LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Nira, 11 Enero 2006.

?

¿Que opinas sobre este fic?

  1. Excelente, me encanta

    6 voto(s)
    75.0%
  2. Muy bien, es interesante

    2 voto(s)
    25.0%
  3. Ni muy bueno, ni muy malo

    0 voto(s)
    0.0%
  4. Es muy aburrido, ya terminalo ¬¬

    0 voto(s)
    0.0%
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    6908
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Pues a ponerse al corriente Ikki, que este fic ya esta por llegar a su final (son pocos los capitulos que me faltan por escribir). En fin, aqui les traigo el siguiente capitulo, espero que les guste y no olviden dejar sus comentarios ^^
    --------------------------------------------------------------------------

    CAPITULO 42: ELLINIKÁ Y EL MITO DE LA ISLA MILOS
    [FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]

    Tres días después de que se descubriera que lo que Andro tenía no era más que un fuerte bloqueo mental, Milo pensó que seria buena idea llevar a Lunye al Profitis Ilía y así contarle como había obtenido su armadura de escorpión. Por supuesto que no le diría nada al principio, quería que todo fuese una sorpresa para ella, así seria más emocionante. Al único a quien le comentó sobre dicha idea fue a Andro, para ver que opinaba y si eso podría funcionar
    - Como puede que si puede que no, Milo, eso ya lo sabes – había respondido Andro, Milo solo había bajado la mirada al suelo y sonreído con un deje de tristeza
    - Yo creo que no va a pasar nada… ella seguirá sin recordar nada aunque la lleve a las mismas entrañas del Profitis
    - ¿Desde cuando eres así de pesimista?... porque mis recuerdos de cuando estabas aquí entrenando me dicen que eras todo lo contrario – Milo rió un poco
    - Desde hace algunas semanas, he hecho cuanto he podido y ella sigue igual… mi última esperanza era la isla pero… sigue igual
    - Dale tiempo, toma en cuenta que quien la dejo así fue un dios y no sabemos exactamente que clase de poder usó para borrarle la memoria
    - Por eso mismo soy pesimista… creí que Ares usaba alguna clase de poder que no permitía que Nira recordase pero que al momento de derrotarlo ella volvería a la normalidad… imagínese mi decepción al saber que eso no era cierto
    - Bueno Milo, tu mismo me has dicho que ciertos lugares le dan nostalgia, eso es una muy buena señal, ¿no lo crees?
    - Si, creo que si… - Lunye bajó las escaleras – bueno maestro, nosotros nos retiramos
    - Que les vaya bien
    Tanto Milo como Lunye levantaron la mano para despedirse y salieron de la casa.

    Ambos jóvenes caminaban hombro con hombro rumbo a la alta montaña llamada Profitis Ilía. Considerando lo que había ocurrido en ese lugar hacia ya varios años, Milo supuso que las probabilidades de que Lunye recordara, aunque sea algo, eran altas, cuando menos todo lo concerniente a su prueba para obtener Elliniká. Lunye, por su parte, podía ver en el caballero cierta emoción; desde hacia tres días que ese halo de desesperación que él emanaba había desaparecido: sonreía con mas frecuencia, bromeaba, jugaba y reía, y eso era contagioso, vaya que si lo era. Ella suponía que esa era la verdadera personalidad de Milo, aunque algo le decía que aun había algo que no lo dejaba ser totalmente él y eso... era ella
    - ¿Por qué no me quieres decir a donde vamos? – preguntó Lunye de pronto
    - Quiero que sea sorpresa – respondió, mirándola y sonriéndole. La chica le correspondió la sonrisa con otra, aunque un poco más tímida que la del caballero
    - Te debieron de haber puesto Apókrufos en vez de Milo, las manzanas no sorprenden, al contrario, son muy predecibles – bromeó la chica. Milo solo se rió ante el comentario
    - A los escorpiones nos gusta dejar a las personas con la duda… debe ser por eso… además, es mas interesante de esta forma, ¿no crees?
    - Creo que si
    Durante diez minutos mas caminaron en silencio, ambos queriendo comenzar una platica con el otro pero no sabían como, una cosa era llevarse bien y otra muy distinta era tener una excelente comunicación y plena confianza para hablar de cualquier tema que se les ocurriese… les faltaba conocerse mas para poder entablar una conversación en cualquier momento y sobre cualquier tema. Cuando llegaron, Lunye se quedó viendo el lugar algo intrigada y Milo se percató de ello
    - ¿Pasa algo, Lunye?... ¿otra vez esa nostalgia? – preguntó el caballero de mirada turquesa, Lunye volteo a verlo
    - No… es otra cosa… siento que ya he estado aquí antes pero… no recuerdo haber venido a este lugar nunca en mi vida
    Milo sintió como su corazón latía con fuerza, emocionado y esperanzado. Supuso que ese sentimiento era mejor que la nostalgia que había estado sintiendo los días anteriores.
    - ¿Qué es este lugar, Milo? – preguntó ella
    - Es el Profitis Ilía… aquí fue donde obtuve mi armadura
    Lunye abrió los ojos de par en par y volteo hacia la alta montaña que se levantaba frente a ellos. Y entonces lo vio. Muy cerca de la cima divisó una cueva que, desde ahí, se veía sumamente pequeña pero considerando la altura y la distancia a la que estaba de ellos, dedujo que era grande.
    - ¿De casualidad tu armadura no se encontraba dentro de aquella cueva? – Lunye la señaló, se le notaba algo perturbada
    - S-si… fácil de deducir, ¿no?
    - Entonces esa silueta era él – murmuró Lunye anonadada, Milo volteó a verla intrigado
    - ¿Qué silueta? – la chica giró su cabeza hacia él rápidamente, haciendo que una parte de su rojo cabello quedara sobre su hombro izquierdo
    - ¿P-Por qué no me cuentas como la obtuviste? - preguntó ella cambiando radicalmente de tema, Milo no podía dejar de mirarla algo preocupado por su extraña actitud
    - ¿Te sientes bien?... ¿no quieres regresar?
    - Si, estoy bien... es solo que quiero corroborar algo, te diré de que se trata cuando hayas terminado
    - E-esta bien - Milo no estaba muy convencido de que su acompañante estuviera como decía estarlo, se veía algo pálida y muy desconcertada
    El caballero le platicó con lujo de detalles en que había consistido su prueba final para obtener la imponente armadura dorada de Escorpión, desde que había despertado aquella lejana mañana hasta que se desfalleció al momento de bajar de la enorme y oscura cueva (también le contó lo que ella misma le había platicado sobre lo que sucedió después). Lunye escuchaba anonadada el relato, especialmente lo último, mientras que Milo no dejaba de ver el Profitis con una mirada perdida y llena de gratos recuerdos. Cuando el joven terminó de contar ese gran acontecimiento que cambió completamente su vida, volteo a verla y le sonrió
    - ¿Si o no? - le preguntó
    - Si - Milo se sorprendió - Hace tres días soñé con lo que me acabas de contar... solo que tú eras una silueta y no podía identificar quien eras... pero en el sueño yo sabia de quien se trataba... pero a la vez no, si me entiendes, ¿verdad?
    - Claro que si... ¿Y lo soñaste tal cual? - una sonrisa se quería formar en el rostro del caballero
    - Si, todo era igual... aunque solo soñé desde que saliste de la cueva hasta que tu armadura te cubrió
    Hubo un momento de silencio en el que pensaban que podría significar aquello, si era una buena o mala señal... aunque todo apuntaba a que era una buena...no... Era una excelente señal
    - ¿Crees que el poder de Ares esta desapareciendo? – Milo sonaba muy optimista pero Lunye desvió la mirada al suelo
    - No lo creo… mas bien creo que ella quiso mostrármelo, aunque gracias al bloque que Ares impuso sobre mí no pudo hacer mucho
    - Entiendo – Milo la tomó de la barbilla y le levantó suavemente la cara hacia él para que lo viera a los ojos – dime que aun guardas esperanzas de que recordaras… que no te has dado por vencida tan pronto
    - Por supuesto que no… aun guardo un poco de esperanza – le sonrió, Milo también – ¿y tu?
    - Yo aun estoy seguro que recordaras… pero no en un futuro próximo
    - Es mejor eso que nunca
    Un suave viento empezó a soplar desde el oeste, meciendo levemente el frondoso ramaje de los árboles que se encontraban cerca del lugar, así como también alborotaba los largos cabellos de los dos jóvenes que se encontraban ahí. Lunye se dio media vuelta para irse de regreso a la casa.
    - ¿A dónde vas? - preguntó Milo algo exaltado
    - Eso es todo lo que hay que ver aquí, ¿no? - contestó la chica desconcertada al mismo tiempo que se giraba hacia él. Milo sonrió, divertido
    - No... Aun hay algo que quiero que veas - Milo se dirigió a ella y, tomándola de la muñeca, se acercaron mas al Profitis Ilía. Caminaron en línea recta hasta estar justo bajo las faldas de la enorme elevación que superaba los setecientos metros de altura y después, rodeándola, se desplazaron varios kilómetros hasta quedar casi del otro lado. Durante todo el trayecto Milo no la había soltado hasta que llegaron a su destino, Lunye solo se la había pasado viendo algo sorprendida como su muñeca era completamente rodeada por la mano del caballero... aun no podía acostumbrarse esa clase de acciones de Milo.
    - Una vez le preguntaste a mi maestro que donde había visto antes a Elliniká - dijo Milo de pronto, viendo una enorme roca que descansaba recargada en la pared de la montaña
    - Y ya obtuve mi respuesta... fue aquí, en Milos - dijo Lunye viendo al caballero sin entender que tenia que ver Elliniká con el Profitis
    - ¿Nunca te has preguntado como es que llegó a tus manos? - Milo volteo a verla
    - Ares...
    - Me refiero antes - la interrumpió - ya antes de... todo esto... tu ya la tenias
    - ¿y tu sabes como...? - Milo asintió
    - Fue aquí, en el Profitis
    Lunye volteó rápidamente hacia arriba pero por más que escrutó no vio nada que le hiciera ver donde exactamente había estado su espada antes de que ella la obtuviera. Milo se dirigió a la enorme roca, se paró a un lado, elevó su cosmo (lo que atrajo la mirada de Lunye hacia él) y comenzó a empujarla, dejando poco a poco al descubierto una oscura cueva. Cuando la hubo movido completamente, Lunye caminó hacia ella mecánicamente, hipnotizada, pero Milo la detuvo
    - No te conviene entrar - le advirtió, serio
    - ¿Por qué? - Lunye seguía sin poder dejar de ver esa negrura que le pedía a gritos que entrara
    - Toda esta montaña esta infestada de escorpiones
    - ¿En serio? - preguntó ella ahora si dejando de ver la cueva
    - Si... tanto la armadura como la espada eran custodiados por ellos y no permitían que nadie se acercara a cualquiera de las dos... solo quienes estuvieran destinados a poseer cualquiera de ellas seria capaz de soportar sus mortales picaduras
    Según cuenta el mito, Hefesto, el dios herrero, forjó una poderosa espada con un filo tan excepcional y poderoso como el de la mismísima Excalibur. Su nombre... Elliniká, el aguijón del escorpión en griego antiguo. Esa espada había sido un pedido especial por parte de un semidiós y caballero dorado de la orden de Athena llamado Kythnos, quien era capaz de controlar a los escorpiones a su antojo. Su morada era esta isla y su hogar... esta montaña. Los nativos de Milos lo consideraban su protector y fue por ellos que mandó crear dicha arma para así protegerlos de una forma mucho más eficaz de cualquier enemigo que osara atacar la isla. Pero como siempre, hay quien quiere expandir sus dominios y ese fue el caso de Ares, quien no conforme con Tebas, se quiso apoderar de esta isla ciclada. Fue una batalla campal, a pesar de que Kythnos era un semidiós y Ares era un dios olímpico y eso supondría una gran ventaja y una victoria rápida y segura hacia el dios de la guerra. Pero como en todo buen ser poderoso... su excesiva confianza lo traicionó... aunque en su derrota se llevó al dios escorpión consigo. Pero antes de que Kythnos muriera, escondió su dorada armadura en las alturas mientras que su espada la clavó en las profundidades, justo en el centro de la isla y les ordenó a sus fieles escorpiones custodiarlas y protegerlas por toda la eternidad hasta que el elegido viniera por ellas y se hiciera el legitimo acreedor al sobrevivir a sus venenosas picaduras. Todas las personas que presenciaron su muerte le lloraron y juraron guardar fielmente el paradero de la armadura dorada y Elliniká, solo quienes tuvieran contacto con Athena y su santuario serían dignos de saber dicha verdad.
    - ¿Supongo que con elegido se refiere a todos los que han sido caballeros de escorpión, cierto? – preguntó Lunye maravillada ante el relato, no esperaba que Milos tuviese un mito como ese
    - Así es
    - ¿Entonces la espada debió haber sido tuya? – su voz sonó exaltada y sorprendida. Milo se rió un poco, divertido.
    - No… desde la era del mito Elliniká había permanecido oculta… tu eres la primera que la blande
    - ¿Qué dices? – Lunye no podía creer lo que escuchaba
    - Supongo que sabes que como caballero de Athena tengo prohibido usar armas en los combates, a menos que el caballero de Libra y Athena así lo crean necesario… Ninguno de mis antecesores ha requerido el poder de Elliniká, se han bastado con las armas de libra, así que no fue necesario arriesgarse por obtenerla… ni ellos, ni yo
    - ¿Pero yo si?... ¿Por qué?
    - Mi maestro debió ver algo en ti para pensar que tu podrías obtener a Elliniká, de lo contrario no te hubiera metido allí – Milo señaló la cueva – lo mas seguro es que haya sido por tu poder psíquico
    - ¿Mi… poder psíquico?... ¿Qué tiene que ver? – Lunye estaba realmente confundida
    - Kythnos controlaba los escorpiones con poder psíquico… y alguna otra cosa mas supongo ya que de animales solo a ellos los podía controlar, todo lo demás eran cosas inanimadas y sin vida como las que controlas tú… aunque te diferencias de él porque tú puedes entrar en la mente humana, cosa que él no podía hacer
    - Impresionante… no esperaba oír algo semejante… - Lunye hizo una pausa repentina, había algo que la inquietaba, como si algo no encajara completamente en su lugar – espera… si yo tengo el poder psíquico que poseía Kythnos… ¿Qué tienes tu aparte del signo?
    - Controlo a los escorpiones – respondió Milo con una enorme sonrisa sin poder evitar expresar cierto orgullo en sus palabras – desde que poseo la armadura puedo hacerlo… además, su técnica era la Aguja Escarlata
    - Pero… ¿Andro te enseñó esa técnica, no es cierto?
    - No… yo la desarrollé por mi cuenta durante el año que viví en el Santuario… aunque mi maestro me dijo una vez que a pesar de que el nombre era el mismo, la técnica en sí era diferente, además, yo tuve mi fuente de inspiración
    - ¿A si?... ¿Cuál fue?
    - Una picadura de escorpión en mi pie… aunque en si eso fue lo que me dio la idea de que al momento de herir al oponente con la aguja escarlata esta fuera inmovilizada por un agudo dolor, pero la técnica en si simplemente nació un día que miraba la constelación de Escorpio
    - Inspiración Celestial – susurró Lunye con voz soñadora
    - Exacto… después de que mi maestro me contara todo lo referente a Kythnos, he estado pensando que el haberle puesto ese nombre a mi técnica no fue una mera casualidad, sino…
    - Sino una idea que ya tenías en tu mente muchísimo tiempo antes de que nacieras y que estabas destinado a usar – completó la frase
    - Eso mismo
    Se quedaron parados frente a la cueva sin dejar de mirarla pensando en todo lo que se había dicho durante todo el rato que tenían ahí. Por un instante, Milo creyó escuchar a alguien dentro pero pronto se dio cuenta que no era mas que un engaño producto de sus recuerdos. Lunye volteo a verlo
    - Milo – le llamó, el caballero volteó a verla – platícame en que consistió mi prueba final
    El rostro de Milo expresó cierta sorpresa ante la petición, aunque no mucha, que pronto desapareció al ser sustituida por una pensativa; ya había pasado bastante tiempo desde aquello pero eso era algo que difícilmente olvidaría… a menos de que por alguna razón le diera Alzhaimer, cosa que creía muy poco probable que le pasara.
    - Fue poco después de que yo obtuviera mi armadura… aproximadamente dos meses después…

