Ciencia ficción La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 1 Enero 2020.

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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola paso a comentar los capítulos, según como se han ido dando los eventos de los mismos.

    Comentario del capítulo anterior:

    Debo decir que siento un poco de pesar por lo mal que lo está pasando Alicia, ahora que Michael fue capturado por el enemigo. Y se nota cuando deseó ir a rescatar a su novio y a Dustin sin antes pensar bien las consecuencias de sus actos.

    Por otro lado, pobre de Zion. El comandante esta cansado, hambriento, y por si eso fuera poco m está que se cae del sueño. Creo que si en este momento llegan a atacarlo, bien puede ser capturado sin problemas, pero espero que eso no pase, porque si le hacen lo que sea que Tzorkun quiere hacerle a los humanos, la misión se habrá acabado. Aunque habrá que esperar para ver cómo se llevará acabo los sucesos referentes a él.

    Respecto a Ace y compañía, es evidente que la noticia de la captura de Michael y Dustin les ha caído como agua fría. Se nota que a todos les preocupa el bienestar de sus compañeros, y ahora que saben lo sucedido, finalmente Ace está tomando su rol de líder como debe y ha debido de ser desde hace mucho tiempo. Me gusta la actitud que ha mostrado Ace en este capítulo. Pese a que no le agrada desobedecer órdenes, sabe lo que tiene que hacer. Espero que su actuar le de puntos para que en futuro se convierta en el nuevo comandante del Zenith.

    En cuanto a Wagner y demás. Debo decir que sabía lo que estaba por ocurrir, era obvio que después de que Alicia envío el mensaje. Wagner lo recibiría y haría que Jason quedara como el maldito traidor que es. Claro que, a raíz de eso, Gan ha muerto y no te imaginas lo feliz que me has hecho XD. Me da lástima por Wida, pero es lo que hay. Al menos, Gan murió haciendo su deber.

    Y para terminar, te digo que el final de este capítulo me ha preocupado por dos razones. Una; Dustin ha terminado siendo reclutado por Tzorkun gracias a ese extraño vapor. Y dos; Michael parece que no se ha visto afectado, pero a raíz del dolor en su cabeza y brazo; parece indicar que Orz retomará el control en cualquier momento. Por lo que se ve, Michael parece estar bien, pero no pondría la manos en el fuego por él, al menos de momento. Quedo a la expectativa de lo que hará de ahora en adelante.

    Comentario del capítulo actual:

    Por lo que he visto en la primera escena de este capítulo, debo decir que es muy desconcertante el actuar de Dustin. Michael ha querido hacerle creer a Tzorkun que está bajo su control, pero todo se fue al traste con el dolor de cabeza. Esto me preocupa en gran manera, porque las probabilidades de que Orz emerga otra vez son muy altas. Estoy que me como las uñas con esto XD. Retomando a Dustin, parece que el vapor lo ha controlado, y ante eso Dustin parece ser otra persona. Es como si dentro de el hubiera dos conciencia diferentes, una que es la verdadera, y otra creada a imagen de la verdadera pero alterada de algún modo, y esta es la que tiene el control ahora mismo. Espero saber más sobre este proceso, porque me llama demasiado la atención como un simple vapor haga cambiar a los humanos de ese modo. Por otra parte, veo que Sharyn tiene toda la intención de querer acabar con Alicia y para ello tiene pensado pedirle permiso a Tzorkun, esto como medio para tener a Michael en sus garras. Ojalá que que la maten pronto, tal y como pasó con Gan. Ahora mismo te digo que Sharyn está en el segundo escalón de los personajes que más odio XD.

    Ahora bien, la batalla de Wagner y Jason fue muy interesante. El final que esta tuvo fue épica, me gustó demasiado los diálogos de Wagner y su forma de actuar. Me recordó un poco lo que hizo Goku contra Freezer, cuando este decidió atacarlo después de recibir un poco de su energía. Cierto que aquí Wagner le descargó una lluvia de balas, pero no deja de ser épico. Lamento lo que le sucedió al cuerpo de Gan, no tanto por él, sino por Wida. Ahora no tendrán su cuerpo para realizar un funeral o sea lo que sea que hagan con quienes mueren. Pobre de ella.


    Tal y como me he temido desde hace ya algún capítulo. Orz quiere manifestarse y acabar con todos. La idea que pueda salir en algún momento me pone la carne de gallina XD. Por otra parte, ahora todo empieza a tener sentido; el nombre del planeta Emiv y sobre Tzorkun. No puedo evitar sentirme un poco mal por él, ya que perdió todo por una guerra interminable a raíz de las cuatro razas que habitan el planeta. Lo más sorprendente es su inteligencia, es muy hábil, utilizó a su líder para ganar prestigio de algún modo y llegar hasta lo más alto, además de que hizo lo mismo con los demás líderes. Ante esto, me sorprende que Sieg sea el líder de los Elimun, yo daba por hecho que era un soldado más del montón. ¡Vaya revelación!

    Bien, bien. Ahora ya sabe de dónde proviene ese vapor y la razón para que las personas lo utilicen, además del efecto que causa en los seres vivos. Todo tiene mucho sentido, incluso su idea de reclutar a los líderes de BM y Zenith. Me pregunto como será el actuar de Michael ahora que sabe los planes de Tzorkun.

    Lo único que me queda por decir es que te enviaré la actualización del top. Hay algunos cambios que cabe destacar. Eso eso es todo por el momento. Nos vemos la próxima oportunidad.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5214
    Saludos a Resistance y a Zurel , y también a otros usuarios que lean esta historia. Llegó el momento de publicar el capítulo 22 de esta historia. Luego de mucho tiempo, finalmente entramos a lo que viene siendo la segunda mitad de esta parte.

    Estoy seguro de que estos capítulos les gustarán bastante. Además, estoy seguro de que sus tops podrían cambiar bastante con los capítulos que van a venir. Les recuerdo que si quieren, pueden mandar un top nuevo en cualquier momento. Si un personaje hace algo que consideren que es digno de entrar, lo pueden hacer.

    Mientras, dejo la información de los últimos tops a la vista.

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    Con esto listo, paso a publicar el capítulo de esta semana. Ojalá les guste.



    Objetivos cruzados:

    Las palabras de Tzorkun habían dejado en un silencio prolongado tanto a Michael como a Dustin, quienes no tenían ni idea sobre qué decir a continuación. A pesar de que sus labios no pronunciaban palabra alguna, sus mentes se inundaban de pensamientos. Principalmente la de Michael, quien no podía dejar de pensar en lo que podría llegar a ocurrir si ese tipo lograba cumplir su objetivo.

    — Reclutar a Magnus y a Abel… — Michael estaba intranquilo al pensar en eso — Este tipo nos ve como una amenaza y quiere evitar cualquier conflicto posible a toda costa. Si logra reclutarlos a ellos dos, ya no volverán a enviar una nave más a explorar el espacio. Y si eso sucede, nuestra misión se estancará, se terminará el tiempo y nos expulsarán del planeta Tierra — ciertamente, temblaba de solo pensar en lo que podría ocurrir después — Demonios, esto está cada vez peor. Hay que frenar esto a cualquier costo, o perderemos nuestro hogar. Todo por un pacifista aterrado que no quiere sentarse a dialogar. Si pudiera convencerlo de que nuestro objetivo para explorar el espacio es solo descubrir las respuestas a la Gran Catástrofe… pero si lo hago sin que él me lo ordene, sospechará que yo no estoy bajo su control. Maldita sea, eso solo reduce mis opciones a una sola: tengo que asesinarlo y detener esto… pero yo solo no seré capaz de hacerlo… tal vez Orz pueda lograrlo. Pero, ¿cómo haré para controlar esto? Si libero a Orz, nada me garantiza que ataque a estos tipos o que no vaya a lastimar a mis amigos. Pero si yo me lanzara al ataque ahora, y luego lo libero, no le quedaría otra opción más que pelear para sobrevivir ya que no podrá convencerlos de que es un berrod atrapado en un cuerpo humano… Aunque, este tipo es impredecible. Tendrá acceso a mis recuerdos y se enterará que toda su especie fue aniquilada, si es que no lo sabe todavía. Y la última vez que estuvo libre, mis padres, Erin y el comandante Richard fueron asesinados… — fue así que Michael supo que no sería una buena idea recurrir a Orz en una situación como esa — No puedo hacerlo. Sería una salida fácil pero arriesgada. La salida complicada costará mucho más, pero da una preocupación menos a tener en cuenta. Si quiero ayudar a mis amigos, tengo que hacerlo por mi cuenta, sin la ayuda de nadie más. Mucho menos de un asesino peligroso que ya me traicionó antes. Será mejor que sea capaz de hacerlo…

    — Veo que han quedado sin palabras ante todo esto — Tzorkun habló y sacó a Michael de sus pensamientos — De cualquier forma, vayamos a la sala principal. Seguiré explicándoles más cosas en el camino.

    Tzorkun, los elimun que entraron al lugar para ayudarle con el proceso de reclutamiento, y los tres humanos que estaban en el lugar, se retiraron del laboratorio dejándolo completamente abandonado y preparado para cuando más humanos llegaran en caso de que los guerreros que estaban afuera fueran capaces de capturar a más de ellos. En el camino, Sharyn se acercó a Michael y lo tomó del brazo, comenzando a caminar junto a él. La chica se mantuvo cerca del soldado por unos segundos hasta que Michael la apartó con delicadeza para no lastimarla y no levantar sospechas.

    — ¿Qué tienes? — preguntó Sharyn, sin saber el porqué de la acción de Michael.

    — Mi novia es Alicia — la respuesta fue muy severa — Y tengo pensado reclutarla a ella primero. No quiero nada contigo, Sharyn, que te quede claro.

    Las palabras del soldado recién reclutado no dejaron nada contenta a la chica, todo lo contrario, ella comenzó a sentir algo de furia en contra de la chica llamada Alicia. No tenía permitido matarla, ya que Tzorkun la castigaría si llegaba a realizar una acción así, pero ciertamente tenía mucho interés en Michael, y no quería dejar pasar esa oportunidad de tenerlo.

    Tras un breve camino, llegaron todos hacia la sala principal. Dustin y Michael procedieron a mirarla con atención, notando que estaba llena de máquinas, las cuales, probablemente servían para monitorear todo el lugar. Tan solo unos segundos después de que llegaron, recibieron un mensaje, el cual fue informado por uno de los trabajadores.

    — Señor Tzorkun, es un mensaje de los vasterrad — comentó dicho trabajador — ¿Qué quiere que haga?

    — Debe tratarse de Sieng — concluyó el líder, creyendo que era la única razón por la cual recibiría un mensaje de ellos durante el día — Aprovechemos la situación para que él esté al tanto de la situación. Déjame hablar con él.

    — Como usted ordene.

    Obedeciendo la orden de su líder, el trabajador aceptó el mensaje para establecer una video comunicación entre Tzorkun y los vasterrad. En el monitor que se encontraba en la sala apareció un guerrero de la misma raza de Tzorkun, al cual Michael y Dustin le prestaron mucha atención. Por detrás se podía ver a miembros de otra especie, más concretamente los vasterrad.

    — Ya hice mi trabajo, Tzorkun — le comentó Sieng a su líder — Una vez la misión esté terminada, los vasterrad elegirán a un nuevo líder. Pero mientras tanto, obedecerán mis órdenes.

    — Me parece perfecto — Tzorkun se sintió encantado de saber que no perdería a una de las especies bajo su control — Por cierto, otra buena noticia para que escuches… Sharyn consiguió capturar a dos soldados más y ya fueron reclutados.

    — ¿Realmente fueron dos? — Sieng se mostraba asombrado para bien — Eso es espectacular. Ahora tenemos a cuatro humanos bajo nuestro cargo — el soldado miró bien a Michael y a Dustin, quienes se acercaron para poder ver más de cerca a Sieng — Asumo que se trata de ellos dos. Ustedes ya conocen mi nombre, pero me presentaré igualmente. Soy Sieng.

    — Mi nombre es Dustin — dijo el soldado, devolviendo la cortesía.

    — Y yo me llamo Michael — su objetivo era descubrir la mayor cantidad de información posible para la misión, y esa era una oportunidad perfecta.

    — Es un placer conocerlos, y me alegra que ahora tengamos a más reclutas humanos en nuestras filas — contaba Sieng a ambos humanos — Si todo va bien, reclutaremos a la mitad el día de hoy.

    — Será mejor que salgas y explores en busca de más humanos, Sieng — ordenó el líder — Yo necesito tratar unos temas más con ellos.

    — Partiré enseguida — Sieng aceptó la orden y cortó la transmisión.

    Una vez que la llamada estuvo terminada, Michael y Dustin supieron que Tozkun les haría un par de preguntas, basados en las cosas que le había dicho a Sieng al final. Ambos soldados supieron que lo que su nuevo líder quería era nada más y nada menos que información sobre el grupo que se encontraba en el planeta, dado a que en una situación como esa, la información era un activo muy valioso.

    — Muy bien, les explicaré unas cosas más antes de empezar — comentó Tzorkun — Vanac, la líder de los vasterrad, fue asesinada hoy. Por eso Sieng, que es mi hombre de confianza, está liderando a su grupo en este momento — se preparó para continuar — Nuestra raza, como bien saben, son los elimun. Las otras dos son los inkor, liderados por Qaior, y los moender, liderados por Havor.

    — Sé que les cuesta trabajo, pero los moender son los que tienen apariencia de insectos — les contaba Sharyn, sabiendo que eso ayudaría a recordarlo mejor — Los inkor, por otro lado, son los que salieron de noche por ustedes. Tienen una vista muy buena, y por eso fueron elegidos para el trabajo.

    — Lo sabemos, ya nos dijeron eso antes — contestó Dustin, a quien no le gustaba que le repitieran las cosas — Decirlo otra vez no nos ayudará a recordarlo mejor.

    — Pero debemos insistir para que lo recuerdes — Sharyn contestó muy seriamente luego de lo que Dustin le dijo.

    — ¿Tú y quién más de los soldados de Roger siguen vivos? — preguntó Michael, quien necesitaba recaudar información y supo que era su última oportunidad.

    — Estoy yo sola junto a otro soldado llamado Jason Saruk — le respondió Sharyn, sonriéndole a Michael al momento de contestar — Y me parece raro que él no haya regresado, ni siquiera para informarnos acerca de los lugares que estuvo recorriendo.

    — Quizá esté ocupado luchando, o esté ideando un plan para capturar a varios soldados humanos — Tzorkun decidió interrumpir a la chica — Sea como sea, ahora es mi turno de recibir información.

    Michael se frustró mucho de que hubieran capturado a Dustin junto a él. Si tan solo lo hubieran capturado solamente a él, podría mentir y causar confusión en el enemigo. Sin embargo, no era una alternativa viable en ese momento. Con Dustin ni siquiera podría fingir que no recordaba varios detalles, de hecho, creyó que dicha actitud sería mucho más peligrosa que intentar mentir. Pero no tuvo más opción que aceptar. No quería darle información de forma gratuita al enemigo, pero su plan no funcionaría si no lo hacía.

    El líder de los elimun decidió comenzar con las preguntas.

    — Me han informado que, junto a los garak, los acompaña una especie desconocida — estaba hablando de los xaromitantes — ¿Quiénes son ellos exactamente?

    — Se los conoce como xaromitantes — Dustin fue el primero en hablar, casi de forma inmediata — Y los conocimos hace muy poco, es por eso que no tienen información acerca de ellos.

    — ¿Cuántos son en total? — preguntó el líder — Tengo entendido que dos de ellos murieron ayer, así que no es necesario que los incluyan en la cuenta.

    — Son cinco, en total éramos un grupo de siete xaromitantes, dos garak y nueve humanos — Michael quiso mostrarse obediente ante Tzorkun, ya que necesitaba engañarlo — Ahora quedamos un total de dieciséis guerreros, aunque desconozco si habrán matado a alguien más.

    — Tengo la esperanza de que así haya sido — Tzorkun simplemente mostraba interés en reclutar a los humanos — En fin, su trabajo ahora es simple. Ambos se irán juntos y buscarán la forma de traer a sus compañeros hacia esta ciudad, fingiendo que tienen un escondite. Guiarán a sus compañeros a una trampa, y eso me permitirá reclutar a más de ustedes.

    — No creo que sea un buen plan — contestó Dustin, teniendo en cuenta un detalle importante — Alicia estaba con nosotros al momento de nuestra captura, y ella seguro habrá alertado a los demás de que fuimos capturados. Si nos ven, ciertamente sospecharán de nosotros.

    — Tal parece que el elemento sorpresa se perdió — Tzorkun se mostró muy frustrado ante esas palabras — Cambio de planes. Se llevarán a varios soldados elimun con ustedes y buscarán una forma de capturar a la fuerza a sus compañeros. Pero únicamente a los humanos. Quiero que el resto sea eliminado.

    — ¿En qué momento podemos empezar? — Michael estaba ansioso por salir de ese lugar para que Dustin ya no pudiera seguir dando información al enemigo, si no podía obtener nada, quería que el enemigo tampoco.

    — Haré que les traigan algo de alimento y agua para que se lleven con ustedes — informó el líder — No quiero que se queden sin la capacidad de lanzar energía en una batalla importante.

    Eso demostraba que Tzorkun lo sabía todo acerca del funcionamiento de la energía que ellos desprendían de sus cuerpos, probablemente por lo que Sharyn y Jason les habían dicho. Si ellos fueron reclutados hace mucho tiempo, eso quiere decir que tuvieron todo ese tiempo para darle información al enemigo. Las cosas no pintaban bien para ellos.

    Una vez que unos elimun les trajeron algunas raciones de comida y de agua, los tres humanos las tomaron y las cargaron en sus cuerpos, de forma que estuvieran provistos para abastecerse de energía cuando llegara el momento de entrar en combate. Sharyn, Michael y Dustin llegaron hacia la salida de la ciudad subterránea, siendo acompañados por varios elimun que irían con ellos. Los dos soldados recién reclutados del Zenith aprovecharon para observar atentamente a los alrededores e intentar memorizar el trayecto desde la ciudad a la salida, principalmente Michael, quien supuso que debería regresar a ese lugar para terminar con su cometido. El plan de Tzorkun no debía cumplirse, ya que sus objetivos contrastaban totalmente con lo que Magnus y Abel tenían preparado para hallar las respuestas a la catástrofe ocurrida hace varios años.

    Al salir de la ciudad y cerrar la compuerta, Sharyn decidió organizar a los soldados.

    — Ustedes no deben conocer mucho el planeta, así que se irán y se llevarán a cuatro elimun para que puedan orientarlos — comentaba la chica, mostrando una buena capacidad de organización — Yo, por mi parte, iré sola. Aunque estén advertidos sobre mí, sé que no todos deben tener memorizado mi nombre y mi rostro, y que podré engañarlos.

    — Eres muy inteligente, Sharyn — Dustin halagó a su compañera — Debes ser de mucha utilidad para Tzorkun. Espero que nosotros dos podamos serlo de igual manera, ¿verdad Michael?

    — Por supuesto — Michael quería hablar lo menos posible, ya que creyó que podría cometer un error en sus palabras — Reconozco que Sharyn tuvo una buena idea. A mí no se me habría ocurrido, al menos no en este momento.

    — Y todavía te falta conocer un par de cosas más sobre mí — Sharyn le guiñó el ojo a Michael tras decir eso — Pero ya habrá tiempo para eso. Por ahora, tenemos que encargarnos de lo que Tzorkun nos pidió. Confío en ustedes, pero, aun así, no está de más desearles suerte. Mientras mejor les vaya, más complacido estará Tzorkun con su trabajo, y eso es lo que importa ahora.

    La chica se fue del lugar en una dirección, siendo acompañada por unos cuatro elimun; mientras que Michael y Dustin iban en compañía de otros cuatro guerreros de dicha raza. Estos aprovecharían para mostrarles el planeta y darles un poco de orientación. Michael supo que lo harían en silencio, claramente para no alertar al equipo de rescate, por lo que tendría esos momentos de tranquilidad para asimilar mejor la información que acababa de recibir.

    […]

    En otro sector del bosque, bastante alejado de la zona en la que los tres humanos que trabajaban para Tzorkun se encontraban, iban avanzando Ace y su grupo. Los cuatro soldados del Zenith habían perseguido al moender que los detectó, todo con el objetivo de eliminarlo antes de que pudiera dar alguna clase de alerta a sus compañeros. Sin embargo, sus esfuerzos fueron inútiles, dado a que este, aprovechando su capacidad para volar y su conocimiento del bosque, logró escaparse de su vista. Ellos supieron que pronto vendría lo peor, deberían poner en pausa tanto su búsqueda por un lugar de reunión, así como también su avance en el intento de ayudar a Michael y a Dustin. Todo eso para enfrentarse a un grupo de insectos de gran tamaño, los cuales, luchaban ferozmente según las palabras de sus compañeros al comunicarse en la noche anterior.

    — Detengámonos ahora — Ace les dijo que no siguieran corriendo — Solo estaremos gastando fuerza en vano. Se nos escapó, y claramente, alertará a su grupo dentro de muy poco. Dejemos estas fuerzas para luchar en contra de ellos.

    — Chicos, quiero proponer una idea — Gwyn llamó la atención de todos sus compañeros — Es obvio que todas las especies que están en el planeta trabajan en conjunto. Eso quiere decir que los que capturaron a Michael y a Dustin, están aliados con los insectos.

    — ¿A dónde quieres llegar? — Agustina sentía curiosidad por las palabras de su compañera.

    — Creo que podríamos intentar algo, aunque puede ser muy arriesgado — contestó Gwyn, algo insegura de su idea — Por eso lo consulto con ustedes. Creo que deberíamos dejarnos capturar por ellos — esas palabras tomaron por sorpresa a sus tres compañeros — Si lo hacemos, estos tipos podrían llevarnos hacia el mismo lugar al que llevaron a Michael y a Dustin. Una vez allí, seremos seis soldados trabajando juntos. Tendremos muchas más posibilidades de escapar si estamos unidos.

    — No es una mala idea en absoluto, pero no es conveniente hacerlo — contestó Ace, quien no había pensado en eso hasta que su compañera no lo sugirió — Nada nos garantiza que estos tipos nos lleven al mismo lugar al que llevaron a Michael solo porque son aliados. Podrían tener más de una base de operaciones. Además, considerando la posibilidad de que sí lo hagan, podrían no darnos una oportunidad de hacer algo para escapar de ese lugar, incluso aunque luchemos los seis juntos — a medida que Ace hablaba, Gwyn se desanimaba más al ver que una de sus ideas no aportaba nada — Y si eso ocurre, el resto del equipo tendrá que rescatar a seis soldados en lugar de a dos.

    — Lo lamento mucho — Gwyn se disculpó por lo que propuso — Fue una idea tonta, no debí haberla sugerido.

    — No, nada de eso — Ace no quería que ella se viera desalentada en un momento crucial — Siempre debes comunicar las ideas que tengas, incluso aunque no sean las mejores. Si no te equivocas, nunca podrás aprender, y si no aprendes, no podrás crecer como soldado.

    Las palabras de Ace devolvieron parcialmente la confianza a Gwyn. La chica se seguía sintiendo mal por haber sugerido algo que no les iba a dar ninguna clase de ayuda en la misión, pero la forma en la que Ace respondió a su idea fue muy buena para ella. Recibió una corrección sin ser castigada o humillada por haber tenido una idea equivocada. Eso era algo que le agradaba sobre su compañero, que no se centraba solamente en la misión, sino también en asegurarse de que los demás aprendieran de sus errores.

    — Gracias por el consejo, Ace — Gwyn se mostró un poco mejor ante la respuesta recibida — Prometo que hablaré con ustedes si se me ocurre algo más.

    — Somos un equipo, estamos aquí para escucharnos y ayudarnos mutuamente — contestó Ace, apreciando el apoyo de su compañera — Es gracias a eso que hemos llegado hasta aquí.

    — Chicos, no quiero interrumpir, pero escucho ruidos provenientes de aquella dirección — Thomas señaló hacia el este del lugar en el que se encontraban — Ellos llegarán en cualquier momento.

    — Deberíamos cubrirnos y dispararles en cuanto aparezcan ante nosotros — sugirió Agustina al resto del equipo — Si podemos eliminar, aunque sea a uno de ellos, habrá valido la pena.

    — Buena idea, todos escóndanse y estén alerta — ordenó Ace a sus compañeros.

    Dicho y hecho, los cuatro soldados buscaron los árboles con troncos más gruesos que pudieran proporcionar una cobertura mayor ante el ataque enemigo que estaban por enfrentar. Agustina y Ace quedaron juntos, por un lado, mientras que, a unos metros, quedaron Thomas y Gywn. Los cuatro sujetaban sus armas firmemente y listos para disparar en cuanto consiguieran ver a los enemigos a una distancia en la cual pudieran acertar un disparo efectivo.

    Tal y como Thomas había dicho, los moender, la raza con forma de insecto, se acercaba hacia esa posición, listos para entrar en combate con el grupo humano. Havor, su líder, iba al frente seguido de otros cinco más. En total, sería una lucha de seis contra cuatro, teniendo dos guerreros más aportando para la ventaja numérica.

    El líder de esta especie supo que los humanos eran listos, y que podían preparar una emboscada para ellos sin problemas. Fue esto lo que lo llevó a comunicarle una idea a su grupo para evitar recibir daño por parte de ellos.

    — ¡Dispérsense y vuelen en movimiento de zigzag constante! — ordenó Havor a los suyos — ¡Les será más difícil atacarnos de esa forma!

    Inmediatamente después de que la orden fuera dicha, tanto el líder como el resto de sus guerreros, empezaron a cambiar la dirección de su vuelo para emprender movimientos en zigzag entre los árboles. Volaban a gran velocidad entre los troncos de los árboles del bosque, al mismo tiempo que iban alternando la altura, a veces subiendo varios metros y otras veces bajando. De esta manera, sería imposible para cualquier soldado acertar un tiro en contra de estos enemigos.

    — Maldita sea, son más inteligentes de lo que yo esperaría — Thomas no podía apuntar bien a ninguno de ellos — ¿Qué vamos a hacer ahora?

    — Continuaremos con el plan — Ace no quería dar marcha atrás con su decisión — Sin importar como se muevan, tienen que acercarse a nosotros si quieren capturarnos. Una vez que los tengamos a tiro, dispararemos en contra de ellos.

    — ¡Havor, los encontré! — esa voz provenía desde atrás de ellos.

    Asustados por el grito tan repentino, los cuatro soldados del Zenith voltearon rápidamente y notaron que uno de los moender se había aproximado hacia ellos desde atrás. Este, viendo el miedo en sus rostros, decidió descender y atacarlos en un intento de separarlos y así facilitarles la captura.

    — ¡Son míos! — gritó, para luego emitir un sonido horrible desde su boca.

    — ¡¿Ahora qué?! — Agustina se vio superada por el miedo.

    — ¡Dispara! — Thomas decidió actuar de inmediato.

    Thomas, Gwyn y Ace abrieron fuego en contra del moender que los había atacado. Dado al susto repentino y al ligero miedo que sentían por haber sido atacados de esa forma, varios de sus disparos fallaron, siendo solo unos dos o tres los que dieron en el objetivo. El moender estaba cubierto por una carcasa muy resistente, por lo que esos disparos recibidos no serían suficiente para causarle daño alguno. Este se aproximó lo más que pudo a Thomas y Gwyn, y luego de inclinar su cuerpo, buscó darles una patada en la cabeza para provocar que estas chocaran contra el árbol que usaban para cubrirse.

    — ¡Mierda, Gwyn, esquívalo! — Thomas empujó a Gwyn para apartarla del lugar.

    Gwyn cayó lejos del enemigo, pero Thomas no tuvo tiempo a moverse. A pesar de todo, el soldado se rehusó a ser golpeado tal y como el enemigo quería, por lo que levantó ambos brazos para cubrirse y bloquear la doble patada que el moender había intentado, logrando recibir el ataque sin moverse del lugar.

    Ace, aprovechando que el enemigo se encontraba a poca distancia, decidió actuar rápido. El soldado cargó energía en su mano izquierda para luego liberarla con un disparo en dirección a la espalda del moender. Este lo vio venir, e inclinó su cuerpo para que el ataque impactara en su carcasa protectora, y no en su espalda, más concretamente en sus alas. Dado a que la carcasa lo protegió, no recibió ningún daño, así que decidió tomar vuelo para alejarse del lugar del enfrentamiento. Gwyn, quien se estaba levantando del suelo, observó la escena y los movimientos del enemigo, notando como este prefirió dejar que la energía le impactara en el cuerpo y no en sus alas. Sin embargo, antes de que pudiera pensar en algo más, el resto de los enemigos llegaron.

    — ¡Son cuatro humanos listos para ser capturados! — Havor sobrevoló por encima de ellos y se apoyó sobre la gruesa rama de un árbol — ¡Tzorkun estará más que contento cuando se los llevemos! ¡Atáquenlos ahora! ¡Captúrenlos y procuren no hacerles ninguna especie de daño de gravedad!

    — ¡Como usted ordene, Havor! — respondió uno de los moender, parándose sobre una rama con el objetivo de tomar impulso.

    Desplegó sus alas, se impulsó dando un salto con ambas piernas y se dirigió hacia Ace y Agustina, quienes eran los que se encontraban más cerca en ese momento. La pareja lo vio y supo que su velocidad no les daría tiempo a esquivarlo y contraatacar, por lo que deberían bloquear el ataque.

    — ¡Prepárate, Agustina! ¡No dejes que te derriben! — le advirtió Ace.

    — No, no pienso permitir que lo hagan — Agustina supo que, si era derribada, podría ser el final — Aprovecharé lo que aprendí en el entrenamiento para esto.

    El moender intentó darle un golpe en la cabeza a cada uno con el objetivo de aturdirlos, aunque sea por un momento, y permitir al resto de sus compañeros que los capturaran. Sin embargo, su ataque falló, dado a que tanto Ace como Agustina levantaron uno de sus brazos para bloquear el golpe, mientras que cargaban energía en sus manos con el otro. Ambos lograron su cometido, y el ataque del enemigo resultó bloqueado. Antes de que este pudiera moverse hacia atrás o hacia un costado, levantaron firmemente sus otros brazos para dispararle la energía acumulada en la cabeza. Liberaron rápidamente los fragmentos de energía y estos impactaron de lleno en la cabeza del enemigo, quien, al recibir dos impactos en la misma zona, terminó perdiendo el equilibrio y cayéndose al suelo de rodillas.

    Ace quiso eliminarlo rápido, por lo que comenzó a cargar energía nuevamente. Estaba dispuesto a liberarla sobre el cráneo del moender arrodillado, cuando Agustina le gritó para darle una advertencia.

    — ¡Ace, detrás de ti! — Agustina se asustó al ver a uno de ellos acercarse.

    Ace se dio la media vuelta rápido y sin dudar ni un segundo, al mismo tiempo que levantó su mano y liberó energía en la cabeza del enemigo que se estaba acercando a él. Havor, el líder de los moender, era quien se había acercado para atacar, y recibió el impacto completo de energía en su cabeza, logrando resistir el ataque sin ser derribado al suelo, para posteriormente, lanzar un puñetazo a la cabeza de Ace. Este no pudo esquivarlo, pero el golpe no fue lo bastante fuerte como para derribarlo, aunque sí lo hizo retroceder un par de pasos hacia atrás.

    — ¡Ace, agáchate! — Agustina levantó ambas manos para disparar energía contra el enemigo.

    El soldado decidió obedecer la orden de su compañera, y se agachó flexionando las rodillas, permitiendo así que Agustina pudiera disparar energía en contra del líder de los moender. Este se anticipó al ataque de la chica, por lo que inclinó su cuerpo y agitó sus alas con fuerza y rapidez para impulsarse hacia un costado y terminar cubriéndose detrás de un árbol. Tanto Agustina como Ace lo terminaron perdiendo de vista.

    — ¡Buena decisión de pelea! — Havor apareció repentinamente desde detrás de un árbol a espaldas de la chica — ¡A Tzorkun le agradará tenerte en su ejército!

    El líder de los moender lanzó una patada a la soldado, quien se dio la vuelta intentando defenderse del ataque, sin embargo, no logró reaccionar a tiempo. La patada de Havor impactó con mucha fuerza en la cabeza de Agustina, quien perdió el equilibrio y se tambaleó para caer hacia atrás. Ace corrió hacia ella y la tomó en sus brazos para evitar que cayera, logrando salvarla de quedar a merced del enemigo.

    — Ace… lo siento — Agustina sonaba asustada y aturdida al momento de disculparse.

    — ¡No te detengas, sigue luchando! — Ace quería motivar a su novia para que siguiera luchando.

    — No puedo… — Agustina contestó en voz baja — El golpe que me dio fue muy fuerte. Perdóname, Ace… No me recuperaré a tiempo… serás capturado por mi culpa.

    — ¡Agustina! — Ace intentó hacerla reaccionar.

    Antes de poder decirle otra cosa, uno de los moender, el que había lanzado el primer ataque, se acercó hacia ellos desde el costado.

    — ¡Ahora será tu turno! — gritaba con un gran enojo acumulado.

    — ¡Mierda, ¿qué hago ahora?! — Ace lo veía venir y no se le ocurría una forma para alejar a Agustina de la zona de combate sin dejarla sola.

    — ¡Atento a su movimiento! — Havor dio una orden a uno de sus guerreros — ¡Una vez que la suelte, tú te la llevarás!

    Fue entonces que Ace se dio cuenta del plan de Havor al haber atacado a Agustina de esa manera, y supo que, si soltaba a Agustina, uno de sus enemigos la capturaría y se la llevarían, provocando que su grupo quedara más reducido para pelear.

    — ¡Si ese es el caso, entonces no la soltaré! — Ace estaba decidido a no permitir que los enemigos le pusieran una mano encima.

    Cuando el moender se le acercó, Ace dio un giro con su cuerpo, levantando su codo en contra del enemigo, todo mientras sujetaba a Agustina con su otra mano. El codazo fue un golpe muy fuerte y dirigido directamente hacia la mandíbula del guerrero. La fuerza de Ace, sumada a la resistencia y dureza de la armadura, consiguieron aflojarle varios dientes al guerrero enemigo con ese gran golpe.

    El moender lanzó un grito de dolor muy fuerte, a medida que se sujetaba la mandíbula con las manos intentando evitar que sus dientes flojos se cayeran de su boca.

    Agustina, quien seguía aturdida, vio el gran esfuerzo que hizo su novio para evitar que la capturaran, por lo que decidió ayudarlo. La soldado del Zenith cargó una gran cantidad de energía en su mano, y levantándola con dificultad, consiguió apuntar a la cabeza del moender, quien no notó ese ataque por parte de la humana. Ella liberó la energía en grandes cantidades, y los fragmentos impactaron constantemente en la cabeza del moender, quien gritaba de dolor por el daño recibido por los impactos de energía, hasta que uno de ellos le dio con tanta fuerza que le terminó provocando una muerte luego de tanto daño recibido en la misma zona.

    El moender cayó muerto al suelo, dejando los números en un cinco contra cuatro, manteniendo la ventaja para su raza. Havor, quien vio esa escena, no podía creer que el humano fuera capaz de proteger a su novia de esa manera, y mucho menos que la humana lograra responderle tan efectivamente a pesar de su condición de herida tras la patada que le dio.

    — ¡Esto es imposible! — Havor se frustró mucho al ver la capacidad de Ace y Agustina — ¡Atáquenlos a ellos dos! ¡Ahora! ¡Son los más peligrosos de este equipo! — esa orden fue dirigida al resto de los moender, que, hasta ese momento, mantenían una batalla en contra de Thomas y Gwyn — ¡Quiero que sean capturados de inmediato!

    De forma casi inmediata, tres de los moender que se encontraban manteniendo un combate muy parejo en contra de la otra pareja de humanos, decidieron dejar el lugar de la batalla para cambiar de oponentes. Havor, por su parte, decidió moverse hacia Thomas y Gwyn. Los dos soldados del Zenith supieron que tenían en frente al líder de esa especie tan brutal que los había atacado, y que combatir contra él sería mucho más difícil que pelear en contra de los otros tres. Sobre todo, porque el otro de los guerreros que quedaba con vida se dirigió hacia su posición para poder asistirlo en combate. Era una lucha de dos contra dos, pero uno de sus enemigos era nada más y nada menos que el propio líder.

    — Ustedes dos no parecen tan fuertes como ellos — las palabras de Havor buscaban meter miedo en Thomas y Gwyn, al igual que enfurecerlos — Por lo que podré capturarlos a ambos sin preocuparme por perder los dientes de mi boca.
     
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  3.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Vaya, por primera vez en mucho tiempo, uno de tus capítulos se me hizo corto XD no me quejo de la duración, es que estoy tan acostumbrado a que sean más largos... en fin, al margen de eso, me ha gustado. Pasaré a comentar lo más llamativo.

    Me decepcionó un poco que Michael no quisiera liberar a Orz para armar una lucha, aunque comprendo perfectamente el porqué de su decisión y ha sido la correcta. Ya sabes que me agrada ver a Orz en acción porque es una bestia XD pero Mike hizo lo que era más sensato y me alegra. Además, su condición de "infiltrado" por así decirlo, le convierte en un miembro esencial del grupo y esencial para la victoria de los suyos. A Dustin lo doy por perdido, pero como no era de mis favoritos, me es indiferente. Sin lugar a dudas, Tzorkun no es un villano que se caracterice por su fuerza o brutalidad sino por su astucia, y este tipo de villanos me atrevería a decir que son incluso más peligrosos que aquellos a los que ves venir de cara. Su plan compromete a Zenith y Black Meteor e incluso al resto de la humanidad, por lo que frenarle se convierte en la misión prioritaria y ojalá se logre. Por otra parte, Sharyn parece estar cada vez más obsesionada por Michael, diría que fue amor a primera vista :v y sé que la chica no parará hasta conseguir su amor, incluso la veo tratando de matar a Alicia a espaldas de Tzorkun por puros celos. Michael y Dustin saldrán a cazar más de sus compañeros con varios elmor y Sharyn irá por su cuenta, sinceramente espero que fracasen ambos equipos XD.

    La otra parte del capítulo se la llevaron el grupo de Ace, Agustina, Thomas y Gwyn. Havor y sus insectos de mierda (creo que es la especie que más impotencia me causa XD) les han atacado rápidamente. El combate estuvo genial en todos los sentidos y hubo un momento en el que di por hecho que Agustina iba a ser capturada. No me agradó que la chica se diera por vencida sin estarlo completamente y ha vuelto a mostrar signos de esa debilidad inicial que tuvo. Pensaba que Ace ya le había entrenado bien y aunque entiendo el miedo que da ser atacado por insectos inteligentes y grandes, fue la única del grupo que mostró miedo desde el inicio del combate. Sinceramente, eso no es bueno ni para ella ni para el resto del grupo y temo que acarree problemas a la larga. Ace la pudo proteger, pero podría no haberlo podido hacer y haber sido capturados los dos, con lo que eso conlleva. Gwyn y Thomas ahora van a ser atacados por Havor y uno de los suyos, y el líder de estos parece querer infundirles miedo a la pareja. Ambos no son los mejores soldados pero son buenos peleadores, espero que puedan ofrecer resistencia al enemigo. Aunque estoy viendo que de ese grupo, uno de los cuatro, mínimo, va a ser capturado o incluso va a poder morir. Mis papeletas van para Agustina por su flaqueza mental en la situación y Thomas por estar malherido de una mano y por quizá salvar a su pareja de una muerte/captura segura.

    Esperaré el próximo capítulo con muchas ganas, la cosa está intensificándose. Hasta la próxima, amigo.
     
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  4.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola. Paso a comentar el capítulo.

    Hasta el momento, todo me tiene los pelos de punta. Michael quiere revelarse contra Tzorkun y sus hombres para quitárselo de encima, y está bien que quiera engañarlo haciéndole creer que está bajo su control, pero espero que su plan funcione y no vaya actuar de forma poco profesional o se meterá en serios problemas. Sharyn, por su parte, me sigue cayendo gorda, de modo que no voy a decir nada más de ella.

    Me alegra que Tzorkun haya enviado a Michael y a Dustin en equipos separadas, y eso incluye también a Sharyn. Así Michael puede poner en marcha su plan y alertará a su amigos de los planes del enemigo. Ante esto, me pregunto cómo demonios le hará para evitar levantar sospechas de los Elimun que lo acompañan.

    Respecto a Ace y compañia. Me impresiona la habilidad que tiene a Ace para luchar, pese a tener a Agustina entre sus brazos. Es algo digno de un excelente soldado como Ace. Ciertamente nunca me esperé algo así por parte de él. Ahora que los moender han bajado sus números, espero que Ace y los demás logren salir de ese aprieto, porque las cosas están color de hormiga. Quizás Michael se tope con ellos, y de llegar a ser así, me pregunto cómo se desarrollará toda la escena.

    No noté ningúna error ortográfico, así que eso es todo por el momento. Espero el próximo capítulo. Saludos y hasta la próxima oportunidad.
     
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  5. Threadmarks: La ferocidad del enemigo
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5922
    Saludos a todos, principalmente a Resistance y a Zurel que son los más fieles lectores de la historia. Debo admitir que me sorprende bastante que un capítulo de más de 5000 palabras resulte ser corto, cuando ese número tiende a espantar a varias personas en el foro XD. Me alegra, porque quiere decir que la historia, pese a sus capítulos largos, es bastante amena. Les daré un recordatorio a los dos, y es que ya se los había dicho: esta parte tendrá dentro de poco un capítulo de una longitud de 10000 palabras. No será ni el siguiente, ni el próximo a ese, ni el posterior; pero no falta demasiado. Así que, vayan preparándose para tal evento XD.

    Este capítulo fue uno de los que más me gustó al momento de escribir, así que, espero ustedes también lo disfruten. Sin más que decir, los dejaré leer. Saludos.



    La ferocidad del enemigo:

    Tanto Thomas como Gwyn se pusieron nerviosos al ver a Havor presente en frente de ellos, y no era para menos. Su rival era nada más y nada menos que el líder de su especie, o al menos eso era lo que habían deducido de las palabras de los otros seres que los habían atacado. Ambos supieron que tendrían frente a ellos una pelea bastante difícil de afrontar, y que la condición de estos enemigos la cual les permitía volar los ponía en una gran desventaja. El guerrero que acompañaba a Havor extendió sus alas y saltó al ataque en primer lugar, siendo la chica del Zenith su primer blanco. Havor, por su parte, extendió las alas y se preparó para un ataque. Thomas notó la gran velocidad a la que se acercaba el primer enemigo.

    — ¡Gwyn, cuidado, ahí viene! — advirtió Thomas a su novia.

    Gwyn levantó su rifle con unas manos algo temblorosas por el horror que le producían esos enemigos, y entonces desencadenó una lluvia de balas de calor sobre aquel ser. La coraza que lo cubría se encargó de brindarle la protección necesaria, por lo que apenas sufrió unos ligeros daños en el cuerpo. Al llegar hasta donde estaba la humana, este guerrero arrojó una patada que la chica logró esquivar. De no haberlo hecho a tiempo, su cabeza se habría terminado estampando contra un árbol, que es a donde fue a parar el golpe del moender. Thomas se aprovechó de la distancia tan cercana a la que tenía a su enemigo y levantó su rifle intentando apuntarle no al cuerpo sino a la cabeza. Haciendo un gran esfuerzo para mantener su arma firme, el soldado del Zenith le lanzó una ráfaga de balas de calor, donde todas terminaron impactando en la cabeza del enemigo, causando unos daños severos y continuos a este ser, los cuales terminaron siendo más graves de lo que imaginó. El impacto de las balas contra su cabeza le terminó por crear una gran cantidad de agujeros en la misma, mientras que la sangre que estos seres tenían en su cuerpo comenzaba a salpicar por los impactos. No tardó mucho tiempo en morir asesinado por las balas del soldado humano, quien detuvo los disparos. Y así, el primer enemigo caía al piso, sin vida tras recibir esos ataques.

    — Buen trabajo, Thomas — Gwyn se acercó a su novio para felicitarlo por ese ataque.

    — Gracias, solo queda el otro — Thomas lo buscó para poder disparar, llevándose un pequeño susto al no encontrarlo — Hey, ¿en dónde está?

    Antes de que Gwyn lograra contestar, escucharon un grito fuerte y horrible desde la copa de los árboles. Allí estaba Havor, quien aprovechó la pequeña distracción de su soldado para poder volar hacia lo más alto de los árboles. Desde allí, tomó impulso con sus piernas y usando sus alas para ganar velocidad, se aproximó a toda velocidad hacia la pareja humana. Ellos quisieron levantar sus armas para atacarlo, pero al notar la velocidad con la que se movía, se dieron cuenta de que era totalmente inútil hacerlo. Sabiendo que no podrían lograr acertar un disparo de esa forma, se arrojaron al suelo para esquivar el ataque del moender, quien lanzó una patada muy rápida en un intento de golpear la cabeza de uno de ellos. Al estar en el suelo, rodaron para poder apuntar desde allí al enemigo, pero se llevaron una sorpresa poco agradable. Tras haber fallado su patada, Havor apoyó ambos pies en el suelo y se impulsó para saltar y salir volando hacia arriba. En pleno vuelo, el líder de dicha especie dio un giro rápido con su cuerpo para apoyar sus pies sobre el tronco de un árbol, y tomó impulso nuevamente en dirección hacia Thomas. Con la intención de darle una patada, Havor agitó sus alas a medida que se acercaba al objetivo.

    Thomas, quien seguía en el suelo, rodó rápidamente para poder alejarse lo más que pudo del ataque del enemigo. Gwyn, aprovechó el momento para dispararle con su rifle, pero antes de que esta pudiera desencadenar una ráfaga de balas, Havor ya se encontró tomando impulso hacia arriba. El enemigo era muy rápido y fuerte para enfrentarlo de esa forma, pero a Gwyn se le ocurrió una idea para poder enfrentarlo, basándose en algo que había visto momentos atrás.

    — ¡Thomas, dispara hacia arriba sin detenerte! — le pidió la chica.

    Gwyn y Thomas tomaron sus armas y dispararon una gran cantidad de balas, algunas estaban cerca de darle a su enemigo, mientras que otras fallaban por una gran distancia. Sin importar que tan cerca o lejos estuvieran, Havor se mantuvo volando hacia arriba para no sufrir ningún daño en su cuerpo.

    — A este paso van a agotar todas sus balas — pensaba el líder de los moender con una sonrisa en su particular rostro — Pero si quieren facilitarme el trabajo, no se los voy a impedir.

    Los dos soldados del Zenith continuaron disparando hasta que sus armas se sobrecalentaron y ya no pudieron continuar. Sin embargo, gracias a esa gran cantidad de disparos continuos, Havor había tomado mucha altura y eso les daría tiempo antes de que atacara nuevamente. Gwyn le indicó con un gesto a Thomas que la siguiera, todo para evitar hablar y ser descubiertos. La pareja de soldados empezó a correr hacia el interior del bosque sin separarse demasiado de sus otros dos compañeros, pero alejándose un poco.

    — Thomas, creo que sé cómo detenerlo y derrotarlo — le decía la chica, dispuesta a comunicarle su idea.

    — ¿Cómo? — la chica se sorprendió de que Thomas asumiera tan rápido que sí podría lograrlo — Dime tu idea y la llevaremos a cabo.

    — Tiene una fuerza bestial en sus piernas, y con esas alas que tiene, puede tomar mucho impulso — Gwyn hablaba algo acelerada — No nos dejará apuntar firmemente, y si nos quedamos sin energía, será cuestión de tiempo a que nos capture. Por eso tenemos que destruirle sus alas con disparos de calor.

    — ¿Se puede hacer eso? — Thomas quería asegurarse de que el plan no fallara.

    — Así es, vi a uno de ellos girar su cuerpo antes, con el objetivo de evitar esos disparos — comentó Gwyn, dándole una esperanza de victoria a Thomas — Su coraza protege el cuerpo, pero las alas están al descubierto. Hay que neutralizarlo y evitar que pueda volver a volar.

    — Pero yo no puedo disparar mucho calor debido a la herida en mi mano — Thomas aún seguía sufriendo debido a eso — Vas a tener que dispararle tú.

    — Exactamente, y tú vas a tener que luchar contra él el tiempo suficiente para hacer que baje la guardia — Gwyn le comunicó su idea a Thomas — Y no será suficiente, voy a necesitar que te acerques a él y lo retengas para evitar que se me escape. Una vez pierda sus alas, será más fácil de vencer. ¿Qué te parece este plan? Es muy arriesgado, y quizá no funcione, pero no veo otra manera. Al menos no ahora.

    — Es un buen plan, y el único disponible. Lo haré — Thomas se preparaba para enfrentarse a ese enemigo tan fuerte — Pero si por algún motivo, llega a salir mal y soy capturado, quiero que me dejes atrás y corras. Que vayas lo más lejos que puedas y que no se te ocurra pensar que fue tu culpa. Solo seguirás corriendo.

    — Thomas…

    — Me vas a tener que jurar que lo harás — Thomas no quería arriesgar más a Gwyn en caso de que su plan no funcionara — Buscarás al comandante Zion, y luego él decidirá qué hacer. ¿Entendido?

    — Claro que sí, Thomas — Gwyn no estaba muy contenta por la forma de hablar de su novio — Pero prométeme que no dejarás que te capture.

    — Con un enemigo tan fuerte, nunca se sabe. Ahora corre hacia un lugar donde no te pueda ver. Ya hablamos demasiado, y no tardará mucho en descender.

    Gwyn se alejó del soldado para poder ponerse a cubierto y mantener vigilada la pelea. Thomas se apartó un poco más, para así facilitarle la breve huida a Gwyn, al mismo tiempo que buscaba con la mirada a Havor. Fue así que logró divisar al moender, volando entre los árboles, este también se encontraba buscando al humano.

    — ¡Allí estás, miserable humano! — Havor se apoyó en un árbol y se lanzó hacia Thomas.

    Thomas abrió fuego contra él, quien logró esquivar esa breve balacera. El rifle aún no se reponía por el sobrecalentamiento previo, y tan solo pudo disparar una pequeña cantidad de balas. Solo tres de estas le impactaron en la coraza a Havor, quien se dirigió a Thomas para arrojarle un puñetazo. El soldado humano arrojó su rifle al suelo para librarse de un peso inútil, y luego retrocedió con sus pies y su cuerpo, consiguiendo esquivar el ataque de Havor, quien apoyó los pies en tierra firme.

    — ¿Dónde está la otra humana? — el moender miraba a Thomas con una sonrisa.

    — Lejos de aquí, espero — contestó Thomas, algo asustado por el tamaño de Havor, que era bastante alto.

    — Si creíste que saliendo a pelear conmigo le darías tiempo para escapar, te equivocas y mucho — Havor se preparaba para atacar a Thomas — No podrá huir en mi bosque.

    — No tengo la intención de dejar que te acerques a ella — Thomas estaba listo para atacarlo.

    — Y yo no tengo la intención de quedarme hablando más tiempo contigo.

    Thomas decidió ser quien lanzara el ataque inicial. Al correr hacia Havor, notó que este no estaba moviéndose, cosa que lo intimidó un poco, pero no lo detuvo en su pelea. El soldado arrojó un puño a la cabeza del moender con la mano que tenía sana. Este sonrió, y rápidamente, abrió su boca y lanzó un mordisco con sus dientes, clavándolos en la piel de la mano de Thomas, quien liberó un grito de dolor al recibir un ataque así. Los dientes de Havor realmente estaban afilados, y de no ser por la resistencia que había ganado la piel humana por la mutación sufrida por la catástrofe, ese mordisco le habría partido la mano en dos.

    — ¿Por qué no disparaste tu energía? — decía Havor como podía sin dejar de morder la mano de Thomas, para después dirigirle un rodillazo al estómago.

    El soldado humano no perdió el tiempo, por lo que acumuló rápidamente una cantidad pequeña de energía en la mano que estaba siendo mordida, para luego liberarla de forma brutal y aún más rápida en la boca del enemigo. Con el primer disparo de energía, Thomas consiguió que el enemigo lo soltara, y luego le dio unos tres golpes más con su energía hasta que su mano empezó a dolerle. Con la otra mano, que seguía herida, Thomas lanzó un puñetazo a la cabeza de Havor, causando que este retrocediera unos cuantos pasos hacia atrás. Thomas hizo lo mismo para distanciarse, y luego procedió a mirarse la mano. Tenía un ligero corte en su piel, corte que lo lastimaba cuando quería disparar energía. Eso lo preocupaba, ya que ambas manos estaban heridas.

    Sin embargo, antes de que pudiera continuar pensando en ello, Havor se lanzó al ataque tomando impulso con sus alas. Thomas no logró reaccionar a tiempo, y ahora recibió un fuerte rodillazo al estómago, que fue más fuerte que el anterior.

    — Fuiste un tonto al creer que me podrías derrotar tú solo — Havor lo veía inclinarse un poco.

    El moender levantó sus dos brazos para lanzar un ataque a cada hombro de Thomas. Este logró anticiparlo poniendo ambos brazos para bloquear sus ataques, pero la fuerza de Havor era muy superior a la suya. A pesar de haber conseguido bloquearlo, Havor consiguió poner a Thomas de rodillas, y ahora empezó a forcejear con él para derribarlo y hacer que terminara cayendo al suelo. Thomas supo que si caía sería una pelea perdida, por lo que decidió hacer un movimiento audaz. Inclinó su cuerpo un poco hacia adelante mientras movía los brazos, y fue así que logró tomar a Havor de frente desde el cuello. Esto provocó la ira del líder de los moender.

    — ¿Crees que no tengo la fuerza suficiente para levantarte? — Havor usó sus dos brazos para tomar a Thomas desde el torso.

    El líder de esa especie abrió sus alas y empezó a agitarlas para tomar vuelo. Hizo algo de presión sobre Thomas, quien liberó un grito de dolor, y luego de eso, empezó a tomar altura poco a poco. A pesar del peso de Thomas, Havor podía volar sin problemas, pero con velocidad reducida.

    — ¡Gwyn! — gritó el soldado, que más que dar una señal, pedía por ayuda en ese momento.

    La soldado salió de su escondite con un gran fragmento de energía cargando en su mano, el cual disparó con precisión hacia la espalda de Havor. Este se percató de que había caído en una trampa, pero al sostener a Thomas, no tuvo tiempo de moverse. La energía en forma de calor le impactó en el centro del lugar en donde sus alas se pegaban al cuerpo, provocando quemaduras serias en ambas. Tras ese ataque, Havor cayó al suelo, soltando a Thomas en el proceso. El líder de los moender, al levantarse le arrojó un golpe en la cabeza a Thomas, provocando que se mantuviera en el suelo, y luego se volteó para mirar a Gwyn.

    — Así que me tendieron una trampa — Havor empezó a correr, asustando a una Gwyn que creyó que la pelea sería más fácil para ellos — ¡Pero yo sigo siendo más fuerte que ustedes!

    Aunque había perdido su capacidad de volar por las heridas, Havor no planeaba detenerse en ese instante. Aquel ser corría hacia Gwyn, quien supo que la pelea no estaba ganada todavía. La chica cargó energía rápido con su otra mano y lanzó un puñetazo al rostro de aquel ser, liberando la energía al mismo tiempo que lanzaba aquel golpe. Dado a la inercia del impacto, Havor se detuvo en su carrera y sufrió cierto daño por el golpe. Sin embargo, este no se detuvo, y lanzó un puñetazo a la cabeza de Gwyn, que la chica no logró esquivar. Posteriormente, Havor pasó al ataque con sus puños. La soldado del Zenith hacía su máximo esfuerzo por bloquearlos, pero a pesar de eso, sufría demasiados daños en los brazos en las zonas donde recibía los golpes. Viendo que Havor se había alterado por la pelea, la chica decidió agacharse y luego levantarse lanzando un golpe similar al anterior que le había dado a su enemigo. Fue un puñetazo a la mandíbula al mismo tiempo que liberaba energía. Esto causó que Havor retrocediera unos pasos, pero sin tambalearse, para sorpresa de la humana, que creyó que su fuerza sería suficiente para hacerlo caer al suelo. Al ver que no estuvo ni cerca, empezó a pensar que, a pesar de su plan, el enemigo los vencería. El moender no perdió el tiempo y lanzó una patada al estómago de la chica, haciéndola retroceder unos cuantos pasos.

    — ¡Gwyn! — Thomas gritó con la intención de distraer a su enemigo.

    Sin que Havor se diera cuenta, Thomas se le acercó a él corriendo con su rifle en mano. Las manos del humano estaban heridas para poder lanzar energía y mantener una pelea, por lo que tuvo que improvisar. Con la culata de su arma, lanzó un golpe potente a la mandíbula de Havor, esperando que este se cayera al piso tras el impacto. Gwyn aprovechó ese momento para tomar su rifle y distanciarse un poco.

    — ¡Humano de mierda! — Havor no se había movido un solo centímetro de su lugar.

    — ¡No, ¿cómo puede ser tan resistente?! — Thomas creía que su enemigo era invencible.

    Con un puñetazo directo al rostro, Havor fue capaz de derribar a Thomas al suelo. El soldado del Zenith cayó muy aturdido al mismo, creyendo que la pelea era imposible de ganar.

    — ¡Thomas! — Gwyn se asustó al verlo caer de esa forma — ¡No te atrevas a lastimarlo!

    La chica tomó su arma firmemente y desencadenó una lluvia de balas sobre el enemigo. Havor, que fue tomado por sorpresa y ya no contaba con sus alas, fue incapaz de esquivar un ataque así, pero logró prever ese ataque. Levantó los dos brazos para minimizar el daño que su cabeza iba a recibir. La lluvia de balas impactó fuertemente en la coraza del moender, empezando a hacerle agujeros tanto en el torso como en los brazos. La sangre salpicó continuamente desde el cuerpo del moender, y Gwyn supo que la pelea estaba ganada al ver todo el daño que había causado al enemigo.

    Su rifle no tardó en calentarse en exceso, y los disparos se detuvieron por completo. Ante esto, Gwyn soltó su arma producto del estrés de la batalla. Ella supo que Havor no resistiría un ataque así. Sin embargo, se llevaría una sorpresa.

    — ¿Eso fue todo? — Havor seguía hablando.

    — ¡Pero… ¿por qué?! — Gwyn se veía muy aterrada al ver eso.

    El moender bajó los brazos y se preparó para seguir con el combate. La expresión de su rostro mostraba una ira intimidante y aterradora. Su torso y sus brazos tenían una gran cantidad de agujeros, por los cuales brotaba la sangre. A pesar del daño, el enemigo seguía de pie.

    — Les dije que yo era más fuerte que ustedes — Havor sonaba muy furioso al hablar — Debiste hacerlo más fácil para ustedes dos. Agradece que Tzorkun no me permite matarlos, pero prepárate para sufrir un daño terrible.

    Havor quiso correr hacia Gwyn, pero fue detenido por Thomas. La chica vio cómo su novio sujetaba una de las piernas del enemigo con sus dos brazos, intentando de forma desesperada que este no se moviera.

    — ¡Suéltame, humano! — gritó Havor muy enojado contra el enemigo.

    Con poco margen de movimiento, Havor usó su otra pierna para darle una patada a Thomas. Ese golpe causó que el soldado terminara soltando a su enemigo. El soldado ya no contaba con mucha fuerza, ni siquiera con la capacidad de ponerse pie, todo por los daños que había recibido.

    Havor se dio la vuelta para atacar a Gwyn, quien, con mucha furia por ver lo que el enemigo le hizo a Thomas, se lanzó hacia él para atacarlo. La chica le lanzó dos puñetazos rápidos en la cabeza a Havor, quien, por las heridas que tenía en los brazos, no pudo reaccionar a tiempo para bloquearlos. Los dos golpes lo hicieron retroceder varios pasos.

    — ¡Te dije que no lo lastimaras! — Gwyn levantó sus brazos para dispararle energía.

    La chica acumuló y disparó un total de cuatro fragmentos en sus manos, todos ellos dirigidos hacia la cabeza de su enemigo. Havor recibía esos ataques sin poder hacer nada. Sus alas quedaron heridas como para poder escaparse volando de aquel lugar, mientras que sus brazos no le permitían bloquear los ataques. Cada impacto de cada fragmento de energía lo aturdía más, hasta que finalmente, empezó a tambalearse. Gwyn, siguiendo con su enojo, se acercó a él y le dio un fuerte codazo también en la cabeza. Finalmente, tras todos esos ataques, Havor cayó al suelo con dificultades para moverse.

    Gwyn supo que no debía desperdiciar más energía, por lo que fue corriendo hacia el lugar en donde había quedado el rifle de Thomas. Este podía disparar una pequeña cantidad de balas, por lo que Gwyn lo tomó y empezó a liberar disparos sobre la cabeza del moender.

    — ¡¿Por qué no te mueres?! — el grito ya fue de impotencia.

    La ráfaga de los disparos fue breve, pero efectiva. Cada disparo con el rifle logró ocasionar un daño muy grave a Havor, quien terminó perdiendo la vida dada esa fuerte lluvia de balas de calor en su cráneo. La chica no se dio cuenta cuando su enemigo murió, por lo que dejó de disparar cuando su rifle se sobrecalentó una vez más. Para asegurarse de que su enemigo no se volvería a levantar, le lanzó un rodillazo en la nuca. Ese golpe le partió el cráneo a Havor, y una cantidad inmensa de sangre empezó a salpicar. Finalmente, el combate había terminado, y tanto Gwyn como Thomas habían ganado.

    — Gwyn… — Thomas estaba incrédulo ante lo que veía — Lo lograste… lo mataste. ¡Tu plan funcionó! ¡Realmente lo mataste!

    — Sí… — Gwyn se encontraba muy cansada — Por fin… por fin se murió…

    La soldado se alejó de él para luego acercarse a su novio, quien estaba haciendo un gran esfuerzo por levantarse del piso.

    — ¿Estás bien? — Gwyn creyó que Thomas podría estar malherido.

    — Estoy cómo puedo — Thomas estaba muy cansado por pelear, pero no quiso preocupar a su novia — Me repondré…

    Antes de poder seguir hablando, Gwyn le dio un beso a su novio en la boca. Ciertamente, funcionó como una forma de desahogo, pero era una sensación agradable para Thomas, quien lo aceptó sin problemas.

    — Eres impresionante, Gwyn, fue tu plan el que nos permitió ganarle — Thomas le sonreía a su novia, quien apreciaba ese gesto de su novio.

    — Tú hiciste un gran esfuerzo para resistir la fuerza de este tipo — comentó Gwyn, reconociendo el aporte de Thomas — Gracias por confiar en mí.

    — Gracias por pensar y derrotar al enemigo — contestó Thomas, poniéndose de pie con algo de dificultad mientras su novia lo ayudaba — Pero dejemos de hablar y vayamos a ayudar a Ace y a Agustina. Ellos deben estar pasándolo mal.

    Efectivamente, la pareja de soldados estaba resistiendo como podía. Mientras Gwyn y Thomas luchaban contra el líder de los moender, Ace y Agustina mantenían un combate complicado en contra de tres de los soldados de Havor. Agustina ya se había recuperado un poco por la patada tan fuerte que le había dado Havor, pero le costaba estar de pie por su cuenta. Ante esta situación, Ace se encargaba de brindarle apoyo para evitar que se cayera al suelo. Agustina se sujetaba de Ace con un brazo. Cuando alguien atacaba de frente, Ace disparaba energía para alejar a ese enemigo, mientras que Agustina se encargaba de cubrirle la espalda en caso de que fuera atacado por detrás.

    En un momento, los tres moender lanzaron un ataque en simultáneo hacia ellos. Uno se aproximó desde atrás de Ace, y los otros dos desde los costados, uno por la izquierda y otro por la derecha. Agustina se agarró de Ace con fuerza, dado a que este tenía pensado girar su cuerpo.

    — ¡Sostente firme! — le gritó Ace, preparando para hacer un movimiento brusco con sus piernas.

    — Lo haré, no te preocupes — Agustina supo que debía resistir ese giro.

    Fue así que Ace realizó un giro usando la fuerza de ambas piernas. Al mismo tiempo que giraba, el soldado extendió ambos brazos y liberó energía de sus manos, la cual le impactó en la cabeza a los dos moender que atacaban desde el costado. Mientras tanto, Agustina, que se sujetó a duras penas de Ace, cargó energía con su brazo y logró disparar un fragmento de energía al enemigo que atacó desde atrás, consiguiendo detenerlo en su avance.

    A pesar de que los dos lograban resistir, los enemigos no desistían en sus ataques, y de seguir así, ambos se quedarían sin energía.

    — ¡Es inútil, no podremos seguir así para siempre! — Ace se mostraba frustrado por el resultado de la pelea.

    — Lo siento, Ace, fue por mi culpa — Agustina abrazó a su novio creyendo que se vendría lo peor — Suéltame y escapa con los demás.

    — No me digas esas cosas, yo nunca te dejaré atrás, Agustina — Ace sonó muy enojado por ese comentario.

    — Si vamos a perder, será mejor que no te capturen — Agustina quería evitar que Ace terminara siendo atrapado por el enemigo — Deja que yo sea la única en ser capturada.

    — Si te van a capturar, tendrán que capturarme a mí primero — Ace se mostraba incapaz de dejar a Agustina — No pienso dejarte en las manos de estos tipos. Juré que te protegería siempre. Y mientras mis ojos me permitan ver a mis enemigos y mi cuerpo me permita enfrentarlos, eso es todo lo que voy a hacer.

    Agustina se sentía muy querida por las palabras de Ace, pero muy arrepentida por ser ella la que causara que fuera a ser derrotado. Cuando los tres moender se preparaban para lanzar un ataque de nuevo, uno de ellos recibió varios disparos en la cabeza. En cuanto empezó a recibir los impactos de bala, los gritos de dolor empezaron a sonar en él. Pronto, su cráneo se llenó de agujeros, de los cuales la sangre empezó a brotar, hasta que terminó perdiendo la vida.

    La pareja de soldados del Zenith, al igual que los dos moender se dieron vuelta para observar el lugar del cual habían provenido los disparos, y allí vieron a Thomas y a Gwyn correr hacia ellos rápidamente con sus rifles en mano. No tardaron mucho en llegar hacia ellos.

    — ¡Imposible! — exclamó uno de ellos — Si ellos están aquí… ¿quiere decir que Havor fue vencido?

    — ¡Ace! — gritó Thomas mientras soltaba su rifle — ¡Yo la cargaré, tú pelea con ellos!

    El soldado del Zenith se acercó a su compañero, a medida que soltaba a Agustina. Thomas se acercó para poder llegar hasta ella, y luego tomó a su compañera en sus brazos, para permitirle a Ace pelear esa batalla. Una vez que Ace tenía los brazos libres, atacó a uno de los moender. Este quiso atacarlo de frente, pero el soldado humano cargó energía con ambas manos. Con la izquierda lanzó un puñetazo al mismo tiempo que liberaba la energía, logrando darle un golpe aturdidor en la cabeza al moender. Posteriormente, con la mano derecha, le dio otro golpe con una gran cantidad de energía acumulada, y dicho golpe fue el que terminó por asesinar al enemigo.

    — ¡No, no puede ser! — ahora solo quedaba uno de ellos.

    El último enemigo, muerto de miedo, extendió sus alas y alzó vuelo para escapar del campo de batalla a través del bosque. Sin embargo, no consiguió llegar lejos. Gwyn cargó energía con sus dos manos, y consiguió apuntar de forma efectiva hacia su enemigo antes de dispararle. Los dos disparos le terminaron impactando uno en cada ala y haciéndolo caer al suelo tras provocarle varias heridas allí. El moender se dio un fuerte golpe al terminar impactando su cuerpo contra la tierra, pero continuaba con fuerzas para poder levantarse y escapar.

    Ace se anticipó a él, por lo que corrió rápidamente hacia su posición, logró dar un buen salto y clavarle un rodillazo en la espalda al enemigo, el cual le hizo soltar un grito de dolor. Posteriormente, Ace tomó los dos brazos de aquel ser mientras su rodilla seguía clavada a su espalda. Lo había capturado por completo, y ya no podría escapar. Gwyn se acercó hacia él para ayudarlo y evitar que escapara.

    — Parece que te quedaste solo — Gwyn se agachó para verlo de frente — Tu líder fue asesinado, y nadie vendrá a salvarte — el moender miraba a la humana con una expresión de miedo — Solo tú puedes salvarte a ti mismo, y eso será ayudándonos a nosotros — Ace supo a donde quería llegar su compañera.

    — Recientemente capturaron a dos de nuestros compañeros — Ace hacía referencia a Dustin y a Michael — ¿A dónde se los llevaron?

    El moender no quería responder esa pregunta, dado a que le estaría dando información gratis al enemigo.

    — No tienes que decirle a nadie que nos revelaste esta información — Gwyn buscó una forma de obligar a su enemigo a hablar — Y tu líder ya está muerto. No puede castigarte.

    — Habla, y te dejaremos ir — Ace estaba preparado para matarlo en caso de que no quisiera hablar — Es tu última oportunidad. ¿Realmente valoras tu vida?

    Sin tener más opción, el moender decidió arriesgarlo todo. Tomó fuerza en su garganta y lanzó un gran y estruendoso grito con toda su potencia de voz. El grito era bastante fuerte, y comenzó a lastimar los oídos de los cuatro soldados humanos. Ace estaba perdiendo fuerza para poder sostenerlo, por lo que Gwyn decidió actuar con rapidez y darle un rodillazo en la cabeza al moender. El golpe fue bastante fuerte, y este quedó noqueado por el ataque. De esa manera, su grito cesó por completo.

    — No nos dará nada de información — le comentó Ace a su compañera — Mátalo.

    Gwyn simplemente tuvo que tomar su rifle y con un par de disparos en la nuca, logró perforarle el cráneo al moender para conseguir asesinarlo de una vez por todas. Con esa muerte, los cuatro soldados humanos habían logrado superar a sus enemigos, quienes terminaron totalmente aniquilados. Thomas se acercó cargando a Agustina, quien una vez que Ace se puso de pie, fue directamente a sus brazos. Ace abrazó a su novia con mucha fuerza, estando aliviado de no haber tenido que vivir una situación terrible.

    — Te dije que me abandonaras, y no solo no lo hiciste, sino que me protegiste hasta el final — Agustina se mantenía muy cerca de Ace para poder susurrarle algo al oído — Te amo… comandante Ace Lakor — le dijo con una sonrisa.

    El soldado no pudo evitar sentirse muy bien por haber escuchado esas palabras por parte de Agustina. Su novia consideró que la manera en la que Ace había logrado resistir los ataques feroces del enemigo era un gran mérito para que el comandante Zion Stones pudiera considerar a Ace como un futuro comandante del Zenith. Ace decidió darle un beso a su novia, como forma de agradecimiento.

    — Un comandante no puede abandonar a sus soldados, y un novio no puede abandonar a su chica — susurró Ace, para que ni Thomas ni Gwyn escucharan la charla sobre el puesto del comandante.

    Luego de darse un último beso, Ace y Agustina se acercaron a Thomas y a Gwyn. Los cuatro soldados estaban muy felices de haber logrado resistir de esa forma al ataque de los moender.

    — Gracias por el apoyo, ustedes dos nos salvaron — Ace supo que su victoria se debió a sus dos compañeros — No solo eso, ustedes dos derrotaron a Havor. Felicitaciones.

    — No me felicites a mí, sino a Gwyn — Thomas le dio una palmada en el hombro a su novia — Ella pensó en una estrategia para derrotarlo, incluso lo remató ella misma. Ella se merece el crédito por esto.

    — Eres genial, Gwyn — Agustina abrazó a su compañera para felicitarla — Ese tipo tenía una fuerza implacable. Y tú lo derrotaste. Podrías ser considerada una líder de equipo en el futuro.

    — No lo hice yo sola, Thomas también me ayudó — Gwyn apreciaba las palabras de sus compañeros, pero no quería que el crédito cayera en ella.

    — Fue tu plan, y, por lo tanto, fue tu victoria — Thomas le dio un beso en la mejilla.

    — Pensar en un plan para derrotar a un enemigo como ese es un gran mérito digno de reconocer — Ace también felicitaba a Gwyn — Se trataba del líder de una de las especies de aquí. Incluso le dio problemas al grupo de Orikrof y Wagner. Cuando el comandante Stones se entere, seguro te felicitará en persona por esto. Entre eso, y la idea que has tenido hace poco, me he dado cuenta de que eres buena para pensar en momentos de crisis, Gwyn.

    — Si nos mantenemos juntos y peleamos unidos, nosotros cuatro seremos invencibles — contaba Agustina — Esto lo demuestra. Fuimos atacados por seis enemigos, y los hemos derrotado a todos sin sufrir una sola baja. Aunque yo sí termine un poco herida por el golpe de ese tal Havor.

    — Y yo recibí una herida en mi otra mano — agregó Thomas, mostrando ambas manos lastimadas — Ya no podré lanzar energía, y me costará mucho pelear cuerpo a cuerpo.

    — Ace, ¿qué deberíamos hacer ahora? — preguntó Gwyn, queriendo conocer la opinión del líder del equipo — Agustina y Thomas no están al cien por ciento, y hemos perdido mucha energía en este combate.

    — En el estado en el que estamos no podremos ser capaces de ayudar a Michael y a Dustin — Ace supo que la pelea que acababan de tener fue mucho para ellos — Tenemos que reanudar la búsqueda de un lugar de reunión, y avisar a los demás para que se aproximen a nosotros. Después de una pelea como esta, nosotros cuatro solos no seremos de mucha utilidad en otro combate hasta no atender nuestras heridas y no reponer energía.

    — Me parece lógico — Thomas apoyaba esa idea — Esta pelea ya nos dejó bastante agotados. Necesitaremos estar en plena forma si nuestra intención es ayudarlos.

    — Supongo que volvemos al principio — Agustina pensaba en voz alta — Sugiero que revisemos la zona por la cual se nos aproximaron esas criaturas. Probablemente hayan salido de alguna especie de base, y si es así, podríamos usarla como punto de referencia. O a un lugar que esté en los alrededores.

    — Es una gran idea, Agustina — Gwyn creyó que podrían encontrar un buen lugar de reunión si seguían por esa dirección — Al haber matado a todos los integrantes de este grupo, no debería haber nadie esperándonos allí.

    — En marcha, antes de que aparezca alguien más a darnos otra sorpresa — ordenó Ace a sus tres compañeros.

    Tras haber gozado brevemente de una victoria que les costó mucho trabajo conseguir, los cuatro soldados comenzaron con una caminata en dirección hacia la zona por la cual los moender los habían atacado. Tal y como Gwyn y Agustina dijeron, el grupo entero de atacantes fue derrotado y asesinado, por lo que cualquiera sea el lugar por el que hubieran salido, ese lugar debía estar completamente abandonado al momento de que ellos llegaran.

    […]

    — ¿Escuchó eso, Sieng? — uno de los vasterrad le habló al líder de los guerreros elimun, quien ahora se encontraba liderando a su especie tras la muerte de la anterior líder.

    — Ciertamente — contestó Sieng, sabiendo que sus oídos no lo engañaban — Ese fue el grito desesperado de auxilio de un guerrero moender. Tal parece ser que un grupo de Havor ha tenido problemas. Ya mismo nos estamos dirigiendo hacia ese lugar.

    — ¿Cree que podamos llegar a tiempo de brindarles una ayuda? — volvió a preguntar el vasterrad.

    — Si tuviera que juzgarlo por el grito del moender, yo diría que no — fue la respuesta de Sieng — Pero si Havor está cerca, nos reuniremos con él y lucharemos juntos en contra de los enemigos que estén en ese lugar.

    De esa forma, Sieng, en compañía de un total de cuatro vasterrad más, los que tenían el valor de continuar peleando pese a la muerte de su líder, empezaron el camino que los dirigiría hacia la zona en donde los moender y un grupo de humanos habían tenido una batalla hace poco tiempo. Aunque Sieng confiaba en que Havor no se encontraba con ellos, se llevaría una sorpresa poco agradable una vez que llegara al lugar.

    Independientemente de quien estuviera vivo o muerto al llegar allá, el líder de los elimun supo que finalmente sería su turno de luchar en contra de los enemigos.
     
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  6.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, ha sido un buen capítulo, a mi juicio, uno muy bueno. Debo destacar que los anteriores iban 'in crescendo' y éste quizá ha bajado un poco el nivel, pero bueno, si todo fuera en una subida constante, el final de la parte sería una bomba nuclear :v Se centró en Ace, Agustina, Thomas y Gwyn, cosa que se agradece porque en los últimos capítulos habían estado pasando bastante desapercibidos. En fin, comentaré lo más llamativo para mí:

    Pensé que uno de los cuatro iba a ser capturado y realmente me ha sorprendido que no haya sido así. Contaba que podría ser Agustina e incluso Thomas por sus heridas, pero por suerte nadie sucumbió salvo Havor (está perfectamente muerto XD). La pelea de Thomas y Gwyn vs el líder de los moender ha sido buenísima, han trabajado en equipo y puesto una idea en práctica que pese a que ha costado y mucho, les ha salido bien. Gwyn comienza a demostrar más que en todos los acontecimientos previos a éste momento, cosa que me agrada, dado que su personaje no ha tenido apenas algún momento memorable y sin duda éste ya es uno. Thomas ha pagado el precio de estar jodido de una mano y después lo ha estado con la otra, por lo que he de decir que su pelea ha sido aceptable y cumpliendo la función del plan pero poco más. De no ser porque debían ser capturados, estoy seguro de que Thomas moría en éste capítulo.

    Después estaban Ace y Agustina. Ya lo dije en el capítulo anterior y lo digo en éste: Agustina me está desagradando en el aspecto de rendirse cuál damisela en apuros. Si la situación fuera más extrema, podría entenderlo, pero no estaban en tan mal lugar cómo para que tuviese alguien que ser abandonado atrás por el bien común del resto. Esa actitud es reprochable y no me agradó, solo hizo que complicar la tarea a Ace. Pero bueno, al margen de eso, no tengo nada en su contra. Espero que cambie de actitud o pronto morirá/será capturada. Con la ayuda de Thomas y Gwyn, Ace pudo pelear con libertad (Agustina ha sido más una carga en ésta batalla que un apoyo, que aprenda de Gwyn) y pese a que ha sido un tanto breve, se ha podido ver al ex líder de Black Meteor en acción, cosa que hacía mucho no se veía en serio. Con un par de movimientos mató a uno de los moender, demostrando que es de los mejores soldados y el maldito número uno, joder (no se nota que es mi personaje favorito XD). Cómo detalle, destacar que lo único que me agradó de Agustina en éste capítulo, fue cuando le llamó 'comandante' :v Finalmente, Gwyn acaba con el moender que gritó cómo loco en manicomio con la ayuda de Ace, remarcando así un gran capítulo para el personaje femenino.

    Por último tenemos a Sieng y los vasterrod, quiénes están cerca y han oído el grito del moender. Me preguntó que pasará con el puesto de líder de los moender, aunque supongo que Sharyn o incluso Dustin o Michael podrían ocupar su puesto por orden de Tzorkun. Parece que el grupo de Ace, Agustina, Gwyn y Thomas va a continuar con la búsqueda de un lugar de reunión para el grupo, pero con Sieng y los soldados vasterrod detrás, temo que habrá un nuevo combate y por ende si acabará alguien capturado. Sigo manteniendo mi postura: será Agustina por damisela en apuros o Thomas por la incapacidad de lanzar energía.

    Esperaré el próximo capítulo con ganas, hasta pronto.
     
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  7.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Como siempre, paso a comen el capítulo. Un poco tarde, sí, pero aquí estoy al fin de cuentas.

    Es impresionante. No me puedo creer que Gwyn y Thomas hayan derrotado a Havor. Les costó como el demonio, pero lograron sobrevivir. Por desgracia, Thomas ha sufrido nuevas heridas y esta vez en su otra mano, esto lo único que hará será relentizarlo y es posible que su situación lo comprometa en el futuro. Espero que por ello no muera. Por otra parte, la idea de Gwyn no estuvo nada mal, de hecho, gracias a ella es que siguen vivos, y además tuvieron éxito en matar a Havor. Así que bien por ella, y por todo el equipo, claro está. Quizás lo que hizo hoy le abra puertas a Gwyn en el futuro. Solo me queda esperar.

    Y para terminar, parece que a los chicos se le viene una tormenta encima. Sieng se dirige al lugar de los sucesos y no le va a agradar en absoluto cuando vea a Havor muerto. Mucho menos a Tzorkun. Me pregunto, ¿que tan problemático será Sieng para el Zenith? Supongo que debo esperar hasta el próximo capítulo. Solo espero que nadie muera, a raíz de un ataque de rabia por parte de Tzorkun, en especial él, ya que es el interesado en reclutar a los humanos.

    Por el momento, eso es todo. No encontré ningún error. Así que es todo por ahora. Nos vemos la próxima oportunidad. Saludos.
     
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  8. Threadmarks: Reunidos al fin
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6118
    Saludos a los lectores de la historia, principalmente a Resistance y Zurel Ya es viernes, y es momento de publicar el capítulo semanal. Honestamente, no hay noticias ni mucho para decir al respecto esta vez. Espero que les guste y que lo disfruten, y recuerden que siempre pueden mandarme un nuevo top si es que lo desean. Sin más que decir, los dejaré con la lectura.



    Reunidos al fin:

    El general Orikrof había detenido su recorrido, y junto a Plamo, se detuvieron detrás de la cobertura de varios árboles. Los dos miembros del equipo de rescate enviado por el Zenith se habían alejado del lugar en donde Wagner y Jason estaban teniendo su pelea, y tal y como predijo el general xaromitante, los cuatro elimun que acompañaban a Jason iban detrás de ellos.

    — Bien, ya logramos alejarlos lo suficiente de Wagner — le decía el xaromitante a su compañero garak — Ahora podremos luchar tranquilos.

    — ¿Crees que Wagner logre resistir en su pelea en contra de ese tal Jason? — Plamo se mostraba preocupado por lo que pudiera ocurrirle a su compañero.

    — Se supone que es el humano más fuerte del equipo, por detrás del comandante — le contestó Orikrof — Tiene que poder resistir una pelea mano a mano — el general sacó la cabeza de su escondite para observar a los enemigos acercarse — Así que nos tocará a nosotros eliminar a estos cuatro que están persiguiéndonos.

    — ¡No están lejos! — a la distancia, se podía escuchar el grito de uno de ellos — ¡Sepárense y búsquenlos! ¡Apenas los encuentren, den un grito, no intenten eliminarlos solos!

    — Es un buen plan — susurraba Orikrof, quien, gracias al sonido de aquellas voces, logró determinar la posición de los enemigos — Pero no te resultará.

    En tan solo un segundo, el general xaromitante salió de su escondite para apuntar su rifle hacia sus enemigos de forma muy ágil. Disparó una sola bala, y eso solo le fue suficiente para poder eliminar de un tiro a la cabeza al elimun que había dado esa órden. El tiro le impactó en el ojo, y recorrió el camino directo hacia el cerebro, causándole una muerte instantánea e indolora al guerrero que cayó muerto en solo un segundo, ante la aterrada mirada de sus compañeros.

    — ¡Maldición! — gritó uno de ellos abriendo fuego, movimiento inútil dado a que Orikrof se escondió tras el árbol nuevamente — ¡Vayan por ellos! — el mismo tomó una granada.

    Los tres elimun se prepararon, y en cuanto el que había hablado recientemente arrojó su granada, Plamo y Orikrof salieron de sus escondites para poder apartarse de la zona de la explosión.

    — ¡Ahora! — gritó aquel elimun.

    Los tres guerreros empezaron a disparar sus rifles en contra de sus enemigos, quienes corrían a través del bosque utilizando los árboles para mantenerse a salvo de los disparos. Aunque la armadura del garak y el traje de protección del xaromitante también jugaban una parte importante en la protección. Los tres elimun disparaban sin éxito en su objetivo de eliminar a sus dos enemigos.

    — A este paso agotaremos nuestra munición — decía uno de ellos, sin dejar de correr — Guarden un par de balas para cuando estemos más cerca.

    Estos dejaron de disparar y se dispusieron a correr hacia el frente, buscando a los dos objetivos para eliminarlos. Sin embargo, recibieron una sorpresa. Cuando uno de ellos pasó por al lado de un árbol, Plamo lanzó un puñetazo directo hacia su torso. El guerrero elimun lo vio, y con un reflejo rápido levantó su rifle y se cubrió del golpe, pero la fuerza del mismo provocó que terminara arrojando su arma al suelo.

    — ¡Allí! — otro de los dos que seguían corriendo notó al garak — ¡Mátalo!

    Los dos que iban a la carrera detuvieron su marcha y voltearon rápidamente. Supieron que el garak no tendría tiempo suficiente para cubrirse, por lo que eliminarlo debería resultarles fácil. Aunque ninguno de los dos vio venir al general Orikrof, quien salió desde detrás de un árbol, con un grito que llamó su atención. Lo que el xaromitante quería era distraerlos, y lo había logrado. Los dos elimun voltearon asustados de terminar siendo asesinados desde atrás, por lo que quisieron eliminar primero al enemigo que tenían a sus espaldas. A pesar del intento, Orikrof fue más rápido que ellos, y logró conectarle un puñetazo fuerte, rápido y certero a la cabeza de cada uno de ellos. Debido a este golpe, ambos terminaron soltando sus armas. El general xaromitante supo que tendría poco tiempo para eliminarlos.

    Este se movió rápidamente y con astucia. Con sus dos brazos, sujetó a sus dos enemigos desde el cuello, para posteriormente juntar los brazos y provocar que los dos elimun se quedaran cerca de él, impidiéndoles moverse.

    — ¡Plamo, es tu oportunidad para matarlos! — le gritó Orikrof.

    El garak se mantenía peleando cuerpo a cuerpo en contra del elimun que lo había golpeado. Tras haber escuchado el grito de su compañero, decidió darse prisa. Le dio un fuerte golpe con su guantelete izquierdo al enemigo, dándole justo en la mandíbula. Otro golpe en la cabeza con su mano derecha la bastó para arrojarlo al suelo. Acto seguido, Plamo tomó su rifle, y al ver como Orikrof sostenía a sus enemigos, supo lo que intentaba hacer. Al dispararles en el cuerpo, podrían terminar golpeando una granada, y eso podría resultar peligroso, por lo que debía eliminarlos con disparos a la cabeza. Plamo tomó su rifle, y apuntó firmemente. Los dos elimun intentaban escapar de las manos de Orikrof a la fuerza, pero el general hacía una presión tan fuerte en sus cuellos que no les dejaba margen de movimiento. Fue gracias a eso que Plamo logró apuntar sin problemas, y con un tiro en la nuca a cada uno de sus enemigos, consiguió eliminarlos a ambos. Los dos elimun recibieron los disparos, y posteriormente, terminaron muertos en los brazos de Orikrof, quien decidió soltarlos y dejarlos caer al suelo.

    El último elimun que quedaba vivo logró recuperarse rápido, y tras ver como sus compañeros eran asesinados, supo que tendría muy difícil escapar siendo él solo en contra de dos enemigos. Por lo que decidió que, si se iba a morir, se llevaría a todos los enemigos que pudiera. Se acercó hasta el lugar en donde su rifle quedó tirado, y estaba listo para tomarlo con sus manos para luego abrir fuego con las pocas balas que le quedaban. Sin embargo, este terminó recibiendo un tiro en la cabeza, el cual acabó por completo con su vida.

    — ¿Quién hizo eso? — Orikrof se sorprendió de que alguien asesinara a ese enemigo.

    — ¿Crees que haya sido Wagner? — preguntó Plamo, quien se mostró sorprendido ante eso.

    — No lo sé, pero oigo pasos, así que prepárate para pelear — advirtió el general xaromitante.

    Orikrof y Plamo se cubrieron detrás de unos árboles para poder apuntar en la dirección en la que habían provenido esos disparos. Al hacerlo, lograron divisar a los causantes, y se llevaron una sorpresa agradable.

    — ¡Son Wida y Aurio! — Plamo estaba muy feliz de verlos a los dos con vida — ¡Ya están aquí!

    — ¡Aquí estamos! — llamó el general, saliendo de su cobertura, para así asegurarse de que los dos xaromitantes guerreros pudieran verlos.

    Aurio y Wida se acercaban a ellos dos, corriendo desde la distancia, y al ver a su general sintieron una alegría y alivio que llevaban tiempo esperando sentir. Sin embargo, ellos dos no iban corriendo solos por el bosque.

    — ¡Necesitamos ayuda! — advirtió Aurio, a quien se lo escuchaba muy agitado por la persecución — ¡Nos están siguiendo!

    Para evitar que los enemigos los detectaran, Plamo y Orikrof se escondieron detrás de un árbol. Sabían que Aurio y Wida los habían visto, y que iban a pasar por el lugar, y cuando los enemigos lo hicieran, estos dos aprovecharían esa oportunidad para eliminarlos de forma definitiva.

    Los dos xaromitantes avanzaron corriendo por al lado del general y del garak, para luego ocultarse detrás de otro de los árboles que se encontraba en el bosque. Los guerreros que los estaban persiguiendo eran un total de tres inkor, quienes venían desde atrás de ellos. A una distancia lo suficientemente lejana para no escuchar los gritos de ayuda de Aurio, pero lo suficientemente cercana para no perderlos de vista. No tardaron en pasar por el lugar, y al hacerlo, Plamo atacó con un puñetazo potente a uno de ellos. El golpe terminó derribándolo al suelo, y antes de que el inkor se pudiera levantar, el garak encendió sus dos guanteletes de calor para posteriormente colocar sus manos alrededor del cráneo del enemigo. Este comenzó a gritar de dolor mientras su piel y sus huesos eran fundidos por el calor que liberaba el guantelete del garak.

    — ¡Mierda, tienen refuerzos! — gritó uno de los inkor.

    Antes de que este pudiera dar una orden, Orikrof tomó su rifle y apretó el gatillo con la intención de acribillar a balazos a los dos enemigos restantes. Las balas alcanzaron por completo a uno de los inkor, que murió asesinado al instante; pero otro de ellos consiguió escapar al cubrirse rápidamente de las balas. Una vez a salvo, tomó su propia arma y comenzó a disparar en contra del general, quien se tuvo que cubrir para evitar una muerte segura.

    — ¡Maldición, fallé! — exclamó Orikrof, muy frustrado por haber errado el disparo.

    El general xaromitante quería salir de su cobertura para poder eliminar a su enemigo, pero este disparaba con una frecuencia y precisión tales que no le dejaba tiempo para poder salir. Sin embargo, estaba tan concentrado en eliminar al xaromitante que no se dio cuenta de que, sigilosamente, Wagner se le estaba acercando desde atrás. El soldado humano lanzó un grito para poder distraer al inkor, y para hacerles saber a sus compañeros que se trataba de él, y luego de eso, utilizando la culata de su rifle, golpeó en la nuca al enemigo. Este cayó derribado al suelo, dejando de disparar en el acto, y perdiendo su arma, pero quedó lejos de caer inconsciente. Antes de que Wagner pudiera darse cuenta, tomó su daga y con un giro rápido, intentó clavársela a Wagner en el estómago, dado a que no se percató de que el que lo atacó por detrás era un humano. A pesar de su ataque tan rápido, Wagner logró reaccionar a tiempo y utilizando su codo, consiguió bloquear el ataque del inkor, causando que su daga terminara cayendo al suelo, lejos del lugar.

    Sin perder ni un solo segundo, lanzó una patada contra el enemigo. Fue ese golpe el que causó que este cayera al suelo totalmente aturdido. Una vez que lo había reducido por completo, Wagner tomó su rifle nuevamente, y con un tiro limpio a la cabeza, le quitó la vida. Con esta muerte, los cuatro elimun y los tres inkor que los habían atacado, habían sido asesinados.

    El hijo del comandante Zion salió para encontrarse con los tres xaromitantes y el garak. Entre ellos se podía ver un gran alivio por haberse reunido, alivio del cual él también se contagió, dado a que acababa de encontrarse con sus aliados.

    — Otra raza más — Plamo miraba los cadáveres de los elimun en el suelo — Y con esta ya son tres en total — el garak no se había encontrado con los vasterrad, por lo que desconocía de su existencia.

    — Entonces Domir tenía razón — Orikrof recordó lo que aquel garak había mencionado hace unos días atrás — Hay un total de cuatro especies en este planeta. Nosotros solo hemos visto tres, lo que quiere decir que aún nos queda por conocer una de ellas.

    — Hablando de Domir… — Plamo se empezó a extrañar de no verlo presente — Si no recuerdo mal el mensaje del comandante Zion, Domir debía venir con ustedes. ¿Se separaron de él cuando fueron atacados? Si es así, deberíamos ir a ayudarlo. Podría estar en problemas.

    Tanto Aurio como Wida se miraron muy preocupados, ya que ninguno de los dos tenía ánimos ni tampoco una idea clara de cómo le darían la noticia a su compañero garak. Finalmente, fue Wida quien decidió hacerlo, para que Plamo se enterara por sus palabras y no por su silencio.

    — Lo lamento mucho, Plamo — las palabras de Wida dejaron helado al garak — Pero Domir ha muerto — se podía sentir tristeza en sus palabras — Uno de ellos, probablemente el líder, lo asesinó… Lo siento.

    Esas palabras le cayeron como un balde con agua fría a todo el equipo, no solamente a Plamo, aunque este era quien más afectado de los tres estaba.

    — Estás mintiendo… — Plamo no lo quería aceptar — ¡No! ¡Domir no puede haber muerto! — el garak comenzó a alterarse — ¡Por favor, dime que estás mintiendo, y que Domir sigue vivo!

    — Es la verdad, Plamo — Aurio decidió hablarle para tranquilizarlo — Lo lamento mucho, pero él no sobrevivió.

    Plamo retrocedió unos pasos, ante la mirada de todo el equipo, quienes comprendían el dolor que estaba sintiendo en ese momento. Al irse hacia atrás, terminó chocándose en contra de un árbol. Todo esto había frustrado mucho al garak, quien se dio la vuelta rápidamente y comenzó a golpear el tronco del árbol con mucha violencia, al mismo tiempo que gritaba.

    — ¡No! ¡No! ¡No! — Plamo entró en la desesperación tras darse cuenta de lo que eso significaba — ¡Maldita sea! ¡Mierda! ¡Domir, no puedo creer esto! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tuviste que morir?! ¡Mierda! ¡Mierda!

    Plamo comenzó a golpear de forma frenética el tronco de aquel árbol, en un intento de desahogarse por el dolor de la muerte de su compañero y amigo. El general Orikrof apoyó su mano en el hombro del garak, quien luego se arrodilló al suelo, apretando ambos puños. Plamo no había soltado lágrimas por la muerte de su compañero, pero tenía una ira y frustración inimaginables recorriendo su cuerpo. El garak continuaba golpeando el árbol, y a veces golpeaba el suelo.

    — ¿Quién fue? — Plamo se volteó para mirar a ambos xaromitantes — ¿Cómo se llama el asesino?

    — Es el líder de los tipos que acabamos de matar — contestó Aurio, sabiendo que lo mejor sería no desafiar a Plamo en ese momento — Si no recuerdo mal, creo que escuché que lo llamaban Qaior.

    — Qaior… — Plamo repitió ese nombre varias veces en su cabeza — Perfecto. Ahora ya sé a quien de todos ellos debo matar con mis propias manos — tras decir esas palabras, el garak se levantó con una mirada muy seria — ¡Que nadie se atreva a matarlo! ¡Solo yo puedo hacerlo! ¡¿Se entendieron mis palabras?!

    — No te impediremos que lo mates, si eso es lo que deseas — Wagner se acercó a su amigo para tranquilizarlo — Pero ahora debes tomar algo de calma. Seguimos estando en peligro aquí.

    Plamo seguía sintiendo mucho odio y rencor en contra del asesino de su gran amigo, pero supo que Wagner tenía razón. Seguían estado en un área abierta, sin ninguna clase de refugio más allá de los árboles que los rodeaban. Eso quería decir que el peligro persistía, y que, si no se calmaba, podría terminar atrayendo a más enemigos hacia ellos. Y de esa forma no podría vengar a Domir. Tras haber golpeado el árbol tantas veces, Plamo encontró la forma de tranquilizarse, aunque sea un poco. Wida, al ver que Plamo ya se encontraba algo más calmado, decidió preguntar por los demás.

    — General — Wida se acercó a él — No veo a Lankir ni a Gan por ningún lado. ¿Ellos no estaban con ustedes?

    Fue entonces que al general le entró una fuerte sensación de angustia, sabiendo que era su responsabilidad hablarle a su guerrera de lo que le había pasado a Lankir y a Gan. Uno de ellos estaba desaparecido, y en problemas, mientras que otro de ellos estaba muerto. Supo que ella no se tomaría ninguna de las dos noticias de buena manera, por lo que decidió no hacerla esperar más tiempo.

    — Desafortunadamente… — Wida tembló al escuchar esas palabras — Lankir se encuentra desaparecido… y Gan fue asesinado recientemente.

    — ¡No! — la xaromitante cayó de rodillas al suelo — ¡No, Gan no puede haber muerto! — todos en el lugar, principalmente Plamo, sintieron compasión por Wida — ¡Ya perdimos a Domir, no podemos haber perdido a Gan también! ¡Por favor, dígame que Gan está bien! ¡Dígame que mi hermano menor está bien!

    — Perdóname, Wida, pero no puedo mentirte — Orikrof supo que ella pronto rompería en llanto — Gan fue asesinado, hace menos de quince minutos.

    Fueron esas palabras las que terminaron provocando que Wida lanzara un grito de dolor muy fuerte, y luego de aquel grito vinieron las lágrimas. No era para menos, ya que Gan era su hermano menor, la última familia de sangre que tenía con vida tras la Gran Catástrofe había muerto. Aurio, quien también era muy amigo de Gan y de Wida, soltó varias lágrimas tras darse cuenta de que ya no volvería a ver a su amigo nunca más, además de sentirse muy mal por el infierno que Wida tendría que soportar.

    — ¡No, no! — Wida no quería terminar de aceptarlo — ¡Gan! — su voz se oía muy cortada — ¡Nuestro mejor guerrero… iba a ser nuestro mejor guerrero… él no puede haber muerto así! ¡¿Quién lo hizo? ¿Quién le quitó la vida a mi hermano?!

    — Fue un humano llamado Jason — Plamo quiso ser directo con ella — Él nos tendió una trampa, y mató a Gan.

    — ¡¿Qué?! — Wida no lo podía creer — ¡¿Un humano?! ¡¿Eso quiere decir que Gan fue asesinado por uno de los humanos a los que vinimos a rescatar?! ¡¿Que mi hermano vino a rescatar a un humano, y que él terminó asesinándolo?! — el enojo de Wida empezó a hacerse notorio — ¡¿En dónde está?! — ella se mostraba muy furiosa — ¡Quiero matarlo, quiero que pague por lo que le hizo a Gan!

    — Yo ya me encargué de él, Wida — Wagner se agachó para hablar con ella frente a frente — Se trataba de un traidor. Traicionó al equipo, al Zenith y a la humanidad. Y mató a un gran compañero, y guerrero. Por eso yo le puse fin a la vida de ese miserable hijo de puta. Su nombre era Jason Saruk, y me voy a asegurar de que sea recordado por el resto de la historia que nos quede como un traidor.

    — ¿Realmente lo mataste? — Wida quería estar segura.

    — Estoy aquí, y su cadáver está por allá — Wagner señaló en una dirección — Tu hermano puede descansar en paz. Su asesino ha muerto, y su muerte fue vengada.

    — No, él nunca descansará en paz — Wida comenzó a llorar nuevamente — Él soñaba ser un gran guerrero, y nunca podrá lograrlo. Su sueño no pudo cumplirse, él nunca podrá descansar en paz.

    — Wida, detente — Aurio decidió abrazar a su compañera — No digas más esas cosas, solo te harás daño a ti misma.

    La xaromitante hembra comenzó a llorar sobre el hombro de su compañero, quien quería intentar que ella pudiera superar su dolor lo más pronto posible, aunque sabía que era un proceso que tomaría mucho tiempo. La situación era muy grave en aquel momento. Aunque varios de ellos se habían reunido, recibieron la noticia de que dos de sus compañeros habían sido asesinados. Con esto, ya llevaban dos bajas en el día, y un total de cuatro en el poco tiempo que estaban en aquel planeta. Solo quedaban con vida catorce de los dieciocho guerreros que habían ido a esa misión, y ellos esperaban que el número de muertes no aumentara más.

    Wagner decidió darles un minuto tanto a Wida como a Plamo, sabiendo que se trataba de seres muy cercanos, y que sus muertes los habían afectado de forma considerable. Sin embargo, el tiempo que tenían era valioso, y pasara lo que pasara, no debían desperdiciarlo.

    — Escúchenme — les llamó la atención — Entiendo el dolor por el que están pasando, pero tienen que buscar una forma de hacerlo de lado por un momento — todas las miradas se centraron en el humano — Hace tiempo recibí un mensaje de Alicia. Ella estaba junto a Lankir, Michael y Dustin, y comentó que fueron atacados por otra humana. Lankir y ella lograron escapar, pero Dustin y Michael fueron capturados. No solo eso, estoy seguro de que Alicia y Lankir están siendo perseguidos, y si no hacemos algo pronto, Lankir podría terminar siendo asesinado — Wagner decidió guardarse eso para decirlo al final, y así poder motivar a su grupo a moverse.

    — ¿Tienes alguna idea de dónde podrían estar? — preguntó Aurio, quien quería evitar que Lankir pudiera ser asesinado.

    — No, no lo sé, pero quedándonos quietos no podremos encontrarlos — Wagner se mostraba seguro pese a no tener ninguna respuesta exacta — Hay que movernos. Así fue como nosotros logramos reunirnos. Ellos necesitan nuestra ayuda, y si no hacemos nada, podríamos tener que lamentar más muertes antes de que se termine el día. Eso es justamente lo que quiero evitar.

    — Wida, Plamo, sé que deben estar sintiendo un dolor irreparable ahora mismo, pero los dos son guerreros, y como guerreros, deben hacer ese dolor de lado para centrarse en la misión que deben cumplir — el general Orikrof decidió apoyar el pedido de Wagner — Hay cuatro compañeros en peligro, y si nos quedamos sin hacer nada, sus muertes pesarán en nosotros. No pudimos hacer nada para salvar a Domir ni a Gan, pero podemos hacer algo para salvar a Lakir y al resto. Si no lo hacemos, seremos responsables de lo que ocurra.

    — Lo sé, lo siento, Wagner — Wida se preparaba para seguir moviéndose — Juro que te ayudaré. Necesito salvar a Lankir, no lo puedo perder a él también.

    — Estoy seguro de que ellos también querrán vengar las muertes de Domir y de Gan — comentaba Plamo, buscando motivarse a sí mismo — Así que será mejor que vayamos a salvarlos.

    — Sería mejor que Wida y Plamo caminaran en el centro del grupo — sugería Aurio, cosa que le agradó mucho a Wagner — El general y yo iremos por detrás, y tú deberías ir al frente, Wagner.

    Todo el grupo reconoció que se trataba de una idea excelente para ese momento, por lo que la pusieron en marcha. Wagner avanzaba al frente, seguido por Wida y el garak, separados de él por una distancia corta, y en la parte de atrás se situaban el general xaromitante y el último guerrero con una naturaleza completa que quedaba, omitiendo al mismo general. Aurio ciertamente quería salvar a Lankir para que pudiera enterarse sobre la muerte de Gan. Necesitaba que su amigo sintiera la culpa de no haber podido estar con él para salvarlo, y que viera a Wida destrozada de esa manera. Si Lankir moría, se libraría de todo eso, y moriría sin saber nada. Era algo que Aurio no quería que ocurriera.

    El general Orikrof se encontraba mirando atentamente a los dos que tenía al frente. Había dicho unas palabras que esperaba no decir nunca más.

    — “Hacer a un lado el dolor” — pensaba el general para sí mismo — Creí que moriría sin decirlo otra vez. Lamentablemente, no ha sido el caso.

    Wagner, por su parte, se sentía aliviado de poder contar con cuatro personas más para ir en la búsqueda y rescate de todos los demás. Cuando se puso a pensar sobre la forma en que se dieron las cosas, sentía una rabia muy grande. Si Wida y Aurio hubieran llegado antes hasta ellos, Gan probablemente no habría muerto. A pesar de la frustración que sentía en ese momento, no los culpó, ya que no podían haber adivinado que ellos estarían en peligro. Pero hubiera deseado que ellos hubieran llegado más rápido al lugar. Supo que pensar de esa manera no le haría ningún bien, por lo que decidió despejar su mente hacia su objetivo actual.

    — Alicia, Dustin, Lankir, Michael… espérenme un poco más — pensaba el hijo del comandante Zion — Ya voy en camino.

    […]

    Algunas horas habían transcurrido en el planeta, y se empezaba a notar que el sol estaba empezando a ocultarse. Eso solo quería decir que la noche no tardaría demasiado en caer en el planeta, y ellos terminarían quedándose a oscuras. Michael y Dustin avanzaban por el bosque siendo acompañados por los elimun, quienes los iban guiando a través del planeta, dándoles ciertas indicaciones para poder moverse en él. Los dos humanos las tenían en cuenta, ya que las iban a necesitar, pero quien más atención prestaba era Michael, quien hacía su máximo esfuerzo para poder memorizar las localizaciones que los elimun le brindaban. Ellos no tenían ni la más mínima idea de lo que había ocurrido con Michael. Dustin no dijo una sola palabra, dado a que cuando él conoció a Michael, este ya contaba con esa placa de metal clavada a su brazo. Para él era algo cotidiano, y no le dio ninguna advertencia a Tzorkun de eso.

    En el camino, los dos humanos habían aprovechado el tiempo para conocer mejor a sus nuevos aliados, cosa que Michael vio como oportunidad de obtener información gratuita.

    — ¿Nunca han construido una nave espacial? — preguntó Michael, reflexionando sobre lo aprendido.

    — Con la guerra que hemos atravesado, no hemos tenido ni el tiempo ni la intención de hacerlo — le respondió uno de los elimun al soldado humano — Es por eso que ustedes son necesarios para el plan. Tienen que regresar a su planeta y asegurarse de reclutar a los dos objetivos de Tzorkun. Nosotros no tenemos conocimiento sobre los viajes espaciales, o las naves diseñadas para los mismos.

    — Tzorkun puede estar tranquilo — Dustin tomó la palabra — Somos los soldados más capaces del Zenith. El comandante Zion, Wagner, Ace, Michael… si con este grupo no lo logramos, nunca lo conseguiremos.

    — Podríamos llevarnos ayuda de este planeta — Michael quería fingir que traicionaba a los suyos para mantener el nivel de sospecha lo más bajo posible — Digo, les diremos que hay algunas razas hostiles y otras que están dispuestas a cooperar, y así podríamos hacer que los líderes nos acompañen y nos brinden asistencia.

    — Esa es una idea que a nadie se le había ocurrido antes — otro de los elimun pensaba que era un buen curso de acción — Una vez que lleguemos, le informaremos a Tzorkun sobre esto. Seguro le gusta esa idea.

    Para Michael, eso era un ultimátum. En caso de que sus intentos fracasaran y todos los humanos terminaran siendo capturados y reclutados, él podría continuar con su plan por su cuenta. Su estrategia sería buscar la destrucción de las máquinas cuando faltara un día antes de que tuvieran que repetir el proceso de inhalar esa sustancia que los mantenía bajo el control de Tzorkun. Liberaría a sus amigos, y los líderes de las cuatro especies probablemente buscarían matarse entre ellos, lo cual terminaría por frustrar por completo los planes de Tzorkun. El problema sería poder destruir esas máquinas y resistir hasta que el efecto se perdiera, para lo cual, seguramente, necesitaría la ayuda de Orz, lo cual les daría un problema muy serio a sus compañeros. Además, si ese plan se llevaba a cabo, eso quería decir que los xaromitantes y garak habrían sido asesinados previamente. Nadie podría ayudarlo y Orz recuperaría el control total de su cuerpo. De ser así, los humanos serían los únicos sobrevivientes y se verían obligados a matar a Michael. Requería de un sacrificio, pero si era necesario para evitar que Tzorkun cumpliera su objetivo, Michael estaba dispuesto a llevarlo a cabo.

    Antes de que pudiera seguir pensando en eso, recibió el llamado de atención de uno de los elimun.

    — Silencio y quédense quietos — decía deteniendo el avance del grupo — Escucho algo. Hay alguien en las cercanías.

    El grupo entero comenzó a caminar lentamente en la dirección en la que aquel elimun detectó el sonido. Ninguno de los otros escuchaba nada, por lo cual decidieron hacer caso a uno de ellos, confiando plenamente en su capacidad auditiva. Michael supo que, si se trataba de sus compañeros, estos iban a terminar siendo descubiertos y tomados por sorpresa. Debía advertirles sobre el peligro, por lo cual comenzó a hacerse cosquillas de forma disimulada, procurando que nadie lo notara. Si advertía directamente, sabrían que el proceso de reclutamiento no había funcionado, y todo su plan se derrumbaría por completo. Los dos humanos y los cinco elimun se aproximaron hacia el lugar en el cual uno de los elimun detectó el sonido, y a medida que se acercaban, pudieron ver a Alicia y a Lankir explorando el bosque. La humana y el xaromitante habían estado en movimiento constante durante casi todo el día, en busca de algún indicio del lugar a donde se habían llevado a Michael y a Dustin, al mismo tiempo que buscaban a sus compañeros.

    — Hay que eliminar a ese xaromitante — decía el elimun que iba al frente — ¿Ese es el que inventó el cañón peligroso? — Dustin se lo había mencionado en su charla de antes.

    — Así es, es el mismo — comentaba Dustin, quien se preparaba para eliminarlo — Lo quiero matar yo. Luego capturar a Alicia será sencillo.

    Fue allí que Michael decidió actuar. El soldado humano fingió que había estornudado, y lo hizo de forma tan fuerte que llamó la atención de Alicia y de Lankir, quienes voltearon al escuchar ese sonido.

    — ¡¿Qué fue eso?! — Alicia se asustó al escuchar eso.

    — ¡Mierda, nos encontraron! — Lankir logró ver a los guerreros escondidos tras los árboles — ¡Alicia, corre y aléjate de mí! ¡Los obligaremos a separarse, y les será más difícil matarlos!

    Fue así que la humana y el xaromitante empezaron a correr en direcciones diferentes, dejando muy frustrados a todo el grupo de búsqueda, al saber que debían separarse.

    — ¡Divídanse en dos grupos! — ordenó uno de los elimun — ¡Nos costará mucho ver de noche, y hay que capturar a la humana y matar al xaromitante!

    — ¡Dustin, persigue a Lankir con otros dos guerreros! — le gritó Michael — ¡Él no es bueno peleando, no te costará trabajo! ¡Yo iré por Alicia, le costará enfrentarme a mí!

    — ¡Entendido! — Dustin comenzó a perseguir a Lankir — ¡Buena forma de compensar tu estupidez!

    Antes de que Michael pudiera disculparse por el estornudo “accidental” que había alertado a los enemigos, Dustin y dos de los elimun se fueron corriendo hacia Lankir, con el fin de eliminarlo. Eso dejaba a Michael y a otros tres elimun para perseguir a Alicia. Sin perder nada de tiempo, todos empezaron a correr en esa dirección.

    […]

    Alicia notó que cuatro personas la estaban persiguiendo, y entre ellas se encontraba su propio novio, Michael, quien le estaba gritando.

    — ¡Deja de correr, Alicia! — Michael sonaba muy agresivo — ¡Detente y hazme el trabajo más sencillo!

    Mientras corría esquivando los árboles del bosque, la chica no podía dejar de pensar en las cosas que le habrían hecho a Michael. Ella no podía creer que Michael se hubiera aliado con los enemigos, pero allí estaba él. Su propio novio la estaba persiguiéndola por el bosque. Todo esto dejó a Alicia muy confundida y triste. Era obvio que le habían hecho algo a Michael, y el solo recordar que no pudo salvarlo hizo que ella se sintiera muy mal. Debido a esto, Alicia terminó perdiendo la concentración, y tras correr por unos incansables siete minutos, ella tropezó y cayó al suelo. Antes de que pudiera levantarse, los tres elimun se habían acercado a ella, y comenzaron a sujetarla. Tenían listas unas ataduras que no podían romperse con la energía, las cuales iban a utilizar para restringir los movimientos de la humana, quien intentaba resistirse a la captura.

    — ¡Suéltenme! — Alicia forcejeaba para liberarse — ¡Déjenme ir!

    A pesar de sus esfuerzos, la chica no podía soltarse ni liberarse por su cuenta de las manos de los enemigos, quienes ya estaban listos para poder retenerla finalmente.

    — ¡No, esto no puede pasar! — Alicia ya no podía hacer nada para defenderse de sus captores.

    Finalmente, los tres elimun consiguieron colocarle en las muñecas las ataduras para evitar que esta pudiera escapar. Alicia sentía una gran tristeza al no haber podido lograr reunirse con sus compañeros para poder salvar a Michael, quien llegó hacia su posición y notó que los elimun ya la habían capturado.

    — Excelente trabajo, amigos — Michael felicitaba a los elimun.

    — ¡Michael, ¿qué fue lo que te hicieron?! — Alicia quería que su novio le diera explicaciones — ¡Son el enemigo! ¡¿Por qué los estás ayudando?!

    — No te preocupes, cariño — Michael se acercó para darle un beso en la frente — Dentro de poco tiempo, estarás junto a mí. Llévenla con Tzorkun.

    Fue de esa manera que los tres elimun comenzaron a caminar hacia la ciudad subterránea. Uno de ellos sujetaba a Alicia para que no pudiera escapar, aunque con las ataduras puestas, no podría llegar muy lejos, mientras que los otros dos iban en los costados, escoltándolos en caso de que apareciera algún enemigo. Alicia se sentía muy mal por lo que había ocurrido, tanto así que un par de lágrimas empezaron a caer por su rostro.

    — Lo siento, Michael… — la chica se disculpaba con su novio, quien iba detrás del grupo — Intenté buscarte, e intenté salvarte. Pero no pude. Quise salvarte de la misma forma en que tú me salvaste a mí, pero no pude hacerlo. No merezco tener a alguien como tú.

    — Deja de llorar, Alicia, esto terminará muy pronto — contestó Michael, decidido a actuar inmediatamente.

    El soldado humano supo que solo contaba con una única oportunidad, por lo que tomó su rifle y rápidamente le disparó en la nuca a uno de los elimun, más precisamente, el que estaba reteniendo a Alicia. El disparo fue tan rápido y repentino que le terminó por hacer un agujero en la cabeza, causando que la sangre salpicara al piso y que perdiera la vida.

    Tanto Alicia como los otros dos elimun estaban en shock. Cuando uno de ellos se volteó para ver qué era lo ocurrido, creyendo que se trataría de algún otro atacante, terminó por recibir un disparo en el rostro por parte de Michael. Al igual que el anterior, este murió al instante. El último que quedaba vivo se dio la vuelta con su arma lista para disparar, y fue así que tanto él y como Michael abrieron fuego mutuamente entre sí. Las balas que disparó el elimun impactaron en la armadura de Michael, las cuales se encargaron de cubrirlo del daño; mientras que los disparos de Michael le terminaron dando en la cabeza, causándole la muerte directa a aquel elimun.

