Kamen, las mascaras impuestas

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Hitomi-chan, 4 Enero 2010.

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    Hitomi-chan

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    Kamen, las mascaras impuestas
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    Kamen, las mascaras impuestas

    Un fic Sasuhina, que espero les guste, es algo diferente y en el que trato de hacer ver otro lado que a veces se oculta, o tratamos de ocultar.
    Disfruten la lectura:


    Capitulo 1:


    ¿Un fin o un principio?

    Dolor: sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.

    Que fácil resulta describir a una simple palabra como esa ¿pero en verdad ese es su verdadero significado?, tal vez para algunos si lo sea, pero para muchas personas como yo es algo que no se acerca ni una milésima parte a la verdad.

    El dolor es más que una sensación de molestia en tu cuerpo, es sentir que el mundo cae sobre tus hombros y eres incapaz de sostenerlo, es sentir como un nudo se forma en tu garganta y te impide respirar, llorar…vivir. El dolor es una palabra incapaz de describirse, va mas haya de cualquier palabra que se pudiera utilizar.

    Pero así como el dolor es una palabra y sentimiento tan difícil de describir, igual lo es el amor. Un sentimiento tan opuesto al dolor, pero que no podría existir el uno si el otro, cuando amas, el dolor estará presente. Ver a la persona amada, implica que el dolor estará a tu lado, cualquier cosa que pueda afectar a esa persona, afectara también a la contraparte. Pero que es mejor ¿no amar y nunca conocer el dolor verdadero? Ó ¿amar y aceptar el dolor que viene con el?

    Mi nombre es Hyuuga Hinata, heredera de mi clan, miembro ninja de mi aldea, Kunohichi de elite, y ahora traidora a mi misma.
    Para los que se interesen en conocer como fue que llegue a ser lo que soy ahora, comenzare por contarles lo que yo creo es el principio de mi final.

    La aldea de konohana poco a poco volvía a la normalidad. Las casas, comercios, escuelas y demás estaban casi terminadas en su totalidad. No así en mi casa, todos los miembros del clan Hyuuga estaban indignados por mi forma tan humillante y deplorable en la que me enfrente a Pein. Según ellos esa fue la peor humillación para el clan, que la heredera principal fuera vencida de esa manera fue algo que me valió el peor castigo que al consejo se le pudiera haber ocurrido.

    Después de una serie de reuniones entre el consejo del clan, decidieron aplicarme el correctivo que ellos creyeron mas apto para mi “falta”, ante ellos.

    -Pasa Hinata- la voz del anciano de mayor edad en el consejo me invito a entrar a la habitación donde se encontraban todos.

    Sin decir una sola palabra, y sin atreverme a mirar a nadie a la cara, entre con pasa lento. Tenia miedo, miedo a lo que me podría enfrentar por culpa de lo que ellos consideraban… debilidad. Al llegar a uno de los asientos que se encontraban solos en la habitación, hice una pequeña reverencia y me senté, junto a Neji, mi única esperanza de que este fuera un poco mejor para mí.

    -Hinata- esa era la voz de mi padre, se me congeló la sangre al escuchar el tan frio y doloroso tomo en el que me llamo. –Ya tenemos el castigo correcto para ti- alce mi vista para encontrar los inexpresivos ojos de hombre que es mi padre.

    -Tendrás una misión- otro anciano termino de hablar por mi padre, era de apariencia grotesca, pero al cual debía respeto. Con toda la calma que fui capaz de aparentar trate de escuchar lo que tenía decidido para mí. – Si en un año no vuelves con lo que te pediremos, olvídate de regresar. Los miembros mas poderos del clan irán en tu búsqueda y tomaran tu vida como muestra de honor a la familia.-

    -Saldrás al amanecer, con el pergamino que te indica lo que debes de cumplir para volver a ser considerada heredera del clan.- otra vez mi padre y su fría voz.- Y si te preguntas por que no simplemente te quitamos el titulo de heredera y se lo damos a Hanabi. Es fácil, ella aun es menor de edad, y el clan necesita un nuevo líder cuanto antes.-

    -Hinata san- una cálida mano se poso sobre la mía, volteé a mirar al dueño de dicha calidez y encontré el rostro de mi primo. –Se que usted será capaz de hacer la prueba- las palabras de Neji me dieron algo de coraje para preguntar cual seria mi “misión”.

    -¿Qué debo hacer?- por increíble que parezca no tartamudeé.

    -Matar al Mizukage –

    -¿Q-que?- abrí mis ojos todo lo que pude, la sorpresa remplazo al miedo que sentía en esos momentos. No podía creer lo que acababa de escuchar de labios de mi padre. – ¿Habla en serio padre?-

    -Si, ahora retírate y alista tus cosas- mi padre se levanto de su lugar seguido por todos los miembros del consejo. Solo quedamos Neji y yo en ese inmenso cuarto.

