La Búsqueda

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por JimenaAlonzo, 12 Agosto 2012.

  1.  
    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Septiembre 2011
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    La Búsqueda
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    21
     
    Palabras:
    7344
    Capitulo 18.

    Tardamos un día mas en llegar a Barcelona y todo gracias a que encontramos la carretera y una mujer muy amable nos llevo lo que quedaba de camino, que era mas de lo pensábamos.
    Ahora estábamos caminando por las calles de Barcelona mirando todo y admirándola, ya que nunca había estado en una ciudad tan tan grande como esta.
    —Hay que tener cuidadodecía Kyo Barcelona es la ciudad mas grande de España hoy en día.
    No nos perderemos si no nos separamos, no hay de que preocuparsedijo Kiba mirando todo al igual que yo.
    No lo ha dicho por eso sino porque al ser más grande habrá mas maquinas y cruces rojasle contestó Karas.
    Pues tenemos cuidado y ya esta…creo que siguieron hablando, dijeron algo del dinero y no sé que mas pero es que yo deje de escuchar ya que un escaparate de una tienda de ropa me llamó la atención.
    Ese conjunto que tenía el maniquí me había encantado: Una camiseta blanca con un chaleco azul, unos pantalones vaqueros azules y unas botas también azules. Mire la ropa que llevaba puesta, la camiseta echa mierda y por encima todavía tenía puesta la chaqueta de Karas del otro día, además mis pantalones estaban rotos y sucios. Por encima ese conjunto estaba a mitad de precio. No me lo pensé mas y entré, necesitaba ropa y rápido.
    En cuanto entre le dije al dependiente que era exactamente lo que quería junto con mi talla, le había pagado por adelantado, por si acaso, luego no quería problemas y ahora estaba en los probadores cambiándome la ropa vieja por la nueva.
    ¿Maia donde estás?ese era Kiba.
    ¡Aquí! Ahora salgo se me había olvidado avisarles pero vi que me estaban mirando asi que…
    Ah, vale, no hay prisa.
    Solo me faltaba el pantalón y las botas, la verdad es que la parte de arriba me quedaba de maravilla, me gustaba mucho, si. Cogí los pantalones y justo cuando me los iba a poner de pronto entraron los tres a empujones.
    ¡Pero bueno…!Kyo me tapó la boca.
    Shh, ponte lo que te falta, rápidome susurró. No sabia exactamente lo que pasaba pero le hice caso enseguida. Mientras me vestía vi que Karas estaba mirando fuera por una abertura de la cortina.
    ¿Sigue ahí?preguntó Kiba en voz baja.
    No se, no lo veo.
    ¿A quien?pregunté ya vestida.
    A uno de los cruces rojasme contestó Kyo.
    ¿Hay uno aquí?pregunté sorprendida. ¿Por qué entraría a una tienda de ropa? ¿Nos habría visto entrar?
    Si y según Karas, estaba señalando hacia aquí.esto es chungo, si nos pilla aquí la hemos liado. Llamaríamos mucho la atención. Karas de pronto se volvió hacia nosotros con sorpresa y frustración.
    Esta abriendo los probadoressusurró. Mierda. Y nosotros estábamos en el cuarto, pues vaya cosa.
    ¿Qué hacemos?pregunté un poco asustada pero se puede decir que estábamos acorralados.
    Nos lo cargamos y puntodijo Kiba calmado.
    No, llamaríamos demasiado la atencióndijo Kyo pensativo.
    ¿Entonces?
    Escuchar, va por el segundo, cuando yo diga vosotros dosnos señaló a Kiba y a mi pasáis por debajo al que ha abierto pegándoos muy bien a la pared para que no os vea. Y nosotros dos pasaremos a este otro ¿vale?asentimos los tres con rapidez.
    Cuando os diga…miro por la abertura sin asomarse para que no lo descubriera. Tenía la mano en alto y nosotros la miráramos atentos a cualquier movimiento. De pronto Karas movió la mano rápido.Ya, ya—Susurró. Enseguida pasamos por debajo sin hacer ruido y nos pegamos a la pared como nos dijo que hiciéramos Karas justo cuando escuchamos el ruido de la cortina abrirse de un tirón. Como no escuche ningún disparo supuse que Karas y Kyo también lo habían conseguido.
    Maia tenemos que salir de aquíme susurró.
    ¿Y Kyo y Karas?
    Ya se las arreglaranse asomó un poco con cuidado y enseguida se metió, pero se volvió a asomar justo en el momento en que Karas y Kyo se asomaban por debajo intentado pasar.
    Menos malsusurré ayudándoles a ponerse de pie. Le di su cazadora a Karas el cual la cogio poniéndosela en seguida.
    Cuando termine con los probadores se ira al fondo de la tienda, momento que aprovecharemos para largarnosdijo acomodándose las pistolas en la chaqueta mientras se asomaba un poco.Estar atentos.solo pasaron unos escasos 30 segundos. Ahora. Kyo me cogió de la mano y tiró de mi yendo primero nosotros dos, luego Kiba. Lo que me pareció raro es que la gente que había antes ya no estaba, eso era bueno asi sería mas fácil pasar por detrás de las perchas de ropa.
    Estábamos ya a cinco escasos metros de la salida cuando el dependiente tan simpático de antes nos delató. Obvio que ya no me parecía simpático.
    ¡Eh, están aquí!Kyo no se lo pensó y salió corriendo tirando de mi con fuerza, abriendo la puerta de un empujón y escondiéndonos en un callejón que había cerca.
    ¿Y Karas donde está?pregunté un poco alarmada. Me contestó él mismo apareciendo acelerado.
    Aquí estoy.me empujó hacia dentro para que nadie nos viera.
    ¿Te ha visto venir hacia aquí?le preguntó Kyo.
    Creo que nodijo apoyándose en la pared.
    Lo mejor será que nos quedemos aquí hasta que la cosa se calme, no quiero correr riesgosMientras esperábamos yo me di la vuelta y miré hacia el interior del callejón, el cual era sin salida aunque de todos modos me acerque, total, no iba a perder nada ¿no?
    Había dos contenedores de basura, cajas alrededor vacías y basura alrededor pero nada interesante, solo mierda. Aunque no se porque la pared del final me resultaba extraña, me llamaba la atención ¿Seria porque estaba hecha de ladrillos y no de cemento como la de los laterales? Porque otra explicación no le daba. No sabía como explicarlo pero algo de esa pared me perturbaba como si tuviera algo especial que me llamaba. Me acerqué y alcé la mano para tocarla cosa que no llegué a hacer.
    ¿Qué haces?me preguntó Kiba haciendo que me sobresaltara. Miré y vi que los tres me miraban.
    No me asustes asi.
    Se te veía muy concentrada en tocar una simple paredme dijo Kyo extrañado.
    ¿Y si no es una simple pared?
    ¿A no? ¿Y entonces que es?pregunto Kiba sonriendo.
    No se… es que…una voz me interrumpió, una voz que no era la de ninguna de mis amigos además de autoritaria y que no me gustaba para nada.
    ¡Alto ahí!Nos volvimos todos con sorpresa, y alarmados nos quedamos al ver lo que teníamos en frente. Había unos 20 hombres de los cruces rojas apuntándonos con armas de fuego.Rendíos sin oponer resistencia. Yo mientras les miraba alcé el brazo hacia atrás para tocar la pared cosa que no hice y no porque no estuviera lo suficientemente cerca si no porque la había traspasado. Había traspasado la pared.
    Lo quité enseguida.
    No nos vamos a rendir porque tengas hombres armados a tu disposiciónle contestó Karas
    Si, nosotros también estamos armadosdijo Kiba sacando la espada al igual que Kyo y Karas se preparaban. El hombre se rio y no se de donde salió ni en que instante la tiraron pero de pronto nos vimos rodeados de un humo blanco que no me dejaba ver para nada y me impedía respirar con normalidad. Tosí.
    ¡Juntaos, no os separéis!gritó Kyo.
    ¡Fuego!los hombres empezaron a disparar a ciegas ya que ellos tampoco veían mucho que digamos.
    ¡Chicos, seguir mi voz! Se donde hay una salidales dije a los tres pegada casi a la pared. Me hicieron caso pero es que tampoco es que tuvieran mucha opción. Cuando se acercaron a mi le cogí de las manos y tire de ellos haciendo que los cuatro traspasáramos la pared. Cayeron al suelo por la sorpresa pero yo me levanté enseguida. Si nosotros habíamos podido entrar ellos también podrían y las balas también asi que tenía que encontrar una forma de “desactivarlo”. Busqué con la mirada. No había mucho, solo eran paredes blancas. En una de ellas sobresalía a la vista un botón rojo, no sabía para que era pero fui y lo pulsé. Escuché un sonido extraño pero nada más. ¿Habría funcionado? Me acerqué a la pared y la toqué. Pues si, había funcionado ya estábamos a salvo. Suspiré y me di la vuelta para ver como estaban pero Kiba se me puso en medio impidiéndome avanzar y ver.
    Yo que tu no miraba.
    ¿Por qué?
    No te asustes ¿vale? Pero a Karas le ha alcanzado una bala¿Qué? Abrí los ojos con sorpresa y miedo. No me dejó hablar ¡Pero! No te preocupes, no creo que sea nada grave, lo único es que hay mucha sangre.me tranquilicé un poco.
    Vale, no miroy abracé a Kiba escondiendo la cara en su cuello-hombro. Me quedaría asi hasta que me dijeran.




    Era la primera vez que recibía un disparo y eso que a lo largo de mi vida me había metido en campos de batalla tan grandes que recibir un balazo era tan fácil como decir hola por la calle, pues esta era la primera vez. Al principio pensé que tampoco era para tanto pero a medida que pasaban los segundos el dolor iba en aumento y la sangre también. Traspasé la pared con un dolor en el hombro tan grande que no sabía si me dolia este o el brazo entero.
    Caí al suelo y ahí me quede, no me podía mover, bueno, en realidad no quería moverme. Me giré un poco y vi toda la sangre en el suelo y en lo primero que pensé fue en Maia. Yo aquí con un dolor inmenso y medio desangrándome y seguía pensando en Maia, lo que es el amor…
    Me sentía sin fuerzas y todo por un disparo en el hombro. Genial.
    Sentí que alguien me movía con delicadeza y miedo como alguien que toca una figura de porcelana con cuidado por si la rompe. Como vi que era Kyo me moví para hacerle ver que no estaba tan mal como el creía y creo que algo funcionó porque su cara cambio a algo mejor. Me ayudo a apoyarme sentado en la pared. Me miré el hombro. Había mucha sangre en este, la camiseta y el brazo. Me quitó la chaqueta con cuidado, solo me tuve que quitar la manga de un brazo ya que la del herido ya estaba suelta. Menos mal.
    Kyo miró toda esa sangre con mala cara como pensando como empezar.
    Donde…claro había tanta sangre que no sabia exactamente donde me había dado, podría ser perfectamente en el brazo.
    En el hombrocontesté mirando a Kiba el cual tenía abrazada a Maia que estaba de espaldas a mi.
    Sentía el brazo muerto ¿Eso era malo? Kyo con una navaja me abrió la camiseta rompiéndola y mirando la herida. No sabía que pensaba en ese momento.,
    Aquí no puedo hacer nada tenemos que encontrar a un medico.
    ¿Pero lo vas a dejar asi?preguntó Kiba.
    No.con su espada me rajó la camiseta del todo rompiéndola y sacándomela sin daño alguno. Con una parte cubrió la herida presionando, cosa que me saco un quejidoKaras necesito que levantes un poco el brazo...
    No puedo.
    Entonces voy a tener que levantártelo yo. Aguanta un poco.lo cogió con cuidado y empezó a moverlo para ponérmelo en cabestrillo con la otra parte de la camiseta. Me aguanté todo el tiempo que tardó. Solo cerré los ojos y apreté los dientes pero lo que no pude evitar fue soltar un quejido final cuando terminó. Tenía las pulsaciones a mil, respiraba rápido y estaba sudando.
    Kyo me puso la chaqueta por encima tapándome un poco el hombro y se levantó dejándome sentado. Paso la mirada por la estancia en la que estamos. Era un pasillo con una luz blanca y paredes entre grises y blancas, no me gustaba nada. Vi que ponía una cara extraña, nunca se la había visto.
    ¿Qué pasa?preguntó Kiba que se había acercado con Maia que todavía no se despegaba de él.
    Me da la sensación de que me suena este lugar y no me gusta.
    ¿Un Deja Vu?
    Supongo.
    ¿Y donde estamos?preguntó esta vez Maia separándose y mirando al frente ya que la sangre de antes estaba más atrás.
    En una de las bases de Aliance.—todos nos sorprendimos.
    Pero ¿no has dicho que no sabías donde estábamos?dijo Kiba.
    No, he dicho que me sonaba porque todos son muy parecidas, no he dicho que no sepa donde estamos.
    Entonces… ¿Aliance está aquí?preguntó Maia con algo de miedo en la voz, perdón, algo no, mucho, se le notaba en la cara.
    Quizás. De todas formas esté o no esté hay que salir de aquícaminó de nuevo al botón rojo que había pulsado Maia antes para desactivar la paredno estamos en condiciones de luchar con Karas tal y como estáy tenia razón. Yo ahora mismo era un estorbo. Es más si pudiera cerraría los ojos y dormiría para no sentir nada. Pulsó el botónVámonosvino a ayudarme pero se paró por las palabras de Maia.
    No, no se ha abierto.Kyo la miró y luego fue a tocar la pared pero no la traspasó como teníamos previsto asi que pulsó de nuevo el botón y volvió a tocar la pared, a tocarla, si.
    ¡¿Por qué?!medio gritó enfadado apoyándose en la pared.
    Oye, no te pongas nerviosole dijo Kiba tocándole un hombro.
    ¡No me pongo nervioso!se zafó del contacto con brusquedad. Esos ojos…
    Pues no lo parece.
    No comprendes la situación. Estamos en una base en donde podría estar el mismísimo Aliance, teniendo a un herido, no tenemos ni un 10% de posibilidades, ya no de ganar, sino de salir con vida de aquí.
    Si te calmaras buscaríamos una solución asi no vamos a ninguna parteesos ojos eran de miedo.
    Kyolo llamó Maia la cual estaba mirando al suelo jugando con sus dedos nerviosa y asustada.Kiba tiene razón, lo primero que tienes que hacer es calmarte y una vez hecho eso… si no podemos salir por aquí, saldremos por la principal ¿no?los tres la miramos sorprendidos. Si aquí estaba Aliance era un poco suicida ¿no?
    ¿Cómo?preguntó Kyo sin creer lo que acababa de escuchar.
    Lo que has escuchadole miró No me pongáis esas caras porque yo no veo otra solución. Aunque si quereis nos quedamos aquí hasta que nos encuentren y nos maten…Hubo un silencio durante por lo menos un minuto. Ella tenía razón si nos quedábamos aquí tarde o temprano nos descubrirían y nos matarían. Podríamos arriesgarnos a intentar salir, yo prefería morir intentándolo que quedándome aquí.
    Tiene razóndije con una voz un poco ronca y con dolor, no quise que me saliera asi pero… Me incorporé con esfuerzo. La única manera de salir de aquí es por la puerta principal y aquí quietos no hacemos nadaKyo suspiró.
    Está bien…está claro que iba a ceder, lo había dicho Maia. ¿Puedes solo?me preguntó.
    Sio eso creía. Empezamos a caminar con un paso lento e inseguro pero de momento no había nadie asi que seguimos.




    Los pasillos eran todos iguales, como siempre, las puertas también eran todas iguales, también como siempre, y los colores el mismo de siempre. Mi padre nunca iba a cambiar, da igual que ciudad estuviera siempre era lo mismo. Estos sitios me daban claustrofobia. De pequeño todo me parecía tan igual que creía que si me adentraba demasiado no saldría nunca, que me perdería como en un laberinto, aunque la verdad es que no hay mucho diferencia con uno.
    Como ya me lo sabía les guiaba sin mucho problema apoyándome en las esquinas para ver si había alguien al otro lado, que eso era lo que me preocupaba y asustaba, que no había nadie. Por más que avanzáramos no había ni un alma y eso no me tranquilizaba, eso hacía que me pusiera más nervioso que antes. Por favor que no este todavía vacía del todo.
    ¿Has estado alguna vez aquí Kyo?me preguntó Kiba sobresaltándome.
    ¿Eh? Ah, no, no, no, en Barcelona no.creo que se me había notado demasiado y seguro que Maia se había dado cuenta.
    Ah… es que parece como si te supieras el camino.
    Es que la estructura de las bases de mi padre son todas iguales.
    Entonces ¿Sabes porque no hay nadie?preguntó Maia haciendo que me parara y la mirara.Es extraño ¿no crees?
    Supongo que habrán cambiado de Base hace poco.
    Entonces eso es buenoalzó la voz Kiba alegre cosa que no me gustó nada.
    No, no es bueno asi que no alces la voz.estaba tenso. Solo quería salir de aquí.
    ¿Por qué no va a ser bueno? Asi podemos salir de aquí sin problemas.Tenia que tranquilizarme. No le contesté estaba concentrado en calmarme, en dejar de temblar y poder pensar con claridad. Hacía tiempo que no me sentía asi de asustado.
    Kyo, estas temblandodijo Maia a la vez que me cogía la mano. La miré. Sabía que iba a darse cuenta. Lo sabía. Y seguro que Karas también se habrá dado cuenta pero él estaba tan ido que no tenía fuerzas para preguntar.
    No lo puedo evitar.contesté agachando la cabeza mirando mi mano agarrada a la suya. Como un niño pequeño.
    Dinos que pasa Kyodijo Karas.
    Cuando era pequeño, me cambié de Base dos veces. Lo hacen como una mudanza normal, no es nada raro.
    La segunda vez yo tenía unos doce o trece años, ya habían guardado todo pero yo volví a entrar a coger unos libros que se me habían olvidado. Los pasillos tan vacíos me resultaban raros y me daban miedo asi que recuerdo que aceleré el paso. Yo no sabía nada de lo que iba a pasar por que nunca nadie me lo mencionó.
    Resulta que cuando Aliance se cambia de Base dejan suelta a una maquina especial para guardarla y evitar asi posibles intrusos por si se utilizara de nuevo en un futuro. Normalmente mi padre la activa cuando cierra del todo pero esta vez no se quien se adelanto y como esa maquina no diferencia entre amigo y enemigo tuve la mala suerte de encontrármela atacándome.
    Fueron los minutos más largos y terroríficos de mi vida. Me llegó a dar en la pierna y hubiera muerto de no ser porque mi padre la paró.
    Al final resulta que no va a ser tan malodijo Maia.
    ¿Por qué? ¿Crees que en cuanto me salvó me dio un abrazo? Para nada. O sea yo si quise darle un abrazo pero él lo único que hizo fue pegarme.las caras de los tres fueron épicas. ¿Qué se esperaban de Aliance? Si solo se quiere al mismo. No se ni como amo a mi madre.Por eso si esto esta vacío tenemos un gran problema.
    Hay una maquina suelta por aquíafirmó Karas.
    Si.
    Mientras no nos crucemos con ella no pasa nada ¿no?dijo Maia sonriendo para intentar que yo dejara de tener ese miedo tonto que tenía ahora. Sabía que ella estaba igual de asustada que yo pero ese gesto de valentía me dio fuerzas.
    Supongo que no.
    Entonces sigamos.




    Después de unos 5 minutos que se me hicieron interminables y seguro que no solo era yo, a los demás también seguro, sobre todo a Karas el pobre debe de estar pasándolo fatal, cada vez que lo miraba tenía una cara de dolor peor que la anterior, bajamos unas escaleras encontrándonos para mi alegría la salida y su exterior. Cuando la vimos sonreímos y sin pensárnoslo salimos corriendo hacia ella pero no pudimos llegar a ella ya que de pronto del techo salió una maquina inmensa cortándonos el paso.
    Era distinta a las que había visto hasta ahora. Tenía una boca con dientes enormes de metal, ocho ojos de color rojos, como siempre, cuatro patas de araña y medía por lo menos unos tres metros y medio de alto y 6 de largo. Nos paramos en seco.
    No hagáis ni un movimientosusurró Kyo con pánico en su voz y para no tenerlo, la maquina nos miraba moviendo la cabeza de un lado a otro y emitiendo un sonido que me ponía los pelos de punta. Sería una maquina pero esos movimientos parecían de un ser vivo, parecía como si nos estuviera estudiando.
    De pronto la maquina soltó un rugido como el de una animal haciendo que pegara un bote junto con un mini chillido.
    ¡Correr!gritó Kyo. Enseguida todos nos volvimos por donde habíamos venido corriendo pero tampoco pudimos llegar a las escaleras, ya que la maquina en segundos se puso delante.
    Que rápidadijo Karas sorprendido.
    Ni si quiera la he vistodijo Kiba a la defensiva.
    La maquina sacó una especie de espada y fue hacia nosotros pero los cuatro la esquivamos con la mala suerte que nos separamos los unos de los otros. Yo me separé hacia un lado encontrándome sola, los únicos dos que estaban juntos eran Kyo y Karas ya que Kiba había saltado hacia otro lado.
    La maquina estaba quieta mirándonos a todos como decidiendo a por quien ir primero. Yo por si acaso empecé a retroceder lentamente ya que era la que mas cerca estaba de ella. Lo malo fue que la maquina se dio cuenta de lo que hacía y sacó un arma apuntándome. No me lo pensé y salí corriendo hacia un escritorio que había mientras la maquina me disparaba.
    ¡Maia!escuché como gritaron los tres. Salté detrás del escritorio pero la maquina seguía disparando. Me cubrí con las manos y me encogí en el suelo deseando que parase. Hasta que lo hizo. Todos esos balazos habían hecho que se levantara mucho polvo y partículas de madera y piedra. La base debía haberse dejado hace un tiempo ya que no era normal todo este polvo que había. Cuando más o menos se disipo decidí asomarme ya que todo estaba tranquilo. Una mierda tranquilo… vi como la maquina venía hacia mí pero alguien le disparó. Las balas rebotaron pero fue suficiente para que desviara su atención a quien había disparado que no era otro que Karas.
    ¡Las balas no funcionan contra ella!le dijo Kyo
    La maquina paso de mi y disparó contra ellos pero Kyo empujó a Karas tirándolo al suelo, aunque él también se tiró. Vi que Karas se quedó en el suelo jadeando y con una cara de dolor enorme, ese golpe no le había sentado nada bien. De pronto la maquina se preparó para darle, no me dio tiempo ni a gritar ya que a parte de que las palabras se habían atragantado del miedo, Kiba llegó a tiempo para parar el espadazo mortal que iba contra Karas. La paró con la suya haciendo un boyo en el suelo. Era imposible que un humano ganara en fuerza contra una maquina y menos de ese tamaño.
    Kiba empezó a ceder, se empezó a arrodillar y cuando lo hizo del todo la maquina le dio con una de sus patas mandándolo volar unos metros.
    No iban a aguantar mucho, en circunstancias normales seguro que entre los tres se la cargaban pero esta vez con Karas herido, Kyo que no se podía ni mover del miedo y Kiba que acababa de recibir un golpe fortísimo, estábamos perdidos. Esta vez tendría que ganar la inteligencia.
    Me había dado cuenta antes por pura suerte de que la maquina tenia un agujero en la parte de arriba, a lo mejor si lograba colocarle algo que explotase en ese hueco ella también lo haría. El problema era que no tenía nada solo un mechero. Vi unas cajas amontonadas asi que fui a gatas. Empecé a abrirlas una a una con prisas mirando lo que tenían, que era nada. Había una pegada al escritorio que no había visto y era la última que quedaba por mirar asi que lo hice y menos mal porque en ella había una botella de Whisky. Sonreí.
    La cogí y volví a refugiarme detrás del escritorio. La abrí como pude y moje un pañuelo que tenia para luego ponerlo en la boquilla de la botella. Salí un poco de mi escondite. Vi que la maquina estaba de espaldas a mi asi que aproveché el momento y salí corriendo hacia ella pero esta me escuchó y se dio la vuelta a la misma vez que intentaba darme con una de sus patas, tuve que parar en seco y caí hacia atrás.
    ¡Maia!gritó Kyo creo. Me levanté de nuevo, tenía que hacerlo fuera como fuera asi que volví a correr hacia ella al igual que ella hacia mí. Justo cuando me iba a coger con sus fauces dí un salto y apoyándome en su cabeza conseguí llegar a su espalda, no se como lo hice.
    La maquina al ver que me tenía encima intentó zafarse de mi moviéndose con brusquedad pero yo le pude poner la botella en el agujero ahora lo único que me faltaba por hacer era encender el pañuelo.
    Lo intentaba pero la maquina no se estaba quieta y mas de una vez casi me tira pero al final no se como pude lo encendí. Dejé de hacer fuerza y eso hizo que saliera volando al suelo momento que la maquina aprovechó para ir a por mi pero entonces la botella explotó haciendo que esta se parara. Yo no me quedé en el suelo, me levanté y me alejé un poco. La miré, parecía que tenia interferencias pero no hacía nada.
    Hice mal en quedarme en el sitio parada en vez de resguardarme porque de pronto la maquina empezó a echar humo y en cuestión de segundos explotó tirándome hacia atrás con fuerza, menos mal que caí en las cajas aunque de todas maneras me dolió.
    Me quedé sin respiración durante unos segundos y cuando cogí aire fue para toser y quejarme, me quedé durante unos minutos, creo, ahí tirada con los ojos cerrado intentado calmarme. Cuando los abrí vi a Kiba ofreciéndome la mano para levantarme
    ¿Estas bien?me preguntó con una sonrisa.
    Si ¿Y tu?me levantó.
    Claro que si.Nos acercamos a los otros dos. Kyo estaba ayudando a levantarse a Karas. Cuando llegamos no nos dio tiempo a decir ni una palabra porque vimos brillar algo con mucha intensidad en donde momento antes estaba la maquina.
    No os mováis—dijo Kyo preocupado y empezando a acercarse. Cuando llegó nos hizo una seña para que nos acercáramos y al llegar lo que vimos me sorprendió. Eran tres piedras que brillaban, tres gemas kan de distintos colores. Una azul, una blanca y otra verde.
    Hey, esa no son…empecé a decir yo.
    Si, son tres gemas Kancontestó Kyo. Kiba acercó la mano a la verde pero cuando estaba a centímetros, esta se apagó de golpe.
    ¿Y eso?
    Prueba a coger otradijo Kyo. Kiba quitó la mano haciendo que la gema volviera a brillar y fue a coger la blanca la cual esta vez no se apagó, es más, el brillo se intensificóEso significa que es tuya, que eres compatible.La cogió y la miró de cerca. Fue el turno de Kyo el cual fue a coger la azul pero esta se apagó asi que cogio la verde la cual no lo hizo, asi que significaba que la azul era de Karas, lo sabía porque si, a mi no me pertenecía ninguna, no se como lo sabía pero así lo sentía.La azul es de uno de vosotros dos.
    Es de Karascontesté mirándole a él.
    ¿Cómo lo sabes?
    Simplemente lo se. Prueba a cogerla veras como no se apaga.acercó la mano y en efecto no se apagó asi que la cogió mirándome con sorpresa.
    Guardáosla biendijo Kyo abriendo la mochilaya averiguaremos que poderes tienen. Ahora salgamos de aquí, hay que ir a curar a Karas.
    Eso hicimos, salimos por fin al exterior descubriendo que desde el exterior la entrada se veía como una pared de ladrillos igual que en el callejón de antes. No le dimos mucho mas importancia solo queríamos ir a un hospital.
    Por cierto ¿Sabéis que hoy nos ha salvado Maia no?dijo Karas haciendo que Kyo y Kiba se rieran.
    ¿De que os reis? No llego a estar yo ahí y estaríais muertos.
    Eh, eh, eh, no te eches muchas flores que hoy ha sido una excepcióndijo Kyo. Kiba asentía divertido.
    Entonces también fue una excepción lo del mago del otro día y la maga que se hizo pasar por mi ¿no?
    Clarodijeron los tres a la vez. ¿Estaban hablando en serio? Me enfadé cruzándome de brazos y mirando para otro lado.
    Que es broma tontame dijo Kyo pasando el brazo por encima de mis hombros.
    Claro, para que veas que tú también nos puedes salvar.dijo Kiba.
    Aunque sea de vez en cuandodijo riéndose Karas.
    ¡Oye!le dije sonriendo y haciendo que ellos tres se rieran.
    Gracias Maiadijo Kyo mirándome todavía pegado a mí. Mire a los otros dos que asentían.
    Sonreí. Ya no me sentía tan estorbo que antes.
     