    [/FONT][FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]Flash back

    Nira, Andro y Milo se encontraban frente a una gran roca, casi al otro lado de donde se encontraba la cueva en la que Milo había conseguido su armadura dorada de Escorpión hacia poco. Los nervios estaban más que presentes en la chica de rojo cabello y negros ojos y tanto Milo como Andro se dieron cuenta de ello al notar como se agarraba las manos con frenesí y miraba a todos lados esperando impaciente a que se llegara el momento de entrar a esa misteriosa cueva para así terminar de una buena vez con todo eso. De pronto, dio un fuerte suspiro y pareció que se había tranquilizado
    - Andro – dijo Nira sin dejar de ver la roca que obstruía la entrada a la cueva
    - ¿Que pasa? – preguntó Andro mientras se acercaba a ella
    - Ya voy a entrar… - volteo a verlo - deséame suerte – le sonrió y después volteo a ver a Milo quien también se acercaba a ella – tu también deséame mucha suerte, Milo
    - No hace falta que nos lo pidas… - dijo Milo mientras le sonreía
    - Siempre te desearemos suerte en todo lo que hagas…
    - Gracias… a los dos
    Nira abrazó primero a Andro y después a Milo y se dirigió a la roca a paso calmado y firme. Elevó su cosmo y la apartó con cierta dificultad. La prueba de Nira consistía en atravesar el sofocante y largo laberinto, llegar al centro que era el lugar donde se encontraba clavada la poderosa espada Elliniká y traerla consigo a la salida. Antes de entrar, Andro le entregó a su discípula una antorcha encendida para que pudiera ver en la oscuridad.
    - Ten mucho cuidado – le advirtió Milo un tanto preocupado
    - No te preocupes, lo tendré
    Sin decir nada más, Nira entró corriendo a la cueva decidida a enfrentar cualquier obstáculo que se le pusiese en frente. Conforme se adentraba, el ambiente se tornaba cada vez mas pesado y el aire se iba enrareciendo. El camino estaba lleno de estrechos pasadizos, frágiles puentes de piedra y pequeñas cuevecillas de las cuales había varias tan pequeñas que tenia que cruzarlas arrastrándose. En varias ocasiones erró el camino, topándose con caminos sin salida o simplemente se percataba de ciertos detalles que le hacían suponer que iba mal (se basaba en la leyenda que Andro le había contado el día que le propuso entrenarla para que fuera capaz de blandir a Elliniká sin problema alguno). Cuando por fin encontró el lugar correcto (tres horas después de haber entrado), se quedó maravillada al ver lo grande que era el sitio. Tenía más de 6 metros de alto y un diámetro superior a los 10 metros y justo en el centro se podía apenas distinguir el negro mango de la mitológica espada. Nira se acercó a ella lentamente, hipnotizada y embelesada ante lo que veía. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para tomarla, se detuvo y se le quedó viendo fijamente.
    - Andro exagero al decir que estaría infestado de escorpiones… no he visto mas que 10 – se dijo a si misma la chica, confiada y en cierta forma hasta decepcionada, y coloco su mano temblorosa y algo sucia en el mango.
    Al momento de jalar, la espada no cedió ni un milímetro… parecía como si estuviese fija en el suelo, pegada con alguna clase de pegamento sumamente potente. Dejo la antorcha en el suelo y se dispuso a sacarla pero esta vez con ambas manos. El resultado fue el mismo.
    - Maldición
    Nira volvió a tratar pero Elliniká no cedía ante su fuerza, seguía firmemente clava en el suelo
    - Bien… tú lo quisiste
    La chica empezó a elevar su cosmo… si no quería salir por las buenas entonces la obligaría a salir, ella no se iría de ahí sin esa espada. Su cosmoenergía aumentaba conforme la fuerza que le aplicaba para sacarla ascendía, llegando a emitir un potente grito que resonó en toda la estancia. Fue entonces que Elliniká empezó a ceder ante su fuerza, saliendo poco a poco de la hendidura en la que había permanecido durante miles de años. Todo el lugar comenzó a temblar violentamente y varias rocas gigantescas se desprendieron de las paredes y el techo provocando un ruido ensordecedor. Al momento de sacarla, Nira perdió el equilibrio y cayó de sentonazo, descendiendo bruscamente su cosmo y mirando sorprendida la enorme espada que tenia en sus manos
    - Esto fue mas fácil de lo que pensé – dijo orgullosa, poniéndose lentamente de pie.
    Al momento de querer levantarla para verla mejor se le dificultó y bastante, era demasiado pesada. El temblor no cesaba y eso en cierta forma la preocupo, el lugar podría venirse abajo en cualquier momento… pero lo que sucedió después fue aun peor. La hendidura que había tenido retenida a Elliniká comenzó a expandirse, convirtiéndose en un agujero redondo de aproximadamente quince centímetros de diámetro. Nira se le quedó viendo estupefacta, parecía una madriguera de escorpión… y entonces sus temores se hicieron realidad. Miles de escorpiones salieron de ahí y se encarreraron contra ella, furiosos. La chica no pudo mas que tomar torpemente la antorcha del suelo y salir corriendo de ahí arrastrando a Elliniká tras de sí, más no podía hacer. Cuando se disponía a cruzar uno de los tantos puentes, este se vino abajo aunque, sacrificando la antorcha, logró sujetarse del otro extremo mientras que con la otra mano cogía fuertemente a Elliniká. No pudo evitar mirar hacia abajo y un escalofrío recorrió su espalda al ver toda esa negrura bajo sus pies. Con un esfuerzo sobrehumano logró poner la espada en lo que quedaba del puente y después volteo hacia atrás, llevándose una desagradable sorpresa. Los escorpiones empezaron a trepar por las paredes hasta llegar al techo, siguiendo avanzando hacia ella desde las alturas. La desesperación se apoderó de Nira y rápidamente intentó subir. Cuando lo logró volvió a tomar la espada del suelo y siguió con su camino. No había recorrido mucho cuando una multitud de escorpiones le cayeron encima, clavándole sin tregua alguna sus venenosos aguijones por todo el cuerpo. Nira hacia todo lo posible por quitárselos pero por uno que se quitaba le caían otros dos. Decidió no perder mas el tiempo y siguió corriendo por donde había venido, la urgía salir de esa endemoniada cueva cuanto antes. De pronto sintió un aire fresco… ya estaba cerca de la salida. Aceleró mas el paso pero a los pocos metros recorridos cayó al suelo, sus piernas y su cuerpo entero ya estaban sintiendo los estragos del veneno. Los escorpiones no desaprovecharon esa valiosa oportunidad para atacarla
    - Tengo… que salir… de aquí
    Con un gran esfuerzo logró ponerse nuevamente de pie y siguió corriendo, quitándose a los escorpiones en el camino y haciendo hasta lo imposible por no soltar a Elliniká… antes muerta que dejarla ahí. Volvió a caer y esta vez no pudo evitar soltarla así como también una horda de escorpiones cubrieron todo su cuerpo sin dejar un solo espacio vacío. Varios rayos blanquecinos se filtraron por entre los escorpiones
    - ¡DEJENME EN PAZ! – gritó mientras que con una explosión de su cosmo se quitaba todos los arácnidos de encima.
    Se quedó un momento a gatas en el suelo, intentando reponer el aliento. Después se levantó y corrió, tomando a Elliniká en el camino pero a causa de eso estuvo a punto de caer nuevamente pero no fue así. Comenzó nuevamente a llover escorpiones sobre su cabeza pero no se detendría hasta estar fuera. Un escorpión le pico muy cerca del ojo izquierdo pero de un manotazo se lo quitó de la cara y fue cuando por fin, ¡por fin vio la salida! Una sonrisa se dibujo en su maltrecho rostro y justo cuando salio, se dejó caer al suelo, derrotada. Milo se acercó a ella rápidamente.
    - Milo… ven ayúdame con esto
    El nuevo caballero de escorpión vio que su maestro empujaba con dificultad la enorme roca y se fue dispuesto a ayudarle. Varios escorpiones lograron salir antes de que la cueva quedara sellada de nuevo, pero fueron rápidamente aplastados por Milo y Andro, quienes al cerciorarse que no quedaba ninguno con vida, se acercaron a la chica quien yacía inconciente en el suelo. Andro colocó sus dedos índice y medio derechos en el cuello de Nira y grande fue su alivio al saber que aun seguía con vida. La tomó en sus brazos con cierto recelo.
    - Tráete la espada – le ordenó Andro muy serio a su pupilo
    Milo fue por la espada y se llevó una gran sorpresa al notar lo pesada que era. No le prestó mucha importancia y corrió un poco para alcanzar a su maestro quien ya le llevaba cierta ventaja…

    Fin del Flash back


    - Ahora entiendo las palabras de tu maestro – murmuró Lunye
    - ¿Qué palabras? – preguntó Milo intrigado
    - “Tu no arriesgaste tu vida para obtenerla”… creí que exageraba… ¿Qué tan peligroso podría ser obtener una espada?, yo creía que no mucho – Lunye rió con ironía y Milo no supo que decir. Hubo un momento de silencio que ambos lo sintieron incomodo, especialmente Milo que odiaba que tal cosa sucediera. Lunye dio un paso al frente – quiero entrar
    - ¿Qué?... ni lo pienses, es muy peligroso – dijo Milo alarmado, la idea no le había agradado en lo mas mínimo
    - Pero debes entender que es muy probable que recuerde si entro
    - No, no entraras y punto… a lo mucho podremos acercarnos a la entrada pero mas no
    - Pero…
    - ¿Que no entiendes que es un suicidio entrar?... Lunye, tuviste suerte de salir viva de aquí hace siete años, tenias una razón por la cual llegar a la salida con vida, pero ahora las cosas han cambiado
    - Creí que me entenderías…
    - Y te entiendo, claro que te entiendo… pero entiéndeme tú a mi… no soportaría que te pasara algo, no de nuevo
    - Entonces… es definitivo
    - Si…
    - En ese caso, si ya no hay nada más de interesante por aquí será mejor irnos, ¿no lo crees?
    - Si… pero antes deja pongo eso en su lugar – Milo señaló la roca y se dirigió a ella un tanto cabizbajo porque creía que Lunye volvería a ser fría con él por lo que acababa de suceder. Así como había movido la enorme piedra un buen rato antes, volvió a colocarla en su lugar y se regreso con Lunye. Ella, al notar cierta preocupación en su mirada, le sonrió. Milo le devolvió la sonrisa, sintiendo como un gran peso se le quitaba de encima.
    [/FONT]

    Después de eso pasó una semana más, en la que la relación entre los inquilinos de la casa aumentaba día a día. Pero había llegado el momento de regresar al santuario, habían pasado ya mucho tiempo fuera, o cuando menos eso era lo que sentía Milo, quien desde que había sido nombrado oficialmente caballero dorado no había permanecido mas de una semana fuera del refugio. Un día antes de la partida, Milo le platicó a Lunye sobre la situación y aunque a Lunye no le agradó mucho escuchar que regresaban al santuario, lo apoyó en acompañarlo de regreso, aun guardaba un poco de esperanza en que él caballero le haría recordar su pasado. Ese mismo día pero por la tarde se lo hicieron saber a Andro y a Deacon quienes no pudieron evitar sentir una opresión en el pecho al saber que se irían de ahí, incluso el pequeño de 11 años no pudo evitar derramar varias lagrimas por lo mismo, se había encariñado mucho con los dos y el saber que partirían para quien sabe cuando volver lo entristecía en sobremanera. Por la noche, Andro invitó a los tres a comer en la ciudad de Milos como despedida. Al siguiente día, muy temprano, Milo y Lunye tomaron un barco turístico con dirección a Atenas (como todo había sido muy repentino no hubo oportunidad de avisar al Santuario que irían para allá), llegando a la ciudad alrededor de las cuatro de la tarde.
    - Es bueno sentirse normal de vez en cuando – dijo Milo mientras bajaban del hermoso barco. Lunye rió un poco
    - Ni que lo digas, no recuerdo haber viajado nunca en un transporte público como ese
    - Ni yo, todos los viajes que he hecho han sido por transportes propiedad del Santuario… a veces me pregunto de donde sacaran el dinero para comprar tanta cosa
    - Tienen armaduras de oro, ¿no?
    - Jajaja, pero…
    - Ya lo se, solo lo dije porque si
    Se fueron rumbo al Santuario, uno al lado del otro. Por un instante, Milo se vio tentado a invitarla a dar una vuelta por Atenas antes de llegar al Santuario pero se dio cuenta que seria realmente incomodo andar vagando por la ciudad con todo el equipaje a cuestas. Al llegar, Lunye se quedó maravillada con la entrada pero no lo demostró, había demasiados soldados en ese lugar que solo se limitaron a mirarlos suspicaces y atentos. Lunye paró en seco ya estando a varios metros de la entrada.
    - ¿Qué pasa? – preguntó Milo algo confundido
    - Es solo que… ¿Dónde se supone que dormiré?... no creo poder seguir quedándome en ese lugar… ¿Cómo se llama?
    - La Fuente
    - Ahí…
    - Tranquila, por lo pronto te quedaras conmigo en mi templo, ya mañana veremos que hacemos
    - E-esta bien… solo una cosa antes de seguir
    - Dime – Milo estaba intrigado por lo que pudiera decirle… y también temeroso, creía saber más o menos que era lo que le iba a decir
    - Si me llego a comportar nuevamente fría contigo en algunas ocasiones es solo para aparentar, no vayas a creer que he perdido la confianza en ti… ¿Seguimos?
    - Cl-claro
    Ambos siguieron con su camino con rumbo a las doce casas. Milo no le veía problema alguno en llevarla a aquel lugar, al final de cuentas, ya había estado ahí antes aunque quien había consentido eso había sido Arles (Saga) y no Shion; de todos modos iría a ver que opinaba el patriarca sobre la situación y de paso a avisarle que ya estaba de vuelta en el Santuario. Al llegar a las escaleras de Aries, ambos se detuvieron
    - No lo se, Milo, esto no me parece buena idea… ¿no habrá otro lugar donde pueda quedarme?
    - Bueno, eso es lo que le preguntare al patriarca… pero mientras tanto creo que el mejor lugar para que te quedes es mi templo – Milo hizo una pausa – ahora que si lo que no quieres es que te vean, podemos pasar corriendo por los templos – el santo dorado le guiñó un ojo, Lunye solo lo miraba un tanto sorprendida
    - Co… como quieras
    Y así lo hicieron. Las escaleras las subían sin prisa alguna pero al momento de atravesar el templo lo hacían corriendo y no volvían a caminar hasta que ya estuvieran fuera del alcance de la vista del guardián de dicho templo (aunque para su fortuna, solo Shaka y Aldebarán se encontraba en sus respectivos templos). Al llegar a la octava casa, se detuvieron en la entrada.
    - Es enorme – dijo Lunye asombrada
    - Espera a ver lo de adentro – dijo Milo a modo de invitación y entró, seguido por ella
    La chica se sorprendió aun mas de lo que ya estaba al ver el interior del templo. Milo no pudo evitar recordar cuando Nira había ido ahí cuatro años atrás pero pronto se deshizo de esos recuerdos, en esos momentos le resultaban sumamente amargos y lo que menos quería era deprimirse de nuevo. Milo la llevó al cuarto oculto donde dormía y comía y le mostró todo el lugar. Cuando hubo terminado se disculpo con ella y se fue rumbo a los aposentos del patriarca. En Sagitario Aioros no se encontraba ni Shura en Capricornio. Pero Camus si estaba en Acuario y se llevó una gran sorpresa al ver a su amigo de regreso en el Santuario
    - ¡¿Milo?!
    - ¡Hola, Camus! – saludó jovialmente Milo quien subía las pocas escaleras que lo separaban de su amigo
    - ¿Cómo estas?... te noto mucho mas relajado que antes – Milo se rió
    - Así es, Milos me sentó de maravilla, hace mucho que no me sentía tan bien como ahora
    - Ya te hacia falta un poco de paz
    - Ni que lo digas
    - ¿Cómo esta tu maestro?
    - El esta bien… me dio un buen susto pero ya todo esta como debe de estar
    - Me alegra escuchar eso
    - Bueno, te dejo… tengo que ir a hablar con el patriarca y avisarle que ya estoy de vuelta
    - ¿Ella vino contigo o se quedó en Milos? – preguntó Camus un tanto desconfiado, no quería amargarle el día
    - Vino conmigo, de hecho ahorita esta en mi templo… también de ella quiero hablar con el patriarca, para ver donde se va a quedar mientras se este aquí
    - ¡¿Te dijo que se iba a ir pronto?!
    - Aun no, pero se que es cuestión de tiempo para que se vaya… es algo en lo que no quiero pensar ahorita, prefiero aprovechar al máximo el tiempo que ella este aquí
    - Si, entiendo… bueno, ya no te quito más tú tiempo y te dejo ir con su santidad
    - Nos vemos
    - Nos vemos
    Milo siguió con su camino aunque cuando estuvo a mitad del templo de la urna sagrada se detuvo
    - Oye… ¿De casualidad no sabes si el patriarca esta enojado por tanto día de ausencia? – preguntó Milo un poco temeroso, si sus miedos eran los correctos debía prepararse antes de llegar con él
    - No, puedes estar tranquilo… de hecho se suponía que te diría que podías estarte todo el tiempo que quisieras en la isla pero debido a lo que pasó… se me olvido comentártelo
    - ¡¿QUÉ?!... ¡¿Cómo pudiste olvidar decirme algo así?! – le reprochó
    - No se, simplemente paso… lo siento
    - Nah, no hay problema, solo quería hacerte sentir mal… nos vemos – Milo se fue corriendo de ahí mientras que Camus solo apretaba los puños enojado… aunque pronto el coraje fue sustituido por una sonrisa… Milo había vuelto, no cabía la menor duda de ello.
    A los pocos minutos después, Milo ya estaba frente a Shion, arrodillado en el suelo. El patriarca se había sorprendido un poco al verlo porque francamente creía que el caballero de Escorpión se quedaría mucho más tiempo en la isla. Lo que si había notado enseguida fue que se veía mejor, muchísimo mejor que cuando se había ido y eso solo significaba que las cosas con su maestro se habían arreglado y eso le alegraba, no solo por Milo sino por Andro también, a quien había conocido ahí mismo en el santuario ya muchos atrás. Cuando Milo le preguntó sobre donde podría quedarse Lunye mientras permanecía en el santuario, Shion le recordó que aparte del templo de Escorpión también contaba con una pequeña cabaña frente a las doce casas del zodiaco, así que ella podría quedarse ahí. Milo le agradeció, hizo una reverencia de despedida y se regresó de nueva cuenta a su templo. Al llegar vio a Lunye dormida en el sofá y fue como vivir un déjà vu. La llevó a su cama y la acostó, cerrando la puerta al salir. Como aun era temprano y no quería quedarse en su templo pero tampoco la quería dejar sola, al final decidió ir al coliseo para saludar a quienes estuvieran ahí, no sin antes dejarle una nota a Lunye en el buró por si despertaba antes de que él regresara, cosa que no sucedió, Lunye durmió hasta el día siguiente sin despertar una sola vez.

