CAP#20 _ ¡¡¡¡OANA _Seguían gritando todos_!!!! Zadoc ya estaba muy lejos, y seguía caminando, como siempre, era de noche, y no podía ver bien por donde caminaba, era una noche nublada, por lo que la luna no les daba tanta luz como ellos querían. Zadoc volteó, y no podía ver los árboles, lo cual hizo que entrara en pánico. Comenzó a correr en dirección contraria a donde caminaba esperando con todo su ser que viera aquella zona de árboles gigantescos, pero por más que corría, solo podía ver un gran fondo obscuro que se aclaraba mientras más avanzaba, para solo ver arbustos y plantas. Ni un rastro de aquellos arboles de los cuales partió. Zadoc se detuvo, se dio media vuelta y gritó fuerte y desesperado “¡¡ ¿DONDE DEMONIOS ESTAS OANA?!!” Tras pasar 5 segundos sin respuesta, Zadoc emitió un gruñido de furia, se dio la vuelta y se marcho buscando como volver a aquellos arboles de hasta 10 metros. Mientras más corría más perdía la esperanza, había avanzado mucho, ¿Se había perdido?, ¿Habrá sido lo mismo que le paso a Oana?, ¿Le habrá pasado ya lo mismo a Lucas, Sara, Pryor o Rafa?, estas y decenas de preguntas y cuestiones más pasaban por la cabeza de Zadoc. Zadoc volteó para ver atrás de el por encima de su hombro, y lo que vio hizo que se detuviera al instante. Zadoc quedo asombrado al darse media vuelta y verlo completo. De inmediato volvió a gritar, pero esta vez grito el nombre de Lucas, Sara, Pryor y Rafa. Con toda la disposición que cavia en Zadoc, comenzó a correr a los árboles y cuando por fin llegó encontró a todos corriendo a su dirección, todos excepto, obviamente, Oana. _ ¿Qué pasa?, ¿Por qué gritaste _Preguntó Pryor_? _Miren, miren por Dios… Dijo Zadoc señalando una gigantesca corriente ascendente de humo mezclando colores entre amarillo y rojo. Alguien tenía fuego, alguien mas estaba en esa isla, ¿Quién mas podía ser si no es Oana? Todos empezaron correr en busca de ese humo, estaba muy lejos, mas lejos de lo que Zadoc había podido llegar, tardaron más de 5 minutos sin parar, y ni siquiera habían llegado a la mitad del camino. Cuando era muy notorio que faltaba muy poco, comenzaron a escuchar algo, algo que los hizo saber, que pasaba, pero no a ciencia cierta, y no lo podían creer, eran zapateos, con un ritmo que se notaba que estaban danzando, eran muchos, no estaban tan solos en esa isla, al parecer. Lo que encontraron al pasar unos cuantos arboles, al parecer, de tamaño normal, fue muchísimos hombres y mujeres bailando, como una danza prehispánica, vestidos como los Yopate’s y tenían una especie de círculo con un triangulo partiendo de él en cada una de las orillas, la luz de la luna reflejaba una sombra en la triangulo. Como un reloj de sol. Al ver más de 50 hombres bailando, y darse cuenta que no estaban tan solos como pensaban en esa isla, todos quedaron impactados y con ganas de correr, pero eso se les fue de la cabeza cuando vieron a Oana atada a un palo demasiado alto en el centro, gritando, parecía una hoguera, y cabía la posibilidad de que lo fuera. _ ¡Oana! Grito Pryor, lo cual capturo la atención de Oana… Y del resto de los hombres y mujeres que estaban ahí. Todos voltearon y vieron a los 5 chicos parados invadiendo parte de su territorio, todos sin pensarlo dos veces, también sujetaron dos espadas sujetas a sus caderas, sin retirarlas. Zadoc, Pryor, Lucas, Sara y Rafa estaban temblando, eran casi cincuenta hombres armados de espadas, y seguro que sabían usarlas, apunto de atacarlos. El miedo y el terror no dejaban que ni una chispa de esperanza les distrajera de los nervios. _Ch… Chicos _Dijo tembloroso Rafa_..., para esto… para esto… para esto nos entrenaron los Yopate’s, para pelear. _Nos entrenaron para sobrevivir _Le corrigió Zadoc_. _Pues… eso… tenemos… tenemos que hacer eso, ahora como nunca _Le respondió Rafa_. Zadoc y Rafa, seguidos por Pryor y Lucas se pudieron en posición de batalla… Sara estaba justo ahí al lado, no tenía mucha suerte, ella nunca se encontraba en condiciones para