Kioto Kioto

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 13 Octubre 2023.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
Cargando...
  1.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    8,555
    Pluma de
    Escritora
    Santuario budista /Distrito Imperial
    [Gendo; Saizo]
    [Yurei: Kyogi]
    [Yokai: Kuroki]

    El niño los observó, no pareció reaccionar hasta ver aquel pincel. Fue en ese momento que se sentó y abrazó sus rodillas.

    —No ha venido a castigarte, No has hecho nada malo ¿O si?— Preguntó Kyogi.

    El pequeño se quedó en aquella posición; pero levantó la mirada desafiante.

    —Tengo un nuevo encargo para ti, y son varias cosas que hacer; debes tenerlas a tiempos. O bueno... — Miró hacia Kuroki — Ya sabes...

    El niño desvió la mirada y asintió.

    Kyogi comenzó a explicarle algunos detalles; mientras que Gendo exploraba un poco el lugar, maravillado.

    —Siempre pensé que este amigo secreto que tenías iba a ser algo como la prisión de las islas Oki — confesó Gendo —¿Con quién más hiciste todo esto? —dijo tocando un talismán sin arrancarlo de su sitio.

    —Fue con Kawa, bajo los aposentos de Taiki Ishikawa — se burló Kyogi mientras observaba a al pequeño avanzar hacia una pequeña fragua. No se veían armas de metal o madera, pero si mucha arena y otros polvos; en el suelo había vidrio roto y aquel niño lo pisaba sin lastimarse.

    Junto a la fragua sintieron nuevamente calor; el agua hervía y soltaba vapor como si fuera de sauna. Mientras que aquel niño trabajaba, si se recargaba un poco para descansar; Kyogi avisaba a Kuroki para que este se acercara con el pincel para presionarlo, una táctica que funcionaba siempre.

    Tardaron bastante allí dentro; pero Gendo salió con una gran caja llena de objetos.

    Cuando iban saliendo, Saizo levantó la trampilla y el niño gritó con fuerza.

    —¡MAMÁ! ¡ESTOY AQUÍ!

    Saizo cerró la trampilla de inmediato, dejando a los tres allí abajo con el kami.

    Kyogi esperaba aquel grito, lo hacía siempre que visitaban a aquel niño. Al que ni siquiera agradecían sus servicios obligados. Cómo siempre, Kyogi sonrió e intentó acariciar la cabeza de aquel niño sin éxito alguno, este se alejaba siempre a su contacto.

    —Te lo he dicho muchas veces; ella ya no te está buscando. Allá afuera hay otro joven, tiene tu mismo cabello — afirmó — Fuiste sustituido por él, es él a quién ahora cuida tu madre —llevó su mano al pecho — Trataré de cuidarte de él, su ejército viene ahora mismo para acabar contigo. Debes mantenerte aquí, estás seguro.

    Él afirmó.

    —Abre, Saizo —aseguró Kyogi y la trampilla volvió a abrirse.

    Salieron sin dificultad o prisa; el niño se quedó al fondo, mirando la luz del exterior sin hacer un sólo movimiento por salir. Hasta que por fin, la sombra volvió a abrazarlo.

     
    • Reflexivo Reflexivo x 3
  2. Threadmarks: Día 72_Kuroki
     
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    8,555
    Pluma de
    Escritora
    Sala de Audiencia/Castillo Imperial
    [Gendo; Saizo]
    [Yokai: Kuroki]
    —¡Gran idea matar a Kuyo! —reclamó el viejo Katsunaga en la audiencia que Saizo había convocado a nombre de Gendo. Este seguía sentado sin importarle el alboroto de sus hombres.

    —Con eso hemos perdido...

    —¡MAS DE DIEZ MIL HOMBRES! — Sentenció Katsunaga interrumpiendo a Norimasa quién sólo miró a Gendo esperando que este respondiera; pero seguía sin decir nada desde su trono.

    —Pensé que tu también seguías a Gendo por el simple deseo de poder — agregó Yuta — Tenemos el eclipse a nuestro favor.

    —¿Qué estamos haciendo aquí exactamente? ¿Es un plan de retirada?— preguntó Satake.

    Gendo lo fulminó con la mirada instantáneamente —¿Acaso eres un cobarde?

    —Es muy distinto ser cobarde a estúpido —
    señaló Sengoku.

    Gendo desvió su odio de Satake hasta Sengoku —Tendré piedad a tu impertinencia por la fuerte relación política que tenías con mi padre; pero no voy a permitir que vuelvas a decir un sin sentido como ese.

    —¿Crees que este yokai equivale a los diez mil hombres perdidos?— preguntó Sengoku señalando a Kuroki; negó — No importa cuán poderoso sea; es sólo uno —miró a Gendo — Sabes bien que yo no soy parte de tu secta de adoradores; yo estoy aquí porque quiero territorios no un mundo con este caos.

    —Al vencer a los Minamoto tendrás tus terrenos— respondió Saizo con calma, dándole razón a las voces preocupadas —Pero no estaremos en desbalance numérico.

    —Saizo —
    Inició Maeda —Tu escuchaste la misiva que recibió Makino de Anzai; los Sawayama ya están muy lejos de aquí, se han llevado las riquezas, los hombres y los barcos. Debemos rendirnos; planearemos un asalto secreto años después ya que el Minamoto tome el...

