One-shot de Naruto - La familia crece

Personajes: Kakashi; OC
Palabra: perro
Actividad: palabra por palabra

La familia crece​

Nueve perros, un pato y ahora, otro perro se sumaba a su hogar. Fuyuki insistía, a Kakashi le encantaban los perros, pero ya tenía bastante en casa. En poco tiempo, de vivir solo pasó a tener novia, quien se convirtió en su esposa y madre de sus hijos. Y aunque los niños estaban encantados con el nuevo miembro de la familia, él sólo pensaba que era otra boca qué alimentar.

Miró al perro que le movía la cola desde el suelo. Era bonito, aunque no era de raza alguna, una de esas cruzas de calle con vereda que no sabrías decirme a qué raza pertenecía ninguno de sus progenitores.

Fuyuki lo tomó en brazos y puso su mejor cara con el perrito en sus brazos intentando convencer a Kakashi de que fuera su nuevo inquilino. Y éste, al igual que el pato, no era un perro especial. No, no, era un animalito común y corriente, tal y como el resto de las mascotas. Él pensó si se llevaría bien con sus niken y de repente, esfumó esos pensamientos de su mente. Pensar en algo así era suficiente como para estar a un paso de dar el sí. Y era un no.

Debía ser un no.

Fuyuki dejó al can en el suelo y éste, salió corriendo detrás de Anzu y Kazuki, los hijos de Kakashi y Fuyuki. Pakkun les advirtió sobre esto, pero estaban tan metidos en la conversación que ninguno escuchó al nikken.

—Un día me iré de aquí —dijo Pakkun en un gruñido que pasó desapercibido, saliendo por detrás de ellos mientras la pareja seguía discutiendo sobre las ventajas y desventajas de tener un perro más en casa.

De pronto, se escuchó una explosión en el jardín y no pudieron más que salir corriendo a ver lo que había sucedido. Kakashi quedó con los ojos en blanco y su mujer puso el grito en el cielo al instante siguiente. Los niños estaban cubiertos de tierra, que se había convertido ya en barro debido al caño que habían roto que actuaba a modo de fuente en el jardín ¡y no sólo eso! Kazuki le hizo una gran demostración de cómo había logrado hacer eso ¡manejaba el elemento rayo! Era apenas un niño de cinco años.

Kakashi apenas vio las chispas formarse en la mano del niño, lo detuvo antes de hiciera alguna otra locura y tuviera que pagar la casa por nueva. Mientras, el perro lo miraba moviendo la cola y saltando dando algún ladrido bastante contento por todo lo sucedido.

Fuyuki, tapó el caño roto gracias al hielo, elemento que dominaba a la perfección, así, evitó que su jardín se convirtiera en un lago hasta que arreglaran la tubería rota.

—¿Cómo…?

—No lo sé —respondió Kakashi encogiéndose de hombros— arreglaré esto.

—Y ustedes, a bañarse —dijo severa ella con una mano en la cintura y la otra señalando el interior de la casa. Los gemelos no tardaron en correr dentro y el perrito, también los iba a seguir de no ser porque Fuyuki lo atrapó, que también, estaba en las mismas condiciones que sus hijos— tú te encargarás de Aki-chan —dijo entregándole al pequeño a su esposo.

—Espera, espera ¿ya tiene nombre?

—Por supuesto ¿O creías que se iba a quedar aquí sin tener cómo llamarlo?

El suspiro que dio él fue largo y pesado, mirando al perro todo sucio que encima, se sacudió encima suyo, ensuciándolo también. Fuyuki se acercó y le dio un beso en la mejilla, entrando a vigilar que los gemelos no fueran a destruir el cuarto de baño en un descuido.

Así, el ahora Hokage quedó mirando al can, buscando un fuentón para darle un buen baño. Lo vio de nuevo: un poco sucio, pero muy entusiasta y alegre, en ningún momento, había dejado de moverle la cola.

Kakashi se rio y se encogió de hombros. No estaba mal otro integrante más en la casa.

Aki-chan, ya tenía un nuevo hogar.