JoJoJo y hasta nunca.

Bueno, les dejo uno de mis nuevos pensamientos; espero que les guste y además ansío leer los comentarios.
La niña está escribiendo en un cuaderno lo que le ocurre, lo que hace para diferenciar las cosas es poner el día y la hora en que transcurrieron los hechos o sus pensamientos.

Personajes:
-Guilbert.
-Stephano.
-Marcele.
-Adelina.
-Pennelope.

Género: Tragedia // Romance // Drama // Humor.
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JoJoJo y hasta nunca.​

Capítulo 1: "Los primeros escritos del diario de las cuatro"

21-12-1990 | 17:30
Puede que yo sea solo una niña, pero no tengo por qué andar escuchando tales groserías; no entiendo a los adultos. Llego a mi casa y lo único que escucho son insultos hacia mi madre o hacia mi padre, realmente ya no se que hacer. Lo peor de todo es que nada de lo que se gritan es certero. Además, no se merecen que yo me quede, por más de agradecerles mil veces que me hallan adoptado, no soporto más vivir de esta manera; esta "familia" hace que el orfanato se vea como un castillo. Eh pensado en quedarme hasta navidad, y luego irme... sin decir nada; pero no puedo tomar mis decisiones a la ligera y menos sin saber dónde voy a poder tener un "techo" luego.
Sinceramente no soporto a la gente como mis padrastros, pero accedí a la adopción porque creí que sería lo correcto, pero realmente me equivoqué. No puedo tolerar que la gente se esté gritando todos los días y a toda hora, es una molestia incesante para mi; más sabiendo que mi temperamento tiene su límite, pero no voy a faltarles el respeto a mis padrastros, y menos cuando necesito que me compren mis preciados libros, y lo esencial: comida.

21-12-1990 | 19:00
Finalmente tomé una decisión: me iré el día de navidad, pero no se como explicarles a mis padrastros. Es más, se que me voy a quedar en la casa de Guilbert, pero no tengo una razón explícita para decirles a mis padrastros, sin herirlos, que me voy. Por si acaso, voy a hablar con Guilbert, para ver cuál será mi empleo cuando pueda quedarme en su casa.
Este chico, Guilbert, es una muy buena persona; escucha con atención cada cosa que los demás le dice y no toma nada a la ligera, es decir que puede hacerse un poco el sordo, pero realmente tiene una "respuesta" para todo. Es un amigo incondicional, no podría soportar perderlo; y ese también es uno de los motivos por el cual no puedo salir de mi casa, mis padrastros no me dejan ver a Guilbert. En realidad, no me dejan ver a ninguno de mis amigos. Solo quieren que hable con Stephano, el hijo del jefe de mi padrastro. Al parecer quieren arreglar un matrimonio entre nosotros, pero no voy a permitirlo. Ese chico es un ignorante, no tiene fundamentos con lo que dice... es más no puedo estar con una persona que arroja sus libros por la ventana, y lo peor de todo es que yo a él tampoco lo agrado.

 

Les hago una pequeña aclaración antes de empezar el capítulo 2: Esto no va a transcurrir solo en el diario, sino que también se va a mostrar su vida fuera de el, es decir que en cierto momento va a aparecer una raya (-----------------------------) que va a significar que va a cambiar el modo de narrado.
¡Gracias por los comentarios anteriores, espero recibir más del mismo modo!
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Capítulo 2: "Yo no veo al héroe de esta historia".

21-12-1990 | 22:15
No lo puedo creer, mañana viene el otro ingrato a visitar a mis padres y pos supuesto que a fastidiarme. Es injusto que solo por el hecho de tener una gran empresa y mucho dinero, puedan hacer lo que se les plazca. ¡Está mal! No debería ser así, debería haber una igualdad entre todos.
Muy bien, ya estoy demasiado cansada como para seguir escribiendo; mañana voy a ir a visitar a Guilbert sin que mis padres o Stephano se den cuanta.

22-12-1990 | 08:05
No puede pegar un ojo en toda la noche, esto es un desastre. No soy capaz de resolver nada y eso me fastidia bastante. Además, en los libros que leí cuando era más pequeña, siempre el "Héroe" aparecía para salvar a la chica, pero yo no lo veo; ¿Quién es el héroe de esta historia? Realmente no lo se.
Me siento una niña indefensa, con dieciséis años, me siento una niña. Puede que aun me siga vistiendo como una pequeña chica, porque mi cuerpo no es grande ni nada, es más... parezco una chiquilla de diez años. Pero a mi no me molesta, hay mucha gente que no me "hace daño" por ese motivo; pero Stephano es una excepción, una maldita excepción.

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<¿Qué me pongo?> Pensaba Adelina en su habitación. Ella había sacado mucha ropa de su armario, pero no quería llamar la atención con lo que se ponía, por lo cual tenía una "ropa especial" que era para pasar desapercibida por las calles del mercado; hasta llegar a la casa de Guilbert. Pero estaba indecisa, ya que últimamente le había empezado a preocupar mucho su apariencia frente al muchacho, y cual era el pensamiento de él sobre ella. Finalmente decidió ponerse una camisa blanca bajo un chaleco negro, y en la parte inferior una pollera que le llegaba hasta los talones, pero de color negro y marrón. Además en los pies, se colocó unas botas acordonadas, con las cuales estaba acostumbrada a caminar por encima de los bajos techos del mercado. Por otro lado de ató el pelo y se lo colocó debajo de su sombrero favorito, el cual ya estaba muy gastado y deteriorado.
La chica se terminó de poner la ropa, cerró la puerta de la habitación con llave, escondió su cuaderno debajo de la cama, abrió la ventana y pegó un salto hacia afuera. Se dejó caer hasta llegar a la calle y salió corriendo. <Fase uno, lista> Pensó Adelina, corriendo sin parar <Ahora solo tengo que llegar al mercado y todo listo>. Iba a gran velocidad, estaba a una calle de llegar al mercado y vio algo que la dejó paralizada: el jefe de su padre, junto con su familia, iban en dirección a su casa. Lo primero que se le ocurrió fue que si Stephano llegaba a ir y preguntar por ella, sus padres se preocuparían, aunque sea un poco, porque la puerta no abriría. También pensó que ellos creerían que fue un secuestro o algo parecido, porque ella tenía estrictamente prohibido salir, y para sus padres, ella era una buena y santa niña que no los desobedecería.
Pasaron tres segundos y cambió de parecer, <Ese ingrato ni se preocupará por verme, así que no pasa nada. Además a mis padres tampoco les importo tanto, solo evitarán el tema y listo> seguía pensando Adelina. La chica volvió a recobrar la velocidad, se dirigió a un montón de contenedores en un rincón del Mercado, saltó sobre ellos y ya estaba en el techo del primer negocio. <Bien, son cuarenta pasos hasta la casa de Guilbert, llegaré en dos segundos> Sonrió y comenzó a correr como loca. Finalmente, luego de los cuarenta pasos, saltó hacia el suelo y antes de llegar a éste, entró por la ventana.
—¡Guil! ¡Hey, Guil!— Comenzó a gritar Adelina, con una mano en su boca; para hacer eco.
Detrás de unas cortinas, apareció un chico de ojos color jade, con una cabellera como el color del sol y una sonrisa cautivadora.
—¡Hermosa! ¿Qué haces aquí?— Preguntó el chico acercándose hacia ella.
—Marcele, ¿Está tu hermano?— Replicó la chica, mirándolo con cara de despreocupación.
—¡Oh por Dios! ¿Enserio? ¿Enserio quieres ver a ese idiota? ¿Y yo? ¡Me tienes a mi!— Dijo Marcele con mucha seguridad.
—Vamos Marcele, no te burles de mi, dime dónde está.— Contestó Adelina, moviendo su mano de un lado a otro, como signo de que no le importó nada de lo que dijo.
—Si me vuelves a preguntar eso, lo lastimaré.— Insistió el chico, mirando a la niña de forma muy seria.
—Si lo llegas a lastimar... TE MATO.— Afirmó Adelina, con sus ojos color verdoso mirando fijamente a Marcele.
El chico puso una cara de espanto que lo delató por completo, luego le confesó que Guilbert se había dirigido a la casa de ella para aclarar las cosas de una vez con sus padres. Cuando Adelina escucho estas palabras, sus ojos se abrieron como dos pelotas de golf y salió corriendo nuevamente, pero esta vez hacia su casa.

~Continuará.​

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Algunas cosas que deberían saber sobre Adelina:​

• Ninguna persona vio su largo y rubio cabello, solamente sus padrastros.
• Sus verdaderos padres aun siguen con vida.
• Ella tiene una hermana postiza.
• Sus amigos del orfanato fueron todos adoptados, ella fue la última.
• La única vez que salió de su casa y sus padres la vieron, fue para ver a Guilbert; a partir de ese momento, salió en secreto, puesto que la castigaron... dejándola sin sus preciado libros.
• Su cumpleaños es un día después de navidad.
• Odia a Stephano con todo su corazón, ya que él le arruinó la vida; según ella.
• Su hermana postiza está de viaje en París, pero Adelina no quiere que vuelva.
• Por culpa de que es hija de uno de uno de los empresarios más conocidos en el mundo, debe vestir con clase, ropa de alta costura y tener buenos modales, a pesar de que ella odie todo eso.
• Esta es la ropa que tenía puesta en este capítulo: http://www.polyvore.com/an_old_clothes/set?id=66266528#stream_box . Además se puede apreciar el largo de su pelo, el color de sus ojos y "como es" básicamente.

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Capítulo 3: Un acuerdo.

Adelina corrió lo más rápido que pudo, hasta finalmente llegar a su casa y notar el auto del jefe de su padre; pero no vio a Guilbert, lo que significada dos cosas: no había llegado o estaba adentro. Esto la preocupó bastante, por lo que trepó por la pared y consiguió entrar a la habitación, se puso su ropa de casa (que por lo general consistía en la misma combinación: una pollera larga con una camisa, unas botas cómodas y un sombrero para cubrir su cabello) escondió las otras vestimentas y finalmente salió hacia el pasillo de la casa que dirigía hacia la escalera, para bajar al living, donde estaban los demás. Cuando llegó allí se encontró con seis personas: Stephano; John, el padre el chico; Annia, la madre del joven; Tomas, el hermano del muchacho; Gloria, su madrastra y Benson, su padrastro. Al mostrarse, por un así decirlo, todos la saludaron de buena manera, lo que significó que nadie había entrado en su habitación y que Guilbert aun no había llegado.

La chica, muy cortés y cordial, saludó a los familiares del insolente y a su hermano; luego los adultos siguieron con su charla pero esta vez ocurrió algo que nunca antes había pasado: la madre del mocoso había sugerido que los tres chicos se fueran al cuarto de la niña a jugar. <Tenemos dieciséis y diecisiete años, por dios; ¿a qué jugaríamos?> Pensó Adelina <Sólo me llevo bien con Tomas, es un buen chico, pero hace mucho que no lo veía> Por supuesto que ella no iba a decir esas cosas, por lo que solo se giró para darles la espalda a los adultos, hizo una seña para que los otros dos chicos la acompañen y terminó con una sonrisa, para que no la juzgaran. Finalmente se fueron los tres a la habitación de la chica.

—Es una niña encantadora.— Dijo el padre de Stephano. —Es perfecta para continuar con la empresa.

—¿Jefe, usted planea dejar a mi hija a cargo de su empresa?— Preguntó Benson, un poco inquieto.

—Si, su hija es una persona lo suficientemente responsable como para continuar con la empresa.— Contestó John. —Además, espero que puedo guiar por un buen camino a Stephano.

En la habitación de la niña, se encontraban los tres chicos. Stephano como siempre, revolviendo las cosas de la chica, mientras que Tomas y Adelina hablaban tranquilamente. Pero, de repente, se escuchó un ruido afuera de la casa y en ese momento Adelina recordó que Guilbert iba a venir a hablar con sus padres. Abrió la ventana tan rápido como pudo y logró divisar una figura en la puerta de su casa. Pegó un salto y quedó en el frente de dicho lugar, al lado de la figura. Con un par de gestos extraños, el chico se fue o eso fue lo que distinguieron Stephano y Tomas.

Cuando la chica regresó a su habitación los dos chicos se la quedaron mirando asombrados y ella no entendía lo que sucedía, hasta que se dio cuenta de que ellos la habían visto saltar por la ventana, con una pollera, y hablar con una persona ajena a la familia.

—Por favor, no digan nada. ¡No digan nada!— Gritó Adelina, sentada en el marco de la ventana, tratando de cerrarla.

—Quizás... podríamos llegar a un acuerdo...— Dijo Stephano, sentándose en el escritorio de la chica.

La chica se sentó sobre su cama, cerró su puño con fuerza y comenzó a pensar: <¿Qué diablos quiere? ¿Qué me pedirá? ¿Qué querrá que haga?> <¡Malditos ricos!>. Después de un minuto de meditación, las palabras surgieron de la boca de Adelina sin pensar.

—¿Qué quieres Stephano?— Dijo la chica, con la mirada puesta en el piso.

—Quiero lo mismo que mis padres, pero con tu aprobación.— Respondió el chico, con una mirada fría.

—¿Qué? ¡Me niego! ¡No voy a casarme contigo!— Insistió Adelina, sin mirarlo a los ojos.

—Adi, nuestros padres no quieren que se casen, lo único que quieren es que se comprometan para que tu dirijas su corporación.— Dijo Tomas, tratando de calmar a la niña.

—Pero Tom, yo no puedo fingir amar a alguien, no voy a comprometerme con él. ¡Menos con él!— Contestó Adelina, con una mano sobre sus ojos.

Tomas era muy amigo de la chica, la conocía hace mucho tiempo y de chicos jugaban siempre juntos. Él la llegaba a comprender hasta cierto punto, pero no notaba su completo sufrimiento.

—Piensa que de esa forma, puedes ayudarlo.— Dijo Tomas, colocándole una mano sobre la espalda.

—¿Ayudarlo? ¿A quién?— Preguntó Adelina, levantando la vista.

—Al chico, al chico de hace un rato.— Contestó el chico, con una gran sonrisa.

—¿Si? ¿Puedo ayudarlo?— Siguió preguntando la niña, con una lágrima que caía por su mejilla.

Stephano se levantó del escritorio y se paró en frente de Adelina, le extendió la mano y le sonrió. <¿Es bipolar?> Pensaba la chica, mientras tomaba su mano, decidida a aceptar su propuesta.

Juntos bajaron la escalera, Tomas adelante de ellos. Cuando llegaron hacia el living, Tomas gritó "¡Y aquí está la nueva pareja!", mientras que los adultos, confusos miraban por todas partes, hasta que Stephano y Adelina bajaron de la mano, por la escalera. Los adultos conmocionados se pararon y comenzaron a aplaudir muy felices, y el señor John se dirigió hacia la chica.

—Espero que cuides bien de mi hijo.— Dijo el señor John, tomando la mano de Adelina.

—Y yo espero que cuides bien de mi hija.— Siguió el señor Benson, agitando la mano de Stephano.

Los adultos felices, los chicos contentos y Adelina con una sonrisa de gigante, ya que iba a poder ayudar a la persona más importante para ella: Guilbert.

—Jóvenes, ya se como podemos celebrar esto.— Dijo Annia con ansiedad. —Hagamos un gran baile en la residencia "Frokstet II".

~Continuará. ​

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Últimas cosas que deberían saber sobre Adelina:

• Odia usar polleras cortas o vestidos cortos, tienen que recubrir toda sus piernas.
• Se le da bien el baile, pero no le gusta.
• Le gusta que pocas personas le digan "Adi".
• Su ropa de casa: http://www.polyvore.com/adelinas_clothes/set?id=66395247#stream_box

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Como se darán cuenta, me gusta mostrarles realmente lo que lleva puesto Adelina. Espero que no sea ningún problema. Gracias por leer y espero sus comentarios.

Pd: Les dejo un Fic que hice para una actividad navideña http://fanficslandia.com/index.php?threads/duele-demasiado-para-olvidar.31441/