    Los días que Lunye pasó en el Santuario se pasaron relativamente rápidos para el Milo. Pero a los diez días de haber vuelto de su pequeño viaje, Lunye hizo el terrible aviso que Milo tanto temía escuchar pero que sabía que tarde o temprano se llegaría. Fue un día antes de que eso sucediera.
    - Me voy mañana del Santuario
    Ambos estaban dentro del que era, temporalmente, el cuarto de Lunye. Milo había ido a visitarla como lo hacia todos los días porque ella no quería salir mas que cuando él la invitaba a dar alguna vuelta por el Santuario. Aquel comentario lo había tomado desprevenido.
    - Ya me harte de estar aquí… además, no hago mas que pierdas el tiempo
    - ¿Cómo puedes decir eso?... tu no me haces perder mi tiempo, al contrario
    - Gracias por todo
    - ¿Por qué te despides ahorita si te vas mañana?
    - Porque me iré temprano… cuando despiertes yo ya no estaré aquí
    - ¿Habrá… habrá alguna posibilidad de volverte a ver?
    - Si… no se cuando pero regresaré… y dejare a Elliniká como seguro, esa espada es muy importante para mi
    - Entiendo… te estaré esperando, Lunye, no importa cuanto tiempo pase – Milo le sonrió aunque se podía ver la tristeza que lo embargaba en su mirada. Lunye también le sonrió pero ella supo ocultar mejor su tristeza ante el caballero, aunque le dolía separarse de él, le había tomado un gran afecto
    - No se como te agradeceré todo lo que has hecho por mi
    - No tienes que hacerlo… ya lo has hecho
    - ¿Qué?
    - Curaste a mi maestro, ¿que mas podrías hacer para agradecerme?... además, no te ayudo por obligación, te ayudo porque quiero y no tienes que agradecer nada, soy yo quien te tiene que agradecer por haberme acompañado durante todas estas semanas en las que bien pudiste haberte ido, mas que por eso, por haber confiado en mi
    - Milo – Lunye lo abrazó de pronto – te voy a extrañar mucho
    - Y yo a ti… como no tienes una idea
    Se quedaron abrazados por un breve momento mas, haciéndose a la idea de que no se iban a ver en un largo tiempo. Milo la empujó suavemente hacia atrás para verla a la cara
    - Cuídate mucho, Lunye
    - Tu también
    Se dieron un último abrazo y Milo se fue de ahí, cabizbajo. Al día siguiente, muy temprano por la mañana, Milo fue a ver si ella todavía seguía en el cuarto, pero al entrar, vio que ella se había ido…

     
  2.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Paso a saludar, y ahora que tengo mas tiempo me pondre al dia.
    Si no veo la hora de sentarme tranquilo a leer un capitulo de los saguinarios.

    Chauoooooooooo Nira nos vemos.
     
  3.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Bien lei en un ratito capitulo 35, 36, 37, para ponerme mas al dia

    35: todos los berserks se enteran que el maldito de Ares los engaño y les borro la memoria. Aioria re-re-enojado quiere enfrentarse con Lunye en el coliseo (no se porque se me hace que odias a Aioria, siempre queda como un looser, ja)

    36: nos enteramos de la triste historia de Nira cuando era pequeña y mataban a sus padres (ehhh que cruel eres Nira, que piensas cuando escribes, asesina en potencia).

    37: los caballeros dorados chusmean como viejas, mientras Nira le histeriquea a Milo. Milo en vez de que le tire las camas piensa en darle otra utilidad. Al final Shion cumple su cometido del gran entrometido y entra a la habitación para darle nuevas noticias.

    Bueno me gusto hasta ahora lei rapidisimo, y medio que me hizo renegar esa palm que me sube y me baja las paginas como quiere.

    Saludos Nira después lo sigo leyendo. Y pobresito Milo, pero me parece que lo consientes mucho, y a Lunye pobresita que no pelee mas, pero si esto esta escrito ya en los siguientes capitulos, ja.

    Chaoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
     
  4.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    4730
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Muchas gracias por comentar, Ikki :D, que bien que ya te hayas puesto mas al corriente con este fic ^^

    Jajajaja, no lo odio pero vamos, a poco no es impulsivo hasta la muerte? xD



    jajajajaja, xD, pienso en como hacer sufrir a mis personajes... ok, no xD, pero ese pasado ya lo tenia en mente desde hace muuuucho tiempo :P

    Muchas gracias por comentarme, Ikki!!!! :gato02:

    En fin, Aqui les traigo el capitulo 43. Espero que les guste y no olviden dejar sus comentarios ^^

    PD: 2 capitulos mas y este fic se acaba :eek:
    ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    [FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]CAPITULO 43: UNA AGRADABLE SORPRESA


    [FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]Ya habían pasado mas de seis meses desde que Lunye se había ido del Santuario y aunque le había dolido en el alma perderla de nuevo, no se sentía en lo absoluto ni preocupado ni nada, lo único era que la extrañaba pero Milo sabía que ella estaría bien. Los primeros días después de su partida se le había notado un poco ausente y despistado, pero con el tiempo eso había estado cambiando poco a poco hasta volver a ser como antes de que Lunye y su espada Elliniká aparecieran por primera vez. Las amazonas de Iraklión se habían ido unas semanas después que ella, aunque Yatzin había cambiado de parecer y le pidió a Shion y a Athena el permiso para quedarse en el Santuario y ser una caballero femenino, el cual había sido concedido. Athena se había ido aproximadamente un mes después que Lunye, junto a sus santos de bronce. Fueron seis meses tranquilos, algunos sumamente calurosos y otros con un clima muy agradable acompañados de ligeras y refrescantes lloviznas… pero para los caballeros que custodiaban las doce casas del zodiaco se les hicieron eternos y aburridos, ya que todos los días era hacer la misma rutina: levantarse, almorzar, entrenar, comer, entrenar de nuevo, cenar y dormir. En muy pocas ocasiones la rutina cambiaba y si se presentaba alguna eventualidad, siempre enviaban a caballeros de más bajo rango, debido a la poca importancia que llegaban a tener dichos acontecimientos.

    Ese día había resultado ser muy agradable, el cielo se encontraba seminublado y soplaba una fresca brisa proveniente del Mediterráneo. Los caballeros dorados lo aprovecharon para organizar una especie de picnic en el pequeño bosquecillo que rodeaba a la enigmática Fuente de Athena. El motivo… no había motivo alguno como el cumpleaños de alguien o la victoria de algún otro, sino que simple y sencillamente era para cambiar la aburrida rutina y pasar un buen rato, nada mas. El de la idea había sido Afrodita, quien al ser de los primeros en levantarse para regar sus tantas rosas y percatarse del buen día que hacia, decidió despertar uno a uno a los santos custodios de las casas previas a la suya. En Acuario, Capricornio, Sagitario, Libra, Virgo, Tauro y Aries no tuvo problema alguno; en Escorpión y Leo tuvo problemas para despertar a los inquilinos de dichos templos pero nada mas; en Cáncer, a parte de haber batallado para despertar a Mascara Mortal, por poco y su rostro pasaba a adornar las paredes del templo; y en Géminis se llevó la sorpresa de que el hermano gemelo de Saga, Kanon, había llegado en la noche para visitar al dorado de Géminis… además, también tuvo problemas para despertarlos, seguramente se habían quedado hasta altas horas de la noche platicando sobre lo que cada uno había hecho durante el año que tenían sin verse. Media hora después de que despertó al último, Mu, todos estaban reunidos en la doceava casa
    - ¿Y bien?... ¿Qué es aquello que nos querías decir con tanta urgencia? – preguntó Milo aun adormilado, en pijama y desaliñado. Bostezó
    - Espero que sea algo que valga la pena o entonces si que tu rostro aparecerá en mi templo… - lo amenazó Marcara Mortal
    - Ya vieron que bello día hace hoy – respondió Afrodita con una sonrisa en sus labios
    - ¿Nos despertaste solo para que viéramos que tal estaba el día? – preguntó Aioria molesto mientras apretaba los puños para contenerse y una vena sobresalía en su frente
    - Vamos chicos, tranquilícense – dijo Aioros para calmarlos, veía venir un ataque en conjunto contra el caballero de Piscis
    - ¿Qué nos calmemos?... ¡Tienes una idea de a que hora nos dormimos! – grito Saga, todos voltearon a verlo algo consternados
    - ¿Dormimos? – preguntó Shaka
    - ¿Se puede saber como se llama la chica con la que dormiste? – preguntó Milo mientras miraba a Saga con una sonrisa picara
    - ¡No digas estupideces! – dijo alguien a sus espaldas y le dio un fuerte coscorrón
    - ¡¿Kanon?! – exclamaron todos sorprendidos, excepto Milo quien se sobaba donde había recibido el golpe
    - ¿Se puede saber porque demonios me pegas? – le reclamó
    - Te lo merecías, bien sabias que iba a venir ayer
    - Era una broma… además, eso no te da derecho a pegarme
    - Soy mayor que tú – Kanon miro a Milo con superioridad, este solo desvió la mirada a un lado visiblemente molesto
    - Ya, ya… Kanon, un gusto verte de nuevo… - dijo Mascara sin mucha importancia y se volvió al santo de las doceava casa esbozando una cruel sonrisa – ahora si Afrodita… prepárate para adornar mi templo
    - No… espera Mascara – intento detenerlo Afrodita, colocando sus manos al frente y dibujándosele en su rostro una expresión llena terror – eso no es todo lo que les quería decir
    - Entonces habla rápido… no solo Mascara quiere hacerte daño – dijo Camus con fría seriedad
    - ¿Qué les parece si realizamos un picnic? – preguntó rápidamente Afrodita, sabia que Camus tenia toda la razón, si no era Mascara seria Milo, Aioria o Saga
    - ¿Picnic? – Shura estaba intrigado por la propuesta
    - Si, el día es perfecto para comer fuera de nuestros templos y pasar un rato agradable… además, seria bueno cambiar la rutina de vez en cuando, ¿no?
    - Si, creo que tienes razón – analizó Mu, pensativo
    - Bueno, cuando este listo todo me avisan – Mascara se dirigió a la salida del templo pero alguien lo detuvo del hombro
    - Nada de eso… todos ayudaremos a organizarlo – dijo Aldebarán
    Y así fue, todos pusieron su granito de arena para que saliera bien. Mientras que unos se encargarían de conseguir la comida (para eso tuvieron que salir a escondidas del refugio Kanon, Milo, Aioria y Mascara Mortal), los demás se encargaron de buscar el lugar indicado y los utensilios necesarios para realizar el picnic. Alrededor de las dos de la tarde ya todo estaba listo. Comieron, platicaron mientras se les bajaba la comida y después se pusieron a hacer vs donde Kanon había resultado ser el vencedor (Ni Saga, Shaka y Dohko habían participado en dicho juego). Milo diría después que se había dejado vencer solo porque no estaba de humor de pelear, lo mismo dijeron Aioros y Shura, y Afrodita alegaba que contra él había hecho trampa, aunque claro, nada de eso era cierto. Los combates habían durado toda la tarde y habían sido sumamente divertidos y desestresantes. La final se habia disputado entre Kanon y Milo, pero lamentablemente para el escorpión, no pudo ejecutar su venganza por el golpe recibido esa misma mañana por la exmarina de Poseidón. Ya para el atardecer, todos se retiraban a sus respectivos templos para descansar.

