LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Nira, 11 Enero 2006.

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    Nira

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    :gato01:

    O.O, primera vez que no recibo un comentario en este fic :eek:... u.u. En fin, aqui les traigo el siguiente capitulo, no olviden colocar sus comentarios u.u
    --------------------------------------------------------------------------

    CAPITULO 38: TIEMPO DE CALMA

    [FONT=Geneva, Arial, Sans-serif]- ¿Qué pasa?
    Milo se encontraba viendo extrañado a la chica desde el muelle, frente al pequeño barco que los llevaría a Milos. Lunye se encontraba parada viendo algo asombrada el transporte que los conduciría por el mar Egeo hacia su destino, aunque también se le notaba algo insegura
    - Nada… creo – contestó y siguió caminando hacia el barco
    Afortunadamente para el caballero de escorpión (y sus compañeros) la relación con la exberseker se había calmado bastante, ella ya no se mostraba tan fría y hasta había comenzado a contarle unas cuantas cosas sobre sus cuatro años de vida en el monasterio. Esa magnifica situación comenzó a producirse desde el incidente en la fuente y de eso ya habían pasado dos días. Al día siguiente Milo se había despertado al sentir una sabana sobre él y grande fue su sorpresa al ver a Lunye parada a su lado con la sabana aun en sus manos (se había quedado dormido sin darse cuenta, hincado en el suelo y la cabeza apoyada en sus brazos cruzados sobre el borde de la cama). Cuando la chica se percató de que había sido descubierta soltó la sabana y le dio la espalda para así ocultar su rostro sonrojado y lleno de pena y sorpresa. Unos minutos después, entre los dos arreglaron el desastre del día anterior sin decir una sola palabra de lo sucedido, aunque Milo estuvo tentado a decirle, en varias ocasiones, que ella solía arroparlo cuando lo veía dormido en otro lugar que no fuera la cama pero no lo consideró apropiado para ese momento, no quería arruinar esa tranquila atmósfera que envolvía la habitación. Cuando terminaron, Milo dijo que se iría dormir a su templo porque extrañamente tenia mucho sueño y en los últimos días sentir sueño era casi un privilegio para él así que aprovecharía esa grandiosa oportunidad que su cuerpo le proporcionaba. Fue hasta el día siguiente que le preguntó si quería ir a Milos con él
    - Velo como una posibilidad de que recuerdes si vas para allá – le había dicho con tono persuasivo
    - Ya he ido y no recordé nada, ni siquiera sentí que ya hubiera estado ahí antes – respondió ella pesimista y sin voltearlo a ver
    - Eso fue porque no fuiste al lugar correcto – Lunye volteó a verlo y Milo le guiñó un ojo
    Y con ese simple comentario la había convencido de ir, de hecho había sido aun más fácil de lo que él mismo esperaba. Esa misma tarde había ido con el patriarca para avisarle que zarparía a Milos mañana con Lunye y Shion vio una gran mejoría en él, ya estaba volviendo a ser el mismo de antes, solo esperaba que en la isla no pasara algo que lo volviera poner mal, no por Lunye sino por Andro que algo estaba ocultando y ambos (Shion estaba seguro de que Milo pensaba igual) sabían que podría ser algo grave.
    Lunye apenas se había subido al barco cuando Milo diviso no muy lejos de ahí a su madre dirigiéndose hacia ellos. Milo tomó a Lunye de la muñeca y se la llevó al otro lado del bote sin darle ninguna explicación.
    - ¡Creí que te habías ahogado! – gritó Clío pero Milo la ignoró mientras que Lunye la volteo a ver algo consternada por el comentario. Pronto desaparecieron de su campo visual y Milo la soltó
    - Lo siento – se disculpó el caballero
    - ¿Quién era ella? – preguntó Lunye sin prestar atención a su disculpa
    - La loca de mi madre, si es que se le puede llamar así a una mujer como ella – Milo caminó hacia la barandilla del barco y se puso a ver el mar, pensativo – la ultima vez que fui a la isla también me la topé – comenzó a reírse con esa risa que suele dar cuando pasa algo incomprensible no muy doloroso como para llorar mientras que Lunye lo miraba azorada. Ahora que lo observaba bien se percató de que se veía mucho más relajado y descansado haciéndola sentir eso mejor. El barco comenzó a moverse
    - Si quieres puedo encargarme de ella en este momento – dijo con tono sarcástico mientras se situaba a su lado aunque a diferencia de él, ella le daba la espalda al mar. Milo volteo a verla y por un momento se quedaron mirando, el con una pequeña sonrisa pero ella no sonreía aunque no por eso se veía demasiado seria sino que en sus ojos se veía una chispa de complicidad divertida
    - Me encantaría verte sonreír de nuevo, Nira – pensó y volvió desviar la mirada al mar. Lunye hizo lo mismo
    - Llegaremos a Milos alrededor de las diez de la noche – anunció un soldado que resultó ser el mismo que había acompañado a Milo cuando este había ido a avisarle a Andro que Nira había aparecido, pero él no se dio cuenta, en esa ocasión no estaba de humor como para fijarse en los rostros de las personas
    - Gracias – respondieron los dos al mismo tiempo y se voltearon a ver pero ninguno rió
    - Señor, señorita – dijo el soldado, hizo una pequeña reverencia y se fue
    - Nunca antes me habían hecho un reverencia – dijo Lunye algo sorprendida
    - Yo ya estoy acostumbrado a ellas – dijo Milo soberbio solo para ver si se reía o cuando menos sonreía pero de antemano ya sabia que eso no iba pasar

    Ya eran las doce del medio día y en el Santuario, exactamente en el Coliseo, los caballeros dorados se habían vuelto a reunir aunque esta vez no había sido planeado. Todos habían decidido ir a entrenar un momento por la mañana y, hasta ese momento del día, ninguno se había visto, excepto Mu y Aldebarán que solían ir juntos a entrenar.
    - ¿Supieron que los berseker escaparon? – preguntó Mascara Mortal de Cáncer para dar inicio a la conversación
    - ¿Todos? – preguntó Aioria
    - Creo que si, cuando me entere fui a ver y no vi a ninguno
    - Rayos – murmuró Aioria molesto pero nadie lo escuchó
    - Solo se fueron dos – dijo Camus – Lunye fue con Milo a Milos
    - ¿Cómo lo sabes? – preguntó Afrodita
    - Milo me dijo ayer en la noche que saldría hoy a la isla con ella así que solo se escaparon Ioanni y Skuler
    - ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si ella también se hubiera ido? – preguntó Shura
    - No – respondieron todos al unísono
    - Creo que no saldría de su templo ni aunque la misma Athena se lo ordenara – dijo Mu
    - No creo que llegaría a tanto… ¿o si? – dijo Aioros inseguro
    - Puede que si pero la verdad me alegra bastante ya verlo mejor – dijo Camus
    - Ayer me sorprendí mucho cuando lo vi entrar aquí – dijo Saga
    - Y no solo a ti – dijo Aldebarán y se produjo un momento de silencio
    - Creo que lo que pasó en la Fuente ayudó a que ella confiara mas en él – reflexionó Shaka, rompiendo el silencio
    - Lastima que el patriarca no nos dejara escuchar todo – se quejó Aioros, para sorpresa de todos pero estuvieron de acuerdo
    Cuando Shion había escuchado a Milo decirle a Lunye que confiara en él, ordenó a todos (sacerdotisa y bersekers también incluidos) que se alejaran de la puerta porque lo que ella dijera tendría que quedar entre ellos dos (y le hubiera gustado decir <<y él>> pero no lo consideró justo para los dos que se encontraban dentro de la habitación). Durante media hora se quedaron sentados, regados por toda la fuente – pero no muy lejos de las habitaciones –, esperando a que el patriarca dijera que ya podían volver a espiar detrás de la puerta. Inclusive, de lo aburrido y enfadado que se sentía, Afrodita había intentado iniciar una conversación con Ioanni pero la exberseker de Valles Marineris lo ignoró cruelmente y el caballero se tuvo que ir a sentar a otro lado por lo incomodo (y estúpido) que se sentía aunque Shura, Saga y Camus no lo hicieron sentir mejor sino todo lo contrario. Después de esperar por treinta minutos, posiblemente un poco más, Shion se levantó y les dijo que se quedaran en donde estaban, <<es una orden>> y entró, aunque no había estado mucho tiempo antes de salir. Y sin decir porque, les ordenó a los dorados que lo acompañaran a la salida y de ahí se fueran a donde quisieran excepto regresar a ese lugar, cuando menos por el resto del día – que de hecho ya no faltaba mucho para que se terminara puesto que el sol se había ocultado hacia poco menos de una hora –.
    Todos se quedaron pensativos, agradecidos, porque, al parecer, Milo ya había salido de esa horrible pesadilla que lo tenia tan mal y no habían tenido que arriesgar su vida para hacer entrar en razón a Lunye de que intentara de ser menos fría con el caballero. Pero aun había algo que los preocupaba: la carta, o mejor dicho, Andro, el maestro de Milo… y de Nira. Y Camus fue quien les metió esa preocupación ese día, al decir un pensamiento en voz alta
    - ¿Qué puede ser tan importante para él como para no haber venido a verla? – se preguntó, extrañado. Sus compañeros voltearon a verlo, intrigados
    - ¿De quien hablas, Camus? – preguntó Dohko
    - ¿Eh?... – respondió confundido, no se había dado cuenta de que había pensado en voz alta
    - ¿En quien estabas pensando? – pregunto Shaka
    - En el maestro de Milo, en que le había dicho en una carta que no podía venir a verla porque tenía cosas importantes que hacer, pero – Camus hizo una pausa para ordenar las ideas – no me parece lógico – finalizó casi en un susurro
    - ¿venir a ver a quien?... ¿Por qué no te parece lógico? – preguntó Aioros
    - A Nira… él también era su maestro y según me ha dicho Milo la quería como a una hija, por eso no me parece lógico… ¿Qué clase de padre tendría algo mas importante que sus propios hijos?
    - ¿Estas pensando en que puede ocultar algo… algo grave? – preguntó Aioria
    - Si… y temo que Milo también piensa lo mismo
    - Si no es una cosa es otra – dijo Mascara Mortal
    - Definitivamente este no es su mejor momento – dijo Saga decepcionado mientras meneaba la cabeza

    Durante el viaje de Atenas a Milos, el caballero le había estado platicando sobre su infancia antes de llegar al Santuario (a diferencia de la primera vez que se la había contado, doce años antes, esta vez lo hizo mas relajado). Lunye había estado escuchándolo atenta y sorprendida. Después de que terminara solo intercambiaron frases cortas pero se la habían pasado juntos todo el trayecto. Pero el momento mágico, según Milo, fue cuando vieron el atardecer porque le había parecido verla sonreír aunque muy posiblemente se trató de un efecto de la luz y de las sombras. Ella efectivamente si había sonreído, por un breve instante, pero de eso Milo nunca estaría seguro. Cuando divisaron la isla (una mancha oscura bajo la plateada luz de la luna casi llena) ambos pasajeros dieron un suspiro y se voltearon a ver, dudosos de lo que pudiera pasar en esa isla, preguntándose uno al otro si daría resultado o no, si todo seguiría igual o ella recordaría algo. Una vez estando en tierra firme, Milo comenzó a caminar creyendo que Lunye lo seguía pero fue después de varios pasos cuando se dio cuenta de que no era así y se giró a mirarla y se sorprendió un poco al verla parada en el mismo lugar.
    - ¿Pasa algo, Lunye? – preguntó Milo preocupado y desconcertado pero Lunye solo se limitó a seguir viendo la arena de la playa que se veía blanca a causa de la luna - ¿Lunye? – su corazón comenzó a latirle con fuerza, podía sentirlo casi a punto de salirse de su pecho y la idea de que ella hubiera recordado todo le cruzó por la mente. Estaba a punto de llamarla por su verdadero nombre cuando ella levantó la cabeza y lo miró algo aturdida
    - ¿Me hablaste? – Milo tardó un poco en reaccionar, la idea que había surgido desapareció de golpe y su ritmo cardiaco fue estabilizándose poco a poco. Ella no había recordado nada, seguía teniendo la misma mirada tal vez un poco aturdida, confundida ¿y triste? Pero nada que ver con la dulce mirada que ella solía tener cuando el entrenaba en esa isla
    - Si… ¿esta todo bien? – Milo se acercó a ella. Lunye volvió a mirar la arena
    - No – confesó Lunye y miró a Milo a los ojos – nada esta bien… - caminó cinco pasos al frente para darle la espalda al caballero - me siento nostálgica y ni siquiera se porque; como cuando te vi la primera vez – el comentario sorprendió a Milo quien no pudo ocultarlo
    - ¿Después de despertar en el Santuario?
    - No – Lunye se volteo a verlo – en el monte Himeto…
    [/FONT]
     
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    Icaro

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    muy buena la conti, que tristeza que no me di cuenta el anterior capitulo, perdona por no haber posteado;_;

    Ojala le sigas luegito :)
     
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    Liimatainen

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Hola!!

    Nira... [si, mejor empiezo a llamarte así de una vez xD] lamento mucho no haberme pasado antes por aquí... ToT... soy una irresponsable por no haber leído antes tu fic... pero bueno, tú sabes que no podía hacerlo, son mis rachas extrañas, jaja xD

    Muy buenas actualizaciones... como siempre ambas me encantaron. Amé eso de que al fin Nira se estuviese acercando un poco más a Milo, esperemos que ya pronto pueda recordar, eso los haría muy felices a ambos... y a los lectores también ^^.
    ¿Qué podrá ser lo que oculta el maestro de Milo? Wow... me mata la intriga por saberlo... tienes que ponerlo pronto *-*

    Bueno, te dejo. [Lamento mi poca inspiración para el post... ¬¬ x.x]

    Cuídate mucho chica,
    bye, bye x)!
     
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    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Paso a saludar, para que veas que me acuerdo de mi querida Maki !!!

