La Aventura De Morgana

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Dark RS, 30 Diciembre 2012.

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  1. Threadmarks: Aventura 13. Rita
     
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    La Aventura De Morgana
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    1611
    Aventura 13. Rita.

    Mi barco, mi marioneta… todo mi trabajo perdido en pocos segundos, el destino en verdad debe odiarme. Y no solamente él, sino que los elfos continúan arruinándome la vida, ¡cómo los odio!

    El vampiro continúa mirando el agujero que hizo en el pecho de Alexander, no le encuentra sentido a lo que ve, se mira la garra, no ve sangre ni ningún tipo de fluido entre las filosas cuchillas de su guante, regresa la mirada al elfo y nota el color de sus huesos.
    —No tienes sangres, esos no son huesos, no tienes órganos internos y lo que atravesé no fue piel normal —dice el vampiro ordenando sus pensamientos —, ya veo —sonríe mostrando sus largos colmillos.
    Alex frunce el ceño.
    —Ya sé lo que eres, nunca pensé ver uno en toda mi vida —muestra sus garras de forma amenazante.
    Alex saca la daga de su cinturón y la toma fuertemente con su mano izquierda.
    — ¿No dices nada?, que mal, quería burlarme un rato antes de matarte, pero veo que no va a ser posible —el enemigo se oculta en las sombras del bosque.
    —Debo vencerlo pronto —se dice Alexander —, me preocupa ella.

    En el pub, Kahil no logra sacarle mucha información al segundo troll antes de dejarlo inconsciente, lanza a ambos enemigos por la ventana, levanta la mano y Rita dispara su telaraña desde la sombras atrapando a ambos asesinos en un capullo blanco del que no podrán salir por más que lo intenten.
    El enano cierra los ojos, y escucha los sonidos de la noche, le parece escuchar una especie de aleteo, levanta nuevamente su mano, Rita le lanza su mazo el cuál atrapa con facilidad.
    Toma a uno de los trolls y lo arroja al aire, el cuerpo inconsciente golpea a un ser que vuela aprovechando la oscuridad para no ser descubierto.

    Un silfo cae al suelo golpeándose la cara contra la calle hecha de roca gris pulida.
    —Estos asesinos de estos días —Kahil suspira decepcionado al decir esto —, inútiles.
    El silfo se levanta —sólo tuviste suerte, enano —escupe un diente.
    —Dejemos la charla, para poder derrotarte rápidamente e ir en auxilio de mis amigos —dice el enano empuñando el mazo.
    —Mucha confianza, ¿no crees? —ríe el silfo.
    — ¡Saca tu arma y acabemos con esto! —grita impaciente.
    —No tengo armas, verás, a diferencia de muchos silfos y hadas, yo no uso magia, ni sé usar armas ni nada por el estilo, lo que sí sé hacer es esto —emite un agudo silbido que hace eco en la noche.

    La tierra comienza retumbar levemente, dos osos dientes de sable llegan corriendo al lado del silfo; enormes bestias que de pie llegan a los tres metros de altura, pelaje gris oscuro con líneas negras que forman distintos patrones en cada oso dientes de sable, pequeños ojos negros, largos colmillos amarillentos, y garras tan afiladas como dagas; uno de los osos es más gordo que el otro.
    —Estos son Bart —el vampiro señala al dientes de sable mas gordo — y este es Lisa —señala al segundo —, ahora mis mascotas, ¡ataquen!
    Ambas bestias se lanzan sobre el enano.
    Kahil las ve acercarse velozmente hacia él, sonríe confiado. Rita ataca a ambas bestias.

    Rita, la araña, mascota de Sir Kahil, que lo ha acompañado desde que el enano la encontró cuando aún era un huevo poco después de haber perdido a su familia, la crió desde entonces; la araña es de la variedad de las arañas de bosque gigantes, aunque solo mide cuatro metros de largo desde la cabeza hasta el final del abdomen, casi la mitad de la araña más grande conocida, con cuatro ojos rojos como todas las de su raza, de color negro, con un enorme e hinchado abdomen que tiene una sección en la que puede almacenar comida para que se fermente, aunque en el caso de Rita, ella también guarda algunos objetos de Kahil en ese lugar de su cuerpo.
    —Yo te presento a mi amiga —presume el enano mientras la araña domina y envuelve en telaraña con facilidad a los osos dientes de sable —, Rita, es casi una hija para mi, y tan peligrosa como un atlas —un comentario que a él mismo se le hizo muy exagerado, pero que cumple su cometido, poner nervioso al silfo.
    —En… en ese caso me veo obligado a llamar a mis refuerzos —silba nuevamente en un tono distinto, una abeja de medio metro de largo llega y se posa junto al enemigo.
    — ¿Una simple abeja gigante obrera?, una obrera es inofensiva.
    —Pero, y ¿si fueran cientos? —dicho esto al menos doscientas abejas rodean la cuidad.
    —Una o un millón, da igual, las obreras no son guerreros —golpea con su mazo a una abeja cercana.
    — ¡Ataquen, legiones! —las abejas se lanzan en picada contra el enano, lo embisten, pero Kahil los repele sin dificultad.

    Una segunda oleada de abejas llega al lugar; veinticinco abejas guerreras de un metro de longitud con filosos aguijones.
    —Eso está mejor —se dice Kahil —, pero te falta mucho más que eso.
    El silfo sonríe, el enano intenta concentrar sus golpes en las abejas guerreras, pero las obreras llegan desde todas las direcciones y bloquean sus ataques o lo embisten desde atrás.
    Una última abeja llega el lugar, tres metros y medio de longitud, la reina de la pequeña colonia que controla el asesino.
    —Y esta es Reina, la que te llevará a los tártaros —las alas de la abeja reina producen un sonido bastante molesto.

    De la nada un lobo negro derriba a la reina, una loba mas pequeña color café derriba una abeja guerrera, el lobo negro lanza un agudo aullido.
    Kahil mira seriamente al silfo, piensa que su enemigo es realmente estúpido —acabas de cometer el sexto mayor error que se puede cometer en este continente —reclama el enano molesto por la torpeza del enemigo.
    — ¿Sexto? —el silfo comienza a repasar en su cabeza las diez reglas básicas que comparten todos los países —, ¡demonios!, no se debe comenzar un ataque en territorio de licántropos.
    Del interior de las casas comienzan a salir los licántropos en su forma de lobos guerreros.

    Los lobos acaban rápidamente con todas las abejas, capturan al silfo para juzgarlo por su crimen, que consiste en haber disturbado el sueño de la aldea.

    El enano no deja de preguntarse como pueden haber asesinos tan estúpidos; los trolls inútiles y el silfo tonto no son lo que considera un grupo de asesinos exitosos, entonces se da cuenta de lo que en verdad ocurrió, esos tres no fueron enviados para matarlo, si no para mantenerlo ocupado, lo que significa que alguno o ambos de sus compañeros están en problemas.

    Morgana domina a los elfos con su marioneta, Genbu, no les ha dado oportunidad ni de respirar. Ambos elfos esquivan lo mejor que pueden, pero la marioneta logra acertar varios golpes.

    La alquimista siente un fuerte dolor en su costado, vuelve la mirada abajo y ve la hoja de una espada que sobresale de su cuerpo, voltea con dificultad y ve a un tercer elfo que la mira con el ceño fruncido.
    —Estúpidos —reclama a los otros elfos que están malheridos por la marioneta — ¡¿acaso no notaron que la alquimista no se podía mover mientras usaba la marioneta?!
    Genbu cae al suelo y desaparece regresando junto a las otras tres marionetas.
    El tercer elfo saca la espada velozmente —la recompensa es por tu cabeza, pero nadie dijo nada de llevar tu cuerpo —levanta la espada y la baja con fuerza.
    La chica apenas si logra esquivar la hoja que le pasa rozando por el cuello, sin detenerse, el tercer elfo continúa lanzando ataques contra la chica, de los cuales, al menos uno de cada tres ataques logra herirla, la alquimista se tropieza, el elfo levanta su espada, sonríe confiado y baja su arma usando todas sus fuerzas.

    --------------------------------------------------------------------------------------------------


    Nombre: Rita
    Color: Negro
    Ojos: Rojos
    Raza: Araña Gigante de Bosque

    -------------------------------------------------------------------------------------------
    Nombre: Genbu
    Elemento: Tierra
    Raza: Marioneta
    Apariencia: Tortuga y Serpiente que sale de los orificios.
     
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    Primero lo técnico:
    Rita, la araña, mascota de Sir Kahil, que
    Una mayúscula que se pasó, je.
    Y bueno, tenía entendido que los pensamientos de Morgana estaban al inicio y en cursiva, abriendo el capítulo. Fuera de eso me encantó y sólo espero que en la tarde vuelvas a publicar.
    Y si Alex no tiene sangre ni usos, ni piel ¿es una especie de automata mágico? ¿ y salvara a Morgana?
    Besos <3
     
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  3. Threadmarks: Aventura 14. Los Hermanos Mercenarios
     
    Dark RS

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    La Aventura De Morgana
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    Aventura 14. Los Hermanos Mercenarios.

    Dulce dolor, creo que me comienza a gustar esta sensación de proximidad a la muerte, desearía que esta fuera la última vez que estoy en peligro de muerte, quiero recibir mi castigo en los tártaros de una vez.
    Creo que no le agrado mucho al Dios Muerte, no le veo en ninguna parte, ¡ven Muerte!, llévate esta inservible alma; estoy cansada de la maldad, estoy cansada de los hipócritas, estoy cansada de discutir, estoy cansada de no ser amada, estoy cansada de fingir una sonrisa, estoy cansada de vivir, simplemente estoy… cansada de todo.

    El tercer elfo baja su espada con todas sus fuerzas; el frío acero entre celeste y plateado de la hoja se incrusta en el pecho de Morgana; el dolor que la chica siente es insoportable, abre la boca completamente, pero no emite ningún sonido, su voz no logra salir por más que desea gritar.
    —Inútiles —reclama nuevamente el elfo recién llegado —, esta alquimista es demasiado débil, ¿cómo pudo haberlos estado dominado?
    —Nos tomó por sorpresa, Hans, te lo juro —se disculpa el elfo sin arco con su hermano mayor.
    —Excusas, con ustedes dos siempre son excusas —mueve la cabeza en desaprobación y vergüenza.
    —En verdad, Hans, esa marioneta era muy poderosa, pensé que moriríamos —le explica el otro elfo bajando la cabeza.
    —Debí dejarlos morir hace años —baja la mirada a mirar a la alquimista que intenta inútilmente sacarse la espada del pecho —, no lo intentes, en este momento esa hoja de acero sílfide es lo único que evita que te desangres.
    Morgana intenta con desesperación sacarse el arma de su pecho.
    —Tú decisión, vales lo mismo viva que muerta —le aclara Hans riendo.
    — ¿Y los demás? —cuestiona uno de los gemelos elfo.
    —Cierto —se dice el hermano mayor —, Paul —refiriéndose al elfo que tiene su arco intacto —, ve a revisar si Rim eliminó al elfo compañero de la chica —, voltea a mirar al otro elfo —, Karl, revisa si los estúpidos trolls y el tarado de Winger ya fueron derrotados, de ser así, entretiene al enano lo más que puedas.
    —Pero, Hans —dice Karl confundido —, es sólo un enano, ¿qué daño puede hacer?
    El elfo mayor abofetea a su hermano —Sir Kahil, no es sólo un enano, se le conoce por haber entrenado a varios dragones soldados, y si los rumores son ciertos, incluso llegó a luchar mano a mano con el mismísimo rey dragón.
    — ¿En verdad? —pregunta Paul, Hans lo mira con el ceño fruncido —, no pregunté nada —sale corriendo junto a Karl a ejecutar las ordenes de su hermano.

    Hans mira a Morgana retorcerse por el dolor que siente —eso parece doloroso, alquimista, te haré un favor —le da una patada en la cabeza dejándola inconsciente, voltea la mirada hacia el bote que arde a un lado de donde se encuentra, toma a Morgana y la aleja un poco —, sería una lástima que te quemaras.

    El vampiro acorrala a Alexander contra una roca, el elfo está bastante herido y notablemente cansando.
    —Me has hecho perder demasiado tiempo, elfo —reclama el vampiro.
    —No el suficiente —contesta exhausto —, honestamente pensé que podría vencer a un vampiro sin dificultad.
    —Eres un asco como guerrero, no sabes luchar cuerpo a cuerpo, ¿cómo diablos has logrado sobrevivir todo este tiempo?
    Alex se culpa de no haber traído su arco consigo, se suponía que sería una velada romántica, pero la noche ha empeorado en cada momento — ¿a qué Dios se le reza en estas circunstancias?
    A Rim se le hace extraña la pregunta, pero al no haber nada que le perjudique le responde —al Dios Destino, tal vez escuche tu lloriqueo y te permita desaparecer más rápido.
    — ¿Hay un Dios de la Guerra? —pregunta cansado.
    —Algo así, el Dios Conflicto —responde el vampiro perdiendo la paciencia.
    —No me gusta ese tampoco, creo que deberé pedirle un favor al Dios Vida.

    Llega Paul al lugar, con el arco en su mano derecha. Alex ve una oportunidad, corre pasando junto al vampiro, empuja al elfo y le quita su arco y su carcaj.
    Dispara varias flechas que impactan en las piernas del incrédulo vampiro, el cuál cae al suelo por culpa del dolor, luego Alexander golpea con su codo el rostro de Paul dejándolo fuera de combate.
    —Al final, el Dios Suerte me sonrió —ríe.
    Corre a buscar a Morgana.

    Alexander llega y ve a la alquimista en el suelo inconsciente, corre hacia ella preocupado.
    Antes de poder llegar a ella, se para sobre una trampa que lo aprisiona en una soga dejándolo de cabeza.
    —Decepcionante, casi tan inepto como mis hermanos —dice Hans saliendo de las sombras.
    — ¡Suéltame! —exige Alex.
    —No, veré si me dan algo por tu cabeza, si no te mato —aclara antes de patearlo y dejarlo sin conciencia.

    Karl regresa.
    —Los capturaron a los tres, cómo lo habías predicho —le reporta agitado.
    —No fue difícil suponerlo, esos tres son casi tan inútiles como tú y Paul; por cierto, ¿y el enano?
    —No lo vi —responde bajando la cabeza.
    —Inútil, mejor vea buscar a Paul y a Rim, y tráelos antes de que partamos —ordena Hans.
    —Sí, hermano —corre a buscar a sus compañeros.
    Hans se acerca a Morgana — ¿cómo puede una alquimista tan pequeña y débil como tú valer dos millones de piezas de oro?

    Toma a la alquimista, la amarra fuertemente con cuerda, luego hace lo mismo con Alexander. Los lanza en un carruaje jalado por varias quimeras de fuego y espera a sus hermanos y al vampiro para huir llevando sus objetivos.

    Kahil se adentra en el bosque, a pesar de la luz de la luna no logra ubicar el camino para llegar hacia donde debería estar Morgana.
    Ve una pequeña columna de humo que se eleva de entre los árboles, se dirige hacia esa dirección.
    Pero a llegar únicamente encuentra los restos humeantes del barco de Morgana, sin rastros de ella ni de Alex por ninguna parte.
     
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    Noté algo aquí :
    Dulce dolor, creo que me comienza a gustar esta sensación de proximidad a la muerte, desearía que esta fuera la última vez que estoy en peligro de muerte, quiero recibir mi castigo en los tártaros de una vez.
    Creo que no le agrado mucho al Dios Muerte, no le veo en ninguna parte, ¡ven Muerte!, llévate esta inservible alma; estoy cansada de la maldad, estoy cansada de los hipócritas, estoy cansada de discutir, estoy cansada de no ser amada, estoy cansada de fingir una sonrisa, estoy cansada de vivir, simplemente estoy… cansada de todo.
    En dos renglones usaste tres veces "muerte" y sonó algo repetitivo, fuera de eso, me encantó.
    Ójala Alex y Morgana esten bien y ella se pueda dar cuenta que su amigo si vale la pena y lo acepte *-* aunque creo que las cosas no seran tan sencillas...
    Hasta el siguiente capi, gatito
     
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  5. Threadmarks: Aventura 15. Tora
     
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    Aventura 15. Tora.

    En el continente de la magia, hay un país habitado principalmente por elfos oscuros, Holy Natalum, los cuales se especializan en el uso de la magia que produce la naturaleza y en la creación de pociones, anti hechizos y anti encantamientos.
    Cerca de la aldea de Washi, vive un joven elfo oscuro de veintitrés años, su nombre es Tora Natsu; de piel oscura, cabello negro brillante, grandes ojos azules, tiene músculos marcados en sus brazos.
    Su ropa es bastante común entre los elfos de ese continente; pantalones verde musgo, hechos de la seda de las arañas locales, que tejen telas de muy variados colores, camiseta azul oscura, con un chaleco negro sobre este.

    Tora trabaja la tierra, cultivando hierbas medicinales, las cuales mezcla con polvos mágicos y raíces creando poderosas medicinas y anti hechizos que vende en los poblados cercanos. Vive en una pequeña casa de madera blanca, junto con su esposa, Aika y su pequeño hijo de dos años, Ken.

    Más o menos al mismo tiempo que en el continente de los salvajes se desata la guerra contra los dragones, Tora sale camino a la aldea Segi, a vender o cambiar sus medicinas por alimento, ropa y un objeto especial que regalarle a su esposa para su cumpleaños que está próximo.
    El viaje dura tan sólo tres días, ya que viaja en su pegaso blanco, Uma.

    Al llegar a casa, la ve en ruinas, con humo aún saliendo de los escombros.
    Se lanza de su pegaso aún en movimiento, rueda varias veces, se levanta y corre a los restos de lo que una vez llamó hogar.
    Comienza a quitar los escombros desesperadamente, trozos de madera aun calientes le queman sus manos, piezas filosas cortan sus brazos, el humo nubla su visión, el calor lo hace sudar, pero no le presta atención nada de eso; la desesperación y miedo se apoderan de él.
    Después de unos pocos minutos, encuentra lo que tanto temía, su amada Aika con su hijo en brazos, ambos casi completamente quemados, muertos desde hace muchas horas.
    Grita a los cielos abrazando los cuerpos sin vida de su familia.

    Horas antes, Aika se dedica a recolectar raíces para que su marido las use en sus medicinas, Ken juega con una libélula de medio metro de largo.
    Se oye una discusión a la distancia, las voces se escuchan cada vez mas cerca.
    — ¡Kenny! —llama Aika a su hijo.
    El niño corre hacia su madre y la abraza.
    —Mi niño, ve y entra en la casa y no salgas por nada —le pide la mujer nerviosa.
    —Di, nani, jugag dentro —el niño corre al interior de la casa.
    La elfina toma el machete con el que se ayudaba para sacar raíces, en caso de que deba usarlo para protegerse, y a su hijo.

    Quiénes hacen tanto ruido son tres serperios, habitantes del norte del país Imperio Basilisk, que comparte límites con Holy Natalum. A juzgar por sus armaduras, espadas y escudos, Aika supone que son soldados de la armada de Serperia, y que lo único que los lleva a territorio elfo oscuro, es la búsqueda de recursos o medicamentos, Tora ya a ahuyentado a varios soldados durante los tres años que han estado viviendo en su hogar, pero en ese momento su esposo está fuera y su hijo en casa, por lo que la mujer no dudará en luchar con todo lo que tiene para proteger a su familia, sólo ruega que su esposo llegue a tiempo.

    Los hombres lagarto tienen escamas verde claro, azul y verde oscuro respectivamente; usan la misma armadura; pantalón hecho de un raro material sacado de un árbol nativo del Imperio Basilik, pechera, hombreras y escudos labrados de las escamas del Drake que considera ese territorio como suyo, además de una espada de acero basilisko.

    Al ver la casa de madera blanca dejan de hablar, uno de los soldados nota a la elfina.
    —Elfa, te damoss la oportunidad de entregarnoss todo lo que tengass por las buenass, si te ressisstess te mataremoss —amenaza el más gordo de los serperios.
    —Tomen lo que quieran y sigan su camino —les permite ella sin bajar el machete o apartar la vista de los soldados.
    El que habló y otro de los hombres lagartos comienzan a saquear el cobertizo que está repleto de medicamentos y hierbas medicinales.
    El tercer serperio observa la casa — ¿hay alguien más mujer? —pregunta educadamente.
    Aika sabe que mentir no ayudará —mi hijo está en la casa.
    —Ya veo —el serperio sonríe —, tráelo, quiero conocerlo.
    —No, tomen lo que quieran y luego váyanse —le pide la mujer que comienza a sudar por el estrés.
    —Me parece justo —le dice el serperio, luego se voltea a mirar hacia los alrededores. La elfina nota que el en las hombreras del hombre lagarto hay un extraño objeto rojo. El soldado se voltea y se da cuenta que la mujer observaba las escamas en su armadura —, te gustan, ¿no?, es el símbolo que me distingue de esos dos torpes —señala a los otros serperios que destruyen el cobertizo mientras lo saquean—, soy un escama roja —le presume orgulloso, ya que eso significa que es un soldado de alto rango, con autoridad sobre los soldados comunes.
    —No me interesa, sólo tomen todo y lárguense —ordena nuevamente enfadada.

    Los otros serperios amontonan todo lo que pudieron tomar frente a su líder, parecen bastante complacidos con el botín.
    —Esstoss sson excelentess medicamentoss —le aclara uno de los soldados a su líder.
    —En efecto —levanta una pequeña botella de vidrio azul, la abre y percibe la esencia del líquido, algo dulce para su gusto —, con unas pocas gotas de esto basta para sanar heridas muy graves, dime, mujer elfa, ¿tú preparaste esto?
    —No —responde ella —, fue mi esposo.
    —Con que hay alguien más aquí, ¿no?, me mentiste.
    Aika se prepara para luchar contra el serperio.

    El escama roja se acerca lentamente a la elfina, ésta lo intenta detener con el machete, pero se dobla al chocar contra la dura piel del serperio.
    —Cuándo veas al Dios muerte, dile que eres un obsequio de parte de Sauropsido, el escama roja.
    Dicho esto saca su espada velozmente, atraviesa el pecho de la elfina y la saca de golpe, la mujer cae al suelo.
    — ¿Sus ordenes, jefe? —pregunta el soldado que aún no había dicho una palabra.
    Sauropsido sonríe —quemen todo.

    Los soldados le prenden fuego a la casa, toman varias sestas, las llenas con las medicinas, y junto con su líder regresan por el mismo camino que llegaron.
    Aika, medio muerta, se arrastra al interior de su casa, toma a su hijo entre sus brazos y el techo se colapsa justo en ese momento. Horas después Tora los encuentra muertos.

    Meses después, en el poblado Hana, Tora se ha dedicado obsesivamente a buscar una manera de revivir a su amada y a su pequeño. Logró comprar un hechizo personalizado que crea una especie de dimensión de bolsillo donde puede guardar objetos que sean de su pertenencia, y al experimentar un poco y llegar a la conclusión que en esa dimensión el tiempo no pasa, por lo que deposita los cuerpos de su familia en ese lugar para desacelerar la descomposición.

    Llega al punto de regenerar las células dañadas por el fuego, reconstruyendo los cadáveres al punto de parecer que aún están con vida, pero sin alma.

    El elfo oscuro más poderoso de Hana, es Kenshin, que ha acogido a Tora como aprendiz temporal, le ayudó a desarrollar el hechizo y preparar las hierbas que devolvieron a los cuerpos de su familia a su apariencia original.

    Tora entra a la choza de su sensei, se arrodilla frente a él y espera a que el anciano le de permiso para dirigirle la palabra.
    Kenshin es un elfo oscuro de casi cien años, calvo y de corta barba gris clara, grandes ojos color amarillo, usa una larga y abultada túnica blanca.
    —Di lo que quieres decir o calla —dice el anciano serio.
    —Sensei, ¿ha descubierto alguna manera de volver a la vida a Ken y Aika? —pregunta cabizbajo, como suele hacerlo cada semana.
    —Descubrí algo que quizás sea lo que necesitas —Tora lo mira interesado —, los dioses dejaron lo que buscas en manos de algún elegido.

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    Nombre: Aika
    Edad: 21 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Verdes
    Piel: Negra
    Raza: Elfina Oscura

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    Nombre: Ken Natsu
    Edad: 2 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Azules
    Piel: Negra
    Raza: Elfo Oscuro

    ----------------------------------------------------------
    Nombre: Sauropsido
    Edad: 24 años
    Ojos: Rojos
    Escamas: Azul
    Raza: Serperio
     
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  6. Threadmarks: Aventura 16. Kenshin
     
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    1688
    Aventura 16. Kenshin.

    Kenshin sigue conversando con su aprendiz, sabe que la información que tiene puede ser muy útil para cumplir el sueño de Tora.
    —Como sabrás, hace tres años, los dioses dejaron tres objetos en este continente; los Tres Libros De La Naturaleza; El Tomo Blanco, El Pergamino Negro y La Tableta Gris —le recuerda el anciano.
    —Sí, sensei, escuché los rumores sobre eso —responde Tora deseando que el anciano se apresure a contar lo que ha averiguado.
    —El Pergamino Negro, se dice por todo el continente que tiene la capacidad de arrebatar las almas de las manos del mismísimo Dios Muerte —cuenta Kenshin serio, mira al joven elfo cómo si quisiera preguntarle algo.
    —Sensei, ¿no sabe dónde puedo encontrar ese pergamino? —cuestiona inseguro Tora de si salir a buscar tal objeto.
    —No, lamento decir que no poseo el conocimiento de quién es el guardián de ninguno de los tres libros, eso deberás averiguarlo por tu propia cuenta —aclara el anciano —, dime, ¿sabes quiénes fueron los responsables de la tragedia en tu vida?
    —No estoy seguro, pero —cierra el puño con fuerza —, según rumores vieron a un escama roja en los alrededores ese día.
    —Ya veo, los serperios se creen dueños de las montañas Hebi —el anciano suspira, está cansado de que los serperios y basiliskos se paseen por territorio élfico como si fueran los dueños de todo.
    —Buscaré al maldito que mató a mi familia y lo haré arder en fuego blanco —Tora repite una célebre frase del Consejero Elfo Oscuro, del Consejo de Seres Mágicos.
    La venganza no apacigua el dolor del corazón —repite Kenshin otra de las frases del Consejero Elfo Oscuro —, ¿qué harás, matar a cada serperio del Imperio Basilisko?
    —No sé, probablemente mate a cada escama roja —responde el joven elfo inseguro.
    — ¿Y si lo ascendieron o lo degradaron? —pregunta el anciano serio.
    Tora calla, no sabe que contestar a eso.
    —Busca al guardián del Pergamino Negro —aconseja el viejo elfo —, revive a tu familia, vive tu vida.
    —Lo haré, Sensei, partiré mañana por la mañana, conseguiré lo que necesite para el viaje —el joven elfo se pone de pie, hace una reverencia y sale de la choza de su maestro.

    Tora pasa el resto del día y parte de la noche enviando sus pertenencias y lo necesario para el viaje a su dimensión de bolsillo, al día siguiente, va a casa de Kenshin a despedirse.
    Entra y se arrodilla frente a su maestro por última vez —sensei, abandono la aldea, deme su bendición.
    —Que los Dioses Justicia y Sabiduría guíen tu destino —dice el anciano cerrando los ojos y levantando su mano derecha al cielo.
    —Gracias, Sensei, que los dioses protejan su alma —el joven elfo se levanta y se dispone a salir.
    —Espera un momento, Tora —detiene a su pupilo, éste se voltea y mira al anciano —, ten estas gemas elementales —el viejo lanza cuatro gemas que Tora atrapa con facilidad —, son gemas de agua, fuego, tierra y viento, te ayudaran en tu viaje.

    El joven inclina la cabeza en señal de respeto y sale de la choza, ya afuera se queda mirando las cuatro gemas, nunca ha entrenado en el uso de gemas elementales, pero sabe que en caso de sed podrá usar la gema de agua, en caso de necesitar una fogata usará la de fuego, y si quiere escalar, la de tierra le será de utilidad, aunque no le ve un uso real a la de viento, pero se la quedará en caso de necesitarla. Envía las cuatro gemas elementales a su dimensión de bolsillo.

    Parte de inmediato en busca del guardián del Papiro Negro, pero ya que no sabe dónde buscar, ni a que raza pertenece el guardián, decide viajar hacia el sur, a la aldea Nezumi, ya que en ese lugar hay un viejo chamán elfo que puede saber dónde encontrar a quién busca o al menos guiarlo en la dirección correcta.

    Se guía fácilmente hacia su destino, ya que, a pesar de ser bastante malo para orientarse, Tora, sabe que sólo tiene que dirigirse hacia el sagrado árbol, Madre, uno de los seis legendarios árboles del continente que proveen mana a la tierra, éste en particular irradia mana de viento y tierra, que permite que cada uno de los magos, chamanes, sacerdotisas, hechiceros y todo ser mágico sea capaz de producir o utilizar estos tipos de mana en hechizos.

    Al mismo tiempo, en Garja, Morgana y Alexander llevan una semana como prisioneros de los hermanos elfos y el vampiro.
    Llevan todo el día debajo de una manta negra que no hace más que aumentar el calor del sol de medio día, casi sin aire, hambrientos y sedientos.
    —No entiendo cómo le haces para verte tan tranquilo —reclama Morgana que tiene ganas de caerle a golpes a los mercenarios.
    —Es tu imaginación, me siento fatal —le responde Alex fingiendo una expresión de desesperación, pero no hace buen trabajo y la alquimista lo nota de inmediato.
    —Mentiroso, malditos elfos que tienen mayor resistencia que nosotros —grita mientras patea al elfo.
    Ambos hacen silencio al escuchar a los mercenarios charlando muy cerca de ellos.

    Los cuatro bandidos se encuentran reunidos alrededor de una fogata que calienta una sartén de roca que fríe un enorme trozo de carne.
    — ¿En verdad crees que los Cazadores paguen bien por la cabeza de esta alquimista? —cuestiona Paul algo desconfiado.
    —Por supuesto, el capitán con el que hablé me asegura una recompensa cercana a los dos millones de oros por ella —responde Hans sonriendo mientras imagina la montaña de oro que le espera cuando entregue a la molesta chica y al estúpido elfo que tienen como rehenes.
    Mir mira preocupado a Hans, quiere decir algo, pero no sabe como hacerlo.
    —No soy tonto, Mir, la entrega será bajo mis términos, con ustedes tres como apoyo en caso de que ese capitán me traicione —le dice para tranquilizarlo.
    —Me parece bien —se acerca a su líder para hablarle al oído —, pero esos dos —refiriéndose a los hermanos de Hans —, son unos inútiles, no les confiaría ni mi camisa para que la laven.
    —Lo sé, pero son perfectos para distracciones y si se llega al caso, son capaces de echarse la culpa por todas nuestras fechoría —el elfo le da una palmada en la espalda al vampiro —, confía en mí, Mir, sé lo que hago.
    —Lo hago, jefe —responde el vampiro antes de volver a su asiento, toma un pedazo de la carne y le da un enorme bocado.

    Morgana intenta pensar en la manera de escapar, se siente frustrada, no sólo por la situación en la que se encuentra, si no también por que Alexander no aporta ideas en lo absoluto.
    — ¡Deja de ser un inútil y piensa en algo que nos saque de esta situación! —exige la chica furiosa.
    —No sé que hacer —se queda pensando un momento —, ¿y si los retrasamos lo suficiente como para que Kahil nos encuentre?
    —No creo que el anciano sea una opción —responde aún resentida por el golpe que le dio hace tiempo.
    —Pero, puede ser nuestra única esperanza, por que yo no tengo más ideas —advierte el elfo quedándose en silencio.
    —Si tuviera más energía podría invocar a Genbu, o alguno de los otros, si es que supiera cómo hacerlo, ni sé cómo le hice para invocar a Genbu en primer lugar, simplemente lo sentí y supe que podía usarlo, pero los otros tres, sé que están en mi dimensión de bolsillo, pero no sé cómo llegaron allí o cómo sacarlos a luchar —aclara la alquimista que aunque sabe que Alexander no le está entendiendo nada, necesita hablar con alguien.
    — ¿Y si lo intentas ahora? —pregunta el elfo convenciéndose falsamente de que podrá lograrlo si lo intenta.
    —Lo hice hace rato, lo hago todos los días varias veces, necesito más energía —le responde la chica cerrando los ojos cansada.
    — ¿Te vas a dormir?, es lo único que haces últimamente —reclama Alex preocupado por la chica.
    —No es como que tenga muchas opciones, nos la pasamos atados todo el día —dice antes de caer dormida.
    — ¿Ya te dormiste? —pregunta, pero la chica no contesta —, ojalá mi cabeza hueca pensara en la manera de sacarte de esta horrible situación—susurra el elfo decaído.

    Los mercenarios terminan de comer, empacan todo y siguen su camino hacia el lugar pactado con el capitán de los cazadores que prometió pagar por la cabeza de Morgana.

    -------------------------------------------o---------------------------------------------------

    Nombre: Tora Natsu
    Edad: 23 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Azules
    Piel: Negra
    Raza: Elfo Oscuro

    ----------------------------------------------------------

    Nombre: Kenshin
    Edad: 97 años
    Cabello: Calvo, barba gris clara
    Ojos: Amarillos
    Piel: Negra
    Raza: Elfo Oscuro
     
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    Sheccid

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    pero los otros tres, sé que están en mi dimensión de bolsillo, pero no sé cómo llegaron allí o cómo sacarlos a luchar.
    La coma empleada al inicio me pareció algo inecesaria, ya que se esta refiriendo a una misma cosa y se pudo haber pasado sin ella.
    La historia en cambio sigue igual de increíble, de verdad me encanta, quisiera ver que pasa en tu grandiosa mente para saber que pasara después, L.
    Esperaré la conti, espero que te inspires y TAM
     
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  8. Threadmarks: Aventura 17. Luchas de Bestias
     
    Dark RS

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    La Aventura De Morgana
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    2131
    Aventura 17. Luchas De Bestias.

    Después de una semana de viaje en su fiel Uma, Tora llega finalmente a Nezumi sin mucha dificultad. El país de los elfos oscuros es uno de los más pacíficos de todo el continente, los bandidos y roba hechizos no son muy comunes en esa área, aunque los ataques de los serperios y basiliskos en las fronteras son muy comunes, en especial en los límites entre esos países.

    Al llegar a la aldea, deja a su pegaso blanco en el establo público; en la mayoría de los poblados y ciudades de elfos oscuros hay ese tipo de establos, que son un servicio gratuito para los viajeros.
    Busca al viejo chamán elfo, pregunta y le indican que el chamán se encuentra a un par de kilómetros al este, entrenando a sus bestias.

    Tora sabe muy poco sobre las luchas de bestias, que es la tercera forma de entretenimiento de todo el continente; se reúnen dos o más domadores, sus bestias luchan hasta que queda solo una en pie. Cuando era niño le parecía algo inusualmente cruel, hasta que su abuelo, que era un famoso domador en su juventud, le explicó que cuando se lleva a cabo una lucha de bestias, se lanza un hechizo de protección sobre las criaturas, el cual evita que salgan heridas. Únicamente luchan usando su estamina, fuerza, resistencia y habilidades naturales, quedando estrictamente prohibido modificar, mutar, encantar, hechizar o poner armas ocultas en las bestias, para así asegurar una lucha justa.

    Se dirige al este, a buscar al viejo chamán, no sabe su nombre, ni se le ocurrió preguntar por su apariencia física, aunque duda que encuentre muchos elfos ancianos en medio de la nada.
    Al estar más o menos a dos kilómetros de Nezumi, comienza a buscar señales de vida, pero hasta donde alcanza a ver, sólo hay muchas bestias, de las cuales resaltan; un águila albina gigante que está lejos de su habitad natural, ya que normalmente habitan en la cadena montañosa Hydra de Ocho Cabezas, del país Grotta Di Caccia, hogar de las Hidras. Tres fénix rojos sobrevuelan la zona, dos quimeras, seis grifos y cinco manticores pastan cerca. A lo lejos, se puede apreciar el enorme árbol Padre, que genera una enorme sombra que cubre cuatro distintos países dependiendo de la posición del sol, a pesar de estar tan lejos, se pueden apreciar las ovejas que comen las enormes hojas que caen del árbol; las ovejas son enormes bestias que pueden alcanzar hasta los veinte metros de altura y que solo habitan alrededor de Padre; son criaturas parecidas a un dinosaurio de cuatro patas, de largos cuellos y colas, cubiertos por una abundante capa de lana, cuyo color varía entre una oveja y otra, las aldeas cercanas al legendario árbol utilizan la lana de las ovejas para hacer diversos artículos que se exportan a todos los países del continente, incluso algunas de la piezas de mayor calidad son exportadas al continente de la tecnología.

