Shiga Koga

Akihito Shishio

A decir verdad no le sorprendió que Kodoku y Aki se negaran a la oferta por ambos chicos, ni siquiera él quería aceptarla por el riesgo que eso implicaba por muy simplificado que pusieran aquel "plan" aunque realmente no lo estaba expresando vocalmente, no eran expertos en robo y además lo terminarían haciendo en la misma casa de Murai para empeorar las cosas.

—Eso forma parte de nuestras tareas aquí, es ser útiles, como dijo Haku... —Entendía que podía ser nada serio aquel comentario, pero de igual forma no sentía que fuera correcto dejarlo así, como si fuese malo que tuvieran que limpiar cosas o algo similar. Luego, ante su explicación solo pudo ladear levemente su cabeza en toda aquella teoría del budismo al no ser algo que compartía en lo absoluto y tampoco sabía muchas cosas, pero, sentía que era un discurso bastante apasionado para conseguir aquella ayuda que necesitara.

Y al mismo tiempo cambiar como si nada el tema de conversación a algo completamente distinto.

—Tampoco me molesta no entender la mayoría de lo que dijiste, pero, ya es la única forma de que completes el pago así que te ayudaré en lo que pueda de esa forma—Aunque eso implicaba también dejar a Tomoe con las tareas restantes y eso tampoco parecía correcto —. Si podemos conseguirlo a tiempo prometo regresar para ayudarla a terminar las tareas, si es que todavía se puede ayudar en alguna... —Dijo en dirección a Tomoe como a manera de disculpas por dejar los encargos a medias.

—Después de que hagas tu regalo, vayamos por eso.

 

Seinkanji Yamagawa

Yamagawa se quedó en silencio, parpadeando tres veces mientras su sonrisa se ensanchaba como un niño feliz ante las palabras de Aki. No respondió, no encontraba tampoco palabras adecuadas para responder a lo que, con firmeza pero sin prejuicio, le había dictado Aki; un regalo se da sin más, no se pregunta. Pero él fallaba en la categoría de comprender los extraños sentimientos que le generaban las mujeres; lo ponían nervioso. Realizó una reverencia como toda respuesta y al escuchar a Akihito se enderezó.

—¡Gracias, señor Shishio! Pero el regalo puede esperar, de momento —dijo con felicidad, aplaudiendo una vez en un vano intento de evitar su ruboricidad —¡Estoy seguro que el señor Sabaku también querrá venir! El botín es muy jugoso y podremos repartirlo entre los cuatro. —se frotó las manos, mirando a Kodoku. —¿Qué cosas podemos esperar de Murai? Es decir, ¿con qué puede sorprendernos? —recordó que no repararon en la presencia del shinobi en la casa de armamento hasta que él quiso que así sea. Era una sombra.

Luego miró a Tomoe y le dedicó también una reverencia.
—Si dice que le ayudamos con la tarea de limpieza también le daremos una parte del botín. Para justificar su silencio, señorita Tomoe. ¿Ven? ¡Trabajo en equipo! —alzó un puño y lentamente giró la cabeza hacia donde se encontraba Aki. No pensaba desaprovechar la ocasión para demostrar a la mujer que él, Seinkanji Yamagawa, estaba forjado de la pasta de los héroes.

 

Dojo [exterior]
[Kodoku; Kaien; Tomoe; Seikanji; Akihito; Aki]

Aki escuchó que su regalo se lo daría después, en cambio ella sacó una flecha roja de su carcaj y se la entregó a Seikanji —Querías una ¿No es así? Así es un regalo, es tuya ahora —se la entregó para después recoger las demás flechas que habían ayudado a fabricar y corrió al dojo, donde Konan esperaba.

Tomoe sonrió y afirmó —Mi silencio siempre lo tienen, vayan y molesten a Murai — miró a Akihito — No te preocupes, son tareas muy sencillas; no me molesta hacerlas, así me mantengo entretenida —le preocupación de Akihito le parecía adorable.

—Entonces somos cuatro —mencionó Kodoku —¿Qué podemos esperar a mi padre? —Kodoku se giró para señalar el árbol mas alto de Koga —Una vez me colgó allí medio día porque perdí le perdí su sombrilla favorita; el árbol daba suficiente sombra así que no fue algo tan malo. Mi padre no es de castigarnos demasiado, en cambio mi madre... en fin, vamos por ello

---

Avanzaron hacia una de las casas de la aldea; era sencilla, nada mas extravagante a las de los demás, no buscaba ser ostento, esa era la casa de los Sugita.