    Gendo se levantó desenvainando su katana en llamas; obligando a todos a guardar silencio.

    —¡ESE IMBECIL NO SERÁ EMPERADOR! — Reclamó Gendo.

    Los presentes siguieron en silencio; pero aun expectantes a una respuesta coherente.

    —No hay ningún plan, no hay ejército; ¿Quieres que nuestros clanes se mueran aquí en Kioto? — Reclamó Norimasa

    —¿Por qué tienen miedo a la muerte?— Les reclamó Yuta con furia.

    —No es a la muerte — intervino Komatsu con su porte impoluto — Es a la humillación. No dejaré que los míos reciban a un ejército que nos vencerá en un parpadeo —señaló a Gendo con su naginata — Dame un plan de resistencia y moriré con dignidad, aquí, a tu lado cómo te lo prometí.

    —Vaya... había olvidado lo molesta que eras Komatsu. A Gendo no le interesas.

    Se escuchó una voz delicada esperando fuera de la habitación.

    Saizo sonrió —Puedes entrar, Susume.

    Una silueta alta y estilizada ingresó a aquella habitación.

    Susume Ashikaga.jpg

    —¿El dueño del palacio Katsura?—Taguchi estaba impresionado —Ese hombre está forrado; pero no entiendo que tiene que ver con la guerra. ¿Compro guerreros?

    —Dama—
    corrigió Susume.

    —Okama— Volvió a corregir Katsunaga con desprecio aparente —En qué puede ayudarnos un ser como este. Ni sabe pelear.

    —No en un campo de batalla —
    dijo Susume guiñándole un ojo, sin importarle lo más mínimo de lo que aquel hombre pudiera decirle de manera despectiva.

    Katsunaga dejó de mirarlo, estaba asqueado.

    —Suzu ha sido un fiel servidor mío — intervino Gendo, mientras Susume le lanzaba un beso que Gendo ignoró —Mucho tiempo estuvo encargado de cerciorarse que Hana Harima se mantuviera lejos de nuestros planes —sonrió con malicia.

    Susume soltó una carcajada —Lo dices como si hubiera hecho mucho; sólo abría una cajita de música todas las noches; preocupándome como una buena amiga para ella —volvió a reírse para después mirar a Saizo — Por fin volvieron a necesitarme — dijo para fruncir el ceño — pero me ha costado toda mi inversión.

    —El palacio Katsura se ha vuelto una ofrenda para el ritual — mencionó Gendo con aparente tristeza; su entretenimiento se había ido.

    —No te preocupes, Gendo; conseguiremos más suministros después — le recordó Susume entre risas.


    Las puertas se deslizaron y una silueta ingresó rodeada de oscuridad y miasma; cargaba una lanza extraña que absorbió las llamas de Konton e iluminó la punta del sable con ellas como si fuera una antorcha.

    Era Kyogi; adoptando una forma humana y en control. Avanzó a un lado de Kuroki, le tocó el brazo, nuevamente era corporea.

    Kyogi.jpg

    —No se preocupen de los detalles; gracias a Suzu he podido completar parte de mi plan. No los dejaré a merced de los Minamoto, ellos caerán si sabemos ocupar el eclipse a nuestro favor —la voz de Kyogi despertó el interés de los presentes.

    —Mi señora — Dijo Norimasa.

    —Por fin el Okama hizo algo de utilidad — Agregó Katsunaga mirando a Kyogi.

    Susume soltó una carcajada mientras se revisaba las uñas —Yo golpee a Takeda Minamoto; he hecho muchísimo más de lo que tu has podido hacer.

    —Si hubiera sido cualquiera de nosotros, lo elimina —
    reclamó Komatsu.

    —Calma, no es mi culpa que no fuiste lo suficientemente bonita para no tener la necesidad de entrenarte en armas — dijo mirando a Komatsu a los ojos.

    —¿Yo no soy bonita?— preguntó Makino, quién había estado muy silenciosa.

    —¡Oh! ¡Maki! Tú eres preciosa; destacas como la flor que eres — agregó Susume para luego volver a mirar a Komatsu — Otras no nacen con esa suerte.

    Komatsu iba a lanzársele encima pero el grito de Kyogi la detuvo.

    —¡YA BASTA!

    —Escuchen bien, no van a subestimar al enemigo —
    Kyogi levantó los brazos y varios yokai de grado bajo aparecieron como cucarachas rodeando a los presentes — Escuchen bien, escuchen con atención; esto es lo que haremos para asegurar nuestra victoria.

    Antes de continuar con la explicación; Kyogi miró a Kuroki —¿No tienes curiosidad ahora? —Sujetó una de las garras de Kuroki —¿Cuál será la primera vida que tomarás con estás garras? — soltó una gran risa —Yo deseo tanto destruir a Kato con mis propias manos; verlo arder lentamente — negó y miró a Kuroki a los ojos — No —sonrió — Quiero que Kato vea arder a Takeda frente a él, que el último de los Minamoto sufra una muerte agónica mientras ese hombre observa, de nuevo sin poder hacer nada —acarició el brazo de Kuroki —Hagámoslos sufrir, destruyamos para lastimar lo que más se pueda.









    A terminar este rol en Kioto
     
    • Impaktado Impaktado x 2
    • Espeluznante Espeluznante x 2
    • Ganador Ganador x 1
Cargando...
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso