Ciencia ficción La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 1 Julio 2017.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Muy buen capítulo, se me ha hecho raro leerlo porque su intensidad ha bajado notablemente en comparación a los dos últimos, pero no te equivoques, no lo digo porque éste sea malo sino todo lo contrario, los dos anteriores fueron excelentes y mantener ese nivel es prácticamente imposible. Además, este parece más de transición y el momento lo necesitaba después de tantas emociones.

    Lo único que me interesa comentar es como Shun se aprovecha de la situación. Pese a que me cae mal, el tipo ha sabido mantenerse en silencio y las cosas le están saliendo bien sin él hacer casi nada. Espero que no se quede con Natasha, ella y Ace merecen terminar juntos y ese cabrón de Shun solo quiere ocupar su puesto en todos los ámbitos :v

    Por otra parte, me da pena ver a Natasha así. Se nota que realmente quiere a Ace y como dije, espero terminen juntos. Ojalá se hubiese sabido algo de Ace en el capítulo, pero supongo que tendré que esperar.

    Sigue así amigo. Un saludo y hasta el próximo.
     
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Todo parece indicar que a Shun le está saliendo todo a las mil maravillas. Realmente me alegro por él. Es uno de los personajes que más me caen bien, aparte de Ace, claro está.

    Sinceramente, espero que Shun tenga un buen rendimiento como líder. Me gustaría ver como progresa su desarrollo con algunas victorias consecutivas para su equipo. Y sobre todo las reacciones de Natasha hacia él. Sin embargo, no creo que Natasha se fije en Shun. Está claro que ella siente una fuerte atracción hacia Ace, ya que lamenta su pérdida. Pero sus sentimientos pueden llegar a cambiar con el paso del tiempo...

    Stuart, bueno, se sabe cual es su propósito en todo esto, pero me parece muy difícil, me parece que está algo obsesionado con Julie, pero lo comprendo, yo también me siento así en cierta manera. xD

    Esperaba ver a Ace en este capítulo, pero como ya se sabía no se sabrá de él durante una temporada. Creo saber el camino que tomará Ace de ahora en adelante, pero no quiero decir nada al respecto hasta tener algunos indicios que afirmen mis sospechas.

    Intentaré no desesperarme en los próximos días. Saludos.
     
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  3. Threadmarks: Equipo en dificultades
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    5665
    Bueno, dado a mi larga ausencia de casi un mes, he decidido que voy a publicar 2 capítulos seguidos de mi historia para compensar todo el tiempo que no he publicado capítulos.

    La historia ya se encuentra terminada, pero no voy a publicar los capítulos de golpe. Y esta será la única ocasión en que publique dos capítulos seguidos. A partir de la semana que viene, publicaré de forma semanal como vine haciendo desde diciembre.

    No quiero quitarles más tiempo, así que los dejaré leer tranquilos.


    Equipo en dificultades:

    Los soldados de Black Meteor, ahora con Shun al frente para liderarlos, entraron en la ciudad. Por precaución, decidieron entrar desde una posición diferente a la que habían entrado la primera vez que estuvieron allí. Abel les había ordenado buscar dos metales. Uno de ellos se llamaba magnaórem, el cual era un metal muy resistente e ideal para la fabricación de motores. El otro de esos metales se llamaba ezalio. Este era un metal nuevo que se obtuvo a partir de la catástrofe. Dicho metal era muy fácil de manejar, y un gran conductor de electricidad muy seguro. Sería ideal para la construcción de las computadoras que fueran integradas en las naves espaciales, y era muy importante que ambos fueran obtenidos. En el Zenith, el ezalio abundaba mucho, por lo que no era una prioridad para ellos.

    Los soldados de Black Meteor habían acordado que iban a tomar todo el magnaórem que pudieran obtener en aquella ciudad, y que luego irían a buscar el ezalio. No les parecía conveniente dividir a los equipos, dado a que se les dificultaría cargarlos para el transporte. Ya habían explorado la ciudad casi en su totalidad, y por suerte para ellos, en esa ciudad se encontraban los dos recursos que necesitaban.

    Condujeron las motos hacia un gran depósito de magnaórem. El metal estaba almacenado, y debían encontrar la forma de cargarlo en un remolque para poder transportarlo.

    — Sé que vi una tienda en donde había carros para remolque cerca de aquí — informaba Brandon a sus compañeros — Deberíamos traer dos. Uno para el magnaórem, y el otro para el ezalio.

    — Esa es una buena idea — respondió Shun a su compañero — Grace, acompaña a Brandon. Casey, Paul, ustedes vigilen por si viene algún soldado del Zenith. Avisen ante la más mínima sospecha. Geoff, Stuart, Natasha y yo sacaremos todo el metal desde aquí dentro.

    Después de haber dado esas indicaciones, todos fueron a realizar los trabajos que Shun les había asignado. El soldado estaba sintiendo una sensación agradable de poder. Había dado una orden, y todos la habían obedecido sin quejarse. Eso era lo que él había querido desde el principio. Llevar el mando de su equipo. Sin Ace cerca, Shun no dejaba de sonreír. Aun sentía una pequeña sensación de vacío dentro de él, dado a que solamente había luchado una vez en contra de él, y había perdido la batalla. Con Ace siendo perseguido por soldados más experimentados, estaba claro que no tendría una oportunidad para lograrlo, lo que lo desalentaba un poco.

    Natasha, Stuart, y Geoff procedieron a cargar el metal y llevarlo hasta afuera. Mientras trabajaba, Shun no podía dejar de observar a Natasha. Ella se veía muy desanimada. Estaba claro que le estaba tomando tiempo olvidarse de Ace. Shun estaba seguro de que solamente debería ser amable con ella, y que luego de algunos días, ella terminaría con él.

    Natasha no podía quitar a Ace de su mente. Cada momento que pasaba, solamente podía pensar en su estado como fugitivo de Black Meteor. Se preguntaba si ya lo habrían capturado, o si Ace seguía escondido por el lugar. Cada pensamiento era una tortura para ella. Morris explicó la situación que forzó a Ace a tomar la decisión que tomó. Natasha no sabía que sentir respecto a eso. Ace fue engañado toda su vida, pero sus acciones lo habían llevado a convertirse en un traidor cuando pudo haber tenido un gran futuro en el país.

    Stuart, por su parte, no se quitaba a Julie de su cabeza. Aun estaba muy furioso por no haber podido hacer nada. Quería tenerla de vuelta, pero sabía que sería imposible.

    ¿Cuánto cuesta el uso de una de esas máquinas? — le preguntaba Stuart a Morris — Tal vez pueda modificar los recuerdos de Julie y hacer que vuelva con nosotros.

    Cuestan muy caro, y no creo que te dejen utilizarlas — le respondió Morris muy seriamente — Yo les dije que Ace era adoptado y que estaba teniendo un trauma psicológico, y fue gracias a eso que me dejaron usar la máquina. Son máquinas muy poderosas e importantes, y dudo que te permitan cambiarle los recuerdos a una chica mayor de edad para que puedas acostarte con ella. Lo más probable es que intenten arrestarte si haces eso.

    ¿Y ahora que voy a hacer? — preguntaba Stuart para sí mismo, aunque lo hizo en voz alta.

    Julie ya no está, búscate otra chica — le respondió el comandante — Si quieres, puedes pedir que te asignen a otro escuadrón. Tienes mi permiso para eso.

    Aunque era una idea que le llamaba la atención, Stuart no quería a otra chica. Iba a buscar una manera de recuperar a Julie, sin importar lo que tuviera que hacer, lo cual sería algo difícil de lograr.

    Mientras vigilaban el lugar desde afuera, Paul se acercó a Casey. El soldado no quería rendirse con ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la abrazó por detrás.

    — Quítate — le dijo Casey algo molesta — Ya te dije que no quiero nada contigo.

    — ¿Sabías que eres muy linda cuando te enojas? — le preguntó Paul en un tono de coqueteo — ¿No te gustaría darme una oportunidad? Podríamos ser algo más que solo compañeros.

    — No estoy interesada en eso, y menos contigo — le respondió Casey muy cortante — Solo quiero que trabajemos juntos e intentemos matar a un soldado del Zenith. A Stuart le funcionó trabajar con Julie, pero nosotros no hemos tenido la misma suerte que antes. Si no tenemos suerte ahora, será mejor que volvamos a cambiar de equipo.

    Para Paul eso era un reto. Si quería mantener a Casey cerca suyo, al menos como compañera, debería asegurarse de poder matar a alguno de los soldados del Zenith en el día de hoy. Estaba decidido a lograrlo, o de lo contrario, ella ya no haría equipo con él.

    Brandon y Grace no tardaron mucho en llegar con los carros para remolcar. Los dejaron cerca de la entrada para que sus amigos pudieran cargar el metal y así ya estarían preparados para irse cuando ellos terminaran. Dado a que no tenían otra cosa que hacer, Brandon y Grace entraron al depósito y fueron a ayudar a sus compañeros.

    […]

    Los soldados del Zenith tomaron las motos y empezaron a dirigirse hacia el lugar donde sus enemigos estaban trabajando. Iban a esperar a que terminen para atacarlos, dado a que consideraron que iban a estar cansados de haber movido esos metales. Vigía seguía capturando las imágenes y enviándolas a sus dispositivos. Pronto iban a terminar de cargar los materiales, por lo que decidieron que lo mejor sería acercarse en ese momento.

    Estaban a unas cuadras de distancia, sabían que sus enemigos los escucharían y se prepararían para enfrentarlos antes de que pudieran llegar al lugar.

    — ¿Cuál es el plan? — le preguntó Julie a su primo.

    — Ya no soy el líder del equipo — respondió Michael recordando que Julie no estuvo presente cuando atacó a Thomas — El equipo no tiene líder ahora mismo, así que nuestro deber es luchar en contra de ellos y evitar que se lleven el metal. Richard probablemente nos esté observando y tal vez decida si quiere hacer algún cambio de líder con lo que vea.

    Thomas grabó esas palabras en su mente. Lo que Michael decía era cierto. El que no fuera el líder ahora no significaba que ya no lo sería nunca. Solamente debería asegurar la victoria de su equipo, y tal vez tendría una oportunidad.

    Gwyn estaba muy desanimada de que Michael ya no fuera el líder. Ella lo veía como alguien admirable a quien seguir, pero debía respetar las decisiones del comandante. Devlin, Erin, y Julie sentían lo mismo. Para ellos, Michael era un buen líder. Ellos no querían serlo, dado a que solamente se agregarían más presión de la que tenían. Michael era bueno para manejarla, pero ninguno de ellos se consideraba de esa manera.

    Agustina y Zoey, por su parte, no se veían muy alteradas por la decisión de remover a Michael de su puesto. Después de su ataque hacia Thomas, ellas ya no lo consideraban como alguien apto para el liderazgo. No lo veían como un mal compañero, pero tampoco lo verían de nuevo como un líder. Al menos no hasta que se lo ganara de vuelta.

    Los ocho soldados iban acercándose al lugar. Mientras lo hacían, veían que los soldados de Black Meteor se habían preparado para pelear en contra de ellos. Paul y Casey los habían escuchado, y alertaron a todos sus compañeros. Con la muerte de Harold y la huída de Ace, los equipos se mantenían parejos, con la diferencia de que ahora tenían un soldado menos cada uno. Ambos buscabarían la manera de acortar diferencias el día de hoy. Los soldados del Zenith detuvieron las motos y empezaron a hablar con sus enemigos.

    — Veo que nos han preparado justo lo que necesitábamos — decía Thomas en un tono de burla — Fue muy amable de su parte.

    — No sé como hacen para encontrarnos siempre — respondió Shun algo molesto — Pero esta vez llegamos primero, y nos llevaremos todo el metal que hay aquí.

    — No creo que puedan vencernos ahora que no tienen a líder — Michael se burlaba intentando que cayeran en su provocación — Debieron haberlo cuidado más.

    — Ace se fue, pero nosotros seguimos teniendo lider — Grace intentaba no caer.

    — ¿Y quién de ustedes es? — preguntó Erin.

    — Quien siempre debió haber sido — respondió Shun ante la pregunta.

    — ¿Te eligieron a ti? — Thomas no podía creer que Shun fuera el líder — Pero si eres el soldado más débil de todos.

    — Creo que te vencí en nuestro último encuentro — respondió Shun intentando provocar a su rival.

    — Ya no tendrás tanta suerte hoy — Thomas sabía que debía cuidar sus acciones.

    — Me alegra volver a verte, Julie — Stuart volvía a ver a la chica por primera vez después de que se la llevaron — Es una lástima que estés en el Zenith. El uniforme de Black Meteor te quedaba muy bien.

    — Esta será la última vez que me verás — le respondió la chica — No permitiré que sigas vivo después de lo que le hiciste a Harold.

    — Pero si tú fuiste quien me ayudó — le comentaba Stuart — Lo matamos juntos. Entre los dos. Somos una combinación mortal.

    — Vuelve a tocar a Julie y te mataré — le respondió Michael desafiando a Stuart.

    — ¡Matemoslos de una vez! — gritó Brandon perdiendo la paciencia — Ya me estoy hartando de ellos.

    Fue así como todos empezaron a luchar. Al igual que en su primer enfrentamiento, las luchas fueron individuales. Michael decidió ir a luchar en contra de Natasha. Consideró que sería bueno verificar que tan bien luchaba y ver como le estaba afectando la partida de Ace.

    Natasha estaba un poco más concentrada en la pelea, pero seguía teniendo a Ace en su mente. Eso la condicionaba y mucho. La chica atacó a Michael intentando darle un golpe con los puños. Michael interceptó el ataque con una mano, y con la otra, le dirigió un puñetazo rápido a Natasha en el estómago. La chica se inclinó un poco ante el dolor, para que después Michael la tomara del cuello con sus dos manos, intentando asfixiarla. Natasha se liberó de él dándole un rodillazo en el estómago, aunque ese golpe le permitió soltarse, Michael no parecía haber sufrido el más mínimo daño. El soldado del Zenith movió su cuerpo un poco a la izquierda y le dio un codazo en la mandíbula a su enemiga, tirándola al suelo. Estaba claro que ella no era rival para él. No en ese momento.

    Stuart fue a atacar a Julie, aunque sus motivos eran más que solo pelear contra ella. Cuando Julie quiso atacarlo, Stuart le tomó los brazos y luego la acercó a su cuerpo, reteniéndola cerca suyo.

    — ¿Por qué no vuelves conmigo? — le preguntaba Stuart mientras intentaba que Julie no se le escapara.

    — No quiero tenerte cerca, hijo de puta — le respondió Julie forcejeando para liberarse de él.

    — Eso no era lo que me dijiste hace unos días — Stuart quería intentar que ella recordara lo que pasó — Es más, dijiste que me querías tener cerca siempre, e incluso dejabas que te tocara. ¿Por qué no regresas al equipo? Aun tengo ganas de verte desnuda.

    — ¡Sueltame! — le gritó Julie logrando soltarse de él finalmente — Mataste a uno de mis compañeros y te aprovechaste de mi. Me das asco, y lo único que quiero es que te mueras.

    — No pienso dejar que te vayas así nada más, Julie — le respondió Stuart furioso — No permitiré que nadie más te tenga. Te voy a hacer entrar en razón a los golpes, y si no lo haces, entonces todo esto terminará en tu trágica muerte.

    Stuart atacó a Julie brutalmente. Julie consiguió bloquear su primer puñetazo, pero el siguiente le dio directamente en el hombro izquierdo. Luego de eso, empezó a golpearla fuertemente en la cabeza, una y otra vez. Ella quería buscar la forma de evitarlo, pero los movimientos de su enemigo fueron más rápidos y fuertes. Finalmente, ella terminó tirada en el suelo.

    — ¡Espera! — gritó Julie queriendo detenerlo — No me sigas golpeando, por favor. No quiero que me mates. Me iré contigo. Pero no quiero recordar esto.

    — No lo harás — respondió Stuart levantándola del suelo y acercándola a él — Te recuperaré y volverás a formar parte de Black Meteor.

    — Prometeme que nunca que volverás a golpear — Julie empezó a soltar algunas lágrimas por el daño que había recibido.

    — Lo prometo, y lamento lo que hice — respondió Stuart poniendo su rostro cerca del de ella — No lo volveré a hacer. Yo te…

    Pero antes de poder decir otra cosa, Stuart recibió un cabezazo de Julie en la mandíbula. El golpe fue muy fuerte, y sus encías empezaron a sangrar. Antes de poder reaccionar, Julie le dio dos golpes muy fuertes en la cabeza, haciendo que retroceda.

    — Eres un estúpido, ¿crees que dejaría que me tuvieras para que puedas hacer lo que quieras conmigo? — preguntó Julie gozando al ver como Stuart sangraba — Mereces que te mate.

    Devlin luchaba en contra de Paul. Ambos soldados luchaban de manera pareja. Paul logró darle un fuerte puñetazo en la cabeza a Devlin, quien a su vez respondió con uno en el estómago. Ambos estaban intercambiando ataques muy potentes entre ellos. Devlin veía que la batalla no lo estaba llevando a ningún lado, por lo que cargó en contra de su enemigo para tirarlo al suelo. Una vez allí empezó a darle golpes en la cabeza mientras hacía que esta se estrellara contra el piso con cada golpe. Paul veía que estaba en peligro, por lo que golpeó el cuello de su enemigo rápidamente con ambas manos para soltarse.

    Casey luchaba en contra de Zoey, Y Grace en contra de Agustina. Las dos chicas de cada equipo luchaban lejos de sus compañeras, por lo que ya no podrían ayudarse mutuamente. Agustina corrió hasta Grace, se tiró al suelo cuando se acercó a ella, y luego le pateó las piernas. Grace terminó cayendo al suelo.

    — Ya han usado esa estrategia — decía Grace — No volverá a funcionar.

    La chica de Black Meteor pateó a Agustina en la cabeza mientras estaba en el suelo. Agustina recibió una patada muy fuerte en la cabeza, pero no iba a rendirse. Sabiendo que sus enemigos ya conocían esa forma de pelear, decidió levantarse y tomar a Grace de las piernas. Con cada brazo tomó una de las piernas de su enemiga para evitar que escape, y luego empezó a patearle el estómago, sin darle oportunidad para que pueda escapar. Zoey, por su parte, golpeó a Casey tantas veces en la cabeza hasta que la terminó derribando al piso. La chica de Black Meteor estaba frustrada por el resultado de la pelea.

    Erin luchaba en contra de Geoff. El soldado había estado cargando el metal para poder llevarlo a la base. Dado a que Natasha, Stuart, y Shun estaban algo perdidos en sus pensamientos, Geoff trabajó más que los tres y por ende, se había cansado mucho más. Los golpes con los que atacaba a Erin eran fuertes, pero se volvían cada vez más lentos con cada uno. Erin lo notaba, por lo que buscó la manera de bloquearlos. Cada vez que Geoff la atacaba, ella ponía sus brazos frente a su cuerpo para evitar que la tocara. Sus brazos empezaban a dolerle un poco, pero era un dolor que ella podía soportar. Llegó el momento en el que sus movimientos fueron tan lentos que ya no necesitaba bloquearlos, y con solo moverse hacia atrás le bastaba para poder esquivarlos. Erin finalmente pasó al ataque. Cuando Geoff quiso golpearla, ella le dio una patada en la pierna, provocando que cayera y su rodilla golpeara contra el suelo. Erin dio un giro y le pateó la cabeza a su enemigo, tirándolo hacia atrás y causando que cayera al suelo.

    Gwyn mantenía batalla contra Brandon. El soldado de Black Meteor tenía mucha fuerza en los brazos, y cada golpe hacía retroceder a Gwyn por más resistencia que ella pusiera. Sus ataques, en cambio, no le hacían demasiado daño a su enemigo. Brandon tenía una gran musculatura, por lo que resistía muy bien los ataques. Gwyn le dio un codazo en el pecho, el cual sintió como un pinchazo ligero. Brandon aprovechó la proximidad entre él y la chica para levantar su rodilla y darle un fuerte golpe en el estómago. Gwyn cayó y se sujetó en ese lugar. Michael vio esa escena, y decidió dejar de lado a Natasha para poder atacar a Brandon. El soldado del Zenith se le acercó por detrás y le dio un fuerte codazo en la nuca, que no derribó a Brandon pero sí le hizo sentir dolor.

    Thomas luchaba contra Shun en un intento desesperado por derrotarlo. Había perdido en contra de él hace algunos días, y no quería que se volviera a repetir. Le lanzaba varios puñetazos y alguna patada de vez en cuando, pero Shun las estaba bloqueando todas. Después de bloquear uno de sus ataques, Shun le dio un fuerte golpe en la nariz, el cual provocó que empezara a sangrar.

    — ¡Maldito, ¿cómo te volviste tan hábil?! — preguntaba Thomas sin poder creer que Shun le estuviera dando problemas — ¡Se supone que eres el más débil!

    — Quería derrotar a Ace — respondió Shun dándole un golpe en el estómago imposible de bloquear por parte de Thomas — Pero me conformaré con matarte a ti.

    Shun estiró su pierna y le dio una patada a Thomas, la cual le dio justo en la zona renal. Mientras sostenía con su mano el lugar, Shun aprovechó y lo derribó dándole un golpe de puño hacia arriba en la barbilla.

    Stuart pateó a Julie y logró tirarla al suelo. El soldado de Black Meteor recibió tantos golpes en la cara que había empezado a sangrar no solo de las encías, sino también de su nariz y por uno de sus pómulos.

    — Eres una puta — le decía Stuart mientras Julie estaba en el suelo — Te voy a hacer pagar por esta paliza que me diste antes de cogerte.

    El soldado quería seguir peleando, pero estaba algo cansado por haber cargado el metal y por los golpes que recibió de parte de Julie. Shun lo veía y notó que el resto del equipo estaba exhausto por el trabajo realizado.

    — ¡Stuart, ayúdame a sacar a los demás de aquí! — le gritó Shun a su compañero — ¡Estamos muy cansados para mantener la pelea!

    Cuando Stuart levantó la vista vio como Michael y Gwyn estaban luchando juntos contra Brandon, mientras que Erin y Devlin estaban haciendo lo mismo contra Paul. Natasha, Casey y Grace se estaban recuperando, aunque no podrían mantener la pelea. Los soldados de Black Meteor se dieron cuenta de que perdieron el enfrentamiento. Stuart atacó a Michael por detrás dándole una patada, y luego le dio un codazo a Gwyn. Brandon aprovechó eso para escapar. Shun se acercó a Erin y a Devlin y les dio un golpe en la nuca a ambos, cosa que ayudó mucho a Paul.

    Thomas se estaba levantando cuando vio como todo Black Meteor estaba huyendo del lugar. No quería permitir que huyeran, no sin haber podido ganar una pelea. El soldado del Zenith corrió hacia sus enemigos, que ya se habían subido a sus motos.

    — ¡Escapemos de aquí! — gritó Shun a todos sus compañeros.

    Shun aceleró primero y escapó. Natasha, Grace, Casey, Paul, Stuart, y Brandon lograron seguirlo; sin embargo, Geoff no contó con esa suerte. Antes de poder escapar, Thomas saltó en contra suya y lo derribó al suelo. Geoff había caído junto a su moto, mientras que el resto de sus compañeros escapaba. Los soldados del Zenith vieron que Thomas había logrado evitar que uno de ellos escapara junto al resto de sus enemigos, por lo que se acercaron para asegurarse de que no tuviera una oportunidad de hacerlo por su cuenta.

    Desde el suelo, Geoff golpeó a Thomas en la cabeza y lo dejó algo aturdido. Cuando el soldado estaba por levantar su moto para escapar, Michael dio un salto hacia él y logró conectar una patada fuerte en el pecho del enemigo. Geoff volvió a caer al suelo. Todos sus compañeros habían huído, sin percatarse de que lo habían dejado atrás, cosa que preocupó a Geoff.

    — ¡Oigan, regresen! — gritaba Geoff que de un momento a otro se vio rodeado de sus enemigos — ¡No pueden dejarme aquí!

    — Parece que ya lo han hecho — respondió Michael acercándose a él.

    El soldado del Zenith lo tomó de su uniforme y lo levantó. Empujó a Geoff y lo mandó a estrellarse contra una pared. Julie, Gwyn, y Agustina se acercaron a él y comenzaron a darle una paliza brutal en todo su cuerpo, pero centrándose más en su cabeza y su torso. Geoff recibía los ataques sin poder defenderse, y cada vez le dolían mucho más. Los golpes eran tan fuertes que no logró evitar que varias lágrimas de dolor salieran de sus ojos.

    — ¡Basta, por favor, basta! — gritaba implorando que se detuvieran.

    — ¡¿Crees que Stuart dejó de golpear a Harold cuando él pidió lo mismo?! — preguntó Thomas, que se acercaba furioso ante él.

    — ¡Por favor, no me maten! — el soldado pedía por su vida — ¡No lo hagan! ¡Dejenme ir!

    — Danos una buena razón para hacerlo — le respondió Erin muy molesta con él — Si tú me hubieras ganado, probablemente no me habrías dejado escapar. Has intentado matarnos desde que empezó la misión. No has tenido suerte, y ahora te toca morir a ti.

    — ¿Tienes algunas últimas palabras que quieres que les digamos a tus compañeros? — preguntaba Michael, que ya se encontraba listo para matarlo.

    — Diganles que yo necesitaba su ayuda — Geoff empezó a llorar desconsoladamente sabiendo que iba a morir.

    — Eres un cobarde — le respondió Thomas dándole un golpe en la cabeza — Tendrás la muerte que mereces.

    Thomas arrojó a Geoff al suelo, y una vez allí, todos los soldados del Zenith empezaron a golpearlo con fuerza. Geoff no podía hacer nada más que recibir los golpes y sufrir cada uno de ellos. Los golpes en la cabeza eran los peores para él, dado a que con cada uno que recibía, sentía como perdía la movilidad de su cuerpo. No logró resistir mucho tiempo, y se quedó inconsciente producto de los ataques. Finalmente, los soldados enemigos continuaron su ataque sobre él hasta que lo terminaron matando a golpes.

    — Suficiente — dijo Zoey a todos sus compañeros — Ya está muerto. No hace falta que sigamos.

    — Al fin… — respondió Devlin muy satisfecho, pero algo cansado — …hemos conseguido matar a uno de ellos.

    — Logramos ajustar cuentas — decía Julie pensando en Harold — Pero la muerte de Harold no será vengada hasta que no matemos a Stuart.

    — Logramos hacer que Ace se marchara, y ahora conseguimos matar a Geoff — respondía Michael, también un poco cansado — Si seguimos así, mataremos a todos los soldados de Black Meteor.

    — Deberíamos volver a la base y festejar esta victoria — decía Thomas mirando el metal que habían conseguido — Pero que el resultado de esta pelea no nos engañe. Shun se ha vuelto más fuerte con su entrenamiento, y tenemos que entrenar si no nos queremos quedar atrás.

    — Estoy de acuerdo — respondía Gwyn — Si Ace siguiera en el equipo, y Shun estuviera dispuesto a colaborar con él, lo más probable es que uno de nosotros hubiera sido la víctima el día de hoy.

    — Es verdad, hay que pretender que Ace sigue siendo un enemigo y entrenar basándonos en eso — sugería Michael — Después de todo, es posible que Black Meteor decida entrenar más ahora que hemos matado a uno de los suyos.

    Los soldados del Zenith se dieron cuenta de que su victoria en la misión del día de hoy no quería decir que hubieran ganado la lucha en contra de sus enemigos. Era válido disfrutar el resultado, pero debían tener en cuenta que sus rivales seguían siendo peligrosos.

    Sin perder el tiempo, engancharon los metales a sus motos, y luego emprendieron el camino de vuelta a la base.

    […]

    El equipo de Black Meteor había logrado huir del lugar. Bajo las instrucciones de Shun, estos giraron y se escondieron en una calle angosta que había en aquel lugar. Cuando se detuvieron, se dieron cuenta de que Geoff no se encontraba con ellos. Eso solamente quería decir una cosa, que el Zenith lo había atrapado. Si bien, el haber perdido la batalla y la muerte de Geoff no había sido culpa de nadie directamente, todos se sintieron mal por la pérdida de su compañero.

    — ¡Maldita sea! — gritaba Stuart muy irritado — ¡Quería ser yo quien matara a uno de ellos, y no que mataran a nuestro compañero!

    — ¡Eso no es lo peor! — respondió Brandon muy molesto — ¡El Zenith tomó el magnaorem y se nos puso en ventaja! ¡Ahora ellos son ocho y nosotros siete!

    — De alguna manera ellos logran encontrarnos siempre — respondió Shun muy intrigado por conocer sus métodos — Recuerdenme cuantas veces nos han encontrado.

    — No puedo recordar cuantas ahora, pero lo han hecho varias veces — respondió Paul — Debe haber algo que les diga donde estamos y en qué momento. No puede ser que siempre logren dar con nosotros.

    — De seguro así fue como lograron capturar a Ace — respondía Natasha — Algo les dice en donde estamos a cada momento. El que lleguen antes o después que nosotros solamente es porque nosotros estábamos mas cerca de ese lugar en el momento en que nos detectan. Ya nos han interceptado así antes.

    — Hay que encontrar lo que sea que les de ventaja y detenerlo — decía Casey.

    — No creo que eso sea necesario — respondía Shun — Eso que les dice donde estamos no les da ventaja cuando llega el momento de pelear. Si lo hiciera, Harold no habría muerto. No se trata de descubrir lo que les permite adelantarse a nosotros, se trata de superarlos en el campo de batalla. Si hubiéramos ganado más peleas, ellos habrían sido los que hubieran perdido a un miembro del equipo, y no nosotros.

    — Eso quiere decir que nos falta más entrenamiento — Paul exponía sus ideas.

