Three-shot Kōbe no kattosurōto

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Amelie, 11 Julio 2021.

  1.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    7,836
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Kōbe no kattosurōto
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    776
    Corre, corre, corre...



    Kozaemon escuchó las palabras de su madre; pero no podía alejarse, no correría, no la dejaría sola enfrentándose al peligro.

    Ella al ver que su hijo no se movía lo empujó mientras sacaba debajo del tatami una vieja katana, su esposo no estaba cerca y debía defender su hogar, todas las mujeres estaban preparadas para hacerlo; pero no Mikami, sus manos temblaban, era la primera vez que Kozaemon veía eso en aquellas delicadas manos que se dedicaban a la alfarería. Jamás le temblaban las manos, su precisión era fundamental en su oficio. Pero la katana se aleja completamente de la arcilla.

    El calor de las manos domina la temperatura de la arcilla; el frío del acero domina las manos del portador.

    —Kocha, escóndete por favor, corre y...— la puerta de papel se destruyó de un impacto interrumpiendo las palabras de Mikami.

    —Otra casa... —dijo el samurái bajando su katana, detrás de este entraron otros dos. Los tres eran adultos ataviados con un yoroi rojo, pero el samurái al centro portaba algunos detalles en oro.

    —Debemos acabar con todos —mencionó el segundo samurái.

    —Te equivocas; son civiles, no debemos matarlos— mencionó el tercero.

    —No mataré a una mujer y a su hijo. Y si el mismísimo Inugami me asesora no hacerlo, me abstendré a manchar mi arma de sangre innecesaria— mencionó el samurái en rojos y oros.

    —Señor Sakurai, no debemos dejar testigos— el segundo insistía en matarlos.

    —Si no dejamos testigos ¿Cómo esperas que se propague nuestra hazaña?— Sakurai se inclinó y miró al pequeño mientras Mikami apuntaba con sus manos tambaleantes a Sakurai en defensa a su pequeño. El samurái conocido como "Inugami" sujetó el hombro de la mujer y le negó, haciendo que de inmediato bajara el arma.

    —Recuerda niño; hoy Taira no Sakurai ha perdonado la vida de tu madre y la tuya, corran ahora, avanzaremos por el norte de Kobe, vayan hacia el sur.

    Mikami tiró la vieja katana y abrazó a Kozaemon para después hacer una reverencia ante Sakurai, para después cargar al niño y salir corriendo.

    Su madre y él lograron escapar hacia el sur, las palabras de Sakurai eran ciertas, no había soldados en esa área. Se escondieron en un arrozal hasta que escucharon los pasos de alguien cerca, al levantar un poco la frente pudo notar a su padre quien los miraba con incredulidad, estaba asustado y lleno de sangre; pero no era el único hombre allí, a su lado estaba aquel segundo samurái, aquel que deseaba eliminar testigos.

    —El señor Taira es bastante benévolo, no dudo que esa benevolencia le juegue en contra un día de estos— desenfundó su katana— Yo soy la sombra la cual debe cuidar de él, no dejaré testigos, porque yo soy Gendo Mori; el asesino del fuego, quemo todo a mi paso — en ese instante, su espada hizo fricción con una larga piedra en su cintillo, la cual provocó que su katana prendiera fuego mientras empujaba a su padre hacia ellos y comenzaba a quemar el arrozal rodeándoles en un círculo perfecto.

    Las llamas comenzaron a hacer lo suyo, mientras que Gendo se alejaba escuchando los gritos de los tres, no sonreía, no se regocijaba del dolor, simplemente cumplía con un deber que el mismo se había impuesto: Jamás dejar testigos.

    En un acto desesperado, sus padres levantaron a Kozaemon para arrojarlo con fuerza lejos de las llamas, el logró escapar y rodando en las plantas logró apagar el fuego en su cuerpo; miró a sus padres y corrió por agua para apagar las llamas; corrió tan rápido como pudo, corrió llorando, deseando que esas lágrimas fueran suficientes como para apagar las llamas.

    Pero cuando regresó era muy tarde, el pequeño balde de agua sería inútil ante un campo completamente cubierto en llamas. No había gritos, ya no había nada.

    —Gendo Mori...— decía Kozaemon mientras avanzaba sin miedo alguno hacia su viejo hogar, ya había perdido todo, el miedo lo abandonó porque la esperanza no existía, sentía su ropa pegada a su cuerpo quemado, ardía con cada paso. Su rostro estaba intacto, así como sus manos; gracias a que sus padres lo protegieron de aquellas llamas lo suficiente para que este no ardiera por completo. Kozaemon siguió avanzando, y llegó a su hogar. Tomó la vieja katana que tenía su madre — El asesino del fuego...— repitió mientras su mirada perdía su última luz de inocencia, para ser sustituida por una llama más alta que aquella en el arrozal —Mi nombre dará más miedo que el tuyo. Te mataré, y vendré a colgar tu cabeza en Kobe, dónde crearé mi leyenda.
     
    • Sad Sad x 2
  2.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    7,836
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Kōbe no kattosurōto
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1085
    Kobe no fue completamente destruida, sus construcciones seguían en pie; pero la vida estaba perdida, ni los campos, ni las personas sobrevivieron al fuego. Aquella ciudad que terminó siendo utilizada como un paso por las tropas del Imperio, un sendero rápido por las montañas.

    La soledad de la ciudad comenzó a llamar la atención de los oportunistas: los ladrones; los cuales comenzaron a saquear aquel pueblo fantasma. Pero aun había alguien defendiendo las cenizas de Kobe, un pequeño con un viejo sable. Un niño que ya no tenía miedo porque no tenía nada mas que perder.

    —En un sitio perfecto; aquí podremos venderlas— mencionó uno de los dos hombres el cual arrastraba a una pequeña niña atada mientras el otro revisaba la casa en búsqueda de algo de valor —No hay nadie en esta ciudad, sólo pasan los ejércitos; no hay mejores clientes que soldados —ambos rieron.

    El pequeño Kozaemon estaba escondido en uno de los armarios observando como aquellos ladrones buscaban objetos en su hogar, trataba de encontrar el momento propicio para atacar. Eran dos adultos y él sólo un niño, si no atacaba con un plan iba a morir en su manos. Uno de ellos dio con varios de los kimonos de su madre, los extendió hacia el otro sujeto el cual sonrió con malicia; y fue entonces que algo en su interior se separó de Kozaemon, no pensó mas, salió como un relámpago de su escondite, como un animal en su mas puro estado, observó el cuello de uno de ellos, observó la vena palpitar debajo de su piel; indicando el sobresalto de ver a alguien con vida en esa casa abandonada. Y antes de que pudiera desarmar; Kozaemon ya había clavado el filo en la yugular para después girar el filo dentro de la carne para quedar de manera horizontal y así terminar de deslizarse hacia el otro extremo del cuello.

    La cabeza del hombre colgó de un ligero pedazo de carne que aun lo sostenía al cuerpo; marcando la incredulidad en su mirada. Mientras que el otro hombre lo observaba con miedo y confusión; por lo que no se preparó para sufrir el mismo destino.

    Los cortes no habían sido limpios; los hombres gorgorearon por instantes que parecieron eternos; un sufrimiento para aquellos que buscaban la vida fácil haciéndosela más difícil a los demás. Pero Kozaemon no se sentía conforme con esas muertes, no se convertiría en un verdadero guerrero asesinando a simples ladrones.




    La pequeña permaneció al lado de Kozaemon todos esos años de entrenamiento en Kobe; creció agradecida con él, ayudándolo en todo lo que ella podía, convirtiéndose en buena en pequeñas curaciones, pero sobre todo, aprendiendo a utilizar un arco en cacería. Juntos se convirtieron en los yurei de Kobe, creando una legenda de un pueblo fantasma, donde sus viejos habitantes asechaban a todo aquel que buscaba robar en Kobe; a su vez se escuchaban los rumores que los fantasmas no asesinaban a aquellos que sólo buscaban un sitio en el cual pasar la noche. Y no sólo crearon una reputación; sino que entre ambos consolidaron su relación como pareja. Y la mujer que creció sin un nombre, tomaría el de Gekko.

    En todos esos años, Kozaemon practicó su técnica, tanto en ladrones como en viejos árboles. Y así hasta que cumplió veinte primaveras entrenando constantemente y creando la leyenda de degollador de Kobe; un yurei defensor de lo que quedaba de su ciudad.

    Pero las leyendas también atraían la intriga de personas dispuestas al desafío en Kobe; al inicio simples bandidos esperando encontrarse a la persona que había creado esa historia, así pelear con él para después llevar su cabeza a los pueblos cercanos y demostrar su fuerza en la prefectura de Osaka y desacreditar la leyenda del yurei en Kobe. Pero nadie lograba dar con la verdad del fantasma, y los que desafiaban al fantasma, nunca terminaban regresando a casa.

    Gekko comenzó a colgar las cabezas a la entrada de Kobe, esto comenzó a mantener alejados a los curiosos, y funcionó para que ambos formaran una familia en Kobe; su primer hijo, Konan; y su segundo hijo Sota.

    Dos años pasaron y leyenda del degollador de Kobe crecía, a pesar de que los eventos en Kobe disminuían, al grado de que las cabezas colgadas ya sólo eran cráneos, ninguno con carne al hueso.

    Pero todo cambió cuando un hombre llegó a Kobe, uno con un rostro oculto entre ropajes; avanzó en las calles de Kobe dónde reinaba el silencio, observando de extremo a extremo.

    —Serán fantasmas; pero sus pies pisan fuerte... uno, dos.. tres...—dijo aquel hombre —tres personas en Kobe, ningún fantasma. Es por eso que he venido; porque quiero hablar con la persona, no la leyenda.

    Estas palabras provocaron que Kozaemon saliera de su escondite, interesado en las habilidades de aquel hombre —¿Buscas desafiar al degollador de Kobe?

    El misterioso hombre negó —Vengo a ofrecerle un trato, una alianza con Taira no Sakurai.

    Aquel nombre resonó en la mente de Kozaemon; fue el hombre que había perdonado su vida y la de su madre, a pesar de que la perdería poco después a manos del Asesino del fuego.

    —¿Por que buscaría una alianza?— preguntó Kozaemon, aun con una juventud de veintiséis inviernos en Kobe.

    —Porque aun no sabes hacer el corte perfecto; lo puedo notar en los cráneos colgados, aun eres muy lento; y sin entrenamiento adecuado, jamás podrás mejorar.

    —Te escucho— Mencionó Kozaemon mientras se dirigían a su viejo hogar a conversar. Porque su sueño no era permanecer en Kobe, su verdadero objetivo era tomar venganza ante el Asesino del fuego.

    Allí, aquel hombre conoció las pisadas que había escuchado; las de Gekko, su esposa y las de su hijo Sota, de tan solo cuatro veranos; pero había unas cuartas pisadas, unas que no había detectado, y esas eran las del pequeño Konan, de tan sólo seis veranos.

    Después de una larga conversación; el hombre misterioso se fue de Kobe con su cabeza aun en su cuello; mientras que Kozaemon lo observaba partir, con una misiva en manos con el sello del clan Taira en uno de los extremos.

    Sabemos que no eres un verdadero yurei; pero bajo mi entrenamiento podrás convertirte en una leyenda de carne y hueso, no en simple folclore.
    Ven a Kioto. Aquí, tu familia y tú prosperarán.
    Tienes mi palabra en escrito; esto es una promesa.
    [​IMG]
    Taira no Sakurai
     
    • Fangirl Fangirl x 1
    • Impaktado Impaktado x 1
  3.  
    Amelie

    Amelie Game Master

    Sagitario
    Miembro desde:
    12 Enero 2005
    Mensajes:
    7,836
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Kōbe no kattosurōto
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1473
    Y en Kioto prosperaron; Kozaemon asistió al entrenamiento de Sakurai, aquel hombre que había perdonado la vida de su madre; pero este no lo recordaba, algo que para Kozaemon era mejor, no quería que lo recordaran así.
    Su mujer; Gekko fue entrenada en curación; siempre terminaba atendiendo a Kozaemon después de sus entrenamientos.
    Konan fue enviado a Koga; dónde crecería para convertirse en un shinobi apto.
    Y Sota, el mas pequeño con nueve inviernos ya entrenaba junto a su padre; a quien comenzaba a ver como un soldado mas, no lo veía como un guerrero especial, para él, su padre no era tan fuerte, no alcanzaba la fortaleza del mejor guerrero en Kioto: Gendo Mori.

    Sota fue un niño que creció velozmente; su musculatura era impresionante para un niño de nueve inviernos y su altura era el promedio de un adulto pequeño; por lo que todos decían que aquel niño había nacido para ser Guerrero; y que gracias al entrenamiento de Gendo se había fortalecido; todos ignorando los años que fue entrenado en Kobe, todos ignorando a Kozaemon como el padre, incluso el mismo Sota.

    Kozaemon no fue reconocido como aquel niño indefenso en Kobe por Sakurai; Hashimoto o Gendo; había cambiado tanto que consideraban que aquel hombre era un forajido que se asentó en la ciudad abandonada. Sakurai y Hashimoto creían que los civiles en Kobe habían huido, pues ayudaron a varias mujeres y niños a encontrar refugio. Y Gendo sabía que no podía ser ninguno de esos niños de Kobe; pues el mismo hizo la cacería junto con sus hombres de cada uno de ellos.

    Kozaemon tuvo que comer bajo el mismo techo que el asesino de sus padres; entrenar junto al hombre que había jurado matar; ver como su hijo idolatraba a su mas grande enemigo; quien al paso del tiempo se volvería su mas fiel alumno.

    Los años pasaron e hizo amistad sincera con los líderes de los clanes más representativos en Kioto: Su fiel maestro Sakurai Taira; el líder de los Fujiwara, Moromichi y la contraparte de Sakurai: Sogo Minamoto. Los tres líderes siempre entrenaban a la par; mientras los de segunda casta entrenaban juntos, allí estaría Gendo Mori; Hashimoto (mejor conocido como Inugami) ; y Hiro Sugita. Cada uno de ellos cuidaban la espalda de uno de esos grandes líderes; Hashimoto a Sakurai; Gendo a Moromichi; y Hiro a Sogo.

    La tercera casta defendía a las mujeres de cada clan, pues ellas debían ser comprometidas para mantener la línea de sucesión de cada clan. Tadashi Fujiwara se encargaría del cuidado de Kirara, la hija mayor de Moromichi. Sota, al ser el mejor alumno de Gendo; cuidaría de Shino, la hija mayor de Sakurai. Y Kozaemon, como alumno de Sakurai defendería a la hija menor de Sakurai: Tomoe.

    Sota, su hijo había alcanzado las habilidades de su padre como para pertenecer al mismo nivel. Algo que para la mayoría de los guerreros representaba una vergüenza que el padre no esté sobre su hijo en jerarquías. A Kozaemon esto le importaba poco, lo que verdaderamente calaba en su mente, era que su hijo sirviera órdenes de Gendo Mori.




    El Emperador ordenó una reunión con sus mejores espadachines en el castillo imperial; allí estaba Kyuzo, quien es considerado el mejor herrero de Japón. Akishino le pidió al herrero katanas maestras para todos los presentes; pero Kyuzo es tan honrado como artesano y herrero; que goza de privilegios que otros sirvientes al Imperio no pueden tener; como el hecho de poder negarse a hacer un trabajo si no considera digno al espadachín. No por su pureza de corazón sino por su voluntad de guerrero. Es por ello que realizaron un torneo, dónde sólo los cinco mas aptos guerreros podrían portar una katana hecha por él, pues consideraba que debía forjar cada katana representando a los cinco elementos; fuego; agua; madera; tierra y metal.

    Los vencedores fueron: Gendo; Hiro; Sogo; Moromichi; y Sayuri. Para sorpresa de los presentes, ningún Taira fue elegido por Kyuzo, al parecer comenzaban a distraerse se la senda del Guerrero. Sogo con el respeto debido ante Kyuzo le mencionó que ya tenía una katana que portaba con orgullo (Una de Masamune) y que no podría aceptar el regalo del gran herrero.

