentir un leve odio hacia él, por haber despreciado su acto de ayuda y solidaridad que tuvieron con él cuando lo ayudaron a ordenar las cosas de su cuarto, junto con su higiene personal.

    — Estaría mejor muerto — Michael dijo en voz alta, una vez que se fue — No debimos haberlo salvado. Él debió morir en esa puta cueva. Ahora que lo pienso, es un completo inútil para pelear. Todos nosotros estaríamos mejor con él muerto.

    — ¿Qué fue lo que le pasó? — Casey recordó una de sus frases — ¿Qué error cometió? Porque me da la impresión de que siente que está recibiendo un castigo.

    — Tomó una decisión, y esa decisión llevó a que su mejor amigo y su padre murieran — Thomas contestó seriamente, sin sentir nada de empatía por Wagner para ese momento — No fueron ellos solamente, varios de nuestros aliados terminaron encontrándose con la muerte también. Luego de eso, él pareció haber encontrado la felicidad con una chica de nuestro equipo. Tristemente, ella murió, y fue el mismo día que perdió su brazo. Él seguro debe sentirse mal por haber sido mutilado al mismo tiempo que no pudo proteger a su novia.

    — Que se joda, lo tiene merecido — Michael sonaba muy severo al hablar de él — Él debería estar muerto, y no todas las personas que terminaron perdiendo la vida por su culpa.

    — ¿Cómo tú? — Gina quiso indagar más en la mente de Michael — Tú también has hecho algo que ha matado a mucha gente.

    — La diferencia es que yo me hice cargo de mis errores, y no traté como la mierda a la gente a la que perjudiqué — Michael contestó sin gustarle para nada esa frase de su compañera — Alicia perdió su ojo por su culpa. Y yo estuve a punto de morir en el mismo momento en que ocurrió todo eso. Cuando él vino a disculparse, nos acusó de haberlo traicionado. Quería disculparse con nosotros solamente para poder juzgarnos y echarnos la culpa de su mierda. Por mí, Wagner se puede ir al infierno.

    El ambiente que se vivía en la base era muy tenso. A ninguno de los cuatro recién llegados le pareció agradable tener que haber visto como sus compañeros, que suponían que debían estar unidos tras convivir un largo tiempo en el espacio exterior, se llevaran tan mal. Thomas y Gwyn recordaron la charla que tuvieron con Wagner hacía pocas horas, y supieron que él tenía motivos para alejarse de Michael y Alicia, y tras haber escuchado la verdad de la boca de Wagner, lo preferían así. Ambos llegaron a arrepentirse de mostrarle su ayuda cuando él lo necesitó, dado a que lo único que terminaron recibiendo fue insultos de su parte. Claramente, no hicieron con la intensión de recibir una recompensa, pero un trato como el que les había dado Wagner no era ni querido ni necesario.

    Xander, por su parte, se sintió horrible tras haber revelado la verdad detrás de su objetivo de asesinar al soldado. Todo lo que había vivido desde su llegada al país fue una decepción para él. Lo encerraron y mantuvieron allí dos días, y luego de sacarlo de la cárcel, lo terminaron llevando a un lugar donde se encontró con alguien a quién él sentía que le debía una disculpa. Creyó que podría sentirse mejor consigo mismo al contar la verdad, pero solo terminó sintiéndose mal por eso y también empezó a engendrar un ligero odio hacia Wagner. No esperaba que él aceptara de buena gana su confesión, pero ser insultado junto a todos sus compañeros era algo que no tenía ganas de recibir.

    La partida de Wagner dejó un silencio incómodo muy largo por parte de todos los soldados en aquella base. Natasha se veía con deseos de preguntar por Ace, creyendo que él tenía que formar parte de su equipo. Sin embargo, luego de ver que este no había acudido a la base con ellos, le hizo pensar en lo peor. Aun así, ella quiso quitarse la duda de su mente. Necesitaba saber si la persona a la que ella había apreciado estaba con vida o no, pero antes de que pudiera preguntar, se oyó el ruido de un vehículo.

    Claramente, eso confirmaba que alguien más había llegado hasta la base, cosa que dejó en vilo a la chica mientras que los demás solamente esperaron para ver de quien se trataba. Michael, Thomas, Gwyn y Alicia supieron que debía tratarse de sus compañeros, por lo que optaron por no decir ni una sola palabra. Gina, Casey y Xander esperaban de forma desinteresada, dado a que creían que no conocerían a nadie más en el equipo. Natasha era la única que estaba impaciente. Sabía que, si Ace no entraba a la base en aquel momento, podía considerarlo muerto sin la necesidad de preguntar.

    Desde el interior de la sala, se pudieron escuchar pisadas de dos personas en los pasillos, acercándose cada vez más al lugar. Pronto, los que causaban ese ruido hicieron acto de presencia en la sala. Ace y Agustina entraron a la misma para encontrarse con cuatro de sus compañeros de equipo y con quienes serían los nuevos soldados que se integrarían a ellos.

    Natasha sintió una gran alegría en su interior al ver a Ace entrar la base, confirmando que él estaba con vida. Ella esperaba que el soldado fuera capaz de reconocerla, pero viendo que no lo lograba, optó por tomarlo por sorpresa. La realidad era que Ace no había visto muy bien a los nuevos miembros del equipo, dado a que se encontraban parados detrás de sus compañeros. Y como llevaban uniformes de Zenith, él no fue capaz de distinguirlos como ex soldados de Black Meteor.

    — ¿Se están llevando bien? — Ace preguntó algo extrañado — ¿Wagner no vino con ustedes?

    Viendo que él no parecía distinguirla, Natasha optó por acercarse primero a él.

    — ¡Ace! — gritó mientras corrió desde su lugar hacia él.

    El comandante Lakor se vio sorprendido cuando vio que una chica rubia corrió hacia él desde su posición para abrazarlo. Al llegar hasta él, la chica envolvió su cuello con los brazos para luego apoyar su cabeza en su pecho de forma cariñosa. Ace estaba bastante confundido, pero todo se le aclaró cuando la chica que lo había abrazado levantó la cabeza para mirarlo a los ojos.

    — Soy yo, Ace, ¿me recuerdas? — la chica le preguntó con gran ilusión.

    — Natasha… — Ace la reconoció al instante por su voz, para luego quedársela viendo — Te ves diferente. Has cambiado.

    — Tú te ves exactamente igual que como yo te recordaba — Natasha pronto volvió a recostar su cabeza sobre el pecho de Ace — Me alegra tanto volver a verte. Estuve deseándolo con todo mi ser. Cuando no te vi aquí, con los demás, pensé que… Pensé que podrías haber muerto. Me siento tan aliviada ahora que he podido encontrarme contigo una vez más.

    — Hola, Ace — Casey dio un paso al frente para hablar con su excompañero, con quien volvía a reunirse.

    — Casey, es bueno ver que tú también estás aquí — Ace se sentía sorprendido para bien al ver a viejas amistades una vez más — ¿Y los demás? ¿Solo ustedes han elegido venir?

    — Los demás no lo lograron, Ace — Natasha pronto se separó de él para mirarlo a los ojos — Los hemos perdido a lo largo de la misión, y entonces pude comprender que tú tuviste la razón todo el tiempo. No me tenía que quedar en Black Meteor, debí haberme ido contigo a Zenith cuando me lo pediste hace dos años. Perdóname por no haberlo hecho. Te dejé solo y abandonado. A ti… al hombre más maravilloso del mundo. Prometo que esta vez no te dejaré. Nada me apartará de tu lado ahora.

    Las palabras de Natasha sorprendían a todos los soldados. A Casey era algo que le daba igual, pero Gina se mostraba muy sorprendida. Sabía que Ace debía ser alguien especial para Natasha para haber reaccionado así al verlo, pero tampoco creía que fuera para tanto. Sin embargo, Natasha se comportó de forma extraña, casi irreconocible para ella. Xander se lo tomó para mal. Luego de haber pasado dos días encerrado y recibir un insulto por parte de Wagner, el haber visto eso no le gustó para nada. Él solamente había estado recibiendo rechazos constantes por parte de Natasha, y era consciente de que a ella le gustaba su anterior compañero. Pero el verla lanzarse de forma tan cariñosa a alguien que él no conocía no le agradó para nada. Con furia, Xander presionó los dos puños.

    Thomas, Gwyn, Michael y Alicia no se tomaron con alegría ese gesto. Ellos sabían que Ace estaba comprometido con una compañera suya, y esa actitud de Natasha, pese a no conocer ese detalle, estaba fuera de lugar. Agustina, sin embargo, era quien más molesta estaba. Ella no esperaba ni de cerca que entre los soldados que formarían parte del equipo se encontrara alguien que en el pasado tuvo una relación afectiva con Ace, y sentía deseos de hacer que ella se apartara de su lado.

    Ace supo que no tenía que dejar las cosas así como si nada, por lo que eligió cortar por su cuenta aquel momento.

    — Natasha, me alegra mucho volver a verte, pero ahora tengo algo importante que decir a todos — Ace habló lo más suave que pudo — Y principalmente a ustedes. Luego de eso, hablaré en privado contigo y con cada uno de los demás, que asumo que son todos de Black Meteor.

    — Estás en lo correcto — Natasha lo miró con una sonrisa — Y descuida, comprendo que tengas responsabilidades. Dime, ¿esto es porque eres el comandante?

    — Así es — Ace reveló algo que Natasha sospechaba — Soy yo quien comanda este equipo.

    — Felicitaciones — la chica se sentía feliz por él — Estoy segura de que esto es lo que siempre quisiste. Me alegro mucho por volver a verte, y me alegro todavía más por el hecho de que ahora seré parte de tu equipo… comandante Ace.

    Tras decir esas palabras, Natasha le dio un beso en la mejilla, el cual fue muy breve, para luego de eso, soltar a Ace y regresar al lugar en donde se encontraba parada. Agustina no se tomó ese gesto para nada bien, pero supo que ese no era el momento para discutir con ella.

    Xander miró con furia a Ace, por el hecho de que se enteró de que tendría que recibir órdenes suyas por ser el comandante. Sentía que su día ya no podía empeorar más. Gina y Casey lo miraron con algo de impaciencia, para ver qué era lo que tenía que decir. Sus compañeros que ya lo conocían estaban a la espera de ver lo que debía anunciar respecto de su charla con Magnus.

    — Ya he discutido con Magnus y le he entregado todas las evidencias — el comandante quiso ser lo más directo posible — Él está preparando un discurso para exponer todo esto al mundo, al mismo tiempo que pedirá ayuda.

    — ¿Ayuda para qué? — Gina se sentía curiosa por esas palabras — ¿Y por qué al resto del mundo?

    — Porque acabamos de encontrar las respuestas a la Gran Catástrofe — el comandante Lakor fue contundente al responder — Llegamos al final del misterio que ha estado preocupando a la humanidad por años

    Esas palabras impresionaron bastante a los cuatro soldados provenientes de Black Meteor. Ellos se habían unido al grupo de Zenith para así no tener que morir siguiendo su misión bajo el mando de Abel, solamente para descubrir que la verdad detrás del misterio que tenía en vela a la humanidad ya había sido descubierta, y nada más y nada menos que por las personas que estaban al frente suyo. Supusieron que ninguno de los soldados eligió contar eso dado a que querían esperar que fuera el propio comandante quien lo revelara. Luego de ser invadidos por la sorpresa, lo siguiente que los invadió fue la curiosidad.

    — ¿Y cuál es la respuesta? — preguntó Casey, ansiosa por saberlo — ¿Qué fue lo que ocasionó la Gran Catástrofe?

    Ace supo que tenía que poner a sus nuevos cuatro soldados en la misma línea que los demás, por lo que empezó a narrarlo todo desde el momento en el que la nave xaromitante aterrizó en la Tierra enviando un mensaje de auxilio. Cada detalle que el comandante recordó sobre la misión en Emiv, la extracción de las máquinas que permiten reclutar seres para que sigan órdenes contra su voluntad, la misión en Fientlig, el encuentro con Allecreod, y, por último, la revelación dada por Kenegar, en donde los desertores de su país aprendieron el concepto de gigaplaneta junto con el nombre de Hark y su especie.

    Todo esto dejó asombrados a cada uno de ellos, quienes no tardaron en asociar ese relato con la experiencia vivida en un planeta misterioso, en donde tuvieron su último enfrentamiento antes de elegir que su misión seguiría en Zenith y no en su país de nacimiento. El detalle de que el ser que los enfrentó conocía el nombre de su especie y su planeta era algo que se guardaban para más adelante, una vez que el equipo estuviera afianzado, pero luego de escuchar lo dicho por el comandante Lakor, no tuvieron otra opción más que mencionarlo.

    — ¿Recuerdan que en nuestra historia nosotros narramos que enfrentamos a alguien casi invencible? — Natasha preguntó a los cuatro soldados que oyeron su relato.

    — Así es, pero dijeron que no sabían su nombre — Alicia recordó esa parte que su compañera le contaba.

    — No, pero él si conocía el nombre de nuestra especie — Xander habló, causando confusión en Ace.

    — ¿De qué están hablando? — su mirada denotaba que estaba perdido.

    — En nuestro último enfrentamiento antes de optar por traicionar a Black Meteor para venir aquí, enfrentamos a un ser que era invencible para nosotros — Casey contó con tristeza al recordarlo — Él fue quien asesinó a Paul… el asunto es que él dijo algo que se ha quedado en nuestra memoria.

    — Dijo que vendría a la Tierra — Gina agregó a lo que dijo su compañera — No dijo algo como “iré a su planeta”. Literalmente dijo que vendría a la Tierra, y nos llamó humanos. Nosotros no habíamos hablado con él porque no nos dio la oportunidad, pero él sabía quiénes éramos, y también de donde veníamos.

    — No puede ser posible — Thomas se temía lo peor — ¿Creen que haya posibilidad de que ese tipo que los atacó sea un edagriano?

    — No lo podemos confirmar — Gina se aterró al solo pensarlo — Pero ¿Cuántos seres hay en el universo que conozcan que somos humanos con solo vernos y que sepan que venimos del planeta Tierra?

    — Mierda, entonces, las cosas son muy diferentes a lo que yo pensaba — Ace se dio cuenta de que su situación no era como la imaginaba — Si se da el caso de que Kenegar y la persona que los enfrentó sean de la misma especie, eso quiere decir que los edagrianos ya están al tanto de que su plan de Exterminio falló, y que nosotros estamos vivos.

    — Creímos que ellos no sabían nada al respecto, y que podríamos usar eso a nuestro favor — Agustina compartía la preocupación de su pareja — ¿Hace cuánto que han estado en el planeta donde tuvieron esa pelea?

    — Fue hace más de tres semanas — Natasha contestó a la pregunta — Entonces…

    — Tenemos menos tiempo del que creíamos tener — Michael supo que estaban ante una situación muy seria — Ellos podrían estar preparándose para atacarnos. O incluso podrían ya haber enviado a alguien para que acuda a la Tierra a enfrentarnos. Si terminaron descubriendo que su plan original falló, entonces nosotros seremos un objetivo prioritario para ellos.

    — Maldita sea, vamos a tener que alertar de esto a Magnus — Ace se preocupó bastante por pensar en esa posibilidad.

    — En esta base no habrá electricidad hasta la noche — le contestó Xander, desilusionando al soldado — Nos dijeron eso cuando nos trajeron aquí. Fue una medida de precaución tomada por Magnus.

    — Entonces habrá que ir a decírselo en persona — Gwyn pensó que eso era algo urgente por hacer.

    — Iremos Michael y yo — Alicia propuso que fueran ellos — Después de todo, Ace dijo que quería tener una charla con todos ustedes.

    — Así es, Alicia — Ace no había dejado esa idea atrás — Si van a formar parte de mi unidad, quiero poder conocerlos mejor. Te agradezco por ofrecerte a hacer esto.

    — Por nada, comandante — Alicia estaba agradecida de ser de utilidad, aunque fuera una tarea sencilla — Se lo diremos de inmediato.

    — Luego de hablar con Magnus regresaremos con ustedes — Michael les dejó en claro que no se tardarían mucho — No iremos de regreso a la base en donde aterrizamos la nave. Iremos en busca de una base cercana en la que podamos comunicarnos con él mediante una llamada remota.

    De esa manera, sus dos compañeros se apartaron del lugar para poder ir a notificar aquel mensaje importante a Magnus. Creían que sería de suma importancia hacerlo rápido, para que Magnus pudiera tener toda la información disponible antes de exponer ante el mundo la evidencia de que había una raza extraterrestre detrás de la Gran Catástrofe.

    Con las partidas de Wagner, Alicia y Michael, en la base únicamente quedaron ocho soldados. Cuatro de Zenith y cuatro de Black Meteor, aunque estos últimos ya no guardaban relación con ese país. Ace, viendo que quizá no dispondrían de mucho tiempo, eligió pasar directamente a lo que quería hacer.

    — Había dicho que hablaría en privado con los cuatro — el comandante Lakor les recordó su decisión — No con los cuatro juntos, sino uno por uno. Aprovecharé esa oportunidad para poder conocer más sobre ustedes, además de que así les daré la chance de que me conozcan a mí. Creo que es importante hacerlo siendo comandante.

    — ¿Con quién quieres empezar? — Thomas sentía curiosidad al respecto — Gwyn y yo iremos a descansar y te dejaremos trabajar tranquilo.

    — Natasha, creo que lo mejor será que hable contigo primero — Ace lo dijo por un aspecto que la chica parecía ignorar — Llévame hasta tu habitación.

    — Sígueme, es por aquí — Natasha empezó a caminar para guiar a Ace a dicho lugar.

    Gwyn y Thomas se fueron a elegir un cuarto para compartir, mientras que Xander, Gina y Casey no tenían más opción que irse de regreso a los cuartos que habían elegido para pasar los días en la base militar. Natasha caminaba con una gran felicidad al saber que Ace la estaba siguiendo, pero no se percataba de que Agustina los estaba acompañando. La chica miraba con una expresión seria a Natasha, dado a que no podía quitarse de la cabeza la escena en la que la vio dándole un beso en la mejilla a Ace. El comandante pudo notar eso, y supo que era algo que tenía que dejar en claro lo más pronto posible, por el bien de todo el equipo completo.

    Natasha fue la primera en entrar en su habitación, seguida por Ace y finalmente Agustina. La soldado que fue líder de Black Meteor se sorprendió bastante al ver que Agustina estaba en su habitación, dado a que Ace había dicho que sería una charla privada. La duda la llevó a preguntar.

    — ¿Qué haces aquí? — no lo preguntó de mala manera.

    — ¿Me recuerdas? — Agustina quiso asegurarse de que no la hubiera olvidado — Me llamo Agustina Young.

    — Sí recuerdo haberte enfrentado en la misión de saqueo de recursos — Natasha reconoció el rostro de la chica — Pero no recordaba cual era tu nombre.

    — Natasha, hay algo importante de lo que tengo que hablar contigo — Ace sonó muy severo al decirlo, cosa que asustó un poco a la chica — Yo… ciertamente no esperaba que nos volviéramos a ver. Es una sorpresa muy agradable ver que sigues con vida, y también lo es saber que tú y yo vamos a luchar en el mismo equipo. Pero las cosas desde que nos separamos han sido diferentes.

    — ¿Diferentes en qué sentido? — Natasha sentía que algo iba mal por la manera en que lo decía.

    — No sé si tú habrás hecho lo mismo que yo, Natasha, pero yo… seguí con mi vida — Ace agachó un poco la cabeza al hablar — Luego de que finalizó nuestra primera misión, terminé quedándome solo en una base de Zenith donde todos me trataban como un extraño. No me sentí bien hasta que empezó el viaje para explorar el universo, en donde me reuní nuevamente con mis compañeros. Tan pronto como empezó el viaje, llegamos al planeta Fientlig, y allí ocurrió un hecho muy trágico con una de nuestras compañeras. La mataron. Las bestias demostraron ser un verdadero infierno para nosotros, y todo el equipo entró en desesperación… Fue allí donde…

    — Fue allí donde Ace y yo nos volvimos más cercanos — Agustina decidió hablar también — La chica que murió era una gran amiga mía. Su muerte y las muertes de nuestros otros dos compañeros en la misión anterior me sacudieron emocionalmente. Me morí de miedo con solo pensar que yo podría ser la siguiente. Creí que mi final pronto iba a llegar, y estuve a punto de perder la vida… Pero Ace me salvó de morir. Y al salvarme, gastó demasiada energía cuando su cuerpo no estaba preparado para eso. El esfuerzo tan grande que tuvo que hacer le ocasionó un infarto.

    — Agustina me cuidó bien luego de ese momento en el que casi pierdo la vida — Ace continuó el relato, mientras Natasha empezaba a poner una expresión de tristeza, al ver por dónde estaba yendo la historia — Luego de despertarme y ver la preocupación que ella mostraba conmigo, empezamos a volvernos más cercano. La experiencia tan horrible que vivimos en ese planeta nos acercó bastante. Y luego de eso, el tiempo transcurrió… Y fue entonces cuando me enamoré de Agustina. Desde entonces, hemos estado juntos, en una relación sana. Cuando tuve que vivir en la base de Zenith, me sentía como un completo extraño. Desde que empecé mi relación con Agustina, ya no volví a sentirme así. Estar con ella me ha hecho feliz… Me ha hecho sentir amado y querido de verdad. El tiempo ha seguido pasando, y nosotros continuamos viviendo experiencias juntos. Y con cada experiencia que vivimos, siento que cada vez la amo más.

    — Ace y yo compartimos un amor sano, fuerte y honesto — Agustina pudo ver como la expresión del rostro de Natasha ya solo mostraba dolor — Él es la mejor persona que he conocido. Un hombre amable, sensible, y protector. Él y yo nos amamos demasiado. Fue por eso por lo que hace unas semanas atrás, yo elegí comprometerme con él… Tenemos pensado casarnos cuando esta misión haya finalizado. Y eso quiere decir, cuando nos hayamos encargado de los edagrianos.

    — Luego de ver la forma en la que me abrazaste, no quería dejar pasar mucho más tiempo sin decírtelo — Ace lo hizo por el bien de la chica — Hacerlo sabiendo lo que tú sentías y sigues sintiendo por mí sería muy desalmado de mi parte. Y no mereces eso, Natasha. Por eso elegí hablar contigo primero. Para decirte que las cosas ya no son como la última vez que nos vimos. Y espero que puedas comprenderlo.

    Natasha se sentó sobre el colchón de la cama situada en su habitación. Con sus manos sujetó sus rodillas, mientras que su mirada apuntó al suelo del lugar. Sentía deseos de llorar, pero por alguna extraña razón, las lágrimas no salían. Las cosas que había escuchado de la boca de ambos la dejaron muy afectada emocionalmente. Ella nunca llegó a sospechar en la posibilidad de que Ace hubiera encontrado en una de sus compañeras a alguien especial, y mucho menos que hubiera dado inicio una relación que pudo llegar tan lejos. Formar una pareja con Ace era algo que ella deseaba desde el momento en el que él y ella empezaron a conocerse mejor al comienzo de la primera misión realizada para Black Meteor. Luego de lo que acababa de escuchar, ella supo que todas esas ilusiones acababan de morir.

    — Natasha, no quise sonar muy duro — Ace se acercó a ella, pero manteniendo algo de distancia — Luego de que descubrí la verdad sobre mi padre, la cual probablemente tú no sepas, me di cuenta de que la primera persona que me mostró afecto de forma desinteresada fuiste tú. Eres especial para mí, y siempre lo serás. Por eso, cuando llegó el momento, te pedí que vinieras conmigo a Zenith. Quería salvarte de un país como Black Meteor, y también quería que tú y yo estuviéramos juntos… Pero tú tomaste tu decisión. Nunca te juzgué por hacerlo, tuviste tus razones y las comprendo. Y puedes estar segura de que yo seguí pensando en ti. Pero no podía quedarme estancado por siempre en ese recuerdo. Tú tomaste una decisión, y yo tomé la mía… Y, por lo tanto, no me quedó otra opción más que seguir con mi vida. Agustina entró en mi camino, y desde que lo hizo, la amo cada día más. Lamento que hayas tenido que enterarte de esta manera, pero lo mejor era decírtelo directamente.