    A media noche, Milo despertó de golpe. Se trataba de un cosmo. Un cosmo familiar de hecho. Se levantó rápidamente de su cama y sobre el pijama, se puso lo primero que encontró. Salio y se dirigió directamente a la salida del Santuario, escabulléndose gracias a su velocidad de los centenares de soldados que cuidaban la entrada a ese lugar sagrado. Las preguntas que hacia seis meses se hacia lo volvieron a invadir… igualmente las dudas… y las culpas por todo lo malo que le habia pasado a esa persona tan especial que extrañaba en sobremanera. Al llegar a las orillas de la ciudad de Atenas, se concentró para así saber exactamente donde se encontraba ese cosmo que creyó que no sentiría demasiado pronto… aunque le alegraba el hecho de que esas suposiciones hubieran errado. Estaba cerca de él. Caminó lentamente hacia un pequeño parque que se encontraba a cuatro cuadras mas adelante y mientras lo hacía, pensaba en que preguntarle. Al llegar, respiro profundo y se adentró. El parquecito era ideal para los niños, habia resbaladeros a ambos lados de un camino de grava roja que lo atravesaba completamente; también habia un par de columpios en los cuales se podían columpiar hasta cinco niños en cada uno, así como también habia pasamanos, porterías de football y varios juegos para escalar; todo bien sombreado por una gran cantidad de frondosos y verdes árboles que adornaban todo el parque, además de que todo el suelo estaba cubierto por un bello pasto muy bien cuidado. El dueño de ese cosmo estaba en uno de los columpios, dándole la espalda al caballero. Al verlo, Milo se acercó lentamente y se sentó al lado.
    - Creí que no ibas a venir
    - Como creíste tal cosa… sabias desde tu partida que yo estaría esperando este día… - hizo una breve pausa - ¿Sigues sin recordar nada?
    - Si, sigo igual… pero sabes, se me acaba de ocurrir algo que podría funcionar – Lunye volteó a verlo y le tendió un tubo de fierro
    - ¿Y esto… para que es? – preguntó Milo confundido mientras tomaba inseguro aquel artefacto
    - Bueno, para que me golpees la cabeza…
    - ¡¿Qué?! – Exclamó y soltó el tubo - ¿Te volviste loca?
    - Claro que no… pero… no se me ocurre nada mejor… lo hemos intentado todo… creí que si me alejaba y dejaba de preocuparme los recuerdos regresarían mas pronto, pero nada ha pasado, Milo, absolutamente nada – hizo énfasis en la ultima palabra – ni siquiera un destello o un sueño… nada… y yo ya me canse de esperar mas… ya me canse de no recordar
    - Lo sé… y te entiendo, pero no seria capaz de hacerte mas daño del que ya te he hecho
    - ¿Daño?... tu no me has hecho ningún daño… al contrario – le volvió a tender el tubo – toma y haz lo que te digo, si de verdad me quieres de regreso me golpearas con esto
    - Pero…
    - ¡Hazlo!
    - No puedo hacerlo, Lunye, lo siento… pero no puedo
    Lunye se levantó del columpio, enfadada, habia creído que Milo accedería a su petición, pero no… debió haber previsto esa negativa. Milo solo la miro algo sorprendido y sin saber que hacer o que decir. Apenas se habia levantado de su columpio cuando Lunye se detuvo. La mirada de la chica se iluminó y una sonrisa victoriosa se formo en sus labios. Si Milo no accedía a golpearla en la cabeza para que recordara, conocía a otra persona que estaría encantada de hacer tal cosa. Lunye se giró hacia Milo y se acercó a él.
    - Si tú no quieres, sé de alguien que estaría encantado
    - ¿Qué?… ¿de que estas hablando?
    - No puedo creer que lo olvidaras… se supone que la que sufre de amnesia soy yo, no tu
    - Lunye, no se…
    - Aioria – fue su corta respuesta. Milo abrió los ojos de par en par
    - ¡No estarás hablando en serio!
    - Si y mucho… el reto que me puso Aioria es perfecto… posiblemente mataría dos pájaros de un tiro
    - No creo que sea buena idea… debe haber otra forma…
    - No, no la hay – lo interrumpió – ni tampoco hay marcha atrás… cumpliré la promesa que le hice al minino de darle la revancha… eres caballero, seguro eso si lo entiendes
    - Pero…
    - Pero nada, esta decidido… aunque solo hay un pequeño problema
    - ¿Cuál?
    - No entrené mucho en estos seis meses… podrías ayudarme con eso, no me gustaría decepcionar al minino con una pelea mediocre – Milo tardó en responder, le costaba trabajo creer lo que escuchaba. Finalmente soltó un suspiro
    - Ya que, te ayudare con eso
    - Solo una semana, con eso será suficiente… ¿Dónde me entrenarías y a que hora? – Milo se puso a pensar el lugar
    - En la noche, a esta hora está bien, durante el día es más difícil salir del refugio
    - Muy bien ¿y en donde?
    - Hay una playa de difícil acceso por allá – Milo señalo a su izquierda – vamos para que sepas donde esta y ya mañana comenzamos, ¿Te parece?
    - Si
    Ambos emprendieron el camino hacia dicho lugar. Al llegar Lunye supo de inmediato porque ese lugar era perfecto para entrenar: estaba algo lejos de la ciudad y se tenía que escalar un pequeño cerro para poder llegar. Se quedaron un momento en la playa, viendo como el océano parecía fundirse con la negra noche que en esa ocasión no mostraba estrella alguna – estaba nublado – disfrutando en silencio de la compañía del otro. Milo volteo a ver a Lunye
    - ¿Nos vamos? – preguntó
    - No, yo me quedaré un momento mas, si gustas puedes irte tú
    - ¿Segura?
    - Si – la chica sonrió y él le correspondió el gesto con uno similar
    - En ese caso nos vemos aquí, mañana, a la misma hora
    - Muy bien… nos vemos
    Se despidieron con un beso en la mejilla y Milo emprendió el viaje de regreso al santuario
    - Por cierto – lo llamó, Milo se detuvo y volteó a verla – gracias
    - De nada
    El caballero siguió con su camino y se perdió de la vista de la exberseker cuando llegó a la cima del cerrito y saltó al otro lado. Lunye, por su parte, se quedó un par de minutos más en ese tranquilo lugar y después se regresó al hotel en el que llevaba quedándose más de una semana…

    Durante una semana, Milo salía del Santuario a escondidas y solo a Camus le habia comentado sobre el regreso de Lunye, aunque le pidió el favor de que no se lo comentara a nadie más puesto que seria mejor que ella apareciera en el santuario por sorpresa. Claro que Camus estuvo deacuerdo en guardarle el secreto, con lo que no lo estuvo fue en que su amigo saliera a escondidas del patriarca, no le hallaba sentido alguno y en cierta forma hasta se le hacia algo peligroso; si el patriarca se enteraba podría irle muy mal. Pero afortunadamente para el Escorpión, Shion no se dio cuenta y si se percató, no lo demostró. Esas noches en las que entrenaron en aquella playa fueron memorables y hasta en cierta forma mágicas, a pesar de todo ese tiempo lejos, esa confianza que rápidamente habia crecido entre ellos no se había perdido, y Milo daba gracias por eso. El último día de “entrenamiento”, Lunye le dijo su plan para entrar al Santuario pero requería de su ayuda para que todo saliera bien.
    - Supongo que no le has dicho a nadie sobre mí
    - Solo a uno… pero no te preocupes, es de fiar, él no le dirá nada a nadie
    - Bien… quiero pedirte un último favor
    - ¿De que trata?
    Lunye le platicó, detalle a detalle, en que consistía su plan para entrar al refugio y así saldar esa revancha que tanto quería Aioria… o que cuando menos eso parecía seis meses atrás. Lo que Milo tendría que hacer era decirle a cada uno de sus compañeros, excepto a Aioria, que una gran pelea se llevaría a cabo en el Coliseo, pero sin revelarles quien pelearía. A cada uno le diría que no le dijera a nadie mas, puesto que era una pelea no autorizada por Shion… y de hecho no lo era. También tenia que hacer que el caballero de Leo la detuviera cuando los soldados gritasen que habia un intruso en el Santuario, y ya estando frente a él se descubriría y le diría que venia a darle la tan esperada pelea que tanto habia querido desde su derrota en Alfeiós. Y así se hizo. Al día siguiente Milo hizo todo tal cual e inclusive les dijo a los aspirantes y caballeros de bajo rango que no habría entrenamiento ese día porque el coliseo sería usado en una ceremonia privada para los dorados. De esa forma preparo el coliseo para que estuviera listo en cuanto se comenzara la pelea, ahora solo faltaba hacer que Aioria escuchara al soldado cuando gritara e incitarlo a atrapar a quien osó entrar al Santuario sin ningún permiso. Acababa de poner un letrero en el coliseo que rezaba: Σήμερα δεν μπορει να εκραιδευσει εδω (Símera den mpori na ekredevsi edo- Hoy no se permite entrenar aquí), cuando vio a Aioria pasar cerca.
    - Aioria – lo llamó y se acercó a él
    - ¿Milo?... ¿Pasa algo?
    - No, ¿Qué acaso necesita pasar algo para que platiquemos? – preguntó con tono de alguien ofendido
    - No necesariamente, pero en estos últimos días has andado algo raro
    - ¿Raro?... ¿Yo?... ¿En que sentido? – fingió no saber que quería decir con eso y comenzó a caminar, obligando a Aioria a hacer lo mismo
    - Bueno, has estado ausente y esta semana te has estado levantando mas tarde de lo habitual… ¿Nos estas ocultando algo, escorpión? – Aioria miro suspicaz a Milo, intentando indagar en su mirada turquesa la respuesta a su pregunta.
    - No estoy ocultando nada
    - Entonces… ¿Por qué ese comportamiento tan extraño? - Milo no respondió nada, sino que simplemente desvió la mirada a un lado, preocupado, pensando que decirle para que no sospechara nada
    - Es que…
    - ¡¡INTRUSO!! – lo interrumpió el grito de un soldado. El escorpión dorado no pudo evitar sentir un gran alivio al escuchar un aviso como aquel - ¡¡Un intruso ha entrado al Santuario!!
    - Vamos por él, Aioria… el grito se escucho cerca de nosotros, no debe andar muy lejos de aquí
    - Queda esta plática pendiente Milo, ni creas que se me va a olvidar
    - Si, como quieras, vámonos ya
    Ambos caballeros corrieron hacia su derecha dispuestos a atraparlo. Un par de minutos después, dieron con él
    - ¡Detente! – gritó Aioria, el encapuchado se detuvo y volteo a verlos. Su rostro era cubierto por una tosca mascara plateada y su cuerpo por una enorme túnica negra – estas atrapado
    - Hola minino – saludo el intruso, Aioria no pudo evitar sorprenderse al escuchar esa voz que creía jamás escuchar de nuevo. El enmascarado se acercó a ambos poco a poco hasta quedar justo frente a ellos. Se quitó la capucha que cubría su rojo cabello y después la mascara – No creí que lo lograrías
    - ¿Cómo pudiste dudarlo? – le reprochó Milo, Aioria volteo a verlo con el rostro desencajado por la incredulidad
    - ¡¿Tu?!
    - Era esto o golpearla yo con un tubo, así que no me culpes – Milo se defendió
    - ¿Esto? – Aioria estaba realmente confundido
    - No puedo creer que lo olvidaras siendo que tu mismo me lo propusiste – dijo Lunye irónica – estoy aquí para darte la revancha que tanto querías…

    Mientras tanto, en el coliseo, Shion veía el letrero puesto por Milo
    - Hoy no se permite entrenar aquí – lo leyó – sea quien haya puesto esto le espera un buen castigo – se dispuso a arrancar la hoja de papel pero se arrepintió cuando ya la iba a jalar para despegarla – veré que es lo que planean esta vez… estoy seguro que esto es obra de un dorado… - soltó la amarilla hoja y se dio media vuelta para así regresar a sus aposentos – lo que están dispuestos a arriesgar por tener un poco de diversión – se dijo a si mismo con cierta decepción

    Aioria seguía sin recapitular la noticia
    - ¿Y bien?... ¿Aun sigue en pie tu propuesta? – preguntó Lunye con su ya característica frialdad
    - No vayas a salir con un no… - rogó Milo - no tienes una idea de todo lo que hice y si el santo pontífice se entera, me esperara un castigo sumamente horrendo
    - No te preocupes, Milo, tu castigo valdrá la pena – Aioria ya se encontraba mas centrado – la propuesta sigue en pie, Lunye, creí que habías sido tu la que lo habia olvidado
    - Yo no suelo olvidar nada – respondió, aunque por ese instante se sintió realmente estúpida… ¿habia olvidado diecisiete años de su vida y todavía se atrevía a decir que no olvidaba nada? Sea como sea, no demostró esa sensación en su rostro
    - La hora se acerca – anunció Milo – será mejor que nos vayamos yendo al coliseo
    - Espera… ¿La pelea será pública? – preguntó Aioria algo consternado
    - Bueno, solo…
    - Si, si será publica – lo interrumpió alguien a sus espaldas. Milo se asusto al escucharlo
    - ¡Santidad! – exclamó y rápidamente se arrodillo frente a Shion. Aioria hizo lo mismo aunque mas sereno. Sin embargo, Lunye mantuvo su mirada fija en la mascara del patriarca
    - Veo que decidiste regresar – dijo Shion, serio
    - Solo vine a pagar una cuenta pendiente con el minino, después de eso me iré de nuevo
    - Si es que no recuerdas, ¿verdad? – Lunye se sorprendió al escucharlo – todo esto hubiera sido mas sencillo si me lo hubieran dicho, Milo – Una gota de sudor frío resbaló por el rostro del aludido – pero en fin, será mejor que ustedes tres se vayan de una vez al coliseo, y Milo… tu y yo hablaremos muy seriamente sobre esto una vez terminada la pelea
    - Si, santidad
    Shion se fue de ahí y tanto el león como el escorpión se pusieron de pie
    - Maldición
    - Tranquilo Milo, solo serán unas horas de sufrimiento antes de que el patriarca te mande a mejor vida – bromeo Aioria
    - Muy gracioso…
    - Ya vámonos al coliseo, entre mas rápido terminemos con esto mejor – dijo Lunye un tanto molesta y hasta cierto punto desesperada. Los tres emprendieron su camino rumbo al monumental emplazamiento donde daría lugar esa pelea.

    A los pocos minutos después, llegaron al Coliseo y se separaron. Aioria se fue rumbo a una de las numerosas celdas que había por todo el Coliseo al igual que Lunye, mientras que Milo se quedó en una de las 4 enormes entradas que tenía ese lugar, observando sorprendido la exorbitante cantidad de gente que se había acomodado en las numerosas gradas que rodeaban la arena de batalla. Las celdas del Coliseo eran usadas para encerrar a los prisioneros que capturaban los caballeros de Athena cuando estaban en guerra contra algún dios y así poder sacarles toda la información que pudiesen. Lunye se dio cuenta inmediatamente de eso al ver la sangre seca y cafesosa que había regada en el suelo, en los grilletes metálicos que salían de la pared que estaba frente a la entrada, en el aroma acre y sofocante que invadía el lugar y en el intento de cama de madera que colgaba aproximadamente un metro del suelo. Las paredes del lugar estaban cubiertas en su mayoría por ralladuras hechas con las uñas de los cientos o, posiblemente, miles de prisioneros que habían llegado a esa tétrica celda desde que el Santuario de Athena fue erigido. Se quitó la negra túnica y se la colgó en el brazo, dejando ver de esa forma la ropa de entrenamiento que Milo le había regalado la segunda noche que se vieron durante esa semana (de hecho, esa misma ropa se la habían dado cuando fue por primera vez al Santuario, cuatro años atrás). Le dio un último vistazo antes de salir… si en su última pelea contra el minino, Nithael no la hubiese salvado, seguramente hubiera pasado una buena temporada en una celda parecida o peor que esa. Meneo la cabeza para quitarse esa tonta idea de la cabeza, tendría que tener la mente abierta, clara y bien despejada durante la pelea contra Aioria si es que no quería cometer el ridículo frente a tanta gente. Tardo un minuto en llegar hasta donde Milo se encontraba, había salido por otro lugar distinto por el que había entrado a ese oscuro pasillo debajo de las gradas.
    - Se te ve bien – comentó Milo mientras Lunye se acercaba a él
    - Me siento incomoda con esto… - dijo ella una vez estando a poca distancia del escorpión y se detuvo – a pesar de ya no ser una berseker, siento que estoy traicionando a alguien al usar estas ropas
    - No pienses en eso y concéntrate en lo que has venido hacer aquí… entre menos lastimada salgas, mejor – Milo le sonrió y le guiñó un ojo
    - Sabes muy bien que no voy a salir bien librada de esto… y él tampoco – el caballero dorado aspiro profundamente y dejo salir el aire por la boca, visiblemente preocupado por ambos contendientes… pero mas por ella
    - Cuando menos intenta darme una esperanza que saldrás caminando de aquí
    - Lo intentare… te lo prometo
    Hubo un momento de silencio nada incomodo, en el que solo se miraban a los ojos intentando indagar que pensaba el otro sobre todo ese asunto que pronto llegaría a su fin. Lunye desvió la mirada a un lado
    - Fue un placer conocerte, Milo – dijo de pronto, Milo se sorprendió ante el comentario
    - ¿Te estas despidiendo?
    - Así es… es muy posible que al terminar esta pelea ya no sea mas Lunye sino que sea… Nira… y todo lo que viví en estos cuatro años no lo recuerde
    - ¿Qué te hace pensar que será así y no que al recordar también recuerdes esto?
    - No lo se… yo solo dije lo primero que se me vino a la cabeza – Milo sonrió
    - También fue un placer conocerte, Lunye – la chica volteó a verlo boquiabierta, no se esperaba eso por parte de él. Sonrió. Hubo otro intervalo de silencio un poco mas prolongado que el anterior. Lunye desvió la mirada al suelo.
    - Antes de salir… hay algo que quiero hacer y que quise hacerlo desde hace mucho tiempo…
    - ¿De que se…? – Antes de siquiera poder terminar la pregunta, los labios de Lunye estaban pegados en los suyos, besándolo. En un primer momento no supo que hacer, la acción de la chica lo había tomado por sorpresa, obligándolo a abrir enormemente los ojos y acelerando notablemente su ritmo cardiaco…
    [/FONT]
    [/FONT]
     
  5.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Capítulo 38 Limited Edition

    A ver Milo ser encuentra a la vieja loca de su madre Clío (que la ahoguen a ella).
    Los Berserkers huyeron, y mas que algún caballero se quedo sin encontrar pareja
    Ahora el joven Milo y Nira se dirigen a Islas Milo. Que pasará con su maestro Andro?

    Ya leeré el 39, saluII Nira !!!!!!!
     
  6.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Capitulo 39, review.
    Esta empezando a gustarme islas Milo para irme de vacaciones, se ve que tiene playa mar, sol y trampolín.

    http://foro.cemzoo.com/ />

    <FONT face=<font size=" /><FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid size=3>Ahora la invita a cenar a Nira, le habrá dado cereales Milo ?
    <FONT face="Comic Sans MS" color=#9932cc size=3>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=magenta size=3>YA DILE MILO A NIRA QUE LA AMAS, QUE LA VIDA ES CORTA !!!
    <FONT face="Comic Sans MS" color=#ff00ff size=3>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid size=3>Ahora donde esta Andro ? Eh y ni siquiera se le ocurre dejar una nota, que desconsiderado.
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid size=3>Ahora los intrusos entran a la casa, se comen todooooooooooooooooooo, y el niño se queda mal dormido (pobrecillo).
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid size=3>Ahhhh me gusto eso de las sensaciones cuando que recuerda Nira, ta bueno.
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid>
    <FONT face="Comic Sans MS" color=darkorchid size=3>Bueno, a leer el 40 pronto……………….
     
  7.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    5715
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    [FONT=Comic Sans MS][SIZE=3][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][SIZE=3][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][SIZE=3][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][COLOR=darkorchid][FONT=Comic Sans MS][COLOR=darkorchid][FONT=Arial][COLOR=blue][B]Jajajajajaja, xD, gracias por tu comentario Ikki, que bien que ya te estes poniendo al corriente :D. Aqui vengo a dejar el siguiente capitulo ^^ espero y sea de su agrado y no olviden dejar sus comentarios :gato02: [/B][/COLOR][/FONT]
    [SIZE=3][COLOR=black]--------------------------------------------------------------------------[/COLOR][/SIZE]

    [FONT=Comic Sans MS][SIZE=3][COLOR=darkorchid][FONT=Arial][SIZE=2] [/SIZE][/FONT]
    [CENTER][B][I][U][FONT=Arial][SIZE=6][COLOR=#0000ff]CAPITULO 44: UN BESO PARA RECORDAR. LUNYE VS AIORIA[/COLOR][/SIZE][/FONT][/U][/I][/B]
    [/CENTER]

    [FONT=Geneva, Arial, Sans-serif][SIZE=2][COLOR=#0000ff][B]Si alguien hubiera pasado por ahí en ese momento, seguramente se hubiera llevado una gran sorpresa. Pero no, nadie lo hizo, para fortuna de ambos. Lunye rodeo el cuello del caballero para acercarse mas a este pero Milo seguía sin reaccionar. La mente del escorpión estaba completamente en blanco, presa de la sorpresa y el gran desconcierto que todo eso le estaba causando… pero no podía negar una cosa… lo había estaba esperando desde hacía bastante tiempo. Cuando cayó en la cuenta de que era verdad y no un sueño o un espejismo producto de su imaginación, le correspondió el beso. Cerró los ojos y la abrazó por la cintura, pegándosela a su cuerpo, disfrutando enormemente de ese agradable momento…

    En las gradas del coliseo, diez de los doce caballeros dorados más uno, esperaban impacientes a que la tan esperada y misteriosa pelea diera comienzo. Ninguno dejaba de preguntarse donde demonios estarían tanto Milo como Aioria, pero suponían que el primero estaba organizando a los peleadores y el segundo… del segundo si no tenían la menor idea. Lo que no les quedaba del todo claro era la gran cantidad de gente que estaba reunida ahí esperando exactamente lo mismo que ellos, ya que se suponía que seria una pelea “privada” de la que solo uno de ellos tendría el privilegio de ver. Eso Milo ya se los explicaría mas tarde, lo mas seguro era que el patriarca lo había descubierto y después de la batalla, le esperaría un terrible castigo.
    - Esto ya esta tardando mucho – comentó un tanto desesperado el guardián de la cuarta casa del zodiaco
    - Tranquilo, Mascara, Milo debe de estar afinando los últimos detalles – contestó Camus con su ya habitual seriedad
    - Si es que no lo mató el patriarca ya – dijo Kanon riéndose entre dientes
    - ¿Ese no es Aioria? – preguntó Mu realmente sorprendido y señalando con la mirada al hombre que acababa de salir a la arena de duelo. Todos quedaron igual que su compañero al verlo
    - ¡¿Pero que esta haciendo ahí?! – Exclamó Aioros al mismo tiempo que se ponía de pie - ¡Aioria!
    El caballero de Leo volteó hacia sus compañeros y levantó una mano en señal de saludo

    Milo y Lunye seguían besándose cuando Aioria salió al Coliseo y el grito de Aioros hizo que estos dejaran de hacerlo. Por un momento, ambos miraron el suelo con un leve sonrojo en sus caras. Lunye volteo hacia a Aioria, a quien veía de perfil desde donde se encontraban.
    - Ya es tiempo de terminar con esto – volteó a verlo, su mirada era seria al igual que su tono de voz – pero antes, quiero que me prometas algo
    - ¿De que se trata? – preguntó Milo consternado
    - Prométeme que, si no recuerdo nada de estos cuatro años, no me dirás nada al respecto
    - ¡¿Qué?!... eso es pedirme que te mienta – Milo estaba sorprendido ante tal proposición, aunque también se le podía notar un tanto decepcionado
    - Exacto… no me enorgullezco de lo que hice ¿sabes? – hizo una pausa – servir a un dios que me hizo tanto daño y el haber matado a tantas amazonas de esa forma tan… cruel, no es nada gratificante… cuando menos no ahora… así que, si yo… sabiendo el porque de mis acciones, me siento tan mal… ¿imagínate como me sentiría al no saber el porque?...
    - Tal vez tengas razón pero… nunca te he mentido… y hacerlo seria traicionarte
    - Créeme, mentirme es lo mejor que puedes hacer por mi… explicarme estos cuatro años será una gran carga para ti… y también para mí
    - Lo siento, pero no creo poder mentirte
    - Ya lo preveía… cuando menos lo intenté
    Ambos se sonrieron, Lunye dio unos pasos hacia el centro del Coliseo pero fue detenida por el Caballero.
    - Te voy a extrañar – dijo, Lunye se volteo hacia él
    - Yo no… y se que tu tampoco – Milo bajo la mirada sin dejar de sonreír, luego volvió a mirarla – aunque sea trata de hacerlo… prométeme que aunque sea trataras de mentirme
    - Creo… no, te prometo que trataré – Lunye respiro hondo y tanto su sonrisa como su mirada alegre se esfumaron para dar paso a una expresión llena de frialdad
    - Nos vemos, caballero – la chica sonrió un poco sin cambiar su mirada – deséame suerte para que esto funcione
    - Funcionara mas que el… – Milo fingió golpearse la cabeza con algo - tubo, créeme – la sonrisa de Lunye se agrandó, pero al darle la espalda al caballero, desapareció. Comenzó a caminar con paso lento y seguro, con la cabeza en alto, llena de confianza y fingiendo un orgullo desmesurado

    Cuando los santos de oro la vieron salir, no pudieron evitar sorprenderse… excepto Kanon quien no sabía exactamente quien era ella, solo que era berseker de Ares y una antigua conocida de Milo. Camus se puso de pie repentinamente
    - ¿A dónde vas? – preguntó Dohko algo intrigado
    - ¿Te das cuenta de quien esta ahí? – respondió señalando a Lunye que se acercaba poco a poco a Aioria
    - Sí – respondió Dohko sin captar el mensaje de su compañero de combate – Es Lun… ye – terminó de decir el nombre en un susurro, apenas dándose cuenta de la gravedad del asunto – oh
    - No puedo creer que hayas sido capaz de organizar esto – dijo Camus para si mientras miraba hacia los dos contendientes que se preparaban para empezar su lucha
    - No entiendo porque tanta preocupación de tu parte – dijo Kanon, quien estaba sentado a un lado de su hermano, recargado a la grada de arriba, con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos cerrados – no es mas que una pelea y si el mismo Milo la organizó dudo mucho que sea a muerte, eso lo sabes tu, lo sabe Aioria, lo sabe ella, lo sabe él y lo sabemos todos los que estamos aquí… no veo la razón por la cual preocuparse tanto
    - Por si no te has dado cuenta, Kanon, ninguno de los dos usa armadura… y aunque no sea una pelea donde pueda morir alguno de ellos, saldrán gravemente heridos, eso lo sabe cualquiera que se jacte de tener un poco de materia gris en la cabeza… y cuando él vea que corre peligro, querrá ir a salvarla, pero se dará cuenta de que no podrá hacer eso hasta que la pelea termine – hizo una pausa – iré a apoyarlo, eso es todo… ellos dos no me preocupan, es la integridad de Milo la que si.
    Y dicho eso se fue de ahí visiblemente molesto con la exmarina de Poseidón. Kanon abrió los ojos y se limitó a solo mirarlo de reojo.
    - Se preocupa demasiado – comentó
    - Es comprensible – dijo Mu, Kanon desvió su mirada hacia él – desde que se conocieron, hace ya muchos años, se han tenido una gran estima… creo que se quieren como si fueran verdaderos hermanos; se apoyan entre si en los momentos difíciles y se entienden solo como pocos logran hacerlo; además, si hubieras estado aquí hace seis meses entenderías mas el porque de la actitud de Camus
    - Pues puede que tengas razón… pero sigo diciendo que exagera

    En el centro del coliseo y bajo las miradas expectantes de todos los presentes, se encontraban Aioria y Lunye, con la guardia en alto, esperando el momento oportuno para atacarse. Milo solo los miraba algo nervioso desde la entrada oeste del coliseo, con los brazos cruzados sobre su pecho; en su mirada se podía ver claramente la preocupación que lo embargaba… en ese momento se estaba arrepintiendo de haber ayudado a Lunye a tener este enfrentamiento con Aioria.

    Quien hizo el primer movimiento fue Lunye. Corrió hacia Aioria a una velocidad impresionante y lanzo su puño derecho directo a la cara de su adversario. Aioria la detuvo. Lunye lo tomó de la muñeca con fuerza, safó su otra mano de la de Aioria, tomándolo con esa también, y lo estrelló de espaldas al suelo. Aioria no desaprovechó la oportunidad y le metió zancadilla aprovechando su posición, tumbándola. Ambos se levantaron rápidamente e inmediatamente corrieron uno contra el otro y comenzaron una reñida pelea donde se lanzaban y cubrían rápidos golpes. En uno lanzado por Lunye, Aioria desapareció. Lunye, sin bajar en ningún momento la guardia, volteaba a todos lados para encontrarlo. No tardó en sentir su presencia detrás de ella. Se giró rápidamente pero Aioria fue más rápido. El caballero de leo le propinó una fuerte patada en el abdomen que la mandó estrellarse contra pared. Varios pedazos de tamaño considerable de la misma le cayeron encima. Milo se tensó al ver tal cosa pero justo en ese momento, Camus llegó y se situó a su lado.
    - Ella estará bien – intentó calmarlo un poco, sin dejar de ver el lugar en el que Lunye había caído
    - Eso espero
    Aioria se acercó con cautela a donde Lunye se encontraba. Cuando estuvo a escasos metros de ella, algunos de los escombros que le habían caído encima, se elevaron del suelo y se dirigieron rápidamente al caballero quien no pudo hacer mucho para esquivarlo: algunos si logro evadirlo pero otros lograron golpearlo en varias partes del cuerpo y lo hicieron retroceder. Lunye se puso de pie. A su alrededor flotaban diez de los pedazos que le habían caído y que no había lanzado. Se limpió la sangre que salía de la comisura de sus labios y sonrió con cierta malicia. Aioria se preparo para otra tanda de rocas voladoras y las supuso más peligrosas que las anteriores. La chica de rojos cabellos movió su brazo derecho en dirección a él y una de las rocas salió disparada en su contra. Aioria logró esquivarla. Lunye comenzó a correr alrededor de todo el coliseo a la velocidad de la luz mientras que lanzaba las nueve rocas restantes desde diferentes ángulos y a la misma velocidad a la que corría. Pocos segundos de haber lanzado la octava roca, apareció a escasos dos metros de Aioria y le lanzó la ultima a la cara sin que este pudiera esquivarla, dándole de lleno en la cara. El golpe lo desestabilizó y provocó unos cuantos raspones sin importancia. Esa fue la única que lo tocó. Lunye aprovecho su confusión y lo atacó con múltiples puñetazos en el estomago y lo remató con una patada en la cara. Aioria retrocedió un par de pasos mientras que un hilillo de sangre salía de su boca. Se la limpió y miro a Lunye con cierto desprecio.
    - ¿No crees que ya fue suficiente de lanzarnos simples golpes? – pregunto Aioria algo molesto
    - Apenas te iba a decir lo mismo… ya fue suficiente calentamiento… es hora de usar el cosmos para pelear
    Ambos contendientes empezaron a elevar su cosmos, y fue en ese momento que los verdaderos temores de Milo surgieron, puesto que a partir de ahora, el daño recibido sería mayor. Si en una pelea con armadura el daño podía ser peligroso, sin armadura… mejor no quería pensar en ello, tenia la esperanza de que Aioria se limitaría y no la atacaría con toda su fuerza o de lo contrario… ella… meneó la cabeza para quitarse esa idea de la cabeza, ella no iba a morir allí, ella no podía morir… simplemente no debía…

    Si hay algo con lo que es difícil contraatacar, ese es el poder mental, y Lunye sabia eso muy bien. De hecho, gracias a ello, le había ganado la primera vez en Alfeiós. Pero una técnica no funciona dos veces contra un caballero, así que, esta vez, usaría su poder mental para controlar otras cosas en vez de al santo de Athena. Mientras ambos se preparaban para llevar la pelea a otro nivel, la exberseker de Olympus Mons se concentraba en su futura arma, para que así, llegado el momento, atacarlo y hacerle el mayor daño posible. Cuando ambos estuvieron listos, Lunye atacó primero. Se lanzó contra Aioria al mismo tiempo que extendía su brazo derecho en horizontal. Una esfera brillante apareció en su mano entreabierta y comenzó a tomar forma. Era Elliniká, que la había transportado desde el octavo templo del zodiaco hasta ahí.
    - Toma esto, minino… ¡RAFAGA DE LA MUERTE! – Lunye se detuvo al mismo tiempo que blandió su espada con fuerza, a muy poca distancia de Aioria. La ráfaga escarlata que produjo el movimiento le dio de lleno y lo aventó hasta uno de los extremos del coliseo, empezando a formar una zanja con su cuerpo tres metros más allá de donde se encontraba antes de recibir el impacto. Al chocar provocó un hundimiento con su espalda en el lugar y cayó sentado al suelo. Se puso de pie con dificultad; tenia varios cortes que sangraban en todo el cuerpo, su ropa estaba desgarrada, y sangre recorría la parte derecha de su cara, lo mas seguro era que el ataque le había producido un corte en la cabeza. Mu y Milo fueron los únicos que se dieron cuenta al instante que Lunye no había lanzado con toda su fuerza su técnica o de lo contrario no hubiera quedado ni rastro del santo de Leo; sabían eso porque ya antes se habían enfrentado a ella y aunque nunca habían recibido la ráfaga de la muerte directamente, la habían visto en todo su esplendor… y la recién utilizada había sido vilmente contenida
    - Pudiste haberme matado – dijo Aioria mientras caminaba para acercarse un poco más a ella y se detuvo cuando estuvo a aproximadamente tres metros.
    - Lo se, pero mi intención no es esa – hubo un momento de incomodo silencio
    - Debo confesar que no me lo esperaba – admitió el león –, ignoraba que tuvieras dotes de teletransportación.
    - No los tengo
    - ¿Cómo? – Aioria estaba consternado
    - Que no tengo manejo sobre la teletransportación
    - Entonces, ¿Cómo teletransportaste tu espada desde el templo del escorpión? – pregunto confundido. Camus había hecho la misma pregunta momentos antes y Milo le había contestado lo mismo que ella a Aioria
    - Eso se debe a que tengo una conexión con Elliniká… hace todo lo que deseo que haga, no importa que este a miles de años luz de distancia, ni que este en manos de otra persona… por ejemplo, si quiero que venga, vendrá, como ya bien pudiste observar… es muy parecido a sus armaduras
    - Entiendo… ahora sé porque Milo me pidió que tuviera cuidado de tu espada cuando me dirigí a Alfeiós… es una espada especial
    - Y no solo eso… es divina y no cualquiera puede blandirla
    Olympus Mons se dirigió de nuevo hacia Aioria dispuesta a atacarlo con Elliniká pero este logro esquivarla con dificultad inclinándose hacia atrás. Con gran rapidez, tomó a Lunye de la muñeca y la aventó. La chica logró caer de pie, y lanzó su espada contra Aioria, quien por muy poco logró esquivarla; de no haberlo hecho seguramente hubiera muerto al instante al ser su cara atravesada por Elliniká, pero en vez de eso no había sido mas que una simple cortada que no sangró mucho. La espada no se detuvo hasta que se clavó en el arco que delimitaba la entrada oeste. Los nueve caballeros dorados y Kanon observaron detenidamente la espada que estaba firmemente clavada en la pared, y fue entonces que vieron a Milo – quien se había asomado a verla algo sorprendido – y a Camus – que también había hecho lo mismo – aunque pronto regresaron a ocupar los lugares que habían estado ocupando antes. Aioria también los vio, pero tenia clavada la mirada en el escorpión. Volvió a centrar su atención en su adversario
    - Milo entenderá – pensó Aioria – o de lo contrario no la hubiera dejado entrar al santuario, ni se hubiera arriesgado tanto para que esta pelea se llevara a cabo… perdóname por lo que voy a hacer pero… no puedo permitirme otra derrota contra ella
    Como si el pensamiento de Aioria se hubiera tratado de un mensaje mental para él, Milo sintió un escalofrío recorrer su espalda y fue entonces que se dio cuenta de que lo peor apenas iba a comenzar…

