de Inuyasha - koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!

perdonad por la tardanza chicas... aki esta la conti:


CAP IV:


- Buenos días milady- intentó decir con el mayor tono de serenidad que pudo- hace buen día no cree???

- Quién es usted??? - preguntó Kagome intentando no gritar.

- Inuyasha Taisho a su servicio señorita... - murmuró lamiéndose los labios senxualemente- y usted???

- Yo- yo- yo soy... un momento... por qué le tengo que decir quién soy??? usted es quien está allanando mi morada...

- Esta juventud de hoy en día- suspiró cansado- no te cuesta nada darme tu nombre hermosa... - en un pequeño movimiento vio la silla contra la pared con un velo en cima- eres una monja???

Un brillo destellón en los ojos de Kagome. Aquel hombre le acababa de dar lo que necesitaba para deshacerse de él. Por fin tenía algo bueno vestirse de monjita.
Iba a echárselo en cara cuando sin quererlo al levantar la cara vio algo anormal en el hombre. Demasiado anormal.
Era el hombre más apuesto que había visto en su vida: alto, musculoso, casi imponente. Con hombros anchos, pecho duro, piernas fuertes y robustas. El cabello largo recogido en una coleta alta, la tez bronceada...
Pero no era aquello lo que le llamaba la atención. Lo que le llamaba la atención era que tenía los ojos dorados, el cabello plateado, dos orejas de perro blancas en la cabeza y además tenía garras.
Debía ser una criatura que venía atacarla. Lo más extraño es que las criaturas no podían entrar en la iglesia. Qué hacía entonces él allí???

-No me toque, es que no ve que soy una monja bestia inmunda!!! - exclamó alzando la mano.

PLAFF

Kagome acababa de darle una increible bofetada a Inuyasha. Casi al instante una marca roja de su mano salió en la mejila izquierda de Inuyasha. Ella no era consciente de lo mucho que acababa de provocar a Inuyasha. Esa bofetaba había sido la gota que colmaba el vaso.
Inuyasha agarró el manto de seda blanco con el que se tapaba Kagome y lo tiró al suelo dejándola desnuda. Tenerla tan cerca y completamente desnuda sin hacerle nada era algo que no entraba en los planes de Inuyasha.
Agarró uno de sus pechos y lo estrujó con suavidad para no hacerle daño.

- Ahhhhhhh... suéltame!!! - exclamó indignada.

- No te alteres... sin en el fondo te va a gustar- murmuró lamiéndole uno de los pezones con absoluto frenesí.

- SOCORRO!!!!!!- gritó Kagome con todas sus fuerzas.

- Maldita sea!!! - exclamó Inuyasha al poder oir con sus especiales orejas como venían hacia ellos los frailes.

Kagome sonrió satisecha pero se le quitó esa sonrisa cuando vio a Inuyasha mirándola furioso. Se apartó de ella y se dirigió hacía la ventana que estaba junto a la tina en la pared. La abrió pero no salió. Se giró para mirarla otra vez y la recorrió de pies a cabeza deteniéndose especialmente en sus pechos y en sus caderas. Kagome furiosa al darse cuenta de lo que miraba se agachó a coger su manto y se levantó casi corriendo intentando taparse con él pero no se esperaba que él estuviera tan cerca de su rostro. En unj rápido movimiento, Inuyasha agachó la cabeza y le dio a aquella mujer su primer beso. Kagome furiosa porque esa criatura le había robado su primer beso le apartó de un empujón y volvió a gritar.
Los monjes ya estabas casi allí. Inuyasha le guiñó el ojo y salió por la ventana.

- KAGOME!!! - gritó Miroku entrando bruscamente en la habitación- qué haces así? - preguntó al verla tapada solo por delante con el manto.

- Había un hombre aquí... bueno no era un hombre. Tenía garras y orejas de perro...

- Es el que buscamos- murmuró furioso pensando que podría haber intentado hacerle a SU Kagome- te ha hecho algo??? - viendo que negaba- por dónde se ha ido???

- Por la ventana junto a la tina- dijo señalándola.

Miroku sin dejarle decir nada más salió corriendo hacía esa ventana con todos los frailes detrás.
Kagome aún estaba en shock por lo ocurrido cuando entró en su habitación. Lo que la tenía en ese extraño trance no era el hecho de que esa criatura se había colado en su baño sino que el hecho de que la considerara hermosa. Quería pensar que era algo horrible y que le odiaba peo lo único que se pasaba por su cabeza era aquel beso en sus labios, como la había acariciado y como la miraba. El hecho de que un hombre tan apuesto la considerara hermosa le hacía volar en las nubes. Quería pegarle por indecente pero a la vez quería pedirle que siguiera. No entendía que le estaba pasando por dentro.
suspirando agotada se quitó toda la ropa otra vez. Cogió un largo camisón azul celeste de seda: de manga corta ajustado por un lazo rosa justo debajo de sus senos y con un escote de barco muy pronunciado.
Se dejó suelta su espesa mata de rizos azabaches y se tumbó sobre la cama.
En las últimas horas le habian ocurrido demasiadas cosas ya a penas podía mantenerse de pies. Estaba demasiado agotada. Casi al instante cerró los ojos y se durmió.

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- Mira que es persistente ese tal Miroku- murmuró Inuyasha escondido en un árbol- mmm ... ese olor a rosas y lavanda... - miró una ventana- estará allí esa mujer???

En cuanto Miroku desapareció del lugar para irse a buscar a otra parte, Inuyasha dio un salto a la cornisa de la ventana y la abrió lentamente para no hacer ruido. Entró en la habitación y volvió a cerrar las ventanas. Unas cortinas blancas cubiertas por otras negras era lo que oscurecia la habitación. Las descolocó para salir de ahí y las volvió a poner.
No se había equivocado. Tendida sobre la cama y completamente dormida estaba la mujer. Se puso a horcajadas sobre la mujer y se la quedó mirando. Era verdaderamente hermosa.

- Así que... - comenzó a murmurar acercándose a su oido- te llamas Kagome...

Continuará...

espero ke os halla gustado y ke posteeis mucho

Besos

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!

bueno chicas mi ultima conti en una semana

aki esta:


CAP V:


Todo por culpa de la pequeña perra como ya la llamaba él. Le habían cogido por ella. Estaba sentada en una silla ante el sumo sacerdote de aquella sacristia. A sus lados tenía unos frailes agarrando con fuerza sus rosarios con una mano y con la otra sosteniendo unas estacas. No parecían demasiado hospitalarios. Detrás suyo estaba Miroku conteniéndose de molerle a palos por meterse primero en el baño de Kagome y luego en su cama.

TOC TOC

Se oyó el chirriar de la puerta abrirse y el ruido de unos tacones. Esa tenía que ser ella. Se escuchó como se cerraba la puerta y los pasos andaron hasta detenerse poco antes de llegar hasta él. Entonces les escuchó. Hablaban en susrros pero para él eso era como hablar a gritos.

- Cómo estas Kagome???

- Bien, solo consternada. No entiendo en anhelo de esa criatura por asustarme- murmuró- por qué ha podido entrar en la iglesia??? ... se supone que las criaturas no pueden entrar???

- Yo tampoco lo sé. Esperemos que el sumo sacerdote lo averigúe. No me fio de esa bestia- rodeó a Kagome con sus brazos y empezó a acariciarle el hombro- tranquila, cielo. no dejaré que te vuelva a incordiar. Yo te protegeré.

Inuyahsa apretó los puños al oir aquello. Cómo se atrevia a tratarlo de bestia??? y lo más importante cómo se atrevía a acariciarla???
Había oído el sonido de los pliegues de ropa moviéndose como cuando se recibe una caricia. No. No estaba enamorado de esa mujer, ni mucho menos. Pero no iba a permitir que nadie la tocara antes que él. Lo sabía y lo tenía muy claro. Era virgen y él mismo se ocuparía de desflorarla. Nadie se le iba a adelantar y menos aún un estúpido fraile.

- Bueno... ahora que estais todos, comencemos.

