Kanagawa Kamakura

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Afueras de Kamakura

La preocupación del general era completamente entendible. Hideyoshi no quería parecer desatento, más bien al contrario quería mostrarse comprensivo con la situación y miedos de los aliados que habían ganado.

—General Michizane, la idea es que nuestro estratega del clan diseñe el plan de guerra contra los Taira. Usted puede quedarse tranquilo en un aspecto, los Minamoto no abandonarán a nadie, pero el plan debe ser preparado de manera inteligente. Todos nos sentimos con la soga al cuello. Los Hachi tienen un ejército enemigo en su territorio, a quien quisieran poder atacar pero no pueden, y deben simular amistad. Una situación espantosa. Shizuoka está pronto a un asedio, otra situación desagradable. Los Azai pronto se verán envueltos en todo esto también, los Soga apoyaremos pero seguramente seremos señalados luego de que Akishino descubra nuestro accionar de fondo, y los Minamoto por supuesto estarán en el centro de la escena.

Tomó agua para aclarar su voz y mente. Sacó su kodachi y cortó su dedo pulgar, lo dejó gotear, con la sangre pintando el césped de rojo.

—Por mi sangre le prometo que no se abandonará a nadie. Habrá heridos, habrá caídos... eso seguro. Pero hay una estrategia detrás de todo esto, en la mente de nuestro general Takano. En mi mente hay otro tanto. Como diplomático no sólo escuché a hablar a otros parlamentarios, también a hombres de guerra. Entiendo algo del mapa bélico y de los movimientos de piezas en ese tablero, y además también soy un espadachín. No sé qué es lo que piense Takano, pero creo que lo mejor será dejar que el ejército de los Taira parta desde Mie hacia Shizuoka. Mie atacará al ejército por detrás, y la vanguardia y los flancos serán destrozados en medio de esa confusión por la acción conjunta de las restantes fuerzas. Si refuerzos llegasen, ya se habrá cortado la línea de suministro, por lo que no serían refuerzos sino un nuevo ejército, ya que como refuerzos habrían llegado demasiado tarde para ello.

En medio de las palabras movía sus manos, sentía cierto entusiasmo por el pensar bélico y el movimiento de las fichas. Estaba claro que nadie era prescindible, sino que cada hombre perdido era muy valioso. Era otro el concepto con el que lo pensaba.

—Pero como he dicho, este plan será mejor discutirlo con Takano, él es un experto y es nuestro estratega y líder militar—miró hacia el horizonte—. ¿Deberíamos partir, no?

 

Kenzaburô

Escuchó en silencio el discurso de Mao, sin saber bien a qué se refería a ciencia cierta. Estaba tenso, no le gustaba que se coloque tan cerca de Kato. El ronin estaba preparado para atacar ante el menor movimiento, sin importarle la cantidad de discípulos que los rodeaban. Su espíritu era grande, no rehuía de una pelea aunque la misma sea en clara desventaja numérica.

Luego las puertas del dojo volvieron a abrirse y el clan Tao junto a la señorita Misato, ingresaron diciendo que estaban listos para un entrenamiento. Takano dijo algo sobre una unión al clan y Kenzaburô miró a Misato sin entender porque había dejado a los Minamoto. ¿Donde se encontraba Takeda y el señor Hideyoshi? Incluso Terunobo estaba desaparecido. ¿Que había sucedido? ¿Donde estaban todos?

—Mao... —el espadachín estaba por preguntar a su protegida si sabía algo de todo esto, si había participado en la asamblea que se había llevado a cabo la noche anterior para poder echar luz al asunto. Pero Takano decía unas palabras fuertes, que había desertado del clan. Takano, ¿un traidor? Kenzo parpadeó, sin poder creerlo.

—¿Que estás diciendo? —apretó su espada de madera y sintió como el material crujía bajo sus manos. —No es posible... —miró a Takano, cayendo en la reciente cicatriz que poseía en el rostro. Takano era un sujeto fuerte pero lejos se encontraba Kenzo de sentir miedo; al igual que con Kato, admitía la experiencia como guerrero formado que podían sacarle a él, pero no les intimidaba. Ninguno. Porque para Kenzo no había nadie peor que su antiguo maestro.

—Los Fujiwara, ahora tú. Y Misato. —miró a todos pero sin cambiar de postura. —Creo que nuestro asunto aquí, Mao, se terminó. Deberemos buscar a Takeda y sopesar las posibilidades que le quedan. Pero luego, primero quiero ver qué esconden los Harima.

Miró a Takano con auténtico odio. El ronin no sabía que todo esto era una auténtica obra de teatro ideada por el propio estratega.

 

Kobayashi no Masuyo
Dojo

Contenido oculto: Ronin

​

No iba a ser tan fácil, diablos que no iba a ser tan fácil. Cuando quiso darse cuenta las lágrimas ni dejaban de brotar, cabizbaja en un silencio tortuoso. Lo único único que podían escuchar de ella era su respiración abrumada, podían ver a la perfección su rostro, porque por algo se había recogido el cabello.

Lo había dicho, ¿no? No la destruirían tan fácil. Aunque ahora mismo sintiera la opresión de una montaña sobre sus hombros, sintiera que los árboles estaban fríos como en invierno, que el mundo entorno a ella se había tornado como su bosque quemado y reducido a cenizas.

Y ella era la última flor de pie, que iba a ser masacrada tanto por buenos como por malos. No podía permitirse eso.

Solo se paró cuando escuchó la espada de madera frente suyo, trato de mantener la solemnidad que le quedaba y se acercó a Takano, negando con la cabeza y extendiéndole el arma con una gran reverencia.

​

—Lo siento Takano, en verdad lo siento —soltó con la voz quebrada y penosa, pero de alguna manera seguía manteniéndose firme—. No voy a batirme en duelo contigo, no de está manera —hablaba solo para él, directo hacia él, hacia nadie más. Se irguió sin alzar la cabeza cuando Takano tomó el arma—. No eres mi enemigo, no tengo derecho alguno de intentar golpearte.

Luego miró a Kato desde su lugar, fulminándole con la mirada.

>>Y usted, señor Harima, es tan endeble como las mismas flores repletas de veneno. No discutiré nada más con usted, pensaba que nos entenderíamos, pero al parecer comparto más características con la gente bruta que habla poco y pega el doble, que con formalidades innecesarias que nos quitan vida y tiempos valiosos—. No podía dejar de sorprenderse, habló con firmeza a pesar de que hace poco su voz no paraba de temblar.

Hizo una reverencia de 90°, hacia Kato.

Contenido oculto: El uno para el otro

>>Que le quede claro; que le critique sus métodos no significa que me crea superior o algo—. Volvió a alzar la vista, con sus ámbar sacando chispa, sosteniendo el carmesí de Kato—. Saber mi lugar en la cadena alimenticia es lo que me ha impedido morir cuando, joder, lo única que me gustaría es estar 3 metros bajo tierra o en lo más profundo del océano.

Su voz había temblado al final, pero tras una inhalación profunda y un suspiro pesado, nunca le quitó la vista a Kato; pudo recuperar la solemnidad.

>>Pero no puedo, porque tengo muchas deudas que saldar, mucha gente por conocer y, lo más importante; ayudar a Takeda. Sí no ayudó a Takeda, no me lo perdonaré jamás. Eso es todo. Gracias por las oportunidades, Harima no Kato.

Después volteó a ver a Kenzaburo, directo a los ojos, como eran ellos.

—Kenzaburo, sabes que yo soy incapaz de detenerte cuando quieres pelear, pero te lo advierto; aquí no hay nada que ya no sepas. Sí quieres seguir creciendo como guerrero, tu lado está con Hideyoshi y Takeda: compasión y conocimiento.

También le hizo una reverencia a Kenzaburo.

>>Temo que yo ya no tengo nada más que enseñarte, aparte del amor y protección que desde ahora será recíproco.

Tras eso se irguió, avanzó hacia la salida, volteó dándole la espalda al bosque endemoniado que se cernía tras ella. Hizo una reverencia tal vez de más de 90°

​

—¡Lamentó de corazón haber interrumpido un momento tan crucial como lo es un entrenamiento!—. Volvió a alzar la vista, determinada—. Hace meses que solo vivo como un Ronin, y cada día que pasa dudo sí hay una mejor opción que esa para sobrevivir a la guerra.

Se encogió de hombros, cerrando los ojos restándole importancia.

>>Pero eso será cosa de cada uno, con sus ideales, objetivos y sentimientos. Otra vez, gracias por escucharme—. Hizo una reverencia aún más estoica—. Dudo que vuelva a incordiarlos de manera directa el resto de nuestra estadía.

Y luego de decir eso, se marchó solemne del dojo, sin bajar la cabeza, a paso calmado hasta que se perdió entre las sombras del bosque.

​

 

Misato Aoyama

El plan se había puesto en marcha. Debíamos tomar el entrenamiento junto a los guerreros de Kamakura...pero cuando Yin dio la señal vimos como el señor Kenzaburo, se aproximó raudo hasta la entrada del dojo, dedicando un fugaz saludo a los presentes. No podía creerlo, iba a entrar al Dojo pero con claras intensiones hostiles para con el señor de Kamakura, lleve mi mano a la sien ligeramente molesta por el altercado que pudiese desarrollarse.

Entre junto a los Tao observando los alrededores del dojo donde Takano entrenaba arduamente.

"Hiciste bien en unirte Misato"

Takano se se dirigia a mí persona cuando por reparo en las nuevos integrantes.

—No tiene sentido lidiar con un débil clan de papel como los Minamoto, es mi momento de continuar y dejar que el olvido se encargue de borrar tanta deshonra— dije con una reverencia a los presentes, mi exterior tal vez mostrase una mujer decidida a abandonar a Takeda y al resto pero por dentro debía repetir una y otra vez "esto es una farsa". Observé de soslayo a Kenzo pudiendo ver su mirada contrariada, aquello le parecía irreal...y le enegendia, no debía ser fácil a ver a tu familia desmoronarse como una montaña de arena.

Luego tras las puertas del dojo...otro incordio se daba a mostrar; la pequeña Mao cruzó la puerta recitando un sermón para Kato Harima en un abierto desafío al maestro del dojo, mi respiración en ese momento se cortó. El discurso de Mao denotaba una voluntad fuerte y segura, algo digno de admirar en lo personal, pero mi preocupación crecía más y más recordando que podía ser un acto imprudente...maestro y alumna parecían querer repetir algo parecido a lo de Tsu, solté un suspiro de hastío solo ver nuestro entrenamiento interrumpido por el par problemático.

El discurso de la niña al finalizar...fue solo una brisa insignificante para el gran árbol que era Kato...solo palabras necias sin valor. Una perdida de tiempo y saliva.

Con todo el entrenamiento no iba a detenerse, los guardianes de Kamakura serian nuestros oponentes en un arduo entrenamiento. Al llevarme la espada de madera observé al guardián y percibí un poderoso contrincante aún mayor que el ninja Koga que mate en Iga, no podía negar el sentirme intrigada por aquel arte marcial, pero experiencias del pasado y cicatrices más recientes pude tomar una clara decisión.

—Lo lamento pero...creo que debo declinar, por el momento—dije con una reverencia, vi de reojo como la pequeña también rehusó luchar contra Takano huyendo totalmente derribada por el infructuoso intento de enfrentar a Kato...era duro de ver...sus lagrimas — un viejo maestro mencionó la importancia de conocer nuestros limites, ir contra un enemigo descomunal sin un plan o una mínima idea de su poder...es simplemente suicidio, cicatrices de viejas batallas y la ridicula incompetencia de Takeda junto al clan Minamoto revivieron en mi dichas enseñanzas... Prometo estudiar su entrenamiento, luego haré mi parte hasta llegar a su nivel y enfrentarlos con honor...como nueva miembro del clan Tao les doy mi palabra de entrenar algún día nivel a nivel— declare tajante a los presentes, estaba rechazando pelear pero dejaba la promesa de hacerle más adelante.

Kenzaburo y Mao no estuvieron en la audiencia, para ellos esto era como un balde de agua fria el clan que juraron lealtad se desintegraba, mis palabras ayudarían a dejarlo bien en claro...debían creer el supuesto fin de los Minamoto

 

Contenido oculto: Angry too

Masuyo/Mao
Periferia, en el bosque ----> Clínica

Le había dado la espalda a Kato Harima, al Oni de Kamakura; ¿desleal?, ¿idiota?, ¿cobarde? Nada, poco me importaba con las penas sacadas y la rabia subiendo a mi cerebro, obligándome a mantenerme como el fino y delicado árbol que era. Tan solo espera, Kato Harima, cuando apenas te des cuenta yo seré más mortal que la propia Kamakura. Caminé, caminé; cuando me perdí, corrí. Corrí, en busca de un lago, un río, lo primero que encontrara. Corrí sin perder atención de todo lo que había a mi alrededor; señales, peligro, enemigos, aliados. No me alejé demasiado, o eso sentía, no debía por qué haber guardianes de Kamakura cerca.

Y lo encontré, la fuente de agua que estaba buscado. Sangre, agua. Vida, muerte. Decisión, cobardía. Me acerqué, vi mi reflejo distorsionado en el agua, y aunque me seguía sorprendiendo tener un semblante casi idéntico a Kenzaburo, simplemente ya me era irrelevante. Me desaté los buñuelos, dejando mi cabello caer tras mi espalda. Luego empuñé las hebras nocturnas con mi mano tan blanca que podía llegar a rosar lo pálido, o tal vez solo era una ilusión mía sintiéndome cada vez más inhumana. Me corté el pelo, por arriba de los hombros, un solo corte preciso y eficaz. Estaba lejos de ser el perfecto, pero me servía de momento tras comprobarlo en la fuente de agua.