    Ahora quien atacó primero fue Aioria. Lunye se preparó para detener su ataque pero se sorprendió cuando el caballero dio un alto salto. Descendió en una patada que Lunye muy apenas logró cubrirse al cruzar sus brazos sobre su cabeza. Cuando Aioria tocó suelo, la atacó de inmediatamente con su puño, el cual también se le dificulto a Lunye cubrirse con ambas manos, una sobre la otra. Con lo que Lunye no pudo hacer nada fue con la pata que vino justo después, la cual le dio justo en el rostro e hizo que cayera al suelo de bruces. Ella se levantó rápidamente y se limpió la boca, viendo por un breve instante la sangre que se había quedado embarrada en el dorso de su mano derecha. Se abalanzó contra él y comenzó a lanzarle múltiples golpes, pero todos eran detenidos, con dificultad, pero detenidos finalmente. Lunye quiso rematarlo con una patada, pero al igual que todos sus ataques anteriores, fue detenida por la mano del caballero; del tobillo. La hizo dar vueltas dos veces en el aire antes de lanzarla. Debido a la velocidad tan alta a la que iba y a la fuerza con la que había sido lanzada, al momento de tocar el suelo dio dos violentas maromas en el suelo antes de estamparse de espaldas a la pared – muy cerca de donde Milo estaba –, abollando el lugar del impacto y cayó al suelo sentada. Milo y Camus se asomaron para verla. Lunye se levantó y no dudó ni un momento en ir al ataque. Al estar a pocos metros, saltó llegando a una considerable altura. Aioria se preparó, no sabia que era lo que iba a hacer ella. Cuando iba descendiendo, Elliniká apareció entre sus manos, amenazante. Aioria solo pudo cubrirse con su antebrazo derecho, el cual sufrió una herida profunda, hasta el hueso. Si Lunye hubiera aplicado mas fuerza en ese golpe seguramente le hubiese cortado el brazo, pero afortunadamente para él caballero de Leo no fue así. La exberseker de Ares se situó rápidamente detrás de él y le provoco un largo y pronunciado corte a lo largo de toda la espalda, pero Aioria no se dejó mitigar por el dolor y le dio un codazo en la cara, lo que la confundió, y después una patada en el estomago para alejarla aunque fuera un poco de él. Pero no le duro mucho el gusto, puesto que Lunye lo atacó casi de inmediato con su espada. Cada estocada la esquivaba en cuanto podía. Cuando lanzó el último ataque, Aioria la tomó de la muñeca y de un rodillazo le disloco el hombro. Lunye profirió un gritito de dolor (no quería dale el gusto a ninguno de los presentes de escucharla gritar en serio) y soltó a Elliniká. Se llevó su mano izquierda al hombro y dio dos pasos hacia atrás por inercia. Ahora, su brazo derecho estaba inutilizable
    - Pero no importa – pensó optimista – esto no es nada
    - Recibe esto – dijo Aioria de pronto, Lunye volteo a verlo alarmada - ¡RELAMPAGO DE VOLTAJE!
    Ella no tuvo tiempo de reaccionar, ni siquiera de crear un campo de protección, por lo que recibió de lleno el golpe. Cayó pesadamente al suelo y de espaldas, lastimándose el hombre herido, pero no gritó. Se levantó del suelo con algunos problemas. Aioria volvió a atacarla, esta vez fue un codazo en el abdomen que Lunye no esperaba y que la sofocó; después Aioria la golpeó en la barbilla y cayó de espaldas al suelo de nuevo. Volvió a levantarse, con dificultad.
    - Ya es hora de terminar con esto, esta pelea ha durado demasiado
    Lunye no respondió, pero estaba deacuerdo con él. Ambos se prepararon para lanzar sus mejores técnicas, seguramente eso pondría fin a esa interminable pelea. Un profundo silencio se cernió sobre todo el coliseo, todos sabían que el momento culminante llegaría enseguida. Los dos contendientes se pusieron en su respectiva posición para lanzarlas, aunque Lunye solo contaba con un brazo para realizarla.
    - ¡DESCANSO ETERNO!
    - ¡PLASMA RELAMPAGO!
    Ambos golpes chocaron justo en medio de ambos. El choque despidió un viento sumamente violento acompañado de temblores y un ruido ensordecedor. Por un par de minutos, el nivel de fuerzas estuvo equilibrado pero después, el plasma relámpago de Aioria comenzó a ganar terreno por sobre el descanso eterno de Lunye. La chica empezó a sentir como era empujada hacia atrás poco a poco. Si hubiera estado usando ambos brazos, seguramente hubiera durado más e inclusive hasta podido haber equilibrado de nuevo la situación, pero solo contaba con uno y pronto comenzó a sentir lo estragos de soportar tanto su propio poder como el de Aioria. Lunye volteo hacia su derecha y con una sonrisa le dijo adiós a Milo (por si acaso, ella confiaba mucho en que al despertar seria Nira y no Lunye y nada de eso estaría en sus recuerdos). Dejó de esforzarse por detenerlos y fue golpeada brutalmente por ambas técnicas, las cuales la aventaron violentamente contra la pared del Coliseo y ahí permaneció hasta que la fuerza de ambos poderes cesó, entonces cayó al suelo boca abajo. Intentó levantarse antes de caer inconsciente al suelo. Aioria se quedó parado por un momento, esperando a ver que se levantara. Cuando se convenció de que no iba a ser así, dio tres pasos hacia ella y cayó también inconsciente al piso. Para todos los presentes, Aioria había sido el ganador de la contienda.

    En las gradas del coliseo, Aioros se fue rápidamente de ahí sin mediar palabra alguna… aunque para ninguno de los que ahí se encontraba les hacia falta que les dijera a donde iba. Eso era algo que se sabía de inmediato.

    - Espera
    Camus detuvo a su amigo que ya iba a salir en el auxilio de Lunye. Milo volteó a verlo realmente desconcertado y desesperado
    - ¿Qué? – preguntó cortante, le urgía ir a verla
    - Se que estas preocupado por ella pero… será mejor que primero te acerques a Aioria, aunque sea solo para ver como esta – hizo una pausa, con el simple hecho de ver su expresión supo que no entendía que quería decir con eso – solo piensa en esto: Aioria es tu compañero de combate mientras que ella, bueno, para todos los presentes ella es la mala de la historia
    - ¿Me estas pidiendo que la deje ahí, tirada, solo para que no me juzguen? – preguntó Milo ya no solo desconcertado y desesperado, sino que también molesto
    - No… lo que te quiero decir es que… - Camus fue interrumpido por un Aioros que paso a toda prisa entre ellos con dirección a Aioria. Se le quedaron viendo
    - ¡Aioria! – lo escucharon exclamar
    - Lo que quiero decir es que muestres más interés por él que por Lunye, una vez que “veas” que esta bien, vas con ella y te la llevas a la fuente
    - Camus, sigue siendo lo mismo… me estas diciendo esto para que no me juzguen y créeme, eso es lo que menos me importa
    - No seas terco. Aioros seguro se lleva a Aioria, tú te llevas a Lunye, pero primero ve a Aioria para que no te detengas cuando te la lleves a la fuente… se que te urge saber que esta bien, pero hacer lo que te digo es lo mejor: vas, checas que Aioria esta bien y luego vas con Lunye y te la llevas – Milo soltó un suspiro y volteo a verlo
    - ¿Cómo es que siempre logras convencerme? – preguntó algo molesto pero tratando de reprimir una sonrisa
    - Te conozco… vamos a verlos
    Ambos caballeros fueron con Aioria. Aioros se encontraba hincado al lado de su hermano sin dejar de llamarlo. Los espectadores poco a poco comenzaron a retirarse del lugar, los únicos que se quedaron fueron los dorados, Yatzin, Shion y un puñado de soldados, aspirantes y caballeros de bajo rango que más que preocupados se quedaron por curiosos

    El rato que Milo se estuvo con Aioria fue relativamente corto, simplemente le hecho un vistazo con el cual se percató que seguía con vida, y después se acercó a Lunye que yacía a cinco metros mas allá del santo de Leo. La volteo con cuidado boca arriba y le apartó los mechones rojos de cabello que cubrían parcialmente su rostro. Colocó sus dedos índice y medio en el cuello de la chica para verificar su pulso: era un poco más lento de lo normal, pero no lo supuso de riesgo, y se tranquilizó un poco más. Ambos estaban bien, aunque Aioria ya había perdido la suficiente sangre como para preocuparse. Aioros, al ver que su hermano nomás no reaccionaba, lo cargó en brazos y se fue a la salida, aunque al dar un par de pasos, se detuvo.
    - Milo – lo llamó. Milo volteo a verlo. Con solo mirarlo, el caballero de la octava casa supo que era lo que quería: que lo acompañara a la fuente. Milo tomó con cuidado a Lunye del suelo y se acercó a Aioros, yéndose así los dos juntos a la Fuente de Athena. Camus los siguió solo hasta que ya estuvo fuera del Coliseo, esperaría ahí a los demás.

    Por un rato, ni Aioros ni Milo dijo una sola palabra, sino que solo se dispusieron a caminar en silencio. Ambos estaban preocupados por los dos heridos, aunque claro, uno de los dos tenia prioridad sobre el otro, mucha prioridad de hecho.
    - Tu amiga pelea muy bien – comentó Aioros de pronto, Milo volteo a verlo confundido – ya me habían dicho algo pero… yo me negaba a creerlo
    Milo volvió de nuevo la mirada hacia ella, no sabia que responder
    - Si crees que estoy enojado contigo por haber sido participe en que esta pelea se llevara a cabo, quiero que sepas que no es así – Milo volteó a verlo de nuevo, esta vez sorprendido – desde que él la retó a la revancha, supe que tarde o temprano esto pasaría… con o sin tu ayuda
    - Me has quitado un gran peso de encima – dijo Milo aliviado y con una leve sonrisa en su cara
    - Por eso mismo te lo dije… se te notaba mucho tu preocupación por mi reacción – Milo desvió la mirada a otro lado, algo apenado.
    Si había alguien a quien Milo respetaba en ese Santuario, a parte de Athena y el patriarca, ese era Aioros, y por esa misma razón no podía llevarse con él de la misma forma que con Camus o Aioria, con quienes se comportaba con total libertad. Lo mismo pasaba con Dohko, pero a diferencia de esos tres, a Aioros lo tuteaba, a ellos no.
    - Tú amiga… ¿Cómo es que se llama? – preguntó Aioros, sacando a Milo de sus pensamientos
    - No lo se – respondió cabizbajo
    - ¡¿Cómo que no lo sabes?! – exclamo incrédulo
    - Necesito que despierte para saberlo
    - No te entiendo… oh! Ya – hizo una pausa – se me había olvidado que esta joven perdió la memoria… al menos eso fue lo que me dijeron
    - Si, así es… de hecho vio esta pelea como una posibilidad de recordar. No le digas eso a tu hermano o podría pensar que se dejo vencer
    - No te preocupes, no le diré nada al respecto… ¿Se dejo vencer?
    - Lo dudo, es demasiado orgullosa como para hacer eso
    Después de eso caminaron por unos minutos más y llegaron a su destino. Al parecer el patriarca había dado la orden a alguien (un soldado seguramente) de avisarle a las sacerdotisas que arribarían a la fuente dos heridos, puesto que ya los esperaban. Eran dos, y una era muy conocida por Milo; se trataba de la que se había encargado de cuidar a Lunye durante todo el tiempo que ella estuvo ahí y que le encargaba a él que descansara y comiera bien. Esa sacerdotisa se acercó a Milo mientras que la otra se acerco a Aioros.
    - Sígame por favor – le dijo una sacerdotisa al caballero correspondiente
    Milo fue guiado a la segunda habitación de la derecha mientras que Aioros a la tercera de la izquierda. Les pidieron que recostaran al herido en una de las camas – Milo recostó a Lunye en la que estaba al otro extremo de la habitación, mientras que Aioros recostó a Aioria en la tercera –, y les pidieron que salieran, ellas los llamarían cuando estuvieran listos para recibir visitas. Se sentaron en los escalones a esperar, impacientes. Momentos después, el resto de los dorados llegaron.
    - ¿Cómo están? – preguntó Mu
    - Bien – respondieron al unísono, desganados, y se dieron cuenta de que a pesar de que ya no corrían peligro alguno, seguían preocupados. Aioros por su hermano y Milo por Lunye. Media hora después, las sacerdotisas salieron de sus respectivas habitaciones.
    - Ya pueden pasar – dijo la que había atendido a Aioria – pero solo uno puede pasar – agregó al ver al resto. Milo y Aioros se levantaron y entraron al cuarto que habían entrado con anterioridad.

