Otro KKM El doble

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por isavetthdz, 13 Abril 2024.

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    isavetthdz

    isavetthdz Una letra a la vez, la fantasía continúa.

    Cáncer
    Miembro desde:
    1 Marzo 2017
    Mensajes:
    77
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    KKM El doble
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1175
    Pequeño escrito sobre el amor de familia y la actitud ante lo inevitable.

    Basado en el capítulo donde adoptan a Greta y Yuuri se va a su mundo sin poder despedirse (¿?)

    ¿Cómo le explicas a una pequeña que su padre se ha ido? ¿Como enfrentarle después de saber su temor a estar sola?

    Ninguna respuesta es incorrecta, solamente falta saber qué decir.

    ***

    Parte única.

    De nueva cuenta Shibuya había regresado a su mundo sin que nadie pudiera impedirlo, todos en el palacio estaban acostumbrados a este suceso pues, era de conocer, no sucedía poco. Por lo que de manera inmediata tras su partida todos volvieron a sus labores y a sus puestos.

    El mundo seguía rodando y la rutina empezada de nuevo.

    En alguna habitación de las tantas que tenía el castillo pacto de sangre, la nueva integrante, la hija del Maou la pequeña Greta, se enteraba por boca del resto que el de cabellos oscuros había partido.

    Todos lo decían como si fuera normal, como si nada cambiara e insistían en que no había de que preocuparse, solamente debían esperar a que regresara cumpliendo su trabajo.

    Y ella ¿A ella que le tocaba? Portarse bien, solamente eso, y no tenía ningún inconveniente no quería causarle problemas a Yuuri quien le había adoptado y dado una familia.

    Pero aun así, seguía siendo pequeña, lo suficiente para no poder controlar aquellas inseguridades que cargaba desde antes.

    El sentirse sola, el no poder saber con certeza cuando podría volver a verle, el tener que esperar a ciegas un retorno.

    Pero no dijo nada, simplemente sonreía sintiéndose consentida por el resto mientras trataba de calmar su corazón.

    — Greta, no te muevas —

    "La mejor ropa" le era medida, mientras el prometido de su padre adoptivo, Wolfram, miraba con serenidad cada detalle insatisfecho con la mayoría y complacido con la minoría.

    El cielo a través de la ventana estaba despejado, verlo tranquilizaba un poco su inquietud, pero aun de esta forma no podía desenvolverse por completo. Tenía que ser fuerte, era lógico pero ¿Cuánto?

    — Wolfram — Con voz algo penosa llamo al mayor que de manera inmediata le miro con toda su atención dejando la ropa en segundo plano.

    — ¿Qué sucede? —

    — Yuuri... ¿Cuándo volverá Yuuri? — Su voz fue algo temerosa, sin saber que tipo de respuesta quería.

    — No lose — Contestó a secas tragándose el mismo su inconformismo, pues aunque ya lo había expresado anteriormente, le molestaba el hecho de que el Maou y su prometido, viajara entre mundos sin un tiempo determinado ni avisando siquiera de su partida. Pero su mirada molestia cambio al ver la expresión de la pequeña quien veía el cielo a lo lejos.

    Entendió entonces, que tanto como él o aun más, se tragaba sus dudas e inseguridad mientras trataba de distraerse.

    Desvío la mirada sin saber qué decir, entendiendo a la pequeña.

    Era una pequeña recién llegada, rodeada de gente que conocía poco y gente que no conocía en lo absoluto en un enorme castillo que no conocía tampoco, y el único que había podido entenderla y ofrecerle lo que necesitaba se había ido de la nada y no tenía conocimiento de cuando podría volver a verlo.

    O al menos si podría verle de nuevo.

    Sus ojos cristalinos se quedaron en dirección a la niña, quien no había mencionado nada más, pero Wolfram sentía la necesidad de aligerar su carga.

    ¿Pero cómo? No era quien para hablar, ni siquiera se acordaba de esa necesidad de tener un "padre" cerca, por lo que solo suspiro algo impotente y coloco una de sus manos en el pequeño hombro.

    — Volverá, puedes estar tranquila, no sabemos cuando, pero Yuuri no dejaría a su prometido y a su hija sin más — Trato de calmar su corazón, con una leve sonrisa y convenciéndose a sí mismo de paso.

    La pequeña miró al rubio unos minutos sacando una sonrisa ante la muestra de apoyo moral.

    Wolfram al ver la sonrisa de la pequeña se sintió más tranquilo, ¿Pero estaba bien? No se sentía del todo a gusto con que esa respuesta ambigua fuera lo que quitara el peso de los hombros de la niña.

    Sentía algo en la garganta queriendo salir pero... ¿Como ponerlo en palabras?

    — Greta —

    — ¿Si? —

    Ambos pares de ojos chocaron, unos llenos de curiosidad infantil y los otros nerviosos, pero la mano en el hombro infantil se aferró más.

    — Yo también soy tu padre — Murmuro sonando firme aunque en el fondo no sabía bien como decirlo — Siempre contaras conmigo, aunque Yuuri no este —

    Las palabras se le atoraban en la garganta, nunca había hecho algo como eso, y menos con un humano, pero era su hija de quien hablaba, era la hija que compartía con su prometido y quien estaría bajo su cuidado el resto de sus vidas.

    Y sonrió, atrayendo a la pequeña entre sus brazos en un abrazo no muy apretado sin forzarla.

    — Yo también me he vuelto tu familia, por lo que, mientras Yuuri regrese, en lo que él no este, yo estaré a tu lado, y si es necesario te daré el doble de atención y cariño para que nunca te sientas sola, Greta —

    No titubeo, aunque su mente le indicara que no estaba preparado, su corazón estaba listo para aceptar a la pequeña como hija propia totalmente, se sentía preparado para cuidarla y ofrecerle el apoyo que necesitaba aun cuando su mente no lo hacía.

    Los sentimientos, el corazón, siempre van un paso adelante de la conciencia.

    La niña se quedó estática en los brazos ajenos, tardando un poco en reaccionar, pero sonrió correspondiendo el abrazo sintiendo que toda su inseguridad se alejaba, mientras el calor de Wolfram le calmaban.

    — Además, también todos los demás están dispuestos a cuidarte, por ello, no te preocupes en la audiencia de Yuuri —

    — Sí, estaré bien, y seré una buena niña para cuando Yuuri regrese — La sonrisa sincera causo un pequeño golpeteo en el pecho del rubio, que le hizo sonreír y sentir algo cálido que se esparcía por todo su cuerpo.

    La pequeña semilla de un sentimiento más allá del cariño a una familia núcleo, a un amor romántico, la pequeña semilla de un cariño que podría llamarse maternal.

    — Bien, sigamos con las ropas ¿Quieres Greta? — Soltó a la niña apenado tratando de recobrar la compostura mientras se acomodaba las ropas y tomaba otras prendas para medirle a su hija.

    — ¡Si! Ah, después de terminar ¿Puedes leerme las novelas de Anissina? Escuche que son muy buenas — Con gesto infantil y ánimo, movió las manos empezando a contar lo mucho que se las habían recomendado mientras Wolfram sonreía dudando de su era una buena idea, pero si Greta estaba tan emocionada no había de otra.

    — Por supuesto, ahora, date la vuelta —

    En calma, en paz, la rutina y la normalidad en Shin Makoku volvían aún con el Rey en un mundo distinto, con la gente trabajando con ánimo siguiendo su camino rezando por el pronto retorno de su Rey.

    Retorno que esperaría con ansias su prometido y su hija, su familia que aguardaba con paciencia en aquella habitación.
     

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