    — Exactamente, si entrenamos más, su ventaja no les servirá para nada — respondía Shun — Deberíamos volver a la base a entrenar, pero primero debemos ir a buscar el ezalio. Estoy seguro de que Zenith no va tras ese metal. De lo contrario, nos habrían atacado cuando consiguiéramos ambos, y no uno de ellos.

    — Eso es verdad — respondió Casey ante la suposición de Shun — Tomemoslo y luego regresemos a la base. Tenemos que informarle a Morris sobre lo ocurrido.

    Los siete soldados de Black Meteor que quedaban fueron hacia la parte de la ciudad en donde habían localizado el ezalio. Tal y como Shun les había dicho, el Zenith no estaba detrás de ese metal, por lo que no se presentaron en el lugar. La misión del día de hoy había sido dentro del todo muy mala para ellos. Habían perdido a uno de sus compañeros, y solo consiguieron uno de los metales que habían salido a buscar. Morris no iba a estar satisfecho cuando se enterara de la noticia, pero al menos habían logrado obtener uno de los metales que era necesario para la organización.

    […]

    Los soldados de Black Meteor estaban parados en fila en la sala de reuniones y comunicaciones mientras que Morris los miraba muy seriamente a todos. Después de que se enteró de la muerte de Geoff, su expresión se puso muy seria, y cuando vio que solamente trajeron uno de los recursos que Abel les había pedido, todo se puso aun peor. El comandante no estaba satisfecho con el rendimiento de su equipo.

    — Veo que su primer misión sin Ace en el equipo no ha salido muy bien — les decía Morris, haciendo ejonar a los soldados, sobretodo a Shun — El Zenith ha obtenido el metal que nosotros también queríamos. El ezalio es algo que ellos tienen de sobra. El haberlo obtenido hoy no es una victoria.

    — Lo lamentamos, comandante — Shun pedía disculpas en nombre del equipo — Pero la muerte de Geoff no se dio porque hayamos sido superados ampliamente. Fue una casualidad, y ninguno se dio cuenta de eso hasta que ocurrió.

    — ¿Vieron el cadaver de Geoff, o acaso el Zenith se lo llevó como trofeo? — el comandante quería saberlo.

    — Lo abandonaron allí, como si no fuera nada — Natasha recordó cuando vio el cuerpo de su compañero tirado afuera de aquel depósito cuando regresaron al lugar — Trajimos su uniforme, pero tuvimos que dejar su cuerpo. No podíamos traerlo.

    — Primero Ace se va del equipo, y ahora Geoff es asesinado por el Zenith — Morris se ponía más serio a cada momento — Y yo que pensé que ya teníamos la batalla ganada cuando capturamos a Julie. Está claro que subestimamos al Zenith.

    Todos sus soldados agacharon sus cabezas en señal de derrota. Tal y como Morris les dijo, ellos terminaron siendo superados por el Zenith, a pesar de que habían logrado quitarle a una de sus soldados más importantes y hacer que formara parte de su equipo. No solo eso, sino que también habían conseguido matar a Harold. Hace tres días atrás ellos eran diez y sus enemigos eran siete, de una forma inexplicable, el día de hoy sus enemigos pasaron a ser ocho, y ellos pasaron a ser siete.

    Morris escuchó el relato de la pelea. Él también llegó a la conclusión de que el Zenith tuviera alguna especie de método para descubrir en donde se encontraban ellos a cada momento, y que era eso lo que condicionaba la lucha, además de que el motivo por el cual sus soldados se vieron obligados a huir era porque no podían obtener más victorias individuales en combates que sus enemigos. Estaba claro que sus soldados seguían teniendo en mente la partida de Ace, y con la muerte de su compañero el día de hoy, su moral bajaría. A pesar de que ninguno de ellos se veía muy triste por la muerte de Geoff, sabía que eso afectaría el rendimiento del equipo. Al comandante pronto se le ocurrió una forma para poder ganarle a sus enemigos a pesar de todo.

    — Díganme si estoy en lo cierto, ¿todos los soldados del Zenith tenían un auto cuando aparecieron en la ciudad a capturar a Ace? — preguntaba Morris.

    — Así es — le respondió Casey sin saber a qué venía la pregunta — ¿Pero qué tiene que ver eso con lo que pasó hoy?

    — Estoy seguro de que aun los tienen, aunque no los hayan usado el día de hoy — respondió el comandante — En un principio, cuando lográbamos obtener los recursos que queríamos, llamábamos a nuestros países para que un camión viniera a llevárselos. Al menos eso es lo que yo hice. Una vez conocí al comandante Richard en persona, y me dio la impresión de que él pensaba de forma muy parecida a como yo pienso, por lo que asumo que él también ordenó que un camión se llevara los recursos que encontraron anteriormente.

    — ¿Qué es lo que supone? — preguntó Brandon.

    — Que están guardando los vehículos para no tener que llamar al camión a que venga a buscar los recursos — le respondió Morris sacando una conclusión — Lo que quiere decir que todos los recursos que han obtenido o que van a obtener se van a quedar en su base, cargados en los autos. De esa manera, podrán llevárse todos los recursos al Zenith en un solo viaje sin necesidad de llamar al camión.

    — ¿De qué manera podemos aprovechar eso? — preguntó Stuart sabiendo que a Morris se le estaba por ocurrir algo.

    — Tal y como habíamos planeado hace algunos días, debemos encontrar su base — respondió el comandante — Cuando ellos tengan todos los recursos que vinieron a buscar, nosotros los atacaremos y les robaremos todo lo que ellos tengan.

    — En otras palabras, quiere decir que dejaremos que ellos hagan el trabajo por nosotros y luego nosotros nos quedamos con los beneficios — respondía Shun, a quien le agradó la idea de su comandante.

    — Exactamente, pero hay que tener en cuenta que Abel podría llegar a necesitar recursos que ellos no estén interesados en buscar — respondió Morris muy seriamente — Esos recursos los buscaremos por nuestra cuenta. El resto, los obtendremos luego de que ataquemos su base.

    — Es un buen plan, pero necesitaremos entrenar muy duro para poder superarlos en su propia base — agregó Natasha.

    — Así es, y yo mismo me voy a encargar de entrenarlos como es debido para eso — le contestó Morris — Haremos que el Zenith crea que van a ganar, y luego nosotros apareceremos de sorpresa en su base, y les quitaremos los recursos que han estado obteniendo. Ellos trabajarán para nosotros sin darse cuenta hasta que sea muy tarde.
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
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    Los ocho soldados del Zenith habían regresado a la base con todo el metal que habían logrado reunir. Les habría gustado quedarse en la ciudad y recorrerla para ver que clase de recursos eran los que podrían encontrar allí dentro, pero no podían dejar el metal suelto, ni tampoco podían recorrerla por completo mientras remolcaban los carros que los cargaban. La única opción era regresar a la base. Al llegar, Richard los estaba esperando. Ya había visto su buen rendimiento en la pelea debido a que Vigía lo había captado todo. Estaba muy orgulloso de su equipo. Habían logrado imponerse a sus enemigos, y otro de los recursos ya estaba en sus manos.

    — Felicidades a todos — les decía Richard a sus soldados — Su desempeño fue muy bueno. Incluso lograron asesinar a uno de ellos.

    — No fue muy difícil de lograr — respondió Michael a su comandante — Sin Ace no son nada. Él hacía la misión mas difícil.

    — Increíble que pudiéramos pasar de estar en desventaja numérica a ser nosotros quienes tuvieran la ventaja — decía Thomas creyendo que el equipo estaba funcionando muy bien.

    — Tengo una noticia para darles — les informó el comandante — Ya casi hemos terminado la recolección de los recursos. De hecho, solamente nos quedan obtener dos recursos más. Luego de obtenerlos, podremos regresar al Zenith. El mismo Magnus en persona los felicitará por lo que han logrado.

    La noticia cayó muy bien a todos los soldados. La victoria era casi suya, solo necesitarían hacer un esfuerzo más. Ya ansiaban irse de aquel país. No se sentían demasiado cómodos lejos de sus familias, y el hecho de que fueran reconocidos por el propio líder era una motivación extra. Su esfuerzo llevaría al Zenith a estar más cerca de conocer la causa de la Gran Catástrofe. Aunque era cierto que no podían confiarse.

    — No deberíamos confiarnos demasiado — decía Julie a todos sus compañeros — Recuerden cuando tuvimos las bacterias y creímos que eliminaríamos a Ace y a Brandon. Black Meteor modificó nuestros planes. Podrían volver a hacerlo.

    — Yo nunca dije que debían confiarse — le respondió Richard muy seriamente — Creer que ya ganaste es el primer paso que te lleva hacia la derrota. Ninguno de ustedes debería desaprovechar estos momentos para entrenar. Magnus probablemente nos envíe el recurso que necesitamos el día de mañana. Así que les sugiero que se preparen para esto.

    — Comandante, tengo una pregunta — decía Agustina sorprendiendo a sus compañeros — ¿Ya no tendremos un líder en las misiones? Desde que usted tomó la decisión de dejarlo, no ha vuelto a hablar de eso.

    — Yo creí que al elegir un líder el equipo se uniría y lucharían mejor en contra de los enemigos — explicaba el comandante — Lamentablemente, eso solo trajo división y disputas — mientras decía esto miraba a Thomas y a Michael, quienes agacharon sus cabezas — Su rendimiento es mejor cuando todos luchan juntos y no cuando siguen a uno al mismo tiempo. No quiero que eso cambie, así que no volveré a hablar del tema.

    Tras decir esas palabras, Richard acercó uno de los autos que su equipo había conseguido, y cargó todo el metal que pudo dentro del mismo. Sus soldados estaban algo confundidos ante eso, por lo que le preguntaron que era lo que quería hacer.

    — ¿Por qué hace esto? — preguntó Zoey muy confundida.

    — Los autos pueden sernos muy útiles para llevar los recursos, de esa forma, no tendremos que llamar al camión para que lo haga — le respondió su comandante — El día que nos vayamos, nos llevaremos todo lo que tengamos por nuestra cuenta.

    — Es una buena idea — respondió Devlin — Los autos nos servirán de utilidad y deberíamos aprovecharlo.

    Eso llevó a que todos los soldados cargaran todo el metal que pudieron dentro de los autos. Dado a que se trataba de un metal pesado, tuvieron que dividir toda la carga en dos autos para que el peso no llegara a causarles problemas. En cuestión de minutos, los autos ya estaban cargados y listos para llevar los metales que habían reunido. Richard les dio el resto del día para que entrenaran y descansaran lo necesario.

    Los soldados estaban un poco exhaustos por la pelea, y el haber cargado los metales, por lo que antes de entrenar iban a descansar un poco. Cada uno de ellos fue a su habitación a recostarse un poco y reponer fuerzas.

    Michael se quedó media hora descansando. Cuando ya se sentía algo mejor, consideró que tenía que hablar con alguien. El soldado salió de su habitación y se dirigió a la habitación de Gwyn. Tocó la puerta para ver si su compañera estaba dormida o despierta.

    — Puedes entrar — escuchó desde el interior de la habitación.

    Michael abrió la puerta y entró directamente. Gwyn se alegró mucho al verlo, dado a que si había venido en un momento así significaba que querría hablar con ella. Tenía curiosidad por ver de qué se trataría, pero trató de mantener la calma.

    — Michael — la chica sonreía al verlo — ¿Qué es lo que puedo hacer por ti?

    El soldado le sonrió mientras se acercó a su cama, para luego sentarse sobre ella. Gwyn se levantó y se sentó al lado suyo. Antes de que ella pudiera hacer otra pregunta, Michael le dio un abrazo sin haber dicho nada. Gwyn se sonrojó un poco al principio, pero luego correspondió el abrazo que le daba su compañero. Estaba sintiendo una gran alegría en ese momento, y quería que no terminara.

    — Quería darte las gracias — respondió Michael confundiendo un poco a Gwyn — Dado al cansancio por rescatar a Julie, y lo que ocurrió en la misión de hoy no tuve tiempo para hacerlo.

    — ¿Las gracias por qué? — preguntó Gwyn queriendo saber a qué se refería.

    — Por haberme ayudado a mí y a Devlin a salvar a Julie — le respondió Michael, abrazando más fuerte a su compañera — Y por haberme contenido cuando lo necesitaba. Julie es como una hermana para mí, y tú me ayudaste para poder recuperarla. Necesito darte las gracias, Gwyn. Te lo debo.

    Gwyn sabía que Michael debía querer mucho a Julie, pero nunca creyó que significara tanto para él. Ahora se sentía mucho mejor por haberlos ayudado a salvarla. Lo único que quería era ayudar a Michael en todo lo que pudiera.

    — No tienes que agradecerlo — le respondió Gwyn — Yo te quiero, Michael. Y haré lo que pueda para que te sientas bien.

    — Claro que tengo que agradecértelo — contestó Michael.

    Michael decidió darle un beso a Gwyn en la boca. La chica no estaba esperando eso, pero lo recibió con mucho gusto. Su compañero la estaba besando de manera apasionada, cosa que le hizo sentir que era correspondida. El beso duró un minuto, pero para Gwyn solo fueron unos pocos segundos. Tras haberla besado, Michael tomó aire y lo repitió. Gwyn ya estaba muy feliz por lo que había pasado. Este beso duró más que el anterior.

    Michael miró a Gwyn después de haberla besado. La chica era realmente hermosa, y lo era aun más cuando sonreía. Con todo lo que había hecho por él, Michael sintió que estaba empezando a sentir algo por ella. Nunca había sentido eso antes. Seguía sin deseos de comprometerse a algo, pero ahora ya estaba empezando a sentir algo por Gwyn. La chica se dio cuenta de eso por la forma en que la miraba, y decidió preguntarle algo.

    — Dime, Michael, ¿esto quiere decir que tú y yo finalmente seremos una pareja? — le preguntó muy ilusionada.

    — No recuerdo haber dicho eso — la forma en la que lo dijo fue muy cortante — No te ilusiones demasiado. Solo estoy agradeciendo lo que hiciste por mi — había mentido un poco, dado a que no quería descubrirse.

    Gwyn quedó un poco triste cuando escuchó esas palabras. Creyó que finalmente podría convencer a Michael de que decidiera comprometerse a una relación. Sin embargo, quitó su expresión de tristeza para sonreirle.

    — Michael, ¿tú sigues siendo mío? — le preguntó la chica.

    — Claro que lo soy — le respondió Michael devolviendo la sonrisa.

    — Entonces todo está bien — le respondió la chica abrazando a su compañero.

    En otra de las habitaciones, Erin se encontraba recostada. Tenía los ojos cerrados en un intento de dormir, pero no lo lograba, aun así no perdía nada por intentarlo. Devlin entró en su habitación directamente sin llamar a la puerta. Erin iba a abrir los ojos cuando escuchó su voz.

    — Oh, estás dormida — le respondió Devlin observando a Erin — Qué mas da, tengo que decírtelo, Erin. Cuando despiertes te lo volveré a decir.

    La chica continuó simulando que se encontraba dormida mientras escuchaba como Devlin se acercaba a su cama y se sentaba al lado suyo.

    — No tengo palabras para agradecerte la ayuda que nos diste — le decía muy suavemente para no despertarla, pero era algo que ella podía escuchar — Julie significa mucho para mí, y no podría soportar perderla. Gracias a ti, ella está de vuelta con nosotros. Sé que hablo por mi hermano y por mí cuando te doy las gracias, aunque sé que no es suficiente.

    El soldado comenzó a acariciarle el rostro mientras ella seguía fingiendo que estaba dormida. Ella estaba disfrutando del momento, y quería hablar con él, no sin antes esperar para ver que era lo que tenía para decirle.

    — Eres una chica muy hermosa — decía mientras la miraba — Has estado ahí para mí desde el principio, desde el momento en el que Ace me atacó. Y ahora has hecho por mí mucho mas de lo que puedes imaginarte. Yo también voy a estar ahí cuando me necesites. Es una promesa. Volveré a decírtelo cuando despiertes.

    Devlin se puso de pie y se retiró de la habitación. Erin quiso fingir que despertaba y disfrutar de un momento con él, pero su compañero había dicho que volvería a repetir lo que dijo cuando ella estuviera despierta, por lo que lo dejó pasar. Ahora que estaba sola, quería aprovechar para dormir.

    Zoey y Agustina estaban juntas en la habitación de una de ellas. Las dos estaban relajándose, dado a que el mover un metal muy pesado las había dejado muy cansadas. En un momento, Julie entró a la habitación con una cara que denotaba preocupación en ella. A las dos chicas les pareció muy extraño, y creyeron que algo andaba mal, por lo que decidieron ver que era lo que tenía.

    — Julie, ¿te sientes mal? — le preguntó Zoey levantándose y acercándose a ella.

    — Solamente quería hablar sobre ustedes sobre algo — les respondió Julie — Mis primos están ocupados, y no es algo que quiera hablar con Richard.

    — ¿De qué se trata? — preguntó Agustina muy preocupada.

    — Me siento mal, pero no es ningún dolor — respondió la chica algo deprimida — Es por lo que hice mientras estuve en Black Meteor.

    — ¿A qué te refieres exactamente? — le preguntó Agustina.

    — Yo provoqué la muerte de Harold, nuestro propio compañero — respondía comenzando a derramar algunas lágrimas — Era una persona muy amable, y yo ayudé a que lo mataran…

    — No fue tu decisión — le respondió Zoey queriendo hacer que se sienta mejor.

    — Sí, lo fue — respondió la chica — Estuve conciente cuando lo hice. Con recuerdos que no eran míos, pero conciente. La decisión fue mía… Y eso no es todo, también está Stuart.

    — Él… — Agustina recordó su conducta violenta en los enfrentamientos — Es un hijo de puta despreciable. El peor de todos los soldados de Black Meteor.

    — Así es… — respondía Julie empezando a llorar al recordarlo — Y yo dejé que me besara, e incluso que me tocara… él mismo me lo dijo…no puedo creer que pude haber dejado que alguien así me hiciera eso…

    Julie ya no podía seguir y terminó rompiendo en llanto. Agustina y Zoey supieron que no era algo sencillo de solucionar, y que su compañera necesitaría de mucho apoyo emocional para superarlo.

    — Él es un miserable — le decía Agustina recordando cuando él intentó matarla — No tienes la culpa de que Black Meteor te eligiera como objetivo, ni de que él te hiciera lo que hizo.

    — Eso ya lo sé, pero tengo una sensación horrible en mi cuerpo cuando lo recuerdo — respondía Julie — Y no quiero que esto se quede dentro de mí. Quiero que Stuart muera, pero tengo mucho miedo de tenerlo cerca de mí otra vez… la manera en la que me habló hoy me asustó mucho. Por eso quería pedirles a ustedes y a todo el equipo que lo mataran por mí. Me sentiré mejor cuando él esté muerto.

    Zoey y Agustina entendieron lo que Julie les quería decir. Era una situación complicada, y no lo podían entender del todo, pero llegaban a imaginárselo. Era algo que su compañera necesitaría para poder sentirse mejor, pero no lo podría conseguir sola.

    — Te ayudaremos — le respondió Agustina — Yo también lo quiero muerto.

    — Haremos lo que sea para lastimarlo, y luego dejaremos que tú lo mates — respondió Zoey — Eso te hará sentir mejor.

    — Gracias, chicas — Julie las abrazó a las dos, agradeciéndole por la ayuda que le brindarían.

    La chica se retiró para ir a hablar con los demás soldados. Creyó que Richard no llegaría a comprenderla, dado a que él era un comandante y su preparación mental sería muy diferente; pero quería hablar sobre esto con sus compañeros. Era algo que necesitaba.

    Mientras iba a ver si sus primos ya estaban libres, se encontró con Thomas. El soldado la vio muy desanimada, y con algunas lágrimas en los ojos, por lo que decidió ver que era lo que tenía.

    — Julie, ¿qué te ocurre? — Thomas supo que estaba de más preguntar si estaba bien, dado a que era obvio que no lo estaba.

    — Hablé de esto con Zoey y con Agustina — respondió la chica — Después de todo lo que pasó mientras estuve en Black Meteor, quiero que Stuart muera. Lo que me dijo hoy sigue en mi mente y no soy capaz de sacarlo. Quiero que todos me ayuden a matarlo.

    — Cuenta conmigo — le respondió Thomas abrazándola para contenerla — Stuart merecía morir desde hace mucho — el soldado recordó la manera en la que Stuart lastimó a Gwyn en su primer enfrentamiento — Él fue quien mató a Harold. Y yo quiero vengarme de él.

    Julie decidió irse a buscar a los demás, mientras que Thomas se quedó pensando en lo que su compañera le había dicho. Stuart mató a Harold, y logró lastimar emocionalmente a Julie. Él compartía parte de la responsabilidad de que eso pasara, por lo que se propuso a que se encargaría de eliminar a Stuart por su cuenta. Sería una manera de vengar a su compañero, y de ayudar a su otra compañera. Una vez que estuviera muerto, probablemente podría olvidarse por completo de su error.

    […]

    Los soldados de Black Meteor estaban terminando su entrenamiento en el exterior de su base. Dado a que esta era más pequeña, decidieron que iban a entrenar afuera para aprovechar mejor el espacio disponible. De cualquier manera, no había nadie cerca en kilómetros, por lo que no corrían ningún riesgo de ser observados o descubiertos. Morris los estaba golpeando para que ellos pudieran sentir en sus propios cuerpos el daño que un golpe fuerte, preciso, y dirigido al lugar correcto podría llegar a causar; además de que ayudaría a mejorar su resistencia. Cuando anocheció fue cuando el comandante decidió dar por finalizado el entrenamiento. Todos sus soldados estaban exhaustos, pero esa preparación les podría servir de mucho para cuando los atacaran en su base.

    — Vayan a descansar — les indicaba el comandante — Y no se preocupen por la misión de mañana. Abel me ha dicho que no nos mandará un recurso para buscar, por lo que podremos utilizar el día entero para ir a buscar la ubicación de la base del Zenith. El conocer su posición y su estructura nos servirá para planear nuestro ataque. Y mientras más rápido la encontremos, tendremos más tiempo de preparar uno mejor.

    Ante estas palabras, los siete soldados fueron a ducharse y a descansar un poco. A pesar de las palabras de Morris, ninguno de ellos quería tomarse las cosas a la ligera. El Zenith había conseguido matar a uno de los suyos, y lo que más querían era saldar las cuentas.

    Stuart se fue molesto a su habitación. Él ni siquiera se dio cuenta en el momento en el que su compañero ya no estaba. No dejaba de pensar en el método que podría haber sido utilizado por el Zenith para asesinarlo. De un momento a otro, Geoff simplemente ya no estaba. No sentía un aprecio muy grande por su compañero, pero odiaba que sus enemigos tomaran la ventaja. Se había decidido a que buscaría la forma de equilibrar la balanza nuevamente. Otra cosa que le molestaba demasiado fue la paliza que había recibido por parte de Julie cuando se enfrentó a ella. El pensar que la tuvo en sus manos y la perdió era una sensación horrible para él. Quería tenerla de vuelta con él, en primer lugar, para poder darle una paliza como venganza por lo que ocurrió el día de hoy, y después para poder desnudarla y cogérsela tal y como deseaba, solo que ahora él no tenía la intención de portarse bien con ella.

    Paul fue a la habitación de Casey para hablar con ella. El soldado recordaba las palabras que ella le había dicho antes de que llegara alguien del Zenith. Si no lograban matar a un soldado, ella cambiaría de compañero. Su objetivo no se cumplió, y Paul quería hablar con ella para convencerla de seguir junto a él. Antes de que pudiera entrar, escuchó voces en la habitación. Una era de Casey, y la otra era de Grace.

    — ¿Qué es lo que vas a hacer con Paul? — le preguntaba Grace a su compañera — No has logrado matar a nadie del Zenith como querías.

    — Cuando tuvimos la oportunidad de hacerlo, Morris nos lo había prohibido, así que Paul tuvo que limitarse a cortarle un poco el rostro a uno de ellos — respondió Casey — Creí que podríamos matar a alguien si luchábamos juntos, pero me equivoqué. Ya no haré equipo con Paul.

    — ¿Y con quién te gustaría hacer equipo? — le preguntó Grace sintiendo curiosidad.

    — He visto que Natasha sigue afectada por la partida de Ace — le decía Casey — No sé por qué, Ace no era el soldado más atractivo del mundo. De seguro ella encontrará a alguien mejor. Ace y Geoff ya no son opciones. Lo intentaré con Brandon. Él es fuerte, tal vez con él logre asesinar a uno de ellos.

    Paul sintió un poco de celos al escuchar eso. Él se sentía algo atraido por su compañera, y ahora ella lo estaba desechando como si fuera una carga. Paul sabía que Casey y él no eran nada, pero quería que eso cambiara. Haría lo que estuviera a su alcance para poder conseguirlo. Cuando fuera el momento de atacar al Zenith, Paul buscaría matar a uno de ellos para demostrar su habilidad.

    Brandon se fue a acostar muy exhausto por el entrenamiento, además de que aun tenía que procesar la muerte de uno de sus compañeros. Le costaba trabajo creer que el Zenith pudiera llegar a matar a uno de los suyos, sobretodo después de el plan que habían llegado a ejecutar. Cuando Julie estaba en su poder, y después de la muerte de Harold, los números estaban diez a siete. Brandon no encontró la explicación lógica de como el Zenith había logrado poner la balanza ocho a siete en contra de ellos. El ser derrotados por ellos era algo muy humillante, pero el que les dieran vuelta una situación que parecía que tenían controlada era algo que no podía tolerar. Al igual que sus compañeros, quería hacer algo al respecto, pero no equilibrar la balanza para dejarla pareja, sino para que su equipo volviera a tener la ventaja que habían ganado en primer lugar.

    Natasha se encontraba llorando en su habitación. Uno de sus compañeros había muerto el día de hoy, aunque sus lágrimas no eran por él, sino por el miedo de que ella pudiera ser la siguiente. El Zenith estaba en ventaja, y parecía que desde que habían recuperado a Julie se habían vuelto más fuertes, como si el intento de su equipo por destruirlos moralmente hubiera tenido efecto en ellos. Otra cosa que entristeció a la chica era el recordar a Ace. Supo que con él en el equipo nada de esto estaría pasando, y probablemente sería Black Meteor quien tendría la ventaja. No podía dejar de pensar en la situación de su ex compañero. Quería saber si alguien lo habría capturado, aunque probablemente Morris y Abel no revelarían esa información a su equipo.

    Su llanto se interrumpió cuando Shun entró al lugar. Su mirada era muy seria, lo cual le llamó la atención a Natasha.

    — ¿Sigues llorando por Ace? — preguntaba Shun un poco agresivo, pero no demasiado — Él no se merece tus lágrimas. Es un traidor que te abandonó.

    — Él no me abandonó a mí — Natasha quería negarlo — Solamente abandonó al equipo.

    — Y tú estás en el equipo, Natasha, lo que quiere decir que Ace te abandonó a ti tambien — le respondió Shun — Ya lo sabes, pero te lo recordaré. El Zenith mató a Geoff el día de hoy, por lo que ahora estamos en desventaja. No quiero que tú seas una víctima de ellos, pero para eso tienes que concentrarte y sacarte a Ace de la cabeza. Por eso vine a ayudarte.

    — ¿Y cómo me ayudarás exactamente? — le preguntó Natasha queriendo saber que tenía en mente.

    — Quiero que tú y yo seamos una pareja — le dijo Shun — A diferencia de Ace, yo no tengo nada que demostrarle a nadie. Es más, ya demostré ser más confiable que Ace, y fue por eso que me convirtieron en el líder del equipo. No tienes que esperar a que la misión termine para ser feliz.

    — Es que no quiero eso — le dijo Natasha — Lo que yo quería era estar con Ace al terminar la misión. Ahora que él no está, no quiero ninguna relación. De todas formas voy a buscar la forma de olvidarlo y de luchar como es debido en el campo de batalla.

    — Tengo algo que proponerte — le decía Shun, recordando una conversación anterior — Te recuerdo que tenemos una pelea pendiente, y que hace algunos días me desafiaste. Digo que la tengamos ahora, te ayudará a despejar tu mente.

    — Me parece una buena idea — le respondió Natasha preparada para la pelea.

    — Y quiero agregar una condición — las palabras de Shun llamaron la atención de su compañera — Si yo te gano, empezaremos una relación cuando termine esta misión, ganemos o perdamos. Si tú ganas, empezaremos la relación cuando tu quieras, incluso aceptaré que no quieras hacerlo — esas últimas palabras eran mentira, pero Shun lo dijo para ver si podía motivar un poco a Natasha.

    Ambos soldados fueron al exterior de la base. Como su nueva base no contaba con una sala de entrenamiento, decidieron que tendrían su combate afuera y en la oscuridad de la noche. Los soldados acordaron utilizar las reglas que Brandon solía utilizar, haciendo ligeras modificaciones: Los golpes son inválidos desde el cuello hacia arriba, y son permitidos desde la rodilla hacia abajo. Quien lograra derribar a su enemigo y mantenerlo en el suelo sin permitir que se levante sería el ganador. No había necesidad de un árbitro para esa batalla.

    Natasha fue la primera en atacar. Ahora ella mostraba determinación, y Shun lo notaba. La chica golpeaba con sus puños intentando darle en el pecho a su compañero. Shun bloqueaba los ataques de su rival, pero estos tenían mucha fuerza y en caso de no poder bloquearlos se vería en problemas. Sabiendo que no podía seguir así, Shun pasó al ataque dirigiendo un puñetazo fuerte y preciso al estómago de Natasha, que se tomó el lugar donde lo recibió con su mano izquierda.

    Natasha quizo atacarlo dandole un puñetazo con su mano derecha, pero Shun se agachó para esquivarlo, aun sabiendo que si se dejaba golpear en la cabeza ganaría, pero él no quería ganar así. Shun terminó a espaldas de Natasha, por lo que decidió atacar rápido con un codazo, el cual le dio debajo de la costilla. El golpe dolió un poco, pero Natasha se mantuvo de pie, y ahora quiso usar su mismo ataque. Shun lo vio y se agachó para esquivar un golpe que iba directo hacia su pecho. Permaneciendo agachado, pateó la pierna de Natasha desde atrás, provocando que esta cayera al suelo. Antes de que ella pudiera levantarse, Shun puso sus manos sobre los hombros de su compañera, evitando que ella pudiera ponerse de pie. De esa forma ganó la pelea.

    Su compañera había mostrado determinación en el combate, y estaba claro que el haber entrenado con Morris, el cargar el metal, y el haber recibido una paliza por parte del Zenith la habían condicionado mucho. Aun así, Shun tuvo su victoria, lo cual lo alegró demasiado.

    — Luchaste bien, espero que sigas así — Shun le extendía la mano a Natasha — Recuerda nuestra apuesta antes de esta pelea.

    — Lo haré… — Natasha estaba algo desanimada por haber perdido, dado a que creyó que le podría ganar a Shun — Cuando esta misión termine, voy a salir contigo.

    Shun sonreía al escuchar esas palabras. Solo debía tener algo de paciencia, y una vez que todo terminara, Natasha saldría con él. Aunque le agradaba, no estaba del todo conforme con eso, por lo que decidió hacer algo para reducir la espera. Shun tomó a Natasha de las manos, la acercó hacia él y le dio un beso en la boca. Natasha no lo esperaba, y claramente no lo quería en ese momento, pero no logró reaccionar a tiempo. Shun lo aprovechó todo el tiempo que duró, y luego la soltó.

    — Eso es un adelanto — le dijo Shun muy contento de haber podido besar a su compañera — Será mejor que vayas a descansar. Yo iré a hablar con los demás. Es mi deber como líder.

    Natasha estaba algo incómoda por eso. Sin embargo, apreciaba que Shun intentara ayudarla y hacerle olvidar a Ace. No era una tonta, y sabía que solo lo hacía por interés, pero la ayuda era lo que ella necesitaba. Aunque el haber recibido un beso de parte suya era algo que no quería en ese momento. No dejaría que se volviera a repetir. Shun, por su parte, estaba más feliz que nunca. Tenía el puesto y a la chica que quería, mientras que su competidor estaba o encerrado en una celda o huyendo de los soldados del país. Sea como sea, no se encontraba allí para entrometerse. Shun fue adentro para poder hablar con sus otros compañeros. Creyó que así debería actuar un buen líder, y que todos lo verían mejor si hiciera eso.

    […]

    En un nuedo día, el equipo del Zenith ya estaba en camino hacia la ciudad,con Vigía por encima de ellos para poder buscar el siguiente recurso que su país necesitaría. Tal y como Richard había dicho, solamente quedaban dos recursos por obtener y luego la misión terminaría y podrían regresar de manera triunfante a su país. El penúltimo recurso que debían hallar recibía el nombre de obsitral.

    Con este nuevo metal se pueden fabricar vidrios muy resistentes por los que no se filtra absolutamente nada de aire — les indicaba Richard a sus soldados — Ni siquiera es necesaria una gran cantidad, dado a que se puede fundir y mezclar con vidrios normales y obtenerse el mismo resultado. Aun así quiero que obtengan una gran cantidad.

    Cuente con nosotros — respondió Thomas decidido a dar lo mejor de sí mismo para esta misión.

    Espero que podamos matar a algún otro soldado de Black Meteor — agregaba Erin ya que sabía que eso les daría más ventaja.

    Mientras iban en camino hacia la ciudad, todos ellos recordaron las palabras que Julie les había dicho el día anterior. La chica les comunicó a todos su deseo de que mataran a Stuart. Era algo que ella quería, dado a que sería la única forma de que pudiera sentirse tranquila después de todo lo que había vivido. Todos accedieron a ayudarla, aunque Devlin, Thomas, y Michael eran quienes más querían asesinarlo. Sin embargo, recordando su debate cuando iban a decidir con quienes usarían las bacterias, los soldados tuvieron en cuenta que Brandon seguía siendo el soldado más fuerte, por lo que él debería ser el siguiente objetivo. Eliminarlo probablemente podría ponerles las cosas mucho más fáciles en lo que restaba, por lo que decidieron que él sería su próxima víctima. Estaba claro que matarían a Stuart si pudieran hacerlo, pero primero querían quitarse de encima a quien podría ser el soldado más fuerte de su equipo.

    Al llegar a esa ciudad, el Zenith decidió hacer lo mismo que habían hecho el día anterior. Se iban a quedar escondidos esperando a que sus enemigos llegaran hacia el lugar, y cuando estuvieran casi listos para llevarse las cosas, ellos se aparecerían para quitárselas. Su plan era muy parecido al plan que Black Meteor había decidido, solamente que el de Zenith les permitiría conseguir un solo recurso, mientras que el de Black Meteor les permitiría quedarse con todo lo que ellos fueran a conseguir, y tener éxito en la misión.

    Los minutos transcurrían, pero Vigía no captaba la imagen de ningún soldado enemigo en su cámara. Tampoco se podía escuchar el sonido de ninguna moto acercándose hacia esa ciudad desde ninguna dirección. Llegaron a la conclusión de que Black Meteor se habría tomado un poco más de descanso debido a la derrota sufrida el día anterior, pero la abandonaron cuando dejaron pasar una hora y media.

    — Es extraño — decía Devlin a sus compañeros — Según lo que dijo Richard, Black Meteor no tiene este metal. Deberían haber venido a la ciudad a buscarlo.

    — Tal vez el metal no esté en esta ciudad — respondía Gwyn — Y como no hay, decidieron no venir directamente.

    — Es una ciudad muy grande, me sorprende mucho que no se encuentre ni siquiera una porción pequeña de este recurso — analizaba Agustina.

    — Tal vez deberíamos salir de esta ciudad y buscar a los soldados de Black Meteor para que nos conduzcan hacia él — decía Erin.

    — No es muy recomendable, perdimos demasiado tiempo esperando por ellos — respondió Michael — Probablemente hayan encontrado este metal en otro lugar, y ya lo hayan llevado a la base. Recuerden que no es necesaria una gran cantidad.

    — ¿Y qué sugieres que hagamos? — le preguntó Zoey.

    — Deberíamos explorar esta ciudad y ver si lo encontramos — respondió Thomas antes de que Michael pudiera decir algo — De paso, podremos ver que clase de recursos hay en este lugar.

    — Le informaré a Richard — decía Gywn, que estaba de acuerdo con la idea de Thomas — Cuando nos envíen el último elemento que debemos buscar, sabremos si es necesario venir aquí o no.

    Gwyn usó su comunicador para hablar con Richard acerca de lo que habían decidido. El comandante aceptó la idea, considerando que era muy inteligente, así que empezó a manejar a Vigía para que recorriera todo el lugar. Sin importar cuando encontraran el obsitral, el comandante quería que exploraran la ciudad de todas maneras.

    — Cada uno irá por una zona distinta, intentemos evitar lo que recorrimos ayer — les decía Devlin a sus compañeros.

    — Tengan cuidado — mencionó Julie — La última vez que nos separamos, Black Meteor nos atacó por sorpresa, y yo terminé siendo capturada. La ciudad parece estar muy tranquila, pero así estaba la otra en la que me atraparon.

    — Julie, si quieres puedes venir conmigo — le dijo Michael algo preocupado por su prima — Entiendo que estés algo asustada.

    — Me gustaría, pero la misión es lo más importante — respondió la chica — Si veo algo sospechoso avisaré.

    — Que todos avisen si llegan a ver algo que resulte sospechoso — dijo Thomas, recordando sus acciones hace algunos días.

    Cada uno de ellos tomó una dirección diferente para poder explorar la ciudad. Black Meteor les sacó ventaja en ese aspecto, dado a que ellos ya la conocían muy bien. Lo más probable para todos ellos era que sus enemigos no hubieran aparecido en la ciudad debido a que ya sabían que clase de recursos habría en ella. Era por eso que el Zenith debería aprovechar para recorrerla lo más que pudieran. El saber que era lo que podrían llegar a encontrar allí dentro les ahorraría mucho tiempo en el futuro. Tiempo que podrían utilizar para terminar mucho más rápido con esta misión.
     
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    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Vaya, si que fue una larga lectura, pero bueno, es natural que publicaras dos capítulos seguidos tras una larga ausencia.

    Me parece sorprendente que Morris decidiera entrenar a sus soldados personalmente, esa clase de entrenamiento les ayudará bastante en las misiones futuras que les quedan, eso seguro. El plan de B.M. de obtener todos los recursos de una sola vez puede ser muy arriesgado, un error y pueden llegar a perder todo de un momento a otro.

    A Shun le está saliendo todo a pedir de boca, pero si se llega a confiarse también puede perderlo todo, debería centrarse en su lugar de líder y no ponerse a pensar en Natasha. Ya tiene una ligera derrota en su historial como líder del equipo, espero que las derrotas no aumenten en su contra porque deseo que tenga un buen rendimiento.

    Por otro lado, todo parece indicar que Brandon será el siguiente en la lista negra del Zenith, seguido por Stuart. Me parece que puede llegar a tener a Julie usando otros métodos y no solo usando la fuerza bruta, ese tío esta obsesionado con ella, sin lugar a dudas. En la de menos Julie lo bajará de esa nube en la que se encuentra a golpes, porque está claro que es al que más odio le tienen.

    Ahora con la muerte de Geoff el B.M. tiene una ligera desventaja en comparación al Zenith. Me está gustando como los dos equipos van parejos y en ningún momento se nota una larga ventaja el uno sobre el otro. Además los conflictos entre los integrantes de cada equipo nunca faltan en cada capítulo. Sin duda, esta historia está tomando un lugar muy épico en toda la saga de LGC, se ha ganado mi admiración total.

    Espero sigas así y pronto veamos el final. Ya quiero ver como empieza la parte II. Saludos.
     
    Última edición: 10 Febrero 2018
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Muy buenos capítulos, echaba de menos leer LGC. Comentaré algunas cosas.

    Pese a que no han sido la gran cosa, los capítulos han avanzado de manera pausada y la historia se desarrolla con normalidad. He echado en falta poder ver a Ace, siéndote sincero, pero sé que es cuestión de tiempo que aparezca.

    Cada vez me da más asco Stuart, no tengo adjetivos para describirle. Su obsesión por Julie es evidente y hasta supera el límite. Ojalá puedan matarlo, aunque es un personaje que tiene mucho juego, la verdad.

    Está claro que Zenith ahora tiene la sartén por el mango respecto a Black Meteor, que está ahora en desventaja. Me gusta como juegas con eso, la ventaja es momentánea y en cualquier momento puede ir para el otro equipo.

    Shun es el típico suertudo aprovechado, no me gusta que pueda llegar a estar con Natasha. Sin embargo, el tipo sabe jugar sus cartas y debo reconocerlo.

    No tengo mucho más que decir, los dos capítulos han estado bien. Espero el próximo con muchas ganas (y que aparezca Ace XD). Un saludo.
     
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  7. Threadmarks: El otro equipo
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
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    Hola. Usualmente no suelo publicar capítulos los jueves, sobre todo porque mis publicaciones son semanales con esta historia. Pero ahora he decidido publicar por precaución. En mi barrio están habiendo varios cortes de luz ultimamente, y si me llegan a cortar la luz, no sé cuando me la van a devolver. Es por eso que estoy publicando este capítulo ahora. No quiero estar una semana sin publicar como ha ocurrido en este mes, ni tampoco quiero volver a publicar dos capítulos seguidos. Esa es la razón de por qué publico el capítulo ahora.

    Espero que lo disfruten, sin importar que día estén leyendo esto. Saludos y ojalá les guste.

    El otro equipo:


    Los soldados de Black Meteor estuvieron recorriendo el país casi toda la mañana. Su única oportunidad para imponerse ante el Zenith era un ataque sorpresa en su propia base, pero no podrían atacar un lugar sin siquiera saber dónde se encontraba. Además de eso, les sería necesario saber el tamaño y conocer un poco la estructura de aquel lugar. Para agilizar la búsqueda, se dividieron en cuatro equipos. Tres equipos eran de dos soldados, mientras que Shun se fue por su propia cuenta bajo el pretexto de que ese era su deber como líder, aunque habría preferido ir con Natasha.

    Casey iba a pedirle a Brandon que la acompañara, pero él decidió irse con Stuart, lo que la llevó a irse con Grace. Finalmente, Natasha se fue junto con Paul. Cada grupo exploraría un lugar distinto del país, buscando edificios de gran tamaño que pudieran servir como una base para un comandante y nueve soldados, y que además se encontrara aislado de otros por seguridad.

    Shun se sentía muy solo durante la misión. Esa era la primera vez en mucho tiempo que nadie lo acompañaba, aunque supuso que como líder debería valerse por sí mismo. Recordaba que Ace lo hizo en varias ocasiones, y no iba a ser menos que él. Aprovechó esos momentos de soledad para festejar lo que había deseado tanto tiempo.

    — ¡Ja, ja, ja, sabía que cometerías un error tarde o temprano, Ace! — Shun gritó en voz alta sin que nadie pudiera escuchar su desahogo — ¡Nunca esperé que tú mismo te condenaras! ¡Siempre creí que debería eliminarte por mi cuenta cuando eso pasara, y hacer que luciera como un accidente! ¡Pero terminaste hundiéndote solo! ¡Cuando esta misión acabe, te iré a visitar en tu celda! ¡Me verás a mí como el líder del equipo ganador, y con la chica que querías; mientras que tú estarás encerrado esperando una ejecución! ¡Lo único que lamento de esto es no poder darte una paliza en una pelea, pero me conformaré con lo que tengo!

    Tras esos gritos eufóricos que se había estado guardando hace tiempo, y que nadie fue capaz de escuchar, Shun empezó a reírse a carcajadas mientras recorría el lugar con su moto. Duró un minuto y medio así, hasta que decidió dejar de reírse y centrarse en la misión actual. Ya había celebrado lo suficiente, y antes de poder festejar su triunfo sobre el Zenith debería derrotarlos primero.

    Casey y Grace avanzaban juntas. Las dos chicas siguieron la charla que habían tenido ayer.

    — ¿Por qué no le dijiste a Brandon para que fuera contigo? — preguntó Grace a su compañera.

    — Stuart se me adelantó — le respondió Casey — Puede llegar a ser algo molesto a veces.

    — ¿Y por qué no haces equipo con él? — preguntaba su amiga.

    — Él está loco por Julie — respondía Casey — Parece como si ella lo hubiera hipnotizado de alguna forma. Estoy seguro de que él pensará que yo quiero acercarme a él para otra cosa, y no querrá hacerlo.

    — ¿Tú crees? — preguntó Grace.

    — Todos son iguales — le respondió Casey — Cuando ven que una chica se les acerca creen que ya se encuentra totalmente perdida por ellos. Son ridículos.

    — Ja, ja, eres divertida — le decía su compañera — Deberías intentar matar a uno de ellos por tu cuenta. Tal vez te pueda funcionar.

    — Tal vez, no creo que ellos me ayuden si están pensando en tener sexo conmigo cuando lucho junto a ellos — fue la respuesta de Casey.

    A Grace le hacía algo de gracia las palabras de su compañera. El creer que todos sus compañeros eran iguales y estarían enamorados de ella le resultó muy chistoso. Llegó a pensar que estaba siendo algo engreída, pero al menos lo era de una forma que era divertida, y no molesta.

    Brandon y Stuart, por su parte, avanzaban hablando de otras cosas totalmente distintas.

    — Dime, ¿a quién te gustaría matar? — le preguntó Stuart a su compañero.

    — ¿Te refieres a cuando ataquemos su base, o en general? — Brandon respondió con otra pregunta.

    — Puedes responder ambas — le contestó Stuart.

    — Si te soy sincero, yo querría asesinar a Thomas — le respondió Brandon — Él me llamó gorila, y también me lastimó la espalda en una ocasión. Es el soldado que más odio de todos ellos. ¿Y a ti?

    — Quiero asesinar a Michael, Devlin, Gwyn, y Erin — Stuart hablaba con enojo — Los mellizos me separaron de la chica más bonita del planeta, y quiero que me las paguen. Sé que esas dos chicas están enamoradas de ellos, ya que siempre las veo atrás suyo. Primero me gustaría matarlas a ellas, para que los hermanos vean lo que se siente que te arrebaten a alguien. Y luego, ellos serán los siguientes.

    — Y en el hipotético caso de que solo pudieras matar a uno de ellos, ¿a quién sería? — preguntó Brandon muy curioso.

    — A Gwyn — le contestó Stuart — Ya intenté matarla en nuestro primer encuentro, y no pude. Además, es la chica de Michael y él es el soldado del Zenith al que más odio. Estaría muy satisfecho si pudiera eliminarla a ella. En caso de que intenten escapar, yo la perseguiré y la asesinaré.

    — ¿Y qué harás con Julie? — le preguntó Brandon — La máquina está destruida, y dudo mucho que consigas capturarla para usar otra máquina con ella otra vez. Además de que no sabes manejarla.

    — Quiero tenerla conmigo, y lo haré, créeme — le respondió Stuart enojándose aún más que antes — Primero le haré pagar la paliza que me dio, y luego la voy a violar hasta dejarla traumatizada. Cuando esté destruida, estoy seguro de que me dejarán usar una máquina con ella y crear otros recuerdos diferentes. Ella no recordará que yo la lastimé en ningún momento. Ni siquiera recordará a su familia o la misión.

    — Vaya, Stuart, estás empezando a asustarme — le decía Brandon exagerando un poco sus palabras — Tu forma de ser es algo que no recuerdo haber visto en nadie que haya conocido.

    — Solamente quiero tener a Julie conmigo, y esa sería la única forma en que podría hacerlo — le respondió — Estoy seguro de que harías lo mismo que yo si estuvieras en mi lugar.

    — Si tú lo dices.

    Brandon decidió no perder de vista a Stuart a partir de ese momento. Tras haber escuchado su plan, se decidió a seguirlo y ver qué era lo que haría para lograrlo. Claramente tenía curiosidad en ver como terminaría todo eso.

    Por último, Paul y Natasha iban muy callados. Ninguno de los dos decía una sola palabra. Natasha seguía pensando en donde podría estar Ace en ese momento. Probablemente Abel no les estuviera revelando esa información para que no pensaran en ello. Lo único que le quedaba era hacer suposiciones. Mientras tanto, Paul no dejaba de pensar en las palaras que Casey había dicho ayer. Estaba claro que tendría que esforzarse demasiado para lograr llamar la atención de su compañera. No había otra opción más que conseguir asesinar a uno de los soldados del Zenith, aunque sea, y estaba decidido a lograrlo.

    — ¿Quieres a uno de ellos en particular? — preguntó Paul sin que Natasha se diera cuenta de que su compañero estuviera hablándole — ¡Natasha! — gritó para llamar su atención.

    — Perdón, ¿de qué hablabas? — preguntó la chica muy distraída hasta hace un momento.

    — Te pregunté si querías matar a uno de los soldados del Zenith en particular — le respondió Paul — Porque yo quiero a Michael. Él es el líder, lo que lo convierte en el soldado más importante.

    — Me da igual — le respondió Natasha muy seriamente — Solamente quiero matarlos a todos y terminar esta misión lo más rápido posible.

    La chica no dejaba de pensar en lo que iba a pasar después de que ocurriera la misión. Originalmente, su plan era que ella y Ace lograran iniciar una relación, pero ahora, ella le debía una oportunidad a Shun. No era lo que ella esperaba, pero las palabras de su compañero la hicieron reaccionar. Ace ya no estaba, y tenía que buscar la forma de olvidarlo, aunque eso era más fácil decirlo que hacerlo. El anterior líder estaba en sus pensamientos constantemente. Natasha seguía recordando lo que vivió junto a él en la misión. Cuando tuvieron un enfrentamiento de práctica en el primer día, el haber luchado junto a él en el segundo, acompañarlo en las misiones, el primer beso que le había dado, y cuando durmieron juntos en una noche. Todos esos recuerdos solo le traían dolor, pero le costaría mucho trabajo olvidarlos. Al menos mientras la misión continuara, le sería casi imposible. Era una de las razones por las cuales quería que acabara lo más pronto posible.

    El mediodía pasó, y los soldados seguían buscando y buscando por todo el país. En las tempranas horas de la tarde, Shun logró encontrar un edificio aislado. Natasha y Paul también encontraron uno, al igual que Casey y Grace. Apenas fueron encontrados, llamaron a sus compañeros.

    — He localizado a uno — hablaba Shun a través de su dispositivo.

    — Nosotras también — respondía Casey.

    — Lo mismo aquí — agregó Paul.

    — Nosotros no hemos encontrado nada, pero seguiremos buscando — informaba Stuart.

    — Quiero que todos nos mantengamos a una distancia prudente de esos lugares — indicaba Shun a su equipo — La única manera de saber cuál de estos edificios es el indicado será esperar a que los soldados del Zenith pasen cerca del lugar. Si escuchan ruidos de motos, aléjense lo más que puedan sin perder de vista el edificio.

    — Entendido — respondieron los demás soldados.

    Fue así que los soldados que quedaban en Black Meteor, exceptuando a Stuart y a Brandon, se mantuvieron inmóviles. Su objetivo ahora sería estar atentos y esperar, lo cual requería de mucha paciencia.

    […]

    A los soldados del Zenith les llevó casi todo el día recorrer la ciudad. Zoey logró encontrar el metal que estaban buscando, y les dio el aviso a sus compañeros. Dado a que Vigía no logró captar a ningún soldado de Black Meteor acercándose, decidieron que se iban a quedar explorando la ciudad para recorrerla por completo. Sin preocupaciones, los soldados aceleraron las cosas y tardaron mucho menos que el equipo rival. Solamente daban vueltas rápidas anotando los lugares en donde se encontraba un recurso que supieran que no era propiedad del Zenith.

    Casi al final del día, los ocho se reunieron y empezaron a cargar el metal que requerían. A pesar de que Richard les dijo que no sería necesaria una gran cantidad del mismo, ellos decidieron llevar lo más que pudieran de cualquier forma. En cualquier caso, el Zenith podría tener reservas y no quedarse únicamente con lo que fuera necesario. A pesar de que estaban aliviados de que sus enemigos no se mostraran, les parecía un poco sospechoso.

    — Es extraño que no se hayan presentado aquí — decía Thomas creyendo que algo no iba bien — Ellos no tienen este metal en su país, y en esta ciudad había mucho de donde sacar.

    — Tal vez no fuera una prioridad — respondió Zoey sacando una conclusión apresurada — De todas formas, no tiene importancia. Hemos obtenido lo que queríamos, y ellos no nos lo van a quitar.

    — Es cierto, ni siquiera han aparecido para tendernos una emboscada como nosotros lo hicimos — decía Erin — Probablemente la muerte de Geoff los haya afectado, y estén pensando en cómo reorganizarse.

    — Es una posibilidad, pero lo bueno es que nos dio ventaja — respondió Michael — Según Richard, ya solo nos queda un solo recurso por conseguir. Nuestra misión está a punto de terminar y tenemos la ventaja.

    — Mejor volvamos a la base — sugirió Devlin — Mientras más rápido lleguemos, más rápido descansaremos. Si mañana nos dan la orden, terminaremos la misión.

    — Es una idea perfecta — respondió Julie algo cansada — El día está por terminar. No sé cuantos minutos de luz nos queden.

    De esa forma, los ocho soldados cargaron las cosas que necesitaban y emprendieron el camino hacia la base. Todos estaban muy felices de cómo habían salido las cosas. Con solo un recurso más, la misión terminaría y el Zenith tendría la victoria. Una vez que todos los recursos estuvieran en el país, se podría empezar a preparar lo que fuera necesario para partir hacia el espacio exterior a buscar las respuestas que tanto ansiaban obtener. El saber que había causado la Gran Catástrofe estaba muy lejos de ellos, pero completar la misión sería un pequeño paso para lograrlo. Sin importar quien de todos los habitantes del Zenith lograra hallar la respuesta, ellos tendrían un merecido reconocimiento por haberlo hecho posible, lo cual los alegraba y mucho.

    Los soldados se aproximaban a su base con suma tranquilidad, satisfechos por su victoria casi segura. Ninguno de ellos prestó atención a los alrededores, por lo que no se percataron de que había dos personas observándolos desde la distancia. Sin ninguna clase de sospecha, entraron en el garaje de su base, para poder cargar los recursos en los autos. Al llegar, Richard los recibió muy complacido.

    — Increíble, lo han vuelto a conseguir — el comandante mostraba mucho orgullo por sus soldados — Es un solo recurso el que nos separa de la victoria total.

    — No fue problema, es más, Black Meteor ni siquiera se presentó hoy en la ciudad — respondió Gwyn.

    — Eso es algo que me preocupa — respondió el comandante — No he observado a ningún soldado mientras miraba por encima de la ciudad usando a Vigía. Creí que al menos un grupo se presentaría en la ciudad a buscarlo. ¿Ustedes no vieron a ninguno?

    — No, ellos no estuvieron allí — respondió Agustina.

    Esas palabras preocuparon al comandante. Él sabía mejor que ninguno de ellos que Black Meteor no contaba con el obsitral, y le parecía muy extraño que sus enemigos no hubieran ido a buscar un material así. Literalmente, les habían permitido quedarse con todo lo que hubiera en aquel lugar, lo que le hacía levantar sospechas.

    — Probablemente estuvieron buscando el metal que no fueron capaces de conseguir el día de ayer, pero aun así me parece raro que no se hubieran presentado — decía el comandante, poniendo nerviosos a sus soldados.

    — Será mejor que mañana mismo obtengamos el último recurso que nos queda — fue la respuesta de Thomas — Sea cual sea su plan, no tenemos que subestimarlos por estar en desventaja. Ellos lo hicieron y las cosas les terminaron por salir mal. Será mejor que no cometamos el mismo error.

    — Y menos cuando estamos tan cerca de ganar — respondió Julie pensando algo más preocupada que los demás.

    Los soldados fueron a comer algo. Dado a que se la pasaron todo el día recorriendo la ciudad, sentían una sensación de hambre muy fuerte. Todos se sentaron juntos como un equipo para comer. A pesar de que no contaban con un líder en ese momento, parecía que no era necesario. Thomas ya no estaba tan obsesionado con quitar a Michael del medio, mientras que Michael se sentía un poco más relajado al saber que no debía tomar decisiones que afectaran a todo el equipo. Ahora que lo analizaba mejor, era una responsabilidad menos para él. Aunque extrañaba un poco el tener un rango superior. Los soldados terminaron de comer en paz, y luego, cada uno de ellos fue a su habitación.

    Todos estaban pensando en lo poco que les faltaba para completar sus objetivos. Recordaban con mucha tristeza a su compañero fallecido, dado a que les habría gustado que él hubiera podido estar allí con ellos para terminar la misión junto con su equipo. Les daba mucha lástima que no hubiera manera de revertir las cosas, sobre todo a Thomas, pero lo que había pasado no podía cambiarse ahora. Habían cometido el error de confiarse demasiado, y el haber perdido a Harold sería un recordatorio constante para todos ellos de que la confianza solamente los llevaría a perder.

    Aún no había pasado mucho tiempo desde que había anochecido, por lo que ninguno de ellos se fue a dormir. Richard se encontraba en la sala de comunicaciones esperando un posible llamado de Magnus para que les dijera cual sería el siguiente y último recurso que tuvieran que conseguir. El lugar estaba en un gran silencio, pero no fue por mucho tiempo.

    De un momento a otro, Richard empezó a escuchar un ruido extraño. Era muy débil, por lo que era imposible que ese ruido proviniera desde el interior de la base. Estaba claro que provenía desde afuera. El comandante prestó atención para ver si podía identificarlo, y al cabo de unos segundos fue capaz de reconocerlo. Era el ruido de una motocicleta, el cual se estaba haciendo más fuerte a cada momento, lo que quería decir que se estaba acerando a la base. El comandante estaba en lo cierto. La moto que escuchó acercarse se detuvo muy cerca de la base. No tenía idea de quien podría ser, pero su intuición le decía que se trataba de un problema.

    Dudaba que fuera alguien de Black Meteor, en primer lugar, porque sería imposible que los hubieran encontrado, y en segundo porque solamente escuchó una sola moto. Sus soldados estaban en sus habitaciones, y el hecho de que no se levantaran quería decir que no habían escuchado a la moto acercarse.

    Un minuto después de que la moto se detuviera, se escucharon unos cinco golpes contra la puerta del garaje. Richard sintió que su corazón se detuvo cuando escuchó eso. Alguien los había descubierto. Sea quien sea, sabía que el Zenith usaba ese lugar como base, y los golpes eran una prueba viviente de ello. Los ocho soldados no escucharon a la moto acercarse, pero sí pudieron escuchar los golpes en la puerta del garaje. En menos de un minuto, todos se encontraban en la sala de comunicaciones junto a su comandante. Estaban esperando una orden.

    — ¿Qué significa esto? — preguntaba Agustina sin entender lo que pasaba — ¿Alguien nos descubrió?

    — Es imposible — respondió Michael haciendo memoria de lo que había pasado en el día — No hemos visto a nadie acercarse a nosotros. Vigía tampoco logró captar nada. No hay manera de que alguien pudiera habernos descubierto.

    Antes de que la conversación pudiera seguir, se escucharon tres golpes más sobre la puerta del garaje.

    — ¿Cómo explicas eso? — preguntó Thomas provocando que más de uno de sus compañeros se llevara las manos a la cabeza — ¿Qué es lo que vamos a hacer?

    — Deberíamos salir, ya sabe que estamos aquí — respondió Julie muy preocupada por lo que pudiera pasar después.

    — No queda otra opción — respondió Richard sabiendo que su soldado tenía razón — De todas formas, intentemos guardar la calma. Yo solo escuché una moto acercándose aquí. Nosotros somos nueve, y el máximo de personas que pueden haber venido en esa moto es de dos.

    — ¿Vamos a matar al que esté del otro lado? — preguntó Zoey algo nerviosa.

    — Primero tenemos que ver quien es, y luego tenemos que neutralizarlo antes de que de un aviso a alguien más de que estamos aquí — respondió el comandante — Que una persona nos haya descubierto no quiere decir que los demás tengan que hacerlo.

    Siguiendo el único plan que tenían, los ocho soldados y el comandante fueron hacia el garaje de la base. En el camino, se escucharon tres golpes más sobre la puerta. Se dieron prisa y finalmente todos ya se encontraban en la puerta, listos para abrirla y atacar a cualquiera que estuviera del otro lado y que pudiera comprometer su misión. Dejaron pasar unos minutos y la no se escucharon más golpes. Sabiendo que estaban perdiendo tiempo valioso, Richard les pidió que se prepararan para atacar apenas pudieran reconocer de quien se tratara.

    El comandante abrió la puerta, y los ocho soldados salieron apresurados hacia el exterior. Sin embargo, se llevaron una sorpresa que los dejó confundidos a todos. Del otro lado no había nadie, solamente una moto. Richard también salió para acompañarlos. Ninguno de ellos bajó la guardia.

    — ¿Qué ocurre? — preguntó el comandante viendo solamente la moto — ¿En dónde está el que hacía ese ruido?

    — ¡Aquí estoy! — escucharon un grito de una voz masculina desde el costado izquierdo de la base.

    Sea quien fuera el visitante, se había descubierto por si solo al gritar de esa forma. Los nueve miembros del Zenith miraron atentamente en esa dirección para ver quién era, pero dado a que era de noche, solo fueron capaces de ver una silueta irreconocible. Esa persona se encontraba muy lejos para no ser reconocido, y si no se acercaba, les sería imposible saber quién era.

    — ¡Acércate antes de que lo hagamos nosotros! — Devlin amenazó a ese tipo.

    — Iré con las manos en alto, pero por favor no me ataquen — dijo ahora en un tono de voz calmado — Les juro que no quiero pelear en contra de ustedes.

    A pesar de esas palabras, los soldados y el comandante estuvieron atentos a sus movimientos. Podría tratarse de alguien que viviera en el país, y podría estar armado, por lo que se mantuvieron alertas a cualquier movimiento mientras su visitante misterioso se les acercaba lentamente con las manos arriba. Finalmente se acercó lo suficiente para que todos ellos fueran capaces de verlo perfectamente. No hubo nadie que no hubiera quedado de piedra al ver quien era.

    — ¿Ace? — preguntaba Michael observándolo atentamente — ¿Eres tú?

    — Hola, Michael — respondió el soldado confirmando que era él — Así es, soy yo — Ace esperaba que ninguno de ellos lo atacara.

    El soldado de Black Meteor estaba muy cambiado desde la última vez que lo habían visto. Su cabello estaba muy corto comparado con el que tenía antes. Su corte era un corte simple y muy disparejo en los costados, y su cabello apenas le cubría la cabeza. A pesar de eso, el cambio más notable era su ropa. Ace ya no llevaba puesto el uniforme de Black Meteor, y ahora traía un atuendo muy casual. Su pantalón era de color gris claro, y su camisa era blanca. Era casi irreconocible para todos ellos.

    A pesar de todo, no fue una sorpresa agradable para ellos.

    — ¿Qué quieres? — preguntó Devlin algo agresivo — Ya cumpliste tú parte del trato y nosotros también. Quedamos a mano.

    — ¿Por qué viniste aquí solo? — preguntaba Thomas que sabía que no se trataba de una cuenta pendiente — Te has expuesto y has expuesto a tu equipo.

    — Esto no tiene nada que ver con Black Meteor — le respondió Ace muy seriamente — Vine aquí por mi cuenta, y quiero hacerles una petición.

    — ¿Qué clase de petición? — preguntó Zoey desconfiando de él.

    — Quiero unirme al Zenith — respondió Ace llamando la atención de todos los presentes.

    — ¿De qué hablas? — le preguntó Gwyn sin entender nada — ¿Por qué quieres unirte al Zenith?

    — Porque es mi última opción para sobrevivir — respondió Ace sonando algo preocupado — Después de que el comandante Grant me dejó para que muriera, me di cuenta de que para Black Meteor yo no soy una persona, solamente soy un recurso descartable. No quería quedarme con ellos después de que mi padre adoptivo me despreciara de esa manera, así que abandoné la organización. Pero ellos no lo aceptarán así nada más. Con todo lo que hice, estoy seguro de que Abel me consideraría un traidor, y que enviaría a otros soldados para que vinieran a buscarme para matarme. Pude confirmar mis sospechas cuando entré a internet en una casa abandonada de este país. Hay varios soldados buscándome para capturarme vivo, claramente para llevarme preso y matarme después. Y no se trata de soldados recién graduados como nosotros, sino de gente con más experiencia. No tengo oportunidad en contra de ellos, además de que me están buscando en grupo. Tuve que ponerme esta ropa y cortarme el cabello para pasar desapercibido. Pero no será suficiente, ellos van a terminar encontrándome. No han enviado soldados a este país porque no quieren arruinar la misión, pero no puedo quedarme en este país para siempre. No quiero que me encuentren, me capturen, o me asesinen, pero no puedo sobrevivir por mi propia cuenta. Es por eso que quiero que me acepten en el Zenith. Es la única manera en la que podré estar a salvo.

    — ¿Después de todo lo que nos hiciste y de todo lo que te hicimos a ti quieres unírtenos? — preguntaba Erin sin entender a Ace.

    — Si estoy con ustedes, Black Meteor no podrá hacerme daño si me encuentran — respondió Ace — Además, toda mi vida fui entrenado para ser un soldado. Incluso aunque pudiera escaparme de ellos, ser un soldado es lo único que puedo hacer. Y no solo eso, podría serles de mucha utilidad, dado a que conozco bien a todos los miembros de Black Meteor y también la forma en la que piensa el comandante Grant. Piensen en esto, si yo me uno a ustedes, todos nosotros nos beneficiamos. Ya he tomado mi decisión. ¿Me aceptarán en su equipo?

    La propuesta de Ace dejó muy pensativo a todos ellos. Estaba claro que no olvidarían lo que Ace les había hecho cuando era un soldado enemigo, y nadie creyó que él fuera a olvidarlo tampoco. A pesar de que su propuesta era buena, la confianza que tenían hacia Ace no era mucha que digamos. Richard tenía muchas dudas sobre eso, pero sabía que Ace era un soldado excepcional, y que el tenerlo en el equipo sería un gran beneficio para el Zenith. Sobre todo, si estaba dispuesto a darles información sobre sus enemigos. Ahora que solamente quedaba un recurso por encontrar, la adición que Ace les podría dar sería un gran beneficio.

    — Escucha bien, Ace — respondió Richard sorprendiendo a todos sus soldados — Tu propuesta es muy interesante, y claramente nos beneficiaría a todos nosotros. Pero el aceptarte en el Zenith es una decisión que no le corresponde a ninguno de mis soldados, y a mí tampoco. Estamos hablando de aceptar en nuestro equipo a alguien que fue nuestro enemigo alguna vez. Yo no tengo problemas con eso, dado a que tendríamos información muy valiosa que nos serviría para obtener la victoria, y estoy seguro de que hablas en serio cuando dices que no quieres volver con ellos. Pero esa decisión es muy pesada para recaer en mí. Me vas a acompañar adentro, y le vas a decir a Magnus todo lo que nos dijiste a nosotros. Él será quien tome la decisión.

    — Se lo agradezco mucho — el tono de Ace era realmente sincero — Si ustedes no me aceptan, solo será cuestión de tiempo a que Black Meteor me encuentre.

    — ¡¿En serio estamos considerando esto?! — preguntaba Devlin sin poder creer lo que pasaba — ¡Este tipo intentó matarme la primera vez que me vio!

    — Así es, lo hice, no tiene sentido negarlo — respondió Ace recordando apenado ese momento — Y ustedes me atacaron con una bacteria muy peligrosa para recuperar a su prima. Y a pesar de eso, yo los ayudé a traerla de vuelta, y decidí venir hacia aquí a pedirles su ayuda. No pido que me perdonen, o que olviden lo que hice. Lo único que quiero es vivir una vida tranquila haciendo lo único que sé… y también asegurarme de que el comandante Grant se arrepienta de haberme despreciado.

    Ante esas palabras, los soldados del Zenith se dieron cuenta de que Ace iba en serio. Eso no hizo que confiaran en él automáticamente, pero sabían que sus intenciones eran sinceras. Julie pensó las cosas más detenidamente, y consideró que de no haber sido por la ayuda de Ace, probablemente ella se habría quedado en Black Meteor, y que sus enemigos podrían haber utilizado eso como ventaja para lastimar a Michael y a Devlin. Fue gracias a Ace que ella logró volver con su equipo y con su familia.

    — Sepan una cosa — les decía Julie a todos los demás — De no ser por Ace, yo seguiría en Black Meteor. Es más, probablemente ya habríamos perdido la misión si no los hubiera ayudado a recuperarme.

    — …Eso es verdad — respondió Michael a su prima.

    — ¡Michael! — gritó Devlin algo furioso.

    — ¡Ya sé que estás enojado, Devlin! — le contestó Michael — ¡Pero es la verdad! ¡No teníamos ni idea de que una máquina para modificar recuerdos pudiera existir, y si no fuera por Ace, nunca habríamos recuperado a Julie! Creo que se ha ganado un voto de confianza.

    Cuando se puso a pensar en eso, se dio cuenta de que era verdad. Fue gracias a Ace que Julie estaba con ellos de vuelta. Incluso aunque hubieran logrado entrar en la base de Black Meteor sin él, nunca habrían descubierto que fue lo que le hicieron a su prima. Richard decidió poner fin a las discusiones que no tendrían importancia en contra de las palabras del líder.

    — Aquí no importa quien confía en quien o quien haya intentado matar a quien — respondió Richard en un tono serio — Todos nosotros obedeceremos a lo que Magnus tenga que decirnos… — el comandante se tomó una pausa para luego continuar — Escucha, Ace, has corrido un gran riesgo al venir aquí. Si Magnus no te acepta en el Zenith, nosotros nos veremos obligados a asesinarte. No podemos dejar que alguien que conozca nuestra ubicación se vaya así nada más.

    — Si eso llegara a pasar, que así sea — respondía Ace aceptando las consecuencias de sus actos — Morir asesinado por ustedes sería mucho más honorable que morir ejecutado por mi propio país.

    — Ace y yo iremos a la sala de comunicaciones — les indicaba Richard a los soldados — El resto de ustedes quédense afuera de la misma. Metan la moto de Ace aquí dentro, al menos eso le dificultará el escape.

    Y las órdenes del comandante fueron obedecidas. Zoey metió la moto del anterior líder de campo de Black Meteor en el garaje, y luego cerró la puerta del mismo. Todos acompañaban al comandante y al nuevo soldado hacia la sala de comunicaciones. Los ocho soldados se quedaron fuera, mientras que Richard y Ace entraron. El comandante llamó a Magnus para informarle sobre la situación. La llamada tardó unos dos minutos en ser recibida por la base principal del Zenith.

    — Richard, ya es algo tarde, ¿ocurrió algo? — Magnus estaba algo preocupado por la llamada.

    — Hay alguien que quiere hablar contigo, Magnus — le respondió Richard muy seriamente — Tiene una propuesta interesante para hacernos, pero aceptarla no me corresponde a mí.

    — ¿De quién se trata? — el líder del Zenith estaba muy intrigado.

    — Que sea él quien te lo cuente, después de todo, la propuesta es suya — con esas palabras, Richard le cedió la palabra a Ace.

    — Hola, Magnus Hotfire — saludaba Ace al líder del equipo que alguna vez fue su enemigo — Abel y el comandante Grant me hablaron mucho sobre usted. Soy Ace, el anterior líder de campo de Black Meteor, y también hijo adoptivo del comandante Morris Grant. Pero mi verdadero nombre es Ace Lakor. Le solicito que por favor me deje unirme al Zenith. Tengo información valiosa sobre Black Meteor, la cual estoy dispuesto a intercambiar.

    — ¿Cuál es tu motivo para unirte a nosotros? — preguntaba Magnus.

    — Después de que mi padre adoptivo me abandonara para que muriera, he decidido ayudar al Zenith a cambio de que me dieran la cura para matar a una poderosa bacteria con la que fui atacado — se explicaba Ace — Estaba muy furioso, por lo que abandoné a Black Meteor. Mis acciones fueron consideradas una traición, y ahora ellos me buscan para capturarme y asesinarme. No estoy seguro en ningún lugar, excepto con el Zenith. Y no solo eso, también le guardo un gran rencor al comandante Grant por la forma en la que me trató. No quiero que me capturen, y tampoco que sean ellos los que viajen al espacio, es por eso que vine a pedir que me aceptaran en su país. Tengo información sobre ellos, y estoy dispuesto a entregárselas a ustedes.

    — ¿Y qué es lo que quieres a cambio? — interrogaba Magnus — Abandonaste a tu país y dejaste toda tu vida atrás. No creo que no quieras nada más que solamente unirte al Zenith para estar a salvo.

    — Eso era algo que quería pedir luego de que me aceptaran, pero ya que insiste, se lo diré — decía el soldado — Quiero que se me asigne la ciudadanía de su país, y que me proporcionen un lugar en donde pueda hospedarme. Todas mis cosas están en mi casa en Black Meteor, y está claro que ya no puedo volver a buscarlas. Solamente necesito un lugar donde poder vivir bien, y estaré encantado de servir en cualquier misión que quiera asignarme.

    — Richard, quiero hablar con él a solas — Magnus le pidió al comandante que se retire.

    Una vez que Richard salió de la sala, les explicó a sus soldados lo que estaba ocurriendo. El líder del Zenith y el anterior soldado de Black Meteor ahora tendrían una charla privada.

    — No puedo proporcionarte un hogar, pero si quieres, puedes quedarte en las habitaciones de una instalación militar — esa fue la propuesta de Magnus — Y tendrás acceso a todo lo que sea necesario para que puedas vivir como uno de nosotros. Te daré la ciudadanía cuando la misión actual termine, pero ya puedes considerarte un miembro más del equipo del Zenith.

    — Gracias, señor — Ace estaba muy feliz por cómo habían resultado las cosas — Le prometo que seré de gran ayuda en su equipo.

    — Si te soy sincero, yo mismo también me enteré de que Black Meteor te estaba buscando — le respondió su nuevo líder — Y no es como tú crees. No solo hay soldados de Black Meteor buscándote, también hay una recompensa por ti.

    — ¿Una recompensa? — el haberse enterado de eso solo aumentó el odio de Ace hacia Black Meteor.

    — Tal y como lo escuchaste — le respondió muy seriamente Magnus — Y si llegas a traicionar al Zenith de alguna manera, te entregaremos a Abel y cobraremos esa recompensa.

    — No será necesario — le respondió Ace tranquilizando un poco a Magnus — Lo único que quiero es una nueva oportunidad, y ustedes son los únicos que pueden dármela. No los defraudaré, lo juro.

    — ¿Hay algo más de lo que quieras hablarme? — le preguntó Magnus queriendo saber si Ace requería más información.

    — Sí, hay algo más — Ace se puso nervioso por lo que iba a decir — Si yo lograra convencer a uno de los soldados de Black Meteor de venir conmigo y unirse al Zenith, ¿usted lo permitiría?

    — No — Magnus fue directo y cortante — No podemos ir aceptando a todos los soldados de Black Meteor solo porque sí. Te acepté a ti porque sé que Black Meteor te está persiguiendo, y que podrías llegar a ser útil. Pero no voy a aceptar en mi equipo a un soldado de Black Meteor solo porque tú lo convenzas de cambiar de equipo. Si ese soldado quiere unirse a nosotros, yo mismo evaluaré su situación. Pero las probabilidades de que lo acepte son muy bajas, salvo que le ocurra lo mismo que a ti.

    — Entiendo — Ace estaba muy apenado por eso — Eso será todo por ahora. Después de esta misión me gustaría hablar con usted en persona sobre otros asuntos.

    — Haz que Richard y los otros soldados entren a la sala.

    Ace siguió las órdenes de Magnus, y le abrió la puerta a su nuevo comandante, indicándole que entre junto a sus compañeros. Los nueve miembros del Zenith vieron que Magnus seguía con la comunicación, por lo que supieron que Ace no iba a tenderles ninguna trampa. Tranquilos de que eso no iba a pasar, entraron con total confianza al lugar.

    — Richard, a partir de ahora, Ace es oficialmente un miembro más de tu unidad — le dijo Magnus muy seriamente — Antes de enviarte a esta misión, te di uniformes de reserva en caso de que tus soldados pudieran llegar a necesitarlos. Dale uno a Ace, y asegúrate de que te de toda la información que necesites.

    Tras decir esas palabras, el líder del Zenith cortó la comunicación. Richard y sus ocho soldados miraron fijamente a Ace. El soldado que una vez fue parte del otro equipo ahora era uno más de los suyos. Su equipo ya tenía una ventaja muy superior sobre Black Meteor, y con esta nueva adición, supieron que su victoria ya estaba decidida.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Increíble capítulo, especialmente por la aparición de Ace. Pero comentaré por partes.

    Primero, parece bastante claro que Zenith logrará la victoria en ésta misión, aunque Black Meteor está al acecho y las cosas pueden dar giros dramáticos, no sería la primera vez que ocurre aquí. Sin embargo, me sorprendería mucho que Black Meteor pudiera darle la vuelta a la tortilla y obtener la victoria. Sin duda, si tienes eso planeado, estoy deseando ver como lo hacen, porque me sorprendería muchísimo.

    Segundo, el regreso de Ace ha sido para mí lo más destacado del capítulo. Al margen de que es mi personaje favorito, su regreso ha sido inesperado y has sabido jugar bien con dicho regreso. No me esperaba que apareciera tocando la puerta justo cuando los enemigos del Zenith los tienen vigilados. Sin duda, ingenioso.

    Tercer y último, decir que me alegra mucho la unión de Ace con el Zenith, lo veo totalmente lógico. Estoy deseando que se enfrenten ambos equipos y que los de BM vean como su ex líder trabaja para los enemigos. Especialmente que Shun y Natasha lo vean, debe ser épico no, lo siguiente.

    Sin nada más que añadir, espero el próximo con auténticas ganas. Un saludo.
     
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  9.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Estoy temblando de la emoción que siento con lo mostrado en este capítulo. Sinceramente estoy de acuerdo con Resistence, este capítulo fue increíble. Lo mejor de todo fue la aparición de Ace, sin duda.

    Con Ace en el equipo del Zenith, parece indicar que la victoria esta casi asegurada, pero no demos todo por hecho. Black Meteor tiene también sus ventajas en algunos aspectos, y su estilo militar es mejor que el estilo del Zenith, eso es algo que se ha visto desde el inicio.

    Aun no lo puedo creer, joder, estoy emocionado. Estoy seguro que me dará un ataque en cualquier momento. XD Pero ya, dejándonos de gritos de fangirl.

    Será todo una sorpresa cuando Shun se entere que Ace está en el bando enemigo, y peor será cuando Natasha lo vea. Es posible que al verlo su perspectiva cambie totalmente, viendo a Ace como todo un traidor. Aunque no creo que ocurra, desde hace mucho se sabe que Natasha está loca, literalmente, por Ace, y su confianza en él puede ser muy grande para que aun así, no llegar a desconfiar de sus actos.

    Ahora bien, Ace podría ayudar al Zenith, pero eso no implica que él participe en las misiones. Puede ayudar a su nuevo equipo desde la base, otorgando indicaciones a sus nuevos compañeros para que le hagan frente a sus enemigos. Sin embargo, aun cabe la posibilidad de que el Zenith pierda aún con Ace en el equipo. B.M tiene las cosas muy bien planeadas, y el hecho de que esté Ace con ellos no cambiara los hechos, al menos, así lo creo. Aunque insisto que el plan de B.M. es muy arriesgado, podrían perderlo todo en cuestión de segundos.

    Veremos cómo continua la historia, estoy ansioso por ver cómo se van dando los hechos, y sobre todo ahora que se acerca cada vez más al final.

    Saludos y hasta la próxima.
     
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    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Me ha costado bastante ponerme al día porque ya ni me acordaba por cual capítulo me quede xD. El capítulo ha sido increíble, me ha encantado como has narrado las cosas y los acontecimientos.

    Los personajes me encantan, y la unión de Ace promete también mucho. Has sabido manejar muchos personajes y desarrollarlos muy bien con cada acción mezclando con la trama que llevas es...muy buena.

    Espero la continuación para ver como se siguen desarrollando las cosas :D
     
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    5360
    Llegó el momento de publicar el capítulo número 25 de la historia. Cada vez nos acercamos más al final de esta primera parte, lo que me emociona mucho. Espero que puedan disfrutar estos últimos capítulos tanto como yo lo hice al momento de escribirlos. Realmente espero no tener problemas con la electricidad o con mi internet durante las próximas semanas, y así poder publicar el final de esta historia.

    No hay demasiado por decir. Así que les dejaré el capítulo.


    Último componente:

    Ace se encontraba hablando junto a sus ahora nuevos compañeros en uno de los pasillos. Él ya había hablado con Richard sobre Black Meteor, asegurándose de darle la información que tuviera disponible de todos los soldados y de su anterior comandante. Se llevó una sorpresa al enterarse de que el Zenith había asesinado a Geoff. Si bien, nunca llegaron a mantener una buena relación que fuera más allá de simple compañerismo, Ace se sentía algo apenado por él. Geoff una vez siguió sus órdenes, y nunca había hecho algo que causara diferencias entre ambos. Además de que sintió un poco de miedo al pensar que en esa ocasión fue Geoff, pero que nada impedía que Natasha hubiera sido su víctima. Ace seguía sintiendo algo por ella. Pensaba en cómo estaba la situación ahora. Siendo miembro del Zenith, ya no tendría por qué demostrar nada ni impresionar a nadie, por lo que podría tener una relación con ella sin preocuparse de que su rendimiento en la misión se vea afectado. Quería mucho la oportunidad de hablar con ella e intentar convencerla de irse con él al Zenith, pero sería muy difícil, además de que era probable que Magnus no la aceptara.

    — Escucha, Ace, tal vez estés acostumbrado a ser el líder, pero ahora eres un soldado más — le dijo Thomas muy serio — Sé que costará un poco que te acostumbres a no ser el que dirige las cosas.

    — No es un problema para mí — le respondió Ace — Prefiero ser un soldado más antes que ser un prisionero, o un cadáver. ¿Quién es el que está al mando?

    — La verdad es que ninguno de nosotros es el líder — Michael informaba a su nuevo compañero — Tras una disputa, Richard decidió que ya no tendríamos un líder. Según él, solo causaba división en lugar de unión.

    — Es una postura interesante, me pregunto quién será el nuevo líder de Black Meteor — Ace sentía curiosidad.

    — Es Shun — le dijo Agustina sorprendiendo a Ace — Él mismo nos lo ha dicho.

    — ¿Shun? — preguntaba Ace sin creerse lo que le decían — ¿En serio logró convertirse en el líder de Black Meteor?

    — Ha mejorado mucho en sus maneras de pelear — le informaba Gwyn — Se volvió más fuerte y mejor, de hecho, no lo hemos podido derrotar a él en una pelea desde que se convirtió en líder.

    — Me gustaría enfrentarme a él — Ace tenía ganas de una segunda lucha contra Shun — Pero si ha mejorado tanto, será mejor que me ponga a entrenar.

    Ace decidió irse a entrenar a la sala de entrenamiento de la base. Pidió ayuda a sus compañeros para que lo lleven a ese lugar, y luego empezó a ponerse en forma. Desde que empezó a huir no había tenido mucho tiempo para ejercitarse o incluso para entrenar movimientos de pelea. Supo que debía recuperarse. El resto de sus compañeros se fue a dormir. Sabían que el día de mañana se les asignaría la búsqueda del último recurso que les quedaba por encontrar, y que así la misión terminaría.

    Dado a que estuvieron la mayor parte del día recorriendo la ciudad, muchos de ellos estaban muy cansados y se fueron a dormir para reponer fuerzas. Michael y Devlin tenían ganas de hablar un poco con Gwyn y Erin respectivamente, pero sentían mucho cansancio, además de que creyeron que sus compañeras podrían estar dormidas o intentando dormir, por lo que decidieron no molestar. Efectivamente, Gwyn y Erin estaban dormidas. Zoey y Agustina tardaron un poco más que ellas en conciliar el sueño, pero al final lo lograron.

    Julie tuvo un poco más de problemas. La chica del Zenith estuvo dando vueltas en su cama durante media hora intentando dormir, pero no lo lograba. Ella solamente pensaba en el día de mañana, cuando la misión por fin terminaría. Lo más probable era que encontraran el recurso restante y luego abandonaran el país. De esa manera, no podría tener la oportunidad de matar a Stuart. Supo que no lo volvería a ver, pero imaginar que iba a seguir vivo le provocaba un poco de miedo. El miedo no le dejó dormir, por lo que se levantó a tomar algo de agua. Al terminar, regresó a su habitación; sin embargo, en el camino de vuelta, escuchó ruidos que provenían de la sala de entrenamiento. No creyó que a esas horas de la noche Ace estuviera entrenándose, pero así fue. Al parecer, su nueva incorporación no desaprovechaba el tiempo y tenía mucha energía que gastar entrenando.

    Julie se asomó un poco para que Ace no se notara de su presencia, y así no distraerlo en caso de que estuviera realizando un ejercicio complicado. Al asomarse, vio como Ace estaba levantando pesas realizando ejercicios para las piernas. Lo único que tenía puesto eran los pantalones y zapatillas de entrenamiento, dado a que su uniforme del Zenith estaba tirado a unos metros, probablemente para no empaparlo con sudor. Julie veía el torso de Ace. Su físico era el de un soldado muy bien entrenado, marcándose los músculos de los brazos, pecho y abdomen. Al verlo, no pudo evitar sonrojarse un poco. Consideraba a su compañero muy atractivo, y ahora más, ya que tenía el cabello corto. En un momento, Ace dejó las pesas en el suelo y luego las acomodó. Tras haber hecho eso, el nuevo miembro del equipo empezó a caminar para salir de la sala de entrenamiento, probablemente para darse una ducha y luego irse a dormir. Julie se fue caminando muy rápido y sin hacer ruido hasta la habitación que Ace había elegido para él.

    Estuvo esperándolo allí hasta que él regresó de haberse dado una ducha. Cuando el soldado entró, se llevó una sorpresa al encontrar a Julie en su habitación.

    — Julie, ¿qué estás haciendo? — le preguntó Ace muy confundido.

    Julie lo miró, le sonrió y luego se acercó a él para abrazarlo. Ace no lo esperaba, por lo que no fue capaz de impedirlo.

    — Te vi cuando entrenabas — Julie le hablaba en un tono muy cariñoso — Eres muy atractivo. Sé que tal vez no me creas, pero cuando mis primos me contaron que tú ayudaste a salvarme, yo tenía ganas de darte las gracias. Me sentí un poco mal de que no podría agradecerte cuando tú ayudaste a que regrese con ellos. Por eso quería darte las gracias ahora.

    — No creo que me merezca tu agradecimiento — le respondió Ace algo apenado — Yo no hice eso por ti ni por ellos, lo hice por mí. No deberías agradecerme.

    — Aun así, lo hiciste — Julie abrazó a Ace con fuerza — Amo a mi familia, y gracias a ti estoy con ellos.

    — ¿Y tenías que esperar hasta ahora para agradecerme? — le preguntó Ace retóricamente — Podrías haberlo hecho en cualquier otro momento.

    — Quería preguntarte algo — le dijo Julie llamando su atención — Dime, Ace… te gustaría… que tú y yo… ¿te gustaría que pudiéramos ser algo más que solo compañeros en el futuro? Sé que tú no me conoces del todo todavía, pero yo sé que eres una buena persona. Solamente estabas en Black Meteor porque el destino lo quiso así, pero eres alguien bueno. Alguien con quien me gustaría mucho estar. E incluso aunque me digas que no, puedes quedarte en mi casa sin problemas. Para que no tengas que vivir en una base militar.

    — Julie… — Ace estaba impresionado por las palabras que su compañera le había dicho — Eres una chica muy amable. Michael y Devlin son muy afortunados de tener a un familiar como tú.

    — ¿Qué es lo que dices? — preguntó Julie mirando a los ojos a Ace.

    Antes de responderse, el soldado miró a los ojos a su compañera. Al tenerla cerca suyo vio que realmente era una chica muy atractiva, tal y como Stuart le había comentado. Ace empezó a sonrojarse un poco al verla, además del abrazo que estaba recibiendo. Aunque era cierto que ella era atractiva, Ace tuvo que decirle la verdad.

    — No puedo aceptar eso, Julie — le respondió Ace en un tono que sonaba muy sincero — Eres una chica muy hermosa, pero yo sigo teniendo sentimientos por alguien más. Estoy seguro de que sabes de quien hablo. Después de ver la forma en la que mi padre adoptivo me trató, me di cuenta de que Natasha fue la primera persona que me quiso de verdad. Y a pesar de todo lo que pasó, yo sigo pensando en ella. Una chica como tú merece a alguien que solo piense en ti, no en alguien que sigue recordando a otra persona. Por eso no puedo aceptarlo.

    — Pero, si sigues pensando en ella, ¿por qué no has hecho nada para impedir que te abrace? — le preguntó Julie algo decepcionada con la respuesta que recibió — ¿Por qué no me has apartado todavía?

    — No quiero ser muy duro contigo, no cuando apenas me acabo de incorporar — le dijo Ace algo serio — ¿Podrías soltarme, por favor?

    Después de esa petición, Julie decidió soltar a Ace. Se sentía muy apenada de haber recibido un no como respuesta. Ni siquiera era necesario un sí directo, con que Ace aceptara irse a vivir a su casa le habría sido más que suficiente. Aun así, Julie no iba a rendirse con él así de fácil. Sabía lo que Ace sentía por Natasha, pero ella ahora era parte del otro equipo, por lo que podría aprovecharse de eso para atraerlo. Aunque ahora mismo lo mejor sería que se fuera a dormir.

    — Buenas noches — le dijo Julie dándole un beso en la mejilla — Bienvenido al Zenith.

    Ace se sonrojó un poco con el beso. Luego de que Julie se fue, él quedó algo confundido. Seguía extrañando a Natasha, pero por alguna razón, Julie lograba provocarle algunas cosas. Ace creyó que se debía a que no había visto a Natasha por días, pero no quería olvidarla todavía. Tal y como él le dijo a Julie, ella fue la primera persona que lo quiso realmente, y eso significaba mucho para él.

    Finalmente, el soldado supo que debía irse a dormir lo más pronto posible. El día de mañana tendría su primera misión como un soldado del Zenith, y lo mejor sería que saliera bien, o de lo contrario, eso podría poner su lealtad al país en duda, y ahora mismo era algo que no necesitaba.

    […]

    Morris estaba hablando con Abel en la sala de comunicaciones de la nueva base. Cuando sus soldados le informaron que habían encontrado la base en donde Zenith se estaba hospedando, confirmando que realmente se trataba de ese lugar, Morris le comunicó su plan a su líder. Como comandante estaba obligado a hacerlo si se trataba de algo crucial para el cumplimiento de la misión.

    — Es una idea arriesgada — le decía Abel a uno de sus más leales soldados — Si sale bien, habremos ganado. Pero si llega a salir mal, Zenith nos habrá derrotado una vez más. Lo que pase en ese ataque será definitivo y no habrá manera de revertir la situación. Sabes que no puedes cometer ni un solo error, Morris.

    — No lo haré, Abel, te lo aseguro — le respondió el comandante — Puedes confiar en mí, y en mis soldados. Te aseguro que pasado mañana regresaré a Black Meteor con todos los recursos que el Zenith ha obtenido. Los mataré a todos, y en caso de que alguno de ellos llegue a sobrevivir, lo único que le quedará será una sensación de derrota y dolor por la muerte de los demás.

    — ¿Cómo planeas matarlos exactamente? — preguntaba Abel muy curioso ante las palabras de su comandante — Ellos han perdido a un soldado, pero nosotros hemos perdido a dos. Tienen la balanza a su favor, lo cual los deja en desventaja.

    — Mis soldados encontraron unos explosivos en una de las tiendas abandonadas mientras regresaban — le decía Morris — Con el factor sorpresa de nuestro lado, usaremos los explosivos para destruir sus muros, entrar, robar sus recursos y luego provocar un derrumbe sobre ellos. Ese edificio no ha sido mantenido desde antes de la catástrofe, y dudo que pueda mantenerse en pie cuando unos explosivos lo hagan temblar. Quedarán sepultados en su propia base, y nosotros nos escaparemos con los recursos. Ellos mueren, nosotros nos quedamos todo lo que tienen. Es probable que recibas una nueva oferta de Magnus cuando se dé cuenta de que perdió.

    — Si eso sucede, puedes apostar a que estaré muy feliz — Abel podía imaginar lo que su comandante le describía — Entonces te deseo buena suerte, Morris. A ti y a todo el equipo que preparé para la misión. Es una lástima que tu hijo nos haya dejado y que tengamos que ejecutarlo. Tenía mucho futuro con nosotros.

    — Él eligió su propio destino — le respondió Morris muy serio — Si no fuera mucha molestia, me gustaría ser yo quien lo asesine.

    — Completa esta misión y lo harás — le dijo Abel, cortando la llamada.

    Morris estaba muy satisfecho, no solo con el plan, sino también con el rendimiento y el aporte que el equipo había hecho. Gracias a los explosivos que encontraron, el ataque a la base del Zenith sería muy fácil. Usando los explosivos, infiltrarse y escapar con los recursos era una tarea que estaba prácticamente regalada. Lo más difícil sería llegar hasta los mismos y luego provocar un derrumbe total de la base. El comandante fue a ver a sus soldados.

    Los siete soldados que quedaban se encontraban analizando los explosivos que habían encontrado. Habían tenido mucha suerte al haberse cruzado con ellos, dado a que sería algo para lo que el Zenith nunca podría estar preparado. Cada uno de ellos los analizó detenidamente para asegurarse de que estuvieran en funcionamiento, y de que fueran seguros de usar.

    — ¿Y bien? — preguntó Morris — ¿Qué pueden decirme sobre esas cargas?

    — Lamentablemente, solo cinco funcionan bien — le respondió Brandon algo apenado por la situación — Algunos no funcionan, y no podemos asegurar de que las demás sean seguras y que no nos vayan a matar a nosotros también.

    — Siendo así, tendríamos que derrumbar su base con solo tres explosivos — le decía Shun pensando en un plan — Uno lo usaremos para entrar a la base, y el otro para escapar con los recursos que vayamos a robarles.

    — Dudo mucho que podamos hacer algo así con solo tres explosivos — agregaba Stuart — Su base es muy grande, y no va a caer así de fácil. Por más que no tenga mucho mantenimiento.

    — Tal vez eso sea algo bueno — respondió Casey — Podremos enfrentarnos a ellos y tal vez tengamos la oportunidad de matarlos.

    Todos estaban asombrados con las palabras de Casey, exceptuando a Grace y a Paul, que ya conocían los deseos de su compañera por poder matar, aunque sea a uno de los soldados del Zenith. Stuart sonrió cuando escuchó que una de sus compañeras tenía las mismas ganas de matar a un enemigo que las que él tenía. Llegó a pensar que podría llevarse bien con ella, pero él no sentía deseos de hacerlo.

    — Escuchen, en el caso de que haya que luchar, no quiero que ninguno de ustedes mate a Julie — decía Stuart llamando la atención de todos.

    — Parece que esa chica estuvo poco tiempo, pero fue suficiente para robarse tu corazón — Grace se burlaba de Stuart.

    — Increíble que justamente seas tú quien terminara enamorado de una chica del Zenith — a Paul también le causaba algo de gracia que su compañero hablara de tal forma — Me resulta muy difícil de imaginar.

    — Dejen a Stuart en paz — Natasha respondió muy seriamente defendiendo a su compañero — Si él quiere tenerla, dejemos que lo haga.

    Natasha recordó como Julie se había fijado en Ace cuando formó parte de Black Meteor momentáneamente. Eso aún no lo había olvidado, y seguía un poco molesta con ella. Además de que fue por ella que el Zenith atacó a Ace y provocó que se separaran. Quería que Julie muriera, pero no iba a enojarse si Stuart la usaba para divertirse antes.

    — ¿Alguien quiere dejar con vida a otro soldado más? — preguntaba Shun a sus compañeros.

    Nadie más respondió. Estaba claro que después de todo lo que había pasado, lo que menos querían era que sus enemigos sobrevivieran. Morris no tenía el más mínimo interés en dejar a los soldados del Zenith con vida. Lo que él quería era acabar con todos ellos, incluyendo también al comandante Richard. Si lograba quitarles la vida a sus enemigos, y luego apoderarse de los recursos que tenían, Black Meteor finalmente estaría listo para partir al espacio para investigar las causas de la catástrofe. El conseguir algo como eso le otorgaría un gran reconocimiento, no solamente en Black Meteor, sino también fuera de él.

    Mientras varios de ellos seguían hablando, a Brandon le pasó una idea por la cabeza. Se trataba de una duda que le llegó repentinamente, pero que ahora no se iba.

    — Oigan, esperen, hay algo que no estamos considerando — Brandon quería comentarles acerca de un tema — Hagamos de cuenta que el plan ya salió bien y tenemos los recursos del Zenith, pero, ¿qué pasará si nosotros aun no conseguimos lo que necesitamos para terminar la misión?

    — Eso es una buena consideración — Shun no había pensado en eso, pero su compañero tenía razón — Por más que el ataque salga bien, nuestra misión estará incompleta.

    — En caso de que eso ocurra, no nos quedará otra opción más que seguir buscando recursos — decía Morris con tranquilidad — Después de todo, nuestros enemigos van a estar muertos, ¿qué tan difícil podría llegar a ser?

    — Eso es cierto, ya no que dará nadie que nos pueda detener — respondía Casey — Pero hay que asegurarnos de matarlos o capturarlos.

    — Ninguno de los soldados del Zenith puede escapar de esa base — agregaba Paul algo serio — O lo aprisionamos o lo matamos.

    Morris asintió ante las palabras que su soldado había pronunciado, y todos sus compañeros estuvieron de acuerdo con él. Casey estaba impresionada por esa actitud de parte de él, pero eso no quitaba el hecho de que el trabajar en equipo con Paul no hubiera funcionado en el pasado. Paul notó que Casey lo miró cuando dijo su opinión, pero que ella no quería alguien que hablara sobre matar a los soldados del Zenith, sino a alguien que realmente los matara.

    Durante la misión, los soldados de Black Meteor aprovecharon y tomaron varias fotos a la base del Zenith desde varios ángulos para usarlas de referencia. No conocían el lugar desde muy cerca, y esas fotos serían las únicas referencias que irían a conseguir. El ataque que iban a planear debería hacerse utilizando únicamente esas fotografías.

    Iba a costarles mucho trabajo, pero debían buscar una forma de hacerlo. Tal y como Abel había dicho en su charla con Morris, si el ataque a la base del Zenith no resultara, solamente terminarían siendo derrotados por sus enemigos. Aunque los soldados que fueron elegidos a la misión apenas tenían tres años cuando la catástrofe sucedió, el crecer conociendo las formas en las que el Zenith le robó varios de sus recursos a Black Meteor les producía mucha ira. Su formación militar no fue hecha solamente para que estuvieran preparados en caso de que llegara a suceder un conflicto, sino para ganarlo. El tener éxito en la misión, superar al Zenith, y terminar siendo ellos los que consiguieran las respuestas que la humanidad ansiaba desde hace tanto tiempo eran una gran motivación para todos ellos.

    La derrota no era una opción para ninguno, además de que la satisfacción de haber logrado superar a unos enemigos que siempre habían sido superiores no se compararía con ninguna otra cosa que pudieran llegar a experimentar en el futuro. Pero antes de celebrar por la victoria, primero deberían obtenerla, y antes de obtenerla, debían organizar un buen plan que les garantice el éxito absoluto. Y contaban con un tiempo muy limitado para poder lograrlo.

    La mayor parte de la noche la dedicaron a elaborar no solo uno, sino varios planes para luego poder elegir el que más les resultara conveniente.

    […]

    La noche pasó, y los soldados del Zenith ahora estaban recorriendo el país nuevamente, probablemente por última vez. El que tuvieran que quedarse más tiempo o no dependería de la búsqueda del último recurso solicitado por Magnus. Según Richard les había dicho, este recurso se trataba de un químico conocido como nikrenio, el cual podría servir para mantener en funcionamiento los motores por mucho más tiempo, dado a que servía como refrigerante constante que podía durar mucho tiempo funcionando, además de adaptar la temperatura.

    Los soldados del Zenith, ahora con Ace junto a ellos, estaban muy ansiosos por poder encontrarlo y así poder irse del lugar. Ninguno de ellos quería seguir más tiempo en ese país, y querían regresar con sus familias lo más rápido posible.

    Mientras ellos conducían, Vigía iba desde arriba captando varias imágenes desde la altura y transmitiéndolas a sus dispositivos. Ace quedó muy impresionado cuando vio al dron que el Zenith estaba utilizando en las misiones. Se dio cuenta de que era ese dron el que les permitía tener ventaja sobre ellos en la mayoría de las misiones, y que era algo que ni el comandante Grant ni ningún otro soldado podría haber adivinado. Le pareció una idea muy original y efectiva, y se sintió un poco mal porque no se le ocurrió a él algo parecido mientras estaba en Black Meteor. Aunque tal vez fuera mejor así.

    Los ocho soldados más antiguos aprovecharon el momento para tener una charla con su nuevo compañero.

    — Dime, Ace — le hablaba Michael — Cuando nos separamos, dijiste que tenías algo que hacer. ¿A qué te referías?

    — Me refería a encontrar mi verdadera identidad — le respondió el soldado — No quería ser Ace Grant por más tiempo, así que fui a buscar el orfanato en el que fui adoptado. Según el comandante de Black Meteor, ese orfanato era de este mismo país, por lo que no me llevó mucho tiempo. Mi apellido antes de la catástrofe era Lakor. Así que ahora pueden llamarme por mi nombre real.

    — Es un nombre muy bonito — le decía Julie, cosa que a Ace le agradó.

    — He notado que en la mayoría de veces en que hablas de Morris, te refieres a él como “comandante Grant” — le decía Agustina apreciando ese detalle en la forma de hablar de Ace.

    — Nunca más lo volveré a llamar papá, o Morris — respondió Ace muy serio ante esas palabras — Y si pudieran hacerme un favor, no hablemos más de ese tema.

    — Entiendo que es muy difícil para ti — le decía Zoey algo apenada por él, a pesar de que había pertenecido al equipo enemigo.

    — Es más difícil de lo que crees — Ace sentía mucha tristeza por lo que iba a decir — Tenía una familia que de verdad me amaba, y la perdí a causa de la catástrofe. Estoy seguro de que al menos uno de ustedes tiene como mínimo a un familiar con vida. Yo ya no tengo ninguno. Y lo peor de todo es que los recuerdos que tengo, no son reales. Solamente puedo recordar a Morris criándome cuando era un niño, la historia en la que él me dijo que mi madre había muerto en la catástrofe, y de como yo era lo más importante para él… y nada de eso es real. Sé que es una mentira, pero no tengo manera de quitarlo de mi mente. Se quedará conmigo para siempre, como un peso que voy a cargar hasta que muera.

    Los ocho soldados empezaron a sentir empatía por él. La forma en la que él lo relataba los hacía imaginarse lo difícil que sería tener recuerdos que no fueran reales, pero que iban a estar siempre allí. Hizo que todos ellos se sintieran muy afortunados por lo que tenían. La vida después de la catástrofe era muy dura, tanto para los que sobrevivieron como para los que murieron, pero sería aún más difícil para los que sobrevivieron a ella y lo habían perdido todo, como era el caso de Ace. Una organización se aprovechó de su tragedia y lo usaron para su propio beneficio, para después abandonarlo cuando ya no les sirvió.

    Una de las cosas que llevó a Ace a unirse al Zenith era la forma en la que Richard se esforzó para recuperar a una de los suyos. A diferencia de Morris, Richard puso como prioridad el traer de vuelta a Julie, dejando la misión en un segundo plano. Estaba claro que al traer a Julie, el Zenith vería sus posibilidades de ganar aumentadas, pero eso era exactamente lo mismo para Black Meteor, y Morris decidió abandonar a Ace. Con esto, Ace se dio cuenta de que había estado en el equipo equivocado. El soldado sabía que para el Zenith no sería alguien a quien desechar así nada más, lo cual era una gran motivación para estar junto a ellos.

    Aunque le gustaba el cambio que había hecho, lo que no le gustaba era estar solo. Ace seguía sin olvidar a Natasha, y tenía la esperanza de encontrarse con ella durante la misión. Lo que él quería era hablar con ella para ver si lograba convencerla de irse con él. Y si hoy encontraban el recurso que les quedaba por encontrar, su equipo abandonaría el país y probablemente nunca volvería a verla otra vez. A pesar del paso de los días, Ace nunca olvidó la forma en la que pasó la última noche junto a ella.

    Michael estaba mirándolo atentamente, dándose cuenta de que Ace estaba pensando en alguien más. Incluso aunque estuviera equivocado, decidió decirle algo importante.

    — Ace, sabes que, si nos encontramos con Black Meteor, te verás obligado a enfrentar a Natasha — le decía Michael de forma calmada — ¿Verdad?

    — Así es, pero preferiría no tener que hacerlo — le respondió Ace muy pensativo — Ella fue muy buena conmigo, y no me gustaría lastimarla.

    — Entonces no luches en contra de ella, y deja que alguien más se encargue — le respondió Thomas muy serio — Pero pase lo que pase, no debes interferir en nuestra lucha. Ahora ella es el enemigo.

    — Sabemos que estás pasando por algo difícil, Ace — le decía Erin — Yo no podría imaginarme teniendo que pasar por lo mismo que tú, pero ahora tú eres parte del Zenith, lo que quiere decir que los soldados de Black Meteor son tus enemigos. Incluso si alguna vez siguieron tus órdenes.

    — Lo sé perfectamente — respondió Ace sabiendo que no podía dejar que sus sentimientos interfirieran — Solo desearía que las cosas pudieran ser diferentes.

    — Todos deseamos eso — le decía Julie acercando su moto a la de él.

    Nadie se percataba de que Julie sentía una ligera atracción hacia Ace, a parte de él mismo. A él le parecía algo raro que ella pudiera estar interesada en él, después de las cosas que habían vivido siendo enemigos. Pero Julie parecía ser una chica muy amable y muy capaz de dejar las cosas en el pasado. Ace no quería sentir nada por ella y olvidarse de Natasha, pero Julie realmente estaba preocupada por él, y negarse a su ayuda sería muy tonto de su parte, sobretodo porque eso era lo que necesitaba.

    Lamentablemente, el químico que estaban buscando no lo iban a poder encontrar en la ciudad, dado a que no había ni siquiera una pequeña reserva del mismo. Eso molestó mucho a los soldados, además de que los obligó a buscar por otros lugares en donde pudieran llegar a encontrarlo.

    Tras una hora de recorrido, encontraron una ciudad en donde lograron encontrar una pequeña reserva de lo que buscaban, pero no sería suficiente para cubrir todo lo necesario.

    — Sugiero que nos dividamos en equipos y sigamos buscando por otros lugares — dijo Gwyn a sus compañeros — Si seguimos juntos, nos tardaremos mucho tiempo, y no quiero seguir en este país más tiempo del necesario.

    — Es una idea brillante — le respondió Agustina a su compañera — Con Ace en el equipo volvemos a ser nueve soldados.

    — Eso quiere decir que un equipo tendrá tres integrantes y los demás solamente dos — sugirió Erin — ¿Cómo nos vamos a dividir?

    — Gwyn, vendrás conmigo — dijo Michael anticipándose a sus compañeros, y molestando un poco a Thomas tras decir eso.

    — Erin, ¿quieres que vayamos juntos? — Devlin quería conocer la opinión de su chica.

    — No tienes que preguntar eso — respondió Erin sonriéndole a su novio.

    — Ace, me gustaría que tú y yo nos fuéramos en la misma dirección — decía Thomas al nuevo soldado — Aprovecharé para ver que tal te manejas cooperando con nosotros.

    — Thomas, si no es molestia, ¿podrías dejar que yo fuera con Ace? — preguntaba Julie dejando muy sorprendidos a todos.

    Thomas pensó por un momento si debería permitir eso. La última vez que envió a Julie al mismo lugar donde estaba Ace, ella terminó siendo capturada. Ahora eso no iba a pasar, pero tenía muchas ganas de evaluar a su nuevo compañero por su cuenta. Sin embargo, decidió aceptar el pedido que le hizo su compañera. Después de todo, en caso de que algo malo ocurriera, eso no sería culpa suya.

    — Como quieras, supongo que eso me deja con Zoey y Agustina — decía Thomas a su compañera — Mantén vigilado a Ace.

    — Lo haré — respondió Julie muy decidida a hacerlo, dado a que sabía que Thomas iba a preguntarle por lo que ocurrió cuando se separaron.

    Con todos los soldados ya organizados en equipos, estos se separaron y se fueron por su lado. Richard controlaba a Vigía desde la base, y decidió utilizarlo para seguir a Ace y a Julie. Además de que les permitiría a los demás observar en caso de que ocurriera algo.

    Ace y Julie fueron en el sentido norte al lugar en donde estaban actualmente. El camino fue muy silencioso, dado a que Ace no decía una sola palabra y Julie no se atrevía a empezar una conversación con él. Ella veía como él se encontraba algo desanimado. Estaba claro que el entrar en el Zenith era algo que él quería, esperando que así pudiera olvidarse de sus malos recuerdos, pero que aún no había pasado el tiempo suficiente para hacerlo por completo. Julie lo veía y sentía mucha lástima por él.

    Los dos soldados condujeron durante unos veinticinco minutos hasta que llegaron a la entrada de un pueblo de tamaño mediano, el cual estaba muy lejos de ser una ciudad. Entraron buscando un taller mecánico, suponiendo que el químico que buscaban podría encontrarse allí dado a que se usaba para motores.

    Al final lograron encontrar uno, pero al entrar vieron que ya no quedaba nada más que piezas inservibles. Todo lo que pudiera ser de utilidad ya había sido tomado y llevado a otra parte, probablemente por los habitantes de ese país. Ace miraba el taller muy vacío y sin nada útil. Quería demostrar que podría serle de mucha utilidad al equipo antes de que la misión terminara, aunque sea si esa utilidad fuera simplemente ayudarlos a obtener un recurso muy fácil de encontrar. Lamentablemente, la suerte no estaba de su lado, y no había logrado encontrar nada, y eso lo desalentaba.

    Mientras estaba concentrado en sus pensamientos, Julie se acercó a él de frente y lo abrazó con fuerza sin lastimarlo, pegándose a él, y dejándolo muy confundido.

    — Julie, ¿por qué haces esto? — Ace no lograba entender a su compañera.

    — Porque lo necesitas — respondió la chica en un tono dulce y sin soltarlo.

    Ace supo que las intenciones de Julie eran sinceras, y que no estaba para nada equivocada con lo que decía. Él había dejado su vida anterior atrás, y creyó que el cambiar de equipo lograría despejar su mente, pero las cosas no salieron tal y como él lo imaginaba en un principio. Necesitaba del apoyo de sus compañeros del Zenith, fue por eso que se unió a ellos en primer lugar, porque sabía que podría contar con ellos cuando lo necesitara.

    — Tienes razón, lo necesito — Ace también abrazó a Julie — Gracias.
     
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  12.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Gran capitulo. Paso a comentarlo XD

    Me parece algo precipitado el feeling que hay entre Julie y Ace, aunque el precedente de que Ace ayudó a Zenith a recuperarla es perfecto para que ambos establezcan un vínculo. Natasha me gusta mucho, pero Julie también. Veo un trío amoroso muy interesante :v

    El plan de BM me parece algo loco, lo veo como a la desesperada, un todo o nada. Evidentemente están en esa situación pero supongo que podrían pensarlo mejor. De todas formas, me sorprendería que obtuvieran la victoria.

    Nada más que añadir, estoy ansioso por el próximo. Saludos.
     
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  13.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

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    Una vez más estoy de acuerdo con Resistance. Me parece muy precipitado la loca atracción que tiene Julie hacia Ace. Que se sienta agradecida por lo que hizo es una cosa, pero que se abalance a Ace solo por hacerlo me parece una actitud muy contradictoria a la Julie que conozco.

    Esta Julie se parece mucho a la del Black Meteor, pero ante todo me gusta XD. No creo que Ace pueda fijarse en ella, la verdad, está claro que aún tiene sentimientos por Natasha. Lo peor será si llegado el momento Natasha forma parte del Zenith, se armará un triángulo amoroso muy serio.

    Aún queda por ver si Black Meteor triunfa, o bien es el Zenith quien resulta ganador. Todo va pintando muy bien, así que espero el próximo capítulo.
     
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  14. Threadmarks: El plan definitivo
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    5596
    Hola. Llegó el momento de publicar el próximo capítulo de esta historia. Sí que ha avanzado mucho. Ya nos encontramos en el penúltimo capítulo de esta parte I. Después de este, solo quedará un único capítulo para el final. Espero que tanto este como el que sigue sean de su agrado, y que no se preocupen por el resto de la historia una vez que publique el siguiente. La Gran Catástrofe seguirá por mucho más tiempo, aunque su continuación será muy diferente a todo lo que han visto en estos capítulos.

    Sin más que decir, les dejo el capítulo. A ver que se les ocurre que pueda llegar a pasar en el capítulo final una vez que hayan terminado de leer este. Que disfruten la lectura.


    El plan definitivo:

    Michael y Gwyn iban por la dirección del este. Ambos querían encontrarse con el químico que buscaban de una buena vez, para tomar todo lo que pudieran, completar la misión y abandonar el país lo antes posible. Habían pasado varios días sin estar con sus familias, y el tener que quedarse por más tiempo era algo por lo que no querían pasar. Mientras conducían, Gwyn empezó a hablar con él.

    — Te veo un poco pensativo — le decía la chica — ¿Qué es lo que tienes?

    — No dejo de pensar en Ace — le respondía Michael — No creo que se encuentre muy bien. Claramente aún tiene varias cosas en la cabeza, las cuales les serán difíciles de olvidar.

    — ¿Te preocupa que Julie se haya ido con él? — le preguntó Gwyn — Si te soy sincera, no creo que Ace vaya a traicionarnos.

    — Sé que no lo hará, él odia a Black Meteor por lo que hizo — respondió Michael — Pero si estos llegaran a aparecer, es probable que no esté al cien por ciento para enfrentarse a ellos.

    — Si ese fuera el caso, Ace sabe que tiene que llamarnos y nosotros iremos en su ayuda — Gwyn quería tranquilizar a Michael — Él ahora es parte de nuestro equipo, y es nuestro deber ayudarle en lo que podamos.

    — Eso es verdad, pero aun así yo sigo preocupado — respondía Michael — Y cuesta un poco entender todo esto. Hace una semana, Ace probablemente habría intentado matarme. Y el día de hoy, somos compañeros de equipo.

    — Las cosas cambian constantemente — le decía Gwyn — No todo tiene que permanecer igual por mucho tiempo. La Gran Catástrofe es prueba de ello. El mundo se regía siempre de la misma manera, y desde que esos meteoritos impactaron, todo cambió.

    — Es verdad, solo que cuesta acostumbrarse — le respondió Michael.

    Gwyn quería hablar sobre otro tema con él, pero no quería distraer a su amigo, no aun mientras estuviera conduciendo su moto. Ambos chicos continuaron con su conducción, hasta que lograron llegar a una ciudad un poco más pequeña a las que acostumbraban entrar. Al igual que Ace y Julie, ambos decidieron ir a buscar el químico en un taller mecánico, suponiendo que, de encontrarlo, lo encontrarían ahí.

    Tal y como lo habían pensado, allí había una gran reserva de lo que buscaban. El nikrenio estaba distribuido en botellones de tres litros cada uno, y en total había seis de esos botellones. Creyeron que, con esa carga, sumada a lo que fueran a traer sus compañeros, les sería más que suficiente para lo que les habían pedido. Buscaron una manera de poder llevarse todos los botellones en las motos, para luego emprender el camino de vuelta al punto en donde se separaron, en caso de que sus compañeros necesitaran que los auxiliaran. Dieron aviso a sus compañeros de que ya encontraron lo que buscaban.

    — Gwyn y yo hemos conseguido unos dieciocho litros de nikrenio — informaba Michael — Si nos necesitan, solamente nos tienen que llamar.

    […]

    Devlin y Erin estaban caminando con mucho cuidado en el interior de una ciudad en el sur, dado a que varios edificios se habían derrumbado y los escombros estaban por toda la calle. El lugar no era nada agradable a la vista, al menos no para ninguno de los dos soldados. Cuando la catástrofe ocurrió, ellos solamente tenían tres años. El observar esa devastación les hizo pensar en lo afortunados que eran en seguir con vida, y cuando Devlin recordó el relato que escuchó del mismísimo comandante de Black Meteor, se sintió aún más afortunado.

    — Esta gente lo perdió todo — decía Devlin sin poder imaginar la desesperación que habrán sentido los que habitaban en esa ciudad — Nosotros tuvimos mucha suerte.

    — Tienes razón — le respondió Erin coincidiendo con él — La gran mayoría de habitantes perdió sus vidas, mientras que nosotros hemos logrado sobrevivir. Somos afortunados.

    — No solamente fuimos afortunados por sobrevivir, también pudimos conservar a nuestras familias — agregaba Devlin — Piensa en Ace. Él lo perdió todo. Su hogar, sus amigos, su familia de verdad. Es más, de acuerdo a lo que contó el comandante de Black Meteor, esta ciudad podría ser el lugar donde él vivía antes de la catástrofe.

    — Él tuvo suerte de salir vivo de esto — le decía Erin.

    — Pero no tuvo tanta suerte — Devlin recordaba con tristeza todo lo que sabía sobre Ace — No tanta como yo. Tengo a mis padres, a mi hermano, a mi prima, a mis tíos, y también te tengo a ti. Él ya no tiene nada de lo que yo tengo. Me hace sentir muy mal el pensar que es mi compañero, pero que no pueda disfrutar de las mismas cosas que yo.

    — No es culpa tuya, Devlin — Erin también sentía algo de lástima por Ace — Nadie elige lo que le va a pasar. Las cosas simplemente pasan.

    — Solamente me gustaría que fueran diferentes, es todo — Devlin intentaría no pensar en eso.

    — Eres una buena persona — le decía Erin acercándose un poco más a él — Me alegro de tenerte conmigo.

