de Inuyasha - koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

CAP. XXXIV:

Desde aquella noche que se acostaron su relación había ido más lejos aún.
No pasaba día en que no hicieran el amor por lo menos tres veces. Intentaban aguantar hasta la noche pero les era imposible.
Cuando estaban en público Inuyasha la miraba con tanto deseo que se le aflojaban las rodillas.
En cuanto se quedaba sola, Inuyasha aparecía de la nada y se la llevaba a distintos lugares para hacerle el amor.
Lo habían hecho en un armario, en la sala del té, en el sótano, en el hueco de la escalera, en la tina e incluso en el escritorio del padre de Kagome.
En ese momento estaba tumbados en la hierba junto al lago de la propiedad del padre de Kagome.
Inuyasha tan solo llevaba los pantalones y la camisa abierta y Kagome tenía las faldas levantadas hasta las caderas y el corpiño desabrochado mostrando sus opulentos senos.
Inuyasha acariciaba sus senos tras haberle hecho el amor mientras suspiraba mirando al cielo.

- Inuyasha?

- Sí?

- Hay algo que no m e hallas dicho aún? – le preguntó mirándolo muy seria.

- Qué quieres decir? – esa pregunta le había sorprendido.

- Si hay algo de tu pasado que yo debería saber y no me has contado.

- Pues...

A qué venía esa pregunta?
Por qué Kagome le preguntaba eso ahora? ... sospecharía algo?
Se incorporó quedando sentado en la hierba y la miró. Ella parecía estar esperando a que le dijera algo. Era como si supiera muy bien lo que le ocultaba y quisiera oírlo de su boca.
Entonces pensó que no podía saberlo. Probablemente se refería a Kikio...

- Si se trata de kikio...

- no se trata de Kikio- le interrumpió impasible.

- Kagome, no lo entiendo... qué te pasa?

- Ayer estuve hablando con Kaede- miró al cielo- me dijo que tu rostro siempre le había sonado pero no sabía por qué. Ahora lo sabe y me ha contado de qué le sonaba.

- Ajá... – la instó a seguir temiendo lo que iba a decir.

- Me dijo que la noche en que asesinaron a mi madre un hombre exactamente igual a ti conducía el carruaje en el que ella iba montada.

A Inuyasha no le gustó nada oír eso. Era cierto que él había conducido el carruaje en el que se encontraba la madre de Kagome y ella misma.
Cuando estaban en un lugar donde nadie podía divisarlos paró el carruaje y la sacó de un empujón. Ahí fu donde empezó el ataque.
Kagome lo miraba muy seria. Estaba claro que no pararía hasta descubrir que pasaba. Lo mejor, sería decir la verdad...

- Sí, era yo quien conducía el carruaje...

- Por qué Inuyasha?... por qué tú? – preguntó con lágrimas en los ojos.

- Fui yo quién mató a tu madre... – murmuró débilmente.

- No... no... NO!!!

Kagome empezó a llorar. Le acaban de partir el corazón como nunca podrían haberlo hecho.
El hombre a el que amaba era el asesino de su madre.
Por qué tenía que enamorarse de él precisamente? ... entre tantos hombres que había en el mundo, por qué él?
Inuyasha intentó abrazarla pero le apartó de un empujón y echó a correr hacía la mansión. Después de eso, no quería volver a ver a Inuyasha nunca más.
Entró en la mansión y agarrando su corpiño para que no se le vieran los pechos y corrió hasta su habitación.
Se dejó caer sobre su cama sollozando y se abrazó a su almohada. Pocos minutos después, era presa del sueño...

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- Kagome? ... Kagome! . exclamó Sango agitándola.

- San- Sango... – murmuró Kagome despertando- qué pasa?

- Eso digo yo chica... he hablado con Inuyasha... – murmuró cabizbaja- me ha contado lo de tu madre...

- Sango es horrible... – sollozó abrazándola- por qué él???

- Así es al vida, pequeña- le acarició la cabeza- pero Inuyasha te ama y te aseguro que se arrepiente... no podrías perdonarlo.

- Nunca!!! – exclamó levantándose de la cama.

Sango vio como Kagome se dirigía a su armario y sacaba algo de ropa. Kagome se quitó toda la ropa y empezó a vestirse.
Se puso una combinación cortada, unas medias blancas hasta la mitad del muslo, una falda larga hasta los tobillos pero con unas aberturas a ambos costados que dejaban ver sus piernas, unas botas de cuero marrones, un corpiño ajustado azul de manga corta con escote pronunciado y se recogió el cabello con un lazo.
Sacó dos pistolas y empezó a cargarlas.
En cuanto la vio hacer eso, Sango se puso nerviosa y se levantó de la cama...

