Piratas del Caribe Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Andrea Sparrow, 30 Junio 2015.

  1.  
    Andrea Sparrow

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    Título:
    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    1011
    Cap. 17

    Beckie y Alí seguían escondidos hasta que fuera necesario. Pero el futuro califa dijo a la capitana del Sweet Warrior.

    - Sé lo que tienes, extrañas a Jack, ¿ya sabe que tienes un hijo suyo?
    - Sí...ya lo sabe.
    - ¿Y qué te dijo?
    - Que no lo esperaba de mí, seguramente nunca lo deseó...

    Alí negó.

    - Quizás no le diste oportunidad de hablar, Beckie. Para cualquier hombre, tener un hijo con la mujer que ama es lo más hermoso.

    - Pero Jack no me ama...-dijo Beckie.

    - Claro que sí, sólo un hombre como él ha hecho lo que él. Si te odiara, ya te habría hecho daño, sin importarle nada, pero él no. Deberías conocerlo bien.

    - Eso es lo que creía, siempre he sabido que Sparrow es un traidor, un cínico, un sucio pirata. Y no he dejado de lado esa definición pero tus palabras me ponen a dudar.

    - Que sea el tiempo el que te diga la última palabra.

    - Alí, tengo que dejarte a resguardo en este lugar. Debo volver, reunirme con Jeremy y averiguar qué pasó con la corona. Tu reino está desprotegido y tengo que saber qué es lo que Adalida tiene en mente.

    - Júrame que nada malo le ocurrirá.

    - Te lo juro.

    --------------------------------------------------------------------


    Mientras tanto Jeremy vigilaba la costa y se reunió de nueva cuenta con Mc Henry para averiguar más sobre los planes de la corona. Quizás algunos corsarios serían capaces de traicionar al comodoro Gillete.



    - ¡Qué has averiguado?- preguntó Mc Henry a Jeremy.
    - La corona inglesa quiere rodear ambos lugares, apoderarse de la costa y robar el tesoro.
    - ¿Y qué piensan hacer con la princesa Adalida?
    - Llevarla a Inglaterra como prisionera de la corona...

    Mc Henry siguió.

    - Espero que el plan de Sparrow funcione.
    - Funcionará: te lo dice otro Sparrow -sonrió Jeremy orgulloso.
    - No lo puedo creer, eres hijo nada menos que de Jack Sparrow.
    - Así es, aunque él no quiera...
    - ¿Cómo es como padre?
    - Sé muy poco al respecto, yo me crié con Ma Beckie. Jack se negaba a llevarme en sus viajes. También viajé mucho con el capitán Teague pero él iba muy seguido a la bahía del Naufragio y yo me aburría. Así que en cuanto pude, decidí hacerme pirata, robé un navío y viajé, esperando reunirme por fin con la mujer de mi vida.

    - ¿Quién es ella?
    - Una chica llamada Melisa Wench.
    - ¿Acaso es hija de el viejo y borracho Wench?
    - Sí...era su hija...él navegaba en un navío comandado por un tal Jason, que en su momento, se hizo pasar por hermano de Jack Sparrow, pero murió, y la chica estaba al cuidado de Ma Beckie...ahí la conocí.

    Mc Henry contestó.
    - Interesante historia...bueno, hijo...ya me contarás más mañana. Hay que dormir algo, pero con los ojos bien abiertos, ¿entiendes?
    - Totalmente.

    No lejos de ahí una joven aguardaba a Jeremy.
    Cuando él se dirigía a una habitación, la chica, con el rostro cubierto le dijo.

    - ¿Puedo verte a solas?

    Cuando Jeremy descubrió su rostro, la reconoció.

    - ¡Melissa! Mi amor...-dijo besándola intensamente.

    Despacio la llevó en brazos hasta la habitación y se encerró.

    Antes que todo la miró y le dijo.

    - No puede ser...esto es un milagro, ¿cómo llegaste?
    - Supe que la capitana Warrior estaba en peligro y decidimos todas venir a buscarla...además, tuvimos problemas con el Holandés Errante, casi encallamos.

    - Me imagino cuando fue eso...el capitán del Holandés está desatado, pero quizás es fruto de una confusión. ¿Has visto a Jonathan?

    - No personalmente- dijo Melissa- pero sé que se ha hecho pasar por hijo de tu padre.

    - ¿Para qué haría tal cosa?

    - Creo que es una larga historia, quien lo sabe bien todo es la capitana Warrior. ¿Sabes dónde está?

    - Está en una misión muy complicada con mi padre...

    - ¿Y tu padre?

    - Por ahora, espero, con vida, con el capitán del Holandés...

    - Esto se va a poner feo...

    - No por ahora- dijo Jeremy.- Estás aquí...y no te vas a ir de mi lado hasta que amanezca.

    Y así, entre besos y caricias, Jeremy aprovechó todo el tiempo que había pasado sin ella para enseñarle a amar por vez primera.

    La chica estaba gozando intensamente con el hijo de Jack Sparrrow...aquella noche en esa habitación, donde el sol no podía penetrar, Jeremy le mostró los secretos del amor más excelsos y elocuentes.

    Y al finalizar, Melissa se cobijó entre los brazos de él para esperar el amanecer.

    -------------------------------------------------------------------

    En tanto, Jonathan se fue a reunir con el comodoro Gillete.

    - ¿Puedo saber qué haces aquí?
    - Vengo a ofrecerle un buen trato, capitán.
    - Dime...¿de qué se trata?
    - Le puedo entregar el tesoro que busca, a cambio de un buen navío, con tripulación.

    - Para...¿dedicarte a la piratería?
    - No...para buscar el corazón del capitán Turner...

    El comodoro Gillete se puso en pie y preguntó.

    - ¿Por qué haces ésto?
    - Porque...se trata de una venganza. Pero...quiero que me nombre "teniente"...

    Gillete dudaba. No quería confiar en ese joven pero algo en él le decía que podía hacerlo.

    - Está bien...estás a prueba muchacho...si cumples tu cometido, serás teniente...

    - Gracias, comodoro...

    -------------------------------------------------------------------

    Jack ya iba camino de vuelta a Bagdad.

    Mientras tanto Will se dirigía tras él.

    - Sigo sin entender...¿por qué va siguiente a Jack?
    - preguntó Montgomery.

    - Dedíquese a callar...yo sé lo que hago- respondió William.

    - Pues a mí me parece que tiene que ver con esa tal Elizabeth, ¿cierto?

    - Cállese- dijo Will.

    - No me callaré...quiero saberlo todo. Ya deje de sufrir por quimeras inexistentes...haga lo que quiera...es usted inmortal. O acaso...¿amó tanto a esa mujer?

    Will, por respuesta, le dio un beso apasionado que casi hace retumbar el océano. Margaret nunca había sentido aquella pasión en su interior.
     
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    Andrea Sparrow

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    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
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    1541
    Cap. 18

    Apenas si podía respirar después de lo que había hecho. ¿Por qué la había besado? ¿Era acaso deseo, una extraña necesidad? ¿O quizás un impulso provocado por la rabia de haber recordado a Elizabeth? No tuvo tiempo para averiguarlo. Sólo suspiró y contuvo la respiración, apartándose y diciendo:

    - Perdóneme…no quise hacerlo…
    - No tiene que disculparse- dijo ella, alejándose, dejándolo ahí, solo.

    Will no pudo pensar tampoco. No quiso someter a su mente a ese proceso para no perderse…era verdad, estaba molesto. Recordarla y no tener a ciencia cierta razones convincentes para no odiarla eran una verdadera tortura…mucho mayor que tener que pasar diez años bajo el mar, alejado de todo.

    Cuando se recuperaba, llegó Bootstrap Hill para hablar con él.

