La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

Tema en 'Archivo Abandonado' iniciado por Nekogirlmorr, 29 Enero 2007.

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  1.  
    Winly_Itzumy

    Winly_Itzumy Guest

    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    sugoy!!!!!!!!!!X3 que lindo capitulo!!! me gusto mucho =D, el reloj ahora un yoyo, muy buena idea...el cementerio...Matt..X3 q vaaa muy lindo ToT

    Siguela pronto n,n =D y no te preocupes..estare al pendiente :D

    Buri-chan
     
  2.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Hola,me gusto mucho tu fic.Espero que ponagas la conti pronto,yo no tube la suerte de ver la peli de FMA pero me la imagino por los comentario,hubo algunas cosas que me gustaron mucho y tambien me inpactaron,como la hija de roy jeje,orgullosa como el padre jeje.tambien victoria y joseph,el hijo de winry y el de rose.Tambien me gustaria mucho saber quien es el padrede matt, es que no me imagino que militar puede ser,sin olvidar que me trai bastante intriga los encapuchados.bueno me voy llendo y desde ya mi apoyo para el fic,pone pronto la conti.
     
  3.  
    Weenhallo

    Weenhallo Entusiasta

    Géminis
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    me encanto ToT
    fue muy emotivo el capitulo TT.TT
    me encantaria saber q es lo k dio Vic en la puerta... espero k lo digas pronto
    y aunke seguramente aora tardes mas en poner contis xq tienes q ir aciendolas pos espero q pongas pronto el siguiente capitulo ^^
    x cierto me encanto tu idea de lo del yoyo y sin exagerar me puse a llorar en la parte q sale Ed :llorar: nunca me gusto q tubiera q irse a shambala ni k tubiera q dejar atras su pasado de logros... xq despues de sufrir tanto no consiguio nada mas q devolverle el cuerpo a su ermano y tuvo k irse de su mundo TT.TT pro me temo q Vic no lo va a pasar mejor...
    ¡Ja Ne!!
    p.d. siguelo pronto q esta genial ^^
     
  4.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    hola,devuelta yo, por favor quelo conti,ponela pronto que me dejaste con muchas dudas.
     
  5.  
    Suiseiseki

    Suiseiseki Entusiasta

    Aries
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    OlipO

    Nuevo saludo xD
    esta bueno el fic
    quiero conti ToT
    ya?
    nus vemos

    BYE y CUIDATE
     
  6.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Hola yo de vuelta.Quelo conti!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Por favor necesito quew pongas la conti.
     
  7.  
    Edo

    Edo Guest

    Título:
    La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
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    15
     
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Jo que fic dios! xD
    más te vale que lo sigas publicando,es de lo mejor que se ha escrito en un foro
    tienes mi apoyo,ánimo! :o
    La verdad esque hay cosas sueltas,pero conforme avance como dices,se iran atando cabos xD
    ò_ó rápido continúalo
     
  8.  
    Lorene

    Lorene Artista posmoderna conceptual

    Géminis
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    .......ta muy bueno!!!!.................disculpa........empiezo denuevo...



    Hola, mi nombre es Kanako-chan, tengo 13 años, y tengo una pregunta.....

    ¿¿¿¿me pudes incluir a mi??????

    andaaa di que siiiiii ¿si?!!!!


    .......(porfis(((((uh, que insistente))))))


    si lo haces, te lo agradeceré demasiado.........



    me despido y les mando cariños a todos

    Kanako-chan




    pd: supongo que no hay nadie que quiera a Roy ¿cierto?
     
  9.  
    Lorene

    Lorene Artista posmoderna conceptual

    Géminis
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    .......ta muy bueno!!!!.................disculpa........empiezo denuevo...



    Hola, mi nombre es Kanako-chan, tengo 13 años, y tengo una pregunta.....

    ¿¿¿¿me pudes incluir a mi??????

    andaaa di que siiiiii ¿si?!!!!


    .......(porfis(((((uh, que insistente))))))


    si lo haces, te lo agradeceré demasiado.........



    me despido y les mando cariños a todos

    Kanako-chan




    pd: supongo que no hay nadie que quiera a Roy ¿cierto?
     
  10.  
    Edo

    Edo Guest

    Título:
    La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)
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    Ciencia Ficción
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Estoo...no es un fic colectivo o donde se utilizen a usuarios para el fic,si lo has leído bien,claro...

    Espero que la autora te lo aclare del todo.
     
  11.  
    Enma-Ai

    Enma-Ai Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    La estoy empezando a leer, y me parece una gran historia, creo que me leere la de "destino" tambien para saber algo mas.

    Se despide:
    Marina Konno
     
  12.  
    Nekogirlmorr

    Nekogirlmorr Guest

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    La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    ¡Hi!veo que ya hay uno que otro que me siguen con el fic, eso me deja megafelíz :eek: porque así comparto mis dos grandes gustos por la escritura y por FMA, me alegra no haberlos decepcionado :)

    Importante: Verán, tengo el fic en varios sitios, pero en el que mejor está publicado es en fanfiction (http://www.fanfiction.net/s/3236276/1/) ahí los capítulos está remasteurizados (si así podriamos decirle) no cambia el contenido pero la forma de redacción y ortografía está mejor y corregida, si desean pueden comentar libremente ahí sin estar inscritos en la página, sólo basta con darle darle click a "submit review", y para cambiar de capítulo en la parte superior derecha se le da click y se elige el capítulo.

    ¡Gracias por comentar y bienvenidos a los nuevos lectores! espero verlos de nuevo por aquí ^-^

    Winly_Itzumy: ¡Qué bueno que te gustó eso de yoyo! ¡Gracias por estar al pendiente! n.n

    micky_loky: ¡Vaya! pero qué apoyo ;__; es bueno ver a alguien que insiste en que publique, me remuerde la conciencia n.nU ¡Gracias por estar el pendiente! n.n

    Ween: ¡Si! pobre edo TT.TT pero es lo que pasó en la peli (aunque me encantó. El final es otra cosa n,n) qué bueno que también te gustó lo del yoyo y es agradable verte siempre por aquí ya que fuiste el primero en comentar al abrirse el tema n.n

    dodo-chan: Aquí está la conti y me alegró verte otra vez por aquí n.n

    ·Edo·: ok siempre me amenazan con la conti u.u (ya me acostumbré) me han amenazado hasta de muerte ;__; no importa, se considera apoyo, ¡Muchas gracias! n.n

    Kanako-chan: sí te incluiría, pero no sería justo para muchos que también quisieran participar, además, como dijo Edo, no es un fic colectivo. Aún así, agradesco tu comentario y gracias por leer el fic n.n

    Marina Konno: como quieras Marina, recuerda que no hay problema con cual fic empieces, ya que éste está adaptado para que todos lo puedan leer. Respecto a "Destino" a mucha gente le gustó ya que dicen que es muy romántico y profundo ¡Muchas gracias por comentar! n.n

    ¡Dejen comentarios y muchas gracias por estar pendientes del fic! ¡Saludos! ;__; me hacen muy feliz con su apoyo (no saben cuánto)

    Nota 1: ¡Claro que no me he olvidado de otros personajes originales de FMA! ya verán como van reapareciendo n.n
    Nota 2: En éste capt se profundizará con ciertos personajes y se descubrirá una esperanza.

    El precio de un anhelo (capt. 8)

    Una pequeña luz penetraba desde el techo del salón iluminando una joven figura delgada de cabellos dorados.

    - Debes cortar la cinta correcta.- pidió Mustang durante la entrevista de ingreso de Victoria.

    La chica estaba enfrente de una enredadera de cintas negras que le impedían llegar hasta los altos mandos de la milicia, todo para que le permitieran entrevistarla. Sólo debía cumplir la petición del Fürer.

    Vic sostenía una tijera y temerosa no sabía que cinta cortar. ¿La cinta correcta? No tenía ni idea a qué se refería Mustang con eso. Ella las veía a todas iguales e impecables, brillando con intensidad sin ninguna que sobresaliera por las demás.

    Mustang notaba que Victoria comenzaba a ponerse nerviosa por lo que mantuvo más firme la mirada.

