Kioto Kioto

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 13 Octubre 2023.

Cargando...
  1.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    8,519
    Pluma de
    Escritora
    Santuario budista /Distrito Imperial
    [Gendo; Saizo]
    [Yurei: Kyogi]
    [Yokai: Kuroki]

    El niño los observó, no pareció reaccionar hasta ver aquel pincel. Fue en ese momento que se sentó y abrazó sus rodillas.

    —No ha venido a castigarte, No has hecho nada malo ¿O si?— Preguntó Kyogi.

    El pequeño se quedó en aquella posición; pero levantó la mirada desafiante.

    —Tengo un nuevo encargo para ti, y son varias cosas que hacer; debes tenerlas a tiempos. O bueno... — Miró hacia Kuroki — Ya sabes...

    El niño desvió la mirada y asintió.

    Kyogi comenzó a explicarle algunos detalles; mientras que Gendo exploraba un poco el lugar, maravillado.

    —Siempre pensé que este amigo secreto que tenías iba a ser algo como la prisión de las islas Oki — confesó Gendo —¿Con quién más hiciste todo esto? —dijo tocando un talismán sin arrancarlo de su sitio.

    —Fue con Kawa, bajo los aposentos de Taiki Ishikawa — se burló Kyogi mientras observaba a al pequeño avanzar hacia una pequeña fragua. No se veían armas de metal o madera, pero si mucha arena y otros polvos; en el suelo había vidrio roto y aquel niño lo pisaba sin lastimarse.

    Junto a la fragua sintieron nuevamente calor; el agua hervía y soltaba vapor como si fuera de sauna. Mientras que aquel niño trabajaba, si se recargaba un poco para descansar; Kyogi avisaba a Kuroki para que este se acercara con el pincel para presionarlo, una táctica que funcionaba siempre.

    Tardaron bastante allí dentro; pero Gendo salió con una gran caja llena de objetos.

    Cuando iban saliendo, Saizo levantó la trampilla y el niño gritó con fuerza.

    —¡MAMÁ! ¡ESTOY AQUÍ!

    Saizo cerró la trampilla de inmediato, dejando a los tres allí abajo con el kami.

    Kyogi esperaba aquel grito, lo hacía siempre que visitaban a aquel niño. Al que ni siquiera agradecían sus servicios obligados. Cómo siempre, Kyogi sonrió e intentó acariciar la cabeza de aquel niño sin éxito alguno, este se alejaba siempre a su contacto.

    —Te lo he dicho muchas veces; ella ya no te está buscando. Allá afuera hay otro joven, tiene tu mismo cabello — afirmó — Fuiste sustituido por él, es él a quién ahora cuida tu madre —llevó su mano al pecho — Trataré de cuidarte de él, su ejército viene ahora mismo para acabar contigo. Debes mantenerte aquí, estás seguro.

    Él afirmó.

    —Abre, Saizo —aseguró Kyogi y la trampilla volvió a abrirse.

    Salieron sin dificultad o prisa; el niño se quedó al fondo, mirando la luz del exterior sin hacer un sólo movimiento por salir. Hasta que por fin, la sombra volvió a abrazarlo.

     
    • Reflexivo Reflexivo x 3
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso