Kanagawa Kamakura

Riku

Tiro la cabeza hacia atrás, cansado de escuchar los discursos de lo importante y valioso es mantener vivo a Murai.

A esta escala quisiera saber que hacen con los Taira que capturan. ¿Lo logran siquiera? ¿Se les escapan? ¿O a los que ellos se encuentan si los matan?

Podrán decirme borracho, eso es cierto. Pero suponer que lo quiero muerto por venganza, es quedarse en el lado equivocado. Ni yo mismo comprendo totalmente desprecio hacia él, es mucho, tanto que no logro reunirlo por completo.

... Me fallo...

Por suerte, esta vez parece que si todos van abandonando la mazmorra. Dejandome en solitario con Kirara y Murai.

Sonrió. Hice bien en creer que no caería ante ese dolor. Puede tratarlo por su cuenta.

"Me quedaré. No tengo nada que hacer en una audiencia". Es probable que aquí tampoco ¿Y qué? Prefiero permancer en la mazmorra.

Anteriormente mentí, no me volví inmediatamente luego de terminar mi visita a la Herbolaria. Me desvié. Debo recopenzar eso.

Confias en mi Kirara, me apoyas. Es común que quiera hacer lo mismo. Pero... en un momento quizás rompa esa confianza, siempre lo hago...

Solo esta vez... No sera por una cuestión egoísta. Si los traiciono. Sera para salvarlos a ustedes... y cumplir mi proposito.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Castillo

Luego de hablar con aquella mujer fue pensando en la audiencia que tenía que afrontar. Se dirigió en medio de una brisa casi veraniega que amenazaba con desarmar su chonmage, pero mantuvo su paso firme hasta que entrando al jardín pudo notar la escena que se daba, llegó solo para oír el discurso final de Takano, completamente colérico y rabioso. Hideyoshi lo entendía, y pensaba que quizá tardíamente empezaba a valorar a ese hombre que había ignorado continuamente. Siempre pensó en Takano como un peón, ahora se daba cuenta que era más parecido a la pieza más valiosa a continuación del líder de los Minamoto, que hoy no estaba como para liderar.

Kuroki se detuvo a saludarlo, el muchacho se mostró con extrema cautela y respeto. Lo valoró enormemente, sobre todo porque creía que tenía ganado el desprecio de varios, como Natsu (que poco le importaba) o Mao, a quien apreciaba ligeramente, por lo que le dolía un poco más.

—Está bien buen hombre, no guardo ningún rencor. Me imagino que yo sentiría la misma rabia si veo que alguien más echa a perder algo que costó mucho trabajo forjar—le sonrió—. Lo bueno es que pude resolverlo después de todo, ¿no?—le mostró la cicatriz dejada por el hombre de los Tao que más seriamente había tomado su ofensa—. Bien, vayamos adentro, la audiencia de hoy es muy importante.

Ingresó al castillo tras Kuroki, supuso que Togashi lo seguiría. Pudo ver entre ellos a Natsu y Yuzuki, se preguntaba si haría bien tener a alguien como ese sujeto ahí, y a ella que al parecer su única razón para estar en el clan era un enamoramiento adolescente con Takano.

Otros como Misato, Daichi y Heya se aparecieron ante sus ojos. No los recordaba de nada, pero sus caras eran corrientes en el clan.

"Debería relacionarme más con alguno de ellos, pero ya habrá tiempo, o eso creo", pensó.

Al ingresar al castillo supuso que Takano sería el primero en hablar si no lo hacía Takeda. Esperaría a que alguien de inicio a esta audiencia de manera más formal, pero no tardaría mucho en participar, ya que tenía algunas cosas importantes sobre las cuales hablar y discutir con los demás. La información de la que disponía sería vital para orientar la estrategia y los pasos a seguir del clan en el tiempo inmediato, y para ello debía informar a todos de lo que sabía, sobre todo a Takano, el único con capacidad de liderazgo entre los presentes, palabras que le dolían, porque sabía que a consciencia ignoraba a la figura de su líder al hacer esa evaluación.

¿Quién hablaría primero?

 

Natsu Gotho

Se mantuvo en silencio durante el resto del día, ensimismado en sus propios pensamientos luego de adquirir el conocimiento en la herbolaria sobre dicho veneno. Siempre se aprendía algo nuevo. Al trasladarse al castillo sintió la brisa deslizarse sobre sus facciones inertes, permaneciendo con aquel semblante ambivalente en su rostro, ingresando con el resto dentro, denotando la ausencia de Rengo pese a la discusión que podía escuchar perfectamente.

Pasó sus orbes entonces sobre Kuroki de forma superficial sin frenar sus pasos, guardando sus manos entre las mangas del kimono al cruzar de forma vana sus brazos.

Se recostó entonces en uno de los pilares cerrando los párpados, esperando a que iniciara dicha audiencia, aunque no tuviese planeado participar en ella de forma activa.

 

​

Herbolaria (Mao; Shinrin)

Shinrin se encontraba guardando ingredientes a velocidad cuando Mao ingresó a la herbolaria; Kiba la observó alertando a Shinrin quien se giró para mirarla, su aspecto denotaba cansancio, así como lo habían mostrado Takeda y Togashi por la mañana; ninguno de ellos fue atendido para contrarrestar los efectos de su veneno.

—Ven, te daré algo para que te mejores —dijo indicándole que se sentara en una de las almohadillas frente al fogón que ahora estaba apagado, aun así la herbolaria se sentía cálida y bastante acogedora. Shinrin avanzó hacia el cubo con agua y gránulos de carbón; dobló la manga de su ropa para evitar que se mojara y sumergió el vaso. Lo secó un poco y lo entregó a Mao —Debes beberlo a pesar de la textura y el sabor, te sentirás mejor pronto.

Se alejó de nuevo a sus cajoneras de madera —¿Puedo preguntarte algo? —dijo sin mirarla, mientras que Kiba se sentaba a un lado de Shinrin, mirando a Mao, sin esperar respuesta de ella inició —¿Desde cuando viajas junto a Takeda? —cerró un cajón con fuerza para después recargar sus manos en la mesa de trabajo, aun si mirar a Mao — Cuando yo lo conocí fue hace dos veranos; pero no viajaba solo. Estaba con un hombre alto, brazos vendados por las muñecas, bastante fuerte. ¿Sabes dónde está?

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Mori

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Mazmorra
(Kirara; Riku)

Murai sonrió a Kirara, mientras que ella desviaba la vista hacia Riku —Takeda ha dicho que podemos hacerle lo que queramos — inició mientras estiraba un poco su espalda, e iniciaba a tratar sus heridas con lentitud —Detesto admitirlo pero las palabras del diplomático me han parecido la tortura perfecta para alguien que jamás calla, para alguien que repetidamente ha dicho que no quiere morir de aburrimiento. Su pensamiento me hizo considerar una tortura mental; nací con fuerza y valor físico pero me falta conocimiento y sabiduría —dijo con molestia, pues entendía el concepto pero no quería internalizarlo, estaba reacia a simplemente dejar que alguien más además de su clan ganara ante ella; era un orgullo, uno muy insano.

—Riku, eres un Fujiwara; confío en ti—dijo colocando ambas manos en los hombros de Riku —No te digo que decidas por mi, no dejaré ese peso en ti; pero te pido que me aconsejes; estamos aquí, frente a este asesino y farsante. ¿Debemos matarlo ahora? o ¿Lo dejamos en una tortura eterna privado de sus sentidos?

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Monpoke

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Sala de reunión
(Takeda; Jiin; Takano; Matsuda; Yin; Taiyo; Shinko; Clan Azai; Hideyoshi; Misato; Kuroki; Kohaku; Daichi; Heya; Togashi; Yuzuki; Natsu)

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Takano avanzó hacia el castillo; los demás comenzaron a seguirlo, el sitio estaba descuidado, pero era lo suficientemente amplio como para que todos pudieran permanecer sentados y escuchar bien.

Takano se sentó en posición de loto, esperando que el resto lo siguiera. Matsuda se sentó a su lado izquierdo, Takeda al derecho con mirada baja. Taiyo y Shinko permanecieron juntos, dejando a Inosuke en el exterior; Taiyo portaba la katana nueva. Yin se sentó a un lado de Takeda, siendo el único representante de su clan presente. Tetsuo se colocó junto a Matsuda y junto a Tetsuo se sentó Jiin. Terunobu decidió hacer guardia en la entrada al salón.
Takano observó a los presentes notando la falta de rostros, bufó.

—Kirara, Riku y Kenzaburo siguen en la mazmorra; Mao estaba aun con efectos del veneno así que seguramente fue a la herbolaria —mencionó Takeda conociendo las respiraciones molestas de Takano.

—¿Y el clan Tao por qué no está completo?— preguntó Takano cruzándose de brazos.

Yin se levantó para después avanzar frente a Takano y Takeda haciendo una leve reverencia —Lamento que no todo el clan Tao esté presente, por la mañana desconocíamos que esta audiencia se llevaría a cabo.

—Eso es sólo una excusa, estaban presentes cuando se avisó de la audiencia; se dio un tiempo prudente para poder reunirse. Zeng es líder de clan, al igual que Kirara; las audiencias no son pláticas poco sensibles para que puedan ser prescindidas por aquellos con tan alto rango —atacó Tetsuo hacia Yin quien aceptó sus palabras con amabilidad en su rostro.

—Las palabras de Tetsuo son ciertas; estas audiencias no son opcionales para los líderes de clan ¿Cómo podremos tomar decisiones si no son autorizadas por cada líder? — mencionó Takano hacia Yin —¿Puedo confiar en que tu darás voz al clan Tao en la ausencia de Zeng? —miró a Shinko y Taiyo —¿Quién de los Fujiwara dará voz a su clan?

Taiyo se levantó de su lugar, hizo una reverencia a los presentes y habló —Yo hablaré por los Fujiwara— aunque sería Shinko quien debería, pero por obvias razones este sería incapaz.

—Con sumo respeto — inició Tetsuo — Desconozco la situación con la líder de los Fujiwara; pero el líder de los Tao ha cometido una gran imprudencia, creo que Yin debería hablar al respecto y no justificar la ausencia de su hermano con vaguedades.

Takano miró a Yin esperando que contestara, Yin suspiró con pesar, y allí, aun de pie frente a todos habló —Zeng quería comprobar la fuerza de Kato Harima; siempre lo hace, cada que pisa un dojo; es la manera en la que puede entender a un guerrero.

—Fue imprudente— agregó Tetsuo —Kato Harima es peligroso, y pudo haber hecho un conflicto aun mayor, no debió haber entrado al dojo buscando una pelea. Han actuado mal ante el clan Minamoto. Y sobre todo le han dado otra victoria a Kato.

—Señor Azai —Inició Yin con una leve reverencia —Antes de iniciar la labor de cambiar al mundo, de tres vueltas por su propia casa — dijo con sutileza Yin para después mirar a Takano —Yo, Yin Tao hablaré en nombre de mi clan, no debe preocuparse por ello —hizo una reverencia ante Takano antes de regresar a su lugar.

Takano no se inmutó ante esta nueva información; no mejoraba ni empeoraba la situación; era una gota más en el mar, estaban ante una derrota en lo que se podría suponer como territorio enemigo.

—Un guerrero inteligente desplaza al enemigo y no se deja desplazar por él —miró a los presentes —Kato arrojó algo inesperado en nuestro camino y caímos perfectamente en su trampa; mientras él se mantenía concentrado y analizando la situación, nosotros nos dividíamos. Kato aprovechó y nos atacó uno a uno —llevó sus manos a las rodillas— Quiero que entiendan algo; si esto fuera una guerra, nuestro enemigo está en desventaja numérica. Y aun así nos ha derrotado, la burla de Kato hacia nosotros en el dojo fue esa; nos ha demostrado nuestra debilidad, y esa es nuestra falta de disciplina; nuestra falta de unión; nuestra falta de planificación. Kato no es el enemigo, somos nosotros mismos —llevó su mano al pecho, señalándose —Y eso era mi responsabilidad. De ahora en adelante las estrategias se hablarán conmigo y Takeda a la par —miró a Takeda —me diste el rango de estratega, pero aun quieres hacer las cosas por tu cuenta, eso no te lo permitiré mas.

—Hablas demasiado para desviar la culpa que recae en tu padre — mencionó Tetsuo.

—Los Azai hablan como si conocieran a los Harima — contestó Jiin de manera tajante —Son ingenuos si creen que Kato Harimo está solo en Kamakura. Su visión ha sido limitada; Kato Harima es invencible por algo, y eso es que nunca subestima a su oponente.

—Hablo porque mi familia fue víctima de las acciones de tu padre; es por culpa de tu padre que perdí a mi hermano mayor, por él las responsabilidades de mi hermano cayeron en mi — reclamó Tetsuo.

—No es culpa de nadie que no estuvieras preparado para aceptar dichas responsabilidades —dijo Takano haciendo que Takeda apretara los puños mientras Tetsuo cada vez perdía más la razón.

—¿Crees que no exista alguien que culpe a tu clan por algo que hicieron? —cuestionó a Jiin

—Yo se lo dije a Takeda antes de subir la montaña; sé que mi padre ha cometido crímenes, y sé que debe pagar por ellos; incluso ha cometido crímenes en contra de los míos—miró a Yuzuki, recordando el destino de su familia e incluso de Rengo —Podría decirte que yo cargo el mismo odio que tú. Pero debemos ser más fuertes que nuestras emociones y ver que podemos sacar de las situaciones que se nos presentan; ser inflexible te convierte en un mal estratega.

—¿Qué hacías en la mazmorra Jiin? — inquirió Tetsuo tratando de tranquilizarse.

—Desobediencia a mi padre; cuando nos llegó la noticia de que Takano y Rengo subían la montaña traté de ir a ayudarlos, el abandono del entrenamiento en Kamakura es considerado traición. Kato me descubrió y fui encerrado — dijo sin afán de querer esconder algo.

—Eso hace con su propio hijo; ¿Qué crees que hará con nosotros si no coincidimos con él y sus doctrinas?— preguntó Matsuda.

—Él sabe que no coinciden con él; han podido dormir en el castillo sin ser perturbados, los ha dejado ocupar la mazmorra sin que él tenga autoridad en sus decisiones. ¿En verdad sus acciones hasta ahora parecen de alguien que planea atacarlos? — Confirmó Jiin.

—Está midiendo nuestras habilidades— mencionó Takano

—¿Qué haremos con Kato ahora? — Preguntó Tetsuo intentando no sacar su cólera hacia los Harima. Odiaba tener que demostrarle su valía a alguien que consideraba no merecerla.

—Utilizar la fortaleza de los guerreros presentes — mencionó Takano —Takeda fue inteligente en Tsu y nos ha dotado de un arma poderosa —señaló a Misato, Heya, Daichi, Matsuda y Kuroki —Si algo no posee Kato es la habilidad del ninjutsu; nadie sabe como funcionan esas técnicas y en el arte de la guerra el engaño es vital, el conocimiento nos dan armas para un enemigo que es superior —miró a algunos de los presentes intentando recordar sus habilidades — venenos, si somos estratégicos podríamos destruir su defensa de algún modo mucho antes de que Kato se de cuenta. Debemos usar las habilidades de todos para mejorar una estrategia para poder vencerlo. Kato cree que ha logrado desmoralizarnos, debemos demostrarle que no es así. Mi estrategia no implica tomar su vida, es obtener una victoria para conseguir algo a cambio. Vuelvo a decirles, yo conozco a mi padre mejor que nadie. Sé que puede enseñarnos si nos considera capaces. Kato nos puso un señuelo y caímos —mencionaba en plural para no afectar más la moral de Takeda — Es importante no avanzar cuesta arriba en contra del enemigo, no luchar cuando él viene cuesta abajo.

Contenido oculto: Acciones

Es su momento de hablar de sus habilidades y en como podrían ayudar; también es momento de soltar información relevante si lo ven prudente y quieren hacerlo (pueden guardar la información)
Las audiencias sirven para esto, justamente para hablar de lo que acontece a cada uno de ustedes, sus inquietudes, inseguridades, miedos, dudas, etc.

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John Whitelocke Gigavehl Kuno Vizard Bruno TDF Hitori Insane

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Dojo
Interior
(Zeng; Ujihisa)

Kato no levantó la mirada al principio, cuando escuchó que usaba el apellido Minamoto dejó de tallar la madera en sus manos, dejándola con cuidado en el suelo junto con el tanto; se levantó y lo encaró con la mirada, dejando que el hombre terminara su discurso.

Contenido oculto

El hombre mostraba una gran calma, sus ojos permanecían fijos en los de Kenzaburo. Tomó su katana y la desenvainó con un movimiento grácil, para clavar su vista en la hoja; afirmó al entender la valía del arma, no necesitaba desarmarla para saberlo—Kyuzo; no me sorprende que tú y Takeda tengan sables hermanos; parece que ambos comparten la poca valía hacia su propia vida —Volvió a enfundarla y volvió a extenderla a Kenzaburo.

—Has venido aquí porque sabes que el alma de un samurai es su katana; pero desconoces el por qué de esto. Takeda tampoco lo entiende, él no recuperará su espíritu si vuelve a sostener su sable; eso no lo arregla un objeto. No es nada más confiar en el sable, sino vivir atreves de él; lo mismo sucede con eso que consideras valor al venir aquí frente a mi. Tu comportamiento hasta ahora no demuestra que sea algo más que valor animal, de ese que carece de respeto por los valores y la vida humanos. Si un lobo es asesinado por un cazador es porque el cazador necesitaba la carne del animal para sobrevivir; si otro lobo lo ve asesinar a uno de los suyos también lo atacará por instinto animal, el cazador tendrá ahora dos lobos, pero sólo consumirá uno, el otro se quedará a pudrirse en el suelo, esperando tal vez que una especie más débil lo coma. Ese es el valor que tú y Takeda demuestran; son ese segundo lobo, el primer lobo fue su orgullo.

Se acercó a él como si estuviera comparando su altura con la de Kenzaburo, con la misma serenidad; desarmado.

—Yo no deseo la muerte; estoy preparado para ella que es distinto. No es la clase de valor propio de un samurai. El verdadero valor conoce el miedo pero sabe controlarlo. Todos deberían valorar la vida, aferrarse a ella como si fuera una joya preciosa, y elegir el momento y lugar apropiados para entregarla, morir con dignidad y verdadero honor. Morir aquí no te daría honor, tampoco a Takeda; sólo es una humillación que queda en aquellos que siguen con vida; su valentía es inútil, porque matarlos no representa para mi un desafío—Kato no sonreía, no hablaba para disfrutar el regaño que le daba a cada miembro del clan, en su rostro no había nada, y eso era lo que verdaderamente lastimaba el orgullo; sabía perfectamente que ganaría ante cualquier amenaza o ataque; por eso hablaba con fuerza y determinación— Este no es tu momento, tampoco era el de Takeda. Sus sentimientos juveniles los hacen ser descuidados, los hacen entregar su vida a un falso honor. No podrán verme desenvainar mis armas hasta que sean dignos de ustedes mismos. No quiero pelear con sacos sin alma que piensan descartar sus vidas por una estúpida katana; quiero pelear con los mejores guerreros, con los que sacrificarían su vida sólo si es el último recurso. Ese es el verdadero camino del sable —le dió la espalda y volvió a sentarse en el altar, tomando el tanto y la madera para continuar tallando —¿Qué crees que haría Takeda ahora si le devuelvo su katana? —Levantó la vista nuevamente — Su katana se queda; porque el sable es una extensión de nuestro propio filo; y Takeda no posee filo, es metal mal forjado, un jarrón vacío con decoración de exhibidor —enfocó su vista nuevamente a la madera mientras tallaba— Se la devolveré cuando él sea la katana misma.

• Kirara
• Murai
• Riku
• Takano
• Yuzuki
• Inosuke
• Hideyoshi
• Kenzaburo
• Takeda
• Misato
• Heya
• Tetsuo
• Shinko
• Matsuda
• Taiyo
• Kohaku
• Kuroki
• Mao
• Togashi
• Rengo
• Natsu

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Mao/Masuyo Kobayashi
Herbolaria

Las pocas personas que se topó en su camino iban a lo suyo, centradas y con una expresión que denotaba la ausencia de algún indefenso, todos parecían listos para darle una paliza a cualquiera. Y a pesar de que veía escasa la posibilidad de que hubiera ladrones o algo por el estilo en aquella ciudad tan protegida, solo pudo respirar tranquila en cuanto cerró la puerta de la herbolaria tras su espalda, recargándose de inmediato en esta. Estaba agotada.

Miró por el rabillo del ojo al lobo que no demoró en ponerse en guardia, cosa que logró ponerla nerviosa, pero aquello no se vio reflejado en su postura ni expresión. Escuchó la voz de Shinrin ganándose su atención, siguió sus indicaciones sin soltar palabra alguna y con el ceño fruncido de costumbre. Las almohadillas eran suaves y el fogón cálido tal como recordaba, por lo que el sueño no demoró en invadirla, terminó por desperezarse estirando los brazos mientras soltaba un leve quejido.

Luego observó un momento el vaso que le ofrecía la chica, algo desconfiada, pero describía lo mismo que le había indicado Kirara. Soltó un simple "Gracias" antes de tomar el remedio y llevárselo a la boca, asumiendo que con quien se encontraba era la tal Shinrin. Su rostro se desfiguró con desagrado al sentir el sabor, alejando el vaso a medio beber de su boca, escuchando con los mofletes inflados la primera pregunta de Shinrin. Se dijo así misma que debía beberlo, por lo que no demoró en tragar con bastante esfuerzo el contenido que llevaba en su boca. Le brindó una mirada de reojo a la joven antes de terminarse el líquido que le dio, trapicándose un poco al final. Dejó a un costado el recipiente con suavidad, escuchando la segunda pregunta, mirándole la espalda con algo de extrañeza.

La última la hizo inhalar hondo en cuanto la descripción se fusionó con un nombre, conteniendo el aire en su interior, tensándose en el proceso devido al escalofrío que sintió a pesar de la calidez del lugar. Su mirada se entornó en cuanto la desvió al fogón, empuñando sus manos sobre su regazo, el corazón se le había acelerado.

¿Takeda ya se habría encontrado con ella?, ¿le habría hablado sobre Chikusa? No sabía si le correspondía a ella hacerlo si no fuera el caso, aparte de que tan solo recordar aquella tarde le abrumaba. Soltó un suspiro pesado antes de hablar, aún con la mirada clavada en las brazas.

—No más de un mes —soltó algo bajo al final, con la voz grave y un tanto ronca, logrando con esfuerzo que saliera plana y carente de emoción—. ¿Preguntas por Chikusa? —cuestionó en el mismo tono sin observarla, guardando silencio un momento mientras luchaba por no exteriorizar ningún sentimiento, aunque la frustración en su ceño fruncido era clara.

>>Está en Nara —concluyó con ambigüedad.

Su cuerpo está sepultado en Nara.
​

 

Riku

Acepto su toque y palabras con lentitud, no queriendo alejarme de ninguno y aceptar los dos.

Pide un consejo. Mí razón está clara, no quiero dejarlo vivir. Si hablo, estaría haciendo lo mismo que haría Murai. Empujarle mis pensamientos, también puede ser un manera de manipular.

Yo estoy decidido. Sus palabras o las de nadie logrará entrar la duda sobre mí decisión. No lo pensé demasiado, a fin de cuenta, esa decisión no cae en mis hombros. Y ahora tampoco.

Los pienso aprovechando cada segundo, sin moverme del lugar, estoy pensativo. De seguro se me notará en el rostro.

"No quiero dejarlo vivir". Concluyó en cuatro palabras, las que me dan la determinación de comenzar. "Yo... No confío en esas cadenas, la celda o la misma mazmorra".

La miro a los ojos, tranquilo. Manteniendo mí tono bajo control. "Para siempre es demasiado tiempo. Es imposible no le aparezca la oportunidad para escapar, tengamoslo por seguro, èl la aprovechará sin falta".

Tal vez coloco la habilidad y inteligencia de Murai en un pedestal demasiado alto. Siendo esa la razón por la cual no confío que está mazmorra pueda mantenerlo en encarcelado por siempre.

Continuo desde lo deje luego de volver armar mis palabras. "O es probable el mismo se arme esa oportunidad de escape. Ya lo hemos visto. Solo le basta la lengua para engañar y manipular. Prefiero considerarlo, que de verdad no necesita de esa lengua para manipular a otros".

Su habla puede ser un arma. La de cualquier farsante. Pero, para alquilen como èl, su técnica no debería solo limitarse a usar la lengua. Movimiento sutiles y una actuación pensada, dirigidas para engañar a alguien en específico

Suelto un suspiro pesado, demostrando lo difícil que me es llegar a alguna conclusión. El usar mis palabras solamente de guía.

"Si quieres un verdadero consejo". Le sonrió. "Es que te olvides de todo lo hablado y sucedido en esta mazmorra. Ve atrás en el tiempo, antes de que pudieras ponerle un rostro al nombre Murai Sugita".

Esa es mí forma simple de pensar, para tratar con èl en específico. Mí decisión de matarlo es inamovible por algo, no he abierto más caminos desde que me decidí.

"Considerarlo. Que hemos caigo en su engaño desde que nos vimos cara a cara".

Duda. De seguro es capaz de generar eso en sus víctimas. Presentarle nuevas opciones y guiarlos haciendo dónde el quiere.

"Piensa en el destino que buscabas presentarle antes de conocerlo. Esa desición que solo te pertenece a ti y no fue envenenada con su toque".

Le vuelvo a sonreír, está vez con algo de gracia. "Un pensamiento libre. No podré asegurarlo, pero es probable que el lo odie".

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Castillo

Escuchó el comienzo de la audiencia con atención. Comenzó a notar que la cosa se volvía tensa entre su amigo Tetsuo y otros miembros aliados del clan, como Jiin, los Tao o incluso los Fujiwara. Oyó también las palabras de Yuzuki en presencia de los demás.

—Vamos a calmarnos un poco por favor—dijo colocándose junto a Tetsuo—. Los Azai nos han dado su apoyo incondicional, como guerreros reconocidos que son en todo Japón, dudo que sean justas algunas palabras mencionadas aquí, y puedo dar fé—y esto lo dijo en tono de broma, buscando calmar las aguas—que el buen Tetsuo ha dado más de tres vueltas a su propia casa—sonrió en dirección a Tetsuo.

Luego de esto se acercó a Takano, entendía que solo a él podía dirigirse. Hacía calor, se secó el sudor de su frente y desarmó su chonmage mientras su cabello caía por un costado.

—Takano, segundo al mando, hablaré contigo como antes solía hacerlo con Takeda. Entiendo que mi líder está en una situación particular, con un gran conflicto interior. Ni siquiera ha podido decidir qué hacer con Murai, delegó eso en el borracho de Riku, en una Kirara colérica que no podía tomar decisiones racionales en ese momento, en mí y en Kenzaburo. Éramos cuatro personas que no podían ponerse de acuerdo sobre qué hacer con Murai, y Takeda ignoró esa lógica. Murai ahora mismo, que es un valioso prisionero, podría estar muerto por la mano de Riku que solamente quería matarlo para complacer a su propio clan. Está claro que Takeda no está en una situación óptima. Pero además de Murai y Kato, tenemos otros problemas—se dirigió a todos, alzando la voz—. Lo de Kato es algo que debe recaer enteramente en sus hijos, ellos lo conocen mejor que nadie, y nadie podrá orientarnos mejor. Pienso que podríamos crear un rumor que recorra las calles, mis informantes pueden hacerlo, tengo contactos que podrían arreglar algo así. La pregunta es: ¿qué rumor iniciar? Podría ser algo como "Takeda ha vuelto a reclamar justicia para su gente", algo que al menos ponga la voz del pueblo en favor de los Minamoto—se volvió hacia Takano—. Pero eso no es todo, los problemas internos al clan, los problemas en la cadena de mando como marcaba Yuzuki hace unos momentos respecto de nuestros movimientos en el bosque, los problemas de jerarquía, y los asuntos con Murai y Kato son cuestiones bien locales hoy por hoy, próximas a nosotros. Pero como bien dice Takano, ya estamos en guerra. Tenemos problemas externos, segundo al mando, Shizuoka y Kioto están enfrentándose en el campo de batalla. Nuestros aliados en Tsu me han traído la información, tenemos a Kahia, que viene en representación de los Hachi para avisarnos. Tengo pensado verla luego de la audiencia, pero como usted bien dijo señor Takano, no podemos seguir rompiendo la cadena de mando y actuando a ciegas con total independencia de una voz líder. Es por eso que le solicito que me permita viajar con Kahia Aitoko para planificar una emboscada contra los Taira con la ayuda de los Hachi, del señor Arima de Shizuoka y con la posible ayuda de los Azai—miró a Tetsuo, para verificar si estaba dispuesto—. Pienso que perder a aliados naturales como los de Shizuoka sería devastador, pero podemos convertir esa posibilidad en algo mejor: dar un golpe a los Taira, derrotarlos. Con los hombres de los Hachi, de Arima y de los Azai más un poco de ayuda extra podríamos lograrlo, pero hay que hacer política y diplomacia para coordinar las acciones entre todos.

Se calló por un momento porque la información ya era bastante potente como para alterar los ánimos de todos, la cosa era muy seria ya en Kamakura, pero de golpe todos tendrían que pensar en lo que pasaba a mucha distancia, pero algo que los afectaba a todos, y que tampoco estaba tan lejos.

—Señor Takano, usted tiene la voz mandante. Le he hecho mi solicitud, pero si considera otra opción, usted tiene la última palabra como segundo al mando y sustituto transitorio de Takeda, el líder de los Minamoto.

 

​

 

Herbolaria (Mao; Shinrin)

Shinrin la observaba tratando de analizar sus expresiones; pero se había encontrado a alguien parecida a ella —Entiendo— se giró y recogió el vaso para llevarlo cerca de las cajoneras; allí abrió un cajón y sacó una kunai y de otro cajón carbón. Después Shinrin se sentó en el suelo frente a ella, lanzó un poco de carbón al fogón mientras Kiba se acostaba a su lado; sacudió un poco el carbón en el interior con una varilla de metal la cual volvió a dejar en el suelo, no había peligro pues no estaba al rojo vivo.

—Hace ya dos veranos que no veía a Takeda —inicío hacia Mao, tenía que hablarlo con alguien —Su mirada en aquel entonces era muy distinta; estaba confiado, en paz. En ese entonces logró detener mi ataque a mi objetivo, me detuvo sin vacilar y con gran fuerza y convicción —acarició a Kiba mientras miraba el carbón quemarse, tornándose rojo y chispeante —Su mirada actual es de confusión y tristeza —sujetó la kunai en sus manos — Con esto pensaba matar en ese momento a mi hermano Jiin, el mayor de los cuatro. Fue Takeda quien evitó que lo hiciera —Sujetó el arma por el mango con su mano derecha — Si hoy hubiera intentado hacerlo, no hubiera sido capaz de detenerme; podría matar a cualquiera frente a sus ojos —miró hacia Mao mientras dejaba la kunai junto a Kiba —Takeda necesita recuperar su fuerza, y estoy dispuesta a ayudar. Incluso si es en contra de mi padre.

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Mori

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Mazmorra
(Kirara; Riku)

Kirara escuchó a Riku —Olvidar todo...— se quedó allí analizando cada palabra — La flor de la cresta de mi familia es la Wisteria; considerada como un símbolo de longevidad —mencionó para después mirar hacia Murai quien simplemente ya no parecía importarle que hacían con él —Él ha sido el veneno que ha matado a todos los árboles de Wisteria, no voy a dejar que derrame su veneno en alguien más — Kirara miró a Riku, sus ojos transmitían su odio y desesperación —Pero no va a morir; porque va a pagar en vida lo que ha hecho, va a sufrir cada momento. Va a morir lentamente, va a rogarnos que lo matemos y no lo haremos hasta que sea necesario —se acercó a Murai levantó su rostro sujetándolo del cabello para que la mirara fijamente.

—Te lo he dicho; ya no me importa nada pequeña Fijiwara; no planeo hablar más, hagan lo que quieran— mencionó Murai.

—Sólo quiero que recuerdes bien los últimos rostros que verás— mencionó Kirara para después girarse hacia Riku sin soltar a Murai —Tomaré la sugerencia del diplomático; lo privaré de sus sentidos; pero a mi manera. Sus ojos, no los necesita más.

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Pues.... jajajaja perdón; Riku puede picarle sus ojitos o dejárselos a Kirara

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Monpoke

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Sala de reunión
(Takeda; Jiin; Takano; Matsuda; Yin; Taiyo; Shinko; Clan Azai; Hideyoshi; Misato; Kuroki; Kohaku; Daichi; Heya; Togashi; Yuzuki; Natsu)

​

Takeda se impacientó al escuchar las palabras de Hideyoshi —Si Shizuoka está en peligro debo ir, Ukita está encarcelado allí...

Takano extendió su mano frente a él para interrumpirlo —Takeda. Si no conoces al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla. No dejaré que esta operación militar fracase por prisa estúpida —dijo certero —No vamos a abandonar a Ukita, confía en mis habilidades de planeación, todo tiene un ritmo.

Takeda afirmó con una mirada ausente.

Takano escuchó a los presentes; volver a oír de Murai le lastimaba su orgullo, lo derrotó fácilmente, su engaño fue infalible y había superado el suyo, dejándolo en desventaja; pero seguía vivo y eso era algo que seguramente le dolía en el orgullo a Murai, desató su máscara para matar a uno mas, y falló y por ello fue capturado. Después escuchar más errores de Takeda de voz de Hideyoshi, aquello lo enervó pero trató de contenerse, si Murai moría ese elemento fue desaprovechado potencialmente, no podía ser que un día fuera de combate trajera tantos conflictos, al parecer él no podía caer, no con Takeda tan abatido. No sólo debía planear algo para derrotar a Kato en su juego sino también para levantar a Takeda de ese estado de inferioridad en el que se encontraba.

—Yo no busco que nadie se disculpe por sus acciones —dijo sin mirar a nadie en específico, pero seguramente era por las palabras de Kuroki —Hacia mi no deben venir con excusas; las acciones son algo que no podemos eliminar, se hacen y en ocasiones erramos; lo que me interesa son sus acciones a futuro, no quiero que nadie me retrase hablando del pasado a menos que sea importante para establecer una nueva estrategia. El único ego que poseo es conmigo mismo, si yo hago mal lo diré; si yo soy inflexivo lo admitiré; yo no sé de cortesías, yo no me presentaré ante ustedes con gracia, saben quien soy y entienden que no diré que soy del clan Harima, nunca he sido aceptado como tal, a mi no me interesa como se desenvuelvan en las audiencias, siempre que mantengamos el respeto entre clanes—mencionó con certeza mientras Jiin lo observaba, lo decía por la cortesía que mostraban todos al presentarse, él no lo haría, no era así; sentía que interrumpía el flujo de conversación — Envenenarlo puede ser una solución práctica, estaríamos atacando un flanco que Kato cree cubierto con Shinrin, sabe que si es envenenado Shinrin podrá ayudarlo, algo que hará sin dudarlo, es por ello que también debemos ocuparnos de ella, pues no sé a qué bando apoyará, tengamos en cuenta ese detalle; no bajen la guardia aunque sean familia.

—Han mencionado tres elementos a analizar en esta situación con Kato; Yuzuki a mencionado el control; Kato está en dominio, pero es bien sabido que ejércitos menores pueden derrocar a los mayores si crean una estrategia infalible; un engaño. Hideyoshi ha mencionado el control de información; y Kuroki el espionaje; en Kamakura estamos en desventaja —miró a Hideyoshi —y si tenemos la posibilidad de expandir un rumor, no debe ser uno que enaltezca al clan. El enemigo debe creer que estamos en lo más bajo, que nadie de nosotros podrá levantarse y volver a pelear; por eso nos retó Kato en el dojo, nos dijo que volviéramos a intentarlo, dándonos de nuevo el señuelo en el cual no debemos volver a caer —mencionó con firmeza —Crearemos confusión entre el enemigo mientras nosotros permaneceremos enfocados en un objetivo en común; derrotar a Kato— Miró con precaución a cada uno —Derrotarlo sin matarlo; pues ustedes creen que Kato es odiado por su pueblo; pero les pregunto ¿Alguien se ha acercado a nosotros buscando ayuda? No, todos nos observan, cada ciudadano armado y preparado si se nos ocurre algo. Entre la confusión puede aparentarse el desorden y, sin embargo, que este desorden no sea real en absoluto. Esconder un orden bajo el manto del desorden es simplemente una cuestión de subdivisión; mantener el coraje oculto bajo una muestra de timidez demuestra a nosotros un fondo de energía latente, energía que el enemigo no espera que tengamos pues cree que ya nos ha aplastado. Si debemos expandir un rumor será uno tan palpable que nadie podrá diferenciarlo de la realidad, somos un clan fragmentado, varias cabezas sin dirección, un grupo de hormigas corriendo a todos lados huyendo de la lluvia— afirmó —Kato sabe que ha dominado a Takeda —esto trató de decirlo con sutileza; miró a Takeda, sabía su estado emocional, pero debía ser fuerte— Kato te destruyó no sólo para demostrar tu fortaleza como líder; algo en lo que estás fallando con tus decisiones. Pero también lo hizo para escarmentarnos a nosotros, tus seguidores. Kato cree que nuestro vínculo es débil, que seguimos a los Minamoto simplemente por deber, o por poder —Se levantó —Es momento de demostrarle no sólo a Kato, sino a todo Japón que esta alianza no es de papel; seremos acero forjado por un fuego calcinante —Miró a Takeda —Porque el cimiento no es sólo una persona Takeda; has perdido porque creías que debías pelear solo. Somos uno, ninguno de los presentes está solo. Ninguno de los presentes se ha unido al clan sin saber los riesgos.

—El objetivo de Kato no es nada más desmoralizarnos —dijo con seguridad de que la humillación también era parte de su estrategia — Desde que entramos a Kamakura inició nuestra prueba; Kato busca ayudarnos a su manera; pero no lo hará si él no cree que estamos listos. Lo ha hecho conmigo toda mi vida, y créanme que si fallamos a sus expectativas el castigo será severo. Debemos demostrarle que estamos listos. No haremos lo que Kato espera de nosotros, no lo enfrentaremos directamente; lo confundiremos creando en su mente la idea de que nos desquebrajamos como alianza; estas apariencias engañosas harán que Kato comience a moverse de otra manera, se descuidará creyendo que nosotros estamos siendo individualistas, saldrá de su dojo y será entonces cuando lo asecharemos.

Miró a Taiyo y Shinko —Vayan a la mazmorra; no podemos frenar la decisión que tome Kirara; fue Takeda quien dejó ese poder en los Fujiwara, si Kirara asesina a Murai, nosotros los Minamoto tomaremos una falsa posición de frustración ante ese evento; sólo ustedes dos sabrán las verdaderas intensiones de esta alianza. Si Kirara detiene la ejecución a Murai, será su misión mantener en resguardo al prisionero; y serán ustedes los que deben mostrar odio y frustración al resto de la alianza por ser incapaces de poder impartir justicia, culpen a los Minamoto de su indiferencia. Dejen que Kirara y Riku fluyan con su energía natural, no le digan nuestros planes.—Taiyo y Shinko afirmaron.

—Yin— hizo un leve reverencia para disculparse por lo que diría—Le harás creer a tu hermano que su ausencia en esta audiencia han resultado indignantes, que su falta de atención con los clanes aliados merece una disculpa— Takano hablaba y Yin llevaba su mano a la barbilla, sabía que Zeng no reaccionaría bien ante otra queja como esa. Takano lo notó y miró a Jiin.

—Si ves que la situación con Zeng se torna peligrosa tendrás que intervenir —mencionó Takano hacia Jiin quien sonrió despreocupadamente ante Yin, golpeando ligeramente su puño izquierdo en la palma derecha.

—La especialidad de la casa —atajó Jiin mientras Yin no sonreía preocupado mientras afirmaba.

—Tetsuo; evita que las molestias reales se disfracen de estrategia; no quiero justificar más quejas hacia los Tao; si planeas crear rencillas puede ser hacia mi; estaré dispuesto a escuchar tu verdadero odio hacia los Harima, yo puedo soportarlo, pues sé que la mayoría será justificado —Dijo Takano mientras Tetsuo afirmaba, a él no le constaría trabajo crear rencillas, esa era su "especialidad de la casa" así como dijo Jiin.

—Hideyoshi; el hecho de que debas hablar con Kahia ha resultado a nuestro favor, tus acciones parecerán una traición; no podré seguirte a estas reuniones para mantener la fachada; pero me gustaría hablar mas a detalle en privado, si necesitamos hacer llegar algo a Kahia de manera urgente será por medio de misivas que nos podrán ayudar a entregar personas con sigilo desarrollado; Misato; Kuroki; Mao; Matsuda; Heya y Daichi pueden ayudarnos con esto. de los mencionados sólo Mao no sabrá de este plan para crear discordia entre todos nosotros, así que posiblemente no sea la mejor opción para confiarle ese tipo de información. Tampoco Matsuda, para él tengo planeado otra misión—Pensó en Kenzaburo —Que Kenzaburo tampoco esté presente en esta audiencia puede resultar beneficioso, pues siempre tiene un afán por causarme dolores de cabeza cuando de destruir estrategias se trata.

—Yuzuki —la miró con complicidad —Tú y yo tendremos el trabajo de hacer que Kato salga de su dojo ya cuando toda esta información llegue a él; vamos a desestabilizarlo haciéndolo creer que sus palabras en verdad han influido en mi mente; pues sé que me estará observando—Takano había empezado a formular este plan desde que vio a Takeda derrotado en el dojo. Un estratega debía planear por adelantado, pensar en las diferentes combinaciones y avanzar de acuerdo a como se desarrolla la situación. Y el hecho de que Ryohei presenciara todo lo acontecido en el jardín favorecía la situación— Nuestro objetivo será siempre mantener a Kato en movimiento, siempre obligándolo a pensar que más necesita para destruir por completo nuestra moral, así que tendremos que resistir y a su vez esperar lo inesperado. Si Kato hace un movimiento atípico de él puede que esté considerando que todo lo que estamos haciendo es una táctica, si lo llevamos por ese camino debemos ser más cautelosos.

—Al ofrecerle ventajas, puede hacer que el enemigo se acerque por su propia voluntad. Es ahí dónde entras tu Kuroki; necesitamos información, Kato tiene un lugar secreto— dijo mirando a Jiin quien entendía a la perfección por dónde iba la idea de Takano —Un sitio el cual ninguno de nosotros a logrado descubrir, ni siquiera Shinrin. Es un lugar dónde descansa, o al menos creemos eso— Jiin afirmaba.

—Jamás lo hemos visto comer; pero es obvio que debe hacerlo en algún momento y en algún sitio— mencionó Jiin.

—Esto es algo difícil de conseguir, Kato no es alguien sigiloso; pero si escurridizo, sabe engañar a los rastreadores, desconozco que pueda ser esto. Si tu habilidad es suficiente para descubrir este sitio será idóneo; allí podrás envenenarlo. Pero si no logras encontrar este sitio, simplemente tendremos que recurrir a las agujas de Shinrin —miró a aquellos que conocían de venenos —Es posible que tengamos que inmovilizar a Shinrin antes de que Kuroki pueda envenenar a Kato.

Miró a Takeda —Este plan funcionará si un factor permanece aislado, ese eres tú Takeda; debes confiar en nosotros, mantente alejado de toda esta situación; le pediré a Matsuda que te acompañe pues no quiero que estés solo —se enfocó en Matsuda —Si fallas en mantener alejado a Takeda de todo esto, pondrás en peligro la estrategia.

—Desde ahora inicia el engaño; seré yo quien salga primero, colérico por su incompetencia. Nadie romperá su engaño hasta que Kato caiga; no importa que tan doloroso sea, lo que importa es cumplir la misión y que ninguno de nosotros caiga por un mal cálculo. Debemos evitar una tragedia; pero si es necesario que haya golpes, no se detengan, todo lo necesario para que la farsa sea creíble. Por hoy será mejor que todos vayamos a dormir, a menos que su estrategia requiera organizar algo esta noche— lo decía principalmente por Hideyoshi y por Kuroki.

—Este plan debe resultar en un día; no podemos darnos el lujo de creer que tenemos suficiente tiempo. La información dada por Hideyoshi es de vital importancia; Kamakura nos debe beneficiar justamente para salir victoriosos en Shizuoka, si no ganamos en Kamakura; puedo asegurarles que iremos acumulando fracasos — culminó para esperar comentarios finales, si no los había era el momento de salir colérico, algo que no le costaría trabajo. Siempre estaba colérico.

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John Whitelocke Gigavehl Kuno Vizard Bruno TDF Hitori Insane EN Auditore

• Kirara
• Murai
• Riku
• Takano
• Yuzuki
• Inosuke
• Hideyoshi
• Kenzaburo
• Takeda
• Misato
• Heya
• Tetsuo
• Shinko
• Matsuda
• Taiyo
• Kohaku
• Kuroki
• Mao
• Togashi
• Rengo
• Natsu

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Riku

Kirara llego a su conclusión, una en contra de mí propio deseo. Una decisión que puede llegar alimentar mí paranoia por un largo tiempo. Alguien como èl... debe morir para dejar de hacerle mal a otros, detener de una vez su cadena de acciones.

Suspiro de forma pesada, bajando la cabeza y apartando los ojos de ella. Tal vez soy un poco obvio, esa no es la decisión que espere.

"Comprendo. No volveré a mencionar su muerte hasta que el tema se resuelva". Y aún así lo acepto, no tiraré mis palabras anteriores. "Es bueno progresar. Crecer y cambiar". Vuelvo a levantar la cabeza, sonrió mientras mí desánimo se va quedando atrás.

En unos días, hizo un cambio que me hubiera tomado años. Fujiwara. El Clan está lleno de miembros fuertes, capaces de pelear consigo mismo como contra el enemigo.

Esa es la impresión que me dan.

La sigo por detrás mientras se acerca a Murai y dejarle en claro cual es la sentencia que le sigue.

Quitarle los ojos... me agrada. Privarle de sus sentidos, literal.

"A no ser que prefieras hacerlo con las manos". Hurgo por unos instantes debajo de mí túnica, hasta sacar el Tanto de Kirara agarrándolo por la parte del filo. Se lo ofrezco, dejando que lo agarre la empuñadura. "Esto puede resultar más cómodo".

También podría ir por una herramienta más... adecuada para el trabajo, pero solo puede llegar a resultar en una pérdida de tiempo.

Lo considero. Una parte sensible como los ojos, le podría permitir cierto margen de maniobra para quitarse la vida. "Creo no es necesario decirlo, pero mejor asegurarse de tener su cabeza quieta durante la realización del... castigo".

Una vez devuelto el tanto a su legítimo dueño, sea para regresarle la propiedad o usarlo para quitarle los ojos. Desenfundó mí propia Katana, dejando que el negro óxido de su hoja se mezcle en oscuridad de la mazmorra.

La mantengo al costado de mí cuerpo, apuntando tranquilamente hacía el suelo. "Si me permites sugerir. El tacto también es un sentido". Sonrío de forma levemente desquiciada, regresando mí deseo de querer torturarlo de la noche anterior. "Parálisis total o parcial. Lo malo del total, es no se podrá hacerle sufrir demasiado en cuanto al dolor físico. En cambio". Muevo la punta de la hoja hacía la parte trasera de su pie izquierdo, tocando su tendón con suavidad. "Sus piernas. Tampoco las volverá a necesitar".

Me regreso a mirar a Kirara, esperando su confirmación. "No haré nada de lo cual no estes de acuerdo".

"Pero es mejor si todo termina esta noche".

 

Mazmorra
(Kirara; Riku)

Kirara tomó el tanto y lo empuñó con una mueca en su rostro —Huele a pescado, Riku; ahora entiendo por qué tu katana está tan oxidada— mencionó sin sonreír, sólo estaba haciendo hincapié en algo que era obvio. Observó a Murai, este se mantenía tranquilo, con una leve sonrisa en el rostro; no se podía definir si estaba indiferente ante la situación, si estaba asustado o incluso aliviado.

—No te preocupes Riku— decía Kirara sujetando más firmemente el cabello de Murai y empujándolo hacia la pared lo mejor posible, pues si de algo se sentía orgullosa era de su fuerza, sus manos eran como un par de pinzas, nada se le podía escapar, y si lo intentaba se rompería, como todo lo que parecía tocar —No se moverá, recuerda que soy médica; sé perfectamente qué cortar y qué músculo sostener.

Kirara miró las acciones de Riku con preocupación; lo estaba disfrutando. Iba a negarse, iba a proponer dejarlo simplemente sin vista por el momento; algo que ella haría con rapidez, pues no pensaba alargar el procedimiento. Pero recordó el silencio de Shinko y algo en ella despertó, una leve sonrisa se escapó y afirmó a Riku —Sólo un tendón, elige la pierna que quieras; y cauteriza con fuego. Las heridas de los ojos dejan de sangrar en un tiempo pero las piernas y brazos tienden a causar más ruido si el corte no es preciso. Incapacítalo; pero espera...— Kirara le extendió la katana que le había prestado —...no quiero que muera por una infección, tu katana lo terminará matando y no planeo cuidarlo para mantenerlo con vida.

Murai se mantuvo firme; su leve sonrisa se mantuvo en el proceso; Kirara fue precisa dos punzadas con su tanto, rápidas y no tan profundas que causaron un gemido de Murai; el ardor era tal que sus párpados perforados se comprimieron por el dolor. Después la acción de Riku lo hizo soltar un verdadero grito siseante, el corte fue preciso y la sangre se mantuvo fluyendo a un ritmo controlable. La herida fue sellada con el fuego de una antorcha, provocando que el aroma a carne quemada llenara el ambiente.

—Huele delicioso— mencionó Murai aun sonriendo, con un rostro pálido y lágrimas de sangre.

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Monpoke

 

Daichi Nishimura
[Sala de Reunión]

“Tienes que purificar tú mente, Daichi, afrontar de todo aquello que te está limitando…”, pensé. Actualmente, me encontraba sentado en el suelo, en la sala de reunión, escuchando, pero no oyendo, observando, pero no viendo. Mi mente se había desconectado después de leer la inscripción de la pequeña aldea destruida en el “purgatorio” del Monte Genji.

“Los demonios carmesí volverán… hemos destruido ciudades enteras para obtener lo que queremos…lo quemaremos todo; hombres, mujeres, niños; todo arderá...—”

Al leer esa inscripción, sentí como algo se quebraba en mi pecho, algo que juraba haber reparado en mis andanzas por Japón. “Son reales…”, pensé, apretando mis manos bajo la mesa de reunión para no temblar. Las escenas volvían como un recuerdo lejano. “Tienes pánico, Daichi….”, escuché la voz de mi padre en mi mente. “…¿Por qué te vuelves a enjaular, pequeño Nishimura?...”, una segunda voz que no se me hacía conocida inundaba mi mente, casi como si fuera una consciencia que se mantenía latente, solo saliendo en esos momentos.

Dos días antes, cuando estábamos dispuestos a salir del bosque de Kamakura y justo al leer la inscripción, lo último que escuché de manera atenta fueron las palabras de Matsuda:

“—...Ellos creen que son salvadores de Japón, Akai tsubasa no bushi, los samuráis de Alas Rojas…—”

Al recordarlo, apreté mis manos con más fuerza, mordiendo el interior de mi mejilla. Finalmente, había descubierto su nombre “Los samurais de Alas Rojas...Desde el inicio estuve mal…”, me grité en el vacío de mi encierro mental. “Dos años de viaje y nunca pude descifrar nada…”. En otro momento habría llorado, pero ahora, en la posición que me encontraba, aquella tristeza sirvió como el catalizador para una llama de odio.

—Hiyama…— volví a susurrar aquel nombre para mí, en medio de la audiencia, con la sensación de escuchar las voces a los lejos de Takano mientras argumentaba con Yin del Clan Tao y Taiyo del Clan Fujiwara.

“El clan Fujiwara…”, miré a quién hablaría por todo el clan. “Ellos conocían a mi padre…”, lo continué mirando, recordando el rollo de papel que me había enviado uno de los mensajeros de la red Nin.

En esos dos días que habían transcurridos, era consciente que habían pasado demasiadas cosas. Takano se había encontrado herido, pero… Yo aunque había decidido formar parte de este clan tampoco lo conocía lo suficiente y era consciente que si se enteraba lo que había sucedido en Shizouka, con Ukita, probablemente empeoraría la situación. El atacante estaba siendo interrogado en ese justo momento por miembros de ambos clanes.

“No es momento de importunar…”, pensé y así, retraído y atormentado, dejé que los miembros más importantes dentro del clan tomaran las decisiones, recluyendo mi ser en mi habitación en el castillo. Solo saliendo cuando fuera necesario.

“Buscar la paz…”, cerré mis ojos en medio de la audiencia, recordando lo que había hecho en esos días. Medité, intentando poner en orden mis pensamientos sobre los demonios carmesí y el pasado que me atormentaba. Yo, estoy seguro de que existo como dos personas, una forma inerte que es el Daichi Nishimura que murió junto a su familia en Hiyama, pero se negó a ser enterrado… Y el actual, un practicante del Ninjutsu y samurai… Daichi Minamoto, la última sombra de los Nishimura.

Practiqué en soledad con mi katana, persiguiendo mi sombra en la habitación, asegurando que aquello a lo que me enfrentaba en mi mente era a la imagen perversa que me acechaba hasta en sueños. Mi pesadilla, la imagen del demonio carmesí que invadió mi casa y dio por terminada la vida de mis padres.

En este espacio onírico de mi mente, mi realidad alternativa, aquel atacante se movía como un ente incorpóreo, aunque podía visualizarlo. Su presa, había sido atravesada por su Katana a través de la puerta de hojas de bambú. Allí yacía muerto el Daichi Nishimura de hacía dos años. Intenté defenderme, pero, no tenía katana, el sueño terminó mientras observaba sus ojos infernales. Me levanté de un golpe, con sudor en todo mi cuerpo, inspeccionando la habitación, buscando mi arma, asegurándome que había vuelto a la realidad material.

En ese momento quise salir, encontrar respuestas, Matsuda parecía saber, otros miembros podrían haber encontrado más pistas. “¡El bosque…!”, estaba seguro de que volver allí encontraría el camino, pero… No era prioridad y peligroso. Después de todo lo que estaba sucediendo, debía abstenerme de ser impulsivo. “¡Tengo que ir a donde la líder del Clan Fujiwara… Obtener respuestas…!”, ellos estarían ocupados encargándose del hombre de los mil rostros. “Ukita.”, apresado por el regente de Shizouka, esperando que los fuésemos a rescatar.

Mi mente volvió a la audiencia. Toqué con ligereza mi rostro, sintiendo bajo la yema de mis dedos el relieve accidentado de la herida cicatrizada, lo que unificaba a los dos Daichi. Suspiré. “Dices que estás buscando justicia, te ves como agente moral al portar la Katana y seguir el código del Bushido lo mejor que puedes… Tienes que crecer Daichi, no puedes seguir corriendo por Japón sin sentido…”, me recriminé.

Me conecté ligeramente con la conversación. Cambié mi postura, no podía esconderme de todo lo que estaba sucediendo, Takano ya nos estaba pidiendo que formáramos parte de su plan. Vi a Takeda, lo noté perdido…No, derrotado. Tragué saliva de manera precipitada y abrí mis ojos, no de sorpresa, sino de realización. Dentro de él, sentí la llama de lucha cuando mencionó al Ukita, pero… Takano ya lo había dicho, todo tiene su ritmo.

—Todo tiene un ritmo…—susurré, repitiendo sus palabras. Suspiré, pasé la mano por mi rostro estrujándolo un poco para despertar el espíritu de aquella nostálgica somnolencia. “El tiempo no se te está escapando de las manos, Daichi…”, suspiré.

Entonces, escuché a Takano, poco a poco volviendo a la realidad material. Mis oídos atentos a sus palabras, no podía permitir fallarle de nuevo, no después de lo sucedido en Shizouka. Algo volvió a encenderse dentro mí.

Takano terminó de explicar su estrategia. Asentí por inercia. Nadie había decidido hablar. Tomé aire. — Señor Takano, basándome en mis habilidades de sigilo y rastreo considero que podría asistir al joven Kuroki en su labor de buscar el lugar secreto de su pad…—me detuve un momento. —...Del señor feudal Kato Harima, bueno, eso si el joven le parece bien que le ayude.—respondí, buscándolo con la mirada, sonriéndole ligeramente. —No soy tan ágil como él, pero sé como seguir a criaturas más pequeñas e igual de escurridizas.—miré al techo, intentando pensar en algo más. —Jiin o Takano tendrá que decir lo que saben o lo que creen saber sobre la rutina de su padre dentro del dojo, así podremos saber que esperar en teoría, aunque sea meditar o cortar muñecos por varias horas.— respondí, esta vez sin dirigirme de manera formal, en mi mente lamentaba que Rengo o Shinrin no estuviesen allí, podría haber resultado beneficiosa su presencia. —Kato Harima tiene cuerpo, simplemente no se puede esfumar en el aire, estoy seguro de que lograremos encontrar su lugar escondido. —me callé, esperando las respuestas tanto de Kuroki como de Takano. Mi mente continuó divagando, había varias posibilidades donde podría resultar de ayuda. La somnolencia del espíritu finalmente había terminado.

 

Mao/Masuyo Kobayashi
Herbolaria

Podía escuchar con facilidad su propia respiración pesada, aunque calma, y el latir nervioso de su corazón, con eso descontando el silencio de la habitación era absoluto. Dejó escapar el aire con suavidad por su nariz, entornando aún más la mirada y apretando los puños sobre su regazo en cuanto Shinrin soltó un simple "entiendo". Pestañeó un par de veces con rapidez, centrándose en su respiración y agradeciendo no haber soltado ninguna lágrima.

Pero para bien o para mal, la hogareña no había terminado de hablar. Mao la observó con atención, manteniendo con una dificultad poco habitual el rostro serio. Cuando la otra hizo la comparación de Takeda con su yo de hace dos años tan solo tuvo un pequeño tic en el ojo, provocando que lo entrecerrara un poco más que el otro, volviendo a la normalidad luego. En verdad le entristecía saber eso, más cuando ella misma había visto como de a poco iba decayendo más y más, aparte de saber lo difícil que era recuperar la personalidad de tiempos mejores.

Era claro que él líder necesitaría todo el apoyo posible. La niña inhaló hondo cerrando los ojos en cuanto Shinrin calló, suspirando después con pesadez. Sus ámbar aún opacos volvieron a sostener la mirada de la chica. Sus manos se habían destensado, ahora extendidas una sobre otra en su regazo.

—Esas son palabras mayores —soltó aún con la voz grave y monótona, aunque ahora con el volumen habitual y algo más firme—, y no sé que sacas con decirsélas a una desconocida.

Guardó silencio un momento, pensando en como podía llegar a ser hasta peligroso esa transparencia. Se tentó en decírselo, que ella misma podía no ser alguien de fiar y ahí andaba ella soltando esas declaraciones como si nada, y hasta podía tomárselo como si fuera tan solo una manera para despistar de su parte, que al ser un miembro reciente se tragaría con facilidad lo que decía; pero no era momento de estar poniendo a prueba ni su propia lealtad ni la ajena, plantar esa desconfianza podría ser contraproducente en esos momentos donde tanto los lazos entre clanes como el propio Takeda se mostraban delicados.

>>¿Y él lo sabe? —prosiguió tras el leve silencio, aún con la voz firme y alzando un poco el mentón, casi altiva y la mirada rasgada fija en la ajena—, no necesariamente que te vayas a ir contra tu propio padre si es necesario, sí no que puede contar con tu apoyo, ¿le has dejado claro eso a él? Porque a mí no me sirve mucho saberlo si no es el caso —finalizó con la voz calmada, sin acelerarla en ningún momento.

De a poco el alivio del remedio fluía por su cuerpo, y algo de somnolencia le transmitía el crepitar del fuego. ¿Hasta dónde llegaría aquella conversación? Ni siquiera estaba segura por qué le brindaban tanta atención a la chica.

 

Riku

Me contengo el hacer una mueca confusa por su comentario directo hacía el estado de mí katana, los dos. Sin saber si tomarlo como un insulto o un regaño. Probablemente el último. Y, particularmente, el primero no me importaría.

Una hoja oxida y sucia casi en totalidad, cualquiera se averguenzaría de mostrar su arma así. No es tanto mí caso. Si lo intento, podría recordar las fases por las que pasó hasta llegar a su estado actual. Es técnicamente normal para mí verla así.

"Hay una razón detrás del olor". Digo tranquilo mientras guardo mí katana y tomo temporalmente la katana que le ofrecí. También inclinandondome en disculpa por utilizar su Tanto para pescar. "Luego sabrás el porque".

Preferí ahorrarme la corta historia detrás de ese olor, no el momento para eso. Además, es seguro preguntara en el momento vea la katana que le conseguí a Taiyo, suponiendo que Shinko ya se la hubiera entregado.

La mirada de Kirara me hizo recapacitar por un momento. Lo hago de nuevo, mostrar un lado no propio de mí. Lo he llegado aceptar, pero creo me estoy empezando a cansar de causar malentendidos...

Espere hasta que Murai perdiera ambos ojos antes de relajar mí expresión de la forma más silenciosa posible, se acabó, esa fachada llego a su fin.

Entonces realice mí parte de esta tortura, en silencio y rápido, sin mostrar un grado de satisfacción en mí rostro.
Ahora, probablemente Murai deje de ser tanto una amenaza.

"Lo siento". Agachó un poco la cabeza mientras le entrego de regreso la katana, luego de que su herida fuera cauterizada. "Este... rasgo en la tortura proviene de un viejo conocido".

De nuevo, una repuesta a medias, no queriendo revelar mucho de mí pasado. Ese tipo, tenía una actitud diferente al torturar. De alguna forma al parecer me lo contagio un poco.

Y llegó el comentario de Murai, corto y directo. Desagradandome al instante. "¿Caníbal?". Escapó fácil de mis labios al momento de registrar sus palabras.

Probablemente sea uno de sus trucos, razón por la cual no me moví de mí lugar.

Considerar el olor de la carne humana delicioso, su propia carne. Estás enfermo si esas palabras resultan ser ciertas.

 

Herbolaria (Mao; Shinrin)

Shinrin observaba a Mao del mismo modo que Kiba lo hacía, esperando algo; un movimiento, una palabra, una señal. Mao era selecta con sus palabras, Shinrin podía notarlo; pero su edad no parecía corresponder con ese nivel de control, era una niña muy lista, aquello era obvio; pero había más detrás de esa prudencia pues también había valentía, aunque aquello no era de Shinrin a indagar, ella también era prudente, sabía hasta dónde presionar.

"Una desconocida"

Tenía razón, aunque eso ya lo sabía; escuchó su breve silencio mientras observaba sus movimientos, nuevamente podía ver como su mente estaba organizando sus pensamientos. Su voz volvió a sonar y cada palabra le perforó el cuerpo, eran palabras que ella sabía; pero escucharlas de alguien más era difícil, no estaba acostumbrada a seguir consejos porque no estaba acostumbrada a oírlos. Su soledad la había absorbido por dos veranos, se había acostumbrado a escuchar su voz en su mente más que en el ambiente, era bueno volver a hablar tan seguido.

—Todos somos desconocidos, incluso mis hermanos lo son— mencionó a su comentario anterior, y lo que decía era cierto, sabía poco de cada uno de ellos — Pero había estado sola por mucho tiempo, pensando que tal vez estaría sola por siempre. Siempre esperando. Por eso hablo ahora, es un entrenamiento mas; saber expresarse también es algo que debe dominarse para conocerse a sí mismo y sobre todo para entender a los demás.

Shinrin sujetó a Kiba por su mentón para acariciar su hocico, esto hizo que el lobo se relajara, recostándose por completo mientras cruzaba sus patas delanteras para colocar su cabeza en ellas.

—Creo que los hombres siempre necesitan escucharlo con palabras; son tan torpes entendiéndolo de otros modos —decía mientras masajeaba sus sienes, recordando lo difícil que ha sido tratar con los hombres de su familia — ¿Por qué deben ser así? —preguntó tanto a Mao como al mismo espacio, a Kiba, a los Dioses — Hablaré con Takeda —Concluyó mientras se levantaba indicándole a Kiba que se quedara en su sitio, protegiendo la herbolaria —Puedes permanecer aquí hasta que te sientas mejor, si no tienes nada más que decir será mejor que vaya a hablar con él —mencionó mientras revisaba que todo estuviera en orden y en resguardo mientras ella no estaba; no podía ser tan descuidada como la noche anterior.

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Mori

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Mazmorra
(Kirara; Riku)

Kirara negó ante la disculpa de Riku —No debes disculparte Riku; tu has estado a mi lado, no debo crear prejuicios hacia los míos, no planeo interrogarte; pero sabes que estoy dispuesta a escucharte si lo necesitas, recuerda que ahora estás cobijado bajo nuestro apellido, eres de nosotros; no seremos de la misma sangre pero nuestra alianza se ha forjado con acero.

Murai sonrió ante lo que escuchaba, se notaba la burla en esa simple expresión la cual temblaba y mostraba palidez.

—No lo soy... aun —respondió ante Riku— pero si me cortan un dedo y me lo dan después de quemarlo no lo despreciaría; podría comer mi propia carne con el hambre que tengo.

Kirara lo ignoró —Yo me quedaré aquí haciendo guardia, también por desgracia debo curar un poco el desastre que le causamos; o morirá de traumatismo.

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Monpoke

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Sala de reunión
(Takeda; Jiin; Takano; Matsuda; Yin; Taiyo; Shinko; Clan Azai; Hideyoshi; Misato; Kuroki; Kohaku; Daichi; Heya; Togashi; Yuzuki; Natsu)

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Takano dirigió su vista hacia Daichi que comenzaba a hablar —No temas al decir que es mi padre; lo es. En cuanto a la idea de ir con Kuroki me parece perfecta; aunque he de decir que el rastreo no funcionará; mi hermana también sabe rastrear junto a su lobo; pero siempre hay algo que evita seguirlo, desviándolos. Aun así dejaré que lo intenten, tal vez descubras algo que mi hermana no ha logrado hacer —Miró a Jiin quien afirmó.

—Nuestro padre es un hombre de costumbres; el día de mañana es kayoubi; día del fuego. Eso significa que es día de entrenamiento por combate con sus alumnos. Estos alumnos son los guardianes de Kamakura. Revisará sus técnicas e implementará los castigos a aquellos que no están rindiendo en el entrenamiento, esto será hasta mediodía; es el día de entrenamientos más corto pero más explosivo. Por la tarde seguramente se reunirá con Ryohei a hablar de las necesidades en Kamakura— mencionó Jiin para después regresar la vista a Takano.

—Después de medio día no sabemos que hace; se supondría que revisaría el progreso del entrenamiento de Rengo; pero dudo que en estos momentos se acerque al santuario, así que seguramente se aislará en aquel sitio que mencionamos; creemos que entrena en secreto, y también es allí dónde debe comer. Por último antes de que anochezca toma un baño en la catarata del bosque; para terminar regresando al dojo, donde duerme— Mencionó Takano hacia Daichi y Kuroki.

—¿Alguien más tiene una sugerencia? Si no es así, iniciaremos— Preguntó Takano cruzándose de brazos.

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John Whitelocke Gigavehl Kuno Vizard Bruno TDF Hitori Insane EN Auditore OneMoreee
Pueden proponer algún plan dependiendo de sus habilidades; Takano está dejando bastantes libertades así que pueden aprovechar. En el siguiente post cierro esta audiencia :3

• Kirara
• Murai
• Riku
• Takano
• Yuzuki
• Inosuke
• Hideyoshi
• Kenzaburo
• Takeda
• Misato
• Heya
• Tetsuo
• Shinko
• Matsuda
• Taiyo
• Kohaku
• Kuroki
• Mao
• Togashi
• Rengo
• Natsu

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  PV= 100 pv
  
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  PV=60 PV
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 90 pv
  +10 defensa (yoroi)
  
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  PV= 60pv
  
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  PV= 40 pv
  
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  PV= 70 pv
  
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  PV= 70 pv
  
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  PV= 100 pv
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 80pv
  
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  PV= 80pv
  +3 defensa (sode)
  
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  PV= 80 pv
  
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  PV=100 PV
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 60 pv
  
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  PV= 80 pv
  
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  PV= 60 pv
  +3 defensa (kabuto)
  

 

Riku

Las palabras de Kirara tocaron donde más duele, mí punto vulnerable.

Comprendo. Lo dejo en claro cuando menciono que no trataría de evitar, al menos no demasiado, mí gusto por el sake. No me obligará a nada.

Pero, esas palabras no fueron lo que me golpearon.

Me marchó lentamente de la celda, caminado en reversa y bajando la cabeza por cada paso.

En un punto me pongo la capucha de mí túnica sobre la cabeza, cortando su línea de visión hacia mí rostro. Un rostro que solo muestra confusión, desorden y pena.

No quiero ser visto así. Necesito... recomponerme.

Dirijo la mirada hacia la salida de la mazmorra y manteniendo una distancia de pocos pasos, considerando en salir corriendo y dejar todo atrás. Fue rápidamente descartado. Me prometí no ser la misma persona que huye.

Seguí escuchando con perdido interés, siendo más una formalidad que intencional. Ahora solo quiero desconectarme del mundo. Volver a no ser consciente de nada.

"Estaré aquí... Vigilando". Trato hablar como lo haría normalmente, todo en un inútil acto de fingir estar bien. "Está... Encadenado e incapacitado, ¿Crees... necesario seguir teniendo un ojo en èl por las noches?".

Un tema para conversar. Una distracción simple.

En silencio aprieto los puños, volviendo a maldecir mí maldita incompetencia. Una y otra vez. Dejándome dominar por ese pasado que deje atrás.

Ese pasado se encuentra destruido, no queda nada ni nadie. Yo debería ser olvidado, pisoteado y humillado. Merezco la muerte.

Lo supere, a ese pasado, me dispuse seguir adelante. Me digo eso, y es una verdad. Permanezco de pie.

Lo que me pasa es... hay detalles en los que aún me encuentro en duelo.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

Castillo

Escuchó cada palabra de Takano sin inmutarse y sin interrumpir. El plan de Takano cobraba el matiz exactamente opuesto al que él había pensado. Hideyoshi creía que podría usar al pueblo en contra de Kato bajo la presunción de que el clan era fuerte y Kato era injusto. Takano, por el contrario, pensaba en esparcir el rumor exactamente opuesto. Se sorprendió al verse contrariado, pero sin inmutarse, como ya se dijo. Takano era un militar, y él era un político, las diferencias radicaban en ese aspecto.

"La guerra y la política son dos formas de lo mismo, pero no puedo negar que cada una tiene un arte que se escribe con una mano diferente", pensó.

Una vez que la audiencia comenzaba a dar señales de que estaba por finalizar, se acercó al estratega, segundo al mando del clan, para hablar con él en privado.

—Comprendo el plan. Seremos en cierto sentido como un dragón de varias cabezas, cada cabeza actuará por su cuenta, como si fuera independiente del resto, pero lo que aparece oculto para todos es que esas cabezas están unidas en un torso. Aparentaremos ser una organización desordenada, pero el desorden será parte del plan, por lo cual detrás del desorden estará el orden. Cada cual ejercerá su rol, y si de tratarse con el resto del clan se trata, simularán discordia y conflicto en público, pero en privado cada uno sabrá lo que el otro está haciendo, y que todo eso es en pos de un objetivo estratégico que resultará en un fin positivo para todos.

Carraspeó antes de seguir, sin primero sentarse, cruzarse de piernas y acomodarse un poco el cabello que por el calor presente comenzaba a sudar el cuero cabelludo.

—Estoy seguro acerca de como proceder con el rumor. Difundiré la idea a través de mis contactos de que estamos derrotados, humillados, desorganizados... que somos apenas algo mejor que un trozo de tela deshilachada. De lo que no estoy seguro es como proceder con el asunto de Shizuoka, dijo usted que debíamos tratar esto en privado. Pensaba en reunirme con Kahia y dirigirme hacia Shizuoka, pero usted ha hablado de comunicarnos mediante misivas. Entonces tengo varias preguntas:
¿qué dirán las misivas? ¿qué haré yo, iré a Shizuoka o me quedaré aquí? En caso de irme, ¿dejarás todo en mis manos o hay alguna linea de acción que considere imprescindible, de la cual no me puedo desviar?

Se paró, y se apuró a interrumpir la posible respuesta de Takano, ya que tenía algo más que agregar.

—Y hay un par de detalles más. No los comenté en público, por tratarse de su hermano. Me llegaron rumores de los lugareños, al parecer su hermano es bastante impopular, a Rengo me refiero. Han estado esperando que muriera a causa de sus heridas. Por otro lado, en el pueblo no están seguros del regreso de Takeda, al parecer conocen el rumor pero lo toman muy a la ligera.