    La pareja de soldados comprometidos vio como la chica respiró profundamente, para luego, sin levantarse desde donde se encontraba sentada, lanzarles una mirada de tristeza dirigida a ambos. Ace se sentía apenado por ella, dado a que él la consideraba como alguien especial, pero Agustina no sentía nada. Ni miedo, ni tristeza. La mirada de la chica, pese a reflejar muchas emociones, a ella no le pudo transmitir ninguna. Fue entonces como Natasha se puso de pie, para comenzar a hablar con ambos.

    — Yo… seguí mi vida también, pero de una forma equivocada — Natasha empezó a narrar su historia — Luego de que tú te fuiste, yo estaba devastada. Morris nos dijo que nos habías traicionado, y que Abel mandaría gente a buscarte para ejecutarte. Yo recordé el momento en el que nos habíamos visto por última vez, cuando te negaste a atacarme, pese a ser enemigos en ese momento. Pensar que alguien tan maravilloso como tú iba a morir, y el pensar que tu padre te consideraba un traidor, me hizo muy mal. Shun se aprovechó de eso.

    — ¿Shun? — Ace no había pensado en él hacía mucho tiempo — ¿Qué fue lo que hizo?

    — Me desafió a una pelea, y me dijo que, si yo ganaba, tendría que aceptar salir con él — Natasha recordó ese momento, el cual despreciaba con toda su alma — Creí que podría ganarle, y acepté para estar motivada… Pero perdí, y tuve que cumplir mi palabra. Al principio, Shun parecía ser un buen tipo, pero no tardó pronto en mostrar su verdadera personalidad. Cuando él me escuchó decir que contigo yo me sentía segura, se volvió loco. Me gritó, y luego de eso me golpeó. Tras haber tenido una relación estable por mucho tiempo, él me agredió por nada. Fui una completa idiota por meterme con alguien como él. Yo sabía que él estaba obsesionado conmigo desde el principio, y no debí haberle seguido el juego nunca… Pero lo hice. Desde que terminé con él, recordé todos los momentos en los que tú me hiciste sentir especial. Nunca me atacaste, ni siquiera cuando fuimos enemigos. Y él me levantó la mano siendo su pareja. Fue ahí cuando tuve clara mi prioridad. La única persona que yo consideraba digna de estar conmigo eras tú, Ace. Estuve esperando por mucho tiempo nuestro reencuentro. Desde que me enteré de que tú estabas vivo, siempre he querido verte. Y ahora, finalmente lo he logrado… pero ya es tarde. No elegí irme contigo cuando tuve la oportunidad, y ahora eres el hombre de alguien más — tras decir esas palabras, la chica tomó aire nuevamente — No soy quien para juzgarte ni reclamarte nada. Yo te dejé solo, y Agustina te dio la compañía que tanto necesitabas. Lo único que puedo hacer ahora es aceptarlo, y… y… te deseo una vida feliz como su esposo. Si alguien merece ser feliz, eres tú.

    Esas palabras causaron algo de dolor en el corazón de Ace. Él supo que había dejado su huella en Natasha, y el abrazo y el beso que recibió en su reencuentro lo había confirmado. Pero no tenía idea de que su compañera lo mirara de esa forma. El saber que ella había pasado por un gran dolor al momento en el que él dejó el equipo, solo para caer en la trampa de alguien como Shun, al que Ace recordaba con desprecio luego de rememorar cada una de las veces que él cuestionó su liderazgo, le hizo sentir una gran pena por ella. Sin embargo, eso era todo lo que podía llegar a sentir, dado a que su vida lo había llevado a los brazos de alguien más.

    — Me alegra que lo hayas comprendido… — Ace no quiso darle las gracias de forma directa — Lo siento.

    — No, yo lo siento — Natasha entonces derramó su primera lágrima en mucho tiempo — Te dejé solo cuando más necesitabas compañía. No soy quien para reclamar nada.

    — Creo que eso es todo por ahora — Ace supuso que lo mejor sería hablar más tarde con ella — Iré a hablar con los demás.

    — ¿Puedo hablar con Agustina en privado por un minuto? — Natasha le dijo con cortesía.

    — Claro que puedes.

    Ace procedió a retirarse de la sala, mientras que su pareja y su antigua compañera se quedaron en la habitación. Agustina miró con algo de pena la forma en la que Natasha derramaba algunas lágrimas. Al principio no sentía nada por su nueva compañera, pero luego de ver su estado, comprendió que la noticia que recibió no la estaba esperando, ni mucho menos la estaría deseando. Sin embargo, en aquel momento solo sentía curiosidad por lo que iba a escuchar.

    — Te quiero pedir perdón por lo que hice — Natasha se refería a algo que Agustina sabía muy bien — No debí haberlo abrazado ni darle un beso frente a ti. No estuvo bien, aunque no lo supiera. Y si fuera yo, querría que me dieran una disculpa.

    — Descuida, no estoy molesta contigo por eso — Agustina sonó comprensiva — No me gustó, pero no tenías forma de saber que él y yo estábamos juntos. No es necesario que te disculpes por algo de lo que no tenías idea. Pero ahora que lo sabes, lo mejor será que no se repita.

    — No se repetirá, no me meteré entre ustedes — Natasha confesó ante Agustina, quien la miraba con muchas dudas al respecto — No soy esa clase de mujer. No me gustaría que me hicieran algo así, por lo que sería hipócrita que yo lo hiciera.

    — Eso el tiempo lo dirá — Agustina supo que lo que determinaría si ella mentía o no sería el avance de los días.

    — Eres muy afortunada, Agustina — Natasha lo dijo en un tono nostálgico.

    — ¿Perdón? — la chica se vio confundida por esa afirmación.

    — Ace es una persona muy diferente a las que he conocido en mi vida — Natasha se explicó — Es honesto, amoroso, sensible, valiente… Alguien así probablemente nunca vuelva a aparecer en este mundo, y él está enamorado de ti. La forma en la que sus ojos parecían llenarse de vida cuando hablaba sobre tú y él… Eso lo dice todo. Él te ama.

    — Lo sé, no hacía falta que lo dijeras — Agustina apreció esas palabras de Natasha, aunque su frase parecía expresar lo contrario — Él cada día y cada noche me hace sentir la mujer más afortunada del mundo. Es por eso por lo que elegí casarme con él.

    — Cuando eso suceda, quiero estar ahí — Natasha sorprendió a Agustina al decir eso — Ver a Ace siendo feliz, aunque no pueda ser conmigo, me haría feliz a mí también. Él es una de las mejores personas que he conocido, y merece lo mejor.

    — No puedo prometerte que te invitaré — Agustina no quiso decirle una mentira a Natasha — Invitaré a mi familia y amigos cercanos. Si Ace lo desea, él será quien te invite. Porque tú y yo nos acabamos de conocer como compañeras el día de hoy, pese a habernos cruzado en el pasado.

    — Entiendo y respeto eso — Natasha le contestó algo decepcionada por no haber podido asegurarse un lugar en ese día — Entonces, habrá que luchar contra los edagrianos. Sin poder derrotarlos, ese día no llegará.

    — Será difícil, pero tenemos aliados que lucharán junto a nosotros — Agustina mantenía la fe en la victoria — Y Magnus pondrá al resto del mundo de nuestro lado… espero.

    — Sería mejor que fueras con Ace para que él pueda ir a hablar con los demás — la chica, tras haber podido hablar con la prometida de Ace, solo quería estar sola — Tienes mi palabra de que lo de hoy no se repetirá.

    Asintiendo tras escuchar esas palabras, y algo más tranquila por saber que Natasha no sería un problema, Agustina se despidió de ella para dejarla tranquila y así poder acompañar a Ace a tener una charla con el resto de los compañeros de su equipo.

    Tras haber quedado sola, Natasha simplemente se recostó sobre su cama, apoyando la cabeza contra la almohada liberando varias lágrimas tras haber recibido la confirmación de algo que ella nunca esperó encontrar. Sentía una tristeza muy profunda invadiendo su ser, pero pronto se dio cuenta de la causa.

    — Yo me negué a ir con él cuando me lo pidió… — la chica empezó a torturarse al recordarlo — La única razón por la que no estamos juntos, es por mi equivocación hace dos años.
     
    Última edición: 8 Octubre 2022
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos de nuevo amigo, veo que has publicado antes de tiempo el siguiente capítulo y por eso mismo lo he podido leer. Me ha encantado, sencillamente. Ahora pasaré a comentar lo más destacado para mi.

    Comenzamos con la retención de Lathan, el espía de Black Meteor en Zenith. Tras Natasha revelar en el anterior capítulo la identidad de éste, el líder del país decidió no esperar más y ordenar su detención. Los soldados que lo han capturado le han dado una paliza, o casi, y es comprensible dado que su misión desencadenaría en una invasión enemiga. Tras esto, Magnus decide contactar con Abel para demostrarle que tiene la sartén por el mango y que, o dimite de su cargo, o verá toda la información sobre la invasión expuesta al resto de países, algo que de seguro tendría consecuencias. Tiene una semana para abandonar el liderazgo de BM. Abel es consciente de que no tiene alternativa y por sus palabras finales, temo que se convertirá en un renegado o lobo solitario con el objetivo de matar a Magnus. Espero que recapacite, pero conociéndole, lo veo capaz.

    Luego vemos que Natasha, Xander, Gina y Casey son liberados a la espera de reunirse con su nuevo equipo en Zenith. Mientras, el grupo de exploración espacial está de regreso y comprobamos que Ace no está totalmente recuperado, pero va por buen camino. Wagner ha tocado fondo y de no ser por lo buenos compañeros que son Thomas y Gwyn, no levantaría cabeza. Y Michael, Alicia y Melody parecen haber entablado una interesante amistad, principalmente la pareja con la chica. Finalmente, llegan a la Tierra y son recibidos por su líder, quién deberá tener una charla con el comandante Lakor para hablar de todo. Agustina se queda con ellos, Melody se toma un permiso para ir a su casa y el resto irán a una base militar donde conocerán a sus nuevos compañeros (llevo mucho tiempo esperando esto XD). No esperaba que Wagner decidiese seguir peleando, pero con una prótesis útil, seguro que puede hacerlo.

    Y tras mucho tiempo, llega el reencuentro. SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII. XD lo siento, ya sabes lo fan que he sido de este momento. Iré por partes. Ha sido interesante ver como, cuando viejos y nuevos compañeros se han visto, han rememorado de qué se conocían y demás. Además ha quedado patente que hay diferencias entre unos y otros, lo que indica que hay trabajo para que ese equipo, ahora con más integrantes, se una de nuevo. Wagner ha explotado y puedo llegar a entenderlo, pero viendo que nadie se lleva bien con él, yo creo que debería abandonar el equipo. Es lo que yo haría. Pero la llegada de Ace junto a Agustina ha sido lo más esperado. Natasha se ha lanzado a él y ha sido un momento emotivo e incómodo a partes iguales. Todos tienen mucho de que hablar, pero especialmente ellos dos. Hay un triángulo amoroso importante aquí XD.

    Está claro que entre la info que obtuvo el grupo del Zenith en el espacio y el de BM, los edagrianos son la principal amenaza. Es por eso que Michael y Alicia se ofrecen a informar de algo más a Magnus, dejando al resto en la base. Ace decide que será con Natasha con quién hable primero, acompañado de Agustina. Hubiese preferido que la conversación fuese a solas entre ambos, no con Agustina en medio, pero lo comprendo en cierta medida. La conversación ha sido triste para Natasha pero necesaria de oír, porque ahora mismo la realidad es esa: Ace y Agustina se van a casar. La charla final entre Agustina y Natasha ha sido interesante también.

    En fin amigo, ha sido un gran capítulo. Estoy muy intrigado y hypeado con lo que está por venir. Hasta la próxima.
     
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  13. Threadmarks: Heridas que no han sanado - Parte 1
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    47
     
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    Saludos a todos. Llegó el fin de semana, así que es momento de publicar. El capítulo anterior fue una excepción dado a que se trataba de una ocasión especial. Ahora, por el momento, regresamos a la programación habitual.

    Realmente, no me queda mucho por decir, más allá que poder agradecer a Manuvalk por seguir la historia hasta el día de hoy. Soy consciente de que él lo sabe muy bien, pero me da mucha alegría cada vez que él deja su comentario semana a semana. Aportando su grano de arena a este pequeño gran universo ficticio que he creado :) Espero el capítulo sea de su agrado.

    Sin más que decir, los dejaré con el capítulo.









    Heridas que no han sanado – Parte 1:

    Lankir se encontraba en el interior de un laboratorio en el interior del planeta Garak. El xaromitante con una escasa naturaleza de guerrero se encontraba realizando pruebas con el robot de Allecreod, Xorxaik, buscando que pudiera obedecer sus órdenes y también actuar con autonomía, de manera en que sea capaz de convertirse en un refuerzo sin igual al momento de afrontar una batalla en contra de los edagrianos.

    La mente del xaromitante se encontraba algunas veces distraída de su trabajo al pensar en la forma en la que se despidió de su amigo sin saber que esa iba a ser la última vez que lo vería. Ocurrió lo mismo con el general Orikrof en su momento. Le dijo adiós creyendo que lo volvería a ver, pero la vida no le dio esa oportunidad.

    Viendo todo lo que su mente pasaba, y los esfuerzos inútiles por hacer que Xorxaik actuara como él esperaba, Lankir simplemente se sentó en el suelo del laboratorio, apartado de las máquinas y de las herramientas que tenía disponibles para trabajar. Tras unos minutos, el joven xaromitante miró con detenimiento el tamaño de la máquina asesina que podría hacer pelear para su bando. Realmente era imponente, y si conseguía convertirla en un aliado para los suyos, estarían más seguros al llegar el momento de la confrontación.

    De pronto, la puerta del laboratorio se abrió, y el xaromitante volvió la vista hacia esta para ver entrar a Wida, su expareja, al lugar. La mujer seguía teniendo en su mirada el mismo dolor que el día en el que notificó la muerte de Aurio, algo que no parecía que fuera a pasar con el tiempo. Viendo a Lankir solo, optó por sentarse a su lado para conversar con él.

    — ¿Qué tal están siendo las cosas? — Wida quería pensar en otra cosa — ¿Algún progreso?

    — No, tuve que borrar todo lo que hice para empezar de nuevo — protestaba el xaromitante — Pude hacer que me obedeciera, pero solamente puede con dos órdenes. Al intentar darle la tercera, se queda totalmente quieto, o se reinicia. Y eso no sirve. En una guerra se dan miles de órdenes. No puede pasarle eso en el campo de batalla.

    — Sé que encontrarás una forma de hacerlo funcionar — Wida tenía su fe depositada en él — Siempre lo consigues. Solo tienes que esforzarte un poco más.

    — ¿Necesitas algo? — Lankir quería saberlo — Estoy exhausto y harto de ver mis esfuerzos quedar en nada, así que me estaré tomando un descanso. Si necesitas que te de una mano con algo…

    — Estoy bien — Wida no sonaba como si lo estuviera — Vengo de tener un entrenamiento, y sigo sin acostumbrarme. Se siente tan solitario… ya no quedan más guerreros a parte de mí. Soy la última de mi especie. Es tan difícil de aceptarlo. Ya era bastante por ser la única hembra guerrera, pero ahora soy la única con esa naturaleza entre todos los que estamos aquí.

    — Es una complicación que no me gustaría tener que atravesar — Lankir no se podía imaginar la carga que conllevaba — Pero al menos tú sigues viva, y por tu condición, la gente te respeta. A mí varios me despreciaban por ser débil. Sigo odiando esos recuerdos.

    — Pero has logrado varias cosas usando tu inteligencia — fue la respuesta de Wida — Tu cañón fue el arma que mató a Tzorkun, y que derribó a este robot. Al menos no eres un inútil.

    — No creo que nadie lo sea, pero eso no calla las voces de protesta de todos los que vinieron con nosotros — Lankir se quejaba por la situación actual — Y todo eso es por la culpa de Hark. No puedo creer que hayamos tenido que perder nuestro planeta por una decisión que él tomó.

    — Yo tampoco lo puedo creer — Wida se puso del lado de Lankir — De ninguna forma posible. Me parece irreal que él haya podido visualizar nuestros planetas, juzgarnos en la forma en que lo hizo, y luego arrojar esa lluvia de meteoritos para arrasar con todo.

    — Es una inteligencia superior, me pregunto si él es alguien excepcional o si es un factor común en toda su raza — el hijo del líder xaromitante pensaba en esas cosas — Porque si todos son tan listos como él, estaremos en problemas.

    — Ya estamos en problemas — Wida se preocupaba por el futuro — En cuanto lance la tercera oleada de meteoritos, sus soldados partirán y se encontrarán con poblaciones enteras habitando los planetas que se suponía debían estar desiertos. Si tan solo hubiera una forma de llegar hasta ellos y advertirles para que se unan a nosotros.

    — No lo veo algo útil, los habitantes de Emiv, por ejemplo, estaban como locos para conquistar el planeta — Lankir los recordó — No creo que presten ayuda para un conflicto si corren el riesgo de que otra de las especies conquiste y se quede con el dominio del mundo.

    — Tal vez eso era algo que Hark estaba buscando al atacar su planeta con la Gran Catástrofe — le comentó Wida — Que los sobrevivientes, si los llegara a haber, se maten entre ellos.

    — Jamás lo sabremos, solo hay un camino que seguir para tener un futuro — Lankir miró a su expareja a los ojos — Y esa es la extinción total de la raza edagriana. La única forma de que nosotros podamos vivir es que ellos desaparezcan por completo. Lo mismo que ellos planearon para nosotros. Es una situación límite, pero es a esto a lo que nos han forzado.

    Coincidiendo totalmente con él, Wida se quedó hablando junto con Lankir. Ambos lo veían como una forma de relajarse del estrés de sus problemas personales, incluso aunque se tratara de la sombría situación en la que se encontraban tras conocer la verdad. Ambos comprendieron en esa charla que sus roles en la guerra tendrían un peso muy importante para el futuro de su especie.

    […]

    Asmir se encontraba en una plaza conmemorativa en su planeta. Dado a que temían que los cadáveres pudieran propagar enfermedades, una gran cantidad de estos eran incinerados, siendo muy pocos aquellos que lograban ser enterrados para que sus cuerpos tuvieran un descanso eterno bajo el suelo de su hogar natal. Los conflictos con Reinor y los berrod, tanto como Allecreod y los ryfier dejaron la plaza conmemorativa bastante llena. Desde las épocas en las que su especie entró en guerras entre ellos que no había tantas placas conmemorativas puestas allí en tan poco tiempo.

    El líder garak fijaba su vista en tres de estas. Las que les correspondían a los mejores hombres dentro de su población. Likar, Domir y Plamo. El primero muerto a manos de un humano que hizo un trato con Orz. El segundo muerto a manos de un inkor mientras iba a rescatar a un escuadrón de humanos que solicitó ayuda. Y el tercero muerto en un conflicto que se desencadenó gracias a la decisión de otro humano.

    Para Asmir, era indignante por completo que sus tres mejores hombres estuvieran muertos a causa de las decisiones tomadas por los humanos, quienes se suponían que debían ser sus aliados. Pero cada muerte involucraba a alguien del planeta Tierra, cosa que alteró bastante al líder garak.

    — Esto es inaceptable — pensaba mientras maldecía a cada ser con vida en el planeta Tierra — El futuro de mi planeta está comprometido, y todo gracias a ellos. Debería negarme rotundamente a mandar a mis soldados a pelear a esta guerra. Ellos deberían compensar todo lo que causaron deshaciéndose de los edagrianos por su cuenta… pero conociendo su historia, lo mejor será que lo haga yo mismo. Hark no puede escapar de la misma forma que Allecreod lo hizo. Sea quien sea, se tiene que morir. Y tengo que asegurarme de verlo con mis propios ojos.

    De repente, una voz hizo un llamado de alerta al líder, quien se llevó un pequeño susto por la forma tan brusca de ser llamado.

    — Sabía que estarías aquí — Asmir reconoció la voz de Kila — Tengo algo que decirte.

    — ¿Es acerca del proyecto de los tanques de batalla? — preguntó el garak, esperando que la respuesta fuera positiva en todo sentido.

    — Precisamente — la mujer le respondió, formando una sonrisa en su rostro — Estarán listos para cuando sea el momento de partir a la guerra. Independientemente de que los humanos consigan apoyo o no, estaremos bien provistos.

    — Tendría que hablar con Magnus para dejarle en claro que no aceptaremos una negativa del resto de su planeta — Asmir hablaba muy seriamente — Los garak hemos hecho el esfuerzo mayor en esta misión. Que ellos hayan encontrado las respuestas no cambia nada.

    — ¿Y crees que ellos tomen en serio su evidencia? — Kila quería saber qué era lo que pensaba su líder — Si mal no entendí, ellos dicen que hay programas con los cuales se puede alterar una imagen. Podrían tomar las pruebas y creer que son falsas.

    — Las van a creer — Asmir no pensaba en otra opción — Si es necesario, iré yo mismo en persona a hablar con sus líderes. Pero los garak no volveremos a llevar la carga pesada otra vez. Ahora les toca a ellos.

    — Ahí viene Terrior, deberíamos cambiar de tema — señaló la joven garak.

    Asmir miró a su alrededor y se dio cuenta de que el líder de los xaromitantes también había tenido la misma idea de él de darse un paseo en una de las plazas conmemorativas. No lo había visto entrar, por lo que supuso que él habría estado allí desde antes de su llegada. Ambos garak eligieron no decir ni una sola palabra sobre su cierto desprecio a los humanos por el hecho de no prestar ayuda a las misiones, y dejando que los garak se encargaran de poner la mayor cantidad de soldados, lo que se traducía en la mayor cantidad de pérdidas para ellos.

    El líder de una especie muy reducida se les acercó y los miró a ambos a la cara, mostrando tristeza tanto por garaks como los de su propia gente que habían perecido.

    — No es justo que varios de nuestros amigos hayan tenido que morir — Terrior lo decía pensando que sería un sentimiento compartido — Hark ha tomado la decisión de quitarnos de nuestros planetas, como si tuviera una superioridad moral para hacerlo.

    — Las cosas son así siempre, Terrior — Asmir recordaba sus clases de historia cuando era más joven — El planeta Garak tiene varias historias de guerra. Hay un registro llamado “El mundo de las víctimas” en donde se habla que varios de los que se encontraban en los bandos perdedores eran de los mejores garak que habían aparecido bajo este cielo. No puedo comprobarlo por no haberlos conocido, pero aprendí una valiosa lección. Las decisiones que afectan las vidas de cientos y cientos de seres vivos no recaen en las mejores personas, sino en las más poderosas. Quien tenga más poder es quien tiene el control. Por eso mi formación fue muy estricta en su momento. La líder que dirigía este planeta vio que yo tenía las cualidades para ser el mejor, y ella también pensaba de forma parecida a mí. Se aseguró de que el mejor de los garak también fuera el más poderoso. De lo contrario, el destino de mi planeta pudo haber quedado en manos equivocadas.

    — Ustedes tienen esa ventaja de que pueden dedicarse a muchas cosas al mismo tiempo — Terrior comparaba sus situaciones diferentes — Mi naturaleza mixta no me dejará ser nunca el mejor guerrero ni el más inteligente. La razón por la que yo soy el líder es porque yo fui el que construyó la nave que nos salvó del exterminio de Hark.

    — Bueno, ahora que han pasado muchos años desde aquel evento, tal vez sea la hora de que pienses en quien de los tuyos debería ser el líder de tu especie — Kila se metió a la conversación de líderes — Aunque, si fuera tú, esperaría hasta que pudieran encontrar un nuevo planeta para habitar antes de decantarme por eso.

    Luego de decir esas palabras, la mujer garak se marchó sin despedirse del lugar. Esa última oración fue la que hizo a Terrior darse cuenta de que llegaría un día en el que los garak se hartarían de su presencia en el planeta en el que vivían. Era algo que él imaginaba que sucedería con el tiempo, pero la realidad sorprendía mucho a Terrior, quien ni siquiera había pasado un solo año con los pies en aquel lugar. Creyó que el descubrimiento de la causa de la Catástrofe había llevado a los garak a tomar dicha resolución para con su especie. Asmir sería el encargado de confirmárselo.

    — Terrior, respecto a lo que dijo Kila, te tengo que dejar algo muy en claro. Tu gente ha mostrado ser muy trabajadora, y eso es algo que agradecemos — Asmir empezó suavizando el golpe que estaba por dar — Han sido más honestos que los humanos, y nos han servido de mucha utilidad. Pero Garak es solo para los garak. Cuando estuvimos dispuestos a compartir nuestro planeta con los berrod, nos terminaron traicionando y se desencadenó una guerra. Sé que los tuyos son gente de bien, porque los he conocido y te he visto a ti liderándolos. Pero tengo que pensar en el futuro incierto. No estaré para siempre para proteger a los míos, y sé que tú tampoco estarás para liderar a los tuyos. No sé si en el futuro nacerá o no un conflicto entre nuestras dos especies, pero no pienso quedarme a esperarlo. Así que, una vez hayamos terminado con los edagrianos, el siguiente paso para nosotros será buscarles un nuevo planeta en donde vivir. Preferiblemente, antes de que llegue tu hora de marchar. ¿Lo entiendes?

    — Lo comprendo, Asmir, y debo decir que lo estaba esperando, solo que no tan pronto — el líder supo que sus días en el planeta tan tranquilo como Garak estaban contados — Pero primero centrémonos en eliminar a esta especie de seres con superioridad moral para decidir quienes viven o mueren en el universo. De lo contrario, Garak terminará siendo habitado por los edagrianos. Y eso es algo que ninguno de nosotros quiere.

    — Puedes estar seguro de que no pienso dejar que mi planeta lo habite una raza que no sea autóctona de aquí — Asmir estaba decidido a cumplir esa promesa — Vamos a pelear, y vamos a ganar. No podrán derrotarnos a todos. Tenemos el elemento sorpresa de nuestro lado, y esa será nuestra clave para la victoria.

    […]

    — ¿En qué piensas? — Michael preguntó a su pareja — Te noto algo perdida, Alicia. ¿Te sientes bien?

    La pareja de soldados iba a bordo de un vehículo militar terrestre, camino a una base donde tuvieran conexión con el Zenith, para poder comunicarle a Magnus el mensaje que los soldados de Black Meteor les habían entregado. Luego de descubrir que su equipo pudo haber terminado en el planeta Edagr, y de que eso podría alertar a los edagrianos sobre una falla en su plan para exterminar a otras razas, ambos humanos se dieron a la tarea de brindarle esa información a su líder para que la transmitiera ante todo el mundo al mismo tiempo que revelase a los ojos de la humanidad la verdad detrás del suceso más catastrófico en la historia de la Tierra, al menos desde que inició su era.

    Alicia, tal y como Michael lo notó, estaba con la mirada perdida. Su único ojo intacto miraba al suelo, y alternaba vistas entre este y el paisaje que se mostraba a través de las ventanillas del vehículo. Lo cierto era que Alicia se encontraba pensando en algo que quedó rondando en su cabeza luego de la charla que tuvo con los soldados de Black Meteor, y la voz de Michael la distrajo, pero no le hizo olvidar sus pensamientos.

    — Estaba reflexionando acerca de lo que pasó, y me acabo de dar cuenta de quienes son los culpables de que me haya pasado esto — Alicia se tocaba la zona donde tenía el parche que cubría la herida de su ojo faltante — Black Meteor se encontró con los triyr, y estos tomaron la decisión de utilizarlos para abandonar a Allecreod. No lo lograron, y luego de eso, se hicieron las víctimas ante él. Por su mezquina mentira fue que se perdió la posibilidad de unir fuerzas con él… y por eso pasó lo que pasó. Se trataba de un malentendido, tal y como le dije antes de que me dejara tuerta y me diera una brutal paliza.

    — Los soldados de Black Meteor solamente exploraban el universo como nosotros — Michael compartía en cierto nivel el razonamiento de Alicia — Sea cual fuera su motivo de venir tras nosotros, ellos no buscaron hacer daño a nadie. Los triyr fueron los que quisieron aprovecharse de ellos para escapar… Pero fue así porque de seguro Allecreod era un tirano. Le dejamos en claro que no nos importaba lo que sucediera en los otros planetas, pero era un conquistador. Estaba claro que él no era alguien amigable, y que su modo de ser debía ser hostil. Ya viste el miedo que los nokradinos tenían de nosotros al vernos. La diferencia entre ellos y los triyr fue que estos últimos creyeron que podrían sacarle la ventaja a los que aterrizaron en su planeta, y lo arriesgaron todo para escapar. Pero no les funcionó.

    — Y por eso ahora estamos así — Alicia se sentía mal por recordarlo — Pero ellos mintieron al respecto. Está claro que ellos debían tener sus razones para querer escapar de Allecreod, pero mintieron al decir que los humanos fueron directamente a perjudicarlos. Ellos fueron los que arruinaron nuestra oportunidad de formar una alianza de cooperación sin conflictos con él.

    — ¿Quieres decir que ya no consideras culpable a Allecreod por lo que pasó? — Michael no entendía el razonamiento de Alicia.

    — A Allecreod sí, porque él, más allá de la mentira de los triyr, fue quien nos puso a pelear entre nosotros… Él fue quien me hizo esto. Me dio una paliza violenta, me arrancó uno de mis ojos, y luego me disparó. Pero quien no tiene la culpa de lo que pasó fue Wagner. Su trato no fue una mala idea, y él no tiene la culpa de lo que me ocurrió. Y ahora que lo pienso bien, tras ver su reacción a lo que le dijo Xander, él debió de estar pasando por mucho estrés. Su plan se arruinó por razones ajenas a él, tuvo que ser forzado a elegir una vida para que Allecreod la arrebatara, y luego de que él optó por sacrificarse, perdió a su mejor amigo.

    — Alicia, la pelea a muerte que tuve con Wagner fue decisión de él — Michael no se sentía del todo de acuerdo con su pareja — Le di una opción que nos ayudaba a todos, pero él la desestimó. Estuve a punto de morir asesinado por él. Si nuestros compañeros hubieran tardado más tiempo en llegar, tal vez tú y yo no estaríamos vivos el día de hoy. ¿Por qué ahora te interesa defender a Wagner?

    — Porque creo que él no se siente muy bien, y está sufriendo un dolor muy grave por su cuenta — Alicia se puso en su lugar — Perdió a su mejor amigo, a su padre y a su pareja. Michael, tú y yo nos tenemos el uno al otro. Pero él ya no tiene nada. Y vivió con la culpa de haber provocado todas esas muertes. Lo debe estar pasando muy mal, y nadie lo está apoyando. Creo que él reacciona como lo haría cualquiera en su lugar.

    — Alicia, no voy a mostrarme comprensivo con él — su novio se lo dejó muy en claro — Este tipo estaba obsesionado por ti. Quiso matarme para quedarse contigo. Allecreod le prometió que, si ganaba, él podría estar junto a ti. Como esclavos, pero seguro para él era mejor eso a simplemente morir. Olvidas nuestra charla sobre lo que hizo cuando Agustina se encontraba en malas condiciones. Él priorizó la misión por encima de ella. Le importaba más impresionar a su padre que las vidas de nosotros dos. Tal vez él sea diferente ahora que lo haya perdido, pero no me importa. No tengo motivos para pedir perdón por nuestra “traición” como la ha descrito él.

    — No estoy pidiendo que lo perdonemos, Michael, de hecho, lo que tú dices es verdad y no lo puedo negar — su novia no parecía buscar eso — Pero una cosa es no perdonar sus errores y otra completamente diferente es dejarlo sufrir solo. Él necesita ayuda, y su actitud lo grita a los cuatro vientos. No tenemos por qué olvidar ni perdonar, pero creo que él no merece sufrir de esta manera.

    — Dependerá de él — Michael recordó el momento en el que Wagner se marchó — Él nos gritó muy furioso a todos solo porque Xander dijo que lo quiso matar en un momento. En ese caso, que nos pida perdón y cambie de actitud. Si lo hace, entonces lo ayudaré a que se recupere de todo el dolor que está sufriendo. Pero no merece una clase de ayuda como esa gratis después de lo que hizo. Será mejor que él reconozca su error y que pida perdón por los mismos.

    — Opino lo mismo que tú, estar dañado emocionalmente no justifica tratar a las personas que están contigo como basura — Alicia coincidía con Michael — Solamente… quería que lo tuviéramos presente.

    El camino de ambos soldados hacia una base en donde pudieran comunicar el mensaje de gran importancia hacia su líder siguió en silencio. Momentos calmados que Umcali aprovechó para reflexionar acerca de todo lo que su pareja le había contado. Lo cierto era que a él le gustaría ser apoyado en caso de verse en una situación similar a la de él. Pero también tenía presente todas las cosas que Wagner había hecho desde el momento en el que lo conoció.

    — Tal vez no tengamos que llevarnos mal para siempre, Wagner — el soldado pensaba para sus adentros — Pero lo mejor será que demuestres que quieres cambiar. Con una actitud tan conflictiva, no vas a llegar lejos… Lo sé por experiencia.

    Los pensamientos de Michael volvieron hacia su fallecido hermano mellizo. Devlin, en el momento de más dolor en su vida, tras haber perdido a sus padres y a su pareja, se convirtió en un soldado más hostil que nunca en su vida. Sus maneras tan violentas de actuar ante los conflictos lo terminaron llevando a la muerte, sin poder darle a Michael la oportunidad de que enmendara los errores que cometió. Michael llegó a pensar que las cosas entre él y Wagner estaban igual que entre Devlin y él hacía ya varios meses atrás. Sin embargo, en esa ocasión, no había un conflicto en marcha que requiriera de su atención como para que las cosas terminaran de la misma manera.

    Alicia, de reojo, miraba a Michael reflexionar en silencio, y supo que eso era en parte a las palabras que había dicho. Pese a las diferencias entre ella y Wagner, sobre todo tras lo acontecido en el planeta Ryfier, Alicia supo que Wagner estaba en un estado muy delicado tras haber perdido a las personas más importantes en su vida. Algo que, a sus ojos, no lo merecía. Mucho menos luego de descubrir una pieza más en la verdad de lo que ocasionó su conflicto con Allecreod.

    […]

    El hijo del fallecido comandante Stones estaba sintiendo una ira imposible de controlar. La forma en la que sentía el desprecio de Michael y Alicia, el pensar que las personas más cercanas a él ya no estaban, y la revelación de Xander sobre su intento de matarlo, habían terminado por hundir su salud mental.

    Fuera de sí, Stones tomaba platos de vidrio y tazas de porcelana de su casa y los arrojaba contra muebles y electrodomésticos. La ira se apoderó de él y no lo soltó, por lo que él, una vez que se quedó sin cosas para lanzar, empezó a darle patadas a todo lo que encontraba. Mesas y estantes de madera fueron partidos a la mitad por la fuerza indomable de sus piernas, y en cada patada, más odio salía.

    — ¡¿Por qué mierda yo soy quien está sufriendo así?! — Wagner gritaba sin miedo a lastimar su garganta — ¡Yo no hice nada a nadie, yo solamente quería cumplir mi maldita misión! ¡¿Por qué los tuve que perder a todos?! ¡¿Por qué tuve que perder a la única persona que me comprendía en todo mi dolor?! ¡¿Por qué una basura como Michael puede estar tranquilo después de todas las muertes que ocasionó y yo tengo que pasar por este infierno?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué mierda me ha tenido que pasar esto?!

    En medio de tantos gritos, se escuchó como un vecino furioso empezó a golpear la puerta de su casa. El ruido de los golpes llamó la atención de Wagner, quien pensó que alguien querría entrar a la casa para robarle algo. Pero pronto terminó descubriendo las verdaderas intenciones detrás de ese ruido.

    — ¡Hey, inútil de mierda, guarda silencio y deja de romper cosas! — su vecino solo estaba molesto por el ruido — ¡No vas a recuperar nada haciendo todo ese escándalo, solamente interrumpes el vecindario! ¡Si tantos problemas tienes en tu jodida vida de mierda, ¿por qué simplemente no te pegas un tiro y nos dejas pasar nuestra tarde en paz?! ¡No tengo idea de qué te haya pasado, pero no es nuestra culpa, y no tenemos que soportar a un imbécil como tú! ¡Así que cállate, o te haré callar yo! ¡Te he visto entrar a tu casa y noté que solo tienes un puto brazo, así que no vas a ser un problema! ¡Si tengo que volver aquí por escucharte gritar o romper cosas, lo vas a lamentar!

    Luego de dejar esa advertencia, el sujeto irascible se fue del lugar. Wagner no pudo reconocer su voz, por lo que supuso que era alguien que se habría mudado al vecindario en un período en el que él no se encontraba en el país por estar en misión. Pero a pesar de eso, sus palabras lo tranquilizaron un poco. Sonaba muy duro, pero cierto era que él también estaba perturbando la paz de la gente. Lo que más ruido hizo en tu cabeza fue el pedido del hombre para que se suicidara, para luego amenazarlo para que se callara.

    Stones buscó su habitación en la casa y una vez allí dentro, se dejó caer sobre el colchón de su cama, para empezar a llorar descontroladamente. Sentía ganas de desquitarse, pero tampoco podía hacerlo porque a los vecinos no les agradaba eso. Pronto empezó a pensar que, a lo mejor, la única forma de poder estar en paz consigo mismo sería simplemente dejando de estar. Pero esa fue una idea que descartó tras recordar una promesa que hizo consigo mismo.

    — No puedo morir aún… — Wagner pensó en sus seres queridos — Ellos murieron buscando salvar a la Tierra. Mientras el planeta esté en peligro, todas sus muertes seguirán siendo en vano. Tengo que arreglar este maldito conflicto, y así poder darles el sentido a las vidas que se han ido… Los edagrianos tienen que morir, y la humanidad tiene que vivir una vida tranquila… Pero no voy a luchar yo solo, tengo compañeros que también van a acudir a la batalla — no tardaron en llegar los pensamientos sobre lo que había hecho recientemente — Y yo los he tratado a todos como basura. Thomas y Gwyn realmente me ayudaron, y aunque estuviera molesto, no era correcto tratarlos así. Eso no es lo que mi padre me enseñó. Así no es como crecí. Toda esta mierda está quitándome mi identidad, la razón por la que todas esas personas me quisieron. Si sigo así, cuando esto termine voy a estar solo… para siempre.

    Eso fue lo que hizo que el soldado tranquilizara y pusiera su mente en un único sitio, el futuro de la Tierra.

    — Necesito descansar y calmar todos estos pensamientos… luego voy a pedir perdón por lo que he hecho… Mi padre me educó para que me convirtiera en un soldado de bien, y no en un hombre rencoroso… Entonces, así es como tengo que comportarme.

    […]

    — Así que, como puedes ver, este es mi fin — Abel estaba hablando con Noak por medio de una videoconferencia — Magnus ha podido capturar a Lathan, y todos mis planes se han descubierto. Tengo una semana para anunciar ante el mundo entero mi retirada de Black Meteor. Y viendo que no podrá haber militares al mando, temo por el futuro de nuestro país… Sobre todo, porque Magnus hará una propuesta de paz con el nuevo líder.

    Noak, quien era el único soldado presente en la base, era la única persona con la que Abel podía hablar en aquel momento. Haber escuchado el relato de su líder lo dejó destrozado. Él siempre vio a Abel como la persona ideal para el cargo. Alguien que estaba orgulloso de su país, y que no se dejó pisotear jamás por Zenith. Pese a que sus compañeros tuvieron motivos para no hacer caso a sus órdenes en la misión de saqueo de recursos, Noak seguía viéndolo a él como la mejor persona para liderar el país. No estaba de acuerdo del todo con lanzar una guerra, pero entendió que eso era lo que Abel quería, y no lo juzgaría por eso.

    El soldado supo las razones por las que todo lo que Abel le había contado llegaron a pasar. Lathan de seguro no había sido descubierto, sino que los soldados desertores lo habrían delatado. Sin embargo, él no podría decir nada de eso, dado a que, al hacerlo, estaría revelándole a Abel que él lo sabía y no dijo nada. Por respeto al libre albedrío de sus compañeros, y para frenar una guerra, él permitió que estos se marcharan a seguir su camino en el Zenith, pero no esperó que Magnus usara nunca esa información para atacarlo de esa manera.

    — Supongo que la serpiente come mierda de Magnus ni siquiera lo dejará proponer un candidato para el puesto — Noak hablaba con tristeza con su líder, quien estaba derrotado — Sugiero que no se muestre a favor de ningún candidato, dado a que Magnus podría manipular las elecciones, ya que ha dicho que serían sus agentes los que llevarán a cabo el recuento.

    — Eso mismo estaba pensando, Noak — Abel estaba asombrado con la inteligencia de su soldado — Eres un gran soldado. Lamento mucho que ya no estaré al frente del país para cuando te vea a ti alcanzar las respuestas al misterio que mantiene despierta a la humanidad. Creía que tú y tus compañeros lo lograrían. Y todavía lo creo. Aunque tuviera que ser bajo la cooperación con el Zenith por los enormes peligros del universo, supe que tú y los demás estarían en el equipo que pudiera traer ese conocimiento al país y a la humanidad. Lamento tener que decir que, cuando llegue el momento de premiarte, recibirás el reconocimiento de alguien que no sea yo.

    — ¿Esto es lo último que quería decirme? — Noak quiso saber si su líder tenía otro asunto que discutir — ¿Planea tener esta misma charla cuando mis compañeros regresen de sus casas? — el soldado no se sentía cómodo teniendo que fingir que no sabía su verdadera ubicación.

    — Lo hablaré con ellos cuando sea el momento — Abel planeaba revelar esa verdad a todos los soldados del último equipo que fue al espacio — Avísame cuando ellos regresen a la base.

    — Lo haré — una sensación amarga invadió a Noak tras tener que seguir manteniendo la mentira con su líder.

    Sin nada más que decir, la llamada entre el líder y su soldado terminó. Noak sintió una profunda tristeza al ver en Abel la mirada de derrota que puso en los segundos finales de la misma. Había tenido esa mirada durante toda la llamada, pero se había ido intensificando a medida que la charla avanzaba.

    Noak sentía un enorme dolor en su pecho al escuchar como una de las personas a la que más respetaba tendría que dar un paso al costado del frente de su país, sin la posibilidad de elegir a otra persona como su sucesor en el cargo. Para él, esa era una derrota compartida, y dependiendo de la forma en la que su reemplazante tomara su cargo, podría ser un sentimiento que pasaría a compartir con toda la población de su país.

    — Magnus va a llevar a nuestro país a la ruina — Noak apretó los puños con furia — Espero que él muera pronto… Es una puta víbora. Después de todo el daño que Zenith nos estuvo causando, ahora tiene lo que necesita para dar el puto golpe definitivo.

    […]

    Lathan se encontraba tirado en el interior de una celda. Sus ojos estaban morados por los golpes que había recibido, y en su nariz se podía ver un pequeño corte, otra consecuencia del maltrato físico que le propinaron sus captures. El único momento en el que estuvo a salvo de las agresiones fue cuando finalmente lo colocaron en una celda.

    Recibía una sola comida por día, y un total de tres litros de agua en un balde que le tenían que servir tanto para alimentarse como para limpiarse las manos y la cara. Para el espía que había sido recientemente capturado, el maltrato fue excesivo, y muchas veces estaba al borde de las lágrimas.

    El lugar de su confinamiento estuvo sumergido en la oscuridad hasta que alguien se le acercó para hacerle entrega de una tableta. Lathan miraba con asombro al guardia de celda que se aproximaba, y este únicamente se limitó a dejarle el dispositivo tecnológico en el suelo. Con sus manos, él lo tomó y pudo ver como la imagen de un hombre aparecía en la pantalla, sabiendo que se trataba de una videoconferencia. Se preguntaba quién era el desconocido, pero asumió que trataría de alguien poderoso para Zenith.

    — Abel te habló de mí, ¿verdad, Lathan? — el hombre empezó a hablar ante la vista del soldado — Me llamo Magnus, y soy el líder de Zenith. El país al que te hizo infiltrarte para robar información.

    — Sí… escuché cosas sobre usted — el joven espía sentía miedo, el mismo que tuvo cuando estuvo con Abel por primera vez en una llamada como esa — ¿Qué es lo que piensa hacerme?

    — Acebo de recibir información de un grupo de soldados, y he pensado un poco en todo lo que ha acontecido en estos últimos días — Magnus no se mostraba molesto al hablar con él — Tienes buenas habilidades para infiltrarte sin que te detecten… Eso es algo que creo que nos podría ser de utilidad.

    — ¿En qué país quiere que me infiltre? — Lathan parecía dispuesto a seguir lo que Magnus le pidiera — Si eso evita que me vuelvan a golpear y me ayuda a salir de aquí, lo haré.

    — No es precisamente un país, pero no llamaba para darte una misión, después de todo, no estás bajo mi mando… todavía — Magnus supo que era cuestión de tiempo hasta la dimisión de Abel para que pudiera negociar con un nuevo líder sobre el estado de Lathan — Solamente hablé contigo para ver si estabas dispuesto a hacer algo así, y parece que sí lo estás. Así que, puede que no tengas que ser ejecutado, ni tampoco pasar el resto de tus días en una celda.

    — ¿Cuándo saldré de aquí? — Lathan se mostraba muy ansioso al respecto — Quiero ser libre otra vez. No quería hacer lo que le hice a tu país. Me obligaron. Abel me obligó. No tenía nada ni a nadie, y él lo usó para amenazarme. Sabía que no podía defenderme de él, y me utilizó en algo que no quise.

    — Descuida, chico, Abel pronto dejará su lugar al frente de Black Meteor — Magnus le reveló la verdad de su plan al espía — Luego de eso, puede que tengas que esperar unos dos o tres días para poder salir de ahí. Sin embargo, por el momento te quedarás en esa prisión. Para compensar el daño que has recibido, te dejaré que pidas algo. Algo sencillo para hacer más agradable tu estancia en ese lugar. Y si está dentro de mis posibilidades, te lo daré. Elige ahora, porque tengo ocupaciones que atender.

    — ¿El comandante Ace Lakor se encuentra en Zenith? — fue la pregunta del infiltrado.

    El líder del país se sorprendió con esa pregunta del espía. En el dispositivo que sus ingenieros se encargaron de analizar no se veía ninguna anotación sobre esa clase de información, lo que quería decir que su mente albergaba más secretos de los que él aparentaba. Sin saber cómo fue capaz de obtener información así, ni tampoco para qué lo podría querer, Magnus optó por seguir su conversación con el chico.

    — Sí, él y su grupo han regresado a Zenith — Magnus le respondió a Lathan — ¿Qué quieres con él?

    — Quiero que él venga a visitarme — Lathan lo sorprendió — Quiero hablar con él.

    — Bueno… — ese pedido tan extraño sorprendió a Magnus, pero era algo que podía otorgarle — Si eso es lo que quieres, entonces, no soy quién para negártelo. No esperes que sea de inmediato, tomaré algo de tiempo. Pero te prometo que podrás hablar con él.