    Cuando todos salieron, me abrase a Neji lo mas fuerte que mis fuerzas me lo permitían, llore en su pecho mientras que el acariciaba mi cabello y me rodeaba con sus brazos. Nunca desde que me convertí en ninja había tomado la vida de nadie, pero ahora esa era mi misión, para poder volver con mi familia.

    No se por cuanto tiempo llore abrazada a Neji, solo se que de mis ojos ya no brotaba una sola lagrima mas, el nudo que se había formado en mi garganta seguía, pero mucho mas pequeño. Levante mi cabeza para mirar a Neji, era igual de inexpresivo que mi padre, pero con un poco mas de calidez en su mirada.

    Limpie el rastro de mis lagrimas y me puse de pie, Salí de ese lugar y camine a mi recamara para alistar mis cosas, ya era de noche y tendría que abandonar mi “casa” al amanecer, por lo que ya me quedaban pocas horas. Neji salió atrás de mí sin decir una sola palabra, eso nunca ha sido su fuerte, pero el saber que esta a mi lado es más que suficiente para mí.

    Cuando llego a mi habitación pongo todo lo necesario en mi mochila de viaje, Neji solo me mira desde el marco de la puerta, creo que a el le duele mas que a mi el que me vaya de esa manera. En mi intento por no llorar mientras empacó todo, me topo con la fotografía de mi equipo, donde estamos Shino, Kiba y yo, lo tomo y sin pensarlo lo guardo con las demás cosas, no es un arma, pero me ayudara en mi viaje.

    Una vez terminado de empacar todo, pongo mi mochila en mi hombro y camino hasta la puerta en donde Neji no se apartado un solo centímetro. Cuando llego hasta el, tomo mi mano y me lleva hasta la salida de la aldea.

    Durante el camino, solo vi su espalda y su hermoso cabello castillo, creo que lo extrañare demasiado, ya nos habíamos vuelto “hermanos”. De repente siento como para, y gira hacia mi, su mirada cambio, al igual que su gesto. Ahora es un Neji que nunca había visto antes, el esta… triste por mí.

    Levanto una de mis manos y acaricio su mejilla, no trato de reconfortarlo, trato de reconfortarme a mi misma. Esto va mas allá de mi, quiero que esto solo sea una pesadilla y que no tenga que hacer lo que el consejo me pidió, pero mi esperanza se va al sentir como una lagrima de Neji corre por su rostro y llega a mi mano.

    Todo es verdad, Neji esta llorando por mi, y yo tendré que matar a una persona para volver.

    -Si no vuelves- ahora el tomo mi rostro con ambas manos, para obligarme a mirarlo a los ojos. –Me volveré un traidor al clan y a la aldea-

    -¿Neji?- no entendía muy bien sus palabras, ¿Por qué el seria un traidor?

    -No dejare que te hagan daño, iré a tu lado y te protegeré.-

    Ahora lo entendía, siempre en plan de “protector” hacia mí. Una sonrisa apareció en mis labios ante la palabra de mi primo, pero también una de decepción. Saber que tampoco el creía en mis habilidades me ponía un poco mas triste de lo que ya estaba.

    -Confió en tu fuerza Hinata- siempre parecía leer mis pensamientos. –Pero se que no eres capaz de lastimar a nadie, y mucho menos de matar-

    Sus ojos se clavaban en los míos, sabia perfectamente que Neji no permitiría que me pasara nada, pero ahora era mi turno de protegerlo a el, y la forma era dejándolo en la aldea y con el clan. A pesar de ser una miembro del Bouke, es respetado por todos, incluso por los miembros del consejo, y aunque nunca llegue a ser heredero, tendrá un brillante futuro, por eso no permitiré que se sacrifique por mí.

    -Gracias Neji, pero estaré bien- le doy una de mis mejores sonrisas, es sincera, pero en ella se oculta mi verdadero miedo, angustia, y sufrimiento. Espero que el no lo note o nunca podre mantener la mascara que he creado ante el.

    -Promételo- sonó mas como una orden que una petición, pero no podía negarme a hacerlo, no ante Neji, ya que el insistiría hasta que yo lo hiciera.

    -Te lo prometo Neji- después de eso, el solo me abrazo y se aparta de mi lado, era la hora de irme a cumplir la maldita misión de mi clan.

    Cuando estaba a punto de darme la vuelta para marcharme de mi aldea, uno de los miembros del consejo se atravesó en mi camino, impidiéndome avanzar, era un hombre mayor, pero que al parecer aun conservaba una gran destreza física.

    -¿No olvida algo Hinata san?- su voz era algo burlona hacia mi, como lo fue desde que era pequeña, para ellos nunca fue una digna Hyuuga. No conteste a su pregunta, solo lo observe a los ojos, para demostrar que no le temía. –Tome, estos son los detalles de su misión- me extendió un pergamino con el emblema Hyuuga en el, lo tome y lo guarde en una bolsa de mi mochila, cuando voltea de nuevo a mirarlo, tenia una retorcida mueca que parecía ser una sonrisa en su rostro. –Suerte- dicho esto desapareció de mi vista, sabía que se burlaba de mí, pero eso ahora que más me daba.