    Me muero de ganas de leer el 35, me falta, habra que ponerse al dia, que bueno. Esta hasta el 38 droga adictiva, (en que nos has convertido).
    ByE
     
  5.  
    Nira

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Muchas gracias por los comentarios, me alegra mucho saber que los capitulos les han gustado *-*. Por lo pronto sigo escribiendo el capi 39, va lenton pero ahi va :gato02: , espero tenerlo listo para la semana que entra. Y otra cosa, de ahora en adelante sere Nira y ya no VenusdeMilo xD jejejeje.

    Icaro: Que alegria es leerte de nuevo aqui en el fic :gato15:, yo pense que ya se te habia olvidado :gato05:

    Liimatainen: Jajaja, me gustó mucho tu comentario asi que por eso ni te preocupes, y si, tus rachas esas son medio extrañas o.o jejeje xD

    Ikki: xD, los he convertido en unos adictos a mi fic *perverso* tiene dosis pequeñas de droga escrita para que lo lean y lo lean sin cansarse *perverso* muajajaja. Y si te mueres de ganas de leer el capi 35, ¿porque no lo lees? :gato04: :confused: . *-*, me alegra que te acuerdes de mi y de mi fic *-*.

    Me despido
    :milo: :milo02: :milo03: :gatito:
     
  6.  
    Liimatainen

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Hola!!

    De nuevo reportándome a la discución ^^

    Que bien, me alegro mucho que la inspiración volviese... me muero por leer la próxima actualización... en serio *-*!!



    Jajaja, ni que lo digas, si que lo son... supongo que son etapas depresivas que me dan... x.x algo raro en mi [si como no :o ]

    Cuídate mucho ^^

    Bye, bye
     
  7.  
    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Saludos Nira, ya seguire leyendo. Esta bueno.
    Y somos adictos, inevitable, hasta me los guardo para leer como un tesoro.
    Y siempre los tengo ordenados a los capitulos en el DVD, jajaj.
    Nos vemos Maki !!!!!!
     
  8.  
    Icaro

    Icaro Iniciado

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Nu ;_; como se te ocurre, solo que anduve en otros lares, pero no se me olvido :F
     
  9.  
    Ikki

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    Acuario
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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    saludos Nira, apenas me acostumbro a tu nombre pero como soy guauuuuuuuuuuuuu de la cabeza raramente se me confunde.
    Me tengo que poner a leer los fics. Ultimamente me distraigo facilmente, es que siempre hay alguno por ahi dando vueltas que irrumpe en mi espacio de meditacion ancestral. saludos, me gusta tu nuevo perfume.
     
  10.  
    Nira

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    o.o, no entendi lo ultimo... a que te refieres con nuevo perfume :confused: ^^U

    Y bueno, no se desesperen, el capi ya casi lo termino pero he estado falta de inspiracion con este fic u.u, espero terminarlo pronto :gato04:

    Me despido

    :milo: :milo02: :milo03: :gatito:
     
  11.  
    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    A lo siento Nira, es que cuando estoy contento delirio un poco, suele sucederme a veces, tendre que pensar en algo que me tire el animo abajo pero no se me ocurre nada.

    Saludos Nira, ya seguire leyendo, ando vagoooooooooooooooooooooo.
     
  12.  
    Nira

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Una disculpa enorme por la tardanza en publicar este capitulo, se suponia que lo publicaria pronto pero por falta de inspiracion no pudo se posible u.u. Espero que les guste y no olviden dejar sus comentarios :gato02:. Espero que con el siguiente capitulo no me suceda lo mismo u.u
    --------------------------------------------------------------------------------------------------

    [FONT=Arial,Helvetica,Sans Serif]CAPITULO 39: LA ULTIMA BARRERA CAE.[/FONT]
    [FONT=Arial,Helvetica,Sans Serif]
    Milo estaba sorprendido, no podía creer lo que escuchaba. La primera vez que la había visto fue en el Santuario, cuando ella y Ares se teletransportaron con suma facilidad del monasterio a los aposentos del patriarca. La primera vez que se habían visto frente a frente había sido en la entrada a Kaisarianís y la primera vez que habían entablado una conversación había sido en el salón de Olympus Mons. Pero no recordaba haberse sentido observado mientras buscaban el monasterio, ni incomodo, solo desesperado, como sus compañeros, por no llegar a él, además, ninguno había dicho nada sobre sentirse observado o incomodo, ni siquiera Shaka que era muy sensible en ese tipo de cosas.
    - ¿Por qué no lo mencionaste antes? – preguntó Milo confundido y, aunque el no quería sonar así, con reproche. Lunye solamente se encogió de hombros
    - Tal vez porque aun no estaba segura de esta extraña confianza que te tengo ahorita
    Lunye se dio media vuelta y comenzó a caminar. Milo solo se limitó a seguirla, sin decir una palabra, dispuesto a comprobar algo que ni el mismo estaba seguro de que se trataba. Cuando ya habían avanzado lo suficiente fue que todo se hizo mas claro: ella recordaba pero no gráficamente, como suele pasar, que vemos las imágenes y escuchamos los sonidos en nuestra mente. Mas que decir ella, era su corazón el que recordaba. Para su mente, todas las imágenes que le llegaban eran desconocidas, así como los olores, los sonidos y las sensaciones. Para su corazón no lo eran y por eso sentía cosas sin saber porque. Había sentido nostalgia al llegar a la isla porque su corazón añoraba estar ahí, extrañaba percibir esa brisa del mar, ese aroma, ver esos paisajes, sentir esa arena. Había sentido nostalgia al verlo porque su corazón lo recordaba y muy posiblemente lo extrañaba. Había sentido que podía confiar en él porque su corazón recordaba que ya había confiado en él antes y no lo había decepcionado. Todo eso sonaba cursi, demasiado cursi, pero era cierto. Su mente no recordaba el camino de la playa a la casa pero una parte de ella si (la parte de las emociones) y era muy posible que al llegar ella diría que fue pura casualidad, que no sabia ni por donde iba, que solo caminaba sin rumbo fijo. Estaba seguro que en ese preciso momento el corazón de Lunye latía con fuerza y ella no sabia porque, pero él si y llegado el momento se lo diría. Claro que menos cursi. Entonces una idea grandiosa y reconfortante afloro en su mente: aun había una barrera que le impedía ver a la verdadera Lunye y estaba seguro que era más parecida a Nira de lo que ella misma imaginaba. No pudo evitar sonreír ante ese pensamiento. Haber descubierto eso le había quitando un gran peso de encima pero (siempre tiene que haber un pero, especialmente en los últimos días, pensó), lo que estuviera ocultándole su maestro le preocupaba, temía que pudiera ser algo grave, muy grave, y que ya no hubiera marcha atrás. Venia pensando en eso cuando vio que Lunye se había detenido y caminó hasta quedar a su lado, viendo la casa que se levantaba a varios metros de ellos
    - ¿Qué pasa?
    - Dime que no teníamos que venir aquí – respondió, asustada, sin dejar de ver la casa anonadada y con los ojos bien abiertos
    - Si, aquí teníamos que venir – Lunye volteo a verlo
    - ¡Te juro que…!
    - Sssh, - la interrumpió - lo se
    Milo caminó rumbo a la casa pero pronto se percató de que Lunye seguía donde mismo por lo que se volteó a ella y le tendió la mano
    - Ven…
    Lunye primero vio su cara y después la mano que se extendía frente a ella
    - Tu sabes lo que me pasa – dijo, segura
    - Si, creo saberlo y te lo diré, pero aquí no, adentro
    - No, aun no
    - ¿Aun no que, Lunye? – preguntó intrigado
    - No me lo digas, tu teoría de lo que me pasa
    Lunye tomó la mano de Milo y entonces pasó, el primer momento mágico de los que pasarían en esos días que estarían en la isla: sonrió; poco e insegura pero al final de cuentas era una sonrisa. Milo la admiro, sorprendido, por el poco tiempo que duró. Lunye pensó que esa expresión de sorpresa en el rostro del caballero era por lo que había dicho y no por la leve sonrisa que se le había dibujado en su rostro de la que ni se había dado cuenta. Durante el trayecto a la casa ninguno dijo una sola palabra pero iban de la mano sin darse cuenta hasta que llegaron, bueno, solo Lunye, cuando Milo la soltó para tomar la llave que Andro escondía bajo el tapete de la entrada y, mientras Milo buscaba la llave y abría la puerta, Lunye no dejó de verse la mano algo sorprendida aunque lo dejó de hacer cuando sintió que Milo volteaba a verla.
    - Pasa - la invitó Milo y Lunye avanzó un poco insegura hacia la entrada de la puerta, pasando ella primero seguida de Milo, quien cerró la puerta
    Lunye no dejaba de mirar la casa, era como si quisiera ver todo al mismo tiempo. Quería pensar que ese lugar le regresaría sus recuerdos pero lo único que sentía era esa nostalgia que ya la estaba comenzando a cansar y en cierto modo a preocupar. Sin decir una palabra, Lunye comenzó a recorrer la casa. Milo la seguía, en silencio. La cocina fue el primer lugar al que se dirigió; abriendo el refrigerador, los cajones, los compartimientos y la despensa. De ahí se dirigió a la sala y se topo con la foto que Milo había visto el día en que le fue a avisar a Andro sobre la aparición de Nira. La chica la observó por un largo rato, asombrada por lo feliz que se veía ella en la foto al lado del hombre contra el que había peleado en esa misma isla hacia pocas semanas. Lunye tomó la foto con cuidado.
    - No creo poder sonreír así de nuevo - dijo sin apartar la vista de la foto. Milo se acercó a ella y también miró la foto
    - Yo creo que si - dijo Milo y esbozó una sonrisa confiada. Lunye volteo a verlo sorprendida y estuvo a punto de dejarla caer pero el caballero la tomó a tiempo - haré todo lo posible porque así sea
    - Hablas con demasiada confianza
    - Tengo confianza en que así será - hubo un momento de silencio mientras Milo colocaba la foto en donde estaba - Ven, será mejor ir a cenar
    Milo se dio media vuelta y se fue rumbo a la cocina. Lunye lo siguió no sin antes echarle un último vistazo a la foto que le parecía tan irreal, como sacada de un cuento de hadas. Milo no le había mentido al decirle que, a pesar del trauma de su niñez, había sido realmente feliz al lado de él y ese hombre. Sabía ahora que podía confiar plenamente en Milo, sin titubeos ni dudas y estaba dispuesta a hacerlo, él se había ganado su confianza y para su sorpresa había sido en muy poco tiempo. Ahora solo restaba esperar al otro, el maestro del caballero, el hombre que la había salvado de morir en el bosque y contra el que había peleado. Solo restaba ver cual era su comportamiento hacia ella y de que forma la miraba: si como a una berseker o como...
    - ¿...cenar? - fue lo ultimo que escucho de la pregunta que la saco de sus pensamientos
    - ¿disculpa?
    - ¿Qué si quieres cereal para cenar? - volvió a preguntar Milo mientras seguía buscando en la despensa
    - Si - respondió Lunye sin darle mucha importancia al asunto y se le quedó viendo, volviéndose a perder en sus pensamientos. Ahora que lo miraba mejor, le pareció verlo mas tranquilo, mas relajado y en cierta medida hasta un poco emocionado. Verlo así la reconfortaba bastante, era como si el estado anímico de Milo repercutiera en el de ella y viceversa. Una conexión entre ellos era la palabra correcta, su pasado olvidado los unía porque una parte de ella aun lo recordaba, no de la manera mas obvia que es la fotográfica sino de otra mas compleja y mas profunda, posiblemente para allá iba la teoría de Milo sobre lo que le estaba ocurriendo y si concordaban, entonces, dejaría caer la ultima barrera que impedía que él se acercara a ella y se mostraría tal cual, pero solamente ahí, una vez que regresaran al santuario, si es que ella no recordaba nada, volvería a comportarse igual que antes del viaje.
    - Aquí esta - dijo Milo dejando frente a ella una casuela blanca que solo se limitó a mirar
    - Gracias - respondió Lunye algo indiferente y se fue a la sala con la casuela en sus manos. Milo se sirvió también y se fue con ella
    - ¿Pasa algo? - preguntó Milo algo preocupado
    - Es solo que me puse a pensar en lo que me esta pasando - hizo una pausa, no dejaba de menear la cuchara dentro del tazón - ahora si quiero escuchar tu teoría, dijiste que creías saber que era lo que me pasaba y quiero escucharla
    Milo no se lo esperaba aun y por ende no había pensado en que otra forma se lo podía explicar para que no sonara tan cursi. Pero ella quería escucharlo y no le quedaba de otra más que usar su ingenio para utilizar las palabras adecuadas en el momento adecuado
    - Tiene que ver con tus emociones - empezó, buscando con cuidado que palabras usar - creo que son tus emociones quienes recuerdan y es por eso que sientes esa nostalgia
    - Nira - murmuró Lunye y Milo se sorprendió al escucharla - esas emociones que mencionas son ella - dijo y volteo a verlo, tenia los ojos vidriosos por las lagrimas que amenazaban salir - en alguna parte de mi, ella existe pero... - hizo una larga pausa, Milo la miraba impaciente; creía saber lo que diría pero quería escucharlo de su propia voz - es como si ella durmiera y solo despertara cuando algo va mal... contigo... y me da miedo, Milo, por no saber que hacer - recordó su propia voz gritándole, desesperada y suplicante, que llamara a Milo porque ya no soportaba verlo así, también lo asustada que se había sentido ante aquella nueva e inquietante experiencia sobrenatural y lo bien y
    (Protegida)
    Tranquila que se había sentido cuando él la abrazó. Las lágrimas comenzaron a rodar libremente por sus blancas mejillas y su respiración se aceleró al intentar contener el llanto que quería estallar. Milo no sabia si ir a consolarla o decirle algo para tranquilizarla pero considero que lo mejor era que lo sacara para que se sintiera mejor.
    - Se lo que estas pensando - dijo Lunye entre jadeos, las lagrimas no dejaban de salir de sus negros ojos <<ven y="" hazlo="" rápido,="" te="" necesito="">> pensó - ni se te ocurra, Milo
    - Pero... - no pudo terminar la frase porque Lunye comenzó a llorar, ocultando su cara llena de lágrimas en sus brazos que cruzó sobre la mesa. Milo se levantó y se puso de cuclillas, a un lado de ella, colocando sus manos en el pequeño y negro descansabrazos de la silla - Lunye - le habló. Ella volteo a verlo y, sin decir nada, lo abrazó del cuello, llorando más fuerte. Milo se sorprendió ante tal acción y se dispuso a abrazarla con su brazo derecho. Lunye se dio cuenta de eso
    - No lo hagas... solo déjame...
    Milo volvió a dirigir la mano a donde la tenia, en esta ocasión le haría caso y se contendría. Estuvieron así por bastante tiempo, ninguno supo cuanto exactamente pero el tiempo que hubiera pasado fue el suficiente para que ambos estuvieran mejor y más tranquilos. Lunye soltó a Milo y siguió con su cena. Milo se fue a su silla e hizo lo mismo. Cuando terminaron de cenar, Milo la llevó al que había sido su cuarto y se quedó ella ahí mientras que él se fue al que fuera el suyo durante su entrenamiento, durmiéndose en cuanto se acostó.

    Ambos despertaron tarde, alrededor de las 10:30am. En cuanto bajaron a la planta baja, Milo se percató de que Andro no había llegado aun
    - ¿Qué es eso? - preguntó Lunye de pronto, señalando un sobre blanco tirado en el suelo, muy cerca de la entrada. Milo se dirigió hacia donde estaba ese extraño sobre blanco y lo levantó del suelo, viéndolo con cuidado
    - Parece que viene del Santuario... - le dio la vuelta y decía Andro - lo mas seguro es que sea una carta para avisarle que vendríamos pronto... pero no la ha visto - Lunye se acercó a él algo extrañada. Se le notaba mas tranquila que ayer
    ¿Y eso es bueno o es malo?
    - Es bueno
    - ¿En serio?... ¿Por qué?
    - Porque así lo sorprenderemos - Milo volteo a verla con una sonrisa perversa - será mejor irnos a almorzar antes de salir
    - ¿y se puede saber a donde vamos?
    - No se - Milo camino rumbo a la cocina
    - ¿Qué? - se preguntó a si misma completamente confundida y extrañada. Él no la escuchó. Ella corrió para alcanzarlo a la cocina
    Después de almorzar salieron de la casa; él adelante y Lunye, confundida e intrigada, solo lo seguía. Ya tenían aproximadamente media hora caminando sin que Milo le dijera a donde iban y ella no se atrevía a preguntarle, estaba segura que su respuesta seguiría siendo la misma que la de antes de salir.
    - Llegamos - dijo Milo de pronto y se detuvo. Lunye caminó hasta quedar a su lado
    - ¿Qué tiene de especial este lugar?... ¿Me paso algo importante aquí? porque a diferencia de la playa o de la casa no siento nada extraño
    - La verdad no, una vez venimos los dos aquí para ver un atardecer. Se te hizo muy bello pero nada importante
    - Milo... falta mucho para el atardecer
    - Lo se, pero no venimos a ver precisamente el atardecer - Milo volteo a verla y Lunye hizo lo mismo. Después, él volteó hacia un gran pico que sobresalía de todo el acantilado, como mostrándoselo
    - No - respondió Lunye cortante, sabiendo muy bien cual era el plan diabólico de Milo - Ni lo sueñes
    - No pienso obligarte a hacerlo - dijo Milo y volvió a mirar de nuevo esa plataforma picuda - pero sabes, yo necesito gritar
    Lunye se sorprendió mucho al escucharlo. Tal vez ella también necesitara gritar pero no estaba segura de querer hacerlo. Milo comenzó a quitarse los zapatos
    - Como te quedaras arriba me cuidaras esto - Milo le puso los zapatos con los calcetines dentro en las manos y se fue hacia allá. Lunye miró por un momento los zapatos y después a Milo que se alejaba poco a poco.
    - Espera - le gritó y corrió. Milo se detuvo para esperarla - te acompaño hasta allá - dijo estando ya a su lado y Milo le agradeció con una sonrisa, él sabia el esfuerzo que hacia la chica para comportarse mas amable y menos fría con él y le estaba profundamente agradecido por ello.
    Caminaron juntos unos metros mas, en silencio, Milo viendo al frente y Lunye hacia el extenso océano que se vislumbraba desde ahí. La vista era hermosa, por eso no podía apartar la mirada de ese bello paisaje que le brindaba la isla y el mar. Al llegar a su destino, Milo dio varios pasos hacia atrás y comenzó su carrera hacia el final de la enorme plataforma. Lunye solo lo miró pasar sorprendida y abrazó los zapatos del caballero. Milo saltó y Lunye corrió hasta el borde para verlo caer. El santo de escorpión no dejaba de gritar mientras descendía aunque el sonido de su voz se apagó bruscamente al caer al agua. La chica de rojos cabellos no dejaba de ver el lugar donde él había caído, algo intranquila y abrazando los zapatos con más fuerza contra su pecho... era demasiado alto. Pocos segundos después de haber caído al agua, Milo sacó la cabeza y volteo hacia arriba, viendo únicamente asomar la cabeza de Lunye aunque no lograba distinguir ningún rasgo de su cara. Arriba, Lunye sonrió, inconsciente de haberlo hecho, al verlo bien. Milo vio que ella se levantó y desapareció de su vista, lo que le extrañó bastante. De pronto la vio aparecer, saltando al mar, gritando debido a la adrenalina y cayendo justo frente a él. Ella salió a la superficie y comenzó a reírse mientras se quitaba el cabello mojado de la cara. Milo la miraba sorprendido y divertido al mismo tiempo y no tardo mucho en reírse con ella. Pronto las risas pasaron a carcajadas que se escuchaban por toda el área cercana a ellos. El grito les había sentado de maravilla.

    Mientras tanto, dentro de la casa, un niño de aproximadamente once años, un poco mas alto que los niños de su edad, cabello corto y castaño oscuro, ojos grandes de color miel y piel morena clara, salía sigiloso de su habitación. En la noche anterior había escuchado a unos extraños entrar y hasta habían dormido ahí. Pero hacia una hora que habían salido y solo esperaba que ya no regresaran o, si decidían hacerlo, esperaba que su maestro estuviera ahí para defenderlo y correrlos a ellos. Cruzó el pasillo intentando hacer el menor ruido y de igual forma bajó las escaleras, inquieto por si llegaban en cualquier momento o... no, no podían estar allí, él los había escuchado salir, poniendo especial atención en el sonido de sus pasos y el de la puerta al abrirse y cerrarse, después de eso reinó el silencio absoluto, escuchando únicamente el tic-tac del reloj de la sala y su respiración que volvía a su ritmo normal después de contenerla lo mas que se pudiera y así escuchar mejor lo que sucedía afuera de la habitación. Además, todo indicaba que no se habían dado cuenta de su presencia.
    Al llegar a la planta baja se dirigió directamente a la cocina, estaba hambriento, él ya estaba acostumbrado a desayunar temprano y en ese momento ya pasaban de las once de la mañana. Comería y saldría a esperarlo para decirle de lo sucedido. Solo esperaba que llegara ya, le había dicho que regresaba precisamente ese día pero no era 100% seguro, bien podía ser antes como después. Se preparó su almuerzo, algo sencillo, y se lo devoro tanto por el hambre que sentía como por la prisa que tenia para salir de la casa. Una vez que hubo terminado (no se había tardado ni treinta minutos) se sentó recargado a la pared de la casa, a la derecha de la puerta y esperó, quedándose dormido después de treinta minutos de estar ahí, no había dormido bien durante toda la noche por miedo a que lo descubrieran y lo tomaran por sorpresa. Sin saber cuanto había pasado, despertó al sentir que alguien lo zarandeaba suavemente
    - ¿Deacon? - el niño parpadeo varias veces para que desapareciera lo borroso de su vista y grande fue su alegría al ver a quien le había despertado
    - ¡Maestro! - exclamó y lo abrazó. A su maestro le extraño la reacción del chico
    - ¿Pasó algo, Deacon? - preguntó algo preocupado y Deacon lo volteo a ver muy serio
    - Intrusos, maestro - respondió, en su voz se le notó claramente el miedo que sentía - ayer por la noche llegaron
    - ¿Y donde están ahorita?
    - No lo se, maestro... salieron alrededor de las diez
    - ¿Y ellos te vieron?
    - No, maestro
    - Iré a buscarlos, no deben de andar lejos
    - Yo lo acompaño, maestro

    Milo y Lunye se encontraban sentados en una playa que se localizaba cerca del lugar por el que se habían lanzado al mar. Se habían reído por bastante tiempo hasta que Lunye se dio cuenta y dejó de hacerlo, intentando sin éxito quitar la sonrisa que le había causado todo eso. Ahora, en ese momento, se encontraban descansando después de haber nadado lo suficiente como para cansarse, una vez que recuperaran las suficientes energías, regresarían a la casa y descansarían como era debido
    - ¿Te ocurre algo? - preguntó Lunye de pronto, logrando ocultar cualquier indicio de preocupación en su voz, al ver al caballero pensativo, quien no apartaba la vista del enorme océano que se extendía frente a ellos
    - ¿Eh?... no... No me ocurre nada, no te preocupes - respondió Milo dedicándole una leve sonrisa que no convenció en lo absoluto a Lunye
    - Si tú lo dices - dijo Lunye indiferente y se levantó, sacudiéndose la arena que pudiere habérsele pegado al pantalón. Milo solo la observaba un poco sorprendido por su reacción
    - Esta bien
    Milo se levantó e hizo lo mismo que Lunye. Durante el trayecto de ese lugar a la casa hicieron aproximadamente 20 minutos en los que ninguno pronunció una palabra, sino que cada quien se sumió en sus pensamientos. Milo no pudo evitar sentir cierta nostalgia por eso. Recordó que cada vez que Andro les daba una oportunidad de descansar, a veces salían a caminar por ahí cerca y no había momentos incómodos de silencio: hablaban y hablaban de cualquier cosa, por muy inverosímil que esta pudiera ser, pero nunca faltaba sobre que platicar. Hablaban y reían todo el tiempo... y en algunas ocasiones lloraban juntos, pero eso ocurría con más frecuencia durante su niñez, después de los 15 años solo era Nira la que lloraba en algunos días del año, cuando recordaba que era el aniversario luctuoso de sus padres. Para cuando menos se lo esperaba ya estaban frente a la casa. Milo entro primero seguido muy de cerca de Lunye. Ninguno de los dos se percató de que la puerta no tenia llave siendo que la habían cerrado al salir. Al primer lugar al que se dirigieron fue a la cocina a tomarse un vaso de agua y ya de ahí se dirigieron a la sala, dejándose caer en el sillón más grande de los 3 que la componían.
    - Estoy preocupado - dijo Milo de pronto, colocando sus manos tras su cabeza y mirando el techo. Lunye volteo a verlo confundida
    - ¿Preocupado?...
    - Si... - Milo hizo una pausa como pensando que decir - mi maestro ha estado actuando extraño en los últimos días y me preocupa que me este ocultando algo grave
    - Sus razones ha de tener... ¿no lo crees? - dijo Lunye mirando también al techo. Milo volteo a verla de reojo, interesado, y Lunye también volteo a verlo igual
    - ¿Por qué lo dices? - preguntó pero él ya sabia la respuesta
    - Por... - Lunye se calló de pronto, desviando la mirada al lado opuesto de donde se encontraba Milo. El caballero dorado volvió a mirar el techo
    - Se porque lo dices... ando mal, lo se- hizo una pausa - mejor dicho andaba... - sonrió un poco pero se le podía notar algo de tristeza en los ojos
    - Sigues mal, Milo - dijo Lunye sin mirarlo - no tan mal como antes... pero sigues... por eso tu maestro no quiere decirte que es lo que le pasa... para no ponerte mas mal de lo que ya estas
    - Si no me lo dice me pondré peor... él ya debería de saber que a veces mi imaginación me juega malas pasadas - Lunye volteo a verlo
    - Confía en él... es tu maestro y debe conocerte bien... si no te lo quiere decir sus razones tendrá pero supongo que te lo dirá, tarde o temprano
    Milo volteo a verla, agradeciéndole el apoyo que le brindaba con una sonrisa. Él sabia lo difícil que le estaba resultando todo esto a la joven y por eso no le extraño que no le correspondiera de la misma manera. El silencio reinó en la sala durante un buen rato.

    Después de estar buscando a los intrusos por más de una hora, Deacon y su maestro decidieron regresar a su morada. Concluyeron que seguramente se habían ido de ahí y regresado a la ciudad de Plaka o bien, que podrían estar de nueva cuenta en su casa, disfrutando de las cosas que no les pertenecían como buenos intrusos que eran. Cuando ya estaban cerca de la casa, Deacon se le adelantó a su maestro, entrando primero aunque tan rápido como entro, salio. Eso le extrañó a su maestro
    - ¿Están adentro? - preguntó al ver la cara asustada de su pupilo.
    - Si... están dormidos en la sala
    Andro caminó lentamente hacia la puerta de su casa y la abrió, poco a poco...</ven>
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  13.  
    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Uy otro hermoso capitulo como su autora, lo siento no puedo dejar de adular.

    Espero ponerme al dia tengo un papel que dice "leer los fics y tipo 1 am" me acuerdo recien.

    Saludos Nira (no me engañas quieres hacer cosas indecorosas con Milo).
     