    — Muchas gracias, Magnus — Lathan se mostró agradecido con él — No se parece a las historias que Abel me contó.

    Luego de terminar de discutir con el espía, Magnus cortó la videoconferencia breve con él. Lathan tenía fe en las palabras que el líder de Zenith le dijo respecto a la renuncia de Abel de su cargo. Tras ser capturado, él lo encasilló como el único culpable de su desgracia. No esperaba que Zenith lo dejara vivir, mucho menos después de su trabajo en el cual se encargó de perjudicar seriamente al país suministrando información al enemigo, pero le agradaba mucho la idea de que las cosas no eran tal y como Abel se las había contado. Solo restaba esperar a que llegara el día en el que Abel fuera retirado de su cargo, y luego él podría ser libre. Pero lo que más le importaba al joven espía en aquel momento era su reencuentro con quien fue su primer y único amigo de la infancia. Alguien que, luego de una promesa, lo terminó dejando abandonado.

    — Pronto nos volveremos a ver, Ace — Lathan sonaba algo molesto al pensar en él — Por fin sabré por qué ya nunca me viniste a visitar. Ahora sabré la razón por la que me quedé solo y abandonado en ese orfanato… Sufriendo mientras todos los demás se iban felices con sus familias.
     
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  14.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, ya estoy aquí tras haber leído el nuevo capítulo y dispuesto a comentarlo, como siempre :D

    El capítulo inicia con Lankir y Wida, quiénes conversan acerca de lo que está sucediendo y por lo que se están preparado. Parece que Xorkait, el robot de Allecreod, aún no está listo. Pero confío en la astucia de Lankir para hacerlo un aliado. Respecto a Wida, ser la última guerrera de su especie debe ser duro, pero como tal, no puede dejar el listón bajo. Si yo fuera el último guerrero de mi especie, pelearía por todos los que no están, hasta el final y con todas las consecuencias. Más si cabe ahora que no tiene ataduras sentimentalmente profundas.

    Luego vemos al líder de los garak, Asmir, rememorando a sus mejores soldados caídos en un lugar para ello. Da la casualidad de que sus mejores soldados perecieron con humanos teniendo que ver en ello, lo que enfurece y mucho a Asmir. Ya te dije hace tiempo pero lo repetiré: comprendo los motivos del garak y en parte tiene razón, pero no debería de pensar así. Algo me dice que si hay vida después de la guerra contra los edagrianos, los garaks bajo el mando de Asmir podrían ser un problema. El tiempo dirá. Kila hace acto de presencia y tras compartir los pensamientos de su líder, ve venir a Terrior, el líder xaromitante el cuál termina recibiendo la noticia de que tras la guerra, su especie deberá encontrar un planeta libre para colonizar, pues Garak es de los garaks. No digo que no sea justo, se entiende la decisión de Asmir una vez más, pero no deja de mostrarse como alguien brusco y el distanciamiento con sus aliados puede pasarle factura.

    De ahí pasamos a ver a Michael y Alicia, que están en camino a advertir a Magnus sobre la llegada del ex grupo de Black Meteor a Edagr. Alicia de pronto saca el tema de lo sucedido con Allecreod, argumentando con mucha lógica. Sin embargo, yo creo que buscar culpables a estas alturas es indiferente. Y comprendo lo de perdonar a Wagner, pero de la noche a la mañana eso no es posible y Michael lo sabe, al que también entiendo porque él vivió en sus carnes a un Wagner violento. Parece que la pareja se va a plantear acercarse de nuevo al joven Stones, pero para ello, éste deberá demostrar que ha cambiado. Me ha encantado el paralelismo que ha hecho Michael entre Wagner y Devlin, pues de alguna manera, son situaciones similares.

    Esto nos lleva a ver a Wagner, en su casa, liberar toda la ira rompiendo cosas. Sus pensamientos al respecto de lo que le sucede tienen sentido y es evidente que está sufriendo mucho cuando tampoco debería. Sus gritos y destrozos alertan a un vecino que le advierte, enfadado, de que pare. Y debo decir que lo que dijo ese vecino me dio risa, especialmente la parte: "¡Así que cállate, o te haré callar yo! ¡Te he visto entrar a tu casa y noté que solo tienes un puto brazo, así que no vas a ser un problema!". XDDDDDDDDDDD eso debe doler al escucharlo. Wagner opta por calmarse y recapacitar, actuando ya más sensato y decidido a serenarse. Su objetivo vital ahora es evitar que las muertes que ha habido sean en vano y que el futuro de la Tierra sea próspero, pero para eso deberá actuar y ayudar en la guerra.

    Luego, vemos que Abel le comunica a Noak que ya no podrá seguir liderando su país. Parece que el soldado, consciente de que sus compañeros habrán tenido algo que ver, se siente también mal por ver partir a su líder. Sinceramente, Noak me gusta mucho pero aquí me parece que su orgullo por el país es demasiado extremo. Quiero decir, sus compañeros querían evitar una guerra absurda y muertes más absurdas aún. Y en su lugar, Noak cree que Magnus es una víbora y que va a joder el país. Llámame loco, pero quizá Noak es demasiado patriota, quizá hasta el punto en el que se convierta en un problema para Zenith y sus antiguos compas. Espero equivocarme.

    Finalmente, vemos a Lathan, quién se encuentra encarcelado y en malas condiciones. Sin embargo, recibe una videoconferencia con Magnus y éste le revela que no le matarán, pues le será útil en el futuro. Saber eso es algo que me alivia, porque creo que Lathan puede ser un adquisición para el grupo bastante interesante, aunque falta ver si Magnus lo añade al grupo de exploradores espaciales. Si que me ha sorprendido que el chico pidiese que Ace le visite, algo que de seguro será increíble y por lo que tengo muchas ganas de presenciar. Al fin estos dos tendrán una charla.

    Estaré esperando con ansias el próximo capítulo. Este ha sido de transición pero ha sido bueno, la trama avanza. Tengo ganas de ver que viene. ¡Hasta pronto!
     
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  15. Threadmarks: Heridas que no han sanado - Parte 2
     
    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    6886
    Saludos a todos los lectores de esta historia. Es un poco repentino el hecho de tener que publicar esta historia ahora y no el fin de semana, pero la realidad es que en los días que se acercan, voy a estar algo ocupado. Por esa misma razón, elegí que lo mejor sería publicar ahora y así me evito un posible retraso en la publicación a futuro.

    Quiero agradecer nuevamente a Manuvalk por seguir en este universo ficticio. Estoy muy feliz de ver que, más de 4 años y +150 capítulos después, esta historia sigue siendo de su agrado. Espero que él disfrute de este capítulo.

    Y ya que estoy, quiero lanzar una noticia. El capítulo anterior era la parte 1 y este capítulo concluirá con la parte 2. Eso es porque este capítulo me estaba quedando más largo de lo que yo quería, y es por eso que tomé la decisión de cortarlo por la mitad. Bueno, este será el último capítulo que sucederá eso en un largo tiempo. En lo que reste de la parte VI, y en varias historias que están por venir en el futuro, ya no habrá demasiados capítulos divididos en dos partes. Un pequeño dato curioso que quería comentar.

    Sin más qué decir, los dejaré con el capítulo.













    Heridas que no han sanado – Parte 2:

    — Lamento mucho escuchar sobre su muerte, Casey — expresaba el comandante del equipo — Paul era un soldado ejemplar, hábil y servicial. Es una lástima que no haya tenido la oportunidad de volver a verlo.

    — Estoy segura de que él también estaría feliz por verte otra vez — Casey tenía una mirada triste al hablar de su pareja — Después de todo, hemos formado equipo una vez. Volver a hacerlo de seguro lo entusiasmaría.

    — Al menos tú y Natasha han podido llegar hasta aquí hoy — Ace intentaba mirar el lado positivo — Espero que nuestra batalla no sea tan difícil. Porque me gustaría mucho poder convivir junto a ustedes otra vez.

    En la habitación de la soldado, Ace y Agustina terminaban de entablar una conversación con la soldado que había desertado junto a varios compañeros al país en donde se formó como militar. Durante unos minutos, Casey y Ace compartieron relatos de sus experiencias desde el momento en el que se separaron, pudiendo aprender mucho del viaje del otro. Fue entonces que la chica supo que tenía algo importante por descubrir.

    — Dime, Ace, ¿por qué nos traicionaste en el pasado? — su pregunta no fue hecha con un tono de malicia — Estoy segura de que la versión de Morris Grant y la tuya son diferentes. Y sé que la tuya debe ser la verdadera.

    — Estás en lo cierto — Agustina habló en lugar de Ace — Su comandante los ha llenado de mentiras. Pero creo que sería mejor que lo relatara Ace.

    — ¿Sabes que yo era hijo adoptivo suyo? — Ace empezó por allí — ¿O también te mintió respecto a eso?

    — Eso lo confesó, pero estoy segura de que es la única verdad.

    — Y lo es — Ace confirmó lo que ella creía — Resulta que él modificó mi memoria para que yo creyera que era su hijo… Y así fue como crecí. No tuve otra opción. Era todo lo que tenía. Mis recuerdos reales fueron reemplazados y no los puedo recuperar. Aunque sé que él no es mi verdadero padre, es todo lo que está en mi mente… Y todo se fue al diablo cuando me capturaron.

    — Necesitábamos recuperar a Julie, y planeamos una maniobra algo arriesgada — Agustina decidió hablar en representación de su equipo — Teníamos dos bacterias mortíferas para usar contra ustedes. El plan era capturar a Ace, implantar una bacteria en su cuerpo, y luego hacer el intercambio por Julie.

    — En otras palabras, iban a recuperar a Julie y darnos la ilusión de recuperar a Ace para que luego muriera — Casey se sorprendió de aquel cinismo — Yo creía que Abel era retorcido, pero ustedes tampoco son santos.

    — Lo sé, pensar que estuve a punto de ser cómplice en el asesinato de Ace, y que ahora él y yo estamos comprometidos muchas veces me deja sin dormir — Agustina reconoció que era algo extremo.

    — Fuimos enemigos en ese momento, está justificado — Ace defendió a su pareja — El asunto es que Morris se rehusó a intercambiarme porque él no quería perder su ventaja. Eso me enojó. Me reveló la verdad sobre mi adopción, y luego me dejó solo. Me volví loco tras escucharlo decir eso, porque me sentí usado. Así que, para poder salvarme, colaboré con ellos. Y allí fue que comprobé que ellos eran más sinceros que mi padre. Por eso, luego de descubrir mi verdadera identidad, volví para unirme a ellos. El resto es historia conocida.

    — Vaya… yo, realmente no sabía nada de eso — Casey pronto recordó a uno de sus compañeros — Sería interesante que todo el país supiera la verdad. Todos allí te consideran un traidor.

    — Y lo soy, no creo que se equivoquen — Ace no se consideró inocente de dicha acusación — Pero mi traición no fue hecha porque soy un desagradecido con mi país. Todo lo contrario, ellos fueron desagradecidos conmigo. Supongo que tú viniste porque lo notaste.

    — Por eso, y para evitar que Abel nos enviara a una guerra absurda — Casey reveló a Ace que sus motivos eran los dichos por su compañera.

    — Hicieron bien, todos serán bienvenidos aquí — Agustina apreciaba la honestidad de la chica, mientras extendía su mano hacia ella — Creo que nos vamos a llevar bien.

    — Lo mismo digo — Casey no tardó en aceptar el saludo entre sus manos — Seremos buenas amigas.

    Ace sonreía al ver que su anterior compañera y su actual pareja parecían entenderse bien, lo que lo tranquilizaba bastante. Sería mejor llevar a un equipo en armonía que a uno en discordia, y eso era algo que supo bastante bien cuando el caso de la discusión entre Kila y Michael en los primeros días de la reanudación de su misión se llevó a cabo.

    Finalizada la charla con Casey, la pareja de soldados se retiró y acudió a la habitación de la siguiente mujer nueva en el equipo, Gina. Esta vez, se trataba de alguien a quien ninguno de los dos conocía, por lo que sería interesante para ambos. La chica los estaba esperando sentada en el colchón de la habitación que eligió para ella en la base, y cuando cruzaron por su puerta, se puso de pie para saludarlos.

    — Sabes… — Gina comenzó tímidamente — Natasha me ha hablado mucho de ti en la nave durante la misión.

    — Sin duda lo hizo — Agustina recordó el momento en el que ella corrió hacia los brazos de su pareja — No me extraña considerando su gesto cuando lo vio llegar.

    — ¿Ustedes dos son…

    — Estamos comprometidos — Ace aclaró las cosas para la chica — Eso es algo que ya le dejé en claro a Natasha. Pero dime, ¿qué fue lo que ella te dijo sobre mí?

    — Todas cosas excelentes, se deshizo en elogios para ti — Gina relató sobre lo escuchado — Tuve una pequeña discusión con un compañero que ha fallecido. No puedo decir que estoy muy dolida por él, pero a pesar de eso, su muerte no era algo que deseaba. Natasha comparó a Isac — la soldado reveló su nombre — Con alguien llamado Shun.

    — Shun… ya veo la clase de soldado que fue Isac — Ace dejó ver una expresión de descontento — Si realmente se parecen, entonces Isac está mejor muerto. Disculpa por juzgar sin conocerlo, pero si él realmente se parece a Shun, no hay nada más que pueda opinar de él.

    — Parece que ese tal Shun era una mierda — Gina habló con Natasha en ciertas ocasiones sobre él, pero hubo cosas que ella se rehusó a contar — Supongo que por algo ya no están.

    — Créeme, hemos conocido a gente malvada nosotros también — Agustina quiso hablar tras su experiencia con Bastien — Por fortuna, todos ellos han muerto.

    — ¿No consideran a su amigo alguien malvado? — Gina preguntó, dejando a ambos algo confusos — Me refiero a Michael.

    — Él te contó la verdad, ¿o lo tenemos que hacer nosotros? — Ace preguntó queriendo indagar en el asunto.

    — Nos habló sobre Orz, Alicia, los garak y muchas cosas más — Gina le reveló todo lo que sabía — Pero yo me refería a su asunto con Wagner. Parece que ellos se llevan mal.

    — Tuvieron un episodio difícil, uno del que solamente escuché hablar — Ace contó, recordando lo que escuchó en el momento — Por eso omití muchos detalles al respecto.

    — Te aseguro que Michael no es alguien malvado — Agustina fue muy seria al hablar — Cuando lo conozcas, él te dará la misma sensación que a nosotros. Él pone a sus compañeros en muy alta estima. Y si te llevas bien con él, lo hará por ti.

    — Supongo que eso está por verse — Gina contestó, algo aliviada — No tengo mucho que decir que Natasha no les haya contado a sus compañeros. Soy casi una novata en el equipo, y la misión de perseguirlos a ustedes fue solamente la primera. No hay mucho que contar, ni nada que destacar… Y tú pareces una buena persona. Los dos lo parecen. Si lo que Natasha dijo sobre ti es verdad, entonces el equipo está en buenas manos.

    — Agradezco el apoyo, Gina — Ace se mostró cordial ante ella — Supongo que ya habrá tiempo de conocernos más a fondo.

    — Espero que bastante — Gina se despidió de ambos — Fue agradable una visita suya, aunque fuera algo corta.

    Sin mucho más que discutir con su nueva compañera, Ace y Agustina solamente tenían pendiente hablar con el último integrante de los cuatro desertores y nuevos reclutas de Zenith. Xander era el único hombre entre ellos, y por eso optaron por dejarlo para el final. Ace caminó junto a su pareja por la base militar abandonada parcialmente hasta la habitación que el soldado se eligió. Sabiendo que Xander los esperaba, decidieron entrar sin tocar la puerta, solo para encontrarse con el soldado en el suelo, realizando ejercicios abdominales con una cara de furia y frustración notoria.

    Ese gesto sorprendió mucho a ambos soldados, quienes saludaron a su nuevo compañero levantando las manos. Este, al verlos, dejó su ejercicio y se puso de pie. Ace iba a comenzar con la charla, pero Xander se le adelantó.

    — Así que tú eres el comandante — Xander se veía a sí mismo en una mejor forma que él — Sin dudas, tienes una suerte increíble. Lo has conseguido todo, a diferencia de mí.

    — ¿De qué hablas? — Ace le preguntó sin saber el motivo de ese ataque personal.

    — Ambos llegamos a Zenith en igualdad de condiciones, traicionando a nuestro país — Xander le comentó a Ace — Pero tú parece que lo tienes todo, y yo la he tenido que pasar mal. Escuché que tú formaste parte del equipo de Zenith tan pronto como te uniste a ellos, y a mí me encerraron en un calabozo cuando hice lo mismo que tú. A ti te toca ser el comandante, y yo, que soy superior a ti, me toca seguir órdenes.

    — ¿Superior a mí? — Ace se sintió confundido — ¿Y quién lo dice?

    — Las notas académicas hablan, Ace — Xander le comentó — Has sido el mejor de tu promoción, pero no el mejor de la historia. Desde que Black Meteor se fundó, yo tuve las notas más altas. Tú no me pudiste superar, ni siquiera teniendo a un padre como comandante. Y pese a eso, a ti te regalan todo, y a mí me encierran. Lo peor de todo es el beneficio de mi huida. Tú solamente ayudaste en una misión, yo, al venir aquí, logré frenar una guerra entre países. Pero el mundo no es justo, eso lo sé.

    — Xander, tú eras parte del equipo enemigo — Ace quiso tranquilizarlo, sin saber de dónde salía su furia — ¿Esperabas que te hicieran un desfile?

    — No, pero tampoco que me metieran en un calabozo — el soldado mostró frustración por aquel suceso, pero sin levantar la voz — Digo, a ti te premiaron con el puesto de comandante. ¿Por qué a mí me dan migajas y a ti te cae encima toda la gloria?

    — Xander, si crees que las notas de la academia sirven de algo, te estás equivocando — Agustina empezó a hablar con él — Y te aseguro que Ace se merece el puesto de comandante. Tú no lo conoces de nada, no tienes el derecho a juzgarlo.

    — ¿Y tú quién mierda eres? — preguntó con agresión.

    — Me llamo Agustina Young, y soy tu compañera.

    — No, eso no, ¿quién mierda eres para venir a hablarme de esa manera? — Xander se molestó con ella.

    De forma repentina, Xander avanzó hacia la chica y la tomó de la muñeca, empezando a presionarla, y causándole algo de daño. Agustina se soltó a los dos segundos, para luego tomarse esa zona. Ese gesto a Ace no le agradó.

    — Xander, escúchame bien, porque lo diré una sola vez — Ace fue muy severo con él — Entiendo que te hiciste un escenario en tu cabeza al venir aquí, y que la realidad no fue como la esperabas. Conozco esa sensación, y es horrible. Pero no te tienes que desquitar con nosotros. Y una cosa más, a ella no le vas a volver a faltar el respeto en mi presencia. Lo dejaré pasar porque sé que estás molesto. Pero si se repite…

    — Lo dejas pasar porque eres un cobarde de mierda, por eso traicionaste a Black Meteor — Xander confrontó a Ace directamente — Veías a Zenith como el bando ganador, y elegiste irte con ellos. Eres basura.

    — No sabes absolutamente nada de mí, y no te dejaré insultarme de esa forma — Ace se le acercó, bastante molesto por sus palabras — Yo soy el comandante, y me debes respeto.

    — Si quieres mi respeto, entonces gánatelo, después de todo, yo no te vi ganar el puesto de comandante — el soldado contestó con más agresividad — Pelea contra mí, y si me ganas, me disculparé por todo.

    Esa clase de desafío no le gustaba para nada a Ace, y su expresión lo reflejó por completo. Esa invitación a un combate le recordó el momento en el que Shun y él tuvieron una pelea por el liderazgo. Ace, pese a estar feliz por la adición de nuevos soldados al equipo, pronto se dio cuenta de que los recuerdos de su primera misión, sobre todo los que involucraban a Shun y a Morris, a quienes él les tenía un gran rencor por el pasado, estaban saliendo a flote.

    Pese a que no le gustaba, el comandante no se vio con más opción que aceptar la pelea.

    — Tienes media hora, y luego vamos a pelear — Ace le dejó en claro a Xander que no retrocedería — Pero no te confundas, no peleo por tú respeto.

    — Ah, ¿no? — Xander sintió curiosidad por esa respuesta — Se ve que no lo quieres.

    — Tienes toda la razón, no lo quiero, ni tampoco me hace falta — Ace tenía muy en claro lo que debía decirle — Fui nombrado comandante por el mejor soldado que tuvo este país. Al recibir ese nombramiento me gané su respeto. ¿Crees que me hace falta el respeto de un don nadie como tú?

    — ¿Y por qué aceptaste mi desafío si no quieres mi respeto? — Xander se sintió ofendido por esa respuesta.

    — Porque ya he lidiado con gente como tú, y la única manera de callarles la boca es ponerles los pies en la tierra — Ace contestó de forma brusca — Media hora para prepararte o descansar. Si no te presentas, asumiré que te retiras.

    — No me retiraré, no soy un cobarde — Xander contestó, con el orgullo algo herido.

    — Tal vez no cobarde, pero sí arrogante y estúpido — Ace tomó a Agustina de la mano para salir de ese lugar — Dos efectos que podemos corregir. Cuando la pelea termine y haya ganado, hablaré de nuevo contigo. Tal vez así se te baje el humo que tienes en la cabeza.

    Con deseos de atacar a Ace por la espalda, Xander lo vio marcharse, reprimiendo su impulso para no quedar ante él como un cobarde tras haber asegurado que no lo era. Una vez que ambos se fueron del lugar, el soldado cerró la puerta tras ellos con gran furia.

    Del otro lado de la habitación, Ace y Agustina miraban con tristeza la conducta de su nuevo compañero, llevándose una decepción de él. En esa breve charla, él demostró ser un soldado muy impulsivo y arrogante, cosa que no le traía buenos recuerdos a ninguno. Agustina, para olvidar esa sensación tan amarga, abrazó a Ace de forma repentina, gesto que sorprendió al soldado, pero para nada se lo tomó a mal.

    — ¿A qué se debe esto? — Ace quería conocer los motivos para recibir ese cariño.

    — Eres tan tierno al defenderme así — Agustina lo miraba con una sonrisa plena.

    — Eres mi prometida, y no puedo dejar que te traten así en frente mío — Ace devolvió la mirada a la chica — Sé que podías defenderte tú sola, pero me vi obligado a intervenir.

    — Eres el mejor novio del mundo — tras ese comentario, la chica le dio un beso en la mejilla, cosa que él disfrutó — Le ganarás con facilidad. Los soldados como él caen fácilmente.

    — Bueno, cuando me tocó pelear contra Wagner, perdí — Ace recordó sus dos peleas en su contra — Y parece que él está en su mismo nivel.

    — Esta vez es diferente, esta vez tú ganarás — la chica alentaba a Ace a la victoria — Luego veremos si eso funciona para que Xander cambie su actitud.

    — Tendrá que servir — Ace pronto pensó en otra alternativa — Pero no voy a soportar a otro Shun cuando yo soy el comandante. Si Xander se sigue comportando así, haré que lo releguen de su puesto. Da igual que él sea el mejor de Black Meteor. Si solo va a estar molestando, no vale la pena tenerlo en el equipo.

    Acabada la discusión, la pareja se retiró para pasar por las habitaciones de todos sus compañeros, y allí informarles acerca de la pelea que se daría en menos de media hora entre el comandante del equipo y uno de los recién llegados soldados.

    El tiempo transcurrió, y cuando dio la hora para la pelea, ya todos los otros soldados se encontraban allí. El único ausente en la sala de entrenamiento, que era en donde se daría la batalla, era Xander, quien estaba tomando algo de agua en el comedor. Agustina se encontraba junto a todos los demás del equipo mientras veían a Ace en uno de los extremos de una zona despejada, la cual sería el escenario de la pelea. Thomas y Gwyn se encontraban parados justo al lado de ella, mientras que Gina estaba algo alejada. Más distanciadas se encontraban Natasha y Casey, esta última notando una mirada algo triste en el rostro de Natasha.

    — ¿Te sientes bien? — Casey mostró preocupación cuando lo notó.

    — Esta pelea es en parte mi culpa — Natasha se atribuyó esa responsabilidad — Le dije a Xander que no quería nada con él, y le aclaré que sentía algo por Ace. Pero cometí un error al lanzarme a sus brazos y besarlo en frente suyo.

    — Si Xander retó a Ace por eso, entonces la culpa es suya, no tuya — Casey abogó por su compañera.

    — Lo sé, pero pudo haberse evitado si me hubiera controlado en su momento — Natasha miró a Ace con algo de tristeza — Espero que la pelea tenga reglas que restrinjan bastante los golpes. Porque creo que Xander luchará para herir.

    — Si se sale de control, la detendremos nosotras mismas — Casey tranquilizó a Natasha con sus palabras — No vamos a dejar que él salga herido.

    — Eso ni soñarlo — Natasha lo veía con tristeza.

    — Oye, yo sé que él…

    — También lo sé — Natasha supo a qué se refería — Y no me queda más opción que aceptarlo. Ella y él tuvieron libertad y tiempo suficiente para poder tomar esa decisión. No soy quien para meterme en el medio.

    — ¿Y cómo lo estás llevando? — Casey sentía algo de preocupación por ella — Has hablado mucho de él como para que ahora finjas que no te afecta.

    — Lo superaré, es la única opción posible — Natasha le contestó a Casey — Podré hacerlo. Aunque me duela, tengo que aceptar que lo nuestro ya no puede ser.

    Mientras las dos soldados que habían sido compañeras desde la primera misión hablaban, Gina buscaba integrarse a la conversación con tres soldados de Zenith. Thomas, Gwyn y Agustina discutían sobre las posibilidades de Ace en esta pelea, comparando a su rival con otros que había tenido.

    — Recuerdo ese tiempo en el que yo era el mejor junto con Michael — Thomas hablaba con una sonrisa, notando que no le afectaba no ser el mejor del grupo — Ace me dio una paliza, dos veces. Y a Michael también. No creo que tenga problemas.

    — Pero Wagner lo derrotó en su enfrentamiento hace meses — Gwyn lo recordaba con detalle — Y parece que Xander es alguien con sus características.

    — Eso fue mucho antes de las últimas misiones que tuvimos — Agustina dejó de lado esas peleas y pasó a las que se dieron en los últimos tiempos — Ace enfrentó a varios moender en Emiv, incluso cuando fui una carga para él, no se dejó capturar. Luego, él le hizo frente a Sieng. Sé que perdió, pero él casi le gana al comandante Stones, nadie podría haberlo derrotado a él.

    — Luego de eso, tuvimos esa lucha contra Raumod y los ryfier — Thomas rememoró ese momento oscuro — Él no tuvo problemas allí.

    — Y su última pelea fue con… — Gwyn no quería pronunciar su nombre por respeto.

    — El monstruo que asesinó a mi primo — Agustina trataba de no recordarlo para no mostrarse tan adolorida, dado a que la muerte de su familiar la golpeó muy duro — Ace pudo derrotarlo… él ganará esta pelea.

    — Lo lamento, no debí mencionarlo — Gwyn se disculpó con su amiga.

    — No hay problema, es un hecho que no se puede cambiar — Agustina le hizo saber que no había nada de malo en mencionarlo.

    — Parece que no la han tenido fácil, de hecho, creo que a ustedes les tocaron misiones y peleas más difíciles que a nosotros — Gina finalmente logró encontrar una forma de sumarse a la charla.

    — Nadie lo ha tenido fácil, todos hemos perdido amigos y compañeros — Thomas quiso ser amable con ella — No tiene sentido ponerse a competir por ver quien sufrió más. Eso no servirá para nada más que alimentar el ego. No sirve para nada.

    — Ustedes realmente son buenas personas — Gina juzgó tras escuchar esa conversación — Sé que es pronto, pero creo que me gustará estar con ustedes en esta misión. Por alguna razón, sus conversaciones me hacen sentir segura.

    La charla entre los cuatro soldados no duró mucho, dado a que Xander no tardó en hacer acto de presencia en el lugar. La sala quedó en silencio mientras observaban a los dos contendientes acercarse para iniciar la batalla. El soldado que retó a su comandante fue quien eligió decir la primera palabra para quebrar la ausencia de sonido que se formó con su presencia.

    — ¿Las reglas? — Xander preguntó para saber qué movimientos eran legales y cuales no lo serían.

    — Tú fuiste quien propuso esto, así que, te dejo que las establezcas — Ace le concedió esa oportunidad a su soldado, solo para poder derrotarlo en su juego.

    — Perfecto, entonces, que no haya reglas — Xander esperaba tener esa oportunidad — La pelea termina cuando el oponente está derribado en el suelo y sea inmovilizado. La pelea puede desarrollarse de cualquier forma.

    — Supongo que está bien — Ace aceptó esa norma para la pelea — Thomas, anuncia el inicio de la pelea. Iniciamos cuando tú lo digas.

    Ambos se distanciaron un poco para posteriormente tomar posturas de pelea. Por la forma en la que Xander se paró poniendo brazos y piernas al frente de su cuerpo, se podía ver que él iba a lanzarse a la ofensiva. Ace lo vio, y al hacerlo, tomó una postura defensiva. Necesitaba derrumbar el ego de Xander, y una forma de hacerlo, además de aceptar la pelea y ganarle con sus reglas, sería dejándolo atacar primero, y demostrarle que no le serviría de nada.

    Xander vio a Ace como alguien inferior. Era menor en estatura, y el recordar el momento en el que subieron los promedios de la academia y notó que él seguía estando por encima de todos los demás, le dio algo de confianza. Ace, por su parte, trató de pensar en los rivales a los que enfrentó. Xander era más alto que él, pero recordó que enfrentó a guerreros tales como Sieng y Kenegar que eran superiores a su rival actual. Pese a que solamente ganó una de esas peleas, Ace supo que podía salir victorioso de la que estaba por tener.

    — ¡Inicien! — Thomas dio la orden.

    Tan pronto como escucharon su grito, ambos soldados empezaron con su acción decidida. Xander corrió a una velocidad impresionante hacia Ace, dispuesto a lanzar un puñetazo a Lakor. Este último tuvo que agacharse para poder esquivarlo, dado a que su velocidad no sería suficiente para superar a su rival, que había partido antes y tenía ventaja. Con un movimiento ágil, pudo esquivar el ataque, para después lanzar un puñetazo a la costilla de Xander.

    Hexed lo vio venir, y con su impulso, movió su cuerpo hacia un costado para evadirlo. Acto seguido, lanzó una patada con su pierna totalmente estirada, la cual Ace no pudo esquivar, y debió levantar su brazo para bloquear su ataque con el codo. El bloqueo fue efectivo, pero Ace estaba impresionado con su rival.

    — Es más rápido que la mayoría de los enemigos que enfrenté — Ace no recordaba a alguien tan veloz en los últimos días.

    Xander, viéndose con la ventaja de velocidad, dio inicio con una lluvia de puñetazos. Ace hizo gala de reflejos impresionantes, y al levantar sus brazos fue capaz de bloquear todos esos golpes uno por uno, sin permitirse golpear por ninguno de ellos.

    — Mierda, responde bien — Xander atacaba sin cesar y sin poder conectar ataques.

    — Es rápido, pero ataca muy mal — Ace se decidió a buscar un punto débil.

    Xander cometió el error de mostrar un patrón repetitivo de ataques, dado a que siempre lanzaba dos ganchos con la derecha y un golpe recto con la izquierda, ocasionalmente alternando con un codazo, esto con su brazo derecho. Ace esperó a que ese ataque volviera a dirigirse a él, y cuando lo vio, reaccionó. El soldado capturó el codo de Xander, y se aseguró de agarrarlo bien. Con un rápido movimiento, lo separó del torso de su rival, y así fue como Ace levantó su pierna izquierda para clavarle un rodillazo muy potente a Hexed en la zona abdominal. El golpe lo hizo retroceder unos tres pasos.

    Ace quería seguir atacando, viendo como su rival se sujetaba la zona del golpe, pero tan pronto como apoyó su pie en el suelo, sintió un pinchazo fuerte en la zona renal, en el sector donde recibió una puñalada de Kenegar. Al hacerlo, su plan de ataque se canceló de inmediato, solo para ver como Xander cargaba contra él para darle una patada.

    Xander levantó la pierna derecha contra Ace, quien inclinó su cuerpo para que sea su parte derecha la que recibiera el ataque. Con su brazo, pudo bloquear el ataque de forma efectiva, pero no fue capaz de reaccionar al siguiente golpe de Xander. Este regresó su pierna al suelo y le pegó un codazo a Ace en la zona en donde él sintió su pinchazo.

    El dolor de por sí ya era fuerte, pero ese ataque le provocó a Ace gritar de dolor y sujetarse con fuerza la zona. Tanto Hexed como los demás que veían la pelea estaban asombrados, dado a que creían que Xander había logrado dañar a Ace con un solo golpe.

    — No… — Agustina recordó que era en ese lugar donde Ace estaba herido — ¡Ace, detente!

    — ¡¿Qué le sucede?! — Natasha se asustó un poco al verlo así.

    Xander se quedó quieto por unos momentos, sin saber que ocurría. Tenía presente que él no le ocasionó una herida grave a Ace con un solo golpe, pero estaba claro que algo le pasaba. Sin embargo, viendo que él no expresó una rendición directa, lo tomó como un gesto para seguir la pelea. El soldado corrió hacia él y le clavó un rodillazo en esa misma zona, algo que Ace vio venir, pero dadas sus heridas, no lo pudo esquivar.

    El golpe lo hizo agacharse un poco, y Ace tuvo que retroceder haciendo un esfuerzo mayor con su pierna derecha para involucrar lo menos posible su sector izquierdo. Lakor sabía que una herida suya de su pelea contra Kenegar había dejado secuelas, y que se estaban manifestando por los golpes.

    — No puedo rendirme, ni tampoco perder — Ace, en otras circunstancias, se habría dejado ganar rindiéndose tan pronto como sintiera ese dolor, pero recordar lo que Xander le hizo a Agustina era lo que lo mantenía firme — Si pierdo la pelea, incluso de esta forma, Xander no aprenderá. No puedo dejarlo ganar después de que le faltara el respeto a Agustina. Por ella… tengo que ganar por ella.

    Xander vio que la pelea seguía, dado a que Ace podía anunciar su rendición en cualquier momento y no parecía que iba a hacerlo, por lo que optó por aprovechar su oportunidad y ganar de una vez por todas. Estaba consciente de que su victoria no sería limpia, pero consideró que él no había hecho ninguna clase trampa. Eso lo hizo sentir menos culpable y le dio el pie para lanzarse al ataque.

    Ace cargó energía rápidamente en sus dos brazos, concentrando más poder en el brazo derecho, dado a que forzar demasiado su brazo izquierdo podría ser un error. Sabiendo que no podía darse el lujo de fallar, decidió usar la velocidad de Xander en su contra. Él llegó rápido hasta él, parándose a una distancia donde Ace podría acertar cualquier ataque, y fue eso lo que desencadenó el ataque de Lakor.

    Hexed estaba tan centrado en ganar la pelea que casi no notó la energía que Ace estaba acumulando. Cuando Lakor lo tuvo cerca, extendió ambos brazos hacia su cabeza, al mismo tiempo que liberó los dos fragmentos de energía. Ese ataque sorprendió bastante a Xander, quien recibió el impacto de lleno, lo que lo aturdió, al tiempo que lo dejó cegado momentáneamente. Ace aprovechó esa oportunidad para golpear sin miedo a recibir un contraataque.

    Le dio un codazo en el cuello a su rival, seguido por una patada en la zona de la tibia, con la cual logró desestabilizarlo bastante, y luego de eso, cargó energía nuevamente en su mano derecha para darle un puñetazo con la energía en su lugar en la cabeza. Estos tres golpes consecutivos tenían la potencia suficiente como para derribar a Xander, que cayó de frente al suelo. Ace no perdió el tiempo y le pegó un pisotón en la espalda, provocando que Xander dejara salir un ligero grito de dolor. El soldado se llenó de frustración cuando se dio cuenta de que su oponente estaba herido, y que, aun así, fue vencido.

    Ace no tuvo tiempo para regocijarse en su victoria, dado a que el dolor en su costado se intensificó a causa de los últimos movimientos que realizó, y este empezó a gritar mientras se sujetaba la zona con ambas manos. Todos sus compañeros corrieron hacia él para ver cómo se sentía.

    — ¡Ace, ¿por qué no detuviste la pelea?! — Agustina quiso saber la razón para no rendirse — ¡Pudiste haberte lastimado!

    — ¡No me dolía tanto, por eso no lo hice! — Ace mintió para no recibir un regaño de su pareja — ¡Pero ahora me está doliendo bastante!

    — ¡Agustina, lo mejor será que lo lleves al hospital! — sugirió Gina al verlo así y sin saber las causas de su herida.

    — ¡Tenemos un vehículo listo para llevarlo! — Gwyn le hizo saber que podrían usarlo — ¡Será mejor eso a pedir una ambulancia, ya que en esta base aún no hay comunicación!

    — ¡Quiero que alguien me acompañe! — Agustina abrazó a Ace para poder cargarlo.

    — ¡Iré yo! — Natasha se ofreció a ayudarla — ¡Yo conduciré hacia el hospital más cercano! ¡Tú quédate con él en la parte de atrás!

    Pese a que Agustina no tomó muy bien el hecho de tener que confiarle esa tarea a Natasha, no iba a poner protestas dado a que se trataba de la salud de Ace. Pese a no conocerla demasiado, supo que no se tomaría algo así con ligereza, y fue por esa misma razón que la dejó hacerlo.

    — ¡Gracias, Natasha! — Agustina apreció el gesto.

    — ¡Te ayudaré a cargarlo hacia el vehículo! — Casey se ofreció a ayudar.

    — Muchas gracias por esto, a todas — Ace contestó amablemente, mientras el dolor empezaba a hacerse más fuerte — Debí haber detenido la pelea, no sabía que podría dolerme tanto.

    De esa manera, Casey, Agustina y Natasha partieron hacia el exterior de la base llevándose a un Ace muy malherido al hospital, para que pudieran examinar bien lo que él tenía encima. Thomas y Gwyn miraron con tristeza como su compañero era llevado afuera para que posteriormente pudiera ser atendido. Pero pronto su vista cambió hacia Xander. El soldado sentía una enorme vergüenza por haber atacado a Ace mientras él se mostraba en un estado de debilidad, y mayor fue cuando se dio cuenta de que no había servido en la pelea.

    El soldado se sintió más humillado cuando vio que la pareja de soldados se le estaba acercando con una mirada muy severa en sus rostros. Xander la notó y los vio a ambos a la cara, sabiendo que ellos no estarían felices por lo que él le hizo a su compañero y comandante.

    — Sé que Ace no dijo en ningún momento que se rindió — Gwyn sonaba molesta con Xander — Pero fuiste un verdadero hijo de puta al atacarlo estando herido.

    — Miren, lo lamento, yo no quería esto… — Xander mentía un poco en su declaración — Quería que la pelea fuera limpia. No me habría gustado ganar de esa forma, aunque sé que él me derrotó. Pero si él no se rindió, creí que sería una falta de respeto dejar la pelea en el aire. Él parecía poder continuar.

    — Dime, ¿qué problema tienes con Ace? — las palabras de Thomas atrajeron a Gina al lugar, quien no había salido con las demás hacia el exterior — Entiendo que no querías detener la pelea, pero la forma tan brutal en la que lo atacaste no es propia de alguien que no siente un odio inmenso por alguien. Ni siquiera se conocían hasta hoy. ¿Cuál es el problema? Lo que hiciste fue muy extremo.

    — ¿Crees que siento odio por Ace? — Xander se puso de pie para mirar a Thomas a la cara.

    — No lo creo, lo sé — Thomas supo reconocer esa actitud en Xander — Porque yo en el pasado sentí lo mismo que tú por alguien más. Hice algo horrible hacia un compañero mío porque tenía un odio latente hacia esa persona. Por eso quiero saber qué motivos tienes tú para odiar a Ace.

    — Yo…

    — Estás celoso de Ace, ¿verdad? — Gina sorprendió al hablar con los soldados.

    Gwyn y Thomas no entendían a qué se refería, y creyeron por un momento que se trataba del hecho de que Ace fuera el comandante, siendo que Xander obtuvo mejor promedio que él en la academia, o al menos, eso era lo que habían oído.

    — Sí, es por eso — Xander confirmó la teoría de Gina, con una gran vergüenza a sus espaldas — Lo veía como alguien inferior a mí por el simple hecho de que yo fui mejor que él en el pasado. Y también… por la reacción que tuvo Natasha al verlo.

    — ¿Sientes algo por ella? — Gwyn sabía que era cierto, pero quería escuchar a Xander admitirlo.

    — Así es, y me dolió mucho cuando ella me dijo que no me veía como alguien con quien le gustaría estar — Xander confesó sus sentimientos a sus compañeros — Fuimos compañeros de equipo por más de un año, casi dos años completos, pero ella no siente nada por mí. Y, sin embargo, cuando vio a Ace, alguien que estuvo lejos de ella por varios años, lo primero que hizo fue correr hacia él. Me sentí mal al ver eso. Pude ver que, para ella, Ace era especial, y yo no… Y todas las cosas que han sido tan diferentes de como yo las imaginé no me ayudaron para nada. Esperaba ser tomado como una persona importante para la milicia de Zenith, pero terminé encerrado en un calabozo. No pude disculparme en persona con Zion, y cuando hablé con Wagner al respecto, él se marchó ofendido — Xander se tomó la cabeza con mucha pena — Pero eso no justifica nada. Ataqué a un soldado herido, solo para ganar una pelea que pedí tener para así poder restaurar mi orgullo dañado… Soy un tonto. Ya veo por qué Natasha siente algo por Ace y no por mí. Y no la culpo. No creo que yo merezca que alguien alguna vez me tome en serio… Lo siento. No debí atacar de esa forma a su compañero. No estuvo bien. Y no lo volveré a hacer.

    — No te tienes que disculpar con nosotros — Gwyn se veía impresionada por la forma de reaccionar de Xander — La disculpa se la debes a Ace y a Agustina.

    — Tienes razón — el soldado supo que no había forma de negarlo — Les debo más de una disculpa a ambos. Y a Wagner también.

    […]

    Un vehículo recorría una calle de una ciudad algo poblada. En dicho vehículo se encontraba Natasha al frente, mientras que Agustina se encargaba de sujetar a Ace en el asiento de atrás. Para evitar más daño, el soldado se recostó, apoyando su torso sobre las piernas de su compañera, quien se encontraba acariciando su rostro con ternura mientras sus ojos empezaban a humedecerse.

    Young miró al frente y pudo ver que Natasha seguía al pie de la letra sus indicaciones para llegar al hospital más cercano que había desde la base en la que estaban. Ace, seguía despierto y también pudo notar ese gesto por parte de la chica.

    — Gracias por esto… a las dos — Ace extendió su mano para acariciar el rostro de Agustina — No llores, amor. Me pondré bien.

    — No estoy llorando aún — Agustina se defendía con una sonrisa — Pero me duele ver que la persona que sufre esto es la que menos lo merece. Eres el mejor hombre del universo. No es justo que te esté pasando esto a ti.

    — ¿Qué fue lo que sucedió con él? — Natasha no tenía idea de lo que sucedía — No contaste nada sobre que tenías una herida.

    — Porque la creí curada… ahora veo que no es así — Ace supo que Natasha querría la verdad — Tuve una pelea contra Kenegar en la nave cuando él intentó robarla. Y gané, pero no fue tan sencillo como lo conté. Él me quebró el brazo y me apuñaló.

    — Si no hubiéramos llegado a la nave a tiempo, Ace podría haber muerto — Agustina relataba la gravedad de la situación — Su brazo logró sanar, pero parece que la puñalada que sufrió en el abdomen ha dejado secuelas.

    — Hice bien en tener una pelea contra Xander — Ace pensó en lo que podría pasar de no haberlo hecho — No tenía pensado entrenar en peleas cuerpo a cuerpo antes de partir a la misión en el planeta Edagr. Si no hubiera peleado con él ahora, esto me podría haber sorprendido en medio del combate.

    — Aun así, Xander me las pagará por lo que te hizo — Natasha sonaba muy seria, cosa que sorprendió a la pareja — Él te vio herido y siguió atacando. Eso es algo que no se hace. No fue para nada honorable. No entiendo qué motivos tenía para ganar, pero nada justifica eso.

    — Perdóname, Ace, pero creo que esto también es culpa mía — Agustina lo miró a los ojos desde su lugar — Tú querías ganas la pelea por mí, ¿verdad?

    — Eso es verdad, Agustina, pero no tienes la culpa de nada — el comandante fue sincero con ella — Yo elegí seguir por mi propia cuenta. No quería rendirme ni dejar que Xander ganara luego de que te faltara el respeto de la forma en que lo hizo.

    — Gracias por ser tan dulce, pero la próxima vez, prioriza tu salud por encima de esas cosas — Agustina acarició su rostro mientras sonreía por aquel gesto a la vez que se preocupaba bastante por el estado de su novio.

    Desde el asiento del conductor del vehículo, Natasha veía a ambos por el retrovisor del centro del parabrisas. Sin duda alguna, la chica notó que ellos sentían un amor muy profundo entre los dos. La manera tan tierna en la que Ace le hablaba a Agustina le recordó a Natasha los pocos, pero bonitos para ella, momentos que ambos pasaron juntos cuando compartieron equipo luchando para Black Meteor.

    La soldado se lamentó mucho al pensar que todos esos momentos ya no podrían ser nada más que simples recuerdos en su mente, dado a que Ace había elegido seguir su vida, y que era muy feliz con dicha elección.

    — No dejaré que nada malo les pase — se juraba Natasha mientras ponía la vista en la calle para concentrarse en la ruta — A ninguno de los dos. Tengo que asegurarme de que ambos vivan. Ya que no puedo ser feliz con Ace, entonces tengo que asegurarme de que ella sí pueda. Es una chica especial para él, por algo la eligió… Los cuidaré a ambos para que tengan la vida que a mí me hubiera gustado tener. Es una promesa. Una que voy a cumplir.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, antes de comentar lo más destacado del capítulo, me gustaría decirte que para mi es un auténtico placer seguir el día a día de esta historia que lleva ya varios años activa. Sabes lo mucho que te aprecio y lo mucho que me gusta lo que escribes, especialmente LGC, la cuál es hasta el momento tu obra maestra. Quería decirte eso para devolverte el gesto tras tu comentario inicial. Sin más, hablaré del capítulo.

    Tal y como terminó el anterior, vemos al comandante Lakor y a su pareja manteniendo conversaciones con los recién llegados. La charla con Casey fue amigable debido al pasado que compartieron ella y Ace, mientras que con Gina fue conocer a alguien nuevo. Gina creo que encajará perfectamente en el grupo, es una buena chica. Tras ellas dos, toca el turno de Xander, quién se muestra bastante borde, desafiante y molesto. Xander enumera sus motivos para considerar que Ace no debería ser el líder y es por esto que, tras un mal gesto con Agustina, se retan a una pelea que finalmente se da.

    Debo decir que era una pelea que esperaba desde hace tiempo, aunque no ha sido una pelea regular ya que, en mitad de esta, Ace sufre un pinchazo en la zona renal, donde recibió la puñalada de Kenegar. Esto es la confirmación de que se quedó alguna secuela y que debe ser tratada, por lo que Natasha se ofrece a llevarle al hospital junto a Agustina. Xander se arrepiente de todo, encontrándose también en una situación parecida a la de Wagner, ya que nada le sale bien.

    Finalmente, durante el camino al hospital, Natasha se percata de que la pareja es feliz y se quiere mucho, por lo que jura protegerles para darles la vida que ella siempre ha querido. Ese juramento es bastante triste y bonito al mismo tiempo; triste porque lo dice Natasha, rindiéndose ante la posibilidad de que nunca tendrá a Ace consigo y bonito porque pese a ello, quiere verle feliz. Me agradó, pero me dio pena también.

    En líneas generales, un capítulo de transición con un toque de acción y unas conversaciones no muy relevantes pero para nada inservibles. Hacen falta capítulos así entre momentos intensos, los que hubo y los que de seguro están al caer. Me ha gustado, como siempre XD. Nos vemos a la próxima.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    5576
    Saludos a todos los lectores de la historia. Quería publicar el capítulo el día de mañana, pero dado a que es posible que tenga un par de cosillas por hacer, lo haré hoy jueves.

    Quiero agradecer mucho a mi amigo Manuvalk por estar siguiendo la historia semana tras semana. Es bastante agradable entrar al foro y encontrarse con que él ha comentado la historia :cynda: Espero que los capítulos que están por venir le sigan siendo de su agrado tal y como viene ocurriendo hasta ahora.

    También quiero agradecer a otros lectores como Elliot y Jhosep Zar que han empezado a leer la historia en los últimos tiempos. No los etiqueto aquí porque mis intenciones no son spoilearlos ahora siendo que les falta trayecto por recorrer. Pero quiero dejar por sentado para el día en el que lleguen hasta este post :)

    De paso les dejo la cronología de la historia totalmente actualizada. En este capítulo sucede eso que ya había advertido hace meses atrás en un capítulo anterior. El comienzo de este capítulo está situado inmediatamente después del final del capítulo 12, pero el resto del capítulo se irá alineando a lo que hemos visto antes del capítulo 16. En caso de alguna duda, la cronología está para aclararlo todo.

    Sin más qué decir, los dejaré con el capítulo.








    Destino inevitable:

    — No sabía que había gente que tenía esas ideas respecto a mí — Ixorum se sentía abrumado por la noticia de que había gente pidiendo su exilio.

    — La razón por la que no lo sabías es porque la gente tiene miedo de tocarte un pelo, y todo gracias a mí — le contestó su padre, con un tono de castigo — Por eso, tienes que participar en esta misión y llevarla a cabo hasta su final. De esa manera, estarás a salvo de la gente que quiera exiliarte.

    Para Arion y Varlim, la noticia dada por su padre era también una sorpresa. Ninguno de los tres hijos de Hark era consciente de los privilegios que gozaban por el simple hecho de ser sus descendientes. Ixorum se opuso al Exterminio en su momento, cuando las leyes de su gente hablan acerca de varias prohibiciones respecto de mostrar desobediencia ante la autoridad. Ixorum lo había hecho, y por el simple hecho de ser su hijo, pudo escapar a las consecuencias. Pero pese a todo, él seguía bajo una amenaza constante, y solo hasta ese momento fue capaz de notarlo.

    — Bueno, no tengo por qué disculparme con nadie — fueron las palabras del hijo menor de Hark — Yo seguí mis propios ideales, y lo seguiré haciendo.

    — Esto no se trata de ideales, hijo, se trata de tu vida — Hark lo regañó, haciéndole saber que la situación era más complicada de lo que él planeaba — Ya tienes la advertencia. Dependerá de ti si la quieres escuchar.

    — Padre, ¿tenemos pruebas de que el Exterminio haya funcionado en algún planeta? — Varlim, la única mujer entre los hijos fue la que hizo esa pregunta.

    — Así es, Allecreod, el líder ryfier fue quien me lo confirmó — su padre sacó una conclusión al respecto — Él me contó que la alianza de estas tres especies llevaba bajo su cargo animales salvajes del planeta Vortail. Los vortailenses son seres con inteligencia que solían capturar y adiestrar criaturas salvajes de su planeta para la cacería o para el alimento. No sé si lo recordarán, pero las imágenes que tomé demuestran que eran seres muy protectores. Dudo mucho que una especie como esa estuviera dispuesta a permitir que robaran bestias de su planeta. Por eso estoy convencido de que en el planeta Vortail no ha sobrevivido nadie con inteligencia, solo los animales salvajes, tal y como planeamos.

    — Pero ese es solo un planeta contra cuatro de los que se salvaron — Arion quiso aprovechar esa oportunidad para molestar a su padre — Tu plan del Exterminio ha sido muy pobre y defectuoso.

    — Eso no es lo que estamos discutiendo ahora, hijo — Hark le dejó en claro que no se dejaría insultar de ninguna manera — El Exterminio ya quedó atrás. Lo que les espera a esas especies ahora es la Extinción. Discutiremos el resto del verdadero plan luego de engañar a Allecreod. No quiero que él se entere de nuestras intenciones. Por eso, ustedes solamente síganme la corriente. No saben absolutamente nada de lo que está pasando, ni lo que pasará.

    Una vez que sus hijos supieron cuál era el propósito de su padre para llamarlos a todos a ese lugar, su padre le pidió a uno de los suyos que comunicara al líder ryfier que debía aproximarse a ellos para poder discutir sobre los planes para el futuro. Arion y Varlim se miraban con seriedad. Ellos sabían que debían obedecer a su padre, de lo contrario, las cosas para ellos podrían salir mal, dado a que no esperaban que hasta la actualidad existiera gente que quería a Ixorum exiliado por su desobediencia en el pasado. No se les pasó por ningún momento el pensar que eso podría ser una mentira, dado a que conocían a su padre, y él no era un mentiroso para con los suyos. El mismísimo hecho de que no quisiera contarles de su plan falso a ellos antes que a Allecreod lo demostraba.

    Ixorum, por su parte, seguía aferrado a sus ideas de que aplicar sus leyes a seres de otros planetas era una acción que no les correspondía. Los seres que sufrieron por el Exterminio nunca les hicieron daño alguno, y, sin embargo, fue su padre el que tomó la decisión de que tenían que perecer para dejar sus planetas ante ellos. Eso era un pensamiento que Ixorum no compartía. Estaba a favor de defenderse de un ataque, pero no de causar un enorme daño a seres inocentes por un simple capricho, como él lo consideraba, de su padre.

    El líder ryfier, un invitado en su planeta no tardó en llegar hasta la sala. Su expresión revelaba un cansancio sin igual, lo que quería decir que fue despertado en medio de una siesta. Sin embargo, no tardó demasiado en hacer acto de presencia en ese lugar. Finalmente, los tres hijos de Hark conocerían al que dio la información relevante a su padre.

    — Allecreod, te presento a mis tres hijos — Hark quiso que su invitado los conociera — Arion, el mayor de los tres. Él es quien fue a pelear. Varlim, mi hija del medio. Y el último de mis hijos es Ixorum. Todos ellos y yo colaboraremos contigo para deshacernos de las especies que te atacaron.

    — Arion… si no me equivoco, él fue quien luchó contra los humanos que me siguieron y los dejó ir — Allecreod se mostró molesto con él en particular — ¿Por qué lo hiciste?

    — Porque no eran un desafío, no valía la pena el esfuerzo — Arion le contestó con la verdad al líder de otro mundo.

    — ¿Y se supone que esperaré colaboración de su parte? — Allecreod no se creía nada más de lo que venía de la boca de Hark — ¿Qué me garantiza que cumpla con su palabra?

    — Lo hará, porque de no hacerlo, mi gente me pedirá su exilio. Y Arion no quiere eso — Hark habló en defensa de su hijo.

    — De todos modos, ¿qué motivos tienes tú para salir de cacería con estas tres especies? — Allecreod preguntó algo curioso, dispuesto a no creerle una sola palabra a Hark, pero con ganas de saber su respuesta.

    — Ya te he dicho que cuando los investigué, me di cuenta de que son una especie autodestructiva — Hark siguió con el hilo conductor de su primera historia inventada — No deberían de haber dominado el viaje espacial, pero tal vez lo hicieron porque sus planetas estén en las últimas. De ser ese el caso, no los dejaré poner un pie en mi planeta. Menos ahora que un escuadrón suyo lo ha divisado y sabe en donde nos ubicamos. Es crucial que sean eliminados como la plaga que son. Ellos, los garak y los xaromitantes.

    — ¿Por eso llamaste a tus hijos para que se encarguen? — Allecreod creía saber por dónde iba su anfitrión — ¿Para mostrar compromiso conmigo?

    — Tu información me ha demostrado que mi teoría de que esos seres se dirigían a la autodestrucción estaba equivocada — Hark quería sonar complacido con el líder — Y no solo eso, sino que también es una señal de que tengo que dejar de subestimar a las otras especies. Por eso es por lo que decidí involucrar a mis hijos, porque son seres de confianza a los que les puedo encargar esta tarea. Arion cumplirá esta vez. Lo puedo asegurar.

    — ¿Cuál es el plan? — Allecreod supo que no debía fiarse, pero si eso le servía para recuperar su dominio, no le importaba.

    — Tú me guiarás con tu nave hacia el planeta Ryfier — empezó a relatar Hark — Yo iré detrás de ti y cuando tu aterrices, mi ejército y yo te ayudaremos a exterminar a todos los intrusos que tengan los tuyos en su planeta. Cabe la posibilidad de que además de sus tres planetas de origen, hayan podido conquistar otros mundos, por lo que dejaremos que algunos escapen. Cuando hayamos visto hacia donde se dirigen, mis hijos les seguirán la pista. Ellos partirán días antes que nosotros para poder seguirles la pista, sin importar la dirección que elijan. Ellos nos llevarán hacia sus hogares, y allí, los acabaremos a todos. ¿Te parece bien? Podrás recuperar tu planeta tal y como estaba, y volverás a gozar de una vida normal junto a todos los tuyos.

    Allecreod se quedó pensando durante unos momentos sobre la propuesta que había recibido de Hark. Tras las conversaciones que tuvo con él, comprobó de primera mano que la persona que lo había invitado le había mentido. Tenía la certeza de que algún motivo o intención oculta existiría en él, por lo que sería un asunto al cual le tendría que prestar muchísima atención en el futuro. Sin embargo, lo que más le importaba en aquel momento era poder recuperar su planeta, y, por consiguiente, su dominio. Los planetas Ryfier, Nokadro y Triyr le pertenecían por derecho, al menos, así lo veía él por el hecho de ser su conquistador, y para poder gozar de ese título y sus beneficios, los invasores tenían que irse.

    El plan de Cadain era algo a lo que él no se quería arriesgar, dado a que involucraba muchas cosas que se terminarían decidiendo por azar en lo que respecta a las decisiones que pudieran tomar los intrusos. Fue por eso por lo que Allecreod pensó que valía la pena correr el riesgo haciendo la voluntad de Hark.

    — De ninguna manera lo dejaré vivir — pensaba Allecreod con un gran miedo latente dentro suyo — Una vez que mi Dominio esté bajo mi control, reconstruiré a Xorxaik, conquistaré un par de planetas más y lanzaré un ejército sobre este maldito planeta… Pero por ahora, seré aliado tuyo, Hark.

    Los tres hijos miraban con impaciencia y curiosidad al líder ryfier, que, ante sus ojos, no parecía tener nada de especial como para ostentar un puesto como ese. Se lo veía como alguien débil, que podría caer muy fácil en la pelea, y eso era algo que hacía que Arion tuviera que controlarse para no dejar salir su naturaleza agresiva contra él.

    La respuesta de dicho líder no tardó en llegar, y ciertamente, los dejó satisfechos a todos.

    — Es un buen plan — Allecreod extendió su puño hacia Hark, en señal de aprobación, para luego golpearse el pecho con la mano — Lucharemos juntos en contra de estos invasores. Y mi planeta y mi raza siempre estará en deuda contigo por el gran favor que nos habrás hecho.

    — Me alegra ver que nos entendemos — Hark sonreía al ver que Allecreod mordió el anzuelo — No tengo una fecha de salida decidida. Primero tengo que hacer cálculos. Sin importar mis creencias, tenemos que hacerles una visita a sus planetas. Si no me equivoco, son la Tierra, Xarom y Garak. La velocidad de mis naves se ha incrementado desde la última vez que partimos hacia allá la primera vez que realizamos la exploración, por lo que tengo que ver bien el número de días estimados que tardaremos en llegar. Te regalo todo este tiempo para ir con los tuyos.

    — Te lo agradezco, Hark, estaré esperando la noticia de nuestra partida — Allecreod mintió tratando de poner su mejor cara — Tengo muchos deseos de volver a pisar el suelo de mi planeta nuevamente.

    — Y lo harás, Allecreod, a su debido tiempo — fueron las últimas palabras que el líder de los edagrianos le diría durante el día.

    Sabiendo que tenía una baza segura para asegurarse la oportunidad de recuperar el control de su planeta, el ryfier se retiró. Pese a que no le gustaba su plan, era la mejor opción por tomar, y probablemente, no recibiría ayuda de ningún tipo si optaba por abandonar el planeta sin hacer hecho trato con el líder de aquel mundo.

    El líder de los ryfier, quien llevaba ya varios días sin ejercer esa posición dado a su gran ausencia de su mundo, se retiró para volver a descansar con los suyos. Dado a que se sentía vigilado constantemente, supo que no podía decirles lo que harían hasta no estar a bordo de la nave, cosa que podría esperar.

    Hark pidió a uno de los suyos que acompañara a Allecreod de vuelta con su gente, como forma de asegurarse de que él y sus hijos podrían discutir el plan real para tomar ante las especies que iban a exterminar. Una vez que supieron que tenían la privacidad suficiente, una nueva conversación empezó entre los miembros de aquella familia.

    — ¿Qué parte de todo lo que le contaste a Allecreod es verdad? — Ixorum quiso poner a prueba a su padre.

    — Muy pocos pedazos, casi nada de lo que le he dicho — Hark era sincero con su hijo — Él me guiará en su nave hasta su mundo, y yo iré acompañado de algunos miembros de mi ejército. Pero no vamos a matar a los invasores solamente. Mi plan involucra una matanza total. Toda su gente perecerá en una batalla, de esa manera, el planeta quedará bajo nuestro control. Primero pelearemos al lado de Allecreod para matar a humanos, garaks y xaromitantes allí presentes, y luego, él y los suyos serán los siguientes en morir. No quedará ni un solo ser vivo en el planeta.

    — ¿Y qué hay de nosotros? — Arion sentía deseos de saber su parte en el plan.

    — A ustedes les tocará hacerse cargo de los tres planetas de esas especies destructoras — Hark fue directo con ellos — Le he mentido a Allecreod cuando le dije que ellos podrían haber conquistado otros mundos. Lo cierto es que no creo que esas especies sean capaces de hacerlo. No tienen una mente tan desarrollada para conquistar mundos, solamente tienen la capacidad para destruir. Sus planetas Tierra, Xarom y Garak deben estar al borde del colapso, por lo que ya no creo que sean habitables para nosotros. Por eso mismo, ustedes deben encargarse de visitar esos planetas, analizar su atmósfera y condiciones climáticas, y si no son compatibles con la de nuestra especie, extinguirlo por completo.

    — ¿Nos llevaremos las naves de ataque? — Varlim supo que sería la única forma de hacer algo como lo que quería su padre — Arrasaríamos con todo lo que quede de naturaleza.

    — Si nosotros ya no podemos vivir en su planeta, quiere decir que la naturaleza en ellos ya está condenada a morir — Hark contestó de forma muy seria — Y si nosotros no podemos vivir allí, esos planetas solo sirven para albergar especies que podrían seguir arruinando más planetas en el universo si se les da la oportunidad.

    — Eso no contesta la pregunta de Varlim — Ixorum no estaba satisfecho con su padre — ¿Usaremos las naves de ataque?

    — Así es — Hark eligió confirmarlo directamente — Con las mismas, un asedio a sus planetas será exitoso. No se llevarán soldados con ustedes. Esas naves tienen una coraza impenetrable, y un sistema de misiles y generador de terremotos que no tiene igual. Cada uno tripulará una de las tres naves que tenemos. Yo, para poder engañar a Allecreod y que no sospeche de todo nuestro poder armamentístico, tendré que llevarme una de las naves estándar, y a varios soldados conmigo. Probablemente, mi pelea sea más larga y prolongada que la de ustedes.

    — ¿A qué planeta irá cada uno? — Arion sentía curiosidad al respecto — Somos tres, y las naves de ataque también son tres. Eso quiere decir que seremos uno para cada especie.

    — Eso lo pueden elegir ustedes — Hark cedió esa oportunidad a sus hijos — Xarom es el más lejano, Garak el más cercano, y la Tierra se encuentra en medio.

    — Yo iré a la Tierra — Arion fue rápido para escoger — Tengo un asunto pendiente con los humanos. Me deben un poco de diversión.

    — Yo pido ir hacia el planeta Garak — Ixorum quiso quedarse con el que menos distancia representaba.

    — Supongo que a mí me queda el planeta Xarom, así que mi viaje será más largo que el de los demás — Varlim no se mostraba molesta por eso — ¿Cuándo voy a partir?

    — Tú partirás mañana — contestó Hark a su hija — El resto de nosotros vamos a partir en días posteriores. Quiero hacer cálculos para que podamos sincronizar nuestras llegadas.

    — Atacaremos en los cuatro planetas al mismo tiempo, ¿verdad? — Ixorum se veía venir la respuesta de su padre.

    — Eres inteligente, hijo, si no hubieras mostrado desobediencia en el pasado, no tendrías que hacer esto ahora — Hark le confirmó lo que él temía — Así es. Tenemos que asegurarnos de atacar todos a la vez, de forma de que no les sea de utilidad pedir ayuda, porque está claro que es lo que harán. Puede que las batallas no terminen a la vez, dado a que Xarom y Garak son más pequeños en tamaño que la Tierra, pero es vital que den inicio al mismo tiempo.

    Los tres hijos del líder de los edagrianos estaban claramente impresionados por el plan que su padre pudo armar en tan solo poco tiempo. Más allá de las cosas que cada uno de ellos pudiera sentir respecto a él, ninguno de los tres podía negar que su padre fuera alguien que supiera como llevar los cálculos de forma meticulosa para realizar acciones en beneficio de su gente.

    Con la mentira sembrada en Allecreod, y con cada uno de ellos habiendo elegido por su cuenta su destino, ya no tenían motivos para permanecer allí. Ixorum supo que su padre lo haría quedarse en dicha ciudad, por lo que no se fue demasiado lejos para buscar una zona en la que pudiera quedarse.

    Varlim y Arion salieron juntos del lugar, tomados de la mano ante la vista de su padre, de forma que este no se perdiera ese gesto. Era algo que le causaba gran molestia al edagriano. Sus hijos parecían estar negados a aceptar que su destino los terminaría llevando por caminos separados. Dada la genética de su especie, el incesto no produciría en ellos ninguna especie de daño en sus descendientes, por lo que para ellos no era una cuestión mal vista, ni del punto de vista biológico ni de la moral. Pero lo que más enfadaba a su padre era el hecho de que ambos lo desobedecían al tener esa clase de encuentros. Tenía presente que no era algo tan serio como lo que hizo Ixorum en el momento en el que el plan del Exterminio dio inicio hacía ya varios años, pero no le gustaba de ninguna forma el ser desafiado por su propia sangre.

    — Algún día, ellos tres serán líderes de su gente — Hark pensaba en el futuro de su especie — Espero que puedan aclarar sus pensamientos para cuando llegue su hora de partir hacia otros mundos.

    Habiendo solucionado todos los problemas que aparecieron desde que se confirmó la presencia de la nave procedente del planeta Ryfier cerca de su atmósfera, el líder de los suyos reanudó la actividad que fue interrumpida en el momento en el que recibió la noticia. Un holograma que mostraba la imagen de un planeta se mostró frente a él, y fue así como el líder empezó a colocar puntos rojos por encima del mismo. Dichos puntos representaban a los meteoritos que tenía reservados para la tercera y última fase en el plan del Exterminio. Una vez que corrigiera los defectos de la primera fase con los planetas Tierra, Xarom y Garak, su trabajo para llevar la muerte a otras razas que no mantenían respeto por la naturaleza tenía que continuar.

    […]

    Ixorum encontró hospedaje en una de las casas desocupadas de la ciudad a la que su padre lo había convocado. El más joven de los hijos del responsable tras la Gran Catástrofe se encontraba sentado en una sala de estar, la cual estaba repleta casi en su totalidad de máquinas que le permitirían tener acceso a los archivos de su padre, los cuales él compartió con sus tres hijos y con algunos trabajadores de su confianza.

    El edagriano menor supo que tendría muy poco tiempo hasta que su padre ordenara la salida a su misión en la que tendría que destruir a los habitantes del planeta Garak. Pese a que Hark no lo hizo público, él sabía que su padre iba a querer evidencias de que su trabajo estaba hecho cuando él diera la noticia. Eso fue lo que motivó a Ixorum a buscar como loco entre los archivos.

    — ¡Aquí está! — gritó para sus adentros cuando encontró lo que necesitaba — Hay dos planetas cercanos a Garak que comparten varias similitudes con dicho planeta. Perfecto, esto me bastará. Ahora solo me queda buscar los datos de los demás… — el hijo menor tenía una convicción que no iba a cambiar — Esto de seguro ocasionará varios problemas, pero no puedo dejar que me exilien por mantener mis ideales. Tal vez no haya podido salvarlos a todos del Exterminio, pero sí los voy a salvar de la Extinción. Lo demás dependerá de lo que elijan hacer después…

    Ixorum continuaba navegando en el sistema de archivos de su padre, recolectando cada dato que creía que le sería de utilidad para sus propósitos. El menor de los tres no iba a rendirse tan fácilmente en lo que concernía en evitar una masacre sobre seres inocentes que no les habían hecho absolutamente nada, y que, a su punto de vista, no tenían motivos para caer ante la justicia de su padre.

    […]

    — Te dije que te ganaría — Varlim se burlaba de Arion, al haber soportado menos que ella en su acto sexual.

    — Tuviste ventaja, tú no tuviste que ir a pelear antes de esto — Arion buscó una excusa para su derrota — Pese a que ellos no fueron un reto, eso no quita el hecho de que la pelea me sacó algo de fuerza.

    — Bueno, supongo que mañana podremos intentarlo otra vez — Varlim se acurrucó junto a Arion, de forma en que ambos quedaron muy cerca el uno del otro — Dado a que mañana me tengo que marchar, sería bueno una despedida como se debe.

    — Y te la voy a dar, Varlim, lo prometo — le contestó Arion a su hermana y pareja — Y luego de que regresemos triunfantes tras eliminar a esos suertudos pero desafortunados seres vivos, tú y yo vamos a hablar.

    — Oh, me gusta ese tono misterioso — Varlim le dio un beso en la frente para luego dirigirle otra mirada provocativa — ¿Hablar sobre qué?

    — Sobre nosotros, y sobre papá — Arion fue muy serio con esa respuesta — Él no nos va a separar. Aprovecharemos el tiempo que duran nuestros viajes para pensar en algo. Pero no me voy a separar de ti. Estoy enamorado, y tengo todas las intenciones de permanecer a tu lado.

    — Por mi parte, opino lo mismo que tú, Arion — Varlim le contestó con dulzura — Papá no decidirá nuestros destinos.

    — Todo lo contrario, seremos nosotros los que decidiremos el suyo — un pensamiento cruzó la cabeza de Arion — Creo que tengo una idea, claro está que podemos ir perfeccionándola con el paso del tiempo. Pero es un comienzo.

    — Que interesante… cuéntame.

    La chica acercó su oído a los labios de su novio, para que este pudiera comenzar a narrarle el plan que se le había ocurrido para asegurar que la relación formada entre los hermanos pudiera prevalecer pese a las intenciones que su padre tenía para con ellos en lo que respectaba a su futuro. Con cada palabra que la chica edagriana escuchaba de parte de su novio, una sonrisa iba aumentando su tamaño en su rostro, y su corazón se aceleraba de solo pensar en lo que podrían lograr si eran capaces de llevar a cabo ese plan.

    […]

    Dieciocho días habían pasado en el planeta Edagr. Allecreod contó de forma superficial el plan a toda su gente, sabiendo que no corría nada de peligro al revelarle a los suyos información que Hark optó por compartir con él. Consideró que, si las cámaras lo grababan revelando el plan del líder edagriano a toda su gente, la imagen que él y todo su pueblo daban ante estos mejoraría considerablemente. Con el objetivo de quedar bien, y de no levantar ninguna clase de sospecha entre aquellos que le habían dado asilo en su planeta, el líder reveló detalle a detalle el plan con el que podrían recuperar su planeta.

    En esos días transcurridos, los ryfier se veían mucho más alegres por el hecho de que, cuando llegara el tiempo para partir de regreso a su planeta, gozarían de la libertad y el poder absoluto, sin tener que ser sometidos por los invasores que los atacaron. Hubo ocasiones en las que Allecreod fue invitado a comer junto a Hark y los suyos, y fue en esas reuniones que Allecreod supo que había sido engañado por el líder de los edagrianos. Los tres hijos suyos, a los que nada más había visto una vez, no estaban por ningún lado, y nunca aparecían en esas reuniones por la comida.

    El líder ryfier supo que debían estar tramando algo sospechoso a sus espaldas, pero lo que nunca pudo siquiera adivinar era que ellos tres ya no estaban en el planeta. Varlim había partido hacía en dirección al planeta Xarom tan solo el día siguiente desde que él tuvo el honor de conocerla. Arion partió unos diez días después, y tan solo a tres días después de su partida, Ixorum fue el último en irse.

    En aquel día, Allecreod partiría junto con Hark hacia su planeta, sin sospechar que los tres hijos de quien le ofreció una mano de ayuda al llegar a ese lugar se encontraban camino a los planetas de origen de las especies que atacaron su planeta. En seis días nada más se produciría la llegada desde Edagr hacia Ryfier. Durante el tiempo que transcurrió en el planeta, Hark hizo que algunos ingenieros hicieran modificaciones a la nave de Allecreod, logrando mejorar ciertas características que le permitirían regresar a su mundo en menos tiempo del que tardó en llegar hacia su ubicación en aquel momento.

    La gente de Ryfier se encontraba junto a su líder frente a su nave, mientras que a pocos metros de distancia se situaba la nave que Hark y algunos de sus soldados usarían para acompañarlos de regreso a casa. En la escena, para disgusto del líder de los ryfier, había varios edagrianos que coreaban el nombre de Hark y de algunos soldados en el ejército de su mundo como si se tratara de héroes. Allecreod supo que la noticia de su llegada no pasó desapercibida para la gente de aquel lugar, y era algo entendible para él, pero no por eso menos molesto.

    Algunos de los suyos empezaban a impacientarse ante el hecho de que sus acompañantes con quienes iban a contraatacar ante la invasión que habían sufrido por parte de tres especies diferentes, se estaban tardando su tiempo en llegar. No obstante, esa sensación desapareció cuando vieron que el mismísimo líder de los edagrianos hizo acto de presencia junto con varios soldados del ejército. Todos portaban un traje que difería mucho del que Arion usó en la batalla contra los humanos. El que llevaban puesto en ese momento era de un color azul oscuro, casi negro, y no tenían cascos en la cabeza, suponiendo que dichos elementos y las armas con las que iban a pelear estarían almacenados en la nave.

    Los civiles ryfier sonreían mientras veían a Hark acercarse a su líder para así poder estrechar su mano en lo que era la representación de un saludo amistoso.

    — Me llevó bastante tiempo calcular todo, Allecreod, perdón por hacerte esperar — Hark estaba con su mano tendida hacia el líder — Pero no pasará mucho tiempo hasta que tu gente toque el suelo de su planeta nuevamente. Entonces, pelearemos con todo nuestro espíritu para devolverles lo que les pertenece y asegurarnos de que humanos, garaks y xaromitantes ya no vuelvan a causar ese daño nunca más.

    — Agradezco tu colaboración en esto, Hark, y los míos también lo hacen — Allecreod hizo su mayor esfuerzo con su sonrisa forzada — Será un honor luchar junto a alguien tan bondadoso como tú. Más que nada por una causa tan noble como recuperar nuestro hogar.

    — El honor será mutuo, entonces — Hark notó algo extraño en la mirada de aquel ser — Partamos de inmediato.

    Mientras los seres de dos especies diferentes abordaban sus respectivas naves, la multitud no paraba de aplaudirles a todos ellos. Nuevamente, las alarmas de Allecreod se encendieron, dado a que no entendía los motivos por los que civiles que no lo conocían a profundidad estarían felices por el hecho de que recuperaran su planeta, salvo que lo que en realidad sintieran fuera alivio por el hecho de que intrusos abandonaran su mundo.

    Cuando todos estuvieron a bordo de sus vehículos correspondientes, las naves encendieron sus motores y no tardaron casi nada en despegar para luego propulsarse hacia la atmósfera y así abandonar la órbita del planeta Edagr en dirección hacia Ryfier.

    […]

    Allecreod se encontraba en la sala de comandos de su nave junto a todos los soldados que viajaron junto a él en esa expedición en la que abandonaron su planeta, dejando a Cadain y a los demás a merced de los invasores. El líder de su gente se sentía más seguro con todos los que podían pelear estando a su lado, y fue ahí cuando optó por enviar un mensaje a casa.

    — Cadain, habla Allecreod — el líder sonaba muy asustado al comunicarse con su último hombre de confianza — No creo que sea prudente que iniciemos una llamada, por lo que solamente enviaré un mensaje rápido. Lamento haber mantenido un silencio radial por todos estos días, y también espero que me perdones por esto… Pero la verdad es que no voy a seguir tu plan. No puedo darte los detalles porque no quiero que caigan en manos de nuestros enemigos, pero solo puedo decirte una cosa. Voy en camino hacia Ryfier y estoy llevando aliados para la batalla. Y por más que me pese, tengo que admitir que no confío en ellos. Llegaremos en unos seis días, así que, en ese tiempo, si aún estás con vida, quiero que te prepares para pelear. No respondas este mensaje, y bórralo de nuestro sistema tan pronto como lo escuches. Allecreod fuera.

    Sin más palabras que decir a quien ejercía el cargo máximo de autoridad en el planeta donde todos ellos vivían, Allecreod envió su mensaje hacia Cadain, con la esperanza de que él estuviera vivo para oírlo, y de que no le llegara a ninguno de sus enemigos.

    […]

    Algo que Allecreod no sabía y ni siquiera sospechó era que, durante el tiempo en el que los ingenieros de Hark se encargaron de aplicar mejoras a los sistemas de la nave, le implantaron un dispositivo de comunicación casi invisible y de un tamaño muy pequeño, el cual utilizarían para poder interceptar cualquier cosa que fuera dicha por el líder de los ryfier, tal y como su mensaje dirigido a uno de los suyos en su planeta.

    Hark lo escuchó, y fue así como confirmó que Allecreod había estado fingiendo ante él durante gran parte de sus charlas. Con una sonrisa por haber cambiado su sospecha por certeza, el líder de los edagrianos se sentó en una silla en la sala de comandos de su nave, en total soledad, acompañado solamente por una bebida y un pequeño bocado que pronto empezó a degustar mientras reflexionaba sobre las palabras que acababa de escuchar.

    — Así que tú realmente no confiabas en mí, Allecreod — Hark pensaba mientras le daba una mordida a su alimento — Tengo que decir que fuiste muy hábil para ocultarlo, pero en inteligencia nadie me puede dejar atrás. No creo que hayas explorado lo suficiente como para conocer los nombres de las especies humana, xaromitante y garak, así que no creo que te hayas inventado lo del ataque a tu planeta. Pero no tengo forma de saber si todo lo demás que me has dicho es mentira o no… Supongo que lo descubriré en el momento en el que mis hijos pasen al ataque en todos esos planetas… Y no te preocupes por mí, cuando te mate, todas tus preocupaciones relacionadas a mi persona pronto desaparecerán. Disfruta de tus últimos días de vida, Allecreod. Ya escapaste a la muerte cuando tú y los tuyos sobrevivieron al Exterminio. Pero tu destino consiste en morir ante nosotros y ceder tu planeta ante seres que lo traten como realmente lo merece. Y ese es un destino al que no vas a escapar.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, me he demorado un poco más de lo normal pero ya estoy aquí, tras leer, para dar mi opinión acerca de éste capítulo, el cuál ha estado bien.

    Comenzamos viendo a Hark y sus tres hijos, reunidos, para analizar como será el plan Exterminio que llevarán a cabo pronto. Vemos que Ixorum corre cierto peligro al no seguir los ideales de su padre y desobedecerle en el pasado, motivo por el que su gente lo quiere fuera. Arion y Varlim parecen creer en la idea de su padre, aunque su desobediencia va por otros lares... El líder edagriano pretende un ataque coordinado y eficaz, engañando a Allecreod y los suyos para, una vez liberado su dominio de los invasores, acabar con los propios ryfier. Allecreod, que es llamado para conocer el "plan", parece ser lo suficientemente listo como para no creer 100% a Hark. Y hace muy bien. Tras esto, la familia edagriana acuerda que cada uno de los hijos visitará uno de los planetas de las especies. Arion irá a la Tierra en lo que seguro será épico, Varlim irá a Xarom para no ver nada porque si no recuerdo mal ese mundo está destruido e Ixorum visitará Garak para hacer lo que no quiere.

    Luego vemos que Ixorum busca información en los archivos sobre Garak, con la intención de evitar su destrucción. No sé exactamente que planea el tipo, pero desde luego, su negación a seguir las órdenes de su padre son una bendición para humanos, garaks y xaromitantes, ya que es como tener un infiltrado dentro sin saberlo. También vemos a Varlim y Arion tras el acto sexual, hablar acerca de como su padre no les separará. El hermano mayor parece tener un plan claro que le revela secretamente a su hermana y amada. Y yo creo que eso implica asesinar a su padre, aunque sea muy cliché XD.

    Han pasado dieciocho días desde que el plan Extinción se puso en marcha y los hijos del líder edagriano ya han partido a sus respectivos mundos, sin que Allecreod tenga conocimiento de esto. Llega el día de partir hacia Ryfier y la situación es extraña en todos los sentidos, algo que Allecreod nota. Incluso Hark nota en el líder ryfier una mirada extraña. Yo creo que esos dos tipos se huelen la traición el uno del otro, por mucho formalismo que haya. Luego vemos que Allecreod manda un mensaje rápido a Cadain advirtiéndole de lo que se viene pero contándole que desconfía de sus aliados... No sé si Cadain se calle o decida compartir ese mensaje con los invasores, de hacerlo, demostraría querer cambiar la tendencía de conquistadores que lleva su especie.

    Finalmente, descubrimos que Hark había implantado un micrófono secreto en la nave ryfier, escuchando así lo que Allecreod le había dicho a Cadain. El líder edagriano ha confirmado sus sospechas y ahora queda más que claro que la llegada al Resguardo va a ser una masacre para todos y en todos los sentidos.

    Bueno amigo, en líneas generales ha estado bien volver a ver a Allecreod, Hark y los suyos tras varios capítulos. Ha estado bien, sigue la línea del anterior capítulo de transición, aunque parece que ya las cosas van a empezar a acelerarse y muero por ver que ocurre. Hasta pronto.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe VI Unidos en la Extinción
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    Saludos. Luego de un par de semanas en las que he tenido que publicar capítulos antes del fin de semana, finalmente puedo publicar en tiempo y forma el capítulo XD.

    Realmente, no me molesta publicar en ningún momento, solo me incomoda un poco haber dicho que el día de publicación es el finde y luego cambiarlo. Pero bueno, lo que hay es lo que hay.

    Quiero agradecer como cada semana a mi amigo Manuvalk por leer y acompañar la historia semana a semana. Me alegra saber que está disfrutando la historia pese a que nos encontramos en capítulos de transición. Todavía quedan un par de esos, pero pronto llegará el turno para que suceda algo en esta parte. También quiero agradecerle por haberme enviado como regalo una imagen al estilo portada de libro con una predicción para lo que sucederá en esta parte. Un bonito detalle de su parte :cynda: La dejo en contenido oculto por si alguien teme spoilearse, a pesar de que ya aclaré que se trata de una predicción suya.

    [​IMG]

    Sin más que decir, los dejaré con el capítulo.










    Los ojos del mundo:

    La noche había caído cuando Michael y Alicia regresaron a la base donde fueron asignados para compartir hospedaje junto a los recientemente incorporados miembros de Black Meteor. Ambos entraron para reunirse con sus compañeros, los cuales estaban esperándolos en la sala de reuniones de la base. Cuando la pareja llegó al lugar, se llevaron una sorpresa ligera al ver que faltaban tres de sus compañeros. La curiosidad pudo con ellos, pero antes de preguntar, quisieron ponerlos al corriente con la situación.

    — Ya hemos avisado a Magnus — Alicia comentó a sus compañeros — Le hemos entregado la información que ustedes nos proporcionaron. Él dijo que revelaría la verdad sobre la Catástrofe el día de mañana, en una transmisión mundial. Allí expondrá las pruebas.

    — Nos queda esperar a que el mundo realmente nos crea, y no tome el video que expondrá como un montaje — Michael aportó — Pero más allá de eso, también está el caso de que quizá no todos puedan mandar soldados al espacio para ayudarnos.

    — Tenemos el apoyo de los garak, los ryfier y los xaromitantes en menor medida — Gwyn se vio optimista al respecto — Con que cada país del mundo aporte unos trescientos soldados, sumado a las bestias de Fientlig, podremos acabar con todos ellos. Serán cinco especies para atacar un planeta completo. En cada dirección serán rodeados y no podrán hacer nada. Vamos a ganar. Tenemos que ganar.

    Michael no pudo evitar sonreír por el entusiasmo que demostraba su compañera por el futuro tan siniestro que se avecinaba sobre ellos. Estaba seguro de que, con el apoyo del mundo, sumado a todos sus otros aliados, la guerra debía estar ganada. Aunque cuando se puso a pensarlo mejor, si podían golpearlos por sorpresa, no sería una guerra sino un exterminio, como el que ellos quisieron imponer sobre miles de seres vivos en el universo.

    — ¿Dónde están los demás? — Alicia preguntó al notar que faltaban personas en esa base.

    Xander agachó la mirada con culpa, cosa que a la pareja le pareció un gesto extraño. Thomas quiso dar la oportunidad a Xander de admitir lo que ocurrió, o en su lugar, a Gina y Casey, pero viendo que ninguna de las dos dio pie a la explicación que querrían sus compañeros, fue él quien tomó la palabra inicial.

    — Agustina y Natasha llevaron a Ace al hospital — Thomas lo dijo algo preocupado — Y todavía no tenemos noticias de ellas.

    — ¿Qué fue lo que le pasó? — Alicia se sintió igual que él cuando escuchó esas palabras.

    — Tuvo una pelea contra Xander, y una herida vieja empezó a pasar factura — Gina fue la que habló en esa ocasión — Por eso tuvieron que llevarlo al hospital. Necesita un chequeo médico.

    — Debe ser la herida de su pelea contra Kenegar — Michael recordó el momento en el que vio la puñalada en su abdomen — ¿Empezó a sentir dolor al finalizar la pelea?

    — No… — Xander se acercó a él — Fue en medio de la pelea.

    — Y detuvieron la pelea, ¿verdad? — la pregunta fue de Alicia.

    — No, a decir verdad, no lo hice — Xander admitió su culpa con una gran vergüenza encima suyo — Vi que Ace estaba sintiendo una pequeña lastimadura en el costado, y quise tomar ventaja de eso. No tenía idea de que tenía una herida como esa, pero…

    — ¡¿Viste que estaba herido y no solo no detuvieron la pelea, sino que lo golpeaste en dicha zona?! — Michael levantó la voz, mientras un sentimiento de rabia lo invadía.

    — Eso mismo — Xander supo que su acción no gustaría, pero consideró que era mejor decir la verdad — Yo…

    Antes de que otra palabra pudiera salir de su boca, Xander recibió un puñetazo directo en la mandíbula por parte de Michael. Fue un ataque sorpresa, pero no por eso débil. El golpe lo hizo retroceder un par de pasos, mientras se frotaba la zona del golpe, solo para ver que algo de sangre empezó a salir de un pequeño corte que Michael le hizo en el labio.

    Todos los demás se sintieron preocupados de que eso desencadenara en una pelea, en especial Alicia, quien decidió no dejar que su novio entrara en un estado de furia.

    — Michael, déjalo — Alicia apoyó sus manos sobre los hombros de su pareja.

    — ¡Pedazo de mierda, ¿para qué carajo viniste?! — Michael lo increpó con furia, pero sin deseos de pelear contra él en una pelea, dado a que, de hacerlo, no se contendría — ¡Solamente has venido aquí a soltar mierda y lastimar a mis compañeros!

    — Lo lamento, lo que hice estuvo mal. Lo reconozco — Xander se quiso disculpar con él.

    — Qué fácil es disculparse después de causar todo ese daño — Michael se calmó un poco, más por Alicia que por Xander — Empiezo a pensar que no debiste venir aquí. Ace es nuestro comandante, y tú lo has dejado herido.

    — Créeme, no era lo que yo quería, solo quería ganar la pelea — Xander dijo sin poner excusas — De haber sabido que era una herida seria, no lo hubiera hecho.

    — Me cuesta creerlo, pero eso ya se verá — Michael se acercó con furia a Xander.

    Umcali era menor en tamaño que Hexed, pero no por eso se vio intimidado para lo que iba a hacer. Tomó a su nuevo compañero del cuello y empezó a presionar con fuerza con sus dedos, teniendo el cuidado de no ahorcar a Xander muy fuerte. Casey y Gina se sintieron asustadas por ese gesto, sobre todo la primera, quien recordó el momento en el que ella casi se encontró con la muerte a manos de Michael en el pasado. El terror las llevó a no querer intervenir en dicha pelea, aunque Gina comprendió los motivos por los que Michael hacía eso. Ella creyó que haría lo mismo si el lastimado hubiera sido alguien como Noak.

    Thomas y Gwyn no se sentían a gusto viendo a Michael llevarse así con Xander, pero ellos también tenían algo de molestia en contra de quien fue el rival de Ace en la pelea que lo dejó bastante lastimado, por lo tanto, decidieron dejarlo pasar.

    — No ha pasado ni un puto día, y yo ya tuve suficiente de ti — Michael amenazó a Xander con enojo — Si llegas a ponerle una mano encima de nuevo a otro de mis compañeros, ruega para que te quiten el rango de soldado y te alejen del ejército. De lo contrario, te voy a hacer pagar por eso. No te quiero ver cerca de Alicia. No confío en ti ahora mismo, y ella está bastante herida. ¿Oíste?

    — Fuerte y claro — Xander tenía el orgullo dañado por su pelea contra Ace, por lo que optó por no contestar — No me acercaré a ustedes. Si te hace sentir mejor, podemos pedir que me aparten del equipo.

    — No, te quiero lejos de mí, pero no en un lugar en donde no pueda verte — Michael se negó a aceptar esa petición — No confío en ti, y será mejor mantenerte vigilado.

    Tras esas palabras, Michael empujó a Xander, quien cayó al suelo por la violencia de aquella agresión. Viendo la ferocidad de Michael, el soldado de Black Meteor comprendió que él podría ser igual de fuerte que Ace, por lo que supuso que lo mejor era no provocarlo. Más aun sabiendo de su unión con el berrod llamado Orz. Viendo que estaba recibiendo demasiado castigo, algo que no quería a pesar de que consideraba que se lo merecía, Xander optó por simplemente irse a dormir, para alejarse del grupo y dejarlos solos.

    Alicia, notando que Michael se estaba dejando llevar por la ira, optó por acercarse a él y tomarlo de la mano. Ese gesto fue capaz de tranquilizar a Michael, quien dejó salir una exhalación de aire para tranquilizar su propia mente. Tras haber dicho lo que tenía que decir, el soldado abrazó a su novia, para luego darle un beso en la frente y decirle unas palabras al oído.

    — Lamento que hayas tenido que ver eso, amor — Michael sonaba muy calmado, un contraste muy diferente a su faceta reciente — Pero Ace es como mi hermano, y ese tipo que no conozco de nada lo lastimó. No lo dejaré pasar de nuevo.

    — Solo no te enfurezcas más — Alicia apoyó su cabeza sobre el pecho de su compañero — No es bueno para tu corazón.

    Michael sonrió al escuchar esas palabras. Entendía que Alicia estaba más preocupada por su bienestar que por Xander, quien no merecía ningún tipo de trato particular. Casey, quien sentía un gran miedo por la actitud de Michael, recordó que la razón por la cual él tenía a un ser extraterrestre dentro de su conciencia era por Alicia, a quien se encontraba abrazando en ese instante.

    — Estás dispuesto a matar por ella — Casey supo que no debía meterse entre ambos — Entonces, si peleas con nosotros, la guerra será muy sencilla.

    Una vez las cosas se tranquilizaron, los soldados optaron por irse al salón comedor de la base para poder prepararse algo para la cena. Habiendo pocas provisiones, lo más grande que cada uno pudo comer fue un pequeño sándwich de queso con un trozo pequeño de pescado hecho milanesa, lo cual, pese a no ser bastante, era suficiente para ellos. En medio de la cena, Alicia sacó un tema que creía que era importante.

    — Díganme, ¿ustedes han oído hablar sobre el hallazgo de Rusia? — la chica preguntó a las dos chicas de Black Meteor.

    — ¿Qué es eso? — Thomas se vio invadido por la curiosidad.

    — Algo que descubrimos cuando fuimos a hablar con Magnus — reveló el novio de Alicia — Un barco ruso descubrió un ovni sobrevolando la Tierra, y le disparó. Cuando recuperaron los restos, descubrieron que se trataba de tecnología alienígena. Eso inició una investigación hacia ambos países para ver si había más ejemplares de ese estilo, todo con el fin de saber si se estaba usando para beneficio de nuestros países.

    — Sabemos que Magnus no tiene nada de eso, pero de Abel no conocemos nada — Alicia retomó su pregunta inicial — ¿Ustedes saben algo?

    — No es él quien está detrás de eso — Gina se vio alarmada por aquel suceso — De estarlo, él nos lo habría confesado y nos lo habría contado.

    — ¿Cuándo se dio ese hallazgo? — Casey quiso indagar más en el tema.

    — Hace unas semanas, mientras todos nosotros estábamos en el espacio — Michael supo que no tenía más sentido preguntar — Parece ser que la Tierra está bajo observación.

    — ¿Creen que sean los edagrianos? — Gwyn llegó a creer que eran ellos.

    — No lo creo, no suena a algo que ellos harían — Michael le respondió — Ese objeto extraño no parecía tener un disco duro para almacenar información, por lo que se cree que simplemente estaba observando y transmitiendo.

    — Odio que haya tantos misterios juntos — Casey recordó el hallazgo de su equipo — También está el asunto de Casseirem.

    — ¿La nave que dejó ese mensaje repitiéndose de forma continua? — Thomas recordó esa parte del relato — Espero que nunca nos topemos con él o ella si se trata de alguien hostil.

    — Maldita sea, parece que nunca tendremos descanso de los misterios — Michael protestaba al ver su situación — Los garak, los berrod, los xaromitantes, Orz, Tzorkun, Allecreod, Casseirem, los edagrianos, este ovni… ¿Por qué mierda en un universo tan grande tienen que pasarnos todas estas cosas a nosotros?

