Ciencia ficción La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 1 Enero 2020.

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    Agus estresado

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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5567
    Saludos. Llegó el momento para que publique el capítulo 8 de esta cuarta parte. Con este capítulo, podríamos decir que llegamos al final de los capítulos introductorios. Luego de este, vendrán unos 3 capítulos que usaré para algo en particular (decirlo ahora sería spoilearlo directamente, así que dejaré que lo descubran por ustedes mismos). Igualmente, considero que tanto este como los otros tres son buenos capítulos, pero que lo mejor de esta parte IV comienza en el capítulo 12.

    Y esto es un mensaje para Resistance Zurel y cualquiera que lea la historia, sea el momento que sea:

    Me gustaría que me pusieran en el comentario del capítulo un top 10 de los personajes de LGC. Esto lo hago porque tengo curiosidad en ver como evoluciona dicho top con el transcurrir de los capítulos. Les iré pidiendo en el futuro que coloquen más tops de personajes favoritos, y la primera ocasión es aquí, en este capítulo.

    Si no pueden hacer un top 10, puedo aceptar un top 8 o top 7. Pero me gustaría mucho que me dejaran un pequeño top al final del capítulo. Pueden justificarlo (es decir, explicar por qué X personaje ocupa el puesto 1, por qué Y personaje ocupa el puesto 2); o simplemente pueden colocar el top sin mencionar el por qué. Mientras lo hagan, todo bien.

    Con eso dicho, los dejaré con la lectura.


    El último viaje:

    El sol comenzaba a salir, y en una base, había algo de movimiento en su interior. El comandante Frans acompañaba a Lathan hacia la puerta, donde un vehículo se lo llevaría para que los instructores de Black Meteor pudieran darle un entrenamiento adecuado para la misión que iba a llevar a cabo. Tratándose de obtener información valiosa acerca del Zenith, no podía dejarse capturar, y para eso debía estar bien preparado. Claro que, si era descubierto, nada tendría sentido, dado a que no sería capaz de volver a infiltrarse en el Zenith. Una vez que ambos salieron, vieron en frente de ellos al vehículo en donde el joven se iría.

    — Espero que estés preparado — le decía el comandante Frans — Los instructores de Black Meteor no son las personas más amables del país precisamente, y dado a que eres mayor de edad, no te darán un trato amable.

    — Está sonando como si no quisiera que participara de esto — contestó Lathan, quien creía que las palabras del comandante iban referidas a eso — Creí que mi ayuda les serviría para adelantarse a los de Zenith.

    — Y claro que lo hará. No estoy tratando de que te arrepientas, solo hacer que sepas que no te tratarán bien. Espero que te vaya bien, dado a que, si te va bien a ti, a nosotros también nos irá bien.

    — Gracias, comandante Frans — Lathan cambió su forma de hablar — Aunque lo de ser un espía me gusta, estoy interesado en poder convertirme en soldado en el futuro, y formar parte de su unidad.

    — Será difícil que alguien sin entrenamiento militar previo ingrese a mi unidad con solo pocos meses de entrenamiento — el comandante era sincero con el chico — Yo que tú me olvidaría de eso, pero no descartes el entrenamiento militar. Probablemente uno de mis soldados alcance el puesto de comandante y termines ayudándolo a él.

    — De ser el caso, sería Xander, dado a que él es el más fuerte del grupo — Lathan sorprendió a Frans con sus palabras.

    — Veo que has estado aprendiendo mucho de nosotros, mientras que nosotros apenas conocemos tu nombre — la respuesta de Frans no le agradó del todo a Lathan — No lo veo como una buena señal, pero no recibirás ninguna crítica mía hasta que yo no vea los resultados de tus acciones. Suerte, Lathan. Eres muy afortunado de estar haciendo un gran favor a nuestro país en lugar de estar en un pozo sin que nadie sepa realmente quien eres. Usa esta oportunidad.

    — La usaré — comentó el joven — Seré recordado como el joven desconocido que le consiguió a Black Meteor la ventaja sobre el Zenith.

    Tras decir esas palabras, ambos se saludaron y el nuevo recluta que ahora trabajaría como espía subió al vehículo. Saludó al conductor de forma amable, y luego este mismo dio arranque al auto para llevárselo al lugar en donde tendrían su entrenamiento. Una vez que ya se había ido, el comandante Frans decidió entrar de nuevo a su base militar.

    Nada más entrar, se cruzó con Xander y Claire, quienes se veían cansados y malhumorados. El comandante se sorprendió de verlos a ambos allí.

    — ¿Qué ocurre? — preguntó Frans sin entender lo que sucedía.

    — ¿Ya se fue definitivamente? — preguntó Claire, queriendo saber si ya no volvería a escuchar sobre Lathan.

    — Sí, no sé por qué les interesaría, pero sí se fue — Frans decidió irse a desayunar.

    Una vez que Xander y Claire quedaron solos, empezaron a tener una conversación en voz baja.

    — Qué alivio que se fue — comentó Claire para luego bostezar — Deberíamos haberle dado una paliza apenas lo descubrimos detrás de nuestra puerta.

    — No creo que a Abel le guste que tratemos así a un espía que va a ayudar a nuestro país — fue la respuesta de Xander, quien sonaba muy molesto — Pero yo también estoy aliviado de que se fuera. Ahora ya no tendremos que preocuparnos porque nos espíe.

    — Dime, ¿crees que le vaya bien? — preguntaba Claire — Digo, nosotros lo detectamos esta noche. ¿Cuánto crees que le tome al Zenith detectarlo?

    — Nosotros lo detectamos porque sabíamos que estaba allí — contestó Xander — Se supone que los del Zenith no lo saben, y tampoco deberían.

    — Da igual. Ahora podremos tener nuestros asuntos con tranquilidad.

    Ambos soldados se retiraron a sus habitaciones a descansar, debido a que no habían podido dormir bien durante la noche.

    Mientras tanto, Casey se encontraba en la habitación de Natasha. Ambas chicas estaban sentadas sobre la cama de esta última, quien se veía un poco seria desde la noche anterior. Como era su amiga, Casey decidió ir a ver de qué se trataba todo eso.

    — No me digas que estás pensando en él — Casey no quiso nombrarlo, pero sabía que no era necesario.

    — Llevo un largo tiempo sin hacerlo, no sé por qué tuve que empezar ayer — comentaba Natasha, con algo de tristeza.

    — No has visto a Ace desde hace más de un año — Casey quería que su compañera se olvidara de él definitivamente — No hay forma de saber si él está vivo o no. Recuerda lo que ocurrió con Michael. Ace pudo haber sufrido algo así o peor. Es obvio que el Zenith solucionó el problema, pero no hay manera de saber si realmente Ace sigue vivo. Además, aunque lo estuviera, ¿por qué sigues creyendo que él sigue pensando en ti?

    — Es solo que… — a Natasha le daba algo de lástima recordar sus momentos con él — Según lo que él me dijo, yo era especial para él. Me cuesta pensar en que me haya olvidado, no importa cuánto tiempo pueda haber pasado.

    — Se siente como si hubieras querido pedirle a Lathan que averiguara cosas respecto a él — Casey decía lo que se le venía a la mente — ¿Estoy equivocada?

    — No, no te equivocas. No me da vergüenza admitir que me habría gustado pedirle que lo buscara. Aunque sea solo para saber si está bien. Pero no es muy profesional de mi parte, y luego de que lo ataqué en la noche, dudo que me ayudara realmente.

    Antes de que la conversación pudiera seguir, Paul entró en la habitación. Estaba escuchando algo desde el otro lado, por lo que supo que podría entrar sin problemas y sin la necesidad de tener que llamar primero. Natasha y Casey lo miraron algo confundidas, por lo que el soldado decidió hablar.

    — ¿Les gustaría entrenar el combate? — fue la pregunta del soldado — Llevamos un tiempo sin realizar un entrenamiento de ese tipo. En estos últimos días solo trabajamos musculación y resistencia.

    — Me parece una buena idea, además creo que Natasha necesita despejar su mente — contestó Casey, forzando a su amiga a que aceptara.

    — Ustedes adelántense, yo voy a ir luego de ordenar las cosas y beber algo — comentó la chica.

    La pareja decidió salir del lugar para dirigirse a la sala de entrenamiento. En el camino, ambos hablaron acerca de la forma en la que Natasha se encontrara.

    — Sigo sin poder creer que no se haya olvidado de Ace todavía — Casey se sentía algo frustrada con eso — Después de todo lo que ha pasado, eso es en lo que menos pensaría.

    — Entiendo que él pueda ser importante para ella, pero esto ya es ir demasiado lejos — Paul no quería ser cruel al hablar de su compañera, pero debía decir la verdad — Shun no debería haberla tratado en la forma que lo hizo. Cuando ella estaba con él, ni siquiera recordaba a Ace. Su relación no parecía ir bien últimamente. Ni siquiera yo sé cómo fue que empezaron.

    — Eso ya no importa — Casey se decidió a hacer algo en los próximos días — Haremos un último intento para ver si ella se olvida de él definitivamente. Y si no funciona, hablaré con el comandante Frans para que la saquen del equipo. Ya estoy harta de escuchar “Ace esto, Ace lo otro”. No aporta en nada al equipo.

    — Tienes toda la razón — Paul no quería aceptarlo, pero debía hacerlo — Será duro, pero es lo que hay que hacer si sigue así.

    […]

    En la base del Zenith, los soldados estaban comenzando a despertarse. Era el día en que iniciarían una misión de gran importancia, y una vez cumplida la misma, podrían utilizar la tecnología de los xaromitantes para así poder apuntar en la dirección correcta del universo y encontrar de una vez por todas, las respuestas a lo que causó la Gran Catástrofe. Lo único que los separaba era la realización de un último viaje hacia un planeta desconocido para poder ayudar a compañeros que podrían encontrarse en problemas.

    Alicia despertó, y se dio cuenta de que Michael estaba todavía dormido, y por la expresión en su rostro, se lo veía algo cansado, cosa que le llamó la atención a la chica. Ella decidió que lo dejaría dormir. Decidió levantarse e irse al comedor para poder desayunar, y luego le llevaría a Michael el desayuno a su cama.

    En otra habitación, en la que se encontraban Agustina y Ace, la chica fue la primera que se despertó. Al ver a su novio aún dormido, ella quiso hacer algo que le daba tranquilidad. Colocó su mano derecha sobre el pecho de Ace para poder escuchar su corazón latir. Ella lo hacía cada vez que despertaba antes que él, como una forma de tranquilizarse a sí misma luego de la horrible situación que vivieron en Fientlig. Sin embargo, para su sorpresa, Ace movió su mano para tomar la de ella. Posteriormente, abrió los ojos.

    — Así que no era un sueño, tú realmente controlabas mi ritmo cardíaco — le comentó el soldado con una sonrisa — Eres una chica adorable.

    — Buenos días… futuro comandante Ace — la chica le devolvió la sonrisa y luego le dio un beso a su novio.

    — Aún falta mucho para que eso se decida — contestó el soldado, aceptando el beso — Vamos a desayunar.

    Los dos se levantaron de la cama y se dirigieron hacia el comedor para desayunar. Al llegar allí, se encontraron con Wagner, Alicia, Plamo y Domir. Supusieron que Dustin, Michael, Gwyn y Thomas seguirían dormidos, pero fue una sorpresa el no ver al comandante Zion en el lugar. Cuando preguntaron por él, Wagner les dijo que él se despertó temprano y se fue a ver a Magnus para llevar a cabo los preparativos para la salida. Sabiendo eso, los dos soldados se sentaron a la mesa para compartir con sus compañeros que ya se habían levantado.

    — Ayer por la noche, Domir me dijo algo que creo que les interesaría mucho — comentó Plamo, llamando la atención de todos, tal y como quería — Dijo que cuando ese tal Roger habló sobre “al menos cuatro”, se podría referir a cuatro especies con inteligencia en el planeta.

    — ¿Qué opinan? — el garak quiso conocer lo que pensaba el resto del equipo — ¿Lo ven con algo de sentido?

    — No hay forma de saberlo hasta que no lleguemos — comentó Alicia, dando su opinión — Pero si ese es el caso, ¿qué deberíamos hacer? ¿Todas las especies son hostiles?

    — Si no recuerdo mal el mensaje, el comandante Roger dijo que tuviéramos cuidado — contestó Agustina — Eso quiere decir que las cuatro podrían ser hostiles.

    — ¿Y si no todas lo son? — Wagner se metió a la conversación — ¿Y si hay especies no hostiles pero que toman una posición defensiva ante el peligro? Si cometemos un error, podríamos terminar en problemas y nos sería muy difícil salvarlos.

    — Es una lástima que Roger no haya conseguido darnos más información — contestó Ace, recordando seriamente el mensaje — Lo que me parece raro es lo que se comentó ayer. Si había dos soldados con él, ¿cómo es que no le advirtieron del peligro?

    — Tal vez no pudieron — contestó Wagner, queriendo hablar con Ace acerca del tema — Quizá hayan sido atacados por sorpresa por ellos.

    — Nos vamos hacia ese planeta sin saber nada — Domir se encontraba algo frustrado con la situación — Y lo poco que sabemos no es una certeza.

    — Habrá que ir con mucho cuidado — Alicia empezaba a sentir algo de miedo — Lo bueno es que seremos un equipo numeroso. Los xaromitantes nos darán algo de apoyo, y el comandante Zion también vendrá con nosotros.

    En ese momento, Thomas y Gwyn se aparecieron para desayunar también. Dustin tardó tres minutos más que ellos en aparecer. El desayuno había terminado, y el único que no se había levantado para ir allí era Michael, cosa que dejó preocupada a Alicia. La chica preparó un café y algunas galletitas y las puso sobre una bandeja para llevárselas a él.

    — Iré a despertarlo para que coma — comentó su novia — No debería dormir tanto.

    — Te acompañaré — le dijo Gwyn, que también parecía estar preocupada por él.

    — Yo también voy — Wagner estaba decidido a ir con ellas — Está holgazaneando demasiado. No puede ser que él sea el único que no se haya despertado.

    Mientras los demás miraban, los tres soldados fueron hacia la habitación que Alicia y Michael compartían. Su novia no estaba muy cómoda con tener a Gwyn y a Wagner acompañándola, ya que ella hubiera deseado poder ir sola para hablar con él, pero entendía que estaban preocupados por él y no les iba a decir que no. Cuando entraron a su habitación, encontraron a Michael sentado sobre la cama, con la mano derecha sosteniéndose la cabeza como si tuviera un dolor fuerte, mientras que la vista estaba puesta en la placa que tenía en el brazo izquierdo. Alicia dejó las cosas sobre la cómoda que había a un costado y se sentó junto a él.

    — ¿Te sientes bien? — Alicia tocó la frente de Michael.

    — Solo me duele un poco la cabeza — contestó el soldado, sonando frustrado — No creo que sea nada.

    — Estás mirándote la placa de metal — Gwyn le dio importancia a ese detalle — ¿Crees que pueda estar relacionado a eso?

    — ¿Crees que el dispositivo esté fallando, y el berrod que se encuentra dentro de Michael esté intentando escapar? — Wagner no recordaba todos los detalles del funcionamiento de la placa, por lo que creyó prudente preguntar.

    — No lo creo — contestó Michael a la pregunta — Si Orz intentara escapar, no creo que yo pudiera hacer algo para detenerlo.

    — Deberías preguntarle a Plamo y a Domir — sugirió Gwyn.

    — Buena idea, solo déjenme desayunar algo primero — respondió Michael.

    El soldado tomó el café y comió las galletitas que le habían llevado ante la vista de sus compañeros, quienes estaban algo preocupados por la situación. Wagner no quería que esto causara que Michael se quedara atrás, dado a que necesitaría a la mayor cantidad de soldados durante la misión; mientras que Gwyn y Alicia estaban preocupadas por él. Una vez que el soldado había terminado de comer, los cuatro fueron a encontrarse con el resto del equipo para poder ir a preguntarle a los dos garak acerca de lo que estaba pasando el soldado, quien afirmó que, tras haber desayunado, el dolor no se le había ido ni tampoco se había hecho más leve.

    — Esta tecnología está preparada para no causar ningún dolor a los garak — explicaba Plamo luego de que Michael explicara lo sucedido — Todo lo que desarrollamos fue con ese propósito. Nunca pensamos en crear algo para un humano. Quizá la tecnología tiene un efecto muy fuerte en tu cuerpo.

    — Plamo, Michael, tengan en cuenta que esa placa envía pulsos al cerebro de Michael para asegurarse de que Orz no pueda tomar el control de su cuerpo — comentaba Domir — A largo plazo, creo que, a cualquiera sea de la especie que sea le dolería la cabeza con algo así.

    — Lo más importante ahora es Michael — Dustin entró a la conversación — Si estás fuera de la cama y puedes comer, entonces el dolor no debe ser tan fuerte. Pero seguro se siente muy mal tener un dolor de cabeza continuo. ¿Crees poder seguir formando parte de la misión?

    — Quisiera saber cuánto durará el dolor antes de responder — Michael miró a Plamo fijamente esperando una respuesta.

    — Tómate algún remedio para el dolor y asegúrate de hacer reposo en todo el día, o al menos no hacer actividades bruscas — le respondió el garak — El dolor debería pasarse como uno normal de un humano. Si prosigue, no veo que otra cosa podríamos hacer.

    — Y la misión empieza justo hoy — decía Dustin algo preocupado por su compañero.

    — Michael, si no te sientes bien, deberías retirarte — le sugirió Alicia, quien también se veía preocupada.

    — Ni hablar, no te dejaré sola — contestó Michael muy serio — Soy un soldado adulto, no puedo retirarme por un dolor de cabeza. Haré reposo hoy, y mañana me repondré. Pero iré con ustedes sin dudas.

    — El problema es, ¿qué pasará si no te repones? — Thomas tenía dudas al respecto — No habrá forma de dar marcha atrás.

    — Me repondré. Te lo aseguro — Michael sonaba muy severo.

    — En cualquier caso, está decidido — comentó Wagner, algo preocupado por lo que podría ocurrir — Haré que carguen más medicinas para el dolor de cabeza. No creo que sea un gran problema.

    Una vez que la discusión sobre el asunto de Michael estaba terminada, los soldados se pusieron a descansar mientras esperaban recibir un mensaje que les dijera hacia donde se debían dirigir para partir en la misión. Dicho mensaje, enviado por el comandante Zion, no demoró más de una hora en llegar, y una vez que todos lo recibieron, se colocaron las armaduras y fueron hacia los vehículos que tenían con ellos en el exterior de la base. Wagner conduciría el primero, con Dustin de copiloto y los dos garak detrás. En el vehículo del medio irían Ace, Agustina junto a Alicia y Gwyn. Thomas conduciría el último vehículo, y Michael utilizaría los asientos de atrás para poder descansar con tranquilidad. Su destino era la misma base a la que habían asistido el día anterior, ya que era allí donde darían inicio al viaje hacia el planeta desconocido.

    Michael aprovechó el silencio para descansar un poco y ver si de esa forma aliviaba un poco su dolor de cabeza. Cualquier cosa, incluso un pequeño alivio le caería bien. Lamentablemente, el dolor no cesó casi nada. Al llegar al lugar, el comandante Zion se encontraba de pie cerca de la nave en compañía de los guerreros xaromitantes y algunos de los que no eran guerreros. Se podía ver además como varios trabajadores del Zenith cargaban cajas con suministros al interior de la nave de los recién llegados a la Tierra, la cual ahora se veía más pequeña que lo que era ayer. Cuando llegaron al lugar, todos bajaron de los vehículos y se acercaron a ellos.

    — Umcali, tengo entendido que sufres de dolor de cabeza — le decía el comandante mientras le alcanzaba unas pastillas — Estas deberían servir. Son suaves, así que toma dos al día hasta que se te pase.

    — Gracias, comandante Stones — respondió Michael, tomando las pastillas y dispuesto a tomarlas sin beber nada.

    — La nave se ve más pequeña — comentó Gwyn, observando con más detenimiento la nave de los xaromitantes.

    — Así es, el comandante Stones ha decidido que lo mejor sería usar nuestra nave y no una de las suyas — Terrior, quien se encontraba allí explicó la situación — Dice que, si van en la nave humana, los atacantes podrían reconocerla y sabrán que son ustedes.

    — Ante eso, vamos a utilizar nuestra nave, obviamente con un espacio reducido — continuaba Lankir — Y vamos a emitir el mismo mensaje que le enviamos a ustedes. Nos servirá para ver si podemos averiguar más sobre la especie que atacó a los suyos.

    — ¿Me pareció escuchar mal? — Wagner prestó atención a algo que se dijo antes — ¿Terrior dijo de forma indirecta que no iba a venir?

    — En la noche hemos decidido que nuestro líder debería quedarse aquí y actuar como un representante ante el Zenith — contestó Orikrof ante la pregunta del soldado — Después de todo, él sigue siendo nuestro líder, pero ahora no tiene ningún poder. Un xaromitante debe tener la obligación de aprender de sus leyes y defender a los nuestros. Y pensamos que lo mejor sería que fuera el propio líder.

    — Ese soldado es muy atento — susurraba Aurio hacia Wida, quien estaba junto a él — Terrior nunca dijo que no iba a ir y fue capaz de deducirlo.

    — Imagino que él debe ser de los más importantes en el equipo — le respondió la chica.

    — Pero no hay nada de qué preocuparse — contestaba Terrior, muy confiado con la misión — El general Orikrof es nuestro guerrero más fuerte y uno de los hombres de más confianza que tengo. Él estará ahí para ayudarlos en todo lo que pueda cuando haya que pelear. Será el segundo al mando detrás del comandante Stones.

    — En total, seremos unos dieciocho soldados en el rescate — calculó Agustina — Debería ser más que suficiente para llevar a cabo la misión sin peligro.

    — No se confíen en ningún momento — advertía Plamo, quien no se sentía tranquilo del todo — Dieciocho guerreros puede parecer mucho, pero en un planeta extraño ni siquiera seremos una milésima de población.

    — Da igual, en tanto permanezcamos juntos, podríamos cubrir todas las direcciones — Gan, el joven guerrero xaromitante se veía entusiasmado.

    Todos los allí presentes, exceptuando a Michael quien se dedicó a descansar, ayudaron a cargar las cajas con provisiones en el interior de la nave, con el propósito de agilizar la situación y así poder adelantar la salida. Con la ayuda de todos ellos, el proceso no tardó demasiado tiempo. En el Zenith eran casi las once de la mañana y ya todo estaba listo. A pesar de que la partida estaba programada para el mediodía, se decidió que partirían de inmediato para poder ganar algo de tiempo en la misión, por más que ese tiempo fuera muy corto.

    Terrior y varios de los xaromitantes que no contaban con una naturaleza guerrera se despidieron de los suyos, mientras los humanos saludaron a los soldados del Zenith para desearles suerte.

    — Cuídate mucho hijo — decía Terrior a Lankir — Cuídense todos. No quiero tener que lamentar una pérdida.

    — El general viene con nosotros — respondió Lankir muy tranquilo — Y contamos con varios soldados fuertes de cada especie.

    — Cuídense guerreros — uno de los xaromitantes que viajó con ellos deseaba suerte.

    — Es gracias a ustedes que estamos en este planeta — continuaba otro — No queremos que nada malo les pase.

    — Nos consiguieron un nuevo hogar, ahora asegúrense de regresar a salvo — la gente se seguía sumando.

    — Es el momento de que comience — Zion decidió dar el aviso final — Todos a la nave ahora.

    Observados por todos los presentes allí, el grupo conformado por dieciocho guerreros partía hacia un viaje a un planeta desconocido para llevar a cabo la misión de rescate del grupo del comandante Roger Fields y el resto de sus soldados. Nueve humanos, siete xaromitantes y dos garak conformaban dicho grupo. Tres especies diferentes viajarían juntas en la misma nave hacia un planeta totalmente desconocido y nuevo para ellos. Si todo salía bien, al regresar, podrían utilizar el escáner de la nave de los xaromitantes para poder descubrir la dirección de la cual provino la radiación que cambió las cosas para siempre junto a la caída de meteoritos. Apuntar en la dirección correcta no garantizaba nada, pero era mil veces mejor a recorrer el universo buscando encontrarse con indicios, sobre todo ahora que tenían un tiempo límite para encontrar las respuestas.

    Una vez todos los encargados de participar en la misión subieron a bordo, cada uno de ellos tomó un lugar diferente en la nave. El comandante Zion fue junto al general Orikrof, y los soldados Wagner, Lankir y Ace hacia la sala de comandos; en donde el hijo del líder se encargó de ejecutar los que fueran necesarios para que la nave despegara hacia el espacio. Dicha nave tardó un minuto en encenderse, y otro minuto en salir al espacio una vez que despegó. Todos estaban asombrados con la velocidad con la que había conseguido salir de la atmósfera de la Tierra.

    Con las coordenadas de la nave que emitió el mensaje de rescate, el destino fue fijado, y ahora los guerreros se dirigían hacia ese planeta desconocido.

    […]

    A varios años luz de distancia, precisamente en el planeta donde el comandante Roger había sido asesinado, estaba ocurriendo un suceso interesante. El lugar de dicho suceso es una ciudad subterránea que se encuentra situada debajo de un bosque con kilómetros de extensión. Con los árboles que hay en ese lugar, edificar sería un trabajo muy complicado, y es por eso que se optó por construir las ciudades en túneles que se encontraban en el suelo.

    Las ciudades subterráneas contaban con edificios no muy altos, contando todos con solo un piso. Lo que destacaba de cada uno era la extensión. Mientras algunos eran muy cortos en longitud, otros eran bastante largos. Para evitar problemas en el terreno, las ciudades contaban con placas de piedra sólida y resistentes cubriendo el suelo, mientras los techos eran cubiertos por placas de metal, habiendo un orificio cada diez metros en las mismas, los cuales sirven para la circulación del aire en el interior de aquel lugar.

    En el interior de uno de los edificios más largos, estaba ocurriendo una pelea. El guerrero conocido como Sieng, luchaba contra el soldado del Zenith, Jason Saruk. La lucha se llevaba a cabo en una sala que estaría vacía de no ser porque varios seres de las mismas características que Sieng se encontraban formando una ronda rectangular alrededor de los peleadores. Sharyn Lloyd, otra soldado del Zenith también veía la batalla. Y al lado de ella había un ser particular. Era perteneciente a la misma raza que Sieng, con la diferencia de que era mucho más alto y menos musculoso que él. Su rostro parecía muy serio mientras miraba el combate. No se veía demasiado fuerte, pero imponía con su altura de dos metros con diez centímetros, a pesar de su carencia de masa muscular. En comparación con él, Sieng apenas mide un metro ochenta y nueve, siendo más alto que casi todos los demás en la sala.

    El combate entre él y el soldado de Zenith era una práctica de entrenamiento que estaba por llegar a su fin. Jason le lanzó un puñetazo a la cara, cosa que Sieng no fue capaz de esquivar, pero sí resistir con algo de dificultad. Aguantando el golpe, el guerrero de una especie desconocida no retrocedió ni un solo milímetro, y tomó con su mano izquierda la mano del soldado del Zenith que lo había atacado. Con un movimiento ágil de su brazo, le torció el cuerpo al soldado humano, para luego darle un rodillazo fuerte al estómago, el cual causó que Jason se inclinara de dolor. Posteriormente, le basó un codazo leve en la espalda para poder tirar a su oponente al suelo, ganando el enfrentamiento.

    — Jason, se supone que eras el soldado más fuerte del equipo — comentaba Sharyn, algo decepcionada de ver a su compañero tirado en el suelo — Apenas lograste darle diez golpes a Sieng, y si sumamos todos ellos, no lograste moverlo más de diez centímetros de su lugar.

    — Eso quiere decir que tengo mucho margen de mejora — Jason empezaba a levantarse del suelo — Y también quiere decir que tenemos suerte al contar con la ayuda de un monstruo tan hábil como él.

    — Díganme, humanos — el más alto de todos ellos caminó para acercarse a Jason — Ustedes comentaron que en el grupo que van a enviar, probablemente venga un soldado muy fuerte. ¿No es así?

    — Así es, el comandante Zion Stones — comentó Sharyn — Si Roger en persona pidió un rescate, el Zenith debería enviarlo a él debido a que el segundo mejor de los comandantes ha muerto. Y sí, es el soldado más fuerte del Zenith ahora mismo. Me atrevería a decir que es uno de los hombres más fuertes de la Tierra.

    — ¿Y serán capaces de derrotarlo? — preguntaba de nuevo quien parecía ser el líder.

    — Dudo mucho que exista un ser vivo capaz de derrotar al comandante Stones — explicaba Jason, dejando preocupados a los demás, exceptuando a Sieng y al más alto de los presentes, quienes se veían molestos — Pero no será necesario derrotarlo — sus palabras llamaron la atención de todos — Él viene con su hijo, un soldado llamado Wagner. Antes de atacar a Zion, hay que dirigir nuestra fuerza a Wagner. Una vez que él esté con nosotros, nos será más fácil ir por Zion.

    — ¿Es fuerte como su padre? — Sieng tenía curiosidad ante lo que decía el humano.

    — He luchado dos veces contra él — comentó Jason — Me derrotó en las dos ocasiones, pero estoy seguro que con lo que me ha enseñado Sieng, estoy capacitado para derrotarlo.

    — Sieng, solo por si acaso, quiero que entrenes a estos dos humanos para que sean capaces de derrotar a los más fuertes que vengan en ese grupo de rescate — ordenaba el más alto de todos, dando a entender que era el líder — Según dicen ellos, son el grupo más fuerte del Zenith. No desaprovecharemos la oportunidad de reclutarlos.

    — Como usted ordene, Tzorkun — comentó Sieng, hablando con respeto hacia el que era el líder — Hay un par de tácticas que servirán para que puedan realizar ataques sorpresa ante sus compañeros. Ellos no confiarán en nosotros, pero sí en Jason y Sharyn, así que será conveniente que se las enseñe.

    — Me gusta esa idea, pero ahora no es el momento — Tzorkun miró a todos los presentes en el lugar — Llegó la hora.

    — Entiendo — asintió Sieng empezando a caminar hacia la salida de esa sala — ¡Al laboratorio comunal!

    Todos los miembros de esa raza desconocida, así también como los dos humanos del Zenith empezaron a caminar en una dirección luego de que el guerrero líder diera la orden. Atravesaron una puerta para dejar la sala de combates completamente vacía, y luego se movieron por un pasillo angosto por el que apenas cabían tres personas en fila al mismo tiempo, para poder llegar hasta una puerta de metal, la cual se abrió para dar paso a todos.

    Al otro lado de esa puerta, había una sala oscura y gigantesca repleta de máquinas de gran tamaño, acompañadas de una computadora en el centro. Cada máquina contaba con una silla con respaldo, unos tres tubos que se conectan en las paredes de la sala, y un equipo similar a un respirador artificial, el cual iba conectado al resto a través de lo que parecía ser un gabinete que contaba con tres botones. Un botón era negro, otro blanco y otro azul. Tzorkun, quien era el líder de todos ellos, se dirigió al medio, hacia la computadora principal de la sala. Mientras tanto, Sieng, Jason, Sharyn y todos los demás miembros de esa especie tomaron asiento, cada uno en una máquina diferente, y se colocaron el artefacto que parecía ser un respirador en sus rostros, de forma que cubría la boca, la nariz y gran parte de la cara. Cada uno de estos aparatos podía ajustarse para encajar en cada persona que lo usara.

    — Enciendan las máquinas — ordenó Tzorkun a todos los que estaban allí, mientras que él tecleaba algo en su computadora.

    Cada persona allí dentro tocó el botón negro, y tras hacerlo, las máquinas comenzaron a encender luces que no se veían a simple vista debido a la oscuridad del lugar. Tzorkun siguió tecleando más cosas en su máquina, lo cual le llevó unos dos minutos hasta terminar.

    — ¡Todo está preparado! — gritó con fuerza — ¡Comiencen!

    Tras esa orden, cada uno de ellos tocó el botón blanco del gabinete de su máquina para luego tocar el botón azul. Más luces de las máquinas comenzaron a encenderse y ahora también se empezaban a escuchar ruidos de las mismas máquinas y también de los tubos. Los ruidos duraron unos treinta segundos hasta detenerse, pero las luces continuaban encendidas. Fue así como las máquinas comenzaron su funcionamiento real, y empezaban a emitir un vapor a través de los respiradores que los que estaban allí estaban utilizando. Primero apareció un vapor de color blanco que duró un minuto, para luego dar paso a un vapor azul, que se encontraba en emisión continua. Cada uno de los que se había sentado en esa máquina inhalaba ambos vapores al momento que aparecieron. Era una acción inconsciente, por lo que algunos aprovechaban ese momento para dormir, mientras que otros preferían llevarla a cabo estando completamente despiertos.
     
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola. Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Bueno, debo decir que por el momento se me han formulado mucha preguntas tras leer este capítulo, pero vamos por partes. Todo parece indicar que mi temor ha sido fundamentado: los dolores de cabeza de Michael y su constante preocupación por la placa de su brazo son sinónimo de que Orz muy probablemente sea liberado en algún momento. Espero qur si eso llega a pasar (que muy probable que lo sea) no ocurra dentro de la nave. Porque si eso pasa no llegarán siquiera a Marte cuando ya toda la nave sea destruida por el berrod.

    Por otro lado, no puedo creer el tipo de compañeros que tiene Natasha como amigos. Es cierto que la chica sigue pensando en Ace, pero no por eso debe llegar al extremo de hablar con Frans para que la saque del equipo. No obstante, si Natasha es expulsada del equipo, es posible que reconcidere la idea de ingresar al Zenith, y más teniendo en cuenta que Ace una vez le ofreció la oportunidad. Aunque no estoy seguro de que acepte una vez se entere que Ace tiene una relación amorosa con Angustina, pero en fin. Hay que esperar a ver qué pasa con respecto a ella y sus "amigos".

    Ahora, después de algunos capítulos ya sabemos un poco más sobre la raza enemiga a la que se enfrentará el Zenith. Lo que no me queda claro son sus objetivos, ¿por que quiere reclutar a soldados fuertes? ¿Tienen algún enemigo el cual no pueden derrotar? ¿O su objeto va más alla de lo vanal como obtener poder militar para ser el más poderoso de los líderes planetarios? Estas y otras preguntas me la he formulado al paso de la lectura.

    Para terminar, te digo que está muy interesante que esta raza desconocida haya hecho una ciudad bajo tierra. Me pregunto si tuvieron problemas, porque si se dice que los árboles son muy numerosos y de gran extensión. Las raíces debe ser igual de grandes y gruesas, así que supongo que tuvieron problemas construyéndola. También está interesante ese extraño vapor que respiran con esas máquinas. ¿Será alguna especie de vapor fortalecedor? ¿O simplemente no pueden vivir sin él?

    Eso es todo por el momento, nos vemos la próxima oportunidad. Saludos.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Saludos, amigo. Ha sido un muy buen capítulo, ha mantenido un buen nivel por así decirlo, bastante interesante. Cómo siempre, comentaré lo más destacado para mí y al final de éste mensaje te dejaré el top 10 de personajes.

    Estoy deseando ver cómo comienza la andadura de Lathan cómo infiltrado en el Zenith, especialmente desde que publicaste el primer capítulo especial que hablaba de Morris y con ello de Ace y sorprendentemente aparecía Lathan, enlazando todo de maravilla. Es una trama que me llama mucho la atención. Después me ha sorprendido la brusquedad con la que Casey y Paul hablaban de quitar a Natasha por el simple hecho de que ésta recordaba a Ace, aunque en parte lo puedo entender.

    Me preocupa ese dolor de cabeza que sufre Michael, temo que Orz regrese y frustre algún plan o provoque algo terrible. Sé que ocurrirá algo con él, así que estoy impaciente por verlo y espero que se solucione, no quiero perder a Michael XD. Es evidente que en el ambiente se nota la disputa Wagner vs Ace por el puesto de comandante aunque casi nadie lo sepa, ambos se hablan con la sensación (tengo yo) de poder ser mejor el uno del otro. No puedo esperar a ver la resolución de dicha trama y para terminar, lo de esos dos soldados del Zenith que mataron a Roger y esa nueva especie inteligente me tienen muy, muy, muy intrigado. Además han hablado de ir por Zion y Wagner, de reclutar al grupo... tengo demasiadas preguntas y dudo que se resuelvan con brevedad.

    En fin, no tengo nada más que añadir, nos vemos a la próxima. Aquí te dejo mí top 10 personajes favoritos de LGC:

    1. Ace
    2. Michael
    3. Natasha
    4. Agustina
    5. Alicia
    6. Thomas
    7. Paul
    8. Wagner
    9. Gwyn
    10. Casey
     
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  4. Threadmarks: Mediciones de fuerza
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    6093
    Hola. Es sábado y ya saben lo que eso significa XD.

    Zurel Resistance quiero agradecer a ambos por leer la historia semana a semana y también por haberme mandado sus tops, ya sea en el comentario o por mensaje privado. Me servirán bastante en el futuro, créanme, les daré un buen uso para poder ir evaluando como la forma en la que los capítulos están escritos causan que su top cambie o no, todo depende de lo que ustedes consideren para meter a un personaje en dicho top.

    Sin nada más que decir, los dejaré con el capítulo, además de aclararle que este capítulo tendrá una temática muy similar a la que se verá también en los capítulos 10 y 11. Eso es porque, al haber varios personajes nuevos, necesito estos tres capítulos para desarrollarlos al mismo tiempo que establezco algunas cosas. Dudo mucho que esta clase de capítulos se vayan a repetir en el futuro, tanto en esta parte como en cualquiera de las otras que están por venir. Así que, si estos capítulos les resultan tediosos, no se preocupen porque no volverán a ver algo parecido. Y si les resultan buenos, pues, en ese caso lo siento porque dudo repetirlo XD. El caso es que estos tres capítulos son necesarios en esta parte IV, y de no serlo, simplemente hubiera puesto un time skip y ya. Cuando lean capítulos futuros serán capaces de reconocer el motivo por el cual estos capítulos hacen falta, y serán libres de juzgar si estos capítulos fueron necesarios o no. Pero yo al menos no creo que fueran malos capítulos. Eso lo juzgarán ustedes.

    Ahora sí, dejo de interrumpirlos y les dejo la lectura.


    Mediciones de fuerza:

    La nave ahora se encontraba a punto de salir del Sistema Solar en dirección al planeta extraño del cual había sido enviado el mensaje del comandante Fields. De acuerdo a las coordenadas, la nave tardaría unas tres semanas en llegar hasta ese lugar. Estaba lejos de la Tierra, dado a que era uno de los últimos planetas en ser explorado por dicho grupo según el registro que se tenía de los reportes del comandante. Con tres semanas de ida y tres semanas de vuelta, perderían un mes y medio en solamente ir a ese planeta y volver a la Tierra. Sin contar el tiempo que invertirían en el rescate, ya era demasiado, y el tiempo límite que el resto de países del mundo les habían fijado para hallar las respuestas no era muy extenso. Ante eso, supieron que debían actuar rápido.

    En la sala de comandos solamente quedaron Zion Stones y Orikrof. El comandante del Zenith y el general de los xaromitantes eran los que estaban a cargo de la misión y de todos los allí presentes, por lo que todo sería responsabilidad suya. Orikrof supo que debía obedecer a Zion debido a que su especie ahora pertenecía al país del Zenith, no en forma posesiva, sino en forma de compañerismo. Eso no le molestaba en realidad, dado a que pasó mucho tiempo como segundo al mando de Terrior, por lo que no era algo a lo que no estuviera acostumbrado. Ambos líderes aprovecharon para conocerse mejor en ese tiempo.

    — ¿Qué tan buen soldado eres en el campo de batalla? — preguntó Zion, sin hablar de forma respetuosa, dado a que Orikrof contaba con un rango similar al suyo.

    — Estoy en el top diez de guerreros xaromitantes, o lo estaba antes de que ocurriera la Gran Catástrofe — contestó el general sin miedo a comunicarse con su superior actual — Supongo que ahora soy el más fuerte de todos. Es una lástima que los otros nueve no se hayan salvado, porque nos serían de utilidad en una misión como esta.

    — Dime, ¿tienes interés real en ayudarnos a rescatar a los nuestros y conseguir las respuestas a la Catástrofe? — Zion quería hablar con franqueza ahora que estaban solos.

    — Mi interés estaba en darle un hogar a los xaromitantes — contestó Orikrof diciendo la verdad — Ustedes escucharon el mensaje y nos tomaron en su país. La Tierra es nuestro nuevo hogar gracias al Zenith. Créeme que lo aprecio, aunque pueda ser algo repentino, dado a que no te das una idea de lo horrible que es estar en el espacio sin saber si volverás a vivir en un planeta y respirar aire de verdad en lugar de uno artificial. Estamos totalmente agradecidos con ustedes, y tienen motivos para creer que una catástrofe podría repetirse. Así que nosotros también haremos lo posible para evitar que nuestro nuevo hogar se pierda. Además, estoy seguro de que todos quieren saber la razón por la que perdimos nuestro planeta.

    — Encuentro sinceridad en tus palabras — Zion no podía evitar sonreír ante lo dicho por el general — Me alegra poder confiar en ustedes. Son mucho más confiables que algunos otros humanos que conozco.

    — Cuando hablamos en nuestra llegada a la Tierra, recuerdo que mencionaste a un país conocido como Black Meteor — Orikrof quería saber lo más posible al respecto — ¿Cuál es la historia entre ustedes?

    — Te contaré la historia completa, espero no aburrirte — advertía el comandante — Hace años, el mundo entero se sumió en una guerra total entre todos los países. Había dos de ellos conocidos como Noruega y Suecia que también entraron en conflicto, un conflicto externo e interno. Con el tiempo, las cosas fueron cambiando allí dentro. Una organización militar privada conocida como Zenith tomó el control de Suecia ante la ineptitud de la persona a cargo. En cambio, Noruega fue tomada por otra organización del mismo estilo, llamada Ascendency. Los dos países cambiaron de nombre por el de esas organizaciones. Los conflictos duraron por mucho tiempo, tanto entre ellos como en todo el mundo. Cuando la catástrofe ocurrió, Ascendency cambió su nombre a Black Meteor, debido a que su líder instaló una base submarina sobre uno de los meteoritos que cayó al mar. La Catástrofe mató al 75% de la población, y la gente que sobrevivió no quiso más guerras, por eso los nuevos líderes del mundo firmaron la paz, aunque eso no borró todos los conflictos existentes. Desde ahí en adelante, todo fueron discusiones sin salida entre Magnus Hotfire y el líder de Black Meteor, Abel Hartka.

    — No es tan interesante como imaginé que sería, pero imagino que debes odiar a ese tal Abel — le contestó Orikrof.

    — Lo quiero muerto — la respuesta de Zion sorprendió al general — Ha causado mucho daño a nuestro país, incluso después de que Magnus ofreciera la paz incontables veces. Alguien que rechaza la paz no merece vivir. Lamentablemente, no hay manera de asesinarlo. Ningún submarino podría acercarse a su base sin ser destruido, y Abel casi nunca sale de ahí. Además, cuando sale ocasionalmente, no hay forma de saber en dónde está, ni tampoco de atacarlo.

    — Estoy seguro de que la historia debe ser más complicada de lo que me acabas de contar — contestó Orikrof — ¿Te enseño a como se usan los comandos en caso de que algo me ocurra? Lankir, Aurio y Wida también lo saben, pero nunca está de más que alguien más lo sepa.

    — La historia siempre es complicada. Y sí, creo que es conveniente que lo hagas.

    Ambas personas a cargo permanecieron en la sala de comandos de la nave, continuando con su charla mientras que uno de ellos explicaba el funcionamiento de las cosas a los otros. Mientras tanto, el resto de la tripulación, exceptuando a los dos xaromitantes que no podían hablar, se encontraba en una sala que sería utilizada como comedor. Habían movido un par de cosas para que fuera un lugar cómodo para todos en caso de que todos coincidieran en algún momento, y una vez que terminaron, todos se sentaron a charlar. Cada una de las especies tenía mucha curiosidad por aprender mucho más sobre la otra, tanto que eso desencadenaría en una interesante charla.

    — ¿Entonces estás diciendo que no eres el soldado más fuerte? — preguntaba Wagner a Lankir, quien ya había dicho algo sobre ese tema.

    — Solo soy más fuerte de Gan — contestó Lankir — Es más, nuestra última pelea fue hace mucho tiempo. No estoy seguro de sí le puedo ganar ahora — tras decir eso miró al joven guerrero.

    — ¿Los dos más fuertes son ustedes dos? — Wida señalaba a Wagner y a Ace — Los he visto con el comandante en la sala de comandos. Imagino que deben ser de los más fuertes del equipo.

    — Así es, ellos dos son los emblemas de nuestro escuadrón — Michael habló antes que sus dos compañeros — Pero todo tiene su explicación, ambos fueron entrenados nada más y nada menos que por dos comandantes.

    — Michael — Agustina llamó su atención — No deberías hablar sobre eso. Ace…

    — Está bien, Agustina. Realmente ya no me importa — Ace le hizo saber que no había nada que temer respecto a eso.

    — ¿Qué es lo que iba a decir? — Gan sintió curiosidad por la forma en la que se formó esa conversación.

    — Fui entrenado por un comandante de Black Meteor — Ace reveló parte de su pasado a los demás.

    — Black Meteor… — Aurio hacía memoria — Es ese país que mencionaron en la conversación que tuvimos ayer, ¿verdad?

    — Así es — respondió Gwyn — Son nuestros enemigos, pero Ace proviene de ahí. Él no es parte de esa gente tan despreciable, solo una víctima de la manipulación de ellos.

    — Interesante, cuando menos — Lankir opinaba sobre el tema — Un soldado que vino de otro país es uno de los más fuertes ahora. Supongo que tenemos suerte de que las cosas se hayan dado como se dieron.

    — ¿Quién es el más fuerte de ustedes? — Domir preguntó para que las cosas no se desviaran a algo ocurrido en el pasado.

    — Ese vendría siendo yo — Aurio contestaba con arrogancia — Te lo garantizo.

    — ¿Por qué estás tan interesado en saber algo como eso? — preguntaba Thomas, creyendo que la forma en la que Domir lo preguntó era rara.

    — Simplemente me causa interés — fue la respuesta del garak — ¿A ustedes no?

    — Ciertamente, pero es un viaje largo, podemos ir descubriéndolo en el camino — contestó Alicia a lo que Domir preguntaba.

    — ¿Y por qué esperar tanto? — Gan tenía algo interesante que decir — ¿Por qué no comenzamos una serie de peleas y vemos quienes son los más fuertes del equipo?

    — Gan, esa me parece una mala idea para el inicio del viaje — Wida no estaba muy de acuerdo con su hermano.

    — Permíteme discrepar — Wagner tomó la palabra de nuevo — Pero a mí me parece una grandiosa idea. El viaje apenas empieza, y creo que lo mejor es organizar peleas para ver quién es el mejor de todos, y en base a eso, ir mejorando con entrenamientos.

    — Wida, el instinto de guerrero de Gan está despertando — Lankir miró a su novia al mismo tiempo que tocaba los hombros del joven xaromitante para felicitarlo — No intentes detenerlo. La naturaleza no puede ser negada.

    — Entonces, ¿les parece comenzar ahora? — a Dustin también parecía gustarle la idea.

    — Claro, aunque por supuesto, no todos van a pelear — contestó Wagner, dirigiéndose a la salida — Iré a buscar a mi padre y al general para que vean y evalúen la pelea. Ellos clasificarán nuestra fuerza.

    — Así que una serie de peleas para medir la fuerza de los integrantes — Gwyn pensaba en voz alta sobre el asunto — Eso servirá para formar equipos parejos en el caso de que haya que separarnos.

    El hijo del comandante del Zenith decidió ir en busca de los dos que estaban al mando en el lugar, mientras que Lankir fue a buscar a los dos guerreros que perdieron la capacidad de hablar. Sabiendo que a ellos no les interesaría un conjunto de peleas como esas, les iba a pedir que se encargaran de monitorear la sala de comandos y activar una alarma en caso de que algo grave ocurriera, lo cual era muy poco probable debido a que estaban en el espacio y no debían cambiar el curso de la nave. Sin embargo, toda precaución era poca, así que no se perdía nada en eso.

    Al cabo de unos cinco minutos, Wagner regresó junto a Lankir, Zion y Orikrof, quienes escucharon la propuesta del soldado sobre llevar a cabo los combates, dándose cuenta de que clasificar la fuerza de los integrantes de un equipo conformado por tres especies completamente distintas les podría venir bien para el futuro. No solo beneficiaba al equipo, sino que también se beneficiaban los soldados de manera individual, dado a que se darían cuenta de los puntos fuertes a mantener y los puntos débiles a reforzar. Dieciséis personas se fueron directamente hacia una sala amplia, totalmente vacía y rodeada solamente por las paredes. De no ser por el marco de la puerta, no habría nada allí dentro. El piso se veía muy sólido y resistente, igual que las paredes, por lo que los soldados humanos supieron que no habría peligro de entrenar utilizando la energía, factor que usarían para darle una sorpresa a sus nuevos compañeros, que todavía no tenían la más mínima idea de esa capacidad oculta en sus cuerpos.

    Para poder apreciar mejor los combates, todos se pararon cerca de una de las paredes en línea recta, dejando el resto de la sala libre para poder llevar a cabo los combates. Una vez todo estaba listo, solo quedaba decidir quiénes serían los que pelearían en esos combates. Claramente todos serían combates individuales.

    — Son un total de catorce — decía Zion, quien parecería ser el que dirigiría todo — Así que llevaremos a cabo un total de siete combates individuales. Veo que son cuatro xaromitantes, dos garak y ocho humanos, así que será inevitable que algunos humanos luchen entre ellos. Sin embargo, eso nos servirá para poder clasificarlos mejor.

    — Yo participaré mañana debido al dolor de cabeza que tuve al despertar — informaba Michael, quien a pesar de sentirse algo mejor, no quería entrar en un combate hoy.

    — Creo que es lo más prudente — respondió el comandante, recordando lo ocurrido con su soldado — Eso quiere decir que habrá seis.

    — En ese caso, ¿Quién quiere tener el honor en empezar? — preguntó Orikrof a todos los presentes.

    — Yo lo haré — Domir dio un paso al frente, antes de que alguien se le adelante — Seré el primero.

    — Y yo seré su rival — Aurio no quería perder la oportunidad de enfrentarlo — Ya que estabas interesado en conocer al más fuerte, espero que tengas interés en enfrentarlo.

    — Por mí encantado — Domir estaba emocionado de poder comprobar su fuerza en contra de uno de los xaromitantes más fuertes.

    Una vez que el primer combate estaba decidido, los dos a cargo dieron el visto bueno para que el garak y el xaromitante se dirigían al centro de la sala, listos para ponerse a pelear. Ace quiso acotar algo antes de empezar.

    — Que sean peleas libres de reglas — decía el soldado, dando una idea para que las mediciones fueran mejores — Sin restricciones de golpes y sin armaduras. Solo la habilidad de cada uno. El primero el tirar al suelo al otro y retenerlo ganará.

    — Me parece bien — Aurio miró a Ace fijamente, y luego cambió la vista hacia sus compañeros, en especial a Wida — No puedo perder delante de ella — pensaba para sí mismo — Aunque no sienta nada por mí, necesito que ella vea que soy fuerte, y que se sienta segura de tenerme cerca.

    — ¿A dónde estás mirando? — Domir le llamó la atención — Tu oponente está en frente tuyo.

    — Lo siento, solo me distraje un momento — Aurio se disculpaba — Cuando se dé la señal, comenzará la pelea.

    — No se ve muy fuerte — Domir no dejaba de observar a su enemigo mientras pensaba en como pelear contra él — Likar seguro debería ser capaz de derrotarlo. Entonces, estoy obligado a vencerlo.

    El comandante dio la orden y el combate entre los dos guerreros dio inicio. Sin esperar un ataque previo, los dos avanzaron corriendo hacia el oponente. Domir fue quien lanzó el primer golpe. En comparación con Aurio, él era más musculoso, en cambio el xaromitante era algo más delgado. La altura era parecida, pero la diferencia muscular le hizo creer a Domir que contaría con ventaja. Fue ahí que vio algo que nunca esperó encontrarse. Mientras el puño se acercaba a él, Aurio flexionó su espalda hacia atrás, como si estuviera jugando al limbo. De esa forma, logró esquivar el ataque sin perder el equilibrio, demostrando la gran fuerza de sus piernas y la flexibilidad de su cuerpo. Sin cambiar de postura, levantó su pierna derecha, dejando la izquierda como apoyo, para impulsar su cuerpo a la izquierda y darle una patada fuerte al garak en la cabeza. El golpe logró hacer que se moviera varios centímetros hacia el costado, dejando sorprendidos a todos los presentes, exceptuando a quienes lo conocían.

    — ¡Qué manera de flexionar su cuerpo! — Alicia estaba asombrada — ¡Nunca había visto un movimiento así!

    — Ese es el estilo de pelea de los xaromitantes — Plamo expresaba su asombro también.

    — No, ese es el estilo de pelea de Aurio — Lankir llamó la atención de todos con lo que dijo — Solo él tiene ese equilibrio, flexibilidad y fuerza. Nunca encontré una forma de vencerlo.

    — ¡Aún no he perdido! — Domir escuchaba enojado como elogiaban a su rival.

    El garak, furioso por haber sido tomado por sorpresa, volvió a correr hacia su oponente, el cual hizo lo mismo. Domir tenía pensado hacer el mismo ataque, bloquear la patada de Aurio cuando este la realizara, y contra atacar con todo lo que tuviera. Volvió a cerrar su puño y enviarlo hacia Aurio, quien realizó otra maniobra distinta. Ahora, el soldado giró su cuerpo para quedar de perfil ante la perspectiva de su rival, lo que le permitió evitar el golpe y darle un codazo en el cuello que hizo que el garak retrocediera unos dos pasos atrás. Antes de darle tiempo a atacar, Aurio volvió a apoyar su cuerpo sobre una de sus piernas, y a girar el resto para dirigir una patada hacia la pierna de Domir, quien logró prevenir el ataque para levantar su rodilla. La pierna del xaromitante chocó con la rodilla del garak, causándole más dolor al primero, quien volvió a poner su pierna en el suelo para poder apoyarse.

    Domir volvió a atacar con un puñetazo directo al estómago, el cual Aurio no pudo esquivar y lo terminó recibiendo de lleno en la zona.

    — ¡Cuánta fuerza! — se quejaba el guerrero mientras se sostenía el estómago en la zona del golpe.

    — ¡Espera a ver lo mejor! — Domir atacó con su otro puño a la misma zona.

    Aurio sabía que, si lo golpeaban otra vez en el mismo lugar, la pelea para él se habría terminado. Por lo que usó una de sus manos para interceptar el golpe de Domir, sin soltarlo para tenerlo a distancia. Domir quiso volver a golpearlo con su mano libre, cosa que Aurio notó, por lo que giró su cuerpo como pudo para evitar el golpe, y luego movió el brazo con el que sostenía el puño de Domir hacia arriba, para poder dejar su estómago totalmente indefenso. Con gran agilidad, levantó la rodilla y logró darle un golpe directo y con mucha fuerza en el estómago. Posteriormente, soltó su mano para darle un puñetazo en la cabeza. Domir retrocedía muy adolorido y frustrado de que le costara mucho trabajo golpear a Aurio mientras que a él le resultara fácil.

    Aurio se impulsó para golpear a Domir en un intento de derribarlo al suelo y terminar el combate antes de que se le dificultara más. El garak le lanzó un puñetazo para frenar su marcha. Fue un ataque tan rápido que el xaromitante nunca lo podría esquivar, por lo que interpuso ambos brazos para evitar recibir el golpe en el rostro o en el cuello. A pesar de sus esfuerzos, la fuerza de Domir era superior, y Aurio terminó retrocediendo. El garak corrió hacia él de forma rápida, y le lanzó una patada a la pantorrilla de su rival, cosa que hizo que cayera con una rodilla al suelo. Domir veía ahí la oportunidad para terminar con su combate.

    — ¡No perderé contra ti! — el garak estaba listo para dar un golpe que lo tumbara.

    — ¡Yo tampoco quiero perder! — Aurio expresaba su gran frustración ante la situación.

    Domir arremetió con su puño, ataque que Aurio esquivó al arrojar todo su cuerpo al piso para evitar ser alcanzado. Supo que si Domir se le tiraba encima o si evitaba que se levantara, habría perdido, por lo que actuó lo más rápido que pudo. Apoyó ambos brazos sobre el suelo para poder impulsar sus dos piernas directamente hacia una de las piernas de Domir, la doble patada tan fuerte logró poner al garak de rodillas, momento que Aurio aprovechó para dar fin a la pelea. Rápidamente, levantó su pierna izquierda para darle una patada en la barbilla, cosa que aturdió un poco al garak, para luego, con su pierna derecha, darle una patada en la mejilla. Domir no resistió los dos golpes juntos, y cayó tumbado al suelo sin quedar inconsciente pero sí aturdido. Aurio se levantó rápido y apoyó su pierna sobre el pecho de su rival para que no se levantara. Eso le dio la victoria.

    — ¡Increíble! — Gan se emocionaba al ver a Aurio triunfar ante Domir — ¡Aurio realmente es el más fuerte!

    — ¡Buen combate, Aurio! — Wida no pudo evitar felicitar a su compañero — ¡Eres un gran guerrero, y es un alivio tenerte con nosotros!

    — Gracias… — Aurio estaba contento con las palabras de Wida — Fue un rival difícil — el xaromitante miraba al garak, para luego extenderle la mano — Tus puños son muy pesados. Seguro que hubiera perdido una pelea si usáramos las armaduras o los trajes de pelea. Eso aumentaría tu fuerza y resistencia y me quitaría agilidad.

    — ¡Mierda! — exclamaba Domir muy molesto mientras golpeaba el suelo e ignoraba la mano de Aurio — ¡Creí que sería capaz de vencerlo! ¡Likar habría podido con él! ¡¿Por qué yo no pude?! ¡¿Tanta diferencia hay entre nosotros?!

    — Domir, tranquilo — Plamo se acercó para calmar a su compañero — Tu pelea fue excepcional, además, Aurio es de los mejores. Luchaste de forma pareja contra él.

    — Aun así, no gané — el garak expresaba su frustración.

    — Ganarás la próxima — Plamo quiso que su compañero se olvidara de eso — Reconocer tu derrota lo hará más fácil para ti.

    El garak se dio cuenta de que su compañero decía la verdad. Quejarse no lo llevaría a ningún lado. Era cierto que la diferencia parecía ser mucha, pero enojarse en ese momento no contribuiría a nada más que a pensamientos negativos. No apartó toda su frustración, pero decidió poner una buena cara.

    — Tienes razón, Plamo — Domir tomó la mano de Aurio, quien lo ayudó a levantarse — Tú también has luchado bien. Felicidades.

    — Gracias, compañero — Aurio sonrió con algo de soberbia, pero logró camuflarlo bien — ¿Quién sigue?

    — Yo — Wagner llamó la atención antes de que alguien se le adelantara — Ace, tú y yo tenemos que pelear — todos se sorprendieron ante lo que dijo el soldado — Quise pelear contigo desde que me enteré que te habían reclutado. Pero nunca peleamos tú y yo. Sabes que esta es nuestra oportunidad, y que tenemos que hacerlo.

    El comandante Zion, junto con Ace, Agustina y Dustin comprendieron cuales eran los motivos por los cuales Wagner quería luchar contra el ex soldado de Black Meteor. Aunque una pelea para medir fuerza no serviría para determinar al comandante que tomaría el puesto vacante, les serviría como guía para saber quien llevaba la delantera en combate cuerpo a cuerpo.

    — Acepto — Ace estaba decidido a luchar con todo lo que tenía — Será bueno para decidir quién de los dos es el más fuerte. Al menos en este momento.

    — ¿Qué estamos esperando entonces? — Wagner estaba ansioso por pelear.

    El hijo del comandante Zion caminó hacia el centro. Ace iba a hacer lo mismo, pero fue frenado por Agustina, quien lo tomó de las manos y se acercó a él. La chica le dio un beso a su novio, y posteriormente le deseó la mejor de las suertes. La escena les agradó a casi todos, principalmente a Gwyn, Alicia y Wida. Aurio miraba sin darle gran importancia, y Domir no expresó nada tras ver eso. De más estaba decir que todos los humanos, y también Plamo, estaban ansiosos por ver una pelea entre ambos. Los dos soldados más fuertes del equipo que nunca se habían enfrentado, iban a tener su combate por primera vez, y eso les resultaba muy emocionante para ver. Si bien, se creía que Wagner era el más fuerte, lo cierto era que nunca se hizo una demostración de lo mismo.

    Dustin estaba seguro de que su amigo podría ganar la batalla, mientras que Agustina estaba esperando que Ace fuera el vencedor para poder demostrarle a todos que él era el más fuerte y que fue un error quitarle el puesto de líder del equipo. Michael apoyaba a Ace, sin embargo, esto se debía a su deseo de ver perder a Wagner. Thomas, Gwyn y Agustina apoyaban a Ace dado a que le tenían más aprecio a él que al hijo del comandante Zion, mientras que Alicia deseaba ver un buen combate sin importarle quien ganara, aunque para ella, era Wagner quien tenía la ventaja. Los xaromitantes prestarían especial atención a la pelea. Tenían la confirmación de que ellos dos eran los soldados más fuertes. Les era indiferente quien ganara o perdiera, pero estaba claro que un combate así sería interesante, y no se lo perderían.

    Wagner y Ace se miraban fijamente como rivales listos para comenzar a pelear. Ambos deseaban superar al otro y demostrar a los demás quien era el mejor en el momento. No sería una pelea de entrenamiento solo para practicar, sino que era una pelea que determinaría la fuerza de cada uno. Sin mencionar que la tendrían en frente de todos sus compañeros, cosa que hacía que los deseos de no perder se incrementaran.

    Zion dio la señal, y ambos comenzaron a pelear. Ace quiso mostrar que no se vería intimidado por Wagner, por lo que tomó la iniciativa y atacó primero. Wagner lo esperó, y cuando Ace estuvo lo bastante cerca, dio un salto hacia él para golpearlo. Ace fue más rápido, y logró darle un golpe al estómago a Wagner, quien creyó que llegaría primero hasta él, pero terminó equivocándose. Wagner lo resistió y luego contraatacó con un golpe de puño directo y rápido, el cual Ace bloqueó con el antebrazo para luego atacar con su otro puño. Wagner imitó su acción y el resultado fue el mismo. Ace quiso volver a intentar un puñetazo, pero Wagner consiguió evitarlo retrocediendo con un ágil movimiento de piernas, para después tomar impulso con las piernas y darle un golpe en la cabeza, el cual logró acertar.

    Ace retrocedió unos pasos, algunos por el daño recibido y otros de forma voluntaria para aumentar la distancia entre los dos. Wagner volvió a pasar al ataque, mientras que Ace tomó una postura defensiva. El líder lanzaba una gran serie de puñetazos, que el ex soldado de Black Meteor bloqueaba con los antebrazos para evitar que su rival tomara sus manos y se aprovechara de eso para poder apartar sus brazos. El hijo del comandante se frustraba al ver todos sus ataques siendo bloqueados, mientras todos los demás miraban la pelea con asombro.

    — Desde aquí se puede sentir la fuerza de esos golpes — comentaba Lankir, dando su impresión de la pelea.

    — Son dos guerreros de alto nivel, sin duda — Wida estaba boquiabierta al verlos pelear.

    — No por algo son los dos mejores del equipo — Dustin miraba la pelea muy emocionado.

    — No parecen sacarse ventaja — Thomas veía que ninguno daba una oportunidad al otro de adelantarse.

