Kanagawa Kamakura

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 2 Noviembre 2020.

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    Amelie

    Amelie Game Master

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    [​IMG]
    En la entrada a Kamakura
    Satou= 1,000 monedas
    Misato= katana amatista +13 de ataque


    [​IMG]
    Monte Genji (Natsu; Hideyoshi)

    Hideyoshi guio a Natsu hacia la salida del bosque; llegando a la entrada de Kamakura. El sitio eran marcos de madera, envueltos de las ramas de Wisteria, un árbol de flores lilas que descendían haciendo una bienvenida bastante amable a comparación de la montaña y todos sus inconvenientes. En uno de los marcos de madera se leía:
    "Sólo los más dignos pueden contemplar la entrada a Kamakura, pisen orgullosos"
    [​IMG]

    Por fin habían salido de la montaña; pero no sabían que esperar. No sabían si seguir avanzando o esperar nuevas instrucciones, aunque allí en aquel pasillo podían ver a más integrantes de otros equipos.

    Seguir leyendo en Pasillo a Kamakura


    • PV= 35 pv
      -3 defensa (veneno)
      -1 defensa (mal descansado)
      +500 EXP

    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP

    Hideyoshi= saco con monedas +500
    Yuzuki= katana zafiro +10 ataque
    Shinko= sode +3 defensa



    [​IMG]
    Monte Genji (Yuzuki; Shinko y Tetsuo)

    Tetsuo parecía bastante molesto; no por la guía de Yuzuki, ni siquiera por el evento con los guardianes de Kamakura; él sólo quería llegar y presenciar la pelea que estaba acordada en sus planes, y seguir en el bosque se lo impedía.
    Shinko trataba de mantener la calma; seguía asustado y su nerviosismo era evidente, quería saber que había sucedido con su hermana y Taiyo.

    Esta vez Yuzuki decidió seguir un camino aun más desafiante.
    [​IMG]
    En aquel sitio una figura sombría parecía estarlos esperando, se giró y su rostro era de un hombre en una máscara de Hannya; sostenía una lanza y se preparaba a embestirlos. El hombre estaba silbando, imitando el sonido del viento.
    Lanzar un dado de 5 caras para esquivar el ataque si no esquivan pierden -20 pv
    Si esquivan: +300 EXP
    Si no esquiva:+20 EXP


    • PV= 80 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      -1 defensa (mal descansado)
      +550 EXP

    • PV= 75 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +200 EXP

    • PV= 55 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +500 EXP






    [​IMG]
    Monte Genji (Riku; Kohaku; Heya)
    Seguir leyendo en Pasillo a Kamakura

    • PV= 40 pv
      +320 EXP
      -1 defensa (mal descansado)

    • PV= 40 pv
      +220 EXP

    • PV= 30 pv
      +470 EXP

    • PV= 10 pv
      -1 defensa (mal descansado)




    [​IMG]

    Monte Genji (Mao; Daichi; Takeda y Matsuda)

    Takeda negó ante la pregunta de Mao —No son conocidos como demonios, ellos creen que son los salvadores de Japón, Akai tsubasa no bushi, los samurai de alas rojas; ese es el nombre por el que se dieron a conocer— miró hacia Daichi, quien parecía absorto en aquella inscripción. Matsuda miraba hacia el cielo. Después se giró nuevamente hacia Mao —Al parecer Kamakura tiene sus propios enemigos.

    —La noche está próxima— Matsuda se veía tranquilo —Me alegra que Fuji no tuviera que haber recorrido este lugar.
    Siguieron avanzando, el camino del bosque se tornaba más amable, presentando un puente completamente seguro; a su alrededor muchas cestas de mimbre destruídas permanecen regadas por ese sitio, como si alguien las hubiera dejado caer para correr. Nada parecía estar fuera de lugar, sólo viejas estructuras rodeadas de vegetación salvaje, sin ningún peligro.

    [​IMG]


    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +550 EXP

    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +720 EXP

    • PV= 100 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +1,000 EXP

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      +870 EXP




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    Desintegrado




    Pasillo a Kamakura (Riku; Heya; Kirara; Misato; Satou; Hideyoshi y Natsu)
    Hideyoshi y Natsu se adentraron a aquel pasillo; allí pudieron ver a Kirara conversando con Misato; mientras Riku dormía junto a Inosuke. Heya inspeccionaba los bolsillos de un hombre que estaba amarrado e inconsciente, lo hacía con cuidado para no aflojar los amarres mientras Kirara lo observaba con atención, aquella era su presa y no dejaría que alguien se la quitara.
    Satou levantó la vista al ver que Hideyoshi y Natsu se acercaban, mientras tanto escuchaba las palabras de Misato y sonrió —Menos mal dimos con esas sanguijuelas, no me agrada oler a agua estancada pero al menos me siento con energías renovadas— Satou se acercó a Hideyoshi quien se veía bastante lastimado.

    —Antes de que hagas cualquier otro movimiento, tus heridas deben ser atendidas — dijo indicándole que se sentara. Natsu también estaba lastimado pero sus heridas no representaban un peligro.

    Kirara se levantó después de atender las heridas de Riku, había escuchado su pregunta tanto como la de Heya y Misato, pero sólo hasta aquel momento decidió hablar, pues sabía que esta información la debería de repetir constantemente a cada equipo que se incorporara —Yami, uno de los integrantes del clan Fujiwara resultó ser Murai Sugita— miró al sujeto amarrado —Este atacó a Takano y ahora está envenenado, debo llevarlo a Kamakura, así podremos sacarle la información a golpes si es necesario— dijo volviendo a desamarrar las cuerdas que sostenían a Murai a una de las columnas de madera, después ajustó las cuerdas que sostenían su cuerpo con fuerza y emprendió a arrastrar aquel cuerpo inerte por el pasillo, no sin antes girarse para poder pronunciar las últimas palabras antes de adentrarse más hacia Kamakura —Por favor, pido que avisen de estas acciones a Takeda; no puedo esperarlo para ofrecer mis disculpas, debo llevar a esta basura a Kamakura.

    • Pueden esperar a alguien en la seguridad del interior de aquel sitio (han salido del bosque así que los guardianes no los molestarán)
    • Pueden explorar el lugar
    • Pueden seguir avanzando hacia Kamakura
    • Cualquiera de las opciones la pueden hacer en equipo o de manera individual, su decisión.


    • PV= 100 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +300 EXP

    • PV=80 PV
      +250 EXP

    • PV=58 PV

    • PV= 60 pv
      +270 EXP

    • PV= 90 pv
      +550 EXP

    • PV= 60 pv
      +320 EXP

    • PV= 60 pv
      +470 EXP

    • PV= 40 pv
      -1 defensa (mal descansado)

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      -1 defensa (mal descansado)
      +500 EXP

    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP





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    Monte Genji (Kenzaburô; Zeng; Ujihisa; Terunobu)

    Ujihisa miró el saco de monedas y jugueteó con algunas entre sus dedos, se veían bien a pesar de estar sometidas a los elementos, aquella capilla había protegido la bolsa lo suficiente. Zeng ni se inmutó, siguiendo a Kenzaburo en silencio al igual que Ujihisa.

    Terunobu escuchó las preocupaciones de Kenzaburo y asintió —Creo que nadie debería tomar en serio las advertencias de su estratega, Takano, a final de cuentas es hijo de Kato Harima, seguramente, el camino seguro que dice que planeó terminara siendo el mismo infierno. Tu ruta ha sido muy segura, puedo confiar en ti— dijo observando la vegetación a su alrededor

    Siguieron la ruta, el camino parece seguro; pero escuchan un silbido muy cerca de ustedes, el cual los puso en alerta. Peroseguían a una distancia prudente para evitar ser notados, así que pudieron tranquilizarse y seguir el camino en tranquilidad.

    [​IMG]



    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      +350 EXP

    • PV= 100 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    Ujihisa= +500 monedas


    [​IMG]
    Monte Genji (Togashi; Yin; Taiyo)

    Los tres seguían esperando, atentos al cielo para salir de aquel lugar al anochecer.

    [​IMG]


    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +150 EXP

    • PV= 90 pv
      +220 EXP

    • PV=100 PV
      +100 EXP



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    Entrada a Kamakura (Kuroki; Rengo; Kohaku y Takano)
    Kato clavó la mirada en Hohaku, el joven con la máscara; Rengo extendió su brazo frente al pecho de Kohaku en el momento que sintió la mirada desviada de su padre sobre Kohaku.

    —Si, yo lo sé — mencionaba Rengo hacia Kohaku, sin despegar la vista de su padre mientras escuchaba los pasos de Kuroki, quien comenzaba a avanzar con Takano al hombro, lo miró y este le respondió con una sonrisa —Sé muchas cosas, muchas de ellas me gustaría poder olvidarlas.

    Se mantuvo en silencio hasta que perdió a Kuroki y Takano de vista; pensaba que Kohaku los seguiría pero no fue así. Tomó aire, esperando que eso le diera el valor necesario.

    Kato se mantuvo en silencio, sin importarle el ritmo de respiración de Rengo, parecía analizar cada movimiento.

    —Yo soy el responsable de la muerte de Hana— dijo alejando su brazo de Kohaku, la energía parecía abandonarlo lentamente, el miedo lo carcomía.

    —Sabes que no soporto tus mentiras

    Rengo buscó en sus pertenencias hasta sacar una caja de música; una que había robado antes de subir a la montaña; la abrió frente a Kato y Kohaku.



    Kato comenzó a avanzar hacia Rengo, el cual empezaba a temblar, pero no desvió la mirada de su padre —Yo fui el que quitó la protección hacia Mara; no sólo soy responsable de su muerte, sino que también soy responsable de que Shi esté en manos de un Taira.

    Kato estaba a sólo unos pasos de Rengo y Kohaku; tomó la caja de música de la mano de Rengo y la inspeccionó, escuchando la melodía grabada en el cilindro de metal.

    —Siempre quise advertirte que esto sucedería; pero jamás me quisiste escuchar y ahora esta es la consecuencia. Si me hubieras escuchado cuando debías, seguramente...

    Kato se había dado media vuelta, para nuevamente alejarse de Rengo, ignorando sus palabras. Volvió a enfundar uno de los dos sables que llevaba.

    —Espera...

    —Siempre fuiste muy lento

    Rengo se llevó la mano al estómago; la sangre fluía a velocidad, miró sus manos, incrédulo a lo que estaba sucediendo.

    —Jamás entenderás tu misión; no me culpes a mi de tus fracasos.

    Mencionó mientras se alejaba hacia la entrada a Kamakura. Mientras que Rengo dio un paso atrás en agonía; pero aun manteniendo la mirada en Kato, algo que no había dejado de hacer y aun así había resultado herido, sin la posibilidad de defenderse.

    Cayó de rodillas mientras Kato se alejaba, dejando abierta la posibilidad de entrar a Kamakura sin enfrentarse a su mirada nuevamente.

    —Mis fracasos...— decía Rengo con una sonrisa.

    —Estoy de acuerdo, él no sabe nada de mi...

    Parecía como Rengo conversaba internamente.

    —No, no tengo miedo...

    —Siempre quise proteger a alguien...

    —No, no tengo miedo...

    —Tengo frío... mucho

    • PV= 10 pv
      -3 defensa (veneno)
      +100 EXP

    • PV= 55 pv
      -3 defensa (veneno)
      +550 EXP

    • PV= 60 pv (-5 por turno/ envenenado)
      +10 defensa (yoroi)
      +50 EXP

    • PV= 40 pv
      +220 EXP



    [​IMG]
    Kamakura (Kuroki y Takano)


    Kuroki había ingresado a Kamakura.
    [​IMG]

    El sonido del río que descendía hacia el mar; las águilas volando alrededor; el viento soplando con intensidad; el aroma a vegetación y humedad. Aquel lugar era hermoso, y a diferencia de ciudades capitales más modernas, esta aun armonizaba con la naturaleza, rodeada de montañas, árboles y el mar. Era la fortaleza perfecta.
    Sus puentes dividían las edificaciones, pero los tablones de aquellos puentes estaban en un descuido total, debían cruzar con cuidado si no querían nadar río abajo hacia el mar. Pero aquello parecía lo único en descuido, posiblemente aun había habitantes en Kamakura, o este lugar ya estaría consumido por la naturaleza.

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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Yuzuki Minami

    Habían seguido avanzando por el bosque, cada vez más cerca de la entrada a Kamakura, y había sido cabezonería suya salirse del camino, quizás buscando algo que quizás le fuese de utilidad una vez dentro o quién sabe qué.
    Más veneno, esta vez en las rocas, una escalada que no se le había dado muy bien y ahora eso.

    Encima el desazón no se le quitaba del pecho y en su lugar solo aumentaba con cada paso, conforme más cerca estaban el corazón se le encogía más en el pecho. ¿Qué era, su intuición, su malicia? ¿Su conocimiento de que Kamakura no era un parque de juegos?

    ¿Otra peste a sangre?
    Qué ganas de rajar al idiota que se les había aparecido en el camino.

    Pero había que avanzar, tratar a Shinko y al otro que no había logrado esquivar, y seguir, seguir para conseguir pasar y hacer lo que fuese posible por su familia, así tuviese que sacar a Shinrin de debajo de las piedras para curar a Takano.

    mira nada más ese shitty post para un dado jujuju
     
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    John Whitelocke

    John Whitelocke Usuario popular

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    Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

    Al final del bosque

    Finalmente estaba alcanzando los confines de aquel bosque infernal, su vitalidad estaba muy dañada, sentía que no daba más. Allí se encontró con varios amigos, aliados, conocidos.

    Riku, Heya, Kirara, Misato y Satou, además de Natsu, su acompañante, estaban ahí. Se preguntó por Yuzuki y Shinko, ambos sus acompañantes iniciales, luego de muchas discusiones y problemas habían sido separados, realmente lamentaba el no verlos allí todavía.

    "Espero que estén bien, me daría mucha culpa el haber llegado hasta acá a costa de sus vidas", se lamentó, mientras Satou le curaba las heridas. Esperaba sentado, mientras era atendido, con un rostro de preocupación.

    [​IMG]

    Luego Kirara se acercó hacia él, la mujer dejó una buena impresión en Hideyoshi. Inteligente y decidida. Les comentó la situación, a lo que él respondió.

    —Kirara, del clan Fujiwara, en verdad pudimos averiguar que Yami era el traidor, lo averiguamos junto a Yuzuki y Shinko en una conversación. Lo que no sabía es que detrás de su rostro había alguien más. Entiendo, entonces el verdadero Yami fue asesinado y humillado por un Taira que tomó su imagen sin preocuparse por manchar el honor del difunto.

    Luego vio como ella pronunciaba sus últimas palabras antes de llevarse a ese tal Murai como un perro camino a Kamakura. Miró rápidamente a Natsu:

    —Tu haz lo que te plazca, pero yo no me quedaré aquí, si se trata de informar a Takeda de la situación cualquiera puede hacerlo. Ni bien termine de curar mis heridas, seguiré a Kirara.

    Y luego se dirigió a Satou.

    —No nos conocemos bien, pero si podemos esperar hasta que llegue el próximo día, podría sacarle la información que necesitamos a ese sujeto. Podría lograrlo. Pero necesito al menos hasta el próximo día para descifrar una manera de arrancarle la información a ese engendro, ¿tendremos ese tiempo?
     
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  4.  
    Monpoke

    Monpoke Absol

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    Riku

    ¿Yami fue que? Una vez estando prestando atención, las palabras Kirara me llegaron claramente. Dejándome con un leve shok por la noticia.

    ¿Tristeza por el camarada caído? No. Yami o Murai. Entre los Fujiwara, es con quién menos he llegado a interactuar.

    Traición, acto que ya llevado a cometer en mí vida un total de dos veces. ¿Sufrirlo? Cero.

    Una acidez se fue levantando en mí estómago. Asqueado por saber de un verdadero traidor, no, nunca fue un Fujiwara para empezar. Un infiltrado.

    Se siente mal. ¿Esto sufrieron los míos al abandonarlos?
    ...

    Con la cara baja suelto un largo suspiro. Con cuidados me voy poniendo de mí, con cuidado de no molestar a Inosuke. Pero lo suficiente para hacerlo levantar. "Vamos". Le susurro en voz baja mientras doy una palmadita en la frente.

    Voy por detrás siguiendo a Kirara. "Voy contigo". Empiezo a decir poniendo mala cara al mirar a Murai. "¿Tienes una muestra de ese veneno? Puede servir de base para hacer el antídoto". Pero es algo que puede llevar un poco de tiempo.

    Si es que este bastardo se mantiene firme al no querer hablar, es mejor prepararse y tomar el asunto a manos propias. Está donde se puede saber, incluso ya pudo quitarse la vida con un veneno propio...
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Kenzaburô

    —Takano es un hombre del cual se puede confiar. —puntualizó mientras caminaban por el sendero señalado. El ronin tocó algunas flores con sus manos; seguramente ése lugar le hubiera agradado a Mao. —No conozco mucho a Kato Harima. Solo rumores, de aquí y allá. ¿Un tirano? ¿Un asesino? Quizá. Pero... ¿demonio? Me enfrenté a muchos en el pasado como para temer a más, aunque no será una persona que tome a la ligera. Y si desconfias del estratega creo que estás en un terreno difícil conmigo. Admito que no lo conozco como debería, pero me salvó de una celda, incluso recuperó mi katana a costa de la suya. —por un mero reflejo, acarició con las yemas de sus dedos el pomo de la espada. —Si confías en mí también deberás hacerlo en él. Takano es un hombre de recursos y voluntad, lo necesitamos si queremos que Takeda logre un triunfo en este Japón tan golpeado y desgastado. Será la única forma.

    Cuando escucharon los silbidos Kenzo desenfundó la mitad de su katana, con los sentidos alertas. ¿Qué había sido eso? Y no supo cómo pero terminó a un costado de Ujihisa e intentó tomar las monedas que tenía en su posesión. ¿Lo conseguiría por las buenas? ¿O debería hacerlo por las malas?
     
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    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

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    Misato Aoyama

    Ya solo faltaban pocos integrantes para lo que solo era el principio del desafío de Kamakura. Llevar a cabo un asedio o incursión en la misma requería una mente fría y buena intuición; además de un buen sentido de orientación.

    Mientras escuchaba sobre la habilidad de infiltración del tal Murai, no pude evitar figurar en mi mente una situación similar, donde claro yo sería la clara la infiltrada. Solo podría sentir aquello una vez otro rollo de Nin sea abierto ante mi.

    Sin mayor dilación decidí seguir a los demás, continuando mis pasos hasta Kamakura; en poco tiempo todos estarían reunidos y listos para recibir las siguientes órdenes de Takeda...

    De seguro llegaría el momento en que pueda probar la nueva katana... El día pronto llegaría a su fin...las primeras estrellas adornan el cielo y el desenlace era incierto...muchas cosas podían pasar.
     
    Última edición: 22 Noviembre 2020
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  7.  
    Gigavehl

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    En resumen: Kuroki tiene un mental breakdown y empieza a recordar partes de este viaje mientras termina por arribar a la Herbolaria.
    Siento el tochazo xD

    Kuroki Fusatada

    Seguí trotando mientras otra cosa me llegaba a la mente, que Kato nos recibiese justo en la entrada a Kamakura no era en vano... Su frase de "los rumores eran ciertos" delataba que no solo desde antes ya sabía que Rengo y Takano volverían, si no que nos estaba esperando ahí.
    Si acepté era porque contaba con el apoyo de Rengo pero... Menudo error he cometido, pese a ser uno de los sitios a favor del clan Minamoto, me sorprendía como este era tan hostil con cualquiera.

    En ese momento llegué a recordar un poco lo que Michinori me dijo, uno de los defensores de Nagoya, del clan Yozioka.
    "Debes entrenar hasta que ya no puedas moverte... cuando alcances ese nivel, entonces empezarás a mejorar de verdad"
    ¿Este tipo de desafíos se refería? Maldición, no sabía porqué pero este sitio empezaba a ser demasiado hasta para mí.

    Pero qué patético soy.

    Para cuando me di cuenta, un viento me sopló con fuerza, al voltear hacia donde vine, me di cuenta que ya hasta había pasado un Dojo.
    Al girarme, vi al fin la ciudad en todo su esplendor, con el atardecer era idílico, era... una vista preciosa, el viento, pese a ser fuerte era agradable y relajante, las águilas se hacían presentes y un río corría con armonía acompañado del paisaje semi-natural.
    Juraría que este sitio pareciera abandonado por tanta vegetación alrededor, de no ser que las edificaciones se ven como nuevas, aunque su puente era... desolador, se veía en condiciones tan precarias que parecía desmoronarse en cualquier momento.

    Miré alrededor "No esperes una calurosa bienvenida" recordé entonces a Rengo, y como pude, pues el peso adulto de Takano empezaba a mermar en mí, retomé mi marcha con algo de trabajo, avanzando con cautela hasta el puente, usé mis mejores dotes de Escalar para no forzar mucho la estructura y sin más conseguí cruzar, aunque dí un paso en falso y caí de rodillas, por fortuna consiguiendo aferrarme a Takano para no dejarle caer en seco al suelo.

    Su calor... era abrumador, su estado era tan grave que verídicamente jamás esperé verlo así...

    Todo producto del mismo malnacido Taira que mató a Chikusa en Nara.

    Mientras jadeaba cansado y soltando un par de lágrimas por el cúmulo de presión, shock y frustración, fui inconscientemente a los días que Takeda al fin me había aceptado unirme al clan...

    Esto no es un orfanato Takeda; sé que tienes un conflicto con los niños huérfanos pero no podemos estar aceptando pupilos; necesitamos verdaderos espadachines o artistas marciales. Entiende que tu compasión los puede llevar a la muerte

    Fueron las primeras palabras de Takano cuando recién había ingresado al Dojo junto a Kohaku donde estaban Takeda, el mismo Takano y Ukita.

    Pero no has de tener mas de unos quince años ¿O me equivoco? has crecido con la guerra

    En aquellas palabras no solo el mismo Takano me miraba con detenimiento, si no, que, de alguna forma me sacudió el cabello, algo que jamás he visto hacer con nadie. Nunca había caído en cuenta pero... ¿De dónde vino ese gesto?
    Aflojé un poco el agarre inconscientemente y eso hizo que Takano cayera con suavidad en el suelo, musité preocupado y salí de mis pensamientos para mirarle, inconsciente.

    Ya habrá tiempo para contarles la historia; por el momento vayamos a buscar a los demás, pues es hora de comer un poco

    Esa fue su última frase antes de ir a comer y poco después... desatarse lo de Chikusa.
    Fue donde conocí a Mao, a Natsu, inclusive a Kenzaburô. ¿Cómo olvidarlos?

    Y como no, a Kohaku, técnicamente, tanto él como yo fuimos los primeros "desconocidos" en unirnos al clan.

