de Inuyasha - koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!

Aquí está la conti:


CAP. XXVI :


Se quedaron impresionados viendo como Inuyasha volvía a aparecer en el mismo lugar con algo envuelto en una manta en sus brazos.
Al ver que observaba la manta supieron que era Kagome lo que cargaba.
Inuyasha quedó algo atónito al ver que estaban tranquilamente sentados sobre una manto en el jardín mientras tomaban una taza de te.
Le pareció cómica la escena.
Miró una vez más a Kagome y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no tirarla al suelo y poseerla.
Esa mujer lo enloquecía y más aún en esa forma.
Le sonrió y volvió lentamente a su forma de hanyou.
Kagome observó sonriente las luces que rodearon a su amado y luego vio extasiada como volvía a ser el de siempre.
A punto de llorar estiró los brazos rodeando el cuello de su amado y le murmuró un simple gracias al oído.
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Habían tomado el desayuno en casa de Sango y ya de paso, Kagome se había puesto un vestido de su amiga.
Era un simple vestido verde de manga larga y escote recatado pero a Kagome le quedaba estupendamente. O al menos así lo veía Inuyasha.
Iban montados sobre un caballo blanco de vuelta a la iglesia junto a los demás frailes sobre sus respectivos caballos o a pie.
- Inuyasha?

- Dime- apoyó la cabeza sobre los hombros de Kagome.

- No sabía que pudieras transformarte así... me peguntaba si me lo explicarías...
Inuyasha apretó las riendas al oírla. Quería decírselo pero la verdad era demasiado dolorosa.
Cómo se le podía decir a una dulce e inocente mujer algo tan terrible?
Resolvió que lo mejor sería que Kagome permaneciera en la ignorancia permanentemente.
- Inuyasha?

- Qué?

- Aún no me has contestado...

- mira, ya hemos llegado a la iglesia.
Kagome lo miró enfurruñada y volvió la vista al frente.
Sabía muy bien que solo había aplazado la pregunta y que debía buscar alguna solución al asunto. Pero cuál?
Frustrado se bajó del caballo y ayudo a bajarse a Kagome para luego marcharse a toda prisa hacía los jardines de la iglesia.
Todo estaba yendo demasiado lejos para su gusto.
- Inuyasha!!! – le llamó Miroku- ven, está a punto de comenzar la misa de los domingos.

- yo no voy a misa.

- Kagome va a cantar en el coro.

- Kagome... – murmuró imaginándose a Kagome en el altar cantando con su dulce y apacible voz.

- Además, el sumo sacerdote ha invitado al padre de Kagome a la misa.
Entonces, eso significaría que Kagome estaba a punto de conocer a su padre???
Ni se molestó en contestar a Miroku. Pasó a su lado dirigiéndose a la iglesia mientras se volvía a su forma de humano para pasar desapercibido.
Tenía que estar con ella en ese momento.
Se sentó en el primer banco de la derecha junto a Sango, Kikio y Kouga esperando a que empezara la misa.
El sumo sacerdote se subió al altar y empezó a recitar algunos versículos de la biblia en latín.
Sabía latín así que no le era ningún problema pero aún así no prestaba mucha atención.
Intentaba buscar entre la gente al padre de Kagome pero le era imposible saber cuál podría ser.
El sumo sacerdote anunció la salida del coro llamando la atención de Inuyasha.
Unos 15 frailes o más salieron vestidos con unas túnicas blancas hasta los pies de manga larga y un pequeño gorro blanco.
Miroku y Kagome estaban entre ellos.
Se colocaron en las escaleras que estaban delante del altar y esperaron a que reinara el silencio para comenzar a cantar.

O si usque edita victus sapientia et lengua deus no praetendiese ( todos a la vez)

Beatus vir,qui suffert tentationem ( Miroku solo)

Quaoniam cum probatus fuerit accipiet coronam vital ( todos a la vez)

Kyrie ignis divine eleison ( Kagome sola)

O quam sancta,quam serena,quam benigma,quam amoena ( Todos a la vez)

O castitatis lilium (Kagome sola)
Aaa aaaaaa aaa aaaa ( todos a la vez)
Aaa aaaaaaa aaa aaaaaaaaaaa
A aaa aaa aaaa aaaaaaa
Kyrie ignis divine eleison ( Kagome sola)

O quam sancta,quam serena,quam benigma,quam amoena ( Kagome sola)

O castitatis lilium ( Kagome sola)


Cuando terminó la canción todo la gente comenzó a aplaudir y a levantarse de sus bancos para dirigirse a las salidas.
Kagome y miroku bajaron las escaleras y fueron con sus amigos.
- Qué tal hemos estado? – preguntó Miroku.

- Tú desafinabas- le contestó Inuyasha- Kagome, en cambio, cantaba como los ángeles.