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    JimenaAlonzo

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    14718
    CAPITULO LARGO. :) espero que os guste.

    Capitulo 19.


    En cuanto salimos de la base en la que no había hecho nada solo por miedo, cosa que no me pasaba desde hace muchísimo tiempo, buscamos un hospital para Karas que el pobre cada vez tenía peor cara. Cuando lo encontramos fuimos directamente a urgencias. Lo bueno era que la atención medica de aquí, de Barcelona, la mayoría era gratis. Cuando los enfermeros vieron a Karas lo atendieron enseguida llevándoselo lejos de nosotros.
    Tuvimos que esperar en la sala de espera durante una hora y media o mas, yo no estaba preocupado sé que una bala en un hombro era de las cosas menos graves dentro de lo malo que te puede pasar, no se iba a morir.
    Después de esa hora y media o mas apareció un medico de unos 50 años con un bigote gris y pelo del mismo color y nos llevo a la habitación donde estaba descansando Karas después de extraerle la bala.
    Le seguimos los tres en silencio.
    —Oye…me susurró Maia ¿No te parece raro que no te haya preguntado nada del disparo?
    Nocontesté Desde que gobierna Aliance hay guerrillas de Revolucionarios que quieren acabar con el y aquí en Barcelona suelen haber tiroteos, por lo que a veces alguien recibe un disparo de alguna bala perdida.
    O sea que están acostumbradosme reí un poco.
    Si, mas o menos.
    Aquí esdijo el doctor entrando en una habitación espaciosa. En una cama estaba durmiendo Karas con el brazo en cabestrilloEstá sedado pero despertara pronto. Por suerte la bala no estaba muy profunda, se nota que dispararon por disparar, a la suerte, acertando. Os aconsejaría que se quedara un par de días pero luego tiene que tener el brazo una semana y media, asi, con el cabestrillo. Los primeros días le dolerá seguro pero decirle que de vez en cuando lo muevaLos tres asentimos sin decir palabra. Vi como Maia se acercaba a su cama y le miraba dormir.Una pregunta…le miré.Vosotros no seréis parte del grupo de guerrillas que hay por aquí ¿no?
    No, acabamos de llegar hoyle contesté.
    Me habéis quitado un peso de encima. Solamente habéis tenido mala suerte.
    Si, mala suerte pero… ¿A que viene esa pregunta?
    La ultima vez curamos también a uno que había recibido un disparo que resultó ser alguien importante de los Revolucionarios ya que… Los cruces rojassusurró entraron destrozando todo, buscándolo, por eso con todo el dolor de mi alma si sois de los Revolucionarios tendréis que iros.
    No, de momento solo somos simples turistas.
    ¿De momento?se rio. Por lo menos le había hecho gracia.¿Tenéis donde quedaros a dormir?
    No, ni si quiera tenemos dinero.le contestó Maia.
    ¿Turistas sin dinero?me miró a mi.
    Es una larga historiame sonrió.
    Podéis quedaros aquí hasta que vuestro amigo se ponga bien, ahora llamo a alguien para que traigan sabanas a las camas.salió.
    Muchas graciasdijo Maia sonriendo.
    Hablando del dinerodije mirando a Maia.¿Cuánto tenemos? Porque hay que comer, no se tu, pero yo tengo hambre.
    Pues… con lo que me gasté yo nos quedan 50 euros.suspiré.
    —Hay que hacer algo con el tema del dinero.
    Si quieres de paso que voy a comprar algo de comida miro si hay algún trabajillo.
    Me parece buena idea pero que te acompañe Kiba.le miramos. Estaba absorto limpiando su espada. Nos miró.
    Si claro, yo encantado.
    Pues vamosKiba cogió una mochila y se fue con Maia.
    Tener cuidado.




    Salí con Maia y antes de alejarnos mucho del hospital miramos el nombre de la calle por si nos perdíamos. Lo primero que hicimos fue comprar la comida, que iban a ser bocadillos y agua, lo más barato, y aun así me pareció caro pero es que cuando se tiene poco dinero todo te parece caro.
    Después de comprar eso nos pusimos a buscar a ver si había algún trabajillo de unos pocos días, o los típicos trabajos de un día que te dan recompensa enseguida. Pero por mas que buscábamos y preguntáramos o no encontrábamos o no nos servía asi que después de un rato largo decidimos volver al hospital, lo que pasa que lo hicimos atravesando un callejón bastante grande que por la cara que tenía Maia no le gustaba nada, normal, estaba desierto y daba mala espina, pero a mi me daba igual.
    Cuando estábamos llegando casi al final me fije que había una especie de local gastado por los años. Estaba hecho de madera y había carteles amarillentos medio despegados en la entrada. No se porque pero sentí curiosidad y en vez de seguir fui directo hacia el pero Maia me cogió de la camiseta.
    ¿A dónde crees que vas?
    A entrar.
    ¿Para que quieres entrar en un sitio asi? Venga vámonos.
    Venga Maia, solo un momento, a lo mejor hay trabajo, quien sabeMaia me miraba nada convencidaPor favor.Suspiró.
    Vale, pero solo un momento.Sonreí y fuimos los dos pero Maia sin soltarme la camiseta. No se porque ya que no iba a pasar nada y si pasaba ella iba a salir ilesa, no la iba a tocar nadie.
    Cuando abrí la puerta esta chirrió y todos los que habían dentro que eran mas bien muy pocos se nos quedaron mirando unos segundos para después volver a lo suyo.
    El local era una especie de bar, a la izquierda estaba la barra, a la derecha las mesas las cuales solo había ocupadas dos y al fondo un corcho con unos papeles pegados. Me gustaba este sitio parecía ambientado en los bares del lejano oeste, el de las películas.
    Me senté en la barra y Maia al lado.
    —No sé que estamos haciendo aquí.
    ¿No te recuerda a las típicas tabernas del oeste?sonreímola un montón.
    Deja de decir chorradas y vámonos ya.
    ¿Qué hacéis aquí jóvenes?nos preguntó el barman.
    Pasábamos por aquíconteste y me dio curiosidad al ver esto.
    Sois extranjeros ¿verdad?
    Si ¿Cómo lo sabe?
    Porque si no hubierais pasado por aquí, este sitio es…le interrumpieron dos hombres que se acercaron a nosotros.
    Vaya caza recompensas mas jóvenes tenemos aquídijo uno de ellos. Tanto Maia como yo les mirábamos.
    ¿Caza recompensas?preguntó Maia extrañada. Yo me quedé en silencio a ver lo que nos tenían que decir estos.
    Seguro que han venido aquí por lo de La Bestiadijo el otro ignorando la pregunta de Maiaque jóvenes van a morir.Por que vosotros sois caza recompensas ¿no? Sino no se lo que estáis haciendo aquí.
    Ah pues nosotros dos…empezó a hablar Maia pero yo la corté, quería ver por donde iba la cosa.
    Si, claro que lo somos, pero no sabemos nada de lo de La bestia.
    ¿No lo sabéis?negué.
    ¿Seguro que lo sois? Porque todos de por aquí saben lo que pasa con ella.
    Somos nuevoscontesté impaciente.
    Bueno, mirarpuso un cartel entre nosotros dos que ponía “bestia”, una foto borrosa y abajo el hombre había tapado algo con la manola foto no se ve bien pero casi todas las noches por esta zona aparece un animal enorme que destroza todo lo que hay en su camino.
    Asi que el Ayuntamiento a repartido carteles para que quien la mate obtenga esta recompensaquitó la mano viendo la cantidad que se ofrecía. Al verla tan Maia como yo nos sorprendimos.
    ¡50 mil euros!los hombres se rieron.
    Hoy todos los caza recompensas del lugar se reunirán aquí para darle caza.
    ¿A que hora?pregunté. Era una oportunidad de oro, nunca mejor dicho.
    A partir de las once ya habrá gente aquí, luego tocara esperar a que aparezca. ¿Qué? ¿Vais a venir?Maia me miró.
    Si, ¿Por qué no?sonreí.
    Si que sois valientesuna vez dicho eso se fueron riéndose.
    ¡Nos vemos!
    Miré a Maia que me miraba entre enfadada y molesta.
    ¿Qué?pregunté.
    ¿Cómo que, que?
    Dejarme que os avisenos dijo el barman antes de que pudiera contestarle a Maia aunque en realidad me había salvadoCuando se producen estas cacerías sobreviven muy pocos y no todos son victimas de la bestia también se matan entre ellos.
    No se preocupe a nosotros no nos va a pasar nadadije levantándome dispuesto a irme.
    ¡Kiba! ¿Es que piensas venir?
    Claro, imagínate si ganamos todo ese dinerome reí, ya no nos tendríamos que preocupar por el dinero en un largo, largo tiempo y además podríamos comprar cosas que antes no podíamos.
    Pero Karas no puede venirno le contesté simplemente me dirigí hacia la salida, aquí la conversación ya había terminado.¡Kiba!me volví antes de salir.Gracias señor.Salí. Tenía ganas de vencer a esa bestia que seguro que exageraban con ella y ganar el dinero. Lo malo es que tendría que pensar en algo para que estos dos no se dieran cuenta.
    ¡Kiba! ¿Has escuchado lo que te he dicho?se puso a mi lado.
    Si, que Karas no puede venir ¿pero quien ha dicho que él vaya a venir?
    ¿Cómo?
    No se lo vamos a decir a ninguno.
    Pero…
    Si se lo decimos no me van a dejar ir solo.
    ¿perdona?se me puso en medio parándome Dirás: “No nos van a dejar ir”
    Ah no, tú no vas a venir.
    Tu flipasempecé a caminar de nuevo apartándola a un ladoyo voy o me chivo.
    Maia…me quejé mirándola y parándome de nuevo.
    Maia nada, yo voy y puntosuspiré, cuando se ponía asi era imposible convencerla de lo contrario.
    vale pero haces lo que yo te diga.
    Ya veremos.
    No, o lo haces o no vienes.
    Esto es chantaje.
    ¿y lo tuyo no?nos miramos durante unos segundos para luego reírnos y seguir andando los dos.
    Vamos a darnos prisa que Kyo estará preocupado.me dijo tomando la delantera. Cuando iba solo ninguna mujer por muy guapa que fuera me había convencido de hacer algo cuando yo no quería, hasta ahora, hasta que Maia apareció. Supongo que esta noche tendría que tener cuidado.




    Llegamos casi enseguida, no tardamos más de 10 minutos. Todo el camino me lo pasé pensando en como engañar a Kyo y Karas porque estos dos siempre están muy atentos, no se si Kiba habrá pensando en eso, pero por mas que le daba vueltas no sabia muy bien como hacerlo. Tendríamos que irnos sobre las 10 y media y estos dos a esa hora no están durmiendo ni de coña. ¿Cómo lo haríamos? Tendría que hablarlo con Kiba en privado.
    El caso es que cuando llegamos Karas ya estaba despierto e incorporado.
    ¡Karas!fui hacia el contenta¿Cómo estás?
    Se puede decir que bienme dijo sonriendo.
    Habéis tardado mucho ¿Qué estabais haciendo?preguntó Kyo.
    Pues comprando ¿Qué va a ser?dijo Kiba sacando la comida de la mochilaToma.
    ¿Y para comprar esto habéis tardado tanto?
    Ah es que…¿Y ahora que? No podía decirle lo del local y eso…
    Estuvimos buscando trabajo y luego nos entretuvimos por el caminodijo Kiba salvando la situación.
    ¿Y lo habéis encontrado?empezóa preparar la comida.
    No, lo siento.
    No pasa nada, esta tarde y mañana por la mañana seguiremos buscando.
    Después de comer y aprovechando de que Kyo y Karas estaban durmiendo la siesta, Kiba y yo salimos al pasillo para hablar como íbamos a hacer.
    ¿Cómo vamos a salir sin que se den cuenta?pregunté.
    Tenemos que conseguir que estén dormidos para esa hora.
    Eso es imposible.
    Ya lo se, a esa hora esos dos están mas despiertos… nos quedamos en silencio pensando, vi que Kiba miraba a todos lados con cara rara.
    ¿Qué?
    ¿Y si conseguimos un sedante? Se lo podemos echar en la bebida.
    Ya, y lo conseguimos por arte de magia.
    Esto es un hospital.
    ¿Tu que te crees que eso se pide y te lo dan?
    Se lo podemos pedir al medico que ha curado a Karas, parecía simpático. Tu eres una chica lo tienes mas fácilme quedé mirándole por unos segundos. No sabía si pegarle o darle la razón. Suspiré.
    Quédate aquí con ellos, ahora vuelvo.
    ¿Vas a ir, no?me preguntó sonriendo.
    Callame fui.
    Ha sido mi ideano le contesté pero me fui sonriendo, que tonto era cuando se ponía asi.
    Fui por los pasillos hasta la recepción de este piso, tenia pensado preguntar por el doctor pero no sabía como se llamaba aunque preguntando se llega a todos lados asi que… Había una chica mirando unos papeles.
    Perdone…me miróEstaba buscando al medico encargado de la habitación 129.
    ¿Sabe su nombre?
    No, ese es el problema.
    Un momentobusco por unos segundos en el ordenador, la verdad es que fue bastante rápida Es… el doctor Torres, ahora mismo debe de estar en la sala de descanso de este piso, que esta al final de este pasillo a la derecha. Es la última puerta.
    Muchas graciashabía resultado fácil, aunque es que esa era la parte fácil ahora tocaba lo difícil. Fui a paso ligero y cuando llegué me pegué a la puerta para escuchar si había alguien más que él pero no escuché nada, ni un ruido. Di unos golpecitos y abrí entrando. Ahí estaba el, sentado leyendo un periódicoPerdone si le molesto pero quería hablar con usted.
    ¿Quién eres tu?
    He llegado esta mañana con tres chicos más porque uno de ellos había recibido un disparo.
    Ah claro, perdona, no me he olvidado de ti. ¿En que puedo ayudarte?¿Cómo pedirle esto? Oh bueno… da igual.
    ¿Me podría dar algún sedante?me miró con una mirada interrogativa.
    ¿Para quién?suspiré. A mi no se me daba bien mentir.
    Uno de mis amigos y yo queremos hacer un trabajo especial esta noche para ganar dinero ya que lo necesitamos. Si se lo contamos a los otros dos no nos van a dejar asi que he pensando en dormirles.El medico me miraba con cara de “no te lo voy a dar ni de coña”aunque si no se puede da igual, lo entiendo, buscaré otra manera.
    ¿tan desesperados estáis que vais a hacer eso?
    Ni se lo imagina.me miró y caminó hacia un mueble con puertas de cristal donde tenía un montón de frasquitos. De ahí sacó uno y me lo dio.
    Les echas unas 5 gotas en la bebida y no se despertaran en horasle sonreí.
    Muchísimas gracias, doctor. No sabe cuanto se lo agradezco.
    De nada mujer y ten cuidado.
    Salí de ese cuarto muy contenta, no me había llevado ni 15 minutos obtener lo que quería, al final todo iba a salir bien. Cuando llegué de nuevo casi corriendo a la habitación me guardé el frasco en el chaleco por si acaso y entré con cuidado.




