Kanagawa Kamakura

Ginko Harutomo

Incluso a pesar de la atmósfera de duelo que se había generado entre los Harutomo, a su manera, Ginko no pudo evitar sonreír cuando escuchó lo de la inmortalidad —Sólo a él se le ocurriría...— exclamó a sabiendas de la extravagancia de su tío —Pero tienes razón, solía acertar con sus corazonadas. Y si así no fuera, era su deseo desenmarañar este misterio y me gustaría tomar el legado... si me permites conservar el libro, claro ¿Ese sacerdote también vivía en la capital? Sería bueno poder contactar con alguien que haya vivido en Kioto y pueda saber más de esa historia... — comentó mientras seguía ojeando el libro, miraba algunas páginas a contraluz y demás, pero no encontraba nada extraño.

—Por cierto, necesito plata para pagarle a los emishi que me escoltaron— le soltó sin anestesia, siendo médico... ahí estaba el chiste.

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viejo, si no me vas a dar mi viaje a Disney Kioto, por lo menos te voy a manguear unos pesos (?

 

Habitación médica
[Ginko; Sasaki]

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Sasaki escuchó a Ginko hasta el final, lo miró directamente sorprendido de que la manutención que Ginko recibía no le era suficiente —Yo me encargaré de pagarles — empujó el cuaderno delicadamente hacia él —Considéralo una herencia; no sé si debas inmiscuirte en esos temas; pero sé que no podré detener tu curiosidad así como tampoco frené la de mi hermano — de su cuello descolgó algo y también se lo entregó a Ginko

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—Es mi Inro; que al menos esto mantenga en orden tus medicamentos, es mala presentación que sólo los lleves en tu ropa. Y Ginko... no lo uses para guardar tus estupefacientes —cerró los ojos —Kioto... de nuestros aliados; sólo Takeda y Kirara vivieron allí; y eran unos niños... dudo que puedan ayudarte —Abrió los ojos, como si ya hubiera terminado de revisar su memoria a ojos cerrados — Sea lo que hagas, procura no inmiscuirte demasiado en temas que sobrepasen tu área de conocimientos...

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Slam

 

Ginko Harutomo

— Ay papá...— exclamó Ginko al recibir ese lindo Inro, junto a la indicación de no usarlo para guardar opio —No te prometo intentarlo, pero intentaré intentarlo— le agradeció a su manera con una leve sonrisa de complicidad.

—Lo tendré en cuenta— le respondió después —Últimamente está siendo mi principal temor, aquello que sobrepasa mi comprensión...— hizo un breve silencio donde pareció mirar para sus adentros y luego realizó una reverencia —¡Gracias por todo!— se despidió, mientras se le cruzaba por la mente que ahora su padre se quedaría sólo, con el peso de la muerte de Ujihisa —Trata de mantenerte entero y guardar la compostura, incluso en soledad, así estarás a salvo de desmoronarte. Seguramente lo sepas mejor que yo, pero si aún así se torna complicado, mándame a llamar para que te haga compañía—

Le dedicó esas últimas palabras al marcharse, mientras abría las puertas del despacho y se dirigía a los emishi.

—Adentro les pagarán por sus servicios ¡Lo han hecho genial!—

Ahora quedaba irse de Kamakura y si bien no haría caso de todos los consejos que le había dado su padre, sí sería el caso del último. Kyoto podía esperar, lo sobrepasaba, así que antes iría a algún lugar donde pudieran necesitar de los conocimientos que ya poseía.

Contenido oculto: MOVIMIENTO

Por lo pronto, Ginko sale del castillo hasta que me decida bien si voy a viajar y a dónde xP

 

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Habitación médica
[Ginko; Sasaki]

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Sasaki se quedó prácticamente paralizado al ver como su hijo se iba con tanta premura; sólo le quedó sonreír, recordándole a su hermano. Miró la katana.

Fue en ese instante que los emishi entraron a la habitación —Nos ha mencionado Ginko que usted nos pagaría.

Sasaki dejó escapar una risa sin dejar de ver el arma que perteneció a Ujihisa —Parece más un hijo tuyo... Cuida de él en espíritu.

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Kamakura
[Ginko]

Ginko salió del castillo y comenzó a caminar por las calles de la ciudad. Iba algo distraído, tal vez ensimismado con sus pensamientos. Oki y los demás emishi se habían quedado atrás en el castillo; por lo que Ginko pudo explorar un poco la ciudad. Su exploración lo llevó a cruzar nuevamente el puente parcialmente destruido para llegar a dónde se levantaba el viejo dojo.

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Ginko avanzó entre el pasto alto, algo intrigado con aquella estructura; pero su distracción lo hizo caer, y al abrir los ojos, notó que había caído profundo; no sólo había caído en la alta pastura, había caído a un hoyo, la tierra se sentía fresca y se veía que había sido cavada de manera rudimentaria. Varias raíces entrecruzaban en aquel hueco.

Ginko miró hacia arriba y encontró un pequeño rostro que lo observaba.

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—¡Atrapado!—gritó el pequeño niño que sostenía una pala. Después, sin decir nada mas, con su pequeña pala comenzó a arrojarle tierra encima, cubriéndolo poco a poco.

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Slam
El hoyo no es tan profundo como para que Ginko no se sujete de una de las raíces y salga de él por su cuenta. A menos que quiera hacer otra cosa.
También puedes tirar un dado de 20 para ver si encuentras algo 15 o superior.

 

Ginko Harutomo

Al salir del castillo, por fin había podido encender su pipa y comenzó a caminar lentamente sin un rumbo previsto, simplemente gustaba de desplazarse mientras fumaba...

Su paseo lo llevó hasta el dojo; una construcción antigua pero con bellas formas y colores otoñales, que sumado al opio volvía todo más onírico. Sus paseos alucinógenos nunca lo decepcionaban, pero como siempre, lo difícil era volver de ellos.

Esta vez, por estar en babia había caído en un pozo y encima alguien le tiraba tierra con una pala desde arriba ¡Querían enterrarlo vivo!

—¡Guardaespaldas!— gritó, pero los emishis estaban lejos. No obstante, tras recuperarse un poco del golpe y del colocón, comprendió que sólo se trataba de un niño con una mini palita. Así que se incorporó y salió del pozo.

—¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?!— lo regaño sacudiéndose y tosiendo un poco de tierra —¡No soy un cadáver! Aunque lo parezco porque mi piel es delicada y no puedo tomar mucho sol...—

 

Kamakura
[Ginko]

Ginko salió del hoyo con un poco de tierra encima; pero no había sido difícil salir de allí. El niño lo señaló espantado; como si aquella acción fuera a alejar a Ginko —¡Hablas! — le lanzó la pala; la cual chocó contra el pecho de Ginko sin causar daño alguno, el golpe fue casi imperceptible.

—¡MAMI!— Gritó el niño corriendo al dojo.

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Slampuedes seguir al niño al dojo si lo deseas, o ya irte

 

Ginko Harutomo

Atajó la palita con ambas manos, luego de que chocara en su pecho y tras levantar la cabeza, vio como el niño huía —¡Espera! Olvidaste tu arma mortal— le gritó y lo siguió hasta el dojo —Hasta es más inofensiva que mi espada de madera...— se dijo para sí riendo, mientras ingresaba al edificio...

 

Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

Ginko entró al dojo siguiendo al pequeño; en el interior estaba él con una mujer a la cual abrazó de las piernas y se escondió detrás de ella. La mujer miró a Ginko.

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—Maestro Haru...—mencionó hasta inspeccionar bien el rostro de Ginko, al parecer lo había confundido con Sasaki. La mujer cubrió al pequeño al notar que aquel hombre era un desconocido.

—¿Quién es usted? —preguntó con calma, notando que en sus manos estaba la pala de su hijo —¿Este es el hombre pálido y atemorizante del que has estado hablando? —preguntó hacia el niño y luego volvió a ver a Ginko, no podía creer que se tratara del hombre de las pesadillas de su hijo; observó que llevaba un arma de madera por lo que relajó sus hombros.

El niño negó —Este es otro mami; también salió del hoyo. Hay que taparlo, crecen como pasto.

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Slam

 

Ginko Harutomo

—Ah, hola...— exclamó al encontrar a la madre del niño dentro del dojo —Mi nombre es Ginko Harutomo de los Asakura— se presentó con una leve reverencia —Sólo estoy de paso por aquí, lamento si te asusté...— se dirigió después al niño, extendiéndole la palita para devolvérsela.

—¿Estás teniendo pesadillas o lo que mencionas es real?— se inclinó un poco para colocarse a la altura del niño y oír su testimonio, intrigado por las cosas que decía. Ginko ya había presenciado sucesos extraños antes, se podía permitir creer...

 

Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

—Un Harutomo más—mencionó la mujer con una sonrisa, pues entendió el parecido —Mi nombre es Kotono; soy la esposa de Jiin —hizo una leve reverencia, y luego señaló al niño que seguía escondido detrás de ella —Y este es nuestro hijo; Yorokubi.

El pequeño salió y se acercó a Ginko para tomar su pala —Es real, un hombre grande salió de ese hoyo

Kotono miró a Ginko —Tuvo pesadillas por un largo tiempo.

Yorokubi negó —No era sueño. No hablaba. Y cuándo volteó... —Yorokubi cubrió su rostro con sus dos manos — llevaba máscara fea

—Sora te mencionó que fue un sueño; deberías hacerle caso a tu maestra —aclaró Kotono a Yorokubi quien se cruzó de brazos molesto. Kotono acarició su cabeza para calmarlo.

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Slam

 

Ginko Harutomo

—Ahh, eres discípulo de Sora... estuve con ella hace unas horas y es muy sabia, seguro te enseña bien— le comentó con una sonrisa a ojo cerrado —Pero podríamos darle una chance a tu relato, te sorprenderían las cosas irreales que he visto y la mayoría resultaron ser ciertas— comentó, mientras se volvía a incorporar erguido y se dirigía a la madre —También soy médico como mis familiares, así que si son simples pesadillas, igual podría recetarle algo que ayude— pero antes quería investigar...

Volvió a inclinar la vista hacia el niño y colocó sus brazos en la cintura —Pero cuéntame... ¿En qué circunstancias y cuándo se te presentó esa aparición? ¿Era de noche? ¿Tú qué hacías? Quizás si vamos al mismo lugar a la misma hora...— sugirió como una posibilidad. Si era alguien que había caído en el pozo igual que él, hasta quizás corrían con la suerte de que hubiera perdido algo en el tropiezo y volviera a recuperarlo...

 

Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

Kotono lo miró —¿Hace cuánto llegó a Kamakura? No lo había visto — Dijo con una leve reverencia en disculpa —Seguramente un buen té podría ayudarlo a dormir mejor.

Pero Yorokubi negó; y cuando Ginko le preguntó nuevamente, apretó de su ropa, hizo un mohín y después bajó su mirada para mirar sus manitas; bajó un dedo, luego otro y así hasta bajar seis. Luego bajó los cuatro restantes para levantar los seis que había bajado, mostrándoselos a Ginko—Hace estas lunas— Habían pasado seis lunas desde que vio a ese espectro, de noche; mientras mantenía sus manos levantadas, la manga de su ropa se deslizó en sus antebrazos; y notó que el pequeño tenía amarrado un talismán en la muñeca, el cual permanecía perfectamente oculto entre sus prendas en estado natural.

—Es que él-...— mencionó Kotono, no quería hablar al respecto, se notaba algo incómoda —La señora Tachibana nos ha mencionado que no es nada de que preocuparse por lo que ha visto Yoro; lleva ya varias lunas cuidando de él, esperando encontrar lo que él ha visto. Al principio se notaba intrigada por ello; pero al ver que no había nada, comenzó a creer en la maldición que tiene Kamakura... una que dicen los locales que provoca pesadillas.

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Slam

 

Ginko Harutomo

—Llegué hace muy poco y me dirigí directo al castillo, necesitaba ver a mi padre...— contestó de pasada, sin dar mayores detalles de su visita —Y en efecto, cuanto más profundo sea el sueño, menos chances de tener pesadillas. El té es una excelente idea, mi recomendación es hervir en agua unas pizcas de cilantro, comino e hinojo y proporcionarle la preparación una hora antes de que se vaya a dormir. Ni el opio lo dormirá mejor, se lo digo por experiencia—

—De todos modos, me gustaría hablar con Sora— mencionó tras escuchar a Kotono —¿Ella volverá hoy? De ser así, investigaré esa tumba mientras la espero, si no tienen inconveniente con eso... ¿Quieres ayudarme a buscar pistas?— le propuso a Yorokubi. Si lo que el chico había visto era real, la criatura había decidido no atacarlo y Ginko se preguntaba si la razón de eso podía ser el talismán que logró ver en su muñeca. Sin embargo, prefería interrogarlo en privado, sin que su madre estuviera echando por tierra las creencias del niño y encontrando la explicación a todos sus relatos en simples sueños.

 

Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

Kotono afirmó —Ella duerme en el santuario todas las noches; pero si deseas verla seguramente estará con Jiin en el castillo— después comenzó a repetir los ingredientes que Ginko le había dado en voz alta para guardarlos en su memoria.

Yorokubi se aferró de la ropa de Ginko y afirmó sacudiendo su palita al aire.

—Yo los estaré observando en la escalinata del dojo —mencionó Kotono.

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Mientras volvían hacia dónde estaba aquel hoyo, Yorokubi mantenía su pala al aire, cómo si estuviera lista como un guerrero con su espada —¿Por qué sólo tienes un ojo? — La honestidad de los niños siempre resultaba invasiva; y por la altura de Yorokubi, podía ver perfectamente debajo del flequillo de Ginko.

El hoyo seguía igual, un poco sacudido de tierra por la caída de Ginko. Yoro bajó agarrándose de las raíces que sobresalían de las paredes de la tierra; a sorpresa del médico, el niño era un hábil escalador. Se hincó y comenzó a cavar.

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Slam puedes cavar con tus manitas. Tírame un dado de 20
15 y superior obtienes algo de valor.

 

Ginko Harutomo

—Está bien, investigaré el hoyo y luego iré a buscarla, te lo agradezco— le dijo a Kotono y caminó unos pasos más, junto a Yorokubi, hacia el lugar.

—Ahh, lo perdí en un enfrentamiento...— respondió acerca de su ojo —...o más bien evitándolo; el mejor guerrero es el que logra evitarse la pelea— sonrió ante la curiosidad y frontalidad del chico —Lo oculto para no asustar nadie, pero tú eres un niño valiente— le comentó observándolo empuñar la palita —De hecho, la criatura que mencionas no te atacó, ¿habrá sido por tu talismán?— le preguntó, mientras también se ponía a buscar algún rastro o pista de interés...

 

Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

Yoro miró a Ginko cuando contaba la historia de su ojo —Papá me enseña a pelear —dijo picando con su palita una de las raíces que salían de la tierra —A mi no me da miedo —dijo señalándolo con su pala; al parecer, aquel objeto era ya uno con su brazo; después bajó su letal arma para contestar sobre aquel ser que no le atacó.

—¿Esto?— mencionó levantándose su manga con algo de torpeza — No sé. Yo me acerqué y le hice así... —dijo sacudiendo sus manitas de un lado a otro —No hizo nada y le gritem, y no me habló — sonrió para después observar como Ginko escarbaba, Yoro lo imitó, pues creía entender lo que buscaba y cuando lo encontró lo extendió con su mano.

Eran lombrices.

—A mi también me gusta buscarlas; embeces salen hormigas y me pican— dijo con errores al hablar; pero muy seguro de cómo lo decía. Yoro sostenía aquellas lombrices con tal naturalidad que indicaba a Ginko que él sólo parecía cavar por mera diversión.

Pero Ginko siguió escarbando y encontró algo.

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Era un arma carmesí; y su saya tenía dos talismanes como los que tenía Yoro en su muñeca.

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Slam ¡Has encontrado a shi! Puedes realizar una exploración alrededor de aquel hoyo, así como el rastreo que hiciste en Sado. Sería para encontrar algún otro detalle, de la misma manera, un dado d20, obteniendo 15 o superior encuentras algo.

 

Ginko Harutomo

Hablaba con Yorokubi, mientras escarbaba, hasta que encontró algo más que lombrices.

—Mira, tiene talismanes como el tuyo— le dijo al chico, señalando la katana que acababan de descubrir —Tal vez le pertenecen, ¿me lo permites para ver si le queda?— le pidió permiso —Y además... ¿Me harías un favor? ¿Podrías mandar a llamar a tu maestra, mientras termino de investigar la zona?—

Una vez se hubiera marchado el niño, continuaría con la inspección del lugar.

Hecho esto, sacó un trapo de entre sus cosas y lo utilizó para tomar el objeto, sin tener que hacer contacto directo con el mismo. Lo primero que haría sería tratar de colocarle el tercer talismán.

—Aquí vamos de nuevo...—el destino se empecinaba en que portara espadas que jamás blandiría.

 

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Dojo
[Ginko; Yorokubi; Kotono]

Yorokubi afirmó; se quitó el talismán y entregó a Ginko para después salir corriendo hacia el castillo. Su madre al verlo salió corriendo detrás de él.

Mientras tanto Ginko se quedó esperando.

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El sol llegaba a su cénit; y aun no regresaba Yorokubi. Si este hubiese ido solo se podría creer que se había perdido o distraído en el camino; pero Kotono lo había seguido, por lo que no era posible que aquello sucediera.

Lentamente apareció Sora junto a Yorokubi, portaba una indumentaria distinta a la que habías visto por la mañana.

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Al verte sonrió —Yoro me ha dicho que me buscabas

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Slam