  14.  
    Liimatainen

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Hola! ^^

    :eek: Nira... yo... etto... tú sabes... gomen!! ToT *en el rincón*

    Lamento mucho no haberme pasado por aquí antes... wow... tenía más de un mes sin siquiera abrir esta discución, dioses, que irresponsabilidad la mía x.x

    Pero bueno, me dejo de culpas xD
    Estuvo genial la actualización... me encantó *-*... escribes divino chica! ^^
    Es genial que Nira empiece a quitarse la máscara de frialdad con Milo, esperemos que ya pronto pueda recordar...
    Kya! Yo quiero saber que se trae entre manos el maestro de Milo, me mata la curiosidad ToT

    Espero que pronto puedas actualizar ^^

    Cuídate mucho amiga!

    Bye... ^^
     
  15.  
    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Oh Nira vengo atrasado pero me pondre al dia, aca en cyber se hace dificil ademas no se si anda alguna disquetera, igual mucho CARIÑÑÑÑÑÑÑÑOOOOOO Niramaniaca, despues te vere en el msn pero hace mucho que no te veo. Slaudos
     
  16.  
    Nira

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    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Jajaja, tranquila Liimatanen, entiendo ^^. Bueno, otra vez me disculpo por la tardanza en traerles la continuacion de este fic pero la falta de inspiracion y de ideas nomas no me dejan que avance rapido ToT. En fin, en este cap algunas de sus preguntas se responderan ;). Espero que les guste y no olviden dejar sus comentarios ^^. Por cierto, le advierto que este capi esta un tanto largo asi que lo dejare en dos post ^^U
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    CAPITULO 40: DOLOROSAS CONFESIONES


    Andro no podía creer lo que veía. Eran ellos. Milo estaba sentado, con la cabeza colgando hacia delante y su brazo derecho apoyado en el hombro de Nira, apaciblemente dormido mientras que la chica estaba con su cabeza recostada en un cojín sobre las piernas del caballero también profundamente dormida. Andro se les quedó viendo asombrado, mientras que Deacon lo veía confundido e intrigado.
    - ¿Maestro? - le hablo, pero el hombre seguía perdido aunque eso era comprensible, si Deacon supiera lo mucho que su maestro estuvo esperando volver a verla en esa casa, no le extrañaría en lo absoluto su actitud

    Lunye fue la primera en despertar. Al momento de ver al hombre y al niño parados frente a ellos, no pudo ocultar la sorpresa que eso le provocó y rápidamente se incorporó
    - Estas bien - murmuró Andro. Lunye pudo detectar un gran alivio en aquellas palabras. Deacon volteó a ver a su maestro, realmente confundido
    - ¿La conoce? - preguntó el niño intrigado y a la vez sorprendido mirando tanto a su maestro como a ella, pero su maestro no le prestó la mas mínima atención, seguía absorto mirando a la joven de roja cabellera y ojos negros. Andro comenzó a acercarse a ella lentamente. Lunye volteó a ver a Milo algo intranquila pero este seguía dormido. No sabía que hacer ante esta situación que se le estaba presentando, estaba sufriendo sentimientos encontrados y temía que lo sucedido en la fuente se volviera a presentar; le aterraba la idea de que Ella volviera a tomar el control de su cuerpo. Cuando estaba a pocos pasos de ella, la expresión de inseguridad y asombro fue sustituida por una fría y seria que Andro no pasó inadvertida
    - No se acerque mas - dijo ella, Andro se paró en seco
    - Nira - exclamó, sorprendido y dolido
    - Me llamo Lunye... ¿Qué acaso ya se le olvidó?
    - ¿Aun no...?
    - No... Aun no - lo interrumpió y desvió la mirada a un lado pero rápidamente la volvió a fijar en ese hombre - y mientras sea así usted va a llamarme Lunye
    Andro no dijo nada, solamente se le quedó viendo. Deacon se acercó a su maestro
    - Ma... - Andro lo calló poniéndole una mano en la boca
    - Ella es la de la foto - dijo él y la expresión del chico cambió drásticamente por una de total sorpresa y la volteo a ver. Andro quitó su mano de la boca de Deacon - Entonces Milo no ha podido hacer nada para que recuerdes - dijo decepcionado, dirigiéndose a Lunye
    - No... pero ha hecho un gran esfuerzo... no puedo negarlo - respondió Lunye mientras volteaba a ver a Milo. Andro se percató que la expresión de la chica se relajó bastante al ver al caballero, al parecer ya habían entablado cierta amistad. Hubo un momento en el que el silencio reino por un momento. Para el hombre de cabello negro resultaba incomodo, no sabia como hablarle y no pudo evitar suponer que Milo había pasado exactamente por lo mismo. De pronto se percató que algo no andaba bien con Lunye, podía ver en su mirada temor y mucha confusión.
    - ¿Lunye? – le habló Andro a la chica. Lunye cerró los ojos y los apretó como intentando quitarse un dolor de cabeza o alguna idea tonta de la cabeza. Al abrirlos los volteo a ver, dejando a Andro y a Deacon real y totalmente sorprendidos

    En el Santuario, específicamente en el monumental Coliseo, Seiya, Shiryu, Hyoga y Shun estaban sentados en las gradas perdiendo el tiempo. Como Saori aun mostraba algunos síntomas de cansancio, decidieron quedarse ahí hasta que ella estuviera bien o hasta que ella decidiera regresar a la mansión Kido en Japón. Por su parte, Ikki, a quien no le gustaba estar en grupos, hacía poco que se había ido a quien sabe donde; el día anterior simplemente había desaparecido dejando únicamente una nota de despedida a su hermano pequeño Shun
    - Y no te dijo a donde iba, Shun? - preguntó Seiya, Shun simplemente meneo la cabeza
    - Solo dijo que nos veríamos cuando el destino así lo quisiera - respondió, con un deje de tristeza - solo espero que sea pronto
    - Ya veras que si, Shun - dijo Hyoga
    - ¡Intruso! - escucharon gritar a un soldado que pasaba frente al coliseo, seguido por una docena - ¡Un intruso se ha filtrado al Santuario!
    Los cuatro amigos se levantaron rápidamente y corrieron hacia los soldados. Decidieron seguirlos puesto que de esa forma darían con él. Cuando ya estaban a unos metros del Coliseo, un soldado que venía de otro lugar del refugio, se acercó al que había gritado anteriormente
    - Se dirige a la fuente - dijo, cansado. Estaba algo golpeado, su casco estaba partido por la mitad y sangraba por la boca y varias partes del cuerpo
    - ¿Y tus hombres, Loxias? - preguntó el soldado, los caballeros de bronce estaban impacientes y atentos por escuchar la respuesta
    - Fueron vencidos... por el intruso... es muy poderoso
    - ¿Qué fue lo que pasó? - preguntó Seiya quien se había acercado a Loxias junto con sus compañeros
    - Lo interceptamos en las inmediaciones de las 12 casas - hizo una pausa, se le dificultaba hablar - parecía que estaba buscando a alguien en especial porque no dejaba de voltear a todos lados. Cuando nos vio, ni se inmutó, sino que se nos quedó viendo fijamente… al menos eso fue lo que pensé ya que su rostro estaba oculto por una capucha misma que formaba parte de una gran túnica color café. Nos dispusimos a rodearlo…

    Flashback

    El intruso ya estaba completamente rodeado por dos decenas de soldados, todos armados con poderosas y filosas lanzas. Cada uno de ellos miraba al sujeto de una forma desafiante, amenazadora y confiada
    - ¿Sabes que el intruso que entra al santuario no sale de ninguna forma, verdad? – preguntó Loxias sumamente confiado, algunos de sus subordinados rieron entre dientes ante ese comentario. El tipo de capucha no dijo nada
    - ¡Morirás aquí! – gritó uno de ellos y rápidamente todos se abalanzaron sobre él, dispuestos a atacarlo hasta matarlo. Pero él no hizo el intento de esquivar el ataque masivo, simplemente llevó su mano derecha dentro de la túnica y al momento de sacarla, atacó a los 20 hombres al mismo tiempo con alguna clase de arma sumamente flexible. El ataque había resultado ser sorprendentemente veloz, incontables golpes hirieron gravemente a cada soldado que lo había atacado. Las heridas que mostraba cada uno eran muy parecidas a las provocadas por un poderoso látigo. Volvió a guardar su arma en donde la tenia y continuo su camino… rumbo a la Fuente de Athena

    Fin del Flashback


    - Será mejor que nos apresuremos a la fuente – dijo Shiryu una vez que Loxias finalizó de hablar
    - Es cierto… no creo que haya alguien protegiendo el lugar, las sacerdotisas podrían estar en peligro – dijo Seiya – Vamos
    Los otros tres asintieron y se fueron corriendo de ahí rumbo a la fuente, tenían que darse prisa o de lo contrario algo malo podría pasar. Tomando en cuenta que el soldado estaba gravemente herido, lo más probable es que él ya estuviera en ese lugar posiblemente haciendo ya algunos destrozos. Al llegar, se llevaron una gran sorpresa…

    Milo seguía dormido, ignorando completamente todo lo que estaba aconteciendo en la sala de la casa de Andro. Lunye miraba de una forma muy desconcertante a Andro… era ella… en ese preciso momento… ella había tomado el control… de nuevo
    - ¿Andro? – lo llamó. Su voz sonaba preocupada lo que era muy distinto a lo que expresaba su mirada… miedo y desconcierto total
    - N-Nira – dijo Andro, anonadado por la situación. Deacon no entendía lo que estaba pasando
    - ¿Estas bien? – preguntó ella, poniéndose lentamente de pie
    - C-claro, Nira – respondió sin poder salir de su asombro y gran desconcierto por lo que estaba sucediendo con la chica
    Lo que pasó después fue demasiado rápido y confuso para Deacon. Nira-Lunye se llevó las manos a la cabeza, cerró los ojos y se dejó caer en el sillón, lo que despertó a Milo. Lo primero que vio Milo al despertar fue a su maestro y se le quedó viendo algo sorprendido puesto que aun seguía algo alterado por despertar de esa forma tan repentina y brusca. Pero Andro no vio cuando Milo despertó, su mirada estaba clavada en la chica que peleaba por tomar el control de su cuerpo, y eso no pasó desapercibido por el caballero, quien rápidamente entornó la mirada hacia donde Andro miraba… Lunye
    - ¿Lunye? – la llamó Milo, Andro volteo a verlo de reojo
    - ¿Milo?... ¿Qué es lo que le pasa? – preguntó Andro algo asustado y muy preocupado por lo que estaba pasando. El santo dorado volteo hacia su maestro y después hacia ella
    - No lo se – respondió, también estaba asustado… no sabia que hacer
    - Dile que se vaya – dijo Lunye, dirigiéndose a Milo. Todos se desconcertaron ante esa orden pero solo Milo supo a quien se refería… Nira
    - Pero… no se como
    - ¡Tu solo has que se vaya! – gritó y se encorvó por el esfuerzo que hacia para liberarse de ella. Andro comenzó a acercarse pero Milo le hizo una seña de que se quedara ahí
    - No se acerque, maestro – dijo y Andro se detuvo, estaba comenzado a sentirse desesperado por no poder hacer nada para ayudarla, solo le quedaba confiar en él - ¿Nira?
    La chica abrió los ojos y despegó un poco las manos de su cabeza. Por un momento, Milo llegó a pensar que le reclamaría por haberla llamado así pero para su sorpresa no sucedió tal cosa, sino que ella volteo a verlo, con los ojos bien abiertos del susto que todo eso le provocaba
    - Milo… - dijo y... sonrió... en ese preciso instante era completamente Nira: su mirada, su sonrisa y su presencia... había logrado tomar completamente el control de su cuerpo, pero Milo estaba seguro que solo seria momentáneo... que aun no era algo definitivo - puedes decirle que ya no se preocupe mas por mi, ya no volveré a molestarla
    - Nira - susurran sorprendidos Andro y Milo. Deacon solo permanecía detrás de su maestro
    - Ahora que se que ambos están bien ya no hay necesidad de hacer eso
    - ¿Tu... sabes todo lo que pasa alrededor de... ella? - preguntó Andro
    - No... Pero pude sentir tu desesperación ese día en la Fuente, Milo... y tu misma preocupación por Andro me hizo querer tomar el control de la situación en este momento - Nira se quejó un poco, era demasiado el esfuerzo que estaba realizando por controlar su propio cuerpo, Lunye estaba reclamando lo que le pertenecía... por el momento - Me alegra mucho saber que ambos están bien... lamento mucho haberles causado tata preocupación y tantos problemas
    - No tienes que disculparte por nada, Nira - dijo Milo - tu no tuviste la culpa de que esto te pasara... - Nira solo le dedicó una sonrisa
    - Milo... dijo volteándolo a ver, luego miro a Andro - Andro... espero verlos de nuevo... pronto
    Dicho esto se desmayó, inclinándose hacia atrás y ladeándose hasta que su cabeza quedó apoyada en el descansabrazos del sillón. Los tres que se encontraban ahí solo se le quedaron viendo, consternados por todo lo acontecido
    - Será mejor que la lleves a su recamara, Milo - dijo Andro sin dejar de mirarla
    - Si - Milo se levantó y tomó a Lunye en sus brazos. Caminó hasta quedar al pie de las escaleras y se detuvo - cuando baje quiero que me diga lo que le esta pasando - dijo, serio, sin voltearlo a ver. Andro se sorprendió - porque sé que algo no esta bien con usted
    - ¿Por qué lo dices, Milo? - preguntó ya fuera del asombro, ahora se encontraba serio
    - Dudo mucho que entrenarlo sea algo que le impida ir a verla al Santuario - contestó y lo volteo a ver de reojo, molesto - y será mejor que me lo diga ahora que ella esa... dormida y no después... no quiero que se vuelva a preocupar
    Milo subió las escaleras. Andro, por su parte, volteo a ver a Deacon, suspiró y le sonrió a su joven pupilo algo cansado
    - ¿Crees que deba decírselo? - le preguntó. Deacon se puso a pensar en su respuesta
    - Si, maestro - contestó después de un breve momento. Andro volteo hacia las escaleras y después de unos segundos se sentó en el sillón
    - Me va a doler la cabeza, Deacon - dijo de pronto - tráeme mis pastillas, por favor
    - Enseguida, maestro - Deacon se fue corriendo a la cocina dejando a su maestro solo
    - Aun no quiero que me veas mal, Milo - dijo para sí y se inclinó hacia taras mientras se llevaba una mano a la sien y cerraba los ojos

    En la fuente, el intruso no daba crédito a lo que veía. Cuando recién entro al Santuario no creyó que alguien estuviera en ese lugar protegiéndolo ¡y mucho menos un caballero dorado! Pero lo que mas le había sorprendido era que fuese precisamente él quien lo estuviera esperando. Se habían estado mirando por varios minutos, sin decir nada, pero ese silencio perturbador fue interrumpido por el caballero
    - Ella no esta aquí, Ioanni - dijo él. Los caballeros de bronce arribaron justo en ese momento
    - ¡Maestro Camus! - exclamó Hyoga sorprendido
    - ¿Dónde esta? - preguntó ella, algo desesperada
    - ¿Por qué te interesa saberlo? - respondió... su actitud le había consternado
    - Eso no es asunto tuyo, Camus de Acuario - La chica se quitó la capucha develando así su bello rostro
    - Pero si es... uno de los bersekers - dijo Seiya sorprendido
    - Ioanni de Valles Marineris - completó Shun en el mismo estado que su amigo
    Ioanni y Camus voltearon a ver a los caballeros de bronce, sin tomarles la menos importancia, y después volvieron a mirarse mutuamente
    - Esta en Milos - dijo Camus
    - ¿Milos? - Ioanni se había desconcertado un poco por la respuesta. Lunye nunca le había comentado nada al respecto
    - ¿Qué es lo que pasa, Ioanni?... ¿Por qué te interesa tanto verla?
    - Aquí no, caballero... te lo diré en el camino a Milos - respondió ella y se fue corriendo de ahí
    - ¡Espera! - gritó Seiya pero Ioanni no le prestó la mas mínima atención. Los caballeros se disponían a seguirla cuando...
    - Déjenla - ordenó Camus, todos se voltearon a verlo. Hyoga se acercó a él
    - Pero maestro Camus... ella
    - Ella ya no es un peligro, Hyoga - lo interrumpió - dejen de preocuparse por Ioanni y vuelvan a hacer lo que estaban haciendo
    Camus se dio media vuelta y se fue rumbo a los aposentos del patriarca. Los caballeros de bronce solo vieron como se alejaba y una vez que se perdió de su vista se voltearon a ver entre ellos
    - ¿Qué creen que sea lo que este pasando? - preguntó Seiya
    - No lo se - respondió Shiryu - pero dudo que sea algo bueno

    Camus iba rumbo al puerto de Atenas a paso veloz. A él no le importaba Lunye sino Milo, quien estaba con ella. Sabía, que si algo malo le llegaba pasar a ella, indudablemente Milo también saldría mal, aunque de otra forma. También le interesaba saber que era aquello que preocupaba a Ioanni y como no se lo había querido decir en el Santuario, accedió a su proposición de acompañarla a la isla Milos. Estaba pensando en lo que la exberseker pudiera decirle, ya a punto de llegar a la ciudad, cuando fue devuelto a la realidad por una presencia familiar que se dirigía corriendo hacia él
    - ¡Camus! - gritó ya estando a pocos metros del Santo de Acuario. Camus se detuvo a esperarlo, algo sorprendido por verlo en ese lugar. El sujeto se detuvo frente a él
    - Saga ¿pasó algo en el santuario? - preguntó Camus algo preocupado
    - No, en lo absoluto - contesto el caballero de Géminis. Se le notaba bastante serio y eso no le agradó al guardián de la onceava casa
    - ¿Entonces? - Saga caminó hasta quedar varios pasos delante de Camus. Este último solo lo siguió con la mirada
    - Hay algo importante que tengo que decirte - respondió
    - ¿De que se trata? - preguntó Camus mientras caminaba hasta quedar justo detrás del geminiano. Saga respiró profundo... lo que fuera a decirle a su compañero de armas no iba a ser nada sencillo
    - Es sobre lo acontecido en Atos hace 4 años - Saga se dio media vuelta para de esa forma mirarlo directo a lo ojos
    - ¿Que pasa con eso? - pregunto Camus algo desconcertado. Saga dio un profundo suspiro
    - Cuando supe de la presencia de Ares decidí enviar un espía para así saber que era lo que planeaba hacer, pero a los pocos días fue descubierto y devuelto con un mensaje para mi, que era el patriarca en ese entonces...

    Flashback

    Arles se encontraba sentado en la silla patriarcal pensativo, hacia 5 días que había enviado a un soldado al monte Himeto a buscar el escondite del dios de la guerra, pero hasta ese momento no había recibido ninguna noticia agradable. De pronto, y sin que él se lo esperase, la gran puerta que daba acceso a los aposentos del patriarca se abrió estrepitosamente, provocándole un respingo que, afortunadamente para él, pasó desapercibido para el que acababa de entrar. Esa persona era nada mas y nada menos que el soldado que había enviado a esa peligrosa misión y Arles, al verlo, se levantó se su asiento sorprendido... no lo esperaba aun
    - ¿Qué noticias me traes, soldado? - preguntó Arles con su habitual voz fuerte y carácter serio
    - Malas, su santidad - respondió temeroso ante la posible reacción del patriarca. Arles solo emitió un gruñido de decepción y cierta molestia, que también le indicó al soldado que prosiguiera con lo que tuviera que decirle - uno de los súbditos de Ares me descubrió... me dijo que le diera un recado de parte del Dios
    - ¿De que se trata?
    - Estas fueron sus palabras: En una semana deberá enviar a su elite dorada al monte Atos, acompañados de una chica llamada Nira... por si no sabe donde buscarla, ella se encuentra en Milos. De no ir ella, aténgase a las consecuencias
    - Mmm... ¿Qué es lo que trama? - se preguntó el patriarca a si mismo - soldado, ¿lograste averiguar algo mas?
    - Si, su santidad - hizo una pausa, esperando alguna pregunta por parte de su superior, pero al ver que este no iba a hablar decidió continuar - Posee bajo sus ordenes a varios guerreros pero solo cuatro son los que tienen un gran poder... ellos son llamados bersekers
    - Así que solo son cuatro - susurró Arles pensativo - ¿sabes donde esta exactamente?
    - No, su santidad, fui descu...
    - Eso no importa ya - lo interrumpió - ¡Soldado!... iras a Milos esta misma tarde y le ordenaras al caballero dorado Milo de Escorpión que se regrese de inmediato al Santuario
    - Si, su santidad
    - Lo mas seguro es que él conozca a esta chica llamada Nira... - especuló, mas para si que para el soldado - si llegas a ver una mujer con él te esperaras a que este sola para saber si se trata de Nira o no... y si es... le propondrás venir hacia aquí
    - ¿Qué hago si se niega, santidad?
    - Dudo mucho que haga tal cosa... si conoce a Milo y se llevan bien no dudara en acompañarlo al Santuario. Pero antes de aparecerte frente a ellos deberás analizarla bien para ver que habilidades tiene y usar eso como una razón de mi interés hacia ella... por ningún motivo deberán enterarse de que ella fue citada a pelear
    - Así lo haré, santidad
    - Si no llega a ser ella o ninguna mujer lo acompaña, no regresaran al santuario hasta encontrarla
    - Si, su santidad - el soldado hizo una reverencia y salió de ahí. Arles volvió a sentarse en la cómoda y lujosa silla, pensando en que estrategia usar en esta extraña pelea que le proponía Ares, el dios de la guerra

    Fin del Flashback


    Camus miraba estupefacto a Saga. Simplemente no podía creer lo que acababa de escuchar. Si lo que su compañero le acababa de decir era cierto, todo indicaba, que el hecho de que Nira ahora fuese una berseker sin recuerdo alguno de su pasado, no se trataba de una simple jugarreta cruel del destino, sino que Ares ya tenia pensado convertirla en uno de sus guerreros mas poderosos. Saga solo lo miraba serio aunque se le podía notar claramente algo de inseguridad por como pudiera reaccionar Camus... pero algo le decía que no se preocupara por él. Pronto la sorpresa paso y el caballero de acuario volvió a su habitual carácter frío y reservado
    - Deberías de decírselo a Milo y no a mi - dijo de pronto
    - Lo se... pero sabes una cosa, Camus... no me atrevo a mirarlo a los ojos y decirle esto
    - Saga... yo no pienso decirle absolutamente nada... eso es algo que solo te corresponde a ti
    Saga solo soltó una bocanada de aire, resignado a que no le quedaba de otra más que hablar con Milo y decirle toda la verdad. Lo conocía bien y estaba seguro que su reacción no iba a ser nada agradable. Pero de pronto una duda lo embargó sacándolo de sus pensamientos
    - Por cierto, Camus ¿A dónde vas? - preguntó con cierta curiosidad
    - A Milos
    - ¿Milos?... la respuesta lo había desconcertado pero pronto una idea aterradora se cruzó por su mente - ¿Le pasó algo a Milo?
    - No... creo que aun no - Saga lo miro extrañado - te lo explico en el camino al puerto, ¿te parece?
    - Sí
    - Por cierto, ¿le pediste permiso al patriarca para salir del refugio?
    - No
    Durante el recorrido hacia el muelle, Camus le contó a Saga sobre la intromisión de Ioanni en el santuario y lo desesperada que había estado por encontrar a Lunye y saber donde estaba. También le platicó sobre la proposición de la berseker de que la acompañara a la isla y lo extraño que eso le había parecido. Al llegar al muelle se llevaron una desagradable sorpresa. Skuler también acompañaría a Ioanni a la isla; aunque para Skuler y Ioanni tampoco fue agradable ver a Saga. Después de quejarse entre ellos del que no había sido mencionado, se subieron a una lancha que Ioanni y Skuler habían rentado hacia unos minutos para su viaje a Milos.

    Después de haberse tomado sus pastillas, el dolor de cabeza que Andro sentía en ese preciso momento, se negaba a ceder. Lo mas seguro era que la tensión y el estrés que estaba sufriendo en ese instante le estaba provocando la jaqueca y si quería que ese dolor desapareciera antes de que Milo bajase las escaleras, tenia que relajarse y tranquilizarse un poco. Deacon solo miraba preocupado a su maestro, odiaba cada vez que él se ponía mal.
    - Deacon... ¿Qué hiciste en estos días que no estuve? - le preguntó. Era evidente que no se encontraba bien, el dolor era tal que hasta le impedía hablar bien
    - Entrenar, maestro, tal y como usted me lo ordenó - respondió el chiquillo sin apartar su preocupada mirada de Andro
    - Ya se me pasará... siempre es así
    - De todos modos, maestro, no me gusta verlo en estas condiciones
    Andro le sonrió con el afán de calmarlo y despreocuparlo pero no lo consiguió, su sonrisa se veía demasiado forzada y ya estaba comenzando a sudar por el esfuerzo que hacia para soportar el dolor que iba en aumento. Andro abrió la boca para decirle algo a su pupilo, cuando unos pasos en el piso de arriba comenzaron a escucharse. Era Milo... Andro supo inmediatamente que la hora de revelarle ese secreto había llegado. Los pasos en la planta alta sonaban algo apresurados pero para aquel hombre que se encontraba sentado en la sala de su casa y que lo conocía tan bien, esos pasos le sonaron extrañamente tranquilos y sin prisa alguna. Pronto, lo escuchó bajar las escaleras. Cuando lo vio, se puso de pie lo que le provocó un estallido de dolor que hizo que por un instante todo se viera nublado. Cuando Milo terminó de bajar las escaleras, se percató que su antiguo pupilo se encontraba ya un poco mas tranquilo, pero no por eso menos serio
    - ¿Cómo esta, Milo? - preguntó Andro preocupado, Milo notó inmediatamente que algo no andaba bien y camino hasta quedar frente a su maestro. Deacon solo miraba al caballero con cierto recelo
    - Se encuentra bien, maestro, ahora esta dormida
    Hubo un momento de silencio en el que todos los preséntese se les antojó tensó... pesado. Pero ya no había marcha atrás y eso Milo y Andro lo sabían muy bien... en especial Andro
    - ¿Desde cuando esta así? - preguntó Milo, rompiendo así esa incomoda atmósfera
    - Desde hace algunas semanas - respondió Andro en un suspiro y le dio la espalda a Milo
    - ¿Qué es exactamente lo le esta pasando, maestro? - el tono de voz del santo dorado se torno preocupado
    - Son dolores de cabeza - respondió, mirándolo de reojo y señalándose esa parte del cuerpo. Milo sintió una punzada en el pecho y un escalofrío recorrió su espalda - a veces no es mas que un leve dolor que se quita con medicamentos - hizo una pausa y volvió a dirigir su mirada al frente, aunque pronto la desvió al techo - pero en la mayoría de las veces el dolor es insoportable llegando a atontarme o incluso a noquearme
    - ¿Por qué no me lo dijo antes? - preguntó Milo atónito. Su tez estaba pálida, sus ojos estaban totalmente abiertos y temblaba. Andro no se percató de eso pero Deacon si y lo comprendió, enterarse tan de repente de una noticia como esa era... no encontró la palabra adecuada para describir lo que Milo estaba sintiendo en ese momento... simplemente no había una... la mas cercana que pudo encontrar fue miedo... miedo a lo que pudiera pasar mas adelante... miedo a perder a una tan querida y allegada... definitivamente la palabra miedo era la que mejor describía la situación de Milo
    - Para no preocuparte más de lo que ya estabas - ese miedo que, según Deacon - sentía Milo, fue sustituido por otra cosa: furia. Si había algo que Milo detestaba era que le ocultasen cosas como esas solamente para no “preocuparlo”. Su cara volvió a recuperar su color y sus ojos volvieron a la normalidad... mas sin embargo, el temblor no desapareció del todo, solo disminuyó
    - ¡¿Para no preocuparme?! - dijo Milo exaltado y molesto. Andro se volteo a mirarle - ¡No tiene una idea de lo preocupado que estaba por no saber que demonios era aquello que no le permitía ir al santuario!... - hizo una breve pausa - ¡Creo que ya debería saber lo paranoico que puedo llegar a ser!... pero esta vez mi paranoia no fue tan exagerada puesto que usted si esta grave... ¡¿Cuándo pensaba decírmelo?!... ¡Cuando el dolor fuera tal que no le permitiera levantarse de su cama!
    Milo respiraba agitado, eran demasiadas las emociones que se arremolinaban en su interior: coraje, miedo, preocupación, incertidumbre... y lo peor era que no sabia como controlarlas.
    Andro no contestó, no sabia que decirle, sabia que Milo tenia razón y que debió haberle dicho la verdad desde que esos extraños dolores habían comenzado... pero no había podido hacerlo... hubiera sido demasiado para él, ya suficiente tenia con Ares, el misterio de Elliniká y como es que había llegado a las manos de Lunye, las amazonas asesinadas y mas recientemente Nira y su otra personalidad completamente diferente a la de ella, como para que el hubiera llegado y le hubiera dicho “Sabes que Milo, tengo algo en la cabeza que me provoca fuertes dolores y que muy probablemente podría matarme en cualquier momento”. Milo obviamente no lo veía de esa forma, pero estaba seguro que pronto lo comprendería y entendería.
    - Creo... que será mejor que salga a tomar aire fresco - dijo Milo después de esperar por un breve rato algún comentario o defensa por parte de Andro, intentando contenerse. Se fue de ahí rumbo a la salida con grandes zancadas, cerrando de un fuerte golpe la puerta al salir. Andro suspiro y sin decirle nada a su pupilo, se dirigió a su cuarto para descansar, el dolor de cabeza lo estaba matando y el haber visto a Milo en ese estado tan angustioso y deprimente lo había dejado exhausto. Deacon, una vez estando solo, se fue a la cocina y se tomo un vaso con agua.

    Ya llevaban tres horas y media de viaje. Durante las tres primeras nadie había dicho nada, pero Camus, quien ya no podía con la intriga, le preguntó a Ioanni porque les urgía tanto ver a Lunye. En media hora, ella y Skuler les contaron todo lo que Camus y Saga querían saber sobre el tema
    - ¿Entonces... lo que ustedes quieren es...? - pregunto Saga atónito
    - Así es, caballero - respondió Ioanni - pero tengo el mal presentimiento de que no lo vamos a lograr.

    Se estaba acercando la hora del atardecer cuando Lunye despertó. El sueño que acababa de tener había sido demasiado extraño: se encontraba en un lugar completamente oscuro, donde nada más se podían apreciar ella y otra chica. Estaba frente a si misma, y aunque parecían ser iguales... no lo eran. La que estaba frente a ella tenía algunas cosas distintas como el cabello que era mucho mas largo, su mirada triste y una expresión en su rostro mas relajada pero que al igual que Lunye se mostraba confundida. Esa chica que respondía al nombre de Nira, le había dicho que cuidara de Andro y Milo y que por nada del mundo se le ocurriera hacerles mas daño del que ya les había hecho. Lunye estaba a punto de contestarle cuando Nira desapareció, no sin antes dedicarle una leve sonrisa. Entonces, el escenario cambio radicalmente pasando de esa negrura al pie de una montaña. El lugar se veía solitario y todo lo que rodeaba la montaña no tenia ni un solo rastro de vegetación en un radio no mayor a 1km. Lunye solo miraba detenidamente hacia lo alto de la enorme montaña, lo que parecía ser una cueva. La sensación que sentía era sumamente extraña puesto que lo veía todo con sus propios ojos... pero a la vez parecía que no. De pronto vio salir a una silueta que cargaba una caja colgada en sus hombros y que caminaba torpemente, al parecer trataba de quitarse algo de encima puesto que no dejaba de moverse. Esa silueta se dispuso a bajar de ahí pero al poco tiempo se soltó y comenzó a caer al suelo. Ella gritó, aunque el grito sonó muy lejano para sus oídos, pero se vio interrumpido cuando un brillo lo envolvió y... fue ahí cuando despertó.
    Se quedó un rato acostada sin apartar su negra mirada del techo, pensando en lo que pudiera significar ese extraño sueño. Después, se levantó y se dirigió a la planta baja de la casa para buscar a Milo. Al ver que el no estaba, se dispuso a subir de nuevo pero en eso vio salir al niño de la cocina. Se quedaron viendo por un breve instante. Lunye supuso que el sabría donde se encontraba el caballero así que se acercó a él
    - ¿Sabes donde esta Milo? - le preguntó, un tanto fría y distante
    - Dijo que saldría a tomar aire fresco - respondió Deacon algo intimidado
    - Gracias
    Lunye se dio media vuelta y se fue tranquilamente hacia la puerta. Una vez estando fuera, soltó un suspiro de alivio, por alguna extraña razón esa inquietante nostalgia que le inspiraba la casa se había ido y ahora se sentía frustrada e incomoda dentro de ese lugar, como siempre debió de haber sido desde el principio.
    - Veo que ya despertaste
    Lunye se sobresaltó un poco al escucharlo. Milo se encontraba sentado a un lado de la casa, recargado a la pared, con una pierna extendida y la otra doblada con su mano derecha apoyada en la rodilla. Lunye caminó hasta quedar a su lado y también se sentó.
    - ¿Ya sabes que es lo que tiene tu maestro? - preguntó interesada
    - Si... pero no hablemos de eso, no quiero pensar mas al respecto
    - Esta bien, como quieras
    Hubo un momento de silencio. Ambos jóvenes veían el gran árbol que crecía cerca de ese solitario sitio, pensativos, cada uno sumido en sus respectivos problemas y preocupaciones. De pronto, y sin previo aviso, Lunye se puso de pie
    - Tengo una idea - dijo, algo emocionada. Milo solo la miraba sorprendido
    - ¿de que se trata?
    - Adentrémonos al bosque y ahí te explico - la chica señaló a su espalda y después emprendió el camino
    - Espera - dijo Milo mientras se levantaba y la siguió
    Ambos caminaron por varios minutos sin decir nada hasta que llegaron a un claro. La luz del próximo atardecer le daba una tonalidad naranja lo cual le brindaba un aspecto de una postal antigua. En el centro había un pequeño charco de agua algo turbia y junto a este una piedra lo suficientemente grande como para que dos personas se sentaran en ella sin complicación alguna. Milo conocía perfectamente ese lugar, él y Nira venían de vez en cuando, cada vez que querían relajarse escuchando el cantar de los pájaros que alegremente se posaban en las ramas de los frondosos árboles.
    - ¡Que lugar mas bonito! - exclamo Lunye, Milo volteo a verla - no pensé que hubiera sitios como este en la isla
    - Te sorprenderías al ver la gran cantidad de lugares como este que la isla posee
     
  17.  
    Nira

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    LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)
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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Su tranquilidad fue interrumpida por una horda de pájaros que salio volando despavoridos de entre los árboles. Ambos supieron de inmediato que estaban siendo observados por alguien, de hecho se habían dado cuenta desde el momento en el que habían entrado al bosque.
    - ¡Sal de ahí! - gritó Milo mirando a uno de los árboles que rodeaban el lugar - ¡sabemos que nos has estado observando desde que entramos al bosque!
    Una de las ramas del árbol que Milo miraba se sacudió con violencia. Frente a ellos apareció un hombre, aunque solo se veía su silueta. Conforme avanzaba hacia ellos, la luz del sol fue mostrando poco a poco el rostro de ese extraño sujeto. Tanto Milo como Lunye se sorprendieron al saber quien era... especialmente ella
    - ¡Nithael! - exclamo la chica en un susurro y una leve sonrisa se dibujo en su rostro... le había alegrado el hecho de verlo; cuando se había enterado que él se había ido mientras ella dormía, llegó a pensar que no lo volvería a ver
    - Hola, Lunye
    - ¿Cómo... como supiste que estaba aquí? - preguntó ella algo intrigada... a nadie le había dicho sobre la isla, ni siquiera a Ioanni que era con la que mejor se llevaba de los tres
    - A eso precisamente vine, Lunye... a explicarte ciertas cosas que deberías saber respecto a tu pasado
    - ¿Qué has dicho? - preguntó Milo, Nithael solo lo volteo a ver por una fracción de segundo y regreso su mirada a quien había sido su compañera de armas durante cuatro años
    - Todo lo que Milo te diga es cierto, Lunye... pero hay cosas que él desconoce y que tienen que ver con el hecho de que tu hayas sido una berseker de Ares
    - ¿Qué es lo que quieres decir con eso, Nithael?... ¡Explícate! - lo obligó Lunye, alterada y confundida
    - Que no fue una mera coincidencia que tu fueras un guerrero de Ares - respondió alzando la voz
    - ¿Qué? - murmuraron ambos jóvenes, estupefactos
    - Fuiste elegida entre varios candidatos... por mí
    Lunye sintió que su mundo se le vino abajo. Había considerado a Nithael no solo su compañero de batalla, también era su amigo, al igual que Skuler y Ioanni. Lunye dio un pasó atrás, visiblemente dolida... Milo... estaba furioso. Sin mediar palabra ni pensarlo siquiera, elevó su cosmo y le lanzó dos agujas escarlata a Nithael directo al pecho, el cual, fue lanzado y arrastrado varios metros lejos de ellos. Milo solo le dedicaba una mirada despectiva y llena de odio. El berseker de Cryse se puso lentamente de pie... el dolor que sentía era indescriptible.
    - Tu... - Milo apretó los puños, nunca antes en su vida se había sentido tan enojado y molesto, de hecho, no recordaba haber odiado alguna vez a alguien en su vida - ¡Tú!... maldito miserable... ¡TU NOS ARRUINASTE LA VIDA! - gritó furioso al mismo tiempo que lanzaba otra tanda de 3 agujas escarlata que se incrustaron a lo largo de su tórax y abdomen. En esta ocasión Nithael solo se desplazó un poco hacia atrás y cayó sobre su rodilla izquierda al suelo. Las lágrimas amenazaban a Milo con salir de su mirada llena de odio y rencor. Lo mataría... estaba seguro de ello... aunque no sin antes haberlo hecho sufrir lo suficiente como para que le rogara que lo matara. Se preparó para lanzar su ataque una vez más
    - ¡Detente! - gritó Lunye de pronto, sorprendiendo al caballero quien volteo a verla mientras disminuía su cosmo rápidamente - Ya fue suficiente
    - ¿Suficiente? - preguntó el con escepticismo - No, Lunye, aun no es suficiente
    - Si, si lo es - Lunye miro fijamente a Milo y así se quedaron por un momento. Nithael solo observaba a la chica un tanto impresionado; lo mas seguro era que quería ser ella quien acabara con su vida. Lunye volteo a ver a Nithael - quiero saberlo... todo
    El caballero de escorpión lo volteo a ver, también queriendo escuchar la historia y saber como fue realmente la situación. Nithael se puso de pie lentamente haciendo lo posible por ocultar el dolor en su rostro, sin conseguirlo. Suspiró.
    - Yo aun era solo un soldado bajo las órdenes de él y sus bersekers cuando se me encomendó localizar tres personas que contaran con habilidades únicas y extraordinarias, y que poseyeran un poder igual o superior al de un caballero dorado. Viaje por distintas partes de Grecia y el mundo para encontrarlos, siendo una cantidad exorbitante de candidatos la que llegue a tener en mente. Pero conforme pasaba el tiempo, fui eliminando a muchos, dejando solamente a 10 de todos ellos. En esa lista, por supuesto, estaban incluidos tu, Ioanni y Skuler... y tu también, caballero - Nithael volteo a verlo, viendo así la sorpresa que la noticia le había provocado - los rumores decían que en alguna parte de esta isla había un hombre que entrenaba a niños que perdían a sus padres y que por alguna razón se extraviaban en el bosque, así que me pareció buena idea venir a dar un vistazo. Los observe durante varios días, ambos eran excelentes... pero solo tenia que elegir a uno. Al principio me inclinaba mas por Milo, era el que mostraba tener todas las características que buscaba en una persona, pero después, tu poder psíquico me sorprendió, Nira... además, al descubrir que él iba por una armadura dorada, me hizo tomar la decisión de elegirte a ti. Al tener bien a mis candidatos, regresé de nuevo al monasterio para darle la lista que había logrado formar en dos años. Los bersekers Skiáthos y Nísyros fueron los que se encargaron de traer a Ioanni y a Skuler. Un año después, el patriarca del Santuario descubrió la presencia de Ares y envió a un espía a indagar donde exactamente se encontraba. Por supuesto, Ares se dio cuenta y me mandó a darle un recado al intruso para que se lo llevara al patriarca: “En una semana deberá enviar a su elite dorada al monte Atos, acompañados de una chica llamada Nira... por si no sabe donde buscarla, ella se encuentra en Milos. De no ir ella, aténgase a las consecuencias”... y todo lo demás ustedes ya lo saben
    Ambos estaban estupefactos por lo que acababan de escuchar; habían sido observados y ellos ni se habían dado cuenta de nada. La furia, el rencor y el odio comenzaron a invadir a la chica de negra mirada
    - ¡¿Tu sabias lo que Ares nos hizo y aun así lo seguías?! - gritó ella sin apartar su fría y rencorosa mirada del que fuera su amigo hacia pocos minutos. Nithael solo asintió
    - A diferencia de ustedes, yo me uní a él por voluntad propia... desde muy joven, siempre le he servido al dios de la guerra
    - ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?... ¿si sabes lo que nos hizo a nosotros tres porque no habría de hacértelo a ti?
    - Porque lo recuerdo... me conoces Nira, sabes que soy vanidoso y siempre quiero poseer mas y mas poder - hizo una pausa, la chica estaba sorprendida. Milo, haciendo lo posible por contenerse y no atacarlo aun - estaba harto de mi deplorable situación en Dodóni, sabia que si permanecía en ese lugar, jamás lograría ser un hombre sumamente poderoso como siempre anhelaba. Así que me escape y durante meses viaje sin descanso... hasta que llegue al monasterio de Kaisarianís, hace ya muchos años atrás. Gyáros, antiguo berseker de Cryse, fue quien se encargó de entrenarme y enseñarme todo lo que sé
    - Pero... tu...
    - Si, ataqué de Dodóni junto con Skuler - la interrumpió - la verdad no me importó, un pueblo tan débil como ese merecía desaparecer de la faz de la tierra
    Lunye, al no poder soportar por mas tiempo la indiferencia que utilizaba Nithael para relatarles eso, se dirigió a él dispuesta a atacarlo. Milo no hizo nada por detenerla, debido a la ira que sentía no recordó que aun no estaba recuperada del todo. Lunye le dio un golpe directo en el rostro lo que hizo que Nithael sangrara por la boca. No conforme con eso, comenzó a golpearlo en el estomago con brutalidad y una vez que se hubo cansado, le dio un golpe en el mentón que hizo que Nithael se desestabilizara y cayera de sentonazo al suelo. Lunye se tomo la muñeca derecha y un gesto de dolor se dibujó en su rostro. Milo se acercó a ella un tanto preocupado
    - ¿Estas bien? - preguntó
    - Si... - respondió, tajante, sin siquiera voltearlo a ver - si no te importa, me gustaría estar sola
    Lunye se fue de ahí y aunque Milo se dispuso a seguirla, considero que lo mejor era dejarla sola como ella quería, al fin y al cabo, el también quería estar solo un momento. Volteo a ver con desprecio a Nithael, quien aun seguía en el suelo.
    - Vivirás con esto toda tu vida, Nithael - le advirtió - no podrás vivir tranquilo recordando todo el daño que le causaste a alguien a quien considerabas tu compañera de armas... porque dudo mucho que alguna vez la hayas visto como una amiga - Milo le dio la espalda y comenzó a caminar
    - ¿Piensas dejarme con vida, Milo? - pregunto Nithael mientras intentaba ponerse de pie. El caballero dorado se detuvo
    - Tu decides si vives o mueres - respondió, siguiendo dándole la espalda - considerando que solo te lancé cinco, el daño recibido no es muy grave... además - Milo volteo a verlo de soslayo - prefiero que el remordimiento te aniquile a tener que hacerlo yo
    Una vez terminado aquella frase, el santo de escorpión siguió con su camino, dejando a Nithael solo en medio de aquel claro que comenzaba a ser absorbido por la oscuridad de la noche. En cualquier momento, la hemorragia que producía su ataque lo sorprendería, pero considerando la cantidad de agujas que le lanzó, supuso que no moriría por eso. Cuando llegó a su morada, Milo se sentó frente a la puerta para esperarla. La verdad, no tenia ni la mas mínima idea de a donde se podría haber ido, pero no estaba preocupado, lo que Nithael les había relatado esa tarde era todo lo que ocupaba su mente en ese momento. De pronto, el sonido de unos pasos acercarse por su derecha lo sacaron de sus pensamientos.
    - ¿Dónde esta Lunye? - preguntó una chica. Milo solo señaló hacia su izquierda sin preocuparse por ver quien le había preguntado, para que si ya sabia de quien se trataba. Escuchó que ¿dos? personas se iban de ahí.
    - ¿Te encuentras bien? - preguntó una voz varonil muy conocida por él
    - No, la verdad es que no, Camus - respondió en un susurro y volteo a verlo. Al lado de Camus, se encontraba Saga con la mirada dirigida a otro lado. Al ver al caballero de Géminis, su ira volvió a cegarlo
    - ¿Pasó algo? - preguntó Camus un tanto preocupado
    - Ya lo sabe, Camus - dijo Saga correspondiendo a la mirada fiera de Milo. El santo de acuario los miro a ambos sorprendido
    Sin mediar palabra, Milo desapareció de sus vistas y apareció justo frente a Saga, al que le propinó un certero y fuerte golpe en el rostro, aventándolo un par de metros hacia atrás y cayendo sobre su espalda en el suelo. Milo se le quedó viendo un momento y después se dio media vuelta para entrar a la casa. Saga se levantó sin mucha dificultad
    - Milo - lo llamó y este se detuvo - si lo que quieres es desquitarte conmigo por no habértelo dicho antes... desquítate, pero ten en cuenta que yo también atacaré
    - Bien - se volteo hacia Saga - me parece perfecto
    - ¡Esperen!... ¡no es necesario! - Camus intentó tranquilizarlos pero ya era demasiado tarde, ambos combatientes se pusieron en guardia y empezaron a elevar su cosmo...
     
  18.  
    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Supongo Makiiiiiiiiiiiiiiiii !!!!!!!!!!!!!!!!!! que las dos partes ultimas corresponden al capitulo 40. Y lei hasta el 34 !!!!!! Igual los guardo y veo de pasarlos a la palm, es mas lindo leerlo tirado por ahi en el piso, que en la pc, parece una revista.

    Saludos nos Vem05
     
  19.  
    Nira

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Asi es Ikki, las dos ultimas partes corresponden al capitulo 40 ^^. Y bueno, aqui les traigo el capitulo 41 (41 :eek:!!!). Espero que les guste y no olviden dejar sus comentarios ^^
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    CAPITULO 41: UNA PELEA POR RENCOR. MILO VS SAGA
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    Lunye se encontraba sentada en el risco donde esa misma mañana ella y Milo se había desahogado. Pero esta vez no saltaría, simplemente lloraría un rato ahí, sola, esperando que nadie la viera en ese deplorable y lastimoso estado. No le dejaba de rondar por la cabeza aquello que Nithael les había contado hacia unos momentos... aquel a quien había considerado su amigo resultó ser quien verdaderamente le arruinara la vida al haberla elegido como posible berseker de Ares. Una ola de sentimientos no dejaban de atacarla; era tanto el rencor, el odio y la decepción que sentía que francamente no sabia que hacer con ellos. Cubrió su cara con sus manos y apoyó sus codos en sus piernas y así se quedó por un buen rato sin saber si gritar o llorar o hacer ambas cosas
    - ¿Lunye?
    - ¿Cómo me encontraste, Ioanni? – preguntó la chica de roja cabellera sin cambiar de posición
    - Tu amigo el caballero nos señaló por donde te habías ido, así que solo seguimos el camino – Ioanni se acercó a su amiga y se sentó a su lado - ¿Qué haces acá tan sola?
    - Pensar que fue lo que hice para merecer esto – Lunye se quitó las manos de la cara, estaba destrozada por dentro
    - Entonces Nithael ya vino a decirte como estuvo todo – dijo Skuler que prefería guardar cierta distancia. Todo era tan confuso para ellos ahora, tantas culpas y tanto dolor por lo que habían hecho en esos pocos pero largos cuatro años de sus vidas, que sentían que estaban flotando en otra realidad a la cual no pertenecían, como si de un sueño se tratase
    - Así que ustedes ya lo sabia – dijo Lunye con cierto resentimiento
    - Nos acabamos de enterar apenas ayer por la noche – apresuró a decir Ioanni en vista de que Lunye había creído que lo sabían desde hacia tiempo
    - Nosotros solo queríamos prevenirte, por eso venimos aquí con otros dos caballeros del santuario – dijo Skuler
    - Pero llegamos tarde, Nithael se nos adelantó… supongo que el caballero también escuchó, ¿no es cierto?, se le veía cabizbajo cuando lo vimos
    - Si, también él escuchó – guardó silencio - ¡¡No puedo creer que Nithael hiciera tal cosa!! – gritó Lunye de pronto, varias lagrimas rodaron por su blanco rostro - ¡¡LO ODIO!!... ¡¡Me arruinó mi vida!!... ¡¡nos arruino la vida a todos!!
    Ioanni la abrazó y Lunye comenzó a llorar. La chica de rubios cabellos volteo a ver a su compañero quien solo desvió la mirada hacia el oscuro mar que se extendía a su derecha. Los dos estaban igual que su compañera de armas…

    Ambos estaban uno frente al otro, en guardia y mirándose fijamente. Como no era una pelea en serio, no usarían sus técnicas, simplemente se trataría de una lucha cuerpo a cuerpo. Camus solo los miraba, no sabia que hacer para detenerlos, pero algo le decía que hiciera lo que hiciera, esa batalla se llevaría a cabo. El primero en atacar fue Milo, quien corrió hacia Saga dispuesto a golpearlo con su puño en la cara. Saga lo vio venir y se puso en guardia, logrando detener el golpe con su antebrazo. Al ver que había fallado, Milo comenzó a lanzarle golpes cada vez mas rápidos y fuertes, pero Saga era capaz de detenerlos todos aunque se estaba viendo obligado a retroceder. Cuando topó con el enorme tronco de un árbol, Milo quiso darle un puñetazo en la cara, pero el geminiano lo esquivo, agachándose. El árbol quedó seriamente dañado. Saga, aprovechando que Milo tenia la guardia baja, le dio un golpe en el mentón. El caballero de escorpión cedió dos pasos hacia atrás ligeramente aturdido. Camus solo veía, sabía que cualquier cosa que hiciera o dijera para detenerlos seria en vano, pelearían hasta que se desahogaran y sacaran todo aquello que los atormentaba y agobiaba. Saga quiso darle otro golpe a Milo tratando de sacar ventaja de su situación pero al momento de lanzarlo su puño, Milo lo esquivó inclinándose a un lado. El joven de ojos turquesa lo tomó por la muñeca y lo estrelló al suelo. Saga se levantó rápidamente del suelo… pero Milo ya no estaba, había desaparecido.
    - Maldición – se quejó Saga, volteando a todas partes para buscarlo
    - ¿Cuándo pensabas decírmelo? – preguntó Milo desde alguna parte. Saga intuyó que estaba detrás de él
    - Para serte sincero… nunca – respondió con cinismo y se volteó bruscamente para golpearlo… pero no estaba ahí. Una de las habilidades de Milo era su sorprendente rapidez, se movía tan velos como un escorpión a la hora de atacar a su presa… así que tomando aquella referencia en cuenta, también era muy sigiloso… siempre y cuando no perdiera los estribos, en ese caso los ataques sorpresa no los tomaba en cuenta. Pero lamentablemente para Saga, su adversario estaba haciendo uso de esas habilidades que lo distinguía de entre los doce… y no solo de ellos… sino de los 88 caballeros de la orden de Athena
    - Respuesta equivocada – dijo Milo, apareciendo justo frente a Saga. Este ultimo no pudo evitar recibir un fuerte golpe en la mejilla derecha, siendo lanzado varios metros lejos del chico de mirada turquesa. Milo solo lo miraba con cierto rencor. El sabor de su propia sangre invadió la boca de Saga cosa que no le agradó en lo absoluto. Por varios minutos, el silencio y una falsa calma los envolvió. El caballero de Géminis se puso lentamente de pie mientras que Milo no dejaba de mirarlo y apretar fuertemente los puños. Camus simplemente observaba.
    Saga corrió en dirección al escorpión a una velocidad sorpréndete y cuando estuvo a escasos metros, saltó y descendió con una patada. Milo se cubrió con ambos brazos y al recibir el impactó, se vio obligado a retroceder un par de pasos mientras que Saga dio una maroma hacia atrás y cayó de pie no muy lejos de su contrincante. El guardián del segundo templo no se había apoyado completamente en el suelo cuando volvió a atacar a Milo. El caballero de la octava casa no hacia mas que detener unos cuantos puños y recibir otros tantos, Saga no le estaba dejando ninguna oportunidad de contraatacar, solo de defenderse
    - No entiendo porque te pones así con una nimiedad como esta – dijo Saga sin dejar de lanzarle fuertes golpes a diferentes partes del cuerpo – simplemente no te dije como estuvieron realmente las cosas, no es algo por lo que debas odiarme – al terminar la frase, le dio un ultimo golpe en la cara que tiró a Milo al suelo de bruces.
    - ¿Dices que esto es una nimiedad, Saga? – cuestionó Milo molesto y algo fatigado mientras se ponía de pie con cierta dificultad. Una vez estándolo, escupió a un lado la sangre que tenia acumulada en su boca y después con su mano derecha se limpió la que tenia en la comisura de los labios – me decepciona ese comentario – Saga no dijo nada. Milo esbozó una media sonrisa llena de tristeza y coraje – dime, ¿Qué harías tu en mi lugar?... ¿seguirías diciendo esa estupidez de que esto es una nimiedad? – la sonrisa desapareció y su tono de voz se elevó casi hasta convertirse en un grito - ¡Respóndeme!, ¿Qué harías si la situación fuese al revés?... ¿no me detestarías por no haberte dicho que Kanon era un requisito en la batalla de Atos?... ¿Qué si no iba él algo peor podría suceder?... ¿Seguirías pensando igual, Saga?... ¡Responde, maldita sea!
    - ¡Basta! – gritó Saga. El silencio reinó en ese paraje de Milos por un breve instante y un suave viento, que presagiaba una tormenta, comenzó a hacerse presente
    - Es mas que claro que no puedas responderme… no te has puesto en mi lugar – Milo clavó su mirada perdida en el suelo. Había pasado de esa rabia descontrolada al resentimiento y la melancolía. Lunye llegó en ese preciso instante, pero al ver como estaba la situación, mejor se quedó escondida detrás de un árbol sin que nadie se diera cuenta de su presencia - Nira no solamente era una buena amiga… era mi hermana… esa hermana menor que nunca tuve y que como tal, tenia que proteger. Fue ella quien me hizo olvidar mi pasado y fue gracias a ella que me convertí en caballero… pero… - las lagrimas amenazaron con salir de sus azules ojos pero él hacía todo lo posible por retenerlas todo el tiempo posible – ese día en Atos… ¡ese maldito día en Atos vi como la perdía y no pude hacer nada por protegerla!... ¿sabes lo impotente que me sentí?... ¿tienes una idea de lo poco caballero que me considere en ese momento y en los días posteriores?... ¡no vuelvas a decir que estoy así por nada!... y sabes que es lo peor… ¡Que se pudo haber evitado!
    - ¡Eso no se podía evitar, Milo!... ella seria berseker aunque te lo hubiera dicho
    - Claro que si se podía evitar… maldición Saga, ¡¡TU SABIAS QUE IBAN POR ELLA!!
    - Yo no lo sabia
    - Claro que lo sabias… ¿para que otra razón pensaste que Ares la quería en el campo de batalla?... ¿solo por puro capricho?... ¡por supuesto que no!
    - Milo, ya basta, tranquilízate – intentó calmarlo Camus, pero Milo solo le dirigió una mirada furiosa y llena de lagrimas
    - No pienso hacerlo – Milo usó su velocidad para desaparecer nuevamente de sus vistas. Saga simplemente cerró los ojos y colocó su mano frente a su cara para así detener el puño del caballero de escorpión, quien apareció frente a él con su brazo extendido
    - Deberías hacerle caso a Camus, Milo, porque bien sabes que mientras estés así no podrás hacerme nada – Saga le dio un fuerte golpe en el estomago, sofocándolo. Milo cayó de rodillas al suelo, tosiendo y sollozando. El sonido de unos pasos trozando pequeñas ramas captó la atención de los tres. De entre las sombras de los árboles apareció Lunye con su ya conocida mirada fría e inexpresivo rostro
    - Ioanni y Skuler los esperan en la playa, caballeros – avisó, indiferente a todo lo que veía y había escuchado. Camus se acercó a su compañero que aun seguía en el suelo intentando no llorar
    - Milo… ¿estarás bien? – preguntó el santo de acuario. Milo solo asintió frenéticamente sin voltearlo a ver, gesto que no lo convenció en lo absoluto
    - Camus, vámonos – dijo Saga que ya empezaba a retirarse del lugar pero al poco tiempo se detuvo – Espero y puedas perdonarme, Milo
    - Ya… ya no te preocupes por eso, Saga… todo esta olvidado ahora – respondió Milo intentando contenerse y sonar aunque sea un poco alegre, no quería que sus compañeros lo vieran llorar… y mucho menos ella, pero era demasiado el dolor que estaba sintiendo en ese momento que francamente lo estaba viendo imposible… eran demasiadas las cosas que le habían pasado en tan poco tiempo que se sentía realmente confundido, abrumado, devastado y desolado. Saga y Camus se fueron de ahí, aunque este ultimo, de vez en cuando, miraba hacia atrás con cierta tristeza aunque eso no se le notaba.
    Cuando ambos caballeros desaparecieron de su vista en la oscuridad del bosquecillo, Lunye dio un suspiro y volteo a ver al caballero que no hacia ningún esfuerzo por levantarse. Milo cerró los ojos y empezó a relajarse, aspirando profundamente aire por la nariz y exhalándolo por la boca.
    - Cálmate – se susurro a si mismo – Cálmate
    - ¿Piensas quedarte ahí toda la noche o prefieres pasar a tomar algo que te relaje?
    Milo abrió los ojos al escucharla. Frente a él vio una mano extendida dispuesta ayudarle. Volteo a verla a la cara y mas grande fue su asombro al observar en ella una sincera sonrisa. El caballero hizo caso de aquel gesto y se levantó
    - No tarda en llover - anuncio el caballero al notar como el viento aumentaba de intensidad a cada momento que pasaba. Estaba serio pero se le notaba mas tranquilo - será mejor que entremos - le sonrió, aunque Lunye logró detectar en ella el dolor y la amargura que lo invadían. Milo comenzó a caminar hacia la casa que se encontraba frente a él. Lunye solo lo observó
    - Milo - lo llamó, el aludido se detuvo y se giró a verla
    - ¿Qué pasa? - preguntó, Lunye se acercó a él
    - Te escuché - confesó, sin miramientos. Milo solo la miró extrañado, no sabia exactamente a que se refería con eso
    - ¿A que te refieres, Lunye?, ¿Qué fue lo que escuchaste?
    - Todo... - hizo una pausa, Milo seguía igual. En cierta forma sabia a que podría referirse pero su estado anímico no lo dejaba pensar con claridad - todo lo que dijiste sobre m... ella y lo mal que te sentiste por lo que paso - Milo sintió una punzada de dolor en el pecho
    - Se suponía que tu no deberías saber eso nunca - dijo con cierta ironía y siguió con su camino
    - Espera - Milo se detuvo, ella lo alcanzó y se puso frente a él
    - Ahora se que es aquello que detectaba en tu mirada cada vez que estaba contigo... incluso ahorita lo veo. Al principio creí que era tristeza o desesperación pero no... era culpa... te sientes culpable por lo que me pasó - Milo desvió la mirada al suelo, estaba realmente abatido... todos los amargos recuerdos que guardaba de aquel fatídico día en el monte Atos lo abordaron cruelmente, sin compasión alguna, pero no la culpaba, no sabia nada al respecto
    - Siempre he pensado que pude haberte salvado de esto - sonrió con tristeza. A su mente se vino ese grito que evocaba su nombre y que desaparecía conforme se adentraba a la oscuridad de ese abismo
    - No se como estuvieron realmente las cosas, pero... por lo que he estado escuchando en los últimos días tú no tienes la culpa de nada
    Se quedaron viendo por un breve instante, el sorprendido por el comentario y ella aun con su sonrisa. Pequeñas y tenues gotas de agua comenzaron a caer de un cielo casi totalmente despejado de nubes, aunque estas ya estaban comenzando a cubrir rápidamente a las brillantes estrellas y a la plateada luna que acababa de llenar justo ese día.
    - ¿Cómo… como puedes estar tan segura de eso si no sabes como pasaron realmente las cosas? – preguntó Milo azorado. Ninguno de los dos se había percatado de la ligera llovizna
    - No hace falta saberlo para darse cuenta de que tu no tienes la culpa de nada, Milo… - hizo una pausa, Milo se sorprendió aun mas, no esperaba una respuesta así por parte de ella – si hay un culpable ese es Nithael, nadie mas
    - Lunye - susurró. Definitivamente estaba cambiada, ¿que había sido la causa?, aun era demasiado pronto como para especular cosas
    - Desahógate, Milo – dijo la chica mientras lo tomaba de los brazos y lo zarandeaba un poco – te hace mucha falta – Milo sonrió
    - ¿Acaso te quieres vengar? – preguntó, con un deje de cinismo
    - No… te quiero ayudar… al igual como tu lo hiciste conmigo – la sonrisa de Milo desapareció y su expresión de asombro regresó a su cara. La llovizna arreció y fue cuando Milo se dio cuenta de ella
    - Esta lloviendo – el caballero volteo al cielo y las gotas de agua mojaron su bello rostro
    - Pues aprovecha
    - ¿Aprovechar… que? – preguntó desconcertado y la volteo a ver
    - Que esta lloviendo… para desahogarte
    - ¿Desahogarme?... – Milo le sonrió - eso ya lo hice
    - ¿eh?
    - Será mejor entrar o podrías enfermarte
    Milo caminó nuevamente rumbo a la casa pero Lunye siguió donde mismo… Milo no dejaba de sorprenderla. Después de un breve momento, la chica reaccionó y corrió para alcanzarlo, ralentizando el paso una vez estando a su lado. Entraron, cenaron y se fue cada quien a su respectivo cuarto a dormir.

    Después de ese incidente, la cosas entre los cuatro inquilinos de esa casa cambió drásticamente, Lunye se acoplaba con una rapidez sorprendente para ella, aunque para Milo y Andro no lo era tanto considerando quien era en realidad. En ocasiones, Milo entrenaba a Deacon como una manera de perder el tiempo y pensar en otra cosa que no fuera lo que afectaba a Andro y a veces Lunye se unía al entrenamiento del chico. Andro y Milo habían quedado en no decirle nada a la chica por miedo a que volviera a sufrir de otra recaída como la que había sufrido el día en que Andro había llegado de uno de sus tantos viajes y los había visto dormidos en el sillón. Pero una semana después del arribo de los jóvenes a la isla, Lunye presenció uno de los ataques de dolor de cabeza de Andro y, para empeorar las cosas, ni Milo ni Deacon se encontraban en la casa, sino que habían ido a algún lugar de la isla a entrenar. Ese día, ella se encontraba haciendo la limpieza de la casa (ninguno de los dos hombres estaba de acuerdo que ella hiciera tal cosa pero al final logró convencerlos) cuando escuchó que en la cocina un vaso se quebraba. Rápidamente fue a ver que era lo que había pasado y encontró a Andro apoyado en el lavaplatos y con una mano en la cabeza. En su rostro se dibujaba una expresión de dolor. Lunye se asustó al verlo en ese estado
    - ¿Quiere que haga algo por usted? – preguntó ella, visiblemente aterrada y nerviosa
    - En la mesilla de noche de mi recamara hay unas pastillas… tráemelas
    Lunye no dijo nada mas y se fue corriendo hacia allá. Desesperada, comenzó a buscar en los dos cajones del mueblesillo que se encontraba a un lado de la cama pero no las encontraba. Cuando ya se había dado por vencida fue que vio una caja blanca con un letrero que decía Ponokéfalos sobre el inmueble, la tomó y se regresó con Andro tan rápido como se había ido.
    - ¿Cuántas? – preguntó Lunye mientras sacaba las pastillas de la caja blanca
    - Dos
    Con una rapidez sorprendente, Lunye las sacó de la plateada cartera, tomó un vaso y lo llenó de agua, tendiéndole todo a Andro. Él tomó las pastillas con una mano y el vaso con la otra y sin titubeo alguno se las tomó.
    - Será mejor que se siente en el sillón, le hará bien – dijo la chica mientras lo tomaba del brazo y lo conducía a la sala. Cuando iban a medio camino, Milo y Deacon entraron - ¡Milo!
    Los dos se acercaron a Lunye y Andro, preocupados. Milo ayudo a Lunye a llevar a Andro a uno de los sillones y lo sentaron
    - ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó Milo
    - Estaba trapeando cuando escuché que un vaso se quebraba en la cocina. Fui a ver que había pasado y vi a tu maestro apoyado en el lavaplatos con una mano en la cabeza. Le alcancé sus pastillas para que se las tomara y me lo traje para acá… ¿Qué es lo que tiene, Milo?
    - Le dan dolores de cabeza… a veces son fuertes, otras veces no… pero tranquila, se pondra bien
    - ¿Do-dolores de… cabeza? – murmuró ella sorprendida y por alguna razón recordó su pelea contra él en Milos. Sus ojos se abrieron de par en par – no puede ser… - susurró, Milo volteo a verla algo desconcertado
    - ¿Qué pasa, Lunye?
    - Yo tengo la culpa – dijo, sin voltearlo a ver
    - No, tu no tienes nada que ver con esto
    - Si, si tengo que ver y mucho – dijo mientras lo miraba – Milo, tu maestro sufre de un bloqueo
    - ¿Bloqueo?... - preguntó Andro con dificultad
    - Si… cuando peleamos aquí en Milos le realice un bloqueo mental… por eso los dolores de cabeza, cualquier esfuerzo que haga con la mente, cualquier cosa que lo haga pensar demasiado activa el bloqueo y produce dolor de cabeza – Andro se rió, no mucho por el dolor que sentía
    - ¡Así que esto es obra de un bloqueo! – exclamó, sin parar de reír – ¡¿Cómo no me lo imagine?!
    - Puedo revertirlo… es lo menos que puedo hacer por todo lo que han hecho por mi… aunque paradójicamente fui yo quien lo provocó
    Milo se alejó de Andro y junto con él se llevó a Deacon para darle espacio a Lunye de hacer lo que tuviera que hacer. Lunye se sentó a un lado de Andro y colocó sus manos a ambos lados de su cabeza, cerrando los ojos y concentrándose.
    - Ya sabe que esto dolerá un poco, ¿verdad?
    - Fui yo quien te enseñó, claro que lo se
    Lunye sonrió un poco y un aura roja la rodeo. Después de varios minutos, una fuerte punzada de dolor se hizo presente en la cabeza de Andro quien no pudo evitar emitir un quejido por eso. Milo y Deacon solo observaban. Cuando todo hubo terminado, Lunye dejó caer los brazos con pesadez sobre sus piernas y se encorvó un poco. Estaba exhausta.
    - ¿Cómo se siente, maestro? – preguntó Deacon mientras se acercaba a él
    - Mucho mejor, el dolor ha desaparecido – Andro le sonrió al pequeño
    - Iré a dormir – dijo Lunye de pronto mientras se ponía de pie aunque una vez estándolo estuvo a punto de caer
    - ¿Te encuentras bien, Lunye? – preguntó Milo preocupado por la chica y se acercó a ella
    - Si, no te preocupes, solo estoy algo cansada
    Lunye le dedico una sonrisa cansada y se fue rumbo a las escaleras y subió a su recamara. Milo sonrió, esa sensación de pesadez y opresión que había estado sintiendo desde hacia varios días por fin había desaparecido, todo estaba volviendo a la normalidad poco a poco…
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    Ikki

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    Re: LA BATALLA CONTRA UN SER SANGUINARIO (Continuacion de Una Bella Amistad)

    Ohhhhhhhhhhh que atrasado voy con los capitulos.
    Pero cuando termino de leer como un nerdo tengo la vista cansada, igual a ponerse al dia, carajo ikki eres un vago, no te das tiempo para ti mismo simpre pensando en ayudar a los demas (ja).

    Saludos Nira !
     
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