Aoi Nobunaga Observó a Ryoshi con curiosidad para después seguir la dirección de su mirada hacia Dozan y sacudir la cabeza lentamente con una sonrisa. — Quiero saberlo todo sobre ti.— Respondió en un murmullo.— Pero quiero que seas tú quien decida cuándo y cómo. Tomó la mano del joven y la estrechó entre las suyas, plenamente consciente del misterio que eran el uno para el otro... Y decidió que no importaba. Cualquier cosa que Ryoshi hubiera podido hacer antes de conocerla a ella pertenecía al pasado y no cambiaría sus sentimientos hacia él. — Confío plenamente en ti.— Aseguró con seriedad, separándose ligeramente de él para dejar paso a Seikanji. ¿Un duelo pendiente? Enarcó una ceja al escucharlo pero asintió con sencillez. — Volvamos a entrenar pronto. — Respondió con voz monocorde, sin terminar de entender el chiste.
Dojo [Aoi; Ryoshi; Seikanji; Fureku; Aki; Rengo; Dozan; Akihito] Aki bajó la mirada y suspiró —Los sentimientos suelen ser como la medicina —volvió a levantar la mirada —No siempre se debe buscar un anestésico para curar; a veces, las palabras deben ser dichas antes de que sea demasiado tarde, pues tal vez el anestésico ayude a brevedad pero afecte en largas dosis — le sonrió nerviosa — Tal vez, aquellas palabras aunque duelan, traigan un atisbo de paz. La lluvia siempre cae ¿No es así? No puedes evitar mojarte; pero si puedes evitar un resfriado; esta es una de las frases preferidas del señor Hoshi, seguramente si él no estuviera tan disperso en estos momentos... hubiese usado esta frase para aconsejarte. Ryoshi enfocó sus sentidos a Aoi —Quisiera que mi pasado se transmitiera a ti de este modo —miró sus manos entrelazadas — Con el simple tacto — levantó la mano de Aoi y la besó para después mirarla —Las palabras son difíciles, y lentamente encontraran su camino—Después llegó Sei, quién alegre mencionó sus ganas de volver a entrenar. Ryoshi lo miró marcharse después de las palabras de Aoi — En cambio, aquellos que hablan con facilidad pero su cuerpo no habla por ellos... son los seres más difíciles de comprender, y de aquellos con los que se debe de tener mayor cuidado. Oshin se ruborizó al escuchar como Sei la llamaba con el apellido Sugita, después se mostró impresionada por lo que pedía —¿Quieres aprender mi técnica? ¿En serio? —no era duda en su tono vocal, era genuino asombro — ¿Quieres ser mi alumno? —llevó sus manos a su boca, abriendo por completo sus ojos — ¡ME ENCANTARÍA!— Gritó emocionada, conmocionando a los presentes. Contenido oculto Nekita@rapuma Ayeah Sei escuchó el chismecito
Seikanji Yamagawa Sonrió feliz y cerró los ojos mientras asentía repetidamente ante la emoción de Oshin por ser su maestra en el arte de las kodachis. Un arte más refinado y ágil que la katana y los burdos movimientos de una naginata; las kodachis eran armas hechas para cortar a corta distancia y rápidamente. Con ayuda de Oshin sin duda su técnica podría incrementar al tener un mentor como lo fue su hermano Saito en sus entrenamientos. Siempre era mejor encontrar errores y pasos fáciles de anticipar si eran otros ojos los que revisaban tus movimientos. —¡Sí! —dijo de igual de emocionado, riéndose con una malicia inocente. —¿Sabe cuantos maestros de armas haya especializados en Japón sobre las kodachis? Me gustaría visitar sus dojos para dibujarlos. —se encogió de hombros, sabiendo que era un deseo que no se podría realizar. —¡Tengo otro dibujo! ¿Quiere verlo, señora Sugita? Para ojos de Seikanji, Oshin entendería su actitud para con Iga y deseaba mostrarle el dibujo de aquella ciudad hundida en cenizas y yurei guardianes. Ella podría ver el mundo como él lo veía.
