Kanagawa Kamakura

Armería Harima
[Satou; Kuroki; Kato; Ginko; Sora]

Sora corrió al instante a un lado de Satou; pero ya no podía hacer nada, las heridas era internas, muy severas para remediar. Satou se iba de este mundo mientras arrastraba su sangre en una plegaria para salvar la que aun vivía en Kuroki. Satou quedó junto a su hijo mientras él le dedicaba unas últimas palabras a pesar de que este había abandonado la vida; pero parecía como si su rostro mostrara una leve sonrisa con esas palabras de Kuroki, una esperanza...

望み​

Una saya familiar apareció frente a Kuroki a mano de Kato, quién la extendía hacia él.

Era Nozomi.​

—Toma tu arma; decide si continuarás el camino que ha elegido tu padre; o seguirás el propio. Estoy preparado para pelear. No quiero oir disculpas; excusas o palabras absurdas. Habla con el filo de tu arma; o calla con su saya. Decide como el hombre que eres, quita las lágrimas del rostro; levanta la frente y muéstrame tu resolución —La voz de Kato siempre tan monocorde, en su rostro ya no había la más mínima emoción; la sangre remarcaba sus facciones; la sangre seguía goteando lentamente, tanto en el filo de sus armas como en su propio cuerpo; empapando su pulcra vestimenta y cabello. Un carmesí digno de un Harima.

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• Kuroki
• Satou
• Kato

• 
  PV=80
  Fuerza= 13
  Protección= 2 + 10 [Yoroi simple (3/3)]
  Senki (miasma)= +20 de ataque [3/3 Habilidad activada]
  Agilidad= +2 defensa
  
• 
  Nivel: 5
  PV= Muerto
  Fuerza= 10
  Protección= 20
  Katana = +10 ataque
  
• 
  Nivel: 5
  PV= 32
  Fuerza= 20
  Protección= 10 -3 (batracotoxina) + 10 (yoroi)
  Katana Hi o Karuso (Mata fuego)= +20 (+5 en ataque sorpresa)
  Katana Kanzei (El deber)= + 20 (+4 en ataque sorpresa)
  

Contenido oculto

Gigavehl Slam

 

Ginko Harutomo

Al llegar, se encontró con la escena y no había ya nada que pudiera hacer por el padre de Kuroki. Lo vio morir y la caída del peliblanco le recordó a la reciente muerte de su tío. La misma impotencia, la misma inutilidad en la medicina, los médicos no podían curar la muerte. Tal vez por eso su tío habría estado investigando ese extraño libro, pero incluso él había perdido la vida mientras lo intentaba. Nadie se salvaba...

No obstante, el que podía salvarse de morir justo ahora y de la misma forma que su padre era Kuroki y aunque la decisión era suya, Ginko intentó alentarlo a hacer lo correcto.

—¡La saya! ¡Toma la saya!— le dijo levantando sus puños a media altura y ligeramente extendidos hacia adelante.

 

Ginko Harutomo

Una vez que Kuroki terminó sus palabras y comenzó a retirarse con el cuerpo de su padre, Ginko se dirigió brevemente a Kato para avisarle lo de la espada, con la esperanza de que él pudiera brindar alguna ayuda al respecto —Shi ha caído en manos equivocadas—

Luego del aviso, se apresuró hasta Kuroki y lo ayudó a cargar a su fallecido padre, pero en debido silencio. Ginko podía podía bromear seguido, pero nunca faltar el respecto...

 

Armería Harima
[Satou; Kuroki; Kato; Ginko; Sora]


—Jamás he subestimado a ningún oponente. No subestimé a mi padre; a ningún demonio carmesí, a ningún general, tampoco a ti o tu padre; mucho menos a Takeda. Soy un guerrero, estoy preparado para luchar en cualquier circunstancia, y morir si mi resolución es inferior. Cada pelea la recibo de la misma manera, con el honor de mi casta; con la fuerza de mi espíritu. Sea niño, sea mujer, un animal o un hombre quién ataque; pelearé hasta que mi sangre ahogue mi cuerpo. Y si rompo el espíritu de alguien en el camino; será porque su deseo por vivir es nulo; no porque he subestimado su potencial —dijo deslizando ambas katanas con fuerza para quitarles la sangre y terminar de envainarlas —Entierra a tu padre con libertad; que ante mis ojos sus acciones no fueron traición. Fue un guerrero, uno inteligente. Considero su muerte un desperdicio; no por los motivos de su lucha, sino la pérdida de su conocimiento.

