Ciencia ficción La Gran Catástrofe I Zenith vs Black Meteor

Saludos. Ya he terminado con el noveno capítulo de la historia. Voy a dar un aviso importante, a partir de la semana próxima voy a empezar las clases, lo que significa que tendré menos tiempo para pasarme por el foro. Menos tiempo para pasarme por el foro significa menos tiempo para actualizar la historia. Tengo algunos capítulos futuros algo avanzados, y resta finalizar detalles para que sean terminados y estén listos para ser publicados. Pero las publicaciones no serán tan frecuentes.

Yo diría que a pesar de todo, aun podría publicar un capítulo por semana durante algún tiempo. Pero como he dicho antes, la universidad me va a restar tiempo libre. Así que lo mejor será que no prometa nada.

Un aviso más. Me sugirieron realizar una cronología con los eventos de la historia, y como me pareció una buena idea para complementar la historia y para ayudar a recordar algunos hechos importantes, la he creado. Dicha cronología está publicada en mi blog. Puedes dirigirte a la misma haciendo click en este enlace, pero yo recomendaría que terminaras de leer este capítulo antes de revisarla, puesto a que podrías encontrarte con spoilers de esta historia, y la idea es que la cronología te ayude a saber en donde se encuentra la historia, y no que te revele la información de la misma. La iré actualizando a medida que vayan saliendo capítulos, y dichos datos están en un contenido oculto para que no te encuentres con ellos apenas entres.

Sin más que decir, dejaré el capítulo.


Conoce a tu enemigo:

Michael entró en la sala de entrenamiento de la base creyendo que estaría completamente solo para poder entrenar la mayor cantidad de tiempo posible, pero se equivocaba. Cuando entró, se encontró con Thomas. Su compañero estaba utilizando ropa de entrenamiento y pesas adhesivas a muñecas y tobillos para aumentar su fuerza y su velocidad al mismo tiempo. Estaba practicando sus posturas y movimientos de pelea pensando que así estaría un poco más preparado para la lucha en contra de los soldados de Black Meteor. Michael se sorprendió al verlo, dado a que pensó que iba a irse a descansar.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntaba Michael solamente para saber cual era el objetivo de Thomas con ese entrenamiento.

— Quiero mejorar mis movimientos de pelea en todo sentido — le respondía el soldado sin dejar el entrenamiento de lado y sin mirarlo a la cara — La pelea de hoy me demostró que tengo que golpear más rápido y más fuerte.

— Veo que tienes una buena motivación — contestó Michael mirando como su compañero entrenaba muy duro — Seguro quieres la revancha en contra de Black Meteor.

— Por supuesto que quiero revancha — le dijo Thomas muy serio — Toda nuestra vida me han entrenado para ganarle a Black Meteor, y no para huir de ellos. Derrotarlos es lo que más deseo ahora — Thomas dejó de hablar y de moverse para tomar un poco de aire y luego seguir con sus ataques de práctica — Quiero deshacerme de Ace, del gorila que me derribó, y del desgraciado que lastimó a Gwyn. A esos tres les reservaré lo mejor que tengo, y la próxima vez que los vea, los haré pagar.

— Me gusta el rencor que les guardas, pero tú solo no vas a poder ganarles — le respondió Michael intentando hacer que entre en razón.

— Ace te derrotó a ti, a tu hermano y a tu prima estando solo — a Michael no le cayó bien ese último comentario, aunque era la verdad — Si el puede, yo también puedo. Voy a ser mejor que él. Tanto en batalla como en liderazgo.

Esa última frase dejó a Michael sin respuesta. Si lo que había escuchado era correcto, Thomas tenía en mente ser el líder del equipo en las misiones, tal y como Ace lo era para Black Meteor. Vinieron a su mente las palabras de su prima Julie, quien le dijo que él sería un buen líder; además de que recordó que él fue capaz de ayudar a Gwyn cuando se encontraba asustada por la derrota y el daño que sufrió en contra de uno de los soldados de Black Meteor. Michael se lo había tomado en serio. La idea de retirarse cuando estaban siendo superados fue suya, y consideró que el puesto de líder debería tenerlo él en vez de su compañero. Después de todo, él fue el último en caer durante la batalla.

— ¿Tú quieres ser el líder del equipo? — preguntó Michael tratando de ver si Thomas lo decía en serio o solo era para motivarse a sí mismo.

— La idea de imitar a nuestros enemigos teniendo un líder fue mía — contestó Thomas mostrando seriedad que respondía la pregunta de Michael — No lo hubiera dicho si no me considerara capaz de eso.

— Pero yo fui el que sugirió que huyéramos cuando estábamos en peligro — le respondió Michael con la misma seriedad — Yo iba conduciendo el auto que iba al frente cuando llegamos a este país. Y fui el último en caer en la pelea de hoy.

Con todas esas palabras, Thomas cesó el entrenamiento y dirigió su vista a su compañero, empezando a mirarlo de mala manera. Él sugirió la idea de tener a un líder en la batalla, y no le gustaba pensar en tener que seguir las órdenes de alguien más.

— El equipo necesita de alguien fuerte al mando para tener éxito en esta misión — Thomas lo miraba con cara de pocos amigos — Ace te venció dos veces y te encerró en un armario en tu primer encuentro con él. Tú no eres apto para liderarnos.

— ¿Qué te hace creer que tú lo eres? — preguntó Michael poniéndose algo agresivo pero tratando de no levantar la voz, dado a que todos los demás estarían descansando — Yo sé que tú no podrías ganarle a Ace.

— Yo también lo sé, y es por eso que vine a entrenar — Thomas regresó a sus movimientos de pelea — Y si a ti te importara mucho la revancha contra él, o ser el líder del equipo, deberías estar haciendo lo mismo en vez de discutir conmigo. Soy el soldado que más se esfuerza en este grupo.

— Será mejor que hablemos de esto con Richard — respondió Michael poniéndose en frente de Thomas para evitar que siga con su entrenamiento — La última palabra es suya.

Thomas sentía deseos de apartar a Michael de un golpe, pero sabía que solamente le iba a traer problemas. Saber guardar la calma ante un soldado desobediente también era una de las cualidades que se esperaba de un líder en el campo de batalla, y el golpear a un compañero no lo beneficiaría en nada. Se quitó las pesas adhesivas y junto a Michael se fueron a ver a Richard para hablarle sobre esto. Los dos querían el puesto del líder, pero el conflicto entre ambos podría complicar las cosas, por lo que decidieron hacérselo saber a su comandante.

Richard se encontraba hablando con Magnus a través de la máquina exclusiva para contactar con el Zenith. Le informó al líder de la organización sobre lo que había ocurrido con Black Meteor el día de hoy. Como sus soldados fueron superados por los de Abel. Magnus no lo podía creer cuando lo escuchaba. Él mismo se había encargado de seleccionar a los nueve soldados con mejores promedios de las escuelas, y el escuchar que sus enemigos fueron superiores no le agradaba. Consideró dos posibles teorías: o las escuelas del Zenith no eran muy exigentes, o las de Black Meteor eran mucho mejores que las suyas. También consideró que ambas teorías podrían ser totalmente compatibles. Richard le dijo que se aseguraría de que los soldados entrenaran de manera intensa, dado a que llamar a soldados más experimentados era imposible puesto a que serían identificados automáticamente en caso de ser descubiertos. Magnus le encargó a su comandante que se ocupara de ellos, y luego pasó a hablar de un tema más importante.

— Un camión va en camino con las nueve motos que me pediste — le decía muy serio el líder del Zenith — No se va a quedar mucho tiempo. Solo dejará el equipo y regresará de inmediato.

— Gracias por atender rápido al pedido, Magnus — le contestó Richard sabiendo que una derrota como la de hoy no podría repetirse — Te prometo que al final seremos nosotros los que encontremos la respuesta a la catástrofe.

El comandante estaba a punto de cortar la llamada cuando el líder le pidió rápidamente que no lo hiciera.

— ¡Alto! — gritó evitando que Richard se fuera — Tengo un nuevo encargo.

— Aun no hemos encontrado ni platine ni esderio — le respondió Richard — Esas son nuestras prioridades según tú. Deberías esperar a que los encontremos.

— No se trata de un recurso para las naves — decía Magnus — Es algo que podría ayudarles en la misión. Además de las motos, envié un dispositivo de comunicación que permite envío de audio y de video. Son nueve en total y pueden adherirse a las muñecas sin causar molestias.

— ¿Con qué objetivo? — preguntó el comandante algo confundido.

— Descubrí que en ese país utilizaban drones para explorar la zona luego de que la gran catástrofe ocurrió — le contestó el líder del Zenith — Era una forma de asegurar el terreno antes de enviar a los hombres a trabajar. Quiero que roben uno de esos drones y lo conecten al dispositivo de comunicación que les voy a enviar. Les permitirá tener una mejor vista de lo que tienen cerca.

— ¿Por qué no enviaste un dron de Zenith? — preguntó Richard aun más confundido — ¿Acaso los nuestros presentan malos funcionamientos?

— No, pero es probable que alguno de los trabajadores del país termine detectando al dron cuando ustedes se dirijan a otro lugar a buscar recursos — le respondía aclarando las dudas — Mejor que detecten uno de sus drones a uno de los nuestros.

— Es verdad, no había pensado en eso — Richard estaba algo decepcionado de sí mismo por no haber analizado la situación a la perfección — Encargaré a algunos soldados que se encuentren uno y lo utilicemos.

Tras terminar la conversación, Richard cortó la transmisión. Debía quedarse despierto hasta que el camión con el nuevo equipo que Magnus había enviado llegara, y eso podría llevar tiempo. Pensó que iba a estar aburrido por un rato, pero esa idea se fue en el momento en el que vio a Michael y a Thomas entrar a la sala de comunicaciones. Al comandante se le hacía raro verlos dado a que pensó que estarían entrenando o descansarlo, y lo que también le llamó la atención era la expresión de seriedad que ambos estaban mostrando. Antes de que estos pudieran decir una palabra, Richard sabía que algo pasaba.

— ¿Qué ocurre? — preguntó Richard esperando que no fuera nada grave.

— Vinimos a hablar sobre la idea que dije hoy — le respondió Thomas muy serio — La de tener un líder en las misiones.

— Thomas cree que él es la opción perfecta, pero yo creo que podría hacer un mejor trabajo — Michael iba directo al grano en esta conversación — Vinimos aquí para que tú decidas y pongas fin a la discusión.

— No quiero que ustedes dos entren en un conflicto por algo como eso — les decía Richard pensando que si no los tranquilizaba, podría empezar una discusión — Una decisión tan importante como esa no va a ser tomada en unos minutos, y menos en estas circunstancias. Evaluaré su desempeño en las misiones y luego elegiré al líder. Podría ser cualquiera de los dos, o ninguno. Así que les pido que no causen problemas con esto.

Las palabras de Richard dejaron a ambos soldados muy insatisfechos y disconformes. Cada uno de ellos esperaba que el comandante los eligiera para tomar el liderazgo del equipo en las misiones, y esas palabras les hicieron saber que Richard ni siquiera los estaba considerando por el momento. Aunque tras pensarlo unos segundos, era comprensible. Solamente realizaron una misión y terminaron perdiendo, lo que quería decir que Richard no tenía muchos puntos favorables que considerar. Ambos soldados se retiraron de la sala para irse a dormir. Con todo lo que había pasado, perdieron las ganas de entrenar en lo que quedaba del día.

Michael entró en su habitación y estaba por acostarse cuando vio que había una nota en papel sobre su almohada. El soldado la tomó y comenzó a leerla.

— “Michael, quería decirte esto en persona, pero aun no creo que tenga el valor de hacerlo” — pensaba mientras leía la nota — “Cuando lo tenga lo escucharás con mi voz. Mientras tanto, te lo diré en una simple nota de papel: me pareces muy lindo y muy buen chico. Me gustas demasiado, y espero que tú sientas lo mismo por mi cuando te diga quien soy”.

La nota no tenía firma, y la letra fue escrita con mucho cuidado a tal punto que sería muy difícil saber de quien sería. De no ser porque acababa de hablar con el hace unos momentos, Michael creería que se trataría de un truco de Thomas para distraerlo y alcanzar el liderazgo con mayor facilidad. No sabía de que era capaz su compañero, pero sabía que era imposible que pudiera escribir una nota así y dejarla en su habitación al mismo tiempo que entrenaba. Michael se fue a dormir con dos dudas en su mente: quien de sus compañeros habría escrito la nota, y por qué podría resultarle atractivo, siendo que habían pasado poco tiempo como equipo.

[…]

Al día siguiente, Morris se encontraba en el garaje junto a Paul, Shun, Casey, y Grace, los cuatro soldados que no habían conseguido ganar una pelea individual el día anterior. Abel no le había enviado una nueva lista con recursos para saquear, lo que quería decir que sus soldados tendrían libre el resto del día. Para premiar a los soldados que consiguieron una victoria, ellos podrían quedarse entrenando o descansando según lo creyeran conveniente. Pero los que no lo habían logrado deberían seguir explorando el país y ver que era lo que podían encontrar.

— Pueden ir en equipos de dos personas — les indicaba el comandante a sus cuatro soldados — Exploren todo lo que puedan y regresen a la base cuando hayan descubierto al menos dos lugares de los que podríamos llegar a extraer recursos.

— Entendido — le respondieron los cuatro soldados al mismo tiempo, mostrándole mucho respeto al comandante.

— No lo vamos a decepcionar — decía Casey determinada a cumplir con el encargo.

— Estaremos extrayendo recursos en el momento en el que Abel nos envíe una nueva lista — agregaba Grace.

— Todo lo que exploremos el día de hoy será un gran avance para superar al Zenith — añadió Paul.

— Y también para superarnos a nosotros — las palabras de Shun tenían un doble significado que no fue comprendido ni por Morris ni por sus otros tres compañeros.

— Les deseo buena suerte — Morris les abrió la puerta para que los cuatro soldados se retiraran.

Paul y Shun fueron en una dirección mientras que Casey y Grace avanzaron en la contraria. Morris observó atentamente a donde había ido cada equipo, ya que tenía algo en mente. El comandante de Black Meteor dejó un poco abierta la puerta de su garage y luego se adentró en la base para ir a buscar a Ace.

El joven soldado había terminado de desayunar, y ahora se dirigía a su habitación para cambiarse su uniforme por ropa de entrenamiento. A pesar de la victoria que habían obtenido, no podía relajarse. En el camino a su habitación, se encontró con Natasha, quien aun estaba molesta por lo que había pasado la noche anterior. Aunque no lo consideraba un gran problema, sabía que tenía que arreglar lo que había pasado con ella la noche anterior, y ese momento libre era una buena oportunidad.

— Natasha — Ace quería hablar con ella.

La chica no solo no le respondió, sino que lo pasó por al lado ignorando por completamente lo que Ace le había dicho. En cualquier otra ocasión, Ace la habría dejado pasar, pero esto no lo podía dejar para otro momento. El líder de las misiones en el campo de batalla se dio vuelta y se paró delante de su compañera.

— No quiero hablar contigo — Natasha aun seguía molesta por lo que Ace había hecho el día anterior.

— Lo siento, pero tengo que insistir — el soldado hablaba en un tono serio que llamó la atención de la chica — Mi papá siempre me ha exigido mucho desde que era niño. Me dijo que su deseo era que me convirtiera en el mejor soldado que Black Meteor habría tenido, y me dio todo en mi niñez y adolescencia para asegurarse de que lo pudiera lograr. Ahora estoy en una misión en donde tengo que justificar todo el entrenamiento que él me ha dado desde que tengo memoria. No puedo decepcionarlo, porque si decepciono a mi padre, Abel se decepcionará de nosotros dos. De todos los miembros de Black Meteor, la misión es más importante para mí que para cualquier otro. Lo que dije ayer fue que no podía estar en una relación contigo porque eso me distraería. Nunca he estado en una relación antes por todas las exigencias de mi padre, y no sabría como manejar una ahora. No estaba despreciándote en ningún momento. Tampoco dudaba de tus capacidades de pelea. Pero tal vez no utilicé las palabras correctas ayer.

Las palabras de Ace dejaron a Natasha en un completo silencio. Ella en un momento no lo veía así, pero luego se dio cuenta de que su compañero cargaba una gran presión sobre sus hombros. El ser el hijo de un comandante no solamente eran cosas buenas, y estaba claro que ella no envidiaba esa posición. Aunque aun estaba molesta por lo que ocurrió, ahora entendía mejor la situación y sentía un poco de lástima por la forma en la que había tratado a Ace.

— Lo entiendo, y te pido perdón — Natasha se mostraba muy apenada con su compañero — Creo que mi reacción fue algo exagerada. Pero yo no tenía forma de saber que tú tuvieras que cargar con todo eso. Y tienes razón cuando dijiste que las palabras que usaste no fueron las correctas.

— Sí, lo sé — Ace agachó un poco la cabeza — No he tenido demasiados amigos. No es que mi padre me lo prohibiera, pero al ver la forma en la que me entrenó para impresionar a Abel me hace sentir que es muy importante para él. Y ya que me lo ha dado todo, quiero justificar su fe en mi. Mi mamá murió en la gran catástrofe. Soy todo lo que le queda, y lo único que quiero es que se sienta orgulloso de mí. De su único hijo.

— No podría imaginarme una vida así — Natasha tenía ganas de abrazar a su compañero, pero lo mejor sería no hacerlo.

— Esta misión es para lo que fui entrenado — Ace hablaba muy serio ahora — Debo asegurarme de que sea exitosa. Una vez que termine, habré cumplido mi objetivo al cien por ciento, y ellos ya no estarán tan pendientes de mí. Entonces podremos empezar una relación si es lo que deseas.

— ¿Me prometes que será como dices? — preguntaba la chica.

— Te lo prometo — le respondió Ace.

Antes de que la conversación pudiera continuar, Morris apareció caminando desde el pasillo. Los dos soldados estaban confundidos, puesto a que les había dado el día para entrenar o descansar, pero si los estaba buscando, podría ser importante. El comandante se acercó a ellos y les pidió que lo acompañaran al garage mientras caminaban. Los dos soldados obedecieron, y prestaban atención a lo que este decía.

— Sé que les di el día libre, pero tengo que asegurarme de algo — les indicaba Morris — Envié a Paul, Shun, Casey, y Grace a recorrer el país mientras que a ustedes les di el día libre. No estoy seguro de como lo habrán tomado, pero quiero asegurarme de que estén haciendo lo que les pedí.

— ¿Quieres que los sigamos? — preguntaba Natasha pensando que de eso se trataba todo.

— Así es, y que me informen de todo lo que hagan — respondió el comandante — No quiero que se metan en su camino, dado a que si los ven, pensarán que no confío en ellos y no quiero arriesgarme a que pase. Pase lo que pase, no interfieran en lo que hagan. Y traten de volver antes que ellos.

— No es una tarea complicada, puedes contar con nosotros — respondió Ace aceptando el encargo.

Morris llevó a los dos soldados al garaje. Una vez allí, abrió la puerta mientras que ellos encendían las motos. Les indicó hacia que dirección se habían ido cada uno de los equipos para que pudieran rastrearlos y seguirlos. Ace se decidió a seguir a Paul y a Shun, mientras que Natasha se encargaría de seguir a Casey y a Grace. Los dos soldados arrancaron las motos y salieron a buscar a sus compañeros. Una vez que se habían ido, Morris cerró la puerta y se retiró hacia el interior de la base. Aprovechando que seis de sus soldados se habían ido, y que los otros tres estuvieran entrenando, se dirigió a la sala médica para ir a analizar la máquina que permite manipular los recuerdos de otros seres humanos. El comandante la puso en funcionamiento para ver si sus componentes funcionaban a la perfección, dado a que consideraba que una máquina como esa podría serle de mucha utilidad si era usada como era debido. Él conocía ese tipo de máquinas, y sabía que si lograba darle un buen uso, podría contribuir mucho en la misión.

[…]

Michael y Thomas avanzaban por los caminos vacíos del país conduciendo sus motos nuevas. Richard les había pedido que intentaran localizar un lugar en el cual pudieran encontrar un dron para utilizarlo con el comunicador que Magnus les había enviado, además de que podrían matar dos pájaros de un solo tiro al probar las motos al mismo tiempo. Como el resto de soldados aun no se había recuperado del todo de sus heridas en la pelea del día anterior, Richard les dijo que se quedaran entrenando sin exigirse demasiado para no lastimarse. Era un poco arriesgado que solo dos soldados de Zenith salieran, pero como Black Meteor se llevó la primera victoria, no consideraron que fueran a encontrarse con ellos, y menos porque iban a buscar un dron.

Sin embargo, los dos soldados se equivocaron. Michael y Thomas estaban muy confiados de que no se iban a encontrar con sus enemigos, por lo que pusieron sus motos a la máxima velocidad en un intento de ir al frente, como si se tratara de una carrera entre ambos. El ruido que hicieron llamó la atención de Shun y de Paul, quienes se encontraban muy cerca de su ubicación avanzando a velocidad moderada, puesto a que tenían todo el día para explorar. Al escuchar dos vehículos haciendo tanto ruido, decidieron aumentar su velocidad sin hacer demasiado ruido. Fue ahí cuando divisaron a dos de sus enemigos corriendo muy rápido con sus motos. Solamente eran dos, lo que quería decir que tendrían una oportunidad para eliminarlos y poder contribuir a la misión. Si tenían éxito, Morris no les haría entrenar durante las noches, permitiéndoles un buen descanso. Shun y Paul se decidieron a que iban a eliminarlos a los dos.

— Vamos a matarlos y a llevarnos sus cuerpos a la base — sugería Shun a su compañero — Zenith tendrá dos soldados desaparecidos a los que no podrá encontrar, y nosotros tendremos una prueba irrefutable de nuestra efectividad.

— Es una de las mejores ideas que he escuchado en estos días — le respondió Paul, al que le parecía un plan excelente, excepto por la parte en la que deberían cargar los cadáveres hacia la base — Pero vamos a tener que mantener la distancia para que no nos descubran.

— Lo importante es no perderlos de vista — decía Shun viendo a los dos soldados de Zenith por delante — Mientras eso no pase, podremos ir a la velocidad que queramos.

Los dos soldados de Black Meteor continuaban su avance, ahora con un nuevo objetivo, mientras que los soldados de Zenith seguían conduciendo a gran velocidad, en un intento constante de superar al otro.

Había quedado claro que Michael y Thomas harían lo que estuviera a su alcance para conseguir el liderazgo del grupo. Ninguno de sus compañeros, ni siquiera su comandante, los podría ver. Pero esa pequeña competencia que había entre ambos era más para sentirse mejor con ellos mismos que para ganar puntos en el asunto del liderazgo.

Thomas quiso empezar una conversación con el objetivo de distraer a Michael para poder sacarle algo de ventaja, y recordó algo que había visto antes de salir.

— Te vi hablando con Julie esta mañana temprano — le decía Thomas llamándole la atención — ¿De qué hablaban?

— No es nada — respondía Michael recordando la charla que tuvo con Julie antes de que Richard les diera la orden de salir.

— Es un bonito mensaje — le decía Julie a su primo mientras leía el mensaje que le habían dejado en su habitación — ¿Quién crees que te lo haya enviado?

— No lo sé, por eso te lo estoy mostrando — le respondió Michael — A ti te gustan estas cosas, y pensé que tal vez tú lo sabrías.

— Es difícil decirlo, porque no conozco muy bien a las otras chicas — dijo Julie — No nos hemos conocido hace mucho tiempo.

— Ese es mi punto exactamente — contestó Michael — No nos hemos conocido hace mucho tiempo. No tiene sentido que yo le guste a alguien aquí.

— Es obvio que tú no entiendes de estas cosas — Julie se burlaba un poco de la forma de pensar de su primo.

— No tiene sentido para mí que… — Michael iba a hablar hasta que recordó una conversación de hace dos días atrás — Esto no será una broma que tú y Devlin me están jugando, ¿verdad?

— ¿Qué? — le preguntó Julie muy sorprendida por esa pregunta — Para nada. Yo no haría nada como eso. Aunque no puedo hablar por Devlin. ¿Crees que será él?

— Siempre ha sido el hermano sentimental — le respondió Michael sonriendo un poco — Tal vez me esté haciendo una broma para confundirme luego de que le dije cuando mencionó que le gustaba Erin — Michael miró a su alrededor y veía a Thomas entrando en el comedor para desayunar — Da lo mismo. Quien sea que lo haya escrito me lo dirá pronto.

— Te diré lo mismo que les dije a Gwyn y a Erin hace dos días atrás — Thomas lo sacó de sus pensamientos — No debe haber secretos entre nosotros. Somos un equipo, y tenemos que actuar como tal.

— Dado a que te interesa tanto, te lo diré — Michael quería que esa conversación terminara pronto — Estábamos hablando de nuestras familias. Sobre lo preocupados que estarán por nosotros ahora. Cuando recibimos el comunicado de que nuestras escuelas querían vernos, no sabíamos nada de la misión. No sabemos si Magnus le avisó a nuestras familias sobre esto.

— Ya entiendo, no es que me interese, pero la próxima vez dime que es un asunto familiar — respondió Thomas muy serio — No te hagas el misterioso.

Thomas no había logrado lo que quería, y Michael seguía avanzando a la misma velocidad que él. El recorrido de los dos soldados se terminó en cuanto divisaron un pueblo pequeño a la distancia. Frenaron los vehículos para evitar ser detectados por el ruido, aunque no los dejaron atrás. Avanzaron a pie llevando las motos consigo para tenerlas cerca en caso de tener que escapar. Esa era la razón por la que necesitaban del dron. Cuando se encontraran con un lugar como ese, podrían enviarlo a recorrer dicho lugar y ver si realmente habría alguien habitándolo. Ahora no lo tenían, por lo que su única opción era caminar con mucho cuidado. Como precaución en caso de que el pueblo estuviera habitado, iban a atravesar las calles más pequeñas, creyendo que serían las menos transitadas.

Aunque luego descubrieron que sus temores eran infundados. Ese pueblo estaba completamente vacío de gente. Solamente había edificios abandonados, algunos totalmente destruidos. Cuando se dieron cuenta de que no había peligro, fueron a las calles principales y dejaron las motos allí. Luego de eso, comenzaron a recorrer esa zona, pensando que encontrarían un lugar donde lograran obtener un dron.

Shun y Paul sabían que los iban a terminar perdiendo en el interior del pueblo, pero si entraban con las motos anunciarían su presencia ante sus enemigos y cualquiera que pudiera estar ahí. Los dos soldados de Black Meteor dejaron las motos lejos del pueblo y fueron corriendo para buscar a sus enemigos.

En la zona que Michael y Thomas estaban explorando, había varios edificios comerciales. La mayoría de esos edificios eran de venta de provisiones. Caminaron dos cuadras en las calles de aquel pueblo hasta que se encontraron con una tienda de tecnología. Si había un lugar en donde podrían encontrar un dron, era ese, por lo que se decidieron a entrar. La tienda se encontraba cerrada, por lo que tuvieron que destrozar la cerradura a patadas. El ruido que hicieron permitió a Shun y a Paul conocer su ubicación, por lo que decidieron seguir el ruido.

Michael y Thomas entraron a la tienda, la cual tenía un tamaño mediano, pero no encontraban ningún dron en el interior de ella. Estaban a punto de salir cuando Thomas divisó una puerta que estaba detrás de algunas computadoras amontonadas en ese lugar. El soldado corrió las máquinas y pudo ver una gran puerta que daba al depósito. Esa era su última oportunidad para hallar un dron en esa tienda. Thomas levantó la puerta, la cual no estaba cerrada con llave.

— ¿Algo? — preguntaba Michael mirando desde lejos.

— No, nada — respondía Thomas observando el depósito sin entrar — No tienen lo que buscamos.

Thomas bajó la puerta y se disponía a salir del lugar cuando vio algo que lo asustó.

— ¡Cuidado! — le gritó a Michael mientras señalaba con el dedo hacia atrás de su compañero.

Michael se dio vuelta justo a tiempo para ver como una caja de gran tamaño era arrojada hacia su posición. Gracias a la advertencia de Thomas, logró esquivar el golpe moviéndose hacia la derecha. La caja fue arrojada por Shun, que se encontraba de pie delante de la puerta junto con Paul.

— Nos volvemos a ver — decía el soldado que arrojó la caja, reconociendo a Michael — Tú me derrotaste ayer, pero hoy será diferente.

— ¿Qué están haciendo aquí? — preguntó Thomas muy enojado al ver a los dos soldados de Black Meteor.

— Los hemos estado siguiendo — contestó Paul, que también reconoció a Thomas como el soldado que lo derrotó — Y vamos a eliminarlos aquí, donde sus amigos no podrán ayudarlos.

— Será justo de la otra forma — dijo Michael listo para pelear.

El soldado de Zenith corrió hacia los dos enemigos, con el objetivo de atacar primero a Shun y luego a Paul. Los dos soldados de Black Meteor esperaron a que se acercara, y cada uno de ellos le dio un golpe fuerte en el estómago, que terminó causando que Michael se inclinara un poco. Inmediatamente después, le dieron una patada en una pierna distinta, provocando que Michael cayera de rodillas al suelo. Antes de que se levantara, Shun le sujetó los brazos y Paul las piernas; lo levantaron del piso y luego lo tiraron sobre un mostrador con mucha fuerza.

Los soldados de Black Meteor empujaron el mostrador para derribarlo junto con Michael, quien cayó al piso algo aturdido. Thomas aprovechó ese momento para atacarlos por sorpresa. Corrió hacia ellos, y cuando se acercó lo suficiente, dio un salto y pateó a Paul en la cabeza, tirándolo al piso. Iba a atacar a Shun dándole un puñetazo en la cara, pero el soldado de Black Meteor le bloqueó el ataque con su brazo para después darle un golpe debajo de la barbilla. El golpe provocó que Thomas retrocediera un poco, y fue ahí cuando Paul le dio una patada en el costado, la que causó que el soldado de Zenith cayera al piso tras tropezar con el mostrador.

— ¡No perdamos el tiempo! — le decía Shun a su compañero.

Los dos soldados se subieron al mostrador para tomar a un enemigo cada uno, pero se llevaron una gran sorpresa al ver que Michael no estaba. El soldado de Zenith aprovechó la distracción generada por Thomas para salir gateando de ese lugar. De pronto, una caja cayó sobre Shun, que terminó en el suelo con la caja encima suyo por el golpe. Paul se volteó y logró ver a Michael detrás suyo. El soldado de Black Meteor corrió para darle un golpe. Michael reaccionó rápido y consiguió bloqueárselo, pero cuando realizó su ataque, este también resultó bloqueado por Paul. Los enemigos intercambiaban golpes y patadas que no podían causar daño al otro porque terminaban siendo bloqueados, hasta que Thomas se levantó y corrió para sujetarle los brazos a Paul desde atrás.

Con el enemigo detenido, Michael aprovechó para darle un rodillazo en el estómago que provocó un grito de dolor en Paul. Michael repitió su mismo ataque, causándole un poco más de dolor a su rival. Shun logró quitarse la caja de encima y corrió a interferir. Tomó impulso y le dio una fuerte patada en la espalda a Thomas, que terminó empujándolo tanto a él como a Paul y a Michael, provocando que los tres cayeran al suelo. Shun se acercó a Michael y empezó a patearle la cabeza. Luego de recibir la primer patada, Michael se cubría con los brazos ante las continuas patadas del enemigo.

— ¡Si Ace pudo derrotarte, yo también puedo! — le gritaba Shun pateando una y otra vez.

Thomas, aun en el suelo, dio un giro con su cuerpo y le dio una patada en la pantorrilla a Shun, la cual lo hizo caer hacia atrás. Thomas se aprovechó de la caída de los dos enemigos para acercarse a Michael, levantarlo del suelo y sacarlo de la tienda.

— ¡No podemos luchar en un espacio tan reducido y con tantos objetos que nos puedan arrojar! — le decía Thomas a su compañero un poco alterado por la pelea — Vamos a enfrentarlos en las calles cuando salgan.

— Tengo una mejor idea — respondió Michael moviendo a su compañero — Nos esconderemos y los atacaremos por sorpresa. Luego de eso nos retiramos de aquí.

— ¿Ese es tu plan? — preguntaba Thomas sin entender la lógica de su compañero — Tendríamos que matarlos ahora.

— Si los matamos y después encuentran sus cuerpos aquí, sabrán que vinimos a buscar algo en este lugar — le respondió Michael informándole de su plan — Y cuando vean el desastre en las tiendas de tecnología, sabrán que vinimos por un dron. Si escapamos con las manos vacías, no sospecharán nada.

— Es una idea muy buena — Thomas aceptó el plan.

Los dos soldados de Zenith corrieron hacia un callejón cercano que se encontraba a un poco de distancia de la tienda. En cuanto los dos soldados enemigos pasaran por ese lugar, saltarían a ellos para derribarlos y escapar sin que los vean. Ya se encontraban bien escondidos y listos para realizar sus movimientos. A lo lejos se escuchaba a los dos soldados hablando muy enojados.

— ¡Maldita sea, no puedo perder esta oportunidad! — gritaba uno de ellos.

— Guarda la calma, Shun — Paul quería tranquilizarlo.

— ¡No puedo, Paul! ¡No puedo calmarme sabiendo que estoy desaprovechando esto! — gritaba Shun mucho más furioso — ¡Ace no pudo matarlo cuando lo enfrentó! ¡Si yo lo consiguiera, le demostraría a todos que soy mejor que él!

— La única manera de demostrar que eres mejor es ganándole en una pelea — Paul podía mantener la calma a pesar de todo.

— Quise luchar con él pero no pude, lo mismo pasó cuando quise luchar contra Natasha — Shun ahora se calmó un poco, pero esa calma no duró demasiado — ¡Natasha le pidió una pelea a él antes que a mí! ¡Lo único que me falta es que se enamore de él y esta será la peor semana de mi vida!

— No pueden haber ido muy lejos — le respondía Paul — Ya los vamos a encontrar.

Michael y Thomas se miraron con una sonrisa en el rostro. Sin siquiera pedirlo, sus enemigos revelaron un poco de información que tal vez podría serles de utilidad en el futuro. Paul y Shun pasaron delante del callejón donde se escondían, pero decidieron dejarlos pasar y seguirlos desde cerca para ver si descubrían algo más.

— Ace nunca me pidió un combate, quiere decir que sabe que soy mejor que él — suponía Shun mientras caminaba junto a Paul — A Brandon tampoco se lo pidió. Ambos tienen la misma altura, pero Brandon es más musculoso. Seguro que le tiene miedo.

— Así que el gorila se llama Brandon — pensó Thomas muy feliz de conocer el nombre de uno de los soldados a los que quería derrotar.

— Dile eso a Ace cuando estemos en la base, pero ahora concéntrate en buscar a esos dos estorbos — le respondió Paul muy seriamente — Deberíamos dar la vuelta y revisar el otro lado.

Michael y Thomas decidieron actuar inmediatamente después de escuchar esas palabras. Los dos soldados del Zenith corrieron rápido hacia sus enemigos, dándoles un fuerte rodillazo en la espalda a cada uno, que provocó un gran grito de dolor en ellos. Luego los sujetaron del cuello y los hicieron golpearse la cara contra la pared que tenían cerca. El golpe provocó que empezaran a perder sangre de la nariz. Por último, les dieron una patada en la cabeza que terminó dejando muy aturdidos a Shun y a Paul, además de dejarlos en el suelo. Michael y Thomas regresaron hacia el lugar donde habían guardado sus motos y las pusieron en marcha para irse del pueblo y regresar a buscar el dron cuando sus dos enemigos se hayan ido.

Desde las afueras del pueblo, Ace observaba desde la distancia como dos soldados de Zenith salían del pueblo en sus motos. Afortunadamente no se acercaban a él, por lo que pudo quedarse ahí para ver que ocurría con Shun y Paul. Cinco minutos después de que los soldados del Zenith se fueron, sus compañeros salieron corriendo para ir a tomar sus motos y perseguirlos, aunque terminaron dirigiéndose al otro lado puesto a que no lograron observar la dirección en la cual escaparon. Ace quería avisarles, pero Morris le ordenó simplemente seguirlos y no interferir. Cuando vio a dos soldados del Zenith escapar antes que sus compañeros, creyó que se habían enfrentado y que estos últimos habían ganado. Se sentía muy entusiasmado al ver que sus compañeros habían superado a sus enemigos nuevamente, ya que eso significaría una victoria más para su organización.

 

Saludos. Tras una semana con poco tiempo para pasarme por el foro, finalmente conseguí un poco para poder venir a actualizar la historia. Como he dicho, no tengo demasiado tiempo disponible ahora que mis vacaciones terminaron, pero aun puedo trabajar en la historia. Publicaré un capítulo por semana hasta que la historia alcance el capítulo 14 (que es hasta donde la tengo trabajada). Luego de que se publique el capítulo 14, la historia entrará en una gran pausa hasta finales de noviembre o principios de diciembre.

Realmente no me gusta hacer eso, ya que desde el capítulo 13 da inicio mi parte preferida en ZvsBM, pero por desgracia no tendré el tiempo para seguir escribiendo.

Este capítulo será mucho más calmado que el capítulo siguiente. Ya hubo acción en los capítulos 5, 7, y 9. Por lo general los capítulos suelen ser uno sobre acción y otro sobre desarrollo. Este capítulo tiene acción, pero es poca comparada con los tres que nombré anteriormente. Sin embargo, el próximo capítulo sí que tendrá mucha acción. Aunque este capítulo es más relajado, yo no lo considero un mal capítulo. Pero calificarlo queda en los lectores. Sin más que decir, los dejaré leer.


El vigía:

Mientras que Michael y Thomas se encontraban fuera de la base buscando un dron, el resto del equipo de Zenith se había ido a la sala de entrenamiento. La derrota ante Black Meteor era algo lamentable y no podían dejar que se repitiera de ninguna manera. Estaba claro que requerirían de un líder en las misiones, tal y como Thomas lo sugirió, pero además de eso necesitarían perfeccionar sus habilidades de pelea. Antes de comenzar con el entrenamiento, hicieron una entrada en calor corriendo y levantando algunas pesas de aquel lugar. Durante las corridas, Julie trataba de pensar en cual de las chicas le habría dejado la nota a Michael. Ninguno de ellos hablaba, puesto a que el entrenamiento era su prioridad principal, cosa que le dificultaba pensar en eso.

Una vez que el entrenamiento físico terminó, llegaría el momento de practicar los combates. Erin se acercó a Devlin para pedirle que entrenaran juntos, pero antes de que pudiera hablar con él, Agustina interrumpió.

— Devlin, ¿podrían tú y Harold entrenar conmigo y con Zoey? — le preguntó Agustina a su compañero.

— ¿Por qué tengo que ser yo? — preguntó Devlin algo confundido, sabiendo que había tres personas más para elegir.

— Zoey y yo luchamos en equipo contra dos chicos de Black Meteor — le respondió Agustina — Luchamos y perdimos, lo que quiere decir que tenemos que entrenar con gente con las mismas características. ¿Podrías hacernos ese favor?

— Seguro, no hay problema — Devlin fue junto a sus otros tres compañeros para empezar el entrenamiento.

Erin estaba algo triste por eso. Quería ser ella la que entrenara junto con Devlin, y creyó que debió habérselo pedido antes. Julie observó la forma en la que Erin miraba a Devlin, y asumió que ni ella ni Agustina habrían sido las que escribieron la nota para Michael. Gwyn se acercó a su amiga para poder entrenar con ella.

— ¿Qué ocurre, amiga? — le preguntó Gwyn al ver a su compañera algo desanimada.

— Nada, es que…quería entrenar con Devlin — respondió Erin en un tono bajo.

— Entiendo que ocurre — le respondió su amiga — A mí me gustaría entrenar con Michael, pero no se encuentra aquí ahora.

— Bingo — pensaba Julie para ella misma luego de escuchar las palabras de Gwyn, sabiendo que ella era la que había dejado la nota — Chicas, ¿puedo entrenar con ustedes? — la prima de los mellizos sabía que si no era con ellas, debería hacerlo sola.

— Seguro — le respondió Gwyn mostrándose amable con ella — Me encantaría entrenar con ustedes dos.

Fue así como dio inicio el entrenamiento de combate. Harold y Devlin luchaban juntos en contra de Zoey y Agustina. Las dos chicas tuvieron una derrota cuando se enfrentaron a dos de los soldados de Black Meteor, y ahora buscarían la forma de arreglar aquellas cosas. Agustina se acercó a Devlin y trató de darle un puñetazo, el cual fue bloqueado por el chico con el brazo izquierdo para después atacar con el brazo derecho, dándole un puñetazo en el estómago que hizo que su compañera retroceda un poco. Acto seguido, Devlin quiso atacarla con un rodillazo, acción que fue imitada por Agustina. Las rodillas de ambos soldados chocaron produciendo un golpe que no lastimó a ninguno de los dos. Harold por su parte luchaba contra Zoey. La chica atacaba con puñetazos rápidos que iban en todas las direcciones. Dichos ataques eran bloqueados por su compañero, ya sea con sus brazos o con sus manos. Tras varios intentos fallidos, Zoey logró acertar un golpe que le dio en el mentón. Inmediatamente después, trató de golpearle el cuello con su codo. Harold lo vio venir y lo esquivó agachándose muy rápidamente, para luego dirigir un codazo rápido pero fuerte al estómago de Zoey. Antes de que ella pudiera reaccionar, Harold se puso firme y le dio un fuerte golpe en el mentón que hizo que Zoey retrocediera.

— Las cosas que estoy haciendo en esta pelea las debí haber hecho ayer — pensaba Harold muy enojado consigo mismo.

— No puedo seguir perdiendo peleas — al igual que él, Zoey se mostraba muy enojada con su rendimiento en batallas.

Guiados por el enojo, ambos soldados comenzaron a atacarse con fuerza, como en un intento por desahogar el sabor amargo de la derrota contra Black Meteor utilizando a sus compañeros para eso. Harold y Zoey intercambiaban puñetazos que ninguno se molestaba en bloquear, generando que cada ataque diera en la cabeza del objetivo. Harold tenía más fuerza, por lo que puñetazo que acertaba le daba cada vez más ventaja. Agustina veía como ellos luchaban de forma feroz, reconociendo que su amiga estaría en dificultades. La chica bloqueó un ataque de Devlin para luego darle un rodillazo en el estómago. El golpe provocó que Devlin se inclinara un poco, cosa que Agustina aprovechó para darle un codazo en la nuca, que lo puso de rodillas. En lugar de seguir luchando con él, se fue a ayudar a Zoey. Cuando Harold iba a darle un puñetazo a su compañera, Agustina interfirió para retenerlo con su mano. Harold estaba sorprendido ante esto, tanto que no pudo reaccionar a tiempo. Zoey le dio una patada en el estómago, y Agustina le dio un golpe en la cabeza antes de soltarlo. Harold cayó al suelo algo confundido, y no sabía como iba a arreglárselas para vencer a las dos chicas.

Devlin se levantó y se acercó a su compañero para ayudarlo.

— No creí que esta sería una lucha en equipos — decía el soldado admirando la buena coordinación de ataques que sus compañeras utilizaron.

— Te invité a la pelea para que tú y Harold lucharan contra nosotras dos juntas — le respondió Agustina en un tono algo serio — Luchen en equipo si desean.

— Será mejor que lo hagamos — le sugería Harold a su compañero — Si luchamos por separado no tenemos oportunidad ante ellas.

Fue así como Harold y Devlin pasaron a luchar juntos en contra de sus compañeras. Ambos atacaban con puñetazos a una de ellas, quienes, sin separarse los bloqueaban como podían. Para causar confusión a sus compañeros, Zoey y Agustina a veces se movían a la posición de la otra, cambiando de lugares rápidamente, confundiendo a sus rivales y atacándolos al mismo tiempo. Ellas habían estado practicando movimientos combinados entre sí, mientras que Devlin y Harold no lo habían hecho. Los dos soldados no podían atacar, y solamente tenían éxito al bloquear uno o dos ataques, mientras que los demás los impactaban directamente. Agustina y Zoey dirigieron una patada en la rodilla a cada uno de sus compañeros, y luego los derribaron al piso con un codazo en la cabeza. Harold y Devlin habían perdido por falta de coordinación, pero sus dos compañeras se alegraron mucho.

— ¡Lo logramos! — decía Zoey muy entusiasmada.

— ¡La próxima vez que nos encontremos con Black Meteor, tendremos que hacer lo mismo que hicimos aquí! — le respondió Agustina.

— No deberían pensar que podrán ganarles solo porque consiguieron ganar una pelea — respondió Harold levantándose del suelo — Devlin y yo nos tomaremos unos minutos para pensar en algo y luego empezaremos otra.

Los cuatro soldados se fueron a descansar antes de comenzar con una próxima pelea. El entrenamiento entre Gwyn, Erin, y Julie era muy distinto. Al ser un número impar de soldados, tenían que enfrentarse entre sí, sin cooperar unas con otras. Pero esa práctica no era la más eficiente, más que nada porque, cuando una atacaba, luego terminaba recibiendo el ataque de aquella que había estado libre. Dándose cuenta de que así solamente iban a cansarse en vano y que no llegarían a nada, decidieron practicar movimientos utilizando una bolsa de arena que se encontraba en la sala. Además de ponerse pesas adhesivas para ganar un poco de fuerza y de velocidad en cada uno de sus ataques.

Las tres chicas golpeaban la bolsa con mucha furia. Julie era la más enojada de todas ellas, puesto a que no pudo derrotar a su rival en el día de ayer. Los golpes eran rápidos y fuertes, además de ir acompañados de algún grito de enojo que denotaba la frustración que ella sentía. No quería volver a perder ante aquella chica, lo que más deseaba era encontrarse con ella para tener una revancha y ganarle. Gwyn y Erin estaban más calmadas que Julie. Ellas sí lograron ganar una pelea antes de haber sido derrotadas, pero luego terminaron perdiendo contra otros dos soldados que las atacaron repentinamente. A pesar de que sabían que Agustina y Zoey iban a entrenar para mejorar, no podían contar con que fuera suficiente en cada batalla que tuvieran. Aunque Gwyn estaba algo asustada mientras pensaba en eso. El solo recordar la forma en la que fue golpeada en la pelea, era motivo suficiente para tener miedo. Buscaba la forma de reprimir esa sensación para que su entrenamiento fuera efectivo.

Los siete soldados que se habían quedado atrás continuaban ese entrenamiento de distintas maneras. Gwyn y Erin intercambiaban de lugar con Devlin y Harold para ayudar a sus otras compañeras a entrenar. Devlin y Harold luchaban de forma moderada en contra de Julie. Devlin trataba de no lastimarla, puesto a que no quería lastimar a un ser querido. Julie hacía lo mismo que él, pero se contenía menos. Cuando llegó el momento de luchar contra Harold, la pelea fue muy fácil para la chica. Harold recordaba la forma amable en la que Julie le habló la primera vez, después de que Thomas, Zoey, y Agustina discutieran con él en el auto. La consideraba como una gran compañera, por lo que se veía incapaz de hacerle daño. Julie atacaba sin medirse esta vez, pero Harold solo se limitaba a defenderse. El chico bloqueaba los ataques de su rival, pero no atacaba.

Julie atacaba con puñetazos que eran interceptados por su compañero, bloqueando cada uno de ellos para que no lo pudieran alcanzar. Julie creyó que se debía a que Harold se cansó por la pelea anterior con Agustina y Zoey, por lo que empezó a atacarlo con patadas. Harold consiguió bloquear las primeras dos, pero el resto de patadas le dieron directamente en el estómago y en los costados. A la larga, Harold terminó siendo derribado al suelo algo adolorido por haberse contenido demasiado. Julie, por su parte, estaba alegre de haber ganado una pelea.

— ¡Te gané! — le gritaba Julie mostrándose un poco presumida, pero sin mala intención.

Harold no se levantaba del suelo, y tan solo ponía una cara de tristeza y frustración por la derrota. Devlin, que había observado la pelea, sabía que algo andaba mal.

— Harold, ¿qué ocurre? — le preguntó su compañero viendo que no se levantaba.

— Yo… simplemente no pude atacar — le respondió Harold sin intenciones de levantarse — Algo me detuvo.

— ¿A qué te refieres con que algo te detuvo? — decía Julie agachándose para poder verlo de cerca — ¿Tienes alguna herida que te provoca dolor o algo?

Tras hacer esa pregunta, Julie ponía sus manos sobre la frente de su compañero. Al ver que este no sentía nada, empezó a tocarle los hombros o los brazos, para ver si este tuviera alguna secuela por la pelea. A Harold le agradaba la forma en la que Julie se estaba preocupando por él. Ella era sin duda una buena compañera, y cuando la veía de cerca, le parecía que también era muy hermosa.

— Me gusta — reflexionaba Harold mientras era ayudado por Julie — Fue por eso que me quedé casi inmóvil. Mis emociones afectan mi capacidad de pelear. El miedo ante el enemigo me paralizó ayer, y la atracción a mi compañera me paralizó hoy. Soy un estúpido que no puede controlase. No le soy de ninguna utilidad a mis compañeros. Pero no me puedo retirar de la misión. Solo les estaría dejando una mala impresión de mí, y quedaría en vergüenza ante todo el país. Me quedaré a pelear con ellos. Así me cueste la vida.

— No encuentro nada que sea grave en ti, Harold — le dijo Julie poniéndose seria — ¿Te sientes bien?

— Eso creo — respondió Harold poniéndose de pie por su cuenta — No estoy seguro. Necesito descansar.

El soldado se retiró de la sala de entrenamiento, dejando a sus compañeros algo preocupados por él. Aunque ellos no podían interrumpir su preparación. Superar a Black Meteor era una prioridad para ellos, y debían hacerlo a toda costa.

[…]

Las actividades en la base de Black Meteor no eran diferentes a aquellas que se realizaban en la base del Zenith. Brandon, Stuart, y Geoff quienes no habían salido de la misma, se quedaron entrenando sus habilidades de pelea, a pesar de que habían logrado derrotar a sus enemigos en el campo de batalla el día anterior. Al igual que como había ocurrido en ocasiones anteriores, Brandon se encontraba arbitrando una batalla entre sus dos compañeros, que luchaban ferozmente. Las reglas que estableció fueron las mismas que fijó para la lucha entre Ace y Natasha, solamente que esta batalla no sería observada por nadie. Geoff atacó con un puñetazo al pecho, el cual fue interceptado por Stuart al poner su mano para frenarlo y atrapar a su rival. Movió su brazo con el que tenía capturado a Geoff y lo acercó hacia su cuerpo, para darle un codazo debajo de las costillas. El puño de Geoff estaba aun en la mano de Stuart, por lo que decidió utilizar eso en su favor. Con su otro brazo, dio un golpe muy fuerte en el antebrazo de Stuart, quien lo terminó soltando y se sujetó la parte donde recibió el golpe. Rápidamente, Geoff le dio un fuerte rodillazo en el pecho a su rival, que lo terminó tirando al suelo. Stuart rodó un poco para alejarse de él y ponerse de pie antes de que Geoff lo evitara, o de lo contrario, perdería la pelea. Al levantarse del suelo, atacó rápidamente a su rival.

Le lanzó un puñetazo con su mano derecha, el cual fue interceptado por Geoff de la misma forma en que sus ataques fueron interceptados al principio. Lanzó otro puñetazo con su otro brazo, que al igual que el anterior terminó siendo interceptado. Enojado por eso, le dio un cabezazo en la cara a su rival, sabiendo que las reglas de ese combate de práctica lo prohibían. El cabezazo fue muy fuerte para Geoff, quien retrocedió tomándose su nariz. Stuart levantó su pierna para darle a su rival una fuerte patada en la cabeza que lo terminó tirando al piso. Brandon sabía que Stuart se estaba saliendo de control, por lo que intervino en la pelea.

— Espera, espera — le dijo Brandon poniéndose en el medio de los dos — Dije que no estaban permitidos los cabezazos ni los golpes a la cabeza. Geoff ganó el combate.

— Esas reglas son algo ridículas — le respondió Stuart sabiendo que había exagerado un poco, pero sin arrepentirse de lo que hizo — Zenith no seguirá dichas reglas cuando estemos en la batalla contra ellos.

— Pero esto no es una lucha contra Zenith — le respondió Brandon algo serio y molesto — Era una pelea de calentamiento. No es necesario que lastimes demasiado a tu compañero.

— Deberías guardar esa violencia para los enemigos — agregaba Geoff poniéndose de pie.

El soldado se acercó a Stuart y le dio un codazo en la cabeza con fuerza y con mucho enojo. No le agradó la forma en la que este último lo había tratado en una simple batalla de práctica.

— ¡¿Qué mierda fue eso?! — le preguntó Stuart algo furioso con Geoff.

— ¡Una devolución del golpe que me diste! — le respondió Geoff muy enojado con él después de ver lo indignado que estaba — ¡No tenías que ser tan brutal conmigo!