Kagome se sonrojó por el comentario y le abrazó mientras que Sango desmentía a Miroku lo que le había hecho Inuyasha.
Kikio y Kouga miraban asqueados a ambas parejas. Les parecían patéticos.
- Kagome, eres tú de verdad? – preguntó un hombre detrás de ella.

Continuará...

Espero que os halla gustado y que posteeis mucho

Besos

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

CAP. XXVII :


- Kagome, eres tú de verdad? – preguntó un hombre detrás de ella.

- Sí, yo soy Kagome, señor- decía mientras se giraba- y usted?
Se quedó sin habla al ver ese hombre. Se parecía muchísimo a ella. Tenía el cabello del mismo color azabache que ella y su mirada se asimilaba a la de ella.
Vestía con unos elegantes mocasines de color ocre, unas medias blancas, unas mayas negras, una camisa blanca cubierta por una chaqueta negra de cintura a cuello y una capa larga hasta los tobillos de color negro. En la cabeza llevaba un sombrero enorme negro con una larga pluma blanca.
Había algo en ese hombre que le era increíblemente familiar pero no sabía el qué. Cuando le miraba era como si no fuera la primera vez.
Además le transmitía una sensación de calidez y tranquilidad que hasta el momento solo había sabido transmitirle Inuyasha.
Quién era ese hombre?
A penas podía hablar de la impresión que le dio ver a ese hombre.
- bueno, supongo que no debes de conocerme- murmuró al verla tan callada- soy Tatsuke Higurashi conde de Rosewood y tu legítimo padre.
A Kagome eso le cayó como un balde de agua. Su padre?
Era cierto que su apellido era Higurashi. Lo sabia desde que era pequeña pero nunca le dijeron que fuera hija de un conde. Debía de haber algún error.
- Yo- yo... yo no puedo ser quién busca... – murmuró con dificultades para hablar.

- Eres el vivo retrato de tu madre- sonrió- la diferencia es que ella tenía el cabello castaño y tu mirada... es como la mía.
Kagome seguía sin poder creer lo que oía. Se echó hacía atrás chocando con el pecho de Inuyasha. Iba a pedirle ayuda así que se dio la vuelta y le suplicó con la mirada.
- No huyas de tus problemas pequeña- le murmuró.

- Qué?!
Inuyasha la hizo girarse y la empujó hacía delante para acercarla a su padre. Kagome no sabía qué hacer. Miró al sumo sacerdote y vio que asentía refiriéndose a que ese hombre era su padre.
Lo más probable era que él lo había buscado para ella. Buscó a Miroku y vio como el la sonreía.
Sonrió tristemente con los ojos llenos de lágrimas y abrazó a su padre. Casi al instante el hombre la correspondió y la abrazó amorosamente.
- yo-yo... yo siempre... – miró a su padre a los ojos- siempre quise conocerte.

- Ahora vas a tener el resto de la vida para conocerme- le acarició la mejilla a su hija- pensé que estabas muerta.

- Y eso?

- Cuando me comunicaron que tu madre había muerto al no decirme nada sobre ti me puse a contratar a todo tipo de hombres para que te buscaran por todo el país- suspiró- nadie te encontró. Estuve buscándote durante 10 años y ahora te tengo delante de mí. Sonrió tristemente- supongo que a nadie se le ocurrió buscar en una iglesia.

- El sumo sacerdote cuando venían a hacerle preguntas sobre aquella noche siempre decía que mamá vino sola sin ningún bebé- se dejó abrazar otra vez- no s fiaba de esos hombres. Decía que en realidad podían querer hacerme daño.

- Fue muy responsable por su parte- sonrió de nuevo- me alegro de que me halla traído hasta ti- dejó de abrazarla y le agarró las manos- por qué no vienes a casa? , tu habitación está disponible para que la ocupes cuando tú quieras y te compraré cientos de vestidos de los mejores, te llevaré a todos los actos sociales... lo que me hace pensar que debo presentarte.

- No hay prisa, papá...

- Por ti, siempre la hay...
Tatsuke volvió a abrazar a su hija amorosamente. Aún se arrepentía de haber pensado que ella estaba muerta. Su pequeña seguía viva y era como su difunta esposa.
Entonces fue cuando recordó que debía hablarle a Kagome de ella.
- Hay algo más que debo decirte, Kagome...

- Dime, papá- le dijo alegre.

- Me he sentido muy solo durante estos últimos años así que últimamente me he estado viendo con una mujer con la que probablemente me acabe casando.

- Me parece muy bien, papá!!! – exclamó Kagome.

- Tiene una hija de tu edad más o menos...

- Entonces tendré una hermanastra- seguía muy sonriente- cómo se llaman?

- Kagura y Kanna Erigí.

- Cómo?! – exclamó Inuyasha horrorizado.
Continuará...