Microrrelato La Doncella y el Caballero

Luncheon Ticket · 18 Noviembre 2017

Luego de un viaje prolongado y agotador, la damisela llegó a las tierras foráneas. Se sentó a descansar en un prado lleno de amapolas. La brisa jugueteaba con su vestido escarlata y el sol le obsequiaba palabras comedidas. Las flores se alegraban de estar en tan agradable compañía.
Un caballero de armadura argéntea recorría la senda que se encontraba al costado de aquella pradera, cuando notó la presencia de la muchacha.
Desde la distancia, casi creyó que la damisela era una flor más, y tuvo que agudizar la vista para convencerse. El joven quedó obnubilado ante tanta belleza, por lo que decidió acercarse.
Una vez a su lado, se apeó de su brioso corcel y le dedicó una reverencia. La doncella se puso de pie y correspondió el saludo con una sonrisa.
El caballero le obsequió loas de amor y júbilo, agradeciendo la fortuna de hallarse ante una doncella tan distinguida. Se prosternó a sus pies y le besó la mano.
La doncella le quitó el casco para darle un beso apasionado. Vio que era un joven gallardo e inmediatamente se enamoró de él, concediéndole su corazón sin condiciones.
Ambos se abrazaron, y la brisa, las amapolas y el sol se alegraron por la gracia de aquellos jóvenes.
Pero entonces, el reloj despertador no paraba de sonar. La joven acercó la mano para apagarlo, aun somnolienta. A lo lejos, se oía el canto incipiente de un gallo.
¿Otro sueño? La muchacha se levantó decepcionada, sin pradera, ni brisa, ni flores ni caballeros apuestos. Solo el sol de la mañana y el anuncio perpetuo y cruel de otra jornada rutinaria.

Brunchi · 19 Noviembre 2017

Sin Rostro escribió: ↑

Luego de un viaje prolongado y agotador, la damisela llegó a las tierras foráneas. Se sentó a descansar en un prado lleno de amapolas. La brisa jugueteaba con su vestido escarlata y el sol le obsequiaba palabras comedidas. Las flores se alegraban de estar en tan agradable compañía.
Un caballero de armadura argéntea recorría la senda que se encontraba al costado de aquella pradera, cuando notó la presencia de la muchacha.
Desde la distancia, casi creyó que la damisela era una flor más, y tuvo que agudizar la vista para convencerse. El joven quedó obnubilado ante tanta belleza, por lo que decidió acercarse.
Una vez a su lado, se apeó de su brioso corcel y le dedicó una reverencia. La doncella se puso de pie y correspondió el saludo con una sonrisa.
El caballero le obsequió loas de amor y júbilo, agradeciendo la fortuna de hallarse ante una doncella tan distinguida. Se prosternó a sus pies y le besó la mano.
La doncella le quitó el casco para darle un beso apasionado. Vio que era un joven gallardo e inmediatamente se enamoró de él, concediéndole su corazón sin condiciones.
Ambos se abrazaron, y la brisa, las amapolas y el sol se alegraron por la gracia de aquellos jóvenes.
Pero entonces, el reloj despertador no paraba de sonar. La joven acercó la mano para apagarlo, aun somnolienta. A lo lejos, se oía el canto incipiente de un gallo.
¿Otro sueño? La muchacha se levantó decepcionada, sin pradera, ni brisa, ni flores ni caballeros apuestos. Solo el sol de la mañana y el anuncio perpetuo y cruel de otra jornada rutinaria.
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La belleza no lo es todo, la damisela siempre se enamora de los sapos, pequeño detalle. Me encantó el escrito

Ichiinou · 19 Noviembre 2017

Oh, vaya, la verdad es que ha tenido un muy bello sueño. Es triste cuando alguien sueña con otra vida y en realidad, no puede llegar a conseguirla. Hay cosas que son imposibles de conseguir o si no tanto como eso, al menos muy difíciles.
Me ha gustado mucho tu relato, tienes un vocabulario exquisito y además, has jugado bastante con el factor sorpresa del final y eso ha sido grato. Bien es cierto que no es lo más sorprendente del mundo, que simplemente estaba en un bonito sueño, pero aún así, considero que te ha quedado bastante bien el relato.
No tengo nada más que apuntar, simplemente que seguiré leyendo cositas tuyas. Un saludo.

:quis:

The Makoto · 19 Noviembre 2017

Estúpido y sensual despertador, siempre apareciendo en el momeno más incómodo para su presencia.
Por cierto quizá la historia debería llamarse "la joven que soñaba con enrollarse al primero que le hable bonito", lo que es curioso, me hace sentir que la protagonista sufre cierta necesidad de afecto dentro de aquella rutina diaria. Lo cual no solo lo hace más deprimente sino también alimenta la necesidad de los sueños relucientes y utópicos en los que se sumerge al dormir.

Como fuese. Es un escrito tranquilo y relajado, correctamente escrito y con un vocabulario amplio, lo cual se vuelve resaltante al darle ese brillo especial que tiene el sueño de la doncella.
Y aunque soy más del tipo de lector que gustaría más de leer las desventuras de la joven mientras destá despierta,no puedo negar las beneficios de tu historia.

Luncheon Ticket · 19 Noviembre 2017

Muchas gracias por sus comentarios, gente. Aprecio sus opiniones y me alegra que les haya gustado mi escrito.
Les mando un saludo cordial y les prometo leer algún trabajo suyo también.
Hasta entonces.

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