    Volteé al lugar en el que estaba antes Neji, pero ya no estaba hay, se fue sin que yo me diera cuenta, ahora estaba sola frente a las enormes puertas de Konohana. Miro una última vez a mi aldea, y una traicionera lágrima se escapo de mis ojos.

    Tenia planeado no realizar la misión, escaparía de la aldea y viviría como una fugitiva de mi clan, y aunque prometí a Neji volver… no lo haría. Un nudo se formo en mi garganta al saber que nunca más volvería a ver a mis amigos, y que ni siquiera pude despedirme de ellos.

    Ellos estaban buscando al Uchiha, un traidor que es muy importante para Naruto, al acordarme de el una sonrisa llega hasta mis labios, aun no podía creer que le dijera un “te amo”, aunque nunca recibí ni recibiré respuesta, me alegra haberle dicho lo que mi corazón sentía por el.

    Llevo mis manos a mi cara y aparto algunos cabellos de mi rostro, es hora de irme, comienzo a caminar a la salida a paso lento, no tengo prisa por dejar a mis amigos ni mi hogar. Después de algunos minutos de caminar sin mirar atrás, comienzo a ver el inmenso bosque ante mi, brinco a una rama cercana y volteo a mi aldea, mis ojos permanecen en esa imagen algunos minutos, no quiero olvidarla, deseó recordarla siempre, en ella viví buenos y malos momentos, en ella pase mi vida.

    Bajo mi vista al suelo bajo mis pies y de nuevo algunas lagrimas se escapan de mis ojos, tomo de nuevo mi camino, pero esta vez a una velocidad mucho mayor, esta vez si deseó alejarme lo antes posible, si no lo hago así, tal vez no sea capaz de hacerlo nunca. En el camino susurro al viento un adiós antes de que la aldea desaparezca por completo de mi vista.


    Dos años después:

    Konohana ya no parece la misma que deje años atrás, sus casas y comercios parecen ser mas grandes y sofisticados, aunque los pobladores parecer ser los mismos de antes. La vista desde los rostros Hokage es muy buena, y la reconstrucción que hicieron es mucho mejor a como los recordaba.

    He pasado todo el día observando los movimientos de la aldea, y he descubierto algunas cosas que no creí fueran ciertas. En mi mano derecha tengo un pergamino que recibí hace una semana, no pensaba que dieran con mi paradero, pero que mas se puede esperar de Hiashi Hyuuga, el líder del clan y mi padre.

    Aprieto con todas mis fuerzas el pedazo de papel, por su culpa me vi obligada a volver, y a llevar a cabo “mi misión”. Miro una bolsa negra a mi lado, y un nudo se forma en mi garganta, no soporto mirarla, no soporto a… mi conciencia.

    Es increíble que ningún Ambu notara mi presencia a estas altura, contando que no he hecho nada en especial para ocultarme, pero eso no me importa, después de todo se sabrá de mi llegada de nuevo a la aldea.

    La noche ya cayo sobre toda Konohana, es hora de ir con mi clan, tomo la bolsa a mi lado y noto como unas pequeñas gotas de líquido rojo caen por ella, no le doy importancia y me dirijo a los dominios Hyuuga. En el camino cuido de no toparme con nadie, no deseó que me vean por ahora, llego en cuestión de minutos a mi destino, como era de esperarse todos los miembros de mi familia se dan cuenta de mi presencia, por lo que bajo del tejado y me situó al centro del jardín principal.

    De inmediato mi padre, Neji y algunos miembros del consejo llegan frente a mí. Mi padre con su típica mirada fría, solo que esta vez con un toque de agradecimiento en ella. Neji, con cara de sorprendido, noto que desea acercarse a mi, pero los ancianos del consejo no se lo permiten, noto como algunos de ellos me miran con cara de desaprobación, después de todo solo tenia un año, y yo me tome dos.

    De atrás de los presentes sale el líder del consejo, un hombre de marcada edad, y demasiado prepotente y arrogante, sobre todo hacia mi. Camina hasta ponerse delante de todos, me mira con un aire de superioridad, y arrogancia que hace que mi sangre hierva de rabia y coraje. Años atrás no hubiera sentido algo así, pero ahora al saber lo que planean hacer hace que involuntariamente apriete mis puños con furia, bajo la cabeza para tratar de contenerme, no es hora ni momento para perder la calma.

    -¿Qué haces aquí?- por fin se digna a hablarme, lo miro y esa mirada aun no desaparece de su rostro, como deseó arrancársela de un solo golpe, pero no puedo, no debo. – ¿Acaso quieres morir en tu casa?, te recuerdo que tu plazo ya término hace un año-

    Arrojo la bolsa negra que llevaba conmigo hasta sus pies, sin quitar ni un segundo la mirada de su rostro. El mira a la bolsa para después mirarme a mí.