Akihito Shishio No había considerado del todo que se pudiera llegar a un momento donde ya iba a ser demasiado tarde presentar aquello que había traído de vuelta, y él estaba en todo su derecho de saberlo, decidir o incluso reclamar si así lo deseaba, sabía que todas las intenciones podían variar vistos desde otras perspectivas y tenía que considerar esa posibilidad. —Es una buena frase —admitió con un poco más de tranquilidad —, quizás que sepa que han vuelto aquí no solo pueda dar paz si no cerrar también el tema...—Que todos los implicados pudieran ya no revivirlo o preocuparse por eso, a fin de cuentas todavía recordaba la preocupación de Haku en su primer día de llegada al hablarlo en la enfermería, y ya sin Iga presente...sentía que podía ser todo un pequeño círculo. —Gracias, Aki —Sonrió haciendo también una muy corta reverencia con su cabeza, ya solo le quedaba intentar ser sabio con sus palabras —. Lo siguiente...es algo que vi cuando llegué a Koga —Se colocó mejor frente a ella aunque tuviera que darle la espalda momentáneamente a los demás y con sus manos hizo un rombo que fue colocando arriba, abajo, izquierda y derecha para indicar su posición y números—, así era el mon que vi...pero ha decir verdad no lo reconozco, ¿de casualidad...tú sabes de quienes se trata?
Dojo [Aoi; Ryoshi; Seikanji; Fureku; Aki; Rengo; Dozan; Akihito] Oshin afirmó —Muéstrame uno de tus dibujos, Sei — mencionó ansiosa acercándose más a él. Aki miró confundida a Akihito —¿Dónde viste eso? —negó —No reconozco un mon como ese. Tal vez... Konan —dijo con una sonrisa —Él siempre ha sido bueno con esos detalles Contenido oculto Nekita@rapuma Ayeah
Aoi Nobunaga Rió por lo bajo ante el comentario de Ryoshi y le dedicó una sonrisa divertida, pues ella misma ocultaba sus reacciones corporales al resto... Salvo al propio Ryoshi. — No podría estar más de acuerdo. — Respondió. Había algo en Seikanji que no cuadraba y, aunque no le importaba demasiado, no estaba dispuesta a confiar en él tan rápido como Akihito. A decir verdad le gustaría saber qué veían el resto para estar tan cómodos a su alrededor. Con un encogimiento de hombros se volvió de nuevo hacia Ryoshi y señaló con una inclinación de cabeza en dirección a Dozan. — Y él... ¿Es de fiar?— Inquirió, recordando lo accidentado de su presentación.
Dojo [Aoi; Ryoshi; Seikanji; Fureku; Aki; Rengo; Dozan; Akihito] Ryoshi miró a Dozan —Es mi hermano; confío mi vida en él, aunque también oculte información. Dozan sonrió —No siempre la mantendré oculta, puedo asegurártelo. Aquellas palabras provocaron una risa seca en Ryoshi —No lo dudo; eres demasiado entrometido cómo para hacerlo —palabras que hicieron reír a ambos. Contenido oculto Nekita@rapuma Ayeah
Aoi Nobunaga Lo evaluó con la mirada, tomándose de forma literal la consanguinidad entre ambos hombres y, con una leve inclinación lateral de cabeza, asintió para sí. — No noto el parecido físico, pero sí veo la complicidad.— Respondió pensativa, posando una mano tímida sobre el pecho del peliblanco al tiempo que le dedicaba una sonrisa suave. — Si Ryoshi confía en tí, también yo.
Akihito Shishio Hizo una pequeña mueca cuando la respuesta fue negativa, imaginaba que por estar en Koga probablemente se enteraría un poco más de detalles que él siendo de fuera pudiera simplemente pasar desapercibido, pero sobre todo, que pudiera responderle sin acabar precisamente colgado de un árbol por andar husmeando. —Viendo cosas que no debía...—Contestó rascando su poco su mejilla, ligeramente nervioso recordando todo lo que Murai había dicho esa día de las monedas —, y fue algo bastante curioso, veré si cuando me tope con Konan puedo preguntarle.
Seikanji Yamagawa —Bueno, la verdad es que están en mi habitación. —comenzó a reírse con pena, rascándose la nuca, mirando a Rengo con Fureku. —Aunque quizá podamos ir a por ellos, quiero mostrarle algo, señor... señora Sugita. —volvió a mirar a Oshin, sonriéndole a ojos cerrados mientras se apartaba un poco de ella. —Rengo-san podría venir con nosotros, de ese modo podré enseñarle el dibujo de Tomoe. Interrumpió la conversación de Fureku y Rengo al acercarse a ellos hasta situarse justo en el centro de ambos, sonriendo y con las manos entrelazadas por detrás de su espalda. —Rengo-san, como muestra de la bienvenida y la hospitalidad que tenemos para con usted me gustaría invitarle a ver el dibujo de la señorita Tomoe. —miró entonces a Fureku, manteniendo la aparente alegría de siempre. —Un dibujo no capta la belleza pero al menos se acerca. ¿Me perdona un momento, Fureku-sama? Le tendió la mano a Rengo para invitarle a seguirle. La verdad es que quería separarlos y de esa manera nadie sospecharía. Gesticuló con los dedos para darle premura. —¡El último huele a pelo quemado!
Dojo [Aoi; Ryoshi; Seikanji; Fureku; Aki; Rengo; Dozan; Akihito] Dozan le sonrió a Aoi —No hay parentesco alguno, nos ha unido la adversidad. Me dice hermano porque nos volvimos familia hace tiempo, a pesar de no tener la misma sangre. Ryoshi siempre nos ha cuidado, y siento que todos hemos sido ingratos con él —dijo bajando la mirada, recordando cómo sacudió las emociones de Ryoshi en Iga — Señorita —dijo ante Aoi — Es importante que entienda que no quería lastimar a Ryoshi con mis palabras; pero sé que lo hice, porque temía que estuviera involucrado con gente peligrosa —se rascó la nuca — Y si lo está; pero yo también confió en usted —sonrió y cerró los ojos con tranquilidad —Porque sé que esa mirada que usted tiene hacia él no se podría fingir. Aki soltó una ligera risa ante Akihito —Si es algo que no debiste haber visto seguramente Konan te lo recriminará; siempre ha seguido mucho sus convicciones, Konan es una persona que considera que debes ser fiel en todo momento a la mano que te ayudó —seguía sonriendo a pesar de que sus palabras eran serias —Pero Murai nos ha enseñado a que debemos vivir por encima de eso, buscar nuestras necesidades y por medio de la desobediencia encontrar honor. Oshin siguió a Seikanji con una sonrisa que no podía disimular, escuchar ese apellido la emocionaba; pues el amor que profesaba con Haku era admiración en su máxima expresión, después borró ligeramente su sonrisa cuando invitó a Rengo, no por desdén, sino por curiosidad. —Es un poco descortés interrumpirnos ¿No cree eso? —mencionó Fureku clavando su mirada en Seikanji, después suspiró —Pero llévatelo, luego podré conversar con él. Rengo se levantó sin tomar la mano de Seikanji; pero lo miró como un ciervo mira a los ojos de su cazador, temeroso; pero sin ninguna otra opción. —¡Qué injusto Sei!—Dijo Oshin —El joven Rengo no sabe ni a dónde correr. De esa manera; Seikanji salió corriendo con Oshin y Rengo a su espalda, dirigiéndose a su habitación. Contenido oculto Nekita@rapuma Ayeah
Akihito Shishio —Entenderé si llega a recriminarme, incluso si quizás no digo precisamente donde lo vi —Como tampoco había dicho nada con Aki solo por querer ser precavido —, pero si llegara a tener la respuesta antes de eso me daría por servido, de igual forma no sería algo que vaya a repetir solo porque sí, quizás eso lo deje algo tranquilo, habrá que ver.—Había comprobado que quizás eso de ser ladrón y estar husmeando no era lo suyo, si no hubiera sido por Seikanji solo se hubiera descubierto aquella prenda de Murai. —De nuevo, gracias. —Sonrió y al ver como el pequeño grupo se iba del dojo se acercó a Fureku para ofrecerle su mano en caso de que quisiera levantarse, dudaba que fuera a esperar el regreso de Rengo allí sentado. —¿Ha salido bien la charla?
Dojo [Aoi; Ryoshi; Seikanji; Fureku; Aki; Rengo; Dozan; Akihito] Aki afirmó y antes de que se fuera Akihito hacia Fureku —Estaré entrenando con Konan fuera del dojo, si es que quieres hablar con él Despues, Akihito se acercó a Fureku quién lo miró algo disperso —A decir verdad...— tomó la mano de Akihito para levantarse —... ha salido fatal. Es demasiado temeroso, y su miedo puede jugarnos a nuestra contra, un animal temeroso sólo sabe correr...— se cruzó de brazos —... ¿Por qué le dan tanta libertad a un ave que debería estar enjaulada? Contenido oculto Nekita
Akihito Shishio Asintió hacia Aki y cuando escuchó la respuesta de Fureku, no pudo evitar reír con suavidad cuando dijo que había resultado fatal, incluso aunque lo esperara un poco, le alegrara que tan siquiera no hubiera vuelto a escalar por los posibles desacuerdos —Quizás para que deje de tener miedo y no pase lo que temes. —Se alzó de hombros un tanto despreocupado, o quizás podía ser que les fuera conveniente tenerlo lejos de momento y no pudiera causar algún problema dentro de Kioto. —A veces el exceso de miedo puede hacer que un animal temeroso se paralice, ¿no? —Preguntó con cierta curiosidad, aunque él mismo supiera la respuesta a lo que estaba preguntando —, esto puede ser una mejor solución a esa salida si puede adaptarse o construirse confianza.
Dojo [Aoi; Ryoshi; Fureku; Aki; Dozan; Akihito] Fureku bufó —¿A base de confianza? Yo entiendo que Murai maneje sus alianzas de esta manera, los shinobis fluyen como el agua, dejan que las situaciones o personas no los dominen. Pero no es así en el mundo político; en ese mundo se desconfía de todo y todos, se sabe que tu enemigo siempre estará mejor muerto a pesar de la información valiosa que pueda darte; y ese niño es un enemigo ¿No lo ves? —miró a Akihito —Hace unos soles aun corría felizmente con los Minamoto, vamos... se ofreció como sacrificio por ellos ¿En verdad crees que a nosotros nos respete o estime? —negó — No, sólo nos tiene miedo. Y eso no va a cambiar, y su miedo es un obstáculo y peligro para nosotros —colocó su mano en el hombro de Akihito —Así como también lo es tu benevolencia. Ese pequeño e indefenso zorro puede llevarte directamente a su madriguera, no lo olvides. Contenido oculto Nekita
Akihito Shishio Cuando lo escuchó bufar de manera algo juguetona movió un poco su cuerpo para empujarlo apenas con su hombro, como si fuera una petición silenciosa a que tampoco se molestara demasiado con sus palabras, no deseaba a ese lado agresivo que habían descubierto. —Veo claramente que es un enemigo, no es algo que vaya a simplemente desaparecer, en eso tiene razón.—Asintió tranquilo ante sus palabras, pero no sentía que eso fuera afectar para que dejara de tener miedo dentro de Koga, puesto que su mayor peligro seguiría siendo Kioto y todos los ojos que estarían sobre él. —Pero, aunque no nos vaya a respetar o estimar, veo más preferible que como mínimo no provoque pésimas conversaciones ¿no?, algo ameno, a menos claro que planee quedarse al lado del Señor Hoshi sin salir sin importar qué...entonces nada de lo que digo es realmente aplicable.—Que esa también era una posibilidad, y si lo hacía entonces realmente no iban a tener que hacer nada a su parecer, a fin de cuentas le gustaba la tranquilidad cuando se relacionaba con la gente. —Cuidaré que no sea algo muy peligroso o bien que no me lleve a ningún lado, jóven Ikeda, no se preocupe.
Seikanji Yamagawa Reiko alzó las orejas y siempre atenta a su amo, emprendió la marcha lentamente, justo detrás de Oshin y de Rengo que seguían a duras penas el ritmo de un Seikanji emocionado por mostrar sus dibujos. Era como si la loba negra los escoltara para que de esa forma su amo no perdiera la emoción que el animal sentía fluyendo de él. Seikanji estaba debajo de su cama, buscando algunos dibujos que se habían caído, seguramente por el viento que entraba por la ventana que Dozan había dejado abierta. Arrugó el entrecejo un poco molesto, el boceto de Reiko estaba sucio por el polvo y el que había empezado de Koga se había desdibujado un poco por la lluvia de la noche anterior. En el dibujo la ciudad de Koga era vista desde sus murallas, con las casas distribuidas en perfecta coordinación con la realidad. Seikanji era detallista, tanto que ya sabía casi todos los gestos de sus compañeros con los que compartía el día a día. Salió de debajo de su cama y puso los papeles húmedos sobre su cama mientras se acercaba al pequeño escritorio donde descansaba su dibujo de Aki. No hizo mención de él, como si no existiera. Rebuscó entre unos papeles apilados y les mostró un dibujo de Iga, donde los Hattori residían anteriormente a su caída. El dibujo era oscuro, la aldea en sombras con las casas siniestras en un silencio tan espeso que se podía sentir con solo mirar el papel. Una gran luna llena observaba como único testigo la escena. —¿Saben qué ciudad es? —preguntó feliz tanto a Rengo como a Oshin. —Y éste otro, Rengo-san; ella es Tomoe, con la que te casarás. —sonreía alegre, con los ojos cerrados mientras le mostraba el dibujo en cuestión. —Puedes quedártelo si quieres. Creo que será un bonito regalo de tu parte. —le asintió varias veces. —¿Dibujas, Rengo-san?
Casa [Akihito; Rengo; Oshin] Habitación de Seikanji Oshin contempló curiosa la habitación, aun eran recién llegados, pero podía notarse un poco del joven impregnado en ese sitio; había notado el dibujo de Aki y sonrió, iba a decir algo al respecto pero sus pensamientos fueron interrumpidos por las acciones de Seikanji, quién le enseñaba el dibujo. Oshin abrió por completo los ojos y se quedó allí, plantada mirando los trazos de un sitio el cual conocía. Rengo en cambio sostuvo el dibujo de Tomoe, realmente no quería verlo; pero prefería esa interacción a la presencia de Fureku. Pero al ver el dibujo a detenimiento, se perdió en las facciones de Tomoe. Seikanji le mencionó que podía regalárselo, y eso provocó que se comprimiera su pecho, pensando en qué sería de él cuando llegara a Kioto. Pero la última pregunta de Seikanji lo hizo levantar la vista siendo liberado de la mirada de aquel dibujo —Dibujar... Rengo recordó cómo Kuroki había dibujado en él y Kibo mientras estos dormían en Nagoya, el cómo había salido a hacer compras con la cara pintada y las risas que aquello provocó, un recuerdo que le solía traer alegría, ahora le traía dolor. Sus ojos comenzaron a nublarse por lo que rápidamente los frotó con una mano mientras con la otra sostenía el dibujo de Tomoe —Sólo caligrafía... —mencionó en voz baja —Dibujaste Iga...—mencionó Oshin mirando a Seikanji — Entonces es cierto ¿Incendiaron la ciudad? Contenido oculto rapuma Dojo [Aoi; Ryoshi; Fureku; Aki; Dozan; Akihito] Fureku soltó una risa burlona —Hoshi no soporta a los jóvenes por mucho tiempo; se desesperará y le dirá que salga a pasear a las calles de Koga — miró a Akihito —Se ve como esa clase se hombre ¿No? De esos viejos malhumorados. Puedo apostarte que guardó sus documentos porque no quiere que los ande manoseando, se ve que el joven Rengo no es muy cuidadoso ¿Notaste su cabello? un desastre Contenido oculto Nekita Ayeah
Aoi Nobunaga Un intenso rubor ascendió a su rostro con las palabras de Dozan, haciendo que desviara la mirada incómoda hacia sus propios pies antes de continuar con la conversación. — No sabría decir quién es el más peligroso aquí.— Respondió sin embargo, con cierto humor en sus palabras. Las pocas veces que había visto a Ryoshi en acción habían dejado claro que estaba de todo menos indefenso en aquel lugar. Dejó escapar un larguísimo suspiro y, finalmente alzó la vista para mirarlos a ambos ignorando el color carmesí que teñía sus mejillas. — Pero puedo asegurar que lo protegeré con mi vida.— Sentenció, llevándose una mano al pecho y sorprendiéndose a sí misma ante la verdad de sus palabras. Por primera vez en su corta y accidentada vida había alguien a quien deseaba proteger aun por encima de su propia integridad física... Y eso era peligroso. Bonito, sí... Pero peligroso.
Seikanji Yamagawa Se mostró sorprendido por la reacción de Rengo, incapaz de entender el dolor agridulce del Harima ante un dibujo que para él, Seikanji, era muy bonito. Bajó las cejas, triste. —Nunca nadie había llorado con tristeza por un dibujo mío. Supongo que todas las emociones se ven afectadas por la tinta. —dijo para mirar también el dibujo de Tomoe. Era muy bella, ideal para Rengo. —Si sabes caligrafía seguro podrás ayudarme a mejorar. ¿Qué dices, Rengo-san? Si no te gusta entrenar físicamente, al menos podemos entrenar de otra forma. —dijo feliz ante su propuesta para luego mirar a Oshin. Buscó las palabras adecuadas para proseguir; el propio Murai había reaccionado de forma negativa ante lo sucedido en Iga. —Fue idea mía, señora Sugita. El equipo que me acompañaba estuvo en desacuerdo. —puntualizó, aunque decidió ser más específico. —El señor Dozan fue el único que estuvo predispuesto a ayudarme. —dijo feliz, recordando la intervención del hombre que apareció en escena como si fuera un yurei mismo del reino del Yomotsu. Decidió explicarse. —Iga esconde secretos... escondía secretos. Secretos que ahora nadie podrá rebuscar y que permanecerán escondidos en ceniza. Entiendo lo del honor y respeto, pero en este caso me parecen absolutamente innecesarias. Decidí ser práctico, señora Sugita. El shihan se molestó. Terminó sus palabras cabizbajo, como si estuviera triste. Pero en realidad simplemente estaba practicando la reacción de Rengo segundos atrás.