La cuerda Una habitación, un hombre. Dos días ha pasado desde que ella se fue. Pero, no hay dolor, no mas. Un día y medio ha pasado desde que lo despidieron. Pero, no hay dolor, no mas. Un día ha pasado desde que quemo la foto de su familia. Pero, no hay dolor, no mas. Una hora ha pasado desde que regreso a casa con una cuerda. Una bella habitación, vacía y fría, el escenario perfecto para el espectáculo, una bella sala para el juicio. La cuerda estaba en extremo de la habitación. El la miraba desde el extremo contrario, era de nylon, resistente, podría soportar fácilmente el peso de un hombre. El juicio ha comenzado. -Acusado, póngase de pie, las pruebas lo incriminan, pero según su versión de lo hechos el culpable no es usted, ¿Quién es?. -No lo se… no esta en la sala, no podría estar en la sala, es mas de uno. Es el mundo, el jodido mundo me hizo esto. Acuso al mundo entero, a mi comunidad intolerante, al líder corrupto, al mal monje, a la sucia musa adultera… a todos, todos son culpables. -Bueno, no me queda mas que culparlo arbitrariamente de todos sus pecados… Su sentencia es la muerte. Se levanto, camino rápidamente al otro extremo de la habitación y tomo la cuerda. Enrollo la cuerda dejando un agujero lo suficientemente grande para que una cabeza entrara. Se subió en una silla. Colgó la cuerda, la fijo perfectamente, no quería que se arruinara su ultima actuación. Coloco la soga entre su cuello y dijo sus ultimas palabras. -Entre todos lo hombres, entre todos los malditos, levantando cada parte de su repugnante ser, buscando chupar la sangre de cada una de las personas que los rodean, yo y solo yo, soy el mas puro de ellos. Que cada uno de los presentes se retuerza en su propia mierda en el limbo. Miserable aquel que será martirizado como yo. Culpo a todos y a mi al mismo tiempo… Una habitación, un hombre. Tres días han pasado desde que ella se fue. Cartas, mensajes en la contestadota y visitas de una mujer arrepentida. Dos días y medio han pasado desde que lo despidieron. La sección de clasificados esta sobre la mesa, subrayados algunos anuncios de empleo. Dos días han pasado desde que quemo la foto de su familia. Una nueva foto en el portarretratos, todos sonríen. Una bella habitación, adornada y calida, el escenario perfecto para seguir la vida. Anoche fue su ultima actuación, lastima que es un mal actor.
Desde el inicio, con esas reiteraciones, lograste captar el espíritu de desánimo y abatimiento del personaje ante esa pureza que lo sumía en una desesperanza hacia su entorno. Dicen que un poder es casi sinónimo de portar una maldición... El juicio interno al que se somente, la muerte interna del hombre para renacer en algo no tan despreciable, algo más mimético a ese ambiente, más hipócrita comparado con el anterior, pero que sobrevivirá para contarlo en vez de morir como un mártir por una causa perdida. O al menos así lo interpreto. Muy bellas palabras. Y esa estructura cíclica (sé que existe un nombre para eso, otro usuario solía usarlo mucho) es magnífica.