Seikanji Yamagawa Comenzó a reír tras las palabras de Rengo, siempre sin que su trazo finalice, siempre marcando los bordes del dibujo, poniendo sombras aquí y allá. —¡Suena como una buena historia, Rengo-san! Tres personas unidas por el destino bajo circunstancias difíciles siempre es el comienzo de algo bueno. —sonrió mientras terminaba los últimos retoques de Natsu, una persona que nunca había conocido pero que gracias a los detalles que había oído podía retratarlo como si realmente le hubiera visto. —Tienes que estar feliz de poder contar su historia, nadie merece irse de este mundo sin que nadie nos recuerde. Y gracias a usted, Rengo-san, yo también le conozco ahora. Levantó el pergamino donde había retratado a Natsu y se lo entregó con una reverencia. —Espero haber logrado las expectativas. Con sus detalles y mi imaginación este fue el resultado Contenido oculto: Dibujo Natsu
Dojo [Aoi; Ryoshi; Fureku; Aki; Dozan; Akihito] Dentro del dojo Ryoshi sonrió inmediatamente cuando lo tomó de las manos; sus miradas se cruzaron, completas. Notaba la tristeza en sus palabras; pero mantuvo su leve sonrisa —Eres sólo eso ante la mirada inculta, un arma, un yurei; la visión de una persona suele ser muy limitada. Sólo aquellos que crecemos en carencia tenemos la virtud de ver lo que hay más allá —apretó con más fuerza las manos de Aoi —Tus ojos son cielo y tierra; son horizontes ilimitados. No eres sólo un instrumento; por eso estamos aquí, ahora... juntos. —afirmó— Tomaste una decisión; decidiste ayudarme. Tu maestro no te obligó a ello; yo tampoco. Fuiste tú, escogiste ayudarme ¿Sabes por qué fue? — sonrió — Porque nadie camina en esta vida completamente solo... de una u otra manera estamos atados a alguien; así como yo lo estoy contigo y tú conmigo; es por eso que nunca somos realmente libres; pero esa es la razón por la que reconocemos el dolor y la alegría —se acercó a su rostro, dándole un beso rápido en los labios —Por eso sentimos amor —llevó las manos de Aoi frente a él y las besó — No eres un arma, mucho menos un yurei; eres mi razón de ser —La seguridad en su voz era absoluta; no hablaba con gallardía, estaba siendo sincero —podré haber vendido mi alma, pero mi corazón es tuyo. Contenido oculto Ayeah Exterior del dojo Fureku hizo una mueca; más que de desaprobación, era una creada del sentimiento de no saber qué más decirle. Fue Aki la que se acercó —Perdón por haber sugerido este plan de acción. Fureku jaló a Akihito de la manga de su kimono —Podemos lanzarle piedras a su búho —dijo riendo para después desviar la mirada hacia Rengo, quien salía de la casa dónde vivían; nuevamente su mirada cambió de juguetona a amenazante; y el suave tirón de la manga de Akihito, se volvió un puño cerrado conteniendo la tela, la cual quedaría arrugada. Contenido oculto Nekita puedes seguir a Fureku o hacer otra cosa. Casa [Akihito; Rengo; Oshin] Habitación de Seikanji Rengo tomó el pergamino; sus manos temblaban, observó unos momentos aquellos trazos —Fue como un hermano para mi —dijo limpiando sus lágrimas en su manga —Encontraré la manera de compensar esto... Gracias —se notó que esa última palabra fue difícil de decir. Después de eso, salió de aquella casa. —Al menos te pudo haber dado dinero... por ambos dibujos —dijo riendo —Deberías darme uno de Haku a cambio de enseñarte mi escuela, así podría llevarlo a todos lados aunque las misiones nos separen. Contenido oculto rapuma
Akihito Shishio Esta vez se permitió reír un poco antes de contestar a las palabras de Aki, había sido una buena idea, no era culpa de nadie que todavía no tuviera la fuerza o velocidad para poder conectar un golpe a Konan —No te preocupes, creo que me diste una idea para ver si puede decirme cosas...aunque sean tan abstractas como una pista, y con eso quizás tendría que importunarte un poco si me golpea duro. —Hizo una pequeña reverencia de disculpas adelantadas todavía con una sonrisa en su rostro para que no lo tomara como algo muy serio, sentía que podía servir si llegaba realmente a poder cumplir el requisito. Además, tenía la esperanza de que un golpe quizás no llegaría a ser tan letal como el filo de una espada, ¿no? —Me daría mala reputación con los demás búhos...—Sentía que era un rechazo muy suave pero entendible a su idea, con el sentir de su manga siendo jalada tampoco dijo mucho, tan solo se dejó guiar casi al mismo tiempo que despedía a Aki con una de sus manos—, imagine, ni siquiera pude capturar a una cuando llegamos aquí, me hizo perder cien monedas. —Agregó en un suspiro con cierto pesar, no quería imaginar lo difícil que sería esa tarea si le comenzaban a temer más por atacar al búho de Konan, además claro, de que ningún animal tenía que pagar su mal desempeño. ¿Realmente iba a querer tirarle piedras al animal o la presencia misma de Rengo a lo lejos ya había cambiado el foco de su atención? Allí su mano libre se colocó sobre la de Fureku por unos cuantos segundos como si fuese una caricia, no para incitarlo a soltarlo o algo parecido, más bien para que volviera a centrar su atención en él. —Respire joven Ikeda... todavía no me ha dicho a dónde vamos... a menos que realmente quiera buscar al pobre búho.
Aoi Nobunaga El calor de Ryoshi la alcanzó tanto a través de sus manos como de sus palabras. No hubiera podido ocultar la sonrisa que se dibujó en su rostro ni con toda la concentración del mundo, aunque tampoco lo intentó. En aquel momento quiso aceptar su oferta, huir juntos y no mirar nunca atrás... Pero él tenía una deuda que saldar y era plenamente consciente de que, con los Taira, podrían hacerlo con mayor facilidad. Dejó escapar un largo suspiro e imitó el gesto de Ryoshi, besando sus manos a su vez. — Recuperaré tu alma.— Aseguró.— Aunque me cueste la mía. Meditó durante un breve silencio y se volvió hacia la puerta donde Dozan vigilaba. — Y la tuya también. — Añadió en voz ligeramente más alta. Si esos "hermanos" eran tan similares como creía, no tenía dudas de que Dozan había escuchado gran parte de su conversación.
Seikanji Yamagawa Reiko acompañó a Rengo al trote ligero; le agradaba el olor del humano. Le protegería. Seikanji miró a Oshin y afirmó con la cabeza varias veces, sonriendo. —Creo, señora Sugita, que tenemos un trato. ¡Sí! —gritó extendiendo sus brazos hacia el cielo. —Pero antes me gustaría hacerle una pregunta... —bajó la voz, para que Oshin pudiera percibir lo íntimo que Seikanji quería que perteneciera esa conversación. —Se trata sobre el joven Rengo; me gustaría saber quién es realmente. Pero creo que no podré saber mucho de él. —miró a Oshin directo a los ojos. —Pero el señor Hoshi se tomó muchas molestias con él para que se encuentre a gusto; incluso no hizo nada por nosotros, invitados por el propio Murai-sensei. Creo que Fureku busca lastimarle... pero no entiendo cómo. Escuché algo de sus famosos pactos... el señor Ikeda le quería obligar a hacer uno con él. Lo siento, espero no importunar con mis preguntas... pero estoy confundido respecto a cómo debería sentirme con Rengo-san; ¿es un enemigo? ¿o un poderoso aliado? Susurró casi como una serpiente, para que sus palabras solo queden en oídos de aquella mujer que Seikanji guardaba respeto y admiración.
Dojo [Aoi; Ryoshi; Fureku; Aki; Dozan; Akihito] Dentro del dojo Dozan rio desde el otro lado de la puerta —Lo agradezco...—mencionó Dozan pero sin terminar, no sabía el nombre de Aoi Ryoshi observó a Aoi —Umineko —La guía de los barcos a puerto —mencionó Dozan Ryoshi afirmó ante Aoi — El sonido de una gaviota es la mejor música que un marinero puede oír después de perderse en el mar. Contenido oculto Ayeah Si es que a Aoi le gusta, se considera a Aoi como Umineko= gaviota (de hecho es una gaviota especial de cola negra que sólo existe al norte de Japón; todos los pescadores creen que es un ave sagrada enviada por la deidad shinto "Barco-ave" Deidad celestial= Ame no tori fune; para Umi= significa mar Neko= gato (Gato marino) Exterior del dojo Fureku cerró los ojos y negó —No me gustan del todo los búhos, siempre siento que ocultan algo —sonrió —Y al parecer a ti te traen mala suerte; no hay que molestarlos entonces. Y cómo si fuera una mala broma; los búhos comenzaron a descender del cuartel; algo que los presentes ya conocían perfectamente; harían sonar los furin, era el llamado de Murai hacia el cuartel. Contenido oculto Nekita puedes seguir a Fureku o hacer otra cosa. Casa [Akihito; Rengo; Oshin] Habitación de Seikanji Oshin escuchó atenta; su mirada pasó de ser juguetona a una de odio —No sé quién pueda ser ese niño; pero recuerda Sei...—dijo suavizando su mirada mientras lo tomaba de un hombro —El joven Ikeda podrá ser un simple niño mimado; pero sabe de política, algo que a nadie en Koga le interesa —soltó una risa contagiosa —Nosotros como shinobi de Koga, no nos interesa el pasado de los miembros en la aldea; nos importa que cumplan sus deberes. Así que si Murai dice que Rengo está bajo nuestra protección, Fureku también debe respetarlo —sonrió —Tenemos lealtad hacia Murai; pero no porque ese sea nuestro deber; él mismo es quién siempre dice que debemos ver por cada uno. Aun así, lo protegemos; porque sin él... —negó cerrando los ojos, soltando el hombro de Seikanji para acariciar su cabello de manera maternal. No completó aquella frase, pues no quería pensar en ese futuro— El pequeño Rengo es ambos; un enemigo y un poderoso aliado. Cómo lo somos todos. No lo olvides —Lo abrazó —Esta información que me has dado...— la voz de Oshin sonaba extraña, demasiado seria para su estándar —... yo no diré nada. Es tu decisión si consideras de vital importancia compartirla con el resto — se separó de Seikanji y lo observó con atención, nuevamente colocando su mano derecha en su cabeza con cuidado —Las kodachis... son siempre dos direcciones de ataque ¿No es cierto? Por eso no todos pueden usarlas... hay un Minamoto que las usa; al parecer su diplomático, Fureku es parecido a ese hombre... sólo que más impulsivo debido a su inexperiencia; ese diplomático... Siempre tenemos dos clases de filo los maestros del ataque rápido. Dime... ¿A qué temerá más una araña? ¿A la mordida certera de una lagartija? ¿O al aprisionamiento de las tenazas y... —el dedo índice de la mano izquierda de Oshin se colocó con velocidad en el cuello de Seikanji —... el aguijón de un escorpión? Los furin comenzaron a sonar nuevamente; una nueva reunión en el cuartel se llevaría a cabo. Oshin colocó sus manos en los hombros de Seikanji con delicadeza —Somos escorpiones; siempre tenemos más de una forma de atacar. Y Rengo, a pesar de no tener kodachis...también creo que es un escorpión. Contenido oculto rapuma Cuartel La noche había caído mientras se daban explicaciones de lo sucedido la noche anterior; Mako había recuperado su movilidad; y por esa razón Murai esperó tanto para dar la noticia a su familia. El ataque a Koga... la traición y muerte de Kodoku... Mako no paraba de llorar; mientras Hajime la abrazaba. Hiro se mantenía escondido en brazos de Murai, quién se mantenía estoico. Oshin había protegido en un abrazo a Haku, cubriendo su rostro; ella también lloraba. Kozaru y Dojun miraban a Konan, ambos se notaban preocupados; Konan mantenía un semblante solemne. Aki lloraba en silencio mientras Fureku se mantenía a su lado; esta vez muy presente en el dolor de los presentes. Ignorando que frente a ellos se encontraba Rengo junto a Hoshi; el primero se tapaba los ojos con sus manos; el segundo se mantenía con el mismo semblante que Konan. Ryoshi y Dozan permanecían a un lado de Aoi; y a un lado se encontraba Seikanji y Akitito respectivamente. —Mi sangre me ha traicionado —habló Murai — Y aun así, lamento cada segundo que no escucho su voz — negó —Pero el dolor no debe nublar nuestro objetivo. Esta traición indica un ataque directo hacia mi —sonrió ligeramente —Tengo demasiados enemigos como para decantarme por alguno; ¿Quién de ellos envenenó la mente de mi propio hijo? Eso lo descubriré... y lo haré pagar. Pero sea quién sea este enemigo, no va a parar; si su objetivo era mi muerte, seguirá intentándolo hasta que alguno de sus planes funcione. Haku se separó de Oshin —¿Qué es lo que debemos hacer? —Esperar — la voz de Murai siempre era tajante; pero algo en esa voz emanaba seguridad —Hay un evento público que se aproxima ¿No es cierto? Seguramente Kioto será un sitio perfecto para descubrir al enemigo. Hoshi... —mencionó Murai al instante —... presenta a tu muchacho, anda. —Rengo es mi nieto—mencionó Hoshi colocando un mano al hombro de Rengo; quien temblaba ante los presentes. —¿No fue en Kamakura dónde...— decía Dojun mirando hacia Murai; quién simplemente sonrió y afirmó. —¿Entonces qué es lo que hace aquí? —la voz de Kozaru mostraba odio genuino, señalando a Rengo con desprecio —Los suyos mataron a mi hermano...— la mano de Kozaru temblaba; no era miedo, era mucha energía contenida. Incluso Ryoshi se cruzó de brazos, tensando la mandíbula. —Te equivocas— interrumpió Oshin — Esa criatura también perdió a su hermano aquel día. Kozaru y Dojun miraron a Oshin confundidos, incluso Konan giró la cabeza para mirarla. —Diles cosita —mencionó Oshin hacia Rengo — Diles como también te arrebataron a Natsu ese día. —Está con nosotros ahora — la voz de Haku calmó tanto a Kozaru, como Dojun. —No —intervino Hoshi, nuevamente causando incertidumbre en los presentes —Su mente pasa por muchas tribulaciones en estos momentos; preferiría que no lo presionaran. —Rengo será parte de nuestras rutinas en Koga por un tiempo — habló Aki para intentar calmar el ambiente. —Calma —la voz de Murai volvía a cambiar el ambiente —Debemos prepararnos para Kioto —¿Quién irá a la boda? —preguntó Fureku Murai señaló a Akihito; Seikanji; Fureku y Aoi. Algo que causó confusión incluso en Oshin. —Creo que los novatos han demostrado ser muy capaces asesinos, su trabajo con Shura Akamatsu fue impresionante —mencionó Haku mirándolos directamente para después girarse hacia su padre —Pero como estrategas aun fallaron en Iga ¿No resultará perjudicial mandar a un equipo que aun no ha tenido muchas misiones como equipo? —Llevar a alguien más sería un error —intervino Hoshi —son rostros nuevos, pasarán más desapercibidos. —Además... —Murai sonrió —... compensarán sus errores en Iga. Habrá otra misión antes de Kioto. Contenido oculto Ayeah rapuma Nekita
Aoi Nobunaga Su sonrisa se ensanchó ante el nombre con que Ryoshi la bautizó en aquel momento. — Umineko.— Repitió, paladeando el nombre, antes de rodear el cuello del hombre en un abrazo agradecido. Al fin tenía un nombre que podía utilizar no únicamente sin vergüenza... Sino con orgullo. Cuando los furin sonaron, su cuerpo se envaró y sus sonrisa infantil se esfumó de un soplo, volviendo a su habitual rostro por completo inexpresivo. Escuchó atenta, sin perder detalle, todas y cada una de las palabras que se dijeron en aquel cuartel hasta que el silencio se apoderó de la sala. — No iré sin Ryoshi.— Afirmó, acercando su cuerpo al de él, no le pasó desapercibido que no lo habían nombrado entre los integrantes de la misión.
Seikanji Yamagawa Escuchó con atención las palabras de Oshin, como el niño que atiende una historia fantástica que incluso contenía una reflexión sobre el propio Rengo. ¿Sería buena idea compartir la información con sus compañeros? No estaba del todo seguro sobre aquellos pactos, no parecía algo que tuviera importancia; pero la seriedad de Oshin sobre el tema le hizo pensar y calcular las consecuencias. ¿Debería alertar al equipo sobre aquello o simplemente estaba siendo demasiado paranoico? Caminó cerca de Oshin, dirigiéndose con la mujer hacia el cuartel general de Koga. Sus pensamientos iban sobre el diplomático de los Minamoto y las kodachis. Aunque se encontraba un poco contrariado, Seikanji imaginaba un diplomático entrado en años, cansado y poco ágil, pero las kodachis eran para personas enérgicas y rápidas, lo que le dejaba con curiosidad sobre el hombre en cuestión. Luego le pediría a Oshin detalles de aquél Minamoto, sería interesante luego de lo de Natsu. Al entrar al cuartel se sintió con pesadez la angustia general; todo estaba sumido en una atmósfera de tristeza que era hasta palpable. Pero Seikanji se mantenía como siempre, en apariencia divertida con aquella media sonrisa y los ojos cerrados, aguardando el veredicto de Murai. Observó curioso los rostros nuevos Kozaru y Dojun, no recordaba haberles visto antes. Saludó emocionado con la mano a Rengo en el momento en que Hoshi le presentó como su nieto, pero rápidamente sus ojos fueron a los de Hoshi. Entonces... ¿era familia de Kato Harima, el águila de Kamakura? El herrero de Koga era famoso y Seikanji pensó que podría vender más dibujos sobre él para ganar monedas. Luego miró fijamente a Aoi, alternando la mirada entre la mujer y Ryoshi. Si la asesina de Wu no fuera partícipe de la misión seguro todo se volvería más difícil, pero no imposible. Su mirada quedó fija en Ryoshi, la persona que suponía un problema para la táctica del equipo. —¿Cuándo partimos, shihan? Preguntó ahora mirando a Murai, listo y emocionado ante la posibilidad de ganar más prestigio para el clan.
Akihito Shishio Ni siquiera tuvo mucha oportunidad de responderle a Fureku cuando vio los búhos pasear por el aire como si realmente hubieran estado escuchando aquella conversación hasta que escuchó los furin sonar, en definitiva podía decir que ambas cosas que había eran correctas, ocultaban muchas cosas y en ese momento sentía que era un pequeño llamado de mala suerte. Lo siguió hasta el cuartel y una vez dentro tomó asiento en su lugar correspondiente para escuchar con atención toda aquella explicación que Murai deseaba dar. Mantuvo sus expresiones lo más neutrales posibles con todo aquel ambiente de angustia y tristeza que había, y se centró mejor en la información nueva que se estaba diciendo, como por ejemplo finalmente entender aquella katana extra que no sabía a quien podía pertenecer, no pudo evitar sentir algo de pena ante la posibilidad de que quizás no hubiera nada físico de aquel Natsu para Rengo. Y luego... estaba el tema de Iga, una misión a cambio de un error. —¿Qué es lo que haremos, señor Sugita?
Cuartel —¿Quiénes son ellos? —Preguntó Oshin señalando a Dozan y Ryoshi después de la demanda de Aoi. —Son casualidades — la voz de Murai era serena para después escuchar a Seikanji y Akihito — No tengo problema alguno con Dozan pero Ryoshi... Gendo puso sus ojos sobre de ti. Con ello sé que jamás podrás pasar desapercibido en Kioto; serás un punto focal, un elemento que destaque. Así como lo será Rengo —sonrió —Y para mi desgracia... cómo lo seré yo. Mi valor como shinobi ha terminado —se levantó y con sólo ese movimiento; dio un vuelco en el corazón de los presentes al no entender sus palabras. —Soy aun el líder de Koga; mi mente aun funciona aunque mis sentidos ya no sean un arma para el clan; he sobrevivido; pero no tengo un orgullo tan grande que me vuelva imbécil, sé mis límites; y es por eso que presionaré los suyos —señaló a los novatos. —¿Entonces estás diciendo que yo no participaré en las misiones?—Más que una pregunta de parte de Ryoshi, sonó como un reclamo mientras sujetaba la mano de Aoi. Murai negó —Estoy diciendo que no sirves como shinobi; así cómo Rengo tampoco servirá. Pero no por ello no tienen valor dentro del clan, si es que deciden ayudar, claro está —se detuvo unos momentos Nadie aquí presente debe nada a Koga, pero saben que dentro del clan pueden hacer crecer sus habilidades, y es por ello que sé que tomarán esta misión. Konan al instante miró a los novatos; sabía que sería como Higashiomi; ningún veterano participaría. Haku también notó la inclinación de aquella misión. —Los compadezco — dijo Oshin tapando su boca para ocultar su sonrisa. —Irán a la ciudad de Ritto en Shiga; y harán conteo de carretas comerciales. Deberán inspeccionar a cada comerciante que avance con una carreta; sea de arroz; especies; sake; materia prima; flores... —Murai citaba cada tipo de comercio que pudiera existir en aquella ruta comercial —... todas esas carretas se dirigen o vienen de Kioto; y nosotros necesitamos saber de dónde provienen. Dozan soltó un suspiró; aquello sonaba aburrido. Y todos lo sabían. Sólo Rengo parecía aliviado. —Hoshi— Acotó Murai para llamar la atención del armero —Tú serás el líder de misión a Ritto. Por primera vez; escucharon la risa de Konan; esa risa hizo que Murai sonriera. —Una misión con el estadista; eso si es un castigo —mencionó Konan. Hoshi se mantuvo estoico. A diferencia de Higashiomi, esta vez irían con un chaperón; algo que parecía humillante. —Parten esta misma noche; así que si necesitan hacer algo en la aldea, es su momento —concluyó Murai; nuevamente sentándose. Inmediatamente Hiro se colgó de él; mientras Mako recargaba su rostro en el hombro de Murai y Hajime se recargaba en Mako. Hoshi hizo una reverencia a los presentes —Los esperaremos fuera de la muralla; no tarden, o descontaré sus ganancias —dijo indicándole a Rengo que lo siguiera. —¿Ganancias?— preguntó Rengo siguiéndole Aki los miró con angustia, cómo si se estuviera disculpando. —¿También iré yo?— preguntó Fureku. —Depende de ti—mencionó Murai —Puedes acompañarlos a Ritto o esperar aquí. Fureku se mantuvo en silencio. Contenido oculto Ayeah rapuma Nekita
Seikanji Yamagawa Las palabras de Murai lejos de desanimarlo le dieron un extraño ánimo; si él como líder daba un paso al costado en las misiones más riesgosas significaba que ellos tenían la oportunidad de poder sacarles ventaja. Su experiencia subiría a grandes rasgos si mantenían aquél intenso plan de actividades. O al menos eso pensaba hasta que escuchó la misión: un simple conteo de caravanas, siendo presididos por Hoshi. Se rascó la cabeza, un poco contrariado. Se encogió de hombros, aceptando sin decir una palabra aquél castigo aburrido con el parco herrero. Observó entonces a Aoi que se encontraba cogida por la mano de Ryoshi en la manga de su túnica en un gesto protector. ¿Qué diría la asesina de Wu? ¿Aceptaría separarse del pirata? ¿O se quedaría en Koga? Deslizó sus ojos sobre Akihito, si Aoi no viajaba con ellos serían simplemente dos shinobis y debían de prepararse para cualquier escenario en aquél, al parecer, aburrido viaje a Ritto. Seikanji sabía que si no contaban con la mortal precisión de los kunai sobre sus hombros de Aoi, tenían una clara desventaja. Y entonces Hajime se acercó, ofreciendo sus servicios en la misión. Seikanji observaba todo a detalle, observando los gestos, las emociones, los vínculos de cada uno. A pesar de sus pensamientos fríos en su interior, el exterior se mostraba sonriente, al parecer la idea del viaje le parecía divertida. Se dirigió hacia Fureku con una reverencia. —Señor Ikeda, creo que debería quedarse aquí en la seguridad de Koga. —le sonrió, mostrando los dientes. —Y al volver podremos entrenar una vez más, ¿que me dice? Se acercó un poco a Murai e hizo otra reverencia pero no levantó la cabeza mientras hablaba. —¿Podría hablar con usted, shihan?
Akihito Shishio Sintió una leve presión en el pecho al escuchar las palabras de Murai, sentía que debía ser bastante duro ya admitir en voz alta, incluso algo que era bastante obvio, que ahora su rol fuera "limitarse" (por decir algo) a ser el líder de Koga a tiempo completo, si bien la desventaja para él sería ya no interactuar de forma tan directa en el mundo shinobi, la ventaja ahora era que podía centrar todavía más sus esfuerzos en todos los presentes, ¿no? Como ya había dicho Murai "presionar los límites". Por eso mismo sentía que la misión que estaba por darles iba a ser similar a eliminar a alguien como Shura. Y cuando resultó ser todo lo contrario se sorprendió en una buena manera, si iba a ser bastante tedioso pero tan siquiera los iba a mantener entretenidos de alguna forma u otra y seguramente el señor Hoshi iba a añadir algo más de presión a la situación, asegurándose de que ya no hubieran más desvíos innecesarios. Asintió a las palabras de Hoshi y se puso de pie con lentitud, si no debían tardar en partir, tenía que hablar de una vez para tampoco retrasarse mucho y al igual que Seikainji se acercó a su objetivo, Haku —Disculpa Haku...¿podría hablar contigo un momento antes de partir? ¿En privado?
Cuartel [Aoi; Dozan; Ryoshi] Dozan miró a Ryoshi, quien se notaba algo molesto —No te ha dicho que no puedes ir... simplemente que no irías como shinobi —aclaró Dozan al ver la molestia en su amigo —¿O te ha molestado la misión de contar carretas? —Me molesta que me digan que hacer, que me digan para lo que soy bueno o no soy bueno. Deberías saberlo bien — la voz de Ryoshi era baja pero grave. Cuartel [Murai; Seikanji; Fureku; Aki] Fureku miró a Seikanji y afirmó —Prefiero quedarme aquí —miró a Murai, era una mirada analítica y a la vez de preocupación. Aki se sujetó del brazo de Fureku para indicarle que era mejor irse. Fureku la miró y afirmó. Ambas salieron del cuartel dejando a Seikanji acercarse a Murai. Mako miró a Seikanji y sonrió levemente al verlo acercarse a Murai con respeto; los ojos de la mujer estaban hinchados y rojos por tanto llanto, aun así podía apreciar aquel momento; cargó a Hiro quién se aferraba a su padre y le mencionó a Hajime que la siguiera. Ambos la abrazaron con fuerza y salieron de la habitación. —Habla—mencionó Murai ante Seikanji —No me pidas permiso; no me van los protocolos. Cuartel [Haku; Oshin; Akihito] Oshin miró a Akihito; por un momento frunció el ceño; después volvió a sonreír —No me queda más que dejarlos solos; iré con tu madre, cariño — le dio un beso en la mejilla a Haku y después le dio unas ligeras palmadas en la cabeza a Akihito —No puedo ser tan egoísta para no compartir a Haku; los dejo solos. Haku afirmó y le indicó a Akihito que lo siguiera; todos en el cuartel se comenzaban a separar, y formaban pequeños grupos de diálogo, así que nadie podía escuchar al resto —¿Te duele la herida que te causé? —preguntó preocupado. Contenido oculto Ayeah rapuma Nekita
Akihito Shishio No pudo evitar sonreírle a Oshin cuando accedió a compartirle a Haku unos momentos, en especial por aquellas palmaditas en su cabeza que no había esperado con aquel permiso—Muchas gracias, no le robaré mucho tiempo...—Le hizo una corta reverencia para agradecerle y finalmente se giró para seguir a Haku para poder hablar un poco más en privado. Para cuando finalmente estuvieron acomodados, lo primero que se mencionara fuera aquella herida que le había hecho cuando llegó, lo tomó por sorpresa pero aún así no tardó en negar con suavidad para que tampoco se preocupara tanto aunque una de sus manos fue a dar más bien hacia donde Shura lo había perforado. —No te preocupes, gracias a ese suceso el enfrentamiento con Shura no fue grave, fue una buena lección. —No lo consideraba tan grave en comparación a cómo se había sentido cuando recibió el tajo de Haku, sentía que sus palabras se cumplieron en cierta forma y eso fue lo que también evitó que Shura cumpliera aquel deseo de llevarse a uno de ellos con él. —Quería hablarte de otra cosa sucedida en Iga—Adoptó una postura algo más respetuosa y cortés debido al tema que quería tocar —. Antes de que el incendio comenzara a propagarse en Iga, resguardé las armas de Kizaru y Hidaru, para evitar que fueran consumidas en el fuego... está en mi creer que los objetos que se dejan para simbolizar el descanso de las personas que nos dejan solo deberían ser reclamados por la naturaleza misma. >> No...No me parecía correcto que se consumieran en algo provocado para forzar un olvido cuando se puede preservar su descanso... desconozco si mi actuar pudo haber sido erróneo y de serlo, me disculpo—En especial porque tampoco era algo que iba a poder hacer para todos los que había allí, al tampoco saber muy bien que hacer con ellas, aún así terminó reverenciándose —, pero se encuentran reposando en mi habitación mientras esperaba poder comunicarte esto y entregarlas. Contenido oculto No me quedó tal cual quería pero ya fueron muchos días borrando y escribiendo
Cuartel [Haku; Akihito] Haku escuchó con el mismo respeto que Akihito mostraba; sus palabras lo obligaron a cerrar los ojos al recuerdo de sus caídos amigos. —Se dice que nuestra arma es como nuestra alma; por eso que un rival la pise es un insulto muy grande —colocó su mano al hombro de Akihito —Lo que has hecho ha puesto mi consciencia en paz; así como también lo hará en el corazón de Kozaru; Dojun y Konan —suspiró —Kizaru y Hidaru entrenaron con nosotros, crecimos a la par. Éramos como seis hermanos, perderlos ha sido un dolor que no hemos podido dejar ir —Soltó a Akihito —Podemos ir por ellas ahora mismo, así las seis sombras restantes podemos volver a reunirnos Contenido oculto Nekita puedes narrar que vas por las katanas; Haku, Kozaru; Dojun y Konan te seguirán.
Akihito Shishio No se movió de su posición hasta que escuchó a Haku hablar con una nueva sensación de relajación en el cuerpo, incluso si sabía que iba a aceptar cualquier clase de reacción por ser un tema delicado, siempre podía haber más posibilidades de cruzar una línea hacia el irrespeto al no conocer los deseos de las demás o los planes que hubieran tenido para aquel momento. Así que, el traerles algo de paz en su corazón lo tomaba como algo bastante conciliador, ya no estaría aquella incertidumbre. —Finalmente la espera podrá terminar. —Volvió a erguirse con una pequeña sonrisa y acató sus palabras, abandonando el cuartel para dirigirse a la casa donde se hospedaban y después su habitación, donde los condujo frente al exhibidor donde las había dejado reposando. —Aquí se encuentran.—Se apartó con cuidado al otro lado del cuarto para darle espacio al grupo, ya fuera si Haku decidía tomarlas o alguno tuviera en mente otra cosa antes de hacerlo, también prefería sentir que no iba a estar interrumpiendo su encuentro al mantenerse allí al lado, no era algo que le correspondía.
Casa shinobi [Haku; Akihito; Dojun; Kozaru; Konan] Siguieron a Akihito por Koga hasta la casa que pertenecía ahora a los reclutas; Fureku también los siguió. Cuando Akihito les mostró dónde se encontraban las armas, fue Kozaru el primero en abalanzarse hacia la katana de su difunto hermano. Dojun tomó la de Hidaru, mientras Konan miraba a brazos cruzados. Haku observaba a Kozaru, quien comenzaba a temblar, soportando el dolor y las ganas de romper en llanto allí mismo. Fue cuando Fureku jaló la manga de Haku para llamar su atención, y sin decir nada le extendió con formalidad la katana de Kodoku. Haku empujó la katana hacia Fureku —Cómo le he dicho a Akihito —dijo para después mirarlo y reafirmar sus palabras —El arma es como nuestra alma —volvió a mirar a Fureku —Mi padre te ha encargado la de mi hermano; por favor, cuida de ella. —Crecimos como una élite; elegidos por nuestras habilidades en particular —mencionaba Konan sin mirar a nadie; pero era evidente que hablaba hacia Akihito — El primero fui yo, proviniendo de Kobe; después llegaron Kozaru y Hidaru de Shindo; acoplarnos no nos resultó difícil; el siguiente fue Dojun de Tateoka y por último llegó Hidaru de Ueno. Se nos conoce así en Koga; pues no tenemos un apellido; y a pesar de considerar a Koga como nuestro verdadero hogar, ninguno de nosotros quiso olvidar de dónde veníamos. Cada uno de nosotros tenemos una ciudad a la que volver con una promesa cumplida... Kozaru afirmó mirando hacia Konan con convicción —Así es, Shindo aun espera esa promesa Dojun también afirmó — Tateoka y Ueno también lo merecen. Haku y Fureku los observaron con una sonrisa sincera. Konan sonrió —Y Kobe también....—miró a Haku — Todos nosotros somos shinobi de Koga, crecimos a tu lado; no olvides eso. Somos las seis sombras contigo —por último, miró a Akihito —... Gracias por devolver lo que queda de mis hermanos —su voz era seca, pero estaba siendo sincero a pesar de las diferencias que tenía con Akihito y sus acciones. Contenido oculto Nekita +50 EXP
Akihito Shishio Se mantuvo en silencio, observando con respeto cómo finalmente las sombras volvían a reunirse y aunque no se percató cuando Fureku se había terminado sumando, sentía que él también necesitaba hacer su intento de hacer lo que consideraba correcto para si mismo y entender de una mejor manera la decisión de Murai al escuchar las palabras de Haku o bien, sentirse más cómodo con el arma que estaba portando. No esperó que algo más se agregara, pero al escuchar a Konan su atención fue inmediata, no quería perder detalle sobre cómo aquel grupo se había terminado formando y lo había hecho sonreír un poco, porque de hacerlo, no se hubiera enterado de aquel "fin común" que parecían compartir cada uno dirigido a su respectivo lugar de origen. ¿Pero cuál era aquella promesa? —Es un honor reunirlos, no hay de que —Dijo acompañado de una corta reverencia dirigida a Konan antes de iniciar su andar hacia la puerta para ir anunciando su despedida y tampoco atrasar la salida con Hoshi —. Gracias por permitirme escuchar la historia, me quedaría un poco más de tiempo pero me temo que ya debo retirarme. Tengan una buena noche, descansen.
Casa shinobi [Haku; Akihito; Dojun; Kozaru; Konan] Konan afirmó a Akihito. Haku, Dojun y Kozaru también le agradecieron y le desearon un buen viaje. Fureku lo acompañó para despedirlos. Fuera de Koga [Hoshi; Rengo; Ryoshi; Aoi; Dozan; Akihito; Seikanji] Hoshi los esperaba en una carreta tirada por un burro; el llevaba la brida. Sobre la carreta iba paja. Rengo estaba de pie a su lado, Aki también estaba allí despidiéndose de Hoshi con un abrazo. Akihito fue el primero en llegar, algo que apreció Hoshi. Después llegó el resto —Apresurémonos; ya vamos tarde— dijo mirando al cielo, después bajó la vista a Aki —Volveré — Aki afirmó con tristeza. Fureku se despidió de todos y después acompañó a Aki al interior de Koga. —Su primer error. Llegar tarde —mencionó Hoshi mientras dirigía al burro en el camino —Les descontaré diez monedas por cada error que cometan. Las reglas son las siguientes: No levantar la voz a menos que yo lo permita. No alejarse de mi vista a menos que yo lo permita. Robar no estará permitido en ninguna instancia. Matar no estará permitido en ninguna instancia. Sus armas permanecerán ocultas en la carreta en todo momento. No podrán participar en ningún enfrentamiento, sea verbal o físico. No toleraré las faltas de respeto y mucho menos la impuntualidad. —su voz era monocorde y aburrida; aquello podría resultar ser un infierno. Contenido oculto Nekita Ayeah rapuma los etiquetaré mañana en la nueva discusión :3
Seikanji Yamagawa Al salir del cuartel general, Seikanji se dirigió con rapidez a su cuarto, deslizando tras de sí la puerta de papel. Se encaramó sobre su cama y empezó a acomodar los pinceles y los pergaminos que llevaría en su viaje; sería algo aburrido y podría perfeccionar su pulso soportando brincos en una carreta. También recargó su koto que podría transportar sin problema dentro de la carreta. Antes de dejar su habitación, miró hacia el frente, cerca de su cama, el dibujo de Aki. Lo tomó con presteza y salió de su cuarto, dejando un silencio denso entre sus paredes; las únicas testigos de sus verdaderos pensamientos. Llegó corriendo junto su loba, la cual comenzó a explorar por su cuenta, perdiéndose de vista. Cuando Aki regresaba junto a Fureku, Seikanji la interceptó rápido, venía corriendo; le entregó el dibujo y le sonrió. —¡Le dije que le iba a agradecer por su flecha roja! —saludó con la mano a Aki y se giró hacia Fureku, sonriéndole mientras llegaba a la carreta. Contenido oculto: Dibujo Aki —¡Traje dos pinceles! —festejó al llegar a Rengo, mostrando sus pergaminos.