—Lo siento por cada error que cometí y, seguramente, cometeré —dije al aire, cerrando los ojos empuñando las manos que ahora poseían cabellos inerte, algo cabizbaja, pero sin soltar lágrimas—. No me detendrán, nadie lo hará; puede que nunca vuelva a ser una Kobayashi, querida familia... pero el Taoísmo siempre acompañará mis acciones. El bien común también, lucharé para no perder esas dos cosas, independiente de qué tan loca me vuelva.

Besé con solemnidad las hebras que me habían acompañado durante toda mi infancia, las que peinó mamá con mimo, en las que se hundió Kimura cuando tenía miedo, las que tironeaba Hiro enojado; la que logró ver papá antes de que sintiera que no tendría vuelta atrás, las que conoció y cuidó Kenzaburo como sí de una parte más de su cuerpo se tratara.

Eso era un Clan, ¿no? Todos somos uno, al mismo tiempo no somos ninguno; como el bosque, como la naturaleza. Convicción, esperanzas y atención. Con eso había crecido y eso me hacía creer, aunque no lo soltará al aire jamás, que podía llegar a derrocar personas como Kato o los mismos Taira...

Dejé lo que alguna vez fue mi cabello con sutileza en el agua, para que ella decidiera a dónde llevarla. Me despejé el rostro lavándome la cara, un poco el cuerpo también. Me volví a acomodar toda la ropa e intenté muy vagamente hacerme un flequillo similar a Yuzuki, pero simplemente por ahora parecía tan solo una enmaraña de cosas; un nido de pájaros descuidados, como sí se hubieran olvidado de los pasos, como sí su intuición se hubiera roto.

Di un pesado suspiro, viendo la oscuridad boscosa que se cernía tras la fuente del agua. Quería... ¿qué quería ahora? Los recuerdos de Tsu me llegaron a una velocidad vertiginosa.

Mara, Santuario, Miko, Madre, Natsu... Natsu era doctor... como yo; una frialdad absoluta que no podía comprender. Me crucé de brazos, pensativa, no mirando algún lado especifico, pero alzando otra vez el mentón.

No había muchas opciones, y podía fiarme de él como lo hice con Taiyo, con Muarai, como intenté hacerlo con Kato... pero el jodido témpano de hielo olía a sangre, a muerte, lo sentía con cada poro de mi ser. No era como Kenzaburo, era peor que Kenzaburo. Peor que Takano, peor que el mismo Kato...

Natsu... verano... Por suerte no vi mi rostro, porque la sonrisa amplía y la carcajada entre suave, decidida y desquiciada no eran normal en una niña que, se supone, tendría 14 años.

Contenido oculto: Waves

Descarté la idea que había tenido de dormir en alguna rama, tenía cosas importantes que hacer; enfrentarme a aún más demonios.

Mis pasos, ágiles y veloces, silencioso y suaves, se direccionaron a la Clínica. ​

Natsu Gotho debía estar en la clínica,
aparte de deberme muchas respuestas.
¿Y por qué sentía que estaba en deuda conmigo,
sí era una enana?
​

Diooos, Masuyo;
la sangre se te subió a la cabeza.

Ya no tienes salvación.

Contenido oculto: Sangre en el agua

 

Natsu Gotho

Notó el cómo Rengo se cubría los oídos, limitándose únicamente a seguir caminando tras él, aguardando estar lo suficientemente lejos para estirar su mano izquierda y ponerla de nuevo sobre los cabellos oscuros, relajando el semblante mientras suspiraba suavemente por la nariz. Era un niño, más fuerte que él... pero seguía siendo un niño.

—Idiota —siseó asumiendo que esa situación era solo una de tantas de las que no quería hablar.

Deslizó entonces la mirada entre un par de árboles, sintiendo la brisa en sus mejillas, recordando la ventisca de la nieve, recordando el sitio de su nacimiento.

—¿Sabes de algún lugar para comer o tomar? —bajó el tono de voz casi malhumorado al verse envuelto en aquella situación, sin mirarlo ni una sola vez a los ojos.

Pues aquellas invitaciones... no serían más que una excepción, de un adulto para un mocoso.

Llevó entonces su mano a la frente del niñito, pegándole un zape a medida que fruncía el ceño.

—De lo contrario —se pensó el hecho sobre que éste mantenía escondido en aquellas tierras. No era más que un completo fastidio con el que estaba lidiando sin siquiera darse cuenta—. Te llevo a la clínica.

Chasqueó la lengua, estaba hablando más que de costumbre y aquello le fastidiaba los nervios más sensibles. La palabrería, la comunicación, la asertividad no tenían nada que ver consigo mismo.

 

​

 

Puerto
(Yuzuki; Rei)

​

Rei miró su ropa; no se había percatado de que también estaba lleno de arena, si lo hubiera hecho la hubiera sacudido antes de salir del mar, o saltado desde el muelle y subir por el mismo evitando la orilla llena de arena; pero ya era muy tarde, trató de sacudirla allí pero la ropa húmeda no cedía, aquello era inútil porque la arena que quitaba de su ropa se pegaba a su mano.

—No tienes que observarme hacer el ridículo ¿sabes? —dijo sacudiendo sus manos al borde de la barda para tirar la arena sobrante hacia la costa. Después embarró lo que no calló en el barandal para después soplarlo con los ojos cerrados, así evitando que le entrara a los ojos y hacer otra escena.

—Vamos, y prometo no ser una carga —dijo con respecto a resbalar en los escalones.

Calles de Kamakura
(Yuzuki; Rei)

Subieron nuevamente hasta llegar a Kamakura, Rei se mantuvo de pie observando; ya no había una sonrisa en su rostro, la seriedad lo invadió. Después prosiguió caminando. Avanzaron rodeando el castillo el cual Rei no dejaba de observar. Para después a un lado del castillo encontrar un viejo barrio abandonado, diferente al de la ciudad. Al adentrarse las memorias; la casa Minami seguía en pie; pero vacía.

​

Rei corrió al ver la suya, no demasiado lejos de dónde la de Yuzuki se erguía. El sitio estaba prácticamente desolado, recordando el viejo barrio de Tsu, dónde los habitantes no caminaban, como si aquellos sitios estuvieran malditos.
Después de unos momentos Rei regresó con un nuevo kimono y cargaba consigo una vieja sombrilla de papel. —Quién diría que me ahora me quedarían ropas de mi viejo padre— mencionó colocándose encima el haori que había cuidado tanto, después guardó su katana y le entregó la sombrilla a Yuzuki.

—Bien, ¿Ahora si estoy decente para ver a nuestro señor?— mencionó mientras olía el kimono, a pesar de estar limpio olía a viejo.

Contenido oculto

Hitori
Rei irá hacia el castillo; puedes ir con él, quedarte allí; o ir a cualquier otro sitio de Kamakura.

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Habitación Fujiwara
(Shinko; Kirara, Riku)

Kirara no pudo contener una gran carcajada al ver a Riku, limpió sus ojos porque lagrimeaban por la fuerte risa, al volver en sí habló —Te haremos grande Riku; y para lograrlo debemos maltratarte un poco. Debemos caer muchas veces antes de ser mejores. Un día no sólo vencerás a Shinko sino que también espero puedas vencerme a mi — mencionó orgullosa para después despedirlos.

Al verlos irse ella también salió de la habitación. Debía hablar con Takeda.

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Monpoke
Continua en Patio fuera de la Mazmorra

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Patio fuera de la Mazmorra
(Shinko; Riku)

Shinko sonrió al estar dónde entrenaron ayer, las piedras en el suelo seguían removidas por sus pisadas el día anterior, nadie parecía darles orden. Mientras tanto Shinko se volvió a posicionar para iniciar el entrenamiento.

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Monpoke tiré los dados de Shinko primero en el post anterior

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Fuera del Santuario
(Rengo; Natsu; Kuroki)

Los tres caminaron entre las flores para lentamente alejarse de aquel lugar, haciendo que Rengo bajara las manos, él iba callado, no sabía que decir; quería agradecerles, pero también estaba molesto porque no le hicieron caso. Pero a su vez no podía estar molesto. Su mente era una ráfaga de ideas confusas que no sabía como ordenar; sintió la mano en su cabeza y se estremeció; después el sonar de la voz de Natsu le dio un punto de partida, algo con lo que podía comenzar.

"Idiota"

Lo era, y él lo sabía; pero era así por voluntad propia, algo que lo hacía sentir orgulloso, aunque eso era peor. Después recibió un golpecito en la frente; fue entonces que se dio cuenta que Natsu lo estaba regañando, esto lo hizo sonreír como de costumbre mientras pensaba en un sitio dónde pudieran comer algo o beber; su sitio seguro ya no existía mas, no quería volver al santuario. Y a eso se limitaba su mundo al estar en Kamakura, miró a Natsu; recordando como se habían conocido, los papeles se habían invertido; ahora él se sentía mucho más débil. En esa ocasión Natsu terminó más herido y Rengo al ser incapaz de matarlo, lo invitó a beber.

—¿Quieres sake?— preguntó mientras dejaba que su mano lograba alcanzar la botella de sake que cargaba Natsu consigo. Se la mostró y sonrió —Bien. Tú invitas — dijo levantando la botella mostrándosela a Natsu. Su sonrisa era sincera; había utilizado las mismas palabras que Natsu en Iwakura, justo después de salir de la clínica. —Pero esta vez si bebamos ¿Te parece?

Se giró para mirar a Kuroki; se mantenía serio, así como lo hacía el día anterior mientras habló con él. Conocía su pasado y eso le hizo borrar la sonrisa para después volverse a dirigir a Natsu.

—Vayamos a la clínica, sé que no habrá nadie allí; podemos beber dentro— dijo mientras tomaba la iniciativa para ir a la clínica.

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Insane Gigavehl Rengo tiró dado de robo :P
Continúan en la clínica.

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Dojo
(Kato; Takano; Misato; Clan Tao; Kenzaburo; Mao)

Las palabras de Mao fueron escuchadas; Takano tomó de regreso la espada de madera, no esperaba esa reacción de ella, mucho menos esperaba que dejara solo a Kenzaburo; la escena de Tsu se le vino a la mente, y el castigo que todos tuvieron que pasar por culpa de ello.

Kato la observó, el cambio de actitud era algo que consideraba valioso en un guerrero; pero no entendía que uno rechazara una pelea de esa manera. Así que desvió la mirada hacia Takano, la pelea ahora ya no estaba balanceada y aquello le molestaba.

—General de plata contra un lancero; eso es injusto ¿No crees Takano?— mencionó Kato —Un alfil al tablero equipararía la partida.

Con esto, un guardián de Kamakura se colocó a un lado de Kenzaburo; y así ambos atacaron hacia Takano quien permanecía firme, listo para enfrentar a ambos.

El ataque de Kenzaburo no surtió efecto ante el bloqueo que hizo Takano, enfocándose principalmente en Kenzaburo más que en su otro oponente quien tampoco logró hacerle daño; en cambio Takano atacó con fuerza hacia el pecho de Kenzaburo, lanzándolo hacia atrás. No hablaba, se mantenía concentrado observando a ambos.

Kato desvió la mirada para después observar lo que sucedía con el clan Tao.

Misato había negado el entrenamiento, al igual que Ujihisa; mientras tanto Yin y Zeng se preparaban para combatir.

—Un guerrero debe entrenar a diario; si tu rival es más fuerte será mejor, aprenderás más de una derrota. A menos que tu espíritu sea débil y se derrumbe ante ello—mencionó Kato hacia Misato mientras Zeng iniciaba su ataque.

Zeng levantó el bokken con ambas manos dejando su pecho completamente descubierto, esto hizo que su oponente se confiara en su propia velocidad; Zeng dejó caer la madera directamente en la cabeza de su oponente; el impacto fue tal que cayó al suelo, al parecer inconsciente; pero unos instantes después colocó la espada en el suelo de manera vertical para intentar levantarse del suelo, con las piernas temblando y con la boca llena de sangre.

Yin en cambio optó por un acercamiento más analítico; dejó que su oponente se acercara lo suficiente como para bloquear su ataque, y aprovechar desarmarlo en el acto; para después regresar el impacto a las costillas, el golpe no fue muy fuerte; pero ahora su oponente estaba desarmado.

Kato se cruzó de brazos y afirmó satisfecho —No es necesario que continúen, he visto suficiente; el clan Tao es digno de aprender mis técnicas — dijo para después regresar su vista hacia Takano.

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Kuno Vizard rapuma

Contenido oculto: Kenzaburo

Estás en un entrenamiento (no suban atributos de sus katanas); pero si son descuidados pueden morir. Su oponente es nivel 4; ustedes son nivel 2 (así que pueden derrotarlo):

Tirar un dado de 16 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente

Tu oponente tirará:

Tirar un dado de 18 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” esquivarás el ataque de tu oponente
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un BLOQUEO de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” bloquearás el ataque de tu oponente, si ya has esquivado no necesitas tirar este dado.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un DESARME a tu oponente; si en el dado sale “5” desarmarás a tu oponente; este podrá en el siguiente turno tratar de recuperar su arma, con un dado de 5 caras; si el dado sale "3" "4" o "5" podrá recuperarla.

• Kenzaburo
• Zeng
• Yin

• 
  Ataque= 9
  Protección= 6
  PV= 51
  
• 
  Fuerza= 18
  Protección= 12
  PV= 100
  
• 
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  

• Takano
• Oponente de Zeng
• Oponente de Takano
• Oponente de Yin

• 
  Ataque= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 12
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 80
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 65
  

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Fuera del Santuario
(Rengo; Natsu; Kuroki; Mao)

Entraron a la clínica; dónde hace ya dos noches Natsu le había salvado la vida y había curado también a Kohaku; recordó las palabras de Kohaku y se estremeció, había hecho lo mismo con él que con Kuroki, apartándolo a pesar de su ayuda.

Trató de apartar ese pensamiento y se sentó en el suelo, cerró los ojos y tomó aire —Debo confesarles algo...— mencionó con seriedad para después abrir nuevamente los ojos mirándolos —Jamás he tomado alcohol en mi vida— se ruborizó, esa era otro tipo de vergüenza, muy distinta a la vivida en el santuario, vergüenza que al parecer quería ignorar que había sucedido.

Rengo observaba la botella de sake en sus manos y fue en ese momento que se volvió a deslizar la puerta; allí entró Mao.

Contenido oculto: Etiquetas

Insane Gigavehl Mori

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Afueras de Kamakura
(Hideyoshi; Kahia; Michizane; Goro; Tetsuo)

El general Michizane afirmó— Señor Soga; si el estratega de los Minamoto lo ha enviado es porque confía en su juicio político, requerimos primero a un diplomático antes que al estratega militar, y eso lo sabe su líder —mencionó ingenuo a lo que sucedía ahora con Takeda — Si usted hace su papel adecuadamente, seguramente su estratega tenga un panorama más sencillo. Sé que será mejor esperarlo para planificar adecuadamente un avance militar; ustedes tres podrán partir ahora mismo hacia Shizuoka —mencionó hacia Goro, Tetsuo y Hideyoshi — nosotros dos regresaremos a Tsu —mencionó señalando a Kahia y a él mismo —Agradeceré la pronta respuesta, así el ejército de Mie estará listo para lo que los Minamoto requieran.

Michizane siguió el ejemplo de Hideyoshi, cortó levemente su dedo con el tanto haciendo la promesa debida —Prometo que mi ejército se mantendrá fiel a ustedes, las cabezas del clan Minamoto, responderemos por ustedes aunque las probabilidades sean bajas, nuestra confianza está puesta en usteces — dijo culminando con una reverencia. Seguida del resto de los presentes.

—Ustedes pueden partir ahora señor Soga— mencionó Kahia —Goro los guiará por el bosque para que encuentren la salida, habrá sido complejo subir pero bajar resulta ser más sencillo. Nosotros nos quedaremos a guardar la carpa y a prepararnos para partir a Tsu. Que sus caminos estén rodeados de campos verdes y cielos azules — volvió a hacer una reverencia para despedirlos.

Contenido oculto

John Whitelocke te toca tirar dado de movimiento (un dado de 10 caras para ir a Shizuoka) puedes hacerlo en un nuevo post si necesitas decir algo mas, o simplemente tirarlo en tu post anterior.

 

Riku

Yo solo lucho, a eso me quiero disponer totalemente desde que estoy con ustedes. Quiero mejorar. Es una lastima cometí un gran error, no solo debo fortalecerme físicamente. También mentalmente. Aportaré todo lo que este a mi alcance si significa ayudarlos, apoyarlos y protegerlos...

Las palabras de Kirara me dan vueltas mientras me preparó frente a Shinko, le regreso la sonría. Sera empinado, lleno de tropiezos y dolor, pero confían en que llegara el día donde les de batalla. Depositan esa confianza en mi, responderé aguantando todo lo que me lancen.

Ese día llegara. Por dos razones importantes. Uno, no me rendiré. Dos, estaremos juntos hasta la llegada de día.

Cierro los ojos, tomo aire y exhalo en tranquilidad, voy preparando mi katana envainada frente a mi. Me paro tal como Shinko me enseño ayer, aunque tal vez con algunos errores menores.

Vacio mi mente. Abro los ojos y aprieto la empuñadura. "Empecemos".

Esta vez no grite, solo hable. Di comienzo a este enfrentamiento, otro más donde puedo caer de un solo golpe.

 

Kenzaburô

Sus sentidos estaban dispersos, ver alejarse a Mao lo dejó con un agrio sabor en la garganta, parecida a la bilis que vomitaba de niño cuando moría de hambre. Estaba enfadado, pero no con ella, sino con la reacción. Le molestaba no saber que Mao podría haber tomado esa decisión y saber eso, que ya la chiquilla escapaba a sus entendimientos, le molestaba.

Por eso giró la cabeza dos o tres veces desde que la batalla había comenzado, esperando ver a Mao cargar desde detrás, como siempre, como una sombra mortal. Y eso le costó un fuerte golpe en el pecho que lo hizo trastabillar, un golpe que no supo defender, que no supo ver a tiempo. Gruñó, el golpe le quemaba el centro del pecho.

Atacó nuevamente, intentando ya estar centrado y lamentando perder la iniciativa, que quizá era lo único que podría haber tenido para ganar la partida.

 

Mao/Masuyo/Ryouma
Clínica

Contenido oculto: Snow City

La lluvia y el ambiente frío de por sí de Kamakura me calaba los huesos, pero no me quejaba, lo sentía hasta mejor. Frío, no sabía dónde se había ido la rabia, pero sentía frío tanto por dentro como por fuera.

La Masuyo antigua, la sensación de un dragón enorme, la habilidad de conectar y tejer hilos. Todo había desapareció, para cuándo llegué a la clínica puede que lo único que quedara fuera miedo, ese miedo que te permita seguir queriendo sobrevivir. No el miedo que te hacía escapar de tus deseos.

Intenté calmarme un poco antes de entrar; calentar mi cuerpo, balancear mi respiración, quitarme cualquier pesadez; tras terminar los estiramientos sutiles de brazos y las inhalaciones profundas, entré con determinación y aún más solemnidad que cuando entré al Dojo. La rapidez con la que recorrí toda la sala con la mirada fue vertiginosa, sin siquiera caminar mucho más allá del marco de la entrada tras cerrarla. Mi rostro era de una seriedad absoluta, adornado por el enojo que, tal vez, venía sintiendo desde que me enfermé en Kamakura.

O tal vez desde que murieron mis hermanos el año pasado.

Mis pupilas se reflejaron en Natsu, con estoicismo, aunque sabiendo que era un tempano de hielo y las probabilidades que eso significaba, pues casi logran sacarme un gruñido. Pero no, más bien solté un suspiro ligero, a pesar que mis labios sí se asemejaron a un canino gruñendo.

"¿Tú lo hiciste, no Natsu?" Eso cuestionaba con mi mirada, pero antes de decir nada volví a posar mi mirada juzgadora y castigadora en Kuroki y Rengo, mientras aún seguía respaldada en la entrada de la clínica. Ya entendía por qué diablos no sentía nada, a diferencia de estar en las mazmorras, donde fui demasiado compasiva, o en el dojo, donde me excedí con mi confianza y tal; ahora no poseía nada de eso, me reducida a nada por que...

Mi cuerpo lo sentía, el peligro y las ganas de matar: sed de sangre. Solté un suspiro pesados, más que por nervios, para quitarme malas ideas y sentimientos, volviendo luego a encarar a Natsu, pero hablándole a todos.

—Natsu, era así tu nombre, ¿no? —hablé con solemnidad, sin mover ninguna otra parte de mi cuerpo ya agotado por mis esfuerzos vitales, aunque la mirada se me entornaba como sí con eso fuera a matar al tipo—. "Verano".

Luego clavé mi vista en Kuroki, perdiendo la vibra de peligro, pero el cinismo y altanería no se podía ocultar de mi expresión, sonrisa y voz, así que ni lo intenté.

>>Eres la mayor sorpresa, Kuroki. "Árbol Negro" ¿Cómo no me había dado cuenta antes?—. Ladee un poco la cabeza, con cierta ternura genuina filtrándose en mi voz, pero Murai y Taiyo ya sabían que eso podía ser tanto como muy malo, como muy raro. Mi seriedad volvió antes de decir lo siguiente, con apatía y cero compasión—. Más te vale que ni se te ocurra meterte en mis líos Kuroki, te lo advierto desde ya—. Sentí mis puños tensarse tras mi espalda, mi mirada entornarse con algo de odio y furia, lo siguiente salió fuerte y claro, pero sumamente gélido—. Espero que te haya quedado claro.

Y entonces, el último; Rengo. El hijo de Kato, el único con el que no había interactuado dentro de Kamakura en sí. Ahí recién me desprendí de la entrada, solemne y a pasos estoicos, sin quitarle nunca la mirada de encima, a pesar de que lo sentía. Un nudo amenazándome ahogarme con la garganta, los nervios ligeros sobre mi piel, el temor de que todas mis ideas fueran ciertas; pero en cuando estuve frente a frente con Rengo, manteniendo la distancia de unos pocos centímetros por que un mínimo respeto que le tenía, mi rostro seguía siendo de una seriedad inamovible y una compasión invisible. Me llevé las manos a la cadera, lo observé desde ojos hasta pie, después de pies a cabeza; miré a los dos espectadores casi como sí digiera "como interrumpan, saco mi katana", para no perder más el tiempo y volver a posar mis ojos en Rengo.

Porque sí mi epifanía en el bosque era correcta y mi intuición de que él se parecía a Takeda, joder, debían estar en la misma mierda ahora mismo. Carraspeé un poco con suavidad, relajando mi postura aun con las manos en la cadera, no quería que se sintiera amenazado o algo, eso era exclusivo para Natsu de momento. Mis manos nunca se separaron de mis caderas, porque era lo que ahora mismo no impedían a mis piernas flaquear ante la expectación.

—Rengo...— Solté con voz firme, pero más suave y silenciosa de la que había usado con los otros dos, eso era, ¿no?; ignoraba a los otros dos a consciencia, imaginando que de momento solo éramos él y yo. Ladee la cabeza, ahora mi mirada poseía confusión, curiosidad y, qué se yo, ¿apatía? Ya sabría él con qué rellenarla—. Confío en la mente estratega de Takano, confío en los sentimientos desinteresados de Shinrin, me fiaré del buen humor de tu otro hermano, así que...— Silencio, expectante, almacenando la información de sus gestos corporales, solo del rostro, porque no le sacaba la mirada de encima—. Me quiero fiar de que sí eres el chico que me acompañó la mitad del viaje por los bosques de Kamakura.

Había hablado con bastante calma, me supe controlar tan bien que yo misma me sorprendía. Regresé sobre mis pasos, alejándome uno o dos metros, volviendo a encarar a Rengo desde ahí; no demoré en hacer una reverencia de 90°. Vamos, Mao, el camino hacia el perdón es disculparse uno mismo, para solucionar los errores, luego tienes que saldar la cuenta.

>>Lo siento en verdad, mucho; luego que te raptaran, lo mismo hicieron con Kirara—. Apreté mis labios con fuerza, el rostro que ellos no podían ver desde esa altura se me contrajo con pena e impotencia, las cuales no demoré en tragar para deshacerlas con los ácidos de mi estomago—. Para la próxima, sí es que hay, intentaré hacer lo mejor para que no vuelva a ocurrir.

Tras dicho eso me erguí, con confianzas renovadas y, a pesar de ser la más baja y de más que menor también, mi actitud estaba muy lejos de la de una cría. Tal vez incluso la de una adolescente, puede que rosara el ser adulto joven, pero con mis rabietas espontaneas. Quise hacer el gesto de echarme el pelo hacia atrás, pero al intentarlo y pasar de largo recordé lo impulsiva que había estado siendo. Lo anonadada rápidamente fue siendo reemplazada por la seriedad, una demasiado fría a pesar de que mis mejillas estaban rojizas; rojizas de la vergüenza de no ser ni la mitad de lo que deseaba ser. Y a pesar de todo eso, terminé por encarar otra vez a Natsu; mis ámbar fríos sostuvieron sus ojos apáticos. La palabra "hermanos" no se me salía de la cabeza, y sabía que no lo haría ni aunque lo intentara. También parecía que no había chusma alrededor, de todas formas hablé con el tono solemne lo suficientemente bajo para que todo esto siguiera siendo una conversación privada.

Contenido oculto: Jaula de Pájaros

—Natsu, desapareciste en Tsu, ¿no?— Mi mirada se afiló, katana; saqué pecho, escudo; crucé un brazo y sosteniendo mi vientre, con el otro empecé a jugar alborotando suavemente un mechón de pelo. Mi voz era gélida—. Tras la segunda noche ahí, o la primera después de llegar, también se podría decir así—. Silencio, acomodé mis ideas, relajé mis nervios, apagué la rabia del fuego con un balde de agua fría. Me sentía sumamente fría, sí estuviera concentrada en eso me hubiera largado a llorar, seguro—. Cuando desapareciste la señorita Miko, también conocida como Hana, también nombrada como...— Fue imposible ocultar el odio profundo en mi voz ultra grave, casi como el gruñido de un perro, pero asemejándose al sisear de una serpiente

>>"La madre de Takeda" Pues bueno—. Volví a relajar mi postura, intentando cada vez ser más apática, costándome más en el proceso. Otras vez la pose relajada y la voz desinteresada—. Murió —solté casi con un deje melodioso, y mi mirada empezó a divagar en mis alrededores, entre los otros dos chicos; lista para empezar a leer sus reacciones, sosteniendo la mirada de Natsu cada vez que viera necesario demostrar mi valía.

>>La asesinaron, el chico-mujer del Shukusha estaba terriblemente herido, Natsu. Y Takeda está sumamente destrozado hasta el día de hoy—. Se filtró odio—, sí no hubiera sido por esa muerte, puede que Takeda no sea el alma en pena ni el enclenque débil que ahora todos insultan en Kamakura—. Odio, apatía, rabia—. Tal vez seguiría sin ser el mejor, pero...—. Se tensaron mis labios y de inmediato baje la mirada, me tragué la opresión de los recuerdos mientras luchaba para evitar que cayeran mis lágrimas. Tras un suspiro pesado, agarré coraje para mirar de reojo a Natsu, cabizbaja, pero enfrentando aún así su mirada. Mis dedos casi podrían ser katanas enterradas en mis costado—. Natsu, sí fuiste tú que te quede claro; nunca, nunca te perdonaré por haber matado a Hana, Miko; ni por haberle arrebatado la madre a un niño, Takeda.

Mi respiración era pesada tras decir eso, observé el suelo por que ya no había necesidad de mirarlos. Lo sentía, respiraba como un maldito buey cansado después de que lo explotaran con la mercancía del día. ¿Qué había dicho Takeda?, ¿qué no me preocupara tanto por otros, más por mí misma? Jodido estúpido, ya me podrás decir eso cuando integres en ti tus propios consejos.

Alcé otra vez la vista, con más convicción y toda la cosa.

—"Unión", ¿no es así, Rengo? —proseguí para finalizar el discurso, con la mirada solemne y estoica sobre el tipo que cada vez se me hacía más semejante a Kuroki, solo que el albino me daban ganas de protegerle, pero a Rengo de apalearlo igual que a Natsu—. Y bastante jodido debes estar para unirte con un Árbol Negro y el jodido Verano, Rengo, esas son combinaciones peligrosas —finalicé la comparación tras cruzarme de brazos.

Cerré los ojos, sin mirar a nadie, sin dirigirme a uno en especifico; firme como el árbol en crecimiento que era.

>>Tanto Kuroki como Rengo conocen mi nombre "Mao", pero creo que Natsu solo me conocía por "Ryouma"—. Abrí los ojos, observándolos a todos con decisión y, por fin, viéndolos como iguales. Ni muy alto, ni muy bajo; como cuando caminaba con Kenzo por los boques... ¿estuvo bien dejarle solo? Vamos, chico, yo se que tu podrás. Ya luego le tendré que mimar con algo, supongo. La idea me subió sangre al rostro, a pesar de que no tenía nada que ver con la situación en la clínica. Sacudí la cara para despejar mi mente, así se me bajaron los niveles de sangre revoltosa.
>>Mao significa "Hilo verdadero" y Ryouma "Caballo dragón" o "Dragón caballo"... yo diría que en mi caso es más "Caballo dragón" —alcé el mentón, manteniendo la solemnidad, pero la altanería me ganaba otra vez—. Osea, que Mao teje su propio destino, y Ryouma se enfrenta a cualquier adversidad siendo guiado por la sabiduría del dragón pacifico, aunque bueno; ni yo se cuando todo eso se puede transformar en un monstruo letal y despiadado. Me doy miedo, ¿saben?

Contenido oculto: Monstruo

Agaché el rostro, abatida.

>>Creo que soy mi mayor miedo —concluí con una voz más débil, como queriendo llorar, pero a la vez no viendo necesidad de ello. Los miré de reojo, restándole importancia a todo con el gesto de una mano—, hagan lo que quieran, pero en cuanto se vayan de la clínica me avisan, no planeo dejarlos andar a sus anchas desde ahora y más les vale querer cooperar que irse contra mí, nos evitamos jaqueca todos de ese modo.

Me volví a cruzar de brazos, estoica.

>>Sí no se fían en mi perseverancia para hacer estupideces, les digo desde ya que en la mañana besé y abracé a Murai, quien tenía orina de perro, y le fui a gritar a Kato todo lo que me enojaba de Kamakura con todo y alumnos presentes.

En mi rostro se reflejó el escalofrío que me recorrió la espalda, ahora que recordaba el momento con más vividez y, por qué no, lógica.

>>Fin. Me voy a dormitar—. Les di la espalda y me fui a recostar en alguna de las paredes cerca de la entrada, para hacer lo que dije; dormitar. Que la mezcla de hambre y cansancio mental era demasiada. Cada día entendía más por qué tenía ganas de estar muerta, con todas las energías que me sacaba del cuerpo sin recuperarlas.

Ahhh, Masuyo, por amor a tu padre y respeto a tu madre muerta; no te olvides del jodido equilibrio. La idea me sacó una leve sonrisa socarrona, ya de brazos cruzados y sentada en el suelo, respaldada con confianza.

—¡Ah, y como se pongan a tomar sake los apaleo con la funda de mi katana, tomen agua sí están tan nerviosos, panda de impulsivos estupidos! —agregué tras recordar la botella, teniendo la imagen de Takano en mi mente, logrando que terminara sonriendo con demasiada sorna.

Sí era un estúpido, ahora con la mente fría, dudaba mucho que un cachorrito tan leal como él no estuviera aliado con Takeda. Vamos, Takano, sí yo respiro mentiras.

 

​

 

Contenido oculto

Sólo contesto ahora para monpoke y rapuma que están en duelo, mas en la noche respondo a los demás :3

Patio fuera de la Mazmorra
(Shinko; Riku)

Shinko parecía más concentrado que nunca, posiblemente se debía a las palabras que escuchó de Riku y Kirara en su habitación; lo llenó de orgullo y espíritu de lucha; En el primer ataque tomó la iniciativa, algo que no solía hacer; su fuerza fue grande y tomó algo desprevenido a Riku quien no pudo esquivar y recibió el impacto con fuerza en sus costillas, para después responder al ataque y ser bloqueado sin esfuerzo.

En el siguiente ataque los dos parecieron sincronizarse; Shinko atacó y Riku esquivó con maestría, para después contraatacar y recibir la misma respuesta, un esquive perfecto. Ambos se separaron con una sonrisa de satisfacción. Era una pelea seria a pesar de ser un simple entrenamiento.

Después Shinko volvió a abalanzarse sobre Riku atacando con velocidad pero no con la misma fuerza del inicio, golpeando en su hombro izquierdo; Riku respondió al ataque pero Shinko fue más rápido esquivando.

Contenido oculto: Etiquetas

Monpoke Shinko se puso intenso

Dojo
(Kato; Takano; Misato; Clan Tao; Kenzaburo; Mao)

Los Tao se quedaron observando el duelo de Takano contra Kenzaburo y un guardián de Kamakura. Kato parecía escuchar los movimientos más que verlos.

Kenzaburo no parecía estar concentrado, además atacar con una espada de madera no era lo mismo que con su vieja katana. Takano notó esa distracción en los ojos del ronin; pero no podía guiarlo o regañarlo como era costumbre. Bloqueó sin problema el ataque de Kenzaburo para después bloquear el del guardián. Pero en esta ocasión atacó al guardián en lugar de a Kenzaburo.

—¿Temes dañar a tu antiguo compañero? — preguntó Kato ante la acción de Takano.

—Veo la pelea como un estratega— levantó la vista hacia Kenzaburo —Primero elimino a aquel que representa una verdadera amenaza.

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rapuma

Contenido oculto: Kenzaburo

Estás en un entrenamiento (no suban atributos de sus katanas); pero si son descuidados pueden morir. Su oponente es nivel 4; ustedes son nivel 2 (así que pueden derrotarlo):

Tirar un dado de 16 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente

Tu oponente tirará:

Tirar un dado de 18 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” esquivarás el ataque de tu oponente
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un BLOQUEO de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” bloquearás el ataque de tu oponente, si ya has esquivado no necesitas tirar este dado.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un DESARME a tu oponente; si en el dado sale “5” desarmarás a tu oponente; este podrá en el siguiente turno tratar de recuperar su arma, con un dado de 5 caras; si el dado sale "3" "4" o "5" podrá recuperarla.

• Kenzaburo
• Zeng
• Yin

• 
  Ataque= 9
  Protección= 6
  PV= 51
  
• 
  Fuerza= 18
  Protección= 12
  PV= 100
  
• 
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  

• Takano
• Oponente de Zeng
• Oponente de Takano
• Oponente de Yin

• 
  Ataque= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 12
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 66
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 65
  

• Shinko
• Riku

• 
  PV= 80
  Fuerza= 7
  Protección= 8
  
• 
  PV=20
  

 

Kenzaburô

Percibía que si el golpe que recibió el sujeto que combatía a su lado lo hubiera recibido él mismo, ahora mismo estaría muy herido, quizá incapacitado. Las palabras de Takano no le lastimaron, las palabras no lo hacían, tampoco los golpes. Solo había una persona, aparte de su antiguo maestro, que podía desmembrar su coraza de témpano, y esa era la pequeña Mao. El ronin afiló la mirada: el vagabundo era alguien que transmitía mucho con ella y en esta ocasión era una rabia asesina. No solo por la situación del combate, sino por la traición a Takeda, alguien que debería ser casi como un hermano para Takano. ¿Cómo se encontraría el joven Minamoto al enterarse de la traición?

Atacó nuevamente con fuerza, dejando atrás las técnicas y la habilidad, no era un burdo escenario de destrezas, era un combate con fuerza, buscando la victoria rápida.

 

​

 

Dojo
(Kato; Takano; Misato; Clan Tao; Kenzaburo; Mao)

Takano mantenía estabilidad en el combate; sintiendo la mirada acusatoria de Kenzaburo; sus sentimientos de odio trascendían ese plano, Takano no creía que el ronin realmente sintiera aquella traición con ese desprecio, el hombre que dos veces había regresado al dojo a recuperar el honor de Takeda. Aquello casi logra desconcentrarlo, si este hubiera atacado hacia Kenzaburo seguramente hubiera perdido su defensa ante la mirada tan penetrante que poseía aquel hombre.
Logró bloquear ambos ataques; para contener toda su energía sobre el guardián de Kamakura, dejándolo en el suelo; cuando este trató de levantarse Kato intervino.

¿Detendría el confrontamiento?

No. Kato se colocó frente de Kenzaburo, safó el seguro de la saya y la extendió entregándole la katana de Takeda —Tómala y defiende a tu señor.

Takano contenía sus sentimientos, conocía a su padre; conocía sus pruebas. Conocía el dolor que le causaba; pero también asumía la fuerza que tenía gracias a ello. Kato miró a Takano sin soltar la katana —Utiliza la saya de tu katana; tienes prohibido desenvainarla; demuestra el filo de tu determinación por mejorar—después miró hacia Kenzaburo; la rabia aun estaba en su expresión —El alma del samurai está en su katana; desenváinala y pelea por él, o huye con ella si así lo prefieres. ¿Cuál es le verdadero valor que tiene tu líder ante tus ojos? —Kato sujetaba la katana por la saya, su agarre era fuerte, nadie podría arrebatarle el arma con todo y saya; la única manera de llevársela era desenfundándola.

Contenido oculto: Etiquetas

rapuma si usas la katana de Takeda tienes un +10 de ataque y pues... acabando el combate te la puedes llevar.

Contenido oculto: Kenzaburo

Estás en un entrenamiento (no suban atributos de sus katanas); pero si son descuidados pueden morir. Su oponente es nivel 4; ustedes son nivel 2 (así que pueden derrotarlo):

Tirar un dado de 16 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente

Tu oponente tirará:

Tirar un dado de 18 caras. Este representará el ATAQUE
Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” esquivarás el ataque de tu oponente
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un BLOQUEO de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” bloquearás el ataque de tu oponente, si ya has esquivado no necesitas tirar este dado.
Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un DESARME a tu oponente; si en el dado sale “5” desarmarás a tu oponente; este podrá en el siguiente turno tratar de recuperar su arma, con un dado de 5 caras; si el dado sale "3" "4" o "5" podrá recuperarla.

• Kenzaburo
• Zeng
• Yin

• 
  Ataque= 9
  Protección= 6
  PV= 51
  
• 
  Fuerza= 18
  Protección= 12
  PV= 100
  
• 
  Fuerza= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  

• Takano
• Oponente de Takano

• 
  Ataque= 17
  Protección= 13
  PV= 90
  
• 
  Ataque= 8
  Protección= 7
  PV= 39
  

• Shinko
• Riku

• 
  PV= 80
  Fuerza= 7
  Protección= 8
  
• 
  PV=20
  

 

Riku

Río mientras sacudo una mano libre frente a Shinko, pidiendo una pausa. Trate de demostrarlo un poco, tampoco me siento muy a gusto de querer parar ahora.

"Es bueno verte tan motivado y, de verdad, lamento ser yo quien deba pedir un alto. Me tomaste demasiado por sorpresa ahí". Sonrío a lo ancho mientras me llevo la mano a las costillas, donde ese primer golpe impacto. "Se suponía sería un calentamiento. Si recibo otra igual a la primera quizás no me levanté cuando llegue Kirara".

Niego lentamente mientras continuo con una pequeña carcajada. "Si estás de acuerdo, tal vez debas darme otra sección, aún no me acostumbro posicionarme tal la correción que me diste. Años de costumbre cuestan en quitar. Pero no seré ningún perro viejo incapaz de aprender".

Muevo un poco hombro, también adolorido. "Pero primero unos estiramientos".

Agarro con ambas manos la empuñadura y vuelvo a mí posición inicial. Para acto siguiente balancear mí katana, atacando.

Esta vez fui más quieto y tranquilo. Tomándome el tiempo para moverme de una manera más correcta, posicionando los pies tal con aprendí anoche.

Notando mis propios errores y arreglandolo por cada movimiento, fui lento en atacar mientras me aseguro de mantenerme firme.

"Creo debí iniciar calentando así". Eso fue lo último que dije antes de volver a sumergirme en mí propio espacio.