    — Tal vez es por ser un universo tan grande que no nos han pasado más cosas — Thomas pensó que era lo más lógico — De igual forma, hay que atender un problema a la vez.

    — Así es, reunir fuerzas y encontrar al alienígena llamado Hark — Alicia supo que el objetivo era más que claro — Y luego, llevarlo a la extinción.

    — A él y a toda su maldita raza — Gina compartía el sentimiento con su compañera — Por culpa suya es que tantos de los nuestros han muerto — sus pensamientos regresaron a su hermano Zaid.

    Esa charla en la cena les hizo creer a algunos de los soldados que las cosas para ellos no llegarían a su fin con simplemente la eliminación de la población del planeta Edagr, pero ese problema era el más urgente a atender, dado a que su líder atentó y seguiría atentando en contra de sus vidas hacía ya varios años con el lanzamiento de la Gran Catástrofe.

    Tras el pequeño incidente entre Xander y Ace, la amenaza de Michael, y la información que Alicia y este último revelaron, la cena no fue demasiado tranquila para todos ellos, pero si algo podían rescatar era que podían sentarse a la mesa a compartir un momento en común con soldados que en un principio eran sus enemigos. Casey y Gina, pese a no sentirse del todo cómodas en un lugar así, supieron que eso sería mucho mejor que encontrarse con ellos en el campo de batalla peleando en una guerra absurda.

    — Cuando Agustina nos diga en qué hospital se encuentra Ace, anotaremos la dirección para ir a visitarlo mañana — Michael supuso que ya era tarde — Hoy ha sido un día largo e inesperado. Creo que a todos nos hará bien descansar.

    Todos asintieron frente a las palabras de Michael. Casey, quien era la que más nerviosa estaba por tenerlo cerca considerando la historia pasada, empezó a ver que incluso el soldado al que más le temía era alguien con sentimientos como ella. Su percepción sobre él estaba empezando a cambiar. Lentamente, pero para ella era un inicio.

    […]

    Agustina se encontraba sentada en una sala de espera, la cual estaba totalmente desierta. Unas dos filas largas con diez asientos cada una se extendían por todo el lugar, el cual parecía un panteón de tan silencioso que era. Ace había sido llevado a una sala de operaciones luego de que le diagnosticaron que uno de sus riñones, el que se encontraba cerca de la zona que fue la que recibió la herida con la daga, recibió un daño inmenso mientras estaba en un proceso de recuperación.

    Su pareja se encontraba siendo sometida a una operación para que se le fueran reparados los tejidos dañados de su riñón mientras ella se encontraba allí, a la espera de que dicha cirugía, la cual inició rápido dado a que tenían muestras de tejido de sobra por el bajo número de gente que necesitaba de órganos en esos días, terminase al fin.

    La puerta de la sala se abrió, y la chica vio entrar a Natasha, quien llevaba dos vasos descartables con café, y un pequeño paquete de galletitas dulces para poder dárselo a la chica y así pudieran mantenerse despiertas un tiempo más.

    — Gracias, Natasha — Agustina aceptó el café.

    Mientras la chica empezó a darle sorbos a su bebida, Natasha abrió el paquete de galletitas para acercárselo, de esa manera, ambas empezaron a comer y a beber, con el fin de tener un pequeño estímulo para aguantar despiertas por un rato más hasta que les dieran la noticia.

    — ¿Pudiste avisar a tus compañeros? — Natasha preguntó con curiosidad — Estoy segura de que querrán venir a verlo. Si no pudiste, dímelo y tomaré el vehículo para ir a traerlos yo misma.

    — Pude hablar con Alicia hace unos diez minutos — informó Agustina a su compañera — Parece que ella y Michael ya están de vuelta… Y tienes razón, ellos van a querer venir a verlo. Sobre todo, Michael.

    — ¿Son muy amigos? — Natasha lo preguntó de forma retórica — Pensar que en el pasado Ace y yo estábamos de un lado de la pelea y tú y Michael estaban del otro. Es más, recuerdo que una vez nos encontramos los cuatro en el campo de batalla.

    — Yo también recuerdo ese día… — Agustina hizo memoria sobre aquel hecho — Dos años han transcurrido, tal vez unos tres — tras decir esas palabras, Agustina miró a Natasha con una sonrisa — Es una lástima que hayamos tenido que pelear en aquel tiempo. Eres una chica muy agradable, Natasha. Me caes bien.

    — Tú también eres una dulzura — su compañera le devolvió el elogio — Tenemos más parecidos que diferencias. Lo que escuché de ti y de tus compañeros no se asemeja en lo más mínimo a lo que nos enseñaron en la escuela. Nos dijeron que todos ustedes eran unos enfermos de poder y riqueza que nos odiaban a muerte. Supongo que así debieron ser aquellos a los que Abel conoció. Porque tú y tus compañeros no tienen ni una sola pizca de maldad. Ahora que estamos en paz, lo puedo ver.

    — Eso es algo que tendrías que decir a todo el mundo cuando nuestra lucha contra los edagrianos se termine — Agustina le dio una sugerencia — Para que sirva como recordatorio de que las guerras que hubo antes de que nos golpeara la Catástrofe no tienen que volver jamás. Que la humanidad no tiene motivos para matarse entre sí.

    — Lo tendré en mente — Natasha lo recordaría para el futuro.

    Un pequeño silencio se formó entre ambas para que así pudieran terminarse sus cafés y acabar con el paquete de galletitas. Unos minutos pasaron hasta que ambas terminaron de reponer algo de fuerzas, lo cual no era demasiado, pero era mejor eso que estar en una ayuna completa.

    En un momento, Natasha notó que Agustina se encontraba con la mirada perdida hacia la nada, y creyendo que eso podría contribuir a que el sueño la invadiera, optó por distraerla con algo.

    — Dime, ¿en qué piensas? — Natasha ya se veía venir la respuesta.

    — En que esta pesadilla tiene que terminar pronto — Agustina tenía muy en claro lo que quería — Ace ya ha sufrido bastante como para seguir así. Él es un buen chico, y merece una vida tranquila. Ya no puedo soportar verlo recibir daño. Lo he visto muchas veces recibiendo heridas, y son más de las que podría llegar a soportar.

    — Espero que ustedes dos sean felices juntos — su compañera expresó su deseo — Ace es alguien que merece ser feliz. Y si él te eligió a ti como su compañera, entonces, espero que ambos lo lleguen a ser.

    Una sonrisa se formó en el rostro de Agustina tras haber escuchado esas palabras. Lo cierto era que ella tenía algo de preocupación tras pensar en la forma en la que Natasha se acercó a Ace nada más lo vio. Creyó que podría llegar a haber algún conflicto entre ambas relacionado a su novio, pero la manera en la que Natasha se mostraba luego de que hablaron le despejaron esas ideas de la mente. Para Agustina, tener a Natasha cerca era una sensación agradable, aunque no podía juzgar demasiado puesto a que no había pasado ni un solo día desde su encuentro.

    — Dime, hay algo que me ha invadido la mente — Natasha quería decirle algo — Perdóname si soy algo enigmática, pero no puedo hablar abiertamente de esto hasta que Magnus revele lo que ustedes encontraron.

    — Ya sé de qué hablas — Agustina compartió la idea de no mencionar que ellos habían descubierto las respuestas a la Catástrofe — Continúa.

    — Ya que tú, bueno, en realidad todos tus compañeros pudieron encontrarlas — Natasha se preparaba para preguntar — ¿Qué crees que suceda luego de que podamos eliminar a los edagrianos? Quiero decir, con su muerte, la Tierra estará a salvo. Y eso habrá sido gracias a ustedes. Sé que cada una de nosotras aceptó entrar al ejército por el bien del país y del mundo, y no por intereses personales. Pero uno no salva al mundo todos los días. Te darán alguna recompensa por esto. ¿Qué pedirías?

    — Una casa grande, que estuviera ubicada geográficamente cerca de la casa de mis padres y de las de mis amigos — Agustina tenía su idea para el futuro bien establecida — Solo eso. Ace y yo nos ocuparemos de lo demás. No pido algo muy complicado.

    — Espero que tú y él lo consigan — Natasha, pese a sentirse algo mal por dentro, expresó su deseo para su compañera.

    Ambas chicas, pese al cansancio que tenían, lograron quedarse despiertas el tiempo suficiente hasta que una doctora se les acercó a la sala para poder hablarles. El proceso de reparación de tejido de cualquier órgano solía durar hasta unas tres horas, y ellas ya llevaban mucho más tiempo allí, por lo que supusieron que tenían que recibir noticias de su estado.

    — ¿Cómo se encuentra? — preguntó Agustina, algo preocupada de que algo grave pudiera haberle sucedido.

    — Fuera de peligro, pero sus heridas internas parecen curarse algo lento — comentó la mujer ante las dos soldados — Será mejor que no haga absolutamente ningún esfuerzo físico considerable durante una semana. Siendo un comandante, creo que para él será inevitable que esté de pie mañana, pero si se sigue forzando, dañará permanentemente su riñón. Que no haga nada más que caminar y levantar cosas livianas.

    — Nos encargaremos de eso, doctora — Natasha se mostró cortés con la médica — ¿Cuándo podremos verlo?

    — Despertará en unos minutos, pero será mejor que esperen hasta mañana — les comunicó la doctora — Descuiden, él no tiene riesgos de empeorar. Se encuentra mejorando. Necesita reposo, nada más.

    — Muchas gracias, doctora — Agustina contestó con amabilidad — Significa mucho para mí.

    — No lo dudo — la mujer pronto se marchó del lugar — La cirujana llevaba un tiempo largo sin hacer esta clase de cirugías de reparación. Ha servido para practicar, y hemos podido contribuir al bienestar del comandante.

    Una vez que la mujer se fue del lugar, Natasha y Agustina optaron por irse a dormir. Ninguna de las dos iba a dejar el hospital, por lo que se acomodaron cada una ocupando dos sillas de la sala de espera. Al momento de llegar y en todo el día casi no habían visto a nadie entrar allí, por lo que imaginaron que no tendrían absolutamente ningún problema en hacerlo.

    Dado el cansancio que tenían por la espera, a ninguna de las dos les costó tiempo conciliar el sueño.

    […]

    El día siguiente fue bastante lluvioso en el Zenith. Wagner, quien se había marchado de la base en malos términos el día anterior, acudió a la misma para poder ver a sus compañeros y pedir una disculpa a dos de ellos, quienes lo habían tratado bien, cosa que él no correspondió de la misma forma.

    Al no llevarse un paraguas, el soldado se mojó un poco en el trayecto que había desde la parada del transporte público hasta la base militar, pero no le dio mucha importancia a eso. Al abrir la puerta, notó que el lugar estaba en silencio total, cosa que lo asustó. Por un momento creyó que todos se habían marchado sin haberle avisado nada, aunque precisamente no tenían una forma de hacerlo directamente. El soldado empezó a recorrer los pasillos de la base en busca de alguna nota que les pudiera dar indicaciones, cuando el silencio que había en el edificio se cortó al escuchar pasos fuertes.

    Siguió el ruido de estos, terminando en la sala de entrenamiento, donde vio a Xander y a Gina practicando peleas cuerpo a cuerpo. Pese al enojo que tenía con el soldado, el cual no había pasado de un día para el otro, Wagner se acercó para hablar con ellos y preguntar por los demás.

    — Buenos días — saludó levantando su único brazo — ¿Por qué solamente están ustedes dos?

    — Buen día, Wagner — Gina lo miró, deteniendo su actividad — Casey y todos tus compañeros se fueron a un hospital cercano para ver a Ace. Ayer hubo un problema con Ace luego de que él y Xander tuvieran una pelea.

    — ¡¿Ace está herido?! — Wagner quiso saber más detalles al respecto — ¡¿Es grave?!

    — Escuchamos que le tuvieron que hacer una operación para reparar sus tejidos dañados — Xander le contó lo que él sabía — Aparentemente, está fuera de peligro y se recuperará. Pero sigue en el hospital de momento.

    — Entonces iré a verlo — Wagner tenía pensado ir — ¿Ustedes están haciendo guardia aquí?

    — En realidad, yo fui el responsable de que Ace esté en ese estado — Xander quiso confesar ante él — No creo que Michael y los demás me quieran allí. Me disculparé cuando Ace regrese. Y hablando de esto, también quiero pedirte…

    — No lo acepto — Wagner ni siquiera lo dejó decir la palabra — Lo lamento, Xander, pero lo que me has dicho no ha sido nada agradable. Mi mente ya está muy dañada para seguir soportando tu mierda. Además, si resulta que fuiste el responsable de que hayan hospitalizado a Ace, entonces no tengo motivos para aceptar una disculpa. Quédate con esa sensación horrible para ti mismo. Te lo mereces.

    — Lo sé, y lo acepto — Xander seguía viéndose abrumado por las cosas negativas que le pasaron desde que accedió a moverse a Zenith.

    — Wagner, espera, pronto Magnus hablará ante el resto del mundo para mostrar la evidencia de la Gran Catástrofe — Gina quiso detenerlo — ¿Seguro que quieres ir a ver a Ace ahora?

    — Yo ya sé que fue lo que causó la Gran Catástrofe — contestó el soldado ante esa pregunta — No necesito verlo.

    — Lo digo porque quizá haya menos transporte público, y está lloviendo — Gina pensaba en el bien de su compañero.

    — Supongo que podré quedarme hasta que acabe esa transmisión — el soldado aceptó quedarse por las palabras que Gina le dijo — Solamente no me hables — dijo mirando a Xander.

    — Como desees — Xander supo que con todo lo que había dicho y hecho, tendría que recorrer un largo camino para que sus nuevos compañeros lo aceptaran y pudiera llevarse bien con ellos.

    El entrenamiento entre los dos soldados que habían escapado de Black Meteor se prolongó durante media hora hasta que decidieron cortarlo para poder ver el anuncio tan importante que sería mostrado al resto del mundo. La base militar recibió energía luego de haber estado incomunicada durante la mayor parte del día de ayer, cosa que permitió a los tres soldados en el interior de dicha base acercarse hacia una sala con pantalla plasma la cual estaba conectada a internet.

    A Wagner realmente no le importaba el anuncio, y solamente estaba atento al clima, dispuesto a marcharse hacia el hospital más cercano tan pronto como las gotas de lluvia, las cuales se volvieron bastante ruidosas en los últimos minutos, se detuvieran. Xander y Gina escucharon el relato de la boca de los soldados, pero tenían curiosidad por saber la manera en la que Magnus lo presentaría al mundo entero.

    Luego de acceder a una aplicación digital para transmisiones en línea notaron que todos los otros canales estaban cerrados, dado a que solamente se permitiría al líder de Zenith transmitir la información a revelar, un pedido hecho hacia los dueños de la misma plataforma. Gina tocó el táctil de la pantalla y dejó la transmisión a la espera de su comienzo. Tan pronto como entraron, los tres soldados vieron que el video estaba siendo visto por ya más de un millón de personas, y las visitas aumentaban con cada segundo.

    Pasaron unos trece minutos cuando finalmente la transmisión dio inicio, y el líder del país que había logrado dar con las respuestas se dirigió a todos los que lo estaban viendo.

    […]

    — Saludos a todos los espectadores — Magnus inclinó la cabeza, como haciendo una reverencia — Muchos me conocen como el líder de Zenith, una nación que se dio a la tarea de enviar soldados a explorar el universo con el fin de hallar las respuestas a todo lo que ocurrió en la Tierra hace ya más de diecisiete años. Algunos de ustedes quizá sean jóvenes y no hayan nacido en aquel momento, o incluso no lo recuerden, pero pregúntenle a alguien mayor y les dirá que ese día que cayeron los meteoritos sentimos un miedo enorme. La angustia de no saber si nuestro cuerpo sería aplastado. La ansiedad de pensar en nuestras familias, sobre todo quienes éramos soldados y no estábamos en casa. La desesperanza que sentimos cuando vimos casas y lugares de trabajo siendo destruidos, y mucha gente muriendo por la caída de las piedras y la liberación de la radiación… Bueno, luego de varios años, finalmente tengo para todos ustedes la respuesta que algunos buscaban y otros quizá no.

    Sabiendo que tenía que dejar algo de tiempo a que la gente procesara lo que él acababa de decir, Magnus dejó correr medio minuto sin hablar para luego continuar con su anuncio.

    — Recientemente, un grupo de mis soldados, liderados por el comandante Ace Lakor, en compañía de una especie aliada de nuestro país… — Magnus no perdió el tiempo en esos detalles — Logró llegar hacia un planeta en donde se encontraron con un ser que reveló la verdad detrás de lo que ocurrió aquel día. Llegar a ese planeta no fue tarea sencilla para ellos, y escapar tampoco lo fue. Muchos de ellos sufrieron heridas considerables, y hemos tenido más bajas que las que yo esperaba tener cuando los envié al espacio. Todas las muertes que se produjeron y el dolor que sus familiares deben estar sintiendo cargan sobre mis hombros, y sin quitarles el valor que la vida humana merece, puedo decir que sus sacrificios han valido la pena. Esta es evidencia en video de lo que ellos han obtenido. Les puedo asegurar que todo es completamente real. Lo juzgarán ustedes mismos.

    Con un comando simple realizado con una tableta digital, Magnus fue capaz de compartirle a todos aquellos que estaban viendo la transmisión la verdad de lo que ocurrió ese día. Cada hombre, mujer, niño, niña o anciano que se encontraba con los ojos puestos en la pantalla pudo ver las imágenes que los soldados pudieron recolectar.

    El video mostraba a Kenegar, el edagriano con quien los humanos y xaromitantes se habían encontrado en aquel planeta casi inhabitado, contar toda la verdad sobre lo acontecido. Sus palabras impactaban a cada persona que la escuchaba. Todo lo que aquel ser les había contado sobre la radiación, el gigaplaneta llamado Coldrum, la existencia de su especie conocida como los edagrianos liderados por Hark, el Exterminio, las fases de aquel plan, y finalmente, la manera para evitar que un suceso así se repitiera… Cada uno de esos detalles fue visto en persona por todos los humanos que se encontraban mirando en aquel momento.

    Magnus no pudo ver las caras de la población en ese momento, pero algo dentro suyo le decía que todos debían estar tan impactados como lo estuvo él en su momento. Una vez el video terminó, el líder de Zenith volvió a presentarse en la transmisión, para continuar con su discurso.

    — Cuando Kenegar trató de robar la nave, escribió en el sistema de navegación las coordenadas que nos podrán llevar al planeta Edagr — el líder de Zenith reveló esa información a todo el mundo — Cada ser humano en esta Tierra se encuentra en un grave peligro, y hasta que no lidiemos con esa amenaza, eso será constante. Pero tenemos esperanza. Ya sabemos la causa, ya sabemos cómo detenerla, y también sabemos hacia dónde ir. Por eso quiero pedir a los líderes del mundo que se unan a nosotros. No estaremos solos. Tenemos aliados en otros planetas. Garaks, xaromitantes y ryfiers… Esos son sus nombres. Ellos nos han acompañado y han contribuido a la llegada de este día. Mientras más seamos, más probabilidades tendremos de eliminar a estos seres que trataron de exterminarnos enviándonos los meteoritos. Nos quitaron amigos, familia, futuros… Y lo más grave no es eso, lo más grave es que podrían volver a hacerlo. Es por eso por lo que es crucial que seamos nosotros los que demos el primer golpe. Para poder salvar nuestro planeta, nuestras vidas, y nuestro futuro necesitaré de la ayuda de cada humano disponible para pelear. Pido a cada líder que preste soldados, armas o suministros para esta importante misión. Todo el ejército del Zenith irá al planeta Edagr a luchar, y yo estaré allí, en la primera línea de la batalla, para demostrarles a todos que mi compromiso es real. Sin obligar a nadie a que luche junto a nosotros, solo me queda expresar mis deseos para que el compromiso de todos ustedes sea tan real como el mío. No tengo nada más por decir en esta transmisión, dado a que la información que queda es algo que solo distribuiré entre aquellos soldados que acudirán junto a nosotros en esta cruzada. Estaré esperando los mensajes de los líderes que estén dispuestos a tendernos una mano, de una u otra forma. Queda en cada uno de ustedes responder este llamado… Me despido finalmente de ustedes.

    Luego de decir esas últimas palabras, la transmisión dada por el líder de Zenith, la cual fue vista por los ojos de cientos y cientos de humanos alrededor de toda la Tierra, se detuvo. Dado el mensaje, lo único que le quedaba por hacer era esperar las respuestas, rogando para que no se demoraran mucho tiempo en llegar.
     
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  20.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, como bien dijiste, seguimos con los capítulos de transición, pero estoy seguro de que pronto vendrá la acción. Al margen de eso, el capítulo ha estado bien. Y quiero agradecerte que hayas dedicado un momento a mostrar la imagen que hice de tu historia, sin duda es un detalle por tu parte y un halago. Lo valoro mucho :)

    Dicho esto, comencemos. Michael y Alicia han llegado a la base tras comunicarle a Magnus la información pertinente sobre los edagrianos y parece que el líder de Zenith revelará esas pruebas en una conferencia mundial. Espero que el resto de países con recursos accedan a contribuir a la guerra que se avecina. Tras ver también que faltan compañeros, la pareja pregunta y recibe la respuesta que menos les gustaría oír. Considerando culpable a Xander de que Ace esté en el hospital ahora, Michael lo golpea y le reprocha su actitud. Xander se muestra verdaderamente sumiso y eso es algo inesperado, como el propio golpe de Michael. Luego lo toma del cuello para advertirle de cuánto desconfía de él. Viendo el panorama, creo que Michael se excedió un poco pero también viene bien que Xander sepa que no se le tolerará nada. Quiero destacar que me ha encantado ver que Michael considera hermano a Ace. Son mi bromance favorito ;-;

    Luego vemos a Natasha y Agustina en la sala de espera del hospital, mientras Ace es operado. Pensé que la interacción entre estas dos iba a ser tensa y complicada, pero me alegra ver que Natasha es una mujer madura que sabe aceptar las situaciones de la vida y que Agustina no es una novia tóxica que se pone celosa por cualquier cosa. Mi bebé Ace no podría estar mejor rodeado XD. Como he dicho, me alegra mucho verlas a ambas llevarse bastante bien. Quizá incluso terminen siendo buenas amigas, aunque debe ser algo duro para Natasha. Pero es su única forma de estar cerca de Ace :(

    Wagner regresa a la base y se encuentra con que todos han ido a visitar a Ace excepto Xander y Gina, que están entrenando. Entiendo que Xander no quiera ir por todo lo que pasa con él pero que Gina no vaya me resulta extraño, algo descortés de su parte. Aunque también entiendo que son los únicos dos que no conocían a Ace de nada, por lo que entiendo que tampoco le tienen cariño :v El joven Stones rechaza las disculpas de Xander al oír que fue culpa suya el estado de Ace y también por lo que le dijo antaño. Gina le logra convencer de que espere un poco vea la transmisión de Magnus mientras para de llover. La interacción entre Gina y Wagner puede ser interesante, ya que Gina es una persona muy conciliadora (ya logró suavizar a Noak) y podría ayudar a Wagner a recuperar su autoestima. Quién sabe, pensando muy a futuro, no descarto verlos juntos.

    Finalmente, la transmisión mundial de Magnus da inicio. Y debo decir que ha sido un discurso increíble el que ha dado, especialmente la parte final. Me ha impactado saber que el propio Magnus participará activamente en esa guerra, como él ha dicho, en primera línea. Me resulta muy loco pensar que así lo hará, aunque también es admirable. Un líder siempre debe ponerse en primera línea, eso es ser líder de verdad. Espero que Zenith logre el mayor apoyo posible, porque será necesario. Arion se aproxima a la Tierra y me da que antes de que la humanidad vaya a Edagr, el miedo vendrá aquí.

    No me explayaré más amigo, será hasta la próxima.
     
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