    Akishino sugirió al herrero que tomara al sexto guerrero como merecedor de la katana sobrante, este vendría siendo Jotaro; pero se negó, decidió que haría dos para Hiro, al ser el mejor Guerrero a su vista.

    Kyuzo hizo las cinco katanas y fueron entregadas en una gran ceremonia llena de festejos que evidentemente ninguno de los celebrados quería llevar a cabo; a Gendo se le entregó la katana inspirada en el fuego a la cual llamo Konton (caos); a Hiro se le entregaron las katanas inspiradas en agua y madera; a la primera llamó Kaishi (inicio) y a la segunda llamó Owari (fin); a Moromichi se le entregó la katana inspirada en la tierra a la cual llamó Doryoku (esfeurzo); y por último la que era inspirada en metal fue otorgada a Sayuri quien la llamó Chiame (lluvia de sangre)

    Hiro guardaría esa segunda katana, para su primogénito: Tsubaki. Pues por el momento era muy joven, con sólo seis inviernos, el cual no parecía querer seguir el camino del Guerrero. Hiro pidió a Kozaemon que cuidara de esta katana, confiaba en las habilidades de Kozaemon porque sabía que sabría ocultar secretos y podía confiar en él. Algo que a Kozaemon lo tomó desprevenido ¿Acaso Hiro sabría de su pasado?

    —Intentaré vivir bajo sus expectativas — mencionó porque no quería decepcionar a su superior.

    —No empieces algo que no puedas terminar. Hazlo o no, pero no lo intentes —Hiro le sonrió para después irse, confiando plenamente en Kozaemon.

    Kozaemon aceptó cuidar esa katana; pero fue robada a manos de Sota.

    —Eso no te pertenece, no lo has ganado—se impuso Kozaemon ante Sota, quien lo miró sin ningún respeto.

    —¿Vas a acusarme de hurto? ¿En serio? —Sota le recriminó a su padre su pasado; el como había sobrevivido cuando era un niño hasta formar a su familia —Yo no respondo a ti; sólo respondo a mi maestro Gengo Mori; y a la Emperatriz, y ella me ha encargado una misión especial, por lo que debo de llevar un arma igual de especial— sonrió mientras colocaba a Owari en su obi.

    —¿Una misión especial?— inquirió Kozaemon

    —Eliminar a Hana Harima —miró a Kozaemon —Ha escapado de Kioto, y se cree que es porque ha robado algo de valor.

    —Estás ciego, si la asesinas iniciarás un guerra innecesaria y tu serás la carnada ¿Por qué crees que mandan a un niño a una misión para un adulto? —Kozaemon le recriminó

    —¿Me estás impidiendo obedecer a mi Emperatriz? —Sota negó; para salir de allí y emprender camino a su misión. Una misión a la que Kozaemon lo seguiría discretamente.




    Sota encontró persiguió a Hana por varias ciudades; pero no esperaba que Hana supiera defenderse, así que constantemente huía de Sota; pero no parecía querer matarlo, pues Sota era un niño. Así que debía perderlo, así podría regresar a Kamakura sin ser seguida. Pero resultaba inútil, a dónde Hana fuera, Sota aparecía; y Sota sabía que Hana no quería matarlo, por lo que su confianza estaba en un punto tan alto que fue descuidado. Pues Kozaemon no seguía, y él estaba preparado para lo que debía hacer.

    Sota iba a asesinar a Hana; pero Kozaemon se interpuso entre ellos, esto ayudó a que Hana por fin escapara. Sota estaba encolerizado, y fue así que inició el duelo entre padre e hijo. El duelo terminó con uno de los duelistas sin manos y con la cabeza cortada de cuajo. La batalla duró menos de seis segundos. Sota había muerto a manos de su padre.

    Kenzaburô impresionado le preguntó al espadachín vencedor qué había que hacer para portar una espada como la de él pero fue ignorado; Kozaemon estaba sufriendo internamente la muerte de un hijo al que no supo guiar adecuadamente, y ahora su sangre estaba en sus manos. El niño, sumamente orgulloso, tomó una piedra del camino y levantó el brazo para lanzarla pero quedó estático, ya que Kozaemon había desenfundado en un parpadeó y apuntaba con el filo escalofriante a su garganta. Kenzaburô tembló, preso del miedo que tenía.

    —No empieces algo que no puedas terminar. Hazlo o no, pero no lo intentes.

    Kozaemon guardó su katana. Su dolor era tan grande que no recordó tomar la espada que le pertenecía a Hiro; una que Kenzaburo tomaría como suya por años.

    Kozaemon había perdido un hijo ese día; pero sin darse cuenta, el destino le estaba regalando otro, uno que aun no conocía, uno que guardaría su rostro en su memoria por años hasta que volvieran a reunirse.
     
    • Ganador Ganador x 1
    • Fangirl Fangirl x 1
  4.  
    rapuma

    rapuma Maestre

    Géminis
    Miembro desde:
    17 Marzo 2014
    Mensajes:
    3,879
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    El desollador de Kobe, su leyenda. Increíble inicios de Kozaemon, preso de su destino como guerrero al verse envuelto en las miles de guerras y masacres de poblados. Un pasado interesante, marcando ya el destino del pequeño futuro sensei de Kenzaburo; con un objetivo inamovible, matar a Gendo Mori, el asesino del fuego. Una historia trágica, que podría haberlo llevado por un camino equivocado y no por la justicia que él mismo comenzó a crear bajo su mano de hierro. La leyenda creció tanto que hasta Kato Harima lo reconoce como uno de los hombres más fuertes de Japón.



    ¿El hombre misterioso que reclutó a Kozaemon fue el propio Murai Sugita o me equivoco? Y de ser así: ¿tendrá que ver ese encuentro para enlazar su amistad durante los próximos años? Esto encaja al menos en mi puzzle mental: Konan, el hijo mayor se encuentra en Koga junto a los Murai por lo que tendría sentido.

    Me encantó este episodio: podemos ver cómo las consecuencias de labrarse un nombre o una leyenda bajo el nombre de una ciudad atrae a hombres a retar el mito para incrementar el prestigio personal. Y de esa forma llegó a oídos de Sakurai, el hombre que perdonó la vida de su madre y la propia. ¿Cómo seguirá?

    Ufffffffffffffff!!! te juró que chillé como una fangirl cuando leí la frase de Hiro hacia Kozaemon, una frase que luego la apropiaría y se la diría a Kenzaburo T-T POR DIOS! esto no puede quedar así, aún se necesita saber qué sucedió! MI CUERPO LO NECESITA, NO, ME IMPLORA QUE TE LO PIDA! D:

    Al final la historia de Kozaemon fue trágica: tuvo que asesinar a su propio hijo, movido por la obsesión de poder inculcada de Gendo Mori, su némesis declarado. Konan está protegido por los Murai (dejando en acierto lo que pensaba sobre su amistad) y además Kozaemon fue alumno del hermano de Murai. Es interesante ver éste tipo de puntos de vista, lo que nos deja ver cómo se desarrollaron las cosas entre los altos mandos del Imperio y cómo, poco a poco, se comenzó una especie de guerra fría contra los Minamoto. Sota siendo enviado a asesinar a Hana pero en caso de fallar quedaría al descubierto a un simple aspirante, algo que ahorraría a los Taira de guardar explicaciones. Kozaemon cortó ese problema de raíz, alargando un poco más el primer encuentro entre los Taira y Minamoto. Un personaje espectacular y me entristece de sobremanera cómo no pudieron explicarse detalladamente las cosas entre Kenzo y él.


    NECESITO SABER QUIÉN CULPÓ A KENZO DEL GOLPE DE ESTADO. NECESITO SABER PORQUÉ KOZAEMON ATACÓ A KENZO PARA QUE HUYA. NECESITO SABER CÓMO KOZAEMON CONTROLABA A KENZO ENTRE LAS SOMBRAS CON AYUDA DE MURAI. POR DIOS NECESITO SABER MUCHAS COSAS PERO SÉ QUE REVELARÁN COSAS GORDAS DE LA TRAMA. PERO LO NECESITO. ADIÓS.
     
    • Gracioso Gracioso x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso