Ciencia ficción La Gran Catástrofe V Dominio Aislado

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 5 Marzo 2021.

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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos. Este mensaje no es para publicar un capítulo, sino para dar un aviso a Resistance y a Zurel .

    Sé que había dicho que publicaría un capítulo cada dos semanas y que eso daría comienzo desde este fin de semana hasta concluir con la parte V. Bueno, resulta que la universidad tenía otros planes, y eso me ha dejado un poco corto de tiempo para publicar este fin de semana.

    Por lo tanto, las nuevas fechas de publicación son las siguientes:

    Sábado 18/12 -> Capítulo 33
    Sábado 1/1 -> Capítulo 34
    Sábado 15/1 -> Capítulo 35
    Sábado 29/1 -> Capítulo 36

    Me sienta un poco mal el solo poder publicar un único capítulo en diciembre, y que sea casi un mes después que el anterior, por lo que pido disculpas. Es solo que no tengo otra opción ahora mismo.

    Eso será todo por ahora. Saludos :)
     
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Lo prometido es deuda, ya terminé de leer los tres últimos capítulos que has publicado. Así que aquí está un solo comentario abarcando los tres capítulos. Tal y como lo prometí.


    Capítulo 30:

    Vaya, por lo visto Ace no parece demostrar la confianza necesaria para que Valmer lo considere un buen líder. Bueno, es de esperarse, cualquiera se sentiría incómodo y hasta algo molesto, al recibir órdenes de un soldado que se encuentra un peldaño más abajo del rango que estos soldados Garaks poseen. Sin embargo, es ahora cuando Ace debe demostrar cómo son las cosas y rectificar las palabras que ha dicho Thomas en su defensa.

    Por otra parte, me doy cuenta de que nada nuevo ha ocurrido respecto a Angustina. La chica no ha logrado recuperar sus poderes, pese a haberse expuesto una tercera vez. Esto quiere decir que, una vez perdida la habilidad de lanzar energía, esta no volverá sin importar que se exponga varias veces a la radiación. Pobre, me siento un poco mal por ella, pero de seguro sabrá cómo vivir con ello. Espero que en algún punto de la historia, si es que lo hay, Angustina logre recuperar sus poderes. Quizás el shock eléctrico solo haya bloqueado su habilidad, y no se la haya arrebatado. Solo queda esperar para descubrir cuál de estas dos opciones se vuelve realidad.

    Bien, por lo visto, Raumond ha llegado para enfrentar a los humanos. Espero que de esta batalla, no salgan heridos o muertos los personajes que llevamos tiempo conociendo, y que de este conflicto, salga algo bueno para el equipo del Zenith. La verdad es que deseo que la furia de Allecreod sea aplacada, antes de que vaya a matar a alguien más. Ya de por sí, lo que le hizo a Alicia no tiene perdón, pero aún tengo la esperanza de que el líder del Dominio se arrepienta de lo que ha hecho por un mal entendido que tuvo un humano aspirante a comandante.

    Capítulo 31:

    Vale, este capitulo ha empezado de lo más bien. Finalmente, después de varias temporadas, por fin, vemos otros paises y esta vez le ha tocado a Rusia, que por cierto, me alegra saber que aun poseen sus nombres. No me imagino tener que recordar nombres de todo tipo para saber que X o Y nombre corresponde a X pais XD. Es bueno que otras naciones empiecen a formar parte de este gran universo, porque hasta este momento, parecían no existir, ya que solo Zenith y Black Meteor se han ganado el protagonismo. Ya entrando en materia, me pregunto qué era ese extraño objeto en realidad, y sobretodo de dónde proviene y quién o quiénes lo han enviado hasta la tierra. Todavía más, qué es lo que quiere la raza que lo ha enviado. Sin dudas, me ha causado mucha intriga la pequeña escena. Por suerte, gracias a ese objeto, el Zenith y Black Meteor se han salvado de ser acusados de espionaje.

    En cuanto a BM, por lo visto, Xander, pese haberle prometido a Natasha que no la obligaría a hacer algo que ella no quisiera, parece que esas palabras se la llevó el viento. El hecho de hacerle pensar a Natasha que Ace puede haber muerto y que lo mejor es que se olvide de él, me parece un método muy común para hacer que la chica se interese en él. Toca esperar para ver a donde llega la "relación" que estos dos puede llegar a tener.

    Y bueno, la mala suerte de BM continúa. Joder, ¿cuántos capítulos llevan así? ¿Dos? ¿Tres? ¿Seis? No lo puedo creer, si siguen así romperán records en el libro de los records guinness. Aunque supongo que ha tenido un pequeño pelín de suerte, han logrado llegar a un planeta desértico sin enemigos, nadie ha muerto, y han encontrado un mensaje al final del túnel, literalmente. Lástima que no han logrado dar con el Zenith, muero de ganas de ver como estos reaccionaran cuando BM aparezca, y todavía más si estos últimos terminan salvándoles el cuello de morir a manos de Allecreod. Al igual que lo sucedido al principio del capitulo. La intriga se ha hecho presente con el nombre de lo que parece ser un nuevo ser de una nueva raza. Casseirem. ¿Quién será? ¿A qué tipo de misión envió a sus hombres? ¿Qué los atacó? ¿Y porqué razón justamente BM ha logrado dar con ese mensaje? Rayos, tengo la cabeza llena de preguntas y muero por saber las respuestas. Por lo visto, Zenith ahora tiene que lidiar con Allecreod, y Black Meteor con ese tal Casseirem. Espero que ese tipo aparezca antes de que termine esta parte, porque si no aparece y aparece hasta la siguiente, te juro que me pego un tiro, y hasta dos en caso de que el primero falle.

    Capítulo 32:

    Vaya, han pasado muchas cosas. Lo más impresionante, y cuando digo lo más, es lo más. Es haber visto cómo Angustina ha logrado matar a un general y en especial a Raumond. La chica está que se sale, no puede estar mejor. Aunque claro, más que la inexperiencia de Raumond al usar una daga, yo diría que la falta de preparación por parte de este fue la causa de su muerte. Gracias a eso, Angustina ha demostrado que no necesita su habilidad de lanzar energía, y además es un gran merito que nadie ha tenido, a excepción de Ace que ha matado al comandante Morris.

    Por otra parte, es sorprendente que Zion y compañía tuvieran la suerte de lograr controlar a los dos prisioneros al primer intento, dado al poco conocimiento en cuanto a la dosis necesaria para controlarlos. Y el hecho de haberlo logrado les ha permitido saber mucho sobre su enemigo y como está organizado. Me pregunto que tipo de ideas se les ocurrirá para lograr entrar al resguardo sin morir en el intento.

    Para finalizar este testamento de comentario, debo decir que ha sido una sorpresa que Ace lograra ser nombrado comandante tras lo que ha sucedido. Supongo que lo merece, dado a los errores que ha tenido Wagner, y al desarrollo que ha tenido el equipo de Ace. Espero que Wagner sobreviva a todo esto y poder verle la reacción que este tendrá cuando se entere de la noticia. Muero por ver también lo que Zion le vaya a decir, respecto a lo sucedido y a sus malas decisiones. Ciertamente, en mi opinión, Wagner no ha sido un mal soldado, el problema que ha tenido es no haberle revelado a Allecreod la existencia de Black Meteor y su rivalidad, además de la existencia de otras naciones. Yo pienso que si Waganer le hubiera dicho todo eso, Allecreod se lo habría pensado dos veces, antes de matar a uno de los suyos. Pero bueno, lo hecho, hecho está y ya no se puede cambiar, al menos que hagas un Remake XD.

    En fin, eso es todo por ahora. Me siento tranquilo por haberme puesto al día con la historia, ahora solo queda esperar el siguiente capitulo. Saludos y nos vemos la próxima oportunidad.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
    Miembro desde:
    28 Agosto 2012
    Mensajes:
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    Pluma de

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    8400
    Saludos. Quiero agradecer antes que nada a Resistance y a Zurel por haber leído los capítulos de la historia hasta ahora. Llevamos una trayectoria de 164 capítulos si incluimos las cinco partes y las dos historias secundarias. El hecho de que sigan aquí desde el 2017 me alegra mucho, y espero que continúen disfrutando de la historia que todavía le falta mucho.

    Si bien, dije que iba a publicar el capítulo el sábado 18, es posible que esté ocupado una gran parte del día. Es posible que no, pero es mejor prevenir antes que lamentar. Por eso mismo, como mañana estaré con poco tiempo y el sábado es una incógnita, mejor publico ahora. Quien sabe, quizá si espero el domingo también pase algo XD.

    Como sea, lo mejor será entonces que publique ahora. Después de todo, este capítulo lo tenía que haber publicado el día 11 pero no ha sido posible. Así que, no creo que haga daño hacerlo ahora aprovechando que ambos están al día. Sin más que decir, los dejo con la lectura.






    Quiero verte morir:

    Allecreod se encontraba en el escenario del anfiteatro del Resguardo. Korix y Cadain, sus personas de mayor confianza se encontraban al lado suyo. Los tres veían atentamente como los miembros de su especie entraban a la gran sala, dirigiéndose todos a las escaleras que daban acceso a las gradas, para poder tomar asiento. El líder del Dominio les había prometido a todos ellos un espectáculo, pero no había dado demasiados detalles sobre el mismo. Toda la gente que estaba acudiendo al lugar presenciaría un evento que sería único e irrepetible, al menos, en la idea inicial del líder.

    Mientras el tiempo pasaba, más hombres y mujeres de la especie iban llegando a los asientos y tomaban su lugar. Algunos con familias, otros en solitario; otros con comida para consumir durante el entretenimiento, creyendo que duraría varios minutos, y otros con nada más que su propia presencia. El líder sonreía mientras veía como poco a poco todos se acomodaban en sus lugares.

    — ¿Ya has decidido el orden? — Korix le preguntó a su hermano.

    — Así es, planeo que sea algo especial — Allecreod contestó, acariciando la cabeza y los cabellos de su hermano menor — Tiene que serlo para un evento único.

    — ¿Y si termina siendo entretenido? — su hermano cuestionó — ¿No hay posibilidad de que se repita?

    — Por más entretenido que sea, los esclavos sirven para darnos comida y materiales — fue la respuesta de su hermano mayor — El entretenimiento lo buscaremos nosotros, de otra manera.

    — Allecreod, ¿estás seguro de esto? — Cadain quería saber si Allecreod realmente quería llevar a cabo lo que planeaba, o si solamente se había dejado llevar por la emoción del momento — Toda esta gente va a faltar a sus trabajos. Es la primera vez en años que hacemos algo así.

    — No podemos repetir este espectáculo, es por eso por lo que quiero que todos lo vean — Allecreod fue firme en sus palabras — Además, darles un descanso a todos los nuestros, será una buena forma de tenerlos contentos. Parece que tienes dudas sobre esto, Cadain. ¿Seguro que no quieres decir algo más?

    — No, solamente quería asegurarme de que tú no tuvieras ninguna — Cadain apartó la mirada y vio como una de las mujeres, la que Allecreod había dejado al cuidado de Alicia, regresaba a ellos — Allecreod, aquí viene alguien.

    Los tres se dieron vuelta y la miraron atentamente. La mujer se aproximó a ellos y le dijo al líder de su gente que Alicia había sido atendida para que no muriera por las heridas que fuera capaz de tener. La médica también le hizo saber a su líder que Alicia estaría durante una media hora inconsciente por la brutal golpiza que se llevó, cortesía del propio Allecreod. Este, tras escuchar esas palabras, sonrió, y le indicó con un gesto a su trabajadora que se alineara junto a su gente para poder disfrutar del espectáculo que iban a mostrar en breve. Sabiendo que no había más alternativa, la mujer se dirigió a las gradas y se colocó en posición junto con los demás habitantes del planeta.

    Transcurrieron un total de veinte minutos hasta que todos ya estaban fuera de sus estaciones y puestos de trabajo y colocados ya en sus respectivos lugares. El líder, viendo que de los suyos ya no faltaba nadie, indicó a sus dos hombres de confianza que acudieran hacia las gradas, cerca de las posiciones más bajas, para poder observar mejor el lugar. Mientras Cadain y Korix iban hacia sus lugares, Allecreod habló a todos ellos.

    Al mismo tiempo que Allecreod se dispuso a hablar, las pantallas que habían sido colocadas en las habitaciones en donde se encontraban Irig, Tormek, Lankir, Plamo, Kila, Sharyn, Aurio, Wida, Wagner y Michael, se encendieron. Cada uno de ellos, desde sus respectivas habitaciones pudieron ver la imagen del escenario en donde se encontraban reunidos todos los ryfier, y en el centro de este, el propio líder de la especie. Supieron que este iba a dar alguna especie de anuncio, por lo que prestaron especial atención a las palabras que pudieran salir de su boca.

    — Buenas tardes a todos, y bienvenidos a lo que va a ser un espectáculo único — la voz de Allecreod se escuchaba a través de altavoces ocultos, los cuales se aseguraban de que cada persona en las gradas, o detrás de una pantalla pudiera oír su voz — Como bien sabrán, hemos tenido un problema con los intrusos que hemos dejado entrar a nuestro Dominio — se tomaba ligeras pausas, en las cuales se podía escuchar murmullos entre su población — Creí que podrían ser aliados, pero demostraron ser nada más que meros mentirosos. Es por eso por lo que he decidido que todos ellos servirán como esclavos para nosotros. ¡Nadie vendrá a perjudicarnos! ¡Luchamos y sacrificamos mucho para poder seguir con vida luego del cambio climático de nuestro planeta! ¡Nuestras vidas no van a terminar perdidas a manos de invasores! ¡Todo lo contrario, serán ellos quienes pierdan sus vidas bajo nuestras cadenas!

    Luego de haber gritado de esa manera, la multitud que se encontraba reunida empezó a aplaudir a su líder, como si se tratara de un héroe para todos ellos. Algunos coreaban su nombre en forma de canto para alabarlo, mientras que otros se dedicaban a gritar eufóricos. Todos los que veían a través de la pantalla lo que acontecía, se estaban asustando, dado a que creían que alguien con un complejo de superioridad como Allecreod no podría tener destinado algo bueno para ellos.

    Tras dos minutos de gritos y aplausos, el líder sonrió de oreja a oreja para continuar hablando, al mismo tiempo que se movía de su lugar para acudir a las gradas.

    — Mientras esta gente vino aquí con una máscara para la paz, sus amigos invasores han causado estragos en el planeta Triyr — Allecreod seguía creyendo firmemente en lo que sus ojos le habían mostrado — Por eso, me parece apropiado que todos ellos, luego de ser sometidos, sean enviados a trabajar en ese planeta. Y de esa manera, repararán el daño que han causado… Pero no todos ellos van a tener ese privilegio de forma gratuita. Van a tener que ganárselo, y mientras ellos lo hacen, podrán aportar a la educación y al entretenimiento en una forma en la que ellos seguramente no lo esperan.

    Allecreod se calló la boca para continuar su caminata hacia los asientos, donde se posó junto a Korix y Cadain. En el lugar que él tomó, a unos pocos centímetros del suelo, había una lanza de pelea, la cual fue tomada por Allecreod. Este retomó sus palabras tras haber tomado su arma.

    — Y ahora… Es cuando da comienzo la diversión — Allecreod susurró, dándole el pie a que todos los presentes empezaran a gritar de la emoción.

    […]

    — Creo que tendremos que pelear para entretenerlo — Lankir, desde su habitación que compartía con Plamo, se dio cuenta de lo que estaba por ocurrir — Este maldito enfermo lo ha dejado muy en claro.

    — ¿Pelear contra quién? — Plamo tenía sus dudas respecto a eso — Toda su gente debe estar allí. Además, ¿el enviaría a morir a sus soldados a una pelea contra nosotros? Seguro debe pensar que somos una amenaza.

    — Si ese es el caso, entonces imagino que la pelea no será para nada justa — Lankir compartió sus pensamientos — Quizá tan pronto como…

    Las palabras del xaromitante se cortaron en el momento en el que la puerta de la habitación donde él y Plamo estaban encerrados se abrió. Dos soldados, armados cada uno con una lanza de combate, las cuales se veían más largas y potentes que las anteriores ante los ojos de los prisioneros, irrumpieron en la habitación. Asustados de que estos fueran a lastimarlos antes de ser llevados al escenario, el cuál creían que sería su destino, Lankir y Plamo retrocedieron lo más que pudieron hacia el muro de la habitación. Al no poder retroceder más lejos, una expresión de miedo se formó en sus rostros, sabiendo que cualquier movimiento pequeño podría ser el final para ellos.

    — Plamo, ven ahora con nosotros — uno de los soldados le habló al garak — Te damos diez segundos para salir de la habitación por tu cuenta. Caso contrario, te sacaremos a la fuerza.

    El alien, sabiendo que no se veía nada bien lo que iba a pasar, y que su compañero tenía razón, tragó saliva mientras empezaba a caminar hacia el exterior, sin perder de vista a ninguno de los dos soldados ryfier que estaban con ellos.

    — Buena suerte, Plamo — Lankir deseó lo mejor a su amigo, sin saber a qué se tendría que enfrentar.

    — La suerte no me salvará — Plamo dijo con cierto pesimismo — Mi vida ya no está en mis manos. Pero te agradezco el deseo, amigo.

    Luego de que Plamo abandonó la habitación, los dos soldados se fueron tras él, cerrando la puerta de esta y dejando al xaromitante a solas. Este se acercó a la puerta para comprobar si había sido cerrada con llave o no, y tan pronto como intentó apoyar su mano en la manecilla, una luz roja se encendió. No llegó a hacer contacto con la misma, y supuso que eso sería lo mejor. Sin nada más que poder hacer, el hijo del líder de su especie se puso a ver la pantalla en su habitación, esperando ver a Plamo apareciendo ante las cámaras que estaban transmitiendo lo sucedido allí.

    […]

    — Allecreod está loco — Tormek se agachó, y cubrió sus ojos mientras empezaba a llorar de la desesperación — Él va a echarnos a la muerte en esa maldita arena.

    — Debimos haber dejado que esos animales salvajes nos devoraran — Irig se dio cuenta de la oportunidad que dejaron pasar — Haber muerto de esa forma sería mucho mejor que tener que morir para divertir a este demente.

    — Es obvio que él no quiere que marchemos a casa con los nuestros — Tormek pensó tristemente en las palabras dichas por su pareja — Pensar que nuestras vidas iban a estar cubiertas de felicidad bajo el sol de un nuevo mundo… y ahora, vamos a morir en el interior de un mundo frío.

    Tan pronto como la pareja de quien fuera una vez líder de los suyos terminó sus lamentos, dos soldados armados con lanzas entraron en la sala. Al verlos, la pareja de triyr, creyó que se les acercaba el final para sus vidas. Sin embargo, estos soldados no parecían haber entrado a hacerles daño, pese a que sus expresiones no reflejaban nada bueno.

    — Irig, ven con nosotros — dijo uno de los suyos, con una voz femenina, pese a que sus rasgos eran los de un hombre — Y despídete de Tormek. Puede que no vuelvas a verlo. Tienes veinte segundos.

    Irig agachó la mirada muy apenada por las cosas que había escuchado. Lo que ella asumió era su inminente final, y supo que Allecreod no le tendría ningún tipo de paciencia. Fue por eso por lo que aprovechó los veinte segundos que la soldado le había regalado. La mujer triyr se acercó a su amado y le dio un beso de despedida en la frente.

    — Si no te vuelvo a ver, quiero que sepas que te amo, y siempre te amaré — dijo con gran pesar la líder de un pueblo aprisionado — Lo siento mucho. En verdad.

    — Yo… — Tormek se quedó sin palabras con las que pudiera responder — También te amo, Irig.

    Tras su despedida, quien era la líder de los suyos caminó a través de la puerta siendo llevada por los soldados que Allecreod había enviado para buscarla. Una vez cruzaron la puerta, esta se cerró, dejando a Tormek completamente solo. Igual que Lankir en otra habitación diferente, este no tuvo más opción que mirar su pantalla.

    […]

    La gente en el área recreativa se encontraba murmurando, mientras esperaban que el espectáculo diera inicio. Su paciencia era breve, pero no debieron esperar mucho tiempo, puesto a que cuatro soldados de su gente no tardaron en aparecer, trayendo con ellos a Plamo y a Irig. El garak y la triyr se vieron a los ojos cuando estuvieron cerca el uno del otro y finalmente comprendieron qué era lo que Allecreod les tenía destinado. Los soldados los llevaron hasta el centro del escenario, para luego retirarse del lugar. Fue ahí donde los dos seres de especies distintas volvieron a mirarse fijamente.

    — ¡Han llegado por fin! — Allecreod gritó para ganarse la atención de su gente, al tiempo que se ponía de pie — ¡Los primeros en venir a la pelea! ¡Sé que no todos la conocieron en persona, pero a mi izquierda se encuentra Irig! ¡Irig era la líder de los triyr, los habitantes de uno de los planetas de nuestro Dominio! ¡Pese a que nosotros les entregamos armas con las cuales podrían haberse defendido, ella no ha sido capaz de mantener a salvo a su gente de la invasión de los humanos! ¡Permitió que ellos robaran y destruyeran varias cosas que nosotros les otorgamos, e incluso dejó que destruyeran el muro! ¡Esto no hace más que probar la incompetencia de Irig como líder ante las amenazas externas! ¡Es por esa razón por la que ella ha perdido su cargo! ¡Ya no volverá a dirigir a los suyos! ¡Pero eso no quiere decir que tenga que ser asesinada! ¡En mi generosidad, le he concedido la oportunidad de ganarse el pasaje de vuelta a su planeta… si logra vencer a su oponente!

    Los ryfier clamaban ansiosos de ver una pelea entre la líder de los triyr y el otro contendiente que se había presentado a la batalla. Allecreod supo que tenía que darle una presentación apropiada.

    — ¡Les presento a Plamo! — Allecreod apuntaba al garak con su lanza — ¡Un habitante del planeta Garak, y cuya raza lleva el mismo nombre que su planeta! ¡Él será el encargado de representar a su especie en este combate, y eso nos servirá para saber si realmente sus dones están en la pelea, o en otro lugar! ¡Decidiré las tareas que les asignaré a los miembros de su especie, en base a los resultados de esta pelea! ¡Irig y Plamo se enfrentarán en el primer duelo… uno que solamente acabará cuando uno de los dos esté muerto en el suelo! ¡Sin pausas, sin tiempos muertos, sin ayudas… solo golpes hasta que uno de los dos haya caído! ¡Uno deja esta arena con vida, el otro se quedará muerto aquí! ¡Si se rehúsan a pelear, acabaré con ambos yo mismo! ¡Tan pronto como les de la señal, empiecen a pelear!

    […]

    — Wagner, nos has condenado a todos — Michael expresaba su odio hacia su compañero viendo una pantalla desde una habitación diferente a la de su compañero — Deseo que a quien te vayas a enfrentar acabe con tu vida.

    […]

    — Al final, los libros que he leído en donde se retrataba a un conquistador de mundos no exageraban — Wagner recordó la impresión inicial que le dio Allecreod al verlo y al hablar con él — Es un ser sádico y cruel.

    El comandante provisional de Zenith cerró los ojos mientras apretaba los puños en señal de frustración por la decisión tan trágica que tomó al haber decidido establecer contacto con él. Supo que para él y sus compañeros no habría ninguna esperanza si Ace, Agustina, Gwyn y Thomas no regresaban a tiempo con los refuerzos, y ese regreso no parecía estar próximo a darse.

    — Nuestro tiempo es finito, y nuestras vidas dependen de ustedes — Wagner pensó con tristeza — Solo ruego para que no lleguen cuando sea tarde… y para que sean capaces de sobreponerse a las fuerzas de Allecreod.

    El soldado no pudo evitar pensar en lo peor cuando recordó que el general Raumod en persona fue enviado a interceptar a sus compañeros. Estos estaban en una situación muy complicada, dado a que deberían derrotar al enemigo y luego de esto, hallar la manera para localizar el planeta Ryfier. Y como si fuera poco, debían hacerlo antes de que alguien más fuera lanzado a la pelea.

    […]

    — Plamo tiene que ganar — Kila estaba muy asustada por ver en la imagen a su compañero en el campo de batalla, luego de todo lo que había dicho Allecreod.

    Sharyn, Aurio y Wida compartían la preocupación de su compañera por el destino que Plamo enfrentaría. Los cuatro, principalmente la guerrera de su misma especie, se horrorizaron por el discurso que había dicho Allecreod al lanzar al garak a una pelea de vida o muerte en contra de alguien de otra especie, a quien ni siquiera conocían, solo por el hecho de que otros humanos hubieran atacado su planeta.

    — No sabría qué decirte, Kila, lo siento — Sharyn pensó en una forma para consolar a su compañera, pero no encontró ninguna.

    — Plamo es el primero, pero Michael, Wagner, Alicia y Lankir van a sufrir lo mismo que él — Wida dijo, sabiendo que la situación era bastante complicada — Este maldito bastardo va a hacerlos pelear hasta la muerte.

    — ¿Y qué pasará si logran sobrevivir? — Aurio recordó un detalle de su charla — Él dijo que quería esclavizarnos a la mitad, y matar al resto. Según lo que nos dijeron, nosotros cuatro estamos a salvo. Solo uno de ellos podría sobrevivir realmente si él es fiel a su palabra.

    — Dependemos totalmente de Ace y los demás — Sharyn supo que ellos no podrían hacer mucho frente a una amenaza así — Es como lo dijo Aurio, incluso si ellos sobreviven, Allecreod no los dejará vivir. Lo único que puede salvarlos es un rescate.

    — Eso es dejarle muchas cosas a la fe — Kila se veía muy preocupada por la situación — Ellos no saben la ubicación de este planeta. Incluso si la supieran, no hay forma de saber cuando llegarán.

    — Esperemos lo mejor para nuestros compañeros — Wida se vio muy nerviosa — Para todos. Pero ahora mismo, para Plamo.

    — Parece que ya van a empezar a pelear — Sharyn puso sus ojos en la pantalla.

    — Plamo, por favor, aún tenemos una posibilidad pequeña de sobrevivir — Kila rogaba para que su compañero estuviera vivo al momento del rescate — Resiste el mayor tiempo que puedas. Por favor.

    Los cuatro presentes en la sala, pese a que estaban totalmente a salvo de la muerte para servir como entretenimiento, no podían tranquilizarse. No sabiendo que sus compañeros podrían ser asesinados en cualquier momento. O en el caso de Plamo, en cualquier segundo posterior.

    […]

    Plamo retrocedió lo más que pudo para alejarse de Irig, quien imitó sus acciones. Ninguno de los dos portaba ni arma ni armadura, por lo que los puños desnudos serían todo lo que tendrían para pelear entre sí. No se conocían, y ciertamente, no deseaban enfrentarse, pero la única opción para seguir respirando era esa. Plamo la miró con desprecio, sabiendo que fue a causa de ellos y la revelación que hicieron, correcta o no, lo que provocó que él fuera elegido para pelear en ese lugar.

    Allecreod se sentó y levantó su lanza lo más que pudo desde su lugar. Con un botón presionado, la punta del arma se abrió, y un disparo salió en dirección al techo. Al golpear con este, se escuchó un sonido de duración corta similar al golpe que se le hace a un gong. Los dos seres lo interpretaron como la señal para iniciar la pelea.

    — ¡Ahora! — Allecreod gritó con furia a sus esclavos — ¡Maten a su enemigo, y gánense su lugar en el planeta Triyr!

    Tan pronto como el grito se oyó, el garak empezó una carga violenta contra su rival. Esta no tenía conocimiento alguno de su especie, incluso de los humanos conocía muy poco, por lo que creyó que lo mejor sería simplemente esperar a que este atacara, y luego de conocer un patrón de movimientos, iniciar con su respuesta.

    El garak flexionó su cuerpo al estar cerca de su rival, para luego lanzar un puñetazo. Irig se agachó y movió las piernas en diagonal para poder esquivar el golpe, pero tan pronto como esta logró esquivarlo, el garak ya se encontraba lanzando otro. Este golpe le dio de lleno en el cráneo a la líder de su especie, en ese momento sin su título, el cual fue tan fuerte que la tumbó al suelo. Plamo supo que, si quería tener chances de que alguien lo rescatara, tenía que hacer tiempo en la pelea, el mayor posible, pero arriesgarse a ser superado por la enemiga era muy peligroso, por lo que su elección fue debilitarla rápido y luego retrasar su muerte lo más que pudiera.

    Para asegurar el éxito de su plan, el garak dio un salto para colocarse sobre su adversaria, quien pudo verlo venir, y con un ágil movimiento de su brazo, logró golpearlo en la mandíbula cuando el enemigo estuvo cerca. Plamo no cayó al suelo, pero sí se tambaleó un poco, lo que le dio tiempo a Irig de levantarse del suelo. Tan pronto como estuvo de pie, lanzó un pisotón al tobillo del garak, quien cayó sobre su rodilla tras perder el equilibrio de aquel golpe. Lo siguiente que Plamo recibió fue un puñetazo en la cabeza por parte de la rival que tenía en frente. Irig se sorprendió al ver que su golpe, pese a haberlo hecho con todas sus fuerzas, y sumando el hecho de que el enemigo estaba en el suelo, no fue capaz de derribarlo. Al recibir el impacto, Plamo solamente retrocedió un poco de donde se encontraba. Se dio cuenta entonces que su rival no poseía fuerza física suficiente para hacerle frente, por lo que supo que solamente debía cuidar que no lo derribaran o retuvieran. Desde su posición, y aún arrodillado, el garak lanzó un puñetazo con la mano derecha a la cabeza de Irig, quien retrocedió tres pasos de donde se encontraba.

    Plamo se incorporó con rapidez y cargó hacia ella, para luego encajarle un rodillazo que hizo que Irig se inclinara. El garak juntó sus manos y le dio un golpe con ambas en el cráneo, el cual fue capaz de tumbar a su enemiga. Irig supo que no sería rival para Plamo de esa manera, por lo que dio un pequeño salto desde el suelo, apuntando a los pies del garak. El golpe, más por la zona en donde fue dado que por la fuerza del ataque mismo, logró hacer tropezar a Plamo y lo hizo caer al suelo. Irig rodó, aprovechando que se encontraba con un pequeño margen de tiempo, y se alejó del lugar. Acto seguido se puso de pie y miró a su enemigo hacer lo mismo. El tiempo que había estado encerrada por miedo a las criaturas que se infiltraron en la ciudad tras la destrucción de sus muros, le hizo perder fuerza y confianza, por lo que no podía hacer nada más que derribar a su enemigo.

    Plamo vio el miedo en la cara de su rival, y supo que, de seguir así, un par de golpes más la dejarían lo suficientemente aterrada como para seguir peleando, y entonces la pelea estaría ganada. Irig pudo ver que su rival sentía odio profundo hacia ella, algo razonable dado a que fueron sus palabras quienes condenaron al sujeto a esto. Los gritos de la gente, quienes se emocionaban por ver una pelea de esclavos en su Coliseo, bautizado con ese nombre por Sharyn, no hacían nada más que poder nerviosa a Irig. Esta veía como Plamo se acercaba lentamente haciendo amagues de ataque, a los cuales esta solamente podía responder retrocediendo. Su desesperación aumentaba cada vez más, y supo que en poco tiempo estaría muerta, pero entonces, al verlo bien, se dio cuenta de algo a lo que no le dio mucha atención. El garak contaba con un parche en uno de sus ojos, y solo tenía otro descubierto. Irig, al ver eso, supo que su única forma para ganar una pelea contra alguien más fuerte, era simplemente dejarlo ciego y luego golpearlo hasta la muerte.

    Plamo, cansado de hacer amagues para asustar a su contrincante, cargó contra ella. Irig supo que había sido acorralada, dado a que se dio cuenta de que, fuera a donde fuera, no podría esquivar el ataque, y no creyó tener el tiempo suficiente para poder atacar a sus pies. Fue por eso por lo que inclinó su cuerpo, preparada para recibir el impacto del placaje del enemigo. Plamo llegó hasta ella y con todas las fuerzas que tenía, la derribó al suelo. Irig movió sus brazos para que estos no quedaran atrapados en tierra firme luego de ser derribada por Plamo, y tan pronto como el garak estuvo encima de ella, Irig estiró los mismos para atacar. Con su mano izquierda, tomó el cuello de Plamo, haciendo un poco de presión sobre el mismo, mientras que, con su mano derecha, clavó uno de sus dedos en el interior del ojo de Plamo. Este, quien no estaba esperando un ataque así, no pudo contraatacar, y empezó a gritar de dolor mientras sentía como el dedo de su enemiga presionaba su globo ocular.

    Plamo, tan pronto como sintió el dolor, movió sus manos para colocarlas sobre las manos de su enemiga, para luego hacer presión sobre las mismas y así intentar que Irig lo soltara. Esta forcejeó por un segundo, y dándose cuenta de que Plamo tenía más fuerza y que pronto sería libre, decidió intentar algo más. Antes de que Plamo pudiera soltarse de su agarre, Irig levantó su cuerpo para acercarse a su rostro. Quitó su mano de la cara de Plamo, para inmediatamente después, retenerlo de los brazos al mismo tiempo que empezó a morder la cara del garak, logrando clavar sus dientes en el ojo de su contrincante. La presión que ejercía con los dientes era mucho mayor que la que hacía con el dedo, por lo que los gritos de dolor de Plamo se intensificaron. Este colocó sus manos sobre el pecho de la triyr, listo para empujarla y quitársela de encima, sin pensar que eso era lo que Irig quería. Con toda la fuerza que pudo, la ex líder de los suyos mordió con sus dientes el ojo de Plamo, y cuando este se la quitó de encima, Irig se llevó su ojo con ella.

    El globo ocular de Plamo fue arrancado de su cara, mientras un manantial de sangre empezaba a brotar de la herida. El garak empezó a gritar con una fuerza mucho más intensa, dado a que, por haber perdido su primer ojo en la pelea contra Qaior en el planeta Emiv, ya no podía ver nada. Irig lo acababa de dejar completamente ciego. El dolor y el miedo se apoderaron del garak, quien obviamente no pudo ver como un rodillazo de Irig se aproximaba a él. El golpe del ataque logró derribarlo, por primera vez en la pelea, dejándolo tumbado en el piso, mientras que su rival, se quedó mirando satisfecha su victoria. Escupió hacia un costado la sangre y los restos del ojo que le había arrancado, y luego se metió en la mano en la boca para quitarse de los dientes los restos de este.

    Plamo gritó con dolor desde el suelo del escenario, hasta que un disparo impactó en su cráneo, logrando atravesar el hueso y la piel del guerrero, llegando hasta su cerebro, destruyéndolo en un instante, y acabando finalmente con su vida y su dolor. Irig miró con horror en la dirección de la que provino el disparo, dado a que fue muy imprevisto. Entonces, pudo ver como Allecreod tenía el brazo y su lanza apuntando hacia el garak. El amo del dominio había acabado con la pelea por su cuenta, cosa que le parecía muy extraña tanto a la mujer como a los demás presentes.

    — Le has arrancado los ojos, Irig — Allecreod se justificaba — Si Plamo termina ganando la pelea, será ciego por el resto de su vida. Un esclavo ciego no me sirve para nada. Por lo tanto… ¡Irig es oficialmente la ganadora del primer encuentro!

    Irig sonreía al haber ganado la pelea, sabiendo que eso le permitiría regresar a su planeta con vida, aunque sea para seguir siendo la esclava de Allecreod, apreciaba el poder seguir viviendo. La gente gritó con euforia ante la buena pelea que habían tenido el garak y la triyr.

    — ¡Ahora estás un paso más cerca de ganarte un lugar en tu planeta! — Allecreod dijo en una forma que para ella fue muy misteriosa.

    — ¡¿Cómo que un paso más cerca?! — Irig no reaccionó muy feliz al escuchar esas palabras — ¡Yo gané mi pelea!

    — Así es, Irig, ganaste tu pelea — Allecreod hablaba con un cierto aire de arrogancia — Tu primera pelea.

    — ¿Cómo que la primera? — Irig cayó de rodillas luego de lo que Allecreod le había dicho — ¿Cuántas más habrá?

    — Eso ni siquiera yo lo sé, pero pronto lo veremos — Allecreod decía con una sonrisa — Ahora ve a descansar. Lo vas a necesitar.

    Dos soldados se acercaron armados hacia Irig. La mujer vio como estos se acercaban a ella con una expresión bastante seria, y eso la atemorizó. Viendo que resistirse era inútil, y que el miedo le iba a jugar en contra si intentaba defenderse, la guerrera simplemente se entregó mientras ambos se la llevaban.

    Cadain y Korix los veían retirarse mientras que nadie se acercaba para retirar el cadáver de Plamo de la arena.

    — ¿Lo vas a dejar ahí? — Cadain lo supuso, pero quiso estar seguro de que ese era el deseo de su líder.

    — Claro que lo dejaré ahí — Allecreod estaba decidido — Que los cadáveres pesen en la mente de ellos al momento de pelear. Que sepan bien que no los traje para que jueguen. Esto es serio, y mientras más avancen las peleas, más serio se pondrá.

    El cuerpo de Plamo se encontraba tirado en el medio de la arena de combate, en donde acabó de tener su última pelea. Su pelea que tuvo meses atrás en contra de Qaior en el planeta Emiv lo dejó con heridas que provocaron su caída, lo que quiso decir que el haberse vengado de su enemigo por la muerte de Domir tuvo una gran influencia en su destino, incluso meses después de haber acontecido.

    […]

    Kila se desmoronó en llanto, mientras que Wida y Sharyn la consolaban conforme podían. La soldado garak cayó de rodillas al suelo y cubrió sus ojos con sus manos para poder contener las lágrimas que salían de allí. Acababa de ver como un gran compañero y amigo había sido asesinado por un desquiciado mental como Allecreod. No hubo nada que pudo haberse hecho para evitarlo, dado a que sus compañeros no lograron llegar a tiempo.