    - ¿Qué fue eso?- preguntó éste.- ¿Acaso…lo pensaste?
    - No lo sé, Turner- contestó William.- Cada momento me convenzo más que no sé ni por qué hago las cosas…creo que cada vez estoy peor.
    - Quizás sí…o quizás no…depende a dónde pretendas llegar. Dime…¿te recuerda a Elizabeth, cierto?

    Will miró a su padre y luego respondió.

    - Creo que eso ya no importa…es más, casi puedo decir que saber si ella me engañó o no, no es tan importante como esta soledad que me calcina…ven vamos al fondo…adelantaremos para llegar antes que Sparrow.


    Mientras tanto Jonathan buscaba tripulación entre los marineros. Varios de ellos estaban dispuestos a ser corsarios con tal de tener dinero. Sin embargo, Jonathan no les había dicho que parte de lo que se buscaba era acabar con el capitán del Holandés.

    Muchos de ellos aceptaron aunque con algo de reservas. Uno de ellos se le acercó y le dijo.

    - Mi hijo y yo estamos buscando a un hermano nuestro- dijo el hombre.- ¿Podríamos ir contigo y ayudarte a encontrar ese tesoro que buscas?

    Jonathan respondió.

    - Por supuesto. Mientras obedezcan mis órdenes.

    El joven, hijo de aquel hombre mayor, preguntó.

    - Oye…¿de casualidad…no eres tú algo del capitán del Holandés Errante?

    Jonathan se sorprendió.

    - ¿Qué sabes tú de eso?-
    - Nada…es sólo que hace años conocí al capitán Turner…cuando tenía poco tiempo de ser el capitán del Holandés…y a su bella esposa…Elizabeth Swann.

    Jonathan buscó el rostro de aquel hombre.

    - ¿Tú?
    - Sí- dijo Jeremy, colocando su daga bajo la garganta de Jonathan.- No grites o no lo contarás…estoy dispuesto a todo. Yo también tengo que saber muchas cosas…y tú también, así que la única forma de lograr que nuestros padres se sinceren es obligarlos a hablar, pero no la de forma que tú quieres.
    - ¡Tú no sabes nada, Jeremy Sparrow!
    - Será mejor- siguió éste en voz baja- que no levantes la voz y que nadie sepa que se trata de mí…ni de mi amigo el capitán McHenry…de lo contrario, si nos descubren, no habrá forma de que salgas de ésta con vida…¿entiendes?

    Jonathan guardó silencio.

    - Está bien…si insistes…pero dime…¿qué es lo que quieres?
    - Quiero saber si mi padre es como yo creo que es…mi madre, Ma Beckie tiene que reconciliarse con mi padre definitivamente, pero no puedo hacerlo porque tu padre tiene dudas. Y tú tienes dudas también, así que es mejor que el nombre de los Sparrow quede limpio, al menos en eso, y el de Turner quede en paz. Mi gente ya no tiene por qué seguir sufriendo por el genio del capitán del Holandés.
    - Bien, entonces…ven conmigo…y tu padre también…

    - Ah…un favor más…-siguió Jeremey- resulta que…hay una mujer a la que amo y que vendrá también conmigo. ¿No te incomoda, cierto?

    Jonathan miró de nuevo apuntándole y decidió aceptar.

    Jeremy contestó.

    - Qué bueno…así me gusta…que seas obediente, ¿savy?


    Adalida recibió de nuevo a Ahmed que esperaba un ultimátum de parte de la princesa.

    - Adalida…será mejor que…aceptes mi trato…
    - No puedo hacer eso- continuó- no si voy a dañar a la gente de Alí. Una forma de presionarlo era solamente esa, pero…entregarlos a la saña de la corona inglesa…eso no lo puedo hacer.
    - Por favor, Adalida…no seas quisquillosa…con tal de conseguir algo, alguien tiene que perder en esto. Y Alí es quien debe perder, así que…sólo es cuestión de que te decidas.

    Adalida lo pensó. No estaba segura. Luego añadió.

    - Dame esta noche…habrá una reunión en la corte y podrás saber mi respuesta.
    - Está bien…en la noche volveré.

    Ahmed desapareció de su presencia. Entonces, una voz femenina la alertó.

    - No aceptes el trato de Ahmed.

    Adalida dejó caer una joya de oro purísimo que se rompió.

    - ¿Quién está ahí?

    Beckie hizo su aparición.

    - Tu vieja amiga…Rebecca Morgan…

    -¿Qué se supone que haces aquí, Beckie?- preguntó Adalida.

    - Tú contéstame eso- dijo Beckie avanzando hacia ella.- ¿Qué se supone que debería estar haciendo yo aquí...contigo? ¿Qué debería hacer con una mujer como tú, que incluso es capaz de traicionar al hombre que ama con tal de obtener un...tesoro, el cual ni siquiera ha visto ni sabe en qué consiste?

    Adalida permaneció ligeramente en silencio.

    - No puedes cuestionarme- observó.- Tú estarías dispuesta a tracionar a Jack Sparrow.

    - A ponerlo en riesgo, sí, pero no a traicionarlo. ¿Por qué? Porque, a pesar de que él y yo no nos llevamos tan bien como pareciera...él es el padre de mi hijo.

    Adalida guardó silencio. En seguida, Beckie colocó su daga a la altura del cuello de la princesa.

    - Perdón que no te saludara como conviene a tu status, princesa pero...no tengo tiempo ahora de formalidades. O desistes de traicionar a Alí, o te entregaré a la corona.

    Adalida suplicó que le quitara la daga.

    Luego añadió:

    - De igual forma...voy a morir.

    - ¿A qué te refieres?
    - A que...si no entrego a la corona el tesoro de Alí, van a acabar conmigo. Lo presiento.

    - ¿Y qué demonios crees que estoy yo haciendo aquí? He venido a defenderte, pero sólo porque Alí me lo pidió.

    - ¿Lo has visto?

    - Te interesa, entonces...

    - Sólo quiero saber que está bien.

    Beckie sonrió de lado y contestó.

    - Pues...te adelantaré algo...sí...está bien...pero no voy a decirte en dónde...sólo quiero saber qué serías capaz de hacer por él...

    - Nada...

    - Ya no mientas...acabo de leer en tus ojos que amas a Alí y no le harías daño.

    - Sería capaz de entregar a mi propio reino.

    - Buen punto- señaló Beckie.- Pero...afortunadamente eso no va a ser necesario...te juro por la vida de Alí que nada te pasará mientras yo lo permita.

    Adalida entre lágrimas suplicó.

    - Beckie...es mejor que te vayas ya...me vigilan y habrá una reunión en la que me exigirán la fidelidad a la corona para destruir a Alí.

    - Tú no cedas, Jack Sparrow y yo nos encargaremos del resto.

    - ¿Jack?
    - Sí...el capitán Sparrow está por venir...pero será mejor que me vaya por ahora.

    - Escóndete...trata de mezclarte con las mujeres de la costa. Ahí nadie sospecharía que te encuentras.

    - Gracias, ahora veo que no eres tan mala como pareces.


    Beckie se marchó.

    Aquella noche, la capitana suplicaba al cielo por su hijo, que estaba ahora en manos de las corsarias del Sweet Warrior.

    Cuando se disponía a prepararse para la noche, vio a lo lejos un navío que se acercaba y un destello verde que desaparecía en la inmensidad.

    Se intentó recostar, cuando encontró a Jack en la habitación.

    - ¿Tan pronto volviste?
    - Así es...y traigo compañía...
    - ¿Ya lo convenciste?- preguntó Beckie.
    - Aún no...pero lo haré...y tú vas a ayudarme para lograr eso.
    - ¿Y por qué habría de hacerlo?- insistió ella.
    - Porque a los dos nos conviene, ¿savy? ¿No has visto a mi hijo?
    - ¿A cuál de los dos?- preguntó Beckie.
    - Al mayor...

    Beckie dudó.

