One-shot de Dragon Ball - La científica

LA CIENTÍFICA.​

Una pequeña historia sobre el desarrollo de los sentimientos de Bulma hacia Vegeta, antes de que se relacionaran de todas las formas posibles. Me apoyé en la canción “The Scientist” de Coldplay. La traducción es un poco literal, pero la canción es muy romántica. Recuerden que esto es propiedad de Akira Toriyama y socios, aquí nada más como diversión sin fines de lucro.

Come up to meet you, tell you I'm sorry
You don't know how lovely you are
I had to find you, tell you I need you
And tell you I set you apart​

(Subo a conocerte, a decirte que lo siento… no sabes cuan adorable eres tú. Tuve que encontrarte, decirte que te necesito y decirte que fui yo quien te alejo).​

— ¡¡Odioso, simplemente odioso!! — cerrando la puerta con brusquedad Bulma se metió a su laboratorio.

Había tenido la habitual discusión matutina con Vegeta, el arrogante y altanero Príncipe Saiyajins que ahora se hospedaba en su casa. Y todo porque el desayuno no estaba servido a tiempo.

— ¡Pero eso me ganó yo por ser un alma caritativa! — bufó sacando algunos planos para el desarrollo de nuevos robots —. ¡Encima de todo es un desconsiderado y maleducado… vaya “Príncipe” que resultó ser, nada que ver con el heredero al trono de Inglaterra!

Decidió calmarse y poner toda su atención en el proyecto que había ideado para… mejorar la cámara de gravedad. Esa cámara era un orgullo para ella pues, aunque contó con la ayuda de su papá, al final había superado a la que su progenitor desarrolló para Gokú. Sólo por eso es que le cumplía al engreído gorila el capricho de tenerla en buenas condiciones… nadie diría que Bulma Briefs no era una genio en toda la extensión de la palabra. Ni bien había pasado media hora cuando ya estaba platicando con ella misma.

— Bien… con este nuevo control podrá aumentar la gravedad hasta 450… — hizo unos cuantos cálculos y sonrió complacida por su trabajo —. Vegeta no podrá quejarse… — después, recordando su discusión, volvió a poner gesto de enfado —. Ultimadamente si no le gusta pues que no la use, total… a mí no me importa su opinión. Y si se larga que mejor.

Sin embargo una duda pasó por su mente… ¿a dónde podría ir el Saiyajin si se iba de Capsule? Pareció entristecerse ante ese pensamiento.

— No… Vegeta no puede irse, ¿quién le dará de comer? — se levantó de su asiento y caminó en círculos por la habitación —. Es capaz de cometer alguna atrocidad… además es necesario que entrene, no sabemos que tan fuertes son esos androides… — suspiró por lo bajo —. Creo que le mostraré el diseño a ver si le parece adecuado.

Salió del laboratorio y se encaminó a la cámara. Hacia algunos días que había terminado con Yamcha y ahora, más afanosa que al principio, se dedicaba a realizar proyectos científicos y otras cosas para pasar el tiempo y no atormentarse pensando en la traición del joven beisbolista. “Tenía que entrenar lejos de todas las distracciones posibles” fue el pretexto del muchacho para irse. Después, a través de una publicación en rosa, se enteró de sus conquistas… ya lo había sospechado antes, pero ahora fue más evidente. Yamcha había dejado de ser el tímido hombre que conoció en su primer viaje por las Dragon Balls, de quien creyó enamorarse y con quien creyó hacer una vida… todo fue pura ilusión.

Tell me your secrets, and ask me your questions
Oh lets go back to the start​

(Dime tus secretos, y cuida tus preguntas… Oh volvamos a empezar).​

— Siento interrumpirte Vegeta… — habló por la pantalla tratando de mostrar expresión de seriedad, más sin embargo un tenue rubor cubrió sus mejillas, sintiéndose avergonzada por distraer su entrenamiento —. Quisiera tu opinión sobre las… mejoras a la cámara.