    Volví a cargar a Takano y como pude comencé mi marcha de nuevo, por fortuna escuchar un poco a las personas de allí hizo que me guiara poco a poco hasta poder llegar a la Herbolaria.
    Cuando vi la edificación de lejos, no pude evitar recordar un último instante que sin dudas, fue una punzada a mi corazón.

    Cuando te metias al dojo no ibas con la intensión de matarnos, no ibas ni siquiera con la intensión de robar algo; te descubríamos porque tu te querías hacer presente

    No evité reír deprimido, de alguna forma cada vez que Takano me lanzaba del tejado del Dojo, era para mi un incentivo para seguir intentándolo, inclusive cuando sin querer rompí en una ocasión el techo del mismo por pisar en falso, recuerdo que el azote fue tal que hasta mi katana se había desenfundado y rebotó unas pocas veces a mi costado.
    Recuerdo que ese día me había determinado a que sería mi último intento, pero ver la katana, la de mi madre, su regalo, meses antes de morir, el arma que me pudo ver empezar a formarme como un guerrero, como mi padre, Satou me iba enseñando. Verla en ese momento me hizo caer en cuenta de muchas cosas...

    Cosas que estaba olvidando en esos momentos.

    Recuerdo haberme levantado con dificultad, y miré a todos los altos mandos del clan, incluyendo a Fuji. Creo, que había sido desde aquél día que Takeda había estado considerando la idea de hablar conmigo, de que, tal vez, Takano viese que no me iba a ir sin respuestas.

    De que no dejaba de ser un crío después de todo.

    Buen trabajo...

    Es bueno verlos a todos con bien

    Siempre estoy dispuesto a entrenar; si es que desean hacerse mas fuertes la única manera de lograrlo es sufriendo para obtenerlo, su cuerpo debe ser mas resistente a un ataque, podemos pelear cuerpo a cuerpo

    Mis entrenamientos no son fáciles; pero puedo asegurarte que lentamente irás mejorando, deja tus armas aquí y vamos afuera, nadie camina por estos rumbos y si nos ven peleando seguramente creerán que somos unos vagos peleando por comida
    Fue un buen golpe; no creía que pudieras tocarme

    Por eso no me gusta dar halagos, no me hagas creer que ese primer golpe fue por pura suerte
    Jamás separes la vista de tu contrincante

    Pero no voy a mentirte Kuroki, esta vez me has sorprendido
    Cuándo lleguemos a Kamakura te entrenaré sin piedad; me has demostrado que puedes pelear, de ahora en adelante voy a exigirte cada vez mas de lo que has mostrado hoy

    Bien hecho
    Ese último momento, recordando esas últimas frases me quebraron definitivamente y me recargué sobre una pared a romper en llanto, aún así tratando de contener mis lágrimas pero ya me era imposible a esas alturas.
    Recordar su sarcasmo, su frialdad y autoridad, cualquiera así me habría aplacado y me habría hecho llevarme mal con él pero... no, no era así con Takano. ¿Porqué? ¿Porqué me pasaba esto?
    Todas esas frases, al menos, omitiendo las primeras dos de todo ese Racconto, eran cuando fui a entrenar con Takano afuera de la casa abandonada en Tsu, no sabía porqué, pero de verdad desde ese momento yo me había determinado a llevarme demasiado bien con él, desde ese momento me había encariñado en serio.

    Y estaba aquí, llorando como si lo que cargara fuese un muerto, ¡Kuroki, solo está desmayado por los dioses! Aún puedes salvarlo y tú aquí, desmoronandote en buen momento.
    Aunque, ahora que recordaba, jamás me había puesto a llorar desde que me reencontré con mi padre, y hasta apenas de verdad estaba en mi límite.
    Hicimos... hicimos una promesa Takano y yo, le demostré mi talento, le demostré mi habilidad, le demostré que no solo soy un crío, que apenas llegando aquí él me entrenaría, y en lugar de eso lo estoy cargando, mientras el estratega esta lleno de agonía. Demasiados recuerdos de este viaje me invadieron, pero todas, siempre teniendo que ver con Takano o con Kohaku de alguna manera.

    Je... ¿No es, poético?
    Fuimos los que oficialmente podíamos acompañar a Takeda en este viaje y, ahora, no solamente estábamos intentando salvar al que en un inicio mostraba verídica desaprobación hacia nosotros, si no que encima, Kohaku y yo llegamos primero a la ciudad, al menos, en parte.
    ¿Qué era esto? ¿Destino? No lo sabía pero, esto tomaba un tinte, poético, de alguna manera.

    Sin en cambio, Kohaku era el que se mostraba más firme a diferencia de mí, entré al monte determinado y ahora en Kamakura estoy hecho polvo.

    ¿Pero qué era esto? ¿Es que es acaso alguna clase de augurio? No lo sabía y no había tiempo para pensar en aquello, sin embargo, tenía que seguir, tenía que terminar de llegar a la Herbolaria.

    Tenía que salvar... a un amigo.
    Takano, ojalá me vieses de la misma manera, de alguna forma, creo que siempre tuviste fé en mi aunque no lo demostraras abiertamente, desde que me colaba al Dojo hasta ese entrenamiento en Tsu... ¿Qué digo? Si inclusive me diste el mapa para guiar a un equipo hacia este sitio.

    Me cediste tu confianza, y como te había prometido desde el primer día, no te iba a defraudar.

    Así, ya con cansancio pero con decisión caminé ya con algo de dificultad hacia la Herbolaria, limpiándome las lágrimas.

    Sin en cambio, luego reí. Era increíble, cómo pese a la actitud de Takano, estaba necesitando de alguna manera su comentario sarcástico de siempre.

    Necesitaba lo que Yuzuki tenía, o lo que ellos tienen, y tal vez por eso quiero y deseo llevarme muy bien con ellos; con Takano y con Rengo, necesitaba algo más que una amistad, necesitaba algo más que un entrenamiento.

    Necesitaba tener a un hermano...​
     
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    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Natsu Gotho

    "—Natsu, muchacho, nunca has pensado, no sé... ¿hacer un amigo?

    Las pequeñas manos del infante continuaron sumergiendo las nueces en el agua cristalina pese a estar algo tibia, echando un poco de sal para lograr ablandarlas.

    —¿En qué me beneficiaría?

    El anciano bufó llevando las manos a los costados, mirando la nieve caer sobre los techos de las viviendas, barriendo el color café del barro, remplazándose con el albino de la nieve.

    —No te sentirás tan solo, niño —se sentó a su lado, dejándole el pesado abrigo sobre los hombros, sintiendo el calor de la pequeña fogata mientras reía.

    Natsu le miró extrañado.

    —¿Un amigo? —murmuró sacando las manos del agua para ponerlas cerca a la fogata—, es una lástima que no piense en ello como si valiera la pena"

    Miró de reojo la espada del anciano ante el recuerdo, sintiendo su palpitar sin detener sus pasos.

    Al llegar al pasillo comenzó a tratar sus heridas con simpleza, sin deparar en los rostros ajenos, escuchando apenas las voces como si no le concerniera en realidad las decisiones ajenas, pasando de lleno sobre las palabras de Hideyoshi, que no podía importarle menos. Deslizó la venda por su rasguños, denotando el hecho de que estaba envenenado, y aquello no podría remediarlo solo. Deslizó sus pupilas entonces por los presentes, buscando a Kohaku, sin embargo éste no se encontraba ahí.

    "Sujetó la roca y comenzó a golpear las nueces al lograr ablandarlas, dejando el fruto sobre una hoja, continuando una y otra vez sin detenerse.

    —¿Y si alguien quisiera ser tu amigo? —continuó la conversación mientras lanzaba el agua fuera, humedeciendo la nieve que comenzaba a cubrir los prados verdes, siendo el clima más común en aquellas montañas dedicadas a los cultivos, pese a lo complejo que resultaba ser que no se echaran a perder.

    El niño continuó en su labor, deteniéndose apenas al escuchar su pregunta, como si hubiesen molestado un interruptor en su cerebro, pensando su respuesta como si se encontrara en una partida de ajedrez.

    —Siempre he estado solo, no necesito a nadie más que a mí mismo —atajó afilando la mirada, sintiendo la mano del viejo sobre su cabeza revolviéndole los rebeldes cabellos azabaches.

    —Eres necio, muchacho"

    La percepción de molestia le llegó de nueva cuenta.

    De nuevo estás palpitando, viejo.

    Se recostó en la pared, con la mirada perdida a lo lejos. No tenía intención de moverse, sin embargo el fuerte escalofrío le recorrió desde la punta de los dedos hasta la espina dorsal, manteniéndose en su nuca como la respiración de un animal a punto de arrancarle la yugular, y entonces lo escuchó, aquella voz deslizándose entre sus tímpanos, con un timbre distinto a como estaba acostumbrado a oírlo, frunciendo el ceño en demasía ante sus palabras, como si el tiempo a su alrededor se detuviera de forma abrupta.

    Siseó entonces:

    —Guíame.

    "Las arrugas del hombre mayor se relajaron pese a la tosquedad de la voz infantil, sintiendo el frío comerle los huesos aun al mantenerse cerca de la fogata, suspirando con una pequeña sonrisa en los resquebrajados labios.

    —Natsu —le llamó, metiendo una nuez a su boca.

    —¿Qué?

    —Nada.

    Se levantó por fin, caminando hacia el futón para recostarse bajo las pesadas mantas, mirando cómo el niño continuaba rompiendo las nueces para la comida del día siguiente, pese a tener las pequeñas manos magulladas, heridas, agrietadas. Natsu le recordaba todos sus errores cometidos en el transcurso de su vida, y aquellos, habían sido muchos"

    Comenzó a caminar a lo largo del pasillo, aumentando la velocidad al terminar corriendo sin siquiera percatarse de ello, afilando sus sentidos a medida que avanzaba entre los frondosos árboles, llegando a sus receptores nasales el olor metálico de la sangre.

    —¿La entrada? —murmuró, escuchando el graznido de los cuervos sobre las ramas de los árboles.

    Se detuvo, tratando de centrarse en los estímulos a su alrededor, divisando la entrada hacia Kamakura no muy lejos de él, retomando el paso veloz entre el césped, con la mano izquierda en el mango de la espada del viejo al sentirlo palpitar de nuevo, encontrando el charco de sangre en el suelo. Sus pupilas viajaron desde Rengo hasta Kohaku, disminuyendo el sonar de sus pasos.

    Se sentía extraño, el ver tendido en el suelo una persona sonriente que contrastaba perfectamente con su forma de ser; padeciendo entre la vida y al muerte.

    Se inclinó. Sus heridas eran graves, el pulso en su vena yugular apenas y se sentía entre la yema de sus dedos, su temperatura corporal estaba perdiendo calor. No miró de nuevo a Kohaku, sin embargo su voz iba dirigida únicamente a él:

    —¿Quién lo hizo? —cuestionó, buscando detener el sangrado al presionar con gasas las heridas abiertas, denotando que no frenaba la hemorragia.

    La herida era crítica, al ser más profunda que la que había sanado en Takano.

    Con habilidad realizó los nudos, buscando con la mirada ramas a su alrededor, sujetando un par para cortarlas con la espada del anciano, de manera uniforme, calculando la distancia exacta para evitar laceraciones, forjando el torniquete. Se levantó entonces, caminando hasta Kohaku para quitarle sin preguntar, el abrigo albino que solía cargar el niño.

    Lo necesitaba.

    Cubrió a Rengo con éste, en búsqueda de regresar calor a su cuerpo pálido.

    —Kohaku —le llamó de nuevo, cargando entre sus brazos a Rengo—, estoy envenenado. Rengo también lo está —clavó sus orbes en la máscara, como sino necesitara decir más para hacerse entender, comenzando a caminar hacia el interior de Kamakura con Rengo.

    Necesitaba llevarlo a la clínica, de lo contrario, sus heridas podrían abrirse nuevamente.
     
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    Amelie

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    [​IMG]
    En la entrada a Kamakura
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    Satou= 1,000 monedas
    Misato= katana amatista +13 de ataque


    [​IMG]
    Monte Genji (Natsu; Hideyoshi)
    Seguir leyendo en Pasillo a Kamakura

    Hideyoshi= saco con monedas +500
    Yuzuki= katana zafiro +10 ataque
    Shinko= sode +3 defensa



    [​IMG]
    Monte Genji (Yuzuki; Shinko y Tetsuo)

    Ninguno logró esquivar aquel ataque que fue demasiado rápido para sus reacciones. Aquel hombre salió corriendo antes de que cualquiera se pudiera levantar de aquel impacto.
    Tetsuo fue el primero en levantarse, con bastante molestia —¿Qué clase de persona pudo idear un sitio como este? — miró al cielo, la noche se acercaba.

    Siguieron su camino algo cabizbajos; hasta que encontraron una vieja casa abandonada, a pesar de su descuido externo, en el interior parecía casi intacta, tenía una mesa dónde hay un tablero de shogi incompleto. Al explorar un poco pudieron notar que alguien había pasado por allí recientemente, llevándose los objetos de valor de aquel sitio, sin dejar nada para ustedes.
    Yuzuki podía reconocer aquel sitio, era allí dónde Takano practicaba en silencio por horas, no era por obligación, lo hacía por gusto.

    [​IMG]


    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      -1 defensa (mal descansado)
      +570 EXP

    • PV= 55 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +220 EXP

    • PV= 35 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +520 EXP






    [​IMG]
    Monte Genji (Riku; Kohaku; Heya)
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    [​IMG]

    Monte Genji (Mao; Daichi; Takeda y Matsuda)
    Avanzan por piedras húmedas para ir hacia adelante, si caen será en un estanque con criaturas que se mueven en el agua, parecen gusanos gordos; al sostenerse de la pared pueden notar una sustancia viscosa, no muy lejos el croar de una rana, lentamente sienten como se van debilitando.
    [​IMG]
    Matsuda reconocía aquel sentimiento, era un veneno al que había estado habituado —Es el mismo efecto que sentí en Nara; creo que este es el mismo veneno.

    Takeda se preocupó por las palabras de Matsuda, otra cosa más que no le dejaría estar en paz por un tiempo —Lo trataremos cuando nos reunamos con el resto.

    Matsuda le sonrió —No crea que sea necesario Meishu — mencionó antes de hacer una reverencia y empujar a Takeda al estanque. Matsuda no conocía el procedimiento exacto, pero había sido curado con anterioridad gracias a Kohaku, y en el estanque distinguía las sanguijuelas.

    Takeda salió del estanque con varias de ellas clavadas a su cuerpo, miró a Matsuda y sonrió —Eran sanguijuelas —mencionó mientras un viejo recuerdo lo hizo perderse un poco. Mientras Matsuda lanzaba a Daichi así como lo había hecho con Takeda; pero con Mao la sostuvo y se lanzó junto a ella.


    Habían sido envenenados de veneno de rana
    Dejarse caer al estanque -10 pv
    +50 EXP
    Aun tienen el otro veneno en su sistema

    • PV= 50 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +600 EXP

    • PV= 50 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +770 EXP

    • PV= 90 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +1,050 EXP

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      +920 EXP




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    Desintegrado




    Pasillo a Kamakura (Riku; Heya; Kirara; Misato; Satou; Hideyoshi y Natsu)
    Kirara afirmó ante Hideyoshi mientras escuchaba sus palabras —Ha humillado a mi clan lo suficiente— dijo pateando el cuerpo de Murai para hacerlo girar y así fuera más fácil arrastrarlo. Así siguió avanzando, siendo seguida por Riku e Inosuke.

    "¿Tienes una muestra de ese veneno? Puede servir de base para hacer el antídoto"

    —Seguramente en la saya de su katana quede algo; porque de su filo no queda nada —sonrió orgullosa.

    Satou terminó de curar las heridas de Hideyoshi —No sé si haya tiempo; yo desconozco de la fortaleza de Murai; pero si es un Taira, será difícil obtener algo, yo sólo he tenido frente a frente a un Taira, Masaki Taira, y ese hombre no escuchaba razones — Terminó de vendar sus heridas —Ve con ellos, yo esperaré aquí a Takeda para informarle.

    Kirara avanzaba con tranquilidad a un lado de Riku e Inosuke; Misato también avanzaba a la misma dirección; pero alguien los pasó de largo a velocidad, era Natsu quien corría para llegar primero. Heya los siguió detrás.


    • PV= 100 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +300 EXP

    • PV=58 PV

    • PV= 60 pv
      +270 EXP

    • PV= 90 pv
      +550 EXP

    • PV= 60 pv
      +320 EXP

    • PV= 60 pv
      +470 EXP

    • PV= 40 pv
      -1 defensa (mal descansado)

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      -1 defensa (mal descansado)
      +500 EXP

    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP





    [​IMG]
    Monte Genji (Kenzaburô; Zeng; Ujihisa; Terunobu)

    Terunobu escuchó solemne a las palabras de Kenzaburo —Quiero que entiendas que la desconfianza del clan Azai es justificable; en el pasado han sufrido muchas traiciones, una de ellas llevó a la muerte al primogénito de mi señor, al hermano mayor de Tetsuo— mencionó mientras veía como Kenzaburo parecía mirar a la bolsa recién obtenida de Ujihisa —Kato Harima es un hombre perdido en su propia locura, sólo temo que sus hijos tengan el mismo problema entendiendo la realidad.

    Kenzaburo deslizó sus escurridizas manos en el obi de Ujihisa, quien parecía absorto en el paisaje para darse cuenta que estaba siendo robado por un aficionado en ese arte. Al parecer era bueno en ello, sintió los frascos que que aquel hombre guardaba hasta dar con la bolsa de monedas, Ujihisa no sintió absolutamente nada.

    Siguieron su camino.

    [​IMG]
    Encuentran un suelo de piedra en el bosque, posiblemente antes allí hubiera alguna especie de edificación; en una tela sujeta por maderas se alcanza a leer en caligrafía poco cuidada:
    "Él sigue aquí; el demonio carmesí; huyan aquellos que aun tienen piernas; huyan aun los que no se desangran; huyan, huyan..."
    Terunobu señaló aquello a Kenzaburo —El demonio carmesí; el padre de Kato Harima; ese hombre derrotó incluso a mi señor, quien cuenta la historia con suma vergüenza, pues logró escapar simplemente por suerte.

    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      +350 EXP

    • PV= 100 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    Kenzaburo= +500 monedas


    [​IMG]
    Monte Genji (Togashi; Yin; Taiyo)

    Los tres seguían esperando, atentos al cielo para salir de aquel lugar al anochecer.

    [​IMG]


    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +150 EXP

    • PV= 90 pv
      +220 EXP

    • PV=100 PV
      +250 EXP



    [​IMG]
    Entrada a Kamakura (Rengo; Kohaku y Natsu)
    Rengo respiraba con dificultad, pero sintió unas manos deteniendo su hemorragia, conteniendo aquel escaso calor que tenía en su interior; abrió los ojos pero no podía enfocar ninguna imagen; por inercia alejó las manos de Natsu de él, no estaba acostumbrado a ser tratado; pero por su falta de energía no pudo hacer nada, logró contenerlo.

    Sintió el calor instantáneo de aquella piel y se aferró a ella como un niño pequeño a su futón. Pudo distinguir el color blanco de aquello, algo lo estremeció —... Sangre...— dijo mirando sus manos dándose cuenta que manchaba aquella piel pura y blanca, aquello le parecía fatal, y a pesar de que su vida estaba en juego, sólo parecía importarle no ensuciar aquella piel blanca —Por eso... la tela siempre debe ser negra; así nadie te ve sangrar...— dijo cerrando los ojos; para después ser cargado por Natsu hacia Kamakura.

    —...Gracias...—

    • PV= 50 pv
      -3 defensa (veneno)
      +100 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 40 pv
      +220 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura




    [​IMG]
    Herbolaria (Kuroki y Takano)


    Kuroki avanzó entre las calles de la Ciudad, hasta llegar a la herbolaria, era un sitio grande; a diferencia de otros sitios como el de Nagoya, la casa era amplia y se notaba que en ella vivían personas; contaba con un gran jardín de ingredientes, pero antes de que una persona te recibiera, sentiste una presencia que te observaba, aunque no sabías de dónde. Giraste hasta encontrarte con unos ojos ambar se clavaron en ti y al instante se hicieron presentes los gruñidos.

    [​IMG]
    — ¡Kiba! — dijo una voz femenina con autoridad; al instante los gruñidos del lobo se detuvieron. Una mujer salió del umbral, acariciando la cabeza del lobo con cariño; mientras su mirada te parecía familiar, parecida a la de Takano.

    [​IMG]

    Ella te miró para después posar su atención en Takano, acercándose a él; sujetó del cabello a Takano para levantar su rostro y confirmar su identidad, al instante lo soltó sin mucho cuidado y bufó.

    —¿Qué es lo que le ha pasado al imbécil de mi hermano?

    Sin presentaciones, sin sutileza ni cordialidad. Al parecer ese era el modo de los Harima.

    Mencionó mientras preparaba un fogón al centro de la habitación, en el arrojó carbón y le prendió, era un fuego controlado que mantenía la habitación caliente. Avanzó a una mesa la cual limpió con su manga sin mucho cuidado y le indicó a Kuroki que colocara allí a Takano.

    Abrió su kimono exponiendo sus heridas recientes, incluyendo la del rostro; lavó sus manos con cuidado y comenzó a inspeccionar los síntomas, primero reparando en la fiebre de su hermano, y luego en la falta de coagulación en las heridas.

    —Sus heridas fueron tratadas pero la fiebre no parece ceder— mencionó la mujer mientras el lobo olfateaba a Kuroki con una actitud protectora hacia su dueña —Y mis venenos no hacen efectos tan fuertes como estos. Pero si te das cuenta su sangre no parece coagular —mencionó tocando el rostro de Takano mostrándole a Kuroki la sangre fresca. —¿Lo ha mordido una serpiente? No es un animal de la zona.

    Se acercó al fogón del centró y con unas pinzas sacó algo del carbón hecho pedazos; después se acercó a un cubo con agua y lo arrojó creando un sonido siseante, se arremangó y comenzó a sacudir el interior del cubo. Después se levantó y sacó revisó varios cajones en su estante de bambú, hasta sacar algo tornasol, parecía una concha o algo en ese estilo. Después se acercó a Takano mientras sujetaba ese objeto que se veía algo filoso, miró a su hermano sin emoción alguna, y clavó aquel objeto en el pechó de Takano, justo dónde había Natsu curado recientemente.

    Takano volvió a sangrar mientras ella mantenía su mano sujetando aquel objeto.


    • PV= 55 pv
      -3 defensa (veneno)
      +550 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 50 pv (-5 por turno/ envenenado)
      +10 defensa (yoroi)
      +50 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura




    [​IMG]
    Clínica (Natsu; Rengo y Kohaku)

    Natsu se adentró cargando a Rengo dirigiéndose hacia la clínica, Kohaku los siguió; al entrar a aquel lugar era más que obvio que no había nadie en su interior, no por ello era un sitio descuidado, las herramientas estaban a la mano, y permanecían limpias. Rengo parecía lentamente recuperar el color en su rostro, Natsu había frenado el sangrado ayudando a que su vista no fuera tan borrosa y su corazón latiera con mayor normalidad.

    —Ahora eres tú quien me carga a mi a la clínica — sonrió aun con sangre entre los dientes —Me debería de dar vergüenza...— tosió un poco para después soltar un pequeño aullido de dolor.


    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 50 pv
      -3 defensa (veneno)
      +100 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 40 pv
      +220 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura





    [​IMG]
    Kamakura (Kirara; Riku; Hideyoshi; Misato y Heya)

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    El sonido del río que descendía hacia el mar; las águilas volando alrededor; el viento soplando con intensidad; el aroma a vegetación y humedad. Aquel lugar era hermoso, y a diferencia de ciudades capitales más modernas, esta aun armonizaba con la naturaleza, rodeada de montañas, árboles y el mar. Era la fortaleza perfecta.
    Sus puentes dividían las edificaciones, pero los tablones de aquellos puentes estaban en un descuido total, debían cruzar con cuidado si no querían nadar río abajo hacia el mar. Pero aquello parecía lo único en descuido, posiblemente aun había habitantes en Kamakura, o este lugar ya estaría consumido por la naturaleza.

    Kirara miró a los presentes —Rengo se dirigió con Takano y Kuroki aquí; así que voy hacia la Herbolaria, seguro algo puede servir lo que trae Murai en su saya; y los que estén dañados también por los venenos de ese bosque sería bueno que atendieran eso antes de seguir explorando.
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    • PV= 100 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +300 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV=58 PV

    • PV= 60 pv
      +270 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 60 pv
      +320 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 60 pv
      +470 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 40 pv
      -1 defensa (mal descansado)

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      -1 defensa (mal descansado)
      +500 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

     
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    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kohaku Ishikawa

    Por suerte Kuroki se había llevado a Takano al interior de Kamakura, eso me alivió en gran medida; también se había disculpado, aunque realmente no había nada que disculpar e intenté transmitírselo con una sonrisa. Me salió pequeña, algo trémula, ya que una suerte de ansiedad estaba carcomiéndome la compostura al sentirme tan cerca de descubrir la verdad sobre el asesinato de Hana.

    Rengo extendió su brazo frente a mí y alterné mi mirada entre él y Kato, ligeramente confundido. No habría esperado nunca esa reacción por parte del muchacho y, de cualquier manera, el miedo se le notaba a flor de piel. Su reacción se compaginó con la de Kuroki en mi mente y entonces fijé mi atención sobre el hombre desconocido frente a nosotros. ¿Sería...?

    ¿Qué había dicho Takano? ¿Que había sido criado por un demonio?

    Yo soy el responsable de la muerte de Hana.
    Me volví hacia Rengo de golpe, aunque más no fuera para observar su espalda. Dioses, el terror que estaba sintiendo se evidenciaba en cada músculo de su cuerpo y el sujeto frente a nosotros dijo en voz alta lo que estaba pensando. No conocía a Rengo de nada, no tenía motivos de peso para descreer de su palabra y aún así... Maldición, si incluso me resultaba más devastado por la muerte de Hana que el propio hombre a quien estaba rindiéndole cuentas.

    Estaba conteniendo el aliento, incapaz de interferir o reaccionar ante nada. Seguí los movimientos de Rengo y abrí los ojos ampliamente al reconocer aquella cajita musical; las lágrimas ardieron, pero me obligué a apartarlas. Más y más palabras se acumulaban, cosas que no entendía e intentaba procesar a toda velocidad. ¿Mara? ¿Protección? ¿Shi? Me sentía un auténtico forastero en tierras lejanas, pero no por el agobio de la extrañeza o un deseo imperioso por huir. Sentía, de hecho, que ese era el mejor lugar donde podría haberme quedado, pues Rengo lucía genuinamente aterrado y sin importar que se hubiera responsabilizado por la muerte de Hana, en ese instante la mayor amenaza ante mis ojos era el hombre recortando la distancia reinante a una velocidad casi tortuosa.

    Y de repente,

    rojo.

    Pestañeé, observando la hoja que el hombre estaba enfundando. ¿En qué momento había desenvainado su sable? Lo peor, no estaba seguro de nada pero creí reconocer cierto color sobre el metal. Entonces Rengo se arqueó, llevando una mano a su estómago, y la situación me golpeó con la intensidad de una ventisca helada.

    Sangre.

    Avancé lo suficiente hasta sujetarlo cuando él cayó de rodillas para evitar que se desplomara en el suelo, y seguí la silueta del hombre a medida que se alejaba y Rengo comenzaba a hablar al aire. Apreté los dientes, el agarre sobre sus hombros, y giré la cabeza en todas direcciones. Estaba dispuesto a cargarlo hasta encontrar una clínica dentro de Kamakura, pero entonces Natsu apareció a gran velocidad y sentí un gran alivio descomprimiéndome el pecho. Me alejé un poco para dejarlo trabajar, en silencio; un poco me asemejaba a un niño que ha presenciado una escena traumática y aún necesita procesar la información.

    Sangre.

    Parpadeaba, y había nieve.

    Qué desastre.

    ¿Quién lo hizo?

    —No lo sé —farfullé, comprimiendo los puños sobre el largo de mi abrigo—. No... no sé su nombre, pero conocía a Rengo y creo que eran familia.

    No lo sé.

    No lo sé.

    No lo sé.

    No tenía idea de nada.

    No era más que un forastero.


    Me sorprendí bastante en cuanto Natsu se cernió sobre mí y no tuve tiempo de comprender sus intenciones; de cualquier forma tampoco reaccioné, lo dejé hacer mientras me quitaba el abrigo y se lo echaba encima a Rengo. La brisa fría me caló entre las delgadas capas de ropa y pensé que eso no sería bueno para mi resfrío, pero tampoco tenía derecho de reclamar. Las imágenes de Rengo se grababan a fuego en mis ojos y sentí un dolor inmenso en el corazón; el charco de sangre, su expresión, cómo se había aferrado al abrigo para luego, al parecer, arrepentirse por mancharlo.

    Lo comprendía.

    El blanco y el rojo eran una combinación monstruosa.


    No lograba hilvanar dos razonamientos coherentes juntos, lo único que me rayaba el cerebro con violencia eran las imágenes, los recuerdos y la simple idea de que ese no podía ser el asesino de Hana. Curioso y hasta hilarante, pues habría pensado lo mismo de Natsu.

    Kohaku, estoy envenenado. Rengo también lo está.

    De todo el desastre que acontecía eso fue lo único capaz de relucir los hilos que me conectaban a la tierra y jalarme hacia ella, como si mi vida entera me hubiera valido y accionado en base a meras utilidades. ¿Qué había sido para mi familia, para los Ishikawa y los ancianos de la villa, además del futuro gobernador? ¿Qué había sido Chiasa, además de una niña temperamental y defectuosa? Logré enfocar mi atención en Natsu y asentí, siguiéndolos de cerca. El camino a la clínica me ayudó a organizar mis ideas y relajar mi cuerpo, que había comenzado a temblar sin siquiera percatarme. No pude disfrutar ni un momento de la belleza natural de Kamakura.

    Sólo había blanco y rojo parchando mis ojos.

    Dentro de la clínica permanecí a un lado, en silencio, justo como había hecho en la entrada a la ciudad. No podía dejar de observarlo todo con ojo vigilante, atento a la más mínima indicación por parte de Natsu, como un perro entrenado y bien amaestrado. Tragué saliva y moví los dedos para sacudirles el molesto cosquilleo de encima, ya luego de que Natsu se encargara de las heridas de Rengo podría intentar removerles las sustancias venenosas del cuerpo.

    De paso, aprovecharía el tiempo para terminar de calmarme.
     
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  11.  
    Monpoke

    Monpoke Absol

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    Solo ella destruye armas y lo encuentra motivo de orgullo. Al parecer, el resultado normal en cada batalla. Ni las espadas de entrenamiento se salvan de ese salvajismo...

    Sonrió levemente ante esas palabras. Aún con lo sucedido con este Murai, sigue siendo la líder que mantiene la frente en alto y un oso en el interior.

    Ovbiamente, una vez salida a la luz el tema, noto la clara falta de si katana.

    Suspiró.
    Irremediable hasta el punto que quiero volver a estar ebrio.

    "Puedes usar está si la quieres". Le digo mostrando la Katana que saqueè de mí rival en Kai.

    Planeaba usarla como sustituto de la mía. Pero estará en mejores manos si se la doy, al menos por dos o tres combates.

    El destino así parece quererlo. Estaré encadenado a está katana la acepte o no.
     
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  12.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Había sido un intento fútil, obviamente, porque ninguno había conseguido esquivar al desgraciado y este se fue antes de que siquiera consiguieran levantarse. El comentario de Tetsuo le arrancó una risa ronca, extraña y vacía directo del pecho antes de que se levantase, ahora que caía había sido él el que le sugirió al señor decir algunas palabras, ¿no? Si sabía de esas cosas no era probable que supiera mucho de... bosques que hacían las veces de laberinto.

    Un demonio.

    Fue lo que quiso contestarle pero se lo reservó, así como se había reservado la historia de Kato, Kaito y todos los Harima cuando llegaron a donde estaban los restos del segundo. No eran cosas que valieran la pena ser dichas, no allí a mitad del bosque, en las entrañas del monstruo.

    —Nos queda solo el punto siguiente y luego estaremos en las puertas de Kamakura —añadió, buscando quitarles al menos el pesar de seguir moviéndose por el bosque—. Tampoco tenga expectativas de que nos estén esperando con té recién hecho y arroz fresco.

    No mucho después dieron con la casa abandonada, de entre todos los sitios posibles a los que podía llegar, tuvo que ser allí precisamente. Sus elecciones la habían guiado directamente por el bosque para alcanzar fragmentos de su memoria que creía perdidos, primero la celda y ahora esa casa.

    Venga, algo de piedad no caería mal, Kamakura.

    Los cimientos de su aparente fortaleza volvieron a sacudirse y comprimió los gestos cuando se sentó frente a la mesa con el tablero incompleto de shogi. Tenía el cuerpo resentido ya, pero lo que empezaba a flaquearle de forma cuestionable era el juicio. Era como si la cabeza se le estuviese llenando de una densa bruma causada por la preocupación, el miedo y la ira sin dirección.
    Miró el tablero como quien ve un fantasma, pero pronto se puso manos a la obra para tratar sus propias heridas antes de llegar a las puertas, aunque tenía la vista casi perdida de repente. Una vez terminó, se ajustó las vendas en las palmas de las manos, se ató el cabello con una tira de tela y regresó la vista al tablero.

    —Espérame un poco más, por favor —murmuró para sí, sin importarle que estuviesen Tetsuo y Shinko allí—. Ya casi alcanzo las puertas del Yomi.

    Estiró la mano, alcanzando a tocar las piezas que quedaban en el tablero y mientras se levantaba tomó la del general de plata, no sin antes pasear la vista sobre el único caballo que consiguió ubicar.

    Siempre tomando las cosas que quería cuando le daba la gana.

    ¿Qué iba a hacer si se las arrebataban?

    Era una excelente pregunta y no quería averiguar la respuesta todavía, no sabiendo que podía empujarla a terminar como el resto de su clan. Faltando al propósito de todos los Minami, al esfuerzo de Jiin por sacarla de Kamakura junto a las gemelas y el suyo propio de alcanzar al clan Minamoto.

    Todo porque su justicia había mutado.

