Ciencia ficción La Gran Catástrofe V Dominio Aislado

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 5 Marzo 2021.

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    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    6019
    Saludos a todos. Luego de unas 5 semanas de pausa, esta historia regresa a su tiempo de publicación habitual. Hoy no es sábado, pero elijo publicar este día por cuestiones personales que me permiten hacerlo ahora.

    Nuevamente, agradezco a Resistance por leer semana a semana la historia y comentando sus aportes. También agradezco a usuarios nuevos que se encuentren con esta historia y disfruten de leerla.

    Sin más que decir, los dejaré con el capítulo.




    La partida:

    En el interior de un edificio, más precisamente una base militar, cuatro soldados jóvenes se encontraban sentados alrededor de una mesa. Cada uno de ellos estaba disfrutando de una taza de café con unas galletitas que se encontraban puestas en una canasta sobre el centro de la mesa. Los cuatro soldados acababan de integrarse al equipo del Zenith, y bajo las órdenes del comandante Zion, hombre al que obedecerían a partir de ese momento, debían esperar pacientemente hasta que recibieran una confirmación para poder partir a su primera misión. Mientras esperaban, decidieron irse al comedor de dicha base para poder disfrutar de un momento de tranquilidad, además de hacerle caso a su comandante y conocerse mejor.

    — ¿Dices que eres el mejor? — preguntó el soldado llamado Rayko a su compañero — Es decir, escuché que tú lo dijiste. A lo que me refiero es si verdaderamente eres tan fuerte cómo dices ser.

    — Cuando tengamos tiempo para entrenar o practicar lo vas a ver en primera persona — contestó Kai, con un poco de soberbia en sus palabras — Una vez que veas de lo que soy capaz, tomarás mi palabra más en serio.

    — Suena como un reto — Melody le dio un sorbo a su café tras esas palabras — Dime, Kai, ¿te atreverías a luchar junto a Rayko en contra de nosotras?

    — ¿Contra ti y contra Dana? — preguntó el soldado, viendo que el reto podría ser interesante — Supongo que sí podría atreverme. Pero antes quiero prepararme un poco. Después de todo, tú y ella provienen de la misma escuela, ¿no es así?

    — Exactamente — Dana respondió ante la pregunta de su compañero — Melody y yo nos hemos conocido desde que entramos a la escuela. Fuimos amigas desde hace años. La cantidad de veces que hemos hecho equipo es incontable. Nos conocemos muy bien.

    — En ese caso, Rayko y yo necesitaremos de un tiempo para entrenar en equipo para prepararnos — contestó Kai, viéndose asombrado por el progreso de sus compañeras.

    — ¿No te crees capaz de adaptarte rápido después de haber presumido tanto sobre ser el mejor? — preguntó Melody, intentando herir el orgullo de su amigo.

    — Me creo capaz, al que no creo capaz es a Rayko — Kai logró evadir el insulto y dirigirlo hacia su compañero.

    — Hey, no seas así — a Rayko no le gustó el comentario de Kai — Yo puedo adaptarme a lo que sea.

    — Al verte, lo dudo mucho, la verdad — Kai miró a su compañero de forma despectiva — Pero siempre he dicho que un buen soldado no se deja engañar por apariencias. Tú y yo vamos a luchar luego de esto. Y así me demostrarás tu valía.

    — Si estoy aquí, es porque ya he demostrado bastante — Rayko quería rechazar el desafío de Kai, dado a que no le agradaba su actitud.

    — A algunos, no a todos — Kai supo que Rayko era alguien a quién podría provocar fácilmente luego de observar esa conducta — Te esperaré, Rayko. Más te vale no acobardarte.

    Tras esas palabras, el soldado se terminó su pequeño desayuno y se puso de pie para dirigirse hacia la puerta. Lógicamente, no podrían luchar en ese lugar, pero la base era de un gran tamaño y tenían cientos de lugares a los cuales dirigirse si querían tener una pequeña pelea. Rayko no quiso caer en su juego, por lo que se tomó el desayuno con más calma. Dana y Melody se miraron fijamente con una cara de molestia, al saber que tendrían que convivir con alguien así, y no se veían muy atraídas por la idea.

    Los tres soldados que se quedaron en la mesa continuaban con su desayuno en el momento en el que el comandante Zion y el general xaromitante Orikrof entraron a la base. Supusieron que era hora de partir, dado a que de lo contrario no habrían entrado a buscarlos de esa manera.

    — ¿Ya es tiempo de marcharnos, comandante Stones? — Kai recordó que Zion quería ser llamado de esa manera.

    — Efectivamente, Wolf — respondió el comandante — Me llamó Magnus. Asmir ya ha enviado a un equipo de garaks al planeta Fientlig. Partiremos de inmediato para reunirnos con ellos y empezar a capturar a todas las bestias que podamos. Y una vez que las tengamos, nos integraremos a la misión de exploración espacial junto al equipo que ya está en marcha.

    — No hay más tiempo que perder — Orikrof no quería sonar muy estricto con soldados que apenas conocía, pero tampoco quería mostrarse muy blando — Tomen toda la comida que tienen y termínenla en la nave. Una vez estemos a bordo, podremos partir.

    Con esas palabras, los tres soldados que seguían desayunando tomaron la comida que les quedaba y se la llevaron. Habrían preferido tener más tiempo para desayunar antes de partir, pero entendían que la misión era urgente. Mientras caminaban hacia la nave que utilizarían para viajar hacia Fientlig, Dana y Melody se acercaron a Rayko para hablar con él.

    — Dime, Ray — Melody decidió no llamarlo por su nombre completo — ¿Es cierto que un familiar tuyo está explorando el espacio en este momento?

    — Así es, se trata de mi prima — Rayko contestó, sin molestarse de que no lo llamaran por su nombre — Ella ha estado en esta misión desde sus inicios.

    — ¿Estás emocionado por la probabilidad de cruzarte con ella? — preguntaba Dana, creyendo que él estaría feliz por eso.

    — Realmente, me gustaría mucho poder verla — Rayko fue sincero con ellas — Si nuestros equipos se unen, seremos dos miembros de la familia quienes habremos encontrado las respuestas a la Catástrofe. Imagina el orgullo que sentirán nuestros padres. Sería bueno ser reconocido por ellos.

    — Veo que eres una buena persona — Melody se sentía feliz de saber que Rayko no se comportaba como Kai — Escucha, pídele a Kai que aplace un poco la pelea.

    — ¿Por qué? — Rayko sentía curiosidad por saber la razón.

    — Dana y yo somos muy buenas para pelear en equipo — contestó Melody — Enfréntate a nosotras y te prepararemos para enfrentarte a Kai.

    — ¿Por qué están tan interesadas en esto? — Rayko apreciaba el interés, pero no entendía el motivo.

    — Porque es un presumido, y la mejor manera de callar a un presumido es derrotándolo — Melody realmente parecía desear lo que decía — Dana y yo también aprovecharemos el entrenamiento y lo derrotaremos. Una vez que sea vencido por nosotros tres, seguro se callará la boca.

    — Bueno, eso es una sorpresa — Rayko se emocionó un poco por la forma en la que Melody hablaba — Dana, ¿tú estás de acuerdo con ella?

    — Honestamente, es imposible para mí no estarlo — Dana quería formar parte de lo dicho por su compañera — Kai tiene que aprender a callarse y a ser más humilde. Si podemos enseñarle a nuestro modo, será mejor para todos.

    Kai caminaba muy cerca de Zion y de Orikrof, por lo que no pudo oír nada de la conversación que sus compañeros estaban teniendo a sus espaldas. En su lugar, el soldado quería observar lo más que pudiera a las dos figuras de autoridad que tenía adelante. Él escuchó muchos relatos sobre el comandante Zion, y sabía que era afortunado de que lo hubieran puesto a sus órdenes. Él esperaba ganar experiencia al trabajar con alguien de renombre, y la oportunidad que le dieron no la podía desperdiciar. Aunque de Orikrof no conocía mucho, dado a que este no llevaba ni siquiera un año en el Zenith, el simple hecho de que este fuera un general en el pasado lo dejaba asombrado. Nunca había visto en persona a un ser de otra especie, y en aquel momento sentía mucha emoción de poder convivir con alguien así, además de aprender de él.

    Tras una caminata breve, el grupo de seis soldados llegó hacia un vehículo de gran tamaño, con un total de siete asientos en su interior. Zion fue quien se sentó en el asiento del piloto, mientras que Orikrof se sentaría a su lado en el del copiloto, dejando así a los soldados elegidos por Magnus para que tomaran los demás asientos. Lo único que restaba para poder partir era llegar hasta la nave, la cual se encontraba situada en un complejo cercano a la ubicación de la base en donde se encontraban.

    […]

    — ¿Cómo qué el mensaje ha sido interceptado? — Ace se alteró un poco por la forma en la que Lankir lo había dicho — ¿Quién lo interceptó?

    — No lo sé, he intentado enviar otro, pero siempre recibo el mismo resultado — Lankir comenzó a desesperarse, viendo que no podía enviar el mensaje a destino.

    — ¡Maldición, ¿Qué es lo que está pasando?! — preguntó Thomas sin entender nada.

    — No quiero sacar una conclusión apresurada, pero ¿qué tal si esto es obra de Allecreod? — Wagner se ganó la atención de sus tres acompañantes.

    — ¿Estás diciendo que él está causando esto? — Lankir quiso saber de qué forma — Me resulta imposible de creer. Esta nave no debería tener problemas para comunicarse. Sin importar que ese tipo nos hubiera puesto un bloqueo, el mensaje debería ser enviado de cualquier forma.

    — Pero no ha puesto un bloqueo — Ace recordó lo que Lankir le decía — Has dicho que el mensaje fue interceptado, no que no pudo ser enviado. ¿Qué tal si este tipo tiene tecnología capaz de interceptar cualquier mensaje que envíes?

    — Me resulta imposible de pensar que esta nave pueda ser vencida — Lankir no quería tomar en cuenta esa posibilidad — Pero parece ser la única opción posible. Lo he intentado otra vez, pero sigo recibiendo lo mismo.

    — Eso quiere decir que estamos incomunicados con casa — Thomas supo que eso sería un grave problema para ellos — Y si este tipo interceptó el mensaje, podría tener nuestra ubicación.

    — ¿Y ahora qué vamos a hacer? — Lankir miró a Wagner, esperando que a él se le ocurriera algo.

    Antes de que Wagner pudiera dar una respuesta, Ace se le adelantó y tomó la palabra.

    — Tenemos que seguir con el plan — Ace sorprendió a todos, principalmente a Lankir, quien esperaba que Wagner hablara primero — Es tal y como tú dijiste, Wagner. No podemos continuar recorriendo este lugar y esperar a que la suerte nos sonría y no terminar en un planeta de este tipo.

    — El problema es que ahora no hay cómo avisar a casa sobre el resto del plan — Lankir no sentía convicción en las palabras de Ace — El plan consistía en intentar pactar un trato con Allecreod una vez que nos aseguráramos de que tendríamos refuerzos en caso de que algo saliera mal. Pero si no podemos comunicarnos con ellos, no los tendremos.

    — No podemos comunicarnos con ellos utilizando un mensaje, pero aun así tenemos la forma de comunicarnos con ellos en persona — Ace supo que tenía que convencer a Lankir de seguir con su plan.

    — ¿Cómo exactamente? — Lankir deseaba que Wagner dijera algo.

    — Avisándoles personalmente — Ace ya tenía idea de cómo continuar — Me llevaré a una parte del equipo hacia Garak para poder avisar de todo esto, y luego, traeremos los refuerzos aquí para ayudar en caso de que las cosas resulten mal.

    — Me parece una buena idea — Thomas se mostraba de acuerdo con Ace — Además, de esa manera la nave estará lejos del alcance de Allecreod.

    — Servirá para intimidarlo más — Wagner también se veía convencido por los dichos de Ace — El plan no ha cambiado, solamente una pequeña parte.

    — En ese caso, tenemos que partir de inmediato — Ace quiso que la partida fuera rápida — No tenemos idea de dónde podría encontrarse este tipo ahora mismo. Si está cerca, lo mejor será salir rápido del planeta para evitar que nos pueda alcanzar.

    — Regresemos con el grupo para explicar todo esto — Wagner comenzó a caminar hacia la salida — Así podrás elegir a quienes llevarte contigo.

    Con la forma de proceder ya decidida, los cuatro miembros del equipo de exploración espacial abandonaron la nave para regresar con el resto de su grupo. Sabían que el tiempo podía ser escaso, y por eso mismo decidieron apresurarse y regresar a la cueva en dónde el resto de sus compañeros se encontraba refugiándose. Un viento muy frío comenzó a soplar en el planeta en el que se encontraban, y los soldados empezaron a correr a gran velocidad sabiendo que mientras menos se expusieran a esa clase de clima, mejor sería para ellos.

    Tras unos pocos minutos de correr con el frío helándoles la sangre, superando ampliamente el sistema de las armaduras para brindarles calor corporal, los cuatro soldados llegaron con sus compañeros, quienes se veían muy asustados tras verlos llegar corriendo tan agitados. Inmediatamente después de verlos, todos supieron que algo malo había pasado.

    — Por favor, dime que el frío no congeló o averió la nave — Aurio rogaba porque eso no les hubiera pasado.

    — No, pero pasó algo peor — Wagner tomó la palabra esta vez — No pudimos enviar el mensaje a casa. Y es probable que Allecreod nos haya descubierto.

    Ciertamente, dichas palabras ocasionaron un pánico repentino en todos sus compañeros, quienes no se sentían muy emocionados de escuchar algo así de parte de ellos.

    — ¿Qué sucedió? — Agustina esperaba que Ace le diera alguna buena noticia.

    — El mensaje fue interceptado luego de ser enviado — Ace quiso no decirlo de forma muy brusca — Probablemente por Allecreod. No tenemos forma de saber si tiene alguna máquina como el escáner de esta nave para poder rastrearlo hasta su origen, pero si la tiene, estaremos en problemas.

    — ¿Y qué es lo que vamos a hacer ahora? — Michael supo que las cosas no estaban nada bien.

    Wagner y Ace explicaron a todos los presentes el plan que tenían pensado usar para realizar un acercamiento hacia Allecreod. Si bien, hubo varios que lo comprendieron y se mostraban de acuerdo, Michael no era uno de ellos.

    — ¿No creen que sería mejor que todos nosotros escapemos de este lugar y luego regresemos todos juntos? — preguntó el soldado, dando su opinión del asunto — El grupo de Zion, las criaturas de Fientlig y varios escuadrones garak. Si unimos toda la fuerza que tenemos, puede que Allecreod se acobarde y no nos quiera atacar.

    — O puede ser que sienta que su dominio está bajo amenaza, y decida empezar una guerra en contra de nosotros — Wagner dio sus motivos por los que creía que no era un buen plan — Si un grupo pequeño se queda, podemos convencerlo de que no tenemos intención de perjudicarlo, y que únicamente buscamos respuestas a la Gran Catástrofe. Tu opción nos podría llevar a una guerra contra un tipo totalmente desconocido, la nuestra podría ayudarnos a evitarla, o mejor todavía, a formar una alianza con él.

    — Sigue sin convencerme — Michael comenzaba a detestar a Wagner con las cosas que decía — Supongamos que Allecreod nos lleve a su planeta luego de que nos encuentre. ¿Cómo van a encontrarnos los demás si no podemos enviar mensajes para informar de nuestra posición?

    — La idea no es quedarnos sin hacer nada y esperar a que nos rescaten — Wagner sentía que Michael lo contradecía solo porque sí — Intentaremos llegar a un acuerdo con él para que no sea necesario que nos busquen. Recuerda que tenemos formas de amenazarlo para eso.

    — ¿Y si no da resultado? — Michael continuaba con su escepticismo al respecto.

    — Michael, escúchame — Ace lo miró fijamente, y esperaba que él hiciera lo mismo — Tengo varias ideas para poder encontrarlos si algo no saliera bien. Además, tendremos tiempo para discutirlo mejor y perfeccionar dichas ideas. Si sigues dudando de esto, entonces puedes venir conmigo a dar el aviso en Garak y buscar refuerzos.

    — No creo que sea conveniente — Michael se sentía algo más relajado tras las palabras de Ace, por lo que creyó que podría confiar en él para esto — Tú eres el segundo mejor soldado que tenemos, y si las cosas no cambiaron, yo sigo siendo el tercero. Lo ideal sería que tú, Wagner y yo nos quedáramos juntos, pero viendo que tú te irás, lo mejor será que yo me quede.

    A pesar de la respuesta que dio, Michael se sentía muy satisfecho con la decisión que tomó Ace. Si bien, él consideraba que lo mejor sería quedarse, el hecho de que Ace le haya propuesto irse con él lo hacía sentir que Ace realmente estaba escuchando sus palabras y que también las tenía en cuenta. Pese a eso, el soldado creyó más prudente quedarse junto con el equipo.

    — No veo que sea necesario seguir discutiendo — Wagner miró fijamente a Ace — Lo mejor será que elijas a quienes te van a acompañar, para que puedan partir de inmediato. No solo por el peligro de que Allecreod tenga nuestra ubicación, sino también por el clima. Si se llegara a desatar una tormenta de granizo o de nieve, no quiero que la nave esté a la intemperie.

    — Bien, nos iremos enseguida — Ace ya tenía en mente a quién llevarse con él — Agustina Young, Gwyn Fairin, Thomas Delleo… vengan ustedes conmigo.

    — ¿Solo te los llevarás a ellos? — preguntó Plamo, quien creía que era un número pequeño.

    — No quiero llevarme a la mitad y dejarlos desprotegidos ante Allecreod… — Ace tomó una pausa antes de decir algo más — Porque quiero pedirles que me entreguen sus armas.

    Esas palabras eran inesperadas por todos, incluyendo a Thomas, Wagner y Lankir, quienes no habían escuchado a Ace hacer una propuesta así mientras estaban en la nave. Todos ellos, incluyendo a los soldados que él pensaba llevarse, creyeron que era una locura, y no podían entender sus motivos para eso.

    — ¡¿Estás loco?! — Kila fue la más sorprendida por dicha decisión, y no se veía contenta con ella — ¡Dices que quieres que estemos protegidos, pero nos quieres quitar las armas!

    — Ace, explica mejor esto que has dicho — Alicia no se veía muy entusiasmada con lo que su compañero le dijo.

    — Nos dejarás totalmente indefensos si te llevas las armas — Sharyn también quería entender qué era lo que pensaba.

    — Eso es verdad, pero es por precaución — Ace estaba pensando en cómo explicárselo a los demás — Dudo mucho que Allecreod los deje en este planeta. Probablemente los llevará al suyo. Por precaución, lo más seguro es que les quite las armas. Si ocurre lo que estoy pensando, las armas más poderosas como el cañón de Lankir o los guanteletes de los garak quedarán en su poder. Y si hubiera que pelear contra él, no me gustaría que él tuviera en su poder dichas armas. Imaginen todo lo que podría pasar si él llegara a obtener el cañón de Lankir y tuviéramos que pelear en contra de él. Sin saber qué tipo de armas tiene en su arsenal, contará además con una de un poder casi destructivo. Si nosotros nos llevamos las armas, las mantendremos fuera de su alcance, igual que la nave.

    Tras lo que dijo su compañero, todos llegaron a comprender mejor el plan de Ace. Al verlo de esa manera, tenía mucho sentido, y demostraba que él había pensado seriamente en la posibilidad de que las cosas salieran mal. Todos llegaron a la conclusión de que la opción de su compañero era la más sensata dadas las condiciones en las que se encontraban. Nadie creía que dejar de lado las armas más fuertes fuera una buena idea, pero seguía siendo mejor que mantenerlas y arriesgarse a que un enemigo desconocido pudiera tomarlas.

    — Los garak y los xaromitantes pueden quedarse con sus rifles, ya que no los quiero dejar totalmente desarmados ante él — Ace podía ver que, aunque lo entendían, tenían sus dudas — Los demás se las pueden arreglar utilizando la energía de sus cuerpos.

    — Tu punto es totalmente válido, Ace — Lankir, asombrado por el razonamiento de su compañero, decidió confiar en él — Te confiaré el cañón que he construido para que lo protejas. Más te vale que lo cuides bien.

    El xaromitante, quien en el pasado había creído que Ace era alguien inferior a Wagner en lo que refería a la toma de decisiones y a liderar al equipo, se vio impresionado en gran medida por las decisiones que Ace estaba tomando en estos últimos minutos. No solo tomaba decisiones lógicas, sino que también lo hacía de forma muy rápida, dado a que no escuchó nada de él en la nave que diera indicios de que hubiera pensado en algo así.

    Sabiendo que su cañón estaría más seguro mientras más lejos estuviera de Allecreod, decidió entregárselo en mano al comandante provisional del Zenith.

    — Veo que Zion tuvo sus motivos para no decantarse en darle el puesto a Wagner — pensó el xaromitante al momento en el que entregó el cañón a su compañero.

    — Plamo, yo estoy de acuerdo con su idea — Kila miró a su compañero, quien tenía más experiencia que ella en conflictos y enfrentamientos — Pero si tú no quieres entregar los guanteletes, yo tampoco lo haré.

    — Lo mejor será entregarlos, Kila — contestó su compañero — No me gusta dejarlos, ya que fueron hechos para nosotros, pero si no los voy a tener, prefiero que los tenga un aliado y no un enemigo.

    Kila y Plamo se quitaron sus guanteletes de calor y se los entregaron a Thomas y a Gwyn, quienes los recibieron y se los pusieron. Wagner, Michael, Dustin, Alicia y Sharyn, quienes serían los soldados del Zenith que se quedarían en el planeta, decidieron darles los rifles a sus compañeros quienes iban a marcharse. Sabían que podrían valerse por su cuenta utilizando la energía de sus cuerpos. En el momento en el que les dieron las armas, Alicia se dio cuenta de algo que era muy importante para poder llevar a cabo su plan.

    — Tengo una sugerencia — dijo la chica, llamando la atención de todos sus compañeros — Creo que nos beneficiaría mucho. ¿Puedo decirla antes de que se vayan?

    — Adelante, Alicia — Wagner quería escuchar lo que tenía para decir.

    — Deberíamos irnos todos hacia la nave — sugirió la soldado — Y antes de que ellos se fueran, deberíamos tomar algunas provisiones para nosotros. No sabemos cuánto tiempo tardará Allecreod en llegar hasta aquí, y si le robamos la comida a los que trabajan para él, no le daremos una impresión muy pacífica.

    — Es una idea fantástica, Alicia — Ace felicitó a su compañera por haber dicho eso, ya que ni él ni Wagner lo habían pensado.

    — Es impresionante, a ninguno de nosotros se nos ocurrió eso — Wagner quería aprovechar esa ocasión para darle un cumplido a Alicia — Es bueno saber que te quedarás junto a nosotros.

    Los comentarios de Wagner y Ace le cayeron bien a Alicia, pero no fue así con Michael y Sharyn. A ellos no les agradó la forma en la que Wagner la había felicitado, ya que sentían como si él intentara darle un cumplido disfrazado de una felicitación. Sin embargo, pese a que no les gustó mucho, no podían decir nada al respecto, dado a que la idea de la chica verdaderamente los había sacado de un apuro muy grande si ella no lo hubiera sugerido.

    Con todo lo que tenían que hacer ya discutido, el grupo entero abandonó la caverna para volver hacia la nave. El viento que soplaba antes, cuando Wagner, Ace, Thomas y Lankir habían ido hacia la nave había perdido fuerza, pero continuaba soplando y seguía siendo bastante frío. En vista de esto, los soldados se apresuraron para poder llegar hasta la nave. Todos entraron y fueron directamente hacia la bodega en donde tenían almacenada todas las provisiones que se llevaron en el viaje. La mitad de los soldados que se quedaría en el planeta decidió tomar agua, mientras que la otra mitad tomó comida. Si bien, la idea de que Allecreod hubiera interceptado el mensaje y tuviera la ubicación exacta de la nave era la más lógica de pensar, también cabía la posibilidad de que se estuvieran equivocando y que se tomara su tiempo en llegar hasta el planeta. Y si ese fuera el caso, necesitarían de una gran cantidad de provisiones para asegurarse de sobrevivir hasta que el ser que dominaba el lugar decidiera pasar por el planeta dentro de su dominio.

    Para asegurarse de no tener problemas con las raciones, el equipo tomó provisiones en abundancia, sabiendo que podrían reabastecerse en el futuro cuando los garak y el grupo del comandante Zion llegara hacia el planeta. Todas las molestias que estaban tomándose eran con el fin de que pudieran dejarle a Allecreod la impresión correcta.

    El grupo entero estaba consciente de que lo que menos les hacía falta en ese momento era ganarse un enemigo nuevo, sobre todo si tenían la posibilidad de evitarlo, y más aun teniendo en cuenta lo ocurrido en el pasado con Reinor y Tzorkun.

    Tras quince minutos de tomar provisiones, el grupo consideró que ya tenían lo suficiente como para poder subsistir en el planeta hasta que el tan temido Allecreod se dignara a aparecer frente a ellos. El grupo completo se encontraba fuera de la nave, y lo único que restaba era desearse suerte. Ace, Agustina, Thomas y Gwyn se despidieron de sus compañeros, con un poco de miedo y arrepentimiento de tener que dejarlos al encuentro de alguien muy peligroso como Allecreod. Pese a que el plan estaba decidido, no podían ocultar su preocupación por los que se quedarían en el planeta mientras ellos marchaban hacia Garak en busca de refuerzos.

    — Por favor, tengan mucho cuidado — Agustina se acercó a Michael y a Alicia para darle un abrazo a ambos.

    — Tú también cuídate mucho, sobre todo cuando tengas que entrenar — Alicia recordó lo mal que se sintió al ver a su compañera pasar por tanto dolor.

    — Asegúrate de que Ace no se preocupe demasiado por nosotros — Michael bromeaba un poco para ayudarse tanto a él como a su compañera a relajarse — Dile que estaremos bien.

    — Lo haré, pueden contar con eso — Agustina sonreía al ver el trato que sus dos compañeros mostraban con ella.

    — Ace, entre el cañón y la nave, ya tienes bastantes cosas que debes proteger — Lankir no quería sonar muy severo, pero tampoco quería dejarlo marchar sin hablar seriamente con él — Recuerda que ahora son tu responsabilidad.

    — Tendré cuidado, Lankir — Ace no tenía pensado dejar que algo malo le sucediera ni al arma ni a la nave.

    — Espero que regresen lo más pronto posible — Dustin saludaba a Thomas estrechando su mano — No puedo negar que me siento algo nervioso por todo esto.

    — Comprendo lo que debes sentir — Thomas aceptaba el saludo de su amigo — Descuida, los meteoritos de la Réplica Catastrófica ya deben haberse alejado lo suficiente como para no interferir con el recorrido de la nave.

    — No estamos muy lejos de Garak — Gwyn apoyaba lo que decía su novio — Así que no tardaremos mucho en regresar.

    — Mi padre preguntará por nosotros — Lankir se dirigió a los cuatro que partirían en unos minutos — Díganle que nos encontramos bien.

    — Lo mismo cuando Asmir les pregunte sobre nosotros dos — Plamo se sentía mal al pensar en la preocupación que su líder podría tener cuando se enterara de todo lo que estaban viviendo.

    Luego de un minuto, las despedidas entre ellos terminaron y el pequeño grupo que sería liderado por Ace subió a la nave para ponerla en funcionamiento y así partir hacia Garak a avisar a los líderes de la situación en la que quedó la misión. Los tres xaromitantes, los dos garak, y los cinco humanos que se iban a quedar en el planeta tomaron las provisiones y se alejaron de la nave para no ser empujados por la fuerza de esta al despegar. Todos ellos miraron fijamente como la nave comenzó a despegar poco a poco, y como en tan solo cuatro minutos lograba llegar hasta la atmósfera del planeta cuyo nombre aún era desconocido para ellos.

    En solo dos minutos más, la nave de gran tamaño que usaban desapareció de su vista, y al mirar al cielo con atención, no observaban por ningún lado indicios de alguna otra nave, o de algún otro objeto siquiera, acercándose al planeta. Eso los tranquilizó bastante, puesto a que sabían que la nave estaría fuera del alcance de Allecreod, y que este ya no la podría obtener sin importar lo que hicieran. Ciertamente, era una sensación agradable, pero no duró mucho cuando volvieron a la idea de que, en poco tiempo, tendrían que verse cara a cara con un ser que era muy temido por los habitantes nativos de aquel planeta.

    — Ya no podemos hacer otra cosa que no sea esperar — indicó Wagner, comenzando a caminar de vuelta hacia la cueva — Aunque sería bueno que aprovecháramos este tiempo que tenemos para pensar en qué clase de historia vamos a contarle a Allecreod cuando aparezca ante nosotros.

    — Hay que ponernos de acuerdo y perfeccionar cada detalle respecto a eso — Dustin creyó que la sugerencia de su compañero era realmente buena — Si cada uno de nosotros cuenta una versión diferente, solo produciremos desconfianza.

    — Podremos discutirlo mejor en la cueva, lejos de este frío — comentó Wida, comenzando a temblar tras haberse quedado mucho tiempo estática en ese lugar.

    De esa manera, los miembros del grupo que se habían quedado en el planeta iniciaron a marchar nuevamente hacia la cueva, asegurándose de tener cuidado de no estropear las provisiones que habían dejado con ellos. Al caminar, era inevitable para algunos de ellos, principalmente para Michael y Alicia, levantar la cabeza y mirar al cielo de vez en cuando. Los dos sentían un ligero alivio al saber que los compañeros a los que más aprecio y apego tenían se encontraban fuera del planeta. La pareja de soldados caminaba más lento que los demás, quedándose al final del grupo.

    — Apenas se fueron y ya los extraño — Alicia miraba al cielo nuevamente, sintiendo deseos de que todo saliera bien.

    — Yo también, Alicia — Michael compartía el sentimiento de su novia — Me cuesta trabajo pensar que estaremos un tiempo separados de ellos.

    — En ese momento tenías toda la razón, Michael — Alicia le recordó la conversación que habían tenido hacía meses antes de llegar al planeta Emiv — Ellos son como hermanos para mí. Luego de todo lo que pasé junto a ellos, los siento como mi nueva familia.

    Aquel comentario le dio una pequeña sensación de nostalgia a la chica, que cerró los ojos al momento en el que decidió hacer una promesa consigo misma.

    — Una familia a la que no pienso perder — la chica guardó esos pensamientos dentro suyo.

    En ese momento, y tras haberse hecho esa promesa, Alicia solamente podía pensar en lo que ocurriría con el grupo en los próximos días, para cuando Allecreod se decidiera a aparecer ante ellos en el planeta.

    […]

    En el espacio exterior, se podía observar como una nave se encontraba aproximándose hacia las cercanías de un planeta de un tamaño que sería un poco más grande del doble de la luna. Desde las afueras de este se podían observar nubes grises y negras, cubriendo el planeta como si se tratara de una capa muy fuerte.

    En el interior de dicha nave, principalmente en la sala de monitores desde la cual se podía tener visión a lo que sucedía en cada habitación, Allecreod se encontraba de pie frente a su acompañante, quien finalmente estaba por despertar del sueño en el que se encontraba. La persona sobre la silla abrió los ojos poco a poco, y no tardó mucho en recuperar el reconocimiento. Al observar bien, pudo ver a Allecreod de pie en frente suyo. Creyendo que algo malo pasaría, puesto a que su rostro era bastante serio, decidió hacerle una pregunta.

    — Hermano… — decía el joven ser — ¿Sucede algo malo?

    — Veo que por fin despertaste, Korix — contestó Allecreod, sin quitar esa seriedad del rostro — Quiero saber una cosa. ¿Descansaste bien?

    — Sí, he dormido bastante bien, fue un sueño muy agradable — con un tono tierno, el chico que respondía al nombre de Korix contestó la pregunta de su hermano — ¿Estamos cerca de Ryfier?

    — Así es, y apenas lleguemos, tenemos que volver a salir — Allecreod se quedó tranquilo al ver que su hermano menor había descansado bien — Hay un problema. Cadain me llamó para informarme de algo importante. Tenemos intrusos en el Dominio dentro de Nokadro.

    — ¿Intrusos? — Korix dejó salir una expresión de asombro al escuchar eso — Pero ¿cómo es posible? ¿No me habías dicho que nadie vendría jamás al Dominio? Recuerdo que dijiste que era absolutamente imposible que alguna otra especie de afuera del Dominio dominara el viaje espacial igual que nosotros.

    — Lo dije, y creí que estaba en lo correcto — contestó Allecreod a las palabras de su hermano — Pero creo que subestimé a dichas especies creyéndolas incapaces de dominar el viaje espacial. O quizá no lo hice, y quizá cometí el error de sobrevalorarnos a nosotros por haberlo dominado.

    — ¿Y qué es lo que vamos a hacer al respecto? — Korix tenía mucha curiosidad por la forma en la que su hermano querría hacer las cosas — Nunca habíamos tenido intrusos aquí. ¿Cómo vamos a responder?

    — Apenas lleguemos a Ryfier, nos subiremos a una nave con el general Raumod, Cadain, y los mejores guerreros que tenemos — explicó, dando una muestra de lo organizado que estaba — Tenemos que ir a investigar cuanto antes. Si son una amenaza, no podemos descuidarnos. Por eso quería saber si estabas bien descansado, porque nos vamos apenas aterricemos en Ryfier, y eso será dentro de unos diez o doce minutos.

    — Me siento perfectamente, hermano, no tienes que preocuparte por mí — contestó Korix, decidido a ir junto con su hermano a dicho planeta.

    — Claro que tengo que preocuparme, Korix — Allecreod lo regañó tras haber escuchado esas palabras — Soy tu hermano, y se supone que debo protegerte. Es por eso por lo que te di el puesto que tienes ahora.

    — Pero aun si tenemos que luchar, no sería la primera vez — contestó Korix, creyendo que lo estaban sobreprotegiendo.

    — Esto es diferente, Korix. Esta vez se trata de seres que pudieron entrar en el Dominio. Si pudieron hacerlo, es una muestra de que tienen una inteligencia superior o igual a la nuestra.

    — Está bien, lo entiendo… Tendré cuidado, lo prometo.

    — Me alegra escuchar eso — Allecreod se alivió al escucharlo hablar de esa manera — Si quieres comer algo mientras aún estamos en esta nave, ahora es tu oportunidad. No nos detendremos a descargar lo que trajimos del planeta Triyr. Una vez que lleguemos, bajamos de la nave y subiremos a otra. Otros trabajadores podrán encargarse de esto. Nosotros tenemos que partir lo más rápido que se pueda.

    Korix asintió ante las palabras de su hermano. El joven guerrero, también hermano menor de Allecreod, supo que esta situación que estaban por enfrentar podría ser bastante complicada. Viendo que no tendrían tiempo para nada una vez que llegaran de regreso a su planeta, el chico decidió irse a buscar algo para comer, dado a que el sueño le había dado algo de hambre. Luego de informar a su hermano lo que iba a hacer, Allecreod le dio el permiso y un aviso para que no se tardara demasiado.

    Tras haber transcurrido unos ocho minutos, dos antes del tiempo que Allecreod había estimado, la nave finalmente había llegado hasta el planeta en el cual habitaban, de nombre Ryfier por las palabras dichas por el propio Allecreod. El vehículo espacial se adentró en la atmósfera, teniendo que atravesar las nubes negras que cubrían dicho planeta. Al momento en el que la nave surcaba los cielos del planeta para finalmente descender, Allecreod podía escuchar el ruido que estaba siendo producido por el impacto de objetos que no podía ver y que provenían del exterior en contra de la capa metálica que cubría su nave de transporte.

    — El granizo no se detuvo — dedujo por el ruido constante del impacto de los glóbulos de hielo sobre su nave — Que clima de mierda que hace en Ryfier últimamente — se quejaba mientras cruzaba los brazos en señal de frustración.

    Allecreod decidió sentarse sobre la silla sobre la que estaba sentado Korix, dispuesto a esperar a que su nave terminara su descenso en el lugar apropiado para así poder partir nuevamente a investigar el planeta Nokadro, y descubrir quién se había atrevido a adentrarse en su territorio.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, finalmente y después de varias semanas con un parón en la historia principal, ésta ha vuelto y su regreso no ha defraudado. La trama sigue su curso, pausada pero sin prisa, y el capítulo de hoy ha estado muy bien. Pasaré a comentar más a fondo.

    El capítulo ha comenzado con los nuevos personajes que fueron introducidos recientemente como parte de un futuro grupo de expedición espacial. Kai, Rayko, Dana y Melody conversan para conocerse un poco más y descubrimos las primeras pinceladas de cada uno. Mi impresión es que Kai es un prepotente (como la mayoría que dicen ser "el mejor" XD), Rayko es un tipo humilde y sencillo, Melody parece de armas tomar y Dana (la que menos ha hablado XD) parece ir detrás de su compañera. Al parecer, el grupo bajo el mando de Zion y Orikrof se reunirá con un grupo de garaks en Fientlig para así luego realizar el viaje espacial. Todo lo nuevo me intriga y estos personajes no son la excepción, así que estaré a la espera de conocer más sobre ellos.

    Tras esto, regresamos a donde terminó el anterior capítulo previo al parón. El mensaje que trata de enviar Lankir a casa es interceptado por algo o alguien, lo que se presupone que es Allecreod. Conscientes del peligro, se plantea un buen plan (que sorprendentemente propone un Ace con más iniciativa que antes) y una vez se reúnen de vuelta con el resto del grupo, se acuerda que Ace, Agustina, Thomas y Gwyn se irán a pedir refuerzos a Garak mientras el resto permanece para, más pronto que tarde, encontrarse con Allecreod. Sinceramente, creo que se van muy pocos personajes, con el riesgo de que la nave pueda ser interceptada, pero se quedan demasiados como para que no haya problemas, así que espero muertes eventualmente XD.

    Y hablando de muertes, la escena final es de Allecreod (quién habla de llevar guerreros consigo), quién conversa con su hermano menor Korix. Ya sabíamos que estos se dirigían al planeta donde está el grupo del Zenith debido a que les detectaron, y por como acaba el capítulo, parece que han llegado y el encuentro es inminente. Muero por ganas de ver dicho encuentro y ver que sucede. Mención especial al grupo de Black Meteor, a quiénes espero ver pronto y estoy ansioso por ese encuentro también XD.

    No tengo más que añadir, será hasta el próximo capítulo. :)
     
    Última edición: 25 Junio 2021
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Después de mucho tiempo ausente, he vuelto para seguir leyendo LGC. Voy a realizar un solo comentario abarcando cada uno de ellos y haciéndote notar lo más destacado o relevante para mí.

    Capítulo 1:

    A raíz de que este capítulo fue demasiado tranquilo y que se trata de BM. Voy a decirte desde este momento, que Isac me está cayendo mal, ciertamente, Natasha tiene razón, se está convirtiendo en un Shun, y quizá hasta en un Stuart. No me agrada por el hecho de que intentara espiar a Gina en la parte anterior, y sobretodo por no tener los huevos (espero no me borren este comentario XD), para disculparse con ella como todo un varón, en lugar de eso actúa como todo un idiota. Esto lo recalco porque, a pesar de que nunca ha habido una chica de BM que me agrade 100%, estoy empezando a ver a Gina con buenos ojos. Y me esta empezando a gustar como lo hizo Alicia en su momento, por lo que me cae mal que Isac actuara como lo hizo.

    Me agrada que Zaid defendiera a su hermana, creo que si yo estuviera en su lugar, habría matado a golpes a Isac. Sobretodo porque tengo tres hermanas menores, y si ocurriera algo así, bueno, no quiero ni pensarlo, así que en ese aspecto me identifico con él.

    Pasando a otro punto, nunca imaginé que al equipo le afectara tanto la muerte de Frans. Entiendo los motivos de Xhander de querer tomar "venganza" y en el proceso ayudar a Abel a pactar la paz con el Zenith, pese a que no es la mejor forma de hacerlo. Creo que Xhander no se está dando cuenta, que de forma incosciente, va a cometer el mismo error de Abel. Me pregunto si lo logrará y cómo se llevarán acabo los acontecimientos.

    Capítulo 2:

    Pasando al segundo. Me alegra que todo el equipo esté reunido otra vez, pero veo que las cosas se han puesto color de hormiga con la nueva incorporación: Kila. Una Garak que me pareció ser una chica tranquila y amable al principio, y que se convirtió en toda una bravucona con el transcurso de la lectura. Entiendo sus razones, pero se ha echado a todo el equipo encima con sus insinuaciones, aunque dejó en claro que su problema no era con Michael, sino con el mismo Orz. Espero que esa actitud o intenciones cambien de alguna forma, o las cosas se pondrán peor en el equipo.

    A raíz de eso, Wagner ha tenido un día pesado, pero estoy seguro que todos los problemas que llegue a tener en el transcurso, harán de Wagner un buen comandante. Ante esto, cabe destacar que noto a Ace un poco apagado. No veo en Ace, el mismo Ace de tiempo atrás, pareciera como que ya no le importa obtener el puesto comandante. Más le vale ponerse serio en el asunto, o Wagner se le adelantará.

    Otra cosa que tengo que destacar es a Sharyn. A pesar de que Dustin le comentó que él también le gustaba Wagner, Sharyn no se mostró extraña o confundida de algún modo, en su lugar tomó la revelación de su amigo con normalidad. Esto quizás no sea importante, pero esos detallitos no puedo dejarlos pasar. Por cierto, me agrada la idea se que Sharyn se interese en Wagner, ya es hora de que el hijo de Zion tenga su pareja y se olvide de una vez de Alicia.

    Una cosa que quiero sepas, es que no sé de dónde, saqué la conclusión de que esta parte tendría a BM siendo protagonista de toda esta parte, y al ver que este capítulo tuvo al Zenith como protagonista, fue algo grato de ver.

    Capítulo 3:

    Bien, tal parece que la decisión de BM de a quién matar, no se ha resuelto de ningún modo, y todo debido a la indecisión del subcomandante. No me gusta admitirlo, pero, honestamente, veo sensato el punto de Paul. Es una tontería acabar con un soldado cualquiera del bando enemigo, si al final el responsable de la muerte del comandante sigue impune. Esto no quiere decir que me gustaría ver muerto a Zion, no, de hecho, sabes que Zion es uno de mis personajes favoritos por todo eso de la disciplina militar y demás, pero veo lógica en el punto de Paul.

    Asumo que al final, BM decidirá matar a Zion, aunque si eso llega a pasar. Veo poco probable que logren hacerlo, ya que Zion está en la Tierra y ellos en el espacio, quien sabe a cuantos años luz del planeta. Sin embargo, ya que el proyecto de controlar a las bestias concluyó, es posible que BM se encuentre con Zion en algún momento. Muero por ver ese combate, pero espero, que en caso de llegar a darse, Stones no muera.

    Por otro lado, me gusta la idea de que Ace y Angustina entrenen usando energía. Esto es algo que nunca se ha visto antes en LGC y ya era hora de que se viera. El combate, pese a ser pequeño, estuvo muy interesante. Me inquieta saber lo que le ocurre a Angustina y los misterios que rodean ese hecho. Sobretodo porque solo Angustina parece expresar dolor, mientras que los demás se muestran como si nada. Esto quiere decir que, lo que sea que le ocurre a Angustina solo la afecta a ella y no a los demás. Teniendo en cuenta lo de las radiación, a lo mejor está sufriendo alguna mutación o evolución ya que sería la única explicación. Tengo la esperanza de saber dentro de poco lo que le ocurre, muero por ver la resolución.

    Capítulo 4:

    Retomando lo sucedido en el capítulo anterior, ahora veo las cosas con un poco más de sentido. Me parece impresionante y hasta poco creíble que el shock eléctrico del arma de Tzorkun haya revertido las mutaciones del cuerpo de Angustina. Es poco creíble, pero es aceptable, supongo que un shock muy fuerte vendría siendo algo así como la criptonita para los personajes de este universo. Me pregunto si puede pasarle lo mismo si llegan a estar expuestos a altas o bajas temperaturas de calor o frío, ya sabemos que la electricidad causa esos efectos (aunque no esté 100% confirmado), pero, ¿que hay de las demás?

    Y bueno, pasando a BM. Me parece que a Natasha le salió el tiro por la culata XD. En lugar de convencer a Noak, más bien lo que hizo fue dar a conocer sus motivos y lo único que se ganó fue su desprecio. Supongo que Noak no cambiará su objetivo de matar a Ace, aunque Lathan descubra que fue Zion el que mató a Frans, y estoy seguro que, diga lo que diga Wagner, no va a cambiar su objetivo. Viendo las cosas como estan, el temporizador ha comenzado a correr tanto para Ace como para Zion. Estoy impaciente por ver como se desenvuelven las cosas a partir de ahora.

    Finamente, regresando con el equipo del Zenith. Ya veía venir la decisión de Angustina, así que no fue una sorpresa para mí. Lo que sí me sorprendió, y hasta olvidé por completo, era el lapso de los tres años que las demás naciones le dieron al Zenith y a BM para descubrir las respuestas a la gran catástrofe. Lo cierto es que no me acordaba de ese detalle y aprecio que lo hayas hecho notar en este capítulo.

    Quedo a la expectativa de lo que hará Angustina de ahora en adelante y cómo afectará esta experiencia a partir de ahora en adelante.

    Capítulo 5:

    Después de días en una discusión de a quien elegir para tomar venganza, finalmente BM ha dado inicio con la carrera de matar a cualquier soldado del Zenith. La idea no es mala, pero le resta importancia a la idea principal de todo esto; la venganza. No creo que sea factible asesinar a cualquier soldado para tomar venganza de la muerte de Frans. Pero supongo que hay todo tipo de venganzas y de distintos modos para llevarlas a cabo.

    Por otro lado, me sorprende la meta de Michael de querer superar a Wagner y a Ace. Lo cierto es que estoy de acuerdo con lo cínico que fue Wagner al dejarle la decisión a Angustina, en lugar de ser él quien tomara la ultima decisión, sin importar la opinión de Angustina o de los demás. Con todo esto, estoy empezando a ver a Michael en un peldaño más alto y por debajo a Ace y a Wagner. Quizás en un futuro estos tres se conviertan en los pilares del Zenith, no lo sé, pero la idea me agrada bastante.

    Me sorprendió mucho que Alicia le revelara el plan de Michael a Wagner, pero me tranquilizó cuando descubrí que todo formaba parte de su plan, por hacer que Wagner pierda la concentración con tal de obtener ventaja. Este método me parece un poco sucio, pero teniendo en cuenta la situación conflictiva que atraviesa el equipo, creo que entre más rápido sea corregido el lider, más rapido los conflictos se solucionarán, o de lo contrario el equipo no llegará muy lejos.

    Capítulo 6:

    Este capítulo me sorprendió desde que inició tras mostrarnos los meteoritos. Por un momento pensé que el Zenith volvería a la Tierra, e incluso que se repitiera una segunda gran catástrofe, pero por suerte no se ha mostrado nada como tal, y por lo que parece, la misión y el propósito de todos continúa adelante sin ningún problema.

    Respecto al plan de Michael y Alicia, no me agrada ese exceso de confianza que muestra Umcali, es cierto que es un gran soldado, eso no se lo niego, mucho menos con todo lo que hizo por el equipo en el planeta Emiv, pero esa actitud de pensar que puede llegar más alto que los demás, al punto de considerar débil a sus compañeros, como es el caso de Angustina al darle la daga por lo sucedido anteriormente con ella, no me agrada en absoluto. Y sería bueno que en algún momento, Michael aprenda una lección, eso le ayudaría a poner los pies en la tierra, reconocer sus errores, y sobretodo lo haría crecer como personaje.

    En cuanto a BM, me ahorraré de momento las palabras. El conflicto entre Natasha y Noak por el tema de Ace, no me parece muy interesante, por ahora, más allá de otros conflictos vistos anteriormente.

    Capítulo 7:

    Vaya, estoy Impaktado XD. Este capítulo ha sido uno de los que más me ha gustado, sobretodo por el misterio del nuevo planeta y lo que podría encontrar el Zenith ahí. Bueno, desde ya te digo que me da un poco de lástima los nuevos seres que nos has mostrado, en especial porque, segundo lo relatado, los individuos ahí presentes han sido obligados a trabajar para quién sabe qué o quien. Además, no tienen mucha comida, lo que me hacen pensar que quien sea para el que tabajen, les paga una miseria.

    Tengo mucha intriga por saber quienes son ellos y qué tienen que ver en todo esto de la gran catástrofe y que tan implicados están en lo ocurrido de este universo. Porque, asumo que el Zenith está ahí por una razón más allá de simplemente encontrar un rastro de radiación.

    En cuanto a lo relacionado entre Wagner y Sharyn. Siento pena por ella, pero al mismo tiempo me da un poco de rabia. Cuando empezó a formar parte del Zenith, me pareció una chica fuerte, pero ahora me doy cuenta que es todo lo contrario. El miedo de hablar con Wagner sobre sus sentiemientos, o bien de preguntarle sobre lo que opina de Alicia, es la razón de que Wagner se comporte con ella como lo está haciendo. Creo que ambos deberian poner de su parte y hablar de sus sentimientos, en lugar de esperar a ver cómo se comporta el otro. Pasará un buen tiempo hasta que estos dos se digan lo que sienten, o al menos Sharyn. Asumo que algo malo les deberá pasar a cualquiera de los dos para que pueda llegar ese momento. Quedo a la expectativa de lo que pasará entre estos dos soldados.

    Capítulo 8:

    Éste capitulo me ha gustado bastante. Es interesante ver como los enemigos que van apareciendo van aumentado su nivel de poder con cada parte que pasa. Ahora el Zenith, y probablemente BM tendrán que lidiar con un ser capaz de conquistar varios planetas. Será muy interesante ver cómo se desarrollará todo este asunto con Allecreod, y sobretodo las nuevas alianzas que formarán con otras especies.

    Algo que no comprendo es que la réplica catastrófica o bien la gran catástrofe nunca ocurrió en ese planeta. Esto me hace pensar que, quizás, la catástrofe solo afectó a ciertos planetas, o algunos cuantos miles y no millones. La teoría más loca que se me ha ocurrido al leer este capítulo, es que probablemente, Allecreod posea la tecnología suficiente para proteger sus planetas de los meteoritos. Lo extraño es que de ser así, el Zenith no detectó ningún arma o satélite orbitando alrededor del planeta. Supongo que en los próximos capítulos voy a ver que tan lejos o cerca he acertado con esta teoría.

    Por otra parte. Me sorprende muchísimo la opinión de Casey, respecto a considerar a Magnus como un mejor líder que a Abel. Lo cierto es que Alber ha sido muy poco considerado en cuanto a las vidas de sus soldados. Nunca se ha detenido a pensar en las pérdidas humanas, más allá de tener éxito en su objetivo de recuperar los recursos que Zenith les robó. Magnus, en cambio es más considerado y si en algún momento, ambas naciones se unifican y Magnus terminan como líder, creo que sería lo mejor que le podría pasar a BM. Cuando llegue ese momento, será algo muy épico de ver y leer.

    Capítulo 9:

    Iniciando me sorprendió ver que Claire se negara a ayudar a Xander en su objetivo de matar a Wagner. La verdad es que comparto su punto de vista, Xander se ha obsesionado demasiado con la idea de matar a Wagner, y ha sido sensata el haberse negado, pero sobretodo valiente.

    Pobre de Xander, ninguno de sus soldados compartió su objetivo de matar a Wagner, a excepción de Natasha. Jamás imaginé que estos dos fueran a hacer equipo. La verdad es que ha sido un gran golpe de suerte para ella, ya que ahora tiene más probabilidades de cumplir con la regla de Xander de "no matar a más de un soldado". Lo que le permitirá a Natasha "asegurar", por decirlo de algún modo, la vida de Ace. Sin embargo, habrá que ver qué opina ella, después de que vea a su gran amor con una de las chicas del Zenith.

    Por cierto, ¿ya te comenté acerca de la mala suerte de BM? Porque, joder, qué mala suerte ha tenido BM en este capítulo, es que han tenido un día a patas arriba. Han llegado a un planeta desconocido, aterrizan en una zona desconocida, la nave que parece ser del Zenith se marcha, y todavía se encuentran su nave rodeada de criaturas extrañas. No señor, es que no se le puede pedir más. Han tenido uno de los peores días, jamás vistos en la historia.

    Espero que su suerte mejore en el próximo, porque si no, empezaré a preocuparme por ellos de verdad.

    Capítulo 10:

    No puedo creer lo que ha pasado. Zaid ha muerto, y de la peor manera posible. Su muerte me afectó un poco, ya que en cierto aspecto me identificaba con él. Ciertamente, esperaba que Zaid perdurara a lo largo de esta parte, incluso, llegué a pesar que se convertiría en un gran soldado, pero veo que todo esos deseos que tenía para con él, han terminado en este capítulo. Lo peor de todo, es que Gina lo pasará muy mal, a partir de ahora. La pobre era muy unida a su hermano. Espero que Gina llegue más lejos que Zaid, porque ella es una de las chicas que más me gustan de BM. De hecho, la única. Ojo, no confundir gusto con favoritismo.

    Y pasando a lo más destacado del capítulo. Tengo que decir que Wagner ha ganado algunos puntos con su idea de presentarse ante Allecreod. En un principio, pensé que era una muy mala idea, pero a medida que avancé en la lectura. Empecé a ver las cosas con buenos ojos. Es arriesgado, demasiado, pero la verdad es que el equipo no tiene mucho de dónde escoger. Lo malo, es que las cosas se están poniendo feas, y todo parece indicar que el equipo está aislado del exterior. No pueden enviar ningún mensaje y eso los deja en una situación muy complicada. (Ahora empiezo a entender la razón del titulo de esta parte)

    Algo que me tiene con el clavo (como decimos aquí XD. No sé si esa expresión existe en tu pais) es que, según lo que entiendo. La nave que estaba siguiendo BM, no era la del Zenith, y por si eso fuera poco, aterrizaron en un planeta diferente al de sus enemigos. ¿Será posible que BM se equivocó de rumbo, o bien, entraron a una especie de dimensión alterna, sin ser conscientes de ello? Lo digo, porque en primera instancia, cuando BM encontró la supuesta nave del Zenith, está despegó en menos de un segundo, y eso, amigo mío, es imposible que la nave del Zenith lo pueda hacer. En fin, no queda otra que seguir leyendo para descubrir lo que en realidad está pasando.

    Capítulo 11:

    Debo decir que este capítulo me alegró bastante. Después de varios capítulos, por fin veo a Ace empeñando su papel de subcomandante. Sugirió buenas ideas, como quitarles las armas a sus amigos para que no caigan en manos de Allecreod, y la de regresar a Garak para avisar a la Tierra sobre la situación. Por lo que ha ganado varios puntos con sus compañeros de equipo. Lo que es bueno.

    En cuanto a Allecreod, veo que se está preparando para partir de inmediato, una vez aterricen en su planeta. Me intriga saber que tan poderoso es este tipo, en cuanto a su poder militar, porque conquistar planetas no es una tarea fácil. Otra cosa que quiero saber y al mismo tiempo no quiero XD, es conocer qué tan peligro puede ser. Ya que hasta el momento, se nos ha mostrado como un tipo tranquilo, que ama a su hermano. Cosa que es muy diferente respecto a Reinor y Tzorkun.

    Esperemos que cuando llegue el momento de las negociaciones entre Allecreod y el Zenith, no entablen un combate innecesario. Y que Allecreod razone con el equipo, ya E ellos lo único que desean es encontrar las respuestas a la gran catástrofe.

    Quedo a la expectativa de lo que ocurrirá. Saludos y hasta la próxima.
     
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    Hola, Zurel. Es bueno ver que has logrado ponerte al corriente de la historia, ya que así, podrás llevar el ritmo de un capitulo por semana que se dará desde ahora.

    Siendo un comentario largo, me tomaré la libertad de contestarte un par de cosas.

    Descuida, el foro admite contenido explícito. Tus comentarios no serán censurados mientras no violes ninguna regla.

    Descuida, el protagonismo en esta parte está dividido. No será 50-50, pero BM tendrá mucho más protagonismo comparado al que tuvo en partes anteriores, sobre todo la IV.

    Bueno, no puedo confirmar esta clase de cosas, pero recuerda en la parte IV cuando Agustina sufrió la descarga. Tzorkun claramente quería que su arma solo la pudiera usar él, por eso es que esta liberó la descarga. La descarga pudo haber matado a Agustina, de hecho, fue gracias a que Alicia la socorrió que no murió. Por lo que una descarga eléctrica simple no le quitaría a un humano sus poderes. Pero estamos hablando de una a gran escala, una con la capacidad de matar si no se trata rápido, incluso con la resistencia que los humanos ganaron con la mutación.

    En realidad, Michael le otorgó la daga para que ella entrene porque entiende que Agustina no podrá usar energía, el cual es un recurso valioso. Es un intento de que ella no quede desprotegida ante el peligro y que no se arriesgue aun más usando la energía. No es que él la ve como una soldado debil.

    Bueno, realmente, Wagner no tiene nada que decirle. Wagner se siente atraído por Alicia y Sharyn es una soldado de su equipo y nada más. No es que él no se atreve a hablar con ella, quiso la opinión de Dustin justamente para saber si, como líder, hizo algo malo. Porque a él ni se le pasa por la cabeza que Sharyn se distanció por celos, y cree que su error fue en lo de ser la cabeza del grupo.

    Quizá haya alguna charla sentimental entre ambos en el futuro. Habrá que esperar para ver.

    Creeme que lo descubrirás pronto.

    No me había puesto a pensar en eso cuando lo escribí, pero tienes razón, fue mucha mala suerte en un solo período de media hora o menos. Alguno de ellos debió haber roto un espejo XD.

    Quisiera decir algo, pero realmente no puedo XD. Tendrás que esperar para ver.

    Espero que mis respuestas hayan aclarado las cosas al mismo tiempo que aumentaran el hype sin caer en spoilers.

    Será hasta la próxima ocasión.
     
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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    6052
    Saludos. Ya es hora de un nuevo capítulo semanal de la historia. No quiero decir demasiado, pero siento que, iniciando desde este mismo capítulo, se aproxima una racha de varios muy buenos. No recuerdo bien cuanto dura esta racha de capítulos que a mí me encantan, pero les aseguro que dura bastante XD. Supongo que a ustedes les corresponde eso.

    Agradezco a Resistance por estar ahí semana a semana y a Zurel por haber hecho el esfuerzo de ponerse al corriente con la historia tan rápido y en un buen tiempo. Por la fidelidad que ambos muestran a la obra, tengan por seguro que, si alguna vez necesitan una o dos semanas de pausa para poder ponerse al día, yo se las concederé. Tan solo tienen que pedirlo y la pondré en pausa sin problemas. Después de todo, esta historia empezó el 1 de julio del año 2017, lo que quiere decir que hace unos días atrás ha cumplido los 4 años. Lo cual no es poco XD.

    Sin más nada que decir, los dejaré con la lectura.


    Muro protector:


    En plena noche, los soldados de Black Meteor avanzaban por el bosque del planeta en el que habían aterrizado momentos atrás. La única luz que les quedaba en ese momento era la que provenía de sus armaduras, y eran sus guías para moverse a través del gran conjunto de árboles. El viento soplaba con suavidad, siendo una caricia leve para los rostros de los soldados. Xander y Natasha llevaban a Gina en sus brazos. Pese a que ella no se estaba resistiendo más, tampoco estaba caminando por su cuenta. Los demás miembros del equipo rodeaban a sus tres compañeros, escoltándolos del peligro, que no parecía estar cerca de ellos de momento.

    Cansada de esto, Gina forcejeó de golpe y provocó que sus dos compañeros la soltaran, cayendo de rodillas al suelo, ante la mirada de todos los demás. Ella, quien se encontraba callada hasta ese momento, se puso a llorar descontroladamente, mientras se llevaba sus manos al rostro. No quería ser vista de esa forma por sus compañeros, pero necesitaba desahogarse tras todo lo ocurrido.

    El resto miraba con tristeza esa escena. La muerte de Zaid no era algo fácil de procesar para ninguno, y supieron que, quien más debía estar sufriendo era su propia hermana. Querían darle más tiempo para que ella pudiera llorar con tranquilidad, pero sabían que, a la intemperie, eso sería absolutamente imposible.

    — Gina — Claire se acercó, agachándose hacia la altura de su compañera — Te comprendo bien, esto debe ser un infierno en vida para ti… Pero no estaremos seguros aquí.

    — Solo déjenme, no tienen por qué quedarse aquí — Gina no se sentía bien para caminar, pero no quería poner en peligro a sus compañeros — Yo necesito más tiempo antes de seguir. Váyanse, y si sigo viva, los seguiré.

    — No, no puedo hacer eso — Paul sorprendió acercándose hacia ella — Ya he pasado por esto antes. En el pasado, hemos abandonado a varios compañeros atrás para salvarnos — el recuerdo de Geoff, Brandon y Grace regresó a Paul — No voy a poder seguir viviendo si termino abandonando a alguien más. Quieras o no, tienes que moverte. Lamento si sueno bastante agresivo, pero necesitamos encontrar algún lugar seguro. Una vez que estemos allí, podrás llorar por Zaid en paz. Te daremos el tiempo necesario para eso.

    — Está bien, pero no puedo moverme ahora — Gina se quitó las manos del rostro para poder mirar a Paul a los ojos — ¿Podrían darme dos minutos? Por favor. Solo necesito dos minutos.

    Xander y todos los demás se miraron con una expresión bastante seria. El subcomandante a cargo de la tripulación de Black Meteor podía ver por medio de las expresiones que sus compañeros le mostraban que no estaban cómodos ni de acuerdo con esta medida. Sin embargo, sus brazos ya estaban cansados por caminar tanto tiempo por el bosque cargando a su compañera.

    — Dos minutos a partir de ahora — Xander decidió ser flexible con su compañera — Ni más ni menos. Y si llegamos a escuchar un ruido, nos vamos de inmediato.

    — Gracias, Xander — Gina agachó la mirada — No te das una idea de lo mucho que lo necesito.

    La chica decidió llorar en silencio dada su oportunidad, sabiendo que sus compañeros no estarían para nada contentos con detenerse en un bosque peligroso solo por ella. Por lo tanto, haría el menor ruido posible para no molestarlos. Xander, algo arrepentido de haberse dejado llevar por la situación de Gina para tomar la decisión, procedió a retroceder con su rifle en alto para verificar que no estuvieran siendo seguidos. Noak, para sorpresa de todos los demás, quiso ir con él. Xander sonrió al verlo, ya que apreciaba de la compañía de alguien para eso. Al mirarlo con atención, pudo detectar que su compañero tenía una expresión muy seria, y que se encontraba pálido.

    — ¿Sucede algo, Noak? — el subcomandante se vio obligado a preguntar.

    — No imaginé esto, Xander — contestó el muchacho — Cuando me dijeron que había sido seleccionado para entrar en el equipo, no creí que las cosas terminarían así… Zaid murió, y no hemos pasado ni medio día en un planeta. Apenas llevamos algo más de una hora si las cuentas no me fallan.

    — ¿No esperabas que alguien como nosotros pudiera ser asesinado? — Xander quería saber mejor a qué se refería.

    — Ser un soldado implica arriesgarse a la muerte todo el tiempo, sobre todo si estás en territorio enemigo — contestó el mejor soldado de su promoción — Pero esta es la primera misión. No podemos tomar el descenso en Fientlig como una misión formal. Esta es la primera, y para Zaid fue la última. Así nada más. Él no era un soldado cualquiera. Era uno de los cuatro mejores. No esperaba que el universo tuviera peligros así.

    — Y por lo que te puedo asegurar, aún no hemos visto nada — Xander se separó de él para ir a la derecha — Estoy seguro de que cuando nos encontremos con el Zenith, y cuando finalmente lleguemos al punto de origen de todo esto, el peligro real comenzará.

    — Si es que llegamos — Noak se veía algo pesimista.

    — Hay que estar unidos si queremos que eso pase.

    — Estuvimos unidos aquí y eso no salvó a Zaid.

    — Permanecer unidos no garantiza que estemos a salvo. Pero no permanecer unidos sí garantiza que no lo estaremos — Noak reflexionó tras esas palabras de su compañero — Ven. No perdamos más el tiempo, ya revisamos suficiente.

    Los dos soldados volvieron junto con el grupo, y al llegar vieron que Claire tenía a Gina apoyada sobre su cuerpo. Su compañera parecía que estaba dispuesta a caminar, y ya no sería necesario que la cargaran entre dos personas.

    — Ustedes descansen por ahora, yo la llevaré — le comentó Claire a su novio, mientras le hablaba a Noak.

    Fue entonces que el grupo comenzó el recorrido para seguir avanzando por el bosque nocturno del planeta. Natasha y Casey iban al frente, seguidas por Claire, Gina, Isac y Paul a los costados. Por detrás del grupo se situaban Xander y Noak.

    Al estar al final, el subcomandante dio un vistazo al frente y pudo notar que Natasha se encontraba más adelantada que Casey, como si ella hubiera tomado voluntariamente el cargo del líder del grupo, al menos en esa caminata. Desde la conversación que habían tenido acerca del deseo de Xander de eliminar a Wagner al encontrarse con el Zenith, Natasha solamente le dejaba buenas impresiones. El soldado sonrió al saber que ella sería una buena ayuda para él en caso de que alguna clase de problema surgiera.

    La caminata continuó en silencio y en tranquilidad para todos por al menos veinte minutos, hasta que la sensación agradable de caminar en un bosque natural por la noche fue cortada en el momento en que un rugido se escuchó. El sonido alertó a todos los soldados, quienes se detuvieron y tomaron sus armas, listos para iniciar un nuevo asalto en contra de las bestias.

    — Maldición, no nos dejan en paz — Isac se frustraba mientras empezaba a mirar alrededor para intentar localizar el lugar de procedencia del ruido.

    Un nuevo rugido, pero esta vez mayor que el anterior, se escuchó desde la izquierda del grupo. Todos ellos voltearon en esa dirección y apuntando con sus armas y sus linternas, y fue ahí que vieron al responsable. Se trataba de otra de las bestias, pero esta era considerablemente más grande en comparación con las que los habían atacado antes. Su contextura muscular era bastante imponente, puesto a que, en sus cuatro patas, era casi tan grande como un oso polar adulto, o incluso mayor. Debido a su tamaño, se movía lentamente, pero sin detenerse mientras se acercaba al grupo.

    — ¡Mierda! — Xander se asustó al verlo — ¡Abran fuego!

    Los ocho soldados comenzaron a disparar, y tan pronto como las balas impactaron en contra de la gruesa piel de esa criatura, esta lanzó un nuevo rugido y empezó a correr, cargando contra los soldados. Una lluvia de balas impactaba contra esa criatura, que no parecía verse muy afectada por el impacto de los disparos. Al acercarse al grupo, estos tuvieron que dispersarse, o de lo contrario, iban a terminar siendo embestidos. Los ocho soldados de Black Meteor cesaron su fuego y lograron apartarse justo a tiempo, dejando a la bestia en medio, la cual empezó a recibir disparos de todas las direcciones.

    — ¡Acribíllenlo ahora! — Natasha ordenó al resto del grupo, sabiendo que era su oportunidad para eliminar al agresor.

    Desde ocho direcciones distintas, las balas empezaron a impactar en todas partes del cuerpo de la criatura, que lanzó un gruñido de dolor mientras empezaba a pararse sobre sus patas traseras, aumentando su altura de forma imponente frente a los soldados. Paul era uno de los que se encontraba de frente, y la bestia le puso los ojos encima. El soldado se dio cuenta de esto y sintió un escalofrío enorme recorriendo su cuerpo. Dicha sensación fue en aumento cuando la bestia empezó a rugir al tiempo que caminaba hacia él.

    — ¡Maldición, viene hacia mí! — el soldado retrocedió aterrado.

    — ¡Paul, corre! — Casey, con miedo de que algo pudiera pasarle, le sugirió que se separara de los demás.

    — ¡No, no te vayas, quédense juntos! — Noak sorprendió al grupo con ese grito mientras empezó a centrar sus disparos en la nuca de la bestia.

    Antes de que algo más pudiera pasar, un silbido estrepitoso comenzó a sonar, aturdiendo brevemente tanto a los soldados como a la bestia. Sin tener idea de lo que pasaba, los soldados pensaban aprovechar ese momento para escapar, pero se detuvieron cuando, una vez el silbido terminó, un destello se hizo presente en medio de la oscuridad, proviniendo de la dirección a la que ellos querían llegar.

    — ¡¿Qué demonios es eso?! — Isac se asombró al verlo.

    Fue así como todos fijaron su vista en ese pequeño destello, que se aproximó a ellos a gran velocidad. Y para sorpresa de cada uno de los soldados, se dirigía hacia la criatura. Un sonido de metal cortando carne se escuchó, y antes de que todos pudieran notarlo, una flecha de arpón hecha de metal se clavó en el cuello de la bestia, atravesándole la zona por completo. Aquel destello que habían visto provenía de la punta de la flecha, y seguía distribuyendo luz pese a encontrarse manchada por la sangre de la bestia al atravesarle el cuello. Después de cuatro segundos en pie, la bestia, ya sin vida tras la pérdida de sangre se desplomó sobre el suelo.

    El equipo de Black Meteor vio esa escena con asombro y terror. La bestia que no era asesinada por sus balas se encontraba muerta frente a ellos. Xander se acercó y vio más de cerca la flecha que le atravesó el cuello y pudo notar que su tamaño era verdaderamente grande.

    — ¿Quién hizo esto? — Noak miró en la dirección de dónde provino la flecha.

    — ¡Aléjate de eso! — se escuchó un grito fuerte desde esa dirección.

    Los soldados retrocedieron con las armas en alto, esperando a que alguien se apareciera. No tuvieron que esperar demasiado, puesto a que cinco individuos se les aparecieron al frente. Tres de estos individuos tenían una piel de tono anaranjado, y dos tenían un tono de piel rojizo. Todos llevaban puesta una pequeña armadura de metal blanco, equipadas con linternas de luz muy potente en las hombreras. Dicha armadura cubría todo su cuerpo exceptuando las manos, el cuello y la cabeza. Ninguno de los cinco tenía vellos corporales en alguna de esas zonas. Sus ojos tenían un color celeste muy intenso, que podían ver por la luz que producían las linternas de todos ellos. Debajo de sus ojos estaban sus labios, y debajo de estos se encontraban unos tres orificios, los cuales los soldados tomaron como si fueran la nariz de estos seres.

    Al mirarlos bien, descubrieron que solo uno de ellos iba armado con lo que parecía ser un arpón, el cual debía ser lo que usaron para disparar una flecha como esa. El resto se encontraba armado con armas del tamaño de una pistola, pero con una culata y un cargador muy amplio.

    Quien tenía el arpón tenía un tono de piel rojizo, y fue el primero de esos seres en hablar.

    — ¿Quiénes son? — preguntó, con un tono de voz que parecía ser femenino — Se nota que no pertenecen a este lugar.

    — Somos seres que se encuentran en peligro, y ustedes también — Xander contestó, siendo él quien decidió hablar — Es probable que haya más bestias como esta en los alrededores. No nos conviene quedarnos en este bosque a intercambiar preguntas.

    — ¿Y a dónde tienen pensado ir? — uno de los seres con tono de piel anaranjado se acercó, y habló con un tono de voz masculino.

    — A un lugar en el que podamos estar a salvo — Claire tomó la palabra — No tenemos intención de molestarlos. Si pueden indicarnos un lugar al que pudiéramos ir, les aseguro de que no nos verán más.

    — ¿Quiénes son? — volvió a preguntar la que habló primero — Una vez que respondan ya veremos qué hacer.

    — Somos exploradores que vienen desde muy lejos — Gina, asustada por las bestias, decidió decirles la verdad — Llegamos a este planeta y fuimos atacados por criaturas como esta. Les aseguro que no vinimos a hacerles daño.

    — Pruébenlo — la criatura que habló primero notó que estaban siendo apuntados por las armas de esos seres — Entreguen lo que tienen en sus manos y les creeré. Háganlo y los llevaré a todos a un lugar seguro.

    — ¿Qué tan lejos está? — Natasha supo que no era conveniente creerles — Incluso si ustedes dijeran la verdad, no nos conviene quedar indefensos ante las bestias. Y a ustedes no les convendría tener que cuidarnos a todos.

    — Eres inteligente y no te dejas engañar — contestó, admirando la astucia de la chica — Ustedes son más que nosotros, y podrían haber acabado con nosotros con facilidad. El que no lo hayan hecho demuestra que están desesperados para encontrar un lugar seguro a dónde dirigirse — acto seguido, miró a dos de sus acompañantes y les hizo un gesto con la mano — Síganme. Los llevaremos con nosotros. Eso sí, van a tener que darnos una buena explicación si desean quedarse.

    Dos de los cinco seres que habían aparecido se acercaron al cadáver de la bestia que habían asesinado, lo tomaron en sus hombros y empezaron a cargarlo con ellos. Mientras que los otros tres caminaban hacia el frente. El grupo de Black Meteor, sabiendo que para que pudieran tener esa clase de armaduras y armas debían tener un lugar seguro en donde vivir, decidió seguir sus pasos. No tenían nada que perder, puesto a que, como había dicho esa mujer, ellos eran superiores en número. Además, dos de ellos no podrían luchar si cargaban con esa bestia en sus manos.

    Xander, quien supo que él era responsable de lo que pasara con el grupo en ese momento, quiso acercarse y saber más sobre sus salvadores.

    — Creo que no nos hemos presentado — Xander se paró a su lado — Mi nombre es Xander. Soy el encargado de este equipo.

    — Axana — contestó, revelando su nombre — Soy la jefa de caza de los míos. Todos ellos obedecen mis órdenes, así que supongo que seremos nosotros quienes hablemos hasta llegar a nuestro hogar.

    — ¿En qué clase de hogar viven? — Xander sentía mucha curiosidad — ¿Y cómo se llama este lugar?

    — Verás ese lugar en unos tres minutos — el grupo entero se alivió al saber que ellos medían el tiempo de la misma forma, además de que estaban a poco tiempo de llegar — Y nuestro planeta se llama Triyr. Nunca hemos visto a nadie de su clase. ¿De dónde vienen?

    — Nuestro planeta se llama Tierra — Xander supo que revelar esa información no sería perjudicial — Estamos bastante lejos de casa ahora mismo.

    — Seres de la Tierra — contestó Axana al subcomandante de Black Meteor.

    — Puedes referirte a nosotros como “humanos” — respondió Xander.

    — ¿Qué relación hay entre esa palabra con el nombre de su planeta?

    — No fui yo el que eligió el nombre.

    — Aunque, pensándolo mejor, humanos es más corto — Axana ya sabía cómo referirse a ellos — Escucha, lo mejor será que te guardes la información para Irig.

    — ¿Quién es Irig? — preguntó Isac.

    — La mujer que nos mantiene organizados y vivos — Axana reveló el nombre de quien estaba a cargo de ellos.

    Siguiendo su pedido, Xander y los demás soldados guardaron silencio hasta que llegaron a su destino. El equipo de Black Meteor quedó impactado al ver bien lo que tenían en frente. Un muro bastante sólido de unos cuatro metros de alto se extendía hasta dónde llegaba la vista. El árbol más cercano al mismo estaba a varios metros de distancia, y no se veía ninguno desde el exterior. En el centro del muro, o al menos en lo que a ellos les parecía el centro, se encontraba una puerta de unos dos metros de altura y tres de anchura. No podían identificar de qué material estaría hecho el muro, pero la puerta era metálica en su totalidad.

    — Eneru, abre la puerta y alerta a los guardias — ordenó Axana, a uno de sus acompañantes.

    De forma obediente, uno de los seres con la piel anaranjada se adelantó hacia el muro, principalmente hacia la puerta. El ser abrió la misma y luego entró, para cerrarla detrás suyo. El grupo entero estuvo esperando durante un minuto y medio hasta que las puertas se abrieron nuevamente de par en par.

    — Entremos todos, con calma — Axana les dio esa orden a todos los soldados de Black Meteor.

    Siguiendo sus indicaciones, los soldados se adentraron por la puerta y cruzaron al interior del muro. Nada más al entrar, la puerta se cerró detrás suyo, cortándoles el escape. Al mirar al frente pudieron ver algunas estructuras de forma cuadrada y rectangular, asumiendo que se trataría de las casas de los habitantes. Casi como si se tratara de una ciudad, solo que esta se encontraba amurallada. Pero las casas no eran lo único que había al frente. Un grupo de seis seres se encontraban armados y apuntándole al grupo. Los soldados supieron que eran ellos quienes se encontraban en desventaja, y que ya no contaban con la defensa del bosque.

    — Ya están a salvo de las bestias — Axana se dio vuelta y centró su mirada en Natasha — Si ustedes no son hostiles, y no vinieron a hacernos daño, ya no necesitan las armas.

    — Suéltenlas — Xander supo que, en el interior de ese lugar, una pelea innecesaria terminaría en derrota total para ellos.

    El grupo entero siguió las órdenes de su subcomandante, quien dejó su rifle en el suelo. Los soldados, sabiendo que su líder tenía razón, y de que contaban con un as en la manga que esa gente desconocía, hicieron lo mismo que él. Axana les hizo señales a los seis guardias, para que se aproximaran y se llevaran las armas del grupo. Estos hicieron caso a la orden recibida y se acercaron para tomar las armas de los soldados humanos. Posteriormente, se marcharon del lugar, ante la mirada de todos ellos.

    — Irig decidirá si se las devuelve o no, pero eso no importa ahora — les decía Axana al mirarlos — Acompáñenme. Van a ir a conocerla.

    Los soldados accedieron, y comenzaron a seguir a Axana, quien iba acompañada de Eneru en el camino. Al avanzar por la ciudad, los soldados vieron que más que parecer una ciudad, tenía la pinta de ser un pueblo que sería considerado de clase baja en el planeta Tierra. Las casas tenían una apariencia muy rústica, siendo estas de ladrillo y algunas de madera. El lugar era iluminado por antorchas, las cuales se encontraban por encima de los postes. A pesar de su antigüedad, siendo comparado con las luces de las calles en la Tierra, cumplían bien su función y alumbraban bien el lugar.

    No había calles de asfalto, solamente caminos de tierra. Y como ellos imaginaron, no se veía ni un solo vehículo a la vista. A medida que se adentraban más, ellos vieron como otros seres de la misma especie se acercaban para quedarse mirándolos fijamente. No podían evitar sentirse incómodos al respecto, y más aún que no tenían sus armas. Algunos, tras verlos bien, se marchaban, mientras que otros los empezaban a seguir.

    — Axana, Eneru, ¿quiénes son ellos? — preguntaba alguien que tenía una voz femenina, y su tono de piel era rojizo.

    — Humanos del planeta Tierra — contestó Axana a la pregunta que le hicieron — Los llevaré con Irig. Ella decidirá su destino.

    Esa última frase no agradó demasiado a los soldados, quienes se miraron con una gran preocupación. Pese a eso, trataban de aparentar calma, aun cuando se notaba a leguas de distancia y con solo verlos que estaban bastante estresados.

    Mientras más caminaban por la ciudad, las casas aumentaban de tamaño, ya sea en altura o en anchura, pero nada más cambiaba. Una caminata de veinte minutos viendo casi el mismo paisaje de casas separadas a la distancia los llevó hasta un edificio que no tenía la apariencia de una casa. A vista de todos, parecía ser un congreso, dado a que incluso tenía un color más blanco y una apariencia más limpia que los demás. No solo eso, sino que también se encontraba siendo iluminado por postes de luz eléctrica, siendo la única parte de todo el lugar que parecía tenerla. Supieron que Irig, la persona que “decidiría su destino” según las palabras de Axana, se tenía que encontrar allí dentro.

    Efectivamente, Axana y Eneru llevaron al grupo al interior de ese edificio. Al cruzar la puerta de entrada, que era de madera pura, Gina, Casey, Paul, Claire y Noak sintieron un pequeño escalofrío, como si algo los hubiera asustado. Un largo pasillo estaba rodeado de puertas de entrada a varios cuartos, y al final se podía observar una puerta grande, no muy lejos de la entrada. Axana y Eneru marcharon al frente, guiando a los soldados.

    Cuando faltaba poco para llegar hasta dicha puerta, alguien, un ser con la piel de color anaranjado salió a su encuentro. Físicamente era muy parecido a Eneru.

    — ¡Axana, Eneru! — su voz revelaba que se trataba de un hombre.

    Al ver bien, pudo ver que seres desconocidos se encontraban detrás de la pareja que acababa de entrar al edificio.

    — ¡¿Qué se supone que están haciendo?! — reaccionó bastante alterado cuando los vio fijamente — ¡Han traído desconocidos a la zona segura!

    — Nos los hemos encontrado mientras realizábamos la cacería — Axana respondió con calma, pese a los gritos de aquel ser.

    — ¡¿Por qué los has traído?! — reaccionó más alterado que antes.

    — Tranquilo, Tormek, tengo mis razones y se las explicaré a Irig cuando me dejes pasar — contestó Axana, sin perder la calma, aunque esta vez le costó más.

    — ¿Cómo ha ido la cacería? — preguntó Tormek, empezando a tranquilizarse.

    — Trajimos uno grande, y nada más porque nos encontramos con este grupo — le contestó Eneru — Déjanos pasar, tenemos que hablar con Irig.

    — Iré a inspeccionar lo traído — Tormek empezaba a retirarse del lugar — Más les vale que valga la pena, y que no cometan un error con esto que están haciendo.

    El grupo se dispersó para permitirle el paso al sujeto llamado Tormek. Al verlo bien, y al recordar las apariencias de otros seres que se encontraban allí, el grupo ya sabía cómo identificar si la persona a la que tenían enfrente era un hombre y una mujer, y eso era fijándose en el color de su piel. Si era rojizo, se trataba de una mujer. Y si era anaranjado, se trataba de un hombre.

    — Tormek es quién vive junto a Irig y le ayuda con las cosas aquí — Eneru habló en su defensa — Sepan disculparlo. Es bastante desconfiado, pese a que es fuerte y que Irig lo es aún más.

    — Es un secretario — pensó Isac al mirarlo — No es nada más que eso.

    — Pasemos todos juntos — decía Axana, abriéndoles la puerta a todos.

    Al momento en el que la puerta se abrió, todos los soldados de Black Meteor entraron al lugar. Al hacerlo, pudieron ver que una mujer, de piel rojiza tal y como era de esperarse, quien llevaba puesta la misma clase de armadura que portaban Axana y Eneru los recibió. El lugar parecía ser una oficina, solo que, en lugar de ser una oficina administrativa, parecía ser una oficina de guerra. El lugar era iluminado por lámparas de color verde, las cuales le daban ese color a toda la habitación. Los soldados supusieron que ese color sería el indicado para leer mejor, puesto a que no había ventanas en el interior de esta. En el centro había una mesa con cinco sillas a su alrededor, y sobre esa mesa había un mapa. La mujer que estaba en la habitación dobló el mapa, revelando que debía ser de papel para poder hacer eso, y lo retiró. Una vez la mesa quedó desocupada, se dirigió a los recién llegados.

    — Axana, ¿Quiénes son tus acompañantes? — pese a ser desconocidos, Irig se dirigía con calma a su subordinada.

    — Son humanos, y vienen del planeta Tierra — contestó Axana, repitiendo lo que ellos le dijeron — Uno de ellos se llama Xander, pero no recuerdo cuál — Xander, viendo que Axana hablaba de él, decidió dar una buena primera impresión y dar un paso al frente, mostrándose ante la líder de esa especie — Él es el que está a cargo.

    — ¿Por qué se llaman humanos si se supone que su planeta se llama Tierra? — Irig también sentía curiosidad por eso.

    — No fui yo quien decidió ese nombre — contestó Xander, quién quería dejar de hablar de esas cosas para pasar a lo importante — “Humus” significa “tierra”, y es por eso por lo que nos llamamos humanos.

    — ¿Qué tan lejos queda ese planeta Tierra? — comenzó a cuestionar Irig.

    — Demasiado lejos — le respondió Xander.

    — ¿Cómo fue que llegaron hasta este lugar? Y, además, ¿cómo fue que terminaron aquí?

    — Vinimos hasta aquí utilizando una nave espacial — contestó Xander, viendo que nadie más de sus compañeros quería hablar — Aterrizamos en el bosque, muy lejos de este lugar, lejos del muro. Fuimos atacados por bestias que nos obligaron a alejarnos de nuestra nave. Fue ahí que nos cruzamos con Axana y su grupo — el soldado mentía un poco al contar la historia.

    — ¿A qué vinieron? Si Tierra está muy lejos de aquí, deben tener un motivo de peso para aterrizar aquí — Irig, Axana y Eneru los miraron atentamente para ver qué era lo que iban a responder.

    — Somos exploradores — Xander habló intentando revelar poca información — Nuestro trabajo es explorar el espacio, así como el de Axana es la cacería.

    — ¿Cuál es el motivo por el que exploran el espacio? — cuestionó Eneru, prestando atención especial a ese detalle.

    — Nuestro planeta está escaso de recursos — respondió el subcomandante.

    Los siete compañeros de Xander lo miraron muy sorprendidos, dado a que él no estaba diciendo la verdad al responder esa pregunta. Ninguno de ellos estaba seguro de por qué Xander elegiría mentir, mucho menos cuando era la oportunidad perfecta para poder preguntarle a esos seres acerca de la Gran Catástrofe, el cual era la razón por la que estaban allí. Supieron que, pese a que parecía ser una locura, Xander debería tener un motivo válido para eso, pero temían que eso pudiera terminar siendo perjudicial para ellos en el futuro.

    Sin poder hacer nada al respecto, decidieron dejar que él se encargue, por lo que solamente les quedaba confiar en su criterio.

    — ¿Y ustedes vinieron aquí para llevarse nuestros recursos? — Irig sonaba bastante preocupada por la respuesta que recibió de Xander, tanto así que empezó a acercarse a los demás.

    — No es nuestra intención robarle nada a nadie — Xander empezó a ponerse nervioso, debido a que notó que Irig no estaba contenta con eso — Si ustedes pudieran brindarnos un poco de ayuda, nosotros estaríamos agradecidos con ustedes. Pero no los obligaremos a eso, y mucho menos les quitaremos algo que les pertenezca. Los días en que hacíamos esas cosas han quedado atrás, para siempre. Ahora solamente buscamos planetas en buen estado para poder recolectar recursos que podamos transportar a la humanidad. Escaneamos este planeta y obtuvimos que es bastante compatible con nuestra especie. Es por eso por lo que decidimos aterrizar aquí.

    — Y si yo estuviera dispuesta a entregarles recursos, o el permiso de explorar ciertas zonas del planeta para que puedan tomar lo que quieran y necesiten bajo mi supervisión… — el grupo sabía que Irig iba a sentenciar esa oración con una pregunta — ¿Ustedes se marcharían de mi planeta? Pese a que es un planeta grande, y nosotros somos muy pocos, no quiero compartirlo con nadie. Y tampoco me sentiría cómoda recibiendo visitantes para extraer recursos frecuentemente.

    — Si usted nos otorga eso, nos marcharemos en cuanto usted considere que tenemos suficiente — contestó Xander, intentando sonar complaciente ante la líder — Pero para poder irnos de aquí, necesitaremos nuestra nave. La cual se encuentra rodeada de bestias en medio del bosque, y no tenemos forma de llegar hasta ella. Hemos visto que ustedes cazan esas cosas para comerlas, y si pudieran darnos una ayuda para llegar hasta nuestra nave para ayudarnos a eliminarlas, nosotros estaríamos más que agradecidos. Incluso aunque nos dejaran marchar con las manos vacías, eso nos beneficia. Nosotros podemos marcharnos y ustedes se libran de nosotros, además de que tendrían provisiones mayores de alimento.

    — Veo que no eres un tonto y sabes cómo negociar — Irig se distanció un poco de ellos, mirando a Xander con una sonrisa — Está claro por qué eres el líder de este grupo.

    Los soldados sonreían luego de ver ese gesto en la líder de los habitantes de Triyr. Pese a que no les gustó que Xander dijera una mentira respecto a sus intenciones, el hecho de que Irig, quien era la autoridad máxima en ese lugar estuviera tranquila, quería decir que fue bastante efectivo. Pese a eso, nadie la perdía de vista, y querían estar atentos a lo que fuera a realizar.

    — No es una decisión que se pueda tomar con facilidad — Irig destruyó las esperanzas del grupo con eso que había dicho — Voy a tener que pensarlo durante algún tiempo. Pero no tienen por qué preocuparse. Hasta que la decisión esté tomada, pueden quedarse en el interior de la zona segura — a diferencia de lo que sentían en un principio, los soldados de Black Meteor experimentaron una ligera sensación de calma con eso — Eneru los acompañará y les dará una casa para que puedan vivir. Después de todo, hay espacio sobrante para ustedes.

    — Irig, ¿está segura de esto? — preguntó Eneru, quien sabía que, si se marchaba no podría estar presente para la charla que Irig tendría con Axana, quién claramente tendría que quedarse allí.

    — No tienes que preocuparte por Axana, no le haré ningún rasguño — contestó su líder — Simplemente quiero hablar con ella. Tú llévate a los humanos de la Tierra a las casas que están cerca de la entrada.

    — Se lo agradecemos mucho, Irig — Xander decidió estrechar su mano con la líder de esa especie — Sepa que apreciaremos lo que ha hecho por nosotros.

    — No me lo agradezcas todavía — Irig no sabía que tenía pensado Xander con ese gesto, por lo que no estrechó su mano — Agradéceme luego de que hayamos recuperado su nave y tengan los recursos que necesiten para ayudar a su planeta. Mientras tanto, disfruten de su estancia en Triyr. Mañana hablaremos mejor. Solamente dime el nombre de todos ustedes y podrán irse.

    — Ellos son — Xander se decidió a presentarlos — Noak, Natasha, Gina, Casey, Claire, Isac y Paul.

    Cada uno de ellos saludó con respeto a Irig, sabiendo que era lo menos que podían hacer luego de que ella les demostrara su amabilidad al permitirles quedarse en el planeta. Una vez que la mujer que estaba a cargo de la zona segura en donde habitaban varios miembros de su especie los conoció, ella también los saludó. Finalizada la primera reunión que tendría con ellos, Irig le indicó a Eneru que se los llevara hacia las casas cercanas a la entrada para que pudieran descansar allí.

    Los soldados de Black Meteor abandonaron la sala con una sonrisa en sus rostros, exceptuando a Gina, quien simplemente sentía un alivio menor al saber que podría llorar en paz a su hermano en la tranquilidad y seguridad de las casas. Luego de que Eneru se marchara del edificio junto a todos ellos, Axana tomó asiento en frente de Irig, quien también hizo lo mismo. Ambas mujeres iban a tener una charla, y por la mirada de Irig, iba a ser una bastante seria.

    — Dime en qué estabas pensando al traerlos aquí — Irig quería que su subordinada le diera explicaciones — Ni siquiera les preguntaste por qué vinieron a este planeta. ¿Qué te llevó a tomar esta decisión? — sonó muy molesta al hacerle esa pregunta.

    — En el momento en el que los vi supe que ellos no eran de aquí, Irig — Axana contestó, sin sentirse intimidada por su líder — Está más que claro que ellos provienen de otro planeta. Y si vienen de otro planeta, es lógico pensar que poseen una nave espacial. Quería asegurarme de que esa nave estuviera en el planeta, dado a que, si no fuera así y solamente hubieran sido dejados para ser recogidos en el futuro, nada de esto tendría sentido. Tuve que traerlos aquí, sabiendo que sería fácil hacer que digan la verdad si se encontraban a salvo de las bestias y más que nada si se encontraban en presencia de usted.

    Irig supo que Axana tenía pensado algo importante después de escucharla decir eso. Sus palabras llamaron mucho su atención, y ella ya no parecía encontrarse molesta, sino intrigada.

    — Ahora ya pudimos confirmar que su nave se encuentra en este planeta — Irig posó su codo sobre la mesa para luego apoyar su mano sobre él — Dime qué tienes pensado hacer con esa información.

    — Tenemos que robarla — Axana sorprendió a su líder con sus palabras — Dejemos que se queden en este planeta por un tiempo para ganarnos su confianza. Así será más fácil hacerles creer que queremos ayudarlos a recuperar su nave para que puedan volver a su planeta — Irig escuchaba esas palabras con mucha atención — Y luego, cuando menos se lo esperen, los atacaremos.

    — ¿Los matamos y tomamos su nave? — Irig quería saber si ese era su plan.

    — No, no vamos a matarlos, no nos conviene — Axana tenía todo muy bien pensado bajo su propio punto de vista — Tenemos que dejarlos con vida, y en lo posible, encerrados en el interior de la zona segura. Una vez que nos aseguremos de que están a salvo, cargamos todo lo que podamos en la nave y abandonamos el planeta. Y entonces, para cuando Allecreod se digne a aparecer para hacernos una visita, nosotros ya estaremos fuera de su alcance. Finalmente seremos libres de él, y le dejaremos un regalo de despedida para que no se tome la molestia de seguirnos.

    — Ocho humanos para que los esclavice de la misma forma que nos esclavizó a nosotros — Irig sonrió por la forma de pensar de Axana.

    — Exactamente — la líder del equipo de caza estaba feliz de que su líder lo haya entendido a la perfección — Ya hemos soportado durante mucho tiempo la esclavitud de Allecreod. Ahora tenemos la oportunidad de escapar de él, y de viajar hacia un lugar donde nunca más nos pueda encontrar. Los triyr ya hemos sufrido suficiente. No estaría mal que, de una maldita vez por todas, otra especie sufriera en nuestro lugar.
     
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  6.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, como siempre es un placer leer la continuación de LGC. No ha sido una locura de capítulo, pero sin lugar a dudas genera interrogantes e intriga de cara a los futuros capítulos.

    Siendo exclusivo de Black Meteor, vemos que el grupo aún sufre la pérdida de Zaid (algo lógico), especialmente su hermana Gina. Aunque hallándose aún en el bosque, el peligro no ha pasado. Noak le revela a Xander algo que tiene sentido, y es que básicamente, está abrumado. Yo pensaría lo mismo que él. Si son (en teoría) de lo mejor de la humanidad, no esperan que lo que haya ahí fuera sea extremadamente peligroso... pero lo es. Tras esto, son acechados por una nueva bestia (parece que al universo le gusta crear bestias XD) y justo cuando están enfrentándola, son "rescatados" por lo que parece ser una especie inteligente y originaria de dicho mundo.

    Axana, como se hace llamar la líder de ese grupo alienigena, los lleva a su zona segura. Por como describes el lugar, parece que no están muy avanzados tecnológicamente, aunque en cuanto a armas de caza sí (ese arpón o flecha que mata a la bestia... brutal XD). Axana, junto a sus compañeros, llevan al grupo hasta su líder, quién es femenina y se llama Irig. La conversación entre líderes transcurre más o menos como lo esperaba, aunque sí me sorprende que Xander mienta en algunos aspectos (pero lo aplaudo, desconocen las intenciones de esa nueva raza) y como siempre ocurre el plow twist de final de capítulo: Irig y los suyos pretenden quedarse con la nave de BM para huir... ¡¡¡de Allecreod!!!

    Apenas ha aparecido el dictador galáctico pero muero por verlo, tengo el hype con él por las nubes porque parece un villano implacable. Espero verlo pronto entrando en contacto con Zenith o el propio BM. Y aguardo impaciente por ver si esta nueva especie complica a Xander y el resto.

    ¡Hasta pronto!
     
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  7.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Ahora que tengo tiempo, he decidido pasarme a leer el capítulo de esta semana.

    Vaya, las cosas no pintan nada bien para los miembros de BM. Después de ser salvados por una extraña mujer de sospechosa amabilidad y presentarse ante su líder. La situación a mejorado, pero lo cierto es que están cayendo en la boca del lobo. No me imaginaba que esta extraña raza fuera una de las que están bajo el control de Allecreod.

    Irig ha dicho que Allecreod los ha esclavizado, y que dejarán a los humanos en su lugar para que los esclavise como lo hizo con su raza. Pero aún no entiendo cómo Allecreod los ha esclavizado, y en qué sentido. Es cierto que su ciudad o la zona segura, no es de alta tecnología, pero estos seres cazan a su libre y no trabajan como los seres que el Zenith conoció previamente, por lo que, me parece que Irig, tal vez, está exagerado un poco.

    Aún queda por descubrir los detalles exactos de la relación que tienen los Triyr con Allecreod, pero lo cierto es que si llegado el caso, BM y esta raza hacen las pases y se unen, harán una pareja perfecta. Porque tanto los Triyr como BM son de la misma calaña. Ambos engañan, mienten, son interesados, y hostiles. Así que no me sorprendería que unan fuerzas más adelante.

    Otra cosa y ya para terminar. ¿Te has dado cuenta que BM aún sigue con su mala suerte? Es que no me lo creo, debieron romper algún cristal, o de seguro se encontraron con un gato negro no identificado en medio del espacio, porque hasta el momento las cosas solo pintan mal para ellos.

    Eso es todo por ahora, saludos y hasta la próxima. Nos leemos.
     
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    Agus estresado

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    Piscis
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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Saludos. Por un imprevisto que no creo que valga la pena mencionar, no creo que me sea posible publicar el capítulo el día sábado. Por esta misma razón, he decidido publicarlo hoy, ya que tengo la disponibilidad para hacerlo.

    Quiero agradecer a todos los que leen la historia, ya sea en el momento en el que he escrito este mensaje o en algún futuro lejano. Un agradecimiento especial a Resistance y Zurel que están al día con la historia y la siguen de forma fiel cada que sale un nuevo capítulo.

    Antes de dejarlos con la lectura les quiero dejar a mano la guía de personajes, dado a que, si no me equivoco, tanto en los capítulos 10 como en el 12 han aparecido personajes nuevos en la trama, y no quiero que estén mareados con los nombres al momento de leer este o los próximos capítulos. Sé que con el tiempo, uno se adapta y los nombres se los aprende, pero en tan solo 4 capítulos (incluyo este) he introducido un total de 12 personajes, lo cual me parece bastante excesivo siendo que ya había bastantes hasta este momento. No quiero que ahora, que es el momento en el que los personajes apenas acaban de aparecer, haya confusiones con los nombres o las especies de los personajes. Por esa misma razón, les dejo aquí a mano la guía de personajes actualizada hasta el capítulo de hoy. Como he dicho, sé que con el pasar del tiempo, uno se aprende los nombres, pero considero que el tiempo suficiente para eso aún no ha pasado. Por lo que creo que es mejor dejar la guía para que la tengan a mano en la lectura.

    Ahora sí, sin más que decir, los dejo con la lectura. Ojalá la disfruten.





    Por fin nos conocemos:

    De un planeta cuyos cielos estaban cubiertos por nubes grises y negras, salió una nave espacial. No necesitó demasiado tiempo para llegar al espacio exterior, fuera de la atmósfera del planeta. A diferencia de la que había entrado a ese planeta hacía pocos minutos, esta estaba cubierta por un revestimiento de metal negro en su totalidad, y tenía una longitud mucho más grande. En altura era similar a la anterior, siendo medio metro más alta. Se podía observar que su capacidad para llevar pasajeros era mayor, además de que alcanzaba mayor velocidad que la nave que había entrado al planeta hace pocos minutos.

    En el interior de dicha nave, principalmente en una sala totalmente vacía, con solamente una puerta de entrada y dos focos de luz roja para iluminar su interior, se encontraban un total de diez seres vivos, cada uno de ellos portando una armadura muy similar a la de Allecreod, quien se encontraba en el centro de la sala, rodeado por sus demás acompañantes, formando un círculo a su alrededor. En frente suyo se encontraba su hermano Korix. Al lado de este, un individuo cuyos labios eran de color gris, ojos con pupilas azules y un cabello negro bastante largo, llegándole casi a los hombros. Su altura era de un metro setenta. Al otro lado de Korix se encontraba alguien de una altura muchísimo mayor, llegando al metro noventa. Este poseía cabello, labios y pupilas de un color azul oscuro, casi llegando a negro. Los otros seis guerreros eran muy similares físicamente, teniendo unas ligeras variaciones en el color de cabello o altura.

    Todos ellos miraban a Allecreod, quien iba a comenzar a hablar.

    — Ya todos saben a lo que vamos, pero eso no quiere decir que estemos totalmente preparados — comentaba su líder a la vista de todos — Esto nos tomó por sorpresa sin duda. Nunca creí que habría seres que serían capaces de dominar el viaje espacial como nosotros, y mucho menos llegar hasta nuestro Dominio. Hoy ha sido un día lleno de sorpresas para mí, y de seguro para ustedes también. Pero no hay que dejarnos intimidar. Sea quien sea el individuo que nos ha tomado por sorpresa, les puedo garantizar que ellos no saben nada de nosotros. Mientras que nosotros sí sabemos algo, su ubicación exacta. Cadain nos hablará más sobre esto.

    — Fue en el planeta Nokadro — explicaba el ser de cabello negro y largo, notando que todos cambiaron su mirada hacia él — Cuarenta y nueve kilómetros de distancia al oeste del centro vertical, y a novecientos kilómetros de distancia del sur del centro horizontal. La nave está programada para aterrizar a pocos metros de ahí. Si no están ahí, pero dejaron algún rastro, los seguiremos y los encontraremos.

    — ¿Y en caso de que no haya rastros? — preguntó quién estaba al lado de Cadain.

    — Nos dividimos en grupos y seguiremos buscando en el planeta hasta encontrarlos — el sujeto con cabellos azules abrió su boca para comentar su plan alternativo — No sabemos de dónde han venido, pero por nuestra velocidad de respuesta, no hay forma de que hayan abandonado el Dominio. Es crucial encontrarlos, antes de que ocasionen algún problema. Incluso si no tienen malas intenciones, podrían causar un daño muy grande por no tener idea de quienes somos.

    — General Raumod, no he revisado la armería antes de partir — Allecreod le habló al que fue el último en tomar la palabra — Las armas están allí, ¿verdad?

    — Diez de cada tipo — fueron las palabras del ser que respondía al nombre de Raumod — Así cada uno puede elegir la que más adecuada le parezca.

    — Perfecto, prepárense porque llegaremos en una hora — Allecreod se alegró por esa respuesta — Quizá antes, o quizá después. Si no es una hora exacta, habrá quince minutos de diferencia. Son libres para descansar si lo desean.

    Exceptuando a Allecreod, Korix, Cadain y Raumod, todos los seres que se encontraban en el interior de la sala abandonaron el lugar. El líder, el general, su hermano y otro soldado esperaron a que se marcharan, y luego decidieron discutir algo en privado. Korix y Cadain salieron para ir en busca de algunas sillas pequeñas en la cuales podrían sentarse para no estar parados al hablar. Al regresar, todos tomaron asiento y se pusieron a discutir mejor la situación que estaban por enfrentar.

    — Sé sincero, ¿qué planes tienes para los intrusos? — Cadain necesitaba saber qué era lo que iban a hacer al llegar.

    — Si nos enfrentan, los derrotaremos — Allecreod dijo lo que resultó ser una obviedad para los demás — Luego de derrotarlos, empezaremos a interrogarlos. Si no nos enfrentan, pasamos directo al interrogatorio.

    — ¿Para qué quieres interrogarlos si nos atacan? — Korix no se sentía convencido por esa respuesta — Ellos son intrusos que entraron al Dominio sin autorización — el joven no parecía estar consciente de que los intrusos, como él los llamaba, no tenían forma de pedirles una autorización para entrar al dominio — Si nos atacan, deberíamos matarlos directamente. No perder el tiempo con preguntas.

    — Tengo que preguntarles varias cosas — su hermano mayor corregía al joven soldado — De dónde vinieron, a qué vinieron, y esa clase de cosas. Además, ellos no nos conocen. Podrían enfrentarnos por estar asustados de nosotros.

    — Y una vez que sepas por qué están aquí, ¿vas a matarlos si resulta que vinieron a perjudicarnos? — Korix comprendía las palabras de Allecreod, pero no las compartía.

    — No a todos — Allecreod era firme en su decisión — Si vinieron para lastimarnos, prefiero matar a unos cuantos y dejar a otros heridos sin la posibilidad de recuperarse. Los enviaré de vuelta a su planeta, como un mensaje para que ya no vuelvan a meterse con nosotros.

    — ¿Y qué pasará si no son hostiles? — Raumod ya se había imaginado esas respuestas de Allecreod para el caso planteado por Korix.

    — No pueden quedarse en el Dominio — Allecreod contestó con seriedad — No importa a qué hayan venido, yo los voy a expulsar de aquí. De vuelta a su propio dominio, o en la dirección contraria. Eso no es importante ahora mismo. No van a interferir con nuestras vidas.

    — Bien, no era tan difícil de deducir — Raumod se puso de pie — Creí que tendrías en mente algo más impresionante. Supongo que iré a descansar.

    El general se llevó la silla en la que estaba sentado al momento de retirarse. Allecreod y Korix se quedaron viendo fijamente a Cadain, quién parecía querer decir algo, pero en vez de eso, no hizo ni dijo nada. Se mantuvo en silencio durante unos minutos y luego se levantó del lugar, llevándose con él la silla que había traído. Tras su partida, solamente quedaban los dos hermanos en aquella sala.

    — Recuerda que debes quedarte cerca de mí, pase lo que pase — el líder protegía bastante a su hermano menor — Puedes alejarte durante la lucha, si es que hay una. Pero quédate lo bastante cerca como para que pueda responder ante cualquier amenaza.

    — Lo sé, hermano, ya lo hemos ensayado antes — Korix apreciaba las palabras de su hermano, aunque a veces se molestaba un poco por eso. Lo que lo hacía agradecer el hecho de que siempre tuviera esas charlas en privado con él.

    — Esto no es un ensayo — Allecreod se encontraba nervioso al respecto — Lamentablemente, me equivoqué al pensar que nadie podría llegar nunca hasta nosotros; y ahora tendré que hacerme cargo de mi error.

    — ¿Consideras que ponerme como tu guardaespaldas fue un error?

    — Lo hice para poder cuidarte — fue la respuesta del líder de aquella especie — Nunca estarías en peligro como mi guardaespaldas, dado a que nadie se atrevía a atacarme. Lo malo es que no consideré mejor la situación, y ahora no tienes opción más que actuar como si verdaderamente lo fueras.

    — Contesta mi pregunta. ¿Consideras que fue un error que yo sea tu guardaespaldas?

    — No. No lo fue. Más allá de que no me guste la idea, ahora tengo la posibilidad de protegerte ante el peligro.

    — Se supone que yo soy quien debería protegerte a ti.

    — Que seas mi guardaespaldas no quiere decir que quiera que te sacrifiques ante el menor peligro. Manejemos las cosas de forma inteligente, usando la razón siempre que podamos. ¿De acuerdo?

    — Está bien — Korix se levantó, listo para poder dejar la habitación — Hermano. ¿Puedo pedirte un favor?

    — Claro, ¿de qué se trata? — le preguntó Allecreod.

    — ¿Podrías dejarme ir a mí solo la próxima vez que haya que acudir a Triyr o a Nokadro, sin contar esta?

    Esa pregunta realmente tomó por sorpresa al líder de los habitantes del planeta llamado Ryfier, según sus propias palabras. Algo le hizo creer que Korix estaba deseando empezar a aprender a manejarse de forma independiente para encargarse de las situaciones que únicamente Allecreod manejaba. Pese a que era inesperado, sintió algo de alegría con esa pregunta. Ya que demostraba que su hermano estaba madurando, al menos, era así ante sus ojos.

    — No será la próxima vez, porque me gustaría que te quedaras ensayando tus movimientos de pelea y repasaras todo lo que te enseñé — la respuesta de Allecreod empezó a entristecer a Korix — Pero no pasará mucho tiempo hasta que te dé el permiso de hacerlo. No te desesperes. Pronto tendrás tu oportunidad para actuar por tu cuenta.

    — Gracias — una sonrisa se formó en su rostro.

    Korix se acercó hasta su hermano mayor para darle un abrazo, y este, con el mismo gesto, lo correspondió. Los dos hermanos se mantuvieron unidos durante algunos segundos, hasta que el menor de ellos decidió soltarse. Una vez se separaron, Korix se retiró de la sala, llevándose tanto su silla como la que Allecreod estaba utilizando.

    El líder, al quedar solo en el cuarto, decidió irse también. Apagó las luces rojas, dejando el sitio en completa oscuridad, y luego de salir por la puerta, la cerró por completo detrás suyo.

    La nave continuaba su rumbo al planeta llamado Nokadro, donde se iban a encontrar con los intrusos cuya señal fue interceptada hacía menos de unas pocas horas.

    […]

    En el interior del planeta Nokadro, cuyo nombre aún resultaba desconocido para los tripulantes del Zenith y el resto de sus compañeros, empezó a caer una ligera lluvia. El equipo que se quedó en el planeta mientras cuatro de sus compañeros se llevaron la nave se encontraba en el interior de la cueva. Todas las provisiones que habían tomado estaban allí dentro, y nadie ni nada sería alcanzado por las gotas de agua.

    — No había nubes en el cielo hasta hace diez minutos — expresó Lankir, asombrado con la forma en que el clima cambió en poco tiempo — Me parece que este planeta es bastante inestable en lo que se refiere a sus condiciones climáticas.

    — Lo bueno es que tenemos esta cueva — Wagner respondió, empezando a mirar como todos se sentaban, cosa que él imitó — No sé qué tanto tiempo tendremos hasta que Allecreod llegue, pero si el mensaje fue interceptado, llegará. Hay que decidir bien qué clase de historia le vamos a contar. En caso de que decida separarnos e interrogarnos por separado.

    — Creo que sería mejor simplemente que cada historia sea diferente — Michael discrepaba de la opinión de su líder — Eso podría demostrarle que no somos un grupo organizado, y quizá nos tome con más calma.

    — Esa es una buena idea, Michael — contestó Plamo, mostrándose a favor del soldado.

    — Concuerdo con él — Aurio también lo creía así — Pero hay que tener algún factor en común. Ya que si él ve que todo lo que nosotros decimos difiere cuando cambia de sujeto, pensará que estamos mintiendo.

    — A medias, ambas ideas me gustan — se expresó Kila ante el plan, para después mirar a Wagner — Propongo revelar los nombres de nuestros planetas, y de nuestras razas, pero no la ubicación de estos. Así le será difícil encontrarlos.

    — Si él pudo conquistar planetas, lo que más quiero es mantenerlo lejos de Garak — contestó Plamo, estando a favor de lo dicho por su compañera — Tenemos que decir que hemos estado viajando meses para llegar hasta aquí, lo cual no es una mentira si lo analizamos bien.

    — ¿Revelamos la existencia de más países en la Tierra? — Sharyn quería saber qué hacer en esa situación.

    — Creo que eso podríamos guardárnoslo — contestó Wagner a la pregunta de su compañera — Después de todo, no van a venir a rescatarnos. No tiene sentido amenazar a alguien diciéndole que hay miles de habitantes en la Tierra cuando ni siquiera una podríamos contar con una milésima parte de su ayuda. Digamos que venimos de la Tierra y que somos soldados de una organización llamada Zenith, y que él mismo saque sus conclusiones.

    — Va a notar que somos diferentes de ustedes — Wida mencionaba — Nosotros venimos de un planeta distinto a la Tierra o a Garak. ¿Qué le vamos a decir? Dudo que no note ese detalle, o que no le importe lo suficiente como para indagar del tema.

    — Xarom ha muerto, no hay nada más que decir — Aurio fue muy cortante con esa respuesta — Si él quiere creerlo o no, dependerá de él. Le diremos la verdad sobre el viaje, y la acogida que nos dieron los humanos y los garak.

    — ¿Qué hay del objetivo de nuestra exploración? — preguntó Dustin, uniéndose a la conversación — Debemos mencionar las respuestas a la Catástrofe, pero deberíamos tener otra cosa más preparada. Dudo que él se crea que tres especies han mandado a varias personas a investigar el espacio por eso. Sobre todo, si él y su planeta, donde sea que esté, no han sufrido lo mismo.

    — No digamos nada más — Michael no quería llegar a eso — Si decimos algo que no suene coherente, Allecreod podría no creernos. Y si, por el contrario, decimos algo que suene bastante coherente él podría preocuparse por nuestra presencia.

    — ¿Y qué hay sobre la nave espacial que envió el mensaje? — Alicia pensó en ese otro detalle — Si él tiene tecnología suficiente para identificar que utilizamos una nave para enviar un mensaje, él va a querer saber en dónde está.

    — Eso es lo que yo tenía planeado — Wagner recordó bien su conversación con ellos — Le diremos que enviamos nuestra nave a buscar refuerzos a uno de nuestros planetas. Y que, si no le conviene entrar en una guerra, lo mejor será que no nos haga nada. Hay una semana entre Garak y este planeta. Podríamos asumir en el peor de los casos que también haya otra semana entre este planeta y el planeta de Allecreod. Si es así, la nave y los refuerzos regresarán en tres semanas. Mientras Allecreod piense que eso puede tardar meses completos, la nave se acerca cada vez más a su planeta.

    — ¿Creen que sean capaces de encontrarnos? — Kila se preocupó por eso — Quiero decir, no sirve de nada que vengan con bastantes refuerzos si no son capaces de dar con nosotros.

    — Yo confío en todos ellos — Alicia expresaba su confianza en sus compañeros — Ace, Gwyn, Thomas y Agustina encontrarán una manera de localizarnos. Además, el comandante Zion, el general Orikrof y posiblemente Asmir viajen con ellos. A alguien se le tiene que ocurrir la forma de hallarnos.

    — Solo queda un último detalle por tratar, entonces — Michael miró fijamente a Wagner, y este lo notó — Ya tenemos el dónde, y ya tenemos el qué. Solamente nos estaría faltando el después. Necesitamos un plan para después de contarle todo esto a Allecreod.

    Las palabras de Michael intrigaron a todos los demás. Nadie estaba pensando en eso, excepto por él. Desde que empezaron a centrarse en la historia que le contarían a Allecreod, habían olvidado que, sin importar si este les creyera o no, iban a tener que pensar en algo para después de contarle todo. Después de todo, cuando lo pensaban bien, ellos eran intrusos en un territorio que no les pertenecía. El dueño de todo el lugar era alguien con los medios suficientes para poder conquistar planetas, y no les era beneficioso tenerlo como enemigo. Sin embargo, algo deberían hacer al respecto.

    — Preguntaremos a Allecreod todo lo que sepa sobre la Gran Catástrofe — Wagner estaba convencido de que era lo mejor — Le diremos que no estamos interesados ni en él, ni en ninguno de sus planetas. Después de todo, estas provisiones son nuestras y los seres de este planeta estaban desarmados e indefensos ante nosotros. Si hubiéramos querido matarlos para robarles, podríamos haberlo hecho y no lo hicimos. Eso tiene que servir para algo.

    — Le decimos que nos de toda la información que tenga disponible, y luego que nos deje ir — Lankir lo consideraba una medida inteligente — Eso evitará un conflicto innecesario.

    — Después de lo sucedido con Reinor y Tzorkun, estaré agradecido por evitarlo — al decir eso, Plamo se llevó la mano hacia la zona de la cara que se encontraba quemada.

    — ¿Y si él nos quiere esclavizar al igual que a los seres de aquí? — Michael se veía bastante pesimista al pensar en eso.

    — La amenaza de la guerra debería ser suficiente para obligarlo a no hacerlo — contestó Wagner.

    — ¿Y si tiene tanto poder que esa amenaza no lo asusta? — Michael redobló la apuesta.

    — Entonces, tristemente tendremos que luchar en contra de él — Wagner esperaba no tener que llegar a eso — Pero si es inteligente, no se arriesgará a una guerra cuando ni siquiera sabe cuántos vendrán a enfrentarlo. Le conviene decirnos todo lo que sepa sobre la Catástrofe, entregarnos una muestra de radiación, y luego dejarnos marchar. Después de todo, si nos deja marchar, puede que la paranoia lo lleve a prepararse para un posible regreso nuestro.

    — Regreso que no sucederá si le pedimos que nos indique hasta dónde se expande su control — Alicia supo que agregar eso a la lista de cosas por hacer sería bastante conveniente.

    — Precisamente — contestó Wagner, admirando la inteligencia de Alicia — Algo más que deberíamos pedirle cuando lo veamos. Creo que con eso ya hemos solucionado todo.

    Una vez arreglada esa importante cuestión para ellos, todo el equipo, exceptuando a Wagner, que se dedicaría a mantener la vigilancia en caso de notar una presencia extraña en el lugar, se recostó apoyando las espaldas sobre las paredes de la caverna para empezar a tomar una pequeña siesta, y así estar listos y bien descansados para cuando tocara cruzarse cara a cara con la persona que estaba por llegar hasta ellos.

    El hijo del comandante Stones, recientemente ascendido a comandante provisional del Zenith, miró a todos sus compañeros dormir plácidamente, y no pudo evitar sonreír al verlos tan tranquilos. De alguna forma, esa sensación de tranquilidad que ellos expresaban al estar dormidos lo contagiaba. Sin embargo, no podía sonreír cuando veía hacia la dirección en la que estaban Alicia y Michael. Sus dos compañeros estaban juntos, uno al lado del otro, sin mantener ningún tipo de distancia. La chica recargaba la cabeza sobre los hombros de su novio, y esa era una escena que a Wagner no le gustaba ver, sobre todo tras recordar la conversación que él y Alicia habían tenido respecto a Michael.

    — Me has discutido varias cosas, Michael — pensaba el soldado mientras lo miraba fijamente con algo de resentimiento — Claramente, Alicia decía la verdad, e hizo bien en decírmela. Estás intentando ganarte la aprobación de todos los demás y de hacerme quedar mal. Pues bien, eso no te ha salido. Mi padre no te nombrará a ti como comandante. Después de la desobediencia que mostraste a tu anterior comandante al unir tu mente a un berrod, me sorprendería que te llegara a considerar líder.

    Wagner dio unos pasos hacia la posición del soldado, para poder mirarlo fijamente.

    — Me gustaría poder decirte todo esto, pero eso sería romper la promesa que hice con Alicia — Wagner sentía deseos de gritarle a su compañero — Y jamás le podría hacer eso a ella. Me conformaré con observar en silencio como todo tu plan fracasa. El único que puede competir contra mí y quitarme este puesto es Ace. Tú no estás a su nivel.

    El soldado pronto se dio cuenta de que estaba dejándose llevar por sus pensamientos, y que eso lo estaba distrayendo demasiado de la tarea a la que él se había ofrecido para con los demás. Por su bien, y el de sus otros compañeros, Wagner decidió alejarse de Michael y seguir con su labor. Antes se buscó un pequeño bocadillo para poder comer y así tener algo que degustar mientras miraba el cielo del planeta. Se buscó unas galletitas con queso, algo que le gustaba mucho y pronto se acercó a la entrada.

    Al mirar el cielo nuevamente, se dio cuenta de que poco a poco las nubes de lluvia estaban corriéndose del lugar. Tal y como lo había dicho Lankir, el clima en ese planeta presentaba bastante inestabilidad.

    — Si me dieran la oportunidad de elegir, jamás votaría por este lugar — más allá de que no había nada, Wagner despreciaba el frío y la lluvia, y en poco tiempo había visto a ambos concentrados en un lugar.

    Cuando terminó de comer, pudo escuchar las pisadas de alguien, quien se había levantado de su pequeña siesta. Supuso que, sea quien sea, no se quedaría despierto mucho tiempo, y que luego de comer o beber algo, se iría a dormir. Sin embargo, no fue así.

    El soldado pronto tuvo a Sharyn al lado suyo, y ella había tomado una pequeña botella de agua para beber. Agradecía el hecho de que iba a tener algo de compañía, aunque preferiría que los demás pudieran dormir lo necesario.

    — ¿No estás cansada? — preguntó Wagner, con un tono de amabilidad.

    — No, me siento muy bien, en realidad — fue la respuesta de la chica, que abrió la botella para tomar un pequeño sorbo — ¿Quieres agua? — preguntó mientras le ofrecía la botella.

    — No me hace falta, no tengo sed — le contestó — ¿Te gusta este planeta? — quiso sacar algún tema de conversación.

    — Comparado con Emiv y Fientlig, es un buen lugar — respondió Sharyn — Comparado con la Tierra, solo sale perdiendo sin remedio.

    — Yo odiaría vivir en un lugar así — Wagner era sincero con su compañera — Por eso conviene que encontremos las respuestas a la Catástrofe lo más rápido posible. Para que no nos expulsen de la Tierra, y para que no la perdamos.

    — Si Allecreod está dispuesto a cooperar con nosotros, no nos quitará mucho tiempo — la chica recordó la conversación que tuvo con él hace tiempo — Wagner, te quiero preguntar algo. Recuerdo que tú me dijiste hace tiempo que creías que alguien tuvo que haber ocasionado la Gran Catástrofe. Y hace nada dijiste que creías que Allecreod podría haberla causado.

    — Pero todos contradijeron eso — Wagner recordaba bien ambas cosas — ¿Qué sentido tiene que me lo preguntes ahora?

    — ¿Qué pasará si lo que dijiste, por alguna razón, resulta ser cierto? — Sharyn no se sentía cómoda haciendo esa pregunta, pero quería conocer su opinión — Supongamos que Allecreod tiene una tecnología que no podemos ni imaginarnos, y que es capaz de hacer algo como eso. ¿Qué es lo que vamos a hacer?

    — Si él fue quién causó la Gran Catástrofe y la Réplica Catastrófica, entonces ya no será necesario seguir explorando más — Wagner sonó bastante serio al hablar — Solo habrá que matarlo, llevarlo con nosotros, llevarnos su tecnología, o bien, destruir toda la tecnología que tiene… Y eso será todo. Si fue él, ya nunca se repetirá.

    Su compañero sonaba totalmente comprometido con su palabra, y no era para menos. Él tenía la creencia de que alguien había ocasionado aquel suceso, y los hechos que escucharon de parte de la especie del planeta en el que se encontraban podrían llegar a darle motivos para creer que él podría ser el causante de todo. A causa de eso, Sharyn deseaba que no se tratara de Allecreod. Supo que, si realmente él era el responsable, un enfrentamiento con él sería inevitable, después de todo, esa era la obligación de la misión. Prefería creer que la Gran Catástrofe se había originado con la destrucción de uno o varios planetas, pese a que también podía sonar descabellado por lo precisa que fue al caer en planetas como la Tierra, Fientlig, Garak, Xarom, Emiv y probablemente varios más.

    — ¿Y qué sucederá si lo enfrentamos y perdemos? — Sharyn quería saber cuál sería su respuesta para eso.

    — La humanidad tendrá que continuar y solucionar este conflicto sin nosotros — Wagner la miró al decir eso — Pero eso no va a pasar. Desde mi padre me dijo que mi madre había muerto a causa de la Catástrofe, y debido a que, la única forma de evitar que más seres queridos míos murieran al igual que ella es encontrar la causa y detenerla, me propuse que lo iba a lograr. Voy a descubrirlo todo, y también a detenerlo.

    La respuesta del soldado dejó maravillada a la chica, quien se veía muy atraída por la convicción de su compañero. Ciertamente, era admirable que él quisiera encontrar las respuestas para proteger a las personas que le importaban. Pese a que lo había escuchado hablar sobre Alicia, la chica quiso preguntarle algo. Necesitaba escuchar la respuesta de él.

    — ¿Yo soy un ser querido para ti? — preguntó Sharyn, esperando una respuesta afirmativa de Wagner.

    El soldado estaba a punto de contestarle, cuando un sonido, que ambos pudieron escuchar pese al leve ruido de las gotas de lluvia impactando en contra del suelo, comenzó a sonar. Era bastante estruendoso, y ambos fueron capaces de identificar que se trataba de una nave espacial. Al salir de la cueva, seguros de que no iban a mojarse debido a que la lluvia se había apartado, ambos fueron capaces de ver como una nave de color negro, que se podía distinguir incluso en la oscura noche que estaban pasando en ese planeta, se encontraba descendiendo hacia el suelo del planeta.

    Siendo totalmente distinta a la nave xaromitante que ellos usaban, supieron perfectamente a lo que se iban a enfrentar.

    — Es él, tiene que ser él — decía Wagner mientras miraba a su compañera — Despierta a todos. Dile a los xaromitantes y garaks que tomen sus armas. Nosotros tenemos suficiente con nuestra energía.

    La chica, algo desanimada porque no pudo recibir la respuesta a la pregunta que había hecho a su compañero, decidió acercarse a todo el equipo para despertarlos. Mientras tanto, Wagner se quedaba fuera de la caverna, queriendo observar el lugar en donde aterrizaría la nave que acababa de llegar al planeta. Siguió al vehículo espacial con la mirada, y una vez que este tocó tierra, supo que solo era cuestión de tiempo hasta que el ser del que tanto habían escuchado hablar los encontrara. Sin nada más que hacer allí afuera, Wagner regresó al interior de la cueva, donde todos sus compañeros lo esperaban.

    […]

    Una compuerta de salida se abrió, y desde la nave que acababa de aterrizar en el planeta Nokadro salieron todos sus tripulantes, sin que ninguno quedara dentro. Allecreod, Korix, Cadain y un par de soldados que los acompañaban portaban un arma que era en su totalidad metálica. Se trataba de un palo grueso de una longitud de dos metros con una punta de acero plateado con detalles negros. El objeto era bastante similar a una lanza, pero esta se veía mucho más filosa. Por otro lado, el general Raumod portaba una daga con un mango que brillaba como el oro, y un filo plateado que se veía muy cortante. El resto de los soldados también habían optado por dicha arma.

    Allecreod abrió un pequeño compartimiento situado en la muñequera izquierda de su armadura, mostrando así un total de doce botones, siendo once de color azul y uno de ellos de color rojo. Los botones formaban cuatro hileras de tres cada uno. El líder de su especie tocó todos los botones de las primeras tres filas, exceptuando el botón central, para luego presionar el botón rojo de la última hilera. Eso causó que la compuerta de la nave que tenía se cerrara, prohibiendo el paso a cualquiera que estuviera dentro o fuera.

    El grupo ya se encontraba en el lugar del cual provenía el mensaje que Cadain detectó. Este, imitó la acción de Allecreod, y retiró el pequeño compartimiento de su muñequera derecha, el cual le mostraba un pequeño radar, con un punto blanco marcando su ubicación y un punto rojo mostrando otro tipo de coordenadas.

    — ¿Estamos en el lugar correcto? — preguntó uno de los tripulantes.

    — A cinco metros de la posición exacta — contestó Cadain — No quise aterrizar en el lugar exacto porque no quería que el rastro se borrara por nuestro aterrizaje.

    — Igualmente, no sirvió de mucho. Acaba de llover aquí — contestó Raumod, quién se asombró de que Cadain no notara que el suelo bajo sus pies se encontrara más blando — Cualquier rastro que ellos pudieran haber dejado, la lluvia ya se lo habrá llevado.

    — Supongo que entonces es cuestión de buscar — Allecreod estaba decidido a que se pusieran en marcha, pero antes quería asegurarse de algo — Raumod, Cadain, en esa cadena de montañas — señaló a la zona montañosa que se encontraba a una distancia corta de ellos.

    — Allí viven varios nokradinos — Raumod supo a qué se refería su líder — ¿Quieres que vayamos a investigar?

    — Incluso si no están ahí, quiero que pregunten si vieron algo extraño — Allecreod estaba satisfecho de que su general lo comprendiera — Duermen lejos de la entrada, y tal vez no hayan escuchado el ruido. No hay garantías de que hayan visto algo, pero tomarse el tiempo de preguntar nos puede ahorrar más tiempo en el futuro.

    Leales a quien era su líder, el general se fue acompañado por Cadain a la zona montañosa. Ellos habían ido y permanecido en ese lugar en algunas ocasiones, y sabían cuál de todas era la montaña en la cual se refugiaban los nokradinos. No estaba demasiado lejos de su ubicación actual, por lo que no les tomaría mucho tiempo saber si había alguna pista o rastro de ellos ahí dentro.

    El general tomó su muñequera, la del lado izquierdo, y tras presionar los botones de la primera hilera seguidos por el botón rojo del fondo, la cerró. Cadain lo vio y supo el motivo por el que había hecho eso.

    […]

    Los cinco soldados del Zenith se encontraban en el medio, mientras que, a sus costados se encontraban los xaromitantes y los garak. Dado a que ellos tenían armas, creyeron que tendrían más margen de tiro si se paraban en esa posición. Kila y Plamo, por un lado. Lankir, Wida y Aurio por el otro. Cada uno de ellos armado con su rifle, cargado y listo para disparar en caso de que las cosas salieran mal. En el medio, Dustin, Sharyn, Wagner, Michael y Alicia. Con los brazos levantados y una postura de pelea. Sus armas las habían entregado a sus compañeros que decidieron marcharse del planeta, y por eso, no les quedaría más que depender de su energía.

    Estaban preparados y atentos al momento en el que alguien se decidiera a entrar a la caverna, pero eso no quería decir que no estuvieran nerviosos o algo asustados. Sharyn, Alicia, Plamo y Lankir sentían un pequeño temblor en sus piernas, el cual luchaban por ocultar. Dustin se sentía agradecido de no portar un arma, porque sabía que le temblarían sus brazos. Michael y Kila respiraban profundamente para poder guardar la calma lo mejor que pudieran. Wagner, Aurio y Wida estaban nerviosos, pero eran los únicos que no lo manifestaban.

    Ciertamente, las cosas que habían escuchado sobre Allecreod, les vinieron a la mente en el momento en el que supieron que pronto se encontrarían con él. Supieron que lo iban a cruzar cara a cara, y se habían dispuesto a mantener la calma, pero la información que rondaba por sus mentes no lo permitía. Al momento de la verdad, no había ninguno de ellos que no sintiera un miedo genuino.

    Pese a esto, trataron de mantener la calma en todo momento, puesto a que supieron que no tardarían mucho en recibir la visita.

    Efectivamente, tal y como habían imaginado que ocurriría, sucedió. Dos sujetos, Raumod y Cadain, aparecieron frente a la entrada de la caverna en la cual se refugiaban. Apenas entraron, estos dos individuos se vieron superados en número por diez seres totalmente desconocidos para ellos. Cinco los estaban apuntando con sus armas, mientras que otros se encontraban desarmados al momento.

    Ciertamente, los soldados de Allecreod fueron tomados por una total sorpresa. Cadain retrocedió unos pasos mientras una expresión de miedo se formaba en su cara. Raumod, por otra parte, sintió un escalofrío leve por verse superado en número, pero hizo su mayor esfuerzo para no dejarlo salir. Ninguno había pensado siquiera en la posibilidad de encontrarse tan repentinamente con los intrusos.

    El grupo del Zenith vio que Cadain, preso del miedo, empezó a retroceder.

    — ¡Quieto! — ordenó Aurio, con una seguridad mayor viendo que solo se enfrentaban a dos personas — ¡No te muevas de tu lugar!

    — ¿Quiénes son ustedes? — Cadain se encontraba aterrado por el hecho de ser superado en número.

    — ¿Quién de ustedes es Allecreod? — preguntó Wagner, sabiendo que tenían la ventaja numérica y debían aprovecharla.

    — Creo que mi compañero fue quien preguntó primero — contestó Raumod, empezando a caminar acercándose al grupo.

    — ¡Detente! — gritó Kila mientras ella y Plamo levantaban sus armas en su contra — ¡No importa quién haya preguntado primero! ¡Nosotros somos más, y nosotros vamos a hacer las preguntas!

    Raumod frenó en seco con el grito que había recibido por parte de Kila, pero tan pronto como tuvo la oportunidad, comenzó a caminar hacia el frente otra vez.

    — ¡Sabemos que hablas nuestro mismo idioma, así que no te hagas el sordo! — Wagner quiso amenazar a Raumod — ¡Todo saldrá bien para ti si te quedas quieto en tu lugar!

    Pese a las advertencias, el general no estaba obedeciendo al pedido del soldado, y seguía caminando hacia el frente. Al caminar, una sonrisa de tranquilidad se formó en su rostro, con el objetivo de intimidar más a sus enemigos. Pese a que creyó que sería una buena idea, no estaba dando resultado.

    — ¡Esta será la última advertencia! — gritó Wida, sujetando mejor su rifle — Puedo meterte un tiro en la cabeza sin problemas. Si no quieres morir el día de hoy, será mejor que te detengas.

    Viendo que su plan no dio el resultado que quería, Raumod frenó sus pasos y se quedó quieto ante el pedido de la xaromitante.

    — ¿Eres Allecreod? — preguntó Michael, empezando a hartarse de él.

    No hubo respuesta alguna, cosa que estaba poniendo nerviosos a los soldados.

    — ¡Responde! — gritó Plamo, compartiendo la misma emoción que Michael.

    De repente, un disparo repentino impactó en contra de una de las paredes de la cueva, logrando causar un agujero circular con una profundidad de diez centímetros y un radio de la mitad. Todos oyeron ese disparo en el momento en el que salió de su arma, y eso, sumado al poder de este, provocó un ligero susto en el equipo de exploradores.

    Al mirar al frente, pudieron notar que ocho sujetos más empezaban a meterse al interior de la caverna. En tan solo unos diez segundos, la superioridad numérica que tranquilizaba a los soldados había desaparecido, y con ella, la tranquilidad. Raumod y Cadain se alinearon junto al resto de sus compañeros, formando una línea recta que tapaba el camino a la salida de la cueva.

    Los soldados de la Tierra, Garak y Xarom estaban muy confundidos al mirarlos a todos ellos. Los humanos pudieron ver que cinco de ellos estaban armados con un arma similar a una lanza, y que los otros cinco con dagas. Ninguno podía explicarse cómo fue que alguien consiguió lanzar un disparo, puesto a que no veían a nadie con un arma de fuego, ni tampoco podían observar a alguien desde fuera de la caverna que pudiera tirar así con un arma de ese tipo.

    — Tú dijiste que ustedes eran más y por eso harían las preguntas — Raumod miraba a Kila, y le hablaba con un tono de burla — Creo que ahora estamos parejos.

    — ¿Cómo llegaron todos ustedes aquí? — Alicia empezó a preocuparse al verlos a todos juntos, sobre todo tras escuchar la forma en la que Raumod hablaba.

    — Yo estaba transmitiendo nuestra conversación a los demás — contestó Raumod, sabiendo que los intrusos no debían tener tecnología capaz de hacer eso, ya que no pensaron en esa posibilidad.

    — Solo estabas haciendo tiempo hasta que llegaran tus compañeros — Dustin lo miraba con desprecio — Te arriesgaste demasiado.

    — Pero funcionó, ya están aquí — Raumod contestó con soberbia a su pregunta — Si no conté mal, ustedes preguntaron dos veces por Allecreod.

    — ¿Entonces tú eres Allecreod? — preguntó Wagner, creyendo que él tenía que ser.

    — Los nokradinos hablaron demasiado — Allecreod empezó a caminar al frente, poniéndose delante de su grupo, mientras Korix se mantenía detrás pero cerca al mismo tiempo — Yo soy Allecreod. Por fin nos conocemos… Ahora, van a tener que decirme quienes son ustedes, y por qué están aquí.

    El grupo tembló bastante al conocerlo. Allecreod era el más alto y el más imponente físicamente de los diez guerreros que habían entrado en la cueva. A pesar de que no tuvieron la oportunidad de verlo pelear, lo cierto era que su presencia los ponía nerviosos.

    Se estaban tomando su tiempo en responder, y Wagner supo que quedarse callados solamente aumentaría la desconfianza de Allecreod y que eso podría terminar mal para todos ellos. Fue por eso por lo que terminó siendo él quien realizaría la primera comunicación formal con él.

    — Somos viajeros de un planeta lejano — Wagner contestó, asombrando a Allecreod por eso — Estaré encantado de contártelo todo, pero antes tengo una pregunta para ti, Allecreod — no tembló al pronunciar esas palabras — ¿Qué es lo que sabes sobre la Gran Catástrofe?
     
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  9.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Sé que ayer debí leer el capítulo, pero estuve un poquitín ocupado. Así que hoy aproveché la oportunidad.

    Vaya, finalmente, después de tanta especulación sobre Allecreod, él mismo se ha presentado frente al equipo del Zenith. Por como se han desarrollado las cosas en este capítulo, seguro que en el próximo sólo habrá una larga y tendida charla sobre la gran catástrofe y demás. Cosa que no me molestaría, no me importa que un capitulo entero se base en diálogos, siempre y cuando sea algo necesario.

    Espero que el Zenith y Allecreod no entablen en un combate innecesario. Lo mejor es que las "relaciones políticas" se lleven a cabo hablado y no luchando. A menos que Allecreod quiera poner a prueba a los chicos, no veo razón para que peleen.

    Por cierto, me agrada que Sharyn aproveche las oportunidades que tiene con Wagner, eso demuestra que la chica aun sigue interesada en él y que de seguro en un futuro no muy lejano, es posible que veamos a estos dos tortolitos juntos. Honestamente, espero que sea así, ya es hora de que el hijo de Zion ponga los pies en la tierra y se olvide de una buena vez de Alicia.

    Algo me dice que en el próximo capítulo nos tocará ver a BM otra vez, y hasta después de ese volveremos a ver al Zenith, pero bueno, solo toca esperar a ver como las cosas se desarrollarán.

    Nos vemos la próxima oportunidad, saludos.
     
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  10.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, siento la demora pero finalmente pude leer el capítulo... y qué capítulo, ¡el de la introducción de Allecreod al grupo! No ha sido un capítulo espectacular, pero sí uno de los que más esperaba y es un muy buen capítulo. Pasaré a mencionar lo más destacado para mi.

    El comienzo ha sido pausado y muestra a Allecreod y sus hombres (entre los que está su hermano menor Korix) prepararse para el descenso al planeta del que proviene la señal que interceptaron. Me ha gustado ver la relación entre los hermanos y muestra que Korix puede ser un punto débil en Allecreod. De haber conflicto, matar al hermano menor podría afectarle realmente, aunque también querría venganza. Pero no quiero precipitarme.

    Tras eso, vemos a casi la totalidad del grupo del Zenith (exceptuando a Ace, Agustina, Thomas y Gwyn que se fueron en la nave) descansando en la cueva donde hallaron a los nokadrinos y a la espera del encuentro con el dueño del dominio. Comienzan a evaluar y preparar un plan "verbal" para cuando el alienigena les visite, momento en el que se ve un Michael muy preguntón. Evidentemente, Wagner notó eso y cuando se quedó a hacer guardia se puso a pensar en ello. Sinceramente, la obsesión de Wagner por Alicia y por ser el número uno le podría pasar factura en el futuro, pues casi parece que considera a Michael una amenaza. Luego, Sharyn se incorpora y ambos conversan, llegando a la pregunta de la chica, la cuál se queda sin respuesta al oír un estruendo que revela que Allecreod ya llegó (¡yo quería saber también que respondía Wagner! :( ).

    Siendo cuestión de tiempo, el escuadrón de Allecreod entra en contacto con los del Zenith, los cuáles les reciben de forma hostil y dispuestos a pelear. Me ha gustado la escena porque se notaba la tensión en ella, incluso por un momento pensé que podría sucederse un ataque. Por suerte no ha sido así, y la insistencia de preguntar por Allecreod termina con su aparición ante todos (me gustó su primera frase de "los nokadrinos hablaron demasiado" XD, muy badass en mi mente). El capítulo termina con Wagner preguntándole por la Gran Catástrofe, algo que me pareció precipitado, pese a ser un buen cierre.

    En fin, he disfrutado como siempre de la lectura y ya tenía ganas de éste encuentro. Estaré expectante del próximo capítulo, quiero ver que hablan ambos grupos :D

    Hasta pronto.
     
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  11. Threadmarks: El coliseo de la vida
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    5569
    Saludos. Primero que nada, agradezco tanto a Zurel como a Resistance por estar semana a semana leyendo la historia desde el ya tan lejano año 2017. Créanme que significa mucho para mí poder ver sus comentarios de cada capítulo en el foro. Además de que muchas veces me ayudan con capítulos futuros.

    Quiero avisar a ambos que, como habrán podido notar, llevan ya 3 capítulos seguidos dedicados a un grupo en particular. Siendo el capítulo 11 para Zenith, el 12 para Black Meteor y el 13 a Zenith pero solo una pequeña parte del grupo. Bueno, las cosas seguirán así por el momento. Creo que dentro de 2 o 3 capítulos habrá uno solo compartido, y luego, la parte seguirá siendo formada por capítulos exclusivos de un grupo. Sin más que decir, procedo a dejarlos con la lectura.





    El coliseo de la vida:

    — ¿La Gran Catástrofe? — preguntó Allecreod al tiempo que miraba al general Raumod con una cara que denotaba confusión.

    Luego de que su general encogiera los hombros, denotando que él no tenía idea de a qué se refería el humano del Zenith que le hizo la pregunta, Allecreod volteó su vista hacia Cadain, y luego a su hermano menor, Korix. Estos dos reaccionaron de la misma manera que el general.

    El grupo que había quedado en el planeta sabía que era imposible que Allecreod no tuviera conocimiento sobre el suceso del que habían hablado. Y ciertamente, al ver como este y todos los suyos no sabían qué responder, empezaron a preocuparse.

    — No tengo ni la menor idea de a qué te refieres — sentenció Allecreod ante la vista de todos en la cueva — Sé más específico.

    — La Gran Catástrofe es el nombre que nosotros le dimos a un evento de gran escala — Michael decidió tomar la palabra — Un gran conjunto de meteoritos que provenían del espacio llegaron hasta nuestro planeta, cayeron y arrasaron una gran cantidad de edificios y de vidas en el instante. ¿Acaso aquí eso no sucedió?

    — Ya sé de qué están hablando — Korix, el hermano de Allecreod, habló antes de que su hermano pudiera anticiparse.

    — Korix, guarda silencio — a su hermano no le agradó en absoluto que este tomara la palabra.

    La respuesta del más joven de los seres que habían entrado a la cueva dejó tranquilos a todos los miembros del equipo. Por la forma en la que Allecreod lo regañó, todos ellos supieron que él si tenía conocimientos sobre dicho acontecimiento, y que, eventualmente, iba a tener que compartirlo con ellos.

    — Tal y como Korix lo ha revelado… — Allecreod lo miró, haciéndole saber que reprobó totalmente su habladuría — Sí, conozco aquel evento. No por ese nombre tan… vulgar que le dieron ustedes. Están hablando de La Devastación. Así fue cómo yo lo llamo.

    — Da igual el nombre — Aurio quiso acelerar las cosas — ¿Qué es lo que sabes de eso?

    — Muchas cosas, pero no tiene sentido que se los diga aquí, en este planeta con tan bajas temperaturas — Allecreod sonaba como si los estuviera invitando — Tengo un lugar en donde podríamos estar a resguardo del frío, y donde ustedes podrán ver la evidencia que yo tengo sobre la Devastación. Pero antes, quiero hacerles unas cuantas preguntas. ¿De dónde son? ¿Quiénes son? ¿A qué han venido a mi Dominio? Contesten eso, y luego yo decidiré si vale la pena brindarles información.

    — Uno de ellos dijo que eran viajeros — Cadain recordó la forma en la que Wagner se presentó ante ellos — También dijo que son de un planeta lejano. Sin embargo, no tienen los mismos rasgos. No es posible que ustedes vengan del mismo planeta.

    — Aunque no lo creas, es así — contestó Wagner, tomando la palabra por el grupo — Yo seré quien conteste las preguntas.

    Todos los ryfier que se encontraban en la cueva centraron su vista en el soldado de Zenith que estaba por revelar las verdades que a ellos tanto les gustaría saber.

    — De dónde somos y quienes somos… — empezó Wagner — Tu amigo tenía razón en parte. Nosotros venimos de tres planetas diferentes. Yo soy un humano y provengo de un planeta llamado Tierra, al igual que los cuatro que comparten rasgos similares a los míos. Los de piel de color azul — al hablar, Lankir, Wida y Aurio daban un paso al frente para hacerle saber que se refería a ellos — Son los xaromitantes, y provienen de un planeta llamado Xarom. Los otros dos que quedan, por su parte, provienen de un planeta llamado Garak, y su especie recibe el mismo nombre.

    — ¿Y entonces por qué dijeron que venían de un planeta? — Raumod encontraba incongruencias en el relato de Wagner — Si intentabas mentir, no te ha salido bien.

    — No es una mentira, todos nosotros provenimos del planeta Garak — Wagner decidió una buena historia que inventar — La Tierra y Xarom han quedado totalmente inhabitables a causa de la Devastación, como tú la llamas. Garak, por su parte, logró sobrevivir, y su gente nos acogió. Eso me lleva a tu última pregunta. La razón por la que estamos aquí es por qué queremos investigar que fue lo que causó la Gran Catástrofe. Nos ha dejado a muchos sin nuestro planeta, y no podemos permitirnos perder el único que nos queda. Estamos investigando el origen de ese suceso.

    — Eso no me responde la pregunta — Allecreod se molestó con Wagner por ese gesto.

    El líder de los ryfier, no conforme con las cosas que le decía el humano, levantó su brazo con su lanza, y colocó su punta cerca del cuello de Wagner. Este, y todos sus compañeros, al ver esa reacción, se vieron intimidados. Pero era poco lo que podían hacer. Wagner empezó a suspirar con miedo, mientras veía como el rostro de Allecreod reflejaba un enojo inmensurable.

    — Pregunté por qué vinieron a mi Dominio, no lo que estaban haciendo — Allecreod movió el brazo hacia atrás, pero no bajó la lanza, haciéndole ver a Wagner que lo tenía bajo amenaza.

    — No teníamos idea de que este era tu dominio — Sharyn, asustada de lo que pudieran hacerle a Wagner, saltó en su defensa — Solamente estábamos investigando, y vinimos a parar aquí.

    — Te puedo creer cuando dicen que la Devastación dejó sus planetas, devastados, tal y como era de imaginarse — Allecreod seguía teniendo sus dudas al respecto — Y también puedo entender que quieran salir al espacio a explorar las respuestas. Sin embargo, a mí me suena como un pretexto para ir recorriendo el universo de la forma en que a ustedes les plazca — Sharyn lo veía tornarse más serio — ¿Cómo fue que su exploración los llevó a parar aquí?

    — Entiendo tu preocupación — Alicia fue la siguiente en hablar, intentando calmar las cosas — Temes que seamos invasores que han venido para alterar la paz en tu hogar, créeme, nos hemos topado con alguien así antes. Pero debes creernos, no hemos venido a hacer nada. Recibimos una pista que nos podría llevar directamente hacia el lugar del cual proviene la radiación. La pista no nos dirigió hasta aquí, este lugar simplemente quedaba de paso para nosotros. Pero tuvimos un problema con dicha pista, y decidimos descender con nuestra nave a este planeta, sin tener idea de que formaba parte de tu dominio, para ver si podíamos encontrar una pista nueva. Fue así cómo terminamos aquí.

    — ¿Y dónde se encuentra su nave, exactamente? — Allecreod preguntó, mirando a Alicia con seriedad.

    El grupo supo que esa pregunta los había puesto en jaque. Esperaban poder tener la oportunidad de decirle la verdad a Allecreod mucho después de conocer las respuestas que él tuviera para otorgarles, y no antes, pero las cosas habían cambiado para ellos. Alicia, sintiéndose en la obligación de ser ella quien reveló ese detalle a Allecreod, decidió ser la que respondería su pregunta. Wagner, con la punta de la lanza bastante cerca de su cuello, rogaba por que su compañera eligiera las palabras correctas.

    — Una de nuestras máquinas captó una señal en este mismo planeta, y justamente, cerca de aquí — Cadain les informó sobre ese detalle — Justamente, la razón por la que estamos en este preciso punto es porque recibimos esa señal. Sin embargo, no hemos visto ninguna nave al llegar aquí. ¿En dónde está?

    — La nave se retiró — Alicia fue sincera con ellos — Luego de que intentáramos mandar un mensaje y que este no fuera enviado, decidimos enviar a una parte de nuestro equipo a casa. Mucho antes, nos cruzamos con los habitantes que viven en esta cueva, y nos han revelado mucho sobre Allecreod. La idea era que todos nosotros habláramos, pero que en casa estuvieran conscientes de esto. Como el mensaje falló y no pudo enviarse, una parte de nuestro grupo se fue a casa para informarlo en persona. Por eso la nave ya no está.

    — Los nokradinos hablaron de más, tal y como yo lo pensé — Allecreod decidió apartar la lanza del cuello de Wagner, quien respiró aliviado cuando se vio fuera del peligro — Todo lo que ustedes me cuentan tiene sentido, sin embargo, quiero asegurarme. Raumod, ve a verificar el estado de los nokradinos.

    El general de Allecreod obedeció su orden, adentrándose, ante la vista de todos, en el interior de la cueva, con el objetivo de entablar contacto con aquellos que vivían en la misma. El grupo estaba bastante nervioso. Si bien, Allecreod sonaba convencido, el miedo de no saber cómo iba a proceder los tenía con bastante ansiedad. Este se dio cuenta de ello, y decidió hacer públicas sus intenciones.

    — Si le hicieron algo a los nokradinos, su viaje acaba aquí — Allecreod lo dijo en un tono muy frío.

    Pese a la amenaza, los garak y los xaromitantes no levantaron sus armas. Supieron que la mejor forma de no ocasionar conflicto era precisamente, mostrarse como si fueran inocentes, y eso es algo que todos los seres notaron. Korix, el hermano menor de Allecreod, se acercó a su hermano, creyendo que el enfado por haber revelado más información de la necesaria se había pasado, y decidió hablar con él.

    — Tienen provisiones que no se parecen a las que tú les entregas a ellos — decía mientras señalaba las cosas que estaban en el suelo — Y no parecen que estuvieran a la defensiva. Yo creo que dicen la verdad.

    — Eso está por verse — Allecreod los miró a todos, fijando su atención particular en Wagner.

    No pasaron más de cinco minutos hasta que el general de Allecreod regresó. Todos estaban a la espera de sus declaraciones, dado a que estas decidirían el destino de los seres humanos. Por la cara que este tenía, Allecreod ya sabía el resultado.

    — Los nokradinos están durmiendo y a salvo — informó el general, tranquilizando a todo el equipo de recién llegados al planeta.

    Luego de enterarse toda la verdad detrás de la visita que estos seres habían hecho a su dominio, Allecreod se veía más tranquilo. Al menos en la primera impresión que le dieron, no parecía que estuvieran buscando alguna especie de conflicto. Eso fue lo que llevó al líder de su especie a tomar una decisión.

    — Aparentemente, no hay por qué desconfiar de ustedes — decía el líder de los ryfier a todos los visitantes — Y tal y como prometí, les daré las respuestas que tanto querían. A cambio, solamente quiero una cosa: que se vayan de mi Dominio. Arreglaremos eso después, por ahora, emprendamos el camino hacia mi planeta. Allí les daré todo lo que han venido a buscar.

    El líder de los ryfier les ordenó a cinco de los suyos que tomaran las armas que eran portadas por los garak y por los xaromitantes. Estos, al darse cuenta de que no tenían otra opción, optaron por simplemente entregárselas sin oponer resistencia alguna; cosa que les hizo darse cuenta de que Ace había hecho bien al llevarse las armas más poderosas que portaban con él. Al momento de que Plamo entregó su arma, el sujeto que se le acercó pudo notar algo extraño en su cara, y eso fue lo que lo llevó a preguntarle algo que lo incomodó.

    — ¿No deberías tener dos ojos? — la forma en la que hizo esa pregunta fue demasiado severa.

    Plamo no quería agredirlo y que eso terminara ocasionando algún conflicto, por lo que simplemente gruñó, haciéndole ver que estaba enojado, pero que no realizaría ningún ataque sobre él. Kila, bastante molesta, notó que Plamo sentía ganas de golpearlo, y que las reprimió para no ocasionar problemas. Fue por eso por lo que decidió que haría lo mismo que su compañero, pese a que no toleraba esa clase de comportamiento.

    Luego de que les sustrajeron las armas, los veinte seres salieron de la cueva, exponiéndose al frío intenso del planeta, el cuál se incrementó cuando un viento más fuerte que los anteriores empezó a soplar allí mismo. Wagner, en medio de la caminata, se acercó a Alicia para poder decirle unas palabras.

    — Me salvaste la vida — le dijo Wagner a su compañera — Este tipo parecía querer atravesarme el cuello con su lanza. Yo no sabía qué decir para que no lo hiciera. Te debo una, Alicia.

    — Por nada, Wagner — la chica apreciaba las palabras de sus compañeros — Tenía que hacer algo para evitar que terminaran asesinándote.

    — Hiciste mucho más que eso, fue por ti que esta gente empezó a confiar en nosotros — Wagner le sonreía, dado a que valoraba mucho su estancia en el equipo — Me alegra tenerte con nosotros.

    Alicia, más por cortesía que por otra cosa, le devolvió la sonrisa a su compañero. Desde atrás, Sharyn miraba la escena con una expresión bastante seria. No pudo escuchar bien de qué era que estaban hablando, debido al viento, pero supo que Wagner le habría dado algún cumplido, dado a que pudo ver la sonrisa que se formó en el rostro de Alicia. Michael, por su parte, estaba molesto por fuera, pero también sonreía. Supo que el plan suyo y de Alicia para poder quitarlo de la competencia para el puesto de comandante estaba yendo bastante bien, y que Wagner creería que Alicia estaba de su parte.

    La caminata duró hasta que todos llegaron hacia la nave de Allecreod. Todo el escuadrón de Zenith vio como el ser tecleó varios botones de su muñequera, lo que provocaron que la compuerta que daba acceso a la nave se abriera. El primero en entrar fue el general Raumod, seguido por Cadain y por Korix. Allecreod y los otros seis tripulantes que había llevado consigo subieron en simultáneo junto a los visitantes. Una vez todos estuvieron a bordo, la compuerta se cerró, y la nave despegó tras haber sido encendida.

    Los humanos, garaks y xaromitantes fueron llevados hacia una sala de gran tamaño, en donde Allecreod se quedó en compañía de sus seis guerreros. No había lugar para sentarse y descansar, lo que hizo implorar a los viajeros por que el viaje hacia el planeta del conquistador de planetas fuera rápido, o de lo contrario, se agotarían bastante. El líder de todos fue quien tomó la palabra.

    — Ustedes ya conocen mi nombre, pero no el de mi especie — decía ante la vista de todos — Somos los ryfier, y venimos de un planeta homónimo. No está demasiado lejos, así que no es necesario que se acomoden. Y quiero aprovechar este trayecto para preguntarles, ¿qué es lo que harán una vez que les diga todo lo que quieren saber?

    — No tenemos intenciones ni de perjudicarte a ti ni a ninguno de los planetas que controlas — Wagner quiso retomar la palabra — No nos interesas, en tanto te mantengas lejos de Garak, no hay por qué preocuparnos de ti.

    — Ni siquiera sé en donde queda ese planeta — Allecreod declaró ante ellos.

    — Lo cual no me deja tranquilo — Plamo se molestó un poco con esas palabras — Queremos dejar en claro algo. Si no te metes con nosotros, no nos metemos contigo. Así que, me gustaría mucho una promesa de que no vas a atacar Garak en el futuro. Sabiendo que a ti te gusta mucho conquistar planetas.

    — Yo ya he conquistado a dos planetas — Allecreod declaró eso para que se dieran una idea de su poder — No requiero de conquistar más. Así que, prometo que no conquistaré Garak. Lógicamente, no puedo hablar por las futuras generaciones.

    — Será mejor que lo hagas — Kila no recibió bien ese comentario — Porque Garak es un lugar bastante bien preparado para pelear en contra de invasores. No te gustará que los tuyos se involucren en un conflicto con nosotros.

    — Mira, cariño, no puedo hablar por las futuras generaciones, y eso es un hecho — Allecreod repitió sus palabras — Yo he conquistado los planetas Nokadro y Triyr porque me vi en la necesidad de hacerlo. Si las futuras generaciones requieren expandir el Dominio, ten por seguro que así será. Ninguna promesa que yo haga podrá detenerlos.

    — ¿A qué te refieres con que te viste en las necesidades para hacerlo? — Dustin quiso saber a qué se refería.

    — Pensé que era un acto de placer o de búsqueda de poder — Lankir no se sentía cómodo con esa declaración.

    — Explicaré todo lo que los inquieta una vez que ustedes vean lo que tengo para mostrarles — Allecreod contestó ante sus preguntas — Pero para resumírselos, fue la historia del planeta Ryfier lo que ha llevado a mis predecesores y a mí a tomar las decisiones que hemos tomado en nuestras vidas.

    — ¿Cuántos años tienes, Allecreod? — Wida preguntó, teniendo mucha curiosidad — Los nokramitantes que nos hemos encontrado han dicho que llevas varias generaciones esclavizando a su especie.

    — Nokradinos, no nokramitantes — Allecreod corrigió a la mujer xaromitante — Y no tengo problemas en decirles mi edad. Tengo setecientos veinte ciclos y medio de edad.

    — Nosotros no medimos nuestra edad en ciclos — Alicia no se sentía muy segura de tener una referencia para calcular — Nosotros lo medimos en años.

    — No tengo idea de que relación habrá entre años y ciclos, pero no tiene sentido preocuparnos por eso ahora — el líder de los ryfier quiso continuar con la charla — Quisiera que se presentaran ante mí. Sus nombres y sus ocupaciones son todo lo que quiero saber.

    Fue así como cada uno de los diez integrantes del equipo que se había quedado para poder conocer en persona al conquistador decidió revelar su nombre y su edad. Allecreod memorizó a la perfección los nombres de cada uno de los que serían sus invitados en su planeta. Incluso recordó bien a qué raza pertenecía cada uno de ellos. El interés en él creció cuando escuchó que cada uno de ellos era un soldado, y cuando Wagner le reveló que él era comandante.

    — Así que, en términos generales, tú eres el que está a cargo del equipo — Allecreod se dirigió a Wagner, esperando una respuesta que le transmitiera confianza.

    — Lo soy — el soldado le respondió con firmeza — No soy el único que está al mando, pero soy el único que está ante ti.

    — Debo asumir que los otros se han ido cuando se llevaron la nave, ¿estoy en lo correcto?

    — Exactamente. Lo hicimos para igualar las condiciones de nuestros equipos.

    Allecreod se maravilló por la organización que tenían los visitantes que habían incursionado en su dominio. Pese a que creía que serían seres con inteligencia por el hecho de haber dominado el viaje espacial, lo cierto era que superaban las expectativas que tenía. Fue por eso por lo que el líder de los ryfier deseaba poder quitárselos de encima lo más pronto posible. Sus “invitados” eran seres cuya inteligencia debía ser tomada en cuenta, y eso, pese a que mostraron no ser hostiles y estar abiertos a la conversación, le preocupaba.

    — Quédense aquí, y vigílenlos — Allecreod ordenó eso a sus seis soldados — Yo veré que todo esté listo para cuando lleguemos.

    — Disculpa, Allecreod — Lankir quiso ser gentil al preguntar — ¿Cuándo nos devolverán nuestras armas?

    — Como ustedes dijeron que no vinieron a perjudicarnos, tengo pensado quedarme con ellas hasta que llegue el momento de que se marchen de aquí — la respuesta no convenció a nadie entre los presentes — Además, en mi planeta estarán a salvo. No las van a necesitar.

    Ante la mirada seria de todos los presentes, Allecreod abandonó la sala dejándolos bastante intranquilos con esa respuesta. Michael, a consecuencia de lo que había visto, se dio cuenta de que Ace tomó la decisión correcta al llevarse los guantes de los garaks y el cañón de Lankir junto a él. Pese a que en un principio consideró que Ace no era apto para ser comandante, lo cierto era que su anticipación a los hechos le hizo recapacitar un poco en su opinión.

    […]

    El viaje fue demasiado largo para todos los humanos. Cada uno de ellos sentía que estaban ante un viaje de varias horas, y la impaciencia empezó a reinar en todos ellos. Hasta que, finalmente, lograron llegar.

    En medio del trayecto, Allecreod regresó a la sala junto a Korix, ser que los humanos conocían dado a que Allecreod lo llamó por su nombre mientras estaban en el planeta Nokadro. Supieron que el viaje estaba por terminar, o de lo contrario, Allecreod no habría aparecido ante ellos. Un pequeño movimiento brusco les hizo darse cuenta de que habían entrado a la atmósfera de Ryfier, y luego, empezaron a escuchar el sonido de lo que parecía ser granizo impactando contra el exterior de la nave.

    — Es sólida, podrá soportarlo — les decía Allecreod a todos ellos, sabiendo que tenían dudas de ello al ver sus rostros.

    Luego de unos tres minutos, la nave finalmente se detuvo en el suelo del planeta. Sin que Allecreod tuviera que dar la orden, los seis soldados que iban junto a él salieron de la sala acompañados por los humanos, garaks y xaromitantes que habían arribado a su planeta. Raumod y Cadain se unieron a ellos, y fue así como los veinte tripulantes abandonaron la nave en la que se encontraban.

    Al poner los pies en tierra firme, todos ellos miraron a sus alrededores y pudieron ver un paisaje desértico, en donde no había nada más exceptuando dos edificios. El primero de ellos era lo que parecía ser un hangar, en el cual se encontraban a resguardo un total de cuatro naves espaciales, incluyendo la nave en la que ellos llegaron al planeta Ryfier. Las paredes eran bastante sólidas y de un color negro que daba la sensación de oscuridad en el interior, mientras que el techo era el único lugar del cuál entraba algo de luz. Estaba hecho de cristal, y pese a lo que pudieran creer, podía resistir el impacto del granizo que golpeaba sobre él. El otro edificio, el cuál estaba conectado al hangar por medio de un pequeño pasadizo que tenía un techo y una barandilla, los dejó a todos maravillados.

    La forma que tenía era la de un coliseo parecido al conocido coliseo romano que había sido construido en la Tierra. Su forma era circular, y tenía una altura inmensa que superaba el kilómetro. Desde la posición en la que estaban, les era imposible ver la cima de dicho edificio, pero su gran tamaño era bastante imponente. El pasadizo que unía a dicho “coliseo” con el hangar era bastante breve, y no tardaron más de un minuto en cruzar de uno al otro. Una puerta de entrada de más de seis metros de alto les bloqueaba el paso, pero no tardó más de dos segundos en abrirse. Fue así como Allecreod entró junto a toda su gente y a los viajeros que se adentraron a su dominio.

    El lugar no era muy impresionante en el interior, contando con pasillos de forma circular que aparentemente, recorrían el complejo de principio a fin. El techo se encontraba a unos seis metros de altura sobre sus cabezas, y las paredes que los rodeaban dejaban un espacio de cinco metros a lo ancho. El sitio era bastante estéril, y se sentía muy vacío en su interior. Los humanos, quienes comparaban el lugar con el coliseo del que tanto habían escuchado hablar, estaban buscando algún indicio de tecnología en su interior, pero a simple vista, no daban con algo así.

    — Síganme — les ordenó Allecreod, quien tenía un sitio para todos ellos.

    Todos los presentes empezaron a seguir al líder de los ryfier a través del coliseo, esperando ser llevados hasta un cuarto que fuera más impresionante ante sus ojos. La caminata se prolongó por unos cuatro minutos hasta que se toparon con una puerta corrediza automática. En el momento en el que Allecreod se paró al frente de la misma, esta se abrió, permitiéndoles el paso a todos los que iban con él.

    Al cruzar dicha puerta, todos encontraron lo que buscaban. Las paredes de la sala a la que accedieron tenían un revestimiento metálico, con varias luces y sensores acompañados por cámaras de seguridad adornando las mismas. Las luces pequeñas eran de colores variados como rojo, azul o verde, mientras que las que iluminaban el lugar eran de un color blanco, permitiendo apreciar a detalle el ambiente interno de aquel coliseo.

    — Este es el único lugar del planeta en donde es posible vivir — Allecreod explicaba, como una clase de guía turístico para ellos — Las temperaturas del exterior son extremas, incluso más bajas que las del planeta Nokadro. De no ser por este lugar, ninguno de nosotros podría vivir aquí. Lo llamamos: El Resguardo.

    — Se parece a un edificio en la Tierra — Dustin recordaba sus clases de historia — No fue creado para que viviera la gente, pero su forma es similar. Se lo llamaba: Coliseo.

    — Ante mis ojos, esto es un Coliseo de Vida — Sharyn daba su opinión sobre la comparación entre construcciones — Ciertamente, es impresionante.

    — ¿Cómo construyeron un lugar así? — Lankir tenía muchas ganas de aprender sobre la construcción de un sitio así — No debió ser sencillo.

    — Como dije, la historia de este planeta llevó a varios de mis ancestros a tomar decisiones importantes — Allecreod hablaba con tranquilidad, sabiendo que, por las impresiones recibidas, su tecnología debía ser superior a la de los viajeros — Este Coliseo de Vida fue una de ellas.

    — ¿Nos puedes contar algo sobre la historia de este planeta? — Aurio preguntó, bastante interesado en dicho aspecto — Después de todo, parece que el trayecto que tenemos que recorrer es bastante largo.

    Tal y como él decía, así era. La caminata a través de dicha sala a la que habían entrado dio comienzo y parecía no tener final. El grupo continuaba siguiendo los pasos de Allecreod a través del lugar. Más que una sala, se sentía como una planta completa, puesto a que los pasos parecían no tener final. El líder de los ryfier supo que podría contestar sus preguntas al mismo tiempo que les daba la información que requerían.

    — Solo un poco más de tiempo — Allecreod quería que le tuvieran paciencia — Pronto llegaremos hasta la sala ideal para hablar acerca de esto, y allí les voy a contar todo lo que necesiten saber.

    Dominados por una impaciencia muy grande, los soldados del Zenith, Garak y Xarom estuvieron esperando impacientes hasta que, tras diez minutos de recorrer varios cuartos y salas, en donde se podían encontrar a otros miembros de la especie de Allecreod trabajando, los cuales les saludaban al pasar por sus estaciones, llegaron hasta lo que era una puerta que parecía tener un cierre de seguridad.

    El líder de los Ryfier colocó su mano sobre esta, como si estuviera exponiéndose ante un lector de palmas o de huellas digitales, pese a que no se veía una zona en donde apoyar su mano para eso. Pese a todo, la puerta emitió una luz de color anaranjado, y luego, esta se corrió de forma automática, permitiendo el paso a todos en el lugar. Allecreod entró primero, seguido por Raumod, Cadain y Korix. Los siguientes en entrar fueron los miembros de la alianza, y los seis soldados que acompañaron a su líder fueron los últimos. Tras estos, Allecreod se acercó hacia una máquina, en la cual colocó su mano y luego dio la orden para que la puerta se cierre.

    Al mirar a su alrededor, vieron que el lugar era bastante estrecho. Había varias máquinas de distintos tamaños, siendo servidores las máquinas más grandes, y las más pequeñas las que alimentaban los equipos y computadoras que se encontraban en el lugar. Uno de los monitores de la sala ocupaba la mitad de una de las paredes, y debajo suyo tenía un tablero y una consola de control con cientos y cientos de botones, con un teclado incrustado con unas doscientas teclas encima suyo. Dichos aparatos tenían bastante impresionados a todos los tripulantes, quienes se dieron cuenta de que era un lugar mucho más complejo que las salas de comandos de sus naves.

    — Aquí es donde les daré lo que vinieron a buscar — Allecreod contaba mientras empezaba a teclear órdenes en su máquina — Korix, tú sabes bastante de esto. Puedes empezar a explicarles tú.

    — Con gusto, hermano — contestó el joven ryfier, revelando su relación con el líder de su especie.

    Wagner, Lankir, Plamo y Michael eran quienes más atención prestaron a Korix en el momento en el que él recibió la orden de su hermano para poder hablar. El resto del equipo, por su parte, querían prestar atención a todo lo que Allecreod hiciera, puesto a que querían saber qué clase de cosas deberían teclear en la máquina si llegara un momento en el que se vieran obligados a esto. Raumod, quien los tenía bajo vigilancia, notó esa conducta, y se paró en frente de Allecreod, evitando que ellos pudieran tener una vista detallada de las cosas que estaba haciendo. Sin más remedio, los diez tripulantes fijaron su mirada en Korix, quien estaba esperando eso para comenzar.

    — Antes, hace miles de ciclos, la vida en este planeta no era así — comenzó a explicar el joven ryfier — El planeta entero rebosaba de vida, y había un sinnúmero de plantas y otros seres como nosotros, pero sin inteligencia. De allí era que nuestros antepasados obtenían todo lo necesario para vivir — por la forma de relatarlo, asumieron que él no vivió en esas condiciones — Pero llegó un momento en el que el frío se volvía más y más fuerte y duradero con el pasar de los días. Mi abuelo comenzó a estudiar el cambio climático que sucedería en este planeta, y logró concluir que, dentro de pocos ciclos, la vida en este planeta sería imposible de sostenerse a causa de una ola de frío mortal que eliminaría todo ser vivo en el mismo. Fue por eso por lo que él construyó y desarrolló las cuatro naves que han visto ustedes en nuestro hangar. Su plan era encontrar otro planeta en mejores condiciones para vivir, y llevarnos a todos allí.

    — ¿Y qué fue lo que sucedió? — preguntó Wida, sabiendo que, de haber tenido éxito, el coliseo no existiría.

    — Los planetas Nokadro y Triyr estaban muy cerca, y él creyó que compartirían el destino con este planeta, fue por eso por lo que decidió buscar en otros lugares — Korix continuaba con su relato — Pero los reportes dicen que él se topó con un planeta habitado por abominaciones. Poco tiempo después de llegar, varios de sus soldados fueron asesinados, y solamente él y unos pocos lograron escapar de dicho planeta con vida. Aterrado, él regresó y dijo que era más seguro intentar construir un lugar para resguardarnos del frío que probar suerte en otro planeta. Fue por eso por lo que mi padre se encargó de la construcción de el Resguardo, o como tú lo llamas, el Coliseo de Vida — Korix miró a Sharyn, quien había propuesto ese nombre al escuchar su historia — Tres ciclos antes de que Allecreod naciera, la ola de frío polar que mi abuelo diagnóstico asoló este planeta. Toda planta y animal, e incluso varios de nuestros camaradas que se encontraban fuera de este gran resguardo murieron al instante. Los que llegaron a tiempo a entrar se salvaron, y debido a que esta estructura puede fabricar su propio oxígeno, además de extraer agua de las profundidades de la tierra, el único problema fue la comida. Había provisiones, pero serían muy escasas. Solo durarían por poco más de doscientos ciclos.

    — Allí fue donde entré yo — Allecreod tomó la palabra, interrumpiendo a Korix — El Dominio Ryfier es obra y gracia mía. Yo desarrollé un gran armamento, y mejoré las naves para que pudieran soportar las frías condiciones climáticas de este planeta, logrando así poder partir hacia los planetas vecinos: Nokadro y Triyr. Con nuestra tecnología superior, dominamos a todos los seres vivos del lugar, quienes iban muy atrasados en tecnología. Básicamente, nuestra llegada, pese a haberlos esclavizado, les mejoró la vida; dado a que les hemos provisto de herramientas de trabajo que no podrían obtener por su cuenta. El trato con ellos fue muy simple: ellos nos daban comida que pudieran extraer de sus planetas, y a cambio, nosotros les daríamos cada vez mejor tecnología.

    — Pero uno de los nokradinos nos dijo que tú les proporcionabas comida y herramientas — Wagner empezó a pensar que algo no cuadraba en ese relato — ¿Por qué les proporcionas esas cosas a ellos si acabas de decir que tú eras quien necesitaba el alimento?

    — Nokadro sufrió una ola de frío, no tan grave como la de Ryfier, pero lo suficientemente grave como para matar a varios de los animales que habitaban allí — fue la respuesta de Allecreod ante dicha pregunta — Además, hubo una razón por la cual comenzamos a necesitar de los recursos que ellos nos proporcionan actualmente.

    — ¿Y cuál es esa razón? — preguntó Alicia, muy intrigada por conocerla.

    — La Devastación — contestó Allecreod, de forma muy seria, mirando fijamente a cada uno de sus visitantes — O como ustedes la llaman, la Gran Catástrofe.
     
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  12.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo. Me alegra ver que este capítulo era la continuación del anterior, el cuál me dejó con ganas de más. He disfrutado la lectura de éste capítulo y sin lugar a dudas tenemos algunas revelaciones de los ryfier y del todopoderoso Allecreod.

    Era lógico que el capítulo comenzara inmediatamente después del final del anterior, y así ha sido. Aunque por un momento la situación se ha puesto tensa (sobretodo para Wagner) al final ambos bandos se han "entendido" y cada uno obtendrá lo que desea: el Zenith información sobre la gran catástrofe y los ryfier que estos se vayan de su dominio.

    El grupo es llevado al planeta natal de Allecreod y su gente, llegando a lo que parece ser el último bastión de vida, llamado El Resguardo (para Sharyn, el Coliseo de la Vida). Yo pensaba y esperaba que el planeta en el que Allecreod viviese fuese uno rebosante de vida, pero me he llevado una gran sorpresa. Siendo un conquistador de planetas (aún sigo esperando ver alguna pista o indicio sobre Casse y su historia XD) me ha impactado que no viva en uno con condiciones perfectas, pero supongo que tendrá una explicación y me intriga saberla.

    Tras dar varias vueltas por el complejo, llegan a una sala específica y Kolix toma la palabra para narrar el pasado de su especie, los ryfier. Debo admitir que la historia tiene algunas similitudes con la que se cuenta en el spin off de Casseirem, e incluso tenía la esperanza de que guardaran correlación, pero parece que no ha sido así. Al parecer, los ryfier tuvieron que buscar una forma de sobrevivir a un cambio climático (oh, vaya, aquí en la Tierra no tardará en ser una realidad XD gracias humanidad por tanto :v ) y emplearon sus recursos en naves para colonizar otro mundo habitable. Y aquí llega, para mí, lo más significativo y que me deja totalmente intrigado: el abuelo de Allecreod y su escuadrón fue casi masacrado por "abominaciones" de otro mundo, lo que forzó la retirada y la idea de colonizar otro mundo se fue al traste.

    Eso me hace preguntarme si veremos a dichas abominaciones en algún momento, cosa que presupongo que sí. Pero bueno, quizá es pronto para pensar en ello. Finalmente, Allecreod vuelve a mencionar a la gran catástrofe (o la devastación, como la llaman). Espero que revele pronto la info que tenga sobre el suceso.

    Eso será todo, hasta la próxima.
     
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  13.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Vaya, las cosas están cada vez mejores a medida que los capítulos avanzan. Ahora muchas cosas tienen sentido, y además me ha hecho ver cosas que antes tenían en duda.

    Por lo visto, Allecreod no parece ser tan malo como en un principio creí. El tipo es buena onda si se sabe tratar con él. Al parecer la gran catástrofe también afectó a Ryfier, pero en menor medida. Ya que el planeta estaba condenado desde muchos años antes a congelarse por completo. O bien, sucedió al revés, a lo mejor ocurrió la gran catástrofe primero y después se congeló tal cual predijo el abuelo de Korix. Sea cual sea el caso, me intriga mucho las razones por las cuales Ryfier se congeló y también Nokadro. Una razón lógica sería que los soles a las que orbitan sean estrellas moribundas, y que el calor que estas generan no es tan alto para calentar los planetas, pero además de eso, no te niego que quiero saber las razones detrás del congelamiento de ambos planetas. Porque tiene que existir una razón para todo XD.

    Otra cosa, asumo que Ryfier y Nokadro están en dos sistemas solares diferentes. ¿O están en un mismo sistema? Creo que ese punto no ha sido aclarado, o si lo fue, de seguro lo pasé por alto sin darme cuenta.

    Dejando a un lado el tema de los planetas y de Allecreod. Veo que Alicia le salvó el cuello, literalmente, a Wagner, cosa que el comandante agradece. Michael ve las sonrisas de Alicia hacia Wagner como parte de su plan para quitarle el puesto al hijo de Zion, pero hay algo que me hace pensar que Alicia no está del todo de acuerdo con el actuar de Michael. Es cierto que ella aceptó a ayudarlo, pero de seguro lo hace por tratarse de su novio. De seguro, más adelante Alicia va a lamentar haber ayudado a Michael de ese modo. Lo más probable es que Wagner se haga ilusiones con Alicia y esta termine rechazandolo. Cosa que hará que Wagner tenga una mala impresión de Alicia cuando se entere que ella solo se acercó a él para que Michael pudiera quitarlo del juego.

    Y tras todo eso, lo más seguro es que a Wagner le pase lo de Gwyn. Que después de estar cegado por tanto tiempo en una persona que nunca sintió nada por él, nunca logró ver a la persona que estaba a su lado siempre, que en este caso sería Sharyn.

    Y bueno después de estas divagaciones mías solo me queda decir que espero el próximo capítulo con auténticas ganas. Voy a dispararle a los patos para que llegue sábado rápido XD. Saludos y hasta la próxima oportunidad.
     
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  14. Threadmarks: Las dos naves
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    36
     
    Palabras:
    6377
    Saludos a los lectores de la historia. Dado a que en mi país ya es sábado, llegó el momento de publicar un nuevo capítulo de la historia. De los últimos capítulos donde todos han avanzado un poco la trama, consideraría que este es uno de los más "estáticos" por el hecho de ser de transición. Sé que los capítulos 12, 13 y 14 los tendrán con dudas que querrán ver respondidas, pero les aseguro que eso será algo que podrán ver en los capítulos 16, 17 y creo que también parte del 18. No digo que este capítulo vaya a ser malo, ya que eso lo juzgan ustedes, pero creo que está un nivel por debajo de los tres anteriores. Supongo que no me toca a mí juzgar eso.

    Agradezco una vez más a Resistance y a Zurel por leer y comentar la historia semana a semana, lo cual significa mucho más de lo que imaginan. Sin más que decir, los dejaré con el capítulo.





    Las dos naves:

    Lejos del planeta Nokadro, la nave de los xaromitantes, en la cual únicamente viajaban Ace, Gwyn, Thomas y Agustina, ya había logrado alcanzar una distancia prudente entre aquel mundo y Ryfier. El pequeño escuadrón improvisado por el otro comandante provisional no estaba más al alcance de Allecreod, cosa que cada uno de ellos consideraba bastante oportuna. Todos se encontraban reunidos en la sala de comandos, dispuestos a discutir cual sería su estrategia para cuando les tocara salvar a sus compañeros del dominio de un ser que ellos no tuvieron la suerte de conocer.

    Estaba claro que ellos no pisarían de nuevo ese planeta en al menos unas dos semanas, pero necesitaban tener un plan lo más rápido posible, para poder irlo perfeccionando a medida que pasaran los días; en lugar de quedarse esperando hasta el último momento para idearlo todo.

    — Escucharé cualquier estrategia que ustedes propongan — decía Ace, dispuesto a debatir con su equipo lo que fuera necesario.

    — Pensé que tú tendrías alguna idea ya preparada — Thomas le contestó, asombrado de que no fuera así — ¿Por qué nos elegiste solo a nosotros si no tenías algo en mente?

    — Porque ya hicimos equipo antes — Ace se refería a aquella situación que atravesaron hacía ya varios meses en el planeta Emiv — Y recuerdo que siempre sabíamos como llegar a una solución en común. Fue por eso por lo que decidí que fuéramos solo nosotros.

    — Ace, creo que estás mintiendo — Gwyn no dudaba de sus palabras, pero creía que él ocultaba información — No te veo muy convencido de todo lo que dices. ¿Estás seguro de que no hay algo más detrás?

    Las miradas de sus tres compañeros se cernieron sobre el comandante provisional de Zenith, quien se dio cuenta de que su pequeña mentira había sido descubierta. La realidad era que él sí tenía motivos para llevarlos únicamente a ellos, pero temía ser juzgado por la razón para decirlos. Habiendo sido descubierto, no le quedaba otra opción más que soltar la verdad.

    — Son muy perspicaces — Ace los felicitaba por haberlo descubierto — O quizá yo no sepa como disimular una mentira. Pero lo cierto es que hubo una razón para elegirlos — Ace se tomó una pequeña pausa — Aunque, a mi punto de vista, más que una razón para elegirlos a ustedes fue una razón para dejar al resto atrás.

    — ¿A qué te refieres? — Agustina no entendía el significado de sus palabras.

    — La razón por la que decidí dejar a los dos garak en el equipo, justamente cuando la ayuda se la vamos a ir a pedir a su líder, fue esa misma — Ace no aclaraba las cosas con sus palabras — Si Asmir ve que sus soldados no están a bordo de la nave y que se encuentran en un planeta dominado por un conquistador, estoy seguro de que el número de garaks que vendrá con nosotros será mucho mayor. Pasa lo mismo con Terrior. Él y Orikrof son los únicos guerreros xaromitantes que quedan. Si dejo a Lankir, Wida y Aurio allá, ambos se verán motivados a venir para contribuir a su rescate.

    Fue entonces que el motivo les quedó bastante claro. Los tres pensaban que fue una maniobra un poco manipuladora por parte de Ace, pero luego de todos los comentarios que escucharon de Allecreod, sumado al hecho de que él consiguió bloquear su comunicación con sus hogares, les hicieron creer que tomó una decisión lógica. Si bien, no lo aprobarían en otro contexto, lo cierto era que comprendían el motivo para dejar atrás a los garak y a los xaromitantes.

    — No se engañen, sí los elegí por su gran capacidad — Ace quería levantar sus ánimos — Lo cierto es que creo que Dustin, Sharyn, Michael y Alicia serán de gran utilidad para Wagner en el planeta, y que ustedes me podrían ayudar mucho aquí. Quieran creerlo o no, es una cuestión de mérito de ustedes.

    — Eso es agradable de oír — Gwyn sonreía ante las palabras de Ace — Entonces, ya me queda claro que realmente querías tenernos a nosotros contigo.

    — Hemos formado un equipo formidable en el pasado — Ace recordaba la experiencia vivida en Emiv — Por eso quise contar con su ayuda. Como tú, Gwyn. Recuerdo que tuviste una idea que fue capaz de acabar con Havor. ¿Tienes algún plan que creas que podamos usar? Aunque sea uno pequeño.

    — En este momento no tengo ninguno, pero si me das algo de tiempo, podría llegar a conseguirlo — Gwyn confiaba en sus habilidades.

    — Eso es lo que haré en ese caso — Ace supo como debía realizar las cosas — Hay que mantener las máquinas de este lugar totalmente vigiladas todo el tiempo. Por eso, será mejor turnarnos para cuidar de este lugar. Yo tomaré el primer turno. Ustedes vayan a descansar, y mientras están en eso, intenten pensar en algo que nos pueda ser de utilidad. Yo claramente voy a pensar también, pero preferiría centrar mis esfuerzos en cuidar de este lugar.

    — Entendido… comandante Lakor — Agustina, quien ya se había acostumbrado a llamarlo así, respondió de forma afirmativa ante sus órdenes, y tanto ella como sus dos compañeros se fueron de la sala.

    Luego de que los tres hubieron abandonado la sala, Ace se sentó en una de las sillas para poder monitorear la computadora principal. Sentado allí, esperaba haber tomado la decisión correcta. No solamente debía aprovechar ese momento para tener una idea de cómo se llevaría a cabo el rescate de sus compañeros, sino que también debería pensar en como enfrentarse a los líderes de los garak y los xaromitantes cuando estos le pidieran explicaciones por haber dejado atrás a sus guerreros. Lo cierto era que Ace hubiera preferido quedarse y confrontar a Allecreod, dado a que él se sentía como un gran guerrero que podría contribuir mejor en el campo de batalla; mientras que la misión que Wagner le había encomendado era de características diplomáticas. Pudo comprender sus motivos para hacerlo. El plan de entablar contacto con Allecreod fue de él, y tenía que hacerse responsable por si algo salía mal, pero Ace ansiaba más la oportunidad de haberse quedado a pelear con los demás en caso de que se entablara un combate.

    — Supongo que esto también es algo que un comandante debe hacer — Ace pensaba para sí mismo mientras miraba las máquinas — Tendré que soportarlo. Un poco de diplomacia no mató a nadie…

    […]

    Bastante más lejos de donde se encontraban ellos, una nave del Zenith acababa de salir del planeta Tierra. Una tripulación muy reducida de soldados había partido hacia el planeta Fientlig, para poder llevar a cabo la operación de captura de más bestias hostiles para que se unieran a sus fuerzas. A bordo de dicha nave iban el general Orikrof, el comandante Zion Stones y sus cuatro nuevos reclutas; Kai, Melody, Dana, y Rayko, sin contar a las tres bestias que habían capturado y sumado a su fuerza.

    Era el general quien se ocupaba de controlar la nave, mientras que el comandante Zion llevó a sus nuevos cuatro soldados a la sala en donde estaban siendo retenidas dichas bestias. Enjauladas, y sin posibilidades de moverse libremente, las tres se encontraban durmiendo, ignorando completamente a los humanos que estaban frente a ellas. Sin tener en cuenta su encuentro con el general Orikrof, ese era el primer contacto con seres extraterrestres para los cuatro nuevos reclutas, quienes estaban bastante asombrados por el físico imponente que tenían esas criaturas.

    — De pie deben ser enormes — expresaba Melody al verlas mientras se encontraban recostadas — Y pensar que el equipo de Richard tuvo que enfrentarse a ellas en su primera salida.

    — Dan miedo, bastante — Rayko se maravillaba ante una vista como esa — Mi prima me contó sobre esa misión. Las balas de los rifles apenas podían hacerles daño. Deben ser monstruos en el campo de batalla.

    — Y ahora estos monstruos están de nuestro lado — Kai se sentía feliz de contar con una fuerza como esa — Imagina si aterrizamos en un planeta y alguien intenta atacarnos. Estas bestias serán nuestras lanzas y escudos.

    — Siempre y cuando podamos capturar más — Zion quería bajar el entusiasmo de su soldado — Nos dirigiremos hacia el planeta Fientlig por otras doce de estas. La idea es que nos llevemos a quince. No tenemos provisiones para albergar a más de estas bestias, por lo que tendremos que conformarnos con eso.

    — Es un número mayor al número de soldados que partieron al espacio en el día uno — Dana recordaba los reportes de aquel día — Y es un número mayor al nuestro actualmente.

    — ¿Por qué no se dedicaron a capturar a más criaturas cuando tuvieron la oportunidad? — Kai quiso saber el motivo — Eso nos habría ahorrado la molestia de ahora. O al menos, lo habría hecho más ameno.

    — Porque era un experimento que podía fallar — Zion fue muy severo con el soldado — Tuvo éxito, pero si no lo hubiera tenido, una gran cantidad de estas criaturas habrían quedado sueltas en la Tierra. La última vez que un extraterrestre quedó suelto, terminó con consecuencias fatales. Lo mejor es evitarlo.

    Los cuatro soldados entendían que el comandante hablaba sobre el incidente de Orz, tal y como varias personas en el país bautizaron dicho acontecimiento. Un soldado no podía permitirse ignorar nada, y era por eso por lo que tenían conocimiento de todo lo ocurrido en el país, o al menos, lo más importante para la misión. Pensar que uno de los soldados humanos pudo ser controlado por alguien de otra especie ciertamente era estremecedor para todos ellos.

    Dispuestos a olvidarse de eso, los cuatro reclutas miraron con atención a las bestias por unos minutos más. Debían acostumbrarse a su forma, dado a que al llegar a Fientlig deberían enfrentarse con más ejemplares de dicha especie.

    — ¿Cuál es el plan? — preguntó Melody, impaciente por conocerlo — ¿Esperamos hasta que esos garak lleguen y nos ayuden a capturar a las bestias?

    — Sí, pero no del todo — Zion tenía algo en mente — Apenas lleguemos, iremos hasta la cueva en donde se encuentra la muestra de la radiación que ha quedado en el planeta.

    El comandante Zion levantó su mano a la vista de los cuatro reclutas, acumuló energía en la misma, y tras unos tres segundos de mantenerla firme, la soltó en dirección hacia el techo. Todos vieron como el fragmento impactó contra el metal de este, causando un ligero ruido que provocó que una de las bestias levantara la cabeza, aunque pronto se volvió a dormir.

    — Mientras más rápido aprendan a controlar este poder, mejor será para nosotros — Zion se aseguró de que todos lo vieran mientras cargaba más energía intentando formar un escudo — Será mejor que evolucionen y se adapten antes de entrar en batalla, a que lo hagan en medio de un combate. Un soldado enemigo llamó a esto el “protocolo Xander”. Se ve que no quiso perderse la oportunidad de quedar en la historia, aunque fuera por algo simple — tras terminar de hablar, el comandante liberó el fragmento, deshaciendo su escudo.

    — ¿El protocolo Xander? — preguntó Kai, intrigado por ese nombre — ¿Es uno de los nuestros?

    — No, es un soldado de Black Meteor — contestó Zion ante la pregunta de su soldado — Pero todo el conocimiento militar se comparte con el mundo. Muy pocos son los secretos que conservamos.

    — Supongo que tiene sentido — Dana lo veía con una mente abierta — Las cosas que hagamos ayudan a Black Meteor, y viceversa. Incluso sin colaborar directamente, contribuye a nuestra imagen pública ante los demás países.

    — Podríamos decir que sí, pero no creas que ayuda tanto — el comandante creyó que ya habían estado el tiempo suficiente en ese lugar — Por hoy es suficiente aquí, retírense y dejen descansar a las bestias. Mientras menos se muevan, menos comida se necesitará para mantenerlas en forma.

    — ¿Tiene alguna orden para nosotros? — Rayko quiso saber si tenían una obligación por cumplir.

    — Sí, una muy importante — Zion fue muy severo con sus palabras — Jamás dejen de entrenar. En el universo hay seres muy peligrosos. No crean que las criaturas nos van a salvar la vida en todo momento. Deben poder depender de ustedes y de lo que tengan a mano.

    Luego de decir esas palabras, el comandante vio como los cuatro se retiraban del lugar. Quiso asegurarse de que no se quedaría ninguno de ellos en dicha sala, y sin supervisión, por lo que tuvo que salir de último. Una vez todos estuvieron fuera, Zion cerró la entrada a dicha sala y se dirigió a la sala de comandos para encontrarse con su compañero. Orikrof estaba esperándolo allí, como si se tratara de su mejor amigo. Sentado y monitoreando las máquinas, el xaromitante se puso feliz de verlo llegar.

    — ¿Disfrutaron de su instrucción? — preguntó con una sonrisa.

    — No los llevé para que la disfrutaran, los llevé para que supieran con qué tendrán que convivir — Zion contestó, sin devolver una sonrisa a su colega.

    — Quieres que estén bien preparados para todo, ¿verdad? — Orikrof se puso de pie para recorrer la sala mirando los otros monitores.

    — Son los únicos soldados que Magnus me proporcionó — Zion no sonaba molesto al hablar — No lo cuestiono, ni mucho menos odio su elección. Pero no me la ha dejado fácil. Si los pierdo, será muy difícil reemplazarlos. Quiero que estén siempre listos.

    — Para eso la única solución es entrenar constantemente — Orikrof decía sus opiniones — Quizá algún día deberíamos luchar tú y yo contra ellos. Eso los preparará para batallas brutales. Porque si en la zona a la que tenemos que ir hay seres como los que servían a Tzorkun, nos van a hacer falta buenos soldados.

    — Confío en que mis palabras y el conocer a las bestias los habrá motivado — Zion compartía lo que decía su amigo — Veremos que tanto los habrá motivado. Lo cierto es que, como tú dices, voy a tener que enfrentarme a ellos y forzarlos a vencerme.

    — Pero dales algo de tiempo, si los enfrentas hoy, o mañana, o pasado mañana, los aplastarás — Orikrof quería que su colega no sonara tan serio todo el tiempo — Deja que el espíritu de combate fluya en ellos.

    De repente, antes de que Zion pudiera contestar a su compañero, alguien empezó a llamar a la puerta. Dado a que el comandante se encontraba cerca de la misma, decidió ser más directo y abrirla en lugar de simplemente dar la orden de entrada. Al abrir dicha puerta, pudo ver que Kai se encontraba del otro lado. Aquel soldado que juró que era bastante bueno en cada campo que había cursado en la academia estaba frente a los dos. Orikrof le sonreía, dado a que quería que los humanos tuvieran una imagen agradable de él, debido a que era el único xaromitante en la nave. Zion, por su parte, lo miró bastante serio.

    — Con su permiso, comandante Stones — Kai mostraba respeto a sus superiores — General Orikrof.

    — Kai Wolf — Zion lo llamó por su nombre completo en lugar de por su apellido — ¿No había recalcado lo importante de entrenar siempre?

    — Ya he entrenado por años en la academia militar, comandante Stones — Kai contestó con confianza, pero sin soberbia — Vine aquí para aprender de usted. Tengo en frente a un general del ejército de otra especie, y al comandante más destacado del país. No perderé mi oportunidad de aprender todo lo que ustedes me puedan enseñar.

    — Soy tu comandante, Wolf — Zion se mostró muy severo al contestarle — No soy tu maestro. No estás aquí para aprender de mí, estás aquí para cooperar conmigo. Te has graduado de la academia militar como el número uno de esta promoción. Eso quiere decir que los únicos maestros para ti a partir de ahora son tu experiencia y el campo de batalla. No voy a enseñarte nada personalmente. No niego que no puedas aprender de mí al observarme, pero aprenderás más observándome en el campo de batalla y no en una sala de ordenadores y equipos. Si quieres, puedo darte lecciones sobre como funcionan las máquinas, pero a cada uno de ustedes se les dio un manual que lo explica, por lo que no es tan necesario.

    Las palabras de Zion hirieron el entusiasmo de Kai. El soldado siempre quiso tener la oportunidad de aprender de alguien que tuviera bastante que enseñar. No encontraba a alguien mejor para hacerlo que el comandante de mayor reputación de Zenith, sin embargo, su sueño y su expectativa estaba muy lejos de la realidad. Esas palabras le habían quitado las ganas de compartir habitación con él. No quería reprocharle, pese a que pensaba que Zion era muy duro con él. Ante sus ojos, él era un recluta que todavía no disponía de un poder que varios soldados del Zenith tenían, mientras que Zion era el comandante y probablemente el soldado más poderoso de la humanidad.

    Con la cabeza agachada, Kai pidió disculpas con una reverencia y se marchó. Con más tristeza que molestia, cabe aclarar. Zion lo vio marcharse y luego cerró la puerta. Al voltearse, vio que Orikrof lo miraba con un poco de desaprobación por su parte.

    — Si él quiere aprender de ti, ¿por qué no dejarlo? — Orikrof quiso saber sus motivos para tratarlo de esa forma.

    — Porque incluso yo puedo ser derrotado — Zion recordó su encuentro con Sieng en el pasado — Lo que él necesita es entrenar y fortalecer tanto su mente como su cuerpo. Mis lecciones no le salvarán la vida si está en peligro y no tiene la fuerza para superarlo.

    Pese a que veía un poco exagerada su respuesta, Orikrof entendía el punto del comandante. Lo cual no quería decir que lo compartiera al cien por ciento.

    Mientras tanto, en la sala de entrenamiento de la nave, Melody y Dana se encontraban junto a Rayko, entrenando el combate cuerpo a cuerpo. Era el soldado en contra de las dos chicas, dado a que ellas querían probar su fuerza, al mismo tiempo que lo ayudaban a mejorar para cuando llegara el momento de que él se enfrentara a Kai, quien lo había retado hacía pocas horas.

    Cada vez que Rayko atacaba con una patada o con un puñetazo, Dana conseguía bloquearlo y luego Melody respondía con un ataque similar, el cual siempre lograba dar en el blanco. Rayko no podía conectar un golpe certero, mientras que sus compañeras lo superaban en cada ataque fallido. En un momento, ambas chicas, hartas de defenderse y responder, pasaron al ataque. Dana por la izquierda y Melody por la derecha. Las dos atacaron con golpes al cuerpo. Los primeros fueron bloqueados con facilidad por el soldado, pero luego de que él terminase revelando su patrón de defensa, Melody y Dana lograron encajar sus puños en la zona pectoral y abdominal de Rayko, obligándolo a retroceder, hasta que finalmente, lograron ponerlo de rodillas.

    — Me rindo — Rayko declaró su derrota ante sus compañeras — No puedo ni siquiera acertar un ataque. Está claro que llevan años peleando en equipo.

    — Nos lo dejaste demasiado fácil, Rayko — Melody sonreía mientras le extendía la mano — Nuestra combinación no es poca cosa, pero no duraste casi nada.

    — Así jamás podrás vencer a Kai si te desafía — Dana quería motivarlo a mejorar — Siempre que él sea tan bueno como dice.

    — Mañana volveré a enfrentarme a ustedes otra vez — el joven soldado tenía esa meta para el día siguiente — Por hoy, creo que solo quiero practicar mis movimientos y ejercitar los músculos.

    — Como desees, pero mañana se repetirá el mismo resultado — Melody expresaba con confianza — Salvo que tengas una estrategia nueva para pelear.

    Esas palabras causaron que el soldado se diera cuenta de un punto importante que estaba dejando de lado. Al momento de la pelea, él repitió siempre el mismo patrón de ataque, y cuando le tocó defenderse, fue exactamente igual. Llegó incluso a pensar que la razón por la que sus compañeras pudieron derrotarlo con facilidad era porque él mismo les dio la oportunidad de hacerlo al pelear de forma tan predecible. Era un consejo que tendría en mente por el resto del viaje.

    — Tienes razón, Melody — Rayko se veía agradecido con ella — Practicar mis movimientos y mi fuerza no servirán de nada si los uso siempre de la misma forma.

    — ¿No podías llegar a esa conclusión por tu propia cuenta? — Dana pensaba que era algo que él podría resolver solo.

    — No la estaba teniendo en cuenta — Rayko contestó, sintiéndose atacado por ese comentario — Creía que mi fuerza me sería más que suficiente para ganar. Tal y como lo fue en la academia. Ahora veo que no es tan así.

    — Las peleas no son todas iguales, Rayko — le decía Melody al soldado — A veces, la fuerza te ayuda a vencer. Otras veces, ganas con estrategia. Y otras, debes de combinar ambas. Tu error no fue el no pensar en una estrategia, sino pensar que nunca la ibas a necesitar.

    Pese a que creía ser bastante bueno por sus resultados en la academia, Rayko se dio cuenta de que, en muy poco tiempo, estaba aprendiendo bastante de parte de sus compañeras de equipo. Ciertamente, el soldado sabía reconocer cuando estaba equivocado, y en esa ocasión, lo estaba.

    — Me han enseñado algo muy importante — pensaba el soldado en sus interiores — Ahora me tocará a mí en enseñarles algo a ellas.

    […]

    El ambiente en la nave de los xaromitantes era muy tranquilo, al menos, desde la perspectiva de Ace. El soldado había estado por más de una hora mirando las máquinas y los monitores, atento a algún cambio imprevisto. Con el pasar de los minutos, todo se mantenía igual. Como si su presencia fuera innecesaria. Llegó un momento en el que estaba aburriéndose, y empezaba a arrepentirse de haber tomado el primer turno de guardia en la sala.

    Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Gwyn y Thomas entraron por la puerta de la sala para encontrarse con él. No había transcurrido mucho tiempo, y Ace supo que no estaban allí para reemplazarlo, por lo que creyó que ellos querrían discutir un asunto importante con él.

    — ¿Tienen algo que discutir? — Ace preguntó con entusiasmo, haciéndoles saber que su propuesta era bienvenida.

    — Así es, Ace, tenemos una idea que podría servirte — le contestó Thomas, tomándose una pausa — O, mejor dicho, es Gwyn quien la tiene.

    — No es cierto, tú también ayudaste a pensarla — la chica se sonrojaba por la forma en la que su novio la adulaba.

    — No, la idea es tuya, así que el crédito también lo es — Thomas besó la mejilla de su novia, gesto que ella apreciaba.

    — No me sorprende, Gwyn — Ace se puso de pie y mostró una expresión de felicidad en su rostro — Luego de todo el crecimiento que has mostrado en la última misión que realizamos, debería acostumbrarme a la idea de que eres la mejor estratega, por lo menos de nosotros cuatro.

    — Por favor, no creo ser tan buena — Gwyn se sonrojaba mientras hablaban bien de ella — Además, esta idea no ha sido aprobada aún.

    — Entonces, comienza a contarme al respecto — Ace la invitó a que diera su opinión.

    Gwyn miró a su novio, quien le respondió asintiendo con su cabeza, cosa que le dio confianza para poder empezar a hablar con su comandante sobre la idea que había tenido.

    — Sabemos por lo que dijeron esos… aliens — Gwyn no supo cómo llamarlos, dado a que no conocía su nombre — Que Allecreod suele acudir a su planeta para darles herramientas y comidas y para llevarse los recursos que ellos extraen para él. Mi plan es que, al momento de regresar, aterricemos nuestras naves en zonas ocultas del planeta, y esperemos a que una de sus naves acuda para realizar la recolección — Ace estaba ansioso por oír más — En el momento en el que una de sus naves aterrice, seguiremos de cerca a sus tripulantes, de forma en que podamos asegurarnos de capturar, aunque sea a uno de ellos. Es entonces cuando usaremos las máquinas que hemos robado del planeta Emiv. Expondremos a uno de ellos a la sustancia extraña que proviene de la hosania, y así nos aseguraremos de que esté bajo nuestro control. Cuando eso haya terminado, lo obligaremos a que nos revele toda la información que tenga sobre Allecreod, y también sobre nuestros amigos.

    — No hay manera de saber qué es lo que les ha ocurrido sin preguntarles, ya que nos tienen incomunicados — Thomas quería aportar algo a la discusión — Es por eso por lo que concluimos que lo mejor sería obtener información directa de uno de los que trabaje para él al menos.

    — Es una idea fantástica — Ace consideró que sería de mucha utilidad para el grupo seguir un plan así — Te felicito por tu idea, Gwyn. Has aportado bastante al equipo con ella. Yo había olvidado casi por completo la existencia y el uso tan eficaz que podríamos darle a las máquinas que robamos del planeta de Tzorkun. Has hecho bien en recordarlo, y también has ideado un gran plan.

    — Gracias, Ace — Gwyn agachaba la cabeza, como si tuviera vergüenza de recibir ese halago — Me alegra poder ser de utilidad.

    — Levanta la cabeza, Gwyn — Ace quería alentarla — Aportar al equipo es motivo de orgullo, y no de pena. Deberías tener la frente en alto por todo lo que estás haciendo por nosotros y por ellos — Ace se refería a los que habían sido dejados atrás para encontrarse con Allecreod — Si están en peligro y los salvamos, ellos tendrán que saber que fue tu idea la que lo hizo.

    — Eso haré a partir de ahora, comandante Lakor — Gwyn levantó la cabeza al momento en el que le contestó de esa forma — Le juro que, a partir de ahora, no volveré a avergonzarme por esto.

    — Mereces los elogios que recibes, Gwyn — Ace sonreía a su compañera — Tú también, Thomas. Seguro la has ayudado más de lo que quieres admitir.

    — Realmente no, sabes que yo soy alguien al que le gusta presumir — Thomas sonreía de forma inocente — Si la idea hubiera sido mía, probablemente tendría el ego por las nubes.

    Luego de aquel comentario, los tres empezaron a reírse a carcajadas. Pese a que se tomaban con seriedad su papel en esa misión, sabían que disfrutar de aquel momento con algo de alegría no sería la muerte de nadie, mucho menos si justamente tenían una idea que podrían poner en práctica para cuando llegara el momento de actuar y partir en el rescate de sus compañeros.

    Ace les dio la orden de que se retiraran, dado a que tenía pensado dejarle su turno a uno de ellos cuando se sintiera cansado para continuar. Con uno de los problemas resuelto, aunque no fuera del todo, Gwyn y Thomas se marcharon con el estado de ánimo muy elevado de la sala de comandos.

    Feliz por ya tener una idea de cómo iban a llevar a cabo el rescate de sus compañeros, el soldado se quedó en la sala monitoreando todas las máquinas hasta que fue el turno de Thomas de tomar relevo.

    Agustina, por su parte, se encontraba entrenando en solitario en la sala de entrenamiento. La chica, quien había realizado bastantes ejercicios de levantamiento de pesas, decidió tomar su daga y practicar sus movimientos de pelea. Habían pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hizo totalmente sola, y quiso repetirlo.

    La chica se puso de pie en el centro de la sala, y comenzó a lanzar patadas y estocadas con su daga en mano, como si intentara clavársela a un enemigo en la zona del cuello. Por cada dos patadas, realizaba una estocada. Pronto, dándose cuenta de que su estilo de combate sería muy predecible si se mantenía de esa forma, decidió cambiar sus movimientos. La chica lanzó una patada, un puñetazo con su mano izquierda, otra patada, y luego continuó con un golpe con la daga, la cual sostenía con su mano derecha. Sus ataques, a su punto de vista, eran bastante rápidos y ágiles, y consideró que, si lograba aumentar la velocidad, se convertiría en alguien muy difícil de vencer, dado a que ella había visto en primera persona el daño que podía causar con una daga como esa.

    Dispuesta a seguir innovando, la chica decidió combinar sus ataques cuerpo a cuerpo y su daga con energía que disparaba su cuerpo. Pese a que no podía abusar de ella por miedo a que su cuerpo no lo pudiera resistir, ella no dispararía más de unas cinco ráfagas de tres fragmentos cada una. La chica se paró firme y comenzó. Dio una patada con su pierna izquierda, lanzó un ataque con su daga, dio una patada con la otra pierna, y luego levantó su mano intentando disparar una ráfaga de fragmentos de energía. Sin embargo, se llevó una sorpresa poco agradable al ver que esta no salió de su mano. Sorprendida por eso, extendió su mano e intentó acumular energía alrededor de la misma para formar un pequeño escudo de calor, el cual luego dispararía luego de retenerlo por unos cuatro segundos. Pero solo terminó con el mismo resultado. La energía no salía de su cuerpo, como si estuviera sin energía disponible para lanzar.

    — Esto no está bien — Agustina supo que había comido y repuesto sus energías para el combate — Una vez más.

    La chica siguió intentando, e incluso repitió durante cuatro ocasiones más, pero el resultado no varió en ninguna de ellas. Su cuerpo no lanzó energía ni una sola vez, ni siquiera tenía la forma de acumular energía en sus manos para defenderse. Confundida por esto, Agustina fue hacia la sala donde guardaban la comida. Tomó un pequeño té, y también unas galletitas bajas en grasa para poder alimentarse. Sabía que eso le tendría que dar, aunque sea una pequeña cantidad para disparar. La chica comió lo que se preparó, y luego de un pequeño descanso para asegurarse de que su cuerpo lo habría asimilado, volvió a la sala de entrenamiento.

    Se paró en frente de una pared, levantó sus dos manos y luego intentó acumular calor en ellas para disparar o al menos formar un escudo de lo más pequeño. Pero nuevamente, no dio el efecto deseado. Esto provocó que la chica se asustara bastante al ver esa situación. Era como si hubiera perdido su capacidad para lanzar energía.

    — ¡Vamos! — la chica renegó con su cuerpo y quiso volver a intentarlo, consiguiendo el mismo desenlace — ¡¿Por qué no funciona?!

    Sus quejas no hacían nada para contribuir a sus objetivos. De una forma inexplicable para ella, su cuerpo se había quedado sin la capacidad de usar un poder como ese. Todo esto, sumado a las cosas que vivió en días anteriores, provocó que se alterara bastante.

    — ¿Por qué? — la chica no encontraba una razón para eso — ¿Por qué tuvo que pasarme esto?

    Desanimada, la chica no sintió deseos de continuar su entrenamiento, por lo que solamente se dirigió a su habitación. Ella se sentó sobre su cama, al mismo tiempo que apoyó su mano izquierda en su frente, lamentándose por el momento en el que tomó el arma de Tzorkun, para momentos después recibir una descarga eléctrica.

    — Yo misma causé esto — Agustina sentía como la tristeza la invadía — Yo misma lo arruiné todo. Debí haberlo matado cuando pude con mi propia arma. No debí tomar lo que no me correspondía. Soy una estúpida, y ahora…

    La puerta de la habitación se abrió, interrumpiendo el tren de pensamientos de la chica, que vio como su pareja entraba a través de esta.

    — Sabía que estarías aquí — Ace le hablaba de forma suave.

    El soldado no tardó mucho tiempo en notar la expresión de preocupación y seriedad que inundaba el rostro de su novia, cosa que terminó llamando su atención.

    — Agustina, ¿está todo bien? — Ace quiso saber que era lo que le pasaba.

    — Ace, necesito pedirte un favor — la chica suplicaba con una mirada de tristeza — Quiero que me lleves al planeta Fientlig.

    Dichas palabras tomaron por sorpresa al comandante provisional del equipo. Sabía que ella no tenía buenos recuerdos del lugar en donde vivió su peor pesadilla, y no era normal que ella quisiera ir hacia un lugar como ese solamente porque sí.

    — Puedo hacerlo sin problemas, después de todo, vamos a necesitar una nueva muestra de la radiación si la actual no ayuda en nada — Ace respondía a su pedido — Pero quiero saber, ¿por qué tienes interés en ir a ese planeta?

    — Míralo por ti mismo — Agustina se puso de pie frente a él, para luego extender su mano e intentar fallidamente lanzar fragmentos de energía calórica — Ya no puedo volver a disparar energía con mis manos… Es un poder que nos ha salvado la vida muchas veces, y ya no lo puedo usar más…

    — Pero ¿desde cuándo…

    — Desde hace mucho tiempo, quizá, pero fue hoy que lo descubrí — Agustina se sentía apenada por lo que había pasado — Tiene que ser lo mismo que me pasó hace meses. Solo que ahora, ya no puedo usar ese poder nunca más.

    — ¿Y por qué quieres que vayamos a Fientlig? — Ace aún tenía esa duda en sí.

    — Porque no puedo quedarme sin eso — Agustina reconoció la importancia de un poder así — De no ser por este poder, no habríamos escapado con vida de Fientlig. Aunque no es una carta del triunfo, sí que ha sido decisivo en algunas victorias pasadas. No puedo perderlo. No cuando es tan importante para nosotros. Necesito exponerme otra vez a la radiación, y ver si puedo adquirirlo una vez más. No sé si dará resultado, pero al menos lo quiero intentar — al hablar, la chica sonaba muy desesperada — Por favor, Ace. Lo necesito.

    — Pero yo creía que el planeta Fientlig te daba miedo — Ace quiso saber si su novia estaba segura con lo que quería.

    — Me sigue dando miedo, y probablemente no se vaya nunca — contestó mientras lo miraba a los ojos — Pero más miedo me da ser incapaz de salvarte a ti, o a alguien más, por no poder usar este poder. Necesito ir a esa cueva, y hacer el intento. Por mí, y para poder ayudar a todos los demás.

    Dichas palabras conmovieron bastante a Ace. La forma en la que su novia había hablado lo llenaron de una sensación de felicidad que llevaba tiempo sin experimentar. El soldado, que admiró esa decisión y esas palabras dichas por Agustina, le dio un abrazo para transmitirle lo que sentía.

    — Estoy orgulloso de ti — le decía Ace, mientras sujetaba con fuerza a su novia — Aunque no tengas nuestro poder, eres más fuerte que nosotros.

    Fue entonces cuando las palabras de Ace tuvieron efecto en Agustina. Maravillada por la alabanza que le dijo su novio, ella abrazó con fuerza al comandante.

    — Te acompañaré a Fientlig. Iremos juntos — Ace lo tenía decidido — Es una promesa.

    — Eres el mejor, Ace — Agustina le dio un beso en la mejilla, al tiempo que le hizo otra pregunta — ¿Eres real? Eres totalmente perfecto para mí. Esto no es un sueño, ¿verdad?

    — Créeme, soy real — Ace sonrió ante la pregunta de su novia — Y tenerte conmigo me hace estar agradecido por ello.

    La chica se sonrojó por esas palabras. Ace la hacía sentir especial, amada y escuchada cada vez que hablaba con él. Así era como se sentía cada uno de los días que compartía con él. Fue eso lo que guio la decisión que la chica iba a tomar.

    — ¿Puedo preguntarte algo? — Agustina quiso saber si Ace la iba a escuchar.

    — Ya me has hecho esa pregunta varias veces — Ace le dijo, pero sin mostrar molestia — Yo estoy aquí para escucharte. Como compañero, como comandante, y como novio.

    — Está bien, aquí voy… — la chica se aseguró de mirarlo a los ojos en ese momento — Esta es una pregunta que tenía reservada para más adelante. Pero eres tan maravilloso que no quiero esperar más tiempo…

    — Dímela, si es tan importante, no la guardes — Ace le hizo saber que iba a escucharla.

    — No hay forma de hacerlo ahora, porque la misión es la prioridad más importante para nosotros — Agustina se preparaba para decir algo muy serio — Pero habrá un momento en el que nuestra misión llegue a su fin. Ace, cuando la misión termine… ¿te casarías conmigo?

    Dicha pregunta tomó con la guardia baja al soldado. Este, ciertamente no estaba esperando una pregunta de dicha índole, y estuvo durante diez segundos sin saber cómo responder. El soldado supo que su novia estaba exponiendo los sentimientos que guardaba en su interior, y que debía responder rápido. La miró a los ojos, y maravillado por la dulzura y el amor que transmitía su mirada, decidió darle una respuesta.

    — Acepto — Ace contestó, provocando que una sonrisa se formara en el rostro de su novia — Cuando termine la misión, me voy a casar contigo.

    Tras decir esas palabras, la chica acercó sus labios a los de su novio, para poder sellar el juramento de una futura unión con un beso. El soldado aceptó el gesto, e incluso tomó a Agustina de la cintura, para poder acercarla lo más posible a él.

    Dicho beso duró varios segundos hasta que los dos quedaron sin aire para poder continuar. Tras haberse separado, los dos se quedaron mirando fijamente, como si esa promesa hubiera incrementado el amor que sentían el uno por el otro.

    — Entonces, supongo que a partir de ahora soy tu prometido — le decía Ace, sin apartar la mirada del rostro su novia.

    — Muero de ganas por el momento en el que la misión termine — Agustina contestó, conteniendo las ganas de besarlo una vez más — Pero tienes razón. Desde ahora, eres mi prometido. Y yo soy tu prometida.
     
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  15.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, debo admitir que como bien dijiste, el capítulo baja su nivel respecto a los anteriores, pero se trata de uno de transición y son capítulos que deben suceder.

    Primero vemos al grupo conformado por Ace, Agustina, Thomas y Gwyn, quiénes tomaron la nave xaromitante para regresar a Garak por refuerzos. Vemos que Ace tenía un motivo oculto por llevarles a ellos consigo. Es astuto el hecho de no llevar algún garak o xaromitante, pues ambas especies pensarán que sus soldados de la misión pueden estar en peligro y como bien se dice en el capítulo, enviarán más refuerzos. Inteligente por parte de Ace, aunque también algo interesado por su parte XD.

    Luego vemos a quiénes considero "la nueva generación". Zion y Orikrof lideran la misión de capturar más bestias de Flientig junto a los nuevos reclutas Kai, Rayko, Dana y Melody. El comandante les explica que no solo van al planeta a por más bestias sino también a que adquieran la habilidad de la energía, algo que ya llaman "el protocolo Xander" (no me jodas XD). Sinceramente, lo veo muy acertado, aunque es un poco complejo que para que todos los humanos adquieran dicha habilidad, deban ir a dicho planeta. Quiero decir, ¿por qué no tomar una gran muestra de la radiación y llevarla a la Tierra, protegida, para exponer a los soldados a ella y que obtengan la mejoría? Es una idea que creo que se debería evaluar. Quizá la vea en el futuro, quién sabe. Después, Kai se dirige a la sala de máquinas porque quiere aprender de sus dos superiores. Zion es duro con él, pero lo comprendo, allí nadie es profesor ni hay tiempo para eso. Aunque tampoco veo problema en que se tenga un mentor.

    Tras esto, volvemos al cuarteto que está en la nave xaromitante dirección Garak. Gwyn propone la idea de capturar a un soldado de Allecreod cuando regresen, exponerlo al vapor de las máquinas de Tzorkun y así sacarle información. Sinceramente, una idea brillante y que le da más utilidad aún a un arma tan buena como es la del vapor, que de solo quedarse como manera de adquirir bestias para el combate, sería desaprovecharlo. Después vemos a Agustina entrenando con la que ya es su daga. La chica decide probar también con su energía, pero descubrimos que ya no puede usarla. Lógicamente, es algo que la pone en riesgo. Ace va a verla y aquí llega algo inesperado y que me sorprende mucho: Agustina quiere regresar a Flientig para exponerse a la radiación de nuevo, con el fin de recuperar su habilidad. Lógico pero peligroso, pues seria su tercera exposición. Ace accede, momento en el que Agustina le revela sus sentimientos más profundos y le pide casarse con ella, siendo una escena realmente bonita y un lindo cierre de capítulo.

    Pese a ser de transición y bajar algo el nivel, ha estado muy bien. Estaré expectante de lo que traiga el próximo capítulo. Hasta pronto.
     
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  16.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana. Sé que es un poco tarde, así que mis disculpas.

    Debo decir que es bueno volver a ver al otro equipo que lidera Zion. Lo cierto es que ya me había olvidado de su existencia y verlos otra vez es bastante agradable. Me siento un poco mal por Kai, el chico lo único que quería era aprender del excelente soldado que es Zion, y lo único que se llevó fue una reprimenda por parte de él. Entiendo su punto de vista, pero la verdad no era necesario que fuera tan severo con el pobre.

    Respecto a Gwyn, en hora buena por ella. La soldado se ha convertido en la responsable de la parte táctica. Es cierto que tuvo bastante suerte, llamémosle así, con Havor. Veremos que tal le va al equipo con su nueva estrategia. Espero por el bien de todos, que esa operación no vaya a causar un conflicto innecesario con Allecreod. Ya las cosas están un poco complicadas con BM dentro del dominio, para que Ace y compañía llegue a liarla todavía más. Aunque supongo que Ace sabrá actuar con cautela.

    Pasando al tema de Angustina, admito que es bastante preocupante que la chica no pueda lanzar energía de sus manos. Por lo visto el shock eléctrico que le causó el arma de Tzorkun fue demasiado para su cuerpo, al punto, de quitarle la habilidad de lanzar energía. Ahora, por las consecuencias de tomar un arma que no era suya, quiere ir a Fientlig a intentar recuperar sus poderes. Cosa que no veo con buenos ojos. Ya se ha expuesto a una segunda vez a la radiación, no sabemos lo que puede causar una tercer exposición, incluso podría ser letal. Espero que cuando sea el momento, ese deseo no se convierta en una pesadilla. Ya la ha pasado muy mal anteriormente y la exposición a la radiación puede complicar incluso más su situación, que ya de por sí, es lamentable.

    Y bueno, este capítulo ha tenido la sorpresa mayor. No puedo creer que Ace y Angustina formalizarán su relación hasta el punto de considerar la idea de casarse, cuando la misión no está ni de cerca de terminar. Sí esperaba que pasara, pero nunca pensé que fuera tan pronto. A pesar de eso, no me molesta ni me disgusta, es bueno que ambos vean a futuro. Seguro que esa visión de unirse en matrimonio les dará la fuerza a ambos para superar los peligros que están por venir.

    Y eso es todo por el momento, creo que el próximo capitulo que viene, era el que esperaba para esta semana, pero no fue así. Aún así mis ganas por saber lo que ocurrirá con Allecreod están por la nubes. Nos vemos la próxima oportunidad. Saludos
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Ciencia Ficción
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    36
     
    Palabras:
    6582
    Saludos a todos los que estén leyendo este mensaje ahora mismo. Todavía no es sábado (al menos no en mi país) pero como no sé si voy a estar presente en mi casa mañana, he decidido que lo mejor será publicar el capítulo ahora que tengo una franja de tiempo disponible. Este capítulo, a mi opinión, está más "interesante" que el anterior. Pero todavía estamos lejos de ver desatarse acción importante en la parte V. Como dije antes del capítulo 1, esta parte sería más tranquila que las anteriores, con muy pocos capítulos de acción. Aquellos que estén esperando que suceda algo, quédense tranquilos porque no falta mucho para que eso pase, pero deberán tener algo más de paciencia.

    Agradezco, como cada semana a Resistance y a Zurel por leer los capítulos de esta historia cada semana y dejarme sus comentarios. Espero sinceramente que disfruten de este capítulo, porque tengo que decir que a mí me gusta bastante. Eso lo juzgarán ustedes. Sin más que decir, los dejo con la lectura.





    Habla conmigo:

    Luego de haberse marchado de aquel edificio en el que habían tenido su conversación con quien era la líder de los triyr, los soldados de Black Meteor siguieron a Eneru por el interior del pequeño pueblo que se encontraba en el interior de los muros. En las casas alrededor del camino de tierra por el que estaban caminando, varios de esos seres miraban inquisitivamente a los extraños. Ninguno estaba feliz por eso, y dicha actitud fue notada por cada uno de los soldados.

    Lo cierto era que cada uno de los miembros del equipo, exceptuando a Gina, quien únicamente quería un lugar en el que pudiera llorar la muerte de su hermano en paz, tenía preguntas para hacerle a Xander, a raíz de las cosas que este le había dicho a Irig, quien supuestamente era la líder. Las mentiras que el subcomandante dijo debían tener una razón de existir, y estos querían quitarse las dudas.

    Tras caminar bastante, los soldados llegaron hasta las casas que se encontraban cerca de la puerta de entrada a la ciudad, o pueblo, en el que habitaban todas esas criaturas, quienes no apartaron la vista de ellos hasta que no se alejaron lo suficiente.

    — Aquí estamos — señaló Eneru, a todos los soldados allí presentes, mientras le daba la llave de la entrada a Xander — Vivirán en esta pequeña casa. Hay habitaciones con varias camas para varios de ustedes, por lo que no tendrán la necesidad de ocupar una casa más.

    — ¿Casa? Esto es una choza — protestó Isac, viendo mejor el lugar desde afuera — ¿Qué demonios hacen para administrar los recursos? Vimos que tienen electricidad en el lugar, y casas en mejor estado. ¿Por qué no todos viven así?

    — Cosa que le debes preguntar a Irig cuando tengas la oportunidad — Eneru no se sentía muy aliviado por las preguntas recibidas — Yo soy el asistente de caza de Axana. No manejo nada relacionado a esto.

    — Ella y yo ciertamente tendremos una charla mañana — Xander estaba decidido a seguir hablando más con la líder de dicha especie — Estoy seguro de que todos podrán preguntarle algo.

    — Solamente disfruten de su estadía aquí por el tiempo necesario — Eneru supo que llegaría un momento en el que estos se marcharían, y lo deseaba de inmediato.

    — Pregunta, ¿en qué momento nos devolverán las armas? — Natasha no quería estar desprotegida.

    — Es más que seguro que nuestros armeros las estarán estudiando — Eneru se empezaba a sentir incómodo ante tantas preguntas — Por seguridad, las mantendremos resguardadas hasta que sea el momento de partir a recuperar su nave.

    — Si las llegan a romper, lo pagarán caro — Isac daba su advertencia al asistente — Puedes irte a besarle los pies a tus líderes.

    — ¿Por qué querría hacer eso? — a Eneru le pareció tan grotesco que incluso una expresión de asco se formó en su rostro.

    — Hemos tenido un mal día, es todo — Claire pensaba que Isac estaba bastante alterado tras todo lo ocurrido — Disculpa nuestros modales y desconfianza.

    — Eso quedará a verse — el asistente de caza decidió marcharse antes de recibir más preguntas — Que duerman bien.

    Una vez se marchó, todo el equipo aprovechó y le echó un vistazo al exterior de la casa. Era exactamente igual a todas las casas que estaban alrededor de la zona. Mismo diseño exterior, mismo material, mismo tamaño y color. No entendían la forma en la que habían logrado hacer eso, pero poco importaba en aquel momento.

    Xander colocó la llave en la ranura de apertura, sintiendo mucha nostalgia, puesto a que la mayoría de las puertas que usaban en la Tierra tenían cierres de seguridad electrónicos o incluso en las perillas de las puertas. El uso de llaves era muy poco común. Al introducir la llave, el soldado quiso abrir la puerta girándola, creyendo que sería como las de la Tierra, pero esta no abría. Estuvo medio segundo moviendo la llave en todas las direcciones hasta que finalmente descubrió que para poder abrirla debía empujar. Al hacerlo, la puerta se abrió, y las luces del interior empezaron a encenderse.

    El equipo se sorprendió con ese acto automático, sobre todo porque habían visto que el exterior del lugar era iluminado con antorchas, y no esperaban que las casas tuvieran electricidad desde adentro. Ciertamente, fue una sorpresa para todos. Al examinar el lugar, vieron que las paredes eran una mezcla de madera en ciertos lugares, cemento en otro, y loza en escasos rincones. Había una mesa cuadrada en el centro, con seis sillas, lo que quería decir que no podrían desayunar todos a la vez, sino que deberían turnarse. En la misma sala había varios cajones, en los cuales supusieron que habría comida y utensilios para comer. No había muebles, ni microondas, ni un frigorífico ni nada parecido en el resto del lugar. Había un compartimiento que tenía forma cuadrada con una puerta redonda, cubierto de acero, el cual creyeron que se trataría del horno.

    Isac, harto de todo lo que había visto, se acercó y abrió la puerta de dicho compartimiento. Cuando miró todo lo que había adentro, dejó salir una carcajada.

    — Bienvenidos a la prehistoria, chicos — dijo en un tono risueño — El horno funciona con leña. No tiene conexión de gas. Es como si hubiéramos viajado al pasado.

    — Están muy atrasados en tecnología a comparación de nosotros — expresaba Paul.

    — ¿Muy? — preguntó Casey, sin creer lo que decía su novio — Paul, si mi memoria no me falla, las cocinas de gas existían en la Tierra desde el siglo XIX. Están a cuatro siglos de distancia de nosotros.

    — Y, sin embargo, tienen armas muy poderosas — apreciaba Noak, entrando a la conversación — ¿Vieron ese arpón que crearon? ¿Cómo es posible que tengan la tecnología para crear flechas capaces de atravesar los cuellos de esas bestias, si las balas de nuestros rifles a duras penas podían con ellas? ¿Me estás diciendo que no tienen hornos a gas, pero pueden crear armas superiores a las nuestras?

    — ¿A dónde quieres llegar con esto, Noak? — Isac quería saber que era lo que su compañero tenía en mente.

    — Hay algo raro en este planeta — contestó el soldado, pensando mejor en lo que había vivido.

    — Antes de seguir hablando, comprueben el lugar para ver que no haya micrófonos ocultos — Xander supo que era un buen momento para empezar a discutir con ellos — Sé que van a querer preguntarme muchas cosas. Y yo responderé con gusto tras asegurarme de que no estemos siendo escuchados.

    Fue así como todos empezaron la búsqueda para recorrer el lugar, exceptuando a Gina, que buscó una salida de dicha sala para poder dirigirse a las habitaciones. El grupo entero la vio marcharse con la cabeza baja, y se dieron cuenta de que ella no podía soportar más tiempo sin desahogar la pena por la muerte de su hermano. Recordaron el incidente en el bosque, y como solamente le dieron dos minutos para que pudiera llorar por él.

    Pese a que no la consideraban una decisión equivocada, supieron que no por eso habría sido sencillo para ella. Nadie objetó a que ella se fuera, y la comprendieron bien. Xander supo que podría explicarle todo lo hablado al día siguiente. Fue así como los siete soldados que quedaron en la sala seguían buscando algún micrófono u otro elemento fuera de lo normal en el lugar. Creían que el motivo por el que Eneru los había llevado hasta esa casa era justamente para mantenerlos controlados, o de lo contrario, les habrían dado una casa cualquiera.

    […]

    Eneru regresó hasta el edificio en el que Axana e Irig se habían quedado hablando. Al entrar, recorrió el camino hasta la sala que ejercía como la oficina de su líder. Al no encontrarlas allí, asumió que se habían ido a una de las habitaciones, en donde podrían tener mayor comodidad para discutir algo que no requiriera del uso de mapas.

    El edificio, por dentro, estaba formado por varias habitaciones, por lo que Eneru estuvo recorriendo el lugar hasta que escuchó un grito proveniente de una de ellas.

    — ¡Es una locura! — reconoció la voz de Tormek.

    Se encaminó hacia dicha habitación, y abrió la puerta, encontrando tanto a Axana como a la líder y a su ayudante. En el momento en que lo vieron entrar, todas las miradas se centraron en él. Tormek, quien se encontraba apoyado en una pared, se acercó hacia Eneru y colocó sus manos sobre los hombros de este.

    — Eneru, que bueno que llegaste — Tormek se veía muy agitado — Tienes que ayudarme a convencerlas de que este plan es una locura.

    — ¿Cuál plan? — Eneru no había escuchado nada.

    — ¿Pero cómo es posible que no lo sepas? — Tormek se sorprendía por eso.

    — No le conté nada del plan a Eneru — Axana respondió, asombrando a Tormek.

    — Claro, debí imaginarlo — Tormek le encontró una explicación a lo ocurrido — Él no habría estado de acuerdo contigo.

    — ¿Me puedes contar de una vez cual es el plan? — Eneru reaccionó de mala manera — Los humanos me han expresado muchas quejas, y ya no estoy para seguir soportando más misterio.

    — El plan de Axana es terrible — Tormek se fue de vuelta hacia una pared — Pero mejor que sea ella quien lo explique.

    Eneru miró a su jefa de caza, sabiendo que ella tendría una justificación para haber hecho lo que hizo. Ciertamente, el no conocer todo lo que ocurría en la mente de ella lo tenía muy intrigado. Axana se preparó para explicar ese plan por tercera vez en poco tiempo.

    — Mi idea es que ayudemos a los humanos de la Tierra a recuperar su nave espacial — comentaba la mujer a su asistente — Pero que no los dejemos ir del planeta. Debemos tomar la nave para nosotros, y escapar con ella. Mientras tanto, ellos se quedarán aquí.

    — Quieren que nosotros escapemos dejando a los humanos atrás — Tormek sonaba desesperado al hablar — Es una locura. Creen que Allecreod aceptará que cientos de los que trabajan para él y los suyos se escapen, y que se quedará conforme con tan solo ocho humanos. Ellas creen que no nos perseguirá. Es una locura completa. Si fueran más humanos, sería un buen plan, pero son solo ocho.

    — Es por eso por lo que hay que acelerar el plan, y actuar lo más rápido posible — Axana defendía su idea — Si escapamos rápido, le sacaremos mucha distancia a Allecreod.

    — No lo sabes — Tormek se ponía a discutir con ella — No tenemos idea de que tan rápida es su nave. Quizá pasen semanas y aún no hayamos salido del sistema.

    — El universo es enorme, Tormek, y Allecreod no tiene forma para rastrearnos — abogaba Irig en defensa de la idea de su jefa de caza — Para cuando él llegue aquí y lo descubra, nosotros estaremos en algún rincón del universo en el que no podrá alcanzarnos. Mientras tanto, los humanos se quedarán aquí. Si Allecreod piensa que ocho humanos son pocos, puede ponerlos a reproducirse entre ellos. Y si eso no le basta, puede averiguar en donde queda ese tal planeta Tierra e ir a buscar más. Incluso podría conquistarlo si lo desea.

    — Eneru, tienes que hacerlas entrar en razón — Tormek se sentía abrumado por las dos opiniones contrarias — No dará resultado.

    — De hecho, a mí me parece un muy buen plan — Eneru se sorprendía por la forma en la que pensó Axana — Felicidades, Axana. Yo no habría podido pensar en algo así.

    — Increíble — Tormek se sorprendía al ver que quedó solo en la discusión — Pero supongo que no puedo hacer nada. Ya me han dejado claro que soy nada más que un loco… Seguiré su plan, pero no me hago cargo de las consecuencias. Si Allecreod nos descubre y nos atrapa, diré que actué en contra de mi voluntad.

    — Tranquilo, Tormek — Irig se acercó a él para abrazarlo — Esto va a resultar. Ya lo verás. Finalmente seremos libres del tirano de Allecreod. Ya no habrá por qué temerle por más tiempo.

    El abrazo no tranquilizó a Tormek, pese a que se sentía bastante agradable estar en los brazos de su líder, quien también era su pareja. Axana miró la cara que puso su compañero al recibir ese abrazo, y supo que podrían contar con él para el plan. Sin embargo, lo más complicado vendría después.

    — Hay que informar a la población, y hay que buscar una excusa perfecta — Axana hacía pública su preocupación — Allecreod nos ha visitado hoy. Pasarán dos semanas hasta su próxima llegada. Mañana será imposible, ya que no creo que los humanos confíen en nosotros para que los ayudemos tan pronto. Pero pasado mañana al anochecer tenemos que estar en esa nave espacial, partiendo de este planeta.

    — En eso estamos de acuerdo, al menos — contestó Tormek mientras que Irig lo soltaba.

    — Yo tengo la idea perfecta — dijo la líder de su especie — Pero para esto, ustedes deberán salir de caza mañana y traer muchísima comida. La salida deberá ser temprano, para que sea más efectiva.

    — ¿Qué tienes en mente? — Eneru lo quería saber.

    — Podremos ganarnos su confianza si pasamos tiempo con ellos y les damos a entender que somos seres pacíficos — Irig difundía su plan — Y una excusa para eso es mentirles, asegurándoles que mañana vamos a tener un banquete comunitario por una celebración para festejar algún evento particular. Ellos estarán invitados, y compartirán la comida junto a nosotros. Eso servirá.

    — ¿Los involucramos en la cacería? — preguntó Axana, queriendo saber si Irig quería aprovechar esa oportunidad para medir su fuerza.

    — No, ellos son invitados. Hagamos esto solo nosotros — Irig creía que eso era lo mejor — Tienen que traer comida suficiente para toda la población y ocho humanos. Además de que sería bueno que trajeran mucho más. Así, las sobras nos las llevaremos en la nave y comeremos eso hasta que podamos descubrir que tipo de provisiones tienen.

    — Ellos dijeron que buscaban recursos — Eneru recordaba ese detalle de la conversación — ¿Qué haremos al respecto? Puede que no quieran irse del planeta hasta no abastecerse.

    — Tal vez no quieran irse del planeta, pero sí querrán recuperar su nave — Axana pensaba que era una oportunidad — Les diremos que la traeremos aquí. Cuando ya esté dentro de nuestros muros será cuando los ataquemos.

    — Buen plan — Eneru no le encontraba fallas a la idea sugerida por su líder y jefa de caza — Solamente falta alertar a la población al respecto.

    — Yo me encargaré de eso personalmente — Irig se ofrecía a ser la responsable por eso — Tú y Axana van a salir temprano a cazar. Así que simplemente vayan a descansar.

    Una vez acordado el plan, el único factor que restaba era asegurarse de que saliera bien. Las bases ya estaban sentadas, y solamente debían asegurarse de que la población de los triyr siguiera al pie de la letra la historia que estos les fueran a contar. Debían engañar a los humanos si querían triunfar en su escape, y para eso, necesitaban que todos los suyos colaboraran.

    Tormek tenía muchas dudas al respecto, pero luego de ver la decisión en Irig, Axana y Eneru, supo que no le quedaba más opción que depender de los tres. Además, pese a los riesgos que él veía, cierto era que él también deseaba escapar de las manos de Allecreod. Otra oportunidad no se presentaría, y si lo hacía, quizá el margen de tiempo para poder actuar no fuera tan extenso como el de esa ocasión. No estaba del todo tranquilo, pero confiaría en lo que tuviera que pasar.

    Axana y Eneru se marcharon del lugar, hacia una de las habitaciones que compartían para dormir, mientras que Irig fue la que tomó la iniciativa de ir a hablar con el resto de los habitantes de dicha ciudad para mantenerlos al tanto de todo lo que ocurriría. Tormek, por su parte, decidió irse a dormir. Se había estresado bastante a lo largo del día desde que vio a los humanos, y requeriría de un buen descanso para aliviarse.

    […]

    Todos los soldados de Black Meteor, a excepción de Xander, estaban sentados cada uno en una de las sillas que se encontraba en la mesa. El subcomandante, quien era el que les debía una explicación a todos ellos, se encontraría de pie. Viendo sus caras, supo que sus soldados iban a querer respuestas. Luego de haberse cerciorado de que no hubiera micrófonos ocultos para que los líderes de aquel planeta pudieran escucharlos, decidieron discutir su situación.

    — Quiero saber por qué mentiste — Claire no sabía el motivo detrás que tenía su novio por haberlo hecho — He intentado pensarlo para descubrirlo por mi misma, pero no lo he logrado.

    — Mentí porque ellos también lo hicieron — Xander respondió — Miren, chicos. ¿No les parece raro que esta gente no haya abierto la boca respecto de la nave espacial que partió de este planeta mucho antes de que nosotros llegáramos a encontrarnos con ellos? No la mencionaron. Es imposible que no la hayan visto, es más, si no he calculado mal, esa nave tuvo que partir desde aquí dentro. Sin embargo, actuaban muy sorprendidos cuando les dijimos que vinimos en una nave espacial.

    — Otra cosa que quizá no hayan notado… — Natasha quiso hablar ante ellos — Ellos no sabían que tipo de especie éramos nosotros. Lo que quiere decir que esa nave no le pertenecía al Zenith.

    — Es cierto, a eso también quería llegar — Xander se impresionaba por las cosas que decía Natasha — Cierto es que la nave que vimos en el radar no era la del Zenith. Estoy seguro de que la nave que apareció es la misma que vimos partir hoy al atardecer.

    — ¿Y qué fue lo que pasó con la nave de Zenith que se esfumó del radar? — Paul quiso saber la causa de eso.

    — No fueron derribados, eso es seguro — Xander sacó esa conclusión en base a lo vivido — De haberlo sido, nos habrían derribado a nosotros también. Espero que su nave no se haya desplomado en el espacio. Si es así, quiere decir que nuestra misión terminó.

    Dichas palabras ocasionaron pensamientos pesimistas en todo el equipo. Pese a que no había forma de asegurarse, era una posibilidad que no debían de descartar. Era factible, dado a que no tenían idea de cómo estaban construidas las naves de Zenith, que estas mismas se desplomaran en el espacio. No querían pensar en eso, dado a que, de ser verdad, su misión y su oportunidad para unirse a Zenith, habría fracasado. Lo peor de todo era que tenían la oportunidad de haber alcanzado su nave, y que no la habían usado porque deseaban esperar a que Zenith llegase a algún planeta.

    — Pensemos en positivo y creamos que están vivos — Xander quiso tranquilizar a los suyos — Pero si eso es verdad, ya no tenemos nada que hacer aquí. Hay que volver al espacio lo más rápido posible. Y si efectivamente hay una nave del espacio que viene a este planeta, no quiero estar aquí cuando regrese.

    — Ellos dijeron que nos ayudarían a recuperarla, sin embargo, hay que ver en qué momento deciden ayudarnos — Claire se puso a pensar en eso.

    — ¿Y si quieren hacer tiempo hasta que dicha nave regrese? — Paul sugería esa idea.

    — No los dejaremos — Xander ya lo tenía decidido — Vamos a hablar con ellos para que, mañana mismo si es posible, nos ayuden a recuperarla y marcharnos. Insistiremos lo que haga falta. Y si se niegan, buscaremos la forma de obligarlos.

    — Pondremos en riesgo sus vidas, todo con tan de que deseen que nos vayamos de aquí — Isac pensó que eso serviría.

    — Preferiría no llegar a eso, pero sí — Xander estuvo de acuerdo con sus palabras — Les diremos que hemos decidido prescindir de sus recursos, y que lo mejor será que nos vayamos. Así seguro se verán tentados a cooperar.

    — ¿Por qué no les dijiste que buscábamos respuestas a la Gran Catástrofe? — preguntó Casey, sorprendida con aquel aspecto.

    — Como dije antes, mentí porque ellos también lo hicieron — Xander justificaba su accionar — Obvio que les voy a preguntar por todo lo que sepan. Algo deben tener para compartir con nosotros. Quizá sea la Catástrofe la causa de su atraso tecnológico. Pero lo mejor es que sea uno de los factores de nuestro viaje, y no el único.

    — Supongo que eso ya lo decide todo — Claire se encontraba muy cansada — Bien podríamos irnos a dormir.

    — A mí me gustaría salir a recorrer el pueblo y echar un vistazo — Natasha dijo, sorprendiendo a todos — Es de noche, y seguro no tendrán demasiada vigilancia. Será un momento perfecto para explorar y descubrir si nos ocultan algo más.

    — Es una buena idea, pero procura no meterte en problemas — Paul se preocupaba por esa idea — ¿Quieres que te acompañemos?

    — No, mientras menos humanos haya sueltos, mejor será para que confíen en nosotros — Natasha decidió ir sola — Lo mejor será que yo diga que la curiosidad pudo conmigo y que decidí ir a explorar sin permiso de ustedes. Así, si algo malo sucede, no se desquitarán con ustedes.

    — Parece un buen plan — Xander admiraba la resolución de Natasha, no solo en ese momento, sino desde antes — El resto vaya a las habitaciones. Yo le daré la llave a Natasha luego de que nos aseguremos de que no haya nadie vigilando.

    Fue así como Claire, Isac, Noak, Paul y Casey optaron por irse a las habitaciones. Pese a que no era parte del plan, Natasha y Xander los siguieron, dado a que querían ver el lugar por dentro. La casa, la cual era bastante pequeña, contaba con una habitación que ejercía la función de un baño, con un simple hueco y nada más. No había donde bañarse, ni lavarse cara o dientes. Todos los desechos se irían por dicho hueco, cosa que les pareció muy asquerosa a todos ellos. Otro motivo para abandonar rápido ese planeta y regresar a la comodidad de su nave.

    Cerca del baño, habiendo una pequeña pared de distancia, había un total de tres habitaciones. En cada una de ellas había cuatro camas, cada una con un único cobertor y almohada que era de un tamaño rectangular y muy pequeño, donde solamente entraría la cabeza de una persona y no habría lugar para más. El más mínimo movimiento ocasionaría que quien la estuviera usando quedara con su cabeza sobre el colchón. Del techo de las habitaciones, justo en el medio, colgaba un pequeño cable suelto, de forma muy precaria, con una lampara pequeña en él. En una de las paredes se divisaban tres botones. Creían que uno sería para el encendido, otro para el apagado, y no tenían idea de para qué sería el tercero. En la primera habitación, Gina se encontraba durmiendo muy tranquila. El grupo se sentía bien de verla descansar tranquila luego del dolor que había experimentado por la muerte de su hermano.

    — Yo duermo aquí — Isac se adelantó a los demás, queriendo compartir habitación con su compañera.

    — Xander, mejor nos quedamos aquí también — Claire sugirió a su novio — Así estaremos para Gina si ella lo requiere.

    — Estoy de acuerdo — Xander comentó — Noak, Casey, Paul y Natasha tendrán la otra habitación. Pero si alguien no se siente cómodo, tienen otra más para usar. Lo mejor sería no hacerlo, pero no los detendré. Después de todo, no será problema nuestro una vez nos vayamos.

    — Supongo que está bien — Noak no se sentía con deseos de compartir habitación con Natasha, por lo que iría a otra habitación, así tuviera que estar solo.

    — Por cierto, esto importa poco, pero quítense las armaduras — Xander sorprendía con dicha sugerencia — Si ven que no las usamos, creerán que confiamos en ellos. Y eso los llevará a ser más abiertos con nosotros. Al menos, debería funcionar así.

    De esa manera, exceptuando a Gina, que por cuestiones de desconfianza fue a dormir con la armadura puesta, el resto de ellos se quitaron las armaduras y las colocaron a los pies de las camas que usarían. Tal y como Noak lo pensó, Casey, Paul y Natasha compartirían una habitación. Fue por ello por lo que se movió hacia la otra. Tendría que pasar la noche solo, pero si las cosas iban bien, sería la única ocasión en la que lo haría.

    Con todos ya organizados, Xander y Natasha fueron a la puerta de entrada. El soldado abrió desde adentro, sin usar la llave, ya que no había cerrado, y no era su intención hacerlo. El subcomandante y la soldado a su cargo salieron y echaron un vistazo al lugar. No quedaba gente en la calle, lo que llevó a pensar que todos se habían ido a dormir. Pese a todo, la chica supo que debería tener cuidado en todo momento al estar en ese planeta tan extraño, y mucho más tras haber discutido y darse cuenta de que los habitantes de este les habían estado escondiendo datos importantes.

    — Intenta ir por calles menos iluminadas, de esa forma no te verán — aconsejaba Xander a la chica — No te metas en ningún edificio. Ya hemos visto que hasta esta pequeña choza tiene electricidad. No queremos activar una alarma.

    — Solamente veré si algo me llama la atención, y si es así, lo recordaré para preguntárselo mañana a Axana y a Irig — Natasha sabía que no era prudente buscar problemas — Procuraré que nadie me vea. Si veo una aglomeración o una junta de gente, cambiaré mi rumbo.

    — Haces bien en esto, Natasha — Xander quería elogiarla por su decisión — Yo tenía pensado ponernos a todos a recorrer el lugar mañana a primera hora.

    — Será mejor que lo hagas igualmente, pero echar un primer vistazo no hará daño — le respondió la chica.

    — Ciertamente no — el soldado miró a su alrededor una vez más — No tardes mucho. No tenemos idea de cuanto tiempo dura la noche en este planeta. Y vas a necesitar dormir bien.

    — No tienes por qué preocuparte, regresaré pronto — Natasha sonreía por el cuidado que le daba el subcomandante — Tú descansa bien. Te necesitaremos atento para mañana.

    Dichas esas palabras, la chica empezó a marchar por el lugar. Evitó la calle de tierra que atravesaba el lugar dividiéndolo al medio, ya que su plan era moverse escondida entre las casas, buscando los rincones menos iluminados para ocultarse en la noche. Xander, por su parte, se quedó para verla de la forma en la que pudo, ayudado simplemente por la luz de las antorchas que iluminaba el lugar. El soldado la observó bien, admirando la figura de la chica, y mordiéndose el labio al verla mover las piernas y el culo al caminar hacia la oscuridad. Luego de toda la determinación que Natasha había mostrado, Xander supo que la admiración a su compañera se había convertido en deseo.

    Una vez ella desapareció de su vista, el soldado supo que no tenía sentido quedarse allí. Rogó para que nada malo le pasara, y se metió en la casa, dirigiéndose hacia la habitación en la cual conviviría esa noche en compañía de Claire, Isac y Gina. El subcomandante quiso asegurarse de que los tres estaban durmiendo bien y tranquilos, sobre todo Gina. Le hubiera gustado tener la oportunidad de disculparse con ella por lo ocurrido con Zaid, dado a que él estuvo allí y no pudo salvarlo, pero dado a que Gina fue a dormirse más temprano, no logró hacerlo.

    — Mañana tengo que hablar con ella — Xander pensaba en lo importante que sería asegurarse de que Gina se encontraría bien — Es mi deber como subcomandante.

    […]

    En el medio de la noche, Gina despertó. Habían pasado unas tres horas desde que se acostó. El sol en el planeta Triyr no había salido, cosa que notó al ver que todos sus compañeros estaban dormidos. Pese a que no sabía cuanto tiempo habría transcurrido, supo que todavía tendría oportunidad para dormir más tiempo. La chica, sintiendo sus piernas algo adormecidas, decidió que saldría para estirarlas y de paso tomar aire fresco.

    Al llegar a la sala, encontró a uno de sus compañeros sentados en la mesa de la sala. No lo podía distinguir, así que encendió la luz. Al hacerlo, pudo ver que se trataba de Noak, quien, al ver que las luces se encendieron de golpe, volteó rápidamente y pudo ver a Gina detrás suyo.

    — ¿Qué haces despierta? — Noak quiso saber que era lo que la había llevado allí.

    — Necesito estirar mis piernas — Gina se acercó para verlo mejor — ¿Por qué no tienes armadura?

    — Xander lo sugirió, deberías quitártela si vas a salir — le contestó su compañero — Te explicará esto mañana, ya que es responsabilidad suya como subcomandante.

    — Entendido — la chica no quería desobedecer a su superior, sobre todo sin tener la oportunidad de discutir con él.

    La soldado fue hacia su habitación para dejar la armadura a los pies de su cama. Luego de habérsela quitado, volvió a la sala con el objetivo de salir. Al llegar, vio a Noak de pie, como si estuviera esperándola.

    — Voy a salir a caminar contigo — Noak le informó su idea a su compañera — Yo tampoco puedo dormir bien. Y estirar las piernas me serviría.

    — Gracias — Gina sentía aprecio por ese gesto — No me gustaría mucho estar sola.

    — Oye, no tuve oportunidad de decir esto antes — el soldado abrazó a su compañera — Lo siento mucho, Gina — compartía sus condolencias ante su vista — Zaid no merecía lo que le pasó. Me cuesta mucho asimilar que lo hemos perdido en la primera misión. Me pone triste, y en cierta forma, también me da miedo. Cuando partimos, jamás pensé que esto pasaría. Para ti debe ser un infierno haberlo perdido. Así que quiero que sepas que estaré para lo que necesites.

    Gina estaba sorprendida de la actitud tan familiar que mostraba su compañero con ese gesto. Luego de todo lo vivido entre él y Natasha, y la forma en la que Noak siempre se quedaba solo para entrenar con tranquilidad, Gina no esperaba una conducta así de su parte. Ciertamente, esperaba una condolencia de parte de todo el equipo, porque supuso que sus compañeros lo harían por cortesía, pero las palabras que había dicho y la forma en la que el soldado la abrazó la tomaron con la guardia baja.

    Gina se sentía alegre de saber que no era la única que estaba pasando por un mal momento, y que Noak respetaba e incluso había llegado a apreciar brevemente a Zaid. Dado a que ya había llorado bastante, Gina no dejó salir lágrimas, pero aceptó en abrazo y colocó su cara en el hombro de su compañero.

    — Gracias, Noak — la chica tenía la voz rota, pese a que no estaba llorando — Aprecio mucho esto. Zaid estuvo conmigo desde que nací. Jamás me separé de él. Y hoy… ni siquiera voy a tener un cuerpo del que pueda despedirme. Esas malditas bestias seguro lo devoraron por completo.

    — Me siento mal cada vez que pienso en eso — Noak se entristecía por verla así — Él estaba entusiasmado por estar aquí. Entrenó y se superó en la academia para ser uno de los privilegiados que pudiera partir al espacio… y por eso terminó muerto. Él no tenía que morir. Nadie tendría que haberlo hecho, pero él era uno de los más jóvenes de nosotros. El pensar que él ya no está simplemente me aflige bastante.

    — Aún no he encontrado las palabras adecuadas para cuando tenga que hablar con mi madre — Gina se sentía muy mal al pensar en eso — En la Catástrofe, mi padre murió aplastado por los escombros. Mi madre nos cuidó sola desde que éramos bebés. Para ella, Zaid y yo éramos lo más preciado que tenía. Cuando se enteró que partiríamos al espacio a buscar las respuestas, se alegró bastante. Ella quería saber la razón por la que había perdido al amor de su vida, y dijo que se sentiría aliviada si la respuesta llegaba de la mano de sus hijos. Cuando se entere que su hijo murió… espero que ella pueda resistirlo.

    — Si lo necesitas, puedo estar ahí cuando sea el momento de decirlo — Noak se sentía mal por el relato que escuchaba de parte de Gina — No va a ser agradable. Sería bueno que ella tuviera toda la compañía que pueda tener.

    — Te agradezco por eso, Noak — Gina sentía aprecio por lo que le decía su compañero — Necesitaré compañía cuando sea el momento de decirle la verdad. Si es la de un amigo, será mejor.

    Terminado su intercambio de palabras de consuelo, Noak y Gina se aproximaron a la puerta y la abrieron, apagando la luz antes de su salida. Al hacerlo, sintieron una ligera brisa soplando en el lugar. Era bastante agradable, dado a que podía respirarse la pureza de un aire carente de contaminación; otra prueba de que, en ese planeta, la tecnología estaba muy atrasada en comparación con la Tierra.

    Sin embargo, además del ligero ruido del viento, se podían escuchar gruñidos de las bestias del bosque. La choza en la que vivían estaba muy cerca de la entrada, y también cerca del muro, por lo que los ruidos ocasionados por las bestias se escuchaban con claridad. Para que pudieran escucharse así, sabían que debía haber como mínimo unas tres bestias reunidas en el mismo lugar. De momento, sintieron un pequeño golpe sobre la puerta, cosa que denotó que una de ellas había intentado entrar.

    Esa situación terminó asustando a Gina, mientras que Noak se puso bastante nervioso por lo ocurrido. La puerta logró resistir el golpe, y claramente podría resistir muchos más, pero eso no tranquilizaba del todo a los soldados.

    — Ven, alejémonos para que no lo tengamos que seguir oyendo — Noak quiso que se apartaran de la puerta.

    Haciendo caso a su compañero, ambos empezaron a alejarse del lugar, caminando por la calle de tierra que dividía el pequeño hábitat en dos. Al caminar, Noak y Gina solamente miraban el cielo estrellado del planeta en el que estaban, preguntándose varias cosas.

    — ¿Qué tan lejos estaremos de las respuestas a la Catástrofe? — Gina quiso saber la opinión de su compañero — Zaid tuvo que morir por esto. Me aseguraré de que su muerte no sea en vano, pero me sentiría mucho mejor si pudiera saber que tan lejos estamos de dar con lo que buscamos.

    — Las respuestas deben estar cerca, Zenith seguro tiene una pista concreta — Noak daba su opinión al respecto — No enviarían una única nave si no tuvieran nada en lo que basarse. Ellos saben algo. No sé cómo, pero lo averiguaremos.

    — Noak, ¿sigues creyendo una buena idea enfrentarnos a Zenith? — preguntó Gina mientras caminaba por el lugar — Y si crees que es así, ¿vas a intentar matar a Ace Lakor?

    — Deseo asesinarlo, porque es un traidor — Noak no dijo novedades ante los ojos de Gina — Pero luego de lo que acaba de pasar, no me siento tan animado como para ir a enfrentarme con ellos. No desistiré en mi objetivo de asesinarlo, sin importar que a Natasha no le guste que se lo quite. Lo cierto es que, con la muerte de Zaid, mis ánimos de enfrentarnos a ellos desaparecieron.

    — ¿Sugieres una alternativa diferente? — Gina quiso saber si Noak cambiaría de opinión en el futuro o si era algo temporal.

    — Hay que ver que tanto dura esta sensación amarga — Noak no quería dar nada por sentado — No sé que es lo que voy a contestarte mañana, ni siquiera en la siguiente hora. Toda esta situación ha cambiado mi forma de ver las cosas. No esperaba encontrarme con seres tan fuertes, ni mucho menos perder a un compañero. Así que, hasta que no termine de asimilar la situación, no sé que es lo que contestaré.

    — ¿Y qué harás si deseas tanto asesinar al traidor? — Gina tenía en mente la conversación que tuvo con Natasha tiempo atrás.

    — No sé qué es lo que voy a hacer — Noak fue sincero con su compañera — Pero él morirá en mis manos. Es una promesa.

    Gina finalmente había descubierto lo que Noak sentía al respecto, dado a que, cuando envió a Isac a hablar con él, no consiguió extraerle mucha información. Claramente, Noak era firme en sus convicciones y en sus objetivos, y estos no cambiarían de la noche a la mañana, cosa que ella no esperaba que cambiara.

    Pese a que ella no se veía muy entusiasmada por la idea de que él y Natasha estuvieran enemistados, lo cierto era que admiraba ese aspecto suyo. Le hizo dar cuenta de que, cuando él creía que algo era correcto, cosa que ella compartía en esa ocasión, seguía hacia adelante por ello.

    La caminata de los dos soldados no duró mucho. Luego de avanzar por unos treinta metros, decidieron dar la vuelta para irse a dormir. Noak y Gina regresaron a la casa y antes de entrar, prestaron atención para escuchar a las bestias. Estas ya no estaban, o al menos, no hacían nada de ruido. Tranquilos por eso, los dos entraron a la casa.

    Gina vio que Noak entró a una habitación para él solo, dado a que no se dio cuenta con anterioridad de que Isac, Xander y Claire compartían habitación con ella, mientras que Casey, Paul y Natasha tenían una habitación para ellos. Supo que Noak no estaba solo por gusto, sino porque no quería compartir habitación con Natasha. Algo triste por él, la chica decidió tomar su armadura, que era lo único que tenía en aquel momento, y la llevó hacia la habitación en la que vio entrar a su compañero. Este, al escuchar la puerta, levantó la vista y vio como Gina entró a la misma habitación que él.

    — ¿Qué estás haciendo? — Noak no sabía a qué se debía eso, ya que Gina ya se había acomodado en otra habitación.

    — Entiendo y respeto tus motivos para querer estar solo, pero eso no quiere decir que debas estarlo — Gina se recostó en una de las camas de la habitación — Así que voy a hacerte compañía.

    El gesto conmovió un poco a Noak, quien se sintió bastante feliz. No por el hecho de que Gina le hiciera compañía, dado a que él no le molestaba la soledad, sino por el hecho de no esperaba una acción así de parte de su compañera, y que, además, se sentía como un gesto desinteresado. Una sonrisa se formó en el rostro del soldado, quien quería decirle algo antes de que los dos se quedaran dormidos.

    — Gracias, Gina — Noak quiso hacerle saber que lo apreciaba — Duerme bien.

    — Tú también, Noak — la chica devolvió el deseo al soldado.

    En poco tiempo, dado al sueño que pesaba sobre ellos tras la caminata que dieron, los dos soldados se quedaron dormidos en la casa que compartían con sus compañeros. A la noche en el planeta Triyr le quedaban unas siete horas más de duración, por lo que los miembros de Black Meteor tendrían tiempo más que suficiente para su descanso.
     
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  18.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, este capítulo se siente más interesante que el anterior. Pese a no tener acción, está muy bien llevado. Pasaré a comentar lo más destacado.

    En el comienzo, vemos que el grupo de Black Meteor entra a la que será su casa durante su estancia en la aldea de los triyr, en la que se evidencia el atraso tecnológico de estos. Pese a ello, Noak piensa inteligentemente y se extraña de que pese a la poca tecnología que hay, sus armas son realmente avanzadas. Es un dato que el grupo apunta para no pasar por alto y yo lo aplaudo. Xander confirma que mintió porque era consciente de que ellos también lo hacían, algo muy sensato y perspicaz de su parte. Cuando dos grupos distintos se conocen en una situación así, es evidente que confiar desde el minuto uno es imposible, por ello, guardar cierta información o tergiversarla es esencial.

    Luego vemos a los principales líderes de los triyr, quiénes tienen claro que el objetivo es tomar la nave de BM y marcharse del planeta para alejarse de Allecreod para siempre. Algo que uno de ellos, Tormek, no parece estar de acuerdo. Sin embargo, la líder es su pareja y logra convencerlo de su apoyo, pese a que es el único reticente y se siente solo en la decisión. Me pregunto como jugarán sus bazas para tratar de robar la nave, es algo que realmente me interesa ver.

    Volviendo con el grupo de BM, todos se instalan en distintas habitaciones para descansar, exceptuando a Natasha que decide dar un paseo para investigar un poco el lugar. Xander se lo agradece y además, parece interesado en la chica. No sé que pasa por la cabeza del subcomandante, pero teniendo novia y mordiéndose los labios por ver el culo de otra, indica que mucho amor a Claire no le tiene. Al menos, no como antes. Espero que Xander se quede en un caso Wagner, deseando a una chica que piensa en otro chico :v

    Finalmente, vemos que Gina se levanta en mitad de la noche, encontrándose con Noak despierto. Ambos deciden salir a dar una vuelta, no sin antes revelar el chico que siente la pérdida de Zaid. Ese lado empático de Noak no se había visto antes y me ha gustado ver que pese a mostrarse duro y decidido (no son malas cualidades, pero a veces es un idiota) también puede ser sentimental. Gina nota esto y lo agradece. Ambos salen y surge la conversación sobre si Noak sigue queriendo matar a Ace, algo que confirma. Su convicción es total y es una cualidad que a Gina el agrada. Tras esto, regresan a la casa y cuando ella ve que él va a dormir solo a una habitación, le acompaña, gesto que Noak agradece. Mi sensación es que ambos tienen química y no me desagradaría verlos juntos, de hecho, su escena me parece lo mejor del capítulo.

    En fin, nos vemos a la próxima. Un abrazo.
     
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  19.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Es hora de dejar mi opinión de este nuevo capítulo.

    Ya era hora de que volviéramos a ver al equipo con más mala suerte hasta la fecha. Ahora en un ambiente ligeramente tenso, pero sin presentar ninguna desdicha más allá de la pérdida de un compañero de equipo.

    El capítulo no tuvo nada de acción, pero no por eso digo que esté mal, de hecho, yo soy de los que disfrutan más este tipo de capítulos tranquilos, y este no ha sido la excepción. Me encanta ver el desarrollo de Gina en su recuperación, es bueno que poco a poco vaya dejando la pérdida de Zaid en el pasado. Sé que no ha pasado mucho desde lo ocurrido, pero es agradable ver que ha empezado a recuperarse, algo que pensé sería más difícil para Gina, que en otros personajes. Como lo fue el caso de Julie con Harold, o Michael con Julie.

    En cuanto al plan de los Triyr se ve que no hay cambios, más allá de una celebración sin sentido más que el de ganarse la confianza de los humanos. Me pregunto como se desarrollarán las cosas entre Xander e Irig, cuando sus objetivos choquen. Ya que Irig desea hacer una celebración para ganar la confianza de los humanos, y Xander quiere marcharse de ahí lo más pronto posible. Será interesante ver cómo ocurrirán los eventos.

    Por cierto, me parece y creo que no estoy mal de la vista, pero Xander parece estar enamorándose de Natasha. Claro que lo que siente es atracción, no amor, pero eso no quita el interés que muestra en su compañera más allá de sus aportes al equipo y demás. No quiero ni imaginarme el problema que puede tener si Claire se entera de que su novio se está interesando en otra chica, y más todavía tratándose de una compañera de equipo. Veremos hasta donde llega ese sentimiento, si es que se le puede llamar así.

    Por ahora, eso es todo de momento. Nos vemos la próxima oportunidad. Saludos.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe V Dominio Aislado
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    Ciencia Ficción
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    Buenas. Mando un saludo y un agradecimiento, como cada semana, a Resistance y a Zurel que siempre están ahí para leer cada capítulo nuevo que trae LGC. Ya casi estamos a las puertas de llegar a la mitad. Sé que la acción hasta ahora fue poca, existiendo únicamente en el capítulo 10. Pero recuerden que yo avisé que esta parte contendría menos acción que las demás. Sin embargo, nos estamos acercando a un punto de la historia en el que puede que algo pase. No quiero hablar demasiado, ya que quiero que esta parte esté llena de sorpresas para ustedes.

    Sin más que decir, ya que, de momento no hay novedades. Los dejo con la lectura.





    Sentándose a negociar:

    — ¿A qué te refieres cuando dices que la Gran Catástrofe cambió las cosas para los tuyos? — fue la pregunta de un Michael bastante intrigado con lo que decía Allecreod.

    Al igual que él, el resto del equipo miró atentamente al líder de los ryfier, quien se encontraba presionando botones para activar comandos en la máquina que estaba manipulando, como si estuviera buscando algo importante allí.

    — ¡Oye, ¿estás sordo?! — Sharyn no tomó bien la ausencia de respuesta — ¡Te hicimos una pregunta!

    — Guarda la calma — el general Raumod quiso bajarle los humos a la humana — Una vez que lo veas, lo entenderás mejor.

    — Date prisa, este misterio no me agrada demasiado — comentó Plamo, quien se sentía bastante harto de pasar de misterio a misterio en tan poco tiempo.

    Todos miraron y esperaron pacientemente a que Allecreod terminara de hacer lo que estaba haciendo. Korix, su hermano menor, había dejado de hablar, lo que quería decir que no lo tenía permitido o que quería dejar que fuera su hermano quien se lo explicara todo a ellos. Pasaron dos minutos, en los cuales Allecreod estuvo buscando un compilado de archivos que tenía guardados en su máquina, listos para mostrárselos a los seres humanos, de manera en que estos pudieran explicar mucho mejor su punto.

    — Lo encontré — decía, con la voz algo baja, como si estuviera triste — Hace unos veinte ciclos, captamos estas imágenes.

    Luego de que presionara unos botones, una pantalla que estaba oculta tras una de las paredes se mostró. Dos pedazos de metal del mismo tamaño se movieron de forma horizontal, descubriendo una pequeña pantalla de plasma en la cual se empezaba a reproducir un video, el cual no era una animación ni un montaje, sino una secuencia de fotos. En esa misma, se podían ver meteoritos de gran tamaño moviéndose en el espacio, sensación que era generada por la transición de todas las fotos. Los soldados vieron un total de catorce fotos, una tras otra, hasta que finalmente, el video compilatorio finalizó.

    — Hicimos los cálculos correspondientes y supimos que esas piedras espaciales iban a caer en Nokadro, en Triyr y en Ryfier — Allecreod enumeraba los planetas que estaban en su dominio — Básicamente, no había ningún planeta del Dominio que estuviera fuera del camino de los meteoritos.

    — ¿Qué fue lo que hiciste? — Aurio quería saber el desenlace de dicha historia — Los nokramitantes que nos encontramos nos dijeron que no han sufrido de la Catástrofe, a diferencia de todos nosotros.

    — Nokradinos, no nokramitantes, ya se los dije — Allecreod corrigió al xaromitante — Sabía que tenía que hacer algo. Si esos meteoritos impactaban contra el Coliseo, como ustedes lo llaman, nos habrían provocado la muerte.

    — ¿Y qué fue lo que decidiste? — Dustin se veía muy intrigado — Si siguen con vida, y ellos también, quiere decir que lograste evitar la Gran Catástrofe.

    — No diría que la evité, solamente salvé a los planetas del Dominio del impacto — Allecreod los miró a los ojos al hablar — Pero con un costo muy alto… — antes de proceder, se tomó una pausa pequeña — Antes, teníamos varias naves armadas con cañones muy fuertes, capaces de arrasar con lo que tuviéramos al frente. Una flota de seis naves de guerra, las cuales nos permitieron conquistar los dos planetas que están bajo mi dominio. Creí que tendrían la fuerza suficiente, y envié a uno de mis hermanos menores a comandar el bombardeo en contra de estos meteoritos. El resultado fue… devastador. Los cañones de las naves lograron destruir a los meteoritos, pero al hacerlo, varios de estos fragmentos salieron disparados en todas las direcciones. Ninguno de ellos impactó en los planetas, pero sí lograron alcanzar a las seis naves. Todos los guerreros que estaban allí, incluido mi hermano Ilgumag, perecieron luego de que estos las destruyeron. Perdí a mi hermano, perdí a varios guerreros queridos, y perdí a mi flota. Por eso bauticé ese momento como “la Devastación”.

    — ¿Te arrepientes de lo que hiciste? — Alicia, recordando a su hermano fallecido hace bastante, podía sentir en parte el dolor de Allecreod.

    — Sé que fue necesario, y que, de no haberlo hecho, las bajas habrían sido incontables — Allecreod agachó un poco la mirada al escucharlo — Pero de lo que me arrepiento es de haber enviado a mi hermano menor, en lugar de ser yo quien hubiera subido a esas naves. Yo hice una promesa de que los iba a proteger… y por una falla de cálculo, perdí a uno de ellos. Korix es el único que me queda. Si ustedes comparten esa mala fortuna, entonces tienen que hacerse una idea de lo que es este dolor.

    Michael, Alicia, Wida y Kila eran quienes más comprendían a Allecreod al momento en el que este hablaba. Si bien, todos podían hacerse la idea de lo triste que era perder a un ser querido, dado a que su viaje estuvo lleno de peligros a los que muchos de sus compañeros no sobrevivieron, eran los cuatro que tenían hermanos quienes más sentían las palabras dichas por el amo del Dominio.

    Michael no podía evitar recordar la vez en la que, tras haber finalizado la guerra contra los berrod, encontró a Devlin entre los cuerpos. Su hermano menor, con quien había compartido cada momento desde el nacimiento, había muerto asesinado en esa guerra, y sin haber tenido la oportunidad de ganarse su perdón. Alicia se vio invadida por los recuerdos de su hermano, un chico mayor que él, de nombre Liam. En el ataque que los garak realizaron sobre su nave al confundirla con una nave de los berrod, toda la familia de la chica fue asesinada, incluida la persona más especial y con quien mejor se llevaba. Kila, por su parte, recordó como se sintió el día en el que le dijeron que su hermano y varios otros colegas garak habían muerto asesinados por un humano, y su sensación fue peor cuando Plamo, Domir y Asmir confirmaron que el verdadero asesino era nada más y nada menos que Orz, utilizando únicamente el cuerpo de Michael para la tarea. Wida remontó su mente hasta el último recuerdo que tenía de su hermano, Gan, antes de que sus caminos se separaran en lo que sería la última vez, y definitiva, al dividirse a explorar en el planeta Emiv.

    Allecreod miró a todos y cada uno, centrándose especialmente en ellos cuatro, dándose cuenta de que el dolor era compartido. Pese a las enormes diferencias que había entre seres de una raza y otra, ellos podían entenderlo.

    — Sé que van a necesitar pruebas de que lo que estoy diciendo es verdad, y no un sentimentalismo barato — Allecreod se dio vuelta para manipular la máquina de dicha sala — Las pruebas de que lo que digo es verdad están en este clip, el cual no tengo el valor para ver por segunda vez. Saldré de la sala y los estaré esperando en otro lugar. Raumod los guiará una vez que termine.

    Allecreod, en compañía de su hermano Korix, abandonó la sala en donde se encontraban todos ellos, quedando únicamente los humanos, los garak, los xaromitantes, y los ryfier que estaban a su mando. En la pantalla que se abrió para ellos en la pared, empezó a reproducirse un clip de video, el cual mostraba imágenes de varias naves en el espacio exterior, en una gran calidad visual, pero sin sonido.

    Al ver eso, los humanos se dieron cuenta de que las imágenes de las naves debían estar siendo transmitidas hacia el coliseo en donde Allecreod y los demás se encontraban. Las imágenes, a la vista de todos ellos, eran espectaculares. Varias naves, armadas con un total de cuatro cañones frontales, se acercaban valientemente a los meteoritos, abriendo fuego sobre ellos. Pese a la ausencia de gravedad en el espacio, las balas de dichos cañones eran lanzadas con una fuerza tal que no se veían superadas ante dicho inconveniente, llegando a impactar y provocar explosiones en la superficie de los meteoritos, ocasionando que varios de estos se rompieran en pedazos.

    El bombardeo era continuo, y no se detuvo hasta luego de veinte minutos, cuando restos pequeños de meteoritos, pero lo suficientemente grandes como para ocasionar brechas en las naves, impactaron en contra de estas, provocando que varios de los tripulantes salieran despedidos al espacio. Algunos afortunados fueron golpeados por dichos meteoritos, muriendo al instante, y sus cuerpos ya no tenían vida al salir eyectados al gran vacío del universo. Otros que no tenían esa suerte, seguían con vida, y se retorcían de dolor ante la falta de oxígeno u algún otro gas que pudiera ser respirado por estos.

    El video había terminado con una imagen desoladora. Varios restos de meteoritos y fragmentos de metal se alejaban volando de la vista de la cámara que se encargaba de transmitir la imagen. Tal y como Allecreod les había dicho, pudieron detener la Gran Catástrofe con esa acción tan valiente, pero el coste fue muy alto.

    Más que nunca, todos los miembros de la alianza se dieron cuenta de que tenían que encontrar el punto de origen de la Catástrofe, y evitar que se repitiese en algún momento en el futuro. Si seres tan avanzados como los del dominio, habían perdido todas sus naves de guerra en el intento, a la Tierra y a Garak les resultaría imposible sobrevivir.

    — Bien, ya tenemos más que claro que hay que asegurarnos de que no vuelva a suceder — Wagner hablaba en representación del equipo.

    — Llévanos con Allecreod, seguro él tendrá varias cosas más para decirnos — Michael miró a Raumod, el que había quedado a cargo.

    — Los llevaré, pero no crean que van a encontrar algo más que esto — Raumod fue sincero con los visitantes — Sin embargo, no estoy en mi lugar para decir nada. En marcha.

    Acompañados por los ocho guerreros ryfier que habían viajado hacia Nokadro a interceptarlos, los cinco humanos, los tres xaromitantes y los dos garak recorrieron el interior del coliseo, pasando por varias salas. En ellas, se podía ver a través de cristales en las paredes, a muchísimas personas de la especie realizando labores que ellos no comprendían, pero que creyeron que serían importantes.

    La caminata los llevó hacia una sala que daba más razones a los humanos para creer que se encontraban en un coliseo. Había una porción de suelo totalmente descubierta, en la cual incluso se podían ver pequeñas cantidades de césped creciendo. A los alrededores, en forma circular, varios asientos como si fueran las gradas de un estadio. Desconocían el número total de habitantes en el lugar, pero suponían que tenían lugar para cada uno de ellos. Mirando de cerca, se podía ver bancas y asientos pequeños, los cuales servirían para que la gente pudiera observar mejor el centro de la “arena”.

    — ¿Qué es esta sala? — preguntó Lankir, muy intrigado con una construcción así.

    — Es el anfiteatro — Raumod contestó, creyendo que no hacía daño revelar esa información — Hay veces en las que varios de los nuestros se reúnen aquí para cantar o actuar. Es una buena distracción del trabajo, y ayuda a todos a vivir tranquilos.

    — La vida en el exterior de el Resguardo no existe — Cadain contaba, harto de mantenerse en silencio — Es por eso por lo que tenemos que hacer que la vida en el interior lo más cómoda posible.

    — Entonces, este lugar sí tiene su propio coliseo — Sharyn comparaba el lugar con las fotos de lugares así que había estudiado.

    — Allecreod los está esperando allí arriba — Raumod señaló hacia una de la zona de las gradas.

    Al levantar la vista, todos pudieron divisar al líder de su especie, sentado junto a su hermano menor, a la espera de que llegara el resto del grupo. Luego de acercarse a una de las paredes, Raumod colocó su mano sobre una zona de esta. Una luz azul resplandeció, como si hubiera hecho un escaneo de su palma, abriéndose ante ellos una puerta que daba entrada a unas escaleras que los conducirían a todos hasta allá.

    Sin darse mucha prisa, todos subieron hacia el lugar en donde se encontraba el líder y su joven hermano. Al verlos, este sonrió, como si estuviera feliz de recibirlos, contrastando con la expresión de tristeza que tenía cuando salió de dicha sala en la que estaban antes. Todos estaban a la espera de una orden de parte de Allecreod.

    — Raumod y Cadain se quedarán conmigo — explicaba este a los otros seis guerreros — Ustedes pueden regresar a sus actividades.

    Fue así como solamente los diez miembros de la alianza quedaron en el lugar, acompañados de las tres personas a las que el líder parecía tenerles más confianza, sin contarlo a él mismo. Con un gesto hecho con la mano, este les indicó a todos que tomasen asiento, y así lo hicieron. Dada la información que estos habían pedido, Allecreod sentía que ya había cumplido su parte.

    — Bueno, ¿ahora qué harán? — preguntaba en un tono amable — Me pidieron que les diera todo lo que supiera sobre la Gran Catástrofe, y así lo hice. Desafortunadamente, ya no cuento con más información para compartir. Todo lo que han visto es todo lo que hay. ¿Qué sigue en sus planes?

    — Luego de que vimos lo que ocurrió aquel día para ti y los tuyos, nos convencimos más aun de que encontrar la causa es primordial para nuestra supervivencia — Wagner aclaró la situación — No contamos con una flota como la tuya.

    — Era de esperarse, de lo contrario, la usarían — Allecreod sonreía con un poco de soberbia ante la superioridad tecnológica que él poseía en comparación con los invitados — Cuéntenme algo más sobre su misión. ¿Cómo fue que vinieron a parar aquí? Está claro que estaban siguiendo la pista correcta, ya que se encaminaban hacia la dirección de la cual provinieron los meteoritos. Pero eso no explica como lo han logrado con tanta precisión.

    — La nave en la que viajábamos cuenta con un escáner muy potente, el cual puede detectar el origen de cualquier señal e incluso muchas cosas más — Lankir, siendo hijo del creador de la nave, quiso ser quien tuviera la palabra — Tú probablemente no lo sepas porque lograste destruir los meteoritos, pero estos contaban con radiación. Al impactar contra un planeta, la radiación se libera a la atmósfera. Algunas personas que se salvaron de morir aplastadas murieron a causa de dicha radiación. Nosotros, de una forma inexplicable, logramos sobrevivir a eso.

    — Viajamos hacia un planeta lejano y tomamos una muestra de la radiación que encontramos allí — Dustin explicaba la razón de su llegada — El escáner analizó la radiación, y a causa de eso, tuvimos una pista de a dónde nos debíamos dirigir. La seguimos y nos trajo hasta aquí.

    — Desafortunadamente, el escáner empezó a tener fallas, y creyendo que la muestra que tomamos lo había descompuesto, bajamos al planeta que tú llamas Nokadro creyendo que encontraríamos una muestra nueva — Alicia veía que la expresión de Allecreod empezaba a cambiar a medida que avanzaba el relato — Fue ahí que nos encontramos con los nokradinos, y estos nos dijeron que no había muestras por tomar. Nos hablaron con mucho miedo de ti, y como no teníamos el escáner funcionando correctamente, decidimos mandar un mensaje a casa.

    — Así que esa fue la señal que yo detecté — informó Cadain, notando que la historia era bastante coherente — El Resguardo posee una gran capacidad de rastreo de señales de todo tipo. Como medida de seguridad, para evitar que intrusos no deseados puedan comunicarse entre ellos, ejercemos un poder que intercepta cualquier señal que esté lo suficientemente cerca como para ser detectada.

    — Luego de que todos escucháramos de primera mano un relato de los nokradinos sobre la tiranía a la que tú los tenías sometidos, y viendo que estábamos incomunicados, mandamos a la nave y a varios de nuestros compañeros a casa a buscar refuerzos en caso de ser necesario — Michael quiso sonar serio al hablar.

    Allecreod, Korix, Cadain y Raumod creían que la historia era verídica, dado a que todo encajaba a la perfección en dicho relato. No tenían motivos para desconfiar de los intrusos en su dominio. No habían atacado a los nokradinos ni tampoco los obligaron a entregar provisiones, no ocasionaron conflictos al llegar, y el motivo de su llegada y estadía eran bastante coherentes. Una expresión de alivio se formó en el rostro del conquistador, quien, luego de que recibió la noticia de que tenía invitados no deseados en su dominio, creyó que se avecinaba un conflicto.

    Tras haber hablado de la forma adecuada y con tiempo suficiente como para poder sacar conclusiones, se dio cuenta de que estos no representaban peligro alguno para nadie que estuviera a su cargo. Una sonrisa se formó en su rostro, ocasionando tranquilidad en todos los presentes. Los humanos no veían en él una sonrisa de sadismo, sino de felicidad y satisfacción.

    El líder, tras estos gestos, decidió retomar la palabra.

    — Bien, en ese caso, retomo mi primera pregunta — decía, a la vista de todos — ¿Qué piensan hacer al respecto?

    — No podremos irnos a ningún lado sin la nave, por lo que, lo único que podemos hacer ahora mismo es esperar a que nos vengan a buscar — Wagner le informaba de su estado actual.

    — No podemos prescindir de ninguna de nuestras naves, así que no hay manera de enviar a uno de los míos a alertar a los suyos para que vengan de inmediato — Allecreod miraba seriamente a Raumod — Mucho menos puedo llevarlos hasta su planeta.

    — Se podría desactivar el mecanismo de seguridad que intercepta las señales para que intenten enviar un mensaje a su hogar — sugería Korix ante la vista de su hermano.

    — No es conveniente, está instalado por una razón — Allecreod miró fijamente a su hermano — Ellos no han venido a causar problemas, pero no hay forma de asegurarnos de que otros seres no tengan esas intenciones.

    — ¿Qué era lo que tenían decidido antes de separarse? — Raumod quería saber que era lo que les esperaba.

    — No habíamos decidido nada, lo dejamos todo en manos de ellos — contestó Wida dándole a entender que no tenían un punto de partida — Probablemente, intenten aterrizar en Nokadro y luego decidan que hacer allí.

    — En ese caso, cuando llegue el momento, enviaré una de las naves de exploración para que los traiga hasta aquí — Allecreod parecía tener decido un plan — Sin embargo, antes de que esta conversación siga adelante, quisiera hacer una pregunta.

    — Estás en tu casa, puedes preguntar todo lo que quieras — Aurio le hizo saber que no habría objeciones.

    — ¿Qué tan numerosos son todos ustedes? — preguntó Allecreod, intentando obtener más información de sus visitantes — Si son tres razas distintas, deben tener mucha fuerza respaldándolos.

    — Somos muy numerosos, pero no todos ellos son aptos para salir al espacio — Wagner no se sentía tranquilo respondiendo, pero debía ser sincero — ¿Qué tienes en mente?

    — ¿Ustedes vieron pasar esas piedras por el espacio hace varios días atrás?

    Todos ellos supieron instantáneamente que Allecreod debía estar hablando acerca de la Réplica Catastrófica. Debido a que era un evento que no había tenido repercusiones en su misión, ni tampoco había llegado hasta sus planetas, no era un asunto de gran importancia para todos ellos, pero cierto era que no podían ignorarlo.

    — Lo vimos — Sharyn quiso responder — Se trata del mismo evento de hace muchos años, repitiéndose una vez más luego de mucho tiempo transcurrido.

    — Como no impactó con nuestros planetas, lo llamamos “Replica Catastrófica” — Kila fue quien contestó, agregando un nombre nuevo a la lista para conocer dicho evento.

    Allecreod miró a su general, y este le devolvió una mirada seria. Tanto el líder como uno de sus hombres de confianza notaron que la chica garak que había hablado última dijo claramente “nuestros planetas”, cosa que hizo que ambos hombres sospecharan bastante. Korix y Cadain no parecieron inmutarse ante esto, y ninguno de los humanos tampoco, por lo que Allecreod llegó a creer que se trataría de un error. Pero el hecho de que anteriormente le dijeran que provenían de un único planeta con vida, para luego referirse a más de un planeta, era algo que no debería olvidar.

    — ¿Tomaste medidas al respecto? — Plamo preguntó, curioso al ver la reacción de Allecreod.

    — Desde que lo detecté, calculé cuatro veces su dirección, y en las cuatro veces llegué a la conclusión de que no impactarían contra ninguno de mis planetas — informaba el líder — Así que lo dejé pasar.

    — No se repitió en nuestros planetas, y cuando digo nuestros, hablo también de tu dominio — Wagner era más específico al hablar en plural, cosa que tranquilizó a Allecreod — Pero el evento que ocurrió una vez se repitió en muy poco tiempo. Es por eso por lo que estamos obligados a descubrir la causa y detenerla para siempre.

    — No encuentro relación entre este hecho con tu pregunta, Allecreod — Michael lo intentaba, pero no llegaba a una conclusión — ¿Por qué te interesa saber cuales son nuestros números?

    — Porque tengo algo que proponerles — Allecreod se puso de pie al decir esas palabras — Estaba en mis planes partir al espacio a explorar para averiguar la causa de todo esto. Después de todo, ya no tengo una flota para defender a mi gente de la Devastación. Si llegase a ocurrir otra vez, y mis planetas estuvieran en el medio, huir sería nuestra única opción. Y luego de que mi abuelo dijera que en otros planetas habitan abominaciones, preferiría no tener que hacerlo.

    — Pero dijiste que no tienes más información que darnos — Alicia no comprendía esos dichos de Allecreod — Eso quiere decir que no has explorado el espacio exterior muy a profundidad. Si estaba en tus planes, ¿por qué no lo hiciste?

    — Porque quería estar bien preparado — Allecreod sabía cuál sería su siguiente movimiento — Enseguida les mostraré de que estoy hablando.

    El líder de los ryfier y de todos los otros planetas del Dominio se aseguró de que todos ellos lo estuvieran observando en lo que hacía. Colocó su mano sobre el metal que cubría su armadura en el brazo derecho, para luego deslizar su mano y levantar una tapa que protegía una miniconsola la cual contaba con un pequeño lente, una luz de color verde encendida, y tres botones de forma cuadrada y de un tamaño que no superaría una pulgada. Ante la vista de todos ellos, el conquistador presionó uno de los botones para luego decir unas palabras.

    — Xorxaik, ven a mi posición — lo dijo como si se tratara de una orden.

    Luego de haber dicho eso, Allecreod colocó la tapa justo en la misma posición en la que estaba, para dirigirse a todos los visitantes.

    — Vengan, esperaremos a Xorxaik en el suelo — decía mientras lideraba el camino.

    Todos los presentes, incluidos los que trabajaban para Allecreod lo siguieron hasta el suelo. Abandonando las gradas para pararse en el centro del anfiteatro, donde tenían una buena vista a todo el interior del lugar, los miembros de la alianza estaban esperando impacientemente a que ese tal Xorxaik, tal y como lo había llamado Allecreod, apareciera ante ellos. Y no le tomó más de cinco minutos.

    Una de las puertas corredizas, la cual tenía un marco de una altura de tan solo un metro noventa y cinco, se expandió, tanto a lo ancho como a lo alto, y luego de eso, se abrió, dejando atónitos a todos los recién llegados en el momento en el que vieron lo que había del otro lado. Nada más las puertas terminaron de abrirse, un ser extraño apareció. Su cuerpo estaba totalmente hecho de metal. Sus piernas tenían una forma cilíndrica, terminando en una planta de pie redonda, la cual pisaba el suelo con fuerza. Las dos piernas que tenía se fusionaban con el torso metálico de forma rectangular, aunque sus bordes eran bastante irregulares. Sus brazos eran idénticos a sus piernas, con la diferencia de que tenían un ancho y un largo algo más reducido. En las manos, se podía ver un total de cinco componentes metálicos que ejercían la función de los dedos, mientras que alrededor, había otros cinco que eran similares a los ganchos. No existía cuello en dicho ser, solo tenía su cabeza, con una forma cuadrada en la parte inferior y algo más esférica en la superior. Se podía ver un total de cinco cristales en el frente de su cabeza, lo que quería decir que esos harían la función de sus ojos.

    Dicho ser metálico caminó hacia los exploradores, parándose a dos metros y medio de distancia de estos, dejando tanto a humanos como a garaks y xaromitantes totalmente intimidados con su altura de dos metros y medio, sin dejar de lado el ancho de su cuerpo. Nadie abrió su boca, porque querían dar una impresión mejor ante Allecreod, pero lo cierto era que el miedo que se reflejaba en sus ojos fue notado por el líder de los ryfier.

    — Este es Xorxaik — Allecreod presentaba al robot como si fuera una persona viva — Mi creación. Tiene dos modos de operación. El primero de ellos es un modo autónomo, en el cual él actúa y piensa por sí mismo. El segundo es el modo en el que se encuentra actualmente. Un modo donde yo le doy órdenes y él reacciona a las mismas.

    — Allecreod, parece que quieren una demostración — Korix sonreía dado a que le parecía muy graciosa la expresión de los visitantes.

    — Estoy de acuerdo con eso — Allecreod respondió de forma afirmativa — Xorxaik, saluda a los invitados.

    — Saludos… — la voz metálica de Xorxaik era bastante grave, casi gutural — No tengo datos de estos individuos en frente mío. Sujetos y especie no identificados.

    — Los primeros cinco a tu derecha son humanos, los dos del medio son garak, y los tres de la izquierda son xaromitantes — Allecreod respondía al pedido de Xorxaik.

    — Recopilando y guardando información en base de datos — Xorxaik analizaba a todos utilizando sus ojos — Registro completo. Nueva información almacenada… Saludos humanos, garaks y xaromitantes… Sujeto 1: No identificado. Sujeto 2: No identificado. Sujeto 3: No identificado…

    — Xorxaik, eso no importa, toma una fotografía y luego yo te diré sus nombres para que los registres — Allecreod quiso interrumpir a su creación — Luego de eso, quédate quieto hasta que te ordene lo contrario.

    — Captura de imagen almacenada, entrando a modo de espera — Xorxaik dijo esas últimas palabras antes de quedarse sin poder operar.

    Cada uno de ellos estaba maravillado con lo que aconteció ante sus ojos. Nunca habían imaginado que verían a un robot moverse libremente de esa forma, y hasta hacía muy poco, la idea de una inteligencia artificial autónoma que no necesitara del control constante de los humanos, y que pudiera entender órdenes tan diversas como lo permitiera el lenguaje, era impensable para ellos.

    — En su planeta no tienen de estos — Cadain presumía, pese a que la creación era de Allecreod.

    — Hay robots con inteligencia, pero son bastante más pequeños, y no pueden operar con autonomía — Wagner se maravillaba con eso — Su creación se volvió muy difícil luego de la Catástrofe, vale aclarar.

    — Ciertamente es impresionante — Lankir, quien era el único del grupo que había llegado a realizar un invento, se encontraba maravillado ante esa creación — Si nuestro planeta no estuviera devastado y se pudiera habitar en él, juro que regresaría a intentar construir algo como eso.

    — ¿Qué tanto puede resistir? — Alicia miró a Allecreod fijamente — Imagino que lo construiste para peleas.

    — Estás en lo cierto, Raumod te dará una demostración — Allecreod señaló hacia atrás.

    El grupo estaba tan maravillado que no se dieron cuenta de que Raumod se había marchado. El general del ejército de Allecreod regresó junto con una lanza, idéntica a las que Allecreod había usado en el planeta. Tal y como su líder lo había dicho, debía dar una muestra del poder que Xorxaik podía resistir. El general se paró en frente del grupo, y levantó su lanza, de forma en que quedara en posición horizontal apuntando hacia el robot, y luego de mover uno de sus dedos sobre un compartimiento de metal que se encontraba en el cuerpo de la lanza, esta abrió su punta metálica como si fuera una flor, dejando al descubierto un cañón, como si se tratara de una pistola.

    — Así fue como dispararon sin tener armas de fuego — pensaba Wagner, recordando aquel momento de confusión — Combinaron un arma de cuerpo a cuerpo con una de fuego. Sorprendente.

    Raumod oprimió el mismo botón, y al hacerlo, un disparo salió del cañón de su arma, yendo a parar al cuerpo del robot. Este no se movió ni un milímetro luego de que recibió el disparo. El general, dispuesto a dar una mayor demostración, mantuvo el botón oprimido, y varias ráfagas de disparos comenzaron a salir de dicho cañón. Pies, brazos, piernas, manos, cuerpo, e incluso cabeza. Cada zona de su cuerpo recibió esa cadena de disparos, y pese a todo eso, el robot no se movió de su lugar, ni tampoco emitió sonido que indicara que su cuerpo estuviera sufriendo daño.

    — ¿Qué tal se encuentra? — Michael quiso increpar a Allecreod una vez que Raumod terminó de disparar — Que no haya sido programado para informar el daño recibido no quiere decir que no haya recibido daño precisamente.

    — Xorxaik, dile a Michael qué tal te encuentras — con soberbia, sabiendo que su robot estaba intacto, Allecreod quiso darle una lección al humano.

    — Sujeto registrado: Michael. Desea saber mi condición. Todos los sistemas funcionan de forma óptima con un rendimiento del cien por ciento — Xorxaik dejó sorprendidos a todos, una vez más, al poder registrar el nombre de Michael siendo que Allecreod solamente había mencionado su nombre luego de que este hablara, sin mencionar el hecho de que no hubiera sufrido daños.

    Raumod, a continuación, presionó el botón que tocó nuevamente, lo que hizo que la lanza se cerrara, cubriendo el cañón con la punta metálica. Acto seguido, intentó clavar esa lanza en el cuerpo de Xorxaik, y perforar el metal que lo cubría. Dio estocadas continuas en la misma zona, y pese a eso, ni una sola marca se formaba en el cuerpo del robot. Una vez que creyó que los humanos se habrían aburrido de eso, nuevamente presionó aquel botón, causando que la punta metálica de la lanza se cerrara, dando por finalizada la demostración.

    — Nuestra arma más fuerte no fue capaz de hacerle daño a mi robot — decía Allecreod mirando a Raumod, dándole una seña con la vista para que fuera a guardar el arma — Xorxaik, ya puedes retirarte. Despídete de nuestros invitados.

    — Hasta la siguiente ocasión que nos encontremos — tras decir esas palabras corteses, el robot se dio la vuelta, y se fue caminando, probablemente para regresar al mismo lugar en el que se encontraría antes.

    — Muy bonito y educativo — Kila no negaba estar impresionada — Pero ¿qué tiene que ver eso con lo que nos estabas por decir antes?

    — Mi plan era partir a buscar las respuestas de la Catástrofe en el momento en el que tuviera a tres robots — Allecreod informaba sus intenciones a los humanos — Por eso tomo recursos del planeta Nokadro. Son materiales muy útiles para mi propósito. Desafortunadamente, Xorxaik es apenas el primero que he llegado a construir. Y pasarán varios ciclos hasta que pueda tener a otros dos funcionando como él. Es por eso por lo que tengo una propuesta que hacerles. Quiero que unamos nuestro poder tecnológico para buscar las respuestas a la Catástrofe juntos.

    Dichas palabras tomaron por sorpresa a todo el grupo. Luego de haber escuchado de primera mano lo cruel que Allecreod podía llegar a ser de parte de sus propios esclavos, creían que tendrían en frente a alguien hostil y muy peligroso, la cual fue la razón para haber llevado a la nave a casa para buscar refuerzos. Lo cierto era que su actitud, la forma en la que hablaba con ellos, la historia de la pérdida de su hermano, y sus palabras en ese momento eran muy diferentes a lo que ellos habían imaginado.

    Pese a todo, no lo conocían desde hace mucho, por lo que la desconfianza seguía existiendo; pero eso no quitaba que les estaba haciendo una propuesta formal para ir a buscar las respuestas de la Gran Catástrofe.

    — Solo piénsenlo, yo tengo una tecnología muy avanzada que será muy útil para nuestra misión — decía el líder, queriendo saber si la alianza lo integraría a la búsqueda — Y ustedes tienen una pista clara para poder dirigirnos al lugar correcto. Si trabajamos juntos, seguro daremos con las respuestas en muy poco tiempo. Eso nos beneficia a todos, y mucho más si el viaje nos lleva a tener que enfrentarnos a abominaciones como las que vio mi abuelo.

    — Es una idea tentadora — Wagner supo que era una buena oportunidad para ellos, más que nada si tenían como aliado a alguien como él — Tendríamos que discutirlo con los líderes de nuestra alianza, porque yo soy solamente el comandante de este pequeño grupo. Una decisión de tanto peso como esa no me corresponde a mí.

    — Vaya, veo que entonces me equivoqué bastante contigo — Allecreod dejó salir su opinión sobre el soldado de Zenith — Me habías dicho que no eras el único a cargo, pero que eras el único que estaba presente. Llegué a pensar que podrías tomar una decisión como esta.

    — Lamento decepcionarte, pero aún no tengo tanto poder en mis manos — Wagner se sentía desacreditado en frente de todos los presentes, cosa que no le agradaba bastante.

    — En ese caso, me equivoqué al hacerte la propuesta a ti — Allecreod lo dijo con un tono serio — No negociaré con alguien que no esté a mi nivel. No es por hacerte sentir mal, pero si no estás a mi nivel, no puedo esperar un compromiso de tu parte que se equipare al mío.

    — ¿Qué es lo que vas a hacer entonces? — Dustin quería defender a Wagner ante el líder de los ryfier, pero no quería sonar muy agresivo.

    — Esperaré a que lleguen sus compañeros con refuerzos — Allecreod ya tenía eso decidido — Si los nokradios les dieron una idea de que yo podría ser peligroso, entonces es lógico pensar que traerán a alguno de sus líderes para enfrentarme. No necesito que estén todos, ya que asumo que mínimo deben ser tres. Con que venga solo uno me basta. Me sentaré a negociar con alguien que pueda garantizar que mi aporte se equiparará al suyo.

    — ¿Qué pasará si ninguno de los líderes viene a este planeta? — Sharyn quería saber qué era lo que Allecreod tenía en mente para eso — No digo que no vayan a venir, pero siempre está la posibilidad.

    — Acabo de decir que no negociaré con nadie que no esté a mi nivel — Allecreod contestó bastante serio, y la sonrisa que se formó en su rostro ya no estaba — Si ninguno de los líderes viene hacia aquí, entonces haré que la nave regrese y traigan a uno de ellos.

    — Eso va a tardar mucho tiempo, hay mucha distancia entre Garak y este planeta — Kila informaba a Allecreod que dicha decisión podría retrasar las cosas — Si realmente quieres agilizar las cosas, no te conviene hacer eso.

    — Bueno, también hay otra opción — Korix tenía pensado sugerir una alternativa diferente — Podríamos ser nosotros los que viajemos para encontrarnos con sus líderes — muchos se preocuparon al escuchar esas palabras de la boca del joven ryfier — Si realmente les preocupa no perder tiempo con los viajes entre su planeta y el nuestro, entonces seremos nosotros los que vayamos a hacerles una visita.
     
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