    Michael lo había logrado, había conseguido asesinar a los tres elimun que venían con él. Alicia, quien sentía mucho miedo tras todo lo ocurrido, ya no sabía que más pensar, por lo que se dio vuelta para ver cara a cara a su novio. Este comenzó a acercarse a ella.

    — Michael… ¿qué sucede? — Alicia sentía miedo al verlo tan cerca.

    El soldado humano tomó a su novia de los hombros y le dio un beso apasionado en la boca, mostrándose muy aliviado de haberla podido encontrar en ese mismo día. Aunque Alicia seguía confundida, el beso sirvió para tranquilizarla. Ella supo inmediatamente que todo estaría bien. Tras unos segundos más, Michael decidió soltarla, para posteriormente darle un abrazo muy fuerte.

    — Me alegra haberte encontrado, Alicia — Michael sonaba muy feliz de haber podido llegar hasta ella — No tienes que tener miedo. Yo estoy bien.

    — Michael, no estoy entendiendo nada de lo que ocurre en este planeta — la chica sentía que su cabeza ya no podría seguir más de esa manera — ¿Qué fue lo que ocurrió contigo y con Dustin? ¿A dónde se fue Sharyn? — Michael se acercó para quitarle las ataduras a Alicia — ¿Por qué están con los enemigos? — luego de que Michael la soltara, Alicia se llevó las manos a la cabeza — Siento que ya nada de lo que pasa desde que llegamos a este planeta tiene sentido.

    — Créeme, Alicia, lo tiene — Michael no quería perder demasiado tiempo en explicaciones — Para que lo entiendas rápido por ahora, solo diré que Dustin y yo fuimos llevados con el líder que da las órdenes en este planeta. Y este mismo intentó ponernos de su lado mediante una técnica de control para que trabajemos para él. Su objetivo es capturarnos a todos, y quería que yo y Dustin los atacáramos a ustedes y lo ayudáramos a cumplir con dicho objetivo.

    — ¿Y por qué no lo hiciste? — Alicia entendía el qué, pero no podía comprender el cómo.

    — Porque yo nunca te haré daño, Alicia. Sin importar lo que pase, yo voy a protegerte de cualquier peligro. No me importa a quien o a cuantos tenga en frente, yo siempre voy a luchar para protegerte a ti — las palabras de Michael hacían muy feliz a su novia, quien se sentía muy segura de poder contar con alguien como él para que la ayude siempre — Y ahora que ya pude salvarte, necesito que me ayudes tú a mí. Tenemos que regresar y perseguir a Dustin. Él no pudo escapar del control que le impuso el líder de este planeta, y si no lo detenemos, asesinará a Lankir. Necesitaré tu ayuda para capturarlo. Es vital para nuestra victoria en esta misión que no lo dejemos escapar.
     
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  9.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, ya he leído el capítulo y ha estado bastante bien. Se me hizo ameno. Comentaré lo más destacado para mí.

    Orikrof apenas había mostrado sus habilidades pero en éste capítulo se vieron, mostrando que es un verdadero soldado y de ahí que sea el general de los suyos. Me alegra que él y Plamo se hayan reencontrado con Wida y Aurio, estoy deseando ver cómo el grupo al completo se va reuniendo poco a poco. Has narrado muy bien las reacciones del garak y la xaromitante a las muertes de Domir y Gan respectivamente. Me han dado lástima ver a estos dos personajes alienigenas asimilar el golpe de conocer que un ser querido ha fallecido, además, has mostrado ese sentimiento en dos aspectos: tristeza y rabia. Así que ha quedado aún mejor. Wagner se siente cómodo teniendo el control y está demostrando capacidades de sobra para ser futuro comandante. Espero que Ace se ponga las pilas, porque por el momento, Wagner lleva la ventaja. Quiero añadir, al margen de esto, que Zion lleva un par de capítulos sin aparecer y me resulta extraño que una figura tan importante cómo la de un comandante y líder, desaparezca en una situación así. Lo vimos pelear vs los Vasterrad y ya está. Si fuera un soldado común podría entender que desapareciera del radar durante un tiempo pues no es alguien importante, pero siendo Zion... En fin, ojalá en el próximo se sepa de él.

    Michael continúa manteniendo su tapadera contra Tzorkun y los elimun, cosa que es vital para las aspiraciones de todo el grupo de sobrevivir a la cacería a la que están siendo sometidos. Su grupo de exploración se encontró con Alicia y Lankir, y debo decir que la forma de alertarles por parte de Umcali ha sido un tanto... estúpida, cómo bien comenta Dustin XD. Me sorprende que no le hayan reprochado eso, porque hubiese sido más comprensible hacer ruido al romper una rama que estornudar de forma repentina. Habría sido más sutil. Michael está listo en enviar a Dustin y dos elimun a por Lankir mientras él va con los tres elimun restantes a por Alicia. Debo decir que el plan de Alicia y Lankir de separarse me parece un poco absurdo, pues parten en desventaja numérica desde el principio y separarse solo les complica la situación. Finalmente no sabemos que es de Lankir y Dustin persiguiéndolo, pero Michael maneja su situación bastante bien y acaba con los elimun que le acompañan y retienen a Alicia para salvarla. Tengo curiosidad por ver cuál es su siguiente movimiento, pues debería aprovechar aún su tapadera con los enemigos. Que acabe con los elimun ayudado por Alicia y retengan a Dustin sería lo mejor.

    En fin, veremos que sucede. Estaré esperando el siguiente capítulo.
     
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  10.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Tal y como se veía venir. La noticia de la muerte de Gan y Domir le ha caído de improviso a Wida y a Plamo, respectivamente. Me da mucha lástima por Wida, es una xaromitante que me gusta bastante y siento pena por ella. Es evidente que no va a ser fácil, superar la muerte de su hermano. Supongo que Lankir se sentirá mucho peor cuando se entere de su muete. Lo bueno de todo es que Wagner mató a ese maldito traidor. Y no evito sonreír de oreja a oreja cada vez que lo recuerdo.

    Plamo, por otra parte, ha decidido lo que tiene que hacer; matar a Qaior. Solo espero que cuando le toque pelear contra él, lo haga con la cabeza fría. O de lo contrario, el siguiente en la Blacklist será él.

    Me alegra que Wagner se haya reunido con el general y compañia. Y me alegro aún mucho más que hayan logrado eliminar a sus enemigos. Esto sin duda pondrá en aprietos a Tzorkun, ya que sus aliados se ha visto reducidos en los últimos días. Espero que Tzorkun no tenga un plan "maestro" o algo así, porque sino las cosas se pondrán feas para los chicos.

    En cuanto a Michael, debo admitir que me parece sorprendente y hasta de locos la idea de Umcali sobre sacrificarse, en caso de que decida destruir las máquinas de Tzorkun, y otorgarle el control de su cuerpo a Orz, en caso de ser necesario. No puedo imaginarme lo mal que lo pasaría Alicia en dado caso que algo así ocurra. Lo que me impresiona es que Michael piense en sacrificarse, sin antes pensar lo que siente Alicia por él. Yo en un caso así, creeme que me lo pensaría bastante XD.

    Admito que las cosas ha dado un giro impresionante. Cuando vi que Michael le ordenó a los elimun que llevaran a Alicia ante Tzorkun, pensé "esto se fue al carajo", " ¿qué demonios está pensado Michael?" y de un pronto a otro ¡Boom!; Michael actua como Chuck Norris y salva a Alicia, aniquilado a sus enemigos de un disparo a la cabeza. Fue inesperado.

    Estoy contento con que los diferentes miembros se reunieran con sus respectivos equipos. Ahora solo falta que Michael y Alicia rescaten a Dustin, se reúnan con los demás miembros, creen un plan para derrotar a Tzorkun, maten a la pe**a de Sharyn, y salven el día. Claro que, eso es más fácil decirlo, que hacerlo XD.

    Las cosas van bien, por ahora, y estoy seguro que dentro de poco las cosas irán mejorando para el equipo. Por cierto, ¿qué se hizo Zion? ¿Se lo tragó la tierra? ¿Lo raptaron otros alienígenas y se lo llevaron? Hace rato que no se sabe nada de él, y eso empieza a inquietarme. Espero que esté bien.

    Por ahora eso es todo por el momento. No encontré ningún error, y no tengo más que decir. Saludos y hasta la próxima.
     
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  11. Threadmarks: Adversario invencible
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6540
    Hola. Saludos a Resistance y a Zurel que han leído la historia básicamente desde el principio. Sé que yo siempre publico los viernes, y que a día de hoy (en mi país) es miércoles. Pero me ha surgido un problema. Los profesores me han vuelto a hacer lo mismo que hace meses atrás. Estoy super cargado de cosas por hacer, y temo que el tiempo me sea insuficiente. Por eso, he decidido que ahora voy a publicar 2 (así es dije 2 XD) capítulos de esta parte, dado a que hasta el sábado de la semana siguiente no podré volver al foro. No sé si volveré justo el sábado próximo, quizá me añadan más cosas y me tarde más en regresar, pero independientemente de lo que ocurra, hasta el sábado 4 de julio es seguro que no me verán por aquí.

    Sin más que decirles, les dejo con la lectura de los capítulos.



    Adversario invencible:

    Está confirmado — decía un vasterrad a Sieng, que se encontraba impactado al ver la escena que contemplaban sus ojos — Se trata de Havor — a pesar de verlo, el líder de los elimun, ahora comandando a los vasterrad, no podía creer nada de lo que veía.

    En el lugar había un total de seis cadáveres de moender, y uno de ellos pertenecía a su líder. El haber visto esto dejo sin habla a Sieng, quien no quería imaginarse la reacción que tendría Tzorkun cuando le reportara que Havor había muerto. Sumado a la muerte de Vanac, eso significaba que en un solo día habían perdido a dos de los líderes de los guerreros. Solamente quedaban él y Qaior.

    No lo creo, aunque mis ojos mismos sean los que me lo digan — Sieng seguía procesando este suceso — En tiempos de guerra pasados, Havor fue capaz de matar a varios de mis mejores hombres. Ahora, está tirado en el suelo, sin un solo rastro de vida.

    Ha pasado mucho tiempo desde que la guerra terminó — contestó uno de los vasterrad — Quizá su cuerpo perdió condición.

    A pesar de que eso fuera cierto, no puedo creer que este tipo esté muerto — Sieng no esperaba encontrarse con dicha escena — Pero quien lo haya matado, debe ser un guerrero muy fuerte. Eso me alegra. Podré medirme con un rival de mi altura. Estoy ansioso por encontrarme con él o con ella, o con ellos, si es que hubo más de una persona involucrada en su muerte. Sigamos andando. No pueden estar lejos.

    […]

    El grupo formado por Ace, Thomas, Gwyn y Agustina avanzaba por el bosque del planeta Emiv. Tras haber gastado la mayor parte de sus fuerzas en el combate de los moender, se encontraban algo cansados, y la gran caminata que habían hecho por el bosque no ayudaba realmente a recuperar sus fuerzas, sino que tenía el efecto contrario. Notaron que pronto oscurecería, dado a que el atardecer comenzó. Eso quería decir que el tiempo para que su visión fuera amplia se les estaba por terminar, por lo que debían encontrarse con el resto del grupo lo más rápido que pudieran.

    Al frente iban Thomas y Gwyn. Ambos platicaban sobre lo ocurrido hace poco en la pelea, al mismo tiempo que se encargaban de vigilar la parte de adelante.

    — Gwyn, ¿te puedo decir algo? — le preguntó Thomas a su novia.

    — No entiendo por qué me dices eso — contestó la chica — Eres mi novio, y puedes decirme lo que tú quieras. No necesitas pedirme permiso. ¿De qué quieres hablar?

    — Me he dado cuenta de que tú nunca te das crédito a ti misma — la respuesta de Thomas dejó algo confundida a la chica.

    — ¿A qué te refieres?

    — Cada vez que menciono tu evolución y madurez, solamente dices que fue gracias a mí. Y que, si no fuera por mí, tú no serías quien serías hoy, y muchas cosas más. Siempre es lo mismo, y no me gusta que hagas eso, porque siento que te desprecias a ti misma — Gwyn seguía sin entender la explicación de Thomas — Mira lo que ocurrió hoy, apenas hace unas horas. La que tuvo la idea de emplear una estrategia que derrotó a Havor fuiste tú. Y yo nunca he hablado sobre estrategias contigo, al menos no estrategias para derrotar a un enemigo así. Y cuando encontremos al comandante, quiero que el crédito de esta victoria sea solo tuyo, porque te lo mereces. No quiero escuchar otra vez ese cuento de “fue gracias a Thomas”. Quiero que te empieces a valorar a ti misma.

    — Pero lo hago, y aunque repita varias veces que tú me ayudaste a madurar, no es una mentira — fue la respuesta de Gwyn ante lo que decía su novio.

    — Sí, pero mi ayuda nunca pudo haber provocado esto — Thomas empezó a mostrarse más serio — Y algunas veces, siento que tú solo dices eso para hacerme sentir mejor. Como si quisieras compensar que estuviste con Michael antes que conmigo, y por eso me halagas tanto a la vez que te quitas tu propio mérito. Y me duele ver eso, porque eres una chica maravillosa. Quiero que dejes de hacer eso, y que te empieces a valorar. Porque si no lo haces tú, a parte de mí, nadie más lo hará. Derrotaste a uno de los líderes de las especies de este planeta. El general Orikrof y Wagner lucharon contra él ayer y no pudieron con él. Tú sí, y no quiero que se olviden de esto, o que seas tú misma la que no lo quiera reconocer. Así que cuando nos encontremos al grupo, quiero que digas con orgullo que la estrategia y el golpe final lo diste tú.

    Gwyn quedó sin habla por las palabras que Thomas le había dicho. Ella nunca había visto las cosas de la forma en la que él las relataba, y por alguna razón, sentía que Thomas acertaba en algunos aspectos. Ella claramente se sentía un poco avergonzada por su actitud al haber estado con Michael, y se dio cuenta de que también repetía mucho el hecho de que Thomas la había ayudado a madurar. Supo que su novio no se equivocaba, y que ella, aunque sea inconscientemente, se quitaba mérito a sí misma. Si bien, presumir sus logros no era algo que le gustara, empezó a considerar el hacerlo en esa ocasión. Luego de haber reflexionado sobre eso, la chica le dio un beso en la mejilla a Thomas.

    Ace y Agustina, quienes iban vigilando al grupo desde atrás, miraban esa escena con algo de ternura. Ciertamente, el haber estado juntos desde que había iniciado esa fase de la misión los había unido más a sus dos compañeros. La amistad que tenían antes se reforzó, incluso más tras la pelea contra los moender.

    — ¿De qué crees que hablan esos dos? — preguntaba Agustina, quien se encontraba junto a Ace.

    — No lo sé, pero se ven felices — Ace se alegraba por sus compañeros — Y no es para menos. Fueron ellos los que derrotaron a Havor.

    — Gwyn es una chica muy inteligente en batallas — Agustina empezó a sonar muy desanimada — A diferencia de mí, que no he aportado nada.

    — Hey, ¿qué estás diciendo ahora? — Ace se sentía extrañado por escucharla hablar de esa manera — Yo tampoco fui capaz de pensar en algo para vencerlo.

    — Pero tú eres un soldado muy fuerte — por alguna razón, Agustina se desanimaba cada vez más — A pesar de que me encontraba mal, lograste defenderme a mí y a ti mismo. Pero no lograste derrotarlos por tu cuenta, y eso fue porque estabas cuidándome a mí.

    — Agustina…

    — Y no es solo ahora. Siento que nunca he aportado nada al equipo. Que solamente soy una chica fuerte que sigue órdenes, y que no hace nada más. ¿Qué fue lo que hice yo en la pelea contra las bestias de Fientlig? ¿Qué fue lo que hice en la guerra contra los berrod? ¿Qué fue lo que hice hasta ahora? Solamente estar al lado tuyo, viendo como tú luchas con todas tus fuerzas y usando tus habilidades de pelea. Nunca he logrado hacer nada como lo que ha hecho Gwyn. En realidad, fui una carga para ti en esta pelea.

    — No, no lo fuiste — Ace quiso impedir que ella siguiera hablando de esa forma — A pesar de estar lastimada, no dejaste de pelear. Y me cubriste la espalda en todo momento. No tienes por qué torturarte pensando en eso.

    — Pero es la verdad — las palabras de Ace no podían hacer que Agustina se sintiera mejor — No siento que esté aportando en nada al equipo. Thomas está herido, pero él jugó una parte importante en la victoria. Yo no hice nada más que contener a los enemigos. Cualquiera puede hacer eso. Yo no soy nada extraordinaria. Siento que no soy la chica que mereces, Ace. Siento que no soy una soldado digna de estar en el equipo, o contigo.

    — Agustina, escúchame bien — Ace empezó a mostrarse serio — Fuiste herida por nada más y nada menos que el líder de esos guerreros. Y eso fue porque yo no pude detenerlo ni enfrentarme a él. No tienes que sentirte mal, y mucho menos pensar en cosas como esa. ¿Crees que alguien más podría haberme defendido tanto como lo hiciste tú? No te dejaste vencer, y seguiste luchando. Incluso me pediste que te dejara atrás para salvarme. Estás dispuesta a darlo todo por mí, al igual que yo estoy dispuesto a hacerlo por ti. Así que nunca más vuelvas a decir que no eres digna de estar conmigo. Porque para estar conmigo, no necesito que seas la mejor soldado del mundo. En realidad, no necesito nada de ti para hacerlo. Estoy contigo porque al estarlo, me siento querido de verdad. Eso me basta y me sobra.

    — Pero a mí no — Ace se empezaba a sentir mal con las respuestas de su novia — Siento que puedo hacer más de lo que hago, y que no lo estoy haciendo. Desde que me convertí en tu novia, quise alcanzarte, pero nunca lo logro. Eres el segundo mejor del equipo ante los ojos del comandante, y te han considerado una buena opción para reemplazar al comandante Richard. En cambio, yo solamente soy la guerrera número cinco, y nunca he hecho nada que contribuya en gran manera al equipo.

    — ¿Ya te olvidaste de la vez que me salvaste de que Orz me matara? ¿O de la vez en la que me cuidaste cuando tuve un ataque al corazón? ¿O de la forma en la que me ayudaste a darme cuenta de que estaba actuando como un cobarde solo por mi pasado con el comandante Morris? — Ace recordaba las cosas que Agustina había hecho por él, esperando que eso fuera suficiente para que la chica entrara en razón de lo que él decía — ¿No es suficiente para ti? Para mí es suficiente el amor que me das cada día, cada noche y que reafirmas en cada batalla que peleamos juntos.

    — Ace… eres la mejor persona que alguna vez conoceré — Agustina no terminaba de sentirse mejor, pero su ánimo era diferente — Tuve la suerte de haber nacido en este momento para estar contigo. Y quiero que…

    — ¿Qué pasa? — Ace notó que Agustina dejó de hablar de forma repentina.

    — Estoy escuchando algo — Agustina quiso concentrarse más — Creo que se nos acerca alguien.

    Los dos soldados se mantuvieron en silencio por un momento, y tras concentrarse un poco mejor, lograron escuchar unas pisadas acercándose hacia su posición. Ciertamente, Agustina tenía razón. Alguien se les estaba acercando a ellos.

    — El grito del enemigo — Agustina recordó que el último de ellos había gritado con fuerza — Deben de haberlo escuchado y estarán siguiendo nuestros pasos.

    — ¡Chicos, hay que salir de aquí rápido! — gritó Ace, alertando a Thomas y a Gwyn, quienes voltearon en seguida para mirarlo — ¡Alguien se acerca! ¡En nuestro estado, nos costará pelear!

    — ¡Mierda, ¿no podemos tener un maldito descanso?! — preguntaba Thomas, muy frustrado por tener que acelerar el paso.

    Los cuatro soldados comenzaron a correr por el bosque, con la esperanza de poder escapar de quienes fueran sus perseguidores. Asumieron que no se trataría de los moender otra vez, o de lo contrario, no escucharían pisadas. Sin embargo, era obvio que alguien debía estar tras ellos, lo consideraban lógico tras el grito que dio el guerrero al que habían intentado interrogar.

    Durante unos cinco minutos estuvieron corriendo como pudieron, dado a que la lucha en contra de los moender, sumada al poco tiempo de descanso que tuvieron en la noche, más el resto de la exploración en el día, los había dejado a todos muy cansados. Poco a poco, empezaban a escuchar las pisadas que los seguían estando cada vez más cerca de ellos, dándose cuenta de que el enemigo se movía a mayor velocidad que ellos.

    Estos no tardaron demasiado tiempo en hacer su acto de presencia, y de un momento a otro, Sieng salió de entre los árboles para ponerse a la vista de todos ellos. El líder de los elimun había logrado encontrarlos tras haberlos perseguido por un largo tiempo, y todo el grupo se preocupó al verlo, dado a que no tenían mucha información sobre esa especie. El guerrero los siguió persiguiendo por el bosque, hasta que llegaron a una zona donde los árboles estaban más distanciados. Una vez allí, el guerrero tomó una granada y con una gran puntería, logró arrojarla para que cayera en el medio del grupo.

    — ¡Granada, cuidado! — advirtió Ace, muy preocupado al verla — ¡Sepárense!

    Ace se desvió hacia la izquierda, Agustina hacia la derecha, y Thomas y Gwyn continuaron su marcha hacia el frente. Finalmente, la granada arrojada por Sieng explotó, generando una ligera sacudida que causó que algunos de ellos se tambalearan. No solo hubo una explosión de medio alcance, también empezó a salir una gran cantidad de humo de la misma, lo cual dificultaría la visión en el lugar, dado a que empezó a desparramarse.

    Ace se volteó para observar lo ocurrido, y fue ahí cuando Sieng aprovechó su oportunidad para atacarlo. El elimun apareció desde un costado, con su brazo alzado y listo para darle un puñetazo a Ace. Este lo vio venir y logró reaccionar a tiempo poniendo ambos brazos para bloquear el golpe. El impacto fue muy fuerte, sorprendiendo a Ace, quien no podía creer la fuerza que tenía dicho enemigo, y terminó retrocediendo unos cuatro pasos.

    — Buenos reflejos, y buena resistencia — Sieng apreció el movimiento de Ace — Dime, humano, ¿fuiste tú quién derrotó a Havor?

    El soldado del Zenith supo que estaba hablando acerca de la lucha que ellos habían tenido recientemente contra los moender, y se dio cuenta de que ese tipo los estaba persiguiendo justamente por eso. El enemigo se veía fuerte e imponente, por lo que Ace no quería que este fuera tras sus compañeros, así que tuvo que mentirle sobre lo ocurrido.

    — Así es — Sieng sonrió al escucharlo — Yo fui quien lo asesinó.

    — Te ves fuerte, y veo que las apariencias no me engañan — Sieng se preparó para luchar en contra de él — Tzorkun va a estar muy feliz cuando te lleve con él.

    — Tzorkun — pensaba Ace, quien ya había escuchado ese nombre antes en la lucha anterior — ¿Él es el líder que lo controla todo?

    — Precisamente, y pienso llevarte con él — contestó Sieng, preparado para atacar — Dime tu nombre. Dado a que has matado a alguien tan fuerte como Havor, quiero conocerlo.

    — Me llamo Ace — contestó el soldado, tomando una postura defensiva — Y seré el último soldado al que te vas a enfrentar. Espero que estés listo, porque recibirás el mismo daño que se llevó tu amigo, Havor.

    Sieng decidió terminar de intercambiar palabras con él y atacarlo de una buena vez. El guerrero elimun pasó al ataque corriendo hacia Ace mientras levantaba su brazo izquierdo para darle un puñetazo. Ace lo vio venir, y sabiendo que no lo podría esquivar, se preparó para bloquearlo. Fue así que Sieng lanzó el puñetazo directo al estómago. Ace intentó bloquearlo, pero no lo logró. El golpe de Sieng fue rápido, preciso y potente, logrando darle justo en la boca del estómago al soldado, causándole algo de dolor, a pesar de llevar la armadura puesta. El soldado del Zenith se sorprendía al mismo tiempo que se asustó un poco por la velocidad del ataque del enemigo, que no le dio tiempo a colocar su mano en la zona donde recibió el golpe. Sin embargo, no dejó que eso lo intimidada. Supo que, al tenerlo cerca, tenía la oportunidad perfecta para golpearlo, por lo que aprovechó ese momento y le lanzó un puñetazo a la cabeza. Un golpe de puño izquierdo impactó en la mandíbula de Sieng, quien recibió el ataque y retrocedió solamente un paso del lugar en el que estaba parado.

    Ace no se detuvo ahí y le lanzó un puñetazo más, en esa ocasión con la mano derecha, el cual logró impactar nuevamente en la mandíbula de Sieng. Acto seguido, atacó con un codazo con el brazo izquierdo, el cual Sieng interceptó con su mano, deteniéndolo por completo.

    — No está mal — comentaba mientras sonreía — Estás al mismo nivel que Jason — tras decir esas palabras, le lanzó un rodillazo a Ace.

    El rodillazo tuvo una potencia increíble, y al golpear a Ace en el estómago, logró hacer que este retrocediera varios pasos hacia atrás.

    — Lo malo es que Jason no está a mi nivel — comentó Sieng, quien empezó a correr nuevamente hacia él.

    Ace reaccionó rápido, y disparó energía con su mano izquierda para detener el avance del enemigo. Sieng detuvo su movimiento para levantar el brazo derecho y que su armadura fuera la encargada de recibir el golpe de Ace. El soldado del Zenith supo que debía regresar con sus compañeros dado a que él solo no lo podría derrotar, por lo que levantó ambos brazos para desencadenar una ráfaga de ataques de energía, buscando distraerlo el tiempo suficiente para huir. Sin embargo, solo consiguió disparar dos fragmentos, los cuales fueron bloqueados sin problemas por el enemigo. Tras haber disparado el segundo, Ace quiso seguir atacando, pero la energía no salía de su cuerpo. Una expresión de miedo se formó en su rostro cuando se dio cuenta, con total terror, que ya no contaba con más energía disponible para liberar en batalla.

    — ¡No, imposible! — Ace intentaba con todas sus fuerzas liberar más energía — ¡Déjame liberar un poco más, no me importa si me daña el corazón!

    A pesar de sus esfuerzos, la energía no salía de su cuerpo. Sieng, tras escuchar esos gritos y notar que no recibía más golpes, se dio cuenta de que sus reservas habían terminado.

    — Ahora será una lucha completa, solo de cuerpo a cuerpo — comentó el guerrero, empezando a correr hacia él.

    Ace supo que no tendría otra opción más que mantener el combate cuerpo a cuerpo contra su enemigo el tiempo suficiente para que sus compañeros llegaran a ayudarlo. Solamente esperaba ser capaz de hacerlo. Cuando Sieng se acercó lo suficiente a él, le lanzó un puñetazo que Ace no pudo ni esquivar ni bloquear. El golpe le dio en la cabeza, dejando a Ace algo aturdido. A pesar de esto, Ace respondió y arrojó un codazo a su enemigo, quien lo anticipó y lo bloqueó con facilidad levantando su brazo. Tras haberlo bloqueado, Sieng tomó el brazo de Ace y lo torció un poco, haciendo que este liberara un grito pequeño de dolor. El soldado del Zenith no soportaba el daño que estaba recibiendo, así que le lanzó un puñetazo con su otra mano a Sieng, logrando encajarle un golpe fuerte en la mandíbula, nuevamente. Para su sorpresa, Sieng lo resistió sin moverse de su lugar, para después levantar con fuerza su rodilla y encajarle un rodillazo en el estómago que hizo que se inclinara un poco hacia adelante. Acto seguido, el guerrero elimun soltó el brazo de Ace, juntó sus dos manos y le dio un potente golpe en la cabeza a su enemigo, logrando hacer que perdiera su estabilidad por completo y se cayera brutalmente al suelo.

    Ace sintió la fuerza de aquel puñetazo, y notó que Sieng estaba en un nivel totalmente diferente al suyo. Intentó levantarse como podía, pero antes de poder hacerlo, el elimun le pisó la espalda y lo volvió a dejar en el suelo. Ace sabía que había perdido la pelea, dado a que no le quedaba energía por lanzar, y que no tenía la fuerza suficiente para hacerle frente a Sieng. Este tomó las dos manos de Ace y se las ató para poder mantenerlo quieto, y luego de eso, le amordazó la boca para evitar que Ace pudiera pedir ayuda a sus compañeros. Una vez que había terminado, el elimun le dio una patada en la cabeza buscando hacer que se diera vuelta. Logró su cometido y Ace quedó tirado en el suelo boca arriba, con un fuerte dolor de cabeza tras esa patada. Tenía la vista un poco borrosa, pero aun así pudo notar que Sieng lo miraba con una sonrisa triunfal en su rostro.

    — ¿Qué pasó, Ace? ¿Havor se llevó toda la fuerza que tenías? — le decía mientras lo levantaba del suelo — O tal vez me mentiste, y no fuiste tú quien lo derrotó en realidad. Sea como sea, ahora vas a venir conmigo. Tzorkun se alegrará de tenerte entre sus filas.

    […]

    Lankir corría por el planeta mientras tres seres lo estaban persiguiendo. Dustin era uno de ellos, cosa que dejó muy asustado y preocupado al xaromitante, quien supo que no podría disparar de forma indiscriminada, o de lo contrario le podría hacer daño a su compañero. En el medio de esa corrida, los dos elimun y Dustin estaban disparando en contra de él, por lo que apenas tenía tiempo para planear algo. A pesar de todo, logró pensar en una forma para poder eliminar a sus enemigos sin causarle daño a Dustin. Con una gran dificultad, logró voltear y ver que al frente tenía a los dos guerreros de aquella especie con la que se había encontrado antes en el día, cuando Sharyn los atacó por sorpresa. Tuvo que volver la vista al frente para asegurarse de no tropezar o chocarse contra un árbol, pero solo necesitó dar un único vistazo más para poder ubicar a Dustin, que iba detrás de los otros dos guerreros, y ubicado específicamente a la izquierda de ambos.

    Fue entonces que Lankir decidió cambiar su curso para dirigirse a la derecha, esperando que su plan diera resultado. Tal y como lo había pensado, los dos elimun giraron en su dirección, dejando a Dustin un poco más atrás y distanciado de ellos dos. Lankir dio un giro rápido y sin preocuparse por apuntar con mucha precisión, disparó su cañón, lanzando un disparo que fue directo a los dos elimun que estaban al frente suyo. Estos no lograron reaccionar a tiempo y terminaron recibiendo el impacto del disparo del cañón, el cual causó una explosión que hizo pedazos sus cuerpos.

    Dustin, desde atrás, miró esa escena con mucha rabia. Lankir no era un guerrero fuerte, pero su inteligencia se encargaba de compensar ese aspecto. No le gustó para nada ver cómo sus dos compañeros eran asesinados de esa forma, por lo que corrió con su rifle en mano y listo para disparar. Al verlo, inició con los disparos. Lankir corrió lo más rápido que pudo hacia la cobertura de un árbol, esperando a que Dustin agotara sus balas, dado a que el soldado ya había disparado en gran medida contra él antes, y supo que su rifle se calentaría.

    Sus suposiciones eran ciertas, y el rifle no tardó en cesar con la lluvia de balas de calor, cosa que frustró a Dustin aún más que antes.

    — ¡Sí que eres inteligente, Lankir! — le gritó, al mismo tiempo que arrojó su arma al piso — ¡Pero no vas a matarme! ¡Así que sal de tu escondite y ven a pelear! ¡Yo no te dejaré escapar de aquí con vida!

    — ¡Dustin, ¿qué fue lo que te hicieron cuando te llevaron?! — Lankir quería ver si podía encontrar una forma de descifrar lo ocurrido con su compañero.

    — ¡Eso no te incumbe! ¡Tú estarás muerto dentro de nada! — Dustin empezó a acercarse al lugar del cual escuchó hablar a Lankir — ¡Veo que ni siquiera tienes el valor de salir a enfrentarme! ¡Tendré que ir yo mismo!

    Lankir no podía encontrar una forma de ayudar a su compañero en ese momento, y supo que este estaba intentando matarlo de forma definitiva. No tendría una opción más que enfrentarlo en un combate. Era consciente de que nunca le ganaría, pero al menos iba a pelear para mantenerse con vida. Dustin no era muy inteligente comparado con él, y no se dio cuenta de que estaba dirigiéndose a su ubicación, dándole la ventaja completa ante un ataque.

    Lankir actuó rápido, saliendo de su escondite con un puñetazo dirigido hacia el rostro de Dustin, quien respondió de la misma manera y le bloqueó el ataque con buenos reflejos.

    — No sirve de nada que tengas una mente ágil para el combate si no tienes un cuerpo que la acompañe — comentó Dustin, dándole un puñetazo en la cabeza antes de que Lankir pudiera reaccionar.

    Lankir sintió ese golpe con una gran fuerza, y terminó retrocediendo hasta quedar de espaldas contra un árbol. Levantó la vista y vio que Dustin se le acercó hasta él cortándole cada vía de escape posible.

    — ¿Sabes? Creo que será más divertido matarte así — comentaba Dustin, preparado para pelear contra él — Después de todo, tenemos un combate pendiente. Sería una lástima que te hubiera matado sin haber podido luchar contra ti. Ahora podré hacer ambas.

    Dustin le arrojó un puñetazo a Lankir, quien lo esquivó rápidamente, causando que su mano chocara contra el tronco del árbol, para inmediatamente atacarlo con un puñetazo al rostro. El golpe hizo que el soldado del Zenith retrocediera dos pasos, y Lankir se preparó para atacar otra vez de la misma manera, pero con su otro puño. Dustin logró prever su ataque, pero en lugar de bloquearlo, decidió detenerlo lanzándole un golpe en la cabeza a Lankir, quien retrocedió hasta chocar contra el árbol. Una vez allí, Dustin corrió hacia él y levantó la rodilla para darle un golpe en el estómago mientras la espalda de su enemigo chocaba en contra del árbol. Una vez que conectó ese ataque, Dustin lanzó un codazo a la mandíbula que Lankir, quien terminó cayendo al suelo directamente por un impacto tan fuerte.

    Tras haberlo derribado, Dustin empezó a reírse de él, mientras que Lankir no encontraba fuerzas para poder levantarse el suelo. Los golpes de su enemigo eran bastante fuertes, y su naturaleza no era la de un guerrero ni siquiera en un cincuenta por ciento. Se veía completamente superado y derrotado por Dustin. Al intentar ponerse de pie, Dustin le dio una patada en las costillas, con la cual pudo hacer que quedara tumbado boca arriba, para así verlo a la cara. La expresión de miedo de Lankir le agradaba a Dustin, quien estaba ansioso por matarlo.

    — Creí que ibas a dar algo más de pelea — Dustin le pegó una patada en la cabeza a Lankir, quien lanzó un leve quejido de dolor por el golpe — Wida y Gan no deben significar nada para ti. No puedes protegerlos solamente con estrategias, necesitas entrenar tu fuerza física si quieres ser capaz de salvarlos — luego de eso, Dustin empezó a pisarle el cuello, ejerciendo un poco de presión sobre él — Es una lástima que no hayas pensado en eso antes, porque ya no tendrás otra oportunidad para hacerlo. Dime, ¿cómo te gustaría que te mate?

    — Dustin, por favor… — a Lankir le costaba hablar con su cuello siendo pisado por el humano — No me mates — viendo que no podría ganarle, decidió suplicar por su vida — Yo quiero mucho a Wida y a Gan. Son muy importantes para mí. Amo demasiado a Wida como para perderla ahora… y no quiero morir sin ver a Gan convertido en un guerrero que llene de orgullo a nuestra especie… Te suplico que no me mates. Por favor, te lo ruego. Somos compañeros de equipo. El día de hoy estábamos luchando juntos. Estuve buscando la forma de salvarte a ti y a Michael. Alicia y yo no dejamos de pensar en cómo ayudarlos. No me hagas esto… no me mates. No me alejes de mis compañeros…

    — Lo siento, Lankir, pero son las órdenes de Tzorkun — le contestó el soldado empezando a hacer más presión sobre el cuello del xaromitante — Me ha ordenado matarlos a todos ustedes, y eso es lo que voy a hacer. Y en vista de que no me dijiste como te gustaría morir, te voy a destrozar el cuello.

    Tras decir esas palabras, Dustin empezó a pisar con más fuerza el cuello de Lankir, quien intentó seguir hablando con él para intentar detenerlo, pero no podía dado a la gran presión que ejercía Dustin sobre él. Con cada segundo que pasaba, Lankir sufría y perdía cada vez más el aliento. El dolor que sentía en su cuello era insoportable para él, incluso intentó apartar el pie de Dustin usando sus brazos, pero no contaba con la fuerza suficiente para eso. Dustin aumentaba la fuerza cada vez más, y Lankir ya no sabía si se quedaría sin aire antes de que le quebrara el cuello, y ya casi no podía ni quería pensar en ello. Con la falta de aire, estaba empezando a perder el conocimiento, y lo último que le vino a la mente fueron sus seres queridos.

    — Papá… Wida… Gan… Aurio… — Lankir cerró los ojos anticipándose a su muerte — Lo intenté… — unas lágrimas tanto de tristeza como de dolor empezaron a recorrer el rostro del xaromitante — Pero yo no soy un guerrero… Perdónenme… realmente quería luchar junto a ustedes… espero que no sean ustedes los que mueran junto a mí…

    Dustin veía que Lankir seguía respirando, aunque con algo de dificultad, por lo que decidió que lo terminaría de matar una vez que cayera inconsciente. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando varios disparos impactaron sobre su armadura. Estos no tenían la intención de matarlo, dado a que le dieron en la espalda, pero el hecho de haber sido atacado por la espalda lo aterró. Lankir estaba vencido, por lo que decidió voltearse para ver quien le había disparado.

    — ¡Da la cara, ahora! — Dustin se preparó para ser atacado en cualquier instante.

    De repente, y sin ninguna clase de aviso previo, Aurio, salió desde detrás de un árbol que estaba a mucha distancia de Dustin. Este se asustó al verlo salir de forma tan repentina, y quiso tomar su rifle para poder dispararle y matarlo. El humano se agachó para tomar su arma, pero en el momento en el que puso sus manos en ella, Aurio logró llegar hasta él y darle un fuerte puñetazo en el rostro, el cual lo terminó arrojando al suelo, y lejos de su rifle. Dustin dio un giro rápido para luego ponerse de pie y prepararse para enfrentar a su compañero, quien había aparecido de la nada.

    — Bien, tal parece que mataré a dos xaromitantes en el mismo día — Dustin tomó una postura de ataque — Tzorkun estará complacido con esto.

    Pero antes de que el soldado pudiera atacar, recibió otros disparos en su armadura, esta vez en la zona del costado. Dustin se asustó, dado a que creyó que el único que había llegado hasta él había sido Aurio, pero tras recibir más disparos, se dio cuenta de que no era así. Supo que tendría que enfrentarse a más de un guerrero, y antes de que pudiera aclarar su mente, Aurio lo atacó de frente.

    El xaromitante le lanzó un puñetazo, que Dustin logró bloquear levantando su brazo para cubrirse, pero no pudo hacer nada ante un segundo ataque de Aurio, el cual le dio en la barbilla, haciendo que retrocediera unos pasos. Muy enojado por aquel resultado, Dustin lanzó un codazo en contra de Aurio, quien se agachó con rapidez para esquivarlo y luego de eso, responderle con otro puñetazo en el mismo lugar, el cual fue más fuerte que el anterior. Dustin se tambaleó un poco por los dos ataques del xaromitante, y se disponía a seguir su ataque, cuando desde atrás escuchó un grito.

    Al darse vuelta, vio a Plamo corriendo hacia él con una velocidad impresionante. El garak se le acercó arrojándole un puñetazo con su mano derecha. Dustin levantó ambos brazos sabiendo que no lo podría esquivar ni tampoco bloquear con solo un brazo. Logró detener el golpe del garak, pero antes de que pudiera contraatacar, Aurio le pegó una patada en la pantorrilla, causando que cayera de rodillas al suelo. Una vez allí, Plamo le dio un fuerte golpe con su guantelete, dándole directamente en la cabeza y derribándolo totalmente al piso. Tras haberlo derribado, Plamo se arrodilló para sujetarlo de ambas manos, y así evitar que este pudiera escaparse. Dustin estaba algo aturdido por el impacto del puñetazo, pero eso no le impidió forcejear en un intento de liberarse. Sin embargo, el garak tenía más fuerza que él, sobre todo después de haberlo golpeado de esa forma tan brutal, por lo que Dustin no tuvo oportunidad de liberarse.

    — ¡Suéltame, Plamo! — gritó Dustin, intentando darle una orden al garak.

    — Será mejor que te tranquilices, Dustin — el soldado escuchó la voz de Wagner.

    De la forma en la que pudo, Dustin levantó la vista y vio a su amigo y al general Orikrof parados en frente de él. Se sentía totalmente perdido al ver que todos ellos estaban allí, y su rostro mostró una expresión que mostró preocupación y frustración al mismo tiempo.

    — Parece ser que te encontramos justo a tiempo — decía Wagner, agachándose para poder estar a su misma altura — Que bueno que logramos escuchar los disparos del arma de Lankir. De no haberlo hecho, podría haber sido una tragedia. Wida, ¿cómo se encuentra?

    — ¡Aún respira! — Dustin giró su cabeza y vio a Wida sosteniendo a Lankir mirándole sus signos vitales — ¡Está muy débil, y creo que quedó inconsciente! ¡Pero está fuera de peligro!

    — Wagner — Orikrof se acercó al soldado muy seriamente — Esto es grave. Dustin atacó a Lankir e intentó matarlo. Si no hubiéramos llegado, estaríamos lamentando otra muerte.

    — Sí, soy consciente de ello — contestó el soldado del Zenith.

    — Entonces, estarás de acuerdo en que, al igual que Jason, Dustin tiene que morir — el general estaba dispuesto a dispararle y terminar con su vida.

    — ¡Espera, no sabemos si realmente Dustin está con ellos al igual que Jason! — Wagner intentaba convencerlos de detenerse.

    — No, no lo sabemos, pero atacó a Lankir y eso es un hecho — Plamo daba su opinión, aunque no le gustaba la idea de meterse en la discusión en ese momento — Entiendo que es tu amigo, Wagner. Pero atacó a uno de los nuestros. Es obvio que está con nuestros enemigos. Y si no lo está, el hecho de que haya atacado a Lankir de esa forma prueba que no está con nosotros.

    — Sé que esto se ve mal, pero no tenemos que matarlo — Wagner veía que todos los demás estaban decididos a eliminar a Dustin — Ya lo hemos capturado y está totalmente indefenso, podemos sacarle información.

    — ¿No fuiste tú quien le dijo a Gan que no se tiene que sacar información al enemigo cuando estás en su territorio? — preguntó el general Orikrof recordando esas palabras del soldado — ¿O acaso ya lo olvidaste?

    — Sí, eso dije. Pero…

    — ¡Suficiente de discusión! — Plamo se mostró firme y se disponía a ser él quien lo asesinara — ¡Dustin claramente ya no lucha para nosotros! ¡No sé qué es lo que le habrán hecho, pero no creo que haya vuelta atrás! ¡General, detenga a Wagner mientras yo me encargo de él!

    — ¡Hey, espera! — Wagner quiso detenerlo, pero fue retenido por Orikrof — ¡Al menos déjame hacerle un par de preguntas!

    — ¡Es inútil, no pienso responder nada de lo que me pregunten! — la respuesta de Dustin dejó muy alterado a Wagner.

    — ¡Dustin, no seas estúpido! — Wagner empezó a desesperarse mientras intentaba liberarse del general — ¡No sé qué fue lo que te hicieron, pero no hagas que te maten! ¡Puedes evitarlo si hablas, hazlo! ¡No dejes que te maten! ¡Habla, mierda, habla!

    — Lo siento, pero Tzorkun no lo permite — las palabras de Dustin confundieron un poco a todos, pero no cambiaban el panorama — No pienso darle nada de información a nuestros enemigos.

    — Decidido está — Aurio tomó el rifle del humano y luego se acercó hacia ellos colocándole el cañón del arma en la cabeza — ¿Lo matas tú o lo hago yo?

    — ¡Esperen! — el grito de alguien llamó la atención de todos.

    Wida, Aurio, Plamo, Wagner y el general se dieron vuelta para observar en la dirección de la que había venido aquel grito, aunque Wagner lo reconoció un segundo después de haberlo escuchado.

    — Alicia — decía el soldado, aun siendo retenido por Orikrof.

    En ese momento, Alicia apareció ante ellos tras haber corrido por un largo tiempo. Todos se pusieron muy contentos por encontrarse otra vez con su compañera, en especial Wagner, que estaba aliviado de que no le hubiera ocurrido nada. Sin embargo, ninguno de ellos bajó la guardia, dado a que creyeron que podría ser una trampa. Alicia tomó un poco de aire tras haber corrido de la forma en que lo hizo, y entonces fue que de entre los árboles apareció Michael. El soldado estuvo corriendo desde detrás de ella para vigilar que nadie más los estuviera siguiendo. Todos se llevaron una sorpresa muy grande al haber visto a Michael. Desde que supieron que él y Dustin habían sido capturados, creyeron que les costaría mucho encontrarlos, y ciertamente no esperaban verlos a ambos juntos, no luego de haber encontrado a Dustin. Pero luego de ver que este se les había, creyeron que su suerte estaba empezando a cambiar. Una vez que Michael llegó, Alicia comenzó a hablar.

    — ¡No tienen que matar a Dustin! — decía la chica, algo agitada, dado a que aún no se recuperaba — ¡Sé que él atacó a Lankir, pero hay una explicación para todo esto!

    — ¿Y cuál es? — Aurio estaba interesado en conocerla — Imagino que debes saber algo importante.

    — Así es — contestó Michael, quien no sabía cómo empezar a explicarlo todo — Primero que nada, les daré mi rifle para probar que no planeo atacarlos, ya que veo que no me están mirando con cara de buenos amigos — tras haber dicho esas palabras, Michael arrojó su rifle al suelo, para sorpresa de todos, en especial de Dustin. Orikrof, quien decidió soltar a Wagner, lo tomó para asegurarse de que no intentara nada raro — Ahora les explicaré lo que está ocurriendo aquí.

    — ¡Michael, ¿qué mierda crees que estás haciendo?! — le gritó Dustin, que no podía creer las acciones que su compañero había llevado a cabo — ¡¿Por qué no los mataste?! ¡¿Por qué les entregas tu arma?! ¡¿Por qué les vas a dar explicaciones a ellos?! ¡¿Por qué estás desobedeciendo a Tzorkun?!

    — Porque Tzorkun es el enemigo, Dustin — le contestó Michael, creyendo que ese sería un buen punto de partida. Su respuesta había logrado confundir a todos los presentes, quienes ya habían escuchado a Dustin pronunciar su nombre antes — Tzorkun es el tipo que está detrás de todo lo que está ocurriendo en este planeta. En otras palabras, él es quien está controlando el juego.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Ciencia Ficción
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    7935
    Bueno, la razón por la cual estoy publicando este capítulo el mismo día que el anterior ya está explicada en el post anterior. Etiqueto a Resistance y a Zurel para que las alertas les lleguen. Y recuerdo que siempre que un top suyo cambie, aunque sea un poco, son libres de hacerme saber de dicho cambio. Con todo lo que tenía que decir ya dicho, los dejo con este otro capítulo.



    El plan a seguir:

    La pequeña introducción que había dado Michael generó unos dos minutos de silencio. El soldado del Zenith quería esperar a que sus compañeros reaccionaran luego de que les contaran que todo el caos y descontrol que estaban viviendo en este planeta era obra de una única persona. Aprovechó ese tiempo para atarle las manos a Dustin, y luego amordazarlo, para así impedirle gritar por ayuda a posibles aliados que se encontraran en el bosque. Tuvo que ser el general Orikrof quien rompiera el silencio.

    — ¿Cómo es posible que sea una sola persona? — el general xaromitante estaba intrigado — La coordinación de todas esas especies al atacar, todo lo que saben de nosotros, ¿todo eso lo maneja un solo sujeto? Me cuesta mucho trabajo pensar en eso.

    — Empezaré desde el principio — decía Michael, ganándose las miradas de todos — Espero no haber olvidado ningún detalle importante…

    Todos pusieron atención especial al soldado del Zenith, quien iba a comenzar a explicar todo lo sucedido en aquel planeta, junto con una idea que él tenía para ponerle fin.

    — Este es un planeta donde hay un total de cuatro especies con inteligencia — explicaba Michael — No recuerdo bien los nombres de las cuatro especies, pero las letras iniciales de sus nombres son E, M, I, V. El planeta se llama Emiv.

    — ¿Cuatro especies con inteligencia? — preguntaba Wagner, a quién le costaba creerlo.

    — Es como la Tierra ahora — comparó Plamo — Garaks, humanos y xaromitantes habitan en aquel planeta. Faltaría añadir una especie más para tener el mismo número que ellos.

    — Así es, o se parece, el punto es que estas especies llevan en guerra desde hace mucho tiempo — explicó Michael — Cosa que no es de sorprender. En la Tierra, los únicos con inteligencia somos los humanos, y hemos tenido guerras por mucho tiempo. Si una especie sola es tan conflictiva, imagina cuatro juntas. Esto debió ser todo un descontrol el día que la guerra comenzó.

    — ¿Cómo llegaron de la guerra a la paz? — Wida sentía curiosidad por saber sobre eso — Ahora mismo las cuatro especies están trabajando juntas para eliminarnos a nosotros y capturarlos a ustedes.

    — Fue todo causa de la Gran Catástrofe — contó Michael, cosa que asombró mucho a todos los demás — Uno de los científicos de una raza cuyo nombre creo que es elimun, logró crear una especie de sustancia, la cual, en dosis correctas, es capaz de volver obediente a cualquier ser que la respire por medio de vapor.

    En el momento en el que Michael dijo esas palabras, todos, incluida Alicia, quien no había recibido la explicación completa del funcionamiento de esa sustancia, se quedaron paralizados del asombro. El pensar que había una forma en que alguien pudiera controlar a otros sin necesidad de utilizar máquinas para modificar sus recuerdos, tal y como hicieron los humanos y los garak, era impresionante. Ciertamente era una tecnología cuya comprensión se alejaba mucho de lo que ellos podían alcanzar.

    — El ser no pierde sus recuerdos, no es algo como lo que Black Meteor le hizo a Ace — las palabras de Michael asustaban un poco — Este los mantiene intactos, pero solo que ahora obedece cualquier orden que le sea dada. Sus efectos, como si fueran los de una droga, son temporales. Cuando el sujeto pasa mucho tiempo sin inhalar el vapor de esa sustancia, el controlador pierde su poder sobre él. Sin embargo, si se vuelve a respirar antes de que el efecto termine, el efecto nunca pasará.

    — Así que el controlador da la orden al controlado para que se exponga a esa sustancia momentos antes de que el efecto pase — concluyó Orikrof — De esa forma, el efecto se aprovecha al máximo, y el controlador nunca pierde el control sobre su sujeto.

    — ¿Un científico desarrolló eso? — preguntaba Aurio, queriendo recordar las palabras de Michael — Déjame adivinar. Se trata de Tzorkun.

    — Te daría un premio si tuviera uno — Michael reconoció la inteligencia de su compañero para poder comprender la situación sin problemas — Así es. Tzorkun creó esa sustancia, y descubrió las dosis necesarias para poder controlar a los seres de este planeta. La Gran Catástrofe lo ayudó a tomar el control total. Cuando los meteoritos cayeron y causaron daños en todo el planeta, consiguió engañar al líder de los elimun para que se sometiera a esta sustancia. Sieng, su líder, quedó bajo el control de Tzorkun. Bajo sus órdenes, todos los elimun terminaron igual. Y aprovechando el daño que causaron los meteoritos, consiguieron llegar hasta los otros tres líderes. Recuerdo sus nombres: Havor, Qaior, y Vanac. Esta última, si no recuerdo mal, fue asesinada el día de hoy.

    — Eso seguro debió ser obra de mi padre — Wagner creyó que era lo más lógico de pensar — Desde que envió ese mensaje al amanecer de hoy, no volvió a informar. Probablemente, él haya asesinado a su líder y se haya retirado a descansar tras la pelea.

    — Asumo que eso es lo que ocurrió, dado a que nadie más a parte de mí o de Dustin fue capturado hoy — informó Michael, tranquilizando a los demás — Pero volviendo a lo más importante, Tzorkun utilizó esa sustancia para controlar a todos los líderes y detener la guerra.

    — ¿Por qué quería hacer eso? — Alicia estaba algo confundida — ¿Se trata de un pacifista?

    — Exactamente, y dijo que estaba harto de ver morir gente en una guerra sin sentido por el planeta — contestó Michael — Me dijo unas palabras que recuerdo bien. Me contó que quería morir en paz una vez que se asegure de que nunca volvería a haber una guerra. Asumo que debe tener una edad avanzada, o una enfermedad que lo matará en poco tiempo, dado a que habla de su muerte como si estuviera próxima a llegar.

    — Pero sigo sin entender que es lo que quiere de nosotros — Aurio retomó la palabra.

    Michael agachó la mirada en señal de preocupación, cosa que afectó un poco a los demás. Seguramente se trataba de un motivo perverso para hacer lo que estaba haciendo. Todos estaban impacientes por enterarse de lo que estaba pasando en aquel planeta, por lo que Michael decidió tomar aire antes de volver a hablar.

    — Él no quiere que nadie arruine la paz que tanto tiempo le costó conseguir — Michael lo contaba con un aire de tristeza — Cuando algo le parece una amenaza, lo recluta o lo extermina. Es una forma sencilla de mantener el orden aquí. Cuando el grupo del comandante Roger llegó aquí, Tzorkun seguro los vio como una amenaza. Estos tipos estuvieron tanto tiempo en guerra que nunca han desarrollado naves espaciales, o incluso se les ocurrió pensar que no eran los únicos en el universo. La llegada de una nave humana con otra forma de vida inteligente seguro lo asustó, y fue así que empezó una matanza. Tzorkun capturó a la mayoría, y estuvo experimentando con ellos para ver si podía controlarlos a todos. Lamentablemente para el grupo del Zenith, los experimentos salían mal, y los soldados eran asesinados. Cuando logró dar la dosis correcta para nosotros, solo quedaban dos soldados con vida. Jason Saruk y Sharyn Lloyd. Le tendieron una trampa al comandante Roger para que enviara un pedido de rescate, dado a que necesitaban a más soldados humanos para llevar a cabo su objetivo.

    — ¿Cuál es ese objetivo? — Wagner supo que se trataba de algo malo y totalmente perjudicial para todos ellos, y la pregunta fue porque no era capaz de imaginarlo.

    — Quiere reclutarnos a nosotros, solo a los humanos, mientras extermina a los garak y xaromitantes — Michael no se explicaba de forma muy clara en esta ocasión — Lo que él quiere es que nosotros regresemos a la Tierra y reclutemos a Abel y a Magnus.

    — ¿Cómo puede ser que este hijo de puta sepa tanto? — Orikrof estaba muy sorprendido con la cantidad de conocimiento que manejaba el enemigo.

    — Fueron Jason y Sharyn los que le revelaron varios detalles, también nos obligó a mí y a Dustin a contarle un par de cosas — relataba Michael, recordando aquellos momentos — Ellos seguro le habrán dicho que Zenith y Black Meteor eran los únicos países que enviaban gente al espacio, y eso lo habrá hecho pensar que, si podía reclutar a los dos líderes, podía darles la orden de que ya no enviaran más naves al espacio. Todo para proteger su planeta de nosotros, dado a que no hay forma de hacerlo entender que nosotros no queremos alterar la paz. Como dije antes, nos ve como una amenaza, y busca reclutarnos para mantenernos en el planeta Tierra.

    — Pero si nos quedamos en el planeta Tierra sin buscar respuestas a la Catástrofe, los demás países del mundo nos van a expulsar — Wagner pensaba con mucho miedo al respecto.

    — Y es por eso que debemos evitar que su plan tenga éxito — contestó Michael.

    — ¿Cómo fue posible que tú no terminaras siendo controlado? — Plamo sentía mucha curiosidad al respecto.

    — Yo soy quien debería hacer esa pregunta — Michael levantó su brazo izquierdo y señaló la zona donde estaba su placa — La placa que me pusieron en el brazo, la que mantiene a Orz dentro de mi mente sin poder tomar el control, fue la que me salvó. En el momento en que empezó el procedimiento, me dio un dolor de cabeza muy profundo, y el brazo me molestaba. Supe que se trataba de esto.

    Tras haber escuchado esas palabras, Dustin, quien prestaba mucha atención a todo lo que Michael decía, intentó salir corriendo de ese lugar para darle una alerta a Tzorkun, dado a que ya sabía los motivos por los cuales Michael no estaba obedeciendo sus órdenes. Sin embargo, gracias a que sus manos estaban atadas, Orikrof logró llegar hasta él antes de que consiguiera incorporarse por completo, y así fue como consiguió detenerlo. Al mirarlo, todos supieron lo que había intentado hacer, y comenzaron a confiar cada vez más en Michael, de quien dudaban por un momento a causa de las acciones de Dustin.

    Una vez que el soldado humano fue detenido, Michael quiso hacerle una pregunta a Plamo. Siendo él uno de los que trabajó para colocarle la placa de metal, Michael creyó que él tendría una respuesta a ese interrogante.

    — Plamo, ¿cómo es posible que esto me haya salvado del control de ese tipo? — Michael deseaba saberlo más que nadie.

    — Lo creamos para que Orz no pudiera tomar el control de tu mente, pero nunca creí que funcionaría de esa forma — Plamo no sabía qué decirle a Michael — No tengo ni la más remota idea de por qué tu placa funcionó de esa manera y evitó que cayeras ante ellos. Estoy tan desnudo de información como tú.

    — En otras palabras, quiere decir que haber hecho una alianza con Orz me salvó — Michael no podía creer lo que estaba diciendo — Nunca creí que resultaría algo bueno de eso, luego de todas las cosas que pasaron.

    — Si no te hubieras aliado a él, quizá la historia hoy sería muy diferente — pensaba Orikrof, recordando los detalles de cuando Michael narró esa experiencia — Si te hubieran capturado, estarías condenado.

    — Tal vez, pero Orz causó la muerte de muchos soldados nuestros en el pasado — Wagner recordó lo ocurrido hace tiempo — Quizá si ellos hubieran estado vivos, habríamos sido un grupo más numeroso y no te habrían capturado.

    — Eso ya no importa, el pasado es incambiable — Wida supo que no tenía sentido ponerse a pensar en supuestos ahora mismo — Pero esto que nos estás diciendo nos deja muy complicados.

    — Realmente, aunque parezca que las cosas van mal, es todo lo contrario — Michael confundió a los demás al decir eso.

    Ninguno de los presentes podía comprender lo que Michael estaba diciendo en ese momento. Las cosas realmente se veían muy difíciles para ellos en ese momento, debido a que un solo individuo tenía el control sobre un planeta completo, por más que la Gran Catástrofe hubiera mermado sus números en el momento en el que ocurrió. Sin duda alguna, todos querían que Michael les explicara cómo era que las cosas eran todo lo contrario a ser complicadas después de que lo conocían todo.

    — Yo no conozco lo que tú has vivido y experimentado el día de hoy — Aurio no sabía en donde comenzar a pensar — Así que comparte lo que sabes y lo que piensas.

    — Recuerden para qué vinimos aquí — contaba Michael — Nuestro objetivo es descubrir lo que ocurrió con el grupo del comandante Roger, y rescatarlos. Bueno, ahora ya sabemos qué fue lo que pasó. Y dado a que Dustin ya fue reducido, lo único que nos queda por hacer es rescatar a Sharyn y al otro soldado, Jason. Los rescatamos a los dos, y nos vamos a la Tierra otra vez. El efecto del control desaparecerá en unos días de seguro. Es solo recuperar a dos soldados, y ya no tenemos nada más que hacer aquí. Desapareceremos, y daremos el aviso para que nunca vuelvan a enviar una nave a este planeta. Estos tipos no son capaces de viajar al espacio sin naves espaciales, así que nunca nos seguirán. Lo que pase con la guerra o la paz en este planeta no nos importa ni nos afecta. Las respuestas a la Gran Catástrofe tampoco están aquí. La misión ahora es rescatar a Sharyn y a Jason.

    — De hecho, eso no es posible — Wagner empezó a lamentarse por lo ocurrido hace horas — Yo me enfrenté a Jason y lo asesiné. Creí que él nos había traicionado, y luego de que él matara a Gan, me enfurecí mucho. Nunca habría podido saber que estaba siendo controlado por alguien más, y me vi obligado a matarlo antes de que él matara a alguien más. Domir había sido asesinado antes, y si no hubiera matado a Jason, probablemente habríamos perdido a más soldados.

    Michael y Alicia quedaron impactados con aquella noticia. Ellos creyeron que Domir y Gan seguían con vida. Estaban preocupados por ellos dos al no verlos con el resto del grupo, pero nunca se imaginaron que habían sido asesinados en el día de hoy. Ciertamente, estaban muy tristes por aquella noticia, a lo que se sumó la muerte de Jason. Eso quería decir que habían sufrido un total de tres bajas en el día de hoy. Y aunque Jason estuviera del lado de los enemigos, él seguía siendo un soldado del Zenith. Alicia se empezó a sentir muy desanimada tras enterarse de la muerte de dos compañeros y amigos, sobre todo porque Gan estaba en su grupo. Michael, por su parte, aceptó con rapidez, pero no por eso sin dolor, que ellos dos ya no estaban, y que el grupo había quedado incluso más reducido que antes.

    — Me siento muy mal por Jason — decía el soldado que logró escapar al control de Tzorkun — Pero eso quiere decir que ahora solamente debemos rescatar a Sharyn. Ella es la última sobreviviente del grupo de Roger, y como humana que forma parte del Zenith, hay que rescatarla. Solo hay que salvarla a ella y podremos marcharnos.

    — La pregunta aquí es: ¿cómo lo haremos? — Orikrof empezó a pensar en un plan, pero no se le ocurría nada — Aunque nosotros estemos reunidos, estamos incapacitados de hacerlo. Lankir ahora está inconsciente tras la paliza que Dustin le dio, y Dustin aún sigue bajo los efectos de aquella sustancia que lo obliga a obedecer a Tzorkun. No podemos ir a rescatar a nadie si tenemos que proteger a un inconsciente y retener a un potencial enemigo.

    Esas palabras causaron una preocupación en todos, excepto en Aurio, quien se molestó mucho con Lankir. Si él no fuera tan débil, estaba seguro de que podría colaborar con ellos para que todos pudieran rescatar a la humana que quedaba, lo que les permitiría irse del planeta finalmente.

    — Además, tengan en cuenta algo — Wida interrumpió los pensamientos de todos — El comandante Zion Stones debe seguir estando solo. Y Ace, Agustina, Thomas y Gwyn no regresaron. Incluso si rescatamos a Sharyn, no podríamos marcharnos.

    — Estamos obligados a reunirnos todos antes de rescatarla — Wagner habló en voz alta — Si rescatamos a Sharyn, pero capturan a mi padre y a los demás, volveremos al principio. Incluso diría que más complicados que al principio. Hay que reunirnos hoy, y luego atacar todos juntos. Estar separados solo nos ha condenado el día de hoy.

    — Tengo un plan que podría servir — Michael nuevamente se volvió el centro de atención — Ustedes deben explorar el bosque y buscar una de las dos cápsulas que usamos para descender hasta este planeta. Una vez que encuentren una, le darán un aviso a los demás para que miren atentamente al cielo, y cuando vean una cápsula, podrán tener un punto de referencia al cual dirigirse. Eso ayudará a que todos, estén donde estén, puedan llegar hasta ustedes y encontrarse nuevamente. Usen las cápsulas para volver a la nave, dado a que van a tener que estar ahí para que yo pueda ayudarlos.

    — ¿Cómo nos ayudarás exactamente? — preguntó Plamo.

    — Lo que no les conté todavía es que, en este planeta, las ciudades están bajo tierra — ninguno de los presentes dejaba de sorprenderse con las cosas que Michael les contaba, además, esas palabras les confirmaron a Wagner, Orikrof y Plamo que Jason no había mentido — Hay varias entradas y salidas distribuidas por todo el lugar. Yo voy a regresar con Tzorkun y los demás, dado a que ellos todavía no saben que yo no quedé bajo su control. En el medio de la noche, enviaré un mensaje a la nave. Si utilizan el escáner, podrán detectar mi ubicación. Allí es donde estará la entrada a la ciudad subterránea, y allí es donde tendrán que ir. Más importante aún, yo estaré de infiltrado y les informaré de todas las decisiones que tome Tzorkun, además de que los voy a ayudar a capturar a Sharyn y retirarnos de inmediato.

    — Esa es una idea genial, Michael — Orikrof supo reconocer la gran capacidad del soldado para poder tomar decisiones en un momento tan crítico — Una vez que nos reunamos todos, no habrá forma de que nuestro plan fracase si sabemos cómo se moverá el enemigo.

    — Lo mejor será que me marche ahora, así tendrán más tiempo de buscar las cápsulas de aterrizaje — Michael estaba decidido a marcharse — Solo necesito un favor — el soldado miró a Wagner — Necesito que me des un par de golpes.

    Ninguno de los que estaba ahí comprendía los motivos de Michael para dar una petición como esa. Ciertamente, desde que se habían reencontrado con él, este se había convertido en una fuente de información e ideas que eran lógicas pero difíciles de comprender en seguida. Nuevamente, y como venía siendo costumbre desde que todos se reunieron, nadie pudo ni siquiera suponer que era lo que este quería conseguir con eso.

    — ¿Por qué quieres eso, Michael? — Alicia necesitaba saber la razón.

    — Si ven que Dustin no regresa y que yo estoy intacto, van a sospechar de mí — Michael quería ser precavido — Por eso necesito estar algo golpeado. Les diré que encontramos a Wagner, y que comenzamos a luchar contra ustedes. Incluso mentiré y diré que fui capaz de matar a los xaromitantes, para que no los estén esperando. Pero debo reportar que hemos perdido la pelea a pesar de todo y que no pudimos capturar a Wagner. Tengo que decir que perdí el contacto con Dustin, y que incluso le envié un mensaje, pero no respondió. Y voy a tener que tener la apariencia de derrotado, para que la mentira sea lo más creíble posible para ellos. Para eso necesitaré que me golpees. Hazlo rápido, Wagner, solo un par de golpes que me hagan parecer vencido.

    El hijo del comandante Zion supo apreciar que la inteligencia de Michael era digna de considerar. Sentía un poco de envidia de su compañero por no haber podido ser él quien ideara el plan a seguir para poder terminar con la misión en aquel planeta y poder marcharse de regreso al Zenith. El día de mañana iban a seguir el esquema de Michael, lo que, indirectamente para Wagner, quería decir que seguiría sus órdenes. Como si fuera poco, supo que el general Orikrof iba a reportarle eso a su padre dado a que era su obligación hacerlo. Su padre estaba solo, y sería el plan de Michael el que lo ayudara a regresar con el resto del equipo, por lo que Michael también estaba auxiliando al comandante. Wagner siempre quiso tener la oportunidad de idear un plan así, pero fue Michael quien lo consiguió en su lugar. Eso le hizo sentir más rencor que el que le tenía antes.

    Fue por esa razón que decidió golpear a Michael con todas sus fuerzas, como una forma de desquitarse por ser dejado atrás por su compañero, y por darse cuenta de que su competencia ya no estaría reducida a Ace únicamente a partir de ese momento. El soldado le dio varios golpes de puño muy fuertes en la cabeza y en el cuerpo, buscando desahogarse por lo ocurrido durante el día. Todos podían ver la brutalidad con la que atacaba, pero a nadie le pareció fuera de lo normal dado a lo que Michael había dicho. Una vez que Wagner le dio un total de diez golpes, detuvo su ataque en contra de Michael de una vez.

    — Creo que lo disfrutaste un poco — le decía Michael a su compañero, en voz baja para que nadie lo escuchara.

    — Créeme, no lo hice — Wagner hubiera querido que Michael se defendiera para poder ganarle en un combate y “reafirmar” su superioridad sobre él, lamentablemente no fue así — Buen plan, Michael. Reconozco tu capacidad para pensar y tomar decisiones. Serás un comandante algún día, de eso no tengo dudas.

    — Primero hay que salir de aquí — contestó Michael, ahora mirando al resto del grupo — Ya todos saben que es lo que deben hacer. Encuentren la cápsula, reúnan a los demás y regresen a la nave.

    El soldado se separó del resto de sus compañeros, quienes fueron en la dirección opuesta. Orikrof, quien era el que cuidaba que Dustin no escapara, iba al frente junto a Wida, quien cargaba a un Lankir aún inconsciente. Detrás de ellos iban Aurio, quien luego pasó al frente para mantener vigilancia de los alrededores, dejando atrás a Wagner y a Alicia. La chica, al caminar, no dejaba de voltear para ver el camino por el que Michael se había marchado, cosa que Wagner podía notar. El hijo del comandante Zion tenía una ligera sensación de inseguridad en sí mismo, producto del aporte que Michael había hecho para la misión, incluso aunque hubiera sido capturado.

    Viendo que el atardecer avanzaba cada vez más sobre ellos, supieron que las horas de luz para poder encontrar la cápsula se les terminarían pronto, y que debían darse prisa si querían conseguirlo.

    […]

    Tras la explosión de la granada, Thomas y Gwyn terminaron separados de sus otros dos compañeros. Sin embargo, al ser ellos los que iban más adelante en el grupo, fueron los menos afectados por la explosión. Una vez esta había terminado, incluyendo la sacudida que generó después, ambos se dieron la vuelta y notaron una gran cantidad de humo que salía del lugar en donde dicha explosión había tenido lugar. Supieron que sería un problema muy grave al ver que el humo se estaba disipando por el bosque, aunque algo les decía que dicho efecto no duraría mucho.

    Thomas, quien no podría luchar cuerpo a cuerpo ni disparar energía debido a sus manos lastimadas, tomó su rifle y decidió trazar un plan para poder reunirse con sus dos compañeros.

    — Gwyn, quiero que corras en frente de mí, y yo te cubriré la espalda — le decía el soldado, sabiendo que su novia comprendería el porqué de sus acciones.

    — ¿En qué dirección crees que deberíamos ir primero? — Gwyn accedió a seguir el plan de su novio — ¿Crees que ellos dos estén juntos?

    — No hay como saberlo, así que vayamos primero en esa dirección — Thomas señaló a lo que era su izquierda — Echaremos un vistazo rápido del lugar, y si no vemos a ninguno de los dos, cambiamos de dirección. No estábamos tan distanciados, no podemos estar tan lejos.

    — Comprendido, será a la izquierda — Gwyn estaba preparada para seguir con la pelea — Entonces, sígueme. Y asegúrate de cubrirme.

    — No te preocupes, aún puedo sujetar mi rifle y disparar — Thomas sonrió para mostrar algo de confianza a su novia — Aunque me cueste un poco por el dolor.

    Fue así que la pareja de soldados empezó a correr por el bosque en la dirección en la que Thomas había propuesto ir en primer lugar. Gwyn iba al frente, mientras que Thomas guardaba las distancias y se mantenía unos diez pasos aproximadamente por detrás de ella, para poder cubrirla apenas pudiera encontrarse con un enemigo. Sin embargo, su recorrido no duró demasiado tiempo.

    Detrás de uno de los árboles se encontraba un vasterrad, a la espera de que alguien pasara por allí. Gwyn pasó por al lado sin haber sido capaz de notar su presencia, por lo que, cuando Thomas pasó por allí, este sujeto se le tiró encima. Tomándolo desprevenido por completo, Thomas no pudo reaccionar, y el vasterrad lo terminó derribando al suelo, provocando que soltara su rifle.

    — ¡Te tengo! — decía el guerrero mientras intentaba retener a Thomas.

    — ¡Thomas! — Gwyn gritó atemorizada al darse vuelta y ver esa escena.

    Thomas se movió como pudo debido a su situación actual, y consiguió conectarle un codazo en la mandíbula a su enemigo, quien se apartó de encima debido al golpe, además de moverse él también por su seguridad.

    — ¡Gwyn, detrás de ti! — Thomas alertó a su compañera.

    Gwyn volteó muy aterrada, y antes de que pudiera reaccionar, otro de los guerreros de dicha especie se le acercó y le logró conectar un potente puñetazo en la cabeza, que terminó derribando a la chica al suelo. Thomas se disponía a ayudarla dirigiéndose a su rifle, pero entonces, el vasterrad, que estaba atento a sus movimientos, lanzó un gran escupitajo en dirección hacia Thomas, quien decidió esquivarlo más por reflejos que por creer que se trataba de una amenaza. Sin embargo, cuando la sustancia que este escupió cayó sobre el suelo, un ligero rastro de humo empezó a salir, mientras que un calor podía sentirse de aquel lugar.

    — ¡¿Qué demonios es eso?! — Thomas no daba crédito a lo que veía — ¿Acaso es ácido? ¿O es algo más?

    Thomas escuchó unos pasos acercarse, y vio que el guerrero que lo había atacado a él al principio se le estaba acercando para darle una patada. Thomas seguía en el suelo, por lo que no lograría esquivarla. De esa forma, levantó ambos brazos y los usó para cubrirse del ataque, para así evitar que lo golpearan en la cabeza. El golpe hizo que Thomas retrocediera y cayera de espaldas contra el suelo. Gwyn, quien observaba esto, disparó unos cuatro disparos de energía mientras gritaba para hacer que el atacante de Thomas se alejara y que así tuviera tiempo a levantarse. Dicho plan funcionó, dado a que el vasterrad retrocedió y Thomas logró incorporarse como pudo. Aunque a costa de eso, Gwyn volvió a bajar la guardia y recibió otro golpe en la cabeza por parte del vasterrad que la atacó a ella. Retrocedió unos tres pasos por el golpe, y consiguió mantener el equilibrio. Cuando la chica levantó sus brazos para lanzarle energía a este, no salió ningún fragmento de energía de sus manos. Eso quería decir que ella ya había agotado todo lo que tenía tras la lucha anterior, sin mencionar la que tuvieron durante la noche cuando Qaior y los inkor los atacaron por primera vez.

    Tras ver que su oponente se había agotado, el vasterrad se lanzó para pelear contra ella cuerpo a cuerpo. Gwyn esta vez estaba atenta, y consiguió bloquear un puñetazo que le dirigieron a la cabeza, para luego atacar ella con un golpe al estómago, el cual logró impactar en el enemigo, pero sin causar ningún daño considerable. Thomas, por su parte, necesitaba alcanzar su rifle para poder eliminar a su enemigo, pero el vasterrad que lo atacó logró ponerse al frente. El soldado supo que debía derribarlo al piso para tener el tiempo suficiente de tomar su arma. Aunque no podría sostener un combate cuerpo a cuerpo, debía resistir lo suficiente para poder recuperar su rifle y así poder eliminarlo.

    Mientras ellos dos peleaban por su cuenta, Agustina, quien había quedado separada de los demás tras la explosión de la granada, quedó luchando sola contra dos de los vasterrad que acompañaban a Sieng. Ella logró verlos venir a los dos, y supo que no podría llegar hasta ninguno de sus compañeros hasta que no los eliminara a ambos. Los dos guerreros que estaban con ella, se lanzaron al ataque, y ella no tuvo tiempo para tomar el rifle en sus manos, por lo que debería luchar por su propia cuenta. Cuando el primero lanzó un puñetazo, ella logró levantar su brazo para poder bloquear el golpe, aunque quedó expuesta al ataque del segundo, que lanzó una patada hacia sus costillas. Agustina recibió el impacto de esa patada, y rápidamente reaccionó moviendo su brazo y tomando a dicho guerrero de la pierna, para así evitar que pudiera escapar. Dio un giro con su cuerpo y lo arrojó al suelo, provocando que este terminara rodando por el ataque. Posteriormente se volteó y notó que el primero de sus enemigos estaba por darle un puñetazo en la cara. Ella respondió levantando ambos brazos para interceptar el golpe, y una vez que lo consiguió, el vasterrad le escupió la sustancia que ellos cargaban en el interior del cuerpo a los brazos de la chica.

    Agustina estaba muy confundida, por lo que retrocedió y observó que su armadura perdía color, brillo y había levantado una alta temperatura, cosa que asustó mucho a Agustina.

    — ¡¿Qué demonios son ustedes?! — preguntó muy asustada por enfrentarse a rivales como esos.

    — ¡Guarda silencio, humana! — le gritó el vasterrad que tenía en frente.

    Agustina vio como el enemigo se le acercaba, por lo que se preparó para contraatacar. Cuando el guerrero enemigo le lanzó un puñetazo a la cabeza, ella dio un paso hacia la derecha, logrando esquivar aquel puño, para luego devolver el golpe dando un codazo, el cual le terminó impactando en la cabeza a aquel vasterrad. Una vez logró conectarle un golpe, Agustina levantó su pierna para darle un rodillazo al estómago, lo que provocó que su enemigo se inclinara un poco. Ella le dio un codazo en la nuca, seguido de un puñetazo en la mandíbula, con el cual fue capaz de derribarlo hasta el suelo. Antes de poder seguir combatiendo, sintió que le habían escupido a la espalda, sintiendo el calor cuando esa sustancia extraña empezó a corroer el metal de la armadura. Cuando volteó vio al otro vasterrad quien se preparaba para lanzar otro escupitajo.

    — ¡Dejen de hacer eso, pedazos de mierda! — Agustina levantó su brazo para disparar energía.

    La soldado del Zenith disparó a la cabeza del enemigo justo cuando este estaba por escupir. Al momento de que lo hizo, la sustancia salió de su boca y terminó chocando con el fragmento de energía de calor que la humana le había lanzado. Al haber entrado en contacto con una fuente de calor como esa, se produjo una explosión pequeña muy cerca de su rostro, la cual no era demasiado potente, pero al estar a tan poca distancia, le terminó provocando un daño terrible. El vasterrad lanzó un grito de dolor mientras llevaba sus manos a su rostro totalmente desfigurado tras aquella explosión. Con un enemigo en el suelo y otro sin poder reaccionar, Agustina finalmente tomó su rifle y le disparó a aquel enemigo, los disparos fueron dirigidos a la cabeza, atravesándole las manos al enemigo para luego llegar hasta el cráneo. La lluvia de balas terminó por matar a aquel vasterrad, quien no tuvo ninguna oportunidad de esquivar los disparos que recibió en la cabeza. Este cayó al suelo muerto con las manos y el cráneo lleno de agujeros de bala.

    Agustina pudo escuchar un ruido desde atrás, y al darse vuelta, el último vasterrad que le quedaba por enfrentar, ya se había levantado del suelo, para luego escupirle otra vez.

    — ¡Son unos demonios! — gritó muy furioso mientras corría hacia ella luego de haberle escupido.

    Agustina consiguió moverse hacia el costado para esquivar el escupitajo, pero terminó soltando su rifle. Quería dispararle al enemigo antes de que este escupiera, pero este había recortado la distancia entre ambos, por lo que, si se terminaba generando otra explosión, podría dañarse ella misma. Eso provocó que Agustina fuera más precavida al momento de combatirlo. El vasterrad se acercó a ella y le escupió de nuevo. Agustina, ya muy cansada de que el enemigo le escupiera, logró esquivar su ataque para luego levantar su pierna y darle una patada en el pecho. Dado a la poca distancia e impulso que ella había tomado, no le hizo ningún efecto más allá de moverlo un par de pasos hacia el costado.

    — ¡Quédate quieta! — gritó aquel vasterrad — ¡Ya mataron a nuestra líder! ¡Dejen de resistirse!

    Enojado al ver que no podía dominar la pelea, el vasterrad lanzó un puñetazo contra Agustina. Ella vio la oportunidad perfecta para derrotarlo definitivamente, por lo que movió su cuerpo hacia adelante, y dando un giro, logró hacer que su ataque pasara de largo. Una vez que lo consiguió, tomó al enemigo del brazo y luego empezó a sujetarle el cuello. Con ese ágil movimiento, Agustina había logrado capturarlo, y luego de eso, comenzó a ejercer presión sobre el cuello y el brazo del enemigo, quien emitió quejidos de dolor al instante.

    — ¡Suéltame, demonio! — el vasterrad se movía intentando liberarse, pero le era inútil.

    — ¡¿Quieres que te suelte?! — preguntó Agustina en forma retórica.

    La soldado le soltó el brazo al vasterrad, para así poder colocar ambos brazos suyos sobre el cuello del enemigo, ejerciendo mucha más presión que antes.

    — ¡Te concederé tu deseo! — le gritó Agustina.

    La chica del Zenith hizo más presión sobre el cuello del enemigo por última vez, y luego de eso realizó un movimiento brusco con mucha potencia. El sonido de un cuello quebrándose fue todo lo que se escuchó en ese lugar, y luego de este, el vasterrad que atacó a Agustina finalmente había muerto. Tal y como quería, Agustina lo soltó, dejando caer su cuerpo sin vida al suelo. Una vez que la pelea había terminado, Agustina se tomó un momento para observar con desprecio a los enemigos que la habían atacado. Ciertamente, fueron rivales que no presentaron un reto muy difícil para ella, pero aquella sustancia que lanzaban desde sus bocas le causó algo de daño a su armadura.

    Salió de sus pensamientos en cuanto escuchó ruidos de una pelea que daba lugar por delante de ella. Con el rifle en mano, sabiendo que no aparecerían más enemigos, ella empezó a correr hacia ese lugar, y al llegar, vio a Thomas y a Gwyn manteniendo una lucha cuerpo a cuerpo en contra de dos guerreros de aquella raza que la habían atacado a ella antes. Le parecía extraño que les costara trabajo, pero luego consideró la posibilidad de que la lucha contra Havor les hubiera hecho agotar toda su energía.

    Sin perder más tiempo, Agustina tomó su rifle y apuntó al enemigo que estaba luchando contra Gwyn. Para no terminar dañando a su compañera de forma grave, Agustina dirigió todos los disparos al torso del vasterrad, quien, al recibirlos, empezó a perder sangre a medida que los disparos le agujereaban el cuerpo. Gwyn levantó la vista y vio a su compañera disparando desde la distancia. Le sonrió para agradecerle por la ayuda, y luego de eso, le dio un rodillazo al estómago de aquel guerrero, quien cayó al piso muy lastimado por los disparos y el golpe. Una vez allí, Agustina apuntó con precisión a su cabeza y le disparó, logrando asesinarlo de un tiro limpio a la nuca. El enemigo quedó muerto en el suelo tras el disparo.

    Con tres enemigos eliminados, ya solamente quedaba uno, el que estaba luchando contra Thomas. Este vasterrad, aprovechando la distancia a la que estaba de su enemigo, logró darle un puñetazo en la cabeza que hizo que el humano retrocediera unos pasos hacia atrás, para luego atacarlo con una patada al estómago. Thomas se inclinó por el daño del golpe, pero sabiendo que Agustina había llegado al lugar de la pelea dado a los disparos que había oído, este tomó la pierna de su enemigo con ambos brazos, dejándolo totalmente atrapado y sin posibilidad de correr. Gwyn y Agustina, ambas con sus rifles, aprovecharon ese momento y dispararon dos balas cada una. Cada disparo tenía una diferencia de tres segundos con el anterior, y todos terminaron impactando en una zona distinta. Fue así como lograron agujerearle el cráneo al enemigo, quién perdió sangre con cada disparo que recibía, para luego terminar muriendo tras los disparos. Thomas soltó la pierna de este para dejarlo caer al suelo, y luego se acercó a sus dos compañeras.

    — Gracias por la ayuda — el soldado estaba muy feliz de ver a Agustina con ellos — Con mis manos en este estado, no puedo disparar energía.

    — Y yo agoté todo lo que podía disparar en la pelea anterior — comentaba Gwyn, confirmando las sospechas de Agustina — Te debemos esta victoria.

    — No ha sido nada — Agustina se sentía bien por haber podido contribuir con la victoria de sus compañeros — Ya me tocaba hacer algo luego de haber estado en peligro en la pelea anterior.

    — Será mejor que no perdamos más el tiempo — Thomas tomó su rifle del suelo nuevamente — Vayamos a ayudar a Ace.

    Inmediatamente, los tres soldados, todos con sus rifles en las manos y listos para disparar, regresaron al lugar en el cual la granada había explotado. Al llegar allí vieron que el humo que había quedado tras la explosión se había disipado del todo. Ninguno de los tres entendía el propósito de haber lanzado una granada como esa, pero no le dieron importancia, dado a que debían buscar a Ace.

    — ¿Hacia dónde creen que habrá ido? — preguntó Gwyn, sin saber a dónde ir.

    — Yo me fui en esa dirección — señalaba Agustina hacia el lado del bosque donde había corrido — Eso quiere decir que él debe haber ido en la dirección contraria.

    Agustina, seguida por Gwyn y Thomas, corrieron en dicha dirección, buscando una señal que les dijera en donde estaría luchando Ace. Les parecía muy raro no escuchar ningún ruido que diera aunque sea un indicio de batalla, por lo cual se mantuvieron corriendo en línea recta durante cuatro minutos. Pasado ese tiempo, los tres empezaron a preocuparse por no ser capaces de detectarlo.

    — Mierda — Thomas no podía localizarlo — ¡Ace, grita! ¡¿En dónde estás?!

    — ¡Ace, responde, por favor! — le gritó Agustina, muy desesperada al ver que no lo veían por ningún lado — ¡¿Ace?! ¡Ace! ¡Aquí estamos! ¡Grita y nosotros iremos a ayudarte a pelear!

    Sin embargo, el llamado de los soldados del Zenith no tuvo respuesta alguna. El tiempo pasaba, y ellos tres continuaban gritando, pero Ace no respondía. No solo eso, seguían sin poder escuchar ningún ruido en los alrededores. Agustina comenzó a ponerse cada vez más nerviosa al notar que su novio no le estaba respondiendo.

    — ¡Ace! ¡Por favor, habla! — ese grito fue más fuerte que los anteriores — ¡Ace! ¡Ace!

    Tras seguir sin obtener una respuesta, Agustina comenzó a correr hacia su izquierda, dejando atrás a Gwyn y a Thomas, que empezaron a preocuparse por ella.

    — ¡Espera, no vayas sola! — le gritaba Gwyn, empezando a perseguirla.

    Agustina empezó a dar vueltas por los alrededores del bosque, buscando desesperadamente a Ace. Ella no podía creer que eso estuviera pasando. En realidad, no quería creerlo. Ella quería que Ace diera un grito de ayuda en cualquier momento, y poder guiarse con ese sonido para conseguir llegar hasta él y ayudarlo a pelear, pero sus gritos no hacían más que quedar perdidos en la profundidad del bosque.

    — ¡No! ¡Por favor, no! — Agustina empezó a alterarse con el pasar del tiempo — ¡Ace, ¿en dónde estás?!

    Los tres soldados siguieron corriendo en círculos por todo el bosque, sin ser capaces de encontrar a su compañero. Finalmente, terminaron por llegar a la zona en donde la granada fue lanzada. Habían dado vueltas hasta que volvieron al lugar de inicio de la búsqueda. El sol seguía ocultándose con cada minuto que pasaba, y tras haber terminado allí, Agustina se dio cuenta de que lo que había pasado. Ella lanzó un grito de desesperación y luego cayó de rodillas al suelo, mientras varias lágrimas empezaron a recorrer su rostro.

    — ¡Lo capturaron! — Agustina supo que era la única explicación posible — ¡Los enemigos capturaron a Ace!

    — Agustina, espera, todavía no tenemos la certeza de que eso haya pasado — Thomas quería tranquilizarla, sabiendo que se pondría mal por eso.

    — ¡Claro que la tenemos! — la chica le respondió muy enojada a Thomas, aun sabiendo que no tenía la culpa — ¡Eso fue lo que pasó! ¡Ace fue capturado! — ella se llevó las manos a la cara al pensar en eso — ¡No puedo creer esto! ¡Él estaba en peligro, y yo no fui capaz de ayudarlo! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no puedo hacer nada bien?! ¡¿Por qué no pude ayudarlo?! ¡Incluso después de todo el entrenamiento que tuve con él… no logré hacer nada para él! ¡Él luchó con todas sus fuerzas para evitar que me capturaran la última vez, y yo no pude hacer lo mismo! ¡Soy una inútil inservible! ¡Soy una decepción como soldado! ¡Lo único que hice fue estorbarle! ¡Siempre fui un estorbo para él y nada más! — ella no pudo continuar dado a que terminó rompiendo en llanto por la culpa que sentía tras lo ocurrido con Ace.

    — Agustina… — Thomas no podía creer la forma en la que su compañera se estaba echando la culpa por lo sucedido con Ace.

    — Escucha, sé que debes sentirte mal — Gwyn se agachó para tomarla de los hombros — Pero no tienes que echarte la culpa de esa forma. Hacerlo no ayudará a Ace. Ahora mismo él nos necesita. Te necesita a ti más que a nadie. No podemos quedarnos aquí lamentándonos… Levántate, Agustina. Tenemos que informarle sobre esto al comandante Zion.

    A pesar de las palabras de aliento de Gwyn, Agustina no podía dejar de llorar, y solamente se limitó a quedarse de rodillas en el suelo, lamentándose por la captura de Ace. Thomas quería acercarse a decirle algo, pero no tenía idea de lo que podría decir y que realmente pudiera terminar ayudando a su compañera. Sin embargo, la que sí tuvo una idea fue Gwyn.

    — ¿No piensas levantarte? — Gwyn se asombró de ver que su amiga seguía en el suelo, sin dejar de llorar.

    Agustina no le respondió, pero la actitud que mostraba fue una respuesta más que suficiente para Gwyn. La chica se molestó mucho por esto, por lo que decidió intentar otra cosa.

    — Está bien, quédate en el suelo — el tono con el que lo había dicho fue muy severo — Tú no mereces a Ace.

    Esas palabras dichas por Gwyn llamaron la atención tanto de Thomas, quien no podía creer que Gwyn dijera eso, y de Agustina, quien volteó su mirada hacia su compañera.

    — ¿A qué te refieres? — Agustina había dejado de llorar, pero las lágrimas seguían en sus ojos.

    — Estoy segura de que no has olvidado lo que ocurrió hace varios meses atrás — las palabras de Gwyn confundieron a Agustina — Cuando Ace luchaba para Black Meteor y nosotros lo atacamos con la bacteria — ni Thomas ni Agustina entendían el propósito de recordar eso — Recuerdas a Natasha, ¿verdad? ¿Recuerdas lo que hizo? Ella luchó contra nosotros para recuperar a Ace cuando nosotros lo habíamos capturado. Ella luchó para recuperarlo, a diferencia de ti, que te quedas llorando en el suelo como una niña desorientada… Al final, lo que tu dijiste es verdad. Eres un estorbo para Ace. Y no mereces estar con él. Ace se merece a alguien mejor que tú. Alguien como…

    — ¡Espera! — Agustina se enojó mucho con las palabras de Gwyn — ¡Cállate! ¡Yo no me rendí todavía! ¡Y claramente pienso ayudar a Ace! ¡No tienes derecho a decir algo como eso! ¡Sea lo que sea que le haya pasado, yo lo voy a ayudar!

    — ¡¿Cómo?! — Gwyn supo que sus palabras habían dado resultado — ¡¿Llorando en el suelo?!

    — ¡No! — Agustina se puso de pie para poder encarar a Gwyn — ¡Voy a averiguar a donde se lo llevaron, y voy a ir en persona para salvarlo! ¡Y una vez que consiga rescatar a Ace, haré que te arrepientas por las palabras que me dijiste! ¡Así verás que yo no soy un estorbo, y que Ace y yo podemos estar juntos! ¡Y de esa forma, ya nunca más vas a volver a decirme algo así! — la chica comenzó a caminar por el bosque — ¡Vamos, busquemos al comandante Zion para que nos ayude a rescatar a Ace! ¡Después de lo que me dijiste, no te quedes ahí parada!

    Tanto Gwyn como Thomas comenzaron a seguir a Agustina por el bosque. Luego de la forma en la que Gwyn le habló, Agustina empezó a mostrarse más agresiva y más decidida a ayudar a Ace. Gwyn quería lograr eso, y no le gustó tener que decirle unas palabras como esas a su amiga, pero no le quedó otra opción. Thomas, quien iba al final del grupo, se acercó a su novia para hablarle.

    — Gwyn, eso fue bastante cruel — Agustina escuchó las palabras de su amigo — No tenías que decirle esas cosas, y mucho menos hablarle así.

    — A mí tampoco me gustó, Thomas — contestó Gwyn, con una mezcla de felicidad y pena por lo que había dicho — Pero mírala. Hace unos instantes estaba llorando inmóvil en el suelo, y ahora habla y camina con una ferocidad que da miedo. Solo quería provocarla para que transformara su tristeza en enojo, y así hacer que se pusiera en movimiento para rescatar a Ace. ¿Y qué mejor forma que esa? Ace también es mi compañero, y no me pienso quedar quieta mientras él está en las manos del enemigo. Porque sé que él haría lo mismo por cualquiera de nosotros.

    — Entiendo tus motivos, pero aun así… fue muy rudo — a pesar de la crítica, Thomas reconocía que él no podría haber encontrado una manera para motivar a Agustina — Vas a tener que pedirle disculpas por haberle hablado así. Agustina también es tu compañera después de todo.

    — Y le voy a pedir disculpas — Gwyn lo tenía decidido — Cuando estemos a salvo, le explicaré por qué hice esto, y le pediré disculpas. Ella es mi amiga, y me dolió haber tenido que hablarle así. Pero puedes estar seguro que me dolió todavía más verla llorando en el suelo mientras el enemigo debía estar alejándose cada vez más con Ace. Eso me llevó a hacer lo que hice. Y estoy segura de que ella lo entenderá cuando logre rescatar a Ace y pueda abrazarlo una vez más.

    — ¿Crees que ella podrá rescatarlo? — Thomas quería saber si Gwyn decía esas cosas solo porque sospechaba que Agustina estaba escuchándola.

    — ¿No viste su determinación cuando me respondió? — Gwyn le contestó con una pregunta — Si alguien va a salvar a Ace, será ella. Ya lo verás. Esta será la última vez que alguien intenta separarlos a ellos dos.
     
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  13.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, siento que tus profesores te compliquen el estar por el foro durante un breve tiempo pero te agradezco que hayas publicado dos capítulos de la historia principal y un especial (que lo leeré próximamente). Han sido dos capítulos increíbles, he de admitir que si esta parte sigue por éste camino, va a superar a la parte I al menos para mí. Dicho esto, comentaré lo más llamativo de estos dos capítulos.

    No esperaba en absoluto que el grupo formado por Thomas, Ace, Gwyn y Agustina fueran alcanzados tan rápido por Sieng y los vasterrad. Sin embargo, así ha sido. Sieng buscaba al asesino de Havor y Ace, cómo buen amigo, decide mentir y atribuirse esa muerte para que el líder enemigo se centre en él y deje a sus compañeros. Sacrificio, una de las actitudes que debe tener un comandante. En estos capítulos se han visto algunas actitudes en potenciales comandantes futuros, pero bueno, iré paso a paso. Ace vs Sieng ha sido muy bueno, y ha quedado demostrado que el elimun es un enemigo poderoso. No esperaba ni de lejos que Ace fuese capturado, pero así ha sido. Esto me deja con una sensación agridulce porque entiendo que Sieng es fuerte pero creía que Ace también lo era y podía ofrecerle más pelea, sin embargo, es comprensible lo ocurrido dado que viene cansado de pelear a Havor y sus secuaces.

    Dustin persiguiendo y casi matando a Lankir también ha estado bien. No queda nada de ese Dustin de Zenith, al menos por el momento, hasta que se le pase el efecto del vapor. Pensé que ibas a matar al xaromitante y me sabía mal, porque apenas venimos de ver morir a Gan. Sin embargo, es salvado por gran parte del grupo ahora unido. No obstante, lo interesante viene cuando aparece Michael junto a Alicia y revela información respecto a Tzorkun. Ahora el grupo ya sabe a qué se enfrenta y aquí vengo a reconocer otra actitud de comandante en alguien que inicialmente estaba fuera de esa partida (a mi juicio, ya no). Michael es la persona más lógica e inteligente del momento, diciendo que el objetivo no debe ser más que el de salvar a soldado del comandante Roger e irse, pues en Emiv no van a encontrar nada de la catástrofe. Además le pide a Wagner que le golpee para tener justificación delante de Tzorkun. Bravo por Michael y decepción con Wagner, que se siente mal por no haber tenido el plan. Me estaba agradando el personaje pero esa actitud de ser el protagonista no me gusta. Espero que Orikrof tome nota de eso. Al margen de eso, debo decir que Michael ha presentado su candidatura a comandante. La pelea entre Wagner y Ace por el puesto, se extiende ahora a Michael. Épico.

    Finalmente, la pelea entre Thomas y Gwyn junto a Agustina por librarse de los vesterrad también me ha gustado. Agustina estaba decayendo y sigue decepcionándome un poco por su actitud. Los tres logran derrotar, con dificultades, a sus enemigos. Pero Ace no está. Otra vez más, la actitud de Agustina me desagrada y otra vez más Gwyn va subiendo puntos a mi juicio. Usa la crítica a su amiga para enfurecerla y levantarla de ese estado de pena. Sin lugar a dudas, un plan maestro con alguien tan frágil emocionalmente como es Agustina. Entiendo a Thomas, pero no tiene nada que reprochar a su novia. Sabes que Ace es de mis favoritos y espero que no le pase nada, aunque es interesante verlo del lado enemigo. Ace vs Wagner con el primero vaporizado a las órdenes de Tzorkun sería épico, o Ace vs Michael, Ace vs Zion... En fin, me gusta como va la trama por varios lados, aunque obviamente temo que el camino de Ace acabe en esta parte.

    Sin más que decir, nos vemos a la próxima.
     
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  14.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Dado a que ya comentaste aqui y por privado las razones por las cuales has decidido publicar dos capítulos de LGC. Pasaré de una vez en materia. Primero el comentario del primer capítulo.

    Estoy un poco preocupado. Ace ha sido derrotado muy facilmente por Sieng. Evidentemente eso ocurrió por el cansacio que ha tenido, a raíz de las diversas batallas y demás. Pero el punto es que perdió, y eso seguro estará entre su historial como soldado. Lo peor de todo es que Sieng quiere llevarlo ante Tzorkun, y si eso pasa las cosas se pondrán muy feas para el resto del equipo.

    Después, pasado a la pelea de Lankir y Dustin. Me dio mucha lástima cuando casi veo morir a Lankir a manos de Dustin. Llegué a pesar que moriría, pero me alegré cuando Plamo y Aurio llegaron en su rescate, eso si que fue un alivio. También me preocupó Dustin en su momento, casi me da un ataque cuando los chicos estaban a un pelo de jalar el gatillo. De este capítulo no comentaré mucho, porque solo abarcó dos cosas importantes.

    Pasando al segundo capítulo;

    Bien, por lo visto, ahora los chicos comprenden mejor la situación, al menos Orikrof y compañia, esto es bueno y lo es todavía más que Michael haya ideado un plan para rescatar a la pe**a de Sharyn. Perdona que me refiera así a un personaje de tu autoría, pero es que me cae gorda, y hasta me da cosa solo pensar ella. Honestamente, yo pensé que los chicos hiban a buscar a sus compañeros y después ser largarían de ese planeta, dejando atrás a Shary, pero Michael ha optado por rescatarla. Espero que esa decisión no le vaya a pesar en el futuro, ya sabes, por la muerte de uno de sus compañeros.

    Y bueno, Angustina tuvo una buena pelea y además apoyó muy bien a Gwyn y a Thomas cuando se veían en apuros. Eso es algo que me gustó mucho por parte de ella, pero no me gustó verla llorar como una niña llorona y consentida. Me alegra que Gwyn la haya puesto en su lugar, y que la haya ayudado a convertir su tristeza en enojo. Y estoy de acuerdo con Gwyn, ahora hasta da miedo XD.

    Pese a todo lo que ha pasado en estos dos capítulos, las posiciones del top aun se mantienen tal cual. Lo único que me resta por decir, es que las cosas se están poniendo color de hormiga y eso me gusta. Espero el próximo capítulo con muchas ganas. Así que nos vemos en la próxima oportunidad, saludos.
     
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  15. Threadmarks: Situación crítica
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Ciencia Ficción
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    Saludos a todos, principalmente a Resistance y a Zurel . Bueno, sé que yo suelo publicar los días viernes y que hoy es jueves, pero el sábado temprano tengo una exposición, y mañana probablemente esté todo el día reunido con mis compañeros para prepararla. Quizá me equivoque y no haga falta reunirse el día completo, pero por precaución, voy a publicar el capítulo el día de hoy. No hay mucho que decir, más que volver a agradecerles por leer cada capítulo. Este capítulo y el siguiente serán de transición, ya que luego comienza el clímax de la parte IV. Ojalá lo disfruten.



    Situación crítica:

    Michael caminaba por los bosques del planeta Emiv. Recientemente, el soldado había enviado un mensaje a Dustin, para que en los registros de su armadura quedara una prueba de que perdió contacto con él. Ya habían pasado varios minutos desde que se separó de su grupo, y empezó a notar que la noche no tardaría en llegar. No había visto a ninguna de las cápsulas levantarse por los cielos, lo que quería decir que, para ese momento, sus compañeros no habían logrado dar con ninguna.

    El soldado no podía dejar de pensar en Sharyn y en Jason. Sentía lástima por este último, a pesar de no conocerlo, dado a que fue obligado a luchar contra su voluntad en contra de sus compañeros y su país, lo que terminó causando su muerte. Con su muerte a manos de Wagner, Sharyn se había convertido en el objetivo de la misión. Siendo la única del grupo del comandante Roger que había sobrevivido, la misión se había reducido a rescatarla y escapar de ese planeta. Michael sentía malas vibras cuando el viento del planeta comenzó a soplar y el cielo empezó a nublarse. La escaza luz del día restante se opacó casi por completo por las nubes. Michael las observó cómo pudo, sin tener la certeza sobre si una lluvia podría caer o no sobre el lugar. Solamente deseaba que las nubes se apartaran y le facilitaran la búsqueda de la cápsula al resto de sus compañeros. Si ellos no llegaban a una de ellas, durante la noche serían atacados por otro grupo de guerreros obedientes a Tzorkun, y eso podría significar la derrota y el fin de la misión.

    […]

    Quedarían aproximadamente unos quince minutos de luz solar en el planeta, y el grupo de búsqueda de la cápsula no había podido dar con ninguna de las dos. Aurio iba al frente junto a Wida, quien seguía cargando de un Lankir inconsciente. Orikrof y Plamo tuvieron que noquear a Dustin para que se tranquilizara y los dejara avanzar con tranquilidad. Supieron que no era seguro jugar con la salud de los soldados al hacer algo como eso, pero vieron en esa su única oportunidad. Ambos iban en el medio del grupo, con Plamo cargando a Dustin. Wagner y Alicia eran los que iban desde atrás, ambos con la cabeza baja y en sus propios pensamientos.

    Aurio se acercó a Wida y le dijo que él se encargaría de cargar a Lankir por el momento.

    — Te vas a cansar de cargar con él — decía Aurio aproximándose — Deja que yo lo cargue, así podrás estar atenta a nuestros alrededores.

    — ¿Estás seguro de qué quieres eso? — le preguntó Wida, queriendo saber que Aurio tuviera ánimos e intenciones para cargar con Lankir.

    — Claro, pero primero hay algo que quiero hacer — dijo el xaromitante.

    Aurio se acercó hasta Lankir y le quitó el cañón de los brazos para dárselo a Wida. Esta supo a qué quería llegar su compañero, por lo que le dejó cargar a Lankir para luego colocarse el cañón en el brazo. El grupo hizo una pequeña pausa y luego continuó avanzando.

    — El arma más fuerte en manos del guerrero más débil — Aurio hablaba solo con Wida, aunque todos los demás escucharon sus palabras — Imagino que no se trata de méritos, sino de compensación.

    — Lankir porta este cañón porque él lo fabricó — le contestó Wida, quien percibió una intensión escondida tras las palabras de Aurio — No porque lo mereciera o porque sería débil sin él. Si tan solo tuviéramos más recursos, cada uno de nosotros podría tener uno. Y de esa forma Gan no habría…

    — Wida, quiero que me disculpes si sueno algo cruel con esto — le decía Aurio — Pero Gan ha muerto porque el equipo en el que iba no fue lo suficientemente fuerte. Y creo que no fueron lo bastante fuertes porque Lankir iba con ellos. Todos los demás miembros del equipo eran competentes. Todos los que vinimos a este planeta somos competentes… excepto por una sola persona.

    — Aurio, no estarás diciendo lo que creo que estás diciendo — Wida se sorprendía de escucharlo hablar así de uno de sus amigos, sobre todo al tratarse de uno de los pocos con vida.

    — Estoy diciendo lo que estoy diciendo, no hay error en mis palabras ni error en tu interpretación — contestó Aurio de forma algo brusca — Lankir no es un miembro competente del equipo. Haz un poco de retrospectiva. Él iba con Michael, Dustin y Alicia. Y dos de ellos fueron capturados. De no ser por un acontecimiento entre Michael y ese tal Orz del que los garak hablan con tanto miedo, Dustin habría matado a Lankir, y probablemente Plamo y el general Orikrof estarían muertos. Lankir tuvo el arma más fuerte en sus manos y no pudo salvar a sus compañeros. La realidad está ahí, solo hay que verla.

    — La misión es bastante complicada — Plamo quiso meterse a la conversación — Nuestros adversarios son fuertes, están controlados de forma en que no hay discusión entre ellos, y tienen información sobre muchos de nosotros. Gan, Domir y dos de sus guerreros fueron asesinados. ¿Te atreverías a decir que ellos son incompetentes? Domir y otro xaromitante ni siquiera iban en el mismo equipo que Lankir. Él no es responsable por eso.

    — Que no vayan en el mismo equipo no quiere decir que no se vean afectados por su presencia — Aurio se atrevió a contradecirlo — Si hubieran derrotado a los primeros atacantes, cosa que podrían haber hecho con el cañón de Lankir, quizá habríamos tenido refuerzos en el momento de la pelea, y no habríamos tenido que lamentar ninguna baja.

    — No lo había pensado de esa forma — Plamo lo veía de otra manera — Pero tú no estuviste con nosotros cuando esas criaturas nos atacaron. Eran aterradoras, tenían ventaja numérica y espacial, y contaban con información sobre nosotros. No quiero decirte que estás equivocado, pero no te puedo dar la razón.

    — ¿Cuál es el objetivo de esta conversación de cualquier manera? — preguntó Wida, queriendo saber los motivos de Aurio para empezar a hablar así.

    — Lo hablaré contigo y con Lankir cuando estemos seguros — contestó Aurio queriendo dejar de hablar — Es un tema serio, y si llegamos a morir, no quiero que estas sean las últimas palabras que te vas a llevar de mí.

    El general Orikrof estuvo atento a la conversación conforme pudo. Él mantenía vigilados los alrededores para poder asegurarse de que no serían sorprendidos por enemigos. Solo escuchó fragmentos de la misma, pero lo poco que había escuchado de Aurio lo hizo pensar si realmente las cosas habrían sido diferentes si Lankir no hubiera ido con ellos. Sin embargo, había otro pensamiento que invadía su mente en ese momento, y era la forma en la que Tzorkun controlaba a todos los demás en el planeta. Según lo que había dicho Michael, dicho ser podía ordenarles cualquier cosa a sus guerreros y estos le obedecerían sin importar lo que ocurriera. Eso le abrió la mente a varias ideas que estaban empezando a formarse en su cabeza, sin embargo, fueron ideas que no quería compartir por el momento. Sentía ganas de hablarlo con Zion, siendo él el otro responsable del equipo, además, tendría tiempo de perfeccionarlas un poco.

    Alicia no podía dejar de pensar en la situación de Sharyn. La soldado del Zenith recordó su experiencia con los garak hace varios meses. Por un malentendido a causa de una guerra, su nave fue derribada, sus familiares fueron asesinados, y ella quedó atrapada en un planeta donde los garak planeaban usarla como arma una vez que pudieran terminar los experimentos con ella. Sharyn no tuvo la misma suerte que Alicia. Ella realmente fue usada por el líder del lugar, y su situación era bastante similar. La guerra entre especies que causó el conflicto, el miedo a una nave humana que solo exploraba el universo, el asesinato de todos los miembros de la tripulación. Sharyn y ella tenían más en común de lo que creían. La detestaba por las cosas que escuchó decirle a Michael. Alicia sabía que era común enojarse en una situación así, pero reconoció que le faltaba conocer el resto de la historia.

    — Lo lamento, Sharyn — Alicia susurró en voz baja — No debí sentir rencor hacia ti. Solo eres una víctima más de un juego siniestro. Y así como yo fui rescatada, prometo que tú también lo serás.

    — ¿Dijiste algo? — a Wagner le pareció escuchar a Alicia hablar — ¿O simplemente fue mi imaginación?

    — No, no dije nada — Alicia no quería hablar sobre ese tema, dado a que sentía pena por sí misma — Me preocupo por Michael. Y en cierta forma, por todos los demás. No hemos recibido noticias suyas por un tiempo.

    — Yo trato de mantenerme optimista — le contestó Wagner — Mi padre es un hombre fuerte. Nunca se dejaría capturar por estos seres. Ace está casi a mi nivel, seguro que él ha cuidado bien a los demás. Y Michael tiene un as bajo la manga, literalmente.

    — Recuerdo que le dijiste a Michael que sería comandante algún día — Alicia volvió a mencionar ese tema — Yo creo que él aún tiene que compensar el asunto que ocurrió con Orz en el pasado, pero… esa frase que me dijiste me da ilusión de que algún día él será uno. Es un buen soldado, y tiene buenos planes. Estoy segura de que pronto demostrará que merece una oportunidad. Incluso aunque ese “pronto” involucre un par de años.

    — Yo no decido quien será comandante o no, pero si Michael sigue evolucionando así, ten por seguro que lo será — las palabras de Wagner alegraron a Alicia.

    A Wagner le estaba costando demasiado decir cosas buenas sobre Michael en frente de Alicia. Sabía que él no tendría una oportunidad con ella, pero decir cosas así no facilitaba para nada la situación. Le era inevitable pensar en el gran plan que Michael había tenido. Sin duda alguna, era excepcional. Con solo conocer al líder y la situación, y quizá con el golpe de suerte de encontrarse con el equipo, Michael logró pensar en una buena solución al problema actual. Además de darle una actualización del estado de la misión a todos ellos. Orikrof sin dudas mencionaría eso con su padre, pero Wagner tenía ganas de ser él quien se lo contara en su lugar. Creyó que así podría mostrarse algo más humilde, y que podría sumarle algún punto en la competencia por el puesto, que claramente, terminaría una vez la misión actual estuviera terminada, y a criterio de Wagner, no quedaba mucho para eso.

    — ¡Miren! — Orikrof señaló hacia el costado izquierdo — ¡Puedo ver una de las cápsulas! ¡Vamos rápido hasta allá!

    Si había un momento para creerse afortunados, era ese. El grupo había estado caminando por varios minutos, y estaban por perder la poca luz del sol que tenían disponible cuando vieron la cápsula. Supieron que no tenía que ser una casualidad, dado a que creían que, aunque sea de forma inconsciente, estaban intentando orientarse a través del bosque del planeta Emiv. El grupo fue corriendo como pudo hasta llegar a la cápsula, y lograron identificarla. Fue la primera de las que bajó hasta el planeta, aunque eso no tenía mucha importancia en ese momento. Lo único que importaba era que su primer objetivo había sido cumplido, y que se habían ganado una oportunidad para poder poner en marcha el plan que Michael quería ejecutar. Una vez llegaron hasta el lugar, solo quedaba decidir qué hacer.

    — ¿Subimos todos juntos, o solo subirá alguno? — Plamo supo que no tenían mucho tiempo para deliberar algo así.

    — Yo subiré a la cápsula junto a Dustin y a Lankir, dado a que están inconscientes — contestó el general Orikrof — De esa forma, ustedes cinco podrán quedarse aquí abajo y vigilar la zona en busca de enemigos, o de nuestros aliados. Cuando me den una señal, yo bajaré la cápsula para que estos puedan subir.

    — ¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos esperando? — Wida consideró que no estaban en condiciones de esperar por siempre — Tenemos que tener un límite.

    — Quisiera no tenerlo, pero te doy la razón — Orikrof creía que la situación era bastante seria — Cuarenta minutos. Ese será el tiempo límite que tendrán para venir hacia aquí.

    — Es probable que varios enemigos se aproximen hacia este lugar en esos cuarenta minutos — Aurio quiso decir su opinión — Si no lo logran a tiempo, habrá una acumulación de enemigos que probablemente no puedan manejar teniendo en cuenta el cansancio al que se enfrentan.

    — Alicia, quiero que te prepares para enviarle un mensaje a todos los soldados que no están aquí ahora — Orikrof comenzó a abrir la puerta de la cápsula — Antes de que nos marchemos del lugar, ellos serán los primeros en saberlo antes que nuestros enemigos.

    — De acuerdo, general — Alicia comenzó a grabar un mensaje de voz y así prepararse para enviarlo a los demás.

    El general Orikrof, por su parte, abrió la cápsula y se metió dentro junto con Dustin y Lankir, ambos aún inconscientes. Esperó a que los otros cinco miembros del equipo se pusieran en posición de guardia, fue entonces que cerró la puerta de la cápsula y comenzó a ascender. La cápsula no ascendió demasiado. Orikrof quiso calcular una distancia para que todos los demás pudieran observarla a lo lejos entre los árboles y la oscuridad que pronto iba a ponerse sobre ellos, pero no demasiado alto como para que su descenso tardara más de lo necesario.

    Plamo, Alicia, Wagner, Aurio y Wida observaron la cápsula ascender con total seriedad. Era turno de ellos para vigilar la zona, prestando atención total a la llegada de los enemigos o de sus aliados. Ninguno de los cinco tenía en la cabeza otra cosa que no fuera esa, además de la esperanza y el deseo de que el comandante Zion, Thomas, Gwyn, Agustina y Ace lograran llegar a salvo al lugar.

    […]

    No tan lejos de allí, Agustina, Thomas y Gwyn caminaban por el bosque con la mirada atenta. Les quedaría a lo sumo un minuto de luz solar, y una vez este terminara, deberían encender las linternas de sus armaduras para poder moverse en la oscuridad. Desde que el grupo se puso en marcha, no se volvieron a cruzar palabra. Thomas sentía un silencio incómodo entre Gwyn y Agustina por las cosas que su novia había dicho. Supo que Gwyn lo arreglaría en el futuro, pero él ya no podía soportar un silencio sepulcral como ese. Su amigo había sido capturado, Gwyn fue un poco ruda con Agustina y el planeta pronto se quedaría sin luz. El único alivio que le traía el silencio era la confirmación de que no había enemigos en los alrededores. Aun así, Thomas se acercó hasta su compañera para hablarle.

    — Escucha, sé que estás molesta con Gwyn, pero ella…

    — Lo sé. Lo escuché — Agustina sonó muy cortante al interrumpir a Thomas — Sé por qué lo hizo.

    — ¿Entonces por qué estás molesta? — Thomas sentía un poco de miedo al preguntar.

    — Porque no me gustó que Gwyn la mencionara a ella para decirme que yo no merecía estar con Ace — Agustina se había tomado eso bastante personal — Quizá podríamos discutir si realmente él y yo debemos estar juntos, pero Natasha no debe tener lugar en esa conversación. ¿Cómo te sentirías si le hubiera pasado lo mismo a Gwyn y yo te hubiera dicho que Michael es quien se merece estar con ella?

    — Tienes razón, no lo pensé así — Thomas realmente estaba algo triste, dado a que creyó que su amistad se vio afectada por palabras incorrectas en un momento inapropiado — Pero los tres deberíamos sentirnos bien al estar entre nosotros. Después de todo, tenemos el mismo objetivo.

    — Ace fue capturado, estamos a la intemperie en un bosque peligroso, existen seres que pueden encontrarnos en la oscuridad, no sabemos qué ocurrió con el grupo excepto por lo de Michael y Dustin que también fueron capturados… lo siento, Thomas, pero tengo bastante estrés en mi mente como para poder tranquilizarme. No odio a Gwyn ni a ti, pero con todo lo ocurrido, estoy molesta, y no dejaré de estarlo hasta que todos nosotros estemos seguros.

    Thomas se apenó al no poder tranquilizar a su compañera, pero entendió que la situación no era tan simple. A él no le tocó vivir algo así por el momento, lo que no quitaba que él se seguía sintiendo mal por lo ocurrido. El soldado regresó al lado de su novia.

    — Créeme, ella no estará enojada por siempre — Gwyn apoyó su mano en el hombro de Thomas — Pero lo que hice fue necesario. Creí que ella se iba a quedar en el suelo llorando mientras que Ace estaba en problemas.

    — Sí, ya lo sé, ya lo entendí la primera vez — Thomas no podía relajarse del todo — Solo desearía que no hubiera que tenido que llegar a una situación donde nosotros tres tengamos que discutir. Es todo.

    — Los seres humanos discuten, Thomas — Gwyn estaba en parte de acuerdo — No nos gusta, pero es así como somos. Ha habido discusiones mucho más importantes a lo largo de la historia de la humanidad. Esto no es el fin del mundo.

    — No lo niego, pero esas discusiones no fueron en un planeta ubicado a millones de kilómetros de la Tierra donde todas las especies están tras de nosotros — fue la respuesta de Thomas — Cualquier cosa que ocurra es importante.

    — Lo sé, lo sé — Gwyn deseaba terminar con la misión para poder hablar de forma más calmada con Agustina — Solo me pregunto si los demás estarán bien.

    De pronto, un ruido comenzó a escucharse. Era un sonido imposible de desconocer, se trataba de hojas y ramas de los árboles agitarse por el viento, junto con un leve estruendo. A pesar de todo, no pudieron sentir el viento sobre sus cuerpos, lo que quería decir que no se trataba de un viento común, es más, ni siquiera tenían pruebas de que se tratara de viento real.

    Fue en ese momento que la vieron. Una de las cápsulas que ellos habían usado para descender al planeta había despegado. Al verla desde el aire, supieron que no debían estar a más de quince minutos de llegar hasta ella. Sin embargo, el verla despegar los deprimió un poco. Estaban bastante cerca de encontrarse con los demás y poder retirarse a la nave, y ver eso les hizo pensar que ya no podrían hacerlo. Aunque eso era lo que ellos creían. La cápsula dejo de subir y se quedó en el aire, a una altura no demasiado lejana del suelo.

    — ¿Qué está pasando? — preguntó Thomas sin entender nada — ¿Por qué no regresaron a la nave?

    — ¡Porque nos están esperando! — exclamó Gwyn bastante entusiasmada — ¡Debe ser una señal para nosotros! ¡El resto del equipo debe estar ahí!

    — ¡Esperen! — Agustina dudó un poco — Podría tratarse de una trampa. ¿Y si los enemigos nos están enviando hasta ese lugar para emboscarnos?

    — Podría ser, pero dudo que supieran cómo utilizar la cápsula — Gwyn quería permanecer optimista — Además, la habíamos dejado oculta. Nuestros enemigos deberían de estar buscándonos a nosotros, y no a la cápsula.

    — Sí, pero podrían intuir que nosotros buscaríamos la cápsula — respondió Agustina — Al buscar la cápsula, nos buscan a nosotros.

    — En cualquier caso, estamos obligados a ir — Thomas quiso ponerse en marcha — Si los enemigos llegaron a una cápsula, tenemos que sacarlos de ahí. Si logran usar la cápsula para subir hasta la nave y luego la derriban o la destruyen, ya no podremos escapar de este planeta. Tengamos un poco de fe en nuestros compañeros y creamos que se trata de ellos, pero no dejemos pasar esta oportunidad de tomar una cápsula y regresar hasta la nave. Incluso aunque solo seamos tres.

    Ni Gwyn ni Agustina tuvo una objeción a las palabras que Thomas acababa de decir, y ciertamente, tenía bastante lógica lo que Thomas decía. Si los enemigos podían llegar hasta la nave, su escape les sería imposible. Al pensar en eso, Agustina empezó a creer en la posibilidad de que fueran sus compañeros los que estuvieran usando la cápsula. Aunque, para darse cuenta de que esto fuera cierto, solo tenían que acercarse hasta el lugar y comprobarlo por sí misma.

    El trío de soldados del Zenith empezó a correr por el bosque lo más rápido que podían. No estaban interesados en revisar los alrededores, ya que supusieron que los enemigos se dirigirían hacia la cápsula, o en el peor de los casos, ya estarían estacionados allí.

    Corriendo de la forma en que lo hacían, les permitiría llegar hasta el lugar en menos de quince minutos. Los tres se desesperaban para poder alcanzar esa zona.

    […]

    Michael, quien avanzaba a paso lento por el planeta, se dio vuelta cuando escuchó un fuerte sonido a lo lejos. Tenía la esperanza de que se tratara de una cápsula despegando a los cielos para dar una señal a todo el resto del equipo, y que así su plan fuera viable. El alivio que sintió cuando reconoció la cápsula en la que él había bajado al suelo del planeta Emiv fue inmenso y casi inmensurable. Supo que, aunque el comandante Zion y el grupo de Ace no estuvieran con ellos, que una parte del grupo se encontraba a salvo, por lo que respiró aliviado.

    De pronto, comenzó a escuchar pisadas acercándose a él. Supo que debía tratarse de alguno de los guerreros de Tzorkun, por lo que no se dio la vuelta y decidió esperar para ver si lograba escuchar algo interesante. Efectivamente, tal y como él lo había imaginado, se trataba de Sharyn, quien venía corriendo hacia el lugar junto a uno de los elimun que la acompañaba.

    — Michael, ¿Qué es eso? — la chica no había visto algo así en persona hasta ahora — ¿Acaso es lo que usaron para descender al planeta?

    — Así es — Michael quiso sonar lo más serio posible — Alguien llegó hasta la cápsula y la puso en funcionamiento.

    — Deberíamos ir a… — Sharyn observó a Michael, y a pesar de la oscuridad, pudo ver que estaba golpeado — ¿Qué fue lo que te ocurrió?

    — Tuve una pelea con Wagner — Michael no estaba mintiendo, prácticamente — No pude derrotarlo, mucho menos capturarlo. Lamento decir que perdí al objetivo prioritario.

    — ¿Y estás bien? — Sharyn mostró su preocupación por Michael — ¿Tienes alguna herida importante?

    — Descuida, estoy bien, pero no estoy en condiciones de pelear — Michael supo que Sharyn sugeriría ir hacia la cápsula, por lo que quería detenerla — Escucha, no tiene sentido que nos acerquemos a la cápsula. Sé que deberíamos ir por ellos, pero desde esa altura nos van a detectar. Y yo ya no estoy para soportar otro combate.

    — Dudo que yo y mi compañero podamos hacer algo al respecto — Sharyn se mostraba pesimista.

    — ¿Eso quiere decir que los vamos a dejar escapar? — el elimun que iba con Sharyn protestaba por la forma en la que los humanos se rendían — ¿Así nada más?

    — No van a escapar, es una retirada temporal — Michael intentó buscar un argumento convincente — La misión fue venir a rescatar al grupo del comandante Roger. No hay forma de que se vayan sin dos de los suyos — Michael quiso hacer referencia a Dustin sin nombrarlo — Además, en cuanto a peleas, yo soy el tercero más fuerte. Incluso aunque yo fuera el único que quedara en el planeta, no se irían sin mí.

    — Eso me hace pensar en otra cosa — el elimun sospechaba de Michael — ¿Dónde están Dustin y Jason?

    — Dustin y yo nos separamos — Michael recordó lo que tenía que decir — Me enfrenté a Wagner y a los xaromitantes. Pude eliminarlos a ellos, pero Wagner se me escapó. Dustin persiguió a uno de los garaks, si no me equivoco, se trataba de Plamo y no debería tener problemas con él. En cuanto a Jason, no he tenido el placer de conocerlo, todavía — ahora no estaba mintiendo.

    — Es raro de él no comunicarse para reportar algo — mencionaba Sharyn — Pero estoy segura de que pronto escucharemos algo de él. Por ahora, regresemos con Tzorkun para descansar y reponer fuerzas. Te daremos algo para esas heridas, Michael.

    — Lo aprecio, Sharyn, gracias.

    Los dos humanos y el elimun que iban con ellos comenzaron a caminar hacia la entrada a una de las ciudades subterráneas que daba directo a la base principal de Tzorkun. Michael iba detrás del grupo, y supo que no tendría una oportunidad tan perfecta como esa. Escribió un mensaje sin contenido de texto que enviaría a la nave para que esta pudiera captar la señal con su escáner y así poder detectar su origen. Todo el grupo, o al menos los que pudieran conseguir la retirada hacia la nave, conocerían la entrada a la ciudad donde estaba la base de Tzorkun. Un plan se le tendría que ocurrir a Orikrof y a Zion, eso era lo que Michael pensaba. Solo debía esperar hasta el día siguiente. El grupo entero centraría su fuerza en un único punto del planeta, y Michael ayudaría saboteando a Tzorkun desde adentro. Solo debían llevarse a Sharyn y entonces, todos podrían escapar finalmente.

    […]

    — ¿Esos son los tuyos? — Sieng le hizo una pregunta a Ace, quien se encontraba encadenado a una silla.

    El segundo al mando de los elimun había metido a Ace en una de las ciudades subterráneas para evitar un posible escape del soldado humano. Los dos fueron avanzando por las calles de las ciudades bajo tierra del planeta Emiv para llegar al laboratorio de Tzorkun, donde este mismo estaba observando las imágenes de la cápsula que los humanos, garaks, y xaromitantes habían usado para aterrizar en el suelo de su planeta. Ace, conforme pudo, miró la pantalla y se alegró al ver una cápsula volar. Supo que varios de sus compañeros habían escapado, y supo que, al estar la cápsula suspendida en el aire, Agustina también se pondría a salvo si es que no lo estaba en ese momento. No sonrío, para evitar que sus gestos respondieran a la pregunta de Sieng, cosa que fastidió a este último.

    — Te hice una pregunta — Sieng se paró cerca suyo.

    — No voy a responderte nada — Ace contestó desafiante.

    — Te estás olvidando que te di una paliza antes — a Sieng no le gustaba la arrogancia que el soldado mostraba, mucho menos después de haber ganado la pelea — Puedo seguir golpeándote más. No lo sabes todavía, pero nuestro plan implica capturarlos. No estoy obligado a mantenerte de una pieza, y si sigues sin responder, no lo pienso hacer. Responde mi pregunta o te arrancaré la mano. ¿Esos son los tuyos?

    — Sieng, basta — Tzorkun quiso tranquilizar a su guerrero — No lo lastimes, no es necesario. Cuando lo reclutemos, él nos dirá lo que nosotros queramos — Ace no pudo comprender a qué se refería.

    — ¿Reclutarme? — Ace estaba algo asustado por la forma en la que ese sujeto había hablado.

    — No deberías tener miedo de eso. No dolerá — Sieng se tranquilizó un poco, pero continuaba con su enfado — Será mejor que guardes silencio hasta que eso pase. Si escucho otra palabra más de ti, te golpearé hasta que tu mente esté tan dañada que no puedas ver nada. Después de todo, tus conocimientos son más valiosos que cualquier otra cosa que puedas tener.

    Ace supo que ese tipo iba en serio, por lo que guardó silencio. Odiaba estar en esa situación. Estaba frustrado y asustado. Había visto la ciudad subterránea en primera persona, y al hacerlo consiguió experimentar asombro y miedo por ver la cantidad de guerreros que había en el lugar en ese momento. Escapar le sería imposible, incluso sentía miedo porque sus compañeros pudieran e intentaran comenzar con un rescate y que terminaran cayendo ante esa especie.

    El soldado del Zenith observó a Tzorkun. Por la forma en que hablaba, dedujo que era el líder de su especie. Tzorkun, había ordenado iniciar una llamada. El líder de los elimun se mostraba alegre por el hecho de que reclutaría a un humano más, y que Jason, Sharyn, Michael y Dustin aún no habían llegado y podrían traerle aún más; sin embargo, esa alegría contrastaba con la noticia de la muerte de Havor, junto a la muerte de Vanac que le fue notificada anteriormente en el día.

    La llamada fue establecida, y Qaior apareció al otro lado de la pantalla. El líder de los inkor se mostraba dispuesto a conversar.

    — Tzorkun, si me vas a preguntar sobre si vi esa cosa en el cielo, la respuesta es sí — Qaior se adelantó a lo que Tzorkun quisiera preguntar — ¿Qué quieres que haga? Puedo enviar guerreros a la zona para detenerlos si intentan escapar.

    — Hemos capturado a tres humanos el día de hoy — respondió Tzorkun — Además, aunque se hubieran encontrado con Jason y Sharyn, no tienen forma de saber cuántos humanos más del grupo de Roger quedan con vida — al escuchar esas palabras, Ace supo que toda la tripulación del comandante Roger Fields había sido eliminada junto con él, exceptuando a los soldados Sharyn y Jason que acababa de mencionar — No abandonarán el planeta. No con cinco de sus soldados capturados, y sin haber confirmado el paradero de los demás.

    — ¿Entonces qué quieres que haga? — Qaior no entendió lo que quería hacer ver Tzorkun — ¿Quieres que envíe exploradores a observar cuantos hay en esa zona? Por la forma en la que dijiste “no abandonarán el planeta”, puedo asumir que no quieres que envíe a varios guerreros al lugar para enfrentarlos. Pero no estoy en tu mente como para poder comprenderte.

    — No creo que sea viable enviar a nadie a esa zona — Tzorkun dio su punto de vista de la situación — Desde una altura como esa te podrían detectar. Ven a reunirte conmigo. Trae a tus mejores guerreros. Juntos decidiremos que hacer.

    — Comprendido, estaremos allí lo más rápido posible — fue la respuesta de Qaior, quien cortó la llamada.

    Tzorkun supo que la muerte de Havor debilitaría a los moender, y que a tanto a Sieng como a Qaior les sería difícil hacerse cargo de ellos. Qaior ya tenía que liderar a los suyos, mientras que Sieng quedó a cargo de los vasterrad tras la muerte de Vanac.

    — Sieng, ordena a varios vasterrad que se acerquen hasta nosotros — Tzorkun ya tenía todo decidido — Los humanos han perdido a varios de los suyos en el día de ayer y hoy. No tenemos mucho tiempo como para gastarlo buscando un nuevo líder para los moender, y ante la baja del número de los humanos, prescindiremos de ellos.

    — ¿Llevo a este humano al laboratorio para reclutarlo? — Sieng se disponía a obedecer, pero primero quería ver si debía hacerse cargo de Ace.

    — Esperaremos a que los demás regresen — Tzorkun no podía evitar sonreír, cosa que le causaba preocupación a Ace mientras veía como el líder de los elimun, quien además tenía el control de otras especies, se acercaba a él — Estoy seguro de que reclutaremos a más de uno.

    Las palabras de esos tipos no ayudaban a calmar a Ace, quien veía imposible relajarse, aunque sea un poco tras todo lo que había visto y escuchado en tan poco tiempo. El hecho de que esos dos tipos repitieran tanto la palabra “reclutar” le daba malos presentimientos. El soldado no quería establecer contacto visual con su captor ni con el líder de este, por lo que volteó la vista hacia una de las pantallas que mostraban la cápsula.

    — Por favor… Agustina, Gwyn, Thomas… — Ace pensaba muy aterrado — Lleguen hasta esa cápsula. Si no están aquí conmigo, quiere decir que no fueron capturados en el ataque sorpresa que nos separó. No permitan que los capturen ahora. Es lo único que pido. Lleguen a esa maldita cápsula y escapen a salvo a la nave.
     
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  16.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Saludos amigo, ha sido un buen capítulo. Está claro que la cosa se está preparando para explotar en breve, estoy deseando ver ese clímax. Comentaré lo más llamativo para mi.

    Comprendo que Wagner no esté cómodo hablando bien de Michael a la novia de éste, considerando que le agrada a él también. Me alegra ver que Alicia se preocupa por todos y que está tan pendiente de Michael. Sobre lo de ser comandante, algo me dice que en un futuro de la historia con algún salto temporal, se pueda ver a Wagner, Ace y Michael siendo comandantes de varios equipos y dirigiendo sus propias misiones. Quizá no pasa, pero me gustaría ver algo así.

    No me agrada en absoluto la actitud de Aurio respecto a lo sucedido con Lankir, parece que siempre quiere aprovechar algo en contra suya para acercarse a Wida, aunque sea criticando a su pareja. Comprendo lo que opina, pero hace ver a su amigo como un inútil y realmente no es así. Si yo fuera Wida, le mandaba al carajo. Ha sido una gran noticia que encontraran una de las cápsulas con las que aterrizaron a Emiv, especialmente para poder revelar su posición al resto de compañeros (por desgracia, también a sus enemigos). Ojalá la mayor parte del grupo se pueda reunir pronto, quiero verlos juntos de nuevo.

    Lo de Gwyn y Agustina parece que no va a ser sencillo de arreglar, algo comprensible. Thomas lo ha notado y como se sentiría alguien normal en medio de su novia y una amiga que aprecia, él se siente así. Yo también me sentiría extraño con esa situación. Es una disputa interesante ver a Gwyn y Agustina peleadas, sinceramente, le doy la razón a Gwyn con lo que dijo, aunque fuese algo duro. Agustina debe comenzar a demostrar su valía.

    Finalmente, Ace está retenido en la ciudad subterránea de sus enemigos. Sieng ha demostrado ser un rival peligroso y comienza a dar miedo, de no ser porque Tzorkun le controla, creo que Sieng mataría a Ace simplemente por frustración. También me preocupa lo que Tzorkun trama próximamente y me sorprende que deje a los moender sin líder, prácticamente fuera del juego. Sé que es muy probable que "reclute" a Ace, pero espero que no llegue a hacerlo.

    Sin más que decir, nos vemos en el próximo capítulo.
     
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  17.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana. Todo indica que el plan de Michael ha comenzado, y al parecer lo ha hecho con bien pie. El hecho de que Orikrof y compañía hayan encontrado una de las cápsulas, ha arrojado un rayo de esperanza a todos los miembros del equipo, y eso me agrada. Desde que el Zenith llegó a ese planeta, las cosas han ido muy mal para todos, ya era hora de que las cosas empezaran a cambiar.

    Debo reconocer que me puso los pelos de punta, cuando Ace tenía a Tzorkun de frente, y aún más cuando Sieng sugirió llevarse a Ace al laboratorio para reclutarlo. Por un momento pensé que Ace se convertiría en Terminator XD, ya sabes, es bueno, pero después lo reprograman y se vuelve malo. Casi me da algo, por suerte, no pasó más allá de un infarto XD.

    Ahora que el equipo logró encontrar una de las cápsulas, de seguro las cosas se podrán aún más interesante. Teniendo en cuenta que estamos a nada del climax, puedo decirte que me muero de ganas por saber como se desarrollarán los eventos, a partir de ahora.

    No encontraré errores. Así que eso es todo por ahora. Espero el próximo capítulo, como siempre. Un saludo, y hasta la próxima.
     
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  18. Threadmarks: Noche de insomnio
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    8973
    Saludos a Resistance y a Zurel que han leído la historia semana a semana desde prácticamente el día 1. Este capítulo marcará el fin del prólogo al clímax, tal y como mencioné en el anterior. Será un capítulo bastante largo, así que ya no les quitaré más tiempo. Ojalá lo disfruten. Espero que el problema del certificado del foro no afecte su lectura.



    Noche de insomnio:

    Para el comandante Zion Stones, las cosas no estaban mejorando nada. No había podido dormir demasiado, había tenido dos peleas contra seres bastante fuertes, no pudo comer nada desde que descendió al planeta, y, además, su rifle había sido robado. La energía que le quedaba para moverse era bastante escasa, y no quería detenerse a pensar en la energía que podría disparar en caso de tener que meterse en un enfrentamiento. Sus ojos se entrecerraban, y las piernas le temblaban. Durante el día había tenido bastante suerte, dado a que no se encontró con más enemigos en su camino, pero hacía pocos minutos, la luz solar se había ido y no tenía rastro de ninguno de los miembros de su equipo. Su armadura no era capaz de enviar mensajes, y al no recibir ninguna actualización más de sus soldados en todo ese tiempo le hizo pensar en lo peor.

    Sin embargo, la esperanza no tardó en llegar. Escuchó un estruendo en una zona cercana y al mirar al cielo pudo ver una cápsula elevarse. Una sonrisa se formó en su rostro cansado, y sabiendo que se trataba de los miembros de su equipo, comenzó a gastar las pocas reservas que le quedaban para ponerse a correr hasta el lugar. Sospechaba que la cápsula no se quedaría mucho tiempo en la zona, por lo que quiso llegar ahí lo antes posible. Si gastaba sus fuerzas al llegar y se quedaba en el planeta, ciertamente sería su final.

    El comandante del Zenith comenzó a desesperarse al ver que tardaría como mínimo unos veinticinco minutos para llegar hasta el lugar. Rogaba por tener el tiempo suficiente de llegar hasta su equipo.

    […]

    Thomas, Gwyn y Agustina habían llegado hasta la zona en donde se encontraba la cápsula. Los tres portaban sus rifles, dado a que lo último que querían tras haber corrido por tanto tiempo en la oscuridad del bosque era un ataque sorpresa. La zona estaba desierta a simple vista, pero ellos supieron que no podría ser así, y que bajar la guardia ni siquiera podría ser considerado un pensamiento válido. No había forma de que ellos pudieran llegar hasta la cápsula, pero tal y como Thomas había dicho, si un enemigo iba a bordo, iban a tener que gastar todos sus esfuerzos en derribarla. El trío de soldados se acercaba cada vez más hacia el punto sobre el cual estaba suspendida la cápsula, pero un ruido los alertó antes de que pudieran acercarse más.

    Los tres apuntaron en la dirección de la que provino el ruido, pero eso dejó de ser necesario cuando Alicia salió de su escondite. La chica los había reconocido, y quiso mostrarse ante ellos para hacerles saber que estaban a salvo. Wagner, Aurio, Wida y Plamo fueron los siguientes en salir del escondite. Todos ellos fueron a recibir a los tres soldados recién llegados, sabiendo que debían de estar bastante cansados.

    — Qué alegría que me da verlos a todos a salvo — Alicia se acercó a Gwyn y a Agustina para darles un abrazo — Empezábamos a pensar que nadie vendría.

    — ¿Dónde está Ace? — Aurio preguntó al no observarlo con el grupo — No lo veo con ustedes. ¿Está cubriéndolos desde una posición lejana?

    — Ace fue capturado por los enemigos — Agustina dio la noticia al resto del grupo.

    — Imposible — Plamo estaba sin palabras para lo que ella le había contado — Eso no puede ser posible. ¿Cuándo fue?

    — Fue hace poco — contó Gwyn, bastante apenada — Fuimos atacados por esa raza que se parecen a los insectos. Ganamos la pelea, pero nos cansamos demasiado. Thomas quedó herido en sus manos, y yo agoté mis reservas de energía. Poco tiempo después nos atacó otra raza. Tiraron una granada para separarnos. Desde entonces no lo volvimos a ver.

    — Dios, esto no puede estar pasando — Wagner estaba muy apenado por lo que pasó — Eso no es todo. Domir y Gan fueron asesinados el día de hoy.

    — ¿Qué? ¿Realmente los mataron? — Thomas no podía con el asombro — No… Wida…

    — Sucedió hace pocas horas, por lo que sé — la chica xaromitante se mostró dolida por recordar a su hermano nuevamente — Lamentablemente, no pude llegar hasta él a tiempo.

    — Domir y Gan han muerto, y Michael, Dustin y Ace fueron capturados — Agustina agachó la cabeza bastante triste por todas esas noticias — ¿Quién sabe qué es lo que harán con ellos? Alicia, sé que debes estar pasándolo mal ahora mismo.

    — En realidad, Michael logró tomar ventaja de la situación — las palabras de Wagner confundieron al trío de soldados — Pero no tiene sentido explicarlo ahora. Tenemos que vigilar la zona y estar atentos a la posible llegada de mi padre.

    — ¿Por cuánto tiempo esperaremos al comandante? — Gwyn quería saberlo de inmediato.

    — Ahora que somos más, podríamos ampliar la brecha de tiempo — le respondió Wagner, quien no quería irse del lugar hasta que su padre no estuviera a salvo — Pero eso dependerá del general Orikrof. Él es quién está a bordo de la cápsula ahora mismo.

    […]

    — Lo logré — el comandante Zion llegó a la zona tras haber corrido durante más de treinta y tres minutos — Tardé más de lo que pensé. Esto demuestra que estoy bastante cansado como para seguir.

    El comandante se movía hacia el punto sobre el cual se suspendía la cápsula. Ya no le interesaba que un enemigo lo encontrara. No tenía fuerzas para levantar los brazos, por lo que, aunque le quedara energía en el cuerpo para poder disparar, no sería capaz de hacerlo. El haber corrido tanto por el bosque lo dejó bastante agotado, y no podría escapar de ninguna clase de persecución. Se resignó a confiar en que sus soldados eran los que estaban allí, y que ellos pronto saldrían a su encuentro si se acercaba todavía más hacia el lugar.

    Afortunadamente para él, sus deseos fueron escuchados, dado a que Wagner, al ver a su padre acercarse hacia el lugar, salió a su encuentro. El soldado se acercó hacia él para darle un abrazo de padre e hijo. Desde que se habían separado para aterrizar en el planeta que no habían recibido noticias de su padre. Este, sin fuerzas para levantar los brazos, simplemente le susurró algo a su oído.

    — Me da gusto verte, hijo — el comandante no quería que nadie más lo escuchara, aunque no tenía mucha fuerza como para hablar tan alto en realidad.

    — A mí también, papá — fue la respuesta de Wagner.

    Todos los demás miembros del equipo que estaban allí se acercaron al comandante. Al mismo tiempo, el general Orikrof, que estaba en el interior de la cápsula, decidió hacerla bajar. Era obvio que nadie más iba a llegar. Una vez que la cápsula descendió, el general decidió abrir la puerta para permitir el ingreso de todos ellos.

    — Le explicaremos lo ocurrido cuando estemos a salvo en la nave — informó Aurio, quien supo que el tiempo era invaluable.

    Cuando se abrió la puerta, todos pudieron entrar. Al hacerlo, Thomas, Gwyn, Agustina y Zion se llevaron una sorpresa nada agradable cuando vieron a Lankir y a Dustin en la cápsula, inconscientes. Era un alivio que ellos dos estuvieran vivos, pero la confusión no los estaba dejando tranquilos.

    — ¿Dustin? — Gwyn no podía comprender nada — Pero creí que lo habían capturado junto a Michael.

    — ¿Dónde están Domir y Gan? — preguntó el comandante Zion al no verlos presentes — Orikrof, ¿están esperando en la nave?

    — Ellos dos fueron asesinados, por desgracia — el general se mostraba bastante serio — Hay muchas cosas que le tengo que explicar, y no sé ni siquiera por dónde empezar.

    — Nosotros también necesitamos saber qué fue lo que ocurrió — Thomas se sentía bastante alterado por no saber nada sobre la situación — Las dudas están acabando conmigo.

    — Pronto llegaremos a la nave y todos estaremos al corriente de lo ocurrido — Orikrof estaba pensando en el punto de partida que iba a tomar para explicar todo lo que había pasado.

    La cápsula siguió subiendo hasta que estuvo a la misma altura que la nave. Cuando finalmente estuvieron niveladas, esta comenzó a moverse hacia la posición en la que habían dejado la nave. El cansancio estaba comenzando a apoderarse de todos ellos. Ciertamente, necesitaban un descanso después de todo el estrés que habían vivido en esas horas infernales que pasaron en el planeta.

    […]

    Sharyn, Michael y el elimun que los acompañaba llegaron a la entrada de la ciudad subterránea en la que Tzorkun y los elimun se encontraban. Michael, sabiendo que quizá no tendría otra oportunidad, envió el mensaje sin texto que había preparado. Supo que habían llegado hasta la cápsula, y que sus compañeros encontrarían su posición gracias al escáner de la nave. El elimun abrió la puerta de acceso hacia las escaleras, y luego de que los dos humanos entraron al lugar, la cerró tras entrar él también.

    Michael estaba bastante tranquilo. Su misión se reducía a capturar a Sharyn, además de que contaría con apoyo de sus compañeros para dicho objetivo. Sharyn, quien iba caminando junto a él, lo vio sonreír y creyó que Michael estaba pensando en algo que ella desconocía.

    — ¿En qué piensas? — le preguntaba la humana — ¿Hay algo que te esté poniendo feliz?

    — Estoy seguro de que Jason y Dustin habrán regresado y que habrán traído a más miembros del equipo — pensó Michael, inventándose una mentira rápida, y sabiendo que no debía estar tan tranquilo con las cosas que decía y los gestos que mostraba.

    Los dos humanos y el elimun que iba con ellos se dirigieron al laboratorio, dado a que otro de los habitantes de esa ciudad subterránea les informó que Tzorkun los estaba esperando allí. Los tres fueron recorriendo las calles hasta que llegaron al lugar. Entraron al laboratorio y se fueron directamente hacia la sala donde se realizaban los “reclutamientos”. Esto empezó a preocupar a Michael, dado a que creyó que, si lo estaban haciendo dirigirse hacia ese lugar, probablemente uno de sus compañeros habría sido capturado.

    Efectivamente, su sospecha se confirmó cuando vio a Ace sentado en una silla, y atado para que no pueda escapar del lugar. La máquina estaba preparada para dar inicio al proceso. Mientras tanto, Tzorkun y Sieng estaban al lado de su compañero. Michael tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no mostrar una cara de preocupación al ver a Ace de esa manera, sin embargo, le estaba costando mucho. Ace, un soldado que era más fuerte en combate, estaba por ser reclutado por Tzorkun, lo cual le complicaría las cosas en el procedimiento del día siguiente. Michael no quería que su cara terminara por delatar todo su plan, por lo que intentó pensar positivamente al considerar que, siendo Ace el único que se encontraba allí, no habría nadie más siendo reclutado el día de hoy.

    — Sharyn, Michael… — Tzorkun no sonaba bastante animado al verlos — ¿No pudieron capturar a nadie más? ¿En dónde están Jason y Dustin?

    — No he visto a Jason desde que salimos a la misión — contestó Sharyn, empezando a preocuparse por su compañero — Y Michael reveló que perdió el contacto con Dustin.

    — Tenía la esperanza de que estuviera aquí — Michael quería sonar convincente — Pero se ve que no es el caso. No tengo idea de en donde podrá estar si no está aquí.

    — ¿Eso quiere decir que solo vamos a reclutarlo a él? — Sieng se mostraba bastante frustrado al pensar en eso — Salvo que Dustin o Jason aparezcan con alguien más, es lo único que vamos a tener.

    — Aun así, creo que es algo bueno — Michael supo por dónde encaminar sus palabras para no levantar sospechas — Ace, antes de ser soldado de Zenith, estuvo en Black Meteor. Eso quiere decir que debe conocer varios secretos sobre el país, y sobre su líder Abel Hartka. Eso es algo que nadie más a parte de él conoce en nuestro equipo.

    La cara que Ace puso cuando Michael dijo eso lo dejó bastante preocupado. Finalmente, tras escuchar de forma tan atenta, descubrió de que se trataba el proceso de reclutamiento. Esperaba que no se tratara de la primera idea que tuvo en mente, pero aparentemente, sí se había dado dicho caso. El soldado comenzó a forcejear sin éxito en un intento para salir de esa silla en la que lo tenían retenido. El proceso de reclutamiento era justo lo que él deseaba que no fuera. Ya había sido manipulado para luchar en favor de alguien que no lo apreciaba, y supo que, si lo reclutaban, volvería a encontrarse con el mismo destino. Michael, al ver a su amigo moviéndose de esa forma, sintió mucha pena por él, dado a que sabía por lo que Ace estaba atravesando. Reconoció que no debía ser una situación agradable, pero debía permanecer callado.

    Los movimientos de Ace no pasaron desapercibidos para ninguno de los presentes en la sala.

    — ¡Quieto, maldito! — Sieng se acercó a él para amenazarlo — ¡No hagas esto más doloroso!

    — Suficiente, mientras esperamos a que Dustin, Jason y Qaior lleguen, reclutémoslo a él — Tzorkun miró seriamente a Ace — Estoy harto de los ruidos y molestias que me está causando. Y también estoy ansioso por conocer más sobre el líder de Black Meteor. Sieng, inicia el proceso.

    El segundo al mando de Tzorkun se acercó hasta la máquina central para ponerla en funcionamiento. No tardó más de diez segundos en hacerla arrancar, y el vapor de aquella planta que podía permitirle a Tzorkun tener autoridad indiscutible sobre otros seres vivos, comenzó a ser inhalado por Ace. El soldado se alteró al principio, pero a medida que el tiempo pasaba, comenzaba a tranquilizarse. Sharyn, Sieng, y Michael lo miraban con seriedad. Supieron que pronto se convertiría en un miembro más del equipo.

    — Vayan a la sala principal a esperar a Qaior — ordenó Tzorkun a todos los presentes — Una vez que el reclutamiento termine, quiero que este chico me diga todo lo que sabe sobre Abel y sobre Black Meteor.

    Dicho y hecho, las órdenes de Tzorkun fueron obedecidas sin lugar a cuestionamientos. Tal y como este quería. Michael, quién hasta el momento no había conocido a Sieng en persona, solamente a través de una comunicación, y quiso asegurarse de que verdaderamente se trataba de él. Tenía el presentimiento de que el captor de Ace era nada más y nada menos que él, pero estaba obligado a asegurarse. Si realmente era el caso, no tenía sentido que él lo enfrentara.

    — Disculpa, tu nombre es Sieng, ¿verdad? — Michael quiso sonar como alguien interesado.

    — Exactamente, ese es mi nombre — reveló el elimun ante el humano, quien le daba curiosidad a él también — Tú nombre era Michael, si no recuerdo mal, te vi cuando Tzorkun nos presentó.

    — Así es, soy Michael — el soldado adquirió información que le sería útil — Quisiera pedirte algo para el dolor. Tuve una pelea, contra Wagner nada menos, y me dejó en muy mal estado.

    — ¿Tú no pudiste derrotar a Wagner? — Sieng estaba asombrado de escuchar a Michael hablar de esa manera — Por lo que se ve a simple vista, él es difícil de capturar. Pero lo necesitamos para poder someter al comandante Zion. Supongo que tendré que ocuparme de él por mi cuenta.

    — No quisiera tener que enfrentarme a él otra vez — probablemente el único pensamiento totalmente sincero de Michael — ¿Podrías darme algo para el dolor? No contestaste mi petición anterior.

    — Te daré algún tranquilizante, pero cuando acabe la reunión — informaba Sieng, cosa que llamó la atención de Michael — Qaior, el líder de los inkor, se reunirá con nosotros.

    — ¿Havor no vendrá? — a Sharyn le pareció bastante raro no escuchar el nombre del otro líder en la conversación.

    — Havor fue asesinado justo hoy — la respuesta de Sieng dejó impactados a ambos — Por Ace, según lo que él me ha dicho.

    — Increíble — Sharyn no podía imaginar que alguien que no fuera el comandante Stones pudiera derrotar a Havor — Michael, tu amigo es bastante fuerte — tras decir eso, ella lo tomó del brazo — Pero sus encantos no pueden competir con los tuyos.

    Michael decidió no oponerse a las acciones de su compañera. No quería mostrarse brusco, dado a que se suponía que debía fingir que le dieron una paliza. Ciertamente, y sin haberlo pedido, había obtenido información que le podría ser de mucha utilidad para poder comunicarla con sus compañeros al día siguiente. Dos de los líderes fueron asesinados, lo que quería decir que la complicación de la misión recaería en derrotar a Sieng, a Ace y al que respondía al nombre de Qaior, que era alguien a quien podría conocer pronto. Michael estaba armando una balanza en su mente con todos los pros y contras que el equipo enfrentaría al día siguiente, cosas que podrían originar un debate interesante para él.

    […]

    Orikrof, con ayuda de Aurio y de Wida, dejó a Lankir en una camilla de la sala médica de su nave. El soldado xaromitante seguía inconsciente, y probablemente estaría bastante grave al momento de despertar. Ciertamente, la pelea con Dustin lo había dejado en un estado bastante lamentable. En cuanto a este último, Alicia y Wagner le dieron un sedante para poder dejarlo recostado en una camilla. Ni el comandante ni los otros tres soldados humanos entendían la razón por la cual estaban haciéndole eso a Dustin, si se suponía que este también se encontraba inconsciente por el momento.

    — ¿Por qué sedaron a Burntforest? — Zion llamó a su soldado por su apellido — Estoy bastante cansado. No estoy en un estado que me permita dar vueltas a las cosas. Necesito que me expliques todo lo que ocurre.

    — Lo haré, pero primero tenemos que irnos hacia la sala principal — Orikrof supo que eso molestaría a Zion, pero debió insistir — Estoy seguro de que tenemos un mensaje.

    El grupo completo, exceptuando a Wida y Aurio que optaron por quedarse en la sala médica, se dirigió a la sala principal. El general, Plamo, Alicia y Wagner estaban bastante expectantes, dado a que sabían que dependerían del mensaje que Michael les iba a enviar para poder proceder adecuadamente al día siguiente.

    Una sonrisa se formó en el rostro de Orikrof cuando vio que el mensaje estaba allí. Michael había enviado un mensaje sin contenido de texto. El general les hizo una señal a los tres de que el mensaje fue recibido, cosa que contagió la alegría en Plamo, Wagner y Alicia mientras confundía al resto. Antes de pasar a la explicación, Orikrof activó el escáner de su nave para poder detectar la procedencia del mensaje.

    — Todo está bien ahora — Orikrof los miró atentamente — Probablemente no crean en varias de las cosas que voy a decir. De hecho, ni yo estoy seguro de todo esto… pero me toca confiar en Michael.

    — Ya basta de dar vueltas — Agustina se estaba impacientando — Por favor, general. Queremos saber qué es lo que ha estado pasando aquí desde que llegamos.

    — En primer lugar, deberán saber que solo quedó un soldado del grupo del comandante Roger con vida — informaba Orikrof, cosa que tomó por sorpresa a todos los demás soldados que ignoraban lo ocurrido.

    — Sharyn Lloyd — Wagner reveló la información sobre la soldado — El comandante Roger Fields, y todos sus soldados exceptuando a Sharyn y a otro soldado llamado Jason Saruk, fueron asesinados por los que viven en este planeta. Y Jason… fue asesinado por mí el día de hoy.

    — ¿Por qué? — Gwyn ahora conocía un poco del contexto, pero le seguía pareciendo incomprensible — ¿Por qué Jason y Sharyn sobrevivieron? ¿Por qué mataste a Jason? ¿Tiene relación con el hecho de que hayan capturado a Dustin, a Michael y a Ace?

    — Así es — Plamo quiso hablar un poco en la conversación — En este planeta, hay ciudades subterráneas. En esas ciudades habitan seres vivientes con inteligencia racional, y en total son cuatro razas. Uno de los tipos que pertenece a esa raza se llama Tzorkun, y ha encontrado una forma de controlar a otros utilizando una máquina extraña y el vapor de una sustancia que sale de una planta.

    Todo eso fue una gran carga de información para el comandante y el trío de soldados. Ciertamente, ninguno de los cuatro entendió nada a la primera. En realidad, ninguno tuvo oportunidad para poder atar los cabos y sacar conclusiones.

    — No sabemos cómo funciona, pero con el vapor de una planta, que funciona como un tranquilizante por lo que se ve, puede hacer que todos le obedezcan a él — Orikrof explicó con un poco más de detalle la situación — Así es como este Tzorkun se convirtió en el líder del planeta. Cada uno de los que están en este planeta están bajo sus órdenes. Nadie cuestiona nada que salga de sus palabras. Lo que él les pide, lo hacen. Cuando el grupo de Roger llegó hasta este lugar, Tzorkun creyó que serían una amenaza, por lo que los quiso eliminar. De alguna manera, llegó a controlar a Sharyn y a Jason. Así fue que descubrió la verdad sobre los humanos explorando el universo. Jason y Sharyn revelaron todos los secretos, entre ellos que Magnus y el tipo llamado Abel son los líderes de los únicos países que envían gente al espacio. Tzorkun ha “controlado” a todos los seres de su planeta porque desea “alcanzar una paz definitiva antes de morir” — el general xaromitante hacía énfasis en esas palabras — Como nosotros somos una amenaza para su paz, quiere encontrar la forma de reclutar tanto a Magnus como a Abel para que ya no envíen más naves al espacio. Según las palabras de Michael, ese es el propósito de Tzorkun.

    El comandante se llevó las manos a la cabeza. La situación lo superó por completo, al grado que se encontraba totalmente abrumado por lo ocurrido. El estrés por las peleas, el cansancio por haberse movido sin dormir y sin comer, y el enterarse de todo esto de golpe lo había saturado. Su cabeza comenzó a dolerle como el infierno. El comandante estaba sufriendo un dolor bastante fuerte, por lo que se sentó en el suelo. Wagner y Alicia se acercaron a él, sabiendo que debía ser difícil asimilar tanto en tan poco tiempo.

    — ¿Quiere decir que Ace fue llevado con Tzorkun para que este lo controle? — Agustina no quería creer que eso le estuviera pasando a su novio — ¿Y qué si él me ve, me va a atacar para poder llevarme con él?

    — Lamentablemente, es justo como lo describes — Wagner respondió de forma pesimista.

    — ¿Y cómo es que Michael descubrió todo esto? — Thomas no entendía casi nada, pero eso era lo que más llamaba su atención — ¿Cómo escapó al control de Tzorkun?

    — La placa de su brazo que mantiene a Orz prisionero en su cuerpo fue su salvación, y probablemente la nuestra — Plamo lo dijo sabiendo que así lo entenderían — Esa placa anuló el control de Tzorkun sobre Michael. Él escapó de su control, y nos pudo brindar esa información. Justo a tiempo. De no ser así, Dustin habría matado a Lankir, y probablemente nosotros lo habríamos matado a él.

    — ¿Por qué quieren controlarnos a nosotros y no a ustedes? — Thomas seguía con miles de dudas en la mente.

    — Porque necesitan experimentar antes de conocer cuál es la dosis correcta que se necesita para poder controlar a alguien de una determinada especie — respondió Orikrof, hablando de forma seria — Hay dos garaks, y siete xaromitantes. No hay forma de que pueda obtener la dosis correcta con un número tan bajo. Así que, ya que no es probable que nos puedan reclutar, nos van a eliminar. Una amenaza a la paz que Tzorkun quiere construir no puede existir. O te pone de su lado, o te quita del frente. Es por eso que solo dos soldados del equipo pudieron sobrevivir.

    — Sin embargo, eso facilita las cosas según el criterio de Michael — Wagner quiso exponer las mismas ideas que su compañero expuso momentos atrás — Sharyn y Ace son los únicos soldados que se encuentran ahora mismo bajo el control de Tzorkun. Lo único que hay que hacer es rescatarlos, traerlos a la nave y escapar de aquí. Todas las razas que habitan en el planeta estuvieron en guerra por tanto tiempo que les fue y será imposible construir una nave espacial. Solamente hay que escapar de aquí y asegurarnos de que ninguna nave se acerque.

    — Eso también involucra a Black Meteor — razonó Gwyn, teniendo en cuenta a los otros soldados humanos — Si planean reclutarnos a nosotros para llegar hasta Abel, entonces nada les impide usar a Black Meteor para llegar hasta Magnus. Si podemos escapar a salvo hoy, pero luego un equipo de Black Meteor encuentra este lugar y son capturados, el problema volverá a surgir.

    Todos estaban de acuerdo con esa propuesta de Gwyn. Incluso Wagner, Alicia y Orikrof no lo habían pensado de esa manera. Una victoria en esta misión solo sería parcial y temporal si, aunque sea en un futuro lejano, Black Meteor terminaba cayendo en las manos de Tzorkun. Por más rencor que pudiera existir entre ambos países, era una obligación para ellos advertirles sobre el peligro al cual se enfrentaban.

    Con toda la información recibida, lo único que les restaba era pensar en un plan que les permitiera rescatar a Ace y a Sharyn, debido a que Dustin ya había sido recuperado. Aunque nadie lo mencionó, Zion y el trío de soldados que habían llegado antes que él, supusieron que el efecto del control que Tzorkun podía ejercer sobre los demás gracias a esa sustancia debía ser temporal. Eso explicaba la razón por la cual gastaron sedantes en Dustin.

    Alicia, quien recordó un detalle importante que involucraba a Michael, decidió comunicárselo a los demás.

    — Michael fue con ellos con el objetivo de descubrir toda la información que pueda — acotó la soldado — Envió un mensaje a la nave para que pudiéramos usar el escáner para descubrir la entrada a la ciudad subterránea en donde se refugia Tzorkun. Y cuando tenga más información, nos la va a comunicar. Así le sacaremos ventaja a todos los que están aquí, y rescatar a Sharyn y a Ace será más sencillo.

    — Ya tenemos al escáner analizando el mensaje de Michael para detectar la ubicación — comunicó Orikrof al grupo — Solo necesitamos un plan para poder rescatarlos. Pero creo que sería mejor tener un momento de reflexión y de descanso, además de esperar para ver qué información nos puede brindar Michael.

    — Será mejor que todos vayamos a descansar — Wagner dio una sugerencia a todos los presentes — Incluso aunque no tuviéramos que participar de una misión de rescate, lo necesitaríamos.

    — Antes de que se retire, comandante, me gustaría discutir una cosa más — Orikrof se ganó la atención de todos los presentes con sus palabras — Solo con usted. Le prometo ser breve y no tardar más de cinco minutos.

    — Ya estuve despierto y luchando contra el sueño desde hace varias horas — nadie supo si el comandante estaba siendo severo o sarcástico — Cinco minutos más no acabarán conmigo. Los demás vayan a dormir.

    Los soldados del Zenith, y el único garak que quedaba con vida, se retiraron de la sala para permitirle al comandante y al general hablar a solas. El general Orikrof tuvo una idea que creyó que valía la pena analizar con su compañero con el que compartía la autoridad. Una vez todos salieron de la sala, Zion miró con una cara bastante seria a Orikrof, dándole una señal de que se explicara rápido.

    — Habla rápido, por favor — Zion se puso de pie para poder hablar cara a cara con él, aunque le costaba resistir en esa posición.

    — Tal y como dijimos antes, Tzorkun puede controlar a todos los habitantes de este planeta para que cumplan con sus órdenes — Orikrof quiso dar una pequeña introducción antes de informar su idea — Solo necesita una máquina y una planta que produce una sustancia rara para hacer ese trabajo. Y Sharyn ha estado siguiendo sus órdenes por varios días. Ella debe saber cómo funcionan ambas y cómo hacerlas efectivas.

    — Supongo que sí… — Zion empezó a tambalearse.

    — Recuerdo que nos dijeron que en un planeta llamado Fientlig o algo así, viven criaturas que son incapaces de hablar, pero son bastante fuertes — Orikrof pasó a su punto de inmediato — Mi idea es que deberíamos llevarnos esas máquinas con nosotros junto con las plantas, y experimentar con esas criaturas.

    — ¿Crees que eso nos servirá en el futuro? — cuestionó Zion.

    — Nos serviría mucho ahora mismo. Y es una lástima que no lo tengamos. Imagine que al llegar a este planeta hubiéramos traído un grupo de, aunque sea diez de esas criaturas para luchar bajo nuestras órdenes. ¿Cree que la misión se nos habría complicado de ser ese el caso? Podríamos haber derrotado a todos los enemigos que nos hubieran atacado sin ninguna clase de problema. No habríamos sufrido bajas en el equipo. A lo sumo, habríamos perdido unas cuatro de esas criaturas salvajes, que no es una baja que nos pueda producir daños morales. Yo digo que vale la pena que nos robemos algunas de esas máquinas junto con esas plantas y las usemos. Imagina que caigamos en un planeta con una raza igual de hostil que esta. ¿Qué daño nos podrían hacer si contamos con un grupo de bestias para brindarnos su apoyo? Eso era lo que quería comunicarle. Como puede ver, no tardé ni cinco minutos. Descanse, comandante. Necesitaremos un plan el día de mañana, y estoy seguro de que usted merece un buen descanso. Escuché que uno de los soldados importantes de Tzorkun fue asesinado, y sé que fue cosa suya.

    Tanto el general como el comandante decidieron retirarse a descansar definitivamente. Ya no querían hablar ni discutir nada con nadie más. Aunque, a pesar de todo, la propuesta que hizo Orikrof dejó pensante a Zion. Lo que él decía tenía fundamentos: si contaban con un grupo de bestias para pelear por ellos, una raza hostil tendría menos posibilidades de diezmar sus fuerzas. Además, podrían ser utilizados para explorar el terreno luego de que el dron Vigía que usaban para cumplir esas funciones había quedado destruido tras la guerra contra los berrod. A pesar del sueño, el tener tantas cosas para pensar le dificultaría la noche al comandante Stones.

    Los soldados, por su parte, se fueron directamente a las habitaciones. El sueño estaba dominándolos a todos, y supieron que era una batalla ante la cual era conveniente rendirse. Wagner no tardó casi nada en quedarse dormido, y Alicia tampoco. Sus preocupaciones surgieron hace varios minutos y ya habían lidiado con ellas. Plamo, por su lado, se fue a dormir pensando en una única cosa, esta era su venganza en contra de Qaior. Sabía que era él quien estaba detrás del asesinato de Domir, y no quería olvidarse del nombre del sujeto al que debía matar el día de mañana.

    Thomas y Gwyn estaban en su habitación, recostados juntos y pensando en todos los problemas que enfrentarían mañana. Thomas quiso acomodarse para dormir, pero emitió un quejido de dolor que llamó la atención de su novia.

    — ¿Ocurre algo? — Gwyn pronto recordó las heridas que tenía en las manos — ¿No quieres ir a la sala médica para tratar tus heridas?

    — Tenía mucho sueño y pensé que podría acostarme sin tener que pensar en ello — contestó Thomas, con una respuesta que no puso muy tranquila a Gwyn, para luego retirarse de la cama — Pero no me será posible. A pesar de la fuerza que gané con la mutación, mis manos duelen mucho. Supongo que llegué a mi límite el día de hoy.

    — Te acompañaré a la sala médica — Gwyn quiso ir con Thomas.

    — No, quédate en la cama, no tardaré mucho — Thomas no quería que su novia se tomara esa molestia — Mereces un descanso después de tu desempeño de hoy. Y esto no es tan grave. Solo debo tomar algo para el dolor, algún antibiótico en caso de que alguna herida pueda infectarse, y vendarme las heridas. No tienes que preocuparte demasiado por esto. Regresaré pronto.

    Antes de retirarse, el soldado le dio un beso en la frente a Gwyn, quien estaba tranquila tras escuchar del mismo Thomas en persona que su situación no era bastante grave. Ante eso, la chica quedó en la cama, esperando a que su novio regresara para poder dormir junto a él.

    Mientras tanto, en otra de las habitaciones, Agustina intentaba dormir para estar en plenas condiciones al día siguiente. Sin embargo, sus intentos quedaban en la nada, puesto a que le costaba bastante conciliar el sueño al pensar en la situación que Ace debía estar pasando.

    — Te hicieron lo mismo que el comandante Morris — Agustina comparaba a Tzorkun con el padre adoptivo de su novio — Te quieren obligar a pelear por alguien por quien tú no quieres pelear. Dos seres distintos en planetas distintos te obligan a pasar por lo mismo… no puedo creer que sea posible la existencia de tanto egoísmo. Pero no permitiré que se quede así. Ace, te juro que mañana te traeré de vuelta con nosotros, y que voy a asesinar a Tzorkun con mis propias manos. Ya no permitiré que te alejen de mí otra vez. Te prometo que es la última vez.

    A pesar del cansancio de la chica, el sueño no podía dominarla. Ella quedó recostada en la cama pensando en una manera para poder llegar hasta Ace y capturarlo sin dañarlo en exceso. Eso era lo que quería lograr.

    Finalmente, en la sala médica, Aurio y Wida comenzaron a hablar. Wida claramente recordaba las palabras que su compañero había mencionado hace menos de una hora, y también recordó que no le dijo el motivo para decirlas. Tenía bastante sueño, pero se rehusaba a irse a dormir sin conocer las intenciones de Aurio.

    — Dime lo que no me quisiste decir antes — Wida no quería que Aurio lo aplazara más tiempo.

    — Quisiera que Lankir despertara para decírselo a él también, pero veo que no sirve ni para eso — Aurio emitió una queja respecto a su compañero — Wida, ya lo debes saber, no creo que sea necesario que lo diga. Lo hago solamente para asegurarme de que lo estás pensando… Lankir es un estorbo inútil para el equipo. Con un gran intelecto, con un arma poderosa que él mismo creó, con compañeros fuertes que podrían complementarlo bien… y aun así, él es incapaz de ser productivo. No pudo evitar que Michael y Dustin fueran capturados. Si lo hubiera hecho, quizá ellos podrían haber llegado más rápido hacia Gan, y tu hermano no habría terminado muerto.

    — ¿Quieres usar la muerte de mi hermano para hablar mal de él? — Wida sintió desprecio hacia Aurio — ¿Así de maligno eres?

    — Voy a usar los hechos que ocurrieron hoy para decir la verdad sobre Lankir — Aurio contestó de forma brusca, pero sin levantar la voz, respetando los intentos de sus compañeros por dormir — Si la verdad sobre Lankir es que es un inútil, y los hechos que ocurrieron involucran la muerte de Gan, entonces sí. Voy a usar eso. Yo también lamento la muerte de tu hermano, él era un gran amigo. Era un guerrero entusiasta que representaba nuestro futuro. Pero ahora está muerto, y todo porque Lankir no es capaz de aportar algo en un equipo que le brinda varias ventajas y facilidades para hacerlo.

    — ¿Y qué es lo que quieres lograr con esto? — Wida empezaba a sospechar de los motivos de Aurio.

    — Tienes que alejarte de él — Aurio fue totalmente directo con su compañera — Gan era un guerrero que representaba nuestro futuro, y murió por estar en el mismo equipo que él. Tú eres nuestra única mujer guerrera. No te podemos perder. No puedes estar cerca de alguien como él.

    — ¿Y cerca de alguien como tú? — Wida quiso saber si Aurio realmente se atrevería a decírselo, dado a que logró descubrir a donde quería llegar — ¿Estaré segura cerca de ti? ¿A pesar de que Domir murió estando con nosotros el día de hoy?

    — Eso es porque yo no tenía el cañón de Lankir — Aurio aumentó su nivel de agresividad en el tono de voz, pero no llegaba a gritar — Si lo hubiera tenido yo en vez de él, Domir no habría muerto. Como consecuencia de eso, habríamos llegado antes hacia donde estaba tu hermano y lo habríamos salvado. Existen millones de posibilidades bajo las cuales lo podríamos haber salvado. Lamentablemente, todas involucraban un aspecto que ocurrió en lugar de otro. Y Lankir es el factor común en todos ellos. Y contestando tu pregunta, sí. Creo que deberías estar conmigo. Yo soy alguien competente, y mañana lo voy a demostrar. Tomaré el arma de Lankir, la tendré puesta en todo momento y la usaré para ayudar al resto del equipo a eliminar al responsable de esto. Haré que uno de nuestros compañeros tome una imagen del cadáver de Tzorkun después de que yo lo haga pedazos.

    Antes de que la conversación pudiera continuar, a pesar de que Aurio estaba por retirarse, la puerta de la sala médica se abrió. Thomas, quien necesitaba tratar las heridas de sus manos, pasó a través de la misma. El soldado no había escuchado casi nada sobre la conversación de los dos guerreros xaromitantes, quienes no dijeron una palabra al verlo entrar en la sala.

    — ¿Interrumpí algo? — preguntó Thomas, creyendo que algo ocurría entre los dos.

    — No, yo ya me iba a dormir — contestó Wida de forma tranquila y amable — Tengo algunas cosas en que pensar — ciertamente, los argumentos de Aurio le hicieron ver la situación desde un punto de vista diferente.

    — Yo me quedaré para ayudarte a tratar tus heridas — contestó Aurio, acercándose a Thomas para ver sus manos — Así podremos terminar más rápido con esto y tendrás más tiempo para descansar. Aunque sean unos minutos.

    — Te lo agradezco — Thomas apreciaba la preocupación que mostraba Aurio.

    — No hay de qué — contestó el xaromitante — Quiero hacer lo posible para ayudar a un compañero, y así evitar la pérdida de otro.

    […]

    Michael, Sharyn, Sieng y varios guerreros elimun y vasterrad estaban en la sala principal de la base donde Tzorkun dirigía todas las operaciones y monitoreaba todo el planeta. Michael notó que los moender no habían aparecido, y que quizás tenía que ver con el hecho de que su líder fuera asesinado. El cuarto estuvo en silencio la mayor parte del tiempo, exceptuando un par de charlas que hubo entre los miembros de su misma especie. Michael le prestó atención especial a uno de los vasterrad que había llegado a la reunión, dado a que este portaba un rifle del mismo tipo que ellos habían traído para la misión. Escuchando estas conversaciones, el vasterrad reveló que se lo quitó al comandante Zion antes de escapar de él. Esto enfureció un poco a Michael, pero no podía hacer nada al respecto.

    Mientras reflexionaba acerca de la situación, Sharyn le tomó una de sus manos para sostenerla. La chica miró a Michael con una sonrisa bastante amigable, la cual fue evitada por el soldado. No quería mostrarse muy problemático con ella, pero tampoco quería darle una señal falsa de algo que él no sentía.

    En el medio de tanta espera, Qaior apareció en el lugar junto a varios de los inkor que venían escoltándolo. Este ser portaba en sus manos un guantelete perteneciente a uno de los garak. Michael supo que se trataba de uno de los que portaba Domir, quien había sido asesinado por él. Sieng lo observó y le llamó la atención, por lo que quiso hacer un comentario.

    — ¿Qué es lo que llevas en la mano? — preguntaba el ex líder de los elimun.

    — Es uno de los guanteletes que pertenecía a uno de esos garak que maté — respondió Qaior mientras presumía de esa nueva adquisición como si fuera un trofeo de guerra — Iba a hacer que uno de mis hombres se lo trajera a Tzorkun, pero la curiosidad me dominó y decidí quedármelo para mí. Lo he estado probando, y puede fundir las cosas en cuestión de segundos. Es una lástima que el otro quedara descompuesto, pero al menos pude obtener este.

    — Michael, ¿qué hay del arma que tenía ese xaromitante, si es que realmente se llamaban así? — le preguntó Sharyn, recordando lo que había visto anteriormente — Parecía un cañón, y tenía una potencia muy fuerte. Dijiste que mataste a los xaromitantes, pero no trajiste el arma contigo.

    — No la traía puesta — Michael inventó una mentira muy rápido — Supongo que se lo habrá dado a uno de los otros soldados. Afortunadamente, no fue a Wagner.

    — Este es uno de los reclutados nuevos, por lo que veo — apreciaba Qaior acercándose a Michael para estrecharle su mano — Mi nombre es Qaior. Veo que tú te llamas Micol.

    — Michael — corrigió el soldado mientras estrechaba su mano con el asesino de uno de sus compañeros, cosa que le desagradó por completo — Y sí. Es mi nombre.

    — Qaior — le dijo uno de los vasterrad con un aire de arrogancia — Veo que tú también cobraste una recompensa tras una victoria — el sujeto enseñó el rifle de Zion — Este es el rifle que pertenecía al comandante Zion Stones. El poderoso…

    — Que mató a tú líder y a todos tus compañeros — Qaior cortó las palabras de ese sujeto — Y tú huiste como un cobarde en lugar de capturarlo. Tu “trofeo” si así lo quieres llamar, es inferior.

    — Hey, yo capturé a un soldado humano y lo traje para que sea reclutado — Sieng se metió a la conversación entre ambos seres — Creo que lo mío es más meritorio. Después de todo, es el segundo soldado más fuerte por detrás de Wagner.

    Michael detestaba escuchar cómo varios de los que estaban presentes en la sala presumían los asesinatos de sus compañeros, o por las cosas que estos les robaban. Michael nunca formó parte de algo así. Él nunca presumía con los suyos por las victorias sobre Black Meteor, ni tampoco el triunfo en la guerra contra los berrod. Lo suyo se limitaba a una celebración y nada más. Contemplar todo eso le hacía hervir la sangre, y tenía que fingir que no le importaba.

    Antes de que la conversación se extendiera más, Tzorkun apareció en la sala acompañado por Ace, quien iba justo detrás suyo. Michael lo vio y entendió que el proceso de reclutamiento fue totalmente efectivo. Su compañero, quien se encontraba bajo las órdenes de Tzorkun, se paró al lado de Michael y Sharyn. Qaior, quien no lo conocía, lo saludó formalmente tal y como hizo con Michael.

    — Mi nombre es Qaior — decía el líder de los inkor — Tú eres…

    — Me llamo Ace — contestó el soldado del Zenith — Es un placer — esas palabras alteraban a Michael cada vez más.

    — Entiendo que eres el segundo más fuerte del equipo, solo por detrás de Wagner — Qaior se quería mostrar amigable con él.

    — Eso es algo que pienso cambiar el día de mañana — el soldado sonaba decidido a superar a Wagner en un enfrentamiento.

    — Ya que estamos, hablemos sobre el día de mañana — Tzorkun no dejó que la charla se prolongue más tiempo — Jason y Dustin no han regresado. Michael, Ace, ustedes conocen a sus compañeros de equipo. ¿Creen que los hayan matado o capturado?

    — Ellos no matarían a un humano del Zenith — contestó Michael, queriendo hablar él antes que Ace — Aunque, eso es respecto a los humanos. Quizás, si un garak o un xaromitante los encontró, podrían haberlos matado. No hay forma de estar seguros.

    — Dependería del tipo de pelea a la que se vieran expuestos — le comentó Ace a su nuevo líder.

    — Supongo que es una incertidumbre, dejémoslo así por ahora — Tzorkun no mostraba ni una mísera pizca de interés en lo ocurrido con Jason o Dustin, quienes trabajaban para él — Ace acaba de revelarme secretos importantes sobre Black Meteor. Y también conoce la base principal del Zenith desde adentro — Michael recordó que Ace y Wagner habían sido invitados a la base por Magnus hace varios días atrás — Por lo tanto, habiendo estado en ambos países, Ace es nuestra mayor fuente de conocimiento. También me ha dado información importante sobre sus compañeros que estaban con él al momento de que fue capturado. Fue Gwyn quien derrotó a Havor al final.

    — Ya lo suponía — Sieng afirmó en voz alta — No es una falta de respeto, Ace, pero no peleabas como si hubieras derrotado a alguien como Havor. Supuse que no podías ser tú.

    — ¿Gwyn derrotó a Havor? — Michael estaba tan asombrado como todos, sobre todo porque él se enfrentó a Havor junto con sus compañeros el día anterior — Wagner y el general Orikrof no pudieron hacerle nada, ¿y Gwyn lo derrotó?

    — Gwyn ha crecido bastante, eso lo demuestra — Ace respondió a lo que dijo Michael — Por eso deberíamos cuidarnos de ella y atacar a Thomas, su novio. Él se lastimó las manos en los combates que hemos tenido. Será fácil de dominar en una pelea. Hay que capturarlo y Gwyn se rendirá.

    — ¿Y la otra chica que iba contigo? — Sieng preguntaba por Agustina.

    — De ella me encargaré yo, si es posible — Ace quería hacerlo personalmente — Si alguien se encuentra con ella, quiero que me avise y no la lastime.

    — Tu objetivo prioritario y el de todos aquí será capturar a Wagner — Tzorkun no se puso muy contento por lo dicho por Ace — Con Wagner, Zion se rendirá. Con Zion rendido, lo seguirán todos los demás soldados. Formarán varios equipos. Qaior y los suyos irán junto a Ace. Sieng y los vasterrad irán con Michael. Sharyn, tú irás con los elimun. En un principio, así serán los equipos. Cada líder los podrá dividir a su propio gusto. Exploraremos la zona cercana al lugar de donde despegó su cápsula, pero no ignoraremos los alrededores. Vayan a descansar. Queda una noche breve por delante.

    Todos en la sala se retiraron, exceptuando a Sieng, que se quedó junto a Tzorkun. Ace no tenía una casa asignada para descansar, por lo que un elimun se encargaría de asignarle una. Michael y Sharyn quisieron acompañarlo para ver a dónde sería llevado. Qaior, junto a los inkor y los vasterrad, tenían su destino en uno de los extremos de la ciudad, en la cual pasarían la noche para así poder dar inicio a la misión del día siguiente desde el mismo punto de partida que los demás.

    Sieng quiso hablar un poco con Tzorkun antes de irse a dormir, y fue por eso que se quedó.

    — Mañana terminará — Tzorkun se tenía mucha fe para la siguiente misión — Todos ellos serán reclutados, y una vez que así sea, haré los preparativos para que puedan regresar a la Tierra y recluten finalmente a los dos líderes más importantes.

    — ¿Crees que ellos puedan lograrlo? — Sieng quería estar seguro — Creo que yo debería acompañarlos.

    — Si alguien los tuviera que acompañar a la Tierra, ese será Qaior — le contestó Tzorkun de forma seria a su segundo al mando — Quiero que te quedes aquí en el planeta, Sieng. Como sabes, pronto llegaré al límite de mi edad, y finalmente, moriré. Tú tienes que encargarte de enterrarme y tomar mi puesto. Sé que puedo confiar en ti para eso, y para que hagas lo que sea necesario para ayudar a mantener a esos humanos lejos de mi planeta en caso de que mi tiempo llegue antes de que podamos reclutar a Abel y a Magnus. Pero lo que sí es cierto es que moriré dejando mi planeta libre de guerras.

    — Todavía te quedan un par de meses hasta que tu momento llegue, Tzorkun — Sieng hablaba con respeto hacia su líder — No pienses en tu muerte de una forma tan pesimista. Sé que antes de que llegue el día en el que mueras, tendremos la noticia de que Abel y Magnus fueron reclutados.

    — Yo también deseo eso, amigo — Tzorkun se acercó a su hombre de confianza para poner su mano en su hombro — Vete a descansar. Presiento que mañana te encontrarás con Wagner o con el famoso Zion. Necesitarás estar preparado.

    Tal y como siempre ocurría, Sieng no cuestionó ninguna de las órdenes de Tzorkun, por lo que se retiró hacia su lugar de residencia dentro de la ciudad para poder descansar bien. El líder de los elimun y todas las especies que habitaban el planeta Emiv quedó solo en la sala. Quiso darse a sí mismo un momento de reflexión para pensar en la muerte que se le aproximaba. Su tiempo al mando de todos los seres vivos del planeta se estaba agotando, y lo único en lo que pudo pensar en ese momento fue en la Gran Catástrofe.

    — No sé cómo ni por qué pasó — Tzorkun no podía imaginar una causa o un origen para ese efecto — Pero gracias por haber sucedido. Finalizaste una guerra de cientos y cientos de años que nos habría matado a todos.

    Mientras tanto, en una de las calles de la ciudad, Sharyn, Michael y Ace llegaron hasta el lugar en donde iba a quedarse el soldado recién reclutado. Michael, sabiendo que Dustin no iba a volver y que no conseguiría nada quedándose solo en una casa mientras lo esperaba, decidió que se quedaría con Ace para tener una pequeña charla con él. Su objetivo, tal y como lo reveló a sus compañeros, era conocer e informar sobre todo lo que pudiera acerca de los planes y la forma de actuar de Tzorkun. Como era un pedido simple, los elimun y Sharyn aceptaron. La chica, al ver que Michael se quedaría con Ace durante esa noche, decidió despedirse.

    — Nos vemos, Ace — al saludarlo a él, estrechó su mano — Duerme bien, Michael — para despedirse de su compañero, le dio un beso en la mejilla.

    Michael no hizo nada para evitarlo, por más que le molestara mucho esa actitud que Sharyn estaba mostrando. A pesar de todo, él comprendió que Sharyn quizá actuaba de esa forma sabiendo que Michael no le podría recriminar nada al haber estado bajo las órdenes de Tzorkun por muy pocas horas. Finalmente, todos los elimun se retiraron y Ace y Michael entraron a la casa.

    No era muy espaciosa, debido a que solo sería una casa provisional para pasar la noche. Aun así, el lugar era cómodo. Contaba con un comedor con varios muebles donde había grandes cantidades de comida almacenada, junto con platos para poder apoyarla. Un baño pequeño incluso para una persona sola, y una habitación de tamaño medio donde había dos camas individuales. Tanto Michael como Ace tomaron una cada uno. El soldado del Zenith con pasado en Black Meteor fue el primero en dar inicio a una conversación.

    — Michael, por lo que veo, Sharyn parece estar loca por ti — eso lo dijo en un tono de burla — ¿Qué es lo que sientes por ella? Porque no me pareció que te resistieras bastante a la forma en que te habla o te trata.

    — No siento nada por ella, Ace — Michael supo que podía ser sincero, y tuvo una idea para una conversación — No quiero recriminarle nada y meterme en problemas. Pero ya que sacaste este tema de conversación, ¿puedo hacerte una pregunta?

    — Claro, se supone que somos compañeros — Ace estaba preparado para lo que sea que Michael le fuera a contestar.

    — Luego de que reclutemos a los que quedan, tendremos que ir por Magnus y Abel — explicaba Michael — No nos costará mucho ir por Magnus teniendo al comandante Zion de nuestro lado. Pero para llegar hasta Abel vamos a tener que reclutar a varios soldados de Black Meteor. ¿Qué es lo que harás si entre esos soldados se encontrara Natasha?

    — Natasha… — Ace se detuvo a pensar en las cosas que Michael le había dicho — Llevo meses sin siquiera pensar en ella. Ni siquiera sé si sigue con vida. ¿Tú crees que ella sigue viva?

    — Ella pasaba mucho tiempo contigo — fue la respuesta de Michael — Asumo que era porque era tan fuerte como tú. Por lo que puedo recordar cuando Orz tomó control de mi cuerpo y atacó esa base donde se refugiaban los soldados de Black Meteor, ella estaba con los otros soldados. No recuerdo muy bien lo que sucedió, pero estoy totalmente seguro de que Orz no la mató. No pasó mucho tiempo, por lo que es probable que ella esté viva. ¿Qué harás si te la vuelves a encontrar y si la reclutamos?

    — Natasha es parte del pasado para mí, Michael — le respondió Ace a su amigo — El pasado tiene que quedarse donde está. Si ella sigue viva, me pondré feliz, porque es muy buena como soldado y podrá aportar mucho a la misión que Tzorkun quiere que completemos. Pero eso es todo lo que podría sentir si la vuelvo a ver.

    — Entiendo perfectamente, es lo mismo que pienso yo respecto a lo ocurrido con Gwyn y Alicia — Michael quería seguir extendiendo la charla por ese lado para ver si Ace le revelaba algo importante sobre Black Meteor.

    — Michael, ahora mismo quiero descansar — las palabras de Ace le dijeron a Michael que no podría seguir avanzando — Mañana tengo que buscar a Agustina y a Wagner para reclutarlos. Mi prioridad es capturarlos a ellos dos. Lo siento si querías hablar sobre algo más.

    — No, descuida, no era nada importante — Michael se frustró un poco, ya que no conseguiría casi nada de información de parte de Ace — Duerme bien.

    — Igualmente, Michael — contestó Ace.

    Ambos soldados se acomodaron en sus camas para empezar a dormir. A Ace no le costó nada poder conciliar el sueño, sin embargo, a Michael le resultó mucho más complicado por el hecho de estar pensando en todas las cosas que había presenciado el día de hoy. El proceso para reclutar de Tzorkun, el destino que sufrieron el comandante Roger y sus soldados, las muertes que habían sucedido, y el plan que deberían llevar a cabo el día de mañana. Cada una de ellas ocupaba una pequeña porción en los pensamientos del soldado, quien, ante el cansancio del día, solamente quería descansar.
     
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  19.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos, amigo. Ha sido un buen capítulo pese a ser algo largo. Por lo que he visto, en los próximos capítulos se viene lo bueno. Comentaré lo más destacado para mí.

    Al fin ha vuelto Zion XD. Evidentemente, el cansancio en todos los aspectos ha hecho mella en él, y además deberá procesar toda la información de lo ocurrido durante su ausencia. Es un buen personaje y ha tenido buenos momentos en ésta parte (en especial el haber eliminado a Vanac, la líder de los vasterrad) pero su ausencia era cada vez más notoria en los siguientes capítulos. Ojalá retome pronto su papel y sea importante.

    Cada vez me agrada menos Aurio. Aprovecha cualquier cosa para menospreciar a Lankir y tratar de ganarse a Wida. No niego que tenga parte de razón en sus afirmaciones, pero Lankir es un compañero más del equipo y aunque quizá en combate sea nulo, tiene una mente brillante. Y siempre se ha dicho, que la inteligencia vence a la fuerza. Para mí, es así.

    La idea de Orikrof de quedarse las máquinas y coger la planta esa que provoca el controlar a alguien no me parece mala, teniendo en cuenta que de controlar a las bestias de Flientig sería tener una gran ventaja. También podría servir para otras cosas. Sin embargo, lo veo peligroso y si la decisión fuera mía, destruiría esas máquinas en vez de llevármelas, salvo que tenga intención de controlar a alguien... Eso me hace pensar que es posible que los xaromitantes pudiesen controlar a los humanos, poco a poco y empezando por Zenith y Black Meteor. Suena a teoría conspiranoica, pero creo que la posibilidad existe. En definitiva, no es mala idea pero no la comparto.

    Ace ha sido reclutado y es un verdadero contratiempo para el grupo y para Michael, que está de infiltrado. Ahora no solo debe sacar a Sharyn (que pesada está con Michael, está obsesionada :v ) sino también al propio Ace, un gran soldado que no se lo pondrá fácil a sus compañeros para regresar con ellos. Tzorkun tiene suerte, pues encima, ha obtenido muchísima información de Zenith y BM gracias a que Ace estuvo en ambos bandos. Al inicio, cuando veía venir que Ace sería capturado y controlado, no entendía porqué lo escogiste a él, sino simplemente para joder un poco XD pero ahora tiene todo el sentido del mundo. Ace es una fuente de información importante y ya lo ha demostrado a Tzorkun, revelándole muchos detalles.

    Por lo que veo, el próximo capítulo contará al menos con una pelea y los esbirros de Tzorkun van a dividirse para capturar/matar al grupo. La situación va a explotar y estoy seguro de que va a ser épico. Nos vemos en el siguiente.
     
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  20.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar.

    Finalmente Zion ha hecho acto de presencia, después de varios capítulos de ausencia. Me preocupaba que le hubiese pasado algo, pero al final solo estaba afrontando la situación, tal y como sus soldado lo han estado haciendo desde que llegaron a ese planeta.

    Me alivia mucho que Zion lograra reunirse con sus soldados y que Gwyn, Thomas, y Alicia llegaran también. Sin embargo, me ha puesto los cabellos de punta al ver a Ace ser reclutado por Tzorkun. No puedo creerlo, ahora el plan de Michael se va a complicar más. Los chicos tendrán que enfrentar a Sieg, Ace y a Qaior, además de Tzorkun, pese a que este no creo que sea muy fuerte, sobre todo tratándose de un científico. Me preocupa de lo que pueda ser capaz de hacer.

    Si bien, Zion y los demás no han hablado sobre el plan a seguir. Es obvio que se viene una misión complicada en todo el sentido de la palabra. Espero que Michael les informe al respecto, antes que los chicos se lancen al ataque. Y espero que todo vaya bien para Ace, ojalá que no vaya a matar a nadie, o eso le pesará en la consciencia por el resto de su vida. Ya es difícil el pasado que lleva, y será aún más sobrellevarlo si llega a matar a uno de sus compañeros.

    Eso es todo por el momento. No encontré errores, así que me despido por ahora. Saludos y hasta la próxima. Nos vemos.
     
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