    — Plamo… — Kila no sabía cómo recuperarse de eso — Lo conocí desde que era niña. Él siempre fue un gran amigo de mi hermano… Y ahora, él ha muerto.

    — Lo lamento mucho, Kila — Sharyn, sin saber qué hacer ante esa situación, decidió darle un abrazo — Sé lo que se siente perder a un buen amigo… Créeme, lo sé. En el pasado, a mí también me quitaron a personas importantes. Y es un dolor que cuesta mucho asimilar.

    — No es justo… no es justo… — Kila expresaba su tristeza — Nosotros no hicimos nada… Nadie atacó el planeta de esa raza. Ellos simplemente lo inventaron todo. Nadie de aquí tuvo la culpa de todo eso.

    — Pero Allecreod no lo quiere entender… — Aurio se enojó bastante con la muerte de su compañero — Es un maldito bastardo de mierda. Y como si fuera poco, va a tirar a todos nuestros amigos ahí. Les va a hacer lo mismo.

    — No me importa cómo ni cuándo, pero tenemos que vengar a Plamo — pese a su deseo, la garak solamente podía expresar tristeza y no enfado — Irig, si es que así se llama, tiene que morir. Y luego Allecreod. Los dos son responsables por la muerte de Plamo.

    — Quisiera poder prometerte que lo vamos a vengar, pero no podemos hacer nada ahora mismo — Wida supo que tenía que apoyar conforme podía a su compañera — Sé que esto no es lo que quieres oír, pero es nuestra triste realidad. Somos prisioneros a punto de convertirnos en esclavos.

    — ¡No me importa! — Kila empezó a manifestar enfado — ¡No puede ser que no pueda cobrar venganza por todos mis amigos que son asesinados! ¡Orz mató a mi hermano y no puedo vengarlo porque se encuentra en el cuerpo de Michael! ¡No me interesa que Allecreod nos tenga como prisioneros! ¡A él sí lo puedo matar, y está más que claro que lo voy a hacer! ¡No importa cuanto tiempo me lleve, lo voy a eliminar!

    Aurio y Wida eran conscientes del dolor y el sentimiento por el que Kila estaba pasando. Wida perdió a su hermano, y Aurio perdió a su amigo. En el momento en el que escucharon que Gan había sido asesinado, lo que más querían era vengarse, pero la situación en esta ocasión era muy distante a la que afrontaron en el planeta Emiv hacía ya varios meses. La pareja de xaromitantes, viendo que no podían hacer nada más, se limitaron únicamente a consolar a Kila, quien no podía encontrar ese consuelo. Solamente el llanto por haber perdido a su amigo.

    Sharyn, viendo que ellos dos la estaban abrazando, decidió cambiar su vista a la pantalla, para ver quién sería el siguiente en ser arrastrado a pelear para tener que encontrarse con la muerte. La respuesta no tardó en llegar.

    — No puede ser, este maldito ya va a iniciar la segunda pelea — la chica se mostró preocupada, y alertó a los dos xaromitantes — ¡Lankir fue llevado al campo de batalla junto con otro de esos triyr!

    — ¡¿Lankir va a pelear?! — Wida se preocupó bastante por su compañero, quien en el pasado fuera su novio.

    Sin levantarse del suelo, dado a que Kila no parecía dar indicios de que fuera a moverse, Aurio y Wida miraron la pantalla y pudieron ver que Lankir y Tormek, cuyo nombre ignoraban, fueron llevados al campo de batalla por dos soldados cada uno. La siguiente pelea iba a ser entre un xaromitante y un triyr.

    — Lankir no es un guerrero, él no sobrevivirá a esto — Aurio no quería desprestigiar a su compañero, pero el panorama para él se veía muy oscuro.

    — Allecreod lo sabía, por eso fue por lo que lo eligió — Wida no podía hacer otra cosa más que preocuparse, puesto a que sabía que Lankir corría un gran riesgo en esa arena.

    — Pero Irig no le ganó a Plamo, ella solamente le arrancó el ojo y Allecreod lo mató — Sharyn dijo, sin medir la dureza de sus palabras, que solamente incrementaron el dolor de Kila — Tal vez Lankir pueda hacer algo así para ganar la pelea. Ellos no parecen ser muy fuertes.

    — Esperemos que tengas razón — Aurio deseaba lo mejor para su amigo — No quiero que muera. No después de haber hecho las paces con él en la nave.

    […]

    Lankir miró fijamente a Tormek, quien imitó el gesto del xaromitante. Ambos presenciaron la pelea entre Plamo y la líder de los triyr. La pelea había sido muy breve, pero eso no evitó que fuera algo difícil de ver para ambos. Lankir miró hacia la izquierda de donde estaba parado, y pudo ver el cuerpo inmóvil de Plamo. Su amigo y compañero había sido asesinado hacía menos de diez minutos, y Lankir supo que podría ser el siguiente en tener ese destino.

    Ambos supieron que Allecreod tenía que dar una señal para empezar la pelea, por lo que, con todo el terror del mundo, la esperaron pacientemente.

    — ¡Tormek, el amigo íntimo de Irig! — Allecreod empezó a presentar a los contrincantes — ¡Su pareja, quien también ejercía como segundo al mando! ¡No me da la impresión de ser alguien sabio, al menos, no lo suficiente para aconsejar a Irig en el enfrentamiento contra los humanos! ¡Pero eso no quiere decir que tenga que morir! ¡Se le dará la misma oportunidad que se le ha dado a su novia! — Allecreod hizo silencio para dar lugar a los rugidos de la gente, quienes querían una segunda pelea — ¡Y su rival será un xaromitante, Lankir! ¡Él no tiene la naturaleza de un guerrero, a diferencia de sus otros dos compañeros aquí! ¡Fue por esa razón que fue elegido! ¡Quiero ver como se desenvuelve en combate alguien cuya naturaleza no lo favorece en nada! ¡Me ayudará a decidir que haré con el resto de xaromitantes que voy a esclavizar!

    La forma en la que Allecreod se expresaba de su raza le causaba nauseas a Lankir. Este tenía una gran furia acumulada en contra del amo del dominio, y no había nada más frustrante para él que el hecho de saber que no podría hacer nada al respecto. No solo eso, sino que también se jugaba la vida en esa pelea. Tormek, por su parte, supo que tenía que ganar la pelea si quería volver a ver a su pareja, y eso se lo hizo saber a su enemigo.

    — Los humanos fueron quienes nos atacaron — Tormek habló con Lankir — Mi problema es con ellos, no con los tuyos. Estamos aquí por su culpa, pero quiero dejar esto en claro. Aunque no te odie, te mataré igualmente. Necesito volver a ver a Irig. No la voy a dejar sola en manos de Allecreod. Así que, te pido perdón por tener que acabar con tu vida aquí.

    — Cierra la maldita boca, todo esto no es culpa de los humanos — Lankir no se vio muy halagado por la disculpa del triyr — Ustedes fueron quienes ocasionaron todo esto.

    — Si fue así, ¿cómo fue que sabíamos el nombre de los humanos antes de verlos a ustedes? — Tormek cuestionó al xaromitante en su afirmación.

    — No fuiste atacado por ninguno de los que viajaban conmigo, eso es seguro — Lankir confiaba en que no se equivocaba con eso — Incluso si ellos hubieran sido, estoy seguro de que te lo merecías.

    — ¿Sabes una cosa? — preguntó en un tono desafiante — Olvida que te pedí disculpas. Me retracto de eso. Si esa es tu opinión, eso quiere decir que eres tan basura como los humanos que nos atacaron. Voy a gozar viendo como los tuyos son esclavizados por Allecreod. De la misma manera en que voy a disfrutar matarte.

    — Que me hables así demuestra que tú y Allecreod no son tan diferentes — Lankir lo miró con desprecio — La única diferencia es que uno de ustedes dos tiene una cadena, y el otro tiene el comando.

    Allecreod veía a los dos enemigos que había elegido para protagonizar la segunda pelea hablarse con fiereza, pese a que apenas podía escuchar las palabras que salían de sus bocas debido a los gritos de la gente que aguardaba pacientemente por una nueva pelea. Viendo que podría aprovechar eso para hacer las cosas más interesantes, este levantó su brazo y disparó con su lanza hacia el techo. El ruido que señalizaba el inicio del combate a muerte fue escuchado, y todos en el lugar gritaron ansiosos por la batalla que daría inicio.

    Tan pronto como el ruido se hizo presente, Lankir y Tormek cargaron el uno contra el otro hacia la pelea. De no haber sido por el hecho de que Allecreod mencionó que la naturaleza de Lankir no era la de un guerrero, el triyr habría esperado a que este lo atacara para responder a los ataques, de la misma manera en la que lo hizo su pareja. Sin embargo, las palabras de su amo lo motivaron a lanzarse al ataque también.

    Lankir, quien había estado entrenando en el transcurso del viaje para aumentar sus prestaciones al equipo en lo que refería a combates cuerpo a cuerpo, atacó con un puñetazo rápido al enemigo, que era más lento que él. El golpe le dio en la cabeza a Tormek, quien logró resistirlo y luego respondió con otro puñetazo en la cabeza. El golpe que Lankir recibió fue tan fuerte que hizo que este retrocediera unos cuatro pasos, por lo que el xaromitante supo reconocer que se enfrentaba a un rival que lo superaba en fuerza.

    — No me puede volver a pasar lo mismo que en Emiv — pensaba tras recordar su pelea en contra del fallecido Dustin — Esta vez nadie vendrá a salvarme.

    Tormek cargó rápido en su contra. Pese a ser fuerte, el rival que tenía al frente no era muy inteligente ante los ojos de Lankir. Este solamente debió levantar un poco las rodillas para darle un golpe en el mentón, el cual sí logró aturdir un poco al rival, haciéndolo tambalearse unos segundos. Lankir aprovechó eso y se lanzó a darle una tacleada a su enemigo, logrando tirarlo al suelo. El xaromitante supo que debía atacar a su cabeza, por lo que sujetó el cuello de su rival con una mano mientras que con la otra empezó a lanzarle golpes de puño en la cabeza. Tormek recibió tres golpes del xaromitante, hasta que logró acomodar su cuerpo para poder responder con un puñetazo de su autoría. El golpe dio en la cabeza, y eso logró derribar a Lankir al suelo. Este cayó algo adolorido para quedarse quieto unos segudos.

    El triyr, viendo que el rival que tenía delante era bastante débil en comparación al que le tocó a Irig, sonrió confiado de que iba a ganar. Este se puso de pie y dejó caer un rodillazo al estómago de Lankir, quien dejó salir un quejido de dolor. Inmediatamente después, el triyr empezó a darle golpes de puño en la cabeza al xaromitante, quien supo que debía responder. Viendo que, de seguir así, terminaría perdiendo la vida, Lankir movió su mano para interceptar los ataques de su enemigo, siendo capaz de interceptar el puño. Habiéndolo capturado, Lankir le arrojó un golpe conforme pudo al estar retenido en el suelo. El puñetazo que le encajó en la cabeza fue lo suficientemente fuerte para poder quitárselo de encima, y le bastó con un codazo con el mismo brazo para poder tirar al suelo a Tormek.

    El xaromitante cuya naturaleza no lo favorecía en las peleas quiso darle un pisotón a su rival, pero al ver que este flexionó las piernas para atacarlo, decidió retroceder. Fue una acción oportuna, dado a que Tormek movió las piernas intentando conectar patadas a su enemigo. Al alejarse, Lankir fue capaz de esquivar el ataque de su rival, quien luego se puso de pie.

    El xaromitante quiso no arriesgarse a cargar otra vez en su contra, y quiso esperarlo en su lugar. Tormek supo que lo podía manejar, por lo que fue el siguiente en lanzar un ataque en su contra. El triyr corrió con rapidez hacia su enemigo, quien estaba listo para los ataques. Sus dos primeros puñetazos fueron esquivados por el xaromitante, quien se valió por la flexibilidad de su cuerpo y la velocidad de sus movimientos, la cual lo hacía superior a su enemigo, para moverse a salvo. Tormek dio un paso hacia atrás y luego levantó su pierna intentando una patada en el rostro. Lankir lo vio venir y quiso tomar ventaja de eso. El xaromitante juntó los dos brazos para poder interceptar la pierna del rival, lográndolo con éxito. Habiéndolo retenido, Lankir tomó su pierna firmemente para que no se le escapara, y de esa forma le dio un rodillazo a la pierna de Tormek. Su rival, algo adolorido por el golpe, dejó salir un grito de dolor que era bastante leve. Lankir pensó que el daño causado fue muy poco, por lo que se disponía a hacer el mismo movimiento, dado a que seguía reteniendo la pierna del rival. Sin embargo, Tormek logró acercarse a él, incluso a pesar de estar retenido, y le pegó un gran cabezazo a su rival. El choque de los cráneos causó dolor a ambos, pero dado a que el ataque fue de Tormek, quien más sufrió el golpe fue Lankir.

    Por el golpe, soltó la pierna del enemigo, quien retrocedió un par de pasos, se impulsó con ambas piernas y luego arremetió a su rival con una patada. La planta de su pie dio en el pecho al xaromitante, quien cayó al suelo con violencia, golpeándose la cabeza y la espalda, dejando salir un quejido de dolor considerable. Tormek dio de vuelta pasos hacia atrás y luego corrió hacia él, para darle un pisotón en el estómago. Nuevamente, Lankir emitió un quejido mientras el daño llegó a darle bastante fuerte en las carnes, pese a tener un traje de protección puesto.

    — No eres demasiado útil para las peleas, Lankir — Tormek se burlaba de él — Pero supongo que era de esperarse de alguien como tú.

    El xaromitante entró en desesperación mientras con su mano izquierda se tomó el pecho y con la derecha el abdomen. Ambas partes de su cuerpo en las que había recibido el daño le dolían bastante, y supo que, de seguir así, sería su final en breve. Pronto, no tardó en recordar la forma en la que Irig, quien era más débil que Plamo, había logrado superponerse a este y sobrevivir al encuentro.

    Lankir se sentó y tras un esfuerzo considerable, se puso de pie. Tormek estaba tan seguro de que iba a ganar que se lo permitió. O simplemente, estaba la posibilidad de que quisiera volverlo a derribar. Sea como fuera, el xaromitante supo que, si no lograba su cometido, la pelea terminaría con él muerto. Tormek sonrió como alguien que estaba seguro de su triunfo, y eso lo llevó a cargar contra su rival.

    Cuando el enemigo estuvo a una distancia cercana, Lankir giró su cuerpo hacia el costado y atacó combinando un rodillazo y un codazo al cuerpo del enemigo. Gracias a su flexibilidad, su ataque fue posible y además exitoso. Enterró su rodilla en el estómago de Tormek, y su codo en el pecho, causando que Tormek se inclinara de dolor mientras con sus manos se tomaba ambas zonas, al mismo tiempo que empezaba a toser por el daño recibido. Invadido por la furia, Tormek quiso lanzar un puñetazo, el cual fue muy impreciso. Lankir no tuvo dificultades en esquivarlo, y tras haberlo hecho, atacó con otro rodillazo al costado del triyr, logrando darle un fuerte golpe en el riñón, cosa que hizo que su rival se agachara por el dolor.

    Rápidamente, el xaromitante se colocó a sus espaldas y dirigió una patada a las pantorrillas del enemigo, haciéndolo caer de rodillas al suelo. Tormek empezó a gritar por el dolor recibido en todas esas partes del cuerpo dado a los golpes. Lankir se acercó a él por la espalda, para luego realizar una sumisión reteniéndolo de los brazos. Su cuerpo era tan flexible que podía tenerlo retenido al mismo tiempo que colocó sus dedos en los ojos de Tormek, empezando a ejercer presión sobre estos. Tormek, viendo que era incapaz de quitarse a Lankir de encima dado a que este lo tenía totalmente retenido, empezó a gritar mientras sus ojos estaban siendo aplastados por la fuerza que ocasionaba Lankir sobre los mismos.

    Tras hacer algo más de presión por unos minutos, Lankir logró reventarle los globos oculares de Tormek, quien dejó salir un grito de dolor terrible, el cual fue el que reveló al xaromitante que había logrado su cometido. Lankir lo soltó, y acto seguido le dio un rodillazo en la nuca, el cual logró estampar la cara de Tormek en el suelo del campo de batalla. El hijo de Terrior retrocedió unos pasos para ver con placer como el rival al que tanto odio le había tomado en tan poco tiempo se retorcía del dolor por haber perdido ambos ojos. Cuando Tormek se dio vuelta, dejó ver las cuencas vacías de sus ojos, de las cuales solamente brotaba sangre, mientras con sus manos se tocaba la cara al tiempo que gritaba de dolor.

    Habiendo cumplido su cometido, Lankir miró seriamente a Allecreod, esperando que lo matara a sangre fría de la misma manera en que lo había hecho con su compañero Plamo. El líder del dominio notó la mirada de Lankir, y supo lo que él estaba pensando con tan solo mirar los ojos. Esto lo llevó a levantarse de su asiento y hablar ante la vista de todos ellos.

    — ¡Has peleado de forma inteligente, Lankir! — decía el líder de los ryfier — ¡Has sabido resistir los golpes de Tormek, y te has logrado imponer ante él para luego arrancarle los ojos! ¡Tu fuerza no es un don, pero tu inteligencia sí lo es!

    La gente, a quienes no les importaba en lo más mínimo la vida de alguien como Tormek, dado a que él simplemente era un esclavo obligado a trabajar para ellos, gritaron a todo pulmón el nombre del xaromitante que había logrado ganar la batalla, mientras se burlaban del triyr que se retorcía de dolor en el suelo. El líder de su gente lo notó, y sonrió, sabiendo que el espectáculo fue una de las mejores ideas que tuvo cuando se trataba de elegir el destino de los esclavos.

    — ¡Sin embargo, la pelea no ha terminado! — Allecreod sorprendió a Lankir con sus palabras.

    — ¡¿De qué hablas?! — Lankir, orgulloso de su victoria, no midió su tono al hablar con Allecreod — ¡Mátalo de la misma forma en que mataste a mi amigo!

    — ¡¿Me estás dando una orden, esclavo?! — Allecreod no se sintió muy contento con ese acto por parte de Lankir — ¡¿Desde cuándo es el esclavo quien manda y el amo es el que obedece?! — el amo del dominio preguntó de forma retórica — ¡Solo por eso, ya no voy a intervenir en tu pelea, y tal vez no lo haga en ninguna otra! ¡Si quieres que tu oponente muera, mátalo tú mismo! ¡Te otorgo un minuto para que le quites la vida! ¡Hazlo rápido! ¡Quiero ver cómo haces para matarlo!
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, veo que finalmente pudiste publicar y estaba ansioso por ver como continuaba este tramo final de la quinta parte de LGC. Debo decir que este capítulo ha sido increíble y que me da una buena premisa de como serán los siguientes que contienen la trama de las peleas en el Coliseo del Resguardo. En fin, pasaré a comentarlo.

    Debo admitir que has hecho de Allecreod un auténtico dictador. Lo mejor de todo es que no es un personaje que está loco y ya, sino que es un tipo razonable (se vio cuando le conocimos y acogió en el Resguardo al grupo) al que no le gusta que le engañen. Lo sucedido con BM en Tryir ha sido una verdadera mala suerte para los del Zenith, garaks y xaromitantes. A raíz de eso, Allecreod está sacando su lado más sanguinario, cruel y dictador. Es un personaje y villano que me gusta muchísimo, probablemente el que más hasta el momento en la historia. Y su idea de enfrentar a los "culpables" en una especie de torneo de peleas a muerte le da un aspecto medieval a algo tan futurista como es esta historia. Una combinación muy interesante que estoy seguro dará sus frutos. Vemos que la gente se reúne en dicho Coliseo para presenciar lo que Allecreod indica como un evento único.

    Como dije, el capítulo es increíble y da una premisa de lo que vendrá bastante clara, pero lo más flojo son los personajes que se enfrentan. Quiero decir, has hecho bien, porque es el capítulo donde se muestra que sucederá con el fatídico destino de todos allí y decides empezarlo con personajes de poco renombre para guardar los mejores enfrentamientos a posteriori. La primera pelea es entre Plamo e Irig y debo admitirte que aunque en un principio consideraba que el garak era superior, conforme iniciaba la pelea pude leer entre líneas que ibas a matarle, y así ha sido. Además de una forma original y coherente, con Irig (el ser más débil de la pelea) arrancándole de forma brutal el único ojo que le quedaba a Plamo. Estoy convencido de que ella morirá en su siguiente pelea, o que al menos no sobrevivirá creo yo para ver el final. Respecto a Plamo, es una lástima su muerte, le tenía cierto aprecio por ser un personaje ya algo antiguo. Quiero hacer mención especial a que Allecreod presente a los peleadores; simplemente genial XD. En serio, me gusta mucho como lo hace.

    La siguiente pelea se sucede entre Tormek y Lankir. A mi modo de ver, una pelea de seres que no se caracterizan por pelear, lo que la ha hecho ciertamente interesante. En esta yo lo apostaba todo a Lankir, pues considero que es un personaje mucho más aprovechable que el tryir. Tras una pelea que comienza ganando éste último, el xaromitante utiliza la misma táctica que Irig en su combate para dejar ciego a Tormek y así termina con la pelea. Sin embargo, Allecreod decide ahora no ejecutar a Tormek sino hacer que el propio Lankir lo haga, algo que de seguro marcará al joven xaromitante.

    Estoy deseando ver las próximas peleas que pueda haber, pero no te voy a mentir, estoy ansioso por ver un Michael vs Wagner. Una pelea a muerte entre esos dos será algo épico en la historia por su renombre como personajes protagónicos. Estaré a la expectativa, nos vemos a la próxima. Un abrazo.
     
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  5.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capitulo, que de no haber sido por ti, no me doy cuenta XD.

    Vale, por lo visto Allecreod ha terminado haciendo lo que creí que haría; obligar a todos a pelear en el coliseo. Ciertamente, era algo que veía venir desde hace mucho tiempo, y no me sorprende en absoluto. Lo que si me sorprende es que haya muerto Plamo, pobre, hay muchas formas de morir, pero que te arranquen los ojos y que te disparen a la cabeza, no es la mejor manera. Al menos, ahora Plamo ya no está y su sufrimiento ha terminado. Por otra parte, Lankir, pese a que carece de fuerza, ha sabido usar su inteligencia y se las ha ingeniado para hacerle lo mismo Tormek. Lo malo es que ahora tendrá que mancharse las manos él mismo para eliminarlo, ya que Allecreod se rehúsa a asesinarlo como hizo con Plamo.

    Espero que Ace y compañía lleguen rápido y a tiempo, antes de que mueran más. Ya murió Plamo, y el siguiente puede ser cualquiera. Lo peor es que, después del este ultimo combate. Es probable que Allecreod obligue a los demás soldados a luchar entre ellos. Más les vale a Ace y a Zion darse prisa, ruego para que en el próximo capitulo el equipo llegue al rescate. De momento, eso es todo, sé que este comentario es el más pequeño hasta el momento, pero son las 12:30 a.m y estoy viendo doble XD. Pero eso no quita que haya disfrutado de este capitulo. Así que nos vemos, y hasta la próxima. Saluditos.
     
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  6. Threadmarks: El destino de los tres soldados
     
    Agus estresado

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    Palabras:
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    Saludos. Si bien, este capítulo lo tenía pensado publicar el primero de enero, tuve que hacer un cambio en la fecha. Agradezco a Resistance y a Zurel por seguir día a día con la historia. Ambos ya saben por qué este capítulo lo publico ahora y no en dos días, por lo que no distraeré con una explicación. En su lugar, simplemente, los dejaré disfrutar la lectura.

    En mi opinión, este es el segundo mejor capítulo de esta parte, siendo superado únicamente por el capítulo 36. Pero eso ya lo juzgarán ustedes al leer. Los dejo disfrutar. Saludos y que tengan un buen fin de año junto a un buen comienzo del año próximo :)






    El destino de los tres soldados:

    Lankir quedó mudo ante la petición de Allecreod, mientras el escenario se veía invadido por los gritos. Euforia por parte de los espectadores, y dolor insoportable por parte de un Tormek que había quedado totalmente ciego por el ataque tan brutal al que recurrió el xaromitante para ganar. El alien miró a Allecreod, su nuevo amo, tal y como él se había autoproclamado, a los ojos, y pudo ver que su mirada era fría como el ambiente helado en el exterior de el Resguardo. Esto provocó que un ligero escalofrío recorriera la espalda del xaromitante, quien se dio cuenta de que debía acatar la petición recibida.

    Lankir le dio la espalda a Allecreod y se acercó a Tormek, quien chillaba de dolor por haber perdido la vista. Lankir, al verlo, creyó que de haber sido él quien hubiera sufrido ese destino, se habría mordido la lengua en un intento de suicidio, antes de perecer en las manos de su rival o de alguien tan sádico como el amo del dominio. Tormek, pese a todo, no hizo nada de eso, cosa que desagradó bastante al xaromitante.

    Sabiendo que debía matarlo, tomó a su oponente de los brazos y lo puso de pie, provocando que la sangre que brotaba del enemigo cayera sobre su uniforme y la piel de las manos. Sin armas, la única forma de matarlo sería a golpes, por lo que así lo hizo. Lankir arrastró a un Tormek que no opuso resistencia hacia las gradas, y al llegar allí, comenzó a estampar su cabeza contra el concreto de la pared, dándole golpes fuertes y repetitivos hasta que, tras haberlo golpeado seis veces, escuchó una fractura. El cráneo del triyr se rompió, y por el ruido inmenso que hizo, su rival asumió que eso le quitó la vida. Lankir lo tiró al suelo y comprobó el pulso de este, notando que ya no tenía ninguno. El combate finalmente había finalizado.

    Al darse vuelta para ver a Allecreod, Lankir pudo ver que el líder de toda la gente se acercaba a él acompañado de dos de sus soldados. Los tres seres iban armados, cosa que lo intimidaba bastante. Su naturaleza no era al cien por ciento la de un guerrero, por lo que, incluso con un arma, no tenía nada que hacer ante tres enemigos. Cuando Allecreod se paró al frente suyo, el xaromitante tragó saliva.

    — ¡El ganador de la pelea es el xaromitante, Lankir! — el líder de todos ellos lo anunciaba como si fuera un comentarista deportivo cualquiera — ¡Al final, un xaromitante que no es un guerrero completo sí puede servir para pelear! ¡Pero viendo la idea tan inteligente que has tenido para vencerlo, creo que te pondría como estratega antes de ponerte como miembro de un escuadrón!

    Mientras la gente vitoreaba el nombre de Lankir, este no supo que decir. No se sentía orgulloso de haber matado a alguien en una pelea a muerte. No por la pelea en sí, sino porque era un prisionero y se encontraba en peligro. Cualquier cosa que dijera, ya sea en un tono de arrogancia o de miedo podría empeorar las cosas. Por eso optó por el silencio.

    — ¿Qué te pasa? — Allecreod lo increpó — Tenías muchas agallas cuando estaba lejos de ti. Ahora, apenas mantienes contacto visual. ¿Estás asustado?

    — Sí — Lankir se vio invadido por el miedo al tener a un loco como él tan cerca.

    — Y haces bien, porque, aunque tu pelea haya terminado en victoria para ti, aún no estás a salvo — Lankir no se mostró muy alegre ante eso — Pero ahora que ganaste, te toca ser espectador.

    Allecreod empezó a caminar junto con Lankir y de los dos soldados que lo guiaban, mientras Cadain y Korix veían a la distancia como su líder se marchaba. Ellos dos no tenían idea de cuál iba a ser el orden de la siguiente pelea, ni quien la integraría, y eso hizo que el joven hermano del líder se emocionara.

    — ¿Estás ansioso por la pelea que sigue, Cadain? — con una sonrisa, preguntó el joven ryfier.

    — Es interesante ver pelear a estas especies, y conocer su fuerza — Cadain contestó a su pregunta — Es una oportunidad de saber qué tan fuertes son. Pero, por alguna razón, no me está gustando este espectáculo.

    — ¿Qué razón? — Korix quiso indagar más.

    — Si la supiera, te lo diría, créeme — Cadain no se vio muy entusiasmado por tener que responderle — Pero tengo un mal presentimiento de todo esto.

    […]

    — Bueno, Lankir ha ganado su combate — Aurio estaba aliviado de que su amigo haya sobrevivido.

    Sharyn y Wida estaban junto a él mirando la pantalla que transmitía la pelea. Kila, por su parte, aún afligida por la muerte de Plamo, se recostó contra la pared para seguir su llanto en silencio, por lo que no vio nada de la pelea de su compañero. Aunque una pequeña sonrisa de alivio, la cual desapareció en pocos segundos, se formó en ella tras escuchar a Aurio diciendo que Lankir sobrevivió.

    — Él dijo que mataría a la mitad… — Wida estaba pensando con pesimismo — Y Lankir ha sobrevivido. ¿Quiere decir eso que para Michael, Alicia y Wagner todo terminó?

    — Espero que no — Sharyn no quería pensar en eso — Este maldito bastardo ya mató a Dustin y a Plamo. No quiero seguir viendo morir a más compañeros a manos de él.

    — No debe ser nada agradable considerando… — Aurio no quiso terminar su frase, pero se dio a entender.

    Sharyn recordó la forma en la que varios de sus compañeros fueron asesinados por Tzorkun en el momento en el que se llevaron a cabo los experimentos para poder tener a los humanos bajo su control. La situación era muy parecida a la que ella se encontraba viviendo en el momento. Prisioneros y sin decisión propia sobre su destino. El paralelismo, y el hecho de recordar que solamente ella logró salir del planeta Emiv con vida, no fueron algo agradable para la chica.

    — Por favor, Ace, te lo suplico — la chica cerró los ojos, como si pidiera un deseo — Si alguien puede salvar a Wagner y a los demás, eres tú. Espero que llegues rápido… Antes de que sea tarde.

    La chica tenía todo lo que le quedaba de fe depositada en los cuatro soldados que habían marchado a casa a buscar refuerzos, más que nada en quien fuera la competencia directa de Wagner por el puesto de comandante. Ella estaba segura de que ellos llegarían, pero el tiempo apremiaba, y lo sabía muy bien.

    Aurio y Wida, por su parte, esperaban que Lankir, al haber ganado su batalla y haberse salvado de la muerte, fuera llevado junto con el grupo. A pesar de las diferencias en el pasado, a los dos xaromitantes les agradaría mucho ver a su amigo reunido con ellos en un momento tan trágico y aterrador como ese. Sin embargo, los minutos pasaban y Lankir no aparecía. Eso les quitó el poco optimismo y alegría que tenían.

    […]

    Irig se encontraba de rodillas llorando frente a la pantalla que transmitía el combate que se veía reflejado en el escenario. La mujer triyr había perdido muchas cosas en poco tiempo. La seguridad de sus muros, a sus compañeros, a varias de sus personas, su estatus de líder, y hacía menos de dos minutos, al hombre que la estuvo acompañado como pareja por un buen tiempo. Las lágrimas brotaban sin control de sus ojos, y con sus manos hacía lo posible para secárselas, de forma que no tuviera el rostro inundado de lágrimas.

    La puerta de la habitación en donde se encontraba encerrada se abrió, y tras ella aparecieron Allecreod, dos soldados más y Lankir, el asesino de Tormek. Irig estaba muy molesta con él, pero estaba por dentro tan devastada que no reaccionó. Allecreod simplemente arrojó a Lankir para que estuviera al lado de ella.

    — No estaba en mis planes que pasara esto, y es por eso por lo que es tan divertido — comentaba el líder de su especie — Pensé que Irig y Tormek o Plamo y Lankir serían las parejas ganadoras. Me equivoqué, pero ahora tengo una oportunidad única. Ahora no, porque ambos están cansados, pero luego volverán a salir al escenario a pelear.

    — ¡¿Qué?! — Lankir se veía muy asustado por eso — ¡Pero yo ya gané mi pelea! ¡Dijiste que…

    — ¿Qué no escuchaste lo que dije hace menos de dos minutos? — sin alzar la voz, Allecreod le contestó al xaromitante — Se ve que estás tan asustado que no me prestas atención. La verdad, Lankir, es que tú e Irig tienen que pelear. Además, sería muy divertido para mi gente. Irig mata a tu amigo, y tú matas a su pareja. Ambos se odian, y tendrán un tiempo para conocerse antes de saltar al escenario. Eso aumentará la emoción de la gente.

    — Eres un puto sádico — Lankir no quiso levantar la voz, ya que no quería ser lastimado.

    — ¿Sádico yo? — Allecreod se sintió ofendido por eso — Sádico son tus amigos humanos que destruyeron los muros del planeta Triyr, y dejaron a Irig y a los suyos a la suerte contra animales salvajes. ¿No te parece, Irig?

    — Si algún día los vuelvo a ver, prometo que los mataré de una forma mucho peor de la que te voy a matar a ti — Irig no se levantó del suelo, pero fue muy fría con ese tono de voz.

    — Así se habla, ese es el espíritu de pelea que quiero ver en el escenario — Allecreod sonreía triunfante — Uno de mis soldados se quedará aquí para evitar que se maten antes de tiempo. No hagan estupideces. Disfruten de la siguiente pelea.

    Tan pronto como terminó de hablar, Allecreod se marchó de la habitación en compañía de uno de los soldados que iba con él. El otro de ellos, armado por supuesto, se quedó en el interior para vigilar que Irig y Lankir no intentaran cometer una estupidez. Lankir se sintió aterrado. Fuera como fueran las cosas, él estaría totalmente perjudicado. Irig logró derrotar a Plamo en un combate, pese a las dificultades, y Lankir estaba consciente de que era mucho más débil que él, por lo que no vio muchas probabilidades altas de sobrevivir. Esperaba que la siguiente pelea se tomara mucho tiempo, para dar tiempo a que sus amigos pudieran llegar para un rescate.

    […]

    Wagner vio como la puerta de su habitación se abrió, y detrás de ella aparecieron dos ryfier. Allecreod y un soldado más. El hijo del comandante Stones tenía mucha furia contenida, y no temió mostrarla a Allecreod con la mirada. El líder del dominio sonrió al verlo, ya que eso era lo que deseaba.

    — Veo que el encierro te sienta bien — decía el líder, muy emocionado por la cara que Wagner ponía — ¿Has visto las peleas?

    — Así es, y déjame decirte que eres un enfermo de mierda — Wagner no temió en expresarse — Tal vez me muera aquí, pero si es así, ten por seguro que mi padre vengará mi muerte.

    — No le temo a tu padre — Allecreod se veía muy confiado — Estoy seguro de que Raumod me dará pronto la noticia de que ha sido capturado o asesinado.

    — No, no a él — Wagner quiso mostrarse igual que él — A mi padre nadie lo puede matar y capturar. Hace tiempo, todo un planeta lo intentó. Y él escapó de allí.

    — Sí, la historia heroica de como él y todos tus amigos escaparon del control de ese tal Tzorkun — Allecreod recordaba sus charlas con los humanos en el tiempo en el que creía que ellos podrían formar una alianza — Se la podrás contar a tus hijos, si es que los tienes algún día. Pero ahora te toca pelear a ti.

    — Mataré a cualquiera que tenga en frente — Wagner estaba muy seguro de sí mismo — Será un espectáculo aburrido.

    — Descuida, yo sé que no lo será.

    Allecreod indicó a su soldado que se llevara a Wagner al escenario. Este obedeció, y colocó la punta de su lanza en la nuca del soldado de Zenith. Pese a la confianza y arrogancia de sus palabras, Wagner estaba asustado por lo que pudiera pasar. Lankir había ganado, pero no tenía noticias de él, por lo que no sabía qué le depararía a él luego de ganar, cosa que Wagner creería que sucedería en su combate.

    La caminata no se prolongó mucho tiempo, dado a que el lugar en donde Wagner estaba siendo retenido no estaba muy lejos del acceso al escenario. Al llegar, Wagner vio y escuchó a la gente gritando de emoción, sabiendo que era el turno del tercer combate. El soldado vio con tristeza el cuerpo de Plamo, aún tirado en el suelo. Allecreod, tras haberlo llevado a ese lugar, marchó a las gradas, y al hacerlo, pasó por al lado del cadáver de su compañero. Wagner supo que los cuerpos eran dejados allí para adornar el escenario, y recordarle a todos los peleadores que la pelea solo terminaba con la muerte. Tan pronto como Allecreod estuvo en las gradas junto a Korix y Cadain, este empezó a hablar como un anunciador.

    — ¡Este que está en frente de ustedes es Wagner! — Allecreod quería generar emoción y expectativa por la siguiente pelea — ¡Un ser humano! ¡Por fin tendremos la oportunidad de ver a uno en acción! ¡Y créanme, que esta pelea valdrá la pena! ¡Creo que su rival ya está listo!

    Wagner miró el pasillo por el cual había entrado al lugar, centrando sus ojos en la puerta de entrada, preparado para ver a su rival. Y fue entonces cuando su expresión de confianza cambió a una de miedo. Un soldado ryfier entró al escenario llevando a Michael consigo. Wagner vio a su propio compañero entrar al lugar, y supo que la mente retorcida de Allecreod sería capaz de idear un solo escenario posible para ambos allí.

    Michael fue llevado ante él, y una expresión de miedo se formó en él. Ambos entendieron la razón por la que estaban allí. Allecreod iba a hacer que ellos dos pelearan a muerte entre sí.

    Lankir, Sharyn, Wida y Aurio estaban contemplando eso desde los respectivos lugares donde estaban aprisionados, y al ver que dos humanos fueron llevados al campo de batalla, todos ellos sintieron escalofríos. Dos de sus compañeros serían obligados a matarse entre ellos, y ninguno podría hacer otra cosa que no fuera mirar.

    — Desgraciado — Lankir pensó, para voltearse a ver al soldado que lo custodiaba, el cual solamente sonreía en forma burlona.

