Ciencia ficción La Gran Catástrofe - Asfixiándose en la Oscuridad

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 22 Febrero 2024.

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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Saludos amigo mío, me alegra estar aquí una vez más para comentar el capítulo en el foro (ojalá se mantenga así XD). El capítulo de hoy, penúltimo de esta historia secundaria previa a la parte VIII, ha sido muy bueno. Sinceramente, no esperaba nada más allá del conflicto y las cosas listas para un cierre en el próximo capítulo y final, pero hubo tremendo plot twist que comentaré más adelante. Así que sin más dilación, voy a ello. :dancecat:

    El plan de Hufan e Yma marcha según lo esperado. Ybryr y su gente se preparan para atacar a aquellos "rebeldes" que se han tornado contra el patriarca y la matriarca, sin saber que realmente está yendo a una trampa. El tirano muestra, para sorpresa de todos, una especie de armadura que sin duda hace mucho más difícil matarle, el cual es el principal objetivo de Hufan e Yma. Lara y Vitali, liderando a los humanos, esperan pacientemente y atentos a su oportunidad para darle vuelta a todo. Antes de llegar al lugar indicado donde comenzará el asalto a los "rebeldes" (el tirano no sabe la que le va a caer XD), vemos mediante un flashback a Lara, Hufan e Yma establecer como dará inicio el plan para derrocar a Ybryr, aunque evidentemente la comandante tiene en mente su propio plan, el cual parece salir a pedir de boca hasta el momento. Quiero mencionar que aprenderse 999 nombres y apellidos es digno de una mente prodigiosa, y más en una semana, porque si eso debo hacerlo yo, te aviso que muchos se quedarían fuera de esa lista que hace Lara. :shani:

    Tras esto, llegamos al momento cumbre, donde Ybryr lanza su ataque contra una pequeña ciudad de una de las provincias, recibiendo por contra una traición descarada de aquellos que están con Hufan e Yma. Lara ha aprovechado antes para advertir a Renji de que se ponga en marcha, por lo que solo queda esperar. El conflicto entre trailods se da inmediatamente, e incluso el tirano es alcanzado por una bala en el costado, pero su armadura hace su trabajo y evita que muera ante las armas mejoradas de los humanos. Hasta aquí, el plan de Hufan e Yma sigue su curso, pero no contaban con que los humanos tenían el suyo propio. Cuando el Explorador Esperanzado sobrevuela el cielo nocturno de la zona, el conflicto se detiene casi al mismo tiempo. Todos los trailod observan, atónitos, la misma nave que vieron aterrizar tiempo atrás. Un shock que aprovechan los humanos liderados por Lara y Vitali para comenzar su traición dentro de la traición. En mitad del conflicto, Katia, una de las jóvenes y prometedoras soldado, es herida de bala mientras Vyon, Rosary y Airin deben huir. Mención especial aquí para Vyon, que aunque a veces es tremendo payaso, se comporta con la frialdad y seriedad de un soldado, algo requerido en esa situación. Su hermana todo lo contrario, lo que me preocupa, porque sigue siendo hija de dos comandantes. Espero que Airin se endurezca un poco, aunque teniendo a Vyon y Winter a su lado para protegerla, está en buenas manos. :eye:

    Sea como sea, vemos que Dmitri, el ex presidente ruso, está encargado de las comunicaciones junto a otros ingenieros en la nave. Contactando con Renji y con quién requiera apoyo, reciben una señal inesperada: proviene del exterior del planeta. Eso no significa nada bueno a priori pero Dmitri accede a contestar y es así como entabla conversación con Cerv, un ser que afirma poder ayudar (él y su especie) a los humanos contra los trailod. ¿El motivo? Los humanos tienen un conocimiento que para esta especie es "invaluable". Dmitri no se fía ya que la ayuda gratis no existe, pero accede a su apoyo si es que pueden facilitar las cosas. Cerv le indica que vale, pero que antes ellos deberán ayudarles, para acto seguido hacerles una especie de hackeo en toda la nave y dejarla sin energía. Llámame loco, pero no sé como puedo ayudarte si me dejas inutilizado. :ewww:

    En fin, un cierre muy intrigante con este plot twist que personalmente, no esperaba. Me genera muchas preguntas este Cerv y su especie, su repentina aparición a estas alturas y ese conocimiento que dice que los humanos tienen. Muero por conocer más de todo esto y obviamente por ver el desenlace en Trailo, ya sea que muera Ybryr o siga reinando pese a la traición de algunos de los patriarcas y matriarcas. :yagami:

    Nos vemos a la próxima, amigo. Cuídate y un abrazo. :/*-*\:
     
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    Agus estresado

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    La Gran Catástrofe - Asfixiándose en la Oscuridad
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    Ciencia Ficción
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    Saludos. Pasaron muchos días desde que arrancamos con esta historia en febrero, y tuvimos cosillas en el medio. Pero hoy, 6 meses y un poco más de tiempo después, estamos finalizando con esto. La publicación de este capítulo marca el fin de esta historia secundaria, y ya podremos dar paso a la principal, la cual procederé a publicar también este mismo día.

    No hay noticias, pero sí dos cosillas a tener en cuenta.
    La primera: puede que quede alguna cosilla sin resolver al final de esta historia, pero eso no quiere decir que no se vaya a resolver jamás. Por algo esta no es una historia independiente, sino parte de un universo más grande.
    La segunda: al final de este capítulo dejaré una lista de preguntas, como suelo hacer casi siempre que se termina una historia de este universo.

    Quiero agradecer con cariño a mi gran amigo Manuvalk que ha estado leyendo y disfrutando de esta pequeña historia desde el día 1, y pese a ciertos inconvenientes con el foro, ha seguido haciéndolo. Ojalá este capítulo sea de su agrado.

    También agradezco a cualquier lector que haya llegado hasta aquí, sin importar el día o la fecha. Lo importante es que se llegó.

    Ahora sí, va el capítulo.






















    Estrella fugaz:

    Un grupo de alrededor de casi noventa seres humanos corría por campo abierto bajo el manto de la noche. Tan pronto como su plan de escape dio inicio, señalizado por la aparición del navío Explorador Esperanzado, ellos entraron en acción. Los militares con más experiencia dispararon en contra de los traliod que estaban escoltándolos de manera que pudieran tener una ventana para huir al haber liquidado a todos esos perseguidores. Inicialmente, todos eran más de cien personas, pero la resistencia de sus captores les arrebató las vidas de muchos otros humanos que quedaron muertos o heridos sin remedio.

    Solo un total de ochenta y tres seres humanos podían continuar en su huida hacia los muros en donde estaban buscando por una posibilidad de ser rescatados a futuro. Winter, Jessica, Iker y Artem se encontraban en aquel grupo de bastantes humanos. Sin perseguidores, solo tenían la noche sobre ellos, momento que los cuatro jóvenes aprovecharían para hablar entre sí mientras sus piernas se movían hacia adelante.

    — ¡Deberíamos aprovechar la próxima oportunidad que tengamos para escapar de aquí e irnos a buscar nuestras familias! — fue lo dicho por Jessica, que mientras corría, se sacó de un bolsillo del pantalón que llevaba puesto un dispositivo móvil de un militar — Tomé esto de uno de los cuerpos que estaban en el suelo. Podemos usarlo para tratar de encontrar su ubicación.

    — Estamos corriendo en el centro de este grupo — Artem miró que había casi la misma cantidad de soldados al frente y atrás — No podemos separarnos ahora mismo. Tenemos que buscar la manera de retroceder sin llamar la atención, y es allí cuando nos desviaremos.

    — Entonces vayamos aminorando nuestro paso — respondió Winter, empezando a hacer lo propio que estaba diciendo — Quiero partir rápido para que busquemos a nuestras familias. Si los que venían con nosotros mostraron resistencia, el resto también puede hacerlo.

    — Creo que no hará falta que bajemos la velocidad — Iker miró al frente mientras avanzaba — ¡Miren allá!

    Señaló hacia adelante, y los otros tres jóvenes fijaron sus vistas en ese preciso punto. Al hacerlo, vieron que un total de veinte seres humanos iban corriendo hacia sus posiciones. No veían a nadie cargando un arma militar en aquel grupo, e incluso se podía ver a tres hombres y mujeres adultos cargando en sus brazos a niños pequeños, de aquellos que habían nacido después de la llegada de la humanidad al planeta Tralio.

    Los soldados que tenían en el frente se detuvieron poco a poco, en terreno despejado, donde no tenían ningún lugar para cubrirse, habiendo solo una arboleda cercana en las proximidades. Quienes marcharon atrás hicieron lo propio, dejando a Winter, Iker, Jessica y Artem casi al final del grupo, lo que estos estaban queriendo lograr por su cuenta.

    Los que marchaban al frente tenían ganas de saber qué era lo que estaba ocurriendo con ese grupo, y fue por eso que no tardaron mucho en lanzar la primera pregunta ni bien los veinte nuevos humanos llegaron hacia su posición.

    — ¡¿Qué ocurrió?! — se notaba su preocupación al preguntar.

    — ¡Los traliod se las arreglaron para tomar una gran cantidad de armas! — comentó un hombre que tenía en brazos a su hija — ¡Empezaron a enfrentarse con los militares que venían con nosotros! ¡Nosotros no tenemos experiencia en combate, no queríamos estorbar, buscábamos proteger a nuestras familias, y, además, nos pareció una buena oportunidad para pedir refuerzos!

    — ¿Por qué no utilizaron los dispositivos para comunicarse y pedir ayuda? — cuestionó una mujer del ejército.

    — Lo intentaron, pero dijeron que la comunicación estaba caída — fue la respuesta de otra mujer, una que cargaba a otro niño.

    Esas palabras provocaron un ligero susto y algo de confusión en todos los humanos que se encontraban en ese grupo. Varios habían sido testigos de cómo la comandante Lara Furlan fue capaz de comunicarse en reiteradas ocasiones con el comandante Renji Yukimura cuando ambos estaban a kilómetros de distancia del navío, que contenía la tecnología usada para vincular sus dispositivos para comunicación. Después de haberlo visto pasar por encima de sus cabezas, les resultaba imposible creer que la comunicación estuviera caída.

    Cada militar tomó su dispositivo móvil, acto que Jessica también imitó, a lo que Winter, Iker y Artem le pusieron mucha atención. Todos intentaron activar la opción de realizar una llamada con sus dispositivos, pero ninguno tuvo éxito, para el desconcierto global de esos más de cien seres humanos a la intemperie.

    — ¿Por qué no funciona? — se extrañó una mujer en el ejército — El navío está cerca de nosotros ahora.

    — ¿Habrá interferencia? — un ingeniero en aquel grupo se cuestionó esa posibilidad.

    — ¿Por qué ahora sí y cuando el navío estaba en el otro continente no? — fue la respuesta de una mujer civil.

    Jessica, viendo que el dispositivo no estaba funcionando, miró a los ojos a cada uno de sus tres acompañantes para el cometido que tenían de ir a buscar los grupos en donde pudieran encontrarse sus familias.

    — Así no podremos comunicarnos con nadie — Winter señaló la peor parte — Si un grupo de traliod nos encuentra de casualidad y nos corta el paso, no tendremos cómo advertirlo.

    — Pero no podemos quedarnos quietos aquí sin hacer nada — Jessica se quejaba al respecto — Quizá solo sea una falla del sistema.

    — ¿Esperamos a que estén en línea y luego nos alejamos? — Artem propuso esa idea — Con la llegada de esta gente, dudo que escabullirnos sea sencillo, pero pronto se distraerán.

    — No quiero esperar demasiado — Jessica no estaba contenta con esa idea — Cinco minutos. Si no cambia nada, en cinco minutos nos moveremos hacia otro sitio.

    — Estoy de acuerdo en no esperar para siempre — Artem le contestó a la chica — Pero cinco minutos es muy poco. Una falla como esta podría tardar algo de tiempo en arreglarse. Diez minutos.

    — ¿Winter? — Jessica miró a su compañero queriendo conocer su opinión — ¿Tú que dices?

    — No me da buena espina todo esto — el chico temblaba al hablar sobre eso — Yo digo que no nos movamos hasta que los sistemas estén funcionando. Ya sea que tarde un minuto o una hora.

    — No sé si tenemos una hora — Jessica se preocupó al respecto — ¿Iker? Solo falta tu voto. ¿Iker?

    Cuando su compañera miró al joven Evanson, pudo notar que este se encontraba con el cuello extendido y con su cabeza apuntando al cielo. Por su mirada, casi parecía estar hipnotizado con algo. Eso le llamó la atención tanto a ella como a los otros dos chicos que esperaban a que él diera su respuesta, aunque parecía no haber podido escuchar la pregunta en primer lugar.

    — ¡Miren! — señaló el chico, apuntando al cielo y alertando a toda la gente — ¡Allá arriba en esa dirección!

    Por curiosidad, cada ser humano allí presente levantó la vista hacia el cielo, siguiendo el dedo índice de Iker, el cual les marcó la dirección en donde debían poner los ojos. Al hacerlo, pudieron ver como el negro cielo del planeta Tralio estaba siendo recorrido por un haz de luz que avanzaba en línea recta. Era un fenómeno bastante agradable a la vista, y la primera vez que veían uno de esos desde ese lugar.

    — Una estrella fugaz — Artem recordaba que le dijeron que ese fenómeno tenía nombre.

    Winter abrió los ojos muy sorprendido al escuchar las palabras que el novio de su hermana pronunció ante él. El chico no pudo evitar que el recuerdo de una conversación con su madre inundara su mente tan pronto como vio el rastro de luz que dejaba aquella estrella.

    — Para que el deseo se cumpla, hay que verla con tus propios ojos — pensó para sí mismo, consciente de que se cumplía esa condición — La estoy viendo. Quiere decir que puedo pedir un deseo…

    El chico ya no tenía la misma edad que la primera vez que habló acerca de ese tema, y veía la situación con algo más de incredulidad que antes, pero la esperanza de que quizá con un deseo podrían escapar a salvo lo cegó y lo llevó a pensar únicamente en lo que quería.

    — Espero que esto funcione… — Winter cerró los ojos tras ver la estrella por última vez — Deseo que todos nosotros seamos libres.

    Formulado su deseo, el chico abrió los ojos nuevamente, levantando la mirada al cielo y viendo como la luz se desvaneció en un instante del cielo, quedando la negrura de ese firmamento. Eso lo tomó por sorpresa, ya que fue todo tan rápido que no tuvo la oportunidad de ver la trayectoria en la que iría aquel objeto. Esperaba con gran entusiasmo que esa fuera la señal que necesitaba para confirmarle que su deseo se había cumplido.

    […]

    El patriarca Hufan se encontraba de pie sobre el suelo frío de la superficie de su mundo. En sus brazos sostenía el rifle que fue capaz de levantar del suelo, mientras intentaba huir del monarca que empezó a perseguirlo nada más se percató de que fueron traicionados. Su boca estaba lo más abierta que su mandíbula lo permitía, y su respiración estaba bastante agitada por el susto que acababa de pasar.

    Frente a él, tumbado en el suelo boca arriba, se encontraba Ybryr. El monarca yacía muerto a tan solo un metro de distancia de su asesino, el propio patriarca Hufan, que no terminaba de creer lo que había hecho. Vació todo el cargador del arma construida y mejorada por los humanos en contra de su enemigo, y de esos disparos, solamente tres llegaron hasta la parte de su rostro que el casco que cubría la cabeza de Ybryr tenía expuesta. Tal y como se esperaba, los disparos penetraron la piel y el cráneo del monarca traliod, quien cayó al suelo sin un solo rastro de vida en su cuerpo.

    Hufan seguía respirando de forma agitada por el miedo, y por la sensación que le produjo disparar por primera vez un arma que era de otra especie, ya que él nunca participó de las pruebas de estas más que como testigo. Cuando cayó en cuenta de que el tirano al que tanto despreciaba estaba muerto frente a él, solo unas palabras específicas pudieron salir de su cuerpo.

    — ¡Lo logré! — sabiendo que el arma le era inútil, la arrojó al suelo — ¡Maté a Ybryr! ¡Lo hice! ¡Está muerto! ¡Estás muerto, bastardo de mierda! ¡Toda tu maldita opresión sobre mi provincia se acaba de terminar, y pronto acabaremos con tu clan! ¡Lo logré, lo logré!

    Miembros del ejército del patriarca Hufan y la matriarca Yma, así como también aquellos que eran leales al monarca Ybryr, se quedaron mirando la escena tan pronto como los gritos eufóricos del patriarca Hufan les llamaron la atención. Poco a poco, se fueron acercando, y comprobaron que sus palabras eran ciertas. Ybryr, el líder del clan de cazadores que una vez tomó el poder para los suyos, yacía muerto en el suelo. Tres agujeros de bala en la cara, de los cuales no salía nada más que sangre.

    Los soldados armados con los garrotes de combate y los cañoneros que servían a quien acababa de fallecer estaban atónitos. Jamás creyeron que su líder pudiera ser asesinado en combate. Las esposas de Ybryr, al mismo tiempo que toda su descendencia, incrédulos ante una noticia como esa, se acercaron lentamente con la esperanza de que todo fuera un error y que el líder del clan se levantara triunfalmente para poder acabar con los traidores. Pero a medida que se acercaban, esa idea se iba desvaneciendo, sin saber cómo reaccionar a estar en medio de una guerra con los traidores sin tener al líder con ellos.

    Esa distracción fue un error fatal para todos ellos. Los cañoneros bajo las órdenes del patriarca y la matriarca rebeldes empezaron a lanzar otro ataque sobre todos ellos, a lo que le fue seguido una acometida de los soldados armados con garrotes y rifles. Todo fue tan repentino para ellos, en un instante en el que se encontraban mal parados ante el enemigo, y los ejércitos opositores no tardaron demasiado en tener la superioridad en la pelea.

    Hufan miró el cuerpo de Ybryr por dos minutos completos, y lo siguiente que hizo fue levantar la vista para ver como los guerreros que luchaban con él, al igual que cada integrante de su clan; esposas, hijos e hijas, eran asesinados progresivamente por quienes luchaban a su lado. Decidió no meterse en la pelea, y en lugar de eso, buscar a su compañera, la matriarca Yma.

    Ella se había alejado del conflicto tan pronto como estalló el combate, resguardándose con algunos de sus guardaespaldas. Cuando las cosas estuvieron más tranquilas, hecho que inició con la muerte del objetivo prioritario, ella se acercó para estar con quien había pactado una alianza.

    — Lo logramos — decía Yma con una sonrisa en su rostro — Este es el comienzo de nuestra era como gobernadores de Tralio.

    — Acabar con todos ellos es solo el principio — Hufan tenía decidido su siguiente movimiento — Los humanos nos han traicionado e intentan escapar de aquí.

    — Probablemente esa estructura que voló por encima de nosotros esté aquí para llevárselos — concluyó la matriarca — No puede ser casualidad. Lo tenían planeado todo de seguro.

    — Han sentenciado su futuro — Hufan tomó a su compañera de la mano — Yo pensaba que podríamos convivir junto a ellos como iguales… Pero ahora ya no les daré esa oportunidad. Acabaremos con los últimos miembros del clan de Ybryr y luego iremos tras ellos.

    Cuando ambos gobernadores de las provincias miraron de nuevo hacia el conflicto, pudieron ver como Aab, el hijo de Ybryr que había decapitado a Jil, terminó por ser acribillado a balazos en el torso mientras que su cabeza recibía golpes de garrote de parte de tres soldados más. No hubo manera en que no sonrieran con gran ímpetu cuando vieron eso con sus ojos. Era el último del clan de Ybryr en pie, y su muerte significó su extinción definitiva.

    — Ya no queda ningún rastro de ellos — Yma suspiró aliviada — No tenemos que preocuparnos por sufrir el mismo destino de nuestros compañeros nunca más.

    — Siempre soñé por la llegada de este día — Hufan se paró al costado de Yma — Ahora el reino es nuestro. Y dado a que los humanos nos han traicionado, solo será nuestro.

    — Mira eso — Yma levantó la cabeza al cielo — ¿Qué es esa luz?

    Hufan sintió curiosidad por ello, y al mirar hacia el cielo nocturno de su planeta, pudo ver el mismo rastro de luz que un grupo de seres humanos en otra porción del territorio de aquel mundo divisaron a lo lejos. Ninguno de los dos había visto algo así nunca, pese a haber llevado un largo período de vida en aquel mundo, por lo que esa luz que se veía les llamó un poco la atención. Sin embargo, el espectáculo no duraría mucho tiempo, ya que tan pronto como lo detectaron, desapareció de sus vistas en menos de tres segundos.

    — Hermoso — Hufan no tenía más palabras para eso — Tal vez sea una señal de que, en esta noche, una luz se ha encendido para nosotros dos.

    — Es bastante poético cuando lo pensamos así — Yma compartía esas palabras dichas por su compañero, con quien iba a compartir el reinado sobre toda su gente.

    […]

    — Sus sistemas están apagados — una voz se escuchó a través de un parlante colgado en la esquina de una sala — Buen trabajo, Cerv. Ahora no se irán a ninguna parte.

    — Con eso podremos motivarlos todavía más — un ser que tenía puesto un traje de color azul cubriendo todo su cuerpo y cabeza apreció el cumplido — Ya estoy preparado para partir. En menos de quince minutos estaremos de regreso.

    Cerv, quien había entablado contacto con el navío de la humanidad, para posteriormente dejarlo inhabilitado totalmente, anulando todos sus sistemas internos y comunicaciones, se puso de pie para próximamente cruzar una puerta rectangular que daba a la salida de la sala en donde se encontraba, la cual nada más tenía instalada una serie de máquinas con unos cinco monitores y teclados que controlaban varios sistemas a bordo de la nave en donde él se encontraba. Tan pronto como abandonó el lugar, el sitio quedó automáticamente en completa oscuridad, puesto a que un sistema de detección de presencia se encargaba de la iluminación.

    […]

    Tan pronto como el rastro de luz desapareció del cielo, el grupo de seres humanos que lo había divisado, gracias a que fue el joven Evanson quien lo apuntó, estaban preparándose para emprender el camino hacia el sitio en el que se estaba llevando a cabo un enfrentamiento entre algunos miembros del ejército de la humanidad y los traliod que los estaban atacando.

    Los militares en dicho grupo estaban interrogando a los civiles, con el fin de obtener toda la información que pudieran tener a disposición. Si alguno de ellos se había percatado de un detalle que valiera la pena considerar en lo que sería una misión de rescate, lo tenían que saber.

    Esa fue la distracción que Jessica, Winter, Artem y el mismo Iker aprovecharon para votar por el momento en el que se separarían del grupo para ir a buscar a sus familiares. El joven Evanson, quien fue el único que no emitió opinión respecto a ese tema, escuchó los argumentos de cada uno de sus compañeros para esperar cinco minutos, diez minutos o el tiempo que hiciera falta hasta que las comunicaciones estuvieran funcionando nuevamente. A él, sin embargo, se le ocurrió algo que creyó que sería mejor.

    — Ahora iremos a buscar a un grupo de humanos — Iker les hizo recordar — Yo digo que nos quedemos con este grupo hasta que podamos ser capaces de identificar si algún familiar nuestro se encuentra allí. Puede que el ruido de su enfrentamiento los esté atrayendo a ese lugar. Si no vemos a nadie de los nuestros, nos vamos de inmediato. Y si nos encontramos a alguien, esperamos a que todo termine y luego explicamos todo para marcharnos.

    — No lo había pensado así — fue lo dicho por Jessica, a la que le pareció una gran idea — Quien sabe. Quizá tenemos suerte y todos nuestros familiares están allí, o dirigiéndose a ese lugar.

    — Me quedaría más tranquilo si esperamos a que la comunicación esté en línea — Winter no se sentía cómodo con eso — Pero no pondré ninguna queja al respecto. Quizá mi padre esté acudiendo a ese lugar. Si es así, quisiera poder encontrarlo.

    Artem, sin tener mucho más que decir, levantó la vista para ver si algún otro haz de luz se podría divisar en el cielo, ya que le había gustado el primero que vio. Si bien, no fue ese el caso, sí que se empezó a escuchar un sonido extraño, el cuál provenía justo desde arriba de ellos.

    — ¿Qué es eso? — preguntó el joven a sus tres compañeros de huida.

    — Yo también lo escuchaba, pero creía que estaba loco — Winter le hizo saber eso — Es extraño…

    De repente, un zumbido resonó en toda la zona, con una potencia que cada ser humano presente allí lo escuchó, para extrañarse del origen de aquel ruido. Lo siguiente que ocurrió fue un impacto contra el suelo. Un objeto de gran tamaño, moviéndose a gran velocidad por el cielo, golpeó el suelo del territorio traliod violentamente, provocando una onda y una sacudida que terminó por noquear instantáneamente a todos los humanos que se encontraban allí.

    El objeto que cayó en el suelo era una nave espacial, protegida con un escudo de metal tan fuerte que terminó absorbiendo por completo del daño de un golpe tan violento dado contra el suelo. Los escudos que resguardaban el exterior de aquel vehículo espacial se movieron, dejando ver lo que era una puerta enorme que fue desplegada para luego extender una larga plataforma que entró en contacto contra el suelo.

    Cerv, quien había estado en el espacio hacía muy poco tiempo, fue el primero de un total de sesenta seres que iban ocultando su identidad con trajes de color azul y rojo. Al bajar, lo primero que hicieron fue un conteo general de todos los humanos que estaban noqueados en el suelo, vulnerables ante cualquier acto que estos quisieran realizar.

    — Aquí hay más de cien — comentó él para todos los que iban detrás — No nos los llevaremos a todos. A nosotros nos corresponde llevarnos únicamente a cien ejemplares. Siban se encargará de completar los doscientos con los humanos del otro planeta.

    — ¿A quiénes nos llevamos? — fue la pregunta de uno de sus acompañantes.

    — A los que tengamos más a nuestro alcance — Cerv fue tajante con sus palabras — No podemos andar haciendo una selección cuidadosa. Si lo desean, eviten cargar a los más pequeños y a los que estén cerca de ellos. Quizá no nos sean de mucha utilidad.

    Tras haber dicho esas palabras, el individuo de una especie desconocida, cuyo nombre reveló a Dmitri Koslov en su llamada, se acercó al joven Winter Lakor, y logró levantarlo del suelo casi sin problemas usando ambos brazos. Tan pronto como lo tuvo sujetado en brazos, empezó a caminar de regreso a su nave, cargando a quien sería el primer ser humano al que iban a ingresar a su vehículo.

    Siendo tan solo sesenta seres vivos, y con el objetivo de sustraer a un total de cien humanos, algunos entre todos los presentes tuvieron que realizar más de un viaje desde el interior de su nave hacia el exterior de la misma para poder tomar a los humanos y así cargarlos.

    Cerv había prometido que en menos de quince minutos estarían de regreso en el espacio, y lo cierto es que tan solo le bastó con diez. Una vez que los cien seres humanos que querían llevarse estaban dentro de la nave espacial, la puerta que usaron para salir se cerró. En tan solo un minuto, la nave que descendió de forma tan abrupta a la superficie de aquel planeta ya se encontraba en el aire, y en menos de veinte segundos, cruzó la atmósfera hacia el exterior, abandonando sin perder mucho tiempo el planeta Tralio.

    Los seres humanos que no fueron seleccionados para abordar esa nave no tardaron más de tres minutos en despertar, y notaron con terror como una enorme cantidad de los suyos ya no se encontraban presentes en ese lugar.

    — ¿Qué fue lo que pasó? — comentó uno de los hombres — ¿Qué nos golpeó? ¿Y a dónde se fueron los demás?

    […]

    Winter Lakor se encontraba tumbado inconsciente sobre una cama que se encontraba en una habitación bastante pequeña. Habían pasado tan solo ciento ochenta segundos desde que Cerv, quien lo tomó con sus propias manos, lo había dejado allí, y fue al siguiente segundo que este despertó.

    Muy asustado por no saber lo que había ocurrido, el chico abrió sus ojos y saltó de la cama con miedo. Nada encajaba para él en el momento en el que fue consciente del sitio en donde estaba. Paredes pintadas de un color anaranjado con franjas rojas en vertical lo estaban rodeando por completo, a excepción del suelo y el techo que estaban hechos de un metal gris. El chico podía sentir un poco de frío, cosa que le indicó que no había manera de que pudiera encontrarse en el planeta Tralio, ya que la temperatura en la noche de aquel mundo era muy agradable.

    — ¿Dónde estoy? — se preguntó para sí mismo, sin entender casi nada — ¿Cuánto tiempo estuve desmayado?

    El chico pronto empezó a pensar en lo que significaba estar en ese sitio siendo que hace unos instantes se encontraba junto a sus tres compañeros realizando las ultimaciones a los detalles para irse a buscar a sus familias. Era imposible encontrarse en el planeta en el que él y los suyos estaban siendo retenidos, y eso solo quería decir una cosa para él.

    — Mi deseo se cumplió… — pese a que tenía algo de fe, no podía creerlo por completo — Somos libres.

    Al mirar alrededor, no fue capaz de divisar nada que destacara del sitio en el que se encontraba, más allá de su cama y una puerta. Creyó que esa sería la salida hacia otro lugar en el que podría encontrarse con todos sus compañeros y con sus familiares. Con una sonrisa por saber que su deseo se había cumplido y que la humanidad había escapado de las garras de los traliod, Winter caminó hacia la puerta, con la intención de abrirla e irse a explorar ese lugar, que no tenía semejanza alguna con el navío en el que la humanidad había viajado.

    Pero las cosas no salieron como él creyó. La puerta no cedía de su sitio, y no estaba encontrando ninguna forma de poder irse de la habitación en la que se encontraba. El hecho de que estuviera encerrado le hizo cuestionarse si realmente era libre como lo había pensado al darse cuenta de que no se encontraba en Tralio.

    — ¡Mierda! — exclamó algo aterrado — ¡No soy libre! ¡Todo lo contrario, estoy encerrado sin poder irme de aquí!

    Enojado por todo eso, y con la necesidad de recibir respuestas, el joven Lakor empezó a patear la puerta en un intento de romperla o de forzarla, aunque sea lo suficiente para poder buscar una abertura que le pudiera sacar de allí. Estuvo durante un minuto dando patadas a esa puerta que le restringía el acceso al resto del lugar, y no consiguió ningún resultado. El metal del que estaba hecha era bastante resistente, y no cedía a ninguno de sus ataques o intentos por cambiar las cosas.

    Con algo de dolor y cansancio, el chico retrocedió un poco sobre sus pasos, para poder sentarse sobre su cama. No se había rendido, solo iba a descansar lo suficiente para poder levantarse y volver a intentarlo. Sin embargo, las cosas nuevamente le tomaron por sorpresa. El ruido de metales moviéndose le asustó un poco, y la puerta que estaba frente a él se movió hacia los costados, como si fuera corrediza dentro de la propia pared.

    Inmediatamente después, tres seres entraron por la misma, quedando los tres frente al chico. Uno de ellos tenía un traje de color azul, y los otros dos tenían trajes de color rojo. Siendo estos dos últimos quienes iban armados con lo que parecían ser rifles, Winter se aterró demasiado, ya que creía que lo iban a llevar a otro lugar en donde lo matarían o le harían daño.

    — Deja de patear la puerta, es imposible que un humano como tú la rompa — Cerv, el del traje azul, asustó al chico con esas palabras — Solo te vas a lastimar, y eso no te sirve a ti como no me sirve a mí.

    — ¿Quién eres? — no pudo preguntar otra cosa — ¿Cómo sabes que soy un humano? Tú no eres un traliod — Winter se dio cuenta de que tenía que ser de otra especie.

    — Me llamo Cerv — decidió revelarle su nombre al chico — Y tienes razón, no soy un traliod.

    — ¿Cómo sabes que soy humano? — el joven Lakor repitió su pregunta.

    — Sé muchas cosas sobre ustedes — Cerv mantuvo el misterio para con él — Pronto tú también sabrás muchas cosas sobre mí.

    — ¿Por qué no ahora? — Winter miró a los dos seres armados al preguntar — ¿Por qué tengo que esperar?

    — Porque ahora mismo estás bajo observación — un escalofrío recorrió la columna del chico cuando le dijeron eso — Una vez que terminemos de observarte, te revelaremos todo. Primero tenemos que analizar tu conducta y tomar las medidas de seguridad que nos sean necesarias.

    — ¿Dónde están los que venían conmigo? — Winter supo que no le sacaría otro tipo de información.

    — No están aquí, eso es todo lo que diré — Cerv le dio la espalda al chico y empezó a caminar a la salida — No hace falta que sepas mucho más.

    — ¡Espera! — Winter no se movió de su lugar por miedo — ¿Ellos están en el mismo lugar que yo? ¿O están en otro sitio lejano?

    — Pronto te traeremos algo de comer, por favor, deja de patear la puerta — Cerv ignoró la pregunta del chico — La próxima vez que nos veamos, será cuando elija contarte todo lo que necesitas saber. Por ahora me despido. Recuerda que estás bajo observación.

    — ¡No! ¡No te vayas!

    Casi contra todo instinto, Winter se levantó de su cama, solo para ver como los dos seres que tenían puesto el traje de protección de color rojo le apuntaron con sus armas. Con miedo a recibir daño, el chico se quedó parado en su lugar levantando ambas manos para hacerles saber que no era una amenaza para ninguno, y que sería innecesario que le dispararan.

    Siguiendo a Cerv, los dos seres que apuntaron contra el chico se retiraron de la sala. Tan pronto como salieron, Winter empezó a correr hacia la puerta en un intento de aprovechar esa abertura para escapar, pero no fue capaz de hacerlo, ya que esta se cerró rápidamente, bloqueándole el paso y el escape nuevamente.

    Enojado y asustado, el chico golpeó el metal de la puerta tres veces, solo para darse cuenta de que se terminaría lastimando inútilmente, puesto a que era demasiado resistente. Estaba totalmente abrumado por todo lo que había pasado. Había sido retirado del planeta Tralio, pero no tenía idea de si se encontraba en otro mundo o si se situaría en el espacio. En el planeta donde la humanidad aterrizó no había otra especie inteligente, y por eso pudo concluir que ya no podía encontrarse en el mundo en donde vivió desde los cinco años.

    El problema principal para él era que no tenía idea de nada. Estaba en un sitio desconocido, sin saber si su familia o sus compañeros estarían allí con él, y mucho menos sabía quiénes lo habían llevado hacia allí, o lo que querrían de él. Eso solo llevó a una posible conclusión para todo lo acontecido recientemente.

    — No soy libre — Winter pensó en el deseo que había pedido — Las estrellas fugaces no conceden deseos… Todo fue una mentira.

    Sin saber cómo reaccionar o qué era lo que debía hacer, el chico se sentó en la cama de su habitación, dándose cuenta de que esta tenía espacio para él y otra persona más, con algo de sobrante, siempre y cuando la otra persona fuera de su mismo tamaño. Movió la manta que tenía encima el colchón, y pudo ver que eso era todo lo que había. No había una sábana o una funda, al igual que también carecía de una almohada donde apoyar la cabeza.

    — Solo una manta un colchón — Winter miró en los alrededores, solo para no ver nada más — Y eso es todo lo que hay… ¿Quiénes son estos seres tan extraños?

    Un ruido se escuchó, y Winter pudo ver como una pequeña parte de la puerta se desprendía al momento que una bandeja con alimento era pasada por esa zona libre. El chico se acercó, y pudo ver una mano cubierta totalmente por el traje dejando esa bandeja en su habitación. Al analizarla detalladamente, el chico pudo ver un pequeño tazón con agua y un trozo de carne de forma circular arriba de un plato. En un pequeño recipiente había algo que parecía ser un vegetal, pero muy extraño, puesto a que tenía la forma de un tomate cherry con la diferencia de que este era de un color azul muy intenso.

    — Esa será tu comida, no dejes nada — dijo una voz diferente desde el exterior de su cuarto — Pasaré a buscar la bandeja con los recipientes cuando hayas terminado de comer. Tomate el tiempo que te haga falta.

    Winter supo que aquel ser sabría cuando volver a pasar a recoger las cosas dado a que Cerv le había indicado que estaba bajo observación. Miró a sus alrededores tratando de localizar o identificar una cámara que pudiera estarlo grabando, pero no llegó a ver nada. No tenía idea de cómo podrían estar observándolo si es que no era capaz de divisar un aparato para eso. Pero siendo que Cerv apareció tan pronto como dejó de darle patadas a la puerta y no antes, supo que debía ser verdad.

    Sin más remedio que comer o correr el riesgo de ganarse una nueva visita por no hacerlo, ya que se le pidió que no dejara nada, Winter se sentó en el suelo. Lo primero que hizo fue probar la carne, y al darle un mordisco, sintió un exquisito sabor en su paladar. Ni la carne más deliciosa de los animales que había comido alguna vez ya sea a bordo del navío o en el planeta Tralio fue tan sabrosa como esa. Quería continuar, pero antes probó lo que él creyó que eran verduras. Al hacerlo, se encontró con un sabor parecido a un tomate de los que se cultivaban en el planeta Tralio, gracias a las semillas que rescataron en su momento, con la diferencia de que este era más dulce. De lo rica que estaba la comida, Winter no tardó ni cinco minutos en acabar con todo. Una vez terminó, tomó toda el agua que había en el tazón, dejando escapar un ruido que indicaba total satisfacción.

    Solo tuvieron que pasar cuarenta segundos para que el ser que dejó la bandeja pasara de nuevo. Repentinamente, este la tomó en sus manos, llevándosela de allí, posiblemente para limpiar y reutilizar todo en el futuro.

    — En una de las paredes hay una puerta oculta — mencionó dicha voz desde afuera de la habitación — Allí encontrarás un baño para eliminar todos los desechos.

    Esa declaración sorprendió todavía más al chico, que no creía que en un muro de piedra pudieran ser capaces de ocultar algo así. Lo primero que hizo fue buscarlo en la pared de la derecha, y tras un fracaso en el intento, se movió para tratar de divisarlo en la de la izquierda. Solo le tomó unos segundos encontrar la puerta oculta que le habían mencionado, y al abrirla, Winter pudo ver un pequeño compartimiento en el que solo cabría una persona y nada más. En dicho compartimiento había un cuadrado con un hueco, que supuso que sería la salida de cualquier desecho que él pudiera eliminar.

    Asombrado con todo, pero igualmente asustado por no saber en dónde se encontraba, Winter se fue a recostar sobre la cama. Estaba ansioso por saber más acerca de todo lo que había pasado. No le gustaba estar en la oscuridad en cuanto a conocimiento. Quería saber lo más pronto posible si su madre, su padre, su hermana y el resto de la humanidad incluidos sus compañeros estaban a salvo. Con muchas preguntas en la cabeza, el chico se quedó mirando el techo durante seis horas hasta que finalmente el sueño lo invadió y lo derrotó, haciendo que se quedara dormido totalmente.

    […]

    Casi dos días habían pasado desde que llegó hacia ese lugar, y Winter no tenía forma de saberlo. Horas que eran imposibles de contar para él transcurrieron, y él lo sabía porque hasta ese momento ya había recibido comida unas cinco veces más contando la primera. Algo que notó de las dos veces que se fue a dormir en todo ese tiempo, era que la iluminación de la sala, compuesta de tres lámparas blancas en el techo, bajaba su intensidad cuando él se iba a dormir, y que no volvían a subir tras levantarse luego de despertar.

    En todo el tiempo que pasó, Winter estuvo muerto de la intriga que sentía por dentro. No tenía ninguna clase de información nueva, ni sobre Cerv, ni sobre su familia, o de la humanidad siquiera. Tras despertarse por primera vez, el joven Lakor habló para luego gritar exigiendo respuestas, a lo que no obtuvo nada más que silencio. Tal y como le prometió Cerv, solo lo vería de nuevo cuando fuera el momento de revelarle información, y siendo que nadie más entró en esa sala, ese momento parecía lejano.

    Unas horas después de que a Winter le dieran comida por quinta vez desde que llegó a aquel sitio, unos ruidos de pisadas se escucharon desde el exterior, anunciando la presencia de más de un individuo, y cuando se detuvieron, se dio cuenta de que fue justo al frente de la puerta de su lugar donde estaba siendo cautivo. El chico eligió apartarse hacia una esquina de la habitación, de manera que no diera a los que iban a entrar un indicio de que estaba preparándose para escapar, ya que no quería ser castigado.

    Lo que vio a continuación lo sorprendería en gran medida. Cuando la puerta se abrió, una chica que aparentaba tener su edad, pero a la que no había visto nunca en su vida fue ingresada al mismo sitio que él. Winter se sorprendió al ver a alguien de su edad a quien no pudiera identificar, y por eso le echó un vistazo para ver si no se estaba confundiendo. La chica que ingresó a la habitación era rubia, y de una estatura un poco más baja que la suya. Se sentía un poco extrañado con su forma de vestir, ya que su ropa no parecía estar sucia ni gastada, a diferencia de lo que él tenía encima. Incluso parecía estar arreglada para salir.

    Tan pronto como entró, la chica se dio la vuelta y empezó a empujar la puerta en un intento de querer escapar. Winter supo que eso no daría frutos, y que quizá podrían llegar a apuntarle con las armas como hicieron con él. Por eso mismo, el chico decidió hablarle para que se detuviera. Al acercarse, se vio un poco cautivado con el cuerpo tan atractivo que tenía la chica, al punto de que tuvo que hacer un esfuerzo para no distraerse mirándola.

    — Está cerrada, no podrás salir de esa forma — fueron las palabras de Winter.

    Cuando la chica lo escuchó hablar, se dio la vuelta, haciendo que la persona que sería su compañero en la celda se asombrara con lo linda que era su apariencia. Mientras él estaba ocupado mirándola, ella decidió empezar una comunicación con él.

    — ¿Sabes dónde estamos? — la chica le preguntó.

    — Solo sé que esta es una nave espacial — Winter llegó a esa conclusión tras pensar en los últimos acontecimientos antes de despertar allí dentro — Pero podríamos estar en cualquier rincón del universo ahora.

    — Tal parece que nos han dado la libertad de hablar entre nosotros — el chico le escuchó decir — ¿Crees que traigan a alguien más para que esté junto a nosotros?

    — Es difícil saberlo, yo he estado aquí dentro en solitario durante dos días — Winter realmente no estaba seguro de ello, él simplemente asumió que fueron dos porque se acostó a dormir siestas largas en solo dos ocasiones — Creí que estaría solo por mucho tiempo, pero no ha sido así.

    — Si vamos a estar encerrados aquí, creo que lo que deberíamos hacer al menos es conocernos — la chica extendió su mano como forma de saludo amistoso — Me llamo Sky.

    El chico se acercó a quien sería su compañera de encierro por órdenes de los seres de aquella especie y estrechó su mano, aceptando el saludo amistoso que le fue ofrecido.

    — Mi nombre es Winter — dijo, al tiempo que empezó a sonreírle, en un intento de empezar esa convivencia con buen pie, aunque no supieran cuanto podría durar.

    Asfixiándose en la Oscuridad ha concluido, pero La Gran Catástrofe continuará…





    Preguntas

    1. ¿Te ha gustado esta historia secundaria?
    2. ¿Crees que tuvo la cantidad correcta de capítulos o que debería haber tenido más o menos?
    3. ¿Ha cambiado tu top de personajes tras esta historia secundaria?
     
    • Reflexivo Reflexivo x 1
  3.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Hola, amigo. Vi que publicaste tanto el final de esta historia secundaria como el inicio de la parte VIII de la historia principal, por lo que decidí leer este capítulo por mi cuenta para que la leída en simultáneo implique que deba leer el comienzo de la siguiente parte, la cual me entusiasma ver. Seguro que me comprendes XD. Dicho esto, iré directamente al grano.

    En el inicio de este capítulo final podemos ver como los humanos han puesto su plan de escape en marcha, viendo principalmente al grupo formado por Artem, Iker, Jessica y Winter. Al encontrarse con un segundo grupo de humanos desarmados, conocen que las comunicaciones se han caído (acto hecho por la especie de Cerv en el anterior capítulo). Sin embargo, cuando se plantean diferentes estrategias a seguir, Iker se percata de lo que parece ser una estrella fugaz en el cielo, momento donde todos echan la vista al firmamento. Winter recuerda una conversación con su madre respecto a pedir un deseo cuando veas una estrella fugaz, por lo que el joven lo hace, deseando que todos puedan ser libres.

    La siguiente escena nos muestra algo que ha ocurrido, sorprendentemente, "fuera de pantalla". Ybryr yace muerto en el suelo con tres disparos en el rostro, suceso ocurrido gracias a la balacera que el patriarca Hufan ha proyectado sobre el monarca trailod. Habiendo asesinado a aquel que tanto odiaba, Hufan celebra con efusividad su muerte, lo que atrae a propios y extraños al área para confirmar el hecho. Esto sienta como una patada en el estómago para el bando de Ybryr, que empieza a sucumbir ante el entusiasmo y poderío de los traidores. Hufan se reencuentra con Yma, siendo ellos quiénes gobernaran Trailo de ahora en adelante, y mientras deciden que no habrá perdón para los humanos, esa misteriosa estrella fugaz vista en la anterior escena, es vista por el patriarca y matriarca. Ya desde el principio sospeché que eso no era una estrella fugaz, sino Cerv y sus homónimos. Pero bueno, dejémoslo en misterio hasta que llegue a comentar esa parte XD. Y esa parte, efectivamente, es prácticamente confirmada con una pequeña escena donde vemos a Cerv.

    Acto seguido pasamos a ver de nuevo a Winter, Iker, Jessica y Artem, aún debatiendo qué hacer a posteriori. No obstante, la caída abrupta de una nave en las proximidades termina sacudiendo a los humanos con una onda expansiva que los deja noqueados. De esta nave, evidentemente, salen Cerv y los suyos, con armaduras al estilo de caballeros espaciales. Y aquí viene lo que confirma el suceso en el final de la parte VII: Cerv y su especie están detrás de los secuestros a humanos en Edagr. Ya que este personaje menciona que ya tienen doscientos humanos del "otro planeta" y solo necesitan cien de Trailo. Esto me genera muchas preguntas: ¿cómo Cerv y su especie hallaron a los humanos de Edagr y Trailo sin tener estos una conexión entre sí? ¿Qué objetivo tienen con esa recolecta de humanos? ¿Van a experimentar con ellos? ¿Qué conocimientos tienen los humanos que tanto anhelan estos seres? En fin, más dudas que confirmaciones, aunque el hype queda por las nubes.

    Winter despierta poco después en un habitáculo, donde pronto descubre que no es libre sino que está retenido. Sus pataletas atraen la presencia de Cerv y dos guardias, los cuáles le revelan poca información más allá de que está bajo observación. Sin haber podido sonsacar información sobre el paradero de sus amigos, el joven Lakor se resigna a esperar. En el proceso, le entregan comida (la cual parece que estaba deliciosa XD) y le indican que tiene hasta un baño para sus necesidades. Tras esto, Winter cae rendido al sueño. Finalmente, el capítulo acaba con la escena con la que acaba la parte VII: Sky, la hija de Thomas y Gwyn, es encerrada junto a Winter en ese habitáculo.

    Bueno amigo, fue un gran cierre y conecta perfecto con la parte VII y VIII, así que me muero por ganas de ver que viene a continuación. Contestaré a tus preguntas:

    1. ¿Te ha gustado esta historia secundaria?
    - En efecto, no pensé que fuera a tener tanta relevancia pero en estos últimos capítulos así ha sido. La humanidad (lo que queda de ella) pronto se reunirá, parece, pero bajo el control de Cerv y su especie mientras los trailod siguen en el tablero. Muy interesante lo que se viene.

    2. ¿Crees que tuvo la cantidad correcta de capítulos o que debería haber tenido más o menos?
    - Estuvo bien de duración y cantidad en general, quizá unos capítulos menos no hubiesen venido mal. Tal vez la trama se podría haber concentrado un poco más, pero en general ha estado bien y no hay queja.

    3. ¿Ha cambiado tu top de personajes tras esta historia secundaria?
    - Aunque hay algún que otro personaje que me ha agradado (Winter, Renji...) no creo que sea suficiente como para ingresarlos en el top de la historia principal. Ahora que tiene pinta de que estarán en la parte VIII, tal vez ahí si puedan llegar a ganarse definitivamente el puesto.
     
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  4.  
    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Ya que hace bastante que no comento por acá, decidí empezar con 2 capítulos en vez de uno solo.

    Veo que es una historia paralela a la del cast principal. Como suponía, no vimos lo último de los rusos aún. Están en su propia odisea por el universo buscando un nuevo planeta en el que asentarse, ya que carecen de la ventaja de la información sobre planetas habitables que poseían los edagrianos. No solo eso, sino que los líderes de esta flota iniciaron una campaña de odio a gran escala contra el grupo protagonista de la historia. ¿Serán esto las semillas de una nueva rivalidad a lo Zenith y Black Meteor a inicios de la saga?
    También descubrimos que hay familiares de Ace en esta nave.

    En el segundo capítulo vemos el inicio de una generación de cadetes rusos. Lo primero que pensé con esto fue si este spin off será, al menos en parte, un reflejo de la Parte 1 (con todo eso de la propaganda de odio, y de seguir un grupo de peleadores novatos en los inicios de sus carreras). Si es el caso, será interesante contrastar ambas historias, ya que llevás más años de experiencia escribiendo ahora que en la Parte 1. Eso, y que los cadetes rusos empiezan su historia en el espacio y esperando encontrarse con aliens, a diferencia de los nórdicos que empezaron en la Tierra y nunca se vieron venir los peligros con los que se toparon en las estrellas.

    Eso es todo por ahora. Ni idea a qué ritmo me vaya a leer esta parte. Mi vida ha sido un caos este año (en parte por eso tardé tanto en volver). Capaz sea el ritmo de siempre, o más lento, o me maratoneé capítulos por darme el venazo. Pero estaré atento en cualquier caso.

    Un saludo!
     
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