    Estaban todavía durmiendo y yo desde hace rato estaba sentado en la mesa dibujando esperando a que Maia apareciera hasta que lo hizo. La mire preguntándole con la mirada. Ella sin decir ni una palabra saco un frasco del bolsillo y lo dejo en la mesa, sonreí, cuando se lo proponía podía conseguir casi cualquier cosa. Se sentó a mi lado para ver lo que estaba haciendo. Me había entretenido dibujándonos un poco caricaturizados y en pequeñito.
    Dibujas muy bien..susurró.
    Espera y verasen cuestión de unos minutos terminé de dibujarlo ya que todavía no estaba hecho del todo, lo había remodelado un poco. Nos había vuelto a dibujar de nuevo pero Kyo y Karas estaban en el suelo derrotados por mi que estaba encima en pose triunfante y Maia estaba al lado medio abrazándome con corazones por todos lados. Ella se rio que era lo que quería que hiciera.
    La verdad es que asi estuvimos un buen rato hasta que tuve la idea de que dibujara ella algo. Le pase el lápiz y el papel, ella se negó pero le insistí tanto, sin palabras, que acabó aceptando.
    Dibujó durante unos minutos los cuales esperé pacientemente sin molestarle, me gustaban estos momentos a solas con ella. De pronto me pasó el dibujo que había hecho y que yo miré. ¿Qué era eso?
    ¿Qué has dibujado?le susurré. Ella me puso cara raraEs que estoy entre cuatro muñecos de nieve o cuatro globos en forma de persona.dije para picarla pero la verdad es que dibujaba bastante mal.
    Somos nosotrosme dijo algo enfadada mientras yo me balanceaba con la silla.
    ¿Nosotros?me empecé a reír bajo, intentado aguantar la risa para no despertar a esos dos.
    No te rías. Por eso no quería dibujarme empujó con la mala suerte de que perdí el equilibrio al estar balanceándome y caí al suelo de espaldas. Maia se rio más alto enseguida bajando un poco el tono.Lo siento, pero te lo merecesse seguía riendo.
    ¿A si? Pues… ¿Por qué no enseñamos tu dibujo a estos dos a ver que les parece?dije levantándome con todas las intenciones de coger el dibujo pero ella fue mas rápida y lo cogió antes arrugándolo.
    Que pena…
    De pena nada. Aun se puede ver…fui a por ella pero corrió hacia el otro lado de la mesa medio riéndose. La perseguí. Estábamos como tontos corriendo alrededor de una mesa intentando no hacer ruido, yo queriendo cogerla por el dibujo y ella riendo y huyendo, como dos niños pequeños, pero me daba igual.Dámelo.
    De eso nadame cansé y salté por encima de la mesa pillándola desprevenida y agarrándola por fin.
    Te tengo, ahora dámelo.
    No, no…Maia forcejeaba poniendo la bola de papel no mas lejos que podía de mi pero claro yo tenía mas fuerza y tarde o temprano se cansaría y terminaría quitándosela. Lo que pasa es que de pronto, no se como, se nos enredaron las piernas y caímos al suelo los dos. Maia boca abajo y yo encima. La verdad es que la situación y la posición me avergonzó pero cuando vi a Maia intentado coger la bola que se le había caído me levante a por ella. Maia me cogió de la pierna tirándome de nuevo y se levantó cogiendo el papel. Vi como lo desdoblaba para romperlo asi que me levanté y en un movimiento que ella no vio se lo quite poniéndolo en alto.
    Kiba dámelo.saltaba pero no llegaba.
    ¿Ahora que lista?le saqué la lengua.
    Sácamela otra vez y veras como te quedas sin piercing.
    Valese le volví a sacar riéndome.
    Kiba dámelo ya.de nuevo intentaba quitármelo y claro está que yo ponía resistencia.
    ¿Qué se supone que estáis haciendo?preguntó Kyo. Cuando miramos estos dos estaban mirando extrañados.
    Ah lo sientose disculpó Maia separándose de mi.
    ¿Qué estabais haciendo?pregunto Karas. Yo le iba a contestar y a enseñarla el dibujo pero de pronto Maia me dio un codazo en la barriga haciendo que me doblara hacia delante y que me quejara. Me quitó el papel.
    Ya nada.
    Entonces acompáñame a buscar trabajo.le dijo Kyo.
    Vale… pero no se si será buena idea dejar a estos dos solos.
    Maia no somos niños pequeños, no nos vamos a matarle dije. Todavía había mucho tiempo para las gotas.
    ¿Me prometéis que no os vais a pelear?
    Prometidodijimos los dos casi a la vez.
    No te preocupes por mídije cogiéndole la mano y aprovechando la cercanía me dio el frasco que había cogido de la mesa disimuladamente por si acaso.
    Anda vamos Maiale dijo Kyo separándola de mi. Yo sonreí.




    Estuvimos un montón de tiempo buscando el supuesto trabajo porque la verdad es que me daba igual ya que hoy con Kiba íbamos a hacer uno a escondidas… lo malo fue que entre una cosa y otra tardamos un montón en regresar, tanto que se nos echo la noche encima, como que ya eran las 10 cuando entramos en el hospital. Kiba me iba a matar, esperaba que tuviera ya todo preparado…
    Cuando entramos en la habitación Kiba y Karas nos esperaban sentados en la mesa con la cena ya lista.
    Que bien, ya esta todo listodijo Kyo.
    Si que habéis tardadodijo Kiba mirándome con reproche. Le quería preguntar si les había echado las gotas pero no podía.
    Es que andamos mas de lo normal, perdónle contestó Kyo sentándose en la mesa.
    Menos mal que estoy para prepararlo todocon eso me acababa de decir que si las había echado, me acababa de quitar un peso de encima.
    Oh si… como es tanto trabajo preparar unos bocadillos…le dijo Karas.
    ¡Oye!
    Bueno, da igual, vamos a comer la verdad es que tenia hambre. Me senté.
    Y que no se os olvide beberdijo Kiba.
    ¿Qué estás diciendo?pregunto Karas a la vez que yo le daba un pisotón al bocazas, el cual puso cara de dolor.
    Nada, tonterías, ya sabes como es.le respondí yo sonriendo. Lo bueno fue que no preguntaron más y empezamos a comer… y a beber.




    No me puedo creer que el sedante que el doctor le había dado a Maia fuera tan bueno. En 15 minutos sin exagerar se habían quedado dormidos y por mas que les movíamos no se despertaban, era increíble.
    Aprovecharíamos esta oportunidad, mas nos valía conseguir el dinero para que por lo menos la regañina del día siguiente no fuera tan grande.
    Cogí mi espada y vi como Maia cogía unas cuantas bombas de la mochila de Kyo.
    Llévate las pistolas de Karasle dije. No me gustaba que fuera solo con eso, aunque esta claro que no la iba a dejar luchar de todas maneras quería que fuera más preparada.
    Que dices… les pasa algo y me mata.
    ¿Y vas a ir solo con dos bombas?
    Seguro que allí tienen armas.tenía razón…
    Está bien, vámonos. Apagué la luz y cerré la puerta. Esperaba que al volver estuviéramos bien y con el dinero.