    — Maldito de mierda — Aurio, desde su propia habitación, murmuró en enfado.

    — No puede haber hecho esto — Wida compartía su misma sensación.

    — No… Esto no puede pasar… — Sharyn se vio muy asustada al verlos a ambos allí, sabiendo lo que tendría que ocurrir — Wagner… Michael…

    Mientras sus compañeros pensaban en ellos, los dos humanos del Zenith se miraban seriamente. El miedo en ambos era notorio, ya que no esperaban que sus rivales fueran ellos mismos. Sin dudas, Allecreod, ante sus ojos, era un tipo desalmado.

    — ¡Acaba de entrar a la arena, Michael! — Allecreod dejó salir una pequeña risa de felicidad al anunciar eso — ¡Otro humano! ¡La razón por la que no quise hacer pelear a Lankir con Aurio es porque solamente hay tres xaromitantes, en cambio, los humanos son cinco! ¡O, mejor dicho, lo eran hasta hace poco!

    Wagner no evitó fruncir el ceño al ver a Allecreod burlarse de su mejor amigo, quien había dado la vida para salvarlo. El enojo en él empezó a aumentar, y viendo que Michael lo había increpado hace poco tiempo, este sentía deseos de empezar la pelea.

    — ¡Pero eso no es todo! — Allecreod seguía hablando — ¡Como si una pelea entre dos miembros de su misma especie no fuera suficiente, hay algo más! ¡En esta pelea, hay un premio especial para el ganador, a parte de su vida! ¡Traigan al premio!

    — ¿Premio? — Cadain no evitó preguntar al verse confundido por eso.

    — ¿Qué planeas, hermano? — Korix lo quiso saber todo — ¿No es suficiente premio vivir?

    — Un buen premio puede incentivar aún más a los dos luchadores, y he elegido uno bueno para esta ocasión — Allecreod contestó a ambos — Vean bien. Ya está aquí — Allecreod apuntó con la lanza a una de las puertas de entrada al lugar — ¡El premio ya está aquí!

    Al ver a su captor señalando con la lanza, ambos soldados miraron en la dirección en la que señaló, al igual que toda la gente del lugar. Fue entonces cuando ambos sintieron que sus corazones se detuvieron por un momento. Dos ryfier acababan de entrar al campo de batalla, y cada uno de ellos tenía a Alicia tomada del brazo. Michael sintió deseos de poder asesinar a Allecreod por haber tomado a Alicia como un premio para la pelea que lo obligarían a tener con Wagner. Pero eso fue aumentando más cuando vio que la chica tenía una venda que le cubría gran parte de la cabeza, tapándole uno de sus ojos.

    Los dos ryfier que cargaron con la chica la llevaron cerca de las gradas, justamente frente al lugar en donde Allecreod se encontraba sentado, y luego, la arrojaron allí como si fuera una simple bolsa de basura. La chica, quien había recuperado la conciencia luego de haber sido brutalmente golpeada por Allecreod, hizo un quejido de dolor al sentir el golpe contra el suelo. Tan pronto como estuvo libre, se puso de rodillas, puesto a que el daño que recibió no le permitía estar de pie. Al mirar al frente con su ojo derecho, el único que le quedó luego de que Allecreod le hubiera arrancado el izquierdo, la chica logró ver a Michael y a Wagner en el lugar. Ella había estado inconsciente durante las peleas anteriores, por lo que desconocía todo lo que había ocurrido.

    — ¿Qué está sucediendo? — Alicia sentía mucho dolor, pero eso no le impedía estar despierta y atenta a los alrededores, pudiendo escuchar los gritos de la gente.

    — ¡Alicia! — Allecreod se ganó su mirada — ¡Bienvenida a la pelea! ¡Te he conseguido un asiento de lujo para esta batalla!

    — ¿Qué pelea? — Alicia seguía muy lastimada, y se asustaba al mirar a Allecreod.

    — La pelea que van a tener tus dos compañeros, Michael y Wagner — Allecreod dejó atónita a la chica con sus palabras.

    Alicia se dio la vuelta y miró las expresiones en el rostro que tenían sus dos compañeros. La chica pronto miró a los alrededores y pudo ver que cerca suyo había un cadáver de la raza que los había delatado con Allecreod. Al seguir viendo el escenario, pudo divisar el cuerpo inerte de Plamo. Eso la dejó muy asustada, ya que, sin que nadie le dijera nada, logró comprender que era lo que había pasado, y también lo que estaba por ocurrir. Ella puso una cara de miedo mientras un escalofrío recorría por completo su espina.

    — ¡Michael y Wagner aman a esta mujer llamada Alicia! — Allecreod anunciaba a todos los presentes — ¡He visto la forma en la que ambos te miran, Alicia! ¡Habría que ser muy tonto para no darse cuenta de que estos dos están perdidos por ti! ¡Es por eso por lo que decidí hacer algo para incentivarlos a pelear a muerte! ¡Uno de ellos ganará la pelea y podrá vivir toda su vida de esclavo junto a ti! ¡El otro, simplemente morirá en este lugar, y tendrá que ver desde el más allá, si es que existe, como tú vives tu vida con el vencedor! ¡¿No es grandioso?! ¡Ahora sí no encuentro otra forma de motivar aún más a estos dos humanos!

    — Eres un maldito bastardo — Alicia se sentía despreciada, además de sufrir por el daño que recibió.

    — ¡Pero quiero mostrar que soy también generoso! — Allecreod habló — ¡Cada uno de los peleadores tendrá un momento para hablar con Alicia! ¡Un minuto cada uno! ¡Pueden aprovecharlo para decir lo que deseen! ¡Michael, tú primero! ¡Tienes un minuto para hablar con ella! ¡Úsalo!

    Sabiendo que quizá no tendría otra oportunidad, Michael se acercó corriendo hacia su novia, mientras los dos soldados que la habían arrastrado hasta el lugar lo observaban. El soldado se dio cuenta de que no podría con ellos, e incluso si pudiera, Allecreod se encargaría de rematarlo. Esto lo llevó a abrazar fuertemente a su novia. Alicia, habiendo estado separada mucho tiempo de Michael correspondió el abrazo de este. El soldado la vio y no pudo evitar preguntarle por lo que le ocurrió en el tiempo que no estuvo con ella.

    — Esa venda está manchada con sangre — Michael apreciaba mientras tomaba a su novia de los hombros — Dime que él no…

    — Lo hizo — Alicia contestó de forma que Michael quedó bastante golpeado emocionalmente — Luego de darme una golpiza, tomó la punta de su lanza y me arrancó el ojo izquierdo. Ya solo me queda un ojo para poder ver, Michael. Si lo pierdo, quedaré ciega para siempre.

    — Escucha, Alicia, lo lamento mucho — Michael se lamentaba por tener que verla en ese estado — Se suponía que yo tenía que protegerte, y no he estado contigo cuando esto sucedió.

    — No fue tu culpa, Michael, no tienes que lamentarlo — Alicia vio que las lágrimas empezaban a brotar de los ojos de su novio — El único culpable de todo esto está sentado en esas gradas.

    — Créeme, Alicia, voy a hacer que pague por lo que te hizo — Michael hizo una promesa, al mismo tiempo que acercó su frente a la de la chica para estar cerca de ella — Te prometo que Allecreod lo pagará. Y también te prometo que, sin importar que pase, y sin importar que yo muera, tú vas a salir con vida de este lugar.

    — No estoy muy bien como para moverme por mi cuenta, Michael — Alicia lo hizo estar consciente de la situación — Él me golpeó bastante, y con rudeza. No podré irme de aquí sin ti. Y aunque pudiera, nunca lo haría. Eres la persona más maravillosa del mundo, y el mejor hombre que he conocido. No me iré sin ti. No soy capaz de hacerlo en ningún sentido.

    — Entonces, te prometo que voy a vivir — Michael abrazó a su novia una vez más — Y que tú y yo nos iremos juntos. Lo prometo.

    Ambos soldados, alegres de verse de nuevo, pese a que fuera en circunstancias tan graves, se dieron un beso que no duró mucho tiempo. Supieron que Allecreod solamente les daría un minuto, y no querían hacer algo que lo hiciera enojar aún más. Luego de un beso de solo diez segundos de duración, Michael acarició el rostro de Alicia, gesto imitado por su novia, ante la mirada seria de Wagner, quien se encontraba muy molesto por las cosas que Michael le había dicho antes de que lo separaran de él.

    — Tu minuto ya pasó — Allecreod dijo sin levantar la voz, para hacerle saber a Michael que se tenía que ir — Aléjate de ella ahora, o los mato a ambos.

    Michael simplemente miró a Alicia al mismo tiempo que se levantaba del suelo para apartarse del lugar, y colocarse en el centro del escenario en donde tendría su pelea con Wagner. Alicia miraba con tristeza como su novio se alejaba de él, y cómo sería obligado a pelear en contra de Wagner. Luego de un momento tan aterrador y doloroso, ella habría deseado quedarse con él mucho más tiempo, pero eso no lo permitió Allecreod.

    — ¡Te toca, Wagner! — el líder miró al otro competidor — ¡Un minuto!

    — ¡No lo usaré! — Wagner contestó de forma muy seria — ¡No hay necesidad de seguir perdiendo tiempo! ¡Inicia esta maldita pelea de una vez! ¡Quiero que esta pesadilla termine!

    — ¿Seguro? — Allecreod se sorprendió, dado a que no creía equivocarse después de lo que había visto en sus cámaras — Si no hablas con ella ahora, quizá no lo vuelvas a hacer. El tiempo sigue corriendo.

    — Estoy seguro — Wagner fue muy severo con él — Quiero pelear ahora.

    — Muy bien, si ese es tu deseo, la pelea iniciará cuando mis soldados estén en la grada — Allecreod dio la orden indirecta a los suyos para que subieran junto a todos los demás.

    Wagner miró con seriedad como los dos ryfier que llevaron a Alicia a ese lugar se retiraban para volver a situarse con su gente. Deseaba que la pelea con su compañero terminara rápido, dado a que se encontraba muy molesto tras haber visto el abrazo que él tuvo con Alicia. Mientras estos subían, Korix se vio invadido por una duda que no pudo evitar preguntar.

    — Hermano, ¿estás seguro de esto? — susurró para que nadie más que él y Cadain lo escucharan — Imagino que Lankir peleará con Irig, pero incluso si él muere, entre él, Dustin y Plamo serán solo tres muertes. Y si el ganador de esta pelea se queda con Alicia, solo serán cuatro. ¿No habías dicho que matarías a la mitad?

    — El ganador de esta pelea no se quedará con Alicia — Allecreod reveló las intenciones detrás de su plan — Uno de ellos dos ganará, y luego de eso yo diré la verdad. El ganador de esta pelea recibirá una daga, y es entonces cuando tendrá que tomar una decisión… Matar a Alicia, o suicidarse. Como he dicho, la mitad será esclavizada, y la otra mitad vivirá. Y eso es algo que tengo pensado cumplir.

    — Allecreod, ¿estás seguro de esto? — Cadain quiso ver si su líder realmente quería lo que iba a hacer — ¿No es un poco extremo?

    — Si hubieras visto el estado en el que estaban los triyr, no lo estarías cuestionando, Cadain — el líder no respondió su pregunta de forma directa — Créeme, Cadain, esto no es ni la cuarta parte de lo que verdaderamente merecen. Se merecen la extinción, y si no dependiera de los esclavos para poder construir más robots como Xorxaik para poder explorar el universo, puedes tener por seguro que se las concedería.

    Luego de su descargo, el cual dejó intimidados tanto a Korix como a Cadain, Allecreod miró a sus alrededores y vio que los dos ryfier que estaban en el escenario ya se encontraban en las gradas. Ver eso era la clara señal de que debía dar inicio con el combate, por lo que el líder del dominio levantó su lanza y disparó para hacer sonar la señal de inicio de la pelea. Al escucharla, tras todo lo que Allecreod había dicho, su gente no pudo evitar emocionarse por la inminente batalla entre los humanos.

    Alicia miró con preocupación como sus dos compañeros se acercaban el uno al otro, listos para dar comienzo al combate. Ambos tomaron posturas de pelea y se mostraban preparados para dar el primer golpe. Sin embargo, Michael decidió hacer un último intento para salvarse.

    — Wagner, escúchame — el soldado habló en voz baja para que nadie más lo pudiera oír.

    — ¿Qué mierda quieres? — Wagner estaba muy molesto con él — Hace más de una hora y media tú y yo empezamos a pelear en la habitación. Esto es lo que tú y yo queremos, Michael.

    — Quiero pelear contigo, pero solo para desquitarme por lo que hiciste, pedazo de basura — el soldado contestó con agresividad — No quiero pelear a muerte contigo. Y mucho menos quiero pelear para entretener a este excremento viviente.

    — ¿Y qué es lo que quieres ahora entonces? — Wagner lo increpó acercándose a él.

    — Hacer tiempo. Puede que nuestros compañeros estén cerca, incluso puede que ya se estén dirigiendo hacia aquí ahora mismo. Si logramos hacer tiempo suficiente, tal vez logremos resistir hasta que nos rescaten.

    — Lo siento, Michael, pero eso no es algo que voy a hacer contigo — Wagner contestó con furia — Créeme que lo haría si fuera alguien más. Pero contigo no será. Te odio, maldito hijo de puta. Tú no deberías estar vivo. Me has traicionado al desear quitarme mi puesto. Manipulaste a Alicia en mi contra. Quisiste estresarme para distraerme y forzarme a cometer errores. Mi sueño era ser un comandante, como mi padre. Ser nombrado con ese rango por él sería el honor más grande de mi vida. Y tú, pedazo de hijo de puta, quisiste quitarme eso. Tú, entre toda la gente que puede haber, se cree mejor que yo para ser un comandante de Zenith. ¡¿Quién mierda te crees que eres?! ¡¿Acaso te olvidaste de todo lo que hiciste?! ¡Todas las muertes que causaste no se pueden revertir! ¡Yo no habría sido tan imprudente como tú, y es por eso por lo que yo soy el comandante que Zenith necesita! ¡Yo soy el soldado que la humanidad necesita! ¡Y más que nada, yo soy el hombre que Alicia necesita!

    — ¡Sí, lo veo bien, un hombre que la guio hacia las manos de un enfermo mental! — Michael respondió ante la acusación de Wagner — ¡Un hombre que condenó a morir a Dustin y a Plamo! ¡Un hombre que ha arruinado nuestra misión por un capricho suyo! ¡Un hombre que hará que la humanidad nos expulse de la Tierra si llegamos a fallar aquí! ¡Está claro que eres el comandante que nuestro equipo merece, gusano come mierda! ¡Y créeme, que sin importar lo que pase, esta hazaña tuya será recordada! ¡Aparecerás en los libros de historia como el hombre que condenó a Zenith!

    — ¡Tú fuiste quien debió morir en la guerra berrod, no Devlin! — Wagner quiso atacar la fibra sensible de Michael — ¡Vi la cara de dolor y de odio que tenía tu hermano al mirarte! ¡Eso debería ser la prueba suficiente de que tú no deberías respirar! ¡Mataste a tu padre y a tu madre, y destrozaste el corazón de tu hermano! ¡Tu propia sangre te desprecia! ¡¿Cómo es que siquiera te crees apto para tomar el puesto de comandante, mí puesto de comandante?! ¡¿Cómo mierda se te ocurre pensar que Alicia está mejor contigo?! ¡Cuando llegue el momento, la lastimarás a ella también!

    — ¡Tú ya la lastimaste! — Michael devolvió la agresión — ¡Hiciste que le este maldito bastardo de mierda le diera una paliza y le sacara un ojo! ¡Y ella no es la única! ¡Plamo y Dustin están muertos por tu culpa! ¡Y no debería ser así! ¡Dustin no debió haber intervenido! ¡Él debió haberse quedado quieto, y haber dejado que Allecreod te matara! ¡Nos habría hecho un favor a todos, y principalmente, a Alicia! ¡¿Crees que ella realmente siente algo por ti?! ¡No lo sentía antes, y luego de lo que le hiciste, te puedo asegurar que ya nunca lo sentirá! ¡Ella fue quien quiso revelarte la verdad para estresarte, porque ella misma me ve a mí como la mejor opción para el puesto de comandante! ¡Y estoy seguro de que eso te debe matar por dentro! ¡Ahora solamente queda terminar de matarte, y viendo que no quieres cooperar conmigo, eso es lo que voy a hacer!

    — ¡¿Tú vas a matarme a mí?! — Wagner empezaba a aumentar su enojo conforme avanzaban las palabras — ¡Yo fui entrenado por el humano más fuerte de Zenith! ¡Tú no vas a poder matarme, Michael! ¡Tú te vas a morir aquí, y finalmente se hará justicia por todas tus víctimas!

    — ¡No vas a ser tú quien me mate, Wagner! — Michael se cansó de hablar con él — ¡Me estuve preparando para superarte en combate! ¡Mientras tú estabas estresado, yo estaba entrenando! ¡No esperaba que fuera de esta manera, pero yo no tengo la culpa! ¡Después de todo, yo no nos envié a las garras de Allecreod!

    — ¡Ya basta! — Wagner no lo pudo soportar más — ¡Deja de hablar! ¡Ya estoy harto de escucharte hablar como si fueras mejor que yo! ¡Voy a silenciarte en esta vida, para que puedas irte al olvido a hablar con todas las personas a las que mataste!

    — ¡¿Cómo tu mejor amigo, Dustin?!

    Wagner, tras escuchar nuevamente el nombre de su fallecido amigo de la boca de Michael, no logró resistir más y empezó a correr hacia él, listo para dar el primer golpe. Michael lo vio venir, y se preparó para responder. El hijo del comandante Stones lanzó un puñetazo, que Michael esquivó retrocediendo de su posición, para luego lanzar una patada rápida con su pierna derecha. Wagner, quien tenía buenos reflejos, logró levantar el brazo y bloquear el ataque. Intentó retener a Michael de su pierna, pero este, anticipándose al movimiento de su compañero, retiró su pierna rápido para evitar ser capturado.

    Wagner, posteriormente, le lanzó un puñetazo a Michael, el cual fue tan rápido que este no logró esquivar, pero sí logró resistir. Wagner repitió su ataque, y logró encajarle otro golpe en la cabeza con el puño. Michael respondió rápidamente, lanzándole un codazo rápido al pecho de Wagner. El golpe que Michael le dio le dio un pinchazo bastante fuerte, pero no causó un daño mayor en Wagner, quien retrocedió más para distanciarse de Michael que por el dolor del golpe.

    Umcali pasó al ataque, sabiendo que su rival era bastante fuerte y que tenía que doblegarlo rápido, por lo que empezó con una lluvia de puñetazos hacia este. Wagner, recordando las veces que entrenó con su padre, no tuvo problemas con esa clase de ataques, y logró mover los brazos para poder interceptarlos y evitar recibir daños severos. Michael continuaba su ataque, viendo que todos ellos fallaban en darle en la cabeza, por lo que intentó otra cosa. El soldado retrocedió y cargó energía con ambas manos, para luego lanzarla en contra de Wagner. Este, viendo que Michael preparó un fragmento grande de la misma, se agachó para evitar recibir algún daño de parte del soldado.

    Las acciones de Michael sorprendieron a todos los presentes, quienes no tenían idea de que este pudiera realizar una acción como esa, sobre todo, Allecreod. Este, asombrado por su descubrimiento, supo que tenía otro aspecto más a investigar acerca de los humanos. Uno que estos le habían estado escondiendo.

    — Se guardaron más secretos de los que pensé — Allecreod miró seriamente como Michael continuaba lanzando esos ataques contra Wagner — Así que hice bien al hacerlos enfrentarse.

    Wagner no podía hacer nada más que agacharse al mismo tiempo que retrocedía para esquivar los disparos que Michael le lanzaba. Michael, sabiendo que la energía no le duraría mucho tiempo, decidió detenerse y lanzarse a la carga sobre Wagner, viendo que sus disparos no estaban llegando al objetivo. Stones vio a su rival moverse a gran velocidad, por lo que imitó sus acciones recientes. En sus manos empezó a acumular grandes fragmentos de energía, los cuales iba a lanzarle tan pronto como se encontrase cerca. Al tenerlo a tan solo unos cinco pasos, Wagner movió el brazo para dar impulso mayor a su ataque, que fue directo a la cabeza de Michael.

    Umcali no se vio intimidado por eso y supo cómo responder, arrojándose al suelo para evadir el posible impacto. Posteriormente, rodó por el mismo para colocarse cerca de Wagner y atacar con una plancha a su tibia. Wagner no logró esquivar el golpe, y terminó desestabilizado, causando que sus rodillas golpearan contra el suelo. Tan pronto como estuvo allí, Michael se puso de pie y le lanzó una patada a la cabeza, la cual impactó con tanta fuerza, que, de no haber sido por la evolución de los cuerpos humanos a causa de la radiación, le habría arrancado varios dientes. Sin embargo, el golpe fue tan fuerte que el soldado terminó derribado y con su cráneo chocando con fuerza contra el suelo. Michael se subió encima suyo, usando las piernas para bloquear el posible escape del enemigo, para después empezar una lluvia de golpes.

    Los primeros dos lograron dar con fuerza en el rostro de Stones, quien luego de recibirlos, acumuló energía en ambas manos y atacó al rostro de Michael, dando un golpe al mismo tiempo que liberaba todo ese calor. Michael retrocedió, quitándose de encima y cubriéndose los ojos con las manos dado a que parte de esos fragmentos habían dado allí. Wagner, aún en el suelo, le dio una patada a la rodilla, la cual hizo que Michael cayera de la misma forma que él hacía pocos momentos. Stones se puso de pie y luego de eso le dirigió un rodillazo a la nariz descubierta de Michael, quien golpeó su nuca contra el suelo de la misma forma en que lo hizo la de Wagner.

    El comandante provisional se puso de pie y miró con furia a su rival, mientras veía como la sangre empezaba a salir de su nariz, estando orgulloso de sí mismo por el golpe tan fuerte que le había dado. Tenía pensado intentar el mismo ataque que Michael usó con él, pero pronto optó por otra cosa. Wagner, tomó una de las piernas de Michael con ambas manos mientras su soldado seguía intentando aliviar el ardor de sus ojos, y entonces empezó a torcerle el tobillo, haciendo un intento por torcérselo de manera que su rival no pudiera volver a ponerse de pie si volvía a escapar. Michael sentía dolor mientras Wagner hacía su jugada, y quiso hacer fuerza con la pierna para soltarse, pero no lo lograba dado a que Wagner lo tenía sujetado firmemente. Sabiendo que era cuestión de tiempo a que Wagner le hiciera un daño grave, Michael usó su otra pierna libre y le dio otro planchazo a Wagner. Este golpe hizo que su rival perdiera el equilibrio, pese a que no fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo soltarse. Desde el suelo, y habiendo recuperado la visión en uno de sus ojos, Michael apuntó con su mano a la cabeza de Wagner, para luego liberar unos tres fragmentos de energía consecutivos, los cuales impactaron todos en el mismo lugar. Eso aturdió a su rival lo suficiente como para permitirle al soldado soltar su pierna del agarre.

    Luego de soltarse, Michael se puso de pie e intentó una tacleada contra Wagner. Stones, aún adolorido por los tres golpes que recibió en la cabeza de parte de Michael, pudo ver lo que este quería, y respondió acomodando los pies de manera de poder resistir el placaje de su rival con fuerza. Michael quiso derribarlo con una gran embestida, pero Wagner logró resistir el impacto, retrocediendo solamente dos pasos. Pese a su intento fallido, Michael no dejó de forcejear, y quiso seguir en su intento para derribarlo. Wagner giró un poco las piernas para poder lanzar a Michael hacia el costado con ambos brazos, logrando su acometida, provocando de esta forma que su rival se tambalease. Luego de eso, Stones corrió hacia él y le dio un fuerte codazo en la cabeza, que hizo que Michael se inclinara al mismo tiempo que soltó un quejido por el dolor. Inmediatamente después, Michael recibió un rodillazo a la zona renal por parte de Wagner, quien luego le dio un derechazo en la cabeza. El siguiente golpe de puño del comandante provisional fue dado con la mano izquierda con un fragmento de energía acumulada, el cual hizo que Michael cayera al suelo de rodillas y dándole la espalda a Wagner.

    Stones se acercó a Umcali y comenzó a aplicarle una sumisión con ambos brazos, para luego empezar a hacer presión sobre el cuello del enemigo. Michael empezó a toser mientras intentaba inútilmente mover los brazos para quitarse a Wagner de encima. El hijo del comandante, viendo que su enemigo tenía la fuerza para poder levantarse, intentó causar algo más de daño, por lo que empezó a morderle la oreja. Michael gritaba de dolor conforme podía mientras empezaba a quedarse sin aire por el movimiento que su enemigo le estaba aplicando. Viendo que no podía intentar otra cosa, Michael lanzó un cabezazo hacia atrás, impactando su nuca contra el rostro de Wagner. El golpe dolió a ambos soldados, pero a Wagner le causó más, dolor, cosa que Michael aprovechó. Logró soltar su brazo derecho del agarre de su compañero, y luego lanzó un puño hacia atrás, el cual le dio a Wagner justo en el ojo. Eso liberó a Umcali por completo del agarre del que no podía escapar, y tras ser liberado, dio un giro al mismo tiempo que levantó su puño para golpear a Wagner en el mentón.

    Este retrocedió por el golpe, y antes de que pudiera prepararse para seguir peleando, Umcali lanzó una patada con mucha fuerza a su estómago. El comandante provisional de Zenith no pudo evitar inclinarse por el dolor mientras que con la mano izquierda se sostenía esa zona. Michael juntó ambas manos y le dio un golpe con estas en la cabeza a su enemigo. Este no cayó al suelo, pero sí empezó a tambalearse por el dolor. El soldado que había tomado la ventaja decidió aprovechar esto. Acumuló conforme pudo energía en sus manos y luego de eso le dirigió un golpe con gran potencia a la cabeza de Wagner. Este, indefenso ante el ataque, cayó al suelo derribado. Sabiendo que iba a ser víctima de algún otro ataque por parte de Michael, Wagner empezó a rodar y a arrastrarse para alejarse de él, y tan pronto como vio que se encontraba a una distancia segura, empezó a correr.

    Michael, para poder seguir con la pelea, lo empezó a perseguir, y cuando estaba por alcanzarlo, vio con sus propios ojos como su rival frenó en seco para dirigirle un puñetazo con fuerza a su cabeza. El golpe, pese a ser rápido, fue muy contundente, y logró derribar a Michael al suelo sin más rodeos. Wagner entonces aprovechó eso y le dio una patada a su enemigo, quien se estaba preparando para ponerse de pie. El ataque de Wagner le impactó en la cabeza, y fue mucho más fuerte que los anteriores, causando que Michael se golpeara otra vez la parte de atrás del cráneo con el suelo. Con gran velocidad, Stones corrió hacia él, se impulsó con las piernas y saltó hacia él, cayendo de rodillas sobre el pecho de Michael, quien dejó salir un grito de dolor que todos los presentes pudieron oír, seguido de una exhalación bastante larga.

    Teniéndolo retenido en el suelo, Wagner empezó a golpear repetidamente la cabeza de Michael con los puños, sin cargar energía, puesto a que supuso que la podría necesitar para más adelante, y sabiendo que la pelea ya estaba ganada. Michael recibía uno tras otros los puñetazos de Stones, quien notaba como sus manos empezaban a arderle por el golpeteo constante que ejercía sobre su enemigo, mientras estas empezaban a llenarse de sangre que brotaba de la nariz de Michael.

    Al ver esto, Allecreod, Cadain y Korix supieron que la pelea estaba ganada, mientras que Alicia miraba con horror como Michael era golpeado brutalmente por Wagner. Pese a estar herida, la chica hizo un gran esfuerzo para poder ponerse de pie y correr hacia él.

    — ¡Michael! — gritó, cosa que llamó la atención de Allecreod.

    — ¡No te muevas de tu lugar! — ordenó el amo del dominio, mientras apuntó al suelo con su lanza para luego disparar.

    Alicia sintió el impacto del suelo a pocos centímetros de su pie, sabiendo que, si seguía moviéndose, le iban a disparar a matar. La chica supo que lo único que podía hacer era simplemente mirar mientras su novio era brutalmente golpeado por Wagner.

    — Déjalo… — Alicia quería detener ese horror — Basta. Por favor…

    Wagner continuaba golpeando a Michael en el rostro, provocando que los pómulos de este empezaran a sangrar. Michael, sintiéndose cada vez más aturdido por el daño, y viendo que no tenía fuerza para quitarse a Wagner de encima, recurrió a la misma estrategia implementada por Lankir. Por debajo de los brazos de Stones, Umcali estiró los suyos para llegar a los ojos del enemigo, incrustándole ambos pulgares en dicha zona. Pero a diferencia de Lankir, Michael podía liberar energía, por lo que se concentró para liberar calor en la yema de sus dedos. Wagner sintió el ardor entrando a sus ojos, y empezó a gritar como si estuviera siendo torturado cruelmente. Eso provocó que cesara su ataque sobre Michael, quien viendo que tenía que quitárselo de encima antes de que intentara algo similar, lo soltó para luego darle un derechazo a la mandíbula de su rival. Esto logró mover un poco a Wagner de encima de Michael, y el soldado aprovechó para poder escapar.

    Umcali lanzó un cabezazo potente al rostro de Stones, quien se sujetó esa zona donde recibió el golpe. Acto seguido, quien estuviera retenido en el suelo, cerró su puño y dirigió otro golpe con fuerza al cuello de Wagner. Esto permitió a Michael ponerse de pie, para luego dar un puñetazo, un codazo y un rodillazo contra su rival; todos en la cabeza, logrando aturdir un poco a Wagner, pero no lo suficiente como para hacerlo tambalearse. El comandante provisional supo que se encontraba en problemas, por lo que levantó los brazos para apuntar a Michael al tiempo que lanzaba energía. Su enemigo, sabiendo que tenía que alejarse para esquivarlos, hizo justo lo que Wagner esperaba que hiciera. Bastaron unos cuatro fragmentos lanzados para poder apartar a Michael de aquel lugar.

    Ambos estaban bastante cansados por la pelea y por el daño recibido. Fue por eso por lo que ninguno atacó de inmediato, aprovechando el tiempo para respirar y recuperar fuerzas. Wagner vio la cara de Michael, notando como la sangre salía de su nariz y de sus dos mejillas, mientras que él apenas tenía un par de gotas cayendo de la nariz, cosa que descubrió al poner su mano allí. Esto lo hizo sonreír, ya que, ante sus ojos, él era quien llevaba la delantera.

    — ¡¿Y bien?! — Wagner gritó presumiendo de su superioridad — ¡¿No era qué me habías superado?! ¡Estuve a punto de matarte, de no haber sido por esa jugada sucia! ¡¿En dónde están los frutos de tu entrenamiento, Michael Umcali?! ¡Dijiste que entrenaste para vencerme, y no estás ni cerca de ser competencia! ¡¿Ya te has dado cuenta de que yo soy el comandante que este equipo necesita?!

    Michael, viendo que su enemigo tenía razón, decidió adoptar una medida desesperada para asegurarse la victoria, ya que no quería permitir que Wagner le quitara la vida.

    — ¡Los informes de la primera misión que hiciste dijeron que nunca le pudiste ganar a Ace! — Wagner le recordaba la primera misión que había hecho hacía ya más de dos años — ¡Y yo he logrado vencerlo a la primera pelea! ¡Lamento tener que decírtelo, pero el único ser humano que me puede ganar en una pelea es mi padre! ¡Peleas muy bien, y estoy seguro de que podrías derrotar a Ace! ¡Pero a mí no me vas a derrotar! ¡Yo no perderé contra ningún humano!

    — ¡Creo que tienes razón, Wagner! — gritó Michael, algo frustrado por ver que pese a todo su entrenamiento seguía por detrás de él — ¡Pero yo aún tengo un as bajo la manga! — con sus manos, el soldado se desabrochó la chaqueta de su traje de protección — Literalmente.

    Luego de desabrocharse, Michael se quitó la parte de arriba del traje de protección, quedando únicamente con una camisa de color azul oscuro, sin mangas, la cual tenía una letra Z blanca en el pecho, justo del lado del corazón. Wagner no supo bien por qué decidió hacer eso, cosa que Alicia, quien se sentía aliviada por haber visto a Michael escapar de él, también compartía.

    Fue así como Michael levantó su brazo derecho y le dio un golpe de puño a la placa metálica que estaba clavada en su brazo izquierdo. Al momento en que lo hizo, Wagner se aterró bastante, ya que sabía cuál era la función de esa placa. Y él no fue el único, ya que Alicia sintió un gran escalofrío recorriendo su cuerpo, el cual la hizo caer al suelo por el miedo.

    — ¡¿Qué haces?! — Wagner quiso saber en qué pensaba Michael — ¡¿Qué demonios está pasando por tu cabeza?!

    — ¡No voy a dejar que tú me mates, Wagner! — Michael dio otro golpe a la placa metálica que tenía en su brazo — ¡Tienes razón cuando dices que un humano no te matará!

    — ¡Pero si lo haces vas a…

    — ¡Ya lo sé! — Umcali contestó con seriedad — ¡Y no me importa! ¡Mira a Plamo tirado en el campo de batalla! ¡Dustin ha muerto, Plamo también, y ya que tú no quieres cooperar conmigo, yo también voy a morir! ¡Pero si me voy a morir, me aseguraré de que tú también caigas! ¡Tu puto error de mierda fue el que me condenó a morir en este lugar! ¡Así que decidí que sería apropiado que sea mi error el que te condene a ti a morir!

    — ¡Espera, detente, Michael! — Wagner gritó invadido por el miedo.

    Mientras Stones gritaba inmóvil por el susto de lo que podría pasar, su enemigo no dejaba de golpear la placa metálica con su puño, haciendo el máximo esfuerzo posible para romperla, y de esa manera, liberar al berrod que estaba encerrado en su interior. Al principio de la pelea, todos los gritos eran de emoción, pero los actos tan confusos de Michael apaciguaron todas las voces, quienes miraban en silencio y con intriga lo que estaba sucediendo.

    — Allecreod, atención — Cadain quiso asegurarse de que su líder lo estuviera viendo — ¿Lo ves?

    — Sí, lo veo, pero no lo entiendo — Allecreod centró su vista y pudo distinguir la placa metálica en el brazo de Michael, la cual recibía reiterados golpes por parte de este — ¿Qué es lo que está haciendo?

    — ¡Michael, no lo hagas! — Alicia gritó a su novio para que se detuviera, cosa que llamó la atención de Allecreod, Cadain y Korix.

    — ¿Qué demonios significa eso? — Allecreod seguía viendo como Michael no cesaba en sus acciones, y por precaución tomó su lanza.

    — ¡Allecreod! — Wagner fue corriendo hacia su posición, cosa que llamó la atención del líder — ¡Detenlo, si Michael rompe esa placa de metal, todos nosotros vamos a morir!

    — ¡¿Qué?! — Allecreod se asustó bastante al escuchar esas palabras de parte de Wagner — ¡¿Qué es lo que hará si la rompe?!

    — ¡Traerá la muerte sobre todos nosotros, detenlo rápido! — Wagner gritó de forma desesperada.

    — ¡Maldición, rápido, dispara, dispara! — Allecreod levantó su lanza apuntando en la dirección en donde estaba Michael.

    El amo del dominio dejó salir un disparo hacia Michael, quien estaba tan empecinado en destruir la placa que no pudo ver el ataque hasta que lo recibió. Un impacto de la lanza le impactó en el hombro, provocando una herida leve dado a que la potencia había sido moderada por el líder ryfier. Pero pese a eso, tuvo la fuerza suficiente para tirar a Michael al suelo, quien, a pesar de recibir un tiro sin tanta potencia, empezó a gritar de dolor mientras se tomaba el hombro izquierdo que había empezado a sangrar.

    — ¡Michael! — Alicia miró horrorizada como su novio había sufrido un disparo.

    Sin importarle nada más, la chica se puso de pie y empezó a correr en dirección hacia donde estaba su pareja. Esto no pasó desapercibido para Allecreod, quien apuntó en su contra, logrando disparar y acertar un tiro en el hombro de la chica, quién cayó al suelo por haber recibido el tiro a la carrera. El disparo y la caída se sumaron al daño que ella ya había recibido, por lo que Alicia rompió en llanto a causa del dolor. Wagner, al notar esto, fue corriendo hacia la dirección de la chica para poder ayudarla.

    El soldado se acercó a ella y le dio vuelta para luego poder tomarla en sus brazos. Al hacerlo, pudo ver que de su único ojo restante brotaban lágrimas. Por el dolor de la golpiza, el disparo sumado al miedo de haber visto a Michael ser atacado de esa manera, la chica no podía hacer otra cosa más que gastar las fuerzas que le quedaban en llanto. Wagner se sintió fatal al ver a la chica que él tanto apreciaba llorando de esa manera.

    — Wagner… — susurraba ella con una voz muy débil — ¿Cómo pudiste hacernos esto?

    Esas palabras causaron un fuerte impacto en el soldado, quien, luego de ver las consecuencias de todo lo que él hizo levantó la vista para observar mejor sus alrededores. Teniendo a Michael y a Alicia heridos, y a Plamo muerto a pocos metros de él, el soldado cayó en cuenta de que todo lo que estaba pasando, tal y como se lo habían señalado, era su culpa. O quizá, finalmente lo había aceptado.

    Ver el estado tan grave en el que se encontraba Alicia, provocó que lágrimas de impotencia cayeran por el rostro de Wagner. La chica de quien él estaba enamorado se encontraba sufriendo y a causa de él, y eso pudo quebrar el corazón del soldado.

    — ¡Wagner! — Allecreod gritó furioso, ante la mirada silenciosa de Cadain, Korix y toda su gente — ¡Termina la pelea!