Los pensamientos lascivos de Inuyasha finalizaron el mismo momento en que el sumo sacerdote pronunció esas palabras. Estaba acabado. Ahora que le habían cogido le iban a destrozar. Y si le hacían la santa inquisición??? ... aún no la habían retirado en algunas partes. Con un poco de suerte a lo mejor ni siquiera habiá sido llevada de España a Inglaterra. Solo le quedaba rezar porque fuera así. Había oído cosas horribles sobre ella.
En España la utilizaban solo para los falsos conversos y los akelarres de brujas pero en Venecia por ejemplo también las usaban para las prostitutas y demás...
Según buenas fuentes te torturaban de la peor de las maneras, te lo quitaban todo a ti y a tu familia, t ehumillaban publicamente y te terminaban matando de un hachazo. Muy poca gente podía conseguir que la inquisición les declarara inocentes y los que lo conseguían tenían que llevar puesto siempre una prenda que marcaba el hecho de que había sido acusado por pecador. es decir, viviría toda la vida en vergüenza.
No quería que le ocurriera eso. Todo por los gritos de esa maldita niña...

FLAHS BACK

- Así que... - comenzó a murmurar acercándose a su oido- te llamas Kagome...

Inuyasha le dio un lametón sobre los labios para comprobar si sabían tan bien como el imaginaba y luego apolló la cabeza en el cuello de Kagome para disfrutar de su aroma. Le encantaba ese olor tan femenino que desprendía. no se podía explicar como una mujer así se había podido hacer monja. Podría haber tenido a cualquier hombre que quisiera y ella decidió casarse con Dios.
Qué estúpida!!!
Pero eso a él no le importaba. Solo pretendía desflorarla. Le quitó las mantas de en cima de un tirón y se volvió a sentar a horcajadas sobre ella con cuidado de que no se despertara. Llevó las manos al lazo bajo sus opulentos senos y lo desató dejando floja toda la camisola. Cogió la camisola desde el final y la fue levantando hasta que se la sacó por los brazos.
Una vez más la tenía completamente desnuda ante él. Le parecía un sueño echo realidad poder tener a esa mujer así para él. Se inclinó hacía ella y comenzó a besarla con pasión mientras acariciaba todo su cuerpo.
Al principio Kagome entre sueños le respondía como si estuviera soñando exactamente lo mismo. Hasta le rodeó el cuello para acercarla más a ella haciendo que Inuyahsa se pusiera más ansioso. Pero llegados a un punto el beso era demasiado para una dormida.
Kagome comenzó a abrir los ojos lentamente encontrándose con que no soñaba. De verdad estaba completamente desnuda besando a aquella apuesta criatura.
Bajó los brazos del cuello de él y le metió un empujón para alejarlo.

PLAFF

- SOCORRO!!!!!!! - empezó a chillar- ESTÁ AQUÍ!!! LA CRIATURA ESTÁ AQUÍ!!!

- Maldita niña... - gruñó.

Mientras Kagome seguía gritando Inuyasha se levantó de la cama dispuesto a amrcharse por donde habia venido. Kagome se dio cuenta de lo que pretendía y tras ponerse la sábana alrededor de su cuerpo para taparse se abalanzó sobre él. No le iba a permitir marcharse después de todo lo que la habiá humillado en el día.

FIN DEL FLAHS BACK

- Buen señor dígame- comenzó el fraile- usted es un hanyou no?

- Sí.

- y por lo que veo no es malvado.

- Me está intentando provocar acaso padre???

- Por supuesto que no señor. Usted ha podido entrar aquí por una sola razón- siguió- porque es una buena persona.

- Me ofende!!!

- Pero es la verdad. El problema es que has causado muchos problemas- dijo agotado- sobretodo a mi pequeña Kagome.

- La culpa es de la pequeña perra. Es una quejica, si se dejara hacer, todo sería más fácil.

Kagome roja de furia trató de golpearlo en la cabeza pero alguien se le adelantó. Miroku le había dado a Inuyasha en la cabeza con el bastón.

- Por qué has hecho eso fraile??? - gruñó Inuyasha como pudo por el dolor.

- nunca hables así de una dama en mi presencia y menos aúnsi se trata de Kagome.

- Ejem... - tosió el sacerdote- he llegado a una determinación.

Todos miraron al sumo sacerdote esperando que decía. Inuyasha rogaba a dios que no fuera la santa inquisición mientras que Miroku y Kagome rezaban porque les mandara encerrarlo en alguna mazmorra o algo así.

- De ahora en adelante, el señor Inuyasha será un miembro más de las partidas nocturnas.

- QUÉ!!!!! - exclamaron a la vez Inuyasha, Kagome y Miroku.

Continuará...

espero ke os halla gustado y ke posteeis mucho

Besos