Harry Potter Jugo cítrico.

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Asumi, 17 Agosto 2010.

  1.  
    Asumi

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    Jugo cítrico.
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    Jugo cítrico.

    Título: Jugo cítrico.
    Summary: El enloquecedor sabor que lo hizo adicto.
    Advertencias: Sin betear, del concurso Baúl olvidado.
    Parejas: Drarry

    Género: Romance.
    Cantidad de palabras; 1.471


    Jugo cítrico.

    Por primera vez había realizado bien una poción por su cuenta, quizás su sueño de hacer pociones no era tan lejano después de todo. Caminaba lo más delicado que podía por los pasillos, pero nunca se imaginó lo difícil que podía ser con aquellas caderas, tenía una sonrisa en su rostro que a pesar no fuese su verdadera sonrisa la que se veía, se sentía realizado debido al funcionamiento de su poción, de seguro Hermione se sentiría orgullosa luego de las dificultosas clases que le impartió.

    Se dirigía la sala común de los Slytherin, iba a averiguar algunas cosas en las que seguro Malfoy estaría involucrado. Su plan era sencillo; entrar a la casa de los Slytherin en busca de alguna información útil sobre los Malfoy que de seguro estaría ligada con Voldermort. Iría solo para hacer aquel acto lo menos sospechoso y camuflado posible, con algo que según él era infalible; transformado físicamente en Pansy Parkinson.

    Dificultosamente entró a la sala común, algunas chicas se acercaron a hablarle, cruzó un par de palabras con muchos “problemas” echándole la culpa de su extraña voz a un pequeño resfrío con dolor de garganta. En definitiva, era complicado el hablar como chica cuando tu voz es de tendencia a ser ronca.

    Caminó hasta el lujoso cuarto, el cual de seguro el mismo ojigris había decorado, era la costosa habitación de Draco Malfoy. Abrió con muchísimo cuidado cajones buscando algo que pudiese serle útil, que si no lo era contra Voldemort, al menos que sí le sirviera a su favor en contra el rubio platinado que intentaba de hacer su vida miserable cada día, para de esa forma al menos devolverle un poco de aquellas jugarretas a veces un poco crueles por parte del peli plateado.

    Llevaba una pequeña botella en su bolsillo para mantener la poción durante el tiempo que necesitase, no podía correr el riesgo de ser descubierto en zona de las serpientes por dos grandes razones; eran en la práctica sus enemigos mortales y se ganaría un gran castigo por andar en una sala que no era la suya, eso sin contar todo lo que le podrían hacer tantas serpientes juntas a un solo león.

    Abría uno de los cajones de la mesita de noche, cuando se sintió abrazado fuertemente por la espalda siendo tomado de la cintura pegando su cuerpo con el que se encontraba tras él. El emisor de aquel abrazo se acercó a su cuello y exhaló con lentitud para luego por fin mencionar algo.

    — Veo que no soportaste demasiado tiempo sin volver a mis brazos —susurró seductoramente una voz familiar para el león, era aquella serpiente con la que no deseaba encontrarse.

    El acto del peli plateado lo tenía petrificado por alguna razón un escalofrío recorrió su cuerpo de seguro por la sorpresa, pero no podía hablar, ya que si lo hacía podría sospechar algo debía hacer. Sin embargo no tuvo demasiado tiempo para pensar, debido a que el de preciosos ojos grisáceos lo volteo bruscamente besándolo con pasión.

    Aquello era común para él, siempre era lo mismo por lo que besaba a Pansy cada vez que podía; era suya, su juguete y lo tomaba cada vez que quería hacerlo. Tomó a la chica sin preguntar y la besó con pasión, como solía hacerlo cada vez que la pilla en su habitación o sola en algún lugar, ubicó sus manos en la cintura de ella mientras unía sus labios y rápidamente introducía su lengua con desenfreno. No la amaba, era cierto, pero disfrutaba tomarla de aquella forma tan posesiva y que ella no hiciese nada más que rendirse ante sus encantos.

    Lo que el joven Malfoy no sabía es que la persona que estaba besando no era Pansy, era su rival, su enemigo en el cuerpo de la pelinegra. Si bien el ojigris no estaba enterado de aquello, aquel beso se tornaba distinto; no eran las fresas dulces con azúcar de siempre, su forma de besar no era misma apasionada de siempre, sino no que al contrario era tímida, tranquila y desquiciantemente lenta. Lo estaba enloqueciendo ese cítrico sabor de su boca que parecía serle tan adictivo, tanto que adhirió más cuerpo al suyo haciendo al contrario dar unos pasos hacia atrás, los suficientes para chocar con el pequeño mueble tras ellos.

    Harry no sabía qué hacer ni que rayos estaba haciendo, o más bien si lo sabía; le estaba respondiendo un beso a Draco Malfoy y lo peor del caso es que lo estaba disfrutando. El muchacho sí que era un experto, su lengua revoloteaba rápida y excitantemente en su boca, mientras que él con timidez, apenas si sabía cómo responder ante la fiereza de los besos que sincerándose con el mismo lo estaban volviendo loco.

    Su cuerpo se había ido hacia atrás chocando la bendita mesa de noche causante de su dicha, el golpe hizo que se sentara en ella atrayendo consigo al rubio platinado tirándolo de corbata, estaba entrando en confianza y definitivamente no quería separarse de sus labios. El único descendiente de los Potter ahogó un suave gemido en la boca del chico de ojos grises cuando éste le mordió suave pero sensualmente su labio inferior. Lo estaba disfrutando demasiado, nunca creyó que aquella serpiente besase tan asquerosamente bien.

    El pelinegro se colgó del cuello del Malfoy mientras abría su piernas para pegar más su cuerpo, su boca lo estaba volviendo loco hasta el punto de olvidar que no se encontraba en su propio cuerpo o mejor dicho su forma, al menos así fue hasta cuando su respiración volvió y su tiempo en aquella forma estaba por agotarse. Acomodó sus ropas levemente, aún con la respiración entre cortada. Debía salir de ahí antes de que la cosa se pusiera fea para los dos, prefería llevarse un buen recuerdo de ello y no el momento amargo que podría suceder si era descubierto.

    -- ¿A dónde vas? No hemos terminado –sonrió seductoramente tomando la muñeca de “la chica” tirándola hacia él.
    -- Tengo que irme –mencionó lo más femeninamente posible, pero con un deje de sospecha.
    -- Sé que no eres Pansy Parkinson –tiró de una vez el chico de cabellera rubia platinada, era obvio desde ese beso y más aún con su voz.

    A Harry lo inundó el nerviosismo, ¿qué podía hacer ahora? ¿Continuar con la mentira? No tenía demasiado tiempo la poción terminaría pronto y sería descubierto por completo.

    -- Ya dime quien eres –mencionó cortante sacando de sus pensamientos al pelinegro.

    El silencio era rotundo, simplemente no tenía palabras. Draco lo tendría ahí hasta que la poción terminara o le confesara quien era, de cualquier forma tendría su respuesta teniendo una ligera sospecha.

    El joven Potter vacilaba en que hacer, tenía segundos para idear algo y no era el chico más brillante del mundo; simplemente listo, pero no en esos momentos luego de aquel salvaje beso. Después de unos simples y cortos segundos ideó algo, era brillante. Sin embargo lo libraría levemente de eso o hasta incluso mejor.

    Tomó desprevenido al engreído y egocéntrico Malfoy y lo besó igual que antes, perdiendo el control, volviendo se loco, sensual y por sobre todo apasionadamente. El ojigris no lo dudo dos veces en responder aquel jugoso y cítrico beso que lo hacía experimentar con locamente su forma de besar hasta un punto de descontrol que no creía que nadie pudiese lograr en él.

    Sus cuerpos se aprisionaban fuertemente en los brazos del otro sin despegar sus bocas, las manos de ambos recorrían la espalda, la cintura e incluso el glúteo del otro, estaban descontrolados. Cayeron en la cama más cercana aun besándose con lujuria sin abrir los ojos, perdiendo la respiración a cada segundo pero eso no les importaba, ni siquiera al ojigris le importaba a quien besaba, solo sabía que nadie más lograba que se comportara de esa forma tan espontánea y sin control completo de la situación.

    De apoco Harry volvió a la normalidad lentamente, lo suficiente como para que se besase ferozmente con el rubio unos minutos más antes de separarse y ver finalmente a la persona que alborotaba su mente y desenfrenaba en él un mar de hormonas junto con descontrol en un simple roce.

    Se observaron unos segundos, unos largos y eternos segundos. Draco no decía nada y Harry ya se estaba asustando por el hecho de poder ser rechazado por el que de un momento a otro se convirtió en su mundo. Sin decir nada, si quiera hacer un suave murmullo, observó a Harry directamente a las gemas verdes de sus ojos, tomó su cuello y lo beso como si el mundo no existiera, como si jamás hubiesen sido enemigo, como si dejasen de ser, simplemente disfrutando el momento y el desquicio enloquecedor de sus cítricos besos que lo delató y lo hizo adicto a él.


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    Por fin me animé a subirlo, no sé si al fin y al cabo gané el concurso. Pero aún así amé como quedó y espero que a ustedes igual ;)

     
  2.  
    AntoniA Rose

    AntoniA Rose Usuario popular

    Aries
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    Re: Jugo cítrico.

    Es la primera vez que leo algo tuyo que no sea para colectivos xP. Drrrrrraaaaaaaaaaaarrryyyyyy.

    No soy buena para las críticas así que sólo diré que te comiste una "a" por ahí. Además repites cierto tipo de palabras o frases frecuentemente. Pero, quitando eso (que es poco realmente), es una lectura envolvente, terminaba de leer cada párrafo para saber que demonios iba a hacer Harry con su problema del cuerpo de niña.

    *3* Me gustó el final~~
     

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