    — Es normal, sus ataques se están repitiendo demasiado — Orikrof, alguien con más experiencia, daba su opinión mientras todos lo miraban — Parece que fuera más una competencia de fuerza que una pelea.

    Wagner escuchó esas palabras y se dio cuenta de que tenía razón. No estaba empleando una estrategia, y Ace tampoco lo estaba haciendo. Parecía que ambos se olvidaron de la pelea y solo quisieron demostrar quién era el más fuerte. Ace parecía no darse cuenta todavía, por lo que Wagner se quiso aprovechar de eso. Le dio un par de golpes de puño más, los cuales fueron totalmente bloqueados, para luego poner en práctica una idea rápida que le llegó a la mente. Con agilidad, retrocedió unos pasos para luego impulsarse hacia adelante, levantar la pierna en dirección a su enemigo. Ace no se lo esperaba, y no podría hacer lo mismo que él para protegerse, por lo que no le quedó más opción que defenderse con su antebrazo derecho. Wagner sonrió al ver que Ace cayó en su trampa, ya que sabía que su pierna contaba con más fuerza que Ace con su antebrazo. Cuando su ataque chocó con su defensa, Wagner no se detuvo y empujó con todas sus fuerzas, consiguiendo apartar el brazo derecho de Ace de su cuerpo, lo cual aprovechó para atacar de nuevo. Wagner apoyó su pierna en el suelo y dirigió un golpe de puño desde el lado desprotegido de su rival, quien esta vez no fue capaz de bloquearlo y recibió un gran golpe en la cabeza, que lo llevó a retroceder.

    — ¡Qué fuerza! — Aurio quería aparentar que no se impresionaba tan fácilmente, pero no pudo ocultar su asombro esa vez — ¡Ese ataque fue espectacular!

    — Realmente lo fue — Ace se frotó el lugar del golpe — Fue el golpe más fuerte que me han dado. Te felicito, Wagner. Pero no caeré con eso.

    Ace sabía que había sido engañado por su rival, por lo que decidió hacer lo mismo. Para sorpresa de sus compañeros, ninguno estaba usando la energía. Supusieron que se debía a que ninguno de los dos deseaba ser el primero en tener que recurrir a eso, lo cual creaba un ciclo sin fin donde ninguno atacaría. Ace no creyó necesitarla para poder luchar contra Wagner en ese momento, y puso en práctica su plan. Se dirigió a su oponente, corriendo a gran velocidad para poder lanzar un puñetazo con la mano izquierda. Wagner se anticipó, y logró esquivar el ataque retrocediendo un poco, ampliando la distancia entre él y Ace, cosa que él quería. Ace apoyó la pierna izquierda en el suelo y se disponía a dar un giro hacia atrás levantando la pierna derecha para intentar golpear a Wagner. Su rival notó la postura de Ace y se anticipó a su movimiento, dirigiendo un codazo a la espalda del mismo cuando su pierna derecha estaba levantada. Esto causó que Ace se tambaleara un poco y estuviera a punto de perder el equilibrio.

    Wagner quería acabar la pelea rápido, por lo que corrió hacia Ace con la intención de derribarlo de una tacleada. El soldado lo escuchaba venir, y decidió esperar hasta el último momento para girar como pudo para darle un codazo en la cabeza a Wagner. Este no esperaba una acción así, y el golpe fuerte que recibió, sumado a la inercia de su corrida, lo hicieron caer al suelo. El líder del equipo puso sus manos para evitar que su cuerpo chocara contra el suelo, al mismo tiempo que se frustraba porque Ace logró darle vuelta a la pelea.

    — ¡Maldición! — Wagner supo que debía moverse rápido — ¡Todavía no!

    Ace quiso darle una patada en la espalda con todas sus fuerzas ya que creyó que así le ganaría, pero Wagner no se iba a dar por vencido. Dejó su próximo golpe a la suerte, y con el poco impulso que pudo tomar, giró su cuerpo para dar un codazo, que chocó contra la pierna de Ace, causando que este perdiera algo de estabilidad. El hijo del comandante se puso de rodillas lo más rápido que pudo y le dio un puñetazo al estómago a Ace, haciéndolo retroceder. Inmediatamente, se puso de pie y le dirigió un codazo al pecho, cosa que Ace tampoco fue capaz de bloquear, causando que empezara a sentir un leve dolor en esa zona. Posteriormente, y sin darle tiempo para respirar, con su otra mano, lanzó un puñetazo a la cabeza de Ace. El golpe dio de lleno y el soldado tuvo que usar todas las fuerzas que tenía en las piernas para no caer al piso.

    — Ace no está ni cerca de caer al suelo — Michael se mostraba asombrado con la resistencia de su compañero ante los fuertes golpes de Wagner.

    — ¡¿Cómo es que no caes?! — Wagner estaba furioso al ver que Ace se resistía a caer — ¡¿Por qué no te puedo derribar?!

    — ¡Porque yo no tengo la intención de dejar que me ganes! — el grito de Ace también expresaba furia, cosa que asustó un poco a Wagner.

    Ace empezó a correr hacia él para regresar el daño recibido. Wagner se dio cuenta de que no podría usar sus golpes para derribar a Ace, por lo que decidió arriesgarlo todo a su resistencia y al alcance de sus brazos. Inclinó su cuerpo de forma de concentrar la mayor cantidad de fuerza en sus piernas. Su rival atacó con un puñetazo al estómago, cosa que Wagner no se molestó en esquivar ni bloquear. Recibió el golpe al mismo tiempo que hacía fuerza con las piernas para no retroceder ni un poco, o de lo contrario, su plan fallaría. Ace se sorprendió al ver como no logró moverlo, pero su sorpresa no acabó ahí. En un instante, Wagner usó la mano izquierda para sostener la mano con la que Ace le dio el golpe, mientras que dirigía un puñetazo derecho con todas sus fuerzas a la cabeza de su rival, el cual se aturdió un poco al recibir un ataque tan fuerte de cerca.

    Lejos de terminar ahí, Wagner usó su brazo con el que tenía a Ace y lo usó para darle un tirón hacia adelante, al mismo tiempo que le dirigía un rodillazo al estómago. Ese golpe le dio con una gran fuerza, lo que provocó que Ace se inclinara mientras tosía por el dolor de tantos golpes en esa zona. El hijo del comandante Zion soltó a Ace, retrocedió rápidamente para tomar impulso y así lograr conectar un codazo potente a la cabeza de su oponente quien seguía inclinado. Con ese golpe, Ace finalmente no pudo resistir más y cayó al suelo, momento que Wagner aprovechó para pisarle la espalda y evitar que se pudiera levantar. Con esa acción dio finalizado su combate, logrando derrotar a Ace tras un largo intercambio de puños con él.

    — Gané… — Wagner dio tantos ataques seguidos que se había agotado, por lo cual decidió respirar un poco — Finalmente, gané.

    — Que gran combate — Plamo estaba asombrado con la pelea que habían mostrado ambos humanos.

    — Realmente lo fue — Lankir sentía algo de impresión tras ver una lucha tan intensa — General, ¿qué opina de esos dos guerreros?

    — Son de un gran nivel, sin duda — el general Orikrof no escondía su asombro — Podría derrotarlos en un combate sin armaduras, pero no hay forma de saber qué pasaría si fuera un combate real con todo lo que tienen.

    — Ace… — Agustina se acercó rápidamente hacia su novio para ver que no se hubiera lastimado.

    — Parece que me ganaste — Ace se levantaba lentamente del suelo — Felicidades, Wagner. Eres más fuerte que yo.

    — Yo también tengo que felicitarte a ti — Wagner sonreía por su victoria mientras ayudaba a Ace a levantarse — Fue el combate más parejo que me dieron en años.

    — Ace, ¿estás bien? — Agustina se acercó para verlo de cerca y comprobar su estado.

    — Lo estoy, Agustina, no te preocupes por mí — Ace tranquilizó a su novia dándole un abrazo — He perdido, pero no ha pasado nada.

    — No, claro que no — Agustina abrazó a su novio con mucho cariño — Esto tampoco cambia nada.

    — De cualquier manera, ¿Quiénes serán los siguientes? — Wagner estaba interesado por los combates por venir.

    — Michael, sé que dijiste que lucharías mañana, pero quiero ser yo quien te desafíe — Thomas se acercó a su compañero para poder asegurar una pelea contra él.

    — Claro, pero, ¿por qué? — Michael quería entender las razones de Thomas para luchar con él.

    — Cuando los garak nos atacaron tras el malentendido, te vi pelear y me di cuenta de que me habías superado — Thomas contaba algo que no había revelado antes a nadie más — Entrené para asegurarte de que no me dejes atrás, porque quiero intentar recuperar el puesto de líder. Para eso tengo que vencer a Wagner y a Ace, pero antes de intentarlo, tengo que enfrentarme primero a ti. ¿Te parece bien?

    — Acepto tu desafío — Michael estaba sintiendo deseos de luchar contra Thomas — Después de todo, tú y yo competimos por el liderazgo una vez, pero nunca luchamos para medir fuerzas. Será un buen momento para empezar.
     
    Última edición: 8 Marzo 2020
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  5.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Es hora de comentar el nuevo capítulo de LGC.

    Bueno, el viaje a dado inicio y por lo que parece pasará un mes y medio para que el equipo regrese a la Tierra. Me pregunto que pasará en el lapso de las primeras tres semanas, antes de que lleguen a su destino.

    Lo que más me ha gustado y llamado la atención es la pelea entre Ace y Wagner, pero la de Aurio y Dormir también ha estado bien. Es impresionante la flexibilidad de Aurio, parece un un muñeco de látex XD. A pesar de que Dormir tiene mucha más fuerza la flexibilidad de Aurio le ha ganado por mucho. También creo saber cuál es la razón por la que Domir perdió.

    Desde hace tiempo he ido notando que Dormir quiere ser Likar. Su admiración hacía él se ha convertido más en idolatría que otra cosa. Esa manía por ser Likar le está costando a Dormir y le va a costar caro en próxima batallas. Debería caer en razón de que él no es Likar y que sin importar cuánto intente imitarlo nunca lo será. Estoy seguro que esa idolatría hacia Likar es la que le ha costado la pelea con Aurio, y vale más que sólo era una práctica, porque de no ser así probablemente él ya estaría muerto.

    Pasando al tema que nos importa, al menos a mí; es la pelea entre Ace y Wagner. Me cuesta creer que Ace haya perdido la pelea. Sé que no todas las batallas se pueden ganar, pero esta en particular Ace podía ganarla y no lo hizo. No creo que Wagner le haya ganado solo porque es mejor, creo que a Ace algo le está afectando y me arriesgaría a poner las manos al fuego por eso. Apostaría todo lo que tengo (que no es casi nada) a que el tema de Morris todavía está afectando a Ace y lo está torturando en el sentido psicológico. Me parece que Ace teme verse repitiendo la misma historia de Grant y por esa razón no está dando todo de sí para no obtener el rango de comandante.

    Espero que Ace supere ese tema o tendrá que recibir ayuda psicólogica o bien utilizar una máquina como la utilizada en Julie para que le borren esos recuerdos. Sin embargo, no estoy seguro que tan bueno sea eso, ya que tendrían que armar una historia para su pasado y si no está bien fundamentada dejaría cabos sueltos, que terminaría repitiendo el mismo ciclo psicológico otra vez.

    Antes de terminar te cito un pequeño error de narración que encontré:

    Creo que la primera palabra "débiles" sería "fuertes". Eso es todo por el momento. Esperaré el próximo sábado por el siguiente capítulo. Saludos.
     
    Última edición: 8 Marzo 2020
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  6.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Entiendo que deben haber capítulos que desarrollen personajes o asienten una trama, por lo que no me molesta que vaya a haber varios capítulos seguidos así. Dicho esto, comentaré lo más destacado para mí:

    Cada capítulo que pasa se confirma que los xaromitantes son de confiar (y espero que definitivamente lo sean). Ha sido interesante ver una conversación entre Orikrof y Zion, dos militares de alto nivel en sus respectivas especies. Me ha sorprendido un poco el hecho de que quisieran hacer una especie de torneo de combates pero la idea es buena y no puedo esperar para ver el combate de Michael vs Thomas, dos viejos conocidos que ya pelearon anteriormente.

    Pero volvamos al capítulo. Aurio vs Domir ha sido muy buena pelea. Un garak contra un xaromitante, dónde se ha comprobado la fuerza bruta de una especie y la agilidad de la otra, habilidad también importante. Ha sido un intercambio de golpes interesante, pero más lo ha sido el de Wagner vs Ace. Este combate podría ser normal de no ser por lo que tiene tras él: la disputa por ser un futuro comandante. Este aliciente ha sido perfecto porque le ha dado una mayor importancia a su combate. Pese a que la victoria de Wagner no refleja su superioridad cómo tal, si que es una pequeña victoria que ha logrado el hijo del comandante Stones, cosa que le hará confiar en sí mismo y subir la moral. Ace por otro lado, es un auténtico soldado y ya lo ha demostrado en anteriores capítulos y partes, por lo que dudo que esto le afecte. Además, el hecho de contar con Agustina cómo factor moral es muy positivo, pues Wagner esta más solo que yo XD. En definitiva, una pelea a la altura de estos personajes, aunque debo decir que Wagner, al aparecer hace relativamente poco, debe demostrar más que está al nivel de un personaje cómo Ace, quién al estar desde el principio, tiene un gran currículum de victorias y demostraciones por así decirlo.

    Sin más que añadir, esperaré al próximo capítulo. Un saludo.
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Saludos. Llegó el momento de publicar el capítulo d10 de esta parte. En mi opinión personal, de este trío de capítulos (9-10-11) este es el menos interesante de todos, pero eso supongo que ya lo juzgarán ustedes. Me agrada el hecho de que el capítulo les haya gustado, y que hayan disfrutado de las peleas. Espero que también disfruten de las mismas en estos capítulos que faltan.

    Solamente puedo pedirles un poco más de paciencia, ya que una vez que estos capítulos terminen, es cuando se dará lo bueno. A fin de cuentas, estos capítulos tendrán su importancia para más adelante. Sin nada más que decir, los dejaré con el capítulo.


    El espíritu de un guerrero:

    Los combates de Domir contra Aurio y de Wagner contra Ace habían terminado. Thomas y Michael ya habían decidido que su combate se daría el día de mañana, lo cual quería decir que aún quedaban tres combates para los seis soldados que quedaban en el lugar. Antes de que se pactara el inicio del próximo combate, el comandante Zion fue quien decidió hablar.

    — Ya han luchado Stones contra Lakor, y mañana será la pelea de Delleo contra Umcali — explicaba el comandante — Eso son dos peleas entre soldados humanos. Preferiría que no hubiera ninguna más, y que Burntforest, Young, Fairin y Noble se enfrentaran a Plamo, Wida, Lankir y Gan. Me gustaría verlos luchando contra los garak y los xaromitantes.

    — En ese caso, me gustaría pelear en contra de Gwyn — Plamo tenía motivos para pedirla a ella como rival.

    — ¿A qué se debe eso? — preguntaba la chica, que no tenía idea de por qué su compañero garak estaba interesado en pelear contra ella.

    — Hace nada, tú y Thomas nos vencieron a mí y a Domir en un combate de entrenamiento. Quiero ver si te puedo derrotar en una pelea uno contra uno.

    — ¿Una revancha? — Gwyn estaba algo entusiasmada por pelear — Acepto.

    — A mí me gustaría enfrentar a Wida — Agustina pedía que ella fuera su rival — Quiero ver si su estilo de pelea es parecido en algo al de Aurio, o si es totalmente distinto.

    — Lankir, yo pelearé contra ti — comentó Dustin eligiendo a su oponente — Claro, si no te molesta.

    — Para nada, estoy seguro de que será entretenido — le contestó el hijo del líder de los xaromitantes.

    — Eso quiere decir que yo tendré que luchar con ella — Gan miraba a Alicia intentando recordar su nombre — Ella es…

    — Alicia, mi nombre es Alicia — contestó la chica, entusiasmada por pelear contra él — Será un placer luchar en contra de ti.

    — Qué bueno que ya estén todos los combates decididos — Orikrof expresaba su alivio respecto al tema — Eso ahorrará algo de tiempo. Me gustaría ver a los míos pelear si no te molesta esperar, Plamo.

    — Para nada, después de todo, ayer mismo tuve una pelea contra Gwyn — respondió el garak — Aunque quiero pelear, no tengo ninguna clase de urgencia.

    — Perfecto, entonces me gustaría que Wida y Agustina comenzaran — el general les indicó a las dos mujeres que era momento de pelear.

    Las dos tenían muchas ganas de comenzar con el combate, dado a que sería la primera vez que dos personas de dicha especie tenían un combate entre sí. Sin duda alguna, sería un hecho que sería recordado siempre en la historia tanto del Zenith como de los habitantes del planeta Xarom. Mientras las dos chicas se preparaban, los demás daban sus opiniones y palabras de aliento para cada una.

    — Wida tiene una naturaleza guerrera — Lankir fue el primero en hablar — Ella no perderá contra nadie.

    — Estás subestimando a Agustina — Ace estaba confiado en que su novia podría ganar — Ella se ha esforzado para crecer como toda una guerrera, y puede manejar a cualquier oponente.

    — Wida es muy difícil de vencer, y no lo digo por subestimar a tu chica — Aurio respondió de forma seria.

    — ¿Ustedes creen que son los únicos que han peleado? — Michael le daba apoyo a su compañera — Nosotros libramos una guerra hace meses, y eso nos ha dado experiencia.

    — Tal vez, pero mi hermana no caerá ante nadie — Gan tomó el lado de su familiar para la pelea.

    — Entrené a Wida en los muchos… años, como le dicen ustedes, que pasamos en el espacio — Orikrof se metió a la conversación — ¿Y tú entrenaste a tu soldado? Comandante Stones.

    — No, ella fue entrenada por instructores y también por el comandante Richard Sable antes de unirse a mi grupo — le respondió Zion — Ella y todos mis demás soldados ya son adultos y no requieren de un entrenamiento de mi parte.

    — Tal vez esa opinión cambie pronto — Gan confiaba en que su hermana podría ganar.

    Wida y Agustina escuchaban todas esas palabras de los demás, cosa que lograron ponerlas algo nerviosas, dado a que si perdían estarían decepcionando a sus compañeros que las estaban apoyando. Wida notaba el apoyo de su hermano, de su novio, de su amigo y de su general; mientras Agustina estaba muy feliz de las palabras que su novio, sus compañeros y su comandante habían dicho sobre ella. Dado a eso, ninguna de las dos sentía deseos de perder, lo cual llevaría a que ambas lucharan de forma muy feroz. Agustina estaba decidida a no usar la energía salvo que se viera en problemas donde solo eso pudiera ayudarla a salvarse.

    El general Orikrof dio la señal de que iniciaran, y fue así como la lucha comenzó. La xaromitante tomó iniciativa y fue la primera en atacar. Agustina había visto pelear a Aurio, y aunque dijeron que su estilo de pelea era único, asumió que sería una mentira para desconcertar a los demás. Ante eso, decidió esperar con la guardia en alto, y lista para lanzar un contra ataque luego del primer golpe. Wida lanzó un puñetazo, el cual fue detenido por Agustina, la chica quería aprovecharse de la ventaja de tener a su rival atrapada para poder darle un golpe, pero no estaba esperando a que ella también se decidiera a hacer lo mismo. Wida supo que Agustina le sujetaba el puño, pero eso no quería decir que no pudiera intentar un movimiento para pelear contra ella. Movió su puño hacia un costado, lo cual causó que Agustina separara el brazo de su cuerpo dejando su cabeza al descubierto. Aprovechó ese momento para darle un puñetazo a la cabeza a su rival, que no la había soltado todavía. Gracias a eso, Wida fue capaz de mover el brazo de Agustina hacia adelante, causando que se acercara un poco a ella. Con la poca distancia que había, Wida lanzó un rodillazo que la hizo inclinarse, para después intentar rematarla con un golpe fuerte a la nuca que la tiró al piso.

    Todo eso sucedió de forma muy rápida, y se dieron cuenta de que Wida basaba su estilo de pelea en la velocidad y los golpes rápidos en partes estratégicas. Agustina se sorprendió dado a que esperaba otra cosa, pero logró evitar caer al piso por completo interponiendo los brazos entre ella y el suelo. Sabiendo que Wida era rápida y que estaba cerca, tuvo que recurrir a la energía. Levantó uno de sus brazos y apuntó hacia su oponente para poder liberar una cantidad mediana de energía. Wida lo esquivó retrocediendo muy sorprendida, dado a que no creyó que Agustina sería capaz de hacer eso. Agustina no tenía idea de que tanto daño podría causar la energía en los cuerpos de los xaromitantes, y fue por eso que apuntó más alto de la cabeza de su rival para asegurarse de no golpearla. La energía fue a dar contra el techo de la sala. No solamente fue Wida, todos los xaromitantes estaban asombrados de ver eso.

    — ¡¿Qué demonios fue eso?! — Aurio no entendía nada de lo que veía.

    — Es calor — comentó Thomas al xaromitante — Nos ha salvado muchas veces de la muerte, así que estarán agradecidos de que lo tengamos.

    — ¿Por qué no nos habían dicho que los humanos podían hacer eso? — Orikrof se sintió mal porque le ocultaran información.

    — Porque los humanos no pueden hacerlo originalmente — respondió Wagner, llamando la atención de todos ellos — Se necesitan dos exposiciones a la radiación para adquirir esta habilidad, y somos pocos los que lo hemos conseguido.

    — Aun así… — Gan estaba estupefacto al verlo, y se preocupó un poco por su hermana — Debieron decirnos algo así de importante.

    — ¿Por qué ninguno de ustedes dos lo usó en la pelea anterior? — Aurio sentía mucha curiosidad por saber eso.

    — Imagino que ninguno de los dos quería ser el primero en usarla, ya que eso demostraría falta de fuerza propia para ganar — Orikrof daba su opinión sobre lo ocurrido antes — Y si ella lo hace ahora, quiere decir que Wida realmente es una guerrera digna de reconocer. De lo contrario, no la estaría usando.

    — ¿Tienes alguna otra sorpresa? — Wida estaba decidida a no dejarse intimidar, por lo que dijo eso con algo de soberbia.

    — Desafortunadamente para ti, sí, la tengo — Agustina percibió las intenciones de su oponente, así que quiso asustarla.

    — ¿Qué más nos están escondiendo? — Lankir quería saber toda la verdad.

    — Ya mismo lo verás, si lo dijo es porque va a usarlo — Ace notó lo que quería hacer su novia, así que le siguió la corriente.

    El plan de Wida no funcionó, y claramente, ahora se sentía más insegura que antes. Agustina notó un poco de miedo en ella, por lo que pasó al ataque por sí misma sin esperar nada. La soldado intentó darle un puñetazo con la mano izquierda, cosa que Wida logró esquivar rápidamente con un ágil movimiento con los pies y el cuerpo. Agustina lo intentó otra vez con su otra mano, pero el resultado fue el mismo. La soldado humana quería golpear a Wida antes de volver a recibir un golpe ella misma, por lo que inició con una lluvia de puñetazos en contra de ella, donde ninguno de ellos lograba dar a su objetivo. La xaromitante contaba con unos reflejos muy buenos, siendo capaz de alejarse rápidamente de Agustina con cada ataque que hacía. Ella solamente se dedicaba a esquivar, sabiendo que Agustina se podría enojar al fallar tanto, y que eso la llevaría a cometer un error.

    Los golpes seguían llegando, y al notar que ella no se alteraba en nada, Wida decidió pasar al ataque. Colocó las piernas de forma que pudo darle una patada en el estómago luego de esquivar uno de los ataques de Agustina. Sabiendo que no convendría tenerla cerca por la energía, aprovechó esa patada para darle un empujón, haciendo que Agustina terminara retrocediendo. Usando su gran velocidad otra vez, decidió que terminaría con la pelea de forma rápida antes de darle otra oportunidad a Agustina. Wida corrió rápidamente para darle un puñetazo con gran fuerza, sin embargo, Agustina lo estaba esperando. La chica levantó ambos brazos y empezó a liberar energía sin soltarla en sus manos, solamente acumulándola. El calor acumulado formó un escudo que usó para protegerse del puño de Wida, quien se quemó de forma leve cuando chocó contra su escudo. Eso causó que diera una ligera exclamación de dolor mientras agitaba su mano intentando disipar el calor. Agustina aprovechó ese momento para correr hacia ella rápidamente. Con gran ferocidad, le dio un rodillazo en el estómago que causó que se inclinara, y luego de eso, cargando mucha fuerza en su brazo derecho, le dio un codazo en la cabeza, seguido de un puñetazo fuerte en el mismo lugar, cosa que sirvió para tirarla al piso. Antes de que lograra usar sus reflejos para moverse o levantarse, le pisó la espalda, logrando retenerla y ganar la pelea.

    El resultado de la misma dejó emocionados a todos los humanos y asombrados a los xaromitantes.

    — ¡Muy bien, Agustina! — Ace fue para abrazar a su novia por la increíble forma en que utilizó la energía.

    — Es una buena habilidad, tanto de pelea como de manejo de energía — Orikrof estaba impresionado de que Wida, a quien había entrenado él mismo fuera derrotada, pero lo entendía en parte dado a las sorpresas que mostró la humana.

    Sin decir nada, Lankir, Gan y Aurio fueron a ver cómo estaba Wida, quien fue ayudada por Agustina y Ace a levantarse. Wida se encontraba bien, pero algo aturdida por los golpes.

    — Felicitaciones — Agustina alabó a su compañera — Luchaste muy bien, y tienes buenos reflejos. Eso nos será de mucha ayuda.

    — Gracias — Wida le sonrió al recibir esas palabras de ella — La próxima vez, tengamos una pelea donde no uses la energía y veamos qué ocurre. ¿Está bien?

    — Claro, solo dame algo de tiempo para prepararme — Agustina notó que Wida no tuvo malas intenciones al decir eso, y hasta lo hizo en un tono amable, por lo que no se enojó al escucharla.

    — ¡Wida! — Gan se acercó para abrazar a su hermana — ¿Te lastimaste o algo?

    — No, estoy bien, en serio — contestó su hermana, agradeciendo el cariño de su hermano — No hace falta que te preocupes por mí.

    — Esa habilidad es difícil de derrotar — Lankir apoyaba sus manos en los hombros de Wida para animarla — Y tal parece que todos ellos cuentan con eso.

    — Wida luchó de forma fantástica — Aurio se acercó y estrechó la mano para saludar a su compañera — Te tomó por sorpresa, de lo contrario, habrías podido prepararte para la pelea y le habrías ganado. Felicidades, Wida. Yo no sé qué habría hecho si mi rival hubiera sacado un poder así. Realmente eres una excelente guerrera.

    — Agradezco tus comentarios, Aurio — Wida veía a Dustin acercarse al lugar — Lankir, imagino que es tu turno.

    — Sí… — Lankir notaba a Dustin acercarse a ellos — Hablando de eso. Dustin, te pido que me disculpes. Pero no voy a pelear contra ti ahora.

    — ¿Por qué no? — esa frase tan repentina sorprendió mucho al soldado humano — ¿Qué es lo que ocurre?

    — Después de haber visto la pelea de Wida, me di cuenta de que no estoy listo para enfrentarme a ustedes — comentaba el xaromitante, mostrándose algo decepcionado — Cuando se propuso la idea de combates individuales, acepté porque creí que mi nivel era parejo con el de ustedes. Pero me doy cuenta de que no es así. Dudo mucho poder ganarte, incluso aunque no utilices tu poder.

    — ¿No quieres pelear contra mí? — Dustin se molestó un poco por el cambio tan repentino en la actitud de Lankir.

    — Claro que quiero, y lo voy a hacer — contestó Lankir, mientras sus compañeros lo miraban algo decepcionados — Pero hoy no. Te prometo que lucharé contigo otro día, cuando me vuelva más fuerte y tenga una forma de estar a su nivel.

    — ¡Cobarde! — Gan le gritó muy enojado a Lankir, cosa que llamó la atención de todos — ¡¿Qué hay de tu naturaleza de guerrero?! ¡¿Vas a acobardarte por una sola pelea?!

    — Mi naturaleza no es 100% la de un guerrero — Lankir no se molestó con el comentario de Gan, dado a que entendía sus motivos — Y no me acobardo. No cancelo la pelea, solo la estoy aplazando para más adelante porque ya sé el resultado que obtendré ahora.

    — ¡Bueno, yo no me acobardaré! — Gan se notaba realmente molesto — ¡Es más, ahora tengo más deseos de pelear! ¡Quiero luchar también contra los otros dos que van a pelear después de nosotros!

    Esa frase que dijo el joven guerrero xaromitante terminó por sorprender a todos los presentes. Si no lo habían interpretado mal, Gan tenía ganas de luchar contra Plamo y Gwyn, además de su pelea contra Alicia. Domir lo vio como una rabieta por el momento lo cual no le agradó en un guerrero que iba con ellos a una misión peligrosa, Aurio tenía deseos de que se lo permitieran, ya que eso sería mucho más interesante que ver a Gan peleando solo. Lankir supo que de que lo aceptaran, él sería visto como un cobarde mientras que Gan sería visto como un entusiasta. Pero, por otro lado, sabía que era la naturaleza de guerrero de Gan la que lo obligaba a actuar de esa forma. No iba a decirlo, pero deseaba que Gan perdiera, dado a que solo de esa forma se podría tranquilizar. Claramente estaba en un caso donde la emoción superaba la razón, y esa no era la característica de un gran guerrero. Dirigiéndose a un planeta que podría ser peligroso, Lankir creyó que lo mejor sería que Gan enfrentara una derrota por su imprudencia ahora y lo usara para calmarse en el resto del viaje. Wida, por su parte, lo veía como una locura. No había manera de que su hermano pudiera contra ellos.

    — Gan, no puedes. Sé que estás molesto, pero tú solo no les vas a ganar a los tres — le decía su hermana.

    — Déjalo, Wida — Lankir se notaba algo apagado al decir eso — Gan quiere salvar mi honor y el de nuestra especie. Deja que pelee. Te odiará si no se lo permites.

    — ¿Usted que dice, comandante? — Alicia debía luchar contra Gan, y no tenía problemas en hacer equipo con Plamo y Gwyn, pero no lo haría sin autorización.

    — Estaban planeados unos siete combates para hoy, pero uno de ellos se dará mañana y otro se ha aplazado para más adelante — Zion no se veía emocionado con la propuesta — Así que creo que el objetivo de hoy ya se ha desviado demasiado. En vista de que Gan quiere pelear contra los tres, he pensado que no hay problemas en permitirlo. Pero no luchará él solo contra los tres. Será una pelea de cuatro donde todos van contra todos. ¿Están de acuerdo?

    — Por mí no hay ningún problema — Plamo notaba a Gan algo alterado, y decidió que lo mejor sería darle lo que quería — No estoy perdiendo nada por intentarlo.

    — Yo digo lo mismo. Una lucha de cuatro personas no es lo que quería exactamente, pero me atrae mucho la idea — Gwyn lo veía como una oportunidad de superar a tres rivales al mismo tiempo — Yo acepto.

    Gan estaba feliz de que todos hayan aceptado la pelea. No odiaba a Lankir ni mucho menos, pero le molestaba demasiado que no quisiera luchar solamente por haber visto perder a Wida. Su hermana había perdido, y su amigo se estaba retirando de la pelea de forma momentánea, por lo que creyó que debía demostrarle a los demás que los guerreros xaromitantes no eran débiles o cobardes. Nunca expresó esa sensación ni tampoco la expresaría, dado a que sabía que, si lo decía abiertamente, no le permitirían pelear. Plamo, Gwyn y Alicia no tuvieron problemas en aceptar su propuesta, y a todos los demás les parecería interesante observarlo.

    Los cuatro se pararon en el centro de la sala, buscando dejar distancias iguales entre todos sus enemigos.

    — Lankir, espero que esto te devuelva el espíritu guerrero que tenías — Gan estaba muy ansioso porque todos lo vieran pelear.