    - No lo sé aún...debe estar aún con Mc Henry continuando el plan. Y...¿no preguntas por el otro?
    - No porque...aquí está- dijo al tiempo que mostraba una canastilla con el bebé.

    Beckie se acercó a su hijo y lo estrechó.

    - Jack...¿cómo lo hiciste?
    - Supe que querrías verlo...averigué dónde estaba y te lo traje...

    Mientras ella lo besaba, Jack tragaba saliva. Luego ella lo miró.

    - ¿Quieres...cargarlo?

    Jack lo tomó en sus brazos y notó que era igual a él.

    - Sí...es mi hijo...es igual a Jeremy cuando estaba así...Beckie...gracias, linda...

    Ella sonrió, entre los dos colocaron al bebé en la canastilla sobre una hamaca mientras ella se acomodaba.

    Jack se quitó las armas.

    - ¿Qué haces?
    - Dormir junto a mi mujer...¿a dónde más?
    - Eso suena...tentador...

    Jack la acorraló y señaló.

    - Tentador...y muy cercano a la realidad...

    Y con un intenso beso los dos volvieron a encontrarse después de tantos conflictos inmediatos.

    Pero aún faltaba lo mejor...
     
  3.  
    Andrea Sparrow

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    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
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    24
     
    Palabras:
    2382
    Cap. 19 El reencuentro

    Aquella noche fue una promesa cumplida para Beckie. Después de mucho tiempo podía volver a tener a Jack como tanto quería.
    El capitán del Perla Negra no se echó atrás…también él quería reencontrarse totalmente con aquella mujer que había formado mucho tiempo atrás de su pasado…habían pasado tantas cosas tiempo atrás…
    Aún recordaba cuando él no era un pirata…cuando era un corsario de Inglaterra…cuando trabajaba a las órdenes de Lord Cutler Beckett y tenía que admitir sus imposiciones. Pero para entonces, era solamente un hombre enamorado…sí, enamorado de una dulce muchacha llamada Rebecca Morgan, cuyo abuelo se decía estaba inmiscuido en el tráfico de especies y de joyas. Sin embargo para Jack eso no importaba…Rebecca lo amaba y se sabían uno del otro…aunque nunca se habían tenido realmente.
    Sólo la ambición de Beckett pudo hacer una pausa en aquella dulce historia de amor y convertirla en una historia de traición. Porque, gracias a un trato oculto entre Beckett y Jason Smith, Jack dejó en el altar a la bella Rebecca, quien juró a partir de entonces vengarse de Jack Sparrow…el hombre que la había engañado y había roto su corazón.
    Sin embargo, el destino también se había encargado de reencontrarlos en circunstancias extrañas, de tal manera que estuvieran uno frente al otro. Jack Sparrow entonces tuvo que luchar para que su corazón y su ambición no bloquearan su pensamiento. Aún así, fue difícil para el loco capitán del Perla Negra decidirse…en el momento oportuno había accedido a creer en el amor…aunque, claro está, hacer eso nunca estuviera dentro de sus mejores cualidades.
    En tanto, Beckie, tomando en cuenta que Jack es un pirata, y que difícilmente iba a lograr tenerlo quieto cerca de ella, decidió dejarlo aventurarse hasta el momento en que volviera junto a ella…si es que eso sucedía. Y sucedió, aunque no de la mejor forma.
    Pero ahora…sólo importaban aquellos besos…las intensas caricias…el deseo cumplido que los envolvía y que lograba aquella apasionada y sensual entrega, en la que ninguno de los dos estaban dispuesto a dar marcha atrás en la tregua de la pasión…en la que ninguno de los dos quería desperdiciar el tiempo y negarse a disfrutar de las promesas que sus cuerpos guardaban el uno para el otro.
    Y así, juntos, jadeantes y extenuados, charlaron un poco más en la madrugada.

    - ¿Y bien?- preguntó Jack.
    - ¿Y bien, qué?- indagó Beckie, gimiendo de agotamiento.
    - ¿Qué haremos ahora?
    Beckie se desperezó.
    - Te cansé bastante, ¿cierto?- sonrió Jack sensualmente.
    - No hables con tanta confianza, Jack Sparrow…que no creas que por lo que pasó ya me embaucaste con tus palabras de nueva cuenta.
    - No digas eso, linda…además, habla más bajo, nuestro bebé se va a despertar, ¿savy?
    - Sólo por eso te perdono…creo que es la primera vez que te preocupas más por alguien más que por ti mismo…
    - Me juzgas mal, lindura…siempre me preocupo por el resto…sólo que…en ocasiones mis intereses se atraviesan y tengo que velar por ellos…
    - Algo me dice que tu venida aquí fue para ver qué conseguías en todo esto…y traerme al niño sólo me indica que lo haces para apelar a mi corazón de madre…
    - No, Beckie…eso no…con los sentimientos de una madre no se juega…
    Beckie dudó. Bajó los ojos. Era verdad…Jack no tenía muchos recuerdos maternos.
    - Ya…no hablemos de eso…sin embargo, aún no sé qué tenías en mente cuando viniste acá. Si te aliaste con Montgomery, es seguramente para quedarte con el tesoro del reino de Alí y repartírtelo con ella.
    - Beckie…las cosas no son tan simples como parecen. Te cuento…
    - No intentes embaucarme de nuevo, Jack. Sabes que tanto Alí como Adalida corren peligro…la corona no se tentará el corazón para despojarlos a ambos y matarlos si es preciso.
    - Lo sé…es sólo que…me temo que el tesoro no sólo tiene a la corona sobre él…Adalida lo quería.
    - Por órdenes de Ahmed, el primo mayor de Alí…quien resultó ser un maldito traidor…
    - Eso también lo sé…sólo que…no sólo ellos están interesados en él.
    - ¿Te refieres a McHenry?- preguntó Beckie.
    - Mc Henry es un pobre diablo necesitado de algo de aventuras y dinero…yo creo que esto tiene que ver con el más allá.
    - Algo sé- comentó Beckie. – Tengo entendido que…ese tesoro tiene la propiedad de anular las maldiciones…
    - Exacto…veo que estás mucho mejor enterada de lo que creía.
    - Tengo mis contactos- aseguró Beckie sonriendo.
    Tras una pausa, Jack comentó.
    - Ya veo…pero…no me refiero solamente a quien tú crees…estoy seguro que hay alguien más que está detrás de él.
    Ambos se miraron. No habían reparado en él antes a pesar de estar involucrado en el plan.

    Mientras tanto Jonathan viajaba junto a Jeremy y Mc Henry hacia la bahía.
    - ¿Ves algún indicio del Perla Negra?- preguntó Jonathan.
    - No…todavía no- dijo Jeremy.- Pero estoy seguro que no tardarán en arribar…
    Mc Henry preguntó en voz baja al chico Sparrow:
    - ¿Crees que funcione este plan?
    - Por supuesto- aseguró Jeremy.- Tenemos en nuestras manos al hijo del capitán del Holandés…no hará nada mientras no se aclaren las cosas entre mi padre y el capitán Turner. Además…si algo no sale bien…podemos obligar con él al capitán William que nos entregue el tesoro…
    - ¿Qué interés tienes en el tesoro, hijo?- preguntó Mc Henry.
    - Todo…será el regalo de bodas de mi novia…y una forma de reivindicarme ante mi padre…más aún porque…yo tengo un secreto que él desconoce.- dijo refiriéndose a lo que William Turner le había exigido.
    - ¿Qué clase de secreto?- indagó.
    - Uno…muy importante. Ahora…trate de descansar, McHenry. Pronto tendremos noticias de mi padre y del capitán Turner.
    Cuando Jeremy se fue a dormir, Mc Henry dijo para sí.
    - Si supieras que te queda muy poco tiempo en esta vida…Jeremiah Sparrow…

    Melissa estaba algo preocupada.
    El rubí en el anillo que Jeremy le hubiera entregado tiempo atrás como símbolo de su eterno amor brillaba intensamente. Pero por momentos ella se desesperaba…sentía morirse…aquel rubí lastimaba su mano y la enrojecía.
    Jeremy la observó cuando palidecía mientras el anillo parecía apretarse fuertemente en su dedo medio.
    - ¿Qué sucede, linda?- preguntó Jeremy.
    - Nada…es que…me duele el dedo. Debe ser que esta engrosándome y por eso el anillo me aprieta.
    Jeremy vio el dedo de Melissa. Estaba amoratándose.
    - Tengo que quitártelo, linda…te está lastimando el dedo horriblemente.
    Iba a quitárselo cuando llegó Jonathan y observó el cuadro. Luego, reparó en el rubí del anillo.
    - ¡Qué hermosa joya!
    - Sí, lo es- dijo ella- pero más por lo que significa para nosotros.
    - Ya veo- contestó Jonathan.- ¿Y ese rubí?
    Jeremy no dijo una palabra. Mc Henry observaba desde lejos para no perder detalle del paradero de la piedra preciosa.
    - ¿Qué piensas hacer ahora que estemos todos reunidos?- preguntó Jeremy.
    - Aclarar todo como pediste…será un buen momento para conocer la verdad de una vez.
    - Bien…entonces…prepárate…porque…el mar comienza a embravecerse…y esa señal…tú la conoces bien…

    En tanto Jack se alistaba para partir. Beckie se preparaba para la reunión en la corte de Adalida.
    - Llegó el momento decisivo, Jack…voy a evitar que le hagan daño a Adalida…se lo prometí a Alí.
    - Claro…Alí la ama, ¿cierto?
    - Sí…lo ha reconocido…tal parece que…Anamaría fue alguien muy importante en su vida…en su momento…pero ahora, Adalida es la mujer que Alí necesita para recuperar su felicidad.
    - Entiendo perfectamente…yo también pasé por eso…y ahora sé lo que se siente. Pues…te deseo suerte, Beckie…cuídate mucho por nosotros…
    Entonces, la besó intensamente, tanto que Beckie contuvo el aliento tratando de no desfallecer.
    - Besas…mejor que siempre…-susurró.
    - Y tú…sabes también más delicioso que nunca…
    Recuperaron la compostura.
    - Bien…entonces…adelante…ruega que William me escuche…
    - Yo no te escucharía si fuera él- dijo ella.
    - ¿Todavía piensas que entre Elizabeth Swann y yo hubo algo?- indagó Jack.
    - Dicen que…cuando el río suena…-observó.
    - No todos los ríos suenan por tener agua, Beckie…ya hablaremos tú y yo largo y tendido.
    - Eso espero…-aseguró Beckie.

    Al poco rato ya estaba Adalida lista para recibir a aquella comisión del comodoro Gillete a fin de garantizarle a Ahmed que le cedería sus derechos sobre su propio califato y no sólo eso: aprobar que el de Alí también fuera invadido.
    La reunión se tornó amena y deliciosamente sugerente. Adalida trató de impresionarlos, tan sólo para hacer tiempo y evitar así que Ahmed sospechara lo que realmente estaba por suceder.
    Cuando el momento preciso llegó, la gente del Comodoro dijo:
    - Bien, princesa…hemos venido a escuchar de su parte que aceptan nuestro trato…
    - ¿Y si me rehusara?- preguntó ella.
    - No tendría opción, princesa…o acepta…o acepta- dijo otro de ellos.
    Los soldados de la corona comenzaban a cercar, tratando de amedrentar a Adalida. Sin embargo, Beckie se adelantó.
    - No tan rápido, capitán…la princesa Adalida no tiene por qué pactar con ustedes si no quiere.
    - ¿Rebecca Warrior?- preguntó el capitán.
    - Morgan para usted, comodoro…la misma pirata a la que usted mandó marcar inclementemente con hierro en las muñecas…a la que intentó robarle su navío cientos de veces, de robarse a sus chicas y abusar de ellas y de torturarla para obligarle a decir dónde estaba el código Pirata. Pero…afortunadamente, no consiguió nada de mí.
    Los soldados de la corona se alinearon pero la gente de Alí y de la princesa Adalida se unieron para luchar y así defender a su princesa.
    - Ven- dijo Beckie escapando- voy a llevarte con Alí…
    - Pero…
    - Nada…¿quieres verlo o no?-preguntó Beckie, tras haber luchando con aquella gente para defender aquellos reinos de la ambición de la corona inglesa.
    - Por supuesto- respondió Adalida.
    - Entonces…ven conmigo.

    En la bahía, el capitán Turner se encontraba ya presente. Jonathan llegó junto a Jeremy. Turner se percató de la presencia de aquel muchacho.
    - ¿Puedo saber qué haces aquí?
    - Aclarar todo lo que haya que aclarar.
    - Jeremy- dijo Turner- Debes venir conmigo…la búsqueda de ese tesoro no puede esperar.
    Jeremy lo miró.
    - Capitán Turner…¿para qué quiere romper la maldición que posee…si lleva usted en su alma la peor maldición que pudiera haber sufrido? ¿Para qué quiere liberarse de su condena si la peor que usted sufre es no haber confiado en la mujer que amaba? Libérese de ella…y ya verá si hay tiempo para liberarse de la otra…
    - Esa condena es sólo mía, muchacho- argumentó William- no habrá forma de verme libre de ella.
    - Entonces…sigues pensando lo peor- dijo Jonathan.
    - No tengo pruebas para pensar en lo mejor.
    - ¿Ni siquiera las que yo te dé?- preguntó Jack.
    William se dio cuenta que antes de averiguar más sobre el tesoro, tendría que enfrentar la verdad definitivamente.
    - Anda, Turner- dijo Jack- sigue pudriéndote ese corazón que no llevas en ti, tan sólo negando lo que tienes ante tus ojos.
    William intentó mirar a aquel muchacho.
    - ¿Cómo creerte, Jack Sparrow, si todo lo has hecho siempre mal?
    Jack movió la cabeza negativamente.
    - No digas eso, Turner…recuerda todo lo que pasamos…recuerda quién te salvó para que no murieras por siempre y pudieras reunirte con ella…y de paso, cumplir con la promesa de liberar a tu padre del poder de Davy Jones…¿savy? Sólo mira los ojos de Jonathan…¿no te recuerdan los de ella?
    Montgomery observaba todo desde el Holandés sin creer del todo lo que escuchaba.
    Turner miró a Jonathan. En sus ojos estaba una mezcla del amor de Elizabeth y suyo.
    Jack continuó.
    - Cuando te fuiste la última vez, ella empezó a sentirse mal. Uno de los médicos de Port Royal dijo que la tristeza y la soledad la estaban minando. Pero ella siempre te esperó fiel, aunque sola no podía con su hijo. El niño no tenía apellidos…no era nadie. No tenía el recuerdo de un padre que se preocupara por verlo crecer, por orientarlo…por serle de alguna utilidad…no sólo estabas lejos…estabas muerto…¿savy? Entonces…yo me acerqué a ella…a Elizabeth…no te niego que me atraía la idea de seducirla…pero jamás lo habría conseguido…ella sólo pensaba en ti…ella sólo te pertenecía a ti…custodiaba tu corazón como el tesoro más grande que pudiera existir. Y cuando ella se puso grave, yo me hice cargo de Jonathan un tiempo…lo llevé conmigo…en un par de ocasiones atraje el coraje de Jeremy hacia mí…pero lo hacía por ti…y por ella…los piratas de Tortuga inventaron mil historias…desde las más inciertas hasta las más obscenas. Pero yo no desistí. Ah…y por si no crees lo que te digo…tengo una prueba más…-dijo extendiéndole la carta de Elizabeth.
    Will comenzó a leerla y el dolor lo hizo aspirar el aire hondamente. Su corazón entonces, en el cofre, debía estarse estrujando violentamente con lo que aquellas líneas reflejaban:

    “Will…sabes y sabrás siempre que te amo…estoy segura que voy a morir. Confío el secreto del lugar donde está tu corazón a la custodia de Jack Sparrow…nunca creí que podría confiar tanto en él…aunque una vez lo hice…haciendo que tú pensaras que lo amaba…quizás en esta ocasión suceda algo similar. Pero sé que él sabrá hacer caso omiso de lo que escuche…y en cuanto a nuestro hijo, también estará temporalmente a su cuidado…pero cuando llegue el momento de tu vuelta, búscalo…reencuéntrate con él, y dile…cuanto me has amado…tuya siempre…Elizabeth Swann”.