El Príncipe Saiyajin dirigió el endurecido ceño hacia el monitor… esa fastidiosa mujer era más impertinente cada día.

— ¿No puedes esperar un mejor momento? — le habló alto sin dejar de mover las piernas con velocidad, sus estiramientos acostumbrados —. Yo sí tengo cosas que hacer… no como otros — ironizó sonriendo brevemente de lado, sabía que la científica no tardaría nada en gritar y eso le causaba bastante gracia… la chica se ponía bastante colorada con el enfado, como si la hubiera quemado el sol.

— Mira que… — la joven parecía a punto de discutir… optó por no perder la compostura y le dedicó un lindo mohín de enfado, empleando un tono muy similar al de él, —. Muy bien “Alteza” — haciendo una breve reverencia —, lamento haber interferido en… tus reales deberes, esperare mejor ocasión para… una “Audiencia”.

Cerró la comunicación y se retiró ofendida.

Running in circles, coming in tails
Heads on a science apart ​

(Corriendo en círculos, persiguiéndonos… dirigiéndonos a una ciencia desconocida).​

El Saiyajin se quedó momentáneamente estático. Que la presumida hembra no le haya respondido de la forma acostumbrada era para preocuparse. Decidió ignorarla y continuar con su importante deber. Bulma también prefirió dejarlo por la paz… ya encontraría el momento. Por ahora había de seguir con otros proyectos y diseñar robots más resistentes a un violento impacto de Ki. Era menester conseguir nuevos materiales.

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El tiempo pasó, poco más de un año desde que el joven venido del futuro les comunicó la terrible noticia sobre los androides. Los amigos se habían distanciado, concentrados en sus entrenamientos. Bulma y Vegeta continuaban con la costumbre de pelear y discutir por cualquier tontería. Aunque, sin saber exactamente el momento, la joven peli azul trataba de ser más considerada y aceptar sus errores aunque no los hubiera cometido. Con tal de tener contento al engreído Príncipe no le mortificaba mucho ceder ante ciertas cosas… ¿será que acaso ya lo percibía de diferente forma? Pero, en ciertos detalles no cedería por ningún motivo.

— ¡¡Mujer!! — le gritó cuando salía de la cámara, una linda noche de verano —, ¡espero que ya este la maldita comida servida!

— Ya va a empezar… — murmuró Bulma sentada en la sala. Se encontraba viendo su show televisivo favorito, la novela de las nueve —. Que le vamos a hacer — suspiró resignada y se levantó del sofá donde había estado acostada hace una hora.

Para hacer más difícil la situación de la joven, sus padres no estaban… últimamente los señores Briefs habían tomado la costumbre de irse los fines de semana a pasear algo lejos de la ciudad. Bulma empezó a sospechar que lo hacían a propósito, a petición de su mamá, quien siempre le estaba insinuando cosas sobre el placer de tener un nietecito; sobre que el joven Vegeta era de lo más atractivo que había conocido, aparte de Gokú; sobre que ella, Bulma, hacía una bonita pareja con el Saiyajin y que juntos formarían una linda familia. Esas obsesiones de su madre la sacaban a veces de sus casillas, pues no quería admitir que había empezado también a ver a Vegeta con otros ojos.

— Espero que por lo menos me haya dejado algo fácil de cocinar… — habló por lo bajo mientras revisaba el refrigerador — o Vegeta se pondrá más fúrico y no tengo ganas de discutir.

Encontró un gran paquete donde había de lo más variado en comida deshidratada. Decidió poner todo en el horno antes de preocuparse por revisarlo. No había tiempo que perder, pues el arrogante mono se acercaba con su cara de pocos amigos.

— ¿Y bien? — preguntó groseramente dejándose caer en una silla, con su pose habitual de brazos cruzados —. ¿Dónde mierda está mi cena?

— Momentito enojón… — respondió ella en lo que sacaba las fuentes para servir los platillos, sin voltear a verlo — deja que se caliente o no te sabrá bien.

— ¿¿Apenas?? — él rezongó chasqueando la lengua —. Eres una verdadera incompetente… y te dices mujer cuando no sabes atenderme como se debe.

— Oye… — esa era una ofensa de lo peor… nadie iba a dudar de su feminidad — el hecho de que te haya dado asilo en mi casa no te da derecho a portarte así — y le miró con mucha molestia, poniendo las manos en su cintura —. Si algo no te gusta… ¡lárgate!

— Vaya… ¿te han dicho lo fea que te ves en ese estado? — Vegeta sonrió burlón… algo de lo que disfrutaba en sobre manera era hacerla enojar. El verla sonrojada por la furia le parecía una imagen maravillosa.

— ¡¡Pedazo de animal!! — le espetó la peli azul lanzando chispas por los ojos —. ¡Soy la mujer más bella del mundo y no tengo porque tomar en cuenta la opinión de un maleducado vulgar como tú!

— Si tú eres la más bella… — el de levantada cabellera negra soltó una sonora carcajada — la arpía de Kakarotto es un esperpento con gracia.

— ¡¡Vete al diablo!! — Bulma salió precipitadamente de la cocina, dedicándole una seña obscena, y ni se molestó en apagar el horno.

Nobody said it was easy
It's such a shame for us to part
Nobody said it was easy
No one ever said it would be this hard
Oh take me back to the start​

(Nadie dijo que sería fácil…. es una gran lástima para nosotros el apartarnos. Nadie dijo que sería fácil, ninguno me dijo alguna vez que sería así de duro….Oh, llévame de regreso al inicio).

Vegeta se lanzó tras ella… no lo iba a dejar ahí, muriéndose de hambre, sólo por el capricho de no aguantar nada.

— ¿¡Acaso crees que voy a permitir que te largues!? — le dijo agarrándola bruscamente por la cintura antes de que llegara a las escaleras… la pobre no tenía ninguna posibilidad de escape ante alguien tan rápido como el guerrero —. Mujer tonta… no puedes huir de mí — habló con un tono de superioridad mirándola con salvajismo.

— ¡¡Suéltame mono mentecato!! — ella pataleó queriendo zafarse… algo realmente imposible siendo una frágil y delicada mujer sin experiencia en la lucha —. ¡Déjame en paz y busca a alguien que te atienda como quieres! — y empezó a llorar compungida ante la sensación de dolor por la presión en su cuerpo —. Vegeta… me estas lastimando — el tono de su piel se había amoratado.

Sin saber por que razón dejó de apretarla… su intención no había sido herirla, de ninguna manera. Se apartó delicadamente de la joven y se retiró a la cocina, sin reclamarle por nada. En cuanto ella se repuso fue directamente a servirle la cena. Ninguno de los dos se dirigió la palabra, de hecho evitaron mirarse.

Ya un poco más tarde, bien entrada la noche, Bulma evocaba esa mirada oscura e inquieta cuando Vegeta dejó de asfixiarla… ¿qué sentía en realidad el altivo hombre por ella?

— ¿Qué me está pasando? — suspiró largamente —. A veces pretendo odiarte y desearía que te partiera un rayo… pero en realidad no es verdad… — se dio la vuelta en la cama, tratando de acomodarse para dormir —. ¿Acaso me habré enamorado… en serio? — y quiso cerrar los ojos para no llorar… sintió una opresión en el pecho, pues el sólo pensar en que el Príncipe no la tomaba en cuenta le causaba un gran pesar.

— ¿Me puedes explicar que es eso? — dijo una voz altiva hablándole desde el balcón —. Tienes mucho tiempo articulando esa palabra… de hecho han sido varios días.

— ¿¡Qué estás haciendo ahí!? — gritó la joven visiblemente exaltada al reconocer al responsable… el altanero Saiyajin —. ¿Desde cuando me espías? — le espetó al aproximarse, limpiándose las lágrimas para encararlo.

— No se… — Vegeta respondió sin mirarla — parece que somos dos los que no entendemos nada… y yo menos que tú — disimulo un suspiro… él no podía haber caído tan bajo.

— ¿Es que no te has enamorado nunca? — ella pareció sorprenderse ante esa revelación. Esta vez habló en tono afable y hasta se le bajó el enfado, como si la invadiera la ternura por ese ser tan solitario.

— Desconozco el significado de eso… — contestó. Hablaba tan tranquilo que no parecía el mismo — Pero, como ustedes los terrestres son tan… sensibles — volvió a ironizar un poco —… Espero que no se me hayan pegado malas costumbres — esta vez sí la miró, aunque su mirada parecía extrañamente tranquila.

— Que pena me das… — dijo Bulma después de suspirar hondamente, ignorando la chispa de molestia que brotó de los negros ojos. Su tono seguía siendo considerado —, se me había olvidado que al lado de Freeza no conociste el amor.

— Y… seguramente es algo que no me serviría para nada — respondió con atisbo de brusquedad —. No me interesa conocer sobre lo que no tiene utilidad para la lucha.

— Puede que tengas razón… — observó la joven sin dejar de mirarlo con ternura — pero a Gokú le funcionó. Si no hubiera valorado la vida de Krilin no hubiera llegado a SS.

— ¡Mierda! — esta vez si que se molestó… ¿cómo se atrevía a decir eso? La tonta mujer no había estado allí, ni siquiera lo había sufrido —. ¡Eso fue un golpe de suerte para Kakarotto!

— Como sea… él sintió mucho malestar por la muerte de Krilin en manos de Freeza. El sentimiento de fraternidad que los une fue lo que desató su poder oculto — razonó la científica tratando de sonar amable… en otras circunstancia hubiera hecho lo imposible por ofender en lo más profundo el orgullo del Príncipe, ahora sólo quería que lo viera desde ese razonable punto de vista —. Tal vez te hace falta apreciar a alguien para sentir la necesidad de darlo todo por defenderlo… y así poder llegar a SS — puntualizó al final, dedicándole una sonrisa tímida y amable.

I was just guessing at numbers and figures
Pulling the puzzles apart​

(Solamente estaba adivinando, en números y figuras, estirando aparte los enigmas).​

— ¡¡Ese mequetrefe no es el SS legendario!! — subió el volumen de su voz y la tomó sin delicadeza por las muñecas —. ¡¡Y tú eres una ignorante que no sabe nada!!

— Vegeta… por favor… — Bulma volvió a gemir de dolor, visiblemente espantada por esa reacción inesperada — me estas lastimando.

— ¡¡No me importa mujer estúpida!! ¡Eso me tiene sin cuidado! — la apretó un poco más fuerte, sin dejar de vociferar con rabia —. ¡Deberás implorar clemencia por tu miserable vida!

— ¡¡Entonces mátame de una buena vez si así vas a estar contento!! — ella lo enfrentó aguantado esta vez el llanto, aunque las lágrimas brotaron de todos modos —. ¡Mátame y ya verás que Gokú le pone fin a tu trágica existencia... amargado! ¡Y jamás llegarás a SS! — y esta vez le sostuvo la mirada azul en las negras pupilas, esperando por el golpe de Ki que la mandaría al otro mundo. Esa descarga nunca llegó.

Ahora fue él quien no pudo continuar allí. La soltó e hizo gesto contrariado ante esas palabras. No dijo nada más y se fue volando a su habitación. La joven cerró la cortina y se dirigió a su cama sobándose las muñecas.

— ¿¡Quién va a amar a alguien como tú!?— sollozó tumbándose en el colchón —. ¡Sigues siendo un sanguinario y cruel asesino! — y escondió la cabeza entre la almohada —. ¡Y yo una tonta por creerte diferente de antes!

Questions of science, science and progress
Do not speak as loud as my heart​

(Preguntas de ciencia, Ciencia y progreso... ¡No llegan a hablar tan fuerte como mi Corazón!)​

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Los meses pasaban, el tiempo señalado esta casi a la vuelta de la esquina. Después de esa noche Bulma y Vegeta volvieron a platicar alguna vez… el Saiyajin no le pidió una disculpa de palabra, pero se comportó un poco considerado con ella durante algunos días. La señora Bunny Briefs había estado de lo más fastidiosa con los dos, haciendo sus acostumbradas insinuaciones. El doctor Briefs únicamente sonreía ante los comentarios de su esposa.

Ya casi se cumplían dos años… los guerreros “Z” se preparaban afanosamente para el día en que lucharían una vez más por defender la Tierra. Yamcha había ido a visitar a Bulma para hacer las paces. Siempre ha mantenido constante comunicación con ella a pesar de la ruptura, aunque no le había dado una explicación sincera hasta ese último día. El joven beisbolista se arrastró a los pies de la peli azul, suplicándole por otra oportunidad; la joven científica fue amable con él, pues lo apreciaba bastante como amigo, pero le dijo claramente que ni lo soñara… ya lo había sacado de su corazón desde el momento en que el luchador no negó las infidelidades. Le costó un poco de trabajo, considerando el tiempo de relación y la gran vanidad de la muchacha, quien consideraba absurdo que su ex novio la hubiera sustituido tan fácilmente. Más el tiempo cura las heridas… el tiempo y tal vez, alguien más.

— ¿Acaso ya encontraste a otro partido? — se asombró el joven visiblemente consternado —. No recuerdo a algún científico de tu edad entre tus conocidos.

— ¿A poco crees que únicamente puedo andar con un científico? — le cuestionó molesta.

Vegeta había percibido la cercanía del asqueroso arrastrado y se molestó de más, no entendía porque la loca mujer lo recibía después de lo que hizo… pero bueno, son “ante todo amigos” y eso lo tenía sin cuidado… en apariencia. Estaban en el jardín, sentados en la palapa de la alberca. Ya casi anochecía y los jóvenes habían nadado un rato, platicando sobre los buenos y viejos tiempos, allá en su lejana adolescencia. Bulma lucía un bikini a lunares y Yamcha un short de natación, el beisbolista también ya traía una playera puesta.

— Pues… entonces… — el guerrero se rascó la cabeza —, ¿en que otro sentido podría un tipo ser mejor que yo para que me sustituyas?

— Eso me pregunté hace tiempo Yamcha… — la científica ironizó viéndolo de fea manera —. Aun no puedo creer que me hayas cambiado a mí, la hermosa y grandiosa Bulma Briefs, por otra fulana… aunque diga que es más joven que yo — puntualizó sin guardar la desdeñosa mueca de fastidio —. Pero bueno… — recuperó la serenidad — si tengo o no otro partido es mi problema.

— Sólo quiero saber quien es… — dijo el muchacho en tono de curiosidad, con una pizca de enfado — me encantaría conocerlo.

— Yo veré si te lo presento — contestó ella en tono altivo… su sexto sentido parecía haber intuido el tono de celitos, así que su vanidad se sintió complacida —. Al final es mi asunto.

— Bueno… — él suspiró resignado —. Pero creo que por lo menos… podemos despedirnos como antes — dijo y, sin pedirle permiso, se abalanzó sobre ella dándole un fuerte abrazo y casi robándole un beso.

— ¿¿Qué crees que estás haciendo?? — gritó la joven tratando de zafarse y apartarse, ofendida por ese comportamiento — ¡Suéltame! — y pretendió golpearlo con el vaso en el que bebió un jugo.

Una fuerza brusca la apartó del joven beisbolista. Era Vegeta. Se veía furioso.

— ¿¿Qué no escuchaste insecto?? — fulminó a Yamcha con la mirada mientras casi oprimía a la peli azul con un brazo… había salido intempestivamente de la cámara al percatarse de las negras intenciones del gusano infeliz —. ¡¡Deja en paz a esta mujer o te las verás conmigo!!

— Ve… Vegeta — susurró la peli azul con los ojos abiertos como platos, sintiéndose momentáneamente en una nube porque el altanero hombre la tuviera junto a él.

— ¿Así que… este primate es tu partido? — cuestionó el luchador en cuanto se recuperó del asombro y del leve golpe que recibió —. Bulma… ¿cómo…?