    Al cabo de buscar en los alrededores por casi tres horas, Tora encuentra a un niño elfo que alimenta a la enorme águila albina con lombrices de fuego.
    —Perdona, niño, ¿sabes dónde puedo encontrar al viejo chamán de Nezumi? —pregunta Tora.
    —Yasuhika —responde el niño que no aparenta más de trece años; cabello negro largo hasta la mitad de la espalda, piel oscura como todo elfo oscuro, ojos color jade entre cerrados, usa una pantaloneta verde de lana de oveja y una camiseta azul de ceda de araña, anda descalzo.
    — ¿Perdona? —cuestiona confundido Tora.
    —Mi nombre es Yasuhika, no niño —responde al mismo tiempo que el águila alza vuelo, una manticora se acerca y el niño hace aparecer una verdura parecida a una zanahoria color amarilla.
    —Disculpa, Yasuhika, ¿has visto al viejo chamán en los alrededores? —vuelve a preguntar.
    —Yasu —la manticora come de la mano del niño.
    —Está bien, Yasu, ¿sabes dónde puedo encontrar al chamán de Nezumi? —cuestiona por tercera vez esperando que sea la última vez que tiene que preguntar.
    —Chamán Yasuhika el Eterno para ti —contesta, la manticora se aleja y se acerca otra.
    — ¿Tú eres el viejo chamán de Nezumi?
    —Lo soy —responde sin mirarlo.
    —Pero, se supone que el chamán es un elfo muy viejo, no un niño —comenta sin creerle.
    —Tengo seiscientos ochenta y dos años —aclara mientras las quimeras se acercan a él entre lamiéndose los hocicos —, ¿qué asunto deseas tratar conmigo?
    —Si en verdad eres el famoso chamán de Nezumi, ya deberías saberlo —dice Tora intentando hacer que el niño deje de mentir, ya que no le cree que sea el viejo elfo que busca.

    El niño voltea a míralo por un instante, luego sigue alimentando a las quimeras con trozos de carne que hace aparecer de la nada.
    —Tora Natsu, originario del poblado Kusa, esposo de la fallecida Aika, padre del fallecido Ken, ambos asesinados por… —se queda en silencio un instante —, eso no lo sabes, pero yo sí, pero tienes razón, fue un serperio, uno de rango escama roja, también sé quién es la guardiana del Papiro Negro y dónde localizarla.
    — ¡Dime! —exige Tora.
    —Cuida tu tono —advierte el niño elfo.
    — ¡Dime dónde encontrar al guardián! —se acerca al chamán, pero todas las quimeras, grifos y bestias aladas se interponen.
    —Te dije que cuidaras tu tono, mis amigos son un poco sobreprotectores —aclara el chamán abriéndose paso entre las criaturas —, te diré una de las dos cosas gratis y la otra deberás ganártela.
    Tora lo piensa un poco, decide preguntar dónde está el guardián — ¿quién mató a mi familia, cuál es el nombre del serperio? —si n quererlo su boca traicionó a su cerebro, la venganza le ganó a la razón —, olvida eso, ¿dónde encuentro al guardián?
    —Tarde, la primera pregunta será la que responda y la segunda la que tienes que ganar —dice el niño serio.
    —Te lo ruego sabio chamán, dime dónde encontrar al guardián del Papiro Negro —pide el elfo mayor intentando razonar con el niño.
    —No, ya dije, el nombre del asesino de tu familia es, Sauropsido, es un serperio escama roja.
    Tora desea golpear su cabeza contra un árbol por la estupidez que acaba de cometer, ahora va a tener que ganar la información que en verdad necesita — ¿cómo me debo ganar la información que necesito? —pregunta suspirando.
    —En una lucha de bestias, debes ganarme, si lo haces te diré todo lo que sé —sonríe emocionado.
    Tora suspira, ya había supuesto que se trataría de algo como eso —odio las luchas de bestias, piensa en algo más.
    El niño se queda serio —no, para hacerlo más justo que te parece si yo uso sólo una bestia y tu puedes usar tres, es muy justo.
    —Pero, sólo tengo un pegaso blanco y no es un guerrero —comenta el elfo mayor.
    —Tienes un mes para conseguir y entrenar tres bestias guerreras, yo te daré el hechizo de cuido, el encantamiento de protección y te puedo vender una dimensión de bolsillo para que guardes el alimento que recolectes —propone el chamán.
    —Ya tengo dimensión de bolsillo gracias, sé lo que es un encantamiento de protección, pero ¿qué es un hechizo de cuido?
    —En verdad no sabes nada sobre la lucha de bestias, te lo diré, el hechizo de cuido es para que las bestias que entrenas vayan a un lugar distinto, para ser más específico, van a La Ciudad de los Dragones, para ser aún más específico, van a tres distintas ciudades que se especializan en el cuido y cría de las bestias, dependiendo de su elemento serán enviados a una ciudad diferente.
    — ¿Pero, está prohibido acercarse a La Ciudad de los Dragones sin el permiso de el rey Diablous?
    —Diabolus Segundo —corrige —, hermano menor de Stella, reina de los dragones del continente de la tecnología y Nobilis, rey de los dragones del continente de los salvajes —se queda en silencio por un instante, acomodando las ideas en su cabeza —, y en efecto está prohibido, por eso se necesita un hechizo de cuido, se envían y sacan de ese país con magia, jamás se viaja a ese lugar.
    — ¿Por qué los dragones cuidan a las bestias guerreras? —cuestiona Tora.
    —Debido a que el rey Diabolus Segundo ama a los animales, plantas, mutantes y aberraciones de este continente, se asegura que estén bien cuidados, además le gusta ver las luchas de bestias y es el campeón indiscutible, ya no participa en los torneos por que no es posible ganarle.
    — ¿Te das cuenta que me estás respondiendo más preguntas y gratis? —pregunta frunciendo el elfo mayor.
    —Lo sé, con gusto te daría la respuesta de la pregunta que tanto deseas conocer, pero por un contrato no puedo revelar nunca la respuesta a la segunda pregunta que me hagan gratis, por lo que debo ponerle una especie de precio —aclara, lo mira y aparta la mirada —, para responder a lo que piensas, el contrato al que me refiero lo hice hace seiscientos cincuenta y tres años, buscaba el hechizo de rejuvenecimiento, como podrás ver lo encontré, pero me costó un alto precio, descubrí que la magia que necesitaba para llevarlo acabo no pertenece a ningún elemento conocido, por lo que sin importar cuantas combinaciones de mana intentara, nunca pude hacerlo, pero un día me encontré a un destructor —el niño voltea a mirar la expresión del Tora, y como era de esperarse tiene una expresión de incredulidad —, era un destructor rojo, con una máscara, y una katana negra extraña, Redslash era su nombre, me ofreció mana del Dios Vida a cambio de algo único, así que ofrecí siempre responder las preguntas que se me hicieran, si es que conozco la respuesta, creo que le pareció un precio justo, por que me dio suficiente mana de vida como para veinte usos, ya llevo ocho usos, por lo que me quedan bastantes años por delante, pero, me puso una restricción, nunca responder la segunda pregunta que me hagan gratis, yo pongo el precio y debe ser algo divertido de ver, por eso siempre propongo luchas de bestias, al parecer es algo entretenido para los Dioses Oscuros, por que siempre se ha aceptado, y además, el destructor me puso una habilidad extra, no puedo olvidar nada de lo que escucho o veo, soy como una mina de información ambulante —da una ligera risa nerviosa —, quiero ayudarte, pero debes ganarle a mi campeón, Relámpago Blanco —señala hacia el cielo, directamente al águila albina —, gánale y te diré lo que necesitas.

    Tora no duda de nada de lo que acaba de escuchar, los Dioses y Dioses Oscuros son muy venerados por los elfos, y sabe perfectamente que los destructores ponen un precio a sus favores, pero igual le ponen una condición que se considera una maldición, por eso los elfos llaman a las maldiciones, bendiciones de Dioses Oscuros.
    —Dame el encantamiento y el hechizo, buscaré las bestias y te venceré, me darás el nombre y dónde encontrar a la guardiana del Papiro Negro.
    —Eso está por verse —el niño sonríe y continúa con la labor de alimentar a sus amigos.


    -------------------------------------------o---------------------------------------------------

    Nombre: Chamán Yasuhika El Eterno - Yasu
    Edad: 682 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Jade
    Piel: Negra
    Raza: Elfo Oscuro

    --------------------------------------------------------

    Nombre: Uma
    Edad: 11 años
    Pelaje: Blanco
    Ojos: Negros
    Raza: Pegaso Blanco

    ----------------------------------------------------------

    Nombre: Relámpago Blanco
    Edad: 74 años
    Plumaje: Blanco
    Ojos: Rojos
    Raza: Águila Albina Gigante
     
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    Sheccid

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    Eh...primero que nada sigo viendo tu técnica malvada ;) gracias.
    Te equivocaste una vez en manticoras, pusiste manticores, fue un simple error de dedazo.
    Mmm...ójala también hicieran hechizos así en las peleas de gallos y corridas de toros.
    Me pregunó que animales elegirá Tora. Y bueno, prefiero decirle al chamán sólo Yasu...me imagino si lo pusieran a hacer planas de su nombre , lol
    Esperaré la conti ;)
    TAM
     
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  10. Threadmarks: Aventura 18. El Tigre Blanco
     
    Dark RS

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    La Aventura De Morgana
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    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    2049
    Aventura 18. El Tigre Blanco.

    No sé cuanto tiempo llevo en esta asquerosa carreta, este olor fétido que desprendo ya ni me molesta y eso me molesta. He bajado bastante de peso, estos bastardos sólo me dan una especie de sopa negra que sabe a charco de establo. No he visto la luz del sol en todo el día, ni he podido respirar aire fresco en mucho tiempo.
    Para hacer todo peor, este inútil remedo de elfo no está para nada afectado, como detesto a los elfos y su resistencia extrema. Al menos escuché decir a ese vampiro que estamos cerca del cazador que los contrató, ojalá me maten de una vez.

    Los mercenarios se detienen, los hermanos de Hans y el vampiro se dispersan en el bosque para montar una emboscada en caso de que el cazador los traicione.
    Hans continúa hasta el lugar pactado.
    —Al fin llegas —dice una voz masculina, desde donde se encuentra la alquimista no puede ver al dueño de la voz.
    —Sí, tuve unos problemas para llegar aquí, pero nada serio, y traigo a la chica que querías, así que quiero ver mi paga —pide el líder de los mercenarios.
    —Lo tendrás cuando tenga a la chica —responde la voz masculina.
    —No la tendrás hasta ver mi pago —amenaza el elfo.
    —Está bien —chasquea los dedos y un par de cazadores ogros traen una carreta llena de oro, que parece casi como una colina dorada —, ahora, quiero ver a la chica.
    —Perfecto —trae a Morgana y la lanza a los pies del cazador.

    La luz del sol le hace daño a los ojos de la chica, lleva mucho en la oscuridad y le cuesta trabajo ver con claridad, al cabo de unos segundos la vista comienza a aclarársele.
    El cazador la toma del cabello y la levanta —vas a morir, maldita asesina —amenaza el cazador.
    Al poder ver bien, Morgana se da cuenta que el cazador es un elfo, no le extraña que lo sea, pero si nota que se le hace conocido su rostro.
    — ¿Te parezco familiar, alquimista asesina? —reclama el elfo cazador.
    La chica no dice nada, se queda mirándolo detenidamente, por algún motivo se le hace bastante desagradable el rostro del elfo.
    —Mataste a mi hermano —dice el elfo levantándola del cabello y zarandeándola un poco.
    De pronto recuerda a quién se parece el cazador —eres… hermano —le cuesta trabajo hablar y respirar — de… Aldinger.
    —Sí, mi hermano era el General Aldinger del ejército elfo y tú, basura alquimista, le quitaste la vida a un buen elfo, a un militar ejemplar, a un héroe —reclama tirándola al suelo.
    —Tú hermano era un asesino —la chica tose —, asesinó a mi abuelo, a mis conocidos, destruyó mi hogar, además, estaba vivo cuando dejé el campo de batalla —cuenta la chica recordando que al final no pudo completar su venganza.
    —No te creo, mi hermano fue brutalmente asesinado, pedazos de su cuerpo fueron encontrados junto a su armadura —los ojos del cazador se humedecen —, y ahora compartirás su destino.
    —Ustedes elfos son todos iguales, cobardes, presumidos y montoneros —ofende la chica harta de los elfos —, ¡desátame y veamos si aún eres tan valiente!
    El cazador se queda en silencio durante unos momentos, saca su espada, la pone bajo el cuello de Morgana, luego la mueve y corta las ataduras de la alquimista —veamos si eres sólo palabras.

    La alquimista se levanta y se soba las manos, lleva días con esas cuerdas y le dejaron una profunda cicatriz en sus muñecas.
    Respira profundamente, el aire fresco llena sus pulmones lo cual la hace sentirse mucho mejor, mira al elfo, sabe que comer no es una opción, así que tendrá que ver de donde saca fortaleza.
    —Cuando quieres, asesina —dic e el cazador tomando su espada en su mano derecha y apuntándola hacia Morgana.
    —Cuando quieras, fracasado —dice la chica intentando hacer que se enfade, recuerda perfectamente que Aldinger tenía mal genio y esa era justamente su debilidad, por lo que espera que el hermano tenga la misma debilidad —, ¿o ya te acobardaste? —levanta ambos puños y los coloca frente a su rostro.
    El cazador sonríe —eso no funciona conmigo, asesina —toma la espada con ambas manos y corre hacia la chica.

    Debido a la falta de descanso y comida, a Morgana se le hace muy difícil esquivar ese primer ataque, tira un golpe que el elfo bloque con su codo, se voltea y le pega en el pecho con la hoja de su arma, lo cual hace que Morgana caiga al suelo. Levanta la espada y la clava de golpe en el estómago de la chica, cuando la intenta sacar, Morgana toma la filosa arma con ambas manos e impide que la saque. La hoja corta sus manos, haciéndola sentir un intenso dolor, ve como la sangre se escurre de entre sus dedos, todo esto hace que se sienta muy bien, el dolor le recuerda que sigue con vida y la sangre que mancha su cuerpo le avisa que su corazón aún late. Sonríe tenebrosamente.

    Al verla sonreír el elfo se espanta un poco, esa mueca en su rostro no es para nada normal, le da un extraño sentimiento de estar en problemas, pero se saca esa idea al instante, sabe que va ganando y que es imposible que ella pueda hacer algo para siquiera sobrevivir un minuto más.
    — ¿Qué hay con esa sonrisa de desquiciada? —cuestiona intentando mover su espada para abrirle el estómago por completo.
    —Acabo de recordar que sigo con vida —responde con un tono bastante extraño —, y que el dolor, aunque placentero, es una molestia —con su pierna patea la entrepierna del cazador haciéndolo retroceder por el dolor.
    — ¡Maldita, eso es trampa! —reclama el elfo furioso.
    —También lo es atacar a alguien desarmada —la chica escupe algo de sangre —, sólo por eso lo intentaré una vez más.

    La alquimista levanta su mano, cierra sus ojos y se concentra. El elfo no sabe que sucede, pero no va a arriesgarse a averiguarlo, saca una daga de su bota y ataca a Morgana.
    Apenas comienza a correr hacia ella se detiene al ver que algo aparece entre ellos.
    Un tigre blanco aparece protegiendo a Morgana, una fuerte ventisca comienza a azotar el lugar. El tigre mide un poco más dos metros de altura y cuatro metros y medio de longitud sin contar su larga cola de metro y medio, es de color blanco brillante, de ojos verdes con iris negro, con enormes garras y colmillos afilados que brillan.
    El tigre ruge, una ventisca sale de su hocico obligando al cazador a retroceder.
    — ¡Maldita tramposa! —reclama el elfo.
    Morgana sonríe aún más, de su boca comienza a salir un poco de sangre —este dolor me gusta mucho, creo que me excita un poco —tose sangre —, pero no quiero morir, ya tenía planeado hacer algo divertido, una búsqueda de tesoro, traer de regreso a mi abuelo —se queda seria, pero con una mirada vacía y tenebrosa —, nadie me lo impedirá y mucho menos el hermano de esa basura de elfo.

    Los ogros que trajeron la carreta llena de oro llegan en auxilio del cazador.
    — ¡Capitán! —grita el ogro color rojo.
    — ¡Suéltalo, asesina! —exige el otro ogro que es de piel verde.
    Morgana vuelve a sonreír maliciosamente —oblígame, troll super desarrollado.
    —Así será —el ogro color rojo toca un cuerno que resuena produciendo eco.
    En pocos segundos treinta cazadores de distintas razas rodean a la alquimista.

    El tigre ruge, se forma un mini tornado que atrapa seis cazadores y los lanza al aire a más de cien metros, luego comienzan a caer a toda velocidad hacia una muerte segura, pero al estar a tres metros del suelo una telaraña se forma en su camino amortiguando su caída y dejándolos atrapados.
    — ¡Niña, ya cálmate antes de que hagas algo que lamentes después! —pide Sir Kahil llegando al lugar.
    —No seas ridículo, anciano, sólo me encargo de la basura —responde la chica con la mirada perdida.

    Kahil se acerca a Alexander, que no ha dicho nada por la impresión, ver cuando el elfo hirió a Morgana lo dejó en estado de shock, y lo subsiguiente a eso no ayudó para nada a que se recupere.
    El enano golpea a Alex fuertemente haciéndolo reaccionar —ya deja de portarte como un cobarde, se un hombre y ayúdame.
    —Sí, yo… ¿qué debo hacer? —pregunta Alex reaccionando finalmente.
    —Primero, nos encargamos de los cazadores.
    —Pero, sin mi arco soy inútil —aclara el elfo.
    —Eso está fácil de solucionar, ¡Rita! —el enano levanta la mano y atrapa un arco de acero, se lo da a Alex —, este es mucho mejor que el tuyo.
    Alexander observa detenidamente el arco —es de muy buena calidad, ¿dónde conseguiste esta pieza?
    —La hice yo, antes de ser guerrero fui herrero —presume Kahil atrapando su mazo que fue lanzado desde lejos —, además tiene una ranura para que uses esto —le da la gema de fuego.
    El elfo la pone en su arco —pero necesito flecha.
    —Para eso es la gema, estira la cuerda e imagina que tiene una flecha.

    Le hace caso de inmediato, estira la cuerda y se forma una flecha hecha de fuego —increíble.
    —En efecto, esa gema es tan poderosa que puede crear fuego con suficiente consistencia física como para ser usado como un proyectil ardiente y no te quemará por que tú la creaste —dice el enano golpeando el suelo con su mazo, crea una onda bajo tierra que hace que rocas salgan bajo los cazadores noqueando a cinco de ellos —, incluso le puse la gema de tierra a mi mazo, ahora hace cientos de veces más daño que antes.
    —Debemos derrotar a todos los cazadores —comenta Alex preocupado por la cantidad de enemigos que aún rodean a Morgana.
    —Me preocupa más de lo que sea capaz la niña, esa marioneta es demasiado peligrosa —dice el enano antes de golpear a un cazador ogro que lo iba a agarrar por la espalda.

    El tigre ruge, el rugido entra directamente en la cabeza de Alexander.
    —Puedo entenderlo —Kahil mira al elfo cuando lo oye decir eso —, puedo entender a Byakko, me dice como detener a Morgana.


    -------------------------------------------o---------------------------------------------------

    Nombre: Byakko
    Elemento: Viento
    Raza: Marioneta
    Apariencia: Tigre Blanco
     
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    Sheccid

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    Bueno, la verdad Alex no es un hombre en el sentido estricto de la palabra.
    Y en cuanto aquí:
    Alexander observa detenidamente el arco —es de muy buena calidad, ¿dónde conseguiste esta pieza?
    No se si sea ilegal, aunque ya sé que lo que haya algo prohibido siempre lo haces...bueno, por lo menos casi siempre...eh, ya me fui por las nubes, el caso es que no recuerdo que se puedan abrir guiones de la nada, anteriormente no había hablado Alex, era una acotación. Eso era lo técnico XD
    Desde que comenzó esta historia, haz logrado sorprenderme cada capítulo y cada día que te conozco más.
    T.A.M. Besos, milord Dark
     
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  12. Threadmarks: Aventura 19. El Descontrol de Morgana
     
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Título:
    La Aventura De Morgana
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    1767
    Aventura 19. El Descontrol De Morgana.

    Agonía, dolor, desesperación, que dulces sensaciones, me siento tan viva. Nunca pensé que el dolor llegaría a hacerme sentir... tan bien. Y este poder, ¡oh, este poder es maravilloso!
    La segunda marioneta de mi abuelo, Byakko, es grandiosa, ya quiero ver a los otros dos.

    Alexander mira detenidamente al enorme tigre blanco.
    —Me dice como detener a Morgana —comenta el elfo mirando la marioneta a los ojos.
    —Dime —pide Kahil acercándose a Alex. El elfo le susurra algo al oído —, suena arriesgado, pero supongo que funcionará, pero primero —golpea el suelo con su mazo, una roca sale del suelo noqueando a tres cazadores —, hay que deshacerse de los enemigos.
    —De acuerdo — Alex tensa su arco y dispara flechas de fuego.

    Después de algunos minutos, la mayoría de los cazadores fueron vencidos por Alex y Kahil, excepto por el capitán que intenta sobrevivir a los ataques de la marioneta de Morgana.
    —Esto… es… injusto —reclama exhausto el cazador.
    — ¿Injusto? —repite Morgana con una expresión psicótica —, tú no sabes lo que es la injusticia.

    Byakko levanta su garra derecha y lanza un zarpazo al capitán, justo un instante antes el cazador es cubierto por una telaraña y movido un par de metros hacia la izquierda.
    — ¡No interrumpan mi diversión! —reclama la chica.
    — ¿Diversión? —pregunta Kahil —, esta no eres tú, es esta marioneta que te ha corrompido.
    Byakko ruge furioso por el comentario, Alex queda paralizado al oír el rugido.
    —Esta soy yo —asegura Morgana con una extraña sonrisa —, me encanta sentirme así, es tan —respira profundamente, llenando sus pulmones de aire — revitalizante.
    — ¡Tonterías! —reclama el enano —, la Morgana que conocí hace tres años jamás se comportaría como lo haces.
    —La Morgana que conociste hace tres años era un adefesio, estaba maldecida, ahora estoy libre del maleficio, puedo ser yo misma, y esta soy yo, te guste o no —dice la chica con la mirada perdida.

    Alex mira a Sir Kahil seriamente.
    —Debemos llevar a cabo el plan de Byakko —comenta el elfo.
    —Al parecer —el enano golpea el suelo con su mazo, se forma un agujero en el suelo que atrapa a Morgana.
    La alquimista ríe maliciosamente —si no piensan atacar en serio, allá ustedes, pero yo sí voy a atacar con todo.

    El tigre se abalanza contra el enano, Kahil mete su mazo en el hocico de la marioneta, la levanta a pesar de su enorme tamaño y peso y lo azota contra el suelo.
    —Guau, eso fue irreal —dice sorprendido Alex.
    —Esta cosa no pesa nada, he levantado dragones en sus formas de guerrero, este felino no es nada en comparación con un dragón de tierra o uno de agua —comenta el enano, aunque suena como que presume, Alex puede notar en su rostro que no es así.
    —Algún día veré un dragón —se dice el elfo.
    —No te concentres en tus barbas y enfócate en lo que hay delante de ellas —dice Kahil, esta frase es una de las más populares en el país de los enanos, significa que no hay que perder de vista el objetivo.
    —No entiendo bien, no tengo barba, creo que mejor me apresuro a desarrollar mi parte en el plan—tensa su arco y dispara flechas de fuego a los pies de Morgana.

    La alquimista intenta moverse hacia atrás para esquivar los ataques, pero al estar atrapada es un esfuerzo inútil. Ninguna de las flechas llega a tocarla, frunce el ceño en desaprobación.
    —Te atreves a atacarme, tú — la alquimista se burla de Alex.
    —Sí, si debo lastimarte para detenerte lo haré —confiesa preocupado el elfo, esperando no tener que llegar a eso.
    —Que burla, eres blando, Alex, jamás me podrías hacer daño —se burla nuevamente la alquimista.
    —Yo… —el elfo no sabe que decir.
    —Dejen la plática —ordena Kahil, golpea el suelo con su mazo produciendo que la tierra se trague aún mas a Morgana.
    —Maldito, anciano, ya me di cuenta que te encanta maltratar niñas indefensas —reclama la chica.
    — ¿Niña indefensa?, no bromees Morgana, tienes casi diecisiete años, eres prácticamente adulta, deja de portarte como una bebé llorona —le dice Kahil intentando hacerla enojar.
    —Malvado, eres un malvado, siempre te he caído mal, ¿cierto? —cuestiona la chica bajando la mirada, su maltratado cabello le cubre el rostro.