​

Kodoku miró su hogar —Entraré tratando de distraer a mi padre; seguramente sus cosas estarán en su habitación es esa —mencionó a la que tenía el balcón — si no la encuentran allí, seguramente aun la lleva consigo. y allí será mucho más difícil.

Contenido oculto

Nekita no puedes subir directamente al balcón; pero tienes sigilo, tira un dado de 20 y obtén 10 o mas; luego uno por búsqueda de 20 y obtener 15 o mas
Insane si participas, puedes escalar al balcón; luego uno por búsqueda de 20 y obtener 15 o mas
rapuma no puedes subir directamente al balcón; pero tienes sigilo, tira un dado de 20 y obtén 10 o mas; luego uno por búsqueda de 20 y obtener 15 o mas

Kodoku tirará un dado de 50 para distracción:

1-10= Murai no se entretiene con Kodoku
11-20= Murai se distrae por un turno (les da oportunidad de buscar nuevamente)
21-30= Murai se distrae por dos turnos (les da oportunidad de buscar nuevamente)
31-40= Murai se distrae por tres turnos (les da oportunidad de buscar nuevamente)
41-50= Murai se distrae por completo con Kodoku (les da oportunidad de buscar nuevamente)

 

Akihito Shishio

Asintió con suavidad ante las palabras de Tomoe, al no tener algo mas de manos extras si iba a entretenerse en las tareas que pensaba un poco más de lo que quizás hubiera esperado pero, mientras no fuera algo malo para ella no había mucho de que preocuparse. Siguió entonces con la mirada a Kodoku, viendo el árbol en cuestión por unos segundos y luego hacia él nuevamente.

¿Colgado? ¿De dónde? ¿Cómo? ¿Por cuánto tiempo? ¿Y su madre qué?

Ajustó un poco más su coleta solo para distraerse un rato mientras caminaban hacia la casa de Murai. —Habitación del balcón entonces...—murmuró más para sí mismo que para alguno de los presentes —, esperemos que realmente la hubiera dejado allí, no perdamos más tiempo.

 

Seinkanji Yamagawa

—Oh. —musitó con sorpresa al tener entre sus dedos una de las flechas rojas que Aki empleaba en su entrenamiento diario; eran su firma al asesinato. Eso le agradaba, por lo que sintió respeto y admiración, y por otro lado una extraña sensación que no conocía y creía no haber experimentado nunca. Le daba nauseas. Agachó la cabeza en clara muestra de sumisión y gritó avergonzado. —¡Le daré el mejor regalo del mundo! —y se escondió tras Akihito, como si de ese modo pudiera escapar de la vergüenza de sus palabras.

Seinkanji observó impresionado como Akihito, con una destreza digna de felinos, trepaba por el balcón con una simpleza que daba envidia. Afirmó hacia sí mismo, con decisión.

Él también llegaría al balcón.

 

​

 

Casa Sugita
[Kodoku; Kaien; Akihito; Seikanji]

Kodoku entró a su casa; allí encontró a su padre con quien se quedó hablando de venenos mientras sus compañeros buscaban.

Akihito subió al balcón sin problema; del mismo modo lo hizo Seikanji mientras Kaien vigilaba abajo, dejando a aquellos dos con el trabajo de búsqueda mientras él los alertaba si Kodoku fallaba.
Akihito deslizó la puerta con cuidado y con ello entraron sigilosamente en la habitación. Era un sitió muy tranquilo, ordenado y clásico; no hacía ningún tipo de ostento, no se sentía como la habitación del hombre más importante en Koga. Lo único que realmente destacaba era una estatua de jade de el Dios Azura.

​

Akihito buscó y encontró algo interesante, entre todo lo que pudo haber tomado en sus manos sujetó una prenda interior; al principio parecía ser un simple obi; pues estaba doblado con cuidado; pero no era un obi.

Mientras Akihito buscaba entre las prendas; Seikanji miraba como lo hizo en la casa de armamento de Kyuzo; no buscaba lo obvio, sus ojos no se enfocaban a lo que estaba al nivel de su vista; por ello miró al suelo, observó el tatami hasta encontrar uno que parecía mas desgastado; no era algo evidente, sólo alguien que miraba a detalle notaría eso. Levantó el tatami y encontró varios objetos: viejas cartas de amor entre él y Mako; diversos prendedores con distintas crestas familiares; una misiva con el sello imperial; un inro: un contendedor de medicamentos; un yatate: un set de escritura para viaje; una caja de bambú con un listón que la mantenía cerrada; un rollo; un pequeño saquito con monedas; otro saco mas grande, este lo reconoció de inmediato pues era el que buscaban.

Seikanji revisó la bolsa, había suficientes monedas como para pagar su deuda con Hoshi y aun le sobraban monedas; y también en esa bolsa había unos dados de madera, estaban tallados a mano con delicadeza, cinco dados de quince caras muy buenos.

Contenido oculto

Nekita obtuviste calzoncitos de Murai :3
rapuma obtuviste la bolsa con 745 monedas! Y unos daditos

Ambos: Kodoku les dio dos turnos mas; ya Seikanji encontró la bolsa la cual toma en este turno. Pero pueden indagar entre las cosas privadas de Murai si quieren jajaja tienen dos turnos, por lo que cada quien puede elegir dos objetos a revisar en ese lugar (esos dos turnos los simplificamos en su próximo post, por ejemplo pueden elegir tomar las cartas de amor y los prendedores, revisarlos o robarlos) también pueden optar por no tomar nada mas.

 

Seinkanji Yamagawa

Sonrió al dar con el secreto del gran Murai Sugita; enseñó la bolsa grande de monedas a Akihito, aunque no la movió demasiado, no quería que el sonido alertara a los que estaban en el piso inferior. Le llamó con una mano para que se acercara y le señaló con el mentón la cantidad de cosillas curiosas que había en aquél hueco secreto. Una carta con el sello imperial. Seinkanji la tomó entre las manos pero negó, él sabía hasta dónde se encontraban sus límites; no se veía capaz de rasgar el sello y volver a cerrarlo como si estuviera sin abrir, era imposible. Dejó la carta en su sitio pero se interesó por la cajita de bambú con el listón; podía replicar el moño del listón sin problemas, por lo que decidió abrir la cajita...

 

Akihito Shishio

La habitación lo sorprendía por su simpleza, pero quizás al mismo tiempo que la decoración fuera como cualquier otra lo ayudaba ver a la familia Sugita todavía de una forma más ¿empática? ¿agradable? Caminó en silencio por la habitación realmente sin saber donde iniciar a buscar, no estaba familiarizado con el robo en cuestión, donde ver o a qué cosas prestarle atención. Primero notó aquella estatua, conocía poco del budismo en cuestión pero sentía que ya decía mucho que tuviera una estatua en cuestión de aquel dios.

Adictos a las pasiones como la ira, fuerza, orgullo...y de vidas placenteras, si no estaba equivocado.

Lo que encontró...bueno, prefirió dejarlo tal y cómo lo había encontrado antes de girarse hacia Seikanji para ver si había tenido más suerte, y cuando vio que si, suspiró aliviado. Para felicitarlo sin verse comprometido con su voz dio un par de caricias en su cabello con una pequeña sonrisa, antes de mirar con curiosidad todo lo demás que había allí, interesándose en revisar los prendedores, puesto que también era más sencillo dejarlo tal y cómo lo habían encontrado.

¿Los prendedores serian parte de las identidades que tomaba?

Ya que ambos revisaron aquello de interés y lo regresaron a su lugar, le indicó con un movimiento de cabeza el balcón para que se retiraran antes de que los notaran.

 

Casa Sugita
[Kodoku; Kaien; Akihito; Seikanji]

El listón cedió con facilidad y Seikanji abrió la caja, en ella encontró viejos papalotes doblados, era evidente que ya no podrían volar mas, estaba viejo y el papel era frágil; eran cuatro en forma clásica de pez koi.

Contenido oculto: Ejemplo

No era lo único en esa caja, también había tres vasos de porcelana para sake, en cada uno de ellos estaba escrita una leyenda "No nacimos el mismo día, pero buscamos morir el mismo día" y debajo de cada vaso había un nombre: Murai; Kozaemon; Sakurai.

Akihito revisó los prendedores; había varios de distintos clanes, incluyendo Minamoto; Fujiwara; Asakura; Taira; Harima; Minami; Hyogo; Mori... básicamente tenía uno de cada uno. Pero allí había uno que no correspondía con una casa que reconocieran.