    Le echó un último vistazo a la casa, a pesar de que sabía que no quedaba más que el tablero incompleto, antes de salir y reiniciar la marcha con la pieza de shogi apretada en el puño.
     
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  13.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
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    Kuroki Fusatada
    Herbolaria (Kamakura)


    Por fortuna ya me había recuperado un poco por mi presión, aunque estaba claro que no era suficiente, elevé la mirada cuando al fin había arribado, el edificio era enorme y por un momento creí que me había equivocado, no fue así aunque la manera en como me enteré no era precisamente la esperada.

    Un par de ojos ámbar me estaban clavando la mirada, y unos gruñidos se presentaron, entrecorté mi respiración ya que no ayudaba el que cargara a Takano, tendría que dejarlo en el suelo para sacar mi arma y eso obviamente era imposible si de actuar rápido se tratara.
    Sin en cambio, una voz femenina me sorprendió y aquél animal resultó ser un lobo, mascota de la mujer, su rostro me recordaba bastante al de Takano, tenía que ser su hermana, cuando bajó a inspeccionarlo y comprobó su fiebre, solo me hizo la pregunta a secas y nadamás, sin cuidado.

    Bueno, supongo que ella es Shinrin.
    Cuando iba a responder ya la mujer se había movilizado y no me quedó de otra mas que seguirle el paso, prendió un fuego con carbón y limpió una mesa y me indicó que dejase a Takano ahí, mientras respiraba aliviado no solo por haber llegado si no por el peso que al fin podía descansar un poco.
    Me alejé apenas un paso cuando la mujer expuso un poco su cuerpo, notándose heridas en ella, dejando su kimono para limpiarse las manos y comprobar el estado de su hermano.

    La miré mientras analizaba a Takano, dejándome unos cuantos comentarios y preguntas mientras su lobo me olfateaba, a quién miré un momento y este hizo lo mismo, no hice nada y solo regresé mi vista, para cuando me di cuenta, volvió a alejarse un poco para buscar unas cosas, sacó un extraño objeto que parecía tener un filo.
    Me siento tan inútil no saber qué es lo que usa.

    Al final negué hacia la chica debido a su última pregunta.
    —No, no fue una serpiente ni nada similar, lo atacaron. Fue un Taira, de nombre Murai—. Dije, sin saber realmente si a ella podría sonarle ese nombre mientras hacía su trabajo y notaba como precisamente la sangre de Takano no coagulaba.
    >>Se poco pero al parecer es un veneno muy especial con el que dañaron a tu hermano, yo lo máximo que he conocido es la Bratacotoxina, pero hasta donde sé es un veneno que te mata silenciosamente, esta sin en cambio, es muy agresiva—. Dije mientras seguía mirando el procedimiento.

    Maldición, necesitaba un milagro.
     
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  14.  
    Insane

    Insane Maestre Comentarista empedernido

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    Natsu Gotho


    <<Por eso... la tela siempre debe ser negra; así nadie te ve sangrar...>>


    Por eso su abrigo era negro, el que tenía Takano manchado de sangre y debía devolverle perfectamente lavado. Concordaba... el blanco nunca había sido un buen color para vestir en época de guerra, se manchaba con facilidad.

    <<Gracias...>>

    Entrecerró los ojos al escucharlo. Era un pequeño idiota, haciendo esfuerzos por hablar cuando escurría sangre hace pocos minutos atrás. Continuó sus pasos con el cuerpo entre sus brazos, visualizando las señalizaciones del lugar para dirigirse hacia el hospital, sintiéndolo como un pequeño divagando entre sueños... o pesadillas. Sintió el frío deslizarse por sus mejillas a medida que caminaba, denotando el cómo Rengo se aferraba al abrigo, como un pequeño niño. Al cabo de unos minutos lo escuchó volver a hablar, como el inquieto que era.

    <<Ahora eres tú quien me carga a mi a la clínica; me debería de dar vergüenza...>>

    Pestañeó con parsimonia, evitando detenerse, sin emitir palabra alguna, siendo consciente del caminar de Kohaku tras ellos. Al llegar a la clínica abrió la puerta con la punta del pie, sin mayor esfuerzo, adentrándose para encontrarse con la soledad invadiendo cada esquina, observando las camillas perfectamente aseadas al igual que los implementos médicos. Reposó a Rengo en una de las camas, comenzando a apartar la tela maltrecha del kimono, al igual que el abrigo manchado, el cual le dejó acobijándole las piernas. Se giró entonces hasta tomar el hilo con su mano izquierda y el portaagujas con la derecha.

    —Va a doler un poco —murmuró de forma inconsciente, quitando con sumo cuidado el torniquete, identificando que la hemorragia no se había detenido por completo, y en aquellos casos se debía suturar.

    Introdujo la aguja en la piel, una, dos, tres, cuatro veces hasta coser la profundidad de la laceración. Apartó después las vendas manchadas y sujetó unas nuevas, cubriendo el resto de heridas superficiales para después golpearle la frente con el dedo índice.

    —Duérmete —ordenó al percatarse desde hace un rato ya, del cuerpo tembloroso de Kohaku, como una hoja resquebrajada que se mueve en una fuerte ventisca de invierno.

    Fiebre.

    Escalofríos.

    Convulsiones febriles si no se baja la temperatura.


    Le miró entre las pestañas, corriendo la tela blanca que separaba los espacios visibles con la yema de los dedos para evitar que Rengo pusiese observar, a fin de cuentas no se debía ser brillante para identificar que el hecho de la máscara no era meramente por lujo. Estiró la mano para sujetar su muñeca, haciéndolo caminar unos pasos más hacia la camilla libre, jalándolo para hacerlo acostarse en ella, impidiendo pretextos al fulminarlo con la mirada.

    —Si tu fiebre aumenta, no podrás ayudarnos a eliminar el veneno —siseó, tomando paños y un recipiente que llenó de agua, arremangando el kimono que ya estaba impregnado de sangre seca hasta la altura de sus codos.

    Humedeció los paños y lo miró de nueva cuenta.

    "Apartó los dedos con rapidez ante el ardor que le enrojeció los ojos.

    —Arde —masculló entre dientes.

    —¿Te lastimaste cargando los costales? —murmuró el viejo, con el semblante perdido en las manos agrietadas que comenzaban a dejar de sangrar al esparcir alcohol sobre ellas, sabiendo de lleno que el cargar aquellos bultos no causaba ese tipo de cortes—. Fue ella, de nuevo. ¿No es así?

    Natsu guardó silencio, pese a que sus pequeñas manos no dejaban de temblar a causa del escozor"

    Le apartó la máscara, suavizando su expresión mientras le ponía el paño en la frente, detallando sus rasgos faciales al sujetarle las manos con su mano libre para evitar que éste fuese a apartarlo sin antes recibir la debida atención médica. Y aunque estaba atendiéndolo, su mente permanecía ida, impregnado en el pasado de su vida.

    "Se recostó contra la madera, mirándolo entre las pestañas con aquel deje de duda en sus pupilas, provocando que el anciano riera a viva voz al identificar cuando Natsu deseaba preguntar algo y se abstenía a hacerlo, a fin de cuentas seguía siendo un pequeño niño.

    —Habla, mocoso.

    Gotho gruñó, preguntando entre dientes:

    —Si el amor es algo sin valor, ¿por qué duele tanto... si me doy cuenta que no lo encuentro por ningún lado?"

    Le cubrió el rostro con la sábana a la altura del puente de la nariz, buscando que Ishikawa no se sintiera tan incómodo. Ya tendría él sus razones para ocultar su rostro, aún así, el ver su cabello, su piel, sus pupilas... se le asemejó a las tormentosas ventiscas de nieve, de donde él provenía, atrayendo recuerdos que le producían extrañeza, ambivalencia.

    Comenzó a buscar entre los cajones, denotando algunas pastillas que comenzó a leer con cuidado, llenando un vaso de agua casi hasta el borde.

    —Tómalo —murmuró dejando el vaso con la pastilla al lado de la camilla de Kohaku, dándole la espalda para salir de la clínica.

    Elevó entonces la mirada luego de recostarse contra la pared, cruzándose de brazos.

    Comenzaba a sentirse asfixiado.


     
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  15.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Mao/Masuyo Kobayashi

    La chica escuchó con atención las palabras de Takeda. Vaya, tenía lógica que los Taira se vieran así mismo como salvadores, sería una forma vaga de justificar sus actos atroces. De cualquier forma, no le apetecía la idea de toparse con los tal demonios carmesí, pero tenía el presentimiento de que si seguía a Takeda tarde o temprano se toparía con ellos, pues al final no solo los Taira traían infortunio a Japón.

    Pasaron la aldea sin problema alguno, llegando luego a un puente que se veía en buen estado, algo raro para estar en medio de un bosque tan engañoso. Las cestas tiradas por los alrededores no le pasaron desapercibidas, aún así no les dio mayor importancia, imaginando que las abandonaron tras huir de algo, humano o animal.

    Terminaron por llegar a un estanque, a diferencia del anterior el agua de este estaba algo más cristalina, aunque a pesar de eso no se llegaba a distinguir bien las criaturas que nadaban en él. Intentaron cruzar aferrándose a una pared, no demoraron en sentir los efectos de la sustancia viscosa que la cubría, la que en un inicio había pasado desapercibida a sus ojos. Soltó un chasquido al escuchar las palabras de Matsuda, que fuera ese veneno de rana le preocupaba. Apenas tenía fuerzas para no soltar la pared, pues ya tenía veneno desde antes, el sobresfuerzo lograba tensarla lo suficiente para que le doliera la cabeza. Entonces, tras un pequeño intercambio de palabras Matsuda terminó por empujar a Takeda al agua.

    —¡Matsuda! —logró gritarle Mao en una especie de regaño, a pesar de su agotamiento, confundida al no entender su actuar.

    Lo entendió todo cuando Takeda salió del agua revelando las sanguijuelas, cualquier rastro de duda o enfado desapareció para dar paso a genuino asombro. El hallazgo era un verdadero alivio, aunque su ceño fruncido volvió apenas notó como era Daichi el segundo en ser "víctima" de Matsuda, ¿no podía tan solo dejar que ellos se tiraran por su cuenta? La respuesta llegó de inmediato.

    En cuanto Matsuda la tomó en brazos soltó un corto grito por la sorpresa, sintiendo su corazón acelerarse. Intentó zafarse empujando sus hombros, pero fue inútil, era mucho más fuerte y el veneno la tenía debilitada. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba en agua, donde por fin pudo apartarse, tomando una distancia considerable. Sin demora salió, soltando un quejido adolorido por las sanguijuelas que succionaban su sangre junto al veneno, manteniéndose a flote.

    Cuando todos salieron y tras sacarse todas las sanguijuelas le brindó una mirada molesta a Matsuda, la cual no duró más que dos segundos, desviando después su mirada al camino a seguir.

    —Hubiera preferido que me empujaras —masculló, retomando la caminata una vez todos estuvieran listos. Por lo menos se veían felices de haberse librado del veneno.
     
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  16.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

    Piscis
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    Kohaku Ishikawa

    El tiempo se deslizó con una premura extraña, inadvertida. Era como si el mundo fuera de la clínica se hubiera congelado, y poco a poco volví a recibir indicios de su existencia. El piar de las aves, algunas voces lejanas conversando, o el simple susurro de la brisa entre los árboles. Pestañeé, acercándome a la puerta de la clínica mientras Natsu atendía a Rengo, y me cargué los pulmones de aire.

    ¿Por qué sentía tantas ganas de llorar?

    Los sonidos a mis espaldas me indicaron que el tratamiento había acabado y me giré, recibiendo a Gotho encima mío. Mi cuerpo se tensó por reflejo bajo su agarre firme y abrí la boca para quejarme, pero nada salió. Me senté al borde de la camilla, era suave y recién entonces fui consciente del alivio que sentí al ya no tener que sostenerme sobre mis piernas. ¿Fiebre? Ah, sonaba lógico. Por eso los escalofríos, el frío y el malestar general.

    Por eso los malditos recuerdos solapándose con la realidad.

    Noté sus intenciones, era obvio con los paños que había buscado y tragué saliva, comprimiendo las facciones ante el dolor. Es verdad, una vez más estuve a punto de quejarme... pero sólo recosté la cabeza en la camilla y pestañeé, clavando la vista en el techo en cuanto sus manos se acercaron y removieron la máscara. Estaría todo allí.

    El cabello cian, del color del cielo.

    Los ojos dorados de Amaterasu.

    Los tatuajes que representaban el honor y la valentía del linaje Ishikawa.

    Bajé los párpados al percibir la humedad del paño en mi frente y suspiré, relajando el cuerpo. Una parte de mí se sentía absurdamente expuesta, pero la otra estaba demasiado cansada como para luchar o resistirme. Además, el paño era agradable.

    —Sorpresa —murmuré con la voz ahogada por la inflamación, esbozando una sonrisa ligera sin abrir aún los ojos—. No eres el único con tatuajes.

    Había tenido el gesto de cubrirme el rostro con una sábana, pero me sentí de repente un maldito cadáver y de un movimiento algo torpe me la removí, jalándola hacia abajo. No quería lucir así, ya había cubierto a toda mi familia con sábanas blancas momentos antes de enterrarlos.

    Y el blanco se había manchado de rojo.

    Siquiera me di cuenta de mi expresión de molestia ante la repentina y tan agobiante sensación, y abrí los ojos cuando volví a oír la voz de Natsu.

    Tómalo.

    Lo miré, por primera vez busqué sus ojos y fue extraño saber que estaba allí, que podía verme, navegar en aquel dorado que los ancianos tanto habían adorado pero yo había llegado a despreciar. ¿Se vería raro? ¿Qué pensaría de las pupilas rasgadas a lo largo, como un auténtico felino? Asentí tras soltar el aire y me incorporé un poco sobre los codos para alcanzar el vaso y la pastilla. Qué cosa curiosa, en mi villa sólo preparábamos brebajes con hierbas medicinales aunque no era de extrañar, si lo pensaba con detenimiento. Mi familia siempre se había desvivido por mantener las tradiciones al frente del día a día. Rechazaban y trataban con recelo cualquier avance, cualquier novedad o idea nueva.

    No sabían danzar junto a los vientos de cambio, nunca lo habían hecho.

    Ahora no era que importara mucho, de todos modos.

    Lo vi irse mientras me tomaba la pastilla sin darle demasiadas vueltas y volví a desplomarme sobre la camilla, desinflándome los pulmones. Reacomodé el paño en mi frente, que se había caído un poco, y busqué la silueta de Natsu con la vista. Había salido de la clínica y no podría escucharme, pero de todas formas murmuré un simple "gracias" antes de cerrar los ojos y relajar hasta el último músculo del cuerpo, con Chiasa hecha un rollito a mi lado.

    ¿Cuándo había sido la última vez que alguien cuidó de mí? Probablemente esa tarde de invierno, cuando Chiasa volvió a casa y me encontró volando de fiebre en el jardín.

    Apenas unas lunas antes de sacarla de casa,

    taparla con una sábana

    y cubrirla de tierra sucia.
     
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  17.  
    Amelie

    Amelie Game Master

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    [​IMG]

    Satou= 1,000 monedas
    Misato= katana amatista +13 de ataque


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    Monte Genji (Natsu; Hideyoshi)
    Hideyoshi= saco con monedas +500
    Yuzuki= katana zafiro +10 ataque
    Shinko= sode +3 defensa



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    Monte Genji (Yuzuki; Shinko y Tetsuo)

    Shinko se detuvo a observar a Yuzuki, mientras Tetsuo esperaba fuera de la casa abandonada. Shinko no quería interrumpir, pero tampoco la quería dejar sola envuelta en sus recuerdos los cuales a su percepción parecían dolorosos.

    Cuando Yuzuki avanzó, Shinko y Tetsuo la siguieron hacia la salida del bosque; llegando a la entrada de Kamakura. El sitio eran marcos de madera, envueltos de las ramas de Wisteria, un árbol de flores lilas que descendían haciendo una bienvenida bastante amable a comparación de la montaña y todos sus inconvenientes. En uno de los marcos de madera se leía:
    "Sólo los más dignos pueden contemplar la entrada a Kamakura, pisen orgullosos"
    [​IMG]

    Por fin habían salido de la montaña; pero no sabían que esperar, allí esperaba Satou, quien levantó su brazo para que se acercaran. No sabían si seguir avanzando o esperar nuevas instrucciones.

    • Pueden esperar a alguien en la seguridad del interior de aquel sitio (han salido del bosque así que los guardianes no los molestarán)
    • Pueden explorar el lugar
    • Pueden seguir avanzando hacia Kamakura
    • Cualquiera de las opciones la pueden hacer en equipo o de manera individual, su decisión.
    Seguir leyendo en Pasillo a Kamakura

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      -1 defensa (mal descansado)
      +570 EXP

    • PV= 55 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +220 EXP

    • PV= 35 pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +520 EXP










    [​IMG]

    Monte Genji (Mao; Daichi; Takeda y Matsuda)
    Seguían mojados por la forzada entrada al agua de parte de Matsuda, quien a veces olvidaba los modales y el respeto, las miradas de Mao eran suficientes; pero sus palabras confirmaron lo que temía —Lo siento mucho; fui descuidado con todos, no controlé mi emoción.

    Takeda no pudo evitar reír al ver a Matsuda tan apenado, esto lo hacía mientras se arrancaba las sanguijuelas —Matsuda, ahora debes estar preparado para nuestra posible venganza — bromeaba mientras lanzaba las sanguijuelas de nuevo al agua.

    Después de salir todos del agua y liberarse de aquellos animalejos, siguieron su camino, esta vez Mao decidió seguir uno aun más desafiante.
    [​IMG]
    En aquel sitio una figura sombría parecía estarlos esperando, se giró y su rostro era de un hombre en una máscara de Hannya; sostenía una lanza y se preparaba a embestirlos. El hombre estaba silbando, imitando el sonido del viento. Ya sabían que debían hacer, y no estaban entusiasmados por ello.
    Lanzar un dado de 5 caras para esquivar el ataque si no esquivan pierden -20 pv
    Si esquivan: +300 EXP
    Si no esquiva:+20 EXP

    • PV= 50 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +600 EXP

    • PV= 50 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +770 EXP

    • PV= 90 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +1,050 EXP

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      +920 EXP





    Pasillo a Kamakura (Satou; Yuzuki; Shinko y Tetsuo)
    Satou comenzó a atender las heridas de los que llegaban, notaba como Yuzuki parecía algo absorta en sus pensamientos, así que fue primero a ella a quien atendió, por suerte ninguno tenía heridas de gravedad.

    —¿Shinko, cierto?— preguntó Satou hacia el joven que lo miró y afirmó —Kirara y Taiyo están a salvo, cumplieron con su misión de atrapar al traidor.

    Shinko sonrió y sus ojos se nublaron, rápidamente los talló y relajó sus tensados hombros. Le dedicó una mirada a Yuzuki extendió una de sus palmas y en ella recibió con fuerza el puño de la otra, en un intento de decir "Venganza"

    —Yo me quedaré aquí a esperar al resto; debo informarles de la traición de Yami y de como Kirara y Taiyo le dieron caza, triunfando al desenmascarar a Murai Sugita— mencionó mientras terminaba de curar a Yuzuki y continuar con Shinko.

    Tetsuo esperaba su turno —Yo también esperaré aquí, el equipo de Terunobu es el último, debo de esperarlos.


    • PV= 90 pv
      +550 EXP

    • PV= 80pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      -1 defensa (mal descansado)
      +570 EXP

    • PV= 80pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +220 EXP

    • PV= 60pv
      -3 defensa (veneno batracotoxina)
      +520 EXP





    [​IMG]
    Monte Genji (Kenzaburô; Zeng; Ujihisa; Terunobu)

    Siguieron avanzando y el sendero parecía normal y bastante tranquilo; sus decisiones eran bastante acertadas, y los estaban conduciendo por paisajes hermosos, cubiertos de verdor, incluso la paz se podía sentir por esa ruta.

    [​IMG]


    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      +350 EXP

    • PV= 100 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    • PV= 90 pv
      +350 EXP

    Kenzaburo= +500 monedas


    [​IMG]
    Monte Genji (Togashi; Yin; Taiyo)

    Los tres seguían esperando, atentos al cielo para salir de aquel lugar al anochecer.

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    • PV= 60 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +150 EXP

    • PV= 90 pv
      +220 EXP

    • PV=100 PV
      +250 EXP



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    Kamakura (Kirara; Riku; Hideyoshi; Misato y Heya)

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    Kirara sonrió ante Riku quien le ofrecía aquella katana —Lo agradezco Riku, de nuevo no tuvo cuidado con las armas y acabaron... pues... ya sabes, rotas — dijo recordando como había acabado el bakuto que usó Riku entrenando con ella.

    —Sígueme entonces — mencionó Kirara hacia Riku, tomando el arma sin guardarla por completo, pues su mano seguía muy lastimada.


    • PV= 100 pv
      -1 defensa (mal descansado)
      -3 defensa (veneno)
      +300 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV=58 PV

    • PV= 60 pv
      +270 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 60 pv
      +320 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 60 pv
      +470 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 40 pv
      -1 defensa (mal descansado)

    • PV= 60 pv
      -3 defensa (veneno)
      -1 defensa (mal descansado)
      +500 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

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    Herbolaria (Kuroki y Takano)


    —Un Taira...— repitió mientras clavaba aun más aquel objeto —Murai. Entonces si lo mordió una serpiente —miro a su hermano después soltó aquel objeto dejándolo allí clavado, dirigiéndose nuevamente a lavarse las manos a un cubo con agua cercano, sacudió sus manos y tomó una varilla de metal con firmeza para recargarla en el fogón, riendo un poco de la pronunciación de Kuroki ante el veneno de rana —Sus venenos son muy molestos, la batracotoxina fue idea suya ya hace unos años, y cada cierto tiempo aparece con un nuevo veneno, su mente es privilegiada.

    Dejó la varilla en el fuego, después regresó a sus cajones y buscó entre ellos vasos de cerámica, para después tomar uno dejando el cajón abierto y acercándose nuevamente al agua con carbón que tenía y recolectó el agua con gránulos de carbón en el vaso para extendérselo a Kuroki, para después salir unos instantes y regresar con un trozo de corteza de árbol en sus manos —Si estás en Kamakura, seguramente caíste en alguna de mis trampas, mis venenos no son mortales, bebe eso y trata de no vomitarlo— dijo mientras volvía por la varilla metálica que ahora la punta estaba al rojo vivo; para después colocarse nuevamente junto a Takano, extrayendo el objeto que había dejado clavado el cual se rompió al salir; para después sujetar la varilla con la punta ardiendo y acercarla al pecho de Takano, abrió su boca y le metió la corteza de árbol en la boca.

    —Ya es tiempo de despertar— dijo colocando la varilla en en el pecho produciendo otra vez un sonido siseante, el cual provocó que Takano se encorvara de dolor, mordiendo con fuerza la corteza; a lo que ella no dudó en reaccionar, empujando del cuello para que volviera a colocarse de manera horizontal —No seas llorón.

