La carcel de cristal [Inu&Kago] [Sessho&Rin]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Pan-chan, 16 Marzo 2010.

  1.  
    Jaizmar

    Jaizmar Usuario popular

    Virgo
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    hola amiga tiempo sin pasar por aca bueo primero que nada te dire que me tuve que leer desde el pincipio la historia porque me perdi ya que no habia pasado en mucho tiempo por aca y bueno aunque ya la habia leido y me sabia el comienzo me facino volver a leerla nuevamente todo esta genial en la historia me encantaron los momentos sesshorin que le as puesto y la de inukago tambien lo unico que no me a gustado a sido a narakago solo lei esa parte del beso y casi ya queria matarlo bueno en realidad si queria matarlo:mad: yo queria que su primer beso fuera con inuyasha bueno espero la continuacion nos vemos ;)
     
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  2.  
    aLeTheia_anGeL

    aLeTheia_anGeL Usuario común

    Piscis
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    Pan-chan!!! Que gusto xD desde hace un par de días empecé a ponerme al corriente con tu historia, ahora recíen terminé de leer este último capitulo acerca del recuerdo de Naraku, que me pareció un poco pequeño a comparacion de los otros cap's. Bueno en fin, me gustaron todos, desde el capitulo donde hay un pequeño SesshxRin que sin duda fue muy conmovedor ver ese lado de Sessho que antes no había expuesto, hasta este del recuerdo de Naraku aunque me gusto un poco más el de la fiesta :P ... Hohoho!!! ¿Me pareció o al final de cuentas Naraku estaba celoso de que Inuyasha esté al lado de Kagome? Por las palabras que puso: “Te ves ridícula… cuando hablas de él, cuando estás con él. Luces más desagradable que de costumbre”, me dio la impresión de que sí estaba celoso ^o^ Si es asi pues me pone reeeecontenta...

    O quizas no sabe que está celoso y lo toma como cualquier otra reaccion que de todas maneras estoy segura al final nos diras que es xD Jujuju Y en fin, sobre eso de la deuda... me pareció algo rapido que Kagome ya esté librada ¿en qué momento fue ayudada por Inuyasha? =.= Sin duda creo que tengo que repasar los capitulos anteriores para poder saber. En lo que respecta a Kouga-Kagome-Inuyasha uhhmm las cosas se están poniendo más interesantes, supongo que Naraku no es el único confundido en sus sentimientos por la Higurashi.

    Espero que publiques pronto tu proximo capitulo, nos estamos leyendo x333 Bye!!!



     
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  3.  
    GabiiixD

    GabiiixD Entusiasta

    Tauro
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    Hola! Estuve leyendo tu fic *O* Todos los capitulos xDDD en fin la verdad no se desde que fecha fue el ultimo capitulo si fue hace varios dias o recientemente, verdaderamente no se :3 Tu fic me encanta aun que creo que una vez lo lei en otra pagina solo que no recuerdo cual... .____. xD En fin me cautiva tu historia! *______* No soy verdaderamente fan fan del InuKag mi pareja favorita es el SesshxRin pero este fic en verdad me gusta tiene a las dos parejas no importa que la principal sea la de Kagome e Inuyasha me parecen que hacen una encantadora pareja *O* El capitulo en que Naraku la beso me dejo "O________O?!" la verdad es que casi me da un infarto xD Eso de que Seshomaru acepto la deuda de Kagome me encanto! *-* claro que el acepto la deuda solo para desaserce de Inuyasha xd
    Y bueno Naraku nunca se detendria por eso, desde que lo vi en el anime supe que era un maniatico.
    En fin, me despido.
    Saludos!!! =D
    Pd: Ya te lo eh dicho? Me encanta tu fic!! xD
     
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  4.  
    Yazkara

    Yazkara Entusiasta

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    Hola!!!
    Soy nueva en tu FFL y espero no te moleste mi comentario pero creo que es ``increible´´ no avia tenido oportunidad de leer algo como tu trabajo, me quede sin palabras un cada capitulo, el hacer sufrir a los personajes por los remolinos de sentimientos encontrados es una idea novedosa y original, aun mas el enlace entre Kagome y Naraku, solo espero que no salga afectada por él. En el casa de Sesshomaru y Rin esta tomando un rumbo tierno al modo de Sessh, un poco frio puesto que su caracter no lo deja avanzar mucho espero todo salga bien entre ellos.
    Espero poder seguir leyendo mas de tu maravilloso arte muy pronto. Cuidate mucho.
    oxoxoxoxoxox =)
    atte tu nueva seguidora YAZZZ
     
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  5.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

    Libra
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    Título:
    La carcel de cristal [Inu&Kago] [Sessho&Rin]
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    31
     
    Palabras:
    3982
    Hola a todas, muchas gracias por sus comentarios. Lamento la demora pero la universidad me tenía un poco atareada y la inspiración estaba escasa, aquí les dejo el siguiente capítulo.

    El silencio corta en pedazos el grito desesperado del alma, hasta llegar a un punto donde ya no necesitas comunicarte con el mundo, y el mundo no desea escuchar lo que dices…

    Capítulo XXII
    Peligroso silencio.

    Despierta con pesadez justo cuando suena el despertador, son las siete de la mañana y el sol brilla más que de costumbre; se levanta sin muchos ánimos y arregla su cama antes de meterse en el baño, hoy sería un día fatal.

    Baja por las escaleras hasta el comedor, allí los sirvientes de su hermano le esperan con el desayuno, se sienta y comienza a comer con extrema seriedad, estaba acostumbrado a vivir prácticamente solo ya que raras veces podía ver a su hermano, mucho menos lograba intercambiar palabra alguna. A pesar de su preferencia por la soledad, en ciertas ocasiones deseaba contar con la compañía de alguien, no pudo evitar pensar en Kagome pero rápidamente sacudió su cabeza en señal de desaprobación, esa mujer era demasiado escandalosa y prácticamente insoportable.

    Y ahora que lo piensa, hace mucho tiempo que no la veía, ¿Por qué no volvió a la mansión? Una mueca de fastidio se dibujó en su rostro al notar que seguía recordándola, tal vez extrañaba molestarla un poco.

    —Por supuesto que no, ni en un millón de años— bufó molesto mientras se retiraba del comedor ante las miradas confundidas de los sirvientes.

    Camina a paso lento hasta el despacho, entra de inmediato sin molestarse en tocar primero, topándose con unos ojos violeta que lo contemplaron momentáneamente con cierto aire de desaprobación. Se encontraba ocupado como de costumbre, organizando libros y revisando documentos, a pesar de que el lugar siempre se mantenía impecable, Naraku procuraba organizar todo a su manera, intentando quizás darle un toque de perfección que sólo él podía lograr.

    —No recuerdo haberte llamado, Hakudoshi—dijo en tono seco, el chico se encogió de hombros sin darle importancia al evidente enfado de su hermano.

    —Busca a alguien más para que sea su niñero, yo no quiero hacerlo—una sonrisa maliciosa se formó en los labios del pelinegro, haciendo que el chico frunciera el ceño— ¿Por qué no la dejas simplemente en su habitación? De todos modos ni siquiera puede hablar, parece un zombie.

    —Ve y llévala a algún lugar, hagan cosas de niños; así podré descansar un poco—le ordenó con fingida tranquilidad mientras continuaba ordenando unos libros en su escritorio.

    —No soy un niño—refutó molesto, Naraku se detuvo y lo miró fijamente sin expresión alguna, luego sonrió de una forma que el chico nunca antes había visto, lucía tan tranquilo y relajado, incluso espantaba más que cuando se enfurecía— Mejor me marcho, hoy estás más extraño que de costumbre.

    Nuevamente solo, se dispuso a continuar con su trabajo. Tomó otro libro y lo miró durante algunos segundos antes de colocarlo en su sitio, creyó que lo había perdido hace años así que lo abrió y se dio cuenta que tenía algo en su interior; su rostro dejó mostrar una leve sorpresa mientras sostenía en sus manos aquel separador de páginas que le traía recuerdos bastante interesantes.

    << ¿Qué demonios me está pasando?>>

    Hoy todo el mundo se había despertado con el pie izquierdo, eso era lo que Hakudoshi pensaba, suspiró con pesadez al ver que en la entrada principal de la mansión una pequeña niña lo esperaba, lucía un vestido blanco y unos pequeños lazos con figuras florales adornaban su cabello, externamente podría decirse que era una niña común y corriente pero en su interior todo era distinto. No es que la odiara a ella, pero el solo hecho de tener que lidiar con una persona que no demuestra sentimiento alguno le resultaba incomodo, además Hakudoshi nunca ha congeniado demasiado con gente de su edad, quizás por eso Naraku lo obligó a pasar el día con ella, en venganza por su travesura con Kagome y el incidente de la toalla.

    —Vámonos ya—le dijo sin mucho interés, la pequeña asintió levemente mientras acurrucaba contra su pecho lo que parecía ser un espejo pequeño.

    Mantenía la vista fija en la ventana del auto, ni siquiera se molestaba en ver a su acompañante pues sabía que no tenía caso sacarla de aquel mundo alterno en el que siempre se hallaba sumergida; soltó una leve queja al ver que el chofer había llegado a su destino, se bajó junto con la niña y cerró la puerta del auto, al ver que éste se alejaba un deseo de salir corriendo se apoderó de todo su ser.

    —No te apartes de mi, si te pierdes no iré a buscarte—le advirtió serio, la niña lo miró fijamente sin expresión alguna, lo cual le fastidió un poco. Llevó ambas manos detrás de su nuca y continuó caminando despreocupadamente, al menos en ese lugar podría estar en silencio sin sentirse incomodo.

    Nada más y nada menos que el Museo Británico, quizás para una niña de 10 años no es muy entretenido ver un montón de basura que la gente usaba hace miles de años, pero tampoco creía conveniente llevarla a un parque de diversiones, a fin de cuentas ella “no tenía alma”, esa era su manera de decir que no conocía la diversión.

    —Bien…a cual sección iremos primero—miró para todos lados sin mucho interés, ya había visitado el museo muchas veces para pasar el tiempo, prácticamente se lo conocía de polo a polo. De pronto algo llamó su atención, a lo lejos divisó una silueta tan familiar que no pudo evitar caminar hasta ella para cerciorarse. Una parte de él le decía que no se acercara pero la otra no le hacía caso, tocó levemente su hombro para llamar su atención— No pensé que alguien tan ignorante y rudimentaria como tu disfrutara los museos.

    —Hakudoshi, me alegra verte de nuevo— ¿En serio le alegraba verlo? Un leve rubor amenazó con asomarse por sus mejillas pero volteó para otro lado intentando contenerse, aquella chica bipolar le sonreía con sinceridad como si fuesen grandes amigos, por alguna razón se sentía…bien— Como me lo imaginaba, eres muy maduro para tu edad.

    —Por supuesto, lo que me sorprende es que alguien como tú logre entender algo de lo que hay aquí—bufó sarcástico, la chica frunció levemente el ceño pero algo llamó su atención, él también volteó y una mueca de fastidio recorrió su rostro, se había olvidado de su prima.

    — ¿Quién es tu linda acompañante? ¿Tu novia quizás?—sonrió divertida al ver la reacción de Hakudoshi, quien simplemente se puso ambas manos detrás de la nuca en señal de indiferencia.

    —Es mi prima Kanna, se quedará algunos días con nosotros, así que la traje al museo—la azabache la miró unos segundos y luego se agacho para quedar a la altura de la pequeña.

    —Mi nombre es Kagome, mucho gusto—dijo con una amplia sonrisa, la pequeña abrazó tímidamente el pequeño espejo contra su pecho mientras bajaba lentamente la mirada— ¿Qué edad tienes?—insistió amablemente, Hakudoshi suspiró con pesadez al ver que la niña no contestaba.

    —No te molestes Kagome, ella nunca habla.

    —Lo siento, no sabía que era muda—dijo con cierto pesar.

    —No es muda…es algo más complicado que eso—sabía perfectamente que Kagome sentía curiosidad por conocer la historia de Kanna, esa extraña necesidad de ayudar a los demás con sus problemas es un síntoma inconfundible de un perfecto tonto, en efecto, Kagome era una tonta.

    —Tengo una idea, ¿Qué les parece si hacemos el recorrido juntos?—Hakudoshi torció los ojos en señal de aburrimiento, aunque en el fondo estaba esperando que ella lo sugiriera— Así será más divertido, ¿A qué sección quieren ir primero?

    —Podríamos ir a la parte Medieval, donde se habla de las brujas y todas tus demás parientes—se alejó con rapidez para esquivar el golpe que Kagome iba a darle en la cabeza.

    —Dejemos que Kanna decida—dijo usando nuevamente un tono amable, olvidando por completo su rabia anterior— Kanna ¿Te gustaría visitar la sección Egipcia? Esa parte de la historia es muy interesante, allí podremos ver momias y pinturas antiguas que narraban la vida de los egipcios en aquella época—la niña la miró fijamente, como si algo en ella hubiese llamado su atención.

    —Tomemos eso como un sí—interrumpió Hakudoshi algo incomodo por la situación, por alguna razón no le agradaba la actitud amable de Kagome hacia su prima pero tampoco deseaba darle muchas vueltas al asunto. Los tres caminaron hacia la sección Egipcia mientras recorrían con la mirada cada rincón de aquel inmenso lugar.

    Para su gran sorpresa, Kanna también comenzaba a mostrar interés en el museo, aunque cada cierto tiempo desviaba su mirada hacia Kagome, como si ella fuese la pieza más interesante de todas. Se pasaron en primer lugar por la exhibición de jeroglíficos, Kagome se esmeraba explicándole cada detalle de manera entretenida a Kanna, para que resultara más divertido, y aunque nunca recibía una respuesta, sentía que ella le prestaba atención, e incluso le agradaba saber sobre aquella misteriosa cultura.

    —Es una niña apasionada por la cultura, igual que tú—dijo cálidamente, Hakudoshi torció el gesto de una manera que ella no logró comprender.

    —No me compares con ella, además, ni siquiera me conoces bien.

    —Hakudoshi… ¿Acaso estás celoso porque le presto mucha atención a tu prima?—el joven se tensó ante aquel comentario, Kagome sonrió divertida aunque intentó contenerse para no molestarlo.

    — ¡Por supuesto que no!—contestó bruscamente, notando que sus mejillas ardían de la vergüenza, Kagome no pudo evitar sonreír nuevamente— ¡Realmente eres insoportable!

    —No te hagas el fuerte, yo también te extrañé—dijo mientras lo acercaba fraternalmente, colocando su mano sobre su hombro; él no opuso resistencia, aunque mantuvo la vista desviada durante algunos minutos.

    Continuaron caminando hasta que se cansaron, después de todo había sido una buena idea hacer el recorrido con Kagome. Ya casi eran las once de la mañana, los tres se sentaron en las afueras del museo mientras comían un helado, el cielo comenzaba a nublarse y la brisa se hizo cada vez más fría, el clima aburrido de Londres nunca desaparecía por mucho tiempo, eso pensaba Kagome.

    — ¿Por qué estabas aquí?—preguntó Hakudoshi luego de un breve silencio.

    —A veces me gusta salir y pasar un tiempo a solas—respondió tranquilamente— Pero a decir verdad ya me estaba aburriendo, me alegra haberlos encontrado.

    Hakudoshi guardó silencio y centró su vista en un punto muerto del horizonte, Kagome también era solitaria como él…y como su hermano. Ahora que lo pensaba, Kagome y Naraku tenían muchas cosas en común, más de las que él hubiese imaginado, ¿Por qué se odiaban tanto entonces? Volteó a verla sigilosamente, ella al notar su mirada le dedicó una cálida sonrisa. Kanna se encontraba caminando silenciosamente no muy lejos de allí, Kagome notó que la pequeña no soltaba nunca aquel pequeño espejo, algo debió sucederle para tener ese comportamiento.

    —Se que quieres saber su historia—interrumpió acertadamente el chico, Kagome guardó silencio sorprendida, tal vez él leía su mente, o tal vez ella era demasiado predecible— La madre de Kanna no podía tener hijos— contempló unos segundos a su prima, a decir verdad no estaba seguro de contarle la historia, pero ya no tenía alternativa— Ella y su esposo lo intentaron todo, hasta que finalmente tuvieron a Kanna. Pero las cosas comenzaron a salir mal desde el momento en que ella nació.

    —No lo entiendo, ¿Acaso no se alegraron por haber formado una familia?—la simple idea le resultaba inconcebible, ¿Cómo podría un padre entristecerse por el nacimiento de su hijo?

    —Por muy absurdo que te parezca, el padre de Kanna deseaba tener un primogénito varón—dijo como si ni él mismo comprendiera la mentalidad de aquel sujeto, Kagome dirigió una mirada llena de profundo pesar hacia la pequeña, seguramente se sentía muy sola.

    —Entonces el padre nunca demostró cariño hacia Kanna—concluyó seriamente.

    —El matrimonio no volvió a ser lo mismo, a decir verdad ellos nunca fueron una pareja demasiado sólida, y el hecho de no poder tener hijos y que al final su esposa solo pudiera darle una niña, terminó empeorándolo todo. Al final ese hombre abandonó a su esposa, dejándola sola con Kanna; su madre nunca pudo superar lo que pasó y concentró toda su ira y frustración en su hija.

    —No puedo creerlo, ¿Cómo puede una madre ser tan cruel?—preguntó molesta e impotente, Hakudoshi sonrió irónicamente, definitivamente Kagome no conocía la verdadera crueldad humana.

    —Ese espejo era de su madre, cuando era más pequeña la hacía mirarse durante horas en el espejo mientras la insultaba y la culpaba por haber destruido su vida—Kagome no dijo una palabra, simplemente contemplaba a Kanna intentando descifrar lo que podría haber pasado por la mente de una pequeña al ser sometida a tanto sufrimiento. Hakudoshi se levantó y estiró levemente sus brazos y piernas, Kagome también se levantó y caminó a su lado— Esa es toda la historia, desde entonces Kanna no ha vuelto a hablar, supongo que es su manera de aislarse del mundo.

    —Ella no tiene la culpa de nada, sus padres son unos tontos por no apreciarla.

    —Bien…ya te dije lo que deseabas escuchar, ahora yo quiero que me respondas una cosa—dijo seriamente mientras se detenía; Kanna se acercó y tomó tímidamente la mano de Kagome, llenándola de una extraña alegría.

    — ¿Qué quieres saber?—preguntó algo confundida por el cambio de actitud de Hakudoshi.

    —¿Qué es lo que realmente ocurrió entre tú y mi hermano? ¿Cómo saldaste tu deuda con él?

    —Sesshomaru Taisho saldó mi cuenta con él, ahora yo le debo a Sesshomaru—le explicó tranquilamente, el chico pareció no estar muy conforme con la situación— En realidad solo me libré de tu hermano, pero sigo en deuda, de una u otra forma.

    — ¿Por qué se odian tanto?—musitó como si no pudiera entender la razón por más que intentara pensarlo— ¿Qué fue lo que le hiciste?

    — ¿Por qué piensas que yo le hice algo?—inquirió evidentemente ofendida— Mas bien él está pagando su rabia injustamente conmigo, su problema era con mi hermana.

    — ¿Te refieres a Kikyo? La que se suicidó—guardó silencio de inmediato al darse cuenta de la reacción de Kagome, por primera vez se sentía mal por haber dicho algo inoportuno— No quise decirlo asi…

    —Te estás disculpando, eso es un gran progreso—dijo con una ligera sonrisa que no logró ocultar su repentina nostalgia; Hakudoshi guardó silencio el resto del camino con fingida rudeza, en el fondo no deseaba decir otra cosa que arruinara el momento.

    De pronto Kagome sintió que la pequeña se aferraba con más fuerza a su mano, como si intentara buscar protección de alguna manera, al fijar su vista hacia el frente ella también deseó aferrarse a la mano de alguien más para reunir valor. Miró de reojo a Hakudoshi intentando buscar una explicación ¿Qué hacía Naraku en ese lugar? No supo cómo reaccionar al verlo bajando de su auto, tan tranquilo e inofensivo que a cualquier persona le costaría creer que en su interior habitaba un psicópata que disfruta torturar a la gente hasta el cansancio. Hakudoshi volteó a verla y negó levemente, dando a entender que él no había planeado este incomodo encuentro. Naraku posó sus ojos en ella casi al instante en que la notó, la miró de manera inexpresiva, casi escudriñando en su mente, Kagome sentía que en cualquier momento sus más profundos pensamientos quedarían al descubierto ante la penetrante mirada violácea de su eterno e incomprensible enemigo.

    —Vámonos Kanna, Hakudoshi—ordenó seriamente mientras observaba a la pequeña, quien sujetaba temerosamente la mano de Kagome. Hakudoshi intentó separarla de su agarre pero ella se resistía con todas sus fuerzas.

    —Adiós Kagome—musitó con cierto esfuerzo, la actitud de Kanna comenzaba a fastidiarlo—Idiota, suéltala ya o nos meterás en problemas.

    —Está bien Kanna, podemos vernos otro día si lo deseas—le animó sonriente, intentando convencerla para que se marchara tranquila.

    —Ka-go-me…—casi inaudible fueron sus palabras, pero ante la sorpresa de todos, incluso la de Naraku, Kanna había decidido hablar nuevamente.

    ¿Qué tenía ella de especial? ¿Por qué parecía iluminar cada rincón con su insoportable presencia? Una mocosa que no había pronunciado palabra alguna en más de 4 años decide hacerlo nuevamente y todo por esa mujer, Hakudoshi la soltó al escuchar su voz, no podía creer que su prima estuviese hablando, y aunque seguía igual de inexpresiva es obvio que Kagome había logrado influir inmensamente en ella, lo suficiente como para revivir su deseo de comunicarse con la gente.

    —No…no quiero…irme—suave e infantil era el tono de su voz, el cual no combinaba con su rostro tan serio, pero aún así era una niña pequeña que le suplicaba para que no la dejara sola. Kagome sonrió dulcemente y acarició con cuidado su cabello.

    —Te veré pronto—le aseguró con sinceridad, Kanna la soltó lentamente, le entregó su pequeño espejo y caminó hacia Naraku. Kagome aceptó aquel objeto, quizás la pequeña quiere asegurarse de volver a verla y por eso le dejaba algo de su pertenencia.

    —Hakudoshi, Kanna. Esperen en el auto—los chicos miraron por última vez a Kagome y obedecieron, aunque no muy a gusto.

    Ahora estaba a solas con él, su mirada no dejaba de posarse ni un segundo en ella, tenía la ligera sensación de que en cualquier momento un rayo la partiría en mil pedazos o quizás de la nada una llamarada la dejaría hecha cenizas; esa era la sensación que le causaba estar parada al frente de Naraku sin decir una sola palabra. Él pudo notar su nerviosismo disfrazado de valentía y torció el gesto con una ligera sonrisa que logró sobresaltar a la azabache, caminó con paso lento hasta acercarse lo suficiente hacia ella, sacó lo que pareció ser un boleto y se lo extendió tranquilamente, al ver que ella no lo aceptaba hizo una mueca de impaciencia.

    —No tengo todo el día—espetó molesto— Acéptalo.

    — ¿Qué planeas hacer?—preguntó desconfiada, al notar de cerca aquel boleto se dio cuenta que solo era un ticket para ver una orquesta extranjera que se presentaría dentro de cinco días ¿Naraku la estaba invitando a salir? Esto debía ser una broma— No gracias, no lo acepto.

    —No es una opción, debes asistir—sonaba como una amenaza, Kagome arqueó una ceja intentando no delatarse con su nerviosismo; definitivamente Naraku no la dejaría en paz.

    —No estoy en la obligación de hacer lo que digas—aclaró de manera neutral, Naraku sonrió sardónicamente, lo cual logró intimidarla de nuevo— ¿Por qué habría de hacerlo? Tu y yo ya no tenemos nada pendiente, te guste o no.

    —Escucha, necesito hablar contigo—interrumpió esta vez con seriedad, Kagome intentaba buscar un rastro de mentira en su rostro pero al parecer hablaba en serio, o era muy bueno mintiendo— Y creo que te conviene escuchar lo que tengo que decirte.

    — ¿Qué es lo que realmente quieres Naraku?—su pregunta sonó casi como una súplica, tantas cosas eran las que deseaba preguntarle, ponerle fin a todo ese misterio, nuevamente revivía aquella extraña sensación de estar en un laberinto sin salida, corriendo de un lado a otro sin destino alguno. De alguna manera él siempre lograba manipularla, como si tuviera su destino en la palma de su mano.

    Al ver que él se acercaba se mantuvo lo más firme que pudo, con un ligero roce el pelinegro tomó un mechón de su cabello que se movía lentamente con la brisa, un extraño gesto recorrió su rostro, uno que Kagome nunca había visto en él, y que quizás jamás olvidaría.

    —Con el tiempo, te darás cuenta de que tu pesadilla apenas ha comenzado, pequeña Kagome—dicho esto le dio la espalda y comenzó a caminar hacia su auto— Ocho en punto, no quiero retrasos.

    Allí quedó de pie mientras lo observaba alejarse con la confianza que le caracterizaba, una fuerte sensación se apoderó de todo su ser al escuchar las últimas palabras de Naraku ¿Lo habría dicho a propósito? Su hermana Kikyo solía llamarla “Pequeña Kagome” en algunas ocasiones ¿Cómo es que él recordaba todo eso? Inevitablemente la pregunta de Hakudoshi hizo eco en su mente hasta convertirse en algo incontenible:

    << ¿Por qué? ¿Por qué nos odias tanto?>>

    Gruesas gotas de lluvia comienzan a caer, mojándola rápidamente. Sale corriendo y toma el autobús sin preocuparse por la ruta; en realidad deseaba pensar un poco, su encuentro con Naraku y aquellas palabras la dejaron con mal presentimiento. Pero no todo había sido malo el día de hoy, con el pequeño espejo entre sus manos pudo recordar a la linda Kanna y el entretenido día en el museo, si no hubiese sido por Naraku todo habría terminado normal.

    <<Naraku…>>

    Al recordar su rostro en aquel momento no pudo evitar ponerse nerviosa, ¿Qué era lo que pensaba Naraku? ¿Por qué siempre lograba confundirla? Miró el espejo con detalle y notó que sus mejillas estaban marcadas con un tono ligeramente rosa; frotó sus manos con fuerza y se cruzó de brazos, eso solo podía significar que iba a resfriarse. Solo eso…

    Y así la oveja ingenua, camina sonriente hacia las garras del lobo feroz…

    Próximo capítulo: Mentiras. Decepción.
     
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    maFFer susin

    maFFer susin Usuario común

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    AMO tu fic, a pesar de que tardas en actualizarlo amiga dejame decirte que cada tardanza vale la pena.
    WOW kagome se sonrojo por naraku ¿quien lo diria?
    Haces tan mena la lectura que dejas que el lector se pierda y eres tan descriptiva que el lector siente como si lo estuviera leyendo ( a al menos asi me paso a mi xD)
    Como sea muchas felicidades. No te dire ACTUALIZA PRONTO solo te pedire que lo continues es una gran historia y lo de kana me conmovio mucho.

    Nos leemos
    xoxo
    maFFer ♥
     
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  7.  
    rin chan

    rin chan Entusiasta

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    ahh desde que lo publicastee lo leii , pero ayer n me dio tiempo de comentar, pero obiamente sentia la necesidad de hacerlo xD.
    Me alegro de que por fin hayas puetso contii la esperaba con ansias, hasta temii que tardaraas mucho mas u.u , me ha encantado esta contii, aunque no hay vistoo a mi pareja favorita, pero no importa aun asi amo la trama de este fic.
    Pobre kagome, simplemente no puede quitarse a naraku de encima, este tipo definitivamente esta obsesionado con ella, pero obimanete es por su parecido a kykio, claro como a ella no la pudo hacer como quiso se aprovecha de la pequeña Kagome.
    me has enternecido con la histori de kanna , pobrecitaa u.u , pero grax a la linda personaliidad de Kagome esta poco a poco cambiando su corazon , me encanto.

    sige asi niñaaa , por supuesto seguire leyendo tu hermoso fic, hasta el proximo capii :)
     
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  8.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    OMG, me sentía como Kagome, con el pecho apunto de reventar por el suspenso x'D Eso significa que, Dios niña, narras y trasmites muy bien las emociones y sensaciones, los últimos momentos me tenían en cuerda floja, casi podía oirme gritando "Bésala capullo!" xD yo quería un besito -.- Ok no, esperemos, Naraku es un hombre despreciable, sé que la hará sufrir con eso, pero igual, ya se ve que siente algo por Kagome.
    Lo que más me gusta de eso es que, lo mantienes tan en su canon, no vi en ningún momento Ooc, que envidia de la buena D:
    Tu hakudoshi es adorable, sin dejar ese tinte macabro, lo amo<3 Y Kanna, mi personaje favorito, menos mal apareció(:! Ahahah, me imaginaba que iba a tener un cambio con Kagome, yay! más excusas para verse*-*
    Amé este capitulo, es tan tenso, que me puso las piernas de gelatina xD

    Besos cariño, como siempre te luces(:
     
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  9.  
    Yazkara

    Yazkara Entusiasta

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    Hola!!!!!!
    Perdon por la tardanza.
    Me encanto TODO el capitulo estuvo magnifico, así compensa la tardanza, jajajajaaja.
    Tu manera de relatar los sentimientos, reacciones y situaciones en que los personajes quedan atrapados me fascina enormemente.
    Eso que Hakudoshi le tenga un cierto aprecio Kagome es impresionante, y que Kanna le tomara cariño tan rapido es muy bueno, así creo que pueden darle apoyo si lo llegara a necesitar. Solo espero que Naraku no intente lastimar de una forma mortal a Kagome, eso seria terrible.
    Gracias por permitirme leer tu trabajo.
    Nos leemos pronto, cuidate mucho.
    oxoxoxoxoxoxoxox =)
    atte YAZZZZZZ
     
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    aLeTheia_anGeL

    aLeTheia_anGeL Usuario común

    Piscis
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    Ohh!!! que felicidad, nuevo capitulo. A decir verdad lo habia leido ya hace unos días pero recien hoy domingo me doy un tiempo para comentar.

    Estoy empezando a creer que Naraku siente algo por Kagome [aunque tengo el temor de equivocarme ya que eso es lo que se supone que tú esperas que nosotras pensemos xD Hahaha ok eso fue "enrredoso"] Bueno en fin, como siempre me agrada lo que escribes y este capitulo de por mucho me ha gustado :P Mira que en lo que sí estoy segurísima es que a Hakudoshi le agrada la chica, eso se nota desde capitulos anteriores. Me causo cierta pena la vida de Kanna TcT pobrecita, en qué cabeza cabe que sus padres y en especial su madre la puede tratar de ese modo tan despectivo, lamentablemente de estos casos hay muchos en la vida real.

    Bu!!! No se menciona a Inuyasha desde hace un buen rato xD Extraño a mi querido hanyou Hohoho así que esperaré ansiosa la continuación, aunque te soy sincera Pan-chan, me resulta más curioso saber qué es lo que pasará en "la cita obligada" de Naraku y Kagome x3 Uyyyy!!!! Si de nuevo hay beso te amaré por el resto de mi vida Hahaha Nos leemos cuidate Bye!!! ;)
     
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    Cazadora de Dragones

    Cazadora de Dragones Usuario común

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    Bien, he tardado pero aquí estoy.

    Empiezo a ver a Naraku como un obsesivo compulsivo, al parecer su interés no solo era para la mayor de las hermanas, sino que lo suyo continúa y de manera intrigante ¿Qué es lo que realmente quiere? No es un personaje al que se le puedan pegar tal sentimiento como "amor", sino que el que muestre interés por alguien puede ncluso llegar a asustar y eso es lo que me está pasado, Naraku me está aterrorizando.
    Y aquí es cuando uno repite ¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Y hasta donde llegará su interés, su maldad o su mente obsesiva?
    Y dejando esto atrás me estoy fijando en varios carácteres de Hakudochi que me enternecen y la aparición de Kanna me ha gustado de alguna manera su trastorno fue de acuerdo con lo que normalmente es su actitud ¿no? su forma de ser generalmente.
    Me gustó el capítulo, auqneu la parte final, como casi siempre, me dejó helada. Mmmmm :confused:
    Bien ya estoy desenado el próximo capítulo.
    Bye bye, October.
     
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    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Lamento la tardanza (dammit!! es la segunda vez que se cierra el fic >.<) pero tuve muchos problemas personales que me impedían escribir, espero que puedan perdonar la tardanza ._. Muchas gracias por sus comentarios, en verdad lo aprecio.

    Una sonrisa melancólica, un suspiro retenido durante mucho tiempo. La verdad hace estragos dentro de su alma y se refleja en carne viva, a través de gruesas y heladas lágrimas que marcan el rostro de una hermosa doncella…

    Capítulo XXIII
    Mentiras. Decepción.

    — ¿Por qué haces esto?—su voz sonaba trémula e impotente, por alguna razón presentía que eso solo lograba aumentar el placer en su enigmático acompañante.

    —Porque puedo—su respuesta fue corta, no necesitaba dar demasiadas explicaciones ya que así era Naraku. Todo según su santa voluntad— Ahora vístete y márchate, le diré a Byakuya que te prepare un auto—sin más que decir, abandonó la habitación, se había salido con la suya como siempre.

    Tomó una ducha fría para despejar la mente y luego se recostó unos segundos en el sofá de su oficina, miró el reloj y recordó que “ya era hora”. Se alistó en pocos minutos y se dispuso a salir, en la puerta principal se encontraba Hakudoshi, apenas intercambiaron miradas frías como de costumbre, al parecer el pequeño quería decirle algo pero decidió ignorarlo ya que no deseaba conversar en ese preciso momento.

    — ¿La verás esta noche?—se detuvo en seco al escucharlo, a pesar de su corta edad era bastante suspicaz, le dirigió una mirada intensa que el chico resistió sin inmutarse, era una especie de debate donde uno decía “No preguntes” y el otro advertía “No te irás sin responder”

    —Eso no es de tu incumbencia ¿O sí?—sonrió con la confianza que le caracterizaba, él jamás se vería obligado a ceder ante los caprichos de su hermano menor, se dispuso a abrir la puerta pero el chico habló nuevamente.

    “Si le haces daño, jamás te lo perdonaré”

    ¿Acaso lo estaba amenazando? En otras circunstancias daría media vuelta y le enseñaría quien manda, pero no podía darse el lujo de tomarlo en serio cada vez que sufría un ataque de valentía espontanea. Lo observó subir las escaleras hasta su habitación, preguntándose internamente la razón de su respectivo afecto por “esa mujer”. Tal vez habían pasado mucho tiempo juntos, lo cual afectaba su personalidad, incluso había logrado influir en Kanna y eso ya era decir demasiado. La maldita tenía cierto carisma que no pasaba desapercibido, era una cualidad que tenía en común con Kikyo.

    Aún tenía 15 minutos a su favor, al llegar al teatro muchas personas se le acercaron, especialmente mujeres. Aunque por dentro deseaba mandarlos a todos al mismísimo infierno, simplemente les sonreía y escuchaba con fingido interés los absurdos y repetitivos temas de conversación que siempre le planteaban para intentar estrechar lazos amistosos; Naraku era el maestro del engaño, de eso no había duda, continuó con aquella farsa hasta que una persona entre la multitud logró captar su atención.

    Allí estaba ella, traía puesto un vestido negro hasta las rodillas, con escote discreto y tela ceñida al cuerpo, realzando así sus atributos. Desvió su mirada al notar que estaba prestándole más atención de la necesaria, al parecer ella tambien se había percatado de su presencia pero dudaba en acercarse ¿La explosiva Kagome sufría un ataque de pánico? Entonces se dio cuenta que aún había una mujer a su lado, no paraba de hablarle y coquetearle descaradamente, miró nuevamente a la azabache y comprendió que ella no iba a acercarse, sería un escándalo innecesario.

    —¿A quién miras tanto?—le reprochó evidentemente molesta por su poca atención. Naraku se acercó delicadamente a su oído, asegurándose de que solo ella lo escucharía.

    —No iré a la cama contigo, no esta noche—una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios al notar la reacción de la mujer— Disfruta el espectáculo, me han dicho que esta orquesta toca muy bien.

    Se retiró sin más, dejándola sorprendida y ruborizada. Continuó caminando a paso lento hacia la azabache, quien lo observaba con mil preguntas en su mente; podía sentirlo, casi como un torbellino atrapado dentro de ella, necesitaba respuestas y estaba tan desesperada que recurriría hasta a él mismo si era necesario. Sonrió satisfecho, le agradaba tener el control de la situación.

    —Buenas noches, luces encantadora—dijo extendiendo su mano, esperando la respuesta de la joven.

    —No puedo decir lo mismo de ti—contestó con seriedad, aunque en el fondo era imposible negar que Naraku lucía apuesto con traje de etiqueta, obviando su personalidad multifacética y psicópata podría decirse que aparentaba ser un hombre común y corriente, apuesto y fanático de la música. Extendió su mano y él la besó con delicadeza, las miradas de todos se centraban en ellos, podía sentirlo— Entremos de una vez—se adelantó a su compañero, no deseaba seguir siendo el centro de atención de los curiosos.

    Afortunadamente el lugar que había reservado Naraku era bastante discreto y alejado de los curiosos, aunque eso también podía prestarse para malas interpretaciones ¿Por qué tanta exclusividad con ella? ¿Qué era tan importante como para citarla de esa manera? Por alguna razón sentía que esta vez Naraku no planeaba nada, tenía algo diferente en su mirada, en su actitud.

    Los aplausos comenzaron a escucharse, y la orquesta no tardó en empezar a tocar.

    La música era suave y relajante, incluso algo melancólica en su inicio, Kagome reconoció aquella melodía aunque no recordaba el nombre. Kikyo solía tocarla cuando practicaba con el violín, a pesar de que esa melodía era triste, Kikyo lograba darle un tono pacifico y relajante. “El dolor es parte de la vida, y hay que aprender a aceptarlo” esas eran sus palabras más celebres. Ahora luego de dos años volvía a escuchar aquella canción, no pudo evitar derramar algunas lágrimas ante semejante recuerdo, era como si pudiese ver a su hermana tocando en medio de la orquesta.

    Sad Romance…Es el nombre de la melodía—musitó el pelinegro sin voltear a verla, parecía igualmente concentrado en el sonido de esa canción, Kagome lo observó por unos segundos, Naraku de alguna manera lograba entender sus pensamientos sin necesidad de que ella los convirtiera en palabras. Le extendió un pañuelo para que secara sus lágrimas, un gesto bastante amable viniendo de él ¿Acaso se encontraba en un mundo paralelo?

    —Mi hermana solía tocar esa melodía—musitó Kagome, intentando descifrar la reacción de Naraku, aunque a decir verdad no pudo detectar ningún sentimiento además de indiferencia— Ella solía decir que el dolor es parte de la vida y que no podemos hacer nada para evitarlo, solo aceptarlo.

    —La muy cobarde saltó de un precipicio para escapar de sus obligaciones, sus palabras no iban de la mano con sus acciones—eran palabras muy crueles, pero viniendo de Naraku eso no era de sorprenderse. Kagome sintió una punzada en el pecho, tal vez no era buena idea seguir con la discusión pero algo en su interior le decía a gritos que continuara.

    — ¿Por qué la odias tanto? No es su culpa haberse enamorado de otra persona.

    —Es gracioso que precisamente tú digas eso—contestó con frialdad— ¿Ya se te olvidó ese pequeño incidente de hace dos años?

    —Eso ya lo he olvidado, no tiene sentido que intentes torturarme con eso—una sonrisa maliciosa se dibujó en los labios del joven, era obvio que tenía una respuesta.

    —Eso puedo notarlo Kagome, prácticamente te le entregas en bandeja de plata a Inuyasha. Si tu querida hermana estuviese viva creo que tendría buenos motivos para suicidarse de nuevo.

    Se produjo un escalofriante silencio, él no dijo una palabra ya que quizás esperaba alguna reacción por parte de la azabache; sin embargo su tranquilidad lo desconcertó un poco, quizás ya estaba muy acostumbrada a ese juego de palabras, no la había citado hasta allí para pelear por tonterías ¿Por qué continuaba molestándola entonces? Esa extraña necesidad de torturarla resultaba ilógica hasta para él mismo, tal vez se estaba volviendo loco.

    Pero ella era más loca, al aceptar estar con él…

    —Tú la amabas—otra vez con semejante estupidez, le hervía la sangre con tan solo escucharla decir aquellas palabras. Una parte de su ser deseaba estrangularla como castigo pero en medio de aquella multitud resultaba poco beneficioso. Guardó silencio sin voltear a verla, pero no pudo esconder el evidente enfado que le había causado— ¿Por qué no impediste su muerte?

    —Te equivocas en muchas cosas Kagome, en primer lugar yo no amaba a tu hermana, más bien todo lo contrario. En segundo lugar, si pretender hacerme responsable por lo que sucedió solo perderás tu tiempo.

    —No te estoy culpando por lo sucedido, solo digo que pudiste hacer algo para evitarlo—su voz sonaba suave y tranquila, ya no tenía ánimos de seguir peleando y a decir verdad ya no tenía sentido a estas alturas de la vida. Las cosas no cambiarán por mucho que ella lo desee, no se puede volver al pasado— Tampoco es bueno que niegues tus sentimientos, entiendo lo que sentiste, yo también tuve que sentirlo.

    —¿Dices que me entiendes?—esta vez los ojos violáceos penetraron con frialdad el semblante de la azabache, dejándola sorprendida y asustada ¿Por qué tenía esa mirada tan siniestra? Él se acercó y la tomó de la barbilla para mirarla de cerca, su respiración estaba agitada lo cual le divirtió enormemente, con su pulgar le acarició delicadamente el labio inferior, un mar de sensaciones se apoderaron de su ser.

    Miedo, confusión, un mal presentimiento…

    —No lo hagas…—su voz era apenas audible, Naraku se acercó a escasos centímetros, sonriendo complacido. Kagome temblaba de pies a cabeza, esa situación le resultaba bastante familiar, quizás no fue tan buena idea aceptar su invitación al teatro; aunque era un sitio publico ellos se encontraban en un lugar bastante retirado, nadie se daba cuenta de lo que ocurría— Por favor…—como último recurso recurrió a la suplica, él se separó un poco y retiró su mano al mismo tiempo que se acercaba a su oído.

    Un mal presentimiento…una verdad oculta durante mucho tiempo…

    —Dudo mucho que entiendas…—sus palabras sonaban frías y distantes, disfrazadas con su típica sonrisa llena de cinismo. Tomó un mechón de su cabello y jugueteó con él por algunos segundos, Kagome lo encaró nuevamente, sostuvieron sus miradas durante mucho tiempo pero esta vez Kagome no entendía nada. Era como si él intentara decirle algo pero por alguna razón dudaba en hacerlo— Estas tan ocupada en el falso mundo perfecto que crearon para ti que no te das cuenta de que todo es una farsa.

    —Entonces, ¿Cuál es la verdad?—preguntó con tranquilidad— ¿Acaso tu me la dirás?

    —La verdad es…—una parca sonrisa se dibujó en sus labios, haciendo caso omiso a aquellos extraños latidos que sentía dentro de su pecho ¿Culpa? Jamás, ese sentimiento no se encontraba dentro de él. Ningún tipo de sentimiento podía permitirse para aquella chiquilla insolente, por lo tanto solo la verdad lograría despertarla en su propia y cruel realidad— La verdad, Kagome, es que tu adorada hermana no se suicidó.

    Una triste melodía no transmite únicamente sentimientos negativos ¿Por qué ver la tristeza como algo trágico e indeseable? Los seres humanos somos capaces de experimentar muchos sentimientos al mismo tiempo y el dolor producido por la tristeza es uno de ellos; éste nos ayuda a crecer como personas. El dolor es solo una parte de la vida, Kagome, y hay que aprender a aceptarlo…

    <<Naraku… ¿Acaso tu...la mataste?>>

    Próximo capitulo: Pesadilla.

    Bueno, es posible que muchas quieran matarme a mí, nuevamente me disculpo por la tardanza pero se me presentó un problema muy personal y no tenía cabeza para nada. Sé que quizás no lo crean pero en verdad lamento haber abandonado el fic por segunda vez, las que me conocen de cemzoo o que han leído otros fics saben que yo no soy de abandonar un escrito, y no comenzare con este; ahora tengo vacaciones y estaré actualizando más seguido (si es que alguien quiere leer, sino pss igual terminare la historia xD)

    Cada vez se complica más la misteriosa relación entre Naraku y Kagome, ahora resulta que el es un asesino (¿) bueno eso lo sabrán más adelante. Por cierto la canción de la que hablo en este capítulo “Sad Romance” pueden conseguirla en youtube, por alguna razón pensé inmediatamente en Kikyo cuando la escuche (y no me refiero solo al título)

    Sin más que decir, además de LO SIENTO MUCHO. Me despido.
     
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    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Amo tu historia, no la dejes por nada del mundo XD

    La situación de Kagome y Naraku me tiene de pelos de punta ó_ò ya no sé que pensar, de hecho he llegado a pensar que en realidad lo que hizo Naraku fue matar a Kikyo por que ella evitaba que él sedugiera a Kagome, sí, que Kagome es y era el objeto de deseo de Naraku y no Kikyo, pero entonces el principio de la historia no me lo explico T^T no seas cruel con esta pequeña servidora!

    espero más SesshxRin en el futuro (Ya sabes que soy fan de esta pareja jejejejeje)

    Nos leemos!

    ETO TI!
     
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    rin chan

    rin chan Entusiasta

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    ay grax grax por actualizar, por finn!!!
    ahhh no puede ser yaa se sabee la verdad, quiero ver su reacción que va a pasar ocn ellos ahora de por si todo el capi estuve de o.o
    ay ahora con estoo, siento q me da el bagido xD ok noo, he leido el comentario anterior y me qede o.O
    Si eso es cierto entonces kagome debera...huir, correr cambiarse de pais nombree ,naraku ESTTAA LOCO
    hoy tampoco vii a mi pareja favoritaaa los extraño uu
     
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    dvdavid

    dvdavid Iniciado

    Capricornio
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    Hola !
    Me comence a leer tu fic desde esta mañana y me encanta la historia, es muy buena
    Va muy de cerca con el anime pero en la vida real, adoro como pones a Kagome de buena, ella siempre ha tenido muy buenos sentimientos y eso se refleja, tambien amo la actitud de Naraku. Es... bue...na...per..so..na solo que no lo sabe demostrar.
    Pero mi favorito es Hakudoshi definitivamente, yo siempre lo he amado desde el anime y si actitud con Kagome es de lo mejor (Un amigo es asi conmigo... pero no le presto mucha atencion, yo no soy capaz de enojarme, ademas de que a el le fascina hacerlo y ya hasta me rio con el (pero le doy su merecido))
    Y me has dejado muy intrigada, ya han pasado 23 capitulos haciendo sufrir a Kagome :p ¿enserio puede sufrir mas? enserio, pobre niña, solo espero que Naraku se sepa controlar, porque amo como se comporta con ella pero definitivamente prefiero a mi Amado Inuyasha y ese cuento con Kikyo me tiene embolatada, ¿Como asi que no se suicido?
    Me tienes mal, amiga te lo juro... ahora me la pasare pegada al compu para ver las actualizaciones
    Bueeno...Saludos, adios :)
     
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    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Muchas gracias por sus comentarios, justo ahora estoy trabajando en la conti de mi fic pero me pase a ver sus opiniones y es gratificante saber que les estoy quemando las neuronas/ digo las tengo confundidas con el comportamiento de Naraku. Como bien saben él es un personaje que ama sacar los miedos y las debilidades mas profundas de las personas pero jamás aceptaría caer victima de su propio juego, por lo que es normal que pierda la compostura cuando Kagome logra salirse con la suya. Por cierto, mientras navegaba un rato se me ocurrio buscar imagenes para ver si me inspiraba y consegui estas tres, me dije a mi misma "OMG tengo que juntarlas" y es que a mi parecer esa imagen (la misma de mi firma) expresa a la perfeccion lo que siente Kagome, ella esta encerrada en un mundo de opulencias donde por mucho que quiera no puede ser ella misma; por otra parte vive eternamente involucrada con Inuyasha y Naraku, los tres comparten un pasado que los involucra con Kikyo, y en este punto de la historia es dificil saber si ellos dos ven en Kagome a "la verdadera Kagome" o si solo se aferran a una sombra del recuerdo de Kikyo... ¿Cual será la verdad? poco a poco se irá revelando.

    firma carcel de cristal.JPG

    Por ahora me despido, en unas horas subire el capitulo.
     
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    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    Muchas gracias por sus comentarios y “me gusta” respectivamente, para mi es importante saber qué piensan de la historia asi que si tienen alguna duda, comentario o sugerencia pueden expresarse con confianza que yo les responderé con gusto.

    Camina hacia adelante sin importar lo que pase, no desperdicies tu presente por un pasado que no tiene futuro…

    Capítulo XXIV
    Pesadilla

    <<La verdad, Kagome, es que tu adorada hermana no se suicidó>>

    — ¿Acaso tu…la mataste?—sentía que estaba frente a un asesino y sus miedos se reforzaron al notar la maliciosa sonrisa del pelinegro ¿Qué podía hacer? Armar un escándalo solo la haría quedar como una desquiciada, quizás por eso Naraku escogió ese lugar tan callado y discreto pero al mismo tiempo vulnerable ante la vista de cientos de personas. Sus miradas se quedaron fijas durante varios minutos, el miedo se apoderaba de ella por completo, pero este era un miedo diferente ¿Acaso tenía miedo de descubrir la verdad? ¿Prefería fingir que todo fue un malentendido producto de su violenta mente auto conclusiva?

    No era eso, la verdad era que no deseaba aceptar que Naraku en realidad había asesinado a su querida hermana, ella sabía muy bien que no estaba ante la persona más honesta y confiable del planeta, pero aún asi, dentro de su corazón quería pensar que él conservaba algo de humanidad.

    —Responde…por favor—su súplica desencajó el rostro despreocupado de Naraku, otra vez ese incomodo sentimiento de culpa se apoderaba de su ser ¿Por qué le incomodaba verla tan triste? Confundido y furioso, no hizo más que dedicarle una mirada llena de frialdad.

    —No la maté, aunque me hubiera encantado matarla yo mismo.

    —No es cierto, tú la amabas. Debí saber que jamás lo habrías intentado.

    El sonrió de medio lado intentando ocultar su ira. No le agradaba el rumbo que estaba tomando la conversación.

    —Amor, jeh. Dicen que el amor puede hacernos cometer locuras. Pero creo que eso tú lo sabes de sobra.

    — ¿Debería asustarme por tu pequeño acertijo?

    Naraku sonrió levemente y se dejó llevar unos segundos por la melodía que sonaba en aquel momento, Kagome intentó continuar con la discusión pero él le tapó la boca rápidamente. Intentar soltarse era imposible y nadie podría darse cuenta de su situación desde el lugar en que estaban, además el ruido de la música y la belleza del escenario mantenía a todos lo suficientemente ocupados como para no darse cuenta de nada, incluso si el decidía hacerle algo.

    —Sabes Kagome, he estado pensando en tu situación y creo que ya has sufrido lo suficiente. No necesitas seguir culpándote de lo que paso. Es más, creo que yo en tu lugar habría hecho lo mismo, nadie pensó jamás que todo terminaría en tragedia.

    Sus ojos se abrieron más de lo normal y su corazón comenzó a latir con fuerza, Naraku sonrió satisfecho y le quitó la mano de la boca cuando estuvo seguro que ya no podía pronunciar palabra alguna, y definitivamente no podía, su cuerpo temblaba sin control mientras se abrazaba a sí misma en un intento de consolarse. El no la miró, no se sintió con aquella fortaleza para hundirla como en otras ocasiones; todo lo contrario, por un ínfimo segundo quiso decir algo que la regresara a la normalidad, débil…la palabra hizo eco en su mente.

    Jamás…la chiquilla intentaba ser adulta, entonces debía vivir la crudeza de la vida en todo su esplendor, y él tenía la tarea de enseñársela.

    — ¿Creíste que no conocía tu pequeño secreto? Por favor Kagome, ni siquiera fue necesario que me lo dijeras, era muy fácil darse cuenta de que algo te estaba consumiendo por dentro. Pero descuida, tu hermana no se suicido por tu culpa, bueno…tal vez la mitad de la culpa si es tuya.

    —Yo no quise que eso pasara. Solo intentaba protegerlos.

    — ¿Estás segura de eso? ¿No hubo ninguna razón personal que te impulsara hacer lo que hiciste? Piénsalo Kagome, tú fuiste la culpable de que Inuyasha y Kikyo no se encontraran esa noche—ella lo miró desconcertada, como era de esperarse Naraku estaba jugando con sus emociones ¿Acaso la creía capaz de provocar el suicidio de su hermana? Si bien sintió culpa durante mucho tiempo eso no significa que en realidad lo haya hecho con malas intenciones, solo fue un accidente, le costó entenderlo y aceptarlo pero por fin lo había comprendido.

    —Tú conoces mis sentimientos y yo los tuyos, no hay necesidad de mentirte—su mirada se centró en el rostro de Naraku, el sabía muy bien que no lograría manipularla de nuevo ¿Acaso fue por eso que la citó en ese lugar? ¿Deseaba seguir el eterno juego de la tortura? No, Kagome había sanado las heridas del pasado, aún sentía tristeza pero era normal, eso le recordaba que estaba viva y que su alma no se había endurecido a pesar de las adversidades. Es por eso que pudo sonreírle con tranquilidad, y en el fondo también deseaba que él algún día pudiera olvidarlo todo— Mi hermana hubiera deseado que yo continuara con mi vida, no la juzgaré por lo que hizo y sé que ella tampoco me juzgaría. Si pudiera pedirle perdón estoy segura de que me perdonaría.

    —Puede que sea cierto pero ¿Inuyasha también te perdonaría?—su pregunta la tomó desprevenida, lo pensó unos segundos y no pudo evitar sentir una punzada en su corazón ¿Realmente Inuyasha la perdonaría? No quería sacar conclusiones precipitadas pero conociendo su carácter lo más seguro es que terminara odiándola.

    Se levantó de su asiento, no había nada más que discutir y Naraku esta vez no hizo esfuerzo en retenerla.

    —Hablaré con él y le diré toda la verdad. Apenas regrese de su viaje.

    —Me parece bien—musitó con el tono sarcástico que le caracterizaba, una ligera sonrisa se dibujó en sus labios mientras centraba nuevamente su atención en la orquesta, después de todo se había pasado la noche entera hablando con Kagome— Espero que también tengas fuerza para perdonarlo a él, cuando te enteres de la verdad.

    —Ya basta de juegos Naraku, es hora de que dejes el pasado atrás—se dispuso a caminar pero le sujetó la mano levemente, pudo haberse soltado pero por primera vez le sorprendió que no la tratara con brusquedad.

    —Cuando llegue ese día, te darás cuenta de que tu pasado no ha dejado de perseguirte. Ven a verme entonces, disfrutaré viendo cómo te desmoronas hasta que no quede nada.

    La soltó con la misma delicadeza, Kagome sintió un escalofrío al escuchar aquellas palabras, era prácticamente una sentencia de muerte de la que no podía escapar. Se marchó y trató de olvidar todo aquello, no era la primera vez que Naraku intentaba confundirla, lo mejor era ignorarlo y no provocar su furia, solo deseaba vivir tranquila y “feliz” dentro de lo que era posible.

    “Dame tiempo, por favor… ¿Me esperarás?”

    Llevó una mano a su pecho como si le costara respirar ¿Por qué recordaba aquellas palabras de Inuyasha justo en ese momento?

    “Cuando llegue ese día, te darás cuenta de que tu pasado no ha dejado de perseguirte”

    Cerró sus ojos con fuerza como cuando era una niña y algo le asustaba, al abrirlos siempre despertaba en su cama, dándose cuenta de que todo había sido una pesadilla. Pero por más que cerraba sus ojos no lograba despertarse, y las puntadas de su corazón eran cada vez más fuertes.

    <<Solo es tu imaginación…solo eso>>

    Próximo capítulo: Kikyo.
     
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    pinkprincess

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    Sinceramente, tendrían que poner un botón de "sin aliento" para tus capitulos.... Por que es como me he quedado! ><

    Maaaadre mia! Hacía que no publicabas, pero, chica, la espera merece la pena, y mucho! Es que, no se como explicarlo, pero tu forma de narrar, la intriga, los sentimientos... TODO me deja anonalada! O.o Es que, en serio, eres muy pero que muy buena!

    Adoro a Naraku, y puede que muchas me odien por decirlo, pero lo adoro, enserio! *¬* Es que lo mio son los chicos malos...

    Como que Kagome "provocó" la muerte de su hermana??!! Intrigante... y más lo que le dijo Naraku sobre Inu...

    Madre! No puedo esperar al próximo capi! No te te tardes, ok? Que me dejas con la intrgaaaa! >< Besos y sigue con esta pedazo de historia! :)
     
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    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

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    5604
    Aprovecho las vacaciones para actualizar más seguido, se que a veces me tardo más de la cuenta pero es que en serio mi internet ha estado PESIMO últimamente. Como siempre, muchas gracias a las que aún me leen. Hace poco me preguntaron si la historia estaba llegando a su fin, aún me faltan ciertos detalles que no he revelado, no sabría decirles con seguridad cuanto falta pero no creo que lo termine de inmediato, recuerdo que a petición de mi estimada amiga Sessxrin incluí a Naraku para darle más participación que la del típico villano, por eso mi fic se alargó más de la cuenta aunque en realidad no me arrepiento ya que gracias a eso se me ocurrieron nuevas ideas que no hubiera podido agregar con la historia que tenía en un principio.

    Bueno sin más que decir, aquí les dejo el siguiente capítulo dedicado a la hermana mayor de Kagome. Por fin sabrán el pequeño secreto que atormenta a nuestra protagonista. Cabe destacar que los pensamientos personales de Kikyo y las conversaciones aparte (su conversación con Naraku, por ejemplo) no están dentro de los recuerdos de Kagome, son detalles adicionales que he puesto para que entiendan mejor las cosas.

    ¿Puede una sombra revelarse y ser algo más que un vago reflejo sin identidad propia? Imposible, pues ésta siempre existirá gracias a aquellos que se encargan de permanecer un paso más adelante. Las personas son como una sombra, pero a diferencia de ésta, ellos poseen una luz interna que les permite brillar aunque el mundo entero se oponga, solo necesitan creer en ellos mismos.

    El sol salió más rápido de lo que esperaba, pero de todos modos ella ya se encontraba despierta desde hace mucho. Su mente no dejaba de procesar lo que había ocurrido hace apenas dos semanas; no volvió a ver a Naraku desde aquel día y supuso que no lo vería de nuevo, hasta que hablara con Inuyasha.

    “Ven a verme entonces…”

    Ladeó la cabeza en señal de negativa, como si en verdad fuese a buscar consuelo en Naraku. Un leve golpeteo la sacó de sus pensamientos, su amiga Sango sabía de inmediato cuando ella despertaba, como si de alguna forma estuviesen conectadas.

    —Buenos días—dijo con entusiasmo, Kagome le dedicó una sonrisa mientras sacaba unos vestidos de su closet— ¿Vas a donarlos?

    —Ya casi no me quedan pero aún están en buen estado—dijo al mismo tiempo que los detallaba para cerciorarse de que todo estuviera perfecto— Estoy segura de que alguien más puede aprovechar esta ropa.

    —Cuando termines de escoger la ropa me avisas, yo me encargaré de llevarla a la tienda de caridad. Por cierto ¿Ya sabes que día es hoy?

    —No podría olvidarlo contigo recordándomelo a cada rato—dijo entre risas, Sango la empujó levemente de manera juguetona— Feliz comienzo de Diciembre.

    —Igualmente, ya verás que este será un mes maravilloso—una sonrisa picara se dibujó en su rostro, posós sus manos en los hombros de la azabache y musitó con cierto aire de misterio— Además, Inuyasha regresa hoy de su viaje, creo que deberías visitarlo.

    —Lo había olvidado por completo—y aunque Sango no le creyera era cierto, por mucho que odiara admitirlo se la había pasado los últimos días pensando en las palabras de Naraku, un leve sonrojo se dibujó en sus mejillas ¿Qué le estaba pasando? Las risas de su amiga solo la apenaban aún más, aunque en el fondo no tenía idea de lo que le pasaba. Se separó de ella y se dispuso a salir del cuarto, ya la había molestado lo suficiente.

    —Bajaré a preparar el desayuno, ¿Quieres algo en particular?

    —Lo que sea estará bien, no tengo mucha hambre—dijo tranquilamente, al encontrarse sola nuevamente dio un largo suspiro.

    Diciembre no era precisamente el mes más deseado para Kagome, por razones obvias, pero Sango siempre se esforzaba en hacer algo especial para ella así que lo menos que podía hacer era alegrarse un poco. Seguramente se reuniría con Miroku, Inuyasha y su madre, pues ellos se habían convertido en su nueva familia. Se sentó en la cama y sacó una pequeña foto de su mesa de noche, allí se encontraba con su hermana y sus padres, uno de los pocos momentos en los que podían estar todos juntos.

    Sonrió levemente, y se dejó atrapar por los viejos recuerdos.

    Capítulo XXV
    Kikyo

    —No lo está haciendo bien—un suspiro lleno de frustración se pudo oír en toda la sala, y aunque ella sabía que su tutora solo estaba haciendo su trabajo, todo eso le estaba hartando— Por favor, repítalo una vez más.

    —No sé que mas hacer para complacerla, esta es mi manera de escribir.

    —Srta. Higurashi, una verdadera dama jamás se atreve a discutir o perder la calma fácilmente—le recordó con amabilidad, una amabilidad que la joven comenzaba a creer que era falsa— recuerde que sus padres desean que usted y su hermana obtengan la mejor educación posible, y de eso me estoy encargando.

    — ¿No podemos tomar un pequeño descanso?

    —Ya descansó hace poco, debemos continuar—finalizó calmadamente y con firmeza, ella frunció el ceño y tomó la pluma nuevamente pero accidentalmente tiró la tinta al suelo.

    — ¡Qué desastre! Usted no tiene ni la más mínima pizca de respeto por mi trabajo.

    —Fue un accidente—musitó sorprendida, era la primera vez que veía una reacción en su tutora y a decir verdad no le agradaba ser regañada por un extraño.

    —Ni con mil años de entrenamiento lograría progresar, su actitud jamás la llevará a ningún lado—rápidamente tomó sus cosas y salió de la habitación, completamente furiosa— ¡Es increíble que comparta lazos de sangre con la Srta. Kikyo! No se parecen en nada.

    Permaneció allí sentada sin moverse, no era la primera vez que un tutor renunciaba por su culpa. Escuchó unos pasos acercarse, seguramente era su madre quien venía a darle un discurso sobre los modales y la serenidad que toda buena dama debe poseer ¿Era tan difícil darse cuenta de que ella no deseaba eso?

    El hecho de ser comparada con su hermana mayor le causa gran temor, pues sabe que nunca podrá ser como ella, pero al mismo tiempo todos esperan que lo logre ¿Qué hay de lo que ella desea? ¿Acaso siempre vivirá para complacer a otros?

    Unas suaves manos se posaron en sus hombros, ella las sujetó con delicadeza, y aunque sabía que no era su madre igualmente espero algún tipo de reprimenda.

    —Ya son 5 tutores que renuncian por tu culpa, Kagome—su voz era tranquila y pausada, por alguna razón ella siempre lograba tranquilizarla, incluso cuando le llamaba la atención— Sé que no te gusta, pero debes hacer un esfuerzo.

    —Nunca tenemos tiempo para nosotras mismas, me gustaría ser como los demás chicos de nuestra edad.

    —Los demás chicos de nuestra edad no tienen tantas responsabilidades—asintió tranquilamente, se separó de su hermana y se dispuso a limpiar la tinta del suelo— Sé que es difícil, pero recuerda que yo estoy contigo.

    Kagome la detuvo, tomó ella el pañuelo y comenzó a frotar suavemente la alfombra con cuidado de no dañarla.

    —Yo lo limpiaré—dijo sin retirar la vista del suelo, estaba avergonzada por causar tanto alboroto mientras que su hermana aceptaba todo lo que sucedía con una increíble madurez— Prometo cooperar más.

    —Así me gusta, ¿Qué te parece si después de limpiar este desastre tu y yo salimos a caminar un rato?

    —Pero en media hora tenemos clases de música—dijo con un brillo de entusiasmo en su mirada que no pudo ocultar— No pareces tu misma Kikyo, ¿O acaso me estás poniendo a prueba?

    —Nada de eso, jamás me atrevería a jugar con tus sentimientos—dijo sonriendo levemente, Kagome asintió emocionada y se dispuso a limpiar con rapidez.

    En esos momentos ella deseaba que el tiempo se detuviera, para permanecer así con su hermana, simplemente caminando y hablando de cosas triviales; y aunque el frío había aumentado en esa época del año, ella no le daba importancia, Kikyo era su sol.

    Ambas frecuentaban un pequeño parque no muy lejos de su casa, allí solían jugar durante horas y aunque sabían que sus padres las regañarían por haberse escapado, valía la pena con tal de disfrutar un poco.

    —Kikyo, Kagome—una voz familiar para ambas, casi al unísono lo saludaron con alegría, se miraron entre si y sonrieron, hace mucho que no veían a su amigo Inuyasha. Por ser mayor que ellas sus responsabilidades tambien eran mayores.

    —Me alegra verte—musitó con timidez la mayor de las hermanas, Kagome se acercó y lo saludó con menos protocolo.

    —Han crecido mucho—admitió Inuyasha fijando su vista en Kagome, bufó hacia otro lado causando que la azabache frunciera el ceño.

    —¿Qué te causa tanta risa?—cuestionó entre dientes al ver que él intentaba hacerse el indiferente.

    —¿Ya notaste el estado en que está tu vestido?—le sujetó la parte de abajo, haciendo que la chica reaccionara avergonzada y cubriéndose; Kikyo solo soltaba pequeñas risillas intentando contenerse— Estás manchada de tinta, eres una tonta.

    —Descuida Kagome, creo que se le puede quitar—le tranquilizó con su tono sereno, su hermanita en cualquier momento iba a estallar.

    Después de una inevitable pelea entre Inuyasha y Kagome, Kikyo tuvo que intervenir o el parque entero escucharía sus gritos; ella era la hermana mayor de todos, siempre manteniendo la calma en cualquier situación. Pero lo cierto era que ellos disfrutaban estando juntos. De vez en cuando Kagome se retiraba hacia los jardines con la excusa de “buscar flores” para dejarlos solos, le dolía el hecho de que Inuyasha se fijara de esa forma en Kikyo y que ella le correspondiera, pero al mismo tiempo se daba cuenta de que su hermana jamás sonreía como cuando estaba con él. A veces en lo más profundo de su ser se arrepentía por haberle presentado a Inuyasha, pero tal vez era algo inevitable, la atracción entre ellos fue casi inmediata desde el primer día en que se conocieron.

    Siguió contemplándolos, desde lejos. Inuyasha tomó una pequeña flor y la colocó en el cabello de Kikyo, ambos lucían como dos enamorados, como si el mundo a su alrededor no existiera. Kagome conocía más que nadie ese sentimiento que te causa tristeza y alegría al mismo tiempo.

    —No es correcto espiar a las personas—aquella voz la sobresaltó de inmediato, haciéndola caer sobre el césped. Se levantó y observó su vestido, genial ahora estaba lleno de tinta y restos de césped por doquier— No creí que te asustarías tanto, me disculpo.

    —Naraku…—no esperaba verlo en ese lugar, a decir verdad era la primera vez que estaban tan cerca uno del otro. Había conocido a aquel joven hace un año aproximadamente pero a petición de su hermana siempre mantuvo la distancia, nunca le dijo sus razones para desconfiar de él, pero ahora que lo veía de cerca pudo notar esa extraña sonrisa que le caracterizaba. En su mente infantil él era algo así como un príncipe víctima de algún hechizo que lo hacía lucir un tanto macabro.

    Siguió observándolo algunos segundos, no se veía tan peligroso como su hermana creía, tal vez lo juzgó precipitadamente. Era un joven como cualquier otro, de unos dieciocho años o quizás menos.

    —¿Qué haces aquí?—preguntó con curiosidad, él siguió mirándola como si estuviera leyendo su mente. Notó además la enorme diferencia de estatura, ella aún lucia muy infantil a pesar de que ya tenía doce años, apenas y le llegaba un poco más abajo del hombro.

    —Solo caminaba por aquí—contestó sin mucho interés, fijó su vista nuevamente en Kikyo e Inuyasha para luego dedicarle una extraña sonrisa, desde el punto de vista de Kagome— Es una lástima que siempre tengas que ser la observadora ¿Cierto?

    — ¿A qué te refieres?— él lo supo de inmediato, ella aún era demasiado inocente como para estar completamente consciente de sus propias emociones, dio media vuelta y se dispuso a irse pero para su sorpresa fue detenido por Kagome.

    —¿Tienes que irte tan pronto?—lo sujetó de una de las mangas de su camisa. En ese momento Kagome no se había dado cuenta del grave error que cometía, si tan solo lo hubiera dejado ir, tal vez las cosas serían diferentes— Podemos charlar un rato si quieres.

    —Tu querida hermana no me quiere cerca—le susurró al oído para que solo ella pudiera escucharlo— Tiene miedo de que puedas enterarte de ciertas cosas que no debes.

    —¿Ciertas cosas?—ingenua, fácil de manipular. Le estaba resultando mucho más fácil de lo que imaginaba, por suerte para la azabache su hermana ya se había percatado de la presencia de Naraku y no tardó en llegar hasta donde estaban, junto con Inuyasha.

    —Kikyo, es un verdadero placer verte—dijo al mismo tiempo que hacía una pequeña reverencia, Kagome no entendía nada de lo que pasaba, el semblante de su hermana se volvió frío e indiferente y al parecer Naraku disfrutaba el haber causado ese extraño ambiente de tensión ¿Por qué ella era la única que no entendía lo que pasaba?

    —Kagome, adelántate con Inuyasha—por primera vez sonó más como una orden que como una petición, ambos se retiraron dejándolos a solas— ¿Qué estabas haciendo aquí?

    —No tienes derecho a preguntarme eso, este es un lugar público—se defendió de manera arrogante mientras caminaba lentamente a su alrededor— Si no quieres que esto pase de nuevo te recomiendo que no le quites la vista de encima a tu pequeña hermana, sería una lástima que algo le pasara.

    —No la metas en esto, ella no tiene nada que ver.

    —Kikyo…—una risa arrogante se escapó de sus labios, ella mantenía la mirada firme y apretaba los puños con fuerza. Odiaba encontrarse en esa situación y se odiaba a si misma por exponer a su hermana, y todo por dejarse llevar por su felicidad estando junto a Inuyasha— ¿Sabes algo? Debería alegrarte la decisión que he tomado, un simple gracias es suficiente.

    —Mi familia y yo jamás lo aceptaremos, los motivos que te impulsan no son honestos.

    —Y supongo que tu si eres completamente honesta con tu hermana—logró silenciarla con sus palabras, en el fondo ella sabía que él tenía razón. Kikyo solo deseaba la felicidad de Kagome pero había llegado a un punto donde se debatía entre la felicidad de su hermana y su propia felicidad, en cierta forma se estaba volviendo egoísta.

    —No tengo nada más que discutir contigo, las cosas no van a cambiar.

    Se repitió esa frase una y otra vez, intentando convencerse de que así sería pero por alguna razón no lograba estar completamente segura. Intentar mantener a Kagome alejada de todos los problemas era casi imposible, algún día ella tendría que lidiar con la cruda realidad que estaban viviendo, las deudas familiares, la crisis que todos estaban pasando; no era por simple capricho que cada vez despedían mas y mas trabajadores de la mansión, los tutores tambien pasaron a un segundo plano lo cual resultó un alivio para Kagome, pero Kikyo si comprendía la verdad oculta en todo eso. A pesar de todo ella se dedicó a estudiar en casa junto a su hermana, solo dejaba que ella se preocupara por su educación, por ser la mayor Kikyo tendría que encargarse de lo demás cuando llegara el momento indicado.

    —Hermana…—la voz de Kagome la sacó de sus pensamientos, ella mantuvo la vista en un libro que estaba leyendo, aunque en realidad no había pasado de pagina por estar soñando despierta— ¿Aún sigues molesta por lo que paso?

    —Te dije que te mantuvieras lejos de Naraku, no es una persona de fiar—intentó suavizar el rostro, no le agradaba regañar a su hermana, ella se acercó y se sentó en la alfombra, frente a ella.

    —Nuestro encuentro fue pura casualidad, él pensaba irse pero yo lo detuve.

    —¿Te dijo algo?—su pregunta le hizo recordar las palabras que le había dicho Naraku, pero no creyó conveniente mencionar nada al respecto, después de todo probablemente no volvería a verlo nunca más.

    —Nada en lo absoluto, solo me preguntó qué hacía allí—Kikyo presintió que le estaba ocultando algo pero no tenía sentido obligarla a confesar, mientras menos interés demuestre en lo sucedido, mejor.

    —Está bien, pero prométeme que si algo así vuelve a suceder te irás de inmediato.

    —¿Por qué le tienes tanto miedo a Naraku? ¿Qué es lo que no quieres decirme?—su pregunta incomodó a Kikyo, aunque trató disimularlo como pudo.

    —Simplemente no confío en él, pero no pienses que le tengo miedo, y tú tampoco debes temerle, nunca debes demostrar temor Kagome.

    —No estás respondiendo mi pregunta—insistió un poco molesta por la evasiva— ¿Cómo puedo entender lo que ocurre si siempre me ocultas todo?

    —Lo entenderás a su debido momento, solo intento protegerte—era inútil, Kagome solo podía ver esa cara llena de frialdad que su hermana mostraba cuando no deseaba revelar sus verdaderos sentimientos, últimamente era casi imposible saber lo que ella estaba pensando. Tan distante y callada, como si no deseara que nadie invadiera su mente, ni siquiera ella.

    —¿Cómo puedo confiar en ti si ni siquiera eres capaz de ser tu misma?—se marchó de allí decepcionada, su hermana volvió a fijar su vista en aquel libro que tenía en sus manos, aunque en el fondo su mente no lograba procesar ni una palabra que estaba allí escrita.

    Le dolía tener que ocultarle secretos a Kagome, pero estaba convencida de que todo era por su bien. Si la suerte estaba de su lado probablemente todo mejoraría con el paso del tiempo. Pero no fue así…

    Luego de la muerte de sus padres, Kikyo se volvió más y más distante en un intento por abarcar todas las responsabilidades y problemas de la familia Higurashi; Kagome creyó que ella intentaba mantenerla al margen por no creerla capaz de hacer algo útil, le costó entender que lo único que su hermana deseaba era brindarle la posibilidad de vivir la vida tranquila y normal que ella jamás tendría.

    Pero aún así la extrañaba, extrañaba aquellas caminatas y todas las ocasiones en que se escapaban, causándoles muchos dolores de cabeza a sus padres y a los tutores que cuidaban de ellas. Le dolía la pérdida de sus padres, pero le dolía aún más el hecho de que Kikyo intentara eliminar cualquier sentimiento de tristeza con tal de asumir toda la responsabilidad; algunas veces intentaba hablarle pero su propio orgullo y mal carácter hacía que terminaran discutiendo.

    Tal parece que el único que lograba devolverle esa sonrisa tímida e inocente era Inuyasha, con el paso de los años su amor se hizo más evidente, hablaban mucho a solas e incluso se tomaban de la mano cuando nadie los veía. Aunque los sentimientos de Kagome hacia él no habían cambiado, sintió que el dolor que ella pudiera sentir no se comparaba con la pesada carga que Kikyo llevaba día a día, lo creyó una compensación justa y así trató de aceptarlo.

    Era un día como cualquier otro, muy a su pesar Kagome se había acostumbrado a escribir para pasar el tiempo, no conversaba mucho con su hermana así que se dedicaba todo el día a cultivar su mente. A diferencia de lo que muchos pensaban, ella tenía una gran preparación, aprendió francés, alemán e italiano durante su infancia y de vez en cuando reforzaba sus conocimientos con los libros de su extensa biblioteca. Sin embargo el aburrimiento se hacía inevitable en algún punto del día, daba gracias al cielo de que Sango viviera con ella, aunque lamentaba las tristes circunstancias en las que se había mudado, de alguna forma ambas fueron marcadas por la misma desgracia, perder a su familia.

    —Aún tienes a tu hermana, no lo olvides Kagome—Sango tenía razón, pero últimamente ella ya no sabía cómo hablar con su propia hermana, vivía tan metida en su propio mundo que la sentía incluso más ausente que sus padres fallecidos.

    —Si no fuera por ti sango, no sé qué haría—se recostó lentamente en el hombro de su amiga, allí permanecieron unos segundos sin decir nada hasta que una voz familiar la llamó.

    —Es Kikyo…—Kagome suspiró con pesadez Sango le dio unas palmadas en la espalda para animarla— Todo en esta vida tiene solución Kagome, lo único inevitable es la muerte.

    Palabras ciertas pero difíciles de aplicar, Kagome estaba tan acostumbrada a fingir que nada sucedía que ya se le hacía extraño intentar una conversación con su propia hermana, al entrar a su habitación la encontró sentada en un pequeño escritorio, tan ocupada como siempre, era difícil creer que apenas contaba con 16 años y ya era toda una mujer.

    — ¿Me llamabas?—Kikyo dejó de escribir y la miró unos segundos, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, mezclada con un fuerte sentimiento de culpa.

    —Kagome, sé que todo ha sido muy difícil para ti desde la muerte de nuestros padres. Te he dejado de lado y me disculpo por eso, debes sentir que no te he apoyado lo suficiente.

    —Todo lo contrario hermana, tú te has encargado de todo sin problemas. Me siento una completa inútil, creo que yo soy quien debería pedir disculpas.

    Se levantó de su escritorio y por primera vez en mucho tiempo le dedicó una tierna sonrisa, después de todo aún quedaba algo de la antigua Kikyo dentro de su ser. Kagome sonrió también, la atmosfera no se sentía pesada como de costumbre, lo único que necesitaban era un poco de comunicación y finalmente lo habían logrado.

    —¿Sabes qué? He estado pensando hacer algo especial para tu cumpleaños ¿Qué te parece? Algo muy discreto, solo invitaremos amigos cercanos.

    —¿No sería inapropiado? Hacer una fiesta a tan poco tiempo de la muerte de nuestros padres—dudó por unos segundos, pero Kikyo le acarició la cabellera con delicadeza.

    —No estamos celebrando su muerte, estamos celebrando que la única familia que me queda aún sigue viviendo— Kagome no pudo evitar sorprenderse ante aquellas palabras, no era normal que Kikyo expresara tan abiertamente sus sentimientos— Mientras sigamos con vida debemos vivir cada día como si fuera el último, porque solo nos tenemos una a la otra ¿Lo prometes?

    —Lo prometo— ambas compartieron un abrazo, pero fueron interrumpidas por su querido amigo Inuyasha.

    — ¿Interrumpo una escena sentimental?—Kagome le sacó la lengua como cuando eran unos niños, su habito de discutir a cada rato no había cambiado mucho, a pesar de que ya todos eran prácticamente adultos.

    —Inuyasha, es un placer verte— allí estaba esa atmosfera romántica de nuevo, en un segundo comprendió que su presencia estaba de mas. Se despidió educadamente y se marchó de allí pero la puerta no cerró sí que dio vuelta para hacerlo, se detuvo en seco al ver aquella escena de su hermana con la persona que más amaba.

    Él la tomaba de las manos posando sus ojos en los de ella, Kikyo se ruborizó casi al instante e intentó esquivarle pero él la sostuvo de la barbilla, obligándola a mirarlo de frente. Con el otro brazo la rodeó y la atrajo hacia él con un delicado abrazo, permanecieron así unos segundos sin decir nada; Kagome sintió que su corazón se partía en mil pedazos.

    —¿Has pensado en lo que te dije?—preguntó sin rodeos, ella bajó la mirada un tanto pensativa— ¿Por qué no me das una respuesta?

    —Sabes que no es fácil responderte, debes entender que en estos momentos tengo muchos problemas difíciles de solucionar.

    —Entonces te ayudaré a solucionarlos.

    —Dame un poco de tiempo, por favor Inuyasha—su evasiva obviamente lo decepcionó— Sé que te estoy haciendo daño por no responder como deseas, pero estoy segura de que mi decisión tambien lastimará mucho a mi hermana Kagome.

    —No es mi intención abandonar a Kagome, yo siempre voy a protegerla— por unos segundos los ojos de Kikyo se abrieron a causa de la sorpresa, lo miró en silencio y su rostro mostró una nostalgia casi incontenible. Kagome no logró escuchar lo que había dicho Inuyasha pero al juzgar por la expresión de Kikyo dedujo que era algo importante— ¿Qué te ocurre Kikyo? Lo que sea que estés ocultando puedes contármelo, no lleves esa carga tu sola.

    —No me entenderías, no en este momento—sonrió tranquilamente mientras acariciaba su rostro con delicadeza— Ya llegará el día en que te des cuenta de tus verdaderos sentimientos. Quizás estamos siendo demasiado egoístas.

    — ¿Egoístas?—esta vez no pudo evitar molestarse, sus ojos buscaban desesperadamente una respuesta por parte de su amada— ¿Qué tiene de malo que deseemos estar juntos?

    —Si con nuestros actos herimos a quienes amamos, entonces estamos siendo egoístas. Deseo mi felicidad, pero también deseo la felicidad de mi hermana—él la miraba confundido; Kagome mantuvo la respiración esperando que su hermana soltara aquellas palabras que tanto temía escuchar ¿Lo sabía? Imposible— Los sentimientos de mi hermana no son distintos a los míos.

    No pudo soportarlo más y se marchó de allí, confundida y asustada ¿Kikyo siempre lo supo? Y aún así nunca hizo algo para disimular sus sentimientos ¿Por qué ella era la única que se sacrificaba? La rabia se apoderó de su ser y hasta llegó a desear que Kikyo desapareciera, pero rápidamente se arrepintió de ese fugaz sentimiento, ella no odiaba a su hermana, jamás lo haría. Era difícil comprender las razones que le impedían a Kikyo aceptar a Inuyasha, se amaban uno al otro y no era justo que se negara a vivir un poco de felicidad solo para no herirla; por muy difícil que le resultara tenía que aceptarlo, así ambas se compartirían la pesada carga en el día a día, haciendo que todo sea más llevadero.

    Pero nada cambió, no era fácil descubrir esa faceta egoísta de Kikyo, no era correcto culparla de todo pero si le resultaba más fácil para desahogarse. Los días pasaban y ella sentía que su corazón jamás sanaría, intentaba no llenarse de malos sentimientos pero aquellas palabras resonaban una y otra vez en su mente; se sentía abandonada por aquella que una vez le dijo que siempre estarían una con la otra apoyándose, cuando hiciera su vida con Inuyasha seguramente ella pasaría a un segundo plano y no tendría más opción que seguir viéndolos en la distancia, reprimiendo sus emociones y añorando aquello que jamás tendrá.

    Una flor marchita ya no puede florecer…

    Y por eso decidió hacer algo de lo que se arrepentiría por el resto de su vida…

    —Kagome… ¡Kagome!—sus ojos se abrieron precipitadamente, miró a su alrededor y se dio cuenta de que aún estaba en su habitación sentada a un lado de la cama ¿Cuánto tiempo estuvo soñando despierta?— Kagome ¿Te sientes bien?

    —Sango…he decidido decirle la verdad a Inuyasha—la castaña se sorprendió por aquellas palabras pero no dijo nada, solo se sentó a su lado en silencio— El día en que Kikyo e Inuyasha decidieron escapar, yo me interpuse en su camino.

    —No fue tu culpa y lo sabes.

    —Esa noche vi una carta que Kikyo planeaba enviarle a Inuyasha, decía el lugar y hora exactos donde debían encontrarse. Cuando Kikyo partió escondí la carta y le dije a Inuyasha una dirección equivocada, por eso nunca pudieron encontrarse ese día—Sango no sabía qué decir, no conocía esa parte de la historia. Lo único que recordaba era una fuerte discusión entre Kagome y Kikyo la noche misma de su muerte ¿Qué podía decirle a su amiga para consolarla? No tenía idea y por más que lo pensaba no podía pronunciar palabra alguna— Nunca pensé que las cosas se saldrían de control, creí que había frustrado sus planes y que al día siguiente regresarían a la casa confundidos.

    —Pero si lo que dices es cierto, entonces Naraku también lo sabía.

    —No tengo idea de cómo Naraku se enteró. Ni siquiera recuerdo haberlo visto en el funeral de Kikyo así que su aparición es todo un misterio.

    —De alguna manera se enteró, es algo escalofriante pensar que él siempre las vigilaba, tal vez Kikyo sentía mucha presión y por eso escapó sin pensarlo—Kagome tambien lo había pensado muchas veces, no era nada fácil lidiar con Naraku, después de todo Kikyo era la responsable de la deuda en aquel entonces, justo ahora podía comprender la gran presión que debió pasar en su momento— ¿Estás segura de querer hablar con Inuyasha sobre eso?

    —Sí. Él merece saber la verdad—continuó observando aquella foto de su familia, el papel ya estaba desgastado por el tiempo; de pronto se dio cuenta que había otra foto, era la misma foto que había tomado de la casa de Naraku hace unos meses, la detalló unos segundos y una leve sorpresa se mostró en su rostro.

    —Ambas se ven muy hermosas allí—dijo Sango tranquilamente, Kagome asintió sin quitar la vista de la foto, Kikyo aparecía en el medio de la sala, sonriendo tranquilamente, llevaba puesto un vestido rojo y el cabello suelto, lucía hermosa.

    Al detallar la foto era fácil darse cuenta de que Kagome tambien aparecía, ella estaba bajando la escaleras y en ese momento fijó su atención en Kikyo, pero no pensó que ella tambien aparecería allí, viendo en la misma dirección como si tambien estuviera posando.

    —No me había dado cuenta de que yo también salía en la foto.

    Los secretos existen como una vía de escape ante aquello que no queremos mostrar de nosotros mismos. Las personas esperan siempre lo mejor, los defectos no son aceptados y por mucho que te esfuerces siempre te recordaran más fácilmente los errores, sin importar cuán pequeños sean.

    Esta es una sociedad reprimida donde cada uno es prisionero de su propia imagen, de su propia mentira. Vivimos encerrados en un mundo de opulencias del que no podemos escapar, es una cárcel de lujos y buenos modales, una cárcel de apariencias pero una cárcel de todas formas.

    Una cárcel…de cristal.

    Próximo capítulo: Deseo de navidad.
     
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  20.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Hola!! :D

    Sí, soy peor que el cometa Halley, aparezco cada cien años XD

    bueno, a la historia...como diríamos en el buen chileno ¡está la raja! me tiene ansiosa, ya quiero ver la reacción de Inuyasha y el modo que se enteró Naraku, sus motivos e implicancia. estoy más que enganchada.

    Hay una frase de Kikyo que me da vueltas: "Ya llegará el día en que te des cuenta de tus verdaderos sentimientos. Quizás estamos siendo demasiado egoístas." Ya, lo de ser egoistas lo entiendo, pero eso de verdaderos sentimientos... ¿insinúa que es un amor pasajero? ¿inmaduro? o ¿que? pero tampoco lo creo, o sea, no abría intentado escapar con él en el caso de ser así... o le iba a decir otra cosa en el encuentro que nadie sabe?... sí, me estoy comiendo la cabeza sola XD


    ¿Sabes? esta es casi la única historia por la que vuelvo a FFL.

    Nos leemos!

    ETO TI!
     
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