- Kagome, qué vas a hacer? – le preguntó asustada.

Kagome no le contestó. Se puso las pistolas en los muslos atándolas con unas correas y se dirigió a la puerta.
La abrió y se giró para mirar a Sango.

- Voy a matar al apuesto hanyou!!!

Continuará...

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

CAP. XXXV:


Tras pronunciar aquellas palabras, Kagome se dio la vuelta y salió de la habitación dando un portazo.
Sango salió corriendo tratando de detenerla pero había desaparecido.
Se agarró las faldas y corrió al piso de a bajo en busca de Inuyasha. Tenía que avisarle de lo que Kagome planeaba.
Tal y como esperaba, Inuyasha y Miroku estaban en el vestíbulo discutiendo lo ocurrido hacía 17 años.


- Eres un desgraciado!!! – exclamó Miroku- cómo pudiste matar a la madre de Kagome!!!


- Si note importa, esto no va contigo!!!




- Caballeros, si no os importa hay un asunto más importante que requiere vuestra atención- les interrumpió Sango- Inuyasha, acabo de hablar con Kagome y...


- Cómo esta? – se dirigió hacía ella preocupado.


- Se ha largado de la casa después de vestirse y... – le costaba decirle- ha dicho que iba a matarte.


En ese momento Inuyasha se sintió como si un millón de puñales atravesaran su corazón.
Esperaba que Kagome no quisiera hablarle, ni verle, que desapareciera de su vida... pero matarle???
Tanto daño le hizo?
Sintiéndose como un maldito desgraciado, tiró su espada al suelo y se dirigió a las puertas para salir a la oscuridad de la noche.


- A dónde vas desarmado, Inuyasha? – Sango agarró la espada- Kagome va muy en serio.


- Lo sé- murmuró parándose delante de las puertas- si quiere matarme, que así sea.


- No digas tonterías!!! – se metió Miroku- sabes? Nunca he estado de acuerdo en esto porque estaba enamorado de Kagome pero sé que la amas y que ella también a ti y no pienso permitir que ambos cometáis semejante estupidez.


- Lo siento, Miroku pero no eres lo bastante fuerte como para detenerme.


Inuyasha dio media vuelta y abrió las puertas. Vio a Miroku dispuesto a lanzarse sobre él si era necesario pero no se lo permitió. Saltó hacía la fría oscuridad y se perdió entre las sombras.
Podía oler a Kagome. Ella le estaba esperando...
Saltó de un tejado al centro de un descampado con algunos árboles a los alrededores y vio a Kagome sentada sorbe una rama.


- Así que has venido... – murmuró Kagome- además de un asesino eres estúpido.


Inuyasha no dijo nada. No intentó tan siquiera defenderse de sus insultos. Se quedó allí parado observando la belleza de Kagome. Esa sería la última vez que la iba a ver.
Kagome saltó del árbol y corrió hacía él. Cogió impulso y le dio una patada en el estómago.


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- Dónde está mi Inuyasha? – preguntó Kagura a Sango- estaba aquí hace un momento.


- Se fue... – murmuró Sango conteniéndose de matar a ese demonio.


- Dónde ha ido? – se metió kikio.


- Habrá ido detrás de su mujer... – murmuró Kouga asqueado porque esos últimos días había notado a Kagome impregnada de el olor de Inuyasha.


Sango y Miroku vieron como Kanna se situaba junto a Kagura. Atacarían pero eran 4 demonios contra 4 humanos.
Kikio y Kouga estaban de su lado pero aún así no terminaban de fiarse. Si atacaban a Kagura y a Kanna las defenderían???


- Vienes a tomar el té, querida? – le preguntó Kagura a Sango.


- No!!! – exclamó sin poder aguantarlo- maldito demonio!!! Cómo has podido intentar suplantar el puesto de la madre de Kagome?! – la señaló- cuando el señor Higurashi se entere de esto estarás acabada.


- O sea que Inuyasha ha hablado- Kagura enarcó las cejas- espero que el señor Higurashi no se entere nunca de esto.


- No hará falta porque ya estarás muerta!!! – Sango cerró los puños dispuesta a golpearla.


- Sango no hay tiempo- la interrumpió Miroku- ya nos han preparado los caballos. Vamos a salvar a Inuyasha.


- Qué le ocurre a Inuyasha??? – Kikio agarró a Sango impidiendo que se moviera.


- Lo que le pasa es que va a permitir que Kagome lo mate.


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Inuyasha permitió que le golpeara una vez más. Le había dado puñetazos, arañazos, patadas, hasta le había llegado a tirar del cabello y a escupirle.
Pero no la culpaba. Se lo merecía.
Sangraba de la nariz y sabía sin verse en un espejo que tenía un ojo morado, le sangraba el labio inferior y tenía el pecho lleno de hematomas que habían acabado saliendo de tantos golpes.
Ahora mismo le acababa de tirar una vez más al suelo. Sintió como se sentaba a horcajadas sobre su cintura y se inclinaba hacía él.
Sintió su aliento en el oído...


- Ahora me vas a pagar lo de mi madre con tu vida.


Abrió los ojos y vio como ella se incorporaba quedando sentada. Vio como se sacaba ambas pistolas y le apuntaba. Con una de ellas apuntaba a su corazón y con al otra a su cabeza. Parecía querer asegurarse de que muriera a la primera.
Tardaba demasiado. Llevaba unos cuantos minutos apuntándole sin hacer anda. Hasta había empezado a llover y se estaban llenando de barro ambos. Le miró las manos y las vio temblar. Hubiera pensado que era de frío pero al ver sus ojos supo que no era así.
Ella le amaba a pesar de todo y por eso le costaba apretar el gatillo. Tendría que provocarla...


- A qué esperas para acabar con el asesino de tu madre, Kagome?


Continuará...

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

CAP. XXXVI:



- A qué esperas para acabar con el asesino de tu madre, Kagome?

- Cállate!!! – exclamó frustrada.

Cada vez temblaban más las manos de Kagome. El labio inferior también empezó a temblarle pero eso ya fue de frío.
De repente, unas gruesas lágrimas empezaron a emanar de sus ojos mientras inútilmente trataba de aguantarse los sollozos.
Inuyasha observaba a Kagome lleno de dolor al ver lo mal que lo estaba pasando.

- KAGOME!!! – chilló Sango bajando de un salto de un caballo.

Ambos giraron la cabeza para mirarles. Sango y Miroku acababan de bajarse de unos caballos mientras que kikio descendía del cielo y Kouga frenaba con sus talones. De una pluma gigante que caía del cielo apareció Kagura y no muy lejos de ella salió Kanna de la nada.
Un fuerte trueno cayó del cielo haciendo que Kagome diera un pequeño bote asustada. Inuyasha sintió su pánico y se sintió tentado a tirarla en cima de él y abrazarla.
De repente, Kagome pegó el cañón de la pistola a la frente de Inuyasha mirándolo con una mezcla de furia y de pánico.

- Lo siento... – murmuró Kagome- ... perdóname mamá... pero no puedo matarle... y no puedo dejar de amarle...

Estaba a punto de apartar la pistola cuando algo la agarró del cuello y la apartó bruscamente. Cuando se quería dar cuenta sus pies no tocaban el suelo y se estaba quedando sin aire.
Alguien apretaba su cuello con fuerza tratando de dejarla sin aire. Abrió los ojos haciendo apego de un gran esfuerzo y se encontró con un hombre increíblemente parecido a Inuyasha.
Alto y musculoso casi imponente. Tenía una larga melena plateada, la tez blanca como la nieve, los ojos dorados y tenía una luna dibujada en su frente.
Notó las garras en la suave piel de su cuello y supo que era un demonio al ver además sus orejas extremadamente puntiagudas.
Vestía unos pantalones hasta los tobillos y sobre el pecho llevaba una armadura reluciente.
Se estaba quedando sin aire y cada vez le costaba más ver con claridad...

- Sesshomaru!!! – exclamó Inuyasha agarrando sus brazos- déjala por favor!!! La quiero!!!

Sesshomaru miró a Inuyasha al principio dudoso y luego decidió obedecerle. Fue aflojando su agarre y finalmente la dejó caer en el suelo.
Inuyasha se agachó junto a ella para ayudarla a levantarse. Vio como tosía mientras trataba de recuperar el aire y se sintió más impotente que nunca.

- Kagome... – le dio suaves palmadas en al espalda.

La agarró de al cintura y la ayudó a levantarse. Acarició suavemente sus cabellos y sin dejar de sostenerla miró a Sesshomaru.

- Qué haces aquí? – le preguntó frustrado- por qué la has atacado?

- Iba a matarte. Como hermano mayor debe protegerte.

- Ja!!! Desde cuándo? – dijo sarcástico- nunca te ha importado una mierda lo que a mí me pasara!!! Lo único que te importa es tu bienestar.

- Ya no es así... desde que Rin...

- Por lo que veo, esa mujer te ha cambiado- sonrió- me alegro por ti entonces pero eso no justifica que casi hallas matado a la mujer a la que yo amo y tampoco justifica que estés aquí.

- Ya te he dicho porque la he atacado- suspiró- y el motivo por el que estoy aquí, es nuestro tío.

- Naraku... – murmuró- estuvo aquí hace unos días. Atacó a Kagome y le exigió saber cuál era mi punto débil.

- Quiere reorganizar todos los infiernos y para eso necesita deshacerte de ti- le miró colérico- padre ha sido metido en prisión por él y nuestra madre debe de estar encerrada también en alguna parte.

- Y yo qué tengo que ver en todo esto? – preguntó frustrado- << qué han hecho con mi madre??? >> - pensó preocupado.

- Como yo rechacé el puesto tú eres el primero en sucesión.

Inuyasha se le quedó mirando como si le estuviera contando una patraña hasta que vio lo serio que estaba Sesshomaru. Su hermano no era de los que le gustaban gastar bromas y menos aún de esa clase. Si decía que tenía que responder ante todo el infierno no mentía.
Miró a Kagome que se apretaba a él sin poder recuperarse del todo y recordó todo el sufrimiento que le había causado.
Por la época en la que mató a su madre estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por convertirse él en el rey de los infiernos en vez de Sesshomaru, pero ahora que podía hacerlo, no quería. Se quería quedar con ella y compensarla por todo el dolor que le causó.
Él y su hermano miraron hacía donde estaban los demás y se encontraron a Kikio, Kouga, Kagura y Kanna en el suelo de rodillas haciendo una reverencia.

- Qué hacéis aquí? – les preguntó Sesshomaru imponente- kikio, deberías estar liderando a las arpías- la miró con desprecio- Kouga, se te han olvidado tus camaradas los hombres lobos? – le preguntó irónico- Kagura ya que no has conseguido realizar tu misión, no deberías liderar tu fracción de nuevo?

Los tres se encogieron al oírle. Sesshomaru tenía toda la razón y lo sabían. Se habían comportado como unos ineptos ante su superior.
Se levantaron del suelo y se llevaron los cuatro la mano derecha al corazón en símbolo de lealtad.
Sesshomaru les miró impasible y después dirigió su vista hacía Miroku y Sango.

- Cazadores... qué hacéis congeniando con cazadores?

- Déjales en paz!!! – exclamó Inuyasha- son mis amigos...

- Inuyasha, te has ablandado demasiado- miró a la mujer que apretaba a su costado- seguro que esa mujer ha tenido algo que ver...

Inuyasha la apretó más aún a él y le enseñó los colmillos a su hermano. No tenía tiempo para jueguecitos en ese momento.
Quería quedarse con Kagome pero sabía que no podía. Por lo menos no todavía.
Naraku iba a estar tras a él hasta destruirle y estaba seguro de que no dudaría un solo momento en matar a Kagome si era necesario.
No podía quedarse con ella hasta matar a su tío y liberar a su padre. Si su padre no volvía a subir al trono, él tendría que ser el rey por obligación y nunca la volvería a ver.

- Vámonos... –murmuró.

Soltó a Kagome, pero entonces ella agarró su camisa. Se apretó a él rodeando con sus brazos su cintura y comenzó a sollozar.

- No te vallas por favor... no ahora... – le miró- ... ahora te necesito... después de todo lo que ha pasado...

- tengo que irme, si no te harán daño a ti... – murmuró acariciando su cabeza.

Inclinó su cabeza y con sus labios rozó los de ella. Se sintió feliz sabiendo que Kagome le había perdonado, aunque aún hubiera muchas cosas que hablar entre ellos.
La apartó de él y corrió hacía su hermano.
Junto a ellos se pusieron Kikio, Kouga, Kagura y Kanna.
Desde sus pies hasta sus cabezas emanó una luz blanquecina. Inuyasha vio como Kagome corría hacía él sin poder alcanzarlo a tiempo.
Desaparecieron del lugar sin dejar rastro.
Kagome resbaló al llegar al lugar donde habían estado y se cayó al suelo sobre el barro. Sin importarle nada, y haciendo caso omiso de Miroku y Sango que trataban de levantarla, empezó a sollozar como nunca.

- INUYASHA!!!!!!!!

Continuará...

espero que os halla gustado y que posteeis mucho

Besos