— Sé que me excedí un poco, pero al menos sé que mis ataques son fuertes — contestaba Stuart sin importarle el daño que le había hecho a su compañero — La próxima vez que nos veamos con el Zenith voy a matar a esa rubia bonita y a su novio también.

— Mata a todos los soldados de Zenith que gustes, pero no te vuelvas violento con nosotros — le respondió Brandon — Debería informarle a Morris sobre lo que hiciste, pero no quiero que te aplique un castigo. Al menos que quieras que le diga, Geoff.

— No, me conformo con el golpe que le di — respondió Geoff en forma seria — Pero no te vuelvas a exceder, conmigo o con alguien más — eso último fue dicho en un tono amenazante.

Stuart prometió que iba a calmarse un poco más a partir de ahora, y que guardaría toda su fuerza para la próxima vez que les tocara enfrentarse a sus enemigos. El entrenamiento entre los tres continuaba de forma intensa. Ya no seguían haciendo peleas, y se dedicaban a levantamiento de pesas para mejorar su fuerza y masa muscular. Brandon era el soldado más musculoso del equipo, y podía realizar varias repeticiones con mucho peso sin agotarse mucho. Stuart y Geoff al no tener una condición como esa, no les iba igual que a él. Los dos soldados levantaban menos peso que él y con una mayor dificultad. Eso los frustraba demasiado. Aunque estaban seguros de que Brandon entrenaba con mucho peso desde que era más joven, no les agradaba quedar por detrás de él. Llegó un momento en el que el levantamiento de pesas los dejó exhaustos a los tres, por lo que decidieron trotar alrededor de la sala. Había algo que les resultaba sospechoso, Ace y Natasha no se habían presentado al entrenamiento.

— Ya ha pasado mucho tiempo, pero Ace y Natasha no aparecen — mencionaba Geoff — ¿Qué creen que estén haciendo?

— Deben estar teniendo sexo ahora mismo — le respondió Stuart suponiendo rápidamente — Ace es el hijo de Morris, por lo que estoy seguro de que puede hacer lo que quiera.

— ¿Celoso? — le preguntaba Brandon tratando de molestar a Stuart.

— Para nada, ni Natasha, ni Grace, ni Casey me parecen muy atractivas — le respondió su compañero — Espero que nos asignen algunas nuevas compañeras cuando esta misión termine y pasemos a explorar el espacio.

— ¿Qué creen que vayamos a encontrar ahí? — preguntaba Geoff queriendo saber las opiniones de los demás — ¿Cuánto tiempo nos tomará encontrar la respuesta a la Gran Catástrofe?

— No estoy seguro de eso, pero espero que la encontremos antes de que una segunda catástrofe ocurra — le respondió Brandon — La primera mató a casi toda la población de la Tierra, una segunda catástrofe podría llevarnos a la extinción.

— ¿Crees que nos encontremos con alguna especie extraterrestre? — preguntaba Stuart — ¿Serán hostiles o amigables?

— Probablemente no encontremos ninguno — le contestó Brandon expresando su opinión — Si existieran, es probable que la catástrofe los hubiera matado. No creo que nos encontremos con algo así.

Los tres soldados continuaban charlando acerca de sus opiniones y teorías sobre lo que había causado la gran catástrofe hace quince años atrás. Aunque, al igual que todas las especulaciones hechas por científicos, ninguna sería del todo acertada. El por qué una enorme cantidad de meteoritos impactó sobre la Tierra para después liberar esa radiación extraña que terminó mejorando las condiciones de vida de algunos mientras llevó a la muerte a otros era un gran misterio que no tenía respuesta clara. Y era eso exactamente lo que motivaba a los tres soldados a entrenar en la forma en que lo estaban haciendo. Poder superar a Zenith, viajar al espacio y encontrar una respuesta para la humanidad sería el mayor éxito que Black Meteor podría tener.

[…]

Michael y Thomas le informaron a Richard que ya tenían el dron que había sido encargado, y que regresarían a la base de Zenith para ponerlo en funcionamiento. El comandante los estuvo esperando, aunque no dio aviso a sus soldados para no interrumpir su entrenamiento. Cuando Michael y Thomas finalmente regresaron, Richard les pidió que fueran a la sala de reuniones mientras que él iría a buscar al resto de soldados.

— Quiero verlos a todos en la sala de reuniones ahora, hay algo que quiero mostrarles — les informaba su comandante — ¿Dónde está Harold? — preguntó algo extrañado al ver que uno de sus soldados no estaba.

— Fue a descansar — le respondió Julie — Pero iré a buscarlo.

— Te lo agradezco — contestó Richard disponiéndose a salir de la sala — El resto espéreme ahí.

Julie fue hacia las habitaciones para decirle a Harold que iba a haber un anuncio importante de parte de Richard. Los otros cinco soldados fueron a la sala de reuniones a encontrarse con sus dos compañeros que habían salido temprano. Julie tocó la puerta de la habitación para ver si Harold estaba despierto. El soldado se encontraba meditando sentado sobre su cama buscando una forma para mantener su cabeza fría durante las misiones, cuando escuchó que llamaban a su puerta.

— Está abierto — dijo el soldado.

— Harold — le decía Julie luego de entrar en la misma — Richard tiene algo importante que decirnos a todos. Nos está esperando en la sala de reuniones.

— De acuerdo — Harold se puso de pie para ir a ver a los demás compañeros.

— ¿Qué es lo que te pasa? — le preguntaba Julie queriendo saber que pasaba con su compañero — ¿Pasó algo en tu pelea el día de ayer?

— No, no te preocupes por eso, estoy bien — fue la respuesta de Harold, que apreciaba mucho la preocupación que Julie mostraba por él.

— Si tú lo dices, entonces creo que está bien — Julie sabía que Harold mentía, pero si él no se molestaba en hablar de eso, ella no se molestaría en averiguarlo — Si necesitas algo, solo tienes que pedirlo.

Julie le caía cada vez mejor a Harold. La forma en la que ella mostraba su preocupación por él realmente le parecía un aspecto muy agradable por parte de ella. El soldado quería decirle que fue lo que ocurrió en la lucha contra Black Meteor el día anterior, y lo que ocurrió en la pelea de entrenamiento, pero sentía vergüenza de admitirlo. Así que decidió quedarse callado. Cuando ambos llegaron a la sala, vieron a todos reunidos ahí faltando solamente Richard. El comandante entró dos minutos después que ambos.

— Ayer por la noche tuve una charla con Magnus — decía el comandante ante la atenta mirada de todos — Me sugirió una idea que podría darnos ventaja sobre Black Meteor, siempre que lo mantengamos en secreto. Thomas y Michael salieron a buscar un dron — Richard ponía la caja del dron sobre la mesa junto con unos pequeños dispositivos adhesivos con una pantalla — Cada uno de ustedes se pondrá este dispositivo con cámara de alta resolución en sus muñecas, y lo conectarán a la cámara del dron. Yo guiaré al dron desde la base, lo que me permitirá mantenerlos informados con una buena vista sobre las alturas.

— Es una idea genial — expresaba Zoey — Podremos ver si varios soldados de Black Meteor se nos acercan, y nos dará tiempo a planear una estrategia para enfrentarlos.

— Eso es correcto — contestó Richard — Quiero que todos ustedes se pongan uno de estos dispositivos y los enciendan. Yo activaré al dron.

Cada uno de los nueve soldados tomó uno de los dispositivos y se los colocaron en la muñeca. El dispositivo era ligero como un reloj, al punto de que no era molesto para ninguno de ellos. Richard, por su parte, quitó el dron de su caja. El dron medía unos cinco metros de longitud, teniendo una cámara potente y de largo alcance. Tenía cuatro propulsores que le permitían elevarse y mantenerse en el aire, y utilizaba una batería con energía solar, lo que quería decir que no deberían preocuparse por que cayera en el aire. El dron era muy sólido, lo que lo haría difícil de derribar y más si se mantenía a una gran altura. Cuando Richard quería activarlo, se encontró con que tendría que ponerle un nombre característico a dicha unidad.

— ¿Cómo quieren llamarlo? — preguntaba Richard a sus soldados — Necesita un nombre para activarse.

— Vigía me parece la opción correcta — respondió Thomas — Después de todo, esa será su función.

— Entonces, ese será su nombre — Richard le ponía nombre al dron.

Tras haber seleccionado el nombre, el dron Vigía quedó activado. Los soldados tuvieron que sincronizar la cámara de sus dispositivos con el sistema de transmisión de información del dron. Fue ahí cuando la pantalla comenzó a mostrar las imágenes de lo que captaba la cámara del dron.

— Deberíamos poner a prueba su alcance — sugería Michael — Para asegurarnos de darle un correcto uso.

— Me parece una buena idea — fue la respuesta de Richard — Quiero que todos se dirijan a una posición diferente de la base, o que salgan de la misma para evaluar lo que el dron llega a captar.