    Llegamos al local sobre las once y media, tanta prisa al final para nada porque cuando entramos no había apenas nadie, aunque mas que esta mañana si.
    Kiba se sentó en la barra y yo me quedé de pie a su lado mirando a las personas que había de reojo. No daban tan mala espina.
    Hola de nuevo chicosdijo el barman.
    Holacontesté yo.
    Habéis llegado temprano.
    ¡Ah si! Oye… ¿Tienes algún arma?
    Claro que si, si me acompañáis os las enseño. Normalmente cobro por ellas y son de vuelta pero con vosotros haré una excepción.entramos en un cuarto contiguo al lado de la barra que estaba cerrado con llave. Cogió un mando de encima de una mesa y al pulsar uno de los botones se abrieron unas puertecitas de la pared de madera dejando ver todo tipo de armas de fuegoHay de todo coger la que queráis.
    Muchas graciasle dije mientras miraba. Lo que pasa es que yo no sabía de esto. ¿Cuál cojo Kiba?le miré, él también estaba observando las armas.
    Pues…miró al barman Señor ¿Tiene alguna de francotirador?
    Por su puestola cogió enseguida, era una grande y alargadatiene mirilla telescópica y es automáticale abrió la cajetilla y la cargó. Le puso el seguro y me la dioToma.Yo me la colgué al hombro.
    Y también toma esta pistoladijo Kiba mientras la cogía de la pared. Me la dio y yo me la puse cogida a un cinturón en el muslo.
    ¿Tu no quieres nada chico?
    No. Yo me basto con mi espada, gracias.
    Una vez que estábamos listos y armados volvimos a salir al salón principal. No se cuanto tardamos pero el bar se había llenado de pronto y además cada vez entraba mas gente. Nos sentamos de nuevo en la barra.
    Ya que estamos sirveme alguna bebida sin alcohol.le dijo Kiba.
    Claro.
    ¿Tienes dinero?le pregunté.
    Clarola bebida enseguida llegó. En otra caso no le hubiera dejado gastar el dinero asi porque si cuando teníamos poco pero estaba segura de que Kiba derrotaría a esa bestia de una forma u otra asi que me daba igual. ¿Te has dado cuenta que eres la única chica?
    Si, hijo, si. Ahora vengo me separé de el en dirección al tablón con los carteles que había colgados. Todos eras bastante viejos a excepción del de la bestia. Se ve que habría aparecido hace poco.
    Cuando me di la vuelta me vi rodeada de hombres.
    Eh ¿Qué tal preciosa?me dijo un chico rubio que hubiera dicho que es guapo si no estuviera en esta situación que tan poco me gustaba, no me gustaba como me miraban.
    Bien, gracias por preguntarni le miré, solo intenté irme de ahí pero el chico me pasó el brazo por encima de los hombros.
    ¿Te vienes a beber algo conmigo?
    No graciasle quité el brazo.
    Venga no seas sosa.
    he dicho que nofui mas borde pero es que era muy pesado.
    Eh ¿Es que no sabes a quien le estas hablando?me dijo uno de ellos.
    No ¿Debería?
    Bueno, buenodijo el rubiono pasa nada, yo soy Kevin el mejor caza recompensas…
    Muy bienme quise ir de nuevo, no me interesaba ni su vida ni sus “hazañas”. No me pude ir porque me cogió del brazo.
    Eh no te vayas. Me gustas muchotiró de mí haciendo que me acercara a él, esto si que ya no me gustaba nada. Menos mal que apareció Kiba separándonos y abrazándome, cosa que no me esperé.
    ¿Pasa algo con mi novia?
    Ah, ¿Es tu novia?preguntó Kevin.
    Si.
    Yo no me lo creodijo otro.
    Pues no te lo creas pero quien le toque un pelo se come mi espada.
    Lo siento, no sabia que tenía noviodijo Kevin de nuevo. Estaba actuando muy diferente.Ya nos vamosse fueron sentándose en unas mesas que había libres, nosotros dos nos fuimos de nuevo a la barra.
    No se porque siempre me quieren a midije en un suspiro.Los tíos del callejón, el mago y ahora estos.
    ¿De verdad que no lo sabes?
    Pues…
    Pues porque eres muy guapa niñame dijo el barman haciendo que los dos le miráramos.
    Oiga, ¿Usted no se estará intentado ligar a mi novia verdad? Que ya tiene unos añitos…
    No. Tengo esposa, solo digo lo que veo y eso de que sois novios… ellos se lo habrán creído pero yo no.
    Que dice…me abrazó Es mi novia de verdadel hombre se rio.
    Me da que eso es lo que quisieras tu.Kiba se cruzó de brazos enfadado.
    ¿Cómo se ha dado cuenta?le pregunté.
    Se lo que es estar enamorado. Cuando una pareja se quiere se nota simplemente viendo como se miran o en la forma de hablarse y puede que a Kiba le gustes pero no sois novios, sé que sois muy amigos.
    Que observadordijo Kiba con el ceño fruncido.
    No te enfades, si no quieres que te la quiten tienes que seguir fingiendo.
    Tiene razónsonrió.
    Cuidadito con lo que haces que te recuerdo que hemos venido a por lo de la recompensa.
    Si, no lo he olvidado, tranquila.
    Tener cuidado sois muy jóvenes para morir.
    No se preocupe ya le he dicho esta mañana que vamos a estar bien.
    ¡Eh escuchadme todos!dijo de pronto un hombre de pelo negro y barba que tenía una pequeña pantalla en la mano y que se había subido a una silla.¡La bestia esta cerca de aquí! ¡Mirad!enseñó la pantalla la cual era una especie de localizador.
    ¿Pero no se suponía que iba a estar por las afueras?preguntó uno de ellos sorprendido.
    Eso se suponía…
    ¿Y hacia donde se dirige?preguntó Kiba. El hombre miró la pantalla unos segundos para luego mirar a todos con miedo.
    ¡Hacia aquí! ¡Hay que prepararse!enseguida todos salieron corriendo del local con sus armas llevándome algún que otro empujón. Kiba me cogió del brazo y salimos, todos se estaban escondiendo en diferente sitios o solo esperaban a que llegara en medio de la calle.
    Miré hacia todos lados hasta que vi una especie de tejado al lado del local que se podía subir por unas escaleras y que estaba en mitad de las tres plantas que tenía.
    Kiba, me voy a subir ahíseñalé.
    Vale, ten cuidadoél se fue a otro sitio no se donde porque yo fui rápido hacia allí antes de que esa bestia llegara.
    En cuanto subí me tumbe en ese mini techo con el arma de franco tirador cargada y en posición. Ahora solo tenía que esperar.
    Desde donde estaba podía ver a casi todos los caza recompensas escondidos en sus posiciones, preparados para cualquier cosa pero al que no veía era a Kiba. Después de unos minutos en silencio, ya me estaba comenzando a aburrir, bueno pues ese aburrimiento que estaba empezando a surgir se esfumó de un pis pas porque de pronto, de la nada, del cielo cayo algo haciendo que temblara el suelo.
    Era la bestia, la cual era enorme. Se parecía a un lobo, toda recubierta de pelo marrón pero a parte de que era enorme y cuando digo enorme es enorme, tenía una cara extraña.
    Empezó a mover la cabeza de un lado a otro como decidiendo que hacer ¿De que me sonaba eso?
    De pronto uno de los cazadores le disparó pero ella ni si inmutó solamente le miró y segundos después rugió, un rugido que ya había escuchado antes y que hizo que me empezara a entrar algo de miedo.
    Esa bestia se abalanzó contra el hombre dándole un zarpazo y mandándole contra la pared del edificio de en frente, antes esto todos los cazadores que hasta ahora estaban quietos impresionados empezaron a disparar, lo que hizo que la bestia se enfadase y empezara a golpear a todo el que se movía lo mas mínimo.
    Escuchaba gritos y disparos pero había dos sonidos más que no se me pasaban desapercibidos. Uno era el sonido de las balas al rebotar con la bestia, era como si chocaran contra algo metálico mas duro que ellas y el otro era inconfundible para mi. Era el sonido que hacia una maquina al moverse. Se escuchaba poco y para alguien que no estaba acostumbrado entre todos estos gritos no la escucharía. Si no tuviera pelo y piel diría que era una maquina, una como la de esta mañana, pero no podía ser ¿no?
    Todos seguían disparando y siendo golpeados por la bestia, no sabía si empezar yo también, si lo hacía corría el riesgo de que la bestia viniera a por mi.
    De pronto vi como Kevin le disparaba con un Bazooka en toda la cara, la bestia esta vez retrocedió un paso pero enseguida fue a por el quien no le daría tiempo a esquivarla. Quise gritarle pero con eso no conseguiría nada asi que dispare tres veces.
    Dos dieron en el blanco y de esas dos una rebotó pero la otra no. Que buena era, estaba sorprendida de mi misma. La alegría me duro poco cuando vi que la bestia me miraba olvidándose de Kevin. Resulta que el cañonazo de Kevin le había hecho algo en la cara ya que parte de ella estaba quemada dejando ver metal y un ojo rojo.
    Ahora lo entendía todo. No era un animal ni una bestia sino una maquina disfrazada de eso y similar a la de esta mañana. Me acababa de quedar helada, ningún musculo de mi cuerpo respondía. Debería estar acostumbrada pero es que… esa mirada daba realmente miedo y más cuando iba hacia mí.
    Me había quedado tan en mi mundo con tanto miedo que no me había dado cuenta que la maquina se había acercado demasiado a mi hasta que alguien dio un grito.
    ¡¿Qué haces?! ¡Sal de ahí!fue Kevin que me avisaba que la maquina iba hacia mi. Reaccioné y me levanté y antes de que la maquina saltara apareció Kiba cortando parte del muslo de la pata trasera de la maquina saltando chispas, luego saltó para clavársela en la cabeza pero la bestia lo esquivó.
    Primero me miro a mí y luego a Kiba. No se porque pero le volví a disparar ya que estaba… lo hice 5 veces de las cuales acerté… ni una. Malísima… lo único que hice fue que la maquina se decidiera ir a por Kiba. Justo cuando estaba tan cerca del que le podía dar sin problemas salto hacia mí. La maquina dio un zarpazo donde estaba subida, menos mal que mis piernas reaccionaron y pude saltar a las escaleras, pero ella enseguida las destrozo haciendo que cayera. No era una caída muy grande pero iba de espaldas y como cayera mal no se yo lo que me podía pasar pero algo grave seguro. Vi que mientras caía la maquina fue a por mi pero alguien disparo impidiéndolo y tampoco caí al suelo ya que Kiba me cogió a tiempo. Lo que pasa que por el peso y la velocidad de caída nos caímos los dos al suelo.
    ¿En que estabas pensando? Podría haberte matado.me dijo mientras se levantaba.
    Lo sientome ayudó a mi.
    Bueno, por lo menos no ha pasado nada.De pronto la maquina salió de entra las piedras ya que el cañonazo le había hecho darse contra el edificio y fue a por Kevin.
    Kiba, eso es…
    Si, es parecida a la de esta mañana.Salió corriendo tras ella ¡Quédate aquí!
    Vi Como Kevin esquivaba un ataque de la maquina pero esta fue rápida y dio un zarpazo hacia él. Se salvó porque Kiba apareció a tiempo y la paro con su espada pero de nuevo el hombre no puede vencer a una maquina en fuerza asi que al final cedió y tuvo que saltar para que no le diera, momento que aprovechó Kiba haciéndole un corte en el pecho volviendo a saltar chispas.
    Kiba supuso y hasta yo lo hice que después de eso la maquina se echaría hacia atrás pero en vez de eso golpeo a Kiba con su cuerpo mandándolo contra las rocas de antes.
    ¡Kiba!grité asustada, había sonado mal. No tendría que haber gritado ya que capte la atención de la maquina la cual fue a por mi. Yo saqué la pistola y empecé a dispararle, fallando, asi que cuando estaba ya demasiado cerca salí corriendo aunque enseguida me alcanzaría.
    Justo cuando la tenía encima me paré y le disparé. Una de ellas le dio en el ojo haciendo que se parara y rugiera y entonces apareció Kiba saltando encima de ella y con su espada le abrió la parte de arriba dejando ver el agujero que tenia. Yo me di cuenta de lo que pretendía hacer por lo que le lancé una de la bombas de Kyo que cogió al aire.
    La maquina se movía bruscamente intentado tirarlo sin éxito.
    Al final pulso el botón de la bomba a la vez que la metía en el agujero, Kiba saltó pero antes de que explotara a la maquina le dio tiempo a darle un zarpazo a Kiba que si que le dio. Vi sangre pero no me dio tiempo ni a gritar ya que la maquina exploto tirándome hacia atrás dejándome sorda y destrozando lo que quedaba de calle.
    Me quedé aturdida por la explosión y por el golpe. Me había dado con algo en el codo y me dolia mucho pero nada mas que fuera grave asi que me incorporé tosiendo. Había humo y rocas por todos lados, no veía nada.
    Me levanté y sin pensármelo empecé a llamar a Kiba.
    ¡Kiba, Kiba! ¡¿Dónde estas?!no me contestó nadie, solo se escuchaba el sonido del viento que poco a poco disipaba el humo.¡Por favor contéstame Kiba!De nuevo silencio. ¿Y si había…? No, no, no podía pensar en eso, Kiba seguro que estaba bien, el no moría tan fácil. ¡Kiba!grité mas fuerte con lagrimas casi en mis ojos.
    ¡Estoy aquí!me contestó por fin haciendo que mi corazón se normalizara. Miré hacia donde había salido su voz y de entre la humareda salió apoyado en Kevin.
    Menos mal…corrí hacia el sonriendo y le abracé haciendo que soltara un quejido de dolor.Lo siento…él me sonrió¿Estás bien?
    Si, es solo una pequeña herida.
    Si quieres puedo curarte en el localle dijo Kevin soltándolo del todo. Él también tenía algunas magulladuras y seguramente yo también.
    Ah Gracias pero… ¿Tu estas bien?le pregunte yo.
    Si, no os preocupéis, vamos.nos miramos y le seguimos sin rechistar. Este no era el Kevin de antes, era muy diferente.
    Ah, esperardijo Kiba corriendo como pudo hacia un lado, vimos como cogía la cabeza de la maquina y la metía en un saco que llevaba sino no cobraremos la recompensa.sonreí.
    Una vez que nos metimos en el local, el barman y Kevin fue a atender a Kiba en una habitación separada de mi, entre otras cosas porque no quería ver mas sangre, que antes ya había visto suficiente, no se ni como estaba tan tranquila ahora, veras después… Asi que yo estaba esperando sentada en una de las mesas a que terminaran completamente sola porque todos los demás se habían ido hacia ya un rato. Yo ya me había hasta duchado.
    Me recosté en la mesa, todo lo que había pasado hoy me estaba cobrando factura, estaba muy cansada.
    Escuché el ruido de una puerta abrirse asi que miré. Era Kevin que salía y venía hacia mí.
    ¿Ya habéis terminado?pregunté.
    No, he venido a curarte a ti.
    Yo estoy bien.
    ¿Y tu brazo?
    ¿Mi brazo?me lo miré. Es verdad que antes me dolía. Estaba un poco hinchado creo y al moverlo… si, me dolía un poco. Kevin me cogió el brazo y me lo empezó a mover como si nada.¡Ah, que duele!
    Claro que te duele, te has dado un buen golpeme apretó el codo.
    ¡AH!le quité el brazo¡Oye!Kevin se rio.
    Solo es el golpe no hay nada roto ni fracturado, estas bien.cogió una venda y me envolvió esa parte apretando un pocoEsto hará que no lo muevas tanto y que por tanto no te duela tanto.
    ¿Eres medico?
    Estoy estudiando para ello.
    ¿Y entonces que haces aquí?
    Es que necesitaba desesperadamente el dinero.
    ¿Puedo preguntar porque? Para arriesgar la vida asi tiene que ser importante.
    Bueno… mi madre esta muy enferma y necesita una operación para la cual no tenemos dinero y con la recompensa me llegaba de sobra pero ya da igual.Joder… ahora me siento mal.
    ¿En que hospital esta?
    En el de aquí al lado; el San Bregat. ¡Que suerte!
    ¿Y como se llama tu madre?
    ¿Por qué esta interrogación?me preguntó alzando una ceja.
    Tu contesta.sonrió.
    María Ríos.
    ¿Cuánto vale la operación?
    15.000 euros.
    ¿Y cuanto tienes para ella?
    5.000.
    Muchas gracias por ser tan amable de contestar todas mis preguntasKevin se rio.
    De nada, ha sido un placer ¿Por qué me has preguntado todo eso?
    Ah, es alto secreto.se rio de nuevo.
    Por cierto… gracias por salvarme antes, no me lo merecía después de como te hablé y traté.
    No pasa nada pero… ¿Por qué te comportabas de ese modo si no eres asi?
    Es solo una faceta para encajar aquí, si no te comen, pero la parte de que eras muy guapa y de que me gustabas era verdad eh…sonreí un poco avergonzada mirándole a la cara. Asi nos quedamos unos segundos mirándonos. Pobre chaval… De pronto apareció Kiba.
    ¡MAIA!nos pilló en esa posición que aunque no estábamos haciendo nada malo se podía interpretar mal. No tardó ni dos segundos en llegar a nosotros. ¿Qué esta pasando aquí?
    Nada, solo le estaba curando el brazo.dije amablemente Kevin.
    La pregunta es… ¿Qué estás haciendo asi?
    ¿Asi como?se miró. Estaba sin camiseta y con una venda en el hombro.
    Vístete y vámonos que estoy cansada.
    Ahora mismo, Maiaentró de nuevo en el cuarto a la misma vez o casi que salía el barman.
    ¿Tu estas bien, no Maia?
    Si.me sonrió y Kiba salió preparado.
    Ya nos podemos ir. Mañana temprano iremos al ayuntamiento a que me den mi dinero.le miré mal Nuestro dinero.corrigió.
    Bueno… gracias por todo a los dos.
    Hasta otradijo Kiba saliendo.
    Hasta otra.
    Salí casi corriendo detrás de Kiba que iba a paso ligero, supongo que no se fiaba de que el sedante todavía funcionara pero yo no estaba pensando precisamente en eso. Ahora que todo había pasado se me vino todo a la cabeza y me entró el miedo que pasé cuando pensé que Kiba se había… ido.
    Le di la mano temblando.
    ¿Y esto?preguntó el levantando nuestras manos.
    Kiba… antes por un momento pensé que habías muerto.apreté más el agarre a punto de llorar. Miré al suelo.
    Maia… Maia mírame.no le hice caso. El me soltó de la mano y apoyó sus manos en mis hombros girándome y haciendo que le mirara. Deberías saber que yo no muero tan fácilmente, me vas a tener que aguantar mucho tiempo mas.sonrió y me abrazó, un abrazo que me reconfortó.




    Llegamos al hospital cogidos de la mano, ella era la que quería estar asi y yo no le iba a decir que no, no después de todo lo que había pasado. Cuando llegamos a la habitación Kyo y Karas seguían dormidos, Maia me dijo que solo les echara unas gotas y eso hice, no pensé que fuera tan bueno.
    Ella se metió en el baño y yo de mientras me quite la ropa quedándome en calzoncillos y metiéndome en la cama, la verdad es que estaba reventado. Cerré los ojos pero solo fueron unos segundos porque Maia cuando salió en vez de irse a su cama se acercó a la mía.
    Kiba… ¿Estas despierto?
    No ¿Qué te pasa?la miré. Tenía solo una camiseta larga puesta que usaba como pijama de vez en cuando.
    ¿Puedo dormir contigo?No me lo pensé.
    Claroabrí las sabanas para ella y se metió conmigo.
    Duermo mejor con alguien, si no lo hago siempre tengo pesadillas.
    ¿Y cuando dormías en tu casa?
    Mi tía no me dejaba dormir con ella asi que siempre dormía mal o nada.
    Entonces a partir de ahora pediremos una cama menosella se rio pero yo lo decía en serio. Me abrazó pillándome un poco por sorpresa pero se lo correspondí.
    Graciasvi que se acomodaba y cerraba los ojos asi que yo iba hacer lo mismoPor cierto ni se te ocurra hacerme nada mientras duermome reí ante la ocurrencia, la verdad es que no se me había pasado por la cabeza, con estar asi me conformaba. Desde que la conocí, desde ese momento que vino Karas corriendo supe que nunca iba a ser mía, era de Karas, se les veía enamorados el uno del otro pero ninguno decía nada.
    Cerré los ojos apoyando un poco la cabeza en la de Maia y casi enseguida caí dormido.




    Kiba me despertó sobre las ocho de la mañana moviéndome. La verdad es que tenía mucho sueño y además todavía estaba cansada de ayer por lo que no tenia ganas de levantarme.
    Eh, despierta.
    —No, un poco mas…me quejé intentando taparme más pero Kiba me quitó la sabana.
    Venga que hay que ir al Ayuntamiento antes de que estos dos se despiertenTenia razón… asi que despacio me incorporé.
    Vale…le miré a la vez que me levantaba, él estaba en calzoncillos, no tenía nada más por lo que inconscientemente me quedé mirándole. A pesar de que estaba enamorada de Karas, Kiba era muy guapo y además, al igual que los otros dos, estaba en muy buena forma. Cualquier chica se le quedaría mirando asi. Lo malo para mi fue que se dio cuenta que le miraba.
    Que se te salen los ojosdijo burlándose de mi mientras se ponía los pantalones haciendo que me avergonzara.
    Es tu culpa por no vestirte rápidodije mientras cogía mi ropa.
    No pongas excusas si te atraigo solo dímelome agarró de pronto sorprendiéndome y se me acercó demasiado.
    Es que…
    ¿Qué?me estaba poniendo demasiado nerviosa la cercanía, sobre todo el sin camiseta.
    No es que no me gustes pero… estoy enamorada de Karasya lo he dicho en voz alta y no se porque pero me quedé mejor que antes. El sonrió.
    Un aplauso para ti.
    ¿Qué?se separó de mí cogiendo su camiseta.
    Ya lo sabia, se te notaba, solo quería saber si me lo dirías en una situación comprometida como esta.
    Eres un idiotale pegué un pequeño puñetazo en el brazo haciendo que se riera un poco. Me empecé a vestir.Oye…
    Pregúntaselo tú.
    ¿Qué? ¿Como? Si ni si quiera te he preguntado nada.
    Me ibas a preguntar si yo se si a Karas le gustas, asi que te respondo que se lo preguntes tu.cogió el saco de la cabeza y la espada en la espalda.
    ¿Lo sabes?me empecé a pasar un peine por el pelo.
    Ya te he contestado, Maia.
    Venga va dímelo.me miró.
    No lo se y aunque lo supiera no te lo diría, esas cosas se tienen que hablar, averígualo tu.
    Eres malo.me acerqué a el ya lista.
    Y tú una cabezota.me puso un brazo por encima de los hombros a la vez que salíamos del cuarto sin hacer ruido.




    Nonos dijo el Alcalde, serio y creo que algo enfadado, enseguida. Habíamos llegado, le habíamos visto, le habíamos enseñado la cabeza y habíamos recibido una negativa enorme.
    ¿Cómo que no? ¡Si te hemos traido la cabeza como prueba!dijo Kiba alzando la voz enfadado.
    Kiba tranquilo.
    Me habéis traido la cabeza de lo que parece una maquina, no la de La bestia.
    Pero es que resulta que a eso a lo que llamáis Bestia, era una maquina.
    No puedo creérmelo, no tenéis ni si quiera pruebas.
    Por favordijeAnoche lo pasamos mal para parar a esta cosa, nos tiene que creer.
    Lo siento mucho, pero si no tenéis pruebas, no hay recompensa.Kiba ya iba a saltar y creo que lo iba a hacer peor que antes pero una voz lo detuvo.
    Si que hay pruebasnos volvimos todos a esa voz que tanto me sonaba. Era el Barman del local que ahora que caía no sabia su nombre. Le sonreí, en la mano tenia una cámara de videoLo grabé todo.
    Pues enseñamelohizo un gesto con la cabeza para que le siguieraVosotros esperar aquínos dijo mientras los dos entraban en una habitación.
    Solo pasaron unos 5 minutos antes de que saliera y por lo que parece todo salió bien porque el alcalde se disculpó y nos dio dinero en efectivo. Había tanto dinero… Ya teníamos una preocupación menos.
    Después de eso compramos el desayuno y volvimos al hospital.




    Maia me contó la historia de Kevin por el camino y que le quería pagar el dinero que le faltaba para la operación de su madre. Yo estuve de acuerdo pero primero pregunté por si acaso. Como resulta que si había una tal María Ríos pues llamamos a su doctor y se lo pagamos sin que se enterara Kevin. Una vez hecho eso fuimos a la habitación en la cual ya estaban estos dos despiertos.
    ¿Dónde estabais?preguntó Kyo.
    Comprando el desayunodije con toda la tranquilidad del mundo. El suspiró.
    No gastéis mas dinero del poco que tenemos por una vez que no desayunemos no creo que nos vaya a pasar nada.
    Hemos conseguido dinero, no pasa nada.dije dejando la espada.
    Bueno, pero de todas maneras hay que ahorrar.
    Con lo que tenemos no va a hacer faltamiré a Maia que me miraba sin saber muy bien que hacer.
    ¿Por qué? ¿Cuánto es?preguntó esta vez Karas.
    Solo unos 40 mil eurosdije sacando el sobre. Los dos se quedaron sin palabras mirándonos como pidiendo explicación, asi que Maia les explicó todo lo que hicimos anoche exceptuando la parte del sedante en ellos. De todas maneras se enfadaron.
    ¡Vosotros sois idiotas!nos gritó Karas cosa que no me gustó pero que ignoré.
    ¡Como se os ocurre hacer algo asi y sin contar con nosotros!
    Porque Karas está herido…decía Maia.
    Podríais haber muerto.intervine antes de que siguieran.
    ¿Qué mas da? Lo hecho esta hecho, no nos ha pasado nada y ahora tenemos 40 mil eurazos, yo creo que no deberías darle mas vueltas.
    Muy dicho Kibame dijo Maia a la vez que nos chocábamos las manos.Kyo lo siento, te prometo que no lo volveremos a hacer.el suspiró.
    Por lo menos estáis bien ¿no?preguntó Karas.
    Si, tranquilo, Maia está biendije sonriendo ganándome una mirada enfadada de Karas.
    Por ciertodijo Kyo metiendo las cosas en su mochilacuando no estabais ha entrado el doctor Torres y nos ha dicho que podemos irnos cuando queramos.
    Asi que nos vamos yadijo Karas bajándose de la cama.
    Pero de Barcelona no nos vamos hasta que tú estés bien del tododijo Maia con un tono de preocupación.
    Si, tranquilale contestó el.Además todavía tenemos que buscar donde esta de verdad Aliance.
    Sidijo Kyo ya listo Ahora vamos al centro a buscar un hostal… bueno…dijo mirando el sobre y guardándolo un hoteltodos sonreímosaquí ya hemos llamado mucho la atención.nos miró.
    —Valedije levantando las manos en señal de paz y volviendo a coger la espada. Que bien había salido todo al final ¿no?




    Kevin corría todo lo rápido que podía dentro de esos pasillos llenos de enfermeros, médicos y pacientes pero es que había averiguado la habitación de Maia y rezaba por que siguieran ahí.
    Ahora lo entendía todo, por eso le había hecho ese “Interrogatorio” ella tenía pensando desde un principio pagarle la operación de su madre.
    Cuando llegó a la habitación después de esquivar a tanta gente se decepcionó al ver que ya no estaban. Había llegado tarde.
    Mierdase dijo para si mismo.
    Perdona ¿Tu eres Kevin?le preguntó una enfermera llamando su atención.
    Si…
    Esto es para ti.le dio una carta y se fue. Kevin no sabía muy bien de quien era pero no dudo mucho en abrirla. Era de Maia:

    “Supongo que en cuanto te enteraras vendrías corriendo como un loco para decirme una de dos:
    1. “Lo siento no puedo aceptarlo”
    2. “Gracias, gracias… (asi muchas veces)Kevin ante eso se rio.
    A la primera te diría que te aguantes y lo aceptes y a la segunda… no hace falta que me agradezcas nada, solo me sentía mal y quise hacerlo, no es justo que nosotros nos llevemos tanto dinero y tu nada que lo necesitas mas asi que te pago la operación y todos felices.
    Gracias de nuevo por tu ayuda y espero que nos volvamos a ver algún día.
    Besos.”
    Maia.

    Kevin sonrió y se guardó la carta.
    En el mismo momento que salía de la habitación Maia, Karas, Kyo y Kiba cogían un autobús para ir al centro.
    Yo también lo espero Maia.
     
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    monche

    monche Iniciado

    Tauro
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    Oh oh, presiento que se acerca el final, pero yo que voy a saber después de todo jaja
    Se me hace todo tan interesante que me fue imposible hacer otra cosa sin pensar "que pasara ahora?"
    Te ha quedado de maravilla y exellente ortografía y eso.

    Adiós muy buenas!
    Monche :P
     
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    JimenaAlonzo

    JimenaAlonzo Entusiasta

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    Título:
    La Búsqueda
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    21
     
    Palabras:
    9377
    Capitulo 20.

    Nos habíamos pasado las dos últimas semanas dando vueltas por el centro de Barcelona y fuera de él, sin conseguir nada. Lo único bueno era que yo ya me había recuperado, el hombro estaba como nuevo.
    Ahora mismo estaba con Maia, caminando derechos a una zona donde Kyo nos dijo que podía haber alguien que supiera donde estaba Aliance en estos momentos, una zona muy peligrosa donde no iba nadie excepto criminales y guerrilleros. La verdad es que quería encontrarme con estos últimos porque podía saber donde estaba Aliance pero como no sabía como iban a reaccionar y estaba con Maia pues no estaba seguro de si quería encontrarlos o no.
    La verdad que no había nadie y si había estaban en grupo, a lo suyo o borrachos o tirados en el suelo.
    —¿A quien preguntamos?preguntó Maia...
    A alguno que nos pueda contestar en condicionesdije mirando a uno tirado en el suelo. Maia se rio.
    Kiba y Kyo estarán bien ¿no? Esta zona es peligrosa.
    Ten por seguro que si, preocúpate por ti.
    ¡Vosotros!los dos miramos a quien nos había gritado con un tono que no me gustó nada, un tono autoritario que odiaba. Eran un grupo de 6 personas. Maia me miró y yo me acerqué con cuidado a ellos. ¿Qué creéis que estáis haciendo aquí?nos rodearon en cuanto nos paramos a una distancia prudencial que ellos obviamente rompieron.este sitio no es lugar para gente como vosotros.
    Solo queremos preguntar algocontestó Maia calmada.
    ¿Preguntar?lo dijo casi gritando con burla y mirándola de una forma que hacia que me hirviera la sangre. Creo que esa mirada intimidó a Maia porque se agarró a mi camiseta.
    Si, no hace falta que grites.
    Maia, cállate un pocoLe susurré ya que intimidada o no, no se callaba.
    Estáis en nuestro territorios asi que hago y digo lo que me de la gana.
    Tranquilo, no queremos peleacomo siguiera asi la iba a encontrar…como ha dicho ella solo queremos preguntar algo.
    Vale, pero gratis no respondemos.suspiré.
    ¿Cuánto quereis?
    Lo que queremos…vi movimiento detrás pero no me dio tiempo a hacer nada, cogieron a Maia y le taparon la bocaya lo tenemos asi que ya puedes preguntar.
    Soltarla, ella no es algo que se pueda dar.todos se rieron.
    Tarde…el hombre que la tenía agarrada se empezó a acercar a su cuello sonriendo. Eso era la gota que colmó el vaso, nadie tocaba a Maia asi. No hice nada y no porque no quisiera si no porque Maia de pronto le dio un codazo en el estomago a ese hombre haciendo que se encogiera soltándola. Cuando levantó la cabeza Maia le dio una patada tirándolo al suelo.
    Como supuse ante esto, todos fueron a por ella y a por mi pero Maia sacó una pistola que no se de donde la había encontrado y les apuntó. Ellos se quedaron quietos. Me quedé quieto hasta yo, una porque no sabía si Maia sabia apuntar del todo bien y otra porque me había quedado muy sorprendido al ver como había salido sola de esto. Era increíble. ¿Cuándo había mejorado tanto?
    Karas ¿te vas a quedar ahí mirando o vas a hacer algo?
    ah perdona… ¡tu!saqué mis pistolasMe vas a contestar a lo que yo te diga ahora mismo.
    ¿Qué os creéis que porque saquéis armas nos vamos a acobardar?sacó una intentado dispararme pero yo lo hice antes dándole en la pistola desarmándole. Le hubiera dado a el sin problemas pero estaba Maia. Volví a disparar a los pies haciendo que retrocediera asustado.La próxima va para ti.




    Estoy solo… no se como ha pasado esto pero estoy solo. ¿Cómo puede ser si Kyo estaba conmigo hasta hace solo unos segundos? ¿Se ha perdido? Seguro.
    Por más que miraba por todos lados no lo veía.
    ¡Kyo! ¡Kyo!... ¿Ahora que hago? No podía volver sin el, Karas y Maia me matarían.
    Corrí buscándole durante unos segundos o minutos no se, pero no lo encontraba. Al doblar la esquina tuve la mala suerte de chocarme contra alguien, perdí el equilibrio pero me pude agarrar a la pared.
    Ah, lo siento…
    Ten mas cuidado idiota.era Karas y al lado suyo estaba Maia.
    Ah, si eres tu…
    No lo digas con desprecio que te doy.Maia le puso una mano en el hombro haciendo que se callara algo que seguramente no me iba a gustar.
    ¿Y Kyo?preguntó ella mirando detrás de mi.
    Se ha perdido.
    No, seguro que te has perdido tu.contestó Karas.
    No, porque yo iba delante
    Lo que yo digo vaya.
    Oye, no sigas por ahí…ya me estaba calentando.
    ¡¿Qué?!
    Que pesados que sois… en vez de pelearos, vamos a buscar a Kyo.
    Es lo que estaba haciendo pero no le he encontrado.
    Entonces vamos al punto de encuentro y lo esperamos allí.
    Y eso hicimos, los dos la seguimos sin rechistar.