    — Gan, esto no es necesario — Wida sabía que no lo podría convencer de que cambiara de idea, y su única esperanza era que él se diera cuenta por sí mismo.

    — No importa, en realidad — el general Orikrof habló de forma muy seria — Esto es lo que quiere, al fin y al cabo.

    — ¡Alicia, yo sé que le puedes ganar a los tres! — Michael le daba palabras de aliento a su novia.

    Dichas palabras, aunque eran comprensibles, resultaron molestas para Thomas y también para Gwyn. Ellos entendían que se trataba de Michael apoyando a su novia, pero a Gwyn le molestó particularmente que Michael lo dijera en voz alta. Thomas también estaba molesto, pero en una menor medida. Plamo no esperó palabras de aliento de Domir, y tampoco las recibió. Gan, por su parte, no quería que le dijeran nada. Su único deseo era pelear y ganar.

    Cuando se dio la orden, los cuatro empezaron la lucha. Gan fue directamente hacia Plamo, intentando imitar a Aurio en su pelea contra Domir. El garak lo veía venir y se preparaba para recibir el ataque. El xaromitante le dio un puñetazo que Plamo logró evadir al moverse hacia el costado, para luego levantar la rodilla y darle al estómago a Gan. El golpe hizo que se inclinara, y el guerrero decidió retroceder rápido antes de recibir un golpe más. Luego de que se puso a la distancia, levantó la vista y miró a su rival con furia. Alicia tenía ganas de luchar contra Gan como estaba planeado originalmente, pero al ver que él decidió irse por el garak, atacó a Gwyn. La chica lanzó un puñetazo que Gwyn esquivó agachándose al mismo tiempo que lanzaba un codazo al estómago de Alicia, ella lo vio venir y lo interceptó, aprovechando esa oportunidad para tomarla, levantarla y empezar a torcerle el brazo. Gwyn se quejaba de dolor mientras forcejeaba para soltarse. En ese momento, Gan se le acercó de forma imprevista y le dio un golpe en la cabeza, lo que causó que Alicia terminara soltando a la chica. Antes de poder actuar, Gan le lanzó una patada al estómago que Alicia bloqueó rápidamente.

    — ¡El primero en eliminar a alguien voy a ser yo! — Gan se veía y se oía muy determinado.

    El xaromitante iba a atacar de nuevo, por lo que Alicia decidió moverse rápido y lanzarle un fragmento de energía hacia el suelo, justo donde iba a poner el pie al moverse. La ropa que Gan usaba lo protegió de salir quemado, pero el golpe en plena carrera le hizo perder un poco el equilibrio. La chica lo aprovechó y levantó la pierna para darle un rodillazo al estómago. Gan se frustraba ya que era la segunda vez que evitaban un ataque suyo para terminar igual.

    Alicia iba a darle un codazo a Gan para derribarlo, pero cuando menos lo esperaba, recibió un codazo en la espalda por parte de Gwyn quien se acercó rápido para atacarla. El guerrero xaromitante tomó ventaja del momento para lanzar un golpe al estómago, que esta vez no pudo ser bloqueado por la chica, la cual terminó recibiendo otro codazo de Gwyn, ahora en la cabeza, golpe que la derribó al suelo. La chica no se quería rendir tan rápido, así que se dejó caer al suelo para rodar lejos de ahí y ponerse de pie rápidamente.

    — La atacaron entre los dos — se quejaba Michael — Eso es hacer trampa.

    — No lo llamaría trampa ya que las reglas no dicen que esté prohibido atacar de a dos a una persona — Wagner le respondió seriamente — Pero sí ha sido un movimiento cobarde.

    — Vamos, Gwyn — Thomas estaba seguro de que su chica podría ganar — Gan no ha demostrado ser muy fuerte hasta ahora.

    Gwyn y Gan se pusieron a pelear entre ellos. Cuando la chica atacaba, el otro esquivaba, y se daba la misma situación al revés. Ambos tenían un especial cuidado de no lanzar un golpe desprevenido que causara que fueran capturados o retenidos por el enemigo. Antes de que uno de los dos pudiera llegar a dar un golpe, Plamo se unió a la pelea parándose entre ambos y lanzando un ataque con un puñetazo a cada uno. Al no centrarse en ninguno de los dos objetivos por completo, para Gan y Gwyn no les fue difícil esquivarlo, y luego respondieron los dos con una patada. La de Gan le dio en el estómago y la de Gwyn en la espalda. Sin embargo, eso era lo que el garak quería, dado a que tomó los tobillos de cada uno con un brazo diferente. Sujetando a ambos de forma firme, levantó las piernas de los dos de forma brusca, causando que estos cayeran al suelo de espaldas.

    Plamo iba a pelear con Gwyn originalmente, por lo que decidió eliminarla primero a ella. Sin embargo, antes de poder llegar hasta ella, recibió una patada en el costado por parte de Alicia, quien inmediatamente después continuó su ataque con un codazo a la cabeza. Mientras el garak estaba aturdido, la chica siguió atacando con un rodillazo al estómago, otro codazo a la cabeza, y luego una patada al tobillo. Esos tres ataques tan seguidos fueron suficientes para derribar a Plamo. Alicia solo tuvo que ponerle el pie encima del pecho para evitar que se levante y eliminarlo.

    — ¡Esa es una peleadora de verdad! — Michael felicitaba a su novia, quien sonrió al escuchar eso, pero sin distraerse.

    — No esperaba que ganaras, pero al menos esperaba que no fueras el primero eliminado — le decía Domir a su compañero mientras este se retiraba para no estorbar.

    — Hice lo que pude — Plamo aceptó la derrota — Aprenderé de esta pelea, ya lo verás.

    — A ver qué es lo que hace Gan ahora — Zion le prestaba más atención al guerrero xaromitante.

    Alicia veía como Gwyn y Gan se levantaban, y aparentemente, ambos iban a ir por ella. Suponiendo que Gan sería el más imprudente con sus ataques, decidió ir por Gwyn para eliminar a quien veía más peligrosa en ese momento. La chica veía venir a Alicia y se preparó para defenderse. Alicia la atacó con un puñetazo, mientras que Gwyn se defendía bloqueando los ataques con los codos. Gan, por su parte, se frustró al ver que estaba siendo prácticamente ignorado esa pelea, por lo que corrió a gran velocidad listo para lanzarle una patada a Alicia. Ambas chicas iniciaron un intercambio de golpes que no llegaban a otro destino más que a ser bloqueados por los de su rival. Alicia escuchaba a Gan corriendo detrás de ella, por lo que se quedó quieta esperando a que Gwyn la atacara. Cuando eso sucedió, la chica se movió rápido hacia su costado izquierdo, causando que fuera Gwyn quien recibiera una patada de Gan en el brazo con el que atacó. El xaromitante aprovechó su oportunidad al ver que había causado un poco de daño en el brazo de Gwyn para continuar su ataque. Un puño, una patada y un codazo, todos dirigidos al estómago, fueron suficientes para que Gwyn cayera de rodillas al suelo.

    Antes de que ella pudiera moverse, Gan le dio una patada en la cabeza para derribarla al piso, y luego retenerla para dejarla eliminada.

    — ¡Lo conseguí! — Gan festejaba su triunfo.

    — Creo que el chico ya te superó en valor y en fuerza, Lankir — Aurio se burlaba de su compañero.

    — Bueno, su espíritu es el de un guerrero — Lankir sonreía al ver a Gan logrando ganar una pelea — Aunque no ha ganado del todo por su cuenta. Veremos cómo le va ahora que es un uno contra uno.

    Luego de que Gwyn se retirara, Alicia decidió atacar a Gan antes de que este tuviera la oportunidad de defenderse. El guerrero logró bloquear el primer ataque de puño de la chica, pero el segundo fue muy rápido para poder hacerlo. A parte de rápido, fue un golpe contundente en el estómago. Alicia levantó su puño para poder darle un golpe en la parte de debajo de lo que sería su barbilla, causando que Gan retrocediera un poco. Posteriormente, le dio un rodillazo con una gran potencia en el estómago.

    — Parece que eso es todo para Gan, al final — Agustina veía muy difícil que el guerrero xaromitante pudiera darlo vuelta.

    — No logró aguantar demasiado estando solo — Domir daba su opinión, sintiéndose algo feliz de que el xaromitante se llevara la derrota.

    — Aún no ha terminado la pelea — Orikrof no quería que dieran por cerrado el resultado de la lucha entre ambos.

    Sin embargo, y pese a lo que había dicho el general, Alicia terminó la pelea de forma rápida logrando derribar a Gan con un codazo y luego pisándole el cuello para que no se volviera a levantar. El xaromitante se frustró mucho al haber perdido la pelea sin haber logrado poner a su rival en dificultades.

    — Imagino que con eso termina todo — Lankir fue para ayudar a su amigo.

    — ¡Eres increíble, Alicia! — Michael se acercó a ella para poder felicitarla.

    — Sin dudas es digno de reconocer que ella haya vencido en la lucha de cuatro — comentaba Dustin a Wagner, quien estaba de acuerdo con lo dicho por su compañero.

    — Tienes toda la razón — le contestó Wagner — Alicia es increíble — esas palabras no fueron escuchadas por nadie más.

    Alicia levantó a Gan del suelo, quien se veía frustrado, pero no con ella, sino con él mismo por haber perdido. Michael se acercó para poder darle un abrazo y un beso a su novia, como felicitación por haber ganado los combates. Luego de eso, Lankir también se acercó al lugar.

    — Felicitaciones, Gan, peleaste muy bien — le decía Michael, en un intento de levantarle el ánimo.

    — Tal vez, pero no fue suficiente — Gan se veía frustrado, y más aún al ver a Lankir aproximándose.

    — Escucha, si querías que yo aprendiera algo de este combate, realmente lo lograste — le comentaba su amigo al acercarse a él — Pero una parte de ser un guerrero es saber bien cuando se puede ganar una pelea y cuando no. Yo sí sabía que no podría contra Dustin, pero tú no sabías que no lograrías vencer a tus tres oponentes.

    — ¿Eso quiere decir que un guerrero debe retirarse y rendirse cuando ve que no puede ganar? — Gan no quería gritarle a Lankir, pero estaba deseando poder hacerlo.

    — En peleas como esta no corres peligro, pero en el planeta al que vamos, puede que tengas que hacerlo — Lankir se veía muy serio al responder — Si un enemigo más fuerte que tú te ataca, enfrentarlo sería el peor y probablemente el último error que podrías cometer.

    — Lankir tiene razón — Ace quería contribuir para ayudar a calmar a Gan — Habrá varias veces en las que deberás retirarte para evitar que te maten. Por más que odies mucho tener que escapar, o que le guardes un gran resentimiento a la persona que tengas en frente — el soldado pensaba en el comandante Morris al momento de decir esa frase — A mí me pasó una vez. Llegué a odiar a un tipo más que a nadie en el mundo, pero la primera vez que lo enfrenté, supe que no le podría ganar, y no me quedó más opción que huir. Fue en la segunda ocasión que logré derrotarlo. Sé que es difícil de entender si alguien más te lo tiene que decir, pero…

    — Está bien, no sigan — Gan no dejó que Ace terminara de hablar — Mi naturaleza es la de un guerrero, y llevo un largo tiempo viajando en esta nave sin tener más que un simple combate de entrenamiento. Fue por eso que me frustré al ver a Lankir queriendo aplazar la pelea. Finalmente iba a tener la oportunidad para verlo pelear de verdad, y ahora voy a tener que esperar a que se sienta preparado para poder hacerlo. Supongo que lo entenderé más adelante, pero ahora no soy capaz de hacerlo.

    Luego de decir esas palabras, el joven guerrero se retiró de la sala sin dirigirle la palabra a nadie más. Wida decidió ir tras él, ya que no quería que su hermano se mostrara enojado. Zion y Orikrof decidieron retirarse después de haber felicitado a todos los soldados por haber peleado. Una vez fuera de la sala, las dos figuras de autoridad del equipo decidieron regresar a la sala de comandos.

    Thomas se acercó a Michael para recordarle su pelea que tendrían el día de mañana.

    — No olvides que mañana te toca pelear contra mí — le decía Thomas, tomando el hombro de su compañero — Espero que te sientas mejor mañana.

    — Yo también espero eso — Michael contestó muy entusiasmado — Deberíamos haber peleado al menos una vez cuando competíamos por el puesto de líder.

    — Mejor tarde que nunca, dicen algunos — le respondió Thomas — ¿Crees que puedes ganarme?

    — Estoy seguro de que sí puedo — Michael realmente deseaba que llegara el día de mañana — Aunque no lo parezca, he estado entrenando mucho. Por lo que hemos visto hoy, Wagner es el mejor soldado y Ace lleva el segundo lugar. Reclamaré el tercer puesto cuando te gane mañana.

    — Te ves muy confiado, Michael — Ace escuchó esas palabras de su compañero — Ten cuidado, no querrás que esa confianza te lleve a la derrota.

    — No pienso dejar que lo haga — Michael estaba lleno de confianza en sí mismo — Mañana venceré a Thomas, y algún día, los venceré a ustedes dos también. Tengo muchos deseos de volver a la cima y ser un soldado destacado como lo era antes. Siento que me he quedado muy conforme con estar detrás de ustedes mucho tiempo. Pero eso ya no pasará más. Recuerden esto: antes de que encontremos las respuestas a la Gran Catástrofe, yo ya los habré superado.
     
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  8.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola. Paso a comentar el capítulo.

    No sé por qué razón dices que este capítulo es el menos interesante de los capítulos 9, 10 y 11. Estos tres capítulos han sido para desarrollar a los nuevos personajes y deberías sentirte orgulloso porque has hecho un buen trabajo. Te puedo decir con toda seguridad que este capítulo es el que más me ha gustado de los ya mencionados.

    Después del mal sabor de boca que me dejó el anterior con la derrota de Ace, mi hype está al infinito y más allá XD. ¿Por qué? Bueno, dos de mis chicas preferidas han resultadado ganadoras en los combates, pero vamos por partes.

    La batalla de Angustina y Wida ha sido interesante. Wida es una chica muy rápida y ágil, tanto que Angustina se vio obligada a usar su energía. No sé si era un plan que tenía o lo hizo porque de verdad estaba en problemas, pero sea como sea Angustina ganó limpiamente. Se nota que Ace ha estado entrenándola, ya que no veo por ningún lado a la chica que era antes.

    Ahora que le han ganado es normal que Wida quiera una revancha. Me pregunto qué pasará cuando Angustina y ella se enfrenten en un combate cuerpo a cuerpo. Esperaré con ansías ese combate y más vale que no muera en ese planeta al que se dirigen.

    Y pasando a la batalla más relevante. Es impresionante que Alicia haya ganado la batalla de cuatro. Te digo una cosa, cuando Zion sugirió que Gwyn, Alicia, Plamo y Gan pelearan todos contra todos, pensé que Alicia perdería la batalla en poco tiempo, pero me alegra haberme equivocado, creeme.

    A pesar de que Gwyn tiene más experiencia en combate y ha estado desde que inició la misión de recursos. Fue eliminada en cuestión de minutos por un guerrero que ni siquiera se le puede considerar como un guerrero como tal. Pienso que Gwyn ha descuidado sus entrenamientos y por esa razón terminó perdiendo. Lo bueno es que solo fue una práctica. Lo malo es que en una batalla real le puede costar la vida. Será mejor que Gwyn se ponga a entrenar en serio o no más lejos en la historia.

    Alicia, en cambio, pese a que no ha entrenado muy seguido, y el único entrenamiento que hizo de verdad fue con Michael para aprobar el examen de ingreso al Zenith. Ha logrado ganarle a Plamo con mucha facilidad, pero eso también me hace pensar que Plamo también se ha descuidado. Creo que si siguen por ese rumbo, terminarán muertos y en lugar de recatar a los soldados "cautivos" serán a ellos quienes van a necesitar que los rescaten.

    De Gan no voy a decir mucho. No me agrada su actitud y me alegra mucho que haya perdido. Espero que con esta derrota aprenda de los soldados que de verdad tienen experiencia en combate.

    No tengo más que decir salvo que me voy contento con la victoria de Alicia. Espero el capítulo de la próxima semana. Saludos.
     
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  9.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, pese a ser de transición cómo bien has dejado claro al inicio, las peleas han estado realmente entretenidas. Gan es un personaje muy interesante en combate aunque algo precipitado, espero no le cause cometer errores. Me ha encantado que Alicia ganara, es uno de mis personajes favoritos y por fin la veo en acción cómo ella sabe XD (Wagner, tiene novio, maldito). Agustina y Wida también tuvieron una gran pelea, pero no puedo esperar a la de Michael y Thomas, dos viejos conocidos. La espero con ansia. Hasta la próxima.
     
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  10. Threadmarks: El más fuerte de nosotros
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5992
    Saludos a Zurel Resistance y a cualquier otro que esté leyendo y disfrutando de LGC IV. Me alegra saber que han disfrutado mucho de los dos capítulos anteriores. Quizá yo he juzgado mal a estos capítulos por tratarse de capítulos destinados al desarrollo de los personajes y no a la acción. Quiero decir, yo ya conozco a los personajes, y en estos capítulos se los doy a conocer a ustedes. Creería que, dado a que yo ya los conozco, estos capítulos destinados a desarrollarlos son capítulos aburridos cuando en realidad no es así. Y que a ustedes les gustaron porque les gusta el desarrollo que les doy a los personajes, y a diferencia de mí, no los conocen. Pero bueno, yo también merezco mi opinión como escritor de la historia y respeto la de ustedes XD.

    Diré algo más. En estos días, edité la guía de personajes de LGC para que quede mejor desarrollada. Están invitados a leerla si quieren. Sin más distracciones, los dejaré leer tranquilos.


    El más fuerte de nosotros:

    La sala en donde los enfrentamientos habían tenido lugar estaba casi vacía. Con todos ellos terminados, y uno de ellos programado para el día de mañana, los tripulantes de la nave decidieron dedicarse a interactuar entre sí y relajarse tras los intensos combates que se habían vivido allí dentro. Los únicos tres que quedaban en la sala eran Lankir junto a los dos garak, Domir y Plamo.

    — Ese chico Gan peleó con bastante energía, pero también parece ser demasiado imprudente — señalaba Domir al xaromitante — ¿Siempre ha sido así?

    — Es joven, y debido a todo el tiempo que pasamos en esta nave, su naturaleza de guerrero pedía a gritos una pelea — Lankir explicaba las cosas a los otros dos seres de otra especie.

    — Cuesta mucho trabajo que la naturaleza con la que uno nazca defina lo que puedes hacer y lo que no — Plamo no dejaba de asombrarse con eso — Y sobre todo que domine tus impulsos.

    — De cualquier manera, deberías hablar con él para que se calme — le decía Domir — O si no eres tú, alguien más de los de tu especie. Vamos a un planeta que podría ser peligroso, y su naturaleza de guerrero no le servirá de nada si lo obliga a pelear contra tres enemigos poderosos.

    — Aprecio el consejo, Domir — Lankir agradecía el interés de su compañero — Pero dudo que Gan quiera verme ahora.

    — Aun así, deberías intentarlo — le contestó Plamo — Domir y yo probablemente nos quedemos a entrenar. Ninguno de los dos consiguió una victoria, por lo que este día no nos ha dejado muy bien parados con ustedes. Al menos yo quiero mejorar la imagen que dejé de mí pelea.

    — Estás invitado a acompañarnos si Gan no quiere hablar contigo — Domir se mostraba cortés con su compañero.

    Lankir asintió con una sonrisa ante la simpatía que ambos mostraban y decidió salir de la sala para ver si podía hablar con Gan. No sentía deseos de entrenar, por lo que, en caso de no tener éxito al hablar con él, se iría hacia una de sus salas favoritas de la nave: el laboratorio. Los otros dos garak, por su parte, se fueron a parar al medio de la sala para poder empezar ellos un nuevo combate uno a uno. No sería tan feroz como los que pasaron, y tampoco se convertiría en una lucha para derribar a otro. La idea de los dos garak era pelear de forma contenida, pero a la vez con fuerza para aumentar resistencia a los golpes y un mayor control en la toma de decisiones en peleas largas.

    — Nos están dejando atrás — Plamo quería alentar a Domir a pelear, aunque eso no era necesario — A este paso, seremos los dos más débiles del equipo.

    — Dos guerreros con nuestro poder no pueden permitirse eso — le respondió su amigo — Seguro pensarán que somos débiles, y si les llegamos a decir que somos de los mejores en el ejército garak, nuestra especie quedaría mal vista en fuerza.

    — La fuerza no lo es todo, pero es importante — Plamo estaba de acuerdo en lo que decía su compañero.

    — Likar era el más fuerte de nuestra especie — contestó Domir, volviendo a recordar a su fallecido amigo — Desearía tenerlo con nosotros. Él habría hecho gala de un despliegue de fuerza que habría dejado impresionados a todos.

    — Él nos habría dado un buen entrenamiento que también nos habría hecho más fuertes a nosotros — Plamo también recordaba a su amigo — Tienes razón al decir que nos vendría bien alguien así. Pero no quiero que caigas en esa obsesión otra vez.

    Tras conversar un poco, los dos garak dieron comienzo a la pelea de entrenamiento. Luego de lo que habían demostrado en las peleas del día, sabían que era su responsabilidad continuar entrenando de forma mucho más intensa que antes.

    En una de las habitaciones de la nave de los xaromitantes, se encontraban Wida, Gan, Ace y Agustina. La pareja de soldados del Zenith quería hablar un momento junto a los hermanos del planeta Xarom, más aún después de la gran pelea que han tenido las dos soldados.

    — Ustedes dos son impresionantes — Gan reconocía la fuerza de los humanos — Agustina, si no me equivoco con tu nombre, es una guerrera extraordinaria. Mi hermana no es la guerrera más fuerte que tenemos, pero no es fácil de vencer. Y tú, Ace, diste un gran espectáculo.

    — ¿Recuerdas mi nombre? — Ace estaba intrigado con la forma en la que su compañero le hablaba.

    — Nunca lo olvidaré tras esa gran lucha — contestó Gan — Aunque Wagner ganó, tú estuviste muy cerca. Aguantaste muy bien todos sus golpes, y parecía que era casi imposible derribarte.

    — Me he acostumbrado a pelear de esa manera — Ace recordaba a dos personas en particular al decir eso — Dos tipos me han desafiado a peleas así, y eso me ha dado experiencia.

    — ¿Podrías hablarnos más acerca de ellos? — Wida estaba muy interesada en saber acerca de eso — Al menos yo creo que sería bueno oír de las experiencias de un guerrero como tú.

    — Está bien — Ace miró a Agustina antes de comenzar — El primero de esos dos tipos se llamaba Shun. Fue en un tiempo en el que yo estaba con Black Meteor, por una circunstancia que no me gusta recordar ahora. Shun estaba celoso por mi puesto de líder, y porque una chica llamada Natasha sentía atracción hacia mí. Me desafió a una pelea para intentar quitarme las dos cosas, pero le di una paliza. El segundo tipo es alguien a quien conocimos hace meses. Su nombre era Bastien. Me odiaba aparentemente porque sentía celos porque Agustina era mi novia. No conozco sus motivos para haberme desafiado, y prefiero no hacerlo. Pero también lo derroté a él.

    — Imagino que te faltó motivación para poder derrotar a Wagner — Gan daba su opinión sobre el resultado de la batalla — Dado a que ahora estábamos en un combate para medir fuerzas.

    — Tenía un motivo para derrotar a Wagner — Ace explicaba sin querer revelar demasiado — Pero su fuerza es superior a la mía.

    — Por ahora — Agustina se acercó a Ace para tomar su mano — Pero solo esperen para conocer mejor a Ace. Es un soldado que no se rinde nunca, y que siempre supera a cualquier enemigo que tenga en frente.

    — El amor entre ustedes dos es muy notorio — comentaba Wida — Me di cuenta solo con escuchar la forma en la que se hablaban entre ustedes.

    — Ace lleva conmigo más de un año — Agustina explicaba un poco más de su relación — Cada día desde que me enamoré de él, lo amo más que el anterior. Él y yo hemos luchado juntos y superado muchas cosas. Y cada una de ellas solo refuerza nuestra confianza en el otro.

    Antes de que la conversación pudiera continuar, Aurio, el único de los xaromitantes que había logrado ganar su pelea, entró a la habitación. Había estado escuchando desde afuera para ver de qué era lo que hablaban, y también para buscar un buen momento para poder entrar. Al ver que la conversación se relajó un poco, entró sin preocupaciones. Los cuatro que estaban allí dentro se sorprendieron mucho al verlo entrar tan repentinamente. Aurio pidió perdón por haber entrado así y luego pasó a hablar sobre un tema con los cuatro, aunque originalmente quería hablar solo con Gan.

    — Escucha, Gan, ¿estás satisfecho al haber peleado contra tres soldados en una pelea como la que acabas de tener? — la pregunta de Aurio fue hecha en una forma severa.

    — Aunque fui derrotado, sí lo estoy — Gan se mantenía firme — Lankir se acobardó y no quiso pelear. Yo tuve que hacerlo para salvar su honor de guerrero.

    — Lankir no peleó no porque fuera un cobarde, sino porque es inteligente — Aurio explicaba las cosas desde su punto de vista — Él no es un guerrero al 100% como tú, como yo o como tu hermana. No tenía oportunidad en contra de su rival.

    — ¿Eso es una justificación para que no quisiera luchar?

    — No — Ace se metió a la conversación sin saber demasiados detalles sobre la historia de los cuatro — Pero hizo una bien al no querer entrar a una pelea donde no podría ganar.

    — Más aún, yo creo que hizo bien en analizar y reconocerla — Agustina discrepaba un poco con su novio — También estaba la posibilidad de que Lankir no fuera capaz de reconocer sus posibilidades. Pero lo hizo, y las aceptó. Quizá no sea el guerrero más fuerte de ustedes, pero te puedo asegurar que ninguno le ganaría en astucia.

    — Las peleas no se ganan con astucia, se ganan con fuerza — Gan sonaba muy molesto con los cuatro.

    — ¿De dónde sacaste eso? — preguntaba Agustina sin entender nada.

    — De una leyenda que se cuenta en nuestro planeta — respondió Wida, poniendo en contexto a la pareja humana — Hay una leyenda que dice que un guerrero conocido como Xarom derrotó a una bestia gigante con una gran fuerza, y que, al hacerlo, salvó a nuestra especie completa de la extinción. Y que es por eso que nuestro planeta lleva ese nombre.

    — Hay un mito humano que habla de algo parecido, al menos en esencia — Ace se ganaba la atención de todos los presentes en la sala.

    — Pero eso no viene al caso — Aurio volvió a tomar la palabra — El asunto es que no deberías despreciar así a Lankir. Él y su inteligencia te salvarán de varios peligros, si te dedicas a escuchar lo que tiene que decir.

    — Lo escucharía si realmente fuera un guerrero de verdad, pero no lo es — Gan parecía no querer entrar en razón.

    — Que obstinación — Aurio se daba la vuelta para retirarse, muy molesto cabe aclarar — En ese caso, yo soy un guerrero de verdad. Así que escúchame a mí cuando digo que deberías escuchar lo que dice Lankir.

    Tras haber dicho esas palabras, Aurio, el mejor amigo de Lankir se retiró de la sala. Gan se encontraba muy molesto, y lo único que dijo luego de que se fue, terminó siendo una petición para que Ace y Agustina le contaran acerca del mito humano que guardaba un poco de parecido con la leyenda del guerrero llamado Xarom que dio origen al nombre de su planeta. La pareja le contó a Gan lo que sabían acerca de un cuento bíblico, la historia de David y Goliat. Wida y Gan estaban maravillados al escuchar esa clase de historias. Aunque no las creían, ambos consideraban que se trataban de historias muy buenas para contar, y que podrían ser tomadas como una inspiración para que los seres pequeños, quienes representarían a los débiles, no se rindieran ante los más grandes. Luego de eso, la charla continuó. Los cuatro aprovecharon para conocerse mejor, aunque Gan solamente se quedaba callado y asentía a las preguntas que le hacían, sin sentir ninguna clase de interés en contestarlas. Una vez que había pasado un largo tiempo, Ace y Agustina decidieron retirarse. Tras haber quedado solo con su hermana, Gan quiso hablar con ella de algo serio.

    — Wida, creo que no deberías seguir con Lankir — le decía su hermano menor.

    — ¡¿De qué estás hablando?! — a Wida le pareció inaceptable que su hermano dijera algo así — ¡¿Te has olvidado de todo lo que Lankir hizo por nosotros?! ¡Gracias a él estás aquí con vida y no aplastado por un meteorito en el planeta Xarom!

    — Así es, pero considera lo que pasó hoy — Wida no entendía a donde quería llegar — Se acobardó al pelear contra alguien más fuerte. Si tú y yo quedamos en peligro al llegar a ese planeta al que vamos, ¿qué es lo que va a hacer Lankir? Espero que no quiera huir otra vez.

    — Esta vez es distinto — Wida no quería levantar la voz porque no quería causar un alboroto — Lankir nunca nos abandonaría, ni a nosotros ni a nadie. No te dejes llevar por lo de hoy. Lankir no es un guerrero de tu clase, y debe ser por eso que no valoras lo bueno que es.

    — Si hay alguien que merece ser valorado, ese es Aurio — Gan parecía querer que su hermana no siguiera con Lankir — Él no se acobardó, e incluso derrotó a su enemigo.

    — No seguiré hablando de este tema contigo — Wida se encontraba muy enojada con su hermano — Y ni se le ocurra decirle a nadie que me dijiste eso.

    Wida amaba a Lankir desde el día en que este la había salvado. Para él, Lankir era un guerrero con cualidades dignas de ser admiradas, y no se merecía que lo despreciaran de esa manera. Pero lo que menos le gustó era que su hermano quisiera intentar que ella lo viera de una forma diferente. Eso era algo que Wida nunca iba a permitir.

    Mientras tanto, en otro de los lugares de la nave, más específicamente en un laboratorio, Lankir se encontraba limpiando el cañón que había inventado, además de no dejar de mirarlo para ver si sería capaz de mejorarlo, o, en cualquier caso, de crear otro más potente. Mientras se encontraba distraído con todos los pensamientos que pasaban por su mente, Wagner y Dustin entraron a la sala para poder hacerle compañía. El xaromitante los saludó a ambos con una sonrisa, y los invitó a pasar, para luego volver a centrar la vista en su arma. Los dos compañeros y amigos del Zenith se acercaron para poder ver en qué era lo que estaba trabajando, y se asombraron al ver el arma desde más cerca. Ciertamente, su diseño les causaba curiosidad.

    — Si no me equivoco, tú lo hiciste, ¿verdad? — preguntaba Wagner a su compañero.

    — Es exacto — contestó Lankir, dejando de mirar su arma para poder mirar a sus dos acompañantes y así demostrar educación — Esta clase de arma es muy potente, y estoy seguro de que nos servirá de mucha utilidad cuando lleguemos a ese planeta.

    — ¿Cómo funciona? — Dustin se veía muy curioso ante el cañón que estaba observando.

    — Con estas seis piezas de metal se engancha al brazo con el cual disparas — a Lankir le encantaba mucho hablar sobre sus creaciones — Lo enciendes con este botón — decía mientras lo presionaba, cosa que causó que se encendieran las cinco luces del cañón — Estas luces blancas indican la cantidad de disparos que puedes realizar. Se dispara jalando de esta palanca, la cual libera un disparo con un gran poder explosivo. Se irá cargando automáticamente, y eso es una gran ventaja. Su desventaja es que cuenta con muy poca energía debido a su tamaño, y solo puede con cinco disparos seguidos. Más de eso causaría un sobrecalentamiento que podría romperlo.

    — Has creado un arma muy poderosa con recursos limitados — Wagner estaba maravillado con el invento de su compañero — Tienes una inteligencia muy superior. Creo que no deberías haber venido con nosotros, deberías haber hablado con Magnus para que te proporcionara recursos y un laboratorio para trabajar mejor. De seguro tus invenciones podrían sernos muy útiles.

    — Agradezco tus palabras, Wagner, pero, aunque mi naturaleza de guerrero no predomine, no podía quedarme afuera de esta misión — las palabras de Wagner causaron un gran efecto en Lankir, más de lo que su agradecimiento dejaba ver — Además, si podemos explorar el universo y descubrir la causa por la cual perdimos nuestro planeta, es más que obvio que quiero participar.

    — Tienes una astucia y determinación nunca antes vista — Dustin se asombraba con la forma de ser del xaromitante — Permíteme arriesgarme al decir esto, pero contigo formando parte del equipo, la misión de rescate será un éxito.

    — Eso espero — Lankir nunca habría imaginado que los humanos serían tan amables — Y no te preocupes, Dustin, te daré una batalla que no te decepcionará. Wagner, analicé tu combate y ciertamente eres nuestro guerrero más fuerte. Estoy seguro de que tu padre te nombrará líder del equipo algún día. Cuando eso pase, trabajar contigo será un honor.

    — Increíble, gracias por tu amabilidad — contestó Wagner, sintiéndose muy feliz de contar con alguien así en el equipo, cosa que lo motivaba más a convertirse en el comandante.

    Tras haber pasado la mayor parte del día conversando entre ellos, llegó la hora de que los soldados se fueran a dormir. Mientras la mayoría no tuvo problemas para eso, Michael y Alicia se habían desvelado un momento. La chica notaba a Michael algo pensativo, probablemente en la pelea que tendría el día de mañana en contra de Thomas. La cara de Michael reflejaba una extraña mezcla de entusiasmo, determinación y también preocupación. Ella conocía la fuerza de su novio, por lo que estaba seguro de que él sería el ganador el día de mañana.

    — Michael, te noto con una seguridad que hace tiempo que no había visto en ti — Alicia se lo hizo saber — Y me gusta, me hace sentir que yo también estoy segura. Sé que ganarás la pelea de mañana.

    — Gracias, Ali — Michael quiso abreviar el nombre de su novia para llamarla con afecto — Llevo entrenando mucho tiempo contigo para que ambos podamos volvernos más fuertes. Tengo que asegurarme de que dé frutos.

    — Ayer te noté con muchas ganas de ser el mejor soldado del equipo otra vez — Alicia notó ese comportamiento en Michael.

    — En realidad, Thomas y yo nunca hemos peleado — Michael recordaba sus momentos de rivalidad junto a su compañero — Aunque hayan pasado dos años, será una forma de saber si yo realmente era el más fuerte del equipo antes. Ace y Wagner me dejaron atrás, y eso no se puede negar, pero puedo ir subiendo poco a poco.

    — Michael, tú puedes llegar a ser el mejor — Alicia se le acercó para darle un beso en la mejilla — Eres alguien muy fuerte, y fuiste tú quien me enseñó varias cosas cuando nos conocimos. Yo sé que con entrenamiento lo lograrás — la chica se recostó sobre el pecho del soldado para poder dormir bien — Serás el más fuerte, y yo no me quedaré detrás. También entrenaré para mejorar junto a ti, y alcanzar tu gran nivel.

    Los dos se dieron un beso y luego de eso, Alicia cayó dormida. La chica tuvo una gran pelea en contra de Plamo, Gwyn y Gan, y quedó un poco cansada luego del resto de actividades que había realizado a lo largo del día. Michael observaba a Alicia dormir tranquilamente. El rostro de Alicia era lo más bello que Michael había visto en su vida. Amaba a su novia, no solo por su apariencia, sino por la forma de ser de ella. Tras mirarla unos minutos, Michael levantó su brazo izquierdo para observar la pieza de metal cocida a su piel. Si se concentraba lo suficiente, aún podía sentir el dolor del momento en el que se la colocaron.

    — Seré el más fuerte de todos — Michael pensaba para sí mismo al mirar esa placa — Para que nunca más le puedan hacer nada a Alicia, y para nunca más tener que recurrir a esto.

    En otra de las habitaciones, Thomas y Gwyn pasaban por una situación algo parecida. La pareja estaba en la cama, preparándose para dormir, aunque era natural que Thomas estuviera pensando muy seriamente en la pelea de mañana. Había estado entrenando, eso era cierto, pero sabía que Michael no había descansado del entrenamiento en todo ese tiempo. Su combate sería muy duro, y él recordó el momento en el que Michael demostró estar por delante de él. Al menos él consideraba que era así, pero ahora podría quedar demostrado, y, sobre todo, sería en frente de todo el equipo. Gwyn lo notaba, y quiso hacer todo lo posible para que Thomas no tuviera miedo de luchar.

    — Le ganarás — Gwyn animó a Thomas como sabía hacerlo — Eres un soldado con más madurez que él, Thomas. Incluso aunque Michael tuviera más fuerza, no es rival para ti.

    — Espero poder ganarle — Thomas sentía algunas dudas respecto a su enfrentamiento, no estaba aterrado, pero en sí, había un ligero miedo a caer ante él — Michael de seguro habrá madurado también.

    — Thomas, yo te conozco bien, y también a Michael — Gwyn confiaba en que su novio podría ganar — Estuve casi un año con Michael, y su forma de hablar conmigo me decía muchas cosas. Pude notar que tú eres mucho más centrado que él. Hay una gran diferencia en la mentalidad de ustedes dos, y la tuya es superior. No es solo eso, también eres alguien que no deja que el pasado lo afecte. Michael muchas veces hablaba de la culpa que sentía sobre la muerte de Julie, e imagino que con Devlin será lo mismo. Me da lástima decirlo, pero Michael es alguien que mira hacia atrás y solo ve lo malo. Tú eres alguien que mira hacia atrás y ve todo, decidiendo que es lo que hay que te puede servir y que es lo que no. Así que, el día de mañana, tú vas a derrotar a Michael. No dudes de ti mismo, porque eso te podría llevar a perder.

    — Te amo, Gwyn — Thomas estaba encantado con las palabras que recibía de ella — Eres la mejor chica que puede existir. Eres inteligente, fuerte, bonita y también una gran compañera. Nunca podría tener dudas si te tengo conmigo para sacar adelante lo mejor de mí.

    — Eso es algo que aprendí de ti — la chica besó a Thomas en la mejilla — Nunca lo olvides, tú me hiciste madurar y me ayudaste a mantener la firmeza. Ahora yo también quiero hacer lo mismo.

    — Michael no sabe lo que desperdició al haberte dejado — Thomas acarició el rostro de Gwyn — Otro de los motivos por los que quiero ganar.

    Los dos se dieron un beso en la boca para después cerrar los ojos. Sin muchos problemas, los dos quedaron dormidos en menos de cinco minutos. Ambos encontraban tranquilidad al tenerse en compañía mutua, por lo que no era raro que lograran descansar de esa manera.

    Al día siguiente, el comandante Zion y el general Orikrof quisieron que todos los soldados del equipo compartieran la mesa para desayunar todos juntos, debido a que cada soldado cenó en una hora totalmente distinta. Consideraron que serviría para poder mejorar las relaciones y aumentar la confianza entre todos los miembros del equipo. En el desayuno las cosas fueron muy tranquilas. Domir y Plamo se veían muy calmados tras el entrenamiento de ayer. Ace y Agustina sonreían al comer junto a Wagner, Dustin, Alicia y Gwyn, y parecía que ninguno se mostraba molesto con el resultado de la pelea de ayer. Michael y Thomas comían entusiasmados, sentados uno junto al otro. Lankir estaba al lado de Michael, y de alguna manera, sentía que se contagiaba de esa buena vibra que los dos soldados emanaban. Pasaba lo mismo con Gan, quien estaba sentado al lado de Thomas. Las charlas acerca de cómo se sentían, junto a los relatos de sus vivencias en sus respectivos planetas y la gran cantidad de cosas que tienen en común lograron que el ambiente se sintiera agradable. No solo eran compañeros de equipo, sino que había una fuerte amistad en ellos, incluso pese al poco tiempo de haberse conocido.

    Tras acabar el desayuno, cada uno limpió las cosas que usaron, para luego proceder todos, incluyendo a los dos guerreros que ayer habían estado ausentes, hacia la sala en donde Thomas y Michael tendrían su combate. Ciertamente, cada miembro del equipo tenía bastantes ganas de observar una gran pelea entre los dos, y ninguno lo ocultó a los demás.

    — Ace, ¿Quién crees que ganará el combate? — a Wagner le interesaba la opinión de su competidor.

    — Vería a Michael con la ventaja para esta pelea — Ace contestó creyendo que él sería capaz de ganar — Si el comandante Richard lo eligió como líder, debe ser por algo.

    — Yo creo que Thomas tiene más posibilidades — continuaba Wagner, llevándole la contraria a Ace.

    — He visto entrenar a Thomas — Dustin entraba en la discusión — Te sorprendería lo fuerte que pueda llegar a ser. No deberías decantarte tan rápido por Michael.

    — Para mí, Michael ha sido siempre superior a Thomas — ahora era Agustina quien entraba a la conversación — Salvo que se haya quedado muy atrás, él debería ganar esta pelea.

    — He peleado muchas veces con Thomas para reconocer su fuerza — Plamo apostaba la victoria a su compañero de entrenamiento.

    — Que Thomas nos derrote a nosotros no quiere decir que sea el más fuerte precisamente — Domir discrepaba con él.

    — Thomas le ganará, no solo por fuerza, sino también por inteligencia — Gwyn apoyaba a su novio para el combate.

    — Pero Michael es un guerrero que ha crecido mucho en combate — Alicia respondió — No deberías creer que es alguien imprudente. Desde que él y yo entrenamos, siempre ha logrado mantener la calma en los combates.

    — A mí me da igual quien gane — Aurio le restaba importancia al resultado — Yo solo espero una gran pelea.

    — Digo lo mismo — Wida apoyaba lo que decía su compañero — Mientras luchen con todo lo que tienen, el resultado da igual.

    Tanto Michael como Thomas escuchaban las palabras de todos los presentes. Si bien estaban felices por ver que el apoyo de sus compañeros estaba dividido en partes iguales para ambos, les hubiera gustado poder convencer a la mayoría de su capacidad para derrotar a su rival. Sin embargo, ahora tenían la oportunidad de hacerlo, en frente de todos para variar.

    El general Orikrof les dio una señal para que comenzaran a pelear, y ninguno de los dos perdió el tiempo. Michael quiso cargar en contra de su rival, quien rápidamente y sin darle la oportunidad a que se acercara, levantó su brazo y le disparó energía. Michael interrumpió su carrera para frenar e inclinar su cuerpo hacia un costado y así poder evitar el impacto, cosa que Thomas aprovechó para empezar a correr hacia él. Michael quiso imitar su acción, por lo que estiró el brazo listo para lanzar energía, sin embargo, Thomas decidió contrarrestar el golpe. Deteniendo su marcha de forma rápida, levantó su pierna y logró darle una patada en la mano a Michael antes de que este pudiera ser capaz de dispararle un fragmento de energía. El golpe no fue muy fuerte, y más allá de un ligero dolor a los dedos de Michael, no tuvo otro efecto. Thomas apoyó su pie en el suelo para poder impulsarse a lanzar un puñetazo al rostro de Michael, quien, con grandes reflejos, lo esquivó agachándose al mismo tiempo que le lanzó un puñetazo muy fuerte al estómago de su rival.

    El golpe había dolido un poco, pero Thomas no quiso retroceder ante Michael. Este último, viendo que no lo hizo moverse, disparó fragmentos de energía, los cuales le dieron en el estómago causando que Thomas retrocediera dos pasos con cada uno. El soldado se daba cuenta de que Michael lo tenía, por lo que levantó su mano y le apuntó a la cabeza para empezar a disparar. Michael no podía moverse, por lo que no le quedó más opción que agacharse para evitar el golpe. Thomas se aprovechó de eso para correr rápidamente hacia él y darle un rodillazo en la cabeza. Estando Michael agachado, y sumado al impulso del golpe, este último cayó de espaldas al suelo. Sabiendo que Thomas le podría ganar, levantó ambas manos y disparó energía, primero con una y luego con la otra, dejando unos cinco segundos de diferencia entre ambos disparos. Thomas retrocedió y evitó ser golpeado por ambos, pero desafortunadamente para él, Michael se había puesto de pie, por lo que esa oportunidad para ganar quedó atrás.

    Ambos estaban emocionados por el combate, y todos los espectadores también, por lo que decidieron luchar de forma más directa. Los dos soldados corrieron el uno al otro, y comenzaron a intercambiar puñetazos. Thomas logró darle el primero a la cabeza, a lo que Michael respondió con uno al estómago. Thomas contraatacó de inmediato lanzando un codazo muy potente al pecho de Michael, quien sintió un fuerte pinchazo de dolor al mismo tiempo que devolvía el daño con un golpe a la cabeza. Los dos tomaron distancias después de eso, dado a que notaron que estaban convirtiendo su lucha en una competencia de golpear más fuerte. Thomas apuntó a los pies de Michael y le empezó a disparar energía, dejando al soldado sin otra opción más que esquivar los ataques moviéndose lo más rápido que podía. El plan de Thomas era causar que Michael perdiera el equilibrio y poder atacarlo directamente. Michael logró notarlo, y de alguna manera, se puso a pensar que, si Orz tuviera el control de su cuerpo, fingiría ser golpeado para engañar al rival. Fue así que Michael decidió poner en práctica algo que creyó que su enemigo haría.

    Michael se dejó golpear por uno de los fragmentos de energía de Thomas, teniendo el suficiente cuidado de que no sea un golpe fuerte, o de lo contrario, el plan le saldría muy mal. Tras recibir un leve daño, Michael dejó caer su rodilla al suelo para luego soltar un exagerado grito de dolor. Thomas lo vio como la oportunidad perfecta y fue tras él para poder golpearlo y derribarlo. Su rival lo esperó hasta tenerlo lo suficientemente cerca, y fue ahí cuando se impulsó con la rodilla desde el suelo para intentar lanzar un fuerte puñetazo a la cabeza de Thomas. El soldado consiguió reaccionar con unos rápidos reflejos, retrocediendo justo antes de ser golpeado por Michael, quien se sorprendió al ver su plan fallar. Aprovechando que el golpe de Michael se pasó de largo, Thomas le tomó el brazo con ambos brazos suyos, para luego tirar un rodillazo al estómago de Michael, el cual fue algo débil por la poca distancia que había. Sabiendo que se podría aprovechar de tenerlo retenido para darle más golpes así, Thomas empezó a darle rodillazos para intentar debilitar a Michael. Este supo inmediatamente que hacer para librarse, por lo que, mientras recibía los golpes, estaba preparando su pie para dar una patada contundente. Thomas no se daba cuenta de que Michael estaba listo para atacarlo debido a que creyó que el movimiento de sus piernas era producto de los golpes que recibía.

    Michael se preparó para contra atacar, y cuando notó que Thomas levantó su rodilla, le lanzó una plancha a la tibia, la cual fue con una gran fuerza que causó que Thomas terminara soltando a Michael y cayera con ambas rodillas al suelo, causándose algo de daño y liberando un grito de dolor. Michael se apresuró para terminar el combate sin darle tiempo a que lograra defenderse o alejarse. Lanzó un fuerte rodillazo en el pecho que le causó un fuerte dolor a Thomas, y luego empezó con una seguidilla de puñetazos potentes en la cabeza, los cuales aturdían a su rival sin darle nada de tiempo a prever o a defenderse. Tras darle cuatro puñetazos fuertes, Michael culminó la pelea con un fuerte codazo en la cabeza, seguido por otro rodillazo en el mismo lugar. Thomas no logró resistir más y cayó al piso muy aturdido, con lo cual, Michael solo tuvo que pisarle el cuerpo para evitar que se levantara, sentenciando la pelea con una victoria para él.

    — ¡Lo logré! — Michael estaba muy feliz de haber logrado ganar — ¡Yo gané!

    — ¡Eres increíble, Michael! — Alicia se sentía bien porque su novio consiguiera ganar la pelea — ¡Sabía que podías hacerlo!

    — Ambos lucharon bastante bien — apreciaba Plamo, cosa que todos los demás escucharon — Hicieron un buen uso de la energía y de los golpes.

    — No se le puede reprochar nada a ninguno de los dos — Lankir miraba a Gan, esperando que este le dirigiera la palabra — ¿Verdad?

    — Así es — Gan parecía estar algo más tranquilo con Lankir, pero no lo miró al responderle — Ambos dieron lo mejor de sí mismos. Pero quedó demostrado cuál de los dos es el más fuerte.

    — No… Thomas… — a Gwyn le cayó como un balde de agua fría el haber visto perder a su novio, dado a que creyó que podría ganar la pelea.

    La chica decidió ir a ver cómo se encontraba. Michael le extendió la mano a su compañero, quien, con una cara de frustración, la aceptó para ponerse de pie. Si bien, Thomas supo que podría perder, creyó que se había desempeñado muy bien en el combate, por eso le costó mucho aceptar la derrota.

    — Felicidades, Michael — las palabras de Thomas sonaban algo forzadas — Diste una buena pelea, eso no se puede negar.

    — Gracias, Thomas, tú también luchaste bien — contestó Michael quien reconocía la fuerza de su rival — Me lo pusiste muy difícil. Lograste tirarme al suelo y casi hacerme perder al poco tiempo de empezar la pelea.

    — Thomas — Gwyn se acercó a su novio para abrazarlo — Peleaste muy bien. Lamento que no hayas ganado — la chica se sentía muy mal por él.

    — No pasa nada — la respuesta de Thomas no convenció mucho a Gwyn — Aprenderé de esta derrota, por más que no me guste.

    — Entrenaré contigo cuando quieras — Gwyn quería ayudar a que su novio no perdiera el ánimo — Ganarás la próxima vez. Tú y yo ganaremos la próxima vez.

    Luego de ver esa escena, Michael se sintió conmovido. Desde que se enteró que Thomas y Gwyn habían empezado una relación, siempre se sintió bien por ellos, dado a que se llevaban muy bien entre los dos además de ser felices estando juntos. El soldado supo que si alguien podría ayudar a Thomas era Gwyn, después de todo, ella muchas veces lo había ayudado a él a superar algunas cosas que él sufría cuando estuvieron juntos.

    Sin embargo, ahora el soldado no podía pensar en nada más que no fuera su victoria en la pelea. Michael se acercó muy animado hacia Ace y a Wagner, quienes habían estado mirando la pelea muy atentamente. Ambos supieron las palabras que su compañero iba a decir.

    — Esto demuestra que estoy en el tercer lugar — Michael sonaba muy determinado — Pero no me detendré aquí. Seguiré subiendo hasta superarlos a los dos.

    — Supongo que es un llamado de advertencia para no detener los entrenamientos — Ace aceptaba el desafío de Michael, y claramente, se rehusaba a dejar que lo superaran.

    — Te felicito, Michael — Wagner se sentía obligado al decir esas palabras, pero igualmente no las dijo con un tono sarcástico — Tener el tercer puesto en el equipo es algo que merece reconocimiento. Pero estás loco si piensas que voy a dejar que te me acerques. Yo no pararé de entrenar hasta que cumpla con mi objetivo.

    Los tres soldados se miraban de manera desafiante ante la mirada atenta de todos, quienes se veían muy entusiasmados con el espíritu de competitividad que se mostraba entre los tres soldados del Zenith. El único que se veía algo deprimido era Thomas, quien esperaba ser el ganador luego de haber luchado de una forma tan eficiente para él. Esto solo demostraba que, a pesar de todos sus entrenamientos, no llegaba a estar en el top tres del equipo, y que Michael siempre estuvo por encima suyo. Ciertamente, un soldado como él no iba a permitir que eso lo derribara emocionalmente, y planeaba utilizar esa derrota como una forma de motivarse a seguir creciendo como soldado.
     
    Última edición: 28 Marzo 2020
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  11.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Aproveché el silencio para leer este capítulo y debo decir que fue muy gratificante. Primero que nada, quiero recalcar una vez más que la actitud de Gan no me gusta nada, y mucho menos ahora. Me choca bastante que quisiera convencer a Wida a dejar a Lankir solo porque no quiso luchar. Todavía peor es que le haya insunado a su propia hermana a fijarse en Aurio por el simple hecho de ganar una batalla de práctica. No recuerdo si antes desarrollé un odio tan profundo contra un personaje de LGC, pero Gan se lo está ganando con creces. Te lo digo a secas; espero que lo maten.

    Una vez demostrado mi odio hacia Gan, debo decir que me llama mucho la atención de ese guerrero llamado Xarom. Sé que se ha mencionado muy superficialmente, pero deseo saber más ya sea aquí o en un especial. Es curioso que en base a ese guerrero el planeta lleve ese mismo nombre.

    Después pasando al tema de la batalla. Me agrada que Michael y Thomas hayan luchado, ya que nunca antes lo habian hecho. Ambos tenían sus motivos para luchar, pero es evidente que Michael tuvo una razón para esforzase en ganar; Alicia. Creo que Thomas perdió porque no estaba lo suficientemente motivado, eso y porque se ha descuidado un poco creyendo que sería fácil ganarle a Michael solo por ser más robusto y grande. Como dice el dicho; entre más grandes son, más fuerte caen XD. Thomas es uno de mis preferidos, y aunque no ganó, eso no hace peso alguno para cambiar mi opinión respecto a él.

    La verdad es que en su momento pensé que con todo esto de la batalla, Orz tendría alguna posibilidad de que emergiera una vez más y tomase el control de Michael, pero no fue así y eso me hace sentir un poco más tranquilo. Veremos si Orz continúa encerrado cuando lleguen al planeta al que se dirigen.

    Antes de terminar te cito un error que encontré;

    Aquí se repite dos veces era. Supongo que se debe por escribir de noche XD. Ese es el único que me parece haber visto. Por ahora eso es todo. Hasta la próxima. Saludos.
     
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  12.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo, ha sido un capítulo entretenido. Me ha alegrado ver que el grupo al completo tiene un buen ambiente y en ciertos momentos hasta familiar. Veo a Gan un poco irritado porque Lankir no quisiera pelear y se le ve como menospreciando a su homónimo simplemente por eso, cuando el tipo solo quiere ser productivo en otras cosas cómo la ciencia y tecnología. En fin, no me agrada mucho la forma de ser de Gan XD. Más allá de eso, me quedo con la muy buena pelea entre Michael y Thomas, sinceramente, era una batalla muy esperada por mí y no ha defraudado en absoluto. Michael me agrada más que Thomas aunque este último también me agrada, pero prefería la victoria del primero y así ha sido. La competitividad entre el top 3 de mejores peleadores me entusiasma y deseo ver más combates de entrenamiento entre ellos. Ya quiero que lleguen al planeta y ver que ocurre ahí XD esperaré al próximo capítulo, nos vemos.
     
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  13. Threadmarks: El planeta en el que morirás
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5331
    Saludos. Finalmente, tras los 3 últimos capítulos de entrenamiento, llegó el momento de publicar el capítulo que marca el comienzo de lo que es (para mí, y hasta ahora) el mejor arco de LGC de los que he escrito. Como siempre, los que tienen la última palabra son ustedes.

    Pronto se darán cuenta de que los tres capítulos anteriores, pese a que pudieran dar la apariencia de ser un capítulo de relleno, eran necesarios para la historia. No solo por un pequeño detalle de este capítulo, sino también en cosas que se mostrarán en capítulos futuros. Me alegra mucho que los hayan disfrutado, ya que yo (por el motivo que les conté) los encontré como capítulos poco interesantes. Si esos capítulos les gustaron, no quiero imaginar cómo afrontarán estos.

    No esperen acción en este capítulo, pero tengan por seguro de que en el capítulo siguiente la tendrán. Es una promesa. En fin, eso es todo por mí esta semana. Agradezco a Zurel y a Resistance por sus comentarios. Además, les informo que esta semana no publicaré un capítulo especial. Me queda uno escrito por publicar, pero no será hoy. Será la semana que viene. Esta vez solo tendrán por leer este capítulo, pero créanme cuando les digo que no lo extrañarán.

    Disfruten.



    El planeta en el que morirás:

    Después de que se dieron todos los combates, el comandante Zion y el general Orikrof dieron una lista en la cual clasificaban a todos los soldados a bordo de la nave según lo que ellos mostraron en los combates individuales y grupales. Dustin y Lankir, junto a los dos soldados xaromitantes que no podían hablar, no estaban en esa lista debido a que no habían luchado en ningún momento. Los soldados sentían interés en ver en qué posición habían quedado, por lo que decidieron mirarla.

    En el primer lugar estaba Wagner, seguido por Ace en el segundo lugar. Michael ocupaba el tercero. En el cuarto se encontraba Agustina, mientras que Aurio ocupaba el quinto puesto. La inclusión de ambos en lugares tan altos dejó sorprendidos a todos. Alicia aparecía en el sexto lugar, y Thomas en el séptimo. El soldado no esperaba estar en un puesto tan bajo, aunque comprendía los motivos para colocar a sus compañeros en una posición más alta que la suya. En octavo y noveno lugar estaban Wida y Gan, dejando a Gwyn en el décimo lugar, en tanto, los garak Domir y Plamo estaban en los dos últimos puestos de la lista. Hubo algunos que se decepcionaron con los resultados, ya que esperaban ser considerados para posiciones más altas, pero no había forma de quejarse. Zion y Orikrof fueron los que clasificaron a todos, y a personas con gran experiencia en combate no se les podía discutir mucho. Esa lista era un aviso para que cada uno supiera todo lo que debería entrenar para seguir subiendo o mantener posiciones, además de tener en mente a quienes tenían por detrás y a quienes por delante.

    Las cosas estuvieron muy relajadas para cada uno de los guerreros en los días siguientes. Los entrenamientos ya sea de musculatura, resistencia, combate y puntería eran actividades diarias a las cuales les dedicaban varias horas, todo con el fin de volverse muchísimo más fuertes y asegurarse de obtener el éxito en la próxima misión, sobre todo teniendo en cuenta que fue uno de los comandantes más fuertes del Zenith el que solicitó el rescate.

    No solo se volvían más fuertes, sino que aprendían mucho más entre unos y otros, además de forjar un gran espíritu de compañerismo que se iba contagiando cada vez más. Las similitudes y diferencias entre humanos y garak con los xaromitantes eran temas que daban conversaciones interesantes para ambos. El vínculo se fortaleció con el correr de los días.

    […]

    Faltaba solamente un día para que se cumplieran unas tres semanas exactas desde el momento en el que partieron desde el planeta Tierra, y ese mismo día sería el día en el que la nave llegara al planeta en el cual se encontraban los otros soldados del Zenith. La tensión se incrementaba con cada día que pasaba, y ahora estaba en un punto muy alto.

    En una de las habitaciones, Michael se reunió junto a su novia, a Gwyn, a Thomas, a Ace y a Agustina. Los otros cinco desconocían los motivos por los cuales su compañero los mandó a llamar solamente a ellos y dejando a fuera a los demás, y claramente era algo que deseaban averiguar.

    — Michael, ¿por qué nos llamaste solo a nosotros? — Thomas sentía mucha curiosidad por saber eso.

    — Quiero hablar con ustedes sobre algo importante — contestó con una seriedad que daba algo de miedo — Ya saben que mañana llegaremos al planeta donde el grupo de Roger se encuentra. Y si ellos han tenido que pedir un rescate, quiere decir que los seres que viven allí son fuertes.

    — ¿Eso qué tiene que ver con esto? — Gwyn no entendía mucho acerca de los motivos de su amigo.

    — Que es posible que estemos en peligro en ese planeta — la respuesta de Michael no fue comprendida en principio por sus compañeros — Estamos en peligro en cada misión, pero ahora el peligro será mayor. Y por eso considero que deberíamos tener un plan. Si las cosas se salen de control, y llegáramos a perder al comandante Zion y al general Orikrof, no nos quedará una opción más que escapar. Y quiero que la prioridad seamos nosotros seis.

    — ¿Qué hay de los demás? — Alicia se sorprendió un poco al escuchar a Michael hablar así — ¿Acaso ellos no son nuestros compañeros?

    — Lo son, y tampoco quiero que les pase nada, pero no creo que seamos capaces de protegerlos a todos. Por eso quiero que nos protejamos entre nosotros. No he dicho que los abandonemos, pero nuestra protección debería ser nuestra prioridad.

    — ¿Y eso por qué? — Agustina ciertamente quería saber que motivaba a Michael a decir eso — ¿Por qué nosotros?

    — Porque después de lo que pasó con Devlin, Erin y el comandante Richard, ustedes son la única familia que me queda — respondió Michael, poniéndose algo triste al pensar en sus compañeros caídos, y preocupándose por la seguridad de los que quedaban vivos — Estuvimos juntos por mucho tiempo. Luchamos varias batallas juntos, y me demostraron que son las mejores personas que podría conocer. No he llegado a formar un lazo así con Wagner o Dustin, y mucho menos con los otros. No quiero perder a ninguno de ustedes cinco, no lo podría soportar — Michael se tomó una pausa antes de continuar — Ustedes son mi familia. Una familia que aprecio mucho, y una familia que no aceptaré perder… Por eso los llamé. Hay que formar un plan para escapar juntos si la situación se sale de control.

    — ¿Cuál podría ser un plan así? — preguntó Ace, conmovido por las palabras de Michael — Nos dijeron que, al momento de llegar al planeta, nos dividirán en dos equipos y dudo que podamos estar los seis juntos en uno solo. Seguir un plan para nosotros sería desobedecer el plan de nuestros superiores.

    — Como dije, no vamos a abandonar a los demás si los podemos salvar — Michael repetía lo que decía — Pero en caso de que no podamos, nos escaparemos los seis juntos. Al momento de llegar al planeta elegiremos un punto de reunión, en el cual podamos encontrarnos si la cosa sale mal. Y repito una vez más, solo si sale mal y no nos queda opción.

    — Michael, ¿tienes un mal presentimiento sobre la misión? — Gwyn recordó un momento en el pasado — Porque una vez nos dijiste algo parecido a mí, a tu hermano y a Erin. Y ya sabemos lo que vino después — esa frase la dijo mirando a Alicia — ¿Presientes que algo anda mal?

    — ¿Ustedes no? — Michael se asombraba con esa pregunta — El comandante Roger emitió un pedido de rescate, como si eso no fuera suficiente para que crea que algo malo ocurre allí.

    — Yo tampoco tengo un buen presentimiento de ese lugar — Alicia sentía mucho miedo por lo que podría llegar a ocurrir — De alguna forma, me recuerda a lo que tuve que pasar. Y estoy de acuerdo con Michael en que tendríamos que tener un plan de emergencia. No quiero ser capturada otra vez.

    — No lo serás — la respuesta de Ace fue muy seria — Ni tú ni nadie será capturado. Pensaremos en un plan de huida por si las cosas no salen como esperamos. Pero solo si ya no podemos hacer nada para salvar a los demás. No dejaré a nadie atrás si hay posibilidades de salvarlo.

    En el interior de esa habitación, la conversación continuó por mucho tiempo, y todos estuvieron de acuerdo con idear una estrategia a utilizar en caso de emergencia. Cada uno de sus compañeros reaccionó de forma distinta ante la iniciativa de Michael. Alicia, por su parte, se veía feliz de saber que él se preocupaba por ella y por sus compañeros, aunque sentía lástima por no incluir a Wagner y a Dustin en el plan, dado a que los dos le caían bien. Gwyn estaba conmovida, dado a que, aún después de que su relación con Michael no salió de la mejor manera, él seguía preocupado por ella, e incluso seguía con deseos de salvarla en caso de que algo malo ocurriera. Ella no sentía nada de atracción hacia él en ese momento, pero no podía negar que era una buena actitud. Thomas se sorprendía por ver que Michael se comportara así con él, después del pasado que habían tenido en su primera misión, en donde ambos cometieron errores. Michael no solo lo había perdonado, sino que demostraba que se preocupaba por él. Al soldado le dio una sensación de tranquilidad al pensar en eso. Ace, por su parte, no dejaba de asombrarse por todo lo que ocurría. Hace mucho tiempo, Michael y él probablemente se habrían matado entre sí por órdenes de sus comandantes. Ahora dichos comandantes ya no estaban, pero Michael y él forjaron una gran amistad, y Michael lo demostraba. Agustina también se sentía feliz de ser tomada en cuenta por su compañero, al mismo tiempo que recordaba con tristeza lo sucedido con los demás. Del equipo original del Zenith en el que ella formó parte, solo Michael, Gwyn y Thomas seguían con vida. El resto de sus compañeros no lo logró, y su comandante tampoco. Fue por eso que estaba de acuerdo con el plan de Michael de protegerse entre ellos, incluyendo también a Ace y a Alicia.

    No llevó demasiado tiempo idear un plan. Este simplemente consistía en fijar un punto de reunión y dirigirse todos allí en caso de que estuvieran separados. Donde los primeros que llegaban se asegurarían de proteger a todos los demás para que no les ocurriera nada. Todo eso en el caso de que estuvieran separados en equipos diferentes, dado a que, si estaban juntos, esa parte del plan podía saltearse.

    Mientras ellos estaban discutiendo esos asuntos, en una de las salas, más específicamente en la sala donde se encontraban las dos cápsulas que los xaromitantes tenían para poder descender a un planeta, los dos hombres a cargo del equipo se encontraban examinando las mismas junto a Lankir y Plamo.

    — El revestimiento que le aplicamos debería brindar una protección mayor — contaba el garak, quien sentía algo de orgullo en contribuir en algo como eso.

    — Así será difícil que sean destruidas — Lankir apreciaba la ayuda de su compañero — Pero lo mejor será no tentar a la suerte.

    — Será lo ideal para cuando lleguemos al planeta — comentaba el comandante Zion — Cubriremos más terreno si dividimos al grupo en dos equipos. Y eso también podría causar confusión al enemigo. Con estas cápsulas más resistentes, tendremos una preocupación menos.

    — Aun así, no me gustaría restarle importancia al cuidado de las mismas — respondió Orikrof algo nervioso — Si las dejan inservibles, no nos dejarán más opción que utilizar nuestros trajes para llamar a la nave para que podamos escapar. Pero eso sería muy peligroso. Preferiría que las cápsulas queden en un lugar bien escondido y camuflado.

    — Tal vez sería conveniente buscar algo para taparlas mientras buscamos al resto del equipo — Plamo aportaba con una idea — De esa forma les costaría localizarla. Dejar a alguien a su cuidado sería arriesgado, ya que lo pondríamos en peligro y le daríamos a entender a cualquiera que estas cosas son importantes.

    — Haremos lo que podamos cuando estemos ahí y con lo que tengamos al alcance — Orikrof contestó de forma muy seria — Planear que hacer no sirve de nada si el planeta es un desierto gigante.

    — El general y yo vamos a decidir los equipos, ustedes pueden ir a descansar — les decía el comandante Zion — Trabajaron bastante, y lo merecen.

    — Se lo agradezco, comandante Stones — Lankir respondió con un gran respeto para retirarse.

    El xaromitante y el garak fueron a buscar al resto de sus compañeros para ver si podían pasar algo de tiempo con ellos, dejando solos a los dos líderes del equipo para que pudieran terminar de decidir sus planes.

    En todos esos días, Lankir aprendió muchas cosas de Plamo, mientras que él también hizo lo mismo. De alguna forma, ambos pensaron que sus compañeros Domir y Gan tenían cosas en común debido al deseo constante de volverse más fuertes, aunque fuera por motivos distintos.

    — ¿Nervioso por mañana? — preguntaba Lankir queriendo saber la opinión de Plamo.

    — Si dijera que no lo estoy sería un mentiroso muy malo — la respuesta de Plamo causó algo de risa en Lankir — Pero sé que estaremos bien. Somos un grupo de guerreros muy capaces. En tanto no nos dejemos superar, estaremos bien.

    La charla entre ambos se vio interrumpida cuando Dustin y Aurio se toparon con ellos. Justamente, ellos dos estaban buscando a Lankir para poder conversar con él.

    — ¿Y bien? — Dustin se cruzó de brazos haciéndole saber a Lankir sobre el tema del cual quería hablar — Aún sigo esperando el combate entre tú y yo — aunque no estaba muy enojado, sí que sonaba ligeramente molesto — Dijiste que entrenarías para vencerme, y llevo esperando y preparándome por casi tres semanas — dado a que las unidades de tiempo humanas eran más precisas y fáciles de calcular que las de los xaromitantes, estos les enseñaron a cómo usarlas — Mañana es la llegada al planeta y no vamos a poder pelear.

    — Te quiero pedir disculpas, Dustin, no es falta de respeto — Lankir sonaba muy arrepentido — Es todo lo contrario. Quiero ser capaz de darte un buen combate, y con todo el tiempo que pasé en el laboratorio y trabajando en las cápsulas, no creo haberme preparado bien. Pero te prometí un combate y lo tendrás, créeme.

    — Supongo que lo único que puedo hacer es creerte — Dustin no se sentía mejor, pero al menos ya no se sentía nada molesto — Solo espero que no olvides tu promesa.

    — Nunca lo haría — tras decir esas palabras, Lankir, Plamo y Aurio vieron como Dustin se retiraba, probablemente a descansar.

    Los tres guerreros habían quedado solos, por lo que Aurio quiso aprovechar ese momento para hablar de algo personal con Lankir, aunque no tenía ningún problema en que Plamo escuchara sobre esa conversación. Después de todo, pasaron varias semanas y les tomó mucho aprecio tanto a los garak como a los humanos.

    — Dime, Lankir, ¿no has entrenado casi nada? — Aurio quería saber todo lo que Lankir había hecho cuando no lo había visto — Sé que en algún momento tienes que haber entrenado, pero si no te crees capaz de darle una pelea a Dustin, me haces dudar. ¿Entrenaste?

    — Claro que lo hice, solo que no lo suficiente para estar a tu nivel — Lankir era sincero con su amigo.

    — Si yo fuera tú, aprovecharía este día o lo que queda de él para entrenar a pleno — las palabras de Aurio sonaban como una advertencia — Estamos a punto de llegar a un planeta peligroso, y no quiero que se convierta en el planeta en el que mueras. Quiero que sobrevivas, amigo. Por eso quiero que vayas a entrenar.

    — Agradezco tu consejo y tu honestidad — Lankir no evitó darle un abrazo a Aurio — Por algo eres mi mejor amigo.

    Plamo estaba asombrado con la confianza con la que se hablaban ellos dos, pero luego lo comprendía cuando recordaba que él y Domir tenían el mismo tipo de relación como compañeros. Luego de la charla, Lankir se retiró para poderse ir a entrenar. Plamo decidió charlar un poco junto a Aurio para pasar el momento, ya que ambos consideraban que no deberían entrenar en el resto de lo que durara el viaje.

    En la sala de laboratorios, Domir se encontraba probando los guanteletes de calor junto a Wagner y Gan, quien quería aprender de todo lo que podía sobre dicha arma. Al joven guerrero no le había interesado en un principio, pero luego de darse cuenta del gran potencial que tenían esas armas, pidió que le enseñaran a cómo usarlas. Aunque solamente contaban con dos ejemplares de este tipo, dado a que Michael regresó el que robó de Likar a Asmir y a los garak.

    — ¿Cuánto tiempo pueden estar encendidos? — preguntaba Gan, muy maravillado con la tecnología garak.

    — Plamo y yo estuvimos trabajando para que puedan funcionar por un día completo sin recalentarse ni fundirse — Domir contestó con sinceridad ante la pregunta del guerrero — Pero no hay forma de garantizar que funcionen tan bien. Eso sí, con los ajustes que le hicimos, estoy seguro de que podrían soportar veinte minutos ininterrumpidos.

    — Pero es poco probable que tengamos que llegar a algo como eso — Wagner se metió a la conversación — No creo que haya un enemigo capaz de aguantar veinte minutos en una pelea contra esos guantes.

    — Dime, Wagner, ¿qué tanto pueden soportar energía en sus manos? — Gan mostró interés en la energía desde que la vio por primera vez.

    — Te refieres a lo de los escudos, me imagino — Wagner notó que el guerrero estaba asintiendo — La energía que liberamos es calor. Se siente como un calor que recorre el interior de nuestro cuerpo para luego salir de forma concentrada por las manos. Acumular energía por mucho tiempo podría ser riesgoso, dado a que el calor se acumularía tanto en el interior como en el exterior de las manos. Eso nos podría dejar incapaces de volver a pelear otra vez, y es por eso que solo usamos el escudo como último recurso. Claro que usarlo durante unos tres segundos en una pelea de entrenamiento ocasional no causará nunca un daño muy grande.

    — Desearía poder obtener un poder así algún día — Gan se miraba las manos con el anhelo de poder ser como sus compañeros alguna vez.

    — Hay un planeta en el cual queda radiación de la catástrofe, según lo que me dijeron mis compañeros — le comentaba Wagner — Una vez que rescatemos al equipo de Roger, iremos allí para tomar muestras de radiación y así poder usar el escáner de esta nave para descubrir la zona de origen. Podríamos tomar una muestra y exponerte a la misma para ver cómo reacciona tu cuerpo.

    — En nuestro planeta hay una máquina para eso — Domir recordaba que habían hecho lo mismo con Alicia — Su uso es seguro, incluso en seres que no son garak, por lo que podríamos intentarlo contigo.

    — ¡Eso sería algo increíble! — Gan no podía dejar de emocionarse como un niño con cada cosa que aprendía — ¡Podría volverme el guerrero xaromitante más fuerte si fuera capaz de hacer eso!

    — Igualmente, nos preocuparemos por eso después — Wagner quería cortar con esa conversación antes de que Gan se entusiasmara más de la cuenta — Diría de aprovechar el día de hoy para entrenar lo más que podamos. Mañana no lo podremos hacer, dado a que habrá que estar con nuestras energías por completo para la misión.

    Los dos se pusieron de acuerdo con el plan, por lo que abandonaron los laboratorios para dirigirse a la sala de entrenamiento y así aprovechar el tiempo que tuvieran disponible del resto del día.

    Wida, por su parte, era la única que se encontraba sola en su habitación. Ella estaba descansando tras haber entrenado por varias horas. Estaba muy metida en sus pensamientos cuando estos fueron interrumpidos con la entrada repentina de Aurio a la habitación.

    — ¡Aurio, tienes que golpear antes de entrar! — Wida se molestó con él — ¡Podría haber estado desnuda!

    — Lo lamento mucho, Wida — Aurio intentaba ocultar sus deseos de haberla visto de esa manera — Pero esto que te voy a decir ahora es importante. Tenlo en cuenta para la misión.

    — ¿De qué se trata? — la forma de hablar de Aurio le resultaba curiosa a Wida — No pareces muy contento.

    — No lo estoy — Aurio contestó aún más serio — Dustin le pidió a Lankir que tuviera un combate con él, y él le contestó que no se preparó demasiado como para poder enfrentarlo. Si ese es el caso, quiere decir que Lankir no está muy preparado para una pelea. Lo cual no es que me caiga muy bien teniendo en cuenta que vamos a llegar a un planeta peligroso el día de mañana.

    — ¿Viniste a advertirme?

    — Sí, a advertirte y también a darte un consejo. Si las cosas se ponen peligrosas, tú y tu hermano necesitarán a alguien que los proteja. Principalmente tú. Eres la única mujer 100% guerrera que nos queda. Si te perdemos, pasarán generaciones antes de tener a una así otra vez. No podemos permitir que pase. Así que, si las cosas se ponen peligrosas, búscame a mí, a Michael, a Ace o a Wagner. Yo te protegeré, pero en caso de que no pueda hacerlo, cualquiera de ellos lo hará por mí.

    — Eres muy considerado, Aurio — Wida estaba impresionada por la visión a futuro que tenía su compañero — Incluso piensas en los guerreros que podrían nacer en el futuro. No esperaba que tuvieras esa clase de pensamiento.

    — Lo tengo, y eso es porque tú y tu hermano son importantes para el futuro — Aurio estaba feliz de saber que Wida lo tenía en consideración — Lankir también lo es, pero si él decide no entrenar, no hay nada que podamos hacer por él. Recuerda lo que he dicho.

    — Lo haré. Gracias.

    Aurio se retiró para dejar tranquila a Wida. El soldado xaromitante estaba complacido por haber logrado que Wida empezara a ver a Lankir de otra manera a como lo veía siempre. Aurio estaba un poco molesto por ver que su compañero no entrenara demasiado, sobre todo sabiendo que su naturaleza no es la de un guerrero al 100% y que dependería de su fuerza para proteger a Wida y a Gan. Sea como sea, el mensaje fue entregado y comprendido, al menos así lo veía él.

    Wida quedó algo pensativa. Ella sabía que Lankir estaba enamorado de ella, y lo sentía desde que él la rescató el día en que su planeta fue destruido y debieron abandonarlo. Comprendía que su novio no era un guerrero al 100%, pero que su inteligencia y su capacidad lo hacían alguien capaz de pelear usando la astucia y no la fuerza. Aunque eso no quitaba el hecho de que no todas las peleas se podían ganar solo con astucia, y que la fuerza también era una clave para eso.

    El día continuó de forma tranquila en el interior de la nave, más allá de los ruidos producidos con los entrenamientos entre los soldados, los cuales no eran demasiado molestos.

    […]

    Al día siguiente, la nave finalmente había terminado su largo viaje y se encontraba acercándose al planeta de destino. Según los cálculos de las máquinas en la sala de comandos, en una hora más llegarían hasta dicho planeta. Todos los presentes ya habían desayunado, y ahora estaban listos para empezar con la misión de rescate. Antes de que pasara más tiempo, todos revisaron fotografías de los soldados humanos que se encontraban en el equipo de Roger. Claro que esto no era muy necesario debido a que no había más humanos en ese planeta, pero se hacía para poder identificar a los soldados en el momento en el que estos fueran rescatados.

    Faltando tan poco tiempo para el arribo, Zion y Orikrof decidieron comunicar como se dividirían los equipos.

    — Hemos decidido que dividiremos a los equipos de forma pareja — Zion comunicaba la decisión tomada — Es decir, nueve soldados en un equipo y nueve en el otro. En un principio pensábamos en la posibilidad de dejar a un equipo con diez y a otro con ocho, pero lo mejor será descartarlo.

    — El comandante Zion Stones dirigirá a uno y yo dirigiré al otro — Orikrof dijo algo que para muchos resultaba bastante obvio — Cada uno de nosotros designará un líder de equipo para dar las órdenes en caso de que algo nos llegue a pasar. Y todos obedecerán a ese líder sin mostrar ninguna queja. Espero que se haya comprendido.

    — Ustedes dos — Zion señalaba a los dos xaromitantes que no hablaban — Cada uno irá a un equipo distinto. Como Orikrof me dijo que tenían una capacidad similar, pueden ir a donde ustedes quieran.

    — Al resto de ustedes se les asignará un equipo, y no habrá ningún cambio — Orikrof lo dejó en claro desde el primer momento.

    — Mejor se los comunico rápido — todos estaban atentos a lo que diría el comandante — Wagner Stones se irá con Orikrof, y será el líder asignado. Ace Lakor vendrá conmigo, y será el líder asignado. Dustin Burntforest va con Orikrof, Agustina Young conmigo. Michael Umcali con Orikrof, Thomas Delleo conmigo. Alicia Noble va con Orikrof, Gwyn Fairin conmigo. Plamo va con Orikrof, Domir conmigo. Lankir va con Orikrof, Aurio conmigo. Gan va con Orikrof, y Wida conmigo. ¿Alguna objeción?

    Todos supieron que esa pregunta era una trampa, dado a que acababan de decir que los equipos no sufrirían ningún cambio. Wagner, a pesar de saberlo, quiso hacerle una pregunta a su padre. Salvo que hubiera escuchado mal, le tocaría estar en el equipo de Orikrof mientras que su padre se iría con Ace. Eso era algo que lo dejaba confundido, más que nada sabiendo todo el asunto de la elección del nuevo comandante del Zenith.

    — Comandante Stones — Wagner hablaba con respeto y algo de vergüenza — ¿Realmente Ace va a ir con usted?

    — Exactamente — Zion quería que Wagner preguntara los motivos antes de explicárselos por él mismo.

    — ¿Necesitas que tu padre te supervise todo el tiempo? — la pregunta de Michael no le gustó nada a Wagner.

    — Claro que no, solo me sorprende que no quiera ver mi progreso — Wagner explicó su pequeño descontento de forma vaga.

    — Es por eso que vienes conmigo, Wagner — Orikrof hablaba con confianza con el soldado — El comandante me pidió que me encargue de observar tu actitud en esta misión, y puedes estar seguro de que lo haré.

    Una vez que el asunto estaba totalmente arreglado, todos se acomodaron en la sala de comandos. Algunos tomaban asiento mientras que otros simplemente quedaban de pie. Menos de sesenta minutos separaban al grupo de rescate de su llega al planeta.

    El tiempo pasó muy rápido para ellos, y cuando se dieron cuenta, ya estaban por entrar a la atmósfera. Fue ahí que se decidió dar inicio al plan con el que se habían preparado. Lankir tecleó unos comandos de una de las máquinas y fue ahí como el mensaje que ellos habían grabado para enviar a otros planetas comenzó a transmitirse mientras la nave se metía en la atmósfera del planeta.

    […]

    En el interior de dicho planeta, más específicamente, en una de las ciudades subterráneas se encontraban Tzorkun y Sieng junto a los soldados Sharyn y Jason, quienes esperaban pacientemente a que una nave del Zenith llegara a la atmósfera en breve. Los cuatro se encontraban en una sala de vigilancia, comunicaciones y monitoreo general repleta de computadoras y máquinas completas, donde algunas enviaban información y otras recibían imágenes. Estaban acompañados de un grupo de aproximadamente diez soldados pertenecientes a la misma raza de Tzorkun y Sieng, y todos ellos iban armados. El líder de todos ellos empezaba a impacientarse con el tiempo que transcurría sin que la nave de rescate del Zenith llegara hasta ellos.

    — El día ya está por terminar, y todavía no hemos recibido ninguna noticia — Tzorkun miraba seriamente a los dos humanos — ¿Están seguros de que calcularon bien la distancia en días entre la Tierra y Emiv? — por lo que decía, Emiv parecía ser el nombre del planeta en el que se encontraban.

    — Mis cálculos no fallan nunca — Jason se defendía de lo dicho por Tzorkun — Pero también está la posibilidad de que no hayan enviado una nave de inmediato.

    — Eso me sorprendería — Sharyn no podía creer que ese fuera el caso — El comandante Roger sonaba algo desesperado en su mensaje, y los disparos que destruyeron el equipo de la nave claramente son un signo de que algo grave pasó. ¿Por qué todavía no ha llegado una de sus naves?

    — Ya llegarán — Sieng se entrometía en la conversación — No te impacientes, Tzorkun. Para mañana habrás reclutado a todos los soldados del Zenith que hayan venido a rescatar a este grupo.

    Fue entonces que una de las computadoras que se encontraba en la sala comenzó a hacer un ruido de alerta, para luego mostrar una imagen de una nave espacial entrando en la atmósfera del planeta Emiv. Tzorkun y todos los demás presentes se acercaron para mirarla más de cerca, y por el diseño que esa nave tenía, empezaron a sospechar que algo andaba mal.

    — No se parece en nada a la nave en la que vinieron — Tzorkun quería saber si Jason y Sharyn tenían algo para decirle al respecto — ¿Saben si su país cambió de diseño últimamente?

    — Magnus nunca haría un gasto así de grande, no cuenta con los recursos para hacerlo — Jason no entendía nada de lo ocurrido — Esa no es una nave del Zenith.

    — Nunca he visto una nave de Black Meteor, pero me atrevería a decir que no es una de ellas — Sharyn estaba preocupada porque se tratara de alguna especie hostil que hubiera llegado al planeta — Claramente se trata de una especie diferente a la nuestra. La pregunta es: ¿para qué vinieron aquí?

    — Me parece mucha coincidencia que una nave de otra especie llegue a nuestro planeta justo en el mismo día en que se suponía que llegaría una nave de la Tierra — a Sieng no le cerraba nada de lo que ocurría — Más que nada porque la única nave en la historia que llegó a nuestro planeta fue la suya. Estoy empezando a pensar que ellos son sus compañeros y que vinieron en una nave diferente para despistar.

    — Pero es imposible, nosotros no tenemos naves diferentes a la nuestra — Sharyn no creía que se tratara de humanos.

    — Sea como sea, mantén enfocada las cámaras más potentes en esa nave — Tzorkun no la quería perder de vista ni un segundo — La seguiremos atentamente y veremos si son humanos en una nave robada o si se trata de una nueva especie hostil.

    Fue en ese entonces que otra de las computadoras comenzó a sonar, llamando la atención de un soldado, que se acercó a la misma para sentarse y evaluar lo que estaba ocurriendo. Este mismo, tras analizar atentamente la máquina, notó que un mensaje estaba siendo transmitido a la misma, un mensaje que provenía de la misma nave. Tanto a Tzorkun como a los demás les pareció muy raro que una nave llegara de la nada y empezara a transmitirles un mensaje de forma tan abierta. Sin embargo, no iban a perder nada con escucharlo, por lo que el líder de dicha especie dio la orden de que el mensaje que estaban recibiendo fuera reproducido. El soldado a su servicio lo recibió y luego de hacerlo, lo reprodujo para que todos fueran capaces de oírlo.

    — Si alguien puede escuchar este mensaje, les imploro que respondan — la introducción de dicho mensaje dejó algo confundidos a todos los oyentes — Les pido que no tengan miedo de nosotros. Nuestra intención no es iniciar un conflicto hostil en contra de nadie. Solo somos un grupo de viajeros que han perdido su hogar, y que ahora están buscando uno nuevo. Por favor, respondan. Prometemos que no les haremos ningún daño.
     
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  14.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Hola.

    Paso a comentar el capítulo de esta semana.

    Debo decir que por el momento todo va pintando de maravilla. Pese a que no ha habido ninguna batalla de ningún tipo, el capítulo estuvo interesante. Algo que quiero recalcar es que Aurio empieza a caerme un poco mejor, a pesar de que Lankir es su amigo y se ha quedado con la única chica 100℅ guerrera de la raza. Aurio no se ha mostrado como el rival que quiere a su amigo muerto para quedarse con lo que él tiene.

    En lugar de eso, se ve que Aurio se preocupa por su amigo, por Wida y por el bienestar de su especie. En cierto momento me sentí molesto cuando Aurio vio a Wida como un instrumento sexual para ayudar a su raza. Porque según lo que se dice aquí, Wida es la única xaromitante 100% guerrera que queda y sin ella deben pasar generaciones hasta que aparezca otra. De modo que me molesté al ver que Aurio la quiere más por el bien de su raza, que por sentirse atraído hacia ella. Pero después entendí sus motivos al recordar que su raza esta casi al borde de la extinción, así que por ese lado entiendo sus razones de pedirle a Wida que tenga cuidado y que busque alguno de sus demás compañeros en plan de que el no pueda protegerla.

    Dejando de lado la controversia entre Aurio y Winda. Debo decir que me parece impresionante el plan que ha decidio formar Michael con sus compañeros. Entiendo que tenga sus motivos para cuidar de sus amigos, pero no por eso debería dejar de lado a los demás. Al menos, debería incluir a los Garaks y Xaromitantes, sobre todo teniendo en cuenta que ambas razas están al borde de extinguirse. Los demás miembros del equipo (humanos) está bien que sean dejados fuera, después de todo, ninguno de los miembros originales del Zenith tiene una estrecha relación con ellos, más allá de simplemente caerles bien. Esto que digo no significa que los quiera muertos.

    Y bueno, después de acabar el último día, finalmente han llegado al planeta destino y te digo que me da curiosidad que el planeta se llame Emiv; no se me ocurre nada para nombrar a esa raza desconocida teniendo en cuenta el nombre del planeta.

    Muero de ganas por ver cuál es el motivo de Tzorkun para querer reclutar soldados del Zenith, supongo que eso se verá en el próximo capítulo. Así que quedo a la expectativa. Nos vemos la próxima, saludos.
     
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  15.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola amigo, pasaré a comentar el capítulo.

    Me alegra que hayan llegado al planeta después de varios capítulos, estoy realmente entusiasmado con la trama que se viene y por lo que veo, a ti te agrada como la has hecho, cosa que me impacienta más por saber cómo avanzará. No he visto nada destacable al inicio hasta la reunión concertada por Michael para algunos de sus compañeros. Sinceramente, me alegra que considere familia a sus antiguos compañeros y quiera que se protejan a toda costa, pero tampoco veo bien del todo el hecho de que priorice personas por encima de otras. Por un lado le comprendo, pero por el otro no.

    Después está el hecho de que para mí juicio, Aurio ha aprovechado la indiferencia de Lankir a la hora de pelear (tiene sentido, si no es un guerrero cien por cien y prioriza otras cosas) para acercarse más a Wida. Y parece que lo ha conseguido. Quizá me equivoque, pero creo que habrá un conflicto ahí entre Aurio, Lankir y Wida.

    La formación de los dos grupos no me ha sorprendido mucho exceptuando el hecho de que Zion no llevara consigo a su hijo, sino a Ace. Eso me da a entender que confía en las posibilidades de su hijo pero que quiere observar a Ace para no perderse nada. Es inteligente, aunque hay que ver si Orikrof presta atención a las habilidades de Wagner o si éste comete fallos al no verse supervisado por papaito XDDDDDDDD. Es broma :v

    Finalmente, la llegada al planeta Emiv. Esa nueva especie y los dos soldados del Zenith seguro deben estar extrañados de ver la nave xaromitante, movimiento ingenioso por parte de estos, que desconciertan al posible enemigo. Más aún con el mensaje que envían de los xaromitantes, eso ha sido un gran movimiento de confusión. Está claro que cuando vean salir humanos de la nave, ese factor sorpresa desaparecerá, pero la idea no ha sido mala. El enemigo desconcertado es más fácil de atacar. Tengo una duda y es la de que esa especie quiera reclutar soldados del Zenith, sinceramente es algo que me intriga y estoy seguro de que tomará varios capítulos para saber que pretenden realmente.

    No tengo nada más que decir, ha sido un buen capítulo y espero el siguiente con ansias.
     
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  16. Threadmarks: Cacería al atardecer
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5721
    Saludos a Zurel y Resistance y a todos aquellos que estén leyendo la historia. Llegó el momento de publicar el capítulo número 13 de LGC IV. Créanme cuando les digo que este capítulo me encanta, y que además, tendrá sus momentos de acción. Ahora la misión de rescate ya ha dado su comienzo y será un comienzo muy bueno. Claramente, a mi opinión, los capítulos se irán poniendo mejores a medida que avanzamos, pero eso no quiere decir que este capítulo sea malo. De hecho, en el momento de escribirlo, sentí que este capítulo superó a los 12 anteriores.

    Claro que eso es algo que ustedes se encargarán de juzgar al leerlo, y espero que el problema del certificado del foro no sea molestia. Si no pueden pasarse, puedo volver a detener la publicación de la historia.

    Sin más que decir, los dejaré con la lectura.


    Cacería al atardecer:

    Todos en la sala estaban muy confundidos tras haber escuchado el mensaje que habían recibido. Ciertamente, era muy extraño el hecho de que una nave de otro planeta entrara en la atmósfera y comenzara a transmitir un mensaje de ese estilo. De cualquier manera, a Tzorkun no le agradaba ni un poco. Ya sea que fuera verdad o mentira, estaba esperando una nave del Zenith parecida a la que utilizaron los humanos que llegaron a su planeta, y en su lugar apareció una nave que claramente contaba con miembros de otra especie a bordo. Sin embargo, Sieng, uno de los hombres de más confianza que tenía el líder de aquella especie, sospechaba que algo muy raro ocurría.

    — Se trata de un truco, eso es seguro — el guerrero daba su opinión de lo ocurrido — ¿Me vas a decir que una nave llega a nuestro planeta justamente el mismo día en el que estaba calculado que llegara la nave del Zenith? Ciertamente son ellos, y están usando alguna especie de truco.

    — No quiero contradecirlos, pero el Zenith no tiene naves con ese diseño — Jason no estaba de acuerdo con él — No había ninguna así en el momento en el que partimos al espacio, y no pasó mucho tiempo para que puedan construir una de ese estilo.

    — Además de que dudo que su sistema de comunicación pueda enviar información a estos equipos sin un satélite de por medio — Sharyn tampoco coincidía del todo — Y también está lo raro de aquel mensaje. ¿Qué se supone que es eso? A mí me suena como una nave de seres de otro planeta que buscan un nuevo hogar. Al menos esa voz es una que nunca escuché antes.

    — Si son seres de otro planeta eso quiere decir que estaremos en problemas — Tzorkun no se mostraba contento con lo ocurrido — De ser ese el caso, vamos a tener que realizar el experimento con ellos también, sin mencionar que podríamos tener que lidiar con los humanos cuando ellos también lleguen al planeta.

    — Tzorkun, quiero que confíes en mí — Sieng estaba convencido de lo que decía — En esa nave están los humanos. No conocemos lo que ha ocurrido en el momento en que estuvimos lidiando con este grupo, y quizá hayan encontrado otra especie y le hayan robado la nave. No sé si hay seres de otro planeta a bordo, pero te garantizo que ahí hay humanos.

    — ¿Qué es lo que sugieres hacer, entonces? — Jason quería saber qué era lo que Sieng tenía en mente.

    — No respondamos el mensaje — Sieng parecía tener un plan — Si ellos entraron a la atmósfera, quiere decir que tienen la intención de hacer que salgamos a recibirlos porque saben que hay vida en este planeta. Muy conveniente que lo sepan si nunca han estado aquí antes. Seguro alguien allí dentro debe saberlo, y claramente son los humanos. Por eso no les vamos a responder — Sieng pasaría a dar explicaciones — Al no tener respuesta, ellos van a aterrizar. Seguiremos esa nave a donde vaya, y estaremos atentos a cualquiera que salga de aquel lugar.

    — Lo veo como una buena idea — Tzorkun se mostraba de acuerdo con el plan de su soldado — Quiero a cada trabajador de cada estación vigilando esa nave, y a todos los soldados preparados para una posible batalla.

    — ¿Qué haremos cuando ellos aterricen? — Sharyn estaba interesada en conocer el plan de procedimiento.

    — La idea es reclutar a los humanos, las otras razas no me interesan en lo más mínimo — Tzorkun explicaba lo que iban a hacer — Solo los reclutaremos en el caso de que sean demasiados. Caso contrario, serán eliminados. Que comience la vigilancia y me mantengan al tanto de todo lo que haga esa nave. Quiero a todos listos para proceder de la forma acordada.

    Sieng asintió, por lo que dio la orden a sus soldados de que se prepararan para una lucha en caso de que llegara a ser necesaria. Mientras tanto, otros trabajadores al servicio del líder Tzorkun se dirigieron hacia las máquinas para poder monitorear la nave extraña que había ingresado a su planeta recientemente. Jason y Sharyn no estaban convencidos de que fueran los humanos, pero Sieng sí parecía estar seguro de que se trataba de ellos. Solo les restaba esperar y ver como evolucionaba la situación.

    […]

    Pasó una media hora desde que el mensaje se transmitió desde la nave espacial, y la tripulación de rescate enviada por el Zenith no había obtenido ninguna respuesta. Sabían que en el interior de ese planeta había seres vivos porque sus compañeros estaban allí, pero ninguno tenía una explicación de por qué el mensaje no había sido respondido por nadie. Algunos creyeron que podría deberse al hecho de que sus máquinas de comunicación fueran incompatibles para recibir el mensaje o incluso responder, mientras que otros teorizaban la posibilidad de que fuera una jugada intencional. Fuera lo que fuera, estaban perdiendo demasiado tiempo, y en una misión de rescate, el tiempo era esencial. Zion Stones, el hombre con la máxima autoridad de la nave, decidió realizar un movimiento.

    — No hay forma de encontrar su base principal si es que no responden al mensaje — comunicaba el comandante a todos los presentes — Incluso aunque enviaran un mensaje desde otra ubicación, tendríamos sus coordenadas, pero ni siquiera eso.

    — El escáner registró de forma exitosa la ubicación de la nave que usó su comandante para enviar el mensaje antes — Aurio iba a sugerir una idea — ¿Le gustaría que fuéramos en esa dirección?

    — Dudo mucho que el comandante Roger o alguno de los soldados se haya acercado a la nave en todo el tiempo que pasó desde la llamada de auxilio — Zion se mostraba algo pesimista respecto a lo que ocurriría ahora — Si siguen con vida, no estarán en esa zona. Y si nos acercamos demasiado hacia la nave, sabrán que vinimos a rescatarlos. Quiero que cada uno de nosotros tenga las coordenadas. Ciertamente vamos a ir a explorarla en busca de algún indicio, pero ir directamente revelaría nuestro plan.

    — Voy a enviarla a cada dispositivo de los trajes y las armaduras — Aurio no había pensado las cosas de esa forma — Así cada soldado podrá ir y avisar en caso de que algo grave suceda.

    — Mientras tanto, sugiero que iniciemos el movimiento de la nave hacia una posición cercana a la nave, pero manteniendo distancias prudentes — Zion daba la orden mirando a Lankir, quien se acercó a los comandos que dirigían la nave.

    — Según esto, la nave que envió el mensaje se encuentra al noroeste — informaba Lankir mirando la pantalla de su equipo — Primero iremos al suroeste para despistar, pero iré cambiando el curso al noroeste de forma gradual.

    — Me parece perfecto — el comandante estaba totalmente de acuerdo con el procedimiento a usar — Y quiero que una de las cápsulas con uno de los equipos descienda al planeta para explorar la zona y así poder buscar una forma de llegar hasta esa nave lo más pronto posible. Seguir a un equipo en tierra firme será más difícil que seguir una nave.

    — Entendido, en ese caso me llevaré a mi equipo — Orikrof se disponía a salir de la sala — Lankir, una vez que termines, ven con nosotros a la sala de cápsulas.

    De esa manera, el general Orikrof decidió salir de la sala acompañado por los soldados que habían sido elegidos para integrar su equipo. Wagner, Dustin, Michael, Alicia, Plamo, Lankir, Gan, y otro de los xaromitantes lo conformarían. El general salió de forma directa de la sala, seguido por Plamo y Dustin. Antes de dejar el lugar, Wagner miró a su padre, quien le sonreía para desearle suerte de forma indirecta. Michael y Alicia estaban algo preocupados de que las cosas pudieran salir mal, dado a que el plan que tenía involucraba también a cuatro compañeros que se quedarían atrás. Sin decir nada, pero dejando una expresión de preocupación con sus miradas, la pareja salió. Gan se acercó a su hermana y le dio un abrazo antes de irse.

    — Cuídate de los peligros que pueda haber allí afuera, Gan — le decía Wida abrazando a su hermano menor, y único familiar que le quedaba.

    — Soy un guerrero bien entrenado, son ellos los que deberán cuidarse de mí — el comentario de Gan hizo reír a su hermana, quien le dio otro abrazo más antes de soltarlo — Te veré pronto, hermana.

    — No creo que exploremos por mucho tiempo — Lankir ya había terminado de programar todo y dejarlo listo para que Aurio siguiera ocupándose de ello — Nos veremos luego, amigos. Wida, no te preocupes, yo cuidaré a Gan ahí abajo. Además, está el general, están Wagner y Michael y también el resto del equipo. No nos pasará nada, te lo aseguro.

    — Lankir, sugiero que te lleves tu cañón, por si fuera a ser necesario — Aurio no podía evitar preocuparse por su amigo.

    Lankir asintió y agradeció la sugerencia de su amigo, por lo que antes de dirigirse a la sala donde las cápsulas descenderían junto al resto de su equipo, iría a buscar su cañón para equipárselo. No creyó necesitarlo, pero un consejo de Aurio no era algo para rechazar. Una vez que ya estuvo listo, fue a la sala donde Orikrof y sus otros compañeros esperaban.

    […]

    — ¡La nave se está dirigiendo hacia el suroeste! — informaba uno de los trabajadores mientras miraba la pantalla, la cual mostraba la nave extraña moviéndose en la posición que él había dicho.

    — Te dije que iban a empezar a moverse pronto — Sieng estaba muy contento al saber que tenía la razón — Se está dirigiendo al territorio de los Moender. ¿Le doy el aviso a Havor para que se prepare para responder?

    — Es lo más conveniente — Tzorkun estaba satisfecho con lo dicho por su hombre de confianza — Ellos están más cerca del lugar. Y ya conocen la forma de los humanos. Tengo entendido que Havor y los suyos llevan mucho tiempo sin probar la carne de un ser vivo — tras decir esas palabras, el líder no pudo evitar soltar una pequeña risa — Diles que mientras no les hagan daño a los humanos, pueden comerse a todos los que quieran.

    — ¿Ya cambió su opinión respecto a reclutar a otros posibles seres, incluso aunque sean muchos? — Jason estaba asombrado de que Tzorkun dijera eso cuando lo dicho antes era totalmente lo contrario.

    — Mi interés está en los humanos — el líder respondió de forma severa — No creo tener el tiempo suficiente para probar el experimento en otra especie. Lo mejor será quedarnos con aquellos en los que de algún resultado.

    […]

    La nave espacial continuaba moviéndose, y mientras el comandante Zion estaba en la sala de comandos junto a su equipo, el general Orikrof se encontraba en la sala de salida de las cápsulas. Ya tenían todo listo, por lo que una vez que se diera la orden de salida, estos comenzarían el descenso y luego la exploración. El silencio reinaba en la sala donde Orikrof y los suyos esperaban. Michael y Alicia se miraban preocupados, tanto por ellos como por los compañeros que debían rescatar. Plamo cerraba los ojos y tenía la cabeza baja. Esta algo asustado y le costaba admitirlo, por lo que creyó mejor que nadie lo viera así. Lankir y Gan estaban abrazados como si fueran hermanos de verdad. El tiempo que pasaron juntos, hizo que la relación entre ellos tuviera una característica así. Wagner estaba preocupado, pero su mirada solo mostraba seguridad. Sabía que el general lo observaría en todo momento y que eso tendría importancia en la elección de un comandante en el futuro, por lo que creyó que debía empezar a actuar como tal. Dustin lo notó, por lo que no le dijo ni una palabra para no molestarlo.

    Pero todo ese silencio fue interrumpido cuando se escuchó un mensaje proveniente de la sala de comandos.

    — Orikrof, hemos estado sobrevolando un bosque desde hace mucho tiempo — informaba Ace por medio del comunicador — Acabamos de encontrar un lugar con suficiente espacio para que la cápsula de ustedes pueda aterrizar, y como no estamos seguros de que podamos encontrar otro así más adelante, creemos que lo mejor es que desciendan ahora.

    — Las coordenadas ya han sido enviadas a la cápsula — continuaba hablando Wida — Están a unos quince kilómetros de la nave del Zenith. ¿Creen poder llegar hasta allá a echar un vistazo?

    — Estoy seguro de que lograremos recorrer el bosque en unas tres horas — contestó el general, haciéndole saber a su equipo que debían prepararse.

    — Nosotros seguiremos en movimiento — ahora era Gwyn quien hablaba — Nos detendremos solo para que la cápsula pueda descender, y luego continuaremos para que les sea más difícil seguir el rastro de su grupo y nuestra nave, si es que lo están haciendo.

    — Eso los tendrá que tomar por sorpresa — Plamo sonreía al escuchar eso — Hagámoslo rápido.

    — Mucha suerte ahí abajo, general — Aurio tomó la palabra — Y a todo el equipo también.

    — Estaremos listos para cualquier cosa — Michael quería inspirar confianza a sus compañeros y también a su novia.

    — Entremos a la cápsula y comencemos con el descenso — el general estaba preparado para dar inicio a la misión.

    Fue así que los nueve entraron a la cápsula, tomando asiento y preparándose para el descenso. La compuerta de salida se abrió, la cápsula se desancló del suelo y luego salió a la atmósfera del planeta. Una vez que esto había ocurrido, la nave espacial cerró su compuerta y reanudó su movimiento. Mientras tanto, la cápsula y todos los tripulantes que estaban dentro, descendían lentamente hacia el planeta, en dirección hacia la zona en donde estaba programado su aterrizaje.

    Tras unos breves minutos, la cápsula llegó a tierra firme, para abrir la puerta de salida. El general fue el primero en salir, y tras ver que no había ningún peligro, le dio la señal al resto de su grupo. Poco a poco, los ocho soldados fueron saliendo uno por uno, quedando todos en el lugar, listos para echarle un vistazo al bosque. Tras verlo bien, notaron que los árboles que estaban en el lugar eran bastante altos, habiendo algunos que incluso no dejaban ver sus copas de lo altos que eran. Estos también estaban repletos de hojas verdes de varias formas, y ninguno de esos árboles tenía un solo fruto visible. Sus troncos eran bastante gruesos y con un gran diámetro. El sol en ese planeta se encontraba bastante bajo, haciendo notar que se debían encontrar en una hora cercana al atardecer. Eso, sumado al espesor de los árboles del bosque, causaban que el lugar fuera realmente oscuro y con poca visión para ellos. La única iluminación con la que contaban eran los rayos del sol de aquel planeta que se podían filtrar entre todos los árboles.

    — Si sus armaduras cuentan con linternas, lo mejor será encenderlas — Orikrof dio una orden indirecta.

    Los xaromitantes también contaban con linternas equipadas en los trajes de combate que usaban, pero estas eran mucho más débiles comparadas con las luces que emitían las armaduras de los seres humanos. Plamo era el único con una armadura sin la capacidad de poder emitir luz, por lo cual se quedaría en el medio del grupo en todo momento.

    — Procederemos de la forma en la que discutimos antes — les decía el general Orikrof — Todos atentos a los alrededores. Iremos avanzando hacia la ubicación de la nave de a un ritmo normal, a veces cambiando a uno rápido y otras a uno lento. Que todos formen un círculo y nadie se quede atrás. Recuerden que nuestras armas son para defendernos. Vinimos a una misión de rescate, y lo único que queremos es recuperar a los humanos desaparecidos. No hemos venido aquí a pelear contra nadie.

    — ¿Creen que podamos ser atacados por alguien el día de hoy? — Alicia no podía evitar sentirse nerviosa ante la posibilidad de serlo.

    — Estamos en un bosque muy espeso, y no parece haber una ciudad en kilómetros — Wagner intentaba tranquilizar a su compañera — No deberíamos bajar la guardia, pero salvo que los seres de este planeta sean muy rápidos, yo digo que deberíamos estar bien.

    — La idea de formar el círculo es para protegernos entre todos — Gan quería demostrar que no se sentía asustado — Además, será una gran idea para mantener vigilancia en cada dirección.

    — Comencemos con el avance — ordenó Orikrof — Cada segundo que perdemos es importante.

    Sin ponerse a decir nada más, el grupo empezó a caminar formando un círculo. Plamo iba en el medio debido a que su armadura no lograba emitir luz y solo estorbaría la visión si se encontraba en la parte de afuera. A medida que todos avanzaban, cada uno de ellos prestaba atención especial a los alrededores, buscando tanto a los humanos como a posibles enemigos que pudieran estar acechándolos en el interior de un bosque tan espeso como ese. Mientras caminaban, a Plamo le pasó un pensamiento por la cabeza.

    — Recuerdo que Domir creía que cuando Roger dijo que había cuatro de algo, él consideró que se trataba de cuatro especies en el planeta — el garak recordó esa conversación que tuvo con su compañero — ¿Qué vamos a hacer si aparece una de ellas? No hay forma de saber si son ellos los que han capturado a los humanos, o si todos están unidos o si tienen conflictos entre sí. Cualquier posibilidad debería ser considerada.

    — Lamentablemente, destruyeron el sistema de comunicación de la nave antes de que Roger nos pudiera dar más información — Dustin estaba frustrado al recordar eso — Así que lo mejor será tener cuidado con cualquier cosa que nos encontremos.

    — ¿Pero qué haremos si una de ellas aparece? — Plamo estaba algo frustrado de que Dustin no contestara la pregunta.

    — Intentaremos hablar con ellos de forma razonable — Wagner se quiso adelantar a la respuesta del general — Averiguaremos lo más que podamos sin dar inicio a un conflicto con nadie mientras que no nos veamos obligados a hacerlo.

    — ¿Creen que haya sido buena idea dejar la cápsula sin haberla camuflado como acordamos? — Alicia pensaba que deberían haberlo hecho.

    — No creo que sean capaces de encenderla y hacerla volar, y con los árboles que hay alrededor, no serán capaces de llevársela a ningún lado — Lankir contestaba, creyendo que habían hecho bien en no perder el tiempo en eso — Además, he estado trabajando en su revestimiento para que no pueda ser destruida tan fácilmente.

    — Dudo mucho que quieran centrarse en una cápsula en tierra teniendo una nave volando por el cielo — opinaba Michael — Así que lo mejor será centrarnos en llegar hasta la nave del comandante Roger lo más rápido posible para ver si encontramos algo que nos pueda servir. Llegamos, le damos un vistazo rápido y luego nos retiramos para comenzar con una búsqueda profunda el día de mañana.

    Luego de que el grupo discutiera mejor lo que iban a hacer, el silencio volvió a reinar entre ellos. El viento comenzaba a soplar, y todos ellos lo podían sentir como un viento muy frío. A los humanos les parecía más frío que los vientos que tenían en el planeta Tierra, aunque no soplaba con una gran fuerza. El ruido de las hojas moviéndose a causa del viento tranquilizaba a algunos y ponía nerviosos a otros. Cada uno tomaba su arma sujetándola de forma firme, y teniendo siempre un dedo cerca del gatillo, estando preparados para disparar. A medida que avanzaban, veían como los árboles del bosque comenzaban a mostrar ramas mucho más gruesas y a unas alturas más bajas. La luz del sol era menos brillante y a menor altura con cada minuto transcurrido, y aún les faltaba un largo camino por recorrer para poder llegar hasta la nave. El grupo estaba frustrándose, ya que creyeron que podrían llegar ese mismo día. Pero si se les hacía de noche, no solo podrían perderse en un bosque oscuro, sino que serían vulnerables ante un ataque, sumado al hecho de que no podrían ver demasiado en el caso de llegar hacia la nave.

    En ese instante, y de forma inesperada, escucharon un ruido cercano a ellos. Se trataba de una alarma fuerte con una duración de un segundo, la cual estaba equipada en los trajes de los guerreros xaromitantes que no tenían la capacidad de hablar. Su propósito era ser utilizada cuando este quisiera señalar algo, y el hecho de que la activara de forma tan repentina hizo que el grupo se asustada.

    — ¡¿Qué ocurre?! — el general Orikrof gritó al xaromitante, quien estaba señalando hacia la parte de arriba de uno de los árboles a su derecha.

    — ¡Miren esa cosa! — Lankir se asustó un poco cuando lo vio.

    — ¡¿Qué se supone que es?! — Michael no pudo evitar sentirse igual que su compañero — ¡Es…

    — ¡Es horrible! — Alicia se sentía aterrada al verlo.

    Allí estaba, parada sobre una rama de uno de los árboles, una criatura de una forma muy grotesca. Su torso, piernas y brazos parecían estar cubiertos por una especie de carcaza de un color verde oscuro, el cual dejaba ver que estaba cubriendo un cuerpo bastante grande. Su cabeza era de un tamaño y longitud muy larga. No contaba con nada de cabello en su cabeza, ni ninguna otra clase de pelaje en todo el cuerpo. No tenía una nariz, y los ojos que tenían eran muy grandes y de un color amarillo que daban una sensación de asco a cualquiera que los pudiera ver. Sus labios eran muy pequeños, tanto que no eran capaces de cubrir por completo su boca, dejando ver que esta especie muy extraña y asquerosa contaba con colmillos largos que parecían estar bien afilados. Todos habían sentido una gran sensación de asco mezclado con miedo al ver a esa cosa. Para que las cosas empeoraran más, la criatura emitió la boca y comenzó a emitir un chirrido fuerte y horrible ante los oídos de todos ellos. Alicia, Lankir, Gan y Dustin tuvieron que taparse los oídos debido a que no lo soportaban.

    Sin embargo, lo que vino después los asustó aún más. Por detrás de aquella primera criatura que habían visto, se podía ver a otras más, las cuales se acercaban a gran velocidad y a una gran altura. Pero no era eso lo que más le causaba terror al grupo, sino la forma en que lo hacían. Las otras criaturas que se veían muy parecidas al primero que encontraron iban volando en el bosque como si se tratara de insectos. Desde lejos, algunos podían llegar a ver a duras penas como una gran parte de la carcasa que cubría sus espaldas estaba extendida, dejando el paso a un conjunto de alas parecidas a las de un insecto terrestre, solo que estas eran de gran tamaño y envergadura. Aparentemente, contaban con una increíble fuerza en las mismas, dado a que sus cuerpos no parecían ser nada ligeros, y por lo que veían, no tenían complicaciones para levantarlos.

    Los otros ejemplares de esta especie volaron hasta llegar al lugar donde se encontraba el grupo, quienes no habían intentado correr por miedo a que hubiera otro grupo de ellos esperando. Una vez que llegaron hasta el lugar, se detuvieron, poniéndose de pie sobre las ramas de los árboles. Eran un total de diez, y una vez allí, contrajeron sus alas en sus espaldas, y luego la carcasa que se encontraba abierta, se cerró para proteger las alas de los mismos.

    No había nadie en el grupo que no sintiera un ligero terror e impresión al ver una cosa tan asquerosa como esa. Esas criaturas eran muy parecidas a los insectos que había en los planetas de cada especie, con la diferencia de que estos eran de un tamaño muy grande y mucho más aterradores. Ninguno en el grupo del general soltó su arma, dado a que estaban preparándose para comenzar a pelear si estos llegaran a atacarlos. Uno de los miembros de esa especie, el que había llamado a los demás, lo notó y fue por eso que comenzó a hablar.

    — Son un total de cuatro humanos — decía mientras miraba a los nueve integrantes del grupo — Eso es bueno, la mayoría de ellos no lo son — tras decir esas palabras, abrió su boca y desde el interior salieron de forma rápida dos lenguas muy largas, haciendo un ademán de tener hambre, cosa que aterró al equipo.

    — Havor, ¿qué es lo que vamos a hacer con ellos? — preguntaba uno al que parecía ser el líder.

    — Sieng dijo que capturemos a los humanos, pero que podíamos comernos al resto — Havor hablaba en un tono muy sádico.

    — ¡¿De qué mierda estás hablando?! — Plamo levantó su arma para apuntarle al líder, siendo el primero en hacerlo — ¡¿Quiénes mierda son y qué quieren?!

    — Solo estoy apreciando la comida que voy a disfrutar, garak — contestó Havor mirándolo fijamente.

    Todos los recién llegados sintieron un ligero escalofrío recorriendo su cuerpo tras escuchar al líder de aquella especie decir el nombre de la especie de Plamo. No tenía ningún sentido que conocieran a la especie de los garak, ni tampoco que fueran capaces de identificarlas. Havor y sus compañeros disfrutaban al ver la cara de terror de sus presas al verse tan confundidos.

    — Los humanos van a venir conmigo — Havor ponía su vista en Wagner, Michael, Alicia y Dustin — El resto de ustedes tendrá su final. ¡Solo espero que el sabor de su carne valga la pena!

    Tras decir esas palabras, la carcasa que cubría las espaldas de esos seres se desplegó para poder liberar sus alas y así poder empezar a volar. Todos ellos saltaron con las alas extendidas para poder atacar al grupo de recién llegados a su planeta. Estos últimos, estaban muertos de miedo al estar en un lugar desconocido y enfrentarse a una especie que sabía mucho sobre ellos. Sin embargo, no fue un impedimento para pelear.

    — ¡Ataquen, no dejen que se acerquen demasiado! — Orikrof levantó su arma y comenzó a disparar en contra de ellos, quienes no parecían portar armas.

    El grupo de Orikrof imitó su acción, y todos ellos empezaron a disparar contra sus atacantes. Esta clase de insectos, al ver las balas, decidió cambiar la dirección de su vuelo y subir en dirección a las ramas de los árboles más gruesas para poder cubrirse. Algunos disparos impactaron en la coraza que los protegía, mientras que otros fueron a parar a los troncos de los árboles. Los soldados cesaron los disparos para poder prestar atención al ruido que sus enemigos estaban emitiendo. El movimiento de sus alas emitía un zumbido que podía ser escuchado con atención, aunque con el ligero viento que había haciendo ruido al mover las hojas de los árboles, escucharlos era algo complicado. Y las cosas empeoraron cuando estos comenzaron a emitir sonidos utilizando sus bocas para hacerlo. El ruido era un chirrido bastante fuerte, el cual podía alterar a cualquiera, además de que los diez seres lo estaban emitiendo al mismo tiempo. Gracias a ese ruido, ninguno en el grupo de las presas podía escuchar las alas moviéndose. Y con la poca luz de las linternas de las armaduras sumada a los cada vez más débiles rayos de luz solar que disminuían en el espeso bosque, ninguno de ellos podía ver movimiento.

    — ¡Que dos apunten hacia arriba, el resto elija una dirección y manténganse apuntando firmes hacia la misma! — el general quería organizar a su grupo para no ser superado.

    Fueron Lankir y Gan quienes se encargarían de apuntar hacia arriba mientras el resto del equipo mantenía la mirada fija en una dirección diferente. Poco a poco, el ruido horrible que estos seres emitían se empezaba a escuchar cada vez más cerca, lo que quería decir que estaban disminuyendo su altura y posiblemente preparándose para un ataque. El problema era que sería imposible predecir dichos movimientos. Alicia creyó escuchar un ruido a su izquierda, y al levantar la vista hacia esa dirección, notó a uno de ellos acercándose.

    — ¡Allá! — Alicia empezaba a disparar.

    Wagner y Michael reaccionaron rápido y abrieron fuego junto a ella. Tal y como ella creyó, uno de ellos se acercaba volando en picada y con la boca abierta en dirección hacia ellos. Este descendió hasta que notó que tres soldados le estaban disparando en simultáneo. Fue ahí cuando decidió cambiar de dirección, empezando a volar hacia atrás para cubrirse detrás de un árbol. Hasta que logró llegar a una cobertura recibió varios disparos en el cuerpo, pero ninguno de ellos parecía haberle hecho daño, cosa que causó impresión en el grupo.

    — ¡Pero… juraría que logré acertar varios disparos! — Wagner no comprendía nada — ¡¿Por qué no tiene ninguna herida?! ¡Ni siquiera hizo un quejido por el dolor!

    — ¡¿Qué clase de cosas son estas?! — Michael continuaba disparando, no intentando acertar algún disparo, sino para mantener alejada a esa criatura.

    — ¡Cuidado, Lankir! — señaló Dustin al voltear un poco su cabeza.

    Desde el suelo, uno de ellos se acercaba volando a gran velocidad hasta el joven xaromitante. Orikrof, el mismo Lankir, y también Plamo le dispararon, llegando a acertarle varios disparos en diferentes partes del cuerpo, hasta que aquel ser realizó un movimiento ágil y se fue volando hacia su izquierda para cubrirse tras un árbol.

    — ¡Nuestras balas no le hacen nada! — Gan no podía creer que los enemigos fueran tan poderosos.

    — ¡Eso no puede ser verdad! — Plamo no quería creer que eso fuera cierto — ¡Si fuera así, no se esconderían tras los árboles!

    — ¡Pero, ¿Cuántos disparos vamos a necesitar para matarlos?! — Lankir se comenzaba a desesperar.

    Antes de que alguien pudiera decir algo más, Havor y todos los que estaban con él empezaron a emitir sonido desde sus bocas nuevamente ahora con más intensidad que antes. El ruido era muy fuerte y podía llegar a perturbar a cualquiera que lo escuchara. Los soldados sentían escalofríos al escuchar esos sonidos cada vez más cerca de ellos, lo que quería decir que esas criaturas disminuían cada vez más su altitud sin que pudieran prevenir la dirección por la que atacarían.

    Sin embargo, quien se dio cuenta de la intención verdadera de hacer eso fue Wagner.

    — ¡Quieren hacer este ruido para que no podamos escucharnos entre nosotros! — el soldado gritó con todas sus fuerzas.

    — ¡En ese caso, quédense juntos y protéjanse mutuamente! — Orikrof hizo un gran esfuerzo para que todos lograran escucharlo.

    A pesar de todo, el xaromitante que no podía hablar, no fue capaz de escuchar su advertencia. Dos de esas criaturas extrañas comenzaron a emitir sonido cerca de él, causando que se aturdiera un poco. Repentinamente, Havor se le tiró encima a gran velocidad gracias al impulso de sus piernas y la fuerza de sus alas. El guerrero xaromitante reaccionó rápido, levantó su arma y empezó a disparar, llegando a impactar tres de sus balas en partes diferentes de su cuerpo. Aunque esto no fue capaz de frenar al feroz enemigo que lo había atacado. El cuerpo de Havor soportó todos sus disparos y le permitió acercarse hasta su presa lo más que pudo. Fue ahí cuando la criatura extraña abrió la boca y clavó sus colmillos y dientes filosos en el cuello del xaromitante, para luego de una mordida grande y profunda, arrancarle un gran pedazo de carne, del cual salió mucha sangre, y haciendo que una expresión de dolor se formara en su víctima, al mismo tiempo que moría sin ser capaz de expresar ninguna especie de sonido de dolor.

    Los acompañantes de Havor dejaron de hacer ruido en el momento preciso en que su líder efectuaba la mordida, permitiendo escuchar el sonido de los dientes del mismo destrozar y arrancar brutalmente la carne del cuello de uno de sus compañeros. Alicia, Dustin, Lankir y Gan no pudieron evitar lanzar un grito de horror al ver eso, mientras que Orikrof quedaba petrificado al ver a uno de sus soldados muriendo en manos de ese ser tan monstruoso.

    — ¡Maldita sea, no! — Orikrof veía impotente a uno de sus soldados muerto en el combate.

    Aunque tenían al enemigo en frente, el verlo masticar la carne que le arrancó a su compañero los tenía temporalmente paralizados de la impresión. Havor masticó dos veces más y luego tragó lo que tenía en la boca, disfrutando del sabor que había obtenido con la muerte de uno de sus enemigos.

    — ¡Exquisito, un sabor increíble! — Havor usaba sus dos lenguas para relamerse los colmillos junto a los pequeños trozos que quedaron allí, todo mientras los compañeros de su víctima observaban — ¡Su carne es deliciosa! ¡Mátenlos y prueben por ustedes mismos un sabor único!

    Sabiendo que correrían peligro, Orikrof abrió fuego en contra de Havor, siendo ayudado por Wagner. Aquel ser les mostró una sonrisa de satisfacción antes de utilizar sus piernas y alas para impulsarse y poder esconderse detrás de un árbol para cubrirse. Sin que el grupo se diera cuenta, el sol se ocultaba cada vez más con cada minuto que transcurría, y con ello, iban perdiendo la visibilidad poco a poco. Aquella situación, sumada a la pérdida de uno de los miembros de su equipo los dejaba en dificultades ante la nueva amenaza que habían encontrado.

    — ¡Ahora que han perdido a uno de ellos, nuestra ventaja numérica se ha incrementado! — Havor sonaba muy contento con el resultado de su última acción — ¡Si seguimos así, cumpliremos con nuestro objetivo antes de que anochezca! ¡Prepárense para volver a atacar!

    Inmediatamente después de que su líder dijera esas palabras, sus soldados emitieron nuevamente el sonido tan aterrador que producían. En tan solo poco tiempo, el grupo de Orikrof se vio superado tanto numérica como anímicamente. Con la poca iluminación que había, su campo de visión se reducía cada vez más, dejándolos únicamente siendo capaces de escuchar a esas criaturas repetir incesantemente aquel horrible sonido.
     
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  17.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Ha sido un capítulo genial, quizá no supera por mucho al resto (al menos en mí humilde opinión) pero si que es cierto que ha sido mejor que los anteriores, básicamente porque ha dado pistas sobre las intenciones de esa especie inteligente que trabaja con los traidores del grupo de Roger y el hecho de que confirman que hay otra especie. Ambos bandos, por así decirlo, han movido ficha correctamente para tratar de despistar al enemigo.

    Me intriga muchísimo lo que pretenden hacer con los humanos. Sé que lo iremos descubriendo conforme avance la parte, pero el hecho de que planeen experimentar con los humanos es preocupante para ellos. Aunque el resto lo tiene peor, pues directamente son prescindibles. Lo mejor del capítulo ha sido la aparición de esa especie de insectos inteligentes que pretende comerse a todo el que no sea humano. ¿Son natales de ese planeta o visitantes? ¿Qué hicieron con el resto del grupo de Roger? Si quieren experimentar con humanos, ¿por qué deciden matar a Roger?

    Ha sido un combate muy bueno y has sabido narrar la sensación de terror que tendría cualquiera ante una cosa así de repugnante y desconocida. Siento decir que no me da lástima la muerte del xaromitante sordomudo, lo veía venir. Sufre dicha desventaja y lo ha pagado por eso. El capítulo ha terminado en medio del conflicto, por lo que espero quizá alguna muerte más en el próximo capítulo además de un comienzo frenético.

    Sin nada más que añadir, nos vemos en el siguiente. Un saludo.
     
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  18.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Hola.

    Me vi el la obligación de leer el capítulo mucho antes de lo previsto, porque me moría de curiosidad por saber lo que hiba a ocurrir y aquí estoy; comentando XD.

    Pensé que este capítulo hiba a ser largo, y pese a que lo es respecto a la extensión de palabras. El capítulo se me hizo muy pequeño. Vamos a lo que nos importa;

    Después de mucho tiempo. La acción regresa a LGC con los "secuaces" de Tzorkun. Me pregunto qué tipo de "relación " o "acuerdo" tiene el líder del planeta Emiv con esas criaturas tan horribles, y qué demonios es ese proyecto del que habla, espero que sea algo épico.

    El líder de esas criaturas, Havor, es muy salvaje, pero no creo que sea muy fuerte, dado a que cuenta con una armadura (a saber si es parte de su topología) y depende en su mayoría del sonido que hacen sus alas y de las ramas de los árboles para cumbrirse. De hecho, no ha mostrado ningún tipo de habilidad, pero eso no quita que Orikrof y compañía deban tener cuidado.

    Respecto al capítulo en sí mismo, no encontré ningún error como los mencionados en comentarios anteriores. Tampoco tuve problemas en imaginarme a Havor y el enorme bosque donde se lleva acabo la acción. Supongo que es porque estoy acostumbrado a los bosques, ya sabes a lo que me refiero XD.

    No tengo más que decir. Nos vemos la próxima oportunidad. Saludos.
     
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  19. Threadmarks: Ojos nocturnos
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Pluma de

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    Escritor
    Título:
    La Gran Catástrofe IV Los Últimos Viajeros
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    5334
    Hola. Llegó el momento de publicar el capítulo 14 de LGC. Este capítulo marca el fin del primer tercio de esta parte de la historia XD. Agradezco a Resistance y a Zurel por leer y comentar los capítulos cada semana.

    Un aviso que quiero hacer es que, a partir de ahora, el día de publicación no será un día fijo como el sábado. A partir de la semana próxima, puede que publique el día viernes, o el sábado o el domingo y dependerá de como me vaya en la universidad. Esto quiere decir que, dependiendo de la cantidad y el tipo de tareas que me manden, puedo decantarme por elegir el viernes, o el sábado o incluso el domingo. No he elegido un día en específico porque creo que no me será posible publicar semanalmente en dicho día. Pero pueden estar tranquilos de que, sin importar el día, el capítulo de LGC estará.

    Eso será todo por ahora. Los dejaré con la lectura.



    Ojos nocturnos:

    En muy poco tiempo, ellos ya habían perdido a un miembro de su equipo. El grupo de Orikrof se veía en una desventaja numérica en contra de Havor y sus atacantes. La visión, la zona en la que se encontraban, la moral y los números; todo jugaba a favor de los atacantes, quienes hacían un ruido cada vez más fuerte. El general xaromitante supo que pronto volverían a ser atacados, así que alertó a todos sus soldados para que se prepararan.

    — ¡Atentos todos! — Orikrof no quería que bajaran la guardia bajo ninguna circunstancia.

    Uno de ellos apareció desde detrás de un árbol, en dirección en diagonal hacia Michael y Alicia, quienes apuntaron con sus armas y desencadenaron una lluvia de balas de calor de sus rifles. Algunas de estas impactaron en la coraza que protegía a aquel ser para que después este mismo cambiara de rumbo y se escondiera tras los árboles para cubrirse. Otro de sus compañeros imitó su acción en contra de Wagner y Dustin, quienes reaccionaron de forma rápida y lograron alejarlo utilizando sus armas. Se encontraban muy frustrados al no poder atacar de la forma en la que ellos deseaban, y que solamente pudieran defenderse.

    — ¡Vamos a necesitar ayuda! — Wagner sugería pedir apoyo a los demás — ¡De lo contrario nos podrían matar!

    — ¡Dudo que logren llegar hasta aquí a tiempo! — Orikrof se mostraba pesimista ante la situación.

    — Así que tienen a más gente con ellos — Havor estaba feliz de haber aprendido algo más sobre sus presas sin haber tenido que preguntarles antes — ¡Continúen el ataque!

    Havor junto a todos los compañeros de su especie, se dispusieron a utilizar una maniobra que creyeron que sus presas no podrían contrarrestar. Todos ellos subieron lo más alto que podían con sus alas. El grupo que había descendido al planeta levantó las armas en un intento de dispararle a las alas, pero las ramas y la oscuridad les estorbarían y solo terminarían sobrecalentando sus rifles. Los atacantes subieron lo más alto que pudieron y se colocaron en una posición para quedar noventa grados sobre ellos. Creyeron que, de esa forma, los humanos no podrían apuntar de manera cómoda y eso les permitiría buscar puntos débiles en la formación. Uno de ellos se posó en una rama, para luego impulsarse con las piernas hacia abajo mientras movía sus grandes alas para tomar velocidad con su descenso a tierra.

    — ¡Arriba nuestro! — Lankir veía como el enemigo se acercaba.

    — ¡Lankir, viene por nosotros! — Gan se horrorizó al ver a su enemigo atacar de esa manera.

    Todos en el grupo dispararon en contra de ese individuo, quien solo debía inclinar el cuerpo hacia una dirección para poder moverse sin desacelerar ni tampoco perder de vista al objetivo. Los disparos no lo estaban alcanzando, y se acercaba cada vez más hasta Gan y Lankir.

    — ¡Apártense, ahora! — Michael advirtió al ver que sería imposible matarlo antes de que llegara hasta ellos.

    Lankir y Gan no esperaron más y se arrojaron al suelo, cada uno en una dirección distinta, logrando evitar así recibir un mordisco con los afilados colmillos de aquella criatura monstruosa, quien terminó apoyando los pies en el suelo luego de que su ataque fallara.

    — ¡Lo tenemos cerca, matémoslo antes de que se aleje! — Wagner quería eliminar a uno de ellos.

    El hijo del comandante Stones, el general y líder del grupo, y el garak, tomaron sus armas, se acercaron lo más que pudieron y empezaron a acribillar a balazos a ese ser tan repugnante. En un principio, los disparos no le estaban haciendo nada, pero al recibir tantos en el mismo lugar, su protección empezaba a romperse. Las balas estaban empezando a tener efecto en él, y su coraza se estaba rompiendo en los lugares donde recibía los impactos de bala. Una vez que esta cedió, los disparos atravesaban su cuerpo, agujereándolo de forma grave, causando que un líquido similar a la sangre, junto a trozos de sus órganos internos salieran desde el interior de su cuerpo. Finalmente, llegó un momento en el que ya no pudo continuar recibiendo tanto daño y cayó sin vida al suelo, dejando un charco de aquel líquido que salía de su cuerpo, además de liberar un olor putrefacto que podría descomponer a cualquiera.

    Fue así como descubrieron la forma de derrotarlos. Su coraza no era impenetrable, solamente era resistente. Aunque eso no quitaba la desventaja que tenían al no poder volar como ellos, al estar en un bosque donde estos seres podían cubrirse rápidamente, y al continuar en desventaja numérica. El sol en aquel planeta ya estaba muy bajo, y la visibilidad era casi nula. Esto motivó a uno de los atacantes a terminar rápidamente.

    Este se movió en dirección hacia Michael, pensando en asesinarlo para facilitarles las cosas. Descendió lo suficiente para estar cerca de él, y sería muy difícil para sus compañeros ayudarlo en un caso así.

    — ¡Michael, cuidado! — Gan se puso de pie para ver si podía ayudar al humano.

    — ¡Agáchate! — Dustin quería tener el camino despejado para poder dispararle.

    Michael supo que no podría apartarse a tiempo, por lo que decidió contraatacar de forma rápida. El soldado esperó hasta el último momento, para dirigirle un codazo con su brazo izquierdo hacia el costado de la mandíbula de aquel ser, consiguiendo darle un golpe que frenó su descenso y lo hizo apoyar los pies en tierra. Rápidamente, Michael acumuló un poco de energía en su mano derecha sin soltarla, para luego darle un golpe en la cabeza a ese ser al momento que liberaba su energía. Este recibió el impacto completo del ataque, pero el daño recibido no hizo más que hacerlo retroceder unos pasos. Antes de que Michael pudiera tomar el rifle, decidió dar un salto hacia adelante, y taclear al humano, derribándolo al suelo de forma muy rápida.

    El soldado humano quería intentar defenderse, pero aquel ser usó sus brazos para sujetar los de Michael. Abrió la boca y se disponía a darle una mordida al cuello, mientras que Michael miraba la escena con horror.

    — ¡Michael! — Alicia se aterró mucho al ver a su novio en peligro.

    La chica, junto a Orikrof y Dustin comenzaron a disparar contra aquel ser que había derribado a Michael. Este reaccionó rápido, soltando a Michael e interponiendo sus brazos para bloquear las balas que se dirigían a su cabeza. Apenas recibió el primer disparo, retrocedió rápidamente hasta lograr ponerse a salvo de los disparos. Su coraza había recibido daños por tantos impactos de bala que fueron a parar a su cuerpo. No había sido atravesada, pero si no tenía cuidado, iba a terminar como su otro compañero.

    Havor se molestó mucho con su soldado, bajando para acercarse a él.

    — ¡Te dije que no tenemos permitido matar a los humanos! — el líder se encontraba muy molesto con su soldado — Fueron órdenes de Tzorkun.

    — Lo lamento, yo me dejé llevar — aquel ser pedía disculpas por su comportamiento.

    Mientras tanto, Wagner, Plamo, Lankir y Gan continuaban disparando sus balas en contra de sus atacantes quienes no cesaban en ningún momento. Lankir creyó que no podrían retenerlos por más tiempo, y aunque quería guardarlo para más adelante, consideró que era un buen momento para utilizar su cañón de una vez. El joven xaromitante veía como dos de ellos se iban acercando más con cada movimiento que hacían, cosa que pasaba desapercibida para el resto del equipo. Una vez que los vio lo suficientemente cerca, decidió alertar a los demás.

    — ¡Cúbranse ahora! — Lankir levantó el brazo con el cual sujetaba su cañón, y sus compañeros, al verlo hacer eso, dejaron de disparar y retrocedieron.

    Toda la atención de Havor y los suyos se centró en él, quien terminó por presionar un botón del gatillo del cañón, que terminó disparando una esfera de metal, que fue de forma rápida y directa hacia los dos objetivos que este había elegido. Dicha esfera impactó contra uno de ellos, y automáticamente, explotó liberando una gran explosión que alcanzó también al otro atacante. Los dos habían muerto con la primera, pero eso no era todo. Una vez la más grande terminó, otras explosiones de menor alcance, pero igual potencia se empezaron a escuchar. El ruido de estas era todavía más fuerte que la de la primera explosión, aunque eso podría deberse a que sonaban casi al mismo tiempo. Esas explosiones terminaron por alcanzar varios árboles, provocando que las ramas se desprendieran y cayeran al suelo.

    Lankir y todos los demás se apartaron un poco de aquella zona sin dispersarse demasiado, dejando que las ramas empezaran a caer hasta el suelo tras una explosión como esa. Todos en el grupo, exceptuando a los xaromitantes, estaban asombrados con el gran poder de destrucción que tenía aquel cañón. Havor y los suyos también se asombraban ante una fuerza como esa.

    — Así que el arma más poderosa está en sus manos — Havor comenzó a volar sin perder de vista a Lankir — Eso lo convierte en el más peligroso del grupo. ¡Quien logre matar a ese malnacido se lo podrá comer sin compartirlo con nadie!

    El grupo esperaba que el haber visto la fuerza de aquel cañón desmotivara a los atacantes, pero esto no era así. Con tres bajas, estos se pusieron más agresivos. Tenían un objetivo para cumplir y no lo estaban consiguiendo. Havor se encontraba mirando desde la distancia. Él era el líder de su raza, conocida como Moender. Sin importar que pasara, él no debía morir. Por lo que se refugiaría tras un árbol hasta que sus guerreros lograran acabar con el dueño del cañón. Cinco de sus guerreros atacaban de forma rápida al grupo. Orikrof y los demás continuaban defendiéndose como podían, pero ahora sus atacantes volaban a baja altura, por lo que un disparo del cañón de Lankir podría afectarlos a ellos también. Eso imposibilitaba al xaromitante para volver a usarlo.

    Un moender se acercó desde atrás a Plamo, quien logró detectarlo aproximándose gracias al ruido que hacían sus alas. El garak tuvo una idea para matarlo, por lo que encendió sus guanteletes de calor, y cuando tuvo a su enemigo cerca, le dirigió un puñetazo fuerte a la mandíbula. Para su sorpresa, el golpe solo lo aturdió sin poder arrancarle ningún diente, pero eso no importaba. Plamo vio su ventaja y la aprovechó antes de que se le escapara. Colocó ambas manos en un costado diferente de la cabeza del enemigo, y fue entonces que sus guantes de calor se encargaron del resto. El guerrero empezó a gritar de dolor mientras su cráneo era fundido por el garak, quien hacía cada vez más presión con sus manos para que el proceso fuera más rápido. Finalmente, le reventó lo que quedaba del cráneo, del cual salieron varios trozos de sesos junto a más fluido como el que liberó el primero en morir.

    — ¡Maldición, no sabía que contaban con un arsenal con tanto poder! — Havor estaba muy frustrado con lo que veía, pero se rehusaba a dejarse vencer — ¡Mátenlos a esos dos! — hacía referencia a Plamo y Lankir.

    — Havor, se nos terminó el tiempo — uno de sus guerreros, el que intentó matar a Michael, le señaló hacia el lugar en donde se ocultaba el sol.

    El líder de los moender miró y se dio cuenta de que el sol que daba iluminación al planeta se había ocultado totalmente, y que los rayos de luz que llegaban hasta su posición eran muy débiles. Ante eso, perderían toda la visibilidad en poco tiempo.

    — ¡Maldita sea! — Havor se quejaba de lo ocurrido — ¡No hemos podido terminar a tiempo!

    Mientras el líder hablaba, el grupo de rescate que llegó al planeta, aprovechó ese momento de distracción para poder meterse más adentro del bosque y poder planear una contraofensiva en otro lugar. Para cuando Havor se dio cuenta de esto, ya los había perdido de vista en el interior del bosque.

    — ¡Nos retiramos! — ordenaba el líder a sus guerreros — ¡En la oscuridad no podremos ver nada! ¡Estamos acabados si llegamos a fallar algún ataque!

    — ¿Qué es lo que haremos con los que sobrevivieron? — preguntaba uno de sus hombres.

    — Descuida, han venido para rescatar a sus compañeros, y no se irán sin ellos — Havor sabía que no se trataba de una derrota definitiva — Mañana lo intentaremos otra vez, y no fracasaremos. Por ahora llevémonos al que maté y preparémoslo para comerlo. Solo nosotros.

    Sabiendo que ya no tenían una oportunidad, los moender que sobrevivieron empezaron a tomar vuelo junto a su líder, alejándose de los humanos y las otras especies lo más que podían. La derrota temporal los había golpeado con algo de fuerza, pero supieron que no sería la última vez que los enfrentarían.

    Havor, sabiendo que su ruido ponía nervioso a los humanos, abrió su boca y comenzó a emitirlo con todas sus fuerzas, seguido de todos los demás. Unos dos minutos después, el sol finalmente se ocultó por completo y sus rayos de luz solar ya no alcanzaban a iluminar nada. La noche había llegado al planeta Emiv.

    […]

    Orikrof, Lankir, Gan, Plamo, Wagner, Dustin, Alicia y Michael continuaron corriendo por el bosque para poder alejase lo más que pudieran de esas criaturas horrendas. Sin embargo, antes de que se dieran cuenta, el lugar quedó en completa oscuridad. Habían pasado corriendo un total de quince minutos sin percatarse de la ausencia de luz solar. Sin nada más que la iluminación de las linternas de sus armaduras, notaron que ahora estaban en grandes dificultades, pero respiraron un poco aliviados al darse cuenta de que ya no estaban siendo perseguidos. La especie extraña que los atacó se había ido.

    — Parece que ya no nos siguen más — Wagner prestaba atención para ver si escuchaba el ruido que hacían.

    — ¿Por qué se habrán retirado? — Plamo estaba muy confundido, pero a la vez aliviado.

    — Tal vez no puedan ver bien en la oscuridad — Alicia creía que esa era la única explicación.

    — ¿Qué hay de nosotros? — Michael no se mostraba muy entusiasmado con eso — La iluminación de nuestras armaduras es limitada. Además de que las linternas no están hechas para durar encendidas toda la noche. ¿Qué es lo que vamos a hacer?

    — Nos costará mucho encontrar la cápsula en un bosque así de noche — Lankir no estaba muy feliz al pensar en eso — Además, al ser atacados por esas cosas, nos desviamos del camino sin ver por dónde íbamos avanzando.

    — ¿Y qué es lo que podemos hacer ahora? — preguntaba Gan, algo asustado por la situación — Si no podemos llegar hasta la cápsula, nos quedaremos en este bosque toda la noche.

    — Quién sabe cuánto tiempo dura la noche en este maldito planeta — Dustin compartía la sensación de su compañero — Podrían ser unas doce horas terrestres o incluso más. ¿Qué es lo que vamos a hacer?

    — Movernos de noche en un bosque que no conocemos no nos beneficiará en nada — Orikrof comenzó a hablar en un intento de tranquilizar a su grupo — Solo nos cansaremos, y no vamos a terminar llegando a ningún lugar. Debemos buscar alguna especie de refugio y quedarnos allí. En este bosque tiene que haber algún lugar en donde podamos descansar hasta el amanecer. Lo vamos a necesitar.

    — Deberías enviarle un mensaje a los demás — Michael dio una sugerencia al grupo — Avisarles de que hemos perdido a uno de los nuestros, decirles que no se les ocurra venir al planeta, y darles una advertencia sobre esa especie extraña que acabamos de encontrar.

    — Gran idea — Lankir se dispuso a comunicarse con la nave.

    El xaromitante utilizó su traje de combate para poder comunicarse con la nave de forma directa. En los días que tardaron en viajar hacia ese lugar, aprovechó para hacerle ajustes a los trajes y así poder comunicarse con la nave. Aunque no lo había logrado conseguir con la armadura de Plamo ni las de los humanos, fue una idea muy inteligente para todos los demás. Lankir esperaba que le respondieran, pero a pesar de todo lo que hacía, no llegaba ninguna respuesta de su parte.

    — Nada — Lankir quería volver a intentar — Lo hice de forma correcta, pero nadie contestó.

    — ¿Estás seguro de que el mensaje llegó hasta la nave? — Dustin no quería dudar de su compañero, pero tenía que asegurarse.

    — Estoy más que seguro — Lankir se convenció de que no había ninguna especie de error.

    — Eso quiere decir que terminaron por descender al planeta luego de ver que no informábamos de nada — Wagner empezó a preocuparse por los demás — Es la única cosa que se me ocurre.

    — Maldición, eso quiere decir que ellos pueden correr peligro — Alicia supo que debían advertirles de lo que les podría ocurrir al llegar al planeta — Tenemos que avisarles antes de que se terminen encontrando con esas cosas, o con algo más.

    — No solo es decirles eso — Plamo quería agregar algo más a lo que decía Alicia — Uno de ellos me vio y supo que yo era un garak. Eso quiere decir que saben demasiado de nosotros.

    — Si se han enfrentado al grupo de Roger, eso quiere decir que deben saber sobre nuestra capacidad de lanzar energía — Michael supo que sería imposible que no estuvieran conscientes de ello.

    — ¿Cómo creen que lograron averiguar tanto? — Orikrof se sorprendía por todo lo que sus enemigos sabían de ellos — La razón por la que no nos conocen a nosotros es porque nos unimos a ustedes en el mismo día en el que su comandante envió el mensaje de rescate.

    — Estar en un planeta desconocido, ante un enemigo desconocido que sabe mucho de nosotros es una desventaja muy grande — Wagner se preocupaba cada vez más — Deberíamos advertirles ahora con un mensaje. Si ellos están a tiempo de regresar a la cápsula, se los tenemos que decir.

    — Envía el mensaje de advertencia — Orikrof estaba de acuerdo con el soldado humano, a medida que se asombraba de su forma de actuar — Luego de eso, permanece atento a una respuesta que te pueda llegar. Mientras tanto, iremos buscando algún lugar en donde refugiarnos.

    El grupo, liderado por el general xaromitante, continuaba adentrándose en el bosque en una dirección totalmente desconocida. Gan y Plamo iban detrás de él, dejando a Wagner en el medio para que pudiera grabar un mensaje de audio para así enviarlo al resto de sus compañeros. Alicia y Lankir iban detrás de Wagner, dejando a Michael y Dustin para vigilar la parte de atrás. El viento, que se había ausentado por un tiempo, empezó a soplar una vez más. Seguía teniendo la misma intensidad que antes, pero en esta ocasión era más frío. Incluso con las armaduras puestas, se podía sentir.

    No cabía dudas de que ese planeta les presentaría un gran desafío a todos ellos. Una especie desconocida, la cual contaba con una coraza protectora que los volvía más resistentes a sus disparos, y que además conocía varios aspectos de los humanos.

    — Ya está listo — Wagner terminó de grabar su mensaje, para luego enviarlo — Solo espero que les llegue a tiempo a los demás. No deberían pasar la noche en un planeta así.

    — Oigan, ¿se dieron cuenta de algo? — Michael recordó de repente un acontecimiento de la lucha — Ese tipo, creo que su nombre era Havor, dijo que no nos mataran a nosotros los humanos — ninguno de sus compañeros lo recordó hasta que el soldado lo mencionó — Incluso regañó a uno de los suyos por intentar matarme.

    — Ahora que lo dices, es cierto — Orikrof recordó las palabras de Havor, algo afectado por pensar en que él y los suyos eran un objetivo a eliminar — Eso es algo que también deberíamos advertir. ¿Por qué querrán matarnos a nosotros y dejarlos a ustedes con vida?

    — No tengo ni idea, pero esas cosas eran tan horribles que no quiero ni pensarlo — Dustin sentía escalofríos al recordarlos — Esa es otra cosa de la que preocuparnos.

    — Wagner, dales el aviso a los demás — Gan se empezó a preocupar tras recordar eso — En el otro grupo está mi hermana junto a Aurio, Domir y otro xaromitante más. Si ellos quieren eliminar a los no humanos, eso quiere decir que estarán en peligro.

    — Ya mismo les enviaré otra advertencia — Wagner empezaba a grabar otro mensaje — Estoy seguro de que mi papá pensará en algo.

    — Wida y Aurio son guerreros fuertes — Lankir se acercó para tranquilizar a su amigo — Además, están con Ace y el comandante Stones. Ellos estarán mejor preparados que nosotros cuando les llegue nuestra advertencia.

    — Si es que no fueron atacados por esos insectos todavía — Dustin no podía evitar pensar en sus compañeros.

    — O por otra especie — Plamo no olvidaba las palabras de Domir — Si las suposiciones de Domir son ciertas, podría haber cuatro especies en este planeta. Y ellos serían la primera.

    — Creo que esta idea de separarnos no ha sido muy buena — Alicia quería sugerir un cambio — Mañana deberíamos unirnos y actuar todos juntos. Les será más fácil detectarnos, pero más difícil hacernos daño.

    — Eso es verdad — Orikrof pensaba en el xaromitante que habían perdido — Mañana vamos a buscar la forma de unirnos y continuar la misión de vuelta en un solo grupo.

    Con todo lo demás ya decidido, lo que les quedaba hacer ahora a los miembros del grupo de Orikrof era buscar algún lugar seguro donde pudieran descansar durante la noche. Desperdiciar energía intentando buscar la nave del Zenith o la cápsula en la cual habían aterrizado suponía un riesgo muy grande, que solo les traería más problemas que beneficios.

    […]

    Tzorkun se encontraba en una de las salas, junto a su fiel soldado Sieng. Además de ellos dos, los humanos Jason y Sharyn junto a otros trabajadores de su especie, quienes se mantenían pegados a las máquinas. La nave espacial que habían estado siguiendo hace un buen rato llevaba mucho tiempo quieta, además de haber observado como dos objetos extraños habían descendido al planeta. Los humanos estaban convencidos de que no se trataba de un equipo de rescate del Zenith, dado a que ellos no tenían esa tecnología espacial. Y sostenían que, si hubieran encontrado cosas así en algún otro planeta, habrían tardado mucho más tiempo en llegar hasta Emiv.

    El líder de todos los presentes ya estaba impacientándose. No había recibido ninguna noticia en mucho tiempo, y lo que más odiaba era estar desinformado. Sieng lo veía algo alterado, y le iba a decir que se calmara, cuando uno de los trabajadores les llamó la atención a todos.

    — Tzorkun, es Havor — decía aquel trabajador — Quiere entablar contacto con usted.

    — Perfecto, al fin algunas noticias — Tzorkun se acercaba a la máquina en la que estaba aquel hombre a su servicio — Solo espero que sean buenas. Acepta la llamada para que pueda ver de qué se trata.

    Sieng, Jason y Sharyn se acercaron para escuchar la información que iban a recibir. En tan solo unos cinco segundos, el líder de los moender, Havor apareció en la pantalla para ponerse a hablar de forma directa con Tzorkun. Aun después del tiempo transcurrido, a Jason y a Sharyn les seguía causando una gran impresión el ver a alguien tan horrible como Havor, aunque no dijeron nada para no interrumpir a Tzorkun.

    — ¿Y bien? — Tzorkun notaba que Havor se veía algo serio — Ya que llamaste, empieza a hablar.

    — Me adentré en el bosque en compañía de mi grupo para investigar — relataba el líder de los moender, hablándole a Tzorkun de forma tranquila — Y nos encontramos a un grupo de nueve sujetos. Cuatro de ellos eran humanos, uno de ellos era un garak, y otros cuatro son de una especie desconocida.

    Sieng sonrió al darse cuenta de que tenía la razón cuando creía que en esa nave venía el equipo del Zenith. Aunque Havor no hubiera confirmado que los humanos pertenecieran a ellos precisamente, él confiaba en que lo eran. Jason y Sharyn se asombraban. Los dos sabían que los únicos capaces de enviar naves al espacio eran Zenith y Black Meteor, y esa nave que habían visto no se parecía en nada a una nave de ninguno de los dos países. Sin dudas, los dos humanos que estaban junto a Tzorkun tenían varias dudas, mientras que su líder le puso atención especial a lo último que dijo Havor.

    — ¿A qué te refieres con una especie desconocida? — Tzorkun no entendía lo que ocurría con esa última información — Dame su descripción.

    — El color de su piel era azul — Havor explicó de inmediato — Y no contaban con armaduras como los demás. Parecían llevar puesta otra cosa.

    — ¿Cómo se llama esa especie? — Tzorkun miró de forma severa a Jason y a Sharyn.

    — Nosotros nunca habíamos encontrado una especie con esas características — Jason estaba asustado de que la respuesta no le gustara a Tzorkun — Al menos nosotros dos no estábamos conscientes de una unión entre ellos y los humanos.

    — Aunque eso podría explicar por qué las naves que llegaron a este planeta son tan extrañas — Sharyn ahora comenzaba a entender las cosas — ¿Cómo eran las armaduras de los humanos?

    — Como las que ustedes llevan puestas ahora — Havor contestó, alegrando a Tzorkun y a Sieng — Si hubieran sido diferentes, eso habría sido lo primero que hubiera mencionado. Está confirmado que se trata de los soldados del Zenith.

    — Pasemos a lo importante — Tzorkun no podía evitar sonreír ante esto — ¿Lograste capturar a los humanos del Zenith y asesinar a los otros cinco?

    En ese momento, la cara de Havor mostró una expresión de miedo, dado a que no había logrado ni cerca el cumplir su cometido. Aun así, no tardó demasiado en responder, ya que sabía que eso podría molestar a Tzorkun.

    — Lo lamento mucho, Tzorkun, pero el tiempo que tuvimos no fue suficiente — Havor se disculpaba de forma respetuosa, aquel ser tan temible que había combatido contra los humanos, ahora se mostraba sumiso y temeroso ante Tzorkun — Solo conseguimos asesinar a uno de ellos. Los cuatro humanos escaparon en el bosque junto a los demás.

    — En otras palabras, has fracasado — Sieng miró a Havor de forma severa — Nueve objetivos. Cuatro a capturar y cinco a eliminar. Solo eliminas a uno de ellos, y los ocho restantes se te escapan. Tu equipo fracasó, Havor. Eso era lo primero que deberías haber dicho.

    — Me siento muy avergonzado por haber fallado en la misión que me diste — Havor agachaba la cabeza para no ver por la pantalla la mirada de decepción de Tzorkun — Pero el enemigo era fuerte, y contaban con armas poderosas para tener en cuenta. El garak poseía una especie de dispositivo extraño en sus manos, y con ese mismo aparato, le reventó el cráneo a uno de mis hombres. Otro de los de la especie desconocida tenía un arma muy potente. Eliminó a dos de los míos de un solo disparo, además de hacer pedazos varias ramas de los árboles del bosque.

    — Bueno, supongo que eso justifica tu fracaso — Tzorkun sonaba molesto pese a que sus palabras parecían ser suaves — Pero no creas que me voy a olvidar de esto. Mañana por la tarde te daré una segunda oportunidad, tanto a ti como a tu grupo.

    — ¿A qué se refiere con mañana por la tarde? — Havor no entendía de qué era lo que estaba hablando Tzorkun — Los humanos y sus otros acompañantes escaparon en el bosque. ¿Qué piensa hacer ahora con ellos durante esta noche y durante la mañana siguiente?

    — Eso no es de tu incumbencia ahora mismo — las palabras de Tzorkun pusieron nervioso a Havor — Prepárate para cuando te necesite. Y asegúrate de no fallar el día de mañana.

    — Lo haré, Tzorkun, te lo aseguro — Havor aceptó quedarse sin información de lo que sucedería después — Mañana no fallaremos. Incluso si eso llegara a ocurrir, te llevaré a uno de esos humanos.

    — Al menos nos has aportado algo de información sobre los enemigos — Sieng lo decía en un tono irónico — Así que lo de hoy no fue una total pérdida de tiempo.

    Luego de que se dijeran esas palabras, Tzorkun le ordenó a su trabajador que cortara con la comunicación que mantenía con el líder de los moender. Seguía molesto por el fracaso de uno de los suyos, pero ahora al menos tenía la confirmación de que los humanos del Zenith habían llegado a su planeta, y que habían traído aliados con ellos para poder ayudarlos. Dichos aliados serían una molestia para él, pero al menos sabía que la lucha no sería en vano.

    Jason y Sharyn estaban muy confundidos acerca de lo que Tzorkun planearía hacer a continuación. Sieng ya estaba imaginándose lo que su líder le iba a pedir, sin embargo, por una cuestión de respeto para con el mismo, decidió no adelantarse a sus órdenes. Tzorkun se dio la vuelta, miró a Sieng y luego ambos se acercaron caminando hacia otro de los trabajadores. Los dos humanos que estaban con ellos también se acercaron para ver qué era lo que pasaría ahora.

    — Dudo mucho que los humanos y sus aliados puedan salir del bosque de noche — Tzorkun confiaba en que no fueran capaces de lograrlo — Eso quiere decir que hasta que no salga el sol, estarán vulnerables ante un ataque en la oscuridad.

    — ¿Qué es lo que tiene en mente? — Sharyn quería saber si ella y Jason pasarían al ataque directo.

    — Havor y los moender han fracasado — comentaba el líder decidiendo su plan — Ellos necesitan la luz del sol dado a que se les dificulta mucho ver en la oscuridad. Así que vamos a llamar a alguien que no tenga ese problema. Sieng, háblale a Qaior y a los Inkor para que entren al bosque y capturen a los humanos. Ellos no tienen problemas para ver en la oscuridad de la noche.

    — Enseguida, Tzorkun — Sieng se disponía a obedecer a su líder.

    Mientras tanto, Jason y Sharyn decidieron hablar con Tzorkun, quien, tras haber dado su orden, procedió a retirarse de la sala. Los dos soldados humanos querían saber si ellos formarían parte de algún grupo de ataque durante el día siguiente.

    — Disculpe, Tzorkun — Jason le hablaba con mucho respeto — Sharyn y yo estamos listos para unirnos a la misión en cualquier momento.

    — Se supone que nuestros compañeros vinieron a buscarnos a nosotros — Sharyn continuaba con lo dicho por su compañero — Podríamos utilizar eso para tenderles una trampa a los soldados.

    — Creo recordar que ustedes dijeron que Zenith enviaría a un comandante llamado Zion y que se trataba de uno de los soldados más fuertes que tenían — Tzorkun recordaba aquella conversación.

    — Así es, dijimos que Zion era de los más fuertes, y que, para poder con él, primero tendríamos que reclutar a su hijo, Wagner — Jason hacía memoria para poder recordar eso.

    — Es por eso que no quiero que actúen todavía — Tzorkun se explicaba a los dos soldados — Podemos tenderles una trampa usándolos a ustedes, pero eso solo funcionaría una vez. Si para capturar a Zion debemos ir primero por Wagner, entonces tenemos que obtener toda la información posible para saber en dónde se encuentra. Y dudo mucho que Havor sea capaz de reconocer si Wagner estaba en el grupo que atacó con poca información. Una vez que sepamos en donde se encuentra ese soldado, ustedes pasarán a la acción. Pero por el momento, vayan a descansar. Ahora es el turno para que Qaior ataque.
     
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    Manuvalk

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    Ha sido un gran capítulo de principio a fin. Sabía que comenzaría con la situación inmediata del anterior capítulo y no ha defraudado. Los guanteletes de calor de los garak son un arma increíble y ver el cañón de Lankir en acción ha sido asombroso, es un arma formidable. Temía que pudiese morir algún protagonista tras la muerte del xaromitante mudo pero no ha sido así, cosa que me alivia. Al final la caída del Sol ha hecho que esa especie repugnante se fuera y se ha descubierto que no ven bien por la noche, cosa a tener en cuenta.

    Me sorprende no haber visto al resto del grupo que iba en la nave, contaba con que así sería. Sin embargo, estoy seguro de que los veré en el próximo. Tzorkun realmente se ve como un líder muy complicado pues lleva a todos super firmes (da la sensación de que infunde temor en el resto, especialmente en los insectos inteligentes y los humanos) y parece tener claro cómo ejecutar su plan de capturar a los humanos. Además ha salido el nombre de una nueva raza, los Inkor, y estos si pueden ver bien en la oscuridad. Al final Plamo tendrá razón y habrá cuatro especies en Emiv XD. Un conflicto en la noche puede ser muy peligroso y tengo curiosidad por ver las habilidades de estos nuevos seres.

    Eso es todo por ahora, estaré expectante hasta el próximo capítulo. Un saludo.
     
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