Después, Ginko anunció lo de shi; Kato miró a Sora quién afirmó —Kyogi

—Espera; yo te acompañaré —mencionó Sora con preocupación.

Kato avanzó hacia la salida de la armería y Sora detrás de él alcanzando a Kuroki y Ginko antes de salir; Sora dirigió la mirada a Kuroki — Si el arma te domina a ti; tendrás que enfrentarte a la muerte a manos de alguien que buscaba ayudarte, o enfrentarte a una vida condenado a culparte por la muerte de quien quiso salvarte. Acepta este consejo sin soberbia ni avaricia —colocó su mano en la cabeza de Kuroki, una caricia maternal —Que tu fuerza sea sólo tuya, no prestada. Las deudas siempre se pagan, de un modo u otro —separó su mano de Kuroki para llevarla a su frente —Desconozco las consecuencias del arma que traes; sé prudente.​

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Con ello, Sora salió siguiendo a Kato; una nueva misión.

Contenido oculto

Gigavehl Slam

 

Ginko Harutomo

Luego de ayudar en el traslado y entierro del cuerpo, Ginko esperó a que el improvisado rito fúnebre acabara para volver a hablar.

—Si van tras la espada, quiero ir con ustedes...—

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re pesado con la espada, se murió un tipo che xdd

 

Armería Harima
[Satou; Kuroki; Kato; Ginko; Sora]

La ceremonia personal de Kuroki había terminado, una despedida a un padre desesperado; uno que si saber, había dejado algo a Kuroki, un conocimiento que le permitía saber que no se encontraba solo, aun tenía alguien de su sangre y ahora podía ir tras ella, pues sabía que ella también merecía saber la verdad.

Sora y Kato avanzaron nuevamente a Kamakura; Ginko no tardó demasiado en encontrarles, pues a pesar de que Sasaki era alguien más ortodoxo en sus métodos que Ujihisa, no negaban ser hermanos; había logrado paralizar a Kato, quién iba a irse sin ser atendido; algo a lo que ya estaba acostumbrado por el paso de los años.

Clínica
[Ginko; Sasaki; Kato; Sora]

—Shinrin inventó esta técnica; su propia hija — mencionaba Sasaki mientras suturaba las heridas en Kato quien permanecía inmóvil —Siempre fue una niña muy inteligente; sus métodos no fueron los más... amables; pero así avanza la medicina —dijo mostrándole las agujas y el frasco de bufotoxina —Siempre hay un paquete de estos de emergencia; tú ya sabes como curar este tipo de parálisis; pero por favor no lo hagas, este hombre necesita descansar.

—Estás dándole al enemigo un sol de ventaja — dijo Kato a sorpresa de Ginko.

—Si, puede hablar a pesar de la parálisis —mencionó Sasaki para después mirar a Kato — Si no curo el veneno en este momento, tendrás consecuencias el los años siguientes —comenzó a colocar las sanguijuelas en su cuerpo

Contenido oculto

Gigavehl puedes ir a Nagoya antes de que inicie el nuevo día o hasta el siguiente (un post para ello) si decides ahora, en tu último post tira un d10 de movimiento
Slam Kato se irá al día siguiente con Sora y contigo (un post para ello)

 

Ginko Harutomo

Kuroki le había extendido una katana que el médico tomó sin rechistar, no eran lo suyo las armas con filo, pero quizás había conseguido un souvenir para alguno de los Asakura...

Luego de escalar con la ayuda de Kuroki, le agradeció y separaron sus caminos, pues el chico debía ir al castillo a atender sus asuntos. Ginko, en cambio, se dirigió a la clínica. Allí se reencontró con su padre junto a Sora y Kato.

—Qué método anticuado, padre— mencionó al ver las sanguijuelas que se usaban en la medicina desde hacía ya miles de años —¿Realmente funciona?— preguntó algo incrédulo, pues jamás las había utilizado.

—¿Y cómo es que Kato puede hablar a pesar del veneno? Cómo sea, necesitaremos esa fuerza de voluntad si queremos destruir a Shi...—

Por su parte, ya estaba listo para salir a buscarla o hacer algo al respecto... De hecho, hacía bastante que ya estaba listo y jodiendo con los mismo. Pensaba que era un asunto que no podía postergarse más tiempo.

Contenido oculto: MOVIMIENTO

En cuanto esta gente esté, Ginko partirá (no sé si debía tirar dado ahora, pero ya lo hago por si acaso)

 

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El rol de Kuroki continúa en Fuji

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Kuroki había partido a un lado de Shiori, mientras Ginko esperaba que Kato se recuperara de la bufotoxina. Sasaki le explicaba a su hijo que Kato parecía crear una especie de inmunidad a la bufotoxina; pues Shinrin le había suministrado ese veneno por muchas estaciones para poder perfeccionarlo y a su vez, curar a su familia si esta no se dejaba atender sus heridas.

El día transcurría y parecía que sería una noche como cualquiera; pero una visita hizo que el silencio de Kamakura se desvaneciera; en las calles se escuchaba a la gente hablar; el estoicismo de aquel lugar se perdió, los aplausos se hicieron presentes. Un nuevo ánimo se respiraba en Kamakura.

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—Te lo dije; Tsubaki... — decía Takeda mirando hacia la gente —Este es el sitio que me debería haber visto nacer. En Kioto perdí todo lo que pude haber tenido aquí; mi vida, la de Takano; Shinrin; Jiin; Rengo e incluso la de Yuzuki y los Asakura pudo haber sido tan diferente si mis padres hubieran permanecido en esta tierra. Tal vez ellos... mis hermanos... Obata...—sonrió y negó—... pero si eso hubiese sucedido; no hubiera conocido a mi maestro, Hiro. No tendría esta nueva familia bajo mi apellido. Seríamos tan ignorantes, tanto que el fuego nos hubiera consumido tarde o temprano sin que nos pudiéramos dar cuenta.

—El privilegio te vuelve ciego —mencionó Tsubaki mientras avanzaban entre la gente

—Y la injusticia te vuelve sabio — la voz de Takeda era firme.

Ambos avanzaron hacia el castillo; dónde ya se encontraba Kato preparándose para partir, del mismo modo lo hacía Ginko y Sora.

Kato y Takeda se miraron; el silencio fue absoluto por momentos que parecieron eternos.

—Ahora que sabes dónde estoy ¿Qué planeas hacer?— La pregunta de Kato hizo sonreí a Takeda; era la misma pregunta que le hizo cuando se vieron por primera vez en Kamakura. Y de la misma forma, Takeda sujetó la empuñadura de su katana; Ginko la reconocía bien, era la katana de Kenzaburo, la que él dio a Takeda.

—Imponer mi presencia ante ti— la voz de Takeda no era trémula; su mirada no era de miedo.

—No estás en condiciones de retarme — mencionó Kato observando la falta de su brazo derecho, la ausencia de Genji —Te lo dije antes; debiste haber escuchado. No naciste para ser guerrero.

Volvían a ser palabras parecidas a su primer encuentro; y de igual modo Takeda desenfundó su katana; esta vez Kato no logró desarmarlo y el filo de la katana quedó frente al rostro de Kato.

—Pero me he convertido en uno —volvió a enfundar a Todai, aquel acto seguramente tendría sonriendo a su antiguo portador — No soy el guerrero más fuerte; tampoco soy el más rápido, mucho menos el más inteligente. Pero fui el primero en decidir levantarme en contra de Akishino, eso me da la valentía que muchos carecen. Eso me permite cargar con el nombre Minamoto con orgullo.

Kato lo observó en silencio unos momentos, esperando que la mirada de Takeda flaqueara de algún modo, un indicio de debilidad ante su actual condición; Kato sabía que podría derrotarlo fácilmente, su brazo perdido se había convertido en un nuevo obstáculo, y no sería uno sencillo de superar; pero la mirada de Takeda se mantuvo desafiante, segura. —Tu resolución es suficiente.

La tensión en el ambiento se fue disipando lentamente. Y fue Tsubaki el primero en romper el silencio.

—Tienen nueva misión por lo que veo— la voz de Tsubaki fue inquisitiva; pues tanto Kato como Ginko y Sora, se estaban preparando para partir antes de que ellos llegaran.

—Shi ha caído nuevamente en manos de una rival que creíamos había muerto; Kyogi— respondió Sora

—¿Buscan seguir el rastro de aquella mujer? —preguntó Takeda a Sora —¿Eso les es posible?

Sora afirmó.

—Iremos con ustedes — declaró Takeda

—Mi señor... —inició Sora para intentar persuadirlo de desistir de tal plan; pero Takeda la detuvo al instante.

—No permitiré que se repita la masacre de Utsunomiya — las palabras de Takeda alertaron a Sora, con eso entendió que no lo haría cambiar de parecer —Es nuestra prioridad detenerla —miró a Kato — con ello ayudaremos a Kohaku y Rengo —después miró a Ginko —No podemos perder más tiempo.

"Chikusa... hoy entrego mi resolución ante ti cómo evidencia en tu recorrido en el Meido. Que observe el Rey Taizan en tu juicio todo el bien que has hecho. El mala que me has dado está protegiendo a alguien más, tu benevolencia es prueba constante del bien que has dejado en esta tierra... por favor... trasciende. Yo estoy bien, ya no debes preocuparte. Gracias... mi amigo"

Pensó Takeda mientras juntaba sus manos en una oración.

 

Ginko Harutomo

—Hmm ya veo... Mitridatismo, también es antiguo, pero eficaz ¿No ves que yo hago lo mismo para que no me envenenen con opio? No deberías criticarme tanto, padre— le lanzó una pequeña broma, mientras esperaban a que Kato se recuperara. Obviamente, al ser médicos con los mismos principios, padre e hijo pensaban que debían pasar la noche con sus pacientes. Por ende, Ginko se sentó en el suelo de la clínica y esperó recostado contra una pared, quedándose entredormido en el proceso.

Más tarde, lo despertó la ovación de la calle y vio a todos preparándose para salir. En ese momento, Takeda hizo acto de presencia y Ginko sonrió ante la siguiente demostración de valentía que hizo frente a Kato, realmente Takeda le caía muy bien...

Luego se incorporó de un salto al oír lo de la misión y ver la mirada de Takeda posarse en él —¡Takeda-san!— lo saludó con una leve reverencia.

—Estoy de acuerdo y me alegra tener al líder Minamoto con nosotros en esta misión. No te dejes engañar por tu vista, Sora, Takeda está más entero que nunca...—

 

Takeda también saludó a Ginko —Y es muy en parte gracias a ti que pueda acompañarlos hoy —dijo hacia Ginko con una sonrisa — Sin tu ayuda en Sado; seguramente hubiera muerto, o estaría en manos del enemigo —comenzó a reírse, esta vez fue porque recordó cómo Ginko planeaba terminar de cortarle el brazo; fue una risa algo nerviosa.

—Conozco ese tipo de risa — mencionó Sasaki ante Ginko; no necesitó preguntarle nada, entendía que a veces los pacientes se demostraban algo nerviosos ante sus médicos —Jiin y su familia no pueden quedarse sin médico en Kamakura; así que tendrás que cuidar de ellos —colocó la mano en el hombro de Ginko y dio dos palmaditas —Buen viaje — culminó Sasaki para despedir a Ginko.

Los Harutomo eran... únicos.

Y de ese modo, emprendieron su viaje.

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El rol de Ginko continúa en Hamamatsu​

 

Momoka Ashikaga

La impotencia que cargaba al no haber sido capaz de ayudar en la batalla contra los demonios carmesí era algo que ya no podía seguir ignorando, poder ayudar con la salud de mis compañeros ya no parecía ser suficiente, pero ante todo debía saber mantener la calma e ir solucionando mis prioridades paso por paso. Sin un arma encima, entrenar se tornaba algo complejo, pero no por ello imposible. Como fuera, los diversos acontecimientos nos llevaron hasta Kamakura, que al menos era un beneficio para el resto de mis acompañantes, por más que a mí me alejara aún más de casa. Nos recibió gente relevante de la ciudad que veía por primera vez, no era de extrañar al ser acompañados por Kato, había escuchado su nombre y el de Kamakura un par de veces antes, conocidos por su implacable fortaleza. Me presenté a las nuevas caras tan solo con mi nombre "Momoka", sin ánimos de relevar mi apellido. Nos había pillado una lluvia en el viaje que terminó por mermar la energía de todos, por fortuna los médicos de la zona nos atendieron con medicina. Por mi parte pedí permiso para ausentarme y poder descansar, cosa que me llevó casi todo el día, pero al menos había recuperado casi todas mis fuerzas. Pedí prestada alguna yukata para poder limpiar mi kimono y terminó por darme la noche antes de poder volver a colocármelo. En ningún momento me topé con Sho y al parecer el joven Kuroki junto a Shiori habían emprendido otro viaje, el tiempo no les daba para holgazanear, debía tomar el ejemplo. Una vez lista peiné como pude mi cabello y me dispuse a salir del recinto.

No veía mucho sentido ir a la armería, por más que pudiera agradar al armero me parecía imposible que me dieran algo a cambio de las pocas monedas que cargaba encima, así que decidí ir a la herbolaría, pues con suerte conseguiría hacerme de algo al alcance de mi presupuesto. Una vez de regreso hablaría con Sho para ver qué tenía planeado hacer, y de paso aclararme a mí misma cuál camino seguir.

Contenido oculto

Ahhhh, luego de tantos meses, aquí de vuelta (?) Y me voy a la herbolaría uwu

 

Herbolaria
[Momoka; Sasaki]

Un hombre fue quién la miró al entrar a la herbolaria; parecía que estaba organizando un poco el lugar.

—Ha decidido acompañar a los vivos —dijo aquel hombre.

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—Mi nombre es Sasaki Harutomo; fui yo quién los atendió cuando llegaron a Kamakura; llegaron junto con el joven Kuroki, él y Shiori han salido de Kamakura; pero el joven Sho aun está aquí, unas jovencitas lo estaban convenciendo de ir a Minami con ellas —informó.

Contenido oculto

Mori bienvenida de vuelta! :3

 

Momoka Ashikaga

Entré a la herbolaria con suavidad, era una alegría que siguiera abierta a estas horas, pues me era conveniente. Una vez dentro, el encargado me recibió con unas palabras... algo peculiares, ¿se dirigía a mí? No había nadie más, así que asumí que sí. No demoré en reconocerle y él lo confirmó de inmediato, fue el doctor que nos ayudó apenas llegamos a la ciudad.

—Gracias por su ayuda —concedí con una sonrisa una vez estuve cerca, para luego fijarme en todo lo que tenía a mi alrededor—. Oh... Gracias también por la información...— Entonces, cierta preocupación me cruzó el rostro, conectando sus palabras con las anteriores— ¿Los chicos han ido a un lugar muy peligroso? —dejé escapar el aire contenido por la nariz, para luego negar con las cabeza, buscando despejar mi mente—. ¿Sho conoce a esas jovencitas? —seguí llenándolo de preguntas, para luego recordar qué hacía aquí— ¡Oh, cierto! Quería saber sí tenía alguna receta de antídotos a la venta —indagué con una suave sonrisa.

 

Herbolaria
[Momoka; Sasaki]

Sasaki bajó sus hombros, relajándose al notar que parecía que Momoka tenía buen ánimo y energía; se había comenzado a preocupar que la dosis que les había dado fuera peligrosa, pues no se habían movido demasiado — Todo Japón es peligroso en estos momentos; el fin de una era siempre termina en guerra —dijo guardando instrumentos que había terminado de limpiar —El joven Sho no las conocía; pero ya las conoce, son chicas de confianza si eso es lo que te preocupa; son descendientes de la familia Minami; grandes aliados nuestros; es por ello que van a aquella ciudad —después miró a Momoka directamente —Y no tengo nada a la venta; pero...—le mostró una hierba de manzanilla —¿Te gustaría preparar un medicamento? —le extendió la hierba de manzanilla y así ver si Momoka sabía hacerlo.

Contenido oculto

Mori

 

Momoka Ashikaga

Dejé escapar el aire por la nariz, con una pequeña mueca en el rostro, desalentada. Tenía razón en sus palabras, sería muy ingenuo que algún lugar pudiera librarse de las repercusiones de la guerra, por lo que solo me quedaba desear el buen por venir para el par de jóvenes. De todas formas, fue suficiente el poco tiempo que estuve con ellos para confiar en que serían huesos duros de roer.

—Oh, entiendo —afirmé a la información sobre las Minami. Sho no tenía maestría en la espada, ¿cierto? Puede que ir hasta Minami fuera la mejor opción para él, incluso podrían brindarle más ayuda de la que yo fuera capaz en estos momentos, con tan pocas monedas encima y desarmada. Entonces, Sasaki me ofreció manzanilla y el asombro no se hizo de esperar en mi rostro—. ¡Oh! ¿En serio? Gracias, encantada de intentarlo —acepté con una sonrisa, agarrando con cuidado la manzanilla. Me posicioné ante los instrumentos para preparar la medicina y una vez ahí mi rostro cambio a uno de total seriedad, ¡qué vergüenza daría fallar!

Entonces, sin prisas y con la mayor precisión que podía permitirme, comencé a elaborar la medicina.

>>Ah, cierto, ¿Hay alguna manera de enviar una carta desde acá, señor Sasaki?