    Estaba dando vueltas por un sitio que no me gustaba por dos cosas: una porque me había quedado solo, ya que Kiba se había perdido y ahora lo tenía que buscar y otra para preguntar a alguien si sabía donde estaba mi padre.
    Como parece ser que lo de encontrar a Kiba iba a ser mas difícil pues me centraría en encontrar a alguien y luego ya pues lo buscaría o directamente iría al punto de reunión.
    Me metí sin querer en un callejón sin salida por estar pensando en Kiba. Creo que hoy no iba a ser mi día, había empezado mal la mañana y la cosa iba a empeorar ¿Por qué? Porque cuando me di la vuelta había más de 20 personas cerrándome el paso y apuntándome con armas, tanto de fuego como espadas.
    Me lleve la mano donde tenía la pistola.
    Yo que tu no haría esose adelantaron 6 hombres apuntándome y el que me había hablado se adelanto todavía mas.tíralo al suelo.no conocía de nada a este sujeto, no sabía quien era ni que quería, la pistola me venía muy bien pero si lo pensaba bien, eran mas de 20 personas contra mi, si se ponían a disparar estaba muerto, asi que tiré el arma al suelo.Buen chico… ahora dale una patada hacia mivaya… contaba con que se quedara cerca de mi, veo que este hombre no iba a correr ningún riesgo. Le tuve que hacer caso, le di la patada y el hombre la cogióAsi me gusta,
    ¿Qué quieres?
    A ti.
    ¿Y eso?
    Tu eres Kyo Deep el hijo de Aliance Deeplos soldados se movieron y yo me puse tenso, me estaban rodeando.te queremos de rehén para retar a tu padre, vencerle y tomar el poder.me reí ante esa ocurrencia. Claro… ¿Ellos que van a saber? Exceptuándome a mi, mis amigos y algunos soldados de mi padre nadie sabe que mi padre no me quiere, dudo que nunca lo hiciera.
    A él le da igual lo que me pase, además no lo ibais a vencer ni conmigo ni sin mí.
    Eso es lo que dices ahora.
    Ahora, después, mas tarde… siempre lo diré porque es la realidadgolpee a uno que me iba a atacar por detrás haciendo que todos los que tenían espadas me atacaran.
    ¡No lo matéis!escuché mientras esquivaba y paraba golpes como podía. Pero por mas que hacía eso no se acababan nunca. ¿Cómo puede ser? Pues porque a los que tumbaba se volvían a levantar, da igual el golpe, se levantaban y volvían a por mí. Me acababa de arrepentir de dejar mi espada en el hotel.
    Se me echaron encima demasiados y me cogieron dos por detrás, me intenté zafar pero no podía. Otro me vino de frente y me empezó a golpear a donde pillaba, la cara, el estomago, el pecho…
    Me soltaron cayendo de rodillas. Escupí sangre cansado y me volví a levantar. Por poco tiempo bueno en realidad no llegué a hacerlo ya que me llegó una llovía de puñetazos y patadas, lo único que podía hacer era intentar cubrirme la cara como podía.
    Pararon.
    Me quedé en el suelo sangrando y respirando por el dolor y por todo pero no me iba a dejar vencer tan fácilmente asi que me volví a levantar con dificultad, todo hay que decirlo, y me encaré al jefe.
    Tienes agallas chaval pero es imposible que venzas tu solo y desarmado. Hasta luego ¿Cómo que hasta luego? Alguien me golpeó fuertemente en la cabeza viendo todo negro dos segundos después.




    Después de buscarle un rato y no encontrarlo nos fuimos al punto de encuentro. Y si, aquí seguíamos después de una hora, esperándole pero Kyo no aparecía y yo ya me estaba empezando a preocupar.
    Esta tardando demasiado yadijo Kiba.
    ¿Dónde se habrá metido este?dijo Karas mirando hacia todos lados.
    ¿Y si volvemos a buscarle? Estoy preocupada por el.
    Si, vamosdecía Karas acomodándose la chaqueta Kyo no suele tardar.
    Y eso hicimos, fuimos de nuevo a esa zona a buscarlo. Pero empezamos por donde había iniciado la marcha antes Kiba y Kyo. Empezamos a caminar, Kiba iba delante para guiar por donde habían pasado.
    ¡Ah! Ya me acuerdodijo de pronto Kiba Yo corrí hacia esta dirección y doblé a la izquierda. Cuando me di cuenta Kyo ya no estaba.
    ¿Y para que corres?le reprendió Karas.
    Me pareció ver a alguien.
    Bueno…dije mirando hacia todos lados entonces si no dobló contigo entonces ha tenido que seguir recto.segui el camino delante de estos dos llamando a Kyo.
    No es buena idea gritar.me dijo Karas ya has visto lo que nos pasó antes y ni si quiera llamábamos la atención.
    ¿Qué pasó antes?preguntó Kiba.
    Nah, unos tíos que no les gustaba que estuviéramos en su “territorio”le contesté quitándole importancia.
    Antes de que saltes, no pasó absolutamente nada. Les preguntamos si sabían algo de Aliance pero no sabían nada, fue una perdida de tiempo. La que me sorprendió fue Maia.
    ¿Yo?
    Has mejorado un montón defendiéndote.
    Bueno… es que os veo casi todos los días. Algo se me tendrá que pegar.
    Ah eso…dijo Kiba mirándome Yo me di cuenta cuando fuimos al cacería.
    Si, no me lo recuerdesdijo Karas siguiendo el camino. Nosotros dos nos reímos pero Karas nos mandó callar ¡Sh!Kiba le iba a responder seguramente uno bordería pero al ver que se había pegado a la pared y se asomaba a un callejón nos callamos y le imitamos.
    Resulta que había dos hombres hablando.
    ¿Aquí ha sido?
    Si, lo rodearon y se lo llevaron.
    Pobre chaval… lo va a pasar mal pero ¿no era fuerte?¿de quien estaban hablando?
    Por muy fuerte que seas si te rodean 20 tíos con armas de ahí no sales, aunque me han dicho que se ha defendido muy bien.
    Mira, ahí hay rastros de sangre.
    Seguramente morirá, dudo que lo dejen vivir una vez cumplan sus propósitos.
    En realidad me da pena, aunque él sea el hijo de Aliance él no tiene la culpa de nada…al oír eso me sorprendí ¿Estaban hablando de Kyo? Entonces ¡Estaba en peligro! Me di cuenta de que Karas y Kiba se habían acercado a esos dos hombres cuando escuché la voz enfadada y autoritaria de Karas.
    ¡Vosotros dos!estos se asustaron ¡¿Qué sabéis de Kyo Deep?!
    Se lo llevaron un grupo de asesinos.
    ¡¿Por qué?!le preguntó Kiba también enfadado aunque tenía un todo de voz de preocupación.
    ¡No lo sabemos del todo!me levanté y me acerqué también.
    Creemos que se lo llevaron como rehén para retar a Aliance, destronarlo y gobernar ellos. De momento lo quieren vivo pero al final morirá.
    ¿Y sabéis a donde se lo han llevado?pregunté mas tranquilamente aunque por dentro no lo estuviera.
    Pues… a su base.
    ¿Y sabéis donde esta?
    Si quieres os podemos guiar una parte del camino.
    ¿Si? Muchas gracias.les sonreí y me di la vuelta viendo que Karas y Kiba seguía con sus armas en alto.¿Qué hacéis?me miraronBajar ya las armas, ellos no son malas personas. Reservaos para salvar a Kyo.se las bajé yo y volví a mirar a estos dos. Venga, vamos.




    Me desperté con un inmenso dolor de cabeza, mareado y sin fuerzas. Me toqué la cabeza y vi que tenía sangre la cual había chorreado por mi cuello, manchando mi camiseta, mi espalda y el suelo.
    Me quisé levantar sin éxito y eso que ni si quiera estaba atado, ese golpe había sido demasiado duro. Que patético, no me puedo mover por unas patadas y un golpe. ¿Asi pensaba vencer a mi padre?
    Deje de pensar en eso ahora y pasé la mirada por la estancia que tenía toda la pinta de un calabozo. Me levanté poco a poco con la ayuda de una mesa que había en la cual me fijé que había un látigo. Miré la pared una vez ya levantado y vi que tenía cadenas. Esto ya no me gustaba, tenía que salir de aquí cuanto antes.
    Fui hacia la puerta todo lo rápido que pude pero de pronto se abrió entrando tres hombres, uno de los cuales sin pensárselo me golpeo en la cara tirándome el suelo. Me cogieron de los brazos y me levantaron bruscamente dándome contra la pared en la espalda. No me soltaron.
    Dime donde esta tu padredijo el único que no me estaba agarrando.
    No lo se.uno de los hombres me pego un puñetazo en el estomago haciendo que soltara un pequeño quejido. Tosí.
    Por tu bien, dinos donde esta o si no…
    ¿O si no que? ¿Me vais a matar? Lo dudo mucho, de momento me necesitáis.
    Tu mismo lo has dicho, de momento, aunque no te hagas ilusiones. Asi que… ¿Dónde esta tu padre?
    He dicho que no lo se y aunque lo supiera no te lo diría.
    Vale. Tú lo has querido. Preparadleles ordenó a los que me cogían los cuales me dieron la vuelta con brusquedad, me ataron tanto de pies como de manos con las cadenas de la pared y me rajaron la camiseta.Ahora vas a sentir lo que es dolorcogió el látigo. Dos segundos antes de que me diera el primer latigazo cerré los ojos y aguante la respiración.




    Su base no era nada mas que un edificio en ruinas, nada que ver con las pedazos de bases de Aliance, me habían decepcionado.
    En la entrada no había nada más que dos tíos jugando a las cartas que aunque estuvieran armados me parecían débiles, vamos, que les daba dos patadas y les vencía, no hacia falta ni que sacara mi espada.
    Maia y yo nos paramos enfrente de ellos llamándoles, como no, la atención.
    Perdonar, nos hemos perdidodijo Maia sonriendo.
    Ya vemos, si no estarías aquí.dijo uno a la vez que se levantaban con las armas en las manos.fuera.
    ¿habéis dormido hoy?les pregunté.
    ¿Qué?antes de que se dieran cuenta Karas les dio por detrás dejándolos inconscientes. Lo que yo decía: débiles.
    Vamosdijo Karas.
    Maia, tu detrás nuestradije sacando la espada.
    ¿Por qué? ¿No había mejorado?
    No lo suficientecontestó Karas, cosa en lo que estaba de acuerdo.
    Pero esta vez hay que preocuparse por Kyodijo.
    Si, y de ti de pasodije entrando seguido de Maia ya que Karas ya estaba delante. No volvimos a decir nada.




    Me tiraron al suelo de una sala bastante oscura, solo iluminada por los monitores de los ordenadores que había. Tenía atadas las manos a la espalda la cual la sentía en carne viva, me dolía estando quieto, era una sensación de mil pinchazos en ella por segundo.
    Aun asi había tenido suerte de que el tipo no sabía dar latigazos en condiciones, llega a ser mi padre y seguramente se me vería hasta el hueso. Eso no quita que me hubiera dolido muchísimo pero en ningún momento grité, ni me desmayé, no les daría ese gusto.
    Lo malo es que ahora si que no podía moverme, asi que me quedé en el suelo escuchando la conversación que tenían el jefe y el que me había dado los latigazos.
    ¿Ha hablado?
    No señor, le he dado mas de 100 latigazos y no ha dicho nada.
    ¿mas de 100? No se le ha escuchado.
    Si, es lo más frustrante, no ha gritado ni una vez.
    Es fuerte de voluntad, se nota que es su hijo.Se agachó y me cogió del pelo levantándome la cabeza del suelo ¿Qué prefieres: Decirnos todo y vivir o no decirnos nada y morir? Yo creo que esta claro ¿no?
    No me jodas. Te lo diga o no de todas formas me vas a matarhablé bajo pero con determinación. Se cree que no se este tipo de técnicas, había visto demasiado de mi padre como para saber que pensaban. Me soltó y me golpeó en la espalda, casi se me escapa un grito pero no lo hice. No iba a gritar aunque me rajaran entero.
    De pronto se escucho un pitido. Miré hacia el frente viendo una luz roja en uno de los monitores.
    ¡Estamos conectados!—dijo uno.
    ¡¿A que esperáis entonces?!algunos tocaron algunos botones y segundos después la pantalla se ilumino dejando ver a un hombre que no pude ver porque me tapaban la pantalla asi que me volví a medio relajar apoyando la cabeza en el suelo. Me preguntaba si mis amigos sabían donde estaba, que me había pasado… si ella lo sabía. Tenía ganas de verla.
    Esta relajación duro poco, solo hasta que escuche la voz que provenía de la pantalla.
    Sois muy persistentes.me entró… ¿miedo?
    Esta vez vas a tener que obedecernos tenemos algo que te pertenece.
    Lo dudo, todo lo que tengo está bajo mi control.
    Ya lo veremosvi que hizo una seña y dos de sus hombre me cogieron y arrastraron cerca de la pantalla Aquí tienes a tu hijo.
    No me atrevía a mirar. Hacía 5 años que no veía a mi padre pero no era por eso… ¿o si? ¿Porque tenía miedo de encararle a una pantalla?. ¿Tenia de miedo de como me miraría? Por favor si yo quiero matarlo, me tiene que dar igual lo que piense.
    ¿Eso es tu As bajo la manga?escuché murmullos. Estaban sorprendidos por sus menosprecio hacia miPor favor…se empezó a reír, una risa que siempre había odiado. Cogí fuerzas y le miré. Estaba igual: Su pelo corto y de color gris y los ojos marrones como los míos, lo único que a lo mejor tenía eran mas arrugas pero seguía imponiendo.Hola Kyo, cuanto tiempo… has cambiado mucho aunque… tienes un aspecto lamentablese rio.
    Estaba enfadado pero no dije nada.
    Tenemos a tu hijo, si no nos obedeces…me apuntó con una pistola.
    Mátalo. Me da igual.se volvieron a sorprender.
    ¿Te da igual lo que le pase a tu hijo?me metió una patada en el costado que no me esperaba. Deje de mirarlo.
    Exactamente. Si no me hubiera traicionado a lo mejor me lo hubiera pensado pero como no me da igual lo que le pasa. Adelante mátalo, asi me ahorráis el trabajo de hacerlo yo.Daría lo que fuera por ser sordo y asi dejar de escucharle ya que por mucho que lo negara, por mucho que quería vengarme, esas palabras le atravesaban como puñales, me dolían.Aunque… Kyo, mírameno lo hice, no quería mirarle, solo quería irme de aquíHe dicho que me mireslo dijo con tanta amenaza que aunque estuviera lejos de mi poco a poco levanté la cabeza y le miré. Estaba sonriendo, pero no la que odiaba sino una sonrisa que no veía de por lo menos hace mas de 10 años, que va, mucho más. Transmitía ¿Cariño?
    Me invadió un sentimiento de nostalgia enorme y en este mismo momento me entraron ganas de llorar.
    ¿Me echas de menos verdad, hijo?No le echaba de menos ¿O si? ¡NO!Por mucho que estés enfadado sigo siendo tu padre, la única familia que te queda… vuelve conmigo, si lo haces te perdonaré, te trataré mejor, dejaré que tomes tus propias decisiones siempre que me sea beneficioso, te trataré como a un hijo de verdad ¿En serio?Deja la tonta idea de venganza que tienes en la cabeza y deja a esos patéticos amigos tuyos. No los necesitas, tu necesitas poder y fuerza cosa que te puedo dar yo.Volví a la realidad.
    ¿Patéticos amigos?
    Si, que morirán tarde o temprano.Una realidad dura que me cayó de nuevo como una piedra y esa chica….
    ¡No la vas a tocar! ¡Ellos ahora son mi familia, no tu! ¡No voy a abandonarles! Como te atrevas a tocar a Maia…
    ¡¿Qué?!alzó la voz demasiado y enfadado pero no me iba a acobardar¡¿Me vas a matar?! Se acabó, te iba a dar una segunda oportunidad pero la has rechazado y por encima amenazándome, pues muy bien, muere junto a “Tu familia”lo dijo con burlaY vosotros… hacer lo que queráis con el.
    Al jefe no le dio tiempo a decir nada porque de pronto en la sala entró uno de sus soldados atropelladamente.
    ¡Jefe, han entrado 3 intrusos!escuché disparos pero enseguida desconecté. Solo quería quitarme este sentimiento del cuerpo asi que me pegué un cabezazo por rabia contra el suelo dejándome inconsciente.




    Entre en una oscura sala junto con Karas y Kiba buscando con la mirada a Kyo. Tenía que estar en esta, era la única que quedaba. Mientras estos peleaban yo buscaba. Lo vi.
    Ahí estaba, en mitad de la sala maniatado. Me fui acercando poco a poco parándome para no llamar la atención hasta que llegue a él y vi la sangre de su espalda y del suelo. Sangre… Cerré los ojos con fuerza empezando a respirar rápido del miedo. ¡Maia muévete! Me dije a mi misma. Tenía que superarlo o por lo menos tenía que ignorarlo ahora, lo tenía que hacer por Kyo.
    Me armé de valor y abrí los ojos intentando no mirar mucho su espalda.
    ¿Kyo?lo llamé sin obtener respuesta y cada vez me estaba poniendo peor por la sangre. Lo desaté rápidoKyo venga despiertalo moví pero nada, me estaba empezando a desesperar ¡Chicos!grité, ya me daba igual que hubiera enemigos Por favor ayudarmelas lágrimas estaban a punto de salir. Me miré las manos que se me habían manchado un poco de sangre al desatarle. Ya temblaba.
    De pronto sentí una mano en el hombro.
    Karas…mi voz salió entrecortada.
    Ve con Kiba, rápido. Yo me encargo de el.asentí con rapidez. Ya no había nadie luchando excepto uno el cual se cargo Kiba enseguida, quien miró el panorama me cogió y me sacó rápido de este lugar.

    Donde estaba Aliance, aunque del otro lado a él no se le veía, el si que veía lo que pasaba y lo había visto todo. Cuando Kyo y sus amigos se marcharon fue cuando desconectó.
    Hijo estúpido… nunca va a aprender.
    Señor. ¿No cree que ha sido peligroso enseñar donde esta?
    Solo se me ha visto a mi y este trono es imposible que adivinen donde estoy.
    ¿Y su hijo? Él ha estado aquí.
    No creo que se haya fijado pero si se ha dado cuenta, que venga. Los estaré esperando a los cuatro, si es que llegan vivos aquí.
    Como usted diga señor.
    Ordena al equipo nuevo que se encargue de ellos.
    Si señor.el hombre se fue de la sala con rapidez.
    Ahora sabrás lo que es ir en contra de tu padre. Moriréis los cuatro.




    Una vez que llegamos al hotel, no se como se las arregló Karas para traerle sin que nadie le viera toda la sangre, lo curamos y lo metimos en la cama boca abajo, ya que tenía la espalda destrozada por, según Karas, latigazos.
    La verdad es que una vez que lo curamos yo me metí en la bañera para despejar mi mente, para relajarme. Estaba sorprendida, había podido controlarme un poco, aunque solo fueran por unos segundos, al ver sangre. ¿Era un avance? Puede que si, pero todavía me faltaba mucho y lo demostraba que al cerrar los ojos no viera mas que rojo y ese liquido escarlata que tanto odiaba.
    Mierdame salí del agua, me sequé y me puse la camiseta larga del pijama que siempre usaba. No podía ni pensar en comer algo. Cuando salí del baño Kiba se estaba metiendo en la cama y Karas estaba sentado en una silla limpiando sus pistolas.
    ¿Estás mejor?me pregunto Kiba.
    -Simentí. No estaba mejor para nada.
    Mentiradijeron los dos.
    Ah, dejarme en paz…
    Vale, entonces duermes en el suelodijo Karas dejando las pistolas en la mesita de luz y metiéndose en la cama.
    No, vale, no lo decía en serio.Karas sonrió. El tampoco lo decía en serio.
    Maia, duerme conmigo, anda…dijo Kiba con una voz de niño pequeño.
    Lo siento, pero hoy voy a dormir con Karas, lo necesito.le miré. Parece que estaba en su mundosi quieres claro estas dos semanas solo había dormido una vez con el y le echaba de menos.
    Ah, si, me da igual.sonreí y me metí con el. Cuando apagó Kiba la luz me abracé a él con bastante fuerza dejando liberar todo. Temblé entera.Sabía que no estabas bien…me abrazó también con fuerza mientras me hacía caricias en la espalda y la cabeza ¿Sabes una cosa?susurróDesde que te conozco llevas mucho mejor ese tema. Esta tarde me sorprendí.
    No lo suficiente.
    ¿Y que pretendes? Un miedo que lleva en ti 8 años no se puede quitar de pronto, lleva un tiempo y tu lo estas logrando.sonreí.
    ¿Sabes tu una cosa? Antes de conocerte, nadie, absolutamente nadie podía sacarme del estado en que me pongo cuando veo sangre y de pronto llegas tu y me sacas con tanta facilidad… y con solo palabras. Esas palabras se meten tan dentro de mí que me tranquilizan. Siempre me ha sorprendido.
    ¿Si? No lo sabíapor su tono de voz sé que esta sonriendo.
    Pero… ¿Qué va a pasar cuando tú no estés? O, si algún día nos separamos ¿Qué haré cuando tu no estés para hablarme? Me hundiré.
    Maia… Primero: yo nunca me voy a separar de ti.eso me sorprendió.
    ¿Nunca?
    Siempre voy a estar a tu lado hasta que muera.
    No digas eso…
    Y segundo: Si alguna vez no estoy intenta pensar en algo que te ayude a no pensar en eso, a veces funciona.sonreí de nuevo.
    Lo intentaré.
    Asi me gusta y ahora a dormir.me acomode en su hombro sin romper el abrazo y al rato me dormí.




    Me desperté todavía con dolor de cabeza pero menos intenso, me lleve la mano a la cabeza notando que tenia una venda al igual que por mi espalda, eso sumando que estaba en la cama pues supuse que mis amigos me habían salvado.
    Intenté moverme pero me dolía todo el cuerpo.
    Que dolor de cabeza…
    ¿Quieres una pastilla?me preguntó Karas el cual al mirarle estaba sonriendo.Hola.
    Hola.
    ¡Kyo!gritó alegre Maia¿Cómo estás?
    Dentro de lo malo, bienKiba se rio un poco cosa que yo no tenía ninguna ganas. Reír ahora mismo es el ultimo de mis pensamientos.¿No me vais a preguntar nada?
    Eso es agua pasadadijo Karasno nos interesa.
    Dice eso porque ya lo sabemosdijo Kiba picándole de paso.
    Idiota. No hacia falta que dijeras eso…
    No pasa nadadijetampoco lo iba a ocultar.
    Pero, les ha salido mal ¿no?preguntó Kiba.
    Si.
    —Kyome llamó Maia. La miré En la sala había una pantalla. ¿Acaso has hablado con tu padre?Suspiré.
    Si, hablaron delante de mise me quebró la voz sin querer.Yo ya sabia lo que iba a pasar. Le dirían: “Si no haces lo que digamos mataremos a tu hijo” pensarían que al ser yo su hijo pues cedería. Tenia la esperanza de que lo hiciera, no lo voy a negar, de que se preocupara por mi o algo similar pero ni si quiera se lo pensó cuando dijo: “Matarlo, me da igual, no le necesito”me senté en la cama.
    Me sentí un idiota, tenía ganas de llorar y de gritar y todo fue peor cuando de pronto me sonrió paternalmente y me dijo que me daba una 2ª oportunidad que os dejara, que me trataría bien. No os voy a mentir, por un momento me lo creí, hacía tanto tiempo que no veía esa sonrisa, la que ponía cuando estaba mi madre, cuando éramos una familia.mis lagrimas salieron sin yo quererlo pero me di cuenta de que todo era mentira cuando os insulto, cuando dijo que os iba a matar a todosmire a Maia llorando Lo siento mucho, yo estoy con vosotros para matarle y de pronto estoy pensando en el, en si se ha olvidado de mi, en si me quiere. Quise, aunque solo fuera por un segundo, irme con el. Me doy asco.nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que Maia lo rompió.
    No pasa nada, es tu padre, es normal que sientas eso. A lo mejor le quieres exactamente igual que lo odias.la mire con dudas.
    No lo se.
    Piénsatelo… y cuando lo sepas pues me lo dices.
    Mientras no nos traiciones y tenga que tomar medidas a mi me da igual.dijo Karas.
    ¡Hala, Karas!—le riñó Maia, quien se sentó al lado mía. Me miró Yo también hubiera sentido lo mismo si fuera mi padre.
    No es lo mismo.
    Parecidome abrazó con cuidado y yo la correspondí como un niño pequeño que necesita el abrazo de alguien. Que necesita protección.




    Al cabo de un rato, yo estaba tumbada en la cama apoyada en el respaldo y Kyo estaba abrazado a mi boca abajo, apoyando su cabeza en mi barriga. Karas y Kiba se habían ido a hacer no se que a no se donde. Estábamos los dos solos y en silencio, un silencio que hacia que te entrara sueño.
    Maia…yo contesté con un “mmm” ¿Y si un día os traiciono?
    ¿Por qué ibas a hacer eso? ¿A dónde irías?
    No lo se, siempre he estado solo estoy acostumbrado.
    Kyo… no nos vas a traicionar.
    ¿Cómo lo sabes?
    A ver… ¿Prefieres estar con el o conmigo?
    Contigoni se lo pensó.
    Además cuando Aliance te propuso eso dijiste que no ¿verdad?
    Verdad.
    O sea que si le dijiste que no y quieres estar con nosotros ¿Qué problema hay?iba a contestar pero se quedo callado En realidad la pregunta sería: Cuando llegue el momento ¿El odio que le tienes a tu padre podrá superar con creces a ese sentimiento de amor hacia el? ¿Podrás matarle?se quedó en silencio durante unos segundos.
    Claro que si. Seré idiota…eso lo dijo más para si mismoTengo que protegerte.
    ¿Qué?me acababa de perder.
    Eso, que me tengo que quedar con vosotros para protegerte de él.
    No es eso a lo que yo quería llegar pero supongo que me vale.De pronto tiró de mí haciendo que me acostara del todo y se puso encima mía a cuatro patas medio abrazándome.
    ¿Sabes que tu eres lo que nos une? Si tú no estuvieras nosotros todavía estaríamos separados, no funcionaríamos. Ahora que estoy aquí no puedo separarme de ti.me miró con unos ojos que conocía, los mismos que me miró Kiba la otra mañana.
    ¿Tan importante soy para vosotros?
    Ni te lo imaginas.se me acercó rápido para besarme en los labios pero yo ya le veía las intenciones de hace rato asi que giré la cabeza. Me dio el beso pero en la mejilla. Kyo se separó.
    Lo siento Kyo pero…
    Te gusta KarasOtro más que lo sabe ¿tan trasparente soy?Ya lo sabia, era obvio.
    ¿Y entonces?
    Tenia que intentarlo.me abrazó con cariño y yo sonreí. Le acaricié los pelos y dos segundos después entraron Karas y Kiba con comida.
    ¡Maia, ya estamos aquí!—cuando Kiba vio a Kyo encima de mi su cara cambio de color.¡Tu! Eres un aprovechado. ¡Quítate desgraciado!fue a por el pero yo le paré.
    ¡Eh! Ten cuidado con lo que haces que todavía esta mal.dije quitando a Kyo de encima de mi y levantándome.
    Pero…
    Solo estábamos hablando.
    Tengo hambredijo Kyo sonriendo.
    Pues ven a comerle contestó Karas molesto no se porque.
    ¿Me ayudas?Karas le miró con una cara que no supe descifrar y le ayudó a levantarse para sentarlo en una de la sillas. Todos nos sentamos.
    Pues ya volvemos a estar como antes.dije sonriendo.
    Y en cuanto Kyo se recupere ¿A dónde vamos?preguntó Kiba empezando a comer. Kyo ante esa pregunta se atraganto haciendo que le miráramos ¿Se había puesto nervioso?
    Lo que faltaba ahora es que te ahogarasdije dándole agua. El bebió un trago y dejo el vaso con un fuerte bastante fuerte.
    Chicos… —todos le mirabamos con atención Se donde está Aliance.
     
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