Microrrelato La casa del bosque

En el salón resonaba el tic-tac del reloj, ya casi era medianoche. La luz de la Luna iluminaba los pasillos y una tenue luz procedente de un candelabro, iluminaba apenas el inmenso salón de la casa del bosque. Fernando y Víctor observaban asustados los cuadros que había encima de la chimenea y aquellas grandes telarañas que había en la ventana.

Fernando y Víctor eran investigadores de lo paranormal y tenían que grabar los gritos, que según decían los vecinos que vivieron cerca de allí, sonaban siempre sobre la medianoche y eran aterradores, por eso las casas que había alrededor de aquella casa estaban vacías ya que a la gente que vivió allí les asustó demasiado esto.

Víctor sujetaba la cámara y Fernando la grabadora. Ambos estaban asustados ya que solo faltaban segundos para medianoche y aunque era profesionales esto les aterrorizaba. Después de 5 segundos el reloj avisó de la hora: las doce en punto. Esperaron a ver si escuchaban algo, pero para su sorpresa no se escuchó nada.

Pasaron cinco minutos y aún no escucharon ningún sonido misterioso. Víctor, le hizo un gesto a Fernando para que encendiera la grabadora, él encendió la cámara y se dispuso a apagar la luz. Estaba demasiado asustado para hacerlo pero dejó el miedo a un lado y la apagó. La luz nocturna que llegaba a través de la ventana avivaba su miedo y nada más apagar la luz, una especie de grito empezó a sonar por toda la casa y el eco reverberaba por todas partes. Un sonido de pasos se fue acercando a ellos y al acercarse a la ventana, descubrieron que se trataba de una niña que tenía el cuerpo, los ojos y el cabello blanco. Víctor no pudo más y salió corriendo de la casa con Fernando corriendo detrás de él.

Llegaron corriendo al coche y desde allí a su apartamento. Al revisar lo que habían grabado, descubrieron que no habían grabado nada; habían cometido el error de conectar su equipo a la electricidad de la casa y al apagar la luz del salón bajaron la llave general.