    ¿Qué decidiría ahora el capitán del Holandés Errante?

     
  4.  
    Andrea Sparrow

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    Título:
    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2138
    Cap. 20 La decisión de William Turner

    Una vez que leyó la carta, Turner permaneció un segundo desconcertado…miró a Jack, luego a Jonathan…
    Jack lo miró de nuevo y le dijo:
    - Bueno…en vista de que todo está aclarado…sería mejor que…nos adelantemos para irnos en cada uno de nuestros navíos: tú te vas con Jonathan, yo con Jeremy y tú vuelves al fondo del mar para no regresar en otros diez años, ¿savy? Hijo, será mejor que no hagamos esperar a tu madre, seguramente ella estará alistando todo para que nos vayamos lejos…
    Iba a avanzar cuando Turner se le hizo adelante rápidamente, aprovechando la propiedad de ser un inmortal.
    Jack hizo un ligero gesto y añadió.
    - Según veo…no te agrada mi explicación sobre el plan, ¿cierto?
    - No es eso…es sólo que…a pesar de que sé la verdad, no puedo dejarte ir así como así, ¿cierto, Jeremy?
    Jeremy permaneció en silencio.
    Jack increpó.
    - ¿Puedo saber de qué está hablando el capitán del Holandés?
    - Díselo, Jeremy…dile que tú y yo tenemos un trato en el que tú me ayudarías en cierto asunto…a cambio de tu vida…
    Jack Sparrow lo miró con ironía y se le acercó:
    - Vaya, vaya- continuó caminando a su manera tan peculiar de hacerlo- sabía que como…capitán del Holandés…debías tener otra clase de atributos, pero…el de ser un traidor…no lo conocía, ¿savy?
    - No soy ningún traidor, Jack…sólo…soy un desalmado…no tengo corazón…y lo único que me interesa…es terminar con esa maldición…
    - ¿Es lo único que te importa?- señaló Jonathan- ¿Ya te olvidaste del gusto que sentiste cuando conociste a tu hijo tras diez años bajo el mar? ¿Ya no te importa saber que tienes un hijo que sólo esperaba poder reencontrarse contigo, para decirle a todo el mundo que su padre era el capitán del Holandés…y que quizás alguna vez podría navegar con él?
    - Por eso quiero romper la maldición- dijo Will Turner- ¿Acaso crees que es muy fácil vivir bajo el mar, pensando solamente en el momento de volver a ver a mi hijo? He vivido diez años bajo el océano con el dolor, la rabia y la desesperación de pensar que la mujer que tanto amé había estado con quien yo pensé que era mi mejor amigo…y luego…dudar que mi hijo lo fuera realmente. Por eso quiero romper la maldición…porque ahora que sé toda la verdad, sólo quiero recuperar el tiempo perdido al lado de mi hijo…al lado del hijo que tuve con la mujer que más amé en mi vida.
    Margaret Montgomery escuchó esas palabras y se dio cuenta que jamás Turner dejaría de amar a Elizabeth Swann. Que, si quizás, en algún momento, había albergado la posibilidad de ser alguien importante para él, aquella idea quedó totalmente descartada con la declaración reciente del capitán del Holandés.
    - Aclárame entonces, Jeremy…¿en qué momento te aliaste con Turner…y decidiste darle la espalda a tu propio padre?
    - No, padre…no te doy la espalda…sólo no te lo dije porque…porque esperé que el capitán del Holandés entendería todo después de escuchar la verdad sobre Elizabeth Swann y tú…pero según veo, el capitán Turner es un desalmado y de nada ha servido lo que le has contado.
    - Eso es lo que veo…como tú no quieres a tu hijo, Turner, te da igual apartar a un padre de su hijo.
    - No vengas a dar lecciones de moral, Jack- señaló William- no me vas a decir que tú has estado pendiente de tu hijo todo el tiempo.
    - No…pero lo estuvo su abuelo…además, tuvo a la mujer más hermosa y la mejor madre…Rebecca Morgan…así que yo siempre confié que ella haría de él un hombre en toda la extensión de la palabra…ella es incluso mejor que Mary…así que el amor de esas dos mujeres ha nutrido el corazón de Jeremy Sparrow…¿savy? En cambio…¿tú puedes decir que a tu hijo lo ha nutrido suficientemente el amor de una madre? ¿Acaso tu hijo ha podido sentir de tu parte algo de amor?
    - Es verdad- dijo Jeremy- tu hijo incluso habría sido capaz de acabar contigo con tal de vengarse por tu forma de tratarlo.
    Turner dijo a su hijo.
    - ¿Habrías sido capaz?
    - Sí…-aseguró Jonathan Turner- habría sido capaz de enterrar esta daga en tu corazón con tal de vengar tu desconfianza hacia mi madre…incluso ahora…no lo pongo en duda, porque no has desistido en tus dudas…
    - De Elizabeth ya no puedo dudar…sigo sufriendo después de lo que Jack me ha contado pero…
    Montgomery intervino:
    - ¡Déjense ya de monsergas y sentimentalismos! Será mejor que actué, capitán Turner…si tantas ansias de mantener cautivo a los Sparrow tiene…hágalo de una buena vez.
    - ¡Usted cállese!- gritó Turner a la mujer.
    - ¡Eso es lo único que sabe hacer! ¡Gritar! Haga algo al respecto…no sólo amenace…actúe ya…
    Will miró a Montgomery con una mezcla de deseo y de ira…pero la mirada de Margaret alcanzó a rozar algo de las fibras más sensibles del capitán del Holandés…eso provocó que William dudara un poco al respecto, pero luego, se decidió a actuar.
    - Vamos…Jack y Jeremy vendrán con nosotros- dijo a su tripulación.
    Mc Henry escuchaba todo. Luego añadió:
    - ¿Y qué de mí? Jack Sparrow…te pagué mucho para que encontraras a aquel que interferiría en mis planes para encontrar el tesoro…y acabaré contigo si no cumples…
    - Pues…lo siento, Mc Henry pero…este trato…va a tener que esperar porque…el hombre que buscas…no puede ser atrapado tan fácilmente, ¿savy?
    - Ah, ya veo…te refieres al capitán del Holandés…siendo así…capitán Turner…usted y yo podríamos aliarnos, en vista de que…yo quiero acabar con Jack…y quizás usted también quiere quitarlo del camino, así que…
    - Ni lo piense- dijo Will- este asunto sólo es entre Jack y yo…

    Montgomery señaló:
    - ¿Acaso no me dijo que me necesitaba?
    - Usted me ayudará…pero no la necesito exactamente como usted se imagina, Montgomery…
    - Ya verá si no me va a necesitar, capitán Turner…-resopló.
    William sólo la escuchaba. Estaba confundido y Bootstrap Bill Turner lo escuchaba, apenas creyendo en la actitud del capitán del Holandés.

    Mientras tanto, Beckie llevaba a Adalida hacia donde estaba Alí.
    - ¿Estás segura que está aquí?- preguntó.
    - Por supuesto…¿acaso desconfías de mí, princesa?
    - No es eso…es que…está muy lejos…y ya estoy cansada.
    - Pues aún falta un poco…así que vas a tener que aguantar un poco más.
    Al tiempo que avanzaban hacia su objetivo, Adalida preguntó a Beckie:
    - ¿Cómo haces?
    - ¿Para qué?- indagó Beckie.
    - Para ser mujer…y al mismo tiempo tener ese carácter…ser tan ruda también…
    - No soy ruda…sólo trato de ser fuerte…me han hecho mucho daño, Adalida…
    - Y…me supongo que…ese daño tiene nombre y apellido…-observó la princesa.
    Aquella pregunta asombró a Beckie.
    - ¿A qué te refieres?
    - Tú me entiendes perfectamente…sabes que me refiero a Jack Sparrow…
    - Pues…en parte…no te niego que Jack me ha hecho ver mi suerte…pero…es el hombre que amo…y amaré toda mi vida…y si no fuera por lo que me ha hecho, no me habría dado cuenta de que él también me ama, aunque lo niegue. Pero, no ha sido sólo él, la vida de pirata ha sido difícil. Yo era una muchacha decente, me iba a casar con Jack, que también era un buen hombre, en su momento…sólo que…por otras circunstancias, no pudimos unirnos.
    - Ya veo…¿y te arrepientes de ello?
    - No, Adalida…Jack y yo somos libres…vamos de aquí para allá cuando queremos…sin compromiso…quizás por eso nos amamos tanto…y también quizás por eso nos hacemos sin querer tanto daño…pero sé que nunca nos destrozaríamos…
    Por fin, llegaron al poblado donde estaba Alí escondido.
    Beckie se adelantó. Entró en aquella pequeña cabaña y dijo:
    - Alí…aquí estoy.
    El príncipe se levantó y le preguntó:
    - ¿Qué sucedió?
    - Sobre Jack, aún no lo sé pero…te tengo una sorpresa.
    - ¿Qué sorpresa?
    Adalida entró despacio a aquella habitación, apenas iluminada con un quinqué.
    En cuanto la luz le permitió ver con mayor claridad, distinguió a la muchacha:
    - ¿Eres tú, princesa?
    - Sí…soy yo.
    Se acercó lentamente para tenerla frente a él…entonces, la tomó en sus brazos y ambos se fundieron en un beso ansioso y apasionado.
    Beckie sonrió levemente. Aquella pareja se veía sumamente enamorada. Pero algo muy dentro le reveló que Jack estaba en problemas. Así que se refugió en un extremo de la isla donde estaban, tomando en sus brazos a su pequeño hijo.
    - No te preocupes, hijo…vamos a encontrar a tu padre…y estará sano y salvo…

    En el navío de Turner, en uno de los calabozos, encerrados por separado, reñían y se culpaban uno al otro padre e hijo Sparrow:
    - ¡ Mira el problema en el que nos metiste, Jeremy!- gritaba Sparrow con las manos sobre las bisagras de la celda.- Yo tenía ya todo planeado: Turner y Jonathan se reencontrarían…tú y yo nos reuniríamos con Beckie y con tu hermano, libraríamos el califato de Alí de las manos de la corona…y nos apoderaríamos del tesoro…pero no…tenías que aliarte con William Turner…¿puedes explicarme en qué estabas pensando cuando hiciste eso?
    - No te pongas así, Jack Sparrow…
    - ¡Más cuidado con la forma en cómo me hablas, Jeremy! A pesar de que no he estado contigo en algunos…momentos importantes- dijo ceremoniosamente- sigo siendo tu padre, ¿savy?
    - Mi padre…sí…lo admito…aunque no quisiera…sigues siendo mi padre. ¿Tienes alguna idea de lo que ha sido tener que soportar que me digan mil y un cosas desagradables por causa tuya…y tener que aguantar las bofetadas de centenares de mujeres despechadas a las que les hayas causado algún daño?
    - No han sido tantas- sonrió Jack.
    - Las que hayan sido…
    - No puede ser tan malo…-sugirió Jack tratando de minimizar el asunto.- Jeremy…es parte de ser un Sparrow…eso no puedes evitarlo. ¿Crees que eres el primero al que le pasa esto? ¿Crees que fue fácil para mí lidiar con cosas como esas cuando tu abuelo, Teague, hacía y deshacía, sin importarle que su hijo era un corsario de la corona inglesa?
    - ¿Tú eras un corsario de Inglaterra?- preguntó Jeremy.
    - Creo que vas a poder contarle muchas cosas mientras estás aquí- dijo Montgomery que estaba encerrada en otra celda.
    - ¿Qué hiciste de malo para que Turner decidiera encerrarte? Pensé incluso que tú y él…
    - Para nada…ese hombre vive totalmente amargado por el recuerdo de Elizabeth Swann…
    - Eso quiere decir que…te interesa, ¿cierto?
    - ¿Qué te hace pensar eso?
    - Pues…actúas como toda una mujer dolida y enamorada, ¿savy? Así que…quizás yo pueda hacer algo por la causa.
    - ¿Tú? Pero si no puedes conseguir siquiera que Beckie vuelva a creer en ti, aunque te le hinques y le reces durante toda una noche.
    - Quizás no necesito eso, porque lo mío con Beckie es diferente…pero Turner está hecho de otra madera…aunque él niegue tener sentimientos, los tiene…si pudiéramos ver su pulsante corazón ahora mismo- señaló- veríamos un corazón sumamente atormentado por los recuerdos, el amor de padre, una horrenda maldición y una fiera pasión…
    - Por Elizabeth- añadió Margaret.
    - Quizás no…los ojos de Turner centellearon de nuevo cuando te vio hace un rato…y eso sólo le pasaba con Elizabeth…así que…quizás estés por buen camino.
    Jonathan pensaba.
    - Oigan…no podemos estar aquí, de brazos cruzados, hay que hacer algo.
    - Si no tuvo compasión de su propio hijo…¿la tendría de nosotros?
    - Me encerró porque no sabe qué hacer- dijo Jonathan- pero no porque me odie. No puede odiarme porque soy lo único que le queda de aquel amor…y si según como dijo, está buscando el tesoro, es para librarse de esa infamante maldición tan sólo para poder pasar tiempo conmigo…así que…dudo que me haga daño.
    - No estés tan seguro…yo ya lo creo capaz de todo- aseguraba Margaret.
    - Es porque no lo conoces bien…-dijo Jack- estoy seguro que habrá algún momento en el que Turner recapacite y nos ayude a lograr el objetivo. Sólo espero- insinuó con preocupación- que no sea demasiado tarde para eso…
     