— ¡No se de que carajo estés hablando pero lárgate en este mismo instante! — resopló el Saiyajin interrumpiéndolo groseramente y acercándose peligrosamente a él, sin soltar a la científica —. ¿O es que voy a tener que sacarte por las malas? — hizo una mueca ladina concentrando una bola de energía en la mano que tenía libre.

Yamcha dio un paso atrás… aunque Vegeta no tuviera a Bulma bien sujeta, el peleador sabía que no estaba capacitado para enfrentarse al poderoso guerrero.

— Por favor Vegeta… — Bulma se abrazó más al Príncipe y le dirigió una mirada suplicante. No podía permitir que su antiguo novio fuera asesinado, aunque lo hubiera deseado cuando estuvo molesta con él — déjalo que se vaya… — aquel hizo desaparecer el Ki tan rápidamente como lo creó, después de mirarla de soslayo.

— Ya oíste insecto — volvió a ver a Yamcha de forma agresiva —, desaparécete por las buenas antes de que me arrepienta — se soltó de la muchacha y se encaminó con ligereza adentro de la casa, como concediéndole el espacio razonable para esfumarse.

— Yamcha… es mejor que te marches y no regreses en un tiempo — la científica se dirigió al de las cicatrices con serenidad —. Continua entrenando para volverte más fuerte… serás de gran ayuda para Gokú y los demás; todos confiamos en ti — le dedicó una pequeña sonrisa —. Y discúlpame por el trago amargo.

— No… tú perdona mi atrevimiento — el joven enrojeció un poco avergonzado — Sólo confírmame algo… — se serenó también y se dispuso a dirigirse a su vehículo —, ¿acaso tú y Vegeta…?

— No lo se Yamcha… — le dijo antes de volver atrás — todavía no lo se.

And tell me you love me, come back and haunt me
Oh and I rush to the start
Running in circles, chasing tails
Coming back as we are​

(Y dime que me amas, regresa y visítame… Oh, me apresuro para empezar. Corriendo en círculos, persiguiéndonos, regresando tal y como somos).​

Esa misma noche…

— ¡Ah, que bien me siento! — Bulma estiró su cuerpecito después de bañarse, secándose delicadamente con la toalla. Se disponía ya ha descansar de una jornada tan larga —. Ahora soñaré con los angelitos.

— ¿Y esos quienes son? — preguntó una voz grave en tono de enfado —. ¿Otros gusanos como el que te molestó hace rato?

— ¿Eh? — volvió los ojos hacia el balcón —. ¡¡Vegeta!! — gritó y se cubrió de más con el paño que usó para secarse —. ¡¿Qué haces aquí?!

— Curioseando — el Saiyajin contestó con sarcasmo para después mirarla fijamente —. Tienes la mala costumbre de ponerte trapos muy raros… casi no te tapa nada.

Para ser un criticón de primera… sólo estaba utilizando un corto y ajustado bóxer, como los que acostumbra en sus entrenamientos, mostrando sus remarcados bíceps al aire.

— ¿Y tú porque estas mirándome, eh? — dijo la joven bastante molesta —. Además… no debe importante lo que yo me ponga, esta es ropa que usamos aquí en la Tierra.

— ¡Bah! — el guerrero rezongó sonriendo de lado —. No se para que gastas en eso… al final dejas que te vean las miserias que tienes.

— ¡¡Ush!! — ella chascó la lengua visiblemente enfadada —. ¡Nadie te pidió que me vieras, torpe! ¡Así que “ushcale”! — y se abalanzó sobre él para tratar de tirarlo.

Sólo que por el movimiento… se le cayó la toalla otra vez, aunque con lo enojada que estaba no se percató de eso. Vegeta se carcajeó más abiertamente mientras la agarró por los hombros. En cuanto Bulma se dio cuenta de su embarazosa situación enrojeció demasiado.

— ¡Qué tonta eres mujer! — él la miró una vez más con esa mirada que reflejaba lo mucho que se divertía —. ¿En serio creíste que me derribarías? Primero te hubieras ido de boca.

— ¡¡Qué vergüenza!! — ella trató de alejarse del Príncipe, desviando la vista y queriendo que la tierra se la tragara —. ¡Déjame ir por favor… tengo que vestirme! — y se retorció entre los fuertes brazos, tratando en vano de soltarse — ¿¿Acaso te pasa algo?? — preguntó con asombro en cuanto notó que el hombre la empujaba suavemente hacia adentro sin dejarla escapar de su apretón.

— Bulma… — era la primera vez que la llamaba por su nombre — creo entender que es lo que nos pasa… — la inflexión de su voz era tan sensual que la joven sintió que le temblaban las piernas… ¿de emoción?

— ¿Qué… quieres decir…? — Bulma pareció rendirse ante el guerrero y se dejó llevar, mirándolo absorta.

— Bueno… — Vegeta continuó hablando con tono cálido, acomodándose junto a ella en la cama, sin aflojar su agarre. Sus negras pupilas mostraban un raro resplandor… la científica juraría que era un brillo apasionado — voy a comprobar si es verdad… y no podrás negarme que te va a gustar — le susurró al final muy cerca del oído.

Nobody said it was easy
Oh it's such a shame for us to part
Nobody said it was easy
No one ever said it would be so hard​

(Nadie dijo que sería fácil… Es una gran lástima para nosotros el apartarnos. Nadie dijo que sería fácil…ninguno alguna vez me dijo que sería así de duro).​

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Varios meses después, entre noches llenas de pasión y otras cosas, se podría decir que se habían aceptado plenamente como una pareja. Vegeta siguió siendo un descortés de primera, insensible y desconsiderado por fuera, como usualmente era. Nadie debía sospechar nada, en eso estuvieron de acuerdo. Bulma no deseaba perderlo… se enamoró de él y, si era necesario fingir, así sería. Ni sus padres pudieron descubrirlo por un tiempo. Al principio todo fue como si nada hubiera cambiado, el belicoso Saiyajin hasta se había atrevido a largarse por varios días, dizque para entrenar mejor. El Príncipe se mostró por primera vez emocionado, como pocas veces, en cuanto llegó al nivel de SS… este acontecimiento lo celebró por todo lo alto, y que mejor que con la hermosa mujer que le había enseñado una forma diferente de vida. Y las consecuencias… no se hicieron esperar.

Aunque al guerrero no le hizo gracia enterarse del estado de la científica terminó por admitir el hecho… era el resultado de sus actos y, pensándolo bien, no era tan malo. Si Kakarotto había podido hacerlo él también sería capaz, inclusive mejor que su rival.

Bulma suspiraba en su cuarto. Sobaba cariñosamente el gran vientre que sobresalía entre su bata. Sabía que Vegeta no llegaría esa noche.

— ¡Ese Vegeta sigue siendo un odioso! — se dijo a sí misma en tono de molestia —. ¿Qué clase de hombre deja a su hermosa mujer sola en casa? — después retornó a la calma y hasta su mirada se dulcificó —. Pero no importa mientras no te niegue pequeño… — se dirigió tiernamente al fruto de sus entrañas —. Así lo quiero y tú también vas a quererlo, porque eres el hijo del Príncipe Saiyajin — y, acomodándose para dormir, cerró los ojos mientras sus pensamientos se dirigían al hombre de su vida.

I'm going back to the start
(Estoy volviendo a empezar...)​

Nota: Ya me alucine con ellos…. Otra pequeña idea de lo que pudo ocurrir en el transcurso de esos tres años de incógnito. A mi me gusta más pensar de que, antes que Bulma anduviera en definitiva con Vegeta, terminó con Yamcha de la mejor forma posible, pues no la veo jugando con los dos ni el Príncipe soportar eso, imaginando que, desde que se relacionó con ella, la ha considerado SU mujer y una de sus más valiosa pertenencias… como para compartirla con otro. Saludos y sean felices.