de Inuyasha - koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!!!

Bueno, voy a dejaros la conti:


CAP. XX :


Notaba a la legua que Kagome ahora sí que estaba fastidiada. Iba andando detrás suyo por los pasillos de la rectoría mientras murmuraba incoherencias por lo bajo. Le estaba empezando a asustar. Probablemente, esa noche, estaría de un humor de perros.
Se paró en seco y se dio la vuelta para mirarla. Estaba preciosa con aquel vestido de color turquesa de manga corta que se adhería a sus pechos y con escote recatado.
Le sonrió y agarró su delicada mano. Al instante notó que Kagome se relajaba. Ahora, sí que se sentía bien.
Entraron juntos al despacho sin poder evitar oír los gruñidos del hombre lobo. Estaba encadenada a una esquina tratando de romper las cadenas por la fuerza y gruñendo como un lobo.
Kagome hizo una mueca al ver una cosa tan horrible y se pegó más a Inuyahsa intimidada por la bestia. Inuyasha en respuesta la atrajo a sus brazos y empezó a susurrarle cosas para que se calmara.

- No sé como puedes mantener una relación con esa niña tan endeble- comenzó kikio- no me puedo creer que tiemble de miedo por semejante cosa.

- Recuerda que Kagome al igual que el resto de las personas en este despacho excepto tú, yo y el lobo son humanos.

- Pero ella es la única que tiembla...

- Te aconsejo que dejes en paz a Kagome- le cortó Sango -o tendrás problemas.

Miroku que hasta el momento no se había fijado en que Sango estaba en la sala se quedó pasmado. Nunca había imaginado que podría mirar a otra mujer de la misma manera que a Kagome.
Llevaba unas mayas negras que se pegaban a sus muslos con unas botas de cuero y por arriba una especie de camisa que se adhería a sus curvas haciéndola exquisita. Se había recogido el cabello en una coleta dejando de esa manera a la vista su bello rostro.

- Y qué vas a hacer tú? - preguntó retóricamente kikio- no eres más que una niña huérfana de la alta sociedad.

Al instante la mirada furiosa de Sango se transformó en un dolor tan intenso que hasta Miroku pudo sentirlo en el fondo de su ser.

- La pregunta es- se metió Miroku- qué vamos a hacer lady Sango y yo.

Sango miró a Miroku al oír aquello y sintió que una corriente eléctrica le recorría todo el cuerpo al ver como la miraba. Le estaba mirando las piernas, las caderas, la cintura, los senos y sobretodo sus ojos. Parecía que se la quisiera comer.
Por otra parte, Kagome se había separado de Inuyahsa mientras este discutía algo con el sumo sacerdote y se había ido acercando lentamente al lobo.
La verdad es que de cerca no resultaba tan repugnante pero aún así necesitaba un buen baño.
Parecía alto aunque estaba sentado en el suelo, fuerte, tenía una larga melena negras recogida en una coleta alta y los ojos azules. No sabía si tenía la piel bronceada o si estaba sucio.
Llevaba tan solo unos pantalones caquis rotos a mitad del muslo de los que cortaban algunos jirones y una camisa blanca destrozada. Probablemente fuera un hombre muy apuesto una vez aseado. Pero seguía temiéndole. Él la miraba como un depredador a una presa y eso no le gustaba nada.

- Oye... - murmuró el hombre lobo con voz ronca- pequeña...

- Me dices a mí?

- Sí, te digo a ti hermosa- pegó un silbido- estas tremenda....

- Qué desea? - le exigió Kagome tratando de ignorar como la miraba.

- A ti... - murmuró sonriendo- aunque también hay otra cosa... - tragó saliva- necesito que me ayudes...

- Ayudarte?

Kagome no sabía que pensar. Ese hombre verdaderamente parecía estar en mal estado. Tenía unas marcas de garras en el pecho. Alrededor la sangre estaba seca y pegada a su piel. Se le veía muy débil y probablemente cerca de la muerte.
Era un hombre débil y su deber era socorrerle pero... sería seguro acercarse a él?

- En qué puedo ayudarlo?

- Acércate- murmuró haciéndole una señal con el dedo índice- venga, acércate un poquito más- dijo viendo que Kagome daba pequeños pasos- no tengas miedo que no muerdo durante el día.

Kagome se paró en seco. Probablemente el lobo no lo dijo para intimidarla pero aún así la asustó. Iba a correr a los brazos de Inuyahsa cuando le sorprendió mirándole a los ojos. Por más que quisiera, no podía ignorarle. Siguió acercándose hasta estar frente a él.

- Agáchate para que pueda decírtelo...

Kagome lentamente se fue agachando hasta ponerse de rodillas delante de él.

- Qué quiere?

- Necesito que seas mi rehén!!!

Continuará...

Espero ke os halla gustado y que posteeis mucho

Besos

PD: os pasaríais por aquí? http://foro.cemzoo.com/showthread.php?p=1228812967#post1228812967
Es un oneshot que he escrito.

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!!

Bueno, vengo a traeros la conti:


CAP. XXI :

Kagome lentamente se fue agachando hasta ponerse de rodillas delante de él.

- Qué quiere?

- Necesito que seas mi rehén!!!

Kagome no tuvo tiempo ni a reaccionar ante aquella petición. El hombre lobo había roto las cadenas de un tirón y las había puesto alrededor de su cuello.
Se estaba asfixiando con las cadenas en esa zona muy a pesar de que aún no había comenzado a apretarlas. Había empezado a maldecir por lo bajo el momento en que se le ocurrió brindarle un poco de amabilidad.

- YA PUEDES IR SOLTÁNDOLA, KOUGA!!! - gritó Inuyasha amenazante- si le haces algo te juro que te mataré de la peor de las formas.

- Bueno, pero supongo que el hecho de que ella también este muerta me sería un gran consuelo, no crees príncipe de la oscuridad?

- Príncipe de la oscuridad? - murmuró Kagome ahogándose.

El hecho de que Kouga le llamara así pareció enfurecer más aún a Inuyasha. Pero le impidió perfectamente avanzar hacía Kouga para hacer algo temerario que pudiera costarle la vida a Kagome.
Kouga empezó a moverse hacía la puerta arrastrando consigo a Kagome. Iban a intentar seguirle pero él apretó más las cadenas alrededor del cuello de Kagome haciendo que esta gritara de dolor.
Cuando ya no estaba a la vista le quitó del cuello las cadenas a Kagome y empezó a lamerle la zona dañada. Por primera vez en su vida se arrepentía de haberle hecho daño a una mujer.
Cuando creyó que ya era suficiente abandonó su cuello y la subió sobre el hombro para seguir huyendo. Tenía planeado llevársela hasta estar bastante lejos de la iglesia y luego dejarla libre.
No tenía ninguna intención de matarla o violarla muy a pesar de que la idea le resultaba de lo más tentadora.
Salió a los jardines de la zona trasera de la iglesia y decidió dejarla allí. Solo le faltaba saltar el muro y la verdad que no merecía la pena llevársela lejos cuando el escapar de ese lugar era algo sumamente sencillo.
Se paró en medio del jardín y delicadamente la depositó en el suelo. Pero ocurrió algo que no esperaba.

PLAFF

Kagome acaba de darle una bofetada en la mejilla. Nunca una mujer había osado abofetearlo.
Llevó su mano a la mejilla en un vano intento de aliviar el escozor que sentía. Debía tener toda la zona al rojo vivo.
Inuyasha, Miroku, Sango y Kikio que habían seguido al lobo y habían echado a correr en cuanto vieron las cadenas que rodeaban el cuello de Kagome en el suelo se quedaron parados muy cerca de ellos alucinados por lo que habían visto.
Todos habían presenciado como abofeteaba a Kouga.
Inuyahsa hubiera reído si no le hubiera abordado la cabeza el pensamiento de que ahora Kouga estaría furioso y querría matarla.