Contenido oculto: Mon misterioso

Ambos salieron de aquel sitio con tiempo de sobra.

Kodoku se asomó para revisar que ambos ya estaban esperándolo en el exterior, así que se despidió de su padre quien genuinamente ignoraba la presencia de aquellos quienes habían hurgado entre sus cosas.

Kodoku se acercó a ustedes —¿Lo consiguieron?

Contenido oculto

Nekita
rapuma

 

Akihito Shishio

Cuando por fin se vio reunido Koduku con ellos se sintió algo más aliviado, ya podían dar por fin por terminado aquella peligrosa asignación y había salido sorprendentemente bien. De igual forma y solo por si acaso terminó asintiendo para responder a su pregunta. —Ya debería de estar todo bien, gracias por la ayuda —Le sonrió con tranquilidad antes de mirar a su compañero —, y...recomendaría que mejor fueras de una vez, antes de que otra cosa suceda.

Que lo apostara o bien se lo quitaran de nuevo.

—Yo creo que veré si quedó otra cosa en la que pueda ayudar.

 

Seinkanji Yamagawa

Cabeceó afirmativamente a las palabras de Akihito, sacudiendo, ahora sí, el saco de monedas que había logrado capturar. Le sonrió a Kodoku.

—¡Muchas gracias por la ayuda! Murai no se enterará nunca que le falta este dinero. Bueno, eventualmente se dará cuenta... pero ya tendré lo que necesito para ese entonces.

Miró entonces a Shishio, señalando hacia la armería.

—Señor Shishio, yo esperaba que me pudiera acompañar. Si usted mejora en la calidad de sus armas, mejoraremos como equipo. Es decir, estaremos juntos, ¿verdad? Y eso quiere decir que tenemos que mejorar y no solamente aquí. —se tocó la cabeza. —Si no también aquí. —tocó su cintura, dando a entender que se trataba sobre las armas que empuñaban. —Si tu te haces fuerte, yo me hago fuerte. Es así como funciona.

 

Akihito Shishio

Estaba más bien preparado para tener una despedida un poco más formal para retirarse y no una invitación para acompañar a Seinkanji con el señor Hoshi para mejorar su armamento, el problema es que ni siquiera sabía cuánto iba a sobrar de su deuda y luego la repartición que supuestamente iba a hacer entre las cuatro personas y no saber siquiera cuánto iba a costar eso.

—Una cosa a la vez... entiendo lo que dices, y sí, tienes razón, si mejoramos ese aspecto podremos mejorar también como equipo —Asintió suavemente —. Primero paguemos tu deuda, después el plan que tenías de dividir el resto, y de allí podemos pensar en lo que sugieres, todavía tenemos un camino por recorrer y si es posible hacerlo de forma pronta, lo haré, si no, no hay nada malo en ser paciente mientras seguimos entrenando, ¿no?

No veía una necesidad muy grande de endeudarse para adelantar las cosas, de igual forma, tenía que ser fuerte con lo que tuviera en manos.

—Por cierto... si así lo deseas podrías decirme solo por mi apellido, no creo ser tan mayor... —Se permitió reír por ser algo que no había aclarado antes, pero, era un detalle que realmente no le afectaba, lo dejaba en sus manos —¿Nos acompañarías también con el señor Hoshi, Kodoku?

 

Casa Sugita- exterior
[Kodoku; Kaien; Akihito; Seikanji]

Kodoku sonrió al ver la bolsa en manos de Seikanji — ¡Por eso mi padre los aceptó en Koga!— dijo entusiasmado, para luego taparse la boca y correr hacia la casa de armamento —¡Vamos! quiero ver que ha hecho Hoshi.

---

​

Casa Sugita- exterior
[Kodoku; Akihito; Seikanji]

La noche llegó a Koga; mientras llegaban a la casa de armamento. Hoshi estaba en el interior leyendo tranquilamente; a su lado había dos kodachis en un hermoso soporte de pino.

Contenido oculto

Hoshi tardó un poco en terminar de leer la oración en la que estaba para después levantar la vista hacia ustedes.

— Están listas; he imitado el trabajo de tu primer kodachi para que el diseño fuera parecido — mencionó señalando el trabajo en aquel acero oxidado que Seikanji había llevado aquella mañana — Es el mejor filo que he tenido el honor de trabajar.

