Ciencia ficción La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 1 Enero 2020.

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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola, paso a comentar el capítulo de esta semana.

    En este capítulo rectifico lo que dije en mi comentario anterior; Havor y sus hombres no son tan fuertes, dado a que sus cuerpos son muy frágiles. Hoy han muerto tres de los Moender, y lo único que hicieron fue darme la razón.

    Pese a que el capítulo tiene por nombre "Ojos nocturnos" creí que aparecería en escena un nuevo tipo de enemigo, y solo ha sido la introducción del nombre de una nueva especie que tiene la capacidad de ver en la noche. Ante esto lo primero que se me viene a la mente, es algún tipo de gato alienígena XD.

    Hablando en serio, me pregunto qué clase de enemigos son los Qaior y los Inkor, y qué tipos de problemas le causará al general Orikrof y sus hombres. Me emociona la idea de que deban enfrentarse en medio de la noche y sin ninguna fuente de luz más que la proporcionada por sus armaduras. Supongo que ese planeta debe tener alguna luna, pero con lo grandes que son los árboles y el número de hojas, no creo que logren ayudarse con su luz.

    Espero a que a Zion y compañía les haya llegado el mensaje, o sino esto fue al diablo XD. Quedo a la expectativa de lo que pasará en el próximo capítulo.

    No me parece haber encontrado errores ortográficos, así que eso es todo por el momento. Saludos y hasta la próxima.
     
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    Agus estresado

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    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Ciencia Ficción
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    Saludos Resistance Zurel y otros lectores de la historia. Como dije cuando publiqué el capítulo 14, el día de publicación de esta parte ya no sería un día fijo como el sábado. Y que, dependiendo de como me fuera, iba a publicar, o bien un viernes, o el sábado o el domingo. Viendo las cosas que tengo encima esta semana, considero que será mucho más conveniente que publique hoy mismo. Tengo el presentimiento de que el sábado y el domingo voy a estar bastante ocupado como para poder hacerlo, y puede que me equivoque y no sea así, pero por si acaso, elijo publicar hoy que ha sido un día tranquilo con la universidad dentro de todo.

    Espero que lo disfruten mucho. Este capítulo marcaría la entrada al segundo tercio de esta parte de la historia. Sin más que decir, les dejaré el capítulo.



    Luchando en la oscuridad:

    ¡Miren, ahí hay un lugar en donde nuestra cápsula podría caber perfectamente! — señaló Aurio al mirar el bosque desde la altura de la nave.

    ¿Crees que deberíamos aterrizar allí abajo? — preguntaba Agustina, dudando un poco sobre hacerlo — No hemos recibido respuestas de los demás.

    Según el mapa, este punto está mucho más cerca de la nave de Roger que el otro donde descendió el grupo de Orikrof — comentaba el comandante Stones — Sería una buena oportunidad para bajar y echar un vistazo.

    ¿Damos el aviso a los demás de que vamos a bajar? — preguntó Ace, queriendo saber si debían hacerlo.

    No lo veo necesario, el objetivo de ellos no ha cambiado — contestó Zion, prestando atención a la pregunta de Ace.

    Entonces iré a preparar la cápsula para el descenso — Wida se retiraba de la sala para hacer lo dicho.

    Los demás vayan a prepararse — ordenaba el comandante a todo su equipo — Y estén atentos en todo momento.

    Tras esas palabras, todos en la sala se retiraron, siendo Aurio el último, dado a que programó la nave para que se moviera unos metros más para luego quedarse estática sobre el planeta. Una vez que terminó, el soldado también fue a prepararse.

    El grupo entero tardó unos cinco minutos en estar listo, y a la cápsula le tardó unos dos minutos más. Una vez que ya todo estaba listo, la compuerta de salida se abrió, y esta comenzó su descenso hacia una zona libre de árboles, desde la cual partirían para poder ponerse en rumbo hacia la nave del comandante Roger. Todos ellos, exceptuando el comandante, estaban muy nerviosos. Gwyn y Thomas se veían muy preocupados, sin poder dejar de pensar en los peligros que podrían terminar viendo en un planeta como ese, además de temer por Michael y Alicia, quienes no estaban junto a ellos, lo cual les impediría llevar a cabo el plan de emergencia que habían preparado. En caso de que las cosas salieran mal y no hubiera nada que pudieran hacer para tomar el control nuevamente, deberían buscar una forma para reunirse y retirarse los seis juntos. Lo bueno era que solo deberían buscar a dos personas más, pero aun así no dejaba de ser complicado.

    Agustina miraba a Ace y podía entender la razón por la que estaba nervioso. Después de haber perdido la pelea, Ace tendría que hacer mayores esfuerzos que Wagner para demostrar que estaba a su altura para ser nombrado como nuevo comandante. El problema era que el padre de su rival lo iba a estar observando a él, y Wagner no estaba para que Ace tuviera una referencia clara de lo que estaba haciendo él. Agustina le tomó la mano, causando que su novio la mirara. Ambos se sonrieron mutuamente, logrando tranquilizarse levemente mientras la cápsula descendía.

    Wida miraba esa escena con ternura, la cual no pudo hacer que se sintiera algo preocupada por Lankir y Gan. Su novio y su hermano no estarían con ella. Sabía que no debería preocuparse dado a que Orikrof, Wagner y Michael estarían allí, pero era inevitable. Si había peligro, ella prefería estar junto a las dos personas más importantes que le quedaban. Aurio, por su parte, miraba a Wida, quien no se daba cuenta de que estaba siendo observada por él. El xaromitante, en todos estos años, había llegado a desarrollar ciertos sentimientos por ella. Era normal, siendo la única de su especie que compartía su edad. Sin embargo, ahora sabía que él no era ni siquiera una opción para ella, lo cual lo frustraba y desalentaba un poco. De alguna manera, eso sirvió para distraer su mente de los posibles peligros que iban a enfrentar cuando aterrizaran.

    Domir notó la forma en la que Aurio miraba a Wida, y no le gustó demasiado. Si bien, él no se encontraba interesado en ninguna mujer de su especie, conocía esa clase de miradas. Sabía que algo ocurría entre Aurio y Wida, y temía que eso pudiera causar alguna clase de problema en la misión. Aun así, no intervendría en eso. Consideraba que no era asunto suyo, y salvo que él se viera en peligro por eso, no se metería en lo que no le correspondía. El otro xaromitante que quedaba miraba a todos para ver si podía llegar a entenderlos. No podía comunicarse con los demás de forma verbal, por lo que quería ser capaz de comprenderlos de otra manera. Aunque nunca tendría forma de saber lo que estaban pensando.

    El comandante Zion, cuando todos estaban algo distraídos, abrió un compartimiento oculto de su armadura, cosa con la que esta no había sido fabricada, sino que fue añadido después. De ese compartimiento, sacó un revólver pequeño con seis balas. Todo el equipo lo vio, y le pareció raro que él tuviera esa clase de arma. Un revólver pequeño con balas de plomo no era competencia para los rifles de calor que tenían.

    ¿Qué es eso, un revólver? — a Thomas le costaba verlo bien para identificarlo.

    Fue la primera arma que aprendí a disparar cuando tenía siete años — las palabras de Zion sorprendieron a todos.

    ¿Siete? — Ace se sorprendía al escuchar eso — Las leyes de Black Meteor decretaron que la edad mínima que hay que tener para portar o usar un arma son quince años. Son un total de ocho años de diferencia.

    Este revólver no era mío — contestó Zion de forma severa — Era de mi madre. Había leyes del Zenith que prohibían que los menores de quince tuvieran armas, pero no había ninguna que prohibía que un menor de edad usara un arma de un adulto. Fue una de las cosas que sugerí que se cambiaran cuando me volví soldado. Uno de muchos agujeros legales que se formó cuando se reformó el país.

    ¿Por qué nunca lo trajo hasta ahora? — Gwyn tenía curiosidad, ya que Zion nunca habló de dicha arma.

    Creí que la había tirado hace años, pero la encontré cuando estaba limpiando y organizando mis cosas — contestó el comandante — Me trajo algo de nostalgia, y decidí traerlo. No planeo utilizarla, es más bien un recuerdo de mi madre.

    Perdón por la interrupción, pero la cápsula va a llegar al planeta — informaba Aurio a todo el equipo.

    Bien, yo seré el primero en salir — Zion guardó su revólver de vuelta en el compartimiento de su armadura — Lakor y Young vienen detrás de mí. Los demás vayan saliendo en el orden en que crean conveniente.

    […]

    El grupo, con Zion a la cabeza, iba caminando por la oscuridad del bosque del planeta. No creyeron que la noche llegara tan rápido tras haber aterrizado. Solo unos dos minutos después de haberlo hecho, su campo de visión quedó completamente a oscuras. Apenas habían hecho unos pocos pasos cuando ocurrió. Sin embargo, retirarse tan poco tiempo luego de haber aterrizado sería un desperdicio total de tiempo.

    A pesar de ir en la oscuridad de la noche, todos querían seguir avanzando hasta llegar a la nave y ver si lograban encontrar algo que les pudiera dar un indicio. Ace y Agustina iban detrás de Zion. Wida y Aurio estaban detrás de ellos. Para no dejar a otros tan atrás, Gwyn, Thomas, Domir y el otro xaromitante que estaba con ellos iban en una línea de cuatro. Con las luces de las armaduras y los trajes de combate se encargaban de alumbrar todo el escenario. Ellos también sentían el viento frío del planeta, al mismo tiempo que le daban un vistazo a todo el lugar, en especial a los árboles. No oían nada más, hasta que las armaduras de los humanos recibieron un mensaje. Esto les llamó la atención a todos, por lo que decidieron detenerse para escucharlo y ver si era importante.

    — Gwyn, ponlo en altavoz para que todos puedan escucharlo — le sugería Thomas.

    — Lo haré enseguida — contestó su novia — Realmente espero que sean buenas noticias.

    Gwyn configuró su armadura para que el mensaje les llegara a todos. Aunque se habían detenido, todos continuaban con la guardia en alto. Domir miraría alrededor, mientras que Aurio se mantendría alerta junto a Wida sin dejar de prestarle atención a dicho mensaje.

    — ¡Espero que escuchen este mensaje rápido! — Wagner era quien hablaba, y se podía notar algo agitado — ¡Acabamos de tener una pelea contra una especie desconocida! ¡Su apariencia es similar a la de unos insectos, y eso no es todo, contaban con una coraza que los hacía resistentes a nuestros disparos, además de alas para volar! — esas últimas palabras habían impresionado a todo el grupo — ¡Creo que logramos huir de ellos luego de matar a algunos, pero perdimos a un xaromitante! — el grupo entendió que se trataba de aquel que no podía hablar — ¡Son peligrosos y muy ágiles en el bosque! ¡Nosotros no podemos encontrar el camino de vuelta hacia la cápsula, por lo que buscaremos un refugio para intentar pasar la noche! ¡Regresen a la cápsula si aún están a tiempo, y luego prepárense para venir a ayudarnos! ¡Cuídense entre ustedes!

    Aquel mensaje dicho por Wagner no le dio una buena sensación a ninguno de ellos. El hecho de que hubieran sido atacado por una especie del planeta, el hecho de que contaran con una gran ventaja en combate, y también el hecho de que incluso lograran matar a uno de ellos eran motivos suficientes para aterrarse. Wida, Gwyn, Thomas, y el xaromitante sin la capacidad de hablar eran los más preocupados. Zion se sentía muy extrañado de escuchar a su hijo hablar como si tuviera miedo, dado a que no cualquier cosa era capaz de asustarlo.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer comandante? — preguntaba Ace, intentando ocultar la preocupación que sentía.

    — Ellos no pueden regresar debido a que la pelea los habrá desorientado — contestó Zion, decidido a marcharse de allí — Pero nosotros no estamos tan complicados. Es cuestión de regresar sobre nuestros pasos y llegar hasta la cápsula. ¿Cuánto hemos estado caminando? ¿Quince minutos, veinte como máximo? No supondrá ningún problema para nosotros.

    — ¿Creen que sean capaces de encontrar un refugio? — Wida no dejaba de pensar en los demás — En la oscuridad les será difícil.

    — La cuestión es que terminen encontrando un refugio que sea verdaderamente un refugio para ellos, y no la guarida del enemigo — Zion supo que no podía ayudarlos en eso — Confío en que Orikrof y Wagner tomarán la mejor decisión al respecto.

    — ¡Comandante! — llamó Gwyn nuevamente — ¡Wagner envió otro mensaje!

    — Debe ser importante si es que lo envió con tan poco tiempo de diferencia — Domir creía que sería información que les podría servir.

    — ¿Estarán bajo ataque nuevamente? — Aurio supo que no había probabilidades de que en tan poco tiempo lograran encontrar un refugio.

    — Hay una forma de averiguarlo — contestó Gwyn, reproduciendo el mensaje de la misma forma que el anterior.

    — ¡Hay otra cosa más! — Wagner sonaba algo más calmado que antes — Los seres de este planeta conocen varias cosas de nosotros. Saben que hemos venido con los garak a este planeta, pero eso no es lo único que deben saber. Por alguna razón desconocida, el líder de esa especie, dio órdenes de que no mataran a los humanos, sino a todos los demás. Todos están en peligro, pero los garak y los xaromitantes son objetivos a asesinar. Cuídense del enemigo en todo momento. Y estén atentos a las alturas, dado a que pueden volar muy alto.

    Este nuevo mensaje terminó de preocupar por completo a todo el equipo. Gwyn se llevó las manos a la cabeza, al mismo tiempo que una expresión de miedo la invadió por completo.

    — ¿Cómo es posible que nos conozcan? — Domir no tenía idea de lo ocurrido — Entiendo que se enfrentaran a los humanos, pero eso no explica que sepan sobre nosotros.

    — Es un alivio que hayamos venido con ustedes — Thomas miraba a Aurio y Wida — De no haberlo hecho, probablemente seríamos una presa fácil para ellos.

    — ¿Deberíamos buscar una forma de reunirnos con ellos? — Agustina se veía preocupada por sus compañeros — Podrían tener problemas, y nosotros también. La única forma de estar a salvo es estando juntos.

    — Sería recomendable, pero en la oscuridad nos será difícil encontrarlos — la respuesta de Zion no le gustó mucho a Wida, Agustina y Ace — Perderemos la orientación, y nos quitaría la fuerza que necesitaremos para mañana.

    — Hey, guarden silencio por un momento — Ace levantó la mano mientras el miedo empezaba a recorrer su cuerpo — Escucho un ruido a lo lejos.

    Todo el grupo hizo silencio, y eso fue lo que les permitió escuchar el mismo ruido que su compañero estaba escuchando. Se trataba de un motor, a lo lejos, pero que cada vez se iba acercando más a ellos, volviéndose ligeramente más fuerte con el paso del tiempo.

    — Maldición, ¿serán ellos? — Domir sabía que no eran buenas noticias.

    — Lo dudo, Wagner dijo que ellos volaban — Thomas se empezaba a preocupar más — Estos parecen movilizarse por tierra con vehículos.

    — ¿En medio del bosque y de noche? — Wida no podía entender nada — Eso no es posible. Al menos no debería serlo.

    — Se trata de otra especie, sin duda — Domir recordó de la charla que tuvo con Plamo — Le dije a Plamo que yo creía que en este lugar había un total de cuatro especies, y que eso fue lo que Roger quiso advertir en el mensaje.

    — En ese caso, ¿crees que estos sean diferentes a los insectos que nos mencionaron? — Aurio quería escuchar una respuesta que lo tranquilizara — Me refiero a si podrían ser enemigos de la especie que los atacó a ellos.

    — En el mensaje, Roger dijo que tuviéramos cuidado — Zion recordaba las palabras de su colega — Además, ¿vienen al bosque una vez que los insectos se retiran? Es mucha casualidad para que se trate de sus enemigos.

    — Vienen por nosotros, de eso no hay duda — Gwyn se asustaba cada vez más — ¿Qué hacemos?

    — Sugeriría que corramos esperando que el ruido de los vehículos cubriera el nuestro, pero no hay garantías de que sea así — Zion supo que no podía dejar las cosas a la suerte — Iremos despacio hacia la cápsula, es la única forma de que no nos detecten.

    […]

    Jason y Sharyn fueron caminando por las calles de la ciudad subterránea en dirección hacia la residencia que tenían asignada para dormir. Por el camino, se cruzaban con varios miembros de la especie de Tzorkun y Sieng. Algunos de ellos iban a sus puestos de trabajo, a reemplazar a los que habían trabajado durante la mayor parte del día, mientras que otros simplemente salían por diversión. Los dos humanos los veían, y algunos de ellos intercambiaban saludos mientras que otros simplemente los ignoraban. Eran pocas las ocasiones en que Jason y Sharyn tenían la oportunidad de verlos de noche.

    — ¿Sabes? Tras haber estado varios días aquí, veo que los elimun y los humanos son muy parecidos — Jason había revelado el nombre de la especie a la que pertenecía su líder — Asumo que todas las especies del universo lo serán, aunque sea en aspectos pequeños.

    — ¿Crees que lograrán reclutar pronto a uno de los humanos? — preguntó Sharyn, quien estaba de acuerdo con las cosas que su compañero decía.

    Los dos llegaron al edificio en el que vivían, el cual era muy pequeño, y parecía ser una casa común en donde podrían entrar unas cuatro personas como máximo. Los dos abrieron la puerta y entraron. Una vez dentro, Jason respondió.

    — ¿Tú crees que Qaior y los otros inkor que vayan con él sean capaces de lograrlo? — Jason quería saber qué era lo que opinaba su compañera — Yo creo que como máximo, lograrán capturar a uno. El equipo de Zion tiene a los soldados más fuertes. No creo que caigan tan rápido.

    — Yo simplemente espero que pronto podamos estar con otros humanos — la respuesta de Sharyn le dio curiosidad a Jason — Es aburrido estar solos nosotros dos.

    — Quería hablarte de eso una vez que estuviéramos aquí — Jason se empezaba a acercar a ella — Llevamos mucho tiempo solos desde que matamos a los demás. Me estoy acostumbrando mucho a estar contigo, y me gustaría saber si…

    — Lo siento, Jason — Sharyn ni siquiera lo dejó terminar — Me caes bien, pero no eres mi tipo. Lo dije el primer día que nos conocimos, y las cosas no han cambiado. Pero no te preocupes, estoy seguro de que le gustarás a una de las chicas.

    — ¿Solo me ves como un compañero y nada más? — Jason quería saber si Sharyn sentía algo más que eso por él.

    — Eres el mejor compañero que podría tener, de eso no tengas dudas — Sharyn quería buscar una forma de que se sintiera bien — Pero no me veo teniendo nada contigo. Lo siento.

    — No pasa nada, si no quieres, no te puedo obligar — Jason aceptó los sentimientos de su compañera, por más que no le gustaran — No sería lo correcto forzar algo que no es.

    — Descuida, eres una buena persona — Sharyn estaba feliz de que lo entendiera — Estoy segura de que más de una chica sentirá algo por ti. Más aún si el plan de Tzorkun funciona como espera.

    — ¿Crees que sea posible? — Jason necesitaba cambiar de tema para no seguir hablando de sus sentimientos — ¿Habrá forma de que Zion lo consiga? Para Roger sería imposible, aunque tuviera dos vidas, pero Zion es el ser humano más fuerte. Estoy seguro de que él podría buscar una manera de lograrlo.

    — No se me ocurre una forma en que puedan hacerlo — respondió Sharyn — Pero se supone que es para esto que los vamos a reclutar.

    Antes de que la conversación entre ambos pudiera seguir, un sonido que parecía ser una alarma o un timbre de aviso, empezó a sonar en la casa. Dicho ruido provenía de un dispositivo, el cual se encontraba en una pared. Una vez que los dos se acercaron, una voz, la de Sieng, se escuchó a través del mismo.

    — Qaior ya los está persiguiendo — informaba Sieng a los dos humanos — Si todo va bien, seremos capaces de reclutar a varios de ellos esta noche.

    — ¿Podrá lograrlo? — Jason se veía incrédulo ante eso — Sé que conoce el bosque, y tiene los mejores ojos para ver en la oscuridad. Pero no se trata de un grupo para subestimar.

    — Qaior tampoco — Sieng respondió muy animado — Confía en él, y él te demostrará la fuerza que tiene.

    Una vez que Sieng terminó lo que tenía que decir, la comunicación que había entre los tres se cortó. Jason y Sharyn decidieron irse a descansar y esperar lo mejor en esta misión.

    […]

    Zion y su grupo caminaban por el interior del bosque buscando hacer el menor ruido posible al avanzar. Aunque su plan en teoría parecía funcionar, los vehículos, los cuales eran imposibles de identificar para ellos, se empezaban a escuchar más cerca del lugar en el que estaban. El ruido se volvía más intenso, hasta que, de forma repentina y confusa, se detuvo por completo. Esto llamó por completo la atención del grupo completo, quienes no sabía lo que ocurría.

    — ¿Qué está pasando? — Agustina no quería ni pensar en eso — ¿Nos detectaron?

    — Imposible, no hicimos casi nada de ruido — Zion se rehusaba a creer que su plan pudiera haber fallado — Probablemente quieran jugar con nosotros, hacernos creer que nos descubrieron cuando no es así, y provocar que nosotros mismos nos terminemos descubriendo solos.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer? — a Domir no le agradaba ninguna de las dos posibilidades.

    — Quedarnos quietos aquí, y sin hacer ruidos — Zion estaba decidido a hacer lo posible por no involucrarse en una pelea — No podemos pelear en la oscuridad.

    — Ellos podrían ver las luces de las armaduras y los trajes — Aurio supo que eso sería un problema.

    — Pero no podemos quedarnos a oscuras — Thomas supo que sería muy arriesgado — Si ellos tienen equipos para ver en la oscuridad, nos detectarán de cualquier forma. Así solo nos ponemos en desventaja en vano.

    — Pero si no los tienen, nos descubriremos solos — Aurio contrarrestó la teoría de Thomas.

    — ¿Cuál es su decisión? — Gwyn necesitaba saber ya que era lo que Zion iba a planear.

    — Haremos una apuesta a la oscuridad — Zion tomó su decisión — Todos apaguen las luces y a mi señal, prepárense a encenderlas otra vez. Mantendremos vigilados a estos tipos hasta que se alejen de nosotros.

    Dicho y hecho, el equipo completo apagó las luces de las armaduras y los trajes de combate. Sabiendo que estar solos en la oscuridad era muy arriesgado, decidieron acercarse lo más que pudieron sin reunirse todos en el mismo lugar, dado a que ser rodeados sería el fin. Cada uno de ellos se cubrió tras un árbol, buscando la cercanía de los demás, sin comprometer al equipo entero.

    Una vez todos estaban acomodados, se asomaron cuidadosamente para ver lo que pudieran. Fue ahí que comenzaron a oír pasos, sabiendo que se trataba de un grupo numeroso el que se acercara a ellos. Por la cantidad de pisadas, supieron que había mínimo unos ocho seres en frente y máximo diez. Eso los aliviaba en parte, dado a que conservaban una desventaja muy pequeña. Bastaba matar a uno de ellos para ponerse parejos en números, y ellos tenían el elemento sorpresa en un ataque como ese.

    Sin embargo, el ruido de pronto se hizo menos fuerte. No detectaban un cambio de dirección, lo cual quería decir que el grupo que se estaba acercando a ellos se había dividido. Si se trataba realmente de diez integrantes, lo más lógico era que se dividieran de forma pareja, dejando a cinco de cada lado. Esto levantaba los ánimos en el grupo, ya que sabían que serían capaces de conseguir derrotar a un grupo antes de tener que enfrentarse a otro. Todos empezaban a sentirse cada vez más aliviados.

    De pronto, el ruido de los pasos se hizo más fuertes, y los causantes de ese ruido aparecieron ante ellos. Con toda la dificultad de la oscuridad, el grupo hizo el máximo esfuerzo con sus ojos para verlo e identificarlo. Estos seres contaban con una piel de color amarilla, sin nada de pelo visible, al menos no en la oscuridad. Su cabeza era de tamaño normal, casi parecida a la de un humano. Contaban con una nariz pequeña que poseía unos tres orificios nasales, una boca de tamaño mediano, y cuatro ojos en la cara, situándose dos de ellos en el centro superior como los seres humanos, y los otros dos un poco más arriba y a los laterales. Estos seres portaban una armadura roja que cubría el torso y los brazos en su mayoría. Llevaban puesto un pantalón hecho de un material resistente y flexible que permitiera movilidad, además de protegerse los pies con lo que vendría siendo algo parecido a una zapatilla de correr.

    El grupo veía como estos seres, sobre todo el primero de ellos que se encontraba al frente, miraban a todos lados. Sintieron que habían sido descubiertos, pero el hecho de que estos no dejaran de caminar y mirar en todas las direcciones los tranquilizaba. Además, estaba muy oscuro, y ellos creyeron que, para poder detectarlos, estos seres deberían detenerse y mirar con más atención. En el caso de que ocurriera, se esconderían rápidamente tras los árboles. En un momento, quien caminaba al frente, aparentemente el líder, se detuvo y se dio la vuelta, haciendo que todos los demás lo observaran de espaldas. Cuatro de su misma especie se le acercaron. El grupo temió la posibilidad de ser descubiertos por ellos, por lo que se escondieron tras los árboles, sabiendo que estos seres comenzarían a hablar. Querían escuchar lo más que pudieran.

    — Veo que no hemos tenido mucha suerte — las palabras del líder causaron alivio a Zion y su grupo, ya que creyeron que se retirarían pronto al no haberlos encontrado — Havor dijo que había logrado matar a uno, y, sin embargo, ellos son nueve — nuevamente, el miedo volvió a ellos. Sin saber cómo, habían sido descubiertos.

    El líder de esa especie se dio la vuelta para luego poner su mano en su cintura, más específicamente, en un cinturón que a simple vista no se veía. Zion y los demás no tenían idea de cómo responder ante esas palabras.

    — Recuerden lo que nos dijo Sieng, solo podemos matar a los que no son humanos — el líder empezó a caminar en dirección hacia los árboles donde se escondían Zion y los otros soldados — Si alguno de ustedes llega a matar a un humano, no me haré responsable. ¿Les quedó claro?

    — ¡Por supuesto, Qaior! — los nueve que lo acompañaban, estando cuatro cerca de él y los otros cinco dispersos, contestaron al unísono.

    — Me alegra oír eso — Qaior sacó lo que parecía ser una daga con la hoja brillante de su cinturón — ¡No perdamos más tiempo! ¡Atáquenlos ahora!

    Inmediatamente después de haber dicho esas palabras, Qaior y sus compañeros comenzaron a correr hacia el grupo. Estos, sin entender cómo fue que los habían llegado a descubrir, encendieron las luces de sus armaduras y trajes para poder tener buena visión en el combate.

    — ¡No lo necesitaba, pero igual lo agradezco! — Qaior se burlaba de ellos.

    Zion y los demás se dieron cuenta de que cinco venían desde el frente y los otros cinco se acercaban desde atrás en forma dispersa. Sabiendo que sería una lucha complicada, cada uno tomó un rifle y se preparó para un enfrentamiento directo. Pasara lo que pasara, no dejarían que un ataque sorpresa les quitara la concentración.

    — ¡A ellos! — gritó Qaior, lanzándose con todo en contra del comandante Zion Stones.

    Qaior atacó a Zion con su daga en la mano. Su plan no era matarlo ni tampoco causarle una herida, la idea era hacerlo buscar un punto débil en su esquema de pelea para derribarlo al piso con facilidad. Sin embargo, el comandante del Zenith utilizó su codo para dar un golpe y apartar el arma blanca de su cuerpo, para luego responder con un golpe en el estómago, el cual no hizo ningún daño por la armadura que su rival llevaba puesta, pero sí lo hizo retroceder. Zion levantó su arma y se disponía a disparar, cuando Qaior aprovechó para moverse rápido a la cobertura de los árboles cercanos. Fue ahí que el comandante se dio cuenta de que, con la poca luz de las armaduras, y la poca distancia que había entre ellos, no era conveniente usar los rifles.

    — ¡Guarden los rifles y luchen sin ellos! — ordenaba Zion a todo su grupo — ¡A tan poca distancia nos podríamos herir entre nosotros!

    Sin dejar de pelear, cada soldado en el equipo ató sus armas a las espaldas de las armaduras, en donde permanecerían hasta que tuvieran tiempo y espacio suficiente para poder usarlas. Los atacantes no habían guardado sus dagas, las cuales emitían un pequeño resplandor. Ahora ellos tenían una ligera ventaja.

    Uno de los guerreros inkor atacó a Ace con su daga. El soldado usó el antebrazo para cubrirse del ataque, logrando interceptar el filo del arma con su armadura. Cuando el inkor intentó darle un golpe al estómago, el segundo mejor soldado del equipo colocó su mano y consiguió atrapar el puño. Ace se disponía a dar un golpe con su mano libre, pero el atacante realizó un movimiento con su mano armada, forzando a que Ace tuviera que levantar el brazo para volver a cubrirse del ataque. Aprovechándose de eso, se liberó y tomó distancia de su enemigo. Ace se frustró dado a que pudo haber aprovechado ese momento para derribarlo y no había sido capaz, pero no se lamentó y volvió a intentar meterse en la pelea. Agustina estaba teniendo problemas. El enemigo que luchaba contra ella era rápido, ágil y preciso con sus movimientos. Ella había logrado mejorar mucho sus reflejos gracias a su combate contra Wida, pero estos solo le estaban sirviendo para defenderse. Cada ataque con el arma que el enemigo realizaba, ella lo bloqueaba con éxito, logrando anticiparse a cada movimiento del rival, sin embargo, no tenía el tiempo suficiente para acomodarse y dirigir un ataque sin comprometer demasiado su defensa tras intentarlo. Aquel enemigo continuaba atacando, mientras que Agustina no dejaba de retroceder intentando evitar ser alcanzada por el arma del agresor. Sabía que no intentaría matarla, pero si recibía una herida, perdería, sería capturada y complicaría a sus compañeros.

    El xaromitante que no podía hablar lanzó un ataque a su enemigo, quien lo esquivó con gran facilidad y rapidez utilizando sus piernas para apartarse. Este decidió atacar con su daga apuntando hacia el cuello del xaromitante, un objetivo a eliminar. Su enemigo sabía de esto, y quiso aprovechar eso para tener ventaja. Logró acomodar su cuerpo para poder defenderse del ataque. El inkor tomó su daga con ambas manos y lanzó un ataque al cuello, que el xaromitante logró bloquear moviendo rápidamente sus brazos, además de tomar las muñecas del enemigo con facilidad. El guerrero xaromitante comenzó a sonreír mientras forcejeaba con el inkor, quien estaba viéndose superado en fuerza. Sus manos estaban siendo dirigidas hacia su cuello, y si no lograba detenerlo, le clavarían su propia daga y moriría. El xaromitante notó que su rival intentaría usar las piernas para liberarse, por lo que se anticipó y le dio una patada en la rodilla para evitar que lo lograra. El ataque del inkor fue bloqueado antes de poder ser ejecutado, y ahora la daga estaba cada vez más cerca de su cuello. Sin embargo, uno de sus compañeros se le acercó desde atrás al xaromitante para apuñalarlo por la espalda. Este no pudo emitir ningún grito de dolor, pero la expresión de su rostro al sentir como aquel metal atravesaba su traje de combate y le perforaba la piel, la carne y los órganos fue más que suficiente para que se notara el dolor que estaba atravesando. Soltó los brazos de su enemigo, quien aprovechó esto rápidamente y le clavó su daga en el cuello. El xaromitante recibió el ataque en un punto vital, por lo que empezó a toser al mismo tiempo que se ahogaba con la sangre que empezaba a brotar del corte. No tardó ni diez segundos en caer muerto, ante la aterradora mirada de sus compañeros. Estos se horrorizaron y se asustaron al verlo. La primera baja era de su grupo.

    — ¡No puede ser! — Aurio no podía creer lo que veía — ¡No podemos seguir perdiendo gente, ni siquiera ha pasado un día desde que llegamos!

    — ¡Concéntrate en la pelea! — contestaba Domir, quien no se veía muy afectado, dado a que no llegó a formar un vínculo con aquel xaromitante.

    — ¡Tú serás el próximo en morir, garak! — gritó el guerrero inkor que enfrentaba a Domir.

    Este último atacó con un puñetazo de su guantelete para evitar ser golpeado por un ataque de la daga del enemigo. Sin que se diera cuenta, encendió el guantelete de calor de su otra mano, y se preparó para el próximo ataque que iba a recibir. El inkor procedió a seguir atacando con su arma, pero el filo de la misma terminó siendo interceptado por la mano protegida del garak, quien empezó a hacer presión, impidiendo que su enemigo pudiera liberarse. El filo de la daga se empezaba a fundir a causa del uso del guante, para que luego Domir realizara un movimiento brusco que causó que se quebrara en varios pedazos.

    — ¡No, imposible! — el inkor no podía creer que su arma hubiera sido destruida.

    Domir le dio un puñetazo muy fuerte desde debajo de la barbilla a ese ser, el cual lo aturdió un poco. El garak encendió su otro guante, y luego le colocó ambas manos a un lado del cráneo a su enemigo, empezando a fundírselo con mucha furia, dado a que no le gustaba perder guerreros en su grupo.

    — Likar no le tendría piedad a ninguno de ustedes — Domir recordaba a su amigo muerto mientras veía a su enemigo gritar de dolor mientras su piel recibía quemaduras graves e irreparables.

    El inkor gritó de dolor de una forma horrible, llamando la atención de todos sus compañeros, quienes lo veían sin bajar su guardia. Cuando sus gritos se detuvieron, Domir hizo presión con ambos brazos, y le reventó el cráneo de forma directa, provocando que su cabeza salpicara sangre y fragmentos de hueso que quedaron sin quemar. Ahora cada grupo había tenido una baja.

    Aurio recibía varios intentos de ataque por parte de su rival. Este era rápido y sabía mover su cuerpo y su brazo para lanzar ataques precisos con su daga, pero Aurio aprovechaba la flexibilidad de su cuerpo y su experiencia de combate para esquivarlos todos. El xaromitante supo que no podía depender de su habilidad de combate para siempre, por lo que esperó el momento oportuno para lanzar un ataque. Cuando el inkor lo atacó, Aurio movió su brazo con fuerza buscando detener su movimiento, consiguiéndolo con algo de dificultad. Inmediatamente después, le lanzó un golpe al estómago a su rival, quien por la armadura no sintió un daño muy fuerte. Aurio lo notó, y le dio otro puñetazo en la cabeza, al cual, el inkor reaccionó con un golpe de codo que también le dio en la cabeza a su rival. Ambos retrocedieron un momento. Aurio estaba muy frustrado, dado a que su traje de combate no estaba a la par de la armadura de su enemigo y sus golpes no serían lo bastante fuertes para derribarlo. Sí o sí necesitaba su arma de fuego. No podría ganar sin ella.

    Wida, por su parte, supo que su estrategia de golpear rápidamente los puntos débiles del cuerpo de su enemigo no le serviría demasiado, dado a que este estaba protegido con una armadura muy resistente. El enemigo le lanzaba ataques con su daga, los cuales Wida hacía esfuerzo por esquivar. Supo que su única oportunidad sería interceptar uno e intentar clavarle su propia daga en el cuello al enemigo, tal y como su compañero lo hizo. Eso fue lo que intentó hacer. Cuando el inkor atacó, ella puso los dos brazos para interceptar el ataque, logrando retenerlo. Acto seguido, tomó las manos del enemigo y quiso hacer que la daga le apuntara a él mismo. Su enemigo lo notó y logró soltarse al tirar de sus dos manos hacia abajo. Inmediatamente después, quiso causar una herida horizontal en el estómago a Wida, quien lo notó rápidamente y se movió hacia atrás. El filo de la daga no llegó a tocar su cuerpo ni hacerle daño, pero logró rozar su traje de combate, causando un ligero y apenas visible corte. Sin embargo, Wida lo sintió y se dio cuenta de que, de haber tardado un segundo más en moverse, podría haber muerto. Ella no podía dejar que la mataran en ese momento, dado a que no podía abandonar a Lankir y a Gan. Sin sus armas, ella también estaría muy complicada para ganar.

    Thomas y Gwyn luchaban en pareja en contra de otros dos inkor, quienes, a pesar de hacer el intento por imitarlos, no lograban coordinarse tan bien como los humanos. La pareja de humanos había entrenado mucho tiempo, por lo que se sabían sus movimientos casi de memoria. Cuando Gwyn recibía un ataque, ella lo bloqueaba y luego Thomas se encargaba de golpear de inmediato al enemigo. Eso lo dejaba descubierto a él, pero era entonces cuando la chica levantaba su mano y la usaba para disparar un fragmento de energía en contra del enemigo. De esta manera, eran Thomas y Gwyn los únicos que lograban dar golpes al enemigo.

    De pronto, Thomas tuvo una idea, y se la comunicó a Gwyn susurrándole al oído. La chica lo veía como algo arriesgado, pero supo que necesitaban matar a uno de los enemigos si querían sobrevivir por más tiempo.

    — ¿Lista? — le preguntó Thomas, adelantándose un poco.

    — Vas a tener que agacharte rápido o de lo contrario podrías ser golpeado — Gwyn retrocedía para tomar más distancia entre los dos.

    — Seré rápido, tú solo encárgate de apuntar bien — fue la respuesta de su novio.

    Thomas le dio la señal, y Gwyn tomó rápido su rifle de sus espaldas. El soldado, por su parte, se acercó a los dos enemigos que tenía en frente. Gracias a la advertencia de Wagner, supo que estos dos no lo iban a matar, por lo que eso le dio más confianza en su movimiento. Los dos inkor vieron al humano acercarse, y decidieron lanzarle un ataque con sus dagas. Ninguno buscaba matarlo, solo querían buscar una manera de derribarlo. Thomas apuntó como pudo con ambos codos y logró desviar los dos ataques, aprovechando el choque de su armadura en contra del filo de las armas de los enemigos. Rápidamente, el soldado levantó ambas manos apuntando a las cabezas de sus enemigos, para luego liberar un fragmento de energía de cada una. Dichos fragmentos impactaron en el lugar al que fueron dirigidos, causando una quemadura leve en cada una, además de aturdirlos un poco. El soldado se agachó para dejarle el turno a Gwyn.

    — ¡Ahora, Gwyn! — indicaba Thomas.

    La chica abrió fuego con su rifle, logrando acertar dos disparos con sus balas en uno de los atacantes. El primero dio en el cuello y el segundo en la cabeza, provocando que este muriera y que algo de sangre salpicara de los agujeros de bala. Cuando Gwyn apuntó al segundo de ellos, este, sabiendo que sería el siguiente tras escuchar como los disparos mataban a su compañero, se agachó al suelo y empezó a moverse a rastras para dificultarle el disparo a la humana. Gwyn supo que le sería difícil pelear ante él así, por lo que decidió guardar su rifle y retomar la pelea con los puños. El inkor se levantó del suelo y vio venir a Thomas. El soldado cargó energía en sus manos y se disponía a golpear a su enemigo, quien supo que tenía una oportunidad para detenerlo. De forma rápida pero precisa, dirigió su daga a la mano de Thomas. Este se asustó por el ataque tan repentino, por lo que liberó energía intentando defenderse. Sin embargo, la daga soportó el impacto, y logró alcanzar la mano de Thomas, permitiéndole al inkor causar un corte poco profundo pero que igual le causó daño al humano.

    Thomas, quien recibió el corte de forma muy rápida y fuerte, lanzó un grito de dolor al mismo tiempo que sacudía su mano, haciendo presión para evitar perder demasiada sangre. Enojado y asustado a la vez, lanzó un codazo en contra de su enemigo, quien logró bloquearlo anteponiendo su brazo. Thomas retrocedió para acercarse a Gwyn, quien se asustó un poco al ver como de la mano de su novio brotaba sangre.

    — ¡Thomas, ¿fue un corte profundo?! — Gwyn se asustó al verlo así.

    — No, pero me duele — Thomas se sujetaba buscando hacer toda la presión posible para no perder más sangre — Dudo que pueda disparar energía hasta que no se cure mi corte.

    — Entonces quédate atrás y yo lucharé contra él — Gwyn quiso proteger a su novio de los enemigos — Tú cúbreme usando tu otra mano. Cuando regresemos a la nave te curaremos el corte.

    Qaior miraba a su alrededor sin distraerse demasiado y notó que dos de los suyos ya habían caído. Un humano estaba herido, cosa que podría facilitar su captura, y un enemigo también había perdido la vida. Pero la pelea no estaba siendo pareja. Fue por eso que se decidió a terminar su pelea de forma rápida.

    El líder de los inkor atacó de nuevo al comandante con su daga lanzando una serie de cuatro ataques. Cada uno de ellos, a pesar de que aumentaba la velocidad, era bloqueado sin problemas por Zion. Al comandante del Zenith le bastaba solamente con colocar su brazo para que su armadura bloqueara la daga de Qaior, quien empezaba a desesperarse. A pesar de ser un gran guerrero, no le estaba pudiendo dar un solo golpe a su rival. Esto lo desesperó un poco, y lo hizo lanzar otros tres ataques más.

    — ¡Es ridículo! — Qaior vio como el primero de ellos fue bloqueado — ¡¿Por qué no te puedo golpear?!

    Sus otros dos ataques también fueron bloqueados sin problemas por el comandante Stones, quien decidió pasar al ataque. Rápidamente, le dirigió un puñetazo fuerte al rostro de Qaior, quien no fue capaz de esquivarlo ni bloquearlo. El líder de los inkor atacó de nuevo, para que su ataque terminara como los demás. Tras haber bloqueado nuevamente, Zion levantó su mano y le arrojó un fragmento pequeño de energía al enemigo, quien lo recibió de lleno. Este se quemó solo un poco debido al pequeño tamaño del fragmento, pero aun así acabó retrocediendo. Posteriormente, Zion le dio un rodillazo en el estómago, el cual no le causó daño gracias a su armadura, pero causó que se inclinara un poco; momento perfecto que el comandante aprovechó para darle un codazo en la cabeza a Qaior. Este último intentó inútilmente utilizar su daga para realizar un corte al humano con el que estaba peleando, quien nuevamente le bloqueó el ataque.

    Zion intentó lanzarle un puñetazo, pero esta vez su enemigo lo vio y se anticipó a él. Qaior logró esquivarlo y retrocedió unos tres pasos para distanciarse de su enemigo. La furia que sentía por no poder hacerle nada incrementaba con cada ataque fallido. Sin embargo, eso lo llevó a pensar en otra cosa.

    — Ni siquiera puedo tocarlo — Qaior lo miraba frustrado, hasta que luego recordó algo que lo hizo empezar a sonreír — Este debe ser el humano del que me advirtieron — solo tenía una forma de saberlo — ¡¿En dónde está Wagner?! — preguntó el guerrero.

    Esa pregunta tomó por sorpresa a todos los soldados humanos, xaromitantes y también al garak. Eran conscientes de que el enemigo sabía sobre ellos, pero no tenían idea de por qué sabían el nombre de uno de ellos.

    — ¿Cómo supieron que él no está aquí? — Wida se sorprendió demasiado al escuchar esa pregunta.

    — ¡Eso no es algo que te importe! — Zion le respondió de forma severa al guerrero.

    — ¡Entonces él no está en este grupo! — Qaior lo supo por las respuestas que recibió — ¡Retírense ahora! ¡Nuestro nuevo objetivo es capturar a Wagner!

    Tan rápido como pudieron, los inkor empezaron a moverse hacia el interior del bosque, apartándose de la pelea que estaban teniendo contra sus enemigos, dejándolos a estos muy confundidos. Ace, Agustina, Aurio y Domir se frustraron al verlos escapar, por lo que intentaron tomar sus armas y dispararles, pero antes de que se dieran cuenta, los enemigos se habían cubierto tras los árboles y habían aprovechado el espesor de los mismos para escaparse en búsqueda de su nuevo objetivo.
     
    Última edición: 25 Abril 2020
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  3.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Por lo visto, Qaior y los Inkor no son gatos como pensé XD. Saliendo de bromas, estos tipos no son tan peligrosos como creí que serían, aún teniendo en cuenta que pueden ver en la noche. No sé si son débiles, o es simplemente porque se ven obligados a no matar a los humanos, pero esa es la impresión que me han dejado tras leer este capítulo.

    La cosa se está poniendo furris (sinónimo de: preocupación, malo, terrible, etc. XD). No se qué demonios quiere hacer Tzorkun al reclutar a solo humanos y dejando a las demás especies fuera. Es que, ¿acaso piensa hacer un ejército? Y de ser así, ¿para qué? Ahora que los Inkor saben que Wagner no está en el grupo de Zion, su objetivo sin duda va a ser él, pero no entiendo. Se supone que Tzorkun busca soldados fuertes, y hasta el momento, el más fuerte es Zion. Creo que a lo mejor va a usar a Wagner como conejillo de indias para atraer a Zion hasta ellos. Lo extraño es que Qaior bien podía hacerle frente a Zion, y no lo hizo, en su lugar se desesperó por nada y no hizo más que averiguar dónde estaba Wagner. Bien, no voy a comerme mucho la cabeza y esperaré a ver como se desenvuelve todo esto.

    Las batallas estuvieron muy entretenidas, debo decirlo. Sé que no todos participaron en este capítulo y es comprensible, dado a la gran cantidad de personajes que estás manejando en esta parte en particular de LGC. Yo también haría lo mismo, ya me entiendes XD.

    Antes de irme te cito dos errores que me parece haber encontrado. Uno de ellos es el siguiente;

    Y el otro es este, el cual no sé si es un error o bien fue una narración hecha a propósito:

    Por el momento, eso es todo. Espero que la próxima semana todo marche bien para seguir leyendo esta historia. Nos vemos. Saludos.
     
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  4.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo. Pasaré a comentar lo que más me ha llamado la atención del capítulo.

    El capítulo estuvo realmente bien y quería hacer mención a tu narrativa. Hace muchos comentarios que no hablo de ella porque me acostumbré a lo bien que lo haces, pero cabe destacarla al menos de vez en cuando para que sepas que eres muy bueno en esto. Más allá del elogio merecido, ha estado bien ver al otro grupo que no vimos en el anterior capítulo, el cuál era del grupo del general Orikrof básicamente. Los inkor con Qaior al mando son una especie increíble y me gusta mucho la habilidad que tienen de ver en la oscuridad, además del combate que han tenido, ha sido fantásticamente narrado y un disfrute leerlo.

    Sin embargo, de todos los personajes de este grupo, el que menos protagonismo ha tenido es el xaromitante mudo que ha muerto. Me hizo gracia y me gustó su expresión en el combate, cuando sonrió al verse ganando. Con ese simple gesto ya se diferenció del otro que murió. Aunque ninguno de ellos me ha sentado mal su muerte, pues hace poco que han aparecido y sinceramente los veía primeros en morir. Yo los considero muertes fáciles y entiendo su función, así que no tengo ningún reproche respecto a eso aunque si me hubiera gustado ver aunque sea a alguno de los dos poder ser más desarrollado. Sé que sería difícil pero no imposible.

    Finalmente, el propio Qaior al ver que la pelea no llevaba a ninguna parte, ha optado por meter el miedo en el grupo al retirarse alegando que buscan a Wagner. Eso sin duda preocupará al grupo, especialmente a su padre Zion. Temo que por el miedo, el comandante vaya a tomar malas decisiones. Antes de despedirme, me gustaría decir dos cosas: la primera, que tengo ganas de ver una muerte algo más importante que la de los xaromitantes y en general una muerte algo impactante. Si no recuerdo mal, la última más impactante fue la de Devlin, al menos para mí. La otra cosa y segunda, que me parece que la historia en cierta forma a adoptado al Zenith cómo protagonista y eso me entristece, porque inició siendo dicho grupo y Black Meteor, aunque ahora estos aparecen en momentos esporádicos y están casi desaparecidos. Opino que deberían estar más presentes, pues han perdido mucho protagonismo y eso puede afectarles a corto plazo en la trama.

    Nos vemos en el próximo capítulo. Un saludo.
     
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  5.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Hola. Gracias a ambos por los comentarios. Voy a contestar ambas cosas ya que ambos plantean cosas interesantes.

    Zurel

    Recuerda lo que dijo su líder en el capítulo:

    Claramente, el no poder matar a los humanos los condiciona un poco. Y no es que los garak y xaromitantes sean poca cosa. Domir estaba usando sus armas con las cuales puede fundirle el cráneo o la piel a los enemigos. Aurio y Wida son guerreros que pelean bastante bien y se ha visto en los capítulos 9, 10 y 11. Aurio derrotó justamente a Domir y Wida estuvo por ganarle a Agustina. El hecho de que a ellos sí los vayan a matar no quiere decir que tengan la pelea ganada. Con los humanos es más difícil. Nadie quiere cometer un asesinato accidental y luego tener que responder por su cuenta ante Tzorkun.

    No puedo revelarlo ahora, pero créeme que no falta mucho para eso. No recuerdo bien en qué capítulo ocurre ahora (es decir, recuerdo el capítulo, pero no su número) pero sé que no falta demasiado. Tranquilo, que la respuesta no llegará en el final de la parte. Supongo que ahora estás viendo del lado del lector lo que es ver a un personaje moviéndose por un objetivo desconocido XD.

    En el capítulo 8 se comentó algo como eso. Han pasado casi 2 meses desde ese capítulo, por lo que es entendible que se te haya olvidado.

    Sharyn y Jason consideran a Zion como una gran amenaza, y no es por nada tratándose de un comandante fuerte, puesto a que has visto como Qaior no lo pudo ni tocar. Por eso, el objetivo primario de estos seres es Wagner. Como lo has dicho, su plan es usar a Wagner para llegar a Zion.

    De hecho, por la mayoría de capítulos de esta parte (no me atrevo a decir todos, puesto a que creo que hay un par donde no es así) se verá a un grupo sí y a un grupo no. Es una aclaración.

    Gracias. Por lo general, yo revisaba los capítulos el viernes antes de publicar el sábado. Al haberlo publicado ayer, se ve que pasé por alto esos errores. Trataré de revisar con más anticipación el siguiente.

    Gracias por comentar.

    Resistance

    Gracias por marcarme esto. Yo también siento que la narración de la historia mejora a medida que avanzamos. Espera a que lleguemos a la parte V y verás cosas que, a mi criterio, están incluso mejor narradas XD.

    Lo mismo que dije a Zurel. Gran mayoría de capítulos de esta parte serán así.

    Sus personajes han sido personajes que creo que no metería ni en la categoría de terciarios. Son meros extras. Sus personajes iban a morir muy pronto en la primer batalla, y no tenía ganas de trabajar bastante en diálogos para personajes que solo estaban para ser los primeros en morir. Me ha ganado la vagancia, ya que no les he puesto nombre ni los he hecho decir diálogos genéricos XD. Sé que eso no habla muy bien de mí como escritor, pero son personajes que iban a morir a la primera pelea, y no tenía ganas de siquiera crearles un trasfondo. Y pensé que lo de "guerrero mudo" me ahorraba el trabajo y además me permitía mostrar algo distinto, aunque fuera por poco tiempo. Sé que estos personajes no merecen un premio ni nada XD. Y descuida, eso no volverá a pasar. Seguirán habiendo muertes de personajes extras, pero estos personajes tendrán voz al menos.

    Bueno, entiendo que quieras ver muertes importantes e impactantes. Pero es que no tengo personajes de sobra como para ir matandolos cada cierto número de capítulos. Es decir, los tengo, pero si no los mato no es porque tenga miedo de matarlos o porque no quiera, sino porque tengo reservado algo para ellos en el futuro. Sin embargo, descuida. Con los dos xaromitantes mudos muertos, ahora las opciones se han reducido. Habrá unas muertes que yo considero importantes, y seguro tú también lo harás. Que sean impactantes depende de ti y de como hayas considerado a los personajes. Pero entiendo lo que dices. Devlin murió en el penúltimo capítulo de la parte III, y el último capítulo de dicha parte trató sobre su muerte en el equipo. Llevamos 15 capítulos y no hemos visto morir nada más que a Roger. Además, venimos de la parte III que tuvo muertes en el inicio (Grace, Likar) en el medio (Stuart, Shun, Erin, Richard) y en el final (Devlin, los berrod y dos soldados del Zenith). Así que entiendo que sientas que a esta parte le falta algo. Pero descuida, que las muertes no tardarán en llegar.

    Entiendo lo que dices. La trama empezó con ellos y ahora solo estamos siguiendo a Zenith. De hecho, seguro que si yo fuera lector de esta historia, notaría y comentaría lo mismo. Pero estamos en un momento donde el reflector está sobre Zenith, y Black Meteor solamente se encuentra apartado. Lo he comentado en el primer capítulo

    En este caso solo puedo pedirte paciencia. Estoy consciente de que es chocante que la historia empezara con ciertos personajes y varios de ellos fueran dejados de lado. Créeme que fue necesario, y que sentía que no podía encontrar un rol mejor para Black Meteor para que entraran a la historia. De no ser por el espía, ellos no tendrían relevancia alguna en esta parte y probablemente no aparecerían. Entiendo que no te guste ver a personajes que te gustan fuera del reflector, ya que en tu top aparecen 3 personajes de Black Meteor, pero esto es temporal. Llegará un momento en el que ellos volverán a tener el protagonismo compartido con el Zenith, y cuando eso suceda, ya no lo volverán a perder. Paciencia. Falta para que ellos regresen al escenario, y cuando vuelvan, ya no volverán a bajar.

    Gracias por comentar. Saludos a ambos.
     
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  6. Threadmarks: La resolución del comandante
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5179
    Saludos a Zurel y Resistance Esta semana también he optado por publicar el viernes, ya que hoy no tengo clases ni trabajo. Ya que mañana tendré, es probable que mi tiempo disponible no sea muy abundante, así que prefiero hacerlo hoy.

    Este capítulo, comparado con el anterior, será más breve. Pese a eso, estoy seguro de que lo disfrutarán. Sin más que decir, los dejaré con la lectura.



    La resolución del comandante:

    Habían pasado diez minutos desde que Qaior y los guerreros que estaban junto a él se habían escapado para buscar al otro grupo. Aunque Zion ordenó seguirlos para encontrarlos y evitar que llegaran hasta ellos, no tenía caso el hacerlo. En la oscuridad del bosque, esos guerreros se les habían escapado y perdido de vista. Todo esto dejó muy frustrado al comandante, al mismo tiempo que preocupaba a todos los demás. Los enemigos contra los que habían peleado eran fuertes y hábiles, además de que no parecían tener problemas de luchar en la oscuridad. Y ahora se dirigían hacia el resto de sus compañeros. De alguna forma inexplicable, sabían sobre Wagner. Ninguno de ellos entendía como era eso posible, cosa que les llamó mucho la atención.

    — Primero dicen que no debían matar a los humanos, y ahora dejan de luchar contra nosotros para ir por Wagner — a Agustina no le cerraba nada de lo que recordaba — ¿Qué es lo que está ocurriendo en este planeta? ¿Quiénes son ellos, y por qué saben tanto sobre nosotros?

    — No tengo ni la más mínima idea — contestó Ace, sin entender nada de lo que acababa de pasar — Pero deberíamos advertirles a los demás para que tengan cuidado. En especial a Wagner.

    — Fairin, ¿podrías enviar un mensaje a Stones y alertar a los demás sobre estos guerreros? — le preguntaba el comandante Stones — Se trata de seres diferentes a los que ellos nos describieron antes, pero lógicamente trabajan juntos. Si no les advertimos, podrían creer que, al ser otra especie, se trataría de seres bondadosos cuando no es así. El estar informado en todo momento será crucial para el éxito de la misión.

    — Enseguida le enviaré el mensaje, comandante Stones — contestó Gwyn, alejándose un poco para iniciar la grabación de dicho mensaje.

    Thomas, quien seguía con la herida en su mano, decidió quitarse su armadura para poder arrancar un trozo de una de las mangas de su traje que tenía debajo para crear un vendaje improvisado. Supo que con todo lo ocurrido en la noche ya no podrían volver a encontrar la cápsula y regresar a la nave hasta que no saliera el sol, pero su herida debía tratarse.

    — ¿Cómo está tu mano? — Agustina se agachó para ver cómo era el corte de una de sus dagas.

    — Me da un poco de ardor, y no creo que pueda lanzar energía con esta mano hasta que la herida cierre — contestó Thomas, arrancándose una parte de su manda izquierda para crearse un pequeño vendaje.

    — Gracias a la mutación que sufrimos con la Catástrofe, no tardarás en curar — le respondía Ace, apoyando su mano en el hombro de su compañero — Pero es una llamada de atención para tener cuidado.

    — Yo no pude ver bien el momento en el que ocurrió — Wida hacía esfuerzos por recordar lo que había visto — Pero estoy segura de que vi como tu fragmento de energía chocaba contra su daga.

    — Así es, la energía no le hizo nada al filo de su arma — Thomas procedió a vendar su mano, sabiendo que no era lo mejor, pero era lo único que tenía a mano — Supongo que se necesitaría una cantidad más grande para poder hacerle algo.

    — Mi guante de calor fue capaz de destruirla — comentaba Domir, recordando que no tuvo dificultades ante su enemigo — Lo bueno es que no son indestructibles, pero el calor que libero con esto es muy extremo. No sirve para saber la medida correcta que se necesita para que funcione.

    — Eso nos deja sin saber casi nada sobre sus armas — contestó Aurio, muy frustrado por la pelea — Deberíamos haber preparado armaduras en todos los hasarbs que estuvimos en el espacio exterior. El filo de esas dagas podría cortar nuestros trajes y estaríamos en peligro.

    — Creo que lo mejor sería avisarle a Magnus sobre esto para que les construya armaduras — comentaba Thomas, sabiendo que las armaduras eran una buena forma de defenderse de armas como esa — Claro está que primero debemos regresar a salvo a la Tierra.

    — Ya envié el mensaje de advertencia — informó Gwyn, acercándose de nuevo al grupo — ¿Cuál será nuestro siguiente movimiento?

    La pregunta de la chica dejó pensando a todo el grupo. En un bosque desconocido y oscuro, sin orientación o una pequeña guía, perseguir a esos seres no sería de mucha utilidad y supondría un gran esfuerzo físico que solo terminaría por agotarlos. Tampoco podrían ir en busca de la cápsula, dado a que podrían terminar caminando en círculos sin poder encontrarla. Fue entonces que a Zion se le ocurrió una idea para aprovechar las cosas, por más que estas fueran malas.

    — El grupo que nos atacó huyó luego de darse cuenta de que Wagner Stones no está con nosotros — les informaba el comandante Zion — Eso quiere decir que no se acercarán a nosotros por ahora, al menos no hasta que los encuentren. Y podríamos aprovechar ese momento para descansar.

    — ¿Descansar de qué manera? — Aurio estaba interesado en el plan del comandante.

    — Estoy seguro de que no podrán encontrarlos en menos de una hora y media, por más buenos que sean buscando en el bosque — fue la respuesta del comandante — Así que sugiero que tomemos un descanso para aprovechar que no nos están persiguiendo. Sé que no suena bien el hecho de quedarnos a descansar mientras persiguen a nuestros compañeros, pero buscarlos nos agotaría demasiado, y tenemos un momento de tranquilidad que no podemos desaprovechar. Ustedes busquen la forma de dormir y recuperar fuerzas, y yo mantendré la vigilancia, alertando ante un posible enemigo. Una hora y media, ni más ni menos. Una vez que se termine, nos dividiremos para realizar varias tareas al mismo tiempo.

    — ¿Tareas como cuáles? — Wida quería saber más sobre el procedimiento — No hay mucho que se pueda hacer.

    — Aurio, Wida y Domir recorrerán el bosque buscando localizar al resto de nuestro equipo — Zion realizó la división de equipos — Confiaré en que Orikrof y Wagner no se dejarán capturar tan fácilmente, y que podrán escapar en el bosque. Por eso quiero que ustedes los encuentren y los traigan aquí. Fairin, Delleo, Lakor y Young buscarán un lugar que destaque sobre los demás en este bosque. Para mañana al atardecer quiero que todos estemos reunidos de nuevo, y para eso necesitamos un punto de referencia. Nunca encontraremos a los demás caminando a ciegas por el bosque y dándonos indicaciones. Necesitamos de un lugar que se diferencie del resto para poder guiarnos. Una vez que encuentren uno, yo vendré aquí y me reuniré con ustedes tres — decía hablando con los dos xaromitantes y el garak — Y todos nos dirigiremos hacia ese lugar.

    — ¿Qué es lo que hará mientras tanto, comandante Stones? — Ace no creía que Zion estuviera a salvo si solamente se quedaba a esperar — Podría ser atacado mientras espera la llegada de los demás.

    — Yo aprovecharé esto para dirigirme hacia la nave del comandante Fields y ver si logro encontrar algo que nos dé una pista — Zion tenía mucho valor para irse por su cuenta — No nos están persiguiendo a nosotros ahora mismo, y si lo estuvieran haciendo, dudo que envíen a alguien a esa nave durante la noche. Es por eso que tendré que aprovechar todas las horas de oscuridad que haya para llegar hasta allá antes de que salga el sol.

    — Es un plan demasiado arriesgado, comandante Stones — Thomas le hizo saber que no se sentía del todo seguro con el mismo.

    — Lo es, lo sé, pero tenemos que reunirnos todos para mañana al atardecer, además de que hay que llegar hasta esa nave y ver qué es lo que encontramos — Zion se mantenía firme en su decisión — Una vez que estemos todos reunidos, discutiremos sobre la información que tengamos y trazaremos un plan. Un plan que nos involucre a todos juntos en un solo equipo.

    — Comandante, ¿usted cree que podrá soportar toda la noche y la mañana despierto? — Wida se asombraba por la forma de hablar del humano — Si no comprendí mal su plan, usted se quedará despierto mientras nosotros dormimos. Y luego recorrerá el planeta solo sin un solo descanso.

    — Me he preparado a lo largo de mi vida para momentos como este — Zion expresaba confianza con sus palabras — Lo manejaré. Tendré tiempo de descansar tranquilo una vez que todos estemos unidos. No se preocupen por el cansancio. Tengo algo de preocupación por la forma en que saldrán las cosas. Eso me servirá para mantenerme despierto.

    Tras haber dicho esas palabras, todos se asombraron por la gran determinación del comandante Zion, además de sus palabras de confianza y su capacidad de idear un plan con información limitada. Su plan era muy arriesgado, pero si daba resultado, sería el último gran riesgo que deberían correr. Todos sabían que iban a estar en peligro desde antes de partir a esa misión. Lo supieron desde que escucharon a un comandante en persona solicitar ayuda para poder escapar del lugar. Por lo cual, un riesgo mayor o menor no dejaba de ser un riesgo.

    Los soldados supieron que la hora y media que Zion les había dado para dormir no se extendería, pero que sí podría achicarse en caso de recibir algún ataque de enemigos. Con eso en mente, todos se recostaron y buscaron la forma de dormir lo más cómodamente posible. Gwyn y Thomas durmieron cerca el uno del otro, lo mismo ocurría con Ace y Agustina. Wida se recostó apartada de ellos. Aurio sentía deseos de dormir cerca de ella, pero no quería que ella pensara que se acercaba al lado suyo por otro motivo. Fue por eso que se recostó un poco distanciado de ella. Domir supo el porqué de sus acciones, así que se colocó en el medio para no dejar mucha distancia entre ambos. Dado al estrés de la pelea, y del cansancio por ser de noche, no tardaron mucho tiempo en dormirse.

    El comandante Zion los miraba atentamente. Supo que él era el único de todos los de su grupo, y probablemente de los del otro grupo también, que estaba preparado para pasar toda una noche sin dormir. En sus tiempos de soldado, él se entrenó para cosas así por su cuenta. Sabiendo que debía permanecer alerta en todo momento, tomó su rifle y empezó a caminar para patrullar por el lugar. Confiaba en que el otro grupo podría soportar una hora y media sin que los descubrieran los guerreros que los habían atacado a ellos, pero supo que sería una tarea complicada en un planeta como en el que se encontraban.

    — Ten mucho cuidado, Wagner — Zion no podía evitar pensar en su hijo — No sé qué es lo que estos seres estén tramando, ni cómo es que saben demasiado sobre nosotros. Pero realmente debes tener cuidado. Todos ustedes deberán tenerlo.

    A pesar de sus preocupaciones, Zion supo que el control de la situación escapaba de sus manos ahora mismo. Desearía poder ayudar al resto de sus compañeros, pero solo supondría un gasto de fuerzas que no contribuiría a nada positivo. Aunque noventa minutos no era un tiempo demasiado extenso, un descanso era un descanso, y para soldados acostumbrados a luchar en situaciones difíciles, era tiempo muy valioso que debía aprovecharse al máximo.

    Zion veía a sus soldados descansar, siendo imposible para él recordar los momentos en los que él fue un soldado antes de convertirse en comandante. Su atención se centró en Ace, quien competía con su hijo por el puesto que el comandante Richard había dejado vacante. Zion sabía que Ace aprendería mucho de él, y que, en algún momento, él terminaría siendo un comandante que daría un gran aporte al Zenith. Tenía la certeza de que, en un futuro, Ace estaría en su lugar, y tendría que ser él quien diera ordenes para sacar a su equipo de una situación difícil. Sin embargo, para que ese día llegara aún faltaba tiempo. En ese momento, la responsabilidad le correspondía a él, y tenía en mente que solo podía centrarse en su tarea actual.

    Despejó su mente para volver a fijarse en los alrededores. Ciertamente, cuando lo veía con atención, el planeta era un lugar muy semejante a la Tierra. Tanto en apariencia como en otros aspectos. El aire que se respiraba allí era algo más puro, lo cual llevó al comandante a preguntarse en donde vivirían los guerreros que los habían atacado. Si habían logrado llegar rápidamente al bosque, eso quería decir que las ciudades en donde habitaban estaban cerca del lugar. Sin embargo, desde la vista de la nave, no había logrado dar con ellas. Por alguna razón, no se podía sacar eso de su mente.

    […]

    El grupo de Orikrof, por su parte, se encontraba descansando en un lugar muy apartado de la ubicación en la cual habían tenido su pelea hace un par de minutos atrás. Tras haber caminado mucho tiempo, lograron encontrar una zona con troncos de árboles caídos, los cuales les podrían servir como cobertura en caso de un ataque. Si bien, la zona no se extendía a más de treinta metros alrededor, era lo único que tenían. La especie que los había atacado se había ido, y tenían la certeza de que ya no los volverían a atacar. Caso contrario, ya lo hubieran hecho. Sabiendo que necesitarían descansar tras la pelea y que podrían no tener tanta suerte si seguían caminando, se dispusieron a descansar en ese lugar.

    Orikrof se subió a uno de los troncos caídos, donde montaría guardia desde allí. Wagner y Dustin, por su parte, también estaban montando guardia. Cada uno en una punta distinta, cubiertos detrás del mismo tronco, mirando en una dirección distinta. El resto del grupo aprovecharía eso para tomarse un descanso. Michael y Alicia dormían muy pegados el uno al otro. Lankir y Gan también, aunque algo más separados. Plamo, por su parte, estaba algo distanciado del resto. Lo que caracterizaba a todos ellos era que dormían con las armas cerca de sus brazos, para poder reaccionar rápidamente ante un posible ataque. Aunque lo cierto era que todos esperaban pasar una noche tranquila.

    Wagner, quien tenía las luces de su armadura encendidas, aprovechó el momento para mirar a su compañera, Alicia. Ella realmente le parecía muy atractiva, y eran pocas las oportunidades en las que él podía detenerse a apreciarla de forma calmada. Siempre estaban en una misión o en un entrenamiento, por lo que no podía detenerse a mirarla. Quiso aprovechar al máximo ese momento de tranquilidad. Sabía que debía estar vigilante ante los peligros, por lo que cada treinta segundos cambiaba la vista de su compañera hacia los alrededores. Para Wagner, Alicia era una chica realmente hermosa, y cada segundo que la miraba, la encontraba cada vez más bonita que antes. Dustin, su amigo, lo conocía bien, y aunque Wagner nunca había demostrado sentimientos por las compañeras que ellos tenían en el grupo antes, supo reconocer esa mirada en Wagner. Dustin estaba preocupado de que Wagner se viera afectado por el hecho de que Alicia, una chica que le gustaba, estuviera junto a Michael. Notaba que a Wagner no le agradaba demasiado el tener que hablar con él. Supo que con el asunto de estar compitiendo con Ace por el puesto de comandante, Wagner nunca haría nada que pusiera en peligro a Michael, pero también era cierto que distraerse podría llevarlo a cometer errores.

    Ante esto, su amigo quiso hablar con él para ver si podía hacer que se centrara en otra cosa.

    — Este planeta es agradable, ¿no crees? — preguntó el soldado.

    — Si omitimos el hecho de que esos insectos gigantes casi nos matan, te digo que sí — contestó Wagner, intentando mantener el buen humor, cosa difícil ya que estaba empezando a cansarse un poco — Desearía que hubiéramos podido matar a más de ellos.

    — Tres no es un mal número, tampoco — Dustin recordó que habían logrado eliminar a tres de ellos — Estábamos en desventaja, y sufrimos menos bajas.

    — Pero las sufrimos, y perdimos a un soldado xaromitante — al decir eso, Wagner miró al general Orikrof, creyendo que se sentiría mal por la pérdida de su hombre — Pase lo que pase, no hay que perder a nadie más. Esto solo se puede solucionar uniendo los dos equipos. Nos confiamos demasiado al dividirnos en dos grupos de nueve, y ahora pagamos el precio.

    — Eres algo dramático, Wagner — Dustin lo decía en tono de broma — Si no fuera por los xaromitantes, seríamos un solo grupo de once. Dos personas más de las que fuimos atacadas hoy.

    — Pero si unimos a los dos equipos nuevamente, seremos dieciseís — respondía Wagner — Y si no nos hubiéramos dividido, habríamos sido dieciocho. Quizá así podríamos haberlos matado a todos. Si siendo nueve logramos matar a tres y solo perdimos a uno, imagino que siendo dieciocho podríamos haber matado a ocho de ellos como mínimo, y estoy seguro de que no habríamos sufrido bajas.

    — En fin, no tiene sentido pensar en eso ahora — su compañero ya no sabía de qué hablar con él — Será mejor no distraernos más.

    Dustin ya no supo cómo mantener a Wagner ocupado en una conversación con él, por lo que ambos retornaron a su vigilancia nocturna. El bosque realmente era muy oscuro, y en esa parte en la que estaban, los árboles se mantenían cercanos, lo cual dificultaría al equipo huir por un mismo camino. Sin embargo, los dos soldados no querían pensar en eso.

    Fue ahí cuando Wagner recibió un mensaje en su armadura. La alerta llamó la atención de Dustin, quien decidió no moverse de su lugar, y de Orikrof quien sí lo hizo. El general se acercó al soldado y le preguntó de qué se trataba.

    — ¿Qué se supone que es eso? — el general sabía que era un mensaje del otro grupo, e imploraba que fueran buenas noticias.

    — Gwyn ha enviado un mensaje — respondió Wagner, preparándose para escucharlo — Veamos qué es lo que tienen para nosotros — el soldado configuró su armadura para que esta reprodujera dicho mensaje en voz alta, de forma en que los dos que estaban despiertos junto a él lo escucharan.

    — ¡Wagner, hay algo que debes saber! — Gwyn sonaba algo alterada al hablar — ¡Una especie acaba de atacarnos! ¡No es como la que los atacó a ustedes, estos son muy diferentes! ¡Tienen un aspecto muy parecido al de un ser humano, con la diferencia de que sus pieles son de color amarillento! ¡Estos no tienen alas para volar por los árboles, pero aparentemente, se mueven en vehículos! ¡Cuentan con armaduras y pelean utilizando unas dagas, y son muy hábiles al usarlas! ¡Fuimos atacados y perdimos a un xaromitante, además de que Thomas tiene una herida leve! — esas palabras ponían en alerta a los tres soldados — ¡Y eso no es todo! ¡En un momento, uno de ellos, el que parecía ser el líder, preguntó por ti! ¡No preguntes cómo es que saben sobre ti, pero lo saben! ¡Luego de que se dieron cuenta de que no estabas con nosotros, se fueron corriendo en la oscuridad del bosque! ¡Los seguimos, pero no los pudimos encontrar! ¡Tengan cuidado, todos ustedes, porque esas criaturas van a buscarlos! ¡Espero que este mensaje les llegue a tiempo!

    El mensaje de Gwyn terminó con esas palabras. Tanto el general como los dos soldados humanos estaban muy impresionados, y en parte asustados con las palabras dichas por Gwyn. Había un total de dos especies en el planeta, y si lo que Plamo y Domir suponían era cierto, podría haber un total de dos más. Pero eso no era lo más urgente ahora. Una de esas especies fue capaz de reconocer a Plamo como un garak, mientras que la otra sabía de la existencia de Wagner y que también que este mismo iba a estar en el planeta. Mientras que ellos no sabían nada respecto a sus enemigos, estos parecían tener mucha información sobre ellos. Lo cual era muy desalentador, además de aterrador cuando se analizaba.

    — Despertaré a los demás para advertirles sobre esto — Orikrof se dispuso a hacerlo — Si nos atacan, y tenemos que separarnos, tienen que saber sobre esta nueva especie.

    — Primero esos insectos, y ahora estos con la piel amarilla… — Dustin no dejaba de pensar en teorías sobre lo que podría pasar — ¿Serán aliados, o serán enemigos que pelean entre sí para lograr un mismo objetivo?

    — Los insectos nos atacaron a nosotros, y los demás a ellos — Wagner no sabía qué pensar — Eso podría querer decir que se trata de aliados, dado a que unos aparecen cuando otros se retiran. Pero también está la posibilidad de que sean enemigos. Aunque, si lo pensamos bien, ellos sabían que yo no estaba allí, sino en el otro grupo.

    — Sí, pero eso no quiere decir que sean aliados necesariamente — Dustin intentaba llegar a una conclusión — Podrían tener a alguien infiltrado para robarles información.

    — ¿Algo como un espía? — preguntó Wagner.

    — Exacto, hay muchas posibilidades — Dustin se llevó una mano a la cabeza — Da igual, eso no cambia que tenemos que sobrevivir aquí, y descubrir qué les ocurrió a nuestros compañeros.

    — Si nosotros la estamos pasando tan mal en nuestro primer día, no quiero imaginar el infierno por el que habrán pasado ellos — Wagner empezaba a dudar sobre si estos podrían estar vivos — ¿Crees que hayan logrado sobrevivir?

    — Ellos dijeron que se mantendrían escondidos hasta que una nave apareciera, y de seguro habrán visto nuestra nave — Dustin quería ser positivo — Salvo que se encuentren en la otra punta del planeta, lo cual haría nuestra misión más difícil, ellos deberían salir pronto.

    — Imagino que buscarán una forma de comunicarse con nosotros, si es que siguen con vida.

    — Ya le avisé a todos — Orikrof regresaba con ellos — Me aseguré de que no se durmieran otra vez sin saberlo. Estarán atentos en caso de que algo ocurra.

    — ¿Qué es lo que sigue ahora? — quería saber Dustin.

    — Seguir con la vigilancia, ahora más alerta que nunca, sin ninguna distracción — ordenó el general — Si experimentaran cansancio, deben avisar y despertar a uno de ellos para que hagan guardia. No les daré ninguna restricción. Pueden permanecer de guardia el tiempo que ustedes lo deseen y crean que pueden manejar.

    Con todo eso dicho, los tres retomaron sus tareas de vigilancia. Ahora con una preocupación adicional. Supieron que la primera especie que los había atacado ya no los volvería a atacar, al menos no por el momento, pero ahora tenían que preocuparse por otra. Aunque había algo que los aliviaba en todo eso, y era el hecho de que sus compañeros estarían a salvo. Si ellos, principalmente Wagner, eran los objetivos, eso quería decir que los demás no serían molestados por el momento. Wagner no dejaba de pensar en el hecho de convertirse en un objetivo. Por alguna razón extraña, lo conocían a él, y por una razón aún más extraña, era un objetivo prioritario. Esto no animaba para nada al soldado, sin embargo, pronto empezó a verlo de otra forma. Si evitaba ser capturado por los enemigos, eso le sumaría para el momento en el que su padre decidiera al comandante entre él y Ace.

    El soldado tenía deseos de irse a dormir, pero notaba que Dustin estaba más cansado que él. Supo que en algún momento le pediría a alguien más que lo reemplace, y si se lo pedía a Alicia, claramente aprovecharía para hablar, aunque sea un poco con ella. En caso de que terminara eligiendo a alguien más, se iría a dormir de forma directa. Solo fueron diez minutos más los que Dustin fue capaz de soportar, y este no tardó en ir a pedirle a Michael que lo reemplazara. Wagner no tenía ningún interés de hablar con él, por lo que una vez que se asegurara de que Michael estuviera lo suficientemente despierto, él pediría un intercambio con alguien.

    Michael fue despertado por Dustin, quien solamente le puso al tanto de lo que había transcurrido en el tiempo que había pasado desde el mensaje, y luego se acostó a dormir. Michael tomó su posición, notándose en él un ligero cansancio. Wagner sentía muchas ganas de dormir, pero hasta no asegurarse de que no correría peligro, no podría llegar a conciliar el sueño. Pasaba el tiempo, y él seguía viendo a Michael con algo de seriedad, esperando a que este terminara de despabilarse.

    Cuando finalmente notó que Michael ya se encontraba atento a los alrededores, Wagner se disponía a irse a dormir, hasta que Orikrof lo detuvo.

    — Espera, Wagner, no te duermas todavía — el general levantó su mano — Creo que oigo algo.

    Tanto Wagner como Michael empezaron a poner atención para escuchar lo que fuera que su general estuviera escuchando. Tras un par de segundos, lograron distinguir el sonido de lo que parecían ser vehículos en marcha. Recordando lo dicho por Gwyn, esta especie que los había atacado se movía en vehículos, y si los podían oír era porque estaban cerca de ellos. Orikrof no perdió tiempo y se bajó del tronco en el que estaba parado ya que ahí era blanco fácil y no había forma de saber qué tan lejos estaban esos tipos.

    — Despierten a los demás y prepárense para un posible enfrentamiento — susurraba el general a los dos soldados — Aprovechemos ahora que no están demasiado cerca.

    Fue así como Michael y Wagner despertaron a todos sus compañeros, mientras que el general, sin salir de la cobertura de los árboles caídos, escuchaba atentamente los vehículos. Cuando todos los soldados estaban despiertos, el ruido de los vehículos se escuchó por un momento más, volviéndose ligeramente más fuerte con cada segundo, hasta que se detuvo por completo. Eso quería decir que los vehículos ya no estaban en marcha, pero nada aseguraba que aquella especie había dado la vuelta. Cada uno de ellos en el grupo de Orikrof tomó su arma para mantenerla firme junto a ellos. En la primera oportunidad que tuvieran, darían el primer disparo.

    Poco a poco, empezaron a escuchar pasos acercándose hacia ellos. Aunque no precisamente en la dirección en la que ellos se encontraban, los pasos se aproximaban.

    — Prepárense para dar una emboscada — Plamo sugirió que eso sería lo mejor — No podemos dejar que nos vuelvan a tomar por sorpresa a nosotros. Tenemos que ser nosotros los que demos el primer golpe.

    Cada uno de ellos miraba como podía en la dirección por la cual los pasos se les acercaban, mientras que unas voces se empezaban a escuchar.

    — Esta zona podría ser su escondite — podían distinguir bien lo que decía quien fuera que estuviera hablando, lo que quería decir que se les acercaba cada vez más.

    — Lo veo como un desperdicio, Qaior — mencionó otro de los que estaba en ese grupo — Gastaremos tres sin tener certeza de nada. Deberíamos seguir buscando.

    — En caso de que no estén aquí, seguiremos buscando, no te preocupes — respondía el primero que habló, quien, para conocimiento del grupo, respondía al nombre de Qaior — Hubo una razón por la cual quise dejar este lugar para explorar al final. Eso les daría tiempo suficiente para aproximarse, y si lo hicieron, claramente este lugar sería un escondite ideal para ellos. Si no están aquí, es porque no han llegado hasta este lugar.

    El grupo entero se dio cuenta de que corrían peligro ahora. Creyeron haber encontrado un refugio ideal para esconderse, pero las especies que habitaban en ese planeta lo conocían muy bien, y claramente lo tenían en cuenta como lugares a buscar. Mientras estaban pensando en eso, el líder de aquel grupo dijo unas palabras más.

    — Con intentar no perdemos demasiado — decía el líder de los inkor, Qaior.

    Escucharon un ligero zumbido en el lugar, dirigiéndose hacia una dirección diferente de donde se encontraba el escondite. Y unos cinco segundos después, una explosión pequeña tuvo lugar. Dicha explosión no fue demasiado fuerte, y solo sacudió un poco la tierra del lugar en donde sucedió para levantar también un poco de polvo. Se dieron cuenta de que se trataba de una granada aturdidora, cosa que los ponía en aprietos dado a que no tenían como contrarrestar eso, y su única salida en caso de que les lanzaran una a su posición sería escapar. Solo les quedaba rogar para que no cayera ninguna en su lugar.

    — No hubo suerte con la primera, es el turno de la segunda — Qaior volvería a intentar.

    El zumbido se escuchó nuevamente, y ahora este iba en dirección a su escondite, cosa que alarmó a todos. Una pequeña esfera, la cual parecía ser la granada, no tardó en llegar hasta su posición, quedando justo en el medio del grupo.

    — ¡Corran, ahora! — Orikrof supo que solo tendrían cinco segundos antes de que exploten.

    — ¡Los encontramos! — Qaior se emocionó al ver que el grupo que tanto buscaba se encontrara en aquella zona — ¡Prepárense para enfrentarlos!

    Tardando menos de un segundo desde que Orikrof dio ese grito, todos en el grupo salieron corriendo del lugar. Buscando alejarse lo más posible de la explosión para no verse aturdidos. Lamentablemente para ellos, quedaron separados. Lankir, Michael, Alicia y Dustin fueron hacia la izquierda mientras que Orikrof, Wagner, Gan y Plamo corrieron hacia la derecha. Cinco segundos después, la granada explotó, generando una sacudida pequeña que no fue capaz de tirar al suelo a ninguno de los miembros del equipo, quienes no dejarían de correr sabiendo que tenían a sus enemigos cerca. Ninguno de ellos logró darse cuenta de que se habían separado, y ahora cuatro personas corrían en una dirección mientras que las otras cuatro iban hacia otra.

    Qaior y los suyos empezaron a correr hacia la zona de la explosión para ver si alguno de sus objetivos había sido alcanzado por la misma. Estos se llevaron una ligera decepción al darse cuenta de que no había sido el caso. No sabían cuántos de ellos conformaban al grupo, pero sin importar cuantos fueran, las cosas no cambiaban y debían encargarse de perseguirlos a todos.

    — Creo haberlos visto correr en direcciones diferentes — decía uno de los que acompañaba a Qaior, queriendo aportar información al equipo.

    — ¿Lograste identificar quienes iban en cada lado? — Qaior tenía interés en saber esos detalles a la perfección.

    — Salieron corriendo muy rápido, y podría equivocarme, pero creo que vi a tres humanos en esa dirección — el soldado apuntó hacia donde habían corrido Michael, Alicia, Dustin y Lankir — Y que otro de ellos fue en la dirección contraria.

    — El asunto es que no sabemos quien de todos es Wagner, ni tampoco en qué dirección se fue — Qaior se frustraba por no tener una forma de conocer esa información — No nos quedará otra opción más que dividirnos y probar suerte. Recuerden que Wagner y los humanos no pueden ni deben ser asesinados. Tengan eso en mente. Solo repito esto porque es importante. Si alguno llega a matar a uno de ellos, no me haré responsable del castigo que Tzorkun les dará.
     
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  7.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Saludos amigo, ha sido un buen capítulo. La trama se va desarrollando pausadamente y eso está bien, aunque me muero de ganas de ver crecer más la tensión. Ahora comentaré lo más destacado para mí, como siempre.

    Debo decir que el comandante Zion Stones me ha convencido en éste capítulo y con total sinceridad te digo que en el próximo podio que me pidas, el estará. Sí, no ha hecho nada importante, pero su forma de pensar y decidir por el bien del grupo, además de sacrificar su descanso por el resto y su liderazgo, me han hecho cogerle más aprecio. Su personaje iba en línea ascendente desde que apareció aunque para mí gusto, todavía le queda un poco para alcanzar a Richard en lo que se refiere a cogerle cariño XD. Me gustaría saber más de su pasado y que su personaje vaya creciendo, estaré expectante de eso.

    Por otro lado, he de decir que pese a que Wagner no me termina de convencer (y opino lo mismo con él que con su padre, quizá me vaya agradando conforme vaya demostrando más cosas) si que me ha sabido mal por él el hecho de que le guste Alicia y ésta esté con Michael. Digamos que le entiendo XD es jodido estar en esa situación, donde te gusta una chica pero ella está con otro. Comprendo que le desanime y he de admitir que a día de hoy, yo hubiese sido Dustin cuando se le acercó a distraerle, aunque no me caiga muy bien. Creo y espero que su personaje explote pronto, porque con el hecho de que ahora Wagner es un objetivo de los enemigos, veo que puede desarrollarse más y estoy convencido de que puede agradarme más.

    Finalmente, la llegada de los inkor y Qaior. Han tenido una idea ingeniosa, la de lanzar granadas aturdidoras en varias direcciones, pues han dividido el grupo y eso les puede facilitar la caza. Tengo el presentimiento de que en uno de esos dos grupos está la primera captura/muerte importante. Esto es todo, nos vemos a la próxima.
     
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  8.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Bien, esto se está complicando mucho y las cosas se están poniendo, como se dice en mi país, color de hormiga brava XD. Tal como lo imaginé y tal como lo comentaste, Qaior y compañía están detrás de Wagner. La ventaja que tienen es que ninguno sabe quién es él, pero ahora el problema es que se han separado. Esto pone a este equipo en una situación difícil.

    Y el equipo de Zion tampoco la tiene muy fácil. Por algo es comandante, pero no creo que sea una decisión sabia pasar toda la noche despierto, y después ir en busca de la nave. Aún así, espero que Zion no tenga problemas, y todo marche según lo planeado.

    Retomando lo sucedido en el grupo de Orikrof, debo decir que me agrada que Alicia haya terminado junto a Michael, Dustin y Lankir. Así Wagner no tendrá oportunidad alguna de intentar ligar. Me pregunto que le ocurrirá al hijo de Stones cuando llegue a ser capturado. Me muero de curiosidad por saberlo, pero aguantaré hasta llegar a ese momento.

    Es obvio que la noche reinará por al menos uno o dos capítulos más. Espero que cuando salga el sol, nadie haya muerto y si lo hacen, que no sea ningún Xaromitante. Los pobres ya ha sufrido dos bajas y están a nada de extinguirse.

    No me pareció ver ningún error. Asi que eso es todo por el momento. Nos vemos en la próxima oportunidad. Saludos.
     
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  9. Threadmarks: Al salir el sol
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
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    42
     
    Palabras:
    6239
    Saludos a todos, especialmente a Resistance y a Zurel que han seguido esta parte de la historia desde el principio. Hoy tengo un anuncio algo extraño. Voy a publicar otro capítulo de la historia pese a que ayer ya publiqué el capítulo correspondiente a esta semana. Eso se debe a un motivo importante, y es que dejaré de conectarme al foro hasta el domingo 10 de mayo. Los profesores me han mandado muchos trabajos para la semana próxima, y a partir de mañana voy a pasarlo bien (en realidad no XD) resolviéndolos.

    Dado a que estaré mucho tiempo sin entrar al foro, publicaré el capítulo que correspondía a la semana siguiente. Calculo que el viernes 15 o el sábado 16, todo depende de como me vaya, estaré publicando el próximo capítulo, y luego, si nada malo vuelve a pasar, seguiré publicando un capítulo por semana.

    Un anuncio más, relacionado a los tops. Mi idea era pedirles uno cada cierto número de capítulos. Pedí el primero en el capítulo 8, y les iba a pedir el próximo al publicar este capítulo. En su lugar, creo que es mejor que ustedes me manden un top 10 nuevo cuando ustedes lo crean conveniente. Si con un capítulo su top cambia, mándenlo. Y si con el capítulo siguiente, el top les vuelve a cambiar, vuelvan a mandarlo. No es ninguna clase de molestia para mí. Todo lo contrario, es divertido. Si bien, la idea mía no es tener un top por cada capítulo, si ustedes sienten que quieren cambiar a un personaje de lugar, son libres de hacerlo cuando lo deseen.

    Publicaré los tops actuales y algo de información que he conseguido con los mismos, para que la consulten cuando deseen.

    top1.JPG


    Encontré un top viejo que te pedí por Facebook en el 2018, y lo incluí a los que ya mandaste XD.
    top2.JPG

    top3.JPG


    Sin nada más que decir, les dejo el capítulo.


    Al salir el sol:

    Qaior fue junto a tres de sus guerreros a perseguir al grupo de Orikrof, Wagner, Gan y Plamo. No tenía forma de saber en cuál de ellos podría estar Wagner, por lo que decidió decantarse por el grupo en el que solo había un humano. Las ordenes eran dejar vivos a los humanos y matar a los que no lo fueran, por lo que irse en el grupo donde había un solo humano significaba que podría pelear con todas sus fuerzas en contra de tres de ellos, sin tener que contenerse. Al menos para él, eso era una ventaja.

    Orikrof y los tres que fueron con él corrían por el bosque con las luces encendidas, sin poder tomar distancia de sus perseguidores, y sabiendo que las luces los guiaban hacia ellos. En cualquier caso, correr a oscuras era mucho menos recomendable que hacerlo con las luces encendidas. Dado a que la armadura de Plamo no podía emitir luz, él iba en el medio del grupo. El general y Gan iban al frente, dejando a Wagner al final. Como creían que estos no dispararían a matar teniendo a un humano al final, decidieron que sería lo más prudente avanzar de esa manera.

    — ¿Cuál es el plan, general? — preguntaba Plamo, sabiendo que en cualquier momento podrían encontrarse con una zona sin escape.

    — ¡Seguir avanzando hasta tener un lugar en donde poder pelear de forma cómoda! — contestó el general, sin dejar de correr ni tampoco bajar la velocidad.

    — ¡En el momento en el que divisen alguno, den un grito! — avisaba Wagner, quien a veces miraba hacia atrás al correr para mantener vigilados a los enemigos — ¡De lo contrario podría terminar chocando contra ustedes y eso sería fatal!

    — ¿Creen que los demás hayan conseguido escapar? — Gan se veía preocupado por Lankir y el resto del grupo.

    — Primero tenemos que preocuparnos por nosotros — Orikrof se encontraba algo frustrado por haber huido sin darse cuenta de que se separaron — Luego buscaremos a los demás.

    Mientras ellos avanzaban por el frente, Qaior los observaba desde unos metros más atrás. El líder de los inkor quería lanzarles una granada aturdidora, pero con la falta de precisión debido a la carrera, sumada a los árboles del bosque, lo más probable sería que fallara y la desperdiciara. Había logrado encontrarlos sin desperdiciar demasiado, por lo que creyó que sería buena idea no tener que hacerlo ahora que los había encontrado.

    — ¡Continúen avanzando! — gritaba Qaior dándose vuelta, notando que él estaba más adelante que los suyos.

    — ¡Líder, mire eso! — uno de los que iba con él señaló hacia adelante.

    Qaior se dio la vuelta y pudo ver como tres de ellos se habían volteado también para apuntarle con sus armas. Aparentemente, el grupo enemigo había encontrado un buen lugar desde el cual poder defenderse de ellos. Qaior sintió como su vida estaba en riesgo, por lo que dio una orden rápida.

    — ¡Al suelo, todos, ahora!

    Tanto él como sus hombres dieron un salto rápido y directo a la tierra, logrando evitar una lluvia de balas que pudo haber sido mortal para todos ellos. A pesar de haber evitado la muerte en ese momento, el peligro no había terminado, por lo que los cuatro se movieron a rastras hasta poder cubrirse tras los árboles. Al mirar mejor los alrededores, notaron que podrían utilizar los árboles para llegar hasta ellos y luego entablar un combate de forma directa. Eso fue lo que hicieron, guardando el mayor silencio posible en todo momento.

    Wagner, Plamo y Gan habían sido los que dispararon esa ráfaga de balas, pero eso solo terminó provocando que sus armas se calentaran demasiado, quedando inutilizables. Orikrof aún tenía la suya, pero dudaba de poder tomarla y exterminar a los cuatro que lo estaban persiguiendo. Además, él creía que se trataba de cuatro porque solo había visto a ese número de enemigos perseguirlo, pero no sabía si había más realmente.

    — Qué lástima que no hayamos logrado matar a ninguno de ellos — se quejaba Gan, mientras se aproximaba al general para estar a salvo.

    — Descuida, tendremos otra oportunidad ahora mismo — le respondió Plamo, procurando que no se desanimara — Somos sus objetivos y no van a desistir en su búsqueda para eliminarlos.

    — Escucho ruidos entre los árboles — Wagner prestó atención a lo que lo rodeaba — ¡Todos agrúpense!

    Los cuatro miembros del equipo se acercaron para poder estar al alcance en caso de que alguno requiriera de ayuda en el combate que sabían que iban a librar en poco tiempo. Sus enemigos no tardaron mucho en aparecer, cada uno desde una esquina diferente. Finalmente, los ocho guerreros se veían las caras. Qaior fue el primero en hablar de todos ellos.

    — Tengo entendido que Havor los atacó y solo pudo matar a uno de ustedes — apreciaba el líder de los inkor — Pero no tendrán tanta suerte conmigo.

    — Asumo que Havor es el líder de esos insectos gigantes que nos atacaron — Wagner quería hablar con el enemigo y ver si podía hacer que este bajara la guardia — ¿Tu nombre?

    — Qaior, y soy el líder de los inkor — contestó, más por una cuestión de cortesía que otra cosa — ¿Tú eres Wagner?

    — Así es, soy yo — contestó el soldado, sabiendo que mentir no tenía mucho sentido, y creyendo que habría posibilidad de que sus otros compañeros dejaran de ser perseguidos si revelaba su nombre — ¿Por qué el interés en mí? Lo aprecio, pero preferiría que fuera otra persona la que estuviera interesada en mí como lo estás tú.

    — Me haces reir, chico — comentaba Qaior, quien estaba empezando a disfrutar el hablar con él — Tú y yo podríamos llevarnos muy bien. Lamentablemente, es una oferta que no aplica para tus amigos. ¡Todos ataquen!

    Qaior y los otros tres tomaron sus dagas y se lanzaron a un combate físico en contra del grupo. Estos sabían que estaban demasiado cerca unos de otros como para usar las armas sin comprometer el bienestar de los demás, sumado al hecho de que la falta de luz solar no facilitaba en nada las cosas. Ante esta situación, los cuatro miembros del grupo no tuvieron más opción que comenzar a pelear en contra de ellos.

    Qaior fue directamente contra Wagner, quien también sentía deseos de luchar contra él. El inkor utilizó su daga para atacarlo, pero el humano contrarrestó el golpe dándole un codazo con su armadura. La dureza del metal se impuso al filo del arma blanca del enemigo, pero este no se detuvo, y le lanzó un rápido rodillazo al estómago al humano. El golpe fue fuerte, pero no dañino, y lo hizo retroceder un poco. Qaior entonces volvió a atacar otra vez con su daga, esta vez intentando darle un corte en vertical. Wagner se cubrió con uno de sus brazos, el derecho más específicamente, mientras que con el izquierdo apuntó hacia el rostro del enemigo para disparar energía de sus manos. Qaior lo vio venir, y consiguió bloquear el disparo con uno de sus brazos, para luego, con el mismo lanzarle un codazo al rostro a Wagner. El golpe fue fuerte, pero no le causó ningún daño considerable al soldado, quien nuevamente volvió a retroceder. Qaior comenzaba a sonreír al verse con ventaja.

    — Tu estilo de pelea no es tan bueno como el de tu padre — sus palabras sorprendían a Wagner, quien no podía creer que supieran que el hombre al que atacaron anteriormente fuera su padre.

    El soldado supo que no podía dejar que eso afectara su combate, por lo que decidió probar otra cosa. Aprovechando la corta distancia que había, tomó impulso y levantó la pierna para darle una patada en el pecho. Qaior logró anticiparse y detuvo su ataque utilizando una de sus manos, pero no vio venir un golpe de Wagner, quien tomó impulso con su otra pierna para poder acercarse a él y darle un puñetazo fuerte en el rostro. Antes de que su enemigo pudiera contraatacar, Wagner cargó un poco de energía en su mano y la liberó al mismo tiempo que le daba un golpe en el rostro Qaior. Este, por los dos golpes que había recibido, no pudo mantenerse de pie y cayó de espaldas al suelo.

    Al mismo tiempo, Orikrof mantenía a raya al enemigo que estaba luchando contra él. Este quería apuñalarlo en el cuello, en los ojos o en el pecho con su daga. No le interesaba herirlo, y quería que su ataque fuera certero y mortal. El general, demostrando toda su fuerza y experiencia de combate, sujetaba su arma con ambas manos y la usaba para defenderse de los ataques del enemigo. Supo que esa daga tenía el filo suficiente como para poder atravesar su traje, por lo que decidió luchar con su arma. Cada ataque que el inkor le lanzaba, el xaromitante lo detenía o lo repelía causando que su rifle chocara contra su daga. Teniendo el cuidado de no permitir que le cortara alguno de sus dedos. El inkor estaba empezando a perder la paciencia al ver como su enemigo se defendía de esa forma de todos sus ataques, por lo que aceleró el ritmo de estos. Sin embargo, todo terminaba igual. Un ataque al cuello, otro a la cabeza, un segundo ataque al cuello y luego un último ataque al pecho de Orikrof. Todos ellos terminaron siendo rechazados por el general. El habitante del planeta se vio obligado a intentar otra cosa. Intentó realizar un movimiento diferente, un corte horizontal como si intentara decapitar a su enemigo. Orikrof supo que podría eliminarlo con facilidad si se defendía bien. Giró su cuerpo para que sus piernas estuvieran mirando en la dirección de la cual vino el ataque, luego utilizó sus brazos para sujetar su rifle de forma que pudiera bloquear la daga y empujarla luego de su cuerpo, logrando su cometido. Cuando las dos armas chocaron, el general empujó con fuerza y causó que su rival terminara perdiendo dicha daga, la cual cayó al suelo. Inmediatamente después, apuntó rápidamente y disparó contra el enemigo, logrando darle varios balazos en la cabeza y acabar con su vida.

    Wagner continuaba la lucha contra Qaior. El soldado del Zenith, al notar que el general había logrado matar a su enemigo, decidió acercarse a él y revisar algo. Se movió lo más que pudo y luego comenzó a retroceder hacia Orikrof sin quitarle la vista a Qaior. El líder de los inkor atacaba velozmente con su daga intentando causarle un corte que pudiera herir a Wagner sin provocarle un daño grave, pero le costaba mucho, dado a que este bloqueaba sus ataques casi sin problemas. Qaior supo que, si no tuviera que mantenerlo con vida, le podría ganar, pero las cosas eran diferentes. Cuando el inkor se dio cuenta de que Wagner lo estaba guiando hacia Orikrof, quien había logrado matar a uno de los suyos, decidió retroceder y correr hacia una cobertura, al mismo tiempo que les daba órdenes a los otros.

    — ¡Acérquense, perdimos a uno y necesitamos reagruparnos!

    Plamo y Gan luchaban juntos en contra de los otros dos. El garak usaba sus guanteletes para defenderse. Para no gastar demasiada energía de los mismos, los apagaba y los prendía periódicamente para luchar. Gan, por otra parte, al ver la lucha entre su general y el enemigo, sacó su rifle y comenzó a imitar sus movimientos. Era de esta forma que tanto el garak como el xaromitante lograban evitar un golpe que podría ser mortal para ellos. Al escuchar que su líder los había llamado, estos empezaron a lanzar ataques en un intento de crearse una apertura para correr hacia su posición.

    Wagner se agachó para ver el cuerpo del guerrero que Orikrof había asesinado, empezando a tocar su armadura con el fin de encontrar una granada. Para su suerte, encontró una, aunque era la única que había. Eso quería decir que solo tendría una oportunidad. El soldado humano la tomó, y al ver que sus dos compañeros habían logrado acorralar a los dos inkor que estaban intentando reunirse con su líder en contra de unos árboles que estaban muy arrimados, decidió lanzar la granada.

    — ¡Plamo, Gan! — Wagner les dio una advertencia al tiempo que arrojaba la granada.

    Un zumbido se escuchó aproximándose a ellos, el ruido característico que hacían las granadas aturdidoras antes de explotar. El garak y el xaromitante supieron que debían saltar lo más lejos que pudieran, mientras que los inkor, que no habían visto venir la granada, se encontraron atrapados. Finalmente, la misma explotó muy cerca de ellos dos. Plamo y Gan pudieron evitar la explosión, pero sus enemigos no. La granada no tenía fuerza suficiente para matar a alguien, pero sí los había logrado tumbar al suelo.

    — ¡Maldita sea! — Qaior quería salir de su cobertura para ayudar a los dos hombres que le quedaban, pero al intentarlo, sintió como unas cuatro balas de calor, disparadas por Orikrof, le pasaron desde muy cerca — ¡No puedo ayudarlos ahora! ¡Pero les prometo que voy a vengarlos!

    Qaior procedió a retirarse muy frustrado del lugar. En su primer ataque, solamente fue capaz de matar a uno de los enemigos, y ahora, no solo no había logrado capturar a Wagner o matar como mínimo a un enemigo, sino que había perdido a tres de sus hombres y no le quedó otra opción más que escapar del lugar para mantenerse con vida. Se sentía muy impotente al haber escapado y dejar a sus dos hombres para que murieran en manos de estos, pero él no podía permitirse morir. La próxima vez, no subestimaría a sus oponentes. Orikrof no se quiso detener ahí, por lo que decidió aproximarse al lugar por donde este había huido, en un intento de asesinarlo antes de que escapara. Sin embargo, perdió su oportunidad. Para cuando llegó, Qaior ya había desaparecido de su vista.

    Plamo y Gan, quienes no se vieron afectados por la explosión, se levantaron del suelo y tomaron sus armas para aproximarse a los dos inkor que yacían en el suelo. Uno de ellos quedó inconsciente por la explosión, mientras que el otro estaba buscando la forma de levantarse y arrastrarse del lugar. No tardó mucho en darse cuenta de que esa clase de esfuerzo sería inútil, puesto que el joven guerrero xaromitante se encontraba apuntándolo con un arma.

    — ¿Quieres vivir? — preguntó Gan, creyendo que podría aprovecharse de esa situación — Entonces quiero que me expliques muchas cosas. ¿Qué es lo que están haciendo todos ustedes? ¿Cómo es que saben muchas cosas de nosotros? ¿Por qué quieren a los humanos vivos y a los demás nos quieren muertos?

    — Lo siento, pero yo no te voy a decir nada — contestó aquel soldado inkor, sin miedo a morir — Lo tenemos prohibido. Si te digo nuestros planes y me dejas con vida, moriré más adelante por revelar esto. Para mí es lo mismo. Mátame ahora.

    — Gan, entiendo que hayas querido intentar buscar información, pero estos tipos no van a decirte nada — le decía Wagner, apreciando lo que hacía, pero aun así aprovechando el momento para darle una lección — Cuando tengas la oportunidad de matar a uno de ellos, debes hacerlo sin dudar. Si sus compañeros llegan e intentan rescatarlo, dejarlo vivo será un grave error para ti. No le habrás sacado nada de información, y será probable que estés muerto. Una lección que debes aprender es que debes capturar al enemigo y sacarle información cuando estás en tu propio territorio, y no en el suyo. Las preguntas en tu casa, y los disparos en casa ajena. Recuerda eso.

    — No lo había visto nunca de esa forma — Gan estaba asombrado con el consejo que Wagner le había dado — Recuerda que esta es la primera misión en la que puedo participar. Lo recordaré a partir de ahora.

    Gan tomó su arma firmemente y le disparó a la cabeza a aquel inkor que los había atacado. El disparo perforó el cráneo de aquel guerrero, provocando que algo de sangre salpicara en el suelo. Plamo no quiso gastar balas de su arma, por lo que encendió su guantelete de la mano derecha para empezar a liberar calor. Colocó su mano en la cabeza del enemigo y la dejó allí por diez segundos, los cuales fueron suficientes para fundirle el cráneo por completo a aquel ser.

    Orikrof había escuchado las palabras de Wagner, además de haber visto su desempeño en el campo de batalla. El haber atraído a Qaior hacia él, el quitarle una granada al enemigo muerto y usarla contra sus compañeros, y también las palabras que había dicho. El soldado del Zenith era un guerrero con movimientos hábiles de pelea y una gran sabiduría en el campo de batalla. El general habló en la nave junto al comandante Zion Stones acerca del asunto de la elección de un nuevo comandante, la cual estaba entre Wagner y Ace. Para que no pareciera que hubiera favoritismos en la decisión, Zion le pidió a Orikrof que fuera con su hijo para que él pudiera irse con Ace.

    El general xaromitante estaba impresionado, y lo que acababa de ver aquí, sumado a las cosas que vio en el combate en contra de Havor, suponiendo que Qaior no le hubiera mentido respecto al nombre del líder de la primera especie que los atacó, le hicieron pensar que Wagner era más que digno para el puesto de comandante. Aunque esa clase de cosas las tendría que decidir Zion, para él la respuesta era obvia.

    — Qaior se vio obligado a abandonar a sus hombres — explicaba Orikrof, todavía lamentándose de no haber podido matarlo antes de que huyera — Ahora se encuentra totalmente solo. Dudo que sea capaz de buscar refuerzos y venir a buscarnos a nosotros. Por lo que creo que ahora estaremos a salvo, por lo menos hasta que salga el sol.

    — ¿Qué sugiere, general? — preguntó Wagner, sabiendo que él era quien debía decidir.

    — Entiendo que debemos ayudar a los demás, pero si no aprovechamos esta oportunidad para descansar nuestros cuerpos, quizá no tengamos otra — contestó Orikrof, esperando que ellos comprendieran sus motivos — Pedirles a los demás que nos envíen su ubicación no servirá de mucho. Huyendo en el bosque no serán capaces de darnos buenas indicaciones, y solo gastaríamos fuerzas sin llegar a ningún lugar. Así que opino que debemos descansar y buscarlos el día de mañana. Ahora solo nos queda confiar en que habrán podido escapar.

    — Dejar a Alicia y a los demás solos no me gusta — mencionaba Wagner, creyendo que podrían estar en problemas — Pero el líder de los inkor, si es que así se llaman, estuvo en el grupo que nos atacó a nosotros, lo que quiere decir que podrían no estar muy bien organizados. Michael es un guerrero fuerte. Alicia y Dustin también lo son, y Lankir es muy astuto. Estoy seguro de que ellos estarán bien.

    — Confío en que Lankir será capaz de manejar esa situación — Gan daba su opinión sobre su compañero — Él no es el más fuerte de nosotros, pero en inteligencia nadie se le compara. Y Michael es un guerrero feroz, yo mismo lo vi. Unidos no pueden ser derrotados por nadie.

    — Aunque yo tampoco estoy muy de acuerdo con la idea de dejarlos a solas, no hay mucho que hacer — comentaba Plamo — Tal y como dijo el general, hay dos opciones. Buscarlos en un bosque oscuro, sin poder orientarnos bien y desperdiciar fuerzas; o descansar, reponernos y prepararnos para buscarlos mañana con la luz del día. Opto por la segunda.

    — No olviden que mañana es probable que volvamos a encontrarnos con Havor y toda esa raza de insectos — Orikrof quería advertir a su equipo sobre eso — Cuando amanezca y empecemos a buscar al resto del equipo, recuerden mantener los ojos abiertos y todos sus sentidos en alerta. Ellos son peligrosos, y podrían aparecer incluso por encima nuestro.

    — Ya no tendrán el factor sorpresa de su lado, por lo que, si podemos reunirnos con los demás antes de que los encontremos, no serán capaces de hacernos nada — opinaba Wagner — El problema será ese. Encontrar a nuestros compañeros antes de que Havor nos encuentre a nosotros, o a ellos. Por eso creo que lo mejor será que fuéramos a dormir ahora, para así podernos despertar temprano el día de mañana.

    — Gan, tú has sido el que más ha dormido, mientras que Wagner y yo no hemos descansado casi nada — le comentaba el general — Tú tendrás el primer turno de guardia mientras nosotros dormimos. Confío en ti para esto.

    — No lo defraudaré, general — comentó Gan, muy entusiasmado por haber recibido la confianza para llevar a cabo una tarea como esa — Descanse bien. Necesitaremos sus capacidades al máximo el día de mañana.

    Una vez que ya todo estaba decidido, el grupo procedió según lo planeado. Wagner y Orikrof se durmieron apenas se recostaron sobre el suelo y se acomodaron, mientras que Plamo, que pudo dormir por unos breves momentos antes del ataque sorpresa, necesitó de un poco más de tiempo para poder conciliar el sueño nuevamente. El joven xaromitante estaba bien despierto, y se encargaría de vigilar varias horas para asegurarse de que ninguno de sus compañeros fuera atacado durante la noche. Sentía mucha emoción por estar en ese planeta ahora mismo. Curiosamente, el miedo de ser asesinado por alguna criatura de esas dos especies no se había alejado de él, y seguía presente. La extraña mezcla de emoción por participar en una misión finalmente como un xaromitante con naturaleza guerrero junto al miedo de morir en aquel planeta producía en él una sensación que nunca había sentido antes. Pero por algún motivo, algo lo llevó a tener un mal presentimiento. Creyó que se debía a que uno de sus compañeros había muerto, pese a que no había logrado establecer una relación muy cercana debido a su condición, aunque había algo dentro de él que lo hacía pensar que el día de mañana sería diferente, y no en el buen sentido.

    […]

    El comandante Zion Stones avanzaba solitario por el bosque al momento en el que ocurrió un suceso que, probablemente, todos los demás deseaban que ocurriera. El sol finalmente estaba saliendo. El cielo empezó a aclararse cuando los primeros rayos de la estrella encargada de dar luz al planeta Emiv llegaron al mismo. La visión de los alrededores empezaba a aclararse, y el comandante se vio sorprendido por el tiempo transcurrido hasta que eso ocurriera. Si no había cronometrado mal, solamente transcurrieron un total de cinco horas medidas en tiempo terrestre. La noche en aquel planeta en el que se encontraban solamente duraba un total de cinco horas. Claramente, no sabía nada sobre el funcionamiento del mismo. Desconocía si el planeta contaba con estaciones que determinaran la duración del día y de la noche, pero para el tiempo que iban a pasar en el planeta, eso no importaba. Supo que de un día para otro la diferencia no podría ser tan grande. Asumió que las noches siguientes durarían un tiempo similar con una diferencia de pocos minutos, si es que realmente existía una diferencia.

    Para el comandante Zion eso suponía una ventaja y una desventaja, y de seguro para el resto del equipo también. La ventaja era que solamente pasarían unas cinco horas en la oscuridad, y luego podrían disfrutar de la claridad de la luz solar. Mientras que la desventaja era no contar con tiempo suficiente para descansar plenamente. Él y sus soldados requerían de un total de siete a ocho horas para poder estar totalmente despiertos y con todos sus sentidos funcionando. El estrés y los nervios de estar en el planeta, sumados al esfuerzo físico y mental que tenían que dar en los combates, les hacían experimentar mucho cansancio si no dormían el tiempo necesario. Contar con cinco horas de sueño podría ser dañino para ellos, mucho más teniendo en cuenta que ahora se encontraban en una misión de rescate. Todo eso sin tener en cuenta la existencia de una especie sin problemas para ver y moverse en la oscuridad.

    Sin detenerse a pensarlo por más tiempo, el comandante seguía explorando el bosque intentando localizar la nave del Zenith que utilizó el comandante Roger Fields para llegar hasta ese planeta y enviar un mensaje de auxilio. No creyó que fuera necesario ir acompañado, dado a que consideró que quien fuera que estuviera detrás del ataque, creería que ninguno de ellos iría a la nave a tan solo pocas horas de haber llegado al planeta. Aunque era arriesgado, Zion creyó que habría más probabilidades de que enviaran soldados hacia esa ubicación en días futuros. Sin embargo, esto no quitaba la posibilidad de encontrarse con enemigos de forma accidental por el bosque. Fue por estos motivos que el comandante caminaba atento a todo a su alrededor, poniendo atención especial a su sentido del oído, para evitar ser tomado por sorpresa.

    Al llegar hacia un lugar donde había un tronco de árbol que había caído y se había incrustado sobre otro de los mismos, pero sin ser capaz de tirarlo al suelo, Zion lo vio como la oportunidad para enviar un mensaje a todos los soldados, aunque sus armaduras solo permitirían comunicarse con los humanos. De cualquier forma, Ace, Agustina, Thomas, Gwyn, Aurio, Wida y Domir conocían el plan. Solamente debía enviar el mensaje a los otros cuatro en el grupo de Orikrof, y contaba en que no se habrían separado demasiado, y en caso de hacerlo, cada uno de los grupos que se hubiera formado debería tener por lo menos un soldado humano entre los integrantes.

    — Stones, Bunrtforest, Umcali y Noble, este es un mensaje para ustedes — el comandante comenzaba la grabación del mismo — Ya tenemos decidido el procedimiento a utilizar. En este planeta hay seres muy peligrosos como para estar divididos en dos grupos. Lo hemos experimentado de primera mano, e incluso hemos perdido a dos soldados sin siquiera haber pasado un día en este planeta. No tiene sentido separarnos para cubrir más terreno si eso ocasiona nuestra muerte. Los soldados Lakor, Young, Delleo y Fairin han sido enviados por mí a buscar un lugar que destaque entre los demás, y que tenga muchas ventajas para nuestra defensa. Con la claridad del día será fácil buscarlo y encontrarlo. Una vez que encuentren uno, enviarán un mensaje intentando guiarlos a todos hacia allí. Mientras tanto, Wida, Aurio y Domir fueron a buscarlos. El primer grupo busca un lugar donde podamos defenderlos, mientras que el segundo los buscará a ustedes para que se ayuden mutuamente hasta llegar hacia allá. Sin embargo, si alguno de ustedes encuentra un lugar que presente buenas características defensivas, solicito que lo informe a todos nosotros. Entre más rápido estemos unidos otra vez será mejor. Con la pérdida de los dos xaromitantes, solo quedamos unos dieciséis guerreros. No podemos permitir que mueran más. Así que nos reuniremos todos, regresaremos a la nave y trazaremos un nuevo plan. Espero que todo salga bien. Antes de que vuelva a anochecer, tenemos que estar todos juntos a bordo de nuestra nave. En cuanto a mí, yo estoy buscando la nave del Zenith para ver si logro dar con algún indicio que nos ayude a saber qué fue lo que ocurrió con el grupo que vinimos a rescatar. Si resulta que todos ellos han muerto, entonces no tendremos nada que hacer aquí. Esperemos que no sea el caso. Les desearía buena suerte, pero la suerte no salvará a nadie. Así que les pido que se esfuercen y no se dejen asesinar.

    Una vez el mensaje fue enviado, Zion retomó su búsqueda, esperando que dicho mensaje pudiera llegar a todos sus soldados. Desde aquel momento, la continuación de la misión corría por cuenta de todos ellos. No había nada que pudiera hacer, sin importar cuanto deseara poder hacerlo.

    El comandante estuvo caminando alrededor de cuarenta minutos por un bosque muy profundo sin encontrar nada. Le asombraba que especies como las que habían atacado a su grupo hubieran aparecido de la nada. Literalmente, él no estaba viendo nada más que árboles. No entendía cómo era posible que los residentes de aquel planeta los hubieran encontrado y atacado tan rápido pero que no hubiera ninguna ciudad, pueblo, o siquiera una edificación en los alrededores. No había lógica en nada de eso, y a él no le gustaba verse en una situación así. Supo que la especie que atacó al grupo de Orikrof contaba con alas, y que los que atacaron a su grupo usaban vehículos, pero aun así era incomprensible. Incluso aunque sus vehículos fueran los más rápidos, debía de haber una zona que fuera usada como residencia para esas criaturas. Esa fue otra preocupación para el comandante, el tener que lidiar con enemigos que no podía ver.

    Experimentaba mucho cansancio, pero tal y como creyó que ocurriría, la misión y las preocupaciones que veía lo mantenían despierto. Sin embargo, necesitaría de una siesta lo más pronto posible si quería mantener sus fuerzas y su mente listas para el combate. Lo estaba manejando bien en ese momento, pero cada hora sin dormir solo amontonaría más desgaste.

    En un golpe de suerte para él, al mirar al frente logró distinguir algo que sobresalía del paisaje silvestre que estaba observando. Era una estructura de gran tamaño, y supo que debía tratarse de la nave. Esta estructura desentonaba con todo lo que estaba alrededor, por lo que decidió acercarse a observarla. Tal y como lo sospechaba, se trataba de dicha nave. Caminó durante varias horas en la noche y un par de minutos en el día, pero la había encontrado. Al mirarla con atención, la vio muy desgastada. La puerta de entrada literalmente ya no existía, y solamente había un hueco gigante que daba paso al interior. Algunas partes externas estaban cubiertas por hojas de árboles alrededor. La nave no se veía dañada por fuera, solo algo desgastada, claramente por haber estado estacionada por un largo tiempo y estar sujeta al clima de este planeta. No había ramas que estorbaran un posible despegue, lo que quería decir que no había sido derribada, sino que el grupo estacionó allí por voluntad propia. Zion decidió adentrarse en la misma y ver que encontraba.

    No creyó encontrarse con ninguno de los soldados, y claramente, no lo hizo. La nave fue totalmente abandonada, y no quedaba demasiado adentro. El comandante fue hacia las habitaciones, para ver si había algo que pudiera tomar. Quitando los muebles que estaban equipados allí, no había nada más. Hasta las camas junto a los colchones habían sido retirados. Pasó por la armería para ver si quedaba algo que tomar, aunque fuera una simple arma, pero tuvo la misma suerte. Dicho salón fue vaciado por completo. El próximo lugar al que fue terminó siendo el cuarto de almacenamiento de provisiones. Lo encontró vacío, igual que todo lo demás. Alguien se había encargado de limpiar la nave por completo. Antes de dirigirse hacia la sala de comandos, fue a la de entrenamiento. Al llegar allí, vio que las pesas y las máquinas del lugar, junto a algunos accesorios para hacer ejercicio seguían allí. Quien fuera que hubiera tomado todo lo demás, habría considerado que las cosas que estaban allí no valían la pena, dado a que era el único cuarto que tenía algo en su interior.

    Con casi toda la nave ya explorada, cosa que le llevó menos de quince minutos, se dirigió a la sala de comandos, lugar desde el cual el comandante Roger le envió el mensaje. El comandante caminó por los pasillos, los cuales no tenían ninguna mancha de sangre, y las paredes y el suelo estaban libres de agujeros de bala. Recordó lo que había pasado. Su colega estaba enviando el mensaje y de repente, se escucharon disparos. Había otros dos soldados con él, y si hubieran sido los enemigos, no había forma de que fueran capaces de tomarlos por sorpresa sin haber disparado, aunque sea una única vez. Esto solo daba paso a una teoría, que hacía pensar al comandante que había una raza maestra en el sigilo y ataques sorpresa, y que esa fuera la única razón por la que no había indicios de haber un enfrentamiento allí. Al entrar a la sala de comandos encontró todos los equipos con múltiples agujeros de bala, estando todos completamente destruidos. Computadoras que se encargaban del manejo de la nave e incluso de la comunicación con la base del Zenith. No quedaba nada que no hubiera sido tocado por las balas, dichos equipos eran irreparables.

    — Esta cosa no va a despegar nunca más — Zion expresaba para sí mismo la lástima de ver un recurso tan importante para el país y saber que terminaría desperdiciándose en un planeta desconocido — ¿Pero qué fue lo que pasó con…

    El comandante siguió caminando por la sala hasta que vio algo en el suelo que le llamó la atención. Era nada más y nada menos que el comandante Roger Fields, el hombre a cargo del grupo de soldados que iban en esa nave. Su cabeza tenía un agujero de bala, y su armadura estaba peor. La armadura que portaba tenía tantos agujeros que ya no serviría ni siquiera para que alguien más pudiera llevarla puesta. El cuerpo estaba pudriéndose en el suelo, con manchas de sangre seca visibles sobre él. Curiosamente, este no desprendía ninguna especie de olor. Zion se acercó para mirarlo más de cerca. Supo que un solo disparó bastó para asesinar a Roger, y que probablemente los otros fueran causados cuando los equipos de la sala fueron destruidos.

    — Comandante Roger Fields — Zion hablaba muy desanimado — En menos de seis meses hemos perdido a dos comandantes — el comandante miró por un momento más el cuerpo de quien una vez fue compañero suyo en la academia militar, y que se había convertido en un amigo — ¿Qué fue lo que les pasó a tus soldados Roger? — ya no hablaba de forma formal, sino dándole un trato personal — No me dejaste ningún indicio que me pudiera conducir hacia ellos. Estoy seguro de que no te dieron la oportunidad, o de lo contrario lo habrías hecho.

    Una vez que el breve momento de duelo terminó para él, supo que debía enviarle el mensaje a todo su equipo.

    — Acabo de encontrar la nave — explicaba Zion mientras transmitía el mensaje, con un tono serio que también denotaba preocupación — Los equipos fueron destruidos, los elementos fueron robados, y el comandante Fields fue asesinado. La nave no volverá a despegar, y no hay ni rastro de los soldados de su equipo. En fin, esta nave está totalmente abandonada…

    El diálogo del comandante se detuvo cuando escuchó un ligero sonido proveniente desde afuera de la sala. Se calló y decidió no moverse ni tampoco respirar para así poder escuchar con más atención y asegurarse de que no fuera una ilusión producto del cansancio. No tardó mucho en descubrir que no lo era. Sus oídos no estaban fallando ni tampoco lo engañaban. Fuera de la sala de comandos, más específicamente en uno de los pasillos, se podían escuchar pasos que se estaban acercando a su posición.

    — Parece que ya no está abandonada — Zion prosiguió hablando en voz baja mientras avanzaba a paso lento hacia una cobertura detrás de las máquinas que había en el centro de la sala — Tengo compañía, y por lo que puedo escuchar, hay más de uno.

    Sin perder el tiempo, envió ese mensaje, para así poder tomar su rifle y sujetarlo con firmeza. Los pasos que oía se acercaban cada vez más. Supo que en unos instantes entablaría un combate que podría resultarle difícil al estar totalmente solo.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Siento que los profesores de la universidad te hayan cargado de trabajos y comprendo que tocará esperar un poco para el siguiente capítulo. Te mando ánimos respecto a eso. Y en lo referente a los tops, me parece genial, ya te mandé el último y sinceramente puede que te vuelva a mandar otro pronto. Pasaré a comentar lo más llamativo del capítulo para mi.

    Tras ver en el anterior capítulo que el grupo del general xaromitante Orikrof se separó, vemos a uno de esos dos grupos huir de Qaior y sus inkor. Pensé que también veríamos al otro grupo de miembros separados (no al del comandante Stones) pero este capítulo estuvo bien, centrado en los personajes en los que se centró. La pelea entre los inkor y Wagner, Gan, Plamo y Orikrof ha estado entretenida. El general xaromitante ha demostrado que su rango lo tiene por algo y Wagner me está agradando cada vez más. He de admitir que antes lo veía cómo un rival para Ace (que en cierta manera lo es) y cómo Ace es mí favorito, no valoraba al hijo del comandante Stones. Sin embargo tampoco hizo antes algo remarcable hasta esta parte, en la que está demostrando sus habilidades y me está agradando su forma de ver el combate y pensar la situación. Orikrof lo vio y parece que ya lo considera digno para ser comandante. Espero que pronto veamos a Ace ponerse las pilas, porque ha pasado inadvertido en los últimos capítulos y parece que Wagner lleva la ventaja. Al final Qaior ha tenido que huir al ver a sus hombres morir y estoy seguro de que a la siguiente vez que aparezca, no será tan sencillo de derrotar.

    Por otro lado, no esperaba ver en éste capítulo la misión en solitario de Zion, por lo que ha sido una grata sorpresa. Ha sido interesante ver qué pensaba el comandante respecto al planeta Emiv y los detalles de estar en el bosque. Cuando llegó a la nave de Roger, la descripción de su exterior e interior ha sido fabulosa. Después de explorar la nave, se encontró con el cadáver del comandante Fields, algo que era evidente que iba a ocurrir. Parece que tenían cierta amistad, por lo que me ha dado lástima. No lo ha llorado, simplemente se ha apiadado de él por así decirlo, mostrando Zion una verdadera actitud de soldado en todo su esplendor. Y finalmente mientras manda un mensaje a los suyos, escucha pasos en la nave que van hacia él. Sinceramente era algo que me esperaba, tenía la certeza de que Zion no estaría solo allí. El capítulo acaba a mí juicio, de forma genial, con un cliffhanger (a veces merece la pena hacer uno) que deja el hype alto hasta el próximo. Espero que ahora que Zion ha entrado en mi top y se está ganando mi interés, no muera. Espero no esté metido en una trampa, aunque tiene pinta de que es así.

    Esperaré con ansias a que regreses para publicar el próximo capítulo. Un abrazo, amigo.
     
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar este capítulo. Tuve algunos problemas para leer a comienzo de semana y hasta hora es que tuve una oportunidad para leer con tranquilidad. Así que pasemos a la materia.

    Estoy impresionado. El equipo en que terminó Orikrof ha logrado acabar con tres Inkor y Qaior se ha visto en una complicada situación. Ante esto, debo decir que no me gusta ni un poco que Orikrof tenga a Wagner en buenos ojos. Es cierto que tuvo buenas ideas y su consejo para Gan es uno de los mejores hasta ahora, pero no me agrada nada. Ya sabes el por qué XD.

    Por otro lado. Me ha gustado ver el lado personal de Zion. Es algo muy interesante, teniendo en cuenta que Zion siempre es muy formal. Así que verlo dirigirse a Roger de la forma en que lo hizo me ha causado una muy buena impresión de él. Supongo que se sabrá un poco la relación de amigos que compartia Zion y Roger aquí, y se extenderá en su especial correspondiente. Creo que no hay especial de Zion, al menos, todavía. Si no es así, corrígeme XD.

    Ahora que Zion ha encontrado la nave en la que Roger y su equipo llegaron. Y encontrarse con la sorpresa de que la nave no está totalmente abandona, es una razón para preocuparse, pero también es una razón para especular de lo que Zion puede llegar a descubrir, y eso me lo guardaré.

    Para terminar, debo admitir que la idea que las noches en Emiv duren tan solo cinco horas terrestres, es algo muy original. Pero de ser así, el día debe tener la misma duración. No creo que el día dure (por ejemplo) diez horas, y la noche cinco horas. De ser así, espero una buena explicación para eso porque me llama mucho la atención. Hago especial observación en esto, porque esta clase de cosas me llama mucho la atención, de hecho, me llama la atención todo lo que tiene que ver con el universo en general. Así que ya sabes con qué llamar mi atención XD.

    No encontré ningún error, así que eso es todo por el momento. Saludos y hasta la próxima publicación.
     
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    Escritor
    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    7582
    Hola. Si bien, el capítulo que publiqué el sábado pasado era el que se publicaría por esta semana, he decidido que voy a publicar otro capítulo para seguir avanzando con LGC. Teniendo en cuenta que ambos han podido leer y comentar, no veo el sentido en esperar hasta la próxima semana. Yo no quiero esperar a publicar, y seguro ustedes tampoco quieren esperar a leer.

    Resistance Zurel espero que este capítulo les guste, porque es aquí donde las cosas se irán poniendo más tensas en la misión. Por sus comentarios veo que los capítulos anteriores iban en crescendo, al menos, así me lo dejaron ver, pero a partir de este, se va poniendo mejor y espero que continúe así.

    Reitero lo dicho anteriormente, y que, si con este capítulo o los que estén por venir, su top cambia, me lo hagan saber. Porque tengo el presentimiento de que su top irá cambiando constantemente. No tengan miedo de hacerlo. Sin más que decir porque el capítulo ya es largo, los dejaré con la lectura.



    El humano más fuerte:

    El sol estaba saliendo en el planeta Tierra, y, aun así, a pesar de ser bastante temprano, en uno de los muelles de gran tamaño de Black Meteor, el trabajo había comenzado mucho tiempo antes. La base de Abel no se encontraba sumergida, sino en la superficie del agua, mientras, algunos ingenieros y técnicos se encontraban en la superficie, algunos subidos en barcos de reparación y otros suspendidos desde algunas grúas del muelle. El líder del país observaba el trabajo que estaban realizando sus mejores trabajadores en cuanto al aspecto tecnológico se trataba.

    En ese momento, un camión llegó al lugar, y desde allí se bajó el comandante Frans Badir, quien se dirigió directamente a hablar con Abel. Al llegar, notó que Abel estaba hablando con uno de los ingenieros que estaba trabajando en el lugar. Supuso que sería importante, pero lo que él tenía que decir también lo era, por lo que decidió interrumpir la charla.

    — Mis disculpas — decía Frans mientras aparecía desde atrás de los dos.

    — Frans, ¿tienes noticias? — Abel se veía muy entusiasmado al hablar con uno de los comandantes.

    — Así es, señor, es por eso que vine aquí — comentaba el comandante hablando con respeto.

    — Antes de eso, quiero que conozcas a alguien — Abel señalaba a quien estaba junto a él — Él es uno de los ingenieros que acaba de graduarse. Es bastante joven, pero tiene una inteligencia y una creatividad muy grande. De hecho, él fue quien diseñó y construyó el equipo que le dimos a Lathan hace una semana — Abel se quedó callado por un tiempo, y tras ver que el ingeniero no se presentaba, decidió animarlo —Preséntate, no seas tímido.

    — Es un placer, comandante Frans Badir — decía el ingeniero, estrechando su mano, saludo que fue aceptado por el comandante — Mi nombre es Nick Mardh, y tal y como dijo Abel, me he graduado hace menos de cuatro meses.

    — ¿Eres el que está a cargo de esto? — preguntaba Frans, haciendo referencia a los trabajos que se estaban realizando en la base submarina de Black Meteor.

    — Precisamente, no me gusta presumir, pero me asignaron como encargado del proyecto de modificaciones — contestó Nick, ante la pregunta del comandante.

    — Luego lo haré trabajar para mejorar las naves y las armaduras, pero ahora, apartémonos y dejemos que trabaje tranquilo — decía Abel, dándole una orden en forma indirecta a su ingeniero — Nosotros nos alejaremos para discutir lo que tienes que decirme.

    Dicho y hecho, comandante y líder se alejaron del lugar hacia una zona algo apartada, en la cual no había nadie, y solo la débil luz del sol que empezaba a salir iluminaba el lugar. Abel sabía que Frans tenía algo que reportar, o, mejor dicho, que era Lathan quien tenía que hacerlo, por lo que quería escuchar al respecto lo más rápido posible. Cualquier nueva información que pudiera recibir sobre el Zenith le interesaba y bastante.

    — ¿Qué tiene nuestro espía para nosotros hoy? — preguntó el líder de Black Meteor.

    — Algo bastante interesante — Frans tomó el dispositivo y se lo alcanzó a su líder.

    Aquel dispositivo contaba con una pantalla de tamaño mediano, y varios botones para controlarlo. Frans tenía uno y Lathan, quien se encontraba en el Zenith, tenía el otro. Dicho dispositivo fue construido por el propio Nick, quien se las arregló para que funcionara sin que ninguno de los satélites del Zenith pudiera interceptar su señal. Apenas se habían terminado de construir, Abel ordenó que se le entregara uno a Lathan, para facilitar su trabajo como espía. El líder de Black Meteor activó el dispositivo y reprodujo el último mensaje que había recibido.

    — Líder, tengo algo que reportar — Lathan se mostraba en la pantalla, era un mensaje grabado — He estado investigando otra zona y he descubierto dos cosas que puede que le interese. Oí hablar a uno de los soldados acerca de una misión de rescate en el espacio. Aparentemente, uno de los comandantes, cuyo nombre no mencionaron ha desaparecido, y Magnus envió a un equipo en su rescate. Ni siquiera ellos saben demasiado sobre esos detalles, así que sobre ese tema es lo único que puedo reportar. Lo segundo que le interesará saber es que hay una zona que tiene protección y vigilancia militar las veinticuatro horas del día. He intentado acercarme, pero se me ha dificultado demasiado. Estoy seguro de que esconden algo importante, dado a que no permiten que nadie se acerque. El edificio tiene pinta de base, pero desde muy lejos no puedo ver bien. Eso será todo. Mañana o pasado mañana a más tardar, le daré más información. No me puedo acercar aquí, así que intentaré ponerme a escuchar más sobre la misión del rescate. Lathan fuera.

    Ese fue el fin del mensaje, y ciertamente, esa información le agradaba mucho a Abel.

    — Parece que nuestro pequeño espía está haciendo un buen trabajo — Abel se mostraba satisfecho — Lástima que Magnus parece haber tomado medidas para que no muchos de sus trabajadores estén enterados de las cosas.

    — ¿Crees que Zenith ha enviado a sus mejores soldados a esa misión de rescate? — Frans quería conocer la opinión de Abel respecto al tema.

    — Indudablemente, está claro que los mejores han sido enviados allí — le contestó Abel — Al menos, eso es algo que yo haría si fuera Magnus.

    — ¿Qué planea exactamente con esta poca información? — Frans ciertamente mostraba curiosidad.

    — Primero que nada, deberíamos averiguar más sobre la misión de rescate — contestó Abel, ante la mirada del comandante — Para empezar, quienes fueron enviados y a quienes fueron a rescatar. Estoy seguro de que Magnus solo enviaría al espacio a los mejores soldados que tiene. Saber quiénes son nos daría un margen de acción más amplio — tras decir esto, el líder de Black Meteor se tomó una pausa — Tengo una idea para poder aprovechar esto, pero es necesario que se den dos condiciones. La primera es que Lathan pueda obtener información precisa y actualizada. La segunda, y esto ya no depende de él, es que Zenith fracase la misión.

    — ¿Qué harás si te llega una confirmación suya diciendo eso?

    — Ahí es donde aprovecharé y le ofreceré a Magnus nuestra ayuda — las palabras de Abel sorprendieron a Frans — No creo que sea posible que nosotros encontremos las respuestas a la Catástrofe antes que ellos, salvo que tengamos un golpe de suerte. Pero esta es una oportunidad para hacer historia y limpiar nuestra imagen, y no le voy a dejar algo así a la suerte. Si no podemos ganarles, me aseguraré de que no perdamos, y eso se dará solo con una unión.

    — ¿Sigues con el plan de que Zenith y Black Meteor se unan? — preguntó Frans.

    — Al menos para cooperar en esta misión — le contestó su líder — Teniendo en cuenta que nos expulsarán de la Tierra si no lo logramos, creo que no importa cómo consigamos las respuestas. Solo importa que nosotros estemos involucrados. Pero Magnus no aceptará ninguna oferta de paz luego de todo lo que pasó. Así que tendré que hacer que acepte por la fuerza… Y si sus soldados necesitan ayuda, yo puedo ofrecerme a brindarles apoyo en el rescate. A cambio de una oferta de paz, claro está.

    — Ellos aceptan nuestra colaboración para ir a rescatar a sus soldados y luego tú lo obligas a que nuestros países firmen un acuerdo.

    — Exacto. Por eso quiero que te prepares, Franz. Tú y tu equipo deben estar listos. Si Lathan nos trae noticias que hablen sobre el fracaso del Zenith, irás al espacio exterior para darles una mano. Pero si resulta que los mejores soldados de Magnus no pueden con esto, entonces, no se trata de una amenaza leve. Asegúrate de que tu equipo esté preparado para cualquier pelea que pudiera llegar a ocurrir.

    — Así será, Abel — contestó Frans, saludándolo, para luego proceder a retirarse.

    Tras decir esas palabras, el comandante de Black Meteor se despidió de su líder para volver a la base. Debía estar atento a cualquier noticia que pudiera recibir de Lathan, y sería mejor informarles a sus soldados sobre lo que acababa de hablar. El comandante se subió al camión y comenzó el viaje de regreso.

    Abel, por su parte, regresó para ver cómo se encontraba el progreso que Nick y el equipo de ingenieros estaban llevando sobre su base. Las cosas parecían marchar bien para el líder de Black Meteor, por lo menos en ese momento.

    […]

    Zion supo que tenía que actuar rápido, dado a que lo encontrarían si no se escondía pronto. Sin hacer mucho ruido, se movió hacia la computadora central de la sala de comandos de la nave del comandante Roger, para poder esconderse tras ella. No tenía idea de quienes podrían ser los que iban a aparecer por la puerta de entrada, pero supo que no se trataba de nadie amistoso. El comandante hizo su máximo esfuerzo por contener la respiración lo más que pudo. Tras haber encontrado una especie que era capaz de ver bien en la oscuridad, debía ser muy precavido. Podría tratarse de una especie con un oído muy desarrollado esta vez, y cualquier cosa que provocara la más mínima vibración y agitación podría delatarlo.

    Finalmente, los visitantes no se hicieron esperar y entraron por la puerta. Eran un total de cinco seres. Estos contaban con un cuerpo que era parecido físicamente al de un humano, con ciertas diferencias. Su piel era de color azul, y sus ojos eran verdes. Su cabello era blanco, y cada uno de estos lo usaba en un estilo diferente. No parecían tener mucha musculatura, pero su altura era semejante a la de un humano promedio. Portaban una armadura que protegía el torso por completo, pero no los brazos ni las piernas. Estos estaban protegidos por una especie de traje negro con detalles de color azul, amarillo y rojo. Cuatro de estos eran de sexo masculino, mientras que una de ellos, era de sexo femenino. Sus rasgos faciales eran muy diferentes, pero la armadura cubría cualquier rasgo físico que cualquiera de ellos pudiera tener. Era la hembra de esta especie quien iba al frente, demostrando que era la líder del grupo.

    Zion no podía ver a ninguno de los que había entrado, y tuvo que deducir por el ruido de las pisadas que eran entre cuatro y seis. Deseaba que fueran el menor número posible, dado a que así sería más fácil enfrentarse a ellos. En un momento, la mujer comenzó a hablar.

    — Sabemos que está aquí, comandante Zion Stones — dichas palabras aterraron al comandante del Zenith, no solo por el tono tan grave de la voz, sino porque parecían conocer su nombre completo — Lo hemos visto entrar, aquí, y hemos recorrido toda la nave, exceptuando este lugar. Por favor, salga y no haga esto más difícil. No le haremos daño, usted es un humano y tenemos que capturarlo con vida.

    Con cada momento que pasaba en ese planeta, el comandante tenía cada vez más y más dudas. No sabía a quién estaba enfrentando, ni sus objetivos, ni mucho menos cómo es que sabía tanto sobre él y los suyos. Pero a pesar de todo, debía pelear. El comandante se puso de pie y se mostró ante los que habían entrado a la nave, notando que, para su desgracia, eran cinco. No se movió de su posición, solamente mostró su cara.

    — ¿Qué es lo que buscan? — preguntó el comandante en un tono amenazante buscando intimidar a los que tenía en frente.

    — Sé que debe tener muchas preguntas, pero no seré yo quien las responda — el tono amable que usaba al responder solo hacía temblar internamente a Zion — Venga con nosotros y encontrará las respuestas que busca.

    — No pienso ir con alguien que se rehúsa a hablarme sobre lo que quiero saber — Zion estaba preparándose para agacharse y tomar su rifle para empezar a disparar.

    — No debería ser tan agresivo, comandante — la líder empezó a caminar hacia él — Si bien, nosotros no vamos a matarlos, nada impide que sus soldados reciban daño. Para este momento, su hijo Wagner ya debe haber sido capturado.

    — Si dices eso, solo me confirmas que aún no lo fue — Zion supo que era su oportunidad.

    En un movimiento ágil, Zion se agachó velozmente para tomar su rifle, ante la mirada sorpresiva de los cinco miembros de aquella especie, quienes estaban atónitos ante la rapidez en los movimientos del humano. El comandante del Zenith se levantó en solo un segundo y apuntando rápida y precisamente, lanzó un disparo hacia la cabeza de dicha mujer.

    — ¡Vanac! — gritó uno de los que iba tras ella.

    Con buenos reflejos, el guerrero que la acompañaba la empujó al suelo, apartándola de la línea de fuego, pero siendo él quien recibió el disparo en su lugar. El tiro le dio justo en la frente, causándole un gran agujero que hizo que salpicara sangre. Su muerte fue instantánea e indolora para él. Zion se disponía a seguir disparando. A pesar de que podía disparar ráfagas de calor con su rifle, quería evitar hacerlo, dado a que, si se sobrecalentaba demasiado, solo podría luchar con su energía, la cual no era muy abundante dado a que no había dormido durante la noche. Prefería apuntar lentamente y eliminar a sus enemigos que malgastar calor sin hacer ningún daño.

    — ¡Cometieron un error al atacarme sin ninguna clase de armas! — gritó desafiante el comandante del Zenith.

    Aunque para su sorpresa, estos seres no iban del todo indefensos. Los tres guerreros que quedaban de pie, se acercaron hacia Zion y luego, los tres escupieron al mismo tiempo. Los escupitajos fueron hacia su dirección, por lo que Zion se agachó más por un reflejo que por otra cosa. Los escupitajos terminaron cayendo en el suelo, y entonces un pequeño humo empezó a salir desde esa zona, mientras que el suelo empezó a corroerse.

    — ¿Estos tipos escupen ácido, o una sustancia parecida? — pensaba Zion para sí mismo.

    Mientras miraba estupefacto esa escena, Vanac, la mujer líder de los guerreros se le acercó y le dio una patada mientras que el comandante seguía agachado. Este logró poner su rifle para evitar ser golpeado en la cabeza, pero dicha patada lo tiró al suelo, al mismo tiempo que lo hizo soltar su arma. Luego de eso, Vanac decidió escupir a Zion, quien rodó rápidamente para evitar ser tocado por esa sustancia.

    — No van a matarme, pero si dejo que eso me toque, me provocarán heridas y me derrotarán — pensaba Zion levantándose.

    Vanac se acercó hacia él en un intento de darle un puñetazo, acción que Zion logró bloquear con su codo izquierdo para luego lanzarle un derechazo que dio de lleno en la mejilla de Vanac, provocando que esta retrocediera unos tres pasos. Pero antes de que pudiera continuar su ataque, otro de los enemigos se le acercó desde el costado para empujarlo. Zion supo que buscarían derribarlo y contenerlo, por lo que usó toda la fuerza que tenía en sus piernas para resistir el impacto. Lo había conseguido. Recibió el empujón, pero no se movió ningún centímetro, el comandante le dio un puñetazo al estómago a su enemigo, quien ni siquiera sintió dolor por la armadura. El enemigo aprovechó la corta distancia para darle un puñetazo, el cual logró impactar en la cabeza de Zion.

    El soldado humano levantó su mano y disparó unos tres fragmentos de energía en el rostro de su enemigo, aprovechando la escasa distancia entre ambos. Los disparos le hicieron un daño muy grande dado a la distancia tan corta que había, y su rostro tenía varias quemaduras. El comandante se le acercó y le dio una fuerte patada en la pierna, en la zona que estaba debajo de la rodilla, logrando fracturarle el hueso. Su enemigo gritó de dolor mientras que Zion lo tomaba. Con las dos manos, y tomando un gran impulso con sus piernas, corrió hacia la pared y le impactó el cráneo a su enemigo, logrando romperle la cabeza con un potente ataque.

    Eso le hizo saber a Zion que sus enemigos no contaban con un sistema óseo muy resistente, a pesar de que los golpes que él había realizado fueron muy fuertes.

    Antes de que el comandante pudiera hacer otra cosa, una ráfaga de disparos impactó contra la pared, muy cerca suyo. Al voltear, vio a Vanac con su rifle en las manos. La mujer de esta especie estaba disparando incesantemente hacia la pared, sin apuntar directamente al comandante. Finalmente, el arma se terminó por sobrecalentar y ya no podría seguir disparando.

    — Como puedes ver, no intentaba matarte — Vanac tiró el arma lejos del lugar tras decir eso — Pero ahora solo tienes tu energía para defenderte, y sabemos que no es ilimitada. Ríndase, comandante Stones, las cosas serán mucho más fáciles si lo hace.

    — Veo que están bien organizados — Zion reconocía la astucia de sus enemigos — Cometí un gran error al venir aquí solo. Y si su objetivo fuera matarme, yo ya habría muerto hace tiempo. Los felicito por la astucia que han mostrado, es digna de admirar.

    — ¡Deja de hablar, pedazo de excremento, y ven con nosotros! — gritó uno de los tres que quedaban — ¡Ya te hemos superado!

    — De hecho, yo no soy como ustedes creen que soy — respondía Zion, mostrándose arrogante, cosa que molestaba a sus enemigos — Creen que soy un soldado simple que depende de su arma y de su capacidad de lanzar energía. Un grave error de su parte, yo puedo derrotarlos a ustedes solo utilizando mis puños.

    — ¡Cállate, maldito! — dicho guerrero se lanzó hacia él.

    Zion supo que no eran lo bastante fuertes como para poder soportar un combate con él, y tenía la ventaja de que no intentarían matarlo. El comandante del Zenith se dispuso a seguir con el combate. El guerrero que se le acercó estaba cegado por el odio hacia el humano, por lo que no lo pensó con claridad al momento de atacar. Zion lanzó un puñetazo izquierdo muy fuerte directo a su cráneo, el cual frenó su corrida, y luego le lanzó un derechazo con mucha más fuerza que el anterior, el cual lo terminó arrojando al piso.

    — ¡Maldito humano! — otro de los guerreros se acercó.

    Este fue más listo y se inclinó para taclear al comandante Stones, sabiendo que le sería difícil defenderse de algo así. Tuvo razón, pero Zion no se dejó derrotar por esa estrategia. Zion bajó los brazos e interceptó el ataque, haciendo fuerza con los brazos y las piernas para evitar que la tacleada lo derribara. El comandante tenía a su rival muy cerca, por lo que aprovechó esa ventaja al máximo. Le dio un codazo muy potente en la nuca, luego cargó energía en su mano y le dio un golpe en el mismo lugar, al mismo tiempo que la liberaba. Estos dos golpes tiraron al enemigo al piso. Zion levantó su pierna y empezó a pisotear el cráneo del enemigo sin detenerse. Continuó con su ataque sobre su enemigo provocando que sus huesos se rompieran, causando que su sangre y sesos se desparramaran por todo el lugar. Había logrado eliminar a otro enemigo.

    Vanac, viendo como sus soldados eran asesinados, gritó muy furiosa al mismo tiempo que se lanzaba a atacar al comandante. Este esperaba un ataque directo, pero la mujer le lanzó otro escupitajo. Zion supo que no lo podría esquivar, por lo que levantó los brazos, protegiéndose las manos para que sea su armadura la que recibiera el daño. Así fue, y esa sustancia empezó a hacer arder la armadura del comandante, al mismo tiempo que le quitaba el brillo, el color, y la corroía. El comandante ciertamente estaba asombrado con esta característica de sus enemigos. La falta de resistencia era compensada con esa sustancia peligrosa.

    Zion veía impresionado como su armadura recibió un gran daño en la zona donde cayó dicha sustancia. Vanac ahora aprovechó la distracción y se le acercó para darle un codazo en la cabeza. El casco que llevaba el comandante lo protegió, pero el golpe se sintió muy fuerte y Zion terminó retrocediendo.

    — ¡Seremos los vasterrad los que capturemos al humano más fuerte! — gritaba Vanac mientras atacaba a Zion, revelando el nombre de su especie.

    Vanac saltó sobre él, dirigiendo un rodillazo a su estómago. El comandante lo recibió y se inclinó un poco por el golpe. Luego de eso, la vasterrad hembra empujó al comandante hasta arrinconarlo contra la pared. Tomó las manos del enemigo con las suyas y empezó a separarlas del cuerpo de Zion, quien supo que debía actuar antes de que ella volviera a escupirle ácido.

    — Si retengo tus manos, no serás capaz de disparar energía — Vanac estaba preparándose para escupir otra vez — Y si te las quemo tampoco.

    — ¿Vas a quemarme las manos? — Zion se asustó un poco de pensar en esa idea.

    — Haré que alguien más te cure, y si no podemos, haré que te reemplacen las manos — el comandante se asombró con esa declaración de su enemiga.

    — ¡Mierda, ¿qué clase de seres son ustedes?! — Zion quería ver si lograba que Vanac soltara más información en ese momento.

    — Lo descubrirás por tu cuenta. No te preocupes.

    — Voy a tener que rechazar esa invitación.

    Zion acumuló energía en sus manos, y la liberó en un instante, quemándole las manos a Vanac, quien soltó al comandante tras haber recibido aquel ataque. La vasterrad se alejó de Zion mientras sentía un gran ardor en sus manos, para luego comenzar a escupirle. El comandante supo que, si recibía más daño, su armadura quedaría inservible y terminaría siendo capturado, por lo que se agachó rápidamente mientras avanzaba hacia su enemiga. Esta escupía sin ser capaz de darle a su objetivo. Cuando el comandante del Zenith estuvo lo bastante cerca, levantó su pierna para darle una patada. Vanac logró acertar su escupitajo a la pierna de Zion, pero eso no detuvo su ataque. La patada del comandante le dio en la cabeza a la líder de los vasterrad, quien terminó cayendo al suelo derribada de un golpe. La armadura de Zion empezó a calentarse demasiado en la zona que recibió el escupitajo, por lo que el comandante decidió evitar que su enemiga pudiera atacarlo.

    Vanac se disponía a levantarse y escupir otra vez, pero recibió una patada frontal en la cabeza, la cual la hizo golpearse la nuca contra el suelo.

    — ¡No, esto es imposible! — exclamaba mientras se moría de miedo al ver a Zion frente a ella.

    Sin perder el tiempo en dirigirle la palabra, Zion se agachó y empezó a lanzar puñetazos rápidos, certeros y eficaces en la cabeza de Vanac, quien se aturdía cada vez más con cada ataque que recibía, hasta que finalmente, terminó perdiendo el conocimiento, para después perder la vida en las manos de nada más y nada menos del humano más fuerte del grupo de Zenith que había llegado a su planeta. Había muerto en su primer enfrentamiento contra él, y también había fracasado en su misión.

    — ¡Maldito monstruo! — Zion volteó al escuchar ese grito.

    El último vasterrad que quedaba vivo sujetaba el rifle de Zion, mientras le apuntaba con este. Su cuerpo completo estaba temblando, y ciertamente, no se podía mantener firme.

    — ¡Has asesinado a nuestra líder! ¡Demonio! — este empezó a retroceder — ¡Tengo que reportar esto! ¡Tengo que huir! ¡Si Vanac no pudo vencerte, entonces ninguno de nosotros puede!

    — ¡Espera!

    El vasterrad sobreviviente escupió hacia el comandante. Este levantó su brazo y disparó energía, la cual terminó impactando contra la sustancia. Al combinarse, se formó una explosión muy pequeña y muy débil cerca del comandante, pero que logró darle una sacudida y tumbarlo al piso sin dejarlo muy aturdido. A pesar de eso, el vasterrad no quiso enfrentar a Zion, por lo que se fue corriendo de la nave con su rifle.

    El humano se levantó algo aturdido por dicha explosión, y muy confundido.

    — Si el calor que disparé creó una explosión al chocar con esa sustancia, quiere decir que tiene características similares a la de un combustible — pensaba Zion mientras se incorporaba — ¿Qué demonios es lo que disparan de sus bocas?

    El comandante salió para perseguirlo y evitar que se escapara con su rifle, pero al atravesar la puerta vio que era tarde, ya que este no estaba a la vista. Probablemente ya se hubiera escapado junto con su arma. Zion, entonces, procedió a mirarse la armadura, y se dio cuenta que el color y el grosor en las partes donde esa sustancia le cayó se había ido. Su armadura recibió un daño considerable, y ahora también le habían robado su arma.

    — Debo buscar la forma de volver con el grupo lo más rápido posible — pensaba para sí mismo — Roger — miró el cuerpo de su colega por última vez — Si tus soldados están vivos, te juro que los encontraré.

    […]

    En el medio del bosque, apartados de la zona donde el comandante Zion había luchado, se encontraban caminando Ace, Agustina, Gwyn y Thomas. Los cuatro tenían la misión, o la tarea, de buscar y encontrar un lugar en el interior de aquel bosque el cual lograra destacar por sobre los demás, y así poder usarlo para reunirse con el resto de sus compañeros. Los cuatro caminaban cerca unos de otros para así poder protegerse mutuamente en caso de un ataque sorpresa. Todos iban atentos en todo momento, y los nervios estaban a flor de piel. Esperaban un ataque de los guerreros que los atacaron durante la noche, aunque no descartaban la posibilidad de encontrarse con los insectos de los que Wagner les había advertido.

    — Thomas, ¿cómo está tu herida? — preguntó Agustina, queriendo saber el estado de su compañero.

    — No me duele más, pero todavía no ha cicatrizado por completo — respondió Thomas mientras se miraba la mano — No creo ser capaz de lanzar energía por el momento, al menos no con esta mano.

    — En ese caso, deberás utilizar tu rifle, ¿puedes sostenerlo? — preguntó Ace, preocupado por Thomas.

    — Claro que puedo, de hecho, lo tomaré para tenerlo desenfundado en caso de que seamos atacados — contestó el humano, tomando su arma.

    — Díganme, ¿creen que Michael, Alicia y los demás estén bien? — preguntaba Gwyn, quien deseaba conocer la opinión de sus compañeros.

    — Estoy seguro de que lo están — contestaba Ace, mostrando confianza en sus compañeros — Michael es fuerte, y Alicia también. Además, ellos están junto al general Orikrof, y también junto con Wagner y Plamo. Sé que no les pasará nada, al menos no el día de hoy.

    — ¿Por qué lo preguntas? — Agustina no entendió el motivo de Gwyn para preguntar eso — ¿Es por lo que dijo Michael acerca de que deberíamos reunirnos en caso de emergencia?

    — Así es, sé que solo ha pasado un día desde que llegamos, e incluso puede que menos — comentaba Gwyn — Es muy temprano para pensar en que las cosas se salieron de control, pero quería saber qué era lo que ustedes pensaban al respecto.

    — ¿Tú que piensas? — preguntó Thomas — ¿Crees que tendremos que poner en marcha ese plan pronto?

    — Yo deseo que no, más que nada porque no quiero dejar a nadie atrás — Gwyn se mostraba preocupada por la situación — Además, Michael y Alicia no están con nosotros ahora mismo. Si tuviéramos que poner en marcha ese plan, deberíamos buscarlos y sería mucho más difícil para nosotros.

    — Creo que ya entiendo lo que te preocupa — Ace tuvo una idea — Temes que las cosas se salgan de control y que nosotros seis no estemos reunidos cuando eso pase.

    — Exactamente — Gwyn se sorprendió de que Ace lo hubiera descubierto — Me preocupa que no logremos reunirnos a tiempo, y que tengamos que correr aún más peligro para poder hacerlo.

    — Si ese es el caso, deberíamos centrarnos en encontrar un lugar seguro para poder juntar a todo el grupo — comentaba Thomas — Pero entiendo que estés asustada, y que hayas querido compartirlo con nosotros.

    — Se supone que para eso estamos, ¿no es así? — preguntó Gwyn, esperando que no la juzgaran por eso.

    — Claro, nosotros somos compañeros, y es nuestro deber cuidarnos entre nosotros — respondió Agustina, acercándose a ella para tomarla de la mano — Es importante hacerlo, para que no tengamos que lamentar la muerte de nadie más.

    Tras haber tenido esa pequeña charla para despejar sus mentes, el grupo continuaba marchando en silencio a través del bosque. Todo el lugar se veía bastante uniforme, incluso la distancia de los árboles era muy similar al ir recorriendo varios metros. Eso no hacía nada más que preocupar al grupo, dado a que creyeron que les costaría mucho trabajo dar con un lugar que verdaderamente sea seguro para reunir a todo el equipo.

    […]

    En otra de las zonas del bosque, Domir caminaba junto a Aurio y Wida. El garak y los dos xaromitantes tenían la tarea de buscar al resto del equipo mientras que los cuatro humanos que estaban en su grupo se encargaban de dar con un punto de reunión. En el grupo de tres, era Domir quien iba a la cabeza, sosteniendo su rifle mientras escuchaba una conversación entre los dos xaromitantes.

    — No me gusta ser egoísta, pero realmente preferiría encontrar a Gan antes que a nadie — decía Wida, algo apenada por lo que sentía.

    — No eres egoísta por eso, Wida, es tu hermano, es natural que lo quieras encontrar a él primero — contestó Aurio, acercándose a ella para poner su mano sobre su hombro — Y ciertamente, yo preferiría también encontrarlos a ellos antes que a alguien más. No te sientas mal por eso. No tienes que sentirte culpable. Todo lo contrario, eso demuestra que eres una buena hermana para Gan, que es muy afortunado de tenerte.

    — Gracias, Aurio — Wida apreciaba las palabras de su compañero — Eres un buen amigo.

    Domir se sentía incómodo con esa charla. Sabía que Aurio tenía una clase de sentimientos por Wida, y le molestaba que hablara así con ella siendo que Lankir no estaba en ese lugar. Quiso buscar una forma de desviar el tema hacia otra dirección.

    — Díganme, ¿han oído algo últimamente? — el garak no sabía que más preguntar en ese momento.

    — Por desgracia, no — contestó Aurio — Eso quiere decir que aún debemos estar lejos del otro grupo.

    — Realmente subestimamos mucho a los seres de este planeta al separarnos — decía Wida dando su opinión — Creo que es una buena lección para el futuro. Ir siempre juntos y si vemos que la cosa es fácil, separarnos. Y no al revés.

    — Concuerdo contigo, aunque estoy seguro de que, si tuviéramos un equipo más numeroso, el estar separados no sería un problema — opinaba Domir — Pero lamentablemente, no es el caso. Tendremos que arreglarnos como podamos, al menos por ahora.

    — Eres un buen líder de equipo, Domir — Aurio notaba la tranquilidad en el tono del garak — Al menos sabes cómo liderar correctamente a un equipo pequeño.

    — Esto no es nada con lo que tengo pensado avanzar — Domir supo que aún le faltaba mucho para poder acercarse a Likar — Pero agradezco mucho tus palabras. En un futuro, planeo ser tan buen líder como mi amigo Likar. Estoy seguro de que, si él estuviera aquí, sería un recurso valioso para nosotros.

    — ¿Likar era solo tu amigo y tu mentor? — preguntaba Wida, con mucha curiosidad por saber por qué el garak siempre mencionaba a su compañero fallecido — ¿O había algo más entre ustedes dos?

    — En realidad… — Domir se disponía a hablar, hasta que empezó a escuchar algo de ruido — Un momento… — el garak ahora bajó la voz y se acercó a sus compañeros — Estoy escuchando algo.

    El trío guardó silencio por un segundo y logró distinguir el sonido de varias pisadas acercándose hacia ellos, claramente provenientes desde detrás. A medida que pasaba el tiempo, se estaban empezando a volver más fuertes. Esto empezó a preocuparlos, dado a que sabían que sus compañeros no eran los causantes de ese ruido, ya que no serían tan desprevenidos.

    — Veamos si podemos escondernos y tomarlos por… — pero antes de que Domir pudiera terminar de hablar, una bala impactó en su hombro, el cual no sufrió daños debido a las armaduras que los cubrían — ¡Mierda, nos encontraron!

    — ¡Corran! — gritó Wida, aterrada de que pudieran ser asesinados en ese momento.

    Los tres se disponían a correr hacia el interior del bosque, cuando escucharon un ruido que les llamó la atención. Fue entonces como notaron que unas esferas pequeñas cruzaron por encima de ellos y luego de unos tres segundos, estas explotaron, generando explosiones que los hicieron retroceder.

    — ¡Maldición, vamos a tener que pelear! — Domir corrió para cubrirse tras un árbol, acción que fue imitada por sus dos compañeros xaromitantes.

    A la distancia, se podía ver a Qaior corriendo mientras era acompañado por otros cuatro inkor. Estos tenían como objetivo alcanzar al grupo para eliminarlos.

    — ¡Qaior, no hay humanos con ellos! — gritó uno de los guerreros que lo acompañaba.

    — ¡Perfecto, no hay necesidad de contenerse! — el líder arrojó una granada hacia la zona donde vio a los enemigos.

    Domir observó como una de las granadas que habían arrojado se acercaba a él, logrando caer justo al lado suyo. Claramente era un intento de los enemigos para alejarlo de su cobertura, y no tuvo otra opción que hacerlo, o de lo contrario, sería alcanzado por la explosión. El garak se cubrió el rostro, única zona del cuerpo que su armadura no cubría, sabiendo que intentarían dispararle en ese lugar. Tal y como pensó, recibió varios disparos en las manos que cubrían dicha zona. El haberse cubierto le salvó la vida, y además supo que tenía a un enemigo al frente. Cuando la ráfaga de tiros terminó, Domir supo que su atacante iba a recargar, por lo que tomó su rifle rápidamente y desencadenó una lluvia de balas hacia el frente, logrando acertar varios disparos a uno de los inkor que no se había cubierto tras haber agotado su cargador.

    Wida y Aurio, por su parte, se cubrieron juntos en una zona cercana, desde donde podían divisar a Domir, y también a los demás inkor que los estaban atacando. Los dos xaromitantes disparaban como podían sin exponerse demasiado fuera de la cobertura, dado a que no portaban armaduras, sino trajes de protección, que no eran tan fuertes o resistentes como las armaduras. Los inkor vieron venir esos disparos, por lo que se cubrieron en los árboles. Uno de ellos tomó una granada y trató de disparar hacia la zona donde se encontraban estos dos, pero la gran cantidad de árboles estorbó y esta no logró llegar hasta ellos.

    Cuando Aurio salió de su cobertura para disparar, notó que uno de ellos se le estaba acercando a Domir, por lo que decidió alertarlo.

    — ¡Domir, detrás de ti, se te acerca uno! — gritó muy desesperado.

    El garak volteó rápido al mismo tiempo que cubría su rostro, y fue así que recibió una lluvia de balas en su armadura. Se trataba de nada más que Qaior, el líder de los inkor, quien intentó acribillarlo a balazos. Sin embargo, la armadura del garak logró resistir los disparos hasta que el rifle del enemigo agotó su munición.

    — ¡Desgraciado! — Domir sujetó su rifle con firmeza y apuntó hacia Qaior — ¡Cometiste un terrible error al atacarme!

    — ¡Mierda! — Qaior soltó su rifle y dio un salto hacia el costado, buscando cubrirse del ataque del garak.

    Milagrosamente, el salto que el líder de los inkor dio tuvo la fuerza suficiente como para llegar hacia unos dos árboles que se encontraban juntos uno del otro. Domir miraba a su alrededor y veía que Aurio y Wida continuaban luchando a los tiros contra los otros tres inkor, por lo que decidió aprovechar ese momento para eliminar al líder de ellos, sabiendo que eso los debilitaría.

    El garak avanzó hacia el rifle de Qaior, para luego activar su guantelete de calor. Solo le bastó con sujetar el rifle durante un total de siete segundos y su calor logró derretirlo y partirlo por la mitad, dejando a Qaior sin la posibilidad de recuperar su arma de fuego para pelear. Antes de darse cuenta, oyó un grito desde detrás suyo. Domir volteó rápido y logró ver a Qaior acercarse a él empuñando dos dagas, una en cada mano. El inkor atacó buscando clavar su arma blanca en la cabeza del garak, quien no logró reaccionar a tiempo con su rifle, pero si con el brazo, logrando bloquear el ataque. La daga chocó contra la armadura de Domir sin causarle ningún daño, cosa que enfureció a Qaior. Este notó que el garak iba a tomar el rifle e iba a dispararle, por lo que reaccionó rápido y le dio una patada en los brazos a Domir. El golpe no lo lastimó, pero provocó que su arma cayera al suelo.

    — Ahora estás indefenso — se burlaba Qaior, intentando provocar al garak.

    — Mi armadura es toda la defensa que necesito — respondió Domir, decidido a eliminar a su enemigo en ese momento.

    El garak activó el otro guantelete e inició un combate cuerpo a cuerpo contra Qaior. El líder de los inkor esquivaba los golpes de Domir, al mismo tiempo que buscaba una abertura para atacar. Podía sentir el calor que emanaban los guantes del garak, por lo que supo que no podía dejarse golpear por estos ni tampoco dejar que sus dagas terminaran siendo interceptadas por el enemigo. Domir continuaba lanzando varios ataques rápidos, los cuales Qaior conseguía esquivar con algo de dificultad, aunque no estaba cerca de poder acertar un golpe.

    — Likar ya habría asesinado a este miserable hace tiempo — pensaba Domir, buscando motivarse para ganar la pelea — Si quiero ser como él, tengo que acabar con él ahora.

    Qaior notó como los movimientos de Domir, comenzaron a ser más rápidos. Lograba esquivar los puñetazos del garak, pero cada vez tenía menos tiempo para pensar en una forma de contraatacar.

    — Maldición, a este paso me va a matar — Qaior miraba de reojo a sus alrededores y se daba cuenta de que Domir buscaba acorralarlo contra los árboles.

    El inkor supo que, si el garak conseguía lo que quería, la batalla terminaría en derrota para él, por lo que tuvo que arriesgarse con un movimiento muy peligroso para él. Tras esquivar uno de los ataques de Domir, Qaior esperó a que este volviera a intentar atacarlo, y cuando lo hizo, sujetó con firmeza la daga que sostenía en su brazo izquierdo y la dirigió hacia la palma de la mano derecha del garak con todas sus fuerzas. El golpe fue tan fuerte que, a pesar del calor, la daga consiguió incrustrarse de lleno en la palma de Domir, atravesando su guantelete y también su piel. Domir expulsó un grito de dolor mientras que la sangre empezaba a brotar del corte que había recibido. El calor que expulsaba su guante era demasiado, y estaba derritiendo la daga de manera que varios de sus componentes estaban cayendo sobre su sangre y sobre su corte, lo cual podría ser peligroso y podría infectar su mano.

    — ¡Mierda, tengo que quitar esa daga de ahí! — Domir quiso apagar su guantelete para evitar que el calor siguiera derritiendo la daga.

    Aunque lo intentó, su movimiento no fue exitoso. Cuando la daga se clavó en él, rompió el guantelete, por lo que este no dejaba de liberar calor. Dentro de poco, el calor de su propia arma empezó a liberarse por su mano, llegando hasta su herida. Domir empezó a sentir un ardor inimaginable mientras su mano se estaba fundiendo lentamente. Supo que, si no se lo quitaba rápidamente, podría terminar perdiendo su mano, así que apagó el guante que sujetaba con su otra mano e intentó quitar el que estaba roto.

    Qaior supo que era ahora o nunca si quería matarlo, por lo que atacó a Domir intentando clavarle su otra daga. El garak levantó su brazo sano y consiguió bloquear el golpe del arma de Qaior, para luego intentar derribarlo al suelo usando su guante roto. Supo que no sobreviviría si perdía el tiempo quitándose el guante defectuoso, por lo que decidió sacrificar su mano derecha para poder matar a su enemigo. Domir apuntó y lanzó un golpe hacia Qaior, quien logró desviarlo con su codo, causando que el ataque del garak fallara. Inmediatamente después, Qaior actuó rápidamente y clavó su daga en el rostro de Domir, justo en el ojo, atravesándole dicha zona hasta lograr incrustársela en el cerebro. Un ligero grito de dolor escapó de Domir, y luego fue la sangre la que empezó a brotar de la herida. Qaior decidió no confiarse demasiado, por lo que retiró la daga de ese lugar y volvió a clavársela tres veces más en la misma zona. Domir había sido asesinado con el primer golpe, por lo que ya no reaccionó a los otros ataques que había recibido. Una vez que Qaior supo que lo había matado definitivamente, lo dejó caer al suelo.

    El rostro de Domir tenía un agujero gigante en el ojo, justamente en donde fue apuñalado cuatro veces por el líder de los inkor. De ese agujero la sangre no dejaba de brotar. Tras haber matado a su enemigo, Qaior se arrodilló para poder respirar tranquilo.

    La escena de la muerte del garak fue contemplada por Wida y Aurio, quienes no creían que su compañero hubiera sido herido de esa forma.

    — ¡Domir! — Wida quiso salir de su posición para ayudarlo, creyendo que este podría seguir con vida.

    — ¡Wida, no salgas! — advirtió Aurio, sabiendo que su compañera se pondría en peligro.

    Apenas Wida salió de su escondite, Aurio se abalanzó sobre ella para tirarla al suelo y evitar que una lluvia de disparos lograra eliminarla.

    — ¡Salieron de su cobertura, mátenlos! — gritó uno de los inkor.

    Otro de estos tomó una granada y se dispuso a arrojársela a los dos xaromitantes. Aurio tuvo una idea que les permitiría escapar. Sin levantarse por completo, estiró su brazo y logró atraparla antes de que cayera al suelo, para posteriormente, devolvérsela a los inkor. Estos retrocedieron para evitar que la explosión los alcanzara, consiguiendo salvarse de una muerte segura.

    Sin embargo, en ese momento, el xaromitante aprovechó para levantar a su compañera del suelo.

    — ¡Wida, tenemos que correr, nosotros dos solos no podremos con ellos!

    — ¡Pero Domir…

    — ¡No hay nada que podamos hacer por él ahora! — Aurio supo que era imposible que el garak hubiera sobrevivido a ese ataque — ¡Tenemos que buscar urgentemente a los demás! ¡Corre, rápido, no nos van a esperar por siempre!

    Sabiendo que su amigo tenía la razón, pero con mucho dolor por abandonar así a Domir, Wida empezó a correr. Antes de que se alejaran de la zona, ella miró hacia atrás, al lugar en donde había caído, y se dio cuenta de que el garak efectivamente estaba muerto. Algunas lágrimas empezaron a recorrer su rostro, pero sabiendo que era tarde para él, decidió ya no seguir mirando atrás y correr junto a Aurio. Los dos xaromitantes avanzaban por el bosque sabiendo que encontrar a sus otros compañeros era cuestión de vida o muerte desde ahora.

    Los otros tres inkor que quedaban se acercaron a Qaior, quien estaba buscando la forma de retirarle al fallecido Domir el guantelete que aún funcionaba.

    — Qaior, ellos dos se han escapado — preguntaba uno de sus hombres — ¿Qué quieres que hagamos?

    — Quiero que los maten, ahora son solo ellos dos en contra ustedes tres — decía Qaior tras haber conseguido sacarle el guante — No deberían tener problemas para vencerlos. No requieren de mi ayuda. Vayan.

    Fue así como los tres inkor sobrevivientes empezaron a perseguir a Aurio y a Wida, quienes aprovecharon al máximo ese breve lapso de tiempo para poder sacarles algo de distancia a sus enemigos. Mientras tanto, Qaior se colocó el guantelete de Domir, y tras imitar sus acciones, logró que este se encendiera. Claramente quería probar el poder de esa nueva arma, por lo que colocó la palma de su mano sobre el cráneo de Domir, y este mismo, junto con su armadura, comenzó a derretirse. En menos de un minuto, el metal de la armadura, la piel, el hueso del cráneo y el cerebro de Domir se habían fundido en una sustancia homogénea que había dejado el suelo manchado de sangre.

    Tras haber experimentado el poder del guante de primera mano, Qaior lo apagó.

    — No solo conseguí asesinar a uno de ellos, sino que he logrado obtener un arma muy poderosa — decía Qaior mientras se levantaba, comenzando a marcharse del lugar — A Tzorkun le encantará esto.

    Y fue así como el líder de los inkor se retiró con la victoria y una recompensa del campo de batalla, mientras que sus otros hombres se encargaban de perseguir a los otros dos xaromitantes que quedaban. Al cabo de un minuto, el cuerpo de Domir quedó completamente abandonado en lo que fue el escenario de su última pelea.
     
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  13.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Después de mucho tiempo, por fin hemos vuelto a ver a Black Meteor. Y su entrada en el capítulo parece idónea, pues mientras para Zenith las cosas se van a poner feas, para su archienemigo parece que es la ocasión perfecta para proponerles una unión y ganar con eso. Sin duda, algo interesante que queda por ver, si es que ocurre finalmente.

    Zion se está ganando a pulso mi admiración. Es en esta parte y en esta trama donde más está demostrando sus habilidades y me agrada cada vez más. Es un tipo inteligente, capacitado y difícil de derrotar, lo que le convierte en un enemigo muy duro. Los vasterrad son una especie muy interesante y aunque parecen los más débiles (de las especies mostradas hasta el momento en esta trama) tienen la habilidad de escupir algo extraño que corroe cómo ácido, lo que los convierte en un peligro según la situación. Zion tuvo suerte de que no quieren matar a los humanos, porque sino, el combate podría haber sido distinto. Con Vanac, la líder de esta especie, muerta, me preguntó si un nuevo miembro tomará su cargo. Indudablemente es, que el vasterrad que huyó, reportará lo sucedido a Tzorkun y a la próxima que se encuentren con Stones, quizá éste no tenga tanta suerte.

    Creo que el grupo de Ace, Agustina, Thomas y Gwyn es el más irrelevante por el momento, el hecho de buscar un lugar seguro para todos es importante pero si no lo hacen pronto o no se encuentran con algo interesante, dará la sensación de que su presencia es de bulto, y sería una pena, porque son cuatro personajes con cierta importancia unos más que otros y que sería interesante ver en acción de nuevo.

    Finalmente, el grupo que conforman Domir, Wida y Aurio se encontró con Qaior y los inkor, iniciando un combate en el que tenía sensación de que uno de ellos iba a morir, cosa que así ha ocurrido. No era un personaje importante ni me agradaba lo suficiente cómo para sentirme mal por él, pero me dio lástima ver morir a Domir. Se veía como un garak que quería imitar a Likar y convertirse en un gran guerrero, y pese a que mostró buen combate contra Qaior, éste logró asesinarle y además robarle el guantelete de calor. Sin lugar a dudas, es una muerte que afectará en cierta medida al resto del grupo una vez se enteren. Diría que esta es la primera muerte importante en cierta forma de esta parte, pero estoy seguro de que vendrán más y ojalá la próxima sea la de un personaje más relevante (menos Ace por favor XD).

    Sin nada más que añadir, esperaré al próximo capítulo. Un saludo y hasta pronto.
     
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  14.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar. Discupas por no haberlo hecho antes, es que estuve un poco ocupado.

    Este capítulo ha resultado interesande. Me da curiosidad por saber más sobre el nuevo personaje que ha aparecido, sí, hablo de Nick Mardh. Me pregunto, hasta dónde llegará BM con su ayuda, y más teniendo en cuenta que es uno de los mejores científico de ese país. Hablando de ayuda, por lo visto, Lathan ha logrado infiltrarse en el Zenith y obtenido información que ya sabemos, pero que Abel no sabía hasta este momento. Es bueno saber de Lathan, ya creía yo que se lo había tragado la tierra XD. Es una pena que no se explorara un poco el cómo demonios le hizo Lathan para infiltrase en el Zenith, pero supongo que eso se sabrá en su propio especial, claro, si es que él llega a tener uno capítulo dedicado.

    Tal y como lo imaginaba, ha aparecido una nueva raza los Vasterrad. Te digo que me gustó la apareciencia de esta raza, en especial porque me recuerda a las Asari por su color de piel, y un detalle que me encantó es el hecho de que tenga el pelo blanco. Me recurda a Zellene XD. Es una pena que Vanac haya muerto, digo pena porque la chica me pareció bonita e interesante. Incluso llegué a pensar que era de una raza "buena", y creí que podría llegar a formar parte del Zenith, pero eso se fue al demonio en un segundo cuando empezó la pelea y terminó muriendo a manos de Zion.

    Y hablando de muertes, veo que Domir ha muerto. Me parece que la razón por la que perdió, fue la misma idea de querer ser Likar. Se obsesionó tanto con esa idea que lo desconcentró lo suficiente para perder a manos de Qaior. Es una lástima, creí que en algún momento dejaría esa idea, y fue eso mismo lo que le causó la muerte. Una muerte horrible para un Garak que tenía mucho que dar, y que no logró hacerlo por querer ser alguien que jamás llegó a ser.

    Ahota Aurio y Wida están en peligro, espero que ambos logren encontrar a sus amigos, antes de que los secuaces de Qaior los encuentre, o incluso el mismo lo haga. Hasta el momento hay tres bajas del Zenith; dos Xaromitantes y un Garak. La Black List de LGC se va agrandando, me pregunto cuál será el siguiente en la lista.

    No encontré errores, de modo que eso es todo por el momento. Saludos y hasta la próxima.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Ciencia Ficción
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    Saludos a todos, especialmente a Resistance y a Zurel Llegó el domingo, lo que quiere decir que ya es el momento de publicar el siguiente capítulo de LGC.

    Esta vez no creo que haya noticias importantes antes del capítulo o algo importante que deba ser anunciado, así que, simplemente los dejaré con la lectura. Espero lo disfruten, porque nos estamos acercando a concluir con la primera mitad de esta cuarta parte, y probablemente noten que las cosas en la misión se pondrán "mejores" XD.



    Apareciendo en escena:

    En uno de los edificios de la base subterránea, Tzorkun se encontraba reunido junto a Sharyn, Jason, Sieng y varios otros de sus trabajadores. El líder de los elimun ya tenía decidida cual sería su siguiente estrategia, y era el momento de comunicársela a sus soldados. Tras haber analizado la información que Havor y Qaior le habían entregado, estuvo elaborando varios planes durante la noche, y creyó encontrar el plan perfecto para poder llevar a cabo su objetivo.

    — Escuchen atentamente, porque todo aquí será importante — les decía el líder — Los dos grupos están separados, de acuerdo a lo que nos contó Qaior, por lo que es vital que los interceptemos, y capturemos a la mayor cantidad de humanos al mismo tiempo que matamos a los de otras especies, antes de que se reúnan otra vez. Ahí es donde aparecen ustedes dos. Van a irse cada uno en una dirección distinta en búsqueda de los humanos. No sé cómo habrán quedado divididos los grupos, por lo que si ven un grupo que tiene solo un humano, ignórenlo y busquen otro.

    — ¿Solo atacaremos si es un grupo de dos o más? — preguntó Sharyn, algo curiosa por conocer todo a mayor detalle.

    — Precisamente, pero no quiero que los ataquen, dado a que, si llegaran a escapar, estarían más alerta que nunca — respondía Tzorkun, dejando algo confundidos a Jason y Sharyn.

    — ¿Entonces cúal es el plan? — preguntó Jason, sin entender lo que quería el líder.

    — Tienen que fingir ante ellos — contestó el líder — Tienen que fingir que han logrado escapar y despistar a un grupo enemigo, y que ahora están buscando reunirse con otros o buscar algo de comida para reponer energías. Eso es lo que les deben contar cuando ellos se les acerquen. Cada uno de ustedes irá con un grupo de cinco de mis soldados, los cuales permanecerán alejados esperando la oportunidad perfecta para aparecer en escena.

    — En resumen, actuar para hacerles bajar la guardia — Jason ya empezaba a comprender el plan — Dudo mucho que funcione siendo que ellos están más alertas que nunca, pero haremos nuestro mejor esfuerzo.

    — Se supone que vinieron a rescatarlos — comenzó a hablar Sieng — Si ustedes fingen estar cansados o lastimados, ellos ciertamente estarán preocupados por ustedes. Entreténganlos lo más que puedan hasta que los demás lleguen.

    — Será sencillo, no diría que los capturaríamos a todos antes del anochecer porque no sé cómo se habrán dividido los equipos, pero el plan funcionará — Sharyn comenzaba a mostrar mucho entusiasmo.

    — En ese caso, lo mejor será comenzar con el procedimiento ahora mismo, antes de que tengan tiempo de reunirse — Tzorkun les daba la autorización de irse a trabajar — Hagan lo mejor que puedan y tráiganme aquí a todos los humanos. Si es posible, capturen a Wagner. Nos dará ventaja cuando llegue el turno de su padre.

    Una vez que todas las instrucciones ya habían sido recibidas, Sharyn y Jason salieron del edificio acompañados de diez soldados elimun. Cada uno de ellos se llevaría un total de cinco a la misión, por lo cual tenían la responsabilidad de triunfar en esta especie de operativo. Avanzaron por las calles de la ciudad subterránea ante la vista de otros habitantes y trabajadores de aquel lugar. Caminaron un largo recorrido hasta que llegaron a una escalera que subía unos cuantos metros, conduciendo hacia la puerta de salida y entrada que tenían en la ciudad subterránea.

    Uno de los guerreros abrió dicha puerta, la cual medía un total de siete metros de ancho y diez de largo, permitiendo el paso de varios soldados al mismo tiempo. Ahora los dos equipos debían separarse, por lo que Jason decidió despedirse de su compañera.

    — Sharyn — decía el soldado llamando su atención — Buena suerte — posteriormente, le estrechó su mano.

    — Lo mismo digo — contestó la chica, aceptando el saludo.

    Tras haberse saludado, los dos fueron en direcciones opuestas, en búsqueda de grupos de soldados donde hubiera humanos. Una vez que ambos grupos se alejaron bastante, uno de los elimun que se encontraba con Jason decidió hablarle para jugarle una broma.

    — Siempre que Tzorkun los hace venir, presto atención a la forma en la que miras a esa chica — decía en un tono risueño — Claramente te gusta, ¿no es así?

    — Sharyn es muy bonita, inteligente y amable, sería un tonto si una chica así no me gustara — contestó Jason intentando no caer en su provocación, al menos era eso para él.

    — ¿Desearías que ella sintiera lo mismo? — volvía a preguntar el elimun.

    — Sé que puedo hacer que Sharyn se fije en mí, solo tengo que hacer algo que logre llamar su atención — Jason se fijó una meta para la misión — Como capturar a Wagner. Si logro atrapar al soldado más fuerte del grupo de Zion, y obligo al hombre más fuerte del mundo a rendirse, ciertamente ella me verá de otra forma.

    — ¿Wagner es el objetivo, entonces? — preguntó de nuevo su compañero.

    — Wagner era el objetivo desde antes que llegara su grupo a este planeta — Jason estaba decidido a encontrarlo y capturarlo — Puedes estar seguro de que lo atraparemos.

    — Vayamos por él — aunque el objetivo era molestarlo en un principio, el elimun se asombró con la determinación del humano.

    Mientras los dos grupos avanzaban, Tzorkun y Sieng se encontraban hablando en la sala. La conversación que estaban teniendo acerca del progreso de los dos humanos que servían a sus fuerzas se vio interrumpida cuando uno de los trabajadores informó al líder de las cuatro especies del planeta sobre un mensaje importante que los vasterrad habían enviado. El líder ciertamente se interesó en ello, dado a que momentos atrás ordenó a dicha especie que vigilaran la nave del comandante Roger Fields, y si ahora recibía un mensaje, quería decir que tenía noticias sobre un encuentro entre dicha especie y los humanos. Esperaba que fueran buenas noticias esta vez. Tzorkun ordenó entablar una conversación con el mensajero, a lo que su trabajador obedeció.

    — Habla — ordenó el líder del lugar — ¿Qué es lo que tienes que reportarme?

    — Nada bueno, señor… — el que estaba hablándole, lo hizo con un tono de tristeza notable, el cual preocupó a Tzorkun — Atacamos al comandante Zion cuando se dirigió a la nave… pero es un demonio. ¡Mató a Vanac y a todos mis compañeros!

    Dicha noticia cayó como un balde de agua fría tanto a Tzorkun como a Sieng. Ambos sabían que la líder de los vasterrad era fuerte, y que la sustancia que escupían a sus enemigos les daba un plus de peligro a esa raza. El saber que la líder había sido asesinada no era una buena noticia.

    — ¡¿Cómo dijiste?! — Tzorkun no creía, o no quería creer, lo que escuchaba — ¡¿Vanac fue asesinada?!

    — Así es, señor, nuestro grupo no pudo derrotar a Zion — el mensajero esperaba un castigo inmediato por haber perdido la pelea — Lo que es peor, nuestra gran líder ha muerto.

    — ¡Maldita sea! — Tzorkun se mostraba muy furioso ante esa situación — ¡Malditos humanos! ¡Más les vale que sean así de fuertes cuando estén luchando para nosotros! ¡¿Y tú que hacías mientras Vanac y los tuyos morían?!

    — Solo pude escapar, si nuestra líder no fue rival para ese demonio, yo tampoco — comentó muy asustado — Pero logré robar su rifle. El comandante Zion gastó energía durante la pelea, y fui capaz de robarle su arma. Eso quiere decir que, si fuera atacado ahora, sería un blanco fácil.

    — Mencionas eso como si fuera algo por lo cual estar orgulloso — le respondía Tzorkun, muy decepcionado con la actitud de aquel guerrero — Huiste y te llevaste un arma, mientras Vanac era asesinada. Un arma a cambio de las vidas de la líder de los vasterrad, y algunos de sus guerreros. No vale la pena, ni siquiera, aunque fuera un único y débil guerrero.

    — Lo más importante — Sieng decidió meterse a la conversación — ¿Quién será el líder ahora que ella no está?

    — Es un problema, tras enterarse de que Vanac fue asesinada, todos los vasterrad tienen miedo — las palabras de aquel mensajero solo enfurecían más a Tzorkun — Nadie quiere enfrentarse a Zion y aceptar la responsabilidad.

    — Hablan de Zion como si fuera alguna especie de ente supremo, y solo es un humano — se quejaba Tzorkun — Escucha, voy a enviar a Sieng hacia allá. Hasta que decidan a quien van a poner a cargo, él les dará todas las órdenes. Espero que te haya quedado claro, porque esta conversación terminó.

    Antes de que el guerrero vasterrad fuera capaz de responder, el elimun que recibió la llamada e inició la comunicación decidió cerrarla. Una vez que solo hubo silencio, Tzorkun empezó a insultar en su interior. Cuando parecía que las cosas podrían empezar a salir bien, terminó recibiendo esa terrible noticia. Vanac era una guerrera muy fuerte, y ahora ella se había ido, y con ella, la moral de varios de los suyos. Sieng, quién conocía bien a Tzorkun, estaba consciente de lo que este pensaba. Ante la muerte de Vanac, él se convertiría en el líder provisional de los vasterrad. Una responsabilidad que no esperaba recibir, dado a que no creyó que fueran a asesinar a alguien como Vanac.

    — ¿Hay alguna orden en particular que quieres que siga cuando vaya? — preguntó Sieng a su líder.

    — Asegúrate de que los imbéciles de los vasterrad sigan con nosotros — contestó el líder — No podemos perderlos, al menos no hasta que no hayamos capturado a los humanos.

    — Entendido, me aseguraré de que se mantengan de nuestro lado — Sieng estaba dispuesto a buscar un par de cosas antes de irse.

    — Una cosa más — Tzorkun le llamó la atención antes de que se retirara — Encuentra al comandante Zion y derrótalo. Si Vanac fue asesinada por él, eso quiere decir que se trata de alguien a quien tener en cuenta.

    — Tú mismo dijiste que solo era un humano — le decía Sieng — Hace menos de cinco minutos.

    — Lo dije esperando que esas palabras le quitaran el miedo a los vasterrad — Tzorkun supo que dicho enemigo sería muy fuerte y difícil de vencer — Es otro de los motivos por los que corté rápido la llamada. Pero se trata de alguien peligroso. Tú, Havor y Qaior son los únicos que tienen la autorización de enfrentarlo en combate, ¿entendido?

    — Perfectamente, voy a comunicarles esto a Havor y a Qaior si los llego a ver en el camino — contestó Sieng, quien empezaba a marcharse del lugar para buscar un par de cosas.

    Luego de que el segundo al mando saliera de la sala, Tzorkun decidió sentarse por un momento. No se trataba de información fácil de digerir la que había recibido, pero debía hacerlo. Le costaba trabajo creer que una guerrera tan fuerte hubiera sido asesinada por un único humano. Ese era otro motivo por los cuales esperaba que tanto Sharyn como Jason tuvieran suerte en su misión, y que, de ser posible, capturaran al hijo del responsable de la muerte de una de sus mejores piezas sobre el tablero de juego.

    Para relajarse un poco, decidió buscar algo para comer y beber, esperando que eso le despejara la mente un momento. Una vez que terminó de hacerlo, regresó a la base de operaciones, en donde uno de sus trabajadores le avisó sobre un mensaje que provenía directamente de Qaior. Tzorkun se alegró de que no tendría que lamentar otra muerte por el momento, dado a que era el mismo líder de los inkor en persona el que le entregaría el mensaje.

    — Qaior, te escucho — Tzorkun sonaba algo serio al hablar.

    — Buenas noticias para ti, Tzorkun — respondió el líder de los inkor — Encontré un grupo de tres individuos. Logré matar a uno de ellos, uno de los garak. Los otros dos, que son de una raza desconocida probablemente ya hayan sido asesinados por mis hombres. Eso quiere decir que es una preocupación menos para ti.

    — Tu desempeño me agrada, Qaior — Tzorkun se mostró sonriente luego de recibir una buena noticia comparada a lo que había recibido anteriormente — Hasta ahora, tú y los tuyos han sido los que mejor rendimiento han tenido en todo esto.

    — Y no te lo he contado todo, todavía — Qaior estaba feliz de ser útil para el líder — Logré robar una de las armas de uno de los garak. Es una especie de guante de calor intenso que se libera a través de la palma. Puede fundir las cosas en segundos, yo mismo lo he comprobado tras haberlo robado.

    — ¿Me lo mostrarías? — preguntó Tzorkun, con mucha curiosidad al respecto — Jason y Sharyn me hablaron mucho sobre los garak, pero no tenían toda la información.

    — Uno de mis hombres va en camino a entregártelo — respondió Qaior, con orgullo por sus logros — ¿Quieres que tome otro grupo y salga a buscar a más enemigos?

    — No, Qaior, has luchado bien — contestó Tzorkun, que estaba satisfecho con su rendimiento hasta ahora — Tienes ganado un día de descanso. Haré que Havor salga a buscar a los humanos, y veré qué tal le va ahora que tiene varias horas de luz para moverse por el bosque.

    La comunicación entre los dos se cortó, dejando a Tzorkun con un mejor sabor de boca tras lo que había acontecido más temprano en ese día. Una vez que la llamada cortó, otro de los que trabajaba en dicha sala mandó un mensaje hacia Havor y los moender, sabiendo que Tzorkun quería que ellos se encargaran de capturar a los humanos en ese momento. Una vez el mensaje fue enviado, Tzorkun decidió retirarse para moverse hacia su laboratorio, en donde estaría esperando noticias de todos los que trabajaban para él.

    […]

    Jason y su grupo avanzaban a paso moderado por el bosque. Tanto el humano como los elimun que lo acompañaban mantenían los ojos abiertos y los oídos atentos para ver si lograban localizar a un grupo de humanos. El grupo siguió las indicaciones que Qaior les había dado sobre el lugar donde uno de los grupos, en el cual se encontraba Wagner, se había dividido en dos. Tras llegar al lugar, Jason decidió mover a los suyos en dirección del sureste del lugar. Tenía el presentimiento de que habían elegido el sur para escapar, dado a que el reporte de Qaior indicaba que ellos habían llegado desde el norte. Solo era cuestión de saber si habían elegido el camino que apuntaba en la dirección correcta.

    Jason dirigió a su grupo en una caminata de una hora, donde no habían logrado dar con nada ni nadie, cosa que empezaba a frustrar a los elimun que lo acompañaban. Jason se enteró de eso tras escuchar durante una hora los murmullos de los que lo acompañaban. Fue así que tomó una decisión.

    — Ustedes esperen aquí, descansen, no sigan gastando fuerzas — informaba el humano, confundiendo a los que iban tras él.

    — ¿Y tú que harás? — preguntó el que había bromeado con él en un principio.

    — Veo que no les gusta mucho seguirme y que no los lleve a ningún lugar, por lo que voy a dejarlos aquí y continuar yo solo — informaba el humano — Veré si puedo encontrar a un grupo humano y guiarlos hacia este lugar. Aprovechen el tiempo para descansar y planear una emboscada.

    — ¿Seguro que estarás bien por tu cuenta? — volvía a preguntar el elimun que tenía ciertas dudas respecto al plan.

    — Por supuesto, lo peor que me podría pasar es no encontrar a nadie — comentó Jason, empezando a alejarse del lugar — Si no doy con nadie en dos horas, regresaré y cambiaremos de rumbo. Pero por ahora, déjenme hacer esto.

    — Como desees.

    Jason no tardó mucho en alejarse de su grupo. Se sentía aliviado en parte. Primero uno de ellos intentó provocarlo, y luego empezaron a murmurar a sus espaldas. Jason captó la indirecta. Ellos creían que no estaba siendo eficiente en esta misión, por lo que decidió darles el tiempo de descansar. Sabía que iban a hablar mal de él, pero al menos ya no tendría que seguir escuchando las quejas de ellos, cosa que lo alivió un poco por lo menos.

    El soldado humano caminó durante un largo tiempo por el bosque, un total de treinta minutos terrestres para ser exactos, y cuando creía que no lograría dar con ningún grupo, fue ahí que escuchó una voz a lo lejos. Disminuyó el ritmo de sus pies para caminar hacia ellos y ver de quien se trataba. Se acercó lo más que pudo de forma sigilosa sin dejar que lo descubrieran, y fue ahí que vio a los que estaban haciendo ruido.

    Era un grupo compuesto por un garak, un humano y dos miembros de una especie que él desconocía por el momento. Al mirar con más atención al humano, se dio cuenta de que se trataba de nada más y nada menos que Wagner Stones. Lo recordó de las veces en las que se encontró con él en el pasado, dado a que no había cambiado mucho. Jason entró en un dilema pequeño al verlo. Tzorkun les dijo que ignoraran a los grupos si había solo un humano, pero el humano del que estaba hablando era el soldado más fuerte del Zenith e hijo del comandante Zion. Supo que si lograba capturarlo sería un gran logro que contribuiría al triunfo de Tzorkun y su grupo, y que podría ser de mucha utilidad para capturar al comandante Stones. No podía dejar pasar esa oportunidad de atraparlo, por lo que decidió cómo sería su aproximación hacia ellos. Les dejaría avanzar un par de metros, y luego, él se acercaría de forma moderadamente ruidosa, para asegurarse de que lo escucharan y fueran ellos los que lo encontraran a él.

    Mientras el grupo de Wagner, Plamo, Orikrof y Gan avanzaba, Jason empezó a pensar en las cosas que diría para poder liderarlos hacia el lugar de la emboscada. Mataría a los otros tres y capturaría vivo a Wagner, ese era el plan, y no podía fallar. El soldado los observó unos momentos, dejando que se alejaran de él.

    […]

    Wagner, Orikrof, Gan y Plamo avanzaban en estado de alerta total por el bosque. Estaban buscando la forma de encontrar al otro grupo, así como también buscaban a Wida, Aurio y Domir. Según lo que había dicho Zion, serían ellos tres los que se darían a la tarea de buscarlos y llevarlos con el resto del grupo. El general xaromitante era quien iba al frente, mientras que Gan iba en el medio, seguido por Wagner y Plamo desde la parte de atrás. Todos notaban que Wagner estaba algo cabizbajo, por lo que decidieron preguntarle lo que ocurría.

    — Piensas en tu padre, ¿verdad? — le preguntó Gan, sabiendo que su preocupación se debía a eso.

    — Desde que dijo que encontró a Roger muerto en la nave, y desde que dijo que alguien más había entrado, no volvió a enviar otro mensaje — contestó el hijo del comandante — Me preocupa que le haya ocurrido algo y no poder ayudarlo, es todo.

    — Si realmente estuviera en problemas, de seguro intentaría enviar un mensaje que lo informara — Plamo quería buscar una forma de tranquilizarlo — Tu padre es fuerte. Fue de los más feroces en la lucha contra los berrod en Pgarak. No se dejará vencer tan fácilmente.

    — Lo sé, es que el pensar que asesinaron al comandante Roger Fields me hace creer que cualquiera podría morir aquí — Wagner no podía dejar de preocuparse — Él era detrás de mi padre y del ya difunto comandante Richard, el tercer comandante más fuerte. Si han logrado asesinarlos a ellos, nadie está a salvo realmente.

    — En ese caso, lo mejor que podemos hacer es encontrar a los otros cuanto antes — Orikrof entendía la preocupación de Wagner más allá del lazo familiar con su padre — Si nos enfrentamos a tipos tan peligrosos, lo mejor será reunirnos con el grupo cuanto antes.

    — Mi hermana debe estar preocupada por mí — Gan no podía dejar de pensar en eso — Lo peor es que si me encuentra, seguirá preocupada por lo que le haya pasado a Lankir.

    — Michael, Alicia y Dustin están con él, así que no tiene de qué preocuparse — Plamo quería buscar la forma de tranquilizar al joven guerrero xaromitante — Mientras tanto, será mejor que nosotros… — el garak se calló para prestar atención a un ruido que había notado — Un momento, estoy escuchando pisadas, y vienen hacia nosotros.

    — Todos a una cobertura, ahora — ordenó Wagner, anticipándose al general Orikrof — Intentemos evitar un combate.

    Los tres obedecieron las órdenes del humano, mientras que el general Orikrof estaba asombrado con la forma tan rápida de pensar y tomar decisiones que había mostrado el soldado. Como encargado, era su deber reportarle al comandante Zion el progreso que mostrara su hijo durante la misión en progreso. Los cuatro guerreros del grupo se escondieron tras los árboles, esperando para divisar al causante del ruido antes de que terminaran divisándolos a ellos. A medida que las pisadas se acercaban, se daban cuenta de que era una sola persona, lo que les parecía raro. El causante se acercó a ellos para luego cambiar la dirección de su movimiento, pero no el sentido del mismo. Wagner salió de su cobertura para ver de quien se trataba, y pudo notar que era un humano. Estaba totalmente solo, por lo que debía ser parte de la tripulación del comandante Roger. Emocionado por encontrar a uno de los soldados que habían venido a rescatar, Wagner salió de su escondite haciéndole una señal a los tres compañeros, todo con el objetivo de llamar la atención de dicho humano.

    — Hey — Wagner levantó la voz procurando no llamar la atención de nadie más que no fuera él — Tú, date la vuelta.

    El humano que estaba avanzando se detuvo y volteó asustado con el rifle en mano, sin embargo, decidió bajarlo cuando vio que se trataba de alguien de su misma especie. Al verlo, este decidió correr hacia ellos. Wagner observó atentamente al humano que se había acercado a ellos, de la misma forma que hicieron Plamo, Gan y Orikrof.

    — ¡Wagner, eres Wagner, ¿verdad?! — Jason, quien fingía una sonrisa en su rostro, mostró sorpresa ante ese descubrimiento — ¡Qué alivio! ¡Han venido a rescatarnos!

    Jason decidió darle un abrazo a Wagner, intentando mostrarse más desesperado por ser rescatado ante él.

    — Según el informe de Magnus, tú eres Jason Saruk, ¿no es así? — preguntó Wagner, reconociendo al soldado del Zenith — ¿Te encuentras bien? ¿Estás herido ahora mismo? ¿Hay más soldados junto a ti?

    — Me alegra mucho que hayan venido — Jason supo que debía sonar convincente para engañarlo — Ayer escuché como una nave sobre volaba la zona y supe que debían ser ustedes. Nadie más vendría hacia aquí. Me alegra que hayan venido. Responderé a tus preguntas. Estoy bien, y no tengo heridas, y hay dos soldados más junto a mí. Ellos estaban refugiándose mientras yo salía a recolectar algo de comida para reponer fuerzas. Se nos ha complicado mucho hacerlo ante tantos enemigos que hay en este lugar.

    — ¿Estás con dos soldados más a parte de ti? — Orikrof se acercó a él — Eso es bueno, nos vendría bien una mano ahora mismo.

    — ¿Quiénes son ellos? — Jason fingió sorpresa al verlos, logrando engañarlos a todos.

    — El garak se llama Plamo, es uno de los que vino a la Tierra para ayudar con el asunto de Michael — Wagner presentó a ambos oficialmente — Los otros dos se llaman Orikrof y Gan, y son miembros de una especie conocida como xaromitantes. Han llegado a la Tierra hace un tiempo, y hemos traido a sus guerreros para ayudarnos.

    — Es un placer conocerte, humano — Gan estrechaba la mano intentando mostrarse amistoso con él.

    — Lo mismo digo, y aprecio que hayan venido a ayudarnos sin siquiera conocernos — contestó Jason estrechando la mano del joven xaromitante — Me gustaría decir más, pero quisiera volver con los demás ahora. Los he dejado solos mucho tiempo.

    — Avisaré al resto del equipo que te hemos encontrado — eran las intenciones de Wagner.

    — ¡No, no lo hagas! — Jason detuvo a Wagner antes de que pudiera hacerlo — ¡Los tipos que viven aquí tienen tecnología capaz de interceptar las comunicaciones! ¡Lo hemos descubierto de la forma mala! ¡No se han enviado mensajes entre ustedes, ¿verdad?!

    — De hecho, sí lo hemos hecho — Orikrof veía sentido en las advertencias del humano — Y curiosamente, fuimos atacados luego de que intercambiábamos mensajes. Eso explica la razón por la cual nos encontraban en la oscuridad.

    — Lo bueno es que solo pueden rastrearnos cuando nos comunicamos entre nosotros — Jason quería hacer que ellos marcharan a la ubicación de la emboscada lo más rápido posible — Una vez que el mensaje termina de enviarse, ellos pierden su señal.

    — Si eso es cierto, vayamos rápido hacia el lugar en donde se encuentra el resto del equipo — le decía Plamo, notando que Jason se veía alterado, probablemente debido al estrés de estar en un lugar así — Llévanos con ellos.

    — Síganme, es por aquí — Jason supo que había logrado hacer un gran trabajo al engañarlos, y que pronto ellos caerían en su trampa.

    El grupo de cinco comenzó a caminar hacia la zona en la cual los cinco elimun que acompañaban a Jason esperaban pacientemente a que un grupo enemigo pasara por aquel lugar. Si todo salía bien, Wagner sería capturado y los otros tres que iban junto a él serían asesinados en simultáneo.

    […]

    Al mismo tiempo que Jason realizaba su movimiento, Sharyn había logrado dar con uno de los otros grupos. Tras la cobertura de un conjunto de árboles, la chica junto a los cinco elimun que venían con ella lograron divisar a la distancia a cuatro soldados. Tres de ellos portaban las armaduras del Zenith, mientras que otro llevaba algo totalmente diferente. Eso les hizo darse cuenta de que había tres humanos en el grupo, y que estaban siendo acompañados por un miembro de otra especie. Sharyn y los suyos decidieron planear la emboscada.

    — Tengo una idea para capturarlos — explicaba la chica a sus acompañantes — Voy a hacer de cuenta que estoy escapando de una persecución. Voy a gastar una granada y un total de seis disparos de mi rifle, eso a una distancia cercana a la que están ellos. Debería ser suficiente para llamar su atención y provocar que vengan hacia mí.

    — El resto simplemente esperará desde lejos esperando a que ellos se acerquen, ¿verdad? — preguntó uno de los guerreros que acompañaba a Sharyn.

    — No, no todos. Quiero que tres se acerquen y los rodeen, y que otros dos se queden atrás en caso de que las cosas no salgan como esperamos — comentaba la humana del Zenith — Havor reportó que uno de los guerreros contaba con un arma muy fuerte, y no sabemos si él está con ellos. Incluso si no está, nada impide que uno de los humanos tenga dicha arma en su poder. Si los terminan detectando a todos, será una tragedia y nos descubrirán, por eso requiero que dos se queden a lo lejos para dar apoyo en caso de que las cosas salgan mal.

    — Es una maniobra inteligente, pero no funcionará si no logramos atraer a esos humanos hacia nosotros — contestaba otro de los elimun — ¿Podrás hacerlo?

    — Claro que podré, me aseguraré de que crean que estoy cansada y herida por el combate — Sharyn tenía mucha confianza en sí misma — Yo me encargaré del engaño, y ustedes de la captura. ¿Entendido?

    Todos asintieron y se dispusieron a poner en marcha el plan que la humana había ideado en ese momento.

    […]

    — ¿Te encuentras bien, Dustin? — Alicia veía a su compañero algo preocupado.

    — Me pregunto si Wagner estará bien luego de lo que pasó con su padre — contestó Dustin, a lo que todos los demás entendieron a qué se refería — De seguro él debe sentirse impotente por no poder ayudarlo cuando está en peligro.

    — Todos nos sentimos así cuando no somos capaces de ayudar a alguien a quien queremos — Michael recordaba una situación ocurrida en el pasado — Pero Wagner es un soldado que sabe mantener la cabeza fría — a Michael no le gustaba reconocerlo, mucho menos admitirlo, pero en ese aspecto Wagner lo superaba — Él no perderá el control. Aun así, mientras más rápido lleguemos hasta ellos, será mejor.

    — Yo espero que Gan esté bien — Lankir expresaba su preocupación por el hermano menor de su novia — Sé que Plamo, Orikrof y Wagner tienen una gran experiencia en combate y que no caerán con facilidad. Pero esta es la primera misión de Gan, y si llegara a quedarse solo, podría correr un grave peligro. Si encontramos a Wida y ella ve que Gan no está conmigo, claramente se pondrá muy nerviosa. Su hermano es la única familia de sangre que le queda, y ella lo ama. Si algo llegar a ocurrirle…

    — No le ocurrirá, porque Wagner estará ahí para cuidarlo — Dustin se veía obligado a hablar — Él de seguro entiende que Gan debe estar atravesando lo mismo que él, y es por eso que tomará un especial cuidado para con él.

    — Solo podemos tener fe en que nuestros compañeros sobrevivirán a cualquier peligro que encuentren — comentó Alicia, quien empezó a pensar en todos, pero sobretodo en Ace, Agustina, Thomas y Gwyn, debido al plan que sugirió Michael.

    El grupo avanzaba muy callado por el espeso bosque del planeta. Ciertamente, era un lugar algo imponente cuando se detenían a observarlo. Los árboles de gran tamaño podían jugar un papel muy importante en un combate. No solo eso, también podían brindarle una buena cobertura al enemigo. Ante eso, el grupo trataba de mantener la cabeza puesta en otra cosa, lo que sea que les diera esperanzas para seguir avanzando en la misión.

    En un momento, a una distancia de no más de treinta metros de su posición, se escuchó una explosión, la cual llamó la atención de todos. Posteriormente, empezaron a resonar los sonidos que emitían los disparos de los rifles de sus armas. Era obvio que alguien estaba peleando, o en el caso de que no fuera así, que estuvieran corriendo.

    — ¡Vayamos a ese lugar! — Alicia supo que debían ir a ayudar a quien fuera que estuviera en problemas.

    Los cuatro corrieron entre los árboles hasta acercarse a la zona de la cual provino el sonido. Antes de que siguieran moviéndose, Michael decidió detener al grupo para discutir una estrategia.

    — ¿Ven esos árboles con el tronco oscurecido? — Michael señalaba a un lugar en específico — Allí es donde cayó la granada, y los disparos sonaron desde ese lugar —apuntó hacia la derecha del lugar — Esto es lo que haremos.

    Lankir, Dustin y Alicia pusieron atención a las palabras de Michael, quien parecía querer tomar la iniciativa en esta parte de la misión. Sin Wagner y sin el general Orikrof, él decidió hacerse responsable por el grupo.

    — Dustin y yo nos acercaremos a revisar ese lugar — Michael creyó que sería lo más prudente — Lankir, tú tienes tu cañón y es el arma más fuerte de todas las que tenemos ahora. Será mejor que te quedes a una distancia prudente y nos cubras. Alicia, dado a los experimentos de los garak, tu energía es más fuerte y funciona a mayores distancias que la mía y la de Dustin. Así que acompañarás a Lankir al cubrirnos.

    — Suena como un buen plan, Wagner estaría impresionado — Dustin sonrió al ver a su compañero usar la cabeza de esa forma.

    — Tiene lógica, pueden estar seguros de que los cubriremos — Lankir preparó su cañón para disparar, al igual que su rifle.

    — Tengan mucho cuidado — Alicia se acercó a Michael para darle un beso en la mejilla antes de que los dos se fueran hacia ese lugar.

    Una vez que la humana y el xaromitante se colocaron a una distancia prudente para poder cubrirlos a los dos, Michael y Dustin se adentraron en esa zona del bosque en donde habían oído la explosión y los disparos. Los dos soldados mantenían los ojos bien abiertos para evitar que alguien los tomara por sorpresa, dado a que sospecharon también que podría tratarse de una trampa.

    Dustin se adelantó un poco, mientras que Michael iba más atrás. El soldado que protegía la retaguardia prestaba mucha atención a los alrededores, permitiéndole a Dustin controlar el frente. Tras avanzar unos pocos pasos, Michael desvió la vista hacia su izquierda y logró divisar a una humana escondiéndose detrás de un árbol. Ella se veía muy alterada, como si estuviera intentando ocultarse de alguien. Al verla, Michael supo que se trataba de alguien perteneciente al grupo del comandante Roger, por lo que se acercó para hablar con ella.

    — ¡Hey! — Michael llamó la atención de la chica, quien no se percató de su presencia.

    La chica, al verlo, lanzó un suspiro de miedo por haber sido descubierta escondiéndose, pero se tranquilizó al ver que se trataba de otro humano. Dustin, quien oyó el llamado de Michael, se volteó y se acercó hacia los dos.

    — No tengas miedo — le decía Michael tendiéndole la mano — Todo está bien, nosotros vinimos a rescatarte.

    — ¿Ustedes son el grupo que el Zenith envió? — la chica sonrió al verlos a los dos.

    — Así es, y nos alegra haberte encontrado con vida — Dustin se acercó para tranquilizarla — ¿Tú lanzaste la granada y los disparos?

    — Sí, fui yo. Un grupo enemigo me perseguía, y yo hice lo posible por despistarlos — al hablar, sonaba muy asustada.

    — He visto tu archivo, tu nombre es Sharyn Lloyd, ¿no es así? — preguntó Michael, a lo que la chica asintió — Yo soy Michael Umcali, uno de los soldados del comandante Zion que vino a rescatarlos. Ven, toma mis manos y te ayudaré a levantarte.

    — Gracias — contestó Sharyn algo sonrojada — Y sí, yo soy Sharyn.

    Michael sujetó a la chica y la ayudó a ponerse de pie, al hacerlo, la chica se acercó lo más que pudo a él y le dio un abrazo, para luego mirarlo fijamente a los ojos. Sharyn no pudo evitar sonrojarse al ver a Michael, ya que el soldado le parecía un poco atractivo.

    — Me alegro de que un bombón como tú haya venido a rescatarme — Sharyn abrazó a Michael, cosa que lo incomodó un poco — Me siento como una princesa en peligro que ha recibido la visita de un príncipe, tal y como pasaba en los cuentos antiguos. Y mi príncipe parece ser alguien muy atractivo.

    — Escucha, sé que estás asustada, pero no confundas las cosas — Michael sonó muy serio al decirle eso a Sharyn — Ahora que te hemos encontrado, te ayudaremos a recuperar fuerzas y luego deberás unirte a nuestro equipo para ayudarnos a buscar a los demás.

    — Por supuesto, haré todo lo que pueda para ayudar a mi salvador — Sharyn volvió a abrazar a Michael, cosa que a este no le gustó.

    — Dustin, ayúdame a llevarla con los demás — Michael no necesitaba su ayuda en realidad, pero lo pidió para intentar quitársela un poco de encima.

    EL soldado entonces tomó a la chica de uno de sus brazos mientras que Michael la tomó por el otro. Fue así como los tres se acercaron hacia la zona donde Alicia y Lankir los esperaban. Los dos, al ver que todo había salido bien, decidieron bajar sus armas y acercarse a comprobar el estado de la humana. Los cinco quedaron parados en el medio de una zona amplia rodeada por árboles.

    — Parece que conseguimos rescatar a alguien de la tripulación de Roger — Alicia veía que la humana parecía estar en buen estado — ¿Cómo te llamas?

    — Me llamo Sharyn Lloyd — contestó la chica, quien soltó a Dustin para poder abrazar a Michael — Y me alegra haber sido encontrada por alguien tan hermoso como Michael.

    — Escucha, Sharyn, entiendo que estés emocionada por nuestra llegada, pero, ¿podrías distanciarte un poco? — a Alicia no le gustaba la forma en la que ella sujetaba a Michael.

    — Está bien, lo haré. No hace falta que te pongas celosa.

    En un movimiento brusco, Sharyn empujó a Michael hacia el suelo con todas sus fuerzas, dejando muy confundidos a todos los que estaban allí. Acto seguido, ella tomó su rifle y comenzó a apuntarle a Michael. Esto tomó por sorpresa a todo el equipo, pero antes de que pudieran reaccionar, escucharon varios pasos acercándose hacia ellos.

    Antes de que Alicia, Dustin y Lankir pudieran tomar sus armas, se dieron cuenta de que habían sido rodeados desde la izquierda y la derecha. A la izquierda había dos guerreros que ellos no habían visto hasta el momento, los elimun, y a la derecha, otro de estos. Cada uno de ellos apuntaba con su arma a un soldado diferente. La situación era bastante confusa para todos ellos, quienes no entendían lo que estaba ocurriendo.

    — ¡¿Qué demonios es esto?! — Michael se veía muy furioso con la chica — ¡¿Qué es lo que haces?!

    — Cumplir con mi deber — contestó Sharyn, sonriéndole a Michael — Y pronto ustedes harán lo mismo que yo.

    — Hiciste un buen trabajo, Sharyn — uno de los elimun felicitaba a la chica por su progreso — Tiren las armas, todos ustedes. O de lo contrario abriremos fuego. No vamos a matarlos, pero no hay ninguna restricción sobre lastimarlos.

    — Será mejor que obedezcan — Sharyn advertía a los tres soldados que estaban de pie mientras continuaba apuntándole a Michael con su arma — Será mucho más fácil así.

    Lankir supo que estaba en un grave peligro, dado a que el objetivo de esa especie, debía ser el mismo que el de los insectos que los habían atacado el día anterior. Si eso era cierto, él era un blanco a eliminar, por lo que decidió apartar sus nervios y actuar rápidamente. En un movimiento rápido, levantó su cañón hacia los dos enemigos que estaban a su izquierda, y antes de que estos pudieran abrir fuego, él disparó su cañón.

    — ¡Quieto! — gritó uno de los elimun algo aterrado al ver esa reacción.

    Sin embargo, el disparo llegó hasta ellos dos, logrando impactar en uno de ellos provocando una explosión. El cuerpo del elimun que recibió el impacto total del disparo explotó en varios pedazos salpicando una gran cantidad de sangre, mientras que la onda expansiva logró golpear en la parte superior del cuerpo al otro de los guerreros, quien terminó con todo el torso y la cabeza destruida en su totalidad. Alicia, por otro lado, apuntó rápidamente al que se encontraba a la derecha, liberando una ráfaga de balas de calor, las cuales terminaron impactando en su armadura y en la cabeza. Las que impactaron en su armadura no lograron dañar el torso, pero las que le impactaron en la cabeza le provocaron una muerte rápida al mismo tiempo que la sangre salpicaba al impactar en dicha zona.

    Sharyn se dio la vuelta al escuchar ese ruido, bajando la guardia durante unos dos segundos, tiempo que fue más que suficiente para que Michael, de una patada, lograra apartar su rifle a un lado. Antes de que Sharyn pudiera reaccionar y tomarlo, Dustin le dio un golpe en la espalda, provocando que ella cayera al suelo. Michael se puso de pie, tomó el rifle de Sharyn y luego la tomó a ella para levantarla y apuntarle con el arma. Las cosas cambiaron totalmente en menos de un minuto, y ahora era la humana la que era apuntada por Michael, Alicia, Dustin y Lankir. A pesar de todo, ella mantenía la calma y su sonrisa en el rostro.

    — ¡Muy bien, explícanos que mierda fue eso y qué querías hacer! — gritó Michael apuntando con su rifle a la cabeza de Sharyn.

    — Por supuesto, cariño — le contestó la chica sin dejar de sonreír — Te explicaré todo lo que quieras. Pero a cambio quiero que pases unas dos horas a solas conmigo.

    Las palabras que ella estaba diciendo frustraron a todo el equipo, principalmente a Alicia, a quien no le gustaba escuchar la forma en que ella le hablaba a Michael.

    — ¡Oye! — gritó Dustin muy furioso tomando su arma y apuntándole a ella también — ¡¿Crees que esto es una clase de broma?! ¡¿Qué demonios intentabas hacer?!

    Pero antes de que Sharyn respondiera esa pregunta, un zumbido se empezó a escuchar, lo cual llamó la atención de los cuatro soldados que habían llegado al planeta apenas ayer. Sharyn retrocedió rápidamente al escucharlo, mientras que los otros se quedaron de pie. Fue entonces que descubrieron que una granada había caído en el medio de los cuatro.

    — ¡Mierda, corran! — gritó Dustin, muy preocupado de que fuera una granada potente.

    Lankir y Alicia corrieron hacia atrás a la mayor velocidad que pudieron, mientras que Dustin y Michael no tuvieron otra opción más que correr hacia adelante, en la misma dirección que Sharyn. La granada finalmente explotó, revelando que se trataba de una granada aturdidora. Alicia y Lankir habían logrado alejarse del lugar y esconderse tras de unos árboles para cubrirse, pero Michael y Dustin no tuvieron esa suerte. La explosión de la granada terminó provocando una ligera sacudida que los terminó aturdiendo y derribando al suelo, provocando que también soltaran sus armas.

    Cuando el xaromitante y la humana estaban dispuestos a salir a socorrerlos, otro de los miembros de la especie que había atacado recientemente, salió de entre los árboles y lanzó otra de esas granadas a su posición.

    — ¡Maldición, debemos retroceder! — Lankir supo que corrían peligro si se quedaban ahí.

    Tanto Lankir como Alicia comenzaron a correr para poder evitar ser alcanzados por la explosión de la granada, la cual explotó con gran potencia, tratándose de una granada más fuerte que la anterior. Afortunadamente, los dos consiguieron escapar nuevamente de la zona de la explosión sin terminar recibiendo ningún daño.

    Michael y Dustin levantaron las cabezas del suelo, aún sintiendo la sacudida de la explosión, y cuando se dieron cuenta, Sharyn y dos elimun los estaban apuntando con sus armas en la cabeza. Tenían la garantía de que no morirían, pero nada aseguraba que no salieran heridos. Sus rifles habían caído al suelo, lejos de ellos tras la explosión, lo que quería decir que no serían capaces de defenderse de los atacantes. Ambos habían sido capturados por el enemigo.

    — ¡Buen trabajo, lo conseguimos! — Sharyn festejaba su victoria de forma alegre, a pesar de las tres bajas que había sufrido su equipo — ¡Hemos logrado capturar a dos de ellos! Reténganlos para evitar que puedan escapar, y llevémoslos a ambos con Tzorkun. Él estará muy feliz y satisfecho cuando pueda reclutarlos.
     
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  16.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Paso a comentar el nuevo capítulo de esta semana. La cosa se va poniendo súper interesante. Primero que nada, debo admitir que me llama mucho la atención, el hecho de que Tzorkun pierda a los Vasterrad. Por lo que le ha dicho a Sieng, asumo que los Vasterrad tienen una especie de acuerdo temporal con Tzorkun y sus hombres, de ser así, no me extrañaría que se sienta preocupado de que tal acuerdo se vaya al diablo a raíz de la muerte de Vanac. Esto abre la posibilidad a que los Vasterrad puedan aliarse con los humanos en algún momento de la historia, pero no creo que Zion sea visto con buenos ojos ante esa especie, ya que él asesinó a su líder. Igualmente, eso no quita que la idea me resulte interesante.

    Te digo una cosa, y es que Jason me recuerda a lo mentiroso, manipulador, e hipócrita que es Elster. No puedo creerlo. Ha engañado a Wagner y compañía en menos de un minuto, y prácticamente lo ha hecho con muy pocas palabras. Este tipo bien puede ser hermano de Elster, no hay duda. Me imagino que las cosas le deben funcionar, porque todo apunta a que así va a ser. Esto lo asumo por el resultado que ha tenido Sheryn en este capítulo.

    Y hablando de ella. No me gusta su actitud, esta chica es bastante (como se diría vulgarmente en mi país) alborotada. Me recuerda a Gwyn, y eso no me gusta. No obstante, no me parece que sea una hipócrita. Ella ha tenido más imaginación a la hora de idear su plan, así que es un punto a su favor. Lo malo es que ahora Michael y Dustin han sido capturados, lo bueno es que Lankir y Alicia sobrevivieron.

    Quedo a la expectativa de lo que ocurrirá en el próximo capítulo. No encontré errores, así que eso es todo por ahora. Nos vemos en la próxima oportunidad. Saludos.
     
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  17. Threadmarks: El que controla el juego – Parte 1
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6010
    Saludos a los lectores de la historia. Sé que no es momento de publicar el capítulo. Tenía pensado publicarlo mañana, pero al final, he decidido hacerlo hoy. Mañana será un día largo, y puede que no esté de ánimo para publicar después de todo lo que pasará. Así que, como tampoco tengo ganas de esperar hasta el sábado, será hoy.

    Zurel espero que te guste este capítulo. Queda muy poco para llegar a un momento que sé que te encantará. Resistance espero que soluciones los problemas que no te permiten entrar al foro, porque este capítulo y el anterior realmente te van a gustar. Igualmente, no tengo pensado avanzar mucho más hasta que te pongas al día. Luego de este, publicaré un capítulo más para llegar a la mitad, y luego, detendré la publicación hasta que puedas entrar al foro y terminar de leer. Una vez estés al día, retomaré la publicación. Pero eso será para el capítulo próximo.

    Sin más que decir, les dejo la lectura.



    El que controla el juego – Parte 1:


    Tras haber escapado de esa explosión, Lankir y Alicia no tenían más opción que seguir corriendo. Con Michael y Dustin capturados, ellos serían los siguientes objetivos. Ahora su única opción era seguir corriendo y tratar de evadir a los enemigos que se habían encontrado recientemente. Lo que ellos no sabían era que no estaban siendo perseguidos, pero toda precaución era poca en aquel momento. Tras correr por más de cinco minutos, la humana y el xaromitante se detuvieron para tomar aire.

    — Maldición — Alicia, muy frustrada por lo ocurrido, no quiso levantar la voz para no alertar a los enemigos — Esa traidora de mierda… la próxima vez que la vea, la mataré — mientras apretaba sus puños en señal de desahogo, la chica miró a Lankir — ¿Te has recuperado de ese escape?

    — Necesito unos segundos más, pero ya estoy casi listo para seguir moviéndome — informaba su compañero.

    — Qué bueno, porque vamos a actuar de inmediato — Alicia sonaba muy seria al hablar — Vamos a regresar por donde vinimos, seguiremos a la traidora de Sharyn y salvaremos a Michael y a Dustin. Prepárate para enfrentarlos.

    — Espera, no creo que sea la mejor idea — Lankir supo que a Alicia no le gustaría escuchar algo así luego de que Michael hubiera sido capturado, pero debía insistir en su pensamiento — No tenemos forma de saber cuántos de ellos son. Y nosotros dos no seremos capaces de hacerles nada. Tenemos que buscar al resto.

    — ¿Quieres que abandone a Michael y a Dustin con los enemigos? — Alicia estaba muy frustrada por lo que escuchaba — Si buscamos a los demás, será demasiado tarde. No sabemos su ubicación, y si los perdemos de vista ahora, ya no podremos tener una idea de dónde buscar en el futuro.

    — No estoy pidiéndote que abandonemos a Michael y a Dustin, pero hay que ser realistas — Lankir quería buscar una forma de tranquilizarla — Tú y yo solos no seremos capaces de encontrarlos y recuperarlos. Además, ellos solo están buscando capturar vivos a los humanos. Si me encuentran, me matarán, y si me matan y consiguen robarme mi cañón, se volverán aún más fuertes. Sin mencionar que perderemos a alguien más en el equipo. Alicia, yo entiendo cómo te sientes, y yo me sentiría igual si le hubieran hecho esto a Wida, a Gan, a Aurio o a cualquiera de mis compañeros. Pero nuestra única opción es retirarnos a buscar ayuda. Ellos no van a matar a Michael y a Dustin, así que eso nos dará tiempo. Tú solo eres una humana, y yo no tengo una naturaleza guerrera completa. No podremos derrotarlos, y será posible que te capturen a ti también. Sé que Michael no querría eso para ti. Debes entenderlo.

    Alicia, aunque muy triste y afligida por lo que estaba sucediendo, sabía que el xaromitante decía la verdad. Fueron tomados por sorpresa por el enemigo varias veces. Acababan de ser atacados por una raza diferente a las dos anteriores, y eso quería decir que podría haber aún más en espera por aparecer y atacar. A ella no le gustaba admitirlo, pero su compañero tenía toda la razón. No sería capaz de recuperar a sus compañeros sola. Alicia agachó la mirada llena de tristeza y enfado al mismo tiempo, viéndose incapaz de recuperar a Michael. Pero supo que así no lo iba a rescatar, y que necesitaría la ayuda del comandante Zion y de más personas para lograrlo. Finalmente, se resignó y aceptó lo que le habían dicho.

    — Es verdad — se podía escuchar como su voz sonaba desanimada — No podré rescatar a Michael yo sola. No habrá forma de que podamos lograrlo… Necesitamos la ayuda de los demás.

    — No pensé por un segundo en abandonarlos, pero nosotros somos incapaces de lograrlo — Lankir sonaba muy sincero al hablar con ella — Vamos a buscar a los demás y explicarles sobre esto.

    — Primero tengo que enviar un mensaje a todos los demás para que tengan cuidado — Alicia supo que lo mejor era ser prudente — Si Sharyn atacó de esa forma, eso quiere decir que podría haber más miembros del escuadrón de Roger haciendo lo mismo.

    La chica entonces tomó su dispositivo de envío de mensajes y comenzó a grabar un mensaje de voz que iba a enviar a todos sus compañeros. Lankir, por su parte, vigilaba los alrededores para asegurarse de que no se vieran interrumpidos por una visita desagradable mientras su compañera estaba en eso.

    — Chicos… hemos tenido un problema — Alicia hablaba con algo de dificultad — Encontramos a una de las chicas que estaba en la unidad de Roger llamada Sharyn Lloyd, pero ella nos traicionó… apareció con otros guerreros de una especie que todavía no hemos visto, y nos atacó… Michael y Dustin fueron capturados por ellos. Lankir y yo apenas logramos escapar. Necesitamos su ayuda para rescatarlos a los dos. Nosotros solos no podremos hacer nada… Por eso quiero que se reúnan con nosotros lo más rápido posible, para poder evitar que algo malo les pueda suceder a Michael y a Dustin… y tengan mucho cuidado con los soldados de la unidad de Roger. Son una amenaza en este momento. No sé qué fue lo que les sucedió, pero no están de nuestro lado. Mientras nosotros intentamos salvarlos, ellos nos han traicionado y colaboran con el enemigo. Cuídense mucho… por favor… los necesito para que me ayuden a salvar a Michael y a Dustin…

    La chica no pudo seguir con el mensaje, dado a que un par de lágrimas empezaron a caer de su rostro. Envió el mensaje a todos sus compañeros, con la esperanza de que ninguno de ellos hubiera caído en manos del enemigo y pudieran ayudarla. Lankir se sentía muy mal por verla así. Aunque Alicia no había roto en llanto, varias lágrimas caían de su rostro. El xaromitante sabía sobre la relación que mantenían la chica y Michael, y entendía que debía ser un momento doloroso para ella.

    — Michael… — Alicia no levantaba la mirada del suelo — Cuando me desperté, él fue el que más preocupación mostró por mí en la nave del Zenith. Sin conocerme, me cuidó y se aseguró de que yo me sintiera bien y segura. Cuando recuperé mis recuerdos y supe lo que le ocurrió a mi familia, él estuvo ahí para darme consuelo… apenas me enteré de que me darían una oportunidad para poder formar parte del Zenith, le pedí a Michael que me ayudara a entrenar y a estudiar para los exámenes que me iban a hacer, porque quería quedarme con él. Y Michael aceptó porque quería quedarse conmigo. Cuando los garak me secuestraron, él vino a rescatarme de inmediato y me llevó de vuelta a la Tierra… y yo ahora no soy capaz de hacer lo mismo por él. Le debo tanto a Michael, y el solo pensar que lo estoy dejando con los enemigos me estremece el corazón…

    — No pierdas la compostura — le dijo su compañero, sabiendo que ella necesitaba apoyo — Tienes que ser fuerte si quieres rescatarlo. Ambos tenemos que hacer lo que esté a nuestro alcance para lograrlo, y ahora mismo, el primer paso es encontrar a los demás.

    — Yo no puedo hacerlo… — Alicia se sentía avergonzada de sí misma — No soy tan fuerte… Necesito depender de los demás para salvar a mi novio. ¿Y qué pasará si no lo consigo?

    — Lo conseguirás, porque todos te ayudaremos — Lankir mostró determinación en sus palabras — Todos nosotros aportaremos nuestra parte, y los rescataremos a los dos. Confía en mí. Mañana a esta misma hora, ya estaremos reunidos. Y en un día más, Michael y Dustin ya estarán de vuelta con nosotros.

    […]

    El comandante Zion Stones avanzaba por el bosque a paso lento. Se encontraba muy cansado tras no haber podido dormir nada, por la pelea contra los vasterrad, y por haber caminado por un largo tiempo. Había hecho un esfuerzo físico muy grande, y ya no podía soportarlo por más tiempo. La energía le quedaba en baja abundancia, y no iba a caer rendido al sueño, pero ya empezaba a sentir el cansancio de sus ojos. Para peor, su rifle había sido robado por el enemigo, lo que quería decir que ahora solo dependería de su energía limitada. Sin comer ni dormir nada, sus reservas no eran abundantes precisamente, por lo que le urgía encontrar a Wagner, y al resto del equipo lo más rápido posible.

    En ese momento, su armadura emitió un ruido. Había recibido un mensaje. Se trataba del mensaje que Alicia había enviado anteriormente. El comandante reprodujo el contenido de dicho mensaje, y tras haberlo escuchado, la preocupación que sentía fue en aumento. No podía creer lo que había escuchado de parte de Alicia. Los soldados del comandante Roger estaban aliados con el enemigo. No sabía lo que ocurría, pero no era una buena señal; en realidad, solo era otra preocupación más que agregar a la lista.

    — Desearía poder responderles — pensaba para sí mismo — Pero el ácido, o lo que sea que me haya caído a mi armadura afectó el sistema de envío de mensajes. Afortunadamente, el sistema receptor funciona bien, o de lo contrario, no habría podido recibir esto.

    Zion se estaba arrepintiendo de haberse ido solo. De haber sabido que los soldados a los que tenían como objetivo rescatar estaban aliados a los enemigos que se encontraban, habría mantenido al grupo totalmente unido. Para colmo, lo único que descubrió al llegar allí fue que su compañero había sido asesinado, pero ahora tenía una idea de lo ocurrido con los otros soldados.

    La situación era bastante seria, y estaba empezando a verse abrumado por ella. Iba a requerir de un gran esfuerzo acompañado por la suerte si quería unirse a los suyos nuevamente. La misión que estaba realizando era totalmente distinta a la que esperaba, y ahora necesitaba re acomodar sus ideas desde el principio.

    — Solamente no permitan que capturen o maten a nadie más — Zion se mostraba muy preocupado por los demás — O de lo contrario, será nuestro fin…

    […]

    Luego de haber escuchado el mensaje que fue enviado por Alicia, el grupo de Ace, Agustina, Gwyn y Thomas detuvo por completo su avance para ponerse a discutir sobre el asunto. No podían terminar de creer las palabras que su compañera les había dicho por el mensaje. Era demasiado para ser verdad. Había otra especie más que tenía el mismo objetivo que las otras dos que habían aparecido antes, y resulta que además de eso, el grupo del comandante Roger estaba unido a ellos. Ninguno de los cuatro podía o quería entender lo que sucedía. Era demasiado para ellos, y no tenían idea de lo que debían hacer.

    — Alicia se escuchaba muy mal — comentaba Gwyn, pensando en la forma en la que ella había enviado el mensaje — Debe estar muy afectada por esto… Michael es muy importante para ella.

    — Para nosotros también — Ace contestó con seriedad — Michael y Dustin son nuestros compañeros. Esto es una noticia terrible — el líder de ese equipo comenzó a apretar los puños — No debimos separarnos. Somos vulnerables en terreno desconocido. Fue un grave error. Queríamos dividirnos para recorrer más terreno, y solo le otorgamos una ventaja mayor al enemigo.

    — Tranquilo, Ace, esto no es culpa tuya — Thomas quiso tranquilizarlo — El comandante Stones y el general Orikrof pensaron en esto. Ellos se han equivocado. Pero no podemos culparlos a ellos. Nunca nadie podría haber podido imaginar lo que acabamos de escuchar. Lo que menos pensamos sería que el Zenith, o al menos los soldados de Roger, se unirían al enemigo.

    — ¿Qué creen que haya ocurrido? — Agustina se encontraba muy nerviosa en ese momento — Si estaban siendo atacados, ¿por qué se unieron a ellos? ¿Qué fue lo que el enemigo les dijo para que lo hicieran y nos traicionaran?

    — No hay forma de saberlo — Thomas no podía pensar en ninguna explicación posible — Lo único que sabemos es que Michael y Dustin necesitan nuestra ayuda. Y Alicia también…

    — ¿Qué vamos a hacer, Ace? — Agustina quería saber qué era lo que tenía pensado su novio — Aún no hemos encontrado ningún lugar que nos pueda servir como punto de reunión. Si seguimos buscando un lugar así, no podremos ayudar a Michael y a Dustin, y si vamos a ayudarlos, lo que el comandante Zion nos pidió no se podrá realizar el día de hoy. Eso quiere decir que no habrá un lugar seguro para reunirnos, y que volveremos a pasar una noche más en el bosque de este maldito planeta. ¿Qué crees que es mejor?

    — Si Michael tuviera que elegir, estoy seguro de que él elegiría ir a rescatar a sus compañeros — contestaba Ace, decidido por una de las dos posibilidades — En especial si se tratara de nosotros. Lo que nos ha dicho en la nave es una prueba de ello. No podemos dejarlo, ni a Dustin en las manos de los enemigos que nos han atacado. No tenemos idea de qué es lo que le podrían hacer, y nosotros podríamos ser los siguientes en convertirnos en los objetivos de los enemigos que nos están atacando ahora. Si seguimos buscando un lugar de reunión, ¿de qué sirve si nuestros compañeros no pueden llegar hasta él por estar atrapados? No me gusta desobedecer al comandante Stones, pero esa será mi decisión. Buscaremos a Alicia, a Wagner, y a los demás y los ayudaremos a rescatar a nuestros compañeros. Nos reuniremos como podamos, pero la prioridad es salvar a nuestra gente.

    — Era de esperarse de ti — Gwyn se mostraba muy contenta por la forma de responder de Ace — Nunca dejarías a un compañero atrás.

    — Mucho menos a uno que haría lo mismo por mí — Ace estaba decidido a ir a rescatar a sus amigos — En marcha. Mientras más rápido encontremos a los demás, más rápido podremos salir de este bosque.

    Sin embargo, antes de que el cuarteto de soldados pudiera dar un paso al frente, oyeron un ruido que provenía desde arriba de ellos. Los cuatro levantaron la vista, y vieron como unas hojas de árboles estaban moviéndose, como si alguien las estuviera sacudiendo. Desde ese lugar, un ser con apariencia de insecto, que además tenía un gran tamaño, descendió directamente hacia una de las ramas de los árboles que se encontraban allí. Se trataba de uno de los moender.

    Ace, Agustina, Thomas y Gwyn se horrorizaron al verlo. Su apariencia era escalofriante. Era la primera vez que observaban en persona a uno de ellos, solo tenían una imagen mental de lo que sus compañeros les habían descrito sobre ellos, y no estaba ni cerca de lo que ellos estaban observando ahora mismo.

    El moender abrió la boca para dejar salir un sonido horrible, el cual puso muy nervioso a los cuatro soldados, para luego decir unas palabras.

    — Ustedes cuatro compensarán nuestro fracaso del día anterior — y tras decir esas palabras, el moender se fue volando en dirección contraria a la cual Ace y su grupo planeaban dirigirse.

    — ¡Mierda, nos descubrió, no podemos dejar que escape o alertará a los demás! — Ace tomó su rifle y empezó a perseguirlo mientras apuntaba hacia arriba.

    — ¡¿Nos separamos?! — Thomas quería saber si Ace estaría bien solo.

    — ¡No! — la respuesta de Ace fue contundente — ¡Si queremos evitar una tragedia, tenemos que permanecer los cuatro juntos! ¡Síganme, hay que derribarlo antes de que alerte a los suyos de que estamos aquí!

    Sin dudarlo ni un solo momento, los tres soldados comenzaron a seguir los pasos de su líder en aquel momento. Aunque no les gustaba la idea de no poder ayudar a sus compañeros de forma inmediata, supieron que eliminar a ese ser que los había descubierto era de vital importancia para la continuación de la misión. Por las palabras que este había dicho, tenían planeado capturarlos a los cuatro, y si lo conseguían, el resto del grupo estaría perdido por completo.

    Los cuatro soldados del Zenith perseguían al moender a través del bosque. Este volaba con gran audacia y agilidad, debido a que conocía la zona a la perfección. Para los humanos era una tarea muy difícil seguirlo y apuntarle con sus armas, y mucho más lo sería dispararle. Aun así, debían intentarlo. Con todo lo que había ocurrido, no podían perder a nadie más.

    […]

    Jason caminaba al frente, liderando al grupo de Wagner, Gan, Orikrof, y Plamo directamente hacia la zona en la que varios de los elimun que acompañaban al soldado del Zenith perteneciente a la unidad del comandante Roger, los esperaban para tenderles una emboscada. No era un viaje silencioso, y claramente, Wagner y los demás hacían una gran cantidad de preguntas al humano. Dado a que tenían mucha curiosidad por conocer la forma en la que se las habían arreglado para sobrevivir, y todos los peligros que debieron enfrentar.

    — ¿Ciudades subterráneas? — Gan se mostraba estupefacto al haber oído sobre eso — ¿Cómo lo hicieron posible?

    — No tengo ni la más remota idea, pero lo lograron — Jason seguía fingiendo no saber nada de lo que acontecía en ese planeta — Es esa la forma en la que siempre lograban interceptarnos sin importar a donde fuéramos. No estábamos a salvo en ningún lugar. Una vez entré allí para intentar rescatar a más gente, pero tuve que salir en menos de cinco minutos.

    Jason había revelado una gran cantidad de información al grupo que se encontraba caminando junto a él. Consideraba que no había problemas en hacerlo, dado a que Wagner sería capturado y reclutado posteriormente, mientras que los demás serían asesinados una vez que llegaran a la zona de la emboscada. Jason se impacientaba con el avance del tiempo. Dado a los ataques que habían sufrido, por una cuestión de precaución, Wagner y Orikrof insistieron en que debían avanzar a paso lento por el planeta. Jason solamente quería capturar al hijo del soldado más fuerte del Zenith, para luego ser él quien tuviera el mérito de conseguir que dicho soldado se rindiera. La emboscada, así como sus deseos, se estaban haciendo esperar. Solo deseaba que consiguieran llegar hasta allí lo más rápido posible.

    En ese momento, Orikrof le hizo una pregunta que no esperaba recibir.

    — Recuerdo bien el mensaje que su comandante envió — el general xaromitante tenía decidido lo que iba a preguntarle — Mencionaba que tú y una chica, Sharyn, si no recuerdo mal, estaban junto a él. ¿Ella está a salvo en aquel escondite al que nos estás llevando?

    — Claro que sí… — Jason se puso algo nervioso y su cuerpo tembló de forma involuntaria — Sharyn es una chica muy… — quería fingir que era eso lo que lo ponía nervioso — Hermosa… Tan solo espero que ella no me deje de lado cuando le lleve al soldado más fuerte del Zenith con ella.

    Antes de que pudiera continuar, la armadura de Wagner sonó, lo que quería decir que habían recibido un mensaje. Jason lo veía como una oportunidad perfecta para acelerar las cosas.

    — ¡¿Eso es un mensaje?! — preguntaba Jason, fingiendo que estaba asustado.

    — Así es, es de Alicia… — Wagner se asustó un poco al recibirlo, creyendo que Alicia podría estar en peligro.

    — ¿Qué es lo que dice? — Plamo sentía mucho interés en escucharlo.

    — ¡No podemos perder el tiempo escuchándolo! — Jason se empezaba a alterar — ¡Ellos lo han recibido! ¡Quiere decir que ahora conocerán su ubicación y la de nosotros! ¡Hay que movernos antes de que traigan a más soldados sobre nosotros!

    — Primero voy a escuchar esto — Wagner estaba dispuesto a reproducir ese mensaje — Si Alicia está en peligro, quiero ser el primero en saberlo.

    — ¡Si nos quedamos quietos, no seremos capaces de ayudarla porque vamos a estar envueltos en una pelea! — Jason gritaba intentando llamar la atención de los elimun que lo acompañaban, dado a que supo que ese mensaje podría delatarlo por completo — ¡Lo escucharemos en el refugio!

    — ¿Cuál es tu problema? — Gan se empezaba a mostrar intranquilo ante la forma de actuar de Jason — ¿Nuestros compañeros podrían estar en peligro? Se trata de gente que vino desde muy lejos para rescatarte, ¿y tú quieres que esperemos más tiempo? Podría tratarse de un pedido de ayuda urgente.

    — ¡Ustedes no lo entienden, no estamos seguros aquí! — la única opción para Jason era esperar que sus gritos lograran llegar hasta sus compañeros.

    — Si dices que estamos inseguros en un lugar así, deberías bajar la voz y procurar no llamar la atención de los enemigos — Orikrof dudaba demasiado de Jason.

    — ¡No es eso, no me entienden! — Jason no podía permitir que esta oportunidad se le escapara — ¡Las cuatro razas que hay aquí son monstruosas! ¡Conocen nuestra ubicación, y ahora estamos en peligro!

    — Hemos estado en peligro desde que aterrizamos aquí, y todo fue para salvarlos a ustedes — Plamo no soportaba más la actitud de cobardía que Jason estaba mostrando — Wagner, reproduce el mensaje. Todos tomaremos las armas y te protegeremos.

    Dicho y hecho, Orikrof, Gan y Plamo tomaron sus armas y empezaron a mirar cada uno en una dirección distinta, todo con el objetivo de que Wagner pudiera reproducir el mensaje enviado por Alicia. Jason supo que su oportunidad de la emboscada estaba perdida, por lo que se dio vuelta con su rifle en mano, listo para abrir fuego en cualquier momento. Rogaba porque ese mensaje no fuera nada que terminara causando que fueran descubiertos.

    Sin embargo, no tuvo esa suerte. El mensaje que Alicia reprodujo lo contó todo acerca de lo ocurrido con Michael, Dustin y Sharyn. Jason supo que cometió un error al decir que ella estaba en un lugar del bosque refugiándose con él. Su mentira quedó expuesta, y aún más expuesto quedó él luego de que Alicia diera la advertencia de que otros soldados de Roger podrían hacer lo mismo que Sharyn había hecho.

    Jason se volteó rápido con el objetivo de disparar, pero al hacerlo, notó que los cuatro soldados que se había encontrado le apuntaban en simultáneo con las armas. Eran un total de cuatro contra uno, y él tenía la desventaja.

    — Sabía que estabas actuando muy nervioso al hablar con nosotros — Gan se mostraba furioso, y con deseos de eliminar a Jason — ¡Maldito traidor! ¡¿A dónde nos estabas llevando?!

    — Mierda… — Jason temblaba al ver a los cuatro apuntándole al mismo tiempo con las armas — Tendré que hacerlo solo… Pero cumpliré mi deber.

    Fue así como de golpe, Jason apretó el gatillo de su rifle, desencadenando una lluvia de balas frenética sobre los cuatro soldados. Wagner y Plamo se dieron vuelta, y dejaron que las balas de calor de su rifle impactaran sobre las armaduras, causándoles casi ningún daño. Orikrof reaccionó a tiempo y logró saltar al suelo rápidamente para evitar los disparos. Gan, por su parte, intentó hacer lo mismo, pero la forma de actuar de Jason fue mucho más rápida que su reacción. Varios disparos de Jason le dieron en el rostro, algunos incluso le perforaron los dos ojos, y el joven guerrero xaromitante terminó cayendo sin vida al suelo, mientras que de su cráneo comenzaba a salir sangre producto de las heridas.

    — ¡Gan! — Orikrof no podía creer lo que estaba viendo, su soldado más joven, quien representaba el futuro de su especie, caía muerto ante sus ojos — ¡Maldito traidor! ¡Me las vas a pagar!

    Mientras Jason continuaba disparando contra la armadura de Wagner en un intento de incapacitarlo para que no pudiera correr, Orikrof, el general xaromitante, tomó su arma y, sin levantarse del suelo, empezó a disparar en contra del humano del Zenith en un intento de matarlo y cobrar venganza por la muerte del joven guerrero. Jason logró advertirlo, y se cubrió el rostro con los brazos. Su armadura hizo el resto, y las balas del general Orikrof no lograban causarle daño alguno al humano.

    Sin embargo, cuando los disparos cesaron, Jason oyó unos pasos acercándose hacia él. Al apartar los brazos, logró ver a Wagner a nada de distancia de su posición. El hijo del comandante Stones tomó velocidad e impulso, y con un fuerte y certero golpe en el rostro, derribó a Jason al suelo, quien supo que debería aguantar hasta que la ayuda llegara.

    Wagner intentó tirarse encima de Jason para golpearlo hasta noquearlo, así poder detenerlo, pero Jason reaccionó rápidamente lanzándole una patada desde el suelo, la cual lo hizo retroceder. Jason aprovechó ese lapso de tiempo para ponerse de pie. Estaba decidido a no dejar escapar al enemigo, y a capturar a Wagner allí mismo.

    — ¡Te voy a llevar con Tzorkun! — Jason gritó con mucha furia en su interior.

    […]

    Sharyn, junto a los dos elimun que quedaban con vida de su grupo, caminaban por el bosque llevándose con ellos a Michael y a Dustin. Los dos soldados tenían las manos atadas a la espalda con un material que se veía muy parecido al cemento. Era pesado, duro y resistente. En un principio, los dos soldados del Zenith intentaron liberarse utilizando energía, pero esta no le hizo nada. No podían romper aquel material por su cuenta, y tampoco podían pedir por ayuda, dado a que ambos se encontraban amordazados.

    Nos preparamos muy bien para su llegada — ambos recordaron las palabras de uno de los elimun.

    Sharyn, quien iba atrás vigilándolos a los dos, ahora se adelantó al grupo y cambió la dirección de la caminata que estaban dando. Michael y Dustin miraban con mucho resentimiento a la humana a la que habían ido a rescatar, y que terminó tendiéndoles una trampa. Dustin quería liberarse de sus ataduras para poder darle una paliza, mientras que Michael esperaba que Alicia se estuviera manteniendo firme y no perdiera la compostura ante su ausencia. Él era la persona más importante para ella, y supo que Alicia lo debería estar pasando mal ahora que él se encontraba en manos del enemigo.

    — Hemos llegado al fin — Sharyn se detuvo — Pronto, ustedes dos estarán formando parte de nuestro equipo.

    Las palabras de la chica confundieron mucho a los dos soldados, quienes no entendían del todo a qué era que se refería. Una compuerta que permanecía oculta a la vista humana se abrió, dejando ver unas escaleras y un pasillo oscuro hacia el interior de ese lugar. Tanto Michael como Dustin se encontraban estupefactos ante lo que acababan de ver. Los enemigos se escondían bajo tierra usando pasadizos subterráneos. Eso explicaba en gran medida como era posible que los hubieran atacado tan temprano tras haber aterrizado en el planeta.

    — Llévenlos abajo — ordenó Sharyn, algo molesta por ver que los dos elimun que iban con ella no se estaban moviendo — Tzorkun debe estar esperando.

    Los dos elimun bajaron hacia ese lugar, cada uno reteniendo a un soldado humano. Sharyn fue la última en bajar, para así poder cerrar la compuerta para que nadie más pudiera verla. Esto frustró mucho a Michael y a Dustin. Supieron que sus compañeros no serían capaces de encontrarlos bajo tierra, dado a que la compuerta que daba acceso a ese lugar estaba muy bien escondida.

    Una vez que los dos miraron a sus alrededores, notaron que el lugar conducía hacia una ciudad subterránea. Había varios edificios conjuntos en ese lugar, además de una gran cantidad de luces que se encargaban de iluminar el lugar allá donde el sol del planeta en el que se encontraban no podía hacerlo. Había varias calles y callejones, las cuales les permitían avanzar a las personas que circulaban por ese lugar. Por encima de estos, se podía ver varias raíces de árboles colgando. La ciudad estaba construida a una profundidad suficiente para que las raíces no se interpusieran. En el momento en el que ellos se encontraban, no había mucha gente moviéndose, pero sí había unos cuantos en las calles. Los dos soldados del Zenith sentían las miradas de todos aquellos seres, quienes eran muy parecidos físicamente. Todos ellos los estaban mirando muy seriamente, y eso intimidaba un poco a Michael y a Dustin. Eran extraños en aquel lugar, y no solo eso, sino que además eran prisioneros.

    No tenían idea de lo que ocurría, solamente deseaban que terminara lo más rápido posible.

    — Tenemos que ir al laboratorio — informaba Sharyn a los dos guerreros que iban con ella — Tzorkun nos debe estar esperando allí, y si no lo está, llegará pronto.

    Ninguno de los dos soldados sabía a qué se refería Sharyn. No tenían ni idea de quien sería Tzorkun, aunque estaban empezando a pensar en una posibilidad, y mucho menos tenían idea de lo que podría haber en ese laboratorio. Los dos elimun obedecieron a Sharyn y condujeron a los soldados que habían capturado hacia un edificio que se veía desde afuera muy similar a los demás, con la excepción de que este contaba con una gran extensión. La chica se encargó de abrir la puerta, y luego todos entraron al lugar.

    Posteriormente, llevaron a los dos humanos a una sala, en la cual se encontraban varias máquinas dispuestas a ser usadas. Una computadora se encontraba encendida en el centro de la sala, y cada máquina que había en los alrededores contaba con una silla con respaldo, unos tres tubos que se conectan en las paredes de la sala, y un equipo similar a un respirador artificial, el cual iba conectado al resto a través de lo que parecía ser un gabinete que contaba con tres botones. Un botón era negro, otro blanco y otro azul. La sala estaba vacía, y no había nadie allí a parte de ellos. Aunque esto no duró mucho tiempo, dado a que Tzorkun, el líder de los elimun, finalmente hizo su aparición en el laboratorio.

    Aunque Michael y Dustin no sabían que era lo que estaba ocurriendo allí, ni tampoco lo que iba a pasar, supieron de inmediato que aquel sujeto tenía que ser el líder de la especie con la que se habían encontrado y los había llevado hasta allí.

    — ¡Son dos humanos! — Tzorkun se emocionó al verlos en ese lugar — ¡Realmente has hecho un buen trabajo, Sharyn! ¡No tienes idea del gran aporte que acabas de hacer a nuestra causa! ¡Ahora podré reclutarlos!

    Era la segunda vez que los dos soldados del Zenith escuchaban a estos enemigos pronunciar dichas palabras, y ciertamente, no estaban entendiendo nada de lo que ocurría. Los dos guerreros que los retenían, los llevaron hasta las máquinas, sin quitarles el material que sujetaba sus manos. Aunque Michael y Dustin mostraban resistencia en el principio, Tzorkun, Sharyn y los dos elimun lograron atarlos y retenerlos en los asientos, posteriormente, les quitaron las mordazas que evitaban que estos pudieran hablar, y ciertamente, ambos tenían mucho que decir.

    — ¡Pedazo de mierda! — Michael gritó muy furioso — ¡¿Qué demonios piensas hacer con nosotros?!

    — ¡Déjanos ir, nosotros no tenemos nada que ver contigo! — Dustin intentó inútilmente razonar con el enemigo.

    — ¡Guarden silencio! — Tzorkun se mostraba muy molesto mientras le colocaba el respirador de cada máquina a los soldados — ¡Si hay algo que no me gusta es que me griten! ¡Una vez que los reclute, les explicaré todo! ¡Así que si tienen tanta prisa por saber qué es lo que ocurre, cállense de una buena vez!

    En menos de un minuto, tanto Michael como Dustin tenían colocados los respiradores típicos que se encontraban en dicha máquina. Tzorkun, entonces, procedió a encenderlas presionando el botón negro de los gabinetes. Una vez que estas terminaron el proceso, el líder de los elimun se acercó hasta la computadora que se encontraba en el centro de la sala, para comenzar a teclear varios comandos. Los dos elimun que estaban allí se colocaron cerca de las máquinas para operarlas según como su líder lo ordenara. Sharyn, por su parte, se acercó hasta la máquina donde Michael se encontraba, y se puso al frente de él.

    — Descuida, bombón, esto solo causará algo de dolor la primera vez — Sharyn hablaba en un tono amigable, cosa que hacía enfurecer a Michael, quien no podía soltarse a pesar de que lo deseaba.

    — Ya está todo listo — informaba Tzorkun a los suyos — Activen el mecanismo.

    Los dos elimun presionaron los otros dos botones que estaban equipados al gabinete de las máquinas, y fue así como estas iniciaron su funcionamiento operativo. Michael y Dustin observaron con atención como un vapor blanco, que luego fue reemplazado por un vapor de color azul empezó a correr a través de unos tubos que conectaban las máquinas a la pared. Dado a que tenían el respirador puesto, y a que estaban totalmente atados a los asientos de las máquinas, no podían evitar respirar un vapor como ese. Los dos se asustaban tras pensar en la posibilidad de que sus enemigos estuvieran intentando intoxicarlos con alguna especie de sustancia extraña, sin embargo, tras el paso de unos tres minutos, comenzaron a sentir mareos, los cuales fueron seguidos por un dolor de cabeza leve. Dustin y Michael querían gritar, pero no podían dado a que su cabeza les dolía cada vez más y más a cada momento que el vapor seguía manifestándose y siendo inhalado por estos. En un momento, Michael empezó a sentir un dolor de cabeza demasiado fuerte, mucho más intenso del que Dustin estaba experimentando. Y eso no fue lo único que le sucedió. Su brazo izquierdo empezó a producir un pequeño cosquilleo, el cual se fue intensificando poco a poco hasta terminar causándole un dolor terrible en todo el brazo, trasladándose hasta los dedos de la mano y el hombro izquierdo.

    Michael no podía retorcerse de dolor, pero eso no le impedía intentar. Cada segundo que pasaba, el dolor de cabeza y en el brazo se volvía cada vez más y más intenso, y ya no podía soportarlo por más tiempo. Sharyn lo miraba fijamente, notando una gran diferencia entre el comportamiento que mostraban Dustin y Michael. Creyó que el segundo de los dos sería más propenso a sentir dolor por el efecto del vapor que estaban inhalando, sabiendo que actuaba diferente según la persona.

    Pasaron un total de diez minutos más, que para Michael se sintieron como dos horas muy intensas. La máquina se detuvo y el procedimiento había finalizado. Sharyn retiró el respirador de Michael, permitiéndole hablar nuevamente, aunque este no se encontraba lo suficientemente lúcido como para hacerlo en ese momento.

    El soldado del Zenith sentía un dolor terrible en el brazo, y una jaqueca insoportable en su cabeza. No podía entender que era lo que le había sucedido, pero claramente, no se trataba de algo bueno. Michael, aún aturdido, confuso y mareado, miró hacia su costado y miró al que se hacía llamar Tzorkun acercándose hacia Dustin. Su compañero, a diferencia de él, se veía algo más despierto y menos afectado. Michael claramente quería escuchar que era lo que Tzorkun le iba a decir.

    — Mi nombre es Tzorkun — Michael no entendía la razón por la que este ser se presentaba, si ya conocían su nombre — Acabas de ser reclutado por mí, lo que quiere decir que, a partir de ahora obedecerás todas mis órdenes. Y esta será la primera: quiero que me digas tu nombre completo, y que jures obediencia a mí. Todo en voz alta.

    — Mi nombre es Dustin Burntforest — el soldado del Zenith lo hacía tal y como Tzorkun se lo ordenó, cosa que sorprendió mucho a Michael, quien no podía creer nada de lo que estaba viendo — Y juro que, a partir de ahora, solo serviré ordenes que vengan directamente de usted… señor Tzorkun.
     
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    Manuvalk

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    Al fin pude solucionar el problema que tenía, como bien sabes. He leído los dos últimos capítulos que me quedaban. El anterior estuvo bien y este ha estado mucho mejor. Pasaré a comentar lo más llamativo para mí:

    Ha estado bien ver al fin a Sharyn y Jason en acción, por así decirlo. Mientras Jason me parece muy fácil de identificar en el sentido de que es falso incluso sin intentar que se note (se moriría de hambre si fuera actor XD), Sharyn muestra más inteligencia y eso se ha demostrado al ver que ella sí ha logrado su cometido de capturar humanos. Me agrada que Michael sea uno de ellos porque tengo la sensación de que teniendo a Orz en su interior, algo ocurrirá que hará que salga por así decirlo y tome el control. El berrod es un asesino y quizá eso es justo lo que necesitamos ahora para escapar de Tzorkun y el resto. Dustin apenas ha hecho nada y para mi, de momento, es un personaje neutro. Si bien, ahora que trabaja para Tzorkun, puede tener un papel villano interesante.

    La muerte de Gan me sabe muy mal. El xaromitante me agradaba y creía que viviría más tiempo, es una pena. Wida lo sufrirá especialmente más que el resto y me pregunto como eso afectará a su relación con su pareja y el resto de compañeros. Maldito Jason, ya me cae mal :v en fin, sé que la muerte culminante de esta parte está por venir, al menos eso presiento.

    Finalmente, el grupo de Ace, Agustina, Thomas y Gwyn sigue por ahí y han sido detectados por uno de los insectos asquerosos esos. Havor y los suyos me caen realmente más mal que el resto desde su aparición, espero que logren frenar al tipo que los vio. Siento que estos cuatro personajes no están haciendo nada importante en la trama y espero que eso cambie pronto, porque los cuatro son personajes de renombre. Luego está Zion, quién espero que se reúna pronto con el grupo porque se le necesita.

    Parece que las cosas están viniéndose más arriba y el hype aumenta por capítulo. Estaré esperando el próximo, el cuál creo que es el parón de mitad de la parte. Hasta la próxima.
     
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  19. Threadmarks: El que controla el juego – Parte 2
     
    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
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    Saludos. He decidido publicar el capítulo ahora, porque por la tarde tengo cosas que hacer. Mañana me será muy difícil pasarme al foro por mucho tiempo, y es por eso que me decidí a publicar el día de hoy a esta hora.

    Resistance me alegro que tu problema se haya solucionado. Respecto a la pausa, mi plan era publicar este capítulo y luego pausar la historia hasta que volvieras tras solucionar el problema. Como ya está solucionado y ya estás al día, no haré pausas.
    Zurel con este capítulo, tendrías dos pendientes. Así que, hasta que no te pongas al corriente, te esperaré. Pero no haré pausas. Es decir, su llegas a comentar ambos capítulos el martes de la semana que viene (es un ejemplo, no te estoy apresurando) publicaré el siguiente el miércoles. Pero ten por seguro que, hasta que no comentes, no habrá otro capítulo de esta historia.

    Les recuerdo que, si quieren cambiar sus tops (en estos capítulos es probable que eso suceda) tienen la libertad de hacerlo. Sin más que decir, les dejo el capítulo.



    El que controla el juego – Parte 2:

    Michael no le daba crédito a lo que veían sus ojos. Sin cuestionarlo un solo momento, sin una pequeña duda, y sin tambalear en su voz, Dustin le había jurado obediencia a aquel ser una vez que este se lo había ordenado. No entendía lo que estaba ocurriendo. Eso fue el límite para su mente, que ya estaba muy confundida para ese momento. En ese momento estaba totalmente perdido. No tenía una miserable idea de lo que iba a pasar a continuación. Sin embargo, no debió preocuparse mucho por ello. Tzorkun, quien claramente demostró ser el líder indiscutible de aquel lugar, se estaba acercando a él.

    Ciertamente, le iba a hacer la misma pregunta. Michael no sentía ningún cambio en su cuerpo, y no entendía por qué debería decir algo similar a lo que dijo su compañero. Aun así, decidió hacerlo, o de lo contrario, podría sospechar. Sea lo que sea que hubiera pasado, Dustin estaba bajo el control de Tzorkun, pero él no se sentía igual. Lo único que podía sentir, además de miedo, era un intenso dolor de cabeza insoportable. De no ser porque tenía las manos atadas, se hubiera llevado las manos a la cabeza. Finalmente, el líder de los elimun se paró frente a él.

    — Mi nombre es Tzorkun — repitió las mismas palabras iniciales — Acabas de ser reclutado por mí, lo que quiere decir que, a partir de ahora obedecerás todas mis órdenes. Y esta será la primera: quiero que me digas tu nombre completo, y que me jures obediencia a mí. Todo en voz alta.

    — Me llamo Michael Umcali — Michael quiso cambiar sus palabras a las de Dustin — Y juro que solo obedeceré las órdenes que usted… señor Tzorkun, me diga… así será… desde ahora y — un fuerte dolor de cabeza estaba impidiendo que Michael pudiera continuar — Mierda… mi cabeza… no puedo… siento que voy a…

    Y de esa manera, Michael terminó perdiendo el conocimiento en un segundo. Tzorkun, Sharyn, y Dustin, quien estaba siendo liberado de la silla en ese momento por los dos elimun que lo habían traído, se miraron muy extrañados a lo que había sucedido. Ciertamente, el proceso de reclutamiento le había causado un fuerte dolor al pobre de Michael, quien se terminó desmayando antes de poder terminar la frase que estaba por decir.

    — ¿Qué fue lo que le ocurrió, Tzorkun? — Sharyn se acercó a él muy preocupada — No morirá, ¿verdad?

    — No, es extraño, pero he visto a algunos de los míos sufrir esto la primera vez — contestó Tzorkun, liberando a Michael de sus ataduras — Le daremos un pequeño descanso. Ustedes dos vayan y traigan una camilla para él. Lo acostaremos allí hasta que despierte.

    — Pobrecito, debe haber sido duro para él si se terminó desmayando — la chica del Zenith acarició el rostro de Michael — Ojalá se recupere pronto. Tengo muchas ganas de hablar ya mismo con él.

    — Señor Tzorkun — Dustin se metía en la conversación — Ahora que el proceso de reclutamiento está terminado, ¿nos dará las respuestas que queremos? Esto es muy confuso para mí. Sigo sin poder entender nada.

    — Una vez que Michael despierte, les daré las respuestas que ustedes quieran — Tzorkun decidió que lo mejor sería esperar — Así no tendré que estar repitiendo demasiado las cosas. Además, podríamos darle tiempo a que traigan a más de ustedes. Estoy seguro de que algún otro soldado llegará a nuestras filas el día de hoy.

    — Lo entiendo, y respeto esa decisión — Dustin le respondía con un gran respeto al que sería su nuevo líder — En ese caso, espero que Michael despierte pronto. Así podremos estar informados cuanto antes.

    — Si tiene alguna relación con lo acontecido con lo que pasó con los míos, no debería tardar más de una hora. Solo démosle algo de tiempo.

    De esa manera, los dos elimun que habían llevado a Michael allí se retiraron del lugar para poder ir a buscarle una camilla. Tras haberla traído, recostaron a Michael encima. Sharyn y Dustin se quedaron en la sala, observando a su compañero, ya que era su deber el informar a Tzorkun apenas el soldado despertara. El líder, por su parte, se retiró para ver si les traían a más soldados humanos, o alguna otra clase de noticias sobre el progreso de la misión.

    En el momento en que estaban solos, Sharyn y Dustin aprovecharon para hablar.

    — Se ve como un ángel cuando duerme — Sharyn sentía deseos de dormir junto a él — Finalmente un compañero que es atractivo. No sabes cuánto tiempo llevo esperando por alguien así.

    — ¿Quiénes más están con vida del grupo de Roger? — Dustin creyó que sería bueno saber la verdad.

    — En realidad, no puedo decírtelo todavía — contestó Sharyn, sin dejar de mirar a Michael — Solo quería expresar mi opinión sobre Michael.

    — ¿Tzorkun es un líder muy estricto? — Dustin supuso que esa sí sería una pregunta que ella pudiera contestar.

    — Te agradará una vez que lo conozcas mejor, pero primero debes conocerlo — Sharyn cuidaba de que no se le escapara ningún detalle — Una vez que él te diga sus objetivos, tú también lucharás para ayudarlo a conseguirlo.

    — ¿Es algo muy difícil?

    — No lo será una vez que logren reclutar a todos los que faltan de tu equipo. Una vez que eso haya finalizado, nos tomará algo de tiempo reorganizarnos y ponerlo todo en movimiento.

    — Lo difícil aquí será capturar a Ace y a Wagner. Pero Michael es el tercer mejor soldado que tenemos, lo que quiere decir que eso facilitará las cosas.

    — ¿El tercero? Es increíble. ¿Crees que yo pueda llegar a gustarle?

    — No lo sé, él tiene novia. Es la chica que estaba con nosotros — Sharyn se puso algo seria tras escucharlo decir eso — Dudo mucho que Michael se olvide de ella. Y Tzorkun, por lo que escuché, no quiere que maten a ninguno de los humanos.

    — Será un problema, pero ya me encargaré cuando llegue el momento — Sharyn decidió levantarse — Tal vez logre convencer a Tzorkun de darme una mano con eso.

    — ¿A dónde vas ahora? — Dustin sentía curiosidad.

    — Iré a buscar algo de comida para nosotros y para él cuando despierte — informaba la chica — Lo más probable es que tengamos que volver al campo de la misión una vez que Michael despierte y Tzorkun les explique todo. Y van a tener que contar con reservas de energía para luchar en caso de ser necesario.

    La chica salió de la habitación para poder traerle algo de comer a Michael, quien todavía no se despertaba, ni tampoco daba indicios de que lo haría pronto. Dustin, por su parte, se quedó en la sala para poder mantenerlo vigilado y asegurarse de que nada le ocurriera. El soldado ciertamente mostraba preocupación por su compañero, ya que él no sintió un dolor de cabeza tan fuerte al momento de ser reclutado. Sin duda alguna, Dustin quería saberlo todo acerca del misterio que envolvía a Tzorkun, y a las otras especies que se habían presentado ya en el planeta, otro de los motivos por los que deseaba que Michael no tardara mucho en despertarse.

    […]

    Jason movió su brazo para poder bloquear un ataque de Wagner, el cual fue de frente y con una gran fuerza. En nada menos de un minuto, ambos comenzaron con un gran intercambio de golpes el uno contra el otro. Wagner logró golpear dos puñetazos rápidos y certeros que Jason le había arrojado, para luego contra atacar con un rodillazo fuerte al estómago. Acto seguido, con un codazo, logró hacer retroceder a Jason unos cuantos pasos. El soldado que servía a Tzorkun se mostró muy furioso. Su plan había fallado, y debería pelear contra un rival a quien en el pasado nunca había logrado vencer. Estaba decidido a lograrlo, sea cual sea el costo.

    — Wagner, te ayudaremos — Plamo quería entrar a pelear también.

    — No, yo solo puedo vencerlo — Wagner detuvo al garak de entrar a la pelea — Ustedes dos vigilen el lugar. Estoy seguro de que este pedazo de mierda tiene refuerzos, por eso comenzó a gritar de esa forma tan infantil.

    — ¡Maldita sea! — Jason no podía evitar sentir frustración — ¡¿Quién es la puta que envió ese jodido mensaje?! ¡Arruinó todo mi plan!

    — Estás hablando de Alicia — Wagner se enfureció ante las palabras de su nuevo enemigo — Ten respeto cuando hablas sobre ella.

    Jason y Wagner nuevamente cargaron el uno contra el otro. Sus puños derechos chocaron, y luego se produjo otro choque, ahora de sus codos. Claramente, la ira que sentían el uno contra el otro terminó convirtiendo esa lucha en una pelea de fuerza.

    — Tu novia arruinó todo mi plan — Jason repitió sus palabras — Así que tú vas a pagar por ella.

    — Ella no es mi novia, pero no dejaré que hables así de ella — Wagner se mostraba firme.

    El hijo del comandante Zion lanzó un golpe de puño, el cual Jason fue capaz de bloquear, para luego apartarlo de su cuerpo y así lanzar él un golpe propio a la cabeza de Wagner. Posteriormente, le dio un codazo a Wagner, el cual lo hizo retroceder unos tres pasos. Una vez que lo había logrado, creyó que tendría la ventaja, por lo que intentó levantar su pierna y darle un rodillazo en la barbilla a su rival. Wagner reaccionó rápido y logró interceptar el ataque de Jason con ambas manos, y aprovechando la distancia tan cercana que había entre los dos, le arrojó un puñetazo al rostro. Jason resistió el golpe sin moverse de su lugar, y luego le envió otro ataque exactamente igual al que había recibido. El hijo del comandante logró agacharse rápidamente para esquivarlo, y luego se apartó un poco de su enemigo.

    Antes de que ambos pudieran intercambiarse más insultos, escucharon a Plamo y a Orikrof disparar sus armas en la dirección a la que Jason intentaba llevarlos.

    — ¡Sus refuerzos ya están aquí! — gritó Plamo a su compañero — ¡Si vas a derrotarlo, que sea ahora!

    Wagner arremetió contra Jason intentando darle un puñetazo en el rostro para derribarlo al suelo. Este supo que no le funcionaría el movimiento de antes, por lo que esperó hasta el último momento para levantar su brazo y bloquearlo, y una vez que lo logró, empezó a atacar a Wagner con una lluvia de puñetazos. El soldado conseguía bloquearlos a todos con una gran rapidez, cosa que seguía frustrando a Jason a medida que avanzaba la pelea. Creyó que sería capaz de derrotar a su enemigo sin mucho esfuerzo gracias al entrenamiento que había tenido, y no lo estaba logrando. Al lanzarle un puñetazo al costado, Wagner lo bloqueó, y rápidamente, lo golpeó en la cabeza con un disparo de energía, el cual no le causó mucho daño a Jason, pero sí lo hizo retroceder un poco. Lo que sí logró dañar a Jason fue la patada al estómago que Wagner le arrojó. Este se inclinó un poco por el dolor.

    Wagner se le acercó para intentar noquearlo, pero Jason reaccionó rápido y logró esquivar de un salto un golpe que su enemigo había dirigido hacia la nuca. Sabiendo que debía tomar distancia, se arrojó al suelo y comenzó a rodar para alejarse del lugar. Wagner, adivinando sus intenciones, lo siguió, y antes de que Jason lograra ponerse de pie, le dio un rodillazo en la cara, el cual terminó tumbando al humano al suelo, algo aturdido.

    — ¡No pienso caer aquí! — Jason se mostraba con ganas de seguir peleando — ¡Arrojen una granada! — ordenó a los elimun que se encontraban disparando contra Orikrof y Plamo — ¡Me aseguraré de que Wagner y yo sobrevivamos!

    El garak y el xaromitante se preocuparon al escuchar las órdenes tan precipitadas que Jason había dado, por lo que decidieron dejar de disparar en contra de los oponentes que se les acercaban, para prestar atención al ruido que harían las granadas al llegar.

    Aunque Jason ordenó que solo arrojaran una, fueron tres las que llegaron hasta el campo de batalla, cosa que los sorprendió a todos, incluido al propio Jason. Orikrof se asustó al ver que una de las granadas había caído cerca del lugar en donde estaba el cuerpo de Gan, y que, al explotar, podría no dejarle ningún resto. Sin embargo, su miedo fue mayor cuando vio que otra granada cayó justo al lado de la posición en donde estaba.

    — ¡Mierda, Plamo necesitaré ayuda! — gritó mientras se iba corriendo del lugar para alejarse de la explosión.

    En ese entonces, las tres granadas explotaron. La que explotó cerca del cuerpo de Gan terminó por destruir en pedazos el cuerpo del xaromitante que había sido asesinado momentos atrás por Jason. La que cayó cerca de Orikrof explotó. El general xaromitante no fue atrapado por la onda de la explosión, pero la sacudida que generó lo hizo caer al suelo. La tercera granada explotó en el medio del campo de batalla, en una zona donde no había nadie para recibir el daño del impacto. Sin embargo, logró que Plamo y Wagner quedaran separados, dado a que cayó entre el medio de los dos soldados que habían acudido a ese planeta para rescatar a la tripulación de Roger.

    — ¡Vayan por esos dos! — ordenó Jason, poniéndose de pie para seguir enfrentando a Wagner — ¡Una vez que los maten, regresen y ayúdenme con este!

    — ¿Crees que podrás resistir tanto tiempo tú solo? — Wagner intentó hacer que Jason cayera en sus provocaciones.

    — Mírame y te darás cuenta — Jason mordió el anzuelo.

    A pesar de que ese era el plan de Wagner, este no fue capaz de reaccionar rápido para bloquear un codazo potente que Jason le lanzó. El golpe causó que se tambaleara un poco, aunque no tuvo la fuerza suficiente para derribarlo. Cuando Jason se acercó para taclearlo y derribarlo al suelo, Wagner le respondió con un codazo que detuvo su marcha en seco. Posteriormente, el soldado le pegó otra vez con el codo en la cabeza a Jason, para luego atacar con un rodillazo al estómago, seguido de otro codazo a la cabeza. Aunque Jason soportaba el daño que recibía, estaba retrocediendo cada vez más, y los golpes continuaban cansándolo.

    Esta situación forzó al soldado del Zenith que trabajaba para Tzorkun a disparar energía desde sus manos en contra de su rival. Wagner se agachó rápido para evitar tres fragmentos que habían sido dirigidos hacia su cabeza, y luego se levantó dirigiéndole un derechazo desde abajo hacia la barbilla de Jason. Dicho golpe sí fue totalmente efectivo y con una gran fuerza, causando que Jason empezara a tambalearse. Wagner, lleno de ira por el ataque a traición de Jason, sumado a las cosas que había hecho anteriormente, se le acercó rápidamente. El hijo del comandante Zion procedió a darle un codazo en el cuello, en una zona que la armadura no cubría; y luego, le sujetó la cabeza y comenzó a dar rodillazos de forma continua con fuerza. Cada ataque que le lanzaba era más fuerte que el anterior, y tras haberle unos cuatro rodillazos, logró hacer que Jason perdiera varios dientes y comenzara a sangrar. Una vez que vio esto, Wagner lo soltó, juntó ambas manos y le dirigió un golpe doble a la cabeza. Jason lo recibió de lleno, y no logró soportar el impacto, por lo que terminó cayendo al suelo.

    Wagner empezó a respirar tras haber derrotado a su rival, y sin darle tiempo a que este se recuperara o pidiera más refuerzos, se dirigió hacia el lugar en donde había dejado tirado su rifle para asesinar a Jason lo más rápido posible. Al acercarse a este con la intención de eliminarlo, notó que algunas lágrimas estaban cayendo de su rostro mientras pasaba su mano por su boca, notando la sangre que le brotaba desde ahí, además de que le faltaban un par de dientes. Jason sentía un gran dolor, el cual también se sumaba a la humillación de haber perdido la pelea en contra de Wagner, a pesar de todo lo que había entrenado para derrotarlo. El hijo del comandante Zion lo miró con desprecio, ya que no soportaba la idea de que su enemigo llorara luego del daño que había causado.

    — No te atrevas a llorar así, no después de que asesinaste a Gan — Wagner sentía mucha furia contra él, y el deseo de eliminarlo crecía a cada segundo.

    — No… — Jason miraba a Wagner con una mirada de tristeza — Tú no entiendes… se suponía que te iba a capturar, y que esto haría que ella se fijara en mí… Me iban a considerar un soldado importante para la misión si lograba capturar al hijo del comandante Zion Stones… por favor, Wagner, no me arrebates esta oportunidad.

    — ¡¿Me estás pidiendo clemencia, luego de habernos atacado de esa forma?! — Wagner explotó en furia contra Jason — ¡¿Después de que asesinaste a traición a un guerrero que vino desde muy lejos para rescatarte sin siquiera conocerte?! ¡¿Después de haber traicionado al país al que servías y que te lo dio todo?! ¡¿Tienes el descaro de ponerte a llorar y pedirme eso luego de todo lo que hiciste?!

    El soldado ya no logró contenerse más. Sujetó su arma firmemente, y tras haberle apuntado a la cabeza a Jason, dejó escapar una frenética lluvia de balas, las cuales perforaron la cabeza de Jason, provocando que la sangre empezara a brotar de ella a medida que varios agujeros de bala se empezaban a formar allí. Supo que se había excedido con lo que había hecho, por lo que decidió detenerse para evitar que su rifle se calentara demasiado.

    Una vez que terminó, miró atentamente a quien una vez fue su compañero, y al que se suponía que debía rescatar en esta misión. Nunca imaginó que las cosas terminarían así tras haberlo encontrado. Jason se encontraba muerto. Asesinado por quien se suponía, debería ser su salvador. Su cabeza estaba llena de agujeros, y era casi irreconocible tras una escena tan brutal como esa.

    A pesar de todo, Wagner no sentía ninguna especie de lamento. Jason lo atacó primero, incluso asesinó a su amigo Gan. No tenía idea de por qué había ocurrido una traición así, pero ya no importaba. El soldado del Zenith le dio la espalda a su país, y tendió una trampa a los que habían ido a rescatarlo cuando las cosas se habían tornado mal para ellos. Wagner no necesitaba seguir comiéndose la cabeza con una situación como esa.

    Tras haber descansado un poco, tanto física como mentalmente, Wagner decidió irse a ayudar a Plamo y al general Orikrof, quienes continuaban luchando en contra de los elimun atacantes. Esto lo dedujo debido a la gran cantidad de disparos que resonaban en el interior del bosque. Temía que, si no detenía rápido esa balacera, eso podría terminar atrayendo a más enemigos. Y si eso ocurría, las cosas solo iban a empeorar para ellos. Si es que había una manera de que pudieran estar peor.

    […]

    Michael se encontraba de pie en un pasillo muy oscuro. La luz de su armadura estaba encendida, y era en ese momento, la única que había y que le dejaba ver a su alrededor. Sin embargo, a pesar de todo eso, no era demasiado lo que sus ojos conseguían alcanzar. Un piso sólido y paredes de ladrillos de concreto eran las únicas cosas que veía. El soldado ciertamente estaba desorientado, y temía dar un paso en falso hacia una dirección equivocada.

    Creyó que estaba totalmente solo, hasta que el ruido de una voz le hizo saber que no era así.

    Michael — el soldado la reconoció al instante, se trataba de la voz de Orz — Déjame salir.

    ¿Orz? — Michael se sintió paralizado por el miedo al oír esa voz otra vez — ¿Cómo es posible que pueda escucharte? ¿En dónde estás?

    Sigo en tu mente, amigo Michael — Orz buscaba sonar amable al hablar — Pero eso no durará mucho si me liberas y me dejas salir.

    ¿Quieres volver a tomar el control de mi cuerpo? — Michael no entendía sus motivos — ¿Qué es lo que pretendes lograr con eso?

    ¿Tú que crees que quiero? — preguntó retóricamente — Quiero ayudarte, Michael. Tus enemigos ahora parecen ser demasiado peligrosos. ¿No has visto la ciudad subterránea? ¿Crees que alguien como tú podrá salir de un lugar así por su cuenta? Tú solo no serás capaz de llegar lejos, y es urgente que lo hagas. Si tus compañeros son capturados, terminarán siendo controlados por ese tipo llamado Tzorkun. Tal y como le pasó a Dustin. Tú mismo lo has visto, y sabes de lo que es capaz.

    Pero no me pudo controlar a mí — contestó Michael, quien ya estaba muy asustado por todo lo que ocurría.

    Y eso fue gracias a que mi mente vive dentro de ti — fue entonces que Michael entendió lo ocurrido — Sentí que esa sustancia que te introdujeron por vía respiratoria iba a intentar controlarte, así que la detuve. No pienso dejar que nadie más que yo te pueda controlar, Michael, deberías darme las gracias por eso. Ese tal Tzorkun no te tiene bajo su poder gracias a mí.

    ¿Y cómo esperas ayudarme realmente? — Michael suponía que Orz quería pelear, pero necesitaba estar seguro.

    Destruiré todas las máquinas que tienen aquí. No entiendo su funcionamiento, y cuando no entiendes algo, lo mejor es que sea destruido. O de lo contrario, tus compañeros podrían terminar aquí. Y a diferencia de ti, ellos no tienen a un berrod dentro de su cuerpo que pueda evitarles caer bajo el control de estos tipos. Si tan solo tu comandante Richard hubiera escuchado mis palabras y me hubiera dejado seguir con mi plan, esto nunca hubiera pasado. Nosotros nunca nos hubiéramos dejado capturar por unos tipos así, y mucho menos controlarnos, y lo sabes perfectamente. Ya no puedo hacer nada por Dustin, pero aún estoy a tiempo de evitar que el resto de tus compañeros tengan que pasar por esto. Dame el control de tu cuerpo, y yo destruiré todas las máquinas que hay en ese laboratorio, y asesinaré a Tzorkun — Michael empezó a creer que Orz iba en serio cuando decía esas cosas — Una vez que pierdan a su líder, se desmoronarán, y caerán poco a poco. Tú no eres capaz de hacerlo, y lo sabes, pero yo sí puedo conseguirlo. Ya has visto de lo que soy capaz, y sabes que soy el único de tu grupo que podría lograr algo así — Orz se tomó la pausa, y fue en ese momento que la cabeza de Michael empezó a dolerle — Vamos, Michael, déjame ser libre. Déjame asesinar a tus enemigos. Quiero volver a matar, y quiero ayudarte. Qué mejor que darme la libertad y permitirme hacer las dos cosas al mismo tiempo… ¡Michael! ¡Michael! ¡Rápido, déjame salir! ¡Te estás quedando sin tiempo! ¡Michael!

    […]

    De forma abrupta, Michael despertó sobresaltado del sueño en el que estaba, y terminó descubriendo que se encontraba sobre una camilla colocada en el interior del laboratorio al que lo habían llevado. La cabeza le seguía doliendo, pero no tanto como antes. Sintió un pequeño cosquilleo en el brazo izquierdo, justamente en la zona donde tenía clavada la placa de metal. Se miró el brazo algo estupefacto, sin poder creer lo que había ocurrido.

    — Entonces, eso fue lo que pasó — Michael supo que, aunque era descabellada, era la única explicación posible — De alguna manera, Orz logró evitar que yo cayera bajo el control de estos tipos… Pero, ¿cómo fue que lo hizo? No entiendo nada. ¿Qué demonios es lo que está pasando aquí?

    Michael fue retirado de sus pensamientos cuando Sharyn, quien ya había regresado al laboratorio, se acercó a él desde el costado.

    — ¿Te sientes mejor? — la chica empezó a sonreír al ver a Michael despierto totalmente.

    — Así es, el dolor de cabeza desapareció — Michael supo que debía tener mucho cuidado con lo que hacía o decía — Comparado a antes, ahora no siento nada.

    — Entonces buscaré a Tzorkun para que te lo explique todo, estoy seguro de que estás impaciente por saber por qué fuiste reclutado por él — Sharyn se retiró del lugar.

    Michael miró un poco a su alrededor y notó que Dustin estaba parado en el centro de la sala, mirando la gran computadora que había en ese lugar. Aunque no supo si realmente se había tratado de un sueño o no, lo que Orz le había dicho, era la verdad. Dustin fue controlado por los enemigos, debido a que no tenía ningún berrod en su mente que fuera capaz de evitar que eso ocurriera. A diferencia de él, Michael era libre de dicho control, y tenía que aprovecharse de ello por completo.

    Tzorkun llegaría en cualquier momento a la sala, y sería la oportunidad perfecta para que Michael descubriera todo lo que estaba ocurriendo en ese maldito planeta, y la gran cantidad de cosas que habían sucedido y que no era capaz de comprender. Sin embargo, debía cuidarse con sus gestos y palabras. Sharyn ciertamente no sabía nada sobre la placa de metal que Michael tenía incrustada en el brazo, pero Dustin sí. Y si terminaba actuando de forma sospechosa, Dustin podría terminar informándole sobre eso a Tzorkun. Sus enemigos creían que Michael realmente había caído bajo su control, y el soldado del Zenith tenía que asegurarse de que siguieran con esa idea errónea en sus mentes. Sería su única oportunidad de ayudar a sus compañeros.

    Dustin, quien seguía sin comprender del todo el funcionamiento de esa computadora, se apartó para acercarse a Michael, quien estaba levantándose de la camilla. Al aproximarse hasta él, le tendió la mano, cosa que Michael aceptó.

    — Me alegro de que finalmente hayas despertado — Dustin se sentía muy feliz por su compañero — Tzorkun debería venir en cualquier momento y explicarnos todo. ¿Te sientes bien? Si lo necesitas, podemos pedirle que te dejen descansar más tiempo.

    — Descuida, Dustin, me siento perfectamente — Michael había logrado engañarlo — Además, ya no puedo seguir soportando esta intriga. Quiero ayudar a nuestro líder a cumplir su objetivo, y para eso, tenemos que saber cuál es.

    — Tienes toda la razón, no me sorprende de alguien como tú — Dustin se motivó un poco por las palabras de Michael.

    Antes de que la conversación pudiera seguir, Tzorkun entró al laboratorio, siendo acompañado por Sharyn, y un total de cuatro guerreros elimun, los cuales venían todos armados. Michael supo que intentar un escape sería una estupidez imposible de lograr para él, incluso aunque liberara a Orz. Además, lo único que quería en ese momento era obtener la mayor información que lograra conseguir, dado a que planeaba usarla para crear un contra ataque en contra de todos ellos.

    — Siéntense en las máquinas, pero no las toquen — ordenó Tzorkun a los dos humanos recién reclutados.

    Sin rechistar, Dustin se dirigió hacia una de las máquinas, seguido por Michael, quien quería observar atentamente la forma en la que su compañero se movía. Su objetivo era que no hubiera diferencia alguna entre los movimientos de uno o del otro. Ambos tomaron asiento en las máquinas en las que habían sido colocados antes. Tzorkun, Sharyn, y los otros elimun se acercaron hacia ellos. Claramente iban a comenzar a hablar, y Michael luchaba constantemente para poder detener sus nervios.

    — Comenzaré con lo más sencillo de explicar — Tzorkun no dio tiempo a que ninguno de los dos pudiera hacer alguna pregunta — Estoy seguro de que ustedes habrán visto a algunas de las otras especies en este planeta. Mínimamente habrán visto alguna — Dustin asintió, y luego Michael hizo lo mismo — En total, en este planeta somos un total de cuatro especies. Nosotros somos los elimun. Las otras especies se llaman moender, inkor y vasterrad. Desde que tenemos registros, este planeta ha sido habitado por esas cuatro especies, y es por esto que lleva el nombre de planeta Emiv. Cada letra representa la letra inicial de una de las especies que habita en este lugar.

    Dustin y Michael estaban muy impresionados con lo que Tzorkun les estaba contando, y eso solamente era el principio.

    — Sin embargo, desde que podemos recordar, las cuatro especies han estado en guerra constante por el dominio del planeta — para los dos humanos, esa información era imposible de creer — Las cuatro especies han intentado asesinarse entre sí, todo para poder obtener el control completo de este planeta para sí mismas, sin intención de compartirlo con las demás. Ninguna lo ha conseguido, pero la historia de nuestro planeta habla sobre una guerra sin fin.

    — Pero todas las especies que nos han atacado han tenido el mismo objetivo siempre — interrumpía Dustin — Nos querían capturar con vida para traernos hasta aquí. ¿Cómo es que trabajan juntos si es que están en guerra?

    — Uno nunca sería capaz de creer en algo así si usted no lo dijera ahora mismo — Michael no se quiso quedar callado, pero cuidó mucho sus palabras — ¿Qué fue lo que hizo usted que consiguió terminar con la guerra?

    — No fue todo obra mía — Tzorkun se había puesto muy serio — Había logrado encontrar la manera de frenar la guerra. Siempre la odié. Odié las batallas a muerte, odié la destrucción que dejaba a su paso. Todo lo que estaba relacionado a la guerra entre las cuatro especies era algo que se tenía ganado mi odio. Perdí muchas cosas por culpa de una guerra sin sentido. Mi familia, el laboratorio familiar, mi casa… las cosas más importantes para mí cuando era joven… todo fue arrasado por la guerra. Ciertamente, yo quería detenerla antes de que me quitaran la vida. Cuando me dieron este laboratorio para que investigara una forma para poder llevar a los elimun a la victoria, tuve una idea. Empecé una investigación secreta, y logré encontrar la forma para poder terminar la guerra de una vez — Michael y Dustin supieron por las palabras de Tzorkun que este no era un guerrero, sino un científico — El problema era que nunca podría llevarla adelante, porque a pesar de mi inteligencia, soy un elimun muy débil físicamente. Justo cuando estaba por perder la esperanza, ocurrió un milagro. Unas piedras radioactivas cayeron desde el cielo, y arrasaron con las ciudades que se encontraban en la superficie del planeta — los dos soldados humanos supieron que estaba hablando de la Gran Catástrofe — Todo fue totalmente destruido, exceptuando las ciudades subterráneas. Una gran cantidad de la población se perdió en aquel trágico día, pero eso no fue suficiente para poder detener la guerra. Supe que debía actuar en ese momento, o de lo contrario, todos terminaríamos por irnos a la extinción definitiva. Fue así que logré engañar a nuestro líder, un elimun conocido como Sieng. Con mi experimento, logré reclutarlo, y obligarlo a servir mis órdenes. El líder fue el primero, y gracias a él logré reclutar a todos los otros elimun. Con su ayuda, pude extenderme al resto del planeta. Los tres líderes de las otras especies fueron mis objetivos, y una vez que ellos también fueron reclutados, pude tener a todos los habitantes de este planeta bajo mi control. Y tras un largo período de guerra que duró largos años, fui capaz de detener la guerra. Por primera vez en la historia de Emiv, las cuatro especies estaban en paz.

    — ¿Cómo fue que logró reclutarlos a todos? — Dustin estaba muy intrigado por la historia que le contaban, y claramente quería saber más — ¿Cómo funciona el proceso de reclutamiento?

    — Existe una planta en este planeta, cuyas hojas liberan una sustancia conocida como “hosania” — los dos humanos prestaban suma atención al líder de los elimun — Se trata de una sustancia líquida, la cual es tóxica en estado normal, pero gracias a mi investigación, terminé descubriendo que esa toxina es líquida, y que desaparece si la convierto en vapor. Al evaporar esa sustancia, la toxina desaparece por completo, y el vapor de la hosania se convierte en una especie de tranquilizante, el cual tiene un efecto curioso en la mente de los seres vivos. Dicho tranquilizante los vuelve totalmente mansos y obedientes, sin afectar su estado mental. En otras palabras, si alguien inhala una gran cantidad de esta sustancia en vapor, su mente se tranquiliza de forma en que aceptan las órdenes que se les dan, sin importar cuales sean. Conseguí engañar a Sieng diciéndole que esta sustancia potenciaría sus sentidos de combate, y una vez que el líder estuvo bajo mi control, no fue difícil controlar a los demás.

    — ¿Los que son expuestos a esta sustancia no recuperan nunca el control para tomar decisiones por sí mismos? — de todo lo ocurrido, eso era lo que a Michael más le interesaba.

    — La única forma de que puedan recuperarlo es que pasen una gran cantidad de tiempo sin inhalar esta sustancia — les comentó Tzorkun, sin sospechar que Michael realmente estaba intentando reunir información para usarla en su contra — Cada cierto tiempo, todos los individuos tienen que inhalar esta sustancia o de lo contrario, perderé el control por encima de ellos. Afortunadamente para mí, la sustancia se encuentra en las hojas de unas plantas muy comunes, que crecen sin problemas y a gran velocidad, por lo que es un suministro que nunca se terminará. En tanto este planeta siga siendo fértil, la guerra nunca volverá a surgir aquí.

    — ¿Y eso que tiene que ver con nosotros? — Michael seguía intentando recaudar más información.

    — Trabajé mucho tiempo para que todas las especies frenaran la guerra que nos iba a terminar extinguiendo a todos — contestó Tzorkun, quien sonaba más serio que antes — Si por alguna pequeña casualidad, la guerra resurgiera, nosotros nos terminaríamos yendo a la extinción. Y no puedo permitir que eso suceda. Por eso, cuando aparece una amenaza para la paz que tanto tiempo me costó construir, solo hay dos opciones posibles para tomar: o la elimino o la recluto. Es por eso que los he reclutado a ustedes apenas llegaron. Eran una amenaza potencial que debía ser detenida de alguna manera, antes de que la guerra pudiera volver a nacer en mi planeta — finalmente, Tzorkun había explicado sus motivos para atacar al grupo del comandante Roger — Me costó mucho encontrar la dosis correcta que necesitaba para poder reclutarlos a todos ustedes, y por eso he eliminado a casi todos los soldados del grupo del comandante Roger que han venido a este planeta. Sin embargo, en un último intento, logré reclutar a dos de sus soldados. Una de ellas es Sharyn, y el otro es un soldado llamado Jason. Él está ahora mismo afuera buscando capturar a más humanos para poder reclutarlos. Ellos me hablaron acerca de la posibilidad de que el Zenith enviara un rescate para su equipo, y me contaron unas cuantas cosas más. Y fue por eso que me decidí a reclutarlos cuando llegaran a este planeta. Y una vez que pudiera reclutarlos a todos, podría poner en marcha mi plan para alcanzar mi nuevo objetivo.

    — ¿Y qué clase de objetivo es ese? — Dustin estaba impresionado por el accionar inteligente de Tzorkun, llegando a creer que se trataba de un líder excepcional.

    — Mi objetivo consiste en reclutar a dos personas en particular — informaba Tzorkun a Michael y a Dustin, asegurándose de que lo escucharan y lo entendieran a la perfección — Magnus Hotfire, líder del Zenith. Y Abel Hartka, líder de Black Meteor.

    — ¿Por qué quiere reclutarlos a ellos dos? — Michael realmente estaba asombrado de que Tzorkun conociera el nombre de ambos líderes.

    — Tengo entendido que los únicos países de la Tierra que envían soldados al espacio, y, por lo tanto, ponen en peligro la paz en mi planeta, son Zenith y Black Meteor — Tzorkun respondió seriamente — Si consigo reclutar a sus dos líderes, me encargaré de que dejen de enviar naves al espacio, y podré mantener mi planeta seguro de cualquier amenaza que ellos dos puedan representar. Y finalmente, podré morir plácidamente. Sabiendo que mi planeta y cada una de sus especies estarán a salvo de la extinción de forma permanente.

    Una vez que esas palabras fueron dichas, Michael y Dustin quedaron en un silencio total, producto del impacto que les había generado conocer las verdaderas intenciones que tenía Tzorkun. Sin duda alguna, se trataba de un plan muy difícil de llevar a cabo, pero el líder de los elimun no se mostró dubitativo en ningún momento. Lo que quería decir que tenía todas las intenciones de llevarlo hasta su realización final.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Amigo, ha sido un excelente capítulo, ha tenido muchas cosas interesantes de las que ahora daré mi opinión y pensamiento. Pero primero se tiene que decir que éste capítulo es uno muy bueno.

    Cuando Michael no quedó sometido al control de Tzorkun a diferencia de Dustin, lo supe. Tú ya sabes que llevo tiempo deseando que Orz intervenga (es un villano formidable) y finalmente eso ha sucedido. Orz frenó el vapor para evitar que Michael fuera reclutado. El berrod es un auténtico peligro si lo liberan, pero a veces un héroe y un villano se unen para enfrentar a un villano aún más poderoso. Parece que en éste capítulo, se han sentado las bases para ello. Estoy deseando verlo.

    Por otro lado, la pelea entre Wagner y Jason ha sido muy buena. Digna de dos soldados de nivel. Aunque costó, el hijo del comandante logró ganar al enemigo de forma formidable. Jason quedó demostrado que es un idiota y que peleaba más por gustarle a Sharyn que por su objetivo real. Está perfectamente muerto, Wagner vengó a Gan de manera excelente.

    Finalmente, la explicación de Tzorkun y su objetivo. La historia de Emiv, el planeta, es increíble y se nota que tiene mucho trabajo detrás. La guerra de esas cuatro especies y todo lo acontecido, la idea de Tzorkun para frenarla... Es una historia muy interesante y que podrías explorar en el futuro, quedó genial. Sin embargo, el objetivo principal es controlar a Magnus y Abel, de Zenith y Black Meteor respectivamente. Es muy ambicioso lo que Tzorkun plantea y le daría el control de dos países de la humanidad, algo que le otorgaría poder en la Tierra. Es un peligro que debe ser frenado. Aunque el hecho de que lo haga porque considera peligrosos a los humanos, no me parece muy lógico, teniendo en cuenta de él posee a cuatro especies inteligentes. Los humanos no fueron a Emiv a buscar guerra y podrían haber hablado simplemente, antes de que Tzorkun reaccionara cómo hizo. No sé, se me hace un motivo un poco flojo para querer enfrentarse y reclutar a Zenith y BM, pero por el resto, estoy impresionado.

    Esperaré al próximo capítulo con muchas ganas.
     
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