- Tú... tú... me has abofeteado- Kouga parecía de lo más sorprendido-yo- yo ... no s- sé...por qué?

- Me estas preguntando por qué lo he hecho, en serio? - Kagome parecía realmente furiosa- primero me engañas haciendo pucheros para que me acerque a ti y cuando yo amablemente te ofrezco mi ayuda tú te aprovechas y me tomas como rehén. Pretendes estrangularme con unas cadenas y luego intentas secuestrarme. Crees que no tengo motivos suficientes para abofetearte?

- Nunca antes... una mujer se había atrevido a golpearme de ninguna manera... - murmuró sonrojándose- eres maravillosa!!!

- Qué? - Kagome no entendía nada de nada.

Kouga se acercó más a ella para verla mejor. Kagome pudo percibir lo sonrojado que estaba y lo tiernamente que la miraba.
Ni él mismo se podía creer lo que estaba sintiendo por dentro. Nunca antes una mujer le había hecho sentir algo tan intenso. Por primera vez se sentía completamente lleno y rebosante de amor.
Rodeó con uno de sus brazos la cintura de Kagome y la atrajo hasta pegarla a su cuerpo.

- Tú serás mi esposa- dijo completamente decidido.

- Cómo?

- Eres perfecta para ser mi esposa. Eres bella, inteligente, amable, dulce, con carácter- sonrió- tienes que ser mía.

- Pero... oye, espera- le suplicó cuando él intentó besarla- ni siquiera me conoces. No puedes decir que voy a ser tu esposa.

- Claro que puedo- la contradijo- ahora creo en el amor a primera vista.

- << Inuyasha lo va a matar como lo oiga>>

- ALÉJATE DE MI MUEJR AHORA MISMO!!!!!! - gritó Inuyasha agarrando el brazo de Kouga que sujetaba la cintura de su amada.

Continuará...

Espero que os halla gustado y que posteeis mucho

Besos

 

Re: koroso kawaii hanyou( matar al apuesto hanyou)

Hola!!!!!!!!!

Aquí está la conti chicas:


CAP. XXII :


Kagome se asustó al oír la voz de Inuyasha pero le asustó más cuando le vio agarrar el brazo de Kouga y retorcérselo hasta hacerlo arrodillarse. Hubiera intervenido pero la mirado que le lanzó Inuyasha hizo que se le erizarán los cabellos. Estaba realmente furioso.
Vio como Inuyasha agarraba a un costado su vestido y tiraba de ella hasta pegarlo a su costado. Rodeó su cintura con tanta fuerza que la hizo gemir de dolor y luego le ordenó que le mirara.
Kagome al principio no se atrevía a contemplarle tan siquiera debido a la frialdad con la que la había tratado. Finalmente, aspiró un poco de aire y levantó la cabeza.
Esa mirada le heló la sangra. Tenía el ceño totalmente fruncido y en sus orbes doradas se podían distinguir algunas chispas de furia. Kagome nunca había podido imaginar tan siquiera que alguien pudiera mirar con tanta furia a una persona.

- Me da igual que te tomen como rehén o que intenten golpearte o cortejarte... - comenzó con un tono en el que claramente estaba tratando de contener los gritos- si se te ocurra volver a permitir que nadie que no sea yo te elogie o te ofrezca las estrellas.

- Inu...