    — Siempre estaré contigo, Erin — Devlin le tomó la mano — Te quiero. Siempre encuentras la manera de ayudarme en lo que puedes. Tengo suerte de tenerte.

    Los dos chicos detuvieron su exploración para darse un beso breve, dado a que sabían que una vez terminada la misión, tendrían todo el tiempo que quisieran para ellos después. A pesar de eso, no se iban a negar a un pequeño momento de felicidad y tranquilidad.

    Una vez que terminaron, siguieron explorando el lugar. Habrían deseado llevarse a Vigía con ellos, dado a que había calles que estaban totalmente bloqueadas por escombros que habían caído en el lugar, obligándolos a cambiar de dirección constantemente. Era claro que todos los que habitaran en esa ciudad se habían marchado, dado a que no quedaban muchos edificios en pie.

    A pesar de que no habían explorado el lugar por completo, decidieron abandonar la búsqueda. Dudaban que pudieran encontrar el químico en un lugar como ese, y prefirieron ahorrarse tiempo e ir a buscar a otro lugar. Salieron de la ciudad en ruinas por el mismo lugar por el que habían entrado, y luego subieron a sus motos. Las arrancaron y luego aceleraron, alejándose lo más posible de aquel lugar que no daba buena espina.

    […]

    Thomas avanzaba detrás de Agustina y Zoey. Sus dos compañeras estaban muy calladas, y él no tenía ganas de empezar una conversación con ambas en ese momento. Le habría gustado mucho el haber ido con Gwyn, y no solo eso, sino también que su compañera pudiera sentir por él lo que él sentía por ella. Lamentablemente, no tenía nada que hacer al respecto, y lo mejor sería que no intentara nada para que las cosas cambien. La última vez que intentó perjudicar a Michael, terminó poniendo en un gran riesgo al equipo, aunque hubiera sido de forma indirecta. Si Black Meteor los hubiera derrotado en ese momento, habrían sido sus acciones las que habrían desencadenado algo como eso. No le agradaba la situación actual, pero sabía que no podía ser una persona irresponsable.

    Agustina y Zoey empezaron a hablar entre ellas acerca de Ace. Dado a que no tenían una conversación más interesante, Zoey decidió hacerle un par de preguntas a su amiga sobre su nuevo compañero.

    — Dime, ¿qué opinas de Ace? — le preguntó Zoey a Agustina.

    — Creo que es una buena incorporación — respondió su compañera — Él era un soldado muy fuerte, y tenerlo en el equipo nos dará una gran ventaja en una pelea.

    — Eso es cierto, pero yo no hablaba de eso — le decía Zoey confundiendo a Agustina — ¿Qué tan atractivo te parece?

    — ¿Vas a preguntarme eso con cada chico que haya en el equipo? — Agustina estaba un poco harta de esa actitud.

    — Bueno, tú ya dejaste en claro que no quieres salir conmigo, así que quiero tener una idea de qué clase de chico te gusta — le respondió Zoey bromeando con su compañera.

    — No está nada mal, aunque no me vuelve loca precisamente — respondió Agustina siendo sincera — Si él me pidiera salir, creo que le daría una oportunidad. Aunque parece que Julie está interesada en él.

    — Yo también lo noté — decía Zoey recordando la conversación de hace algún momento — Cuando ella le pidió a Thomas que le dejara ir con él se terminó descubriendo sola. ¿Quién no se daría cuenta de que a ella le gusta?

    — Yo no me di cuenta de eso — pensaba Thomas para sí mismo — ¿Entonces Julie solo me pidió ir con él por qué le gusta?

    — De esa manera, el único chico del equipo que te queda es Thomas — decía Zoey — ¿Te gustaría salir con él?

    — Preferiría no hablar de eso ahora mismo — le susurró Agustina para asegurarse de que su amiga no escuchara.

    Agustina recordó el momento en el que Michael y Thomas empezaron a discutir y a luchar de forma infantil. Mientras Julie estaba en manos del enemigo, ellos dos solamente se dedicaban a una disputa de poder. Esa clase de actitud no le llamaba la atención para nada, y fue por eso que tanto Michael como Thomas no eran personas a las que Agustina podría considerar como alguien con quien les gustaría estar.

    Thomas se quedó pensando en lo que sus compañeras habían dicho, pero luego volvió su atención al camino y a la búsqueda del químico que necesitaban. En el momento en el que Richard les habló de la misión, él se había imaginado otra cosa totalmente distinta. Siendo el único de su escuela en ser elegido, supo que él era el mejor de la misma. Lo cual lo llevó a creer que podría ser elegido como el líder del equipo cuando llegara el momento, sin embargo, lo que pasó en realidad estuvo muy lejos de lo que él se había imaginado originalmente.

    Faltando tan poco para el fin de la misión, supo que lo que él quería ya nunca podría realizarse, pero que al menos debería buscar la forma de ayudar a su equipo a finalizar con éxito su objetivo. Le habría gustado mucho ser recordado como el líder del equipo en la misión que permitió al Zenith lanzarse al espacio exterior, pero ahora eso ya no era importante. Las cosas sucedieron de una forma, y no tenía sentido lamentarse por algo así. Seguía guardando un poco de frustración por no haber sido considerado como líder por su comandante, pero Magnus no lo eligió para eso, sino para contribuir al equipo.

    Los tres soldados avanzaron hasta encontrarse con una ciudad de gran tamaño, la cual creyeron que podría contener el químico que estaban buscando. Dejaron sus motos cerca de la entrada, en un callejón bien escondido para que nadie pudiera verlas, y entonces entraron a explorar.

    […]

    ¿Está seguro de querer hacer esto? — le preguntaba Stuart a su comandante un poco inseguro tras haber escuchado su plan.

    Muy seguro, necesitamos saber todo lo que podamos sobre su situación actual antes de atacarlos — respondía su comandante.

    ¿En cuántos equipos quiere que nos dividamos? — preguntó Shun queriendo saber más acerca del plan.

    Mínimo en tres — respondió el comandante — Agrúpense como ustedes quieran. Vayan a las ciudades de gran tamaño y presten atención a la llegada de los miembros del Zenith. Síganlos de cerca y presten mucha atención a lo que digan. En base a lo que escuchen, decidiremos a qué hora realizar nuestro ataque.

    De esa manera, los siete soldados de Black Meteor terminaron dividiéndose en tres equipos, y cada uno de ellos marchó hacia una ciudad diferente, con el objetivo de esperar por la aparición de sus enemigos para obtener la mayor información posible acerca de ellos. Casey se fue con Grace, Stuart se fue junto a Brandon y a Paul, y Shun fue junto con Natasha. El grupo de Stuart, Brandon y Paul avanzó hacia la ciudad más grande que habían encontrado en el país, suponiendo que el Zenith pasaría por ahí. Los otros dos grupos terminaron yendo en otras direcciones, y cada uno de ellos terminó en dos ciudades distintas en las que ninguno de ellos había estado antes durante la misión. En caso de que el Zenith decidiera pasar por alguna de ellas, iban a estar ahí para observarlos.

    […]

    Shun y Natasha estaban en una ciudad amplia, esperando pacientemente a que sus enemigos se presentaran allí. El lugar estaba en un completo silencio, por lo que escuchar sus motos les daría una clara señal de que habían llegado. Aunque debían prestar mucha atención a lo que escuchaban, eso no impedía que hablaran entre ellos en un tono bajo.

    — ¿A dónde quieres que vayamos cuando tengamos nuestra primera cita? — preguntó Shun muy feliz de estar hablando con Natasha sobre ese tema — Dime a donde quieras ir y yo te llevaré.

    — Cualquier lugar que consideres entretenido — le respondió Natasha — Tenemos que aprovechar el tiempo libre que tengamos antes de que nos asignen otra misión. No nos convendría estar pensando mucho tiempo en cosas como esa.

    — Tienes razón, en ese caso, te llevaré a un lugar en donde mis padres me llevaban a comer — le decía Shun sonriéndole a su chica — No te arrepentirás.

    — Gracias. Y gracias también por ayudarme con esto — respondía Natasha apreciando la ayuda que Shun le daba, aunque sabía que no era una ayuda desinteresada.

    — No tienes por qué agradecerme esto — le respondió Shun apreciando el momento — Eres una chica muy hermosa, y alguien como tú se merece lo mejor. Alguien que se preocupe por ti al mismo tiempo que piense en el equipo, y no alguien que traicione a sus compañeros por un conflicto con su padre.

    — Escucha, Shun, no quiero que hables de Ace de esa manera — le dijo Natasha poniéndose algo molesta con eso — Ace no fue una mala persona, a pesar de lo que hizo. Yo llegué a quererlo, y sé que él también me quiso a mí. Sé que no puedo quedarme pensando en él para siempre, y no lo haré, pero aún no ha pasado el tiempo suficiente como para que lo olvide del todo. Así que preferiría que no hagas esto aún peor, y que no lo volvieras a mencionar. Y menos en la forma en que lo hiciste.

    — Como quieras, hermosa — le respondió Shun, a quien no le agradó el regaño de Natasha — Yo también preferiría no hablar más sobre él. Tengo a una chica muy hermosa como tú conmigo, y debería concentrarme en eso, y no en lo demás.

    De pronto, la conversación que estaban teniendo fue interrumpida cuando escucharon el ruido de unas motos acercándose hacia la ciudad. No se podía distinguir cuantas eran, pero se sabía que era más de una. Shun y Natasha se fueron a esconder en el interior de una casa que estaba abandonada, desde la cual observarían el lugar para seguir de cerca a sus enemigos si llegaran a pasar cerca de allí.

    Estuvieron esperando unos cuantos minutos hasta que divisaron desde una de las ventanas del segundo piso como Thomas, Agustina, y Zoey pasaban por allí. Esperaron que se alejaran un poco, y luego bajaron para seguirlos de cerca y ver qué era lo que tenían que escuchar.

    — Morris debe ser adivino — decía Shun pensando en lo preciso que había sido el plan de su comandante.

    — Tal vez solamente conozca muy bien la forma de actuar del Zenith —le respondió Natasha — Eso no lo convierte en un adivino.

    — No había pensado en eso, pero tienes razón — le decía Shun — Además de ser muy bonita eres muy inteligente. Eres la chica perfecta.

    El comentario de Shun provocó un ligero sonrojo en Natasha, quien apreciaba tener a alguien que la tratara bien. Lo cierto era que Shun no era una mala compañía para ella, al menos no ahora que había llegado a conocerlo un poco mejor.

    Los dos soldados se acercaron con sumo cuidado a sus enemigos, procurando no hacer ningún sonido que pudiera llegar a revelar su posición. Sobre todo, porque de hacerlo, se encontrarían en desventaja numérica en contra de ellos.

    Los tres soldados del Zenith caminaron hasta una planta procesadora, la cual estaba un poco deteriorada con el paso del tiempo y el no haber recibido nada de mantenimiento en todos esos años. Shun y Natasha los esperaron afuera, sabiendo que no podían acercarse más o terminarían por ser descubiertos. Thomas, Agustina y Zoey estuvieron un largo tiempo allí dentro, hasta que finalmente salieron cada uno con dos botellones en la mano. Eso les confirmó a los soldados de Black Meteor que habían ido a buscar un recurso para la misión.

    Los observaron atentamente, y vieron que hicieron una llamada al resto de sus compañeros a través de sus dispositivos.

    — Zoey, Agustina y yo hemos logrado encontrar seis litros más — decía Thomas, sin que sus enemigos pudieran saber de qué estaba hablando — Eso nos deja con veinticuatro litros en total.

    — ¿Cuántos creen que serán suficientes para poder terminar con la misión e irnos de una buena vez de este país? — preguntó Agustina, llamando mucho la atención de Shun y Natasha.

    — Que sean cuarenta — respondió Zoey luego de que alguno de sus compañeros le respondiera a través del comunicador — Solo dieciséis litros nos separan del fin de la misión.

    — Será mejor que regresemos con los demás y veamos de qué manera podemos ayudar — les indicó Thomas a sus compañeras.

    Los tres soldados regresaron a pie hasta el lugar en donde habían dejado sus motos, sin haberse dado cuenta de que dos enemigos habían estado observándolos y escuchando todo lo que ellos habían dicho. Cuando se alejaron lo suficiente, Shun y Natasha hablaron entre sí.

    — ¿Tú también escuchaste eso? — le preguntó Shun queriendo confirmar que no había escuchado mal — El Zenith ya está buscando su último recurso para completar su misión.

    — Así es, lo escuché perfectamente — respondió Natasha muy preocupada — Eso quiere decir que el ataque debe realizarse esta noche, o de lo contrario se nos escaparán.

    — Llamaré a Morris y a los demás para informarles sobre esto — respondió Shun tomando su comunicador para dar aviso al resto del equipo.

    Una vez que el soldado los puso al corriente, Shun y Natasha fueron a buscar sus motos para emprender el camino de regreso a la base de Black Meteor. Zenith estaba a punto de finalizar la misión, y cada segundo desperdiciado perjudicaría a Black Meteor.

    […]

    Stuart, Brandon y Paul abandonaron la ciudad en la que estaban para regresar a toda velocidad a su base y así llevar a cabo su ataque. Sabían que el Zenith les había sacado un poco de ventaja, pero no habían esperado que se adelantaran tanto al punto de estar por completar la misión.

    — Esos hijos de puta no me van a ganar — Stuart hablaba con determinación — No permitiré que ellos ganen, y mucho menos que sobrevivan.

    — No imaginé que se nos adelantaran de esa forma — respondía Brandon muy impresionado por sus enemigos — Pero pase lo que pase tenemos que evitar que ganen. Después de todo lo que nos han hecho, no pueden volver a superarnos. Al menos no en esta misión. Si lográramos ganarles, les estaríamos dando un fuerte golpe a su orgullo.

    — Maldición — Paul se quejaba por todo lo que estaba pasando — Y pensar que cuando teníamos a Julie no fuimos a matarlos porque creímos que podríamos traer a más de ellos a nuestro equipo. Por no aprovechar nuestra ventaja, ahora estamos por perder.

    — Así es, pero no se preocupen, los que pierdan en esta van a ser ellos — Stuart estaba decidido a ganar ese combate — Desde nuestro primer encuentro la ventaja la tuvimos nosotros, y no vamos a perder después de eso. Solo espero que los explosivos no fallen, o de lo contrario, todo nuestro avance no habrá servido de nada.

    Sabiendo que el tiempo era corto, los tres soldados aceleraron lo más rápido que les fue posible para llegar a la base para poner en marcha su plan de inmediato.

    […]

    Casey y Grace iban a toda velocidad en sus motos, sin darle importancia al ruido que estaban haciendo. Afortunadamente para ellas, no había soldados del Zenith cerca que pudieran escucharlas, por lo que no terminaron alertando a nadie. Las dos chicas estaban furiosas cuando recibieron la noticia. Creyeron que iban a tener más tiempo antes de poder realizar el ataque a la base del Zenith, pero ahora deberían apresurar las cosas.

    — El ataque seguro será esta noche — decía Casey sin poder esperar a que llegará el momento — Mataré, aunque sea a uno de ellos antes de que derrumbemos todo el lugar.

    — Veo que estás impaciente, ¿eso quiere decir que no vas a hacer equipo con nadie? — le preguntaba Grace con curiosidad.

    — Haré equipo con todos si llegara a ser necesario, pero quiero irme de regreso a nuestro país habiendo matado, aunque sea, a uno de ellos — Casey estaba muy molesta con la situación actual.

    Las dos chicas no hablaron demasiado en el camino de vuelta a la base. A la velocidad a la que iban, cometer un error podría llevar a caerse de sus vehículos. La caída no debería matarlos, dado a que la mutación de la catástrofe había fortalecido mucho sus músculos y mejorado su resistencia, pero iban a una velocidad considerable, y el caerse podría provocarles una grave lesión, lo cual sería lo último que necesitaban en un momento como ese.

    […]

    Habían pasado varias horas de la tarde. A los soldados del Zenith se les hizo muy difícil encontrar la cantidad que habían fijado encontrar, pero finalmente lo habían logrado. Aunque habían decidido que el mínimo sería de cuarenta litros, lograron encontrar unos cuarenta y tres en total. Ya tenían todo lo necesario para poder partir de regreso a la base, y una vez allí, de regreso a su país. Todos los recursos que Magnus quería y que consideraban indispensables para que el Zenith pudiera completar lo necesario para poder partir hacia el espacio ya estaban en su poder. La misión estaba prácticamente terminada para ellos, solo deberían tener cuidado de no encontrarse con ningún soldado de Black Meteor que pudiera atacarlos mientras emprendieran el viaje de regreso a su base.

    Los nueve soldados emprendieron el regreso estando en alerta todo el viaje. En caso de un ataque, ellos serían nueve y sus enemigos serían siete, pero eso no quitaba el hecho de que debían encargarse de proteger el líquido con sumo cuidado, dado a que no era un metal, y si Black Meteor supiera de que se trataba, podrían derramarlo, causando que lo perdieran todo.

    Afortunadamente para ellos, ninguno de ellos apareció. Ya habían pasado un largo tiempo sin haberse encontrado con soldados de Black Meteor, cosa que pareció muy sospechosa para todos, pero una vez regresaran a la base, ya no deberían preocuparse por ellos por más tiempo.

    Richard los estaba esperando en la puerta del garaje. Cuando su equipo llegó, tomó a Vigía y les pidió a sus soldados que guardaran sus dispositivos en uno de los autos, dado a que no sería necesario que los tuvieran por más tiempo.

    — Coloquen los dispositivos en ese vehículo, y luego ayúdenme a cargar el nikrenio en este otro — les indicaba su comandante — Preparen sus cosas y luego nos iremos mañana por la mañana.

    — ¿Mañana? — preguntó Devlin sin entender el motivo de la espera — ¿Por qué no nos vamos ahora?

    — Han tardado mucho tiempo, está a punto de oscurecer y deben estar muy cansados — les explicaba el comandante — No me gustaría que condujeran por el país en la oscuridad estando cansados. Coman y descansen bien. Yo le avisaré a Magnus que nos vamos mañana mismo, y que ya tenemos todo lo que él nos ordenó buscar.

    — Lo hemos conseguido — Michael estaba muy feliz por el resultado de la misión — Trabajamos muy duro para esto, y hemos pasado por varias dificultades. Pero al final, los que ganamos fuimos nosotros.

    — Ahora que lo pienso, si Abel hubiera aceptado el trato de Magnus, ninguno de nosotros habría tenido que pelear de la manera en que lo hicimos — Ace apreciaba la situación.

    — Él seguro creyó que podrían superarnos en una misión como esta — le respondió Thomas — Pero finalmente, le hemos ganado y le demostramos lo contrario. Espero que se arrepienta de no haber considerado el trato que Magnus le ofreció.

    — Será mejor que vayamos a preparar nuestras cosas — les decía Gwyn a todos sus compañeros — Así podremos irnos mañana mismo y sin perder más tiempo.

    Tal y como ella lo dijo, todos los soldados del Zenith, exceptuando a Ace, fueron a preparar sus cosas. Como el soldado que anteriormente estaba en Black Meteor no había traído nada consigo, no tenía nada que preparar o acomodar. A pesar de que podía ayudar a sus compañeros a preparar sus cosas, decidió no hacerlo, y simplemente recostarse sobre su cama. Su primera participación en una misión con el Zenith había terminado en victoria para su equipo, no solo de esa sola misión, sino también de la misión principal. Estuvo un rato largo acostado, hasta que alguien llamó su puerta.

    — Puedes entrar — dijo Ace a quien estaba tocando.

    Fue así como Julie entró a su habitación, cosa que le llamó la atención al soldado.

    — ¿Ocurre algo, Julie? — preguntó Ace creyendo que algo pasaba.

    — No, no pasa nada — le respondió Julie sentándose en la cama — Solo quería decirte que quiero que vengas conmigo, a mi casa. Hablaré con mis padres para que te dejen quedarte un tiempo y veas si te gusta o no. Si quieres quedarte, te lo permitirán sin problemas. Solamente tienes que decirme si quieres hacerlo.

    — ¿Por qué te interesas tanto en mí? — le preguntó Ace, aunque ya se imaginaba la respuesta.

    — Porque… — Julie no sabía cómo decírselo de manera apropiada, así que simplemente lo hizo — Creo que tú me gustas, Ace. Eres un chico muy lindo, amable, y sensible. Para mí eres el chico perfecto, y sé que, si te dejo ir, alguien más terminará enamorándose de ti.

    — Julie, tú también eres una chica muy bonita y eres muy considerada al invitarme — le respondió Ace muy apenado por lo que iba a decir — Pero yo ya te dije que no me parece correcto estar contigo. No mientras siga pensando en Natasha.

    Julie no estaba muy contenta con la respuesta que había recibido de parte de Ace, por lo que decidió intentar algo más. La chica se acostó rápidamente encima de Ace, provocando que él se confundiera y se sonrojara un poco por eso. Inmediatamente después, acarició su cabello, para luego darle un beso en la boca. Ace no pudo hacer nada para evitar que eso sucediera, dado a que Julie lo había hecho demasiado rápido.

    — Pasa unos días conmigo, y luego me dirás si sigues pensando en ella — le decía Julie en un tono muy provocativo.

    — Julie, yo… — Ace quería decirle algo, pero fue interrumpido cuando Julie volvió a besarlo.

    Ace se dio cuenta de que no tenía sentido que se resistiera, por lo que colocó sus brazos alrededor de la cintura de Julie, y él también comenzó a besarla. De esa manera, ambos terminaron así por un largo rato, aunque no llegaron más lejos que eso.

    […]

    En plena noche, Black Meteor se acercaba a la base del Zenith. Morris iba a la cabeza del grupo en un vehículo, mientras que sus siete soldados viajaban en motos. No sabían de cuánto tiempo disponían hasta que sus enemigos abandonaran el país, por lo que decidieron apresurarse para estar seguros de que no llegaran tarde.

    Cuando se acercaron un poco a la base, Morris les hizo una seña para que se detuvieran. La base enemiga ya estaba a la vista de todos, pero un poco lejos para acercarse a pie.

    — Deténganse ahora mismo — ordenaba el comandante a sus soldados — Si seguimos avanzando, van a escuchar el ruido de los vehículos y los pondremos en alerta. No tienen que saber que estamos aquí hasta que estemos dentro de su base.

    — Sería una buena idea dejar las luces de los vehículos encendidas para que alumbraran un poco — sugería Shun — Después de todo, nos vamos a escapar con sus vehículos, así que ya no necesitamos más los nuestros.

    — Esa es una idea genial, Shun — respondió el comandante Morris bajando de su vehículo sin apagarlo, acción que fue imitada por los demás soldados.

    Morris y sus siete soldados restantes ya estaban preparados para el ataque. Brandon tomó las cargas explosivas y esperó a que su comandante diera instrucciones de cómo usarlas. Morris las tomó. En total eran cinco las que iban a utilizar.

    — Repasemos el plan por última vez — indicaba el comandante a sus soldados — Dos de las cinco cargas explosivas se usarán para abrir un agujero en la base del Zenith. La primera para entrar, y la segunda para salir. Las otras tres serán utilizadas para derrumbar la base, por lo que deberán buscar los puntos de soporte de las mismas y asegurarse de que exploten. El tiempo máximo que se puede prolongar la explosión de las cargas es de diez minutos, por lo que no las vamos a activar hasta que no estén las tres colocadas.

    — ¿Cómo se dividirán los equipos y las cargas? — preguntaba Natasha queriendo saber con quién debería ir.

    — Yo usaré dos de las cinco cargas, la primera para derribar la pared y entrar a la base, y la segunda para derrumbar el garaje una vez que escapemos, y así evitar que el Zenith nos persiga — explicaba Morris — En el caso de que lleguen a tomar un vehículo y perseguirnos, debería retrasarlos lo suficiente para que no puedan alcanzarnos. Ustedes se dividirán en tres equipos, y cada uno se llevará una carga. Natasha, Casey, y Grace serán uno. Paul y Shun serán otro, y Brandon y Stuart serán el otro. Al menos que alguien no esté de acuerdo.

    Ninguno de los soldados emitió queja alguna a la división que realizó el comandante. Esa iba a ser la misión final, y les daba casi lo mismo quien fuera con quien. En tanto lograran matar a sus enemigos y quedarse con los recursos, lo demás no importaba.

    — Ayúdense entre ustedes y maten a los soldados del Zenith si se encuentran con ellos — les decía Morris muy seriamente — Aquí no podrán escapar de ellos, e incluso si pudieran, estaríamos perdiendo la misión. Tienen absolutamente prohibido abandonar la pelea mientras sigan vivos.

    La mayoría tragó saliva ante esas palabras. Estaba claro que esa iba a ser su última oportunidad para derrotar al Zenith. Todos lo sabían, pero el único que estaba preparado para morir en caso de ser necesario era su comandante. Los demás soldados tenían un ligero miedo por la situación. Un movimiento mal hecho, o un segundo perdido podría terminar en la muerte de cualquiera de ellos.

    — Yo ya estoy listo — decía Shun muy determinado, e intentando inspirar confianza a su grupo — Hagamos lo que vinimos a hacer. Ganémosle al Zenith, y llevemos a Black Meteor al espacio.

    — Recuerden que debemos usar los dispositivos para estar en contacto constantemente — decía Casey a sus compañeros — Vamos a entrar a una base que desconocemos del todo, y necesitaremos depender de la ayuda mutua.

    — Sería conveniente que actualicemos nuestra posición cada dos minutos y medio, o cada vez que avancemos a otra habitación de la base — Paul daba una idea intentando impresionar al equipo.

    — Buena idea — le respondió Natasha — Si alguien tiene problemas, quien esté más cerca podrá ir en su ayuda.

    — Ya no queda nada más que discutir — dijo Morris haciéndoles saber que era el momento de actuar — Todos sabemos que es lo que hay que hacer, y como debemos hacerlo. Así que dejemos de perder el tiempo.

    Morris empezó a caminar al frente, seguido por sus siete soldados. A pesar de que el tiempo era valioso, caminaban con lentitud para no causar ningún ruido que pudiera alertar a los soldados del Zenith. Tras una caminata larga y silenciosa de cinco minutos, finalmente llegaron a su base. Vieron el garaje desde afuera, y asumieron que los recursos que buscaban estarían ahí. No podían permitirse dañarlos o incluso destruirlos, por lo que caminaron hasta el otro extremo de la base a colocar el explosivo que les permitiría entrar. Los ocho miembros de Black Meteor estaban en posición. Morris adhirió una de sus cargas explosivas a la pared, mientras sus soldados estaban a una distancia considerable para protegerse de la explosión.

    — Dejaré el temporizador en un minuto — pensaba Morris — Eso me dará tiempo suficiente para alejarme y protegerme.

    El comandante estaba decidido a ganar la misión en el último momento. Programó el explosivo para que explote en un minuto después de ser activado, y finalmente, lo activó. Corrió rápidamente y en silencio para poder alejarse del lugar y estar a salvo. Ahora solo era cuestión de esperar.

    Cuando el minuto pasó, la carga explotó, generando un ruido muy fuerte, y creando un agujero enorme en la pared, de la cual se derrumbaron algunos ladrillos tras la explosión.

    — Ahora saben que estamos aquí — les decía Morris muy seriamente a sus soldados — Entremos.
     
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  15.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Muy buen capítulo el penúltimo de la primera parte. Estaba claro que iba a ser el preludio a lo que se viene en el próximo, que no dudo que vaya a ser tremendamente épico. Pasaré a comentarlo.

    Para mí es oficial: BM va a la desesperada. Y es lógico, puesto que Zenith se va a ir ya, al haber finalizado la misión. Aunque el plan de BM está bien elaborado y no es tan malo como podía imaginarme, lo veo precipitado. Lo tiran a un todo o nada. Y repito, lo veo lógico, la ventaja no la tienen. Sinceramente, mi predicción es que van a caer derrotados, aunque se llevarán a algunos miembros del Zenith por delante.

    Parece que Ace es el centro de atención por el momento, sobretodo porque todos hablan de él, de una forma u otra. Incluso Shun y Natasha. Sigue sin agradarme la actitud de Shun, y él, en general, tampoco. Me preocupa que Natasha pueda caer en sus redes, aunque estando en un momento evidente de debilidad moral, sería posible.

    Te dije en su momento que me sorprendió la rapidez con la que Julie se le acercó a Ace pese a que tenían un vínculo por lo de cuando fueron a rescatarla y tal, pero al margen de lo rápido que me parece, por lo demás me agrada. A Ace le ha salido todo mal en su vida, y lo de Morris lo destrozó, entonces creo que merece ser feliz de una forma u otra. Preferiblemente con Natasha, aunque Julie también me gusta XD

    Lo último, es lo que espero con verdaderas ganas: el reencuentro entre Ace y sus compañeros, principalmente Shun y Natasha. No puedo esperar a ver eso.

    No tengo mucho más que añadir. Estoy expectante y deseoso de que publiques el final. Mi apuesta es que BM pierde pero que joderán de alguna forma a Zenith, quizá mueran varios del equipo de Richard, pero creo que BM terminará muy mal. Espero que Morris muera, hasta ahora es el personaje que más odio. Y no sé que más, tan solo tengo inmensas ganas de leer el próximo :v Un saludo, amigo.
     
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  16.  
    Zurel

    Zurel —Vuestras historias han terminado.

    Acuario
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    Bueno, señores, estamos ante un momento crucial donde uno de los equipos podrá ganarlo todo, y el otro lo perderá, sin lugar a dudas. Y lo mas probable es que llegue a haber bajas tanto de un equipo como del otro. Sin embargo, sigo insistiendo con que el plan de BM es muy arriesgo. Me parece que están desesperados con cumplir su misión, y creo que la razón principal de un plan como ese, se debe porque le es imposible ganarle al Zenith, a pesar de todo el poderío militar que tiene el equipo.

    Es una lastima que un equipo tan bien estructurado como lo es BM, decida irse a por todas con un plan así, pero bueno, supongo que situaciones desesperadas, requieren de medidas desesperadas. Por otro lado, Ace no ha tenido mucho protagonismo en este capitulo, como lo llegó a tener en los anteriores, pero de alguna forma se nos recuerda sobre él con las conversaciones del Zenith y los de BM. Esta vez sentí a la actitud de Shun un poco repugnante, y no me gustó en lo más mínimo.

    No puedo esperar a ver la reacciones que tendrá todo el equipo de BM cuando vean a Ace en el bando del Zenith, estoy a la expectativa a lo que pueda llegar a ocurrir en el último capítulo de la historia. Me arriesgo a decir que Natasha terminará uniéndose al Zenith por Ace, pero hasta ahí, solo digo eso, no quiero poner las manos al fuego cuando se acerca un final que marcará el destino de todos los integrantes de ambos equipos.

    Lo ultimo que puedo decir, es que estoy emocionado de ver lo que les deparará a los ganadores. Nos vemos en último capítulo, saludos, compañero.
     
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  17.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Bueno, voy a aclarar un asunto que ambos han comentado para que se entienda un poco mejor.

    El plan de Black Meteor es muy arriesgado, sí, lo sé. Si llegan a cometer un solo error van a perder la misión junto con todo su progreso hasta ahora. Sé que parece que no es algo muy común de ellos el hacer algo así, pero es porque se ven obligados a eso. Y estas son las razones:

    1. Zenith tiene a Vigía para darles ventaja: desde el capítulo 10, gracias al dron, Zenith ha tenido una idea de a donde se dirige Black Meteor, y de como tomarlos por sorpresa. Black Meteor nunca supo del dron, pero saben que Zenith tiene algo que les da la ventaja y que lo seguirán usando.
    2. La partida de Ace afectó al equipo: eso no es ningún secreto. Ustedes mismos han visto como la partida de Ace los dejó más débiles. Shun es un buen soldado, pero el resto aun sigue algo afectado por la partida de Ace.
    3. La muerte de Geoff los dejó con desventaja numérica: cuando los números eran parejos, Zenith consiguió matar a uno de ellos, dejándolos con un soldado menos. Eso es una desventaja más que se suma a las dos anteriores.
    Ante eso, Black Meteor vio que competir contra ellos en el campo de batalla sería una derrota segura. El ataque a la base podría fallar y terminar perdiendo, pero aun así tienen más probabilidades de ganar de esa forma que en el campo. Después de todo, Zenith no está esperando que ellos ataquen la base. Ni siquiera saben que Black Meteor descubrió su ubicación.

    Espero haber explicado mejor por qué los motivos del ataque que Black Meteor está realizando.
     
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  18. Threadmarks: Fin de la misión
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    27
     
    Palabras:
    9028
    Hola. Bueno... llegó el momento de publicar el capítulo final de esta primera parte de la historia. Recuerdo cuando empecé en julio del año pasado. Sí que pasó algo de tiempo. Aunque mi idea era publicar con más constancia, por cosas de la universidad y otras cuestiones que escapaban de mi alcance, el capítulo final está siendo publicado hoy. Aunque no me quejo.

    Este será el capítulo más largo de la parte I, superando (pero no por mucho) al capítulo 20. Pero eso era algo de esperarse de seguro.

    Quiero agradecer a todos los que hayan llegado hasta aquí, ya sea que hayan comentado o no. Pero independientemente de eso, me gustaría pedirle a todos los que lean eso que me dieran una opinión sobre el capítulo y sobre la historia, que sea lo más sincera posible. Eso me ayudará a mejorar en la creación de la parte II y las demás.

    Sobre la parte II, si todo va bien, empezaré a escribirla la semana que viene. Decidiré cuando la empiezo a publicar dependiendo del número de capítulos que logre realizar desde el 17 de marzo hasta la primera semana de abril. Pero a todos aquellos que comenten el capítulo final les avisaré cuando sea el momento de publicar el primero de la reanudación de la historia.

    Espero que este capítulo no los decepcione, y que sea de su agrado. Sin más que decir, los dejaré con la lectura.


    Fin de la misión:

    Michael entró a la habitación de Gwyn sin llamar a la puerta previamente. La chica se sorprendió mucho, pero no le molestó para nada que su compañero apareciera. Se sentó sobre su cama, esperando a que Michael hiciera lo mismo para hablar con ella.

    — Michael, ¿ocurre algo? — le preguntaba la chica — Es un poco tarde.

    — Solamente vine a verte — le respondió Michael sentándose al lado suyo — Quiero hablar contigo.

    Las palabras de Michael llenaron de ilusión a Gwyn. La chica creyó que si Michael querría hablar con ella cuando era tan tarde, era porque de seguro era algo muy importante y que estaba relacionado a ella. Ella no dejaba de sonreír, esperando muy ansiosa las palabras que Michael tuviera para decirle.

    — Quiero darte las gracias por toda la ayuda que me has dado — le decía Michael en un tono amigable — Realmente me sorprende mucho que te hayas mostrado de esa manera conmigo. Gracias a ti y a los demás pude recuperar a Julie, pero los demás lo hicieron más por obligación que por otra cosa. Tú lo has hecho porque yo te importo. Me has demostrado que te importo desde que empezaste a dejarme esas notas. Y quería decirte que…tú también me importas.

    — Michael, yo te quiero — Gwyn le dio un abrazo sabiendo que iba por buen camino con él — Me has gustado desde que te vi por primera vez, y cuando te conocí por completo, vi que eras una buena persona. Lo has demostrado desde el primer día. Sé que tú me ayudarías si estuviera en problemas, porque así es como eres tú. Estar contigo me hace feliz, incluso aunque tú no quieras dar un paso a una relación sentimental.

    — También quería hablar sobre eso — le respondió Michael ilusionando mucho a Gwyn — Aun no me siento preparado para empezar algo como un noviazgo, pero estoy sintiendo algo por ti, algo que me dice que no tengo que dejar las cosas así. Me gustaría empezar a salir contigo cuando volviéramos al país. Quiero ver cómo se siente hacer algo como eso, y luego de un tiempo, cuando menos te lo esperes, te pediré que empecemos algo más.

    — Michael... — Gwyn no pudo aguantar las ganas de darle un beso.

    Michael también procedió a hacer lo mismo. Ambos soldados se besaron apasionadamente. Gwyn estaba muy feliz con las palabras que Michael le había dicho. Ella sabía que ya tenía la oportunidad de que Michael quisiera estar con ella, y que debería aprovecharla. Mientras tanto, Michael simplemente pensaba en el momento que estaba teniendo con ella. Era la primera vez que alguien le hacía sentir algo como eso. No era amor, pero negar que Gwyn provocaba algo en él sería mentir. Fue por eso que decidió que saldría con ella y luego ya vería que ocurriría después.

    El beso se prolongó demasiado tiempo, y los dos chicos se quedaron sin aire, por lo que decidieron separarse para respirar. Gwyn acarició en rostro de Michael, mientras que él se sonrojaba por las acciones de su compañera. Ambos tomaron mucho aire y luego se acercaron para poder besarse, pero su momento se vio interrumpido cuando una explosión muy potente se escuchó y se sintió. El ruido fue muy intenso, y la base sufrió un pequeño temblor producto de la explosión. Michael y Gwyn se asustaron ante eso.

    — ¡¿Qué ocurrió?! — Gwyn abrazaba a Michael atemorizada.

    — ¡No lo sé! — Michael también abrazó a Gwyn, aunque él también sentía miedo por eso — ¡Pero alguien encontró la base! ¡Tenemos que irnos!

    […]

    Erin y Devlin se encontraban juntos en una habitación vacía, excepto por una cama y una pequeña lámpara que alumbraba el lugar. La habitación en la que estaban no le pertenecía a ninguno de ellos, ni siquiera a alguno de sus compañeros. Precisamente por eso fue que la habían tomado. Las sábanas de la cama estaban retiradas, y ambos chicos estaban mirándose cara a cara, de pie frente a la misma.

    — ¿Estás segura de que quieres hacerlo? — le preguntó Devlin en un tono suave.

    — Devlin, te amo — le respondió Erin a su compañero — No es ningún secreto lo que sentimos el uno por el otro. Hemos pasado algo de tiempo juntos. No es demasiado, pero es suficiente. Esto es algo que quiero hacer. Además, hemos obtenido la victoria el día de hoy. Es un día muy especial, y creo que es el momento perfecto.

    — Está bien — Devlin besó a su compañera en la mejilla — Yo también deseaba hacerlo, pero no estaba seguro de que tú pensaras lo mismo. Déjame empezar.

    Devlin se desabrochó su chaqueta para luego quitársela. Posteriormente, se quitó su camisa, dejando ver su cuerpo. Su abdomen estaba bien marcado, y sus brazos tenían también una buena formación muscular. Erin se mordía el labio inferior al verlo. Claramente, el físico de Devlin era el producto del entrenamiento en la escuela militar del país, y aunque había pasado tiempo desde que habían terminado sus estudios, había logrado mantenerse en forma.

    Erin le hizo una seña a Devlin para que ella fuera la siguiente. Imitó a su compañero quitándose primero su chaqueta, y luego su camisa. Lo único que cubría sus pechos era su sujetador. Para Devlin, Erin tenía un buen cuerpo. Claramente, ella también supo cómo mantenerse en forma luego de haber terminado su paso por la academia. La chica iba a quitarse el sujetador, pero Devlin la detuvo.

    — Espera — Devlin sorprendió a Erin — Déjame a mí.

    — Por supuesto — Erin bajó los brazos y le sonrió a su novio — Adelante.

    Devlin se preparaba para quitarle el sujetador a su compañera, pero fue en ese momento que los dos soldados escucharon y sintieron la explosión. Su habitación era la que estaba más cerca de la zona de la misma, y el temblor que generó los terminó tirando a ambos al suelo, además de que les dio un susto muy grande.

    — ¡¿Qué pasó?! — Erin no se levantaba del suelo de lo asustada que estaba.

    — ¡Es un ataque! — Devlin se levantó rápidamente del suelo.

    El soldado del Zenith se levantó y luego ayudó a levantarse a su novia, quien seguía un poco asustada por eso. Tomó la ropa de ambos, y luego se vistieron muy apresurados.

    — Hay que ver de quien se trata — decía Devlin empezando a caminar hacia adelante.

    — No — susurró Erin mientras tomaba a Devlin del brazo, su cara mostraba una expresión de terror — Es muy peligroso. Tenemos que quedarnos hasta que sepamos qué ocurre.

    A Devlin no le gustaba para nada esa idea, pero el ver el rostro de ella le hizo aceptar. Supo que debía esperar a que ella se tranquilizara, o de lo contrario, podría terminar en peligro. Devlin apagó la luz de la lámpara que alumbraba el lugar y luego abrazó a su novia para tranquilizarla. No saldría hasta saber que ocurría.

    […]

    Ace y Julie estaban mirándose fijamente. Ya habían disfrutado de los besos entre ellos, y ahora solamente querían apreciar el tiempo que tenían. Julie estaba muy contenta de cómo habían resultado las cosas. Ace la parecía muy atractivo desde que estaba en Black Meteor, aunque sabía que un enemigo era un enemigo. Pero ahora, siendo parte de su mismo equipo, nada le impedía poder estar con él. Julie, además, lo consideraba más atractivo con el cabello corto, aunque su corte estaba algo desproporcionado.

    Ace, por su parte, estaba sorprendido de forma agradable con su compañera. En poco tiempo, ella se había mostrado muy cariñosa con él, algo que no podía llegar a comprender. Aunque luego recordó que Natasha había intentado acercarse a él al tercer día de la misión. No tenía idea de por qué se le habían acercado de esa manera en tan poco tiempo, pero no estaba enojado con eso. La forma de actuar de Julie lo hacía sentir bien. Ella realmente lo quería, lo que le hizo sentir a Ace que estaba siendo apreciado realmente. Aunque sus compañeros se habían mostrado amables con él, el soldado no se sintió apreciado de verdad hasta que Julie empezó a acercarse a él. Le hizo pensar que haberse unido al Zenith realmente fue una buena idea.

    Estaba muy pensativo, y Julie se dio cuenta de ello, por lo que empezó a hablar con él.

    — Ace, por favor, dime que vendrás a mi casa conmigo — le suplicó Julie, llamando la atención de su compañero.

    — Está bien — le respondió Ace muy amablemente — Lo haré, te lo prometo. Cuando entreguemos todos los recursos quiero que me lleves a tu casa.

    — No te arrepentirás — le respondió Julie sonriéndole tras escuchar su respuesta — Mis padres de seguro te recibirán bien cuando les diga lo que hiciste por mí.

    — Escucha, quiero dejar en claro algo — le respondió Ace muy seriamente — Todavía no estoy listo para empezar algo. Si te pones a pensar, aún no he estado en tu país. Quiero que me des el tiempo de acostumbrarme a vivir allí, y que me ayudes en lo que puedas. Una vez que ya me sienta parte del país por completo, es probable que…

    Pero la frase de Ace se vio interrumpida cuando tuvo lugar la explosión. El ruido se escuchó con fuerza, y sintieron una ligera sacudida en el lugar. Ambos se levantaron sobresaltados, sabiendo que se trataba de un ataque.

    — ¡No puede ser! — Ace solo podía imaginar a una persona capaz de hacer algo así — ¡Es el comandante Grant!

    — ¿Qué vamos a hacer? — Julie trataba de guardar la calma, pero no pudo con lo que dijo Ace.

    — Tú ve a buscar a tus primos — le respondió Ace abriendo la puerta y mirando a ambos lados — Está todo despejado, estarás a salvo.

    — ¿Tú qué harás? — le preguntó Julie muy preocupada por él.

    — Iré a buscarlo antes de que mate a alguien — Ace salió de la habitación.

    — ¡No te dejaré solo! — le gritó Julie siguiéndolo.

    — ¡No me sigas, o estarás en peligro! — le gritó Ace en un tono de advertencia — ¡Haz lo que te dije, ve a buscar a Michael y a Devlin!

    Julie se fue por el lugar opuesto por el que Ace había ido. El soldado se tranquilizó y empezó a dirigirse hacia la zona de la explosión. Pero no se dio cuenta de que Julie se detuvo a la mitad de camino, para luego voltearse irse tras él.

    […]

    Agustina, Zoey, y Thomas se encontraban durmiendo en sus respectivas habitaciones, dado a que querían descansar lo más que pudieran antes de emprender el regreso al país. La explosión que se escuchó en el lugar los terminó despertando a los tres, todos igual de confundidos, y desconcertados. Ninguno tenía idea de que era lo que estaba pasando, y al haberse despertado recientemente, lo único que podían sentir era miedo e incertidumbre, acompañados de un cansancio que les impedía pensar con claridad. Los tres soldados decidieron encerrarse en sus habitaciones hasta asegurarse de que sus cuerpos estuvieran en alerta total.

    Richard también se encontraba dormido muy relajado, no en una habitación, sino en la sala de comunicaciones. Estaba ya muy cansado por la misión. Luego de decirle a Magnus que ya tenían todo lo que requerían, y de que regresarían el país por la mañana, se quedó dormido en ese lugar. Desde que llegaron hasta que no obtuvieron el último recurso que necesitarían, el comandante estuvo sometido a varias situaciones de estrés, algunas mayores que otras. Lo que más quería era un momento para relajarse, sabiendo que todo había terminado bien para ellos. La sala de comunicaciones era junto con la sala médica la que estaba más alejada del lugar de la explosión. El ruido y la sacudida se sintió, pero Richard estaba dormido tan profundamente que no fue despertado por la misma.

    […]

    Stuart y Brandon avanzaban por los pasillos del primer piso. Sus otros compañeros habían subido al primero por una escalera, mientras que ellos y el comandante se quedarían en el primero. Morris iría a buscar el garaje, mientras que ellos colocarían una bomba en un lugar que pudieran considerar como ideal para que la mayor parte del edificio se viniera abajo. Ignoraron la sala de comunicaciones y la de reuniones, sin tener idea de que el comandante enemigo se encontraba descansando ahí. Estaban del otro lado del lugar donde habían provocado la explosión, por lo que no se sorprendían al no encontrarse con nadie del Zenith.

    — Brandon, ayúdame a encontrar a Julie una vez que hayamos puesto la carga explosiva — le decía Stuart muy seriamente.

    — ¿Qué crees que dirá cuando te vuelva a ver? — le preguntaba Brandon a su compañero.

    — Seguro estará algo asustada — le respondió Stuart — Pero ya te dije lo que planeo hacer. Quiero arruinarla psicológicamente, así nadie hará preguntas cuando me la lleve a modificar sus recuerdos. Una vez que la tenga de regreso, todo estará igual que antes.

    — Te deseo suerte con eso último — Brandon respondió muy serio a lo que le dijo Stuart — No pienso ayudarte con eso.

    — Me da igual, con que me ayudes a recuperarla será suficiente — respondió Stuart esperando que Brandon dijera eso.

    Los dos soldados pasaron por la sala de entrenamiento, y al ver que tenía un gran tamaño, no la consideraron como un lugar ideal para colocar el explosivo. Al salir de ahí, llegaron a la sala médica, la cual era mucho más pequeña que la que tenían ellos en su base. Les pareció un buen lugar para explotar, dado a que podría provocar un derrumbe de la parte de arriba. Brandon colocó la carga explosiva, y luego programó el temporizador para que explotara en diez minutos. Los soldados la activaron, sabiendo que tendrían tiempo suficiente para ir a encontrar a Julie.

    […]

    Natasha, Casey y Grace se quedaron esperando por un momento en las escaleras que daban al primer piso. Paul y Shun habían subido primero, y ellas iban a esperar un poco más, creyendo que algunos soldados del Zenith se pudieran aparecer en cualquier momento y deberían estar alerta para ir a ayudar a sus compañeros.

    Habían pasado unos cuatro minutos desde que ellos subieron, por lo que creyeron que nadie iba a aparecerse en ese momento. Las chicas iban a subir las escaleras, cuando de repente, escucharon que alguien se acercaba. Solamente sentían los pasos de una persona, por lo que bajaron las escaleras con mucho silencio, esperando a tenerlo cerca para una emboscada.

    A pesar de que habían bajado haciendo el menor ruido posible, el soldado que se acercaba a ellas las había escuchado, y se puso en alerta. Quien se acercaba empezó a bajar las escaleras corriendo rápidamente, evitando que las chicas lo pudieran tomar por sorpresa. Sin embargo, las que terminaron viéndose sorprendidas fueron ellas al verlo detenidamente.

    Ace se apareció frente a ellas, y a pesar de estar algo cambiado a la última vez que lo vieron, las tres fueron capaces de reconocerlo. Todas quedaron impactadas al verlo en el equipo enemigo. No sabían como reaccionar ante ello, pero sin dudas, quien más estaba impactada fue Natasha. Aunque eso no le impidió empezar un intercambio de palabras con él.

    — ¿Ace? — Natasha no podía creer lo que estaba viendo — ¡Eres tú!

    — ¡Natasha! — Ace estaba muy feliz de haberla visto de nuevo.

    — ¡¿Qué mierda haces con el Zenith?! — la chica estaba muy furiosa con él por encontrarse en el otro equipo — ¡Ellos nos atacaron e intentaron matarte, ¿por qué estás con ellos?!

    — Black Meteor no es lugar para mí, no después de lo que hizo Morris — le respondió Ace.

    Antes de que alguno de ellos pudiera responder, los comunicadores de las chicas sonaron con un mensaje de Paul y de Shun.

    — ¡Estamos bajo ataque! — gritaba Shun pidiendo ayuda — ¡En el primer piso, pasando un pasillo hay un comedor! ¡Estamos en desventaja!

    Casey y Grace se dirigieron a las escaleras para subir a ayudar a sus compañeros, Ace quiso evitar que fueran hacia ese lugar, pero Natasha corrió hacia él y lo empujó contra la pared. Finalmente, sus compañeras subieron al lugar y ella quedó cara a cara con Ace.

    — Suéltame, Natasha — Ace sabía que debía defenderse, pero no la quería lastimar.

    — ¡Explícame que haces con el Zenith! — Natasha estaba muy molesta con él, aunque tampoco quería lastimarlo.

    — Morris me abandonó a mi suerte — le respondió Ace tratando de ser breve — A él no le interesó sacrificarme para superar la misión. Tal vez él no era mi padre, pero yo fui su hijo por varios años y eso a él no le importó. En cambio, Richard puso como prioridad el salvar a Julie. Él tiene como prioridad el bienestar de sus soldados. Por eso vine con ellos. Tú deberías hacer lo mismo. No le importas a Morris, ni a Abel, ni a Black Meteor. Solamente eres un número más.

    — En Black Meteor se nos enseñó que el país va por delante de todo — Natasha seguía molesta con Ace por su decisión — Tú eras el hijo adoptivo de un comandante, y deberías saberlo.

    — Lo sé, y habría dado la vida por Black Meteor si yo realmente les hubiera importado — le respondió Ace muy seriamente — Natasha, debes abandonar el país. Black Meteor te llevará a la muerte.

    — ¡No puedo, Ace! ¡Tengo familia! — la chica empezó a levantar la voz — ¡No los puedo dejar así nada más! ¡Sé que tú no tienes nada, pero yo sí!

    — Diles que abandonen Black Meteor contigo — le decía Ace, a quien luego se le ocurrió una idea para convencer a Natasha para irse con él — Natasha, si vienes conmigo, te prometo que seré tu novio — Natasha miraba atentamente a Ace cuando escuchó esas palabras — Ya no tengo que impresionar a nadie, lo que quiere decir que no es necesario que me concentre en la misión al cien por ciento. Acepta venir conmigo, ayúdame a detener este ataque, y te prometo que seremos una pareja tal y como habíamos decidido antes.

    Natasha soltó a Ace. El haber escuchado esas palabras de parte suyo le causó el tener sentimientos encontrados. Ella empezó a pensar en lo que él le decía atentamente. Cambiar de país, pero mantener su vida y a su familia tal y como estaba. Sin embargo, antes de poder terminar de pensar en eso, se escuchó una voz desde atrás de ambos.

    — ¡Ace, ¿qué te pasa?! — gritó Julie, quien había logrado evitar a Casey y a Grace y que había escuchado la conversación completa — ¡Creí que ya te habías olvidado de Natasha! ¡¿Primero me besas y aceptas venir conmigo, y ahora quieres estar con ella sabiendo que es nuestra enemiga?!

    — ¡¿Besaste a Julie?! — Natasha le dio un golpe en la cara a Ace, que lo tomó por sorpresa — ¡¿Cuántos días llevas en el Zenith?! ¡¿Cuánto tiempo has estado con Julie?!

    Antes de que Ace pudiera explicarse, Natasha empezó a atacarlo muy furiosa. Todos sus ataques le dieron de lleno en el cuerpo, cosa que Ace no pudo evitar dado a la velocidad de los mismos. El soldado fue derribado al suelo. Julie veía que estaba en peligro, y a pesar de su enojo, debía ayudar a su compañero.

    Natasha solamente estaba centrada en Ace, por lo que no vio un codazo que Julie le dirigió al rostro. El golpe le dio en un pómulo, provocando que sangrara debido a la fuerza del mismo. Ace empezaba a levantarse del suelo algo adolorido mientras que Julie se preparaba para luchar contra Natasha.

    — ¡No dejaré que Ace termine contigo! — le gritó Natasha muy furiosa — ¡Te mataré el día de hoy!

    — ¡¿Crees qué podrás conmigo?! — Julie quería provocarla sabiendo que podría hacer que cometiera errores — ¡Ya estoy harto de que Ace siga pensando en ti! ¡Te quiero muerta!

    — ¡Esperen! — Ace gritó a ambas chicas — ¡No hay necesidad de que muera ninguno de nosotros! ¡Tranquilícense, podemos resolver…

    Ace recibió un golpe en la nuca muy fuerte de parte de Brandon, el cual lo tiró al suelo. Julie se dio vuelta y vio a Brandon y a Stuart acercarse a ellos, dado a que recibieron la llamada de ayuda de Shun y Paul.

    — Julie, por fin te encuentro — le dijo Stuart muy feliz de verla.

    Julie quería defenderse, pero Natasha la tomó por detrás, sujetándole ambos brazos. Quería escapar de ella, pero Natasha no se lo permitía. Stuart se acercó a ella con una sonrisa un poco siniestra.

    — Mi amor, no sabes cuánto te extraño — irónicamente, Stuart le dio un rodillazo al estómago a Julie — Te llevaré conmigo a Black Meteor, haré que modifiquen tu memoria de nuevo, y serás mía — tras esas palabras, Stuart le dio otro golpe en el estómago — Pero primero tengo que prepararte para el proceso.

    Stuart empezó a golpear a Julie varias veces en el estómago, provocando que ella gritara de dolor, y que comenzara a llorar por el daño recibido. Ace quiso levantarse y ayudarla, pero Brandon lo tomó del suelo antes y lo estampó contra una de las paredes del lugar. No lo había reconocido dado a que lo atacó por la espalda, pero luego lo reconoció. El que había sido su líder ahora formaba parte del equipo rival. No sabía que decir, pero supo que no era el momento de decir algo, sino de actuar. Fue así que Brandon puso su brazo alrededor del cuello de Ace, reteniéndolo por completo, y empezando a cortarle la respiración. Los golpes que recibió anteriormente evitaban que Ace pudiera defenderse.

    — Cometiste un grave error al unirte al Zenith — le decía Brandon mientras asfixiaba a Ace — Debiste haberte quedado con nosotros.

    Ace luchaba por soltarse, pero no se encontraba en condiciones de lograrlo. Mientras tanto, Stuart seguía golpeando a Julie.

    […]

    Shun, Paul, Casey, y Grace estaban en el comedor de la base manteniendo una lucha en contra de Michael, Gwyn, Thomas, Zoey y Agustina. Eran cinco soldados del Zenith en contra de cuatro soldados de Black Meteor. Los soldados atacantes habían logrado poner la carga explosiva en el comedor antes de ser descubiertos por Thomas, Zoey y Agustina. La carga estaba cerca de un contenedor de gas, el cual era utilizado para enviar el gas hacia toda la base. Creyendo que la explosión sería mucho más fuerte estando cerca del mismo, lo dejaron allí programado para que explote en diez minutos. El daño que haría sería inmenso, y podría provocar que el piso de arriba cayera sobre el piso de abajo, desmoronando la base por completo.

    Los soldados del Zenith no tenían ni idea de lo que ocurría, y se limitaban a luchar. Ya la lucha entre equipos o individual no importaba, y todos atacaban a quien tuvieran más cerca.

    Shun fue capaz de derribar a Gwyn de un puñetazo, pero antes de darse cuenta, Michael lo tacleó y lo tiró sobre una mesa. Paul abrió un mueble y rompió un vaso largo, con el objetivo de usar el vidrio como arma. Se acercó a Thomas para clavárselo en el estómago, pero su enemigo le dio un codazo rápido en la cabeza para detenerlo. Por el golpe, soltó el vaso, que terminó cayéndose al suelo y rompiéndolo. Sabiendo del peligro que correría si se quedaba allí, Thomas empujó a Paul lo más lejos posible del lugar. Grace le dio una patada en la cabeza a Agustina, provocando que terminara cayendo al suelo, Zoey se le acercó rápidamente y le dio un codazo en la espalda que la alejó unos centímetros de su compañera. Casey la tomó del cuello por detrás, e intentó quebrárselo, pero Gwyn le dio en la nuca para separarla de su compañera. Michael se encontraba encima de Shun, quien se las arregló para quitárselo con un golpe de puño bien fuerte dirigido hacia el cuello.

    Shun se puso de pie y observó a sus compañeros en peligro, por lo que decidió dejar a Michael en el suelo para ir a socorrer a los demás. Gwyn no lo vio venir, y recibió un rodillazo muy fuerte de Shun en la espalda, la chica cayó al suelo muy adolorida. El golpe le causó un daño muy fuerte, y le costaría levantarse. Gracias a su entrenamiento, Shun adquirió un poco más de fuerza. Thomas vio eso, e hizo exactamente lo mismo que él; dejó a Paul de lado para ir a luchar contra Shun. El soldado enemigo lo vio, y entonces ambos comenzaron a intercambiar golpes el uno con el otro.

    — Saben que los superamos en número, ¿por qué decidieron venir aquí? — preguntó Thomas mientras luchaba contra Shun.

    — No vamos a dejar que se lleven los recursos — le respondió el soldado — Vinimos aquí para matarlos y llevarnos todo lo que encontraron. ¿Por qué creen que no se encontraron con nosotros en las últimas misiones? Estuvimos planeando el ataque hace varios días. No hay manera de que nos ganen.

    Shun atacó violentamente a Thomas con dos puñetazos, los cuales el soldado del Zenith no fue capaz de bloquear, y terminaron por darle en el estómago. Por el dolor, Thomas se inclinó un poco. Shun quiso aprovechar eso y darle una patada para derribarlo. Thomas reaccionó rápido y logró bloquearle el ataque con sus brazos, para después tomar a Shun de la pierna, evitando que pudiera liberarse.

    Aprovechando su ventaja, Thomas le dio dos codazos en el pecho a Shun, y luego chocó su cabeza contra la de él. Aunque el golpe le había dolido, a Shun le había dolido más, y ahora fue tirado al suelo.

    Michael se levantó y vio que Gwyn estaba en el suelo, por lo que se le acercó para ver que estuviera bien.

    — ¡Gwyn, ¿qué te hicieron?! — le preguntó Michael muy preocupado por su compañera.

    — Me duele mucho la espalda, no es grave, pero no me puedo levantar ahora — le decía Gwyn sintiendo un gran dolor.

    En ese momento, ambos escucharon un grito de Zoey, que estaba siendo golpeada por Casey y Grace. Ambas la golpeaban con rapidez y con fuerza, por lo que ella estaba prácticamente indefensa ante ambas.

    — Ve a ayudarlas — le dijo Gwyn a Michael — No dejes que la maten.

    — No lo permitiré — le dijo Michael dándole un beso en la frente a Gwyn — Cuando termine la pelea vendré a ayudarte.

    […]

    El ruido que había en la base terminó por despertar a Richard. El comandante escuchaba a un gran alboroto en el interior de su base, y se levantó para ver qué era lo que ocurría. Al abrir la puerta de su sala y salir de la misma, vio como Ace y Julie estaban siendo atacados por tres soldados de Black Meteor.

    Richard estaba muy confundido. No tuvo ni la más mínima idea de cómo habían logrado entrar, pero supo que debía ir a detenerlos. Sin perder más tiempo, fue hasta el lugar donde estaba la pelea.

    Brandon estaba por dejar inconsciente a Ace, mientras que Natasha seguía reteniendo a Julie para que Stuart la golpeara. A Natasha le agradaba ver como Julie estaba recibiendo todo ese daño. Había desarrollado un odio hacia ella, y observar como Stuart la agredía era algo que la hacía feliz. Dado a que los tres estaban muy concentrados, ninguno vio a Richard hasta que fue muy tarde.

    El comandante del Zenith le dio un codazo fuerte en el cuello a Brandon, justo por debajo de la nuca. Brandon soltó a Ace, quien aprovechó para darle una patada en el tobillo y tirarlo al suelo, aunque eso era lo único que podría hacer. Stuart vio a Richard y se le acercó a él para darle un fuerte golpe, pero el comandante enemigo lo interceptó con su mano izquierda, para después darle un codazo rápido y fuerte en la nariz con su brazo derecho. Stuart gritó por el dolor del golpe recibido. Natasha soltó a Julie y se acercó a él para atacarlo, pero Richard se movía hacia atrás y hacia los costados para evitar los golpes y patadas que Natasha le lanzaba.

    Posteriormente, Richard le dio un rodillazo muy fuerte en el estómago. Y antes de darle otro golpe igual, Natasha retrocedió para alejarse de él. Brandon y Stuart se acercaron a ella muy preocupados. Estaba claro que el comandante tenía más experiencia en combate, y una fuerza física muy superior a los soldados. A pesar de ser tres, iban a tener problemas para vencerlo. Ace ya comenzaba a recuperarse y se ponía de pie. Brandon, Natasha y Stuart supieron que, si Ace se recuperaba del todo y luchaba junto con Richard, su victoria sería imposible.

    — Es demasiado fuerte — les decía Stuart a sus compañeros — Y si Ace lucha con él nos van a matar.

    — ¿Qué vamos a hacer ahora? — preguntaba Natasha muy preocupada, sintiendo aun el dolor del golpe recibido.

    — Abandonemos el lugar — les dijo Brandon empezando a correr hacia el agujero que habían usado para escapar, sin esperar a sus compañeros.

    Stuart y Natasha decidieron hacer exactamente lo mismo que él. Richard veía como estos corrían para escapar, y decidió correr tras ellos para evitar que huyeran. Sin embargo, los tres soldados terminaron escapando por el agujero que habían hecho para entrar. El comandante del Zenith quedó estupefacto al ver eso. Se sorprendió mucho de que pudieran hacer un agujero tan grande como ese, y que él mismo no se hubiera despertado por el ruido. Sin embargo, no era el tiempo de pensar en eso. Los tres soldados ya se habían escapado, y debía ir a revisar el estado de Julie y de Ace.

    Al regresar con ellos, vio como Ace estaba cerca de ella. Julie había recibido un daño fuerte, y de no ser porque su cuerpo adquirió más resistencia debido a la radiación, ella habría muerto. Podría levantarse, caminar y mantenerse estable, pero no podría seguir luchando hasta que se recuperara del daño causado. Richard se acercó hacia ambos, sintiéndose muy mal por no haber podido responder antes al ataque enemigo.

    — Entraron con una explosión — Richard les explicaba lo que había visto — Pusieron una carga en la pared y entraron aquí para atacarnos.

    — ¿Qué es lo que vamos a hacer? — le preguntó Ace muy preocupado.

    — Sé que el resto de Black Meteor debe estar arriba — respondió el comandante — Iré a ayudar a los demás. Ace, Julie, vayan a los vehículos y enciéndanlos todos. Nos vamos ahora mismo del país.

    — Entendido — le respondió Julie dispuesta a seguir las órdenes de su comandante.

    Richard subió las escaleras para ir a socorrer a los demás. Creyó que los otros cuatro soldados y el comandante Morris estarían allí arriba, y que estarían en un gran peligro si no recibían ayuda. Ace, por su parte, ayudó a Julie a levantarse. La chica podía caminar con normalidad, pero el daño que había recibido no era algo para tomar a la ligera.

    — No te ves muy bien — le decía Ace a su compañera — Ve a buscar los vehículos y enciéndelos. Yo iré a la enfermería a buscarte algún remedio para el dolor.

    — Gracias, Ace — Julie sonrió ante la preocupación que mostraba su compañero por ella — Lamento no haber seguido tus órdenes, pero no podía dejarte solo.

    — Ahora mismo no importa — le respondió Ace acariciando su rostro — Escucha, lo que le dije a Natasha antes… sé que no se escuchó muy bien. Pero solamente quería evitar una pelea, además, llegué a quererla cuando estuve en Black Meteor, y fue por eso que quise hacer que ella y su familia abandonaran el país.

    — Lo entiendo, ella es especial para ti — le respondió Julie comprendiendo a Ace — No tienes que disculparte. Y para que sepas, aun quiero que vengas conmigo.

    — Lo haré, tal y como prometí — le respondió Ace aliviado de haber aclarado las cosas – Pero ahora será mejor apresurarnos. Richard bajará en cualquier momento con los demás. Será mejor estar listos.

    Ace le dio un beso a Julie en la mejilla, y luego de eso, se fue a la enfermería a buscar algún tranquilizante que pudiera ayudarla a sobrellevar el dolor físico por los daños causados en la pelea. Mientras tanto, Julie fue en dirección al garaje de la base. Caminaba a un paso lento para no caerse, dado a que no sabía que tanto podría resistir.

    […]

    Morris estaba esperando impaciente en el garaje. La puerta estaba abierta, y solamente estaba esperando a que sus soldados llegaran para poder alejarse del lugar. Actuó de forma desprevenida, dado a que activó el temporizador de un explosivo, y lo colocó por encima de la puerta del garaje, para que así la carga pudiera explotar minutos después de haber escapado.

    Lo programó para que explote en diez minutos, casi al mismo tiempo en el que Brandon y Stuart habían programado su carga. Y para ese momento, ya habían pasado cinco. No sabía por qué sus soldados estaban tardando tanto. A pesar de estar en desventaja, ellos se habían preparado para un ataque así, y creyó que sería sencillo para ellos superar a sus enemigos.

    En un momento, el comandante de Black Meteor empezó a escuchar pasos acercándose al garaje, y creyó que se trataría de sus soldados, pero cuando escuchó atentamente, notó que solamente era una persona. Mientras caminaba, emitía sonidos de quejas producto del dolor. Morris supo que algún soldado del Zenith se aproximaba al lugar, por lo que esperó tras la puerta que conectaba la base con el garaje, y le tendería una emboscada a quien fuera que pasara por ahí.

    La puerta se abrió, y Julie entró al lugar. La chica avanzó un poco en el interior del garaje, hasta que se dio cuenta de que las puertas que daban salida a los vehículos estaban abiertas. Se dio cuenta de que algo raro estaba ocurriendo, pero antes de que pudiera hacer algo, Morris le dio un fuerte golpe en la nuca, el cual ella no pudo ni siquiera ver, y luego cayó al suelo. Julie ya estaba muy adolorida, por lo que no se podría levantar tras un golpe como ese. Morris la reconoció. El comandante se agachó, la tomó para levantarla del suelo, y luego le tapó la boca para que no gritara por ayuda.

    — Finalmente te vuelvo a encontrar — el comandante de Black Meteor colocó sus brazos alrededor de Julie, quien quería resistirse o pedir ayuda, pero no podía hacer ninguna de las dos — Se suponía que me ibas a dar la victoria en la misión. Se suponía que contigo en Black Meteor, Michael y Devlin cometerían errores. Te capturé y modifiqué tus recuerdos para que me dieras la victoria… — Morris empezaba a hacer más presión sobre el cuello de Julie — Pero en lugar de eso me diste problemas. Mi mejor soldado me atacó y me abandonó, me forzó a cambiar la ubicación de mi base, y luego me forzó a venir a mí mismo en persona a buscar los recursos. Voy a asegurarme de que ya nunca más me vuelvas a complicar las cosas.

    Morris ejercía muchísima presión sobre el cuello de Julie. Ella intentaba mover sus brazos o sus piernas para intentar soltarse, pero su cuerpo estaba muy lastimado, y Morris tenía una fuerza mayor a ella, por lo que no pudo hacer nada. Sabiendo que contaba con poco tiempo, Morris decidió terminar todo de una vez.

    El comandante hizo presión por última vez con más fuerza que antes, y luego movió su brazo de golpe. El movimiento fue tan fuerte que le fracturó el cuello a Julie, provocando que esta terminara muerta. Al escuchar el sonido de sus huesos quebrarse, Morris supo que ella ya estaba muerta, por lo que la soltó. El cuerpo de Julie cayó contra el piso, dando un golpe seco. Morris estaba satisfecho, ya que había logrado matar a la chica que le trajo muchos problemas en la misión.

    Observó el temporizador y veía que en cuatro minutos la bomba del garaje explotaría. Sabiendo que estaba corto de tiempo, decidió ir a buscar a sus soldados y ayudarlos en caso de que estuvieran en peligro.

    […]

    Richard subió las escaleras de la base a toda prisa. Sabía que sus soldados estarían luchando en contra de más enemigos de Black Meteor. Estaba seguro de que Morris estaría arriba con ellos, y que siendo así, sus soldados se verían en un gran peligro si no los ayudaba de inmediato. Corrió lo más rápido posible hacia el comedor, dado a que observó que las puertas de las habitaciones estaban totalmente cerradas, por lo que consideró que sus soldados no estarían allí.

    […]

    Devlin y Erin se quedaron un largo rato encerrados en esa habitación. Habían escuchado los movimientos de varias personas pasar por ahí, y luego de un rato largo sin haber escuchado nada más, volvieron a oír como una persona pasaba corriendo frente a la puerta. Erin seguía un poco asustada. Lo que ella quería era pasar un buen momento con Devlin, pero el ruido de la explosión terminó por asustarla. Devlin supo que ya no podían seguir quedándose ahí.

    — Escucha, Erin, tenemos que salir de aquí ahora — susurraba Devlin a su novia — No nos quedaremos aquí. Iremos abajo y trataremos de averiguar qué ocurre. Pero quedarnos aquí no es una opción.

    — Entiendo perfectamente — le respondió Erin intentando apartar su miedo — Tal vez abajo alguien necesite nuestra ayuda.

    — Bajaremos corriendo y nos aseguraremos de ayudar en caso de que así sea — le dijo Devlin.

    El soldado del Zenith abrió la puerta despacio para no llamar la atención de nadie de los que pudiera estar arriba. Ambos chicos fueron corriendo hacia las escaleras, asegurándose de que pudieran bajar sin que nadie los alcance.

    […]

    Ace llegó a la sala médica, y tardó poco menos de un minuto en encontrar los remedios que le podrían servir a Julie. Dado a que había estado en la base hace poco, y a que solo entró en la sala médica cuando estuvo como rehén, no sabía en dónde encontrar los medicamentos para el dolor. Cuando los encontró, Ace se disponía a salir del lugar, pero un sonido extraño lo detuvo. Ace escuchó atentamente y pudo distinguir que se trataba del sonido de una bomba. Lo siguió y consiguió encontrar una carga explosiva detrás de uno de los muebles que se encontraba en la sala médica. El contador marcaba cuatro minutos, lo que quería decir que no faltaba mucho para que explote. No tenía idea de cómo desactivarla, por lo que se apresuró para ir al garaje.

    Mientras iba de camino al mismo, logró ver al comandante Morris Grant en uno de los pasillos de la base. Ace lo vio dirigiéndose hacia las escaleras, probablemente para ayudar a los soldados que pudieran estar ahí arriba. El soldado del Zenith supo que no podía permitir eso, por lo que se apresuró para interceptarlo.

    — ¡Detente! — le gritó Ace llamando su atención.

    Morris se dio vuelta y vio a un soldado detrás suyo. Cuando el soldado se acercó más y logró verlo más de cerca, logró reconocerlo. Era Ace. Se veía muy diferente, pero sabía que se trataba de él. El comandante sentía mucha ira en contra de él al verlo. No solamente había puesto en riesgo la misión, sino que se había unido al enemigo.

    — ¡Ace, pedazo de mierda! — gritó Morris al verlo — ¡Te terminaste uniendo al Zenith para escapar de Black Meteor! ¡Eres peor que un traidor!

    — ¡Así que ahora te importa lo que me pase! — le respondió Ace muy desafiante — ¡Todo lo que pasó fue por ti! ¡Me dejaste en manos del Zenith! ¡¿Acaso sabes lo que hizo Richard por Julie?! ¡Puso la misión de recolección de recursos en un segundo plano! ¡Todo para rescatarla!

    — Y al final terminó siendo en vano — Morris dijo esas palabras con total seriedad.

    — ¿De qué estás hablando? — le preguntó Ace sin entender lo que decía.

    — Asesiné a la chica Umcali — le respondió Morris dejando helado a Ace — Le rompí el cuello en el garaje. Si no te hubieras puesto a ayudar al Zenith, ahora ella estaría en Black Meteor, y con vida. Tu buen comandante Richard no estuvo ahí para evitar su asesinato.

    — ¡Eres un hijo de puta! — Ace dejó caer una lágrima al enterarse de eso — ¡Te voy a matar!

    Sin pensar bien en lo que hacía, Ace cargó en contra del hombre al que alguna vez fue un padre para él. Sabiendo que era mucho más fuerte, el taclearlo para tirarlo al piso no era una opción. Ace quiso darle un puñetazo en la cara, ataque que Morris esquivó rápidamente, para luego dirigir un fuerte rodillazo al estómago de Ace. Posteriormente, le dio un golpe en el rostro con el brazo, tirando a su hijo adoptivo al suelo.

    — ¿De verdad creíste que me ganarías? — le decía Morris burlándose de él — Yo fui quien te enseñó a pelear. Soy más fuerte y más experimentado que tú. No vas a poder ganarme.

    Ace pateó a Morris en el tobillo usando sus dos piernas. Por el golpe, su ex comandante se dobló el pie y terminó cayendo sobre su rodilla al suelo. Con ese ataque, se lastimó tanto su pie como la rodilla. Ace se levantó rápido del suelo y le dio una patada muy fuerte en la cabeza. A pesar de eso, Morris no había sido dejado fuera de combate. El comandante se reincorporó muy velozmente para seguir la pelea contra Ace. Ambos ya estaban un poco adoloridos, por lo que empezaron a intercambiarse varios golpes en la cabeza. Ya nadie esquivaba, ni retrocedía, ni bloqueaba los ataques del otro. Se limitaron únicamente a darse ataques constantes en la cabeza, donde uno de ellos terminaría siendo asesinado por el otro.

    […]

    Richard llegó al comedor de la base. En el interior del mismo logró ver a cinco de sus soldados y a cuatro de los enemigos. Gwyn se encontraba en el suelo, lejos de la pelea, mientras que todos los demás luchaban con mucha ferocidad. Exceptuando a Gwyn, todos tenían algo de sangre en el rostro, ya sea de la nariz, de un pómulo, o de debajo de las cejas. Cuando Zoey vio entrar a Richard, Casey aprovechó ese momento para darle un codazo en la frente, tirándola al suelo. Richard corrió a socorrer a su soldado.

    El comandante atacó por sorpresa a Casey en la espalda, quien retrocedió unos pasos tras haber recibido un ataque como ese. Paul vio la escena, y supo que Casey estaría en peligro, además de que no le podrían ganar al comandante del Zenith, por lo que decidió arriesgarse con algo. Tomó un vaso de uno de los muebles, y se acercó a Richard quien no se percataba de su presencia dado a que estaba bloqueando los ataques de Casey. Agustina fue a ayudar a Zoey, Thomas luchaba contra Grace y Michael contra Shun, por lo que nadie vio a Paul acercándose.

    Paul aprovechó ese momento y le arrojó el vaso a la nuca al comandante enemigo. El vaso se le rompió al chocar con la cabeza de Richard, que cayó al suelo muy adolorido sujetándose la zona donde recibió el golpe.

    — ¡Vámonos de aquí! — gritó Paul a sus compañeros — ¡Hemos perdido mucho tiempo, y si nos quedamos nos vamos a morir! ¡Ellos no saben nada! ¡Dejemos que se mueran y luego obtendremos los recursos por nuestra cuenta!

    Los soldados del Zenith se habían distraído cuando vieron a su comandante caer, momento que fue aprovechado por los demás soldados de Black Meteor para escapar de ahí. Paul no tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero creyó que sería mejor dejar que la bomba explote y asesine a sus enemigos. Perderían los recursos, pero se quitarían de encima a los soldados enemigos. Michael ayudó a levantar a Gwyn, Thomas a Richard, y Agustina a Zoey.

    — Comandante, ¿se encuentra bien? — le preguntó Thomas muy preocupado.

    — Estaré bien — respondió Richard algo adolorido, pero sin daños más graves — Vamos abajo. Ace y Julie están ahí.

    — Erin y Devlin también deben estar abajo — respondió Michael — No han venido a pelear.

    — Entonces bajemos a buscarlos — decía Agustina.

    Los cinco soldados y el comandante se alejaron de ahí, sin darse cuenta de que había una bomba en el comedor, y que esa bomba explotaría en tres minutos y treinta segundos.

    Al llegar abajo, vieron como Ace, Devlin, y Erin estaban manteniendo una lucha feroz en contra de Morris. Richard se sorprendió al ver que el comandante estaba solo, pero creyó que así podrían derrotarlo.

    Ace le había dicho a Devlin y a Erin lo que había ocurrido con Julie, por lo que ambos atacaban al enemigo con todas sus fuerzas. Morris decidió pasar al combate estratégico al tener que mantener un combate solo contra tres soldados, pero estos lo estaban superando.

    Los otros seis soldados se acercaron a ellos, cosa que Devlin y los demás notaron. Morris golpeó rápidamente a sus tres enemigos, haciéndolos retroceder un poco y chocarse contra la pared. Richard quiso terminar con eso.

    — Se terminó, Morris — le decía Richard al comandante enemigo — Tus soldados te han abandonado. Estás totalmente solo. Has fallado en tu misión.

    — Si mis soldados escaparon, eso quiere decir que Black Meteor aún tiene posibilidades de triunfar en la misión — respondió Morris mostrándose muy arrogante — Aunque sé que no hay esperanzas para mí, ustedes tampoco lo lograrán. Pronto se encontrarán con su amiga Julie.

    Las palabras del comandante enemigo dejaron paralizados por completo a todos, sobre todo a Michael, que empezó a temblar de miedo cuando escuchó esas palabras.

    — ¿Qué mierda significa eso? — preguntó Michael intentando gritar, pero sin poder hacerlo.

    — Michael, este pedazo de mierda mató a Julie — le dijo Devlin, que se encontraba muy cansado por la pelea.

    Michael sintió como un gran escalofrío recorría su cuerpo al escuchar que su propio hermano había dicho esas palabras. Todos los demás también estaban horrorizados, pero esa sensación no se acercaba a que Michael sentía. Pronto su cuerpo dejó de temblar, y ahora el miedo que sentía pasó a convertirse en odio. Lo único que quería era asesinar al comandante enemigo.

    — ¡Maldito! — Michael empezó a gritarle con fuerza — ¡Te voy a matar! ¡Te voy a matar!

    — ¡No, Michael! — gritó Ace queriendo detenerlo — ¡Ellos pusieron bombas en nuestra base! ¡Tienen que tomar los vehículos y salir de aquí! ¡O sino, la muerte de Julie no habrá servido para nada, y ellos habrán ganado!

    — ¡No puedo irme y dejar a este hijo de puta con vida! — gritaba Michael muy furioso.

    — ¡Yo me quedaré aquí! — le respondió Ace muy decidido — ¡Me aseguraré de que Morris quede sepultado bajo los escombros! ¡Pero ustedes tienen que irse! ¡Rápido, no queda mucho tiempo!

    — Michael, hay que irnos — le respondió Thomas muy seriamente queriendo evitar la muerte de los demás — Harold y Julie fueron asesinados por Black Meteor. Eso nos obliga a ganar la misión por ellos. No podemos permitir que Black Meteor nos gane después de todo lo que sufrimos.

    — ¡Mierda! — gritó Michael muy frustrado sabiendo que Thomas tenía razón, y de que Gwyn, Zoey, y Richard necesitarían ayuda para llegar a los vehículos — ¡Ace, no se te ocurra perder contra él!

    Devlin y Erin fueron hacia el garaje para encender los vehículos. Thomas, Michael y Agustina corrieron cargando a sus compañeros heridos y a su comandante. Una vez que encendieron los autos, cada uno de ellos se subió a uno de los vehículos para ponerlos en marcha. Antes de salir del lugar, Devlin tomó a Vigía y lo cargó a su vehículo. Era muy valioso para perderlo. Los soldados del Zenith arrancaron los autos y salieron a toda velocidad del garaje, llevándose los recursos que habían obtenido. Las motos lamentablemente se perderían, dado a que no había nadie que se las llevara, pero a los soldados ya no les importaba eso.

    En el interior de la base, Ace y Morris seguían su lucha. Morris le dio un fuerte puñetazo en el rostro a Ace, a lo que él respondió dándole un rodillazo en el pecho. A ambos ya le dolían casi todos los músculos del cuerpo, y su combate no duraría mucho.

    — ¿Entonces no vas a perder en contra de mí? — le preguntaba Morris ya muy cansado a Ace.

    — Hice una promesa y la voy a cumplir — le respondió Ace muy seriamente — Tú no vas a ganar, aunque hay posibilidades de que yo tampoco lo haga.

    — Hablas como todo un soldado — respondió Morris decidido a atacar — Estaría orgulloso de ti si no fueras un traidor.

    Morris pasó directamente al ataque, decidiéndose a embestir a Ace para acorralarlo contra la pared. Ace retrocedió un poco y cuando estaba a punto de ser golpeado por Morris, le dio un fuerte cabezazo en la frente al comandante enemigo. El golpe lo detuvo, y aunque lastimó a Ace, Morris sufrió más daño. Ace aprovechó el momento para atacar. Le dio un potente codazo en el cuello a su enemigo, seguido de un rodillazo en el estómago, para luego darle un golpe con el antebrazo en la cabeza. Morris cayó al suelo, pero aún seguía consciente. Ace aprovechó su ventaja y tomó a Morris con los brazos para levantarlo.

    El soldado del Zenith corrió hasta la pared, y empezó a golpear la nuca del comandante de Black Meteor con fuerza en contra de la misma. Morris estaba agotado tras haber peleado contra Devlin, Erin y Ace, por lo que con el primer golpe quedó muy débil, y solo fue necesario un segundo golpe para dejarlo inconsciente. Ace no se dio cuenta de esto, y siguió estrellándole el cráneo contra la pared. Finalmente, el cráneo del comandante enemigo se partió, y la pared empezaba a mancharse con sangre. Ace supo que ya había ganado, pero eso no lo detuvo. Siguió con los golpes hacia Morris hasta que se agotó. Una vez que casi no le quedaban fuerzas, dejó caer el cuerpo al suelo. El cráneo de su ex comandante estaba roto por detrás, y una gran cantidad de sangre estaba saliendo de él. Ace se arrodilló y tomó el pulso de Morris, para confirmar que realmente estaba muerto. Y así lo estaba. Tras una larga lucha, había logrado asesinar al hombre que lo había adoptado hace varios años, pero que lo abandonó cuando cayó en manos del enemigo.

    Unos diez segundos después de la muerte de Morris, la bomba de la sala médica explotó, provocando un gran ruido y un temblor que volvió a sacudir la base. Ace se encontraba muy lejos de aquella sala, por lo que la explosión no lo alcanzó. El soldado decidió irse al garaje para tomar una de las motos, pero antes de poder ponerse de pie, la bomba que estaba colocada allí explotó, ocasionando un derrumbe en el garaje. El impacto fue fuerte, y ahora Ace estaba más cerca, por lo que cayó al suelo con la sacudida. Supo que ahora solo le quedaba una salida, la cual era el agujero por el que Black Meteor había logrado entrar en la base.

    Ace se arrastró un poco hasta que finalmente se pudo poner de pie. Fue entonces que la bomba que Paul y Shun pusieron en el comedor explotó. La mayor parte del piso de arriba se vino abajo, y Ace tuvo la suerte del comedor no quedaba directamente sobre el pasillo por el que avanzaba, o de lo contrario, se habría visto asesinado por esa explosión, o aplastado por los escombros.

    Sin embargo, su suerte se le estaba terminando. La base era un edificio viejo que no había recibido mantenimiento hace varios años. Todas esas explosiones generaron sacudidas que empezaron a hacer temblar los cimientos, y las paredes. Ace empezó a correr con todas sus fuerzas, sabiendo que el edificio se le vendría abajo en segundos.

    Con su velocidad muy reducida, Ace llegó a duras penas hasta el hueco por el que Black Meteor entró a la base. Lo atravesó, logrando salir afuera, y luego siguió corriendo sin mirar atrás mientras escuchaba y sentía como la base se derrumbaba por detrás de él. Cuando el ruido terminó, Ace cayó al piso muy cansado. Ya no le quedaban más fuerzas para seguir corriendo, por lo que ya no se movería de aquel lugar. Estaba a punto de desmayarse del cansancio, además de que le dolían todos los músculos del cuerpo.

    Volteó su cabeza para ver la base del Zenith. La mayor parte del lugar quedó convertida en escombros, y sorprendentemente, no había nada de fuego en los alrededores. Ace ya estaba por caer ante el cansancio, pero eso no evitó que dijera unas palabras en voz alta.

    — Hasta nunca… comandante Grant — y tras decir esas palabras, Ace quedó inconsciente.

    Su cuerpo estuvo ahí por un rato, hasta que un vehículo se acercó. Quien lo conducía recorrió los alrededores de la base, para luego pasar por el lugar en donde se encontraba Ace. El vehículo se detuvo, pero sin apagarse. Thomas bajó del mismo y se acercó al cuerpo de Ace. Le tomó el pulso para ver si se encontraba vivo, y al comprobar que solamente estaba desmayado, lo subió con sumo cuidado en los asientos de atrás.

    Luego de eso, Thomas se volvió a subir, puso el vehículo en marcha y se retiró del lugar.

    Zenith vs Black Meteor ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Este final ha sido... increíble. Un capítulo frenético sin duda. Pasaré a comentar lo más importante para mí.

    La muerte de Julie va a tener muchas repercusiones, principalmente en Ace, Michael y Devlin. Creo que ahora, estos personajes, aunque sobretodo los hermanos, van a actuar con mucha impulsividad e ira de cara al futuro. Por suerte, su asesino, Morris, personaje al que odiaba, ha muerto. La mejor noticia del capítulo sin duda.

    Entiendo la reacción de Natasha ante el encuentro con Ace, y creo que no se han dicho la última palabra. Estoy seguro de que tarde o temprano se reencontrarán. Shun no tuvo mucho protagonismo a mi parecer, pero no me sorprende, para mi no es un buen soldado. Esperaba más muertes, pero al final solo ha sido la de Julie y Morris, dos importantes personajes.

    Espero que Gwyn esté bien, ya que el golpe en la espalda me da la sensación de que puede acarrearle problemas en el futuro, aunque ojalá termine en nada. Me alegro de que a Stuart no le saliese el plan, ahora que Morris ha muerto, él es el personaje que más odio.

    No sé que más añadir, pese a ser el último capítulo de la parte uno, siento que me faltó ver algo más. Aunque por otro lado, me intriga aún más el como comenzará la parte dos. Zenith ganó la batalla, pero tengo la sensación de que se avecina una guerra... estoy deseando ver como va todo.

    Eso es todo amigo, espero pronto la segunda parte.
     
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    Poikachum

    Poikachum Gurú Comentarista empedernido Usuario VIP

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    Menudo final O_o. La muerte de Julie será un golpe muy duro para los chicos. Ace me encanta como personaje aunque cuando leo su nombre no puedo evitar pensar en el hermano de Luffy.

    Has sabido llevar una gran historia con una gran trama,muchos personajes,personalidades y habilidades. Eso es muy complicado pero lo has sabido llevar. La descripción de las acciones han sido excelentes y en ningún momento se hizo pesado. Los combates y escenas me han encantado, como golpeaban, como cada personaje afronta sus emociones...todo.

    En definitiva, ha sido un escrito fantástico :D

    Un consejo que quizás deberías tener en cuenta si quieres es que te tomes una semana o dos sin empezar la continuación. Yo he cometido varias veces ese error y viene bien despejarse de escribir. Así también das tiempo a otros a que terminen de leer el fic. Y cuando es un fic tan sumamente largo, lo agradeces. Además puedes ir tranquilamente escribiendo en una libreta ideas sobre la continuación o si lo prefieres escribir un par de capítulos en Word.

    De esta manera ves como ha quedado y puedes cambiar alguna cosa. Porque puede ser que luego digas: Me he equivocado y debería haber empezado así.

    Pero si te sientes con fuerzas, adelante ^^
     
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