  5.  
    Andrea Sparrow

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    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
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    Cap. 21
    - ¿Estás seguro de lo que estás haciendo?- preguntó Jack a Jeremy, cuando planteó aquella descabellada idea.
    - Por supuesto…el capitán del Holandés es un pirata…así que sabrá negociar su libertad a cambio del trato que acepté. Quiera o no, soy un hombre de palabra…como tú, padre…-dijo Jeremy sonriendo casi tan cautivadoramente como Jack.
    - ¿Y qué esperamos?- sugirió Montgomery.- Hay que salir cuanto antes…
    - Espera…pensé que querrías quedarte para…permanecer un rato más con el capitán Turner- sonrió Jack burlonamente.
    - Déjate de payasadas, Sparrow- dijo ella- amo mucho más mi libertad que a un estúpido capitán inmortal que sólo se la pasa llorando por una mujer que ya no existe.
    - Buen punto…ahora…lo del escape. ¿Qué iba a hacer ahora?- indagó con algo de temor.
    Jeremy, Jonathan y Margaret lo miraron con obviedad.
    - Está bien…pero tengan en cuenta que me dejaron la peor parte del plan…que yo no quería…que ustedes me obligaron y que no respondo si no pensaron en lo que implicaba hacer lo que tendré que hacer…
    - ¡Ya!- casi chilló Margaret.
    Jack se aclaró la garganta, los miró a todos y comenzó a gritar.
    - ¡¿Dónde demonios está el capitán del Holandés?! ¿No hay un maldito trago de ron para su buen amigo Jack? Pero…es normal…ayuda a los amigos y al poco tiempo se convertirán en tus enemigos…además, supongo que al capitán del Holandés no le desagradará en lo más mínimo que lo nombre…a fin de cuentas, ni siquiera vendrá a dar la cara…
    Sin embargo, Will ya estaba casi detrás de él en el calabozo.
    - Aquí me tienes, Jack Sparrow…-musitó con voz casi de ultratumba, haciendo que Jack arqueara los labios como cuando el miedo lo hacía su presa.
    - Hola…sólo estaba probando la acústica del lugar…buena recepción ¿eh?- trató de salvar la situación.
    Pero Will no creyó ni media palabra.
    - Anda…dime…¿para qué me llamaste?
    - Pues quería…
    Jeremy se adelantó.
    - Al grano…hice a mi padre llamarte porque…quiero que nuestro trato se cumpla cuanto antes pero con una condición.
    - No estás para poner condiciones, Jeremy…tu vida o nada.
    - Poco me importa mi vida…si la mujer que amo está sola…cuando me subiste a tu navío, ella no pudo venir…debe estar sufriendo porque…ella es todo lo que me importa…sé que puedes entender eso, Turner…porque sé que has amado demasiado…
    - Calla…no hables así- proponía William.
    - Niégalo- dijo Jeremy.- Aún recuerdo cuando yo era niño y vi con mis propios ojos cuánto amabas a Elizabeth Swann y cuánto te dolió dejar a tu hijo y a la mujer que tanto adorabas. Lo mismo me pasa a mí…porque estoy seguro que pronto mi niña tendrá un hijo mío…sin embargo, voy a arriesgarme porque…acepto tu trato…con la condición de que liberes a mi padre, a Jonathan y a Margaret. Ya me arrebataste la felicidad con tu trato…ahora, devuélveselas a mi hermano, a mi padre y a su mujer…así como a Margaret Montgomery…a quien estoy seguro, comienzas a amar.
    - ¿Cómo puedes decir eso?
    - No sólo lo digo…lo intuyo…así que…anda…acepta mi trato. No tienes nada que perder. Ya no tienes nada contra Sparrow…y nada contra tu propio hijo.
    Jonathan lo miró directo a los ojos. Will no podía negar que parecía estar viendo a Elizabeth en él. El capitán del Holandés miró después los ojos de Bootstrap que lo observaba desde lejos y dijo:
    - Está bien…acepto…pueden irse cuando quieran…
    - Sólo un favor- dijo Jack- no me voy sin mis cosas…y por favor, no nos dejes en alta mar…

    Pero al poco rato…

    - ¡Malditos piratas!- decía Jack en la lancha que ya se encontraba navegando lejos del Holandés Errante.
    - Te dije que no podías confiar en él del todo- dijo Margaret.
    - Ya te dije: no lo conoces tan bien como yo…¿savy? A ti no te liberó por nada…accedió porque no le conviene hacerte daño…empieza a quererte y eso no será cualquier cosa…¿te imaginas, la eterna amante del capitán del Holandés?
    - Claro- dijo ella con ironía- gran cosa…esperarlo diez años en la orilla hasta que se digne volver por mí, ¿no?
    - Quizás, si tú lo amas…valdría bien la espera…
    - Ay, ya cállate, Sparrow…así no puedo pensar…
    - ¿En qué, si se puede saber?
    - En la despedida y venganza que quiero prepararle a la corona inglesa. Me timaron, se burlaron de mí, me utilizaron…
    - ¡Qué viles! ¡Pobrecita de ti!- entrecerró los ojos con burla Jack.
    - Sigue mofándote y no te quedará hueso sano.
    - Ahora que…si quieres una venganza…quizás yo pueda serte de utilidad…
    Margaret sonrió.
    Sin embargo, Mc Henry aún no estaba fuera de la jugada. Turner lo había encerrado, pero durante la liberación, él escapó rápidamente.


    Mientras tanto, Adalida y Alí se abrazaban y besaban estrechados contemplando las estrellas, esperando el momento de salir.
    - Me hiciste tanta falta- dijo él.
    - Pensé que…todavía amabas a Anamaría.
    - No te niego que sufrí mucho cuando la perdí…pero…quizás siempre te amé…y no lo quería reconocer…te pensé tan lejana…tan inalcanzable…
    - ¿Por qué?
    - Eras la perla preciosa de tu reino…a pesar de que mi padre soñaba con nuestra unión, eso no garantizaba que me amaras…y yo no quería que sólo por el deseo de él tú y yo nos acercáramos…quería ganar tu corazón…y nunca pude conseguirlo.
    - Pero ahora sí lo tienes- dijo ella, acariciando el rostro del príncipe, mientras ubicaba sus labios y se perdía un momento más con ella.
    Beckie los observaba desde lejos tratando de no interrumpir el idilio. Así los mantuvo unidos hasta que decidió llamarlos.
    - Muchachos…es momento de volver a la realidad. Estamos en problemas…hay que luchar por defender sus reinos.
    - Vámonos ya- dijo Alí- juntos vamos a luchar por lo que es nuestro ahora.
    Adalida sonrió y junto a Beckie organizaron la partida.
    Melissa no se había quedado de brazos cruzados y había organizado a las mujeres del Sweet Warrior para que volvieran a buscar a la capitana Morgan.
    Así fue como todas ellas volvieron a la bahía del Tesoro Maldito…como le llamaban al lugar donde se suponía estaba escondido aquel tesoro que rompería cualquier otra maldición.

    Al llegar, se colocaron en puntos estratégicos. La corona tenía alistada gente, y aunque la lucha había sido cruenta y difícil, los ingleses aún no habían terminado de dominar aquellos reinos.
    El comodoro Gillete estaba desconcertado.
    - Esta gente no se ha doblegado…parecen de acero.
    Y mientras daba órdenes a sus marinos, uno de ellos dijo:
    - Comodoro…tenemos compañía.
    - ¿Quiénes?
    - Mire usted mismo…
    El comodoro miró por su catalejo.
    - Vaya…nada menos que Jack Sparrow…ya verán lo que hago con él.
    - Es que…no es sólo él…
    Entonces el comodoro vio surgir del fondo al Holandés, ese majestuoso barco, con su inmortal capitán al mando.
    Los soldados ingleses tuvieron miedo. Pero el comodoro pensó en jugar su última carta.
    - No me daré por vencido…no voy a morir como un cobarde…lucharé hasta el final…

    Cuando llegaron, la gente de la corona estaba alistada.
    Jack se adelantó y dijo:
    - ¿Parley?
    El comodoro rió a carcajada abierta.
    - Parley…esa palabra ni la conozco.
    - Pues ya va siendo hora de que incremento su vocabulario, comodoro…¿savy? Es muy frecuente entre los piratas y la usamos en momento críticos…y éste es uno de ellos.
    - Pero como yo no soy pirata…
    - Sin embargo, está usted tratando con piratas…y es exactamente igual…
    William intervino.
    - Más vale que acepte el Parley que le propone Jack Sparrow…
    - ¿Y si no lo hago…qué pasa?- retó el comodoro.
    Entonces, el Holandés arremetió contra el Audaz rompiéndole parte del mástil.
    - Piratas…-dijo el comodoro.
    Y comenzó la lucha.
    Adalida y Alí se adentraron con cuidado, gracias a Beckie, en el palacio del príncipe a fin de resguardar el tesoro, pero se encontraron a Ahmed.
    - Vaya, vaya…la parejita ya está unida…
    - Así es, Ahmed…por más que te esforzaste en separarnos- dijo Adalida- fui una tonta al creer que en verdad pensabas en ayudarme.
    - Pero…ya es tarde…ya tengo el tesoro en mis manos…así que pronto será sólo mío.
    - ¿Cómo lo conseguiste?- preguntó Adalida.
    McHenry ya estaba ahí. Él lo había ayudado.
    Entonces, con espada en mano, Beckie retó a Mc Henry mientras los muchachos se llevaban el tesoro a esconder.
    Mc Henry intentó herir a Beckie pero no lo consiguió.
    Al poco rato, Jeremy se había escabullido en el palacio y decidió ayudar a Beckie que peleaba con él.
    Mc Henry dijo:
    - Los venceré de una vez por todas a todos los Sparrow…y tú muchacho…tú eres a quien yo necesito para el tesoro.
    - ¿A mí? ¿Para qué?
    - ¿Qué no lo sabes? Tú eres quien lleva la sangre que se necesita para romper la maldición del rubí. Tú eres el descendiente de la princesa mora.
    Jeremy no comprendía del todo. Pero luego recordó que su madre, María, era hija de un español, ese hombre debía ser descendiente de aquella familia, de tal suerte que en sus venas corría la sangre de aquella princesa mora.
    - Bien…entonces…no debes matarme…porque si lo haces, quizás muerto, no sirva mi sangre para romper la maldición, ¿savy?
    Mc Henry lo pensó dos veces. Así que desistió en matar a Jeremy y lo amarró para que no se le escapara.
    Por fin la corona quedó temporalmente en jaque. Will y Jack se habían encargado de matar a algunos soldados.
    - Como en los viejos tiempos…¿savy?
    - No cantes victoria…todavía no acabamos…
    Cuando Jack entró vio cómo Mc Henry seguía en pie de lucha tratando de matar a Beckie. Éste la hirió ligeramente. Pero Jack se apresuró a socorrer a Beckie, mientras Will luchaba con Mc Henry, quien se veía acorralado.
    Sin embargo, Margaret, quien venía en el Perla Negra se apresuró a buscar algo más importante. Jack conocía la localización perfecta del cofre donde se albergaba el corazón de Turner…
    Jonathan fue tras ella…escondido observaba cómo en el Perla trataba de ubicar ese sitio del que Jack Sparrow había hablado. No tardó en encontrarlo…
    Jeremy se desató tras la trifulca y fue a buscar a Melissa quien ya venía en el navío con las mujeres del Sweet Warrior.
    - Melissa…ma Beckie está herida…mi padre está con ella.
    - No te preocupes…trata de distraer a la corona, yo la auxiliaré.
    Jeremy y la gente del Black Eagle defendieron aquel lugar valientemente, aunque Alí seguía luchando con Ahmed. Sin embargo, el valiente príncipe tuvo que matar a su primo quien ya no pudo acceder al tesoro.
    El hijo mayor de Jack Sparrow acabó con parte de la corona, mientras su padre, Beckie y Turner terminaban con Mc Henry.
    Por fin el ambicioso capitán murió a manos de William.
    La hora decisiva de hacer uso del tesoro había llegado.
    - Es mi turno- se apresuró Turner.- Ven, Jeremy…-dijo cuando casi iba a cortar la vena del muchacho.
    Margaret lo detuvo, puesto que tenía en su mano el cofre con el corazón de William.- Un paso más…y apuñalo su corazón…
    Jack observó.
    - Ten cuidado con lo que piensas hacer, Margaret…recuerda que es una eternidad en el Holandés Errante…
    - No me importaría…puesto que…el amor lo perdí ahora…definitivamente…si ese hombre no me ama…poco me importa morir eternamente…
    Pero Will se le acercó, le quitó el puñal y le dijo:
    - Ese hombre, ya no necesita que apuñales su corazón así…cuando tus ojos le han clavado el puñal del amor.
    Y frente a todos, la besó apasionadamente.
    Jack dijo:
    - ¿No se los dije?
    Jeremy se iba a cortar la vena.
    - Capitán Turner…para que encuentre la felicidad al lado de Margaret…-dijo.
    Pero William dijo:
    - No muchacho…no lo hagas por mí…ya tengo otro motivo por quien esperar otros diez años mi vuelta del mar…- señaló abrazando a su Jonathan y a Margaret juntos.
    Beckie sonrió, mientras veía a Jeremy cortarse la vena, rociar con su sangre el rubí que Melissa portaba en su mano y al quitarlo, lo colocó en el cofre, pudiendo abrirlo con facilidad. Entonces, el tesoro fue repartido en partes iguales entre los príncipes, Jack y Turner, Jeremy y Beckie.
    Adalida y Alí se casaron al día siguiente, uniendo ambos reinos.
    Aquella noche, Beckie y Jack volvieron a gozar intensamente las mieles de la pasión.
    - Si hubiera sabido que ibas a mejorar tanto con el tiempo, te dejo desde antes- dijo Beckie gimiendo de placer.
    - Qué bueno que no lo hiciste…de lo que te hubieras perdido…-señaló exhalando un suspiro ardiente.
    Cuando se recuperaban, Jack dijo:
    - ¿A dónde irás?
    - No lo sé- dijo ella.- Supongo que a seguir al pendiente de mis chicas y de tu hijo…
    - Mi hijo…ven conmigo y el niño un par de días a altamar…podríamos pasarla bien en la isla de Teague…esa que te gusta tanto…y luego…cada quien tomaría rumbo diferente. Jeremy y Melissa se irán juntos…ellos ya no necesitan que los cuidemos, ¿savy?
    - Está bien…unos días…

    Mientras ellos se hacían a la mar, en otra playa, Turner besaba a Margaret.
    - Nunca pensé que llegaría a amarte tanto…-dijo el capitán del Holandés.
    - Ni yo…sin embargo, siempre soñé con un amor como el tuyo…tus caricias me acompañarán durante estos años, William Turner…y tu corazón está a salvo conmigo…
    Y tras despedirse después de tanta pasión, ella lo estrechó de nuevo.

    William dijo a su hijo:
    - Cuida bien de ella…nos encontraremos en el mar…te lo aseguro…sólo…no pierdas de vista el horizonte.
    - Buen viaje, capitán Turner…abuelo Turner…
    - Hasta pronto…joven Turner- dijo Boostrap abrazando a su nieto.
    Al fin…el Holandés volvió a desaparecer en la inmensidad…y sólo un destello verde evidenció su salida de este mundo…


    Beckie despertó…el calor de la isla abochornaba pero tras haber bebido buen ron el día anterior con Jack y pasar unos días deliciosos en su compañía, todo tenía sentido ahora.
    El bebé balbuceaba…ella colocó las manos en la cama…aún olía al capitán Sparrow…acarició las sábanas…luego notó su desnudez, se mordió los labios y recordó la noche anterior…Jack no estaba en la pequeña habitación. Pensó que estaba fuera.
    Se asomó hacia donde estaba su hijo…luego notó que el montón de cosas que estaban en una repisa estaba movido…Jack se había llevado toda la parte del tesoro de ella también…
    Salió hacia la playa y vio a Sparrow que se iba en un esquife hacia el Perla que esperaba en altamar.
    - ¡Te odio, Jack Sparrow!
    - Y yo te amo, ¿savy? Ya nos veremos, hermosura…y ahora muchachos…-dijo hacia el Perla- llévenme al horizonte…laralalara…todos brindando yoho!
    FIN
     
  6.  
    Scherry BE

    Scherry BE Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    17 Octubre 2015
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    137
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    nooooo ame el final!!! estubo grandioso
    muy buen fic la verdad me encanto espero leer mas cosas tuyas pronto
     
  7.  
    Andrea Sparrow

    Andrea Sparrow Usuario común

    Acuario
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    16 Enero 2015
    Mensajes:
    415
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Jack sparrow y el secreto del rubí maldito [Long-fic]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    19
    Muchas gracias por leer! voy a postear más de lo que he escrito esperando les guste. GRACIAS POR LEER :3
     
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