La alondra cantarina [Metamorfosis]

Uy, dios, no merezco compasión alguna. No sé ni cómo salió al final. Sólo es que es más largo de lo que estaba acostumbrada eran las poesías. Me sentí como si estuviese escuchando algo así como la Ilíada mientras lo escribía xD Tiene el ritmito.

La Alondra Cantarina

Un hombre viajero a sus hijas prometió
Traer perlas para la mayor, diamantes para la del medio
Pero el padre realmente se sorprendió
cuando la menor pidió una alondra cantarina
de verdad quería complacer a su hija en su pedido
que por ser su favorita llegaría hasta el fin del mundo.

Llegado el día, el padre iba en su camino de vuelta
apenado hasta morir porque a su hija había fallado,
las perlas y los diamantes reposaban en su mano,
pero a la alondra cantarina por ningún lugar la había hallado.

En su pesar atravesó un bosque, donde en un árbol se encontró
al pájaro que tanto buscaba y que tanta pena le causó.
Pretendió entonces mandar a su criado al árbol, cuando todas las hojas temblaron,
por un gran león que rugía y amenazaban con convertir en comida
todo aquel que se atreviera a quitarle su alondra cantarina.

El padre entonces ofreció dinero pagar,
pero el león sus súplicas opacó con un rugido feroz,
diciendo que se comería a quien su pájaro le quisiera quitar.
Después se hizo un trato que era nefasto para el hombre:
si la alondra quería, tendría que darle lo primero que encontrara al llegar a su hogar.
Tenía miedo de que fuese su hija, pero el criado lo convenció
ce que podría ser otra cosa, como el perro o gato que allí habitaban.

Emprendió entonces el camino de vuelta a su morada
con el temor comiéndole las entrañas.
Cuando por fin arribó, ¡oh qué destino más torcido!
Su hija menor fue a recibirlo y entre besos y abrazos el padre lloró.
“¡Debo llevarte con el león, que al comprarle el pájaro bien caro me ha salido!”

Le suplicó que no fuera, que el león la mataría,
pero la hija insistió en que debía mantener su palabra.
Muy tristes se fueron ambos donde estaba la bestia y con él la dejó.
No sabían que era un príncipe encantado que por las noches era apuesto y por el día rugía.
Se celebró entonces la boda de los dos, con la luna velaban y al sol dormían.

Un día la chica debió volver a casa por el matrimonio de su hermana.
A su hogar la escoltaron los leones demostrando que no estaba muerta a manos de la bestia,
la historia de lo que había pasado no se hizo esperar, y cuando fue tiempo al bosque volvió.

La segunda hija ya se casaba y esta vez la muchacha no quería ir sola,
pidió a su esposo ir con ella, pero él le reveló un secreto peligroso;
si un rayo de luz lo tocaba, se volvería una paloma y volaría con ellas siete años.
Su esposa por fin lo convenció diciendo que lo protegería,
y así se fueron y se llevaron a su pequeño hijo.

Al llegar ella mandó a levantar un muro tan grueso que no dejara pasar ni un rayo de luz,
pero la puerta era de madera y después de la celebración al salir,
un rayo muy fino alcanzó a león y allí mismo se transformó,
este le habló a su esposa diciendo que no temiera,
que cada siete pasos dejaría una gota de sangre y una pluma blanca para que por siete años lo siguiera.

Así entonces pasaron las primaveras
con la muchacha siguiendo a la paloma que de repente un día dejó de sangrar.
Abrió bien los ojos y vio que el pájaro había desaparecido,
entonces se subió al sol y le preguntó si lo había visto,
pero él dijo que no, que le regalaba un cajita para cuando estuviera en un apuro.
Entonces al llegar la noche a la luna habló, pero la respuesta fue a misma:
no había visto la paloma, le hizo entonces un regalo,
un huevo que cuando en un apuro se viera debía cascar.

Siguió caminando y el viento de la noche sopló.
Otra vez a él se dirigió para ver si había visto lo que buscaba,
pero el viento respondió que no, que con los demás vientos iba y hablaba.
Los otros negaron, pero el viento sur por fin anunció
que había visto la paloma blanca llegar al mar Rojo ya en león convertido,
luchando contra un dragón que ocultaba ser una princesa encantada.
El viento regalándole una nuez le aconsejó
llegar allí, cortar la undécima caña, golpear al dragón y vencerlo.
Luego se montarían en el pájaro grifo que a través del océano los llevaría,
con tal de que ella dejara caer la nuez donde crecería un nogal y el pájaro allí descansaría.

Así fue, y cuando el león con ayuda de ella al dragón derrotó,
ambos se convirtieron de nuevo en hombres y él a la princesa se llevó.
Como en el grifo se habían montado, a la muchacha habían abandonado.
Ella no perdió la esperanza, caminaría hasta encontrarlo y Dios la ayudaría.

Eso fue lo que ocurrió, la chica al llegar al palacio donde habitaban
escuchó que una boda se iba a celebrar
No desistió porque sabía que el aún la amaba.
Lo que ignoraba es que la princesa le había lanzado un hechizo al príncipe
que lo hizo olvidar de su amor a la muchacha.

Abrió la cajita que le había dado el sol y dentro encontró un hermoso vestido con el que al palacio entró.
La novia se enamoró de él y se lo quiso comprar,
pero ella no aceptaba bienes ni dinero, si no ver a su esposo amado
“Déjame entrar a la cámara del novio por una noche”
La princesa a regañadientes aceptó, pero la engañó
porque para que no despertara un somnífero le había dado.
“¿De verdad te has olvidado de mí?” preguntó,
pero parecía que el príncipe en sus sueños ni la había escuchado.

A la mañana siguiente de allí la sacaron.
Una vez fuera del palacio la muchacha se puso a llorar,
entonces recodó el huevo que en un apuro debía cascar.
De allí salió una gallina con sus polluelos de oro,
que en cuanto la princesa los vio quiso adueñarse de ellos.
Intentó otra vez comprarlos, pero ella volvió a hacer el mismo trato.
Otra noche le dejaron pasar con el mismo truco,
pero cuando el somnífero le fueron a dar, el príncipe preguntó
qué había sido el murmullo de anoche que en sus sueños escuchó.
El criado le contó todo y el hombre lo ordenó
A verter el líquido a un lado de la cama para engañar a la princesa.
Cuando llegó la muchacha a la recámara, el príncipe recordó,
¡Era la voz de su amada esposa, a quien había olvidado!
Por culpa de la princesa que lo había hechizado.
Le dijo todo lo que había sufrido
por esa princesa cuyo padre era mago.

A mitad de la noche escaparon del palacio,
Volvieron a su tierra donde a su hijo habían dejado
“¡Qué hermoso que has crecido, oh hijo amado!”
Y era cierto.

Por fin la pareja vivió feliz sin más obstáculos en su destino.​