Él no le permitió seguir. Agachó la cabeza y atrapó su boca en un apasionado beso. Era tan salvaje que Kagome no pudo evitar acabar sucumbiendo a tanta pasión y se entrego por completo al beso.
Miroku observó la escena con dolor. No pudo más que agachar la cabeza y mirar hacía otro lado para no oír los entrecortados gemidos entre el beso o ver la proximidad de sus cuerpos y de sus lenguas...
Sango le observó apenada. Sabía que podía tener a Miroku. Después de lo de la biblioteca había descubierto que tenía una oportunidad pero hasta entonces, Miroku iba a sufrir mucho por Kagome. Ojalá pudiera ayudarle a superarlo pero era algo que debía afrontar solo. No quería herir su orgullo.
Kikio al igual que Kouga observaba llena de rabia la escena. Había vuelto no solo para espiar al enemigo sino que también para llevarse a Inuyasha. Había cometido un error al rechazarle hacía tres años. No amaba a Inuyasha. Ella era incapaz de amar pero deseaba el poder que tenía en los infiernos.
Le dejó en el momento en que descubrió que todo iría a parar a su hermano mayor y su esposa. Se sintió estúpida por haber perdido el tiempo con aquel niñato con sueños de formar una familia.
No le interesaba nada amargar su relación con Kagome pero había descubierto hacía poco que Inuyasha también iba a heredar y por lo visto más que su hermano mayor debido a el que mayor tras tener otro hijo había decidido renegar de más de la mitad de su herencia tanto política, como territorial y material.
Quisiera o no hacerlo, debía separarlos...

- Me has entendido- murmuró contra sus labios húmedos por el reciente beso- no te permitiré que te contonees con ningún otro hombre aunque no te interese.

- Claro- murmuró ella agarrando con fuerza la camisa de Inuyasha y recibiendo un corto beso de su amado- aunque no me interese. No me acercaré a ningún otro hombre. Soy solo tuya...

- Mía... - murmuró antes de envolverla en un cálido abrazo.

Kagome trató de rodear el cuello de Inuyasha con sus brazos pero este no se lo permitió. Depositó sus brazos en su pecho y la apretó contra él para evitar que los moviera.
Kagome iba a protestar pero Inuyasha aprovechó que abría la boca para volver a apoderarse de ella. Se aprovechaba de ella a la menor oportunidad aunque estuvieran en público y aunque no le gustaba admitirlo, eso le gustaba.
El beso hubiera continuado si no hubieran oído gritar al sumo sacerdote. Miraron a las puertas que daban al jardín y le vieron completamente horrorizado mirándolos.
Kagome, muerta de la vergüenza escondió la cabeza en el pecho de Inuyasha y comenzó a sollozar.
Inuyasha al sentir los sollozos de su chica la abrazó más fuerte y empezó a murmurarle palabras dulces para que se calmara un poco mientras que pensaba en como calmar al sumo sacerdote.
Puede que le hubiera permitido tener una relación con Kagome pero aún así era una escena demasiado fuerte para él. Iba a soltar a Kagome y a dirigirse hacía el sumo sacerdote para ofrecerle sus más sinceras disculpas pero cambió de ida al ver a Kouga mirando las caderas de su mujer.
Le daba pánico dejarla sola con ese lobo. Si él había estado a punto de tomarla por la fuerza, ese lobo no lo iba a dudar un momento y se iba a lanzar sobre ella.

- Kagome- le murmuró contra el oído- ve con Miroku y con Sango mientras yo hablo con el sumo sacerdote.

- Pe- pero... - respiró hondo y se armó de valor- se supone que somos una pareja así que debemos enfrentarnos juntos al sumo sacerdote.

- Kagome...

- Yo te amo muchísimo, Inuyasha- murmuró con los ojos llorosos- y no pienso dejar que tú siempre cargues con todos nuestros problemas. Debemos enfrentarnos juntos a todo.

Inuyasha se la quedó mirando como si fuera la primera mujer que veía en el mundo. La veía tan hermosa por dentro como por fuera y eso le hacía suspirar de placer. Jamás soñó tan siquiera el poder sentirse tan amado por alguien.
Acarició la suave mejilla de Kagome y después le agarró la mano para dirigirse juntos hacía el sumo sacerdote.

Continuará...

espero que os halla gustado y que posteeis mucho

Besos