    El enano frunce el ceño por el comentario, no le agrada que la chica le reclame algo como eso si ella misma sabe que no es cierto.
    Byakko se levanta, una ventisca comienza a soplar, ruge.
    —Casi, pero falta —traduce el elfo lo que ruge el tigre.
    —Entonces haré un poco más —dice Kahil, levanta su mazo y golpea al tigre haciéndolo tropezar, luego lo presiona contra el suelo con todas sus fuerzas —, supongo que es suficiente.
    El tigre ruge.
    —No se levantará más —susurra Alex lo más bajo que puede como para que lo escuche Kahil, pero no Morgana.

    Al ver que la marioneta no se levanta, Morgana se enfada y decide probar hacer algo más.
    —Si te niegas a obedecerme —dice a la marioneta al darse cuenta que se quedó en el suelo a propósito —, entonces deberé invocar a uno de tus hermanos.

    La alquimista levanta su mano y se concentra, unos instantes después aparece Genbu, la marioneta parecida a una tortuga con una serpiente que sale de uno de los diferentes hoyos del caparazón.
    —Mi dulce, dulce Genbu, no me desilusionarás, ¿cierto?

    Sir Kahil golpea el suelo con su mazo intentando lanzar un nuevo ataque hacia la alquimista y así derrotarla rápidamente, pero nada sucede, el ataque no avanzó ni un milímetro bajo tierra.
    —Por las barbas del rey, ¿por qué no sucedió nada? —pregunta confundido Sir Kahil.
    El tigre ruge.
    —Genbu controla el elemento tierra, es imposible atacar por abajo —comenta el elfo traduciendo lo que dijo el tigre con su mas reciente rugido.
    —En ese caso distráela un poco —pide el enano.

    Alexander comienza a lanzar flechas de fuego en todas direcciones, intentando no atinarle la chica para no lastimarla.
    — ¿A qué le apuntas? —pregunta la chica burlándose.
    —Ni idea —responde el elfo.

    Una telaraña empieza a cubrir a Morgana, Rita comienza a acercarse a ella y la envuelve en un capullo, a estar controlando a Genbu, la chica es incapaz de moverse, por lo que fue fácil para el enorme arácnido atraparla en pocos segundos.
    —Lamento mucho esto, niña, pero parece que enloqueciste por el poder —saca la espada que el capitán cazador había incrustado hace unos minutos en el pecho de la chica, Rita cubre la herida con una telaraña aún más resistente, para así evitar un sangrado.
    —Te odio, te odio demasiado, maldito anciano —maldice la alquimista intentando zafarse.
    Kahil golpea a la chica dejándola inconsciente.
    —Perdona, niña, pero esa marioneta te estaba haciendo perder el control —dice el enano.
    Byakko ruge.
    —Dice que él no puede hacer eso, sólo mantiene el sentimiento de quién lo invocó —el elfo se queda en silencio durante unos segundos —significa que esa era Morgana, su lado oscuro —sin querer, Alex muestras una expresión de tristeza extrema.

    Sir Kahil se acerca al capitán de los cazadores, que se estaba arrastrando para escaparse.
    —Nunca nos viste —dice en tono amenazante.
    —No… nunca los vi…. no sé ni quienes son —dice el cazador con la voz temblorosa.
    —Ya lárgate, cobarde —permite Kahil que corta la telaraña con una daga que saca de su bota.
    El elfo se levanta y huye dejando al resto de los cazadores atrás.

    En el continente de la naturaleza, en el poblado Nezumi, Tora intenta descifrar como le va a hacer para obtener tres bestias y entrenarlas para antes de que pase un mes. Camina por el poblado sumido en sus pensamientos cuando ve a una elfina oscura idéntica a su amada Aika, pero con el cabello más corto, la ve y siente como si su corazón quisiera salirse de su pecho.
    La elfina lo ve y se apresura a encontrarse con él.
    Se quedan mirando a los ojos durante un largo minuto.
    — ¿Ya no saludas, Tora? —pregunta la chica fingiendo estar resentida.
     
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  13.  
    Cubo

    Cubo bloody knight

    Escorpión
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    ¡¡hey!! ¡Eso no se hace!! Jajaja espero el siguiente cap con ansias, enserio eso no se hace, no cortes asi, que dejas con ganas de mas... P.D muy, muy, muy buen cap, errores creo que solo vi uno y una narracion excelente
     
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  14.  
    Sheccid

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    No, pues que rebelde Morgana, ya esta medio grandecita para andar con payasadas dignas de adolescentes, je.
    Aparte juega bien feo con el pobre Alex.
    No ví ninguna falta de ortografía, je.
    ¿Y ahí le dejas?¿será la hermana de Aika?¿la BFF? ¿le gusta?¿o es el recuerdo?
    No me ha dejado de cansar esta historia.
    T.A.M milord, te admiro como escritor y como novio.
     
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  15. Threadmarks: Aventura 20. Saika
     
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    La Aventura De Morgana
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    2203
    Aventura 20. Saika.

    Tora mira detenidamente de pies a cabeza a la elfina, quiere creer que es su amada Aika, pero sabe que no lo es.
    —Hola, Saika, hace mucho que no te veía —saluda Tora a la chica deseando no habérsela encontrado.
    —Casi un año, ¿cómo están Kenny y mi hermana? —pregunta sonriendo.

    Tora le explica lo ocurrido, la chica cae al suelo a llorar, un par de elfos que están cerca ayudan a llevarla al pub para que se reponga de la terrible noticia que acaba de recibir.
    —No es justo, Aika tenía mucho por que vivir —siente ganas de vomitar.
    —Lo sé, y todo fue por mi culpa —dice el elfo golpeando la pared con su puño.
    —No, no te culpes, nada fue culpa tuya —rompe en llanto nuevamente.
    —Debí estar en casa, debí estar con ellos.
    — ¡Y habrías muerto! —le reclama.
    —Eso no lo sabes, pudimos haber huido en Uma, pude quedarme a luchar mientras ellos huían —dice él sintiendo que el vacío en su corazón crece más.

    Ambos quedan en silencio un largo rato.
    —Sabes, yo estaba enamorada de ti —comenta la elfina derramando lágrimas.
    —Lo sé —responde él fríamente.

    Se quedan nuevamente en un incómodo silencio.
    —Nunca supe como le hacías para distinguirnos, a padre se le hacía difícil diferenciarnos —comenta para romper el silencio —, muchas veces nos castigaba a las dos por las cosas que yo hacía —sonríe levemente —, Aika nunca me acusaba y le tocaba sufrir por mis travesuras.
    —Sí, Aika me contaba las cosas que hacías y tus aventuras peligrosas en el bosque Kinoko, y como regresabas con extraños tesoros.
    —Aika suele exagerar; yo sólo encontraba huesos, piedras con formas graciosas o mascotas —la chica sonríe mientras una lágrima de melancolía baja por su mejilla —, padre entrenó muchas de mis mascotas para luchas, solía decir que tengo buen ojo para elegir bestias, hasta nos entrenó para seguir sus pasos, pero nunca fui buena en eso y Aika, que tenía talento, se fue del pueblo cuando te le declaraste —comienza a llorar nuevamente.
    —Cierto, tu padre entrena bestias —se dice en voz baja Tora pensando en la posibilidad de pedirle ayuda al padre de Saika y Aika para su lucha contra el Chamán Yasuhika.

    Hacen silencio por un largo minuto, pueden escuchar la respiración del otro.
    —Recuerdo una vez que me confundiste con Aika —la chica sonríe un poco.
    —No, nunca te he confundido con Aika —aclara confundido Tora.
    —Sí, una vez me llevaste a una cita pensando que era ella.
    —No, nunca lo hice, debes referirte a la vez que te llevé al jardín de flores en la cima de una de las montañas de Hebi, lo recuerdo muy bien —le comenta seguro que se refiere a esa ocasión.
    —Sí, pero, ¿Aika te lo dijo? —pregunta confundida, está bastante segura que él no se dio cuenta ese día.
    —No, siempre supe que eras tú, ¿no te pareció raro que no te besara ni una vez, que no te dijera que te amo o te llamara Aika? —cuestiona Tora mirándola a los ojos.
    —Pero, pero —se queda pensando un rato, se da cuenta que Tora tiene razón, durante esa cita nunca la besó, ni siquiera la tomó de la mano, al final de la cita se despidió con un beso en la mejilla y la dejó cerca de su casa.
    —Lo recordaste, ¿no? —cuestiona sonriendo.
    —Eres un tonto, Tora Natsu —la elfina infla sus cachetes haciendo pucheros.
    —Te ves tierna así, me encanta cuando haces pucheros, Aika —dice el elfo que por un momento olvidó que habla con Saika.
    —Idiota —responde la chica sonrojada —, no quiero pasar la noche sola, acompáñame.

    Por un instante Tora queda sin palabras, se le hace extraña la petición, aunque quiere rechazarla, tampoco quiere dejar sola a Saika después de darle la noticia de la muerte de su hermana.
    —Sólo por esta noche —acepta él no muy seguro.
    —Gracias —se levanta y lo abraza.
    Ambos pasan la noche juntos en la misma habitación del pub.

    A poco más de tres kilómetros de Nezumi descansa Yasuhika frente a una fogata, varias de sus bestias duermen a su alrededor, para mantenerlo a salvo.
    Una de las mantícoras se despierta y comienza a gruñir, el resto de las bestias se levantan y gruñen mirando en la misma dirección, Ysuhika se incorpora y hace una señal con su mano para que hagan silencio, todas se callan y sientan mirando aún hacia el mismo lugar.
    Un círculo mágico se dibuja en el césped, el elfo reconoce los símbolos y el tipo de mana usado en el círculo, es un círculo de transportación. Del mismo se materializan cuatro seres; un ent; que es una criatura parecida a un árbol que puede hablar, moverse y razonar mucho mejor que muchos seres en el continente de la naturaleza, los ent son originarios del país Wodsque, que se encuentra al sur del país de los elfos oscuros. El segundo de los seres es una neko, una chica mitad gato; los nekos son originarios de Pumia, que se encuentra al suroeste. Otro de los seres es un basilisko. El último de ellos y notoriamente el más fuerte de los cuatro según puede sentir el chamán elfo es una hidra, seres de forma humanoide con piel que varía entre tonos grises, verdes, azulados, rojizos y en raras ocasiones blancos o negros, normalmente a los hidra les sale una especie de cabeza de reptil con un largo cuello extensible de la parte superior de la espalda, la cual se multiplica si es cortada o dependiendo de la edad del hidra, esta en particular tiene cinco cabezas saliendo de su espalda, todas muy distintas y aterradoras.

    La hidra sale del círculo y se acerca a Yasuhika.
    —El honorable Consejo desea hablar con su persona —dice la hidra cuyas cabezas observan en todas direcciones a las bestias que los han estado rodeando en silencio.
    —No gracias —responde el niño elfo —, no confío en el Consejo de Seres, seguro querrán que me quede en sus instalaciones de manera permanente.
    —Eso no lo sé —aclara la hidra —, lo que sí sé es que tenemos la orden de llevarte ante el gran Consejo, así que eso haremos.
    —Les ruego por favor que no lo hagan, regresen por el portal y no regresen —pide el elfo amablemente.
    —No es opcional, bro —le dice la neko —, venimos a llevarte con los viejos y así lo haremos.

    Yasuhika frunce el ceño, se da cuenta que no tiene opción.
    —Si así lo desean.

    Mueve un poco su pie derecho, luego aparece detrás de la neko, la toma de la cabeza y la gira hasta dejársela al revés.
    —Lo lamento, bro, pero no me dejan opción —da un brinco hacia atrás y desaparece.
    — ¡Felicia! —grita aterrado el basilisko al ver a su compañera muerta en el suelo.
    —Otra vez, les pido que se retiren, no hay por que aumentar el número de victimas —pide el chamán sin mostrarse.
    — ¡Nunca, y menos ahora! —le grita la hidra cuyas cabezas miran en todas direcciones buscando al elfo.
    — ¿Qué dice el resto? —pregunta a los otros dos.
    — ¡Jamás! —responde el basilisko.
    —Debemos cumplir las órdenes del consejo —responde el Ent con una voz tranquila.
    —Lástima, no me contendré entonces.

    Yasuhika aparece frente al basilisko, lo toma del cuello y se lo rompe sin problemas, luego desaparece nuevamente.
    Reaparece detrás de la hidra, produce dos espadas de la nada, una de fuego y otra de hielo, con ambas comienza a decapitar las cabezas de la hidra de tal manera de cauterizar las heridas o retrasar el crecimiento de una nueva cabeza, al haberse desecho de las cinco que salen de su espalda, atraviesa el pecho de la hidra con su espada de hielo e inmediatamente procede a decapitarla con la de fuego.
    —Ya únicamente faltas tú —le dice al ent.

    Se acerca al árbol, que lejos de huir comienza a atacar con sus brazos de madera, Yasuhika esquiva los ataques sin problemas, los ve venir en cámara lenta. Corre hasta quedar frente a la pierda del ser de madera, se la atraviesa con su mano, luego del ent comienzan a salir pequeños chorros de agua.
    —Es difícil matar a un ent, en especial en un lugar con tanta tierra como lo es este, pero sin agua no puedes vivir.
    El ent siente como toda el agua de su interior se sale, la fuerza se le acaba, no logra mantenerse de pie y cae de rodillas, siente como la vida lo abandona, hasta que finalmente muere.

    Las quimeras se lanzan sobre la neko, la hidra y el basilisko, están felices de tener una segunda comida. Yasuhika toma al ent y lo arrastra cerca de la fogata, lo hace fácilmente, a pesar de que el ent pasa los tres metros de alto.
    —Me ahorraron la molestia de ir a buscar leña —lanza uno de los brazos del ser de madera al fuego.

    El elfo saca un pequeño cristal blanco de su bolsillo derecho.
    —Buenas noches, hace mucho no me llamabas —saluda amablemente al cristal.
    Gracioso como siempre, mi amigo, me enteré que te atacaron —dice una voz que proviene del cristal.
    —Sí, unos matones del Consejo de Seres me venían a llevar —le responde mientras arroja una pierna del ent al fuego.
    ¿Estás bien?
    —Sí, ni sudé —responde el niño elfo.
    ¿Hay luna? —pregunta la voz del cristal.
    —No puedo responder a eso, no puedo responder la segunda pregunta que se me haga.
    Deberías dejar de especificar eso, es molesto oírte repetirlo cada vez.
    —Sé que lo sabes y por eso preguntaste algo tonto, pero es parte de la maldición, debo especificar siempre que no puedo responder la segunda pregunta que se me haga, es molesto, pero no tengo opción —comenta el chamán.
    ¿Qué crees que quería tratar el Consejo contigo? —cuestiona la voz curiosa.
    Yasuhika le explica el motivo que piensa tiene el Consejo de Seres para querer interrogarlo, la voz se despide y el elfo se va a dormir.

    Al amanecer, Tora siente como la luz del sol cae sobre su rostro, aún medio dormido abre los ojos, le parece ver a Aika frente suyo, la abraza y continúa durmiendo, unos momentos después abre los ojos y recuerda que a quien tiene en frente es a Saika.
    Después de verse y a la chica recuerda lo que sucedió anoche y comienza a sentirse muy culpable.
     
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  16.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    ¿Quién sería la voz?¿Que quería el Consejo?¿Por que la segunda pregunta no puede responderla?
    Muchas dudas, je,je.
    Después de verse y a la chica recuerda lo que sucedió anoche y comienza a sentirse muy culpable.

    Suena un poco raro...no sé, podría haber sido "Después de ver a la chica y a él" o "Después de verse y observar a la chica"
    Esperaré el siguiente capí, me agrada mucho saber algo de pasado.
     
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  17. Threadmarks: Aventura 21. Desamor, Familia y un Anfisbena
     
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    La Aventura De Morgana
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    Aventura
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    1817
    Aventura 21. Desamor, Familia Y Un Anfisbena.

    Tora se levanta y viste rápidamente.
    —No, no, no, no —se dice culpándose.
    Saika despierta, se sonroja y se cubre con la sábana.
    —Yo, no era mi intención… —se disculpa la chica avergonzada.
    —Es mi culpa, debí irme anoche, ¿por qué no lo hice?, soy un maldito traidor —se culpa nuevamente el elfo.
    —Pero… ¡Aika está muerta, también me duele, y los dioses me perdonen por esto, pero, debes seguir con tu vida, no puedes quedarte estancado en el pasado! —le dice la chica soltando las lágrimas.
    —Pero no entiendes, estoy buscando la manera de revivirlos, tengo un plan para hacerlo y ahora cuando le regrese la vida a mí amada Aika no seré capaz de mirarla a los ojos —reclama Tora.
    —Perdona, perdona —Saika siente muchas emociones encontradas, se siente usada, como una traidora, manipuladora, sucia, siente que es la peor elfina del mundo —, perdona, soy lo peor.
    —Lo mejor será que me vaya, perdóname Saika —Tora alista sus cosas y se dispone a abandonar la habitación.
    —Espera —lo detiene —, ¿cómo planeas revivir a Aika?

    Tora le cuenta todo; su entrenamiento con Kenshin, la idea de revivirlos con el Papiro Negro, el encuentro con el Chamán Yasuhika, la lucha de bestias que debe ganar y que debe conseguir tres bestias para antes de que acabe el mes.
    —Puedo recomendarte tres bestias, si quieres —dice la elfina casi sonriendo.
    —Gracias —agradece Tora.

    La chica se levanta, se envuelve con la sábana como si fuera un vestido, va hacia un pequeño escritorio de madera que se encuentra en la habitación, abre la gaveta, saca una pequeña botella de cristal que contiene tinta, una pluma de grifo y un pedazo de papel de pergamino de tono amarillento.
    Comienza a escribir.
    —Te anoto cinco, pero de preferencia ve por los tres primeros, estas bestias, según he estudiado, son de las más fuertes y aptas para las luchas de bestias, al menos las que puedes conseguir en tan poco tiempo —le señala la chica.
    —Supongo que están cerca de este lugar, recuerda que tengo un mes para conseguirlas y entrenarlas —dice Tora.
    —Cierto —Saika arruga la hoja y saca una nueva —, en ese caso —comienza a escribir nuevamente —, estas tres deberían servirte, aunque depende más de como las entrenes.
    —Gracias —toma el pedazo de pergamino y lo ojea —, no se mucho de bestias, pero veo que anotaste localización, comida favorita, comportamiento, y apariencia física.
    —Sí, quiero que logres atraparlas, le ganes al Chamán Yasuhika y logres revivir a Aika y Kenny —asegura la chica sonriendo.
    —Adiós, Saika —dicho esto sale del cuarto y cierra la puerta tras él.

    La elfina se acerca a la puerta y recuesta su cabeza contra esta.
    —Espero que lo logres —se queda en silencio y comienza a sollozar —. Te amo —susurra.

    A kilómetros de ahí, Yasuhika se despierta por que siente una anomalía en el mana. Las bestias comienzan a despertarse y a gruñir mirando el mismo punto.
    —Que molestia, pensé haber casteado un hechizo para evitar que continúen llegando —se dice el chamán aburrido.

    Se forma un círculo de transportación, sólo que este tiene algo especial que el chamán reconoce. Del círculo sale un elfo oscuro que no pasa de los treinta años, se acerca a Yasuhika.
    —Abuelo Yasu —el elfo salido del circulo hace una reverencia frente al chamán.
    —Riku, hace meses que no me visitas, ¿qué te trae a este lugar, en este momento? —pregunta Yasuhika.
    —Necesito de tu consejo, siempre me has sabido aconsejar y ahora te necesito más que nunca —confiesa Riku.
    —Dime que confunde tu mente —el chamán se sienta en el suelo.
    —Verás —se sienta —, me he estado preguntando si estoy haciendo lo correcto, dime que hacer, abuelo —pide desesperado.
    —Riku, eres miembro del gran Consejo de Seres, eres el representante de los elfos de este continente, eso es un gran privilegio —asegura el joven elfo.
    —Eso lo sé, pero estamos votando para decidir si eres una amenaza y si debemos eliminarte, no sé que hacer.
    —Escucha tu corazón, que el te guíe, yo no puedo decirte lo que debes hacer —le aconseja el chamán —, que tus decisiones sean tuyas y de nadie más.
    —Espero no me odies, abuelo Yasu, pero creo que ya tomé mi decisión —dice Riku levantándose.
    —Lo entiendo, Riku, ¿tienes tiempo para tomar té de uva? —cuestiona al momento que una de las quimeras trae una tetera de madera elegantemente decorada con grabados de extrañas frutas.
    —Sabes que es mi favorito, abuelo —vuelve a sentarse, un reptil volador deja una taza frente al Consejero Elfo.
    —Tu abuela hacía el mejor té de uva del mundo —comenta Yasuhika.

    Un grifo trae varias piedras, las cuales el chamán apila formando una especie de media luna, dentro mete pequeños trozos de madera, coloca su dedo sobre uno de los pedazos, el cual se prende en llamas apenas quita el dedo, luego coloca la tetera encima de la media luna de piedra.

    Tora se monta en Uma y vuela hacia un pequeño bosque al sur del poblado Matsuri, donde se supone puede encontrar la primera de las tres bestias que le recomendó Saika.

    Busca una anfisbena, un reptil de dos cabezas, según las notas de la elfina los anfisbenas habitan en medio del bosque, esperando a su próxima víctima.
    —No veo nada por aquí —le dice Tora a Uma.
    El pegaso relincha mientras mueve su cabeza negando.
    —Tienes razón, debería poner una especie de trampa, deja reviso las anotaciones de Saika —el elfo revisa el pedazo de pergamino durante unos minutos —, según esto a los anfisbenas les gusta la carne de equinos.
    Uma comienza a caminar lentamente alejándose.
    —No te preocupes, no te sucederá nada —le asegura acariciando su crin.
    El pegaso relincha no muy convencido de la idea.

    Uma comienza a comer frutas del suelo, observa alrededor suyo nervioso. Relincha varias veces haciendo mucho ruido.
    Después de casi seis horas el bosque queda en silencio, lo cual, para todo animal, es mala señal.
    Se escucha un siseo acercarse, el pegaso se pone aún más nervioso, ve algo moverse entre los arbustos, repentinamente una sombra se abalanza sobre él. Uma abre sus alas y se eleva alejándose del peligro.

    El reptil lo ve alejarse, sisea en desaprobación; la bestia es un anfisbena de tres metros de longitud, de escamas azules con estómago amarillo, tiene una cabeza en cada extremo de su largo cuerpo, una de ellas tiene una especie de membrana que le recorre la parte trasera de su cabeza, que se eleva luciendo como una corona rojiza; su otra cabeza tiene dos pequeños cuernos que salen de su frente.
    —Hola, anfisbena, necesito tu ayuda —dice Tora que se lanza desde la parte mas alta de un árbol y aterriza de pie.
    El reptil saca ambas lenguas a la vez y decide ignorar al elfo.
    —Ahora que lo pienso debí preguntar como se hace esto de atrapar a las bestias, no es como que te debilito y luego lanzo una esfera mágica que te atrapa dentro y ya eres mía, ¿o sí? —pregunta al reptil.
    La serpiente pestañea varias veces confundida, se pregunta si el mamífero le está hablando.
    —En serio, no pensé en esta parte; tengo el hechizo de cuido, el de protección y mi propia dimensión de bolsillo, pero, en verdad, ¿cómo te atrapo? —le dice al reptil, el cual se enrosca y observa al elfo hablar solo —, dame un momento para pensar.
    El anfisbena continúa observando a Tora, le parece muy entretenido su comportamiento.
    — ¿Qué hago, qué hago? —se dice el elfo.

    Después de un rato ambas cabezas del reptil bostezan y se acuesta a dormir.
    —Me pregunto si podré atraparte con el hechizo de cuido.

    Tora utiliza parte de su mana y comienza a recitar el cántico que le enseñó el chamán Yasuhika; se forma un círculo alrededor del reptil, varios símbolos aparecen dentro del círculo, los cuales se forman en la piel del anfisbena, luego desaparecen junto con el círculo.
    —Oye, despierta —le dice a la serpiente bicéfala.
    Una de las cabezas despierta, bosteza y despierta a la otra, luego se acerca a Tora y lo rodea, saca sus lenguas y se queda mirándolo.
    — ¿Somos amigos?
    Ambas cabezas asienten.
    —Fue extrañamente fácil —se dice Tora, hace el hechizo de cuido nuevamente.
    El anfisbena desaparece.

    Uma baja, Tora se monta en su lomo y se dirigen hacia la localización de la segunda bestia.
     
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    Sheccid

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    Pobre Saika...tal vez Tora al final decida rehacer su vida con ella después de entender que a las personas a veces hay que dejarlas ir y que las leyes naturales son irrevocables...
    Como me dio risa lo de el anfisbena, je, hasta eso que estuvo fácil.
    Sólo ví que cuando hablaste con "él "como ¿pronombre? olvidaste el acento.
    Fuera de eso estuvo muy bien el capi...se me antojó el té de uva XD
    Entonces esperaré el próximo capi, T.A.M.
     
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  19. Threadmarks: Aventura 22. El Último Centauro
     
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    La Aventura De Morgana
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    Aventura
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    Aventura 22. El Último Centauro.



    Han pasado dos días desde que los cazadores lucharon contra Morgana, quien lleva dos días sin recuperar la conciencia. Alexander Y Kahil construyeron un refugio para mantener a la chica a salvo mientras se recupera. El refugio no es muy grande ni cómodo, pero hay suficiente espacio para los tres; está hecho de madera y hojas impermeables de los alrededores.

    Alex ha estado todo ese tiempo cuidando a la alquimista, sin dormir, siempre observándola y dándole un poco de agua para que no se deshidrate.
    —Despierta pronto, Morgana, te extraño —pide el elfo decaído.
    — ¿Sigue igual? —pregunta el enano entrando al improvisado refugio.
    —Sí, no entiendo por que no despierta —dice Alex extremadamente preocupado.
    —Es extraño, no le pegué tan fuerte, debe ocurrir algo mas —comenta Kahil, se sienta junto al elfo —, dime niño, te gusta ¿no?
    —Yo… no… no… he… no… sí —se sonroja.
    —Pues era obvio, cualquier otro se habría aburrido o hartado de esta niña mimada —el enano frunce un poco el ceño.
    — ¿Qué sucede? —cuestiona al verlo cambiar su expresión.
    —No sé que le ves a la niña —comenta el enano —, he visto chicas mucho mas proporcionadas y bellas que ella.
    — ¡Oye, Morgana es hermosa y perfecta! —grita el elfo enfadado por el comentario.
    —Jo, jo, jo —ríe secamente —, estás mas enamorado de lo que pensaba; parece que la niña te ha lanzado un hechizo de amor.
    —No creo que sea un hechizo —aclara Alex.
    —Era una metáfora, niño, no debías tomártelo literal.
    —Oh, ¿qué es una metáfora? —cuestiona el elfo confundido.
    —Te digo otro día —dice el enano —, ¿quieres hacer algo por la niña?
    — ¿Algo cómo qué? —pregunta el elfo.
    —Llevarla al continente de la naturaleza —Kahil se toca la barba.
    —Claro, ¿pero cómo?
    —Antes de alcanzarlos me encontré con un viejo… amigo digamos, y me dijo que hoy por la noche pasará cerca un yate del Imperio Minotauro que se dirige hacia ese continente, si nos apuramos podríamos subir como polisones —dice el enano emocionado de subir a un yate.
    — ¿Imperio Minotauro?, ¿yate? —pregunta Alexander confundido, es la primera vez que escucha hablar sobre un Imperio Minotauro o un yate.
    —Es un país del continente de la tecnología —responde el enano a la primera pregunta —, y un yate es algo así como un bote pero que tiene un aparato que lo hace andar solo, sin necesidad de que un ser use fuerza para moverlo o que el viento sople, normalmente son bastante elegantes y de aspecto extraño.
    — ¿Ya habías visto uno antes? —cuestiona el elfo interesado en el tema.
    —Sí, hace como cinco años tuve el honor de acompañar al rey Nobilis a visitar a su hermana en el continente de la tecnología, y te diré una cosa; ese lugar es impresionante, somos muy primitivos en comparación con ellos, hay cosas con las que ni siquiera puedes soñar —cuenta Kahil recordando, se nota la emoción en sus ojos.
    — ¿Cómo qué? —cuestiona aún más interesado el elfo.
    —Allá tienen marionetas como las de aquí, pero las llaman robots, androides u organismos cibernéticos, pero a diferencia de las marionetas que son accionadas por la energía vital de un alquimista, estas invenciones funcionan con elemento rayo o por lo menos con algo muy parecido, y en lugar de tomar una personalidad partiendo de la de su creador, estos tienen personalidades definidas por su inventor, la verdad no entendí como es que le imponen esa personalidad, pero al parecer es durante su construcción —comenta Kahil recordando un robot que le asistió durante toda su estancia en ese continente.
    —Oh, eso suena asombroso, ¿qué más? —pregunta el elfo poniendo una enorme mirada de emoción.
    —Hay portales mágicos en los que te paras dentro de una especie de alfombra de un material gomoso, la cual te hace viajar a lugares lejanos en un parpadeo, es asombroso —dice el enano con media sonrisa en su rostro.
    —Asombroso, en verdad asombroso, quiero ir —dice emocionado Alexander.
    —Recuerda que la meta es el continente de la magia, no el de la tecnología —le recuerda.
    —Cierto, ¿qué hay allí? —cuestiona esperanzado que hayan cosas parecidas a las que ya describió.
    —Ni idea, nunca acompañé al rey dragón a visitar a su hermano —le dice rompiendo todas sus ilusiones —, pero me imagino que es un lugar que se especializa en magia, ya sabes, como troles hechiceros, hadas, alquimistas sanadores o centauros chamanes, aunque no sé que razas viven allá —comenta Kahil rascándose la barbilla —. Prepara a Morgana para un viaje muy movido, que si no es hoy, no es nunca.

    —La prepararé —asegura Alex —, pero cuéntame una cosa, ¿por qué son tan diferentes los continentes entre sí?

    El enano se rasca un poco la barba y piensa un rato que decirle al elfo.
    —Verás, este continente, se quedó atrás en cuanto a magia y tecnología por culpa de las guerras y conflictos, somo muy primitivos en comparación con los demás —hace una pausa —. El continente de la magia o de la naturaleza como también es llamado, se ha desarrollado bajo un sistema basado en la magia y los poderes de la naturaleza, y se ha desarrollado así durante muchos milenios —se aclara la garganta —. Y el tercero, el continente de la tecnología, se ha desarrollado gracias a los avances en aparatos y ciencias, en realidad son asuntos muy confusos, pero los habitantes de ese lugar son extremadamente inteligentes, así que han creado cosas que ni sabríamos como usar.
    —Se escucha como un lugar grandioso —dice el elfo con emoción.

    Ambos llevan a la chica hasta la costa, donde se reúnen con un grupo de cazadores que los están esperando.
    — ¿Más enemigos? —cuestiona Alex sacando su arco.
    —No, estos no son cazadores que nos busquen —dice Kahil tranquilizándolo.

    Escuchan el sonido de los cascos de un pegaso acercarse, se voltean y se dan cuenta que el ruido no proviene de un pegaso, si no que son los pasos de un centauro.
    El centauro está en sus cuarentas, cabello largo negro amarrado con una cuerda de acero, lleva una ligera barba estilo candado, piel morena con una enorme cicatriz que recorre todo su pecho, tiene pelaje café en su parte de caballo. Trae puesto un chaleco negro de cuero abierto, además trae un escudo y una espada de acero gris en su espalda.
    —Sir Kahil, llegas temprano —comenta el centauro.
    —Ya sabes que no me gusta llegar tarde —responde el enano.
    —Pensé que los centauros se habían extinguido —susurra Alexander para que sólo Kahil lo escuche.
    —Lo estamos —responde el centauro que pudo oírlo.
    —Permítanme presentarlos —el enano primero señala al elfo—, este es Alexander Pupus, es algo torpe pero buen compañero de viaje —Alex no entiende muy bien la presentación. Luego el enano presenta al centauro —él es el general Cromwell, el mejor general que jamás haya tenido el ejército centauro.
    —Mucho gusto, joven elfo —saluda Cromwell.
    — ¿No eres acaso uno de los tres generales de la Resistencia Contra de los Dragones? —cuestiona Alexander que sabe que el último de los centauros fue uno de los generales de la Resistencia.
    —Es correcto, Arturo, Gobo y su servidor fuimos los tres generales de la Resistencia Contra los Dragones —afirma el centauro.
    —Pero, ¿acaso no sabes que fue la Kaiserina la que en realidad mató a todos los centauros? —inmediatamente el elfo se cubre la boca, se supone que jamás debe revelar esa información.
    —Je, por favor, no soy tonto, debo confesar que al principio no lo sabía, pero con el tiempo me enteré de la verdad, a pesar de lo cual continúe mi rol como general —comenta en centauro.
    — ¿Por qué? —pregunta confundido el elfo.
    —Eres un chico muy curioso —afirma Cromwell.
    —Imagina tener que soportar eso todos los días —dice Kahil, él y el general comienzan a reírse.

    Alex también se ríe, aunque no sabe por que.
    —Te lo diré si en verdad quieres saberlo; cuando me enteré quise matar a la Kaiserina y a Arturo, pero al comprender en su totalidad el plan, decidí que matarlos no traería de regreso a mi gente, y si el plan funcionaba traería paz al continente, además era obvio que la Kaiserina quería morir por lo que hizo y así fue, murió a manos del rey dragón, el ejército de Gobo se dispersó por todo el continente, perdiendo así a gran parte de sus guerreros, de Arturo me encargué yo mismo, le apliqué una maldición que suprime en gran parte sus poderes; apenas si puede manejar tres o cuatro marionetas a la vez y nunca a su máxima potencia —cuenta el general.
    — ¿Desde cuándo? —pregunta Kahil, esa información es nueva para él.
    —Unos días después del sepelio de la Kaiserina le apliqué el hechizo y él estuvo de acuerdo, ahora es un tercio de lo que solía ser —asegura el centauro.
    —Hace unos días luchamos contra él y nos dio una paliza —comenta el enano.
    —No lo dudo, Arturo era un alquimista brutalmente poderoso, cuerpo a cuerpo es una desgracia como guerrero, pero sus marionetas fueron las que acabaron con la Armada de la Venganza de la alquimista que mató a Aldinger, debo admitir que la chica es muy buena, recolectamos algunas de sus marionetas y según Arturo son de gran calidad, algunas extravagantemente exóticas y otras más normales —les cuenta Cromwell.
    —Así es Morgana —afirma con una sonrisa Alexander.

    Cromwell voltea hacia el océano, se queda observándolo muy pensativo.
    — ¿Están listos para hacer esto? —les pregunta el centauro.
    —Sí, queremos ir al continente de la naturaleza —contesta Kahil.
    — ¿Ven esa cosa de allá? —el centauro señala hacia su derecha —, eso los llevará hasta el yate.
    — ¿Una cuchara gigante? —dice Alex confundido.
    —Es una catapulta, pero, mi amigo, es muy riesgoso confiar en una catapulta para una tarea de precisión —advierte Kahil.
    —Cierto, pero no es cualquier catapulta, es una marioneta catapulta, la encontramos en el sótano del Castillo del Norte, junto con otras cosas que al parecer fueron propiedad de Phantomdieb y sus bandidos —comenta Cromwell.
    —Entonces esto era una creación del abuelo de la niña, así me siento mucho mejor, ¿cuál es el plan? —cuestiona el enano.

    Cromwell les explica la estrategia, al parecer nunca subirán a bordo del yate.
    Rita construye un nido de telaraña no pegajosa sobre la cual se suben Kahil, Alex, Morgana y sus pertenencias, luego la araña se dedica a formar una capa alrededor de todos, sólo que esta vez con telaraña pegajosa.

    Al ser la hora adecuada, la catapulta cambia un poco de posición y calcula por si misma el ángulo de tiro, se prepara y lanza con fuerza la bola de telaraña, la cual se pega a un costado del yate.
    —No puedo ver el famoso yate —dice decepcionado Alexander.
    —También quería ver este yate, pero es mejor pasar desapercibidos, si nos llegan a encontrar estamos muertos.
    —Pero me muero de ganas por asomarme y ver como es —reclama el elfo.
    —Calla —ordena Kahil.
    —No creo que me vayan a oír —reclama Alex.
    —No, escucha —dice haciendo silencio, ambos escuchan cuidadosamente.
    —No escucho nada —comenta el elfo.
    —Algo se acerca —asegura el enano.

    Unos segundos después algo impacta fuertemente el yate.


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    Nombre: General Cromwell
    Edad: 45 años
    Cabello: Negro
    Ojos: Café
    Piel: Moreno
    Raza: Centauro
     
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    Sheccid

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    Je, que los polizones estos...aunque debo admitir que es un excelente plan, pero...¿Qué sucedió con Morgana?¿Y que golpeó al yate?
    Cuando dijiste que los centauros llevaban banda de candado me imaginé al general Cromwell como Iron Man...fue algo muy loco.
    Definitivamente en este capítulo es en donde más has recopilado de los Tres Sabios...ya sabes que te admiro mucho como escritor, lograste crear un universo alterno muy bien elaborado.
    No ví faltas de ortografía y...¡Alex ya confesó que le gusta Morgana! Awww...
    T.A.M.
     
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