    Aioros se hincó al lado de la cama en la que se encontraba su hermano menor. Aioria tenía una venda en la cabeza a la cual se le podía distinguir una mancha de sangre en la sien derecha, tenía otra venda en su brazo derecho, varias gasas ocultaban las heridas de espada que había recibido pero que no eran de mucha gravedad, y en la muñeca izquierda tenia clavadas unas agujas por las que entraba sangre. Al sentir su presencia, Aioria despertó y volteo a verlo; se le notaba agotado.
    - Her…mano
    - No hables, perdiste mucha sangre durante la pelea y estas muy débil… peleaste de maravilla
    - ¿Ella…?
    - La chica esta bien… y Milo no te odia – Aioria se relajó al escucharlo
    - No quería hacerle tanto daño
    - Eso era inevitable, ninguno de los dos portaba armadura y utilizaron su cosmo al pelear, les fue muy bien considerando lo impactante de la batalla – Aioros le guiñó un ojo, Aioria sonrió un poco – será mejor que descanses si es que quieres salir pronto de aquí
    - Si – respondió y cerró los ojos, quedándole dormido casi al instante

    Mientras tanto, Milo se encontraba hincado al lado de la cama donde Lunye se encontraba. Tenía la frente apoyada en sus manos entrelazadas, con los codos sobre la orilla de la cama y los ojos cerrados, esperando que despertara. Lunye, al igual que Aioria, tenía una venda en la cabeza; su brazo derecho – el cual estaba vendado y en un arnés – descansaba sobre su abdomen. Milo no sabia que esperar, como bien pudo haber funcionado, bien pudo que no. A su mente se vino la escena de ella cayendo por el abismo del Monte Atos, después recordó cuando la vio en el suelo, rodeada de su propia sangre al haberla atacado él mismo, en el salón de Olympus Mons en Kaisarianís, y por ultimo el beso, ese beso mágico e impredecible que había querido darle desde hacia ya muchos años, desde que el tenia quince y ella catorce, pero nunca se había atrevido y ahora se preguntaba ¿Por qué?... ¿Por qué nunca…?
    - ¿Milo?
    Milo abrió los ojos de golpe y volteo a verla. Por fin había despertado…[/B][/COLOR][/SIZE][/COLOR][/SIZE][/FONT][SIZE=3][COLOR=darkorchid]
    [/COLOR][/SIZE][/COLOR][/FONT][COLOR=darkorchid][/COLOR][/COLOR][/FONT][COLOR=darkorchid][/COLOR][/COLOR][/SIZE][/FONT][SIZE=3][COLOR=darkorchid][/COLOR][/SIZE][/COLOR][/FONT][COLOR=darkorchid][/COLOR][/COLOR][/SIZE][/FONT][SIZE=3][COLOR=darkorchid][/COLOR][/SIZE][/COLOR][/FONT][COLOR=darkorchid][/COLOR][/COLOR][/FONT][COLOR=darkorchid][/COLOR][/COLOR][/SIZE][/FONT][SIZE=3][COLOR=darkorchid][/COLOR][/SIZE]
    [/FONT]
     
  8.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    4797
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Aqui vengo con el ultimo capitulo de este enorme fic que parecia interminable. Muchisisimas gracias a todos aquellos que lo leyeron, me comentaron aunque sea una vez, o que simplemente le echaron un vistazo rapido... a todos ustedes un millon de gracias!!!! :D. Espero que este final sea de su agrado, que lo disfruten, y lo comenten, para asi saber sus opiniones sobre el mismo. No tendra titulo alguno... asi no sabran nada de nada, muajajaja *perverso* . Aqui se termina una gran etapa de mi vida como escritora. Disfrutenlo!!! :gato03:

    --------------------------------------------------------------------------

    CAPITULO 45

    - ¿Dónde estoy?
    La chica que se encontraba acostada en la cama del fondo de la habitación, miraba fijamente a Milo. En sus negros ojos sólo se podía contemplar la más pura confusión. Milo no sabía realmente quien era; ni tenía esa mirada triste pero a la vez encantadora ni tampoco la indiferente y agresiva. En esos ojos solo había confusión y nada mas… ¿Lunye o Nira?... no lo sabía con certeza y eso lo único que hacia era complicarle mas las cosas.
    - En la fuente de Athena – respondió con total seguridad, como si ya supiera quien era pero no era así
    - En… ¿La fuente de Athena? – respondió ella sin entender que quería decir Milo con eso
    - Si, en el Santuario
    Al escucharlo, su confusión pasó a ser una total sorpresa. Fue entonces que él supo quien era realmente.
    - ¿Cómo es que llegué aquí?... recuerdo haber caído del monte Atos, el río, la cascada… pero después ya no recuerdo nada…
    - ¿Nada? – Nira meneó la cabeza
    - Nada – hizo una pausa - ya ha pasado tiempo después de eso, ¿cierto?... te noto algo diferente desde la ultima vez que te vi
    - Si – respondió serio
    - ¿Cuánto?
    - Cuatro años
    - ¡¿Qué?!... ¿tanto… tiempo? – Milo asintió con la cabeza - ¿Y tú sabes que fue lo que me pasó en ese tiempo?
    Milo tardó en responder. Recordó su proposición de mentirle y ocultarle la verdad sobre su vida en esos cuatro años. Pero también recordó un pacto que habían hecho unos dos años después de conocerse: jamás se mentirían el uno al otro. Sabia que contarle el hecho de que había matado a cientos de amazonas sin alguna razón aparente mas que la de obedecer a un dios enemigo la iba a perturban bastante, pero estaba ese pacto de por medio. Si le decía la verdad, la lastimaría pero seria honesto… si le mentía no sufriría, pero estaría rompiendo el pacto que para ella era sagrado… y para él también… pero…
    - ¿Lo sabes? – volvió a preguntar, intrigada por la respuesta, sacando así a Milo de sus pensamientos
    - No – se escuchó responder y le dolió haberle mentido pero… eso era lo mejor, ¿no?
    - Oh, ya veo – hubo un momento de incomodo silencio en la habitación – supongo que esta mejor así, ¿no?
    - ¿Qué?
    - Si, piénsalo bien… si lo olvidé fue por algo, ¿no crees? – Milo lo pensó
    - Si, puede ser… puede que sea lo mejor – hubo un breve momento en el que ninguno dijo nada. Milo fue quien rompió ese silencio – Te dejo, Nira, para que descanses – le sonrió
    - Está bien… - Milo se despidió con un beso en la frente
    - No tienes una idea de cuanta falta me hiciste… te extrañé mas de lo que yo mismo pensé que llegaría a extrañarte – dijo y salió de ahí sin darle oportunidad alguna de responderle algo.
    Al estar fuera comenzó a correr, sin darle ninguna clase de noticia a sus compañeros sobre la chica que se encontraba ahí dentro. Pero ellos no habían estado esperando en vano, ¿verdad?, así que uno de ellos lo detuvo por el brazo cuando pasó cerca de él.
    - ¿Cómo esta? – preguntó Aioros, quien hacia poco había salido de la habitación de Aioria
    - Bien – respondió con una sonrisa, Camus se acercó a él
    - ¿Y bien?... ¿es o no es?
    - Es – fue su corta respuesta y se fue a toda prisa de ahí, sin decir nada más.
    El chico estaba apurado, tenía que ir a hablar con el patriarca y sabía que no le iba a ir nada bien. Considerando el tono con el que le había dicho que lo quería ver en sus aposentos una vez terminada esa pelea, el patriarca estaba muy molesto. Pero a pesar de saber todo eso, no podía dejar de sonreír, el saber que ella al fin había vuelto y que estaba bien, lo hacia sentir realmente feliz y hacia ya mucho tiempo que no se sentía tan bien como en ese momento. El tiempo que hizo de la fuente de Athena hasta los Aposentos del Patriarca se le pasó desapercibido, y lo mismo se aplicaba a la distancia… se sentía como en un agradable sueño… del que despertó al llegar a su destino, entonces tuvo que despertar, quitar esa sonrisa de sus labios y mostrar algo de seriedad frente al patriarca.
    - Su Santidad lo espera – le anuncio un soldado en cuando lo vio acercarse
    - Gracias
    Milo entro a través de la enorme y pesada puerta. Camino sobre la alfombra roja de terciopelo que atravesaba la estancia hasta la silla patriarcal y se arrodillo cuando estuvo a un metro de Shion.
    - Santidad
    - ¿En que estabas pensando, Milo? – preguntó Shion molesto. Milo no supo que responder porque, para ser sincero, no sabia en que estaba pensando cuando aceptó arriesgar tanto ese día – todo lo que tiene que ver con esa chica te nubla la razón… a veces llego a pensar que si ella te dijera que saltaras de un abismo, saltarías sin pensarlo
    - San…
    - Aun no termino… – lo interrumpió – te caracterizas de tus compañeros por romper a menudo las reglas, y casi siempre tiene que ver con salidas del refugio sin mi permiso… pero esta vez, excediste tus propios limites… no solo saliste sin mi permiso… ah, porque me di cuenta de tus fugas nocturnas, sino que también organizaste una pelea a mis espaldas y me suplantaste
    - Yo…
    - ¡El único que puede decir que no habrá entrenamiento soy yo y lo que hiciste en el coliseo fue precisamente eso! – Shion hizo una pausa; respiró profundo y exhaló el aire por la boca, para tranquilizarse un poco – Dejé que la pelea siguiera adelante porque si no se hacía aquí, se haría afuera. Preferí que fuera aquí dentro del Santuario ya que de lo contrario uno de los dos hubiera resultado muerto.
    - No quise suplantarlo ni mucho menos, santidad – se disculpó
    - Lo sé… pero aun así habrá castigo y lo sabes – Milo asintió – dime, ¿Ya despertó?... que pregunta, si no hubiera despertado no estarías aquí – el caballero sonrió un poco, algo apenado, Shion se dio cuenta de eso pero no dijo nada al respecto – creo que la pregunta indicada es… ¿Quién fue la que despertó?
    - Nira, su santidad
    - ¿Y recordó?
    - No, santidad, estos cuatro años los olvidó por completo
    - ¿Y ya le dijiste lo que le pasó?
    - No…
    - ¿No?
    - No… no pude hacerlo, santidad
    - Sabes… mientras te esperaba me puse a pensar en todo lo que ha pasado… lo que les ha pasado a ti, a esa chica y, porque no, a Andro… y creo que lo mejor es que ella se vaya de regreso a Milos – El santo dorado suspiró y mas que dolido o desilusionado parecía aliviado, y eso desconcertó al patriarca – me parece que te alegra que se vaya
    - No es que me alegre, santidad – respondió Milo con una ligera y triste sonrisa – es solo que es lo mejor para ella… Nira nunca debió haber venido a este sitio, Milos es mas seguro
    - Tu amor por ella es demasiado grande – Milo se sorprendió al escucharlo – no dejes que eso te distraiga y te haga cometer errores como los de hoy… antes que nada eres caballero, que no se te olvide – hizo una pausa – ella se ira en dos días, tu te quedaras aquí.
    - ¿¡Que?!... ¡pero… Santidad!
    - Debiste haber pensado en eso antes de escaparte cada noche de la ultima semana, Milo – Milo abrió la boca para decir algo, pero Shion hablo antes – y nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión – cerro lo boca, resignándose de una vez a que no la acompañaría – Esto solo corresponde al castigo que te impongo por haber salido sin mi permiso del Santuario
    - Dígame en que consistirá la sanción por haberlo suplantado
    La caja dorada que albergaba el ropaje de Escorpión apareció a un lado de Shion. Milo se le quedó viendo consternado, no tenía ni la menor idea en que podría consistir ese castigo
    - Serás un soldado por un mes – anunció Shion, Milo no podía creer lo que escuchaba – considerando lo orgulloso que eres, sé que la idea no te agradará en lo absoluto… vestirás, dormirás, comerás… serás un soldado en todos los sentidos – de pronto, una descarga eléctrica recorrió el cuerpo del santo dorado que ahí se encontraba – incluido el cosmos… no podrás usarlo durante este mes.
    Milo no sabia ni que decir al respecto… pero sabía que se lo merecía… mas no se arrepentía; de hecho volvería a hacerlo si pudiera. Decidió guardarse esos pensamientos en la cabeza o podría ser peor de lo que ya era.
    - El soldado Aniketos te indicará donde dormirás y que lugares vigilaras; cualquier duda le preguntaras a él… puedes retirarte.
    Milo hizo una reverencia y se levantó. Cuando ya se iba a dar la vuelta para irse, una duda lo embargó.
    - Santidad… ¿Quién es el soldado Aniketos?
    - Es el que esta aquí afuera, el te dirá todo lo que tendrás que hacer; será tu superior… y Milo
    - Dígame, santidad…
    - No quiero quejas tuyas o aumentare el tiempo
    - No las habrá, santidad… con su permiso – hizo una vez más una reverencia y salió.
    Al estar fuera, Aniketos se le acercó
    - ¡Sígueme! – dijo, aunque bien podría haber pasado por un grito
    - Este será un mes muy largo – murmuro Milo abatido y lo siguió

    Dos horas después, Milo logró escabullirse de Aniketos y se fue a la fuente a visitar a su amiga… aunque antes entro a ver que tal estaba Aioria, pero lo encontró dormido. Al abrir la puerta vio que también estaba dormida.
    - Te tardaste… - dijo cuando Milo ya estaba cerrando la puerta
    - Creí que estabas dormida – dijo mientras abría de nuevo la puerta, y se acercó a ella – Lo siento pero tuve un retraso…
    - No te preocupes… ¿te pasa algo?, te noto algo… diferente
    - En dos días te iras de aquí
    - ¿A Milos?
    - Si… pero no podré acompañarte, lo siento
    - Te volviste a salir del Santuario sin permiso y te castigaron… no tienes remedio, Milo – Milo se rió un poco
    - No, no lo tengo – hubo un momento de silencio – No me lo vayas a tomar a mal, pero creo que es lo mejor para ti
    - Yo también lo creo… no me siento cómoda, ¿sabes? Y aparte odio usar máscara… no nací para vivir en el santuario – ambos sonrieron
    - Es bueno saberlo
    El silencio volvió a adueñarse del lugar por un momento. Nira se levantó y después se impulsó hacia atrás para recargar la espalda en la pared. Hacer eso le costo trabajo.
    - La enfermera dice que tengo dos costillas rotas pero que no me preocupe por eso, que no es grave… ¡pero como molestan!
    - ¿Te sentirías mejor si salimos a respirar aire fresco?
    - ¡Por supuesto!
    Milo le tendió una mano que la chica gustosa tomó, y se ayudó de ella para sentarse en el borde de la cama. Se sorprendieron al ver que la pierna derecha de Nira estaba vendada y se rieron; Nira porque no sabia que tenia una pierna vendada y Milo porque ella no se había dado cuenta. Milo se situó al lado izquierdo de la chica y Nira se afianzo de su hombro, deslizándose poco a poco hasta que su pie sano tocó el suelo. Se enderezó y lentamente fue apoyando el otro pie. Hizo una mueca de dolor, pero, al ver la cara que él había puesto, le dijo a Milo que todo estaba bien, al parecer no era mas que una falseada o una torcedura que se había hecho al caer (ella creía que había caído, otra vez, por una alta pendiente). Él le preguntó si podía caminar y Nira muy segura respondió que si. Aun así, Milo le ofreció su brazo derecho para que se apoyara y lastimara menos. Cuando estuvieron en la puerta de la habitación, Milo le susurró al oído:
    - Y no es enfermera… es sacerdotisa
    Y se echaron a reír

    Aioria se despertó por producto de los dos jóvenes que se encontraban sentados en la pequeña escalinata de la fuente. Al querer incorporarse sobre la cama, se dio cuenta de que ya no tenía clavadas las agujas por las que le suministraban la sangre; en vez de eso solo tenía cinta adhesiva especial para pequeñas y leves heridas en la parte posterior de la muñeca izquierda. Una nueva tanda de carcajadas llamaron su atención. Se le hicieron conocidas pero no estaba del todo seguro, así que decidió ir a ver y saciar su curiosidad. Tuvo algunas molestia en la espala al caminar pero nada mas, la herida que Lunye le había hecho le estaba empezando a arder. Abrió la puerta lentamente para no hacer mucho ruido y evitar ser descubierto. Grande fue su sorpresa al ver a Lunye riéndose como loquita, jamás, desde que la conoció en Alfeiós, se la imaginó riéndose como lo estaba haciendo en ese momento. Entonces cayó en la cuenta de que no era más Lunye, sino la gran amiga de Milo, Nira. El caballero del Escorpión le estaba platicando algo, seguramente una de sus tantas anécdotas (Milo tenia muchas, seguido se metía en problemas por su gusto a romper algunas reglas). Cuando terminó de contarle, Milo se unió a ella en las carcajadas. Aioria ya tenía mucho que no lo veía reírse de esa manera, con ese ímpetu y sinceridad. Se llegó a preguntar inclusive si ya habría ido con el patriarca, pero con el solo hecho de verlo dedujo que no, o de lo contrario estaría mas serio. El santo de Leo se dispuso a entrar de nuevo a su habitación cuando…
    - Veo que ya despertaste… ¿o te despertamos? – comentó Milo animado, Aioria se acercó a ellos
    - Me despertaron – respondió fingiendo estar enfadado
    - Lo sentimos, no era nuestra intención – se disculpó Nira
    - No te disculpes, el minino ya había dormido mucho inclusive para ser un felino – bromeo Milo
    - Mira quien habla, aquel a que si no lo despierta alguien, dormiría todo el día y solo despertaría para darse cuenta de que ya es hora de dormir otra vez.
    Milo y Aioria se quedaron viendo, enojados, aunque en realidad no lo estaban. Nira se les quedó viendo a ambos y después comenzó a reírse. Los dos caballeros la miraron por un momento y la acompañaron en las risas
    - ¡MILO! – grito alguien muy molesto en las inmediaciones de la fuente. Los tres dejaron de reírse y voltearon hacia el dueño de la voz. Milo se asustó al verlo y se levantó
    - Lo siento, pero tengo que irme, bella dama – dijo fingiendo ser un príncipe o alguien de la realeza, tomo a Nira de la mano sana con delicadeza, y se la besó – nos vemos mañana
    - Hasta… mañana – respondió ella sin entender que pasaba. Milo se dirigió corriendo a quien le hablaba
    - ¡Ayúdala a entrar a su habitación cuando ella quiera, Aioria! – gritó estando a medio camino
    - ¡Si! – Respondió Aioria - ¡No te preocupes!
    - ¡¿Acaso te di permiso de venir aquí?! – escucharon al tipo gritarle mientras se alejaban
    - No
    - ¿Quieres que le diga a su Santidad?
    - ¡No!... no volverá a pasar, Aniketos
    - ¡No me tutees! – Aniketos le dio un golpe en la cabeza - ¡Harás guardia esta noche en la entrada principal! – lo sentenció
    Desaparecieron de sus vistas entre los árboles de la Fuente. Nira miraba por donde se habían ido sorprendida, sin entender nada de nada. Aioria tenía una idea y por eso se reía. La chica volteo a verlo.
    - ¿Tu sabes que es lo que esta pasando?
    - No exactamente pero tengo una idea – Nira seguía mirándolo desconcertada, su mirada le exigía que fuera mas especifico y Aioria se dio cuenta de eso – seguramente hizo algo que molestó al patriarca… y debió haber sido algo grave para que lo bajara de rango – Nira estaba asustada, se estaba imaginando lo peor – pero no te asustes, él ya te dirá con calma que fue lo que pasó… y si estaba tan de buen humor no debe de ser tan malo como suena
    - Puede… puede que tengas razón – intentó sonreír pero solo logró formar una sonrisa demasiado forzada que desapareció en un instante, y volteó al suelo. Aioria se sentó a su lado
    - No creo que sea para siempre, debe ser temporal
    - Solo espero que no haya sido culpa mía
    - No, ese hombre es un maestro para meterse en problemas y no necesita ayuda de nadie para eso – intentó consolarla con esa mentira, el comportamiento de la chica le indicaba que Milo no le había dicho nada y no quería se él el que se lo dijera
    - ¿Tu crees?
    - Si, así que quita esa cara de preocupada que tienes que lo que le pasa al alacrán no es nada grave, y no creo que hayas tenido nada que ver en eso – Aioria le guiño el ojo y Nira sonrió, agradecida.
    Se quedaron ahí, hablando, hasta que empezó a oscurecer. Aioria le había platicado sobre su “misión” a una isla griega del mar Jónico, Kefalonia (ella le había preguntado que le había pasado y no le había quedado de otra mas que mentirle; mañana buscaría a Milo temprano y le diría todo. Solo esperaba estar haciendo lo correcto).

    Al día siguiente, antes de que saliera el sol, Milo escuchó de Aioria lo que habían platicado él (Aioria) y Nira la tarde anterior, justo después de que Milo se había ido. El ahora soldado del Sanitario le agradeció el detalle de no decirle nada sobre lo ocurrido a la chica de rojos cabellos. Al mediodía, Milo fue a la fuente a visitarla, aprovechando que tenía una hora libre. Cuando llegó la vio sentada en las escaleras y no pudo evitar sentir que eso ya había pasado. De hecho, volteo espontáneamente hacia atrás esperando ver a Ioanni, pero de antemano sabia que ella no estaría allí. Se volvió hacia Nira y camino rumbo a ella. Mientras se acercaba se dio cuenta de que la venda de la cabeza y el cabestrillo habían desaparecido, y lo mismo sucedió con el vendaje de la pierna. No cabía duda de que la Fuente Athena era un lugar mágico. Nira lo vio acercarse y lo saludo con la mano y su ya característica sonrisa. Durante toda esa hora platicaron largo y tendido. En esa ocasión, Milo le platico sobre lo sucedido hacia aproximadamente seis meses, la matanza de las amazonas, el rapto de Athena, y la pelea contra los bersekers, los heraldos y por ultimo contra el dios Ares. Se lo contó todo tal cual, aunque claro, omitió ciertos detalles: Lunye no era pelirroja sino que su cabello era negro, el color de sus ojos eran verdes y no negros, y por supuesto, la espada que ella navegaba no era Elliniká sino otra de la que, según él, ya no se acordaba si tenia algún nombre o no. Con respecto a la estadía de los berseker, le dijo que solo se habían estado ahí unos días y después habían desaparecido, sin que él supiera nada de ellos desde entonces. Nira no dudo de ni una de sus palabras, nunca sospechó que algunos detalles eran mentira, su confianza en él era admirable y es que nunca le había dado motivos para no creer en él. También le dijo que el patriarca ya se había artado de sus constantes salidas furtivas del Santuario y como ninguno de los castigos ya antes puestos no parecía hacerlo entrar en razón, decidió ponerle uno en el que hiriera su orgullo – y de que manera, su orgullo de caballero dorado había quedado por los suelos, pero el tenerla en frente hacia que no le importara tanto como sucedería días después de su partida –. Comieron juntos y después, él se fue a seguir vigilando la entrada principal del Santuario como un soldado más.

    Dos días después de la pelea entre Aioria y Lunye, Nira se preparó para irse del Santuario. Milo había ido por ella a la Fuente y la había acompañado hasta la salida.
    - Hasta aquí llego yo – dijo Milo cuando estuvieron frente a la colosal entrada del Santuario
    - Es una lastima que no puedas venir conmigo, será un viaje muy largo y aburrido
    - Lo sé… pero si te sirve de consuelo, el viaje es más rápido que hace cuatro años
    - Ya lo creo… pero aun así, se me hará largo, muy largo
    - Cuídate mucho, ¿quieres?
    - Claro, no te preocupes… y tú, ya no te escapes del Santuario
    - Lo intentare – se dieron un abrazo de despedida – te voy a extrañar mucho
    - Yo también te voy a extrañar mucho, Milo – se soltaron y se voltearon a ver. Milo le tendió un sobre a Nira
    - Dale esto a mi maestro cuando llegues, dile que es muy importante que lo lea en cuanto le llegue – Nira lo tomó. Para Milo, no había necesidad de decirle que no lo abriera, sabía que aunque la curiosidad por saber que decía la carta la carcomiera, jamás lo leería sin su consentimiento
    - Lo haré – Le dio un beso en la mejilla (para eso se había tenido que poner de puntitas y apoyarse en los hombros de Milo) – nos vemos pronto
    - No creo que… - Nira lo calló al ponerle un dedo en la boca
    - Déjame creer que puede ser pronto, ¿te parece bien? – Milo sonrió y Nira quito su dedo de donde lo tenía
    - Nos veremos pronto
    Se volvieron a abrazar por unos segundos y después, ella salió para siempre del Santuario. Milo solo observó melancólico como ella se alejaba y volteaba de vez en cuando hacia atrás. Cuando hubo desaparecido de su vista, se dio media vuelta, respiró hondo, y siguió con su aburrida labor como soldado.

    El viaje efectivamente se le había hecho muy aburrido y muy largo. Nira había querido entablar en vano una conversación con el soldado que la acompañaba pero había resultado ser muy serio. Se sintió aliviada y feliz cuando por fin, después de cinco largas horas, divisó la isla a lo lejos. Al llegar a la playa se bajo rápidamente de la lancha que la había llevado desde el pequeño barco, y antes de salir corriendo rumbo a la casa, le agradeció al soldado por traerla hasta ahí. En un par de minutos la divisó y acelero aun mas el paso. Al llegar, toco la puerta y espero impaciente a que Andro abriera
    - ¿Quién? – Lo escucho preguntar al otro lado de la puerta, pero ella no respondió, y volvió a tocar - ¿Quién? – sonó un poco molesto. Nira volvió a tocar, tenia una enorme sonrisa dibujada en su rostro – Deacon, si eres tú ya sabes que está… - Andro abrió la puerta y quedó boquiabierto al verla
    - ¡Andro! – exclamó ella feliz mientras se abalanzaba hacia él y lo abrazaba
    - ¿Nira? – Dijo Andro incrédulo y emocionado - ¡Oh! ¡Nira! – Le correspondió el abrazo - ¡estás bien! ¡No tienes una idea de cuanto te extrañé!
    - ¡Yo también te extrañé mucho!... por cierto – se separaron, Nira le tendió el sobre a Andro y éste lo tomo algo inseguro
    - ¿Y esto?
    - Te lo manda Milo… dice que es muy urgente que lo leas antes que nada
    - ¿No sabes de que trata? – pregunto mientras abría el sobre y desdoblaba la hoja
    - No… ¿puedo pasar?
    - ¿Que pregunta es esa?... claro que si, esta es también tu casa, no tienes que pedirme permiso para eso – Nira solo se rió y entró, dejando solo a su maestro
    La carta que Andro leía era en si una disculpa. Milo le decía en ella que no había podido ir por causas de fuerza mayor, que lo disculpara por eso – Andro supo de inmediato que esas “causas de fuerza mayor” tenían un nombre… Shion, el patriarca del Santuario –. También le explicaba la situación de Nira, como es que había recuperado la memoria y lo que él le había dicho sobre esos cuatro años que ella no recordaba. Le pidió de favor que él, Andro, tampoco le revelara que había hecho porque el saberlo la destrozaría y la perturbaría por el resto de su vida
    - Ay, Milo – había murmurado al leer esa parte
    También le pedía que le dijera a Deacon que se olvidara del nombre “Lunye” y que por ninguna razón se le ocurriera llamarla así. Lo que Milo no sabía era que Deacon tenía una pésima memoria, y aunque se acordaba de ella, del nombre no; así que de eso, Andro ni se preocupó. Ya por ultimo le volvió a encargar no decirle nada a Nira de esos cuatro años, volvió a disculparse por no haber ido y también se disculpó por haberle mentido a Nira, pero para él eso había sido lo mejor – y para Andro también, aunque no inmediatamente, sino después, cuando lo pensó mejor –. Le mandaba saludos, le encargaba que se cuidara y la cuidara a ella, y cualquier cosa que pasara le avisara y que no esperara hasta que se viniera lo peor. Al terminar de leerla, la dobló como estaba y la guardó de nuevo en el sobre. Entró a la casa y desde entonces, todo volvió a ser como antes de que Nira partiera al Santuario, cuatro años atrás.


    30 de diciembre del 2005 (11 de enero del 2006) - 10 de julio del 2007(18 de Julio del 2007)
    --------------------------------------------------------------------------

    *Kefalonia: Prefectura insular del noroeste de Grecia en el centro del Heptonesos o Islas Jónicas, le da su nombre la isla de Kefallinia, más conocida en español con el nombre de Cefalonia. Tiene una superficie de 904 km² y unos 35.000 habitantes.

    *Las fechas que aparecen al final corresponden al dia en que inicié a escribirlo y el dia en el que lo finalicé respectivamente, y las fechas entre parentesis cuando comencé y terminé de publicarlo aqui (N. de la A.)
     
  9.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Bien capitulo 40 !!!!
    ffice:office" />http://foro.cemzoo.com/ />



    <FONT face=Trágico capítulo, a Andro doler cabeza. Lunye tiene un extraño sueño.

    Ahora que irán a hacer los cuatro, Ioanni, Skyler, Saga y Kamus? Destruirán la islta.

    Llama la atención que Nithael no opusiera resistencia al ataque de Milo, ya que Nithael es un berserker bastante fuerte.

    Eh cuando Milo ataca tiene su armadura ?

    Lunye reclana el alma de Nira ?
    Bue a leer el 41 proximo que se viene, Saludos Nirizna Venusiana!!!
     
  10.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Bien al fin sano esparcimiento, tranquila recreación.

    41 Review!!!!!!!!!!!


    Batalla a puñetazos entre Milo y Saga. Realmente no me esperaba que Andro tuviera un bloqueo mental. Y los otros caballeros volvieron al santuario?

    Pero bueno Milo se sentia culpable, pero toda la culpa la tiene Nithael malo.


    42 Valla era largo.

    Comentario. Milo y Nira se van al los setecientos metros de altura del monte Profitis llía. Yep, me gusto la historia de los dioses (uno Ares el otro era un semidiós Kythnos), aunque Kythnos le dio pelea.

    Desde allí a la historia aterradora de los escorpiones al tratar de buscar Elliniká, y ya espero Nira (Maki, escritora) que no le tienes miedo a esos arácnidos, aunque tener de esos por todo el cuerpo y la cara no ha de ser nada divertido. Luego vuelven al santuario y se escabullen hasta llegar hasta el gran templo del escorpión. Eh Camus baka, te olvidaste de decirle que podía volver cuando quisiera a Milo de la isla. Y de allí al triste final (por ahora), de que Nira sniffffff, se va del santuario. Adonde ira?

    Saludos Makiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

     
  11.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    256
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Ikki!!!!

    <FONT face=Arial color=blue>xD, claro que no iran a destruirla. Cuando Milo atacó a Nithael no tenia la armadura puesta y Lunye no reclama el alma de nira o_o, solo reclama sus recuerdos.

    <FONT size=3><FONT face="Times New Roman" color=#9932cc>
    <FONT face=Arial color=blue>Yeah!!! con respecto al bloqueo de Andro... Mission Acomplesh :cool: . Si, Camus y Saga regresan al Santuario.
    <FONT face=Arial color=blue>
    <FONT face=Arial color=blue>Que bien que te haya agradado mi mito inventado de la isla *-*. Si les tengo miedo y mucho, aunque el animal en si me gusta mucho, pero solo de lejos y a sabiendas que no me va a picar ^^U; y no, yo tambien supongo que tener escorpiones por todo el cuerpo no es para nada divertido x_x. Bueno, despues de semejante pelea entre dos de sus compañeros es algo comprensible que se le haya olvidado ese pequeño pero importante mensaje del patriarca a Milo xD, aunque si, pobre Milo ^^U. A donde se fue Lunye... por ahi xDDD
    <FONT face=Arial color=blue>
    <FONT face=Arial color=blue>Muchas gracias por leer y comentar :D :D, ya casi lo terminas :D
    <FONT face=Arial color=blue>
    <FONT face=Arial color=blue>Me despido
    <FONT face=Arial color=blue>
    <FONT face=Arial color=blue>:milo: :milo02: :milo03: :gatito:
     
  12.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    43 Review !!!

    Yatzin al fin se vuelve caballero femenino

    Eh de picnic los caballeros no esta mal salir de vez en cuando, Afrodita tienen buenas ideas.

    Que a Lunye se le ocurre que le peguen con un tubo en la cabeza !!!!!! JAJAJAJAJAJAJ

    Oh el enfrentamiento con Aioria estara difícil. Suspenso………..

    Que lugar horrendo los calabozos, para no quedarse.

    Y le dio un beso a Milo, esto ya es hentai, jajajjajajjjaj


    Saludos Makiiiiiiiiiiiiiiiiiiii !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

     
  13.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    44 Review
    Pelea agitadisima entre Aioria y Lunye.:hacha:
    http://foro.cemzoo.com/ />

    <FONT face=<font size=" /><FONT color=darkorchid size=4>
    <FONT face="Times New Roman" color=darkorchid size=4>Que mas da, que Milo es medio raro solo darle un beso a Lunye en todos estos años, HA, eso es por tratar tan mal, al pobresito de Aioria, que es uno de mis preferidos.:P
    <FONT face="Times New Roman" color=darkorchid size=4>Bueno ahora:dormir: Lunye o Nira despertará, a ver que pasa.
    <FONT color=darkorchid size=4>
    <FONT face="Times New Roman" color=darkorchid size=4>Chao Maki !!!!!!!!!!!!!!:bounce:
     
  14.  
    Nira

    Nira Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    19 Agosto 2005
    Mensajes:
    136
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
    Total de capítulos:
    108
     
    Palabras:
    211
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Jajaja, es que la pobre chica ya esta desesperada por recordar, asi que cualquier metodo suena bien para ella xD, aunque era obvio que Milo no iba a aceptar semejante propuesta xD.

    Que Hentai ni que nada... ya hacia falta ese beso, que no? xD...

    Reñidisima, me esmere mucho en esa pelea, queria que fuera sumamente intensa y creo que lo logre =D.

    No tenia tiempo para darle mas besos apasionados a Lunye *-*, jajajajaja xD... ahh, tenia muchas ganas de escribir ese beso, se habia tardado demasiado *-*

    Quien despertara... eso lo sabras en el siguiente capitulo *perverso*

    Muchas gracias por leer y comentar Ikki!!!... ya solo te falta uno para terminarlo!!!! :eek: :eek: :eek:

    Me despido
     
  15.  
    Ikki

    Ikki Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Mayo 2005
    Mensajes:
    145
    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Este ha sido uno de los mas lindos capítulos que he leído a pesar de ser el último. Me esperaba algo mas triste, pero me reído mucho con el mentiroso de Milo, como lo bajaron de rango su discusión con Aniketos y Aioria. Este sin duda ha sido un final feliz y quiero evitar emocionarme como un lloron xD. Ahora extrañaré los capítulos pero estoy contento de haberlo leído y terminado sin dejarlo a la mitad. Gracias Nira por todas las horas que le dedicaste al fic, ha sido uno de los mejores que he leído eres una excelente escritora. [/IMG]
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso