La elegida [SessKag]

¡Hola! Bueno les traigo el prólogo de una de mis historias antiguas, espero la disfruten, siento que sea corto pero es apenas el comienzo ;D

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece así como ninguno de sus personajes.

Prólogo.

“La oscuridad me rodea, lucharé por no dejarme llevar, mi batalla que no tiene final… luz y oscuridad, bien y mal. Un sendero oscuro se halla ante mí, cerrado para cualquiera; el caminarlo es arriesgado hasta para mí, es largo… el corazón de una Miko es misterioso y cambiante, para poder caminar el sendero el alma del elegido debe ser puro y sencillo, pero no lo hará solo tendrá un acompañante como el agua, cambiante para bien o mal. El pasado se unirá al futuro, la luna se inclinara ante el sol… en ese momento la luz me envolverá y el camino se abrirá ante el viajero del tiempo…”​

Dejo el pincel a un lado del pergamino, lo enrollo y lo sello. Mi final es próximo lo siento, tomo mi espada, mi compañera se sitúa a mi lado, le sonrío, ésta ronronea junto a mi tobillo… mi corazón da un brinco. Los siento, miles de espíritus y monstruos se acercan, nunca he tenido miedo y no comenzaré ahora, sabía que mi historia acabaría pero una parte de mí se quedaría trayendo el caos y la destrucción, no podía hacer nada mi destino ya estaba fijado.

—Kirara vamos —le digo a mi compañera.

Ésta se transforma dejando de ser una dócil gatita para convertirse en una imponente compañera de pelea, monto sobre ella, mi mirada cae por última vez sobre aquel pergamino que dejo atrás… esperanza era lo único que podía dejar.

—Midoriko-sama —volteo hacia la proveedora de la voz—. ¿Regresara?

Me veo obligada a sonreírle, tiene miedo lo puedo sentir.

—Regresaré a mi tiempo —respondo, dejando a la pequeña confundida.

Salgo del templo sobre Kirara, me elevo con ella, es gratificante sentir la brisa en mi rostro… los veo, el cielo se oscurece, se lo que viene ahora, toco donde se encuentra mi corazón.

—Es la hora —susurro, desvaino mi arma—. Todo dependerá de ella… mi yo.

Jojo. Eso es todo por ahora amigas (os), espero sus comentarios o críticas constructivas o destructivas xD todo es bien recibido.

Un beso.

FiraLili.

 

¡Les he traído la continuación! Sipi, esta vez estoy de ánimos para escribir y reeditar, por lo tanto fue rápido. Espero lo disfruten.

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece así como ninguno de sus personajes.

La elegida​

Capitulo Uno.- El sueño​

Un suspiro se escapa de la boca de una joven estudiante universitaria.

—Prefiero estar en la época feudal, por lo menos ahí no hay que ir a clases —pensaba una muchacha de 19 años próxima a cumplir 20, de estatura media, pelo azabache, ojos color celeste y de nombre Kagome Higurashi.

La profesora de Literatura antigua seguía leyendo una poesía del siglo XX sin percatarse de la poca atención que tenía de sus alumnos, aburrida eso era un calificativo perfecto para la clase… suena el timbre anunciando el fin de la clase y del día, para fortunas de los presentes que estaban a punto de caer muertos.

—Por favor lean la pagina 128 mañana haré un examen de esa página, eso es todo pueden retirarse —dijo la profesora antes de salir del aula.

Las quejas comenzaron a oírse por todo el salón.

—Genial —dijo Kagome molesta.

Guardó todo su material en su mochila y se apresuró a alcanzar a sus tres mejores amigas que a pesar del paso del tiempo seguían juntas.

—Yuca, Eri, Ayumi —gritó corriendo a encontrase con sus amigas.

—Kagome, ¿por qué tardaste? —preguntaron las tres al mismo tiempo.

—La profesora de Literatura —dijo como si eso explicara todo.

Comenzaron a caminar hacia la salida del instituto a paso lento y rítmico.

—Ah, entiendo mañana hará examen —adivinó Eri suspirando.

—Sí…

—¿Y qué página te dio? —preguntó Ayumi interesada.

—La 128 —respondió Kagome.

Las tres torcieron el gesto con terror.

—Les dio la más difícil, amiga te deseo lo mejor —le deseó Yuca, dándole una palmada en su hombro intentando mostrar simpatía.

—¿Difícil? ¿Por qué? —preguntó Kagome entre confundida y preocupada.

—Bueno pues es que la verdad no entiendo porque la pusieron en un libro de poesía —le contestó Ayumi—, puesto que esa lectura no es una poesía es más como… mmm una profecía —terminó algo tímida.

—Sí, Ayumi tiene razón y por eso es más difícil de comprender, nosotras hasta ahora no la entendemos —confirmó Yuca, cruzándose de brazos y dando un leve cabezazo.

—Bueno, entonces me voy a casa a ponerme a estudiar —replicó Kagome—, adiós, chicas, hasta mañana.

Cuando Kagome se quedó sola, sacó su libro pero antes de que pudiera buscar la página el autobús llego interrumpiendo su búsqueda.

—Qué más da —se subió al bus.

A penas llegó Kagome a su casa subió a su cuarto y se acostó, estaba muy cansada.

—Solo 10 minutos —dijo mientras se abandonaba en un sueño profundo.

“Oscuridad sólo eso hay, Miko” ​

Kagome se volteó intentando localizar al dueño de la voz ​

“Para que intentas luchar contra lo que no puedes, entrégate a la oscuridad”.​

—Eso jamás —gritó ella.​

“¿Por qué luchas?”​

—Porque esa es mi obligación.​

“¿Por qué pones tu vida en peligro?”​

—Porque mis amigos igual la ponen el peligro por mí y también él… Inuyasha al que amo.​

“¿Él te ama?”​

—Eso a ti no te incumbe.​

“¿Por qué amas a alguien que no te ama?”​

—NO TE INTERESA.​

“¿Por qué le sigue esperando?”​

—Porque yo… yo…​

“¿Por qué?”​

—Lo amo…​

“¿Estás segura?”​

—Yo…​

“Si dudas tu corazón de Miko se cubrirá de oscuridad”​

—¿Quién eres tú? ¿Por qué me dices todo esto? —peguntó Kagome molesta y confundida.​

“Soy tú pero al mismo tiempo no lo soy”​

—Tú eres yo… pero eso es imposible.​

“No… todo es posible tú eres la salvación, tú eres la luz… eres el sol”​

—No te comprendo…​

“Búscalo… “​

—¿A quién?​

“Busca a tu compañero… contrario e igual”​

—¿Compañero? ¿Contrario e igual? A que te refieres…​

“Ve y búscalo… corazón de Miko”​

—Espera…​

Kagome se levantó de golpe, con la respiración agitada y sudaba.

—¿Qué fue eso? —pensó algo asustada.

Se levantó temblorosa mientras se daba cuenta que ya había oscurecido, se dirigió al baño para tomar una ducha, cuando se sumergió en el agua caliente sus músculos se relajaron al contacto del agua aunque su mente siguiera confusa después de media hora sin poder relajarse decidió salir, aún con muchas dudas.

¿Quién era esa voz? ¿Por qué decía que era ella?

—Esto es muy confuso —se dijo Kagome masajeado sus sienes.

Lo primero que ve al entrar a su cuarto es su libro de poesía.

—Bueno no me vendrá mal leer algo y de paso estudiar para mañana —dijo mientras se sentaba en su escritorio y abría el dichoso libro—, pagina 128… aquí esta, el poema se titula “Esperanza” su autor es desconocido, la fecha de publicación igual es desconocida aunque por su antigüedad se puede decir que tiene más de 600 años…

En ese momento Kagome detiene su lectura su mente procesaba la información obtenida… 600 años atrás significaba que era más antiguo puesto que ella solo regresaba 500 años atrás, la curiosidad le gano y comenzó a leer.

—La oscuridad me rodea, lucharé por no dejarme llevar, mi batalla que no tiene final… luz y oscuridad, bien y mal. Un sendero oscuro se halla ante mí, cerrado para cualquiera; el caminarlo es arriesgado hasta para mí, es largo… el corazón de una Miko es misterioso y cambiante, para poder caminar el sendero el alma del elegido debe ser puro y sencillo pero no lo hará solo tendrá un acompañante como el agua, cambiante para bien o mal. El pasado se unirá al futuro, la luna se inclinara ante el sol… en ese momento la luz me envolverá y el camino se abrirá ante el viajero del tiempo… —Kagome terminó de leerlo con un ligero temblor en sus labios.

Las manos de Kagome no pudieron seguir sosteniendo el libro, éste cayó al suelo cerrándose por el impacto, el sueño que había tenido hace poco regreso a su mente…

“Oscuridad sólo eso hay, Miko”

“Si dudas tu corazón de Miko se cubrirá de oscuridad”

“Soy tú pero al mismo tiempo no lo soy”

“No… todo es posible tú eres la salvación, tú eres la luz… eres el sol”

“Busca a tu compañero… contrario e igual”

“Ve y búscalo… corazón de Miko”

—No puede ser… sólo es una coincidencia, sólo eso —dijo asustada.

Después de varias inhalaciones y exhalaciones profundas, alargó su mano para levantar el libro pero el sonido de su puerta la sobresalto haciendo que se volteara rápidamente con temor.

—¿Hija todo bien? —preguntó su madre con una cara preocupada.

—Si madre, es sólo que me asustaste —le respondió aún asustada.

—Lo siento es que venía a preguntarte si vas a cenar —contestó su madre ya con su habitual sonrisa.

—Enseguida bajo —replicó con una sonrisa algo vacilante.

Cuando su madre se hubo marchado Kagome miró su libro por última vez antes de salir de su cuarto dejando el libro en el suelo.

—Sólo una coincidencia…

Fue lo último que se oyó de la boca de la estudiante antes de cerrar la puerta de su cuarto, en la oscuridad de la noche la luna ilumino un libro que yacía a los pies de un escritorio, mientras una corriente que se coló a la habitación la recorrió abriendo el libro en la página 128…

“Corazón de Miko no dudes”​

Continuara.

OwO Amo el suspenso y el misterio. Bueno espero les haya gustado y les haya dejado un buen sabor de boca D: y si no pueden decirme de cosas.

Gracias por los comentarios y los likes.

Un beso y un abrazo.

FiraLili.

 

¡Hola! Volví con otro capítulo, ojala sea de su completo agrado, los capítulos por el momento no son largos pero tenedme paciencia poco a poco se irán alargando.

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece así como ninguno de sus personajes.

Advertencia: ¿OcC?

La elegida​

Capitulo Dos.- Adiós​

Kagome cenaba la deliciosa comida que su madre había preparado pero su mente estaba en otra parte más concretamente en el libro que estaba en su habitación.

—Gracias por la comida —agradeció al terminar de comer.

—De nada, Kagome. Hija deja los platos yo los lavo —le informó su madre.

—Pero… —intentó protestar.

—No, nada de “peros”, estás distraída ve y acuéstate un rato —le ordenó.

—De acuerdo. Gracias mamá —le agradeció dejando los platos en el lavaplatos.

Subió a su habitación, a paso lento la verdad no quería llegar cuando estuvo frente a la puerta su mano tembló al tocar la perilla.

—Vamos Kagome has enfrentado espíritus, monstruos y quien sabes que más y no puedes con un libro —se animó mentalmente.

Con un suspiro giró la perilla lentamente, encontró su habitación como la había dejado excepto por el libro que ahora se hallaba abierto, tragó saliva antes de acercarse a recogerlo cuando se hubo reincorporado con el libro entre las manos no pudo describir el deseo que surgió en su interior… tenía que volver al feudal, con la mente aún confusa sacó del armario el traje de sacerdotisa que Kaede había confeccionado para ella con la tela de las ratas del hielo, una tela aún más resistente que la del traje de Inuyasha, tenía el mismo diseño que el de Kikio solo que de distinto color.

Se colocó la camisa blanca la tela se deslizaba con suavidad por su morena piel, sus manos acomodaron bien el traje, se puso la Hakama de color azul pálido ciñéndola a su cintura con un lazo del mismo color, se colocó los tabis (calcetines blancos) y se calzó las sandalias que se amarraban al tobillo, cuando hubo terminado de vestirse salió del cuarto lo más silencioso que pudo dirigiéndose al baño… al colocarse frente al espejo de cuerpo completo que había ahí se fijó por primera vez que su cabello le llegaba más debajo de las caderas con un suspiro de angustia sintió que esta era la última vez que estaría en casa, una lágrima solitaria recorrió su mejilla perdiéndose en su cuello.

—¿Te vas?

Ella se volteó sobresaltada, encontrándose con su madre con una sonrisa triste.

—Mamá yo… —intentó responder, sin poder hallar las palabras adecuadas para explicar su regreso al feudal antes de tiempo y el presentimiento de que no iba a volver.

Naomi se acercó, acunándola entre sus brazos, entendiendo el deseo de su hija aun a pesar del temor a perderla… también tenía ese mal presentimiento pero sabía que ante todo la obligación de ella era ir, con su corazón latiendo dolorosamente contra su pecho, apretó más el abrazo ya que comprendía que esta podría ser la última vez que tendría a su hija entre ellos.

—Te ves hermosa hija, te amo… nunca lo olvides —le susurró con tristeza.

Kagome se aferró a la blusa de su madre.

—Yo igual… yo igual.

La madre de Kagome alzó la vista, el sentimiento de amor que le profesaba a su hija era un lazo que ni el tiempo rompería, sus ojos cristalizados observaron desde la ventana la noche y…

La luna.

—Amo, ¿qué observa? —preguntó un pequeño Youkai de color verde con una báculo de madera con dos cabeza talladas que era más alto que él.

El Daiyokai de cabello plateado ojos dorados retiró la vista de astro y la posó en su acompañante, éste retrocedió asustado.

—Lo siento, amo —susurró bajando la cabeza.

El silencio se apodero del lugar, el cual fue roto por los rápidos pasos de…

—Sesshomaru-sama, Rin encontró comida —anunció una pequeña niña de cabello azabache y ojos dulces, con una gran sonrisa en sus labios que remataba con las frutas que tenía entre sus brazos.

—Rin no molestes al amo —regañó Yaken.

—Lo siento Yaken-sama —contestó triste para luego mostrar una sonrisa—. Yaken-sama, ¿me acompaña a buscar flores?

—¿Yo? Claro que no niña que ¿crees que soy? Tu niñer…

—Yaken acompáñala —ordenó el Taiyokai.

—Sí, amo —respondió Yaken rápidamente.

Sesshomaru los siguió con la vista hasta que se perdieron entre unos árboles, comenzó a caminar sin dirección, solo, a caminar bajo la Luna.

Sus pasos se perdían en la hierba, ya llevaba unas horas caminando, decidiendo que era hora de regresar giró sobre sus talones pero algo le llamo la atención, un claro que era bañado por la luz del astro nocturno y en medio del claro un…

Pozo.

Kagome miraba fijamente el pozo con pasos vacilantes bajó las escaleras y se situó enfrente, lentamente se giró echando una última mirada a su madre, a su hermano y a su abuelo, con firmeza agarró el arco, las flechas sonaron cuando ella se giró bruscamente, apoyó una rodilla sobre el pozo pero antes de que pudiera impulsarse la detuvieron.

—Espera hermana —pidió Souta bajando rápidamente por las escaleras.

11:54 p.m​

Ella se volteó preocupada por su hermanito, al tenerlo enfrente éste se lanzó a sus brazos.

—Souta…

Kagome se soltó delicadamente del abrazo de su hermanito, se hincó para quedar a su altura dejando a un lado el arco para tomar entre sus manos la cara de él. La parte más difícil ahora venía.

—Me tengo que ir —le susurró con ternura.

—Lo sé… pero siento que no volverás, tengo un mal presentimiento —le dijo con angustia.

—Yo igual, Souta, pero —alzó la vista, su madre y su abuelo la miraban con tristeza y entendimiento—, es mi deber ir.

Ella atrajo a su hermano a su pecho y lo abrazó con temor y amor, con todo el amor que sentía, cuando se separaron él llevo su mano a su pantalón sacando una cajita de terciopelo, se la tendió.

—¿Qué es esto? —preguntó curiosa tomando la cajita en sus manos.

—Tu regalo de cumpleaños, como mañana no estarás aquí te lo quiero dar por anticipado —susurró con timidez.

11:56 p.m​

Ella le acarició su cabello con ternura.

—Gracias.

Se levantó, con una sonrisa se despidió de su madre y de su abuelo.

—Hija quiero que me prometas que pase lo que pase, siempre miraras al futuro y seguirás hacia adelante —pidió ella.

—Te lo prometo mamá… abuelo gracias por todas tus historias y —le empezó a decir, metió su mano entre sus ropas sacando un pequeño fragmento de lo que parecía ser de cristal—, mira, un fragmento de la perla de Shikon.

11:58 p.m​

Su abuelo sonrió encantado por ver un verdadero fragmento de esa perla tan codiciada, ella volvió a guardar el fragmento entre sus ropas, recogió su arco…

11:59 p.m​

Ya no llevaba su mochila, hace 3 años había decidido ya no llevarla pues sólo estorbaba en las batallas, con una mirada determinada se encaramó en el pozo…

—Adiós…

Fue lo último que dijo antes de saltar y una brillante luz morada se la tragara…

00:00 a.m​

—Feliz cumpleaños hermana…

00:01 a.m​

El pozo se selló.

Continuara.

 

Hola. Volví ya con la continuación y con el tráiler oficial de este FanFic, el tráiler lo pueden ver al final de capitulo. Disfrútenlo.

Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes.

Advertencias: Posible OcC

La elegida​

​

Capitulo Tres.- No hay vuelta hacia atrás​

00:00 a.m​

El corazón de Kagome latió muy fuerte, una luz celeste salió de su pecho dispersando la morada una onda de poder emano de ella mareándola….

00:00:30 a.m​

El tiempo se suspendió.

—¿Qué paso? —preguntó mientras estaba suspendida entre ambos tiempos.​

​

“Llegaste Miko, ahora deberás tomar una decisión”​

​

—De nuevo tú…​

​

“¿Lista?”​

​

—¿Lista para qué?​

​

“Para tu decisión”​

​

—¿Decisión? ¿Qué decisión? ¿De qué me hablas?​

​

“Mi poder se ha manifestado en ti… es hora”​

​

—Tu poder… en mí… ¿Por qué?​

​

“Tú eres yo, yo soy tú… ahora debes decidir, ir o regresar”​

​

—Pero yo…​

​

“Sólo hay un viaje decide con sabiduría”​

​

—…​

​

“La duda no debe existir, tu decisión es única no habrá vuelta atrás… decide bien”​

​

La voz se apagó como al final de una canción.​

​

—¡ESPERA! Eso significa que nunca volveré a ver a mi familia o a Inuyasha, si tengo que elegir siempre deberé dejar a alguien— replicó a la voz.​

​

Silencio fue lo que obtuvo.​

​

—¡RESPONDE! —gritó molesta.​

​

Silencio volvió a obtener.​

​

Kagome cerró los ojos reteniendo las lágrimas, decidir entre su familia o Inuyasha… un suspiro salió de sus labios dejando caer sus manos rendidas a un constado soltando inocentemente la cajita de terciopelo que quedó suspendido como todo en ese momento… sólo una oportunidad y dos opciones, ¿cómo elegir?​

​

Su familia, por unos segundos la sonrisa de su madre, la inocencia de Souta, las locuras de su abuelo y los ronroneos de Buyo pasaron por mente recordándole todo lo que vivió con ellos pero… las imágenes de Inuyasha orgulloso, de la fiel Sango, del pervertido Miroku, del cariñoso Shippo y la tierna Kirara la inundaron igual… una luz broto de entre sus ropas.​

​

—El fragmento de la Shikon —pensó ella, con cuidado lo sacó éste tenía un brillo ¡¿OPACO?!​

​

—¿Por qué está opaco?​

​

“Porque estás dudando”​

​

—¡TÚ OTRA VEZ!​

​

“Nunca me he ido”​

​

—Genial —dijo sarcástica ella, apretando el fragmento inocentemente.​

​

“El tiempo se ha agotado ahora debes elegir”​

​

—¡QUE! No, yo…​

​

“Es la hora si dudas más quedaras atrapada en esta dimensión…”​

​

00:00:31 a.m​

​

El tiempo volvió a transcurrir.​

​

—Yo…​

​

La voz de Souta le llego “Feliz cumpleaños hermana…”​

00:00:50 a.m​

​

Duda…​

​

00:00:52 a.m​

​

Brillo opaco…​

​

00:00:54 a.m​

​

Lágrimas…​

​

00:00:56 a.m​

​

Decisión…​

​

00:00:58 a.m​

​

-Yo iré al…​

​

00:00:59 a.m​

​

-… feudal​

​

00:01 a.m​

​

El pozo se selló.​

0-0-0-0-0​

Kagome se encontraba sentada en una esquina del pozo, no sabía si había hecho lo correcto al elegir ir al feudal pero la decisión ya fue tomada y no hay vuelta atrás, con trabajo se reincorporó del suelo, al alzar su vista se encontró con el cielo estrellado y la Luna en todo su esplendor una sonrisa melancólica adorno sus labios, al dar un paso golpeó algo pequeño, una piedra pensó ella pero al enfocar bien su vista vio que era la cajita de terciopelo.

—Souta…

Al tomar el presente sintió toda la calidez de Souta, lo fue abriendo delicadamente… sus ojos se cristalizaron ya que el regalo era una collar de una estrella de cinco picos como su nombre y en medio de la estrella un pequeño sol, con delicadeza tomó el collar y se lo colocó con cuidado en su cuello para seguidamente depositar las cajita en el piso.

—Si los huesos de un monstruo pueden pasar la barrera del tiempo, también lo hará está cajita —susurró con esperanza.

Después de echarle una última mirada a la cajita emprendió la tarea de escalar para salir del pozo, nunca se le había hecho tan larga la subida pero no importaba, el dolor de su corazón era ocultado por el cansancio que la asolaba, cuando su mano toco la madera suspiro aliviada pero al querer impulsarse para salir su pie resbaló pero nunca cayo pues una mano se aferró a su muñeca evitando así su caída… con un suspiro de alivio agradeció que Inuyasha tuviera tan buen olfato y la haya venido a buscar, el tirón logro que saliera del pozo el aire fresco se sintió bien después de haber estado sofocada por cuatro paredes… al tocar la hierba con sus sandalias alzó la vista brindándole una sonrisa a Inuyasha.

—Gracias Inu… —Sus palabras murieron es su boca pues el que estaba frente a ella no era Inuyasha era Sesshomaru— ¿Sesshomaru?

Sesshomaru la observó era la mujer que viajaba con su medio hermano, se fijó en sus ropas ya que era la primera vez que la veía con estas, con ellas parecía más madura y hermosa.

—Miko, ¿tú desprendiste ese poder? —preguntó.

Ella le miró confundida primero la ayudaba y ahora le hablaba para preguntarle eso.

—¿Poder? —preguntó confundida.

Él no contesto se limitó a verla cuando se hubo percatado de que no mentía sólo se dio la vuelta dispuesto a marcharse de ese lugar pero le fue impedido.

—Espera, Sesshomaru, ¿por qué me ayudaste?

Ligeramente se volteó clavando su mirada en ella para después seguir su camino, Kagome se llevó su mano al pecho donde su corazón palpitaba más fuerte de lo normal pues la mirada de él le dejo perturbada… había sido profunda y penetrante.

Con más sentimientos de los que mostraban normalmente.

El viento jugaba con los cabellos plateados mientras caminaba algo perturbado, estaba seguro que un gran poder había surgido de ese pozo antes de que esa Miko saliera, ¿podía ser que ella…? Se detuvo, su vista se alzó hacia el astro, luego sacudió su cabeza era imposible que una humana tuviera ese poder, con ese pensamiento se perdió entre la penumbra de la noche.

0-0-0-0-0​

Kagome estaba parada en frente de la cabaña de la anciana Kaede, tenía miedo no sabía cómo enfrentar el hecho de que nunca podría regresar a su casa, con paso inseguro atravesó el umbral cuando tuvo de frente a la dulce Kaede la cual le recibía con una sonrisa…

—Querida, que sorpresa no te esperaba hasta dentro de una semana —exclamó con alegría.

… supo que ya no había vuelta atrás y lo tenía que afrontar.

Continuara.

-w- ¿Cómo me quedo? ¿Mal, bien, horrible? ¿Debo dedicarme a otra cosa?

Bueno aquí está el tráiler oficial. Disfrútenlo.

​

 

La elegida​

Capitulo Cuatro.- Poder​

Aún con la incertidumbre que se acrecentaba cada vez más en ella, se situó frente a tan amable sacerdotisa que la había aconsejado tantas veces, procedió a contarle toda la situación en la que acabo envuelta, Kaede a cada palabra abría sus ojos sorprendida y angustiada su niña era…

—Entiendo querida —le dijo con una sonrisa triste—, pero no te preocupes, yo sé que tú podrás superar cualquier obstáculo que se te ponga en el camino.

—Gracias —susurró, unas lágrimas se desprendieron de sus ojos.

—Kagome…

Kaede se acercó a la muchacha, la rodeó con sus frágiles y gastados brazos pero que aún no perdían su calidez, ella comprendía el dolor de su pequeña, el que le arrancaran a su familia en una sola noche sin posibilidad de volver a verlos era demasiado doloroso pero sabía que eso la haría más fuerte… Kagome agradeció en silencio que tuviera a Kaede en esos momentos, sus parpados pesaban el cansancio le estaba ganando.

—Gracias… muchas gracias —susurró antes de caer rendida ante el cansancio.

Kaede la acunó en sus brazos se veía tan frágil pero sabía que nunca se debía guiar por lo que aparentaba, apartando unos mechones rebeldes que caían sobre su rostro la contemplo, ¿porque ella? Con cierto dolor la apartó de sí y la acomodo en un futón mientras la arropaba con una sábana, al hacer todo eso la anciana no pudo evitar notar que el poder de ella había aumentado considerablemente, eso le traería muchos problemas…

¿Y hablando de problemas? Ella tomó su arco y salió a hacerle frente a ese poder maligno que se acercaba, no sin antes levantar una kekai alrededor de la cabaña protegiendo a Kagome.

—Está será una larga noche —comentó al disparar una flecha al demonio cuervo que se había atrevido a pasar los límites de la aldea.

0-0-0-0-0​

Los rayos de sol se colaban en la ventana molestando a una morena, con algo de pereza ella fue abriendo los ojos lentamente no recordaba muy bien lo que había pasado, se reincorporó y observó todo lo que le rodeaba… entonces fue cuando recordó lo que había pasado volviendo a un estado de tristeza, quería ver a su familia tal vez la decisión que tomó fue equivocada, estaba tan encimada en sus pensamiento que no se dio cuenta cuando el fragmento se empezó a tornar opaco.

Opaco como su alma llena de remordimiento e indecisión pero algo resonó en su mente no era esa voz fastidiosa era voz de su madre.

Hija quiero que me prometas que pase lo que pase, siempre miraras al futuro y seguirás hacia adelante.​

Con una sonrisa recordó lo que le había pedido su madre, su madre siempre era muy perceptiva.

—Así lo hare mamá —susurró con decisión.

Si bien no podía regresar lo único que le quedaba era mirar hacia adelante, con determinación se levantó haciendo que el fragmento quedara purificado, con delicadeza dobló el futón y la sábana acomodándolos en un rincón, con algo de cansancio atravesó la puerta para encontrarse con la aldea semi-destruida.

—¿Qué paso aquí? —se preguntó asustada.

—Querida, ya has despertado —le habló una voz cansada pero bondadosa.

Kagome se encontró con una Kaede cansada pero con una sonrisa en su rostro.

—Anciana Kaede, ¿qué paso aquí? —preguntó con angustia.

—Tranquila, unos monstruos nos atacaron en la noche, pero fueron derrotados —le explicó con calma.

—Pero… pero, ¿por qué no me despertaron? Pude a verlos apoyado —exclamó molesta.

—Kagome estabas agotada tanto física como mentalmente, no podía —le susurró con dulzura.

Ella se sintió algo enojada e inservible, con un ademan quiso irse pero fue detenida.

—Kagome no es recomendable que salgas a los alrededores… no aún —le pidió Kaede.

—Pero-

—Nada de pero, aún no puedes controlar tu poder —le regañó.

Kagome no replicó se hallaba confundida, ¿poder?, ¿qué poder? En eso recordó que lo mismo mencionó Sesshomaru la noche pasada, con algo de confusión se plantó a Kaede esperando una respuesta, ésta al ver a Kagome con esa actitud respiró profundamente.

—Entremos, ahí te explicare todo —invitó Kaede con un señalamiento de su mano.

Kagome accedió y entró de nuevo a la cabaña, ya dentro ambas, frente una de la otra Kaede accedió a explicar.

—Kagome ahora tú no eres quien solías ser —empezó, arrancándole un bufido a Kagome—, sé que ahora es muy confuso pero lo entenderás. Kagome tu poder ha aumentado considerablemente eso te traerá muchos peligros, así que por el momento será mejor que permanezcas en la aldea entrenando para poder controlar ese inmenso poder.

Kagome sólo asintió, no tenía las fuerzas necesarias para discutir además de que Inuyasha es… en eso cayó en cuenta que no había visto a Inuyasha o a alguno de sus otros amigos.

—Anciana Kaede, ¿dónde están Inuyasha y los demás? —preguntó preocupada.

—¡Ah! Ellos. No te preocupes, como te esperaban hasta la próxima semana decidieron salir a buscar algún indicio de Naraku antes de tu regreso —explicó con una sonrisa.

Kagome suspiró, entendiendo, aunque deseaba ver a sus amigos. Soltando un suspiro más cerró sus ojos con cansancio desde la noche pasada se sentía muy cansada, agotada, como si hubiera estado entrenando… era algo molesto.

—¿Kagome te encuentras bien?

—S…sí, sólo algo mareada y exhausta —respondió tomando su cabeza entre sus manos.

Kaede la observó con algo de preocupación.

—Es normal, Kagome, aún no tienes completo control sobre tus poderes y estos te dejan cansada y débil.

Kagome alzó la mirada encontrándose con los ojos amables de ella.

—Bien querida, debes estar hambrienta preparare algo de comer —anunció Kaede con voz serena.

—Claro —respondió la azabache ocultando su malestar en una sonrisa que ni Kaede pudo identificar.

La anciana se levantó con algo de trabajo pero con firmeza, comenzó a preparar los alimentos mientras Kagome apoyaba su espalda contra la pared de dura madera, pensando, ¿cómo su vida había dado ese giro? Y porque la anciana Kaede decía que ella tenía un increíble…

Poder.

¿Cómo esa niña podía tener ese poder? Era la pregunta que rondaba por la mente de un ambarino, el cabello platino bailaba con el viento brillando a cada movimiento, un punzante dolor le hizo olvidarse momentáneamente de esa humana concentrándose en su brazo izquierdo.

—Amo, ¿pasa algo? —cuestionó Yaken.

Él no contestó, sólo le lanzó una mirada fría haciendo que Yaken retrocediera asustado pero aún así el sapo no pudo evitar preocuparse por Sesshomaru, aunque tenía de nuevo su brazo izquierdo gracias a unos antídotos que el árbol sabio le dio… parecía que algo malo pasaba.

—Sesshomaru-sama, ¿a dónde vamos? —preguntó Rin con inocencia ajena al dolor que aquejaba a su amo.

Él aludido no respondió solo se limitó a observar el infinito cielo azul.

0-0-0-0-0​

El delicioso aroma inundaba las fosas nasales de Kagome haciendo que su estómago clamara por alimento, Kaede sonrió al oír al estómago de ella quejarse.

—Aquí tienes —anunció Kaede, tendiéndole un tazón de arroz.

—Sí, gracias por la comida —agradeció mientras tomaba el tazón.

Kaede sólo observaba a Kagome comer, bajó la vista nunca pensó que ella sería la destinada, un suspiro escapó de sus labios alertando a la joven.

—Anciana Kaede, ¿se encuentra bien? —preguntó con preocupación.

Kaede sólo asintió evitando contestar, con pesar pensó en todos los peligros que tenía que enfrentar de ahora en adelante pero si podía haría que se volviera fuerte.

—¿Kagome puedo pedirte algo? —preguntó Kaede con sus manos descansando en su regazo.

—Por supuesto —respondió ella dejando a un lado el tazón, ahora, vacío.

—Quiero que vayas al Norte a entrenarte —le dijo seria.

El silencio se extendió por la estancia, Kagome se encontraba sorprendida pensando que era una broma, miró a Kaede pero ésta tenía una mirada seria y penetrante. Su sonrisa se desvaneció para dar paso a una cara de incredulidad, ¿Kaede estaba hablando en serio?

—¿Por qué?

Kaede bajó la vista visiblemente incomoda.

—No me malinterpretes, querida pero es por tu propio bien yo… yo no soportaría perderte —susurró débilmente.

Kagome sintió una opresión en su pecho, de esa manera le recordaba a su madre, una sensación de tristeza y culpabilidad se extendió por su ser, marchitando su corazón. Kaede sintió la palpitación del fragmento de la Shikon alzando la vista se encontró que el fragmento se había vuelto opaco.

—Niña el fragmento —exclamó sorprendida.

Kagome dirigió la vista hacia su pecho, donde observó el brillo opaco, con un suspiro metió su mano entre el traje extrayendo el fragmento y extendiéndolo hacia el frente para que Kaede lo observara.

—El fragmento ha empezado a cambiar últimamente, aunque esa persona me dijo que era al estar dudando… aún no lo entiendo del todo —comentó mirando fijamente el fragmento.

Kaede se quedó absorta al mirar el fragmento, asombrada ya que Kagome nunca había tenido problemas para purificar los fragmentos, con decisión se levantó.

—Kagome ven, salgamos al bosque. Te empezaré a entrenar —le ordenó.

Kagome aunque turbada no discutió y sólo acató, recogiendo su arco salió detrás de Kaede que ya había salido; los rayos del sol iluminaron su rostro desprotegido teniendo que entrecerrar los ojos, cuando estos se acostumbraron de nuevo vio que Kaede le hacia una señas para que le siguiera.

El crujir de la hierba bajo sus pies se oía claramente en el silencio en que iban ambas, la mayor se detuvo sorprendiendo a la más joven que venía distraída.

—Aquí entrenaremos —anunció Kaede.

Kagome observó el entorno, era el claro donde se alzaba el árbol sagrado, ella sonrió para sus adentros ya que no estaba sorprendida, su instinto le decía a donde iban desde que ingresaron al bosque.

—Bien, ¿qué tengo que hacer? —preguntó curiosa Kagome.

—Sobrevivir.

Kagome dirigió su vista a la flecha que venía en su dirección, sus piernas no le respondían ni ninguno de sus otros miembros, la flecha paso rozando su mejilla mientras una pequeña herida se abría, levantó su mano hacia la zona afectada, tocándola, sus dedos rozaron con algo liquido que dedujo que era sangre, aún asustada se enfrentó a Kaede.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó molesta.

Kaede lanzó un suspiro antes de contestar.

—Sólo quería comprobar tu reacción —comentó—, pero por lo que vi, creo que Inuyasha te ha consentido mucho.

Ante esta declaración Kagome no hizo nada, tan sólo sonrojarse pues Kaede tenía razón, ella dependía mucho de Inuyasha.

—Lo siento —se disculpó.

—No tienes que disculparte, es normal que tú no tengas el sentido de supervivencia que nosotros puesto que vienes de otra época pero, eso se ha acabado. —El tono de voz que usó Kaede dejo a Kagome sorprendida.

Sin decir nada más alzó de nuevo su arco dispuesta a atacar otra vez.

—Esto será muy duro—pensó Kagome después de esquivar una flecha con dificultad—.Realmente duro.

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Un camino sin rumbo es lo que siempre seguía, pensando y reflexionando sobre algún enemigo.

Pero ahora estaba inundado de pensamientos hacia una humana, ya habían pasado 6 días desde ese encuentro pero aun así no ha podido descifrar como una humana podía tener ese poder. Se detuvo, pudo sentirlo ese poder, el mismo de aquella noche, sin reparar en lo que hacía salió rumbo al origen de tal energía.

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—Rayos —susurró Kagome después de soltar su poder purificador.

Cayó rendida con sus manos apoyadas en sus rodillas.

—Esto es más difícil de lo que pensé —susurró agitada.

—Claro que es difícil, tu energía ha aumentado consideradamente, es mucha para querer usarla a la ligera. Bueno es todo por hoy querida —anunció Kaede con una sonrisa.

Kagome sonrió de vuelta pero se borro al sentir varias energías demoniacas acercándose.

—Anciana Kaede vuelva a la aldea y levante un campo, yo les haré frente —proclamó Kagome levantándose.

—Kagome no podrás, tu cuerpo no aguantara —exclamó conmocionada.

—No te preocupes, lo lograré —le respondió—.¡Ah! Por cierto, ¿me prepara una sopa de arroz? Es que tengo mucha hambre.

Kaede no pudo más que sonreír, a pesar de que tenía poco tiempo entrenando ya tenía la confianza suficiente como para empezar a defenderse sola.

—Confió en ti, no me falles —le dijo mientras se retiraba hacia la aldea.

Kagome sólo hizo un ademan de mano para decirle que había escuchado, cuando los pasos de Kaede ya no se oían se concentró en esa energía, no era muy poderosa así que no eran mucho demonios, tomó una flecha, la fijo mientras tensaba el arco.

La flecha atravesó el claro clavándose con precisión en el corazón del demonio, que cayó muerto, el cielo se oscurecía a medida que ellos se acercaban. Las flechas iban y venían por todo el claro el numero de monstruos disminuían, la mano de Kagome se cerró en el aire.

—Demonios —susurró esquivando veneno.

Ya no tenía flechas lo único que le quedaba era usar su poder purificador pero eso la dejaría agotada.

Los demonios se acercaron pero antes de siquiera tocarla una luz los envolvió desintegrándolos lentamente, con un rugido de rabia desaparecieron convirtiéndose en cenizas que el viento se llevo.

Kagome cayó sentada notablemente agotada, ya que haber utilizado dos veces casi seguidas esa liberación era demasiado para su cuerpo que aún no estaba acostumbrado; con trabajo se reincorporó ayudada por su arco, el sol volvía a brillar, ella se tumbó a los pies del árbol sagrado resguardándose bajo su sombra, su respiración agitada se volvía tranquila y relajada, el canto de los pájaros y el viento la fueron adormeciendo hasta llevarla a la inconsciencia.

—Humana insensata…

Fue el murmullo que se escucho por el claro.

Continuara.

Para las personas que me dejaron comentarios, se los constestaré al avisarles de un nuevo capítulo :D así será más divertido que dejar un simple, "Ya está la continuación" pero eso sí, si a esa persona le borraron el comentario por spam, lo siento, no contestaré, no es por mala onda es para que escriban un buen comentario ;D

FiraLili