Los nueve soldados obedecieron y se colocaron en distintas posiciones tanto en el interior como en el exterior de la base que usaban. Richard abrió la puerta del garaje y puso al dron a volar a una gran altura. El dron permaneció en el aire hasta que el comandante comenzó a dirigirlo en una dirección determinada. A medida que avanzaba, el dron ganaba más altura para poder poner a prueba su alcance. Los soldados deberían avisarle a Richard en caso de que se perdiera la señal del dron, puesto a que Richard podía verlo desde su máquina, pero no tenía forma de saber que era lo que captaban los dispositivos.

El dron subió hasta una altura donde se encontró con una corriente de aire que le daba un gran refuerzo a su velocidad, sin afectar la dirección del mismo por parte de Richard. El dron avanzaba a gran velocidad recorriendo largas distancias en pocos segundos, aunque para cuando tuviera que regresar, debería volar a una altura más baja.

Fue entonces cuando se captó algo que llamó la atención de los soldados. En las pantallas se podía ver como una de las chicas de Black Meteor se encontraba moviéndose sobre su moto en la dirección opuesta a la que avanzaba el dron.

— Deberías seguirla, nos llevará a la base de Black Meteor — sugería Agustina comunicándose con Richard.

— No será posible ahora — respondió el comandante — Debo disminuir la altura para que el dron pueda ir casi a la misma velocidad que su moto. Y podría ser detectado.

Unos cinco minutos después de que la chica de Black Meteor fuera captada por la cámara del dron, ocurrió lo mismo, pero ahora eran dos chicas que iban en la misma dirección que la anterior. A los soldados de Zenith les parecía raro que tres soldados en grupos separados regresaran desde la misma dirección, por lo que Richard siguió haciendo avanzar al Vigía para ver que era lo que encontraban. Pasó un largo tiempo y no estaba llegando a ningún lado, pero entonces, divisó algo extraño desde las alturas. Al ver que no había soldados de Black Meteor, ni habitantes de aquel país en los alrededores, decidió hacerlo descender para observarlo mejor.

Fue así como todos observaron aquel lugar a través de la cámara de Vigía. El sitio era una excavación de amplia extensión, además de varios túneles, como si hubieran intentado preparar aquel lugar para un nuevo distrito de minería. Había varios vehículos de trabajo en dicho lugar, y estaba claro que podrían encontrarse con algunos de los recursos que buscaban allí dentro. Richard quiso meter a Vigía en el interior de los túneles para explorarlos, pero estaba muy oscuro, y el dron no estaba equipado con una linterna. Ante la imposibilidad de explorar esa zona, el día de mañana iban a partir hacia esa excavación.

[…]

Ace y Natasha regresaron a la base de Black Meteor al mismo tiempo, exactamente igual que cuando salieron de la misma. Entraron en el garaje, apagaron sus motos, cerraron la puerta del garaje y luego se retiraron de él para que sus otros compañeros no se enteraran de eso. Lo primero que hicieron fue dirigirse a hablar con Morris al respecto. El comandante de la organización rival al Zenith se alegró al escuchar que sus cuatro soldados habían cumplido con la misión de exploración que les había encargado. Iba a darle un anuncio a todos sus soldados una vez que los demás llegaran.

— Quiero que vayan a la sala de entrenamiento, mientras tanto, yo iré a recibir a los demás — les indicó Morris.

Ace y Natasha obedecieron directamente la orden de su comandante y se fueron a la sala de entrenamiento, en donde Brandon, Stuart, y Geoff estaban descansando después de un duro entrenamiento. Después de tanta espera, sus compañeros finalmente aparecían.

— Hasta que llegaron — decía Stuart con sarcasmo — ¿Lo pasaron bien estando juntos?

— No estuvimos haciendo lo que tú crees — le respondió Natasha algo molesta con ese comentario — Morris nos encargó algo importante y tuvimos que cumplir.

— Veo que él también envió a su hijo a ese encargo — decía Brandon ante la respuesta de Natasha — Me alegra que no te tenga como favorito solo por ser su hijo.

— Tal vez él sea mi padre y yo sea su hijo, pero ahora mismo, él es mi comandante y yo soy su soldado — respondía Ace a su compañero — Lo que significa que debo obedecerle.

— Tu disciplina es admirable — expresaba Geoff ante las palabras de Ace — Se nota que tu padre te ha entrenado bien.

Morris se encontraba en el garage esperando a que sus soldados regresaran a la base para ver que era lo que habrían encontrado. Cuando escuchó el ruido de las motos acercándose, abrió la puerta del mismo, permitiéndole la entrada a Shun, Paul, Casey, y Grace. Shun y Paul se veían algo cansados y golpeados, como si hubieran tenido una pelea en contra de alguien. Morris tenía curiosidad sobre aquello, pero decidió que lo mejor sería hablarlo con todos los soldados juntos.

— Acompáñenme a la sala de entrenamiento — les decía el comandante — Allí me contarán todo.

Los cuatro soldados fueron junto con su comandante hacia la sala, en donde encontraron a todos sus compañeros esperándolos formándose en una línea. Shun veía que Ace y Natasha estaban uno al lado del otro, cosa que no le agradó mucho. Y lo que le agradó menos era el hecho de que Ace no había tenido que moverse de la base, mientras que él fue enviado a explorar el país, sin conocer que se equivocaba. Los cuatro se pusieron en línea junto al resto, y Morris se paró al frente.

— ¿Shun, Paul, tienen algo interesante para contarme de su exploración? — les preguntó el comandante.

— No encontramos nada más que un simple pueblo en el que no hay nada que nos sirva — respondió Paul ante la pregunta.

— Pero en ese pueblo encontramos a dos soldados del Zenith — agregaba Shun en un tono presumido — Los seguimos sigilosamente y luchamos contra ellos.

— ¿Cómo terminó esa pelea? — preguntaba Morris atento a lo que iban a responder.

— Les ganamos — Shun hablaba con orgullo — Lucharon mejor que ayer, pero al final les dimos una paliza. Lamentablemente se nos escaparon.

— ¿Cómo fue que escaparon? — preguntó Morris.

— Ellos llevaron sus motos al interior del pueblo, pero nosotros las dejamos afuera por precaución — aclaraba Paul explicando lo ocurrido — Fue así que se escaparon. Los perseguimos todo lo que pudimos, pero se nos adelantaron demasiado.

— Ya comprendo — respondió Morris.

El comandante miró a Ace, a quien le había encargado seguirlos para verificar que esa historia fuera cierta. Ace sabía que no podría hablar, por lo que simplemente asintió para confirmar que lo que ellos decían era la verdad. Morris estaba complacido con el resultado de la pelea por parte de sus soldados, pero hubiera sido mejor si estos hubieran encontrado algo que pudiera serles útil.

— ¿Qué hay de ustedes? — le preguntó a Casey y a Grace — ¿Hallaron algo?

— Así es — le respondió Grace — A unos kilómetros de aquí hay una excavación y varios túneles.

— Es seguro que allí podríamos encontrar varios recursos que necesitamos — agregaba Casey — Hay máquinas para trabajar que podríamos usar para eso.

— ¿No exploraron el lugar por su cuenta? — preguntaba Morris esperando que ellas le confirmaran si habría algo útil allí.

— El sitio no parecía demasiado seguro — respondía Grace explicándole al comandante lo que vieron — No es un distrito establecido como la minería a la que fuimos ayer. Además de que es muy amplio. Convendría que lo exploráramos todos juntos.

— Entonces así será — decía Morris luego de escuchar lo que las dos chicas le habían explicado — Mañana los enviaré a todos hacia la excavación para ver que podemos encontrar. Si hay algo que pueda servir, lo sacaremos, y si no hay nada, por lo menos habremos descartado un lugar. ¿No se encontraron con algún soldado del Zenith?

— No, no nos hemos encontrado con nadie en el día de hoy — le respondía Casey al comandante.

— Excelente, ellos no los van a molestar el día de mañana — expresaba Morris muy satisfecho con el resultado de la exploración — Pase lo que pase, mañana nos seguiremos poniendo por delante de Zenith. Quiero que vayan a descansar y se preparen para salir apenas salga el sol. Y por el buen rendimiento que tuvieron el día de hoy, ya no tienen que entrenar hasta que sea la medianoche.

Paul, Shun, Casey, y Grace estaban muy felices de que ya no tendrían que continuar entrenando hasta el cansancio, cosa que les permitiría tener un buen rendimiento en la misión de mañana. Los nueve soldados fueron cada uno a sus habitaciones para descansar lo más que pudieran. Estaban confiados de que no se encontrarían con nadie del Zenith, y que la exploración a la excavación sería exitosa al igual que como ocurrió en la minería. Ya habían logrado extraer tres recursos importantes el día de ayer, y estaba claro que el día de mañana podrían volver a hacer lo mismo. Solo sería cuestión de tiempo hasta que obtuvieran todo lo necesario para poder mejorar las naves, partir al espacio exterior, e investigar lo que habría causado la Gran Catástrofe que cambió sus vidas por completo. Black Meteor superaría al Zenith y obtendría una de las respuestas más buscadas por la humanidad.