    Después de un rato, Vic comprendió a lo que se refería Mustang con eso de “la cinta correcta”. Cortó una cinta y enseguida las demás se convirtieron en simples pedazos de algodón y materiales sintéticos mostrando a la vez que se trataban de pura obra alquímica, imitaciones, mientras que la que Vic cortó era obra propia del hombre.

    - Ésta es la cinta correcta, la original, la que es creada por manos de hombres. Menos fina que las demás que sólo con ayuda de la alquimia se pude crear tanto detalle.- dijo Victoria mientras sostenía el trozo de cinta que acababa de cortar.

    Los altos mandos de la milicia observaron a la niña con cierto asombro, únicamente Mustang permanecía invariable pues sólo él sabía del paradero de Victoria, además era de esperarse sabiendo que su padre Edward era quien le había enseñado las bases de la alquimia.

    - A veces las cosas no son lo que aparentan. Es algo que todo alquimista debe saber.- dijo Roy mirando a Victoria mientras ella le miraba atenta.- Ahora, quiero saber tus razones para ingresar a la milicia.- pidió a continuación el Fürer al tiempo que miraba a Vic y suspiraba profundamente.
    Un momento de silencio prevaleció en el salón.

    - Mi familia, espera que yo… cumpla mi promesa.- contestó Vic humedeciendo sus ojos.

    Una copa chocó con otra, y sentado alrededor de una mesa despertó Roy tras recordar las últimas palabras de Vic antes de que la chica saliera afligida de su entrevista de ingreso militar.

    - Aún piensas en ella.- dijo Riza sorbiendo un poco de su copa y provocando que Roy sonriera un poco recargando el mentón en la mano.

    En un restaurante estaba Roy acompañado de su esposa disfrutando de una merienda de mediodía.

    Riza notaba que constantemente Roy bajaba la mirada perdiéndose de nuevo en sus pensamientos y recuerdos.

    - Te preocupa.- dijo Riza al igual bajando la mirada - pero nunca admitirás que lo estás.- dijo asomando una pequeña sonrisa y mirando hacia otro lado.
    - Ésa niña oculta mucho.- dijo Roy también mirando hacia otro dirección.
    - Tal vez…pero ¿No crees que has sido un poco rudo?- preguntó la mujer de lentes.
    - ¿Tú hablando de rudeza?- preguntó Roy irónico.
    - Muy gracioso coronel.- dijo Riza acomodando sus lentes.
    - Hace mucho que no me hablabas así.- recordó Roy.
    - Hace mucho que no te veía tan preocupado.- defendió Riza.
    - No me preocupa mucho.- dijo Roy muy quitado de la pena y refiriéndose a Victoria.
    - A mi no me engaña…coronel.- afirmó Riza cerrando los ojos y sonriéndose a lo último- Por cierto, ¿Dónde está Aleine?- preguntó frunciendo el ceño y cambiando de tema.

    El fürer miró su copa y río un poco.

    En un tren repleto de personas se encontraba Aleine mirando por detrás de su asiento.

    - Si sigues espiando así se darán cuenta.- dijo Elysia cruzando los brazos y sentada a un lado de Aleine.
    - Claro, notarán a la odiosa chica que me acompaña y se darán cuenta- dijo sarcástica Aleine y volviendo a su asiento.
    - Se llama realismo y si no te gusta te aguantas. Además, yo no decidí seguirte, no sé porque tu padre me sigue nombrando tu acompañante.- dijo Elysia muy seria y frunciendo un poco el ceño.

    Aleine puso mala cara no sin antes echarles un vistazo a Victoria y a Joseph, a quienes antes espiaba en todo el trayecto.

    - Victoria debe saber que estar en la milicia no sólo se trata de privilegios, sino también de misiones.- dijo Aleine mirando por la ventana.

    Elysia miró también hacia la ventana, el ruido del tren era un poco molesto pero el panorama de la ventana era hermoso con sus campos abiertos y sus cielos intensamente azules, lo cual contrastaba con la indiferencia de Aleine quien también no apartaba la vista del paisaje. Las dos chicas, eran demasiado frías la una con la otra., la castaña bajó la mirada y no pudo evitar recordar el porqué de tan mala relación con Aleine.

    Revivió el momento cuando le presentaron a la niña seis años menor que ella. Elysia en aquel entonces tenía doce años y Aleine seis años. Conocía muy bien a los padres de la linda niña pues cumpliendo los seis años de edad asistió a la boda de ambos. Roy siempre había sido atento con Elysia por lo que intentaba que las dos niñas se llevaran apropiadamente.

    En un principio Elysia y Aleine, a pesar de los años que las separaban, se llevaban bastante bien, como si tratara de la hermana mayor y la menor.
    Roy, siempre atento con Elysia, la visitaba a menudo a ella y a Gracia, siempre trayendo un presente o contándole a la niña, a quien rápido parecían pasarle los años, sobre su difunto padre Hugues.

    Elysia pasó de ser una niña a una señorita astuta con carácter juguetón y encantador, pero su misma astucia la hizo comprender cosas que a menudo se interrogaba sobre el amigo de su padre.

    Aleine veía el trato que su padre tenía hacia Elysia, de verdad la trataba como si fuese un pariente demasiado cercano, nada que le molestase, pues también le guardaba cariño a la castaña.

    Cuando Elysia cumplió la edad de quince años, después de varios años de pensarlo y discutirlo con su madre, decidió integrarse a la milicia.

    - ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?- le preguntó Roy cuando Elysia le comentó su deseo.
    - Si.- respondió la niña frunciendo el seño y un poco entristecida- él siempre sonreía cuando volvía de la milicia, estoy segura de que yo también sonreiré.- dijo la niña iluminándose al recordar a su padre.
    - No soy nadie para negarte el permiso, no habrá problema pues todos los del cuartel te conocen, serás muy bien recibida.- dijo Roy guardándose las manos en los bolsillos y recordando que los del cuartel sabían de Elysia por los comentarios que hacía Maes de ella.- Pero…no dejo de sentir inquietud de que algo malo llegara a sucederte…- dijo Roy asumiendo cierta responsabilidad sobre Elysia.
    - ¿Puedo hacerle una pregunta?- interrogó ella después de la muestra de preocupación de Roy.

    Roy asintió mirando extrañado a la chica. Elysia soltó la pregunta que recalcaba aquello que siempre perturbaba el pensamiento del hombre y lo hacía acreedor de cierta culpabilidad.

    - Como buen amigo, mi padre estuvo a su lado cuando más lo necesitaba… ¿Por qué usted no hizo lo mismo aquélla noche?- arrojó la pregunta la chica mirando fijamente a Roy que estaba absorto por la penetrante duda.
    - Eso, es algo que tú misma comprenderás cuando te unas a la milicia.- respondió Roy con un dejo de templanza.
    - Ésa es una de las razones por las que quiero unirme al ejército.- dijo Elysia muy segura de sus palabras.- para que cuando mis seres queridos me necesiten, yo sí sepa cómo y cuando estar ahí.

    El hombre de parche sonrío levemente por el propósito de Elysia, sabiendo que a la chica le faltaba mucho por aprender.

    A partir de ese momento, Aliene, que se había enterado de los propósitos de Elysia, puesto que ella al crecer también quería unirse a la milicia, no pudo evitar sentir cierto rencor hacia la mayor por, a su parecer, acusar indirectamente a Roy por la muerte de Hugues, considerando todo lo que su padre había hecho por Elysia como para que resultara poco agradecida.

    De ahí en adelante comenzaron los mutuos rechazos de Elysia y Aleine. La primera nunca culpó a Roy de la muerte de su padre, tan sólo sentía inconformidad por la muestra de amistad que tuvo él hacia su progenitor, lo que provocó el personal afán de la chica de querer proteger a quienes amaba uniéndose a la milicia. Por otro lado, Aleine no podía ofrecerle su amistad a una chica que desconfiaba de la amistad que una vez sostuvo su padre con Maes. Agregando además que las dos chicas siempre chocaban con rivalidades e infantilices.

    Ya después de recordar tantas cosas que había sucedido a lo largo de su vida, Elysia regresó al momento de viaje en el tren, preguntándose si Aleine recordaría los malos momentos o los pequeños fragmentos de felicidad que una vez compartieron.

    - ¡Señorita Elysia! ¡Señorita Aleine!- apareció un gran hombre voluptuoso interrumpiendo y despertando a Elysia de toda conmemoración, y atrayendo la atención de Aleine que también llevaba tiempo sin pronunciar palabra.

    Las chicas se escurrieron de sus asientos como gelatinas muertas de la vergüenza al ver que el hombre seguía gritando sus nombres llamando la atención de todos lo que viajaban en el tren, por suerte no atrajo la de los primos Elric ya que estaban vencidos por el sueño.

    Era Louis Armstrong, de nuevo con sus exagerados ademanes que no cambiaban con los años, que al contrario, pareciera que los había perfeccionado para resaltar ese carisma que irradiaba. Se había conservado bien con los años justificando como siempre que se debía a la vigorosa salud de los Armstrong que se pasaba de generación en generación.

    No les quedó de otra al par de chicas que alzar las manos tímidamente mientras el hombre brillaba de alegría por encontrarlas. Apenas las vio las abrazó con fuerza apretujándolas.

    - ¡Por un momento creí que algo malo les había sucedido!- lagrimeó el hombre musculoso.
    - Eso era antes de que llegaras.- dijo Aleine asfixiándose por el abrazo.
    - Su padre Mustang me envió como su acompañante.- dijo Armstrong soltando a las chicas y causando desconcierto en Elysia.
    - Aleine ¿no me dijiste que Roy me había asignado a mí?- preguntó Elysia un poco incrédula de lo que estaba sucediendo.
    - Eso no es posible.- interrumpió Armstrong.- El fürer me nombró personalmente a mí.- dijo Armstrong mientras Aleine bajaba la cabeza un poco apenada.

    Al parecer, extrañamente Aleine había nombrado personalmente a Elysia su acompañante cuando ella creyó que eran órdenes propias del Fürer. Las dos chicas no dijeron nada respecto a eso.

    - ¿Llegué en un mal momento?- preguntó Armstrong al ver que las chicas tenían mal gesto.
    - No, no es nada.- dijo Elysia y se retiró hasta la parte trasera del tren dejando a Armstrong con Aleine.

    Hasta el fondo en el tren, donde sólo quedaba la puerta trasera y un barandal exterior que marcaba el fin de la máquina, Elysia se había apartado de la compañía de Armstrong para evitar a Aleine. Se encontraba molesta y un poco confundida por la extraña actitud de Aliene hacia ella, sin más sacó de su uniforme un relicario dorado que llevaba oculto en el cuello y lo abrió con cariño observando una fotografía de su padre Hugues. Observó largo rato el relicario mientras sus cabellos se revolvían con el viento como si cada vez que se sentía confundida recurriera al recuerdo de su entrañable ser querido.
    Poco después arribó el tren a la estación y Victoria y Joseph despertaron para marcharse y seguir su trayecto. Cuando bajaban del tren, Victoria fue detenida por Aleine.

    - ¡Alquimista dorada!- resumió el apodo de la chica para que esta la escuchara.
    - ¿Qué sucede?- preguntó Victoria virando a ver a la chica que enseguida reconoció.- Tú…- mencionaba tranquila .
    - Aleine.- se presentó directamente la chica.- he venido para asignarle su primera misión.- dijo buscando una hoja de papel de su bolsillo.
    - ¿Misión?- preguntaba Victoria.

    Mientras Aleine buscaba el documento, Jos vio a un militar alto y fornido que bajaba y se dirigía hacia ellos.

    - ¡Victoria y Joseph Elric!- gritó Armstrong causando revuelo.- ¡Pero si son la viva imagen de sus padres! Es un honor conocerlos.- dijo el mayor saludando con mucho respeto.
    - Así que…nos estaban siguiendo.- dijo Jos, tras darse cuenta, y provocando que Armstrong mirara al chico con sorpresa por su frialdad.
    - ¡No!- defendió Aleine molesta.- he dicho que sólo vine a otorgarle su misión a Vic. De ninguna otra forma me atrevería a seguirlos, en especial a ti.- dijo con carácter arraigo pues sabía con quien trataba.
    - No tienes idea del gusto que me da escuchar eso.- dijo Jos burlón.
    - ¿Es qué siempre eres tan…- se quejaba Aleine.
    - ¿Qué? ¿Tan presumido?- preguntó Jos haciendo indirecta a la característica distintiva de Aleine, algo que rápido notó en el examen de su prima.
    - ¡Joseph!- interrumpió Vic atrayendo la atención de Armstrong que ya se había distraído con Aleine y Jos.- Respeta a mis colegas, recuerda que soy parte de la milicia.- dijo Vic un poco apenada.
    - Entonces… con permiso, creo que soy el único que no sigue ordenes.- dijo Jos y se apartó perdiéndose entre el gentío de la estación.
    - ¿Por qué el joven Joseph no se unió a la milicia señorita Victoria?- preguntó Armstrong después de ver partir al chico.
    - Porque…no hay nada que lo motive hacerlo.- dijo Vic bajando la mirada y causando que Aleine también se apenara un poco.

    Joseph caminó a lo largo del tren del que había arribado ya que este seguía en la estación, en la parte final vio bajar a una chica que guardaba un relicario en su uniforme militar.

    - Joseph…- dijo Elysia al reconocer al chico que antes espiaba Aleine en el tren, pero el chico ni caso le hizo sin parar.- ¡Oye te estoy hablando!- le llamó deteniéndolo al tomarlo del brazo izquierdo.

    El chico castaño al sentir que tomaban de su brazo se retorció de dolor tratando de disimular.

    - ¡Lo siento! No sabía que estabas herido.- se disculpó de inmediato Elysia.- permíteme verlo para que…
    - ¡Ni si te ocurra! No confío en gente como tú.- dijo Joseph irritado y mirando fijamente a Elysia.
    - ¿Confiar? Pero si no te….- explicaba la chica.- ah no ser de que no quieras que nadie se entere.- concluyó inmediatamente.
    - N-no no es eso.- tartamudeó el chico.
    - Sólo quiero ayudarte, además por tu reacción puedo notar que es una herida grave.- dijo Elysia amistosamente.
    - No quiero involucrarme con gente como tú.- insistió Jos.
    - ¡Pero qué terco eres!- explotó Elysia y en su arranque tomó a Joseph de su camisa y lo arrastró hasta una banca de la estación.

    La castaña sentó al chico y ya le iba a revisar el brazo cuando Joseph enseguida se lo arrebató proponiéndole algo.

    - Si me quieres ayudar…-dijo dibujando una sonrisa.- Ayúdame a encontrar al autor de este libro.- dijo mostrando el libro viejo que antes leía en el tren.

    Elysia soltó una gran carcajada dejando sin habla a Joseph.

    - No te quieras pasar de listo o ¿Es que siempre que ignoras a alguien te quieres aprovechar luego de él o ella?- burló la chica.- seguramente ni estás herido del brazo.- dijo aún con burla.
    - Luego por qué nadie confía en gente como ustedes.- dijo Jos arrojando una mirada fría y poniéndose de pie de la banca.
    - ¡Oye sé que este uniforme puede hacerme ver mal! Pero no soy lo que tú piensas.- dijo Elysia, pero viendo que el chico se retiraba actúo de inmediato.- ¡Te ayudaré con tu libro!- gritó antes de que Jos se fuera.
    - ¿Y cómo sé que tú no estás jugando conmigo?- se detuvo Joseph.- Después de todo, me llamabas desde un principio.- dijo virando a ver a Elysia.
    - Uff.- suspiró la chica.- déjame decirte que no eres el único listo de por aquí.- dijo sonriendo y por supuesto refiriéndose a ella misma causando que Jos pasara la vista en alto por la “modestia” de la chica.- Veámoslo así, yo necesito que me respondas una sencilla pregunta, confiaré en tu respuesta y tu tendrás que confiar en mi ayuda con tu libro.- propuso la joven al tiempo que Jos asentía con la cabeza.- Bien la pregunta es…¿Dónde está tu prima?- preguntó.
    - Está ahí, con el militar y la otra chica.- contestó Jos señalando a lo lejos en la estación a las tres figuras.- ¿No irás a verles?- preguntó enseguida viendo que la joven ni reaccionó ante su respuesta.
    - ¿No irás a avisarles que te vas?- atacó Elysia.
    - Já… ¿Te han dicho qué eres odiosa?- dijo Joseph jugando un poco.
    - Si, muchas veces.- recordaba Elysia a Aleine.- pero no más de las que te las dicho a ti.- dijo juguetona.- Por cierto, ya que eres demasiado respetuoso para preguntármelo, mi nombre es Elysia – señaló viendo a continuación que Jos suspiraba agobiado.

    El chico castaño viendo que no le quedaba de otra que requerir de la ayuda de Elysia, salió con ella de la estación para encontrar al autor del libro o información de su paradero.

    Joseph y su prima habían abordado ése tren pues según el autor del libro vivía en Iriadne, una ciudad pequeña al este de Rizembull, viajaban sin saber que eran acompañados en el mismo vagón por Aleine y Elysia cuyo propósito era entregarle su primera misión a Victoria, aunque ciertamente Aleine, sin decirle a Elysia, importunaba al par de primos pues su padre le había encargado que lo hiciera para saber a dónde se dirigían, lo que mostraba que Riza acertaba con la preocupación de su esposo.

    - Así que…tengo que resolver esta misión.- dijo Victoria agobiada después de leer la misión asignada.
    - Sé que suena laborioso pero…- apenada trataba de decirle Aleine.
    - ¡No quiero ordenar por secciones una biblioteca entera!- gritó Victoria.
    - Debe cumplirlo, son órdenes del cuartel general.- reiteró Armstrong mientras Vic se ponía triste.
    - Lo sé, pero es que….- dijo Victoria apenada.-… quería emprender este viaje lo antes posible…extraño mucho a mi familia.- dijo bajando la cabeza de tal forma que se veía tremendamente tierna.
    - ¡No se ponga así señorita Victoria!- dijo Armstrong, conmoviéndose de la historia de Vic que ya toda la milicia conocía, con los ojos envidriados de emoción y abrazando a la chica con un brazo mientras con el otro hacía sus poses.- ¡YO le ayudaré a terminar con su misión para que busque lo antes posible la forma de regresar con su querido padre!- dijo imaginando una exagerada escena con flores y mariposas del reencuentro de Ed con Victoria.
    - Disculpe… ¿Podría soltarme?- pidió Vic asfixiándose.

    Mientras Armstrong apretujaba a la rubia sin hacerle caso, Aleine pensaba en dónde estaría Elysia.

    - ¿No han visto a Elysia?- preguntó por su compañera de viaje.
    - No, no sabía que te acompañaba- contestó Vic cayendo también en la cuenta.- tampoco ha regresado Joseph.- dijo preocupada.
    - Los vi salir juntos de la estación.- interrumpió Armstrong.
    - ¿Juntos?- se extrañó.-….y… ¿Y porqué no dijo nada?- preguntó Aleine sin que al musculoso hombre le diera tanta importancia.
    - Si la señorita Victoria quiere encontrar lo antes posible la forma de regresar a su hogar, no debe distraerse tanto, y usted también señorita Aleine, tengo entendido que su padre también le encargó algo.- dijo viendo indirectamente en especial a Aleine por lo último.

    Vic y Aleine bajaron la cabeza viendo que el mayor Armstrong tenía razón, cada una debía cumplir con sus deberes.

    - Oye chico ¿Seguro que es por aquí?- preguntó Elysia viendo que ahora se perdía junto con Jos en el campo abierto que daba fin a lo urbano.
    - Si, deber ser.- dijo él un poco inseguro.

    Caminaron un poco más y durante la caminata Elysia no apartaba la vista del chico con una mueca divertida ya que Joseph le parecía único con su carácter.

    - Y dime… ¿Por qué querías mi ayuda en especial?- preguntó la chica mientras seguían caminando.
    - Digamos que me da un poco de autoridad.- contestó el chico.
    - ¿Qué decías de utilizar a quién?- dijo Elysia sarcástica pero divertida, extrañamente logrando que Jos sonriera un poco.
    - ¿De quién es la foto del relicario?- preguntó Joseph repentinamente mientras Elysia lentamente se detenía en seco y tocaba el cuello de su uniforme que ocultaba el objeto.
    - De mi padre.- contestó Elysia volviendo a sonreír, por un momento creyó que su ahora acompañante no recordaría con importancia lo que ella portaba en el cuello.

    El chico de ojos miel suspiró nostálgico haciéndose notar para Elysia que lo miró preocupada.

    - Yo no conservo nada que me recuerde a mi madre, tienes suerte de llevar eso contigo.- dijo con los ojos brillando y un pequeño visaje.
    - No sabía que habías perdido a tu madre.- dijo Elysia compresiva.
    - Fue hace mucho, cuando era pequeño.- le dijo a la chica que se mostraba interesada.

    De ahí en adelante poco a poco y brevemente Jos le contó a Elysia todo lo que había pasado de pequeño, incluyendo el conflicto que tenía con su padre, talvez, porque sentía que alguien más que su prima le comprendía, sólo que esta vez era a semejanza, además de que la hija de Hugues inspiraba familiaridad. Ella, por el mismo ambiente de confianza, se sintió plena de contarle al chico también de su pasado y presente.

    - No sabía que tú y ella…- le decía sorprendido Jos a Elysia.
    - Sí, así es.- suspiró Elysia por su relación con Aleine, luego cambió de tema.-por lo que me has dicho, tú te llevas muy bien con tu prima, a quien aprecias, pero, quería preguntarte… ¿Por qué no te uniste a la milicia con ella? ¿Qué no quieres regresar?- preguntó.
    - Cuestiones personales.- respondió Jos.
    - Tu padre.- dijo Elysia haciendo que Jos bajara la cabeza.- ¿Y no hay forma de convencerte para que ingreses? Podrías proteger y ayudar a tu prima.- dijo animosa Elysia.
    - “Ingresar a la milicia para que cuando mis seres queridos me necesiten sepa cómo y cuando estar ahí” ¿Eh?- citó el chico las palabras de propósito de Elysia.
    - ¡Hey no te burles!- dijo ella haciendo mala mueca.- eso era lo que quería preguntarte, sino hay forma de que cambies de parecer, pienso que hasta tú estarías mejor si estuvieras en la milicia.- le dijo sincera.
    - No lo creo…- comentó Jos.
    - ¿Qué no piensas perdonar a tu padre algún día?- preguntó Elysia tratando de hacerle ver al chico.
    - Supongo…que ahora estamos a mano.- contestó Joseph un poco serio y mirando hacia el cielo.- Ya no se trata de él…- dijo sorprendiendo a Elysia.

    La chica graciosa se quedó de pie dejando que Jos se le adelantara. Frunciendo el seño lo miró seguir su camino.

    - Entonces… ¿De qué se trata?- susurró Elysia apartada del chico ojimiel.

    Mientras tanto, una gran pila de libros se derrumbó cuando Victoria abrió la puerta de la biblioteca principal de Iriadne dejando ver que al fondo quedaban cientos de libros más que esperaban ser acomodados.

    - Como podrán ver…hace mucho que alguien no pasa por aquí.- dijo el encargado.
    - Jamás creí que mi vida terminaría acomodando libros.- se quejó Vic después de ver lo que le esperaba.
    - ¡Hay pero qué chica tan negativa!- exclamó Aleine que estaba a lado de la rubia.- mejor empecemos…- dijo Aleine con su interminable seguridad y llevándose una mano a la cintura como si acomodar una biblioteca entera se tratara de un reto.
    - Tú empieza y yo termino.- dijo Victoria acomodándose en lado de la biblioteca dispuesta a dormirse.
    - ¡Victoria!- llamaron por su nombre a la chica por enésima vez al tiempo que Armstrong, que estaba con la chicas, le miraba atento.

    Joseph y Elysia pronto encontraron una pintoresca casa ubicada entre el pastizal, ahí, un viejo se mecía un silla vieja mientras fumaba una pipa y ésta dejaba salir grandes aros de humo.

    - Disculpe… ¿Conoce a un tal Vincent Dreud?- preguntó Joseph mientras releía el nombre del autor en el libro y se acercaba al viejo.
    - ¡Vaya! No creí ver uno de esos libros de nuevo.- dijo el anciano dejando de mecerse en su silla.- tampoco creí que se llegaría a usar faldas en la milicia.- miró a Elysia.

    La chica inmediatamente reaccionó y se presentó con respeto.- Elysia Hugues para servirle señor.

    - No tienes que presentarte así.- dijo Jos mirando raro a la chica.
    - ¡Es uno un general retirado! Y no cualquier general…- murmuró Elysia después de haber reconocido el nombre y al viejo.
    - ¡Claro! Ahora todos son militares excepto yo.- río Jos.
    - Calla…- exigió respeto Ely por la presencia del retirado general.
    - No te preocupes muchacha.- dijo el anciano que había escuchado al par de jóvenes.- ¿Qué es lo quieres saber?- preguntó mirando a Jos.
    - Mi prima encontró este libro en la biblioteca de Central y…
    - Así que la reconstruyeron.- afirmó el anciano.
    - Si, hace años, es la segunda o tercera vez que lo hacen.- dijo la hija de Maes segura de que el anciano no sabía de Ciudad Central hacía varios años.
    - ¿Reconstruida?- frunció el seño Jos viendo a la chica.
    - Hace años, cuando tu padre y tu tío cruzaron la puerta, Ciudad Central y otras ciudades se vieron afectadas.- respondió ella firme.
    - Hmmm….qué sorpresa.- interrumpió el anciano viendo detenidamente a Jos por resultar ser uno de la familia Elric.- Eres pariente del los famosos hermanos Elric, se habla mucho de ellos por aquí.

    El muchacho de hermosos ojos no dijo nada como si en vez de un halago se tratara de una ofensa.

    - Como sea.- dijo el anciano recargándose en el respaldo de su mecedora tras darse cuenta del gesto de Jos.- antes que empieces a cuestionar, ése libro es trascripción del original, así que no puedo resolverte dudas que tengas del contenido.- previno.
    - ¿Y se hace pasar por el autor?- enojó el chico.
    - ¡No seas tonto! Yo no sería capaz de hacer eso, simplemente el verdadero autor me pidió que no rebelase su nombre.- justificó el viejo.
    - ¿Nos podría decir quién es?- preguntó Elysia.
    - Saben…ése libro es un error.- dijo el hombre.- fue un error mío dejarlo ahí en Central, sólo trae desgracias.- dijo viendo su mano arrugada que reposaba en el brazo de su mecedora.
    - Vámonos Joseph.- dijo la castaña cambiando seriamente.
    - Pero….- se extrañó el chico antes de decidir seguir a Elysia que ya había emprendido el trayecto de regreso a paso firme.

    La chica caminaba apresuradamente sin siquiera antes despedirse del antiguo general y sin dejar que Jos le siguiera el paso sino hasta que él rápidamente la alcanzó.

    - ¿Por qué te vas así?- le preguntó un poco enfadado.
    - ¿De qué trata el libro?- dijo Ely con mirada tajante.
    - De sacrificios, de leyes de la alquimia ¿Porqué lo preguntas?- dijo Jos un poco sorprendido por el radical cambio de la joven.
    - Ése anciano, al que acabas de ver, no es un anciano realmente.
    - ¿Q- qué quieres decir?
    - Hay quienes no encuentran la equivalencia de lo que quieren. Él era un famoso general pero jugó con las leyes de la alquimia, con sacrificios vanos que acabaron por quitarle años de vida, por envejecer su cuerpo, aún así, hay quienes le ven por el gran hombre que era y no por sus errores.- dijo sonriendo para luego continuar.- Había oído de esos libros, que hablan de alquimia y tratan de descifrar la esencia de los sacrificios para conseguir algo, siendo capaz de dar cualquier cosa por conseguirlo, creen que para todo existe un valor utilizando la ley de los estados equivalentes, nadie confía en ése tipo de hipótesis y creencias que parecen confusas, su principal base es la piedra filosofal, pues como sabes, requiere el valor de numerosos sacrificios humanos para conseguirse, por eso se cree en dichos libros que para todo existe un valor, sólo basta encontrarlo. Ahora sabes lo peligroso que puede llegar a ser intentar jugar con alquimia.- dijo Elysia mirando en dirección a la casa de la que acaban de marcharse.- Ésos libros son escasos y difíciles de encontrar…no entiendo cómo es que tu prima pudo dar con uno tan pronto.- preocupó la castaña.

    Joseph se había quedado petrificado sosteniendo el libro, cada vez surgían más y más dudas que invadían su cabeza, la más reciente hablaba de una posibilidad. ¿Existía algún sacrificio capaz de regresar a Victoria a su mundo? De ser así ¿Qué costoso sería?
     
  13.  
    Weenhallo

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    ohayo!!!!!!!
    ya ves q sigo x aki... siempre fiel al ff y su autora ^^
    estubo genial el capitulo... aunke me gustaria saber q le pasa a Joseph en el brazo
    y la aparicion de Amstrong... kya!!! me encanta ese personaje ^^ es muy dibertido :D
    y pobre Vic q tiene q ordenar toda una biblioteca... seguro q Roy se invento esa mision para vigilarla ToT
    etto... espero impaciente la conti q kiero ver como continua todo xq as dejado muxas cosas en suspenso O.O
    ¡JaNe! Ween-chan
     
  14.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Hola, me encanto la conti, pobre vic que tenia que ordenar los libros, jeje.
    Bueno te felicito por tu fic y espero que pongas la conti pronto!!!!!.
    Bueno me voy llendo,Chauchissss.
     
  15.  
    Winly_Itzumy

    Winly_Itzumy Guest

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    La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Haaaa sugoy xD...o como se escriba jejeje, me encanto, y no se porq tengo un ligero presentimiento de Elysia y Joseph X3 jeje, =D me encanta la personalidad de ese chico...xD y la vdd esto parece la segunda parte de la pelicula Conquer of Shambala, no me cansaria de repetirlo...escribes demasiado bien =D y por medio de mi fic te he recomendado =D y q bueno q ya entraron mas a leer tu fic =D te lo mereces n,n *le sube repu* =D un regalito X3 jiji

    Tu amiga

    Al-kun Buri-chanEd-kun (:rosa: :corazonroto: Haruhy, la alquimista del amor:corazonroto: :rosa:):D
     
  16.  
    Tania Nóvikov

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Hola, por fis, pone la conti, que me muero de ganas de leerla.
     
  17.  
    Nekogirlmorr

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    La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)
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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)


    Lamento el atraso, está finalizando el curso escolar y me atesté de actividades además de exámenes finales y de semestre. No podía pensar en otra cosa que no fueran los exámenes, así que me tomé un tiempecito para escribir el fic y aquí se los dejo. A partir de ahora, espero, mi tiempo no sea tan estresante de manejar por lo que cada fin de semana publicaré el siguiente capt.

    ¡Muchas gracias por el apoyo! n.n

    Nota: Sólo puedo decir que habrá mucha acción y drama en este capítulo…y un descubrimiento O.O.

    Pecador (Capt 9)

    Ruidos de tuercas y refaccionaria se escuchaba en el interior de una acogedora casa ubicada en Rizembull. Un chico con un destornillador no apartaba la vista de una máquina que a simple vista parecía arreglar. Como compañía, a su lado un chico alto y moreno con una agradable sonrisa le pasaba las herramientas que necesitase.

    - ¿¡Hiciste lo que te pedí!?- gritó exigente una mujer rubia que andaba en la casa cargando una cesta de ropa sucia.
    - ¡Aún no!- le respondió Matt a su madre al tiempo que Kain no se le hacía raro que su amigo fuese tan irresponsable.

    Winry estaba furiosa. Dejó a un lado la cesta de ropa sucia y se dirigió hacia la habitación donde su hijo trabajaba.

    - ¡Matt sabes que odio que…- se detuvo en seco al toparse sólo con Kain en la habitación.
    - Jeje, acaba de irse corriendo.- dijo Kain acomodando las herramientas que antes le pasaba a Matt.
    - Siempre hace lo mismo.- suspiró Winry.

    Apenas se fueron los primos Elric, a Matt le habían encargado por parte de su madre que arreglara las habitaciones donde antes residían, pero como era de esperarse, se había distraído con algún artilugio de mecánica.

    La amiga de infancia de Edward y Alphonse sabía por experiencia que ahora, cada que recibiera un visita, estaría preparada para recibirlos de regreso aún cuando eso fuese poco posible, pues en ella permanecía latente un halo de esperanza.

    Mientras Matt cumplía la atrasada petición de su madre tendiendo camas con mal gesto, su amigo Kain llegó para hacerle de ayuda.

    - Te dije que se enojaría.- dijo Kain pasándole una escoba al chico de ojos azules.
    - Siempre se enoja conmigo.- se ofendió Matt.
    - Pues…porque siempre la haces enojar.- río Kain.
    - Si, como sea.- dijo Matt sin importancia y siguió arreglando la habitación.

    El hijo de Rose y el hijo Winry limpiaron ambas habitaciones, empezaron con la de Vic y terminaron con la de Joseph. Únicamente les faltaba vaciar los cestos de basura propios de cada habitación.

    - ¡Matt, Kain, vengan a comer!- gritó Rose desde la primera planta de la casa.

    Apenas escuchó la invitación, Kain se animó para bajar a toda prisa esperando que su amigo reaccionara igual, pero al verlo, se encontró con un gesto diferente.

    - Kain…mira esto.- dijo Matt sosteniendo el bote de basura de la última habitación que habían limpiado.
    - Es…- dijo Kain mirando ahora el interior del bote.

    Entre una pila de papeles arrugados, hasta el fondo del bote, se podían notar unas vendas manchadas de rojo carmesí.

    - ¿Sangre?- preguntó Kain preocupado.
    - Joseph…- susurró Matt pensando en el chico.
    - ¡Está herido! Debemos avisarle a los demás.- preocupó más Kain.
    - No…no debe saberlo nadie.- dijo Matt muy serio.
    - ¿Estás loco? ¿Y si ahora está peor?- replicó su amigo.
    - Será peor si lo decimos ¿Es que no ves que no quiere que nadie se entere?- señaló Matt con la vista el bote de basura.
    - ¡Sí pero él puede estar grave!- gritó Kain dispuesto a irse y decirle a todos.
    - Talvez ni Victoria lo sabe.- detuvo Matt a Kain.
    - Entonces tiene que saberlo.- dijo el moreno negándose a retractarse.
    - En ése caso, yo le diré a Victoria…personalmente- dijo Matt un poco inseguro.

    Matt no bajó a comer. Sólo bajó Kain con la cabeza baja, se sentó en la mesa mientras su madre terminaba de poner el último plato de comida sobre la mesa.

    - ¿Y Matt?- le preguntó Rose recargando los brazos en la cintura, cerca de su mandil de cocina.
    - No vendrá…él, se fue a buscar a Victoria.- dijo Kain resistiendo sus palabras.

    Una jarra cayó al piso causando estruendo. Era Winry que traía lo que beberían esa tarde, había escuchado lo que Kain dijo que no pudo evitar sorprenderse y por consecuencia soltar la jarra. Enseguida salió de la casa corriendo a toda prisa, pero sólo alcanzó a ver un camión militar perdiéndose en los senderos de Rizembull.

    - ¡Winry!- gritó Rose a espaldas de ella al tiempo que se le acercaba corriendo.
    - Vaya...- suspiró Winry sin dar la cara.- era de esperarse ¿no?, después de todo, es mi hijo- dijo, ésta vez, sonriéndole a Rose, de tal forma que la mujer sabía que siendo más joven la rubia y estando los hermanos Elric también habría ido en su ayuda.

    En la biblioteca de Iriadne, Vic seguía sin terminar su labor.

    - ¡Ya me quiero ir!- sollozaba Victoria tendida en el suelo.
    - Al paso que vamos no creo que acabemos tan pronto.- dijo Aleine poniendo un libro en un estante.
    - ¿No puedes ser un poquito positiva?- pidió Vic.
    - De acuerdo…¡Acabaremos en menos de una hora…- dijo Aleine con una gran sonrisa forzada para luego cambiar a un malhumorado gesto- …sólo si se deja de dormir y por fin se pone a trabajar!!
    - No eres agradable ¿Sabes?- se mofaba la rubia sin mover ni un solo dedo.
    - ¡¡No sabe cómo lamento no haberme ido con Armstrong a buscar a Elysia y a su primo!!- gritó la de cabellera azabache.
    - Si…yo también lamento no haberme ido con él.- dijo Vic de lo más ingenua e inocente.
    - ¿Siempre ah sido así de grosera?- preguntó Aleine entrando en seriedad para hacerle conversación a Victoria mientras le ayudaba.
    - ¿Ah? ¿Yo? Jajaja creí que sólo era así con mi papá.- río la chica.
    - Pobre del alquimista de acero…- se lamentó por él la mayor.
    - ¡Con que así le conocen eh!- jugaba Vic.
    - Así y de muchas maneras.- sonrió la otra chica.
    - ¿De qué tantas otras?
    - Pues…no tanto de apodos, sino por sus hazañas.
    - ¿Tanto así?
    - ¡Claro! ¡Si estamos hablando de Edward Elric! Eso, sin olvidarse de su hermano…¡Alphonse Elric!
    - No te emociones Aleine.- sonrío bajo la del mismo apellido.
    - ¡Dile eso a los de la milicia! Si supieras que bien se habla de ellos por ahí…no te cansarías de escuchar lo que dicen de ambos.

    Curiosa, Victoria no pudo evitar sentarse en el suelo a escuchar lo que Aleine tuviese que contarle.

    - ¡Hasta mi papá a veces se une a hablar de ellos!...aunque…a veces exagera un poco.- dijo apenada Aleine.

    Recordaba un día en el cuartel en el que ella se encontraba sirviendo café a todos los militares que se encontraban reunidos para escuchar los relatos de Roy. Pero como se esperaba, él se aventajaba.

    - ¡Asombroso que usted haya enfrentado a esas criaturas!- emocionaba un militar refiriéndose a la enfrenta que hubo varios años atrás por la llegada de seres del otro lado de la puerta.
    - Claro, no por cualquier cosa soy el fürer del cuartel.- decía sin modestia Roy y recibiendo toda admiración.
    - ¡Debió ser un honor para usted pelear al lado de los hermanos Elric!- expresó otro militar.
    - ¡Yo diría que al contrario! ¿Verdad, señor?- alcanzó a decir un admirador de Mustang.

    Roy simplemente río sosteniendo su taza de café.- Nunca se trató de honor…sino de amistad.- dijo causando furor entre sus admiradores que quedaron satisfechos por sus sabias palabras.

    - Y dale con el teatro…- se apenaba Aleine por la actitud de su padre.

    Regresando a donde estaba, la hija de Roy se dispuso a seguir hablando bien de la familia de Vic.

    - A mí en lo personal, siempre me ha agradado escuchar los relatos de esos dos hermanos. Lo más grandioso, es saber que en verdad, después de todo, están juntos lo dos. ¡Tú y Joseph son prueba de ello Victoria!- decía Aleine muy contenta.

    Victoria miraba sorprendida a Aleine. La chica era irreconocible para ella, pues fácilmente diría que se había enfrentado con otra alquimista el día de su prueba.

    Aunque ahora entendía a profundidad el buen trato que recibía a donde fuese. Debería sentirse orgullosa por el apellido que llevaba, sin embargo se sentía desgraciada. Para ella no era más que un apellido de pecadores en donde cada uno se bautizaba por sí mismo.

    - ¿Te imaginas Victoria? Si sigues el camino de tu padre y tu tío, también te recordarán con cariño.- continuaba emocionada Aleine.
    - ¡¿Cuál camino Aleine?! ¿¡El de la desgracia!? ¿El del dolor? ¡¿En verdad te parece eso admirable?!- explotó Victoria gritando y llena de ira después de pensar a hondura.
    - No me refería a eso Victoria…sino al camino del perdón, de la esperanza y el esfuerzo. Tu tío y tu padre supieron perdonarse su error, tan sólo espero que tú también te perdones el tuyo.- dijo seria la chica.
    - ¿Perdonarme?...-sollozó Vic.- ¡Yo también sé por lo que han pasado mi padre y mi tío! ¡Les he escuchado de sus propios labios! ¡Pero les oí, más no les escuché! Porque…de haberlo hecho jamás habría cometido el mismo error que mi padre.
    - ¿Qué has dado a cambio Victoria?- aprovechó Aleine.

    Las palabras de Aleine se oyeron del mismo tono cuando Roy las pronunció y Victoria lo reconoció en un abrir y cerrar de ojos.

    - Así que…tu padre te envió.- ató cabos Vic.
    - No el no..
    - ¡No mientas Aleine! ¡Por eso nos seguían a mí y a Joseph! ¡No viniste a asignarme una misión! ¡Viniste a cumplir TÚ misión!
    - Victoria, escucha…-trataba de reformar Aleine.
    - ¡Y yo que creí que de verdad eras mi amiga! Seguramente y siempre has sido esa fría alquimista a la que me enfrenté. En ese caso, desde la enfrenta, nunca has dejado de ser mi enemiga.

    Victoria salió de la biblioteca sintiendo que la sangre le hervía de coraje. Ésa misma sangre que corría por sus venas y la declaraba una Elric.

    - Yo…- sollozó intensamente la chica.- papá…- murmuró con lágrimas en los ojos.- sólo quería que te sintieras orgulloso de mí…- recordó un dulce abrazo de su padre.

    No había intentado revivir a alguien, pero definitivamente debió hacer algo para obtener la habilidad alquímica que poseía, lo cual se veía vinculado a un posible sacrificio.

    Se adentró por las calles de Iriadne secándose sus lágrimas con las mangas de su vestido. Después de caminar largo rato y de haberse calmado, presenció una molesta escena en la calle, donde varias personas sólo observaban sin hacer nada.

    - ¡¿Dónde está el libro?!- replicaba un hombre de barba y mala apariencia a un chico castaño con cierto parecido a Joseph.
    - Y-yo no lo sé señor, me está confundiendo.- sollozaba cobarde el chico.
    - ¡Eres Joseph Elric y te comportas como un cobarde!- gritaba el hombre haciendo que el chico se retorciera de miedo.
    - ¡No!- interrumpió Victoria.- ¡Mi primo no es ningún cobarde! ¡Le aseguro que ése chico no es a quien busca!- gritaba metiche Victoria y haciéndose ver entre la muchedumbre.
    - El parecido es increíble.- río el hombre prestando atención a Victoria y soltando al chico que acorralaba, quien enseguida huyó.
    - ¡Deje de mirarme así y si tiene algo que preguntarle a mi primo dígame que yo le haré saber!
    - ¿Dónde está el libro pequeña Victoria?- preguntó con malicia el susodicho.
    - El…libro.- supo la chica por lo que preguntaban,
    - Ya es hora de que devuelvas lo prestado.- río el hombre.
    - Ése libro lo encontré en la biblioteca de ciudad Central.- dijo segura Victoria.
    - ¡Jajajajaja!- carcajeó el andrajoso hombre.- ¿Lo encontraste…o él te encontró a ti?- cambió inesperadamente.- Un libro tan escaso, que ni si quiera tu padre…¡El gran alquimista de acero!- se burló- logró dar con él, sin decir, que ni siquiera sabía de su existencia. Pero tú, vas a la biblioteca de Central y encuentras uno… ¿Qué me dices Victoria, suerte o destino?- confundía el hombre a la chica que estaba atónita.

    La respiración se le aceleraba a Victoria, sintiendo como si algo le oprimiera el pecho impidiéndole inhalar. Grandes lágrimas caían de su mejillas...todo parecía ser un juego en donde ella siempre perdía.

    Al mismo tiempo, del otro lado de la ciudad, la joven castaña y el chico de ojos miel regresaban rumbo a la estación de trenes.

    - ¿Seguro que estás bien Joseph?- preguntó Ely preocupada.
    - Si…es sólo que son tantas cosas…- decía el chico cabizbajo.

    No habían llegado a unas cuadras de la estación cuando se toparon con Armstrong.

    - ¡Señorita Elysia, Joven Elric! Llevo tiempo buscándoles.- dijo el musculoso acercándoseles.
    - No se preocupe Armstrong, estamos bien.- dijo Ely disimulando un poco el gesto de Jos.

    Joseph miraba bajo pero en sus brazos sostenía el valioso libro de alquimia. Lentamente alzó el rostro para dar la cara a Armstrong, pero sorprendido, a sus espaldas notó a una dulce niña de vestido y cabellos largos, cuya mirada no lucía para nada inocente.

    - Dame el libro.- a lo lejos leyó en sus labios Joseph.

    De pronto, un gran temblor se hizo en la tierra y el rostro de la niña se tornó macabro. De las cintas que amarraban por detrás su vestido, grandes enredaderas salieron tomando de los pies a la chica, al joven y al militar. La gente corría despavorida mientras Ely y Armstrong se preparaban para contraatacar.

    Volviendo con Victoria, el hombre, después de ver tan frágil a la chica rubia aprovechó también para dar su verdadera cara macabra.

    - Todo préstamo tiene un precio…y tú pagarás por él.- dijo el hombre desfigurando el rostro y dispuesto a atacar.

    Ya le iba a dar un zarpazo a Vic con sus afiladas garras que habían aumentado de tamaño cuando Aleine apareció en escena formando un gran muro de hielo que protegió a Vic del golpe.

    La chica Elric no lo pensó y decidió actuar por su cuenta, volviendo sus lágrimas sentimientos de ira para desahogarse, ignorando por completo la ayuda que había recibido. Como toda una profesional sacó su yoyo y lo dejó desplazarse hacia arriba, no sin antes juntar ambas manos para lograr un poco de alquimia.

    A Ely y Armstrong parecía irles bien en su enfrenta con la misteriosa niña que exigía a toda costa el libro. Elysia logró cortar las cintas con unas navajas que llevaba ocultas en el uniforme, no tuvo que molestarse en cortarlas una por una, pues arrojó tres al mismo tiempo con destreza dando sin fallar a su objetivo. Hilos de sangre brotaron al cortar las cintas y un grito ahogado se escuchó desde la niña, como si las cintas fuesen propias de su ser.
    Armstrong apenas fue liberado se dispuso a defender a Joseph que no pensaba soltar el libro.

    - ¡No me dejaré llevar por ése rostro angelical pequeño demonio!- gritó haciendo alquimia y arrojando a toda fuerza su puño hacia el suelo, causando darle un gran golpe a la niña.

    El yoyo de Victoria giraba en el aire dando a notar sus afiladas púas. Ella lo arrojó contra su atacante estrellándolo en su cabeza y haciendo un remolino de sangre con su piel.

    - ¡Maldita niña!- gritó el ser malvado.
    - ¡Eso es sólo una probadita de lo que haré con el resto de tu cuerpo!- amenazó Vic.

    Aleine veía asombrada que la chica había adquirido un semblante recio y fuerte, sin mencionar sus increíbles habilidades que habían mejorado notablemente, pues la rubia se movía de un lado a otro sin ser tocada por el ser que por cada movimiento en falso clavaba sus garras sobre la tierra.

    Armstrong batallaba con la niña que parecía nunca agotarse, pues era muy ágil en sus movimientos por lo que el musculoso difícilmente lograba darle, causando que cada golpe fuese en vano y se agotara a medida. Elysia hacía lo que podía protegiendo ahora a Jos, teniéndolo resguardado en los escombros de un callejón.

    - ¿Qué ser es ése?- preguntaba asustada Ely.
    - No tengo idea.- decía confundido Joseph.
    - ¡Vincent tenía razón! ¡Ése libro sólo trae desgracias!- gritó desesperada la hija de Maes.
    - ¡No! ¡Esto podría significar para Victoria la única esperanza de volver!- dijo Jos mirando fijamente a la castaña.
    - ¡Aliene!- pensó de inmediato Ely al recordar que acompañaba a Victoria.- ¿Y si ella también está en peligro?- se preocupó demasiado y se preparó para marcharse a toda prisa.
    - ¡Elysia no!- la retuvo Joseph en su desesperación.
    - ¡Déjame, no puedo dejarla sola!- le contestó Elysia.
    - ¡Tienes que entender que no siempre podrás proteger a quienes más quieres! ¡No siempre podrás estar ahí!

    Como un balde de agua fría sintió Elysia que le cayó encima. - ¿Cómo sabes que ella es un ser querido para mí?- replicó ella como si se tratara de una mentira.

    - ¡Porque yo sé lo que es crecer con alguien a tu lado! Sin importar quien sea lo llegas a querer como si fuese parte de ti, de tu vida…como un hermano.
    Las escasas palabras de Jos le hicieron sentar cabeza a la chica.
    - Ahora entiendo a lo que Roy se refería.- dijo Ely avergonzada, pensando que con gran significado, Mustang seguramente recordaba más que un gran amigo a su padre Hugues, sino como un hermano, pues en las malas y en las buenas creció de corazón a su lado.- ¡El no pudo proteger a mi padre pero yo no voy a permitir que llegue a suceder lo mismo con Aleine! ¡No quiero arriesgarme!-gritó desesperada y corrió para huir de tal escenario y buscar a su amiga.
    - ¡Elysia espera!- le gritaba Joseph.

    El alquimista Armstrong se había agotado tanto que jadeaba reteniendo el puño sobre la tierra, en el preciso instante en el que Ely salio a la vista de la niña.

    - Tú….¡Me heriste!- gritó la niña al recordar que la chica le había causado daño.- ¡Me las pagarás!- gritó y sus cintas se volvieron látigos que se impactarían contra Ely.

    Armstrong no pudo hacer nada a último momento, había sido demasiado tarde. Sin embargo, Elysia estaba intacta, y a sus espaldas un chico de mirada tajante colocaba sus manos sobre la tierra. Por el frente, los látigos de cinta se habían detenido en seco. Mirando hacia la niña una mano formada de piedras y tierra le apretaba y le asfixiaba, y como último movimiento dejó salir una afilada punta de entre ella que acabó por darle la muerte.

    Joseph se puso de pie y sacudió sus manos. Elysia le miraba boquiabierta asombrada por lo que acaba de hacer.

    - Tú…también puedes hacer alquimia…y sin círculo.- susurró aterrada.
    - Como dije…- empezó Joseph con voz recia.- Ya no se trata de mi padre, sino de mí.- sonrió pues nunca le mintió a Elysia, sólo necesitaba el momento para mostrar la verdad. La verdad de que él también había hecho un sacrificio.

    En la pelea de Vic con el extraño ser, las cosas no parecían ir muy bien, ya que Vic empezaba a rendirse. Había dado mucho al principio que su cuerpo ya daba muestras de agotamiento, además, el ser con el que se enfrentaba no pensaba rendirse así de fácil.

    Ya llevaba tiempo peleando, y el ser más que nada parecía burlarse de ella por su bajo potencial. Aleine que sólo presenciaba la enfrenta, debido a que Victoria le había pedido que no se metiera en sus asuntos, pudo notar algo importante.

    - ¡Victoria ésa cosa no busca matarte!- le gritó.- ¡De ser así ya lo habría hecho en un principio!
    - Es verdad.- se dijo Victoria.
    - ¿¡Lo acabas de notar!?- río el monstruo.- ¡Te necesitan viva!
    - ¿Me necesitan?- se extrañó la chica.
    - ¡Mátalo!- gritó Aleine con todas sus fuerzas.

    Sin dudarlo, con tantas ideas necias que invadían su cabeza, con tanta rabia y sin un perdón, acumuló su odio y decido darlo en un golpe final, donde gracias a la alquimia incrementó el tamaño de su yoyo, acabando con el monstruo para cumplir su amenaza de mutilarlo.

    Así, las dos enfrentas con aquellos seres, llegaron a su fin.
    Victoria, Joseph, Armstrong, Aleine y Elysia volvieron a reencontrarse.
    Afortunadamente todos estaban bien, aunque todos tenían mucho que decir.

    Hablaron de los inexplicables seres a los que se enfrentaron, quedando claro que averiguarían acerca de ellos al regresar a Central y no volverían a tocar el tema hasta llegar, todo esto en especial acuerdo por los tres miembros de la milicia, excluyendo a Victoria, que no querían causar más confusiones en los primos.

    Por insistencias de Elysia, a Armstrong lo llevaron al hospital más cercano debido a quería asegurarse de que el mayor realmente estuviese bien.

    Victoria regresó la biblioteca de Iriadne, no sólo para cumplir su tarea, que después de todo sí resultaba ser una verdadera misión asignada a su nombre por parte del cuartel general. Reordenó libros, y no sólo eso, también inquietudes. Joseph se ofreció esta vez para ayudarla aunque ninguno dijo palabra alguna de lo que les había sucedido, ya que fuera de lo de las enfrentas, lo demás lo consideraban algo personal que no querían compartir.

    Aleine visitó a Victoria en la biblioteca, para despedirse puesto que pensaba regresar al cuartel lo antes posible.

    - Sino me quieres volver a hablar, lo puedo entender. Sólo quiero que sepas que no le diré nada de lo que hablamos a mi padre.- le dijo a Vic que no le daba la cara en lo que Joseph sólo escuchaba.

    Inesperadamente, Victoria se volteó y le dio un fuerte abrazo a Aleine.- Me cuesta entender que en verdad se preocupan por mí…en especial, porque no me he perdonado.- le susurró en el oído.

    - No te preocupes Victoria. Estoy segura que al final serás igual de admirable que tu padre y tío.- le dijo dulcemente Aleine.

    La chica hermosa se marchó, dejando con una gran incógnita a Jos.

    - ¿Qué se refería con eso de “lo que hablamos”?- empezó de molestoso Jos con su prima.
    - ¡Ah de nada!- dijo Vic sin dar importancia.- por cierto, ¿Qué tal tu recorrido con Elysia?
    - Nada, no pasa nada.- dijo Jos también sin querer hablar.

    Los dos se miraron pícaramente sabiendo que algo había pasado. Llevando el acuerdo secreto de no decirse nada. Más tarde hablarían de lo que pasó, pero no hablarían de la relación amistosa que cada uno había desarrollado.

    Aleine le había prometido a Vic no decir nada al igual que Elysia y Armstrong le habían prometido lo mismo a Joseph.

    El último libro era colocado sobre su respectivo estante dando fin a la laboriosa misión de Victoria.

    - ¡Por fin!- sonrió ella.- ¡Ya nos podemos ir de este aburrido lugar!
    - ¿Aburrido?- preguntó Joseph.
    - Si ¿No te parece?- forzó Vic con una sonrisa.

    Cuando salían de la biblioteca y Victoria era la última en salir, al cerrar las puertas y echarle un último vistazo a la biblioteca se negó a resistir el recuerdo de su padre.

    - Para conseguir algo, tienes que dar algo del mismo valor.- contaba Ed en una biblioteca similar a la que acababan de arreglar. Él y Vic se hallaban sentados en una mesa.
    - El principio de los estados equivalentes…- susurró, todavía con el cabello largo Vic.
    - Así es…es algo que debes saber y nunca olvidar…aunque no siempre es algo que se cumple tal y como es.
    - ¿Qué quieres decir?
    - Que por mucho que te esfuerces no siempre obtendrás lo que buscas.
    - Y si…todo esto fuese en vano.- entristeció Vic.

    El silencio de la biblioteca reinó por momentos.

    - Es muy pronto para decirlo.- sonrió Edward.

    Tras recordar dichas palabras se cerraron de golpe las puertas de la biblioteca, opacando el dulce recuerdo de una melodía fraternal.

    Enfrentaré mis miedos y venceré a quien se me interponga. No me voy a rendir, porque aunque también pecaste, no te rendiste…papá, eres digno de admiración”
     
  18.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Holaa,k alegria k allas puesto conti jeje.Te quedo re bien.Bueno espero conti prontito.Chau
     
  19.  
    yurika omoi

    yurika omoi Guest

    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    ToT que emotivoToT
    acabo de leer el fic y me encanto!!!!!
    esta muy emocionante me dejaste en suspenso
    te felicito escribes muy bien sigue asi cuentas con mi apoyo:D
    pon la conti pronto...estare esperandola con ancias
     
  20.  
    Tania Nóvikov

    Tania Nóvikov Entusiasta

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    Re: La alquimista de la sangre dorada (¿Victoria, hija de Ed?)

    Hola pasaba nomas, espero k pongas la conti prontito , ok?

     
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