    — ¡No! — Wagner, con lágrimas cayendo de sus ojos, contestó desafiante ante quien se había proclamado como su amo — ¡No después de lo que le hiciste! ¡Mira lo que le has hecho a Alicia! ¡No voy a pelear para entretenerte después de todo el daño que has ocasionado! ¡¿Quieres que termine esta pelea?! ¡Entonces has que un médico atienda a Alicia! ¡No me moveré de aquí hasta que ella sea tratada como una persona, no como un objeto como lo has hecho tú! ¡Maldito enfermo de mierda!

    Ese atrevimiento en sus palabras por parte de Wagner provocó en Allecreod un gran enfado. Seguía sin tener idea de qué era lo que planeaba Michael, quien seguía retorciéndose de dolor en el suelo, pero luego de ver que eso arruinó la pelea que él había preparado, sumado al insulto que recibió de Wagner, el líder se preparó para terminar las cosas por su cuenta.

    — Muy bien, cambio de planes — decía mientras configuraba su lanza para subir la potencia de los disparos al máximo — La pelea terminó… Tú, Michael y Alicia van a morir aquí. Y tú vas a ser el primero.

    El amo del dominio apuntó con su lanza a la cabeza de Wagner, quien tragó saliva al mismo tiempo que una parálisis cortesía del miedo que sintió al ver a Allecreod apuntarle con su arma lo invadió por completo. El soldado no podría esquivar el ataque, y mucho menos sobrevivir a algo así, por lo que supo que para él había llegado el final.

    Fue entonces que una voz se escuchó a través de la lanza de Allecreod. Este, al ver que alguien estaba intentando comunicarse con él, decidió detenerse, sabiendo que podría ser Raumod.

    — Habla — dijo Allecreod, quien dejó de apuntar a Wagner para centrarse en quien estuviera mandando el mensaje.

    — Allecreod, somos nosotros — contestó uno de los soldados del ryfier — Ya hemos regresado. La misión está cumplida. La mitad de sus refuerzos fueron capturados, y la otra mitad de los suyos han sido eliminados.
     
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  7.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, entre unas cosas y otras se ha demorado esto, pero me alegra estar aquí de vuelta en este nuevo año para seguir leyendo LGC. No quiero alargarme mucho, siempre pretendo ser conciso y directo, así que eso es lo que haré. Este capítulo pasará a la historia como uno de los mejores, además de como uno de los más tensos que he leído. Ha sido épico, como me lo esperaba, y también inesperado en ciertos sentidos. Como dije, iré al grano.

    Allecreod es el ser más retorcido que jamás has creado y doy fe de ello. Juntar en la misma habitación a Irig y Lankir es de serlo, sin duda. Ambos se enfrentarán y es evidente que se tendrán ganas tras haber matado a Plamo y Tormek respectivamente. Pese a no ser personajes atractivos (me refiero con ello a muy relevantes) estoy seguro de que tendrán un buen enfrentamiento. Sin embargo, el plato fuerte está en el Michael vs Wagner. La forma en que Allecreod les presenta a su público, lo que tiene planeado para ellos... ha hecho de esto algo brillante. Tensión 'in crescendo' de principio a fin. Alicia es puesta como premio para el ganador (aunque en realidad Allecreod planea algo peor) y puesta allí para ver la pelea. El enfrentamiento da comienzo y ambos soldados conversan brevemente, siendo iniciado por Michael con la intención lógica de que ambos tarden más en salir perjudicados, pero la rabia de Wagner sale a flote y destruye ese plan. Ambos se odian, es evidente, y eso acabará aquí.

    Narrativamente hablando, la pelea ha sido excepcional. Como bien sabes, me gusta imaginarme a modo de película las escenas que se suceden y en mi imaginación parecía una serie de Netflix que esperas ansioso por ver. Hay que hacer petición a Netflix para que haga una serie de esta joya que has escrito, porque estoy seguro que sería brutal. Estará en el top 3 de mejores peleas de LGC, junto a la de Ace vs Morris y la de Michael (Orz) vs los garak (cuando fue a salvar a Alicia). Ese sería mi top 3, aunque estoy seguro de que me dejo muchas otras peleas espectaculares en el tintero, y son tantas, que incluso habré olvidado algunas XD.

    Justo cuando parece que la pelea, por momentos, se decanta para un lado u otro, Michael va a realizar lo que yo esperaba: liberar a Orz. Wagner se caga, Alicia se caga y hasta ver a Allecreod cagado me ha hecho saltar de la silla, y lo digo en serio, literalmente. Para mi, el momento top del capítulo. Allecreod descubre aquí dos secretos guardados: la energía y que Michael posee una fuerza casi sobrenatural. No sabe de que se trata y se le ve con miedo, más cuando ve a Wagner correr hacia él pidiéndole que le pare los pies a su compañero de equipo. Simplemente É-PI-CO. Allecreod dispara a Michael para evitar que el berrod sea liberado (joder, yo quería verlo desatado XD) y también a Alicia, quién iba a su encuentro. La pobre Alicia temo que morirá, pues está literalmente hecha un trapo. Allecreod incita a Wagner a terminar la pelea (para mi sería injusto pues el propio dictador dispara a Michael y le jode más) y éste se niega, viendo que la chica que ama simplemente está sufriendo sin más y que todo, en su gran mayoría, es culpa suya. Aquí pensé que Wagner se iba a suicidar (de hecho, que Allecreod lo matase sería casi lo mismo) cuando de repente llega la mejor noticia: Raumod está de regreso (sí, sé que no era él, se viene una batalla épica).

    En fin amigo, no sé como halagarte más ni a ti ni al capítulo, solo diré que lo he disfrutado como hacia tiempo no disfrutaba de una lectura. Creo que podría decirte, sin terminar esta parte V, que ya superó a mi favorita, la I. Nos vemos a la próxima, un saludo.
     
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  8.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola, paso a comentar el capítulo.

    Bueno, este capítulo ha estado lleno de sorpresa y hasta me ha puesto la carne de paloma, poco me faltó para salir volando XD. Y es que me ha hecho pensar cosas locas, pero vamos por partes.

    Me sorprende bastante que Allecreod haya dejado a Lankir con Irig, es obvio que el combate estre estos dos, tarde o temprano va a ocurrir, y espero que de llegar a ese momento, Lankir logre sobrevivir. Sé que no es un guerrero como tal, pero una buena estrategia puede derrotar hasta el guerrero más feroz.

    Respecto al combate de Wagner y Michael, ha sido muy entretenido. La verdad es que no me esperaba que estos dos fuera a luchar para entretener a Allecreod y los suyos. O sea, quería que ambos lucharan, pero no al punto de que tuvieran que matarse entre ellos para lograr sobrevivir. Lo que si me ha puesto la carne de paloma, es cuando Michael se le ocurrió la medida desesperada de arrancar la placa de su brazo que mantiene cautivo a Orz. Te juro que estuve corriendo por todos lados, asustado, igual que una paloma cuando llegué a ese punto XD.

    Afortunadamente, me alegra que Michael no haya liberado a Orz, o al menos, que no tuviera la oportunidad de hacerlo, porque habría hecho una masacre de locos. Y bueno, estoy que me subo por las paredes del hype. Dentro de poco el resto del Zenith llegará, y espero que puedan liberar a sus compañeros cautivos. Es evidente que Allecreod no logrará sobrevivir, y si lo hace, me cuesta demasiado creer que se arrepentirá de lo que ha hecho. Sumado al hecho de que, nadie lo perdonará por todo lo que hizo. Estoy casi seguro, que de morir Allecreod, Korix tomará su lugar como líder, y si llega a convertirse, pido a los dioses que sea un mejor líder de lo que ha sido hasta el momento Allecreod.

    De momento, eso es todo, me alegra haberme puesto al día. Ha sido un poco tarde, pero por fin lo logré. Saludos y hasta la próxima. Nos vemos.
     
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  9. Threadmarks: Un riesgo muy alto
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    36
     
    Palabras:
    9383
    Buenas noches. Saludos a los lectores de la historia. Voy a proceder a publicar el capítulo 35 y penúltimo de la parte V. Pido disculpas a Resistance y a Zurel por no haber podido publicar, pero me atrapó un resfrío el miércoles y el viernes estaba destrozado, por lo que incluso falté al trabajo para poder descansar. Me tomé la libertad de revisar el capítulo en la semana, y mañana revisaré el 36 para asegurarme de que nada me impida publicarlo en tiempo y forma. No quiero distraer demasiado de la lectura, agradezco a ambos por haber leído, y me disculpo nuevamente por haber tenido que aplazar este capítulo siendo que toda la recta final de esta parte se ha visto casi aplazada.

    Espero disfruten este capítulo.





    Un riesgo muy alto:

    Agustina se encontraba en la sala donde las bestias de Fientlig fueron apresadas. Era una sala oscura, donde apenas una pequeña luz alumbraba el centro de esta, contando con algunas luces rojas y verdes que marcaban la salida. La soldado estaba inmóvil en el centro, mientras las diez bestias que habitaban en aquel lugar la miraban. Todas ellas le gruñían, como si desearan atacarla, pero ninguna golpeaba los barrotes de las jaulas que las retenían, como si supieran que sería inútil. La chica estaba frente a sus mayores miedos, pues recordó aquel momento en el que las bestias asesinaron a su mejor amiga y estuvieron por matarla a ella también. No se había encontrado con ninguna en el momento en el que realizaron su viaje a Fientlig para que ella pudiera exponerse por tercera vez a la radiación, por lo que ella quería pasar un tiempo con esos animales salvajes, y tener la oportunidad de hacer frente a sus miedos.

    Sus piernas temblaban, y se podía ver que sus brazos estaban inmovilizados. La chica tragó saliva para luego, decidida a enfrentar sus temores, acercarse a la jaula de la bestia más grande, una que llegaba a medir unos dos metros de altura estando erguida del todo. Se paró frente a su jaula, y al hacerlo, los gruñidos del animal salvaje extraterrestre se hicieron más grandes y fuertes. Al igual que antes, no hizo nada para atacarla, ni siquiera dio señales de volverse agresiva. Las jaulas las tenían bien retenidas, y eso era algo que las bestias, pese a su carencia de habilidad para expresarse con palabras, podían saber. Agustina se acercó, pero mantuvo una distancia prudente, y fue allí donde se quedó mirando al animal salvaje, con sus piernas, brazos y cuerpos que mostraban una gran musculatura que sería capaz de hasta dar vuelta un auto si golpeaba con todas sus fuerzas. En su cabeza, los dientes amarillentos con ligeras manchas de sangre de sus víctimas, y con un aliento a muerte desagradable.

    Para la chica solo quedaba una cosa por hacer.

    — Espero que cuando luchen de nuestro lado sean igual de temibles — Agustina le dijo, esperando que la bestia pudiera entenderla — De lo contrario, las voy a exterminar.

    Habiendo finalizado sus palabras, la chica salió de la sala y cerró la puerta. Frente a la misma se encontraba una cerradura digital con doce botones. Números del cero al nueve, un botón rojo para cancelar una operación, y un botón de color azul para confirmarla. La chica recordó lo que estuvo viendo en el manual de usuario de la cámara de gas instalada en esa habitación y puso el código necesario para que las bestias sean expuestas a la sustancia que les permitiría estar bajo su control.

    Tan pronto como le dio a la confirmación, la chica oyó como el gas era liberado en la sala, y luego se dio cuenta de que las bestias recibirían el mismo trato que sufrió Ace hacía ya varios meses atrás cuando lucharon contra Tzorkun. Los elementos que conformaron los peores momentos en la vida de Agustina como soldado estaban unidos en el mismo lugar y tiempo. Eso fue algo que no la dejó tranquila del todo, por lo que la chica decidió retirarse de allí.

    La chica recorrió los pasillos de la nave, los cuales eran muy pequeños y en menor cantidad en comparación a la nave xaromitante donde ella había viajado por tantos meses. El recorrido la llevó hasta la sala de comandos, donde pudo ver a su novio manejando equipos electrónicos que monitoreaban constantemente el estado de la nave en la que viajaban. Siendo solamente dos soldados, Ace tenía que encargarse de que nada malo sucediese. La chica, al verlo, notó que estaba preocupado, así que decidió acercarse a él.

    — Comandante Lakor — dijo la chica, de pie a su lado, ganándose su mirada — Las bestias ya están siendo expuestas al vapor. En media hora, estarán bajo nuestro control.

    — Es una buena noticia… — Ace contestó, poniéndose de pie para poder acercarse a ella — ¿Por qué me llamas comandante Lakor? — preguntó con una sonrisa.

    — Eres el comandante, y ese es tu apellido — Agustina le dio una respuesta más calmada de la que Ace esperaba — ¿Me equivoco?

    — No, pero no es necesario que me llames así — Ace le dijo mientras acariciaba su rostro — Llámame Ace. Como siempre, me gusta más.

    — Como desees, es solo que me encanta dirigirme a ti con ese nombre — Agustina fue sincera con él — ¿En qué piensas? Noto una expresión rara en ti.

    — En que ahora, como tú dices, soy el comandante — Ace contestó a su pregunta — Y no se siente tan bien como yo imaginé. O al menos, el nombramiento. Esperaba que sucediera en un momento de tranquilidad, junto a todos nuestros amigos, y así poder compartir la alegría de tener el puesto que yo quería junto a ellos… Pero ha sido todo lo contrario. Me han nombrado tras una batalla, y antes de otra. Y no he podido festejarlo. Sé que nuestra misión es bastante seria, pero todo siempre es igual. Me gustaría que, por una vez, las cosas pudieran ser diferentes.

    — Yo también deseo lo mismo, Ace — la chica lo llamó por su nombre — Pero las cosas son como son, y no siempre nos tienen que gustar. Lo hemos aprendido a las malas. Pero todo será diferente cuando hallemos las respuestas a la Catástrofe.

    — Oh, de eso no hay dudas. Sí que será diferente — Ace la abrazó por la cintura — Me casaré contigo.

    Luego de esas palabras, ambos se dieron un tierno beso que fue muy breve, pero tras el mismo, permanecieron cerca el uno del otro.

    — Por cierto, no he dicho esto antes — Ace quiso hablar con ella — Felicidades por haber eliminado a uno de sus generales. No a cualquiera, sino al que estaba a cargo del grupo.

    — Ni siquiera sabía que lo estaba enfrentando hasta que ellos lo dijeron — la chica sonrió al recibir la felicitación de su novio — Yo también estoy sorprendida. No esperaba derrotar a un general.

    — ¿Sorprendida? — Ace quiso saber a qué se refería — Tú eres la más fuerte de nosotros en voluntad. No entiendo por qué te sorprende tanto.

    — Soy la más fuerte gracias a ti, a Thomas y a Gwyn — Agustina fue sincera con él — Sin ustedes, no sería lo que soy hoy.

    — Bueno, yo sin ti tampoco sería lo que soy hoy — Ace le contestó, llamando la atención de la chica.

    — Pero eres el comandante. ¿A qué te refieres con que no serías lo que eres hoy?

    — Sin ti no sería feliz.

    Tan pronto como terminó de hablar, Agustina se lanzó sobre él para darle un abrazo muy fuerte. Sin importar la situación en la que se encontraran, su novio siempre era capaz de sacarle una sonrisa, y eso era algo que la chica apreciaba más que nada en el universo. Ace sonreía mientras se encontraba en los brazos de su novia. Pero luego, dejó de hacerlo.

    — Si aún estamos a tiempo, hay que salvarlos — dijo el comandante de Zenith — Dustin fue asesinado, pero quizá haya posibilidades para Michael, Alicia, Wagner y Sharyn.

    — Si están vivos, nuestra prioridad será sacarlos de allí — Agustina estaba de acuerdo con él — Son las órdenes del comandante Zion.

    — Me pregunto qué será lo que ese bastardo les estará haciendo — Ace supo que algo debía estar ocurriendo allí — Si solamente mató a Dustin, está claro que es porque los tiene retenidos. Debe estar haciéndoles algo malo.

    — Sea como sea, lo detendremos. Juntos.

    […]

    Thomas y Gwyn se encontraban junto a los cuatro nuevos reclutas, quienes formaban parte del equipo de Zion, en la sala de comandos de la nave xaromitante. La pareja veía como los cuatro soldados, quienes nunca habían estado allí, observaban con asombro las máquinas de los xaromitantes, y la forma en que estas funcionaban. Al momento de verlos, Gwyn recordó el momento en el que ella y Thomas fueron nuevos reclutas justo como lo eran ellos. De aquel momento habían pasado ya más de dos años, pero era algo inolvidable. Thomas, por su parte, mantenía vigilancia sobre los monitores del equipo principal. Era algo a lo que estaba muy acostumbrado luego de tres meses a bordo de la nave.

    Melody se acercó a ambos y les hizo una pregunta, a medida que el resto de sus compañeros hacía lo mismo.

    — ¿Ustedes conocieron al general Orikrof? — preguntó la chica, algo triste por la muerte del compañero de Zion.

    — Luchamos juntos en el planeta Emiv — Thomas recordó aquel momento — Él y yo fuimos heridos, pero pese a eso, él jamás dejó de pelear. Aún estando herido, él seguía aportando a la batalla.

    — De no ser por él, no habríamos durado lo suficiente hasta que nuestros compañeros nos rescataron — Gwyn recordó con tristeza al general — No es que sea alguien importante para mí, pero su muerte fue muy injusta.

    — Todo es injusto aquí, hasta para nosotros — Kai dio su opinión — Nuestra primera misión es capturar bestias, y la segunda consiste en enfrentarnos a un conquistador de planetas. El universo es demasiado aterrador. He leído historias de ciencia ficción que hablaban sobre monstruos, aliens, insectos, y gusanos de arena gigantes. Pero en esas historias, siempre tienen algo que sirva para contrarrestarlos. ¿Con qué vamos nosotros a derrotar a un conquistador espacial?

    — Con las bestias que hemos capturado, y con un escuadrón de garaks como apoyo — Rayko le respondió a Kai, algo harto de esa queja suya — Y no lo vamos a derrotar allí. Solo vamos a rescatar a los demás.

    — ¿Creen que sea buena idea guiarlo hacia Garak? — Dana quiso dar su opinión sobre la decisión que tomó el comandante — En ese planeta hubo una guerra, y ustedes participaron. ¿Creen que sea prudente que haya otra?

    — Mejor allí que en la Tierra — Gwyn le contestó a la chica — El mundo nos odia por perpetrar la violencia junto con Black Meteor. Si llevamos a un conquistador de planetas a la Tierra, quizá todas las naciones del mundo se pongan en contra nuestra.

    — ¿Y qué pasará si perdemos en Garak? — Rayko quiso saber las consecuencias de algo así.

    — Si llegamos a perder en Garak, con todo el apoyo de su especie, por lógica es imposible que hubiéramos obtenido una victoria en el planeta Ryfier solamente nosotros — Thomas le respondió al joven soldado — Quizá Allecreod no sea tan fuerte en un planeta lejano al suyo. Lo que sí es seguro es que, en su hogar, tiene la ventaja.

    — Solo él — Kai se quejó de eso — Nosotros en la Tierra no estaremos en ventaja ante nadie. Todo el maldito mundo está en nuestra contra, aún cuando todo lo que hacemos es para salvarlo. Se merecerían la extinción.

    — No, Kai, no lo merecen — Gwyn confrontó al soldado — Hay países que simplemente no quedaron bien parados económicamente como para lanzar personas al espacio o contribuir a la causa. Además, no puedes decir algo así, porque la razón por la que hacemos esto es por los habitantes de la Tierra.

    — No lo merecen, pero bueno, nosotros somos los tontos — Kai contestó a lo que dijo Gwyn, para luego quedarse callado.

    Mientras las naves avanzaban siguiendo la nave ryfier en donde se encontraba el comandante Stones los soldados, exceptuando a Kai, continuaron con su conversación acerca de los riesgos tan altos que implicaba el participar en una misión como esa.

    […]

    — ¿Me estás diciendo que con estas lanzas pueden comunicarse? — preguntó el comandante Zion, mientras dos de los ryfier capturados y reclutados lo acompañaban en la sala de comandos de la nave en la que se encontraba.

    — Así es, son una pieza de tecnología incomparable a cualquier otra — uno de los ryfier contestó a su pregunta — Además de servir para peleas a corta y larga distancia, nos sirve para comunicarnos.

    — Debí haber preguntado antes, no lo puedo creer — se quejó el comandante viendo la oportunidad que dejó pasar al no llevarse las lanzas consigo — Podríamos habernos comunicado con facilidad si nos las hubiéramos llevado.

    — ¿Quiere que regresemos por ellas? — el otro de los ryfier quiso saber si el comandante tenía esas intenciones.

    — No, no perderemos más tiempo, los míos necesitan ayuda lo más pronto posible — Zion supo que no había forma de regresar a buscarlas, por más útiles que fueran a ser — Tengo que llegar antes que mate a mi hijo, si es que no lo hizo ya…

    El comandante sufría solamente de recordar las declaraciones de los dos ryfier. El saber que su enemigo tenía planeado esclavizar a la mitad y matar al resto, y saber qué Wagner podría formar parte de la mitad que decidiera eliminar, tenía muy tenso al comandante. Tenía muchos deseos de ordenar a los dos ryfier que le preguntaran a Allecreod quienes estaban con vida, para saber quienes de los suyos se encontraban con vida, y para saber la amarga o no tan amarga verdad. Pero descartó eso al darse cuenta de que sería bastante sospechoso.

    Quedaba apenas media hora para que el grupo llegara al planeta de Allecreod, y sería entonces cuando el comandante compartiría la información que había estado recolectando durante la hora y media de trayecto. Pese a que había cosas que sus prisioneros no sabían, la información adquirida les serviría de mucha utilidad.

    — Creo que con esto ya es todo — Zion dijo a sus dos prisioneros — Ya me han dicho la distribución de las habitaciones y los pisos en aquel lugar. También la cantidad de soldados con los que cuenta Allecreod para la batalla. Pueden descansar.

    — ¿Qué hará usted, comandante? — preguntaba uno de ellos como si fuera parte de su unidad.

    — Tengo media hora para elaborar un plan, uno que cambie lo menos posible para cuando nos encontremos con la verdad — Zion se sentó para empezar a planear algo que lo ayudara a rescatar a los suyos que quedaran con vida.

    El comandante estuvo pensando en estrategias diferentes para tomar al momento de aterrizar y llegar al Resguardo, o Coliseo de la vida, como uno de los soldados de su unidad lo había llamado. Pese a tener algo de información, no tenía planos de ese lugar, ni tampoco una imagen mental. Eso condicionaría bastante el plan al momento de aterrizar.

    — Las bestias van a tener que lanzarse a la carga, seguro — Zion supo que era carne de cañón para los suyos — Ha sido difícil capturarlas, y todas las molestias que nos tomamos para que pudieran sernos de utilidad… todo para sacrificarlas a la primera de cambio. Pero mejor eso a sacrificar a los nuestros. Hay cinco soldados que deben estar vivos, como mínimo, ya que antes de salir solamente había matado a Burntforest… eso quiere decir que aún podríamos estar a tiempo de salvar a alguien más. Con la muerte de Orikrof, Lakor tendrá que dirigir a uno de los equipos. Valmer, Asmir, yo y él… solo seremos cuatro equipos. Suponiendo que solo queden cinco soldados con vida, si cada uno de ellos está en una ubicación diferente, será complicado salvarlos a todos. Podría usar a estos dos ryfier. Tal vez podría hacerle creer a Allecreod que ellos eran mis prisioneros, y que todo lo que digan fue por extorsión, así podría usarlos para que busquen por otro lado. Tal vez incluso hacer que lo asesinen…

    Zion se frotó la cabeza con las manos, en señal de que tantas ideas en su mente al mismo tiempo para afrontar una situación de la que no sabía demasiado, incluso con dos prisioneros como fuente de información, lo estaban volviendo loco. El padre de Wagner estaba sufriendo de un gran estrés, y se dio cuenta cuando se miró las manos y se dio cuenta que varios mechones de pelo se le estaban cayendo. Varios trozos de pelo tanto negro como algunas canas estaban empezando a caerse de la cabeza de Zion, haciéndole saber que la edad y la experiencia, acompañada de incertidumbre, estaba pasándole factura. Sin embargo, eso no lo detendría. Se juró a sí mismo nunca detenerse hasta saber la respuesta a la Catástrofe. Su esposa murió el día que los meteoritos golpearon la Tierra, y fue por eso por lo que él quedó solo junto a Wagner. Tenía que saber por qué. Si había algo a lo que podría culpar por su muerte. Pero sus pensamientos también se vieron invadidos por los recuerdos de Wagner.

    — Siempre me dijiste que querías ser comandante, Wagner — pensó para sí mismo el comandante Zion — Te prometo que lo serás algún día. Si estás vivo para cuando yo llegue a ese maldito planeta, te prometo que te sacaré de ahí. Y también te aseguro que la próxima vez, tú recibirás el nombramiento que hoy ha recibido Ace… Ahora solamente quisiera poder abrazarte. No te he visto desde que partiste hace más de cuatro meses. Necesito saber que estás a salvo. No solo tú, todos los demás también.

    El trayecto de media hora restante para finalmente llegar hasta el planeta de Allecreod, donde varios de los suyos seguían estando retenidos, se hizo eterno para Stones.

    […]

    — Repite lo que has dicho — Allecreod, con la lanza en sus brazos, y acompañado por Korix y Cadain, quiso saber si sus oídos no le habían fallado.

    — Tenemos a la mitad de los suyos, tal y como lo ordenaste — uno de los ryfier hablaba con su líder sobre la hazaña conseguida — Pero hemos perdido al general Raumod en la pelea.

    Fue el haber escuchado esas palabras lo que causó que Allecreod cerrara los ojos con frustración. Uno de sus soldados más fuertes y de más confianza, además de un gran amigo para él, no había regresado de la misión que él había encomendado. Eso hizo que su odio hacia los humanos, garaks y xaromitantes creciera mucho más. Habían engañado a quien les ofrecía un trato, al menos a la vista del líder de su gente, y no solo eso, sino que habían causado estragos en uno de sus planetas, asesinando a guerreros cazadores de mucha utilidad como lo eran Axana y Eneru. Todo eso sumó mucho más odio al resentimiento que Allecreod les tenía por la muerte de su general. Pero en toda la frustración, también había algo de alegría al saber que los intrusos habían sido finalmente detenidos, y que su dominio estaba a salvo.

    — ¿Cuándo llegarán? — preguntó Korix, al ver que su hermano estaba callado mirando a la nada.

    — Aterrizaremos en tres minutos, me comunicaré contigo cuando estemos en tierra firme — dijo el ryfier, algo asustado por el tono de voz que dejó escuchar, para luego cortar la comunicación.

    — ¿Qué sucederá ahora, Allecreod? — Cadain quiso saber que planes tendría para los esclavos.

    — Me cortó la llamada antes de poder preguntarle cuantos eran y a cuantos trajeron consigo, aunque seguro solo ese último dato será real — contestó Allecreod, expresando algo de lástima por la comunicación tan breve.

    — ¿Qué pasará con la pelea? — Korix quiso saber cuál sería el desenlace — Le disparaste a Michael, y Wagner tendrá una gran ventaja ahora. Estabas a punto de matarlos a los tres.

    — Y los tres van a morir, pero no ahora — el líder de su gente lo había decidido — ¡Todos ellos van a morir ante la vista de sus compañeros! ¡Sus compañeros capturados! ¡Su última esperanza para escapar de aquí, se ha perdido, y ahora solo les queda morir! ¡Seguro que será un golpe muy duro cuando sus amigos los vean morir! ¡Eso les enseñará a no hacer nada para revelarse en nuestra contra en el futuro! ¡Así que, disfruten de sus últimos momentos con vida, porque cuando lleguen los suyos, van a morir!

    Wagner tenía a Alicia en sus brazos, y sus lágrimas se habían intensificado. Si lo que decía Allecreod era verdad, y no tenía motivos para creer que no lo fuera, su padre y sus compañeros habían sido capturados o asesinados. Darse cuenta de que todo lo que pasó con ellos y con él mismo fue a causa de su decisión, rompió a Wagner por completo, y el llanto era más fuerte que antes. Su vida y su viaje por el universo habían terminado, y para peor, arrastró con él a Dustin, Plamo, Alicia y Michael. Aunque por quien más se sentía peor era por su compañera.

    — Alicia… yo… lo siento — Wagner se disculpó con la chica.

    — Suéltame — le dijo Alicia, con un tono tan despectivo que le llamó la atención al soldado.

    — ¿Qué? — Wagner no supo como reaccionar ante esas palabras — Estás herida.

    — ¡Suéltame! ¡No quiero que me toques! — Alicia, con su brazo que estaba sano, le arrojó un golpe a la cara a su compañero.

    Wagner la soltó tan pronto como recibió ese golpe de puño en el ojo. Conforme pudo, la chica se dio vuelta en el suelo y se puso de pie, sujetándose el hombro, del cual salía algo de sangre por el disparo de Allecreod, y a paso lento por causa de sus heridas, fue corriendo hacia donde se encontraba Michael. El ver a Alicia tan lastimada, pero con deseos de estar al lado de Michael, solamente causaron un dolor peor a Wagner, quien puso su rostro en el suelo para lanzar un grito desgarrador, que varios de los presentes escucharon.

    Alicia llegó corriendo hasta el lugar donde estaba Michael. El soldado hizo su mayor esfuerzo para poder sentarse, y al hacerlo, sujetó su hombro herido con su mano sana. El dolor que sentía, sumado al daño recibido por la pelea contra Wagner lo habían dejado totalmente incapacitado para la pelea, y a duras penas podía mantenerse sentado. Su rostro mostraba una expresión de dolor, mientras lágrimas caían de sus ojos. Pero al ver como Alicia llegaba hasta él, no pudo evitar sonreír ante eso.

    — Michael — la chica, al ver el estado en que se encontraba, decidió simplemente acariciar su rostro, sabiendo que su novio no estaba en condiciones para recibir un abrazo.

    — Lo siento, Alicia, pero yo ya no puedo seguir — Michael soltó su hombro, del cual brotaba sangre, y se limpió la mano con su camisa para luego acariciarle el rostro a su novia, de la misma forma en que ella hizo con él — Seré derribado con el golpe más débil. Con todo el daño que me hicieron, liberar a Orz no servirá de nada. Ya no queda nada más por hacer.

    — Nuestros compañeros han sido capturados — Alicia acercó su rostro al de su novio.

    — Lo sé, escuché como Allecreod gritaba de felicidad por eso — Michael apreciaba el gesto de su novia — Y también escuché lo que hará con nosotros cuando ellos sean traídos aquí…

    Tras haber pronunciado esas palabras, el soldado empezó a llorar desconsoladamente. Esta vez, no era por el daño recibido, era por el destino tan trágico que estaba por enfrentar en el momento en el que sus compañeros entraran. Los vería por última vez, y luego sería asesinado frente a ellos, solo para que el sádico que los había capturado pudiera demostrar su poder y autoridad frente a sus nuevos prisioneros.

    — Perdóname, Alicia — Michael se disculpó con ella — Por no ser capaz de protegerte. No pude hacer que Wagner entrara en razón, ni tampoco he podido vencerlo… Te fallé. Y ahora, voy a perderte.

    — No tienes que disculparte, Michael — la chica le dio un beso en la frente — Has sido la persona más maravillosa que he conocido. Desde que me encontraste, jamás me has dejado sola. Te agradezco mucho todo lo que hiciste por mí. Te amo.

    — Yo también te amo… — Michael contestó con una pequeña sonrisa, bastante discreta — Lo único que puedo rescatar de todo esto es que podré despedirme de ti. No pude despedirme de Devlin ni de Julie. Pero al menos a ti te podré decir adiós.

    — Yo tampoco me pude despedir de Liam en su momento, pero al menos, aquí y ahora te tengo conmigo — la chica no sonreía, a diferencia de su novio, porque todo el daño que recibió se lo estaba impidiendo — Adiós, Michael. Gracias por encontrarme y salvarme.

    — Adiós, Alicia — Michael se acercó a sus labios, gesto que ella imitó — Gracias por haber elegido quedarte conmigo.

    Fue así como los dos soldados, quienes se habían convertido en pareja al poco tiempo de conocerse, se dieron lo que ellos creían que iba a ser su último beso. Sin saber la verdad detrás de lo que estaba ocurriendo realmente, ambos lloraron mientras se besaban, considerando que la vida no terminó siendo muy justa con ninguno de los dos. Habiendo perdido a sus familias por una misión que jamás podrían llegar a finalizar.

    Al verlos sufrir, Allecreod sonreía. Iba a disfrutar cuando llegara el momento de acabar con las vidas de los tres soldados. No solo por una venganza por lo ocurrido en sus planetas y con Raumod, sino también por el hecho de que la pelea que tanto le emocionaba ver terminó siendo un absoluto fiasco delante de toda su gente.

    […]

    — Sharyn, detente — Aurio quiso tranquilizar a su compañera.

    — ¡No, no lo haré! — la chica hizo oídos sordos a sus palabras.

    Kila y Wida se encontraban totalmente devastadas luego de escuchar las palabras de Allecreod acerca de que los únicos que podrían salvarles la vida habían sido capturados. Las dos mujeres estaban llorando juntas, sabiendo que para sus tres compañeros en el campo de batalla y para Lankir también, llegaría el final de sus vidas. Sin mencionar que ellas serían esclavas de un conquistador por el resto de sus vidas.

    Aurio se vio muy desanimado, y con una gran impotencia y tristeza que evitaron que él pudiera hacer algo. Sharyn, por su parte, se rehusaba a dejar que tres de sus compañeros murieran de esa manera. Tan pronto como Allecreod reveló lo que les iba a hacer, la chica empezó a darle puñetazos y patadas a la puerta, en un intento de romperla e ir a socorrerlos. Pese a que su ayuda pudiera no ser de lo mejor, la chica no podía aceptar la idea de quedarse quieta mientras sus compañeros iban a ser asesinados.

    — ¡Ábrete, ábrete! — gritaba mientras continuaba golpeando la puerta con la esperanza de que se abriera — ¡No puede ser que sea tan sólida, solo es una puta puerta!

    Los golpes y las patadas no tenían efecto alguno, ni siquiera se podía ver un raspón en la puerta después de todos los golpes que la chica había lanzado. Viendo que su esfuerzo era inútil, Sharyn eligió rendirse. De rodillas, cayó al suelo para luego cubrirse el rostro con sus manos mientras este empezaba a llenarse de lágrimas.

    — No puedo dejar que los maten — la chica pensaba en sus tres compañeros con tristeza — Wagner… no he podido decirte lo que siento por ti… No quiero seguir perdiendo a mis compañeros. No más. Ya no puedo seguir así.

    Para la joven miembro del ejército de Zenith, las cosas estaban repitiéndose. Primero había perdido a todos sus compañeros y a su comandante en el planeta Emiv. Y varios meses después, las cosas estaban a punto de repetirse. Tres de sus compañeros serían asesinados frente a ella, en otro planeta extraño.

    — ¡Ya estoy harta de que siempre pase lo mismo! — Sharyn gritó con tristeza — ¡¿Por qué mierda tuvo que pasar esto?! ¡¿Por qué simplemente no podemos explorar el universo en paz?! ¡¿Por qué tuvo que ocurrir la Gran Catástrofe?! ¡No lo entiendo! ¡No lo puedo entender!

    — Nadie puede — Wida, en lágrimas, quiso consolar a su compañera — Nosotros perdimos nuestro hogar por eso. Y todo para nada.

    — Por culpa de la Catástrofe, nuestras vidas se arruinaron — Kila no podía dejar de pensar en todo el daño que recibió su especie — Una invasión, una guerra, varias muertes… y ahora, nos toca ser esclavos de un loco de mierda. Todo por un maldito malentendido.

    — Yo me niego a ser esclavo de alguien así — Aurio se mostró bastante decidido al hablar — Cuando vengan a buscarnos para llevarnos a su planeta, yo voy a pelear hasta la muerte. No he llegado tan lejos para terminar como esclavo de alguien así. No pienso vivir con las imágenes de mis compañeros siendo obligados a pelear hasta la muerte atormentándome el resto de mi vida. Yo no seré esclavo de nadie. Nunca lo seré. Si mi vida termina hoy, entonces, que así sea.

    Sharyn quiso tomar la misma determinación que Aurio, pero enfrentarse a la misma tragedia en menos de seis meses fue un golpe demasiado duro del que pudiera recuperarse pronto. La chica, viendo todo lo que les estaba por ocurrir a sus compañeros, eligió no levantarse a pelear.

    Wida y Kila, por su parte, fueron contagiadas por las palabras de Aurio. La mujer xaromitante era la última guerrera de su especie. Supo que su muerte no le sería de ninguna utilidad para su gente, pero ella tampoco tenía deseos de serle de utilidad a alguien como Allecreod. Kila, por su parte, desarrolló un odio muy profundo por Allecreod por haber sido obligada a mirar como a un amigo suyo y de su fallecido hermano fue obligado a pelear hasta que le quitaron la vida.

    — Te odio más a ti que a Orz, Allecreod — pensó Kila, con un gran enojo encima — Y no voy a dejar que alguien a quien odio tanto me convierta en su esclava.

    […]

    — Que decepcionante, ¿no crees, Lankir? — preguntó el guardia ryfier que protegía al xaromitante y a Irig — Justo cuando la pelea estaba por ponerse increíble.

    — Tú cierra la maldita boca — Lankir insultó a su captor sin miedo a represalias — ¿No te parece bastante lo que me has hecho, y lo que me vas a hacer?

    — ¿Y a ti no te parece bastante el daño que tus amigos le han causado a mi planeta? — Irig encaró al xaromitante, pero con una energía renovada, a diferencia de la última vez — Esto es justicia. No estoy feliz, y nunca en la vida lo voy a estar… pero verlos pagar por el daño que han hecho me ayudará a poder dormir.

    — Nosotros no hemos hecho nada contra los tuyos, eso es algo que parece que no entienden — Lankir desafió a quien sería su enemiga en el futuro, luego de que Allecreod acabara con las vidas de sus compañeros.

    — Lo que hacen tus aliados es parte de ustedes — Irig contestó con seriedad — Sus acciones son tus acciones. Así que, en lo que a mí respecta, voy a disfrutar viendo como tus compañeros mueren.

    Sabiendo que esa era una verdad innegable, y de que pronto iba a ocurrir, Lankir puso una expresión de tristeza. Wagner era un gran amigo suyo, y pese a que Michael y Alicia no tenían la relación más cercana con él, recordar que ellos se le acercaron para hablar con él sobre su conflicto con Wida y Aurio, hizo que el xaromitante los apreciara mucho más. Los tres iban a morir frente a sus ojos, y para ser peor, frente a los ojos de sus compañeros.

    — ¿De dónde voy a sacar la fuerza para pelear luego de ver esto? — Lankir no sabía de dónde tomaría deseos de batalla — Pero, pensándolo bien, no la necesito. Si gano, seré convertido en un esclavo… En ese caso, prefiero morir. Lo siento mucho, papá. Pero, así como tu hijo no ha nacido para ser un guerrero, tampoco ha nacido para ser un esclavo. Y menos de alguien que asesinó a mis amigos.

    El xaromitante con una naturaleza guerrera muy ausente en sus genes se decidió a no decir nada más. Lo único que podía hacer era mirar, por más horroroso que fuera, como sus compañeros iban a ser asesinados frente a él en poco tiempo.

    […]

    Pasados los minutos requeridos, las naves ya habían aterrizado en la superficie del planeta Ryfier, cerca de la entrada del Resguardo. Zion, quien sabía bastante sobre el frío que hacía en el planeta, hizo que las naves quedaran fuera de la puerta de entrada, de manera que todos pudieran subirse a ellas tan pronto como salieran de ese lugar, y de esa manera, el escape sería muchísimo más sencillo. Ya todos estaban fuera de las naves. Nueve soldados humanos, dos líderes garak y ocho soldados de su misma especie, dos ryfier capturados y las diez bestias del planeta Fientlig. En total, el ataque sería realizado por treinta y un seres, lo cual sería un buen añadido a su ataque sorpresa.

    Para asegurar mayores probabilidades de éxito, Thomas y Gwyn le dieron los guanteletes de calor de Plamo y Kila a Kai y a Dana, para que pudieran tener un arma de apoyo. Mientras tanto, el cañón de Lankir, arma que también había quedado atrás, estaba en el brazo de Thomas.

    Frente a la puerta, todos sentían el frío extremo que hacía en el planeta.

    — Increíble, este lugar registra temperaturas muy bajas — Zion daba su impresión del frío del planeta — De no ser por el sistema de regulación de temperatura de nuestras armaduras, ya todos tendríamos una hipotermia.

    — Será mejor entrar rápido, comandante — sugirió Valmer a su compañero de armas — El pelaje de las bestias no durará mucho en el frío. Sería un desperdicio gigantesco que se mueran de frío.

    — Buena idea, Valmer — contestó el comandante Stones mirando a uno de los ryfier que estaban a su servicio — Habla con Allecreod. Dile que ya estamos aquí.

    — Enseguida.

    Bajo las órdenes de quien estaba al mando en ese momento, el ryfier tomó su lanza y empezó a hablar con Allecreod para poder arreglar el ingreso al Resguardo. Mientras se veía eso, una de las bestias empezó a gruñir, emitiendo un quejido por el frío que se podía sentir en el planeta. Al verlo, supieron que el tiempo que tenían para poder estar en la intemperie era muy poco, así que esperaban que se apresurara.

    — Allecreod, estamos en el planeta con todos los esclavos — dijo el ryfier, a través de la lanza que portaba — ¿Qué desea que se haga con ellos?

    — Tráelos hasta la arena, a todos — ordenó el líder de su especie.

    — ¿Por qué los quieres a todos allí? — preguntó el ryfier, algo extrañado por esa petición tan peculiar.

    — Tengo aquí a Wagner, a Michael y a Alicia — las palabras de Allecreod sorprendieron a todos los intrusos, quienes no esperaban una confirmación así — Quise hacerlos pelear hasta la muerte en frente de todos, pero fue un verdadero fiasco. Por eso quiero que me los traigas a todos aquí. Mataré a los tres en frente de sus compañeros, para que vean que es lo que pasa cuando se meten conmigo.

    — Alicia, Michael y Wagner están confirmados con vida — Thomas no pudo evitar sonreír al pensar en eso.

    — Así es, pero ese bastardo los va a matar — Rayko se preocupaba bastante de lo que pudiera pasar una vez entraran.

    — No si lo matamos nosotros primero — Asmir, quien ya había dado indicios de querer muerto al líder enemigo, fue quien propuso esa idea — Dicen que están todos reunidos en el mismo lugar. Eso quiere decir que podremos asesinar a Allecreod aquí. ¿Qué opina comandante?

    — Si lo logramos, le pondríamos fin a una gran amenaza — exclamó el comandante de Zenith — Incluso podríamos matar a varios enemigos y provocar muchísimas bajas. Pero no se equivoquen, nuestra prioridad es salvar a los nuestros. Y todo parece indicar que Stones, Umcali y Noble están en peligro.

    — Cuando nos vean entrar estarán confundidos, así que dudo que ataquen de inmediato — Ace puso su opinión en la charla — Pero tan pronto como se den cuenta de que algo va mal, podrían atacarlos. Hay que asegurarlos a ellos tres primero.

    — Cinco bestias irán al frente — el comandante Stones decidió que podría aprovecharse de su velocidad — Estas serán usadas como escudos vivientes para proteger a los nuestros. El resto de las bestias y nosotros atacaremos a diestra y siniestra. No les daremos a ninguno de ellos la oportunidad de atacarnos.

    — ¿Uso el cañón de Lankir en el ataque? — Thomas preguntó, sabiendo de la potencia de un arma así.

    — Guardémoslo para cuando estemos en batalla, no para un ataque sorpresa — Zion fue contundente con su respuesta — Que piensen que usamos todas nuestras cartas en el primer ataque, así no podrán prepararse para manejar un arma como esa cuando estemos en el medio de la pelea. Vamos a entrar. Abran las puertas.

    — De acuerdo, daré el aviso — otro de los ryfier tomó la lanza para comunicarse con su líder — Allecreod, es hora de que entremos al lugar.

    — Antes de hacerlo, quiero conocer sus números — preguntó el líder de los suyos.

    — Son un total de quince — contestó el ryfier, respondiendo lo que el comandante le había indicado mientras tenían su viaje en la nave ryfier — Pronto estarán bajo su poder.

    — Los estaré esperando — Allecreod cortó la llamada luego de ese mensaje.

    — Vengan. Los llevaremos al lugar en donde se encuentran sus compañeros.

    […]

    Allecreod tomó asiento junto con Korix y Cadain, mientras que su gente esperaba impaciente por la llegada del resto de los intrusos que se metieron en el dominio. Era placentero para todos ellos saber que tendrían nuevos esclavos para utilizar a su antojo, y que incluso habían podido reducir bastante el daño que estos les ocasionaron cuando intentaron atacarlos por sorpresa. Korix sonreía mientras veía el éxito en el plan de su hermano, pese a la pérdida del general Raumod en combate.

    — ¿Luego de esto sigue el combate de Lankir e Irig? — preguntó Korix a su hermano.

    — Sí, solo espero que Lankir no haga que la pelea se arruine como pasó con esta — su hermano mayor acarició su cabeza para contentarlo — Luego de que la pelea termine, los llevaremos a todos al planeta Triyr. Les daremos material de construcción para que se encarguen de reparar la puerta y los muros que destruyeron. Y una vez que todo esté seguro, movilizaremos a los triyr de vuelta a su planeta. En el tiempo que ellos tardan en construir el muro, podrán elegir un nuevo líder.

    — Al menos este espectáculo terminó, o terminará pronto — Cadain no se encontraba muy feliz por haber contemplado la pelea de Wagner y Michael, y pese a que no le gustó el desenlace, estaba agradecido de que esa violencia hubiera finalizado.

    Las miradas de todos estaban puestas en la puerta de entrada del lugar, principalmente las de Michael, Alicia y Wagner. El comandante provisional se acercó a sus compañeros discretamente, para que estos no lo vieran y así no pudieran gritarle despectivamente. Mientras tanto, la pareja de soldados se encontraba unida. Los dos estaban abrazados con fuerza, sabiendo que podrían morir en el preciso instante en el que vieran a sus compañeros entrar por la puerta de acceso. La alegría de volverlos a ver les duraría muy poco, y eso era algo que sucedería en ambos bandos. Wagner no dejaba de mirar la forma tan cercana en que se mantenían sus dos compañeros. En su interior, empezaba a sentirse muy mal por las cosas que hizo durante la misión. Pero esa sensación desaparecía siempre que recordaba la forma en que Michael y Alicia lo engañaron para provocar que perdiera el puesto de comandante.

    Varios pasos se escuchaban en el pasillo, lo que quería decir que el final podría estar cerca, y que los ryfier entrarían junto a los prisioneros en cualquier momento. En un momento, lo que parecía ser una caminata empezó a sonar como una estampida de varias personas en movimiento rápido. Y fue allí donde se llevaron una gran sorpresa.

    Zion, Ace, Thomas, Gwyn y tres garaks aparecieron de la nada, empezando a disparar en todas las direcciones hacia las gradas, sin previo aviso y sin darle ninguna preparación a la gente que se encontraba allí, quienes empezaron a gritar al ver como recibían esos ataques.

    — ¡Mierda, corran! — gritó uno de ellos, que pronto fue alcanzado por un disparo en la cabeza.

    — ¡¿Qué está pasando?! — Allecreod no podía creer lo que había visto — ¡¿Están libres?!

    Tan pronto como ellos entraron, las diez bestias de Fientlig los siguieron. El comandante, al entrar, pudo divisar a su hijo y a los otros dos soldados, por lo que dio la orden de que los cubrieran, y así lo hicieron. Cinco de esas bestias corrieron hacia la posición de los tres soldados, que estaban enormemente sorprendidos, mientras que la otra mitad de bestias que habían entrado, pasaron de largo a los humanos para poder dirigirse a las gradas. Al ver a esos monstruos cerca de ellos, tanto Allecreod como todos los soldados que portaban un arma, empezaron a disparar en su contra, al unísono.

    — ¡Es una trampa, mátenlos! ¡Mátenlos a todos! — fue la orden de su líder, quien estaba asustado por todo lo que veía.

    Las bestias del planeta Fientlig lograron llegar hasta las gradas en donde se encontraba la gente. Algunas dando un salto para subir, otras trepando y otras subiendo las escaleras. Sin importar el método, todos los civiles empezaron a correr tan pronto como las vieron, acción que los soldados desarmados imitaron.

    En el medio de todo el caos, Wagner, Michael y Alicia vieron a sus compañeros, en compañía de una tropa de soldados garak, correr hacia ellos. Ace y Agustina fueron los que llegaron primero, y tan pronto como lo hicieron, ellos se agacharon y tomaron en sus brazos a Michael y Alicia. Mientras que el comandante Zion, por su parte, tomó a Wagner y lo abrazó con fuerza.

    — Michael, Alicia… — Ace estaba completamente invadido por felicidad — Me alegra haber llegado a tiempo para salvarlos.

    — Alicia, estás herida — apreció Agustina, viendo el hombro y el ojo izquierdo de su compañera.

    — Fue Allecreod el que me hizo esto — Alicia contestó, abrazando a su compañera con su brazo sano — Pero me alegra volver a verlos. Creíamos que habían sido capturados, y que pronto nosotros tres íbamos a morir.

    — Descuiden, estamos aquí para salvarlos — Ace ayudó a Michael a ponerse de pie, dándose cuenta de que él también estaba herido — Las naves están preparadas para llevarnos a todos fuera de aquí. Los pondremos en la sala médica muy pronto.

    — Gracias, hermano — Michael recostó su cabeza sobre el hombro de Ace, apreciando la preocupación de su compañero.

    — Papá… esto fue culpa mía, yo soy el responsable — por su parte, Wagner hablaba con su progenitor, mientras este simplemente se dedicaba a abrazarlo.

    — Lo sé, Wagner — contestó Zion, sin dirigirse a él de manera formal — Pero luego hablaremos sobre esto. Ahora lo importante es sacarlos a todos de aquí.

    En medio de tantos disparos, los seis soldados escucharon el gruñir de una de las bestias, y todos pusieron su vista en las gradas. Al hacerlo, pudieron ver como uno de los guerreros, el cual portaba una lanza, le había cortado la cabeza usando un movimiento ágil con la punta de su lanza. El asombro al ver que no necesitó de un filo más grande para poder decapitar a un monstruo de ese tamaño se hizo más grande cuando vieron como la bestia sin cabeza caía sobre el muro de una de las gradas.

    — ¡Ese es Allecreod! — uno de los ryfier que estaba con ellos pudo identificarlo.

    — ¡Mátenlo! — Asmir dio una orden a todos sus garak — ¡Mátenlo ahora, no dejen que escape! ¡Si lo matamos, no habrá necesidad de guiarlos a una guerra en nuestro planeta!

    Mientras Zion, Agustina y Ace sostenían a sus tres compañeros, todos los demás soldados en los refuerzos cambiaron la dirección de sus disparos en contra del amo del dominio. Este, al ver a dos de los suyos entre las tropas enemigas, supo que había sido traicionado, además de que su posición fue revelada.

    — ¡Hermano, sal de ahí! — gritó Korix, disparando desde detrás de él con una lanza que le alcanzaron.

    — ¡Mierda! — Allecreod supo que no podría sobrevivir a eso.

    Tan pronto como pudo, Allecreod se mezcló con varios de sus trabajadores, quienes intentaban huir del lugar junto con él. Varios de ellos recibieron los impactos de bala que iban dirigidos a él. Mientras varios de los suyos murieron, él no fue tocado por ninguna bala.

    — No, no te dejaré escapar — Thomas corrió para acercarse mientras su arma más fuerte estaba en alto.

    Las muertes de los ryfier protegieron la vida de Allecreod, pero eso también provocó que el líder se tropezara. Mientras varios de los suyos seguían huyendo, Korix se acercó para tenderle la mano a su hermano, quien aceptó la ayuda de quien tenía que ejercer su función como guardaespaldas. Al tender la mano a su pariente, Korix vio como Thomas estaba cerca de ellos, portando en su brazo un arma diferente a las que todos usaban en el ataque.

    — ¡Hermano, huye! — gritó, mientras cargaba en sus brazos a su hermano mayor.

    Thomas apuntó directo hacia donde se encontraban ambos hermanos, y un disparo del cañón salió despedido a la dirección que él había fijado como objetivo. Sabiendo que no podría huir con él a cuestas, Korix lo empujó para tirar su cuerpo hacia el interior de un pasillo, poniéndolo a salvo del alcance del disparo enemigo, pero para él no hubo tiempo de hacer lo mismo. El cañonazo impactó en la parte de arriba de su torso, provocando una explosión potente que levantó polvo y escombros del suelo que volaron en todas las direcciones. Cuando Allecreod se encontró a salvo, pudo ver a través de la nube de polvo rojinegra, por la sangre del impacto, que, de su hermano pequeño, el único familiar vivo que tenía con vida únicamente habían quedado sus dos piernas que yacían en el suelo desparramando sangre de la abertura.

    — ¡No, no puede haber pasado esto! — decía mientras se acercaba para poder comprobar si la persona que había muerto efectivamente era su hermano o si se trataba de alguien más.

    Pero tan pronto como quiso ponerse en marcha, una multitud de su gente, soldados armados incluidos, cruzaron la puerta de entrada corriendo a gran velocidad, llevándose por delante a su líder, quien fue atropellado y posteriormente pisoteado por los suyos hasta que, con dificultades, logró apartarse del medio.

    Viendo que su hermano no estaba entre las personas que habían salido, Allecreod se dio cuenta de que efectivamente, su hermano menor había sido asesinado por los humanos. Las lágrimas empezaron a correr por su rostro mientras él se puso de pie para correr de ese lugar junto con la gente que salía despavorida de allí. Tan pronto como giró a la izquierda en un pasillo, se encontró con Cadain y varios soldados más, quienes estaban esperándolo a él para recibir una orden. Al ver el estado en el que se encontraba su líder, con tantos golpes y lágrimas en la cara, y el ver que su hermano, que trabajaba como guardaespaldas no estaba con él, supusieron lo peor.

    — Lo siento, Allecreod — Cadain le dio el pésame por lo que había ocurrido — En verdad. Korix era un chico con un gran entusiasmo.

    — Y ya no puede serlo, porque esos malditos bastardos me lo arrebataron — el enojo desplazó a la tristeza en el líder ryfier — En sus filas hay dos de los nuestros. Dos traidores. Ellos vendieron toda nuestra información a cambio de que se les perdone la vida, estoy seguro. Y ahora, los refuerzos de estos malditos bastardos están en nuestro Dominio.

    — ¿Qué son esas cosas tan grandes que los acompañan? — preguntó uno de ellos, refiriéndose a las bestias de Fientlig.

    — No lo sé, pero no suenan nada parecido a nada de lo que nos hayan contado cuando nos hablaron de su viaje por el universo — el líder seguía molesto con ellos — Cada vez que pasa el tiempo, descubro que nos han estado ocultando muchas cosas más. Está claro que omitieron esa información por si algo como esto llegara a pasar. No tengo idea de que clase de monstruos son ellos, pero al menos sé que puedo cortarles la cabeza con las lanzas.

    — Necesitamos llegar a la armería con todos los demás soldados, y así poder distribuir armas y contraatacar — Cadain sugirió — Raumod ha muerto, así que tenemos que ir con todo.

    — No creo que sobrevivamos contra todos ellos en una pelea hasta la armería — contestó otro de los ryfier que estaba allí con ellos.

    — En ese caso será mejor solicitar ayuda — Allecreod tomó su lanza para poder comunicarse con alguien — Xorxaik, despierta. Habla Allecreod. Estamos bajo ataque. Activa tu modo autónomo y pelea contra los invasores. Mira las cámaras para ubicarlos a todos, y acaba con la mitad de ellos. De los demás nos encargaremos nosotros. Tú solamente revisa cuantos están con vida, en tiempo real, y ve matando hasta que reduzcas sus números a la mitad — el líder le dio la orden a su robot, que no tardaría en despertar — Ah, y a esos animales que tienen pelaje negro… mátalos a todos. No cuentes ni registres nada relacionado a ellos. Si se mueven, aplástalos y acaba con ellos.

    […]

    Luego de cinco minutos, en las gradas del pequeño anfiteatro, solamente quedaban con vida las bestias, quienes se estaban alimentando de los cuerpos de los ryfier que habían asesinado. Pocos soldados murieron en la pelea, ya que estos únicamente estaban cubriendo la salida de la gente que no portaba armas. Tan pronto como la mayoría escapó, ellos hicieron lo mismo.

    En paz por fin, el grupo se reunió en el centro del campo de batalla. Gwyn y Thomas estaban junto a Ace y Agustina para ayudar a Michael y a Alicia a estar de pie. Mientras las bestias fueron puestas a revisar y resguardar las entradas. El grupo estaba muy contento de haber podido salvar a sus compañeros, pero la pelea no había terminado todavía. Asmir, Valmer y varios otros garak miraban con tristeza el cuerpo de Plamo, un gran amigo suyo. No tenían noticias de su muerte, y el haberlo encontrado muerto en el campo de batalla les hizo darse cuenta de que habían llegado muy tarde como para poder hacer algo por él.

    Luego de una despedida rápida, Asmir y los suyos se reunieron con su grupo.

    — Lo lamento, comandante, fallé mi disparo — Thomas se disculpaba con Zion — Tenía a Allecreod al frente, pero uno de los suyos se interpuso. No pude acabar con él.

    — El plan no era acabar con su vida aquí, así que no es necesaria una disculpa, Delleo — Zion no quiso que su soldado se afligiera mucho por eso — Vinimos aquí para rescatar a los nuestros. Y eso es lo que nos tiene que importar.

    — Lankir fue llevado a un lugar diferente separado de los demás — Wanger habló, revelando información que podría ser de mucha utilidad para ellos y la continuación de la misión — Sharyn, Aurio, Wida y Kila deberían estar encerradas en el mismo lugar. Lo que no sé es si seguirán en el mismo lugar en donde nos tenían a nosotros.

    — Bueno, eso facilitará las cosas si lo último es verdad — Zion supo que podían aprovechar bien su situación — Esto es lo que haremos. Uno de los ryfier vendrá conmigo, mi equipo y cinco bestias a la ubicación en donde Allecreod los tenía encerrados a ustedes. Asmir, tú y Valmer vayan juntos con el otro ryfier.

    — ¿A dónde deberíamos ir? — preguntó Valmer, para luego ver la expresión de furia en el rostro de Asmir.

    — ¿Quieres que los lleve a un lugar en específico? — preguntó el ryfier que estaba asignado para ir con ellos.

    — Piensa en los posibles lugares en donde Allecreod tendría encerrado a un xaromitante y ve hacia allá — Zion supo que eso era todo lo que tenían — Viendo que Noble, Umcali y Stones no se encuentran en buenas condiciones, se quedarán aquí con cuatro de las bestias de Fientlig bajo el mando del comandante Lakor.

    — ¿Comandante? — pensó Wagner, sabiendo que eso solo significaba una cosa, lo cual se lo guardó para sí mismo.

    — Sabemos como salir de este Resguardo desde esta posición, pero no desde otras ubicaciones del interior — Zion les comentó lo que para él era lo más sensato — En lugar de tentar a la suerte buscando la salida, lo mejor será buscar este lugar, y luego acudir a la salida. Después de todo, ya la conocemos.

    — Haremos guardia en este lugar y nos aseguraremos de que no pongan un pie aquí — Ace se comprometió a cuidar el lugar de reunión — Ustedes encárguense de encontrar al resto de nuestro equipo.

    — Recuerden, no peleen salvo que sea necesario — Stones dio una orden también a los garak — No vinimos aquí a buscar pelea. Solo estaríamos en desventaja. Busquemos a los nuestros y salgamos de aquí. Nos vemos pronto.

    Al instante de haber dado la orden, Zion, Kai, Rayko, Melody y Dana se fueron corriendo junto a él, un ryfier, y cinco de las bestias de Fientlig, siendo un total de once guerreros, por un lado. Asmir, Valmer y los otros ocho garak que quedaron con vida tras el duelo que se dio en el planeta Nokadro se fueron por la dirección contraria, la cual fue la misma por la que Asmir pudo ver huir a Allecreod.

    Tan pronto como cruzaron la puerta y pusieron los pies en el interior del pasillo para recorrer ese lugar, Asmir empezó a guiar a los suyos con la compañía del ryfier que fue asignado para ir con ellos.

    — Escucha, sé que Zion ordenó que debíamos acudir hacia los lugares donde Allecreod podría tener encerrado a Lankir, pero eso lo dejaremos para después — Asmir sonaba muy severo al hablar.

    — ¿Qué tienes en mente, Asmir? — preguntó Valmer, sabiendo que él planeaba algo distinto a lo dicho por el comandante.

    — Sé que Allecreod huyó por este pasillo, así que quiero que nos lleves a todos hacia los lugares a dónde podría haber corrido a esconderse — fueron los dichos del garak — Lo tomamos por sorpresa, y estuvimos a punto de matarlo. No me iré de aquí dejándolo vivo para que ese hijo de puta lleve a sus tropas a mi planeta.

    — Pero Allecreod conoce este lugar mucho mejor que yo, y por supuesto, mejor que cualquiera de ustedes — el ryfier quiso aconsejar al garak para que no se metiera con él — No es prudente enfrentarse a él en un lugar así.

    — Sé que es un riesgo muy alto, pero prefiero correrlo si eso me asegura que mi planeta evitará otra guerra como la que acabamos de tener hace meses atrás — Asmir estaba decidido a no marcharse sin haberle dado caza al conquistador — Así que olvida la orden del comandante Stones. Obedece la mía, y llévame hacia los lugares en donde podría estar escondiéndose Allecreod.

    […]

    Una sala repleta de oscuridad se iluminó por completo en el momento en el que Xorxaik, quien se encontraba en reposo a la espera de recibir una orden de su creador, fue activado. El robot oyó las palabras de quien le había dado autonomía con su orden, de forma que se dispuso a obedecerle. La sala completa estaba repleta de monitores que informaban el estado de la temperatura, que varios equipos de refrigeración se encargaban de mantener en óptimas condiciones para que el metal que conformaba el cuerpo del robot no sufriera ningún daño.

    Tras haber entrado en su modo autónomo, donde Xorxaik tendría un libre albedrío para actuar según cierto determinado número de reglas implantadas en él por Allecreod, el robot conectó su sistema de movimiento y cálculo al sistema de vigilancia de todo el Resguardo. Las órdenes eran lo bastante claras. Debía eliminar a la mitad de los atacantes. El robot pudo ver a través de las cámaras los interiores de cada una de las habitaciones en el lugar donde se hallaba, por lo que, para él, calcular un patrón de movimientos fue muy sencillo. En menos de cinco segundos ya tenía las ubicaciones de todos los seres que atacaban su hogar. Tras hacer cálculos en menos de dos microsegundos, el robot se puso en movimiento, en busca de quienes estaban más cercanos a su posición; ayudándose también de un programa de prevención que le ayudaría a calcular los movimientos de los atacantes.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, me alegra que finalmente te hayas recuperado de ese dichoso resfriado que te tuvo tanto tiempo jodido y que finalmente hayas podido publicar. Después de esto, se viene el final de la parte V y no puedo estar más impaciente por ver la resolución de esta trama. Pero ahora me toca comentar este capítulo.

    Agustina ha madurado, o eso parece. Ya no la veo como una chica débil y el enfrentarse a su miedo, las bestias de Fientlig, demuestra en parte eso. Ha sido muy tierno verla junto a Ace, sin duda se les ve felices y con planes de futuro (me da que va a morir en el próximo capítulo :v). Por su parte, Ace parece algo abrumado pero listo para su primera gran misión como comandante. Ha sido interesante ver a dos veteranos como Thomas y Gwyn hablar con los nuevos Kai, Rayko, Dana y Melody. Sin lugar a dudas, estos deberán aprender ciertas cosas y que mejor que soldados ya experimentados para aconsejarte en esas situaciones. Tras esto, vemos que Zion conversa con los dos ryfier adoctrinados y que se le ve realmente preocupado por todo, aunque sobretodo por su hijo, algo lógico. El hecho de que se le caiga el pelo fruto del estrés y la edad solo demuestra que le está llegando el momento de parar y retirarse. Al menos, así lo veo yo.

    En el Resguardo nadie se espera la que les va a venir encima. Mientras el resto del grupo asume que va a morir una vez lleguen sus compañeros retenidos (ha sido desolador ver a Michael y Alicia despedirse, Wagner destruido y el resto impotentes) vemos que Allecreod celebra su "victoria". No obstante, todo da un giro de 180 grados cuando lo que parecía una situación bajo control termina con un ataque sorpresa en el propio Coliseo, lo que provoca el caos. Las bestias son un puntazo a favor de los buenos y la organización del ataque hace que los ryfier no sepan casi por donde salir. Thomas está cerca de matar a Allecreod pero en su lugar mata a Korix (ese chico me caía bien, no parecía tan sanguinario como su hermano) y eso es algo que sin duda hará que el dictador galáctico coja más odio contra sus enemigos. Ha sido muy realista ver como Allecreod era empujado y pisoteado por su propia gente, presa del pánico. El muy cabr*n activa a Xorxaik, su robot asesino. Sinceramente, me da que esa monstruosidad hará una matanza, aunque ojalá me equivoque y puedan contrarrestarla.

    El reencuentro entre compañeros ha sido brevemente emotivo pues no había tiempo para saludarse y conversar, lógicamente. Wagner ha captado que Ace es comandante, algo que me agrada XD. Y parece que una vez todos sean rescatados, el grupo huirá de allí. Al menos esa es la idea de Zion, pues el líder garak Asmir no parece de acuerdo y seguro que por su deseo de querer aniquilar a Allecreod, provocará que el plan se joda un poco. Debería ir a por Lankir y no lo va a hacer, por lo que tanto él como Agustina son dos de las muertes que veo para el final, aunque seguro que habrá alguna más importante.

    Dicho todo esto, estaré esperando con muchas ganas el final de esta gran quinta parte, amigo. Hasta pronto.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    36
     
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    19063
    Saludos a todos los lectores de la historia. Al fin llegó el momento de terminar la publicación de esta parte V. Ha sido un largo camino, y he tenido varios contratiempos en esta última etapa de la publicación. Pero hemos llegado. Quiero dar las gracias a Resistance y a Zurel por haber seguido la historia. Espero que ambos disfruten de este capítulo (espero que Zurel también disfrute el 35 que le quedó pendiente a la par de este :) ) y que perdonen por lo extenso de este. Es solo que no pude encontrar un punto de corte. Es decir, creí que si lo cortaba me quedarían dos capítulos regulares en vez de uno bueno. Así que, quedó largo. Pero lo vale. Este capítulo, créanlo o no, será el que marcará el rumbo del resto de LGC.

    Al final del capítulo habrá preguntas para que respondan, como siempre suelo hacer. Ahora sí, sin más distracciones, les dejo disfrutar la historia.

    Edit: la cronología y la guía de personajes están actualizadas. No las consulten hasta haberse leído el capítulo :)





    Los conquistados:

    Gwyn ayudó a Michael a colocarse el traje de protección, cubriendo de esa forma la herida que este tenía en su hombro. Tras haberse abrochado nuevamente el equipo, el soldado se sintió algo molesto, dado a que su hombro ardía con mucha fuerza a raíz del disparo que recibió de parte de Allecreod. Tanto fue su dolor, que, al caminar, el roce de su ropa con su herida, le provocaba liberar pequeños quejidos de dolor.

    — Te llevaremos a una sala médica muy pronto — decía Gwyn a su compañero, aliviada de ver que él estaba con vida.

    — Muchas gracias, pero quien realmente necesita que la atiendan es Alicia — Michael apreciaba el apoyo de su compañera.

    — La llevaremos a la sala médica tan pronto como los demás regresen con el resto — Ace, como comandante bajo las órdenes de Zion, dejó en claro el resto del plan — Michael, ¿por qué no portabas tu traje de protección?

    — Quiso liberar a Orz para que me mate — Wagner contestó la pregunta por él — Esa es la razón. Si Allecreod no lo hubiera detenido, lo habría hecho. Y si ustedes hubieran tardado unos cinco minutos más, probablemente yo no estaría aquí.

    — Michael, ¿por qué decidiste hacer eso? — Agustina estaba bastante intrigada con aquella decisión.

    — Lo vi todo perdido, y la desesperación me ganó en ese momento — Michael se sinceró con sus compañeros — Pero a Wagner se le olvidó un pequeño detalle.

    — Michael quiso que ellos fingieran una pelea a muerte, pero él se rehusó — Alicia, pese a estar debilitada, pudo reconocer lo que ocurrió frente a ella.

    — Yo quise simplemente asegurar mi supervivencia, nada más — Wagner contestó, algo desanimado por los reclamos de su compañera — Olvidan que yo elegí dar mi vida, y que fue Dustin quien terminó salvándome de morir aquí prematuramente.

    — Todo porque tú quisiste que viniéramos aquí — Michael, pese a estar bastante débil, no quería perderse la oportunidad de decirle sus verdades a su compañero.

    — Si quieres seguir peleando, puedo hacerlo, pero tú no estás en buen estado — Wagner no quiso dejarse atacar así — Sigue hablando a tu riesgo.

    — Basta, los dos — Thomas tranquilizó a sus compañeros antes de que continuaran así — Wagner, tienes que hacerte responsable por el error que cometiste. Sabes bien que esto es tu responsabilidad. Quizá no tu culpa, ya que no conozco los detalles de su encuentro con Allecreod. Pero sí tu responsabilidad.

    — Eso ya es algo que todos saben muy bien, Thomas — Wagner recordó el momento en el que su padre llamó “comandante” a Ace — Y ya tengo bastante con saber que Dustin y Plamo han muerto, y que Michael y Alicia se encuentran heridos.

    — No te parecía importar demasiado mi herida hace literalmente unos segundos — Michael confrontó a Wagner.

    — Hey, ustedes dos, ya fue suficiente — Ace decidió tranquilizar las cosas entre ellos — Hablaremos sobre esto en la nave, una vez que todos estemos a salvo.

    — Solamente espero que el comandante y los demás no estén en problemas ahora mismo — Alicia mostraba preocupación por sus compañeros — Después de habernos salvado, eso es lo que menos necesitan.

    Dispuestos a seguir con su tarea, la cual era mantener vigilancia completa en el lugar, dado a que sería el punto de reunión para posteriormente escapar a salvo hacia las naves, Thomas y Gwyn mantuvieron la mirada fija en una de la entrada al campo de batalla donde sus compañeros se encontraban peleando hasta hace menos de cinco minutos. Ace, por otro lado, mantenía la mira en la salida por la cual habían huido Allecreod y varios otros más. Cuatro bestias, dos mirando en cada dirección, se encontraban a las puertas ejerciendo como timbre de alarma ante el más mínimo peligro. Pero en territorio enemigo, para los soldados de Zenith, toda precaución por tomar era poca.

    Alicia se sostenía gracias al apoyo de Agustina, quien miraba con tristeza el vendaje con sangre que cubría su rostro, dándose cuenta de que su compañera había sido lisiada de una forma en que sería muy difícil ayudarla a recuperarse. Michael y Wagner estaban junto a las dos, pero no se dirigían la mirada en ningún momento. El primero todavía guardaba rencor a Wagner por haber recibido un ataque como el que le fue otorgado cuando él mismo ofreció una posibilidad de paz. El segundo, por su parte, recordó el momento en el que Alicia le advirtió acerca de las intenciones de Michael, y se dio cuenta de que, tal y como su compañero lo dijo al estar ambos encerrados, todo fue obra de ambos para distraerlo de la misión, y de esa forma, perder el puesto de comandante. Wagner se sentía mal, porque pese a que ese plan no dio frutos, el puesto estaba perdido de todas maneras. Ace era el nuevo comandante de Zenith, y salvo que Magnus ordenara lo contrario, no habría un nuevo nombramiento pronto. Su momento, el que más deseaba, debería esperar.

    — Sé que estás decepcionado, papá — Wagner murmuró, en una voz casi inaudible — Sé que tú querías nombrarme comandante de la misma forma en que yo quería recibir ese nombramiento de tu parte. Pero esto no es el final. La siguiente ocasión, seré yo el que reciba este honor. Lo juro.

    […]

    Luego de haber observado todo lo acontecido a través de las cámaras, Sharyn, Wida, Kila y Aurio se encontraban golpeando la puerta al mismo tiempo. Con todas sus fuerzas, los cuatro guerreros de diferentes especies buscaban desesperadamente ser libres para ir a buscar a los suyos, sabiendo que ese era el único motivo por el cual habían acudido hacia ese planeta. Pese a todos los intentos que hacían, la resistencia de la puerta que los mantenía encerrados era bastante superior a la fuerza ejercida por sus ataques. Sharyn, para intentar otra alternativa y ver qué resultados podría obtener, se alejó y cargó en sus manos un gran fragmento de calor, el cual disparó contra la puerta, esperando que esto causara algún mínimo impacto en la misma. Pero nada cambió, y las cosas seguían iguales para los cuatro guerreros de la alianza.

    — Esto no está nada bien — Sharyn se quejaba de la situación actual — Ellos deben estar desesperados buscándonos, y nosotros no podemos ni siquiera hacer nada para facilitarles las cosas.

    — No tiene sentido que gastemos fuerzas innecesariamente ahora que hemos visto que nada sirve — Aurio quiso que todos entraran en razón — No portamos armas ni armadura para protegernos. En el momento en el que salgamos de aquí, los demás tendrán que dedicarse a nuestra protección hasta estar a salvo. Si encima nos cansamos o quedamos heridos, solo les complicaremos las cosas.

    — Sugiero que estemos atentos a lo que ocurra afuera, y que no hagamos ruido — Wida tuvo una idea que desconcertó algo a sus compañeros.

    — ¿Y por qué no quieres que hagamos ruido? — Kila le preguntó a la misma — Si gritamos, podrían encontrarnos más fácil.

    — Podríamos, pero no hay seguridad de que vaya a ser así — la xaromitante contestó a su compañera — Y si hacemos ruido, no podremos escuchar si alguien se acerca. ¿Qué tal si Allecreod o alguno de los suyos viene aquí para tomarnos y usarnos de rehenes? No podríamos anticiparnos ante eso. Si nos quedamos callados, podríamos escuchar si alguien se acerca y estar listos para mostrar algo de defensa, aunque sea.

    — Es un buen plan — Aurio felicitaba a su novia por esa idea — Y está claro que yo lo seguiré. Sharyn, Kila, ¿ustedes qué deciden?

    — Podrían tomarnos de rehenes, como dices tú, o también podrían intentar hacernos alguna otra cosa — Sharyn supo que con alguien como Allecreod no podían quedarse en una posibilidad — La idea de Wida es lógica.

    La soldado garak asintió, sin querer decir mucho más. Ella no estaba tan segura de que los ryfier fueran los primeros en acudir hacia el lugar en donde ellos se encontraban siendo prisioneros, pero eso no era una garantía de que sus compañeros tuvieran el camino fácil hacia su posición. Viendo que los otros tres ya estaban decididos a actuar como Wida lo había propuesto, a la soldado garak no le quedó otra opción que alinearse bajo el mismo plan.

    Sharyn, por su propia parte, se apartó de la puerta y se dispuso a ver la pantalla que seguía mostrando lo ocurrido en aquel lugar en donde sus compañeros fueron puestos a pelear hasta la muerte. La chica se sentía muy aliviada al ver a sus compañeros a salvo. Wagner, Alicia y Michael se encontraban lastimados, principalmente los dos últimos, pero estaban con vida. Mientras que sus otros compañeros de los cuales estuvo semanas sin conocer su estado también estaban con vida. Luego de recordar la forma en que perdió a sus anteriores compañeros en la misión de Emiv, ese cambio era algo realmente alentador para la chica.

    Wida, quien fue la que propuso la idea de mantener una atención constante a los ruidos del exterior, fue quien más cerca se situó de la puerta, con la compañía de su novio, quien la ayudaría si eso resultara ser necesario. Ambos xaromitantes esperarían allí, y si notaban que alguno de los ryfier se les aproximaba, le saltarían encima tan pronto como estuviera en sus posibilidades. No pudieron hacer nada para ayudar a sus compañeros, pero no se iban a conformar con simplemente quedarse quietos a la espera de ser tomados como rehenes y complicar aún más las cosas para quienes se tomaron la molestia de acudir en su rescate.

    […]

    Desde otra habitación, Lankir e Irig miraron con sus ojos todo lo ocurrido, y el ryfier que los estaba escoltando también. Este último puso una cara muy seria, al ver que las cosas se salieron de control, y que varios de sus compañeros fueron asesinados en el momento en el que unas criaturas salvajes entraron al lugar acompañados de los invasores que Raumod y los otros se suponía iban a detener.

    Lankir miraba de reojo todo lo que este hiciera, ya que quería estar listo para defenderse o esquivar cualquier ataque que pudiera recibir. Temía que el que lo estaba custodiando eligiera desquitarse con él, asesinándolo, o algo peor, como ser tomado de rehén para perjudicar a sus compañeros. Sin embargo, para su sorpresa, nada de esto ocurrió. El guardia que los acompañaba se calmó luego de estar un rato largo sin saber que hacer, y luego tomó una decisión.

    — Quedan solos — decía el soldado dispuesto a marcharse a dar una mano a sus amigos en el ataque que estaban recibiendo.

    — ¿Qué pasará con nuestro combate? — Irig preguntó más por curiosidad que por otra cosa.

    — Son libres de matarse entre ustedes si lo desean, las reglas no han cambiado — decía el ryfier, mientras abría la puerta del lugar — Quien gane terminará como esclavo. Quien pierda terminará enterrado o con su cadáver pudriéndose en el frío del exterior del planeta. O tal vez siendo abono para las plantas que se cultivan aquí.

    — Todo esto es solo si Allecreod logra defenderse exitosamente del ataque — Lankir quiso afectar la moral de su carcelero — Si él muere asesinado por mis compañeros, será el fin para ti, para todos tus compañeros y para tu dominio.

    — Eso jamás pasará, Lankir — el ryfier estaba confiado en que todo saldría bien — Varios morirán, incluso puede que yo también. Pero Allecreod no va a perder, y mucho menos a morir. Él se sobrepondrá a esta situación, como siempre lo ha hecho, y si tú sigues vivo, serás un esclavo más trabajando para él. Tienes la posibilidad de elegir si quieres morir aquí, o si quieres seguir viviendo. Dudo que a él le importen las vidas de dos esclavos cuando hay atacantes lastimando gente. Así que tienes la oportunidad de elegir tu destino. Y créeme, será la última vez en tu vida que tendrás ese privilegio.

    Tras decir esas palabras, el ryfier se marchó de la habitación donde Lankir e Irig estaban siendo retenidos, a la espera de que su combate tuviera lugar, cosa que aparentemente, no podría suceder, o al menos, no en frente de toda la multitud como el líder de su gente lo hubiera querido. Al instante en que la puerta se cerró, Irig lo tuvo todo bastante claro.

    La ex líder de los triyr se abalanzó sobre Lankir, empujándolo con tanta fuerza, mientras este estaba desprevenido, que logró hacerlo caer al suelo. Lankir no pudo hacer nada para defenderse en aquel momento, y tan pronto como estuvo derribado, la guerrera de otra especie empezó a desencadenar una lluvia de golpes en su rostro.

    El xaromitante logró reaccionar luego de recibir tres golpes en la cabeza, anteponiendo su mano para detener los ataques, para posteriormente, flexionar el brazo y así quitársela de encima. Lankir supo que sería una pelea muy difícil, sobre todo porque Irig vio su combate en contra de Tormek, y estaría preparada para defenderse si intentaba afrontarla de la misma forma en la que él consiguió la victoria en su momento.

    Viendo que la tendría complicada, Lankir optó por una conciliación pacífica con su enemiga.

    — ¿Por qué me atacas? — el xaromitante quiso conocer sus motivos, ya que, de lo contrario, cualquier palabra para ponerla de su lado no sería eficaz.

    — Ya no me interesa lo que me pase a mí — Irig estaba molesta, pero no gritó ni alzó la voz, dado a que tenía a su rival de frente — Tú asesinaste a Tormek. Tus amigos humanos asesinaron a Axana y Eneru — Irig recordaba con tristeza a los suyos — Soy la única de ellos que sigue con vida… y cuando todo este circo acabe, voy a volver a ser esclava de Allecreod si es que sigo viva. No pienso volver a mi planeta con mi gente para que todos ellos seamos los esclavos de Allecreod otra vez. Mucho menos si eso significa que voy a compartir el planeta con los tuyos. Voy a acabar con mi vida aquí mismo, pero antes, voy a matarte a ti. Quiero que tus amigos sufran lo que es perder a alguien cercano. Ya he matado a uno de los suyos, así que no me costará trabajo matar a otro más. Mucho menos pesará en mi mente.

    — No hay necesidad de que vuelvas como esclava a tu planeta — Lankir quiso detenerla con palabras, poniendo ambos brazos adelante al hablar para hacerle saber que no iba a atacarla en ningún momento — Créeme, mis compañeros son fuertes, y ellos van a derrotar a Allecreod. Quizá incluso puedan matarlo.

    — No, no me voy a tragar esa mentira — Irig no creía en las palabras de Lankir — Allecreod es demasiado fuerte para que alguien lo derrote. Lo tomaron por sorpresa, y estuvieron cerca de matarlo, pero él escapó. Esa era la oportunidad perfecta, y fallaron. Ahora ya no tienen esperanzas.

    — Confía en mí, ellos son capaces de cualquier cosa — Lankir supo que había hecho un ligero avance al ver que ella no lo estaba atacando — Yo una vez me vi envuelto en una muerte segura, pero me terminaron salvando. Estaba a punto de morir a manos de un enemigo, pero ellos me encontraron. Cuando parecía que mi vida iba a terminar, ellos aparecieron. Ya han peleado guerras y batallas difíciles antes. Allecreod es más fuerte que cualquier amenaza que hayan enfrentado, pero si algo caracteriza a mis compañeros es que ellos no pierden. Vas a verlo con tus propios ojos. Cuando esa puerta se abra, uno de los míos estará tras ella. Y entonces recibirás la noticia de que Allecreod fue vencido.

    — ¿Y qué si eso es cierto? — Irig no se vio convencida del todo por Lankir — Si lo que dices es verdad, entonces me espera una vida de esclavitud a manos de seres que son incluso peores que Allecreod. El panorama para mí es el mismo. No pienso ser esclava de nadie nunca más. No después de perder a varios de los míos.

    — Te estás equivocando al pensar que nosotros somos como él — el xaromitante retrocedió hasta la pared, apoyándose en la misma sin mostrar señales de atacar — No sé quiénes fueron los humanos que te atacaron, pero sé que no fue ninguno de los que está aquí ahora. Nosotros no somos conquistadores como Allecreod. No nos interesa ejercer ninguna clase de dominio sobre ningún planeta en el universo. El planeta más cercano hasta aquí está a una semana entera de viaje. El gasto para venir hacia aquí y luego regresar es mucho mayor que los beneficios que podríamos obtener de un planeta conquistado como el suyo.

    — Entonces, ¿qué es lo que le espera a mi gente? — Irig quiso saber qué más tenía para decir su compañero de encierro.

    — Si te detienes, y no me atacas, hablaré con los míos para llevarte a ti y a los tuyos a salvo a tu planeta luego de que el daño que los otros humanos causaron sea reparado — Lankir le hizo una propuesta a Irig — Más importante, Allecreod no estará con vida para reclamarles nada. Podrán tener una vida libre de su yugo. Todo lo que hagan, será para ustedes mismos, y no para él. Pero si tú me matas aquí, ellos ya no tendrán esa gentileza con tu gente. Probablemente, los terminen matando a todos, y ninguno de ustedes podrá gozar de esa vida de libertad.

    — ¿Me prometes que vas a hablar con los tuyos para que mi gente sea liberada al fin? — Irig parecía haber cesado sus deseos de eliminar a su enemigo.

    — Te prometo que así será — Lankir hizo una promesa que sería muy sencilla de cumplir, y que no afectaba en nada su misión, y más importante, que le salvaría la vida.

    Irig sonrió por primera vez desde que el muro de su planeta fue destruido por los humanos. Las palabras que Lankir le contó le parecían sinceras, y el hecho de que no hubiera nadie de su especie entre la tripulación de humanos que causó todo el daño en su hogar, hizo que ella creyera aún más en su promesa. Si bien, no había garantías de que Lankir lo fuera a cumplir, lo cierto era que sus compañeros no se verían nada felices si abrían la puerta de la habitación y lo encontraban asesinado a sus manos. Todos esos factores hicieron que la que fuera en algún momento la líder de los tryir considerara realmente la oferta que le ofreció alguien que estaba encerrado junto con ella.

    — Gracias por razonar conmigo — Irig empezó a derramar lágrimas tanto de felicidad como de tristeza por lo acontecido en el interior de ese lugar — Lo que yo más deseaba con toda mi vida era poder darle la libertad a mi gente. Esta promesa que has hecho conmigo significa mucho para mí. De la misma forma que significará mucho para todos los míos cuando logren volver al planeta.

    — ¿Por qué no te incluyes a ti misma en ese conjunto? — Lankir estaba extrañado por esa forma de hablar de su gente sin incluirse con ellos.

    — Pese a que me has dicho algo que es muy alentador, aun dependo de que tus amigos sean capaces de derrotar a Allecreod — Irig tenía un gran pesimismo en su interior, pese a la alegría que le causaron las promesas de Lankir — Y sin importar que pueda suceder, tres de las personas más valiosas que tenía, ya han sido asesinadas. Siempre imaginé que una vida siendo libre sería hermosa, pero no será lo mismo sin las personas más importantes para mí. Así que, quiero que recuerdes la promesa que me hiciste, y que le digas a los míos lo que ha pasado aquí.

    — Espera, ¿qué piensas hacer? — Lankir se vio sorprendido por esa forma de hablar de Irig.

    La mujer que fue la líder de su especie no contestó a la pregunta de su compañero con palabras, sino con acciones. Asegurándose de que él pudiera ver bien lo que haría, ella mordió su lengua con una fuerza descomunal. Al momento de hacerlo, la sangre empezó a brotar de su boca mientras balbuceos inentendibles de dolor se hacían sonar en la sala. Lankir estaba muy impactado por ver que la guerrera que estaba tan interesada en darle la libertad a su gente hubiera elegido cometer suicidio frente a él. Siendo alguien a quien él no conocía absolutamente para nada, el xaromitante no sufrió demasiado al ver como ella caía al suelo mientras la sangre salía del interior de su boca para dar paso a sus últimos suspiros con vida, pero ciertamente fue una sorpresa para él hasta que razonó un poco más sobre lo ocurrido.

    — Supongo que tú eras incapaz de creer que mis compañeros fueran capaces de derrotar a Allecreod — Lankir miraba como ella gritaba cada vez con menos fuerza, signos de que la pérdida de sangre la estaba por matar — Incluso si lo hubieras creído, el perder a los tuyos te golpeó muy fuerte. Supongo que debieron ser personas importantes para ti… — tras decir esas palabras, se agachó para estar a su altura — Perdóname por haber asesinado a tu amigo. Yo simplemente quería seguir viviendo, y si hubiera podido elegir otro camino, está claro que lo hubiera hecho. Mi padre siempre me decía que me gustaba mucho jugar al mensajero de la paz… aunque yo nunca lo consideré un juego… Irig, si aún estás viva, quiero que sepas que mantendré mi palabra hasta el final.

    Tan pronto como el xaromitante dejó de hablar, la guerrera con la que le hubiera tocado batirse en un duelo a muerte, perdió su vida tras haber cometido suicidio ante él. Lankir no sufría con su muerte, pero su empatía le hizo ponerse en el lugar de ella. Cuando se dio cuenta de que probablemente toda su vida sufrió de la esclavitud de Allecreod, y de que perdió a muchas personas importantes en muy poco tiempo, sumado al hecho de que acababa de perder a quien fuera su compañero hacía menos de dos horas, el hijo del líder de los xaromitantes supo que sus motivos para haberse quitado la vida eran válidos. La guerrera pudo morir feliz sabiendo que, si los compañeros de Lankir ganaban, el resto de su gente sería libre; y que, si perdían, se ahorraría el ser la esclava de Allecreod por el resto de su vida.

    Sea como fuera, ella había elegido acabar con su vida en ese lugar. Lankir supo que las promesas que hizo le habían salvado la vida, y que a sus compañeros no les costaría absolutamente nada cumplirlas, por lo que tenía decidido que, una vez sus compañeros acabaran con la amenaza de Allecreod, algo en lo que él tenía depositada toda su fe, él se aseguraría de cumplir con dicha promesa.

    […]

    — ¿Es aquí? — fue la pregunta del comandante Stones al ryfier que seguía sus órdenes.

    — Te lo aseguro, este es el lugar en donde Allecreod los tenía retenidos antes de que nosotros nos marcháramos — le contestó, siguiendo las ordenes por el efecto de la planta hosania que fue aplicada sobre él.

    — Muy bien, es un pasillo largo con varias puertas de entrada a habitaciones, así que cada uno de nosotros revisará una puerta.

    Luego de recibir las órdenes del comandante, sus cuatro soldados, él mismo y el ryfier que estaba acompañándolos, empezaron a revisar las puertas que daban lugar a las habitaciones. Kai, Melody y Zion tomaron las de la izquierda, mientras que Rayko, Dana y el ryfier que los había dirigido hacia ese lugar tomaron las de la derecha. Cada uno de ellos abrió un total de dos puertas, pero no pudieron encontrar más que cuartos vacíos sin nada más que una cama, un par de muebles, luces y en algunos casos pequeños, mesas y sillas en los interiores. No había rastro alguno de ninguno de los otros soldados de la alianza, cosa que alarmó bastante al comandante. No era su deseo el quedarse en el planeta y mucho menos tras recibir la noticia de que Allecreod no había muerto.

    — ¿Qué sigue ahora, comandante Stones? — Kai quiso saber el siguiente paso — ¿A dónde vamos a buscar?

    — A cualquier lugar en donde Allecreod haya podido meter a los nuestros — el comandante estuvo algo nervioso, pero la tranquilidad regresó a él cuando vio que las cinco bestias que lo acompañaban estaban en calma — Y será mejor hacerlo rápido. Si Allecreod se recupera, nuestro escape será muy complicado.

    — Asmir y Valmer fueron en la misma dirección en donde él huyó — Rayko mostró algo de optimismo — Quizá el otro ryfier los pueda llevar hasta él.

    — Allecreod no morirá fácilmente — contestó el miembro de su especie que lo había traicionado involuntariamente — Así que, lo mejor será que empecemos nuestro camino para seguir buscando a los suyos.

    — Quiero que esto se termine, aunque sabemos que escapar de aquí es solo el comienzo — Zion quiso preparar psicológicamente a sus soldados para lo que vendría después — Esto solo terminará derivando en una guerra en Garak. Pero al menos allí estaremos mejor preparados.

    Tan pronto como el comandante cesó su charla, todos los que iban con él se le acercaron, poniéndose detrás suyo para seguir sus órdenes. El comandante avanzó hacia la entrada, o, mejor dicho, salida del pasillo donde las cinco bestias que eligió para llevarse con él lo estaban esperando. Zion sabía que el efecto de la planta no duraría para siempre, dado a que él se quedó en la Tierra con Orikrof para poder ponerlas a prueba y sabía que el tiempo máximo que duraba el efecto de la hosania extraída del planeta Emiv pasaría en seis horas. Le preocupaba que no hicieran a tiempo a encontrar a los suyos antes de que dicho efecto pasara, y de esa manera, terminar lidiando con bestias hostiles que se suponían que debían serles de utilidad en la misión.

    — ¡Adelante, guíen el camino! — gritó, dando una orden a las bestias.

    De la misma forma en que Tzorkun controlaba a los suyos con simples comandos, las bestias obedecieron a la orden que su nuevo líder, no elegido por ellas, les había dado. A paso moderado para no dejarlos muy atrás, las bestias empezaron a caminar erguidas, al mismo tiempo que gruñían, como si fuera una forma de avisar de su presencia a cualquiera que estuviera frente a las mismas.

    Kai, Rayko y Melody no lo veían como una buena idea, ya que eso delataba su posición ante los enemigos. Dana era la única que veía ese sonido como algo bueno, ya que creía que las bestias habían infundido un miedo gigantesco en todos los habitantes del lugar, por lo que consideraba que nadie se les acercaría, sino todo lo contrario.

    Mientras el grupo caminaba siguiendo al ryfier, quien los guiaba en los lugares en donde él creyó que Allecreod podría estar reteniendo a los soldados que estaban cautivos, observaban el interior del Resguardo. Por fuera, su estructura parecía la de un Coliseo, tal y como uno de los ryfier había manifestado. Pero por dentro, el aspecto era el de una base militar mezclada con un habitáculo gigantesco, conformada por pasillos que unificaban las habitaciones. Los pasillos por los que ellos cruzaban eran bastante monótonos, contando con iluminación simple de luces blancas que servían para poder guiar a los habitantes del lugar. Suponían que eso se debía a que los lugares más coloridos debían ser para almacenar cosas más importantes, y que siendo el único lugar del planeta donde pudiera haber vida, no se gastarían recursos en decorar un simple pasillo. No había señales ni indicaciones en aquel lugar, lo que quería decir que todos los que vivían allí dentro conocían bien el lugar. Por ese detalle, el grupo de Zion estaba perdido.

    El recorrido que hicieron los llevó a cruzarse con otro pasillo que daba entrada a una zona de varias habitaciones, en donde el grupo nuevamente se decidió a buscar a los suyos. No tuvieron éxito, al igual que en la primera ocasión, y eso los frustró bastante. Viendo que las cosas no estaban llegando a buen puerto, decidieron continuar con su camino.

    Lo siguiente que ellos visitaron fue una sala enorme, de un tamaño considerable. Era tal su dimensión que estaba sostenida por dos columnas bastante gruesas en el medio. A los costados de esta, se podían ver un total de cuatro puertas en cada uno de sus lados, y al frente, unas dos puertas más, sumando un total de once puertas en una sola sala. Su amplitud era tal que había espacio para un mínimo de cuarenta seres vivos allí dentro. No había ni mesas ni sillas en el resto del lugar, lo que quería decir que esa sala probablemente tuviera que ser preparada para dar conferencias o eventos. Los once seres vivos que estaban allí podían moverse con gran facilidad dado el gran espacio que tenían. Y fue eso mismo lo que los llevó a preguntarse qué dirección podrían tomar.

    — Tenemos unas diez opciones para elegir — Dana analizaba la situación con algo de molestia — ¿Cuál es el lugar que convendría revisar primero?

    — Esta sala conecta con varios pasillos de habitaciones como los anteriores, por eso es usada frecuentemente para reuniones en este piso — el ryfier explicaba sus motivos para llevarlos allí — Si Allecreod no los puso en ninguno de los que son accesibles desde aquí, entonces habrá que pasar al siguiente.

    — Vamos a perder mucho tiempo si tenemos que revisar piso por piso, este lugar podría tener fácilmente unos cien — Rayko supo que eso les traería problemas.

    — No todos son destinados para que sean habitados por ryfiers, algunos simplemente almacenan materiales de construcción o provisiones — contestó quien ejercía de guía en un paseo poco placentero en el Resguardo — Pero primero deberíamos recorrer este antes de pasar a los siguientes.

    Luego de elegir aleatoriamente una de las puertas para tomar esa dirección, el grupo completo empezó a recorrer el interior de la gran sala para poder pasar a ese pasillo. Pero pronto un ruido hizo acto de presencia, sobresaltando a todos ellos tan pronto como lo escucharon. Era parecido a una alarma, además de que las luces que iluminaban la sala perdieron intensidad a medida que el sonido aumentaba.

    — ¿Qué sucede? — preguntó Zion, empezando a preocuparse — ¿Activamos una alarma?

    — No lo creo — le contestó el ryfier — Honestamente, esto nunca pasó antes.

    Un ruido repentino se escuchó detrás de ellos, lo que provocó que ellos se giraran al unísono, bestias incluidas, para ver como una puerta desplegable bloqueaba la puerta por la que ellos habían accedido al interior, cortándoles el paso por aquel lugar. Poco a poco, las puertas distribuidas a lo largo de la sala fueron cerrándose de igual manera, evitando que pudieran salir del lugar. Todas las puertas, exceptuando una de las que tenían al frente, estaban bloqueadas, y eso llevó a todos los soldados a creer que algo pronto haría acto de presencia desde allí.

    Su creencia no fue errónea, ya que la puerta corrediza que no había sido bloqueada se abrió, y detrás de la misma vieron a un ser de metal y de una altura imponente. El ryfier que iba con ellos ya lo conocía, pero los cinco humanos se aterraron cuando lo vieron frente suyo. Nunca en sus vidas habían visto a un robot de ese estilo, habiéndolos conocido únicamente en películas. Pero frente a ellos estaba un ser hecho por completo de metal, caminando lentamente hacia su posición. Tras haber ingresado a la sala, la misma puerta por la que entró, se cerró abruptamente de igual forma que las otras.

    — ¡Nos encerró! — decía el comandante Stones, bastante preocupado por ver un monstruo de metal en frente suyo — ¡Ataquen! — al gritar, se dirigió a las bestias de Fientlig — ¡Acaben con esa cosa!

    Luego de recibir la orden, las cinco bestias lanzaron un gruñido muy fuerte y se aproximaron corriendo al robot para darle una embestida y así poder retenerlo en el suelo. Xorxaik vio cómo se aproximaban a él, por lo que, recordando la orden de Allecreod de exterminar a todos los animales, levantó sus brazos, y de sus manos empezó a liberar una lluvia de balas con una rapidez y potencia inmensa en dirección a sus atacantes. Dos bestias, las cuales fueron las primeras en recibir los disparos, vieron sus vidas acabadas cuando las balas que les habían disparado atravesaron sus cabezas, perforando sus cráneos, y destruyéndoles el cerebro en el acto. El comandante Stones no podía creer que dos bestias hubieran sido eliminadas en tan solo un segundo, y mucho menos por un solo ser. Estaba claro que se encontraba frente a una gran amenaza.

    Cuando las otras tres bestias vieron caer a sus compañeros, detuvieron en seco su corrida hacia el robot, manteniendo la distancia para estar lejos de su alcance. En un intento de intimidarlo, estas le gruñían al robot gigante, que simplemente las ignoraba mientras continuaba su paso hacia una de ellas. La bestia, viendo que iba a ser acorralada, se lanzó hacia el robot, intentando un ataque frontal con una de sus garras. Sin embargo, tan pronto como su mano impactó contra el metal, dejó salir un grito de dolor que resonó en el interior de toda la sala. Xorxaik tenía tanta dureza en el cuerpo que la bestia se había lastimado con su ataque, y eso le permitió tener la ventaja sobre el enemigo. El robot extendió su mano sobre una criatura salvaje que quedó tendida en el suelo mientras chillaba por el dolor de su mano. Tomó su cabeza y comenzó a ejercer presión sobre el cráneo de la bestia, el cual, por la fuerza tan grande que fue aplicada, reventó en varios pedazos, salpicando sangre, sesos y tejidos de piel en todos lados, los cuales mancharon un poco el metal de Xorxaik.

    — ¡Abran fuego, no dejen que siga avanzando! — Zion ordenó a sus soldados sabiendo que debían actuar antes de que matara a las otras dos bestias.

    Al tiempo que los seis soldados armados apuntaban y empezaban a disparar contra el robot, las dos bestias restantes de Fientlig se distanciaron mucho más del robot, mientras seguían gruñendo ante su avance. Ya no lo hacían para intimidar, sino para suplicar por su vida a su propia manera.

    Los disparos de los humanos y el ryfier impactaron sobre el metal duro de Xorxaik, quien eligió quedarse quieto mientras estos malgastaban munición en él. Ni un solo de los disparos era efectivo, y cada una de las balas disparadas solamente rebotaba en contra de su cuerpo. La desesperación de los soldados al ver a un monstruo de metal frente suyo era tal que no midieron el uso de sus armas, provocando que los rifles que portaban se sobrecalentaran en exceso, quedando inutilizables hasta que pudieran recuperarse. Zion y sus cuatro reclutas se vieron totalmente desarmados ante el robot que estaba delante. No tenían forma de hacerle frente a la distancia.

    — ¡Mierda, esto no puede estar pasando! — Zion no quiso rendirse en ese momento.

    El comandante dejó caer su rifle al piso, para luego levantar sus manos y acumular energía en grandes cantidades en las mismas. Acto seguido, la liberó, deseando que el calor intenso que ellos podían disparar sí tuviera un efecto sobre el monstruo metálico que tenía al frente. Tres disparos de calor chocaron con el cuerpo de Xorxaik, y nada más hacerlo, se deshicieron como si fuera una burbuja intentando perforar una pared de concreto.

    Ninguno de los humanos pudo contener el miedo tras haber visto eso. El robot claramente era inteligente, demostrando ese aspecto suyo al encerrarlos en la sala. Y para ser peor, ninguno de sus ataques surtió efecto en su contra. Dicha situación abrumó a los soldados, principalmente al comandante Stones, que no tenía idea de cómo iba a hacer para sacarlos de allí.

    Xorxaik estaba inmóvil mientras esperaba un ataque más de parte de los intrusos, pero al ver que los segundos avanzaban y este no venía, decidió que actuaría por su cuenta.

    — Supongo que me cedieron el turno — el robot habló ante todos ellos, con una voz muy grave que hacía eco en la sala por estar bastante vacía, cosa que los aterró aún más si eso era posible.

    — ¡Pónganse a cubierto detrás de las columnas! — Zion creyó que era lo único que podrían hacer ante una situación así — ¡Cuando los rifles estén listos, volveremos a disparar!

    Xorxaik levantó sus manos y apuntó contra ellos, liberando una gran ráfaga de balas en su contra. Todos corrieron lo más rápido que sus cuerpos les permitieron para ponerse a salvo, pero eso no les fue suficiente para poder escapar del ataque de Xorxaik. El ryfier que los estaba acompañando fue el primero en ser alcanzado por sus balas. Dana y Kai corrieron la misma suerte que él. Las balas que fueron disparadas por el enemigo impactaron de lleno en las armaduras que todos tenían puestos, escuchándose un ruido de choque de metal contra metal. Los primeros cinco disparos fueron repelidos exitosamente por el equipo de protección que llevaban, pero los siguientes causaron cada vez más y más daño que terminaron por agujerear por completo el torso de todos ellos. Los tres cayeron al piso muertos con varios órganos de su zona toráxica agujereados por completo, dado a que las balas atravesaron armadura, traje, piel y huesos.

    El comandante Stones logró llegar hasta la seguridad que ofrecía una de las columnas que atravesaba el lugar, junto con Melody y Rayko, quienes no miraron atrás en ningún momento cuando sufrieron el ataque. La chica miró la otra columna y pudo ver que nadie llegaba para refugiarse tras la misma. Esto le provocó un gran miedo, dado a que creyó que sus compañeros pudieron haber sido alcanzado por las balas.

    — ¡Dana, Kai! — gritó mientras se asomaba.

    Tan pronto como Melody dio un vistazo, tuvo que esconderse otra vez, mientras sintió el silbido de las balas atravesando el aire, salvándose de haber terminado con el cráneo perforado por el enemigo. Rayko se asomó por el otro lado al mismo tiempo que ella, logrando ver en el suelo los tres cuerpos que Xorxaik había dejado con ese ataque.

    — No… los mató a los tres — decía mientras el miedo se adueñaba cada vez más de él — Nos tiene encerrados. Comandante…

    — Esto no puede ser, ellos no me dijeron nada de un robot cuando yo les pregunté sobre sus defensas — Zion no podía creer que estuviera metido en un lío como ese — ¿Acaso debí ser más específico con mis preguntas?

    — Dana… — Melody estaba tan asustada que las lágrimas de tristeza por la muerte de su amiga no salían — Ese robot la mató en un segundo…

    — No podremos llegar hasta los nuestros así — Zion estaba sudando, pese a que no hacía calor en el lugar — Si ese robot sale de aquí, matará al resto. Hay que eliminarlo sea como sea.

    — ¿Cómo, comandante Stones? — Rayko no veía que fuera posible — Es casi imposible de dañar.

    — Debe tener un punto débil — Zion supo que un enemigo tan fuerte no podía pasar sin debilidades — Tal vez su cabeza lo sea. Hemos disparado a su cuerpo para derribarlo e incapacitarlo, pero tal vez lo ideal sea que le perforemos la cabeza.

    — Nuestros rifles apenas se están recuperando, comandante — Rayko miraba el suyo — Tal vez juntos podamos hacerle daño.

    — Pero no podemos disparar desde el mismo lugar, eso le facilitará las cosas para atacarnos — el comandante tuvo una idea para enfrentarlo — Haré que las bestias lo ataquen, y yo correré de frente. Rayko, tú te diriges a la segunda columna y le disparas desde allí. Melody, te quedas aquí a disparar.

    — ¿Piensa que es seguro atacarlo de frente? — Melody pensó que el comandante se arriesgaría demasiado si realizaba una acción como esa.

    — Claro que no, pero este robot debe tener ojos para poder procesar información de los alrededores — Zion asumió que sería una buena forma de buscar ventaja contra su enemigo — Me acercaré y dispararé para cegarlo. Si mis balas no logran romperle los ojos, o lo que sea que tenga que le permita ver, al menos debería estorbar su vista. Seguiremos disparando hasta que podamos agujerearlo.

    — Suena como un plan, pero habrá que ver si funciona — Rayko pensaba en voz alta con algo de miedo — Si este robot nos mata, se terminó todo.

    — Prepárense para disparar desde sus respectivos lugares — Zion quiso que sus soldados estuvieran listos para el enfrentamiento — Unos segundos más y daré la orden de que las bestias lo ataquen.

    Mientras los tres soldados que estaban con vida planeaban su movimiento para enfrentar a su enemigo, las dos bestias estaban rodeando al robot con una caminata. Creían que de esa manera serían capaces de mantenerlo a raya y evitar ser asesinados por el mismo. Xorxaik simplemente movía la cabeza de un lado a otro, observando el patrón de movimientos que los dos animales salvajes del planeta Fientlig ejercían sobre él. A través de las cámaras, pudo detectar que había otra zona del Resguardo donde se encontraban más bestias, a las cuales debía eliminar, por lo que aprovechó a las dos bestias que estaban vivas para obtener conocimiento de sus enemigos.

    De vez en cuando, las bestias dejaban salir sus gruñidos en un intento de intimidad al robot, sin tener idea de lo que era una inteligencia artificial. Para esas dos bestias, Xorxaik era nada más y nada menos que una presa más, con la diferencia de que los superaba en tamaño. Zion se asomó detrás de la columna y vio que el robot parecía estar estudiando a las bestias, dado a que no realizaba acción alguna para defenderse o intentar ahuyentarlas. Dándose cuenta de que eso les permitiría un margen de tiempo más amplio para que sus rifles estuvieran listos, el comandante decidió aprovecharlo. Xorxaik estaba tan concentrado mirando a los dos ejemplares de Fientlig que no se percató del movimiento que tenía lugar en la columna donde se cubrían los tres humanos restantes. Encontrando la oportunidad perfecta, Zion les dio la orden de poner en marcha el plan.

    — ¡Ahora, ataquen! — el comandante dio la orden a todos para eliminar al robot.

    Las bestias, pese al miedo, seguían obedeciendo las órdenes del comandante, por lo que estas pasaron a la ofensiva en contra del monstruo de metal que tenían en frente. Tan pronto como Zion salió de su escondite, disparó las balas de su rifle apuntándole a la cabeza de Xorxaik, buscando causarle el daño que se requiriera para poder quitarle la vida, si es que la tenía. Melody salió de su cobertura y pasó al ataque también, mientras que Rayko aprovechó el tiempo para correr hacia la parte de atrás de la otra columna de la sala para atacar.

    Tan pronto como se dio cuenta que estaba bajo ataque, Xorxaik se defendió. Cuando una de las bestias cargó contra él para embestirlo, este flexionó sus dos brazos tanto como su cuerpo se lo permitió, y con ambas manos y los puños totalmente cerrados, golpeó el cráneo de la bestia que tenía al frente, decapitándola al instante, causando que esta cayera muerta al piso. Fue entonces cuando empezó a recibir los impactos de los disparos de Melody y Zion en la cabeza, a los que luego se les sumaron los de Rayko.

    La bestia que se encontraba detrás de él dio un salto hacia una de sus piernas, creyendo que así podría derribarla, pero al momento darle el placaje, varios de sus huesos se rompieron mientras que Xorxaik a duras penas se movió dos centímetros de donde se encontraba parado. Por el dolor de los huesos rotos, la bestia quedó tirada en el piso hasta que el robot la mató acribillándola a balazos, disparados obviamente desde sus manos. Sin las bestias, los únicos que quedaban con vida en su camino eran el comandante Stones, y dos de sus reclutas.

    Xorxaik se posicionó para verlos de frente, recibiendo disparos de los tres en la cabeza, la cual no parecía sufrir daño alguno luego de los impactos de las balas. Con su visión reducida por la lluvia de balas que estaba recibiendo, el robot levantó el brazo y apuntó contra el comandante Stones. Este lo vio venir, y antes de que el enemigo abriera fuego, se deslizó rápido al suelo, agachándose justo a tiempo para evitar la muerte, y poniéndose al frente de su enemigo. Al llegar al lugar deseado, se incorporó y abrió fuego sobre él, esperando que las balas le perforaran el cráneo y le quemaran varios cables y circuitos, y de esa forma, quedara inmóvil. Sin embargo, el resultado no fue el esperado. El robot permaneció quieto y sin reaccionar ante el ataque mientras los disparos en la cabeza seguían llegando. Zion, Melody y Rayko se desesperaban al ver que el robot no caía al piso, incluso después de todos los disparos que ellos le estaban propinando. Finalmente, llegó el tiempo en que el ataque se detuvo.

    Los rifles de los tres soldados de Zenith se sobrecalentaron nuevamente, y para sorpresa y horror de todos ellos, la cabeza del monstruo que tenían en frente estaba intacta. Pese a que le dispararon en simultáneo, no se podía divisar ni un solo rasguño en el metal que conformaba el cráneo del enemigo.

    — Imposible — Rayko tenía mucho miedo al ver al rival tan poderoso que había al frente — ¿De qué mierda está hecho ese maldito robot?

    — ¡Comandante, salga de ahí!

    Zion, por primera vez en mucho tiempo, estuvo paralizado por el miedo. Luego de ver como la pesadilla robótica que tenía al frente seguía de pie y en las mismas condiciones en las que había entrado a la sala, el comandante ya no supo que hacer. Y solo bastó que Xorxaik extendiera su brazo para que Zion viera que las cosas se iban a poner feas.

    — ¡Mierda! — el comandante vio como el robot cerró el puño de su mano metálica — ¡Cúbranme mientras…

    Pero antes de que pudiera terminar de decir sus palabras, Xorxaik golpeó en la cabeza al comandante de Zenith. La fuerza de su brazo de metal era tan desmedida que Zion fue noqueado de un solo golpe. El comandante Stones cayó al suelo de espaldas, y a dos metros de distancia de donde se encontraba parado al recibir el golpe. La fuerza descomunal del ataque no solo lo noqueó, sino que también le tiró todos los dientes de la parte izquierda de la mandíbula, los cuales cayeron al suelo dejando manchas de sangre. Su mandíbula y maxilar izquierdo estaban totalmente rotos, y de cerca se podía ver como su boca fue totalmente desencajada. La sangre no solo brotaba del interior de su boca, sino también de sus pómulos, que sangraban sin parar.

    — ¡Comandante! — Melody gritó horrorizada al verlo caer al suelo de esa forma — ¡Por favor, salga de ahí! — sin poder usar su rifle, y con mucho miedo para intentar algo más, la chica no pudo decir otra cosa.

    Mientras los dos soldados que quedaban con vida miraban la escena desde lejos, Xorxaik estaba analizando las cosas más detenidamente. Con varios de sus sistemas incorporados, el robot creado por Allecreod escaneó los puntos vitales del comandante de Zenith, dándose cuenta de que, pese a estar noqueado, seguía con vida. Fue entonces que el robot levantó su pie, y luego de eso dio un pisotón con mucha fuerza en el torso de Zion, más precisamente en la parte en donde podía sentir los latidos de su corazón. Con un pisotón tan fuerte dado con una pierna de casi una tonelada de peso, Xorxaik fue capaz de aplastar por completo el metal, la carne y los huesos del humano. El golpe fue tan potente que se vio como un gran chorro de sangre salió escupido brutalmente de la boca de Zion, dado a que todo lo que estaba acumulado dentro tuvo que buscar un orificio de salida tras la presión ejercida por Xorxaik.

    El robot retiró su pie, el cual se había manchado de sangre, del torso del comandante. Luego de verlo nuevamente, notó que su corazón, y gran parte de su pulmón izquierdo ya no estaban allí. Había sido perforado por completo, y, por ende, sus signos vitales se habían detenido en el acto, acabando con la vida del comandante Stones, quien quedó con su cuerpo bastante deteriorado por los ataques de Xorxaik.

    Rayko y Melody rompieron en llanto, producto tanto de la tristeza como del miedo. Dana, Kai y Zion habían sido asesinados en frente suyo, y lo más lógico de pensar era que ellos serían los siguientes. Xorxaik se volteó para mirarlos con atención, y luego de ver que en la sala eran un total de cinco humanos y había eliminado a tres, no le era necesario seguir su batalla allí dentro.

    Bajo las órdenes de Allecreod, él debía eliminar a la mitad de los intrusos, por lo que Melody y Rayko podían ser dejados con vida mientras él pasaba a otra de las habitaciones.

    — Cinco bestias, tres humanos y un ryfier eliminado — Xorxaik decía en voz alta y con su intimidante voz — Se requieren un total de doce muertes más para acabar con la mitad de los intrusos.

    Tras decir esas palabras, el robot se aproximó a la puerta por la que había ingresado a la sala. Cuando se paró frente a la misma, esta se desbloqueó y posteriormente se abrió, para permitirle el paso. Melody y Rayko vieron con un miedo inmensurable como el robot se retiraba luego de haber dejado muertas a las cinco criaturas de Fientlig, junto con el ryfier que los estaba acompañando, sus dos compañeros y su comandante.

    Una vez que el robot que los asesinó cruzó por la puerta, esta se cerró, y luego se bloqueó nuevamente, dejando a ambos soldados encerrados con vida en el interior de esa sala. Con un gran miedo y tristeza en su interior, Rayko y Melody supieron que ellos estarían a salvo, pero que sus compañeros no. Y para ser peor, serían incapaces de ayudarles en lo más mínimo si se encontraban atrapados en ese lugar. Debido a que sabían que sus comunicaciones no alcanzarían a sus compañeros, tampoco tenían cómo avisarles de lo que se iban a encontrar.

    Pese a que habían ido para participar de un rescate, ellos dos terminaron por quedar atrapados también. Todo iba a depender de la forma en que el resto de sus compañeros lidiaran con dicha amenaza.

    […]

    Acompañados por uno de los ryfier, Asmir y Valmer recorrían los pasillos del Resguardo, guiando tras ellos a unos diez garaks de su ejército, los únicos que habían sobrevivido al primer encuentro con el general Raumod. En la mente del líder de los garak solamente había un único objetivo a conseguir, y ese era eliminar a Allecreod en ese mismo lugar para evitar un enfrentamiento catastrófico en su planeta como sucedió con los berrod hacía ya varios meses atrás.

    El escuadrón de garaks tenía bastante miedo de ser sorprendidos repentinamente por alguien del ejército de Allecreod, o por el mismo, mientras que Asmir lo consideraría como una buena señal, dado a que eso querría decir que el líder al que él buscaba asesinar se encontraría muy cerca de él.

    — Hemos recorrido dos lugares y no hemos visto a nadie — Asmir se aseguró de que el ryfier que estaba bajo sus órdenes supiera de su descontento — Más te vale que en el siguiente encontremos a Allecreod, y que te pongas a disparar cuando lo veas venir.

    — Me dijiste que te lleve a los lugares en donde podría esconderse Allecreod según mi criterio — fue la respuesta del soldado, que no se sentía muy bien por ser cuestionado de esa manera — Y eso es lo que estoy haciendo. Vamos recorriendo los lugares según su posición. Que Allecreod no haya estado en ninguno de los dos anteriores que visitamos, quiere decir que él ha recorrido un largo camino en el interior del Resguardo para ponerse a salvo.

    — No estará a salvo para siempre — Valmer seguía a su líder dándole apoyo en su acometida — Sus horas están contadas con nosotros aquí dentro.

    — Pronto vamos a llegar al tercer lugar en el que podría refugiarse — advertía el ryfier que guiaba el grupo — Les aconsejo hacer silencio si quieren que el encuentro sea efectivo.

    Tal y como lo decía en sus palabras, el ser que estaba bajo las órdenes de Asmir por pedido del comandante de Zenith, condujo a los diez garak que seguían las órdenes de sus dos líderes ante una de las puertas que claramente, debía dar acceso al interior de una habitación. Al llegar, el ryfier quiso abrir la puerta, pero al no poder hacerlo, descubrió que había sido cerrada desde adentro.

    — No seremos capaces de abrirla sin disparar — el ryfier hizo pública su información — Está cerrada desde adentro, eso quiere decir que hay alguien allí. Podría estar Allecreod, podría estar llena de soldados, o incluso puede que haya una sola persona y que esto sea una trampa para que gastemos munición.

    — No va a ser necesario que gastemos disparos para poder abrir esta puerta — Asmir estaba muy confiado ante todo lo que estaba sucediendo — Tenemos un arma que será capaz de derretir esta puerta. Valmer, haznos entrar allí dentro.

    — Como lo ordenes, Asmir — fiel a su líder, el soldado garak líder de escuadrón se aproximó a la puerta.

    El garak encendió sus dos guanteletes de calor, para posteriormente colocar sus manos sobre la puerta. Tan pronto como estos entraron en contacto con la superficie de esta, la puerta sólida empezó a liberar una gran cantidad de humo, y el material empezaba a ceder y derretirse por el calor que liberaban dichos guantes creados por él mismo. El ryfier que los acompañaba veía atónito como un arma como esa era capaz de darle acceso a sus enemigos a un lugar que estaba preparado para ser difícil de penetrar en defensa.

    Asmir se percató de la cara que puso su acompañante, y sonrió con orgullo por las cosas tan maravillosas que una creación hecha por ellos mismos podía hacer. Valmer estuvo unos cuatro minutos exponiendo la puerta al calor de los guanteletes, hasta que finalmente, logró crear un hueco lo bastante grande como para poder meter su mano allí dentro. Apagó los guantes y luego hizo fuerza para empujar la puerta hasta que esta se abrió de golpe.

    Detrás de la misma, todos pudieron ver lo que se escondía detrás. Asmir y los suyos entraron y se dieron cuenta de que habían accedido a una sala de gran tamaño, repleta de instalaciones que parecían ser juegos infantiles. Allí dentro había una pequeña reja, que ejercía protección para los cientos de ryfiers que se encontraban en el interior. Pronto, Asmir se dio cuenta de que esa sala era de recreación, y que solamente había familias conformadas por hombres, mujeres y niños de su especie. Todos estos se aterraron bastante en el momento en el que vieron como los intrusos entraban en su sala, murmurando entre sí por el miedo de tener a los atacantes en el mismo lugar en donde buscaban refugiarse de ellos. Valmer miró bien el lugar y notó que ninguno de ellos portaba las lanzas que habían visto en el enfrentamiento del planeta Nokadro, lo que le hizo dar cuenta de que solo eran civiles.

    — No creo que él se haya escondido con ellos — Valmer dejó salir sus opiniones — Un líder buscaría resguardo con soldados, y no con niños.

    — Tu suposición es correcta, garak — el ryfier que los acompañó miró bien a todos los presentes — Allecreod no está aquí. Deberíamos ir a otra sala a buscarlo.

    — No, ya no pienso seguir tentando a la suerte recorriendo el interior de este lugar — Asmir se mostró decidido cuando una idea llegó a su mente — ¿Hay cámaras en este lugar?

    — Así es, cada sala tiene sus cámaras — le contestó el ryfier — Salvo un par de pasillos y salones específicos, Allecreod instaló cámaras por todos lados.

    — Eso quiere decir que él puede vernos — Asmir pensó con la lógica que creyó que alguien que conquista planetas usaría — Probablemente habrá huido hacia alguna sala con cámaras para poder observar y planear mejor sus movimientos. En ese caso, él debe estar mirándonos ahora mismo.

    — No es seguro, Asmir, es una probabilidad muy baja — uno de sus garak creyó que sería bueno darle su opinión.

    — Sea como sea, voy a intentarlo, pero eso no quiere decir que vaya a quedarme aquí para siempre — Asmir se dispuso a hacer algo para llamar su atención.

    Sabiendo que en esa sala había una cámara que estuviera registrando sus movimientos, el líder de los garak se acercó hacia la reja que lo separaba de todos los civiles ryfier que tenía al frente. Estos, al verlo acercarse cada vez más, retrocedieron asustados lo más que pudieron, sin importar que se amontonaran los unos con los otros. El miedo en ellos incrementó cuando el líder de los garak le dio cinco puñetazos a la reja. Varios niños empezaron a gritar repletos de miedo mientras sus madres y padres los abrazaban. Otros, directamente, rompieron en llanto por el miedo que les provocaba estar a merced de los intrusos que se habían infiltrado en el dominio.

    — ¡Sé que me estás viendo, Allecreod! — Asmir realmente no estaba seguro de eso, pero no quiso perderse la oportunidad de causar algo de intimidación en los enemigos — ¡Lo mejor será que te presentes aquí, ante mí! ¡De lo contrario, haré que los civiles a los que tanto quieres proteger sufran mucho en sus últimos instantes de vida! ¡Estoy seguro de que, como líder, deseas protegerlos a todos! ¡En ese caso, entrégate ante nosotros para que te matemos, y demuestra que eres un líder devoto con los tuyos! ¡Yo sé que alguien me tiene que estar viendo, si no es que tú lo estás haciendo ya! ¡Así que te sugeriría que no jugaras con mi paciencia! ¡Te quiero aquí, solo y desarmado en cinco minutos! ¡Si tardas más, o si te veo venir con más gente, todos ellos serán asesinados por mí! ¡Tú puedes elegir qué destino quieres que caiga sobre tu gente, Allecreod! ¡Y créeme, solamente te quiero a ti! ¡No es necesario que venga nadie más! ¡Tienes la oportunidad perfecta para demostrarle a toda esta gente cuanto los amas y deseas proteger al dar tu vida por la suya! ¡Sus vidas están en tus manos! ¡Has lo que desees con esa información!

    […]

    — ¿Estás viendo eso? — preguntó Cadain a su líder.

    En el interior de una sala llena de monitores, la cual estaba destinada a ejercer funciones de vigilancia, Allecreod, acompañado por Cadain quien era su último hombre de confianza con vida, pudo ver junto a otros seis soldados que estaban allí como diez garaks tenían retenidos a varios civiles que habían acudido a refugiarse de los intrusos en una de las salas. El haber visto eso preocupó bastante al líder de los ryfier, quien supo que el tiempo para ir a salvarlos, según las palabras del garak que lo desafió, estaba corriendo hacia atrás.

    — Tenemos que ir a salvarlos, Allecreod — Cadain explicó a su líder — Son inocentes, y están en peligro a causa de tus acciones.

    — ¿Mis acciones? — el líder de su gente se sintió ofendido con esa declaración de parte de Cadain — ¿Crees que yo quería esto? Mi hermano menor, el último familiar que me quedaba, fue asesinado en frente mío.

    — Que no lo hayas querido no te exime de la responsabilidad de esto, Allecreod — Cadain no temía cuestionar a su líder — Tú fuiste quien decidió reunirnos a todos para ver las peleas entre todos los prisioneros, al mismo tiempo que enviaste a Raumod y a los mejores soldados a la batalla que perdieron. Debiste haber sido más discreto, y más ágil con tu sentencia.

    — Mira, tú no has ido al planeta Triyr las últimas dos veces — Allecreod lo confrontó directamente — Pero te aseguro que, si hubieras visto el estado tan lamentable en el que se encontraba la última vez que lo vi, en comparación con la vez anterior…

    — Eso no importa ahora mismo — no lo dejó continuar — Lo que importa son las vidas de los civiles y sus familias. Y vamos a tener que rescatarlos.

    — No voy a entregarme para que me maten — Allecreod se puso firme en su decisión — No conozco a ese garak tan desafiante, pero sé reconocer a un mentiroso cuando lo veo.

    — Yo tampoco te pediría que te entregues, de hecho, cuando nos vean venir con soldados, ellos no se van a centrar en los civiles — Cadain expuso su punto de vista — ¿Crees que se centrarán en los civiles cuando nosotros les vayamos de frente? No tienen balas de reserva por lo que he visto. Sus armas de fuego son lo único con lo que cuentan. Hay que ir allí y enfrentarlos. Pero hay un problema. Somos ocho y esos son diez.

    — Once, hay un traidor de los nuestros entre ellos — el líder estaba furioso con aquel soldado — Y seguro les ha dado mucha información.

    — Sea como sea, somos los únicos que podemos ir a defenderlos, y nos corresponde — Cadain supo que era un deber que no podían evitar — Sino, ¿entonces para qué los hemos guiado tan lejos en un mundo sin vida?

    Allecreod supo que su último hombre de confianza tenía razón. El deber para con su gente era algo que a él como líder lo caracterizaba bastante, y no se iba a dar el lujo de permitir que varios de los suyos terminaran siendo asesinados. El líder de su gente miró a las cámaras para buscar a Xorxaik, y se dio cuenta de que él estaba en la gran sala, enfrentando a cinco bestias y cinco soldados humanos. Incluso aunque los asesinara rápidamente, todavía tendría que atravesar la arena de combate, en donde habría más bestias y humanos esperándolo. No había forma para que su robot llegara hasta ellos antes de que pasaran los cinco minutos que habían sido pactados por el líder del escuadrón garak que atacaba su dominio. Por eso mismo, Allecreod ordenó a todos los suyos que lo siguieran hasta la sala en donde los civiles estaban refugiándose.

    Tal y como él había dicho, eran ocho en contra de once. Dado a que muy pocos soldados de su especie lograron obtener armas para un contraataque, y muchos otros optaron por correr para ir con sus familias a refugiarse, la batalla dependería meramente de ellos. Al momento de empezar a caminar hacia el lugar, Cadain miraba a su líder con un gran enfado. Él lo consideraba como el causante principal de todo esto. Dado a que toda su gente estaba reunida en el mismo lugar, lo que permitió a los intrusos que lograron oponerse casi sin dificultades aparentes a su vista ante Raumod y los demás, causar un daño inmenso. Cadain seguía con la tranquilidad de que Xorxaik estaba de su lado, pero realmente le guardaba rencor a Allecreod por las acciones tan innecesariamente violentas que cometió, y que los pusieron en aprietos en ese momento.

    […]

    El equipo liderado por Ace seguía en el anfiteatro en el cual tuvo lugar el combate entre sus compañeros, el cual lograron intervenir justo a tiempo de que ocurriera una tragedia. Minutos habían transcurrido desde que Zion y su unidad marcharon a buscar a sus otros compañeros, y era el mismo caso con Asmir y sus garak. Agustina se encontraba cargando a Alicia, quien estaba bastante mal herida como para poder estar de pie por su cuenta. Ace cambiaba la dirección de su vista una y otra vez, estando atento siempre a cualquier alerta que pudieran informar las bestias de Fientlig que luchaban junto a ellos.

    Wagner, llegado el momento, se alejó un poco del grupo para poder sentarse, y desde allí pudo ver que sus seis compañeros estaban muy unidos. Michael se encontraba hablando con Gwyn y con Thomas respecto de lo que había pasado, mientras que los demás estaban ocupados en otra función. Notó que nadie le dirigía la palabra en ese momento, y el soldado se dio cuenta de que eso claramente se debía a sus acciones. No solo había llevado a los suyos a un enfrentamiento con un conquistador, sino que también provocó las muertes de Dustin y Plamo, junto con varias heridas para Michael y Alicia. Estando sentado, Wagner recapacitó sobre las cosas que había hecho, y también en la mirada que puso su padre cuando lo encontró. Como padre, estaba feliz de verlo y eso él lo sabía. Pero como comandante, estaba decepcionado de las cosas que él hizo, lo pudo sentir. El propósito para Wagner una vez lograran salir de ese lugar, algo a lo que tenía mucha fe, era mejorar para convertirse en comandante. Era una promesa hecha consigo mismo.

    Ace, tras haber visto que no había noticias ni señales de Zion ni de Asmir en ningún momento, empezó a pensar que probablemente las cosas se les hubieran complicado. Se encontraba en un dilema muy profundo.

    — ¿Qué hago ahora? — murmuraba mientras empezó a caminar en círculos — No puedo retirarme de aquí. Pero si necesitan ayuda, tampoco puedo dejarlos a su suerte. El asunto es que no hay forma de que pueda dividir al equipo, por lo que solo podría ayudar a uno de ellos. Zion es un comandante de Zenith, y alguien a quien aprecio bastante. No estaría bien dejarlo atrás. No después de lo que hizo por nosotros. Pero Asmir es el líder de los suyos. Si regresamos a Garak y él está muerto… su planeta entrará en crisis hasta que elijan a un nuevo líder. Pero está claro que no seguirán viendo a la humanidad como aliados para la misión.

    — ¿Ace? — Alicia pudo verlo mover la boca, sabiendo que estaba hablando consigo mismo — ¿Qué te ocurre?

    Los cinco soldados vieron como su comandante se acercaba hasta su posición a paso lento, y bastante nervioso. Ace los miró a la cara, y pudo ver que todos ellos estaban preocupados por lo que pasaba por su mente. Supo que ellos genuinamente se sentían afligidos por verlo en ese estado, sobre todo por el hecho de que él era un amigo suyo, más allá de ser el nuevo comandante del equipo. Cuando Lakor estuvo frente a sus compañeros, les hizo públicas sus preocupaciones.

    — No sé bien a quien tendríamos que apoyar, si llegara el caso — Ace se veía dubitativo por todo lo que pasaba — Zion es nuestro último comandante… o bueno, el último de los que partieron al espacio. No solo eso, es el padre de Wagner y el soldado más fuerte de la Tierra. No sería bueno abandonarlo. Aunque, por otra parte, Asmir es el líder de los suyos. Si él muere aquí, los garak no van a estar contentos por eso.

    — Ayudemos al comandante Stones — Alicia fue muy clara al responder — Los garak tienen una historia no muy alegre para conmigo. Y sé que eso está en el pasado, pero Zion es alguien que siempre estuvo dispuesto a ayudarnos y nunca nos dejó atrás. Como en la misión de Emiv.

    — No es que esté en contra, pero esto es más importante que solamente eso — Agustina discutió las ideas de su compañera — Los garak son nuestros aliados, y si su líder muere aquí a causa de las decisiones de Wagner y de Ace… no creo que estén muy entusiasmados de prestarnos ayuda. Y la misión de exploración aún no ha terminado como para poder prescindir de ellos.

    — La nave que tiene el escáner es xaromitante — Michael se puso del lado de su novia — Ellos no han aportado mucho a la misión que digamos. Solo dos soldados de su planeta se unieron a nuestro equipo, y no hemos recibido noticias de que hayan enviado un escuadrón garak para explorar otros sectores del universo.

    — Le prestaron ayuda al comandante Stones para la misión de las bestias — Gwyn habló en defensa de los garak — Pero es cierto lo que Alicia dice acerca de que el comandante Stones fue una pieza clave para nosotros en la misión de Emiv.

    — Puestos a elegir, quisiera prestarle ayuda antes a los nuestros que a los garak — Thomas se puso del lado de Alicia en ese tema — Pero eso no quiere decir que no debamos ayudar a ambos si es que lo necesitan. Pero, al final de cuentas, la decisión es tuya, Ace.

    — Lo sé, pero creí que sería mejor hablarlo con ustedes — el comandante Lakor dejó en claro lo que sentía — Que yo sea comandante no quiere decir que sus opiniones sean totalmente invalidadas automáticamente.

    En el grupo, todos mostraron una sonrisa luego de escuchar esas palabras de Ace. Ninguno de ellos creyó que a Ace se le subiría el poder a la cabeza, dado a que él lo había demostrado cuando se convirtió en el líder del escuadrón de Richard. Pero era gratificante ver que, tras su ascenso a un puesto superior, su compañero seguiría considerando sus opiniones. Para Michael, era algo muy importante, dado a que recordó la forma en que Wagner no quiso escuchar a nadie cuando tuvieron que discutir que hacer con Agustina hacía ya más de tres meses, dejando toda la decisión sobre sus hombros. Con una sonrisa, Umcali miraba a Lakor, mientras que una mueca de resentimiento se formó al darse vuelta y notar a su otro compañero, sentado en el suelo y aislado de todos ellos. Wagner no levantó la vista para mirarlo, por lo que no notó esa mirada fría en Michael. El soldado se tomó el hombro para confortar su dolor por la herida del disparo de Allecreod.

    De pronto, los pensamientos de Michael fueron cortados de raíz cuando escuchó que dos bestias, más específicamente las que se encontraban del lado por el que sus compañeros habían aparecido, comenzaron a gruñir. El ruido que hicieron alertó al grupo entero, causando que Wagner se pusiera de pie para acercarse a ellos y no separarse.

    — No es mi padre, de lo contrario, no gruñirían así — Wagner les hizo saber que algo malo estaba pasando.

    — No creo que sea prudente gritar, esperemos a ver qué ocurre — Ace tomó su decisión.

    Repentinamente, las bestias gritaron muy fuerte, como si algo las hubiera asustado, dándose la vuelta para poder correr, como si quisieran escapar de alguien. Sin embargo, tan pronto como dieron un paso hacia el interior de la sala, dos ráfagas de disparos atravesaron a ambos animales salvajes, perforando sus pieles y carnes por la espalda, provocando que cayeran sin vida al suelo de la sala, en tan solo un parpadeo.

    Dicho suceso asombró en gran medida a todo el equipo de Zenith, quienes habían comprobado de primera mano lo difícil que era lidiar en contra de estas criaturas. Y frente a ellos, dos de esas bestias yacían muertas como si nada. Ace, con un gesto, llamó a las otras dos, quienes acudieron rápido a su posición, mientras él, Agustina, Thomas y Gwyn tomaron los rifles. Alicia, Michael y Wagner se pararon al final del grupo, mientras que las otras dos bestias de Fientlig que tenían estaban al frente suyo.

    Un minuto después de lo que sucedió, los siete soldados vieron entrar a un robot de una gran altura a la sala. Su tamaño y forma metálica era imponente. Wagner, Michael y Alicia ya conocían de qué se trataba, dado a que Allecreod hizo una demostración de la fuerza que Xorxaik era capaz de manejar.

    — Ese maldito robot está en el arsenal de Allecreod — Michael advirtió a sus compañeros — Es demasiado resistente como para que podamos enfrentarlo con las armas.

    — Para eso tenemos el cañón de Lankir, pero hay que ser rápidos — Thomas le hizo saber a los suyos que podría manejarlo — Parece que podría atacar en cualquier momento.

    — ¡Carguen contra él! — Ace les dio la orden a las dos bestias de Fientlig que estaban con ellos.

    Siguiendo las órdenes del humano al que debían obedecer, los dos animales salvajes empezaron a correr en contra del robot que tenían en frente. Xorxaik, al verlo, decidió ejecutarlos a ambos extendiendo sus brazos y preparándose para disparar en su contra. La creación de Allecreod abrió fuego contra sus dos atacantes. La primera bestia que iba a al frente fue alcanzada en la cabeza por los disparos y al ser tan rápidos y potentes, su cráneo fue agujereado hasta la muerte. La segunda fue mucho más ágil que su compañero, logrando agacharse a tiempo para luego empezar a correr en esa misma posición, eludiendo los ataques de la máquina.

    Xorxaik, al ver esto, apuntó más abajo para atinarle, pero la bestia de dos metros de alto demostró tener buenos reflejos al evadir los disparos mientras seguía corriendo. La criatura se puso frente a él lista para golpearlo, pero tan pronto como hizo el amago para saltar, el ser hecho de metal extendió rápidamente su mano en dirección hacia su cabeza, y logró capturar al animal, reteniendo sus movimientos mientras este empezaba a gritar como si estuviera clamando por ayuda. El ruido de sus gritos se intensificó cuando Xorxaik le hizo presión en el cráneo, aumentando el daño que le estaba ocasionando.

    Cuando estaba a punto de asesinar a su enemigo, Xorxaik escuchó un sonido y pudo ver un disparo que provenía directo hacia él. El disparo fue hecho con el cañón de Lankir, y dado a que el arma disparaba con mucha rapidez, la esfera impactó directamente en la cabeza del robot. Este retrocedió varios pasos debido a la explosión tan potente que tuvo lugar en su cabeza, pero pese a eso, no soltó el cuerpo de la bestia que estaba reteniendo.

    — ¡Imposible que haya sobrevivido a eso! — Thomas se quedó atónito viendo como el cañón de Lankir no fue capaz de matarlo de un tiro.

    — ¡Dispara otra vez! — Michael quiso que su compañero no se quedara quieto.

    Xorxaik, a pesar de no haber caído, quedó bastante aturdido y desorientado con el disparo que recibió, y varios de los sensores que tenían en su cabeza empezaban a presentar fallas al momento en el que este quiso estabilizarlos. La bestia, aún sujeta al monstruo metálico, quiso zafarse de su agarre con sus dos brazos, y viendo que, si recibía otro disparo, podría terminar soltándola, el robot decidió acabar con su vida. Sin necesidad de observarla puesto a que la tenía su cráneo sujetado con la mano, el robot aplicó una gran presión con su mano metálica hasta que finalmente le aplastó el cráneo al animal, provocando que la sangre salpicara en varias direcciones, al tiempo que el cadáver de la última bestia de Fientlig con vida en ese lugar caía al piso.

    Fue en ese entonces que recibió un nuevo impacto del cañón de Lankir, de nuevo en la cabeza. La explosión que tuvo lugar en la misma zona fue bastante más potente que la primera, probablemente por el daño que ya había recibido por tantos disparos en la misma zona. Pero eso no fue suficiente para tumbar al robot, pese a que se le estaba complicando bastante poder observar los alrededores con tanto daño que caía sobre su cabeza.

    Los siete soldados vieron con horror que las bestias habían muerto, y que habían quedado desprotegidos si el robot los intentaba atacar a ellos. Eso motivó a que Ace, Gwyn, Agustina y Wagner, quien tomó el rifle de Thomas, dispararan con sus armas hacia el enemigo. Las balas, pese a la lejanía, esta vez estaban ocasionando daño importante en la coraza metálica que protegía el cráneo del robot, dado a que varios agujeros se estaban formando en el mismo. Mientras Michael y Alicia retrocedían juntos manteniendo la vigilancia en todo momento al otro lado por el cual se habían marchado Asmir y el resto de los garak, Thomas avanzó listo para disparar el cañón, al cual solo le quedaban dos disparos más.

    El soldado veía como la máquina que tenía al frente estaba retrocediendo por los disparos de sus compañeros, y supo que pronto sería capaz de eliminarlo, así que dejó salir el penúltimo tiro disponible que le permitiría realizar el arma de Lankir. La esfera nuevamente explotó en la cabeza del robot, y en la explosión, Thomas pudo ver varios fragmentos de metal saliendo disparados en varias direcciones, producto de esta. Pensando que sería suficiente, el soldado se sorprendió al ver que el robot se mantenía de pie pese a todo, por lo que se llenó de furia y dejó salir el último disparo del cañón, esperando que ese fuera el definitivo. La esfera que salió disparada del arma impactó en el mismo lugar que las otras tres, y ese fue el tiro de gracia para Xorxaik. Tan pronto como la explosión tuvo lugar, varias chispas saltaron por los aires junto con varias piezas metálicas. La carcaza que el robot usaba como cráneo cayó al suelo, y luego, el cuerpo de este lo siguió, produciendo un ruido bastante seco cuando una estructura metálica de varias toneladas impactó contra el suelo del lugar.

    Los soldados respiraron aliviados cuando vieron que el robot que parecía bastante difícil de manejar terminó en el suelo. Para asegurarse de que efectivamente fue así, Ace y Agustina caminaron hacia adelante para revisarlo y verificar que no se fuera a levantar. Tan pronto como llegaron los dos soldados vieron que un líquido negro y aceitoso brotaba de la cabeza destruida del robot, que parecía emular la sangre que corría por su cuerpo.

    Agustina estaba feliz de ver a esa máquina en el suelo, pero algo extraño le llamó su atención.

    — Comandante, mire — la chica se refería a su novio con su título oficial — Esas son manchas de sangre.

    — No… — Ace empezó a preocuparse por lo que hubiera podido acontecer con sus compañeros — Si efectivamente son manchas de sangre, entonces quiere decir que…

    Pero las palabras del comandante fueron cortadas cuando el grupo entero oyó el ruido de varios disparos provenientes desde la parte de atrás de la que ellos se encontraban. Estaba más que claro que Asmir y los garak estaban en un enfrentamiento, y que los ryfier los estaban haciendo retroceder de su posición.

    — Mierda, parece que están en dificultades — Ace no quería ir en esa dirección sin antes comprobar el estado del resto de sus compañeros, pero no era algo que pudiera permitirse — Tenemos que ir a ayudarlos.

    — ¿Qué haremos con Michael, Alicia y Wagner? — Agustina quiso saber que pasaría con ellos — No cuentan con armas ni armadura, y fueron heridos.

    — Gwyn y Thomas se quedarán aquí para protegerlos, y se esconderán en las gradas. Asumo que servirá para protegerlos si alguien se aproxima.

    Ace tenía decidido que quería que Agustina estuviera acompañándolo en el momento en que fueran a ayudar a sus aliados. La pareja de soldados fue corriendo hacia sus compañeros para informarles sobre el plan que Ace había decidido para todos ellos. Los cinco lo vieron con bastante lógica, puesto a que Wagner era quien se encontraba en mejores condiciones, pero sin su armadura, le costaría bastante la lucha.

    Antes de acudir a socorrer a los garak, Ace quiso ser bastante claro con ellos.

    — Gwyn, Thomas, escuchen a lo que voy a decir — el soldado sonó muy serio al hablar con ellos — Cuando examinamos el robot de cerca, vimos que tenía manchas de sangre… Todos sabemos que ese robot vino del mismo lugar por el cual fueron el comandante Stones y sus soldados. No quiero sonar pesimista, pero es probable que ellos ya hayan sido asesinados.

    — No digas esas cosas — Wagner increpó a su compañero por esos dichos — Mi padre es inteligente. Estoy seguro de que él podría haber hallado la forma de huir de este robot. Quizá haya mandado a sacrificar a las bestias. La sangre podría ser de ellos.

    — Si están vivos, en ese caso, confío en que habrán escuchado las explosiones y vendrán aquí — Ace supuso que el ruido de las explosiones debía ser bastante fuerte.

    — Es un ruido que se escucha desde muy lejos, yo recuerdo escucharlo cuando estaba en una ciudad subterránea en Emiv — Michael comentó a lo que Ace había dicho.

    — Seré breve, porque puede que a Asmir no les quede mucho más tiempo — Ace quiso apresurarse — Esperen aquí por diez minutos más. Si nosotros, ni los garak, ni el comandante Stones regresan aquí en diez minutos, retírense de este lugar. Lleven a Michael y Alicia a la sala médica de la nave, y huyan los cinco de vuelta a Garak para informar de lo que ha sucedido. Si nosotros seguimos vivos, los seguiremos.

    — No — Gwyn quiso desafiar la orden de su comandante — Ace, no puedo dejar que hagas eso. No podemos abandonarte aquí. No nos iremos.

    — Sí, se irán — Ace fue muy serio con Gwyn — Si nosotros llegamos a fallar, ustedes serán el siguiente objetivo. Recuerden que no necesariamente nos quieren muertos, pero no nos sirve de nada que sigan con vida si son capturados y esclavizados. Confíen en que Agustina y yo haremos el esfuerzo para no perder, pero si llega a suceder, tengo que saber que alguien escapará de aquí con vida y libertad.

    — Ace, ¿estás seguro de lo que vas a hacer? — su novia fue quien decidió hacer esa pregunta.

    — Estoy seguro, Agustina — su pareja contestó, sabiendo que no podía arriesgar a todo el grupo luego de haber visto la sangre en el cuerpo de Xorxaik — Si no crees en mí, puedes quedarte con ellos y escapar también.

    — No lo haré, comandante — la chica cambió la forma de dirigirse a él — Solo quería saber si realmente estabas seguro de esto. Y ya que lo estás, entonces voy a seguirte a donde vayas. Vamos a ayudar a los nuestros.

    — No desobedezcan mis órdenes — Ace fue muy severo en lo que podrían ser sus últimas palabras para con sus compañeros — Diez minutos. Si nadie ha regresado para entonces, suban a las naves y escapen de aquí. No podemos perder cuando estamos tan cerca de las respuestas.

    Con resignación, Gwyn y Thomas no tuvieron otra opción más que acatar la orden de su superior, y ambos asintieron ante las palabras dichas por su compañero. En un acto de ayuda, Thomas le hizo entrega a Ace el cañón que Lankir había construido. El arma más fuerte de su arsenal no estaba lista para disparar otra vez, pero pronto se recuperaría y podría ser usada para disparar nuevamente. Ace lo aceptó y se lo colocó en el brazo, para luego tomar su rifle con las manos. Una vez que la pareja de soldados estuvo preparada para acudir en la ayuda de Asmir y los garak, los dos salieron de la sala, en la dirección de la que provenían los disparos.

    Michael y Alicia miraron con mucha preocupación como ambos se marchaban a otro conflicto. Sabiendo que el cansancio por haber tenido que pelear previamente en Nokadro podría hacerse presente, los dos temían mucho por el hecho de que sus compañeros pudieran no regresar, y que podrían terminar quedándose atrás en ese planeta. Ambos imploraban porque eso no fuera necesario, mientras veían como sus dos compañeros con los que se habían reunido hace poco acababan de cruzar la puerta.

    […]

    Allecreod y los suyos habían llegado hasta la zona donde los civiles estaban siendo retenidos como rehenes, todo esto a base de disparos que provinieron de sus lanzas desde la distancia. Al llegar al lugar del enfrentamiento, todos los guerreros quedaron en un espacio tan cerrado y con pocos lugares para cubrirse, y, por lo tanto, los garaks no tuvieron otra opción más que colgar sus rifles a sus espaldas y empezar una lucha cuerpo a cuerpo, cosa que los ryfier querían, puesto a que sus lanzas eran armas que podían usar para atacar con las puntas y para cubrirse con los bastones de estas.

    Diez garak y un ryfier “traidor” se enfrentaban a Allecreod, Cadain y seis miembros del ejército de su especie. La pelea inició en desventaja para el líder del dominio, dado a que sus números estaban bastante disparejos, pero pronto, Allecreod se movió con una agilidad impresionante enfrentándose a dos garaks a la vez. Al que tenía más cerca le atravesó el metal de la pierna con su lanza, logrando postrarlo de rodillas, mientras que, al segundo, que lo estaba por encarar desde atrás, lo atacó girando su cuerpo y la lanza al mismo tiempo. Teniendo al primero doblegado en el suelo, Allecreod le atravesó el cráneo con su lanza a quien lo atacó por la espalda, quitándole la vida en un movimiento rápido. Pronto, el líder de los suyos se volteó y se disponía a eliminar al otro, pero se vio sorprendido cuando uno de los garaks que lideraban al grupo lo embistió.

    Se trataba de Valmer. Este, tras haber derretido el cráneo de uno de sus enemigos, cargó con una gran fuerza en contra del líder enemigo, quien no esperaba un ataque tan sorpresivo de su parte, y fue acorralado contra una pared. Valmer, posteriormente después, le dio un rodillazo en el estómago, que hizo que su rival lanzara un pequeño quejido de dolor. Sabiendo que no se podía dejar acorralar, pero viendo a todos los demás de los suyos en apuros, Allecreod atacó con desesperación lanzándole un cabezazo a Valmer. El golpe le dio justo en una zona de la cara que su casco no cubría, por lo que sirvió para hacerlo retroceder. Con un puñetazo, Allecreod lo alejó, siendo capaz de tomar su lanza del piso luego de que el garak se la hizo caer.

    Asmir pudo ser capaz de poner su rodilla sobre la espalda de un ryfier, para luego colocar sus manos con los guanteletes de calor encendido en su nuca, lo que provocó que su enemigo gritara mientras la parte de atrás de su cráneo se fundía lentamente, hasta que finalmente logró traspasar el hueso de este y quemarle la zona del cerebro. Tras matar a su rival, el líder garak levantó la cabeza y vio que Allecreod, a quien recordaba luego de que el ryfier que lo acompañaba se lo señaló, estaba luchando contra Valmer. El garak al ver que Allecreod atacaba con mucha rapidez a su compañero, cargó en un avance contra él mientras gritaba para llamar su atención.

    Asmir le lanzó un puñetazo, el cual el líder del dominio logró bloquear levantando su lanza para que el metal de su barra chocara con el puño del guante del garak atacante. Al ver a otro más frente a él, Allecreod se dio cuenta de que las cosas se iban a poner muy complicadas para él, puesto a que ya estaba algo cansado.

    Mientras la pelea tenía lugar, los civiles, entre ellos hombres y mujeres de familia que estaban con sus niños, veían horrorizados el combate. No solo les tocaba contemplar la muerte de los intrusos, sino también la de sus defensores. Sus esperanzas aumentaron en el momento en el que su líder llegó para socorrerlos, pero tras ver que las cosas no parecían mejorar, la desesperación volvió a ellos. El escenario del campo de batalla se llenó de gritos de horror de niños que, a una corta edad, veían caer muertos a miembros de su propia especie, algo a lo que no estaban acostumbrados en su posición privilegiada por formar parte de una especie conquistadora.

    Los gritos empeoraron cuando vieron como Valmer y Asmir, los dos peleando juntos y formando un gran equipo, lograron acorralar a Allecreod contra un rincón en el cuál no tenía escape. Cuando el líder de los ryfier atacaba con una estocada directa de su lanza, uno de los garak se encargaba de bloquear, y el otro de contraatacar. Y sus movimientos no eran lo suficientemente ágiles como para poder descubrir el cañón de su lanza y atacarlos a ambos. En un intento por golpearlos a ambos con un golpe en horizontal con su lanza, los líderes de escuadrón garak lograron interceptar su ataque, capturando el arma con las manos. Luego de esa acción, comenzó un forcejeo entre los dos garak y el ryfier para poder obtener la lanza. Pese a la desventaja de fuerza a la que Allecreod estaba siendo sometido, este no soltaba su arma. Fue eso lo que llevó a sus atacantes a intentar otra estrategia. En lugar de tirar hacia atrás para quitarle la lanza, empujaron hacia adelante, arrinconando al alienígena contra la pared, para luego colocar el metal del bastón de la lanza en el cuello de este, en un intento de provocarle una muerte por asfixia. El amo del dominio quiso soltarse mediante forcejeos, pero los dos enemigos estaban presionando con mucha fuerza, y el aire estaba empezando a agotarse.

    — Solo un poco más — pensaba Asmir apretando el cuello del enemigo para dejarlo sin respiración — Y así podré salvar a mi planeta de otra guerra absurda.

    De pronto, uno de los garak que se encontraba peleando contra los ryfier en el interior del lugar recibió un tiro a la cabeza, proveniente de la puerta de entrada a la sala. Cuando los miembros de la especie del recién asesinado guerrero se voltearon a ver, notaron que un ryfier había llegado en su auxilio.

    — Sabía que no debía quedarme custodiando a Lankir y a Irig — exclamó, viendo el peligro en el que estaban todos sus otros compañeros.

    El recién llegado al campo de batalla apuntó con su lanza a varios de los garak que estaban en el interior de la sala, causando que estos tuvieran que correr conforme podían del lugar. Varios de los disparos del ryfier que se había unido al combate impactaron sobre los barrotes de la reja que protegía a los civiles, quienes gritaban con miedo al ser atacados de manera indirecta por uno de los suyos. Los disparos continuaron, y finalmente, la reja que los protegía cedió en parte, dejando un hueco enorme por el cuál podrían ser atacados con facilidad. Viendo que su único refugio ya no era seguro, varios hombres y mujeres tomaron a los niños que estaban allí y empezaron a correr despavoridos, generando un caos en el campo de batalla, donde varios soldados ryfier y garak eran embestidos por los civiles que únicamente querían llegar hasta un lugar seguro.

    El movimiento de tanta gente llegó a distraer a Asmir y a Valmer, y eso fue aprovechado por su rival, quien logró hacer fuerza suficiente hacia adelante para apartarlos del frente suyo. Tan rápido como pudo, Allecreod golpeó con la parte de atrás vara a Asmir, sin saber que él era el líder de los garak, provocando que este retrocediera hasta el lugar en donde la gente pasaba corriendo. Posteriormente, el amo del dominio esquivó un puñetazo que Valmer le arrojó, en un intento de derribarlo al suelo, para incrustarle inmediatamente después la punta de su lanza en la rodilla, traspasando su armadura y su piel.

    El líder de un escuadrón de garaks gritó mientras caía al piso, dado a que la sangre empezaba a brotar plenamente de su herida. Viendo que lo tenía acorralado, Allecreod retrocedió para impulsarse y así poder atacar a Valmer con la punta de su arma, atravesándole la frente con una única estocada, la cual fue capaz de llegar hasta el cerebro del garak, provocando así que sus movimientos se detuvieran, mientras un gran orificio del tamaño de la lanza del garak dejaba paso a la sangre de su cabeza.

    Los garak que quedaban con vida y que lograron escapar del camino de la gente, que solamente eran unos seis, vieron como Asmir fue totalmente embestido por los civiles, al punto que cayó al suelo y comenzó a ser pisoteado por los que solamente querían alcanzar la seguridad en otro lado. Viendo este escenario poco favorable, estos descolgaron sus rifles y empezaron a disparar en todas las direcciones, eliminando a soldados ryfier y civiles. Esto causó mucho más descontrol del que ya había presente en dicha sala, y Allecreod, al ver que las cosas no iban nada bien puesto a que solo Cadain y otro de sus soldados logró sobrevivir a ese fusilamiento, eligió que lo más prudente sería escapar.

    — ¡Cadain, debemos huir y retirarnos! — gritó el líder de los suyos.

    — ¡Pero nuestra gente está siendo masacrada! — gritó su hombre de confianza mientras corría conforme podía a su posición.

    — ¡Perdimos a varios soldados, no podemos continuar aquí! — Allecreod lo tomó para luego empezar a correr junto a él — No conviene que nos quedemos. Esperemos a que Xorxaik logre hacer una abertura para nosotros.

    Contra su voluntad, Cadain intentó resistirse para no ser alejado del combate dado a que varios hombres y mujeres estaban siendo asesinados, pero eso no lo pudo evitar dado a que Allecreod lo sacó arrastrando de ahí. Viéndose sin más opciones, el ryfier corrió junto a Allecreod y otro de sus soldados, dejando atrás a los civiles que no habían podido huir.

    Los disparos lograron generar el descontrol suficiente entre los civiles, y eso permitió a Asmir moverse a rastrones a través del suelo del planeta para luego llegar hacia un costado. Tras darse cuenta de que su líder se encontraba a salvo, los garak cesaron los disparos para ahorrar munición. Luego de eso, solo se dedicaron a contemplar como los hombres y mujeres que se refugiaban allí huían.

    Cuando el movimiento terminó, Asmir levantó la cabeza, y notó que el ryfier que los estaba acompañando se encontraba inmóvil en el suelo, probablemente muerto por las pisadas constantes de la gente al encontrarse en el medio del camino de todos ellos y no poder escapar. Su muerte significaba que su ventaja en el interior del Resguardo, que era muy poca, se había perdido. El líder de los garak buscó con la vista a Valmer, a quien no había visto desde que Allecreod lo empujó hacia la multitud asustada. No tardó mucho en encontrarlo y descubrir que su compañero había sido asesinado.

    Al levantar la cabeza, Asmir pudo ver que solamente unos cinco garaks quedaban con vida, por lo que se puso de pie para dirigirse a ellos. Toda su gente vio la expresión tan seria de su líder, quien se veía muy frustrado por haber permitido que Allecreod se le escapara cuando lo tenía acorralado y listo para asesinarlo.

    — Ahora sí estamos en graves problemas — Asmir miró la situación como totalmente desfavorable para ellos.

    — ¿Qué sugiere? — uno de los garak quiso saber cuál sería su siguiente movimiento — ¿Nos retiramos?

    — Ni hablar, estuve muy cerca de matar a Allecreod como para irme sin llevarme su vida — su líder estaba dispuesto a no marcharse sin la cabeza del enemigo — Pero no vamos a seguir solos. Retrocederemos y le pediremos ayuda a los demás. Con suerte, el otro ryfier que fue con el comandante Stones estará vivo y nos podrá dar una mano.

    Fieles al líder al que le debían tanto, los cinco garaks restantes de un total de veintidós que habían partido al planeta para ayudar, lo acompañaron en su camino de regreso con todos los demás, de manera que pudieran solicitar ayuda en su misión.

    […]

    — Esto es una pesadilla interminable — Allecreod miraba el monitor estupefacto — Han destruido a Xorxaik.

    Cadain y el otro soldado ryfier que lo salvó de una muerte segura se acercaron al monitor que enfocaba la escena de lo acontecido en el anfiteatro. Allí fue como vieron por medio de las cámaras que el robot, una de las armas más poderosas que tenían, se encontraba tumbado en el suelo, sin su cabeza y lógicamente, sin estar operativo debido al enorme daño que recibió.

    El último hombre de confianza de Allecreod se enojó bastante con él, puesto a que su accionar los había metido en un conflicto que él creyó que ya no podrían ganar, al tener a su artilugio más poderoso derrotado. Mucho menos le agradó la forma en que Allecreod lo sacó a la fuerza de la batalla, dejando morir a varios hombres y mujeres inocentes a manos de los intrusos. Cadain adoptó la idea de que las muertes de todos ellos, incluidos Xorxaik, Kadain y Raumod fueron a causa de la negligencia de su líder, y estaba decidido a hacer algo al respecto.

    — Son unos monstruos, tal y como yo me imaginaba — Allecreod levantó el pie para luego pisar con fuerza — No… son mucho peores. Destruyeron los muros de Triyr, masacraron a nuestras tropas en Nokadro, y luego irrumpieron con esos animales salvajes en nuestro propio Resguardo. No lo quería creer, pero puede haber seres mucho más temibles en el universo, y lo peor es que son capaces de dominar el viaje espacial.

    — Allecreod, luego de ver eso, creo que nuestras posibilidades de ganar son casi nulas — Cadain habló con delicadeza, para que su líder creyera que seguía intentando ayudarle — Así que, quiero proponer una solución que no te va a agradar, pero que al menos nos permitirá salvar las vidas de tantos civiles como podamos.

    — ¿Cuál es? — el otro soldado quiso conocerla.

    — Debes usar los pasadizos secretos del Resguardo para llegar al hangar y tomar una de las naves para huir — las palabras de Cadain asombraron a los dos miembros del ejército que estaban con él — Yo me quedaré aquí para guiar a los civiles hacia las mismas. De esa forma, podremos rescatarlos.

    — ¿Huir de mi hogar? — Allecreod no levantó la voz, pero sí cuestionó bastante esa decisión — ¿Sabes lo que provocaríamos con eso? Le estaríamos dejando todo nuestro Resguardo a los intrusos.

    — Sí, pero la mayoría de las habitaciones están bloqueadas y solamente pueden ser abiertas por miembros de nuestra especie — Cadain quiso persuadir a Allecreod para que aceptara dicha idea — Recuerda que ellos están buscando las respuestas de la Catástrofe. Incluso si eso es mentira y solo buscan recursos, cuando vean que no pueden acceder a esos cuartos, y tras notar que estos se destruyen a sí mismos cuando las puertas son abiertas por la fuerza, perderán el interés y se irán de aquí. No gastarán tiempo y recursos en solamente destruir todo este lugar, eso no es lo que ellos buscan. Nosotros debemos huir poco a poco para escapar a salvo. Tú, como líder, deberías ser el primero en escapar, y llevarte a algunos civiles contigo. Elige un planeta en el que podremos refugiarnos por meses o incluso ciclos. Con el tiempo, los humanos, xaromitantes y garaks eventualmente se marcharán. Es entonces cuando regresaremos a este lugar.

    — No es un mal plan, pero no estoy del todo convencido — Allecreod mantenía dudas al respecto.

    — Es nuestra única alternativa — Cadain quiso forzar a que Allecreod aceptara su idea — Ve lo que pasó con Xorxaik. Si él pudo ser destruido, para nosotros no hay esperanza. No estamos hechos de metal. Es nuestra última esperanza de supervivencia.

    Allecreod supo que el plan de su hombre de confianza tenía mucho sentido, puesto a que las cosas que decía, si bien dependían del comportamiento que fueran a adoptar los intrusos, tenían su lógica detrás. No le agradaba para nada la idea de irse y dejar todo lo que él había construido y obtenido a merced de los intrusos, pero ver la imagen de Xorxaik totalmente destruido e incapacitado en el suelo de su arena le hizo caer en cuenta de que no tenían esperanzas de sobrevivir a una invasión como esa. Pese a sus dudas, el líder de los ryfier accedió a seguir el plan de Cadain.

    — Acepto tu idea, Cadain, ya que no soy capaz de encontrar un plan mejor para salvar a mi gente — a pesar de todo, Allecreod expresaba preocupación por los suyos, cosa que Cadain no se tragaba.

    — Yo iré contigo a buscar a los civiles para acudir a los pasadizos secretos que nos conducirán a la salida de este planeta — el soldado que se encargaba de custodiar a Irig y a Lankir accedió a escapar junto con su líder.

    Luego de que la figura con mayor autoridad aceptara su ayuda, ambos se retiraron de la sala de vigilancia, dejando solo a Cadain con una sonrisa de alivio. Lo que él más quería era poder encargarse de las cosas a su manera, dispuesto a intentarlo e incluso a dar la vida si hacía falta, con tal de asegurar la supervivencia de su especie luego del gran peligro al que Allecreod los había expuesto. Tenía un plan de reserva que no era agradable a su vista, pero lo consideraba mucho mejor que solo quedarse a pelear y morir.

    […]

    Asmir avanzaba junto a los últimos miembros de su ejército que quedaban con vida. El líder de su especie se veía demasiado frustrado al pensar en todas las muertes que habían ocurrido. Valmer, Plamo, y varios soldados de su especie. Pronto, el líder se dio cuenta de que tanto en Ryfier como en Nokadro, los que más bajas había sufrido eran los de su pueblo, y luego pensó en el balance.

    — Rescatar a cinco humanos, tres xaromitantes y dos garak — hizo memoria para recordar a todos los que habían quedado para negociar con Allecreod — Pese a que mi especie tenía la menor cantidad de miembros para rescatar, yo fui quien más soldados envió en el rescate. Y lógicamente soy quien más bajas ha sufrido. Los humanos tenían a cinco soldados que rescatar, y no enviaron ni la mitad de los guerreros que yo puse para esta misión. Se han aprovechado de mí, y de mi miedo a que mi planeta fuera atacado por Allecreod, para de esa forma no arriesgar a más de los suyos. De los xaromitantes puedo entenderlo porque están al borde de la extinción, pero ellos no lo están. Y pese a todo, solamente se aprovecharon de nosotros. Son realmente descarados. Quizá esta alianza no fue la mejor de las ideas.

    Pronto, frente a él, Asmir vio venir al comandante Lakor y a Agustina aproximándose a ellos. Con todo el esfuerzo que necesitó, Asmir puso una cara de alivio y felicidad al verlos, dado a que pensó que podría recibir su ayuda para completar la caza de Allecreod.

    — ¿Qué ha ocurrido? ¿Vinieron a prestar ayuda? — Asmir preguntó con una voz muy seria, intentando camuflar su disgusto con los humanos.

    — Escuchamos los disparos y vinimos a comprobar lo que ocurría — Agustina explicó la situación — Nosotros acabamos de pelear en contra de un robot.

    — ¿Qué es un robot? — ese concepto no era conocido por el líder de los garak.

    — Es una explicación muy larga, pero, para resumir, es un ser hecho completamente de metal, y con inteligencia propia para moverse — Ace contó algo que para los garak era impensable — Logramos eliminarlo, pero perdimos a las cuatro bestias que venían con nosotros. No quisimos arriesgarnos a perder más aliados, así que tan pronto como escuchamos los disparos, quisimos venir a ayudar.

    — ¿Los cuatro que no están con ustedes lograron escapar? — Agustina quiso preguntar para ver si podían esperar más ayuda.

    — Tristemente, no contaron con esa suerte — Asmir se contuvo para no insultarla, dado a que creyó que esa pregunta fue muy estúpida y hasta ofensiva — Teníamos a Allecreod al borde de la muerte, pero uno de los suyos generó un caos y se escapó. Valmer y otros tres garak han perdido la vida en esa pelea.

    — Creo que lo mejor será olvidarnos de Allecreod y simplemente rescatar a los nuestros — el comandante Lakor pensó que sería lo mejor — Le dijimos al resto de los nuestros que se marcharan si en diez minutos no regresábamos. Vamos a advertirles de que eso no será necesario.

    — Mira, Ace, yo entiendo que esas son tus órdenes, pero Allecreod estaba a punto de morir, y sé a dónde salió huyendo — Asmir puso su mejor cara al hablarle — Si logramos matarlo, o incluso apresarlo, podremos frenar este conflicto y encontrar más fácilmente a los nuestros.

    — ¿Qué tan “al borde de la muerte” estaba Allecreod antes de escapar? — Ace quiso asegurarse de sus posibilidades en una lucha contra él.

    — Lo herí en la pierna, de no ser por la gente que se descontroló, él no habría podido huir. Pero no llegará lejos. Te garantizo que, si colaboramos, podremos matarlo. Veo que tienes puesto el cañón de Lankir. Con eso, la victoria en esta batalla está asegurada.

    — De acuerdo, buscaremos a Allecreod para asesinarlo, pero únicamente porque tú me has dicho que lo has herido y eso quiere decir que va a tener que resguardarse en algún lugar — Ace creyó en la mentira de Asmir, para deleite de este último.

    — No se podrá refugiar por siempre, lo encontraremos, te lo prometo — el líder de los garak estaba muy satisfecho al ver que su mentira dio frutos.

    — Envía a uno de tus soldados a advertir a los nuestros en el punto de reunión — sugirió Agustina viendo cómo se darían las cosas — Tienen la orden de retirarse en diez minutos si nadie regresa. Así ellos sabrán que estamos a punto de ganar.

    — Ya la oíste, ve a alertarles — Asmir dio la orden señalando al soldado garak que se veía en el peor estado — El resto de nosotros irá por Allecreod. Síganme, sé exactamente por donde se fue.

    […]

    Cadain miraba satisfecho como una de las naves salía del hangar exterior al Resguardo, para luego despegar hacia el cielo del planeta y posteriormente abandonar la atmósfera hacia el espacio exterior. Una sonrisa se formó al saber que Allecreod se encontraba fuera de la ecuación, y de que tenía la oportunidad perfecta para actuar por su cuenta frente a la amenaza.

    Pocos segundos después, un total de cuatro soldados armados con lanzas entraron en la sala de vigilancia donde el que, tras la partida de Allecreod, quedó como líder de los ryfier, se encontraba. Este los mandó a llamar, y les dio la orden de avisar a otros soldados que agruparan a civiles en grupos para seguir un plan que él haría público pronto.

    — Está hecho tal y como lo pediste, Cadain — uno de los soldados le hizo saber que su orden fue cumplida.

    — Excelente, entonces acompáñenme — el nuevo líder de su especie se dirigió a ellos mientras encaraba a la salida de la sala.

    — ¿A dónde iremos nosotros? — preguntó otro soldado.

    — A jugarnos la vida — Cadain fue muy contundente con esa palabra.

    Fieles a quien había tenido el plan de emergencia que les permitiría tener una nueva oportunidad de salir con vida de un enfrentamiento que vieron perdido tan pronto como escucharon la noticia de que Xorxaik había caído, los cuatro soldados acompañaron a Cadain. Este estuvo vigilando los movimientos del grupo conformado por dos soldados humanos y cinco garaks, y supo exactamente hacia donde irían.

    Tras recorrer varios pasillos del resguardo, Cadain y los suyos llegaron a una intersección en donde lograron visualizar a los enemigos viniendo de frente hacia ellos.

    — ¡Allí están! — señaló uno de los garaks divisándolos a la distancia.

    — ¡Cadain, nos guiaste directo a los enemigos! — reprochó uno de los soldados preparándose para disparar.

    — Sí, lo he hecho, pero tengo mis motivos — Cadain se vio en apuros al ver que uno de los suyos se alteró de esa forma, y tuvo que actuar rápido — ¡No disparen! ¡Que nadie dispare! — sus gritos lo escucharon tanto sus soldados como sus enemigos — ¡Nos rendimos ante ustedes!

    — ¡¿Qué?!

    — ¡Estás completamente loco!

    — ¡No, esto es lo más cuerdo que a alguien se le podría ocurrir! ¡Obedézcanme y tiren las armas al suelo! ¡He dicho que nos rendimos!

    Los cinco garaks y dos humanos que estaban frente a ellos corrieron a gran velocidad hacia ellos, solo para ver que el soldado que iba al frente de ese grupo había tirado su lanza al suelo, justamente a los pies de los enemigos. Este gesto dejó bastantes confundidos a todos, especialmente a Asmir, Ace y Agustina; pero mucho más a los soldados de Allecreod.

    — Tiren las armas — Cadain les dio la orden a los soldados — Confíen en mí. Rendirse es la mejor opción.

    Viendo que una pelea sería irrelevante y no cambiaría nada dado a que los enemigos ya los tenían superados en número, los cuatro soldados que iban junto a él tiraron las lanzas a los pies de los enemigos, justo como lo hizo su líder. Acto seguido, Cadain se arrodilló, y con una simple mirada, les indicó a los suyos que hicieran lo mismo.

    Asmir estaba totalmente confundido y no podía comprender nada.

    — ¿Dónde está Allecreod? — Asmir se acercó a Cadain y puso el cañón en su frente — No me creo este cuento de tu rendición.

    — Huyó del planeta, yo, Cadain, soy quien está a cargo — Cadain contestó, generando una mirada de desilusión en Asmir, quien supo que, si era verdad, no podría asesinarlo — También fui yo quien lo hizo huir de aquí.

    — ¿Por qué? — Ace no comprendía nada detrás de todo eso — Si él es su líder, ¿por qué lo hiciste retirarse de aquí?

    — Porque fueron sus acciones las que nos llevaron a esto — Cadain quiso sonar convincente, dado a que no tenía pruebas de que Allecreod efectivamente había huido en ese momento para ofrecérselas — Él terminó metiéndonos a todos nosotros en este conflicto con ustedes… todo a raíz de sus actos imprudentes. Nuestras vidas están en riesgo. Hemos visto a través de las cámaras que ustedes han eliminado a Xorxaik, justamente, con esa misma arma que portas en el brazo — al decir eso, el ryfier apuntó al cañón de Ace — Si nuestro robot más resistente no pudo sobrevivir, está claro que nosotros no tenemos oportunidad. Allecreod nos haría pelear hasta la muerte, y fue por eso por lo que lo persuadí para que huyera. Para poder quedar a cargo y manejar las cosas a mi manera. Y mi manera es esta. Me rindo ante ustedes, y estoy dispuesto a negociar lo que ustedes quieran a cambio del bienestar de los míos.

    — Te creo que Allecreod ha huido, y supongamos que también te creo todo esto de la rendición — Asmir empezó a hablar con el representante de los suyos — Dime, ¿qué me impide matarte aquí y ahora y terminar con la vida de toda tu especie? ¿Qué beneficios me traerá negociar contigo?

    — Ustedes dijeron que buscan las respuestas a la Devastación, eso que llaman La Gran Catástrofe — Cadain quiso hacerles saber que colaboraría con ellos — Si es verdad, entonces asumo que les podría venir bien un poco de equipamiento de nuestra parte. Si nos permiten vivir, podremos entregarles lo que a ustedes les haga falta para explorar el universo en busca de esa respuesta.

    — Repíteme, ¿por qué debería dejarlos con vida? — Asmir quiso sacarle más información al enemigo — Fácilmente podría matarlos y tomar esas cosas por mí mismo.

    — Lamento decirte que no puedes — Cadain no quiso sonar soberbio, pero fue algo inevitable — Varias habitaciones donde hay mucho material guardado están protegidas, y no podrán acceder a ellas sin que les brindemos acceso. Si intentan abrirlas a la fuerza, estas simplemente se autodestruirán y lo perderán todo. Perdónennos la vida, y les juro que colaboraremos con ustedes en la exploración espacial. Naves, armas, armadura, todo lo que ustedes creen que les podría ser útil, lo tendrán.

    La oferta que Cadain les propuso sonaba muy bien, sin embargo, en todos ellos todavía estaba presente la incertidumbre de saber si efectivamente Allecreod se había marchado del planeta o no. Viendo sus caras, el nuevo líder de los ryfier se dio cuenta de que ellos iban a querer más pruebas de que lo que decía era verdad.

    — Les mostraré pruebas de que Allecreod efectivamente se ha marchado si aceptan perdonarnos la vida y aceptar nuestra rendición — Cadain quiso asegurarse de que no iban a salir perjudicados.

    — Yo lo veo como una buena oportunidad — Asmir pensó que podrían sacar un buen partido de todo esto, pero supo que la decisión no era enteramente suya, para su desgracia — ¿Ustedes qué opinan? ¿Aceptan esto o no?

    Agustina miró a Ace, y este le devolvió la mirada a su chica. Ambos sabían que, como parte de una alianza, la decisión tenía que ser tomada en conjunto. Si bien, no tenían noticias del comandante Stones, eso no quería decir precisamente que él estuviera muerto, y si él estaba con vida, consideraban que al menos debía saber sobre esto. Agustina supo que Ace estaba enfrentándose a una decisión bastante importante, y quiso brindarle su apoyo al momento de que su novio la tomara.

    — Ace, tú ahora eres un comandante, lo que te pone al mismo nivel del comandante Stones — Agustina le hizo recordar a Ace que él no era un subordinado suyo — Si prefieres buscarlo para que él tenga la última palabra, podemos hacerlo. Pero si quieres ser tú el que tome la decisión, no te sientas restringido.

    — Quiero saber una cosa antes de decidir — Ace fue muy serio al hablar con Cadain, cosa que lo intimidó un poco — ¿Tienen doctores que puedan tratar las heridas que Allecreod les hizo a Michael y Alicia?

    — Claro que los tenemos — Cadain contestó algo asustado por la forma en la que el humano le hizo la pregunta — Y me aseguraré de que ellos reciban atención adecuada, no precaria de la forma en que Allecreod lo hizo con Alicia.

    — Con eso es suficiente para mí — Ace tenía a sus dos compañeros heridos como la prioridad en todo esto — Llévanos a un lugar en donde podamos ver una prueba de que Allecreod efectivamente huyó del planeta, y luego de eso, llama a dos médicos para que Alicia y Michael puedan ser atendidos como corresponde. Una vez eso esté hecho, empezaremos a negociar los términos de su rendición.

    Dominio Aislado ha concluido. Pero La Gran Catástrofe continuará…






    Preguntas de la parte V:

    1. ¿Te ha gustado la parte? ¿Cuál es tu opinión general?
    2. ¿Cuál es tu capítulo favorito? Puedes nombrar más de uno.
    3. ¿Cuál es tu capítulo menos favorito? Puedes nombrar más de uno.
    4. ¿Te ha gustado el trato de protagonismo que recibió Black Meteor en esta parte?
    5. ¿Qué opinas del trayecto que está tomando la historia?
    6. ¿Cómo ha quedado tu top de personajes?
    7. ¿Quiénes crees que hayan sido los personajes claves de esta parte?
    8. ¿Qué cosas te gustaría ver en LGC en un futuro?
     
    Última edición: 6 Febrero 2022
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Bueno amigo, me ha tomado literalmente una hora entera leer este capítulo final... pero lo merece completamente. Me ha encantado y es un buen cierre para la parte V. Capitulazo XD. En fin, tampoco quiero explayarme mucho más, primero porque debo irme a cenar y segundo porque te digo siempre lo bien que lo haces, narrativamente, etc... Que decirte que no sepas. No quiero sonar repetitivo tampoco XD. Me centraré en lo más destacado.

    Está claro que hay cicatrices que no sanarán sin más en el Zenith, principalmente las de Michael y Alicia con Wagner, el resto del grupo con Wagner... Sin lugar a dudas, Stones es el más damnificado en ese aspecto. Parece que, casi sin percatarse, todos le dan la espalda. Y es lógico. Tras eso, me encantaría decir que no me esperaba en absoluto la resolución entre Irig y Lankir. Ha sido genial como lo has manejado, sinceramente. Lo mejor, la pelea de Xorxaik vs Zion, Melody, Dana, Rayko y Kai. Ese robot es increíble (aunque haya sido destruido por Thomas y el cañón de Lankir XD). Sin embargo, la muerte del comandante Stones va a ser un tremendo golpe para el grupo y es lo único que me sabe mal no ver en el capítulo: la reacción del grupo a ello. Supongo que me tocará esperar a la parte VI.

    Me da la sensación de que Asmir va a "jugar" por su cuenta de ahora en adelante y que su alianza con humanos no será tan primordial. Parece un líder muy individualista y más con los acontecimientos sucedidos. Allecreod ha escapado y no puedo esperar a ver que deparará su personaje. Cadain es un bastardo inteligente, aunque me da la sensación de que no será precisamente un amigo. Y ver a Ace siendo un auténtico líder es algo que me encanta XD.

    En definitiva (y perdona por no hacer un comentario acorde a la duración del capítulo, pero es que entonces cenaría a las doce de la noche XD) quiero decirte que esta parte se ha convertido en la mejor de LGC, para mí. Sí, la primera siempre será mi favorita por la nostalgia que me da, pero objetivamente, esta parte se coloca en el top 1. Narrativa, desarrollo de personajes, las muertes están muy bien elegidas... 10/10. Te has lucido amigo. ¡No puedo esperar para ver lo que se viene! :D

    Te contesto las preguntas:

    1. ¿Te ha gustado la parte? ¿Cuál es tu opinión general? - Creo que ya la he dicho en el comentario XD, lo llego a saber con tiempo y lo pongo aquí :v
    2. ¿Cuál es tu capítulo favorito? Puedes nombrar más de uno. - Me han gustado la gran mayoría pero me quedo con el inicio de las peleas en el coliseo, ese momento lo estaba esperando con muchas ansias :D
    3. ¿Cuál es tu capítulo menos favorito? Puedes nombrar más de uno. - ¿Bromeas? No hay capítulo menos favorito :v quizá hay alguno por ahí de transición que no es espectacular pero igualmente es genial. No vuelvas a preguntar esto :v ok no XD
    4. ¿Te ha gustado el trato de protagonismo que recibió Black Meteor en esta parte? - Así es, aunque a mi juicio, me sigue pareciendo poco. Desde las dos primeras partes que apenas tienen repercusión en la historia, es quizá la única pega que pondría a LGC.
    5. ¿Qué opinas del trayecto que está tomando la historia? - Cada vez más interesante. El tema de las respuestas es lo principal y queda un poco de lado, algo que me deprime un poco. Sin embargo, el camino a ello está siendo brillante. Lo único que creo que falta es que la trama principal de la respuestas tenga más peso.
    6. ¿Cómo ha quedado tu top de personajes? - Te lo mandaré por privado, como bien sabes. Con tantas bajas en el capítulo, debo pensar a quiénes incluyo o muevo :v
    7. ¿Quiénes crees que hayan sido los personajes claves de esta parte? - Allecreod, Wagner, Michael, Alicia... Ellos cuatro han llevado el peso más que el resto.
    8. ¿Qué cosas te gustaría ver en LGC en un futuro? - Creo que eso ya lo sabes... XD al margen de eso que ya sabes, me gustaría ver realmente como de una vez por todas se descubren cosas sobre la catástrofe y sus respuestas, como miguitas de pan hasta completar la barra entera. Ya me entiendes :v
     
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    Elliot

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    Cap "Persiguiendo al rastreador"

    Un buen comienzo de Parte. Ya en el primer cap se presente un conflicto a resolver involucrando a varios personajes. Y un conflicto interesante además, por ver si aprendieron o no de sus errores pasados para no volver a cometerlos.
     
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    Cap "Algo que decir"

    Debo decir que este está siendo de mis arcos favoritos en esta historia. Luego de tanta acción bélica, esta sección centrada en las relaciones personales y conflictos de intereses entro los miembros de los mismos grupos es refrescante y está siendo sumamente interesante, especialmente por lo que se ha estado construyendo a todos ellos a lo largo de esta saga.

    Me intriga bastante para donde irá cada cosa. Con Black Meteor todavía está todo tan mal, mientras maten a alguien que no sea Ace seguro basta para que el resto se vaya calmando (eso si, si matan a Ace o si no matan a nadie, perfectamente veo que escale la división). Los que tienen una situación más complicada y con diferencia son el Zenith, que están a nada de un motín o directamente una guerra interna (sería curioso que cuando los Black Meteor los alcancen se los encuentren ya habiéndose matado a algunos entre si luego de tanto debate al respecto). Me alegra que Michael vuelva a tener más protagonismo, y me gusta lo moralmente gris que se siente con esa manipulación emocional a largo plazo de su plan. Creo que ya lo dije en algún comentario en la parte anterior, pero creo que él y Gwyn son más apropiados para comandante que Wagner y Ace, y ahora estoy aún más convencido (especialmente de Gwyn, si vuelve a tener un momento de liderazgo inspirador para sus compañeros sin recurrir a medidas como las de Michael).

    Eso si, me sigue sin gustar que Wagner desarrollara un crush por Alicia, pero al menos veo que se va a usar de forma más creativa de lo que esperaba. Y el como están manejando Dustin y Sharyn sus sentimientos también me está gustando bastante. Así que lo compensa.
     
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    Cap "Sector misterioso"

    Ace: "Deberíamos separa-

    Yo:
    [​IMG]

    Por cierto, durante la parte final del capítulo, primero pensé que la especie oculta podrían ser berrods, y luego de eso pensé que el tipo que los atormenta podría ser aquel señor de la guerra de aquel spin off. No acerté ninguna, pero hey, igual es divertido teorizar x'p
     
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    Cap "Medidas provisorias"

    He de decir que no soy muy fan de que se repitiera la situación de "equipo llega a planeta que ha primera vista parece deshabitado y seguro, se sobre confían, y luego les toca enfrentarse a un grupo de depredadores que alcanzan a reducirles el número de integrantes". Hubiera preferido algo más creativo esta ocasión, o incluso la misma situación con la única diferencia de que, al ahora estar más experimentados y mejor preparados, los humanos logran ganarles a los depredadores con facilidad, y es eso lo que hace que se sobre confíen y pierdan a alguien. Aún con esas, me gustó mucho como se manejó la muerte de Zaid. Tuvo su momento heroico enfrentándose al atacante de su hermana aún sabiendo que no le ganaría. Fue un momento bastante genial y trágico a partes iguales~

    Por otra parte...
    ¡Wagner, nooo!
    [​IMG]

    Nah, pero todo lo referente a Allecreod está interesante. Asumo que no será *ÉL* responsable de las catástrofes, pero mínimo tiene pinta a tener conocimiento mucho más profundo al respecto que todos los demás personajes vistos hasta ahora. Se siente un avance respecto al misterio central.

    PD: Cuando dijiste que esta historia estaría en pausa por 5 semanas pero no la historia en general en si, di por hecho que te referías a que los siguientes 5 caps de esta parte serían un mini arco medio apartado de la trama principal pero que se re conectaría a esta al terminar. Pero ahora me fijo en lo que pone al inicio del siguiente capítulo y veo que no, que fue un hiatus de esta parte mientras subías otra cosa relacionada esas cinco semanas (asumo que el spin off del otro conquistador alienígena aquel, pero no recuerdo bien las fechas).
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Es preciso. Lo comento para que no te coma tanto la cabeza ese misterio. Elegí publicar la historia de Casseirem y su conquista en este momento porque lo vi ideal. Por eso, tras el capítulo 10, tomé una pausa de 5 semanas para publicar un capítulo cada una de esa historia. Lo que sí notarás si analizas las fechas es que habrá capítulos publicados cada dos semanas. Esto fue tanto por la longitud de los mismos como también por temillas personales de finales de año 2021 y comienzos del 2022.

    Bueno, fue justamente por eso que el que murió fue uno de los menos experimentados en combate contra alienígenas, sobre todo con animales salvajes. Pero comprendo que ver el mismo escenario cansa. Por lo tanto, te diré algo que no sé si aplica como spoiler. Esa situación no se volverá a repetir, y si se repite, será con contextos diferentes. Ahí lo dejo :)

    XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD :kuku:
     
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    Elliot

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    Cap "Las dos naves"

    Sigues siendo demasiado duro con tu opinión sobre capítulos "sin acción". Este no tuvo mucho de gente dándose piñazos, y mucho menos con riesgo de vida o muerte, pero si que estuvo lleno de muchas que por sí solas son tan o hasta más interesantes que eso.

    Tras centrarnos tanto rato en los eventos que ocurren en el Dominio de Allecreod, al fin tenemos una actualización de cómo están yendo las cosas fuera de este y en la tierra (que dicho sea de paso, poco a poco esta historia se ha vuelto cada vez más compleja de manera totalmente orgánica. Pasar de dos puntos de vista entre dos equipos directamente enfrentados en un mismo sitio, a alrededor de 6 o 7 en todo momento involucrando numerosas facciones de intereses cambiantes, tamaña progresión. Y, como dije, se siente natural por cómo se ha ido desarrollando todo). Vemos como Ace, que parecía el más "bonachón" de los aspirantes a liderazgo comparado a Wagner y Michael, resulta que utilizó a sus compañeros alienígenas prácticamente como rehenes para asegurarse de conseguir todo el apoyo posible de sus especies (aunque como pequeña cosa, no me gustó que todos sus compañeros presentes apoyaran su decisión completamente tan rápido. Una actitud comprensiva pero escéptica, como la de Orikraf a lo estricto de Zion, me hubiera parecido más apropiado). Y hablando de ellos dos, también vemos como les va con su nuevo equipo. A pesar de ser pocos y haber aparecido recientemente, los nuevos soldados del zenith ya me agradan. Y la actitud en plan niñeras de Orikrof y Zion es un plus~ Me encanta como el alien azul hace lo mejor que puede para ganarse el cariño de sus soldados mientras que el comandante humano pasa de todo jajaja. Y también vimos más de lo profunda que se ha vuelto la relación entre Ace, Agustina, Gwyn y Thomas desde los sucesos del arco del planeta EMIV. Que, por si todo esto fuera poco, otra de sus consecuencias, la electrocución de Agustina, sigue afectando a los eventos de la historia incluso ahora, al hacer que esta perdiera sus poderes y que ahora se decidiera a combatir sus miedos regresando a Fientling (y de paso volviéndose la prometida de Ace~).


    ¿Ves? No todo son patadas voladoras y muertes bien gore en planetas alienígenas. Lo que sostiene a una historia son sus personajes. Aún si el misterio principal resultara tener una respuesta insatisfactoria, eso no quitaría los chorrocientos capítulos previos en los que el lector se la pasó bien con las acciones e interacción de los personajes. Incluso si estos no se la pasaban a cada párrafo haciéndole la hurracarrana invertida al ET.
     
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    Elliot

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    Cap "El día de la celebración"

    ¿De verdad la mejor mentira que se le ocurrió a mantener a los humanos en su planeta más tiempo fue inventarse el día nacional de la orgía? Y por un momento pensé que el motivo por el que Xander aceptó fue porque quería aprovechar una excusa para tener sexo de nuevo con Claire y tal vez hasta probar suerte con Natasha aplicando la de "¡Hey! Es por su festividad, lo juro. Sería culturalmente insensible no hacerlo" XDD
     
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    Elliot

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    Cap "Preludio a la traición"

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