    Takano comenzó a toser para después mirar a sus alrededores confundido; mientras ella seguía cerrando la herida de su pecho con el calor. Takano se sacó la corteza de la boca, aun delirando un poco, pudo cruzar su mirada con la de Kuroki, no podía distinguir sus facciones pero el cabello blanco era inconfundible.

    —Me has hecho gastar materiales bastante escasos, así que espero pagues como es debido — mencionó ella hacia Takano quien aun no entendía bien las palabras.

    La mujer se acercó a Kuroki y miró el vaso, reiterando con sólo la mirada para que se lo tomara —Va a estar bien —miró a Takano y rió —Se me olvidó darle sake antes, pero al menos así no olvidará el dolor y pensara dos veces antes de enfrentarse a una serpiente.

    En ese momento, la puerta se deslizó nuevamente. Kirara entró arrastrando a Murai Sugita ante ellos, seguida de Riku e Inosuke. Miró hacia Kuroki para después ver a la mujer y por último a Takano, sobre la mesa. Kirara se incó y arrancó la saya de Murai, lo único que quedaba de su katana.

    —Soy Kirara líder del clan Fujiwara; supongo que tu eres la especialista en plantas — mencionó Kirara hacia la mujer mientras Inosuke olfateaba el lugar, iba a orinar en uno de los muebles de bambú pero fue espantado por un gran lobo, el cual le gruño y provocó que Inosuke saliera corriendo a esconderse entre las piernas de Riku.

    — Fujiwara...— mencionó la herborista quien se cruzó de brazos ante la actitud altanera de Kirara, tratando de no observar a Murai.

    — Esta es la saya de Murai Sugita, seguramente podrás extraer algo del veneno para poder ayudar a curar a Takano — Kirara le extendió la saya sin observarla demasiado, pues su vista estaba más enfocada a los movimientos de Sugita, el cual parecía comenzar a reaccionar.

    —Takano está fuera de peligro — le arrebató la saya para inspeccionarla, molesta de que no cubrieran la salida de esta, haciendo que gran parte del veneno se perdiera.

    —También vengo por un poco de medicina, fui envenenada en el bosque — mencionó Kirara, viendo como Riku no parecía estar bajo ningún efecto de veneno.

    La herborista miró a Kirara con desgana, para después avanzar hacia Takano nuevamente y revisar su fiebre; Kirara también se acercó sin dejar de arrastrar a Murai, observó a Takano y estaba dispuesta a seguir curando las heridas; pero sólo extendió la mano y recibió un golpecito en el dorso de esta de parte de la herborista —Tienes tacto tosco, no te has ni lavado tus manos —sostuvo la que claramente estaba hinchada —Y tienes una mano inútil, si haces algo en mi hermano sólo lo vas a empeorar; quédate quieta y espera. Me molesta la impaciencia.

    Kirara la miró extrañada —No sabía que Takano tuviera una hermana.

    —Shinrin — por fin se presentó, pero no miró a Kirara; miró a Kuroki para ver si ya se había tomado lo que le había dado. Mientras que Kirara, veía como Inosuke se seguía escondiendo entre las piernas de Riku.

    —Y no sólo se de plantas, también sé de medicina —dijo jalando su mano y reacomodando con fuerza los dedos, algo que Kirara no esperaba que hiciera, provocando que esta gritara de dolor. Shinrin se acercó con tablillas para inmovilizar su mano con un vendaje después de reacomodar las falanges.


    • PV= 55 pv
      -3 defensa (veneno)
      +550 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 50 pv
      +10 defensa (yoroi)
      +50 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura




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    Clínica (Natsu; Rengo y Kohaku)

    Rengo no evitó comprimir sus extremidades y facciones ante el dolor que provocaba aquello; fue tanto el dolor que terminó cayendo inconsciente, dejando que el trabajo de Natsu se facilitara un poco al final. Tenía ya tan poca energía que simplemente su cuerpo terminó relajándose, evitando sentir ese último golpecito con el dedo índice en su frente. Terminó sumergiéndose en un sueño profundo.

    Natsu no sólo había tratado a Rengo sino que se había ocupado de la enfermedad de Kohaku, una enfermedad que el había contraído hace ya unas lunas atrás al llegar a Iwakura, ese día que conoció a Rengo y este tuvo que cargarlo agónico a la clínica, ahora invirtiéndose las acciones.


    • PV= 55 pv
      +3 defensa (kabuto)
      -3 defensa (veneno)
      +200 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 50 pv
      -3 defensa (veneno)
      +100 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura

    • PV= 40 pv
      +220 EXP
      +500 EXP entrada a Kamakura


     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido seventeen k. gakkouer

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    Yuzuki Minami

    Lo noté, el hecho de que Tetsuo se había quedado fuera pero Shinko no, que me había prestado su silencio allí dentro de la casa, junto a mis recuerdos fragmentados, el dolor sordo y la tontería de llevarme una pieza del tablero de por sí incompleto. No fui capaz de decírselo directamente en el momento, pero se lo agradecía profundamente.

    En el fondo no quería estar sola.

    No con la dirección que comenzaban a tomar mis pensamientos.

    Cuando salí me siguieron y como les había dicho pronto estuvimos en la entrada de Kamakura, nos recibieron unos arcos cubiertos por wisteria, la que recordaba era la flor de los Fujiwara, y me quedé anclada mirando hacia el interior hasta que nos hicieron ceñas para acercarnos. Seguía desconectada, sobre todo ahora que estábamos allí en la entrada, así que cuando el que nos había hecho ceñas se acercó para atenderme casi di un respingo pero me dejé hacer en silencio, sin separar la mirada de la wisteria.

    Kirara y Taiyo están a salvo.

    Dioses, gracias gracias gracias.


    Noté la mirada de Shinko encima, luego sus gestos y le dediqué una sonrisa bastante apagada, pero no por ello deshonesta, mientras asentía lentamente con la cabeza. Era la venganza de los Fujiwara, era la mía a través de ellos por haberse atrevido a atacar a uno de los Harima y Murai iba a tener que desear piedad, porque estaba segura que iba a sobrar gente dispuesta a ejecutarlo cuando soltara lo que tuviese que soltar o dejara de ser de utilidad alguna.

    Pero en Kamakura la piedad no existía.

    Cuando Satou terminó de atenderme para seguir con Shinko me acerqué al muchacho, estiré las manos para tomar las suyas y las presioné suavemente, logré dedicarle una sonrisa algo más viva, cálida.

    —No hice el mejor trabajo como líder, pero te traje hasta aquí como le prometí a tu hermana y al menos sigues entero. —Dejé ir sus manos suavemente—. Gracias por no dejarme entrar sola antes, ya sabes, a la casa abandonada aquella.

    Podía quedarme allí esperando los demás, pero ya había cumplido con mi labor de traer a un equipo a las puertas y no me necesitaban para otra cosa, estaban sanos, no precisamente tranquilos, pero sanos y eso bastaba. Las noticias de Murai las daría el que nos había atendido, así que eso también estaba cubierto.

    —Pasaré directo a Kamakura —informé entonces para dejar el resguardo del pasillo.

    No puedo ya privarme más de mi derecho.

    Fue entonces que la vi, la sangre esparcida en el suelo y comprimí los gestos de nuevo, ya no sabía si porque solo haberla visto me arrojó su hedor hasta el fondo de la cabeza, o porque otra vez estaba conteniendo los deseos de soltarme a llorar como una niña hasta ahogarme. No sabía de quién era, si de Rengo, de Kuroki, de alguien que hubiese entrado antes o después que ellos, pero la cantidad que había indicaba una herida grave. Nadie podía durar mucho con una herida que causara semejante flujo de sangre sin recibir atención.

    Me acuclillé, deslicé los dedos encima de la sangre y solo con eso fue obvio que había pasado ya rato desde que la persona había sido herida y sacada de allí. No tenía la textura de la sangre recién derramada, tampoco su olor, de hecho era más fuerte por ese motivo. Y lo sentí, como una maldita corazonada, una maldición que parecían cargar mis palabras desde Shizuoka o quién sabe qué, pero lo sentí y quise convencerme que era mentira.

    Que podía ser la sangre de mi familia, de nuevo.

    Quiero volver a Kamakura y verlos a ambos vivos.

    ¿Cuándo iba a aprender a cerrar la boca?

    Me enderecé entonces, todavía con la sangre ajena espesa y ya fría bailándome en los dedos, y me anclé allí frente a la que estaba derramada en el suelo por más tiempo del que deseé realmente, como si quedarme ahí fuese a darme el poder de averiguar a quién pertenecía, para saber si debía desmoronarme ya, más tarde o seguir pretendiendo tener una fuerza que empezaba dudar tener realmente. Si debía tirar las piezas del tablero y dar por finalizada mi partida de shogi de una vez por todas.

    No sé de dónde saqué el impulso de dar el primer paso para poder alejarme de allí y desprenderme de la fuente directa de la peste que había estado creyendo sentir desde hace ya rato.

    —Gracias por la pintura de bienvenida —murmuré mientras avanzaba—, Kamakura.

    Si habían logrado arrastrar a Takano a alguna parte, debía haber sido a la herbolaria para ver si podían hacer algo por el veneno, así que era obvio a dónde iba a dirigirme.
     
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    rapuma

    rapuma Maestre

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    Kenzaburô

    —Takano es un hombre práctico. No pierde la energía en cosas como el tacto o un humor artificial. Quizá no sea el más parlanchín pero yo tampoco me considero un gran orador. Entiendo que no confíes y ahora también sé que Tetsuo es el que guarda más rencor ante él. Mmmh. —mientras caminaban por los paisajes se llevó la mano a la barbilla, pensando. —Pero te recuerdo que fue el padre de Kato y no Takano quién dio muerte al hermano del hijo de tu señor, Terunobo. No siempre la semilla crece igual al árbol; pero de lo que puedo estar seguro es que el ser humano no olvida. Nunca olvidamos, ¿verdad? Odiamos a generaciones pasadas de hombres de China, incluso a hijos de clanes enemigos que no conocemos de nada pero que debemos odiar por cosas que hicieron a gente que ni siquiera llegamos a conocer. Nadie perdona, nada queda impune. Así somos, engendrando odio.

    Expuso sus pensamientos en voz alta mientras finalmente parecía sentirse en paz, como si ese lugar le hubiera dado unos momentos de increíble jolgorio a su corazón. Respiró profundo y exhaló suave, el aire allí era puro.

    —Demonio carmesí. ¿Por qué el cartel señala que aún se encuentra aquí? ¿Querrá decir que Kato se convirtió en él al matarlo?
     
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    Monpoke

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    Riku
    (Herbolaria)

    Mis labios se tuercen en una mueca involuntaria al ver como Shinrin arreglaba la mano de Kirara. Delicadeza. Esa palabra parece no existir entre ninguno de las dos.

    Me agacho y tomo en brazos al asustado de Inosuke. Con tantos materiales naturales en la habitación, debe confundirlo con el exterior.

    Pero siempre elige los lugares más inapropiados para orinar.

    Dando una vuelta, contemplando la habitación, dando un vistazo a los diferentes recursos a la vista. Pero manteniendolo al mínimo para no parecer demasiado curioso.

    Por unos segundos me siento tentado a decir que puedo brindar algo de ayuda, considerando si llegan muchos envenenados. Logro contener ese impulso, tratar con esta Shinrin, presiento que sera complicado.

    Vigilaré a Murai mientras tanto. Aun debo ir en busca de un herrero, veré donde preguntar después por uno.
     
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