    -¿Qué es esto?- da una patada a la bolsa y me mira. –no me dirás que es…-

    -Mi misión- lo interrumpo para aclararle “su duda”, su voz me provoca nauseas, y cuanto menos lo escuche mejor. – He cumplido con lo requerido-

    Al fin logro que la estúpida expresión de su rostro desaparezca, esta vez tiene una expresión seria y de duda hacia mis palabras. Se agacha y abre la bolsa, al hacerlo su cara vuelve a cambiar, pero esta vez por una de asombro he incredulidad.

    Mira a los demás presentes y saca lo que contenía esa bolsa. Con su mano derecha toma la cabeza decapitada del Mizukage de la niebla, su sangre aun estaba fresca, por lo que se derramaba cayendo al suelo y manchándolo. Al verla todos dirigen su mirada hacia mi, algunos con asombro, otros con aprobación.

    Camino y me pongo frente a la bolsa y el anciano del consejo, lo miro a el y después a la bolsa, con mi pie la golpeo para que salga lo que seguía conteniendo en su interior. Al hacerlo comienzan a rodad tres cabezas mas, todas de hombres feudales de la niebla.

    -Ellos- les dijo señalando los cabezas a mis pies.- son un bono por mi tardanza- miro de nuevo al anciano a mi lado. –Señores feudales planeando destruir al clan Hyuuga- para nadie era un secreto lo codiciados que eran los ojos de un Hyuuga, y lo que cualquiera pagaría por ellos. Y más si podía destruir todo el clan para hacerlo mas “cotizado”. Con dinero muchas cosas se pueden hacer, y esos hombres lo tenían en exceso.

    -Pero ahora vendrán tras nosotros-otro de los miembros del consejo se aventuro a hablar por los demás.

    -No soy estúpida- otra vez subestimándome. –Todos pensaran que fueron ninjas renegados y en busca de dinero, nadie a exención de ustedes sabrá la verdad- dirijo una mirada a todos frente a mí, tengo ganas de llorar, pero frente a ellos tengo que tener una apariencia fría y dura.

    -¿Qué haremos con ellas?- esta vez hablo mi padre, el cual había llegado hasta mi lado y el del anciano.

    -Yo que se, consérvelas como… trofeos- después de todo eso eran para ellos. -¿Dónde esta Hanabi?- miro directamente a los ojos a mi padre, deseó una respuesta inmediata.

    -En su habitación- su voz suena algo rara para mí, pero no le hago caso y camino directo a la habitación de mi hermana, la cual suponía era la misma que tenía desde pequeña.

    Al pasar al lado de Neji, le sonrió para que me siga hasta donde esta mi hermana menor, y así lo hace caminamos en silencio hasta la puerta de la habitación de Hanabi. Cuando toco y recibo un “pasen”, toma la manilla en una de mis manos, pera antes de girarla la mano de Neji me lo impide.

    -Hinata, ella esta…- en su cara se nota la preocupación, por mi hermana, además de lo afligido que esta por ella.

    -Lo se- miro sus ojos y le sonrió para que se calme un poco. Entro a la habitación y me encuentro con mi hermana pequeña acostado en la cama.

    Camino hasta ella y me siento en un una silla a su lado, solo la observo, no creí que fuera verdad las palabras de mi padre en esa carta, pero si lo eran.

    Hanabi estaba en la cama cubierta de vendajes, los cuales algunos aun sangraban manchando las vendas. Su brazo y pierna derecha no estaban, habían sido cruelmente mutilados de su cuerpo, sus ojos dañados tan severamente que era imposible que volviera ver.

    Un nudo se formo en mi garganta al verla en ese estado, pero trate de que no me afectara en ese momento, deseaba mas que nunca ser fuerte para mi hermana pequeña, por ella haría lo que fuera, no importaba que cosa fuera, si me lo pidiera mataría incluso… a mi clan. Estaba a punto de hablarle, pero ella se me adelanto.

    -¿Hinata?- giro su cabeza a mi dirección, a la vez que extendía su mano para que yo la tomara. –Se que eres tu, habla ya-

    -Hanabi- tomo su mano entre las mías, y deposito un beso en su frente – Ya estoy aquí hermana- me siento a un lado de su cama para estar mas cerca de ella.

    -¿Terminaste tu misión?- no sabia si ella sabia cual era exactamente mi misión, por lo que volteo a mirar a Neji, el cual me niega con la cabeza, señal de que ella no sabia nada.

    -Si, ahora puedo estar a tu lado.- acaricio sus cabellos, siempre fui como una madre para ella, y era la hora de comportarme aun mas como una. -¿Cómo te sientes?- de seguro todo el mundo se lo preguntaba, pero yo lo hacia para que ella dijera lo que en verdad sentía.

    -Si tan solo mis ojos estuvieran bien- apretó mi mano con fuerza, no estaba triste, estaba enojada con ella misma. –Fui débil y por eso estoy así- según la carta de mi padre, Hanabi quedo hacia en una misión de rango B, en el cual fueron sorprendidos por algunos criminales rezagados de la guerra ninja.

    -Eso no es verdad- la abrazo para tratar de que no se sienta mal. –Lo único que sucedió es que aun no estabas completamente apta para enfrentarlos- a mi hermana nunca le ha gustado que le mienta, así que era mejor hablarle “a su manera”. –Cuando te recuperes, acabaras con ellos-

    -Eso no es verdad- su voz sonó demasiado fría para mi. –Así como estoy, solo soy un estorbo- a pesar de las vendas sentí como las lagrimas mojaban sus ojos. – Ni siquiera puedo utilizar el Byakugan-

    -Te prometo- tome su cabeza y la apoye en mi pecho – Que hare que tus ojos vuelvan a ver, y que utilices el Byakugan.-

    -No prometas cosas que no puedas cumplir-

    -Si lo prometo es por que lo hare Hanabi- mi voz se hizo un poco mas dura para que ella creyera e mis palabras, y parece que funciono.

    -¿En verdad?-

    -De verdad hermana- de nuevo mi voz volvió a su tono frágil y dulce de siempre. Sentí como ella rodeaba mi cuerpo con su brazo. No quería verla así, pero peor aun no quería verla triste, por lo que trate de cambiar el tema. – ¿Como supiste que era yo?-
    -Tu olor es el mismo que recuerdo- se separo de mi y volvió a recostarse en su cama – Y tu chakra es inconfundible para mi-

    Una sonrisa se dibuja en mis labios, a la vez que arropo a mi hermana para que descanse, al parecer el día llego sin que lo notáramos.

    -Descansa Hanabi- le doy un beso en la frente y camino a la puerta, Neji me sigue, pero la voz de mi hermana lo detiene.
    -Neji, no dejes sola a Hinata-
    -No lo hare Hanabi- al parecer esa pequeña, sabia sentir muy bien los chakras a su alrededor, a pesar de que Neji no hablo ni una sola vez, ella sabia que estaba hay.

    Cuando ya estábamos fuera de la habitación de Hanabi, siento como Neji me toma de la mano, en ese momento ya no puedo mas y me arrojo a sus brazos para llorar en su pecho, mantener una mascara para engañar es muy agotador.

    El solo me abraza y me escucha llorar, deseaba tanto llorar junto a el, solo el sabe lo que en verdad siento y quien en verdad soy.

    -¿Por qué regresaste?- aun con lagrimas en los ojos me separa un poco y lo miro a la cara. -¿Cómo supiste lo de Hanabi?-

    -Regrese por ella, y como lo supe, no te lo diré- me separo definitivamente de el, y limpio mis lagrimas. –Además te prometí que volvería-
    -Yo sabia que no planeabas hacerlo- su mirada no se apartaba un solo segundo de mi, era increíble como es que me conocía. –Planeabas huir y nunca volver-

    Baje la cabeza, a pesar de que había echo una promesa, no pensaba cumplirla, y eso me avergonzaba.

    -Espero que pronto puedas contarme todo- me tomo de los hombros y me hizo verlo a los ojos. –Se que fue difícil para ti hacer algo como lo que te pidieron- una de sus manos fue hasta mi mejilla, mientras que la acariciaba dulcemente. –Pero me da gusto volver a verte- se acerco mas a mi y me beso la mejilla a la vez que me decía – Bienvenida, Hinata-

    El sonrojo se apodero de mis mejillas en un instante, nunca había tenido a Neji tan cerca de mi en esa forma, podía sentir su cálido aliento en mi piel, el calor que desprendía su cuerpo, y sus ojos sobre los míos. Por primera vez desde que lo conozco una sonrisa apareció en los labios de mi primo.

    -Me alegro que no haya cambiado nada Hinata san-

    Era verdad, mi carácter seguía siendo prácticamente el mismo que el de hace años, me sonrojaba con facilidad, no era capaz de lastimar a nadie, y a veces tartamudeaba al estar nerviosa, cosa que pasaba aun muy seguido.

    La única diferencia era que esta vez si haría cualquier cosa, por proteger a mis seres queridos, no importaba si para ello condenara a mi verdadero ser.

    De pronto un fuerte ruido en la entrada de la casa hizo que dirigiéramos la vista a ese lugar, y para mi sorpresa eran Kiba y Akamaru. Kiba parecía buscar algo con la mirada de una manera desesperada, mientras que Akamaru comenzó a correr hacia donde yo estaba.

    Al llegar a donde estaba, se lanzo sobre mí haciéndome caer al suelo, mientras que lambia toda mi cara. En cuestión de segundos Kiba estaba a nuestro lado, apartando a Akamaru de mí, para ayudar a levantarme. Cuando estuve frente a el sentí una gran necesidad de abrazarlo y sentir que estaba junto a mi, el fue uno de mis muy pocos amigos, uno de los mejores.

    -K-Kiba- las lagrimas comenzaron a caer de mis ojos sin saber muy bien el motivo del por que

    -Hinata- antes de darme cuenta el ya estaba abrazándome tan fuerte que por un momento sentí que el aire me faltaba, pero después yo lo abrase de la misma manera. –Te extrañe- recargue mi cabeza sobre su hombro, mientras que sonreía por volver a estar con las personas mas importante para mi.

    -Yo también Kiba- al separarnos un poco, el limpio con su mano las lagrimas de mi rostro, mientras que mostraba sus afilados dientes en una sonrisa. -¿Cómo supiste que estaba aquí?-

    -Akamaru y yo detectamos tu olor desde que llegaste ayer- dejo su sonrisa de lado y puso una cara mas seria. Si era verdad que sabia de mí llegada desde antes, ¿Por qué no fue hasta mí? ¿Por que se espero tanto tiempo?, y mas importante un ¿olería la sangre del Mizukage y los feudos? Tenía miedo de preguntarle y que me dijera que sabía todo.

    -Kiba y-yo…- la voz se me quebró y solo puede bajar la mirada, de cierta forma jamás volvería a ser la misma de antes, no importaba cuanto me esforzara, por mis manos aun corre la sangre de todos esos hombres a los que asesine, y nada ni nadie cambiara eso.

    -Descuida, a mi solo me importa que volviste- Kiba era igual a Neji para leer mis emociones y sentimientos, a el a Neji y a Shino me es imposible ocultarles nada. En ese momento me acorde de Shino, pero antes de preguntar el apareció tras de mi.

    -Hola Hinata- voltee a mirarlo, siembre tan tranquilo y serio, solo el movimiento de su mano al acomodarse las gafas delataba que estaba vivo y no se trataba de una estatua. –Bienvenida a casa-

    Corrí a abrazarlo como lo había echo antes con Neji y Kiba, era increíble pero mis mejores amigos eran solo varones, nunca había conocido lo que era una amiga verdadera. A el no hubo necesidad de decirle una sola palabra, solo una sonrisa de mi parte le indicaba que me alegraba verlo. Se que el sabe lo que he hecho, pero me alegra que aun quiera estar cerca de mi.

    -No has cambiado en nada Hinata- la voz de Kiba cambio a una mas divertida, como la que siempre usa al momento de bromear, y esa era la ocasión. –Bueno si, estas un poco mas alta, y tu cabello mas largo, pero…- me miro de arriba abajo y coloco sus manos atrás de su nuca. –Esa ropa no te queda, te vez algo vieja-

    Mire lo que llevaba puesto, era una licra negra que llegaba hasta mis rodillas, además de una polera demasiado grande para mi, incluso mas que las que usaba anteriormente, además de llevar mi cabello sujeto en dos coletas a ambos lados de mi cabeza. La verdad no me había preocupado por mi ropa hasta que Kiba lo menciono, por lo que un fuerte sonrojo apareció en mi cara, aparte de la ropa, estaba completamente sucia y con el cabello revuelto y un poco despeinada. La verdad si aparentaba más edad de la que en realidad tenía.

    -Te dejaremos descansar, búscanos cuando estés lista- shino puso su mano en mi hombro y luego miro a Kiba. – Tu ve y báñate… apestas- se acomodo sus lentes y camino a la salida de la mansión. Seguido por un Kiba que no paraba de reclamarle por su comentario, los dos desaparecieron de mi vista tal y como llegaron.

    -Esos dos siempre venían a preguntar por ti- Neji me hizo una señal para que lo siguiera, en el camino note que íbamos a mi antigua recamara. –Solo cuando tenían alguna misión descansaba del Inuzuka- abrió la puerta de mi cuarto y me indico que entrara. Cuando lo hice el se quedo parado en el marco de la puerta. -Báñate y descansa un poco, yo te conseguiré algo de ropa nueva- dicho esto serró la puerta y me dejo sola en mi antigua habitación, a cual no había cambiado nada.

    Al estar de nuevo en mi habitación, di un profundo suspiro, había vuelto de nuevo a mi hogar, con mis amigos y mi hermana, aunque yo me perdiera en el camino. En eso un pensamiento llego a mi mente ¿Qué paso con el consejo y con mi padre?, por estar atenta a Hanabi y a mis amigos me olvide por completo de ellos.

    De cualquier modo si quisieran algo ya me hubieran buscado, sacudí un poco mi cabeza para olvidar todos mis problemas, me desvestí y corrí directo a la bañera, no me importo si el agua estaba fría, solo necesitaba relajarme, mañana seria un día demasiado difícil. Enfrentar al consejo de tu clan nunca es cosa fácil.

    Continuara…………………….
     
  2.  
    Hitomi-chan

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    Re: Kamen, las mascaras impuestas

    Todos los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto

    Segundo capitulo:

    ::::::: Encuentro ::::::::

    La brisa jugando con mi cabello, el sol sobre mi piel, el olor a pasto llenando mi nariz, los recuerdos que venían a mi mente. Todo esto me hacia sentir muy bien, tanto que por momentos llegaba a olvidar todo por lo que estaba pasando, cerré mis ojos y me dedique a experimentar esa agradable sensación.

    Estaba en los antiguos campos de entrenamiento de mi equipo, tantos recuerdos, aquí pase mi niñez tratando de ser una digna Hyuuga, aquí desperdicie parte de mi ser y de mi vida. Me deje caer en el pasto para poder mirar mejor al cielo y poder mirar las nubes pasar, Shikamaru siempre dice que no había mejor forma de olvidar, y tiene razón.

    Ni el sol me molesta al momento de ver como es que las nubes pasan sobre mi, respiro lo mas hondo que puedo para tratar de olvidar, pero los recuerdos de lo que viví con el consejo de mi clan en la mañana vuelven a mi mente.

    Mi casa no había cambiado en absolutamente nada, parecía una copia fiel de lo que ha sido por años. Por alguna extraña razón el consejo me mando llamar, y la cita era en el dojo de la mansión, algo en mi interior me decía que había algo extraño, pero no podía desobedecer.

    Cuando salí de la ducha, me encontré con un cambio de ropa sobre mi cama, de seguro Neji entro mientras yo tomaba la ducha y dejo la ropa que me prometió. Al tomarla para ponérmela, note que mi primo no es muy bueno cuando de moda se trata, la ropa que me llevo parecía cuatro tallas más grande de la mía.

    No me importo que fuera tan grande y me la puse, aunque es un poco incomoda para moverse sirve muy bien para cubrirse, sujeto mi cabello en dos coletas, y salgo de mi habitación directo al dojo. Estoy decidida, lo que pase, pasara cuanto antes posible, no permitiré que nada malo le pase a Hanabi, y eso implica hacer todo lo necesario para evitarlo.

    Al llegar a la puerta toco antes de entrar, nadie me contesta, pero igual entro. Ahí se encontraban todos los miembros del consejo, mi padre, Neji, y Kakashi el actual Hokage, cosa que me sorprendió al verlo ahí, era raro que para una reunión entre un clan citaran al Hokage. Salude cortésmente a todos los presentes e hice una leve reverencia ante ellos.

    -Hinata- mi padre es el encargado de informarme todas las decisiones que tome el consejo hacia mí. –Serás nombrada heredera- mi boca se abrió ligeramente, si lo que acababa de escuchar era verdad, muchas cosas se solucionarían para mi y mi familia. –Pero deberás hacer algo antes- mi ilusión de que las cosas fueran fáciles se fue tal y como llego.

    -¿Qué debo hacer padre?- aunque por dentro era un gran manojo de nervios por lo que pudieran encomendarme de nuevo, mi voz fue segura y firme, cosa que a los ojos de todos fue raro viniendo de mi.

    -Enfrentarte a Nagato, y demostrar ser una digna Hyuuga-

    Nagato era el miembro con mayor fuerza física de todos los miembros Hyuuga. Nadie a podido enfrentarse a el y salir sin algún hueso roto, o peor aun vivo. Su estilo es brutal, cruel y sumamente despiadado, no tenía el Byuakugan muy bien desarrollado, pero poco le importa al momento de acabar con sus oponentes.

    Dirigí mi mirada hacia el nombrado, tenía en su rostro una cara de superioridad sobre mí, después de todo al ser nieto de miembro mayor del consejo, es lógico que se comporte de la misma manera conmigo, que como lo hace su abuelo. Se puso de piel y acomodo su cinturón mientras que una sonrisa se escapaba de sus labios.

    -¿Por qué?- mire al líder del consejo. –Cumplí con la misión tal y como querían-

    -No sabemos si fuiste tu quien lo hizo- su tono siempre despectivo hacia mi, me daba asco. –Tal vez solo fuiste un carroñero que tomo las sobras de otro ninja- ¿carroñero?, ¿en verdad pensaban eso de mí?, baje la mirada y no dije una sola palabra mas, demostraría que no soy ese tipo de personas.

    -Ya sabes las reglas Hinata- si las conocía tan bien que las odiaba. –Será a muerte- era increíble como un miembro de tu familia puede ser tan indiferente.

    Todos comenzaron a dejar un espacio al centro del dojo, la pelea empezaría en ese mismo momento, sin oportunidad a nada para mi, no podía regresar y cambiar mi vestimenta, o podía descansar, no podía comer, como yo veía las cosas estaba en desventaja.

    Nagato es dos veces mas grande que yo, eso sin contar que su fuerza física ni siquiera es comparable a la mía. La única ventaja física que podía ver era su lentitud al momento de atacar. Tome posición de ataque y me dispuse a enfrentar mi destino, de nada valía tratar de refutar la decisión dada, lo mejor era enfrentarla.

    -Hinata- la voz de mi padre me distrajo un momento. –Ya sabes lo que esta en riesgo- no lo había olvidado desde que lo leí en esa estúpida carta –Tu puedes hija- sus ultimas palabras me sorprendieron un poco, le dedique una sonrisa y volví a mi concentración para atacar.

    -Empiecen- desde que mi padre dio comienzo a la pelea Nagato activo su Byakugan y me ataco con todas sus fuerzas, tal vez quería demostrar que a pesar de ser de la rama secundaria era mucho mejor que yo, me hizo recordar a Neji años atrás, cuando trataba de matarme en los exámenes chunnin.

    Aunque la ropa que Neji me consiguió me quitaba un poco de movimiento, lograba esquivar los golpes que Nagato me lanzaba con mucha facilidad, solo necesitaba evitar que me golpeara, esperar a que se cansara y seria todo. Pero para mi mala suerte no fue tan fácil, en un descuido de mi parte Nagato golpeo fuertemente mi estomago, logro que escupiera un poco de sangre y que cayera de rodillas, las historias sobre su fuerza eran verdad, sentía como si me hubiera golpeado una montaña.

    Limpie un poco la sangre que salía de mi boca, pero antes de volver a recuperarme, recibí otro golpe mas en un costado, que me mando a una de las paredes del dojo, al parecer la pelea iba muy enserio, antes de que pudiera recuperarme, el ya estaba golpeándome de nuevo, si no hacia algo pronto destrozaría mi cuerpo.

    -Shugo Hakke Rokujuyon Sho (guardián de los 64 golpes)- desde que invente esa técnica la había perfeccionado mucho, además tenia la ventaja de que nadie de mi clan la conocía por lo que logre tomarlo por sorpresa.

    Mi cuerpo estaba muy adolorido, mí nariz y mi boca me sangraba de sobremanera, a ese paso el acabaría conmigo en un abrir y cerrar de ojos. A pesar de recibir de lleno mi técnica, parecía no haber recibido gran daño, corrió hasta mí dispuesto a volver a atacar. Ese era el momento para que todo terminara, cerré los ojos y active mi Byakugan unos sellos con mis manos, y me dispuse a terminar con la pelea, siempre con un solo pensamiento en mi mente… mi hermana.

    -Chikatsu Saisei no Jutsu- impacte mis manos directo sobre su pecho, lo mire caer al suelo. Baje mi cabeza y cerré de nuevo mis ojos para tratar de no verlo.

    Todo el dojo quedo unos momentos en silencio, hasta que mi padre lo rompió con su voz.

    -Hinata es la ganadora y líder del clan- sentía que se acercaba a mi, pero yo aun no me atrevía a abrir los ojos. –el Hokage también es testigo de tu victoria hija- al estar a mi lado, lo mire, iba junto a Kakashi, detrás de esa mascara era imposible saber que es lo pensaba en esos momentos. –Ven a que te curen- me tomo del brazo y yo me solté con un brusco movimiento. Salí de ese lugar sin mirar atrás, quería volver a escapar, pero esta vez no poda hacerlo.

    Al recordar todo eso, no puede evitar que una lágrima y un suspiro se escaparan de mí, mi cuerpo aun dolía, y la sangre de mi boca aun seguía saliendo, pero deseaba tanto descansar que me quede profundamente dormida sobre el paso en el cual estaba.

    Algo húmedo sobre mi rostro me obligo a abrir los ojos, todo parecía un poco borroso al principio, pero cuando logre despertarme por completo, note como la tarde había caído sobre la aldea, y como pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer, pronto caería una gran tormenta, pero tenia tan pocos ánimos, que decidí quedarme hay, y dejar que la lluvia mojara mi cuerpo, tal vez así esta se llevaría mis problemas.

    -¿Qué haces aquí?- una fría voz tras de mi hizo que me asustara y que me pusiera de pie inmediatamente.

    Al mirar a la persona que estaba frente a mi, me sorprendió un poco que siquiera se dignara a dirigirme la palabra, nunca había cruzado palabras con el, eso sin mencionar que por su causa nunca recibí respuesta de mi confesión hacia Naruto.

    -Uchiha san- hice una leve inclinación con mi cabeza a modo de saludo. –Solo descansaba- note como sus ojos negros se posaban por todo mi cuerpo, analizándome.

    -Lárgate- paso a mi lado y se sentó en un árbol cercano –Me molestas-

    -Lo siento- tome la misma posición que había tenido anteriormente y deje que las gotas de lluvia golpearan mi rostro. –Pero no pienso irme-.

    Aunque tenía mis ojos cerrados, podía sentir su mirada llena de furia sobre mí. La verdad lo que pensara o no Sasuke, me tenia sin el mas mínimo cuidado, de repente sentí como un chakra se acercaba hasta donde estaba el Uchiha, y si mal no recordaba se trataba de Sakura.


    Continuara…………………………
     
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