entrenar. Sara se echo a correr como nunca antes lo cual aparto la tranquilidad de aquellos hombres y de inmediato comenzaron a correr en dirección de Sara. Por desgracia, tanto para esos hombres como para los chicos, los chicos estaban en medio de su camino. Rafa recibió a los que estaban al frente con una patada en la cabeza y Zadoc se encargo de los que le seguían, le dio la misma patada a los primeros, y cuando cayeron al suelo, los tomo de los pies y los uso como un arma, usando su cabeza como mazo para golpear a los demás, Rafa hizo lo mismo, mientras Pryor y Lucas hacían algo más simple, a pesar del esfuerzo que hacían Zadoc y Rafa, habían algunos hombres que se les escapaban. Pryor y Lucas se encargaban de golpearlos en el rostro para que cayeran, los volvían a patear en su cráneo para dejarlos inconscientes. Pero, fue un secreto para todos, que tres hombres lograron escapar, y siguieron corriendo en la dirección que fue Sara. Aquellos hombres disminuyeron su velocidad al ver que lograron huir, buscando aun a aquella chica que había corrido; Sara. Sara mientras tanto estaba tumbada en el suelo, agotada, viendo la Luna, hasta que escucho los pasos de aquellos tres hombres. Entonces se levanto y se echo a correr, se dio cuenta de que aquellos tipos ya estaban más cerca, así que se percataron al instante y fueron tras ella, corriendo como auténticos atletas. Mientras tanto, Zadoc y los demás se estaban cansando, y su rendimiento bajaba, lo cual les permitía a demasiados hombres armados salir corriendo, pero Sara, seguida por aquellos tres hombres ya habían cambiado de ruta en aquel momento, por lo cual, los nuevos que los seguían no llegarían a nada. Sara estaba agotada, y cayó al suelo, pero lo que la hizo caer, iba más allá de un simple cansancio. Sara intento inclinar un poco la cabeza, y vio a los hombres sonrientes que caminaban hacía ella… Pero… esa sonrisa, ya la había visto antes. _No _Dijo Sara tosiendo_, aléjense de mi… ¡Ya! Dos hombres tomaron a Sara de los brazos, y ella comenzó a patalear… _ ¿Quién será el primero _Preguntó el que estaba al frente_? Ninguno de los 3 dejaba de ver a Sara, era diferente a las mujeres que habitaban en su tribu… era tan diferente, y eso parecía encantarles. _ ¿El primero en qué _Preguntó llorando Sara_? El hombre que estaba en frente le dio un golpe en la cabeza regaño a Sara: _ ¡No te hemos dado permiso de hablar!, ¿no te enseñaron como debes comportarte con los hombres? El mismo hombre comenzó a bajar la prenda que tenía como pantalón, hecho de hierba diciendo: _Yo seré el primero. Sara comenzó a presionar sus dientes de la rabia, sonrió, vio el hombre sonriendo con unos ojos inundados de lujuria, pero vio atrás de él y grito: _ ¡Lucas! ¡Por fin llegas! El hombre tomo su espada y se dio media vuelta, pero no vio a nadie. Escucho un par golpes atrás de él, volteó y vio que Sara estaba en frente de él, y por si fuera poco, los dos hombres que la sujetaban estaban tirados en el suelo, y por si eso aun fuera poco, el puño de Sara estaba en dirección hacia él. El hombre cayó y se levantó en menos de 3 segundos, Sara estaba respirando muy fuerte y tosiendo, pero lo había hecho, había aprovechado el entrenamiento de los Yopate’s. Al ver que el hombre se levantaba, salto y dando una vuelta casi perfecta le dio una patada en el rostro y lo volvió a tirar. Sara cerró los ojos, y comenzó a ver un recuerdo, como si lo estuviera volviendo a vivir, era todo obscuro, pero la luz bastaba para poder ver pequeñas sombras moviéndose de un lado a otro, pequeñas malditas sombras… Sara con toda la furia que le podía dar ese maldito recuerdo abrió los ojos y vio al hombre sangrando de su boca levantándose y le dio otra patada que lo envió volando a 2 metros de Sara El sujeto se levantó lo más rápido que pudo e intento huir de Sara. Sara tomo la espada de uno de los inconscientes hombres que tumbo, y fue corriendo hacía el otro, que cojeaba, y le paso la espada por los pies. Lo cual lo tiro al suelo e hizo que sangrara de sus pies. _Piedad… Por favor… Le imploro aquel sujeto desde el suelo. _ ¿Usted me la hubieras dado _Le preguntó con rabia Sara, respirando muy rápido_? _Si _Respondió rápidamente el sujeto con esperanza al oír eso_, te la hubiera dado… Te lo juro… _ ¿En serio? _ ¡Claro! _Porque… Yo no lo haré… Dijo Sara posicionando aquella espada repleta de sangre sobre su espalda. El hombre comenzó a respirar muy fuerte, preparándose para lo peor. _Yo… Ya tengo muchos recuerdos que me hacen sentir una maldita basura… Recuerdos que me hacen pensar que este mundo es el infierno… Y que venir a este mundo es el peor castigo… Y usted me quería seguir añadiendo recuerdos… _Perdona, ¡POR FAVOR! _Todo es cierto, todo es cierto, esta vida es repugnante, es lo más digno de odiar, no tienes verdaderos amigos, tu pasado es con lo que más te cuesta trabajo cargar… La gente te tiene miedo si no eres como ellos… _ ¡AYUDA _Grito esta vez el hombre_! _ ¡QUÉ NO!, usted va a morir, y eso debería ser un favor… No volverá a ver un maldito rayo de sol ni de luna… Usted me ha puesto encima otro trauma con el que tendré que lidiar lo que me quede de vida… Y ya me harte, ¿Sabe? Ahora si tengo que recordar un trauma, sabré al menos que después de eso me desquite, y podré estar en paz… Podré al menos dejar de tenerles rabia a esas personas… _Por favor… Te ruego que me perdones _Dijo esta vez llorando aquel señor_... _ Donde sea que vaya usted… se que yo estaré pronto ahí… Desde niña lo he sabido… Sara asesino a ese hombre atravesándole la espalda, y perforando sus pulmones, sintió un golpe en su nuca, uno de los dos hombres despertó y le lanzó a Sara una piedra muy grande. Sara se desmayo. Cuando la mayoría de aquellos hombres estaba inconsciente y el resto ya había escapado, Zadoc y Pryor fueron los primeros en ir hacia Oana, quien por primera vez estaba muy alegre de verlos. Una vez que la desataron, Oana abrazó a Pryor y a Zadoc, y se puso a respirar muy hondo, pues las sogas estaban demasiado sujetas. _Oigan, hay que ir por Sara _Dijo Lucas_. Todos comenzaron a correr en dirección de Sara, pero no llegaron a nada, solo vieron los arbustos y charcos y algunos árboles, gritaban “Sara”, y esta vez fue ese nombre el que retumbaba sin respuesta. Buscaron una hora, sin nada nuevo. Volvieron a los arboles, se sintieron en casa, pero no estaba Sara, todos estaban agotados, y se veían mutuamente, cada uno vio detenidamente a cada uno, preguntándose donde estará Sara… Pero el sueño fue más fuerte, y cayeron dormidos, esperando que Sara volviera, esperando que pudieran despertar y que Sara estuviera en su lugar, junto a todos como el equipo que eran. La obscuridad en KouKouY no se contagio nunca a los corazones de esos chicos, unos eran muy raros, como Sara, como Lucas... Como Zadoc, otros eran fuertes, Pryor, Lucas y Rafa eran fuertes comparados con lo que eran antes, unos muy alegres, otros muy serios e incluso alguien que aunque no se vea a simple vista, no es muy agradable, e inclusive cuenta con mucha maldad dentro de sí: Rafa. Todos, con sus similitudes y sus diferencias parecieran estar condenados a estar en esa isla, con pocas esperanzas de salir, los problemas se les vienen en sima, y mas ahora que Sara no esta con ellos. Por el momento, la primera parte de KouKouY, llego hasta aquí. CONTINUARA...
CAP#21 Despertaron todos, 15 horas después de haber dormido, el abrir los ojos y ver que un es de noche les daba ya tristeza, a pesar de que no llevaban ni una semana en ese lugar ya habían olvidado lo que era sentir en su piel la luz del sol. Todos sentían un vacio, como si alguien hubiera muerto, se cuestionaban, porque no habían ido a buscar a Sara, como lo hicieron con Oana… Quizá era porque estaban muy agotados, o quizá no veían mucha fe en encontrarla. La isla era grande. Desayunaron lo mismo de siempre, y además fruta de algunos árboles y cocos de las palmeras. _Aun falta mi prueba _Dijo Lucas, rompiendo ese largo silencio_. _ ¿Aun estas de humor para seguir con tu prueba _Preguntó decepcionado Zadoc_?, Sara está perdida, podría estar en cualquier lugar. _Eso mismo es lo que me motiva _Dijo Lucas animado_. El primero en encontrar a Sara ganara la prueba. Todos voltearon a ver cuando dijo eso. _Es buena idea _Admitió Pryor_... Sí, estoy de acuerdo. A todos les pareció bien, era una forma de afrontar un problema, y además ganarían tiempo porque a la vez estaban llevando a cavo la tercera prueba. _No hay límites de tiempo _Dijo Lucas_... Las reglas son, no irse de esta isla hasta encontrar a Sara, si vemos tierra, no nos iremos, si Sara no está con nosotros… Eso de alguna forma motivo a todos. “Vale” gritaron todos y se fueron a los árboles, en menos de 5 minutos, los atravesaron y siguieron el camino de frente, con un solo rumbo: ¡Encontrar a Sara! Mientras tanto, en esa misma isla, pero casi en el centro (Zadoc y los demás prácticamente están en la orilla de la isla), estaba sentado en su trono, hecho de plantas y tierra, ese anciano tan raro: Herbo. Estaba jugando, viendo la palma de su mano, haciéndola planta y estirándola, tener ese poder lo hacía sentir intocable. Los hombres y mujeres, los mismos que raptaron a Oana y a Sara, llegaron a ese lugar y se arrodillaron ante Herbo. _Señor Herbo, le ruego que nos perdone, solo pudimos capturar a uno… Herbo mostro un gesto de disgusto, transformo su dedo índice en una planta, y lo estiro sin desconectarse de él, y atravesó el pecho de quien se lo dijo, matándolo. Eso atemorizo a todos. _Señor _Dijo otro hombre_, le ruego nos perdone, cuando llegaron, comenzaron a atacar, y… eran muy fuertes, lo cual es obvio porque fueron entrenados por las mismas personas que lo criaron a usted… señor… _No me hables de los Yopate’s _Dijo Herbo y lo mató de la misma manera_. Al ver esto, un joven que estaba hasta la parte de atrás estaba aterrado, tanto comenzó a llorar en silencio, sin soportar más se echo a correr, intentando huir de aquella “persona”. _Eres un ternura _Dijo Herbo sin mostrar emociones_. El destino de aquel joven, fue ser víctima del simio Bongo, quien le salió de los árboles y le dio un golpe en la nuca sin que se diera cuenta, matándolo. El simio fue corriendo y se puso a un lado del trono de Herbo, donde él lo acaricio. Bongo le había sido más útil a Herbo de lo que esperaba. Mientras Bongo les lanzo una mirada aterradora a todos, Herbo preguntó: _ ¿Alguien más quiere intentar esconderse de mí? _Yo ya lo hice. Herbo y Bongo pusieron de pie y se dieron media vuelta, y vieron a un hombre muy alto, moreno, y que estaba sentado dándoles la espalda en la parte superior del trono. ¿Cómo lo había hecho?, ¿Cómo llegó a ese lugar sin que ninguno se diera cuenta? _ ¿Cómo lo hiciste _Preguntó Herbo mientras Bongo se escondía detrás de él_? Herbo vio que Bongo estaba asustado, el nunca se equivocaba con esas cosas, ese sujeto no era como los demás. _Un buen mago no revela sus secretos _Respondió con un tono de humor ese alto señor_. _Voltea, y déjame ver tu rostro _Le exigió Herbo_. _ ¿Estoy obligado a que veas cómo soy?, No, ¿Verdad? Aquel misterioso sujeto se puso de pie, aun dándoles la espalda, se agacho y el trono de Herbo lo cubrió. Dejando su identidad aún desconocida. Herbo valientemente se dirigió a ver quién era, dando pequeños pasos hacia la parte trasera de su trono. Y cuando por fin llegó, no vio a nadie… a nadie. Herbo simplemente se limitó a girar su cabeza a los demás, y decir: _Quiero que me traigan al chico o la chica que capturaron. Todos estaban en shock, pero se apresuraron cuando Herbo les insisto: _ ¡¡ ¿Tienen algo que ver aquí?!! Zadoc fue el primero que se le ocurrió ir al mismo sitio en donde encontraron a Oana, quizá esos extraños hombres la hayan llevado a ese lugar. Pero no encontró nada, solo un desastre y un desorden, rodeando ese extraño instrumento “tipo hoguera” donde estaba Oana. Zadoc continuó yendo más adelante esperando encontrarse con esos hombres.