Contenido oculto

Nekita
rapuma tira dos dados de 16 caras

 

Seinkanji Yamagawa

En el camino a la casa de armamento Reiko, la loba de Seinkanji, apareció como una sombra y comenzó a caminar a su lado; al parecer ya había explorado todo lo posible y el animal no había encontrado algo de utilidad en la ciudad de Koga. Al menos no algo útil que le interesara a su amo. Una vez dentro de la casa de armamento, Seinkanji corrió veloz hacia las kodachis, admirando el brillo perfecto y deslumbrante de ambas. Cerró sus ojos y le regaló una de sus mejores sonrisas infantiles, de esas que te encogen el corazón... en caso de que Hoshi tenga uno.

—¡Muchas gracias, señor! —juntó ambas palmas y reverenció con torpeza, estaba emocionado. —¡Tome, aquí tengo mi paga! —abrió la bolsa sobre el mostrador y desplazó todas las monedas frente al hombre. Juntó las que sobraban y las sopesó con su mano izquierda, quería saber si aún aguardaba dinero para el arma de su colega. —La katana del señor... de mi amigo Shishio. —miró en dirección a Akihito y le sonrió, demostrándole que había entendido sus palabras, ya no lo llamaría señor. Luego volvió a mirar a Hoshi. —La katana de mi amigo, ¿habría posibilidad de poder mejorar su filo de igual forma que mis kodachis? —miró sus armas fabricadas, el brillo era excepcional y saber que ese filo pertenecía al mejor herrero de todo Japón le gratificaba enormemente. Tomó sus armas con destreza y las observó de cerca, viendo su reflejo en el brillo. —¡Brillan más que las de la señorita Oshin! —le dijo a Kodoku, feliz de poder portarlas.

 

Akihito Shishio

Sonrió ante el comentario de Kodoku antes de ponerse en marcha hacia la casa de armamento, donde apenas entrar hizo una reverencia para saludar a Hoshi y esperó con sus manos detrás de la espalda a que terminaran de tratar el tema en cuestión y Seinkanji pudiera pagar finalmente aquella gran deuda que tenía y asegurar sus armas.

Tan solo cuando fue mencionado su arma, se la mostró con cuidado aunque realmente en ese momento no deseaba tocar muchas cosas por lo que había encontrado, sentía que ya que como ya era de noche, ya no debería de tardar mucho para poder limpiarse y por consecuencia su arma —En caso de ser posible, me gustaría primero saber cuál sería el precio de eso para que no tenga que trabajar en vano si no llego a tener el dinero suficiente...

 

Casa de Armamento
[Kodoku; Akihito; Seikanji]

Hoshi no sonrió ante la reacción de Seikanji, ni siquiera cuando este le pagó —No creí que consiguieras el dinero, buen trabajo; odio que me hagan esperar, así como lo hace Oshin —dijo guardando las monedas para después escuchar la sugerencia, miró a Akihito con seriedad, la formalidad del joven le agradaba —Son doscientas monedas.

Contenido oculto

rapuma si le pagas esa mejora te quedas con 45 monedas restantes
Nekita si Seikanji paga, podrás tirar un dado de 20 en tu siguiente post

 

Seinkanji Yamagawa

Colocó las monedas sobre la barra, invitando a Hoshi a que se pusiera manos a la obra. Sonrió y miró a Akihito, saludándole con una mano aunque estuvieran prácticamente uno al lado del otro.

—¡¿Somos un equipo, verdad?! ¡Tenemos que ser fuertes para poder doblegar a quien sea! —aplaudió feliz, dando un saltito en el lugar.

 

Akihito Shishio

Doscientas monedas... si no estaba mal, con el pago de las flechas apenas tenía un total de 110 monedas con él, tendría que juntar 90 monedas quizás con algunos otros trabajos que pudiera conseguir en Koga, no era una meta lejana en lo absoluto, podía cumplirse en un tiempo decente para poder tener aquella mejora en su arma, pero cuando vio que Seinkanji ofreció aquellas monedas sin pensarlo demasiado y le dedicó esa sonrisa no pudo evitar sonreírle de vuelta como agradecimiento.

—Somos un equipo —reafirmó manteniendo su sonrisa —, mas no puedo permitir que gastes la mayoría en mí cuando también planeabas otras cosas con eso—Agregó dándole de su bolsa 100 monedas, tenía en cuenta aquello que había mencionado de repartir —, puedo conseguir más dinero trabajando después. Ahora ya es algo tarde, no se cuanto tarde el proceso pero, pudiera traérsela mañana o dejarla esta noche, lo que usted vea conveniente señor Hoshi.

Contenido oculto

Que se quede con 10 moneditas ;-;

 

Casa de Armamento
[Kodoku; Akihito; Seikanji]

Hoshi observó el acto de compañerismo y afirmó; él hombre podría ser gruñón pero apoyaba la unión entre camaradas —Se nos vende esa idea del individualismo cuando se entrena para ser el mejor; pero es una trampa para alzar el ego porque el sistema sabe que no podemos contra él de manera individual — mencionaba mientras tomaba el arma de Akihito, la analizó con calma sin decir nada. Hoshi revisó el trenzado del mango y lo deshizo al ver que estaba muy dañado, era una katana usada. Imitar los trenzados que portaba el arma; una buena manutención se basaba en sólo mejorar, jamás cambiar las formas por sujeción para que el guerrero no cambiara su técnica. Era un trabajo de precisión y mucha observación. Pero esta vez no les pidió que recogieran el arma después.

Colocó la espada en la mesa y la desenfundó con cuidado; dejando la saya a un lado. De una pequeña cajita sacó un martillo de metal y una almohadilla; después sacó una botella chica con un aceite y unos trozos de papel ya pre-cortados en rectángulos; este lo extendió en la mesa y después sacó un paño y una bola de polvo, levantó la katana mientras daba golpecitos con ella a toda la hoja incluyendo el canto; tomó la almohadilla y recargó la punta de la katana en ella; pues el filo nunca debe tocar el suelo; después tomó el papel de arroz y con fuerza comenzó a limpiar la katana cuidando el filo para no cortarse; era un movimiento mecánico pero muy cuidadoso; repitió de nuevo el proceso dos veces.

Esto era un proceso lento.

Hoshi recargó unos momentos la katana en la mesa de madera, sobre el paño apuntó al mango; dónde estaba el trenzado; dio golpes estratégicos en el mango para desnudar el sable por completo; el mango lo dejó a un lado; el acero interno estaba un poco herrumbrado. Esta vez dejó la katana de manera horizontal, sacó de su caja de bambú tres piedras de afilar, cada una de un color distinto; y también un tazón de arcilla; de por debajo de la mesa sacó un jarrón con agua; sirvió a la mitad el tazón y sumergió las piedras de afilar en ella; dejándola reposar. Envolvió el filo con el paño y allí comenzó a limpiarla con mayor fuerza; cuidando que el filo no se moviera. Fueron muchos movimientos mas, lentos y constantes.

Hoshi volvió al tazón de arcilla y sacó la piedra mas obscura; la sacudió un poco y la colocó en la mesa, tomando la katana y viendo de manera horizontal el filo, con mucho cuidado para saber cómo debía actuar.
Comenzó con esa primera piedra sosteniendo la katana en ángulo, el sonido era algo hermoso; casi melódico.

Hoshi levantó la vista hacia ustedes, fue entonces que se dio cuenta que no les había indicado que se fueran. Los había ignorado todo ese tiempo.

Siguió con el afilado del arma en completo silencio; tardó mucho tiempo, el frío de la noche comenzaba a calar cuando hizo su última inspección de la hoja. Se levantó con katana en mano y dejó caer un papel sobre el filo de la katana; cortó al instante.

Volvió a su mesa de trabajo donde volvió a limpiarla antes de sacar la tercera piedra humedecida y comenzar con el proceso de pulido; el cual era distinto a todos los procesos anteriores; la hoja recorría la piedra más fácilmente y de un sólo movimiento; el brillo comenzaba a deslumbrar; a pesar de estar en interiores.
Al terminar Hoshi volvió a ensamblar la katana; limpiando también el mango y la funda; puliendo esta última y limpiándolas con aceite de bambú; la katana estaba terminada.

Hoshi colocó la katana en el exhibidor donde antes estaban las kodachis de Seikanji, hizo esto en lugar de simplemente dársela en manos a Akihito — Piensen en nombres para sus armas; si no tienen nombres nunca serán parte de ustedes.

Contenido oculto

rapuma
Nekita
Fichas actualizadas